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Jos SnchezLabrador EL PARAGUAY CATLICO I
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P. JOS SNCHEZ LABRADOR
EL
PARAGUAY CATLICO
HOMENAJE DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
AL XVII CONGRESO INTERNACIONAL DE LOS AMERICANISTAS EN
SU REUNIN DE BUENOS AIRES, EN MAYO 16 A 21 DE 1910
BUENOS AIRESIMPRENTA DE CONI HERMANOS
684, PER, 6841910
http://www.bvp.org.py/http://indice.pdf/http://indice.pdf/http://www.bvp.org.py/http://www.bvp.org.py/ -
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Con la publicacin de la obra, conservada indita del reverendo padre Jos Snchez
Labrador S. J., cuyo rico material histrico, geogrfico y etnogrfico el lector no tardar en
conocer, la Universidad de La Plata, contina cumpliendo la tarea, que se ha impuesto de
contribuir a la mayor difusin de los conocimientos relativos a la antigedad americana, a la
vinculacin del presente con el pasado y a la formacin del tesoro informativo, con el cual el
estudioso argentino y extranjero, puedan construir, en necesaria concurrencia nica, la
verdadera historia, la que se funda en la amplia y honda base cientfica.
Se haba ya interrumpido en el pas la serie de los viajes, crnicas, historias y
descripciones de Indios, y en particular de las regiones convergentes al Ro de la Plata y de la
propia comarca, comenzada por de Angelis, restaurada, por Lamas, y renovada en los ltimostiempos por la Biblioteca Nacional, y por la Junta de Historia y Numismtica americana; y
comprendiendo la Universidad platense que deba ella tambin concurrir con sus ya valiosos
elementos propios a tan patritica, como civilizadora misin, dispuso, en ocasin del
Centenario de la Independencia, engrosar el caudal bibliogrfico argentino y universal de la
historia de Amrica, y de sus riquezas naturales, con una serie de obras inditas, rarsimas o
mal editadas en su tiempo, que ms que las narraciones, diesen por s mismas una idea exacta
de la cultura de la poca colonial o de la que le sigui de inmediato.
As naci la biblioteca que ahora empieza con el valioso libro del reverendo padre
Snchez Labrador, que bajo su aspecto cientfico y por su sentido descriptivo del pas a que se
refiere en sus diversas fases, la Universidad ha prohijado complacida, por medio de su Instituto
del Museo y bajo el celoso cuidado de su director, y se hace un singular honor en dedicarla a
los miembros del XVII Congreso internacional de los americanistas, a cuyos trabajos se
incorpor, por primera vez desde su reciente creacin, durante su sesin de Viena en 1908.
Quiere al mismo tiempo esta joven Universidad atestiguar, que si est decidida a trabajaren el campo circunscrito de las ciencias, la historia y las letras argentinas, lo hace con el
pensamiento fijo en la cultura universal y en constante labor de solidaridad con todos los
hombres, institutos, universidades y naciones que consagran sus esfuerzos a estos silenciosos
pero fecundsimos estudios, que tienen el inmenso valor de los bloques angulares sobre los
cuales las nacionalidades edifican su propia vida y civilizacin.
J. V. GONZLEZPresidente de la Universidad de
La PlataMayo de 1910
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PRLOGO
DATOS BIOGRFICOS Y BIBLIOGRFICOS DEL
P. JOS SNCHEZ LABRADOR1
En la Biblioteca de Escritores de la Compaa de Jess, y Suplemento 1 por el Padre
Diosdado Caballero (1814), se hallan los siguientes datos, que por cierto no son demasiado
completos; la verdad es que el benemrito Misionero inici su obra de evangelizacin en mala
hora para la Compaa, para los pobres Indios sus catecmenos y para la misma corona deEspaa que inconscientemente (a lo que parece) le haca el juego a la de Portugal. Nadie
pensaba ya en la hagiografa de la Orden y casi ni lcito era nombrarla.
Jos Snchez Labrador, naci en la Guardia, pueblo de la dicesis de Toledo, el 19 de
septiembre de 1717, entr en la Compaa en la Provincia de Toledo el 5 de octubre de 1731
hizo la Profesin de cuatro votos el 20 de mayo de 1751. De la Provincia de Toledo se traslad
al Paraguay. Fue profesor de Filosofa y Teologa con gran opinin de ciencia en la Academia
de Nueva Crdoba. Varn insigne por su prudencia, diligencia y paciencia, e investigadordiligente de las cosas naturales: son palabras del esclarecido varn Martn Dobrizhoffer en su
egregia Historia de los Abipones, de quienes fue misionero en el Paraguay, editada en tres
tomos en Viena el ao 1874. El mismo Martn en otro lugar de dicha Historia, aade acerca de
Snchez: Estas cosas... y algunas otras las debo a las observaciones y relaciones de Jos
Snchez, diligentsimo explorador de la naturaleza... Ojala tuviese a mano los dibujos de las
fieras, aves, peces y plantas, hechos con su hbil pluma, dignsimos, por cierto, de que, para
adorno de mi historia se grabasen con buril de Viena. Hasta aqu el mismo.Abandonando las ctedras que con tanto lucimiento desempeaba, se ocup Snchez
por mucho tiempo en convertir a la Fe cristiana y reducir al suave yugo del Rey Catlico las
naciones brbaras del Paraguay para lo cual hubo de recorrer distancias inmensas, exponerse
a grandes peligros y sufrir innumerables trabajos. En medio de expediciones tan ilustres y tiles
para la gloria de Dios y benficas para el Rey de Espaa, fue Snchez deportado a Italia con
los dems compaeros. El santsimo anciano tan benemrito de la religin, del Rey, de la
nacin espaola y de todos los varones sabios, muri en Rvena en 1799.
1 DE BACKER, Bibliothque del crivains de la Compagnie de Jsus, vol. a, p. 592.
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Obras manuscritas. Tradujo el catecismo a la lengua de los Mbays en cuyo beneficio
haba derramado tantos sudores, para civilizarlos, reducirlos a vida ms humana e iluminarlos
con la luz del Evangelio. Haba escrito hasta la letra P2 el Diccionario de la misma lengua
adornado con preceptos gramaticales, que hubiese continuado hasta el fin a no haber
intermediado el destierro.
De la historia del Paraguay escrita en francs por el Padre Pedro Fr. Xav. Charlevoix, traducida al latn por
el Padre Domingo Muriel y editada en Venecia en 1779.
Paraguay natural ilustrado. Noticias de la naturaleza del pas con la explicacin de
fenmenos fsicos, generales y particulares: usos tiles que de sus producciones pueden hacer
varias artes. Parte primera, contiene los libros siguientes: primero, diversidad de tierras ycuerpos terrestre; segundo, agua y varias cosas a ella pertenecientes; tercero, aire, vientos,
estaciones del ao, clima de estos pases y enfermedades ordinarias. Es un tomo en 4 de letra
tupida en el que se ilustra el Paraguay natural en tres libros en los cuales erudita y
copiosamente se trata de la diversidad de tierras y cuerpos terrestres, de las aguas, aire y
vientos, de las tempestades, temperatura y enfermedades ms comunes de esta regin. Parte
segunda, contiene los libros siguientes: primero, botnica o de las plantas en general; segundo,
selvas, campos y praderas del Paraguay; tercero, los rboles en particular; cuarto, palmas,
tunas y caas; quinto, icips3 y otras plantas sarmentosas; sexto, algunos arbolillos, matorrales
y hierbas; sptimo, algunos tiles y curiosos usos. En esta segunda parte, que contiene siete
libros, trata copiosamente de la botnica del Paraguay. Alaba a Pedro Montenegro, coadjutor
temporal de la Provincia del Paraguay que dej una obra manuscrita en espaol sobre las
plantas del Paraguay tiles para curar las enfermedades. Dice tambin en el prefacio de esta
segunda parte que termin del todo el tomo primero de la obra titulada: Paraguay cultivado.
Parte tercera, contiene los libros siguientes: primero, animales cuadrpedos, segundo,
las aves; tercero, por peces. En esta tercera parte trata de los cuadrpedos, aves y peces y
menciona la segunda y tercera parte de la obra escrita por l mismo, titulada Paraguay
Catlico. Parte cuarta, contiene los libros siguientes: primero, de los animales anfibios;
segundo, de los animales reptiles; tercero, de los insectos.
Los anfibios, reptiles insectos del Paraguay forman la materia de estos tres libros de la
parte cuarta. Aqu tambin hace mencin de la obra Paraguay Catlico, y censura la
2 Las fotografas en nuestro poder contienen el vocabulario complete. (Nota del editor.)3 ysppo. Guaran: liana, planta trepadora. (Nota de la ed dig)
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disertacin de Raimundo Mara Termeyer sobre las cosas de Tucumn inserta en la obra
titulada Memorias eruditas, que se editaba en Miln en 1778.
De la obra del Padre C. Sommervogel S. J.4
se extractan los siguientes datos, habindoseomitido los que se refieren a la biografa, porque en nada adelantan lo reproducido aqu en la
cita anterior:
APUNTES BIBLIOGRFICOS
1. Lettre au Pre Hervs de Ravenne, 23 juin 1783; dans Idea dell Universo du Pre
Hervs, t. XVII, p. 41.
Le Pre Hervas dit que le Pre Snchez lui fourit les lments de la langue Mbay. Au t.
II, p. 246, note 3, il dit de lui:
Misionero Venerable anciano escribi en Amrica historia completsima que acaba de
regalar al Seor Abate Gaspar Jurez, para que aprovechandose de ella concluya su Historia
General del Gobierno de Buenos Ayres, de que el Seor Abate Francisco Iturri tiene concluida
la Historia Civilpara imprimirla.
A. Catechismum convertit in linguam Ubjarum5, pro quibus expoliendis ad humanoriem
vitam traducendis, et Evangelis illuminandis plurimum idem desudaverat.
B. Ejusdem lingu Dictionarium produxerat ad litteram P, prceptis grammaticalibus
adornatum, reliquas, non intercedente exilio, persecuturus.
C. (Reproduce Sommervogel algo menos de lo que figura ms atrs en la cita de Backer,
III, p. 526, a propsito de los trabajos contenidos en los Manuscritos del Padre Snchez
Labrador, y slo sobran estas cuatro palabras: Pet., fol., 4 vol.)Le t. I: 2 ff. nch. pour le prologue, pp. 42 pour lintroduction, 2 ff. nch. pour lindex, pp. 44
a 314, 3 dessins, dont 2 hors texte. T. II, 3 ff. nch., pp. 179, 2 dessins. T. III, 2 ff. nch., pp. 134,
1 dess. T. IV, 2 ff. nch. pp. 182; Plan de una bella huerta, pp. 49, 6 dess. (Leclerc, Bibliothque
americana, 1878, n. 1940.)
