Semana del 3 al 9 de Marzo 2014
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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cl cap. 3 párrs. 19-21 y recuadro de la pág. 34
19. ¿Cómo podemos ser santos en sentido relativo a
pesar de nuestra imperfección?
[ 19 ] [Textos] Lo mismo sucede hoy. Las ofrendas
realizadas en el altar de Jerusalén fueron meras
sombras de algo mayor: el sacrificio perfecto de
Jesucristo en el año 33 E.C. (Hebreos 9:11-14.)
Recibimos el perdón de los pecados si nos arrepentimos
con sinceridad, nos enmendamos y ciframos fe en dicho
sacrificio (1 Juan 2:2). Así pues, nosotros también
podemos tener una condición pura ante Dios. De ahí
que el apóstol Pedro nos recuerde: “Está escrito:
„Tienen que ser santos, porque yo soy santo‟” (1 Pedro
1:16). Observe que Jehová no dijo que debíamos ser
tan santos como él. Nunca nos pide imposibles (Salmo
103:13, 14). Nos dice, más bien, que seamos santos
porque él lo es. “Como hijos amados”, tratamos de
imitarlo lo mejor que nos permite la imperfección
(Efesios 5:1). La santificación es un proceso constante.
Al ir creciendo nuestra espiritualidad, tratamos día a día
de seguir “perfeccionando la santidad” (2 Corintios 7:1).
20. a) ¿Por qué es importante tener presente que
podemos estar limpios a los ojos del Dios santo?
b) ¿Qué efecto tuvo en Isaías conocer que sus
pecados habían sido expiados?
[ 20 ] [Textos] Jehová ama la rectitud y la pureza, pero
odia el pecado (Habacuc 1:13). Sin embargo, no nos
odia a nosotros. Nos perdona siempre que
mantengamos su criterio sobre el pecado —es decir,
mientras aborrezcamos el mal y amemos el bien— y
luchemos por seguir los pasos perfectos de Cristo
(Amós 5:15; 1 Pedro 2:21). Saber que podemos estar
limpios a los ojos del Dios santo tiene un profundo
efecto en nosotros. Tengamos presente que, al
principio, la santidad divina le recordó a Isaías su propia
impureza, por lo que exclamó: “¡Ay de mí!”. Pero al
comprender que sus pecados habían sido expiados,
cambió de actitud. Así, cuando Jehová solicitó un
voluntario, el profeta, aun sin saber en qué consistiría la
misión, respondió al instante: “¡Aquí estoy yo! Envíame
a mí” (Isaías 6:5-8).
21. ¿Qué razones hay para estar seguros de que nos
es posible cultivar la santidad?
[ 21 ] [Textos] Estamos hechos a la imagen del Dios
santo, quien nos ha dotado de cualidades morales y
facultades espirituales (Génesis 1:26). Efectivamente,
tenemos la capacidad de cultivar la santidad. Si
seguimos haciéndolo, Jehová se complacerá en
ayudarnos y, mientras tanto, nos acercaremos cada vez
más a él. Cuando estudiemos sus cualidades en los
siguientes capítulos, veremos que existen muchas
razones de peso para acercarnos a Dios.
(Levítico 19:1-18) Y Jehová habló nuevamente a Moisés, y dijo:
2 “Habla a la entera asamblea de los hijos
de Israel, y tienes que decirles: „Deben resultar santos, porque yo Jehová su Dios soy santo.
3 ”‟Ustedes deben
temer cada uno a su madre y a su padre, y deben guardar mis sábados. Yo soy Jehová su Dios.
4 No se
vuelvan a dioses que nada valen, y no deben hacerse dioses de fundición. Yo soy Jehová su Dios.
5 ”‟Ahora
bien, en caso de que sacrifiquen un sacrificio de
comunión a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse aprobación.
6 En el día de su sacrificio y el mismo día
siguiente debe ser comido, pero lo que sobre hasta el tercer día debe ser quemado en el fuego.
7 Pero si de
manera alguna se comiera al tercer día, es cosa viciada. No se aceptará con aprobación.
8 Y el que lo coma
responderá por su error, porque ha profanado una cosa santa de Jehová; y aquella alma tiene que ser cortada de su pueblo.
9 ”‟Y cuando ustedes sieguen la mies de
su tierra, no debes segar las orillas de tu campo completamente, y no debes recoger la rebusca de tu siega.
10 Además, no debes juntar los sobrantes de tu
viña, y no debes recoger las uvas esparcidas de tu viña. Para el afligido y el residente forastero los debes dejar. Yo soy Jehová el Dios de ustedes.
11 ”‟No deben hurtar,
y no deben engañar, y no deben tratar falsamente, ninguno, con su asociado.
12 Y no deben jurar en mi
nombre a una mentira, de modo que de veras profanes el nombre de tu Dios. Yo soy Jehová.
13 No debes
defraudar a tu prójimo, y no debes robar. El salario del jornalero no debe quedarse contigo toda la noche hasta la mañana.
14 ”‟No debes invocar el mal contra un sordo,
y delante de un ciego no debes poner un obstáculo; y tienes que estar en temor de tu Dios. Yo soy Jehová. 15
”‟No deben hacer injusticia en el juicio. No debes tratar con parcialidad al de condición humilde, y no debes preferir la persona de un grande. Con justicia debes juzgar a tu asociado.
16 ”‟No debes andar entre tu
pueblo con el fin de calumniar. No debes ponerte de pie contra la sangre de tu prójimo. Yo soy Jehová.
17 ”‟No
debes odiar a tu hermano en tu corazón. Debes sin falta censurar a tu asociado, para que no cargues pecado junto con él.
18 ”‟No debes tomar venganza ni tener
rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová.
(Deuteronomio 23:9-14) ”En caso de que salgas al campamento contra tus enemigos, entonces tienes que guardarte de toda cosa mala.
10 En caso de que haya en
ti un hombre que no continúe limpio, debido a polución que ocurra de noche, entonces tendrá que salir fuera del campamento. No podrá entrar en medio del campamento.
11 Y tiene que suceder que al caer de la
tarde él debe lavarse con agua, y al ponerse el sol podrá entrar en medio del campamento.
12 Y debes tener
disponible un lugar privado fuera del campamento, y tendrás que salir allá.
13 Y debes tener disponible una
estaca junto con tus útiles, y tiene que suceder que cuando te agaches fuera, entonces tienes que cavar un hoyo con ella y volverte y cubrir tu excremento. 14
Porque Jehová tu Dios está andando en tu campamento para librarte y para abandonar en tu mano a tus enemigos; y tu campamento tiene que resultar santo, para que él no vea en ti nada indecente y ciertamente se aparte de acompañarte.
(Romanos 6:12-23) Por lo tanto, no dejen que el pecado continúe reinando en su cuerpo mortal de modo que obedezcan los deseos de este.
13 Tampoco sigan
presentando sus miembros al pecado como armas de la injusticia, sino preséntense a Dios como aquellos vivos de entre los muertos; también sus miembros a Dios como armas de la justicia.
14 Porque el pecado no debe
ser amo sobre ustedes, puesto que no están bajo ley, sino bajo bondad inmerecida.
15 ¿Qué, pues?
¿Cometeremos un pecado porque no estamos bajo ley, sino bajo bondad inmerecida? ¡Jamás suceda eso! 16
¿No saben que si siguen presentándose a alguien como esclavos para obedecerle son esclavos de él porque le obedecen, ya sea del pecado con la muerte en mira o de la obediencia con la justicia en mira? 17
Pero gracias a Dios que ustedes eran esclavos del pecado pero se hicieron obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual fueron entregados.
18 Sí, habiendo sido libertados del pecado,
vinieron a ser esclavos de la justicia. 19
Estoy hablando en términos humanos a causa de la debilidad de su carne: porque así como presentaron sus miembros como esclavos a la inmundicia y al desafuero con el desafuero en mira, así ahora presenten sus miembros como esclavos a la justicia con la santidad en mira. 20
Porque cuando eran esclavos del pecado, eran libres en cuanto a la justicia.
21 Entonces, ¿cuál era el fruto
que tenían en aquel tiempo? Cosas de las cuales ahora se avergüenzan. Porque el fin de aquellas cosas es la muerte.
22 Sin embargo, ahora, porque han sido
libertados del pecado, pero han llegado a ser esclavos de Dios, tienen su fruto en forma de santidad, y el resultado final vida eterna.
23 Porque el salario que el
pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.
(Romanos 12:1-3) Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio.
2 Y cesen
de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
3 Pues por la bondad
inmerecida que se me ha dado digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga juicio sano, cada uno según le haya distribuido Dios una medida de fe.
(Hebreos 12:12-17) Por lo tanto, enderecen las manos que cuelgan y las rodillas debilitadas,
13 y sigan
haciendo sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no se descoyunte, sino que, más bien, sea sanado. 14
Sigan tras la paz con todos, y la santificación sin la cual nadie verá al Señor,
15 vigilando cuidadosamente
que nadie quede privado de la bondad inmerecida de Dios; que no brote ninguna raíz venenosa y cause perturbación, y que muchos no sean contaminados por ella;
16 que no haya ningún fornicador ni nadie que no
aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito.
17 Porque ustedes saben que después,
también, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues aunque con lágrimas procuró solícitamente un cambio de parecer, no halló lugar para ello.
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[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: Génesis 36, 37, 38, 39 |
Puntos sobresalientes
Lecciones para nosotros:
38:26. Judá no actuó bien con Tamar, su nuera viuda. Aun así, cuando se le hizo ver que era el responsable de su embarazo, Judá admitió el error con humildad. Nosotros también debemos estar dispuestos a reconocer los errores.
39:9. La respuesta que dio José a la esposa de Potifar indica que su forma de pensar se amoldaba a lo que pensaba Dios sobre la moralidad y que los principios piadosos guiaban su conciencia. ¿No deberíamos nosotros esforzarnos por lograr el mismo objetivo mientras crecemos en el conocimiento exacto de la verdad?
[Nº1] Núm. 1: Génesis 37:1-17
37 Y Jacob continuó morando en la tierra de las residencias de forastero de su padre, en la tierra de Canaán.
2 Esta es la historia de Jacob.
José, a los diecisiete años de edad, se hallaba cuidando ovejas con sus hermanos entre el rebaño, y, puesto que solo era un muchacho, estaba con los hijos de Bilhá y con los hijos de Zilpá, las esposas de su padre. Así que José llevó un mal informe acerca de ellos a su padre.
3 E Israel amaba a José más que a todos
sus otros hijos, porque era el hijo de su vejez; y mandó hacerle una prenda de vestir parecida a camisa, larga y rayada.
