-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
1/111
R E V I S T A
I N T E R N A C I O N A L
Nuestra
° 1 • 1966
PRECIO E° 0 50
CONFERENCIA
TRICONTINENTAL:
MAS
SOLIDARIDAD
CON LA
HEROICA
LUCHA
DEL VIETNAM
CRECE LA
OPOSICIÓN
A LA
DICTADURA
FRANQUISTA
- ;¿
mam
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
2/111
COLABORAN
EN ESTE
NUMERO:
F R A N C I S C O A N T Ó N
Miembro' del
Comité
Central del
Partido
Comunista de España
A L B E R T O F E R R A R I
Miembro de l Comité Central del
Partido Comunista
de la
Argentina
V A C L A V S L A V I K
Miembro de l Comité Central del
Partido
Comunista de Checoslovaquia
S A N T I A G O C A R R I L L O
Secretario general del Partido
Comunista de España
MAX REIMANN
Primer secretario de l Partido
Comunista de Alemania
L E Ó N I D A S S T R I N G O S
Miembro
de l
Buró Político
de l
fartido
Comunista
de
Grecia
N I K O L A I F A D D E I E V
Secretario
de l
Consejo
de
Ayuda
Mutua Económica
JOZEF
P A J E S T K A
Economista polaco director
del
Instituto
de
Planificación
F U A D
N A S S A R
Secretario general de l Partido
Comunista de Jordania
G U N N A R O H M A N
Publicista sueco
A N W A R
R A M S I
Publicista jordano
A L E X E I
L E V K O V S K I
Periodista soviético doctor
en Ciencias Económicas
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
3/111
uestra Época
5 7
)
REVISTA INTERNACIONAL
¡Proletarios de todos los
países,
uníosi
1966
A Ñ O VI I - E N E R O
S U M A R I O
F. A N T Ó N , A . FERRARI y V. S LAVIK — La unidad de acción, exigencia
imperiosa de la vida 3
POR LA PAZ Y LA DEMOCRACIA
S.
CARRILLO
- -
Crece
la
oposición
a la
dictadura franquista . . .
9
M .
R E I M A N N
— Después de las elecciones al Bundestag. — Tareas de las
fuerzas
democráticas
12
L . STRINGOS — L a lucha por la democracia en Grecia 20
I.
B L U M E
—
Perspectivas
de la
lucha
por la
paz
30
TEORÍA Y PRACTICA DE LA CONSTRUCCIÓN SOCIALISTA
N. PA DDEIEV - - El
desarrollo
de las
relaciones económicas
entre los
países del
C A M E
. . . . 35
J. P A J E S T K A — La planificación centralizada y las agrupaciones
industriales 44
L a
economía de los
países
del
C A M E
en la
etapa actual
[Resumen
estadístico
1 50
EL
MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL EN NUESTROS DÍAS
F. NASSAR — El camino de Jordania hacia la total liberación, la demo-
cracia y el progreso social 60
J. I. CUE LLO Y N. ISA C O N D E — El proceso revolucionario dominicano
y
sus enseñanzas [segundo y último artículo] 67
TRIBUNA DE PROBLEMAS ACTUALES
A.
R A M S I y A . LEVKOVSKI — La s masas pequeñoburguesas y los movi-
mientos revolucionarios
d e l
Tercer Mundo
72
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
4/111
EN
LOS PARTIDOS
COMUNISTAS
Y
OBREROS
A. LE P P ANE N — Seminario de los partidos comunistas de los países nórdi-
co s
s
p.
ERIKSON
— Co ngreso de los comunistas
daneses a
G.
OHMAN
—
Abrir más
ampliamente
la s puertas d e l Partido [Suecia] B L . M A R M I O
— U n comité regional d e l Partido y sus problemas [Finlandia] B A .
M O R A
y
V. ALONS O — Los
comunista
del
Paraguay preparan
su III Congreso s
Notas
breves
82
NOS
ESCRIBEN
J . M .
F O R T U N Y
— L a
Conferencia
de los
Tres
Continentes B A .
M A R -
GU L I ES
— L a lucha por la participación en la
dirección
de la
economía
®
M .
AHMADI
— En de fen sa de los patriotas argelinos
HÉROES
DE LA L U C H A POR EL
C O M U N I S M O
F. A. —
Constantina
Pérez
NUESTRO DIARIO
Las
agresiones
de los imperialistas y las fuerzas del progreso . .
96
102
103
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
5/111
L A U N I D A D D E
A C C I Ó N ,
E X I G E N C I A I M P E R I O S A D E L A V I D A
por F.
Antón,
A. Ferrari y V.
Slavik
J
amás h an sido ta n poderosas
como ahora
las fue rzas del progreso q ue actúan en la
arena internacional. Ellas son,
precisamen-
te ,
las que
e jercen
una influencia decisiva sobre
la
marcha
de la
historia
y
bajo
su
influjo
se in-
tensifica la
crisis
general del
viejo sistema
so -
cial. Ante esta situación,
e l
capitalismo moviliza
todos sus grand es recurs os materiales, políticos
e ideológicos para detener la ofensiva de las
fuerzas
del progreso, iniciada en el período de
la Gran Revolución Social ista d e Octubre y con-
siderablemente
desarrol lada después de la segun-
d a guer ra mund ial .
Por
fuerzas
d e l
progreso
entendemos
la
poderosa comunidad
de los
paí-
se s socialistas, los probados destacamentos de
la clase ob rera que tan gran papel desempe-
ñan
en la
vida
de los
Estados capitalistas,
el
extraordiariamente variado y combativo ejército
del movimiento de liberación nacional, todos
los movimientos del mundo que defienden la
paz y la
democracia. Todas estas fuerzas,
liga-
das entre
sí ,
aseguran
e l
pujante desarrollo
d e
proceso revolucionario y
emancipador.
Particu-
larmente importante
es el
papel
que correspon-
de al sistema socialista, que dispone
tanto
de
medios políticos
e
ideológicos como
d e
recur-
so s
económicos para influir en el desarrollo in -
ternacional.
U na
gran
responsabilidad
incumbe
al
movimiento comunista mundial , por ser el mo-
vimiento polít ico más influyente de nuestro
íiempo.
Toda la experiencia de mue stra
patentemente
que las
acciones conjuntas
d e
todas
la s
fue rzas
motrices
de la
historia
[e s
decir,
el
sistema
so -
cialista mundial, e l movimiento obrero y e l
movimiento
de liberación nacional, acciones ba-
sadas en la colaboración y el apoyo mutuos,
son la garantía del progreso social.
Desde
este
punto d e vista, la situación es
favorable
e in-
duce al optimismo.
Sin embargo, una valoración realista de la
situación actual en el m u n d o no puede por me-
nos de suscitar en las fuerzas
progresistas
un
cierto
sentimiento d e preocupación por el u l te -
rior
desarrol lo
y por la
solución
de
todos
lo s
complejos
problemas.
Bastará
con
fijarnos
en
algunos hechos
de la
complicada
y
multifacéti-
ca
lucha.
L as
noticias
de
cada
d ía evidencian
una
intensificación de la agresidad d e l
imperia-
lismo,
en
part icular
d el
norteamericano,
en
Vietnam
y otros lugares de l m un do . E l impe-
rialismo no sólo amenaza a los pueblos latino-
americanos,
sino que además organiza interven-
ciones
armadas
cuando los pueblos dan
pasos
reales
hacia e l progreso nacional , como hemos
visto úl t imamente
en
Santo Domingo.
N o
cesan
la s provocaciones
d e l
imperialismo yanqui con-
tra
Cuba,
la Isla de la Libertad —el único te-
rr i tor io l ibre del Hemisfer io
Occidental—,
q ue
está construyendo e l socialismo. L os planes neo-
colonialistas
so n
puestos
en
práctica
con
a y u d a
de la fuerza económica y militar, como lo evi-
dencian lo s e jemplos de l Congo y de
otros
paí-
ses que
buscan
la
l ibertad.
