Download - PUBLICA TODAS LAS SEMANAS 100 XII 11.° 553
PRECIO EN ESPANA
UN Realel número
52 reales al ario26 reales semestre
100 XII
13arcelona 7 de Junio de 1891.
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SE PUBLICA TODAS LAS SEMANAS
Director: TORCUATO TASSO SERR,A 11.° 553PARA ANUNCIOS Y SUSCRICIONES, LUIS TASSO, ARCO DEL TEATRO, 21 Y 23, BARCELONA
Quedan reservados los derechos que conceden las Leyes y Tratados de Propiedad intelectual.
PRECIOEN LOSPAISES DB I, POSTAL
25 francos al ano.13 francos semestre.
ea valores:abre Paris, Ladro 4 laaVirp
AMÉRICASFUI PUCIO LeS SUS. COLUSPOULU
SUMARIO:
TEXTO:
Crónicas madrilenas, por D. Alfonso Pérez Nieva.—Origen de la im
prenta, por D. Valen/ja Uhink.—Las asociaciones, por D EugenioMe/ladeo—El perro del ciego.—El lirio azul, por D. y. Antonio
Delgada.—Comte de Puyrnaigre. por D. 7oaquín Rubié y Oro.
Culpa y castigo, poesía por D. Rafael Linares Bernal.—Rivera
el Espanoleto, poesía por D. Fernando Martínez Pedrosa.—Misce
lánea. —Sentencias de hombres célebres.— Misericordia! (continua
ción), novela espanola por D. M. Martínez Barrionuevo.—Pasa
tiempos.—Nuestros grabados —Historia de la semana.—Anuncios.
GRABADOS:
Barcelona: Ex posición general de Bellas Artes: Tambor flamenco.
Islas Baleares: Sepultura de los franceses prisioneros en Bailén,muertos en la isla de Cabrera.—Bellas Artes: El día de Corpus.—París: Salón de 1139L (Campos Elíseos): Episodio del sitio de Lilla
(z792).—Grabados de la novela !Misericordia!
SUPLEMENTO: Las Guillerías,pliego n.° s.
Tonicas madrilenas.
S. M. el Centén.—La velada de Ferrari.—El dibujante Democrito.—
El Corpus.—El estreno de Apolo.—Prosiguen los cuadros.
s laconve.rsación del día: en ca
fés, en teatros, en oficinas, en
las cámaras, en todas partes nose habla de otra cosa que del asunto delBanco. La causa del conflicto es tan sen
cilla como difícil de resolver; redúcese á laescasez de numerario y al temor de quedesaparezca en absoluto, quedándose laopulenta sociedad vecina del Prado sinreservas para responder de lo porvenir.
En todo este conflicto, la verdadera pro
tagonista no es otra que la tradicional mo
neda de cinco duros, que ha huido de nues
tros lares para no volver. El centén deoro
. sustituyó á la antigua pelucona; varióse laforma porque así lo exigían las circunstancias, se subdividió ante las exigencias delos nuevos tiempos, pero quedó el valor intrínseco, el crédito reconocido siempre delopulento metal. La isabelina áurea y tersa
ha sido el ideal de toda una generación:nuestros padres han pasado suvida adorándola; cual más, cual menos, cada uno en lamedida de sus fuerzas, quizá no habrá existido un antepasadoque no procurase ahorraralgo de su paga, guardándose la economía
sintetizada en una reluciente pieza de cienreales. Hasta hace algunos anos era cosa
corriente el regalar el tío al sobrino ó elabuelo al nieto, el día del santo del rapaz,una flamante monedita de oro...
En los tiempos calamitosos que corren,
los centenes no existen. Por ahí no se ve
ninguno; el oro ha desaparecido de lastransacciones comerciales; ni aun á los altos personajes de la nación, á los que se
pagaba con tal metal, se les abonan sus
sueldos ya deotra suerte que en papel y en
plata. La generación que ahora comienzaá vivir tendrá de la moneda de veinticincopesetas una idea análoga á la de Daoiz yVelarde; la persuasión de algo grande yépico. Para nuestros Sucesores del otro si
glo, la famosa pieza entrará en la categoríade los vasos etruscos y los dólmenes celtas; constituirá un ob!eto de subido valorarqueológico.
!Ah venerable moneda de cinco durosque has constituido la felicidad de un pue
BARCELONA: EXPOSICIÓN GENERAL DE BELLAS ARTES. TAMBOR FLAMENCO.
COPIA DEL CUADRO DE D. RomÁN RIBERA.
354 LA ILUSTRACIÓN N.. 553
blo sirviéndole de firme sostén; símbolo demás prósperas edades, hija legítima deaquella onza nariguda y amarillal... Nuestro pobre y mísero fin de siglo, muy bien
trajeado, pero con sólo unos cuantos pe
rros en el bolsillo, 'vuelve los ojos y la me
moria 'á lo pasado y exclama con angustiaindecible, parodiando las palabras de JorgeManrique: -;Qué se hizo el centén de oro?...
* •
Tiempo hacía que las deidades del monte
Helicón no se dignaban visitar el Ateneoy que en aquel hermoso salón de sesionespintado por Mélida, no resonaban otras
voces que las desabridas de los microbio
logos empenados en descubrir bacteriashasta en un rayo de luna... Calcúlese cuál
no habrá sido la regocijada sorpresa de los
concurrentes á la docta casa de la calle delPrado, al encontrarse la otra noche con que
las nueve hermanas, dejando sus túnicasclásicas para mejor ocasión y emperejiladascon mantilla blanca y claveles, se habíandignado subir en volandas á la cátedra á
Emilio Ferrari, obligándole á decir versos
modernos, ó lo que es igual, á regalar al
auditorio con miel sobre hojuelas.No voy á trazar un juicio crítico ni si
quiera una semblanza de Emilio Ferrari.
iA buena horal... Hace anos que es una
de las primeras figuras de nuestro movi
miento literario contemporáneo. Me ce
niré, por ende, á su velada del Ateneo, laque produjo el efecto de siempre. La
poesía de Ferrari hace sentir y pensar...
Se apodera del oído, pero va derecha al
corazón... Hay en su esencia una nota muy
humana, esa vibración intima que cada
cual esconde y escucha dentro de si y que
sólo los elegidos saben despertar... Su es
tilo, para dar de él idea gráfica, posee la
solemne belleza de la arquitectura greco
romana, resulta algo de columna dórica, y
perdóneseme lo forzado de la imagen; por
eso el verso suyo, con el que arrebata, es
el endecasílabo, marmóreo y robusto.No por esto que apunto se crea que
Emilio Ferrari es un vate melenudo, grave
y uniforme como un Tantum ergo. El humanismo que senalé antes es buena pruebade cómo siente lo moderno. Entre las poe
sías que recitó,, contóse una semblanzadel pilluelo madrileno, que es un alarde
colorista digno de Gautier. Posee Ferrari,además, una cualidad de gran mérito: es
un lector admirable, que levanta al audi
torio de su asiento.Ferrari recitó dos de sus Poemitas vul
gares y En el arroyo... Durante tres horas
el público permaneció extasiado oyendoaquellos borbotones de estrofas relampagueantes que bajaban de la tribuna como
un chorro de luz, y de las que brotabansonrisas y lágrimas á granel. Al concluir
reventó el entusiasmo, y lagente abandonólos escanos pidiendo á Dios que las nueve
musas vuelvan á terciarse el manto cuanto
antes, y á plantar en la tribuna á otro de
esos poetas amigos suyos que andan por
ahí con la lira enfundada.
* *
Las repúblicas sud-americanas comien
zan á devolvernos nuestros hombres de
mérito, lo cual es un dato digno de cono
cerse por los partidarios de la emigración.Eduardo Sojo que ha popularizado el
pseudónimo de Demócrito, regresa á Espana decidido á instalarse de hecho en
Madrid, donde piensa fundar un periódico... Eramos pocos y dió á luz la abuela.
La firma de Demócrito es universal delistmo de Panamá abajo. Eduardo Sojo es
uno de los dibujantes más fáciles é intencionados de nuestro país; su aptitud para
la caricatura es pasmosa; con cuatro líneasretrata un personaje, poniendo de relievela nota cómica que le caracteriza. Antes deabandonar los patrios olivares, colaboró en
Espana en multitud de revistas satíricas,consiguiendo dar gran prestigio á su nom
bre y hacerse poco menos que indispensable. Trasladado alNuevo Mundo, fundó un
periódico que en seguida se aclimató en el •
público, llegando á ser el más leído decuantos allí veían la luz pública escritosen castellano. Don Quijote, que así se ti
tulaba el semanario, llegó á alcanzar una
circulación extraordinaria en la repúblicaArgentina, contando el elemento espanol,por ende, un defensor decidido y valiente.Los sucesos deplorables acaecidos últimamente en la hermosa región del Plata, hanobligado sin duda al genialísimo artistaá recoger los lápices y á tornar á la tierraque le vió nacer.
•
La fiesta del Corpus se ha celebrado con
la solemnidad de costumbre. La madrile
na castiza, la jovencita en estado de me
recer, que aguardaba impaciente la fechapara estrenar su vestido de batista blancoy su sombrero de paja, han apuntado ya,
entre los recuerdos inolvidables de su vida,la tarde de la procesión. Madrid es la ciudad de los espectáculos callejeros. Raro es
el mes que no trae dos ó tres sucesos que
se celebran con tropa y música. El perfecto cortesano, singularmente la honrada' me
socracia que no puede estirar mucho elbolsillo, no pierde nunca tales divertimientos, y lleva en su memoria un registro de
días memorables, en el que entran santos
de reyes, conmemoraciones religiosas, ro
menas y verbenas. .
El perfecto hijo de la clase media ha
arrancado, pues, de su libro de fiestas, una
de las más poéticas páginas, una páginaque trasciende á incienso y á flores, henchida de retintines de campanilla de plata y de
ecos de banda militar, con sus azucenas,
sus rosas, sus mantillas blancas, sus ninasde primera comunión, s.us sorbetes de me
rengado y sus hojaldres... Y extinguidosya los últimos ecos del gran jueves del ano,
la coronada villa comienza á pensar en elinstante en que en el almanaque de paredde sus diversiones le corresponde arrancar
la hoja perteneciente.á san Antonio.
* *
En el orden teatral merece ser marcada
con piedra blanca esta semana. El afortunado local de Apolo nos ha ofrecido un es
treno de los que no suelen atraparse en
en aquella escena, una obra de oro de ley.Se trata de una zarzuelita titulada El
Monaguillo, original de D. Emilio SánchezPastor, con música del maestro Marqués.Ninguno de los dos es desconocido para
nuestro público; puede calcularse, por ende,la atronadora explosión de júbilo con que
ha recibido tal producción, después de un
mes de esterilidad, firmándola un sainetero
de tanta gracia como Sánchez Pastor, y un
compositor tan'inspirado como Marqués.El Monaguillo es, sencillamente, un acó
lito (la Srta. Campos), pillastre y ladinocomo él solo, que enamorado de una mu
chacha á la que su familia encierra en un
convento, se disfraza de mujer para poderentrar en el claustro. Los equívocos é in
cidentes á que el disfraz del tunante da
origen, son innumerables y graciosísimos;la obra es muy movida y chispeante, llena
de interés y empedrada de chistes, algunosquizás algo verdes, pero todos traídos con
singular acierto. La partitura es deliciosa y
lindísima, mereciendo mencionarse en primer lugar unos maliciosos couplets y un
coro de besos, de gran novedad, que, como
el número anterior, tuvo que repetirse.En primero de junio pasa la actual com
panía de Apolo á Felipe, y al teatro de la
calle de Alcalá viene Romea con una com
pania casi desconocida para el público ma
drileno. Parece que el popular actor se
propone dar á conocer Trafalgar, para la
que Bussato y Fontana están pintandohasta doce decoraciones. En la Alhambra
ha empezado á actuar un cuadro cómico de
poca importancia, y en el PrincipeAlfonso,una vez terminadas las escasas represen
taciones que quedan de la ópera, debutarála troupe de opereta de Pietro Franceschini,que ahora arrebata á los lisbonenses y que
muy pronto entusiasmará á los madrilenos.
*
Prosiguiendo la tarea empezada, conti
nuaré dando noticia, con la extensión que
cada cual merece, de los cuadros del Pa
lacio de Cristal.Espina y Capo.—Sus obras se conocen
sin buscar la firma; es uno de nuestros
paisajistas de verdad, que sabe copiar lanaturaleza con toda supoesía, pero sin idealizarla. Presenta cinco obras. Cercanías deCercedilla es una hermosísima mancha;Un rincón del Eresma, un encanto; los tres
estudios de Segovia, San Sebastián y Vigo,tres notas muy bellas.
Esteban.—Delante del enemigo. Un re
gimiento de húsares, al cual llega un ayu
dante á comunicar órdenes; el edecán es
una figura de último termino, apuntadasólo, pero de admirable naturalidad; párael caballo en firme y saluda con la es
pada al comunicar la orden; la actitud de -
los soldados es sumamente real. De color,muy entonado y justo, y todo el cuadro
con verdadero ambiente; digno, en suma,
de su autor.
Francés (Plácido).—Sin familia. Una nina abandonada que muestra en los brazos
una muneca; posee todo el encanto de laCosette de Víctor Hugo; es uno de los po-'cos cuadros pensados de la Exposición; lafactura es buena, de gran sobriedad decolor y de cuidado dibujo.
Francés (Fernanda).—Los huérfanos, Laventana de mi vecina. Han sido de los cua
dros que más han llamado la atención delcertame.n. El primero es un nido en unas
ramas, tan rico y vibrante de color, que se
diría que su autora ha pintado el lienzo con
un rayo de luz. El segundo es una genialidad de artista llena de encanto.
