REPUBLICA DEL ECUADOR
INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS NACIONALES
XXX CURSO SUPERIOR NACIONAL DE SEGURIDAD Y
DESARROLLO
DEUDA EXTERNA: OPORTUNIDAD O AMENAZA PARA
LA ECONOMIA ECUATORIANA Plan de Tesis como requisito para optar por el título
de Master en Seguridad y Desarrollo con mención
en Gestión Pública y Gerencia Empresarial
Autor: Econ. Alberto Espinoza A.
Asesor: Econ. Carlos Rhon Patiño
Quito, Junio del 2003
ii
DEDICATORIA
A mi esposa, Esthely, quien
en todo momento me ha
brindando su apoyo y
comprensión.
iv
AGRADECIMIENTO
Mi más sincero agradecimiento al Instituto de Altos Estudios Nacionales
IAEN, y de manera especial al Econ. Carlos Rhon P. por su valiosa
colaboración en la asesoría de la presente Tesis
v
INDICE GENERAL
CONTENIDO PÁG. LISTA DE CUADROS....................................................... .............. LISTA DE GRAFICOS.................................................................... INTRODUCCION............................................................................ CAPITULO I Deuda Externa Ecuatoriana. Análisis general .........................................................................
Origen de la deuda externa ecuatoriana....................................
La Deuda Externa Latinoamericana y Andina............................
La Deuda Externa: la construcción de una propuesta global.....
Crisis de la Deuda Externa Ecuatoriana....................................
Producción Nacional.............................................................
Endeudamiento Externo Público...........................................
Pequeñas Empresas.............................................................
Empleo y Pobreza.................................................................
Exportaciones.............................................. .........................
CAPITULO II Qué hacer con la Deuda Los Antecedentes Históricos ......................................................
Los Aspectos Económicos Financieros ......................................
Los Argumentos Y Los Mecanismos Jurídicos Contra La Deuda Externa ............................................. .........................................
Responsabilidades De Los Estados Presuntamente Acreedores O Donde Tienen Su Sede Los Acreedores Privados (Bancos, Etc.).
Responsabilidades Del Fondo Monetario Internacional y Del Banco Mundial ............................................. ............................
Responsabilidades De Los Bancos Transnacionales Y De Los Individuos Que Participan En Las Operaciones Delictivas
Relacionadas Con La Deuda Externa..........................................
vii
viii 1
3
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12
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22
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25
28
30
30
33
35
38
vi
Responsabilidades De Los Países Deudores.............................
Aspecto Etico ............................................................................
CAPITULO III Cartas de Intención con el Fondo Monetario Internacional
Antecedentes................. ........ .......... ....... ................................
Carta de intención año 1983.............. .........................................
Carta de intención año 1984........................................................
Carta de intención año 1985........................................................
Carta de intención año 1986........................................................
Carta de intención año 1987........................................................
Carta de intención año 1989........................................................
Carta de intención año 1990........................................................
Carta de intención año 1991........................................................
Carta de intención año 1993........................................................
Carta de intención año 1994......................... ...............................
Carta de intención año 1995........................................................
Carta Plan económico Sixto Duran Ballén..................................
Carta Plan económico Abdalá Bucaram......................................
Carta Plan económico Fabián Alarcón.........................................
Carta de intención año 2000 ........................ ...............................
Carta de intención año 2003 Lucio Gutiérrez................... ...........
CAPITULO IV Deuda Pública Externa Ecuatoriana.
Movimiento por Acreedor............................................... .............
Atrasos por Acreedor.............................................. .....................
Movimiento por Deudor................................................................
Atrasos por Deudor.................................................. ...................
Servicio de la Deuda asumido por el Gobierno............................
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40
43
48
51
55
59
65
68
74 79
84
89
93
96
100
106
108
119
126
127
130
131
134
vii
Desembolsos por Ejecutor....................................... ...................
Préstamos Contratados...............................................................
Propuestas.................................................... ............. ...............
Plan Baker............................................................................
Plan Brady............................................................................
Propuesta Bush...................................................................
Iniciativa PPAE....................................................................
Propuesta 0.7 .....................................................................
Tasa Tobin ..........................................................................
Propuesta 20/20 ..................................................................
Declaración de Venezuela....................................................
CAPITULO IV Deuda Externa Oportunidades / Amenazas..................................................... .... ...
CAPITULO VI Conclusiones y Recomendaciones Conclusiones..............................................................................
Recomendaciones......................................................................
BIBLIOGRAFIA...............................................................................
136
137
141
141
141
142
145
147 148
148
149
152
167
173
178
viii
LISTA DE CUADROS
CUADRO PÁG.
Cuadro N° 1 22
Cuadro N° 2 128
Cuadro N° 3 129
Cuadro N° 4 132
Cuadro N° 5 133
Cuadro N° 6 135
Cuadro N° 7 138
Cuadro N° 8 140
ix
LISTA DE GRAFICOS
GRAFICO PÁG.
Gráfico N° 1: 8
Gráfico N° 2 10
Gráfico N° 3 11
Gráfico N° 4 14
Gráfico N° 5 25
Gráfico N° 6 26
INTRODUCCION
DEUDA EXTERNA ECUATORIANA.
La Deuda Externa en el Ecuador se inició antes de su constitución como
República independiente en 1830; sin embargo, la actual crisis de
endeudamiento tiene sus orígenes inmediatos en la década de los setenta, la
deuda y la crisis que de ella se derivó determinaron la adopción de medidas de
ajuste estructural impuestas por los organismos multilaterales (FMI, BM, BID,
Club de Paris, etc) para el pago del servicio de la deuda, dando como
resultado que condiciones de vida sean cada vez más dramáticas para los 12
millones de ecuatorianos.
El pago de la deuda externa y el cumplimiento de los Programas de
Ajuste Estructural (PAE), han implicado una repetida violación y abandono de
los derechos económicos, sociales y culturales de la población ecuatoriana,
debido a que en la elaboración de los presupuestos anuales, la parte
destinada al servicio de la deuda externa rebasa con mucho al destinado a la
educación y salud, en particular y al área social en su conjunto, incumpliendo
de esta manera lo que la Constitución de la República establece en los Arts.
46 y 71.
En un país en el cual el 70% de la población se encuentra por debajo de
la línea de pobreza y el 75,8% de la población rural tiene sus necesidades
básicas insatisfechas (SIISE 2000), el destinar mayores recursos para el
servicio de la deuda externa, significa estar en contra de los Derechos
Humanos y del desarrollo sustentable del país. Aún más, en muchos casos
estas decisiones políticas contravienen expresas normas constitucionales y las
de los instrumentos internacionales sobre Derechos Humanos que el Ecuador
ha firmado y ratificado y que son parte con gran jerarquía.
2
Si agregamos a esto el hecho de que la generación de mayores ingresos
fiscales proviene de la aplicación de más impuestos indirectos (IVA) y de la
eliminación de subsidios a los servicios básicos (energía, agua, transporte
público), podemos observar que el impacto sobre los sectores pobres y más
vulnerables de la población (niños, mujeres, indígenas) es tremendo,
acentuando aún más la desigualdad en la distribución del ingreso.
La aplicación de los Programas de Ajuste Estructural (PAE), determina la
necesidad de generar excedentes externos ya sea vía exportaciones o mayor
endeudamiento externo, que aunque parezca paradójico, servirán para pagar
la deuda externa previamente adquirida. En un país tan dependiente de las
exportaciones primarias (petróleo, banano, camarón, madera, y flores) un
incremento de éstas conlleva graves impactos a nivel humano y ambiental.
Un panorama árido, sin embargo un reto que el actual gobierno debe de
enfrentar, mucho más aún, cuando entre sus colaboradores existen
representantes de los sectores más desfavorecidos y relegados en nuestro
país, los indígenas, que hoy por hoy tratarán de que las políticas que se
implementen estén dirigidas a satisfacer las mas elementales necesidades; y
de esta forma salir del atraso en que han estado inmersos; una tarea difícil
para el actual presidente, pero no imposible.
3
CAPITULO I
DEUDA EXTERNA ECUATORIANA
1. ANÁLISIS GENERAL
Se ha calificado a la deuda externa como insostenible e impagable,
dadas las dificultades que ésta acarrea, mismas que son tan antiguas como la
formación de la mayoría de las repúblicas latinoamericanas.
Las soluciones propuestas por los acreedores, han tenido como fin
satisfacer sus intereses, y ello es lo que ha prevalecido; tal es el caso de
Ecuador, y lo que se ha obtenido es un ambiente de malestar e incertidumbre
lo que esta determinando que nuestra economía se deteriore, tan es así que el
acuerdo Brady de 1995 tuvo que ser renegociado 5 años más tarde, o los 7
inútiles arreglos con el Club de París desde 1983, empero los tales acuerdos
no impidieron una nueva moratoria en 1999 de un importante grupo de países.
La deuda externa encaja en el axioma de Karl Von Clausewitz, según el
cual la deuda es un acto de violencia cuyo objetivo es forzar al país deudor a
hacer la voluntad de los acreedores. En consecuencia la deuda no solo frena
el desarrollo por su carga de obligaciones, sino que también permite la directa
intervención de poderes extranjeros en los asuntos internos de los países
endeudados.
Un grave problema constituye el desperdicio que se ha dado a los
recursos contratados, pues la ineficiencia es compañera inseparable de las
crisis de deuda externa.
4
A esto hay que sumar la corrupción en la que los países deudores no son
los únicos actores con sus malas “inversiones”, sino también los países
acreedores con la aplicación de las malas prácticas financieras y por los
marcos jurídicos que, permiten, descontar de los impuestos en los países
industrializados aquellos rubros orientados a obtener la contratación de los
créditos.
La deuda tiene orígenes integrales y sus crisis son cíclicas, crisis que no
sólo se originan en los países donde se contrata la deuda; esta se encuentra
vinculada con los ciclos de evolución propios del sistema capitalista y
responde en gran medida a las necesidades de acumulación de capital. Es
entonces que se puede determinar que han existido crisis de deuda
recurrentes en: 1825, 1870, 1890, 1930, 1982... En consecuencia, la
contratación y aún el uso de créditos externos, no dependen solo de la
voluntad de un gobierno y de la necesidad de recursos que tenga un país, sino
de estos acontecimientos o procesos cíclicos.
Los aspectos medulares de las crisis están en las instituciones y en las
políticas que los países acreedores aplican: los intereses son de por si altos y
se los deja a gusto de los dueños del capital. Sin embargo las acciones
adoptadas en momentos críticos por los organismos multilaterales de crédito
han estado destinadas a proteger los intereses de los acreedores antes que
considerar las necesidades y situación de los países en vías de desarrollo,
obligándolos, por ejemplo, a mantener abiertas y sin restricciones sus cuentas
de capitales o a abrir sus mercados para los productos provenientes del
mundo industrializado. Como reconoce la UNCTAD (Conferencia De las
Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo) en su Informe anual del
2001, casi todas las crisis importantes en los mercados emergentes han
estado relacionadas con variaciones de los tipos de cambio y las políticas
monetarias de los principales países industrializados.
En determinadas épocas los capitales debido a su acumulación se
expanden y se ven en la necesidad de buscar mercados fuera de sus
5
economías; los mismos que salen en forma de créditos baratos y abundantes,
esto ocurre cuando no pueden ser colocados internamente o en las economías
líderes o dominantes. Este fenómeno se lo pudo apreciar de mejor manera en
los años 70. De un momento a otro los países del Tercer Mundo se
encontraron con que era muy fácil endeudarse y de una manera rápida se
conseguían los créditos antes tan esquivos.
La demanda de recursos a través de los préstamos no es la única razón
para la existencia de un abultado endeudamiento externo y su mal uso,
tampoco la única explicación de las crisis; para determinar su origen debemos
tener en cuenta que la oferta de recursos financieros de los países
desarrollados, impulso de moneda decisiva el endeudamiento
El surgimiento del endeudamiento en los años 70 se debió a la afluencia
masiva de los llamados eurodólares, por efecto, de los desbalances que
provocó la aventura de Washington en Indochina, mucho antes del alza de los
precios del petróleo. La masa de estos dólares fuera de EEUU se amplió con
la eliminación de la convertibilidad del dólar en oro, en agosto de 1971. En
lugar de corregirse los desequilibrios de la balanza de pagos, el gobierno
norteamericano violentó las reglas básicas del sistema monetario
internacional, de manera unilateral, sin complejos de culpa, al anunciar el
presidente Richard Nixon que a partir de entonces el dólar no sería convertible
en oro, con esta decisión se recusó el régimen de tipos de cambio fijos que
caracterizó el sistema de Bretton Woods inaugurado en 1944 y desde 1973 el
mundo ingresó al régimen de tipos de cambios flexibles o flotantes.
Con esta decisión los dólares que poseían los países del mundo se
devaluaron de forma inmediata, convirtiéndose en abultada la deuda flotante
de EEUU, adjudicada y distribuida compulsivamente alrededor del mundo. A
partir de entonces, la oferta del dólar y lo que ella representaba en el ámbito
financiero y monetario mundial parecía limitada, en lo esencial, por las
decisiones de la política económica de los propios EEUU.
6
La carrera expansionista de las disponibilidades financieras a nivel
internacional, encontró su punto de partida, en la pugna comercial entre las
grandes potencias. Vistas así las cosas fueron los EEUU los que originaron la
primera fase del proceso de endeudamiento. Ellos, según Aldo Ferrer, pie de
página "tuvieron el privilegio de financiar su desequilibrio 'exportando' su
moneda nacional, la liquidez se fue acumulando en los bancos centrales y se
filtró progresivamente hacia la banca privada, aumentando su capacidad de
prestamista".
Luego, esta afluencia de recursos se vio incrementada con los
remanentes de la venta de petróleo, los denominados “petrodólares”, los
cuales, al no encontrar una utilización productiva en el Norte, fueron
canalizados alegremente hacia el Sur, tradicionalmente marginado de los
mercados financieros internacionales; en aquellos momentos los países
acreedores no tomaron en consideración la capacidad de pago que estos
tenían o podían tener, en especial el nuestro, que fue “favorecido” con estos
recursos. Para estas operaciones se sedujo a los prestatarios con comisiones
jugosas entregadas a funcionarios de alto rango “bajo de la mesa”.
Otro factor que influyó, lo constituyen las tasas de interés, que por la
necesidad de colocar los dólares, eran bajas, inferiores a la inflación, aspecto
que contribuyó a que los países en forma confiada se endeudaran.
En los años 80 se experimentó un proceso de recuperación de capitales
por parte de los países del Norte a través de un incremento sostenido de las
tasas de interés estas que habían fluctuado entre 4 y 6%, se elevaron hasta
alrededor del 20%, esta elevación repentina y arbitraria de las tasas de interés
fue la que provocó el reflujo masivo de capitales: los países endeudados
fueron atados a los grupos financieros poderosos. En este contexto, juega un
papel importante con políticas autoritarias de presión (chantaje), los
organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, FMI,
Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, BID y las empresas
especializadas en determinar el "Riesgo País", a través del cual se discrimina
7
a los países y a las empresas, en función de los intereses de los acreedores.
Al que se atreve a separarse de la línea se le cancelan las opciones a créditos
e inversiones.
Desde principios de los ochenta, por la aplicación de altas tasas de
interés, los EEUU se vieron beneficiados. Los países deudores, especialmente
los de América Latina exportaron capitales en volúmenes cada vez más
grandes y sin que se los aplique al capital. Entonces se volvió a sentir a la
deuda externa como un problema; y empezó una nueva crisis similar a las
anteriores, este proceso, vino acompañado con una reducción de la demanda
de las materias primas, con la consiguiente caída de su cotización.
“Entre el año 80 y el año 90 América Latina realizó una transferencia
neta por 238 mil millones de dólares a los acreedores, sobre todo a los EEUU.
Transferencia que se calcula sumando los nuevos préstamos al monto de
deuda existente en 1980: 257 mil millones de dólares, y restando el pago del
capital e intereses. Al año 1990, la deuda externa, como por arte de magia,
alcanzó los 440 mil millones de dólares. En términos netos se pagó una suma
enorme: 238 mil millones, mientras que la deuda creció en casi 220 mil
millones. Esta deuda, en palabras de Franz Hinkelammert, adquirió vida
propia. Se instauró la locura financiera, la lujuria especulativa, la sin razón de
los intereses usurarios que se cobran sobre los intereses atrasados. La deuda
se volvió impagable.”1
2. ORIGEN DE LA DEUDA EXTERNA ECUATORIANA
Alberto Acosta en su libro sobre la Deuda Externa, entre otras cosas
manifiesta que: la historia de la deuda externa en el Ecuador se inició antes de
su constitución como República independiente en 1830. Sin embargo, la actual
crisis de endeudamiento tiene sus orígenes inmediatos en la década de los
1 Acosta Alberto, Deuda Externa, http://alainet.org/active/show_author.phtml
8
setenta del siglo XX. La deuda y la crisis que de ella se derivó determinaron la
adopción de medidas de ajuste estructural impuestas por los organismos
multilaterales (FMI, BM, BID, Club de Paris, etc) para el pago del servicio de la
deuda, medidas cada vez más regresivas en términos de garantías sociales.
Dicho de otra manera, se ha favorecido la apertura de los mercados
ecuatorianos, mientras aumentó la dependencia de los capitales externos y la
vulnerabilidad del mercado ante los choques externos a cambio de
condiciones de vida cada vez más dramáticas para los 12 millones de
ecuatorianos.
A finales del 2000, luego de renegociar los Bonos Brady y transformarlos
en Bonos Global, la deuda externa del país (pública y privada) alcanzó los
13.372 millones de dólares, lo cual implica que la deuda externa del país
representó el 98% del Producto Interno Bruto (PIB). Es decir que para pagar la
deuda externa, el país debería destinar casi toda su producción de un año
exclusivamente para cumplir con este compromiso. Asimismo el país debería
destinar más del doble de sus exportaciones (235%) al pago de la deuda
externa; lo cual es a todas luces es imposible. (Gráfico No. 1).
Evolución de la Deuda Externa Ecuatoriana
- 2.000 4.000 6.000 8.000
10.000 12.000 14.000 16.000 18.000
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Años
Mill
ones
de
US$
Gráfico No. 1
9
Fuente: Boletines del Banco Central
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
El pago de la deuda externa y el cumplimiento de los Programas de
Ajuste Estructural (PAE), han implicado una repetida violación y abandono de
los derechos económicos, sociales y culturales de la población ecuatoriana,
debido a que en la elaboración de los presupuestos anuales, la parte
destinada al servicio de la deuda externa rebasa con mucho al destinado a la
educación y salud en particular y al área social en su conjunto, incumpliendo
de esta manera lo que la Constitución de la República establece: (Gráfico No.
2).
Art. 46: "La asignación fiscal para salud pública se incrementará
anualmente en el mismo porcentaje en que aumenten los ingresos corrientes
totales del presupuesto del gobierno central. No habrá reducciones
presupuestarias en esta materia." y Art. 71: "En el presupuesto general del
Estado se asignará no menos del treinta por ciento de los ingresos corrientes
totales del gobierno central, para la educación y la erradicación del
analfabetismo."2
Un país no es de manera financiera sostenible si debe destinar más al
pago de la deuda externa que a satisfacer las necesidades básicas de la
población: para el servicio de la deuda externa, en el año 2000, se destinaron
1.905,1 millones de dólares, cerca de tres veces más recursos que para el
gasto social (educación, salud, y desarrollo agropecuario), que fue de 690,5
millones de dólares, es decir alrededor del 275.9%, más que para esos fines.
2 Constitución Política de la República del Ecuador (Decreto Ejecutivo No.1) Registro Oficial
República del Ecuador , No. 1, agosto 11, 1998
10
Servicio de la Deuda Vs. Gasto Social ( en % )
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
50%
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Servicio Deuda
Gasto Social
Gráfico No. 2 Fuente: Boletines del Banco Central
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
En un país en el cual el 70% de la población se encuentra por debajo de
la línea de pobreza y el 75,8% de la población rural tiene sus necesidades
básicas insatisfechas (SIISE 2000), el destinar únicamente el 2,5% del PIB a
los servicios sociales básicos con respecto a un 13% para el servicio de la
deuda externa, significa estar en contra de los Derechos Humanos y del
desarrollo sustentable del país. Aún más, en muchos casos estas decisiones
políticas contravienen expresas normas constitucionales y las de los
instrumentos internacionales sobre Derechos Humanos que el Ecuador ha
firmado y ratificado y que son parte con gran jerarquía jurídica del
ordenamiento legal del país por mandato constitucional. (Gráfico No. 3)
11
Servicio de la Deuda y Otros Sectores (en % del PIB)
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
16%
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Servicio DeudaEducación
Salud
Gráfico No. 3 Fuente: Boletines del Banco Central Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
Si agregamos a esto el hecho de que la generación de mayores ingresos
fiscales proviene de la aplicación de más impuestos indirectos (IVA) y de la
eliminación de subsidios a los servicios básicos (energía, agua, transporte
público), podemos observar que el impacto sobre los sectores pobres y más
vulnerables de la población (niños, mujeres, indígenas) es tremendo,
acentuando aún más la desigualdad en la distribución del ingreso.
La aplicación de los Programas de Ajuste Estructural determina la
necesidad de generar excedentes externos ya sea vía exportaciones o mayor
endeudamiento externo, que aunque parezca paradójico, servirán para pagar
la deuda externa previamente adquirida. En un país tan dependiente de las
exportaciones primarias (petróleo, banano, camarón, madera, y flores) un
incremento de éstas conlleva graves impactos a nivel humano y ambiental.
12
De ahí que se ha visto la necesidad de aplicar políticas gubernamentales
hacia la agricultura "moderna" monocultivos para la exportación, dejando de
lado la agricultura tradicional, maíz, cebada, etc. que se ve desprotegida por la
inexistencia de políticas de desarrollo agrario (comercialización, crédito, etc.) y
la apertura a productos importados, lo cual significa disminución de la
producción tradicional y una reducción en la producción de estos artículos que
constituyen la dieta básica de los ecuatorianos, poniendo en peligro la
seguridad alimenticia interna del país, con lo cual se afecta el derecho a la
alimentación adecuada en cuanto a calidad de productos y a acceso a los
mismos.
3. LA DEUDA EXTERNA LATINOAMERICANA Y ANDINA
Los problemas derivados de la deuda externa, no son nuevos en la
historia latinoamericana. Desde los primeros empréstitos extranjeros,
contratados a principios del siglo XIX, hasta la actual deuda, las economías de
la región han atravesado por una serie de períodos recurrentes de auge y
crisis, vinculados a los ciclos de las economías capitalistas centrales. Este
proceso, que fue cobrando fuerza en la medida que se consolidaba y difundía
el sistema capitalista, afianzó la dependencia de las economías
latinoamericanas.
Sin embargo, esta relación con el mercado internacional no tuvo siempre
las mismas repercusiones en todas las economías de la región. Su impacto
varió en función de la significación de cada país en la división internacional del
trabajo; esta apreciación es importante para comprender las diversas
situaciones registradas en cada uno de los países de la región, diversidad que
no aflora en toda su riqueza en estas líneas por las limitaciones de espacio
impuestas a un trabajo de esta naturaleza.
Desde los años setenta en el siglo XX, América Latina ha vivido un
proceso constante y creciente de endeudamiento, que según datos del Banco
Mundial, pasó de 587.814 millones de dólares en 1994 a 813.352 millones en
13
1999, es decir, que se incrementó en 38%, llegando a representar el 42% del
Producto Interno Bruto (PIB) de la región.
El pago de esta deuda obliga a los países a aceptar condiciones
económicas y sociales difíciles, entre ellas los Programas de Ajuste
Estructural, impuestos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, que según un estudio de la CEPAL (CEPAL, 2001) no han podido
reducir las condiciones de pobreza de la población:
• El monto destinado al pago de la deuda externa en 1999 fue de 42%
del PIB, mientras que el monto para inversión social (salud, educación,
vivienda y bienestar social, y seguridad social) representó únicamente
el 13.1% del PIB, en ese mismo año.
• La cantidad de personas en situación de pobreza e indigencia se
incrementó de 201.5 millones en 1994 a 211.4 millones en 1999
• Existe una elevada inequidad en la distribución del ingreso, donde el
10% más rico de la población, en la mayoría de los países, capta más
del 35% del ingreso total.
• Mientras que el 70% de la población se encuentra en niveles de
ingreso por debajo del promedio.
La misma tendencia se observa en los países que conforman la
Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, y
Venezuela), los cuales también se han caracterizado por procesos de
endeudamiento externo acelerado, lo cual ha generado que la deuda externa
represente un valor significativo del Producto Interno Bruto (PIB) de esos
países. En el gráfico siguiente se observa que en promedio la deuda externa
representa más del 50% del Producto Interno Bruto de los países andinos, a
diciembre del 2000, considerando la deuda externa pública y privada. (Gráfico
No. 4)
14
Deuda Externa en los Países Andinos En % del PIB - 2000
0102030405060708090
% d
el P
IB
Deuda ExternaPública
Deuda ExternaPrivada
Bolivia Colombia Ecuador Perú Venezuela
Gráfico No. 4
Fuente: IMACRO. La Deuda Externa de los Países Andinos. Reporte Económico de la
Comunidad Andina de Naciones. Lima, mayo del 2001.
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
4. LA DEUDA EXTERNA: LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PROPUESTA GLOBAL
Alberto Acosta señala que los gobiernos de los países sobre endeudados
han mantenido una actitud sumisa con la banca internacional, las
transnacionales, los organismos multilaterales de crédito y los gobiernos de los
países ricos. Sus elites por su complicidad con los acreedores, han logrado
transformarse en tenedores de papeles de la deuda o sea por el miedo al "gran
garrote", y así nunca plantearon salidas conjuntas, siempre se impusieron los
clubes de los acreedores. Y, en concreto, viabilizaron el gran mecanismo
15
reciclador de las relaciones de poder que permite que unos pocos gocen de
los créditos, mientras que las mayorías los pagan.
Frente a esta realidad, la cancelación sin condiciones de las deudas
externas públicas es una posición justificada en términos éticos y económicos,
hay suficientes argumentos para demandarla. El no pago se justifica
legalmente porque muchos créditos contratados caen en el ámbito de las
deudas usurarias o corruptas, que por definición deberían ser nulas. Hay otras
deudas que su servicio se ha visto imposibilitado por nuevas condiciones
impredecibles y fuera del control, impuestas a los países deudores. Una
situación explicable por los desbalances de poder existentes en los diversos
procesos de negociación y porque, en muchos casos, se ha partido de
condiciones que luego resultaron equivocadas o que de antemano eran
imposibles de cumplir.
El impacto de una anulación masiva de las deudas en la economía
mundial no sería desestabilizador. Si la deuda pública externa del "tercer
mundo" fuera anulada sin indemnizaciones a los acreedores, representaría
una pérdida del 5% para sus carteras, que podría ser proyectada en unos
pocos años. Además, una decisión de este tipo podría ser procesada en un
contexto amplio para evitar sobresaltos en el mercado financiero internacional.
Sin embargo, una anulación incondicional de la deuda externa liberaría
de sus obligaciones a aquellos grupos reducidos en los países del Sur que sí
se beneficiaron de dicha deuda y hasta ampliaría la disponibilidad de
recursos a gobiernos que podrían dar rienda suelta al despilfarro fiscal;
liberaría recursos dentro de las economías endeudadas para que sean
gastadas a voluntad de los gobernantes y de los grupos dominantes y quién
sabe si en poco tiempo volverían a endeudarse. De allí la necesidad de idear
"un sistema regulado que garantice que en un futuro los niveles de
vulnerabilidad derivados del endeudamiento externo sean menores", como
recomienda el economista español Jaime Atienza.
16
Por lo tanto, sin minimizar el justo reclamo de la anulación de las deudas,
que podría ser el punto de partida para el establecimiento de un nuevo sistema
financiero internacional, hay que rescatar la necesidad de que una posible
eliminación de las deudas se haga en el marco de condicionalidades positivas
para impedir que las elites dominantes de los países endeudados sean
beneficiarias de este tipo de soluciones temporales. De allí la necesidad de
poner condiciones a los gobiernos de los países deudores por parte de su
propia sociedad civil, para impedir que el manejo de la deuda siga siendo una
fuente de financiamiento de privilegios o una herramienta imperial en manos
de determinados gobiernos acreedores. Y más que eso, hay que diseñar
estrategias que, además, impidan la reedición de alegres procesos de
sobreendeudamiento externo, que conduzcan a la reconstrucción de las viejas
estructuras de dominación que se desea superar.
Para evitar una marcha continuada detrás de un fantasma, la solución del
problema de las deudas pendientes debe replantearse a nivel global en el
marco de instituciones que aseguren la vida en el planeta. Recuérdese que se
está cada vez más, nos guste o no, frente a problemas que afectan a la
humanidad en su conjunto, por lo que las soluciones a estos problemas son
internacionales. La globalización de los peligros y los retos demanda políticas
internacionales que van más allá de los temas nacionales.
El establecimiento de proyectos más eficaces de desarrollo y aún de
mejoramiento de las estructuras macroeconómicas y políticas a nivel nacional,
no pueden garantizar por sí solas un desarrollo global sostenible. Son
necesarias reformas de las condiciones marco en la economía mundial.
Se precisa un ordenamiento del comercio mundial, de la competencia, del
sistema monetario mundial, de la estructura social y medioambiental mundial,
sin descuidar el establecimiento de nuevas normas para resolver el reto del
sobreendeudamiento externo.
Las consideraciones teóricas para muchas de estas normatividades
están planteadas desde hace rato. La coyuntura y la experiencia de las últimas
17
décadas en especial imponen una acción de envergadura para configurar un
nuevo orden de la política mundial que oriente al capitalismo desenfrenado.
Por otro lado, las actuales instancias controladoras existentes están
cuestionadas, por ejemplo el FMI y el Banco Mundial, muestran pobres
resultados de sus políticas y estrategias; la racionalidad de la Organización
Mundial de Comercio (OMC) tampoco es ampliamente aceptada; y, el rechazo
masivo al Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) habla de la necesidad de
esquemas reguladores que no intenten simplemente establecer garantías para
la acumulación del capital. Sin embargo, una de las ausencias más notables es
la de un código financiero internacional.
La falta de una eficaz disciplina monetaria externa, favorece la
desestabilización interna, además, el problema de las relaciones entre
competencia y moneda, que producen distorsiones en la economía mundial, no
se pueden solucionar en una economía global, con medidas nacionales o
regionales, por ello, se hace necesario un nuevo ordenamiento de la economía
mundial. En el cual se reducirían los incentivos para la emigración del capital,
se procuraría que los países subdesarrollados conserven su dinero y el
producto de su ahorro y estarían en disposición de invertirlo en su casa de
manera segura y rentable. Habría más financiamiento propio y menos
endeudamiento del capital externo.
Aún cuando la viabilidad política de estas transformaciones es un punto
que está por dilucidarse, considerando el riesgo de que en éstas se refleje las
mismas desigualdades del poder, urge reflexionar sobre estos aspectos
teniendo presente que el desarrollo es un tema global.
Esto implica, dentro de la lógica global para abordar el problema, la
necesidad de introducir objetivos de política económica entre los principales
bloques procurando armonizarlas no en función de equilibrios coyunturales o
nacionales, sino considerando las demandas derivadas del empobrecimiento
de la mayoría de habitantes del planeta, estableciendo los mecanismos que
permitan manejar las épocas de crisis. Desde esta perspectiva, vigilancia y
18
concertación, con la participación activa y democrática de los países
subdesarrollados, serían pilares para la construcción de una nueva economía
mundial.
En este contexto surge la necesidad de desinflar la gran burbuja
especulativa mundial, cuya lógica de acumulación ha subordinado sin piedad
la racionalidad social, cultural y hasta ecológica. El mercado financiero
internacional ha colonizado a la economía real y hasta la misma política. Esto
conduce a reforzar e integrar propuestas como la del Impuesto (Tributo) Tobin
(a los flujos financieros internacionales), a través del cual se desea frenar la
especulación de las finanzas internacionales y conseguir recursos para el
desarrollo de los países, estableciendo un fondo para enfrentar los
desequilibrios en el mercado financiero internacional a favor de los países en
desarrollo. Siguiendo estas reflexiones aparece la necesidad de estudiar el
desarme de los paraísos fiscales. Igualmente hay que incorporar en la
discusión el análisis de mecanismos de control de los flujos de capital.
Por igual hay que fortalecer la atención a la deuda ecológica, término
que proviene del reconocimiento en los años 80 por parte de varios analistas
de la deuda externa de los países en desarrollo, de que el pago de la deuda
financiera del tercer mundo tenía y tiene un efecto destructivo en el medio
ambiente de esos países. Esta deuda, que no tiene que expresarse y pagarse
en términos convencionales, y debe ser el centro de la discusión. El tema
ambiental a nivel global anticipa un mayor reajuste económico y geopolítico de
la historia moderna.
Desde esta perspectiva, lo que se busca es "civilizar" el mercado
financiero internacional. Sin embargo, puede que no representen a primera
vista una salida radical como sería la que se conseguiría con la cancelación
definitiva de todas las
19
deudas del mundo pobre, pero lleva implícita la modificación de las reglas del
juego. Es una apuesta en construcción por un futuro diferente ¡otro mundo es
posible!-, que no se logrará simplemente con enfoques carentes de propuesta.
5. CRISIS DE LA DEUDA EXTERNA ECUATORIANA
La economía ecuatoriana, a inicios de los años 80, se enfrentaba a una
situación económica difícil (altas tasas de interés, cierre de mercados
financieros, disminución de exportaciones, caída del precio del petróleo, etc.).
Esta situación provocó dificultades para sostener el pago del servicio de la
deuda externa y condujo a que se activen las presiones para revisar la política
económica. El resultado fue el cambio de modelo económico de
industrialización y participación en el mercado mundial a partir del
fortalecimiento del aparato productivo doméstico, por otro de apertura y
liberalización a ultranza que puso otra vez las exportaciones primarias como
eje del proceso de acumulación.
Las presiones externas provinieron y provienen, en primera línea, de las
instituciones financieras internacionales (IFIs), que incluyen al Fondo
Monetario Internacional y al Banco Mundial, a través de los Programas de
Ajuste Estructural, definidos en las cartas de intención que perfilan los
lineamientos de la nueva política económica.
Se propuso la reorganización del aparato productivo a través de
instrumentos de mercado que afecten y modifiquen los precios relativos (tasas
de interés, tipo de cambio, salarios reales), induciendo a que éste se
constituya en el parámetro que guía las decisiones de los agentes económicos
individuales, sin considerar las prioridades sociales más aconsejables. La meta
a corto plazo de las políticas de ajuste estructural, es la estabilización;
mientras que sus metas de largo plazo son la promoción de un crecimiento
20
económico sostenido en las exportaciones de bienes primarios y en la apertura
irrestricta para la importación de bienes de consumo.
Los elementos comunes de un Programa de Ajuste Estructural PAE se
sintetizan en lo que se conoce como el “Consenso de Washington”, cuyos
principales puntos son:
• Promoción de exportaciones y la eliminación de todo tipo de
restricción a las importaciones.
• Reforma fiscal para equilibrar el presupuesto aumentando los
ingresos y reduciendo los gastos, mediante el incremento de los
impuestos, el recorte de los fondos para los programas sociales y la
eliminación de subsidios.
• Reforma laboral, eliminando los salarios mínimos y otras normas que
garantizan una relativa estabilidad laboral.
• Privatización de las empresas estatales.
• Establecimiento de un manejo cambiario competitivo.
• Desregulación del mercado financiero y apertura de la cuenta de
capitales.
• Apertura sin restricciones y apoyo a la inversión extranjera directa.
• Flexibilización de las relaciones económicas.
• Garantía y cumplimiento de los derechos de propiedad privada.
Tales medidas forman parte de una estrategia global para la
reestructuración de la economía, dentro de la racionalidad del sistema
capitalista. Con esta receta se busca establecer un "entorno apropiado" para
garantizar la participación de los países subdesarrollados en la nueva división
internacional del trabajo: la "globalización", vendida en forma por demás
21
simple como si se tratara de un proceso nuevo, cuando en realidad es apenas
una fase del proceso de mundialización del capitalismo.
La aplicación de la “receta” tiene en la mira garantizar el servicio de la
deuda, cuya renegociación se ha transformado en eficaz palanca para imponer
sus políticas draconianas de restricciones a los servicios públicos como a la
educación y a la misma población en su conjunto.
Desde esta perspectiva analizaremos la crisis que ha pasado y esta
pasando nuestro país desde varios aspectos de vital importancia:
5.1. Producción Nacional
Las políticas de flexibilización financiera condujeron a un proceso de
desinversión productiva (favoreciendo el consumo de corto plazo) y el flujo de
capitales especulativos. Esto afectó, a la pequeña y mediana producción
orientada a satisfacer la demanda del consumo interno, al tiempo que se
constituyó en un mecanismo de transferencia de recursos desde el sector real
de la economía hacia los sectores especulativos nacionales e internacionales.
