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7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
1/40
VOLUMEN X NUMERO 7
MEX r C O MARZO DE 9 5 9
N U 11 E R O E S P E C 1 A L : 3.00
EN a
EXTRi\N
JERO IlLS. 0.25
j ex O
PUBL I CADA
POR
LA UN I V ER S I DAD
NAC IONAL
AUTONOMA DE MEXICO
TESTIMONIOS DE JAIME GARCIA TERRES ENRIQUE GONZALEZ
PEDR EJfO
CARLOS FUEN
TES Y VICTOR TRAPoTE /
OPINIONES DE MANUEL CABRERA LEOPOLDO ZEA JORGE PORTILLA AUGUSTO MON
TERROSO Y ERNESTO MEJIA SANCHEZ.
UN FRAGMENTO DE LA NOVELA UN CRUZ EN SIERR M ESTR POR DEMETRl
AGUILERA MALTA.
CRONICAS DE LA PRENSA EXTRANJERA:
DOCUMENTOS.
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7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
2/40
U N I V ~ R S I D A D E M xtcO
j Y ~ n e S estudiantes e intelectuales,
por
campe
s inos y obreros ,
por
gentes pobres o adiueradas,
que
adineradas
o pobres creen en su patria.
N ada es capaz
de
detener al pueblo.
Ni
siquie
ra
las
armas
o las presiones polt icas l legadas
de
fuera
de sus f ronteras .
La exper ie ncia cubana es por eso temida y
combatida. Como liquidamos a
un
ejrcito
mo-
de rno y hemos rot o
por
su base la casta militar
dominante, como hemos demostr ado que con
coraje, pasin libertadora ya g mas arillos pue-
den
ser derrotadas
las
,michas armas movie1Js
por l a ignominia, como nuestr o ocstino no
es
ya simple obj eto en los r ej uego s de la politica
internacional la propaganda dirigida se vuelca
sobre otros caminos. Nosotros contamos OIl
solo elemento propagandstico:
los hechos.
Y los
hechos se proyectan sobre Amrica Latina como
un verdadero llamado, peligroso, lImy pelig, oso:
Los pueblos saben escuchar
y
aprender.
Truj illo y los SOl11oza y los inst rumentos
c rimina le s que les s irven ,
ellos,'
los que no es-
conden su condicin y ot ro s como ellos, sahen
qne sns d as estn contados. La revolucin
nezolana primero , y con ella la instauracin de
\
rgimen democrt ico en el ms rico as
de Latinoamrica - l a revolucin cubana des-
pns- y recalcamos en nuestra revolucin
la
experie:lcia
dd
ejrcito rebelde, la alianza tci
ta
entre
nuestros dos pases,
Vene::llela
Cu m.
constituye la mejor
garanta
de la Ilemocra
c ia vuelve por sus fueros, y :1.0 COI I
las
mOllOs
vacfas.
Pero
no se ent iende que estamos I:IIIP
l/asando.
S
los pu-eblos, los que denocarn
las dictaduras,
los que estn d ispuestos en
cada
pas y por todos los medios a restablecer la
democracia.
La primera
etapa de nuestra ayuda
ya est dada: poltiea y m i l i t a r m e n t ~ la r e ~ o l u .
cin no es slo posib e', sino que
ahora
cuenta
con aliado s, y con
leales aliados.
La lucha contra las dictaduras es,
por dems
lO
slo
un
deber
moral
de soidaridad humana.
En r igo r
constituye
un
acto de defensa propia.
Sabe toda
Amrica
Latina que en el combate
o en la derrota, los dictadores
c o n s t i t u y e ~ {ma
internacional de las espadas, con su poltica ll 1
los organismos internacionales, por vas diplo
m ticas u organ izando su publicidad, baando
en oro a los que venden su pluma, los dictado
res se
apoyan
los unos a los otros, y no [On
pocas l as veoes eh que las
armas
y aviones des
t inados a otros fines, ci rcu lan a travs de las
fronteras para sos tener los regmenes dicta to
ria '2s.
Es que no han de aliarse los pases,
la
opinin pblica l ibre de Amrica Lat'ilia, para
defender y salvar a sus hermanos?
Los que Sie horrorizan ante los crmenes de
la
dictadura
bat is tiana, los que ven espantados
las pruebas grficas de
las
torturas y cadveres
mancillados y las listas de asesinatos, los que
ven, saben o descubren todo eso se han pre
guntado qu
ocurrira
el da que Santo Domingo
libre pueda abrir
las crceles,
cubrir
de flores
las
fosas'
y
descubrir'
en toda Sil dimeiisin la
tragedia
silenciosa de 30 aos de -dictadura?
No
-creo que' sea
necesario'
razonar ;ls sobre
el
tellla. Eil
c a d ~
c Q n c i ~ n c i a latinoalllericna hay
, . una
esperanza,
que
el
ejemplo prctico
fjUe
he
.
dad la ~ u ~ h a s i g a l ~ ~ r ~ t i c a .sistem
tica de la solidaridad. Y NO LES FALLARE
MOS.
~ R e v o t ~ i ~ La Habana, 3 ' de febrero de
1959.
REVOLU ION
$
2.00
20.00
Dls.
4.00
L
Director:
Jaime Garca Terrs.
Rector:
Doctor Nabor Carrillo.
Por
Gustavo
RCOS
Secretario
General:
Doctor
Efrn
C.
del Pozo.
Esta Re\7ista
no
tiene
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de suscripciones
PATROCINADORES
Coordinador:
Henriqtte Gonzlez CaSan01JQ.
Precio del ejemplar:
Suscripcin anual:
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Secre tarios de
redaccin:
Juan
Garca Ponee y Carlos Valds.
UNIVERSIDAD NACIONAL
DE MEXICO
detelle, al pueblo cualldo ste t01l/.n SI desrino
en
sus
lilaila
cuando convierte la palabra y
el pensamiento en acto, cuando el ideal de l iber
tad y transformacin justa, encuentra su r
plica en el fusil o la ametralladora, cuando la
ametralladora o el fusil son empuados ro r
REVISTA
UNIVERSIDAD
DE
MEXICO
La
Revista no se
hace
responsable
de
los
o ri gi na le s que .no
hayan
sido solicitados.
Torre de
la
Rectora,
10
9
piso,
Ciudad Universitaria,
Mx ic o 20,
D. F.
Toda correspondencia debe dir igir se
a:
REVISTA UNIVERSIDAD
DE MEXICO
F r a n 4 u i ~ i a postal
por a cu er do
presidencial
de l
10
octubre de
1945, publ icado en
el
D. Of.
del
28 ele noviembre del mismo ao.
REPER USION
C U B A N A
N
o VE NUESTRA revolucin un movimiento
impulsado por los problemas sociales y
econmicos que, c laro, afl igen a nuestro
pas.
Vigentes
- ms que vigentes, plenos de
urgencia, dejaron , sin embargo , paso en los pri
meros momentos, a una crisis marcadamente
polt ica. Convert ida en feudo por un g o l p ~ mi
litar, Cuba dej de ser la patria l ibre de todos
los cubanos, y lentamente p rimero, y r pi da y
dramticamente despus, qued en campo de
concentracin y cmara de tortura. Los comba
tientes de l a revolucin, que acaba de triunfar
en su fase insurreccional, tena un solo objetivo:
liqnidar esta si/uaci, y , ecollqltistar In liber
tad.
Es e
ideal: Libertad, resultaba entonces
el
denominador comn. No hay , sin embargo, me
jor
l eccin que la experiencia, y mien tras ms
dura es
sta,
ms profunda es
su marca. La
ll,lcha por
\\
libertad poltica, por la liqnidacin
de la dictadura, gan as,
gracias
a nuestro pue
blo, a
la
experiencia concreta de los combatien
tes,
un
contenido nuevo y ms amplio. Es por
eso que nuestra revolucin
no
pretende
ya la
sola l ibertad polt ica , lograda con la l iquidacin
de la
tirana;
sino que se proyecta, activa y
permanentemente,
como revolucin liberadora,
dejintiva,
contemplando realizaciones tan pro
fundas como la liquidacin de las castas mili
tares, el saneamiento administrativo-politico,
la
reforma agraria,
la
industr ia lizacin y el des
hrrollo integral de la cult ura.
La dictadura, empeada en
frenar el
desarro
lo de
nuestra
patria, no hizo
otra
cosa que
acumular, frente a ella, fue rzas exp losivas qne
no pudieron
Sier
detenidas. Rotos los diques , s
tas se
han
desbordado. Dicho as, parece una
abstraccin
fra,
un
anlisis de Hnestro proceso
revolucionario con mtodos de gabinete.
No
es
tal.
Esas
fue rzas desbordadas t ienen un nom
bre concreto y g lorioso:
ejrcito , ebelde.
Esas
fuerzas,
ayer
inertes encarnan hoy en
hombres
armados,
dispuestos a def ende r su revolucin
con las mismas annas con que las baaron . La
libertad no slo est lograda, sino que en su
conquista ha creado el instrumento y la ga
' rarjta .
de
l a real izac in reyoluc iona r ia, que
o' sufriri .- frust rac iones como en las guerras
de independencia, del siglo pasado, o en l a et a
pa revoluc iona ria de
1933,
cuando
se
impidi,
respectivamente, el libre e ~ t a b l e c i m i e n t o del
tado soberano, y su consolidacin republicana,
Son es to s los fact or es que hacen de nuestra re
volucin un fenmeno p o l t i c ~ y
militar
nove
doso,
una
experiencia viva,
m o t i ~ o
de esperanza
y aliento para los que an p e ~ r ; l a l l e C e n bajo el
yugo de tiranias abier ta s o d is f razadas
y
es
esta
caracterstica
l a que permi te que 'nuestra
r evolucin se proyecte sobre el r esto del mun
do y
muy
especialmente sobre la
Amrica
La
tina.
ABBOT LABORA
TORIES
DE MXICO, S. A .
BANCO NACIONAL DE COMERCIO EXTERIOR,
La gesta del ejrcito rebelde 110 tiene
un
con- S. A.-CALlDRA, S.
A.-UNIN
NACIONAL
tenido limitado. Militar y polticamente conlleva DE PRODUCTORES
DE
AZCAR, S.