4 Cuando sus hermanos llegaron a ver que su
padre lo amaba más que a todos sus hermanos, empezaron a odiarlo, y no podían hablarle pacíficamente.
5 Más tarde José tuvo un sueño y lo refirió a sus
hermanos, y ellos hallaron más razón para odiarlo. 6 Y
pasó a decirles: “Escuchen, por favor, este sueño que he soñado.
7 Resulta, pues, que estábamos atando
gavillas en medio del campo, cuando sucedió que mi gavilla se levantó y también quedó enhiesta, y sucedió que las gavillas de ustedes procedieron a rodear mi gavilla y a inclinarse ante ella”.
8 Y sus hermanos
empezaron a decirle: “¿Vas a ser rey sobre nosotros de seguro?, ¿o vas a dominar sobre nosotros de seguro?”. Así que hallaron nueva razón para odiarlo por sus sueños y por sus palabras.
9 Después, todavía tuvo otro sueño, y lo contó a sus
hermanos y dijo: “Miren que otra vez he tenido un sueño, y resulta que el sol y la luna y once estrellas estaban inclinándose ante mí”.
10 Entonces lo contó a su
padre así como a sus hermanos, y su padre empezó a reprenderlo y a decirle: “¿Qué significa este sueño que has soñado? ¿Acaso yo y también tu madre y tus hermanos vamos a venir de seguro e inclinarnos a tierra ante ti?”.
11 Y sus hermanos se pusieron celosos de él,
pero su padre observó el dicho.
12 Luego sus hermanos fueron a apacentar el rebaño
de su padre cerca de Siquem. 13
Poco después, Israel dijo a José: “¿No están tus hermanos cuidando [rebaños] cerca de Siquem? Ven, y déjame enviarte a ellos”. Ante esto, él le dijo: “¡Aquí estoy!”.
14 De modo
que le dijo: “Anda, por favor. Ve si tus hermanos están sanos y salvos y si el rebaño está sano y salvo, y tráeme palabra de vuelta”. Con eso, lo envió de la llanura baja de Hebrón, y él prosiguió hacia Siquem. 15
Más tarde lo halló un hombre, y sucedía que andaba errante en un campo. Entonces el hombre le preguntó, diciendo: “¿Qué estás buscando?”.
16 A esto él dijo: “Es
a mis hermanos a quienes estoy buscando. Infórmame, por favor: ¿Dónde están cuidando rebaños?”.
17 Y el
hombre continuó: “Han partido de aquí, porque les oí decir: „Vamos a Dotán‟”. De modo que José siguió tras sus hermanos y los halló en Dotán.
[Nº2] Núm. 2: ¿Por qué no se condenará a los
resucitados por lo que hicieron en el pasado? (rs
pág. 330 párr. 5)
¿Se resucitará a algunos solo para pronunciar juicio contra ellos y condenarlos entonces a la muerte segunda?
¿Qué significa Juan 5:28, 29? Allí dice: “Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio”. Lo que Jesús dijo aquí debe entenderse a la luz de la revelación que dio más tarde a Juan. (Véase Revelación 20:12, 13, citado en la página 330.) Tanto los que en el pasado hicieron cosas buenas como los que practicaron cosas malas serán “juzgados individualmente según sus hechos”. ¿Qué hechos? Si fuéramos a adoptar el punto de vista de que la gente habría de ser condenada sobre la base de los hechos de su vida anterior, eso no estaría de acuerdo con Romanos 6:7: “El que ha muerto ha sido absuelto de su pecado”. Tampoco sería razonable resucitar a algunas personas sencillamente para destruirlas. Por eso, en Juan 5:28, 29a Jesús estaba señalando a la
resurrección futura; después, en el resto del versículo 29, expresó el resultado final que habrá después que hayan sido elevados a la perfección humana y hayan sido sometidos a juicio.
[Nº3] Núm. 3: Abigail. Manifieste cualidades que
honran a Jehová (it-1 págs. 22, 23, Abigail núm. 1)
ABIGAIL
([Mi] Padre Se Ha Regocijado).
1. Una de las esposas de David. Antes había estado casada con Nabal, un hombre rico de Maón, ciudad que se hallaba en el límite del desierto de Judá, al O. del mar Muerto. (1Sa 25:2, 3; Jos 15:20, 55.) Abigail era “buena en cuanto a discreción y hermosa en cuanto a forma”, mientras que Nabal, nombre que significa “Insensato; Estúpido”, era “áspero y malo en sus prácticas”.
Después de la muerte del profeta Samuel, David y sus hombres se mudaron a la región donde pastaban los rebaños del esposo de Abigail. Los hombres de David fueron como un “muro” protector alrededor de los pastores y rebaños de Nabal, tanto de noche como de día. Por eso, cuando llegó el tiempo de esquilar a las ovejas, David hizo que unos jóvenes subieran a Carmelo para llamar la atención de Nabal al buen servicio que se le había rendido y pedir que les diera algo de alimento. (1Sa 25:4-8, 15, 16.) Pero el avaro Nabal les gritó reprensiones e insultó a David, tratándole de persona despreciable, y a todos ellos, de esclavos fugitivos. (1Sa 25:9-11, 14.) Esto enfureció tanto a David que se ciñó la espada y condujo a unos cuatrocientos hombres hacia Carmelo para acabar con Nabal y con todo varón de su casa. (1Sa 25:12, 13, 21, 22.)
Cuando un siervo que estaba preocupado por lo sucedido le refirió este incidente, Abigail mostró su perspicacia al recoger inmediatamente un amplio suministro de alimento y grano y enviarlo con sus siervos delante de ella, tal como hiciera Jacob al salir al encuentro de Esaú. (1Sa 25:14-19; Gé 32:13-20.) Sin decir nada a su esposo, fue a encontrarse con David, a quien convenció mediante una súplica larga y ferviente, con la que dio muestras de sabiduría y lógica, así como de respeto y humildad, de que las palabras insensatas de Nabal no justificaban que se derramara sangre injustamente ni que no se esperara que Jehová mismo resolviera el asunto de la mejor manera. (1Sa 25:14-20, 23-31.) David dio gracias a Dios por el buen juicio y la acción presta de aquella mujer. (1Sa 25:32-35; compárese con Pr 25:21, 22; 15:1, 2.)
Una vez de regreso en su casa, Abigail esperó a que su esposo recobrara la sobriedad, pues se había emborrachado en un banquete, y luego le informó lo que ella había hecho. Entonces “el corazón de él llegó a estar muerto dentro de él, y él mismo quedó como una piedra”, y a los diez días Jehová hizo que muriera. Al
recibir estas noticias, David envió una proposición de matrimonio a Abigail, que aceptó sin vacilar. Compartió el afecto de David con Ahinoam, una jezreelita a quien previamente David había tomado por esposa. Saúl ya había dado a su hija Mical, la primera esposa de David, a otro hombre. (1Sa 25:36-44.)
Abigail estuvo con David en Gat, en el extremo occidental de la Sefelá, y luego en la región NO. del Négueb, en Ziqlag. Durante la ausencia de David, hubo una incursión de amalequitas desde el sur. Quemaron Ziqlag y se llevaron a todas las mujeres y niños, entre ellos a Abigail y Ahinoam. Después que Jehová le aseguró que tendría éxito, David persiguió a los amalequitas con sus hombres y, en un ataque por sorpresa, los venció y recuperó a los cautivos y todos los bienes. (1Sa 30:1-19.)
Tres días después de haber regresado a Ziqlag, llegaron las noticias de la muerte de Saúl. (2Sa 1:1, 2.) Abigail acompañó a su esposo a Hebrón de Judá, donde se ungió rey a David. Allí le dio a luz un hijo, Kileab (2Sa 3:3), también llamado Daniel en 1 Crónicas 3:1. Durante su estancia en Hebrón, David llegó a tener seis esposas, pero en el relato ya no se vuelve a hacer mención de Abigail ni de su hijo. (2Sa 3:2-5.)
2. Una de las dos hermanas de David. (1Cr 2:13-17.) Algunos doctos creen que solo era su medio hermana, emparentada con él por parte de madre y no por parte de padre. En 2 Samuel 17:25 se dice que Abigail era “hija de Nahás”. La tradición rabínica afirma que Nahás es otro nombre de Jesé, el padre de David. La Versión de los Setenta (edición de Lagarde) lee “Jesé” en vez de “Nahás” en este versículo, igual que algunas traducciones modernas. (Véanse BJ, RH.) Sin embargo, debe notarse que en el registro de 1 Crónicas 2:13-16 no se llama a Abigail y Zeruyá „hijas de Jesé‟, sino más bien “hermanas” de los hijos de Jesé, entre los que se contaba David. Existe la posibilidad de que su madre hubiera estado casada con un hombre llamado Nahás, del que habría tenido a Abigail y Zeruyá, antes de ser esposa de Jesé y por lo tanto madre de sus hijos. En consecuencia, no se puede afirmar dogmáticamente que Abigail fuera hija de Jesé. (Véase NAHÁS núm. 2.)
Según el registro, Abigail, la hermana de David, solo tuvo un hijo: Amasá. En cuanto a su esposo, en 2 Samuel 17:25 se le llama Itrá el israelita, pero en todos los demás lugares se le llama Jéter (1Re 2:5, 32), y en 1 Crónicas 2:17, “Jéter el ismaelita”. (Véase JÉTER núm. 6.) Es posible que Abigail contrajera matrimonio con Jéter durante el tiempo en que Jesé y su familia estuvieron morando en la tierra de Moab. (1Sa 22:3, 4.) Su hijo, Amasá, no recibió ningún cargo importante durante el reinado de David hasta la rebelión de Absalón, su primo, quien le hizo entonces cabeza de las fuerzas armadas. No obstante, después de la muerte de Absalón, el rey David, hermano de Abigail, intentó conseguir que el hijo de esta, Amasá, le apoyara a fin de recuperar el trono, y después le nombró cabeza del ejército en sustitución de Joab. (2Sa 19:11-14.) No obstante, este nombramiento pronto le acarreó la
muerte al hijo de Abigail a manos de su resentido primo Joab. (2Sa 20:4-10.)
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Cántico 117
10 min. Ideas para ofrecer las revistas en marzo.
Análisis con el auditorio. Comience con dos
demostraciones de cómo ofrecer las revistas
utilizando las presentaciones modelo de esta
página. Luego, analice las presentaciones modelo
oración por oración. Y finalice pidiendo
sugerencias sobre cómo ofrecer las revistas junto
con la invitación a la Conmemoración los dos
últimos fines de semana del mes.