E n
Europa,
que en
dos ocasiones ha
sido
el foco de otras tantas
guerras mundiales
en lo que va del siglo,
vuel-
ven a resonar con creciente intensidad voces
q ue
reclaman
la
revisión
de las
f ronte ras
e in-
citan
a la
expansión
y a una
nueva revancha,
como
so n la s
voces
que
llegan
a
nosotros desde
Alemania Occidental .
E l
arsenal bélico,
q ue y a
constituye
una
ame-
naza para la v ida d e todos lo s pueblos, aumen-
ta sin cesar. L a actual situación entraña el pe-
ligro de una nueva guerra mundial desencade-
nada por la política anexionista y
neocolonialis-
ta del imperialismo, e l peligro de una guerra
cuya fuerza destructiva sería superior a la de
todas la s guerras anteriores juntas.
E n esta situación, la lucha por la paz, por la
distensión internacional, contra
e l
agresivo
im -
perialismo se entrelaza estrechamente con la
lu-
cha por la independencia
nacional,
la
democra-
cia y el socialismo.
L os hechos y las tendencias a que acabamos
d e
refer i rnos plantean
una
serie
d e
interrogan-
tes que son un reflejo de los temores e inquie-
tudes de muy amplias masas:
¿Cuál
es la causa
de la creciente agresividad del imperialismo y
d el consiguiente empeoramiento de la situación
internacional? ¿Cuál es hoy la tarea más urgen-
te de
todas
la s
fuerzas
que se
percatan
del pe-
ligro y quieren dar una réplica contundente a
la
reacción? ¿Cuáles
son las
consecuencias
que
d e
ello
se
der ivan necesariamente para
la
acti-
vidad de los partidos comunistas?
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
6/111
F. A N T Ó N , A. F E K B A K I
V.
S
A V I K
L a
agresividad
de l
imperialismo
es un coro-
lario de su naturaleza y sólo se la puede atajar
mediante
la s
acciones unidas
d e
todas
la s fuer-
zas progresistas y revolucionarias.
L a
creciente agresividad
d el
imperialismo
constituye
un
intento
d e
modif icar
en
favor
su-
y o
la
correlación
de
fuerzas
en el
ámbito inter-
nacional. El imperialismo no sólo trata de apli-
car la política d e l statu quo, inaceptable para
la s
fuerzas progresistas, sino
que
además reali-
za,
mediante
la
escalada
en la
guerra ,
un
nue-
vo in tento d e «hacer re t roceder» al movimien-
to de liberación y al socialismo. C on este
mismo fin atiza la campaña anticomunista, uti-
lizándola contra
lo s
países socialistas
y
todo
el
movimiento revolucionario y nacional-l iberador.
L a
mayor agresividad
del
imperialismo
en el
momento presente es tá determinada
por una
cierta dispersión de las
fuerzas
de la paz y de
la liberación nacional, por la falta de unidad en
el
campo socialista y en el movimiento comu-
nista
mundial. Al propio tiempo, el imperialis-
mo recurre a l
chantaje
de la guerra termonu-
clear y a una política de
bluff
internacional.
Los comunistas siempre han tenido presente
la natura leza d e l imperialismo, del que surge
espontáneamente la guerra; siempre h an anali-
zado con espíritu realista los procesos que en
él se
producen, movilizando
a la vez a la s
fuer-
zas
capaces d e oponerle resistencia y l imitando
su
esfera de acción. Todo esto es más necesa-
rio hoy día, cuando el imperialismo trata de
exportar la contrarrevolu ción y amenaz a a la hu-
m an i dad
con la guerra termonuclear. Esta po-
lítica d e l imperialismo puede y debe se r
derro-
tada , lo cual abrirá nue vas posibil idad es para e
sucesivo avance de las fuerzas progresistas.
Cualquier
debil i tamiento
de la u n ida d de ac-
ción de las fuerzas progresistas,
sobre
todo d e
su principal baluarte, lo s países socialistas, re -
sulta ventajoso para los círculos gobernantes de
lo s países capitalistas, que tratan d e utilizar en
beneficio propio las divergencias entre los Es-
tados socialistas,
en las
filas
d el
comunismo
in -
ternacional ,
en el
movimiento
d e
l iberación
na-
cional y en el movimiento democrático de sus
propios países.
Dicho sea sin rodeos, las discrepancias en el
movimiento comunista internacional ya han ejer-
cido una influencia desfavorable sobre la lucha
de
las
masas
por la
paz,
la
democracia
y el so-
cialismo, sobre la s relaciones entre ciertos paí-
ses socialistas y
sobre
el desarrollo del movi-
miento de liberación nacional; también han d e -
bili tado
la eficacia de la lucha de la clase obrera
en distintos países capitalistas. Si hubiese
exis-
tido
una
acción concertada
d e
todos
lo s
países
socialistas para prestar ayuda
al
pueblo vietna-
mita, ¿habrían podido los Estados Unidos con-
tinuar su ingerencia en la guerra civil de Viet-
nam del Sur y recurrir abiertamente a la
fuerzo
militar contra un país socialista soberano, con-
tra la República
Democrática
de Vietnam?
L a imppsición d el cese de la agresión norte-
americana en Vietnam contribuiría a
aminorai
el peligro de la escalada en la guerra en esa
zona
y
tendría, además, consecuencias
benef i -
ciosas
para e l saneamiento de la situación mun-
dial y para la lucha de la clase obrera y d e las
organizaciones democráticas
y
progresistas
por
la solución de los problemas más importantes
d e
la época
presente.
Podría se r
también
un
punt,o
crucial
en la
actividad
de
todas
las
fuer-
zas que luchan por la paz. Otros grandes pro-
blemas de la presente situación
internacional
q ue esperan
solución son: poner
fin a
todas la ?
guerras imperialistas
de
agresión, aplicar conse-
cuentemente una política de paz, imposibilitar la
exportación
de la
contrarrevolución
e
impedir
e
establecimiento
de un
o rden
de
cosas
neocolo-
nialista en los países que se están l iberando.
¿Acaso no es posible conseguir en torno a es-
to s problemas no sólo un a c u erdo de las fuer-
zas progresistas,
y
ante todo
de los
comunistas,
sino también una acción concertada, cuyas
pro-
porciones vayan
en
aumento
a
med ida
que se
acumule experiencia?
En las
actuales condiciones,
la
situación
in -
ternacional
influye
tal vez más que en n inguna
otra época sobre
lo s
acontecimientos
y e l
des-
arrollo político
de los
distintos países.
El que
en
la
actualidad hayan aumentado
el volumen,
la significación y la diversidad de las tareas que
se les plantean a las fuerzas revolucionarias en
su s respectivos países no quiere decir que sean
innecesarios sus esfuerzos conjuntos en el
ám -
bito internacional.
L a
lucha
de las
fuerzas pro-
gresistas
por la
solución
de los
problemas
na-
cionales será tanto más ef icaz cuanto mayores
sean
lo s
éxitos
de sus
combates
en el
plano
in -
ternacional.
E n
nuestra época resulta evidente
la
relación
que
existe entre
la
solución
de los
problemas
internacionales
y
nacionales.
L a
uni-
dad de acción de
las
fuerzas progresistas en el
plano
internacional
y
nacional
se
condicionan
recíprocamente.
L a unidad de acción de las fuerzas progresis-
tas tiene, hoy como ayer , una base objetiva que
deriva
del
desarrollo político
concreto, de la si-
tuación histórica. L os comunistas quieren hacer
un
digno aporte a esa unidad, y no por
perse-
guir unos objetivos propios y estrechos, sino en
beneficio de las grandes masas del pueblo. L os
comunistas tienen una gran responsabilidad an-
te
todo e l
movimiento antiimperialista
y demo-
crático, ante lo s pueblos de todo e l mu n do . D e-
ben
contribuir
a la
cohesión
d e
tadas
estas
fuer-
za s
para
detener
la
agresión
de los
imperialistas,
conjurar el peligro d e una tercera gue rra mu n-
dial, consolidar
la paz en el
mundo entero, ase-
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
7/111
LA
UNIDAD
DE
ACCIÓN,
EXIGENCIA IMPERIOSA DE LA VIDA
5
¡r el éxito de la lucha de los pueblos por su
emancipación nacional y
social
y
acabar
con el
imperialismo mundial . Deben ser la fuerza im-
pulsora de esa unidad no sólo a escala
nacional,
sino también en el plano internacional. Y para
ello
se
requiere
la
máxima unidad, ante
todo
en
acción, del propio movimiento comunista
internacional.