Paraguay Cathlico. Le P. Sanchez parte de la 2e et 3e part de cet ouvrage dans la 3e et la
4e du MS. C. Caballero, de Backer, III, p. 526.
4 CARLOS SOMMERVOGEL S.J.,Bibliothque de la Compagnie de Jsus, tomo VII, ed. 1896, Bruxelles, p. 539.5 Mbajarum?
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PARADERO DEL MANUSCRITO DE LA MONOGRAFA DE LOS INDIOS MBAYS DEL
PADRE JOS SNCHEZ LABRADOR, SEGN LA RELACIN SUMINISTRADA POR ELPADRE PABLO HERNNDEZ S. J.
Con ocasin de haberse publicado en 1900 el opsculo del Padre Cardiel titulado
Declaracin de la Verdad, y de algunas consultas que hubo de hacer entonces el Padre Pablo
Hernndez al Reverendo Padre Cecilio Gmez Rodeles, director de la publicacin Monumenta
histrica Societatis Jesu, se interes ste notablemente en favorecer los estudios sobre
misiones antiguas del Paraguay; y entre otras cosas tuvo la bondad de enviar por conducto
seguro el original del escrito del Padre Jos Snchez Labrador, antiguo misionero Jesuita, que
trata de los Mbays y Guans y lleva por ttulo Paraguay Catlico. Tercera Parte, advirtiendo
que, luego que hubiese sido utilizado, se devolviese a su origen.
Recibido que hubo el Padre Hernndez este libro, de cuya existencia no tena la menor
noticia, juzg que ningn empleo ms til se poda hacer de l, que el de sacar una copia
completa, que fuese una garanta de que no se haban de perder las importantes noticias all
consignadas, como tantas otras de otros manuscritos; algunos del mismo padre Snchez
Labrador se han perdido. Puso, pues, manos a la obra y lo copi por s mismo a mquina, con
la mayor escrupulosidad posible, variando nicamente la ortografa para reducir la antigua, que
usa el manuscrito, a la moderna, por si en algn tiempo se hubiera de imprimir. Terminada la
copia rog al hermano Hilario Xandri S. J., pintor, y entonces profesor de dibujo en el Colegio
del Salvador, le quisiera poner un equivalente de los dibujos que tena el original; y el hermano,
con el mayor empeo, hizo el trabajo de calcar uno por uno todos los dibujos, los cuales
resultaron en la copia exactamente iguales en tamao y figura a los del manuscrito, y se les
aadi tambin el mismo colorido del original: bien es verdad que las figuras son muy
imperfectas, porque el misionero que las traz distaba mucho de ser pintor; pero aun as
resultan utilsimas para entender la narracin, si es que alguna vez no son necesarias6.
En 1903, haciendo viaje el Padre Hernndez a Espaa, llev consigo el manuscrito
original y lo entreg en propias manos al Padre Gmez Rodeles. Con esta ocasin procur
averiguar el modo cmo haba venido a parar el libro a aquel Archivo; pero nada pudo saber; ni
6 Estas ilustraciones se han reducido en tamao adaptndolas as al formato de la edicin. (Nota del editor.)
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el Padre Rodeles pudo dar ms noticias sino la de haberlo encontrado y, sin ninguna nota de
origen.
Queda, pues, el recurso de las conjeturas probables para explicar la restante parte de lahistoria del manuscrito. Once tomos en cuarto escribi el Padre Snchez Labrador con el ttulo
de Paraguay Cultivadoy tres de Paraguay Catlico.
Son las que preceden las propias palabras del Padre Hernndez y contina con un
recuerdo de lo que escribi Hervs acerca del Padre Snchez Labrador y el destino que dio a
sus manuscritos.
Prosigue el Padre Hernndez:
El Padre Jurez muri el ao de 1804 en la casa donde se iban reuniendo los antiguos
Jesuitas en Roma. No sera imposible que alguno de los Jesuitas espaoles que all estaban,
volviendo despus a Espaa, quedase por heredero de parte de sus manuscritos y trajese ste
consigo a Madrid. Quiz fuera el Padre Diego Gonzlez, de quien se conserva all un Catlogo
muy til, y que todava viva en 1812. Ojal que con el tiempo aparezcan los otros dos tomos I
y II, hasta hoy perdidos, aunque, fuera dejndonos respecto de sus aventuras en la
incertidumbre en que siempre queda el III.
Lo que precede fue remitido por el Padre Hernndez desde la Concepcin de Chile el 26
de abril de 1909, y es cuanto por ahora se sabe de esta importantsima monografa sobre los
Indios Mbay y Chan Chan.
NDOLE Y EXTENSIN DE LA OBRA
La monografa sobre los Indios Mbay llena un vaco que nos quedaba en la historia de la
gran familia tnica a que pertenecen. El nombre apodo de Mbay parece que se lo ganaron
por el uso que hacan y hacen de esteras para construir su bohios ramadas: ms conocidos
fueron por aquel otro de Guaycur, tambin de origen guaran, sin que necesariamente
debamos confundir (aun cuando sean como lo son, indios de una sola estirpe), Mbay con
Guaycur; porque Guaycur eran los Indios Mbay de la Asuncin y riberas occidentales ro
arriba del Paraguay hasta llegar a tierra de los Payagu, y Mbay eran los Guaycur que,
confinando con los Payagu, se hallaban en frente de los Guaran Itatines, ro Paraguay por
medio; esta ubicacin empero era la propia del siglo XVI, porque ya en tiempo de Snchez
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Labrador los Guaycur vecinos fronterizos de la Asuncin en su mayor parte se haban corrido
hacia el Norte, y ya como vencedores, ya como aliados, formaban y figuraran entre los Mbay
de la regin de Beln.
Con el Toba, dicho del padre Brcena (1600), las noticias del padre Lozano, que,
publicadas en el siglo XVIII, corresponden al XVII, las de los padres Jolis, Dobrizhoffer, Brigniel
y Hervs, 1760 a 1800 (todos stos de la Compaa de Jess), y de los padres Tavolini, Ducci
y otros de la Orden Serfica entre 1850 y 1900, mucho se haba adelantado en el conocimiento
de esta familia de idiomas del Chaco; pero los escasos datos conservados en las publicaciones
de Hervs, Adelung, Castelnau, y algunos otros autores y viajeros como Boggiani, etc., no
bastaban para completar la informacin que se requera al objeto de establecer sin lugar aduda la interrelacin tnica y lingstica que ligaba a los Guaycur Mbay con los Guaycur
Toba, Mocov y Abipn; porque es de advertir que este apodo de Guaycur, sea su origen cul
se quiera, se aplica en la actualidad como la designacin genrica de todas las naciones de
Indios aqu enumeradas.
Hervs en su Catlogo de las lenguas, tomo primero, pginas 182 y 3, con argumentos
muy atendibles, pone en duda la identidad de origen entre la lengua Mbay y los dialectos
Toba; por razn de artificios gramaticales que l no reconoce como anlogos entre estos dosidiomas, se inclina a negar que el Mbay sea afn del Mocov, uno de los codialectos del tipo
Toba; pero seguramente hubiese opinado con opuesto criterio al tener a la mano los trabajos
completos de la parte lingstica que los padres del Salvador han facilitado hoy para estas
publicaciones. La opinin de Hervs para nosotros vale mucho; es uno de los precursores de la
verdadera lingstica cientfica, por cuanto da ms valor a las formas del mecanismo gramatical
que a simples homofonas lxicas desde que todos los vocabularios estn expuestos a
enriquecerse de prestado; en contra empero de lo que pensaba Hervs est el otro escollo, y
es, que ciertas diferencias gramaticales pueden resultar ms aparentes que reales, y que para
poderlas aquilatar al grado de reducirlas a su expresin ms simple, ms radical, se requieren
conocimientos especiales acerca de las respectivas fonticas, en una palabra, algo que se
parezca a una Ley de Grimm Americana, lo que no poda anticipar Hervs.
No es este el lugar de discutir un punto de lingstica, porque slo se trata de la parte
etnogrfica de los manuscritos del autor; a su tiempo esperamos poder enriquecer la
bibliografia de las lenguas del Plata con el ms completo de los estudios sobre una de ellas,excepcin hecha se entiende de las que tratan sobre la lengua Guaran; ms ello tendr que
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ser en tomo aparte por cuanto hay que traducir las fotografas para poderlas entregar a la
imprenta, lo que ya en s es una mproba labor.
La Gramtica y Vocabulario forman la mnima parte de las copias fotogrficasconseguidas por los padres del Colegio del Salvador en Buenos Aires al objeto de su
publicacin; el resto, que es lo ms, se refiere a la Historia Natural de la regin. Es de esperar
que con el tiempo se dar a conocer el contenido de este material en su totalidad.
La procedencia de los manuscritos originales de estos dos tomos ya se ha establecido en
el informe del mismo padre Pablo Hernndez, que se reproduce en las pginas 10 a 12. Puesta
la copia a mquina a nuestra disposicin por el reverendo padre Vite Gambn S. J., se
procedi a su publicacin con el objeto de presentarla como una preciosa y novedosaadquisicin al congreso de Americanistas reunidos en esta Capital de la Repblica Argentina
que honrarn con su presencia el gran Centenario de la emancipacin argentina la cual en su
evolucin lleg a ser americana, despus de haberse iniciado el 25 de mayo del ao 1810
como rioplatense.
Estos dos tomos contienen una gran parte, por no decir un fragmento, de la importante
obra dejada por el padre Jos Snchez Labrador, sobre el Paraguay y su provincia, en lo que
se refiere a los Indios Guaycur-Mbay Eyiguayegui, de los que fue el primer y ltimomisionero, entre los de la Compaa de Jess, se entiende.
Lo publicado aqu empieza con lo que nos da de la parte segunda: Consta de una
Advertencia y Diario de Viaje desde la Reduccin de Nuestra Seora de Beln hasta la del
Santo Corazn de Jess en los Chiquitos, ida y vuelta, en los aos 1766 y 7. A todo ello se
agrega como posdata una Noticia Breve de las Misiones a los Indios dichos Chiquitos,
extractada de la obra conocida del padre Patricio Hernndez S. J. y aumentada en valor como
que es el testimonio de un testigo ocular que acredita los hechos que relata; porque Snchez
Labrador no es de los que dicen Amen a todo lo que escriben otros padres, por mucho que
sean de la propia Compaa de Jess.
