UNIVERSIDAD INCCA DE COLOMBIA
INCURSIONES TRANSCURSIVAS JUVENILES EN BOGOTÁ
Grupo de Investigación Subjetividades juveniles
Rosa Suarez Prieto
19/07/2013
Exploración de las transcursividades presentes en lis jóvenes de la ciudad de Bogotá. Su gestación, configuración y manifestación en la cotidianidad citadina. La manera como afecta el pensamiento, el sentimiento y la acción juveniles.
UNIVERSIDAD INCCA DE COLOMBIA
PROGRAMA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
GRUPO DE INVESTIGACIÓN SUBJETIVIDADES JUVENILES
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
INCURSIONES TRANCURSIVAS JUVENILES EN BOGOTÁ
INVESTIGADOR PRINCIPAL: ROSA JULIA SUÁREZ PRIETO
CO-INVESTIGADORES: LYDA JULIETH CASAS PUIN
AVELINO NIÑO RODRÍGUEZ
AUXILIARES DE INVESTIGACIÓN:
RAÚL FERNANDO TOVAR ALDANA
SINDY LORENA DELGADO CAMARGO
MANUEL FELIPE ASCENCIO TÉLLEZ
YUSTIN CAMILA PERDOMO QUINTERO
LEIDY LORENA GÒMEZ PINZÓN
JESÚS ANTONIO ARDILA
PEDRO EDILSON BARAHONA ROJAS
Bogotá, DC. Julio de 2013
Título: INCURSIONES TRANCURSIVAS JUVENILES EN BOGOTÁ
Investigador principal: Rosa Suárez Prieto. C.c. 41785612 de Bta.
Correo electrónico: [email protected] teléfono: 4280946
Dirección de correspondencia: Cra. 57 No. 22 A-41 apto. 406, int. 2.
Grupo de investigación: Subjetividades juveniles. Investigadores: 3, más 7 estudiantes.
1 Código GrupLAC _____________ Reconocido: si x no
2 Código GrupLAC _____________ Reconocido: si x no
Línea de investigación: Globalización, Sociedad y Cultura (Subjetividades Sociales).
Entidad: Universidad Incca de Colombia NIT: 860011285
Representante legal: Enrique Conti Bautista
Cédula de ciudadanía No. 17’234.578 De:
Dirección: Cra. 13 No. 24-15 E-mail: [email protected]
Teléfonos: 4442000 ext. 233 Fax: 5663092
Ciudad: Bogotá D.c. Departamento: Cundinamarca
Tipo de entidad: Universidad Privada
Entidad o Instituto Público: x ONG:
Centro de investigación privado: x Centro de investigación tecnológico
Tipo de contribuyente: Entidad estatal: Régimen común Régimen simplificado
Gran contribuyente: No contribuyente
Lugar de ejecución del proyecto: Bogotá, D.C. Cundinamarca.
Duración del proyecto: doce meses.
Tipo de proyecto: Investigación Aplicada
Financiación Solicitada en modalidad de Recuperación Contingente Valor Solicitado a Colciencias:$
Valor total: Solicitado: $0,0. + Contrapartida: $ 30’000.000.
Descriptores / Palabras claves: Sistemas de Pensamiento, Jóvenes, Conocimiento, Mito, Fe, Razón, Complejidad, Caos.
Convocatoria a la cual se presenta el proyecto: Convocatoria 2010/2011-7, para la financiación de proyectos de investigación de la Universidad Incca de Colombia.
Investigadores expertos en el tema: Martha Lozano cel. [email protected], Napoleón Villareal [email protected] Felipe Neira cel. 3003167553, Javier Peña cel. : [email protected]
RESUMEN:
La exploración de nuevas maneras de experimentar la vida, fundadas en
visiones que facilitan su despliegue, sin otra limitación que la que aconseja el
más elemental respeto por la vida, constituye el centro de atención del
presente proyecto. La superación de los linderos impuestos por las ideas
tradicionales de subjetividad, identidad, heteronomía, cultura y sociedad
constituye un argumento básico en el abordaje de este proyecto. La época que
habitamos, caracterizada por los cambios vertiginosos que promueven sin
cesar las transformaciones cotidianas, nos impulsa a producir ideas
auténticas, originales, que contrasten con los obsoletos sistemas de
pensamiento que obstruyen la mente y marchitan la vida. Nos Interesa, sobre
todo, poner de manifiesto inéditas formas y estilos de vida que están
emergiendo en las entrañas del mundo juvenil: nuevas vías para acceder al
conocimiento; originales maneras de experimentar y expresar la afectividad;
en fin, relaciones colaborativas que inventen realidades ignotas para las
nuevas formas de vivir.
Apoyadis1 en los resultados de dos investigaciones anteriores que nos
aportaron ideas bastante significativas, nos disponemos ahora a indagar
sobre las posibilidades que ofrece la perspectiva transcursiva en la vida juvenil
de Bogotá. Para lograrlo, nos apoyaremos en el enfoque cualitativo, que nos
deja ver más allá de la simple estadística; emplearemos el método abductivo
que, con sus herramientas basadas en el índice, el signo, el ícono y el
símbolo, nos permite decodificar e interpretar, con la mayor claridad y
precisión posible, pero sin caer en construcciones rígidas, las distintas
1 En este proyecto de investigación, emplearemos las terminaciones de “i” y “e” inclusivas para referirnos a ambos
géneros, masculino y femenino, integrados. Así, se puede decir: niña, niño, niñi; psicólogo, psicóloga, psicólogui; todos,
todas, todis. Empleando los artículos, podemos expresar: los obreros, las obreras, lis obreris; los estudiantes, las
estudiantes, lis estudiantes; los médicos, las médicas, lis médiquis. Por supuesto, como todo lo nuevo, al principio
suena raro, pero con el uso se irá haciendo agradable. Esta solución lingüística resulta mucho más cómoda para la
comunicación que el uso fatigante de “los y las”, o peor aún, los impronunciables símbolos de arroba en “l@s, niñ@s,
human@s. Pensamos que la solución propuesta se ajusta más a un lenguaje fluido, práctico y claro que, además, tiene
su origen en el latín. De esta manera, en adelante, se puede contar con cuatro alternativas para dialogar: La primera, la
tradicional, en la que impera el masculino, por su énfasis machista; La segunda, el uso de lo masculino y lo femenino
en cada ocasión; La tercera, el empleo del símbolo @; y la cuarta, la que sugerimos en este documento, la i y la e que
integran a ambos géneros en una única expresión diáfana y sencilla.
configuraciones mentales que guían el quehacer cotidiano de quienes luchan
cada día para alcanzar sus sueños. Además, el enfoque triádico pierceano
(representamen, interpretante y objeto) nos amplia los horizontes de visión
para obtener los mejores resultados investigativos. La complementariedad
metodológica la logramos con el modelo Etnográfico, que basa sus logros en
un acompañamiento constante de lis autores de los diferentes escenarios
conceptuales y epistemológicos.
