Residencia para mayores “Prádena Salud”Nº 76 Abril 2017
Día de Castilla y León El Día de Castilla y León es la fiesta oficial de dicha comunidad autónoma
española.
El centro de la celebración es la localidad vallisoletana de Villalar de los
Comuneros, lugar en el que se conmemora el aniversario de la batalla de
Villalar, decisiva batalla de la Guerra de las Comunidades de Castilla que se
saldó el día 23 de abril de 1521 con la decapitación de los tres líderes
comuneros: Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado.
El Estatuto de Autonomía castellano y leonés, aprobado en 1983, establece en
su artículo 6.3 sobre símbolos de la Comunidad y fiesta oficial que «la fiesta
oficial de la Comunidad es el 23 de abril». Finalmente, la Ley 3/1986, aprobada
el 17 de abril de 1986, reza en su artículo único que «se establece como fiesta
a todos los efectos en el territorio de la Comunidad de Castilla y León el día 23
de abril de cada año.
Orígenes
El nacimiento de Villalar como símbolo se remonta tiempo atrás. Ya en el siglo
XVIII León del Arroyal, ilustrado economista y destacado protoliberal,
manifestaba que Villalar fue "el último suspiro de la libertad castellana". Los
antecedentes de las conmemoraciones de Villalar habría que situarlos en 1821,
cuando el guerrillero castellano, Juan Martín Díez "El Empecinado", y sus
compañeros de la sociedad "Los Comuneros", organizaron una expedición a
Villalar en busca de los restos de Padilla, Bravo y Maldonado. Estos hechos
tuvieron su punto culminante con un acto de homenaje a los Comuneros en la
plaza de Villalar el 23 de abril de 1821. En esta época es cuando ciertos
sectores, entre ellos los miembros de las sociedades secretas "Los
Comuneros" o "Los Hijos de Padilla", empiezan a emplear en ocasiones el
discutido pendón morado.
Estatuto de Autonomía de Segovia
El Real Decreto 2/1978, de 13 de junio, aprobó el régimen preautonómico para
Castilla y León, incluyendo a la provincia de Segovia, si bien, como se indicaba
en su art. 2, sin que ello prejuzgara «la futura organización» de cada una de las
provincias en él incluidas.
Después de aprobada la Constitución, el Consejo General de Castilla y León,
en uso de la disposición transitoria primera de la CE, inició el proceso
autonómico con referencia a las provincias integradas en el ente
preautonómico, pero los municipios de la provincia de Segovia se manifestaron
oportunamente en contra de esta iniciativa autonómica, lo que fue corroborado
por la Diputación Provincial en su sesión de 23 de abril de 1980, en la que
acordó no ejercer de momento el derecho a la autonomía regulado en el 143
CE
El 31 de julio de 1981 el Pleno de la Diputación Provincial de Segovia aprobó,
por 20 votos contra uno, el acuerdo de ejercitar el derecho de autonomía
uniprovincial, iniciando el proceso autonómico al amparo del artículo 143.2 CE.
De un total de 210 consistorios, 178 votaron a favor de la autonomía
uniprovincial, siguiendo las teorías del libro La entidad histórica de Segovia de
Manuel González Herrero. Sin embargo, dichos Ayuntamientos no
representaban aún a la mayoría del censo electoral de la provincia de Segovia,
como exige el 143.2 CE, pues Segovia, su municipio de mayor población, se
inclinó por la opción castellano-leonesa. Quedaba sin embargo pendiente el
voto de la ciudad de Cuéllar, segunda en importancia y población. En la tarde
del 7 de octubre de 1981, y ante un público expectante en el Salón de Plenos,
el Consistorio cuellarano mostró su apoyo a la vía uniprovincial, por 7 votos
contra 6, lo que dejaba expedito el camino a la autonomía uniprovincial.