Uno de los rasgos distintivo s de la h istoria
del
movimiento comunista internacional , de su lucha
y
de sus
victorias,
es la
u n i d a d ,
que ha
sabido
r t r iunfan te
de
todas
la s
dificultades
a que
h a
tenido q ue h a c e r
f rente .
Baste recordar sus
mejores tradiciones, como,
por
ejemplo,
el mo-
vimien to «¡Fuera
la s
manos
d e Rusia », la de-
-a de la revolución china, la a y u d a a la Es-
paña democrática, la lucha conjunta de las
fuer-
zas progresistas contra
e l
fascismo
en
vísperas
de
la
segunda guerra mundial
y en e l
curso
de
la misma, así como otras acciones concretas en
las que los- part idos comunistas fueron los ex-
ponentes
de las
aspiraciones
de las
grandes
m a-
populares . Estas acciones engendraron mo-
vimientos
que proporcionaron a las fuerzas de
la paz, la dem ocracia y el socialismo nuevos
éxitos
a escala internacional y en e l ámbito na -
cional .
L a
u n i d a d
d e l
movimiento comunista
no es
una unidad estática, sino un
proceso
vivo. E n
nuestros días se expresa en formas distintas y
sólo puede ser alcanzada como resultado de las
acciones tesoneras de todos sus destacamentos,
autónomos
e
iguales
en
derechos, mediante
la
preocupación común de todos los comunistas
po r
lograr un nuevo auge de l movimiento
D a d a
la
existencia
de
discrepancias
en
cues-
t iones estratégicas, tácticas
o
teóricas generales,
la mejor forma
d e
superarlas
es la
unidad
d e
acción
en
aquellos problemas sobre
lo s
cuales
se
p u e d e
llegar a un acuerdo en la lucha
contra
e l
enemigo
común. U n importantísimo problema
concreto de la hora presente y q ue afecta no
sólo a los comunistas, sino también a todas la s
fuerzas nacional- l iberadoras y a los movimien-
tos
por la paz y la
democracia ,
es el de
poner
f i n
a la
agresión
d e l
imperialismo norteameri-
cano contra la República Democrática d e Viet-
n am , reconocer
al
pueblo
d e
Vietnam
del Sur
e l derecho a disponer de sus destinos y hacer
observar rigurosamente lo s correspondientes
acuerdos internacionales.
En los actuales momentos tiene una trascen-
:ia histórica tratar d e hallar la s vías concre-
ta s que conduzcan a la unidad y
contrastar
en
D n e s
prácticas conjuntas la validez de las
intenciones y los móviles
propios.
H ay quien
afirma
que lo que
divide
a los
comunistas
es
mucho
más
fuer te
que lo que les
une.
Aceptar
semejante planteamiento equivaldría , en nuestra
opinión,
a a b a nd o na r la s posiciones d e l
marxis-
mo.
Ante
las divergencias existentes, lo que
nosotros prppugnamos no es una unidad ficticia,
sino que todos lo s comunistas empiecen a bus-
car lo que les
une,
que no se plantee la cues-
tión d e un sucesivo deslindamiento, pues tal ac-
titud
no
puede conducir
más que a
impedir
q ue
lo s
comunistas cumplan
la s
tareas
más
urgentes
y
puede tener consecuencias
de
largo alcance.
Y
no lo decimos po r espíritu polémico, sino para
hallar , teniendo
en
cuenta
la s
tendencias actua-
les,
el método acertado que conduzca al resta-
blecimiento de la unid ad. La C onferencia de
Moscú de los 81 partidos comunistas y obreros,
cuyo quinto aniversario acabamos de conmemo-
rar,
nos ha
ofrecido
un
ejemplo
d e
cómo debe
establecerse la colaboración de los partidos her-
manos y de cuáles son los métodos a que se de-
b e
recurrir para superar
la s
discrepancias. ¿Aca-
so
tales métodos
ya no son
válidos
ni
aceptables
para los part idos entre los que existen diver-
gencias?
Al hab la r de unidad , sobre todo de unidad
d e acción, part imos del hecho comprobado de
q ue
c u a n d o
se
reúnen varios part idos comunis-
ta s
'sus
puntos de vista coinciden en una serie
d e
cuestiones de importancia vital y en el plan-
teamiento de numerosas tareas inmediatas de
gran
trascendencia.
Como confi rmación
d e
esto pueden aduc i rse
muchos ejemplos, entre ellos la reunión de los
representantes
de los comunistas de los países
de l Magreb
y d e l
Oriente Árabe,
la s
conferen-
cias de los part idos comunistas de América L a-
t ina y d e lo s países capitalistas de Europa.
Tam-
bién podríamos refer i rnos
a la
discusión
por los
partidos comunistas de diversas e importantes
cuestiones de la
teoría
y la
historia
y a los in-
tercambios de opiniones sobre problemas de ac-
tua l idad.
L a
coincidencia
de los
puntos
de
vista
se re-
fleja, como demuestra la experiencia , en
efica-
ce s
acciones conjuntas
de los
partidos comunis-
tas
y
obreros.
L a
última conferencia
d e
repre-
sentantes
de los
part idos
y gobiernos de los
paí-
se s
a d h e r i d o s
al
Pacto
d e
Varsovia,
que ha te-
nido gran resonancia en el mundo, ha aprobado
varias
resoluciones que coadyuvan en la prácti-
ca a una
mayor cohesión
de
dichos países
y a
la adopción de medidas contra la agresión im -
perialista.
Ot ro
tanto cabe decir de los diversos
encuentros bi laterales ,
que han
contribuido
a
una
colaboración económica
más
eficiente entre
lo s
países socialistas.
E s
indudable
que la
Con-
ferencia
de los partidos comunistas de los paí-
se s latinoamericanos de
finales
de 1964
coope-
ró a una
mayor aproximación
y u n
mejor
e n-
t endimiento
entre ellos,
as í
como
a la
vigori-zación de todo el movimiento antiimperialista
en América Latina, como lo ha evid enciado , en
particular, la campaña de solidaridad con el
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
8/111
6
F .
A N T Ó N ,
A .
F E B B A B I
Y V .
A
V I
K
pueblo dominicano en
lucha contra
la agresión
nor teamer icana.
Es indiscutible la importancia del hecho de
q ue la so l idar idad de los partidos comu nistas
con
el Partido de los Trabajadores de Vietnam,
el
Frente
Nacional
d e
Libe rac ión
d e
Vietnamdel
Sur y
todo
e l
he ro ico
p ue b l o
v ie tnamita
— i n d e p e n d i e n t e m e n t e d e q u e haya a lcanzado o
no las p roporc iones de seadas— no se ha limita-
d o a s imples declaraciones .
E l
problema
de la
so l idar idad
y la
u n i d a d
d e
acción en la
lucha
cont ra el imperialismo y por
la paz no se
circunscribe
al
movimiento comu-
nis ta internacional . Aquí
e s
preciso señ alar como
un mérito histórico de este
movimiento
su de-
cisiva aportación
a l
desarrol lo
de la
conciencia
internacionalis ta
d e
vastas masas
de la
clase
obrera
y de los pueblos de distintos países. Pe-
ro
es to,
a su
vez , impone
una
m a yo r
respon
sabil idad
a todos y cada uno de los p a r t i d o s
comunis tas
an te e l m o v i m i e n t o r e v o l u c i o n a r i o ,
democrá t ico y anti imperial is ta. N o e s casual q ue
en
lo s
últ imos t iempos as is tamos
al
estableci-
mien to
y a la
p r o fu n d i z a c i ó n
de los
contactos
entre
los
partidos
comunistas de los
países
so-
cialis tas
y capitalistas y los par t idos y la s
orga-
nizaciones
que se
h a l l a n
en el Poder en los
paí-
ses
recientemente independ izados.