LA ATALAYA 1 de marzo “Muchas personas se
preguntan por qué Dios no hace nada por acabar con
la injusticia y el sufrimiento del mundo. ¿Cree usted
que es porque a él no le importa, o porque considera
que a los seres humanos nos hace bien sufrir?
[Permita que la persona responda. Luego lea Juan
3:16.] Aunque muchos citan este versículo para
probar que sí le importamos a Dios, no saben
exactamente cómo nos beneficia la muerte del Hijo de
Dios. Esta revista explica cómo la muerte de Jesús
hará posible el fin de la injusticia y el sufrimiento en
la Tierra.”
¡Despertad Marzo “Estamos haciendo visitas breves
con el deseo de aclarar una idea equivocada que
mucha gente tiene sobre este versículo de la Biblia
[lea Génesis 1:1]. Algunos creen que el universo fue
creado, como dice aquí, pero otros no creen que haya
sido así. ¿Usted qué opina? [Permita que la persona
responda.] A muchos les cuesta creer en la creación
porque los líderes religiosos enseñan algo que la
Biblia en realidad no dice. Esta revista presenta la
explicación lógica y creíble que da la Biblia sobre el
comienzo del universo.”
10 min. Necesidades de la congregación.
10min. ¿Cómo nos fue? Análisis con el auditorio.
Pregunte a los publicadores cómo les ha
beneficiado poner en práctica las sugerencias del
artículo “Mejore sus habilidades en el ministerio:
lleve un registro de las personas interesadas”.
Pida que relaten experiencias animadoras.
Mejore sus habilidades en el
ministerio: lleve un registro de las
personas interesadas
“Presta constante atención a ti mismo y a tu
enseñanza.” (1 Tim. 4:16.) Este consejo inspirado que
el apóstol Pablo dio a Timoteo muestra que, seamos
nuevos o experimentados, debemos esforzarnos por
mejorar. Con este fin, Nuestro Ministerio del Reino
contendrá una nueva serie titulada “Mejore sus
habilidades en el ministerio”. Cada artículo analizará
una habilidad importante y ofrecerá sugerencias para
desarrollarla. Se nos anima a todos a prestar especial
atención a dicha habilidad durante el mes. Al cabo del
mes, tendremos la oportunidad de explicar en una
sección de la Reunión de Servicio los beneficios que
hemos obtenido. En esta ocasión, se nos invita a
concentrarnos en llevar un registro de las personas
interesadas.
Por qué es importante. Nuestra comisión implica más
que solo predicar: supone visitar de nuevo a quienes
muestren interés y enseñarles la verdad, regando así
las semillas que hemos plantado (Mat. 28:19, 20; 1
Cor. 3:6-9). Para ello, tenemos que volver a encontrar
a las personas, hablarles de lo que les importa y
agregar algo nuevo apoyándonos en la conversación
anterior. De ahí la necesidad de hacer un registro
cuando encontremos a alguien interesado.
(Mateo 28:19, 20) Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo,
20 enseñándoles a observar todas las
cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”.
(1 Corintios 3:6-9) Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndo[lo] crecer;
7 de modo que ni el que
planta es algo, ni el que riega, sino Dios que [lo] hace
crecer. 8 Ahora bien, el que planta y el que riega uno
son, pero cada [persona] recibirá su propio galardón según su propia labor.
9 Porque somos colaboradores
de Dios. Ustedes son campo de Dios bajo cultivo, edificio de Dios.
Cómo hacerlo:
Lleve en el bolso o maletín los útiles necesarios.
Mantenga los registros impecables, ordenados y al
día. Anote los datos justo al terminar la visita.
Apunte información sobre la persona, como su
nombre y datos de contacto (dirección, número de
teléfono, correo electrónico). ¿Qué cosas observó
acerca de ella o su familia que sean relevantes?
Escriba los detalles de la conversación. ¿Qué textos
leyó? ¿Qué dijo la persona sobre sus creencias? ¿Le
dejó alguna publicación? Anote la hora, el día y la
fecha de la visita.
Escriba lo que piensa hacer la próxima vez. ¿De qué
tema prometió hablar? ¿Cuándo se comprometió a
volver?
Actualice el registro cada vez que vuelva. No pasa
nada si toma notas demás.
Intente esto durante el mes:
Cuando esté haciendo un registro, dígale a su
compañero qué cosas está apuntando.
Cántico 95 y oración
[Cántico 106][Atalaya] [Inicio]
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22 ][ 23 ][ 24 ][ 25 ]
Adoremos a Jehová, el Rey de la eternidad
“Al Rey de la eternidad [...] sea honra y gloria para
siempre.” (1 TIM. 1:17)
Cántico 46
¿QUÉ CONTESTARÍA? * ¿Por qué nos atrae la manera de gobernar de Jehová? * ¿Cómo ha demostrado siempre Jehová interés y amor por su familia humana? * ¿Qué lo motiva a usted a adorar al Rey de la eternidad?
1, 2. a) ¿Quién es el “Rey de la eternidad”, y por
qué es apropiado este título? (Vea la ilustración
del principio.) b) ¿Qué nos atrae del reinado de
Dios?
[ 1 ] [Textos] EL REY Sobhuza II de Suazilandia reinó
por casi sesenta y un años. Sin duda, es todo un logro
para un hombre gobernar por tanto tiempo. Ahora
bien, existe un rey que no está limitado por la corta
vida del ser humano. Tanto es así que la Biblia lo
llama “Rey de la eternidad” (1 Tim. 1:17). Y un
salmista declaró el nombre de este Soberano al decir:
“Jehová es Rey [...] para siempre” (Sal. 10:16).
[ 2 ] [Textos] La duración de su reinado diferencia a
Jehová de cualquier rey humano. No obstante, lo que
nos atrae es su manera de gobernar. En el antiguo
Israel, un rey que estuvo cuarenta años en el trono
alabó a Dios con estas palabras: “Jehová es
misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y
abundante en bondad amorosa. Jehová mismo ha
establecido firmemente su trono en los cielos
mismos; y sobre toda cosa su propia gobernación real
ha tenido la dominación” (Sal. 103:8, 19). Pero Jehová
no es solo nuestro Rey, sino también nuestro querido
Padre celestial. ¿De qué manera ha actuado como
Padre? ¿Y cómo ha ejercido su gobierno desde la
rebelión de Edén? Las respuestas a estas dos
preguntas nos acercarán más a él y nos impulsarán a
servirle de todo corazón.
EL REY DE LA ETERNIDAD FORMA UNA FAMILIA
UNIVERSAL
3. ¿Quién fue el primer miembro de la familia
universal de Jehová, y quiénes más fueron
creados como hijos de Dios?
[ 3 ] [Textos] ¡Cuánta alegría debió sentir Jehová al
crear a su Hijo unigénito! No trató a su primogénito,
el primer miembro de su familia, como a un simple
súbdito. Todo lo contrario, lo amó como a un Hijo y lo
invitó a participar en la creación de otros súbditos
perfectos (Col. 1:15-17). Así es, juntos crearon
millones de ángeles. Estos siervos de Dios, descritos
como “ministros suyos, que hacen su voluntad”, le
sirven con gozo, y Jehová los dignifica llamándolos
hijos. Ellos forman parte de su familia universal (Sal.
103:20-22; Job 38:7).
4. ¿Cómo se agrandó la familia universal de Dios?
[ 4 ] [Textos] Una vez creados los cielos y la Tierra
físicos, Jehová agrandó su familia universal. Después
de hacer de nuestro planeta un lugar precioso y capaz
de sostenerse por sí mismo, coronó su obra con la
creación del primer hombre, Adán, a su imagen y
semejanza (Gén. 1:26-28). Como Creador, tenía el
derecho de esperar que Adán le obedeciera. Y como
Padre, transmitió sus instrucciones con amor y
bondad. Esas instrucciones eran razonables, no los
privaban de su libertad (lea Génesis 2:15-17).
5. ¿Qué medidas tomó Jehová para llenar la
Tierra con sus hijos humanos?
[ 5 ] [Textos] A diferencia de muchos reyes humanos,
a Jehová le gusta delegar responsabilidades en sus
súbditos y así demostrarles que confía en ellos como
miembros de su familia. A Adán, por ejemplo, le dio
autoridad sobre los animales y le encargó la
emocionante tarea de ponerles nombre (Gén. 1:26;
2:19, 20). Por otro lado, para poblar el planeta, Dios
pudo haber creado millones de seres humanos
perfectos por separado, pero prefirió hacerle a Adán
un complemento perfecto: una mujer, Eva (Gén. 2:21,
22). Así le dio a la pareja la oportunidad de llenar la
Tierra con sus descendientes. En condiciones
perfectas, los seres humanos extenderían los límites
del Paraíso hasta que abarcara todo el globo
terráqueo. Entonces, junto con los ángeles en los
cielos, adorarían a Dios para siempre como una
familia universal unida. ¡Qué magnífico porvenir! ¡Y
qué prueba del amor paternal que nos tiene Jehová!
SUS HIJOS SE REBELAN CONTRA SU AUTORIDAD
6. a) ¿Cómo comenzó la rebelión en la familia de
Dios? b) ¿Qué pruebas hay de que Jehová no dejó
de estar al mando?
[ 6 ] [Textos] Por desgracia, en vez de aceptar a
Jehová como su Soberano, Adán y Eva prefirieron
unirse a Satanás, un hijo espiritual de Dios que se
hizo rebelde (Gén. 3:1-6). Pero vivir apartados del
gobierno divino solo les trajo dolor, sufrimiento y
muerte tanto a ellos como a sus descendientes (Gén.
3:16-19; Rom. 5:12). A Jehová ya no le quedaban
súbditos obedientes en la Tierra. ¿Significaba eso que
ya no estaba al mando, que había renunciado a ser el
Soberano de la Tierra y sus habitantes? ¡Claro que no!
Dios siguió ejerciendo su autoridad al echar del jardín
de Edén a nuestros primeros padres y colocar
querubines a la entrada para evitar que volvieran
(Gén. 3:23, 24). Al mismo tiempo, demostró su amor
de padre asegurando que cumpliría su propósito de
tener una familia universal de hijos fieles, tanto
espirituales como humanos. Prometió que vendría
una “descendencia” que acabaría con Satanás y con
los efectos del pecado de Adán (lea Génesis 3:15).
7, 8. a) ¿Cuánto había empeorado el mundo para
los días de Noé? b) ¿Qué medidas tomó Jehová
para limpiar la Tierra y preservar a la familia
humana?
[ 7 ] [Textos] En los siglos posteriores, algunos
hombres, como Abel y Enoc, eligieron ser leales a
Jehová. Sin embargo, la mayoría de la gente lo
rechazó como su Padre y Rey. Para los días de Noé,
“la tierra se [había llenado] de violencia” (Gén. 6:11).
