Semana del 09 al 15 de Marzo 2015
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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cl cap. 21 párrs. 9-15 (30 min.)
Su forma de enseñar
9. ¿Qué dijeron unos soldados con referencia a la
enseñanza de Jesús, y por qué no exageraban?
[ 9 ] [Textos] El segundo campo en el que Jesús
reflejó la sabiduría divina fue su forma de enseñar.
En una ocasión, varios soldados enviados para
detenerlo regresaron con las manos vacías y dijeron:
“Jamás ha hablado otro hombre así” (Juan 7:45, 46).
No exageraban, ya que de todos los seres humanos que
han existido, Cristo, que procedía “de las regiones de
arriba”, era quien disponía del mayor caudal de
conocimiento y experiencia (Juan 8:23). Ciertamente,
ningún otro hombre sería capaz de instruir como él.
Veamos solo dos de las técnicas que utilizó este sabio
Maestro.
10, 11. a) ¿Por qué no podemos menos que
maravillarnos ante la forma en que ilustraba Jesús
su mensaje? b) ¿Qué son las parábolas, y qué
ejemplo muestra por qué eran tan instructivas las de
Cristo?
[ 10 ] [Textos] Ilustraba con eficacia su mensaje.
Leemos que “habló Jesús a las muchedumbres por
ilustraciones. En verdad, sin ilustración no les hablaba”
(Mateo 13:34). No podemos menos que maravillarnos
ante su incomparable habilidad para enseñar verdades
profundas mediante ejemplos cotidianos, realidades que
sus oyentes habían visto muchas veces: agricultores
sembrando, mujeres preparando el pan para hornearlo,
niños jugando en el mercado, pescadores recogiendo
las redes, pastores buscando ovejas perdidas...
Al relacionar verdades trascendentales con algo bien
conocido, conseguía de inmediato grabarlas en la mente
y el corazón de su auditorio (Mateo 11:16-19; 13:3-8, 33,
47-50; 18:12-14).
[ 11 ] [Textos] Jesús empleaba con frecuencia
parábolas, relatos breves de los que se extraen
verdades morales o espirituales. Dado que son más
fáciles de entender y recordar que los conceptos
abstractos, estas historias contribuyeron a conservar la
enseñanza de Cristo. En muchas de ellas describió a su
Padre con imágenes verbales vívidas e inolvidables. Por
ejemplo, ¿quién no logra entender la lección de la
parábola del hijo pródigo, a saber, que Jehová se
apiadará y acogerá de nuevo con ternura al descarriado
que demuestre arrepentimiento sincero? (Lucas 15:11-
32.)
12. a) ¿Qué uso dio Jesús a las preguntas en su
enseñanza? b) ¿Cómo acalló a quienes
cuestionaban su autoridad?
[ 12 ] [Textos] Usaba con habilidad las preguntas.
Jesús se valía de este medio para ayudar a sus oyentes
a extraer sus propias conclusiones, examinar sus
motivos y tomar decisiones (Mateo 12:24-30; 17:24-27;
22:41-46). Cuando los dirigentes religiosos cuestionaron
que Dios le hubiera dado autoridad, él replicó: “El
bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?”.
Aquello los dejó atónitos, de modo que razonaron unos
con otros: “Si decimos: „Del cielo‟, nos dirá: „Entonces,
¿por qué no le creyeron?‟. Sin embargo, si decimos: „De
los hombres‟, tenemos la muchedumbre a quien temer,
porque todos tienen a Juan por profeta”. De ahí que
terminaran contestando: “No sabemos” (Marcos 11:27-
33; Mateo 21:23-27). Con una simple pregunta, Cristo
los dejó mudos y denunció lo traicioneros que eran sus
corazones.
13-15. ¿Cómo refleja la parábola del buen
samaritano la sabiduría de Jesús?
[ 13 ] [Textos] A veces, Cristo combinaba varios
métodos al complementar sus parábolas con preguntas
que ponían a pensar a sus oyentes. Cuando un jurista
hebreo le preguntó qué se necesitaba para obtener vida
eterna, lo remitió a la Ley mosaica, que ordena amar a
Dios y al prójimo. Pero aquel hombre, deseoso de
demostrar que era justo, le preguntó: “¿Quién,
verdaderamente, es mi prójimo?”. Jesús le contestó con
una historia: cierto judío que viajaba solo fue atacado
por salteadores, quienes lo dejaron medio muerto.
Pasaron por su lado dos compatriotas suyos, primero un
sacerdote y luego un levita, pero ninguno de ellos lo
atendió. Más tarde llegó un samaritano, que se
compadeció, le vendó las heridas y lo llevó con cuidado
a un mesón para que se recuperara. Al concluir el relato,
el Gran Maestro preguntó a su interlocutor: “¿Quién de
estos tres te parece haberse hecho prójimo del que cayó
entre los salteadores?”. El hombre se vio obligado a
responder: “El que actuó misericordiosamente para con
él” (Lucas 10:25-37).
[ 14 ] [Textos] ¿Cómo refleja esta parábola la
sabiduría de Jesús? En aquellos días, los judíos
aplicaban el término “prójimo” únicamente a quienes
guardaban sus tradiciones, y nunca, desde luego, a los
samaritanos (Juan 4:9). Si Cristo hubiera construido la
historia con un samaritano socorrido por un judío,
¿habría logrado vencer el prejuicio? Fue sabio,
entonces, al poner a un samaritano cuidando con
ternura a un hebreo. Observemos también el
interrogante que planteó al final de su relato. Cambió el
enfoque de la palabra “prójimo”. Mientras que la
pregunta del jurista venía a ser: “¿Quién debe ser el
objeto de mi amor de prójimo?”, la del Gran Maestro fue:
“¿Quién de estos tres te parece haberse hecho prójimo
[?]”. Así pues, no se centró en quien se benefició de la
bondad, sino en quien la demostró, el samaritano.
El verdadero prójimo toma la iniciativa y muestra amor al
semejante, sin importar su origen étnico. No había mejor
manera de transmitir con eficacia aquel punto.
[ 15 ] [Textos] Por lo tanto, ¿es de extrañar que las
multitudes quedaran atónitas ante el “modo de enseñar”
de Jesús y se sintieran atraídas a él? (Mateo 7:28, 29.)
En cierta ocasión, “una muchedumbre grande”
permaneció junto a él durante tres días, al punto de
quedarse sin comida (Marcos 8:1, 2).
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[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: 1 Samuel 1 a 4 | Puntos
Sobresalientes
Respuestas a preguntas bíblicas:
2:10. ¿Por qué pidió Ana en oración que Jehová “[diera] fuerza a su rey” cuando no había ningún rey
humano en Israel? La Ley mosaica predijo que los israelitas tendrían un rey humano (Deuteronomio 17:14-18). En su lecho de muerte, Jacob profetizó: “El cetro [símbolo de autoridad real] no se apartará de Judá” (Génesis 49:10). Además, respecto a Sara —la antepasada de los israelitas—, Jehová dijo: “Reyes de pueblos provendrán de ella” (Génesis 17:16). De modo que Ana estaba orando respecto a un rey futuro.
3:3. ¿Dormía Samuel realmente en el Santísimo? No. Samuel era un levita de la familia no sacerdotal de los qohatitas (1 Crónicas 6:33-38). Por lo tanto, no se le permitía “entrar para ver las cosas santas” (Números 4:17-20). La única parte del santuario a la que Samuel tenía acceso era el patio del tabernáculo. Allí es donde probablemente dormía. Parece ser que Elí también dormía en alguna sección del patio. La expresión “donde estaba el arca de Dios” debe referirse al recinto del tabernáculo.
Lecciones para nosotros:
1:11, 12, 21-23; 2:19. La importancia que Ana daba a la oración, su humildad, su gratitud por la bondad de Jehová y su constante cariño maternal hacen de ella un ejemplo para las mujeres temerosas de Dios.
1:8. Elqaná puso un magnífico ejemplo en cuanto a fortalecer a otros con palabras (Job 16:5). Primero, sin erigirse en juez, le preguntó a Ana: “¿Por qué [...] se siente mal tu corazón?”. Esas palabras la animaron a expresar sus sentimientos. Entonces, él le confirmó su cariño, preguntándole: “¿No soy yo mejor para ti que diez hijos?”.
2:26; 3:5-8, 15, 19. Llegamos a ser “más agradables” a Dios y a los hombres si cumplimos diligentemente con la obra que Dios nos ha asignado, aprovechamos la educación espiritual que recibimos y somos corteses y respetuosos.
4:3, 4, 10. Ni siquiera un objeto tan santo como el arca del pacto sirvió de amuleto. Debemos “[guardarnos] de los ídolos” (1 Juan 5:21).
[Nº1] Núm. 1: 1 Samuel 2:30-36 (3 min. o menos)
30 ”‟Por eso la expresión de Jehová el Dios de Israel es:
“De veras dije yo: En cuanto a tu casa y la casa de tu
antepasado, andarán delante de mí hasta tiempo
indefinido”. Pero ahora la expresión de Jehová es: “Es
inconcebible, por mi parte, porque a los que me honran
honraré, y los que me desprecian serán de poca monta”. 31
¡Mira! Vienen días en que ciertamente cortaré tu
brazo y el brazo de la casa de tu antepasado, de modo
que no llegue a haber viejo en tu casa. 32
Y realmente
mirarás a un adversario [en mi] morada, en medio de
todo el bien que se hace a Israel; y nunca llegará a
haber un viejo en tu casa. 33
Y, sin embargo, hay un
hombre tuyo que no cortaré de estar junto a mi altar
para hacer fallar tus ojos y causar languidez a tu alma;
pero, en su mayoría, todos los de tu casa morirán por la
espada de los hombres. 34
Y esta es para ti la señal que
les vendrá a tus dos hijos, Hofní y Finehás: En un
mismo día ambos morirán. 35
Y yo ciertamente levantaré
para mí un sacerdote fiel. En armonía con lo que está en
mi corazón y en mi alma obrará él; y ciertamente le
edificaré una casa duradera, y él ciertamente andará
delante de mi ungido siempre. 36
Y tiene que suceder
que cualquiera que quede en tu casa vendrá y se
inclinará ante él por el pago de dinero y un pan redondo,
y ciertamente dirá: “Agrégame, por favor, a uno de los
oficios sacerdotales para comer un pedazo de pan”‟”.
[Nº2] Núm. 2: ¿Qué predijo la Biblia sobre el
Mesías? (igw pág. 10) (5 min.)
PREGUNTA 6
¿Qué predijo la Biblia sobre el
Mesías?
PROFECÍA
“Oh Belén Efrata [...], de ti me saldrá aquel que ha de
llegar a ser gobernante en Israel.”
(Miqueas 5:2)
CUMPLIMIENTO
“Después que Jesús hubo nacido en Belén de Judea en
los días de Herodes el rey [...], astrólogos de las partes
orientales vinieron a Jerusalén.”
(Mateo 2:1)
PROFECÍA
“Reparten entre sí mis prendas de vestir, y sobre mi
ropa echan suertes.”
(Salmo 22:18)
CUMPLIMIENTO
“Cuando los soldados hubieron fijado a Jesús en el
madero, tomaron sus prendas de vestir exteriores e
hicieron cuatro partes [...]. Pero la prenda de vestir
interior era sin costura, pues era tejida desde arriba
toda ella. Por eso se dijeron unos a otros: ‘No la
rasguemos, sino que por suertes sobre ella
decidamos de quién será’.”
(Juan 19:23, 24)
[Nº3] Núm. 3: Asá (núm. 1). Tema: Adoremos a
Jehová con celo (it-1 págs. 221, 222) (5 min.)
ASÁ
1. El tercer rey de Judá después de la división de la nación en dos reinos. Fue hijo de Abiyam (Abías) y nieto de Rehoboam. Reinó por cuarenta y un años: de 977 a 937 a. E.C. (1Re 15:8-10.)