N i n g ú n P a r t i d o C o m u n i s ta t ie n e d e r e c h o a
menosprec iar
o
d e b i l i t a r n a d a
d e
c u a n t o
ha e n -
t r a d o a integrar e l ace rvo común d e l movimien-
to
comunis ta mundia l .
A l
cont rar io ,
e l
único
camino ace r tado só lo puede ser e l e s tudio p ro-
f u n d o
de la
exper iencia
y la
iniciat iva
de los
par t idos comunis tas de las distintas zonas del
m u n d o
en su
mul t i f acé t ica
ac t iv idad para
re-
f o r z a r
la
u n i d a d
d e
acción ;
y la
utilización acti-
va y creadora de esa experiencia
para
robuste-
cer la
so l idar idad an t i imper ia l i s ta in te rnacional .
L a
conciencia internacionalis ta
d e un a
par te
cons ide rable de la s masas t iene h oy s u expre-
sión orgánica y se manif ie s ta • en una ac t iv idad
concreta. En organizaciones como la Fede rac ión
Sindica l Mundia l ,
la
Fed e rac ión Democrá t ica
Internacional
de
Muje res ,
la Federación
Mun-
dial
de la
J u v e n t u d
Democrática y la
U n i ó n
In-
t e rnacional d e Es tudian tes co laboran las más
diversas
tendencias progresistas.
Es preciso que
t o m e un nuevo impulso la actividad del movi-
mien to mundia l d e p a r t i d a r i o s de l a paz, y as í
lo
h a
señalado
e l
últ imo Congreso celebrado
e n
Hels inki ,
q ue a d o p t ó una serie d e impor tan tes
reso luc iones aprobadas
p o r
u n a n i m i d a d .
Pero
además
d e
e s tas formas
d e
co laborac ión impues -
ta s por la v ida misma, otras formas surgen en
e l crisol de l a lucha
contra
e l imperialismo, por
la
emancipación nacional
y
social
de los
pue -
blos.
Estas nuevas formas d e sol idaridad interna-
c iona l
de las masas no se abren camino fácil-
mente,
pues
contra
ellas
está
enf i lado todo
el
aparato
de la
propaganda
imperialista,
mientras
que
los que
part icipan
en
ellas
son
ob je to
de
discriminación y persecuciones por par te de las
autoridades. Tampoco pueden menosprec iarse los
diversos problemas q ue surgen den t ro de las
propias
organizaciones internacionales , sobre
to -
d o cuando t ienen q u e e n f r e n t a r s e a una ser ie
de
fenómenos vinculados
con el
desar ro l lo
po-
lítico, con la adhesión de nuevas tendencias , e tc .
S e amplían y adquie ren crec ien te impor tancia
internacional las acciones de las masas en el
movimiento d e liberación nacional d e As ia .
Áfr i -
ca
y
América
Lat ina . A comienzos d e e n e r o
se habrá in ic iado e n L a H a b a n a la C o n f e r e n -
cia de
Sol idar idad
d e
esos tres c o n t i n e n t e s .
También
tiene una gran significación e l sur-
gimiento
en e l
p lano in te rnacional
d e
f o r m a s
d e
lucha como e l Movimien to por la A u t o d e t e r m i -
nación
y la
Sol idar idad
con los
p u e b l o s
de
A m é -
rica
Latina,
que en n o v i e m b r e del pasado año
organizó
un
encuentro
en
Buenos
Aires con
part icipación de representantes de la clase obre-
ra
s indica lmente organ izada
y d e
todos
los
gru-
pos
políticos
[ incluyendo
socialistas,
democr is -
tianos y comunistas] d e varios países l a t inoame-
r icanos , encuent ro que d io
c u m p l i d a
réplica a
la II C onfe rencia e xt rao rdin ar ia in te ramer icana
d e Río de Janeiro.
Estos
y muchos o t ros hechos q ue p o d r í a m o s
citar muestran
que a l
h a b l a r
de la
u n i d a d
d e l
movimiento
comunista, democrático y
anti impe-
rialista
no part imos d e aspiraciones abstractas ,
s ino de algo que ya
exis te ,
d e a l g o q u e . i n d u -
dablemente,
es
preciso
y posible for ta lecer y
desarrollar.
Los comunis tas desempeñan y d e b e n d e s e m -
peñar e n todos e s tos movimien tos in te rnaciona-
l es un
papel
ac t ivo , movi l izador y ag lut inante .
Pero
a la vez es n e c e s a r i o s e ñ a l a r q u e . a veces ,
las discrepancias exis tentes en las filas comunis -
tas se
t ras ladan imperdonablemente
a los movi-
mientos d e masas, lo
cual
crea
d i f icu l tade s ,
e n-
torpece la s acciones d e d i c h o s
m o v i m i e n t o s ,
debilita la
indispensable unidad
y puede
que-
brantar e l pres t igio y la propia inf luencia de los
comunistas .
No s e
p u e d e m e n o s p r e c i a r
e l
d a ñ o
q ue
tales
divergencias pueden causar y e s tán causando va
al movimien to revolucionar io in te rnacional .
E l
imperialismo se e s fue rza an te todo por ais lar a
los
comunis tas
de las
masas
en los planos na-
cional
e in te rnacional , por
p r e s e n t a r l o s c o m o
unos
hombres
incapaces d e asumir la re sponsa-
bilidad de la solución de los problemas más im-
portantes
de la
época.
jConviene señalar que las d iscrepancias abo-
nan el terreno para la
p ropaganda an t icomunis -
ta, que representa una i m p o r t a n t e a r m a ideoló-
gica e n
manos
de l a burgues ía para la l u c h a
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
9/111
L A UNID AD D E ACCIÓN, EXIGENCIA IMPERIOSA DE LA VID A
:r a
e l
movimiento revolucionario mundial .
En su afán por desacreditar a todo e l movi-
miento comunista, e l imperialismo presta una
~ción
excepcional
a las calumnias
contra
los
países socialistas
y en
particular
contra la
Unión
:
ética. Se desfigura sin el menor pudor el
m o d o
de
v ida
d e
estos países,
as í
como
sus in-
:iones y objetivos
tanto
en los asuntos inte-
riores como internacionales. L a explicación con-
creta de los
problemas
de la
edificación
del so-
cialismo y d e l comunismo y los nuevos éxitos
en esta empresa, as í como la
política
exterior
ios países socialistas, activa
y
pene t rada
de
espíritu
internacional ista, const i tuyen la m e j o r
respuesta
a las patrañas del
enemigo.
L os
comunistas
han
sido
y son los
primeros
en de c i r a las masas que es posible y necesario
forjar la unidad de acción entre fuerzas de dis-
t into
contenido social, inspiradas por ideologías
distintas
y con distintos objetivos,
para
hacerlas
coincidir , en el
momento necesario,
en la
lucha
contra
el
enemigo común.
L as
masas
no
com-
pre nd e n ,
por
eso, cuál
es la
razón
de que los
comunistas,
q ue
t ienen
una
base clasista única
y que están inspirados por una misma ideolo-
gía,
no
puedan
establecer una sólida unidad de
acción
en la lucha contra e l imperialismo. E l
pueblo
v ie tnamita o e l
cubano,
e l congoleño o
c¡
ve n e z o l an o , e l portugués
o
el colombiano, lo s
negros y los
blancos norteamericanos
o los in-
dios d e l Perú, todos lo s t rabajadores d e cual-
quier
lugar del mundo que son víct imas de la
explotación
y de la
opresión,
de la
agresión
ar-
mada y de las
represiones polít icas
de l
impe-
r ia l ismo,
no juzgan a los comu nistas por sus pa-
labras , sino por sus
hechos.
Y
pueden pregun-
tar con
justa
razón:
¿hay motivos
más podero-
sos para de te rminar la conducta de los comu-
nistas
que la exigencia de asegurar la paz, la
l ibertad y la ind epend encia de los pueblos y
conseguir e l
progreso social?
