Reporte de nuevas pictografías y petroglifos en la provincia Monte Plata.
Por: Jorge Ulloa Hung
Johnny Rubio
El día 20 de junio del 2008 personal de la un idad de Arqueología del Museo del
Hombre Dominicano v isitó la provincia Monte Plata, en particular la zona de Yamasá,
con vistas a obtener información precisa sobre el hallazgo de supuestas p iezas
arqueológicas tainas reportadas en un artículo de prensa por los hermanos Jesús y
Manuel Guillen, importantes y reconocidos artesanos del lugar cuya principal temática
de producción artística se encuentra inspirada en el arte desarrollado por las
comunidades indígenas.
La colaboración y ayuda de los hermanos Guillen fue vital para la localización y reporte
de nuevas expresiones de arte rupestre en esta provincia, la que a pesar de poseer
condiciones idóneas para el hábitat indígena hasta el momento registra escasos reportes
en comparación con otras regiones del país. Esta situación puede encontrar fundamento
en la escasez de trabajos de investigación arqueológica en esa región así como en la
posible obliteración de muchos de los contextos a partir del fomento de antiguas
colonias cañeras en la zona o la extracción de calizas para la industria constructiva o
con otros fines.
Las nuevas expresiones de arte rupestre localizadas se dividen en pictografías y
petroglifos. Ambas se encuentran ubicadas- desde el punto de vista de las regiones
geomorfológicas de la República Dominicana- en la región conocida como Sierra de
Yamasá la cual posee un clima húmedo y vegetación de bosque húmedo subtropical. En
ella se encuentran fuentes de agua importantes como el río Yamasá, el Ozama, el
Higuero, el Mijo, además de arroyos como Los Cacaos, La Leonorida, Caobas, Las
Mayas, entre otros. Actualmente una buena parte de esta zona se encuentra dedicada a la
producción de frutos menores y Cacao, aunque la porción más al sur de las estribaciones
de la sierra, sobre todo en la intercepción con la región conocida como Llanura
oriental, estuvo otrora dedicada a la producción de caña de azúcar y actualmente
constituye una importante zona ganadera usada como terreno de pastos.
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El arte rupestre en la zona
La diversidad y riqueza del arte rupestre en isla de Santo Domingo ha sido catalogada
de excepcional por var ios investigadores (Pagán, 1978a; Pagan, 1978b; Pagán, 1979;
Pagán y Caro Álvarez; Morban Lacer; Veloz, 1977; Veloz y Zanin.1999) tanto por su
calidad artística, su diversidad de motivos, técnicas utilizadas, y la riqueza temática. En
cuanto a esta ultima, autores como Dato Pagán Perdomo (Pagan, 1979, 1990) señalaron
un predominio de las expresiones antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas, además de
dibujos geométricos con signos de interpretación problemática y figuraciones
naturalistas o esquemáticas abstractas. Dentro de las escenas representadas, según este
mismo autor, destacan las de carácter mágico religioso, con supuestas grafías de los
mitos o creencias, escenas de la vida animal, la sexualidad, reproducción, chamanismo,
prácticas funerarias, danzas, juegos, adornos corporales y utensilios de uso ritual. En
este mismo sentido aparecen las representaciones de artefactos de uso doméstico
vinculados a escenas de la vida cotidiana y a actividades productivas como la
recolección, la pesca y la agricultura1.
En el caso de la región que nos ocupa (Monte Plata) la ausencia de reportes de
expresiones de arte rupestre es llamativa, y las manifestaciones de este tipo más
próximas han sido localizadas fundamentalmente en la prov incia Sánchez Ramírez
(Cotuí). Dentro de ellas destaca el yacimiento Hoyo de Sanabe2 (Pagán y Caro Alvarez,
1980; Rodr íguez, 2005) con dibujos rupestres donde las figuras son básicamente
rellenas y al parecer los pigmentos pudieron ser aplicados con algún tipo de p incel o
brocha o con las manos o dedos del artista. Como parte de esos pictogramas sobresale
una figura humana en proceso de descender o ascender usando algún tipo de liana, la
cual ha sido asumida como la representación de los complejos sistemas de acceso que
1 Uno de los aspecto más i mportante señal ados y debatidos por este autor en sus estudios sobre arte rupestre de la isla de Santo Do mingo refiere que la nu merosa pro fusión de yaci mientos petroglífi cos y pictográficos que respond en a figuras esquemáti cas indicaban la pres encia de un grupo más numeroso que los que realizaron las figuras abstractas y naturalistas, las cu ales habían sido presentad as hipotéticamente co mo precerámi cas. A p artir de varios estudios en cuev as do minicanas est e investigador llegó a la conclusión que la mayoría de las figuras naturalistas no correspondían real ment e a grupos precerámicos y que las áreas o y aci mientos donde abundab an este tipo de diseños fueron las más intensament e pobladas en los mo mentos prehistóricos d e la zon a montañosa sur-cent ral y sur-oriental del país, los llamados Llanos costeros del Caribe. A partir d e aquí planteó co mo una tesis central qu e era i mposible asociar los motivos o diseños naturalistas y abstractos sólo al poblamiento precerámi co, mientras las esquemáticas se atribuían al período agricultor. 2 Hoyo de San abe se encu entra ubicado cerca d e l a Loma de To más en el noreste de la lo ma el Peñón de la Sabana y además d e presentar pictografías se ha repo rtado l a presen cia d e p etroglifos.