Descripción del proyecto:
Planteamiento del problema:
Durante cerca de trece años, el Grupo de investigación Subjetividades
Juveniles, de la Universidad Incca de Colombia, ha venido adelantando un
arduo proceso de investigación sobre el tema de lis jóvenes, en sus diferentes
perspectivas y sensibilidades, particularmente, en lo que significa para ellis la
existencia en tiempos de globalización, de consumo intensivo y de
banalización de los sentidos, entendidos éstos últimos como las distintas
alternativas que se construyen para desplegar humanamente la vida,
comenzando por el estudio de sus construcciones mentales, sus expresiones
emocionales y sus acciones.
El primer acercamiento se hizo desde la pregunta por las estrategias que
tienen lis jóvenes para multiposicionarse y expresarse en su contexto social.
Específicamente, en estudiantes de la universidad Incca de Colombia. La
revisión de distintas visiones y el contacto directo con la cotidianidad de sus
protagonistas nos condujeron a precisar los diferentes conceptos y teorías que
giraban alrededor de lo juvenil. Pusimos de relieve, entonces, que nociones
como subjetividad, identidad, cultura, sujeto, juventud, autonomía, para
mencionar sólo algunas, presentaban serios problemas de conceptualización e
implicaban dificultades insalvables para el avance de nuestra investigación.
Claro ejemplo de ello es el concepto de Subjetividad, que para el común de
los analistas y estudiosos del tema juvenil significa, o bien, una perspectiva
individual ligada al sujeto moderno (sujeto sujetado), o bien, la evidencia
simbólica de una autonomía juvenil incuestionable. Pensamos que en ambos
casos se ignora la verdadera situación en la que se desenvuelve la mente
juvenil contemporánea, pues, en el primer caso, se desconoce que el mundo
de la razón ha desaparecido para siempre y que sólo quedan sus escombros,
producto de su colapso en el siglo XX y, en el segundo caso, omite el hecho
de que los referentes más comunes sobre los que se desenvuelven las
acciones juveniles contemporáneas están, usualmente, enganchados en las
perspectivas consumistas, ajustadas en los años 80’s, que dieron lugar a la
generación X, la prole del vacío, cuyos dramas se evidencian cada día con el
incremento de la drogadicción, el alcoholismo y la bipolaridad.
En el segundo abordaje, pusimos de manifiesto que, inevitablemente, todo el
mundo juvenil estaba relacionado con los sistemas de pensamiento a partir de
los cuales se vivenciaba el pensamiento, el sentimiento y la acción. Tales
configuraciones mentales las identificamos como Fe, Mito, Razón,
Complejidad y Caos. Seguramente, habrá más configuraciones, pero estas
fueron las que pudimos visualizar. A partir de allí, iniciamos la elaboración de
las coordenadas de cada uno de ellos y llegamos a la conclusión de que a
partir de una idea central se construye todo un arquetipo ideológico que, en
casi todos los sistemas, encadena la voluntad y la somete a intereses
extraños: un verdadero proceso de enajenación.
Así, el destino prefigura en toda narración mitológica. Como Edipo, todo aquel
que intente evitarlo, terminará sacándose los ojos. La ceguera será el castigo
contra quien se niegue a caminar por el sendero previamente definido. La
esperanza está en la base de todo sentimiento religioso, fundamento de la fe.
Aquel que se moviliza, o duda, pone en peligro la promesa. Puede hacerse
merecedor al castigo eterno. La razón ofreció coronar el fáustico esfuerzo del
sujeto con las mieles del progreso. Al final, estaría la abundancia,
representada por el dinero que todo lo podía. Y, sin embargo, la gris teoría
racional nunca logró tocar positivamente los verdes prados de la vida. En un
esfuerzo titánico por salvar del colapso la estructura piramidal de la sociedad
global, apareció, galante, coqueta y gentil, la complejidad. Su receta, el deseo,
se convirtió en el elixir de la eterna juventud; la satisfacción de todas la ansias
de disfrutar sin límites. Mas, cuanto más se acercaba il joven a esa anhelada
ambrosía, más profundamente aumentaba su insoportable vacío. Y,
finalmente, queda el caos, estructuras disipativas; ilimitados despliegues de la
vida. Sólo hay un problema. Este únicamente funciona en una sociedad
horizontal ¿Qué hacer?
Ahora, nos disponemos a realizar nuestra tercera incursión. La investigación
anterior nos condujo a preguntarnos por nuevas maneras de relacionarnos con
la vida, la sociedad, el arte, el cosmos. Y, afortunadamente, la hallamos. Se
trata de una perspectiva que, a nuestro juicio, resulta completamente
novedosa y pertinente con el mundo contemporáneo: nos referimos a la
transcursividad, visión propuesta por el filósofo colombiano Edgar Garavito
Pardo y que abre una profunda brecha entre el mundo civilizado que
conocemos, con sus rasgos posesivos, dominadores y competitivos, y
novedosas perspectivas de vida social con distintos referentes que anuncian
encuentros de alteridad, autonomía, despliegues rizomáticos y vórtices con la
fuerza suficiente para ofrecer un abanico de posibilidades inagotables para la
vida humana.
Por supuesto, todo esto resulta completamente extraño al mundo social
colombiano. Sin embargo, pensamos que los primeros embriones se están
gestando justamente en las mentes más frescas del país, en lis jóvenes. Para
saber hasta dónde han llegado estos primeros brotes de consciencia compleja,
transcursiva, necesitamos arriesgarnos a bucear en las profundidades del
corazón joven de la ciudad. Sería la primera vez que Bogotá presencia una
investigación inédita sobre un tema inexplorado y con investigadores ávidis de
aventuras epistemológicas.
Pregunta orientadora:
¿Cómo se estructuran y manifiestan las transcursividades en lis jóvenes
bogotanis?
OBJETIVOS.
General:
Explorar distintas formas de transcursividad y maneras como se expresa en
jóvenes de la ciudad de Bogotá.
Específicos:
1. Establecer una conexión entre transcursividad, pensamiento, emoción,
acción y estilos de vida juveniles en Bogotá.