El celo de Asá por la adoración pura. Los veinte años transcurridos desde la división nacional en dos reinos habían saturado de apostasía a Judá y Benjamín. Asá demostró tener celo por la adoración pura “como David su antepasado” y con valor se dispuso a limpiar la tierra de los ídolos y los prostitutos de templo. Mandó quemar el “ídolo horrible” que su abuela Maacá había hecho en honor del poste sagrado, y por esta causa la destituyó del puesto de „primera dama‟ que ocupaba. (1Re 15:11-13.)
En 2 Crónicas 14:2-5 se afirma que Asá “quitó los altares extranjeros y los lugares altos y quebró las columnas sagradas y cortó los postes sagrados”. No obstante, 1 Reyes 15:14 y 2 Crónicas 15:17 refieren que “los lugares altos no los quitó”. Por consiguiente, parece que los lugares altos aludidos en el primer registro de Crónicas que se cita estaban dedicados a la adoración pagana adoptada que infectó a Judá, mientras que el libro de Reyes se refiere a lugares altos en los que la gente participaba en la adoración a Jehová. Aun después de haberse erigido el tabernáculo y de la posterior construcción del templo, ocasionalmente se ofrecían sacrificios a Jehová en lugares altos, sacrificios que le eran aceptables en circunstancias especiales, como sucedió en los casos de Samuel, David y Elías. (1Sa 9:11-19; 1Cr 21:26-30; 1Re 18:30-39.) No obstante, el lugar habitual aprobado para los sacrificios era aquel autorizado por Jehová. (Nú 33:52; Dt 12:2-14; Jos 22:29.) En los lugares altos también se llevaban a cabo formas de adoración impropias, que bien pueden haber continuado a pesar de que se quitaran los lugares altos paganos, tal vez debido a que el rey no persiguió su eliminación con el mismo vigor con que suprimió los lugares paganos. O también es posible que Asá quitara por completo todos los lugares altos, pero que brotaran de nuevo con el tiempo y no se hubieran eliminado para cuando concluyó su reinado, lo que hizo posible que los aplastara su sucesor Jehosafat.
El celo de Asá por la adoración pura resultó en bendiciones y paz procedentes de Jehová durante los diez primeros años de su reinado. (2Cr 14:1, 6.) Más
tarde, Zérah el etíope atacó Judá con un ejército de un millón de guerreros. A pesar de que los efectivos de las fuerzas enemigas eran muy superiores, Asá salió para hacer frente a la invasión en Maresah, situada a unos 38 Km. al OSO. de Jerusalén, en las tierras bajas de Judá. La ferviente oración que pronunció antes de entrar en combate fue un reconocimiento del poder de Jehová para librarle y una súplica por ayuda: “Nos apoyamos en ti, y en tu nombre hemos venido contra esta muchedumbre. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios. No permitas que el hombre mortal retenga fuerza contra ti”. El resultado fue una victoria completa. (2Cr 14:8-15.)
Después de esto, el profeta Azarías se encontró con Asá, a quien le recordó: “Jehová está con ustedes mientras ustedes resulten estar con él” y “si lo dejan, él los dejará a ustedes”. Llamó su atención a las sangrientas contiendas internas que sufrió la nación cuando se apartó de Jehová y lo instó a continuar con valor su actividad a favor de la adoración pura. (2Cr 15:1-7.) Asá reaccionó favorablemente y fortaleció a la nación en el servicio verdadero a Jehová, lo que resultó en que en el decimoquinto año de la gobernación de Asá (963 a. E.C.), una importante cantidad de personas del reino septentrional abandonaran esa región para unirse a una multitud congregada en Jerusalén, donde concertaron entrar en un pacto que manifestaba su determinación de buscar a Jehová y estipulaba la pena de muerte para aquellos que no lo guardaran. (2Cr 15:8-15.)
Intriga y guerra contra Baasá. El rey Baasá de Israel se dispuso a bloquear el paso de cualquiera que se sintiera inclinado a regresar a Judá fortificando la ciudad fronteriza de Ramá, situada en el camino principal a Jerusalén y a poca distancia al N. de dicha ciudad. Debido a un razonamiento humano o a prestar atención a algún mal consejo, Asá no se apoyó solo en Jehová, sino que recurrió a la diplomacia y a la conspiración para librarse de esta amenaza. Tomó los tesoros del templo y los de la casa real, y los envió como soborno al rey Ben-hadad de Siria con el fin de inducirlo a atacar la frontera norteña de Israel y de este modo distraer la atención de Baasá. Ben-hadad I aceptó, y su incursión en las ciudades del N. de Israel interrumpió la obra de construcción de Baasá y forzó la retirada de sus fuerzas de Ramá. Asá entonces reclutó toda la mano de obra disponible en el reino de Judá y se llevó la totalidad del abastecimiento de materiales de construcción de Baasá, que usó para edificar las ciudades de Gueba y Mizpá. (1Re 15:16-22; 2Cr 16:1-6.)
Por esta razón, Hananí el vidente se enfrentó a Asá, le señaló su inconsecuencia al no apoyarse en el Dios que le había librado de la enorme fuerza etíope y le recordó que “en cuanto a Jehová, sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él”. Debido a su necedad, Asá habría de enfrentarse a un estado de guerra continuo. Resentido por la corrección, el rey encarceló injustamente a Hananí y oprimió a otros del pueblo. (2Cr 16:7-11.)
La afirmación que se encuentra en 2 Crónicas 16:1 en cuanto a que Baasá subió contra Judá en “el año treinta y seis del reinado de Asá” ha dado origen a cierta controversia, pues la gobernación de Baasá —que comenzó en el tercer año de Asá y tan solo duró veinticuatro años— había terminado diez años antes del año trigésimo sexto de la gobernación de Asá. (1Re 15:33.) Si bien algunos opinan que se trata de un error del escriba y que la referencia es al año decimosexto o vigésimo sexto del reinado de Asá, no es necesario concluir que hubo tal error para armonizar el relato. Los comentaristas judíos citan el Seder Olam, en el que se indica que el año trigésimo sexto se calcula a partir de la existencia del reino separado de Judá (997 a. E.C.) y corresponde con el decimosexto año de Asá: Rehoboam había reinado diecisiete años; Abías, tres, y Asá se encontraba para ese entonces en su año decimosexto. (Soncino Books of the Bible, Londres, 1952, nota sobre 2Cr 16:1.) Este también fue el punto de vista del arzobispo Ussher. Además, así puede explicarse la aparente diferencia entre la afirmación de 2 Crónicas 15:19 en el sentido de que la guerra “no ocurrió sino hasta el año treinta y cinco [de hecho, el año quince] del reinado de Asá”, y la de 1 Reyes 15:16 con referencia a que “hubo guerra misma entre Asá y Baasá el rey de Israel todos los días de ellos”, por cuanto una vez que comenzaron los conflictos entre los dos reyes, continuaron sin cesar de allí en adelante, como había predicho Hananí. (2Cr 16:9.)
Enfermedad y muerte. Los tres años finales de Asá fueron dolorosos debido a una enfermedad de los pies (quizás gota), pero él, imprudentemente, procuró obtener curación física más bien que curación espiritual. A su muerte, se le dio un entierro honorable en la tumba que él mismo se había preparado en la ciudad de David. (1Re 15:23, 24; 2Cr 16:12-14.)
A pesar de la insensatez y la falta de discernimiento espiritual que manifestó en algunas ocasiones, sus buenas cualidades y el no haber apostatado sin duda pesaron más que sus errores, y se le considera uno de los reyes fieles de la línea de Judá. (2Cr 15:17.) Los cuarenta y un años de su reinado coincidieron total o parcialmente con los reinados de ocho reyes de Israel: Jeroboán, Nadab, Baasá, Elah, Zimrí, Omrí, Tibní (que gobernó sobre una parte de Israel en oposición a Omrí) y Acab. (1Re 15:9, 25, 33; 16:8, 15, 16, 21, 23, 29.) Al morir Asá, su hijo Jehosafat le sucedió en el trono. (1Re 15:24.)
2. Hijo del levita Elqaná y padre de Berekías. A su regreso del cautiverio babilonio, figuró entre los moradores de “los poblados de los netofatitas”. (1Cr 9:16.)
[R. Servicio] [Inicio]
Tema del mes: “Estén listos para toda
buena obra” (Tito 3:1). Canción 45
10 min. Estén listos para toda buena obra. Discurso
basado en el tema del mes. Lea y analice Proverbios
21:5, Tito 3:1 y 1 Pedro 3:15. Explique cómo nos
beneficia la buena preparación. Mencione
brevemente algunas de las asignaciones que se
presentarán este mes en la Reunión de Servicio y
destaque qué relación tienen con el tema del mes.
(Proverbios 21:5) Los planes del diligente propenden de
seguro a ventaja, pero todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia.
(Tito 3:1) Continúa recordándoles que estén en sujeción y
sean obedientes a los gobiernos y a las autoridades como gobernantes, que estén listos para toda buena obra,
(1 Pedro 3:15) Antes bien, santifiquen al Cristo como Señor en
su corazón, siempre listos para presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto.
10 min. Entrevista al superintendente de la Escuela
del Ministerio Teocrático. ¿Qué implica ser el
superintendente de la escuela? ¿Cómo se prepara
semanalmente para dirigir la escuela? ¿Por qué es
importante que los estudiantes preparen bien sus
asignaciones? ¿Cómo beneficia a los hermanos
repasar la información de la escuela antes de ir a la
reunión?
10 min. “Preparémonos para la Conmemoración.”
Análisis con el auditorio. Repase brevemente la
información de la página 2 de Nuestro Ministerio del
Reino de marzo de 2013. Incluya una demostración
en la que un publicador da la bienvenida a un
asistente a la Conmemoración.
Preparémonos para la
Conmemoración
Era el 13 de nisán del año 33. Jesús sabía que era la
última noche que estaría en compañía de sus amigos
más íntimos antes de ser ejecutado. Pasaría su última
Pascua con ellos y reemplazaría esa celebración por
la Cena del Señor. Como era una ocasión tan
importante, había que hacer ciertos preparativos, así
que despachó a Pedro y a Juan para que se
encargaran (Luc. 22:7-13). Desde entonces, es
importante que los cristianos que celebramos la
Conmemoración nos preparemos para esta ocasión
(Luc. 22:19). Veamos qué debemos hacer para estar
listos antes de la Conmemoración del 3 de abril.
(Lucas 22:7-13) Entonces llegó el día de las tortas no
fermentadas, en que hay que sacrificar la [víctima de la] pascua;
8 y él despachó a Pedro y a Juan, y dijo: “Vayan y
preparen la pascua para que la comamos”. 9 Ellos le dijeron:
“¿Dónde quieres que [la] preparemos?”. 10
Él les dijo: “¡Miren!
Al entrar en la ciudad los encontrará un hombre que lleva una vasija de barro con agua. Síganlo hasta dentro de la casa en que entre.
11 Y tienen que decir al dueño de la casa: „El
Maestro te dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados en que pueda comer la pascua con mis discípulos?”‟.
12 Y ese les
mostrará un cuarto grande, arriba, amueblado. Prepáren[la] allí”.
13 De modo que ellos partieron y lo hallaron así como él
les había dicho, y prepararon la pascua.
(Lucas 22:19) También, tomó un pan, dio gracias, lo partió, y
se lo dio a ellos, diciendo: “Esto significa mi cuerpo que ha de ser dado a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí”.
Preparativos por parte de los ancianos:
• Decidir si se usará el Salón del Reino u otro lugar
que tenga suficientes asientos y esté bien iluminado y
ventilado. Organizar con antelación una limpieza a
fondo del lugar donde se vaya a realizar la
Conmemoración.
• Elegir a un orador experimentado, al hermano que
presentará la reunión y a los hermanos que orarán
antes de pasar los emblemas.