La segunda parte de esta publicacin contiene la que figura como Tercera en el
manuscrito del autor, y trata en primer lugar de los Indios Mbay-Eyiguayegui, que son los
Guaycur del Norte, descendientes de esos mismos Mbay de que hablan todos los escritores
y cronistas en los siglos anteriores, pero que, aunque Indios de la misma estirpe tnica, de
ninguna manera debern confundirse en cuanto a su ubicacin geogrfica, con los otros
Guaycur nombrados por Alvar Nez Cabeza de Vaca como vecinos, ro por medio de la
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Asuncin. Snchez Labrador ubica a estos Indios desde los 18 hasta los 24 de latitud sur, as
que este paralelo correspondera a los de Alvar Nez y aquel a los de nuestro autor, sea,
Guaycurs de Beln y sus inmediaciones, explicndose por ello el contacto de stos Guaycur-
Mbay con los Indios Chiquitos. Con los mapas del autor, nmeros primero y segundo y el
tercero deI padre Joaqun Camagno, publicado por el padre Jos Jolis (ambos S. J.), en su
Chaco, se podr conocer perfectamente la geografa tnica contempornea de que tratan los
respectivos escritores.
En segundo lugar Snchez Labrador toma en consideracin y describe otros Indios a
quienes l llama Chan Chan, interesantes bajo muchos puntos de vista. Primero,
porque son representantes en nuestra parte del continente de esa gran familia tnica a que losetngrafos alemanes aplican el sobrenombre de Nu-Araucos, porque el Nu yo es el
pronombre caracterstico de primera persona.
Un segundo y muy apreciable motivo sera el de haber sido sus antepasados los
compaeros del malhadado Juan de Ayolas en su viaje y trgica muerte a manos de los Indios
Payagu y Mbay del Puerto de la Candelaria el ao 1537-8, siendo el Indiecito Chan quien
delat a los autores de la masacrada.
Por tercero y ltimo, para no abundar en prolijidades: son stos Indios aquella grannacin, tan mentada desde los primeros tiempos hasta los nuestros, bajo sus varias
designaciones gentlicas, como compaeros, socios, vasallos, siervos, como se los quiera
llamar, de los Guaycur-Mbay Eyiguayegui Caduveo, etc., y de muchos otros Indios ms
como ser los Chiriguanos y Chiquitos en la parte Austral, y los Caribes en la Boreal.
Schmidel, el viajero estraubigense, y compaero de don Pedro de Mendoza, nos cuenta
en su diario de viaje que marcharon hasta una nacin llamada Schenne (Chan); stos eran
vasallos sbditos de los Mayaiess (Mbay), que acababa de nombrar, y los compara con
los campesinos de su tierra Baviera, que tambin servan como siervos a sus seores.
As como Schmidel acopla a los Mbay con los Chan en el siglo XVI, as tambin
Snchez Labrador en el XVIII despus de sus Guaycur-Mbay pasa a describir a los Chan,-
Chan, como si no fuese posible hablar de los unos sin tener en cuenta los otros, sus
aparceros.
En el siglo nuestro, XIX-XX, Guido Boggiani, tambin se ha ocupado de los Guaycur-
Mbay o Eyiguayegui o Caduveo, y no ha podido menos que juntarlos con los Quiniquinao
Tereno, etc., representantes de los ya nombrados Chan Chan.
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De lamentar es que en este caso nos falte el Arte y Vocabulario de los tales Indios,
porque a no dudarlo hubiesen resultado tan completos como los que nos ha dejado del
Guaycur-Mbay: la causa que motiv esta falta se impone; porque al volver Snchez Labrador
de su visita a dichos Indios se encontr con la orden de expulsin de los Jesuitas. Los Chan
como los Mbaya perdieron su Misin y sus Doctrineros; nosotros los preciosos datos tnicos y
lingsticos que tanta luz hubiesen arrojado sobre la etnografa del Chaco, y la Espaa perdi
el corazn de sus dominios en la Hispano-Amrica del Sud.
Samuel A. Lafone Quevedo
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PARAGUAY CATLICO
CON SUS PRINCIPALES PROVINCIAS CONVERTIDAS A LA SANTA FE Y VASALLAJE DEL REY DE
ESPAA POR LA PREDICACIN DE LOS MISIONEROS CELOSOS DE LA COMPAA DE JESS EN GRAN
PARTE ARRUINADAS POR LOS MAMELUCOS DEL BRASIL Y RESTABLECIDAS POR LOS MISMOS
MISIONEROS
ESCRITO POR EL
PADRE JOS SNCHEZ LABRADOR
MISIONERO EN LA MISMA PROVINCIA DEL PARAGUAY
AO DE 1770
PARTE SEGUNDA
RELACIN FRAGMENTARIA DE LOS VIAJES DESDE LA REDUCCIN DE NUESTRA SEORA DE
BELN
HASTA LAS MISIONES EN LOS CHIQUITOS Y DE REGRESO
VIAJE
DESDE LA REDUCCIN DE NUESTRA SEORA DE BELN DE INDIOS GUAYCURES HASTA LAS
MISIONES DE LOS CHIQUITOS AO DE 1766
ADVERTENCIAS
Los indios conocidos vulgarmente bajo el nombre de Mbays, entre s se llaman
Eyiguayeguis, esto es, los oriundos del sitio y palmar que abunda de unas palmas dichasEyigu, situado a las orillas occidentales del gran ro Paraguay.
Impacientes de la estrechez del territorio, buscaron desahogo en la orilla oriental de dicho
ro; sus genios inquietos y marciales tuvieron en continuo desasosiego a otras naciones
gentiles que habitaban aquellas tierras, sin que de su ferocidad se viese libre la espaola.
La gobernacin del Paraguay, frontera de gente tan brbara, mir por muchos aos
inundadas sus campaas de sangre, violentamente derramada por los Guaycures. Orgullosos
stos con la incesante prosperidad de sus armas, se derramaron por la tierra y extendieron sus
esteras desde el grado 18 de latitud austral, hasta el 24 algo ms o menos de la misma.
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Seores del terreno, hostilizaban brbaramente a los espaoles. Apiadse Dios de stos y
alumbr con soberana luz la razn de uno de los principales caciques de la nacin
Eyiguayegui. Movironse tratados de paz entre cristianos infieles, con tan feliz suceso, que al
punto pidieron misioneros de la compaa de Jess. Destinronse dos religiosos para la
instruccin de los Guaycures en sus propias tierras. Salieron de la ciudad de la Asuncin
capital de la provincia del Paraguay, el da 4 de agosto de 1760, y el da 24 del mismo mes
entraron en el ro Guarambani, hoy llamado Ipaniguaz, y en su orilla del Norte, cuatro leguas
ms arriba de su desembocadura, en el ro Paraguay, dieron principio a la reduccin de
Nuestra Seora de Beln.
Contenta la nacin Mbay con su dicha, se felicitaban sus caciques de su quietud despusde ms de 130 aos felizmente conseguida, as se mantuvieron hasta que un frangente turb el
sosiego y puso en cuidado el valor Eyiguayeguy. Fue el caso que los misioneros jesuitas, que
cultivaban la nacin de los indios Chiquitos, anhelando a extenderse los trminos de la iglesia
nuestra madre y conquistar nuevos vasallos a nuestro catlico monarca, pre-tendieron
descubrir por aquellos rumbos el famoso ro Paraguay. Despus de increbles trabajos,
inseparables de la empresa grande a todas luces, por bosques inaccesibles, salieron a un mar
de agua. Gozosos con el hallazgo, no dudaron verse ya al trmino de sus deseos, y en el ro
Paraguay, cuyas dos orillas, pobladas de innumerable gento, miraban como teatro de sus
fervores. El tiempo descubri que era una hermosa laguna lo que les pareci caudaloso ro;
repitieron los viajes a costa de su desengao. En uno de los viajes, algunos de los indios Bays
que se divertan en dbiles canoas en pescar, vieron gente de distinta nacin; acercronse
confiados, y por seas trataron con los indios Chiquitos; estos se volvieron a su pueblo del
Santo Corazn de Jess con la nueva, y aquellos llevaron la noticia a su toldo. Curiosos los
Guaycures, en nmero de 60 entraron por la senda que haban abierto los Chiquitos y
caminando cosa de 20 leguas llegaron al dicho pueblo. Tratronlos los padres misioneros con
todo el cario que les dict su celo y el amor de aquellas almas; un mes entero se mantuvieron
los Guaycures en la Reduccin, dando muestras de querer llevar a sus tierras misioneros que
los impusiesen de las mximas de vida civil y cristianas que adminaban en sus nuevos amigos
los Chiquitos. Despus de muchas oraciones y sacrificios ofrecidos a este intento se resolvi
uno de los misioneros a condescender con la voluntad de los Eyiguayeguis. Sali con ellos sin
ms armas que la cruz y seis muchachos. As procur desvanecer las sospechas que formaron
los Guaycures al ver las armas de los Chiquitos, singularmente las saetas envenenadas.
Caminaron como siete leguas hicieron alto en un sitio llamado la Cruz, que sirve de estancia
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en que se apacienta algn ganado para alimento de pueblo. Aqu el comn enemigo envidioso
de la dicha de aquellos pobres gentiles, y furioso por la prxima ruina que amenazaba a su
tirnico imperio sugiri a los Guaycures la ms atroz alevosa. Descuidado el misionero del
atentado, ofreca a Dios sus oraciones y su vida por la del alma de sus compaeros; oy y
acept el seor su voluntad, y al tiempo de sus splicas entr en el cuarto del misionero un
indio Guaycur de los ms favorecidos; habase pintado o embijado de negro a su usanza.
Abrazse con el inocente sacerdote y al mismo tiempo otro Guaycur cmplice en la secreta
conspiracin le derrib al golpe de su macana garrote.
