TAL VEZ ME
LLAME JONÁS
Yo no soy nadie:Un hombre con un grito de estopa en
la gargantay una gota de
asfalto en la retina.Yo no soy nadie:
¡Dejadme dormir!Pero a veces oigo
un viento de tormenta que
me grita:Levántate, ve a Nínive, ciudad
grande, y pregona contra ella.
No hago caso, huyo por el mar
y me tumbo en el rincónmás oscuro de la
navehasta que el viento
terco que me sigue
vuelve a gritarme otra vez:
¿Qué haces ahí, dormilón?
¡Levántate!
Yo no soy nadie: Un ciego que no
sabe cantar.
¡Dejadme dormir!...
Pero un día me arrojaron al abismo,las aguas amargas me rodearon
hasta el alma,la ova se enredó en mi cabeza,
llegué hasta las raíces de los montes,
la tierra echó sobre mí sus cerraduras para siempre…
(¿Para siempre?)
Quiero decir que he estado
en el infierno…
De allí traigo ahora mi palabra.
y no canto la
destrucción,apoyo mi lira
sobre la cresta más alta de este símbolo…
Yo soy Jonás.
Y tú, ¿has pensado que también tú tal vez te llames JONÁS?
Jonàs, como Abrahán, recibe su vocación
primera antes de salir de casa: “Levántate y vete a ser mensajero
de Dios entre los pueblos”.
¿Irá a NÍNIVE (la misión difícil y arriesgada) o a
TARSIS (la instalación y la distracción)?
Hay dos Jonases dentro de cada uno.
Deseo de Dios versus deseo egoísta: ¿A
cuál de los dos queremos escuchar?
La segunda llamada: El destierro fue para Israel el vientre de la ballena. ¿Has tenido tú alguna gran prueba (desde la
fosa fatal, el miedo más profundo, la
inseguridad plena) que te haya empujado a
tomar decisiones importantes?
La tercera vocación es en la vida diaria. A Jonás no le gusta un
Dios gratuito y misericordioso. Se
siente frustrado. ¿Vives tu vida
con pesimismo? ¿Antepones tus
intereses y prestigio a la libertad y salvación
de los demás?
(Poema Tal vez me llame Jonásde León Felipe
Canción de Al-Habaca)