Sin embargo, errores de forma en la votación de Cuéllar y diferentes
movimientos populares motivaron que el Ayuntamiento decidiese convocar un
nuevo pleno, anunciando la posibilidad de reconsiderar las posturas que habían
tomado. El histórico pleno tendría lugar en la tarde del 3 de diciembre de 1981,
y el resultado sería inverso al del 7 de octubre: esta vez, 7 votos pedían a las
Cortes la incorporación de Segovia a Castilla-León, frente a los 6 que
apoyaban la vía uniprovincial.
La Diputación trató de recurrir el acuerdo y recuperar el apoyo de Cuéllar a la
causa uniprovincial, mas toda ulterior tentativa fracasó. El plazo marcado por el
143.2 CE de 6 meses concluyó el 31 de enero de 1982 y con él, las ambiciones
de autonomía uniprovincial, pues las Cortes, empleando la facultad que les
confiere el 144 CE, decidieron, mediante la LO 5/1983, que "por razones de
interés nacional y al amparo de lo dispuesto en el articulo 144 .c) de la
Constitución, se incorpora la provincia de Segovia al proceso autonómico de
Castilla y León, actualmente en curso".
Mujeres ComunerasLa comunera, María Pacheco (1496-1531)
En la convulsa España de principios del quinientos, una mujer resistió
tenazmente en una de las revueltas populares más conocida de la historia de
Castilla: La revuelta de los Comuneros. A pesar de perder a su marido en la
batalla contra aquel rey extranjero llamado Carlos de Habsburgo, María fue fiel
a sus ideas y continuó luchando hasta perderlo todo.
Joven noble y culta
María pertenecía a una de las familias de más renombre de la historia de
España. Era hija de Iñigo López de Mendoza, Marqués de Mondéjar y Conde
de Tendilla, y de Francisca Pacheco, hija del marqués de Villena. María, que
tomó el apellido de su madre para diferenciarse de otras dos hermanas suyas
que llevaban su mismo nombre, vivió su infancia en Granada rodeada de arte y
cultura. Fue educada como sus hermanos en un escenario renacentista. Latín,
griego, matemáticas, historia o letras fueron algunos de sus conocimientos.
Un matrimonio desigual
Parece ser que María se enojó profundamente con su padre al enterarse del
acuerdo matrimonial que éste había cerrado para ella con Juan Padilla, un
joven toledano, noble también, pero considerado por ella inferior a su rango. El
Marqués de Mondéjar realizó este acuerdo para sellar una alianza con el
Comendador mayor de Calatrava que era tío de Juan.
María, denominada en los escritos como “Doña”, cuando a su marido se le
nombraba con su nombre de pila, tuvo que hacer una renuncia expresa a la
herencia de su padre a cambio de una dote de cuatro millones y medio de
maravedíes.
Pero a pesar de las diferencias de rango, parece ser que al final Doña María y
Juan se entendieron y confirmaron un matrimonio que lucharía junto contra las
injusticias de la época.
En una España convulsa
En aquellos primeros años del siglo XVI, la reina Católica había muerto
(1504); su hija, Juana I de Castilla era calificada de loca para inhabilitarla en el
ejercicio de su poder. Mientras, reinaba Fernando el Católico quien mantenía
una tensa calma en los reinos hispanos. Al morir el rey católico en 1516, su
nieto e hijo de la reina Juana, Carlos de Habsburgo, heredaba todos los reinos
peninsulares a excepción de Portugal y todo el territorio de ultramar. Carlos ya
había heredado de su padre, Felipe el Hermoso, todos los reinos de los
Habsburgo y se preparaba para ser nombrado Emperador, aglutinando bajo su
cabeza un imperio jamás visto. El joven Habsburgo se había educado en la
corte de Flandes, de la mano de su tía, Margarita de Austria. No hablaba
español y conocía bien poco de las costumbres de aquellos reinos que ahora le
tocaba gobernar.
Las Comunidades
Cuando en 1517 aquel rey desconocido pisaba tierras españolas junto con toda
su corte borgoñona fue visto como una amenaza por la nobleza local.