Lo anterior contribuyó a profundizar el subdesarrollo del aparato productivo
nacional y, en consecuencia, deterioró su capacidad de generar empleo,
siendo este uno de los principales problemas estructurales del país.
Los resultados económicos a partir de 1980 han sido pobres: entre 1980
y 1998, el PIB creció a un promedio del 2.1 por ciento anual. En sucres de
1975, el PIB pasó de 147.622 millones en 1980, a 227.678 millones en 1998,
para caer a 211.130 millones en 1999. La industria manufacturera no tuvo
mejor suerte, con un crecimiento promedio anual de apenas el 1.0 por ciento
entre 1980 y 1999.
A pesar de esto, según datos de la Superintendencia de Compañías,
existe una tendencia a la concentración de la producción en ciertas empresas:
si se comparan los niveles de concentración de ingresos y activos -en las mil
compañías más importantes- entre 1992 y 1996, es fácil destacar cómo los
22
ingresos, los activos aumentan en forma significativa en las 100 primeras
compañías, al punto que concentran casi el 50 por ciento de las mil. Es más, si
se considera que las 1.000 más importantes (en 1996) representan el 75 por
ciento de los activos y ventas totales de las 17.352 empresas registradas, se
llegará fácilmente a la conclusión de que las 100 más importantes (0.6% del
total) controlan el 37.5 por ciento de los activos y ventas totales.
5.2. Endeudamiento Externo Público
A pesar de las renegociaciones y acuerdos con los distintos grupos de
acreedores, el endeudamiento externo público siguió siendo elevado para una
economía frágil como la ecuatoriana, manteniéndose en cerca del 100% del
PIB. (Cuadro No. 1).
Cuadro No. 1
Evolución de la Deuda Externa Pública
Año Millones de US$ % del PIB
1990 12.052,0 114,03 1991 12.629,5 109,58 1992 12.537,0 100,87 1993 13.025,0 89,58 1994 13.757,8 81,5 1995 12.378,9 68,76 1996 12.628,0 65,92 1997 12.579,1 63,66 1998 13.240,8 67,18 1999 13.752,4 99,88 2000 11.229,3 80,66
Fuente: Boletines el Banco Central
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
23
El endeudamiento externo público debido a la irracionalidad innata de los
sucesivos arreglos de deuda alcanzados, pues allí se estipulan nuevos
endeudamientos públicos para apenas sostener el servicio de la deuda. En
ningún momento se logró un arreglo acorde con la real capacidad de pago del
país, subordinado a las indispensables inversiones sociales y a garantizar el
ahorro interno necesario para un proceso sostenido de acumulación
productiva.
El Ecuador, en consecuencia, aumentó su dependencia de los capitales
extranjeros, pues requiere contratar nueva deuda para pagar la antigua, es
decir un suicidio económico constante.
5.3. Pequeñas Empresas
El impacto de las políticas de flexibilización comercial y financiera
también se tradujo en quiebras masivas de pequeñas empresas, sin embargo,
éstas muestran destacables capacidades de recuperación y sobrevivencia,
inducidas más por la necesidad de autogeneración de empleo, que por las
exigencias de competitividad productiva.
En el gobierno de Durán Ballén fue notoria la quiebra masiva de
pequeñas empresas y pequeños productores. En los años 1993, 1994 y 1995
quebraron 2.849 empresas y sólo en 1995, fueron disueltas o liquidadas 1.675.
En el período que va de 1990 a 1996, el número de empresas en esta
situación se aproximó a las 4.600.
Según datos de la Superintendencia de Compañías, en 1995, de las
20.423 empresas registradas, 4.662 declararon pérdidas por nada menos que
a 418 millones de dólares. Estas mismas empresas (en el mismo año)
transfirieron al sistema financiero, bajo la forma de intereses y comisiones,
algo más que 718.200 millones de sucres, mientras que el conjunto de
empresas registradas (20.423), transfirió una suma cercana 556 millones de
dólares.
24
Puede hablarse, entonces, de una virtual expropiación por parte del
sistema financiero- de las capacidades productivas y de inversión del país. En
su propósito por valorizar el capital especulativo, este operó -vía tasas de
interés altas destinadas a estabilizar el tipo de cambio: el ancla cambiaria-
succionando recursos que, en otras circunstancias, se habrían orientado a la
esfera productiva. Esto dificultó las posibilidades de acumulación,
particularmente en el campo de las pequeñas empresas.
Esto explicaría, entonces, las quiebras masivas de los pequeños
productores de la ciudad y del campo, que se han producido y siguen
produciéndose (844 en 1997 y más de 2.000 en 1999, según han denunciado
representantes de la pequeña y mediana producción) en el país, al margen de
los efectos que se derivan de la propia dinámica -competitiva y productiva- que
impone la integración de los mercados y la globalización de la economía. La
debilidad de estos sectores los convierte en los primeros afectados de la
política neoliberal, sin descartar que esos impactos nocivos se amplíen a otros
renglones de la actividad productiva. Piénsese que, entre 1990 y 1998,
exceptuando 1997, por concepto de intereses y comisiones, fueron
transferidos al sistema financiero nada menos que 4.366 millones de dólares.
5.4. Empleo y Pobreza
El mayor impacto social tiene que ver con un crecimiento del desempleo
y la informalidad, así como la constante eliminación de las plazas de trabajo.
Este impacto se desprende de la recesión y el estancamiento de la producción,
así como de las quiebras en el sector productivo provocadas por los altos
costos financieros. Ello demuestra que la falta de empleo es el detonante
principal de un conjunto de efectos negativos sobre el espacio social y político.
Entre 1995 y 1998, la sociedad ecuatoriana presentó una reducción
considerable de los niveles de consumo de su población, hecho que determinó
que la pobreza suba en diez puntos (del 59% al 69%), para el año 2002 este
índice subió al 70%. Este deterioro se presentó de manera dramática en el
25
ámbito urbano, en este caso la pobreza subió en 12 puntos porcentuales (del
44% al 56%). El sector rural, por su parte, a pesar de tener de por sí bajos
niveles de consumo también decayó en la segunda mitad de los noventa. Así,
entre 1998 y 1999 vuelven a caer los niveles de consumo de los hogares
ecuatorianos. De manera especial, el área urbana experimentó un incremento
de la pobreza por consumo en 5 puntos porcentuales, del 56% al 61%.
(Gráfico No. 5)
INCIDENCIA DE LA POBREZA
0102030405060708090
100
NACIONAL URBANO RURAL
199519981999
Gráfico No. 5 Fuente: SIISE, sobre la base de ECV 1995, 1998 y 1999. Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
5.5. Exportaciones
A pesar de que las políticas buscaron favorecer a las exportaciones, las
exportaciones industriales cayeron en el período 1980/90 en más del 40 por
ciento, cuando en el mercado mundial el comercio de manufacturas crecía al
doble que la producción y en el conjunto de América Latina las exportaciones
manufactureras se fortalecían. Esta evolución, sin embargo, no puede verse
como un fracaso del ajuste, pues éste propicia una desindustralización de las
economías subdesarrolladas y una reprimarización del aparato productivo.
26
Eso fue lo que le pasó al Ecuador en los años 80, mientras en Colombia,
donde el PAE se aplicaría tardíamente, se desarrollaban y fortalecían las
industrias de acero, hierro o plástico. En el país se privilegiaba la producción
camaronera y la explotación de madera, profundizando los problemas de
sustentabilidad y potenciando los costos sociales y ecológicos; al margen del
fortalecimiento de poderosos grupos rentistas articulados al poder político y
financiero.
Con este comportamiento de la economía ecuatoriana, el resultado fue
que, lejos de aliviarse el endeudamiento externo, este tendió a profundizarse,
al punto que la relación deuda externa/exportaciones, que en 1980 fue del 183
%, al finalizar la década llegó al 490 %. (Gráfico No. 6)
RELACION DEUDA EXTERNA - EXPORTACIONES
02000400060008000
1000012000140001600018000
1981
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
AÑOS
VALO
RES
DEUDA
EXPORTACIONES
Gráfico No. 6
Fuente: Boletines el Banco Central
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
27
El modelo, impuesto por los programas de ajuste estructural del FMI y del
BM, opera como un mecanismo que distribuye el excedente generado en la
producción hacia los sectores articulados al sistema financiero y a las
exportaciones primarias, restando espacio a las posibilidades de inversión
productiva y de generación de empleo de calidad, cuestiones que han
determinado que la recesión económica se prolongue, sin perspectivas claras
de reactivación.
Por cierto, no sólo el sistema financiero es el beneficiario exclusivo;
también participan del excedente, un pequeño número de empresas con altas
rentabilidades y por lo general vinculadas al sistema financiero, conforme se
ha evidenciado en los últimos años. Este hecho ha profundizado el proceso de
concentración y distribución negativa del ingreso, al punto que entre 1975 y
1996 es decir el sector de más altos ingresos ha aumentado su participación
en el ingreso urbano en un significativo 30 por ciento, porcentaje que, aunque
fue extraído de manera fundamental de los sectores sociales medios, aumentó
sus excedentes en forma significativa.
CAPITULO II
QUE HACER CON LA DEUDA
2. LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Según Alejandro Teitelbaun3 para analizar las posibles soluciones
al problema de la deuda, hay que remitirse en primer lugar a los ejemplos
de la historia, que demuestran que, sobre todo las grandes potencias,
nunca o casi nunca han pagado sus deudas
Decía Keynes: "...los incumplimientos por gobiernos extranjeros de
su deuda externa son tan numerosos y ciertamente tan cercanos a ser
universales que es más fácil tratar sobre ellos nombrando a aquellos que
no han incurrido en incumplimiento, que aquellos que lo han hecho.
Además de aquellos países que incurrieron técnicamente en
incumplimiento, existen algunos otros que pidieron prestado en el exterior
en su propia moneda y permitieron que esa moneda se depreciara hasta
menos de la mitad de su valor nominal y en algunos casos a una fracción
infinitesimal. Entre los países que actuaron así cabe citar a Bélgica,
Francia, Italia y Alemania". (Keynes, 1924)
John Kenneth Galbraith (1995) cita varios ejemplos de deudas
externas sobre todo de los países llamados desarrollados que nunca
fueron pagadas.
Andrew Mellon, que fue Secretario del Tesoro de los Estados
Unidos a fines de los años 20, expresó: "La insistencia en el cumplimiento
de un convenio que supere la capacidad de pago de una nación le
29
serviría de justificación para negarse a cualquier arreglo. Nadie puede
hacer lo imposible quienes insisten en cláusulas imposibles están
propiciando en última instancia el repudio completo de la deuda". Esto lo
decía Mellon para justificar la firma de 15 convenios para reprogramar las
deudas de guerra de los países europeos con Estados Unidos.
Pese a esta reprogramación, Alemania y otros países europeos
suspendieron más adelante el pago de las deudas de guerra con Estados
Unidos.
Así también los Estados Confederados del Sur después de la
Guerra de Secesión, su deuda fue anulada mediante la Enmienda XIV de
la Constitución de los Estados Unidos, del 16 de junio de 1866, que dice:
"…ni los Estados Unidos, ni ninguno de los Estados reconocerán o
pagarán deuda u obligación alguna que se haya contraído para ayudar a
una insurrección o rebelión contra los Estados Unidos; estas deudas,
obligaciones y reclamaciones serán consideradas ilegales y nulas; si los
países latinoamericanos recibieran un trato similar al de Alemania y otros
países europeos después de la primera guerra mundial (que finalmente
no pagaron sus deudas) la deuda latinoamericana debería reducirse en
más del 50 por ciento y prorrogar los plazos de vencimiento de la misma
hasta después del año 2050.
El profesor José Antonio Alonso, en un artículo publicado en el
diario español "El País" del 17 de abril de 2001, después de indicar el
elevado costo económico y social de la deuda de los países en
desarrollo, señala que después de la Segunda Guerra Mundial se fijó
como cuota máxima para el pago de la deuda alemana el 4,6% de sus
exportaciones, con el objeto de "no dislocar la economía" y "no drenar
indebidamente sus recursos". Es decir que Alemania, después de haber
3 Alejandro Teitelbaun La deuda Externa Internet.
30
provocado la hecatombe humana más grande de la historia, recibió mejor
trato que el que reciben actualmente los países deudores.
La experiencia histórica muestra que en todas las crisis financieras
internacionales, los acreedores o sus gobiernos debieron asumir una
parte importante de las pérdidas resultantes de sus préstamos o
inversiones y que la única excepción a esta regla ha sido la
latinoamericana. Podría agregarse que la excepción alcanza no sólo a los
países latinoamericanos sino a todos los países deudores.
3. LOS ASPECTOS ECONÓMICOS FINANCIEROS
Desde el punto de vista económico-financiero, si se hiciera un
estudio actuarial descontando las deudas ficticias, los intereses
usurarios, los intereses de los intereses, los gastos y comisiones
desproporcionados y la fuga de capitales, se llegaría a la conclusión de
que la deuda ha sido pagada y se vería que los presuntos deudores son
en realidad acreedores.
Un documento del 25 de junio de 2001 de Jubileo Sur, una red
internacional por la anulación de la deuda, dice que en 1980 los países
del hemisferio sur debían 567 mil millones de dólares, que desde
entonces se han pagado 3 billones 450 mil millones, es decir seis veces
el monto de la deuda de 1980 y que sin embargo se deben actualmente
algo más de dos billones, es decir tres veces y media más que en 1980.
4. LOS ARGUMENTOS Y LOS MECANISMOS JURÍDICOS QUE DETERMINAN UN CAMBIO DE SITUACIÓN DE LA DEUDA EXTERNA
Los Estados desarrollados, el Fondo Monetario Internacional, el
Banco Mundial, los grandes Bancos transnacionales, la mayoría de los
Gobiernos de los países del Tercer Mundo y sus élites financieras
realizan actividades que convergen en despojar a los pueblos del Tercer
31
Mundo de sus recursos naturales y de los frutos de su trabajo, y uno de
los principales mecanismos que utilizan para lograr ese propósito es la
deuda externa.
Hablamos de los Estados fuertes en su economía y decimos
Gobiernos de los países deudores, porque los primeros tienen una
responsabilidad internacional como Estados por los daños causados a los
países pobres, y en el caso de los Gobiernos de los países
supuestamente deudores, los individuos que han constituido en forma
sucesiva parte de esos Gobiernos tienen una responsabilidad política
ante sus propios pueblos y una responsabilidad civil y penal, por la cual
deben responder ante los tribunales.
En tales actividades, los Estados de los países avanzados, las
instituciones financieras públicas y privadas, ciertos Gobiernos e
individuos, están involucrados como autores, coautores o cómplices en la
comisión de diferentes delitos y crímenes, que van desde los fraudes a la
malversación de caudales públicos, o bien a la violación de los derechos
humanos.
Desde el punto de vista jurídico, se ha reconocido el derecho de un
gobierno a desconocer las deudas contraídas por un gobierno anterior,
con fundamento en la mala fe del acreedor (que prestó sabiendo el
destino ajeno al interés público del préstamo) y en la falta de
representatividad del deudor.
En este sentido, hay que tener en cuenta que una buena parte de
los préstamos que han originado la actual deuda externa fueron a parar al
bolsillo de los dictadores de turno y de gobernantes y funcionarios
corruptos, quienes los depositaron en bancos extranjeros, o se utilizaron
en obras inútiles o suntuarias, en la compra de armas y en financiar la
32
represión y, por supuesto, en el pago de los intereses usurarios,
comisiones y amortizaciones de la misma deuda.
Es decir que los gobiernos de los estados desarrollados, los bancos
privados, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional no sólo
manejaron de manera irresponsable y fraudulenta el crédito internacional
sino que financiaron regímenes dictatoriales y facilitaron y consintieron
con conocimiento de causa, el enriquecimiento personal y la
megalomanía de individuos como Mobutu, Duvalier, Marcos y otros de
similar catadura.
Ya se vio que se contrajeron deudas simuladas y que durante
largos periodos los intereses cobrados fueron usureros, hechos que
entran en la esfera delictiva. Además, los intereses no cobrados se
incorporaron al capital adeudado, de manera que se devengaron
intereses sobre los intereses, lo que está prohibido en las legislaciones
de muchos países.
El despojo sistemático de los pueblos del Tercer Mundo, tiene por
consecuencia la violación de los derechos económicos, sociales y
culturales de dichos pueblos, violaciones que implican también la
violación del derecho a la dignidad inherente a la persona humana y del
derecho a no sufrir tratamientos inhumanos o degradantes, derechos
todos ellos determinados en diversos instrumentos internacionales y en
numerosas legislaciones nacionales.
Las violaciones a los derechos económicos, sociales y culturales
pueden configurar también el crimen de genocidio, pues el artículo II,
inciso c) de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio se refiere al "sometimiento intencional del grupo a condiciones
de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial".
33
Las violaciones a los derechos humanos que ha acarreado la
defraudación de los pueblos del Tercer Mundo, han alcanzado tal
gravedad y magnitud que bien se los puede calificar como delitos contra
la humanidad.
En resumen, en el proceso de acumulación de la deuda externa
diversas instituciones y personas han incurrido, ya sea como autores,
coautores o cómplices en la mayor parte de los siguientes delitos o en
todos ellos:
Fraude, consistente en simular deudas inexistentes; Malversación
de caudales públicos, consistente en la desviación para beneficio privado
de préstamos recibidos por el Estado, levantamiento de obras suntuarias
o ineficientes y que no sirven para el fin predeterminado y en la
utilización de los fondos del Estado para pagar deudas privadas (reales o
ficticias); Usura; Extorsión, al imponer condiciones leoninas para
consentir la renegociación de las deudas; Estafa, que se manifiesta en
seguir cobrando una deuda inexistente; Violación sistemática de los
derechos económicos, sociales y culturales; Violación de la dignidad
inherente a la persona humana y tratamientos inhumanos o
degradantes; Complicidad en la violación masiva de los derechos
humanos cometida por diferentes dictaduras en distintas
épocas; Genocidio y Crímenes contra la humanidad. Los delincuentes
partícipes en estos procesos tienen responsabilidades específicas.
5. RESPONSABILIDADES DE LOS ESTADOS ACREEDORES O DONDE TIENEN SU SEDE LOS ACREEDORES PRIVADOS (BANCOS, FINANCISTAS, ETC.).
El derecho al desarrollo y al goce progresivo de los derechos
económicos, sociales y culturales comporta obligaciones de la comunidad
internacional y de cada uno de los Estados miembros, respecto de sus
propios pueblos y de los seres humanos en general. Las obligaciones de
34
los Estados en materia de derechos económicos, sociales y culturales
existen no sólo respecto de sus propios pueblos sino de la sociedad
humana en general. Son los llamados "derechos de la solidaridad",
consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos; en la
Carta de las Naciones Unidas y en el Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, cuando se refieren a la cooperación internacional.
Hay en esta categoría de derechos, una obligación activa de los
Estados de garantizarlos y una obligación pasiva de respetarlos. Los
Estados pueden incurrir entonces en violación por omisión, al no
garantizarlos, o en violación activa, al no respetarlos, por ejemplo,
mediante políticas económicas y sociales regresivas respecto de sus
propios pueblos o imponiendo tales políticas a terceros Estados.
En cualquiera de ambos casos, los Estados son jurídicamente
responsables de tales violaciones, cuando han sido cometidas por sus
funcionarios y/o sus órganos, y también son responsables por las
violaciones cometidas por los particulares que están bajo su jurisdicción,
cuando no ha adoptado las precauciones necesarias para evitarlas y para
proteger a las víctimas.
De la responsabilidad del Estado deriva su obligación de reparar el
daño causado a las víctimas, de dar seguridades de que no se repetirá la
violación y, tratándose de un crimen internacional (como son a nuestro
juicio las violaciones graves y masivas a los derechos económicos,
sociales y culturales), la posibilidad de ser objeto de sanciones por parte
de la comunidad internacional hasta que cesen las violaciones y se
repare el daño causado.
Este es, en líneas generales, el enfoque de los artículos del
proyecto elaborado por la Comisión de Derecho Internacional sobre la
35
responsabilidad de los Estados, aprobado en primera lectura en el año
2000.
Estos principios generales sobre la responsabilidad de los Estados
son aplicables a los Estados donde tienen su sede los acreedores
privados de la deuda externa, porque dichos Estados no sólo no han
adoptado las precauciones para evitar los daños y violaciones causados
por particulares (los Bancos acreedores) que están bajo su jurisdicción,
sino que colaboran en forma activa con los acreedores, en forma directa
como Estados e indirectamente a través del Fondo Monetario
Internacional, ejerciendo fuertes presiones sobre los países deudores, a
fin de que se sometan a las exigencias de aquellos.
Dos ejemplos de la participación activa de las autoridades de los
Estados de los países ricos en la expoliación de los pueblos del Tercer
Mundo y de su propósito de perseverar en esa política criminal lo han
dado recientemente dos dirigentes notorios de dichos Estados, uno es el
presidente George W. Bush, quien el 21 de diciembre de 2001, al
reclamar a las nuevas autoridades argentinas que refuercen las medidas
de austeridad recomendadas por el Fondo Monetario Internacional, con la
arrogancia del que se siente omnipotente y con la brutalidad que lo
caracteriza, declaró textualmente lo siguiente:
"Espero que el nuevo presidente adopte las medidas necesarias
para proteger a los acreedores, incluyendo al FMI el cual, según
entiendo, está dispuesto a prestar más dinero, si se toman las medidas
de austeridad".
Y agregó: "el FMI planteó muchas exigencias duras, pero muchas
de ellas fueron realistas y muy necesarias en lo que concierne al dinero,
y es por eso que el gobierno de la Argentina debe reestructurar su
política fiscal y su programa tributario". (Agencia EFE, 22/12).
36
6. RESPONSABILIDADES DEL FONDO MONETARIO INTERNA-CIONAL Y DEL BANCO MUNDIAL
En julio de 1944, la Conferencia de Bretton Woods acordó la
creación del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. En el
artículo 1º de los Estatutos del Fondo Monetario Internacional se
enuncian los seis objetivos del Fondo, entre ellos "facilitar el crecimiento
equilibrado del comercio internacional contribuyendo de ese modo al
fomento y mantenimiento de altos niveles de ocupación y de ingresos
reales y al desarrollo de la capacidad productiva".
En 1947 el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial
pasaron a ser formalmente instituciones especializadas del sistema de
las Naciones Unidas y, como tales tienen el deber, según lo establece la
Carta de las Naciones Unidas (Arts. 55, 56, 57, 58, 63 y 64), de promover
la realización de los derechos económicos, sociales y culturales y del
derecho al desarrollo y de respetar, en tanto personas de derecho
internacional, los derechos humanos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)son
personas jurídicas internacionales y tienen patrimonio propio. En
consecuencia, son jurídicamente responsables de las violaciones que
cometan, sea por omisión o por acción, de los derechos económicos,
sociales y culturales y tienen la obligación de reparar los daños
causados, de cesar las violaciones y de no reincidir.
Como personas jurídicas, el FMI y el BM pueden incurrir en
responsabilidades penales, pero también son individualmente
responsables las personas que integran los órganos que toman las
decisiones.
La responsabilidad penal de los funcionarios nombrados por los
Estados en ambas instituciones, no exime a esos Estados (en particular a
37
aquellos que detentan estatutariamente el poder de decisión en virtud del
voto ponderado), de su responsabilidad jurídica como Estados, en los
términos expuestos precedentemente.
En un debate que se suscitó en la Subcomisión de Derechos
Humanos de la ONU en agosto de 2001, el representante del FMI afirmó
tranquilamente que dicha institución no tiene mandato para tomar en
cuenta los derechos humanos en sus decisiones y que no está obligada
por las diferentes declaraciones y convenciones relativas a los derechos
humanos.
Esta afirmación provocó vivas réplicas de varios miembros de la
Subcomisión, afirmando uno de ellos que "no es admisible que el FMI no
se someta al derecho internacional".
En el seno del FMI, el poder de decisión, a través del voto
ponderado (tantos dólares, tantos votos), pertenece a un puñado de
países ricos que reúnen la mayoría de los votos. Además, un solo país,
los Estados Unidos, puede bloquear ciertas decisiones importantes (por
ejemplo el restablecimiento de un sistema internacional de cambios fijos)
porque dispone de un porcentaje de votos(18 por ciento) superior a la
minoría de bloqueo, que es del 15 por ciento. La gran mayoría de los
países y pueblos del mundo sólo pesan en el Consejo de Administración
del FMI algo más del 25 por ciento de los votos.
De modo que es un pequeño grupo de países económicamente
poderosos, quienes imponen al resto de la comunidad internacional las
orientaciones de la política económica a través del Fondo Monetario
Internacional. Y en el caso particular de la deuda externa y de las
políticas de ajuste sucede lo mismo, de manera que las
"recomendaciones" y "principios directores" del FMI se imponen
38
extorsivamente a los países que quieren renegociar la deuda u obtener
préstamos del sistema financiero internacional.
El FMI y el Banco Mundial son en la práctica meros instrumentos y
mandatarios de las grandes potencias y del gran capital.
De modo que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y
sus respectivas autoridades tienen responsabilidades propias y también
como mandatarios de las grandes potencias y del gran capital en los
delitos cometidos en la gestión de la deuda externa de los países del
Tercer Mundo.
7. RESPONSABILIDADES DE LOS BANCOS TRANSNA-CIONALES Y DE LOS INDIVIDUOS QUE PARTICIPAN EN LAS OPERACIONES DELICTIVAS RELACIONADAS CON LA DEUDA EXTERNA
El artículo 29, inciso 1º de la Declaración Universal de Derechos
Humanos dice: "Toda persona tiene deberes respecto de la comunidad" y
en el artículo 30 agrega: "Nada en la presente Declaración podrá
interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a
un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o
realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración".
El Derecho Internacional considera ilícitas diversas actividades
realizadas por entidades o personas privadas (por ejemplo el tráfico de
drogas) y no hay razón alguna para excluir de tales incriminaciones las
violaciones masivas a los derechos humanos que, con sus políticas y
actividades, cometen los Bancos transnacionales.
Es obvio que deben responder por los delitos de derecho común,
como la malversación de caudales públicos, estafa, usura, etc.
39
Además, el Estatuto para una Corte Penal Internacional aprobado
en Roma en 1998, si bien ignora la violación de los derechos
económicos, sociales y culturales y no contempla la responsabilidad
penal de las personas jurídicas, ha implicado el reconocimiento de la
responsabilidad internacional de las personas privadas por graves
violaciones a los derechos humanos.
8. RESPONSABILIDADES DE LOS PAÍSES DEUDORES
La iniciativa para exigir la revisión de contratos de crédito
corresponde a los países deudores y no puede suponerse que, para ello,
éstos habrán de contar con el apoyo o comprensión de las demás partes.
Pero el temor a al antagonismo no puede justificar la prolongación e
intensificación de un gravamen irreversible sobre la seguridad y el
bienestar de las actuales generaciones latinoamericanas.
Los Gobiernos -y los pueblos- de los países deudores tienen
argumentos para declarar, incluso unilateralmente, la inexistencia o
nulidad de la deuda. Esos argumentos son, fundamentalmente:
1. Los precedentes históricos han sido prácticamente invariables,
de no pago de la deuda externa, en particular las grandes potencias
prácticamente jamás han pagado sus deudas;
2. La ilegitimidad y la ilegalidad de la deuda, especialmente si ha
sido mayoritariamente contraída y malversada por una dictadura (doctrina
de la deuda odiosa);
3. El hecho de que la deuda ha sido saldada con los pagos de
intereses usurarios y las amortizaciones ya realizadas;
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4. De manera subsidiaria, la fuerza mayor o el estado de necesidad,
fundados en que lo que es esencial para el pueblo y para invertir no está
disponible para transferir al exterior;
5. También en el plano jurídico cabe hacer valer el principio “rebus
sic stantibus”, es decir el derecho a no cumplir una obligación cuando las
condiciones de la misma han cambiado de manera tal que su
cumplimiento resulta de una onerosidad extrema (Borges, Serrano) e
invocar el enriquecimiento sin causa de los acreedores (derecho de
reclamar la devolución y obligación de devolver lo que se ha percibido sin
derecho, como figura por ejemplo en los Arts. 784 y siguientes del Código
Civil argentino, 1895 y siguientes del Código Civil español y 1376 y
siguientes del Código civil francés) (Marín López).
Cuando las autoridades de un país deudor, sin tener en cuenta los
precedentes históricos prácticamente invariables, la ilegitimidad de la
deuda actual y que lo que "es esencial para el pueblo y para invertir no
está disponible para transferirlo al exterior", no sólo no negocian
firmemente con los acreedores amenazándolos con repudiar la deuda,
sino que acatan sus exigencias, incurren en una grave responsabilidad
política y jurídica.
Una extracción de recursos tan cuantiosos de las naciones pobres
por las naciones ricas, obedece en definitiva a las condiciones de poder.
Pero al final tiene un límite: la capacidad de pago del deudor. Y este
concepto depende de una decisión nacional: lo que es esencial para el
pueblo y para invertir no está disponible para transferirlo al exterior".
Pero la voluntad para negociar con los acreedores de los gobiernos
de los países deudores en defensa de los intereses de sus propios
pueblos parece nula, pues se comportan como meros ejecutores de las
41
políticas dictadas desde los centros del poder mundial y como
representantes de los intereses del gran capital local.
En ese caso, tanto los funcionarios gubernamentales que así actúen
y los parlamentarios que consientan, por acción u omisión, tal política
pueden ser acusados del delito de traición.
9. ASPECTO ETICO
Finalmente desde un punto de vista ético habría que poner la
presunta deuda en un platillo de la balanza y en el otro platillo la deuda
social, ecológica e histórica que los acreedores tienen con los presuntos
deudores. Es decir poner en ese platillo el enorme daño social causado
con las políticas de ajuste, el daño ecológico provocado con industrias
contaminantes, con los desechos tóxicos transportados a los países del
Tercer Mundo, con la devastación de los bosques y la deuda histórica
contraída con los presuntos deudores durante siglos de despojo de sus
riquezas y recursos humanos.
Puede afirmarse que la deuda externa de los países del tercer
mundo es jurídica, económica y financieramente inexistente y éticamente
insostenible y que su subsistencia forma parte del sistema mundial
dominante caracterizado por la hegemonía del capital financiero
parasitario que funciona como una bomba aspirante del trabajo y el
ahorro de los pueblos de todo el mundo, siendo los más afectados los
países pobres y dentro de ellos, los sectores más desfavorecidos de la
población.
El costo de mantener la vigencia de estas obligaciones a través de
su constante ajuste y reprogramación proporciona una especie de renta
perpetua a los acreedores y, al mismo tiempo, representa un drenaje
permanente para la economía de los países deudores
42
El buen sentido y la racionalidad económica indican que para cortar
la espiral del endeudamiento es preciso:
1) condonar la deuda existente porque ya ha sido pagada, en buena
parte es de origen especulativo y de todos modos está claro que es
imposible pagarla.
2) realizar en los países ex deudores, con los fondos que queden
disponibles y con nuevos créditos concedidos a ese fin, una política de
crecimiento económico, que para que sea durable tiene que estar
acompañada de una política de redistribución de los ingresos, de pleno
empleo y de ampliación de los servicios sociales, es decir exactamente lo
contrario de las políticas que impone el Fondo Monetario Internacional.
3) Reconocer a las materias primas y productos manufacturados de
los países pobres un precio internacional equitativo.
Todo esto significa por cierto un cambio fundamental en las
actuales orientaciones predominantes en la economía mundial y poner fin
a la hegemonía del capital financiero especulativo y parasitario.
Pero mientras los pueblos afectados no impongan sus condiciones
en la negociación con actos masivos de rebeldía contra los sucesivos
ajustes y sacrificios, esta situación no tiene miras de cambiar.
CAPITULO III
CARTAS DE INTENCIÓN CON EL FONDO MONETARIO
INTERNACIONAL
3. ANTECEDENTES
De acuerdo a Alejandro Teitelbaum, el Fondo Monetario
Internacional, impone a los países deudores, bajo distintos nombres, las
llamadas políticas de ajuste que son económicamente recesivas y
socialmente regresivas, pues el único objetivo real del Fondo es que los
deudores paguen los servicios de la deuda a los acreedores. Con tales
políticas la espiral de la deuda sigue creciendo porque la economía de
los países deudores permanece estancada o crece lentamente, con lo
que se les hace aún más difícil cumplir con los acreedores, y se deben
contraer nuevos préstamos para pagar los servicios de los préstamos
anteriores. Así la deuda externa no deja de crecer y se convierte en
deuda eterna.
Las políticas de ajuste están destinadas, por una parte, a asegurar
que continúe la remisión de los servicios de la deuda a los acreedores y,
por otra, a imponer a los países deudores su integración al sistema
económico financiero mundial dominante, caracterizado por la
concentración en pocas manos de las riquezas producidas a escala
planetaria.
Cuando la magnitud de la deuda y el retraso en los servicios de la
misma, puso de manifiesto la imposibilidad para los países del Tercer
Mundo de pagarla en las condiciones pactadas, el Fondo Monetario
Internacional propuso como solución las políticas de ajuste. Estas
44
políticas son la condición que se impone a los países deudores que
necesitan imperativamente renegociar la deuda y seguir teniendo acceso
a los mercados financieros internacionales.
De modo que el Estado que desee tener acceso al crédito
internacional debe ajustarse a los "principios directores" del FMI que, de
manera general, son los siguientes:
a) "apertura de los sectores que han estado protegidos frente a la
competencia del mercado y la eliminación de subvenciones"
b) "reducir las presiones inflacionarias, alentar la repatriación del
capital y fomentar la inversión extranjera directa" (Comunicado del Comité
Provisional de la Junta de Gobernadores del FMI, Comunicado de Prensa
Nº 89/44, del 25/9/89);
c) "contener la demanda global";
d) "saneamiento de las empresas públicas";
e) "flexibilización del control de precios y de las restricciones
comerciales" (acuerdo con Mauritania);
f) "revisión de la escala de derechos de importación y de los precios
agrícolas" (acuerdo con Costa Rica, Bulletin du FMI, 5 juin 1989, p. 174).
Estos "principios directores" se han incluido en los acuerdos
celebrados con numerosos países, en el marco de la llamada "estrategia
reforzada de la deuda" y de las "facilidades de ajuste estructural
reforzadas". Estas propuestas de ajuste estructural del FMI, difieren de
las "políticas de estabilización" precedentemente preconizadas por el
FMI, en que éstas se orientaban a presionar a los países deudores para
que realizaran una política financiera que asegurara el reembolso de la
45
deuda, mientras que la "estrategia reforzada de la deuda" implicó una
injerencia total en las políticas financieras, económicas y sociales de los
países deudores.
Desde diciembre de 1999, las políticas de intervención del FMI en
los países del Tercer Mundo tienen un nuevo nombre: "Facilidades de
crecimiento y de reducción de la pobreza". Estas "facilidades" consisten
en que los países pobres más endeudados entrarán en la lista de los que
podrán beneficiarse de una reducción de la deuda siempre que los
respectivos gobiernos adopten medidas de lucha contra la pobreza.
Dicho de otro modo, el FMI, que con sus políticas de ajuste contribuyó
ampliamente a sumir en la pobreza total a la mayoría de la población de
los países pobres muy endeudados, ahora les pide a los gobiernos de
dichos países que luchen contra la pobreza para poder beneficiarse
eventualmente con una reducción de la deuda. Una lógica elemental
indica que el orden debería ser inverso: primero reducir o anular la deuda
y después (o en todo caso simultáneamente) exigir a los gobiernos
beneficiados que adopten medidas de lucha contra la pobreza.
En la lista de países candidatos a beneficiarse con una reducción
de la deuda (la Iniciativa para aliviar la deuda de los países pobres más
endeudados) había al comienzo 41 países (dos tercios de ellos
africanos), que luego se redujeron a 32 y de los diez primeros
seleccionados (ocho africanos, Bolivia y Honduras), todos, salvo Uganda
y Bolivia, continúan esperando. No obstante, se ha prometido que a los
diez primeros países seleccionados se sumarán otros diez. En este
"formidable" esfuerzo del mundo rico a favor de los países pobres, si se
llevara a buen término, representaría 30.000 millones de dólares en
varios años. Una vez y media la fortuna de la familia más rica de Francia.
46
Esta nueva política de las instituciones de Bretton Woods (que
consiste en haber sumado la selectividad a la condicionalidad) se decidió
en la reunión del G-7 de 1995 en Halifax, donde se dijo que teniendo en
cuenta las dificultades presupuestarias de los países donantes, los
recursos debían orientarse prioritariamente a los países más necesitados
y que hubieran demostrado la capacidad de utilizarlos eficazmente.
