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Retiro de
Adviento
para la
Familia
Salesiana
30
noviembre
2019
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PRESENTACIÓN
Querida Familia Salesiana.
Un saludo cordial a cada uno.
Hace unos meses comenzábamos nuestro curso pastoral y familiar
convocados bajo el lema SOMOS UNO. Una invitación que ya se está
viendo plasmada en nuestras casas mediante iniciativas novedosas que
favorecen la comunión, el trabajo en equipo, un mejor y más profundo
conocimiento por parte de todos los miembros de nuestras casas y de esta
gran familia.
Llega el turno ahora de otro momento esperado y deseado por
todos nosotros, el retiro de Adviento. Se trata de una oportunidad para
que podamos iniciar este tiempo litúrgico como se merece, y de esta
manera preparar la celebración del misterio de la Encarnación.
Queremos ofrecer en estas páginas algunos materiales para que
podáis preparar una ceremonia de inicio del Adviento. Desde el Consejo
de Familia Salesiana pensamos que no se trata sólo de retirarse un
momento de la tarde sino de recorrer un camino que empieza con el retiro
pero que continúa durante todo el tiempo del Adviento y por eso hemos
preparado unos materiales para todos los días del Adviento, a los que
hemos titulado un Adviento Diferente.
El Adviento es un tiempo para cultivar nuestra espiritualidad para
toda la Familia y por eso como venimos realizando en los últimos años
hemos dado queremos dar los siguientes pasos:
• Ofrecer una experiencia más amplia en tiempo y posibilidades
para este retiro.
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• Que este dossier fuera elaborado por un equipo de personas de
todos los grupos de la Familia Salesiana.
• Elaborar un dossier con todo el material necesario para que en cada
casa salesiana la pueda adaptar.
• Proponer que los consejos locales de la Familia Salesiana lo
conozcan y adapten con tiempo suficiente, para ejecutarlo en su
localidad.
• Ofrecer el material Un Adviento Diferente para el resto de los días,
con la intención de que la preparación no se quede solo en un
momento inicial sino que se continúe durante todo el mes de
diciembre.
Para llevar a cabo este retiro se creó un equipo de personas compuesto
por miembros de todos los grupos de la Familia Salesiana significando
también en la preparación y diseño que SOMOS UNA familia que reza
unida y quiere compartir su fe. A todos ellos se les explicó la petición que
desde el Consejo de la Familia Salesiana se le hacía. Y aceptaron
generosamente la invitación. Vaya para cada uno de ellos nuestro
agradecimiento por el trabajo desarrollado. Cada uno de ellos ha
elaboró una parte de este material. Por eso este trabajo ha sido fruto de
toda la Familia Salesiana para la Familia Salesiana.
Creemos que debería de ser el consejo local de la Familia Salesiana
el órgano privilegiado para cuidar la vida espiritual de toda la Familia
Salesiana y ello proponemos que en cada casa se puedan reunir un
representante de los distintos grupos de la Familia Salesiana local, para
estudiar este dossier y adaptarlo a su realidad concreta y difundir los
materiales de Un Adviento Diferente.
Para ello invitamos a los responsables de cada uno de los grupos de la
Familia Salesiana de cada casa salesiana que se reúnan, estudien este
material, lo adapten a su realidad y opten por un estilo de retiro de
Adviento que llene el corazón de los miembros de nuestra familia y los
prepare para vivir un tiempo de esperanza en Familia.
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Que nuestra Madre Auxiliadora, Virgen de la Esperanza nos acompañe
en nuestro caminar. Ella nos va abriendo el camino y te acompaña.
Consejo de la Familia Salesiana. Sevilla
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ORACIÓN INICIAL
“ADVIENTO, TIEMPO DE ESPERANZA”
AMBIENTACIÓN en el lugar de la ORACIÓN:
- De fondo música suave y una luz tenue, mientras la gente va
entrando.
- Poner en el Centro:
o una Biblia (donde está Rm 8, 31-39 que se va a proclamar) o unas
“Memorias del Oratorio” (o una biografía de Don Bosco), o un platito
con unas semillas (arroz, legumbres…)
o Una vela apagada (si es posible verde-esperanza…, después se
encenderá antes de leer la Palabra de Dios)
MONICIÓN DE ENTRADA (cada uno desde su sitio)
Lector 1: Señor, ¿por qué me has convocado hoy?
¿no tienes ojos para ver ni oídos para oír?
¿no oyes los lamentos de los que son golpeados por la vida y
gritan: nuestros huesos están secos y nuestra esperanza muerta?
Hay muchos que dicen;
el Señor no hace nada, ni el bien ni el mal (So 1, 12)
Lector 2: Señor, ¿por qué me has convocado hoy?
¿no tienes ojos para ver ni oídos para oír?
¿no ves que nuestras palabras se estrellan contra un muro?
Hay muchos que dicen con el salmista:
ya no hay ningún profeta,
y nadie sabe hasta cuándo durará esto (Sl 74,9)
Lector 3: Señor, ¿por qué me has convocado hoy?
¿no tienes ojos para ver ni oídos para oír?
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¿no ves la confusión y el desánimo de tu pueblo?
¿no ves nuestras filas desordenadas, las reformas frenadas,
y las estructuras que ahogan tu evangelio?
Hay muchos que dicen dudosos:
sobrevivirá un pequeño resto?
SEÑAL DE LA CRUZ. En el nombre del Padre, y del Hijo….
PREGÓN DE ADVIENTO (proclamado por 3 lectores)
Lector 1: Escuchad vosotros, los sordos.
Mirad y ved, vosotros los ciegos
¿Quién es ese ciego, sino mi siervo
y quién es ese sordo, sino el que yo he enviado?
Has visto muchas cosas, pero sin atención.
Has oído demasiadas cosas, pero sin entenderlas.
¿Hay alguien entre vosotros que escuche?
CANTO (Estribillo):
¡Ven, ven Señor no tardes!,
Ven ven que te esperamos.
¡Ven, ven Señor no tardes!,
ven pronto Jesús.
Lector 2: Ya no recordáis lo que sucedió antes,
Ya no prestáis atención a lo pasado.
Mirad, he aquí que yo hago nueva todas las cosas,
ya está brotando, ¿no lo notáis? (Is 43).
CANTO (Estribillo):
¡Ven, ven Señor no tardes!,
Ven ven que te esperamos.
¡Ven, ven Señor no tardes!,
ven pronto Jesús.
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Lector 3: No temas, pueblo mío,
No dejes caer tus brazos.
Tu Dios está en medio de ti como guerrero vencedor.
Él rebosará de júbilo por ti Y te renovará con su amor.
Bailará por ti con gritos de alegría
Como en los días solemnes de fiesta (So 3).
Levántate y resplandece, porque viene tu luz
y sobre ti se alza la gloria del Viviente (Is 60).
CANTO (Estribillo):
¡Ven, ven Señor no tardes!,
Ven ven que te esperamos.
¡Ven, ven Señor no tardes!,
ven pronto Jesús.