¿Quiere decir esto que Jehová había dejado de tener
el control de los asuntos humanos? ¿Qué revela la
historia bíblica?
[ 8 ] [Textos] Fijémonos en el relato de Noé. Jehová
le dio instrucciones y planos detallados para
construir un arca inmensa que los salvaría a él y a su
familia inmediata. Dios también demostró gran amor
por toda su familia humana al comisionar a Noé como
“predicador de justicia” (2 Ped. 2:5). Sin duda, este
advirtió a las personas de la destrucción que se
acercaba y les rogó que se arrepintieran, pero nadie
le hizo caso. Por décadas, él y los suyos vivieron
rodeados de gente terriblemente violenta e inmoral.
Jehová, como Padre amoroso, protegió y bendijo a
aquella fiel familia de ocho miembros. Al traer el
diluvio universal en el año 2370 antes de la era
común (a.e.c.), confirmó que tenía pleno dominio
sobre los hombres y ángeles rebeldes. Está claro que
seguía al mando (Gén. 7:17-24).
JEHOVÁ SIGUE REINANDO DESPUÉS DEL DILUVIO
9. ¿Qué oportunidad le dio Jehová a la humanidad
después del Diluvio?
[ 9 ] [Textos] Noé y su familia salieron del arca,
llenaron sus pulmones de aire fresco y dieron sus
primeros pasos en la Tierra ya limpia. Jehová los
había cuidado y protegido. ¡Qué agradecidos le
estaban! Enseguida, Noé hizo un altar para ofrecerle
sacrificios. Dios los bendijo a él y a los suyos, y les dio
esta comisión: “Sean fructíferos y háganse muchos y
llenen la tierra” (Gén. 8:20–9:1). Una vez más, la
humanidad tenía la oportunidad de adorar a Jehová
unida y poblar este planeta.
10. a) ¿Dónde y cómo volvió a surgir la rebelión
después del Diluvio? b) ¿Qué medidas tomó
Jehová para asegurar el cumplimiento de su
propósito?
[ 10 ] [Textos] Pero el Diluvio no acabó con la
imperfección. Tampoco libró a los hombres de la
influencia invisible de Satanás y sus demonios. Por
eso, al cabo de poco tiempo, la rebelión contra el
bondadoso dominio de Jehová volvió a surgir.
Nemrod, bisnieto de Noé, desafió la soberanía divina
a una escala sin precedentes; la Biblia lo define como
“un poderoso cazador en oposición a Jehová”. Fundó
grandes ciudades, como Babel, y se proclamó rey de
“la tierra de Sinar” (Gén. 10:8-12). ¿Qué medidas
tomó el Rey de la eternidad contra este rey rebelde
que intentaba frustrar su propósito de llenar la
Tierra? Dios hizo que la gente hablara en diferentes
lenguas. ¿Qué logró con esto? Que, al no entenderse
unos a otros, los seguidores de Nemrod se vieran
obligados a dispersarse “por toda la superficie de la
tierra”. Eso sí, se llevaron con ellos sus prácticas
religiosas falsas y sistemas de gobierno humanos
(Gén. 11:1-9).
11. ¿Cómo demostró Jehová su lealtad a Abrahán?
[ 11 ] [Textos] Aunque después del Diluvio la
mayoría de la gente adoraba a dioses falsos, algunos
hombres fieles continuaron honrando a Dios. Uno de
ellos fue Abrahán, quien dejó atrás las comodidades
de su hogar en la ciudad de Ur y pasó muchos años
viviendo en tiendas (Gén. 11:31; Heb. 11:8, 9). Puesto
que llevaba una vida nómada, viajaba por regiones
dominadas por distintos reyes, muchos de los cuales
vivían en ciudades amuralladas. Pero Jehová los
protegió a él y a su familia como un padre. El salmista
lo expresó así: “No permitió que ningún humano los
defraudara, antes bien, a causa de ellos censuró a
reyes” (Sal. 105:13, 14). Y por lealtad a su amigo
Abrahán, Dios le prometió: “Reyes saldrán de ti” (Gén.
17:6; Sant. 2:23).
12. ¿Cómo demostró Jehová su soberanía en
Egipto, y cómo se benefició su pueblo?
[ 12 ] [Textos] Dios les repitió a Isaac y a Jacob, el
hijo y el nieto de Abrahán, respectivamente, la
promesa de bendecirlos. Tal bendición incluiría que
de su descendencia salieran reyes (Gén. 26:3-5;
35:11). Ahora bien, antes de que aparecieran estos
reyes, los descendientes de Jacob llegaron a ser
esclavos en Egipto. ¿Significó esto que Jehová no iba a
cumplir su promesa y que había renunciado a ser el
Soberano de la Tierra? Por supuesto que no. A su
debido tiempo, demostró su poder y dejó claro que su
autoridad era muy superior a la del testarudo faraón.
Y como los israelitas confiaron en él, los liberó de
manera espectacular a través del mar Rojo. No hay
duda, Jehová seguía siendo el Soberano del universo.
Y, como Padre amoroso, usó su inmenso poder para
proteger a su pueblo (lea Éxodo 14:13, 14).
JEHOVÁ LLEGA A SER REY DE ISRAEL
13, 14. a) ¿Qué cantaron los israelitas acerca del
reinado de Jehová? b) ¿Qué promesa le hizo
Jehová a David sobre su reino?
[ 13 ] [Textos] Inmediatamente después de su
milagrosa liberación, los israelitas alabaron a Jehová
con una canción de victoria. Esta canción, que se
registra en el capítulo 15 de Éxodo, incluye en el
versículo 18 la siguiente declaración: “Jehová reinará
hasta tiempo indefinido, aun para siempre”. En
efecto, Jehová llegó a ser Rey de aquella nueva nación
(Deut. 33:5). Sin embargo, el pueblo no se conformó
con tener a Jehová como su Gobernante invisible.
Unos cuatrocientos años después de salir de Egipto,
le pidieron a Dios que les diera un rey humano, como
lo tenían las naciones paganas que los rodeaban (1
Sam. 8:5). Aunque les concedió su petición, en
realidad Jehová nunca dejó de ser su Rey. Así lo
demuestra lo que ocurrió durante el reinado de
David, el segundo rey humano que tuvo Israel.
[ 14 ] [Textos] David llevó la sagrada arca del pacto a
Jerusalén. Durante esta alegre ocasión, los levitas
entonaron una canción de alabanza que incluía estas
palabras: “Digan entre las naciones: ‘¡Jehová mismo
ha llegado a ser rey!’” (1 Crón. 16:31). ¡Qué
declaración tan interesante! Ahora bien, si Jehová es
el Rey de la eternidad, ¿cómo puede en ciertos
momentos llegar a ser Rey? Pues bien, Jehová llega a
ser Rey cuando, en un momento determinado o para
encargarse de alguna situación, hace uso de su
autoridad directamente o asigna a alguien para que lo
represente. Este aspecto de su soberanía tiene una
trascendencia de largo alcance. Antes de que David
muriera, Jehová le prometió que su reinado
continuaría indefinidamente: “Levantaré tu
descendencia después de ti, que saldrá de tus
entrañas; y realmente estableceré con firmeza su
reino” (2 Sam. 7:12, 13). Y así fue: al cabo de más de
mil años apareció esa “descendencia” de David. ¿De
quién se trataba, y cuándo se convertiría en Rey?
JEHOVÁ NOMBRA UN NUEVO REY
15, 16. a) ¿Cuándo fue ungido Jesús para ser el
futuro Rey? b) ¿Qué preparativos para su futuro
reinado hizo Jesús mientras todavía estaba en la
Tierra?
[ 15 ] [Textos] En el año 29 de la era común (e.c.),
Juan el Bautista comenzó a predicar que “el reino de
los cielos se [había] acercado” (Mat. 3:2). Cuando
Jesús fue bautizado por Juan, Jehová lo ungió como el
Mesías prometido y el futuro Rey del Reino de Dios. Y
expresó su cariño paternal por él al decir: “Este es mi
Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mat. 3:17).
[ 16 ] [Textos] Jesús glorificó a su Padre durante
todo su ministerio (Juan 17:4). Hizo esto al proclamar
el Reino de Dios (Luc. 4:43). Incluso enseñó a sus
seguidores a pedir en oración que viniera ese Reino
(Mat. 6:10). Como futuro Rey, Jesús pudo decirles a
sus enemigos: “El reino de Dios está en medio de
ustedes” (Luc. 17:21). Más adelante, la noche antes de
su muerte, Jesús celebró un pacto con sus seguidores,
“un pacto [...] para un reino”. De ese modo les ofreció
a algunos de sus fieles discípulos la oportunidad de
reinar con él en el Reino de Dios (lea Lucas 22:28-30).
17. a) ¿De qué manera asumió Jesús parte de su
poder real en el primer siglo? b) ¿Qué podría
hacer Jesús solamente después de esperar algún
tiempo?
[ 17 ] [Textos] ¿Cuándo llegaría Jesús a ser Rey del
Reino de Dios? No pudo ser justo después de celebrar
el pacto con sus discípulos. La tarde siguiente, él fue
ejecutado y sus discípulos se dispersaron (Juan
16:32). Sin embargo, al igual que en ocasiones
pasadas, Jehová seguía al mando. Al tercer día
resucitó a su Hijo, y, en el Pentecostés del año 33,
Jesús estableció un reino espiritual sobre la
congregación cristiana de sus hermanos ungidos (Col.
1:13). Pero aún tendría que esperar algún tiempo
para asumir por completo su poder real sobre la
Tierra como la prometida “descendencia”. Jehová le
dijo: “Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus
enemigos como banquillo para tus pies” (Sal. 110:1).
ADOREMOS AL REY DE LA ETERNIDAD
18, 19. a) ¿Qué estamos motivados a hacer? b)
¿Qué aprenderemos en el próximo artículo?
[ 18 ] [Textos] Por milenios, la autoridad real de
Jehová ha sido desafiada en el cielo y en la Tierra. No
obstante, él nunca renunció a su soberanía: siempre
siguió al mando. Y, como Padre amoroso, protegió y
cuidó a súbditos leales como Noé, Abrahán y David.
¿Verdad que esto nos motiva a someternos y
acercarnos a nuestro Rey?
[ 19 ] [Textos] Ahora bien, ¿cómo ha llegado Jehová a
ser Rey en la actualidad? ¿Cómo podemos ser
súbditos leales de su Reino y convertirnos en hijos
perfectos de su familia universal? ¿Qué estamos
pidiendo en realidad cuando decimos “Venga tu
reino”? Estas preguntas se contestarán en el próximo
artículo.