La reunión de setiembre del 2000 en Praga del Banco Mundial y del
FMI consagró las orientaciones propuestas en el Informe de abril del
2000 de la Comisión Meltzer del Congreso de los Estados Unidos: que el
FMI sea prestamista a corto plazo y a interés elevado y que los
préstamos se otorguen a los países donde haya una fuerte presencia de
la banca privada internacional, como garantía de su estabilidad
financiera.
El G-8, reunido en Génova a fin de julio del 2001, se limitó a ratificar
la Iniciativa para los países pobres más endeudados (Arnaud Zacharie,
2001).
En 1996 el total de la deuda de los 41 países que figuraban en la
lista era de 205 mil millones de dólares y en 2001 es de 215 mil millones
de dólares. Es decir que la deuda aumentó, en lugar de disminuir (FMI,
World economic outlook, www.imf.org)
En 1998 los 41 países pobres más endeudados (PPME)
transfirieron al norte 1.680 millones de dólares más de los que recibieron
(World Bank, Global Development Finance, 2000) y en 1999 el conjunto
de los países del Tercer Mundo realizaron una transferencia neta de
recursos al norte de 114.600 millones de dólares.
Realmente, la anunciada reducción o anulación parcial de la deuda
de los países más pobres es un puro engaño, como dice Eric Toussaint,
47
un especialista en la materia. Toussaint agrega que "es igualmente útil
precisar que las sumas destinadas por los Estados industrializados al
alivio de la deuda son utilizadas para indemnizar empresas privadas
alemanas, francesas, belgas, que han participado en la realización de
"elefantes blancos" en los países actualmente aplastados por el peso de
la deuda". (Toussaint, junio 2001, Págs. 206 y ss.).
En las estadísticas de la deuda externa, 2001, citado por Eric
Toussaint, mayo 2001) no puede ser más claro al indicar que la iniciativa
para los países pobres más endeudados no se traducirá por una
reducción nominal del valor de la deuda porque las quitas consistirán en
lo esencial en condonación de intereses y donaciones destinadas a
financiar el servicio de la deuda y no en reducciones directas de la
deuda.
"La iniciativa -dice Eric Toussaint- consiste en disminuir un poco el
peso de la deuda sobre las finanzas de los países más pobres a fin de
que el sistema de la deuda perdure", además que las condiciones
impuestas son tan insoportables que en el año 2000 Laos y Ghana
rechazaron formar parte de la lista de países supuestamente
beneficiarios de la iniciativa.
Podrían resumirse las políticas de las instituciones de Bretton
Woods diciendo que la ayuda que proporcionan a los países pobres
pertenece al reino de la fantasía pero que la injerencia en las políticas
financieras, económicas y sociales de dichos Estados es bien real y sus
consecuencias son económicas y socialmente catastróficas.
Así, el Ecuador a través de su larga historia se ha visto en la
necesidad de acudir a los préstamos internacionales, a fin de poder
solucionar, en parte, su principal problema que ha sido la falta de
liquidez; a continuación revisaremos de groso modo, el comportamiento
48
de nuestra economía de aquellos días, los factores que condujeron a que
se elaboren algunas de estas cartas y las principales medidas que se
aplicaron para poder ser sujetos de dichos créditos.
3.1. Carta de intención año 1983
En los últimos cinco años, la tasa de crecimiento del Ecuador se
redujo gradualmente y en cambio se han incrementaron las presiones
inflacionarias, conjuntamente la economía se mantuvo básicamente
abierta y la cuenta corriente de la balanza de pagos se deterioró
agudamente; el incremento del déficit del sector público y el lento
crecimiento de las exportaciones contribuyeron marcadamente a este
deterioro. Sin embargo, el nivel de las reservas internacionales se
mantuvo más o menos constante, sin embargo, el rápido crecimiento en
las tasas de interés en los mercados internacionales y la recesión
económica mundial añadió cargas adicionales a la balanza de pagos de
nuestro país.
A pesar de ello el Gobierno buscó prevenir un deterioro adicional de
la balanza de pagos, acogiendo algunas medidas, por ejemplo, el sucre
en el mercado oficial fue devaluado de $ 25 a $ 33 por dólar (32% en
términos de sucres), en mayo de 1982, los precios internos de la gasolina
se duplicaron durante el año, se eliminaron los subsidios al trigo, se
incrementaron las tasas de interés y se restringió fuertemente la creación
de crédito por parte del Banco Central.
Para octubre se requirió el refinanciamiento de las amortizaciones
de la deuda pública contraído con bancos comerciales extranjeros para
los vencimientos comprendidos entre noviembre de 1982 diciembre 1983
y en noviembre se prohibió la importación de una extensa lista de bienes,
49
ya para esa época ante el empeoramiento de la situación financiera
internacional el acceso del Ecuador al endeudamiento externo se volvió
considerablemente difícil y en condiciones menos favorables.
Ante este escenario el Gobierno reconoció la necesidad de
estructurar políticas de ajuste dentro de un contexto a mediano plazo
cuyo fin es el de mantener la competitividad internacional y promover el
crecimiento económico sostenido, por lo que durante 1983 se realizará
reformas el sistema cambiario, reacondicionando las finanzas públicas,
estableciendo controles y normas adecuados sobre el endeudamiento
externo del sector público.
Con el propósito de poder lograr los objetivos ya planteados se
solicitó al Fondo Monetario Internacional un acuerdo de crédito
contingente a un año por la cantidad equivalente a Derechos Especiales
de Giro (DEG) 157.7 millones de recursos ordinarios y fondos prestados.
Para marzo de 1983 el Congreso aprobó la Ley que regula el gasto
público, misma que representa un gran impacto sobre las finanzas
públicas, debido a que esta ley impone severas limitaciones en las
operaciones del Gobierno y de las entidades autónomas, además se
establece que las asignaciones presupuestarias no pueden revisarse en
más del 5% durante el año, excepto en el caso de circunstancias
excepcionales. Durante 1983 – 84; los gastos de inversión pueden
incrementarse únicamente de contarse con financiamiento disponible. La
Ley también limita el incremento de empleo en el sector público, a pesar
de que como sabemos es la fuente principal para la captación de mano
de obra, regula la estructura salarial pública, y sujeta todo el
endeudamiento futuro del sector público a la aprobación previa del
Ministro de Finanzas.
50
Con estas medidas se propone disminuir el déficit global del sector
público del 7.5% del PIB en 1982 a cerca del 4% del PIB en 1983, a
través de una combinación de medidas de ingresos y estricto control del
gasto; ciertas medidas generadoras de mayores ingresos fueron
aprobadas, tales como los incrementos en los precios internos de la
gasolina y nuevos impuestos sobre la cerveza, cigarrillos, y otros rubros
de consumo selectivo, así mismo, se creó un recargo promedio del 9% a
las importaciones.
En el mes de marzo de 1983, la Junta Monetaria reestructuró el
sistema de tasas de interés incrementando los porcentajes para
depósitos y préstamos, a fin de acercar las tasas de interés a niveles lo
suficientemente atractivos para generar ahorro interno adicional (la tasa
máxima a corto plazo al 16%)
Para aquella época existía el sistema cambiario flexible cuyo
objetivo era el de estimular la competitividad de las exportaciones, reducir
las importaciones de bienes no esenciales, desincentivar la fuga de
capital, y reconstituir las reservas internacionales en el mediano plazo.
En los últimos 10 años, el Ecuador realizó varios préstamos
externos para financiar su actividad económica, con agencias
internacionales y la banca extranjera privada la cual le otorgó montos
considerables en forma bastante liberal, lastimosamente las condiciones
de este endeudamiento se tornaron menos favorables en los años
posteriores, dando lugar por lo tanto a una fuerte acumulación de
amortizaciones durante el período 1983-1985.
Entendemos que el refinanciamiento de estas deudas externas fue
necesario, porque de otra forma el total de pagos por amortización de la
deuda a través del mercado oficial pudo haber sido equivalente al 85%
51
de las exportaciones del Ecuador en 1983, porcentaje que habría sido
imposible de mantenerlo.
Con la implementación y puesta en marcha de estas políticas se
pensaba crear las bases para lograr un crecimiento económico acelerado
y sostenido dentro del contexto de obtener un equilibrio en la balanza de
pagos en el mediano plazo.
3.2. Carta de intención año 1984
Para la suscripción de esta Carta y poner en vigencia del convenio
Stand-By, correspondiente a 1984, se bosquejan las políticas que el
Ecuador seguirá durante el período restante del convenio, se incluyen en
el memorando los límites al endeudamiento neto del sector público no
financiero, a los activos internos netos del Banco Central del Ecuador, las
metas de la reserva monetaria internacional neta del Banco Central y los
límites a los saldos pendientes de la deuda pública externa y aquella
garantizada por el sector público, con vencimientos originales de hasta e
incluso 12 años.
Para marzo de 1983 se devaluó el sucre a $ 42 por dólar, y se
mantuvo el sistema cambiario flexible, la tasa de devaluación fue fijada
inicialmente en $ 0.40 por cada día laborable y fue posteriormente
incrementada a $ 0.05 por dólar por cada día calendario (siete días a la
semana), adicionalmente, el 30% de las exportaciones no tradicionales,
el 10% de las exportaciones tradicionales no petroleras y un monto
similar de importaciones fueron transferidas durante el año, del mercado
oficial al mercado libre.
52
Gracias a las políticas adoptadas por el Gobierno, el déficit global
del sector público fue reducido desde un 7% del PIB en 1982 a menos del
0.5% del PIB en 1983; el déficit en la cuenta corriente de la balanza de
pagos disminuyó del 10.5% del PIB en 1982 al 1.6% del PIB en 1983, y la
pérdida de las reservas internacionales netas fue de 58 millones de
dólares en 1983, comparados con una pérdida de 460 millones de
dólares que tuvo lugar en 1982.
Adicionalmente, se eliminó un monto considerable de pagos
atrasados que se acumularon en 1982 y durante el primer semestre de
1983, el Gobierno del Ecuador, durante el período que resta del acuerdo,
pretendía continuar con políticas que consoliden los logros obtenidos
hasta el momento al mismo tiempo que buscaba sentar las bases para
una reactivación gradual del crecimiento económico.
Los principales objetivos que se buscaban alcanzar eran de obtener
un mayor fortalecimiento de la posición de balanza de pagos y la
reducción de las presiones inflacionarias, se esperaba continuar con una
política monetaria y fiscal prudente y el ir hacia una política cambiaria
realista para que viabilicen el cumplimiento de tales objetivos.
Para 1984 se pretendía alcanzar el equilibrio en las cuentas del
sector público a través de una prudente política de gasto y el incremento
de los ingresos, así también se esperaba que la ejecución del
presupuesto del Gobierno Central permitiera un equilibrio global en dicho
año, comparado con un déficit del 2.6% del PIB que tuviera en 1983, así
también que los ingresos presupuestarios se incrementen
considerablemente como resultado de los cambios efectuados en la
asignación de ingresos petroleros en favor del presupuesto y del impacto
total de las medidas que fueron adoptadas en 1983.
53
El Gobierno intenta continuar en 1984 con su política moderada de
gasto, incluyendo la adopción de una política salarial sensata, como
resultado de ello, se proyectaba que los egresos corrientes crecieran de
acuerdo con el PIB. Igualmente se esperaba que los gastos de capital
crezcan en aproximadamente 10% en términos reales en 1984, después
de la violenta caída que habían sufrido en 1983.
En relación a las tarifas de electricidad fueron incrementadas en un
10%, (20% para los usuarios comerciales e industriales), en mayo de
1983 y desde aquel entonces se incrementaron en un 2% mensual; los
precios internos de los derivados del petróleo (con excepción de
gasolina) se incrementaron en alrededor del 15% en promedio y en el
orden del 30 al 40 % en el período abril-diciembre de 1983, sin embargo
para 1984 los incrementos se dieron entre el 18 y 40%.
Se esperaba la iniciación de la construcción de la tercera fase del
proyecto hidroeléctrico Paute por parte del Instituto Ecuatoriano de
Electrificación (INECEL) y a las exploraciones petroleras por parte de la
Compañía Estatal Petrolera (CEPE). También se proyectaba que con el
continuo fortalecimiento de la situación financiera del sector público ya no
sería necesario acudir a nuevos créditos del sistema bancario nacional
en 1984 y en esa forma dar marcha a una oferta adecuada del crédito
bancario al sector privado con escasos riesgos de presionar los precios
internos y el tipo de cambio.
Para conseguir un crecimiento del ahorro financiero y al
establecimiento de tasas de interés positivas en términos reales, las
tasas de interés activas y pasivas se elevaron 2 puntos porcentuales
hasta un nivel del 21% y 18%, respectivamente; la Reserva Monetaria
internacional disminuiría en 8 millones de dólares en el primer semestre
del año, debido a la eliminación de los atrasos en los pagos al exterior y
54
al relativamente pequeño ingreso de capitales estimado para el primer
semestre. Para 1983 la tasa de inflación al final del período estimada de
acuerdo al índice de precios para el consumidor alcanzó 52%, la misma
se proyectó que para finales de 1984 sería de alrededor de 25%.
Ante la subida de los precios de los productos, en especial de los
de primera necesidad, por causa del alto índice inflacionario dieron como
resultado fuertes presiones para aumentos salariales, tanto en el sector
público como en el privado, ante lo cual el Gobierno implementó una
política salarial controlada a fin de que los sueldos y salarios en 1984
sean consistente con los objetivos fiscales y monetarios propuestos.
El ritmo de devaluación del sucre en el mercado oficial se mantiene
en $ 0.05 por dólar por día (siete días a la semana). Esta política,
conjuntamente con la anticipada desaceleración de la tasa de inflación
interna, permitiría mayores incrementos en dicha competitividad durante
1984.
De darse una situación favorable, como se esperaba el Gobierno se
comprometía a eliminar, hasta el término del período, la eliminación de la
prohibición aplicada en 1982 a ciertas importaciones, es así que a partir
del 29 de febrero de 1984, se levantó la prohibición a una lista de bienes
de importación que representaba el 75% del valor de las importaciones
que habían sido prohibidas.
Durante 1983 el Ecuador concluyó la renegociación de la deuda de
los sectores público y privado contraída con bancos comerciales
extranjeros y que vencían en el período noviembre 1982 - diciembre
1983, Además se logró aliviar el peso de la deuda con el apoyo del Club
de París en lo referente a los pagos de capital e intereses adeudados a
los acreedores oficiales bilaterales y cuyo vencimiento sucedería en el
período de doce meses y que terminaría el 31 de mayo de 1984.
55
El Gobierno ecuatoriano y un grupo de bancos extranjeros
acordaron, en principio, el refinanciamiento de la deuda pública y privada
que vence en 1984 y el otorgamiento de un nuevo préstamo por US$ 350
millones, también se pretendía solicitar la renegociación de la deuda
contraída con acreedores oficiales bilaterales que vencía después del 31
de mayo de 1984. En el caso de que la renegociación de 1984 implicase
el que el Banco Central del Ecuador asumiera la deuda externa privada,
como aconteció en 1983, el Gobierno pretendía cobrar al sector privado
comisiones suficientemente elevadas como para cubrir las pérdidas
cambiarías que estas operaciones produzcan.
En el año de 1983, el Gobierno del Ecuador pagó US$ 539 millones
de los atrasos en los pagos al exterior, de un total acumulado de US$ 641
millones (US$ 211 millones acumulados en 1982 y US$ 430 millones en
el primer semestre de 1983).
Durante 1983 el Banco Central no alcanzó eliminar completamente
los atrasos como se había previsto, puesto que los ingresos de capital
fueron inferiores a los proyectados. Las autoridades tenían que eliminar
todos los pagos atrasados (US$ 146 millones al 2 de marzo de 1984) tan
pronto se recibiese el nuevo préstamo de los bancos comerciales
extranjeros que sería a principios del segundo trimestre del año ,
comprometiéndose a no permitir que se acumulen pagos atrasados
adicionales hasta el término del período del programa.
El Gobierno por lo tanto, continuó buscando una mejoría en la
estructura de la deuda externa pública ecuatoriana, para cuyo objetivo se
establecieron límites a los saldos pendientes de la deuda externa pública
con un plazo original de hasta 12 años y de hasta 1 año para el período
que vencía en julio de 1984.
3.3. Carta de intención año 1985
56
El Fondo Monetario Internacional apoyó el programa de
estabilización propuesto por el Ecuador mediante el convenio Stand-By
de un año, el cual entró en vigencia el 25 de julio de 1983, por aplicación
de las medidas aplicadas, antes descritas, se logró prosperar durante los
años de 1983 y 1984, tratando de mantener un equilibrio tanto en el
sector interno como el externo.
La situación financiera del sector público casi logró el equilibrio en
1983 y se esperaba que termine en equilibrio en 1984, la tasa de inflación
interna se desaceleró notablemente de un 53% en 1983 a menos del 20%
en el período de un año, que terminó el 31 de octubre de 1984, el
gobierno inició sus funciones del 10 de agosto de 1984, y se
comprometió a efectuar un ajuste global a fin de lograr la recuperación de
la economía del país en el mediano plazo.
Es así que los principales objetivos del programa económico para
1985 fueron: el fortalecimiento de la situación externa y el de continuar
con la reducción del proceso inflacionario, para lo cual se implementaría
una política monetaria y fiscal prudente y una política cambiaria realista,
solicitando al Fondo Monetario Internacional para su programa
económico un préstamo Stand-By por un año y por el monto equivalente
a 105.5 millones en DEGs.
El programa económico del Gobierno era el de alcanzar un
superávit global equivalente a más del 3% del PIB en la situación
financiera del sector público en 1985, aplicando una política prudente del
gasto y un incremento significativo de los ingresos totales, este efecto
global se vería reflejado en el fortalecimiento de la posición financiera del
gobierno central.
Como era necesario incrementar los gastos de inversión para lograr
los objetivos de crecimiento de mediano plazo del gobierno, las
57
autoridades se comprometieron en a controlar estrictamente el gasto
corriente, como ya se lo hizo en otros años, a costa de la mayoría de los
servidores públicos; con el fin de de mantener un crecimiento moderado
del gasto global. Sin embrago por la difícil situación económica se incluyó
una provisión para un incremento salarial acorde con la tasa de inflación
esperada, que era del 20%, al mismo tiempo, se esperaba que entre 1984
y 1985 los gastos de capital se incrementasen de un 2,3% a un 2,9% del
PIB, dejando en claro que cualquier gasto adicional que fuere aprobado
por el H. Congreso Nacional sería cubierto ya sea con medidas
adicionales que generen ingresos o recortando los gastos ya
programados.
Se esperó que los ingresos del gobierno aumentaran de
aproximadamente 14,5% del PIB en 1984 a alrededor del 19% del PIB en
1985, todo esto como consecuencia tanto del incremento promedio de
cerca del 75% en el precio de la gasolina y otros derivados, que se
llevará a cabo antes de que el programa económico del Ecuador sea
considerado por el Directorio Ejecutivo del Fondo; como por el impacto de
la unificación cambiaria para los ingresos derivados del comercio exterior,
sin embargo del incremento estimado en los ingresos totales, el Gobierno
se vio en la necesidad de aumentar los mismos, mediante una mejor
recaudación de impuestos tradicionales fortaleciendo la administración
tributaria, tratando de generar una más eficiente recaudación del
Impuesto a la Renta, de las transacciones mercantiles y de los de los
derechos aduaneros.
También se consideró que los gastos de capital crecerían a una
tasa más rápida que el PIB, debido al incremento de las inversiones por
parte de la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana (CEPE) y del
Instituto de Electrificación. Las autoridades de gobierno reconocieron, ya
en ese entonces, la necesidad de mantener una política de precios reales
58
a los servicios, y se continuaron con los ajustes en las tasas de servicios
públicos.
El Gobierno consideró que se debían proporcionar incentivos al
crecimiento del ahorro financiero a través de una política de tasas de
interés más flexible y realista, por lo que a partir del 1 de junio de 1985,
se permitió al sistema bancario emitir certificados de depósito a plazo a
tasas de interés de mercado y a conceder préstamos con los recursos
provenientes de la colocación de tales certificados, a tasas de interés
igualmente libres, adicionalmente las tasas de interés activas y pasivas
establecidas por el Banco Central del Ecuador se elevaron en 2 puntos
hasta alcanzar el nivel del 23% y 20% por ciento, respectivamente, antes
de finales de 1984; A más de estas medidas las autoridades creyeron
conveniente el unificar los mercados de cambios oficial y de intervención
antes del primer desembolso, que estaría sujeto al cumplimiento de los
criterios de evaluación y transferencia al mercado de cambios unificado
todas las transacciones por servicios que en aquel entonces se valían del
mercado paralelo, asegurándose que el tipo de cambio en el mercado de
cambios unificado sea consistente con las metas previstas para la
Reserva Monetaria Internacional, pues para cuando el gobierno asumió el
poder en agosto de 1984, se encontró con un nivel de reservas
internacionales muy bajas.
Se eliminó aquel requisito que se pusiera en marcha en octubre de
1984, que consistía en el pago anticipado del 100% del contravalor en
sucres de las importaciones.
En 1984 se continuó con las negociaciones, es así que los bancos
comerciales extranjeros reestructuraron los pagos de capital de la deuda
privada y pública que vencían en 1984, y ampliaron hasta el 31 de
diciembre de 1984 el vencimiento de los pagos de comercio exterior
59
atrasados por un monto de hasta US$ 200 millones y el pago por un
monto de US$ 150 millones por amortizaciones adeudadas por la
renegociación de 1983, acordando, el gobierno con el comité de gestión
de los bancos extranjeros, un refinanciamiento multi-anual de los pagos
por amortización que vencían en el período 1985-89, incluyendo los
pagos por amortización correspondiente a la renegociación de 1983, así
como también del nuevo préstamo por US$ 200 millones para pagar los
atrasos de pagos externos que fuero diferidos hasta diciembre de 1984.
De igual manera, se renegoció con el el Club de París la deuda con
acreedores bilaterales oficiales que vencían en el período junio de 1984
a diciembre de 1985; hasta que se llegue al acuerdo con estos
acreedores, el gobierno como muestra de buena voluntad, se
comprometió a pagar el 10% de los intereses y del capital de esta deuda,
a su vencimiento. Con lo que el servicio de la deuda externa del sector
público se constituyó en un peso considerable en la balanza de pagos
para el futuro inmediato.
3.4. Carta de intención año 1986
El programa de estabilización, apoyado por el convenio Stand-By
del Fondo Monetario Internacional que entró en vigencia el 11 de marzo
de 1985, contemplaba una política monetaria restrictiva y un
fortalecimiento de la política financiera del sector público, este programa
también avistaba la unificación del mercado oficial de cambios y la
implantación de una política cambiaria flexible que permitiría alcanzar el
equilibrio en la balanza de pagos de 1985 y permitiría el crecimiento
económico y aprobaría una liberalización gradual del sistema comercial.
Como consecuencia de la adopción y aplicación de estas políticas,
el Ecuador pudo alcanzar considerables progresos en el mejoramiento de
su situación económica y financiera, la posición financiera del sector
60
público ha pasado de un pequeño déficit en 1984 a un superávit de
aproximadamente 2% del PIB en 1985 y la balanza de pagos registró un
superávit de US$ 85 millones en 1985, incluyendo la eliminación de todos
los atrasos en los pagos al exterior por importaciones.
Adicionalmente la tasa de inflación promedio bajó del 31% en 1984
al 28% en 1985, a pesar de ello las perspectivas para la economía
ecuatoriana no fueron tan halagadoras por la drástica caída en el precio
de su principal producto de exportación, el petróleo, situación que hizo
que el Gobierno formule un programa de ajuste global como estrategia
para mantener estable la balanza de pagos en el mediano plazo.
El programa económico se inició en enero de 1986 cuando la caída
en el precio del petróleo fue evidente, en un principio, procediendo al
ajuste de la paridad cambiaria en el mercado de intervención del Banco
Central de 96.50 sucres a 110 sucres por dólar, continuando con el
incrementando en el encaje mínimo legal aplicable a los bancos
comerciales y aumentando el impuesto a las transacciones mercantiles.
El programa de ajuste introdujo un nuevo factor dentro de la estrategia
global del Gobierno, que fue el de reducir controles a la economía y
permitir un mayor juego de las fuerzas de mercado.
Ante el drástico deterioro de los términos de intercambio del
Ecuador, se trató de mantener abierta la economía ecuatoriana y las
políticas de demanda agregada, intentando que las políticas cambiarías
estén orientadas a mantener un adecuado nivel de competitividad
internacional a fin de promover la diversificación de las fuentes de divisas
y consecuentemente mejorar las condiciones de un crecimiento
económico.
En este año se solicitó el apoyo del Fondo Monetario Internacional
para dar marcha al programa económico propuesto, por un monto
61
equivalente a US$ 75.4 en DEGs, por la caída en el precio del petróleo
de aproximadamente US$ 26 por barril en 1985 a un proyectado
promedio de US$ 11.90 por barril en 1986, lo que afectará sensiblemente
a las proyecciones que se tenían previstas en los ingresos provenientes
de su exportación. Para 1985 las exportaciones de petróleo
representaron aproximadamente 2/3 del total de exportaciones y
aproximadamente 50% de los ingresos del sector público.
En tales circunstancias los objetivos del programa económico del
Ecuador estaban dirigidos a contener el deterioro de la situación
financiera global del país mediante la restricción de la política monetaria
y fiscal.
Tal fue la magnitud de la crisis que el Gobierno consideró que de no
adoptarse medidas, el sector público pasaría de un superávit del 2% del
PIB en 1985 a un déficit aproximado del 8% del PIB en 1986, déficit de
por su magnitud no sería viable, por lo que el programa fiscal estuvo
orientado a contener el déficit en un nivel de aproximadamente del 3%
del PIB, mediante una combinación de medidas tendientes a conseguir
un incremento de los ingresos.
Como resultado de la aplicación las medidas, se espera que la
caída en los ingresos del sector público consolidado se limiten a
aproximadamente 4 puntos porcentuales del PIB, comparado con una
reducción de aproximadamente 7 puntos porcentuales del PIB en caso de
no adoptarse las medidas.
Para compensar en parte la pérdida de ingresos por parte del sector
petrolero en enero de 1986 el Gobierno incrementó el impuesto a las
transacciones mercantiles de 6% a 10%; a finales de marzo de 1985 se
estableció temporalmente un sistema de pago a las importaciones en el
cual mediante la aplicación de una Comisión Cambiaria se generarían
62
ingresos fiscales además de cubrirse el riesgo cambiario de los
importadores; y, adicionalmente, se levantó la prohibición de importación
de automóviles lo cual produjo mayores ingresos tributarios.
Una medida que no fue muy bien acogida, fue la de reducir
significativamente los subsidios otorgados a los exportadores a través de
la concesión de certificados de abono tributario, así como también el de
aumentar el impuesto de los cigarrillos, esperando que estas medidas
aportasen un equivalente a un 3% del PIB en 1986.
Se insistió mejorar la recaudación de los impuestos a la renta y de
las transacciones mercantiles, así como el reforzamiento a los
procedimientos de valoración y control de las aduanas. Adicionalmente a
estas medidas de ingresos descritas se incrementaron tarifas de los
vuelos domésticos en aproximadamente 30%, continuando con la política
que existía desde octubre de 1985, que era la de incrementar las tarifas
eléctricas en un 3% mensual (antes de octubre del 85 las tarifas
eléctricas se incrementaron en 2% mensual).
Cabe indicar que se da un incremento del 1.5% mensual en las
tarifas de agua potable de la ciudad de Guayaquil, así como también se
hizo un ajuste del 50% en los costos de instalación de teléfonos, con su
consecuente mal estar ciudadano, que ante sus precarios ingresos, tenía
que pagar más por los servicios que recibía.
El Presidente de la República emitió instrucciones para limitar la
expansión del gasto del resto del sector público, tratando de que las
medidas reduzcan el crecimiento de los gastos del sector público
consolidado en aproximadamente 18%, comparado con una inflación
programada del 23% y con un incremento de gastos por consumo del
35% en 1985.
63
Se estimó que los gastos corrientes crecerían a una tasa del 20.5%
en 1986, sin tomar en cuenta un incremento en el pago de los intereses
de aproximadamente 35%, que refleja en gran parte la depreciación del
sucre. Exceptuando el pago de intereses, el gasto corriente se redujo en
términos reales en aproximadamente 5%, dado que el ajuste requerido y
la relativa inflexibilidad que existe cuando se quiere reducir el gasto
corriente en el corto plazo, se volvió necesario reducir significativamente
la tasa de crecimiento de los gastos de capital de un estimado 36% en
1985 a un 13% en 1986, para lograr esto, el programa de inversión
pública para 1986 se concentró en proyectos que se encontraban en un
avanzado estado de ejecución, especialmente en el que tenía que ver
con el sector energético, en tanto que los nuevos proyectos que estaban
contemplados iniciarse en ese año, tuvieron que ser postergados.
A principios de 1986, cuando se comprobó que la posición externa
ecuatoriana se deterioraría significativamente como resultado de la caída
en los precios del petróleo, las autoridades monetarias aumentaron el
encaje bancario mínimo sobre los depósitos monetarios del sistema
bancario en 4 puntos porcentuales hasta llegar al 28% para luego
reducirlo al 26% a principios de mayo de 1986.
A principios de 1986 también se autorizó otorgar préstamos a
mediano y largo plazo con tasas de interés reajustables. Así mismo, para
poder aumentar la flexibilidad en las tasas de interés el Gobierno redujo
el monto mínimo de las pólizas de acumulación especiales, de un millón
de sucres a 750 mil sucres antes de que el programa ecuatoriano sea
considerado por el Directorio Ejecutivo del FMI y luego a 500 mil sucres
antes del 31 de diciembre de 1986.
Desde septiembre de 1984 se produjo una sustancial depreciación
del sucre, primeramente a través de la transferencia de transacciones del
64
mercado oficial al mercado de intervención, luego mediante la unificación
del tipo de cambio oficial con el tipo de intervención del Banco Central del
Ecuador realizada en noviembre de 1985 y mediante una devaluación del
sucre en enero de 1986 de aproximadamente un 12% en relación al
dólar.
Conjuntamente se adoptaron medidas en el área de comercio
exterior, en 1985 las formas de financiamiento mínimo de las
importaciones fueron reducidas para la mayoría de los rubros de
importación de 180 a 120 días así como también se fue eliminado el
requerimiento de depósito previo a las importaciones; y, en enero de
1986 se redujeron los aranceles y la dispersión de las tarifas arancelarias
fue disminuida notablemente.
Sin embargo, a partir de marzo de 1986 las autoridades exigieron a
los importadores que al momento de pagar el 20% del valor de la
importación se deposite en el Banco Central del Ecuador el equivalente al
80% restante de la importación, aún cuando estas divisas se otorguen en
120 días, cobrando el Banco Central una comisión de riesgo cambiario
que oscilaba entre el 25 y el 30% para garantizar estos pagos, los cuales
de acuerdo a estimaciones eran suficientes para cubrir cualquier pérdida
cambiaria del Banco Central, así como también sirvió para proveer de
recursos adicionales al fisco.
También como medida adicional se redujo el número de partidas
arancelarias sujetas a licencias previas de importación, así como también
eliminó requisitos de trueque que se aplicaban a ciertas transacciones,
evitando de esta manera restringir las importaciones a través del sistema
de licencias previas; el sistema de permisos de importación es utilizado
solamente para propósitos estadísticos.
65
Se pudo concluir los acuerdos bilaterales de pagos con otros
miembros del Fondo Monetario en 1985, manteniendo nuestro país, para
aquel entonces, solamente dos acuerdos bajo este mecanismo, en donde
los saldos eran negociados periódicamente en moneda convertible.
El acuerdo con los bancos comerciales abarcó el período 1985-
1989 y el acuerdo con los acreedores oficiales cubrió el período 1985-
1987, este refinanciamiento redujo considerablemente el servicio de la
deuda del Ecuador. A pesar de ello como resultado de la caída en los
ingresos por concepto de de las exportaciones petroleras el servicio de la
deuda ecuatoriana alcanzó al 44% en 1986 comparado con el 31% en
1985.
Sin embargo de los esfuerzos de ajuste realizados en 1986, el
requerimiento de financiamiento externo para el sector público fue mayor
que lo que se había anticipado, a pesar que una considerable parte de
este incremento sería cubierto por los préstamos oficiales multilaterales
así como de fuentes bilaterales, el programa contemplaba solicitar
créditos adicionales de los bancos comerciales extranjeros por US$ 300
millones en 1986 (US$ 150 millones de una nueva facilidad petrolera y
US$ 150 millones a través del incremento en la utilización de las líneas
de crédito comerciales).
En total el saldo de deuda externa pública y privada de mediano y
largo plazo del Ecuador se incrementará en aproximadamente 8% en
1986 llegando a los US$ 8.4 millones (correspondiente a un 80 por ciento
del PIB).
Las autoridades del Ecuador consideraron que la política descrita
en este Memorando era la más adecuada para lograr los objetivos del
programa.
66
3.5. Carta de intención año 1987
El Ecuador enfrentó en 1986 cambios dramáticos debido a la
considerable baja de los precios del petróleo, y a un terremoto de
grandes proporciones en marzo de 1987, producto del cual se interrumpió
la producción y exportación del petróleo por un período de cinco meses.
En 1986, el Ecuador desarrolló un programa económico con el
objeto de detener el deterioro de las finanzas del sector público y de
cuenta corriente de la balanza de pagos, el programa fue asistido
financieramente por un acuerdo de Derechos de Giros del Fondo
Monetario, mismo que se aprobó en agosto del mismo año. Por las
terribles consecuencias a causa del terremoto de marzo de 1987, el
programa para ese año, que fue realizado en el contexto de la revisión
del acuerdo Stand-By, no pudo ser ejecutado y las autoridades
gubernamentales cancelaron dicho acuerdo en junio de 1987.
Por efecto del terremoto, se estima que el déficit global del sector
público alcanzaría el 10.5 % del PIB en 1987, comparado con un déficit
del 5.1 % del PIB en 1986; de igual manera el déficit de cuenta corriente
de la balanza de pagos se incrementó de 5.8 % del PIB en 1986 al 13.2
% del PIB en 1987.
La significativa pérdida de ingresos por las exportaciones de
petróleo dieron como resultado una nueva acumulación de montos de
atrasos, proyectándose que la pérdida de la Reserva Internacional Neta,
incluyendo atrasos, alcanzaría alrededor de US$ 700 millones en 1987.
Sin embargo de dificultades producidas por el terremoto, el gobierno
pudo mantener políticas flexibles de tipo de cambio y tasas de interés que
fueron adoptadas en 1986.
67
Con el fin de obtener mayores ingresos fiscales, se aplicó aquella
receta muy conocida, que fue la de elevar el precio interno de la mayoría
de derivados del petróleo, en un promedio de 70% en marzo de 1987.
Igualmente, en un esfuerzo por controlar el crecimiento del crédito
bancario el Banco Central incrementó el encaje legal sobre los depósitos
de ahorro y pólizas de acumulación en mayo, septiembre y octubre de
ese año.
Para el año de 1988 el gobierno preparó un programa económico
con el objeto principal de reducir el déficit de cuenta corriente de la
balanza de pagos a un nivel que pudiera ser sostenido a mediano plazo,
el programa se apoyó en políticas fiscales y monetarias restrictivas y en
una continúa implementación de un tipo de cambio flexible con miras a
mantener un adecuado nivel de competitividad y de esta manera mejorar
las condiciones para el crecimiento. Para lograr esto, el Gobierno
necesitó del apoyo, nuevamente, del Fondo Monetario Internacional,
solicitándole un acuerdo de Derecho de Giro, equivalente a DEG 75.4
millones, para un período que terminaría en febrero de 1989.
Se estimaron que los ingresos del sector público se incrementarían
en el equivalente a 7.9 puntos porcentuales del PIB a 29.6% del PIB en
1988, reflejando de esta manera la normalización de las exportaciones
petroleras. El programa se basó tomando como precio promedio del
petróleo de US$ 17.25 por barril y en un volumen de exportación de 70
millones de barriles de crudo.
Los ingresos no petroleros continuaron incrementándose, por lo que
las autoridades mantuvieron esfuerzos en cuanto a la administración de
los impuestos, especialmente con relación al impuesto a la renta y a las
ventas, de igual manera se mantuvo el incremento de las tarifas
68
eléctricas, además la empresa eléctrica se comprometió a cobrar sus
facturas vencidas.
El Gobierno tuvo la intención de reducir el nivel de los gastos a un
estimado del 30.9 % del PIB en 1988, de la misma forma se programó
que los gastos permanecerán inalterados con relación al PIB y que mas
bien se reducirían en 1.4 puntos porcentuales del PIB (excluyendo los
pagos de interés). El nivel proyectado de gastos corrientes no incluía
provisiones para una posible alza de salarios. De igual forma las
autoridades limitaron la contratación de empleados públicos.