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muchas veces debía franquear el indígena para realizar algunas de sus imágenes
(Rodríguez, 2005:105).
Dentro de la misma provincia Sánchez Ramírez (Cotuí) también sobresalen las
manifestaciones artísticas de las llamadas Guacaras de Comedero, reportadas por
Narciso Alberti Bosch en 1912 3 (Alberti Bosch, 1912), así como otras reportadas en un
registro realizado por el investigador Dato Pagán Perdomo (Pagán, 1979:119-136). En
este ultimo, que constituyó una especie de catastro de los yacimientos más importantes
con arte rupestre detectados hasta ese momento en las diferentes regiones del país, el
autor además de incluir las ya mencionadas Guácaras de Comedero4 (sitio 20 en su
clasificación) reporta otros asentamientos contiguos como: Cueva el pozo del Indio
(sitio 21 de la clasif icación) ubicado en las Guacaras de comedero pero en la parte
oriental de la loma, y donde se acusa la existencia de petroglifos; las Guacaras de
Comedero Arriba (sitio 22), en ellas se localizan cuatro cuevas con importantes
pictograf ías y petroglifos situadas en las confluencias de los ríos Piedra y Cuayá;
Cuevas de Hernando Alonso (sitio 23), ubicadas en las cercanías del arroyo de ese
mismo nombre (margen izquierda) con presencia de petroglifos; Cueva del Peñón de la
Sabana o Sabana de Meladito (sitio 62 de la clasificación) con presencia de petroglifos.
En este mismo orden también se menciona el llamado Arroyo Colorado (sitio 24) donde
en grandes bloques líticos existentes en las márgenes del mismo aparecen grabados
petroglifos.
Otras investigaciones en esta contigua provincia Sánchez Ramírez (Jiménez Lambertus,
1984) también han reportado estaciones con arte rupestre en el paraje conocido como
Los Cacaos. En ese caso se trata de la cueva conocida o bautizada como Guacara de
Los Cacaos, la cual presenta petroglifos en su entrada, 5 además de la cueva de la
Laguna, donde las expresiones artísticas aparecen en una pared próxima al centro de la
misma. Para esta última cueva se describen pictografías realizadas con pintura negra
que reproducen figuras antropomorfas y supuestamente especimenes de fauna, además
3 En las llamadas Guacaras de Comedero , s egún las descrip ciones de Narciso Alb erti Bos ch (1912 ), sobresalen las figuras triangulares, las qu e posteriormente ot ros autores co mo Morbán Laucer (2002) asu me como rep resent aciones de Mu rciél agos, además aparecen rectángulos con líneas ho rizontales en fo rma d e zigzag y con líneas v ertical es cruzadas. 4 En ellas s e h an localizado pictografías y pet roglifos 5 Aunque las exploraciones en el interior de la cuev a no arrojaron vestigios de este tipo de expresión, no se des cart a que el intemperis mo las hay a d evastado .
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de expresiones figurativas cuya interpretación no es clara debido al alto grado de
deterioro de los pictogramas.
En el caso particular de la provincia Monte Plata, como ya se ha señalado, los reportes
son escasos, nuestra revisión bibliográfica sólo arrojó información que describe un
emplazamiento de plaza ceremonial6 (García Arévalo y Morbán Laucer, 1990) ubicado
en la Sierra de Yamasá en los 18o, 43´´ y 700,7´´ en el paraje conocido como Lanonal,
sección Hato Viejo, el cual en la antigua división político administrativa de la
República Dominicana formaba parte de la provincia de San Cristóbal.