2. Describir claramente la distinción entre transcurso y discurso, en
relación con las experiencias cotidianas juveniles en la ciudad.
3. Elaborar una cartografía transcursiva juvenil de la ciudad de Bogotá.
JUSTIFICACIÓN:
Lo más importante del proceso investigativo siempre está relacionado, no sólo
con el descubrimiento de lo nuevo, que de por sí es bastante significativo,
sino, especialmente, con los entretejidos que se obtienen en los recorridos que
se realizan con vistas a precisar tales descubrimientos. Es decir, no
simplemente se trata de arribar a una meta: Lo más deseable tiene que ver
con el encuentro afortunado entre los finales y los comienzos y los finales…
ininterrumpidamente. Cada final es un comienzo, y cada comienzo es un final.
De esa manera podemos describir lo que nos ha ocurrido en el transcurso de
nuestro quehacer investigativo. Unas preguntas básicas sobre las
subjetividades juveniles nos condujeron a otras preguntas sobre los sistemas
de pensamiento; y nuevas preguntas sobre éstos últimos nos catapultaron a
los nuevos cuestionamientos que ahora nos estamos haciendo.
La secuencia indagadora, plena de hallazgos, debates, confrontaciones y,
sobre todo, de un alto aprendizaje formativo de profesores y estudiantes en el
campo investigativo, nos coloca, justo ahora, ante un tema que va a dar
mucho de qué hablar, por lo menos en Bogotá, al principio. Nos referimos a la
Transcursividad, enfoque epistemológico que está demoliendo las bases de
los discursos, los monólogos y los diálogos, en otras palabras, se trata de la
demolición de todo lo que sostiene al yo para que este muera de una vez para
siempre.
La importancia de la muerte del yo aún no se ha dimensionado entre lis
humanis, pero sí conocemos de los estragos que éste ha causado en el curso
de la historia, desde la época de los farsantes faraones egipcios, pasando por
los esclavistas griegos y romanos, hasta los insaciables magnates
contemporáneos del capital. No hay lugar en el planeta que el ambicioso yo no
haya contaminado con su insoportable egoísmo.
Lis jóvenes bogotanis y la sociedad colombiana podrán valorar este esfuerzo
investigativo cuando el calor humano que empiece a manifestarse, como
resultado de la profunda transformación, cubra cada espacio de nuestra
geografía con nuevas canciones que le canten a la frescura de la vida, a la
prodigalidad del amor, a la fortaleza de lo auténtico.
Porque investigar no consiste en un ejercicio académico en busca del
acrecentamiento de la vanidad del intelectual, ni del cultivo ilustrado de la
mente egoísta. Investigar es, primero que todo, asumir el papel del atractor
que desencadena los cambios profundos que su alrededor demanda con
urgencia.
Estado del arte:
La reflexión en torno a los sistemas de pensamiento y, a partir de la base
epistemológica de esta investigación, que es el caos, es visible, aunque no lo
suficientemente explícita en los estudios que abordan a los sistemas como “el
conjunto de dinámicas que se interrelacionan entre sí, las cuales se dividen en
materia y energía y su objetivo principal es de encontrar su homeostasia”
(Johansen Oscar, Introducción a la teoría general de los sistemas páginas 28-
29). La homeostasia es entendida entonces, como el equilibrio que genera
adaptación a los cambios que se hallan en el sistema. Desde la concepción
anterior y en lo que es posible constatar desde hace 60 años, el alemán
Ludwing Von Bertalanffy publica el desarrollo de sus trabajos sobre la teoría
general de los sistemas bajo tres premisas: la primera, existen sistemas
abiertos y cerrados, la segunda, existe intercambio de materia y energía y la
tercera, existen sistemas y supra-sistemas.
En sus investigaciones, da cuenta de que los sistemas funcionan mediante
un objetivo y un globalismo. El globalismo permite que se produzca un cambio
en el sistema y que éste se desestabilice para generar un cambio, lo que se
conoce como causa-efecto. El desarrollo del concepto de sistema cerrado,
permite entender que el principio de estos sistemas, radica en el desarrollo
limitado, y su particularidad principal es la circularidad; funcionan
mecánicamente, no se retroalimentan con el medio y se comportan como
configuraciones simples. Por su parte, al describir los sistemas abiertos, hace
referencia a ellos como aquellos que se mantienen en un intercambio
permanente de materia y energía; es el ambiente el que conserva una
constante dinámica con él, su cualidad más importante tiene que ver con su
pertenencia a organismos vivos.
Por lo tanto, es posible clasificarlos en sistemas orgánicos o biológicos y los
sociales, Incluso, pueden estar en otros sistemas más grandes llamados
SUPRA-SISTEMAS, o dar lugar a ellos.
En la actualidad, muchis psicóloguis y socióloguis están teniendo en cuenta la
teoría general de los sistemas, en la medida en que ésta se ha conformado
como una ciencia que gira en torno a las dinámicas sociales y empresariales
contemporáneas y posmodernas. Es claro que el concepto de sistema
comienza a tornarse más activo en los procesos de organización de las
sociedades. Y no sólo de las sociedades, también en las formas que asumen
las estructuras de pensamiento de la sociedad y en particular de lis jóvenes,
las cuales se organizan como sistemas de pensamiento en sus diferentes
ámbitos o áreas globales (familia, amiguis, sociedad), por tal motivo, a partir
de dichas herramientas, es importante abordar los sistemas de pensamiento.
Desde los estudios relacionados con los sistemas de pensamiento a estudiar,
es posible identificar que para Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C) el sistema de
pensamiento mito es un primer momento en la construcción cognitiva de las
personas que permite avanzar al conocimiento de la religión y la moral. Platón
(ca. 428 a. C. /427 a. C. – 347 a. C) encuentra en el mito una fuente de
conocimiento, una herramienta para el manejo de la verdad y relación con la
realidad, elementos desarrollados en el Mito de la Caverna (libro VII, La
República), Platón trataba de evidenciar allí esta relación. Según Mircea,
Eliade, “el mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido
durante un tiempo primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma
actual. Los acontecimientos de la naturaleza que se repiten periódicamente se
explican como consecuencia de los sucesos narrados en el mito” (Eliade
Mircea, 2000).