MONICIÓN A LA PALABRA DE DIOS
La serena certeza de la presencia de Jesús y la esperanza de su venida
hacen de todo creyente una persona optimista. Optimismo fundamentado
en la esperanza, esperanza que está más allá del hombre: está en el
corazón de Dios. En ese Dios que envió su Hijo al mundo para salvarnos.
En ese Dios que alienta constantemente en Espíritu vivificante sobre todas
las criaturas. No tememos. Confiamos. Sabemos que alguien vela por
nosotros y por este mundo nuestro, tan poderoso y tan desgarrado.
Nuestra esperanza es el amor. Nuestra esperanza es el Espíritu Santo.
(Se enciende la vela que hay en el altar o mesita)
PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS
Lectura de San Pablo a los Romanos 8, 31-32; 35-39.
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni
a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
dará también con él todas las cosas?
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está
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escrito: Por tu causa estamos muertos todo el día; somos tratados como
ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas vencemos de sobra por medio de aquel que
nos amó. Por todo lo cual estoy persuadido de que ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni
lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separará del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Palabra de Dios.
CANTO (Estribillo) (u otro).
Tu Palabra me da vida
confío en ti Señor
tu Palabra es eterna
en ella esperaré.
ORACIÓN PERSONAL (silencio)
• ¿cuáles son nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, nuestros
miedos?,
• Quien lo desee lo puede comunicar de forma sencilla
RECITAMOS JUNTOS LA ORACIÓN “EN TU NOMBRE”
En tu nombre, Padre. Así nos reunimos, como grupo de creyentes, para
acoger tu amor. Sólo si tenemos una profunda experiencia de tu amor,
podremos ser testigos de vida para el mundo.
En tu nombre, Jesús. Para recordar tu gesto de lavar los pies a todo ser
humano, en el que se nos revela la profundidad del amor de Dios por
todos.
En tu nombre, Espíritu Santo. Porque sólo tú eres capaz de hacer de
nosotros una prolongación en el mundo del modo de amar de Jesús.
Discípulo.
ORACIÓN FINAL (el Presidente)
Que la Virgen María, estrella de la Nueva Evangelización acompañe
nuestra misión en la Iglesia de su Hijo Jesús y nos haga testigos fieles y
decididos; testigos de perdón, de paz y de misericordia; testigos que
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prefieren construir sobre el cimiento sólido del amor y de la bondad;
testigos que aguardan con paciencia y, a veces, doliente confianza, la
venida del Señor. PJNS.
CANTO: Santa María de la Esperanza
SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA:
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
Nos diste al esperado de los tiempos
mil veces prometido en los profetas,
y nosotros de nuevo deseamos que vuelva
a repetirnos sus promesas.
Viviste con la cruz de la esperanza
tensando en el amor la larga espera;
y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra
María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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REFLEXIÓN
Indicaciones metodológicas
La propuesta aúna la invitación a la santidad entretejida con la
esperanza, tan esencial en este tiempo litúrgico.
Partiendo del Aguinaldo 2019 del Rector Mayor sobre el modelo de
santidad, se presenta una dinámica y posteriormente un breve momento
de reflexión en grupo. Esto puede durar unos 30 minutos
aproximadamente (según la versión de vídeo que se escoja).
Posteriormente se presentaría el tema de reflexión con una
motivación y una canción (se adjunta enlace). Tiempo: 10-15 minutos.
Seguiríamos con el momento de reflexión/oración personal, con tres
partes, con su correspondiente tiempo de meditación. Tiempo: 45
minutos.
Finalizaríamos con una breve puesta en común y una oración en
grupo. Tiempo: 15 minutos
Ni que decir tiene que los tiempos son flexibles y que cada casa los
adptará a su realidad concreta.
Sería conveniente avisar previamente a las personas que acudan al
retiro que traigan consigo una Biblia, un bolígrafo y un cuaderno para
anotar (también se les puede facilitar desde cada casa salesiana).
Enriquece sobremanera el hecho de poder leer las lecturas
directamente de la Biblia y saborear las lecturas que se proponen.
Para la dinámica de presentación, haría falta contar con un bastón,
un mapa y una cantimplora, o dibujarlos en tres cartulinas para
posteriormente colocarlos en la sala donde se vaya a realizar el retiro y
presentarlos después en el ofertorio.
Se recomienda asimismo, que el tiempo de meditación/oración
personal se haga fuera de la sala para buscar un momento lo más íntimo
posible con Dios.
En el siguiente link tenéis una presentación power point de apoyo a
la motivación del tema. https://drive.google.com/drive/folders/1SdpkxDiRwQX7V2XqNf2REsQR1S74ttgL
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ADVIENTO 2019
CAMINO DE SANTIDAD,
CAMINO DE ESPERANZA
MOTIVACIÓN
Vamos entrando en clima de oración a la sala donde vayamos a realizar el
retiro. Se va a proyectar la presentación del Aguinaldo 2019 del Rector
Mayor. En él, D. Ángel nos muestra cómo el camino de santidad está por
escribir. No pensemos que la santidad no está a nuestro alcance. Dios nos
conoce y sabe de nuestras debilidades (2 Cor 12, 10). Por eso el camino de
santidad debe ser descubierto por cada uno de nosotros, porque es lo que
Dios nos propone para alcanzar la plenitud en nuestras vidas.
Aguinaldo Rector Mayor 2019: https://www.youtube.com/watch?v=lWwjMhwAEWE (versión larga 19’ 42”)
https://www.youtube.com/watch?v=7Ug6wfvArXk (versión corta 3’ 32”). Aconsejable
Tras la exposición del vídeo, buscamos la conexión entre la santidad y el
tiempo litúrgico que comenzamos. Para ello desarrollaremos la siguiente
dinámica:
La persona encargada de guiar la reflexión, propone que para llegar a la
santidad necesitaríamos los siguientes elementos:
Un BASTÓN. Será nuestra Fe. La Fe, es el gran regalo que los
creyentes tenemos para poder caminar por la senda de la creencia: "La Fe
no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don de Dios"
(Benedicto XVI). La fe siempre nos ayuda a arriesgar y a salir de la
mediocridad.
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Una MAPA. Será nuestra Esperanza. Ella es siempre el signo de
distinción de este camino de Adviento. Sin ella perdemos el norte y
caminamos alienados y sin rumbo. El ser humano crece cuando llena su
vida de esperanza y la ofrece a los demás. Da sentido a nuestra vida y la
colma de paz cuando parece que todo se vuelve gris. Tener esperanza es
algo más que vivir ilusionados por algo. Representa aquello que nunca se
muda, que nunca pasa. Los mapas, como la oración, nos ayudan siempre
a saber dónde estamos, pero también hacia donde nos dirigimos.
Una CANTIMPLORA. Será la Oración. Es la mejor forma que
tenemos de acercarnos al Señor, de hacerle ver que Él es muy importante
en mi vida, y que realmente necesito comunicarme todos los días con Él.
Sin la oración, como el agua que contiene la cantimplora, nuestra vida
corre el riesgo de secarse, de perder la frescura necesaria para afrontar
cada día con entusiasmo y hacer nuevas todas las cosas.