Los egresos de capital se estimó que disminuyeron a 8.3 % del PIB
en 1988. como consecuencia de que muchas obras fueron destruidas por
causa del terremoto; el Frente Económico impartió instrucciones
específicas a las principales agencias y empresas, en el sentido de que
debían limitar la expansión del gasto a niveles consistentes con las
proyecciones, a fin de controlar la implementación de este gasto, por
parte de las compañías petroleras y eléctricas, las autoridades realizarían
un seguimiento cercano de la ejecución de sus presupuestos mensuales,
los cuales debían ser entregados al Fondo Monetario periódicamente, a
mas de la ejecución del presupuesto del Gobierno Central.
El Banco Central continuó con su política de tasas de interés
flexibles para incentivar el crecimiento del ahorro financiero y promover
una más eficiente distribución de los créditos, de igual forma se
incrementaron las tasas de los créditos subsidiados concedidos a los
sectores prioritarios.
La transferencia de transacciones del sector privado al mercado
libre de cambios constituyó un eje importante que aseguró la política
cambiaria flexible, se continuó permitiendo al sector privado conducir sus
operaciones cambiarias en el mercado libre, interviniendo el Banco
69
Central, en este mercado, únicamente para asegurar el cumplimiento de
las metas de las reservas internacionales netas y para mantener un nivel
adecuado de competitividad externa.
Los atrasos comerciales se estaban cancelando por medio de la
emisión de bonos por parte del Banco Central denominados en dólares,
se estimó que US$ 80 millones de un total de US$ 181 millones en
atrasos comerciales serian cancelados hasta diciembre de 1987, los
atrasos financieros se hallarían eliminados a principios de 1988, tan
pronto como los acuerdos de refinanciamiento se concluyan con los
Bancos y con el Club de París.
El Gobierno se comprometió a restringir las importaciones por
medio del sistema de autorizaciones previas, sin embargo se mantuvieron
pocas, pero para un número reducido de productos. Ecuador reintrodujo
temporalmente los depósitos previos a las importaciones, que serían
eliminados antes de efectuar la primera compra bajo el acuerdo stand-by
Si embargo de lo expuesto, las perspectivas de balanza de pagos
reflejaban que el Ecuador continuaría con su proceso de ajuste en los
años venideros, sin dejar de lado que el servicio de la deuda externa
pública continuará representando una considerable carga en la balanza
de pagos ecuatoriana.
3.6. Carta de intención año 1989
El gobierno ecuatoriano, 20 días inmediatamente de haber asumido
funciones, el 30 de agosto de 1988, en ejercicio de sus facultades
soberanas, puso en vigencia un programa económico de emergencia,
enmarcado en su filosofía política y en sus nuevas orientaciones
económicas, destinado a estabilizar la economía como paso inicial para
70
una posterior reactivación que permita mejorar las condiciones de vida de
los ecuatorianos más pobres.
La urgencia de la adopción de este programa respondía a la
necesidad de enfrentar de manera efectiva la severa crisis que afectaba a
la economía ecuatoriana, caracterizada por profundos desequilibrios en
los sectores fiscal y externo, por un creciente proceso inflacionario y un
alto índice de desempleo. La situación económica y financiera se
deterioró marcadamente entre 1986 y 1988 como resultado de un
desarrollo adverso de factores exógenos, tales como la reducción en los
precios del petróleo durante 1986 y el terremoto de marzo de 1987, el
cual interrumpió la producción y exportación de petróleo así como por
una política fiscal excesivamente expansiva.
A fines de 1987, el gobierno ecuatoriano propuso un programa
económico para 1988, el cual contemplaba un acuerdo Stand-By con el
Fondo Monetario por un lapso de catorce meses, a fin de reforzar la
situación de las finanzas públicas y la balanza de pagos, lastimosamente
estos objetivos no fueron alcanzados, debido a que el gobierno no puso
en vigencia los correctivos necesarios para afrontar la reducción en los
precios internacionales del petróleo y los acuerdos financieros con la
banca comercial acreedora no se concretaron.
El déficit del sector público no financiero consolidado en 1988, se
redujo a 5.1% del PIB como consecuencia del reinicio de las remesas
petroleras (cuyo precio se redujo durante el año) y de la introducción de
un conjunto de medidas de política fiscal en el mes de agosto, las cuales
cambiaron el carácter expansivo de las políticas mantenidas durante los
primeros siete meses del año. Este conjunto de disposiciones incluyó la
duplicación en los precios de los derivados de petróleo de consumo
doméstico, un incremento en los impuestos a los cigarrillos y la
71
eliminación del subsidio al trigo importado y algunos productos
farmacéuticos.
Adicionalmente, el gobierno recortó de manera substancial sus
egresos con lo cual ambos indicadores de redujeron con respecto al PIB,
como consecuencia de la reducida disponibilidad de financiamiento
externo, el déficit del sector público no financiero en 1988 fue financiado
en gran parte mediante la acumulación de atrasos en el servicio de la
deuda externa y también con crédito del Banco Central durante la primera
mitad del año: esto último fue en parte nivelado por una acumulación de
depósitos del sector público a partir del mes de agosto.
En el mes de agosto de 1988 se elevaron los salarios del sector
público y privado en un 16%, introdujo un nuevo sistema de tasas de
interés, basado en la fijación de un margen máximo entre las tasas de
depósito de ahorro y las tasas activas de cada institución financiera y
modificó el sistema de control de precios.
En el sector externo, también en agosto de 1988, el sucre fue
devaluado en el orden del 56% con relación al dólar, en el mercado de
intervención (en el cual se realizaban todas las transacciones del sector
público) mientras que las transacciones de bienes y ciertos servicios del
sector privado (las cuales eran negociadas en el llamado "mercado
regulado") fueron transferidas a dicho mercado.
También se notificó que la tasa de intervención se elevaría en 2.5
sucres semanales, al tiempo que se instituyó un nuevo sistema de
asignación de divisas con el objeto de robustecer la posición de la
Reserva Monetaria Internacional Neta, la cual registraba un saldo
negativo de US$ 330 millones a finales de agosto. Igualmente, se
adoptaron medidas de naturaleza temporal, que incluían la fijación de un
margen de 10 puntos porcentuales entre las tasas de compra y venta de
72
divisas en el mercado de intervención (con el fin de mejorar la posición
financiera del Banco Central), la exigencia de financiamiento externo para
la importación de bienes de capital y la prohibición de importar
automóviles.
En el sector monetario se formuló un programa dirigido a apoyar la
desaceleración de la inflación y la estabilización del sector externo. Un
elemento esencial del programa fue la reversión del carácter expansivo
que tenía anteriormente el crédito neto al sector público y más bien se
programó una acumulación neta de depósitos de ese sector, de forma
que se posibilite la expansión del crédito a los sectores productivos, en
particular a la agricultura, en un esfuerzo por aumentar la oferta
alimenticia del país.
El déficit de la balanza de pagos global se estima que alcanzó
alrededor de US$ 560 millones, es decir un 6.5% del PIB, la situación de
la Reserva Monetaria Internacional mejoró, pero, sin embargo, a fin de
año continuaba siendo negativa y los atrasos en el servicio de la deuda
externa se habían incrementado hasta alcanzar US$ 1.2 miles de
millones aproximadamente.
Contrariamente del mejoramiento que registraron las cuentas del
sector fiscal, la inflación anual se había incrementado del 33% a fines de
1987 al 85% a fines de 1988; para el primer semestre el incremento en
los precios se debió fundamentalmente al financiamiento del déficit fiscal
mediante crédito del Banco Central, realizado desde 1987, y a la
inestabilidad imperante en el mercado de divisas, reflejada en una
drástica depreciación del sucre, en términos reales.
Para el segundo semestre, las presiones inflacionarias continuaron
debido a la subida de precios y de la escasez de algunos productos
agrícolas básicos, sin embargo se esperó reducir la inflación anual al
73
50% en el mes de diciembre, reducir el déficit de la cuenta corriente del
7% del PIB en 1988 al 5.7% del PIB y reforzar la posición de la Reserva
Monetaria Internacional en US$ 100 millones.
Se estimó que el precio promedio del barril de petróleo en el
mercado mundial fuera de US$ 15.5 en 1989 y un volumen de
exportación de 61.2 millones de barriles. Gracias a la Reforma Tributaria
aprobada por el H. Congreso Nacional en diciembre de 1988, permitió
mejorar las recaudaciones del impuesto a la renta y del impuesto a las
transacciones mercantiles, además se expandió la cobertura del sistema
del impuesto a la renta.
Conjuntamente se aumentaron la tasas impositivas para los
vehículos, se mejoró la administración tributaria a través de una
reorganización del Registro Único de Contribuyentes dotándole de un
sistema computarizado que permitiría tener un mayor y eficiente control
tributario.
Los avalúos catastrales, que habían permanecido congelados por
muchos años, fueron actualizados por varios municipios, las tarifas
eléctricas subieron en un 45% en enero de 1989, a más de fijarse un
incremento mensual acumulativo de un 3%; a partir del primero de mayo
de 1989; las tarifas telefónicas fueron aumentadas seis veces.
Las autoridades buscan reducir el nivel de los egresos corrientes
totales, el elemento fundamental de esta reducción fue la permanencia de
una política prudente de empleo y salarios en el sector público, en este
contexto cabe señalar que los salarios para ese sector se incrementaron
en un 23% en junio y para el privado en un 36% en el mes de mayo
Los gastos de capital del sector público se aumentarían cerca de un
2.85% del PIB en 1989, como consecuencia del reinicio de un importante
74
número de proyectos financiados por organismos multilaterales, muchos
de los cuales habían sido suspendidos en 1988 debido a la acumulación
de atrasos que se produjo con anterioridad al mes de agosto.
Asimismo, las autoridades intentan limitar el aumento de la deuda
flotante del Gobierno Central para fines de 1989, en 15 mil millones de
sucres, lo cual implica una considerable reducción en términos reales.
Los créditos se encaminaron hacia actividades esencialmente
productivas, principalmente a la agricultura, el sector de la construcción y
al sector microempresarial, como un estímulo para la generación de
puestos de trabajo.
Los principales instrumentos de política monetaria constituyeron las
variaciones en las tasas de encaje legal y la compraventa de bonos de
corto plazo (Bonos de Estabilización Monetaria). En vista de que durante
los últimos dos años, el control monetario se vio debilitado a causa de los
frecuentes incumplimientos de los requerimientos de encaje, en enero de
1989 las autoridades monetarias aumentaron la tasa de penalización del
32% al equivalente de 23 puntos porcentuales por encima de la tasa
promedio de ahorros que pagan los cinco bancos de mayor capital y
reservas del país (la tasa ascendía a un 50% aproximadamente en el mes
de mayo).
Se continuó con las devaluaciones, a 3 sucres semanales El
margen entre los tipos de cambio comprador y vendedor en el mercado
de intervención se reduciría a un 4% en septiembre de 1989 y a un 2%
antes de terminar 1990. Esta política cambiaria, sin embargo, no fue
rígida, puesto que estaba sujeta a una permanente evaluación que
permitiría adecuarla a los objetivos de balanza de pagos, es así que la
política sobre la deuda externa del país buscaba mejorar las condiciones
financieras y el perfil de los vencimientos de la deuda ecuatoriana,
75
pretendiendo priorizar los créditos de desarrollo de largo plazo que
financiaran inversiones en el sector público y minimizar la obtención de
préstamos en términos comerciales.
Como estrategia de mediano plazo, se trató de impulsar más la
integración de la economía ecuatoriana a la economía mundial,
incentivando la expansión de las exportaciones ecuatorianas y
reduciendo las restricciones cambiarías y comerciales vigentes,
modificando y racionalizando la vigente estructura arancelaria, como
mecanismo para reducir las distorsiones existentes.
3.7. Carta de intención año 1990
El 15 de septiembre de 1989, el Gobierno ecuatoriano consiguió del
Fondo Monetario Internacional un préstamo Stand-By por el período que
va hasta Febrero de 1991, y en una cantidad equivalente a 109.9
millones de Derechos Especiales de Giro (DEG).
Con la finalidad de mantener la competitividad externa, en el 89 se
adoptaron varias medidas, se depreció el sucre en el mercado de
intervención en un 6% y la tasa semanal de depreciación se aumentó
desde 2.50 a 3.00 sucres por dólar, a más de esta medida se realizaron
dos devaluaciones, de un 3% cada una, en los meses de octubre y
diciembre. Estos ajustes de la tasa de cambio estuvieron acompañados
por una reducción del margen en el tipo de cambio de intervención desde
un 10 a un 5% en Mayo, a un 4% en Octubre y a un 2% en Diciembre.
Para diciembre de 1989 se eliminaron los requerimientos de
financiamiento para realizar importaciones de bienes de capital; también
se redujeron a la mitad los montos de los depósitos previos a las
importaciones que estuvieron en vigencia desde Marzo de 1988 (las
importaciones que obtuvieran financiamiento a 90 días o más -antes 120
76
días o más- estaban exentos de este requisito); y, se levantó la
prohibición de importar vehículos de transporte pesado.
Como resultado de estas políticas, los objetivos del programa de
1989 fueron alcanzados con gran holgura es así que el déficit de la
cuenta corriente de la balanza de pagos se redujo a un 4.5% por ciento
del PIB, es decir, 1.2% por debajo de lo proyectado en el programa. Esto
refleja menores pagos por intereses y mayores precios de petróleo de
exportación que permitieron compensar la caída en los precios
internacionales del café y el cacao.
En el mediano plazo, sin embargo, fue más importante el
comportamiento que mostraron las exportaciones no tradicionales, las
que permitieron una mayor diversificación de la economía, así como
también, el crecimiento sostenido del volumen de ciertas exportaciones
tradicionales y la disminución de la demanda de importaciones en la
segunda mitad del año. La posición de las reservas externas se fortaleció
considerablemente, puesto que las reservas netas internacionales se
recuperaron desde una posición negativa de US$ 176 millones al finalizar
1988 a un saldo positivo de US$ 205 millones al terminar 1989, lo que
contribuyó a consolidar un ambiente de confianza económica, lo cual se
pudo notar por cuanto la inversión extranjera retornó con sus capitales
del exterior, otro factor determinante para que se cumpliese con gran
éxito con el programa económico.
El programa fiscal aplicado, así como la vigencia de una prudente
política de crédito contribuyeron a la desaceleración de la tasa anual de
inflación a un 54% al terminar el año 1989, cifra que es apenas superior
al objetivo que se planteó en el programa económico, como resultado, las
metas trimestrales de fines de septiembre y fines de diciembre que
77
contemplaba el programa con el FMI fueron alcanzadas, en algunos
casos con márgenes imponentes.
El Gobierno continuó negociando con los bancos comerciales
acreedores en 1989, con la intención de alcanzar un acuerdo con
respecto a los atrasos pendientes, y a la reducción de su deuda y del
servicio de la misma a niveles acordes con la capacidad externa de
pagos del país, con este propósito, en agosto de 1989, el Ecuador
presentó una propuesta a los bancos acreedores en la que se incluía un
paquete financiero amplio que contenía tanto opciones de reducción
como el refinanciamiento de su deuda externa.
En Julio de 1989 el país había reiniciado pagos parciales de
intereses a los bancos comerciales, los que se encontraban suspendidos
desde Enero de 1987, por otro lado, el Gobierno ecuatoriano obtuvo de
los miembros del Club de París un refinanciamiento de los vencimientos
correspondientes a 1989 y 1990 y de las obligaciones pendientes.
A pesar de presentar tan alentadoras cifras, se estimó que la
economía habría crecido solamente un 0.5%, algo menor que aquel que
estaba previsto en el programa, sin embargo de ello los logros
alcanzados en cuanto tiene que ver a la estabilización de la economía,
permitieron crear las bases para una recuperación de la tasa de
crecimiento para 1990, lo que permitiría reducir el nivel de desempleo y
mejorar así el nivel de vida de la población.
Para conseguir la implantación del programa de ajuste y de
reformas estructurales, se solicitó la cooperación técnica y financiera del
FMI, así como la asistencia del Banco Mundial y el Banco Interamericano
de Desarrollo, esperando para 1990 una recuperación de la tasa de
crecimiento real del PIB a un 3.5% anual, una reducción de la tasa anual
de inflación a alrededor de un 25% anual para fines del año.
78
Una reforma global del sistema impositivo no petrolero entró en
vigencia el primero de Enero de 1990 cuyo propósito fue el de ampliar la
base imponible del impuesto sobre la renta que estuviese acorde con una
mayor justicia tributaria, simplificar y mejorar su administración y reducir
la evasión en el cobro de los impuestos, para lo cual se eliminó el número
de categorías, así como de deducciones y de exenciones en el pago de
los impuestos; la reducción en las tasas impositivas; la exclusión de las
nóminas del pago de impuestos a todos los individuos con ingresos
inferiores a 2 millones de sucres anuales .
Se redujo de 69 a un 25% la tasa máxima del impuesto sobre la
renta personal, y los varios tipos de impuestos sobre la renta -progresivo,
proporcional y adicional- fueron unificados en un único impuesto sobre
los ingresos netos; en lo que tenía que ver con las empresas, la tasa
impositiva sobre sus beneficios fue unificada a un 25%, de la misma
forma esta tasa fue implantada para los beneficios distribuidos y no
distribuidos y para los beneficios reinvertidos de las compañías
nacionales y extranjeras.
El impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), se aplica a una tasa
uniforme del 10%, (varios bienes, principalmente alimentos e insumos
agrícolas se encontraban exentos), se continúa con el cobro de los
impuestos sobre el consumo que gravan a los cigarrillos, bebidas,
gaseosas, a la cerveza y a los productos alcohólicos.
En un esfuerzo para tratar de mejorar las finanzas de las empresas
públicas se adoptaron medidas adicionales, tales como el seguimiento de
los presupuestos de las empresas estatales, especialmente de sus
gastos de capital; el Instituto Ecuatoriano de Electrificación (INECEL)
continuó con la política vigente de ajustar las tasas de electricidad en un
79
3%, a más de continuar, con la ardua labor de cobrar las cuantas
pendiente de electricidad no pagadas.
En 1989 el H. Congreso Nacional aprobó la nueva ley que regula
las actividades de la empresa estatal de petróleos (PETROECUADOR),
misma que incrementó su autonomía financiera, al tiempo que fortaleció
la capacidad central de la toma de decisiones dentro de la industria, con
el objeto de facilitar las funciones de auditoria y control de sus gastos.
Con el apoyo del Banco Mundial, se preparó una reforma global de
las finanzas de los municipios, consejos provinciales, y de otras
entidades gubernamentales, con el fin de disminuir las transferencias
provenientes del Gobierno Central, mejorar las decisiones de gasto a
nivel local y proveerlos de un sistema más transparente y justo de
participación en los ingresos públicos.
Adicionalmente se redujo la cobertura de los precios controlados de
14 categorías de productos industriales y bienes de consumo, a
solamente tres (arroz, azúcar y medicamentos), en el sector externo se
suprimieron los depósitos previos para las importaciones en julio de 1990
y se introdujo la primera fase de la reforma arancelaria en junio de ese
mismo año. Esta incluía la reducción de la dispersión tarifaria. La tarifa
máxima nominal de 290 % bajó a 60 % y la tarifa mínima nominal se
incrementó de 0 a 5 %,
También se abolieron ciertas exenciones tarifarias y se eliminó el 30
% de recargo sobre los bienes suntuarios, a pesar de las reformas
estructurales instrumentadas en 1990, durante los primeros 7 meses del
año la situación fiscal se debilitó debido a menores ingresos petroleros
que aquellos previstos en el programa, sin embargo, el adecuado
desempeño fiscal y monetario, combinado con la recuperación de los
80
precios del petróleo en los últimos 5 meses, ayudaron a mejorar la
ejecución del programa hacia finales del año.
En agosto de 1990 el Gobierno pospuso ciertos gastos
comprometidos, particularmente las transferencias del gobierno central al
resto del sector público, gastos de bienes y servicios por parte de la
empresa estatal de petróleo (PETROECUADOR) y el gasto de inversión;
más aún, a principios de octubre se creó el Fondo de Estabilización
Petrolera, en el que se depositaron los ingresos provenientes del precio
del petróleo que excedieron de US$ 17 por barril, como resultado, el
saldo de las cuentas del sector público no financiero registraron un
pequeño superávit del 1 % del PIB durante 1990, comparado con un
déficit de 2.9% del PIB durante 1989.
El Banco Central incrementó sus ventas de bonos a corto plazo,
aumentó el encaje y redujo el crédito a las instituciones financieras
durante el segundo semestre de 1990, adicionalmente, la depreciación
semanal del sucre en el mercado de intervención del Banco Central se
incrementó a $ 3.50 por dólar en mayo de 1990 y se efectuaron dos
ajustes discrecionales (de alrededor del 4% cada uno), en marzo y julio
respectivamente, a pesar de que los criterios de ejecución del programa
no se cumplieron hasta fines de septiembre, las medidas señaladas
permitieron que el Ecuador cumpliera con todos los criterios de ejecución
a fines de diciembre; la tasa de inflación en el período de doce meses,
fue de 50 % en comparación con el 54 % a fines de 1989.
3.8. Carta de intención año 1991
Empero de las reformas estructurales implementadas en 1990,
durante los primeros 7 meses del año la situación fiscal se debilitó debido
a menores ingresos
81
petroleros que aquellos previstos en el programa, sin embargo, el
apropiado desempeño fiscal y monetario, combinado con la recuperación
de los precios del petróleo en los últimos 5 meses, ayudaron a mejorar la
ejecución del programa hacia finales del año.
Como resultado de la evolución de los precios, así como de los
ajustes en los precios de los servicios públicos se esperaba que la tasa
de inflación a finales de 1991 se reduzca aproximadamente al 45%,
adicionalmente, el programa tenía como meta reducir la inflación en un
período de doce meses, al 30% en junio de 1992 y a 25 % a finales de
año. El programa persigue reducir el deterioro del déficit de la cuenta
corriente, asociado con la aguda disminución de los precios del petróleo,
a un promedio del 3.7 % del PIB en 1991-92, obteniendo, a la vez,
incrementos en las reservas internacionales netas. El programa avizora
una tasa de crecimiento real del PIB de alrededor del 2.6 % en 1991 y de
cerca del 3.0 % en 1992.
Con el fin de aplicar el programa económico, el gobierno necesitaba
un acuerdo Stand-By, mismo que estaría en vigencia hasta diciembre de
1992, por un monto equivalente a 75 millones en DEGs, la intención del
gobierno era que un monto equivalente al 25% de los recursos bajo el
acuerdo Stand-By, se destinasen a operaciones de reducción de deuda,
para lo cual el apoyo del Fondo Monetario, como el de otras instituciones
multilaterales, serían de vital importancia para el éxito del programa
económico.
El Gobierno Ecuatoriano resolvió que la ejecución del programa sea
evaluada a más tardar el 31 de marzo de 1992 y se realicen evaluaciones
financieras trimestrales de conformidad con los procedimientos sobre
esta materia estaban determinados. La política fiscal para la segunda
parte de 1991 y para 1992, contemplaban un incremento en el ahorro del
82
sector público a través de la adopción de medidas de ingreso (que
compensarían la baja de ingresos en las exportaciones de petróleo) y el
control del gasto público.
Acorde con una política crediticia prudente, el crédito al sector
privado se incrementaría en términos reales en 1992; la política de tasas
de interés siguió orientada al mantenimiento de tasas reales positivas y
se continuó con una política cambiaría flexible para poder mantener la
competitividad externa.
El deterioro en las cuentas del sector público no financiero,
asociado a un descenso en el precio del petróleo promedio para 1991 de
casi US$ 3.50 dólares (equivalente a alrededor del 2.1 % del PIB); el
superávit del 1% del PIB se volvió en un déficit del 1.7% del PIB en 1991.
El déficit del sector público no financiero durante 1992 se reduciría al 1.1
% del PIB a través de una combinación de medidas de ingreso y a una
política de control del gasto.
La recuperación proyectada del ahorro del sector público para 1992
sería resultado del ajuste de los precios de los derivados del petróleo (en
septiembre de 1991, los precios de la gasolina fueron incrementados en
casi un 25%, estableciéndose aumentos mensuales del 5% en adelante
sobre el precio prevaleciente antes del ajuste de septiembre), producto
de esta medida, eminentemente inflacionaria, se pretendió recaudar
ingresos adicionales equivalentes al 0.3% del PIB en 1991 y 2.2% del PIB
en 1992.
Como medida para aliviar el impacto del incremento de los precios
de los combustibles sobre el costo del transporte público urbano, se ha
estableció un programa compensatorio, cuyo costo en 1992 no debía
exceder el 0.07% del PIB.
83
Los ingresos no petroleros se mantuvieron durante 1991, cosa que
no ocurrió con los ingresos por el impuesto a las importaciones, los
cuales disminuyeron disminuirán como consecuencia de la reducción en
los aranceles resultado de la apertura de la economía, sin embargo, se
esperaba una recuperación para 1992.
Se envió al Congreso la Ley de Presupuesto Público, pues
anteriormente una parte sustancial del gasto público no estuvo sujeta al
control presupuestario, la reforma estaría encaminada a cubrir a la
totalidad del sector público, tarea que sería mas factible de desarrollar
pues también hubo una unificación de conceptos y definiciones
contables, que permitirían una administración presupuestaria mas
simplificada y descentralizada.
En enero de 1991 el Instituto Ecuatoriano de Electrificación
(INECEL) incrementó sus tarifas en un 5% manteniendo un ajuste
mensual de 3%. el Instituto Ecuatoriano de Telecomunicaciones (IETEL),
elevó sus tarifas mensuales mínimas y las tarifas domésticas en montos
significativos, al tiempo que incrementó los cargos por nuevas líneas.
Estas medidas tuvieron por objeto eliminar la mayor parte de subsidios a
los servicios del sector de la telecomunicación. Finalmente, las nuevas
Prácticas contables y administrativas
Conjuntamente con los gastos prioritarios en el sector de la: salud,
educación e infraestructura, la estrategia social del gobierno acentuó
aquellos proyectos que apuntan a resolver el problema de la pobreza.
El programa fiscal para 1991-92, tomando en cuenta el
financiamiento externo proyectado, permitiría al sector público
incrementar sus depósitos netos en el Banco Central, en un equivalente
al 1.5 % del PIB.
84
A fin de promover el ahorro y una mayor flexibilidad de las tasas de
interés, éstas en bonos de desarrollo, en cédulas hipotecarias y en bonos
de garantía, fueron liberadas a inicios de julio de 1991, las tasas de
interés con recursos del Banco Central se fijaron al equivalente a la más
baja tasa de referencia de depósitos de los bancos privados, más quince
puntos porcentuales, como resultado, las tasas anuales de los prestamos
otorgados con recursos del Banco Central subieron al 49 %.
En los últimos años se tomaron varias medidas estructurales
tendientes a fortalecer el sistema financiero, especialmente a través de
un programa de capitalización de los bancos, con este fin, se han emitido
regulaciones a efecto de establecer relaciones mínimas de capital contra
activos de riesgo y para provisiones por posibles pérdidas; de esta
manera, a las instituciones financieras con problemas se les prohibió la
distribución de dividendos; paralelamente se fortaleció el papel que
cumplían los auditores externos.
La segunda fase del programa de liberalización comercial se
implementó en 1991, la tarifa máxima nominal se redujo del 60% al 35%,
excepto para vehículos de transporte que mantienen una tarifa del 50%.
los recargos arancelarios fueron totalmente abolidos (su rango se situaba
del 5% al 15% dependiendo del tipo de importación), en noviembre se
redujo aún más la tarifa nominal para alrededor de 2.800 ítems, en
consecuencia, la tarifa nominal promedio disminuyó del 18% al 15%,
situándose la tarifa mínima en el 2% y la tarifa máxima en el 35%, a
excepción de vehículos de transporte cuya tarifa se redujo al 40%.
Adicionalmente, el número de importaciones prohibidas se redujo
de más de 900 ítems a 53, e número de ítems sujetos a autorizaciones
previas de importación se redujo de 1.400 a 830, para 1992 se limitaron
las restricciones cuantitativas a las importaciones a uno o dos sectores
85
principales y a aquellos relacionados con la salud, seguridad y medio
ambiente.
Para diciembre de 1991, el Ecuador redujo en la mitad las tarifas
nominales de importaciones de otros países del Grupo Andino,
eliminándolas en junio de 1992; las tarifas tuvieron que ser revisadas
durante 1992, de conformidad a las negociaciones del Arancel Externo
Común del Grupo Andino, conjuntamente se efectuaron progresos
tendientes a la simplificación de procedimientos para la exportación de
mercaderías, es así que se instituyó una ventanilla única a través de la
cual se concederían los permisos.
Entre las reformas estructurales implementadas se debe destacar la
creación de Zonas Francas, la Ley de Maquila, la flexibilización del
Régimen de Inversión Extranjera y una sustancial Reforma al Código
Laboral a efectos de modernizar sus disposiciones. En lo referente a la
política de integración del Pacto Andino se eliminó el subsidio otorgado a
las importaciones de medicamentos y de materias primas para su
elaboración, la eliminación de este subsidio permitió un ahorro al
presupuesto 0.4% del PIB durante 1992.
3.9. Carta de intención año 1993
Para agosto de 1992 la economía se encontraba prácticamente
acorralada por grandes y crecientes desbalances macroeconómicos, el
déficit fiscal (incluyendo las pérdidas cuasi fiscales del Banco Central)
para 1992 se incrementaron por ausencia de medidas correctivas, la
inflación se ha mantenido alrededor del 50% anual y las reservas
internacionales netas han caído de US$ 760 millones a los finales de
1991, alrededor de US$ 310 millones al final de julio de 1992, de igual
manera la deuda externa ha continuado acumulándose.
86
El gobierno reconoció que el programa de estabilización
macroeconómico debía estar acompañado y soportado por profundas
reformas estructurales, con el propósito de asegurar y fortalecer la
restauración de la confianza así como recobrar la inversión privada para
sustentar el crecimiento.
Tan pronto como tomara el poder, la administración comenzó topar
la difícil situación económica del país, para septiembre de 1992 los
precios claves en el sector público fueron ajustados para reducir el déficit
del mismo, así como para mejorar la eficiencia de recursos de
disimulados subsidios; los precios domésticos de los productos de
petróleo fueron incrementados en un 115%, para acercarse a los niveles
internacionales, las tarifas eléctricas se elevaron en 120%, excepto para
las tarifas de consumo de las viviendas de bajos ingresos.
Para un mayor fortalecimiento de las Finanzas Públicas el gobierno
recaudó un impuesto por una sola vez sobre los activos de las
compañías, medida que trajo consigo varias protestas por parte de los
empresarios, se redujo el gasto público y fortaleció los controles de los
gastos, en lo que tiene que ver con los frentes monetario y de cambio, el
Banco Central eliminó el control de la diferencia entre los intereses de las
tasas para los depósitos y las de préstamos en el sistema financiero,
redujo los requerimientos de reservas sobre los depósitos en dos puntos
por ciento y devaluó el sucre del mercado oficial en un 35%.
Todas las importaciones privadas efectivamente fueron cambiadas
al mercado libre, mientras que se dejó una retención obligatoria temporal
para los exportadores privados, estos valores retenidos estaban
orientados a la recuperación de la Reserva Internacional de sus bajos
niveles. Adicionalmente un 15% de la diferencia entre la compra y venta
oficial de las tasas de cambios fueron introducidos provisionalmente para
87
las transacciones corrientes del sector público como medida para
controlar el gasto.
En los meses subsiguientes el gobierno continuó consolidando su
programa macroeconómico de estabilización e inició un ambicioso
proceso de reformas estructurales; en noviembre el Banco Central liberó
la retención obligatoria para los exportadores privados no petroleros,
estableciendo una tasa de cambio única, para el sector privado. Para
diciembre, el gobierno obtuvo la aprobación del Congreso de una reforma
a la Ley de Presupuestos, tendiente a racionalizar el proceso
presupuestario designado y aprobando un sustancial fortalecimiento de
las facultades del Ministro de Finanzas sobre el control del gasto público;
entretanto el Banco Central cambió a instrumentos de control monetario
basado en el mercado y a fines de 1992 se establecieron subastas
semanales para las mesas de dinero y para seguridad de un mercado
abierto el cambio internacional también se inició rondas semanales.
La liberación de las tasas de interés tuvo un cambio liberal en 1993
basado en el mercado el nuevo sistema aumentó la transparencia en los
mercados financieros y creó las condiciones para préstamos a largo
plazo con tasas flotantes, también en enero, el gobierno dictó
regulaciones para la decisión del Pacto Andino sobre inversión extranjera
simplificando los procedimientos de registros; liberalizando las
restricciones sobre la propiedad para extranjeros; obviando los
requerimientos y aprobaciones previas para ciertos sectores; y,
permitiendo la libre reexportación de utilidades.
Las medidas correctivas adoptadas a fines de 1992 ayudaron a la
reducción del déficit del sector público en alrededor del 2.5% del PIB, en
el 92 juntamente con un significativo reflujo de capitales privados
asociados con un resurgimiento de la confianza, ayudó a incrementar la
88
reserva internacional a fines de febrero de 1993, lo que colaboró para
bajar sustancialmente las tasas de interés y aliviar las tensiones de
precios, después de un inicial incremento al consumidor, asociado con el
ajuste de las tarifas del sector público y las tasas de cambio.
La tasa mensual de inflación en los últimos 4 meses tuvo un
promedio 1,9% y la tasa anual de inflación cayó de un pico de 65.8% en
octubre de 1992 al 56.1% en febrero de 1993; la inestabilidad de la tasa
de cambio en el mercado libre fue sustancialmente reducida y la
diferencia entre las tasas bancarias para depósitos y créditos comenzó a
caer.
Se continuó con la restricción sobre el gasto corriente, con el
fortalecimiento de la recaudación tributaria y el mantenimiento de una
economía de precios sobre los bienes y servicios del sector público,
consistente con los objetivos; el gobierno se fijó metas trimestrales para
combinar los excedentes del sector público y por un período similar los
limites del déficit del sector público no financiero para 1993, se trató de
elevar los ingresos tributarios con el fin de reducir la fuerte dependencia
del sector público con los ingresos petroleros, para febrero de 1993 se
envió al Congreso el borrador de un documento para agilitar los
procedimientos aduaneros, adicionalmente se planeó la eliminación en el
tratamiento discriminatorio para la inversión extranjera.
En el área de administración tributaria se dio prioridad a la
reducción de la evasión a través del endurecimiento de las leyes
tributarias; simplificando procedimientos, acortando la duración de las
apelaciones fiscales; y, cobros atrasados sobre Impuestos al Valor
Agregado (IVA).
El Consejo Nacional de Modernización (CONAM) fue creado a
finales de 1992 por el Presidente de la República para diseñar, coordinar
89
y ejecutar acciones para modernizar el sector público, con la asistencia
de agencias multilaterales y bilaterales; el Programa de Modernización
del Estado incluía privatizaciones, cierres o fusiones de ciertas entidades
publicas, reducción de empleos públicos, desregularización y
descentralización, en los últimos meses del gobierno se vendió acciones
de algunas pequeñas empresas.
El documento sobre la Modernización del Estado, incluyendo el plan
global para las privatizaciones fue enviado al H. Congreso Nacional, en
febrero de 1993 y un detallado cronograma en el que se establecía la
privatización para unas grandes y medianas empresas. En 1993 el
gobierno anticipó la total o parcial venta de algunas compañías,
especialmente fábricas de cemento poseídas por el Banco Nacional de
Fomento (BNF), la Corporación Financiera Nacional (CFN), el Banco
Ecuatoriano de la Vivienda (BEV) y ciertos Ministerios. Para 1993-94 el
gobierno quería la privatización de la compañía de Telecomunicaciones
(EMETEL) y la venta parcial de INECEL; de PETROECUADOR y la línea
aérea ECUATORIANA, así como de varios de puertos.
En mayo de 1993 el Congreso aprobó la Ley de Mercado de
Valores, que transformó las bolsas de valores del país en corporaciones
privadas autorreguladas, con la intención de crear las condiciones de un
mercado de valores moderno, para la aplicación de esta ley, la Comisión
de Valores aprobó algunas regulaciones. El fortalecimiento de las
finanzas públicas contribuyó a limitar el crecimiento global del crédito,
abriendo un espacio para la expansión del crédito bancario al sector
privado, No obstante, importantes ingresos de capital provenientes del
exterior complicaron la política crediticia. El Banco Central hizo uso de las
operaciones de mercado abierto, en un intento por absorber parte de
estos ingresos y reducir el crecimiento de la liquidez.
90
En lo referente a las finanzas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social (IESS) se determinó un déficit contable y de liquidez, a causa de la
ausencia de medidas para tratar de evitar un mayor deterioro a largo
plazo, el gobierno inició estudios durante la primera mitad de 1993 con
vista a un ajuste global del sistema de seguridad social, los cuales
permitirían identificar las medidas a ser tomadas para ajustar las
contribuciones y beneficios del seguro social, cortar los costos operativos
del IESS, y mejorar las prácticas del manejo del portafolio (el sistema de
reservas.