Desde los estudios de Lévi-Strauss, es posible encontrar tres atributos que
caracterizan el mito: “Trata de una pregunta existencial, referente a la creación
de la Tierra, la muerte, el nacimiento y similares; está constituido por
contrarios irreconciliables: creación contra destrucción, vida frente a muerte,
dioses contra hombres y proporciona la reconciliación de esos polos a fin de
conjurar nuestra angustia” (LÉVI-STRAUSS, 1987). Dentro de las
investigaciones desarrolladas por Freud, conceptualiza el mito como el
animismo, por tanto, “El animismo es un sistema intelectual. – no explica
únicamente tales o cuales fenómenos particulares, sino que permite concebir
el mundo como una totalidad. Si hemos de dar fe a los investigadores, la
humanidad habría conocido sucesivamente, a través de los tiempos, tres de
estos sistemas intelectuales, tres grandes concepciones del universo: la
concepción animista (mito), la religiosa y la científica. De todos estos sistemas,
es quizá, el animismo, el más lógico y completo.” (Freud, 1966). Respecto a
los descubrimientos de Bagarozzi y Anderson (1996), se evidencia que "Con el
fin de encontrar sentido y poner orden en esta confluencia de experiencias, se
crearon los mitos o leyendas. Para nuestros ancestros, estas explicaciones
mitológicas eran la verdad. Cada historia, cada mito, daban significación y
finalidad a aspectos específicos de la vida y la existencia cotidianas. Además
de prescribir la conducta, los mitos también proscriben la acción. Oponerse a
su sabiduría era alterar un manto preordenado" (Bagarozzi y Anderson, 1996).
Durante siglos, disciplinas como la filosofía, la psicología, las ciencias
sociales, las neurociencias, incluso la religión y la política se han preguntado
¿Qué es el ser? ¿Qué es el pensamiento? Y es aquí donde podemos
encontrar que mucho antes de que la filosofía naciera como ciencia ya se
intentaba buscar respuestas por medio de la mitología, que creaba relatos
fantásticos para, por ejemplo, explicar el origen del hombre; utilizando dioses
en forma humana. Cabe destacar que el mito se instauraba como núcleo del
poder que se ejercía sobre la sociedad en los inicios del mundo civilizado, y
se pasaba de generación a generación a través del arte, la música los
poemas épicos, pintura o escultura; textos como la odisea y la Ilíada de
Homero, nos ilustran mejor de lo que para esa época era el pensamiento
mitológico.
Respecto al sistema de pensamiento Fe, al tener en cuenta el aporte de los
Apologetas (defensores del cristianismo), es importante mencionar que “no
tenemos necesidad de curiosear, una vez que vino Jesucristo, ni hemos de
investigar después del Evangelio. Creemos, y no deseamos nada más allá de
la Fe: porque lo primero que creemos es que no hay nada que debamos creer
más allá del objeto de la Fe” (Tertuliano, De Praescriptione, 7,1). Esto,
mencionado por Tertuliano (160-220), precisamente uno de los Apologetas
como Justino, pone en evidencia que los Apologetas también aportaron
elementos decisivos desde su Apología del Cristianismo impartiendo el
pensamiento de la Fe para que se convirtiera en religión oficial.
Pasando a la época Escolástica, Santo Tomás (1225-1274) afirma que “…la fe
sola enseña que el mundo no ha existido siempre, y no se puede demostrar
por el razonamiento esta verdad” y que “puede, empero, la voluntad divina
manifestarse al hombre por la revelación, en la cual se apoya la fe. Por
consiguiente, que el mundo haya comenzado es creíble o artículo de fe, pero
no es demostrable ni puede saberse (por la ciencia o la razón)” (De Aquino,
1979, pág. 68). En la reforma religiosa o protestante, encontramos a Erasmo
de Rotterdam (1466-1536) quien predicó que “…la fe debía ser interiorizada,
afirmando que su exteriorización era fuente de Hipocresías” (Gispert y cols.
1994, p. 463). Para Lutero “La fe es algo que se halla en el corazón, algo que
posee su propia esencia, algo que Dios otorga como su propia obra” (Lutero,
Tischreden, 5245). Es evidente que a partir de esta definición, planteada por
Lutero, empieza a entenderse la Fe como un sentimiento que es interiorizado
por el ser humano una vez en contacto con la verdad divina.
Ésto se resalta aún más si, como afirma Erick Fromm, “Desde el punto de vista
psicológico la fe posee dos significados completamente distintos. Puede
representar la expresión de una relación intima con la humanidad y una
afirmación de vida, o bien puede constituir una forma de reacción contra un
sentimiento fundamental de duda, arraigado en el aislamiento del individuo y
en su actitud negativa hacia la vida”. (FROMM, Erick, 1985, pág. 101). Desde
las aproximaciones más recientes, es importante resaltar el aporte del filósofo
Ferrater Mora (1979, pág. 1134-1135) plantea cuatro ejemplos en donde la fe
se emplea para designar algo distinto de creencia: 1. El que atribuye a
creencia un significado más amplio que a fe: la creencia es tomada como una
aserción con convencimiento intimo de la verdad y hasta evidencia de ella de
carácter muy general, dentro de la cual la fe es considerada como una variante
religiosa. 2. El que intenta distinguir formalmente entre creencia y fe indicando
que son dos tipos irreductibles del creer. 3. La definición de fe como el
contenido de la creencia. 4. La fe es definida como una virtud teologal. En este
ejemplo, es importante mencionar que percibiendo la fe como virtud, es
preciso pensar que se encuentre relacionada con elementos tales como la
esperanza, la caridad, la fortaleza, la justicia, la templanza y la prudencia, que
se convierten en principales rasgos o características de los feligreses o
portadores de Fe. Paul Veyne (2008), realiza un recorrido histórico desde lo
que implica el origen político y cultural de la Fe como sistema de pensamiento.
En la revisión realizada respecto a las investigaciones y conceptualización del
sistema de pensamiento Fe, se encuentra que la filosofía moderna, comienza
con un cambio en el pensamiento político, social y cultural, aquí la
investigación comienza a ser importante, una de las características del
renacimiento, es que la iglesia comienza a desestabilizarse y da paso a la
herejía, instaurándose la reforma protestante. Este sistema de Pensamiento
comienza a tomar la realidad, “sujeto-objeto” como su base de estudio y esta
realidad es conformada como todo aquello que se concibe como parte del
mundo. Este sistema de pensamiento, tiene algunas aproximaciones que
inicialmente pasan por Santo tomas de Aquino y la Fe Racional, continua con
Francis Bacon y la Razón experiencial, llega a la duda Cartesiana por
Descartes, la cual es Criticada por Kant, pasa por la negación de la negación
dialéctica de Hegel, transita por el materialismo dialectico de Marx llegando a
la posmodernidad instrumental visualizada a través de la enacción y la
productividad terminando en la simulación en donde es más importante
parecer que ser. Bacon (1561 – 1626) plantea un nuevo método de
razonamiento inductivo mediante la observación minuciosa, basado en la
experiencia sensible ayudada por el intelecto, pues la observación ha de
completarse con la reflexión metódica y con la experimentación, por lo que
niega la existencia de las ideas innatas. El discurso del método es considerado
el principio del pensamiento filosófico moderno de Occidente.