Para las
masas,
que a
través
de su
dura
y
amarga
exper iencia
h an
l legado
a
conocer todc
el valor de la
unidad,
son mucho más
compren-
sibles
l lamam ientos como el contenido en e l
Com un i cado sobre e l Encuentro Consult ivo de
Moscú
de
marzo
de
1 9 6 5 ,
en el que se
dice
que
en la
situación
presente «todos lo s partidos co -
munistas
t ienen que manifestar , más que nunca,
comprensión de su
responsabi l idad internacio-
nal, cohesionarse para la lucha común contra e l
imperial ismo,
el colonialismo y el
neocolonialis-
mo, contra la dominación del capital monopo-
lista,
para
el
apoyo activo
al
movimiento
de li-
beración
y la
defensa
de los
pueblos
que
sufren
la agresión imperial ista, para la lucha por la
paz u nivers al , basad a en e l respeto de la sobe-
ranía y la integridad de todos los Estados».
Por
eso,
la
unidad
de
acción
del
movimiento
comunista internacional
no
puede
ser
considera-
da
exclusivamente como
un
deseo
especial de
lo s
comunistas, sino como parte
de un
proceso
más
amplio
d e
lucha
por la
defensa
de los in-
tereses vitales de las
grandes
masas.
Pero a
juzgar
por los hechos de los
últimos
tiempos, las divergencias en el movimiento co-
munista mundial,
lejos
d e
debilitarse,
se han he-
cho más
profundas. Esto
no quiere
decir
que
desde el momento de la aparición de las diver-
gencias,
y
sobre todo úl t imamente ,
no se
h ay an
buscado soluciones, no se hayan elaborado for-
mas - y
métodos
de
contrarrestar
la
actividad
es-
cisionista, d e
lograr
una
mejor comprensión
d e
la s
tareas comunes d e l movimiento comunista
internacional
y de su
distintos
destacamentos. S i
todos abordasen este problema
d e
excepcional
importancia con un profundo sentido de la res-
ponsabi l idad, e l progreso sería posible. A pesar
de
que la
aplastante mayoría
de los
part idos
de
la s distintas zonas
d e l
mundo aspira
a la
uni-
dad sobre la base de los principios de l marxis-
mo-leninismo creador , esos part idos
no
pueden
imponer su voluntad a los demás. Pero tampo-
co
pueden renunciar ,
ni
renuncian ,
a sus
pun-
tos de vista y aplican todos sus
esfuerzos
al res-
tablecimiento de la
unidad.
La tarea principal es atajar la agresión impe-
rialista
en
todas partes.
La más
grave
y
peligro-
sa, a la que es preciso poner f in inmediatamen-
te, es la del
imperial ismo norteamericano
con-
tra el pueblo vietnamita. El cese de esta «sucia
guerra» significará
no
sólo
e l
tr iunfo
de la
j us -
ta causa del
pueblo vietnamita
y la
posibilidad
de que éste decida por sí mismo de sus destinos
sino también
la
evitación
d e l
peligro real
de que
el confl icto se ext ienda.
E s
cierto
que
todos
lo s
partidos comunistas
y obreros sin excepción han expresado su plena
sol idaridad con la heroica y justa lucha d e l pue-
blo
vietnamita. Numerosos part idos
le han
pres-
tado
y le
siguen prestando
una
valiosa
y
eficaz
a y u d a
material.
En lo que
atañe
a la
Unión
So-
viética
y a
otros países socialistas,
la
ay uda
ma-
terial responde a los
acuerdos concertados
al
respecto
con el
Gobierno
de la
República
D e-
mocrática
de
Vie tnam
y da
satisfacción
a los
deseos y
demandas
d e
éste.
En
todos
lo s
países
t ienen lugar manifestaciones de sol idaridad con
el
pueblo vietnamita.
Se
suceden
las
protestas
en
lo s países capitalistas, exigiendo el cese de la
agresión imperialista norteam ericana. L as
fuer-
zas
progresistas
d e
Estados Unidos, expresando
las
mejores tradiciones
de su
pueblo,
intensifi-
can sus acciones contra la guerra y exigen, a
despecho de las dificultades que se les oponen
en esta ciudadela
del
imperialismo,
que se
res-
t i tuyan
su s
derechos
al
pueblo vienamita.
L a
consigna
que
resuena
con más
fuerza
es la de
«¡Alto
a los
bombardeos contra
la
RDV »
L o importante ahora es que la unidad de ac-
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
10/111
8
F. A N T O X , A. FERRARI Y V. SLAVIK
ción se extienda y desarrolle, pues sólo así será
posible multiplicar e intensificar en todo el
mundo, y en particular en los países cuyos go -
biernos apoyan
la
agresión yanqui,
las
acciones
y las manifestaciones de solidaridad y de ayuda
al
pueblo vietnamita
y
manifestar
la
disposición
a
recurrir
a
formas
de ayuda más
eficaces
en
el
caso
de que los imperialistas norteamericanos
se atrevan a intensificar su agresión.
Cada partido debe contribuir con todas sus
fuerzas
y recursos al logro de la unidad de
acción.
Esto
aíañe
en primer término a los partidos
comunistas y obreros de los países socialistas.
Sobre el sistema socialista mundial, firme e in-
destructible baluarte d e todas la s fuerzas
revo-
lucionarias y
progresistas
y
principal creación
de la clase obrera internacional, recae el peso
fundamental de la
lucha revolucionaria
y de to-
d as
la s
formas
d e
ayuda
a los
pueblos
que la
sostienen.
Ninguna posibi l idad
de
ay ud a d ebe
dejar
de ser util izada. Esa ayuda la espera el
pueblo
vietnamita, la esperan todos los pueblos
del mundo. La
estrecha unidad
de la comuni-
dad socialista será un buen ejemplo y un estí-
mulo; constituirá
una
gran fuerza
d e
atracción
y
movilización para
la s
masas populares
de to-
do e l
m u n d o
capitalista y para los pueblos que
se
han sacudido el yugo del imperialismo; ella
habrá de contribuir en enorme medida a la uni-
dad de
acción
d e
todas
la s
fuerzas progresistas.
Esta
tarea atañe también
a los
partidos
co-
munistas
y
obreros
de los
demás países.
M u-
chos
d e ellos
ejercen
una
gran
influencia
sobre
la
clase
pbrera y
sobre otras fuerzas democrá-
ticas de sus respectivos países. Todas esas
fuer-
zas
condenan airadamente
la
agresión
del im-
perialismo norteamericano, están al lado del
heroico pueblo vietnamita, ansian el cese de laagresión
y ha n
expresado
sus sentimientos de
distintas fo rmas y en muy d iversas c i rcunstan-
cias. Se hace sentir la necesidad de una mayor
coordinación
de la
política
y la
act ividad
de es -
to s
partidos
y .organizaciones,
para lograr
ac -
ciones más concertadas y eficaces de la clase
obrera y las grandes masas populares, de los
sindicatos y
otras organizaciones
d e
masas
y d e
todas
la s
fuerzas
democráticas a
escala regio-
nal, continental
e
incluso mundial. Esta volun-
ta d c laramente manifestad a deberá se r ten ida e n
cuenta por los círculos agresivos d e Es tad os
Unidos y de los países que los apoyan.
Tales son las exigencias del
internac ional i smo
proletario,
en el que se
inspiran todos
los co-
munistas. Se
puede expresar
la confianza de
que esta unidad de acción acabará realizándose.
L a cuestión estriba en que cuanto antes se lo-
gre será mejor . Porque no hay que de ja r q ue
la situación se agrave aún más de lo que ya es-
tá para entonces tener que marchar , con mu-
chas más dif icul tades, por un
camino
q u e
h oy ,
a
pesar
d e
todo,
no
presenta obstáculos
insu-
perables.
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
11/111
Por la paz y la democracia
La s
consignas
de paz y democracia,
expresión
de ¡os anhelos de las masas, son un arma eficaz en la lucha
de clases. La experiencia colectiva de l movimiento comunista ha permitido profundizar y ampliar el contenido de
la
lucha
por la paz y la
democracia, consiguiendo
que se
incorporen
a
ella
pueblos
enteros. Esta
lucha
tiene un
carácter universal,
aunque
la s tareas concretas con que se enfrentan la s fuerzas progresistas de los
distintos
países
v
su s
formas
de acción son muy diversos.
