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1 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
I. El Plan Pastoral en la Vida de la Iglesia
A. Propósitos del Plan
1. Nuestro Señor Jesucristo encomendó a la Iglesia la tarea de evangelizar, haciendo
discípulos entre todos los pueblos (Mt. 28,19). Es en esta gran tarea, impulsada con la
Gran Comisión, que la Iglesia encuentra su fundamento y razón de ser. Cualquier otra
motivación le alejaría del mandato evangélico de anunciar la Buena Noticia, que desde
su origen ha sido inclusiva y dirigida a todo hombre y mujer de buena voluntad.
2. Pastoral significa acción evangelizadora de la Iglesia. En simples palabras, cuando
hablamos de pastoral expresamos los métodos que la Iglesia utiliza para promover su
misión. La pastoral debe partir del anuncio gozoso de la Buena Noticia (Kerigma) y del
deseo de compartir este anuncio alegre con todos y todas.
3. El anuncio del Evangelio debe ser promulgado desde el Kerigma, desde la alegría de la
experiencia de Cristo. Este anuncio nos invita a evangelizar con un nuevo entusiasmo,
alegres y llenos de esperanza. Hablar de Evangelización excluyendo el Kerigma, es como
comenzar una construcción por el techo en lugar que desde los cimientos. El Kerigma
impulsa el anuncio del evangelio, nos llena de Cristo y nos permite compartir su
Evangelio con entusiasmo. Por eso es fundamental en todas las iniciativas pastorales.
4. La Iglesia Episcopal Puertorriqueña dentro de la Comunión Anglicana responde a la
Gran Comisión y por ello se plantea la necesidad de un plan pastoral que guíe, oriente y
anime su acción evangelizadora. Durante los años 2010‐2012, hemos realizado una
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profunda reflexión sobre este tema. A través de encuentros como los de San José, San
Lucas y de Coloquios celebrados en los diferentes Arcedianatos, clero, laicado e
instituciones, se ha planteado cómo responder pastoralmente a la Gran Comisión.
5. En la preparación de este Plan Pastoral se tomaron en cuenta las reflexiones del
Congreso Clerical celebrado hace varios años en nuestra Diócesis. A los hermanos y
hermanas que participaron, este Plan reconoce sus aportes que han sido considerados
en los fundamentos para esta nueva propuesta pastoral. A ustedes, gracia y paz en
Cristo, Nuestro Señor.
6. La reflexión realizada en estas reuniones giró en torno a cómo celebramos (Liturgia),
cómo crecemos en el conocimiento eclesial (Formación) y cómo actuamos en la vida de
la Iglesia (Misión). De los aportes obtenidos en todas las reuniones celebradas se
identificaron las líneas pastorales contenidas en este Plan. Aspiramos que este
documento sea funcional y dinámico: orientará sobre las líneas pastorales que la Iglesia
Episcopal Puertorriqueña deberá atender en el próximo trienio y estimulará a las
Parroquias, Misiones e Instituciones de la Iglesia a realizar e implementar su propio
plan pastoral.
7. El Plan de Pastoral es necesario en la vida de la Iglesia porque coordina su Misión y
contribuye al logro de combinar los dones y carismas del clero y el laicado al servicio
del Evangelio. Este documento no tiene ni presenta soluciones mágicas: se trata de
una invitación para caminar juntos, reconociendo que somos seres humanos diferentes
pero unidos por el amor de Cristo. Como Iglesia estamos invitados a descubrir la
grandeza de la Koinonía, esa fraternidad cristiana que provocó admiración a los no
cristianos en los comienzos de la Iglesia.
8. El Plan de Pastoral nos invita a renovar nuestra vida de Iglesia contemplando en cada
uno(a) de sus miembros a Cristo y que todos nosotros y nosotras compartamos con
ardor la Buena Nueva con tanta gente que vive en nuestro país buscando esperanza.
Ellos y ellas esperan por el abrazo inclusivo de la Iglesia Episcopal que les permita
sentirse amados y amadas por el Señor que no rechaza a nadie.
9. No podemos olvidar que el Espíritu Santo está en la Iglesia desde Pentecostés hasta el
presente. Su sabiduría continúa iluminando y regenerando nuestra vida eclesial. La
Iglesia es humana y divina: la dimensión humana siempre puede fallar pero el Espíritu
todo lo suple. Como bautizados, todos y todas somos responsables de la acción
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pastoral. Es momento de re-encontrarnos con la Misión y hacerla parte de nuestra
experiencia eclesial.
10. Sobre el tema de la Misión, la Obispa Presidenta de la Iglesia Episcopal, Katharine
Jefferts Schori en su saludo al inicio de la Convención General del 2009 hacía esta
pregunta: ¿Cómo podemos insistir que la Misión de Dios es la razón de nuestra
existencia? La pregunta formulada por la Primada es una invitación para enmarcar la
acción de la Iglesia desde la misión de proclamar el Evangelio. Por ello un Plan de
Pastoral tiene hoy más sentido que nunca.
B. Estructura del Plan
1. En 1999, el Consejo Consultivo Anglicano desarrolló las Cinco Marcas de la Misión. Estas
líneas que emanan de la Comunión nos ayudan a re-descubrir nuestro propósito
misionero en la Iglesia. Conviene citar las mismas, ya que constituyen sin duda los
fundamentos que animan y sostienen el proyecto pastoral de la Diócesis de Puerto
Rico:
- Proclamar las Buenas Nuevas del Reino de Dios
- Enseñar, Bautizar y Nutrir a los nuevos creyentes
- Responder a las necesidades humanas con servicio de amor
- Buscar la transformación de estructuras sociales injustas
- Trabajar para salvaguardar la integridad de la creación y por la renovación
de la vida en la tierra.
2. Nos proponemos con un nuevo entusiasmo asumir nuestra vocación cristiana de
anunciar y compartir la Buena Noticia de Jesucristo con cada hombre y mujer de buena
voluntad que habite en Puerto Rico. Las Cinco Marcas de la Misión se verán reflejadas
en el documento del Plan Pastoral. Estas recogen no sólo el sentir de la Comunión
Anglicana y de la Iglesia Episcopal, sino también el de nuestra Iglesia Particular
conforme se reflejó en los diferentes coloquios celebrados durante el 2011-12.
3. Este documento no pretende ser un tratado de teología, sino una guía de pastoral
práctica que permita al clero y laicado hacer referencia a ella con facilidad y que pueda
ser incorporada a las iniciativas pastorales de las parroquias, misiones e instituciones.
La segunda sección titulada: Marco Situacional: Retos y oportunidades, presentará un
perfil de la Iglesia que tenemos y de la que deseamos tener, conforme a las reflexiones
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realizadas en los coloquios celebrados en toda nuestra Diócesis. La tercera sección
titulada: Marco Doctrinal: la fe que nos sostiene, presentará la dimensión teológica que
sostiene nuestro Plan de Pastoral Diocesano y su relación con la fe de la Iglesia que es
Una, Santa, Católica y Apostólica. La sección cuarta del documento, titulada: Objetivos y
líneas pastorales, presentará las líneas de acción del Plan. Esta será la sección
operacional del documento. La quinta sección se titula, Caminando hacia la Esperanza:
líneas para la implementación del Plan Pastoral, expondrá los aspectos necesarios a
nivel de la Diócesis, parroquias, misiones e instituciones para la operación del mismo. En
la sección final, Discipulado, Misión, Coherencia y Testimonio: nuestra respuesta eclesial
para la gente de hoy, exhorta a la Iglesia a responder ante los desafíos pastorales de hoy
desde los cuatro aspectos expuestos en el título de la misma.
4. La sección cuarta presenta los objetivos y líneas pastorales partiendo de tres
dimensiones: pastoral celebrativa, pastoral formativa y pastoral misionera. Las líneas
pastorales de nuestro plan diocesano están enmarcadas en cada una de estas
dimensiones y estas a su vez alineadas con las Cinco Marcas de la Misión. Este
documento se enriquecerá constantemente de los aportes y experiencias de las
diferentes instancias de nuestra Iglesia, y será evaluado de manera formativa (anual) y
sumativa (al finalizar su periodo de duración, que será de tres años).
5. Para hacer operacional el Plan Pastoral Diocesano, será necesaria la creación de la
Oficina de Pastoral, cuya finalidad será la coordinación y gestión del plan en la vida de
nuestra Iglesia Diocesana. Esta Oficina deberá junto a su gestión de coordinación,
animar y acompañar al clero y laicado en el camino de poner en práctica las líneas
pastorales propuestas. Se proponen además cambios en la estructura de la Oficina de
Catequesis y el Seminario que serán necesarios para lograr los objetivos. Las secciones
cuarta y quinta hacen referencia a los mismos.
C. Koinonía y corresponsabilidad
1. La Iglesia nos permite desarrollar nuestra experiencia de Cristo en comunidad. Como
gran comunidad, la Iglesia nos acompaña en nuestro crecimiento cristiano y nos anima
a seguir el camino de la fe. Como bien sabemos, la Iglesia somos todos y todas, unidos
(as) por el sacramento del Bautismo, que infunde en nosotros (as) nuestra vocación
cristiana. Ser fieles a esa vocación supone descubrir y experimentar con mayor
intensidad nuestra fraternidad cristiana, el vivir con mayor perfección la Caridad. La
palabra griega Koinonía, significa comunión, y se refiere al estilo de vida de la Iglesia
Primitiva, donde el amor era el centro de todas las acciones.
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2. La cita de San Agustín “En lo esencial, Unidad, En lo accidental, diversidad; Pero, sobre
todo y con todos, Caridad” debe representar hoy más que nunca nuestro norte para la
acción eclesial. Una de las fortalezas de nuestra Iglesia es su carácter democrático y
participativo. Puede haber diferencias, pero el amor siempre será más grande que
éstas. El proyecto del Plan Pastoral es una acción de Iglesia, que requiere la
participación de todos y todas dentro de un marco de corresponsabilidad. Todos y
todas somos responsables en la proclamación del Evangelio, utilizando los dones y
carismas particulares que hemos recibido de Dios y colocándolos en la Mesa de la
Caridad. Esa Mesa de la Caridad es la Iglesia.
3. Iglesia etimológicamente significa “pueblo reunido en asamblea”. Es la comunidad
que se reúne como “pueblo de Dios” para adorar y bendecir su Nombre, unida en la
caridad como cuerpo místico de Cristo. En ella crecemos en la fe, oramos juntos,
fortalecemos nuestra experiencia de Cristo, compartimos su Buena Noticia (Palabra) y
celebramos la Eucaristía y Sacramentos. Como parte de nuestra acción eclesial,
promovemos el Evangelio y realizamos obras apostólicas (Misión). Es el misterio de
Dios que se nos comunica dentro de una comunidad que cada día debe ir creciendo en
su camino hacia la perfección cristiana.
4. La corresponsabilidad pastoral debe ser una respuesta desde todas las instancias de la
Iglesia: Diócesis, parroquias, misiones, arcedianatos, instituciones, clero y laicado.
Todos y todas somos la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo y signo para que Puerto Rico y
el mundo crean en el Señor. En varias ocasiones durante los coloquios preparatorios
se escuchó ante la pregunta sobre si valía la pena un plan pastoral, una respuesta
afirmativa porque el mismo ofrecería una unidad de propósito.
5. Es por ello que debemos ver esta invitación hacia una corresponsabilidad pastoral con
esperanza y responder a la misma como se nos invita en la Carta a los Hebreos, “con
los ojos fijos en Jesús”. Confiemos en el Espíritu Santo, que guía la dimensión humana
de la Iglesia con su sabiduría Divina.
6. Existen muchas personas que se sienten atraídas por la Iglesia Episcopal, sobretodo
porque siendo ésta católica y apostólica es también inclusiva y participativa. Urge ir al
encuentro de estos hermanos y hermanas para mostrarles a Jesús, que es inclusivo y
no rechaza a nadie. Este plan nos ayudará a fortalecer nuestra dimensión misionera
para que nuestra Iglesia sea conocida y otros (as) experimenten la alegría que
nosotros y nosotras experimentamos hoy. Por eso la Koinonía y Corresponsabilidad
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son signos que debemos ofrecer a nuestro pueblo, de manera que en ellos puedan
reconocer al Señor y encontrar un nuevo sentido en sus vidas. Bien vale la pena este
esfuerzo.
7. Que Jesús, Buen Pastor guíe nuestros buenos propósitos y nos conceda sabiduría y
fortaleza a través de su Espíritu para llevar a término la Misión que nos ha
encomendado como Iglesia. Amén.
II. Marco Situacional: Retos y oportunidades
“Jesús se les acercó y les habló así: Me ha sido dada toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan pues y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” Mateo 28: 18-19.