En este libro, Descartes muestra desinterés por las potencias y lo que llama su
atención son los procedimientos, por lo que cada hombre tiene como labor
crear para sí un método que conduzca adecuadamente su razón, que
garantice el progreso y la gradual elevación del conocimiento. En torno a ello,
Descartes propone 4 reglas básicas del comportamiento en torno a las que
gira su método, estas sustituirían las disciplinas tradicionales y según él
generan un camino hacia la verdad. Marx (1818-1883) en los siglos XIX y XX,
apoyado en la filosofía hegeliana, la economía política inglesa y el socialismo
francés, forma un nuevo pensamiento político social y económico el cual se
hace trascendental para esta época. La secularización es otro de los aspectos
importantes en el desarrollo de la Razón, hay un claro interés por que se
remonta al inicio de la modernidad (siglos XV y XVI) cuando, por el avance de
las ciencias naturales en la explicación global del mundo, la razón se afirmó
como instrumento de conocimiento, frente a la religión y la Iglesia. Ha servido
para designar la pérdida de propiedades de la Iglesia y su paso a manos del
Estado o de la sociedad civil, se refiere a la pérdida de influencia de la religión
en la cultura. Si en alguna época estuvieron sometidas a la influencia de
grupos religiosos, con la secularización la ciencia, la moral, el arte y otras
expresiones humanas recobran su papel al margen de lo religioso.
En las aproximaciones encontradas respecto al sistema de pensamiento
complejo, Ilya Prigogine (1917 - 2003), químico belga fue uno de los primeros
que habló de estructuras disipativas o teoría del caos, y planteó que es muy
difícil que un sistema cerrado se mantenga, pues, allí, todo está
determinado y no da lugar a nuevas formas de energía o movimiento. Al
contrario, las estructuras disipativas, cada vez permiten nuevos movimientos,
sin que ninguno se repita y genera nueva energía.
El pensamiento complejo, desde esta perspectiva, es el nexo, el vínculo, el
puente de todo ser que quiera conocer deberá transitar entre la ciencia
(nutrida en un pensamiento analítico y reduccionista) y la sistémica
(alimentada de un pensamiento globalizador, unificador y conector). Algo así
como la visión binocular permitirá la captación más profunda, sintética e
integrada del objeto. Esto facilita la perspectiva de un fenómeno complejo que,
a pesar de ser inmaterial, es inmanente a la fisiología, material. No en toda su
completud se elimina el punto ciego, pero se reduce su influjo y se amplía la
mirada, se ve más del objeto, así no se vea.” (GARCIANDIA JOSE ANTONIO,
2005). Ludwig Edward Boltzmann (1844-1906) pionero de la mecánica
estadística, es autor de la llamada constante de Boltzmann, concepto
fundamental de la entropía termodinámica. Según sus descubrimientos, la
entropía termodinámica se refiere a la magnitud que mide la parte de la
energía que no puede utilizarse para producir un trabajo; es el grado de
desorden que poseen las moléculas que integran a un cuerpo, o también el
grado de irreversibilidad alcanzada después de un proceso que implique
transformación de energía. Otro aporte importante fue el de Henrie Poincaré
quien dio solución posteriormente al problema de los tres cuerpos indicando
que en cualquier instante las posiciones y velocidades de tres cuerpos de
cualquier masa, pueden ser sometidos a una atracción mutua teniendo en
cuenta su posición y velocidad (espacio y tiempo), puesto que no es
predecible los dos momentos de los cuerpos en forma conjunta, se puede
identificar el espacio en el que se encuentra el cuerpo, pero no el tiempo, de
otra manera podemos hallar el tiempo pero no el espacio en el que se
encuentra el cuerpo, lo que Poincaré sostiene es que en el movimiento de un
cuerpo pueden existir pequeñas variaciones en las condiciones iniciales las
cuales puede llevar a destinos totalmente diferentes y define el azar como la
existencia de innumerables fenómenos que no eran completamente aleatorios,
sino que simplemente no respondían a una dinámica lineal. En este sistema
de pensamiento son característicos los conceptos de fractal, atractor, entropía,
efecto mariposa y la auto-organización (Briggs y Peat, 1989)
En el sistema de pensamiento Caos, es importante el aporte de Michel Río
(1997) a partir de sus investigaciones, afirma que “Al comportamiento humano
hay que situarlo entre los sistemas no integrables de Poincaré, quien había
intuido el caos con medio siglo de adelanto. Entendida por sistemas no
integrables sistemas de evolución imprevisible, porque comportan resonancias
en cuya presencia toda perturbación engendra tal inestabilidad que multiplica
sus efectos; dicho de otro modo, por emplear sus términos, un proceso de
interacciones que se dispara y no se puede ya seguir, menos aún prever. Es
bien conocido el fenómeno de las “pequeñas causas-grandes efectos”, o de
las trayectorias aparentemente locas. La creación artística es el avatar más
refinado del comportamiento humano. La creación artística es una especie de
trayectoria loca, un sistema no integrable por excelencia. Es lamentable que
sus teóricos, como los del comportamiento humano en general, no puedan
inspirarse en los trabajos de Poincaré, Komogoroff, en el famoso principio de
incertidumbre de Heisenberg, en Schrodinger y en la mecánica cuántica”.
Este es un sistema estable, pero se ve mediado por atractores haciendo que
se convierta en un sistema inestable, variando de un estado a otro.
Existen muchos sistemas con esta relación de caos y orden, por ejemplo
están los sistemas sociales, los biológicos. También llamada teoría de las
estructuras disipativas, es un sistema dinámico y su característica más
importante es su autoorganización. Finalmente, en el mundo del caos, la
esperanza se disipa completamente porque, como afirman Peats y Briggs:
“Las cosas ínfimas pueden surtir un efecto enorme en un universo no lineal.”
(1990, pág. 74). Y no hay lugar para la permanencia.
Todo lo anterior, relatado en forma sucinta, constituye el antecedente más
importante para incursionar en el campo de la transcursividad. La existencia
de diferentes sistemas de pensamiento se constituía como condición sine qua
non para la aparición de una nueva modalidad de estructura epistemológica
que estuviera a la altura de una época en la que “(…) ya no existe la distinción
hombre-naturaleza.” Y en donde “La esencia humana de la naturaleza y la
esencia natural del hombre se identifican en la naturaleza como producción o
industria, es decir, en la vida genérica del hombre.” (Deleuze y Guattari, 1985,
pág. 14).