A.-COM-
un replanteamiento de toda
una
~ l ~ r i e
de valores PAA MEXICANA
DE
AVIACIN,
S.
A . -
hasta ayer
aceptados y hoy barridos. Militar y FERROCARRILES NACIONALES DE MXICO,
polticamente la revolucin
cubana
es una res- S.
A F I N A N C I E R ~
NACIONAL AZUCARERA,
puesta clara. Lo s
hechos lO SOI1, 'al'complejo
de S. A; --INGE'NIER'OS CIVILES ASOCIADOS S.
impotencia, a l complejo de infer io ridad, pade - A . - I C A ) .-INSTITUTO MEXICANO DEL
cido por nuestros pueblos de Amrica Lat ina SEGURO SOCIAL.-LOTERA NACIONAL PARA
comp'lejp larga_ y cuidadosamente C t I l t i v a ~ q
po;;,
:t;. '.ASISTENCIA
PBLlCA'.-NACONAL.
FI -
las dic taduras, los intereses extraos a nuestro NANCIERA, S. A.-PETRLEOS MEXICANOS.
destino, y los rganos de propaganda. No im- FBRICA DI:' CHOCOLATE LA AZTECA, S. A.
po rta n los gase s o las bombas, no impor tan las BANCO NACIONAL
DE
MXICO, S.
A.-COM-
torturas o la crc,el, los crmenes ms monstruo- PAA FUNDIDORA
DE
HIERRO y ACERO PE
sos, l a represin ms brutal: nada es capaz de MONTERREY,
S. A.
-
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
3
*
MARTES 3
FEBRERO
Es
obvia la unanimidad de la opinin
en torno a Fidel Castro. Ouien con ms,
quien con menos
e n t u s i a s n ~
todos los cu
banos que
he
conocido
-desde
los chofe
res de taxi hasta los bien vestidos parro
quianos del restaurante LaZaragozana ,
pasando
por
los dependientes de las casas
de comercio, los voceadores de peridi
cos,
el
pblico de los cines, los ;neseros
de los bares)' la guapa muchacha que me
vende cigarriIlos en un expendio de
la
caIle
23
todos sin excepcin
~ p l u d e n
]
que
Fidel significa, declaran su sim
pata por la revolucin; y todos tamJ;>in
se ensombrecen
al
hablar de las atrOCIda
des
de
Batista.
t is ta), me i lust ra sobre la situacin de
la
prensa cubana. Alrededor de diez 11 once
diarios circulan en La Habana. De ellos,
Revolucin
rgano del movimiento 26 de
julio, es el de mayor tiraje.
(Tiraje por
lo
dems insuficiente, pues los 65,000 ejem
plares se agotan en unas cuantas horas;
gran parte de la maana se me va en con
seguir uno para m). Le siguen Crisol
El
Mundo Exclsior Informaciones
El
Diario de
l
Marino
no
tira
actualmente
arr iba de tinos 25,000 ejemplares .
Una
de las primeras medidas del gobierno pro
visional fue la prohibicin de toda sub
vencin oficial a los peridicos; como
consecuencia muchos
irn
desapareciendo
poco a poco,
ya
que no les ser posible
sostenerse slo con anuncios y venta. Se
public, adems,
una
lista de los diarios
que reciban dinero del batistato, especi
ficando cantidades. La prensa acusada ha
reaccionado discretamente ante la nueva
poltica. Los peridicos mercenar ios no
han podido contraatacar en forma abierta,
en vista de la actitud del pueblo, pero s
procuran hacer, de vez en cuando, alusio
nes venenosas indirectas. De cualquier
modo, no hay ni habr, por
par te del mo
vimiento revolucionario, restriccin algu
na a
la
expresin escrita o verbal.
El doctor Botifoll
se
ocupa por ahora
de organizar entrevistas radiofnicas con
personajes importantes, con estudiantes,
con obreros. Prevalece en ellas
m e
ase
gura-
la
mxima
libertad. Los entrevis
tados se refieren casi siempre a temas
polticos, y toda especie de cr t ica se en
cuentra permitida.
i
Ya hubiera yo queri
do
oir uno de estos programas en tiempos
de
la
dictadura
,
exclama alegremente.
Hubo
uno, estudiantil, que tuvieron que
clausurar apenas inaugurado, porque los
muchachos insistieron en decir
lo
que pen
saban.
JUEVES 5
FEBRERO
El piso vigsimo tercero
del
Hotel Ha
bana-Hilton constituye por lo pronto el
cuartel general de Fidel Castro durante
sus estancias en la capital.
Su
presencia
se
hace patente, sin que nadie la publi
que. Veintenas de barbudos suben
y
ba
jan en los ascensores, invaden
el
vestbu
io,
aguardan a
la
entrada del hotel.
Hom
bres y mujeres de
la
ciudad y del cam
po,
forman locuaces grupos aqu
y
all.
EN LA
ESCRITOR
11IRCOLES 4 DE FEBRERO
*
Por
jai e
G RCI
TERRES
Dibujos
de
Andre
URG
to
inmediato, l, Fidel Castro encabeza
r esos dos millones de
c u b a ~ l O s
en una
invasin cvica
de La
Habana.
Esto ltimo constituye una explcita
manifestacin del desacuerdo que existe
ent re el rgimen del presidente
Urrntia
IJe
y
el
alto mando revolucionario.
H N
Fidel ha comprendido la necesidad de
acabar con el latifundio. No puede pen
sarse de otro modo, cuando
se
considera,
por
e j ~ l l p l o
que veinticuatro empresas
y famIliaS azucareras controlan,
por
si
solas,
la
quinta
parte
de
la
superficie pro
ductiva nacional; es
ms:
cinco empresas
(Compaa Atlntica del Golfo, Julio Lo
bo,
Cuban
Trading
Ca., Cuban American
Sugar MilI y Central Cunagua S.
A. )
dominan
el
10
del rea nacional en f in
cas. Se
afirma
que estas empresas slo
necesitan
una par te del
ter reno que con
trolan para tener el abastecimiento de
caas que requiere la molienda; lo cual
demuestra que
la
reforma agraria no afec
tar
el
desenvolvimiento de la produccin
azucarera.
Lo
propio vale
para
los latifun
dios ganaderos.
Es obvio que
el
latifundio impide la di
versificacin de los cultivos, obstaculiza
la gradual disminucin de las importa
ciones en este rengln, y es ndice
y
de
terminante de una economa colonial. De
aqu que la revolucin cubana pre tenda
ser, antes que cualquier otra cosa, una
revo'ucin agraria.
En la
cafeteria
del
Habana-Hilton,
Luis Botifoll, el antiguo director de
El
Mu ndo
(puesto que
le
fue arrebatado
por
intereses financieros al servicio de Ba-
E
I RIO
LUNES
2 FEBRERO
E
NCUENTRO
una ciudad tranqui la. Ni
asomos de miedo o violencia. Deci
didamente la revolucin no est en
las calles. Est en los nimos, en las con
ciencias, en los planes para el futuro
y
en los modos
de
afrontar
el presente.
Y,
sin embargo, brota de todos lados
el
mis
mo comentario: iQu diferencia con La
Habana
de hace dos meses Desde la tar
de, ya nadie sala.
i La
ciudad
ha
comen
zado a despertar
Y
por
qu nadie
sala hace dos meses ? , pregunto, un poco
en
el
limbo.
i
Por qu iba a ser Porque
nada
garantizaba que volviera uno con vi
da.
Las
'mquinas' de la polica no enten
dan de razones.
Te
llevaban, y
se
acab.
Sobre
todo a los jvenes;
no
haba uno que
no fuera sospechoso de conspiracin. Esa
era
la vida bajo
el
rgimen de Batista.
Por
la noche, a encerrarse bien tempra
no, a menos que fuera absolutamente ne
cesario, por algn motivo urgente, correr
el
riesgo.
Los
barbudos. No tiene uno que bus
carlos. Aparecen dondequiera, ametralla
dora, rifle o pistola en mano. Pero
son
tan ter ribles como nos lo
ha
querido ha
cer creer
cier ta propaganda? No lo pare
cen. Saben hablar como cualquiera, rei r
como cualquiera; no molestan a nadie.
Oigo que se les llama por sus nombres.
Me doy cuenta de que se les trata con
un
afecto
muy espontneo. Impresion
-
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4/40
Los ascensoristas tienen instruLciones
'categricas de no depositar a ningn ex
trao en aquel piso, si no es mediante un
permiso especial otorgado
po r
el propio
Jefe del Ejrci to Revolucionario o por
alguno de sus ayudantes ms prximos,
No tanto
--como
pudiera
creerse-
por
temor a un atentado, cuanto por la senci
a
razn de que hay mucho que hacer,
muchas decisiones que tomar cotidiana
mente, y el acceso de part idar ios sin co
misin, curiosos, visitantes, gestores de
audiencias,
etc
robara, de permitirse,
horas preciosas de actividad indispensa
ble, En
el piso vigsimo la oficina de re
laciones pblicas, capitaneada por Tet
Casuso e Isabel Bermdez, atiende y tra
mita las peticiones.
Es
curiosa la mescolanza
que
se obser
va en
el
elegante Habana-Hilton: millo
narios estadounidenses y rebeldes de bar
bas abundantes comparten amigablemente
el
restaurante, los bares, la piscina, mien
tras los empleados del hotel debaten con
toda libertad, en pleno lobby, sus proble
mas sindicales. Hace unos meses, esta
convivencia de mundos tan dispares
l
'de
los turistas de camisolas floreadas,
el
de los jvenes combatientes de Sierra
Maestra, el de los funcionarios, el de las
organizaciones sindicales en accin infor
mal-,
hubiera parecido inconcebible.
Ahora,
ha
llegado a ser un espectculo
familiar y slo sorprende a los recin lle
gados.
Pero Fidel
m
confan sus ;lyudan
t s
no se siente a gusto en
el
lujoso
hote1.
Si de
l
dependiera
se
instalara
en el
campo. Como ello no es posible, en
vista de que lo requieren mltiples aten
ciones en el corazn poltico de
la
isla,
ha
de
resignarse a esta suerte de aloja
mientos nada rsticos. Ya se asegura, sin
cmbargo, que se establecer en otra partc.