Efectivamente, los altos cargos gubernativos y numerosas prevendas fueron
encomendadas a los flamencos.
Pronto los nobles defensores de las Cortes de Castilla se levantarían contra
Carlos. Todo esto sucedía cuando murió el padre de Juan, Pedro López de
Padilla. Automáticamente tomó el cargo de Capitán de gentes de armas y se
trasladó a Toledo con María. Corría el año 1520 cuando Juan tomaba parte
activa en la rebelión de las comunidades, parece ser que instigado por su
esposa pues a él se le conocía como un hombre pacífico. Constituida ese año
la Santa Junta en Ávila, Juan de Padilla era
nombrado capitán general de las tropas
comuneras.
Derrota y muerte en Villalar
El ejército comunero luchó durante muchos meses
contra las tropas de Carlos. Las Comunidades de
Castilla pretendían expulsar al nuevo rey alegando
que ya existía una legítima soberana, la reina Juana recluida en Tordesillas a
causa de su supuesta locura. Pero el intento de poner a Juana de su lado no
funcionó y los comuneros fueron derrotados una batalla tras otra hasta llegar al
fatídico 23 de abril de 1521 en que las tropas comuneras eran definitivamente
aplastadas por el ejército real.
En Villalar, Juan fue hecho prisionero. Al día siguiente, junto a otros dos
dirigentes comuneros, Juan Bravo y Francisco Maldonado, era ejecutado.
Comunera hasta el final
La viuda de Pacheco, lejos de abandonar la lucha, resistió en Toledo nueve
meses más, la última ciudad que capituló ante el rey Habsburgo. María
consiguió huir a Portugal. Exceptuada del perdón general, María fue
condenada a muerte en rebeldía en 1524. Con esa condena a sus espaldas, la
última comunera vivió de la caridad en Portugal hasta el fin de sus días.
A pesar de
que parte
de su
familia intentó mediar ante el recién nombrado Emperador, Carlos nunca
concedió el perdón a María Pacheco por lo que no pudo cumplir su última
voluntad de ser enterrada en Villalar junto a su marido. Sus restos reposan en
la catedral de Oporto
Catalina del Rio y Maria Coronel
La primera vez que Juan Bravo llegó a Segovia fue en 1503, como contino de
la corte de Isabel la Católica. Al año siguiente casa con Catalina del Río, hija de
un rico financiero segoviano. Éste dio en dote a su hija todos los bienes que
poseía en Muñoveros.
El comunero Juan Bravo es hijo María de Mendoza, hermana del I conde
de Monteagudo, por lo que Juan Bravo era primo de Maria Pacheco,
esposa de Juan Padilla. Ello es así porque el II conde de Monteagudo y su
hermana Catalina, sobrinos de la madre de Juan Bravo y primos de este,
casan respectivamente con María de Mendoza y con el III Tendilla y II
Mondejar que son hermanos de María de Mendoza casada con Juan Padilla.
Mediante su matrimonio en 1504 con Catalina del Río, pasa a formar parte del
patriciado urbano de la ciudad de Segovia, a donde se traslada a vivir. Tuvieron
una hija, que tomó el nombre de María de Mendoza
Habiendo quedado viudo, en 1510 contrajo segundas nupcias con María
Coronel, nieta de Abraham Seneor, regidor de Segovia y rico converso. De este
segundo matrimonio nacieron dos hijos, Andrea Bravo de Mendoza y Juan
Bravo de Mendoza. En octubre de 1519 fue designado regidor y jefe de las
milicias de Segovia.
Castilla y Leon Geografía
Para conocer Castilla y León es necesario hablar de su evolución histórica, sus
asentamientos, su patrimonio, su geografía. Las largas distancias que hay que
recorrer entre diferentes puntos de la Región, tales como los 470 kilómetros de
Ágreda, en Soria, a la salmantina Ciudad Rodrigo o los 509 entre Villafranca
del Bierzo, en el norte de León, y Arcos de Jalón, también en Soria, dan una
idea de su amplitud.