Cado el misionero, con un sable le cortaron la cabeza, y con furia infernal quitaron la vida a
los seis nios que para servir al altar llevaba el P. misionero. Repartironse a modo detorbellino por las chozas de la estancia, llevaron y cautivaron sin resistencia. Noticiados de esta
desgracia los indios Chiquitos bramaron como leones y dispusieron sus surtidas con tanto
acuerdo, que lograron escarmentar a los Eyiguayeguis. stos no contentos con la traicin
ejecutada, resolvieron asolar el pueblo del Santo Corazn de Jess, ensalzando as la
reputacin de su valor, y logrando en un solo botn esclavos y haciendas de ganados. Alistse
la ms valiente milicia de todos los Toldos, dirigieron sus marchas al dicho pueblo, ms Dios
los llevaba para entregarlos en manos de los esforzados Chiquitos. Estos sin aterrarse por ver
a 250 Guaycures, y armados de lanzas, sables y flechas, hicieron prisioneros a todos, y
corriendo con prontitud la tierra del cacique Golanip, principal motor de la guerra, apresaron a
toda la gente cuyo nmero llega a 500 almas, y rescataron a 13 cautivas que les haban llevado
los Guaycures. Parece especie de prodigio, que en esta ocasin tan gloriosa a los Chiquitos,
como ignominiosa a los Eyiguayeguis no se derram gota de sangre, ni emplearon una flecha
los cristianos. Dios sin duda quizo abatir la altivez Mbay y castigar con clemencia los
desafueros de su barbarie. Sucedi este memorable suceso el ao 1763 por noviembre, y el
padre misionero, llamado Antonio Guays, mallorquino de nacin, alcanz desde el cielo este
triunfo a las armas cristianas de sus amados Chiquitos, y que no muriesen los Guaycures,
para que instruidos en los pueblos de dicha nacin, logren la dicha del santo bautismo. Al
presente repartidos por los pueblos de aquella misin, se trabaja en catequizarlos y suavizar
sus genios casi indomables y erguidos.
Un golpe tan fatal inesperado, tard en llegar bien explicado casi un ao a los toldos de los
Guaycures que estn situados ms al sud de la Laguna; al fin se tuvo cierta noticia por la
relacin de los prisioneros. Qued consternada la nacin, abatida su soberbia, y convertido en
llanto su regocijo. No ideaba su astucia medio de recobrar su gente perdida y su valor
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obscurecido, ni en chanza queran oir el nombre de Chiquitos, imaginando al articularlo, sobre
sus cervices un cuerpo invencible de aquellos nefitos. Los padres misioneros de Beln
estaban a la mira de todos los movimientos de los infieles; en sus ms indecisas perplejidades,
les sugeran tal cual luz para su resolucin. Yendo un misionero de nosotros de los Chiquitos,
saldris de alguna duda, les decan; cavaron en la especie los infieles y determinaron llevar al
padre Jos Sanchez Labrador, su primer misionero, expusironles sus deseos instaban al
viaje. Dejbase rogar el misionero para que creciesen los deseos de los Eyiguayeguis, por
ltimo dndose como por vencido en lo mismo que deseaba les propuso varias capitulaciones,
precaviendo con ellas lo que se teman de unos genios sospechosos y voltarios. Camin con
ellos como 70 leguas, y faltndole a las condiciones que haban admitido, interrumpi su viaje
eI misionero, y dio vista a su Reduccin de Beln por agosto de 1764. El vulgo de la nacin
sinti entraablemente, que sus capitanes hubiesen tan torpemente faltado a los tratados.
Quejbase el misionero del engao, y los Eyiguayeguis corridos de la poca firmeza de sus
palabras, procuraban restablecer su honor tal cual se halla en su pobre juicio, en el nterin que
batallaban entre s mismos los pareceres de los indios Bays, llegaron a la reduccin de Beln,
los infieles Payagus, vasallos del cacique Cuat; llamados los Sarigues. Venan a buscar asilo
en la Reduccin, temerosos de que los sorprendiesen los Chiquitos, que haban seguido la
victoria y corran la campaa. Esta retirada de los prfidos Payagus, no dej de poner en
cuidado a los Mbays. Cada da llegan a Beln rumores, todos infaustos. A paso que stos se
aumentaban crecan los sobresaltos de los Guaycures. No temis estando yo con vosotros,
les deca el misionero. Dos circunstancias que intervinieron casi a un tiempo, determinaron a
los Guycures a instar de veras con el misionero, que emprendiese nuevo viaje; la primera fue
que los mismos infieles Payagus, publicaron que algunos de los prisioneros se haban huido
de los pueblos en que los tenan, y que con engao les haban quitado la vida, tomando con
tanta inhumanidad venganza de los Eyiguayeguis, de los cuales vivan agraviados. La segundaque otros ms felices huidos, por haber escapado de los Payagus, llegaron al toldo de un
cacique Mbay despus de casi seis meses de extraviados caminos.
Estos fugitivos contaron que los Chiquitos haban pasado a cuchillo a todos los prisioneros.
En fuerza de las dos noticias se renov el llanto en los toldos, psose entredicho a la alegra, y
teman a cada instante ser vctimas del fogoso coraje de los Chiquitos. Cuando se hallaba toda
la nacin Eyiguayegui en lo ms profundo de su melancola, ray una luz que les anunciaba
alguna bonanza. En tan deshecha borrasca de tristes pensamientos un prisionero de nacin
Guan Echoaladi, entreg una carta del padre Jos Chueca, cura doctrinero en el pueblo del
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Sagrado Corazn de Jess a un cacique Mbay; vena sobrescrito al padre Jos Snchez
Labrador, residente en la Reduccin de Nuestra Seora de Beln, situada en los 23 y medio
grados de latitud austral, sobre una de las mrgenes del ro Ipaneguaz. Aadi el portador de
la carta que los Guaycures vivan contentos en los pueblos de los Chiquitos, y que si el padre
Labrador fuese a dichos pueblos, conoceran la verdad de su informe y tomaran ms favorable
semblante las cosas de los Eyiguayeguis.
Al punto se divulg por todos los toldos la alegre nueva, y hablaron al padre misionero sobre
el viaje. Qued ste sealado para cierto tiempo con algunas condiciones, conducentes al logro
de tan importante negocio.
Los guas y conductores en todas las jornadas fueron los Guaycures; stos no hallabanembarazo en anegadizos, cinagos, manizales y ros. Sus caballos intrpidos no menos que
los dueos, atropellan por todo; de que se deja entender que los riesgos son muchos en tan
malos pasos, y que para ellos todo el campo es camino, que no hay ms que senda para los
Guaycures que el rumbo tropiece no tropiece en agua barro. Esto hace sobremanera
molesta la marcha en su compaa: ms todo esto les obliga la necesidad de buscar el
sustento cotidiano en la caza de ciervos, venados, avestruces y culebras de una grandeza
extraa.La precisin de cazar todo el da lo que han de comer hacen que sean muy cortas las
jornadas; como a las ocho de la maana se da principio a la marcha, y a eso de las doce una
del da se hace alto en sitio que sea cmodo para beber ellos y sus cabalgaduras. Pranse
muchas veces en el camino, para seguir la caza, para sacar fuego con dos palitos y
encender la tabaquera, para cortar alguna palma y sacarle el cogollo meollo. Por esto son
muchos los das que pasan en sus caminos y pocas las jornadas que sean tales. Los
Guaycures no se fatigan por llegar al trmino; si no es hoy ser maana, dicen, y como entodas partes hallan posada y mesa franca, no cuentan por leguas sus caminos sino por lunas,
esto es por meses. A veces en siete leguas emplean ms de una semana; fue necesario
acomodarse a su modo, bien que a costa de reduplicadas molestias, que no son menores al
caminar que en las paradas, tal cual vez paran al medioda y despus de tres cuatro horas de
descanso caminan algo por la tarde en busca de otra aguada, cuando para no volver a caminar
aquel da dicen a la parada comedi, nuestra dormida se hace solamente al medioda dicen
codilia quegadi. Nuestra comida de paso; de cualquier modo siempre son cortas sus jornadas yno llegan a completar legua por hora.
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Los nombres de aquellos parajes ms conocidos de las paradas, se ponen en el idioma
Eyiguayegui y tambin algunos en Guaran, ya por haber sido las dos naciones las que
impusieron los nombres dichos, ya porque muchos de los sitios se demarcan en los mapas con
vocablos de la lengua guaran.
Los indios Guaranes antes que Eyiguayeguis, fueron seores de aquellas tierras
reducidas a la fe por misioneros jesuitas, fueron perseguidos por los mamelucos del Brasil,
cuyas crueldades en muertes y cautiverios les obligaron a buscar otros pases ms seguros por
distantes. El mismo infortunio experimentaron algunas naciones de espaoles, cuyos
habitadores se recogieron a la capital de la Asuncin a sus inmediaciones. Los Guaycures
solamente han mantenido el campo, y a pesar del valor lusitano, se han establecido en lasmejores tierras, pertenecientes a la Gobernacin del Paraguay, partes de las cuales usurpadas
por los portugueses a castilla, y como son Cuyab, y otros establecimientos, cuyo dueo
legtimo sin controversia es el catlico monarca.
No es historia ni relacin universal del Ro Paraguay, sus orillas y naciones que la habitan,
este viaje. Dase precisamente una substancial noticia de lo ms particular que ocurri en el
camino, tanto a la ida como a la vuelta. Esto bastara para hacerse cargo del terreno y las
dificultades que han de vencerse en su trnsito.DIARIO
Dispuestas las cosas para el viaje, salimos de la Reduccin de Beln el da 10 de
diciembre de 1766; fueron mis compaeros tres indios cristianos Guaranes y dos de los
Mbays; caminse este da cuatro leguas al Norte; el terreno alto y bueno por dos hermosas
caadas; como a una legua de Beln se atraviesa un bosque por camino hecho a mano, cuya
longitud tendr media legua. Hzose alto cerca de un pequeo arroyo de buena agua, llamado
Liquedemadigo, agua de los sapos. Vinele apropiado el nombre por la molesta vocinglera que
de noche levantan dichos animalitos. El paso de este arroyo en tiempo de aguas es bastante
pantanoso y molesto. Cerca de este sitio haba unas sementeras de los indios de la Reduccin
metidos en el bosque. Aprtanlas del poblado por los caballos y holgazanes; estuvieron
molestsimos los mosquitos, plaga que empez hoy y no par en todo el camino. Hay tres
especies de estos insectos a cual ms impertinente. A los de zancas llaman los Mbays
Conodo, se hacen casi insufribles al amanecer y al ponerse el sol, hasta la medianoche toda
ella, si el cielo est entoldado de nubes amenaza lluvia. A los pequeos dicen Canipenigo.Estos clavan su aguijn cuando el sol est ms ardiente; hay otros casi imperceptibles y vuelan
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tantos juntos que parecen polvitos tomos volantes; acometen a todas horas y se introducen
por los cabellos, orejas y cejas, abrasando con su picada: para defenderse de unos enemigos
que no dan treguas, suelen hacer humo y ponerse a descansar al lado contrario del viento,
pero yo experiment que no ceden los mosquitos; ms eficaz era el humo de una pasta que
forman las hormigas en los troncos y horquetas de algunos rboles 7. En stas hacen las
hormigas sus vivares, casas en que defenderse de las aguas; del olor que despide el humo de
estos hormigueros, es gravoso y aun ftido, pero la molestia de sufrirlo casi es tan pesada
como la de ojear los mosquitos a expensas del sueo.