• Si hubiera más de una sesión en el mismo lugar,
coordinar los horarios de las reuniones así como la
salida y entrada al edificio y al estacionamiento.
• Seleccionar a los acomodadores y a quienes pasen
los emblemas a los asistentes.
• Encargarse de que los emblemas sean adecuados, y
de que haya platos, copas y una mesa y un mantel
apropiados para la ocasión.
Preparativos por parte de los publicadores:
• Participar al máximo en la campaña de invitación a
la Conmemoración.
• Elaborar una lista de los estudiantes de la Biblia,
familiares, compañeros de escuela o de trabajo y de
otros conocidos para invitarlos a la Conmemoración.
• Hacer la lectura bíblica para la Conmemoración y
meditar en lo que lean.
• Dar la bienvenida a quienes asistan a la
Conmemoración.
Démosles la bienvenida Página 2 de Nuestro Ministerio del Reino de marzo de
2013
1. ¿Qué ocasión nos brinda una excelente
oportunidad de dar testimonio, y por qué?
1 ¿Qué mejor ocasión para dar testimonio que la
Conmemoración? Para este año, se espera que más de
diez millones de personas vengan a escuchar acerca
de las dos mayores muestras de amor, las cuales se
manifestaron mediante el rescate (Juan 3:16; 15:13).
También se enterarán de las bendiciones que están a
su alcance gracias a esta dádiva divina (Is. 65:21-23).
Pero el orador no es el único que dará testimonio ese
día. Todo publicador tendrá la oportunidad de
hacerlo dándoles a los invitados una cordial
bienvenida (Rom. 15:7).
2. ¿De qué formas podríamos hacer sentir
bienvenidos a los visitantes?
2 En vez de sentarnos a esperar en silencio a que
comience el programa, ¿por qué no saludar a los
visitantes que tengamos cerca y presentarnos? Tal
vez no estén seguros de lo que va a suceder y se
sientan un poco nerviosos. En ese caso, una cálida
sonrisa y un saludo amigable podrían tranquilizarlos.
Quizás están presentes gracias a que obtuvieron una
invitación impresa. Para saberlo, podríamos
preguntarles si es la primera vez que asisten a una
reunión o si conocen a alguien de la congregación.
Podríamos invitarlos a que se sienten con nosotros y
compartir con ellos nuestra Biblia y nuestro
cancionero. Si la Conmemoración se celebra en el
Salón del Reino, sería buena idea mostrarles las
distintas áreas. Después del discurso, preguntémosles
si tienen dudas. En caso de que la congregación deba
salir pronto para dejar entrar a otra, pudiéramos
decirles: “Quisiera saber su opinión del programa.
¿Cómo podría comunicarme con usted?”. Y entonces
hacer planes concretos para volver a hablar con ellos.
Respecto a los publicadores inactivos que asistan, los
ancianos en especial se encargarán de darles ánimo y
ayuda.
3. ¿Por qué es tan importante tomar la iniciativa
en recibir a los visitantes que asistan a la
Conmemoración?
3 Muchos visitantes serán por primera vez testigos de
la felicidad, la paz y la unidad que reinan en el paraíso
espiritual del que disfrutamos los siervos de Jehová
(Sal. 29:11; Is. 11:6-9; 65:13, 14). ¿Qué impresión se
llevarán quienes visiten nuestra congregación?
Mucho dependerá de nuestros esfuerzos por darles la
bienvenida.
Canción 8 y oración
Cántico 8 [Atalaya] [Inicio]
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Por qué celebramos la Cena del Señor
“Sigan haciendo esto en memoria de mí.” (1 COR.
11:24)
Cántico 109
¿QUÉ CONTESTARÍA? ¿Por qué debemos celebrar la Cena del Señor? ¿Qué símbolos se utilizan en la Conmemoración? ¿Qué representan? ¿Cómo reaccionan los cristianos ungidos a lo que dice la Biblia sobre su esperanza? ¿Y las otras ovejas? 1, 2. ¿Qué hizo Jesús la noche del 14 de nisán del
año 33 de nuestra era? (Vea la ilustración del
principio.)
[ 1 ] [Textos] YA HA caído la noche sobre Jerusalén,
pero la luna llena ilumina la ciudad. Es el 14 de nisán
del año 33. Jesús y sus apóstoles acaban de celebrar
la Pascua, que conmemora el momento en que los
israelitas salieron libres de Egipto mil quinientos
años atrás. Ahora, en compañía de sus 11 apóstoles
fieles, Jesús instituye una cena especial. Mediante esa
cena se recordará su muerte, que ocurrirá antes de
que concluya el día (Mat. 26:1, 2).*Nota:
Nota: Para los hebreos, el día se extendía desde una
puesta del Sol hasta la siguiente.
[ 2 ] [Textos] Después de orar, Jesús les pasa el pan
sin levadura a sus apóstoles, y les dice: “Tomen,
coman”. Entonces, sosteniendo una copa de vino, de
nuevo hace una oración, y les dice: “Beban de ella,
todos ustedes” (Mat. 26:26, 27). Ya no les ofreció más
alimentos a sus fieles amigos, pero esa cena fue
memorable, pues les enseñó muchas cosas
importantes.
3. ¿Qué preguntas contestaremos en este
artículo?
[ 3 ] [Textos] Así fue como Jesús estableció la
Conmemoración de su muerte, también llamada “la
cena del Señor” (1 Cor. 11:20). Ahora bien, ¿por qué
conmemoramos la muerte de Jesús? ¿Qué significan
el pan y el vino? ¿Cómo podemos prepararnos para la
Conmemoración? ¿Quiénes deben comer del pan y
beber del vino? ¿Y cómo reaccionan los cristianos
ungidos y las otras ovejas a lo que dice la Biblia sobre
sus respectivas esperanzas?
POR QUÉ CONMEMORAMOS LA MUERTE DE JESÚS
4. ¿Qué logró la muerte de Jesús?
[ 4 ] [Textos] Todos los descendientes de Adán
hemos heredado el pecado y la muerte (Rom. 5:12).
Ningún ser humano imperfecto puede liberarse a sí
mismo o liberar a otros de esa condena. No hay
ningún rescate que pueda pagarle a Dios en
compensación (Sal. 49:6-9). Pero, con su muerte,
Jesús ofreció algo que Dios sí podía aceptar como
rescate: su cuerpo perfecto y su sangre. Dio su vida
por nosotros y presentó ante Jehová el valor de su
sacrificio. ¿Qué logró con eso? Que podamos ser
liberados del pecado y la muerte y vivir para siempre
(Rom. 6:23; 1 Cor. 15:21, 22).
5. a) ¿Cómo sabemos que Jehová y Jesús nos
aman? b) ¿Por qué debemos asistir a la
Conmemoración?
[ 5 ] [Textos] Dios nos demostró su amor al entregar
a su Hijo como rescate (Juan 3:16). Y Jesús demostró
que también nos quiere al dar su vida por nosotros.
Antes de venir a la Tierra, cuando era el “obrero
maestro” de Dios, ya sentía mucho cariño por “los
hijos de los hombres” (Prov. 8:30, 31). Si de verdad
agradecemos lo que Jehová y Jesús han hecho por
nosotros, asistiremos a la Conmemoración. Así
obedeceremos el mandato: “Sigan haciendo esto en
memoria de mí” (1 Cor. 11:23-25).
¿QUÉ SIGNIFICAN EL PAN Y EL VINO?
6. ¿Qué son el pan y el vino de la Conmemoración?
[ 6 ] [Textos] Al instituir la Conmemoración de su
muerte, Jesús no transformó milagrosamente el pan y
el vino en su cuerpo y su sangre literales. Más bien,
con las expresiones “esto significa mi cuerpo” y “esto
significa mi ‘sangre del pacto’, que ha de ser
derramada a favor de muchos”, dejó claro que el pan
y el vino eran solo emblemas, o símbolos (Mar. 14:22-
24).
7. ¿Qué representa el pan que se usa en la
Conmemoración?
[ 7 ] [Textos] Aquella noche del año 33, Jesús usó pan
sin levadura que había sobrado de la comida de la
Pascua (Éx. 12:8). En la Biblia, la levadura a veces
está relacionada con la corrupción o el pecado (Mat.
16:6, 11, 12; Luc. 12:1). Por eso, el pan sin levadura
fue un símbolo muy apropiado para el cuerpo sin
pecado de Jesús (Heb. 7:26). Este es el pan que se usa
en la Conmemoración.
8. ¿Qué representa el vino que se usa en la
Conmemoración?
[ 8 ] [Textos] El vino que usó Jesús representó su
sangre, o su vida, igual que el vino que usamos hoy en
la Conmemoración. En un lugar a las afueras de
Jerusalén llamado el Gólgota, Jesús derramó su
sangre “para perdón de pecados” (Mat. 26:28; 27:33).
Si valoramos su sacrificio, nos prepararemos cada
año para esta ocasión tan especial.
CÓMO PODEMOS PREPARARNOS
9. a) ¿Cómo nos beneficia seguir la lectura de la
Biblia para la Conmemoración? b) ¿Qué siente
usted por el rescate?
[ 9 ] [Textos] Si seguimos el programa de lectura
bíblica para la Conmemoración que aparece en el
folleto Examinando las Escrituras diariamente,
podremos meditar en lo que Jesús hizo en los días
anteriores a su muerte. Eso nos ayudará a preparar el
corazón. Una hermana escribió: “Esperamos con
muchas ganas la Conmemoración. Cada año nos
parece más especial. Todavía recuerdo aquel día en la
funeraria en que, mirando el cuerpo sin vida de mi
padre, comencé a apreciar de verdad el rescate. [...] Sí,
conocía todos los textos sobre el tema y sabía
explicarlos perfectamente. Pero solo cuando sentí en
carne propia el dolor de la muerte, entendí el valor
del rescate y lo mucho que significa para nosotros.
¡Eso me consoló tanto!”. Cuando nos preparemos
para la Conmemoración, reflexionemos en cómo el
sacrificio de Jesús nos libera del peso del pecado y la
muerte.
Utilice las publicaciones para preparar su
corazón antes de la Conmemoración (Vea el
párrafo 9)
10. ¿De qué otra manera podemos prepararnos
para la Conmemoración?
[ 10 ] [Textos] Otra manera de prepararnos para la
Conmemoración es predicando más. Quizá hasta
podamos ser precursores auxiliares durante esos
meses. Invitemos a todos los que podamos a la Cena
del Señor. Hablar de Jehová, de su Hijo y de las
bendiciones que nos esperan nos llenará de alegría
(Sal. 148:12, 13).
11. ¿Por qué dice la Biblia que algunos corintios
participaban en la Conmemoración de forma
indigna?
[ 11 ] [Textos] Además, pensemos en lo que el
apóstol Pablo escribió a los cristianos de la
congregación de Corinto (lea 1 Corintios 11:27-34).
Destacó que cualquiera que come del pan y bebe del
vino “indignamente”, o con falta de respeto, es
“culpable respecto al cuerpo y la sangre del Señor”.
De manera que, antes de participar, el cristiano
ungido debe examinarse con cuidado para ver si Dios
aprueba su conducta porque, de no ser así, “come y
bebe juicio contra sí mismo”. Debido a su conducta
impropia, muchos corintios eran “débiles y
enfermizos, y no pocos [estaban] durmiendo en la
muerte”. Es posible que algunos de ellos comieran y
bebieran en exceso antes o durante la
Conmemoración, y que por esa razón estuvieran
mental y espiritualmente dormidos. Jehová los
desaprobó por comer del pan y beber del vino en ese
estado.
12. a) ¿A qué comparó Pablo la Conmemoración?
b) ¿Qué advertencia dio a los ungidos? c) ¿Qué
debe hacer un ungido que ha cometido un pecado
grave?