Textos del Libro
Párrafo 19
(Hebreos 9:11-14) Sin embargo, cuando Cristo vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han llegado a realizarse, mediante la tienda más grande y más perfecta no hecha de manos, es decir, no de esta creación,
12 él entró —no, no con la sangre de machos
cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna [para nosotros].
13 Porque si la sangre de machos
cabríos y de toros, y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al grado de limpieza de la carne,
14 ¿cuánto más la sangre del
Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado a[l] Dios vivo?
(1 Juan 2:2) Y él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
(1 Pedro 1:16) porque está escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo”.
(Salmo 103:13, 14) Como un padre muestra misericordia a sus hijos, Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen.
14 Pues él mismo
conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo.
(Efesios 5:1) Por lo tanto, háganse imitadores de Dios, como hijos amados,
(2 Corintios 7:1) Por lo tanto, dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Párrafo 20
(Habacuc 1:13) Tú eres de ojos demasiado puros para ver lo que es malo; y mirar a penoso afán no puedes. ¿Por qué miras a los que tratan traidoramente, te quedas callado cuando alguien inicuo se traga a uno más justo que él?
(Amós 5:15) Odien lo que es malo, y amen lo que es bueno, y den a la justicia un lugar en la puerta. Quizás Jehová el Dios de los ejércitos muestre favor a los restantes de José‟.
(1 Pedro 2:21) De hecho, ustedes fueron llamados a este [curso], porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.
(Isaías 6:5-8) Y procedí a decir: “¡Ay de mí! ¡Pues puedo darme como reducido a silencio, porque hombre inmundo de labios soy, y en medio de un pueblo inmundo de labios moro; pues mis ojos han visto al mismo Rey, Jehová de los ejércitos!”.
6 Ante eso, uno de
los serafines voló a donde mí, y en su mano había una brasa relumbrante que él había tomado con tenazas del altar.
7 Y él procedió a tocarme la boca y a decir: “¡Mira!
Esto ha tocado tus labios, y tu error se ha ido y tu pecado mismo queda expiado”.
8 Y empecé a oír la voz
de Jehová que decía: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Y yo procedí a decir: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”.
Párrafo 21
(Génesis 1:26) Y Dios pasó a decir: “Hagamos [al]
hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y
tengan ellos en sujeción los peces del mar y las
criaturas voladoras de los cielos y los animales
domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que
se mueve sobre la tierra”.
Textos Atalaya
Párrafo 1
(1 Timoteo 1:17) Ahora bien, al Rey de la eternidad,
incorruptible, invisible, [el] único Dios, sea honra y
gloria para siempre jamás. Amén.
(Salmos 10:16) Jehová es Rey hasta tiempo indefinido,
aun para siempre. Las naciones han perecido de Su
tierra.
Párrafo 2
(Salmos 103:8,19) Jehová es misericordioso y benévolo,
tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa.
19Jehová mismo ha establecido firmemente su trono en
los cielos mismos; y sobre toda cosa su propia
gobernación real ha tenido la dominación.
Párrafo 3
(Colosenses 1:15-17) Él es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda la creación; 16porque por medio
de él todas las [otras] cosas fueron creadas en los cielos
y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles,
no importa que sean tronos, o señoríos, o gobiernos, o
autoridades. Todas las [otras] cosas han sido creadas
mediante él y para él. 17También, él es antes de todas
las [otras] cosas y por medio de él se hizo que todas las
[otras] cosas existieran,
(Salmos 103:20-22) Bendigan a Jehová, oh ángeles
suyos, poderosos en potencia, que llevan a cabo su
palabra, mediante escuchar la voz de su palabra.
21Bendigan a Jehová, todos los ejércitos suyos,
ministros suyos, que hacen su voluntad. 22Bendigan a
Jehová, todas las obras suyas, en todos los lugares de su
dominación. Bendice a Jehová, oh alma mía.
(Job 38:7) cuando las estrellas de la mañana
gozosamente clamaron a una, y todos los hijos de Dios
empezaron a gritar en aplauso?
Párrafo 4
(Génesis 1:26-28) Y Dios pasó a decir: “Hagamos *al+
hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y
tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas
voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda
la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la
tierra”. 27Y Dios procedió a crear al hombre a su
imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra
los creó. 28Además, los bendijo Dios y les dijo Dios:
“Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y
sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las
criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente
que se mueve sobre la tierra”.
(Génesis 2:15-17) Y Jehová Dios procedió a tomar al
hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo
cultivara y lo cuidara. 16Y también impuso Jehová Dios
este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín
puedes comer hasta quedar satisfecho. 17Pero en
cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo,
no debes comer de él, porque en el día que comas de él,
positivamente morirás”.
Párrafo 5
(Génesis 1:26) Y Dios pasó a decir: “Hagamos *al+
hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y
tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas
voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda
la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la
tierra”.
(Génesis 2:19-20) Ahora bien, Jehová Dios estaba
formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda
criatura voladora de los cielos, y empezó a traerlas al
hombre para ver lo que llamaría a cada una; y lo que el
hombre la llamaba, a cada alma viviente, ese era su
nombre. 20De modo que el hombre iba dando nombres
a todos los animales domésticos y a las criaturas
voladoras de los cielos y a toda bestia salvaje del
campo, pero para el hombre no se halló ayudante como
complemento de él.
(Génesis 2:21-22) Por lo tanto Jehová Dios hizo caer un
sueño profundo sobre el hombre y, mientras este
dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la
carne sobre su lugar. 22Y Jehová Dios procedió a
construir de la costilla que había tomado del hombre
una mujer, y a traerla al hombre.
Párrafo 6
(Génesis 3:1-6) Ahora bien, la serpiente resultó ser la
más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo
que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a
decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha
dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del
jardín?”. 2Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del
fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3Pero en
cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio
del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no
deben tocarlo para que no mueran’”. 4Ante esto, la
serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán.
5Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él
tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como
Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. 6Por
consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para
alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el
árbol era deseable para contemplarlo. De modo que
empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio
de este también a su esposo cuando [él estuvo] con ella,
y él empezó a comerlo.
(Génesis 3:16-19) A la mujer dijo: “Aumentaré en gran
manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto
darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu
esposo, y él te dominará”. 17Y a Adán dijo: “Porque
escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del
árbol respecto del cual te di este mandato: ‘No debes
comer de él’, maldito está el suelo por tu causa. Con
dolor comerás su producto todos los días de tu vida.
18Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que
comer la vegetación del campo. 19Con el sudor de tu
rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque
de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo
volverás”.
(Romanos 5:12) Por eso, así como por medio de un solo
hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte
mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos
los hombres porque todos habían pecado...
(Génesis 3:23-24) Con eso Jehová Dios lo echó del jardín
de Edén para que cultivara el suelo del cual había sido
tomado. 24De modo que expulsó al hombre, y al este
del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja
llameante de una espada que continuamente daba
vueltas para guardar el camino al árbol de la vida.
(Génesis 3:15) Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y
entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te
magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”.
Párrafo 7
(Génesis 6:11) Y la tierra llegó a estar arruinada a la
vista del Dios [verdadero], y la tierra se llenó de
violencia.
Párrafo 8
(2 Pedro 2:5) y no se contuvo de castigar a un mundo
antiguo, sino que guardó en seguridad a Noé,
predicador de justicia, con otras siete [personas]
cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía;
(Génesis 7:17-24) Y el diluvio siguió sobre la tierra por
cuarenta días, y las aguas siguieron aumentando y
empezaron a llevar el arca, y esta estaba flotando muy
por encima de la tierra. 18Y las aguas se hicieron
anegadoras y siguieron aumentando mucho sobre la
tierra, pero el arca siguió yendo sobre la superficie de
las aguas. 19Y a grado tan grande anegaron la tierra las
aguas que todas las altas montañas que estaban debajo
de todos los cielos quedaron cubiertas. 20Hasta quince
codos [por encima] las anegaron las aguas, y las
montañas quedaron cubiertas. 21De modo que expiró
toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre
las criaturas voladoras y entre los animales domésticos
y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres
que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la
humanidad. 22Todo lo que tenía activo en sus narices el
aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el
suelo seco, murió. 23Así borró él toda cosa existente
que había sobre la superficie del suelo, desde hombre
hasta bestia, hasta animal moviente y hasta criatura
voladora de los cielos, y fueron borrados de sobre la
tierra; y solo Noé y los que con él estaban en el arca
siguieron sobreviviendo. 24Y las aguas continuaron
anegando la tierra por ciento cincuenta días.
Párrafo 9
(Génesis 8:20-22) Y Noé empezó a edificar un altar a
Jehová y a tomar algunas de todas las bestias limpias y
de todas las criaturas voladoras limpias y a ofrecer
ofrendas quemadas sobre el altar. 21Y Jehová empezó a
oler un olor conducente a descanso, de modo que dijo
Jehová en su corazón: “Nunca más invocaré el mal
sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación
del corazón del hombre es mala desde su juventud; y
nunca más asestaré un golpe a toda cosa viviente tal
como he hecho. 22Durante todos los días que continúe
la tierra, nunca cesarán siembra y cosecha, y frío y calor,
y verano e invierno, y día y noche”.
(Génesis 9:1) Y Dios pasó a bendecir a Noé y a sus hijos
y a decirles: “Sean fructíferos y háganse muchos y
llenen la tierra.
Párrafo 10
(Génesis 10:8-12) Y Cus llegó a ser padre de Nemrod. Él
dio comienzo a lo de hacerse un poderoso en la tierra.
9Se exhibió [como un] poderoso cazador en oposición a
Jehová. Por eso hay un dicho: “Como Nemrod,
poderoso cazador en oposición a Jehová”. 10Y el
principio de su reino llegó a ser Babel y Erec y Akkad y
Calné, en la tierra de Sinar. 11De aquella tierra salió
para Asiria y se puso a edificar a Nínive y a Rehobot-Ir y
a Cálah 12y a Resen entre Nínive y Cálah: esta es la gran
ciudad.
(Génesis 11:1-9) Ahora bien, toda la tierra continuaba
siendo de un solo lenguaje y de un solo conjunto de
palabras. 2Y aconteció que, al ir viajando hacia el este,
finalmente descubrieron una llanura-valle en la tierra de
Sinar, y se pusieron a morar allí. 3Y empezaron a
decirse, cada uno al otro: “¡Vamos! Hagamos ladrillos y
cozámoslos con un procedimiento de quema”. De modo
que el ladrillo les sirvió de piedra, pero el betún les
sirvió de argamasa. 4Entonces dijeron: “¡Vamos!
Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su
cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre célebre,
por temor de que seamos esparcidos por toda la
superficie de la tierra”. 5Y Jehová procedió a bajar para
ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres
habían edificado. 6A continuación dijo Jehová: “¡Mira!
Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos
ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora
no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea
posible lograr. 7¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su
lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del
otro”. 8Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí
sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco
dejaron de edificar la ciudad. 9Por eso se le dio el
nombre de Babel, porque allí había confundido Jehová
el lenguaje de toda la tierra, y de allí los había esparcido
Jehová sobre toda la superficie de la tierra.
Párrafo 11
(Génesis 11:31) Después de eso Taré tomó a Abrán su
hijo y a Lot, el hijo de Harán, su nieto, y a Sarai su nuera,
la esposa de Abrán su hijo, y estos salieron con él de Ur
de los caldeos para ir a la tierra de Canaán. Con el
tiempo llegaron a Harán y se pusieron a morar allí.
(Hebreos 11:8-9) Por fe Abrahán, cuando fue llamado,
obedeció, y salió a un lugar que estaba destinado a
recibir como herencia; y salió, aunque no sabía adónde
iba. 9Por fe residió como forastero en la tierra de la
promesa como en tierra extranjera, y moró en tiendas
con Isaac y Jacob, herederos con él de la mismísima
promesa.
(Salmos 105:13-14) Y ellos siguieron andando de nación
en nación, de un reino a otro pueblo. 14No permitió
que ningún humano los defraudara, antes bien, a causa
de ellos censuró a reyes,
(Génesis 17:6) Y ciertamente te haré fructífero en sumo
grado, y de veras haré que llegues a ser naciones, y
reyes saldrán de ti.
(Santiago 2:23) y se cumplió la escritura que dice:
“Abrahán puso fe en Jehová, y le fue contado por
justicia”, y vino a ser llamado “amigo de Jehová”.
Párrafo 12
(Génesis 26:3-5) Reside como forastero en este país, y
yo continuaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu
descendencia daré todas estas tierras, y ciertamente
pondré por obra la declaración jurada que juré a
Abrahán tu padre: 4‘Y ciertamente multiplicaré tu
descendencia como las estrellas de los cielos y
verdaderamente daré a tu descendencia todas estas
tierras; y por medio de tu descendencia ciertamente se
bendecirán todas las naciones de la tierra’, 5debido a
que Abrahán escuchó mi voz y continuó guardando sus
obligaciones para conmigo, mis mandatos, mis
estatutos y mis leyes”.
(Génesis 35:11) Y Dios dijo además: “Yo soy Dios
Todopoderoso. Sé fructífero y hazte muchos. Naciones y
una congregación de naciones procederán de ti, y reyes
saldrán de tus lomos.
(Éxodo 14:13-14) Entonces Moisés dijo al pueblo: “No
tengan miedo. Estén firmes y vean la salvación de
Jehová, que él ejecutará para ustedes hoy. Pues a los
egipcios que ustedes realmente ven hoy, no los
volverán a ver, no, nunca jamás. 14Jehová mismo
peleará por ustedes, y ustedes mismos guardarán
silencio”.
Párrafo 13
(Deuteronomio 33:5) Y él vino a ser rey en Jesurún,
cuando los cabezas del pueblo se reunieron, el número
entero de las tribus de Israel.
(1 Samuel 8:5) y le dijeron: “¡Mira! Tú mismo te has
hecho viejo, pero tus propios hijos no han andado en
tus caminos. Ahora bien, nómbranos un rey que nos
juzgue, sí, como todas las naciones”.
Párrafo 14
(1 Crónicas 16:31) Regocíjense los cielos, y esté gozosa
la tierra, y digan entre las naciones: ‘¡Jehová mismo ha
llegado a ser rey!’.
(2 Samuel 7:12-13) Cuando se cumplan tus días, y
tengas que yacer con tus antepasados, entonces yo
ciertamente levantaré tu descendencia después de ti,
que saldrá de tus entrañas; y realmente estableceré con
firmeza su reino. 13Él es el que edificará una casa para
mi nombre, y ciertamente estableceré el trono de su
reino firmemente hasta tiempo indefinido.
Párrafo 15
(Mateo 3:2) y decía: “Arrepiéntanse, porque el reino de
los cielos se ha acercado”.
(Mateo 3:17) ¡Mire! También hubo una voz desde los
cielos que decía: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he
aprobado”.
Párrafo 16
(Juan 17:4) Yo te he glorificado sobre la tierra, y he
terminado la obra que me has dado que hiciera.
(Lucas 4:43) Pero él les dijo: “También a otras ciudades
tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios,
porque para esto fui enviado”.
(Mateo 6:10) Venga tu reino. Efectúese tu voluntad,
como en el cielo, también sobre la tierra.
(Lucas 17:21) ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’. Porque,
¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes”.
(Lucas 22:28-30) ”Sin embargo, ustedes son los que con
constancia han continuado conmigo en mis pruebas;
29y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre
ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30para que
coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten
sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Párrafo 17
(Juan 16:32) ¡Miren! Viene la hora, en realidad, ha
llegado, en que serán esparcidos cada uno a su propia
casa, y me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo,
porque el Padre está conmigo.
(Colosenses 1:13) Él nos libró de la autoridad de la
oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor,
(Salmos 110:1) La expresión de Jehová a mi Señor es:
“Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos
como banquillo para tus pies”.
Cántico 112
Jehová, nuestro gran Dios (Éxodo 34:6, 7)
1. Santo Jehová Dios, alto y glorioso,
te alabamos con canción,
rebosantes de emoción.
Roca y Refugio, Sol y Escudo,
tuya es nuestra devoción.
2. Rey bondadoso, Juez compasivo,
tú perdonas el error
al humilde pecador.
Fuente de vida, luz y justicia,
todo muestra tu esplendor.
3. Oh Padre nuestro, venga tu Reino;
tierra y cielo alaben ya
tu poder y majestad.
Santificado sea tu nombre;
hágase tu voluntad.
(Véanse también Deu. 32:4; Pro. 16:12; Mat. 6:10; Rev.
4:11.) Volver
Cántico 117
Necesitamos la instrucción divina (Isaías 50:4; 54:13)
1. Si tienes sed de que reine la justicia,
si quieres ver un mañana mejor,
busca a tu Padre, sacia tu anhelo,
bebe del agua de la salvación.
2. Nuestras reuniones jamás abandonemos:
en ellas, Dios nos da sabia instrucción,
y unos a otros nos animamos
a obrar el bien y a tener más amor.
3. Las dulces voces del coro de los mansos
cantan un himno en honor de su Dios;
ruegan humildes que los eduque,
que nunca deje de ser su Instructor.
(Véanse también Heb. 10:24, 25; Rev. 22:17.) Volver
Cántico 95
“Gusten y vean que Jehová es bueno” (Salmo 34:8)
1. Feliz quien a Dios adora,
quien siempre le da lo mejor.
No deja pasar la oportunidad
de hablar de Su Reino de amor.
(ESTRIBILLO)
La Biblia invita: “Gusta y ve
qué bondadoso es Jehová”.
Haz cuanto puedas con devoción,
y gran ganancia tendrás.
2. Si a tiempo completo sirves,
tendrás bendiciones sin par.
Confiando en Jehová en toda ocasión,
su inmensa bondad palparás.
(ESTRIBILLO)
La Biblia invita: “Gusta y ve
qué bondadoso es Jehová”.
Haz cuanto puedas con devoción,
y gran ganancia tendrás.
(Véanse también Mar. 14:8; Luc. 21:2; 1 Tim. 1:12; 6:6.)
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Cántico 106
La amistad con Jehová (Salmo 15)
1. ¿Quién gozará, Jehová,
de tu gran amistad?
¿Quién en tu tienda se hospedará?
¿Quién tu favor tendrá?
El que confía en ti
y en tu Palabra fiel,
el que habla siempre con la verdad
y a todos hace el bien.
2. ¿Quién logrará, Señor,
ante tu trono estar?
¿Quién de alegría y felicidad
tu alma llenará?
El que anda en tu ley
y honra a tu nombre da,
el que procede con rectitud
y huye de la maldad.
3. Sobre tus hombros, yo
mi carga arrojaré.
En ti mi alma esperará,
miedo no sentiré.
Tu amistad, Jehová,
gloria y deleite es.
Como un tesoro la guardaré.
¡De ti jamás me iré!
(Véanse también Sal. 139:1; 1 Ped. 5:6, 7.) Volver
Cántico 46
¡Jehová es nuestro Rey! (Salmo 97:1)
1. Jehová, tu nombre celebramos;
eres Rey de justicia y rectitud.
Con alegre canción te ensalzamos, Señor;
tus proezas admirables son.
(ESTRIBILLO)
Canten hoy a Jehová, tierra, cielo y mar,
pues ha comenzado ya a reinar.
Canten hoy a Jehová, tierra, cielo y mar,
pues ha comenzado ya a reinar.
2. Sabrán los pueblos de la Tierra
de tu gloria y tus actos de salvación.
La rodilla doblamos delante de ti,
nuestro Dios y Soberano Rey.
(ESTRIBILLO)
Canten hoy a Jehová, tierra, cielo y mar,
pues ha comenzado ya a reinar.
Canten hoy a Jehová, tierra, cielo y mar,
pues ha comenzado ya a reinar.
3. Tu amado Hijo, Jesucristo,
en tu santa montaña gobierna ya.
A los dioses del mundo los humillarás;
ante ti, postrados quedarán.
(ESTRIBILLO)
Canten hoy a Jehová, tierra, cielo y mar,
pues ha comenzado ya a reinar.
Canten hoy a Jehová, tierra, cielo y mar,
pues ha comenzado ya a reinar.
(Véanse también 1 Cró. 16:9; Sal. 68:20; 97:6, 7.)
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(Génesis 36:1-39:23)
36 Y esta es la historia de Esaú, es decir, Edom.
2 Esaú tomó sus esposas de las hijas de Canaán:
Adá hija de Elón el hitita y Oholibamá hija de Anah, nieta de Zibeón el heveo,
3 y Basemat hija de Ismael,
hermana de Nebayot.
4 Y a Esaú, Adá procedió a dar a luz a Elifaz, y
Basemat dio a luz a Reuel,
5 y Oholibamá dio a luz a Jeús y a Jalam y a Coré.
Estos son los hijos de Esaú que le nacieron en la tierra de Canaán.
6 Después de eso Esaú tomó a sus
esposas y a sus hijos y a sus hijas y a todas las almas de su casa, y su manada y todas sus otras bestias y todo su caudal, que había acumulado en la tierra de Canaán, y se fue a un país lejos de Jacob su hermano, 7 porque los bienes de ellos se habían hecho demasiado
grandes para que moraran juntos, y la tierra de sus residencias como forasteros no podía sustentarlos como resultado de sus manadas.