Partiendo del mandato de nuestro Señor Jesucristo a la Iglesia en la Gran Comisión y con el apoyo nuestro Obispo Monseñor David Andrés Álvarez, la Oficina de Evangelismo comenzó un proceso de consulta con los distintos componentes de la IEP, con el propósito identificar ideas, estrategias y aportes para la redacción de un Plan Pastoral Diocesano de Conjunto con el lema: SOMOS SEMBRADORES DE ESPERANZA. Se inició el proceso en el 2010 con la fase I: Animando al Pueblo de Dios. La fase II: Preparando el terreno se llevó a cabo mediante dos talleres de evangelismo. El primero, el 28 de agosto de 2010, en la Parroquia San José de Caimito; y el segundo: el 16 de octubre de 2010, en la Misión San Lucas Evangelista, en Ponce. De este proceso surgen los Documentos San José y San Lucas. Ambos documentos recogen el perfil de nuestra Diócesis desde la perspectiva del clero y del laicado.
A. Perfil de la Diócesis desde la perspectiva del clero y el laicado (La iglesia que tenemos).
1. De los documentos San José y San Lucas respectivamente se desprende la necesidad de mayor reflexión en torno a cómo celebramos (liturgia) cómo formamos (conocimiento) y cómo actuamos (Misión). Las líneas expuestas a continuación recogen el perfil de la Iglesia desde la perspectiva del clero y laicado:
a. Tanto el clero como el laicado describen nuestra iglesia como abierta, inclusiva, liberal, participativa, democrática, dinámica en principio, pero tímida y conformista en acción (poca acción evangelizadora) También la describen como progresista porque está abierta a temas que otros no dialogan (Homosexualidad). Otros piensan que está fragmentada, experimenta poco crecimiento y existe un vacío generacional de juventud.
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b. La iglesia es instrumento de servicio a la comunidad y es mejor conocida por sus servicios de Salud que por su acción evangelizadora.
c. La iglesia que tenemos tiene necesidad de formación cristiana y carece de libros y materiales de Educación Cristiana. Tiene necesidad de trabajar con la juventud y proyectarse en la sociedad y medios de comunicación social.
d. Existe la necesidad de mejor formación espiritual, tanto en el clero como en el laicado.
e. La Iglesia necesita mayor unidad y cohesión, para responder al llamado de la Gran Comisión.
B. Fortalezas de la IEP
1. Según se desprende de los documentos de San Lucas y San José tanto el clero como el laicado ven como fortaleza de la Iglesia su apertura al diálogo con otras denominaciones y su inclusividad. La Iglesia tiene los brazos abiertos para todos y todas. Esto representa el corazón de Cristo.
2. Se destaca además como fortaleza las Instituciones de la Iglesia y la atención al cuidado de la salud con los diversos programas auspiciados por la IEP.
3. La característica anglicana de la participación laica, el uso de la razón y la base en las Sagradas Escrituras que constituyen el fundamento para esta acción pastoral.
4. La apertura a la diversidad, donde podemos tener diferencias y vivir en comunidad.
5. La Iglesia Episcopal Puertorriqueña posee históricamente grandes fortalezas con base firme para responder al llamado de Cristo, sin embargo, desde la perspectiva del clero y
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del laicado no podemos ser conformistas. Se desprende de la reflexión de sus miembros que hay necesidad de ser más pro‐activos en la acción evangelizadora, en la formación, en la vivencia de adoración y alabanza a través de la liturgia. Se destaca también la necesidad de más acción social a través de la fuerza ministerial del laicado.
C. Retos y oportunidades de la Iglesia
1. Estadísticas: La Iglesia Episcopal Puertorriqueña, Diócesis de Puerto Rico, tiene grandes retos que enfrentar y grandes oportunidades de crecimiento en todos los aspectos, especialmente en el aspecto pastoral. Según se desprende de los datos estadísticos informados a la 105ta Asamblea Diocesana de 2012 por la Oficina de Mayordomía, a cargo de Rev. Can. Juan Monge, la Diócesis tiene entre parroquias, parroquias ayudadas y misiones, cuarenta y nueve feligresías. Los datos estadísticos nos muestran una Diócesis fluctuante, con altas y bajas año tras año. Aunque se ha registrado aumento en la cantidad de misiones en los últimos años, también, según se registra en los datos, ha disminuido la cantidad de miembros en al menos diecinueve feligresías entre los años del 2007 al 2011. Sin embargo, por otro lado, otras feligresías han registrado aumento en su membresía.
Para el año 2010, se registró una cantidad 6, 454 miembros comulgantes y para el 2011, se registra una cantidad de 6, 603 miembros comulgantes. Esto refleja un leve aumento en miembros de un 2% en términos generales, aún con el hecho de que diecinueve feligresías han disminuido su membresía
2. La información expuesta nos plantea un reto importante. Hacemos nuestras las siguientes expresiones citadas en los documentos San Lucas y San José, que pueden servir de marco de referencia para nuestra acción pastoral:
“Nos guían en la reflexión de este encuentro algunas citas contenidas en el artículo Church‐Shaped Mission to Mission‐Shaped Church, de C. Durainsingh, publicadas en el Anglican Theological Review (vol 12, 1): “Debemos movernos de una cultura de membresía hacia una cultura de discipulado”. El discípulo vive un encuentro con Jesucristo y con gran entusiasmo lo transmite a todos y todas. No se queda como espectador: se mueve hacia la acción, siendo testigo de lo que ha visto y creído desde la fe. Debemos “movernos de mantener comunidades a construir comunidades de fe”. Todos (as) somos llamados a responder con un nuevo entusiasmo a la Misión que late en nuestros corazones y en el corazón de la Iglesia. El Espíritu Santo nos avivará para aumentar el ritmo de nuestras respuestas.”
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3. Debemos plantearnos nosotros mismos cómo enfrentaremos este reto. Los documentos San Lucas y San José recogen las líneas pastorales de mayor necesidad de acuerdo al clero y laicado participante, así como las áreas de mayor prioridad tanto para la línea celebrativa, como para la formativa y misionera. Utilizando estos como base, la Oficina de Evangelismo se dio a la tarea de recoger a través de la metodología de coloquios (diálogos fraternos desde el Espíritu), los aportes del clero, laicos e instituciones de la IEP para la redacción final de un Borrador del Plan Pastoral, que nos sirva de guía a todos y todas en el desafío de mover la IEP del estado actual hacia un futuro prometedor y esplendoroso en el Nombre de Cristo. Todos y todas estamos invitados a potenciar las dimensiones celebrativa, formativa y misionera, abriendo las puertas a un continuo crecimiento espiritual que nos permita cumplir con fidelidad la Misión que Cristo nos encomendó.
D. Desafíos de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña
1. La Iglesia de Cristo vive en estos momentos de la historia de la humanidad uno de los mayores desafíos de todos los tiempos: Prevalecer en medio de un mundo en convulsión, donde nada es seguro y donde sus miembros son bombardeados continuamente con toda clase de corrientes y movimientos extraños. En medio del estado actual del Puerto Rico y del mundo, la IEP debe retomar el camino dando énfasis a la acción evangelizadora, fomentando la oración y la espiritualidad. Debemos continuar guiando a sus miembros hacia un mayor conocimiento de Cristo y de sus enseñanzas, promoviendo una práctica cristiana de mayor servicio y amor en el campo misionero.
2. La Iglesia debe expandir sus paredes y trabajar la realidad social de Puerto Rico, capacitando a sus miembros en el ejercicio del amor, la unidad y la fraternidad a través de ministerios que atiendan nuestra realidad social. El fortalecimiento espiritual y educativo del cuerpo ministerial del clero y del laicado es vital para alcanzar las metas propuestas en el anuncio del evangelio de Cristo. Es preciso aceptar el reto. ¡Cristo delante y nosotros tras Él!
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III. Marco Doctrinal: La fe que nos sostiene
A. PUNTO DE PARTIDA:
1. La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser "Sacramento Universal de Salvación",
por exigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador,
se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los seres humanos. Este mandato
misionero del Señor tiene su fuente en el amor eterno del Padre que envía al Hijo y, éste
a su vez al Espíritu Santo. Cristo resucitado de entre los muertos da a los discípulos un
imperativo categórico de "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia a toda
criatura" (Mc. 16,15)
2. La Misión de la Iglesia surge del envío que Jesús hace a sus discípulos para anunciar la Buena Nueva a todos y todas las personas, para ello, envía a los primeros discípulos y discípulas con instrucciones precisas. (Mt. 10, 5-8). Muchos otros textos de los Evangelios testifican la importancia de este envío. (Mt.5, 13; 13,31.33.47; Mc 3,14; Mt 28,19). Se trata de anunciar la Buena Nueva de que el Reino de Dios está cerca. Su contenido fundamental es Jesucristo como Salvador (Hch 5,31) Por medio de Él, Dios ofrece a todos los hombres y mujeres una vida nueva, diferente, por eso es acompañado de gestos significativos y reales que hacen visible y creíble la verdad de su mensaje (Hch 2,14-16. 3,12-26; 5,12-16).
3. La Iglesia, movida por el Espíritu Santo:
a. Anuncia al mundo el Evangelio del Reino de Dios b. Da testimonio entre los hombres y mujeres de la nueva manera de ser y de vivir que
él inaugura c. Educa en la fe a los que se convierten al Evangelio del Reino. Forma hombres y
mujeres nuevos (as) d. Celebra, mediante los sacramentos, la presencia del Señor Jesús y el don del Espíritu e. Impregna y transforma con su fuerza todo el orden temporal. Se produce un cambio
de las realidades injustas en realidades justas. f. El pobre es redimido por Cristo y el rico reconciliado con el Padre. g. Provoca la conversión de todos y todas a actitudes nuevas, liberándolos de ataduras
y de la esclavitud del pecado en sus diferentes formas y matices.
Es de tener en cuenta que nuestra Iglesia si quiere ser signo del Reino en el mundo deber realizar cuatro tareas fundamentales:
- El anuncio de Jesucristo y su Evangelio: La Misión
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- La formación y maduración de comunidades eclesiales cristiana. Crecimiento en la fe y formación del pueblo de Dios
- La promoción humana y la encarnación de los valores evangélicos. Tarea Pastoral cotidiana
- Celebración continua de la fe en sus diferentes momentos, de acuerdo a la realidad socio-cultural.
Son cuatro realidades que van cogidas de la mano y marchan juntas dentro del proceso de evangelismo de cualquier Iglesia.
4. La Iglesia Episcopal Puertorriqueña, Comunión Anglicana, movida por el Espíritu Santo y en este momento de su historia (Kairós) quiere seguir las huellas del resucitado, como lo ha hecho toda la Comunión Anglicana a través de su historia, por eso siguiendo las conclusiones de la Conferencia de Lambeth 2008, quiere equipar a los obispos, sacerdotes y laicos para la misión en el siglo XXI.
5. Este hecho, que compromete ante todo nuestra vocación cristiana con la ayuda del Padre de quién procede todo bien, reclama el protagonismo de todos y todas cada uno colocando su grano de arena puesto que es un plan de la Diocesano. Estamos frente a un hecho eclesial que no admite ausencias, ni dudas, tampoco exclusivismos, sino un espíritu de seguir para adelante con el fin de alcanzar las metas propuestas, sabiendo que Dios camina delante de cada agente pastoral.
6. La puesta en marcha del Plan Diocesano de Pastoral es un camino que elegimos, y que expresa, la vitalidad y de necesidad de nuestra Iglesia para ayudar a construir un mundo mejor. Con ello buscamos responder, pastoralmente al llamado interpelativo de la sociedad puertorriqueña actual y sus diferentes circunstancias. El sujeto del Plan de Pastoral es, toda la comunidad eclesial, todos los bautizados, que en la diversidad de funciones y carismas constituimos el Pueblo de Dios, es decir, nosotros, la Iglesia Episcopal Puertorriqueña. Esta afirmación, que define nuestra pertenencia diocesana, nos debe llevar a pensar las diversas tareas apostólicas en términos de una "pastoral de conjunto u orgánica", como expresión madura de una auténtica eclesiología de comunión. No podemos seguir haciendo cosas por hacer o desintegradas unas de otras.
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7. La pastoral de conjunto u orgánica se nos presenta, de este modo, como un esfuerzo creativo de toda la Iglesia diocesana que nos permite descubrir tanto sus necesidades y urgencias pastorales, cuanto desarrollar un proyecto eclesial que integre la riqueza de los diversos carismas y ministerios en orden a la evangelización. En este sentido cabe afirmar que, el fundamento teológico y de toda pastoral de conjunto es la Santísima Trinidad, que obra en conjunto desde los inicios de la creación.
La inserción en la vida y en los planes pastorales en cada parroquia, misión o institución en particular; se convierte en un criterio de discernimiento pastoral de todo rector, vicario, juntas parroquiales, comités de la misión, y de todo el pueblo de Dios que conforma la feligresía y así van definiendo una madura espiritualidad de pertenencia a la Iglesia Episcopal y compromiso apostólico.