García Espinola.—Tres cuadros. Pues
tos de Navidad en la plaza Mayor, es un
buen estudio de costumbres. Carta del hijo:
N.° 553 HISPANO-AMERICANA
dos viejos extasiados con 19 lectura de laepístola filial: un idilio y un admirable es
tudio de cabezas; el semblante regocijadode los ancianos es hermoso de color y posee gran fuerza de expresión
García Hispaleto.—Dos obras dignas dela firma.
García Malo.—Paisaje. Muy sentido.Gartner (José). — Desembocadura del
Guadalhorce. Digno de su laureado autor;como en todos los suyos, lanaturaleza tras
ladada al lienzo. Acontece en la marinacomo en el paisaje; sólo á los verdaderosartistas les es dado copiarla sin fantasearla; en el cuadro de Gartner la luz es tan
real, que los batimentos le han resultadohechos, como si dijéramos per se. Ofreceademás el cuadro un acabado estudio derocas; el color es vigoroso; la composiciónbuena, á concienéia, y el dibujo muy cuidado, cualidad que no debe pasarse en silencio, hoy que el lápiz está en desgracia.En suma: una obra sin efectismos, depositiva belleza.
Gessa..—Sus flores dignas hermanas decuantas salen de su pincel.
Ginés (Adela).—Sus flores son muy hermosas de color.
Gros (Julio).—Cabeza de estudio. Unbodegón. Son dos buenas manchas que re
velan un artista concienzudo; en ambas se
advierte gran dominio de la materia y delicadeza suma.
Juste.—Una hermosa marina de borrasca; el tono del agua, verdoso, de galerna,el tremendo oleaje, son un prodigio; es elnatural con todo suaspecto de verdad. Unformidable remolino zarandea en el centro
del cuadro una boya; hay que ver cómoestá sentido y ejecutado aquel encrespamiento formidable para apreciar el méritode la obra; dos buques maniobran en loalto, pues el lienzo, por singular capricho,no es apaisado. La lucha del océano, detal suerte expresada, trae á la memoria latempestad que arrebató al pobre Juste larazón... !Quién sabe las terribles tormentas que le habrán hecho naufragar!...
Fortuny.—E1 gran pintor presenta un
admirable estudio; un semi desnudo dehombre, un viejo que es una maravilla decolor y delicadeza. Por cierto que el inolvidable artista no ha conseguido los honores de un crespón de luto como Cortina,y allá está su cuadro confundido con losdemás.
Hidalgo de Caviedes.—E1 laureado au
tor de Rea Silvia, ha dejado el pabellónbien puesto. Presenta un precioso géneroque titula Echando las cartas. El cuadrito es la gitana, y la gitana resulta una figura del natural, castiza, si vale la frase,ó lo que es igual, sin los amaneramientoscon que suele trasladarse al lienzo este tipopopular; tiene además mucha vida, y el co
lor es justísimo y firme.Jiménez Aranda (José).—Presenta seis
obras, como todas las suyas, admirabies,pero con peros. En familia es un hermosocuadro; las tres hermanas, una tocando elpiano, otra haciendo labor y la tercerarecogiendo la costura que se le ha caído,resultan una maravilla; el dibujo es correctísimo, y la entonación de los vestidos rojosde primer orden. En cambio, la luz quedespiden las bujías del piano es un error,
355
en mi opinión modestísima; la bujía produce una llama amarilla, no blanca; el colorde los rostros de las personas raya en laexageración; parecen todas congestionadas,padeciendo de escarlatina; por grande quesea la infittencia del color encarnado de lostrajes, no llega hasta ese extremo. Pequenanormanda y Fumadores son dos preciosidades que subyugan; en suma, el maestroá su altura.
Y por hoy hago punto, terminando con
una noticia: la de que el premio de diezmil reales otorgado por la reina, ha sidoadjudicado al cuadro del infeliz Cortina,El descanso de la modelo.
ALFONSO PÉREZ NIEVA.
Origen de la Imprenta.
1.
Voy á tratar del descubrimiento sublime que,según la expresión bellísima de Lamartine, «espiritualizó al mundo», haciéndole dar un pasogigantesco.
Harto delicada é importante es mi tarea, y sila emprendí, fué aconsejado por bondadososamigos, que verán con indulgencia mi trabajo.
Lamartine ha escrito una vida de Gutenberg,que es el homenaje más precioso rendido alinventor de la Imprenta, y que durará más quelas estatuas en Estrasburgo y Maguncia, obrasde David D Angers y de Thorwaldsen.
Lalanne y Diclot han publicado sobre el origen de la Imprenta obras que son definitivas, ycon su ayuda y la de importantísimos documentos recientemente publicados, descubiertos en
los archivos de Estrasburgo, que colocan parasiempre á Gutenberg en el lugar que merece,trataré de llevar á cabo este estudio.
Gutenberg (Juan ó Hans Gensfleisch llamado)nació en Maguncia hacia 1369 ó 1400, y murióen la misma ciudad en febrero de 1468. Fijémonos en estas fechas, quizá las más importantes en la historia de la civilización moderna.
El padre de Gutenberg era de la familia no
ble de los Geinsfleisch, y llevaban el sobrenombre de Friele. Casó con Elisa de Gudember, ó Gutenberg, y se ignora por qué razón su
hijo Juan es más conocido con el apellido de su
madre que con el de su padre.Hace cuatro siglos, dice Didot, que se cele
bran solemnes jubileos en honor del inventor dela Imprenta, proclamando el nombre de Gutenberg, y sin embargo, apenas se han disipadolas nubes que cubren la personalidad delinventar.
Con la lista de las obras que tratan de laImprenta en su origen, se llenaría un tomo, se
gún Laborde, pues pasan de mil. Esto, lejos deaclarar las dudas y de hacer penetrar el misteriodel cual parece que Gutenberg quiso rodearse,ha vuelto á poner en tela de juicio hechos aceptados por la tradición.
En estos últimos tiempos se ha tratado deatribuir la gloria de las impresiones de Gutenberg á un oscuro impresor de Nuremberga, llamado Pfister, que sólo es conocido por algunasproducciones imperfectas.
En Holanda se pretende que Coster es elverdadero inventor de las prensas y de los tiposde imprenta, y no falta quien se atreva á soste
ner que Gutenberg robó á Coster sus tipos yse marchó con ellos de Harlem á Maguncia.
Pero los testimonios de contemporáneos, en
tre ellos el del hijo de Pedro Schceffer, dan áconocer al fin la verdad.
Trataremos, como dice Didot, de probar los
derechos de Gutenberg, quien, como la mayorparte de los inventores, tuvo la desgracia de ser
suplantado por aquellos á quienes su escasez derecursos le obligó á asociarse.
En 1420, cuando la entrada solemne en Maguncia del emperador Federico III, hubo seriosdisturbios, y la familia de Gutenberg se vióobligada á expatriarse. No se sabe qué fué deGutenberg hasta 1434; pero un acto público deese ano nos informa que vivía en Estrasburgo ytenía regular fortuna.
1-lacia 1436 y 37 se ocupaba en fabricar espejos y en los trabajos de joyería.
En 1436, formó una sociedad para beneficiaralgunas industrias.
Se pactó por escrito que las utilidades se
dividirían en cuatro partes, y que á Gutenbergle tocarían dos, siendo el accionista principal.
Uno de los socios supo que Gutenberg se
ocupaba en secreto de una invención que no en
traba en la sociedad, y mediante 250 florinesobtuvo participar en ella en unión de otro de losprimitivos socios.
!Esa invención era la Imprenta!
IV.
Andrés Heilmann, uno de los socios de Gutenberg, murió en 1438. Sus hermanos reclamabande Gutenberg la suma de too florines ó su
admisión en la sociedad, á consecuencia de locual se suscitó un litigio, cuyo expendiente se
halló en 1844 en Estrasburgo, en la torre dePfennigthurm, y por él aparece que el tribunalfalló que Gutenberg pagase únicamente á los deHeilmann 15 florines.
El conde de Laborde publicó en 1840 una
traducción del expendiente mencionado, con
facsímiles, y á pesar de haber pretendido el sa
bio Sotzrnann, últimamente, que en él no se
trata de la invención ó industria, está fuera deduda lo asentado por el conde Laborde con
documentos irrefutables, copiados por él mismoó á su vista.
Dichos documentos han dado lugar á muchasdiscusiones sobre si los tipos de imprenta, deque tratan, eran metálicos ó xilográficos. Parece cierto que si hubo experiencias por mediode planchas ó letras de madera, las hubo tam
bien con letras de plomo.Dice Didot: « que se puede fundir con matri
ces de plomo un número considerable de letras,pero que la forma se altera poco á poco sensiblemente, lo cual se nota en el Donat de Janua,y aun en la Biblia de 36 líneas».
No se sabe con seguridad qué libros imprimió Gutenberg en Estrasburgo, pero es seguroque la prensa aplicada á la tipografia se inventóallí por Gutenberg.
Esto lo atestigua, entre otros, Arnoldo Bragelano en la introducción de su poema en honorde la Imprenta, impreso en 1541 en Maguncia.
La asociación formada por Gutenberg en
Estrasburgo concluyó en 1438 por la muerte
del socio Dritzehen, que trabajó con entusiasmoy murió á fuerza de fatigas y desenganos.
Tal vez nunca se sabrá lo que le correspondeá Gutenberg de los largos trabajos de Maguncia y Estrasburgo; pero aun concediendo alholandés Coster la ejecución del Specillum humana, salvationi, á Estrasburgo, dice Didot, lequeda siempre la gloria de la invención de laprensa de imprimir.
V.
Gutenberg estuvo en Estrasburgo hasta 1446,en cuyo ano volvió á Maguncia, sin recursos
ya, pues los había agotado en sus trabajos yexperimentos.
Uno de sus compatriotas, Juan Fust, le adelantó 800 florines de oro, bajo hipoteca de todos los utensilios que comprara Gutenberg, ypactando que las utilidades serían á medias.
356 LA ILUSTRACIÓN N: 553
Después de imprimir con planchas fijas demadera un Donatus nzinor, Fust y Gutenbergfabricaron tipos movibles y se han conservadoalgunos ejemplares de esas producciones.
Han querido atribuir á Schceffer, pariente y
obrero de Fust, esta última invención, pero pa
rece que sólo ayudó á ella.
hombre del elector de Maguncia, y en 1468murió.
Fust y su pariente Schceffer siguieron imprimiendo después de su separación de la sociedad
con Gutenberg, y el primer libro que dieron á
luz es el Psalterizon de Maguncia, de 1457, en
folio mayor, obra admirable de tipografía.
en Estrasburgo con los tipos que más tarde sir
vieron para la Biblia de 36 líneas.3.' Las cartas de indulgencias de 1454 á
1455.4.° El calendario de 1457, impreso con los
tipos de la Biblia de 36 líneas.5.° El llamamiento contra los turcos en
1;n111`,11....:••••••••••
‘• Nv\k,
9 "
ISLAS BALEARES: SEPULTURA DE LOS FRANCESES PRISIONEROS EN BAILÉN, MUERTOS EN LA ISLA DE CABRERA. DE FOTOGRAFiA.
Gutenberg fué tan desgraciado en Magunciacomo en Estrasburgo.
Tuvo que sostener un pleito con Fust, y lo
perdió, teniendo que reembolsarle 2,000 florinesde oro, y como carecía de fondos, se vió obligadoá abandonarle todos los útiles de su imprenta.
El único libro cuya impresión en ese tiempose le atribuye, es el Catholicon de fanua, con
fecha de t 4,6o, en folio mayor.En 1465 Gutenberg fué nombrado gentil
VI.
Probados ya los derechos de Gutenberg á lainvención de la Imprenta, ?qué obras le pertenecen?
Son, según Didot, las siguientes:.° El pequeno vocabulario llamado Catho
licon, del que no queda ni una hoja.2.° Una ó más ediciones del Donat, impreso
1454, de seis hojas en 4.° Sólo existe un ejemplar en la Biblioteca de Munich.
6.° La Biblia de 36 líneas en tres tomos,folio á dos columnas. No hay de esta Biblia
más de tres ó cuatro ejemplares. Se acabó deimprimir á fines de 1455.
VII.CONCLUSIONES.
Según los testimonios de los contemporáneos
N. 553 HISPANO-AMERICANA 357
BELLAS ARTES: EL DÍA DE CORPUS. COPIA DEL CUADRO DE ACBET
358 LA ILUSTRACION N. 553
de Gutenberg, y son: Ulrich Tell, Wimpfeling,Tritemo y el hijo de Pedro Schceffer, sobre to
do, cuyo padre siempre pretendió atribuirse lainvención de la Imprenta, concluyamos con
Didot:1.° Que el arte tipográfico nació en Ma
guncia.2.° Q-e la invención se debe, antes que á
nadie, á Gutenberg.3.° Que los capitales los dió Fust.4.0 En fin, que los trabajos, es decir, la
perfección de la ejecución, pertenecen á PedroSchccffer.
VALENTÍN UHINK.
Las asociaciones.
Parece que el origen de las asociaciones se
remonta á la más remota antigüedad; que datade aquellos tiempos en que la desmesurada am
bición de poder y de riquezas de las autocraciasconvertía al vencido en esclavo del vencedor.