Una vez presentados estos tres elementos, se proponen unos minutos de
reflexión para que cada uno interiorice cuál de ellos tenemos olvidado y
por tanto, necesita meter en su mochila de Adviento.
Previamente se han colocado en tres esquinas de la sala donde estemos
reunidos, unos carteles donde se pueden ver dibujados un bastón, un
mapa y una cantimplora (también se pueden traer los objetos físicos si se
quiere).
Después de unos minutos de reflexión, nos acercamos a aquel objeto del
cual andamos más necesitados. Una vez creados los tres grupos, se
comparten en cada uno y por unos 10-15 minutos aproximadamente, las
reflexiones personales.
Estos tres objetos (bastón, mapa y cantimplora) se pueden presentar
posteriormente en la Eucaristía, durante el ofertorio, como elementos del
camino de santidad.
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TEMA DE REFLEXIÓN-MEDITACIÓN
PRESENTACIÓN-MOTIVACIÓN
Querida Familia Salesiana,
Nos encontramos ante el desafío de comenzar un nuevo Adviento,
con la certeza de saber que al final, Él nos espera al final de este camino.
Podríamos decir que apostamos a caballo ganador, a sabiendas de que
Dios hecho hombre se abaja para acampar entre nosotros.
Esperanza y Adviento van juntas de la mano, pero también lealtad y
fidelidad para que nuestro compromiso antes las desigualdades e
injusticias permanezca fiel, y ayude a transformar el rechazo en acogida y
el vacío en esperanza.
Juan dirá en su evangelio que “tanto amó Dios al mundo que le
entregó a su Hijo único” (Jn 3,16). Es Dios por tanto quien toma la
iniciativa de acercarse a nosotros, porque así es el amor verdadero: no
necesita ser llamado; ya hemos oído en más de una ocasión, las palabras
del Papa Francisco, Dios nos “primerea”, nos ama primero y acude en
nuestro auxilio.
El Reino de Dios especialmente en el Adviento, se hace más cercano
que nunca…pero ¿cómo podré identificarlo?, ¿qué tengo que hacer para
prepararme?, ¿cómo saber si estoy en el camino correcto?, ¿cuáles son las
señales a las que debo estar atento?.
Muchas preguntas y una nueva oportunidad para intentarlo de
nuevo, para vivir la vida más plenamente y cambiarla radicalmente. Para
ello, hemos de dejar hueco en nuestras vidas al que ha de venir. Es un buen
momento, para hacer silencio interior; respira profundamente, intenta
serenarte y calmar tu corazón. Me paro a pensar de qué cosas lleno mi
vida, a qué dedico mi tiempo, ¿es Jesús el centro de mi vida?
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Se propone la audición de la canción de Santiago Benavides “Fuiste
Tú” https://www.youtube.com/watch?v=ZxNPHCrPlCo
Fuiste tú quien me enseñó
A mirar con otros ojos
A descubrir el valor infinito de los otros
Fuiste tú quien me mostró
Que la vida se comparte
Que vivir para sí mismo es perder la mejor parte
Fuiste tú, fuiste tú
Al venir a vivir aquí en medio de nosotros
Al tocar con amor a los que estábamos rotos
Al sentir y reír con esos niños traviesos
Al morir tú por mí cual ladrón en un madero
Fuiste tú quien me enseñó
Que la dignidad humana
Es del todo inalienable, no se pierde, no se gana
Y que no hay piedad que valga
Que la religión no cuenta
Si en el rostro de los otros tu propio rostro no encuentras
Al tocar con amor a los que estábamos rotos
Al sentir y reír con esos niños traviesos
Al morir tú por mí cual ladrón en un madero
Fuiste tú, fuiste tú
REFLEXIÓN PERSONAL
1.- DIOS TE ELIGE A TI
Dios no hace maestros, prefiere despertar profetas. Nuestra sociedad
escribe la historia desde los de arriba, desde los poderosos, desde los que
de una manera u otra hacen historia. Con Dios ocurre todo lo contrario. Él
escribe la historia desde los de abajo, y se hace historia desde la gente
sencilla. Se lo pasa mejor hablando con la gente humilde del pueblo que
con la gente con poder. Estoy convencido de que Dios también participa
de la conversación de los marginados de hoy.
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Jesús viene a hacerse servidor de todos; enseña a sus discípulos a
compartir mesa con gentes extrañas; los quiere ver entre las ovejas
perdidas de Israel. No quería formar con ellos una comunidad de
“elegidos”, sino que los envía como “corderos en medio de lobos”. “El que
quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que
quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo de todos”(Mc 10,
41-45)
Volviendo al “Dios te elige a ti”, Dios viene a buscarnos y a
despertarnos de nuestro embotamiento: “No temas, que yo te he
elegido. Te he llamado por tu nombre y eres mío. Si pasas por las
aguas estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán…» (Is 43).
Dios nos promete su amor, que no descansa. Salvará nuestros
rencores, apatías, debilidades, para acercarse a nosotros y decirnos que
nos quiere tal y como somos, y que nos hace partícipes de su proyecto de
amor en el mundo.
Como nos decía S. Juan Bosco, sentirse profundamente amado, es
capaz de despertar en la persona todo su potencial, para sacar a relucir lo
mejor de sí mismo. Si yo me siento verdaderamente amado por el Señor,
¿cambia esto mi vida?, ¿acojo de verdad su mensaje? Dedico unos minutos
a pensar sobre esto y anoto mis reflexiones. Esta oración te puede ayudar
a meditar
Tus llamadas
Las heridas del que se quedó en el margen
la humillación del que es rechazado
las lágrimas de quien no tiene más que la soledad
el dolor de las víctimas de la guerra
el silencio de quienes son abusados.
Son tus llamadas Señor:
a que deje mis quehaceres
a que mire con ojos nuevos
a que cambie mi itinerario.
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Y así me salvas Señor,
cuando curo tus heridas, Tú me sanas
cuando acompaño no me siento solo
cuando me entrego Tú te regalas
(Javier Montes)
2.- ME PONGO EN CAMINO
Toca colgarse la mochila y ponerse en camino. Aceptar el reto que
nos plantea el Señor no es fácil. Lo sabemos por sus propios discípulos, y
por tantas personas que nos han precedido en la fe y que con su vida, han
sido ejemplos de santidad.
Seguramente si miramos en lo profundo de nuestro corazón,
encontraremos algún que otro sendero torcido, algo que Dios quiere que
enderece en mi vida. Además, seguramente Dios nos está pidiendo que
influyamos con nuestro ejemplo de vida, sobre algún camino torcido de la
sociedad.
Como nos plantea el título de este retiro de adviento, el camino de
santidad va de la mano de un camino de esperanza. Esperanza en algo que
ha de llegar, porque vivimos con esa ilusión, con esa certeza de que Dios
está a la vuelta de la esquina. Muchas veces Señor, te intuimos, otras te
nos escapas, y otras andamos despistados y con la cabeza en mil tareas
que nos impiden ver con claridad que te haces presente en las cosas más
sencillas, donde menos me lo espero.