8. El Plan de Pastoral se convierte así, en cuanta realidad objetiva y estable, en un cauce convergente que debe ordenar y animar toda la actividad de la Iglesia Episcopal en Puerto Rico. Tener un plan que oriente nuestro camino, organice las fuerzas apostólicas y disponga nuestros recursos, es el primer acto para enfrentar el siglo XXI. El ser sacramental de la Iglesia, que nos define en una relación de "origen salvífico" respecto del proyecto de Dios y de una "presencia encarnada" respecto del mundo, es el contexto teológico que determina la naturaleza eclesial del Plan de Pastoral, como su realidad y necesidad histórica.
9. Las diversas expresiones que hemos utilizado: eclesiología de comunión, plan de pastoral, pastoral formativa, pastoral celebrativa, pastoral misionera, promoción humana y pastoral de conjunto, no son palabras aisladas o realidades independientes, sino que tienen una unidad de origen y de proyecto salvífico en Dios, y están, por lo mismo, llamadas a enriquecer la presencia y la eficacia evangelizadora de la Iglesia Episcopal en Puerto Rico. La puesta en marcha del Plan Diocesano de Pastoral requiere de todos y todas, los agentes de pastoral, una actitud interior de sincera aceptación del mismo y una firme decisión de adaptar las diversas estructuras eclesiales para concretar sus objetivos y ponerlos en práctica, dado que el Nuevo Milenio nos trajo retos concretos en cada uno de los asuntos mencionados arriba.
B. LA IGLESIA EPISCOPAL CAMINANDO EN UNIDAD.
1. Estamos hablando de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña, de nuestra Iglesia, que es un "don" que hemos recibido, pero también una "tarea" que debemos de realizar cada día. Es un don porque tiene su origen en Dios, pide de cada episcopal en Puerto Rico, tenga disponibilidad, entrega, fe y caminar juntos en la esperanza del siglo XXI. Sólo desde la fe se puede comprender y avanzar en el fortalecimiento de la Iglesia Episcopal. Por tanto, necesitamos mirar de manera contemplativa el misterio de Dios que se realiza en, y a través de nuestra Iglesia Episcopal. Con nuestra actividad evangelizadora participamos de su plan salvador.
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2. Ser Iglesia es descubrirnos desde este "único proyecto de Dios" que es Jesucristo, que nos convoca por su Palabra y nos envía, por la gracia y la fuerza del Espíritu Santo, para anunciar su Reino y ser sus testigos en el Puerto Rico Vivir esta dimensión religiosa y misionera del misterio de Dios, es vivir la verdad originada en la Iglesia‐ Comunión en conjunto.
La conciencia del pertenecer al Cuerpo de Cristo, que integramos por la gracia del Bautismo y la plenitud del don del Espíritu Santo, nos lanza a la actividad misionera dentro de nuestra Isla. Contemplando el misterio de Dios, que es Uno y Trino, su Cuerpo, Jesucristo nos revela la raíz y el ideal de la Iglesia‐Comunión, cuando ruega al Padre en su oración sacerdotal: "como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros..., como nosotros somos uno" (Jn. 17, 21‐22).
3. Será en la celebración de la Eucaristía el lugar donde la realidad de la Iglesia‐Comunión alcanza su plenitud. Desde este gesto salvífico de Dios para con los hombres, que la Iglesia actualiza sacramentalmente, comprendemos tanto el espíritu de alegría y el clima de sacralidad, como la exigencia de comunicabilidad y de belleza que debe animar a la Liturgia, en cuanto es la expresión religiosa de una comunidad que celebra agradecida el misterio salvífico de su fe. La vivencia de esta comunión eclesial: "aun conservando siempre su dimensión universal", encuentra su expresión más visible e inmediata en la feligresía; es necesario, entonces, que todos volvamos a descubrir por la fe, el verdadero rostro de la parroquia o de la misión, dado que nuestras feligresías son esencialmente, una comunidad eucarística.
4. La Iglesia se manifiesta en la historia como un llamado a vivir y expresar el Misterio de la Santísima Trinidad: "Y así toda la Iglesia, nos enseña uno de los primeros padres, aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y el Hijo y del Espíritu Santo" (S. Cipriano, Or. Dom. 32, ). Esta verdad que da origen y sostiene la eclesiología de comunión, alcanza su madurez teológica y pastoral cuando se la vive dentro de la estructura visible de la Iglesia, es decir, por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos, y de la fraternidad (Koinonía).
5. Cuando decimos: "Vivamos desde la Iglesia‐Comunión", nos definimos como un cuerpo vivo y orgánico y expresamos, así, nuestra verdad de Pueblo convocado para la misión y, anunciamos de esta manera el kerigma. La realidad de la Iglesia‐Comunión, representa: el contenido central del misterio, o sea del designio de salvación de la humanidad, de un dios que quiere que todos y todas se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm. 2,4). Esta teología de la Iglesia‐Comunión debe mostrar su presencia y su rostro concreto en la vida de cada Iglesia local, y en su acción kerigmática, a través las cuales y a base de las cuales se constituye la Iglesia, una, santa católica y apostólica (Anglicana en nuestro caso)
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6. Nuestro objetivo general se inspira en el "marco doctrinal" que hemos tomado de la Palabra de Dios, y que debe ser, tanto el ideal que orienta y anima toda la acción pastoral de la Iglesia Episcopal.
C. EL SERVICIO
1. Nuestra Iglesia Episcopal está llamada, en cada uno de sus miembros y como cuerpo organizado, a dar testimonio de Nuestro Señor Jesucristo, quién nos dejó un programa de vida cuando nos habló de la forma de vivir su misión: "porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida" (Mc. 10, 45). El "servicio" es, por ello, una expresión necesaria y constitutiva de toda la vida de la Iglesia y cada uno de los que en ella viven o trabajan, ello configura toda vocación cristiana, porque es un signo inequívoco de la presencia del Espíritu: "...y nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de Jesús", de esta manera se presentaba San Pablo ante sus fieles. (2 Cor. 4, 5).
2. Así como el anuncio del evangelio es la expresión madura de la fe, el servicio será su verificación. Toda la Iglesia es servidora, porque no existe para sí misma, sino para ser en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo género humano. Este es el marco teológico-eclesial de su primer y mayor servicio, que define un estilo que abarca la totalidad de su misión pastoral en el mundo. Por tanto, todos los episcopales y no episcopales que ejercemos alguna función o ministerio dentro de esta Iglesia, debemos tomarlo como un servicio que el mismo Dios nos ha encomendado, para la construcción del Reino. El rostro del Dios amor, del Dios misericordioso, del Dios que perdona, que acoge amablemente, que sirve, tiene que aparecer en cada encuentro con el otro. Cualquier ser humano, independientemente de su condición, raza, lengua, pueblo, nación y más aún, si es episcopal, es mi hermano en Cristo, por tanto debe ser respetado y amado como él nos amó.
3. Para cumplir esta misión de servicio la Iglesia debe encarnarse en lo concreto de la historia y hacer suyos los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres y mujeres, sobre todo de los pobres y cuantos sufren. Ella debe poder reconocer la vida, las enseñanzas y los sentimientos de Cristo Jesús, que hoy nos vuelve a preguntar, como lo hiciera a sus discípulos en la última cena: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?", y él mismo nos responde, dejándonos su actitud de servicio como un mandamiento: "Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes" (Jn. 13, 12.15).
4. Comprender este ejemplo de servicio que nos ha dejado el Señor significa descubrir y amar un proyecto de vida que se traduzca en actos de humildad, de austeridad y de solidaridad como expresión humana y religiosa de la caridad que nos debe animar. Así, nuestra Iglesia, que nace en la intimidad contemplativa del misterio de Dios, manifestará en el "servicio" el seguimiento y el compromiso de su fe en Jesucristo. Esta actitud evangélica del servicio adquirirá, en el ámbito de la Cultura y de la Promoción
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15 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Humana, una particular expresión del amor de Dios, que acompaña y eleva, desde su Iglesia, la dignidad del hombre.
D. LA MISIÓN
1. Nada más adecuado para hacernos entender este aspecto que las Cinco Marcas de la Misión para toda la Comunión Anglicana, de la cual somos parte, adoptadas por la Conferencia de Lambeth de 2008 que a su vez, fueron adoptadas por nuestra Convención General como prioridades de la Iglesia Episcopal (cfr. Mensaje del obispo en la 103ra Asamblea General diocesana, 30 Octubre de 2010) son un gran recurso para el fortalecimiento tanto espiritual como pastoral y numérico de cada feligresía.
2. La Misión pertenece a Dios y nosotros estamos llamados a involucrarnos en ella, para que el deseo de Dios de salvación para todos pueda ser cumplido. En este sentido, Misión no es un primariamente una actividad de la Iglesia, sino un atributo de Dios. La Iglesia Existe como un instrumento de esa Misión. Hay Iglesia porque hay Misión, y no es a la inversa. Participar en la Misión, es participar en el movimiento del amor de Dios hacia las personas, pues Dios es la fuente del amor. (cfr. INDABA, Misión y Evangelismo 22.)
3. Somos depositarios y servidores de la Palabra definitiva de salvación que Dios ha dicho al mundo en su Hijo. Él es la única riqueza de la Iglesia, y se convierte desde nosotros, su Cuerpo, en la esperanza del mundo. La realidad de la "misión" en la Iglesia expresa su fidelidad al proyecto de Dios, que es amor salvífico y misericordioso por los hombres. Hoy debemos escuchar al Señor que nos vuelve a decir, con la fuerza de un mandato que nos urge y nos compromete, "si para esto he venido... para que el mundo tenga vida y la tenga en abundancia" (Jn. 10,10).
4. La presencia de un espíritu misionero habla por sí mismo de la calidad e intensidad de nuestra fe, y es un signo elocuente de la vitalidad de la Iglesia. Una Iglesia misionera es aquella que vive el gozo y la urgencia de ponerse en camino para anunciar a todos los hombres "lo que hemos visto y oído", y así formar con ellos el Cuerpo de Cristo: "para que también ustedes vivan en comunión con nosotros" (1 Jn. 1-3). Además, una madura espiritualidad diocesana debe abrirnos, "con la confianza del Espíritu, a las necesidades pastorales y misioneras de la Iglesia, tanto en nuestro país como en el mundo"
5. Evangelizar constituye la dicha y la vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar. No puede haber, por lo tanto, una auténtica vida eclesial, que no se exprese en un comprometido proyecto misionero. El evangelismo concierne el hacer discípulos y el crecimiento espiritual. Esto debe involucrar un encuentro personal con Cristo resucitado y un compromiso al discipulado. El Evangelio es la sangre vital de la Iglesia e involucra por medio de la proclamación, palabra y acción, las Buenas Nuevas del amor de Dios en Cristo que transforma la vida toda. Debe haber también una comunidad compasiva, el habilitar a otros por el liderazgo de la
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16 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Iglesia y los marginalizados deben mantenerse en foco (cfr. INDABA, Misión y Evangelismo 25)
6. Cuántas veces la debilidad misionera de la Iglesia es, ante todo, una debilidad en su vida de comunión. El Señor Jesús primero ha pedido al Padre "que sean uno", y luego, nos manifiesta el sentido salvífico de esta comunión: "para que el mundo crea" (Jn. 17,21). Quiero recordarles que el compromiso que hemos asumido de multiplicar la presencia de la Iglesia, a través del Fondo Diocesano para la Evangelización, sólo se comprende y se sostiene desde un planteo verdaderamente misionero.
E. LA CULTURA.
1. El primer desafío que las diferentes religiones han advertido en el actual proceso histórico-cultural es el secularismo, entendiéndolo, no como la justa y legítima autonomía de las realidades temporal, sino como una reducción de todo lo creado a la sola dimensión de lo inmanente. El mundo creado por Dios, vive al margen de Dios, aunque llenen los templos los sábados y domingos; hay, como consecuencia de ello, un vaciamiento de valores trascendentes en el horizonte cultural del hombre. Este hecho, prescindir de Dios, adquiere consecuencias devastadoras cuando se instala en la sociedad y pretende engendrar una nueva cultura, con sus consecuencias funestas para la sociedad como lo es la criminalidad en sus diferentes formas
2. Frente a este fenómeno no cabe la nostalgia restauradora de un pasado que ya fue, sino el testimonio de una esperanza que se apoya en la certeza de nuestra fe en Jesucristo, que es el mismo "ayer, hoy y siempre" (Hb. 13,8), y que es, por ello: "la medida de todo lo humano y por tanto también de la cultura". La cultura es una realidad dinámica que abarca la totalidad de los ámbitos en los cuales el hombre desarrolla sus "cualidades espirituales y corporales", y es, además, el medio necesario para que el hombre y la sociedad alcance "un nivel verdadera y plenamente humano. Este desafío se convierte, desde la fe, en un impulso creativo e impostergable que hemos expresado en un objetivo de acción pastoral.
3. La ruptura entre el Evangelio y la cultura es sin duda, el drama de nuestro tiempo, hay que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización de la cultura, o más exactamente de las culturas. Para que esta tarea evangelizadora no sea algo sólo decorativo o meramente exterior, debe llegar a las raíces desde las cuales nace una cultura y así poder alcanzar y transformar con la fuerza del evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad.