Hay entre los rebeldes, numerosos ex
tranjeros, Hispanoamericanos, en pI'imer
trmino: una buena cantidad de argenti
nos, con obligada mencin especial
oel
c
lebre Che Guevai a; vcnezolanos, nicara
genses, peruanos, costarrioenses'
alo u-
.
nos mexIcanos.
(He
conocido a uno, de
~ O r r e ? l
a p e l ~ i d a d o
Guilln Ce I a ya.)
1 amblen proltferan los estadounidenses
que apenas saben hablar espao1.
( Un
kaafey kuubaanou , oigo decir de pronto,
en
la
cafetera, a un capitn que se parece
a
Paul
Muni.) Y hasta los europeos.
Por
lo que se refiere a los cubanos propiamen
te dichos, son asimismo de una gran di
versidad.
En
lo fsico y en lo cultura1. Los
hay hoscos, que huyen de los desconoci
dos y rascan
el
suelo con las botas, cuan
do se les .hacen preguntas. O alegres y
charlatanes (los ms), que interrogan
uno antes de que uno pueda interrogar
los.
El
conjunto es pintoresco, animoso
y de enorme sencillez
en
el tra to .
Qu
lejos se est aqu de esa soldadesca soez
y desptica de los habituales golpes de
Estado Y es que estos muchachos com
batan por una causa, por una serie de
principios, por la humanizacin de . su
vida, y no
por
simple acatamiento a un
c a u d i l ~ o
faccioso.
Desde un rincn, erguido, en su unifor
me de la aviacin republicana espaola,
el
general Bayo (que adiest r a muchos de
ellos) los contempla con orgullo paternal.
Me hago presentar a este viejo de no
ble cabeza lenfelipezca. Igual que la pla
na mayor revolucionaria
(se
dice que
Fi
del Castro,
al
ensersele ciertos dibujos
de Abel Quezada,
murmur:
Viniendo
de Mxico, duelen ), se muestra resentido
contra nuestra prensa.
Las
palabras se le
agolpan queriendo salir: Me han llama
do nada menos que delincuente, comunis
ta, qu s yo. Y cuando quise rectificar
me
contestaron que era contraria a sus
procedimientos cualquier rectificacin. Y
yo que soy tan mexicano. Como tambin
soy cubano, sabe us ted? Nac en Cama
gey, y result espaol porque entonces
Cuba era todava espaola. Pero, vamos,
la
nacionalidad es slo
un
accidente.
El
amor y
no
el nacimiento, determina
lo
que uno es, Me he prometido luchar por
la
l ibertad en dondequiera que sea nece
sario. Anti-yanqui?
o
no lo soy.
He
vivido en los Estados Unidos , y a'dmiro
a ese
p u ~ o
tanto como detesto a su po
ltica internaciona1. Se
le
acerca una mu
chacha: Cmo te va? Cmo has esta
do? Bayo responde cualquier cosa, por
cortesa, y luego me confa:
No s
quin
es. Me ha salido una familia demasiado
numerosa
para
que yo pueela identificar a
cadrt uno de sus miembros.
Uno
de los barbudos de la escolta de
Fidel dormita en un silln. No tiene
ningn inconveniente en charlar unos mi
nutos conmigo. Al contrario , me dice.
Estaba
yo aqu, no ms matando el tiem
po. No es
lo
mismo
pelert
r en
la
sierra
que esperar sentado.
Se llama Jos Garca. Ingres a las
fuerzas rebeldes hace un ao. No hizo
antes, porque
se le
haba oicho
(Iue
la
guerra se ganara en los poblados -me
diante
la
resistencia
pasiva-,
y no en
el
monte.
Por
fin, decidi unirse
.1
los re
, oluciona ios.
La
gente tena mucho miedo de pelear.
Saba que al que agarraran preso no le
perdonaran la vida. Todos odiaban a Ba
tista; pero teman
al
ejrcito. Decan que
al ej
rci to no
se le
poda vencer. El
(le
Cuba es, creo yo, un ejcmplo para '(odo
el mundo. Porque ya sabemos que s es
posiblc derrotar a un ejrcito como ese,
cuando el pueblo est unido.
Tambin los rebeldes tenamos miedo,
Lo aguantbamos cantando y dicindonos
bromas y cuentos, aunque no nos dieran
UNIVEltSlDAD DE xtc
ganas de cantar ni de
: ~ i r
Nuestros jefes
s
fueron valientes desde el principio,
y
poco a poco nos fueron enfusiasmando.
. Ganamos. ~ r ~ c i a s . al sistema de gue
rnllas.
El
ejercIto no estaba preparado
para combatirnos as; sobre todo en me
dio de un pueblo que no lo quera. La
gente les daba indicaciones falsas, los des
p is taba ; en cambio nos ayudaba
nos
otros en todo
lo
que poda.
Los
prisioneros que hicimos recibie
ron el mejor trato. Les apartbamos los
mejores
alimentos...
cuando tenamos
alimentos, porque llegamos a pasar das
y das de hambre. Nosotros no ajusticia
mos a nadie;
si entre
los prision:eros ha
ba criminales, se
era
asunto de los tri
bunales que ms tarde haban
de
for
marse.
Yo
no me quedar en
el
ejrcito el
nuevo ejrcito definitivo. A h o ~ a soy' de
la esco1trt
de Fidel.
Pero
cuando pase este
perodo, cmo
le
dir , difcil , volver a
mi casa, Vivo en
Las
Vi las, con mi mu
je r
y
n ~ i s
hijos. Mis negocitos estn para
dos. N
1I1guno
de nosotros estamos ganan
do dinero.
Pero
la revolucin es algo muy
importante, y ust sabe que slo ha co
menzado. Los que sean capaces son los
que van a dirigirla. Yo serv para pelear,
y cuando las cosas ya estn bien, volver
a
lo
de antes.
Me muestra su ametralladora, que des
cansa en el suelo, junto a l. Cunto
trabajo me cost aprender a usarla , di
ce sin ninguna afectacin_
VIERNES 6
DE FEBRERO
Un grupo conversa animadamente, cer
ca de la oficina de recepcin del hotel.
Aproximndome, saludo a Alfredo
Gue
vara, a quien conoc exilado
en
Mxico.
Una hermana
de
Fidel Castro me pregun
ta: Qu anda usted haciendo en
Cu
ba?
Por
lo pronto , le digo, estoy
tomando unas cuantas lecciones, Sonre,
y comenta: Todos tenemos que tomar
lecciones unos
de
otros.
El
chofer
de
Fidel llega cor riendo ; me cuenta que el
coche
( la
mquina ) del
Jefe
de la
Re
v ~ l u c i n car,cce de chapas . Que cuando
Fldel
lo
ocupa, nadie los estorba, por
su
puesto. Pero que si l, el chofer va
solo
inmediatamente detienen y
le 'rec rtmrt';
dicha irregularidad.
Si
les c io o de quin
es la
m ~ q u i n a
me contestan con
ma
yor razon
se
deben acatar los reglamen
tos, porquc de Fidel estn pendientes
to-
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
5/40
UNI VERSIDAD DE,ME XcI
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
6/40
6
poco tiempo, me hallo enfrascado en una
conversacin con varias personas que han
ido al mismo sitio. Un hombre, pobre y
desaliadamente vestido, me dice que l
tambin estuvo en la sierra, combatiendo;
que vino a La Habana con las tropas liber
tadoras; que casi no hubo muertos en
encuentro final, y que conoce a tres o cua
tro mexicanos que peleaban al lado de Fi
del. No logra explicarme bien a bien por
qu ha r,egresado a la vida civil. Un viejo
interviene, pidiendo disculpas por la intro
misin. Afirma que l se dedica a su tra
bajo y nada ms; pero que, a travs de
los peridicos, se ha enterado de la mar
cha de los acontecimientos, y que est
de acuerdo con las medidas revoluciona
rias. Imagino yo que estos escarmientos
y ejecusiones , dice, servirn para que
durante los prximos veinte o tr,einta aos
(ignoro
por
qu fija este lmite), los fun
cionarios de la polica no se excedan en
sus castigos ni cometan arbitrariedades.
En Cuba este tipo de abusos y crmenes
han quedado siempre impunes; en lo fu
turo creo que va a ser diferente. Tercia
un vendedor de helados: Con perdn de
ustedes, a tantos matones no deberan
fusilarlos; deberan hacerlos picadillo. Y
para m que habamos de echarnos sobre
Santo Domingo, al fin somos cinco contra
uno.
El
viejo se abstiene de todo co-
mentario al respecto :
Yo
slo leo los
peridicos , dice.
Meditaciones sobre
el
terrorismo re
volucionario. Se ha ej,ecutado {tnicamente
a evidentes asesinos. Considerado el odio
que por ellos senta el pueblo, entraa un
acto de misericordia
el
fusilarlos. Yo he
sido siempre enemigo
de
la pena de muer
te; mas no cabe olvidar que sta es una
situacin anormal; toda revolucin lo es.
Y r,esulta grotesco lanzar alaridos de in
dignacin por ajusticiamiento de unos
asesinos cuyos indudables crmenes no
alcanzaron a despertar la menor protesta,
en el tiempo en que fueron cometidos.
Ha escrito Carleton Beals: Puedo cer
tificar que no ha habido en Cuba, en estos
das, ninguna matanza colectiva; slo el
juicio y la ejecucin de culpables de dichas
matanzas colectivas : Hay que tener pre
sente que el batistato cuenta en su haber
20,000 asesinatos comprobados, ms los
que an se ignoran, ms el ejercicio de
morbosas torturas, ms innmeros casos
de mutilaciones no seguidas de muerte.
Uno slo de los recin ajusticiados deba
alrededor de cuatrocientos asesinatos, los
c ~ a l e s ~ o ~ e r e c i e r o n entonces al parecer,
la mI1eslma parte de las reclamaciones
enrgicas ocasionadas hoy
por
la supre
sin del responsable.
DOMINGO
8 DE FEBRERO
F del Castro est fatigado de las en
trevIstas que le solicitan sin cesar los pe
riodistas venidos de todas partes del mun
do Se niega a hablar con ellos. Y le sobra
razn. Su p r o m e ~ i o cotidiano de trabajo
acerca a
~ a s
veInte horas.