Parecería extrano que el espíritu de asociación haya surgido de aquellas épocas, cuy a
historia escrita con caracteres de sangre, no
serían las más propicias para despertar en eloprimido la idea de asociarse con el fin legalde adquirir un relativo bienestar para lo futuro, y más extrano parecería aún, que las aso
ciaciones hayan sido lógica consecuencia deaquella serie de calamidades en que el látigodel amo abría surcos profundos en la carne viva del esclavo, ó si se atiende que en los pasados tiempos de la Roma de los Cesares, de
las conquistas de Alejandro, las desorganizadassociedades, en su eterna vida de represalias y
de campamento, se contentaban solamente con
las temporales y pasajeras comodidades que en
el saqueo y el pillaje, sancionados por la razón
del más fuerte, ofrecían los capitanes á lashuestes en lugar de prest, en cambio de arrojoen las luchas de unos pueblos contra otros
pueblos; pero la imparcial Historia, esa elo
cuente maestra de la verdad, en que se consignan los hechos del hombre, desde los que lo ro
dean con la aureola de la inmortalidad, hastalos que lo hacen descender al fango donde se
arrastra el reptil, nos recuerda la proclamacióndel derecho de la fuerza en los primitivos tiempos, en que el oprimido, pasando ante el opre
sor por el estrecho aro de las humillaciones,primeramente se le ve como máquina de traba
jo, como cosa, como mercancía; en seguida,condenado á la pena capital, se le acepta en
rescate todo el producto del sudor de su frente,y el trabajo lo salva de la muerte; más tardeforma conciliábulos, piensa, excogita los me
dios que lo puedan conducir por el camino dela emancipación, economiza, y sus ahorros son
aceptados en cambio de su antes ilusoria libertad; todavía más tarde compra el derecho deasociarse, y adquiere por medio del oro un
rango social.A medida que los tiempos se fueron suce
diendo, las bárbaras costumbres cedieron elcampo á las sapientísimas, sublimes, dulces y
saludables doctrinas del Cristo, y se proclamóla dignidad del hombre que al través de los siglos, y después de dolorosa experiencia, ha llegado al estado de perfección social en que se
encuentra.
Hoy el capital y el trabajo ayudados por lainteligencia, á pesar de la presión que aquélejerce actualmente sobre éste, provocando alsocialismo, cuestión que, para su arreglo, preo
cupa la atención de los grandes hombres deEstado de Europa, esta trinidad, repetimos,congregada, ha venido operando grandes cosas
en el mundo científico, económico, industrial,agrícola, comercial, social y político de las na
ciones,
En el orden puramente científico, la asociación, creando el Instituto de Francia, y otras
sociedades análogas en fines, esparcidas portoda la Europa, ha contribuido á popularizarlos conocimientos humanos en el mundo civilizado.
En el orden económico, el espíritu de aso
ciación despertando en el hombre el deseo deadquirir legalmente, por medio de la especulación, del negocio, de la economía reglamentada, los medios para labrarse un halagüeno por
venir, funda el Banco, la Bolsa, la Caja deahorros, en un orden elevado de operacionesmercantiles.
Respecto al orden industrial y artístico, lassociedades de este género tienden al progreso
de la industria y de las artes, consistiendo eladelanto de aquélla en la economía de tiempo,de dinero y de brazos, la que contribuye á laperfección de la manufactura y á que los beneficios se obtengan sin la demora de los empíricos sistemas. En segundo lugar, el progresode las artes que se refleja en el buen gusto y
lujo arquitectónico, es donde el viajero y lasgeneraciones futuras, hallarán sin duda másbien impresas con caracteres que la mano deltiempo no destruye, la filosofía de la historiay del arte de los pueblos que fueron.
Contemplad con mirada filosófica los monu
mentos de la antigua Roma, los escombros dela Grecia de otros tiempos, las ruinas de Palmira, y aquilataréis el grado de adelanto alcanzado por aquellas antiquísimas civilizaciones.
Las asociaciones agrícolas que han tomadotanto incremento en estos últimos tiempos, su
principal objeto es explotar las produccionesdel suelo, excogitando métodos modernos y
medios adecuados al clima y condiciones locales del terreno.
Desde la más remota antigüedad hasta nues
tros días, las honrosas faenas del campo hansido de la predilección, aun de los hombresmás eminentes, pues si el trabajo en generaldignifica al hombre, las recias labores agrícolas le honran, le enaltecen.
La asociación, creando y acumulando capitales fabulosos, ha abierto canales y horadadomontanas, trasformando así el aspecto físicodel globo. El Canal de Suez y el Túnel delMonte Cenis facilitan la comunicación marí
tima, terrestre y el tráfico comercial.La asociación intenta hoy partir en dos pe
dazos el Nuevo Continente, y hacer del granistmo americano el centro del comercio universal.
El espíritu de asociación levanta puentes gigantescos, por medio de los cuales, las naciones, las ciudades se dan fraternal abrazo.
La asociación canaliza ríos y aprovecha cas
cadas; arranca de las entranas de la tierra y
de los abismos del océano múltiples y variadosveneros de riqueza; acorta las distancias, y larápida locomoción marítima y terrestre constituye el poderoso elemento de explotación denuestra madre tierra, y el desarrollo del comer
cio nos pone en comunicación instantánea con
el antípoda, y la palabra es llevada al otro hemisferio en alas de la electricidad.
La asociación funda establecimientos de beneficencia, y el desvalido encuentra en aquéllos pan y hogar, padre en la orfandad, con
suelo en la desgracia, alivio en el padecimiento.Las asociaciones bajo varios puntos de vista,
son la pública y genuina manifestación de lasfuerzas sociales, que constituyen la cultura,ilustración y riqueza de los pueblos; y trabajando en provecho propio, han sembrado la semilla del bien por todos los ámbitos de las másapartadas regiones de la tierra.
EUGENIO MELÉNDEZ.
El perro del ciego.
--iGuau! !Guau! !Guau!... Es preciso ser pe
rro para saber lo que es amar á una persona.Los hombres, con todo su alarde de corazón,valen mucho menos que nosotros. Se quierenunos á otros al parecer: en el fondo su amor
es puro egoísmo. Todas las afecciones humanas son préstamos á interés compuesto; se dacomo uno para recoger como mil. Pero el pe
rro... (iGuau! !Guau! !Guau!...) el perro es
todo carino, desde la punta de la oreja hastala punta del rabo. Y no soy yo una excepción,no; lo mismo el perro aristocrático que el perro
más perro, son dulces como el azúcar, parasus Amos, y amargos como el acíbar, para
quien no les mire con buenos ojos: dígalo, sino, mi historia.
Nací en el arroyo, jamás conocí á mi padre,y en cuanto á mi madre, apenas me dió á luzcon otros dos hermanitos, siguió adelante su
camino sin que diera tiempo para dirigirlami primera mirada. !Guau! !Guau! Uno de misdos hermanos murió durante la noche, una
larga noche de invierno: el otro expiró al ama
necer, bajo los pies de un borracho: yo tuve
la suerte de que un chiquillo se encaprichasede mí, y bien abrigado entre su chaqueta,me llevó á su casa.
—Abuelo, abuelo, me he encontrado un
perro.
—?Grande?—Como mi mano.
—Déjame que le palpe.El abuelo era ciego. Después que me hubo
reconocido, me devolvió á su nieto diciéndole:—Le criaremos, y antes de un ano será mi
lazarillo.Y así sucedió. El nieto se marchó con su
madre, no recuerdo á qué ciudad, y me quedésolo con el viejo. El día que esto sucedió, miamo lloraba como un nino, y pasándome lamano por el lomo, me preguntaba:
—Ah, ?me dejarás tú también?—iGuau! !Guau!—Mira que conmigo sólo te espera hambre.—iGuau!—Y alguno que otro golpe que llevaremos
á medias.—iGuau!—i Ah! !Dios te lo pague, mi buen Alí!Y estrechándome entre sus brazos, me dió
un beso en el hocico.Desde entonces recorrimos juntos la ciudad,
por manana y tarde, implorando la caridad pública.
—!Una limosna al pobre ciego! gemía miamo.
Y yo, meneando el rabo y encarándome con
las personas bien vestidas, agregaba:—!Guau! !Guau!Pero !si quieres! las gentes pasaban sin ha
cer caso de nosotros: unos nos atropellaban,otros decían que era una vergüenza que en
países cultos se consintieran mendigos; y paraun alma compasiva que nos diera una limosna, veinte me daban un puntapié por el gustode hacer dano. !Ah, los hombres!... !Guau!!Guau!
En un hermoso comercio situado en ciertacalle ancha, espaciosa y bien adoquinada, co
nocí á un nino de cuatro á seis anos que casitodos los días daba una moneda de cobre á miamo, y á mí un pedazo de pan, de galleta,queso ó dulce, según la merienda que tenía.El nino se llamaba Andrés, y pronto fuimosamigos.
Mi pobre viejo también llegó á sentir por
Andrés un grande afecto, y por la noche hablábamos de él largamente.
—Ven, Ahí; vamos á contar nuestros ingresos.Sentado en mis patas traseras, veía yo como
N.' 553 HISPANO-AMERICANA 359
mi amo contaba los céntimos recaudados en lacalle.
—Uno y dos, tres; y uno, cuatro; y dos,seis; y dos, ocho; y uno, nueve; y cinco, ca
torce.
—!Guau! !Guau!—!Qué! ?Te han dado en la nariz? Estos
cinco céntimos son de Andresillo.—?Guau!—Corre á buscarlos.Los tiraba al alto, yo los recogía en el aire,
y con la moneda en la boca empezaba á saltar
y á correr como un loco.Un invierno, mi buen amo cayó enfermo: no
se podía mover. Faltaron las limosnas, faltó elpan y tuvimos hambre. Yo iba á la husma, álo que podía pillar, lo mismo en la casa que
en la calle; pero... (!Guau! !Guau!)... !cómo siladrase á la luna! En ninguna parte atan losperros con longanizas.
Pasó una semana... otra... (!Guau! !Guau!)mi ciego se moría. La desesperación me sugi:rió una idea, y sin decir palabra á mi amo me
escurrí por la puerta, salí á la calle y hala,hala, me dirigí al comercio de Andresillo. Noestaba y esperé. La una, las dos, las tres, lascuatro... Hasta las seis de la tarde no aparecióen el portal.
—!Guau!--!Calla! Pues si es Alí.—!Huuu!...—?Y tu amo?—!Hiii!...—?Está malo?—!Guau! !Guau!El nino debió de entenderme, pues con mu
cha tristeza me alargó el queso y el pan queestaba comiendo. Yo, después de darle lasgracias, cogí el pan y el queso, y corre que te
corre, me volví á casa.
—!Qué contento se pondrá mi amo! iba yopensando en el camino. En cuanto vea el pan
y el queso, de fijo que adivina de quién pro
cede este regalo: «De Andresillo», dirá. Y yole contestaré: «Sí, sí, es de Andresillo. Cómelo, mi viejo, cómelo. Se acabó el hambre.Yo te traeré todos los días la merienda de nues
tro amigo.»Alegre como unas pascuas subí las escaleras,
de un salto atravesé la puerta, y al entrar en elzaquizamí que habitábamos, el pan y el queso
se me cayeron de la boca y lancé un aullidotriste, prolongado y profundo: mi amo habíamuerto.
!Muerto solo y en mi ausencia, sin que yo leacompanara en sus últimos instantes, sin quele consolase á mi modo! ?Moría con la idea deque yo también le abandonaba? !Guau! !Guau!!Guauuu!
Al día siguiente se llevaron á mi amo. Apesar de los golpes que me dieron, seguí el ca
dáver, decidido á no abandonarle nunca. Atravesamos la ciudad y salimos al campo. Despuésde mucho andar llegamos al cementerio, leecharon á un hoyo y le cubrieron de tierra.Cuando estuve solo, escarbé con mis patasaquel montón informe con intención de llegarhasta donde estaba mi amo y enterrarme con él;pero cuando más afanoso estaba en mi tarea,una lluvia de palos vino á mis costillas, y que
quise que no quise, me arrojaron al campo porencima de la tapia.
Caí sin exhalar un grunido, deseoso de mo
rir cuanto antes. De pronto una caricia me volvió á la vida.
—!Alí! !Alí!Era Andrés. Le miré sin ladrar poco ni
mucho: mis ojos estaban llenos de lágrimas.—?Y tu amo?Volví entonces la mirada al cementerio y
gemí.--el-la muerto?—!Guau!— !Pobre Ali! ?Quieres venirte conmigo?
Escondí la cabeza entre las patas.—?También tú deseas morirte?—!Guau! !Guau!—No, no, mi buen amigo: viviremos juntos.
Yo te cuidaré y todos los domingos vendrás ávisitar la tumba del pobre ciego. ?Aceptas?
—!Guau! !Guau!Andrés ha cumplido su palabra.!Pobre amo mío! Yo sería muy feliz si no hu
bieses muerto con la idea de que también tu
perro te había abandonado.
El lirio azul.
(A FRANCISCO DUEIAS.)
El alba plegaba ya sus blancas alas, y al tra
vés de la nítida claridad de la luz sideral, velase el hondo azur.
En Oriente brillaban los dorados fulgoresque preceden á la manana: nimbo de luz quecircunscribe en el horizonte los primeros arre
boles de la aurora.
Acariciado por el dulce soplo del aura matinal, internábatne cada vez más en las profundidades de aquella espesa selva. Por entre lasbrechas de las copas descendía la luz, esmaltando con sus tintes de perlas las hojas y lostroncos. Los fantasmas de la noche huían, sa
cudiendo el tupido follaje, espantados por lacreciente claridad de aquella hermosa mananade primavera.
A mis pies sentía crecer la yerba y oía loszumbidos de los alados insectos que revolaban;en las cimas, ruidos de alas y ensayos de gor
geos.Emergían de la tierra y de los árboles, al
brote de los renuevos, como aromas de miel,de ámbar.
Las ramas parecían dilatarse al calor de lahirviente savia que hinchaba las purpuradasyemas.
Como si las horas, los días, se hubieran su
cedido con vertiginosa rapidez, percibía losprimeros trinos de la alondra que se remonta
al zenit saludando á la alborada; las palpitaciones de las flores que se tocan, de las corolasque se esponjan, del fecundante polen que se
esparcía como sutil polvo de oro; de la cápsulaque estalla; del fruto que madura; todo, con
percepciones reales, como si mis sentidos hubiesen alcanzado la más exquisita sensibilidad.