[ 12 ] [Textos] Comparando la Conmemoración a una
comida con invitados, Pablo advirtió a los ungidos:
“No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la
copa de demonios; no pueden estar participando de
‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios” (1 Cor.
10:16-21). En caso de que un ungido haya cometido
un pecado grave, debe buscar la ayuda de los
ancianos (lea Santiago 5:14-16). Si ha demostrado
que está sinceramente arrepentido, no estaría
mostrando falta de respeto por el sacrificio de Jesús
al comer del pan y beber del vino (Luc. 3:8).
13. ¿Por qué sería bueno orar sobre la esperanza
que Dios nos ha dado?
[ 13 ] [Textos] Sería bueno que, al prepararnos para
la Conmemoración, reflexionáramos y oráramos para
asegurarnos de cuál es la esperanza que Jehová ha
puesto ante nosotros. Nadie debería comer del pan y
beber del vino si no tiene pruebas claras de que es un
cristiano ungido. Eso sería una falta de respeto al
sacrificio de Jesús. ¿Cómo saber si debemos tomar o
no de los símbolos de la Conmemoración?
¿QUIÉNES BEBEN DEL VINO Y COMEN DEL PAN?
14. ¿De qué están convencidos los que toman de
los símbolos de la Conmemoración?
[ 14 ] [Textos] Los que comen del pan y beben del
vino en la Conmemoración tienen que estar
absolutamente convencidos de que han sido incluidos
en el nuevo pacto. Refiriéndose al vino, Jesús dijo:
“Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi
sangre” (1 Cor. 11:25). A través del profeta Jeremías,
Dios dijo que reemplazaría el pacto de la Ley que
había hecho con los israelitas por un nuevo pacto (lea
Jeremías 31:31-34). Jehová hizo ese nuevo pacto con
los israelitas espirituales (Gál. 6:15, 16). Este acuerdo
tuvo validez gracias al sacrificio de Cristo mediante
su sangre derramada (Luc. 22:20). Jesús es el
mediador del nuevo pacto, y los ungidos fieles vivirán
con él en el cielo (Heb. 8:6; 9:15).
15. a) ¿Quiénes están incluidos en el pacto del
Reino? b) ¿De qué privilegio disfrutarán los
ungidos si se mantienen fieles?
[ 15 ] [Textos] Los cristianos ungidos saben que han
sido incluidos también en el pacto del Reino (lea
Lucas 12:32). Este pacto lo estableció Jesús con
quienes se mantuvieron a su lado y también
aguantaron “sus sufrimientos” (Filip. 3:10). Y, gracias
a este acuerdo, todos los ungidos fieles tendrán el
privilegio de reinar en el cielo con Jesús para siempre
(Rev. 22:5). Estos cristianos pueden, por tanto, tomar
del pan y del vino en la cena del Señor.
16. Explique brevemente el significado de
Romanos 8:15-17.
[ 16 ] [Textos] Solo pueden tomar del pan y del vino
quienes tienen el testimonio del espíritu de que son
hijos de Dios (lea Romanos 8:15-17). Notemos que
Pablo usó la palabra abba, que significa “¡oh, padre!”.
Este es un término cariñoso que un niño podía usar al
dirigirse a su padre, y combina la cercanía de la
palabra papá con el respeto que transmite la palabra
padre. Expresa muy bien la relación tan especial que
los ungidos llegan a tener con Jehová cuando reciben
“un espíritu de adopción como hijos”. El espíritu
santo de Dios “da testimonio con [el] espíritu” de
ellos en el sentido de que les ayuda a entender que
son hijos ungidos de Dios. No se trata simplemente de
que no les llama la atención vivir en la Tierra. Más
bien, están convencidos de que, si se mantienen fieles
hasta la muerte, serán herederos con Cristo en el
Reino celestial. Hoy ya solo queda en la Tierra un
pequeño grupo de los 144.000 hijos de Dios que
“tienen una unción del santo” (1 Juan 2:20; Rev.
14:1). Se sienten tan cerca de Jehová que pueden
decirle: “¡Abba, Padre!”.
DOS ESPERANZAS, DOS FORMAS DE SENTIR
17. a) ¿Qué perspectiva tienen los ungidos? b)
¿Cómo saben que han sido ungidos?
[ 17 ] [Textos] Si usted es un cristiano ungido, sin
duda menciona con frecuencia su esperanza de ir al
cielo cuando le ora a Jehová. Y lo que dice la Biblia
tiene un significado especial para usted. Por ejemplo,
cuando esta habla de la boda en el cielo de Jesús y “su
novia”, sabe que eso se refiere a usted, y anhela que
llegue ese momento (2 Cor. 11:2; Juan 3:27-29; Rev.
21:2, 9-14). Cuando Dios expresa en la Biblia el amor
que siente por sus hijos espirituales, usted piensa:
“Está hablando de mí”. Y cuando encuentra en la
Biblia instrucciones dirigidas a los ungidos, el espíritu
santo lo impulsa a obedecer y a decir en su corazón:
“Eso es para mí”. Así es como el espíritu de Dios “da
testimonio” de que usted tiene la perspectiva de ir al
cielo.
18. a) ¿Qué perspectiva tienen las “otras ovejas”?
b) ¿Qué siente usted cuando piensa en su
esperanza?
[ 18 ] [Textos] Por otro lado, si usted forma parte de
la “gran muchedumbre” de “otras ovejas”, Dios le ha
dado la esperanza de vivir en la Tierra (Rev. 7:9; Juan
10:16). Desea vivir para siempre en el Paraíso, y le
encanta meditar en lo que la Biblia dice sobre cómo
será la vida en la Tierra. Anhela que llegue el día en
que pueda disfrutar de paz absoluta junto con su
familia y sus amigos. Y está deseando que el hambre,
la pobreza, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte
dejen de existir (Sal. 37:10, 11, 29; 67:6; 72:7, 16; Is.
33:24). No ve la hora de que resuciten sus seres
queridos para darles la bienvenida (Juan 5:28, 29).
Sin duda, está muy agradecido a Jehová por ofrecerle
ese maravilloso futuro. Y aunque no toma del pan y
del vino, asiste a la Conmemoración para demostrarle
lo mucho que agradece el sacrificio de rescate de su
Hijo.
¿ASISTIRÁ?
19, 20. a) ¿Qué debe hacer para que su esperanza
se haga realidad? b) ¿Qué razones tiene para
asistir a la Conmemoración?
[ 19 ] [Textos] Sea cual sea su esperanza, si quiere
que se haga realidad, es necesario que ejerza fe en
Jehová, Jesús y el rescate. Durante la Conmemoración
podrá meditar en su esperanza y en lo importante
que fue la muerte de Jesús. Cuando se ponga el Sol el
viernes 3 de abril de 2015, millones de personas por
todo el mundo celebrarán la Cena del Señor en los
Salones del Reino de los Testigos de Jehová y en otros
lugares.
[ 20 ] [Textos] Si usted asiste a la Conmemoración,
se sentirá aún más agradecido por el rescate.
Escuchar con atención la conferencia que se
presentará lo motivará a demostrar amor por las
personas y a hablarles de cuánto nos ama Jehová y de
lo que hará por nosotros en el futuro (Mat. 22:34-40).
¡No se pierda esta celebración única!
Textos del Libro
Párrafo 9
(Juan 7:45, 46) Por lo tanto, los oficiales volvieron a los sacerdotes principales y fariseos, y estos les dijeron: “¿Por qué no lo trajeron?”.
46 Los oficiales respondieron:
“Jamás ha hablado [otro] hombre así”.
(Juan 8:23) Así que él pasó a decirles: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.
Párrafo 10
(Mateo 13:34) Todas estas cosas habló Jesús a las muchedumbres por ilustraciones. En verdad, sin ilustración no les hablaba;
(Mateo 11:16-19) ”¿A quién compararé esta generación? Es semejante a los niñitos sentados en las plazas de mercado, que dan voces a sus compañeros de juego,
17 y dicen: „Les tocamos la flauta, pero no
danzaron; plañimos, pero no se golpearon en desconsuelo‟.
18 Correspondientemente, Juan vino sin
comer ni beber, pero dicen: „Tiene demonio‟; 19
el Hijo del hombre sí vino comiendo y bebiendo, y no obstante dicen: „¡Miren! Un hombre glotón y dado a beber vino, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores‟. De todos modos, la sabiduría queda probada justa por sus obras”.
(Mateo 13:3-8) Entonces les dijo muchas cosas por ilustraciones, diciendo: “¡Miren! Un sembrador salió a sembrar;
4 y al ir sembrando, algunas [semillas] cayeron
a lo largo del camino, y vinieron las aves y se las comieron.
5 Otras cayeron sobre pedregales donde no
tenían mucha tierra, y brotaron en seguida por no tener
profundidad de tierra. 6 Pero cuando salió el sol, se
chamuscaron, y, por no tener raíz, se marchitaron. 7 Otras, también, cayeron entre los espinos, y los
espinos crecieron y las ahogaron. 8 Otras más cayeron
sobre la tierra excelente, y daban fruto, esta de a ciento por uno, aquella de a sesenta, la otra de a treinta.
(Mateo 13:33) Otra ilustración les habló: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada”.
(Mateo 13:47-50) ”Otra vez: el reino de los cielos es semejante a una red barredera bajada al mar, y que recoge [peces] de todo género.
48 Cuando se llenó, la
sacaron sobre la playa y, sentándose, juntaron los excelentes en receptáculos, pero tiraron los que no eran apropiados.
49 Así es como será en la conclusión del
sistema de cosas: saldrán los ángeles y separarán a los inicuos de entre los justos,
50 y los echarán en el horno
de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes.
(Mateo 18:12-14) ”¿Qué les parece? Si cierto hombre llega a tener cien ovejas y una de ellas se descarría, ¿no dejará las noventa y nueve sobre las montañas y emprenderá una búsqueda por la que anda descarriada?
13 Y si sucede que la halla, de seguro les
digo, se regocija más por ella que por las noventa y nueve que no se han descarriado.
14 Así mismo, no es
cosa deseable a mi Padre que está en el cielo el que uno de estos pequeños perezca.
Párrafo 11
(Lucas 15:11-32) Entonces dijo: “Cierto hombre tenía
dos hijos. 12
Y el más joven de ellos dijo a su padre:
„Padre, dame la parte que me corresponde de la
hacienda‟. Entonces él les dividió su medio de vivir. 13
Más tarde, no muchos días después, el hijo más joven
recogió todas las cosas y viajó al extranjero a un país
distante, y allí malgastó su hacienda viviendo una vida
disoluta. 14
Cuando lo hubo gastado todo, ocurrió un
hambre severa por todo aquel país, y él comenzó a
padecer necesidad. 15
Hasta fue y se acogió a uno de
los ciudadanos de aquel país, y este lo envió a sus
campos a guardar cerdos. 16
Y deseaba saciarse de las
algarrobas que comían los cerdos, y nadie le daba
[nada]. 17
”Cuando recobró el juicio, dijo: „¡Cuántos
asalariados de mi padre tienen pan en abundancia,
mientras yo aquí perezco de hambre! 18
Me levantaré y
haré el viaje a donde mi padre, y le diré: “Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti. 19
Ya no soy digno de
ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus
asalariados”‟. 20
De modo que se levantó y fue a donde
su padre. Mientras él estaba todavía lejos, su padre
alcanzó a verlo, y se enterneció, y corrió y se le echó
sobre el cuello y lo besó tiernamente. 21
Entonces el hijo
le dijo: „Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya
no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno
de tus asalariados‟. 22
Pero el padre dijo a sus esclavos:
„¡Pronto!, saquen una ropa larga, la mejor, y vístanlo con
ella, y pónganle un anillo en la mano y sandalias en los
pies. 23
Y traigan el torillo cebado, degüéllenlo, y
comamos y gocemos, 24
porque este hijo mío estaba
muerto y volvió a vivir; estaba perdido y fue hallado‟. Y
comenzaron a gozar. 25
”Pues bien, su hijo mayor
estaba en el campo; y a medida que venía y se
acercaba a la casa oyó un concierto de música y
danzas. 26
De modo que llamó a sí a uno de los
sirvientes e inquirió qué significaban estas cosas. 27
Él le
dijo: „Tu hermano ha venido, y tu padre degolló el torillo
cebado, porque lo recobró en buena salud‟. 28
Pero él
se airó, y no quiso entrar. Entonces su padre salió y se
puso a suplicarle. 29
En respuesta, él dijo a su padre:
„Hace ya tantos años que he trabajado para ti como un
esclavo, y ni una sola vez transgredí tu mandamiento, y,
no obstante, a mí ni una sola vez me diste un cabrito
para que gozara con mis amigos. 30
Pero tan pronto
como llegó este hijo tuyo que se comió tu medio de vivir
con las rameras, le degollaste el torillo cebado‟. 31
Entonces él le dijo: „Hijo, tú siempre has estado
conmigo, y todas las cosas que son mías son tuyas; 32
pero simplemente teníamos que gozar y tener
regocijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y
llegó a vivir, y estaba perdido y fue hallado‟”.