Esta nueva manera de concebir la vida, la naturaleza, el pensamiento y,
particularmente, la forma de interpretar los fenómenos del mundo
contemporáneo constituye uno de los aportes más importantes realizado, por
un pensador colombiano, Edgar Garavito Pardo. Como lo afirma Iván Galvis
Gómez, filósofo de la universidad nacional, “La Transcursividad es la
experiencia de un universo pulsional e intuitivo que provoca transformaciones
que pluralizan la identidad (afuera del yo psicológico), rompe el orden del
discurso (afuera del lenguaje) y desmontan la forma del mundo (afuera del
espacio formal y el tiempo formal).” (pág. 6).
Con base en semejantes premisas, es claro que la nueva apuesta
epistemológica plantea la posibilidad de una apertura completa de las
opciones más sorprendentes del pensamiento humano.
Marco teórico:
Partimos de la perspectiva epistemológica que nos ofrece la teoría del caos.
“La teoría de las estructuras disipativas, conocida también como teoría del
caos, tiene como principal representante al químico belga Ilya Prigogine, y
plantea que el mundo no sigue estrictamente el modelo del reloj, previsible y
determinado, sino que tiene aspectos caóticos. El observador no es quien crea
la inestabilidad o la imprevisibilidad con su ignorancia: ellas existen de por sí, y
un ejemplo típico el clima. Los procesos de la realidad dependen de un
enorme conjunto de circunstancias inciertas, que determinan por ejemplo que
cualquier pequeña variación en un punto del planeta, genere en los próximos
días o semanas un efecto considerable en el otro extremo de la tierra”
(.http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=152 ).
Sus premisas orientadoras, nos posibilitan la comprensión de conceptos tales
como: Interconexiones, bifurcaciones, Fractales, hologramas, estructuras
descriptivas, atractores, vórtices y despliegues rizomáticos que nos permitirán
visualizar las distintas configuraciones y expresiones de las transcursividades
juveniles bogotanas, presentes hoy en la vida individual y colectiva de la
sociedad contemporánea de estis jóvenes, a pesar de que aún no hay
consciencia al respecto. Más adelante se profundizará en lo concerniente al
concepto de transcursividad, eje central de este reto investigativo.
Por su parte, Chamberlain y Butz (1998) citados por Luévano (2004) plantean
que “”caos” no quiere decir desorden. Hay un orden, pero no como
comúnmente lo entendemos. Las fuentes de donde se nutre la teoría del caos
son de muchas y muy diversas disciplinas: matemáticas, física, química,
ingeniería, medicina y biología; se dice que la teoría del caos está hecha a la
medida del hombre: un paradigma que trata con el comportamiento complejo y
los sistemas interactivos sin usar los principios reduccionistas usados por los
empiristas” (p. 397,398, en: teoría del caos y sus posibles implicaciones en
psicología). Nuestra perspectiva epistemológica nos permitirá ampliar y
explorar a profundidad las múltiples formas y posibilidades desde las que lis
jóvenes bogotanis expresan o repliegan su transcursar en los distintos
contextos y ámbitos en los que están inmersos.
Sánchez, (1999) en su artículo La Teoría del Caos… Esa Nube Turbulenta que
Da Qué Pensar argumenta “… ha tenido aplicaciones, algunas de ellas
bastante sugestivas y otras bastante cuestionadas, que van desde la
comprensión de los procesos cerebrales hasta la explicación de ciertos
fenómenos sociales…” (p. 250) “…trata de describir procesos que, después de
cierto tiempo, cambian de rumbo, se bifurcan o son inciertos en su decurso
para el observador” (p.251)
Chamberlain y Butz (1998), citados por Luévano (2004), “explican que la teoría
del caos y el estudio de los sistemas no lineales ofrecen un modelo alternativo
para la observación y el entendimiento en la psicología, y también la
posibilidad para la unión en la psicología, toda vez que los sistemas naturales
y los humanos contienen elementos esenciales de singularidad, azar, e
irreversibilidad” (p. 400).
Luévano (2004) lo explica con el siguiente ejemplo: “Nuestro mundo es un
sistema dinámico complejo…” “…Ocurre lo mismo con nosotros y nuestras
acciones: tenemos patrones, pero no quiere decir que los sigamos siempre de
la misma manera; hay muchas variables a las cuales considerar que no han
sido posibles de detectar por medio de la ciencia clásica. De la misma manera,
la personalidad, también tiene patrones de acción o pensamiento que no se
repiten con exactitud” (p.400). En nuestro abordaje de las Transcursividades
juveniles, no estamos interesadis en visualizar a lis jóvenes desde las teorías
clásicas adultocentristas o aquellas que simplemente los dibujan o describen
fragmentadamente, estamos abiertis al mundo de posibilidades que podemos
descubrir, explorar y sumergirnos en las implicaciones de lo que significa el ser
joven transcursivi y esto solamente es posible si, como propone la teoría del
caos, nos convertimos en atractores: “… Cierta forma de pensamiento y
conductas estables durante un periodo largo de tiempo nunca son
exactamente iguales; lo mismo se puede decir de los atractores extraños, que
son representaciones gráficas donde se crea un cierto estado de equilibrio y
patrones de movimiento, los cuales nunca pasan por el mismo lugar…” (p.
401).
Sánchez (1999) concluye afirmando que: “Podríamos pensar que la teoría del
caos introduce dentro del trabajo racional del científico una consideración
sobre la perplejidad que se produce cuando se reconoce la desmesura
existente entre su conocimiento y la realidad. Esta perplejidad surge ante algo
que posibilita y rebasa a la vez nuestro conocimiento” (p. 254,257). Este
fragmento explica, claramente, porqué, aunque no desconocemos las teorías y
descripciones tradicionales que se han hecho sobre lis jóvenes, no estamos
interesadis en buscar jóvenes, sus realidades, sus contextos para la
comprobación o descripción a partir de estas visiones. Por el contrario, somos
investigadores activis, no hegemóniquis, que participamos, descubrimos,
conocemos y actuamos a través de lo que realmente sucede en la realidad de
estis jóvenes, ahondamos, desde nuestra visión epistemológica en ese mundo
de posibilidades y multiplicidades.