De improviso, á lo lejos, ví apareCer como
un mar de fuego hirviente del cual surgían on
das de variados tintes con elevadas crestas deirizadas espumas; y más allá, en el fondo, elespacio azul.
Presa del mayor asombro, caminé casi instintivamente y llegué á un claro de la selva.Los álamos circuían, formando un anfiteatroque parecía de esmeraldas, una llanura sem
brada de inmensos lirios blancos, que á las ca
ricias de Favonio se columpiaban.!Oh! !prodigioso efecto de luz! El oricnte
encendido, banaba de oro y púrpura la bóvedaceleste, y un ancho haz de luz que como luminosa zona cruzaba el infinito animado por lasvibraciones de minadas de átomos brillantes,inundaba el campo de lirios, tinéndolos con loscolores del iris. Al beso ardiente del astro-rey,estremecíanse los albos capullos y !oh maravillosa visión! al esponjarse, veía surgir de cadacorola algo como el halo de una estrella, como
el vaho que exhalaran perfumados pebeteros dealabastro; vapor sutil que á medida que ascen
día condensábase, con ondulaciones vagas,cual si palpitase, tras SUS finísimos encajes, un
pecho ardiente. A poco, parecíame que, como
si fusen blocs de mármol mordidos por el cincel de invisible artífice, aquellas como vaporosas nieblas se tornaban en bellísimas formas,
no con los duros perfiles de la piedra, sino con
los suaves lineamentos de divinos cuerpos quetomaban poco á poco el colorido de una rosadacarnación, traduciendo las pulsaciones de una
circulación juvenil.!Ah! será esa la encarnación del alma de la
flor, al beso de la luz, cuando se entreabrenlas corolas, pensé, recordando á los poetas!...
Al dulce arrobamiento del principio; á lasinfinitas emociones que aquel espectáculo me
causara, sucedió la terrible conmoción que produciría lo fantástico al tornarse en realidad.Dulcísimas armonías poblaban el espacio; lascopudas cimas de la selva estremecíanse como
al soplo del huracán; oíanse rugidos de bestiasfelinas, y de la tierra, que parecía alborozada,emergían como hálitos de bochorno. En aquelcampo antes poblado de lirios, graciosas ninfas danzaban alegres, asidas de las manos, alviento las rizadas cabelleras ornadas de pámpanos, en derredor de una cueva guardada porinmensas rocas de granito. Un hombrecillo,encorvado y barbudo, que llevaba sobre la ce
nuda frente pequenos cuernos, saltaba al piedel socavón, haciendo resonar sobre la roca
sus cascos de cabro.La expresión de aquel viejo sátiro de ojos
oblicuos, chispeantes de lascivia, de curva ydesmesurada boca y de enjutos carrillos arru
gados por satánica sonrisa, era la de una mue
ca horripilante.La danza continuaba cada vez más alegre
acompanada por una banda de sátiros monta
dos á horcajadas sobre pequenas rocas, so
nando sus flautas y haciendo vibrar los tímpanos y crótalos.
Un gnomo, velludo, cuya barba colgaba alpecho, surgió del oscuro antro, y, después derepetidos saltos y genuflexiones, puso en ladiestra del viejo caprípedo un tirso.
Las ninfas, cada cual á su vez, en mediode la fiebre de la danza, se llegaban al queparecía ser el rey de aquellas selvas, ento
naban un cántico, y luego colocaban una ro
sa ó un ramo de mirto en la guirnalda que
cenía su poblada melena y vertían, en copa denácar, el líquido ambarino de una ánfora deplata. El viejo sátiro apuraba aquel licor haciendo chasquear la lengua y mirando de sos
layo las prominentes combas de unos pechos,los perfiles de un flexible torso, ó los toquesde luz sobre los derrames de una cadera an
cha. Y la danza continuaba, cada vez más alegre, mientras las armonías de las flautas y lascristalinas notas de los tímpanos y crótalos vibraban en el éter; cuando, á una senal del reycaprípedo, todo quedó en silencio, las graciosasninfas, como enjambre de abejas heridas porel sol, flotantes los dorados cabellos ó las ne
gras matas de ébano, corrieron en bulliciosaturba hasta perderse en la selva. La banda desátiros siguió sus huellas, saltando como can
guros en acecho de sus presas.
—«Oye, dijo el sátiro viejo al gnomo queyacía á sus pies; hace mucho tiempo, como túsabes, que intento, en vano, someter á misruegos á la ninfa del lirio azul.
A pesar de mi severidad, á la cual hube derecurrir sometiéndola al duro cautiverio de lasdesobedientes, no he podido domenar su altivez. Pues bien, he resuelto, aún á trueque deperderla, subyugar su orgullo. Tú sabes quecortando el tallo del lirio con esta hoz de oro
que encubren los laureles de mi tirso, ella mo
rirá, como la planta que la encarna, cuandoel sol se oculta en mis dominios; pero, entre
tanto. la estrecharé en mis brazos; será mía.»
Cuando así hablaba, pasaban por sus ojosrelámpagos de una luz siniestra, como si en
aquel instante todas las pasiones se hubierandesencadenado en su pecho. Gesticulaba agitando sus descarnadas manos y golpeando con
tal furia en la roca que hacía estremecerse lacaverna.
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PARÍS: SALÓN DE 1891 CAMPOS ELÍSEOS): EPISODIO DEL SITIO DE LILLA (1792). COPIA DEL CUADRO DE N. GASTON MELINGUE.
362 LA ILUSTRACION N.' 553
El gnomo, apoyando los codos en el ánfora,le escuchaba mesando su lengua barba.
—«Cuando llegue el sol á la mitad de su ca
rrera, yo iré allá, dijo, senalando una colina;esa es la única hora en que la ninfa sale de su
prisión para banarse en la cascada. Yo estaréahí; lo demás, ya lo sabes.
Si logro despertar en su pecho el fuego delamor, entonces no morirá y yo huiré con ella,quizá por mucho tiempo, de estas selvas. Tú,mientras tanto, me reemplazarás.»
El gnomo, postrándose de hinojos, levantótres veces la cabeza, sin duda en prueba deasentimiento.
Incorporáronse ambos y desaparecieron en
la cueva.
Oculto tras un árbol había escuchado laspalabras del sátiro sin perder una sílaba, y tan
luego como hubieron desaparecido, dirígimehacia la colina.
Al pie de verde collado, extendíase la inmensidad del océano hasta perderse en los confinesdel límpido cielo azul.
Cerca de la colina, sobre abruptas rocas dezafiro y de coral, caían las cristalinas aguas deuna cascada, burbujeando en continua explosión de perlas al romperse en los riscos; luego,la linfa, deslizándose sobre el césped, iba áperderse en el mar. Flotaban sobre las tran
quilas aguas del arroyo hojas de jaramago, y
cerca de la orilla alzábase, esbelto, un lirioazul. Al verlo, recordé las palabras del sátiro y
sentí una extrana fruición.A medida que el sol avanzaba hacia el zenit,
los pétalos del lirio se animaban de ondulaciones suaves, y del fondo de la corola exhalábanserumores de suspiros que hacían temblar lasgotas de rocío.
Con emoción infinita esperaba el instante dela sublime trasformacVm.
Las aguas del mar, hasta entonces tranquilas, empezaron á agitarse como si despertasenal soplo de una nueva vida, y sus ondas res
plandecientes como fundidos cristales heridos
por la luz, parecían jaspeadas á trechos porfulgores de oro y de brunida plata.
Armonías de una musica divina acariciaronmis oídos, cual si vibrasen en mi derredor cienarpas eolias: era un coro de náyades que flotaba sobre la hirviente espuma, como hermosas perlas desprendidas del fondo del océano:los cabellos, sueltos, mecíanse al rítmico vai
vén de la onda; al aire los ebúrneos brazos,aquellas hermosas ninfas del oceano soplabanen inmensos caracoles, produciendo las dulcesarmonías que acariciaban mis oídos.
El sol brilló en la mitad de su carrera; sus
rayos cayeron perpendiculares sobre la tierra y
entonces apareció á mi vista, bella, divina en
su casta desnudez, la hermosa ninfa del lirioazul, envuelta en una auréola de luz celeste.
!Venid, poetas, inmortales genios del ar
te! Traedme vuestras concepciones, vuestras
obras, y decidme si del verso, de la paleta óde la piedra brotó una creación más ideal.
?Hubo acaso entre las flotantes heroínas delas montanas de Inisfail, belleza igual?
?Helena, la Fornarina, Teodata, podríanpor ventura rivalizar con ella?
?Vuestros modelos de Corinto, de Pafos, su
peraban, decidme, su radiante hermosura?!Oh! !todas vuestras creaciones, aun anima
das por el soplo de la vida real, palidecen ante
la rubia ninfa del lirio azul!...Miradla, sino, resplandeciendo en su belleza,
sustentada por la corola que apenas si se inclina á su peso.
Su cabellera es luz; sus ojos, cielo azul; su
boca es miel y púrpura; sus perfiles, idealesson; su albo pecho coronado de rosas, ondulaapenas al calor del santo fuego que ahí dentroarde; su porte majestuoso, es de una reina.
Vedla cómo corre hacia el arroyo sin hollarsiquiera el césped. La linfa exhala dulces ru
mores al envolverla en sus cristales, y las on
das de la cascada cineron su talle con una clámide de cristalina luz.
Y no pude reprimir un grito de admiración
v corrí hacia ella como poseído de un fantástico delirio.
—i0h! tú, inmaculada virgen de estas selvas, deja que la luz inefable de tus pupilas des
cienda sobre mi espíritu—dije, sintiéndomeabrasado en el divino fuego del amor. Susojos fijáronse en los míos y encendiéronse sus
mejillas.En aquel instante oyéronse rumores en la
selva y vi al viejo sátiro que aprestaba la hozque encubrían los laureles de su tirso.
Sin que mis labios hubieran pronunciadouna sola palabra, nos comprendíamos como
por una misteriosa penetración de nuestros es
píritus, y sentí !oh dicha suprema! en los latidos de su pecho, las palpitaciones del amor.
El peligro era inminente. El sátiro, deslizándose sobre el suelo, como culebra, avanzaba;y como si ella hubiera leído en el fondo demi alma, «No temas, me dijo; lo sé todo; elamor que has despertado en mi alma, me es
cuda contra las asechanzas del monstruo.»
Y sonriéndome, continuó: «Comprendo que
me sacrificas la vida; pero no es necesario.Ven,» me dijo.
Llegamos cerca del lirio, que había tomadodimensiones colosales, cortólo, y, arrojándoloal mar, me dijo con una dulce mirada. «Sigueme.» Los pétalos, unidos, parecían una pe
quena góndola, y en el fondo de la corola, que
las náyades impulsaban al soplo de los caraco
les, dejando una blanca estela de espuma y deluz, enlazados nuestros brazos y juntas nues
tras cabezas, viviendo la misma vida, respirando un solo aliento, nos alejamos de la orilla.
La tierra se estremeció, y rugidos tremendosconmovieron las aguas; volvimos la vista y vimos que el viejo sátiro se precipitaba de laselevadas rocas.
Los días y las noches pasaban sin que nos
percibiéramos del tiempo. Recuerdo que nos
envolvía una suave claridad; que vibraban dulcísimas armonías; que el mar estaba sereno yel cielo siempre azul...
—Oh mi amada companera! dime, ?quiéneras tú allá en aquellas sets as?
—Tú lo sabes, me contestó sonriendo, yoera... el lirio azul.
I. ANTONIO DELGADO.
Comte de Puymaigre.
Les vieux auteurs castillans.—Nouvelle édition.
--Deuxietne série (1).
Al ocuparnos, hace poco más de dos anos, en
el primer volumen de esta obra del docto historiador de los primeros monumentos de nuestra
rica literatura, en el cual da á conocer y exa
mina con hondo y discreto juicio crítico todaslas obras que forman el ciclo poético del Cid,desde el cantar de gesta hasta el romancero
dedicado á celebrar los hechos históricos y legendarios del famosísimo héroe castellano, lahistoria novelesca de Apolonio, las obras de clerecía de Berceo, y el poema de Alejandro, tu
vimos ocasión de llamar la atención de los lectores de La Espana regional, que fué la revistadonde dimos á luz nuestro modesto juicio crí
tico sobre aquel interesante libro, acerca lo muy
mejorado que había salido respecto de la primera edición, á pesar de haber merecido ésta,cuando se publicó en 1863, los más calurososelogios de las personas doctas que se dedican á
(1) Albert Sarine, editeur, rue. des Pyramides,12. París,
esa clase de estudios. lloy podemos, por ven
tura con más razón, hacer lo mismo respectode la serie segunda que acaba de salir de lasprensas de la tipografía del ilustrado editor es
panófilo, nuestro querido amigo M. Savine, yaque, según declaración de su mismo autor, saleá luz casi como si fuera una obra nueva, habiendo sido considerablemente ampliados losprincipales artículos, sobre todo los cuatro dedicados á hablar de Alfonso X y de sus obras,el en que trata de la Gran conquista de Ultramar, equivocadamente atribuido hasta hace algunos anos á nuestro Rey sabio,el capítulo destinado á dar á conocer el famoso Libro de Califay Dimna, del cual apenas se daban más que
ligeras indicaciones en la edición primera, y losen que se ocupa en la Gesta de Fernán González,en la Crónica de Alfonso XI y en las Crónicasde los reyes de Castilla, que son las materias,además de El Laudario y el Libro de los castigos de D. Sancho el Bravo, el Conde Lucanordel infante D. Juan Manuel, y las Obras de donJuan Ruiz, Archipreste de Hita, las materiasque abarca el volumen segundo de los Antiguosautores castellanos.