Párrafo 12
(Mateo 12:24-30) Al oír esto, los fariseos dijeron: “Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebub, el gobernante de los demonios”. 25
Conociendo sus pensamientos, él les dijo: “Todo reino dividido contra sí mismo viene a parar en desolación, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá en pie.
26 Así mismo, si Satanás expulsa a
Satanás, ha llegado a estar dividido contra sí mismo; entonces, ¿cómo podrá estar en pie su reino? 27
Además, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebub, ¿por medio de quién los expulsan los hijos de ustedes? Por eso, ellos serán sus jueces.
28 Pero si
es por medio del espíritu de Dios como yo expulso a los demonios, el reino de Dios verdaderamente los ha alcanzado.
29 ¿O cómo puede alguien invadir la casa de
un hombre fuerte y arrebatar sus bienes muebles, a menos que primero ate al fuerte? Y entonces saqueará su casa.
30 El que no está de parte mía, contra mí está;
y el que no recoge conmigo, desparrama.
(Mateo 17:24-27) Después que llegaron a Capernaum, se acercaron a Pedro los hombres que cobran [el impuesto de] los dos dracmas y dijeron: “¿No paga el maestro de ustedes [el impuesto de] los dos dracmas?”. 25
Él dijo: “Sí”. Sin embargo, cuando entró en la casa, Jesús se le anticipó, diciendo: “¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes reciben los reyes de la tierra contribuciones o la capitación? ¿De sus hijos, o de los
extraños?”. 26
Cuando él dijo: “De los extraños”, Jesús le dijo: “Entonces, realmente, los hijos están libres de impuestos.
27 Pero para que no los hagamos tropezar,
ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que suba y, al abrirle la boca, hallarás una moneda de estater. Toma esa y dásela a ellos por mí y por ti”.
(Mateo 22:41-46) Luego, mientras estaban reunidos los fariseos, Jesús les preguntó:
42 “¿Qué les parece del
Cristo? ¿De quién es hijo?”. Le dijeron: “De David”. 43
Él les dijo: “Entonces, ¿cómo es que David por inspiración lo llama „Señor‟, diciendo:
44 „Jehová dijo a mi Señor:
“Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies”‟?
45 Por lo tanto, si David lo llama
„Señor‟, ¿cómo es él su hijo?”. 46
Y nadie podía decir una palabra en respuesta a él, ni se atrevió nadie desde aquel día a interrogarle ya más.
(Marcos 11:27-33) Y vinieron de nuevo a Jerusalén. Y al ir él andando por el templo, los sacerdotes principales y los escribas y los ancianos se le acercaron
28 y se
pusieron a decirle: “¿Con qué autoridad haces estas cosas?, ¿o quién te dio esta autoridad para hacer estas cosas?”.
29 Jesús les dijo: “Yo les haré una pregunta.
Contéstenme, y yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas.
30 El bautismo de Juan, ¿era del
cielo, o de los hombres? Contéstenme”. 31
De modo que razonaban entre sí, diciendo: “Si decimos: „Del cielo‟, dirá: „Entonces, ¿por qué no le creyeron?‟.
32 Pero, ¿nos
atrevemos a decir: „De los hombres‟?”... Temían a la muchedumbre, porque todos estos sostenían que Juan realmente había sido profeta.
33 Pues, en respuesta a
Jesús dijeron: “No sabemos”. Y Jesús les dijo: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas”.
(Mateo 21:23-27) Entonces, después que entró en el templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras estaba enseñando, y dijeron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?”.
24 En respuesta, Jesús les
dijo: “Yo, también, les preguntaré una cosa. Si me la dicen, yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas:
25 El bautismo por Juan, ¿de dónde era? ¿Del
cielo, o de los hombres?”. Pero ellos empezaron a razonar entre sí, diciendo: “Si decimos: „Del cielo‟, nos dirá: „Entonces, ¿por qué no le creyeron?‟.
26 Sin
embargo, si decimos: „De los hombres‟, tenemos la muchedumbre a quien temer, porque todos tienen a Juan por profeta”.
27 De modo que, en respuesta a
Jesús, dijeron: “No sabemos”. Él, a su vez, les dijo: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas.
Párrafo 13
(Lucas 10:25-37) Entonces, ¡mira!, cierto hombre
versado en la Ley se levantó, para probarlo, y dijo:
“Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida
eterna?”. 26
Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley?
¿Cómo lees?”. 27
Contestando, este dijo: “„Tienes que
amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente‟, y, „a
tu prójimo como a ti mismo‟”. 28
Él le dijo: “Contestaste
correctamente; „sigue haciendo esto y conseguirás la
vida‟”. 29
Pero, queriendo probar que era justo, el
hombre dijo a Jesús: “¿Quién, verdaderamente, es mi
prójimo?”. 30
Respondiendo, Jesús dijo: “Cierto hombre
bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó entre salteadores,
que lo despojaron y también le descargaron golpes, y se
fueron, dejándolo medio muerto. 31
Ahora bien, por
casualidad, cierto sacerdote bajaba por aquel camino,
pero, cuando lo vio, pasó por el otro lado. 32
Así mismo,
un levita también, cuando bajó al lugar y lo vio, pasó por
el otro lado. 33
Pero cierto samaritano que viajaba por el
camino llegó a donde estaba y, al verlo, se enterneció. 34
De modo que se le acercó y le vendó sus heridas, y
vertió en ellas aceite y vino. Luego lo montó sobre su
propia bestia y lo llevó a un mesón y lo cuidó. 35
Y al día
siguiente sacó dos denarios, se los dio al mesonero, y
dijo: „Cuídalo, y lo que gastes además de esto, te lo
pagaré cuando vuelva acá‟. 36
¿Quién de estos tres te
parece haberse hecho prójimo del que cayó entre los
salteadores?”. 37
Él dijo: “El que actuó
misericordiosamente para con él”. Entonces Jesús le
dijo: “Ve y haz tú lo mismo”.
Párrafo 14
(Juan 4:9) Por lo tanto, la mujer, la samaritana, le dijo:
“¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de
beber a mí, que soy mujer samaritana?”. (Porque los
judíos no se tratan con los samaritanos.)
Párrafo 15
(Mateo 7:28, 29) Ahora bien, cuando Jesús terminó estos dichos, el efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar;
29 porque
les enseñaba como persona que tiene autoridad, y no como sus escribas.
(Marcos 8:1, 2) En aquellos días, cuando otra vez hubo una muchedumbre grande y no tenían qué comer, mandó llamar a los discípulos y les dijo:
2 “Me
compadezco de la muchedumbre, porque ya son tres días que han permanecido cerca de mí y no tienen qué comer;
Textos Atalaya
Párrafo 1
(Mateo 26:1-2) 26 Ahora bien, cuando Jesús hubo
acabado todos estos dichos dijo a sus discípulos: 2
“Saben que de aquí a dos días ocurre la pascua, y el Hijo
del hombre ha de ser entregado para ser fijado en un
madero”.
Párrafo 2
(Mateo 26:26-27) 26 Mientras continuaron comiendo,
Jesús tomó un pan y, después de decir una bendición, lo
partió y, dándolo a los discípulos, dijo: “Tomen, coman.
Esto significa mi cuerpo”. 27 También, tomó una copa
y, habiendo dado gracias, la dio a ellos, diciendo:
“Beban de ella, todos ustedes;
Párrafo 3
(1 Corintios 11:20) 20 Por esto, cuando se juntan en un
mismo lugar, no es posible comer la cena del Señor.
Párrafo 4
(Romanos 5:12) 12 Por eso, así como por medio de un
solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte
mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos
los hombres porque todos habían pecado...
(Salmos 49:6-9) 6 Los que están confiando en sus
medios de mantenimiento, y que siguen jactándose
acerca de la abundancia de sus riquezas, 7 ni uno de
ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un
hermano, ni dar a Dios un rescate por él 8 (y el precio
de redención del alma de ellos es tan precioso que ha
cesado hasta tiempo indefinido); 9 para que todavía
viva para siempre [y] no vea el hoyo.
(Romanos 6:23) 23 Porque el salario que el pecado
paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna
por Cristo Jesús nuestro Señor.
(1 Corintios 15:21-22) 21 Pues, dado que la muerte es
mediante un hombre, la resurrección de los muertos
también es mediante un hombre. 22 Porque así como
en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo
todos serán vivificados.
Párrafo 5
(Juan 3:16) 16 ”Porque tanto amó Dios al mundo que
dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe
en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.
(Proverbios 8:30-31) 30 entonces llegué a estar a su
lado como un obrero maestro, y llegué a ser aquella con
quien él estuvo especialmente encariñado día a día, y
estuve alegre delante de él todo el tiempo, 31 pues
estuve alegre por el terreno productivo de su tierra, y
las cosas que fueron el objeto de mi cariño estuvieron
con los hijos de los hombres.
(1 Corintios 11:23-25) 23 Porque yo recibí del Señor lo
que también les transmití, que el Señor Jesús, la noche
en que iba a ser entregado, tomó un pan 24 y, después
de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto significa mi cuerpo
a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de
mí”. 25 Hizo lo mismo respecto a la copa también,
después de haber cenado, al decir: “Esta copa significa
el nuevo pacto en virtud de mi sangre. Sigan haciendo
esto, cuantas veces la beban, en memoria de mí”.
Párrafo 6
(Marcos 14:22-24) 22 Y mientras continuaban
comiendo, él tomó un pan, y habiendo dicho una
bendición, lo partió y se lo dio a ellos, y dijo: “Tómenlo;
esto significa mi cuerpo”. 23 Y tomando una copa,
ofreció gracias y se la dio a ellos, y todos bebieron de
ella. 24 Y les dijo: “Esto significa mi ‘sangre del pacto’,
que ha de ser derramada a favor de muchos.
Párrafo 7
(Éxodo 12:8) 8 ”’Y tienen que comer la carne esa misma
noche. Deben comerla asada al fuego y con tortas no
fermentadas junto con verduras amargas.
(Mateo 16:6) 6 Jesús les dijo: “Mantengan los ojos
abiertos y guárdense de la levadura de los fariseos y
saduceos”.
(Mateo 16:11-12) 11 ¿Cómo no disciernen que no les
hablé acerca de panes? Mas guárdense de la levadura
de los fariseos y saduceos”. 12 Entonces
comprendieron que no les había dicho que se guardaran
de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los
fariseos y saduceos.
(Lucas 12:1) 12 Entretanto, cuando los de la
muchedumbre se hubieron reunido en tantos millares
que se pisaban unos a otros, él comenzó por decir
primero a sus discípulos: “Guárdense de la levadura de
los fariseos, que es la hipocresía.