En cuanto tiene que ver con los aranceles, estos se fueron
eliminando considerablemente las restricciones para la importación y
exportación, nuestro país para aquel entonces mantenía aranceles
comunes con dos de sus socios del Pacto Andino (Colombia y
Venezuela), con quienes también recíprocamente han ido eliminando
imposiciones.
Finalmente, el Ecuador solicitó pertenecer al GATT (Acuerdo
General sobre Aranceles y Comercio) a fin de continuar presionando para
un régimen internacional de libre comercio, en particular la eliminación de
cuotas de importación por parte de la Comunidad económica y otros
bloques regionales.
3.10. Carta de intención año 1994
Durante el período de diez años transcurrido desde la crisis de la
deuda externa en 1982 hasta 1992, Ecuador ensayó varios programas de
estabilización, sin embargo, estos programas no fueron lo
suficientemente persistentes, pues a pesar de la adopción de importantes
reformas de carácter estructural, subsistieron factores que obstaculizaron
el crecimiento; la actividad económica estuvo sujeta a amplias
91
fluctuaciones, la producción creció en promedio en menos de 2.5% anual
y el ingreso Per Cápita decreció durante este período.
La tasa de inflación se elevó durante la década, estabilizándose en
alrededor del 50% anual entre 1988 y 1992, como consecuencia de una
drástica caída en los precios internacionales del petróleo en 1986 y del
terremoto de 1987, por lo que al Ecuador le fue difícil continuar con el
servicio completo de sus obligaciones externas con la banca acreedora.
En el transcurso de 1993 se aprobaron algunas leyes importantes
para fortalecer la estructura de la economía, tales como la Ley de
Mercado de Valores, la de Modernización, las reformas a la Ley de
Hidrocarburos y a la Ley de Régimen Tributario.
Para 1994 el programa económico del gobierno buscaba consolidar
las condiciones necesarias para lograr un crecimiento sostenido del
ingreso nominal y el empleo, para cuyo fin era necesaria una reducción
adicional de la inflación y la regularización de las relaciones crediticias
del país con el exterior, para conseguir estos objetivos el gobierno
continuó aplicando políticas macroeconómicas sanas y profundizando el
proceso de reforma estructural, particularmente en lo que se refiere a la
modernización del estado para mejorar la eficiencia de la economía.
Conjuntamente se trató de conseguir acuerdos globales con los
acreedores externos del país a fin de que la carga de la deuda se tornara
manejable, el programa de gobierno estuvo orientado a reducir la
inflación al 20% para fines de 1994.
A fin de reducir la evasión del impuesto a la renta, se estableció el
pago de un anticipo mínimo aplicable al impuesto a la renta global, el cual
equivalía al 1% de los activos totales esperando recaudar un ingreso
adicional de aproximadamente 0.2% del PIB en 1994, también se
92
endurecieron las sanciones para las compañías que no constasen en el
registro de contribuyentes, además de cerrar aquellas no transferían al
fisco los impuestos retenidos en la fuente, en lo que respecta al IVA y al
Impuesto a la Renta, se dio mayor autonomía administrativa y financiera
a la Dirección General de Rentas; y, se autorizó a su Director a que
contratara auditores externos para verificar los procedimientos de
auditoria de la oficina recaudadora de impuestos.
Se ajustaron las tarifas telefónicas a mediados de marzo de 1994, lo
que permitió incrementar los ingresos del sector público en
aproximadamente 0.3 % del PIB, y consistió en incrementar las tarifas
domésticas y reducir el costo de las llamadas internacionales, con el fin
de equipararlo con los precios impuestos por compañías internacionales
y evitar una pérdida del mercado por parte de la telefonía nacional.
Se prohibió al Ministerio de Finanzas incrementar las asignaciones
presupuestarias por parte del gobierno central, a menos que éstas se
destinen a gastos considerados prioritarios y que tengan su respectivo
financiamiento, de igual forma las transferencias al resto del sector
público fueron recortadas.
El programa económico incluyó pagos no recurrentes destinados a
financiar una reducción de personal en el sector público, ya para 1993 el
número de servidores públicos se redujo en aproximadamente 21.000
puestos, es decir un 5% del total, bajo el mecanismo de la no renovación
de los contratos y de un programa de retiro voluntario, con un costo total
de alrededor de 0.4% del PIB. Para 1994 se planeó reducir
aproximadamente unos 20.000 puestos de trabajo, con indemnizaciones
promedio de aproximadamente 24 meses de salario; a través de retiros
voluntarios a un costo de 0.6% del PIB, esta reducción se financió
93
indirectamente con recursos provenientes de la venta de activos
improductivos de las entidades públicas.
De acuerdo a Ley de Presupuestos, todas las inversiones públicas
debían estar incluidas en la programación presupuestaria y por tanto
debían someterse a la revisión, aprobación y supervisión por parte del
desaparecido Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE).
La Ley de Modernización del Estado determinó el marco general
para descentralizar y mejorar la eficiencia administrativa del sector
publicó, además, se emitió un decreto que disponía la reducción de
trámites burocráticos y eliminación de un buen número de regulaciones y
oficinas públicas innecesarias, esta Ley permitía la participación privada
en sectores anteriormente reservados al Estado, a través de
concesiones, desmonopolización en la provisión de servicios y venta de
empresas públicas, esta modernización será ejecutada con la asistencia
técnica del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, en
el contexto de los préstamos de ajuste estructural, que se encontraban en
proceso de negociación con esos dos organismos.
Como parte de la reestructura del sector de las telecomunicaciones,
se otorgaron concesiones para la telefonía celular al sector privado, para
enero de 1994 el gobierno convocó a la séptima ronda de licitaciones
para la exploración y explotación de yacimientos de petróleo y gas en el
Ecuador, las inversiones exploratorias por parte de compañías nacionales
y extranjeras ascendieron aproximadamente a US$ 150 millones.
En marzo de 1994 el Congreso aprobó la nueva Ley de Aduanas,
que buscaba simplificar los trámites aduaneros y permitir que el sector
privado se involucre en la provisión de servicios de aduanas tales como
control, valoración y almacenamiento, la Ley reducía la discrecionalidad
en la imposición aduanera, estableciendo límites claros para las
94
exenciones de derechos aduaneros e introduciendo un sistema de
auditorias aleatorias, este sistema administrativo contribuiría a combatir
de manera eficaz el problema de la corrupción de aduanas.
El IESS en 1994 adoptó importantes medidas, que incluyeron el
control de gastos administrativos, la racionalización del plan de
beneficios médicos y la limitación de las inversiones con bajos
rendimientos tales como los préstamos hipotecarios.
El Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), creado en
1993, puso en marcha programas para compensar a la población de
bajos ingresos por los costos iniciales del ajuste económico, estos
programas se orientaron a áreas críticas como educación básica,
servicios sanitarios y agua potable, a más de incluir la creación de
fuentes de trabajo mediante la ejecución de pequeños y medianos
proyectos de inversión, el Fondo de Inversión, estuvo financiado con
donaciones y préstamos blandos de la USAID, el Banco Mundial y el BID.
Con el programa de desarrollo municipal a cargo del Banco del
Estado (BEDE), se mejoraron algunos servicios básicos como agua
potable y alcantarillado, con financiamiento de organismos multilaterales
y fondos locales, asimismo este programa suministró subsidios a los
grupos de menores ingresos a través de los presupuestos municipales,
los consejos provinciales participaron en programas similares, orientados
a la provisión de servicios básicos incluyendo riego en las áreas rurales.
En el presupuesto de 1994 se incluyeron programas encaminados a
satisfacer necesidades de grupos indígenas, tales como electrificación,
vivienda, vías de comunicación y derechos de propiedad, fortaleciendo en
forma especial el sistema de educación bilingüe.
95
Preocupado el gobierno nacional por atender problemas
ambientales, se creó el Comité de Asesoría Ambiental (CAAM),
conformado por un grupo de ministerios, hombres de negocios,
trabajadores, y organizaciones no gubernamentales (ONG´s), con el
apoyo técnico de expertos locales, del Banco Mundial, de USAID y del
Instituto de Recursos Mundiales, cuyos primordiales objetivos eran el de
definir la política ambiental y coordinar acciones con las oficinas públicas
involucradas en la adopción de esta política. Este Comité asesoró a las
máximas autoridades en lo referente a la protección de vida marina, así
como la manera de evitar la deforestación inadecuada y la preservación
de áreas tales como la Región Amazónica donde, hasta la, presente se
llevan a cabo actividades de exploración y explotación de petróleo, y la
protección de las Islas Galápagos.
Con referencia a la deuda, esta se financiaría con recursos propios
y con fondos provenientes de organismos multilaterales y bilaterales,
incluyendo el FMI. Adicionalmente, el Ecuador trató de renegociar su
deuda con acreedores oficiales bilaterales en el contexto del Club de
París, con el fin de poder cubrir atrasos de intereses y pagos de capital
vencidos desde el último período de consolidación (diciembre de 1992),
así como también pagos de capital que vencían en 1994.
3.11. Carta de intención año 1995
Para este año se consolida la estabilización macroeconómica, es
así que la tasa de inflación bajó alrededor del 25% a fines de 1994, el
nivel de las reservas internacionales fue equivalente a 4 meses de
importaciones de bienes y servicios; luego de una década de fugas de
capital, el país advierte un acceso al ahorro externo traducido en
importaciones de ingresos de capitales extranjeros y el retorno incluso de
capitales ecuatorianos
96
En lo que respecta a la situación de morosidad internacional, esta
pudo detenerse gracias al acuerdo de reestructuración de deuda externa
con la banca comercial, en el contexto del Plan Brady, y al
refinanciamiento de deudas con gobiernos, en el lo referente al Club de
París. Esta nueva posición de la economía hizo que se recupere la
credibilidad internacional, por lo que el país fue merecedor de un amplio y
decidido apoyo por parte de las instituciones multilaterales de
financiamiento, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco
Interamericano de Desarrollo, además se tiene que destacar la decisión
del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de entregar al
Ecuador los bonos cero-cupón requeridos para cerrar el acuerdo de
reducción de deuda con la banca acreedora externa, evitándose así la
necesidad de adquirir dichos bonos en el mercado.
El Gobierno consiguió la aprobación por parte del H. Congreso
Nacional, de una serie de leyes económicas trascendentales que le
permitieron mantener la estabilidad macroeconómica, como reformas a
las leyes de Presupuestos del Sector Público, Mercado de Capitales,
Hidrocarburos, Modernización, Reforma Tributaria, Aduanas,
Instituciones Financieras y Agraria; incluso hubo una mejora en el poder
adquisitivo de los salarios, cosa que no ocurría desde 1987.
Todo lo dicho anteriormente configuró una situación favorable que
permitió orientar la gestión macroeconómica en 1995 y progresar sobre la
base de lo hecho, consolidando los esfuerzos de estabilización,
mejorando el ambiente de confianza, incentivando la inversión y, así, el
crecimiento de la producción y el empleo.
El Programa Macroeconómico 1995 se insertó en una visión de
mediano plazo, el cual pretendía un crecimiento real sostenido por
encima del 5% anual para fines de la década, y, al mismo tiempo que se
97
buscaba una significativa reducción del endeudamiento público con
relación al PIB; para poder obtener estos resultados se debía incrementar
la inversión anual a niveles equivalentes aproximadamente al 25% del
PIB, es decir, unos 3 puntos porcentuales por encima del coeficiente
vigente.
El programa Macroeconómico para 1995 tenía como meta el reducir
la tasa de inflación a un rango del 15 al 17% para fines de año y alcanzar
un crecimiento del PIB real entre el 4 y 5%, en lo que respecta a las
cuentas del sector público la proyección era de obtener un superávit del
0.5% del PIB, todo esto como resultado de una disciplinada gestión del
gasto y de un gran esfuerzo por obtener una mayor recaudación
particularmente de impuestos aduaneros, sobre la renta y al valor
agregado.
Se programó además, una reducción de la deuda externa pública
con respecto al PIB, en alrededor de 6 a 7 puntos porcentuales,
procurando financiar la inversión pública en mayor grado con recursos
propios, con el fin de respaldar el objetivo de inflación, se propuso que
las negociaciones de sueldos y salarios tengan una visión prospectiva es
decir que cualquier incremento este relacionado con la inflación esperada
y no en la pasada.
Un importante instrumento anti-inflacionario del Programa, clave
para guiar las expectativas, fue el pre-anuncio de una banda de flotación
cambiaria, misma que tendría una amplitud entre techo y piso de 100
sucres coherente con el objetivo de inflación del Programa y el supuesto
de inflación internacional, al reducir la incertidumbre sobre la evolución
del tipo de cambio, contribuiría a crear condiciones para un descenso en
las tasas de interés a niveles más compatibles con la inflación esperada,
incentivando así los procesos de inversión y ahorro a más largo plazo.
98
3.12. Carta Plan económico - Sixto Duran Ballén
El objetivo principal a corto plazo constituía el reducción de la
inflación, junto con el fortalecimiento de la posición fiscal y externa del
país, con el fin de sentar las bases para la recuperación de la inversión,
el crecimiento de la economía y, por ende, el mejoramiento sostenido en
las condiciones de vida de los ecuatorianos, es así que la lucha contra la
inflación se fundamentó en un programa macroeconómico que implicaba
medidas fiscales, cambiarias, financieras y monetarias.
Este programa, para que sea duradero y efectivo debía
necesariamente enmarcarse dentro de una serie de reformas
estructurales, tales como la reforma del sector público y del proceso
presupuestario, que diesen viabilidad a la modernización y al desarrollo
económico; una manera fácil y escondida -y por lo tanto insidiosa- de
cubrir el déficit del sector público ha sido a través del "impuesto
inflación". Los ecuatorianos nos hemos visto forzados a aceptar la
erosión del poder adquisitivo de nuestros ingresos para convalidar un
creciente gasto público que presiona permanentemente sobre el nivel de
precios.
Se resolvió modificar los precios de los combustibles de consumo
interno con el fin de que reflejen el costo real de los hidrocarburos y que
contuviesen una utilidad razonable sobre el valor de los activos que el
Estado, a través de Petroecuador, de esta manera se limitaría el consumo
de grupos privilegiados o, peor aún, al consumo de países vecinos a
través del contrabando.
En lo que respecta al costo del gas de uso doméstico, este debía
tener un precio 9.705 sucres por cilindro de 15 kilogramos, sin embargo
el precio era apenas de 3.500 sucres, es decir que el subsidio por cilindro
de gas era de 6.205 sucres, con respecto a la gasolina regular y kerex
99
dejaron de ser producidos y comercializados, y en un plazo de 90 días el
Ministro de Energía y Minas instrumentaría un programa para entregar
cocinetas a gas a las familias de escasos recursos que utilizaban estos
combustibles, entre tanto los precios se mantendrían en los mismos
niveles.
De igual forma se incrementaron los precios de las tarifas eléctricas
de conformidad con la Ley Básica de Electrificación, a fin de poder cubrir
los costos directos de operación y mantenimiento, las cuotas de
depreciación y la rentabilidad sobre una base tarifaria que garantizara en
el mediano plazo un suministro estable de energía, sin racionamientos ni
cortes, paralelamente se estableció un mecanismo de asistencia para
aquellos sectores verdaderamente desprotegidos, para lo cual se
mantuvo inalterables las tarifas para consumidores de menos de 150
kilowatios-hora por mes y establecer incrementos progresivos en función
de la energía demandada; con este plan se logró que el 70% de los
abonados residenciales no tengan ningún incremento en el valor de sus
planillas y que el 99% recibiese algún tipo de subsidio por el servicio
eléctrico, los abonados comerciales, industriales y oficiales cubrirían el
costo de este servicio.
El ajuste fiscal y la reforma del Estado requirieron de la contribución
de todos los sectores del país, en especial del sector privado a través de
un proyecto de Ley, en el que se estableció, por primera y única vez, un
impuesto extraordinario que fue del 2 al 7 por mil a los activos reales de
las compañías registradas en la Superintendencia de Bancos y de
Compañías, esto permitió al gobierno recaudar por una sola ocasión
recursos que fueron destinados a fortalecer la estrategia de ajuste y
contribuir al programa de compensación social.
100
Se diseñó una política cambiaria fundamentalmente orientada a
afirmar el programa antiinflacionario y a defender la posición externa del
país, esto conllevó a una nueva devaluación inicial significativa, para
restaurar la competitividad de la producción de bienes exportables, y
permitir mantener el tipo de cambio nominal constante con el fin de
reducir las expectativas de devaluaciones e inflación y así alcanzar una
estabilización del nivel de precios.
El tipo de cambio de intervención se fijó en un nivel de 2.000 sucres
por dólar, las importaciones privadas podían obtener divisas a esta
cotización en el Banco Central o proveerse en el mercado libre de
cambios, los exportadores privados debían liquidar sus divisas a esta
cotización en el instituto emisor, paro lo cual recibirán el 85% del valor de
sus exportaciones en sucres, es decir 1.700 sucres por dólar, y el
restante 15% en un bono de estabilización cambiaria denominado y
pagadero en dólares, mismo que no percibía interés y tendría un
vencimiento a 180 días, o podría ser libremente negociado antes de su
vencimiento; cabe destacar que el Banco Central no aplicó este
procedimiento para las exportaciones del sector público como una forma
de ahorro forzoso a fin de reforzar el programa de restricción fiscal.
La puesta en marcha de este bono de estabilización cambiaria
buscó obtener ventajas, es así que, al ser este un documento libremente
negociable, introdujo un elemento de flexibilidad dentro de un sistema de
tipo de cambio básicamente fijo; la emisión de este bono contribuyó a los
objetivos de la política monetaria en la medida que permitió una
acumulación de reservas internacionales, pues permitía recoger una
parte del exceso de liquidez que podría producirse por este motivo, y
finalmente, al ser un papel negociable estimuló el desarrollo de un
mercado de divisas a futuro.
101
En cuanto tiene que ver con la política salarial, se realizó un
incremento a pesar que no estuvo presupuestado, es decir sin el
respectivo financiamiento, además se incrementó la compensación por el
costo de la vida y se estableció el decimosexto sueldo.
El programa buscó el mejoramiento de la atención primaria de salud
en aquellas áreas con población más necesitada, para lo cual se anunció
el mejoramiento de equipos e insumos de los puestos y centros de salud,
a más de suministrar medicamentos esenciales, distribución de alimentos
procesados, y otras acciones de capacitación en áreas de saneamiento
ambiental y nutrición.
Se agilitaron las operaciones con el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) a fin de institucionalizar líneas de financiamiento
destinadas a la microempresa, el programa incluía capacitación y apoyo a
organizaciones no gubernamentales que trabajan en ese campo.
Como estrategia social el gobierno incluyó la ampliación y
mejoramiento del desayuno escolar, el sistema de comedores populares,
la atención a los menores de la calle y programas de vivienda y
saneamiento ambiental.
Uno de los objetivos fundamentales del Plan en el mediano plazo
era la reducción, reforma y racionalización de la administración pública,
esta estrategia incluía la eliminación y consolidación de entidades
públicas, así como la privatización en ciertas áreas en las que la acción
del sector privado podía ser más eficiente, todo esto con una adecuada
supervisión por parte del Estado.
La reforma incluía cláusulas destinadas a institucionalizar un
Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), el cual tendría como
objetivo amortiguar los ajustes en el gasto fiscal originados por la
102
inestabilidad de los precios del petróleo, para ello el FEM actuaría como
una represa, acumulando reservas durante períodos de abundancia por
el concepto de exportaciones petroleras, y poder utilizar estas reservas
en períodos de escasez; el FEM pretendía convertirse en un fondo de
seguro mediante el cual el Estado ecuatoriano se protegería contra el
riesgo de que los precios mundiales del petróleo y de los principales
productos de exportación caigan fuerte e inesperadamente.
La Deuda Externa del Ecuador ascendió a US$ 12.271 millones,
que incluían US$ 3.673 millones en atrasos en el pago de capital e
intereses, esta cifra equivalía a cerca de US$ 1.100 dólares por
ecuatoriano, lo cual constituyó una de las deudas externas más altas del
mundo en términos per-cápita, lo que aumentó la vulnerabilidad de las
finanzas públicas y de la balanza de pagos frente a desenvolvimientos
adversos ajenos a nuestro control, tales como el deterioro súbito de los
términos de intercambio o desastres naturales que afectan los procesos
productivos internos, por lo que el peso del servicio de la deuda sobre el
ingreso presente y futuro del país desestímulo la inversión productiva y,
por tanto, el desarrollo económico.
El gobierno buscaba encontrar una solución negociada, global y
realista al problema de la deuda con la banca comercial, las
negociaciones tomarían en cuenta la capacidad real de pago del país y
se orientarían preferiblemente, a mecanismos dictados por el mercado,
pues el gobierno era consciente de que esta deuda externa es
impagable, tal como lo reconocieron, ya desde aquel tiempo, los mismos
mercados financieros internacionales y los últimos procesos de
renegociación de deuda, se esperaba evitar que el pago de la deuda
afecte la posibilidad de crecimiento de la economía ecuatoriana; que
permitiera al Ecuador obtener flujos de capitales internacionales; a mas
de poder atraer tecnología y técnicas de producción.
103
3.13. Carta Plan económico - Abdalá Bucaram
En la presidencia de Abdalá Bucaram, el bajo ingreso por habitante
y el alto porcentaje de la población que vive en situación de indigencia
constituían, sin lugar a dudas, los principales problemas socioeconómicos
a resolver en el Ecuador, por lo que el Gobierno tenía la gran
responsabilidad de sacar al pueblo de la pobreza extrema.
Con el fin de cumplir este propósito, el gobierno se propuso llevar a
cabo profundas reformas que transformarían a la sociedad ecuatoriana,
las políticas sociales fueron elementos prioritarios del plan pues, se
quería dotar a los ecuatorianos de una vivienda digna, con adecuado
aprovisionamiento de agua potable, alcantarillado y electricidad,
poniendo especial énfasis en la nutrición de los niños, en la educación de
los jóvenes, en la capacitación laboral de los adultos, en la salud de
todos los ecuatorianos.
Para que los programas sociales pudiesen llevarse eficientemente a
la práctica y dar resultados reales y permanentes, era necesario
establecer y fortalecer la disciplina fiscal, la estabilidad de la moneda y el
crecimiento de la producción y del empleo, sin embargo, el crecimiento no
ha sido posible obtenerlo en los últimos años, mejor dicho décadas, pues
la paradoja es que nuestro país a pesar de ser netamente petrolero
carece de energía.
Ha sido regla general, que cada inicio de un nuevo gobierno, este
implante un programa de ajuste, en respuesta a desequilibrios fiscales y
externos, con medidas que han sido percibidas como traumáticas por el
pueblo ecuatoriano ya que, a falta de suficientes reformas estructurales,
no han generado beneficios permanentes y no sentaron las bases para el
crecimiento económico y la reducción de la pobreza.
104
Es así que si hacemos un análisis retrospectivo podemos ver que,
en el gobierno del Dr. Oswaldo Hurtado, el programa de ajuste se inició
con una devaluación del 32% y grandes elevaciones en los precios de
gasolina y derivados del petróleo. Además, entre enero de 1982 y agosto
de 1984, el tipo de cambio se devaluó en 168% y desde comienzos de
1980 hasta agosto de 1984, el precio de la gasolina subió en 500%.
Durante el gobierno del Ing. León Febres Cordero, el tipo de cambio en el
mercado libre se devaluó en 450% y el precio de la gasolina subió en
167%. Durante el gobierno del Dr. Rodrigo Borja, el tipo de cambio del
mercado de intervención se devaluó en 465% y en el mercado libre en
224%, mientras que el precio de la gasolina subió en 712%. Por último, el
Arq. Sixto Durán Ballén inició un programa de ajuste con una devaluación
del 35% y una elevación de 125% del precio de los combustibles, y
durante el conjunto de su administración, el tipo de cambio en el mercado
libre se devaluó en 88% y el precio de la gasolina subió en 422%.
En los programas mencionados, las medidas adoptadas no lograron
reducir la inflación por debajo de los niveles vigentes antes del ajuste la
única excepción fue la del gobierno del Arq. Durán Ballén, durante el cual
se registró un importante progreso en la lucha contra la inflación. Sin
embargo, desde el comienzo de los años 80 hasta la fecha, la economía
ecuatoriana no ha podido generar un crecimiento alto y sostenido de la
producción y del empleo, todo esto por insuficiencia en falta de profundas
reformas estructurales.
Las circunstancias tenían que cambiar, ya era tiempo que el sector
privado asuma sus responsabilidades, en un marco de reglas claras, en
el que el Estado ya no tendría una política paternalista que solvente las
pérdidas de grupos privilegiados, otorgándoles subsidios financiados en
base al impuesto inflacionario que golpea, como siempre a las clases
populares; no se podía continuar con déficit fiscales financiados con la
105
receta de siempre, con una emisión inorgánica de dinero porque quien
los paga, a la larga, es siempre el pueblo.
Las proyecciones eran alentadoras y ambiciosas, para el mediano
plazo esperaba mejorar de manera significativa el nivel de vida de la
población, elevando el ingreso Per. Capita en casi 20%, de 1.600 a 1.900
dólares en los cuatro años de gobierno, además generar un crecimiento
de la economía entre 4% y 5% en 1997, y superior al 6% anual para el
período 1998 – 2000, crear al menos 600.000 nuevas plazas de trabajo
durante el período 1997 – 2000, sacar de la extrema pobreza a un total
de un millón y medio de ecuatorianos hasta el año 2000, crear
oportunidades para la inversión de riesgo en sectores claves de la
economía, que están claramente subexplotados, eliminar la inflación y
bajar las tasas de interés a niveles internacionales y aumentar la
disponibilidad de crédito para las familias, los productores y los
empresarios.
El balance del Banco Central reveló que las reservas
internacionales de libre disponibilidad son superiores al 100% de la base
monetaria, lo que aseguraba un ingreso al esquema de convertibilidad en
una posición sólida de respaldo de nuestra moneda; las reservas
internacionales de libre disponibilidad son aquellas que resultan después
de excluir de las reservas internacionales netas aquellas que están
atadas a pasivos del Banco Central en moneda extranjera, hasta que se
implantare la convertibilidad, el Banco Central sólo emitiría dinero a
cambio de dólares que le hubiesen sido entregados, en otras palabras, el
Banco Central sólo podría crear dinero de base como contraparte de la
acumulación de reservas internacionales.
Los agentes económicos, con este método o nuevo sistema,
tendrían total libertad de escoger entre el sucre y el dólar, sin controles,
106
sin incautación de divisas, sin congelamiento de depósitos bancarios o
cualquier otra medida compulsiva.
Con el sistema de la convertibilidad se quería evitar caer en los dos
grandes errores que deformaron permanentemente la condición de los
agentes económicos; en primer lugar, la absurda idea de que el crédito y
dinero son la misma cosa, el crédito se da siempre en base a un ahorro
real de recursos, fruto de un esfuerzo consciente para economizar una
parte del ingreso a fin de mejorar la situación futura. Sin embargo, los
empresarios, los banqueros y el gobierno creyeron que el Banco Central
podía otorgarles crédito para solucionar sus problemas. El Banco Central,
en vez de otorgar crédito, emitía dinero y, cuando lo hace sin respaldo,
genera emisión inorgánica, descargando, mediante la inflación, el peso
de los malos manejos en el sector fiscal, empresarial y financiero, sobre
las espaldas de trabajadores y de ahorristas, para quienes la inflación es
el más injusto de los impuestos.
El segundo error fue pensar que devaluando nuestra moneda se
lograría mejorar permanentemente la competitividad de nuestros
productos en los mercados internacionales, esta fue una
conceptualización errónea, pues la devaluación en el corto plazo conduce
a una subida de precios y salarios, lo que genera un circulo vicioso entre
devaluación, inflación y especulación. Las exportaciones no tradicionales
crecieron muy poco en épocas de grandes devaluaciones, contrario a
este error los mayores crecimientos se han registrado durante los últimos
años que ha existido estabilidad económica. Es decir que no es el Banco
Central quien podía crear la competitividad, sino la eficiencia y la
reducción de costos en los procesos productivos.
Las exportaciones se incrementarían siempre y cuando exista una
estabilidad económica, una mayor productividad y eficiencia, si se mejora
107
de la calidad de los productos, con un trabajo conjunto entre el sector
público y el sector privado, si se reducen los costos, si hay mejores
condiciones de acceso a los mercados en el exterior y a un verdadero
esfuerzo productivo. El esquema de convertibilidad permitiría hacer un
reordenamiento institucional que evite estos errores de la sociedad, por el
lado del dinero, eran necesarias instituciones monetarias y de supervisión
bancaria independientes, tanto del gobierno y del Ministerio de Finanzas
como del sector financiero, para que puedan cumplir su papel con
imparcialidad y velar por la estabilidad del valor de la moneda y la solidez
y solvencia del sistema financiero y administrar eficientemente las
reservas internacionales que respaldan al sistema monetario interno.
A fin de asegurar la convertibilidad se planteó el mejoramiento de
los mecanismos de devolución de impuestos indirectos a los
exportadores, incluyendo IVA y aranceles sobre combustibles y la
eliminación de impuestos específicos a la exportación que todavía
existían, por ejemplo, 0.5% a productos mineros, además se pretendía
reducir la tasa de impuesto sobre la renta del 25% al 10% sobre las
utilidades reinvertidas y al 20% sobre las utilidades distribuidas en
efectivo, la participación de los trabajadores en las utilidades ser del 1%
en el caso de las reinvertidas y del 15% en el caso de las distribuidas en
efectivo, este tratamiento tenía sentido porque las utilidades reinvertidas
implican un ahorro de las empresas y, consecuentemente, impedía que
los accionistas consuman esta rentabilidad.
Para aquella época el saldo de deuda externa e interna del sector
público representaba cerca del 75% del PIB, esto quería decir que para
cancelar completamente esta deuda, los ecuatorianos debíamos dedicar
la totalidad de nuestros ingresos durante 9 meses, sin comer, sin
vestirnos, sin ahorrar, sin consumir sin ahorrar, a fin de reducir esta carga
y la de reintroducir al país a los mercados financieros internacionales, en
108
las mejores condiciones de tasas de interés y de plazos, obligaban a ser
más responsables, previsivos, profesionales en la gestión de nuestra
deuda publica, se pretendía reducir la carga del endeudamiento existente
reestructurando la deuda con el Club de Paris, además de buscar
maximizar el acceso a los créditos del Banco Mundial, BID y CAF,
especialmente en cuanto tenía que ver con los Préstamos Sectoriales.
Estos y muchos mas programas estuvieron incluidos en el Plan de
Gobierno de Bucaram, sin embargo no dejaron de ser buenas propuestas
con buenas intenciones, pues como se sabemos sus actos demostraron
todo lo contrario de sus ofrecimientos; sin embargo, es rescatable la
visión que tuvo en el sentido de aplicar la convertibilidad para de alguna
manera detener la pobreza que cada día se iba incrementando.
3.14. Carta Plan económico - Fabián Alarcón
El crecimiento económico para 1996 fue de apenas 2.0%, mientras
el incremento anual de los precios superó el 30%, en un contexto en el
que se registra un fuerte desajuste en las cuentas públicas, la cuenta
corriente de la balanza de pagos registró un superávit de
aproximadamente US$ 264 millones (equivalente al 1.4% del PIB),
consecuencia de un importante saldo positivo de la balanza comercial,
vista la baja de las importaciones, debido en parte al menor dinamismo
económico.
El Gobierno Nacional estimó que podía realizar, a pesar de las
limitaciones, un esfuerzo serio para reordenar la economía, de modo que
la próxima administración pueda dar continuidad a los esfuerzos que se
realicen, se trató de propiciar una coherencia temporal en la aplicación
de la política económica, evitando su volatilidad.
109
La pretensión del gobierno era la proyectar una reactivación al largo
plazo; es decir que se pensaba que los beneficios no solo se notaran en
el período 1997-1998, sino que irían mucha mas allá, es así que los
principales lineamientos de política macroeconómica para estos años
estaban dirigidos a la baja de la inflación tratando de que la tasa anual de
crecimiento de los precios sea del 25%, para lo cual se pondría en
práctica un manejo fiscal disciplinado y en coordinación con la política
monetaria y cambiaria del Banco Central del Ecuador.
También se esperaba que el desequilibrio fiscal no sobrepasare el
2.5% del PIB al término de 1997; el Banco Central frenaría los
movimientos especulativos de los agentes, mediante la aplicación de
nuevos mecanismos de intervención, las denominadas subastas de
compra, venta y spread, que apuntaban a que las instituciones
financieras participantes en las subastas revelasen sus posiciones reales
respecto del precio de la divisa, evitando de esta manera cambios
bruscos producto de presiones especulativas.
En lo que tiene que ver con el crecimiento económico el Programa
preveía una reactivación del crecimiento económico en 1997 y 1998, de
3.5% y 4.0%, respectivamente, como consecuencia del fortalecimiento
esperado de las inversiones en los sectores petrolero, de
telecomunicaciones y de servicios, así como por el desenvolvimiento de
las exportaciones no tradicionales, esto sería posible si se disminuían la
inflación y las tasas de interés.
Se estimó un crecimiento de las importaciones de bienes y
servicios, del orden del 7.2%, producto del aumento esperado de las
compras externas de bienes de capital, especialmente los destinados a la
industria y equipos de transporte, bienes de consumo no duradero y
materias primas; en igual forma las exportaciones de bienes y servicios
110
se incrementarían en 1997 en 3.4%, en volumen, impulsadas
especialmente por las ventas externas de productos agrícolas
tradicionales y no tradicionales; de petróleo crudo y de productos
piscícolas.
Para 1997, el déficit potencial era de 6.6% del PIB, debido a que, se
habrían sobreestimado los ingresos y no se había precisado las fuentes
de financiamiento de algunos rubros, además se calculó que el sector
externo presentará una cuenta corriente deficitaria de 1.8% del PIB, la
Balanza Comercial sería aproximadamente 4.7% del PIB, menor al
porcentaje observado en 1996 (7.2%) debido a la disminución en las
ventas petroleras externas (-9.6%), por la baja del precio del petróleo en
este año (US$ 18 por barril en 1996, US$ 16 en 1997) y la leve
desaceleración de las exportaciones no petroleras.
3.15. Carta de intención año 2000
El Ecuador solicitó al Fondo Monetario Internacional un acuerdo de
derecho de giro de 12 meses de duración por un monto equivalente a
DEG 226.75 millones, aproximadamente US$ 300 millones, para lo cual
eran necesarias aplicar varias medidas de ajuste a fin de estabilizar la
difícil situación económica.
Como antecedentes tenemos que, el 22 de enero del 2000 asumió
el poder el Presidente Noboa, encontrando un panorama desolador, los
elementos externos ocurridos en 1997-99, como fueron el fenómeno
climático de El Niño, la marcada caída de los precios internacionales del
petróleo y la turbulenta situación financiera internacional combinados con
la debilidad de las políticas aplicadas, generaron una fuerte contracción
del producto real; un incremento del desempleo; una aceleración de la
inflación; un voluminoso déficit fiscal y crecientes atrasos en los pagos
del sector público; y un sistema bancario en profunda crisis.
111
A fin de restituir la confianza en la gestión económica, el Gobierno
implementó un ambicioso programa de reformas económicas, que
conjuntamente con varias reformas legales permitirían alcanzar la
transformación económica del Ecuador, mismas que fueron aprobadas
por el Congreso el 1 de marzo de 2000, esta legislación asentó las bases
para la dolarización oficial de la economía anunciada el 9 de enero de
2000, elementos que permitirían conseguir un mercado laboral más
flexible, a mas de obtener un marco idóneo para enfrentar los problemas
del sector financiero.
Para 1998 la economía había llegado a un alto grado de
estancamiento, lo que llevó a que nuestro país entre en una profunda
recesión en 1999, como consecuencia del rápido desarrollo de la crisis
bancaria y la consiguiente contracción crediticia, todo esto acompañado
de la disminución de los ingresos reales causada por la depreciación del
tipo de cambio real, una voluminosa salida neta de capitales privados y el
bajo precio de exportación del petróleo crudo que rigió durante gran parte
del año, elementos que indujeron a que en 1999, el PIB real se contrajera
alrededor del 8%, reflejando una marcada disminución de la inversión y
del consumo privado.
El desempleo prácticamente se duplicó en doce meses, alcanzando
el 16% a diciembre de 1999, la inflación anual en los precios al
consumidor se aceleró del 43% a fines de 1998 al 91% en febrero del
2000, y en los precios al productor se incrementó del 35% al 301%; el
sucre se depreció casi un 200% en 1999, y un 25% adicional en la
primera semana de enero de 2000.