En el aludido artículo llamábamos también
la atención de nuestros leyentes acerca la mar
cada tendencia del ilustrado autor de la obra
en que hoy volvemos á ocuparnos,—tendenciano nacida de un exagerado amor á las cosas desu patria, sino hija principalmente de las co
rrientes hoy dominantes así en los estudios históricos como en los literarios—de estudiar lasfuentes de donde nacen y las extranas influencias que más han contribuido á su formacióny desarrollo; no sin advertir, con el respeto
que nos merece la alta y bien merecida reputación literaria de nuestro docto amigo, que
quizás alguna que otra vez se había dejado llevar de su amor á la rica literatura de la lenguade oc, hasta el punto de exagerar algún tanto lainfluencia que sus troveros, especialmente con
sus cantares de gesta, ejercieron en algunas delas obras de nuestros antiguos poetas. Tambiénhoy nos creemos obligados á consignar en es
tas breves líneas que al libro mencionado dedicamos, aquella misma tendencia, mas libre esta
vez de toda sombra de exageración y de ten
dencia sistemática á poner á la vista de los
lectores la influencia que ejercieron en algunasde las obras de nuestros antiguos escritores,tales como, pongo por caso, el Conde Lucanor
y las atrevidas producciones poéticas de nuestro
Archipreste de Hita; tendencia digna de los
mayores encomios cuando, corno á nuestro au
tor le acontece, son innegables los hechos por
los cuales se demuestra ser ciertas las influen
cias de otras literaturas que más ó menos con
tribuyeron á dar nacimiento ó más valor á las
obras de nuestros escritores; ya que de esta
suerte se puede apreciar mejor el mérito, así ab
soluto como relativo, de éstas; ilústrase y se en
riquece la inteligencia del lector con el estudio
y conocimiento de las susodichas influencias,
que contribuyen, en último resultado, á dar más
valor al libro en que tal tendencia se advierte, y
á darle, contribuyendo á hacer su lectura más
entretenida, el carácter de un estudio de litera
tura comparada.Por lo demás, y sin entrar á establecer rela
ciones entre la mayor ó menor importancia que
como monumentos literarios, y el más ó menos
subido interés que pueden tener por sus argu
mentos los que constituyen el asunto de la primera serie de los estudios sobre nuestros anti
guos escritores, es á saber las producciones ya
mencionadas relativas al famosísimo Campeador, el libro de Apolonio, los poemas religiosos de Gonzalo Berceo y el heroico de Alejandro, que son como el venerando vestíbulo,
severo con la severidad y rudeza de una fachada
románica, del grandioso edificio de nuestra rica
literatura, y el interés é importancia más ó me
nos grande que por sí mismas tienen las dife
N: 553 HISPANO-AMERICANA 363
rentes producciones que más arriba dejamosapuntadas, que forman la segunda serie de lossobredichos estudios, últimamente por su autorsacados á pública luz, no dudamos que han dellamar poderosamente la atención de las perso
nas aficionadas al estudio de los orígenes denuestra historia literaria de que forman las obrasescritas en el espacio de tiempo que se dilatadesde Alfonso el Sabio hasta el famoso y hartodesenvuelto Archipreste de Hita, como un se
gundo y más perfecto período, ya porque se
muestran con más correctas y variadas formasy asoman ya en ellas las dotes de nuestra lenguaque han de hacer de ésta, al andar de los siglos, la más grave, armoniosa, rica y de máspompa y majestad de cuantas se hablan en
Europa nacidas de la del Lacio; ya, en fin,por la mayor importancia histórica que como
relación de hechos y como reflejo de costumbrestienen sobre las obras del anterior período.
Mas si por sus asuntos y por esas sus espe
ciales condiciones cautiva y como que se llevatras de sí la atención de quienes lo leen el libroen que nos ocupamos, sube de punto el interésque en aquéllos despiertan y el regalado efectoque en el ánimo de éstos causan por el gusto ydiscreción con que sabe su autor tratarlos; em
pezando casi siempre, en cuanto la índole delas obras objeto de su crítica lo permite, pordar á conocer las diferentes producciones objeto de su estudio, por medio de detenidos y
bien trazados análisis de las mismas; senalandoal paso las partes ó fragmentos de ellas en
quienes se nota ó la influencia real ó la seme
janza por ventura casual con otras obras de índole ó asunto parecido, ó que son espontáneoproducto de la inspiración de sus autores; haciendo en el primer caso oportunas y eruditasexcursiones en el campo de otras literaturas,mostrándose original en sus juicios, como loson por punto general los de aquellos escritores que, como el conde de Puymaigre, libresde prevenciones religiosas ó de sistemáticasprevenciones de escuela, formulan los suyos en
el estudio y examen directo de la obra objeto de ellos; y que siendo además maestrosconsumados así en lenguaje y estilo, como en
el arte de comunicar á sus lectores lo que con
claridad piensan v con calor sienten, sabenamenizar sus ob:as con las dotes y primores deuna dicción clara, elegante, y, si la materia loexige, hasta florida, en cuanto la seriedad delcarácter didáctico de la obra ó escrito lo con
siente. Por estas cualidades que avaloran el último libro dado á luz por el conde de Puymaigre, que hacen que sea sumamente amena su
lectura, y porque, al igual que todas las obrasde este docto escritor, las cuales se estudiancon provecho por lo mucho que en ellas se
puede aprender, gracias á la extraordinariaerudición de que en todas ellas hace oportunoalarde, recomendamos á los lectores de la ILUSTRACIÓN IAISPANO—AMERICANA la segunda seriede su obra Los antiguos autores castellanos, con
el mismo calor con que recomendamos á su
tiempo la serie primera de la misma á los lectores de la Revista más arriba citada.
JOAQUÍN RUBIO Y ORS.
Culpa y castigo.
Diciendo yo unos versos á Enriqueta,ésta, en vez de aplaudirlos, se reía:
iy era Peza, el dulcísimo poeta,y afigdalia la dulce poesía!
Continué la lectura.., y la indolenteiba los versos del poeta oyendo,con tanto desenfado, tan friamente,corno quien oye cuando está lloviendo.
Ya al terminar, lanzó una carcajada...no lo pude sufrir.., y sin tardanza
tomé el sombrero, y mal disimulada,me alejé meditando mi venganza...
Al día siguiente de jurar la guerrame presenté á su casa con Aldeana;un animal muy lindo, hermosa perradigna de ser de perros la sultana.
Fingí con Enriqueta hacer las paces;ella no lo hubo á mal, ni lo halló en vano;poniendo yo del pacto entre las basesque debía de cantar un trozo al piano.
—?Música de Chopin?—No, de zarzuela;
tócame, hija, música espanola,pues como soy nacido en Venezuelano puedo comprender sino esta sola...
Hizo un preludio.., crédula del gajedel suave aplauso que esperara luego,y empezó á modular aquel pasajeque comienza: «La vi...» Jugar con fuego.
Un estridente y prolongado aullidola vino á interrumpir en el momento,y ella siguió como que no había oídocantando con más hondo sentimiento.
Pero también la perra majaderacontinuaba su duo destemplado...Al fin perdió la calma y gritó:—iFueralEsa perra ha de ser de algún malcriado.
—?Esa dices, mi perra?—Si, ipues esa!
—No te enojes con ella ni conmigo;ella hace ahora lo que tú con Peza...á tal culpa, es muy justo, tal castigo.
Miró al cabo Enriqueta su delito,y queriendo enmendar tal desafuero,dice siempre que á Peza le recito:«Ese vate es el vate que más quiero.»
RAFAEL LINARES BERNAL.(Venezolano.)
Rivera el Espanoleto.
Paria, errante y pordioseroque por todo á Roma fué,convirtióle al fin, su feen magnate y caballero.Libre, fuerte y altaneroy ante la fama bien quisto,miró y vió cual nadie ha visto,pintó horrores y quebrantos;y un cielo evocó de santos
flotando en su mente Cristo.
Resistió luchas y penascon el arte por broquel;el vigor de su pincelfué limando sus cadenas,y ya Apeles en su Atenas,de la afrenta el golpe durosufrió, cual contacto impuro,vibrando en sus creaciones,sonrisas y decepciones;la nota del claroscuro.
Hoy se tine de arrebolel lauro de su centuria,y para el hijo del Turiarenace potente el sol.Presta al coloso espanolsus ecos la inmensidady ve la posteridadredimido de su cruz
al maestro de la luzy al genio de la verdad.
FERNANDO MARTÍNEZ PEDROSA.
MISCELÁNEA.
LA CUSTODIA DE TOLED0.—Una de las joyasmás valiosas de la Iglesia espanola, así por su
mérito artístico cuanto por su riqueza, es, á no
dudarlo, la custodia que se guarda en la Catedral de Toledo, y que sale en la procesión delCorpus.
La historia de esta preciosísima alhaja me
rece ser 'conocida. En 1515 el cardenal frayJiménez de Cisneros dispuso que se procedieseal estudio de una custodia que por su valor intrínseco y por sus bellezas fuera digna de laCatedral primada.
Acometieron la empresa Diego Copín y Juande Borrona, pero de sus planos acaso no se tomara nada, supuesto que el artífice que definitivamente la labró fué un famoso platero alemán llamado Enrique de Arfe, traído á Espanapor Felipe el Hermoso.
Sin descansar trabajó Arfe desde 1517 á1524, siendo toda la obra suya, salvo la cruz
en que termiva la custodia, que fué labrada porel joyero Laínez, y que se compone de tres on
zas de oro, seis de plata, ochenta y seis perlasy cuatro grandes esmeraldas.
El arzobispo D. Alonso de Fonseca, pocosanos después, mandó sustituir la parte de hierroque contenía la joya, con plata y oro; de formaque hoy, la custodia sólo tiene plata, oro y pedrería. Pesa en junto 17 arrobas y una libracastellanas, que se distribuyen en 15 arrobas,22 libras y media de plata, 1 arroba, 3 librasy algo más de media de oro, sin contar las tresonzas de oro que pesa la custodia interior, queel inmortal Cisneros compró de la cámara dedona Isabel la Católica, donde había servidopara el culto divino, habiéndose empleado en
ella el primer oro que vino del Nuevo Mundo.Consta la custodia de un templete piramidal
de estilo gótico, trabajado con tanta prolijidad,que es casi imposible sacar dibujo de él en es
cala reducida.Lleva varios escudos de armas, y en la parte
posterior una inscripción latina, que traducidadice:
«D. Fray J. Jiménez, Cardenal Arzobispode Toledo, Gobernador de Espana y conquistador de Africa, mandó hacer esta custodia delSantísimo Cuerpo de Cristo: la cual se con
cluyó en Sede vacante, siendo 'obrero DiegoLópez de Ayala, ano del Senor, i524.»
UN BUEN OBSEQUIO.Ayer regalé un cajón
de pastillas de jabónde los PRINCIPES DEL CONGO,y esto prueba, en conclusión,que hago lo que me propongo.
Jabonería de VíctorVaissier.—París.De venta en las principalüs perfumerías.
Sentencias de hombres célebres.
No tiene la murmuración mejor velo parapaliar y encubrir su maldad disoluta, que darseá entender el murmurador, que todo cuanto
dice son sentencias de filósofos, y que el decirmal es reprensión, y el descubrir los defectosajenos buen celo, y no hay vida de ningúnmt.rmurante, que si se la considera y escudrinano se la halle llena de vicios v de insolencias.
Al desdichado las desdichas le buscan y lehallan, aunque se esconda en los últimos rincones de la tierra.
Sé bueno en todo cuanto pudieres, y si hasde ser malo, procura no parecerlo en cuanto
pudieres.Hasta los cobardes y de poco ánimo son
atrevidos é insolentes, cuando son favorecidos,y se adelantan á ofender á los que valen másque ellós.
La virtud y el buen entendimiento siemprees una, y siempre es uno desnudo ó vestido,solo ó acompanado no há menester apoyos, ninecesita de amparos, por sí solo vale, sin que
las grandes dichas le ensoberbezcan, ni las adversidades le desanimen.
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
364 LA ILUSTRACIÓN N.. 553
'MISEnI00NOVELA ESPANOLA
POR
M. MARTINEZ BARRIONUEVO
ILUSTRACIONES DE BLANCO CORIS.
(CONTINUACIÓN.)
No sé, pero siento yo dentro de mi alma un
afán desconocido hasta hoy para mí. ?Es amor
ó es el deseo de amar? Yo creo que esta pena
profunda que me corroe, no es principalmenteporque él no me ama, ni porque me deje sola
entregada á mí misma. No son celos tampoco.
!Ah! ?Qué cosa serán los celos? -ZQué me im
porta á mí él en ese punto ni todo lo que él
haga? Esto tan triste que yo siento en mí, me
parece en ocasiones que es una pena muy
grande porque no amo á mi marido. ?Consis
tirá en mí entonces su alejamiento? ?Tendré yo
la culpa porque no soy dulce con él, porque no
le sonrío de otro modo, porque no hay en mi
alma explosiones que le estremezcan y le haganpalpitar? Si ha de ser así la companera con el
marido, yo no cumplo mis deberes, porque no
lo soy. ?Y eso es amor? ?Qué es amor?Levantó nuevamente la mirada á los cielos;
nadie contestó á su pregunta; á nadie veía
tampoco, que le pudiera contestar; las es
trellas, como movibles luces, seguían reverbe
rando en las alturas; murmuraba la fuente, y
alguna vez traía el aire, más vigorosas, las can
ciones del Genil.—Nadie, nadie me contesta,—pensaba Car
lota con profundo desaliento.—Y bien, ?soy yo
acaso la que debe buscar las caricias de mi
marido? !Ah! !si yo pudiese preguntar algo á
Teresa sobre ese punto! Estoy segura de lo que
me contestaría: me contestaría que no; yo lo
sé, porque lo comprendo, porque lo siento en
mí; porque hay algo que me lo dice, sin enga
narme. Yo no soy orgullosa, yo no soy sober
bia, yo no dejo de buscar las caricias de mi
marido, por esa causa: es el pudor. !Es que me
avergüenzo!...Detúvose de pronto en sus reflexiones, como
si alguien le empezara á hablar al oído. Le
parecía que alguien le contestaba, desmintién
dola: un rumorcillo tenue, que no supo ella si
fué murmurar de céfiro ó arrullito de linfa,cadencioso, pero que se escuchaba muy bien.