Da 11 de diciembre
Fue la jornada de la manana como de tres leguas al mismo rumbo. Las tierras dobladas ylimpias a excepcin de unas dos caadas que tenan agua y barro; hzose medioda a la orilla
del norte de un buen ro llamado Aguid aguaniguy8, Paraguay pequeo. En el camino se ofrece
un arroyuelo llamado Cachoque menagadi, aullido del zorro. En este camino hay palmas
mamogolipi que comen los Eyiguayeguis. El arroyo de los Zorros tiene poca agua pero buena y
fresca. Crtase con los soles y se mantiene en pozos sombros. El ro Aguidaguanigui, nace en
la serrana de Iguatemi9 al oriente y corriendo algunas leguas entre Sudoeste y Sud,
desemboca en el ro Paraguay. Tiene el suelo de arena menuda aunque a su entrada hayalgunos guijarros su agua es muy buena y muy clara; abunda en l la pesca que le entra del ro
Grande. Tiene dorados, paces, surubes y otras especies de peces conocidos; abunda de
rayas medianas, a lo que ayuda el fondo de la arena: matronse cuatro de stas, una grande y
tres chicas y cada una tena la pa venenosa en la cola, cuya picada, aunque no quita la vida,
causa intolerable dolor con calentura. Los indios tienen por remedio eficaz y preservativo hacer
un hoyo en la tierra y enterrar en l la pierna, y usan tambin foguear la parte poner sobre
ella tabaco mascado. La palma Namogolig la harinosa, es alta y bien poblada de hojas; toda
ella est armada de agudas espinas de casi dos pulgadas de largo, y del grosor de gruesos
alfileres; rara vez la cortan sin que les cueste sangre: el cogollo crudo es muy sabroso y fresco;
comnle tambin cocido; el corazn es fibroso y lleno de una substancia harinosa dulce y
fresca. Cuando quieren comerla reciente, acanalan la palma y con un palo a modo de barreta la
quebrantan y machucan; as dispuesta, la chupan y da un jugo suave refrigerante; otras veces
la cuecen y as queda de buen gusto muy harinoso. Otras las secan al sol al fuego y despus
7 Nido de termitas o Eupii en guaran. (N. de la ed. dig.)8 Aquidaban nigu? (N. de la ed. dig.)9 Ygatim (N. de la ed. dig.)
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la muelen y ciernen, sacando harina de la que hacen tortas y bollos. Los dtiles son unos como
redondos mayores que nueces; cuando estn maduros comen la carne contenida debajo de la
cortecita exterior, la cual carne es amarilla y melosa, parten despus el coco y el meollo tiene
sabor de almendra, bien que es algo fibroso; de la corteza del hueso hacen unos anillos a costa
de tiempo y paciencia, tan iguales y lustrosos, que eslabonando los unos con los otros con
anillitos de concha les sirven de pendientes vistosos.
A la orilla del Sud del ro Aguidaguaniguy, como a tres leguas del paso del oriente,
estuvieron los pueblos de los indios Guaranies, llamados de Nuestra Seora de Fe y San
Benito. Estas fueron misiones de los Itatines convertidos a la fe de Cristo por misioneros
jesuitas; permanecieron poco tiempo en sus primitivos sitios, parte por la persecucin de losMamelucos del Brasil, y parte por las hostilidades de los Guaycures. Pasronse a este ro
donde se mantuvieron por espacio de siete aos, hasta que obligados de las mismas causas
que les hizo dejar el Mbotetey al primero, y el Caaguaz al segundo, transmigraron al Paran y
Tebicuary, en donde hoy florecen. El primero conserva el ttulo de Nuestra Seora de Fe y el
segundo mud el que tena antes en el Santiago. Vnse hoy vestigios de lo que fueron. En los
dos parajes hay muchos naranjos y rboles frutales del pas. En uno de los sitios se ven
levantados cinco hileras de postes que sirvieron de casas. Cavando dos naranjitos para
sacarles con su raz, hall dos ollas vidriadas que conservaban sin deslustrarse el vidrio y un
cuchillo enmohecido de hechura antigua, tambin unas flores de talco que serviran en la
iglesia. Oriundos de estos Itatines son los indios de estos pueblos de San Joaqun y San
Estanislao de Tamusa, sacados de los bosques por los misioneros jesuitas del ao 1746 y
1749 hasta el presente del 67. En la transmigracin que desde el sitio de Aguidaguaniguy
hicieron los Itatines al Tebicuar en que se hallan, quedaron muchos dispersos por los bosques,
pegados a sus tierras pobres, a las cuales amaban ms que otras conveniencias, porque a
modo de los Sibaritas que a manera de establo apetecan su patria en que vivan ms como
animales que como hombres, adhesin transcendental a todo el mundo, porque dijo Plutarco:
Et hoc idem accidit nobis cum extra patriam constituti mares, aerem, coelum Darius,
consideramos quasi aliquid ii desit forum quipus in patria fruebamur.
Habiendo descansado unas horas se continu la marcha hasta una bella laguna
Numigenagadi. El pescadero distar como unas dos leguas de Aguidaguaniguy; la tierra en
tiempo de aguas se inunda y pone pantanosa. Es un palmar de una especie de palmas dichas
Cabuigo. Las hojas de stas parecen un abanico abierto; da por fruto unos dtiles pequeos y
redondos como avellanas; comen los Guaycures una pulpita melosa contenida entre el hueso
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y la corteza; para esto los cuecen y dan punto al agua con lo que se espesa y queda algo
parecida a la miel; son muy altas y tan duras, que del tronco excavado se hacen tejas de
mucha duracin. Al salir del palmar se entra en un bosquecillo que tendr poco ms de un
cuarto de legua; remata en ro llamado Petanoyagadi, Punta quebrada. Su caudal es bastante y
si no hay lluvias puede vadearse; el agua es buena y desemboca como dos leguas ms abajo
de este paso, en el Aguidaguaniguy. En el dicho bosquecito hay unos rboles cuya fruta
apetecen grandemente los indios, llamndolos Aolaiche; el rbol es muy parecido a los
naranjos y la fruta a las naranjas en lo exterior; en lo interior encierra unas pepitas gruesas y
blandas a las cuales est pegada una carne que amarillea, de sabor dulce, tanto que casi
empalaga. Alaban mucho esta fruta, sus aficionados, ms yo pagu la golosina de cuatro
cinco que com, con unas calenturas y aprieto de garganta que me duraron por tres das; el
remedio fue beber agua en abundancia, con la cual se precipita deshecha la carne melosa, y
rompe en evacuaciones la naturaleza.
Da 12 de diciembre
Caminamos al Norte siempre con alguna inclinacin al Estenoreste, se camin cosa de
tres leguas hasta otra laguna pequea, en cuya orilla paramos. Es de agua permanente, aun
en la mayor sequa de la tierra. Esta toda es doblada y compuesta de lomas muy dilatadas,limpias de rboles y pobladas de pasto muy substancioso a los animales por abundar los
salitrales. Eeta es una de las estancias que tienen los Guaycures para engorde de sus
caballos; mosquitos sinnmero toda la noche.
Da 13 de diciembre
Siguiendo tierra doblada se camin cosa de cuatro leguas; parse a orilla de un ro
llamado Etagadiyadi, el caaveral. Al oriente se deja a una vista la serrana que llega hasta el
Curuguat, villa de la Gobernacin del Paraguay, y corre al Norte por muchas leguas
dirigindose despus del poniente hasta las cordilleras del Per. Al poniente hay tambin
serrana que sirve de atajo muro al ro Paraguay, cuya direccin lleva por espacio de algunas
leguas. Cerca del ro el Caaveral hay muchas plantas llamadas Noticoragadi, tintreas. Las
races dan un color encarnado vistoso, segn toda la configuracin de la planta es la rubia de
Espaa. Al ro Caaveral llamaron los Guaranes antiguos, Yaguar. Tiene su origen cerca del
paso en los Cerros de Oriente, el agua es gruesa y desabrida; por la mucha hojarasca que se
destie en los pozos de piedra que tiene su cauce, y por las races de caa brava que pueblansus orillas; hay algunos peces pequeos y muy espinosos; desemboca en el ro Paraguay
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atravesando los cerros del poniente. En los pozos de viva piedra de este ro, se produce un
animal muy bravo. El tamao de su cuerpo es como el de un perro ordinario: tiene aletas en
manos y pies, uas fuertes y agudas, los colmillos sobresalientes y aguzados, la piel lanuda y
de color leonado. Sale a tierra a su arbitrio, y si se ve acosado acomete como un tigre; a veces
destripa algunos caballos que incautos se introducen en los pozos y los tira a fondo, en donde
le sirven de pasto. Acaso es al que los Guaranes dieron el nombre de Yaguarn.
Por la tarde se empez a caminar, pero a cosa de una legua par la comitiva; habase
adelantado un indio incendiado el campo; el viento era favorable iba limpiando los
pajonales, ms cambindose al Norte arroj con tanta velocidad contra nosotros las llamas que
nos vimos en inminente riesgo de ser abrasados. Al viento se sigui una tormenta de agua,truenos y relmpagos, que nos oblig a guarecernos a toda prisa; dur la mayor parte de la
noche, que se pas con extraordinaria incomodidad. Cerca del sitio en que pasamos hay una
laguna y manantial grande, que es el origen de un arroyo el Caaveral pequeo, y desagua en
el Aagadiyadi. Estaban las orillas del lago pobladas de diversas aves de agua, patos, nades y
cisnes; hay mucha piedra de cal.