(Hebreos 7:26) 26 Porque tal sumo sacerdote nos era
apropiado: leal, sin engaño, incontaminado, separado
de los pecadores, y llegado a ser más alto que los cielos.
Párrafo 8
(Mateo 26:28) 28 porque esto significa mi ‘sangre del
pacto’, que ha de ser derramada a favor de muchos
para perdón de pecados.
(Mateo 27:33) 33 Y cuando llegaron a un lugar llamado
Gólgota, es decir, Lugar del Cráneo,
Párrafo 9
Párrafo 10
(Salmos 148:12-13) 12 ustedes los jóvenes y también
ustedes las vírgenes, viejos junto con muchachos. 13
Alaben ellos el nombre de Jehová, porque solo su
nombre es inalcanzablemente alto. Su dignidad está por
encima de tierra y cielo.
Párrafo 11
(1 Corintios 11:27-34) 27 Por consiguiente, cualquiera
que coma el pan o beba la copa del Señor
indignamente, será culpable respecto al cuerpo y la
sangre del Señor. 28 Primero apruébese el hombre a sí
mismo después de escrutinio, y así coma del pan y beba
de la copa. 29 Porque el que come y bebe, come y bebe
juicio contra sí mismo si no discierne el cuerpo. 30 A
eso se debe que muchos entre ustedes estén débiles y
enfermizos, y no pocos estén durmiendo [en la muerte].
31 Pero si discerniéramos lo que nosotros mismos
somos, no se nos juzgaría. 32 Sin embargo, cuando se
nos juzga, somos disciplinados por Jehová, para que no
lleguemos a ser condenados con el mundo. 33 Por
consiguiente, hermanos míos, cuando se juntan para
comer[la], espérense unos a otros. 34 Si alguno tiene
hambre, que coma en su casa, para que no se junten
para juicio. Pero los demás asuntos los pondré en orden
cuando llegue allá.
Párrafo 12
(1 Corintios 10:16-21) 16 La copa de bendición que
bendecimos, ¿no es un participar de la sangre del
Cristo? El pan que partimos, ¿no es un participar del
cuerpo del Cristo? 17 Porque hay un solo pan, nosotros,
aunque muchos, somos un solo cuerpo, porque todos
participamos de ese solo pan. 18 Miren a aquello que
es Israel según la carne: Los que comen los sacrificios,
¿no son partícipes con el altar? 19 Entonces, ¿qué he
de decir? ¿Que lo que se sacrifica a un ídolo es algo, o
que un ídolo es algo? 20 No; pero digo que las cosas
que las naciones sacrifican, a demonios las sacrifican, y
no a Dios; y no quiero que ustedes se hagan partícipes
con los demonios. 21 No pueden estar bebiendo la
copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar
participando de “la mesa de Jehová” y de la mesa de
demonios.
(Santiago 5:14-16) 14 ¿Hay alguno enfermo entre
ustedes? Que llame a [sí] a los ancianos de la
congregación, y que ellos oren sobre él, untándo[lo] con
aceite en el nombre de Jehová. 15 Y la oración de fe
sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará. También, si
hubiera cometido pecados, se le perdonará. 16 Por lo
tanto, confiesen abiertamente sus pecados unos a otros
y oren unos por otros, para que sean sanados. El ruego
del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho
vigor.
(Lucas 3:8) 8 Por lo tanto, produzcan frutos propios del
arrepentimiento. Y no comiencen a decir dentro de sí:
‘Por padre tenemos a Abrahán’. Porque les digo que
Dios tiene poder para levantar de estas piedras hijos a
Abrahán.
Párrafo 13
Párrafo 14
(1 Corintios 11:25) 25 Hizo lo mismo respecto a la copa
también, después de haber cenado, al decir: “Esta copa
significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre. Sigan
haciendo esto, cuantas veces la beban, en memoria de
mí”.
(Jeremías 31:31-34) 31 “¡Mira! Vienen días —es la
expresión de Jehová—, y ciertamente celebraré con la
casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto; 32
no uno como el pacto que celebré con sus antepasados
en el día que los tomé de la mano para sacarlos de la
tierra de Egipto, ‘el cual pacto mío ellos mismos
quebrantaron, aunque yo mismo los poseía como
dueño marital’, es la expresión de Jehová.” 33 “Porque
este es el pacto que celebraré con la casa de Israel
después de aquellos días —es la expresión de Jehová—.
Ciertamente pondré mi ley dentro de ellos, y en su
corazón la escribiré. Y ciertamente llegaré a ser su Dios,
y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo.” 34 “Y ya no
enseñarán cada uno a su compañero y cada uno a su
hermano, diciendo: ‘¡Conozcan a Jehová!’, porque todos
ellos me conocerán, desde el menor de ellos aun hasta
el mayor de ellos —es la expresión de Jehová—. Porque
perdonaré su error, y no me acordaré más de su
pecado.”
(Gálatas 6:15-16) 15 Porque ni la circuncisión es nada,
ni la incircuncisión, sino una nueva creación [es algo]. 16
Y a todos los que hayan de andar ordenadamente por
esta regla de conducta, sobre ellos haya paz y
misericordia, sí, sobre el Israel de Dios.
(Lucas 22:20) 20 También, la copa de la misma manera
después que hubieron cenado, diciendo él: “Esta copa
significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha
de ser derramada a favor de ustedes.
(Hebreos 8:6) 6 Pero ahora [Jesús] ha obtenido un
servicio público más admirable, de modo que también
es mediador de un pacto correspondientemente mejor,
que ha sido establecido legalmente sobre mejores
promesas.
(Hebreos 9:15) 15 Por eso él es mediador de un nuevo
pacto, para que, habiendo ocurrido una muerte para la
liberación [de ellos] por rescate de las transgresiones
bajo el pacto anterior, los que han sido llamados
reciban la promesa de la herencia eterna.
Párrafo 15
(Lucas 12:32) 32 ”No teman, rebaño pequeño, porque
su Padre ha aprobado darles el reino.
(Filipenses 3:10) 10 a fin de conocerlo a él y el poder de
su resurrección y una participación en sus sufrimientos,
sometiéndome a una muerte como la de él,
(Revelación 22:5) 5 Además, ya no habrá noche, y no
tienen necesidad de luz de lámpara ni [tienen] luz solar,
porque Jehová Dios arrojará luz sobre ellos, y reinarán
para siempre jamás.
Párrafo 16
(Romanos 8:15-17) 15 Porque ustedes no recibieron un
espíritu de esclavitud que ocasione temor de nuevo,
sino que recibieron un espíritu de adopción como hijos,
espíritu por el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”. 16 El
espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de
que somos hijos de Dios. 17 Pues, si somos hijos,
también somos herederos: herederos por cierto de
Dios, pero coherederos con Cristo, con tal que suframos
juntamente para que también seamos glorificados
juntamente.
(1 Juan 2:20) 20 Y ustedes tienen una unción del santo;
todos ustedes tienen conocimiento.
(Revelación 14:1) 14 Y vi, y, ¡miren!, el Cordero de pie
sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro
mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y
el nombre de su Padre.
Párrafo 17
(2 Corintios 11:2) 2 Porque estoy celoso de ustedes con
un celo piadoso, porque yo personalmente los prometí
en matrimonio a un solo esposo para presentarlos cual
virgen casta al Cristo.
(Juan 3:27-29) 27 En respuesta, Juan dijo: “El hombre
no puede recibir una sola cosa a menos que se le haya
dado del cielo. 28 Ustedes mismos me dan testimonio
de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido
enviado delante de aquel. 29 El que tiene la novia es el
novio. Sin embargo, el amigo del novio, cuando está de
pie y lo oye, tiene mucho gozo a causa de la voz del
novio. Por eso, este gozo mío se ha hecho pleno.
(Revelación 21:2) 2 Vi también la santa ciudad, la Nueva
Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y
preparada como una novia adornada para su esposo.
(Revelación 21:9-14) 9 Y vino uno de los siete ángeles
que tenían los siete tazones que estaban llenos de las
siete últimas plagas, y habló conmigo y dijo: “Ven acá,
te mostraré a la novia, la esposa del Cordero”. 10 De
modo que me llevó en [el poder del] espíritu a una
montaña grande y encumbrada, y me mostró la santa
ciudad de Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios,
11 y que tenía la gloria de Dios. Su resplandor era
semejante a una piedra preciosísima, como piedra de
jaspe que brillara con claridad cristalina. 12 Tenía un
muro grande y encumbrado, y tenía doce puertas, y a
las puertas doce ángeles, y había nombres inscritos, que
son los de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Al
oriente había tres puertas, y al norte tres puertas, y al
sur tres puertas, y al occidente tres puertas. 14 El muro
de la ciudad también tenía doce piedras de
fundamento, y sobre ellas los doce nombres de los doce
apóstoles del Cordero.
Párrafo 18
(Revelación 7:9) 9 Después de estas cosas vi, y, ¡miren!,
una gran muchedumbre, que ningún hombre podía
contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y
lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero,
vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de
palmera en sus manos.
(Juan 10:16) 16 ”Y tengo otras ovejas, que no son de
este redil; a esas también tengo que traer, y escucharán
mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.
(Salmos 37:10-11) 10 Y solo un poco más de tiempo, y
el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su
lugar, y él no será. 11 Pero los mansos mismos
poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite
exquisito en la abundancia de paz.
(Salmos 37:29) 29 Los justos mismos poseerán la tierra,
y residirán para siempre sobre ella.
(Salmos 67:6) 6 La tierra misma ciertamente dará su
producto; Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.
(Salmos 72:7) 7 En sus días el justo brotará, y la
abundancia de paz hasta que la luna ya no sea.
(Salmos 72:16) 16 Llegará a haber abundancia de grano
en la tierra; en la cima de las montañas habrá
sobreabundancia. El fruto de él será como en el Líbano,
y los que son de la ciudad florecerán como la vegetación
de la tierra.
(Isaías 33:24) 24 Y ningún residente dirá: “Estoy
enfermo”. La gente que more en *la tierra+ constará de
los que habrán sido perdonados por su error.
(Juan 5:28-29) 28 No se maravillen de esto, porque
viene la hora en que todos los que están en las tumbas
conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que
hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los
que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.
Párrafo 19
Párrafo 20
(Mateo 22:34-40) 34 Los fariseos, después de oír que
había hecho callar a los saduceos, se juntaron en un
grupo. 35 Y uno de ellos, versado en la Ley, preguntó,
para probarlo: 36 “Maestro, ¿cuál es el mandamiento
más grande de la Ley?”. 37 Él le dijo: “‘Tienes que amar
a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma
y con toda tu mente’. 38 Este es el más grande y el
primer mandamiento. 39 El segundo, semejante a él, es
este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’.
40 De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los
Profetas”.
Cántico 44
El gozo de la cosecha
(Mateo 13:1-23)
1. Hay que recoger la cosecha,
los campos están blancos ya.
Los ángeles son segadores,
¡qué gozo poder ayudar!
Jesús laboró con gran celo
en toda ocasión y lugar.
Su ejemplo nos sirve de inspiración:
¡vayamos al campo a segar!
2. Amor a Dios y al semejante
es lo que nos debe impulsar.
Tenemos que actuar con urgencia:
el fin a las puertas está.
Obreros de Dios todos somos,
mayor privilegio no hay.
Aquel que hasta el fin se mantenga fiel
su premio sin falta tendrá.
(Véanse también Mat. 24:13; 1 Cor. 3:9; 2 Tim. 4:2.)
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Cántico 45
¡Adelante!
(Hebreos 6:1)
1. ¡Adelante, adelante a la madurez!
Crece cada vez más en conocimiento y fe.
Trata de mejorar siempre tu quehacer,
y Dios te bendecirá.
El mandato que nos dio el Señor,
cumplirás con gran dedicación.
Pide a Dios que te dé fuerzas y valor,
él no te abandonará.
