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C^)EL CONSEJO DE REGENCIA
DE ESPAÑA E INDIAS
A L A A M E R I C A ESP A Ñ O L A .
CADIZ : EN LA IMPRENTA REAL : 18ÍI.
■• K J. / u i j T v K J a u
1 ?. . ü i n la India porfiada y sangnenta que los españoles de Europa manfienen con el poder y la iajasticia de la Francia , K a j épocas desastradas en que a pujanza del pacmigo , el rigor de la suerte, los errores también consiguientes al estado de inexperiencia y desorden en que nos cogió esta crisis, producen una sene de ventajas á favor de los franceses , que al parecer nos vemos anegados en el piélago de su fortiina. Pero la resistencia que se les opone mas ó menos fuor*- te según el carácter , recursos y situación de las provincias que ocupan , y siempre general é invencible , hacen desaparecer poco á poco estíis ventajas , y da lugar á épocas nuevas en que la constancia , el valor y la firmeza reciben su galardón , los prósperos sucesos se •suceden unos íí otros ; y el navio del estado , aunque maltratado y ,1’o to , navega sin embargo á su destino impelido de la gloria y la esperanza.
T a i es, fieles Americanos , la época presente, en que al fin de año y medio de esfuerzos y de fatigas para r'*ponernos de los terribles desastres que se desplomaron sobre nosotros , liemos conseguido las ventajas inesperadas é importantes con que el Cielo nos remunera. A sí no siempre son gemidos de dolor las voces que la metrópoJi os envia, ni desastres lo que os cu en ta , ni pérdidas irreparables las que encomienda á la fama.
Creyó el tirano que para allanar la península no le quedaba otro estorbo m ilitar que el exe’rcito anglo-porlugues á las órdenes de L o rd W ellin g to n , opuesto como un dique á la inundación francesa en las fronteras de Portugal y Castilla. L os numerosos refuerzos qué Laxaron de los Pirineos todos se dirigieron a l l í , y el mariácal Mas-* sena, destinado á este triunfo , voló «ii arrojar á los ingleses al mar, y á plantar las aborrecidas águilas sobre los baluartes de Lisboa. N a- •die habrá resistido hasta ahora en estas guerras crueles á 70 000 france_ ses acaudillados por un buen general: ¿ como , pues , resisliria Portugal á un exército de tanta fuerza llevando á su frente al favorito de la v ic to ria ? D elirio del deseo parecía imaginarlo , insensatez creei'lo ; y los franceses tomadas que lueron Ciudad Rodiñgo y A l- m eyda, entrada C oim bra, y abiertos por aquella parle los caminos de Lisboa , debieror contar con la victoria-, y lavada la afrelita sufrida allí al principio de la guerra por el general Juuot.
Massena abauza : encuentra con las líneas de defensa formadas delante de Lisboa , prueba atacarlas, y reconociendo por el estrago
sufre la resistencia incontrastable que le fspera j 8« retira á iiw-
iorar de posicion. A ll í se refuerza cow otras dos divií.iones giie llegan en su auxilio. M as ni auQ asi puede atacar á L isboa porque las liuivns se la defienden, n i empeñar á su adversario á una acción general porque sus sábias maniobras se lo estoi'ban. Quedábale el arbitrio de p:i- sav el T ajo y ponerse en comunicación con Soult. Tam poco puede conseguirlo y con quatro cuerpos de exe'rcito que tiene á sus órdenes se ve reducido ú un. estado de inacción y nulidad el mas ab.so- luto. ¿ Qué se ta n liecho ahora > preguntaba España toda , aquel oi-gullb riñlitár , aquella impetuosidad , aquélla aivdacia de los vencedores de los A lpes , de los dominadores del Pó-, del R liin y del D anubio ? E l T ajo en Santaren comparado co n aquellos i-ios es un miserable arroyo , \ y estos arrogantes no se atreven á pasarlo y á en-- señoreajse de sus. dos orillas í
