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ADu1) esperando la señal parasoltar las amarras.

Me coloqué el casco. los aunantares ti la máscara de oxigeno.Todavía me preguntaba cómo ha-bía podido suceder el milagro. Co-necté el transmisor de radio.

—Patrón a Leo. Léeme el par-te meteorológico.

—Tiempo despejado. Condiciones del agua excelentes y ten-diendo a melorar — respondió

A velocidades de cuatrocientoskilómetros por hora la radio esde una necesidad vital para unroinperecords. Sentado al niveldel agua es imposible ver si lascondiciones en la superficie sonbuenas dos kilómetros más allá.

Si la loncha tropieza a tal ve-locidad con una ola, es imposiblehacer nada. Sobrevendría el de-sastre. El piloto está compi eta-mente supeditado a las indicadones que, por radio, le lzace-n losobservadores situados a ¿o ¿argodel recorrido. •

BUENAS CONDICIONES:. Durante los aiios que hemostrabajado juntos, entre Leo y yose ha establecido una confianzaabsoluta. Los dos sabemos que ¿oque diga o haga el otro está bienhecho. Yo tenía una fe absoluta ensus indicaciones acerca de lescondiciones del tiempo.

Los minutos se me hadan ¿u-creíblemente largos en la cabinapor el sol. P?nsé en ini padre, yen Toñia, que me miraba desdela orilla.

Tina vez más conecté la radio.—Patrón a Leo. ¿Cómo va eso?—Mejorando Las condiciones son

un noventa y cinco por cien buenoS. Podemos intentarlo.

—,Están preparados los crono—metradores?

—Preparados — me respondióla voz del jefe de cronometrado-res. Encendí ¿os motores y len-tamente me dinigi hacia el ce-si-tro del lago, a unos cinco kilómetros de distancia. Poco a poco

ful acelerando mientras el morrodel «Pájaro MuZ» cortaba lasaguas.

TRES FASESLs ¿ancha tiene tres fases. En

la primera, marcha despacio aunos cincuenta kilómetros por ha-ra como má-cimo. Hay que con-ducirici suavemente, pues el aguapodría entrar por las toberas eirse a pique, corno ya me habíasucedido una vez.

En ¿a segunda, el • morro se le-venta al adquirir mayor velo-cidad y el agua lo roza salame-si-te. A medid-a que se vz aceleran-do, el morro se levanta y el «P4-jaro AZUl» queda sustentado sólopor SUS flotadores. Un poco másde aceleración y parece planear.Es la tercera fase.

Esta es la parte más emocionan-te. La aceleración es increible.

En nueve segundos, la velocidad pasa de ciento veinte a tres-cientos cincuenta pilómetros porhora.

ENTRADA A 430 KILOMETROS. PÓR HORA

Mi velocidad iba amnenuiendo.Ciento sesenta, doscientos, das-cientos treinta... Llegué a la boyoque indica que sólo falta pocomás de un kilómetro para llegaral kilómetro medido-. Choqué con una pequella ola.El «Pájaro Azul» cabeceó ligera.mente pero acelerando logré do-minanlo. Entré en el kilómetrocronometrado a cuatrocientos treinta kilómetros por hora.

La hoya final llegó cuando mivelocidad ra de cuatrocientos se-senta y cuatro kilómétros pcr ha-fa. fledue lz velocfdwl. hasta de-tenermt • finalinent. Mieiztrs ..

dirigía a repostar conecté la ea-dio para hablar con ¿os cronometradores.

—Patrón a . los cronometrado-res. Velocidad, por favor.

La úniéa respuesta fue vn ruidoenscndecedor. La velocidad habíaestropeado la ante-no-

—Repitan, por favor. Hay ¿site-e-ferencias. -

Esta vez, la ver del jefe decronometradores me llegó con cia-ndad.

—Cuatrocientas cuarenta y doskilómetros • por hora de media.

—Empezabá a soplar un ligerosilente-cilio. Decidí no repostar irealizar el recorrido de vuelta en-tez de que la fuerza del vientoaumentase.

Di le- vuelta al Lago para situar-me correctameste y apreté el oca-le-redor. De pronto, los motoresse pararon. Al acelerar demasía-do rápido, había succionado aguaa tMvé-s de lás toberas.

I11MOVILIZADO

El «Pájaro Azule quedó mmd-vil. flotando sobre e-l lago comoun pato desorientad-o. El tiempotranscurría. Yo estaba obligado aefectuar el recorrido de vueltaantes de los veinte minutos para que el recorrida fuese válido. Una¿Iz las Lanchas tenía que venir en7ff ayuda y poner ¿os motores enmarcha.

Viendo cómo se acercaba, meparecía que su marcha era lentacomO la de una tortutia. El tiempoiba pasando cada vez más de prisa. Finalmente, antes de que lalancho llegase en mi ayuda, losmotores se pusieron en marcha.Pero la corriente me había acer-cado mucho a las boyas que se-fialaban el comienzo del kilómetro cronometrado. Sólo tenía doskilómetros para acelerar.