Formada por nueve provincias, Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca,
Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, se sitúa en el noroeste de la Península
Ibérica. Limita al sur con Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura, al norte
con Asturias, Cantabria, País Vasco y La Rioja, al este con Aragón y al oeste
con Portugal y Galicia, es decir, limita con nueve de las diecisiete Comunidades
Autónomas españolas, por lo que se configura como nexo de unión entre
numerosas regiones de España, lo que a su vez le permite mantener fuertes
lazos y similitudes con las zonas más próximas de estas Comunidades
limítrofes.
Bandera, emblema y blasón I y II
El origen histórico de las banderas está en la aparición de señales distintivas
con fines militares. Paños donde los reyes y los nobles que acudían a las
guerras dibujaban las figuras de sus escudos de armas o blasones y servían
para identificar a sus ejércitos. Los adornaban con sus colores, de forma que
los combatientes los pudiesen distinguir en el confuso desarrollo de las
batallas.
La bandera izada en los campamentos militares era también una señal que
contribuía al orden de la distribución de los efectivos, y su enarbolamiento en
castillos y naves vendría a significar que el señor se encontraba presente en el
lugar. Ahora bien, lo realmente importante no era propiamente la bandera en sí,
sino el escudo que se podía ver en ese paño alzado. En España, y en contra
de lo que habían sido las costumbres de los romanos, fue a través de la
invasión de los pueblos germánicos -de los visigodos- como se introdujo la
costumbre de adornar los escudos con colores o figuras simbólicas, una
tradición altomedieval que con el tiempo dio paso a la aparición de los escudos
de armas o blasones en el tránsito de los siglos XI al XII.
Según narra la leyenda, fue el rey Pelayo quien hizo pintar un león sobre su
escudo en reconocimiento a haber matado uno cuando después de la batalla
de Guadalete estuvo prisionero en Córdoba. La figura heráldica del león
pasaría después a sus descendientes, que eran los Reyes de Oviedo, y de
éstos pasaría a los de León. Un poco menos románticas resultan otras
explicaciones históricas, más partidarias de atribuir el origen de la figura del
león al título del propio Reino de León, cuyo nombre evolucionó de la palabra
latina de "Legio" (por la Legio VII Gemina que allí mantuvo su campamento) a
la palabra "Leo".
El castillo tienen también su propia crónica: cuenta que fue el conde Fernán
González quien mandó pintar un castillo en su escudo, como forma de expresar
que había conquistado la soberanía sobre Castilla cuando consiguió que el Rey
de León le concediese que su título de conde fuese hereditario.
Ambos elementos no estuvieron en las enseñas oficiales desde el primer
momento. Sumidos en un proceso de reconquista frente a los musulmanes,
hasta finales del siglo XI los reyes cristianos de la Península Ibérica usaron
indistintamente en sus escudos y estandartes el signo de la cruz, aunque ésta
no fuese siempre uniforme: variaban sus formas y colores, si bien hubo
predilección por la cruz latina o griega, y por los colores rojo, blanco y amarillo.
A partir del siglo XII, los monarcas comienzan a sustituir la cruz tradicional por
un león (Alfonso VII) o un castillo de tres torres (utilizado por Alfonso VIII en sus
sellos y monedas). Al unirse ambos reinos de forma permanente en el año
1230, bajo Fernando III el Santo, también se diseñó la bandera definitiva. Será
un símbolo de la propia unión de los reinos en una sola nación.
Cuando el devenir histórico de herencias territoriales y matrimonios entre los
nobles provocaban que dos reinos tuviesen un mismo monarca, aunque
mantuviesen distintas e independientes sus instituciones, sus leyes, su lengua
y sus costumbres, las leyes de la heráldica marcaban que la bandera o blasón
que ahora los identificara estuviese divida en dos partes, y que en cada una de
estas partes se deberían poner los colores o las figuras de uno y otro reino. Si
la unión que se había producido entre esos reinos se estimaba que era una
fusión definitiva, como fue el caso de Castilla y León, entonces la bandera o
blasón se debería dividir en cuatro partes iguales, y habría que alternar las
figuras y colores de ambos reinos. Con ello se pretendía simbolizar la unión
entre ambos, y que si antes eran dos reinos ahora se habían fusionado en uno
solo.