V encidos j pues , n pericia y 'Cn sa b e r, bumiUados en valor, consumidos de miseria y de dolencias ; tienen que dar al fin en 5 de marzo la señal á una retirad a, qne por el tiempo y forma en que se ba hecho presentaba todos los caracteres de fuga. E n vano para defenderse y contener el ímpetu del exercito que los persigue se hacen fuertes prijiiero en P o m b a l, despues en Condera y M iranda de Cor- ho , y sucesivamente en e l rio, C eyra , Sierra de la M oyta y C elo - rico : arrollados en todos estos, puntos , incendiaban los carruages y pertrechos de g u e rra , anegaban artillería y municiones, y abandonaban á la compasion. ó á la, inclemencia enemiga una, muchedumbre de enfermos,, heridos y prisioneros (jue-su precipitación no les dexaba proteger. L as huellas de sa usada, bai-barie quedaban impresas en la dcsolacion de los pueblos que entregaban á. las llamas en v i l desquite de su. ignominioso vencimiento. L legan en fin á las fronteras de C a stilla , y reforzados con las tropas.que ocupaban esta p ro v in c ia , vuelven con nuevo aliento á atacar las lineas inglesas delante de A lm eyda. A l l í se cslrell'an contra eV valor in g le s , que in- contrasíable como siempre á sus esfuerzos , les hace perder cinco mil hombi-es en las acciones del 3 y 5 de mayo , y los obliga á refugiarse otra vez á las márgenes del Tormos en Salam anca, abandonando á su suerte la plaza de A lm eyd a , que con el gobernador y quatrocientos hombres de su guarnición fugitiva t a vuelto otra vez «1 poder de nuestros aliados..
N o pudieron los sucesos efímeros de Soult en Extrem adura evitar estos desastres, ni menos contener los progresos de los exe'rcitos combinados en aquella, misma, provincia., Soult, es verdad habia tomado á O liv e n c ia , batido el cuerpo de tropas españolas que cubría á B ad a jo z, y despides conquistado €sta> plaza., Pero entre tanto que conseguía estas ventajas una división doj tropas inglesas y. españolas, salida del recinto de Gá5.iz , bate en los , campos de Chiclana al cuer- po del general V ic to r , caiisándole la pérdida de quatro m il hombres entre m uertos, heridos y prisioneros. A la fama de estos esfuerzcs Tuelve Soult precipitadamente á A ndalucía pura sostener el simuLi- cro de sitio con q u e aparentan afligir á C á d iz , dexanclo en E iitrcr
•madura el cuerpo del general M ortier para atender á su defensa. IVr.-is apenas el exercilo anglo^portugues al mando del general Beresford, y el cuerpo de tropas españolas j baxo la direccion^del generíil Cas- *faños, comandante de la p ro v in c ia , llegan al Guadiana , quando toda la situación de-las cosas cambia en un momento. Campo M ayor es sorprebendido » rendida O liven cia , V alen cia de A lcántara y A l- burquerque evacitadas , Badajoz embestida. V u e lv e á inflamarse de nuevo con estos sucesos el patriotismo extrem eño, la jiiventiid corre á las arm as, la autoridad legííim a se restablece la admini.stracion se organiza. E l enemigo osligado con los contiiios ataques de nuestra caballería , que á las órdenes del conde de Penne bate á la suya pn quantos puntos la cncurntra, se acose- á las posiciones de Sierra Morena. Entre tanto las divisiones españolas enviadas de C ádiz al condado de N ieb la para auxiliar a l exército combinado se incorporaban con él por medio de una marcHa combmada sabiamente j y el exército de M urcia á las órdenes del general F r e y r e , invadiendo el reyno de Granadaílanqueabapor aquella parte los movimientos de Soult.
E n fin este-general^ reuniendo todas las fuerzas francesas del interior de A n d a lu c ía , vuelve flirioso á repasar la S ierra , y se arroja á disputar al exeVcito combinado la dominación-de Extrem adura, T o do su anbelb era.socorrer á Badajoz : adelántase á la A lb u h era , y allí encuentra el' exército de las tres naciones/cjue denodadamente le aguarda. L a batalla se da en el diá iG ; sangrienta^pero gloriosa, en que el arrogante Soult , que creia tener en su mano los destinos de España ha visto deshacerse sus proyectos y ajarse sus laureles. R echazado con pérdida de siete m il hom bres, ha abandonado'el campo de ba-
-ta lla , y el honor de la acción á sus contrarios , que en esta memorable jornada.han hecho prueba á porfía de unión, de magnanimidad- y de esíiierzo.