Lo anterior, lo podemos confirmar si nos detenemos a reflexionar en los
intersticios y múltiples formas, expresiones, ámbitos, etc., en donde trasiegan
y naufragan las transcursividades juveniles bogotanas; por lo tanto, el
sociólogo Martín Criado plantea que: “la juventud se ha convertido en un
actante central de cualquier relato sobre la sociedad. Desde el “paro juvenil”
hasta la indignación moral por la penúltima moda “rebelde”, desde la
preocupación por la apatía política hasta la obsesión por el terrorismo, desde
la degeneración de los “hinchas descerebrados” hasta la revitalización cultural
de la penúltima post-cualquier-cosa, desde la renovación religiosa hasta la
pérdida de los valores (del trabajo, de la familia, de la patria), la “juventud”, en
carnavalesco baile de máscaras, risueña o amenazante, está dispuesta a
asumir todos los papeles, a representar en todos los escenarios: polifacética
actriz de primera fila, no podría estar ausente de ningún drama o comedia: los
focos siempre la alumbrarían.” (…) (1998, p.13, 14).
Más aún, de Deleuze y Guattari (2004), tomamos también su concepción de
rizoma, el cual describen como “En sí mismo, el rizoma tiene formas muy
diversas, desde su extensión superficial ramificada en todos los sentidos hasta
sus concreciones…” (p. 12) “…En un rizoma hay lo mejor y lo peor…” (p. 12).
Cabe mencionar que la concepción de rizoma está estrechamente ligada a la
dinámica de las multiplicidades, concepto que se desarrolla más adelante. Es
claro que, el rizoma es concebido como un sistema acentrado o de no-centro,
no jerárquico, sin dictadores, sin memoria organizadora o autómata central
definido únicamente por una circulación de estados; lo que está en juego en el
rizoma es una relación con el mundo, con sus cambios, con sus contenidos,
con las múltiples posibilidades, con todos los aspectos sociales, con todas las
formas y expresiones del ser joven transcursivi, es muy distinta de la relación
arborescente, es todo tipo de “devenires”, ires y venires.
Otro de los conceptos, que desglosan estos autores, tiene que ver con lo que
implica, fundamentalmente, la multiplicidad, que es uno de los principios del
rizoma y que, para efectos de este reto investigativo, nos posibilita, por una
parte, remitirnos directamente a los contextos y espacios donde se pueden
manifestar las transcursividades juveniles bogotanas, pero, vistas desde sus
múltiples formas o manifestaciones, desde lo que está a la vista y lo que no,
de la misma simbología que pueden tener estas expresiones transcursivas y,
por otra parte, nos permite abandonar el centro. No hablamos más desde el
etnocentrismo, la estructura o la dicotomía centro-periferia, ya que, siguiendo
los procesos rizomáticos, la dinámica de las multiplicidades, alternativas y
posibilidades nos permite sumergirnos en las profundidades de sus mundos,
transcursividades que incursionan o se encuentran en continuo cambio; al
respecto, los autores plantean lo siguiente “…sólo cuando lo múltiple es
tratado efectivamente como sustantivo, multiplicidad, deja de tener relación
con lo Uno como sujeto o como objeto, como realidad natural o espiritual,
como imagen y mundo. Las multiplicidades son rizomáticas y denuncian las
pseudomultiplicidades arborescentes. No hay unidad que sirva de pivote en el
objeto o que se divida en el sujeto. No hay unidad, ni siquiera para abortar en
el objeto o para “reaparecer” en el sujeto. Una multiplicidad no tiene ni sujeto
ni objeto, sino únicamente determinaciones, tamaños, dimensiones que no
pueden aumentar sin que ella cambie de naturaleza (las leyes de combinación
aumentan, pues, con la multiplicidad).” (p. 13,14).
Allanar lo desconocido, pisar en tierra nueva, inventar nuevos referentes,
trazar caminos, nombrar libremente el entorno numinoso, dejarse llevar por el
deseo hacia lo no dicho es, indudablemente, una tarea epistemológica. Ella
nos coloca por fuera y genera un rompimiento del paradigma de lo dialéctico,
de lo binario o de las dicotomías, ya que arribamos al continente de la
multiplicidad, pero también, implica un comprometido y meticuloso
acercamiento-distanciamiento del paradigma moderno o postmoderno, de las
versiones hegemónicas, dogmáticas, homogeneizadoras o tradicionalistas.
Ello implica arriesgarse. Navegar más allá de las fronteras. Construir en
“nuestro” libro líneas de deriva libradas a su propia suerte hasta donde nos es
posible. Por ello, comenzamos justamente donde teníamos que haber
terminado, pero donde se hace cierto que uno teoriza la vida y vivencia la
teoría. Siempre flotando en el azar de la incertidumbre, en lo múltiple, en el
mundo de las posibilidades, opciones, en el caos. El saber muta. No es lineal
no es completamente progresivo.
Asimismo, otro elemento clave en la incursión de las transcursividades
juveniles bogotanas tiene que ver con la precisión de los ámbitos o contextos
en los que estas surgen, sobreviven o se manifiestan y tiene que ver,
justamente, no solamente con el ámbito social, cultural, político, económico,
religioso, o los referentes como el estado, el lenguaje, el territorio, etc., sino
también con la significación de las manifestaciones transcursivas juveniles
bogotanas en el espacio público y en el espacio privado, de donde se deriva el
mismo ejercicio de incursionar en el transcursar o de continuar transcursando
en la colectividad, en la cotidianidad, por consiguiente “Todo lo que se ha
tratado de argumentar es muy poco, concretamente, que el espíritu colectivo
piensa y siente mediante espacios, por lo que éstos deben entenderse como
verídicas personas colectivas que se mueven, no entre lo consciente y lo
inconsciente, ni entre lo racional y lo pasional, ni entre lo social y lo individual,
sino entre lo público y lo privado…” (Fernández, 2004, p. 37).