«Tú no dejas de buscar las caricias de tu mari
do por soberbia; tú no las dejas de buscar por
orgullo; tú no las dejas de buscar por pudor:es por otra cosa, también, mucho más importante. !Es porque no le amas!»
—No, no,—decíase Carlota con inquietud,como si quisiera contestar á lo otro que en sí
misma la estaba contradiciendo;—es verdad que
no le amo, pero es verdad que es vergonzoso
para mí, buscar una caricia que no merezco
cuando no se me dirige.., y además, es vano
todo lo que se discuta. No le amo, !es cierto! No
sé lo que es amor; pero ?por qué no me lo en
sena él, entonces? Porque no me ama tampoco.Y Carlota volvía á sugran pesadumbre: á
la primera, á la principal, á la importante, á laprofunda pena de no amar á su marido.
?Qué explicación tenía aquello? Carlota no
se la pudo dar á sí misma, pero yo os la daré
á vosotros.
Era cierto. Carlota sentía en lo profundo de
su corazón el abandono en que su marido la
tenía, y sin embargo, aunque os parezca original, por lo grande, no era aquel sentimiento
por ella, sino por él; Carlota no amaba, no
porque no hubiese nacido para el amor; alcontrario , porque su espíritu gigantesco se
extendía santamente hacia el amor de todo locreado: amor á Dios, á los seres, á las cosas;
todo su espíritu hablase ido entregando desde
su ninez á este gran sentimiento glorioso, queno la permitió amar reconcentrando su amor
en un solo sér, como debía amar á su marido:su amor era á la humanidad, no era á un hombre; si hubiese dado con un companero que lacomprendiera, habría sin duda sabido despertaren su alma generosa y grande, aquel otro amor
que desconocía. Carlota sentía en todo su séruna infinita piedad hacia cuanto la rodeaba;no había nacido para el amor del mundo, sinopara el amor de Dios; para que un hombre hubiese despertado en ella otros sentimientos queno fueran los de su profunda piedad, los de su
inmensa misericordia, aquello en fin que era elúnico amor conocido para la noble mujer, precisaría que el hombre, amándola religiosamente, hubiera sabido hacer que se moviesen,para levantar el vuelo por otros mundos, aque
llas ocultas alas de su inconmensurable espíritu.No era la frivolidad del mundo; no eran los
halagüenos oropeles de una sociedad artificiosa; no eran los trenes deslumbrantes, ni lasricas joyas con que ella misma, indiferentemente, adornaba su hermosura, lo que necesitaba para que llegase al santuario oculto, dondeplegaba sus alas, en silencio, aquel espíritu diáfano, que comprendía el sacrificio sin ostenta
ción, y que ciego aun para el amor humano,entendía que su piedad, su misericordia infinita,eran el único amor existente para todos.
Por qué era entonces aquella inquietud??Por qué aquella incertidumbre que no se explicaba? ?Por qué su sentimiento de no amar almarido? Porque presentía lo que no tocó aún,esto es: porque comprendió que hubiera ama
do de otro modo á su marido excluyendo de su
amor todo lo demás, si la hubiese comprendidoél. Eso primeramente; pero había otra cosa
mucho más grande, estaba su piedad; su piedadhacia el hombre, porque no sabía encontrar
en ella lo que el hombre creyó tal vez que no
existía. Cada uno de los actos de su esposo,era un nuevo motivo de alejamiento entre losdos y de pesadumbre para Carlota. Honda pe
sadumbre, al pensamiento de que su marido,quizá, sufría demasiado por causa de ella; allamentarse de su soledad, cuando salió del con
cierto, á nadie reprochaba; lamentábase por símisma solamente; cuando al llegar á su casa,
creyó morirse con la noticia de que su maridono pareció aún, no fué de amor su sufrimiento;fué pesadumbre de no saber conseguir que su
marido obrase de otro modo. El mal rato quesufrió al verse sola en el patio de Carlos V, elpensamiento de que el esposo la abandonabacuando tan infinita piedad había en su corazónpara él; la carta de Teresa, hablándole de lasdulces alegrías del hogar y del santo amor delmatrimonio, y aquella otra carta, por último, deamor también, de amor que empezaba á sonar,aunque no la comprendiese todavía; de amor
de que sentía su alma deseosa, aunque no se
explicase lo que era, como el nino de pocosmeses, que sabe como por instinto que el agua
cuya aplicación no conoce, ha de apagar su
sed, todo esto, fué causa de la gran crisis queestalló esta noche en su corazón y en su ce
rebro.Aun estaba allí, en el balcón, con la mirada
inquieta, contemplando aquella inmensidad silenciosa; el rumor de la fuente, seguía lento, y
el Genil murmuraba también sus cancionessordamente, como viejo batallador que se cuenta
á sí mismo sus antiguas proezas.Pareció de pronto á Carlota que un fantasma
se iba deslizando por entre los árboles hasta
llegar al pie de su balcón,y sintió un frío, como
si todo el hielo de la sierra penetrara en su
sangre.—El hombre de la carta,—murmuró tem
blando,—isil el que me escribió esta noche.
No lo sabía verdaderamente, pero lo pre
sintió y no se equivocaba.Como si este pensamiento le diera fuerzas
que antes no sentía, se retiró entonces del balcón; cerró sin hacer ruido, quedó un instantede pie allí, junto á las maderas, inmóvil, fijoslos ojos en la luz que temblaba sin saber Carlota por qué, como ella misma estaba tem
blando. Anduvo luego hasta las cortinas queantes levantó, permaneció allí otra vez, indecisa, como si no supiese lo que le pasaba, y
entró después en la alcoba.lluminábase ésta por una luz débil, encerrada
en lámpara finísima de alabastro; junto al mag
nífico lecho, había un reclinatorio y un crucifijode marfil; allí era donde de verdad se respirabano sé qué perfumes de incienso, que hacíanseparar los sentidos de todo lo que no fuesesanto como Dios.
Empezó Carlota á desnudarse; en sus fac
ciones, en su ademán, en su fijeza de muerte,en la inquietud extrana de sus grandes pupilasllenas de luz como la luz del Paraíso, compren
díase que la lucha no había cesado; una luchacruel, ardiente; una lucha mucho más grande,porque no estaba avezado á ella aquel espíritu sereno, con las serenidades del lago, que no
siente un beso siquiera de los aires.Cayeron las prendas con lentitud, como caen
las hojas de una flor, quedándose sólo en su
magnífico pétalo. Se metió en la cama, ocul
tándose entre las ricas blondas, como si hu
yese de algún engendro visible sólo paraella. Era el enemigo; el enemigo terrible de
quien quería huir; era el eterno martillazo desus sienes, desde que empezó la noche; era el
eterno gemido de su corazón, que no llevabalágrimas á sus ojos; era la eterna pregunta:?qué es amor? ?por qué todo el mundo se es
clavizaba á él y ella no podía esclavizarse? ?quéamor era aquel de las grandes tragedias y delos grandes sacrificios de la humanidad?
—iSenor,—exclamó de repente, arrodillán
dose sobre la cama; —Dios piadoso de los cielos!yo soy capaz del sacrificio; yo soy capaz de mo
rir por cualquiera de mis semejantes; pero yohago todo eso, sin amar así; yo hago todo eso
por el amor tuyo; ?por qué siento 3o en mí, sinembargo, que hay otro amor aun que no le co
nozco? ?qué es lo que me impulsa á él? ?acaso
el tuyo no basta, Dios de las misericordias?
Con las manos en ademán de súplica, el
cuerpo desnudo, medio velado por encajes queparecían tejidos, según eran de sutiles, con risas
de aquel mismo amor que no llegaba hasta ella;contrastando con la carne marmórea y sonrosada
los esplendentes cabellos castanos, parecía una
diosa del paganismo convertida súbitamente,por milagroso dón, á las dulces doctrinas del
Evangelio. Y en mitad de aquella oración fer
viente de su espíritu puro, que empezaba á sa
turarse de no sabía qué perfumes vagos de la
tierra, descruzó las manos de repente, saltó del
lecho y tiró con fuerza nerviosa del cordón de la
campanilla, que armó, en el silencio de la noche,
un repiqueteo estruendoso. Se oyeron pasos
en la habitación inmediata. Sin acordarse Car
lota de cubrir siquiera su desnudez, salió del
dormitorio á abrir la puerta del gabinete; se
encontró con Carmen, medio sonolienta, casi
desnuda y también hermosísima.—?Qué es eso, senora? exclamó temblando.
—Esa carta, venga esa carta al momento!
—?La carta amorosa que he de devolver?preguntó Carmen extranamente.
—iLa carta amorosa, sí!
Se alejó Carmen, y Carlota quedó junto á la
puerta, inmóvil otra vez, fija otra vez; se acor
dó de pronto de que estaba medio desnuda y se
recogió con una mano hasta el mismo cuello los
finos encajes, apoyándose con la otra en la
puerta como para no caer.
—Ahí,—decía en tanto,—en esa carta sabré
lo que es amor. Hay un hombre que me ama,
y él sabrá decírmelo.Volvió Carmen, en esto, y le entregó la carta.
—Está bien, véte,—exclamó la senora en voz
N.' 553 HISPANO-AMERICANA 365
que parecía, ya, la deun moribundo; volvió luego al dormitorio con la carta en lamano y quedó como
suspensa, antes defijar los ojos en sus
renglones. Pasó to
davía un rato como
si no se atreviese áempezar la lectura ;
fuéronse animandosusfacciones con una
vida extrana y nue
va: avanzó aún. Pareció iluminarse su
cabeza de repenteconlas aureolas divinasde los santos. Rompió la carta á la par,y lanzó un suspiro desatisfacción; cayó derodillas sobre el re
clinatorio, y besó lacruz fervorosamente.
—Gracias, mi Diosamado,—exclamóentre un sollozo profundo.
Elamor á Dios había vencido. La santase levantó sobre su
altar. Ilízose ya tran
quila su respiración,y la alcoba parecióentonces una capillacristiana con sus inciensos, y con su
imagen pura de María en aquella mujer.Oiase dentro el blando murmullo de la colacióntranquila, y fuera, muy vago, como otra plegaria de la naturaleza, el murmullo de la fuentey las canciones del Genil.
Tac
IV.
CONFIDENCIAS.
Tilín.., tilín... tilín...Aprieta! ?Quién nos vendrá tan fuerte?
—El cartero; le he visto por casualidad, desde la ventana.
Tilín... tilín... tilín...—?Será carta de Alfonso?— !Siempre estás á pleito con tuAlfonso!--iY tú con tu Carlota!Tilín.., tilín... tilín...—?Y por qué no ha de ser de Carlota?—?Sí? mira qué casualidad, mujer. Y ?por
qué no ha de ser de Alfonso?—?De quién será? oye.—iPero hijo, que abran la puerta y saldre
mos de duda!—iAnda, mal genio!—iFeísimo!—Verás tú, Teresa; verás tú, á todo esto,
como no hay quién abra. ?A ver? no no, queya está aquí. Yo he ganado, hija mía; es deAlfonso y !apenas si escribe!
—iY yo que estoy esperando carta de Carlota hace tanto tiempo! !Válgame Dios! ?Estaráenferma?
Ernesto repasaba con avidez la extensa epístola, y dijo así, sin mirar á su mujer:
—iQué ha de estar enferma, hija! Que se divierte mucho y se acuerda muy poco de tí. Pero?no ves? !si son dos cartas en una! Ese diantrede chiquillo se figura que yo dispongo del díapara dedicarme á leer sus tontadas, dejandomorir á mis pobrecitos enfermos. !Diablo, Teresa, me parece que esto se complica! le veo
muy interesado en esos amores, que yo creí, álos comienzos, de poca importancia. Verás tú,oye:
Leyó Ernesto en voz alta á su mujer lo queá continuación leeréis. Son dos cartas que Alfonso de San Juan había incluido en un mismo sobre.
«Mi querido Ernesto: Sufro; yo no sabíaqué cosa es amor y ya lo sé, sin miedo deequivocarme. El amor es el sufrimiento; y ese
sufrimiento es la dicha. Ya te describí en laotra carta á esa mujer.
•
(Se con tinu irá.)
1/1501144164,r
i„.
-UNA MIRADA DESDE LA PUERTA REAL SOBRE AQUEL FONDO DE LOS MONTES CORONADOS DE NIEVE
366 LA 1LUSTRACION. N.° 553
SOLUCION DEL NÚMERO 552.
CHARADA:
PASATIEMPOS
CHARADA.
Primera en el alfabeto,tercia y segunda en las plantas,y el todo, si no me engano,nace y crece en las montanas.
LOGOGRIFO NUMÉRICO.1 2 3 4 5 6 7.—Flor.
3 4 5 6 2.—Célebre imagen.3 2 5 6 7.—Recreo del alma.
6 7 3 2.—Prenda de mujer.3 2 5.—Animal.7 6 2.—Baile.
2 5 4 6 2.—Nombre de mujer.2 5 6 7 5 4 7.—Nombre de varón.
La soluciones en el número tróximo.