Medita esta oración que puede ayudarte a distinguir entre mil y un
camino. Anota nuevamente tus reflexiones para compartirlas
posteriormente. ¿Dónde descubro a Dios? ¿En qué hechos y aspectos de
mi vida se hace presente? ¿Qué caminos debo enderezar para hacer más
presente a Jesús en mi vida? Anota tus reflexiones para compartirlas
posteriormente.
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Toda nuestra vida es adviento (fragmentos)
Toda nuestra vida es "adviento":
Dios está viniendo.
Él viene en su Palabra,
en su Espíritu que nos da la fe, en los sacramentos de la Iglesia,
en las luchas y alegrías de la vida, en cada uno de nuestros hermanos,
sobre todo en los más pobres y sufridos.
Hay que saber esperar a Dios.
Hay que saber buscar a Dios.
Hay que saber descubrir a Dios.
Y mira que hay muchos que se cansan de esperar,
porque la vida se ha puesto muy difícil, y los poderosos siempre aplastan
al pueblo.
Y hay muchos que no saben buscar a Dios día a día, en el trabajo, en casa,
en la calle,
en la lucha por los derechos de todos,
en la oración, en la fiesta alegre de los hermanos unidos, e incluso más allá
de la muerte.
El maíz y el arroz están naciendo, hermosos.
Ha llegado el Adviento.
Luego llegará la Navidad.
Dios está llegando siempre.
Abramos los ojos de la fe,
abramos los brazos de la esperanza, abramos el corazón del amor.
En ese Dios que siempre viene, os abraza vuestro hermano.
(Pedro Casaldáliga)
3.- UN CORAZÓN COMPASIVO
Emprender un camino de santidad implica una actitud vital, con
hechos que así lo manifiesten. En el Reino de Dios, la misericordia va de la
mano de la santidad.
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No podemos domesticar el evangelio a nuestro antojo y pretender
adaptarlo a nuestras necesidades, o a nuestro estado de ánimo. Si bien es
cierto que somos débiles, no lo es menos que mi fuerza no está en mí, sino
en quién me sostiene (Lc 10, 1-12, 17-20); esto no hace sino alentarnos a
poner toda nuestra confianza en Aquél que nos ha elegido. Sólo desde la
necesidad de quién se sabe humilde y limitado, cabe el deseo de Él y de
su Reino.
La paradoja y el sinsentido humano se hace presente cuando parece
que no necesitamos nada, que tenemos todas nuestras necesidades más
que satisfechas. El hombre y la mujer de hoy, nosotros, necesitamos dejar
de acumular riquezas materiales para poner todo nuestro esfuerzo en
llenar nuestro corazón de aquello que nos da esperanza y profunda
alegría.
Tenemos que apostar por imitar cada vez más ese corazón
compasivo y misericordioso de Jesús, que se estremece ante el que sufre,
el rechazado, ante las injusticias. A veces podemos pensar que no
podemos cambiar el mundo, pero seguro que podemos evitar que éste
nos cambie y modifique a su antojo, anulando nuestro deseo más
profundo, que no es otro que el de seguir la propuesta del Evangelio.
El Dios que viene, es el Dios del cambio. Su reino es una poderosa
fuerza de transformación que nos atrae a todos hacia la conversión. No es
momento de dejarlo para mañana o de permanecer pasivos. Dios tiene un
gran proyecto para nosotros. Debemos orientar todos nuestros esfuerzos
para lograr entre todos, una vida más humana, empezando por aquellos
para los que la vida carece de sentido.
La lectura del profeta Ezequiel nos puede ayudar a interiorizar lo que
Dios quiere de nosotros: un corazón compasivo y misericordioso: “Os daré
un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo; os arrancaré el
corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36,26).
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A continuación, te dejo algunas pistas que ponen un valor la
presencia de mi prójimo como una oportunidad única para manifestar un
corazón compasivo:
-El encuentro con el otro exige sensibilidad y tolerancia.
-El respeto al otro, a su verdad, te hace persona.
-Siempre te sentirás mejor si ofreces perdón.
-La fraternidad exige cercanía.
-Escucha y diálogo hacen una sana convivencia.
-Encontrarse es una exigencia del amor al otro.
-Encontrarse es conocer y dejarse conocer.
-Tu dignidad merece respeto. La del otro también.
-La reconciliación nos trae la paz.
ECOS. ORACIÓN FINAL
Nos hacemos eco de algunas de las reflexiones de este momento
de meditación y las compartimos en comunidad.
Posteriormente oramos en dos coros la siguiente oración y
finalizamos con el Padrenuestro.
Nos necesitas…
1.Señor, tú nos necesitas.
Tú cuentas con nosotros para continuar la vida.
Tú nos has incluido en tus proyectos.
2.Nosotros andamos ocupados en satisfacer nuestras necesidades.
Nos agobian, nos preocupan y sobre todo,
nos hacen no escuchar las de los otros.
1.Tú te empeñas en recordárnoslas por todos los medios.
Tú nos demuestras que tenemos parte de lo que a ellos les falta.
2.Nosotros, mientras, teorizamos y hacemos análisis de la realidad.
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Opinamos de todo y de todos y dejamos que sean otros los que
solucionen las cosas.
1.Tú nos sigues susurrando palabras de Amor.
Tú nos recuerdas que somos hermanos.
Tú haces que nos duela lo que le ocurre a los demás y al final nos
despiertas y nos pones en marcha.
1 y 2. Toma hoy nuestra vida Señor, cógela en tus manos.
Te hacemos entrega de todas nuestras disculpas, para cambiar lo menos
posible, de nuestra tibieza y mediocridad en el amor.
Señor, nos necesitas, así que…
Toma Tú, junto a nosotros, el timón de nuestra vida
para que pasemos de vivir en la apatía a vivir en comunidad.
Padrenuestro…
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RECONCILIACIÓN
LA RIQUEZA DE DIOS
EN AMOR Y PERDÓN
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA: Preparad el camino
Preparad el camino al Señor
y escuchad la palabra de Dios. (bis)
Voz que clama en el desierto:
"preparad el camino al Señor,
haced rectas todas sus sendas,
preparad el camino al Señor."
Voz que clama en el desierto:
"preparad el camino al Señor,
desterrad la mentira por siempre,
preparad el camino al Señor".
¡Viva Dios! ¡Viva Dios!
¡Viva Dios! ¡Viva Dios!
MONICIÓN: A lo largo del Adviento nos vamos preparando para vivir la
Navidad. Dios con nosotros. La luz que ilumina nuestras vidas. En este
ambiente semi-oscuro, queremos sentirnos unidos a nuestro mundo
necesitado de la presencia de Cristo, de luz y de redención. Y desde
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nuestra oscuridad buscamos la luz, imploramos el perdón y la gracia de
Dios para todos.
Sacerdote: En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén
Sacerdote: La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la
comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros.
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Padre, Dios de infinita bondad, tú continúas renovándonos con
tu Espíritu, y manifiestas tu poder dándonos la gracia del perdón. Muchas
veces hemos abandonado el camino de la vida y hemos roto tu alianza.
Pero tú continúas amándonos.