Por
qu ha
bla de sustItUlrlO, o de sacrificar es
c a s i m ~ reposo, dejando que los curiosos
lo
agobIen con preguntas a menudo tri
viales? El viernes pasado condescendi a
d e j a r s ~ entrevistar para un programa es
t a d o ~ 1 1 l l d e n s e de t e l ~ v i s i n
Ayer
recibi,
en raplda confer,enCla de prensa, a varias
decena de
c o r r e s p o n s a ~ e s
extranjeros que
V Y
)1
Ie ) , r
.AtA....,
equipos y, adems; ms bienes de con
sumo de
otra
especIe. Cuba debe crea r
nuevas industrias manufactureras y de
transformacin para l ibra rse de la pesa
dilla de la cuota azucarera y mejorar su
balanza de pagos, as como aumentar su
nivel de ingresos. El desarroi o de diver-
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
10/40
Toma
de
poSeSil
del Ministro de Ag j GJitura
Dr.
Hmnberto
Sori Marn
10
decir acortando las posibilidades de las
zafras
futuras
y, en consecuencia, las po
sibilidades econmicas de
Cuba-
de
300,000 toneladas que haba en 1951
2.151,000 toneladas.
Tal
situacin, da
das l as perspectivas a largo y a cor to pla
zo
en
el mercado mundial , auguraba l
inicio de una etapa crtica en la econo
ma cubana .
1
(Como es sabido, el mer
cado azucarero internacional funciona
e n
trminos demasiado
s i m p l e s ~
a ba
se de convenios comerciales cOlicertados
entr,e pases productores y pases compra
dores.
Sin
embargo, la ley de la oferta y
la demanda, opera en el presente caso en
favor de los compradores
que
son los que
tasan al volumen que
comprarn
a cada
pas y los que, adems,
fijan
los precios.)
Esto
se hizo pensando
en
aplicar
l o
que
se
llev a
efecto- una
pol tica de
gasto
pblico compensatorio que, al
mismo tiempo que posibil itaba al rgimen
el d e s r r o ~ l o de un plan
de
obras pbli
cas supuestamente productivas --que 110
lo
eran
pero que dejaban muchas oportu
nidades
de
enriquecimiento
ilegtimo
serva
para
tapar tcnicamente
un error.
Cierto que esta poltica deba
tener
como
consecuencia
un
proceso inflacionario,
pero para disimularlo
estaban
las reser
vas monetari as del pas.
El
ingr,eso nacional de Cuba depende
fundi lmentalmente de las exportaciones
tzucareras. En cualquier pas del mundo,
decir ingreso nacional es, en trniinos ge
nerales, hablar del valor de las activida
des econmicas de ese pas y, sin embar
go, en Cuba, a
partir
de 1954, el ingreso
nacional
difera
del valor de sus
expor
taciones. A pesa r de que la exportacin
del
azcar
haba bajado, el ingreso nacio
nal comenz
extraamente
a subir. Era
l
milagro operado en virtud de la polti
ca de
gasto
pblico compensatorio . Cla_
ro que
para
llevar a cabo
esta
poltica ha
ba necesidad de
gastar
y
para gastar
se
tena el presupuesto y las posibilidades
que
dejaba
el manejo de la deuda pblica.
los siete aos que tuvo el poder la
dIctadura, manej ms
de
3,000 millones
de dlares,
cifra
super ior a los recursos
obtenidos
por
los gobiernos cubanos des
de los comienzos de la Repblica hasta el
gobierno constitucional del propio Batis
ta, en 1940-44.
De
dichos 3,000 millones.
2,000 se obtuvieron de los ingresos del
presupuesto
inflado por
la poltica de
gasto pblico,
por
la creacin de nuevos
impuestos, aparte de los ya existentes,
y
por
la emisin de valores pblicos que el
J;obierno negociaba con
la
banca comer
cial empleando al banco
central -Ban
(co Nacional de Cuba- como instrumen
Ita. As ,
el
gobierno
gastaba e n
obras
pblicas ornamentales-
ms
de lo que
ingresaba,
pero
lo que gastaba le serva
para ingresar ms:
S in embargo, para
dji camente no hubo
un
alza proporcio
nal
en
la constelacin de los precios, de
bido a
la
vlvula de escape que repre
sentaron
las reservas monetarias interna
cionale,s que Cuba posea
De
este mo
do,
mientras
las exportaciones bajaban,
el
gobierno le inyectaba art if icialmente di
nero
a la economa, con lo cual provoca
ba
un
alza
en
las importaciones. Duran
te cinco aos, el pas se desenvolvi
en
la
contradiccin de venderle cada vez menos
al extranjero pero de
comprarle
cada vez
ms. Ese fenmeno se produjo a costa
de las reservas
de oro
y cambio
extran
jero que de esa
manera
fueron mermando
peligrosamente
de ms
de 600 millones
de pesos [dlares] a fines
de
1951,-a
menos
de
304 millones a fines de
1957 2
, El proceso inflacionario producido por
la inyeccin
de
dinero
en la
economa, no
se
tradujo
en
un
alza
importante
de pi e
cios
porque
el sobrante de demanda pro
ducida por los :nayores ingresos encon
tr salida
en
las importaciones, que :tu
l11entaron considerablemente.
Los
precios
no subieron exces ivamente, pero las re
servas monetarias del pas descendieron
notablemente. Las exportaciones bajaron,
mientras
crecan las importaciones y, en
consecuencia, mientras
que en
el perodo
inmediatamente
anterior
al gobierno de
Batista, es decir, en tre 1947 y 1951, en
traban en
Cuba suficientes divisas como
para pagar
las importaciones quedando
un
sobrante
considerable
de
reservas
mO
netarias a su favor, despus de 1952
el
dinero que
entraba
en la
Isla
apenas al
canzaba
para cubri r
las importaciones y
las reservas acumuladas empezaron a dis
minuir ostensiblemente,
hasta
llegar, a fi
nes
de
1958, a poco ms
de
110 millones
de pesos.
Hemos dicho que
para realizar
sus fi
nes los que paradj icamente, con
toda seguridad, se les llamaba de des
arrollo
econmico-
el gobierno manej
la deuda pblica que,
en
1952,
era
de
217.7 millones de dlares, ascendiendo,
durante
el
rgimen de Batista, ; la fabu
losa GlIltidad de 1,200 millones de dla-
lJNIVERSIDADDE
MEXICO
res
deuda
que deber liquidarse,
si to
do
se
desenvuelve normalmente, hacia
1984).
El procedimiento utilizado fue la
emisin de valores pblicos por las depen
dencias f,inanci,elJas ofioiales, e l ~ r e las
que
se
contaban: el Banco de Fomento
Agrcola e Industr ial BANFAIC), i-
nanciera Nacional de Cuba, Banco Cu
bano del Comercio
Exterior,
Banco
del
Desarrol lo Econmico y Social (BAN
DES)
Y Fomento
de
Hipotecas Asegu
radas.
Estos
valores debian ser adquiri
dos
por
los bancos privados, ya que
di
chos bancos e n virtud de la ley-decreto
NI? 1947, de enero de 1955- no po
dran
realizar algunas de sus operaciones
ms importantes, a menos que cumplieran
el requisi to de suscribir va10res pblicos
nacionales, en proporcin no menor
de
diez
po r
ciento de sus depsitos y rete
niendo como inversin propia no menos
del cinco
por
ciento de sus depsitos . As
fue como la tendencia de valores pbli
cos de la banca comercial pas de slo
27.6 millones de dlares,
en
30 de junio
de 1952, a 215,4 millones de dlares en
septiembre
de
1958 .
3
En esta labor de cooperacin financie
ra
pa ra
llamar de algn modo a
la
aventura- jug un papel importantsimo
el
Banco Nacional de Cuba, actuando
jo
mismo como suminis trador directo
de
crdito
para
las dependencias bancarias
oficiales que como instrumento presiona
dar
de la banca comercial e instituciones
comerciales privadas
para cIue
estas
ins
tituciones ofrecieran apoyo crediticio a la
banca oficial.
El plan de inversiones reproductivas
llevado a cabo por el gobierno fue el
siguiente: ampliacin ele una parte
del
Malecn; construccin fragmentaria
de
una nueva avenida; construccin de una
ciudad deportiva; construccin
de
m
a,eropuerto mil it ar en el cuar tel ele
Co
lumbia; adquisicin de cuatro aviones
ct
y un sistema de telecomunicaciones para
el
ejrcito.
Dentro
de este mismo plan
hay que inclu ir el apoyo econmico
quc
el
gobierno brind
para
sustentar
vari:1
s
empresas Illonoplicas, como son
la de
ll
transportes y la fas farera, as como 1
financiamiento de hoteles
ele
lujo conu
el
~ a b a n a i l t o n
y el Riviera que en
po
co tiempo fue convert ido en garito inter
nacional.
El
rgimen depuesto
,g-ast,
por
atta
parte, 35 millones de dlares en
construir
un
ostentoso tnel baio
la
baha
ele
La Habana
y
-algo
verdaderamente
increble- destin
41 m i ~ l o n e s
de dlares
para
ayudar
econmicamentl
:1 la
Amc
rican ancl Foreign
Power
-cuyo
actil lJ
era en 1955 de 657.2 millones de
dlarcs
y 6 millones de dlares
para
ayudar a la
pauprrima Esso Standard il a -cu
yo activo en 1955
era
de 7.2 bilJones
ele
dlares, es decir, ms o menos tres vece;;
el
~ n g r e s o
nacional de Cuba.
Bajo
el
Batlstab
se
produjo
la increble paradoa
le
que Cuba, pas subdesarrollado V cs
,caso de capital,
ayudara
financiera;lCI1(i
dos d.e ms poderosos monopo]
ios
mternaclOllales En el curso de unos
cuantos meses, 300 millones de dlares
-cantidad con
l
que se podan haber
~ f e c t u d o inversiones industriales capa
ces de
dar
trabajo p rm n nt a miles
de
cubanos- se convirt ieron
en
cemento
asfalto,
armas
y cuentas bancarias de
privilegiados que se haban ubicaelo a
la
sombra
elel
poder.
4
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
11/40
UNIVERSIDAD DE MEXICO
i
Por Carlos FUENTES
NOTAS PARA UN PANORAMA
MERI L TIN
Y
EST DOS
UN I OS
en
el
servicio militar obligatorio. Esta
\ ez, no hubo un Victoriano Huerta.