Como parte de esa p laza se describe un ídolo monolítico m uy pesado, figurativo, tallado
en piedra rustica maciza7 que representaba una figura antropomorfa lograda con pocos
trazos aprovechando las prot uberancias de la misma roca. Los ojos estaban ejecutados a
base de grandes incisiones circulares con ahucamiento en su centro, lo que confería al
rostro una expresión de sorpresa. En la figura se representaban orejeras y su trazo
guardaba relación con la composición de los ojos además de la línea que enmarcaba el
rostro. Sobre la cabeza, exhibía un diseño inciso a manera de banda y los brazos
flexados sobre el mentón acentuaban el carácter sorpresivo que caracterizaba la
expresión de sus ojos (García Arévalo y Morbán Laucer, 1990).
Desde el punto de vista arqueológico las evidencias asociadas a esta plaza fueron
escasas, solo aparecieron algunos fragmentos de cerámica de estilo Chicoide, un
majador lítico fragmentado, y algunos fragmentos de mayólica española, lo cual
condujo a los autores (García Arévalo y Morbán Laucer, 1990) a relacionar este
monumento con los últimos grupos tainos que poblaron la Española. Por su parte, las
excavaciones y prospecciones en busca del poblado o poblados posiblemente
6 Según las d escrip ciones d e la pl aza (García Arév alo y Morb án Lau cer, 1990) esta se encontraba ubicada en una pl anicie del río Toro , aflu ente del río Guanu ma, y est aba fo rmada por dos hileras de piedra paralelas de di ferent es tamaños y fo rmas. Su disposición tenía sentido longitudinal de Este a Oeste con di mensiones al norte 55,60m y al su r de 72 ,60 m, mientras al este tenía 21 m y al oeste 23 ,30m. En sus extremos no existían piedras transversales para fo rmar un rect ángulo, como es típico en algunas plazas antillanas, sino que h acia los extremos presentab a un pro montorio o levadizo d e tierra firme que alcan zaba entre 40 y 60cm por en ci ma del nivel del suelo, lo cual rep resentaba el esp acio de mayor altura y desde dond e se observ aba mejor el juego. En el extremo este, dich a elev ación terrosa era ligeramente menor y algo más irregul ar. 7 La roca mide 0,70 m de altura y 0 ,50 m de ancho en su frente x 0 ,40 m en su extremo lateral más acentu ado
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relacionados con la plaza fueron infructuosas por lo que los investigadores- en relación
con el estado de las investigaciones en ese momento- presentaron la p laza ceremonial de
Yamasá como un vestigio cultural aislado y único dentro de una amplia zona
geográfica, cuya habitación prehistórica era y es básicamente desconocida.
Los nuevos reportes en Monte Plata.
La C ueva del Indio
La cueva conocida localmente como Cueva del Indio (Jesús Guillen y Manuel Guillen,
comunicación personal) forma parte de un mogote cársico que presenta tres secciones
que lo atraviesan de manera longitudinal y conforman tres salones independientes de
tamaños y formas distintas. Este se localiza a unos tres kilómetros al noroeste del
paraje conocido como La Luisa Prieta ubicado en la carretera que une a la capital
dominicana con el poblado cabecera de la provincia Monte Plata (poblado de Monte
Plata)
El mogote se ubica sobre un lometón (aproximadamente a 44 m sobre el nivel del mar)
de la estribación sur de la Sierra de Yamasá en el espacio en que esta desciende en esa
misma dirección hasta penetrar en la región co lindante conocida como Llanura Oriental.
Desde el punto de vista de su ubicación geográfica las coordenadas tomadas con GP S
Garmin (modelo) son las siguiente: 18o ,43¨ y 99 ́ de latitud norte y 69o, 54¨ y77 ´ de
longitud oeste (pto. lado norte del mogote) y N-18o, 43 ,̈ 98´; W- 69o, 54¨, 78 ́(pto. lado
oeste del mogote)
Los terrenos de este asiento pertenecían al antiguo CEA8 y actualmente son propiedad
privada. En áreas contiguas al mismo se ha extraído, y actualmente se extrae, carso lo
que pone en peligro la futura supervivencia de este enclave de arte rupestre. Por otro
lado, la extracción de murcielaguina o guano generó el vaciado del piso de todas las
secciones (tres) dejando en el firme de roca la mayor parte de las mismas, lo que ha
afectado las posibles deposiciones arqueo lógicas que acompañaban a las pictografías.