Todos: Padre bueno, tú nos ofreces continuamente tu perdón y tu paz, y,
con tu Palabra, nos señalas el camino de vuelta a ti. Danos tu Espíritu
Santo, para que, abriéndonos a su acción, vivamos la vida nueva en Cristo.
Sacerdote: Dios, que concedes a los hombres un tiempo para la
reconciliación, a fin de que te reconozcan como Creador y Padre, haz que,
acogiendo tu oferta de paz, colaboremos en el cumplimiento de tu
voluntad, para reconducir todo a Cristo, único Señor, Él que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del profeta Isaias 40, 1-5
“Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios, hablad al corazón de
Jerusalén, gritadle que se ha cumplido su condena y que está perdonada
su culpa, pues ha recibido del Señor doble castigo por sus pecados.
Una voz grita: “Preparad en el desierto un camino al Señor, allanad en la
estepa una calzada para vuestro Dios”.
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Que se eleven los valles, y los montes y colinas se abajen; que lo torcido
se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del
Señor y la verán juntos todos los hombres”. Palabra de Dios.
Símbolo: Velitas apagadas.
Estas velas han sido hechas para dar luz. Ahora están apagadas. No
sirven para nada. Necesitamos la luz para movernos en la vida. Si
caminamos en la oscuridad, tropezamos y caemos.
Necesitamos la luz. Pero no esas luces que nos deslumbran y nos
ciegan. Necesitamos la luz de Cristo.
El pecado nos deja sin luz. Estas velas apagadas nos recuerdan que
necesitamos la luz.
Seguidamente, escucharemos y reflexionaremos sobre lo que nos
dice el salmo 24. Tras escuchar la audición del mismo, dedicaremos un
tiempo de silencio para que cada uno pueda participar, encendiendo una
vela y diciendo en voz alta, con una palabra, que es para nosotros el
adviento. (habrá tantas velas como participantes haya en la eucaristía).
SALMO RESPONSORIAL (Salmo 24)
Todos: Señor, instrúyeme en tus sendas.
Salmista: Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas:
Haz que camine con lealtad: / enséñame, porque tú eres mi Dios y
Salvador.
Todos: Señor, instrúyeme en tus sendas.
Salmista: Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son
eternas; Acuérdate de mi con misericordia, / por tu bondad, Señor.
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Todos: Señor, instrúyeme en tus sendas.
Salmista: El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los
pecadores; Hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino
a los humildes.
Todos: Señor, instrúyeme en tus sendas.
Momento de participación personal (encender las velas).
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (Lc 19, 1-10)
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y empezó a atravesar la ciudad. En
esto, un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de recaudadores y además
rico, trataba de distinguir quien era Jesús, pero la gente se lo impedía,
porque era bajo de estatura. Entonces se adelantó corriendo y, para verlo,
se subió a una higuera, porque iba a pasar por allí. Al llegar a aquel sitio,
levantó Jesús la vista y le dijo:
- Zaqueo, baja en seguida, que hoy tengo que alojarme en tu casa.
El bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver aquello, se pusieron
todos a criticarlo diciendo:
- ¡Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!
Zaqueo se puso en pie y dirigiéndose al Señor, le dijo:
- La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien he
extorsionado dinero, se lo restituiré cuatro veces.
Jesús le contestó:
- Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también él es hijo de
Abrahán. Porque el Hombre ha venido a buscar lo que estaba perdido y a
salvarlo.
Palabra del Señor.
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RITO DE LA RECONCILIACIÓN
Sacerdote: Hermanos, este es el tiempo favorable, este es el día de la
misericordia del Dios y de nuestra salvación. Con corazón arrepentido,
invoquemos al Señor, al que hemos ofendido con nuestros pecados. Su
Espíritu nos ayudará a descubrir su bondad manifestada en Cristo, y nos
dará la fuerza necesaria para volver a la casa paterna.
(Varias personas proponen las intenciones.
Lector 1.- Jesús, Hijo amado del Padre, sabiduría divina, resplandor de su
gloria: Tú que, siendo inocente, te has entregado para purificarnos de
nuestros pecados.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Lector 2.- Jesús, cumplidor de todas las profecías, plenitud de la ley,
destino del hombre: Tú que has muerto para que el que crea en ti no
muera y tenga vida eterna.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Lector 1.- Jesús, bautizado en el Jordán, consagrado por el Espíritu,
enviado del Padre: Tú que no has venido a juzgar al mundo, sino a salvarlo
del pecado.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Lector 2.- Jesús, Maestro de la verdad, Palabra de vida, Camino hacia el
Padre: Tú que, siendo rico, te has hecho pobre para que nosotros fuéramos
ricos por medio de tu pobreza.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Lector 1.- Jesús, condenado a muerte, coronado de espinas, crucificado:
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Tú que te has entregado por nosotros, para rescatarnos de toda
iniquidad y formar así un pueblo de tu propiedad, celoso de las buenas
obras.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Lector 2.- Jesús, descendido a los infiernos, resucitado, ascendido al
cielo: Tú que has vencido a la muerte y has hecho resplandecer la vida.
Sacerdote: Con las mismas palabras que Cristo nos ensenó, unidos como
hermanos de esta gran Familia, pidamos a Dios Padre que perdone
nuestros pecados y nos libre de todo mal. Padre nuestro...
Oremos. Escucha Señor a tus siervos, que se reconocen pecadores; y haz
que, liberados por tu Iglesia de toda culpa, merezcan darte gracias con un
corazón renovado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
EXAMEN DE CONCIENCIA INDIVIDUAL
*¿Te preocupas por el que está solo, enfermo, necesitado? ¿O eres frío y
calculador, y buscas tu propio interés, dejándote llevar de la comodidad?
Dios no se olvida de ti y está continuamente atento a tus necesidades.
*¿Piensas sólo en ti mismo, de manera que en tu corazón no caben mi Dios
ni los demás? A Dios le gustan los corazones grandes, como el suyo.
*¿Trabajas sabiéndote miembro de un grupo, de una comunidad... o “vas
a lo tuyo” y “a tu aire”? Todos, en Cristo, formamos un solo cuerpo.
*¿Eres demasiado sensible a cualquier palabra, de manera que te molestas
por todo? ¿Te lleva esto a moverte por el odio o el resentimiento ante lo
que consideras ofensa o falta de reconocimiento para con tu persona?
Dios perdona hasta setenta veces siete.
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*¿Te defiendes ante los demás con palabras que suponen crítica o
descalificación de los otros, a veces, hasta sin mucho fundamento? Si
amas sólo a tus amigos, ¿qué mérito tienes?
*¿Te mueves en tu vida por principios como “me apetece”, “no me gusta”,
“me cae o no me cae bien”, es decir, por impulsos y caprichos más que por
convencimiento? Dios, en Jesucristo, nos ama hasta el extremo.
*¿Aceptas que la cruz forma parte de tu vida y haces del esfuerzo y la
renuncia un comportamiento diario? ¿O rechazas toda renuncia y le pides
cuentas a Dios cuando no todo se acomoda a tus planes y proyectos? Es
necesario entrar por la puerta estrecha.