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17 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
4. Uno de los temas que adquiere mayor relevancia, por su importancia en la evangelización de la cultura, es el de la formación de todo el pueblo de Dios. La vida cristiana que se alimenta de aquella primacía y centralidad de la Palabra de Dios reclama, junto a su lectura religiosa, un estudio serio y sistemático por ser el acontecimiento siempre nuevo que ilumina y da solidez a nuestra fe. No podemos, por ello, hablar responsablemente de impulsar la evangelización de la cultura, si primero no reconocemos la necesidad que tenemos de ahondar el contenido de nuestra fe por el camino de la formación.
5. El anuncio del Reino es, esencialmente, comunicación de una Verdad. Tomando la rica imagen del "areópago" (Hech. 17, 22), en cuanto centro y lugar de la cultura de un pueblo, por tanto el mundo de la comunicación es el primer areópago del tiempo moderno que está unificando a la humanidad y transformándola, como suele decirse, en una aldea global allí encontramos al joven inmerso en este ambiente. Por tanto, para que la Iglesia Episcopal Puertorriqueña realice su misión evangelizadora, no puede descuidado este poderoso medio. Es más, aquella ruptura entre el evangelio y la cultura encuentra su confirmación en el campo de la comunicación. Por ello, para nuestra Iglesia, intensificar su presencia en los medios de comunicación es una de sus prioridades pastorales.
6. Es importante en esta área pastoral de la comunicación ayudar a los fieles a formarse una conciencia crítica frente a los medios, que les permita, en un contexto plural, discernir los auténticos valores y tomar una actitud de responsabilidad cristiana y de compromiso social. Es preciso, asimismo, procurar una mayor presencia evangelizadora, sea a través de medios propios de la Iglesia cuando sea oportuno y posible, o produciendo material que pueda ser ofrecido o utilizado por aquellos medios con que cuenta la sociedad. No podemos descuidar pastoralmente, por otra parte, el acompañamiento formativo y espiritual de quienes trabajan en los medios de un modo estable o profesional.
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18 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
F. PROMOCIÓN HUMANA
1. La Iglesia ve en la promoción humana un aspecto de su misión evangelizadora, y lo define en términos de un compromiso con la promoción del ser humano que es ciertamente servicio a los necesitados, pero sobretodo es fidelidad a Dios. Esto fundamenta lo íntimo de la relación entre evangelización y promoción humana.
Testimoniar una Iglesia "solidaria y servidora" significa, por lo mismo, sentirse parte de una comunidad que haga presente ante el mundo: la vida, la doctrina y los sentimientos de Cristo Jesús. Aquí encuentra su raíz evangélica el compromiso social de la Iglesia, que se manifiesta en una decidida actitud de seguimiento de Jesucristo y solidaridad con los seres humanos, como una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana. En este objetivo, como en el de la Cultura, se expresa de una manera clara y testimonial la coherencia entre la fe y la vida.
2. Es en este contexto teológico-pastoral, que nuestra Iglesia Episcopal Puertorriqueña debe mantener, con todas las feligresías una relación de presencia y de servicio que manifieste su preocupación evangélica por la promoción integral del ser humano.
3. El rostro de la Iglesia es la caridad porque en ella se actualiza, al servicio de los hombres y mujeres, la vida de Jesucristo como presencia institucional de la Iglesia en la sociedad, debe ser la expresión viva de una comunidad que anuncia, celebra y testimonia su fe en Jesucristo. Para que esta vivencia eclesial sea una realidad tangible en el mundo debemos hablar, necesariamente, en términos de conversión y santidad como una exigencia moral de nuestra fe, que nos haga testigos vivos de la presencia de Dios. Que vivamos, Señor, con generosidad la urgencia del amor de Cristo para con nuestros hermanos más necesitados.
4. El aspecto de la pastoral de la promoción humana es la manera en que la Iglesia le habla a los seres hombres y mujeres de Dios y a Dios de los hombres y mujeres.
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19 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
IV. Objetivos y líneas Pastorales
Misión y Ministerio de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña
1. La Octogésima Tercera Asamblea Diocesana celebrada los días 19 y 20 de
noviembre de 1990, estableció la Misión de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña:
“Nuestra Misión y Ministerio consiste en proclamar, por palabras y obras, las
Buenas Nuevas del Evangelio; testimoniar la presencia de Cristo entre nosotros,
trabajar, orar y dar para el fortalecimiento de la Iglesia y vivir nuestra fe a la
altura de un discipulado comprometido, para poner los dones del Espíritu Santo
al servicio de nuestro pueblo”.
2. Las líneas de acción del Plan de Pastoral Diocesano responderán a la Misión
establecida para la Iglesia Episcopal Puertorriqueña por la Asamblea Diocesana
de 1990, a través de tres grandes dimensiones: Dimensión Celebrativa,
Dimensión Formativa y Dimensión Misionera. Este esquema fue presentado a
todos y todas los participantes de los coloquios preparatorios a este plan y fue
enriquecido con los aportes de los mismos. Las líneas de acción que conforman
cada Dimensión fueron aportaciones directas de los representantes del clero y
laicado participantes de estas reuniones, celebradas en toda la Isla.
3. Cada dimensión constituirá un objetivo general de trabajo y las líneas
pastorales los elementos operacionales para el logro de los objetivos propuestos.
Presentaremos esta sección utilizando elementos gráficos que faciliten la
comprensión de la misma.
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20 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
A. Pastoral Celebrativa
Objetivo General: Promover la participación del Pueblo de Dios en la Liturgia, los
Sacramentos, el Oficio Diario y otras expresiones conociendo su esencia,
enriqueciéndolos desde su contexto y estimulando la participación de todos (as) en la
vida celebrativa de la Iglesia.
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21 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
La Comunidad celebra lo que cree
La Iglesia desde los primeros siglos celebra lo que cree. Desde sus orígenes la comunidad
cristiana celebró tanto la liturgia de la Palabra como la liturgia de la Eucaristía. La experiencia
de Dios que cada creyente tenía se hacía cada vez más fuerte por la perseverancia dentro de la
comunidad y el apoyo de los hermanos y hermanas. Hoy como episcopales que deseamos
sembrar esperanza, estamos invitados e invitadas a celebrar nuestra liturgia con la riqueza que
posee para compartirla con todo hombre y mujer de buena voluntad. Somos una Iglesia
litúrgica. La Liturgia es la expresión de culto divino que sale de la autenticidad del corazón
humano. El Plan Pastoral desea animar a toda la Iglesia a realizar una celebración viva y alegre
que agrade al Señor.
La Dimensión Celebrativa de este Plan se concentra en la riqueza del Libro de Oración Común,
la formación de Equipos Pastorales en las feligresías e instituciones y la organización de
ministerios de coro para enriquecer nuestras celebraciones litúrgicas. Que el Señor nos inspire
para así lograrlo.
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22 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea Pastoral 1: Fortalecer la espiritualidad anglicana-episcopal por medio del conocimiento
profundo del Libro de Oración Común.
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. Curso sistemático del Libro de Oración Común: el Plan de Pastoral
Diocesano propone que para el mes de diciembre de 2015 se haya
ofrecido en cada feligresía un curso sistemático sobre el LOC. El
mismo deberá ser diseñado por la facultad del Seminario San Pedro y
San Pablo.
Desarrollar conjuntamente con la facultad del Seminario un curso sobre el Libro de Oración Común a ofrecerse en cada Arcedianato de la Diócesis, de manera que pueda llegar a la mayor cantidad de personas posible en o antes de diciembre de 2015.
Ofrecer talleres por Arcedianato sobre espiritualidad anglicana, fundamentados en el Libro de Oración Común. Alinear la celebración de los mismos a las estaciones de Adviento (2013) y Cuaresma (2014) dentro de la preparación de la Navidad y Pascua.
Producir a través de la Comisión de Liturgia material informativo sobre la Santa Eucaristía, su significado litúrgico y la importancia de participar en esta celebración cumbre de la Iglesia. El mismo debe estar publicado para diciembre de 2014.
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23 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
El Seminario será responsable de nombrar profesor o recurso
por Arcedianato y coordinar con el Arcediano (a) la
administración del mismo. Deberá proveer todo lo necesario
para su gestión, así como coordinar una sede con el arcediano
(a) correspondiente.
El temario del curso sobre el LOC debe contener pero no
limitarse a los siguiente:
a. ¿Qué es el LOC?
b. La celebración en la Iglesia Primitiva
c. Orígenes e Historia del LOC
d. El Oficio Diario
e. La Santa Eucaristía
f. Los Ritos Pastorales
g. Espiritualidad del LOC
El Pueblo de Dios confiado a la Iglesia Episcopal
Puertorriqueña deberá reconocer en el LOC un signo
preferente de su identidad en la fe conforme la recibimos y
profesamos en la tradición anglicana.
2. Espiritualidad: Este plan desea promover al Libro de Oración Común como
instrumento preferencial para el desarrollo de la espiritualidad y la vida de oración,
elementos altamente necesarios para el crecimiento en la fe. Por medio del LOC
fortalecemos nuestro trato de amistad con Dios a través de nuestra oración tanto
colectiva e individual, así como nuestra experiencia de Dios en la vida. No podemos
olvidar que toda acción dentro de la Iglesia debe estar respaldada por la oración.
Este Plan propone que cada Arcedianato organice un ciclo de
talleres sobre espiritualidad anglicana fundamentados en el
Libro de Oración Común. Los talleres deben ser experiencias
de encuentro para compartir la oración y descubrir la riqueza
espiritual del LOC.
Los tiempos de adviento y cuaresma, por su carácter
preparatorio para las grandes fiestas de la Navidad y la
Pascua, son idóneos para la celebración de estos talleres,
uniendo su celebración a la experiencia particular de estas
estaciones.
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24 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Dentro de los talleres, además del LOC, deberán enfatizarse
los siguientes aspectos relacionados con la dimensión
celebrativa:
a. Respeto del templo como espacio sagrado: es Casa de
Oración, no lugar para conversaciones o para comer.
Enfatizar la preparación antes de la Santa Eucaristía,
el desarrollo de grupos de oración y la oración
individual.
b. Enfatizar los silencios de oración dentro de la
celebración litúrgica, preferentemente después de la
Homilía y la Comunión.
La Oficina de Pastoral propuesta deberá coordinar esta
experiencia así como diseñar y proveer el material necesario
para la misma.
3. Informativo Santa Eucaristía: Conforme a la experiencia de los coloquios,
existe gran necesidad de conocer con mayor profundidad la celebración de la
Santa Eucaristía, de manera que el pueblo de Dios pueda vivirla y celebrarla con
mayor intensidad.
Este Plan propone a la Comisión de Liturgia el diseño y
preparación de un material litúrgico sobre la Santa Eucaristía.
El mismo deberá ser atractivo, pedagógico y con los
elementos gráficos que promuevan la fácil comprensión del
material propuesto. Un pueblo que conoce es un pueblo que
celebra.
Este material debe estar preparado en o antes de diciembre
de 2014, tanto para el uso de las feligresías como de nuestras
instituciones y nuevas misiones.
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25 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 2: Organizar un Equipo de Pastoral en cada feligresía no más tarde de
diciembre de 2014
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las líneas pastorales
1. Organizar Equipos de Pastoral: Nuestra Iglesia es participativa, por lo que
su misión de evangelizar debe reflejar esta característica. Este plan propone
que en cada feligresía se organice un equipo compuesto por el presbítero (a)
titular y laicos que representen la pastoral celebrativa, formativa y misionera
de cada feligresía o institución diocesana (estas últimas tienen capellanes y
pueden replicar el modelo).
Este Equipo se reunirá con la Junta Parroquial y Comité de la
Misión según sea el caso para la programación pastoral y
animación de la comunidad, de manera que pueda lograrse
una acción pastoral de conjunto.
Redactar una guía para la organización del Equipo de Pastoral no más tarde de la Cuaresma de 2014
Ofrecer talleres al clero y laicado sobre la Guia para organizar el Equipo de Pastoral a partir de la Pascua de 2014.
Iniciar la organización de Equipos de Pastoral en todas nuestras feligresías a partir de Pentecostés de 2014.
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26 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
La Parroquia, Misión o Institución organizará su acción
pastoral partiendo de los componentes celebrativos,
formativos y misioneros. En unión a su clérigo(a) titular, junta
y comité, lograrán promover con mayor fuerza el carácter
evangelizador de la Iglesia.
La Diócesis a través de su oficina de pastoral creará una guía
para el clero y laicado que permita comprender el concepto
del Equipo de Pastoral y su establecimiento en nuestras
feligresías. Esta guía deberá ser práctica, funcional y
comprensible por todos y todas.
2. Talleres sobre el Equipo de Pastoral: se organizará a nivel de cada arcedianato
un taller para presentar la guía para establecer el Equipo de Pastoral en cada
feligresía o institución adscrita a la Iglesia Episcopal. En el mismo participarán los
clérigos(as) titulares, capellanes de instituciones, miembros de juntas y comités,
y laicos interesados en trabajar en estos equipos. Esta serie deberá realizarse
durante la Pascua de 2014, como expresión testimonial de la alegría de
compartir la resurrección del Señor.