8 De modo que Esaú se
puso a morar en la región montañosa de Seír. Esaú es Edom.
9 Y esta es la historia de Esaú el padre de Edom en
la región montañosa de Seír.
10 Estos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz
hijo de Adá, esposa de Esaú; Reuel hijo de Basemat, esposa de Esaú.
11 Y los hijos de Elifaz llegaron a ser: Temán, Omar,
Zefó y Gatam y Quenaz. 12
Y Timná vino a ser concubina de Elifaz, hijo de Esaú. Con el tiempo, a Elifaz ella le dio a luz a Amaleq. Estos son los hijos de Adá, esposa de Esaú.
13 Estos son los hijos de Reuel: Náhat y Zérah,
Samah y Mizá. Estos llegaron a ser los hijos de Basemat, esposa de Esaú.
14 Y estos llegaron a ser los hijos de Oholibamá la
hija de Anah, nieta de Zibeón, esposa de Esaú, puesto que a Esaú ella le dio a luz a Jeús y Jalam y Coré.
15 Estos son los jeques de los hijos de Esaú: Los
hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: El jeque Temán, el jeque Omar, el jeque Zefó, el jeque Quenaz,
16 el jeque
Coré, el jeque Gatam, el jeque Amaleq. Estos son los jeques de Elifaz en la tierra de Edom. Estos son los hijos de Adá.
17 Estos son los hijos de Reuel, hijo de Esaú: El
jeque Náhat, el jeque Zérah, el jeque Samah, el jeque Mizá. Estos son los jeques de Reuel en la tierra de Edom. Estos son los hijos de Basemat, esposa de Esaú.
18 Por último, estos son los hijos de Oholibamá,
esposa de Esaú: El jeque Jeús, el jeque Jalam, el jeque Coré. Estos son los jeques de Oholibamá la hija de Anah, esposa de Esaú.
19 Estos son los hijos de Esaú, y estos son sus
jeques. Él es Edom.
20 Estos son los hijos de Seír el horeo, los habitantes
del país: Lotán y Sobal y Zibeón y Anah 21
y Disón y Ézer y Disán. Estos son los jeques del horeo, los hijos de Seír, en la tierra de Edom.
22 Y los hijos de Lotán llegaron a ser Horí y Hemam;
y la hermana de Lotán era Timná.
23 Y estos son los hijos de Sobal: Alván y Manáhat y
Ebal, Sefó y Onam.
24 Y estos son los hijos de Zibeón: Ayá y Anah. Este
es el Anah que halló los manantiales de aguas termales en el desierto mientras estaba cuidando los asnos a Zibeón su padre.
25 Y estos son los hijos de Anah: Disón y Oholibamá
la hija de Anah.
26 Y estos son los hijos de Disón: Hemdán y Esbán e
Itrán y Kerán.
27 Estos son los hijos de Ézer: Bilhán y Zaaván y
Aqán.
28 Estos son los hijos de Disán: Uz y Arán.
29 Estos son los jeques del horeo: El jeque Lotán, el
jeque Sobal, el jeque Zibeón, el jeque Anah, 30
el jeque
Disón, el jeque Ézer, el jeque Disán. Estos son los jeques del horeo según sus jeques en la tierra de Seír.
31 Ahora bien, estos son los reyes que reinaron en la
tierra de Edom antes que reinara rey alguno sobre los hijos de Israel.
32 Y Bela el hijo de Beor procedió a reinar
en Edom, y el nombre de su ciudad fue Dinhabá. 33
Cuando murió Bela, Jobab el hijo de Zérah de Bozrá empezó a reinar en lugar de él.
34 Cuando murió Jobab,
Husam de la tierra de los temanitas empezó a reinar en lugar de él.
35 Cuando murió Husam, Hadad el hijo de
Bedad, que derrotó a los madianitas en el campo de Moab, empezó a reinar en lugar de él, y el nombre de su ciudad fue Avit.
36 Cuando murió Hadad, Samlá de
Masreqá empezó a reinar en lugar de él. 37
Cuando murió Samlá, Shaúl de Rehobot junto al Río empezó a reinar en lugar de él.
38 Cuando murió Shaúl, Baal-
hanán el hijo de Acbor empezó a reinar en lugar de él. 39
Cuando murió Baal-hanán el hijo de Acbor, Hadar empezó a reinar en lugar de él; y el nombre de su ciudad fue Paú, y el nombre de su esposa fue Mehetabel la hija de Matred la hija de Mezahab.
40 De modo que estos son los nombres de los jeques
de Esaú según sus familias, según sus lugares, por sus nombres: El jeque Timná, el jeque Alvá, el jeque Jetet, 41
el jeque Oholibamá, el jeque Elah, el jeque Pinón, 42
el jeque Quenaz, el jeque Temán, el jeque Mibzar,
43 el
jeque Magdiel, el jeque Iram. Estos son los jeques de Edom según sus moradas en la tierra de su posesión. Este es Esaú padre de Edom.
37 Y Jacob continuó morando en la tierra de las
residencias de forastero de su padre, en la tierra de Canaán.
2 Esta es la historia de Jacob.
José, a los diecisiete años de edad, se hallaba cuidando ovejas con sus hermanos entre el rebaño, y, puesto que solo era un muchacho, estaba con los hijos de Bilhá y con los hijos de Zilpá, las esposas de su padre. Así que José llevó un mal informe acerca de ellos a su padre.
3 E Israel amaba a José más que a todos
sus otros hijos, porque era el hijo de su vejez; y mandó hacerle una prenda de vestir parecida a camisa, larga y rayada.
4 Cuando sus hermanos llegaron a ver que su
padre lo amaba más que a todos sus hermanos, empezaron a odiarlo, y no podían hablarle pacíficamente.
5 Más tarde José tuvo un sueño y lo refirió a sus
hermanos, y ellos hallaron más razón para odiarlo. 6 Y
pasó a decirles: “Escuchen, por favor, este sueño que he soñado.
7 Resulta, pues, que estábamos atando
gavillas en medio del campo, cuando sucedió que mi gavilla se levantó y también quedó enhiesta, y sucedió que las gavillas de ustedes procedieron a rodear mi gavilla y a inclinarse ante ella”.
8 Y sus hermanos
empezaron a decirle: “¿Vas a ser rey sobre nosotros de seguro?, ¿o vas a dominar sobre nosotros de seguro?”. Así que hallaron nueva razón para odiarlo por sus sueños y por sus palabras.
9 Después, todavía tuvo otro sueño, y lo contó a sus
hermanos y dijo: “Miren que otra vez he tenido un sueño, y resulta que el sol y la luna y once estrellas estaban inclinándose ante mí”.
10 Entonces lo contó a su
padre así como a sus hermanos, y su padre empezó a reprenderlo y a decirle: “¿Qué significa este sueño que has soñado? ¿Acaso yo y también tu madre y tus hermanos vamos a venir de seguro e inclinarnos a tierra ante ti?”.
11 Y sus hermanos se pusieron celosos de él,
pero su padre observó el dicho.
12 Luego sus hermanos fueron a apacentar el rebaño
de su padre cerca de Siquem. 13
Poco después, Israel dijo a José: “¿No están tus hermanos cuidando [rebaños] cerca de Siquem? Ven, y déjame enviarte a ellos”. Ante esto, él le dijo: “¡Aquí estoy!”.
14 De modo
que le dijo: “Anda, por favor. Ve si tus hermanos están sanos y salvos y si el rebaño está sano y salvo, y tráeme palabra de vuelta”. Con eso, lo envió de la llanura baja de Hebrón, y él prosiguió hacia Siquem. 15
Más tarde lo halló un hombre, y sucedía que andaba errante en un campo. Entonces el hombre le preguntó, diciendo: “¿Qué estás buscando?”.
16 A esto él dijo: “Es
a mis hermanos a quienes estoy buscando. Infórmame, por favor: ¿Dónde están cuidando rebaños?”.
17 Y el
hombre continuó: “Han partido de aquí, porque les oí decir: „Vamos a Dotán‟”. De modo que José siguió tras sus hermanos y los halló en Dotán.
18 Ahora bien, ellos alcanzaron a verlo de lejos, y
antes que llegara cerca de ellos se pusieron a maquinar astutamente contra él para darle muerte.
19 De modo
que se dijeron unos a otros: “¡Miren! Ahí viene ese soñador.
20 Y ahora vengan y matémoslo y arrojémoslo
en una de las cisternas; y tenemos que decir que una feroz bestia salvaje lo devoró. Entonces veremos en qué vendrán a parar sus sueños”.
21 Cuando Rubén oyó
esto, trató de librarlo de las manos de ellos. Por eso dijo: “No hiramos mortalmente su alma”.
22 Y Rubén pasó a
decirles: “No viertan sangre. Arrójenlo en esta cisterna que está en el desierto y no pongan sobre él mano violenta”. Era su propósito librarlo de la mano de ellos a fin de devolverlo a su padre.
23 De modo que aconteció que, en cuanto José llegó
a sus hermanos, estos se pusieron a quitar a José su prenda de vestir larga, sí, la larga prenda de vestir rayada que llevaba puesta;
24 después de eso lo
tomaron y lo arrojaron en la cisterna. En aquella ocasión la cisterna estaba vacía; no había agua en ella.
25 Entonces se sentaron a comer pan. Cuando
alzaron los ojos y miraron, pues, aquí venía de Galaad una caravana de ismaelitas, y sus camellos iban cargados de ládano y bálsamo y cáscara resinosa, e iban bajando para llevarlo a Egipto.
26 En esto Judá dijo
a sus hermanos: “¿Qué ganancia habría en caso de que matáramos a nuestro hermano y de veras encubriéramos su sangre?
27 Vengan y vendámoslo a
los ismaelitas, y no esté nuestra mano sobre él. Después de todo, es nuestro hermano, nuestra carne”. Así que ellos escucharon a su hermano.
28 Ahora bien,
iban pasando hombres, mercaderes madianitas. Por lo tanto halaron y alzaron a José de la cisterna, y entonces
vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Con el tiempo estos llevaron a José a Egipto.
29 Más tarde Rubén volvió a la cisterna, y resultó que
José no estaba en la cisterna. Por consiguiente, rasgó sus prendas de vestir.
30 Cuando volvió a sus otros
hermanos exclamó: “¡El niño ha desaparecido! Y yo... ¿adónde realmente he de ir yo?”.