La Revolucin de Cuba ha triunfado
con un programa que refle ja los proble
mas de casi todas las naciones de Amrica
Latina. Ha despertado la conciencia de
los pueblos americanos; ha vuelto
l
plan
.tear una serie de temas que, desde las
pocas heroicas de la Revolucin Mexica
na, eran tab . La l iquidacin de los
ejrcitos de casta. La reforma agraria.
La
reivindicacin de los recursos naturales
de la nacin. La superacin del monocul
tivo.
La
ampliacin de las relaciones
co-
merciales con
el
exterior,
yel
t ra to jus
to en la forzosa relacin bilateral con los
Estados Unidos. La diversificacin agr
cola y
el
desarrollo industrial sobre bases
independient,es. La supresin de las con
cesiones onerosas y la sujecin de los in
versionistas extranjeros al derecho inter
no.
y
la autonoma de la poltica inter
naciona1.
La Revolucin Cubana no se
ha
enun
ciado limitativamente; no ha enarbolado
una bandera anti-norteamericana. Su ban
dera es la de la unidad hispanoamericana.
As
lo
hacen
ver
los temas de su progra
ma y la actitud que el gobierno revolu
cionario ha vendo observando ante los
Estados Unidos. Los cubanos han pro
cedido a cumplir su Revolucin sin pedir
permiso.
Pero
han comprendido que los
Estados Unidos no son slo su gobierno
o los intereses norteamericanos en Cuba:
l Revolucin Cubana ha apelado a
la
opinin y a la amistad de los grandes
sectores democrticos de los Estados Un
dos. Periodistas, profesores, estudiantes,
trabajadores, dirigentes obreros, escrito
res liberales: por primera vez
en
mucho
tiempo, un gobierno latinoamericano
se
dirige sin intermediarios a esa
gran
masa
de opinin. Los resul tados pueden apre
ciarse en este mismo nmero ele UNI
VERSID D DE
M XIeo
lanse los artculos
de Beals y de Attwood.
Leios d'e debilitarla, esta actitud ha for
taleciclo la posicin independiente de Cu
ba. Despreciar las fuerzas democrticas
que actan dentro de los Estados Unidos
es restarnos fuerzas a nosotros mismos.
Cuba ha aprendido bien la costosa
lec-
cin
del
servilismo. Sabe que a mayor
doci'idad corresponde mayor presin. Ca
da ao, Batista aumentaba las concesiones
a las empresas norteamericanas; cada ao,
la cuota azucarera
de
Cuba
era
ms pre
cariJ. No obstante, la relacin no tiene
por qu ser de dependencia. Si la zafra
rinde a Cuba 600 millones de dlares
anuales, cada dolar ganado por Cuba
se
traduce en una ganancia de Dls. 1.15 para
los Estados Unidos, en vi rtud de las im
portaciones cubanas de bienes norteame
ricancs. Quin necesita a quin?
Una
sera la respuesta
de
cada pas aislado;
otra,
la
de todos unidos. Cuando slo se
vende a un comprador, es preciso pagarle,
adems de dinero, sumisin.
Toda
rela
cin de compraventa es de dos filos:
la
eUAL HA ~ ~ D O la l e c ~ i n de Cuba?
- DestrucclOn del mIto: la revolu_
cin contra el ejrcito es posi
ble. Conciencia comn:
el
programa de
la Revolucin Cubana es, en esencia, el
de todos los pueblos latinoamericanos.
Inteligencia internacional:
una
revolucin
h ispanoamericana debe ape lar a los n
cleos de opinin democrtica de los Es
tados
Unidos
capaces de apoyar nuestros
movimientos de libertad. Dignidad en las
Cast ro
el ,Progr Jil /a de rr iJo urin
latmoatl1encanrt .
relaciones con Estados Unidos: no ser
con debilidad como se obtenga un trato
equitativo.
Juzguemos sobre el fondo his trico de
la
Hispanoamrica lo que significa hacer
una revolucin contra el ejrcito. Las or
ganizaciones castrenses no slo han siclo
el
apoyo tradicional de las d ic taduras:
han sido las grandes escamoteadoras de
revoluciones. Por encima de los t iranos,
han representado la supervivencia de
l1na
etapa histrica semifeuda1.
Cmndo la
presin popu la r ha amenazado l iquidar
esa etapa,
el
ejrcito ha intervenido, me
diante el cuar te lazo o el golpe mil itar, a
efecto de sustituir a las figuras del jue
go ;
pero, sobre todo, con
el
propsito de
aplazar nuevamente la accin popular re
\ olucionaria.
En
Cuba, esta norma
ha
si
do abrogada.
La
Revolucin Cubana no
s ~ o
se abstuvo de conspirar con los mi
litares, sino que form l1n ejrcito popu
lar, luch contra las fuerzas regulares de
Batista y las derrot. Al
triunfar
liqui
d la organizacin castrense. El ejrcito
re
vol
ucionario, integrado por campesinos,
obreros
y
profesionales, perdurar
tiempo que la Revolucin tarde en con o-
lidarse. A la postre, Cuba
contar
con
una fuerza armarla rlemordtica. ft11ldarla
NOTAS
Si la poltica de desarrol lo econmi
co hubiese continuado, es decir, si el go
bierno de Batista se hubiera prolongado
un poco ms en
el
poder, se habra pro
ducido, sin duda, una devaluacin del
peso cubano, ya que la r,elacin entre las
reservas y los blletes en crculacin y de
psitos bancarios haba bajado de
101.2%
a fines de
1951,
a
43.6%
a fines de
1957.
Segn
el
Informe del Banco Nacional
de Cuba sobre la situacin monetaria, del
da 6 de febrero de este ao, los activos
internacionales de Cuba al finalizar
1958
eran
de
373,057,938,
de los cuales
262,346,691
estaban afectados a obliga
ciones con bancos extranjeros.
Es
decir,
que la reserva libre es, actualmente, de
slo
110,710,947.
Esta cifra implica que
la re&erva est por debajo del mnimo
legal
establecido en la Ley del Banco Na
cional
que es
de
170 millones-
en
60
millones de dlares. El rgimen Batis
t iano r,edujo, pues, las reservas en
millones.
Dada esta situacin financiera, ac
tual gobierno se ve obligado a l imitar los
gas tos pblicos y las inversiones priva
das a las recaudaciones fiscales y el aho
rro de los particulares, de
no
obtenerse
crditos del ext,erior. Ha tenido que esta
blecer el control de los cobros
y
pagos
internacionales ; este rgimen de control
de cambios permitir mantener la estabi
l idad de la moneda.
Se spera que, con la reduccin de las
importaciones y el aumento
de
las expor
taciones, la honesta pol tica fiscal y de
inversin de los fondos pblicos, pueda
superarse
con cierta rapidez la actual cri
sis econmica del pas.
El
gobierno pro
yec ta solicitar crditos del Banco Inter
nacional de Reconstruccin y Fomento y
de otras instituciones internacionales se
mejantes
para financiar proyectos fun
damentales que aceleren el desarrollo eco
nmico, sin sacrificar excesivamente los
piveles del consumo interno.
Por
ltimo,
se
aumentar
la produccin destinada a
sustituir las importaciones, para evitar
as la salida de divisas, y se establecer
una mayor proteccin arancelaria.
Es evidente, pues, que la situacin eco
nmica
de Cuba es difcil pero no hay
que
o lvida r que, en
virtud
de la revolu
cin, el gobierno de Cuba depende
y
no
tiene ms compromiso que con los secto
r,es populares que hicieron posible dicha
revolucin. Cuba tendr oportunidad de
demostrar que
la
economa es poltica y
es
ciencia.
Una
ciencia cuyo objeto no de
be se r el monopolio de la riqaeza nacional
en manos de unos cuantos sino, como di
r a Mar t para
provecho de todos y por
el
bien
de todos. Fidel
Castro
sintetiz
de modo rotundo
el
momento econmico
que vive la Isla, cuando tom posesin
como Primer Ministro del gobierno revo
lucionario: ahora tenemos que
trabajar
todos
y
mucho,
para
salvar la revolucin
y producir riquezas y luego invertir esas
r iquezas para que el pueblo reciba
el
fru
to de su trabajo... esperen... tengan
confianza en nosotros
1
Osear
Pino,
E l
10 de marzo
y
el van
dalismo y la irresponsabilidad financiera en el
poder , en
Bohemia,
ao
51,
nm.
3,
enero de
1959.
2
p
cit.
3 bid.
4 J/,td.
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
12/40
desgracia cons;ste en
Cjue
Amrica Lati
na, desunida, ha permitido que el filo
cor tante obre contra nuest ros pueblos.
En
el
trato aislado, Estados Unidos po
dra pasrsela sin los productos de algu
no
de nuestros pases. Pero qu suce
dera si diecinueve naciones protegiesen
mutuamente sus productos de exporta
cin: si Mxico y Cuba, por ejemplo,
yendi,esen directamente, sin intermedia
rios norteamericanos, su algodn y su
azcar a
Europa
y a Asia? Porque el
hecho es que nuestro algodn entra a
China va Hong-Kong, y que el azcar
cubano es vendido por los Estados Uni
dos a la U.R.S.S. - mediante una a-
nancia comercial fabulosa, con la
s e g t ~ r i -
dad de que nosotros nos limitaremos a
continuar produciendo a bajo precio, y
una vez que los intereses directos de
los
I7stados Unidos han sido at,endidos.
~ i s l a d o s
este es nuestro pobre destino.
Umdos, fortaleceramos nuestra posicin
negociadora y nivelaramos nuestro trato
poltico con los norteamericanos:
si
de
['endemos
en
muy alto grado de
e ~ l o s
;
en
qu grado correlativo dependen los
7stldos Unidos
del
gran mercado pro
ductor e importador latinoamericano?
Revolucin Cubana, en tocio caso,
esta demostrando que, aun aislada. la fir
meza en el trato con los Estados 'Unidos
no es un imposible
en
las r e ~ a c i o n e s in
terat.TIericanas; que la defensa estricta
de
los mtereses propios, lejos de vulnerar
fortalece la posicin negociadora de
pas. Ya sabemos que slo por gusto se
lamen las coyundas.
todo esto, la Revo'ucin Cubana
es
e),emplar. Pero
no
triunfar aislada
R e q u ~ r i r el apoyo y la accin conjunt;
.Hlspanoamrica. El momento es pro
pICIO.