Castilla y León, Comunidad histórica por excelencia I
La Comunidad Autónoma de Castilla y León surge de la moderna unión de los
territorios históricos que componían y dieron nombre a las antiguas coronas de
León y Castilla.
Hace mil cien años se constituyó el Reino de León, del cual se desgajaron en
calidad de reinos a lo largo del siglo XI los de Castilla y Galicia, y, en 1143, el
de Portugal. Durante estas dos centurias los monarcas que ostentaron el
gobierno de estas tierras alcanzaron la dignidad de emperadores, tal como
atestiguan las intitulaciones de Alfonso VI y Alfonso VII.
El proceso de colonización del Valle del Duero durante los siglos IX y X, y el
desarrollo de la vida urbana a lo largo del Camino de Santiago y la Vía de la
Plata en este mismo tiempo, constituyeron hechos históricos que definen
nuestra configuración geográfica, cultural y social.
En el momento de su unión definitiva con la corona de Castilla, en 1230, la
corona de León se componía de los territorios de León, Asturias, Galicia y
Extremadura. Por su parte, la de Castilla englobaba a la Vieja Castilla histórica
y a la actual Castilla-La Mancha.
Juntos, Castillla y León, se embarcaron en empresas comunes de
trascendencia universal, como el descubrimiento de América de 1492.
Castilla y León han ofrecido a Europa un ejemplo de respeto, de convivencia,
de diálogo en la diversidad y de interculturalidad a lo largo de sus siglos de
vida, afianzados a menudo en los Fueros leoneses y en las costumbres y
"fazañas" castellanas, que regularon sus derechos desde el s.IX, y en una
defensa de la libertad, la democracia, el pluralismo, la justicia y la paz, que se
concretaron en diversos momentos, como en 1188, cuando se celebraron en
León las primeras Cortes de la historia de Europa en las que se documenta la
participación de los ciudadanos, creando un precendente que hoy en esencia
sobrevive a través de las actuales Cortes autonómicas.
Castilla y León es una Comunidad rica en territorios y gentes, configurada por
castellanos y leoneses; respetuosa con la pluralidad que la integra y defensora
de la convivencia, que la enriquece desde su mismo nacimiento.
Comunidad histórica y cultural reconocida, Castilla y León ha forjado un
espacio de encuentro, diálogo y respeto entre las realidades que la conforman
y definen. Su personalidad, afianzada sobre valores universales, ha contribuido
a lo largo de los siglos de modo decisivo a la formación de España como
Nación y ha sido un importante nexo de unión entre Europa y América.
Castilla y León, Comunidad histórica por excelencia II
La historia hizo pasar por Castilla y León culturas que dejaron huellas en
diferentes monumentos: los Toros de Guisando (Ávila), celtas; el Acueducto de
Segovia, romano; San Pedro de la Nave (Zamora), visigodo; San Miguel de la
Escalada (León), mozárabe; el Castillo de Gormaz (Soria), árabe; San Martín
de Frómista (Palencia), románico; la Catedral de Burgos, gótica; la Universidad
de Salamanca, plateresca; la fachada de la Universidad de Valladolid, barroca.
Pero, de entre todos los monumentos representativos de Castilla y León
merecen una mención especial los castillos, a cuya abundancia obedece el
nombre de Castilla.
En todas las épocas del año se pueden contemplar sus joyas monumentales.
De proyección internacional es el Camino de Santiago, cuya importancia
histórico-artística transciende hasta mucho más allá de nuestra Comunidad e
incluso de nuestra nación. Especial mención merece la Ruta de la Plata, que
históricamente sirvió para enlazar el puerto de Sevilla con el de Gijón, sin
olvidar los yacimientos arqueológicos de Atapuerca o Numancia.