BARCELONA: EXPOS1CIóN GENERAL DE BELLAS ARTES: TAMBOR FLAMENCO. Copia del cuadro de
D. Román Ribera.
Entre los cuadros que se llevan la palma en
la sala primera de nuestra Exposición generalde Bellas Artes, figura el Tambor flamenco, delque damos nítida copia al frente de este nú
mero. Es, en efecto, la obra del eximio pintorD. Román Ribera, una verdadera joya artística,un lienzo trabajado con grandísimo carino, es
tudiado en todos sus pormenores, de color elegantísimo, y correcto, sobre toda ponderación,de dibujo. Los inteligentes no pueden menos
de detenerse ante este cuadro, obra maestra en
su género.
ISLAS BALEARES. SEPULTURA DE LOS FRANCESES
PRISIONEROS EN BAILÉN, MUERTOS EN LA ISLA
DE CABRERA. Defotografía.
Los cinco mil quinientos prisioneros fran
ceses que había en Cádiz, resto de los dieci
nueve mil que cayeron en poder de los espanoles en la batalla de Bailén, fueron trasladadosá la isla de Cabrera, que está á corta distancia de la de Mallorca.
Las penalidades que sufrieron los infe'ices,abandonados en aquel islote, á donde no lesconducían sino muy de tarde en tarde escasas
y malas provisiones que sólo servían para que
no se murieran de hambre los prisioneros, no
son para contadas, ni quien se las hizo sufrirse justifica alegando represalias del inhumano
trato que los franceses dieron á los espanolesque en mala hora cayeron en sus manos du
rante la asoladora guerra de la Independencia,tan gloriosa para nosotros cuanto funesta para
el que ha pasado á la historia con el calificativode Capitán del siglo.
Por fin tras cinco anos de abandono y de
sufrimiento en aquella pena, y cuando no que
daron de los cinco mil quinientos prisioneros,más que unos dos mil, casi todos ellos enfermos y extenuados, decretó el gobierno su
libertad y fueron trasladados á Francia.En 1847 el p íncipe de joinville, jefe de la
escuadra francesa de evoluciones, á su paso por
las Baleares quiso pagar un fúnebre y carinoso
tributo á sus compatricios muertos en Cabrera,y por suscrición entre las tripulaciones de los
buques de su mando se costeó la modestísima
sepultura que hoy encierra los restos de aque
llos infelices, restos que. debieron ser recogidos
acá y allá por toda la isla, en los mismos sitiosdonde sucumbieran los infortunados.
La sepultura no ostenta más que este sen
cillo epitafio:
A la memoria de losfranceses muertos en Cabrera.La escuadra de evoluciones de 1847.
El acto de la inauguración de la sepultura,dice un diario de aquel tiempo, no revistiópompa alguna, ni en él se desplegó aparatomilitar; únicamente la corbeta Plutón, queex profeso ancló en aquel puerto, puso su bandera al morrón y embicó las vergas mientrasduraron los divinos oficios y las preces por losdifuntos.
Nada más imponente, anade el propio diario,que ver á los quince ó veinte labriegos queformaban toda la población de aquel islote,arrodillados junto á los marinos franceses y
uniendo al de éstos su piadoso recogimiento.Terminados los oficios, los despojos de los
soldados que allí sucumbieron fueron devueltosá la tierra, y sobre ellos se erigió el modestomonumento que, rematado en una sencilla cruz
de madera, recuerda la muerte de tanto desventurado.
BELLAS ARTES: EL DÍA DE CORPUS. Copia delcuadro de Aublet.
Es el Corpus una solemnidad peculiar de laIglesia Católica, instituida en 1264, por el papaUrbano IV, para honrar la presencia real deJesucristo en el sacramento de la Eucaristía.En el origen, el jueves de la semana santa era
el día consagrado á la celebración aniversariade la institución del Santo Sacramento. Másadelante y en vista de que los largos oficios y
las ceremonias lúgubres de esta semana no
permitían honrar este misterio con toda la so
lemnidad requerida, juzgóse del caso instituiruna fiesta especial el jueves siguiente á la octava
de Pentecostés, es decir después del domingode la Trinidad. Los disturbios que tenían con
moi,ida á Italia con motivo de la lucha entre
güelfos y gibelinos, impidieron por largos anos
que la nueva fiesta fuese admitida y celebradaen todas partes; pero en el concilio general deVenecia, celebrado en 1311, bajo la presidencia de Clemente V y en presencia de los reyesde Aragón, Inglaterra y Francia, confirmóse labula de Urbano IV, y declaróse obligatoriapara toda la Iglesia la observancia de la fiesta.Cinco anos después, el papa Juan XXII anadióá ella una octava, con orden de llevar públicamente en procesión al Santísimo Sacramento.La fiesta del Corpus, aunque actualmente no
se celebra con la ostentación que en otro tiempo.es indudablemente una de las ceremonias delculto católico más patéticas é imponentes.
El artista ha querido presentar, di el pre
cioso cuadro de que damos copia en este número, con novedad la fiesta del Corpus. tras
ladándonos á un frondoso jardín en el que
algunas damas y una linda nina están haciendoacopio de flores para adornar el altarcico quepiensan levantar frente á suvivienda para honrar el paso de su divina Majestad, como es piadosa costumbre hacerlo en muchas pob!aciones.
PARÍS: SALÓN DE 1891 (CAMPOS ELÍSEOS).
EPISODIO DEL SITIO DE LII.LA (1792). Copia delcuadro de M. Gastón Melingue.
La ciudad de Lilla, situada en una fronteraabierta, fué en otro tiempo blanco de una co
dicia fértil en guerras, entre Francia, Espana yAustria.
Tres sitios, que ocupan un lugar importante en la historia, han ensangrentado aquellaciudad.
Uno ocurrió durante el reinado de Luis XIV;el segundo, á principios del siglo xvnt, es uno
de los más terribles episodios de la guerra en
cendida por la sucesión de Espana. El tercero,
el de 1762, ha proporcionado al pintor GastónMelingue el dramático tema de uno de los cua
dros que más llaman la atención en el actualcertamen artístico de los Campos Elíseos de París y del que ofrecemos á nuestros lectores una
fiel y preciosa reproducción.Los que sitiaron á Lilla en 1762 fueron los
prusianos y los austriacos.El ejército austriaco, fuerte de 25,000 hom
bres, al mando del duque de Sajonia Teschen,acampó el 24 de setiembre ante la plaza, defendida por el general Ruault con una guarniciónde to,000 hombres.
Los enemigos no podían esperar apoderarsede la plaza á viva fuerza, pero á causa del odioque les inspiraba la Revolución, la bombardearon; y como no tenían tropas suficientespara un sitio completo y por lo tanto no podíancortar las comunicaciones de Lilla con Dunkergue, lanzaron sobre la plaza una lluvia debombas y balas rojas.
Intimaron los enemigos la rendición de Lillaal general Ruault y al ayuntamiento, prometiendo que los lilleses serían tratados con todaatención si se rendían y hacían traición á la re
pública, pero amenazándoles con el incendio yla destrucción completa si continuaban resistiéndose.
A esa intimación insolente, los Mieses res
pondieron jurando sepultarse bajo los escom
bros de sus casas antes que someterse al ex
tranjero.Entonces empezó nuevamente el bombardeo,
pero de un modo tal, que en menos de una
semana cayeron sobre Lilla más de seis milbombas y treinta mil balas de canón.
Durante aquel memorable sitio ocurrieronmultitud de episodios que demostraron la heroica firmeza de los lilleses.
Una bala de canón, que fué á parar en lasala de sesiones del consejo de guerra, fué declarada en permanencia, como la asamblea.
«Las balas austriacas fueron objeto por partede los lilleses de toda clase de ultrajes y deburlas, dice Michelet. Las balas rojas, recogidas vergonzosamente en cacerolas, eran apa
gadas sin trabajo, y con ellas jugaban luego ábochas los sitiadcs. Una de dichas balas fuérecogida por los ninos y cubierta de un gorrofrigio »
En la plaza, donde caía una granizada deproyectiles, se estableció un barbero, é hizo va
cía de un casco de bomba, del que se servían
todos, en medio de risotadas.Tal es el tema del cuadro de Melingue, obra
bien compuesta y pintada con suma inteligencia.
Habiendo llegado á oídos del duque de Sajonia Teschen que tropas francesas se encaminaban al socorro de la plaza, levantó precipitadamente el sitio, llevándose consigo, por únicotrofeo, la vergüenza de un descalabro y de una
crueldad ejercida inútilmente contra pacíficosciudadanos.
BARCELONA.El Jurado calificador de las obras de la Exposición
de Bellas Artes ha acordado, en cumplimiento de lacomisión que se le confió, recomendar al Ayuntamiento la adquisición de obras de Martí y Alsina yTalarn, Jan Van Beers, El zl,vieronte, de Hidalgo,y algunas de las obras de Sánchez Perrier. Proponeademás la adquisición del dibujo de Vierge El juegvdel tejo en Salamanca, y cuadros al óleo de los se
nores Baixeras, Pagés y Ortiz, Cabrera, Tusquets,Checa, un estudio de interior, de Pinós. el titulado
N. 553 HISPANO-AMERICANA 367
Soledad, de Barrau; La Penitente, de Masriera (F);Rosa Mística, de Tamburini; un Ocaso, de Urgen;Le moulin de la Galette, de Rusinol; y otros deBrull, Fuster, Casas, Graner, Galvey, Miralles,Roig y Soler, Bilbao, Llimona, Mas y Fondevila,Galofre, Soler de las Casas, Pirala, Baixas, Hernández, Valcells, Cusí, Bauza, ',aporta, Vayreda, GarcíaRodríguez, Pando Pallares, Barbará y Teixidor.
En la sección extranjera se ha acordado senalarcon el mismo objeto los dibujos La toilette du ma
tin, de Lhermitte, y uno de los Renokard; una acua
rela de Signoríni. un retrato de Engel, los tituladosUn rePos, de Thevenot, v I.Vartruis jour..., deLeandre; uno de Karbousky, Delahaye, Birkinge, ylos frisos al óleo de Hynais Jeunes et enjants.
Ha elegido el Jurado en la sección de escultura elSan Francisco, de Atché; un bajo relieve, de Riera;el busto Sugestión, de Clarassó; una estatua en
bronce, de Tavera; Un tipo toscano, de Benvenuti, yotros de Blay y Fábrega, Puech, Llimona (J), Pheiffer, Sarti, Arnau, Reynés, Marino, González, Parera y Barbella.
En las secciones de arquitectura y de artes reproductivas, ha designado los nueve cuadros de Marcel,Hotel de Bourgthervalde-Rouen, y las obras deCanudas, Ríos y Baude.
—Para las regatas internacionales que debe verificar hoy el Real Club de Regatas de esta capital, se
han inscrito las siguientes sociedades extranjeras:Rowing Club de París, Club Nautique de Cast llónSur Dordogne y Emulation Nautique de Toulouse.A la primera de dichas sociedades pertenece el actualChampión de Francia. Las mencionadas sociedadesgozan de gran fama en el sport náutico.
—El 4 se reunió la comisión iniciadora de laKermese que se trata de verificar con motivo de laclausura de la Exposición general de Bellas Artes,en el Salón de San Juan y en otros puntos de losjardines del Parque. Se indicaron por los reunidosvarios proyectos y se formularon varias ideas paradar mayor brillantez á la fiesta. Se trata de establecer caballitos del no Vivo en el Paseo de San Juan,un circo ecuestre en el cual trabajarán cada mediahora algunos clowns y se elevarán globos aerostáticos. Las bandas de los Asilos benéficos de Barcelonaejecutarán escogidas piezas en distintos puntos, se
instalarán varios bars, se dará al aire libre un bailede ninos, algunos de los cuales vestirán trajes deltiempo de Luis XVI. También se trata de conseguirque en el gran salón central del Palacio de BellasArtes se dé un baile de espectáculo, en el cual toma
rán parte todas las bailarinas que actualmente se
hallan en Barcelona y que vestirán trajes á loWateau. Se están estudiando otros proyectos por losartistas senores Riquer, Pellicer, Ribera y otros.
EXTRANJERO.FRANCIA.—El gobierno va á presentar. á la Cá
mara de los diputados un proyecto de ley asegurandoá los obreros franceses, después de treinta anos detrabajo, una pensión de 300 á 600 francos anuales.Los patronos, el Estado y los obreros contribuiránal sostenimiento de la caja de pensiones. Los patronos que empleen obreros extranjeros entregarán diariamente por cada uno de dichos obreros la cantidadde r o céntimos que ingresará en la referida caja. Secalcula que el gasto anual del Estado ascenderá á
oo millones de francos.—No se han publicado aún los resultados genera
les del último censo de la población, pero se afirmaque el recuento de este ano demuestra más claramente aun que los precedentes la despoblación de lascomarcas rurales. Los guarismos parciales que se
conocen acusan un notable aumento en el número dehabitantes de los grandes centros; pero este aumentoes debido, parte á la venida de extranjeros, belgas,alemanes, italianos y espanoles, y parte á la emigración de las campinas. De los 86 departamentos,más de 5o se hallan en baja respecto á los resultadosya desconsoladores del censo anterior, y todos losreferidos departamentos son exclusivamente agrícolas. La disminución de la población rural y su emigración hacia las ciudades constituyen un peligro delos más graves. Desde el punto de vista moral, lacampina lleva ventaja á las ciudades. Hay en ellamenos alcoholismo, menos suicidios y menós criminalidad. Desde el punto de vista físico, la raza con
serva mejor en el campo sus condiciones de robustez. Según las estadísticas militares, de cada roo
reclutas, las ciudades sólo proporcionan 23 que seanaptos para prestar el servicio, mientras que los cam
pos dan 76.La agricultura satisface al Estado el 24 por t oo
de su renta limpia, la propiedad urbana el 17 poroo, el comercio y la industria el 13 por ioo y la
propiedad mueble sólo el 4 por r oo. Por último,los aranceles que hasta ahora han estado en vigor se
hallaban todos combinados con objeto de favorecerlas industrias urbanas; en concepto de protección lotienen éstas todo; la agricultura nada.