3. Organización de Equipos en Feligresías e Instituciones: La Diócesis a través de
su oficina de pastoral apoyará la organización del Equipo de Pastoral en cada
feligresía e institución diocesana. Comenzaremos con una ceremonia de envío
mediante la celebración de una Vigilia Diocesana de Pentecostés en 2014. Luego
de esta se coordinarán visitas por feligresía para ofrecer orientación a los
equipos durante el período 2014-2016.
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27 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 3: Organizar en cada feligresía un Ministerio de Coro como instrumento
privilegiado para la animación litúrgica.
Acciones pastorales
Sugerencias para gestionar las líneas pastorales
1. Himnario Diocesano: El trabajo iniciado debe retomarse. La Diócesis a través
de la Comisión de Liturgia deberá retomar y gestionar este proyecto, de manera
que pueda lograrse para la Navidad del 2015. Conviene que la Comisión de
Liturgia se nutra de los aportes de personas que trabajen en ministerios de coros
Retomar el proyecto del Himnario de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña a través del insumo de todos los arcedianatos y la coordinación del proyecto por parte de la Comisión de Liturgia de IEP, dirigido al logro del mismo para diciembre de 2015.
Organizar talleres sobre la Música e Himnos en la Liturgia por arcedianatos, dirigidos a la formación de los participantes de nuestros ministerios de coro e interesados en formar nuevos ministerios. Esta acción será coordinada por la Comisión de Liturgia de IEP durante el período de 2014-15
Ensayar con los feligreses los Himnos previo a la celebración de la Santa Eucaristía a partir de la divulgación de este plan, como medio de preparación para la celebración litúrgica.
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28 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
existentes, preferible representativo de todos los arcedianatos, así como de las
personas que trabajaron en el pasado en este proyecto.
2. Talleres sobre música e himnos en la Liturgia: Los episcopales cantamos lo que
creemos. Por ello es sumamente importante que una vez se finalice el Himnario,
la Comisión de Liturgia ofrecerá talleres por arcedianato para el clero y laicado
sobre este tema, dirigidos a enriquecer nuestras celebraciones y a una mayor
comprensión de nuestra liturgia. La Comisión de Liturgia a través de estos
talleres promoverá la formación de ministerios de coro en las feligresías que no
cuenten con el mismo. Este trabajo deberá realizarse durante los años 2014-15.
3. Ensayar los Himnos previo a la Santa Eucaristía: Los participantes de los
diversos coloquios mostraron preocupaciones sobre el ambiente previo a la
celebración de la misa. Este debe caracterizarse como uno en sintonía con Dios y
el misterio que celebraremos. Este Plan recomienda altamente a todos(as) los
clérigos titulares de cada feligresía que promuevan el ensayo previo a la Misa de
los himnos en las celebraciones. Esta acción contribuirá a crear un clima de
oración y preparación del pueblo de Dios e intensificará su espíritu celebrativo.
San Agustín decía que aquel que canta ora dos veces. Que esa expresión nos
anime a enriquecer nuestras celebraciones.
3. La participación del Pueblo de Dios: un nuevo ardor: el esquema para lograr la
dimensión celebrativa del Plan Pastoral presentado en esta sección tiene que lograr
la participación del pueblo de Dios, (La Iglesia), para ser efectivo. Para eso es muy
importante pedir al Espíritu Santo y a su vez tener el propósito de trabajar todos y
todas con un nuevo entusiasmo. Los coloquios reflejaron un gran deseo del clero y
del laicado de trabajar juntos por el Evangelio. Para ser efectivos, es sumamente
necesario que cada uno de nosotros y nosotras tenga un re-encuentro con la misión
evangelizadora.
La Buena Noticia nos renueva y entusiasma. Ese nuevo entusiasmo, ese nuevo
ardor, deberá ser el motor para que el Plan de Pastoral sea efectivo. Que tanto
clero y laicado demuestren un entusiasmo por Cristo que resulte contagioso,
alegre y ardiente. Ese “nuevo ardor” fue el que transformó la tibieza y tristeza de
los discípulos de Emaús, que no podían ver a Jesús, en gozo y entusiasmo. Que a
todos y todas los episcopales nos reconozcan al partir el pan del amor, de la
inclusión y el ardor o nuevo entusiasmo de compartir la Buena Noticia de Cristo
con todos y todas. Nuestro “nuevo ardor” será la esperanza de la Iglesia.
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29 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
B. Pastoral Formativa
Objetivo General: Promover la formación sistemática del Clero y el Laicado a través del
conocimiento bíblico, teológico y pastoral, dirigido a potenciar la misión evangelizadora
de la Iglesia en Puerto Rico.
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30 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Muéstranos el Camino
La Formación es uno de los componentes fundamentales en la acción evangelizadora de la
Iglesia. No podemos amar lo que no conocemos. La Iglesia necesita, como hemos
mencionado en este plan, llegar a la mayor cantidad de personas posibles, cumpliendo el
mandato de la Gran Comisión. Es por ello que el segundo componente del Plan Pastoral
Diocesano es la Pastoral Formativa. Por medio de ella tanto nuestro clero y laicado crecerá
en su experiencia de Cristo y la compartirá con otros y otras. Por eso este plan sugiere la
expresión “muéstranos el camino” para animarnos a conocer el camino de Cristo en
profundidad y con una metodología sistemática, para que lo mostremos a todo hombre y
mujer de buena voluntad. En este proceso el Seminario y la Catequesis tendrán un papel
fundamental.
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31 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 4: Promover el conocimiento de la identidad Anglicana-Episcopal
Acciones pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. Fortalecimiento de SEFA: El Plan Pastoral reconoce las contribuciones
de los Seminarios de Formación Anglicana y entiende que los mismos
son indispensables para el fortalecimiento de nuestra identidad. Este
plan propone que SEFA se continúe ofreciendo en feligresías e
Instituciones, en acción coordinada con los clérigos(as) titulares y
responsables de instituciones diocesanas.
La Diócesis a través de la Oficina de Catequesis brindará apoyo en las
tareas de coordinación con las entidades antes mencionadas, así como en
la preparación de un equipo que pueda ofrecer SEFA de manera
itinerante durante 2015-16.
Continuar con la iniciativa de SEFA, extendiéndola a las feligresías o instituciones durante el período de 2014-2016
Ofrecer talleres sobre el Anglicanismo en Puerto Rico y el mundo durante el período 2014-2016
Apoyar la formación sobre el LOC programada en la sección de pastoral celebrativa del Plan Pastoral. ( 2013 - 2015)
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32 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
2. Talleres sobre Anglicanismo: Los participantes de los coloquios
manifestaron su deseo de conocer más sobre la Comunión Anglicana y la
Iglesia Episcopal. Este Plan propone que la Oficina de Catequesis junto a
la de Comunicaciones diseñen algunos talleres cortos sobre:
- La Comunión Anglicana y presencia en el mundo
- Acciones pastorales Comunión Anglicana e Iglesia Episcopal
- Historia de la Iglesia
- Historia de la Iglesia en Puerto Rico
Deben ser talleres cortos y precisos que lleguen a la mayor parte de las
personas utilizando los medios de comunicación disponibles, como la
página web, “webinars”, “youtube”, entre otras disponibles. Pueden
considerarse emails o mensajes de texto con pequeñas cápsulas, tal
como lo ha iniciado el P. Abuchar en Colombia. La iniciativa debe ser
trabajada durante el período de 2014-2016.
3.Libro de Oración Común: Para los anglicanos, es el tesoro de nuestra
espiritualidad. En la sección de Pastoral Celebrativa se encuentran
programadas acciones para profundizar en el LOC durante el período de
2013-2015.
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33 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 5: El Seminario, instrumento principal de la formación en la Iglesia
Diocesana
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. El Seminario instrumento principal de formación: El Seminario es
centro privilegiado en una Iglesia particular, pues a través de éste se
forma su clero de manera sistemática, académica y pastoralmente
para atender al pueblo de Dios. Por su naturaleza académica puede
además ofrecer valiosas experiencias de formación a laicos que
deseen ampliar sus conocimientos en la fe, teología, sagrada
escritura y pastoral entre otras áreas. Los participantes en los
coloquios mostraron interés de que nuestro Seminario San Pedro y
San Pablo se fortalezca para que asuma su rol de instrumento
principal de formación.
Siendo la pastoral una experiencia “conjunta”, este plan invita al
Deán y a la Junta del Seminario a estudiar su rol como principales
formadores en la Diócesis, tomando en consideración la
Estudiar el papel del Seminario como instrumento principal de formación en la Diócesis durante el período 2014-15
Creación de un Instituto para la formación del laicado durante el período 2014-2016
Fortalecer la espiritualidad del clero diocesano mediante el ofrecimiento de retiros y convivencias durante el período 2014-2016
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34 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
incorporación de siguientes líneas entre muchas que pueden surgir al
plan de estudios o la vida del seminario:
- La espiritualidad y vida de oración del clero (presbíteros(as) y diáconos) - Incorporar cursos de planificación pastoral -Ofrecer cursos sobre manejo de crisis (salud mental), mediación de conflictos, acompañamiento en procesos de pérdida. -Animación y pastoral juvenil -Identificación de problemas sociales y su respuesta desde el Evangelio. - En diálogo con los responsables de la Escuela para el Diaconado Permanente, considerar esta como un programa adscrito al Seminario San Pedro y San Pablo. - Incorporar un Director Espiritual al Seminario - Optimizar el programa de formación continuada del clero a través de un estudio de necesidades y el diseño de un programa sistemático basado en ese estudio. - Apoyar desde el Seminario los esfuerzos para la creación del Instituto de formación del laicado, que funcionaria como un programa adscrito al Seminario.
Exhortamos a la comunidad de nuestro seminario a realizar esta reflexión pastoral durante los años 2014-2015, de manera que puedan iniciar este modelo en o antes del año 2016.
2. Instituto de Formación del Laicado: Los participantes de los diferentes
coloquios que realizaron las reflexiones preparatorias de este Plan Pastoral
valoran los esfuerzos realizados por la actual Escuela de Ministerios Laicos.
Gracias al mismo nuestra Iglesia cuenta con laicos comprometidos sirviendo en
diferentes ministerios. Partiendo del interés de los laicos de conocer su fe, la
Sagrada Escritura y teología de la Iglesia, es necesario un instrumento que
ofrezca cursos de manera sistemática, no sólo para preparar ministerios laicos,
sino otros certificados como pueden ser: certificados en Sagradas Escrituras,
certificados en liturgia, certificados en catequesis (se ofrece), certificados en
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35 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
pastoral de la salud y otros que puedan surgir conforme a las necesidades que se
presenten en la Iglesia.
Este Plan Pastoral propone al Obispo que nombre un comité con la participación
del Seminario y la Oficina de Pastoral, dirigido a estudiar durante el período de
2014 - 2015, las bases para la creación de un Instituto de formación para el
laicado, adscrito al Seminario San Pedro y San Pablo. Este Instituto funcionaría
como lo hace la actual Escuela de Ministerios Laicos, por arcedianatos y recursos
voluntarios. Este componente fortalecerá el papel de nuestro seminario como
responsable de la pastoral formativa. Los laicos que terminen en el Instituto
pueden pasar al Seminario para continuar estudios superiores. No puede haber
una acción pastoral efectiva en la celebración y misión sin tener la formación.
3. Fortalecimiento de la espiritualidad del clero: Algo que señalaron como una
gran necesidad varios participantes en los coloquios provenientes del clero fue la
necesidad de proveer experiencias de retiros que contribuyan a fortalecer la
espiritualidad de los mismos. Como la espiritualidad del clero está unida al
corazón del Obispo, este plan invita a nuestro Diocesano en el 2014 a crear un
Comité con presencia del Seminario y de la Oficina de Pastoral entre otros para
conocer las necesidades del clero en esta área y preparar retiros, jornadas de
oración y convivencias con el objetivo de fortalecer nuestra espiritualidad. Este
Plan de Pastoral recomienda que se estudie la posibilidad prolongar los retiros a
convivencias de varios días, como se realiza en otras confesiones cristianas. Esto
permitiría profundizar los temas, fortalecer la koinonía y oración común,
elementos que serían de gran utilidad tanto para la comunidad de diáconos
como para la comunidad de presbíteros(as). Este Plan propone el inicio de estas
modalidades en nuestros retiros para la cuaresma de 2015.
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36 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 6: La Catequesis: respuesta pastoral para la formación de niños,
jóvenes y adultos
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. Oficina Diocesana de Catequesis: Una vez que estamos expuestos a la Buena
Noticia, la catequesis es el medio privilegiado para comprenderla. Nuestra
Diócesis ha realizado esfuerzos en esa dirección mediante la formación de
catequistas, la preparación de currículos, materiales y talleres que sin duda
han dado fruto. La propuesta de este Plan Pastoral es la creación de una
oficina de catequesis que coordine, programe y estructure todo lo necesario
para que la acción catequética sea exitosa para la Gloria de Dios.