Da 14 de diciembre
Cerca del medioda salimos, y a cosa de unas tres leguas ms al norte paramos junto auna laguna llamada Egualengua; la tierra es toda doblada; se atravesaron algunos cerros de
mediana altura y llenos de piedra menuda. Estn poblados de rboles que no impiden el viajar
por lo ralo. El ms apetecible fruto que se halla en los rboles de estas lomas, es el del rbol
llamado Guamigo: a su fruta dicen Guama. El rbol es alto, de tronco grueso y de hoja hendida
en dos. El fruto es una algarroba vaina de largo de tres pulgadas, de forma cilndrica unas, y
aplanadas otras; la corteza es dura y de color pardo que tira a obscura. Quebrantada se
descubre a manera de un rollito de grosor de un dedo, de una substancia harinosa en la cualestn contenidas dos tres semillas de la figura de una haba; con eso la harina es de buen
gusto y sabe a algarroba; si se remoja aunque se exceda en la cantidad no hace dao, pero
seca tomada con algn exceso causa algn aprieto en la garganta que inflama y se siente
tambin en el estmago y avienta y endurece. Lo ms particular de este rbol es su resina:
sta no sale afuera sino que entre la corteza y el leo fluye y corre hasta las races; stas como
ms porosas la despide afuera, junto a las cuales se encuentran pedazos transparentes. Esta
resina es muy olorosa y por la semejanza que tiene con la llamada anime, de la Nueva Espaa,puede drsele el mismo nombre segn Guillermo Pison. Aprovecha esta resina en los dolores
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de cabeza, originados de fro; su sahumerio solamente conforta la cabeza y las otras partes del
cuerpo tocadas del fro; con su virtud aromtica y peculiar color, es admirable esta resina
untando con ella los nervios y aplicada en forma de emplasto; las hojas del rbol machacadas y
bebidas en agua libran de las lombrices a las cuales mata. En las iglesias de la misin de los
Chiquitos serva dicha resina de incienso.
Este da y siguiente llovi mucho, a esta causa no caminamos en las treguas que daba la
lluvia; se entraron algunos indios en el bosque y yo con ellos; hallaron algunos rboles frutales
llamados Guapomigo, y su fruto guapomo; son rboles de los ms corpulentos de las selvas,
altos, y que descuellan sobre los dems. A proporcin de su estatura, extiende la rama; ahora
estaban cargados de fruta; sta se asemeja a una ciruela pequea, cada una encierra unhueso como una haba, blando y de gusto algo amargo, a l est pegada una carne fibrosa, y
dorada, que con dificultad se desprende y despega, en la boca es de sabor agradable dulce y
no daa aunque se coma en abundancia. Cazse tambin un pjaro llamado Gotinigiguagua;
es del tamao de un gallo, la pluma negra, entreverada en las alas con otras plumas blancas,
tiene un copete de pluma negra, lustrosa, que abre y cierra cuando quiere, la carne es muy
regalada y pasar por una especie de faisn en Europa; amnsase mucho y los hay en los
toldos en que se han aquerenciado.
Da 16 de diciembre
Amaneci algo lluvioso el tiempo, sin embargo dirigiendo la marcha al norte se anduvieron
como cuatro leguas. Las tierras al principio todas dobladas, pero despus todas estaban
inundadas. Cazronse dos armadillos y dos lagartos feos llamados Nigaliyadi;aquellos parecen
en el gusto de su carne a los lechoncitos; estos tienen la carne blanda y no de sabor ingrato.
Pasronse dos ros, el primero llamado Nalagate, de la subida, y el otro Aoba. El primero es de
poco caudal y corre al Oriente. El segundo es grande y casi siempre se nada. Cerca de este roque desemboca en el Paraguay hay unos rboles llamados Nacaligdigo. Son rboles bien
compuestos y de una madera algo frgil; las flores son blancas de cinco hojas y con un cliz
como los nardos muy olorosos, el fruto es muy semejante a las manzanas y de suave gusto.
No nace en el lugar de la flor, sino en las horquetillas de las ramas as como las flores en las
puntas. El jugo de estos rboles al principio fluye como la lecho, despus con el ambiente se
condensa, y se recoge con cuidado se forman unas pelotas de virtud tan elstica, que con poco
impulso dan unos saltos muy altos. Estas son las pelotas que en el Paraguay llamanEstangayei. Encendida una de estas pelotas y puesta en un vaso escudilla de agua, se
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hunde en ella hasta la llama, que no se apaga hasta que se consume toda la pelota. Dura por
muchas horas pero la luz no es muy clara y arroja mucho humo. Dicen que quemada esta
goma y reducida a polvo si se toma por las narices como el tabaco aprovecha en los males de
jaqueca. Varias patraas cuentan en orden al modo de recoger la goma de estos rboles; lo
cierto es que extendida en cualquier cuerpo de superficie lisa, se cuaja y arrolla con facilidad y
sin la pensin de desnudarse y extenderse por el cuerpo. Hice la experiencia en un cuchillo en
una calabaza y otras cosas lisas, y en todas la recog sin molestia, y con menos trabajo que
cuando se extien en los muslos y brazos; muchas prcticas estn en uso, porque as se hizo,
po porque no pueda hacerse de otro y mejor modo.
Da 17 de diciembreFue molesto el camino como unas cuatro leguas, todo tierra baja inundada; passe el
ro Egualanicadi que viene de Oriente, y desemboca en el Aab, cerca de un grande arrecife
llamado Agagujaba, el ruidoso, por el ruido que causan las aguas entre las peas, es ro de
bastante caudal, y si no se dividiera en dos brazos, con dificultad se vadeara. As ste como el
de Aab, abundan de pescado que les entran del ro Grande. En la montaa y bosque que est
a la orilla del norte del ro Aabestuvo en su primer establecimiento el pueblo, Misin de indios
Itatines con la denominacin de San Benito. Llamaron a ste Nosepotiy, los Guaranesantiguos. Estos fueron reducidos a la fe de Jesucristo por misioneros jesuitas a costa de
indecibles fatigas. Los Portugueses primeros y despus los Guaycures, los tuvieron en
continua inquietud, solicitados por un levantamiento por los indios rebeldes del pueblo Arecaya,
que estaba junto al ro Juju, jams consintieron con ellos respondan siempre constante los
Itatines que los Padres espirituales sus misioneros les enseaban a servir a Dios y a su
catlico Rey, no a sublevar a nacin. Descontentos con tal cristiana respuesta los Aricallanos,
volvieron stos llenos de furor a su pueblo, del cual cuidaba un sacerdote secular, digo a la
sazn, a visitar el pueblo de los Acaya, el gobernador del Paraguay don Juan de Lugos, los
amotinados se rebelaron contra l, y le cercaron con intencin de acabar con los Espaoles y
con la fe, noticiados del aprieto en que estaban los Espaoles, sin tardanza se hicieron en
marcha los Itatines, conducidos de sus misioneros Jesuitas, abreviando jornadas por bosques y
anegadizos se dejaron ver en Arecaya. Con su llegada respiraron el gobernador y los suyos
sitiados por los rebeldes, acometieron a estos con valor los Itatines, pusironlos en huda,
libertaron al gobernador y a toda la provincia de su ruina. Prendieron los Itatines por orden de
su gobernador a los amotinados cuyas principales cabezas pagaron en una horca el atentado.
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Agradecido el gobernador llen de alabanzas a los Itatines fieles y a sus misioneros Jesuitas
por la doctrina tan pura y santa que les enseaban.
No contentos los Itatines con dejar concluida una obra tan del servicio de Dios y del Rey,emprendieron otra acaso de no menos importancia. Los infieles prfidos Payagus, dueos del
ro Paraguay, inquietaban incesantemente las fronteras de la provincia, cautivaban, mataban y
robaban a su salvo, no haba arbitrio de cogerlos, porque sus ligeras canoas se burlaban del
agua y tambin del fuego de los arcabuces. Sin exageracin puede aplicarse a los indios
Payaguslo que de otros como ellos cant un bello ingenio en este metro.
Surcan ligero la salobre espuma,Pereciendo en las ondas muchss veces
Bajeles vivos de ligera plumaEmulacin nadante de los peces.De sus causas su embrada bruma,Vences las despreciables pequeecesCasi el siempre feliz vuelo ligeroCon que al golfo burlan lo severo.
A estos como invencible enemigo del espaol hablaron los Itatines, redujeron a mejor
consejo, y llevndolos a la ciudad de la Asuncin, se establecieron las paces y respiraron los
vecinos. Todo esto confesaron deberse a la actividad de los fidelsimos Itatines. Hoy como
arriba tocamos viven entre el Paran y Tebicuar en un numeroso pueblo llamado de Santiago,y en otro inmediato cuyo titular es la Virgen Santsima bajo la advocacin de Nuestra Seora
de Fe.
Da 18 de diciembre
Se camin al Norte cosa de tres leguas, y llegamos al toldo del cacique Jaime Epaquimi,
que estaba con toda su gente esperndome; aqu tenan ya noticia de la carta que cit arriba,
que me escribi desde el pueblo del Santo Corazn de Jess el padre Jos Chueca; pero
estaban llenos de temor porque decan que los indios Chiquitos corran el campo en bueca de
Guaicures, y por esta causa el cacique en cuyo poder paraba la dicha carta se haba huido y
escondido. Esto retard mi ida y fue preciso demorarse casi tres das en este toldo. Toda la
gente del cacique Jupagurinies perteneciente a la reduccin de Beln; ahora acosados del
hambre y temerosos de las viruelas, que el ao pasado haban hecho ruina en la misin
reduccin, vivan en este paraje, su antiguo estalaje. Llmase el sitio Niguagigi, cuyo nombre
toma de un mediano arroyo as llamado; su graduacin ser como de 21 20 1/2 grados de
latitud austral.
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En las inmediaciones de este sitio nacen unos rboles en la figura, fragilidad de la madera
y jugo lcteo parecidos a las higueras, las hojas son largas casi un palmo y anchas por igual
ms de cuatro dedos; la fruta en la apariencia es muy parecida a los higos blancos, pero no en
la substancia; tiene cada fruta un huesito redondo y blando del grandor de una aceituna que no
se come. La cortecita del fruto que es algo gruesa y dura, contiene una carne blanca y gustosa
de sabor de higo; llmase el arbol Noguagigo, y la fruta, Noguague; crase tambin una planta
que crece a la altura de una vara, bien ramificada, la hoja pequea y algo escarolada.
La semilla est metida en una vaina muy parecida a un pepino chico, slo que las rayas
que lo dividen a lo largo son de color encarnado, en campo verde que es el de toda la corteza.
La raiz de esta planta es singular, hay algunas mayores que dos sandas grandes, yo hicecavar una que pesaba ms de una arroba, se parece la raz a un nabo. La primera cortecita es
algo plida y de un gusto bien dulce. La substancia de toda la raz es blanca y puesta en la
boca se mastica y resuelve en agua muy fresca, en falta de sta sirve de refrigerio a los
caminantes, pero se ha de tomar con moderacin, porque es tan fra que causa pasmo si se
toma con exceso, el remedio en este caso es el pimiento molido y comido, este con su calor
reprime la operacin del fro y desata los nervios de las mejillas. La experiencia les ha
enseado este tan eficaz especifico, a unos hombres poco menos que fieras en el descuido de
las cosas tiles.
