Download - Trastorno Límite de La Personalidad
Departamento de Psicopedagogia
Trastorno límite de la personalidad«Borderline»
El trastorno límite de la personalidad o borderline (abreviado como TLP), también llamado limítrofe o fronterizo, es definido por el DSM-IV (DSM-IV ) como «un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico y relaciones interpersonales caóticas». El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados «dramático-emocionales». Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.
Criterios del DSM-IV-TR
El DSM-IV-TR, un manual ampliamente utilizado como guía para diagnosticar trastornos
mentales, define el TLP como «[…] un patrón general de inestabilidad en las relaciones
interpersonales, en la autoimagen y en la afectividad y una notable impulsividad que
comienzan al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos». El TLP se clasifica
dentro del «Eje II» como una afección subyacente generalizada o de la personalidad, en
lugar de en el «Eje I» que engloba trastornos más limitados. Para realizar un diagnóstico de
acuerdo al TLP se necesita al menos cinco de los nueve criterios enumerados más abajo
siempre que al mismo tiempo estén presentes durante un periodo considerable de tiempo.
Así pues, existen 256 combinaciones de síntomas que podrían producir un diagnóstico, de
las cuales 136 han sido descritas en la práctica en algún estudio. Los criterios son:
Criterios diagnósticos según el DSM-IV:
Síntomas afectivos
1.- Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p.
ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas
horas y rara vez unos días).
2.- Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras
frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
3.- Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad.
Síntomas impulsivos
4.- Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento
de automutilación.
5.- Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por
extremos de idealización y devaluación.
6.- Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo
(p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de
comida). Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se
recogen en el criterio 4.
Síntomas interpersonales
7.- Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: no incluir
los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4.
8.- Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y
persistentemente inestable.
Síntomas cognitivos
9.- Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos
graves.