De estas, só lo es posible percibir fragmentos muy aislados de cerámica y restos
humanos muy fragmentados en superf icie.
8 Cons ejo Estatal d el Azúcar.
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La acción antrópica sobre las tres secciones o cuevas con arte rupestre también es
observable por la presencia de pint uras act uales de color azul y negro que han
manchado una buena parte de su interior y entrada- básicamente de la sección No2- así
como por la presencia de materiales contemporáneos en su interior, entre ellos, restos de
ceniza, botellas, fundas plásticas, etc.
Im agen 1.Vista del lado norte del m ogote donde se Im agen 2. Ubicación geográfica del área (escala 1:50,000) encuentran las pictografías
Las fuentes de agua más cercanas del lugar están determinadas básicamente por el río
Ozama, que corre a unos 500 al oeste así como por una pequeña cañada ubicada unos
50m al noreste la cual precisamente desemboca en el Ozama.
El primer lote de pictografías aparece en la sección No.1 de las tres que atraviesan con
disposición más o menos horizontal esta gran masa cársica. Esta sección presenta 5
claraboyas en caída vertical por las cuales penetra la luz y cuatro entradas (dos al sur,
una al W y otra al Este). Las pictografías se localizan en la entrada E de esta sección en
una pequeña galería corta ubicada en lado noreste de la misma, todas son de color
negro, y su altura del piso es variable. Algunas se encuentran a 50cm mientras otras
alcanzan 1,50m aproximadamente. El estado de conservación es precario debido a la
acción del intemperismo lo cual hace casi imposible def inir los motivos representados,
debido a que se encuentran muy difuminados. Sólo es posible def inir con cierta claridad
algunas representaciones antropoformas y otras con sentido geométrico abstracto.
Imágenes 3y 4. Pictografías sección 1. Cueva del Indio
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Imagen 6. P ictografías sección 1. Cueva del Indio Imagen 7. Pictografías sección 1. Cueva del Indio
La búsqueda de vestigios arqueo lógicos asociados a estas pictografías condujo a una
exhaustiva exploración en el interior de esta sección así como a la realización de varias
calas de prueba con dimensiones de 50x50cm. Los resultados de estas últimas fueron
infructuosos, en la mayoría de los casos a los 5 cm aparece el firme de la roca; en un
solo caso la profundidad alcanzada fue de 30 cm. observándose un suelo de textura
areno arcillosa de color pardo claro (4YR4, según escala de Munsell) sin variaciones
estratigráficas y arqueológicamente estéril.
Las pocas evidencias arqueológicas presentes en este contexto aparecen en superficie,
muy fragmentadas y dispersas, lo que evidentemente es resultado de la extracción de
murcielaguina que vació el piso de la cueva. Las pocas ev idencias consisten en
fragmentos de cerámica (uno de ellos con decoración típica del estilo Boca Ch ica),
restos humanos (sobre todo fragmentos de costillas, clavículas, huesos largos y cráneo);
fragmentos de burén y unas pocas lascas de material lítico.
Imagen 9. Fragmento de cerám ica Chioide. Sección 1
Imagen 8. Fragmentos de cerám ica. Sección 1. Cueva del Indio
Imagen 9. Fragmentos de burén. Sección 1. Cueva del Indio
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Imagen 12. Petroglifo antropomorfo. Sección 2 Cueva del Indio
Imagen 11. Restos humanos fragm entados. Sección 1. Cueva del Indio
La sección 2 que atraviesa el mogote cársico es la más extensa de las tres exp loradas. Se
trata de un gran salón ubicado en el lado norte-noroeste. Sus dimensiones aprox imadas
son de 15 m de largo x 5 de ancho y 2m de alto, el mismo presenta dos entradas una
hacia el este y otra hacia el oeste. La antropización de esta sección es la más ev idente y
por tanto resulta la más afectada. Su piso también fue completamente vaciado por la
extracción de guano o murcielaguina y no hay evidencias arqueológicas en superficie.
Las calas de prueba practicadas fueron completamente infructuosas.
Sus paredes presentan marcas de pintura en azul y negro además de presentarse
síntomas de prácticas mágicas religiosas actuales. En esta segunda sección a unos 10 m
de su entrada Este, en la pared izquierda, y aproximadamente a 1,50m del suelo act ual,
aprovechando un saliente de la roca aparece un petroglifo que representa la silueta de
una cara antropomorfa en la cual se han destacado los ojos y la boca. El lado izquierdo
de esta silueta ha sido rebajado para otorgar cierta profundidad a la figura, pero a su vez
ha sido afectado por trazas de pintura contemporánea de color azul similar a la que fue
usada para escribir o manchar otras partes de la cueva.