Castilla y León, motor de grandes acontecimientos de la historia de España ha
sido cuna y residencia de ilustres personajes en las más variadas facetas de la
actividad humana. El emperador Teodosio el Grande, Alfonso VI, Rodrigo Díaz
de Vivar, Alfonso X el Sabio, María de Molina, Jorge Manrique, Pedro y Alonso
Berruguete, Isabel la Católica, Cristóbal Colón, Santa Teresa de Jesús, Fray
Luis de León, Felipe II, Juan de Herrera, Miguel de Cervantes, Gregorio
Fernández o Miguel de Unamuno son una pequeña muestra de la variedad de
personajes que
han desarrollado
sus actividades y
saberes en
nuestras tierras
a lo largo de su
historia.
En resumen, Castilla y León, por su naturaleza, por su gastronomía, amiga de
los buenos vinos de la tierra, y por la hospitalidad de sus gentes, te invita a
sentirte feliz de venir... y de regresar.
Historias de la Casita
Este mes ha sido un mes en el que nuestra casita, han subido la glucosa por las nubes.Hemos tenido dos cumpleaños, uno el de nuestra auxiliar Montse y otro de Antonio Palomar y os podeis imaginar lo que ha pasado por allí arriba, tarta de galletas, tarta de manzana, torrijas…Pero toda nuestra familia siempre esta dispuesta a ponerse las manos a la obray trabajar duramente en la cocina para que todos podamos disfrutar de los manjares.Y es que ya se sabe que la labor del cocinero es muy sacrificada, porque lo que se tarda mucho en hacer…poco se tarda en comer.Aquí os dejamos unas fotillos para que os hagáis a la idea…
También hicimos a petición de una de nuestras residentes Emilia almendras garrapiñadas
Para que luego digan que los hombres no hacen nada…pues aquí Antonio Palomar nos enseño que no se le caen los anillos porfregar los platos y que además lo hace muy
bien.
Aquí también tenemos a Juan Berzal que aunque no vive en la Casita siempre sube a hacernos visitillas y echarnos una mano siempre que lenecesitamos.
Huerto
Hace ya un mes que empezamos con nuestros usuarios del Centro de dia, la labores de hacer semilleros de algunas de las hortalizas que vamos a plantar en el huerto.Plantamos rabanitos, lechugas, tomates, calabazas, calabacines, fresas…Y ahora ha llegado el momento de transplantar alguno de esos plantones que por su tamaño ya no nos cabian en los vasos de yogur.Como estamos en Marzo y todavía el tiempo puede ser muy traicionero.Hemos creado unos mini invernaderos con las garrafas de agua de 5 litros con el fin de proteger a nuestros pequeños plantones de las frias noches.
Tambien hemos escarbado bien el huerto de arriba, le hemos limpiado de las malas hierbas, y ya le hemos echado grana de zanahoria y hemos plantado unas cuantas cebollas que soportan muy bien el frio.
Aquí os dejo unas fotillos
Nuestras plantas de calabacin a buen recaudo
Mirar el tipode nuestros dos hortelanos
Pasatiempos
ADIVINANZAS:
Tengo cabeza redonda,sin nariz, ojos, ni frente,y mi cuerpo se componetan solo de blancos dientes.
Adivina adivinanza¿quién puso el huevo en la paja?
Una en la tierra,una en la luna, pero en el cielo noencontrarás ninguna
Francisco Gonzalez Sanz 2/04/2017 88añosMarina Martin Garcia 3/04/2017 80 añosIsidoro Alonso 4/04/2017 91 añosEmilia Heras Bermejo 5/04/2017 91 añosSantos Estebaranz García 21/04/2017 77 añosAndrea Morato Benito 25/04/2017 94 años
El articulo sobre la festividad del Dia de Catilla y Leon esta realizado por el hijo de uno de nuestros residentes: Ramiro Blazuez , al cual le estamos muy agradecidos por su colaboración.