El
análisis
y la
generalización
de los
resultados
de la
batalla democrática
y
antimonopolista
se están
con.
virtiendo en una buena tradición del
movimiento
comunista. También nuestra revista ha publicado
numerosos
materiales
sobre el combate por la paz y la democracia..
Al insertar en este número
varios artículos
sobre los
problemas
específicos de la
lucha antimonopolista
y
democrática
de algunos países y
sobre
el estado actual del movimiento por la paz, no
hacemos sino
proseguir
el
debate iniciado en
nuestras columnas.
C R E C E
L A
O P O S I C I Ó N
A L A
D I C T A D U R A F R A N Q U I S T A
p o r
S A N T I A G O
C A R E I L L O
Este año se cumplirá el XXX aniversario de
la sublevación militar franquista. Resulta asom-
broso que todavía subsista la dictadura de Fran-
co , habiendo transcurrido tanto t iempo desde que
lo s
padrinos
y
protectores
de l
caudillo —Hit le í
y
Mussolini—,
que le
ayudaron
a
tomar
el
Poder,
fueron
derrotados y en terrados .
Pero
el caso deEspaña
es uno de
esos
que
ilustran
la
inversión
de
alianzas, hecha
por las potencias
imperialistas
occidentales,
tras la guerra, inversión que les ha
ha llevado a ser amigos y cómplices de los ene-
migos fascistas d e ayer y a renegar de sus
pro-
mesas de independencia y libertad para los pue-
blos. E l franquismo ha sido activamente sostenido
durante estos años por el imperialismo
norteame-
ricano. Un sostén pag ad o con bases m ilita re s y
atómicas y con una constante subordinación a la
diplomacia de l dólar, precio muy caro para E s-
paña . Ho y , no obstante la «ayuda» yanqui, el ré-
gimen
salido de la guerra iniciada hace treinta
años ha envejecido, se ha
desprestigiado
profun-
damente
y atraviesa una
crisis
que
reconocen
in -
cluso quienes
aún se
declaran
su s
partidarios.
El
añ o
1965
ha
visto crecer
la
unidad,
la or-
ganización
y la
lucha
de las amplias masas po -
pulares.
L a clase obrera ha da do el ejemplo con
poderosas huelgas y manifestaciones d e calle en
M adr i d , Asturias, Vizcaya, Barcelona
y
otros pun-
tos.
L as
Comisiones Obreras, elegidas
en las
fá-
'-ricas
y
empresas
y al
nivel local
y
provincial,
.riendo
en
respuesta
a la
orientación guberna-
mental
y patronal de los sindicatos fascistas re -
entan
e l
inicio
de un
nuevo movimiento
obre-
mitario,
independiente y de clase. En él par-
-an muy activamente trabajadores comunistas,
católicos,
so cialistas; e n algunos
lugares
participan
incluso
lo s
l lamados
«falangistas d e
izquierda»,
que hoy
adoptan
una
actitud
de
oposición
al
ré-
gimen.
E l nuevo movimiento obrero ha planteado
con gran fuerza dos consignas políticas:
la liber-
tad sindical
y el
derecho
de
huelga.
Durante
las
manifestaciones
de calle se ha gritado
resuelta-
mente la consigna:
¡Democracia
¡Abajo la
dicta-
dura
L a importancia y la fuerza del movimiento de
la s
Comisiones Obreras queda conf i rmada
po r
1 1
actividad de los altos jerarcas de los sindicatos
fascistas. En un m omento dad o se entrev istaron
con los representantes de las Comisiones Obreras
proponiéndoles integrarse personalmente
en el
aparato de los sindicatos
fascistas.
Como sus ma-
niobras
d e
corrupción fracasaron, ahora buscan
la
forma
de
superar
la
descomposición
de los
actuales sindicatos haciendo un «acuerdo» con
un
grupo
de
viejos
y
desacreditados dirigentes
del
anarquismo español que han terminado
capitu-
lando vergonzosamente. Se intentó «embarcar»
también en este compromiso a ciertos militantes
socialistas
y
católicos, aunque
sin
éxito.
E l
of re-
cimiento que se ha
hecho
a unos y otros para
comprometerles consiste
en la
vaga promesa
de
«democratizar»
los sindicatos
verticales
y
darles
una
forma
más
«independiente», separando de
ellos a los patronos. La maniobra de los altos je-
rarcas falangistas no tiene ninguna posibilidad
real de prosperar. Pero pone al descubierto la im-
posibilidad d e mantener las estructuras corpora-
tivas
fascistas frente
al
auge
que va
tomando
el
nuevo
movimiento obrero y al eco de sus con-
signas entre
la s
masas.
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
12/111
10
S A N T I A G O C A R R I L L O
El ejemplo de unidad y lucha d a d o por los
t r a b a j a d or e s ha
cundido rápidamente ent re
los
estudiantes.
Entre
éstos,
el año
1965
ha
s ido mar-
cado por un
extraordinario desarrol lo
de la con-
ciencia democrát ica. Haciendo suyas
las
consig-
nas
obreras los estudiantes han sostenido una
po t e n t e lucha contra
e l
s indica to univers i ta r io
fascis ta, obl igatorio, y p or un sindicato estudia'n-
til
l ib re
y
democrát ico.
E n el año 1965
saltó
h e-
cho t rizas el s indicato fascista . Su ac ta de defun-
ción fue hecha públ ica por un decreto guberna-
menta l
q ue abolía la s
f o rm a s
d e
organización
an-
t e r iores ,
a u nqu e p re t e nd ía m a nt e ne r u n s i s t e m a
d e
control sobre
la
organización estudiant i l .
L os
es tud iantes han
rechazado todo cont ro l oficial
y
d a d o v i d a
a
formas s indica les independientes .
Pe-
ro
todo es to
ha
sido logrado después
de
impor-
tantes
mani fes tac iones de masas , huelgas y asam-
bleas
l ibres
de los
estudiantes,
que con su
acción
d e s e m p e ñ a n
m uy impor tante
papel
en e l
movi-
m i e n t o d e m o c rá t i c o a n t i f ra qu i s t a .
U na
pa r t e
d e l
p ro f e s o ra d o a po y a a b i e r t a m e nt s
a los
e s t u d i a n t e s .
En su
i nm e ns a m a y o r ía
la in-
t e l ec tua l idad española asume una posición
clara-
m e n t e
ant i f ranq uis ta . El mani f i es to f i rmad o es te
año que ha
pa s a d o
por 1.161 de los más
notables
in te l ec tua les españoles cont iene las bases fund a-
menta les
d e u n programa para la instauración d e
un
s i s t ema de l iber tades . El movimiento de opo-
sición
de los
intelectuales
va t om an do
cada
ve z
f o r m a s
m ás
organizadas
y
u n i t a r i a s .
E n
r e a l i d a d e s t u d i a n t e s
e
inte l ec tua les
re f l e jan
no sólo la ac t i tud propia d e ellos, sino de un a
manera más general el disgusto de las l lamadas
«clases
m e d i a s » , d e l a pe qu e ñ a y m e d i a
burgue-
sía ante las consecuencias de la dominación fas-
cista
del capi tal monopol ista.
E s difícil , no conociendo las inter ior idades de
la
si tuación española, imaginar
a qué
p u n t o
se
h a e x t e nd i d o la oposición al régimen actual ; a
q ué
punte
su s
propios par t idar ios
h an
pe rd i d o
la
confianza en las
po s i b i l i d a d e s
d e l
f r a n q u i s m o .
Ent re la misma burocrac ia gubernamenta l cun-
de la convicción de que son indispensables cam-
bios
pol í t i cos . Muchos a l tos funcionar ios
disimu-
lan poco
su
actitud
d e
oposición
al
rég imen.
Den-
t ro del
Ejército
se
desarro l lan corr i entes
d e
opo-
sición.
La
misma prensa
que ha
sostenido
inva-
r iab lemente al
rég imen
y
apl icado
las orientacio-
ne s gubernamenta les con f i de l idad habla de l a
neces idad d e
cambios
y
exhorta
al
dictador para
que desde ahora fac i l i t e l a ins taurac ión de un
orden ins t i tuc ional . Abier tamente se plantea en
lo s
pe r i ó d i c o s la interrogante : «después d e Fran-
co, ¿qué?».