Estudiar las bases para la creación de una Oficina de Catequesis a nivel diocesano para el año 2014-15.
Retomar el proyecto de revisión curricular de la catequesis de niños,jóvenes y adultos, para divulgarlo durante el año 2015-16 .
Formación de Catequistas a través del Instituto de formación para el laicado y talleres promovidos a través de la Oficina de Catequesis durante el período 2015-2016
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37 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Esta Oficina coordinará la catequesis de la niñez, juventud y adultos
observando los siguientes puntos entre otros que puedan surgir:
- Animación de los catequistas en su obra misionera
- Organización de la Catequesis (niñez, Juventud y adultos) en cada una
de las feligresías de nuestra Diócesis. Esto es fundamental.
- Formación sistemática de los catequistas en coordinación con el
Instituto para la formación del laicado (actualmente Escuela para
Ministerios Laicos).
- Preparación de Talleres, encuentros y Congresos para catequistas y
participantes. La catequesis es acción de toda la Iglesia.
- Identificación y creación de materiales adecuados para todos los niveles
atendidos.
Por lo prioritario que representa la catequesis en la vida de la Iglesia, esta Oficina
debe estar en funciones para periodo del 2014-15
2. Revisión curricular de los contenidos catequéticos: La Oficina de Catequesis
debe revisar los contenidos de su currículo para el año 2015-16. Existe material
curricular tanto local como de la IX Provincia que lo que resta es su revisión en
términos de las necesidades actuales, su divulgación y puesta en práctica. La
rueda no hay que inventarla, sólo que ruede. Este Plan de Pastoral reconoce
todos los esfuerzos realizados hasta ahora y propone que los mismos sean
retomados por la Oficina de Catequesis propuesta.
Se propone además que la Oficina de Catequesis brinde orientaciones a los
arcedianos y clérigos titulares sobre la organización de la catequesis de adultos
así como la recomendación de materiales que puedan utilizar para esos fines.
3. La formación de los catequistas: Debe ser un asunto prioritario sobre el que la
Oficina de Catequesis debe velar. Para formar es preciso estar formado. Este
Plan propone para el período 2015-2016 las siguientes acciones (entre otras) a
cargo de la Oficina de Catequesis propuesta:
- Todo catequista deberá tener el certificado (licencia) para poder ejercer
como tal. La Oficina de Catequesis coordinará con el Instituto de
Formación del laicado (actualmente Escuela de Ministerios Laicos), el
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38 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
estudio de sus catequistas. Toda persona que actúe como maestro al
menos debe haber iniciado su formación conducente a su certificación.
- Realizar un estudio de las necesidades de los catequistas para diseñar
un programa de Talleres donde los catequistas no sólo se formen sino
compartan sus experiencias en el desarrollo de su ministerio.
- Apoyar a las misiones y parroquias en la organización de la catequesis
de adultos.
- Contactar otras diócesis de la Iglesia Episcopal para conocer sobre sus
experiencias y programas en el área de la catequesis.
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39 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Pastoral Misionera
Objetivo General: Promover la acción misionera en la Iglesia Episcopal Puertorriqueña a
través del testimonio de nuestra experiencia de Cristo y compartirla a través del trabajo
pastoral en la sociedad puertorriqueña.
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40 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
La Dimensión Misionera
La Dimensión Misionera es la manifestación de la acción de la Iglesia en medio
del mundo. Parte de la experiencia de Cristo tanto individual o eclesial y se
convierte en respuesta de esta a todos los seres humanos. Cuando la Iglesia es
misionera, la Iglesia evangeliza, proclama a Cristo con la alegría del discípulo que
vio y creyó. Los episcopales debemos ser misioneros: no sólo se trata de celebrar
o de aprender-hay que actuar para que el mundo crea. Los participantes en
todos los coloquios manifestaron su deseo de actuar llevando el mensaje de
Cristo. Hay sed de ser misioneros. Esa función no es exclusiva del Obispo, del o
la sacerdote o diáconos: es de todo bautizado que habiendo conocido al Señor, lo
hace parte de su vida y lo comparte.
Como episcopales compartimos la alegría de responder a la invitación hecha en
los coloquios: “vamos a ser portadores del Evangelio”. ¡Es tiempo de
evangelizar! Tomemos el morral y sembremos la esperanza. El campo está fértil
y todos y todas hemos sido llamados a trabajarlo.
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41 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 7: Creación de la Oficina de Pastoral como medio para coordinar
nuestra acción evangelizadora en el Pueblo de Dios.
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. La Oficina de Pastoral: en este documento se ha definido la pastoral como la acción
evangelizadora de la Iglesia. Este Plan de Pastoral es una propuesta de evangelizar
para el tiempo de hoy. Es fruto del trabajo de miembros del Comité de Evangelismo,
que evolucionó a la actual oficina de Evangelismo y Educación Cristiana. Este plan
propone una nueva evolución hacia una Oficina de Pastoral. Esta oficina colaborará
con el Obispo Diocesano en la puesta en práctica de las líneas pastorales de este
plan, apoyando a las misiones, parroquias e instituciones para este propósito. La
persona responsable de esta oficina debe ser un presbítero(a) que anime, coordine y
acompañe a clero y laicado para recorrer este camino y lograr una pastoral de
conjunto en toda la diócesis. Bajo ningún concepto deberá entenderse que esto es
Creación de una Oficina de Pastoral a nivel diocesano para el año 2014, dirigida al proceso de gestión, animación y coordinación del Plan Pastoral.
Iniciar el proceso de implantación del plan Pastoral en la Diócesis de Puerto Rico para el año 2014.
Ofrecer asistencia a las parroquias, misiones e instituciones para el diseño y estrategias para implantar su propio plan pastoral, tomando como marco de referencia el Diocesano, durante el período 2014-2016
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42 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
uniformidad: se trata de unidad en la misión, donde todos y todas trabajamos para
que el mundo crea.
La Oficina de Pastoral propuesta organizará su trabajo de apoyo y coordinación para
el logro de las dimensiones celebrativas, formativas y misioneras sobre las que se
sustenta este proyecto diocesano.
Esta propuesta se presenta para la consideración de la autoridad eclesiástica y
procedimientos canónicos necesarios para su implantación. Se justifica para lograr a
través de su rol coordinador y de animación, una pastoral efectiva y de conjunto
para la Diócesis de Puerto Rico. Debe estar creada en 2014, de manera que pueda
iniciar la implantación del Plan Pastoral.
2. Implantación del Plan Pastoral: Como se ha mencionado antes, el Plan Pastoral
descansa sobre tres dimensiones: celebrativa, formativa y misionera. Como se trata de
pastoral de conjunto, que no es otra cosa que una acción coordinada que impacta la
vida de la Iglesia y sus componentes: el clero y laicado. Este Plan propone iniciar en el
2014 el proceso de implantación con la presentación del proceso al clero y laicado, por
arcedianatos. Las fases de este proceso son:
- Educación: presentación de las funciones de la Oficina de Pastoral, líneas
pastorales, estrategias y prioridades (2014)
- Asistencia técnica para el logro del plan pastoral misiones, parroquias e
instituciones, así como de estrategias de implantación (2014-2016)
- Evaluación del Plan anual (formativa) y final (sumativa) en 2017.
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43 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
3. Asistencia Técnica para lograr Plan Pastoral local: En todos los coloquios de
preparación a este Plan Pastoral Diocesano se indicó que el mismo no venía a imponer,
sólo a facilitar. La visión de la realidad y las líneas pastorales de este Plan será el
fundamento a nivel “macro” para que cada misión, parroquia e institución tenga su plan
pastoral a nivel local. Este Plan propone que durante el período de 2015-2016, la Oficina
de Pastoral propuesta ofrezca asistencia técnica a cada parroquia, misión e institución
para el logro de sus planes locales y de estrategias para su funcionamiento. La asistencia
técnica tendrá los siguientes componentes:
- Familiarizar a las feligresías e instituciones sobre las líneas pastorales del Plan
Diocesano y su implantación.
- Asistencia para la organización del Equipo de Pastoral y su funcionamiento.
- Asistencia para la creación del Plan Pastoral a nivel local y presentación de
estrategias para implementarlo.
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44 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 8: Todo episcopal un misionero: tarea de todo bautizado (a) proclamar
la Buena Noticia
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. El acompañamiento en la Iglesia: Nuestras comunidades experimentan la
bendición del Señor a través de la presencia de visitantes que en el “camino”
de su vida hacen un alto en nuestros templos. Todos y todas somos testigo de
la llegada de estas personas a nuestras comunidades, que están en busca de
algo que llene sus vidas. Estas personas tocan a nuestras puertas con hambre
de Cristo. Es nuestra obligación como episcopales y misioneros acogerlos
entre nosotros y nosotras con amor, de manera que reconozcan a Cristo
cuando partamos el pan de la fraternidad.
Nuestras feligresías son muy acogedoras y reflejan a Cristo con sus brazos
abiertos que acoge a toda persona sin importar su procedencia. Este signo de
la acogida en una de nuestras fortalezas dentro de la acción evangelizadora
de la Iglesia.
Fortalecer la acogida y acompañamiento de los visitantes en nuestra Iglesia durante el período 2014-2016
Acompañar desde el Evangelio a todo miembro de la familia humana: padres, madres, hijos, divorciados, viudos, enfermos, envejecidos y toda persona de buena voluntad
Fortalecer la presencia de la juventud episcopal en nuestras feligresías y comunidad, durante el período 2014-2016
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45 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
a. Este Plan Pastoral propone que durante el período de 2014 al 2016, cada
comunidad tenga un grupo apostólico que no sólo acoja sino también
acompañe a toda persona que se acerca a nuestros templos, como guía y
mentor. Este grupo, que bien podría llamarse Ministerio Emaús, no sólo
hará sentir bien al que nos visita, sino que le presentará su experiencia de
Cristo, la comparte y lo acompaña hasta que la persona decide ser parte
de nuestra Iglesia, si así lo desea. En ese camino hay preguntas: que
mejor respuesta que el testimonio del que actúa como un discípulo que
ve y cree. La Iglesia crecerá no por proselitismo, sino por el testimonio
de los creyentes, tal y como ocurrió en la Iglesia Primitiva.
2. Acompañar la familia de Dios desde el Evangelio: En el siglo de las
comunicaciones la gente está más solitaria que nunca. Como episcopales
misioneros hemos sido llamados (as) a ser sembradores de esperanza. Esto se
logra con el acompañamiento de la familia en sus diversas expresiones,
amada por Dios que no excluye a nadie. La Oficina de Pastoral propuesta
deberá cuidar a través de su programación la familia de Dios. El Plan Pastoral
presenta algunas líneas recomendadas para atender este tema:
o Divorciados en segundas nupcias: si bien es cierto que la realidad del
divorcio es dura, es también la realidad de la mayoría de las personas
en Puerto Rico. Muchos, llenos de escrúpulos presentados por
algunas tradiciones religiosas, se sienten excluidos de la Mesa del
Señor y sus Sacramentos. La Iglesia Episcopal es una alternativa de
vida a estas personas que pueden rehacer su vida sacramental y
descubrir que Dios los continua amando. Es importante que en cada
feligresía se brinde atención pastoral para estas personas.
Recomendamos identificar para este ministerio parejas que hayan
pasado por esta experiencia y hoy experimenten la acción
restauradora de Dios en sus vidas.
o Padres, madres e hijos: todos y todas vivimos grandes desafíos. La
familia tiene diversas manifestaciones en la actualidad y todas deben
ser acompañadas. Existen en nuestra Iglesia movimientos apostólicos
como los Cursillistas, Encuentro Matrimonial, Alpha, Caminantes con
Cristo, sociedades de hombres y mujeres, Sociedad de San Francisco,
Ministerio Juvenil, Renacer, Vivencia y muchos otros que pueden
colaborar con los clérigos titulares y feligresías en este
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46 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
acompañamiento. Los movimientos son fermento de la Iglesia, por
lo que este Plan Pastoral exhorta a incrementar su presencia en el
apoyo a la familia durante el período de 2014-2016. Servicios Sociales
Episcopales debe trabajar conjuntamente en todo lo relacionado al
trabajo con la familia, por lo que la Oficina de Pastoral le incorporará
en las programaciones a realizarse sobre este tema. Todos estos
grupos pueden ser el gran acompañamiento de padres, madres e
hijos, y porque no, de abuelos, abuelas y otros miembros que llevan
el timón de la familia de hoy.
o Enfermos y Envejecientes: quizá los más solos de la familia de Dios.
