Relaciones entre palabras (nivel textual) e imágenes (nivel icónico) en libros-álbum.
En los libros ilustrados las imágenes sirven como descripción a lo que dice el texto. Es decir:
ornamentan, sirven como adjetivos, completan; pero en esencia dicen lo mismo que las palabras, por
más que las ilustraciones sean muy hermosas y estén ricamente elaboradas. En el libro ilustrado el peso
narrativo recae en el texto, podríamos llegar incluso a prescindir de las imágenes y el sentido de la obra
no se vería afectado. Mientras que en el libro-álbum y en las narrativas gráficas el peso narrativo o bien
es compartido entre ambos niveles o bien recae más en las imágenes que en las palabras. Es por ello
que se asegura que un libro-álbum no soportaría una lectura radial, pues al no “transmitirse ni verse las
imágenes” la comprensión cabal de la obra se vería drásticamente afectada.
De esta manera, en el libro-álbum (aplicaría también a las narraciones gráficas del discurso del cómic, la
novela gráfica y las obras híbridas entre álbumes y cómics) se presentan las siguientes posibles
relaciones entre los textos y las imágenes:
Complementariedad: Ambos discursos –tanto textos como imágenes- dicen esencialmente lo mismo,
viajan en un mismo sentido, pero encontramos en las imágenes elementos narrativos que añaden,
complementan, van un poco más allá. Ese “extra” aportado por las imágenes nos da una lectura más
completa de la obra.
Trascendencia: El nivel icónico nos ofrece mucha más información sobre la historia, el contexto, estados
de ánimo y atmósfera que lo dicho por las palabras. Quizás las palabras enuncian: “Orlando estaba
enojado” pero cuando vemos las imágenes que acompañan a ese texto nos damos cuenta de que el
enojo de Orlando ha causado un cataclismo, un terremoto, una inundación, se trata de una furia
desbordada y exagerada. Las palabras, en este caso, se refieren a un estado de ánimo pero las
ilustraciones están aportando una carga narrativa que va mucho más allá, trascienden al texto, lo
redimensionan. Si bien textos e imágenes están viajando en un mismo sentido, las imágenes se separan
del nivel textual para aportar muchísima información narrativa más. Corresponde al lector llenar esos
espacios de incertidumbre, esos vacíos que separan a palabras de imágenes.
Contrapunteo: Las palabras y las imágenes funcionan como un conjunto indisoluble, como un binomio
inseparable. La relación de contrapunteo es una de las más empleadas por los autores de libros-álbum.
Se establece una especie de diálogo “icónico-textual”, lo que dicen las palabras es respondido por las
imágenes y viceversa. Por ejemplo: “Ana nunca esperó encontrar a su mamá así…” Y cuando vemos la
imagen que acompaña a ese texto descubrimos que la mamá de Ana está convertida en un enorme
globo rojo. El globo rojo por sí solo no tiene el sentido que cobra cuando lo relacionamos con la frase
“Ana nunca esperó encontrar a su mamá así…”.
Contraste: Se presenta una paradoja, un contraste de sentidos entre lo que dice el texto y lo que dicen
las imágenes. “Ana estaba feliz aquella hermosa mañana” (dice el texto) y las imágenes que vemos son
las de una noche de tormenta con truenos, rayos y centellas donde el personaje está disminuido y
aterrorizado. En este caso hay una coexistencia de sentidos que están encontrados y que chocan. Roland
Barthes los llama “discursos paradojales”, lo que quiere decir: en la misma obra vemos que hay dos
sentidos que se contrastan, se contradicen, se refutan, están en constante fricción. Este tipo de
discursos paradójicos le están pidiendo al lector que ponga en práctica sus competencias, que juegue
con la ironía, que se pregunte (aunque no lo verbalice) “qué está pasando aquí”, “por qué las palabras
dicen algo que es desmentido o contradicho por las imágenes”. La explicación o respuesta a esa
inquietud está fuera del libro, también fuera del lector, se halla en un “fuera de campo”, es decir: sólo
ocurre cuando el receptor se enfrenta a la obra y saca una conclusión que no se corresponde
exactamente con lo que dicen las palabras ni con lo que dicen las imágenes, sino que el sentido
obtenido está en lo que se desprende de esa fricción entre ambos sentidos.