La unidad natural de nuestros pa
s ~ ~ aplazada por
el
inters que la divi
s ~ o n ofr,ece a los explotadores y a los
tiranos, no parece un hecho demasiado
utpico si se toman en cuenta las fuer
zas sociales que en estos momentos hacen
ef.ervescencia en todo el Continente. Las
condiciones internacionales nos favore
cen: lo,s Estados Unidos necesitarn, cada
vez mas, de m ~ e s t r o .apoyo poltico y de
m ~ e s t r a s matenas pnmas, y la Amrica
HIspana, cada vez ms, estar
en
condi
ciones de exigir, a cambio de una amistad
equitativa, cooperacin econmica efec
ti,:a, e s . t : i c t ~ respeto a su soberana y
a f l r m ~ l o n
trabas del desenvolvimien_
to
socIal, econmico y p01tico de nuestros
pueb o.s.
Nos favorecern, a su vez. las
condICIOnes internas de Jos Estados Uni
dos?
Este
es un terreno abierto a la es
p e c u l ~ c i n Si.
el
ala izquierda del Partido
Democrata tnunfase
en
las elecciones de
1960,
acaso surgira un clima ms liberal
en los Estados Unidos:
un
clima ms fle
xible en su trato con Hispanoamrica.
U rge aprovechar el campo de accin
(lUe
abre la Revolucin Cubana, avanza
da de
la Revolucin democrtica en todos
los pases del Continente. Al ayudar a
Cuba, nos ayudaremos a nosotros mis
mos.
Podr c o ~ t a r
Cuba con el apoyo de
Hlspanolmenca?
Podr
contar
con
el
apoyo del pas -;-Mxico-:- que
en
el pa
s a ~ o
se enfrento a una situacin muy si
l ~ l : a r
a la de Cuba?
2
En su difundida obra, Mxico: la
-
l ~ c h a
por la paz
y
por el pan
Frank Tannenbaum afirma que
nuestro pas fue el yunque
de
la poli-
Tl'l1.iillo
u n
enrgico anticomu nista
tica ext,erior norteamericana. Si al
enfrentarse a las reformas revolucio
narias de Mxico aduce Tannen
baum los Estados Unidos hubie
sen impuesto sus argumentos median
te la intervencin, hubiesen carecido de
toda razn moral para participar en la
Segunda Guerra Mundial. e modo
e _ ~ t r a ~ o
e inesperado la afirmacin ori-
gmana de que v xico era libre para
e ~ a b o r a r
su propia poltica aunque
ll l
swnando los intereses de los ciudadanos
n o r t . e a 1 r ~ e r i c a n o s .
y
de que la integridad
terntonal
3'
la
~ n d e p e n d e n c i a
poltica de
Mxico eran inviolables ha sido una se-
milla que dio una gran cosecha: ha ro-
bustecido la misin moral
y
poltica del
-puebCa nortea111 ericano.
La
idea que contiene este prrafo ha
f u ~ a d o no pocos equvocos y ha t ran
qUl lzado demasiadas conciencias. Su re
peticin insistente ha tendido a cubrir
realidades poco agradables. En el mbito
i ~ t e r a m e r i c a n o ha bastado decir: Gra
CIas
a la experiencia mexicana los Esta
dos Unidos aprendieron a respetar la so
berana de la A.mrica Latina , para que
broten las ~ o n n s a s de todos los que, en
nuestros palses, se encargan de presentar
e ros tro del disimulo. S. Se haba aca-
Batista n
los est1tdia.ntes eran
cosa.cos
t
UNIVERSIDAD
DE
MEXICO
bado
para
siempre la politica del gran
garrote . No haba problema entre
los
s t a d o ~ Unidos e Hispanoamrica
que
no pudIese ser resuelto. La buena
vohur-
tad reinaba
de
los Grandes Lagos' a
la
punta de Tierra del Fuego. Y .1ft b u e ~
da, el seor Vicepresidente Nixon ate-
rriz en Caracas y fue recibido
con
escu-
pitajos y pedradas - lanzados,
no
por
tt:r?as comunistas , sino por e ~ e m e n t o s
VISIbles de
la dase
media v e n ~ z o l a n a
Qu haba sucedido?
Qu fuerzas mis-
teriosas haban trabajado en la oscuridad
detrs de la resplandeciente f i r l c i t ~
que los Estados Unidos haban apren
dIdo, de una vez por todas, las
lecciones
de la no intervencin, del respeto a la
autodeterminacin y del sometimiento
de
los intereses de sus ciudadanos a los de-
rechos internos de cada pas hispanoame
ricano?
En
qu haba consistido, entonces, el
llamado yunque de la politica exterior
norteamericana ?
Distingamos las etapas.
En
la anterior
al gobierno de Franklin D. Roosevelt
los
Estados Unidos, sin llegar a la i n t e r ~ e n -
cin armada, amenazaron y presionaron
,diplomticamente a los regmenes de Ca-
rranza, Obregn yClllles La
amen
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
13/40
UNIVERSIDAD DE MEXICO
tres siglos, dentro del coto cer rado que
hasta 1917
fue
Norteamrica, y a salvo
de las sucesivas embestidas cr ticas
-Kant,
Hegel,
Marx-
que en Europa
la consignaron al mueso ideolgico, pe
'saba con exceso sobre la visin
refor
mista de Roosevelt.
El
Nuevo
Trato
sa
ba que Locke, Adam Smith y el pu
ritanismo moral eran armas harto en
debles para atacar los problemas de si
glo
xx.
Saba, asimismo, que
el
obligado
papel directivo que los
Estados
Unidos
habran
de
desempear requera una nue
va inteligencia crtica, susceptible de en
tender a los dems pueblos y de hacerse
entender de ellos. Saba que para ms de
dos mil millones' de hombres el l ibre jue
go de la accin econmica individual era
una frase vaca
de
sentido. Saba que
para
los pueblos carentes de riqueza la pro
teccin
de la
propiedad privada
era
tina
abst'raccin injusta.
. Fue Crdenas el vocero de una aspi
racin universal de los pases dbiles, al
afirmar ante
el
Gobierno de los Estados
Unidos:
Mxico mantiene su opinin
de que no
se
aparta de las
normas
jur
dicas o de la moral cuando sostiene que
los intereses
de la
colectividad deben pre
'valecer sobre
los
intereses aislados de los
individuos nacionales o
extranjeros.
Los
llamados derechos del hombre,
entre
otros
el
de la propiedad, no son
normas
del de
recho internacional, sino que su validez
provi-ene del derecho intemo.
Qu exi
ga este pensamiento de la parte contra
ria? Fundamentalmente, un esfuerzo para
comprender una visin poltica y moral
diversa y para acostumbrarse , en la com
prensin, a respetarla y a vivir con ella.
De este esfuerzo racional, dependera to
do lo dems.
Por
el
triunfo
de
Nuevo
Trato
en los
Estados Unidos requera una accin
s o ~ -
tenida. Los herederos de Roosevelt, lejos
ele
fomentar
su
poltica, la traicionaron.
Pensar
que los Estados Unidos pudieron
proseguir , en escala mundial, la poltica
que observaron con e rgimen de Crde
nas, pertenece al reino de ' los buenos de
seos. Como abuen deseo se reduce pen
sar que los Estados Unidos pudieron
provechar
sus inmensos recurss para
elevar realmente
el
nivel de vida de los
pueblos menos desarrollados, ,para cons
truir
una paz sobre bases de, cooperacin
econmica, de respeto' al derecho ajeno
y
de
limitacin
-de lo s
iiit creses de los
grupos capitalistas norteamericanos.
-
La
poltica
del
Nuevo Trato fue susti
tuda
por
una acti tud negat iva
e
'hipn
w
tica
e l
papel mut'ldial de ,los Estados
Unidos
consiste en detener a la
Unin
Sovitica, en cercarla internacionalmente
.y en perseguir , en
lo
inte rno , a los libe
rales.
Pero
ninguna poltica positiva pue
de sostenerse sobre un ~ a n t i negativo.
Acaso el desarrollo de las ideas del Nue
vo Trato hubiese significado algo para los
pueblos
de Africa, Asia
y la
Amrica
Lat ina. Lo
cierto es que el escueto anti
comunismo
no
posea, ni posee, s ignif i
cado concreto alguno para esos pueblos.
o obstante, es< \ es la nica filosofa
visible de la poltica exterior norteame
ricana.
En Extremos de
Amrica,
advierte Da
niel Cosa Villegas:
Truman,
un
simple
poltico
y no
un
estadista, decid-i arran
carle al Partido Republicano la jugosa
ba n.dera anti-rusa, seuelo fcil para la
de11wg
o
g
ia
intel ior
y
exterior; con ello,
de ~ l d o inevitable, le dio a su propio
parttdo Un tono conservador y, al fin,
al pas todo.
Y un escritor liberal nor
teamericano, Stringfellow Barr, aclara
las consecuencias de la demagogia inicia
da por Truman y adoptada con jbilo por
el Partido H.epublicano al asumir, en 1952,
el
poder:
De unos 11 S a esta parle, el
gobierno de los Estados Unidos slo fw
tenido
Una
meta -internacional: dctencr
Rusia y detener al comun-ismo.
urante
ese lapso de tiempo, Rusia ha e:rlendido
sin descanso su esfera de influencia; el
nmero de personas gobernadas por los
comun-ista S ha aumentado en cientos de
m-illones; el pueblo norteamer-icano ha su
frido Ins de cien mil bajas en Corea;
y la carrera de armamentos amenaza a
los EE .
UU.
y a sus
al iados
con
Una
in
flacin galopante . . . Nuestra poltica c.t -
terior ha frawsado,
y
sabe/nos por qu
motivo: porque es puramente negativa . . .
Una poltica exterior real ista ha de ser
positiva.
Aade Barr que la poltica nor-
Rojas
Pinilla
1m orden selllifeudal
y arcaico
teamericana no slo carece de atraccin
para los dos mil millones de seres que
no son ni soviticos ni norteamericanos:
carece,
en
absoluto, de sentido.