2. ¡Adelante, adelante, sin desmayar!
Buenas nuevas eternas anuncia en todo hogar.
A Jehová, nuestro Rey, debes alabar,
su mensaje difundir.
No sucumbas jamás al temor,
nunca aflojes en tu comisión.
Deja oír la verdad con potente voz,
fiel mantente hasta el fin.
3. ¡Adelante, adelante! ¡Ni un paso atrás!
La labor grande es, hazte hábil y capaz.
Busca dar lo mejor de ti a Jehová,
solo así serás feliz.
Por amor ve a buscar con afán
al que quiera escuchar la verdad.
Con tu ayuda podrá madurez lograr
y la vida conseguir.
(Véanse también Fili. 1:27; 3:16; Heb. 10:39.) volver
Cántico 8
La Cena del Señor
(Mateo 26:26-30)
1. Jehová, Padre omnipotente,
es esta una fecha especial.
En el día catorce del mes de nisán,
tu gloria Israel vio brillar.
Comieron cordero de Pascua,
marcharon a la libertad.
Cristo siglos más tarde su sangre vertió
como manso cordero pascual.
2. Señor, ante ti nos hallamos,
ovejas de tu gran redil,
llenos de gratitud, pues a tu Hijo, Jesús,
enviaste a la Tierra a morir.
¡Qué muestra de amor tan sublime!
No la olvidaremos jamás.
Seguiremos las huellas que Cristo dejó,
y la vida sin fin nos darás.
(Véanse también Luc. 22:14-20; 1 Cor. 11:23-26.) volver
Cántico 8
La Cena del Señor
(Mateo 26:26-30)
1. Jehová, Padre omnipotente,
es esta una fecha especial.
En el día catorce del mes de nisán,
tu gloria Israel vio brillar.
Comieron cordero de Pascua,
marcharon a la libertad.
Cristo siglos más tarde su sangre vertió
como manso cordero pascual.
2. Señor, ante ti nos hallamos,
ovejas de tu gran redil,
llenos de gratitud, pues a tu Hijo, Jesús,
enviaste a la Tierra a morir.
¡Qué muestra de amor tan sublime!
No la olvidaremos jamás.
Seguiremos las huellas que Cristo dejó,
y la vida sin fin nos darás.
(Véanse también Luc. 22:14-20; 1 Cor. 11:23-26.) volver
Cántico 109
Alabemos al Primogénito de Jehová
(Hebreos 1:6)
1. Dios ha coronado
a Cristo en el monte Sión.
Al pobre hará justicia,
dará fin a la opresión.
Por el amor tan grande
que siente por Jehová,
él limpiará Su nombre
y lo enaltecerá.
(ESTRIBILLO)
Alabemos juntos
al Rey que Dios consagró,
aquel que es el principio
de toda la creación.
2. Cristo, por su muerte,
a todos nos rescató,
abriendo así el camino
a la reconciliación.
Su novia va vestida
de blanco virginal,
sus bodas en el cielo
darán gloria a Jehová.
(ESTRIBILLO)
Alabemos juntos
al Rey que Dios consagró,
aquel que es el principio
de toda la creación.
(Véanse también Sal. 2:6; 45:3, 4; Rev. 19:8.) volver
(1 Samuel 1:1-4:22)
El Primero de Samuel o, según la versión griega de los LXX, EL PRIMERO DE
LOS REYES
1 Ahora bien, había cierto hombre de Ramataim-
zofim, de la región montañosa de Efraín, y su nombre era Elqaná, hijo de Jeroham, hijo de Elihú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efraimita.
2 Y tenía dos esposas; el nombre
de una era Ana, y el nombre de la otra Peniná. Y Peniná
llegó a tener hijos, pero Ana no tenía hijos. 3 Y de año
en año aquel hombre subía desde su ciudad para postrarse y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Siló. Y allí era donde los dos hijos de Elí, Hofní y Finehás, eran sacerdotes para Jehová.
4 Y llegó a haber un día en que Elqaná procedió a
ofrecer sacrificio, y dio porciones a Peniná su esposa y a todos los hijos e hijas de ella;
5 pero a Ana dio una
sola porción. Sin embargo, era a Ana a quien él amaba, y, en cuanto a Jehová, él había cerrado la matriz de esta.
6 Y la esposa que era su rival también la irritaba
penosamente a fin de hacer que se sintiera desconcertada porque Jehová le había cerrado la matriz.
7 Y así hacía ella año por año, siempre que ella
subía a la casa de Jehová. Así la irritaba, de manera que ella lloraba y no comía.
8 Y Elqaná su esposo
procedió a decirle: “Ana, ¿por qué lloras, y por qué no comes, y por qué se siente mal tu corazón? ¿No soy yo mejor para ti que diez hijos?”.
9 Entonces Ana se levantó, después que hubieron
comido en Siló y después del beber, mientras Elí el sacerdote estaba sentado sobre el asiento junto a la jamba de la puerta del templo de Jehová.
10 Y ella
estaba amargada de alma, y se puso a orar a Jehová y a llorar profusamente.
11 Y pasó a hacer un voto y decir:
“Oh Jehová de los ejércitos, si miras sin falta la aflicción de tu esclava y realmente te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu esclava y realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida, y no vendrá navaja sobre su cabeza”.
12 Y sucedió que, mientras ella oraba
prolongadamente delante de Jehová, Elí estaba observándole la boca.
13 En cuanto a Ana, ella estaba
hablando en su corazón; solo sus labios temblaban, y no se oía su voz. Pero Elí la tomó por borracha.
14 De modo
que le dijo Elí: “¿Hasta cuándo te portarás como una borracha? Aparta tu vino de ti”.
15 Por lo cual Ana
contestó y dijo: “¡No, señor mío! Soy una mujer duramente oprimida de espíritu; y no he bebido vino ni licor embriagante, sino que derramo mi alma delante de Jehová.
16 No tomes a tu esclava por una mujer que no
sirve para nada, porque es por la abundancia de mi preocupación y mi irritación que he hablado hasta ahora”.
17 Entonces Elí contestó y dijo: “Ve en paz, y que
el Dios de Israel conceda tu petición que le has pedido”. 18
A lo cual ella dijo: “Halle tu sierva favor a tus ojos”. Y la mujer procedió a irse por su camino y a comer, y su rostro no volvió a mostrar preocupación por su propia situación.
19 Entonces se levantaron muy de mañana y se
postraron delante de Jehová, después de lo cual volvieron y entraron en su casa en Ramá. Elqaná ahora tuvo coito con Ana su esposa, y Jehová empezó a acordarse de ella.
20 Así, a la vuelta de un año,
aconteció que Ana quedó encinta y dio a luz un hijo y procedió a llamarlo por nombre Samuel, porque, dijo ella, “es a Jehová a quien lo he pedido”.
21 Con el tiempo el hombre Elqaná subió con toda su
casa a sacrificar para Jehová el sacrificio anual y su ofrenda de voto.
22 En cuanto a Ana, ella no subió,
porque había dicho a su esposo: “Tan pronto como el muchacho sea destetado, tengo que llevarlo, y tiene que presentarse delante de Jehová y morar allí hasta tiempo indefinido”.
23 Ante esto, Elqaná su esposo le
dijo: “Haz lo que sea bueno a tus ojos. Quédate en casa hasta que lo destetes. Solo que Jehová realice su palabra”. De modo que la mujer se quedó en casa y siguió amamantando a su hijo hasta que lo destetó.
24 Por consiguiente, tan pronto como lo hubo
destetado, lo subió consigo, junto con un toro de tres años y un efá de harina y un jarrón de vino, y procedió a entrar en la casa de Jehová, en Siló. Y el muchacho estaba con ella.
25 Entonces degollaron el toro y llevaron
el muchacho a Elí. 26
Con eso, ella dijo: “¡Dispénsame, señor mío! Por la vida de tu alma, señor mío, yo soy la mujer que estuvo de pie contigo en este lugar para orar a Jehová.
27 Respecto a este muchacho oré que Jehová
me concediera mi petición que le pedí. 28
Y yo, a mi vez, lo he prestado a Jehová. Todos los días que en efecto él exista, es uno solicitado para Jehová”.
Y él procedió a inclinarse allí ante Jehová.
2 Y Ana pasó a orar y decir:
“Mi corazón sí se alboroza en Jehová, mi cuerno realmente está ensalzado en
Jehová. Mi boca está ensanchada contra mis enemigos,
porque de veras me regocijo en la salvación procedente de ti.
2 No hay nadie santo como Jehová, porque no hay
nadie fuera de ti; y no hay roca como nuestro Dios.
3 No hablen ustedes muy altivamente tanto,
no salga nada desenfrenado de su boca, porque Dios de conocimiento es Jehová,
y por él los hechos son correctamente avaluados.
4 Los poderosos hombres del arco están llenos de
terror, pero los que van tropezando sí se ciñen de
energía vital.
5 Los saciados tienen que alquilarse por pan,
pero los hambrientos realmente cesan [de tener hambre].
Hasta la estéril ha dado a luz siete, pero la que abundaba en hijos se ha
marchitado.
6 Jehová es Uno que mata y Uno que conserva la
vida, Uno que hace bajar al Seol, y Él hace subir.
7 Jehová es Uno que empobrece y Uno que
enriquece, Uno que abate, también Uno que ensalza,
8 Uno que levanta del polvo al de condición humilde;
del pozo de cenizas alza a un pobre, para hacer que se sienten con nobles; y un
trono de gloria les da como posesión.
Porque a Jehová pertenecen los apoyos de la tierra,
y sobre ellos coloca la tierra productiva.
9 Él guarda los pies de sus leales;
en cuanto a los inicuos, son reducidos a silencio en oscuridad,
porque no por poder resulta superior un hombre.
10 En cuanto a Jehová, los que contiendan contra él
serán aterrorizados; contra ellos él tronará en los cielos. Jehová mismo juzgará los cabos de la tierra,
para dar fuerza a su rey, para ensalzar el cuerno de su ungido”.
11 Entonces Elqaná se fue a Ramá, a su casa; y en
cuanto al muchacho, él llegó a ser ministro de Jehová delante de Elí el sacerdote.
12 Ahora bien, los hijos de Elí eran hombres que no
servían para nada; no reconocían a Jehová. 13
En cuanto al debido derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, cuando cualquier hombre estaba ofreciendo un sacrificio, venía un servidor del sacerdote con el tenedor de tres puntas en la mano, justamente cuando la carne estaba hirviendo,
14 y lo metía de repente en la fuente o
en la olla de dos asas o en la caldera o en la olla de un mango. Cualquier cosa que el tenedor sacaba, el sacerdote lo tomaba para sí. De esa manera solían hacer en Siló a todos los israelitas que venían allí. 15
También, antes que siquiera pudieran hacer humear la grasa, venía un servidor del sacerdote y decía al hombre que ofrecía el sacrificio: “Da carne para asarla para el sacerdote, sí, para que él reciba de ti, no carne cocida, sino cruda”.
16 Cuando el hombre le decía: “Que
estén seguros de hacer humear la grasa primero. Entonces toma para ti lo que sea que tu alma desee con vehemencia”, él realmente decía: “No, sino que debes darla ahora; y, si no, ¡tendré que tomarla por la fuerza!”. 17
Y el pecado de los servidores llegó a ser muy grande ante Jehová; porque los hombres trataban la ofrenda de Jehová con falta de respeto.
18 Y Samuel estaba ministrando delante de Jehová,
como muchacho, y tenía ceñido un efod de lino. 19
También, su madre solía hacerle una vestidura pequeña sin mangas, y se la traía de año en año cuando subía con su esposo para sacrificar el sacrificio anual.
20 Y Elí bendijo a Elqaná y a su esposa y dijo:
“Que Jehová te asigne prole de esta esposa en lugar de la cosa prestada, que fue prestada a Jehová”. Y se fueron a su lugar.