A l paso mismo que se preparaba esta feliz y gloriosa perspectiv a en el occidente y m ediodía, las armas españolas al oriente se cubrían de gloria en Cíitaluña. Imposible parecía restaurar aquella hermosa provincia de la situación deplorable en que se hallaba después de la rendición de Tortosa. Casi todas las plazas.fuertes estaban en poder de los franceses : sus guarniciones desde e lla s , y el exérci- lo de M acd on al, y a comxmicáiidose libremente con el de Suchet, la podían recorrer y devastar en todas direcciones, como efectivamente lo hacían: aishida enteramente por tie rra , no tenia punto ninguno de contacto y de auxilio con otras provincias libres, y mas de veinte y dos mil guerreros, perdidos y a en las plazas rendidas, y a •en-las acciones felices ó adversas dadas en la campaña anterior, la dexaban al parecer en el desam paro, y la entregaban á la servidumbre. T a l era la situación de las cosas en el principado al comenzar el año presente: mas el pueblo catalan ,. lejos de intimidarse y desm ayar, se exaltó con m ayor fuerza á corresponder á su lealtad acendrada . al rencor á la E rancia que le caracteriza , y á lo que ie enseñan y mandan las hazañas de sus pasados. N uüca se mani
r-stó roas digno ds ellos: n’iGVOs esfuerzos se h a c e n , nncros sacññ« cios se pi'fjdigan , naovas tropas se levanlan , y nuevas empresas se meditan. 3Iacdonal incjuietado , hostigado en lodas sus^marchas, sufre descalabros en V a l ls , en T á rre g a , y en otros puntos de la S jgarra. L a guarnición de Tortosa (jae se atreve ú salir de su recinto á saquear el p a is , es batida y escarmentada en los campos del Perelló por la división del mariscal de campo D . Juan Courten. E n Arens de M ar el Lvigadier Milans se bate con una fuerte diviáioa francesa que desdp Blanes habia salido á ex igir contribuciones en los pueblos de aquella costaj y la obliga á retirarse otra vez á su guarida sin verificar sus rapiñas. Manresa es incendiada por el bárbaro M acdonal que se ve n - .a en los edificios del rencor que le tienen sus habitantes, y este
tístrago es al instante castigado por las tropas del brigadier Sarsfield . y el barón de E ró les , que atacando y batiendo su retaguardia de
güellan sin dar quartel á los prisioneros hechos en la acción á la lu/, de las llamas de Blanresa. Medítase entre tanto la sorpresa y ocupa-r* cion del castillo de M oniuicli : los catalanes suben denodadamente hasta tocar sus muros , y un accidente imprevisto les mídogra aquella empresa. Pero si la fortuna les hizo entonces este agravio , no fue infiel á lo s esfuerzos do la división de E ró les , que bate á los franceses .en Olot , les toma los fuertes de Castelfullit y del C a lv a r io , 1( hace quinientos treinta, prisioneros , y se apodera de un rico botiu de armas j víveres y municiones. Mas estas diíerentes empresas y sucesos no eran mas que precursores del que habia de coronar las es- >eranzas de la provincia toda, de la ooupacion de F i g ü e r a s , que va- e á España mas que el logro de tres victorias.