La tercera sección dentro del mogote cársico se encuentra en el lado noreste del mismo,
a unos 15m en esta misma dirección de la entrada de la anterior sección 2 (N-
180,44 ,̈05´W-69). Se trata de un salón o abrigo más pequeño (aprox imadamente 3 m de
largo y 2,50 m de ancho) que también fue vaciado por la extracción de murcielaguina y
sólo presenta unos pocos fragmentos de cerámica en superficie. En el mismo aparece
una rica representación de pictografías de co lor negro, muchas de las cuales han sido
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afectadas por el intemperismo aunque con respecto a las de la sección 1 se encuentran
en mejor estado de conservación. En total fueron contados 44 dibujos rupestres algunos
de los cuales han sido rellenados, como ocurre en otras expresiones de este tipo
presentes en diversas cuevas del país. Entre los motivos trazados sobresalen las
representaciones figurativas antropomorfas y al parecer zoomorfas, sin embargo en la
gran mayoría de los casos el estado de conservación de los mismos hace imposible
definir el motivo representado. Imágenes 13 a la 18. Pictografías. Sección 3 Cueva del Indio
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Los petroglifos del salto del Jagüey.
La segunda zona con arte rupestre reconocida durante esta exploración en la provincia
Monte Plata se encuentra ubicada en el lugar popularmente conocido como el Salto del
Jaguey, localizado a unos 5 km (en línea recta) al noroeste del actual poblado de
Yamasá y a unos 100 m sobre el nivel del mar. Su ubicación precisa también se debió a
la colaboración de los hermanos Guillén (Jesús Guillen y Manuel Guillen,
comunicación personal), quienes afirmaron que estas expresiones artísticas eran
conocidas por algunos de los habitantes del lugar- quizás también por algunos
investigadores o estudiosos- sin embargo su reporte y descripción, según nuestra
revisión, no aparece oficialmente dentro de a bibliografía arqueológica o espeleológica
del país.
Esta segunda manifestación de arte rupestre consiste en la presencia de petroglifos que
se localizan en rocas de la margen izquierda de río Yamasá, ubicadas en el lugar
conocido como ¨el salto¨ a unos 300 m al sur del camino que une el actual poblado de
Yamasá con el poblado de La Jina. En este segmento el río forma una especie de
estanque de cierta profundidad y amplitud, que aún es aprovechado por los moradores
de la zona como balnear io y lugar de esparcimiento. Las coordenadas de este punto son:
N- 180, 46 ,̈ 71´; W-700, 03¨, 91.
Imagen 20. Zona de petroglifos río Yamasá
Imagen 19.Ubicación de la zona de petroglifos (escala 1:50 000)
Los petroglifos en todos los casos representan figuras antropomorfas ( se registraron un
total de seis) cuatro de ellas consistentes en representaciones de cuerpo completo y dos
que só lo esbozan la silueta de una cara en la que se han reflejado los ojos o la boca. En
ambos tipos de representación se han empleado técnicas y se han def inido motivos que
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son tradicionales y recurrentes en otras partes de la isla9, incluidos las expresiones
contiguas de la act ual provincia Sánchez Ramírez, algunas de las cuales fueron
mencionadas en la introducción del presente reporte.
9 En cuanto a forma y realización de los diseños de los petroglifos, la revisión bibliográfica arroja similitudes con
los reportados para otras regiones y espacios de la República Dominican. Dentro de los más sobresalientes se cuentan, la llamada Cueva del Paredoncito (petroglifo antropomorfo), y la Cueva de Las Maravillas ( Figura esquemática antropomorfa en posición de caminar )
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Finalmente podemos plantear que el reporte de estas nuevas expresiones de arte rupestre
en la provincia de Monte Plata, y en particular en la zona de Yamasá, constituyen una
nueva evidencia que impulsa a desarro llar estudios más profundos en una región que
por su propia ubicación geográfica, entre zonas muy r icas arqueológicamente, avizoran
importantes posibilidades de desarrollo para el habitat precolom bino. Aspecto que no
ha sido del todo tomado en cuenta en las reconstrucciones históricas desarro lladas o
enarboladas en diferentes momentos por la Arqueología dominicana.
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