*¿Existen en tu vida ídolos, como ser el primero y el más importante, que
me consideren bien, el qué dirán, el tener mucho y consumir, que hacen la
competencia al verdadero Dios? El señor nos dice: No tendrás otros
dioses. Sólo a Dios adorarás.
*¿Cuidas tu vida de fe mediante la oración, incluso prolongada
diariamente, mediante la celebración esmerada de los sacramentos,
especialmente la Eucaristía, y sin descuidar la celebración de la
Reconciliación? Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, yo estoy en
medio de ellos, lo ha dicho el Señor.
*¿Has dado testimonio de tu fe, proclamándola sin complejos? ¿O te has
escudado en la dificultad que plantea el ambiente? Sed mis testigos hasta
los confines del mundo.
*¿Confías en el Señor, sobre todo cuando no ves el fruto de tu esfuerzo?
¿O te desalientas lleno de desesperanza? Yo estaré con vosotros hasta
el fin del mundo.
*¿Te preocupas de tu formación, mediante el estudio, el intercambio de
opiniones y el conocimiento de la realización que vivimos? El Señor nos
quiere en el mundo, pero sin ser del mundo.
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Una vez que has contestado interiormente a estas preguntas y has
reflexionado sobre ellas, puedes dirigirte a cualquier sacerdote para
llevar a cabo el sacramento de la reconciliación con nuestro Padre.
ACCIÓN DE GRACIAS
Sacerdote: Hemos celebrado el sacramento de la Reconciliación.
Demos gracias al Padre, por Cristo, en el Espíritu, y manifestemos el gozo
por el perdón recibido.
(Audio del Magnificat).
RITO DE CONCLUSIÓN
Sacerdote: Dios, que, en la Pascua de su Hijo, ha renovado a la humanidad
entera, os haga partícipes de la vida inmortal.
Todos: Amén.
Sacerdote: Aleje de vosotros todo mal, haga que vuestros corazones estén
atentos a su Palabra y os ayude a descubrir y practicar siempre lo bueno.
Todos: Amén.
Sacerdote: En el camino de la vida, os haga fuertes en la fe, gozosos en la
esperanza y generosos en la caridad.
Todos: Amén.
Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso y misericordioso, Padre,
Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca siempre.
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Todos: Amén.
Sacerdote: Podéis ir en paz
Todos: Demos gracias a Dios.
CANTO: Te damos gracias
Hoy, Señor, te damos gracias,
por la vida, la tierra y el sol.
Hoy, Señor, queremos cantar
las grandezas de tu amor.
1. Gracias, Padre, mi vida es tu vida,
tus manos amasan mi barro,
mi alma es tu aliento divino,
tu sonrisa en mis ojos está.
2. Gracias, Padre, Tú guías mis pasos,
Tú eres la luz y el camino,
conduces a ti mi destino
como llevas los ríos al mar.
3. Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen,
y quieres que siga tu ejemplo
brindando mi amor al hermano,
construyendo un mundo de paz.
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ADVIENTO EN FAMILIA
EL ENCUENTRO FAMILIAR
El encuentro familiar pretende una comunión cada vez más profunda
entre los miembros de la familia. La realidad de la comunidad familiar se
construye en tres relaciones interpersonales: la relación conyugal, la
relación parental y la relación entre los hermanos. Es la familia el lugar
idóneo para el crecimiento de las personas. El encuentro familiares es un
momento privilegiado de unión espiritual de sus miembros. Es una revisión
profunda para conocerse y comprenderse mejor. Puede ser el balance de
lo que ha ocurrido durante la semana o el mes. En el tiempo de Adviento
nuestro encuentro es un momento de unión profunda para preparar la
venida de Cristo
¿CÓMO HACER EL ENCUENTRO FAMILIAR?
No hay una fórmula preparada o un patrón a seguir para este
encuentro. Lo esencial es que cada familia descubra su propia manera de
hacerlo. No es de extrañar tener dificultades al principio por timidez, por
inseguridad o por otra razón. El hecho del encuentro familiar es más que
un diálogo entre los miembros de la familia, si no se vive bajo la mirada
de Cristo no se podría llevar a cabo.
Indicamos algunas reglas que se pueden seguir, que son útiles y
hacen posible un intercambio sincero y fructífero.
1. Decidir en común el día que se va a dedicar a este momento. Hay que
darse tiempo, vamos a hacer una reflexión sobre la vida familiar en
presencia de Dios.
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2. Preparar este momento. Un buen método es pensar con antelación de
qué vamos a hablar:
• Hacer una lista de los puntos a tratar
• Ponerse en el lugar del otro. Pensar cómo decir las cosas para que
se entiendan bien y nadie se sienta herido.
3. Buscar un sitio adecuado, tranquilo. Puede ser en casa, en el campo, etc.
Lo importante es crear un clima favorable.
4. La oración es el momento fundamental del encuentro familiar. Antes de
empezar, debemos invitar al Señor para que nos ayude a abrirnos y para
crear un clima de amor y humildad.
5. EI intercambio entre los miembros de la familia debe hacerse con la
esperanza de crecer y alegrar a Dios, feliz de ver a sus hijos dialogar.
EL ENCUENTRO FAMILIAR COMO PREPARACIÓN PARA LA VENIDA
DE CRISTO
Durante el tiempo de Adviento nuestras casas se preparan con
belenes y decoración navideña. Son símbolos que nos recuerdan que la
llegada de Cristo está cerca. Con el encuentro familiar podemos hacer que
nuestra familia “se decore” para este momento tan importante. A
continuación, ponemos un ejemplo de cómo podemos realizar este
encuentro, que debería ser semanal durante el tiempo de Adviento y que
podríamos mantener durante todo el año.
EJEMPLO
1. − Nos reunimos y decidimos que día vamos a dedicar al encuentro. Este
momento no debe ser una imposición, debe consensuarse para que haya
disposición en todos los miembros de la familia.
2. − Si lo hacemos en casa podemos comenzar preparando una corona de
Adviento y encendiendo la vela de esa semana. También podemos, con
los más pequeños abrir el día correspondiente en el calendario de
Adviento o bien colgar algún detalle en el árbol, que poco a poco se irá
adornando. Así cada vez que lo veamos recordaremos el tiempo en el que
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nos encontramos. Debe ser un momento alegre y que se preste a la
comunicación.
3. − Cuando hayamos concluido pondremos una música suave y
empezaremos la oración con la lectura del Evangelio. Si tenemos niños
pequeños se lo explicaremos y después hablaremos de lo que hemos
leído.
4. − Comenzaremos el diálogo:
¿Cómo ha ido la semana?
¿Qué es lo que más me ha gustado?
¿Qué es lo que no me ha gustado?
¿Cuál ha sido mi mejor cualidad?
¿Cuál ha sido mi mayor defecto?
¿Nos gusta estar juntos?
¿Cuál ha sido nuestra relación con Dios?
¿Nos hemos acordado de Ël?
¿Nos hemos acordado de rezar?
¿Qué hemos hecho para que Dios esté contento?
¿Estamos preparando nuestro corazón para la venida del niño Jesús?
Nuestra familia
¿Nos hemos respetado?
¿Alguien no se ha sentido querido?
¿Qué tenemos que mejorar?