De este modo es como nos adentramos a explorar nuestra perspectiva central
que corresponde al concepto de Transcursividad. El filósofo colombiano Edgar
Garavito (1997) la define como “… la transcursividad es la práctica del
abandono del yo, franqueando diversidad de formas e implicando
transformaciones de identidad” (p. 42). Aquí, ya involucrados en este punto, es
importante resaltar que, en el abordaje e investigación que hemos realizado
con la población juvenil, tenemos en cuenta, principalmente, las diversas
posibilidades y contextos o nichos en donde se manifiestan las expresiones
del ser joven y ante todo, la diferencia, referente de la alteridad y desde esa
panorámica no es posible visualizarles o enmarcarles en la Identidad y en este
caso, la transcursividad, en su inicio, se muestra como la condición y recorrido
de la alteridad, del ser joven diferente, de la posibilidad de resaltar la otredad o
la divergencia en un mundo aparentemente homogéneo. “… la transcursividad
como práctica del abandono del yo es posible por medio de la relación de las
pulsiones y la afectividad independientemente de toda determinación por el
otro social o por el yo de sentido como función gramatical” (p. 46). “si la
transcursividad implica pluralidad de identidades debe entenderse con ello una
discontinuidad de la conciencia en la que las partes separadas se registran
como diferentes yo” (47). “La transcursividad, como fenómeno de pluralización
del sujeto de enunciación, conducirá hacia la destitución del yo, del dueño y
del amo” (p. 77). Esta irreverente y particular postura teórica, va mucho más
allá del planteamiento de un postulado epistemológico, ya que se transporta
allende los esquemas, implica y propone por una parte, un cambio de
pensamiento, emociones y acciones, un trascender y asumir la vida con todos
sus riesgos, la transformación del estilo de vida y es desde allí que esta
novedosa propuesta nos permitirá transcursar e incursionarnos en las
transcursividades juveniles, desde allí estaría visualizado el aporte de este
estudio y que corresponde con la contribución de un cambio de perspectiva y
de convertirnos o ser transcursores que exploran, profundizan o aportan para
que los jóvenes incursionen y sean transcursantes.
La transcursividad, también es interpretada como un mayor o más elaborado
nivel de conciencia, que depende, de cierta forma, de la historia de vida de
una persona (jóvenes Bogotanis), su contexto social, su subjetividad, de sus
expresiones o manifestaciones que le caracterizan y en esa medida, existen
cinco elementos claves que plantea Garavito y que harían parte del proceso
de transformación del pensamiento, del cambio de vida, del asumir la vida,
confrontarse con uno mismo y por ende, sin importar los sucesos o
acontecimientos del medio desprenderse del propio yo y vivir la aventura de la
transcursividad. Tales son el monólogo, el discurso, el diálogo y el
transcurso. Cada uno tiene que ver con los distintos momentos por los que
atraviesa la consciencia de sí mismo y del mundo (en este caso dil joven
bogotani) y la pluralización de identidades, para la desaparición definitiva del
Yo. Justamente, este avance, el hecho de pasar de un estado al otro y el
resultado final que se genera (desaparición del yo) a partir del transcurso, es lo
que implica el transcursar y por ende, alcanzar la transcursividad. Por ende,
“… el transcurso se explica como un paso de transformación, siguiendo quizá
caminos laberínticos vinculados en último término al deseo. El transcurso
exige además una percepción muy distinta a la del monólogo interior” (p. 37).
Desde esta definición, es pertinente señalar que, el monólogo o como lo
determina Garavito: monólogo interior, implica el darse cuenta y ser consciente
del contexto en donde se habita y de lo que en ese contexto ocurre, es captar
esa información, saber exclusivamente, en donde se está. Por el contrario, el
transcurso es, no solamente, el darse cuenta de sino que, adentrados en este
nivel, es necesario asumir las turbulencias de un cambio de conciencia, del
transcursar, de comprender que se es ajeno o no se identifica con algunas
cosas, hechos o personas de la cotidianidad o banalidad de ese contexto o
realidad, se asume y se despliega la condición o el estado de alteridad y no de
heterogeneidad en las decisiones que se toman, eso es lo que esencialmente,
implicaría la transformación de sí mismo y el rompimiento definitivo del yo, al
respecto, Garavito señala “Llamo transcurso monologal al transcurso que se
produce al atravesar el grado máximo de intimidad psicológica de un yo
identificado o el grado máximo de anterioridad lógica de un discurso
organizado, dando lugar a la aparición de una voz que enuncia un nuevo
monólogo…” (p. 33) “Un transcurso no está jamás compuesto por todo aquello
que pasa por un cerebro sino por el conjunto de fuerzas y de elementos que
permiten la transformación que conduce a desprenderse de sí mismo” (p. 40).
Finalmente, al hablar de Transcursividad, es imprescindible la comprensión de
conceptos que se han venido mencionando y el rol que desempeñan sus
actores principales, tal es el caso de transcurso, transcursor,
transcursante. Se ha desarrollado el transcurso y en esa medida, surgen
tanto el transcursor como el transcursante. Desde el abordaje que
pretendemos, en esta investigación, el transcursor, es quien atraviesa los
distintos estados que se han venido mencionando, comenzando por el
monólogo, el discurso, el diálogo y quien se embarca en el reto de transcursar
a través de la evolución de su propio transcurso, es quien está o se encuentra
en el proceso. El transcursante, por su parte, como hemos venido hablando de
la aparición de un mayor nivel de conciencia y la desestructuración definitiva
del propio yo, es quien ha logrado dicho desprendimiento, ha pasado por la
comprensión de las múltiples identidades del contexto que le rodea sin
quedarse instalado en ninguna de ellas, quien ha desplegado y defendido su
alteridad, quien asume, en definitiva, las turbulencias del paso de monologar a
la propia transcursividad.
Conformación y trayectoria del Grupo de investigación:
El grupo de investigación Subjetividades Juveniles, perteneciente a la Línea
Subjetividades Sociales y del área de Psicología Social de la Facultad de
Ciencias Humanas y Sociales, adscrito a la línea 1 de Investigación
Institucional: Globalización, Cultura y Sociedad, nació originalmente como
grupo de culturas universitarias y formación ciudadana en el año 2000.
Iniciamos haciendo una caracterización socio- demográfica de los estudiantes
de la universidad Incca Como parte del grupo de investigación interdisciplinario
INVESTIGARE. Presentó resultados expresados en dos publicaciones, luego
se consolidó el grupo como subjetividades juveniles, desde donde se impulsó
el desarrollo de trabajos de grado , la creación del semillero de investigación
Lupercales y la participación en la primera convocatoria de proyectos de
investigación de la Universidad Incca de Colombia con el proyecto
“Subjetividades Juveniles”, aprobado en el año 2009. Luego, presentó, en la
convocatoria inccaica de 2011, el proyecto “Los Sistemas de Pensamiento
que se Expresan en los Estudiantes de la Universidad Incca de Colombia” y
cuyos resultados, presentados en el informe final, sirven de base para la
formulación del presente proyecto sobre transcursividades juveniles.
Fuentes:
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105114277023 Teoría del caos. Esa
nube turbulenta que da qué pensar.
http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=152LA TEORIA
DEL CAOS. Pablo Cazau. Publicado el: 2002-10-09