En referencia a las finanzas públicas experimentaron problemas
desde hace varios años, pero se malograron acentuadamente en 1998,
como consecuencia de la caída de los precios de exportación del
112
petróleo, la disminución de la producción petrolera por la reducción de los
gastos de mantenimiento y el mayor gasto, principalmente en materia de
salarios, a la vez que se vieron afectadas negativamente debido a que
algunas empresas privadas de distribución de electricidad no pudieron
mantenerse al día en los pagos por la energía suministrada por la
empresa estatal de electricidad (INECEL).
En septiembre de 1998, en respuesta al aumento del déficit del
sector público no financiero, el Gobierno eliminó la mayor parte de los
subsidios sobre los precios del gas doméstico y de la electricidad,
estimados en ese momento en alrededor del 1.5% del PIB, e incrementó
los precios del diesel y la gasolina en un 40% y un 12%, respectivamente,
indexando sus precios en función del tipo de cambio del dólar; con el fin
de proteger a los más pobres del país, se fortaleció y se focalizó más
eficientemente la red de protección social.
El Gobierno incrementó alrededor de un 12% el salario mínimo, e
introdujo una nueva modalidad de ayuda a través de un subsidio en
efectivo El Bono Solidario en beneficio de aproximadamente 1,3 millones
de hogares; a pesar de haber tomado estas medidas, el déficit
consolidado del sector público pasó del 2.5% del PIB en 1997 al 5.9% del
PIB en 1998.
En el año de 1999 se hicieron varios esfuerzos para reducir el
déficit del sector público, es así que en febrero, la sobre tasa arancelaria
temporal sobre importaciones de 2 y 5 puntos porcentuales, que había
caducado en diciembre de 1998, se reintrodujo con sobre tasas de hasta
10 puntos porcentuales, para marzo, el precio interno de los combustibles
volvió a incrementarse entre 23% y 27%, en abril, el H. Congreso
Nacional aprobó un conjunto de medidas fiscales que incluían el
restablecimiento del impuesto a la renta que se había suspendido el 1 de
113
enero de 1999, la ampliación de la base de impuesto al valor agregado,
la eliminación de algunas exenciones en los aranceles de importación, un
impuesto sobre los vehículos de lujo, un impuesto sobre el patrimonio
neto de las empresas, a aplicarse por una sola vez, y el otorgamiento de
atribuciones adicionales a la administración de rentas internas para exigir
el cumplimiento de las leyes impositivas.
Para abril de 1999 se incrementó en 50% el beneficio en efectivo
del bono solidario; las medidas estuvieron reforzadas por un estricto
control sobre los gastos, particularmente en lo que tenía que ver con los
salarios; después del aumento de las protestas sociales, en julio y hasta
junio de 2000, el Gobierno congeló el precio de refinería de la gasolina al
nivel fijado en marzo de 1999, y extendió hasta la misma fecha el
congelamiento del precio del gas de uso doméstico.
En el contexto del aumento de los precios internacionales del
petróleo, la mayor inflación y la depreciación del sucre, generaron
importantes subsidios en el precio interno de los combustibles;
adicionalmente, se incrementaron significativamente los pagos por
concepto de intereses, reflejando el impacto de la depreciación del tipo
de cambio (la mayor parte de la deuda pública está denominada en
dólares estadounidenses) y el costo de los bonos públicos emitidos en
relación con la crisis bancaria; también se experimentaron pérdidas
cuasifiscales, en las operaciones de política monetaria, por un 1,2% del
PIB, como resultado, si bien el Sector Público No Financiero SPNF, se
redujo ligeramente y se registró un superávit primario de alrededor del
4% del PIB, el déficit del sector público consolidado volvió a
incrementarse al 7,2% del PIB.
En octubre de 1999, el Gobierno presentó al Congreso Nacional un
paquete de medidas tributarias que tenía por objeto reducir el déficit fiscal
114
consolidado a alrededor del 2.5% del PIB en el 2000; a pesar de ello, el
conjunto de medidas que finalmente se aprobó no cumplieron con lo
propuesto con el Gobierno, los aumentos, de 2 puntos porcentuales en el
impuesto al valor agregado, que se incrementó al 12% y de 10 puntos
porcentuales en la tasa marginal máxima del impuesto a la renta de las
personas naturales y a las utilidades de las empresas, que se incrementó
al 25%, se vieron contrarrestados en gran medida por la reducción del
impuesto a las transacciones financieras, que pasó del 1,0% al 0,8%,
convirtiéndolo en adelanto del impuesto a la renta de las personas, y por
la eliminación de los impuestos sobre los vehículos de lujo y el patrimonio
neto de las empresas.
Adicionalmente para afianzar el control de los gastos, el Gobierno
había propuesto una reducción sustancial en las preasignaciones de los
ingresos tributarios; sin embargo, el Congreso asignó a las
municipalidades el ingreso proveniente del aumento del impuesto al valor
agregado y destinó a gastos en infraestructura alrededor del 40% del
ingreso proveniente del impuesto a las transacciones financieras.
La deuda pública total se incrementó sustancialmente del 64% del
PIB en 1997 al 118% del PIB en 1999, reflejando la combinación de la
debilidad de las finanzas públicas que dio lugar a un endeudamiento neto
en gran escala, la emisión de bonos del sector público para respaldar al
sistema bancario, los efectos de la contracción económica y la importante
depreciación del tipo de cambio real ocurrida en 1998-99.
En agosto de 1999, el Gobierno suspendió temporalmente los
pagos del servicio de la deuda de bonos Brady y Eurobonos en espera de
que una resolución ordenada de las negociaciones con los acreedores
privados externos permitiría lograr una posición más sostenible en
materia de deuda y servicio de la deuda, consistente con la viabilidad
115
externa a mediano plazo, también se reestructuraron alrededor de US$
500 millones en bonos públicos internos a corto plazo, extendiendo los
vencimientos a una menor tasa de interés.
El deterioro de la situación económica acentuó los problemas del
sistema bancario derivados de la práctica de otorgar crédito a
prestatarios vinculados con los bancos, del crecimiento del crédito en
moneda extranjera otorgado a prestatarios que no generan ingresos en
divisas, y de la falta de rigurosidad en la supervisión, particularmente de
las operaciones extraterritoriales, el 1 de enero de 1999 se introdujo un
impuesto del 1% sobre las transacciones financieras, que agravó las
dificultades de los bancos al estimular una sustancial desintermediación
financiera.
En diciembre de 1998 el Gobierno creó la Agencia de Garantía de
Depósitos (AGD) con el amplio mandato de reestructurar el sistema
bancario, y anunció que garantizaría todos los depósitos internos y
extraterritoriales y las líneas de crédito del sistema bancario, para abril de
1999 se contrataron empresas auditoras internacionales para realizar
auditorias especiales en todos los bancos, con el objeto de distinguir los
bancos viables de los no viables, los resultados de las auditorias se
transmitieron a cada banco y a la Junta Directiva de la AGD en junio de
1999; los bancos con patrimonio neto negativo fueron puestos bajo el
control de la AGD, y cuatro bancos con capital insuficiente fueron
recapitalizados mediante préstamos subordinados otorgados por un
banco estatal.
Como conclusión del trabajo realizado por la AGD, se cerraron 14
instituciones financieras entre ellas los dos bancos más grandes, El
Filanbanco y el Del Progreso, que representan alrededor del 65% de los
activos internos del sistema; todo este preámbulo condujo a que se
116
decretara un feriado bancario del 8 al 12 de marzo de 1999,
congelándose los depósitos de ahorro y a la vista por seis meses y los
depósitos a plazo por un año. En agosto, el Gobierno comenzó a
liberalizar US$ 465 millones de depósitos a la vista y de ahorro; para
enero de 2000 se habían liberalizado todos esos depósitos, en octubre
de 1999, ante el constante deterioro de sus operaciones, la AGD
intervino o fusionó con bancos estatales tres de los cuatro bancos que
habían sido recapitalizados. Para enero de 2000, la cartera vencida había
alcanzado al 43% de la cartera total de préstamos, en comparación con el
9% a fines de 1998, y las líneas de crédito externo de los bancos se
habían reducido a la mitad, alcanzando a US$ 918 millones.
Esta crisis bancaria minó la política monetaria en 1998-99, el
gobierno emitió unos US$ 1.400 millones en bonos para que la AGD
recapitalice los bancos en dificultades, a fin de que se paguen las
garantías de depósitos de los bancos cerrados, y se cubra los retiros de
los saldos de los acreedores externos; también se redescontaron o
vendieron al Banco Central alrededor de US$ 1.200 millones.
En la medida que el Banco Central no pudo filtrar la totalidad del
incremento de liquidez resultante, el crecimiento anual de la base
monetaria se aceleró del 41% a fines de 1998 a alrededor del 136% a
fines de 1999. Inicialmente, las inyecciones de liquidez pudieron ser
manejadas en gran medida a través de pérdida de reservas
internacionales; sin embargo, ante la sostenida presión cambiaria y la
disminución de las reservas internacionales, en febrero de 1999 el Banco
Central dejó flotar el sucre. Las presiones cambiarias se intensificaron en
noviembre de 1999, las tasas de interés interbancarias se incrementaron
del 60% hasta casi un 150%, y el Banco Central aumentó el encaje legal
sobre los depósitos en sucres; a pesar de haberse tomado estas
medidas, las presiones cambiarias no disminuyeron hasta que el 9 de
117
enero del 2000 se anunció la intención de dolarizar la economía, desde
entonces, el tipo de cambio se ha mantenido estable, las tasas de interés
han decrecido a alrededor del 15-18%, la base monetaria sólo se ha
expandido marginalmente y el sistema bancario ha experimentado una
afluencia de depósitos.
La fuerte contracción de la demanda interna y la subida de los
precios del petróleo contribuyeron a que la cuenta corriente de la balanza
de pagos pasara de un déficit de US$ 2.200 millones, un 11% del PIB en
1998, a un superávit de aproximadamente US$ 840 millones, es decir un
6,2% del PIB en 1999, las importaciones disminuyeron en un 50%,
mientras que las exportaciones de petróleo aumentaron en un 47.5%, a
pesar de la importante depreciación del tipo de cambio real producida en
1999, las exportaciones no petroleras se redujeron un 15%, reflejando la
crisis del sector empresarial, en particular la falta de capital de trabajo y
la debilidad de la demanda en otros países de la Comunidad Andina.
El voluminoso superávit en cuenta corriente y la disminución de
alrededor de US$ 423 millones en las reservas internacionales netas que
alcanzaron a US$ 1.200 millones ayudaron a financiar una salida de
capitales privados en aproximadamente US$ 2.600 millones, un 19% del
PIB; los atrasos en los pagos externos alcanzaron a cifra de US$ 925
millones a fines de 1999, de los cuales alrededor del 75% corresponde a
acreedores del Club de París.
El marco macroeconómico propuesto para el 2000 supuso que no
habría crecimiento respecto al PIB; en la primera parte del año
probablemente se produciría cierta contracción adicional, seguida de una
modesta recuperación en el segundo semestre, acompañada de un
supuesto retorno de la confianza y un mayor acceso al capital de trabajo,
118
en la medida en que se que se consolide la reestructuración bancaria y
se reconstituyan las líneas de crédito externas de los bancos.
Al ajustarse los precios y los salarios relativos como consecuencia
de la fuerte depreciación, anterior a la dolarización, trajo como
consecuencia un incremento en los precios al consumidor, la cual fue
significativa, lo que hizo prever que la tasa de inflación para finales de
año no sería inferior al 55-60%.
El programa busca reducir el déficit del sector público no financiero
del 6% del PIB en 1999 al 3,9% del PIB en 2000, de manera consistente
con un incremento del resultado primario del SPNF del 4,1% del PIB al
6,6% del PIB en el mismo período. El déficit consolidado del sector
público se reduciría del 7,2% del PIB en 1999 al 3,2% del PIB en 2000,
reflejando el superávit cuasifiscal del Banco Central, resultante
principalmente de los ingresos por concepto de intereses de sus
importantes tenencias de bonos de la AGD.
Los ingresos perdidos como consecuencia del congelamiento del
precio de la gasolina, y los costosos subsidios generales para el gas de
uso doméstico y los precios de la electricidad, que como es sabido solo
benefician los sectores de altos ingresos y al sector industrial, hasta la
presente, constituyen importantes obstáculos que dificultan una efectiva
puesta en práctica de los programas sociales del Gobierno.
El primer incremento sería del 60% en el caso de los derivados
domésticos y del 40% en el caso del gas de uso doméstico (GLP), luego
un 60% en el caso de la gasolina de 92 octanos, de 40% en el caso del
GLP, y de 30% en el caso del combustible diesel y la gasolina de 82
octanos.
119
En el campo social se trató de implementar una mejor focalización
del bono solidario, incluso para las personas que viven en zonas
alejadas, con transferencias adicionales en efectivo a aquellas familias
cuyos hijos muestran una satisfactoria asistencia escolar; la provisión de
apoyo médico y nutricional a niños de corta edad y mujeres
embarazadas; y la creación de un fondo destinado a acelerar el
desarrollo económico y social de las comunidades indígenas, con
asistencia financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Otro método de ayuda para eliminar la pobreza fue el de apoyar la
reparación de los daños ocasionados por El Niño, pues para estos
proyectos se hace necesario el uso intensivo de mano de obra y/o
restablecen el acceso a mercados y servicios vitales, esto con una
coordinación entre el Ministerio de Obras Públicas y COPEFEN,
organismo público encargado de los trabajos de reconstrucción en la
zona costera y simplificar los procedimientos de control para facilitar los
desembolsos de préstamos de emergencia de organismos multilaterales.
Los aumentos de salarios en el sector público se limitarían al 20%
en enero del 2000 para grupos seleccionados, un aumento general del
10% en abril, y aumentos del 20% en julio y octubre, respectivamente,
para ciertos grupos
En lo que respecta al sistema monetario la legislación sobre
dolarización convierte al dólar de Estados Unidos en la moneda de curso
legal y establece que el Banco Central cambiará sucres a la vista a una
tasa de 25.000 sucres por dólar, por la necesidad, la Ley permitió una
emisión limitada de monedas en sucres, que permanecerán en
circulación para facilitar las transacciones pequeñas, lo cual requería que
dicha emisión esté en todo momento plenamente respaldada por dólares
de Estados Unidos.
120
Al aprobarse la Ley de Transformación Económica, el Banco
Central eliminó la creación de obligaciones denominadas en sucres, por
lo que tuvo que convertir monedas y billetes en sucres por dólares
estadounidenses a la vista, cambio que estuvo previsto concluyera en 12
meses.
Se adoptaron medidas para fortalecer la AGD, con el fin de facilitar
la rápida enajenación de los activos de los bancos cerrados, lo que
permitiría recuperar recursos que se destinarían al pago de los
depositantes; de igual forma se reforzó las finanzas públicas eliminando
progresivamente la plena cobertura de la garantía de depósitos en favor
de una cobertura limitada; también se adoptaron medidas que exigen a
que los bancos publiquen trimestralmente indicadores financieros; se
enmarquen dentro de las normas contables de las instituciones
financieras con el objeto de adecuarlas a las mejores prácticas
internacionales.
La eficiencia y la velocidad con que se reestructurasen las deudas
de las empresas y de las personas, sería un determinante crucial de la
rapidez con que se recuperaría el sistema bancario y la economía, es así
que el gobierno colaboró con las instituciones multilaterales en la
formulación de un programa integral para reestructurar la deuda del
sector público y de las unidades familiares, y de esta forma proporcionar
capital de trabajo a las empresas, esta reestructuración tubo como punto
de partida aquellas deudas de US$ 50.000 o menos, que representaban
alrededor del 12% de los préstamos del sistema bancario y el 95% de los
deudores de los bancos.
La aprobación de la Ley Fundamental para la Transformación
Económica del Ecuador abrió el camino a las reformas destinadas a
estimular la productividad, elevar el producto potencial y fortalecer el
121
marco reglamentario de los sectores a privatizarse. Se flexibilizaría el
mercado laboral y se reduciría el desempleo permitiendo el empleo
mediante contratos temporales. En el sector petrolero, la Ley permitiría
que las empresas privadas construyan y operen oleoductos, y facilitaría la
construcción de un nuevo oleoducto cuyas obras se iniciarían este año,
que se prevé habrá de facilitar un incremento de las exportaciones de
petróleo del nivel actual de alrededor de 90 millones de barriles a 190
millones de barriles anuales en 2002. Se estima que la inversión
necesaria para la construcción del oleoducto alcanzaría a unos US$ 600
millones, que se financiarían principalmente a través de inversiones
extranjeras directas.
La Constitución ecuatoriana establece que los recursos
provenientes de las privatizaciones serán administrados por el Fondo de
Solidaridad Social e invertidos en activos de alta calidad; las utilidades
obtenidas de las inversiones se utilizarían para incrementar el gasto
social, esto en cuanto seguía la política de tratar de privatizar las
empresas eléctricas y las telefónicas.
El Gobierno reconoció que el progreso económico y social requería
de una mejor gestión pública, para lo cual se necesita sistema judicial
efectivo e imparcial, pues como sabemos, la falta de confianza en las
leyes no permite que se haga efectiva la inversión externa e interna; esta
y otras medidas complementarias se formularon, pero la realidad otra vez
fue decepcionarte, las buenas intenciones no pudieron ser compatibles
con el incremento de la pobreza; sin embrago se siguieron
implementando políticas tendientes a una reactivación y estabilización de
la economía.
3.16. Carta de intención año 2003 – Lucio Gutiérrez
122
En el Diario El Comercio, de 21 de febrero del 2003 publicó la Carta
de Intención entre el Gobierno del Ecuador y el Fondo Monetario
Internacional, entre los aspectos más relevantes tenemos que:
Con la presidencia del Crnl. Lucio Gutiérrez el 10 de febrero del
2003 se presentó la carta de intención para el período que regirá desde
marzo del 2003 hasta marzo del 2004, en el cual el gobierno nacional
solicita al Fondo Monetario Internacional un acuerdo de Derecho de Giro
(stand-by) de 13 meses por un monto de DEG US$ 151 millones, a fin de
poder implementar políticas que permitan crear condiciones para
mantener un crecimiento sostenido.
En este período, el Gobierno no incurrirá en nuevos atrasos, sean
internos o externos, así como tampoco impondrá nuevas restricciones al
comercio internacional y mantendrá políticas prudentes de
endeudamiento con el fin de reducir la relación deuda/PIB; además el
Gobierno está reintegrando gradualmente los depósitos congelados de
los bancos, también solicita que las expectativas de recompra que surjan
durante el plazo del acuerdo sean pospuestos a la fecha de vencimiento
obligatoria, por el equivalente de DEG 14 millones (4.7% de la cuota); se
contempla la realización de cuatro revisiones del programa, Junio,
septiembre y diciembre de 2003 y marzo de 2004.
A comienzo del año 2002, luego de la grave crisis económica y
política, el Ecuador reemplazó oficialmente al sucre por el dólar
norteamericano, la economía se estabilizó rápidamente e inició una
recuperación impulsada por la demanda interna, pero también por el
incremento del precio del petróleo y el alivio de la deuda dada la
reestructuración de los bonos Brady y la reprogramación de las
obligaciones contraídas con el Club de París. Sin embargo, la política
fiscal durante los años 2001 y 2002 no fue estable, debido
123
fundamentalmente al incremento excesivo de los salarios del sector
público, si bien el sistema bancario se recuperaba con rapidez, fue
limitado el progreso en el saneamiento de los bancos cerrados, y el
programa de privatización de las empresas estatales.
Como resultado de estas desviaciones, a finales de 2002 el
Gobierno central enfrentó nuevamente atrasos en los pagos internos y
externos, las disponibilidades de caja del tesoro se agotaban sin mayores
posibilidades de nuevo financiamiento, mientras se desaceleraba la
actividad económica.
El actual gobierno adoptó medidas económicas para corregir esta
mala situación, teniendo como principal objetivo el de mejorar las
condiciones de vida de la sociedad, Se proyecta un crecimiento del
producto de aproximadamente 31,5%, impulsado por un incremento de
las exportaciones de petróleo, un vez se concluya la construcción del
nuevo oleoducto (OCP). Se proyecta que la inflación de los precios al
consumidor disminuirá alrededor del 6% para fin de año.
Se determinó que es necesario mantener políticas fiscales
prudentes y que era necesario continuar con las reformas estructurales,
indispensables para lograr un fuerte crecimiento de la producción y
alcanzar otras metas de mediano plazo. Los ingresos provenientes de
las exportaciones adicionales de petróleo serán canalizados en su gran
mayoría a la reducción de la deuda pública, ésta táctica promoverá la
confianza en la sostenibilidad fiscal y de la deuda, lo que conducirá a que
disminuya el déficit en cuenta corriente, lo cual servirá para reducir el
nivel de las tasas de interés y el diferencial de riesgo.
Las políticas fiscales estará dirigidas a aliviar la presión inmediata
de liquidez y resolver los atrasos dejados por el Gobierno anterior,
fortalecer la posición fiscal, proteger a los pobres mediante la
124
estabilización de sus ingresos y el fortalecimiento de los programas
sociales. El 19 de Enero se elevaron los precios de los combustibles en
un 25% en promedio, con lo que se pretende generar aproximadamente
US$ 400 millones (1,5% del PIB) en el 2003. Este esfuerzo se
complementó con las resoluciones expedidas por el COMEXI para
eliminar los recortes selectivos y altamente distorcionadores de los
aranceles de importación (equivalentes a US$ 30 millones, que se
implantaron durante las últimas semanas del Gobierno saliente, de igual
forma el Gobierno se ha comprometido a reducir subsidios, incluidos los
precios de servicios públicos. Para Agosto el gobierno también procurará
la aprobación de leyes para la unificación de la estructura salarial del
sector público, que se prevé generará US$ 20 millones en ingresos
adicionales para el Seguro Social en el 2003.
Una medida, dura, pero necesaria según el gobierno es el
congelamiento de los salarios en el 2003 para los funcionarios públicos
de carrera, la eliminación de provisiones para horas extras, una
reducción del 20% en el sueldo del presidente, y una reducción del 10%
en las remuneraciones superiores a US$ 1.000 de los funcionarios de
libre remoción. Adicionalmente el número de cargos a cubrir por el nuevo
Gobierno se reducirá en un 10%. No obstante estas disposiciones, el
gasto en remuneraciones del SPNF se incrementará en unos US$ 260
millones, a US$ 2.251 millones, debido al arrastre de los fuertes
aumentos otorgados en 2002, así como por el aumento del décimo cuarto
sueldo impuesto por el Congreso en diciembre de 2002.
El decreto de austeridad también limita el gasto del Gobierno
central en bienes y servicios, e incluye restricciones para viajes oficiales
al extranjero, la regulación del uso de vehículos y teléfonos celulares y
una prohibición de compra de nuevas oficinas y muebles; en la misma
línea se redujo en unos US$ 100 millones el rubro presupuestario
125
asignado a Petroecuador, el programa Bono Solidario de asistencia a los
pobres pasó de US$ 11,50 a US$ 15,00 mensuales por beneficiario, a fin
de ayudar a enfrentar el incremento de los precios de los combustibles, la
asistencia a los ancianos pobres aumentó en US$ 5,00 mensuales por
persona a partir de Enero de 2003, con un costo global de unos US$ 60
millones.
Ante una dura realidad que hasta la presenta se ha venido dando,
el Gobierno desea distribuir más equitativamente el subsidio del gas
doméstico, ya que este subsidio distorsiona la economía de manera
importante, pues ha dado lugar a que se incremente el contrabando y la
corrupción, y beneficia desproporcionadamente a los estratos sociales de
mayores ingresos. En el primer semestre, el Gobierno emprenderá un
proyecto, con ayuda del BID, para mejorar la base de datos del Bono
Solidario a fin de focalizar mejor la ayuda en efectivo a los más pobres y
eliminar el subsidio al precio del gas doméstico. Se prevé que estas
medidas generarán US$ 40 millones (netos) en 2003.
Se estima que las necesidades de financiamiento del sector público
no financiero ascenderán a casi US$ 2.000 millones en el 2003. El
componente principal es la amortización de la deuda, que se prevé se
situará en US$ 1.200 millones, se incluyen también atrasos externos no
reprogramables, que se liquidarán como parte de las acciones previas del
programa, y atrasos internos, calculados en US$ 400 millones, que
también se liquidarán. Se ha programado que las necesidades de
financiamiento se atenderán mediante el superávit fiscal de US$ 500
millones, la renovación de aproximadamente US$ 400 millones de deuda
interna que vence durante el año, US$ 300 millones en financiamiento
para proyectos, y financiamiento excepcional dentro del programa por
aproximadamente US$ 600 millones (US$ 130 millones del Banco
Mundial, US$ 100 millones del BID y de la CAF, respectivamente, US$
126
160 millones del FMI, y la cooperación que el Gobierno busca del Club de
París y otros acreedores oficiales para aliviar presiones de flujos de caja
dentro del mismo año a través de una reprogramación de US$ 150
millones de la deuda externa). Con estos montos, el programa para el
2003 estaría totalmente financiado, Ecuador no buscará un préstamo
garantizado con petróleo.
El presupuesto para el año 2003, cuya aprobación en el Congreso
está prevista para finales de Febrero, contempla un congelamiento de los
salarios y supone un precio de US$ 18 por barril. Si los ingresos
obtenidos del petróleo cayeran por debajo del nivel programado, el
Gobierno compensará la totalidad de la merma con reducciones del
gasto, si los ingresos superarán el nivel programado, se los destinará
íntegramente a la acumulación de depósitos del Gobierno en el Banco
Central (Fondo de Estabilización Petrolero por liquidar) o a la reducción
de la deuda pública.
Tomando en consideración que las medidas tomadas atienden
necesidades fiscales inmediatas, el Gobierno también enviará al
Congreso varios proyectos de ley para mejorar las perspectivas fiscales y
estructurales para el 2004 y el mediano plazo; para fines de Abril del
2003, el Gobierno presentará al Congreso un proyecto de la ley para la
unificación salarial del sector público y reforma de la administración
pública (incluidas enmiendas a la Ley de Servicio Civil y Carrera
Administrativa). La implementación del proceso de unificación salarial se
realizará en un período de cuatro años sin que las mayores
contribuciones resultantes impliquen un incremento en la masa salarial.
La reforma del servicio civil procurará reducir el número de empleados
del sector público, de tal manera que la masa salarial nominal del
Gobierno central en el presupuesto 2004 sea inferior a la de 2003. El
Gobierno ha solicitado asistencia técnica y apoyo financiero (para el pago
127
de las liquidaciones) al Banco Mundial y al BID a fin de llevar a cabo la
reforma.
Para fines de Agosto de 2003, el Gobierno presentará al Congreso
un proyecto de ley integral de reforma tributaria orientada a mejorar la
asignación del gasto público y a ampliar la base imponible. La reforma
incluirá, la eliminación de la preasignación de ingresos no contemplada
en la Constitución, la eliminación de exoneraciones fiscales, la
recaudación de impuestos a los vehículos, una reducción de la base
imponible del impuesto a la renta de las personas naturales y la
eliminación de escudos fiscales, que permiten a las empresas deducir
artificialmente costos inflados; las reformas descritas no tienen otra
intención que la obtención de un superávit presupuestario sostenible con
el objetivo de reducir la deuda del sector público.
La capacidad del nuevo oleoducto de crudos pesados (OCP)
permitirá duplicar las exportaciones de petróleo, sin embargo el aumento
podría también intensificar los problemas de dependencia del petróleo.
Un aspecto clave de la ley y sus disposiciones es que el grueso de los
ingresos del sector público provenientes del nuevo oleoducto no se
utilizarán para incrementar el gasto corriente, sino que se los depositará
en un Fondo de Estabilización Petrolera (FEIREP). De los recursos de
dicho fondo, un 10% se destinará a gasto social, un 20% se ahorrará
para afrontar contingencias, como catástrofes naturales o caídas
precipitadas del precio del petróleo y un 70% se destinará para la
recompra de deuda. El nuevo oleoducto entrará en funcionamiento en el
último trimestre de 2003. Con la política del Gobierno de lograr un
superávit fiscal a mediano plazo, aunada a la capacidad de recompra de
deuda a través del FEIREP, se proyecta reducir el cociente de deuda de
59% del PIB a fin de 2002 a menos de 40% a fin de 2006, tal como lo
128
dispone la Ley Orgánica de Responsabilidad, Estabilización y
Transparencia Fiscal.
El Gobierno esta empeñado en liquidar Filanbanco y al menos,
ocho de los bancos cerrados que se encuentran en manos de la Agencia
de Garantía de Depósitos (AGD), con la asistencia técnica de FMI y otras
agencias, el Gobierno continuará formulando medidas más amplias para
resguardar la solidez del sistema financiero, como por ejemplo el
fortalecimiento de la supervisión bancaria, la reforma del sistema de
respaldo de la liquidez, y la afinación de los mecanismos de recuperación
de préstamos en mora, simultáneamente a la liquidación de los bancos,
para fines de Marzo del 2003 se subastará la cartera reestructurada de
esos bancos, los ingresos se destinarán en primer lugar a la devolución
de los depósitos congelados y luego a la cancelación de las demás
obligaciones.
Se ha tomado conciencia que ha nuestro país la hace falta afianzar
la competitividad para sustentar el crecimiento y mantener el sistema de
la dolarización, para lo cual se implementará medidas tendientes a
incrementar la eficiencia de las empresas telefónicas (Pacifictel y
Andinatel) y de distribución eléctrica, para finales de Junio de 2003 las
empresas deberán estar administradas por empresas internacionales
privadas. Será necesario a la vez eliminar paulatinamente los subsidios
que reciben esas empresas, actualmente, las tarifas se ajustan
mensualmente para llevarlas a equiparar los costos económicos, El
Banco Mundial y el BID están brindando asistencia técnica encaminada a
regularizar la estructura tarifaria para fin de Junio de 2003.
Con el fin de eliminar la corrupción el Gobierno impulsará la
divulgación de datos y la transparencia del Sector Público, publicarán en
su sitios web la memoria anual aprobada por sus respectivos Directores,
129
empezando por la de Abril de 2002, estas son algunas de las políticas
que el actual Gobierno tiene pensado implementar para conseguir la
sostenibilidad de la economía, y que de cierta manera se pueda cumplir
con el objetivo esencial, que es el de mejorar la calidad de vida de la
sociedad y bajar el alto índice de pobreza que aqueja a nuestro país.
CAPITULO IV
DEUDA PUBLICA EXTERNA ECUATORIANA
La Deuda Externa es considerada como los recursos que ciertos
países (deudores) deben a otros (acreedores). Constituyen pagos
monetarios en razón de los créditos recibidos.
Podemos clasificar a la Deuda según el acreedor en:
• Comercial: se origina como consecuencia de operaciones crediticias
por parte de bancos o entidades privadas.
• Multilateral: los acreedores son las Instituciones Financieras
Multilaterales: Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial
(BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), etc.
• Bilateral: se presenta cuando el préstamo es de un Estado a otro.
El presente capítulo tratará sobre la Deuda Externa del Sector Público,
en el período que va desde el 01 de enero del 2002 al 30 de noviembre
del 2002, datos proporcionados por la Subsecretaría de Crédito Público
del Ministerio de Economía y Finanzas, mismos que nos permitirán
avizorar de mejor manera el tratamiento que se ha dado a la deuda por
acreedor, por deudor, desembolsos, etc.
4. MOVIMIENTO POR ACREEDOR
El Saldo Total, mas atrasos e intereses, de la Deuda Externa del
Sector Público (Préstamos Externos + Balanza de Pagos), al 30 de
131
noviembre del 2002, alcanaza a la suma de US$ 11.311 millones, de los
cuales los Préstamos Externos representan el 97% del total de la Deuda.
Los Acreedores principales de entre los Organismos Internacionales
son: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con US$ 1.961 millones; la
Corporación Andina de Fomento (CAF) con US$ 1.037 millones y el Banco
Mundial con US$ 856 millones, el B.M. incluye a la Asociación
Interamericana de Fomento (AIF) y al Banco Internacional para la
Reconstrucción y el Fomento (BIRF).
En lo que tiene que ver con Gobiernos, por Convenios Originales
tenemos US$ 1.448 millones y con el Club de París US$ 1.286 millones.
Con los Bancos, por Convenios Originales US$ 245 millones;
Refinanciamiento Plan Brady US$ 128 millones.
La cifra más importante y representativa la constituye la referente a los
Bonos Globales; dentro de los cuales tenemos Bonos al 2030 por US$
2.700 millones; y Bonos al 2012 por US$ 1.250 millones.
Con relación a la Balanza de Pagos, el acreedor principal es el Fondo
Monetario Internacional, con US$ 200 millones.
Como hemos podido apreciar nuestros principales acreedores
constituyen los Bancos Internacionales, que representa el 38% de la Deuda;
seguido de los Organismos internacionales con el 36%, para concluir con
los Gobiernos con el 24%, la Balanza de Pagos con el 2% (Cuadro No. 2)
5. ATRASOS POR ACREEDOR
El Total de Atrasos por Acreedor alcanza la suma de US$ 64 millones
por concepto de Capital y de US$ 44 millones por Intereses y Comisiones.
Con los Gobiernos el total de Atrasos por Capital es de US$ 43 millones;
132
con los Organismos Internacionales US$ 14 millones; y con los Bancos US$
5 millones.
Cuadro No. 2
DEUDA EXTERNA DEL SECTOR PUBLICO: MOVIMIENTO POR ACREEDOR PERIODO: 01-01-2002 / 30-11-2002
Cifras en miles de US$
SALDO SALDO + ACREEDOR AL Atrasos int.
(31 - 12 - 2001) (30 - 11 - 2002)
TOTAL DEUDA EXT. (I + II) 11.333.756,00 11.311.733,00 I. PRESTAMOS EXTERNOS 10.990.224,00 11.094.726,00 Organismos Internacionales 3.912.511,00 3.977.420,00 Banco Mundial (B.M.) 911.130,00 856.545,00
AIF 19.721,00 18.595,00 BIRF 891.409,00 837.950,00
BID 1.947.459,00 1.961.902,00 CAF 1.037.567,00 1.037.993,00 FIDA 16.355,00 20.537,00 FMI - 100.134,00 FLAR - 309,00 Gobiernos 2.611.493,00 2.735.037,00 Convenios Originales 1.346.981,00 1.448.734,00 Refin. Plan Brady 1.264.512,00 1.286.303,00 Bancos 4.348.139,00 4.323.720,00 Convenios Originales 269.342,00 245.462,00 Refin. Plan Brady 128.797,00 128.258,00
BONOS GLOBALES 3.950.000,00 3.950.000,00 Bonos 2030 2.700.000,00 2.700.000,00 Bonos 2012 1.250.000,00 1.250.000,00 Crédito proveedores 118.081,00 58.549,00 II. BALANZA DE PAGOS 343.532,00 217.007,00 FMI 189.782,00 200.340,00 FLAR 153.750,00 16.667,00
Fuente: Subsecretaría de Crédito Público
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
133
En relación con los Intereses y Comisiones, la mayor deuda
corresponde a los Gobiernos con US$ 34 millones; le sigue los Organismos
Internacionales con US$ 7 millones; y, los bancos con 1,9 millones. En
cuanto tiene que ver con el crédito proveedores en capital tenemos US$ 208
mil y de Intereses y Comisiones US$ 94 mil.
Haciendo una relación porcentual, los Atrasos por Acreedor en Capital
tenemos que, los atrasos a los Gobiernos representan el 68%, a los
Organismos internacionales el 23%; y; con los Bancos el 9%; en el tema de
Intereses y Comisiones, los atrasos a los Gobiernos constituyen el 79% del
total; mientras que los Organismos Internacionales alcanzan al 16%, y los
Bancos apenas el 5%. (Cuadro No. 3)
Cuadro No. 3
DEUDA EXTERNA DEL SECTOR PUBLICO: ATRASOS POR ACREEDOR PERIODO: 01-01-2002 / 30-11-2002
Cifras en miles de US$
Intereses ACREEDOR Capital y
Comisiones TOTAL DEUDA EXT. (I + II) 64.114,00 44.047,00 I. PRESTAMOS EXTERNOS 64.114,00 44.047,00 Organismos Internacionales 14.548,00 7.259,00 Banco Mundial (B.M.) 4.306,00 2.664,00
AIF - - BIRF 4.306,00 2.664,00
BID 10.028,00 4.521,00 CAF - - FIDA 214,00 74,00 FMI - - FLAR - - Gobiernos 43.946,00 34.744,00 Convenios Originales 15.733,00 5.107,00 Refin. Plan Brady 28.213,00 29.637,00 Bancos 5.412,00 1.950,00 Convenios Originales 5.412,00 1.950,00 Refin. Plan Brady - -
BONOS GLOBALES - - Bonos 2030 - - Bonos 2012 - - Crédito proveedores 208,00 94,00
134
II. BALANZA DE PAGOS - - FMI - - FLAR - - Fuente: Subsecretaría de Crédito Público Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
La difícil situación por la que atraviesa nuestro país, ha hecho
imposible la tarea de poder estar al día con nuestras obligaciones, lo que en
el contexto intencional ya no es una novedad, sin embrago, se debe tomar
muy en cuenta que una de las políticas del Fondo Monetario Internacional,
constituye el de que los países deudores estén al día con sus acreedores;
tarea que cada día se va volviendo un reto mayor, pues las condiciones de
los países en vías de desarrollo, en el cual esta inmerso el Ecuador, no son
tan favorables como la de los Desarrollados, que por lo general son
nuestros Acreedores.