31 Sin embargo, ellos tomaron la larga prenda de
vestir de José y degollaron un macho cabrío y metieron la larga prenda de vestir repetidas veces en la sangre. 32
Luego enviaron la larga prenda de vestir rayada y la mandaron llevar a su padre y dijeron: “Esto es lo que hallamos. Examina, por favor, si es la prenda de vestir larga de tu hijo o no”.
33 Y él se puso a examinarla y
exclamó: “¡Es la larga prenda de vestir de mi hijo! ¡Una feroz bestia salvaje debe de haberlo devorado! ¡De seguro ha sido despedazado José!”.
34 Con eso, Jacob
rasgó sus mantos y se puso saco sobre las caderas y se dio al duelo de su hijo por muchos días.
35 Y todos sus
hijos y todas sus hijas siguieron levantándose para consolarlo, pero él siguió rehusando recibir consuelo, y diciendo: “¡Porque en duelo bajaré a donde mi hijo, al Seol!”. Y su padre continuó llorándolo.
36 Sin embargo, los madianitas lo vendieron en
[manos de] Egipto, a Potifar, un oficial de la corte de Faraón, el jefe de la guardia de corps.
38 Ahora bien, entretanto aconteció que, cuando
Judá bajó de donde estaban sus hermanos, asentó [su tienda] cerca de un hombre, un adulamita, y el nombre de este era Hirá.
2 Y allí llegó a ver Judá a la hija de
cierto cananeo, y el nombre de este era Súa. De modo que la tomó y tuvo relaciones con ella.
3 Y ella quedó
encinta. Más tarde ella dio a luz un hijo y él lo llamó por nombre Er.
4 Otra vez quedó encinta ella. Con el tiempo,
dio a luz un hijo y lo llamó por nombre Onán. 5 Volvió
otra vez a dar a luz un hijo, y entonces lo llamó por nombre Selah. Ahora bien, sucedió que él estaba en Aczib cuando ella lo dio a luz.
6 Con el tiempo Judá tomó esposa para Er su
primogénito, y el nombre de ella era Tamar. 7 Pero Er,
primogénito de Judá, resultó malo a los ojos de Jehová; por lo tanto Jehová le dio muerte.
8 En vista de aquello,
Judá dijo a Onán: “Ten relaciones con la esposa de tu hermano y realiza con ella matrimonio de cuñado y levanta prole para tu hermano”.
9 Pero Onán sabía que
la prole no llegaría a ser suya; y sucedió que, cuando sí tuvo relaciones con la esposa de su hermano, desperdició su semen en la tierra para no dar prole a su hermano.
10 Ahora bien, lo que hizo fue malo a los ojos
de Jehová; por lo tanto a él también le dio muerte. 11
Así que Judá dijo a Tamar su nuera: “Mora como viuda en casa de tu padre hasta que crezca Selah mi hijo”. Porque se decía: “Quizás muera él también como sus hermanos”. Por consiguiente, Tamar se fue y continuó morando en casa de su propio padre.
12 Así llegaron a ser muchos los días, y murió la hija
de Súa, esposa de Judá; y Judá guardó el período de duelo. Después subió a Timnah, a los esquiladores de sus ovejas, él y su compañero Hirá el adulamita.
13 Entonces le fue referido a Tamar: “Mira que tu suegro
va subiendo a Timnah para esquilar sus ovejas”. 14
Ante aquello, ella se quitó de sobre sí las prendas de vestir de su viudez y se cubrió con un chal y se veló y se sentó a la entrada de Enaim, que está en el camino a Timnah. Porque veía que Selah había crecido y, no obstante, ella no le había sido dada por esposa.
15 Cuando alcanzó a verla Judá, al instante la tomó
por ramera, porque ella se había cubierto el rostro. 16
De modo que se apartó hacia ella al lado del camino y dijo: “Permíteme, por favor, tener relaciones contigo”. Pues no sabía que era su nuera. Sin embargo, ella dijo: “¿Qué me darás para tener relaciones conmigo?”.
17 A lo
cual dijo él: “Yo mismo enviaré de la manada un cabrito de las cabras”. Pero ella dijo: “¿Darás una garantía hasta que lo envíes?”.
18 Y continuó él: “¿Cuál es la
garantía que te daré?”, a lo cual dijo ella: “Tu sortija con sello y tu cordón y tu vara que tienes en la mano”. Entonces él se los dio y tuvo relaciones con ella, de modo que ella quedó encinta de él.
19 Después ella se
levantó y se fue y se quitó su chal de sobre sí y se vistió con las prendas de vestir de su viudez.
20 Y Judá procedió a enviar el cabrito de las cabras
por mano de su compañero el adulamita a fin de recobrar la garantía de mano de la mujer, pero este no la halló.
21 Y fue inquiriendo de los hombres de su lugar,
diciendo: “¿Dónde está aquella prostituta de templo de Enaim junto al camino?”. Pero ellos seguían diciendo: “Nunca ha habido ninguna prostituta de templo en este lugar”.
22 Por fin él volvió a Judá y dijo: “No la hallé y,
además, los hombres del lugar dijeron: „Nunca ha habido ninguna prostituta de templo en este lugar‟”. 23
Así que Judá dijo: “Que se quede con ellos, a fin de que no lleguemos a ser objeto de desprecio. Sea como sea, yo he enviado este cabrito, pero tú... tú no la hallaste”.
24 Sin embargo, unos tres meses después sucedió
que le fue referido a Judá: “Tamar tu nuera ha estado de ramera, y mira que también está encinta de su prostitución”. A lo cual dijo Judá: “Sáquenla, y que sea quemada”.
25 Cuando la iban sacando, ella misma envió
a decir a su suegro: “Del hombre a quien pertenecen estos estoy encinta”. Y añadió: “Examina, por favor, a quién pertenecen estos: la sortija con sello y el cordón y la vara”.
26 Entonces los examinó Judá y dijo: “Ella es
más justa que yo, por razón de que yo no la di a Selah mi hijo”. Y no volvió a tener más coito con ella después de aquello.
27 Ahora bien, resultó que, al tiempo de dar a luz,
pues, ¡mire!, había gemelos en su vientre. 28
Además, sucedió que, cuando ella estaba dando a luz, uno extendió la mano, y al instante la partera tomó y le ató un marcador de color escarlata alrededor de la mano, diciendo: “Este salió primero”.
29 Finalmente resultó que,
luego que él retiró la mano, pues, sucedió que salió su hermano, de modo que ella exclamó: “¿Qué quieres decir con esto, que has producido para ti una ruptura perineal?”. Por lo tanto fue llamado por nombre Pérez. 30
Y después salió su hermano, en cuya mano estaba el
marcador de color escarlata, y él llegó a ser llamado por nombre Zérah.
39 En cuanto a José, él fue bajado a Egipto, y
Potifar, un oficial de la corte de Faraón, el jefe de la guardia de corps, egipcio, llegó a comprarlo de la mano de los ismaelitas que lo habían bajado allá.
2 Pero
Jehová resultó estar con José, de modo que este llegó a ser un hombre que en todo tenía éxito, y vino a estar sobre la casa de su amo, el egipcio.
3 Y su amo llegó a
ver que Jehová estaba con él y que Jehová hacía que todo lo que él efectuaba tuviera éxito en su mano.
4 Y José siguió hallando favor a sus ojos, y lo atendía
de continuo, de modo que él lo nombró sobre su casa, y todo lo que era suyo lo dio en su mano.
5 Y resultó que,
desde el tiempo en que lo nombró sobre su casa y a cargo de todo lo suyo, Jehová siguió bendiciendo la casa del egipcio debido a José, y la bendición de Jehová vino a estar sobre todo lo que él tenía en la casa y en el campo.
6 Finalmente él dejó todo lo suyo en la
mano de José; e ignoraba por completo lo que estaba con él salvo el pan que comía. Además, José llegó a ser de hermosa figura y de hermosa apariencia.
7 Ahora bien, después de estas cosas aconteció que
la esposa de su amo empezó a alzar los ojos hacia José y a decir: “Acuéstate conmigo”.
8 Pero él rehusaba, y
decía a la esposa de su amo: “Mira que mi amo ignora lo que está conmigo en la casa, y todo lo que tiene lo ha dado en mi mano.
9 No hay nadie mayor que yo en esta
casa, y él no ha retenido de mí cosa alguna salvo a ti, porque eres su esposa. Así es que, ¿cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?”.
10 Resultó, pues, que al hablar ella a José día tras
día, él no la escuchó para acostarse a su lado, para continuar con ella.
11 Pero sucedió que en este día,
como en otros días, él entró en la casa para atender a su negocio, y no había ninguno de los hombres de la casa allí en la casa.
12 Entonces ella se agarró de él por
su prenda de vestir, y dijo: “¡Acuéstate conmigo!”. Pero él dejó su prenda de vestir en la mano de ella y echó a huir y salió afuera.
13 Sucedió, pues, que luego que ella
vio que él había dejado su prenda de vestir en la mano de ella para poder huir afuera,
14 se puso a gritar a los
hombres de su casa y a decirles: “¡Miren! Él nos trajo un hombre, un hebreo, para hacer de nosotros un hazmerreír. Este vino a mí para acostarse conmigo, pero yo me puse a gritar a voz en cuello.
15 Y resultó
que luego que oyó que yo alzaba la voz y gritaba, entonces dejó su prenda de vestir a mi lado y echó a huir y salió afuera”.
16 Después de aquello, ella mantuvo
la prenda de vestir de él colocada a su lado hasta que el amo de él vino a casa.
17 Entonces ella le habló de acuerdo con estas
palabras, y dijo: “El siervo hebreo que nos trajiste vino a mí para hacer de mí un hazmerreír.
18 Pero sucedió que
luego que alcé la voz y empecé a gritar, entonces dejó su prenda de vestir al lado mío y se fue huyendo afuera”.
19 El resultado fue que luego que el amo de él
oyó las palabras de su esposa que ella le habló,
diciendo: “De esta y esta manera me hizo tu siervo”, la cólera de él se encendió.
20 De modo que el amo de
José lo tomó y lo entregó a la casa de encierro, al lugar donde tenían en reclusión a los presos del rey, y él continuó allí en la casa de encierro.
21 Sin embargo, Jehová continuó con José y siguió
extendiéndole bondad amorosa y otorgándole hallar favor a los ojos del oficial principal de la casa de encierro.
22 Así que el oficial principal de la casa de
encierro entregó en la mano de José a todos los presos que estaban en la casa de encierro; y resultó que él era quien se encargaba de que se hiciera todo lo que ellos hacían allí.
23 El oficial principal de la casa de encierro
no atendía a absolutamente nada de lo que estaba en su mano, porque Jehová estaba con [José], y lo que él efectuaba, Jehová hacía que tuviera éxito.
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