Sabido es que esta fortaleza se considera por sn construcción y posicion entre las primeras,de Eui-opa. N ap o leo n , convirtiendo en tiranía al hospedage, se apoderó de ella alevosamente tres años h a ; y la fantasía mas alíiagiieña, no se imaginó nunca que los españoles se la pudiesen arrancar de las manos aun en tiempos de gloria y do po.~ dor. Pues esta llave de E spañ a, este antemural del principado, este baluarte del Pirineo ha sido sorprehendido y ocupado en la nocli.e del diez de abril por una corta división de catalanes al mando del coronel R o vira , y baxo la dirección del brigadier D . Juan A n tonio M artinez. N Í una sola gota de ?angre se ha vertido , ni un solo hombre de la guarnición se ha sa lva d o ; ni uuo solo se ha desperdiciado de los efectos sin m ím ero, y repuestos que en el castillo íiabia. T odo está en nuestro poder j y los resuliados de esta operación portentosa van á ser tan rápidos como felices. Y a Palamós y S . E eliu han sido evacuados. Gerona y Osfalrich deben serlo tam>- b ie n ; la plaza de Rosas ten d rá , si no lo ha hecho y a , que re«»- dirse igualmente á los esfuerzos reunidos que ;^or tierra y .m a r la am aganj y cortada á los enemigos Ja linca principal de su ^omur nicacion con E.rancia por aquella p a rte , sus operaciones tienen ab- solutam enle, que víu'iar de p la n , y abandonar la idea de enseiiorearr se de Cataluña como y a lo esperaban. Aturdidos y agitados quisie
ron de pronto recóBrar la ' fortaleza , y fci en vano. Sus nuevos defensores los recliazaTon, y las divisiones de Eróles y Sarsfiold puestas en marcha al instante para reforzarlos la ponen al abrigo d«’ ^ui- lesqiiiera tentativa y nos asegura esta rica presa. T odo el principado está en movimiento ; toda Espafia exáltadaj y ál recompensar el Gobierno á los bizarros guerreros que han dado á la patria este buen d ia , al condecorar á Eróles y M artinez con el grado de mariscales de C am p o, y á R obira con el de brigadiér , no hace mas que pagar la deuda de admiración y de gratitud <jue la nación les confiesa.
Tales son j fieles espaVioles de A m e r i c a l o s sucesos importantes y felices de que os ha querido instruir el Consejo de Regencia. Responded con ellos á los temerarios que se atreven á negar la existencia de España j á dudar de su entereza , y á poner límite á su Moble confianza. N o deis^ no , fácil oido á las desconsoladas sugestiones de sus insidiosos recelos. ¡ Y qnal es el tiempo en que esos hombres inhumanos aseguran nuestra ru in a , y pintan á su madre patiia como un campo entregado á la opresion francesa, ó infestado por vandidos ? E l tiempo en que esto anuncian, es aquel en que vu e lve á formarse hacia el Septentrión de Europa una nueva tor- ís.enta contra el tirano en el rompimiento de la R u s ia , en que se desmorona por todas partes el edificio de la usurpación francesa en E sp a ñ a , y el intruso Rs/C se vu elve á E rancia huyeudo de una cap ital y de un pueblo donde es tan odiado como escarnecido; en que las provincias del reyno , todas á una vo z , se votan á la guerra con mas ardor que al principio : en que G alicia sola en sus alarmas presenta doscientos m il paisanos armados para defender sus líos- gares : en que los valientes partidarios (que sin una especie de sacrilegio no se pueden llam ar vandidos) convertidos y a por la experiencia en m ilitares, no dexan un momento de reposo á los tiranos; tiempo en fin en que hasla los ptiises ocupados por las legiones francesas saben recíuidar fondos, juntar vívei'es , aprestar a r mas y m uniciones, y ponerlas á disposición del Gobierno para que prosiga la guerra.
Sin duda proseguirá, y por mucho tiempo a u n , esta guerra cruel que no puede tener otro término que nuestra independencia. Proseguirá , y los sucesos en e lla , y a prósperos, y a adversos, continuarán todavía en la incierta y terrible oscilación que han llevadlo hasta ahora. Pero , españoles am ericanos, vuestros hermanos de E uropa no os han prometido conslanlcmente relaciones de victorias: os han prometido , s í , y han jurado á la faz del cielo y de la tierra mantener á toda costa la guerra justa y necesaria en que los ha empeñado la virtud. Este juramento está en pie tan entero como al principio ; consagrado con los lios de sangre francesa y nuestra que estamos derramando , y con los sacrificios y pérdidas sin mímero que hemos sufrido hasta ahora y siifriremos en adelante. Pero todo se debe al gran deber en que ik>s hemos constituidn ; lodo ú Us
grandes esperanzas nos alleatan : ved , v o so tro s, sí para no us'istiraos poderosamente en esta honrosa porfía qaeda disculpa alguna al americano que sienta ea sus venas latir sangre española y se precie de leal.Cádiz 21 de mayo de 1811.P ed ro de ^ g ar,
Presidente.
Manuel Joséf Quinlana Secretario*
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