¿Cómo era la familia de Jesús? ¿y la nuestra?
¿Qué tenemos que cambiar para parecernos a la Sagrada Familia?
Los demás
¿Hemos tenido algún problema con algún amigo o compañero?
Vamos a pensar que hubiese hecho Jesús si le hubiese ocurrido lo
mismo.
¿Hemos ayudado a otras personas?
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5. − Haremos un momento de silencio (no muy largo para no cansar a los
más pequeños). Rezamos el Padrenuestro unidos por las manos.
6. − Cada miembro de la familia se compromete a hacer algo para mejorar
como persona y prepararse para la venida de Jesús. Lo anotaremos en un
papel pequeño que pondremos a los pies del Belén. En el encuentro de
la siguiente semana, comenzaremos revisando como ha ido nuestro
compromiso. Estos papelitos los podemos colgar en el árbol una vez los
revisemos, simbolizando que adornamos nuestra casa con lo mejor de
cada uno de nosotros. Podemos acabar el encuentro haciendo algo
juntos: ver una peli, preparar la comida, dar un paseo en bici.
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EUCARISTÍA I DOMINGO
CANTO DE ENTRADA
MONICIÓN DE ENTRADA
Comienza el Adviento, un nuevo ciclo de la vida de Jesús. Es tiempo para
que, como Familia Salesiana, preparemos su Encarnación en cada uno de
nosotros. Cada Adviento nos anuncia su llegada, y es un momento para
renovar la acogida que cada creyente hace de Jesús. El deseo de reavivar
la vida de Jesús, desde el corazón, nos hará posible ver su resplandor.
Dios se nos presenta en su Hijo, que viene constantemente a nuestra vida
aunque, a menudo, sin ser reconocido por nosotros. Por eso, cada año
Dios dispone momentos especiales para darnos la oportunidad de
reconocerlo.
En Jesús se manifiesta el poder y la delicadeza de Dios, el perdón y la
misericordia. En Navidad, a la que nos preparamos, intentará
convencernos de su Amor como un bebé. Que este Adviento nos conceda
reconocerlo y acogerlo como María, José y los pastores.
BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO
MONICIÓN
Estrenamos año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de
preparación y espera. La Corona de Adviento, cargada de simbolismo, nos
acompañará en este itinerario de preparación hasta la Navidad. Sus velas
se irán encendiendo semana tras semana para que recordemos cómo las
tinieblas y la muerte se disipan ante la llegada de Jesús, luz y vida del
mundo. Ahora bendeciremos la Corona y encenderemos la primera vela
con una especial actitud y deseo de conversión.
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¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu Luz; la Gloria del Señor amanece
sobre ti!
ACTO PENITENCIAL
-Porque no siempre somos valientes y decididos en el anuncio de la
Buena Noticia. Señor, ten piedad
-Porque no siempre sembramos paz y esperanza a nuestro alrededor.
Cristo, ten piedad
-Porque a veces decae nuestra fe y nuestra confianza en el Señor y nos
sentimos autosuficientes. Señor, ten piedad
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Las lecturas nos invitan a caminar en la Luz y en la Paz de Dios, a reconocer
los signos de los tiempos, a vivir unidos como auténtica Familia, a abrir los
ojos del corazón y a estar preparados buscando la dignidad, la paz y el
bien de todos, porque el Señor está cerca.
PRIMERA LECTURA. ISAÍAS 2,1-5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén. En los días
futuros estará firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las
montañas, más elevado que las colinas. Hacía él confluirán todas las
naciones, caminarán pueblos numerosos y dirán: ”Venid, subamos al
monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus
caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, la
palabra del Señor de Jerusalén”. Juzgará entre las naciones, será árbitro de
pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas,
podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán
para la guerra. Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.
PALABRA DE DIOS
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SALMO 121, 1 bc-2.4-5.6-7.8-9
R./ Vamos alegres a la casa del Señor.
Qué alegría cuando me dijeron
“Vamos a la casa del Señor”
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R./
Jerusalén está construida, como ciudad bien trazada.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R./
según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
En ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R./
Desead la paz a Jerusalén: “Los que te quieren vivan tranquilos,
Haya paz dentro de tus muros, tranquilidad en tus palacios”. R./
En nombre de mis hermanos y compañeros, te saludo con la paz;
Por la casa del Señor, nuestro Dios, te seseo todo bien. R./
SEGUNDA LECTURA. ROMANOS 13,11-14
Hermanos: Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya
es hora de despertaros del sueño, porque la salvación está más cerca de
nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está
cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas
de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas
y borracheras, nada de lujurias y desenfreno, nada de riñas y envidias.
Revestíos más bien del Señor Jesucristo.
PALABRA DE DIOS
EVANGELIO SEGÚN MATEO (24, 37-44)
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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del
hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la
gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban
esposo, hasta el día en que Noé entro en el arca; y cuando menos lo
esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando
venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo
llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la
llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué
día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de la casa
a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que
abriera un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros
preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
PALABRA DEL SEÑOR
HOMILIA
CREDO
PRECES
Respondemos a cada petición: “Ven, Señor, y sálvanos”
- Te pedimos por la Iglesia, Señor, ayúdala para que pueda cumplir
fielmente su misión en el mundo, desafiando estructuras injustas y siendo
anuncio de Vida y Esperanza. Oremos al Señor que viene
-Te rogamos por los gobernantes y todos aquellos que con su cargo
pueden decidir la calidad de vida de las personas, para que busquen la
dignidad de todos, el bien, la justicia, la paz y la verdad. Oremos al Señor
que viene
-Por la Familia Salesiana, Señor, bendice a todos sus grupos y ayúdanos a
anunciar tu Misericordia y a caminar Contigo hacia la santidad. Oremos al
Señor que viene
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- Señor, te pedimos por los jóvenes, sobre todo por los más necesitados.
Para que sientan Tu Ternura, Tu Bondad y nuestra ayuda en sus
dificultades. Oremos al Señor que viene
- Por los desvalidos, los inmigrantes y por todas las personas que sufren
en este mundo. Para que el Señor sane sus heridas y nosotros seamos
compasivos con sus sufrimientos buscando soluciones reales a sus
problemas. Oremos al Señor que viene
-Por todas las familias, protégelas, Dios de la Paz, y haz que, imitando la
familia de Nazaret, reine en ellas el amor, la unidad, la solidaridad y la
alegría. Oremos al Señor que viene
OFERTORIO
-Te ofrecemos, Señor, estas velas. Representan la Luz de Jesús que vendrá,
vencerá la oscuridad y guiará nuestros pasos hacia la verdad y la libertad.
- Te ofrecemos estas bolas, adornos de Navidad que pronto pondremos
en nuestra casas y en nuestras calles Queremos comunicar y ser testigos
alegres de la llegada del Salvador del mundo y de su Reino de Amor.
-Con el Pan y el Vino te ofrecemos Señor nuestros trabajos y proyectos,
nuestras penas y nuestros sueños. Tú, Señor, eres nuestra fuerza.
Únicamente Tú nos da la verdadera felicidad.