Un
hecho
que ha
tenido consecuencias consi -
d e ra b l e s
es e l
desarrollo
de una
corr i ente demo-crát ica
entre
las
fuerzas catól icas,
y la
colabora-
ción
de esta
corriente
con los
comunistas
en el
movimiento d e oposición. L a política d e aggior-
namento de la Iglesia católica, iniciada por Juan
XXIII , ha
venido
a
fortalecer este
sector
avan-
za d o
y a
debi l i tar
las
posiciones integristas
que
hasta hace poco ident i f icaban la Iglesia con el
régimen.
En los
u m b ra l e s
de
1966
el
pueblo español
y
sus
numerosos
y
sinceros amigos
en todo el
m u n d o
se
preguntan: ¿hasta cuándo
va a
seguir
sufr iendo
Es pa ñ a
la
d ic tadura
del
genera l Franco?
E n política es muy difícil señalar plazos. Sin
embargo parece ev idente
que
estamos asist iendo
a las
últimas fases
de un
rég imen
q ue
t reinta
años después
de su
instalación violenta
no ha
conseguido echar ra íces
en las
masas
y ha
per-
d i d o la
c o nf i a nza
de
muchos
de sus
ant iguos par-
t idarios.
En la
etapa actual
las
ta reas
de la de-
mocracia española consisten en uni r y organizar
sus fuerzas , desarro l lando y e l evando a un nivel
cada
vez más
combativo
las
luchas
de
masas,
a
fin
de dar a l
traste
con la
d i c t a d u ra
e
i ns t a u ra r
un ré g i m e n d e l ibertades pol ít icas. L as acciones
diversas , por reivindicaciones materiales y políti-
cas, van c r e a n d o las condiciones para l legar a la
huelga general pol ít ica y a la huelga nac ional . E n
nues t ra
concepción
la
huelga nacional
es la con-
junción de la huelga general pol ít ica del prole-
tariado
con la
huelga
de los
es tud iantes , inte-
lectuales
y
empleados ,
con la
protesta
de los
cre-
y e n te s
y sacerdotes , con e l c i erre de comerc ios ,
con las man ifes tacion es de calle de las más
am -
plias
masas exigiendo
la
desapar ic ión
d e l
ré g i m e n .
E s
decir ,
la
huelga nacional
es un
v e r d a d e r o
le -
vantamiento nac ional , esenc ia lmente pacíf ico , d e
todo e l pueblo .
Ent re todas l as re iv indicac ione s parc ia l es t i ene
una
s igni f icac ión espec ia l l a d emand a de amnis-
tía.
Van a
cumplirse t reinta años desde
la
suble-
vac ión f ranquis ta
y
todavía
no se ha
d a d o
uní
amnistía
que
pe rm i t a
a los
combat i entes
republi-
canos esparcidos
por el
m u n d o
—y se
t rata
de
decenas
d e
mil lares— recuperar incondic ional -
mente su condición legal de españoles y poder
regresar
a
España.
Y hay que
decir
que de
esta
si tuación t iene una gran responsabi l idad la Iglesia
española , cuya a l ta j e ra rquía
no
sólo
no ha to-
mado posición e n f a v o r de la amnistía, sino que
se
opone
a
ella.
Sin
embargo ,
la
Iglesia española,
como tal, no se rehabi l i t a rá ante e l pueblo de sus
to rpes errores , baut izando
d e
« c ru za d a »
la
suble-
vación,
y
aparec iendo
añ o
tras
añ o
f u n d i d a
con
l a d ic tadura , mient ras
no
re c l a m e a b i e r t a m e nt e
l a
amnistía
incond ic ional , como un paso fund ame n-
tal para la superación de la guerra civi l . Así lo
c o m p r e n d e n y
p ro c l a m a n
los
catól icos, sacerdotes
y seg lares , más intel igentes y ab ier tos .
De
he c ho ,
el
nuevo movimiento obrero ,
el mo-
vimien to
e s t u d i a n t i l
e
inte l ec tua l ,
e l
m o v i m i e n t o
campesino [menos organizado ,
por
causas
diver-
sas , pero portador
de una
carga
de
cólera
e in-
d ignac ión
que se ha puesto d e rel ieve en las ma-
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
13/111
CRECE L A
OPOSICIÓN
A L A D I C T A D U R A
FRANQUISTA
11
nifestaciones
de
Lérida]
son ya importantes
reali-
zac iones de l a
un i d a d a n t i f r a n q u i s ta .
E n
dichos
movimien tos ,
e n
torno
a los
objetivos
que se pro-
p o n e
cada
uno de
ellos,
han
entrado
en
relación
y
t raba jan
coord inadamente
lo s
d is t in tos e lemen-
to s
de la
oposición, particularmente comunistas ,
cató l i cos
y socialistas.
Como
h e d icho
anterior-
m e n t e , e n
a lgunos casos concretos
e sa
coord i -
n a c i ó n se
e x t i e n d e
a
e lementos
d e
« i z q u i e r d a
falangista», a es tud iantes t rad ic iona l is tas y
has-
ta de l Opus
Dei.
Fal ta ahora prolongar e l e n c ue n t r o de las
f u e r -
zas de oposición en otros niveles y con objet ivos
m ás
generales y e levados. En esta dirección
mar-
chan
¡os
acontec imientos , pese
a
resis tencias
se-
r ia s , of rec idas
por los
elementos
m ás
ant icomu-
nis tas
y s um i s os a la inf luencia d e l imper ia l i smo
a m e r i c a n o .
Nues t ro Par t ido ha propues to la re -
u n i ó n
de una
especie
d e
Pre-Parlamento,
e s
d e c i r ,
d e lo s
representantes
d e
tod a s
la s
tendenc ias
exis-
t en tes
en e l
país,
q ue
r e c on oc e n
la
n e c e s i d a d
d e
cambios polí t icos de carácter democrático. Una
r e u n i ó n de este carácter , de la que no se exclu-
y e r a a
priori
a
nad ie , permit i r ía encontra r
las
coincidencias
pa ra
u n
programa mínimo
q u e
abor-
dase
e s e n c i a l m e n te
la
cues t ión de dar al pueb le
la
pos ib i l i dad d e
d e c i d ir d e m oc r á t ic a m e n te
sus
de s t inos .
Nosotros proponemos este método; pero esta-
m os
d i s p ue s tos
a
examinar
y a
acepta r cua lquie r
o
q u e
conduzca
a
resul tados semejantes .
E l
paso decis ivo
que
corresponde
dar a la
oposición
española e s
prec isamente
la
e laborac ión
d e u n
a c u e r d o polí t ico general.
L a
p r o x i m i d a d
d e l XXX
aniversa r io
de la su-
blevación fascis ta
d e b e i n d uc i r
a re f l ex ión a
t o d a s
la s
f ue rz as
de la oposición, a cuantos grupos y
personas reconocen la neces idad d e cambios e n
un sent ido democrát ico.
N o e s
posible tolerar
por
más t iem po la permanenc ia de un régimen qu e es
un
obs táculo al rápido c rec imiento d e E s p a ñ a ,
que s irve
exclusivamente a los intereses de los
monopol ios y que niega a los españoles el derecho
a
regi rse democrát icamente . Es te
X X X
a n i ve r s a -
rio
d e b e r í a
se r
m a r c a d o
por la
dec is ión , inequí -
v o c a m e n t e
m a n i f e s t a d a por las fuerzas pol í t icas
e s paño las , d e
supera r
la
g ue r r a
civil y sus con-
secuencias
y marchar a la normal izac ión demo-
crát ica
d e l país .
En España
la
lucha
por la paz
está íntimamen-
te l igada a
la
lucha por la democrac ia . Ex is te en
e l
país
un sentimiento cada vez más amplio de
E s p a ñ a d e b e a d op ta r u na política d e neutra -
l idad entre los b loques mili tares , y jugar un pa-
. t i v o en la
labor
de
consol ida r
la paz mun-
dial. Sobre el suelo español no debe haber bases
^ n j e r a s .