Con qu fue colmado
el
vaco intelec
tual
creado po r .Truman ? Con
tui
regres
a la filosofa tradicional del protestantis
mo, el individualismQ lockiano y
el laissez
[aire
econmico., Pero esta filosofa:-ya
haba cumplido su tu-icinnattal den
tro de los Es tdosUnidos: crear una
democracia capitalista.
Qu funcin in
ternacimal podra cumplir?
Era
capaz
de resolver los problemas sociales y eco
nmicos, totalmente novedosos, del siglo
xx? No: slo era capaz de defendn,
internacionalmente, al capitalismo interno
de
los Estados Unidos. La sustitucin
de la
poltica del Nuevo Trato por
la
poltica resurrecta
del
liberalismo econ
mico y
el
puritanismo moral dio al traste
con los buenos deseos de la tesis de Tan
nenbaum.
r El espritu protestante, al ser exporta
do, se convirti en el maniqueismo de
John Foster Dulles
Los EE. UU. 1
tienen amigos; tienen intereses ),
de
acuerdo con el cual la ta jante opcin de
nuestra poca se cie a escoger entre el
13
Roosevelt
el1tender a los dems pHeblos
bien encarnado y absoluto
-Occidente
y el mal encarnado y absoluto - co
munismo. La filosofia lockiana,
al
ser ex
portada, se convirti en presin eliplom;l
tica par a la proteccin privada de
los
ciudadanos norteamericanos,por encima
del inters nacional del pas en el que
aqullos invirtiesen: la justificacin de l
gobi-erno civil : '-haba afi rmado John
Locke, telogo de la lnea
ele
pa rticlo
norteamericana- slo
se
justifica en la
medida en que protege la propiechd indi
vidual. El
laissez faire
econmico, al ser
exportado, se convirti
en
dominio
de
las economas subdesarrolladas: la lib'e
competencia supone precisamente que
dos partes compitan, no que una econo
ma expansiva se trague a una econo
ma dependiente.
El Nuevo Trato, en suma, fue sustitui
do por un imperialismo
q ui n ose pas
dire son nom :
la poltica de los buenos
socios .
En
la superficie, se cultivaba
la
amable sonrisa: Los Estados Unidos
aprendiel'11 su leccin en Mxico, Nunca
volvern a intervenir en los asuntos in
ternos de Hispanoamrica. Esa leccin,
formalmente, fue consagrada en la Carta
de Bogot.
La
l i l ~
del maniquesmo poIti
- ca y la libertad
de
empresa cons
_
, tituyo mejor
frmula
para
el
sur-
Dulles
los
EE.
UU. no tienen o migos;
tienen -intereses _. .
-
7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana
14/40
gimiento y perpetuacin de regmenes dic
tatoriales en Hispanoamrica. Bast la
convencida declaracin de anticomunis
ta para que cualquier rgimen tirnico
obtuviese
el
visto bueno de los EE.
UU.
li:l
actual Secretario de Estado
para
los
~ u t o s
Interamericanos, Roy Rubottom,
lo
expres con magistral claridad en 1957:
N o hay duda de que el General Trujillo
ha sido
)1
es un enrgico ant icotnunisfa.
En
consecuencia, es atacado por los
co-
munistas y otros en el Caribe y en
el
res-
to de
la Amrica Latina. El General
Tm-
jillo es blanco de los comunistas.
y se estableci el trueque conveniente:
proteccin ilimitada a las inversiones nor
)eamericanas a cambio de apoyo poltico
'{
,armas para
el
ejrcito de la dictadura.
Las armas, formalmente, seran usadas
en la defensa continental contra el co
munismo. (Deca e seor Rubottom en
1957, mientras Batista asesinaba, con ar
mas norteamericanas, a v,einte mil cuba
nos:
E l acuerdo militar que he mos cele-
brado con Cuba es idntico
al
que hemos
celebrado con once gob iernos americanos.
El
propsitO del equipo militar que les
entregamos es permitirles cumplir l n
desempdo especfico en
la
defensa
le l
hemisferio . El
hemisferio fue
defend.idO
contra los estudiantes. los campesinos.
Y
los obreros de Cuba.)
Las
inversi01;es
aseguraran, con la riqueza,
el
mejor va
lladar contra el descontento en que suelen'
g-erminar
'os
sentimientos radidales. A
falta de un desembarco de los Cosacos
de
Don en las playas del Caribe, las armas
eran usadas para robustecer a la Dictadu
ra y
para
sofocar todo intento de reforma
'democrtica. Las inversiones creaban, a
10 sumo, una imagen ficticia de progreso
que slo beneficiaba a los propios inver
sionistas, al Dictador y a su camarilla.
El
esquema social continuaba idntico: arri
ba, una clase criolla oligrquica, deten
tadora de riquezas irracionalmente ex
plotadas, y un ejrcito de casta; abajo,
una
gran
masa miserable.
En
medio de
estas fuerzas, una precaria clase media
colindante con el escaso proletariado ur
bano y una incipiente burguesa dedicada
a actividades marginales: ambas, sofoca
das bajo la presin de un
orden semifeu
dal, arcaico, artificialmente perpetuado
desde 1810. Donde e esquema no era
aplicable
-Chile,
Brasil,
Urug-uay-
el
drama de la monoproduccin introduca
factor retardatario. y en ArO entina
.
desprestigiados los partidos tradicionales,
la d e m a ~ o g i a
peronista escamoteaba
la
.Revolucin: Pern
es el
caso extremo
'de
una dictadura propiciada, en
s u s t n c i ~
por los errores de la poltica exterior de
los
Estados Unidos y que util iza
el
senti
,miento anti-norteamericano para aplazar
la revolucin.
La dura experiencia de Guatemala r('
vel, a quienes aun no
10
saban. la reali
dad de
la
poltica hispanomericana de los
Estados Unidos. Los errores demaggi
cos
de Arbenz y
el
cmodo cinismo de
Dul1es,
rodeado de su corte de tiranos,
colaboraron para frustrar la revolucin
democrtica guatemalteca. Hispanoam
rica asisti a la abierta intervencin
de
los Estados Unidos. John Peurifoy asu
mi
el
viejo y triste papel de
Henry
Lane
Wilson, aunque Jacobo Arbenz no de
mos trara la entereza final de Francisco
1.
Madero.
Castillo Armas , Odr a , Rojas Pinilla,
Prez Jimnez, Pern, Stroessner, Batis
ta, Somoza, Truj il lo , Magloire Lozano.
Es
la hora estelar de la poltica del Buen
Socio.
La
leccin mexicana ha sido
01
vidada.
P,ero cierta maana, las piedras
y
la
saliva llueven sobre la cabeza de Nixon.
El pueblo de Caracas ve en l al repre
sentante de
un
gobierno que arm a
Marcos Prez Jimnez y a Pedro Estrada
para
reprimir
y torturar
al pueblo; que
saque, con la venia del dictador, las ri
quezas de Venezuela.
La
poltica del Buen
Socio, esa maana,
.era
coronada con la
nica respuesta que el pueblo venezolano
tena a la mano: . saliva y piedras.
La
alianza democrtica de las clases
sociales que ex igan
una
participacin
poltica y econmica mayor haba derrum
pado a los dictadores de Argentina, Co
lombia y Venezuela. El t iranicidio fue la
respuesta de Guatemala
y
Nicaragua. No
se trataba, todava, de verdaderas revo
uciones: en
la
cada de Pern, Rojas
'J:>inilIa y
Prez Jimnez intervino el ejr
ito; en los tres casos,
el
gobierno civil
?e
fund en un compromiso. Pero
se
ha
bia dado
el
primer paso. Las fuerzas 50 -
Crdenas NI xico tambin est
en crisis . ...
iales reprimidas se organizaron rpida
y
efectivamente. Se abra la puerta a mayo
res transformaciones.
,
El
fenmeno ofrece caractersticas se
mejantes en todo
el
Continente: es, por
ahora, un movimiento de la burguesa y
de la clase media, respaldado por el pue
blo. Exige la limitacin del ejrcito como
factor poltico, la destruccin del latifun
dismo, la educacin popular , la libertad
poltica, la diversificacin agrcola, la in
dustrializacin nacional y la cancelacin
de las concesiones onerosas a intereses
, . S
ext ranjeros . e contenta, por
el
momen-
,to,
con gobiernos civiles tibios, que juegan
al
compromiso y no se atreven a plantear
radicalmente las soluciones a los ms vie
jos problemas de la Amrica Hispana.
Pero las fuerzas sociales crecen
y
se or
ganizan: Venezuela no es slo Bet3ncourt,
sino
un
sistema de partidos conscientes:
j\rgentina no es slo Frondizi, sino una
cIase
obrera y
un estudiantado alertas;
UNIVERSIDAD DE MEXICO
Colombia no es slo Lleras y
el
frente de
unidad de liberales
y
conservadores:
es
una masa campesina armada que marca un
comps de espera.
El
primero de enero de 1959, triul lfa
'ba en Cuba una autntica
J ~ e v o u c i n
que asuma y llevaba a la prctica pro
grama comn de las fuerzas democrti
cas latinoamericanas.
AH
caen por t ierra
los mitos de nuestra historia indepen
diente. All se demuestra que no es pre
ciso contemporizar con
el
ejrcito. All
se demuestra que la Revolucin puede ser
una realidad en Amrica.
Venezuela tiende la mano a Cuba: las
dos naciones ms ricas
del
Caribe rompen
el statu qua al que
se
haba acostumbra
do,
en
esa zona, el gobierno norteameri
cano. Todos los ojos
- los
de Amrica
Latina, los de Estados
Unidos-
se vuel
ven hacia Mxico. La revolucin demo
cr tica del Continente est en march:l.
Los Estados Unidos, en retirada.
Qu
actitud tomar el pas que llev
al
cabo
la
primera
revolucin democrtica, anti
imperialista y antifeudal de
Hispano
Amrica?