6. MOVIMIENTO POR DEUDOR
El Saldo Total, del Movimiento por Deudor, mas atrasos e intereses,
de la Deuda Externa del Sector Público (Sector Público no Financiero +
Sector Público Financiero), al 30 de noviembre del 2002, es de US$ 11.311
millones, de los cuales el movimiento del Sector Público no Financiero
representa el 94%, y el Sector Público Financiero el restante 6%.
El principal Deudor lo constituye el Gobierno Nacional con un total de
US$ 9.435 millones, luego tenemos a la deuda de Otros Gobiernos con
US$ 246 millones; PETROECUADOR con US$ 177 millones; y el EMETEL
con US$ 142 millones.
Dentro de Otros del Sector Público no Financiero los principales
deudores son: Empresa Municipal de Agua Potable de Quito (EMAAP-Q),
con US$ 185 millones; el Banco Ecuatoriano de Desarrollo (BEDE), con
US$ 123 millones; el Municipio de Quito, con US$ 51,9 millones; la Empresa
Eléctrica Quito, con US$ 51,7 millones, la ETAPA-C con US$ 42 millones; y
135
la CEDEGE con US$ 39,9 millones, entre otros.
En el Sector Público Financiero, la Corporación Financiera Nacional
C.F.N. posee una deuda de US$ 286 millones, el Banco Nacional de
Fomento B.N.F. US$ 69 millones; y, el Banco Ecuatoriano de la Vivienda
B.E.V. con US$ 51 millones. Otro deudor de relevancia lo constituye el
Banco Central del Ecuador B.C.E. con una deuda por concepto de la
Balanza de Pagos por US$ 217 millones.
Sin tomar en consideración al Gobierno, los mayores deudores del
Sector Público no Financiero son: PETROECUADOR con el 1.66%;
EMETEL con el 1.33%; EMAAP-Q el 1.73%; el BEDE con el 1.16%. Con
relación al Sector Público Financiero son: la C.F.N. con el 44%, y el B.C.E.
con el 36%.
La deuda que posee el Estado ecuatoriano, en muchas ocasiones ha
sido incrementada por la falta de liquidez por parte de las Entidades
deudoras, lo que ha conllevado que el Gobierno se haga cargo de estas
deudas; factor que se esta tratando de descartar, concientizando que las
deudas contraídas tienen que ser honradas por quienes la contrajeron, y de
esta manera eliminar el proteccionismo al que muchos han estado
acostumbrados y que ha ido directamente en contra del bienestar de la
sociedad.(Cuadro No. 4).
7. ATRASOS POR DEUDOR
Del Movimiento por Deudor podemos visiblemente suponer quien es el
que se encuentra con una mayor deuda en lo que respecta a los Atrasos, el
Gobierno nacional por su puesto; pues respecto al Capital, tiene atrasos
por US$ 55 millones de un Total de US$ 64 millones, y por Interese y
Comisiones US$ 35 millones de un Total de US$ 44 millones.
136
Cuadro No. 4 DEUDA EXTERNA DEL SECTOR PUBLICO: MOVIMIENTO POR DEUDOR
PERIODO: 01-01-2002 / 30-11-2002 Cifras en miles de US$
SALDO SALDO + DEUDOR AL Atrasos int.
(31 - 12 - 2001) (30 - 11 - 2002)
TOTAL DEUDA EXT. (I + II) 11.333.756,00 11.311.733,00 I. SECTOR PUBLICO NO FINANCIERO 10.496.547,00 10.669.682,00 GOBIERNO 9.250.014,00 9.435.548,00 EMETEL 142.063,00 142.089,00 OTROS GOBIERNOS 247.909,00 246.677,00 PETROECUADOR 189.575,00 177.052,00 OTROS SEC. PUB. NO FINANCIERO 666.986,00 668.316,00 AUTORIDAD PORT. BOLÍVAR 11.189,00 11.189,00 AUTORIDAD PORT. GUAYAQUIL 2.961,00 2.961,00 BEDE 130.073,00 123.308,00 C.R.M. 12.376,00 12.428,00 CEDEGE 9.575,00 39.941,00 DAC 1.410,00 1.410,00 EEQ 51.541,00 51.723,00 EMAAP-Q 171.224,00 185.042,00 EMAPA-STO. DOMINGO 793,00 816,00 EMECSU 7.075,00 7.146,00 EMELMANABI 9.480,00 9.511,00 EMELORO 26.038,00 26.055,00 ESPOL 19.237,00 19.130,00 ETAPA-C 43.915,00 42.650,00 CONS. PROV. MANABI 10.074,00 8.828,00 CONS. PROV. PICHINCHA 11.630,00 17.654,00 FLOPEC 79.090,00 21.830,00 INIAP 2.236,00 2.196,00 INOCAR 11.829,00 11.791,00 MUNICIPIO DE GUAYAQUIL - 9.743,00 MUNICIPIO DE QUITO 44.356,00 51.975,00 TAME 10.884,00 10.989,00 II. SECTOR PUBLICO FINANCIERO 837.209,00 642.051,00 B.E.V. 57.831,00 51.202,00 B.N.F. 83.521,00 69.641,00 C.F.N. 321.917,00 286.550,00 B.C.E. 373.940,00 234.658,00
137
BALANZA DE PAGOS 343.532,00 217.007,00 OTROS 30.408,00 17.651,00 Fuente: Subsecretaría de Crédito Público Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
Dentro del Sector Público no Financiero, entre las entidades que se
encuentran mayormente atrasadas en sus obligaciones, con respecto al
Capital tenemos a: Otros Gobiernos con US$ 4.7 millones; la Empresa
Estatal de Telecomunicaciones US$ 1 millón; y el Consejo Provincial de
Pichincha con US$ 759 mil. En contraste, por Intereses y Comisiones
tenemos a: Otros Gobiernos con US$ 4.9 millones; EMETEL con US$ 712
mil; EEQ con US$ 621 mil; EMELORO con US$ 314 mil; y dentro del Sector
Público Financiero al B.E.V. con US$. 329 mil.
Porcentualmente en capital tenemos al Gobierno que representa el
86% del total, los atrasos de otros gobiernos el 7.4%; EMETEL con el
2.15%; el Consejo Provincial de Pichincha con 0,9%; y lo que tiene que ver
con Intereses y Comisiones los atrasos del Gobierno representan el 80%;
de Otros Gobiernos el 11%; de la EEQ. un 1.4%; entre los principales.
(Cuadro No. 5)
Cuadro No. 5
DEUDA EXTERNA DEL SECTOR PUBLICO: ATRASOS POR DEUDOR PERIODO: 01-01-2002 / 30-11-2002
Cifras en miles de US$
Intereses DEUDOR Capital y
Comisiones TOTAL DEUDA EXT. (I + II) 64.114,00 44.047,00 I. SECTOR PUBLICO NO FINANCIERO 63.746,00 43.465,00 GOBIERNO 55.428,00 35.526,00 EMETEL 1.381,00 712,00 OTROS GOBIERNOS 4.769,00 4.831,00 OTROS SEC. PUB. NO FINANCIERO 2.168,00 2.396,00 C.R.M. - 247,00 EEQ 404,00 621,00 EMECSU 136,00 207,00 EMELMANABI 156,00 200,00 EMELORO 290,00 314,00
138
CONS. PROV. PICHINCHA 759,00 251,00 INIAP 72,00 26,00 INOCAR 214,00 288,00 TAME 137,00 242,00 II. SECTOR PUBLICO FINANCIERO 368,00 582,00 B.E.V. 269,00 329,00 B.N.F. 92,00 143,00 C.F.N. 7,00 110,00 Fuente: Subsecretaría de Crédito Público Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
8. SERVICIO DE LA DEUDA ASUMIDO POR EL GOBIERNO
Por Deudor, el Total del Servicio Asumido por el Gobierno; sumado
Amortizaciones; Intereses y Comisiones, es de US$ 81 millones, de los
cuales US$ 40.3 millones corresponde al Sector Público no Financiero, y
US$ 40,8 millones al Sector Público Financiero.
Cabe destacar en este punto que, el gobierno ha asumido el Servicio
de la Deuda de varias entidades, que supuestamente poseen los recursos
necesarios para honrar las mismas, quizá por esta circunstancia es que
varios sectores del país convergen en la necesidad de privatizar dichas
empresas, pues son generadoras de deudas y no de utilidades, como por
ejemplo, del Sector Público no Financiero, el servicio de la deuda asumida
por el gobierno de EMETEL es de US$ 12 millones; de EMAAP-Q US$ 8
millones, de PETROECUADOR US$ 7 millones; de la EEQ US$ 2 millones;
de la ESPOL, ETAPA-C y del INOCAR , en promedio US$ 1.3 millones,
entre los mas representativos.
En el Sector Público Financiero podemos observar un valor muy
distorsionante y es el que corresponde a la Corporación Financiera
Nacional, el cual alcanza a la cifra de US$ 38 millones, esto se explica por
cuanto la CFN realiza préstamos en los cuales el Estado es el garante.
Este valor se ha visto incrementado por dos circunstancias; primero,
antes de la dolarización los préstamos contratados se los realizaba a una
139
determinada tasa de interés, pero de existir una variación en la tasa, el
Estado asumía el costo de este diferencial cambiario; y en segundo lugar,
en la presidencia de Dr. Jamil Mahuad, por Ley se decretó que el Gobierno
se hacía cargo de los CDRs (Certificados de Depósitos Reprogramados),
papeles que salieron por falta de liquidez, un factor más que contribuyó a la
caída del sistema financiero nacional.
Del total del servicio de la deuda el 47% pertenece a la C.F.N.; el 16%
a EMETEL; el 10.3% a la EMAAP-Q; el 9% a PETROECUADOR; el 3.2% al
B.E.V.; el 2.8% a la EEQ. y el 1.6 % en promedio para la ESPOL, ETAPA-C
y el INOCAR, de entre los más significativos. (Cuadro No. 6)
Cuadro No. 6
DEUDA EXTERNA DEL SECTOR PUBLICO: SERVICIO DE LA DEUDA ASUMIDO POR EL GOBIERNO
PERIODO: 01-01-2002 / 30-11-2002 Cifras en miles de US$
Intereses DEUDOR Amortizaciones y Total
Comisiones
TOTAL I + II 45.861,00 35.258,00 81.119,00 I. SECTOR PUBLICO NO FINANCIERO 13.660,00 26.653,00 40.313,00 EMETEL 8.775,00 3.832,00 12.607,00 PETROECUADOR - 7.386,00 7.386,00 OTROS SEC. PUB. NO FINANCIERO 4.885,00 15.435,00 20.320,00 AUTORIDAD PORT. BOLÍVAR 776,00 776,00 AUTORIDAD PORT. GUAYAQUIL 200,00 200,00 C.R.M. 418,00 139,00 557,00 CEDEGE 771,00 771,00 DAC 98,00 98,00 EEQ 439,00 1.892,00 2.331,00 EMAAP-Q 896,00 7.495,00 8.391,00 EMAPA-STO. DOMINGO 49,00 37,00 86,00 EMECSU 136,00 56,00 192,00 EMELMANABI 169,00 365,00 534,00 EMELORO 297,00 559,00 856,00 ESPOL 887,00 387,00 1.274,00 ETAPA-C 990,00 660,00 1.650,00 CONS. PROV. MANABI 141,00 - 141,00 CONS. PROV. PICHINCHA 326,00 - 326,00 INIAP 44,00 44,00 INOCAR 951,00 951,00 MUNICIPIO DE QUITO 622,00 622,00 TAME 137,00 383,00 520,00
140
II. SECTOR PUBLICO FINANCIERO 32.201,00 8.605,00 40.806,00 B.E.V. 269,00 2.403,00 2.672,00 B.N.F. 2,00 29,00 31,00 C.F.N. 31.930,00 6.173,00 38.103,00
Fuente: Subsecretaría de Crédito Público
Elaboración: Econ. Alberto Espinoza
9. DESEMBOLSOS POR EJECUTOR
En este punto podemos distinguir el monto que cada organismo
internacional a desembolsado a las diferentes Instituciones del Gobierno
Nacional; es así que el BIRF, ha desembolsado, entre los principales, al
Ministerio de Agricultura y Ganadería US$ 6 millones; al de Salud US$ 5
millones; al de Industrias US$ 4 millones; al COPLADE-IN y al Ministerio de
Desarrollo Urbano y Vivienda US$ 2 millones.
El BID ha facilitado al Ministerio de Bienestar Social US$ 12 millones;
a la ECAPA-G US$ 11 millones; a los Ministerios de Desarrollo Urbano y
Vivienda y Obras Públicas US$ 9 millones; al Min. de Educación y a la
EMAAP-Q US$ 8 millones. La CAF. ha facilitado al Ministerio de Economía y
Finanzas US$ 67 millones, constituyéndose en el valor mas representativo a
nivel de Organismos del Estado, luego tenemos al Municipio de Guayaquil
con US$ 22.8 millones; el Min. de Obras Públicas y la CEDEGE con US$ 9
millones. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) ha
suministrado al COPLADE-IN un total de US$ 3 millones y US$ 1.6 millones
al SEDRI.
141
El FMI, ha desembolsado al Banco Central, para el manejo de su
Balanza de Pagos US$ 95 millones, que como sabemos son en DEG. Lo
que respecta a Gobiernos, su aporte mayoritario ha sido para: la CEDEGE
con US$ 30 millones; le sigue la Policía con US$ 26 millones, al Municipio
de Loja US$ 10 millones; y al Min. de Educación US$ 5.8 millones.
En lo que respecta a los Bancos, sus recursos se han destinado a la
Policía US$ 11.7 millones; al Consejo Prov. de Pichincha US$ 7.5 millones;
y para el Min. de Educación US$ 4.7 millones. Por último tenemos a
Proveedores (maquinaria y equipos), que han financiado proyectos al
Municipio de Quito y al Min. de Obras Públicas y Comunicaciones por la
cantidad de US$ 3 millones.
El Total de Desembolsos por Ejecutor asciende a la suma de US$
456.9 millones, de los cuales, la Deuda Directa representa el 65% del Total;
la Balanza de Pagos el 21%, y la Deuda Indirecta el 14%. Entre las
Entidades que han recibido mayores desembolsos tenemos: al Ministerio de
Economía y Finanzas con un 14.7%; la Policía Nacional con el 8.27%; la
CEDEGE con el 6.6%; el Min. de Obras Públicas con el 5.4%, y el Municipio
de Guayaquil con el 4.9%, porcentajes respecto al Total de Desembolsos.
(Cuadro No. 7)
10. PRÉSTAMOS CONTRATADOS
En el período comprendido entre el 4 de enero al 7 de noviembre del
año 2002, los Préstamos Contratados fueron 17, y cuyo monto alcanzó a la
suma de US$ 508.6 millones; el destino de estos préstamos, de acuerdo al
monto son: para el Programa Multisectorial de Inversión US$ 100 millones;
para el Conector Vial Sur US$ 70 millones; para la Ampliación del Puente
Rafael Mendoza A. US$ 55 millones; para la Reestructuración de Líneas de
142
Comercio Exterior Banca AGD. la suma de US$ 53 millones; para el
Programa Vial Ciudad de Quito US$ 50 millones; para el Fondo de Inversión
Social III, tenemos US$ 40 millones y para el Proyecto de Reducción de la
Pobreza US$ 25 millones, entre los mas trascendentes.
144
Como podemos ver, estos nuevos préstamos están dirigidos a
programas de inversión en vías, puentes, modernización ,etc. etc., pero si
tomamos el valor integral de los proyectos Sociales, éstos apenas alcanzan
al 12,82% del Total de los Préstamos Contratados, evidenciándose una vez
más que la parte Social ha quedado en un segundo plano; sin que con esto
se quiera indicar que el resto de los proyectos no sean necesarios,
simplemente queda demostrada la poca atención que el Estado ecuatoriano
presta a proyectos, que de una u otra forma, podrían ayudar a aliviar la
difícil situación por la que están atravesando mas del 70% de pobres, que
conforman nuestro país.
Los plazos (incluidos los años de gracia) de los nuevos empréstitos,
van de los 4.5 a los 30 años, debiéndose tomar en cuenta que la tasa de
interés varía dependiendo del prestatario, pues cada acreedor posee sus
propias políticas al respecto, siendo casi imposible proponer una rebaja o
cambio de la tasa de interés, por ser países en vías en desarrollo tenemos
que acatar las reglas que nos imponen los dueños del capital. (Cuadro No.
8)
146
11. PROPUESTAS
11.1. Primeros intentos de solución
En el período de 1982 – 1985, se produjo un freno a los nuevos
préstamos, lo que produjo a un reescalonamiento de los antiguos. Por parte
de los países endeudados, se trató de ganar un poco de tiempo en cuanto al
pago de sus deudas, lo que permitió de cierta manera a los bancos
comerciales evitar el peligro de quiebra; lo que dio como resultado el
estancamiento de las economías de los países del tercer mundo.
Durante la etapa de 1985 – 1996, se buscó crear las condiciones
necesarias para un crecimiento de las economías en vías de desarrollo, a
fin de incrementar la capacidad de pago de los países endeudados.
• Plan Baker I (1985): su objetivo general era mantener los
compromisos de los deudores, pero mejorando sus condiciones de liquidez
y solvencia, para lo que eran necesarios nuevos créditos y crecimiento
económico. Fracasa por falta de financiación de los países endeudados que
hace aumentar el impago de intereses.
• Plan Baker II (1987): aparecen los mecanismos voluntarios de
reducción de deuda, donde se pone sobre la mesa por primera vez la
posibilidad de reducir las obligaciones de pago contraídas.
• Plan Brady (1989): implicaba un esquema de refinanciación y
reducción de la deuda y de su servicio cuyos destinatarios eran países de
renta media altamente endeudados con los bancos internacionales. El
funcionamiento de este plan tenía como instrumento principal la conversión
de deuda externa bancaria en nuevos bonos, tanto para el principal como
147
para los intereses vencidos. Se intentó renegociar la deuda e incentivar el
aparato productivo de los países deudores.
• Propuesta Bush4. El 27 de junio de 1990, en la Casa Blanca,
George Bush anunció su “Iniciativa para las Américas”, en la misma que
sostuvo que “debemos cambiar el enfoque de interrelación económica que
mantenemos, procurando establecer nuevos lazos asociativos en la esfera
económica, ya que la prosperidad, en nuestro hemisferio depende del
comercio, y no de la ayuda. Con el lanzamiento de la Iniciativa para las
Américas, estaremos más convencidos de que en América Latina los
programas de reforma orientados hacia el mercado son la clave del
crecimiento económico sostenido y la estabilidad política”.
La iniciativa Bush se fundamenta en tres pilares: el comercio, la
inversión y la deuda.
- El Comercio
La expansión del comercio es la proporción de mayor alcance, por
cuanto la propuesta Bush pretende eliminar el proteccionismo y consolidar
un mercado libre regional, a tal fin que se anunció un plan de tres puntos en
materia de comercio “Para reactivar la emergente tendencia que gana
terreno en las Américas de una forma orientada hacia un libre mercado”.
El primer punto de este plan contempla una promesa de establecer
una colaboración con las relaciones del hemisferio para alcanzar una
culminación exitosa de la Ronda de Uruguay.
El segundo punto constituye el objetivo más importante y ambicioso de
la iniciativa, es la meta a largo plazo de constituir una amplia zona de libre
4 "Hacia una Nueva Relación Hemisférica; La Iniciativa para las Américas del
Presidente Bush", (1988) publicación de la Cancillería del Ecuador bajo el título Presencia Internacional del Ecuador.
148
comercio que abarque todo el continente Americano.
A fin de alcanzar el objetivo de creación de un “Sistema de Libre
Comercio”, Estados Unidos manifestó su disposición de concluir acuerdos
de libre comercio con otros mercados de América Latina y el Caribe, en
especial con aquellos grupos de países que se han asociado con el fin de
liberalizar el comercio.
No obstante, es de destacar que la propuesta estadounidense está
condicionada a que los países involucrados demuestren un compromiso
hacia la reforma económica, incluyendo la liberalización del comercio y de
los regímenes de inversión, y la aplicación de políticas macroeconómicas
sanas.
El tercer elemento constituye la disposición del Gobierno de los
Estados Unidos a concluir los acuerdos – macro, especialmente con
aquellos países que aún no están preparados para dar un paso
extraordinario como lo ha denominado hacia un acuerdo de pleno comercio,
que estaría dispuesto a negociar con toda nación interesada de la región,
para abrir mercados y desarrollar vínculos comerciales más estrechos.
- La Inversión
El segundo pilar de la Iniciativa para las Américas se refiere a la
promoción de las inversiones, para lo cual es fundamental cumplir con una
condición indispensable: la reforma a las regulaciones sobre la inversión
extranjera en cada uno de los países. Si bien en el caso de los países
andinos se han flexibilizado muchísimo las normas sobre la inversión
extranjera, aún se mantienen regulaciones nacionales que como el caso del
comercio tendrán que ser discutidas sobre las bases bilaterales.
Al respecto la propuesta Bush dice “La reforma del régimen de la
inversión es fundamental para facilitar la iniciación de nuevas empresas
149
comerciales y para que los inversionistas internacionales puedan participar
y obtener ganancias en los mercados internacionales”.
Las propuestas en esta materia se derivan supuestamente del
argumento de que las políticas deben estar destinadas a hacer realidad las
posibilidades de inversión nacional y extranjera para financiar un
crecimiento sostenido en un mundo escaso de recursos. Por lo tanto, los
elementos del programa relativos a las inversiones tienen como fin ayudar a
los países de América Latina y el Caribe y atraer el capital que les es
indispensable. Siempre y cuando el programa sea aprobado por el
Congreso Norteamericano para la asignación de fondos, así mismo deberán
celebrarse negociaciones con países industrializados para la obtención de
su respaldo financiero.
- Deuda Externa
El tercer y último “pilar de la Iniciativa Bush” se refiere a la reducción
de la deuda externa oficial frente al gobierno norteamericano a favor “de
países que adopten estrictos programas de reforma económica y de
inversión con el apoyo de instituciones internacionales”.
La administración Bush ha adoptado el criterio que la reducción de la
deuda es un incentivo adicional para la reforma de los regímenes de
inversión.
En consecuencia el presidente Bush, para aliviar el oneroso peso de
la deuda de los países de América Latina y el Caribe, propone la aplicación
de reformas audaces en dos áreas: en primer lugar, adoptar un respaldo
adicional para la reducción de la deuda comercial que se ejecutan en el
marco del plan Brady, y, en segundo lugar, mediante la reducción y
utilización creativa de la deuda oficial con el gobierno estadounidense.
El programa podría ser utilizado únicamente por los países de América
150
Latina y el Caribe que hayan negociado programas generales de reforma
económica con el FMI o el Banco Mundial, adoptado medidas de reforma de
gran envergadura en conjunción con el BID u otras Instituciones
Multilaterales, o negociando acuerdos de reducción de deudas frente a
bancos comerciales en el marco de la actual estrategia de la deuda, cuando
le corresponda.
En general estos planes estuvieron pensados por y para los países
acreedores, se abusó de la privatización y liberalización de las economías
del tercer mundo y no consiguieron los objetivos propuestos.
• Iniciativa PPAE: Países Pobres Altamente Endeudados (1996, revisada 1999)
La iniciativa más importante desarrollada para solucionar la crisis de la
deuda es la iniciativa PPAE. Fue creada por el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, y su objetivo fundamental es lograr la viabilidad o
sostenibilidad de la deuda de cada país abordando la totalidad de la deuda
externa (bilateral y multilateral); utilizando fundamental mecanismos
basados en los planes anteriores. En esta iniciativa se propone coordinar la
actuación de los diversos países acreedores, y se aplica cuando el país
beneficiario mantenga un comportamiento que permita presumir el
aprovechamiento del alivio de la deuda.
Existen 41 países elegibles que cumplen las condiciones de PPAE, de
los que se han incorporado al plan 36. Las condiciones estipuladas para
beneficiarse de estos planes son poseer solvencia crediticia, tener una
deuda insostenible, poseer un buen historial en ajustes y reformas y
soportar una situación no aliviable mediante los mecanismos tradicionales
de reducción de deuda; de modo que se permita presumir un
aprovechamiento del alivio de la deuda.
Este programa plantea su implantación en tres etapas:
151
1. La primera tiene una duración de tres años. En ella el país ejecuta
un programa de ajuste estructural acordado con el FMI manteniéndose al
corriente del pago del servicio de deuda, pero beneficiándose de acuerdos
con el Club de París. En dicho programa se incluye una política económica,
basada en la realización de reformas tributarias y en la administración
pública, reestructuración del gasto público, liberalización y privatización de
empresas públicas; y una política social, incluyendo mejoras en la atención
primaria en salud y educación y en lograr una reducción de las diferencias
entre zonas urbanas y rurales. El final de esta etapa se denomina punto de
decisión. Si su situación sigue siendo insostenible se pasa a la segunda
etapa.
2. Una vez alcanzado el punto de decisión, se pasa a la segunda
etapa, con una duración de 1 a 3 años. Se prosigue el programa económico
de ajuste estructural y se utilizan los mecanismos tradicionales de alivio de
deuda. Los acreedores del Club de París pueden reducir su parte
considerablemente.
3. Pasado este tiempo se llega al punto de culminación: si la
trayectoria ha sido correcta y existe un compromiso de mantener políticas de
ajuste en el futuro los acreedores ejecutarían su operación de reducción de
stock hasta un máximo del 80%. Si aún así no se consigue el nivel de
sostenibilidad el BM y el FMI reestructurarían la deuda con nueva
financiación procedente del fondo de la Asociación Interamericana de
Fomento AIF.
Este programa supone grandes avances con respecto a la situación
anterior, manifestados en un tratamiento de la deuda multilateral, donde se
incluye el problema de los países más pobres, la realización de un análisis
particular para cada país, proponiendo una solución individualizada, y la
152
vinculación de la reducción de deuda a la consecución de ciertos objetivos
en política social.
Bajo nuestro punto de vista las carencias más importantes que posee
pasan en primer lugar por el objetivo marcado, de sostenibilidad de la
deuda, y no de desarrollo de dichos países, con lo que no se trata el
endeudamiento como un problema estructural del país en cuestión. Otras
carencias, más de tipo técnico son la insuficiencia del alivio de deuda
marcado, el que se programan pagos similares a los que se venían
realizando y el que los plazos marcados siguen resultando demasiado
largos. Además se produce un intervensionismo en la política de estos
países con la obligación de cumplir los planes propuestos por el FMI y el
BM. Estas carencias se resumen en el apartado siguiente.
• Respuesta a la iniciativa PPAE.
“El alivio de la deuda sigue fallando a los pobres”
Tres cuartas partes de los veintidós países que están recibiendo un
alivio de la deuda gastarán más de un diez por ciento de los ingresos del
gobierno en deuda este año. Dieciséis países gastarán más en el pago de
la deuda que en salud de sus ciudadanos y diez destinarán al pago de la
deuda más de lo que gastan conjuntamente en educación primaria y saludo.
Intermón Oxfam exige un alivio de la deuda más profundo y amplio y una
cancelación del 100% de la deuda del FMI y del Banco Mundial”
Intermón Oxfam. Abril de 2001.
- Propuesta 0.7
153
Es una propuesta del PNUD consistente en dedicar el 0.7% del PIB
de los países ricos al desarrollo de los países pobres; los países de menor
desarrollo relativo requieren programas de ayuda internacional orientados a
crear condiciones económicas, sociales y de gobernabilidad para superar
sus graves problemas de pobreza. Los países desarrollados se
comprometieron a destinar el 0.7% del PIB para este propósito, pero no lo
han cumplido.
- Tasa Tobin
Consiste en grabar el movimiento especulativo internacional con un
impuesto menor del 0.5% y destinarlo al desarrollo de los países pobres; se
podrían reducir, al hacerlas menos atractivas, las continuas compras y
ventas de divisas que se hacen diariamente por millones con carácter de
apuestas especulativas (una compra y una venta realizadas en el plazo de
uno o dos días); con ello, se limitaría el volumen y el nivel especulativo de
los mercados cambiarios.
Esta medida podría contribuir a una mayor estabilidad mundial de los
mercados financieros internacionales, y de paso, se podrían mejorar los
desequilibrios y necesidades acuciantes de una buena parte de la población
mundial.
- Propuesta 20/20
El PNUD y UNICEF habían propuesto la aplicación de la regla del
20/20, según la cual, los países donantes aceptarían dedicar al menos el
20% de su ayuda a objetivos prioritarios: educación básica, servicios de
sanidad primaria, acceso al agua potable, planificación familiar, a los que
los países beneficiarios destinarían por su parte el 20% de su presupuesto.
154
Pero este objetivo del 20% es sólo una primera etapa. Se debe
dedicar una parte creciente de los recursos nacionales y de la ayuda
extranjera a la mejora sostenible de la calidad de vida, en particular a la
enseñanza primaria y a la lucha contra el analfabetismo de los adultos, a los
servicios sanitarios de base, a la planificación familiar, a las condiciones
mínimas de vivienda, a una adecuada nutrición, a la igualdad de derechos
entre hombres y mujeres, a los servicios de justicia accesibles a todos, y a
la creación y apoyo de servicios de información y de ONG para reforzar la
democracia.
• Declaración de Venezuela
La Deuda Externa de América Latina - Declaración de Venezuela
La Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) y la Universidad
de los Trabajadores de América Latina (UTAL), convocaron a la Conferencia
Internacional de la Deuda Externa, la cual se desarrolló en el Estado
Miranda, Venezuela, los días 11 y 12 de mayo del 2000, en la que
participaron 83 delegados de las diversas expresiones políticas, sociales,
sindicales, económicas, culturales y espirituales de Latinoamérica y el
Caribe.
En esta conferencia se toparon varios aspectos determinantes sobre la
Deuda Externa, es así que: se reconoció que ésta, en los actuales
momentos es uno de los problemas más apremiantes para los países
Latinoamericanos y del Caribe, pronunciamiento que contó con el patrocinio
del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el Parlamento
Latinoamericano (PARLATINO), Coalición Jubileo 2000, Solidaridad
Mundial (WSM), Comunidad Autónoma de Madrid y Confederación Mundial
del Trabajo (CMT).
155
Se consideró además aspectos como el de que: es urgente revisar los
términos y condiciones que imponen los acreedores; además que es
perentorio promover políticas, estrategias y cursos de acción para
establecer un nuevo modelo de negociación el cual se base el derecho, la
justicia internacional y la equidad social, ya que esto repercute directamente
en la asignación de mayores recursos en los presupuestos destinados al
pago de la deuda; es así que el Papa Juan Pablo II lanzó la iniciativa de
reducir o condonar la Deuda Externa de los países pobres con ocasión del
Jubileo año 2000.
Un aspecto que merece especial atención es el de que se advirtió la
necesidad de construir un Frente Social Latinoamericano para la Deuda
Externa, cuya función sería la de difundir y concientizar a los trabajadores
sobre este tema y desarrollar un Plan de Acción contra el actual sistema de
pago de la Deuda Externa; pues “El pago de la deuda externa es
económicamente imposible, políticamente peligroso, éticamente
inaceptable”5
La Conferencia Internacional sobre Deuda Externa, acordó basar su
petición tomando en cuenta 6 aspectos fundamentales:
1. Hacer un llamado a los países desarrollados y organismos
financieros internacionales a fin de que estudien la posibilidad del canje de
la Deuda por el de Desarrollo de los países deudores, sin dejar de lado el
análisis que se realice para una condonación de la deuda externa.
2. A los Organismos Internacionales, en especial al Banco Mundial
(BM), Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), estudiar e impulsar un proceso para la condonación de la
5 http://utal.org/deuda.htm DECLARACION DE VENEZUELA
156
deuda externa, o su máxima reducción, a mas de que se elaboren
mecanismos de control para garantizar que se destinen los recursos para
los fines previstos y que el endeudamiento privado no sea asimilado como
deuda pública, para lo cual se solicitó al SELA y la CEPAL, realice
propuestas alternativas a la problemática de la deuda externa.
3. A Los Gobiernos Latinoamericanos, acelerar los mecanismos de
relaciones bilaterales y multilaterales para asentar las bases de un
tratamiento conjunto del tema de la deuda ante los gobiernos y/o entidades
financieras acreedoras, considerando que un Proceso de Integración es un
mecanismo que nos permitiría presionar y poder solucionar este problema.
4. A los Parlamentos Latinoamericanos y del Caribe; presentar ante la
Corte Internacional de Justicia de la Haya, el enjuiciamiento a las actuales
condiciones establecidas en el pago de los servicios e intereses de la
Deuda Externa, a más de que se realicen campañas de difusión y
concientización en los países desarrollados, al respecto de los impactos y
consecuencias que de la deuda acarrean a nuestras sociedades.
5. A Las Organizaciones Sindicales, Sociales y Populares de
Latinoamérica; crear el Frente Social Latinoamericano para la Deuda
Externa, destinado a desarrollar un Plan de Acción contra el actual sistema
de pago de la deuda a más de solicitar a las Organizaciones de
Trabajadores a propagar y realizar los acuerdos promovidos en la
Conferencia Internacional, que se trazó como objetivo lograr la reingeniería
y condonación de la Deuda Externa.
6. Declarar al 12 de octubre de 2000 como Día de la Condonación de
la Deuda Externa; sin olvidar los mecanismos necesarios para conseguir el
apoyo de la mayor cantidad de organizaciones laborales, sociales,
157
populares, políticas, culturales y espirituales de los países latinoamericanos
y del Caribe.
CAPITULO V
OPORTUNIDADES / AMENAZAS DE LA DEUDA EXTERNA
Se considera que el endeudamiento externo no es la razón de la
pobreza de los países en vías de desarrollo; en muchos de los casos, por
no decir en todos, la culpa de la pobreza de estos y otros países la tiene
el sistema de organización socio-económica y política que impera en
ellos. El desarrollo sostenido de un país, según la corriente de
pensamiento económico más serio, depende de la existencia de derechos
de propiedad bien definidos y protegidos por la ley; de un marco de
estabilidad monetaria y presupuestaria; de un sistema fiscal no
confiscatorio; de mercados de factores y de productos libres; de la
libertad de comercio y de movimientos de capital, y de la existencia de un
Estado fuerte pero limitado, garante de la paz interna, del imperio de la
ley y de los derechos individuales y colectivos. Y esto es lo que no han
tenido nunca, desde su independencia, la mayoría de los países del
tercer mundo, lo que explica que estos países se debatan en el
subdesarrollo y sufran una pobreza que no les permite soportar la carga
de la deuda.
De aquí que la verdadera cooperación al desarrollo de los países
pobres, no consiste en aliviar su deuda sino en ayudarles a transformar
sus sistemas económicos para que la inversión y la creación de riqueza
en todos ellos sea posible.
Por lo tanto, para ayudar a los países pobres subdesarrollados a
salir de su pobreza, no hay que facilitarles subvenciones o perdón de
acreencias, como se ha venido haciendo hasta ahora y que, en muchas
159
ocasiones, sólo han servido para perpetuar las causas del subdesarrollo.
Lo que hay que hacer es estimularles a cambiar el sistema, reconociendo
la culpa imputable al mundo desarrollado, lo que ha conducido al
subsiguiente empeoramiento, en las últimas décadas, de los indicadores
socio-económicos, y a la desigual distribución de la Renta.
En el caso del Ecuador, siempre hemos necesitado de capitales
frescos para mantener un proceso de crecimiento, lo cual nos ha
conducido a realizar renegociación de los acuerdos con el FMI, a fin de
que nos permita tener acceso a los mercados internacionales de capital,
pero estos acuerdos nos han obligado a aplicar de una serie de medidas
estructurales para la generación de ingresos fiscales necesarios para el
pago de la deuda externa. Esas medidas, sin embargo, tuvieron efectos
negativos sobre el crecimiento, el desarrollo humano y el medio
ambiente, a pesar de que el FMI pretende que su objetivo es el conducir
al país a un crecimiento.
A continuación analizaremos como ha influido el destinar ingentes
recursos al pago de la Deuda Externa, lo que en varias ocasiones ha
constituido una amenaza, incluso en el mantenimiento de la Democracia.