Nuestra Iglesia cuenta con un buen número de ministros laicos cuya
función está en ocasiones limitada a sostener el cáliz durante la
administración de la comunión. Este Plan Pastoral propone la
organización de un ministerio en cada feligresía dedicado a la
atención de enfermos y envejecidos. El mismo deberá estar
conformado por los ministros laicos, quienes guiados por sus
presbíteros(as) o diáconos, podrán ofrecer una atención pastoral de
excelencia ofreciendo a estos hermanos y hermanas su compañía que
les fortalecerá su auto estima, la Palabra de Dios que fortalecerá su
espíritu y la santa comunión, alimento de Cristo. Los hermanos y
hermanas que ofrezcan este servicio deben tener la formación y
autorización eclesiástica correspondiente. Para el período de 2014-
2016, aspiramos que en cada feligresía se forme un grupo de
ministros laicos que no sólo atienda los enfermos de su feligresía,
sino también atienda los hospitales y asilos de ancianos de su área.
o Familia del clero y clero jubilado: los participantes en los coloquios de
preparación para este Plan manifestaron preocupación por este
tema. La familia del clero tiene un papel importante: le acompañan
como ministro de la Iglesia, padre, madre o hermano. La atención
pastoral requiere tiempo y gracias a la comprensión de la familia se
logran resultados positivos en la misión. Este Plan de Pastoral
establece en esta línea que la familia del clero debe ser acompañada
a través de actividades especiales diseñadas para sus miembros,
particularmente los esposos y esposas. La Oficina de Pastoral incluirá
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47 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
en su programación durante el período de 2015-2016 este
acompañamiento, así como el del clero jubilado, que nos ayuda
muchas veces en sustituciones pero sin duda puede hacer algo más.
La Oficina de Pastoral procurará invitar e involucrar al clero retirado
para apoyar las acciones de las dimensiones celebrativa, formativa y
misionera, pues los obreros son necesarios para la mies del Señor.
Debemos como Iglesia acompañar además a nuestros hermanos del
clero jubilado en sus necesidades y soledad. Además, el Plan de
Pastoral recomienda a la Autoridad Eclesiástica la formación de un
Comité para la previsión social del clero, de manera que puedan
detectarse con rapidez los casos de necesidad y ofrecer nuestra
respuesta fraterna.
3. Juventud: amigos fuertes de Dios: Los participantes de los coloquios
destacan el trabajo positivo que va surgiendo desde la Oficina de la Juventud
a nivel diocesana. Este trabajo intenso supone mayores exigencias, pues son
muchos los jóvenes que hay que atraer a Cristo. Para ser atraídos hay que
ofrecer un testimonio convincente desde los miembros de las feligresías hasta
el clérigo titular. Todos y todas debemos mostrarles que somos amigos
fuertes de Dios para que ellos lo sean.
El Plan de Pastoral propone continuar la celebración de encuentros diocesanos
de la juventud, que sin duda han resultado exitosos. Además propone que para
el período de 2014-2016 la Oficina de la Juventud considere estas líneas:
o Celebración de un retiro de jóvenes en cada feligresía.
o Organizar un grupo de jóvenes en cada feligresía. Contar con
animadores de la juventud que visiten los grupos para su
continuidad.
o Establecer en cada feligresía una misa mensual dedicada a la
juventud.
o Promover la celebración de una Pascua Juvenil en cada colegio
episcopal. Invitar a los estudiantes de cada colegio a las actividades
diocesanas de la juventud.
o Establecer la pastoral universitaria episcopal.
o Incorporar a los líderes juveniles en los programas de formación
organizados por el propuesto Instituto para la formación laical.
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48 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
La juventud de la Iglesia Episcopal representa el nuevo entusiasmo (ardor), al
que se refiere el Plan de Pastoral Diocesana. Clero y laicado de cada feligresía
debemos apoyarla, promoverla y animarla.
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49 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Línea pastoral 9: Ofrecer nuestra respuesta cristiana a la sociedad puertorriqueña de
hoy: ¡Todo es tuyo, Oh Señor y de lo que es tuyo te damos!
Acciones Pastorales
Sugerencias para gestionar las acciones pastorales
1. La respuesta de la Iglesia al mundo: la Iglesia no está ajena a la sociedad: está
inserta en ella. A través de su historia, la IEP ha fundado instituciones con la
finalidad de educar, brindar salud, atención a envejecidos y servicio social a
niños y jóvenes. Este Plan Pastoral reconoce la enorme contribución de la Iglesia
Episcopal a través de sus instituciones a Puerto Rico. Como preparación a este
Plan, se celebró un coloquio para las Instituciones. Este se destacó por el deseo
de conocer lo que hace cada institución y aunar esfuerzos conjuntos en el
trabajo evangelizador. Como resultado de este coloquio, Servicios Episcopales de
Salud incorporó a su plan estratégico algunas ideas presentadas en el coloquio.
Ya vamos ganando camino. Por otra parte, las feligresías desean conocer mejor
a las instituciones, las cuales ven distantes de su realidad. El Plan de Pastoral
propone a través de la Oficina de Pastoral aunar esfuerzos dirigidos al trabajo
conjunto entre instituciones. A continuación presentamos algunas líneas
específicas propuestas para el período de 2014-2016:
Incorporar las Instituciones de la Iglesia Episcopal en la acción pastoral de la Iglesia durante el período de 2014-2016
Incrementar la presencia de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña en los medios de comunicación social durante el período 2015 -2016
Fortalecer la mayordomía cristiana como un medio para hacer posible la acción pastoral de la Iglesia, durante el período 2014-2016
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50 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
a. Colegios Episcopales:
1. Promover que cada colegio tenga su propio plan pastoral
partiendo del Plan Pastoral Diocesano.
2. Considerar adoptar el Libro de Oración como texto de la clase
de Educación Cristiana desde noveno grado al cuarto año de
escuela superior.
3. Fortalecer el vínculo con la Oficina de Juventud diocesana para
retiros y convivencias.
4. Hacer entendimientos con las diferentes instituciones de la
Iglesia para que los estudiantes de escuela superior puedan hacer
sus horas de servicios comunitarios.
b. Servicios de Salud Episcopales:
1. Organización de Clínicas de salud en las diferentes feligresías de
la isla.
2. Ofrecer talleres sobre pastoral de salud a miembros del clero y
ministros laicos.
3. Organizar experiencias de práctica pastoral para seminaristas
en coordinación con el Seminario San Pedro y San Pablo.
4. Ofrecer talleres al clero y ministros laicos sobre los enfermos en
etapas terminales y el apoyo a éstos y sus familias.
c. Servicios Sociales Episcopales:
1. Presentar la misión de servicios sociales episcopales a través de
visitas a las diferentes feligresías.
2. Auspicio de jóvenes o niños de los hogares de servicios sociales
a través de feligresías.
3. Utilizar apoyo de profesionales de servicios sociales episcopales
en áreas de atención pastoral a familias y niños.
4. Apoyar la Oficina de Pastoral Diocesana en las iniciativas para el
acompañamiento de la familia humana.
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51 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
d. Hogares de ancianos
1. Promover un programa de visitas de feligresías para compartir
con residentes experiencias de amor y esperanza.
2. Coordinar proyectos de práctica pastoral para seminaristas y
ministros laicos con la participación de los residentes.
e. Centros de Retiros
1. Especializar la programación de nuestras casas de retiro con
programas para atender la juventud, la espiritualidad,
matrimonios, juventud y sanación, entre otras necesidades que
surjan en nuestras feligresías y sociedad.
2. Coordinar la formación de equipos de retiros que apoyen la
gestión de espiritualidad a ofrecerse en nuestras casas de retiros
de Bayamón, Aibonito y Maricao. El Seminario a través del
Instituto para formación del laicado puede apoyar esa tarea.
3. Promover la oferta de experiencias espirituales de nuestros
centros de retiro tanto dentro como fuera de la Iglesia Episcopal.
2. Los pobres: preferidos de la Familia de Dios: La acción pastoral de la Iglesia no
puede estar completa sin la opción preferente por los pobres. Alguna gente
piensa que en Puerto Rico no hay pobreza, sin embargo hay mucho más de la
que tenemos. Este Plan reconoce el esfuerzo de parroquias y misiones que han
llevado la Iglesia debajo de los puentes y en los rincones donde deambulan
muchos y muchas que han perdido la esperanza. Nuestra Iglesia tiene que estar
hoy más que nunca presente con estos hermanos y con otros que presentan una
pobreza mucho más numerosa: la pobreza de espíritu. Este Plan propone que
durante el período de 2014-2016, la Comunidad de Diáconos en conjunto a la
Oficina de Pastoral organice una pastoral de conjunto para la atención a aquellos
hermanos y hermanas que sufren la pobreza material y la vaciedad espiritual. La
coordinación y animación de este trabajo por parte de nuestro diaconado
permanente y apoyada por las feligresías e instituciones, hará posible que la luz
de Cristo se refleje sobre aquellos y aquellas que piensan haberla perdido.
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52 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Las parroquias y misiones que tienen programas para atender la pobreza son
invitadas junto al diaconado permanente para el desarrollo de esta acción
pastoral.
3. Trabajo Comunitario y pastoral de la solidaridad: Nuestras Instituciones tienen
personal con un excelente peritaje que puede contribuir al desarrollo de
estrategias de trabajo comunitario dirigidas a potenciar la respuesta a los
problemas sociales desde nuestra realidad pastoral y eclesial. Este Plan propone
durante el periodo de 2014-2016, la creación de un equipo adscrito a la Oficina
de Pastoral para organizar la pastoral de la solidaridad. Ésta integrará nuestras
instituciones y fomentará el desarrollo del voluntariado para identificar otras
iniciativas en el área del trabajo comunitario y de respuesta social, hacia donde
la Iglesia pueda ampliar su respuesta pastoral.
4. Incrementar presencia en Medios de Comunicación: La Iglesia ha mantenido un
programa semanal radial titulado Senderos, que junto a la revista Credo han
representado la presencia episcopal en los medios de comunicación social. Este
Plan Pastoral reconoce y agradece los esfuerzos realizados en ambos proyectos.
Siendo parte de un mundo globalizado, es necesario potenciar nuestra presencia
en el mismo. Aunque tenemos página web, Facebook y Twitter, es necesario ir
más allá para la proclamación del Evangelio. El Plan de Pastoral propone
potenciar durante el período de 2014-16 la utilización de estos medios y otros
que surjan en el mundo de las redes sociales. La Iglesia debe valerse de estos
medios para promover un proyecto de evangelización “on line”, que llegue a
muchas personas y toque sus vidas con la Buena Noticia. Recomendamos a la
Oficina de Comunicaciones la creación de un comité a esos fines. El Plan Pastoral
necesitará del apoyo de estos medios para comunicar sus acciones pastorales e
invitar a otros y otras para participar en todo lo propuesto.
5. Fortalecer la mayordomía cristiana: Todo lo propuesto en el Plan Pastoral
Diocesano requerirá de recursos económicos que son puestos al servicio del
Evangelio. El Plan de Pastoral sugiere a la Oficina de Mayordomía centrar su
campaña del periodo 2014-2015 en el Plan Pastoral Diocesano y como todos y
todas podemos aportar de lo que Dios nos da para el logro del mismo.
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53 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
6. Promover la Mayordomía de la Creación: Como cristianos debemos proteger el
regalo de la Creación que Dios nos ha obsequiado para nuestro disfrute y
cuidado. Todo episcopal debe contemplar la Creación como un reflejo de la
presencia de Dios entre nosotros y nosotras. Durante el período 2014-2016, este
Plan Pastoral propone intensificar la conciencia de la creación en todas las
feligresías. Propone para ello a la Sociedad de San Francisco, que ha iniciado
esfuerzos en esa dirección, como grupo coordinador y animador de la
mayordomía de la creación en nuestra Diócesis. El Plan reconoce el gran aporte
de esta Sociedad en las diferentes oficios de bendiciones de los animales que se
han celebrado en gran parte de las feligresías. Ojalá podamos ampliar estas
celebraciones a una gran jornada para bendecir todo lo creado por Dios, de lo
que somos mayordomos.
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54 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
V. Caminando en la esperanza: líneas para la implantación del Plan
Pastoral
A. Somos Sembradores de Esperanza
1. El título de nuestro Plan Pastoral y de todos los esfuerzos de este proyecto nos
invita a ser una Iglesia en acción que no es otra cosa que una Iglesia en clave
pastoral. Cuando la Iglesia está en clave pastoral se mueve en dirección al
Evangelio, que marca su norte. Ciertamente la siembra fatiga pero la gracia nos
conforta. La siembra no es el trabajo de unos pocos, es el esfuerzo de todos y
todas, para lograr el plan de Dios en la vida de su pueblo.
2. Dentro del esfuerzo de sembrar hay muchos componentes: la Oficina
Diocesana, los Arcedianatos, las Parroquias y Misiones, las Instituciones: todos
somos colaboradores de Dios en el proceso. Sembrar esperanza no suena fácil,
sobre todo en el Puerto Rico de hoy. Pero aunque sea difícil, hay que hacerlo: la
fe recibida nos sostiene y anima. Ciertamente tenemos carismas diversos, pero
una sola fe. Este plan exhorta a todas estas instancias a trabajar como un solo
cuerpo, de manera que Cristo se refleje en la tarea. Tengamos unidad, no
uniformidad, para que nuestra acción refleje la del Espíritu en la renovación de
la Iglesia. Envía tu Espíritu Señor y renueva la faz de la tierra.