Cuando la boya pasó verozmente a mi lado, La velocidad erade cuatrocientas icilómetros porhora. Al final del recorrido habíallegado hasta cuatrocientos ‘ treinte y dos. Era suficiente para ha-tir el recorá, pero no había vis-lo la boya indicadora del finaldel recorrido . y tenía duda si lahabía desacelerado antes de tie-mpo-;1]

T’EL PÉL ¡GROES ;0]

l.-,._

m uñdiaL El spájaro Azul» • náutico, durante el Intento para el • record del mundo de velocidad sobre el agua, realizado el ao 1958, en el lago Conniston.

oír el mensaje. Me acerqué a la Miré al «Pájaro Azul». Tenlaorilla. En tierra, Tonia agitaba ya diez años y reflejaba el inlos brazos y saltaba mientras ¿os genio de Ken y Lew Norris, susmiembros del equipo se abre-za- diseñadores. Había sido la psi.ban. AquelloS era señales de ale- me-ra lancho propulsada con érigrki. Quizás había batido el re- to por un reactor y la única quecord después de toda. Cuando ¿le- había conseguido sobrepasar losgaba a la orilla, Tonia saltó al trescientos cincuenta kilómetrosagua y vino nadando hacia mí. • por hora. Gracias a ella. en 195.5,

—;Lo hemos conseguid-o, Don! Inglaterra fue la primera nación¡Has batido el recorá mundíall que ostentó al raLsmo tiempo los

No había cometido ningún error. re-cardo de velocidad en tierra,La velocidad media había sido de aire y agua.cuatrocientos treinta ocho kiló- Ahora, la decisión de la Pedo-metros por hora. ración Internacional de Automóvil

Miré a mi espalda. El lago, das Y Motorismo, reconociendo los re. kilómetros más allá, empezaba a cords obtensd-ós en tierra con co-cubriese de blanca espuma. El ChaS propulsados por motores deviento del deéierto volvía a so- teacriósi, hace que los Estadosplar • con fuerza. Lo habíamos lo- Umdós ostenten dos de las tretgrado en el tiempo susto. Cinco minutos después, las aguas del El aire es un terreno donde sólago se agitaban, barridas con ° . tares pueden alcanzarviolencia por el viento. 9° ya que el intentarlo

Nos reunimos alrededor del &Pá— 4 muy por encima de la posibijaro Azul»; Leo, Tania, Maury l2di24s de financiación privadas.Parjitt, Graham Evan y el resto Pero los record.s sobre tierra ydel equipo. Guardamos un suinu- agua son . un avance técnico mi-le de silencio en memoria del .vie- litar, conzercial. y deportivo quejo patrón, vsi padre. Su espíritu no también constituyen aL prestiqiose hallaba muy lejos. de una nación. Y éstos están a

. Era Nochevieja y habíamos con- nuestro • aicanoe.seguido nuestro propósito. Eramoslos primeros que lográbamos enun mismo año los records de ve- jociclad sobre tierra y agua. Todoyle no lo acabábamos de creer,el milagro se había producido sé-lo unas horas antes.

fas grandes beras de expulsión de gases. (Foto Europa Press)

_; tos.scendi

mas ene rozan-do las • o.. en calma.De,scendí aún más. Ni una soloola en la superficie. Hice otraada para estar seguro. No ha-bía ninguna duda. Las condiciones que esperábamos se habían

. producido. La superficie del lagoesaha lisa como un espejo.

¡LO HEMOS CONSÉGUIDO!Por la radio ‘ alguien habló pero

¡as interferencias me impidieron

Stp tiento seguki soplando le.

V2lta?Ld(J (JJitaWIS cÑstas en la isuperficie del Tago. Faltaban sólounas pócas horas pára que fina-Ikose el alio y . nuestrae esperan-zas de conseaair los records develockioi3 .obre tierra j agua enel nÑmo año se des’anecían con¿os mITIUtOS.

—Y4 n) podernos hácer nadaaquí. 4?or cjué n( damos un oaseo en -a k)n J flOS entretenemoSun pico2 — e dije a Toflia.

Fj,zcontrarnos a Leo Villa a lasombia de ¿os árboles.

--VaMos ti. i&ar un rato — tedije —. Si sucede el milagro ¿la-,n a la t?rre de controi de Perthpara que ellos nos avisen.

Poco después cruzábamos elcielo sobre el • laco Dumbleyung,a tina altura cte das mil metros.Desde a r r 1 b a parecía que loeaguas estaban inmóviles, sin una•ola oa (JUS eiitz:rbase la superJicié. • ¿De veras estaban mmdviles?

En la base, L.eo también se ha-bia• daiio cuenta y comenzaba adar • ¿ndencs. Unos segundos des-pués reihaba una gran actividad.Cusndo pósé el avión en las ceraonias del . lago, el «Pájaro Azul»staba ¡ja listo para.. el intento.

Eran las dos y media y hacíacalor, ,nucho calor. Besé a Toniamientras subía a la cabiiza. Llevobo ¿os dedos cruzados para dar-me suerte. Murs.j Parfitt estaba

.- eis ua:. bote al lado del «Pájaro

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Des reyes da Ja . vetocJdad: Donaid Campbell y el rnaJorado campe6n Ñtlke Hawthorn, en si acto deentrega a Campbell, del trofeo de oro conquistado con su record mundial • sobre el agua.

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