La agravación de la polí t ica agresiva del impe-
ria l ismo americano empuja a dicha posic ión a
sectores
del
país antes indecisos
o
ind i fe rentes ,
e
incluso opuestos.
L»s
provocaciones ya nqu is
con-
tra
Cuba
socialista, tan l igada a los españoles por
lo s
lazos de la historia , la lengua y la sangre,
sus-
citaron
ya l a
indignación hasta
e n
gentes
m uy
próx imas
al
régimen.
La
intervención militar
con-
tr a
Santo
Domingo también
excitó
lo s vie jos
sen-
t imientos antiyanquis ,
muy
vivaces
en
todos
los
estamentos de la sociedad española. Pero la bár-
bara agresión contra Vietnam, a la que responde
la heroica y admirable resis tencia de este pueblo,
provoca
gran indignación
e
inquie tud .
No
cabe
d u d a
que e l año que comienza verá un rec rudec i -
miento
de la acción por la supresión de las bases
amer icanas y por una pol í t ica de neutra l idad y
d e
d e f e n s a
de la paz.
La polí t ica de Joh n s on ha c on d uc i d o a una se-
r ia agravación de la tensión internacional. Por e l
momento es tán muriendo a d ia r io hombres , m u -je res y
n i ñ os
e n
Vie tnam.
L a
Repúb l ica Demo-
crát ica de Vie tnam es tá suf r iendo b ruta les bom-
bardeos. Un país del
campo
socialista
es así
vícti-
ma de la
agresión mili tar
de los
imper ia l i s tas .
L os comunis tas es tamos informados , así como la
opinión pública ,
de que la
Unión Soviética
h a
r e s p o n d i d o con c reces a la s demandas de
a yu d a
d e
la
Repúb l ica Democrát ica
d e
Vie tnam. Pero
permí taseme
d e c i r p úb l i c a m e n te
l o q ue
m uc h os
camaradas se d icen para su fuero in te rno. ¿Cuál
es la causa de que los imperia lis tas americanos
hayan osado a tacar d i rec tamente
a u n
país
de l
campo socialista?
¿Por qué la respuesta a la
agre-
s ión contra
la RDV no es tan
c on tun d e n te c om o
podría ser?
A
es tas preguntas
q ue h oy s e
h a c e n m uc h os
comunistas ,
e
inc luso muchos t raba jadores
sim-
ples ,
no es
difícil
responder . Y o creo que a las
d os
podr ía contes ta rse de la misma manera ge-
n e r a l : la
c lave
de
todo
está en la
desunión
pro-
vocada en el campo socialis ta y en el movimiento
comunis ta y
obrero in te rnac iona l .
El
enf renta -
miento de
C h i n a
con la
Unión Soviética
y
ot ros
pa íses soc ia l is tas , ob je t ivamente , ha re forzado a
lo s
sectores agresivos
d e l
imper ia l i smo amer icano
y les ha fac i l i tado lanzarse a esta aventura contra
un pa ís hermano. El mismo enf rentamiento es un
obs táculo a
la
organizac ión de una respues ta más
ef icaz
sobre
e l
terreno
al
agresor yanqui , dado
que China es e l único Estado socialis ta con fron-
te ras con Vie tnam.
Sería inúti l entrar aqu í en el exame n de cómo
y
por qué ha surgido es te enf rentamiento. Lo que
sí es c laro es que ta l s i tuación plantea ante los
comunistas
d e
todos
las
países
la
neces idad
d e
reforza r
la
lucha
por la
un i d a d
d e
acción
de l mo-
vimiento
comunis ta y obre ro in te rnac iona l . Los
que se
apar tan
d e
este terreno
y
amenazan
con
nuevos pasos hacia la divis ión hacen el juego
al
imperialismo.
1966
debe ser un año de nuevos y
más enérgicos esfuerzos
unitarios.
-
8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1966 - Edición Chilena
14/111
Después de las elecciones
al Bundeslag
T a r e a s d e l a s f u e r z a s d e m o c r á t i c a s
E
L
pasado mes de sept iembre se celebraron
en la
Repúbl ica Federal Alemana
la s
elec-
ciones
al
Bundestag,
coincidiendo
con un
período de agravación de la situación tanto en
el
mundo entero como
en la
propia Alemania.
Los imperialistas yanquis prosiguen la crimina
agresión
en
Vietnam.
En sus
intentos
de
aplastar
el
movimiento
de
liberación
de lo s pueblos me-
diante la intervención armada, el imperialismo
norteamericano,
principal fuerza
de la
reacción
y
la
agresión internacional, cuenta
con los
revan-
chistas
y
militaristas germanooccidentales come
su s más activos aliados. Los gobernantes de Ale-
mania Occidental están desplegando una desen-
f r e n ada
propaganda chovinista y revanchista, ace-
leran e l rearme y t i end en sus manos hacia la s
armas atómicas; rechazan todas las propuestas de
la
Repúbl ica Democrát ica Alemana sobre
la re-
nuncia
alas
armas atómicas,
e l
cese
de la
carrera
armamentista
y la normalización de las relacio-
ne s entre los dos Estados alemanes; se p roponen
evidentemente revisar los resultados de la Segun-
da
Guerra Mundial
en
beneficio
d e l
imperialismo
germanooccidental.
Como
consecue ncia de la
orientación
agresiva de la política de los círculos
dominantes de Bonn, la RFA se ha convert ido
en el centro del peligro de guerra en Europa.
Con el fin de poder alcanzar si n impedimentos
su s
objetivos revanchistas
en
política exterior,
la s
fuerzas
reaccionarias quieren
abolir
la Constitu-
ción e implantar la dictadura del «estado de ex-
cepción»
con
vista
a la
preparación total
de la
guerra.
Ante esta grave situación, e l Partido
Comu-
nista de Alemania se planteó en la campaña elec-
toral
la tarea d e
llevar
a
cabo
una
vasta labor
d e
esclarecimiento
político y reforzar y apoyar
la s
acciones
d e
masas para contribuir
así a un
cambio
de la
orientación, antidemocrática
y pe-
l igrosa
para la paz, de los círculos gobernantes
de
la
R FA . El fin que se había propuesto
nues-
tro
Partido
en la
lucha electoral
era
actuar con-
juntamente con
todas
la s
fuerzas democráticas
y
adictas a la
paz,
con los
sindicatos,
lo s
militantes
por MAX E J E I M A N N
d e
base
y los
funcionarios
d e l
Par t id o Socialde-
mócrata, la
intelectualidad
y la
j uve n t ud ,
para
frustrar
así la peligrosa política de la
UDC-ÜSC
y
asegurar
e l t r iunfo de una
política
de paz, en-
t e n d i m i e n to recíproco, democracia
y
progreso
s o-
cial.
L os resu l tad os de las elecciones h an
de m os t r ado
que este objetivo no ha podido ser alcanzado por
la s
fuerzas
democráticas y
pacíficas
de la clase
obrera y de todo el pueblo.
Pese
a la
acrecida
act ividad
manifestada
en el
curso
de la
campaña electoral
por los
adversa-
rios de las armas atómicas y la agresión nor-
teamericana en
Vietnam,
al
movimie n to con t ra
el sobreseimiento de las causas incoadas a los
criminales nazis
por
prescripción
de los del i tos
y ,
sobre todo,
a la
resistencia opuesta
por los
sindicatos y la
inte l ec tua l idad
a las «leyes de
excepción»
1
,
la s
fuerzas
de la paz no
p u d i e r o n
derrotar
en las
elecciones
a las fuerzas
reaccio-
narias y desbaratar su política. L a
jus ta
electo-
ral
proporcionó
al .pr incipal
part ido
d e l
G o b i e r n o
— la Unión Democrática Cristiana [UDC], que
en
Baviera
lleva
e l
nombre
de
Unión Social Cris-
tiana
[USC]— un
considerable aumento
d el
nú--
mero de votos.
Con una part ic ipación del 87% del e l ec torad o ,
la
UDC-USC obtu