B. La Parroquia y la Misión
1. En nuestras feligresías está el Pueblo de Dios que conforma la Iglesia. Las
Parroquias y Misiones son protagonistas de la acción del Evangelio. Deben
reflejar un espíritu de comunidad que invite a la celebración, formación y misión.
Este Plan anima al clero titular de feligresías, a las juntas y comités, y a todos los
grupos apostólicos de cada comunidad a trabajar unidos en este esfuerzo
eclesial. No se dejen llevar por el pesimismo, o, una frase común: esto no va para
ningún lado. Les aseguramos que si irá para el lado correcto si todos trabajamos
unidos para conformar el cuerpo de Cristo en cada feligresía. Este Plan Pastoral
establece que toda acción debe ser respaldada por la oración, por lo que
animamos a nuestras parroquias y misiones a ser comunidades orantes. La
propuesta del Equipo de Pastoral en cada misión y parroquia contribuirá
significativamente al trabajo pastoral de sus integrantes y será fermento para su
crecimiento y desarrollo. Ustedes tendrán un rol protagónico en la realización de
nuestro Plan.
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55 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
Animamos a todos los feligreses a orar por su clero y a todo el clero a orar por
sus feligreses. Este “círculo de oración” será el aceite de nuestras lámparas en
cada una de nuestras feligresías.
C. El Arcedianato
1. Los arcedianatos son lugares de oportunidades para el crecimiento de la
Iglesia. El Arcediano(a) es el gran animador del clero y laicado de su área. Su
papel será fundamental para que el Plan Pastoral tenga éxito. El Arcedianato es
lugar privilegiado para vivir la fraternidad sacerdotal y diaconal. Este plan anima
al clero a intensificar la fraternidad para por medio de ella testimoniar como lo
hicieron los primeros discípulos: ”hemos visto al Señor”. También el laicado está
llamado a la fraternidad por las mismas razones. El Arcedianato también les
ofrece un escenario para el trabajo pastoral de conjunto. Este Plan recomienda a
cada Arcediano(a) alinear sus esfuerzos en torno a las tres dimensiones
propuestas: celebrativa, formativa y misionera, y gestionar su acción pastoral de
acuerdo a las necesidades locales.
D. La Oficina Diocesana: creación de las Oficinas de Pastoral y Catequesis
1. El Plan Pastoral propuesto es una invitación a recorrer un camino conjunto del
clero y laicado para proclamar el Evangelio de Cristo. Coincide la promulgación
de este Plan con la elección de un nuevo obispo(a) diocesano. Este tiempo debe
representar para la Iglesia un momento fuerte de oración y de escucha a la voz
de Dios. Este Plan agradece a Monseñor Álvarez su trabajo al frente de la
Diócesis durante un cuarto de siglo. Junto al agradecimiento va la promesa de
nuestras oraciones por sus intenciones. La fuerza de nuestra oración deberá
acompañar a nuestro (a) nuevo obispo, que al recibir su báculo asume la cruz y
comienza su pastoreo en medio de su pueblo.
2. La Oficina Diocesana es la Oficina del Obispo. En los coloquios preparatorios se
presentó la opción de contar con una Oficina de Pastoral que coordine, anime y
acompañe al clero y laicado en la implantación del Plan Pastoral Diocesano.
Establecer esta oficina es fundamental para el éxito de este proyecto, que
pretende unir voluntades para lograr que la acción pastoral de nuestra Diócesis
alcance la mayor parte de las personas con el testimonio de un nuevo
entusiasmo. Este Plan propone que la actual oficina de Evangelismo evolucione a
la Oficina de Pastoral, de manera que este proyecto pueda ser gestionado
eficazmente para la mayor Gloria de Dios. La línea pastoral número 7 se dedica a
ese propósito. Reiteramos que el carácter de esta Oficina será de coordinación,
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animación y acompañamiento para el logro de los objetivos pastorales
propuestos. Confiamos plenamente que contaremos con este medio necesario
para iniciar el proyecto pastoral diocesano.
3. La catequesis es fundamental en el éxito de este plan, por lo que se propone
que exista una Oficina dedicada sólo con ese propósito. La catequesis en nuestra
Iglesia representa una oportunidad para crecer en la esperanza y fortalecer la
formación del pueblo de Dios, que formado amará más a Cristo y a su Iglesia. La
línea pastoral número 6 se dedica a ese propósito.
4. Otra consideración que debe brindarse es al papel del Seminario como centro
principal de formación diocesano. Los programas de la Escuela de Diáconos y el
Instituto de Formación para laicos adscritos al Seminario harán de este una
institución robusta para la formación teológica, bíblica y pastoral. Mucho se ha
hablado de nuestro seminario: este plan invita a la unión de voluntades para
potenciarlo de manera que impulse la dimensión formativa en la Iglesia
Diocesana. La línea pastoral número 5 se dedica a este tema.
5. Sabemos que estos cambios conllevarán consideraciones canónicas. Siendo
éste un nuevo escenario pastoral, es muy necesario alinear la estructura de la
Oficina Diocesana al servicio del mismo. Un plan exitoso representa avanzar en
la evangelización, que es la misión principal de la Iglesia. Los cánones existen
para facilitar la experiencia de evangelización y el Plan Pastoral es precisamente
eso.
E. Las Instituciones
1 .Sin duda las instituciones representan un valor significativo en nuestra
respuesta de evangelización. Este Plan ha presentado en sus líneas pastorales
diversas formas para insertar nuestras instituciones en la vida de la Iglesia.
Aspiramos que durante el período de 2014-2016 se hagan realidad, de manera
que la actual impresión de “distantes” cambie por una de integración en el
proyecto pastoral de la Iglesia. Nuestras instituciones tienen mucho que aportar
a través de un camino conjunto con las feligresías y los componentes de nuestra
Diócesis. Este Plan propone que la Oficina de Pastoral coordine los esfuerzos de
integración de nuestras instituciones, de manera que juntos sembremos
esperanza.
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57 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
F. Hacia una pastoral de conjunto.
1. Nuestra Iglesia está llena de dones y carismas, otorgados a todos y todas que
la componemos. Esta diversidad a su vez es riqueza y tesoro de la Iglesia.
Estamos invitados e invitadas en este Plan Pastoral a remar mar adentro en
dirección a Cristo. Los remos pueden ser diferentes, no así el rumbo. El espíritu
del clero y laicado participante fue de gran esperanza durante los coloquios. No
puede ser menos en este momento, que es el de la acción. Miremos a nuestro
interior y contemplemos nuestra experiencia de Cristo. Luego, pongámonos en
marcha, compartiendo la misma y sostenidos por la fe. Así comenzaremos
nuestro camino hacia una Iglesia en clave pastoral. Vale la pena caminarlo juntos
y juntas, firmes y adelante, como reza un querido himno de nuestra Iglesia
Episcopal.
2. No tengamos miedo de caminar juntos. En ese caminar estará nuestro éxito
apostólico. La experiencia de conjunto será una privilegiada para el testimonio
que tendremos que dar a hombres y mujeres que encontramos en el cruce de los
caminos de la vida. Esforcémonos y seamos valientes, tal y como exhorta Josué
en la Sagrada Escritura.
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VI. Discipulado, Misión, Coherencia y Testimonio: nuestra respuesta
eclesial para la gente de hoy
A. ¡Somos Discípulos!
1. Cuando tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestra vocación
cristiana, nuestro pensamiento se dirige al Bautismo, que es el sacramento
de iniciación cristiana. La mayoría lo recibimos en nuestra niñez temprana,
donde no tuvimos una conciencia plena de lo que ocurría. En nuestro
desarrollo, hubo sin duda algún momento en el que nuestras vidas tuvieron
un encuentro cercano con Cristo. Ese momento marcó el inicio de la
experiencia de Jesús en nuestras vidas.
2. ¿Cómo está nuestra experiencia de Cristo? Esa es una pregunta muy
particular que cada uno sabrá responder. Lo cierto es que cuando se tiene un
encuentro con el Señor, nuestra vida se transforma y le seguimos, tal como
lo hicieron los primeros apóstoles. Entonces descubrimos una gran realidad:
¡Somos discípulos.
3. El discipulado es una decisión radical. Significa seguir a Cristo sin
condiciones, porque hemos visto y creído por su Palabra y por nuestra fe. Los
discípulos permanecen en Jesús. Hoy la Iglesia nos invita a ser discípulos que
compartan el entusiasmo por Jesús, con un nuevo ardor.
4. La acción pastoral propuesta en este Plan será posible si la asumimos
como discípulos comprometidos con su Maestro. Para ello es necesario
descubrir el plan de Dios en nuestras vidas y seguirlo con fe y esperanza. El
discípulo está siempre lleno de alegría porque se sabe amado y cuidado por
su Maestro. Aunque lleve la cruz lo hace con alegría. Todos y todas estamos
invitados a reflejar en la Iglesia la alegría del Señor.
5. El discípulo está siempre en camino. Este Plan Pastoral invita a todos y
todas a estar en camino para contemplar la acción del Señor, ser testigos y
proclamar su Palabra. Recordemos que los evangelios nos presentan
constantemente que Jesús actúa en el camino. Con la divulgación del Plan
Pastoral iniciamos un camino en la Iglesia Diocesana. No tengamos miedo.
El Señor nos acompañará siempre como lo prometió. ¡Seamos discípulos!
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59 Plan de Pastoral para la Diócesis de Puerto Rico
B. Misión, coherencia y testimonio
1. Este Plan de Pastoral ha reiterado que la misión de la Iglesia es
evangelizar y esa acción hay que realizarla con un renovado entusiasmo.
Las exhortaciones finales de este documento conducen a la invitación de vivir
el Evangelio para compartirlo. La misión es el corazón de la Iglesia que late
fuertemente por la acción del Espíritu Santo. Como discípulos misioneros y
episcopales comprometidos debemos identificar nuestro rol en la historia,
donde el plan de Dios actúa. No es tiempo de contemplar lo que pasa, es
tiempo de actuar en lo que pasa. El Evangelio es esa levadura necesaria para
levantar la masa de la esperanza, de manera que todos podamos comer con
renovada fe del Pan de la Palabra y del Pan de la Eucaristía. Para los
cristianos en general y para los episcopales en particular la misión de la
Iglesia es nuestra propia misión.
2. Como discípulos misioneros debemos ofrecerle a todo hombre y mujer de
buena voluntad el regalo de nuestro testimonio. La coherencia entre lo que
creemos (fe) y lo que hacemos (vida) será la predicación del Evangelio más
efectiva que podemos ofrecer, sobre todo en nuestro tiempo. Para que este
Plan Pastoral sea exitoso, debe ser acogido e implementado en un espíritu de
coherencia evangélica. Los que hemos creído y vivimos lo creído estamos
invitados e invitadas a actuar como creyentes.
No tengamos miedo de ofrecer nuestro testimonio. Ese testimonio será la luz
que ilumine a nuestro Puerto Rico y al mundo, para que todos y todas crean
en la Buena Noticia de Jesucristo.
C. Salió el sembrador a sembrar (Mt.13, 1-23)
1. Con el arado en la mano y la alegría en el corazón salimos nuevamente a
sembrar. El Plan de Pastoral termina y la siembra inicia. Les exhortamos que
no se cansen de sembrar esperanza en medio de nuestro pueblo. En algunos
templos se observa la rotulación: “La Iglesia Episcopal te da la bienvenida”.
Ese lema debe ser nuestra proclama en el medio del campo de siembra: te
damos la bienvenida para mostrarte a Jesús, que vive entre nosotros y
nosotras, sus discípulos y amigos. ¡Es tiempo de gracia! El terreno está
preparado. Vamos a sembrar el Evangelio con el gozo que debe caracterizar a
los creyentes.
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2. El Equipo de Trabajo del Plan Pastoral Diocesano desea agradecer a todo el
clero, laicado, personal de la Oficina Diocesana y a toda persona de buena
voluntad que colaboró en esta tarea. A nuestro obispo Mons. David Andrés
Álvarez por su apoyo a este proyecto y al Pueblo de Dios que conforma la
Iglesia Episcopal Puertorriqueña. Que el Señor les bendiga y les guarde.
3. Finalmente, recordemos que es tiempo de evangelizar. Este es el tiempo
de Dios, nuestro kairós. Aceptemos la invitación de Jesús de ser discípulos y
misioneros. Hagamos vida lo aquí presentado, confiando que Dios, que hizo
nacer esta obra la llevará a buen término. “Tuya es, oh Señor, la
magnificencia, y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las
cosas que están en los cielos y la tierra son tuyas. Tuyo, oh Señor, es el reino,
y eres excelso sobre todos” 1 Cr. 29,11.
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.