—Se ha inaugurado en uno de los palacios delCampo de Marte una Exposición nueva y curiosa: lade la Publicidad. En ella se hallan reunidos casitodos los medios de publicidad conocidos: periódicos, carteles, cromos, cuadros luminosos, etc. En siete salones han sido metódicamente clasificados cerca
de 6,000 periódicos, revistas, carteles, anuncios ilustrados, etc., etc., y para facilitar su examen todo se
halla dispuesto por orden alfabético. El precio deentrada es de 5o céntimos, y cada billete da derechoá dos beneficios: 1.° á una prima de seguro en caso
de fallecimiento del visitante dentro de un plazo determinado; y 2.0 á las probabilidades de una tóm
bola que se sorteará al fin de la Exposición y cuyoslotes consistirán en suscriciones á determinados pe
riódicos.—La Cámara de los diputados ha aprobado por
406 votos contra 3 una proposición limitando á docehoras la jornada de trabajo para los empleados yobreros de las empresas de trasporte en general con
cedidas por el Estado, los departamentos ó los mu
nicipios.— La división naval francesa del Norte hará la si
guiente campana de estío:Después de un breve crucero por el canal de la
Mancha y de algunos días de descanso en la rada deCherburgo, la división acorazada del Norte harárumbo el 20 del actual por el mar del Norte y el Báltico. Una vez visitadas las costas de Noruega, Sueciay Dinamarca, llegará á Cronstadt hacia el 20 de julio y no volverá á navegar hasta que pase el 3 deagosto, día de la fiesta de la emperatriz de Rusia.
La escuadra rusa del Báltico se estacionará en
Cronstadt todo el tiempo que permanezca allí la división francesa.
Se darán en honor del Estado mayor francés, un
gran baile y un banquete oficial, así como un banquete y un raout en el club de la marina.
Al mismo tiempo será botado al agua el crucero
ruso Rurik.—Se ha de celebrar en París, de julio á noviem
bre de 1899, una Exposición de cervecería, en laque cataran representados todos los adelantos referentes á la cerveza, cebadas en preparaCión, plantasurtíceas y todos los aparatos y enseres que se usan
en la fabricación de cerveza. El criterio de la Juntaorganizadora es el de hacer resaltar los méritos decada producto en particular, relativamente á las exigencias económicas á que cada cual se halle sujeto.Así es que lo mismo podrán concurrir las clases quese destinan al consumo del pueblo, que las llamadasde lujo por su elevado coste. Durante el período deExposición se organizarán conferencias científicas,un Congreso general de cerveceros, visitas de estu
dio y demás actos que tiendan á popularizar la industria cervecera. La Exposición se instalará en elPalacio de la Industria, el cual, por decreto del presidente de la República, se hallará constituido en
depósito aduanero para los efectos de exhibición. Losobjetos se remitirán directamente al Palacio de laIndustria, por el régimen de tránsito internacional.Las recompensas estarán representadas por diplomasde honor, medallas de oro, de plata sobredorada, deplata, de bronce, menciones honoríficas y diploma decolaborador. Los artículos que se remitan á la Exposición, se clasificarán por el siguiente orden dematerias: Granos y azúcares.—Plantas urtíceas.—Maltado.—Cervezería.—Aparatos de cervecería ymaltado.—Diferentes clases de cerveza.—Fabricación y trasporte de cerveza.—Envases y demás en
seres.— Laboratorios.—Residuos y desperdicios.Publicaciones, estadísticas y legislación.—Economíasocial é industrial.
—Se celebró el 4, en París, una reunión de obrerosy empleados de ferrocarriles á la que asistieron variosdiputados y concejales. Se aprobó en ella una proposición protestando contra la separación de los indivíduos de la Cámara sindical de dichos obreros yempleados por las Companías, y se decidió declararse en huelga si después de la última gestión practicada ante los poderes públicos no obtienen una sa
tisfacción.
INGLATERRA.—Del censo de fa población hechoel mes último en Irlanda, resulta que desde el censo
de 188r ha disminuido de cerca de medio millón elnúmero de habitantes de la mencionada isla.
ALEMANIA.—En una gran reunión de la comu
nión judaica de Berlín se ha decidido formar una
comisión central para socorrer á los judíos de Rusia.El presidente de la comisión es el ministro de Justicia, M. Meyer, y el vice presidente el ministro deComercio, M. Goldborg. La comisión ha nombradosecretario al escritor Karl Emil Franzos, muy cono
cido en Francia.—En una reunión general del partido nacional
liberal se ha tomado la resolución de considerar co
mo pertenecientes á la política general los asuntos
relativos al comercio, á la política aduanera y altratado de comercio austro-alemán, evitando así quelos nacionales liberales se empenen en una senda queles induciría forzosamente á decidirse en pro ó en
contra de la política futura del príncipe de Bismarck.—Las discusiones que en la actualidad se tienen
en el ministerio de Estado prusiano sobre los derechos de entrada de los cereales, parece que van to
rnando el carácter de un duelo entre M.ministro de Hacienda, y M. Lucins, ministro deAgricultura. M. Boeticher asiste á esas sesiones co
mo mero testigo.M. Miguel, que es la personificación de las ideas
socialistas del emperador, teme para el gobiernolas consecuencias que traerá consigo la carestía devíveres que va á haber. M. Lucins, por el contrario,opina que no deben suspenderse los derechos quegravan el trigo antes de que principie á regir el tra
tado de comercio austro-húngaro.—1/cese que la sección de Historia del Estado
Mayor ha recibido el encargo de coleccionar todoslos documentos que se refieren á la vida y á los hechos de armas del feld-mariscal Moltke. Se trata dehacer la biografía completa del conde difunto, en lacual se dará á conocer sobre todo el desenvolvimiento que han tomado en los cinco anos últimos losejércitos alemán y prusiano.
—Todos los periódicos, excepto el Nord Deutsche,juzgan severamente la decisión del general Caprivirelativa á los cereales.
—Se han organizado varias reuniones por los so
cialistas con objeto de protestar contra cl encarecimiento del pan.
—El emperador, en uno de los accesos de patriotismo, hizo instalar en el arsenal de Berlín, las banderas, los canones y demás objetos militares con
quistados durante la guerra de 1870.Esta demostración antifrancesa fué la causa de que
los artistas franceses no concurrieran á la exposiciónde Berlín.
Pero, según un telégrama-de esta capital, se hasabido que muchas de las banderas sostenidas por eláguila imperial han desaparecido en la noche del 24al 25 de mayo, quitándolas una mano hasta ahoradesconocida.
—Causa verdaderamente espanto el número tan
grande de suicidios en el ejercito alemán que arrojala estadística.
En el ejército prusiano, en el 1 2 cuerpo (sajón) yen el 13 (wurtembergés), durante los cuatro anosde 1884 á 1888, se han suicidado 949 soldados,cuyos suicidios han sido oficialmente comprobados.
La cifra más alta de suicidios corresponde el 5.°cuerpo (Posnania), siguiéndole el 3." (Berlín) y el7•0 (Westphalial.
La mayor parte de ellos han empleado para el suicidio el fusil reglamentario.
ITALIA.—No es el marqués de Rudini quien hatomado la iniciativa para abrir con Alemania y Austria negociaciones para renovar,ómás bien, para con
tinuar la triple alianza. Parece que Alemania haacogido esta gestión y que re muestra dispuesta áaceptar las pocas modificaciones, más bien en laforma que en el fondo, que ha propuesto el ministrode Humberto 1.
Al mismo tiempo, el Contemporary Review publica un artículo que se atribuye al senor Crispi, ápesar de llevar por firma«Un hombre de Estado italiano» y que tiene por objeto demostrar: primero, queItalia ha pagado con usura su deuda de gratitud con
la cesión de Niza y de Saboya, y luego que la iniciativa de la guerra de aranceles que tan funesto golpeha dado al comercio y sobre todo á la agricultura de lapenínsula italiana, pertenece á Francia, que esperabaque obligaría á Italia á salirse de la triple alianza,so pena de arruinarse. Este acto de hostilidad eco
nómica era, según el autor del artículo, tanto máspérfido cuanto que se cometía en un momento en
que Italia se veía precisada á hacer gastos extraor
dinar:os para mantener su categoría, nueva rara ella,de gran potencia.
—El gabinete está muy dividido tocante á la reno
368 LA ILUSTRACIÓN HISPANO-AMERICANA N.' 553
vación de la triple alianza que desea el marqués deRudini. Se asegura que por causas concernientes alestado del ejército y de la escuadra, Palloux, ministro de la guerra, y Saint Bon, ministro de marina,combatirán esa renovación, y que les secundará Luzzatti.
De datos fidedignos resulta también que Nicoteradesea conseguir la disolución de la Cámara y que haatraído á su pensamiento á sus colegas, incluso elmarqués de Rudini.
—El senor Crispi ha contestado al diputado senor
Finochiaro, que le rogaba que volviese á la capital,que, á fin de poder restablecer por completo su sa
lud, se propone no asistir á las sesiones de la Cámaradurante la legislatura actual; anadiendo que, bienconsiderado todo, nada tiene que hacer á favor de laoposición hasta fin de noviembre.
—Casi todos los periódicos se muestran muy se
veros con la comisión de información de Africa.En efecto, esta comisión tiene trazas de no com
prender su encargo y de creerse investida, al ladodel gobernador, de las facultades que tenían en Francia, en tiempo de la primera República, los comisarios de la Convención.
AUSTRIA-HUNGRÍA. —Los diputados antisemitas han decidido interpelar al ministerio sobre losacuerdos que piensa tomar en vista de la inmigración de los judíos rusos.
—En la última sesión de la comisión de presupuestos, el conde de Taaffe y el prefecto de policía deViena, el barón Krauss, dieron explicaciones sobre elcomportamiento observado por la policía en las ma
nifestaciones de obreros. M. de Krauss manifestóenérgicamente que el no toleraría bajo ningún pretexto comitivas ni demostraciones públicas. Dijo queen semejantes casos se confunden con los obreros elementos sospechosos y dan á las manifestaciones un
sesgo tal que hay que recurrir á medios extraordinarios de represión. Anadió que por este motivo el
día de Navidad del ano último había mandado prender á sesenta obreros torneros que, á pesar de lasadvertencias de la policía, habían querido organizaruna comitiva para pedir socorros al gobierno.
RUSIA .—Se han tomado nuevas disposicionescontra los judíos. Los médicos militares de confesiónisraelita han recibido orden de convenirse á la religión ortodoxa ó de dar su dimisión.
Se ha retirado á los judíos la facultad que se leshabía concedido de adquirir los derechos de ciudadanos con carácter hereditario.
De algunos días á esta parte esaplicable á Poloniala ley que fija las condiciones de residencia de los israelitas.
El decreto de expulsión comprende á 3 o,000 israelitas que viven en Varsovia.
TURQUÍA.—El gobierno acaba de derogar laprphibición que existía por los tratados vigentes parael paso de los Dardanelos por los buques mercantes
rusos, quedando en vigor esta prohibición para losde guerra.
Esta disposición es de gran alcance para el comer
cio ruso, que puede comunicarse libremente con elMediterráneo.
BÉLGICA.—Se dice que el Tribunal ha descubierto una vasta conspiración socialista destinada á
promover una revolución en Bélgica. De algunosdías á esta parte se están practicando rigurosas pesquisas en las casas de varios jefes socialistas, así co
mo en los locales de las asociaciones de obreros.—El gobierno prepara un proyecto de ley sobre el
servicio personal.
SUIZA.—Dice un periódico:Telegrafían de Bellinzonaconfecha del 1.° de junio:"I-lé aquí los hechos que han motivado la inter
vención del cónsul italiano de Lugano, acudiendo algobierno del Tessino:
«En la noche del 26 de diciembre último hubo en
Mendrizio una ligera reyerta, durante la cual se
rompió por casualidad un cristal de un escaparate dela tienda de un tal Cortelezzi, zapatero italiano.Cortelezzi colocó en el sitio del cristal roto un cartelcon estas palabras: "Los infames conservadores lopagarán.» Al día siguiente un joven conservadorllamado Arístides Camponovo acertó á pasar por delante de la tienda. Cortelezzi salió de ella y dió un
punetazo á Camponovo en la cabeza, amenazándolerevólver en mano. Camponovo huyó, pero volvió en
seguida con algunos camaradas, que obligaron áCortelezzi á entrar en su tienda, quitándole el revólver que empunaba y arrancando el cartel.
El prefecto de Mendrizio mandó arrestar por tres
días á Cortelezzi, conocido, no obstante ser italiano,por radical fanático. Cortelezzi reclamó judicialmente por violación de domicilio y por un supuestorobo de 200 francos que, según él, le sustrajo delcajón del dinero de su tienda Camponovo, y por heridas y difamación. Es de notar que Cortelezzi es
notoriamente pobre.El tribunal de acusación de lo criminal, después
de instruidas diligencias con sujeción á las reclamaciones de una y otra parte, decretó el sobreseimientode la causa promovida por Cortelezzi, excepto en la
parte referente á las heridas, tocante á las cuales re
conoció fundada la acusación. Tal es el estado de
las cosas.
Paréceme que la intervención diplomática es una
maquinación contra el prefecto Granella, dice el co
rresponsal que trasmitió este telégrama, y contra eljuez de instrucción Primavesi, conservadores ambos.Para favorecer este manejo se ha violado el secreto
de los actos oficiales y se han presentado de un
modo parcial los hechos. El tribunal de acusaciónformulará vivas protestas.»
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