21 En conformidad, Jehová dirigió su
atención a Ana, de modo que ella tuvo gravidez y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el muchacho Samuel continuó creciendo con Jehová.
22 Y Elí era muy viejo, y había oído de todo lo que
sus hijos seguían haciendo a todo Israel, y que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión.
23 Y solía decirles: “¿Por qué
siguen haciendo cosas como estas? Pues las cosas que estoy oyendo acerca de ustedes de parte de todo el pueblo son malas.
24 No, hijos míos, porque no es bueno
el informe que estoy oyendo, que el pueblo de Jehová está haciendo circular.
25 Si peca un hombre contra un
hombre, Dios decidirá como árbitro por él; pero si es contra Jehová contra quien peca un hombre, ¿quién hay que pueda orar por él?”. Pero ellos no escuchaban la voz de su padre, porque a Jehová ahora le agradaba darles muerte.
26 Mientras tanto, el muchacho Samuel
iba creciendo y haciéndose más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres.
27 Y un hombre de Dios procedió a venir a Elí y a
decirle: “Esto es lo que ha dicho Jehová: „¿No es un hecho que yo me revelé a la casa de tu antepasado mientras ellos se hallaban en Egipto como esclavos para la casa de Faraón?
28 Y hubo un escogerlo para mí
de todas las tribus de Israel, para que hiciera trabajo de sacerdote y subiera sobre mi altar para hacer ascender en espirales el humo de sacrificios, para que llevara un efod delante de mí, para que yo diera a la casa de tu antepasado todas las ofrendas de los hijos de Israel hechas por fuego.
29 ¿Por qué siguen ustedes pateando
mi sacrificio y mi ofrenda que yo he mandado [hacer en mi] morada, y tú sigues honrando a tus hijos más que a mí, engordándose ustedes de lo mejor de toda ofrenda de Israel mi pueblo?
30 ”‟Por eso la expresión de Jehová el Dios de Israel
es: “De veras dije yo: En cuanto a tu casa y la casa de tu antepasado, andarán delante de mí hasta tiempo indefinido”. Pero ahora la expresión de Jehová es: “Es inconcebible, por mi parte, porque a los que me honran honraré, y los que me desprecian serán de poca monta”. 31
¡Mira! Vienen días en que ciertamente cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu antepasado, de modo que no llegue a haber viejo en tu casa.
32 Y realmente
mirarás a un adversario [en mi] morada, en medio de todo el bien que se hace a Israel; y nunca llegará a haber un viejo en tu casa.
33 Y, sin embargo, hay un
hombre tuyo que no cortaré de estar junto a mi altar para hacer fallar tus ojos y causar languidez a tu alma; pero, en su mayoría, todos los de tu casa morirán por la espada de los hombres.
34 Y esta es para ti la señal que
les vendrá a tus dos hijos, Hofní y Finehás: En un mismo día ambos morirán.
35 Y yo ciertamente levantaré
para mí un sacerdote fiel. En armonía con lo que está en mi corazón y en mi alma obrará él; y ciertamente le edificaré una casa duradera, y él ciertamente andará delante de mi ungido siempre.
36 Y tiene que suceder
que cualquiera que quede en tu casa vendrá y se inclinará ante él por el pago de dinero y un pan redondo, y ciertamente dirá: “Agrégame, por favor, a uno de los oficios sacerdotales para comer un pedazo de pan”‟”.
3 Mientras tanto, el muchacho Samuel ministraba a
Jehová delante de Elí, y la palabra de Jehová se había hecho rara en aquellos días; no se diseminaba visión alguna.
2 Ahora bien, en aquel día aconteció que Elí estaba
acostado en su lugar, y los ojos habían empezado a oscurecérsele; no podía ver.
3 Y la lámpara de Dios aún
no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios.
4 Y
Jehová procedió a llamar a Samuel. Ante esto, él dijo:
“Aquí estoy”. 5 Y se fue corriendo a Elí y dijo: “Aquí
estoy, pues me llamaste”. Pero él dijo: “No llamé. Vuélvete a acostar”. De modo que él se fue y se acostó. 6 Y Jehová pasó a llamar aun de nuevo: “¡Samuel!”.
Ante esto, Samuel se levantó y fue a Elí y dijo: “Aquí estoy, porque sí me llamaste”. Pero él dijo: “No llamé, hijo mío. Vuélvete a acostar”.
7 (En cuanto a Samuel,
todavía no había llegado a conocer a Jehová, y la palabra de Jehová todavía no se le había empezado a revelar.)
8 De modo que Jehová volvió a llamar por
tercera vez: “¡Samuel!”. Ante esto, él se levantó y fue a Elí y dijo: “Aquí estoy, porque tienes que haberme llamado”.
Y Elí empezó a discernir que era Jehová el que llamaba al muchacho.
9 En consecuencia, Elí dijo a
Samuel: “Ve, acuéstate, y tiene que suceder que, si él te llama, tienes que decir: „Habla, Jehová, porque tu siervo está escuchando‟”. Así que Samuel se fue y se acostó en su lugar.
10 Entonces vino Jehová y tomó su posición, y llamó
como las otras veces: “¡Samuel, Samuel!”. A lo cual dijo Samuel: “Habla, porque tu siervo está escuchando”.
11 Y
Jehová pasó a decir a Samuel: “¡Mira! Estoy haciendo algo en Israel que, si alguien lo oye, ambos oídos le retiñirán.
12 En aquel día llevaré a cabo para con Elí todo
lo que he dicho respecto a su casa, desde el principio hasta el fin.
13 Y tienes que informarle que estoy
juzgando su casa hasta tiempo indefinido por el error del cual él ha sabido, porque sus hijos están invocando el mal contra Dios, y él no los ha reprendido.
14 Y por eso
he jurado a la casa de Elí que el error de la casa de Elí no será llevado a exención de castigo por sacrificio ni por ofrenda, hasta tiempo indefinido”.
15 Y Samuel continuó acostado hasta la mañana.
Entonces abrió las puertas de la casa de Jehová. Y Samuel tenía miedo de informar a Elí del aparecimiento. 16
Pero Elí llamó a Samuel y dijo: “¡Samuel, hijo mío!”. Ante esto, él dijo: “Aquí estoy”.
17 Y él pasó a decir:
“¿Qué es la palabra que te ha hablado? Por favor, no la escondas de mí. Que Dios te haga así y añada así a ello si escondes de mí una palabra de toda la palabra que te ha hablado”.
18 De modo que Samuel le refirió todas las
palabras, y no le escondió nada. Ante eso, él dijo: “Es Jehová. Lo que sea bueno a sus ojos, que lo haga”.
19 Y Samuel continuó creciendo, y Jehová mismo
resultó estar con él, y no hizo caer a tierra ninguna de todas sus palabras.
20 Y todo Israel, desde Dan hasta
Beer-seba, llegó a darse cuenta de que Samuel era persona acreditada para el puesto de profeta para Jehová.
21 Y Jehová procedió a aparecerse de nuevo en
Siló, porque Jehová se reveló a Samuel en Siló por la palabra de Jehová.
4 Y la palabra de Samuel continuó llegando a todo
Israel.
Entonces Israel salió al encuentro de los filisteos en batalla; y se pusieron a acampar junto a Ebenézer, y los filisteos mismos acamparon en Afeq.
2 Y los filisteos
procedieron a disponerse en orden para encontrarse con Israel, y la batalla iba mal, de modo que Israel fue
derrotado delante de los filisteos, que fueron derribando a unos cuatro mil hombres en línea cerrada de batalla en el campo.
3 Cuando la gente vino al campamento, los
ancianos de Israel empezaron a decir: “¿Por qué nos derrotó hoy Jehová delante de los filisteos? Tomémonos de Siló el arca del pacto de Jehová, para que esta venga en medio de nosotros y nos salve de la palma de la mano de nuestros enemigos”.
4 De modo que la gente
envió a Siló y se llevaron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que está sentado sobre los querubines. Y los dos hijos de Elí estaban allí con el arca del pacto del Dios [verdadero], a saber, Hofní y Finehás.
5 Y aconteció que, tan pronto como el arca del pacto
de Jehová entró en el campamento, todos los israelitas prorrumpieron en fuerte gritería, de modo que la tierra estuvo en conmoción.
6 Los filisteos también llegaron a
oír el sonido de la gritería y empezaron a decir: “¿Qué significa el sonido de esta fuerte gritería en el campamento de los hebreos?”. Por fin llegaron a saber que el arca misma de Jehová había entrado en el campamento.
7 Y a los filisteos les dio miedo, porque,
dijeron: “¡Dios ha entrado en el campamento!”. Así que dijeron: “¡Ay de nosotros, porque una cosa como esta nunca antes ha sucedido!
8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos
salvará de la mano de este majestuoso Dios? Este es el Dios que fue golpeador de Egipto con toda suerte de matanza en el desierto.
9 Muéstrense animosos y
pruébense hombres, oh filisteos, para que no sirvan a los hebreos tal como ellos les han servido a ustedes; ¡y tienen que probarse hombres y pelear!”.
10 Por
consiguiente, los filisteos pelearon, e Israel fue derrotado, y se fueron huyendo cada uno a su tienda; y la matanza llegó a ser muy grande, de modo que de Israel cayeron treinta mil hombres de a pie.
11 Y la
misma arca de Dios fue tomada, y Hofní y Finehás, los dos hijos de Elí, murieron.
12 Y un hombre de Benjamín se fue corriendo de la
línea de batalla, de modo que llegó a Siló aquel día con sus prendas de vestir rasgadas y tierra sobre la cabeza. 13
Cuando llegó, allí estaba Elí sentado en el asiento al lado del camino, vigilando, porque su corazón se había puesto tembloroso a causa del arca del Dios [verdadero]. Y el hombre mismo entró para dar informe en la ciudad, y toda la ciudad empezó a gritar.
14 Y Elí
llegó a oír el sonido del clamor. De modo que dijo: “¿Qué significa el sonido de esta bulla?”. Y el hombre mismo se apresuró para entrar y dar el informe a Elí. 15
(Ahora bien, Elí tenía noventa y ocho años de edad, y sus ojos se habían quedado fijos, de modo que no podía ver.)
16 Y el hombre procedió a decir a Elí: “Yo soy el
que acaba de llegar de la línea de batalla, y yo... es de la línea de batalla de donde he huido hoy”. Ante esto, él dijo: “¿Qué cosa ha pasado, hijo mío?”.
17 De modo que
el portador de la nueva contestó y dijo: “Israel ha huido delante de los filisteos, y también ha ocurrido una gran derrota entre el pueblo; y también han muerto tus dos hijos mismos —Hofní y Finehás— y el arca misma del Dios [verdadero] ha sido tomada”.
18 Y aconteció que, al momento de mencionar aquel
el arca del Dios [verdadero], él empezó a caer del
asiento hacia atrás, al lado de la puerta, y se le quebró la nuca, de modo que murió, porque el hombre era viejo y pesado; y él mismo había juzgado a Israel cuarenta años.
19 Y su nuera, la esposa de Finehás, estaba
encinta, próxima a dar a luz, y llegó a oír el informe de que el arca del Dios [verdadero] había sido tomada y que su suegro y su esposo habían muerto. Ante eso, se inclinó y empezó a dar a luz, porque sus dolores le sobrevinieron de repente.
20 Y como al tiempo de morir
ella, las mujeres que estaban de pie junto a ella empezaron a hablar: “No temas, porque es un hijo el que has dado a luz”. Y ella no contestó ni fijó su corazón en ello.
21 Pero llamó al muchacho Icabod, diciendo: “La
gloria se ha ido de Israel al destierro”, [esto] respecto de haber sido tomada el arca del Dios [verdadero], y respecto de su suegro y de su esposo.
22 Así que dijo:
“La gloria se ha ido de Israel al destierro, porque el arca del Dios [verdadero] ha sido tomada”.
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