5
La
poltica exterior de Mxico
se
- ha distinguido por
si
gran respon
sabilidad moral y por su defensa
digna y perseverante de los intereses de
Mxico. Si en ocasiones las circunstancias
de la guerra fra la han ori Iado a la abs
tencin, siempre ha sabido recobra r
la
postura que le dicta
la
experiencia pro
funda del pueblo mexicano ante
una pre
sin constante en nuestra historia. Nucs
tra
poltica ext,erior nunca ha traicionado
la posicin defensiva original de la Revo
cin Mexicana. Y est bien que sea
una
poltica de defensa. Pero, como tal, es
UlJ
-
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LEOPOLDO Z
AUGUSTO
MONTERIWSO
ERNESTO MEJA SNCHEZ
UNIVERSIDAD
b MF X CO
respeto a su soberana como pueblos en
tre pueblos. Nada -ms, pero tampoco nada
menos.
Qu podra yo decir? En Hispano
amrica, sin Ref or ma Ag ra ria n o hay re
volucin; sin revisar los contratos de las
compaas extranjeras no hay revolucin;
s
nuevos cdigos de trabajo no hay re
vo ucin. Todo eso est haciendo en Cuba
el movimiento de rebelin triunfante. Si
a
esto
se suma el ejemplar castigo de los
criminales de guerra que tanto
ha
alarma
do (con razn) a muchos pcaros, pode
mos pensar con optimismo que el pueblo
cubano ha emprendido, por fin, el camino
de su liberacin econmica poltica.
Qu emboscadas, qu maniobras, qu
presiones se est n fraguando
en
estos
mismos momentos para sofocar 10 que
pronto se llamar, sin duda,
un a
nueva
cabeza de playa del comunismo interna
cional ? Es necesario imaginarlas todas.
Azcar es a banano lo que banano a es
tao o petrleo. La revolucin boliviana
fue sitiada po r hambre y est siendo su
ti 'mente ahogada con dlares (pocos) ; la
guatemalteca aplastada a tiros y a declara
ciones de Caracas. Contra los intereses
hispanoamericanos todos los medios son
buenos.
Pero
la Historia es la Historia,
nuestros pueblos, que carecen de escuelas
para aprenderla, estn aprendiendo a
hacerla,
lo
que no deja de ser mejor.
JORGE
PORTILLA
cuando unos intelectuales empiezan a fu
silar a los gendarmes. Cast ro Ruz repre
senta el
triunfo
de
lo
mejor del mundo de
habla espaola contra lo peor de ese mis
mo mundo. Es el t riunfo de Don Qui jote
sobre Torquemada.
Pocas veces
en
la Amrica hispana una
revolucin viene del pueblo y va hacia
l . Lo folklrico
ha
sido, y es, que se
llame revolucin a lo contrario: al golpe
de
Estado
criollo, a la traicin militarista,
a la sumisin ext ranjera. La revolucin
cubana no slo est haciendo la limpieza
de Cuba, sino, ms que todas las acade
mias, la limpieza de la palabra que ms
necesitamos en esta Amrica que
a n
ha
bla en espaol. Desde ahora la prensa
tendr que aprender la palabra
revolucin
. . en su acepcin v,erdadera. No ms enca-
La reV?lUClOn que t n u n f ~ en bezados cOlifusioni'stas sobre revolucio
con la
hUIda
de FulgenclO Battsta,.
f O ; l ~ o
. , e ~ . r l e liberacin nacional .
en
Guatemala
parte de una
gran
cadena revo1uclOnana . o
oh l .a Hondura
L _
h
d
d
d d 1 , s o arahuay. a re
que vem o exten o
en
to
a .
a voluti'on verdadera slo puede ser
del
~ n e n c a
Ib ra
desde la c a l ~ a de
Juan
Do- pueblo y crear su beneficio. El pueblo de
mmgo
Peron
en la A r ~ e ~ t a A esta ca- Cuba sabe 10 que es suyo y no se lo deia
dena pertenecen movlm.lent?S como los r
quitar
de las manos: el buen sentido
que
ha n
derrotado a la
brama
en
Co10m-
de la palabra revolucin.
bia,
Per
y Venezue1a; y han originado
el ajus ticiamiento de Castillo Armas en
Guatemala
y
de Anastasia Somoza en Ni
caragua. Movimiento de reaccin contra
los obstculos que se han puesto al des
arrollo e incorporacin al progreso de los
pases de la Amrica ibera. Obstculos
creados 'por la alianza en tre las eternas
fuerzas feudales de esta Amrica, empe
adas en mantener
el
orden que no altere
sus intereses, y las fuerzas de la gran
burguesa occidental, ahora bajo la jefatu
ra de los Estados Unidos, en su expansin
sobre
el
mundo y afianzamiento de privi
legios alcanzados. Las dictaduras, de que
se
ha
ido librando esta Amrica, venian
sirviendo de freno en los esfuerzos reali
zados
po r
los paises iberoamericanos para
vencer la miseria que haba impedido su
desarrollo, impedir el saqueo que se ha
ca de sus riquezas naturales
la explota
cin del trabajo de sus hombres como
pago de la prosperidad y desarrollo de
otros pueblos y hombres. La revolucin
cubana, como otras muchas que se expre
san en la Amrica ibera, Asia , Africa,
mundo rabe
Oceana, forma par te de
los esfuerzos realizados
po r
estos pueblos
para que se les reconozcan derechos que
el mundo Occidental, tanto en Norteam
rica como en Europa, proclamaba como
exclusiva. Derecho a
disfrutar
de sus pro
pias riquez'ls y del esfuerzo de sus hom
bres; derecho a la autodeterminacin
REVOLUCION CU N
VIST DESDE
M X I O
pinan tres intelectuales mexicanos
un nicaragense y un guatemalteco
L
L
A
HISTORIA
es una creacin
del
hom
bre, de su sentido del tiempo y de
su imaginacin moral . La Revolu
cin Cubana es histrica
no
slo porque
pone fin a una monst ruosa dictadura sino
por su sentido de anticipacin,
po r
lo que
hay en ella de presencia del futuro.
La
alucinante explicitacin del futuro en el
instante revolucionario cubano, en la rup
tura
del tiempo ordinario, podr no cum
plirse totalmente en el intervalo posterior,
pero constituye una meta permanente que
es
un a
leccin de energa moral para el
hombre de Amrica.
MANUEL
CARRERA
La Revolucin Cubana suena como una
primera explosin de la inteligencia en
Amrica Espaola.
Es
un
triunfo insigne
sobre dos grandes males del mundo his
pnico: la desesperanza y la tontera.
Es -
te
grupo
de universitarios bonstituyen
una demostracin i rrefut ab le de que la
inteligencia y el pueblo pueden llegar a
formar una mezcla detonante fatal para
el feudalismo. So n una demostracin de
que frente a la ceguera perpetua de la
poltica de los Estados Unidos
en
His
panoamrica los intelectuales libres pue
den apoyarse
en
el pueblo para hacer mar
char las cosas
po r
un camino democrtico.
La s
anomalas que frenan el desarro
llo
polt ico de Amrica Espaola provie
nen de las vi.ejas estructuras feudales del
mundo hispnico. Son anomalas ir ra
Cionales, personales. Su solucin implica
igualmente un margen de irracionalidad
-:-Iue se expresa en los fusilamientos. A
un hombre tan perspicaz y tan sutil co
mo
Abel Quesada se le ha escapado su
significacin. Todo se aclara
si
compren
demos las cosas en la perspectiva hist
rica correcta. La l { e v o ~ u c i n de Cuba
es en realidad una escaramuza, una de
las escaramuzas finales de la
guerra
de
independencia de los pueblos hispnicos.
Independencia frente a
la
Espaa feudal
que todava oprime con un a brutalidad
que aqu en Mxico ya no imaginamos,
al
pueblo espaol.
No comprendo como es que gente que
ha aprobado con el silencio los fusila
mientos ele los intelectuales po r los gen
da rmes se llevan las manos a la cabeza
Augusto Monterroso
Jorge Portilla
Ernesto Meja Snchez
Leopoldo Zea
-
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UNIVERSIDAD
DE
MEXlc(J
PERIODIST MEXI NO
De la novela UNA
CRUZ
EN
LA
SIERRA MAESTRA
Por De letrio
GUILER M LT
ibujo de uan
SORI NO
17
se. De
modo
preferente, la redencin del
campesino. La obtencin de mejores con
diciones de trabajo
para
todos. El libre
albedro internacional.
La autonoma
eco
nmica. Las mayores posibilidades de es
tudio po r las
juventudes . . .
Y puede ser que en esta etapa futura,
l,
Emilio Mondragn, e g r e ~ . a d o
de la
Universidad Autnoma de Mxico, ten
ga un
rol
ms
importante que cumplir.
Para ello, no s,er indispensable su
per
manencia en Cuba, ni
en ningn
otro pas
de Amrica.
Regresar
a su patria. Volve
r a ser lo ( ue siempre fue:
un
soldado
de la cultura. Un
hombre
que
continuar
luchando po r los viejos siempre nue
vos ideales. Po r la participacin recto
ra del pueblo
en
la marcha ascendente de
nuestra
Amrica. Po r la uti lizacin de las
tcnicas ecumnicas,
en
el descubrimien
to de
nuestras
raoes esencales.
De improviso e n medio de la baraun
da que lo rodea- le suena algo as como
un
toque de
arrebato
en lo
ms
recndito
de la memoria. Se le encoge el corazn.
Y una especie de
herida
profunda. pero
sin ubicacin precisa - lo llena de
an
gustia. Poco a poco, empieza a
esfumarsf
cuanto lo rodea: los ruidos, las imgenes,
los seres. Ya no escucha ms los aplau
sos, ni las voces de
bilo,
ni
los adjeti
vos est imulantes, ni l estruendo de los
vehculos y de las multitudes apretuj[111
dose. Tampoco ve ms los rostros
tatua
dos de entusiasmo. Ni las muieres que
extienden sus nios, que envian besos, que
arrojan flores. Ni los
hombres
que salu
dan o
gritan
enfervorizados.
Ni :1Un
jos
mismos compaeros que avanzan en sus
tanques o
en
stls jeeps, sin
abandonar
sus
armas, todava. Otros ruidos, otras im
genes y
otros
seres se definen en su re
cuerdo,
cada
vez ms f u e r t e r n ~ n t e . Son
aquellos
que
el torbellino de la lucha ha
mantenido cas i ocultos, entremezclados
con otros muchos ruidos , .imgenes y se
r'es. Pero que, ahora ,