Vires ususque medendiUtilius natura docet genus omne ferarum
Llaman los Guayacures por desprecio a esta planta, bebida de los otros infieles
Ensinaga laacaguichi, ms ellos echan mano de estas races si se ven faltos de agua en sus
continuas excursiones.
En la derecera del sitio en que estamos, paralelo a l hacia el Poniente, a la orilla
occidental del ro Paraguay, est, el pueblo de Guansllamado Chans, y de los Guayacures.
Layayas, distar de aqu como unas 12 leguas; est situado dentro de un espeso bosque
de eminentes rboles. Es poblacin formada en calles divididas en cuadras, y en medio tiene
una plaza muy grande, ms larga que ancha. La gente de este pueblo es mucha, y pasar de
800 familias, todos son labradores, y se mantienen del fruto de sus sementeras, en que
siembran y plantan lo necesario para vivir con menos miseria en su pobreza, puede decirse de
estos pobres indios lo que a otro intento, pero no de ms semejante escribi un sabio:
Hortus erat inmetus; casula cum vimine paucoEt calamo redimita levi; munibat arundo
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Exiguis specus varii sed festivis herbisNil Illia deerat qu pauperis exigit usus.
Siembra muchas especies de frisoles y de judas, varias races, como batatas, mandiocas,
y otras con abundancia, tabaco, algodn, maz, calabazas. El vicario padre Jos Snchez
Labrador fue a hacerles una visita, y entablar con ellos tratado de paz con Dios y de vasallaje
con nuestro Rey. Recibieron con gusto al misionero y significronle los deseos que tenan de
ser cristianos, vista y experimentada la buena disposicin en que estaban se les asign
misionero propio que con tesn trabajaba en su enseanza. Este fue el padre Manuel Durn,
quien conducido de uno de los principales caciques del pueblo, fue a reconocer la tierra para
elegir sitio cmodo para la nueva misin. Estuvo en gran riesgo la vida del misionero por un
accidente impensado; lbrole Dios y restituido a Beln, pasa a la ciudad a acalorar la remisinde embarcacin. Provey luego el seor gobernador don Carlos Morphi, volvi el misionero por
tierra y camin hasta la orilla del ro Paraguay a esperar el bote, ms los que traan ste,
cansados retrocedieron, y dejaron burlado al misionero. Este se volvi tambin a Beln, desde
donde se procur que unos caciques de los Chans pasasen a la orilla oriental del ro
Paraguay, y que en ella escogiesen tierras para la poblacin. Hicironlo as, y ya iban
fabricando chozas y haciendo sementeras, con el fin de que despus pasase todo el
vecindario. Psose esta misin bajo la advocacin de San Juan Nepomuceno; hubiera sido lacristiandad muy florida pues otros hermanos de los Chans que son del mismo idioma y
componen seis pueblos ms al norte, como dir despus, pedan misioneros jesuitas, mulos
de la felicidad que ya gozaban los Chans. Estn los Chans divididos en capitanas. Las
principales son las de los caciques que son como rgulos de los dems. Las capitanas
menores recaen en los parientes de los caciques y as stos como los capitanes menores
procuran continuar la mstica nobleza de su sangre casndose entre s los de igual jerarqua
por ao envilecerse con la plebe. Los caciques y capitanes son respetados y acatados, sin quesirva de impedimento la pobreza igual mayor que la de sus vasallos y soldados. Puede
cantarse a esta gente:
Merece estimacin la noblezaCon tanta distincin que no consienteEl que a sus timbres logre la grandezaMezclarse con linaje diferente.No abulta en la balanza la riquezaPara que estimacin acrecienteSiendo de la nobleza el claro escudo
Gala feliz de su explendor desnudo.
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Con mi llegada al toldo de Jaime se renov el llanto por la muerte de un nio cristiano de
tres aos de edad, caciquito y sucesor en el mando. Quiero referir el modo que tiene algo de
particular: Al alborear la aurora, rompi el llanto, con lamento tierno la madre del chiquillo
difunto, al punto reson en todas las esteras del toldo y empezaron todas las mujeres a llorar
muy deveras. En una accin de humanidad tan natural saca el comn enemigo su ganancia,
martirizando de todos modos a los desdichados infieles, quebrantadas las almas de stos con
las memorias lgubres, atormenta el enemigo sus cuerpos con la positura penosa en que
tienen los brazos y el pecho. Las plaideras estn sentadas sin algn arrimo, la cara vuelta al
Oriente, punto en que ha de salir el Sol, mantienen los brazos en el aire algo abiertos desde
los hombros hasta los codos, de aqu hasta las manos estn doblados, y apartados en ademn
de quien mece un nio sobre ellos; en esta postura tan molesta perseveran desde la hora dicha
hasta que el Sol se eleva como una lanza de alto sobre el horizonte. No tienen quieto el cuerpo
ni los brazos en todo el tiempo del llanto, mecen y bambolean el cuerpo de Oriente a Poniente,
y mueven los brazos como si arrullaran sobre ellos el nio. Su modo de llorar ms parece cauto
msico que gemido; interrumpido refieren muy por extenso la vida y proezas del difunto si fue
adulto; ahora todo el asunto de sus endechas ocupaban las moneras y travesuras del chiquillo
esto es cuanto a lo pasado; mas por lo que miraba a lo futuro, le igualaban en hazaas a sus
hroes ms esclarecidos que entre ellos obtuvieron lugar muy honorfico en el templo de la
fama.
Los Alejandros, Csares y Escipiones, los griegos y romanos se avergonzaran si
quisiramos cotejarles con los jefes de estos indios; a medida del mrito que en ellos admiran
son los encomios que en voz acompaada de sus lagrimas publican los que lloran a todos en
su opinin. Hubieran contrarrestado el difunto nio si la cruel parca no cortara su inocente vida,
sobre todo se esmeraba la madre en tiernos carios; hijo mo! hijo mo! repeta: mi vida, mi
alegra muri contigo, que jbilo el mo cuando tus labios compriman la leche de mis pechos;
hijo mo! hijo mo! de este modo refera accin por accin y paso por paso el proceder de su
hijo. Confieso que me enterneca el orla, pero con superior motivo, la acompa en sus
lgrimas derramando las mas; el primer indio Guaycur a quien lav con las aguas del Santo
Bautismo saludables fue el nio Estanislao. Apenas acertaba a apartarse su inocencia de los
misioneros, ahora le consideraba entre los angeles en el tribunal de Dios, abogando por la
salvacin de su gente; qu motivo para no resolverse en lgrimas de gozo; as lo confesaba el
apstol de los indios San Francisco Javier, cuyo espritu vive en sus hermanos los misioneros.
Concluido el llanto se les sirve algn manjar de lo que lleva el tiempo a los que lloraban, y
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vuelven a sus ocupaciones domsticas, alegres de haber pagado tan debido tributo de dolor a
sus difuntos. Los Guaycures, deca un discreto, tienen algunas cosas en las cuales compiten
con los filsofos antiguos al mismo paso que les acompaan otras que los califican por poco
menos que brutos.
Da 20 de diciembre
Habindose desocupado de sus ningunos quehaceres los del toldo de Jaime, quiso ste
que caminsemos este da por la tarde, l y su mujer llamada Margarita vinieron a
acompaarme, tomamos las cabalgaduras que no entendan de freno, sino de rienda al modo
que usan los Guaycures. Estas se atan al labio inferior y mejilla del caballo, de tal suerte que
no le sirve de embarazo para comer y beber. Camnose al Norte como tres leguas al orientepor buenas tierras; tienen a distancia de tres cuatro leguas la serrana grande; y al poniente
se levantan unos hermosos cerros de una cierrezuela llamada Amoguillady. En esta se hallan
piedras negras y duras de las cuales formaban destrales cuas a modo de hachas con que
cortar rboles y palmas. Despus que tienen misioneros han conseguido herramientas de
hierro para los miamos usos que aprecian mucho. La cena fue un poco de harina de mandioca
en agua, porque con la detencin en el toldo se consumi alguna otra providencia que fuera de
carga. Un brioso caballo, impaciente de las espuelas que incauto se calz un Guaran de lacomitiva, sacudi al jinete y le maltrat de modo que tem no poder proseguir el viaje,
favorecinos Dios y con slo agua se remedi el doliente que pudo seguir la marcha. A la tierra
en que hicimos noche le llaman Guagigo, esto es, Estancia de vacas. Hubo de serlo
antiguamente cuando estuvieron establecidas aqu las misiones que hicieron los jesuitas de
indios Itatines; en un repecho de la sierrezuela hay unos rboles llamados Nivader-igol. Se
levantan a la altura de un manzano; la hoja es grande de un verde hermoso y de figura de
corazn. Cuando est florido parece un ramillete compuesto de flores, unas blancas y otras
encarnadas, con unos hilos hermosos en medio. Son de cinco hojas como las del azahar, flor
de naranjo, a la flor se sigue el fruto que son unos erizos como el de las castaas a excepcin
de las puntas que son blandas; en estos erizos se contienen unos granitos forrados de una
telita blanca, y pegada a los granos est una tinta de color de ajarcn algo ms encendida. Los
Guaycures lavan en poca agua clara estos granos, destase la tinta en el agua, cuelan los
granos ya limpios y los arrojan. Despus ponen en una cazuela la tintura, y a fuego bastante
fuerte hacen consumir el agua, en la cual mezclan algunas gotas de miel de cuando en cuando
para que el color no se pegue a la cazuela; la apartan de los lados y la recuecen hacia el medio
con una pluma; consumida el agua queda el color en consistencia de una pasta que puede
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formarse en bollos tortas; as compuesta la dejan secar y guardan para sus embijamientos
pinturas de la cara, y a veces de todo el cuerpo. Cuando salen pintados de este color de pies a
cabeza, parecen retratos de almas condenadas. Estiman este color como una de sus
principales alhajas; de los granos de Nivaderigose prepara un magisterio como del coral, se
guarda para los usos mdicos. Los granos recientes y maduros si se sacan y disponen en
pastillas en cantidad indeterminada con gachas de harina de mandioca u otra conveniente, se
dan a los enfermos, cuya enfermedad se origina de veneno de otra causa, corroboran el
estmago y aprovechan en los flujos de vientre; bebidos con agua conveniente mitigan los
ardores de las calenturas. Suplen as los granos como la raz del rbol las veces de azafrn y
dan buen sabor a la comida. En la Nueva Espaa los mezclan con chocolate, al cual comunica
mejor sabor y color.