CANTO OFERTORIO
SANTO
COMUNIÓN. CANTOS
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ACCIÓN DE GRACIAS
La oración más antigua de la comunidad cristiana es: ”¡Ven,
Señor!(Marana tha!). Una oración que ha sostenido la esperanza de
muchos corazones. El tiempo de Adviento da perspectiva a nuestra vida y
da sentido al momento presente.
Caminamos durante el Adviento en alegre preparación a la Navidad
que se acerca. Es un tiempo bonito, porque nos habla de algo nuevo que
Dios va haciendo en el corazón de cada hombre.
Hoy te damos gracias, Señor, porque tu Madre, María, es también
nuestra Madre y Guía en este camino de esperanza hasta Tu venida.
Gracias por los buenos sentimientos que nacen en el corazón de
todos los hombres y por todas las personas que se esfuerzan en la
construcción de un mundo más justo.
Gracias porque somos parte del sueño de don Bosco y de Maín y de
su compromiso por los jóvenes. Ellos nos animan y nos alientan a seguir
con coraje, abriendo caminos de paz y misericordia.
Gracias, Señor Jesucristo, porque eres el Esperado, aún sin saberlo,
por el corazón de todo ser humano que viene a este mundo. Porque
únicamente Tú puedes abrirle de par en par las puertas del Cielo.
Únicamente Tú nos haces verdaderos hermanos de nuestros
contemporáneos, haciéndonos capaces de perdonar a quienes nos
ofenden. Únicamente Tú, Jesús, puede traer la paz al corazón del hombre.
Gracias porque vienes nosotros para traernos Vida y levantar la tierra hasta
las más altas cotas de justicia y fraternidad.
CANTO DE DESPEDIDA A LA VIRGEN
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ADORACIÓN EUCARÍSTICA
AMBIENTACIÓN
La eucaristía está en el centro del proyecto del bautizado. Hacerse
Eucaristía es el deseo de quien abraza el camino de la cruz para ponerse
al servicio del Reino. Es compromiso de todo cristiano la inserción
progresiva en el misterio eucarístico. Para todos, esta inserción se hace
testimonio, de modo que aquellos que son de Cristo lo encuentren
realmente en el sacramento del altar.
Don Bosco vive y presenta la Eucaristía como columna basilar de la
espiritualidad salesiana y como centro de la vida de cada comunidad, cuyo
pulso y tensión regula. El Cristo eucarístico es el verdadero y único “Dueño
de la Casa”. Cada comunidad debe ver por tanto en la Eucaristía el vínculo
de unidad, la fuerza de la caridad fraterna y la fuente del compromiso
apostólico.
CANTO INICIAL: Pange lingua.
- Pange lingua gloriosi, corporis mysterium,
sanguinisque pretiosi quem in mundi pretium,
fructus ventris generosi, Rex effudit gentium.
Nobis datus, nobis natus ex intacta Virgine,
et in mundo conversatus, sparso verbi semine,
sui moras incolatus miro clausit ordine. (bis)
- In supremae nocte cenae recumbens cum fratribus,
observata lege plene cibis in legalibus,
cibum turbe duodene se dat suis manibus.
Genitori Genitoque laus et iubilatio
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salus, honor, virtus quoque sit et benedictio,
Pange lingua gloriosi corporis mysterium, (bis)
pange lingua gloriosi... (se repite perdiéndose).
SALUDO DEL PRESIDENTE
P En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
T Amén.
P El Señor esté con vosotros.
T Y con tu espíritu.
P Dad gracias al Señor porque es bueno
T Porque es eterna su misericordia.
P y T Gloria al Padre...
ORACIÓN DE ADORACIÓN
Señor, tú bendices y santificas a quienes confían en ti.
Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad.
Santifica a quienes aman vivir en tus atrios alabándote siempre.
No nos abandones pues reunidos en oración ponemos en ti nuestra
esperanza.
Concede la paz al mundo, a tu Iglesia, a los gobernantes y a todo el pueblo.
Al Padre de todo lo creado, a Ti, su hijo unigénito, y al Espíritu Santo
demos alabanza, adoración y gloria, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
4.- LECTURA BÍBLICA: Flp 3, 7-14
“Hemos elegido a Jesucristo: sólo él es Señor de nuestra vida”
“Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con
Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi señor.
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Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo
y existir en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de
la fe en Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.
Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión en
sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la
resurrección de entre los muertos.
No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta:
yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí.
Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por
delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba
me llama en Cristo Jesús.” Palabra de Dios.
MEDITACIÓN PERSONAL
No nos hemos lanzado hacia un ideal desfigurado, al contrario,
caminamos hacia una persona viva. Cristo es el centro de gravedad,
sentido último y meta de nuestra vida. Jesús es Dios, es hermano, amigo y
compañero. Nosotros le seguimos dejando todo por él; a él nos hemos
entregado.
Por nuestra adhesión plena a Dios, amado sobre todas las cosas, nos
comprometemos a llevar una forma de vida íntegramente en los valores
del Evangelio
ORACIÓN LITÁNICA
Presidente: Elevemos nuestra súplica a Cristo, vivo y presente entre
nosotros, testimoniando la fe en su Palabra y adorando el misterio de su
presencia.
R./ Señor, tú eres nuestra paz
- Tú has hecho de nosotros un pueblo santo, derribando el muro del
pecado. R.
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- Tú nos has trasformado en hombres nuevos, restaurando entre nosotros
tu paz. R./
- Tú has venido a anunciar la liberación a los oprimidos, a los afligidos el
consuelo. R./
- En ti, piedra angular, nos fundamos como templos nuevos. R./
- En ti se vigoriza nuestra existencia contribuyendo a la edificación de tu
Iglesia santa. R./
- En un mismo sentir te pedimos que habites por la fe en nuestros
corazones. R./
-…
PADRENUESTRO
BENDICIÓN EUCARÍSTICA
ACLAMACIONES
Bendito sea Dios
Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su corazón, rico en misericordia.
Bendita sea su sangre por la que nos redime.
Bendito sea Jesús, presente en el sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la Virgen María, Madre de Dios.
Bendita sea la Virgen María, asunta al cielo.
Bendito sea el nombre de María virgen y Madre.
Bendito sea Dios en sus santos.
CANTO FINAL: Cantemos al Amor de los Amores
1. Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor.
Dios está aquí,
44
venid adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra bendecid al Señor:
honor y gloria a Ti, Rey de la gloria;
amor por siempre a Ti, Dios del Amor.
2. Unamos nuestra voz a los cantares
del coro celestial;
Dios está aquí,
al Dios de los altares
alabemos con gozo angelical.
Gloria a Cristo…
3. Los que buscáis solaz en vuestras penas
y alivio en el dolor;
Dios está aquí,
y vierte a manos llenas
los tesoros de divinal dulzor.
Gloria a Cristo…
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INDICE
PRESENTACIÓN 3
ORACIÓN INICIAL 6
TEMA DE REFLEXIÓN 10
CELEBRACIÓN RECONCILIACIÓN 21
ADVIENTO EN FAMILIA 30
EUCARISTÍA I DOMINGO 34
ADORACIÓN EUCARÍSTICA 40
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