En el campo económico, la deuda ha limitado el crecimiento económico;
en las condiciones actuales de la economía ecuatoriana (dolarización,
recesión, extrema pobreza, etc), el pago del servicio de la deuda externa
es, poco menos que insostenible.
En el año 2000, considerado como base para los cálculos, existían
los siguientes desajustes de las principales variables macroeconómicas:
Un nivel excesivamente bajo del consumo de los hogares, de la
inversión pública y privada y en consecuencia también de las
importaciones como consecuencia de la profunda recesión de 1999, que
conllevó los siguientes resultados: el consumo Per Cápita de los hogares
160
disminuyó en 41,2% en relación al nivel anterior a la crisis, situándose en
670 dólares, frente a 1139 dólares en 1998. Cabe resaltar que un
consumo Per Cápita de 670 dólares por año equivale a 1,86 dólares
diarios; es decir, que, en términos promedios, la población ecuatoriana se
encuentra por debajo de la línea de pobreza, la inversión en capital fijo
Per Cápita registró una disminución del 48,8% en relación con el nivel de
1998 (174 dólares en el 2000 frente a 340 dólares en 1998) - las
importaciones Per Cápita disminuyeron en 36% en relación con 1998
(332 dólares frente a 518 dólares en 1998)
Por otra parte, el precio promedio de exportación del petróleo en el
año 2000 fue de 24,87 dólares/barril, es decir un 60% mayor que el
precio de 1999 (15,5 dólares/barril) y un 170% superior al de 1998 (9,2
dólares/barril); y, las remesas de los migrantes que abandonaron el país
debido al desempleo que provocó la crisis, estimadas en 1.200 millones
de dólares en el 2000, frente a 600 millones en 1998. Estas dos
condiciones posibilitaron que el Ecuador tuviera un inusual superávit en
la cuenta corriente de la balanza de pagos (de 1.383 millones de dólares
en el 2000, frente a un déficit de 2.169 millones en 1998). Tal situación es
transitoria y, por lo tanto, difícilmente repetible en el futuro. Partiendo de
esas condiciones, es posible realizar algunas proyecciones sustentadas
en un modelo que permite analizar la sostenibilidad de la deuda externa
ecuatoriana con los siguientes supuestos:
En lo que respecta al aspecto psicososial: ha existido una
limitación del gasto social por causa del pago de la Deuda Externa. Los
Programas de Ajustes Económicos (PAE) implican medidas de
austeridad fiscal, especialmente límites al gasto público, para pagar el
servicio de la deuda, lo cual conlleva que los gastos en los servicios
sociales básicos se vean reducidos. Con los programas de austeridad
fiscal se logró reducir en los años noventa el peso del gasto público hasta
161
el 19% del PIB (exceptuando el año 1995 en que creció hasta el 26%).
Aproximadamente el 41% del gasto público se destinó al pago del
servicio de la deuda externa y solamente el 21% a los sectores sociales.
En el año 2000, el servicio efectivo de la deuda externa pública
ascendió a 2.124,3 millones de dólares, cifra que representa el 307,6%
del gasto en educación, salud y desarrollo agropecuario del mismo año
(690,5 millones de dólares). En el 2001, el servicio de la deuda externa
representa aproximadamente el 45% del Presupuesto del Gobierno
Central, mientras que el gasto social (educación, salud, etc.) representa
el 20,4% del gasto total, equivalente al 5,7% del PIB. Del total del gasto
social, el 46,1% se dedica a la satisfacción de los servicios sociales
básicos (nutrición y alimentación, educación básica, salud básica, agua
potable y saneamiento básico), lo que equivale al 2,6% del PIB.
El bajo nivel de gasto público en salud, educación y desarrollo
agropecuario contrasta con la elevada incidencia de la pobreza en el
sector rural y con las deplorables condiciones de la salud y la educación.
Así, en el Ecuador, respecto a la educación, tenemos que:
1 de cada 3 escuelas públicas es uni-docente - el número promedio de
años de escolaridad a nivel nacional es de 6,7, pero en el sector rural el
promedio de escolaridad es de 3,9 años - el analfabetismo funcional –
instrucción inferior a tres años de primaria – es del 25% a nivel nacional,
pero en Chimborazo, el analfabetismo funcional de las mujeres asciende
al 65%.
Respecto a la situación de la salud, tenemos que: - la desnutrición
crónica afecta al 45% de los niños a escala nacional, pero al 70% de los
niños de los cantones de la sierra con mayoría de población indígena, la
anemia afecta al 72% de los niños menores de 1 año, y al 40% de las
162
mujeres embarazadas; y, a partir de 1999 aumentó, de manera alarmante,
la incidencia de enfermedades causadas por el hambre y la insalubridad,
tales como la malaria, el dengue y la tuberculosis.
Carga ambiental: la sobre-explotación de recursos naturales: una
de las alternativas para el pago de la deuda externa, recomendadas por
el FMI, es el aumento de las exportaciones, que el Ecuador actualmente
está realizando mediante el incremento de la extracción de los recursos
naturales no renovables y renovables (en especial del petróleo en la
Amazonía, haciéndose aún más dependiente de los ingresos por
petróleo), lo cual conlleva a una depredación de la naturaleza.
Hay que estar claros que mientras la deuda crece a una
determinada tasa de interés de mercado, la naturaleza no puede crecer a
ese ritmo: los recursos renovables tienen ritmos biológicos de crecimiento
diferentes a los económicos (como se observa en la depredación de los
ecosistemas de manglar para la producción de camarón), mientras que
los recursos no renovables como el petróleo no repiten su ciclo de
producción.
Según el Banco Central, el pago del servicio efectivo de la deuda,
en el 2000, significó el 164% de los ingresos fiscales petroleros;
asimismo representó el 76% de las exportaciones de petróleo (crudo y
derivados) y de camarón.
Según estimaciones realizadas, el pago de la deuda externa
(capital e intereses) representa cerca del 44% de los ingresos fiscales
futuros (en los próximos 12 años); esta situación se vuelve aún más
dramática cuando se compromete cerca del 80% de los ingresos
petroleros futuros actualizados (en los próximos 12 años) al pago de la
deuda externa pública, y sin considerar nuevo endeudamiento futuro. De
mantenerse esta tendencia, el Ecuador agotará sus reservas petroleras
163
en 25 años, sin haber invertido esta riqueza en sostener su propio
desarrollo económico, social y ambiental.
El gobierno de Gustavo Noboa aceptó destinar el 70% de los
ingresos que genere el oleoducto de crudos pesados OCP al servicio de
la deuda, con lo cual se garantiza desde ya una elevada cotización de los
papeles de la deuda ecuatoriana, cuya recompra es obligatoria a partir
del año 2006, en un 10%, para los Bonos Global a 12 años, y a partir del
año 2013, en un 3%, para los Bonos Global a 30 años. El hecho de que
se haya reducido de 80% a 70% el monto ingresos petroleros destinados
al servicio de la deuda, para liberar un 10% a inversiones sociales,
provocó nuevas tensiones con el FMI.
En lo referente a las oportunidades, nuestro país las ha tenido y
muchas, analizaremos varios proyectos y programas que se financiaron a
través de los años, con endeudamiento externo, los que se destinaron a
la educación, salud, servicios, etc.
A partir del año de 1990, se realizaron préstamos destinados a:
• Cubrir el desfinanciamiento de la Vía Perimetral (MOP)
• Adquisición de laboratorios, equipos didácticos (DINACE)
• Adquisición de 100 buses articulados (Municipio de Quito)
• Financiar la construcción de la red nacional de silos (ENAC)
• Adquisición de B y S franceses para la rehabilitación de la línea
férrea San Lorenzo – Durán (ENFE)
• Proyecto agua potable – Manabí (CRM)
• Financiar proyecto para la Pequeña Industria y Artesanía (CFN)
164
• Financiar la ejecución del programa de crédito Industrial y
Turístico (CFN)
• Financiar la ejecución del programa de mejoramiento de la
calidad de educación básica (MEC)
• Financiar el Proyecto Presa la Esperanza – Manabí (CRM)
• Financiar adquisición 120 vehículos patrulleros, 5 ambulancias, 2
grúas (CTG)
• Financiar la construcción del puente sobre el río Daule (MOP)
• Financiar el Proyecto Control de Inundaciones de la Cuenca Baja
del Río Guayas (CEDEGE)
• Financiar adquisición de equipos y maquinarias para recolección
de basura y mantenimiento vial de la ciudad de Quito (Municipio
de Quito)
• Financiar programa Global de Crédito para la Microempresa
(Banco Central)
• Financiar proyecto Desarrollo Rural de la cuenca del Río Cañar
para mejorar el nivel de vida de campesinos pobres (Min.
Bienestar Social)
• Financiar Proyecto nacional de desarrollo Rural (PRONADER)
(Min. Bienestar Social)
• Financiar el 90% del valor FOB de los bienes, equipos y
repuestos para la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE)
• Financiar la adquisición de 630 vehículos para la Policía
Nacional
165
• Adquisición de una draga hidráulica para la Armada
• Financiar proyecto de pesca artesanal costera (BNF)
• Financiar proyecto de desarrollo social educación y capacitación
(MEC/SECAP)
• Programa de desarrollo regional Occidente de Pichincha (Con.
Prov. Pichincha)
• Proyecto de desarrollo social, salud y nutrición (Min. De Salud)
• Equipamiento de los institutos y colegios técnicos del país
(DINACE)
• Financiamiento para equipos para relleno de suburbios de
Guayaquil (DIGEIM)
• Para cumplir con el programa de ciencia y tecnología
(CONACYT)
• Preparación del programa sectorial agropecuario (MAG)
• Equipamiento para varios hospitales del país (Min. de Salud)
• Asistencia técnica explotación minera y protección del medio
ambiente (CODIGEM)
• Promover el desarrollo de la costa Ecuatoriana y el uso
sostenible de sus recursos (Prog. Recursos Pesqueros)
• Proyecto de Desarrollo Social (FISE)
• Apoyo al proceso de integración de los países andinos mediante
mejoramiento vial (MOP)
166
• Reforma y fortalecimiento de servicios agropecuarios (MAG)
• Adquisición de maquinaria y equipo caminero para municipios
menores y consejos provinciales amazónicos (Min. De la
Vivienda)
• Proyecto Daule Peripa (CEDEGE)
• Modernización del Estado (CONAM)
• Construcción central hidroeléctrica de 130 MW
• Ejecución de proyectos prioritarios en el país US$ 300 millones
(GOBIERNO)
• Fortalecer la administración de justicia (UNIDAD
COORDINADORA)
• Programa de emergencias del fenómeno del niño (COPEFEN)
• Construcción carreteras del Oriente (MOP)
• Proyecto apoyo al sector vivienda (MIDUVI)
• Modernización Sistema Tributario Ecuatoriano (SRI)
• Asistencia para el censo Agropecuario (MAG)
• Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Afro-Ecuatorianos
(COPLADEIN)
• Programa de atención a menores de 6 años (MBS)
• Comercio exterior e integración (MICIP)
167
Estos son algunos proyectos y programas en los cuales el Estado ha
invertido los recursos provenientes de los préstamos otorgados por los
diferentes organismos internacionales, a pesar que se han atendido a la
mayoría de instituciones, y por consiguiente, muchas necesidades, no
han contrarrestado el déficit social imperante.
En muchas ocasiones las oportunidades que estos préstamos
pudieron ofrecer, se han visto estancadas por causa de un mal
generalizado, la corrupción, pues, los recursos llegaron, pero no se
invirtieron correctamente o no se realizaron los seguimientos a los
programas; debemos asumir nuestra parte de la culpa, pues en otros
países la deuda ha contribuido a satisfacer las necesidades de la
sociedad y mejorar sus condiciones de vida.
De manera general podemos citar algunas oportunidades que se le
pueden presentar a un país que tiene el carácter de deudor.
Un país endeudo, por lo general, presenta un cuadro, por decirlo
menos, desolador, pues es la pobreza en la que se debaten la mayoría
de sus habitantes, esta condición en ciertas oportunidades ha estimulado
a que se proporcionen donaciones de instituciones internacionales o
países generalmente desarrollados, con la finalidad de socorrer de
alguna manera la situación tan difícil por la que atraviesan estos pueblos.
Ante el estancamiento económico, permanente en los países
endeudados, en la comunidad mundial se ha generado un sentimiento de
sensibilización ante la dura realidad de los países pobres, dando lugar a
que, varios de ellos realicen inversiones en proyectos de desarrollo.
Existen varios países, entre los cuales se encuentra el Ecuador, que
poseen recursos naturales (petróleo), que dependiendo de ciertas
circunstancias, en determinadas épocas, tienen la posibilidad de
168
incrementar sus presupuestos, y estos recursos extras pueden ser
destinados a aspectos sociales en beneficio de los sectores menos
favorecidos.
En muchas ocasiones ser un estado endeudado es sinónimo de
riesgo, sin embargo, este fenómeno ha permitido una mayor gestión en
Cooperación Internacional sin repercutir en su Soberanía Nacional, pues
los acreedores están concientes que, sin una cooperación efectiva, los
países en vías de desarrollo, no podrán, en corto plazo, cumplir con sus
compromisos, el servicio de la deuda.
Entre las amenazas o efectos negativos de que son sujetos los países
deudores podemos anotar que:
Al no contar con los suficientes recursos para cumplir con el pago de
la deuda, muchos estados, en especial los latinoamericanos, se han visto
en la necesidad de continuar con la destrucción del medio ambiente,
principalmente debido a que estos países no pueden seguir los estrictos
criterios que se dan en tratados como el de Kyoto, produciéndose un uso
irracional de los recursos, que repercute en la destrucción de la capa de
ozono, calentamiento del planeta.
De igual manera ciertos países se han convertido en receptores de
basuras radiactivas, en mucha mayor cantidad de la que pueden asumir,
a fin de poder tener acceso a una fuente de ingresos adicional, sin tomar
en cuanta que el medio ambiente no conoce fronteras, y sus efectos,
muchas veces letales, nos llegan a todos.
En algunos países, como regla general se producen aumentos
impositivos, pues parte de la deuda que tienen los países en vías de
desarrollo, y que no pueden pagar, acaban incrementando los “Créditos
incobrables”, lo que a la postre supone que dejan de pagar sus
169
impuestos por ese motivo, lo cual en muchas ocasiones es necesario
incrementar o crear impuestos para así poder satisfacer los servicios de
la deuda.
Los problemas de desarrollo que trae consigo la carga de la deuda
externa, en nuestro país ha suscitado un aumento sustancial de la
inmigración, y en algún caso la existencia de tensiones; pues al no poder
optar por un empleo y así satisfacer sus necesidades, las personas se
han visto en la dura realidad de buscan otros horizontes, que en la
mayoría de los casos se topan con una dura realidad, pues en otros
países existen problemas de racismo, y mal trato a los extranjeros
Uno de los sectores más afectados por el alto índice de
endeudamiento, lo constituye el campesinado, pues al no contar con
suficientes recursos para hacer producir sus tierras, el tráfico de drogas
para muchos de ellos se ha convertido en la única salida, pues los
precios de los productos que se exportaban tradicionalmente como café,
algodón, banano, etc. Han disminuido, así como su demanda, en
especial por la falta de competitividad, y falta de tecnología.
Pero, hay quienes, sin negar que pueda existir alguna relación entre
deuda y pobreza, se muestran más rigurosos, invocando razones en
contra de la condonación o reducción de la deuda externa. En síntesis,
estas razones son:
Que la condonación e incluso la reducción de la deuda, sin
condiciones, va en contra de los principios básicos del derecho mercantil,
generando en los prestatarios la idea de que se puede pedir dinero sin
preocuparse de su devolución.
Que si se perdonan las deudas a los países en desarrollo, los bancos
y, en general, las instituciones financieras, privadas y públicas, e incluso
170
los gobiernos, no estarán dispuestos a conceder nuevos préstamos a
estos países; con lo cual se habrá aliviado la situación actual, a cambio
de cerrar las posibilidades del futuro.
Que perdonar total o parcialmente la deuda a todos los países
clasificados como muy pobres, en forma indiscriminada, crea un problema
de justicia comparativa entre los países que realizan esfuerzos para el
ajuste estructural y los que no hacen nada en esta l ínea.
Que también existe un problema de discriminación entre acreedores,
en favor de los privados, que no están sujetos a las decisiones del Club
de París, o del Banco y el Fondo. Este argumento, sin embargo, no
parece tener mucha fuerza, ya que los bancos privados que, por lo
general, no prestaron a los países que hoy son candidatos al perdón, ya
resolvieron sus problemas, acogiéndose a la propuesta Brady, aunque
fuera a costa de cancelar parte de sus créditos, cedidos con más o
menos descuento; y
Que la cancelación de las deudas dañaría la solvencia del FMI, el cual
vería endurecidas sus condiciones de financiación
Las posturas hasta aquí expuestas suponen aceptar, explícita o
implícitamente, que existe relación de causalidad entre deuda externa y
pobreza, sin embargo podemos tener otra visión; en primer lugar,
conviene, recordar que el endeudamiento en sí no es malo, ya que todos
los países del mundo, y más todavía los en desarrollo, necesitan
capitales para invertir. En este sentido, la concesión y aceptación de
créditos es una actividad plenamente normal y razonable, como medio de
satisfacer las necesidades de los ahorradores y de los inversores. En un
mundo cada vez más internacionalizado, es lógico también que
ahorradores e inversores estén situados en países distintos.
171
Lo malo, pues, no es estar endeudado; lo malo es, tanto en una
empresa como en un país, es hacer mal uso del dinero tomado a
préstamo. Pero si, para seguir con el ejemplo de la empresa, los
préstamos se invierten en actividades con rentabilidad superior al coste
de la deuda, la empresa podrá satisfacer los intereses y devolver el
capital prestado a su vencimiento o, caso frecuente, renovar el crédito a
satisfacción de los prestamistas, porque estos países utilizaron los
créditos en proyectos rentables para el desarrollo de su capacidad
exportadora. En cambio, los países que tropiezan con dificultades son,
por lo general, aquellos que han mal empleado los fondos en gastos
consuntivos, en el mejor de los casos, con lo cual su capacidad de
repago de la deuda ha quedado reducida a la exportación habitual y poco
remuneradora de primeras materias.
Es cierto que los elevados tipos de interés que predominaron, sobre
todo en la década de los ochenta, contribuyeron a empeorar las cosas
para países altamente endeudados y con bajos precios a la exportación.
Pero no es menos cierto que bastantes de ellos han pasado, y siguen
pasando, por períodos de alta inflación, y nadie puede negar que la
persistencia de este fenómeno desencadena consecuencias desastrosas
para la economía de un país. La inflación impide la formación de ahorro
nacional y fomenta la fuga de capitales, con lo cual la inversión y el
desarrollo quedan seriamente comprometidos. Al final, el precio de la
inflación lo pagan los más débiles y pobres.
Tampoco puede negarse que la banca internacional obró
imprudentemente en los años setenta otorgando demasiado a la ligera
créditos a los países en desarrollo, imprudencia que pagó en términos de
rentabilidad para sus accionistas y en términos de imagen de solvencia
frente a sus depositantes; y que, finalmente, le obligó a reestructurar los
créditos o incluso a venderlos con descuento.
172
Pero las penalidades que ahora soportan las poblaciones de los
países endeudados son la responsabilidad directa de los gobernantes de
estos países. Los políticos que gobernaban y, en muchos casos, siguen
gobernando los países en desarrollo y que aceptaron los préstamos de
los bancos comerciales extranjeros tienen una seria responsabilidad que,
se articula en dos vertientes. Por un lado, se opusieron a la llegada de
capitales extranjeros en forma de inversión directa, cuando en realidad
ésta era la forma eficaz de contribuir al desarrollo de la zona. Por otro
lado, una vez escogida la opción del endeudamiento, hicieron mal uso,
cuando no fraudulento e incluso criminal, de los fondos recibidos, en vez
de invertirlos para el desarrollo, tolerando o tal vez siendo los autores de
la fuga al exterior de una gran parte de los capitales recibidos; aunque no
hay que descartar la complicidad de los que, en los países desarrollados,
se beneficiaron o incluso pudieron organizar la corrupción.
En cualquier caso, parece claro que los gobiernos de los países
deudores tienen, por lo menos, una parte de culpa en el origen del
problema, aunque sea extremadamente lamentable que esta culpa la
estén pagando poblaciones en niveles ínfimos de renta, sin
responsabilidad en el problema, salvo la que pudiera alcanzarles por
tolerar tales gobernantes, en el supuesto de que en forma pacífica
hubieran podido deshacerse de ellos.
CAPITULO VI
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
6. CONCLUSIONES
Luego de haber realizado el análisis de cómo se ha ido
desarrollando la Deuda Externa Ecuatoriana; los impactos que se
produjeron luego de la aplicación de las condiciones expuestas en las
diferentes Cartas de Intención; el destino que se dieron a los recursos
provenientes de los Organismos Internacionales de Crédito, se ha llegado
a las siguientes conclusiones:
• Los recursos que el estado ecuatoriano ha recibido como
consecuencia de su Endeudamiento Externo, han sido destinados a la
ejecución de varios proyectos y programas, tales como: educación, salud,
vialidad, transporte, construcción, vivienda, equipamiento, etc.
• El destino de varios préstamos contribuyó, en parte, a que ciertos
sectores, los más desprotegidos de la sociedad, reciban atención,
permitiéndoles mejorar sus condiciones de vida.
• Sin embargo, por el alto crecimiento del servicio de la deuda, el
gobierno cada vez, se ve más imposibilitado de incrementar, de manera
razonable, los presupuestos, especialmente de salud y educación.
• La Deuda Externa, se constituye en una oportunidad de desarrollo
y bienestar, siempre y cuando los recursos obtenidos sean canalizados
directamente para el fin para el cual fueron solicitados, concomitantemente
174
aplicando una fiscalización, de manera que se puedan ver los beneficios
que se obtuvieron con la adquisición de los créditos internacionales.
• Es una amenaza el contraer deuda, cuando se desvían los
recursos obtenidos, y se los destina, en la mayoría de los casos, a
satisfacer intereses personales, cosa que ha ocurrido con mucha
frecuencia en el Ecuador, pues uno de sus mayores males lo constituye la
corrupción, que lastimosamente se encuentra enraizada a todo nivel.
• Las medidas, que están obligados a aplicar los gobiernos
deudores, entre los que se encuentra el Ecuador, para alcanzar los
objetivos que imponen los Acuerdos del FMI, provocan inestabilidad
política y social, como se observó con los anteriores acuerdos.
• El pago de la deuda externa ecuatoriana, y su elevado peso sobre
las finanzas públicas, limitan el crecimiento del país, contradiciendo los
mismos objetivos fijados por el acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional.
• De aplicar de la mejor manera las condiciones impuestas por los
Organismos Internaciones, las cuales supuestamente conducirán aun
crecimiento económico relativamente elevado; dadas las condiciones
financieras internacionales vigentes, la deuda externa ecuatoriana es
insostenible e impagable.
• La única forma y la más aplicada solución para generar mayores
ingresos fiscales y así cumplir con el servicio de la deuda externa, se
consigue mediante el incremento de de tarifas, de impuestos o de la
creación de los mismos. lo cual acentúa la inequidad en la distribución del
ingreso.
• El pago de la deuda externa, a través de la historia ecuatoriana,
ha conllevado a una disminución de la calidad de vida de la población.
175
• Los desembolso que la deuda externa implica la sobre-
explotación de los recursos naturales del país (especialmente petróleo y
ecosistemas), sin que éstos sean reinvertidos en el desarrollo del país,
produciéndose en muchos casos daños irreparables al medio ambiente
• Los ajustes aplicados en la economía del Ecuador, hicieron de
alguna manera que el país se desarrollara de espaldas al mercado
mundial y de un manejo social acorde con las demandas de la sociedad.
• Alentó aún más la producción primaria con ventajas naturales y
dirigidas, sin añadirle mayor valor agregado, lo que a la postre un
deterioro relativo de la industria manufacturera, produciéndose una
recesión en el campo industrial y de varios sectores dirigidos a satisfacer
la demanda interna, con capacidad de generar empleos adecuados, pagar
remuneraciones decentes y reducir consistentemente la pobreza
• Se ha ocasionado el deterioro del medioambiente, como ejemplo
de este deterioro ecológico se puede mencionar la situación del camarón,
afectado por la sistemática destrucción de los manglares y por el uso
indiscriminado de productos químicos en las bananeras, que provocaron
una serie de efectos como "el síndrome de Taura" y luego "la mancha
blanca".
• En los actuales momentos, el sector privado se encuentra aislado
y sin el concurso del sector estatal; no ha tenido el mismo dinamismo que
en décadas anteriores. De acuerdo a las actuales circunstancias, parece
ser que el Estado funciona hoy al revés: antes servía para propiciar
relativamente mejores niveles de distribución del ingreso a favor de las
capas de ingresos más bajos, en especial las capas medias, ahora lo hace
a favor de los más acomodados, en desmedro de los otros grupos.
• En todo este período se registra una marcada reconcentración del
ingreso y la riqueza, como opción buscada por la lógica del ajuste, para
176
poder financiar nuevas inversiones, en especial al concluir la bonanza
petrolera y revertirse el flujo masivo de créditos externos, en estos años de
crisis, las ganancias de los principales grupos económicos no han
decrecido, han aumentado.
• Además, los patrones de consumo de los sectores más
acomodados y de clase media se orientan cada vez más por obtener
productos provenientes del exterior. Como reverso de una pobreza
creciente, la concentración de la riqueza nunca antes ha sido tan notoria.,
y como si eso fuera insuficiente, los grupos económicos, que controlan el
poder político, están empeñados en asegurarse, a cómo de lugar, mayores
riquezas a través de las pretendidas privatizaciones de aciertas empresas
y servicios del Estado.
• Merece especial atención el deterioro cualitativo, de las
actividades e inversiones sociales, con la educación a la cabeza, a causa
también de las menores disponibilidades fiscales. Situación explicable por
los crecientes requerimientos para servir la deuda, que condujeron a una
reducción de los gastos sociales, de igual manera se vieron afectadas las
condiciones y la calidad de los propios servicios públicos.
• La estabilización de la economía es uno de los temas que más le
ha costado resolver al Ecuador, a pesar de que ha sido uno de los
objetivos más buscados en los últimos años. El país alcanzó con casi un
97% (récord en octubre de dicho año: 107,9%) la más alta inflación de
América Latina en el año 2000, agravada por la propia adopción de la
dolarización.
• Los crecientes montos requeridos por el servicio de la deuda
concentran el grueso de los egresos fiscales, así como los recursos que
en forma reiterada son destinados a sanear los problemas de importantes
grupos monopólicos, como sucedió con el salvataje bancario.
177
• De todas maneras, hay que reconocer que la economía
dolarizada, luego de la internacionalización muchos precios y tarifas (no
los salarios), ha permitido obtener niveles menores de inflación;
eliminándose de una ves las expectativas devaluatorias, que condujeron
al alza de los precios.
• En todo este período el crecimiento de la economía ha sido
inestable y débil; salvo en un par de años aislados la economía creció a
un ritmo inferior o apenas similar al de la expansión de la población
(2,3%), para caer aparatosamente en 1999. La tan esperada reactivación
económica, prometida reiteradamente en los sucesivos programas de
estabilización y de ajuste, ha resultado una quimera, al menos para
aquellos sectores productivos no vinculados al mercado externo.
• Las quiebras de empresas medianas y pequeñas han sido una de
las constantes en todo este lapso, con variaciones más o menos masivas
en aquellos años especialmente críticos, como en 1995 y 1998-2000.
• El fracaso del ajuste para lograr una mejora en las condiciones de
vida se evidencia al analizar la evolución de la producción por habitante,
indicador que, a pesar de no ser cualitativo, nos da una idea de que el
objetivo del crecimiento no ha sido alcanzado. En términos del ingreso por
habitante se aprecia que el nivel del 2000 es comparable al de 1978.
• Un mal que no nos ha permitido lograr un desarrollo ha sido la
corrupción y la impunidad, reflejadas en varios pasajes del manejo
económico y graficadas con la sindicación de casi todos los gobernantes y
gran parte de sus equipos económicos desde el año de 1992.
• En varias ocasiones, los instrumentos prácticos y los
procedimientos aplicados han violentado las leyes, empezando por la
propia Constitución Política del Ecuador, como sucedió con la dolarización
oficial; otra de las características de este manejo inconstitucional y
178
autoritario ha sido el escaso tiempo para la discusión de cuerpos legales
extensos y complejos; el abuso de los proyectos de urgencia económica
ha sido casi una norma desde Febres Cordero.
• El pago de la deuda externa, a pesar de que no debería
constituirse, de ninguna manera, en un freno para el desarrollo humano o
una amenaza para el equilibrio ambiental, lo esta haciendo, y cada día
entre los países deudores, es mas evidente.
• Es un hecho que, que los arreglos de deuda externa son tomados
como herramientas de presión política, para que un Estado acreedor o una
instancia controlada por los Estados acreedores, impongan condiciones al
Estado deudor, reflejadas especialmente en el ajuste estructural.
• Un aspecto que se debe de tomar en muy e cuenta, ya que
constituye una realidad es que, si se rechaza a la deuda, no se podrá
obtener acceso a los mercados de capitales internacionales, lo cual
limitará, en el futuro poder conseguir capitales nuevos; además se
interrumpiría también el flujo de bienes y servicios vitales para las
economías como equipos, repuestos, alimentos y otros productos
importados de primera necesidad.
179
7. RECOMENDACIONES
• Es necesario establecer un sistema de arbitraje enmarcado en un
código financiero internacional, tanto para sentar con claridad las normas
que rijan el proceso como para impedir que el arbitraje sea utilizado como
una nueva herramienta de presión política por parte de los acreedores. No
se puede reeditar el manejo arbitrario caso por caso como hasta el
momento, lo cual, en más de una ocasión, ha dado lugar a la imposición
de condiciones insoportables para los países endeudados y hasta ha
provocado una enconada competencia entre deudores que solo beneficia
a los acreedores. Quizás hasta que se disponga de dicho código, habría
que presionar para que se institucionalice el arbitraje.
• Todas las partes involucradas en el problema, en especial los
países deudores, deben tener un trato equitativo que implica el derecho a
ser escuchadas. Hace falta incorporar activamente a los representantes de
la “sociedad civil” de los países endeudados, que es normalmente el
sector más afectado por la crisis de la deuda y su manejo; con el arbitraje
también habrá que asegurar un trato equitativo a los acreedores
internacionales.
• Para el servicio de la deuda contratada y renegociada con
acuerdos definitivos y en condiciones de legitimidad, habrá que establecer
parámetros claros en términos fiscales; así, dicho servicio dentro del
presupuesto del Estado no podrá afectar las inversiones sociales y
tampoco minimizar el potencial de desarrollo.
• En términos comerciales, se debería establecer que exista un
superávit como condición mínima para servir la deuda como añadidura se
180
requiere de un esquema que estimule la compra de productos de los
países endeudados por parte de los acreedores. Las rebajas e la deuda
deben ir en relación directamente proporcional a las restricciones
comerciales de los acreedores, a más barreras arancelarias más
desendeudamiento.
• Hay que incorporar por igual cláusulas de contingencia para el
comercio exterior y para las finanzas internacionales que conduzcan
inexorablemente a la suspensión de pagos. Si se produce una caída
sustantiva de los precios de las materias primas, por ejemplo, se
suspenderían los pagos hasta que se restablezca el equilibrio. Igualmente,
si la tasa variable de interés supera una banda razonable con relación al
momento de la firma del crédito, se pospondría el servicio hasta que se fije
una nueva tasa.
• Desde una amplia perspectiva, un sistema de arbitraje
internacional, debe sustentarse sobre bases de transparencia, justicia y
equidad.
• Se precisa un nuevo Bretton Woods que ayude a regular y
normalizar otro proceso de globalización sobre bases de solidaridad y
sustentabilidad.
• El Banco Mundial y los bancos regionales deberán rebajar
sustantivamente la deuda sin condiciones, a más de que debería retornar
a su papel de financista de proyectos de desarrollo. Se deben superar los
actuales requisitos de política económica transformados en una trampa de
imposiciones que generan y/o agudizan la pobreza en los países
“beneficiarios”, sin legar, por cierto, a resolver el reto de la deuda.
• El Fondo Monetario Internacional debería limitarse a apoyar
créditos de balanza de pagos dentro del marco de un tribunal internacional
de arbitraje; para resolver situaciones críticas los países deberían tener la
181
posibilidad de acceder a asesorías especializadas que no sean ofrecidas
exclusivamente por estas dos entidades cuyo trabajo es cuestionado.
• Se debería proponer la disolución del Club de París, en vista de
su fracaso histórico y en cuyo seno no hay ningún arreglo apegado a
derecho, sería el primer paso para la constitución de un tribunal
internacional de arbitraje independiente.
• De igual manera se debería fortalecer el reclamo de la Deuda
Ecológica, en la cual los países subdesarrollados son los acreedores. Esta
deuda, que no tiene necesariamente que expresarse y pagarse en
términos convencionales, coloca en el centro de la discusión el tema
ambiental a nivel global y anticipa, desde ya, el mayor reajuste económico
y geopolítico de la historia moderna.
• Otro mecanismo de factible aplicación por parte de los países
desarrollados a los organismos financieros internacionales, sería el de
proponer el canje de deuda por desarrollo, abriendo el espacio para el
análisis de la condenación de la deuda externa.
• Solicitar a los organismos económicos y financieros
internacionales, especialmente al Banco Mundial (BM), Fondo Monetario
Internacional (FMI) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estudie,
un proceso para la condonación de la deuda externa, o su máxima
reducción, de la misma forma, constituir equipos conjuntos para el
seguimiento y concreción de los acuerdos que se establezcan.
• Proponer la elaboración y aprobación de mecanismos y controles
para garantizar, de manera definitiva, que toda forma de endeudamiento
sea acordada en concertaciones nacionales, para que se destine a los
fines previstos y el endeudamiento privado no sea asimilado como deuda
pública y pagado por nuestros pueblos.
182
• A nivel Latinoamericano, usar todos los mecanismos de
relaciones bilaterales y multilaterales, a fin de acordar las bases de un
urgente tratamiento conjunto del tema de la deuda ante los gobiernos y/o
entidades financieras acreedoras, y ejercer presiones en la dirección de la
reingeniería y condonación de las deudas.
• El proceso de integración es una alternativa necesaria para
enfrentar el problema, paro lo cual se hace necesario a acelerar la
aprobación por parte del Grupo de Río, de la propuesta de
institucionalización de la Comunidad Latinoamericana de Naciones,
elaborada y presentada por el Parlamento Latinoamericano.
• Pedir al Parlamento Latinoamericano y a los Parlamentos
Subregionales, presenten ante la Corte Internacional de Justicia de la
Haya, el enjuiciamiento de las condiciones establecidas en el pago de los
servicios e intereses de la Deuda Externa, por su carácter usurario.
• Pedir a los parlamentos nacionales de América Latina y el
Caribe, la promoción y aprobación de mecanismos que diseñen una
reingeniería en el tratamiento del problema de la deuda externa y la toma
de decisiones que fortalezcan al Parlamento Latinoamericano, para
avanzar significativamente en la construcción de la Comunidad
Latinoamericana de Naciones.
• Constituir un frente social latinoamericano para la deuda externa,
destinado a la más amplia divulgación y concientización de los
trabajadores y nuestros pueblos sobre el tema y desarrollar un plan de
acción contra el actual sistema de pago de la deuda externa.
• Se debe plantear la posibilidad de no endeudarse, o por lo menos
hacerlo en mínima cantidad, por lo menos un período presidencial, a fin
183
de poder estructurar los montos de la deuda y buscar soluciones para la
reducción y pago de la misma.
• Se debe fortalecer la aplicación del Fondo de Estabilización
Petrolera, y vigilar por parte de la sociedad que el 70% se destine para la
recompra de deuda, y de esta manera poder destinar mayores recursos a
los sectores mas desprotegidos del país.
• Desarrollar una amplia campaña de difusión y concientización en
los países desarrollados, especialmente en los parlamentos, sobre los
impactos y consecuencias de la deuda externa en nuestras naciones y
pueblos.
• Fomentar, con auspicio del Instituto de Altos Estudios Nacionales
IAEN, y demás instituciones públicas y privadas, la creación de foros,
debates, simposios, charlas, encaminadas en primer lugar v a la difusión
y trasnparentación de las negociaciones que sobre Deuda Externa realiza
el estado ecuatoriano, y en segundo lugar para poder obtener nuevas
formas, condiciones o soluciones a este gran mal que nos aqueja.
184
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AUTORIZACION DE PUBLICACION
Autorizo al Instituto de Altos Estudios Nacionales la publicación de esta
Tesis, de su bibliografía y anexos, como artículo de la Revista o como
artículo para lectura seleccionada o fuente de investigación.
Quito, junio del 2003
FIRMA DEL CURSANTE
Econ. Alberto Espinoza Aguirre