Da 21
Caminamos hacia el poniente con alguna inclinacin al Sur, no deja otro arbitrio la
constitocin de la tierra y bosque. La jornada sera como de cuatro leguas penossimas; casi
todas las anduvimos por aguas de anegadizos y baados; passe en embarcacin de piel de
toro un mediano ro llamado Apocologo-livato, nido de cisne. El fin de haber tomado este
rumbo, y el da siguiente, fue ir a ver un cacique Mbay, de cuyos vasallos haban aprisionadolos Chiquitos unos 17. Por la noche descansamos y procuramos el descanso de un
albardoncillo de tierra de la cual se haba retirado unas varas el agua, y estaba tambin
mojado. No fue posible tomar el sueo, porque sobre la incomodidad del suelo se aadi la del
cielo, que entoldado despeda sobrada lluvia para baarnos, aunque estuviramos secos. Los
mosquitos, Cuniperigo-lionegodique son como tomos, alborotados con la destemplanza del
aire, suplieron bien la falta de fuego con sus ardientes picaduras. Los tigres nos hicieron la
guardia, bien que no nos guardaron el sueo. La ave llamada apocologoes mayor que un
ganso, zancas largas y limpias de pluma. Las unas son curvas y duras, as como el pico que
tira a amarillo y tiene ms de cuarta de largo; el color de la pluma es blanco. Andan siempre
parados y viven de da en las lagunas o a la orilla del agua y a la noche se sitan en sus nidos
que forman en los rboles. Irritada esta ave, se sienta, extiende sus uas y pico para
defenderse. Las plumas son dos veces ms gruesas que las ordinarias para escribir y sirven
para el mismo uso y tambin para las espinetas y clavicordios, cuyas cuerdas hieren bien por
su proporcionada consistencia. Los Guaycures suelen ponerse en la cabeza las dos alas a
modo de Mercurio, adorno que los afea, siendo su mayor gala.
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Por el mismo rumbo y por tierras tan malas como las de ayer caminamos como cosa de
cuatro leguas. Fatigados llegamos al toldo del cacique Cunilicogodi; por estar ste preso en lasmisiones de los Chiquitos, administraba el cacicazgo un pariente llamado Napidrigi, el negro,
por lo tostado de su color.
Haba poca gente en las esteras que estaban colocadas cerca de las orillas de un brazo
del ro Paraguay y tiene por nombre Natobi. Casi toda se reduca a unas cuantas mujeres
ancianas. El resto haba pasado a la orilla oriental del ro Paraguay a abastecerse de harina de
algarroba. De esta forman con poco aseo unos panes que llamaa Nadenogo. La algarroba les
suministra alimento para el tiempo en que la hay; gustan mucho de esta comida y con raznporque es substanciosa y provechosa. Cuando van a la cosecha de la algarroba tienen su
especie de fiesta que se reduce a una solemne borrachera; ya calientes con el caldo de la
chicha, se arman pendencias de puadas, remate de sus alegras. No echan mano de arma
ofensiva, ni palo, ni sable, ni lanza. Los puos deciden el valor y bizarra; el que mejor puete
pega recibe las aclamaciones con admiracin, expresada en su idioma con estas letras Aun;
concluida la gresca de moquetes, no les queda sentimiento alguno, prosigue la amistad y se
celebra el triunfo.La gente de este cacicazgo completar el nmero de 200 a 500 almas. Por espacio de
casi dos aos estuvo agregado a la Reduccin de Nuestra Seora de Beln; llmanse los
Lichagotegodis, estos de la tierra colorada, por el color del terreno que habitan. En el tiempo
que vivieron en Beln, recibieron el santo bautismo bastantes prvulos. Los Guaycuresson
muy delicados en puntos de preeminencias, y para obviar discusiones cada cacique tiene en
punto determinado sus vasallos. Suscitronse algunas rencillas entre las gentes del cacicazgo
de Jaime Epaquiniy el de los Lichagotegodis. Esto fue bastante para que se separasen stosde aquellos segn leyes de su barbarie, ni dos soles en un cielo, ni dos soberanos en un reino,
dijo uno. As lo practican los Guaycures, mandando cada rgulo a los de su obediencia. No
obstante la separacin continuaban las visitas a los misioneros, y se trataba con ardor hacer
otra reduccin de esta gente. En efecto fueron a la ciudad de la Asuncin y entablaron su
demanda pidiendo misioneros jesuitas, y queran llevarlos consigo por agosto del 67.
Consollos el seor gobernador y se volvieron a su Estalaje. En este sitio Natobest la punta
del sur de Itapucri10
, o piedra larga. Los Guaycures le llaman Guetiga Cagataga. Es una
10 Itapuku? Guar: piedra larga. (N. de la ed. dig.)
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mediana sierrezuela que corre poco ms de una legua al Norte. A este rumbo se termina un
cerro el ms alto de los ms altos que ven en todo el camino y que se descubren a distancia
de bastantes leguas. Por este cerro tiene nombre toda la sierrezuela. Al poniente de esta corre
el ro Paraguay que riega sus faldas; por la parte del ro parece un peasco seguido, y se divisa
una cueva larga como sala bastante inmediata al agua; pero ms arriba del cerro grande y algo
separado hay otro cerro menor y menos alto llamado Geceticaguanigi, sierra chica. Por la
punta del Sur de la grande y por la del Norte de la chica, tiene el paso del ro que lleva al
poniente y va hasta el pueblo de los Guans, Chansy Neguecayatemiguis. De los primeros
habl arriba; de los segundos forman una poblacin como de 300 familias. Es colonia del
pueblo de Chans; su modo de vida, labradora; genios y ritos son los mismos. Las mujeres se
cercenan el cabello por la frente de oreja a oreja, y lo dems dejan suelto recogen en trenza;
andan vestidas de mantas de algodn que ellas hilan y tejen con primor; son amantsimas de
sus hijos, buenas trabajadoras; virtudes transcendentales a toda la nacin dividida en siete
pueblos. Hablronme muchas veces para que les enseasen misioneros jesuitas, parece ms
bien dispuesta y a lo menos no tan indispuesta como la de gente de a caballo. Dios les
conceda los medios ms oportunos con que en sus almas se logre la sangre de Nuestro
redentor.
Da 23
Como no estaba la ms de la gente en el toldo, salimos este da, tomamos dos
muchachos que decan ser prcticos en el camino, hasta el toldo de otro cacicazgo. Costeamos
la serrezuela de Itapuc, que dejamos a la mano izquierda y al poniente. El camino fue como el
de los das precedentes, los muchachos perdieron el tino y cost mucho salir de entre el
cinago y pajonales. La jornada fue como de unas cuatro leguas al Norte. Entre las dos
serrezuelas dichas arriba se descubren el ro Paraguay, en cuya orilla nos detuvimos un rato,
no tanto por descansar, cuanto por explorar por donde pasaramos un grande anegadizo y
brazo que se formaba del mismo ro. Fue necesario bajar bastante entre oriente y sur en busca
del desage; passe con trabajo y paramos a la orilla de dicho brazo; cazaron un venado que
llaman del bosque: su piel est jaspeada de pardo claro y pintas claras dispuestas con
hermosa simetra; su carne es suave. Esta noche se levantaron fuegos hacia el Norte, no en
mucha distancia creyeron los prcticos que estaban cerca del toldo del cacique que
buscbamos, pero la experiencia nos desenga al da siguiente y aun los siguientes.
Da 24 de diciembre
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Cogimos el rumbo Norte y caminamos como de tres a cuatro leguas hasta la misma orilla
del ro Paraguay; pasamos sobre la misma barranca, reconocimos que el fuego estaba an
muy distante, la tierra baja y que se inunda, en tiempo de avenidas del ro. Llovi hoy mucho,
esta noche con la tormenta y espantados tambin de tigres se huyeron los caballos y se
perdieron del todo. A un indio Guaycur que andaba en busca de las cabalgaduras arroj
violentamente la que montaba y le desconcert un brazo. Con este trabajo prosigui hasta la
misin de los Chiquitos, en donde se le aplicaron algunos remedios con que qued
restablecido.
Da 25
Fue un laberinto de caminos, nos perdimos muchas veces entre bosquecillos y pantanos;al fin despus de fatigados de tantas vueltas, mosquitos y tbanos, pasamos sin saber qu
tierra era a la orilla de un zanjn lleno de agua. Uno de los de la comitiva, como corrido de no
saber el camino, fue a buscarle y cogi algunos indicios que determinaron que estbamos
perdidos. En este sitio haba rboles llamados Notig-igo; son altos y parecidos a la encina; la
corteza es blanquecina y lisa, la madera frgil como la de la higuera y tambin con un corazn
como el de aquella; las ramas tienen las hojas en la extremidad, son largas y de figuras de
lenguas de buey, estn juntas siete u ocho bien dispuestas, algunas exceden un pie de largo;la flor es pequea y algo parecida al narciso y de buen olor; su color es blanco y con unas
pintas en lo interior doradas; el fruto es del tamao de un limn y casi de la misma figura, de
corteza delicada y cenicienta, sta encierra una carne slida, jugosa y algo plida, y de sabor
cido y refrigerante y de olor algo fastidioso. En medio de la carne hay una cavidad llena de
semillas, vestidas de una carne muy blanda; los granos semillas son orbiculares y aplanadas.
Antes de madurar la fruta es verde, despus de madura se pudre un poco, y en este estado
debe comerse; dnse contra los flujos de vientre, su comida reprime el ardor del paladar y del
estmago y son de alivio a sanos y enfermos. La fruta no madura, machacada y reducida a
emplasto, se pone con buen xito sobre las lceras malignas. De la misma planta antes de
madurar sacan un color que al principio es acuoso y despus se ennegrece como tinta. Con
ste se pintan los infieles Guanas y Guaycures, principalmente cuando han de ir a la guerra,
para hacerse terribles a sus enemigos. No tiene otro uso esa tinta, la cual puesta en el papel
en cuerpo por s misma se desvanece a los ocho diez das.
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Procurse enderezar hacia donde pareci que podramos hallar el toldo que buscbamos,
caminse al sur y casi una legua dimos con un ro llamado Apacigrimo-godi, Agua blanca.
Estaba muy profundo y se nad por casi una cuadra, que era la anchura de su madre cauce.
Tiene su origen en la serrana y desemboca en el ro Paraguay. El suelo es de greda
blanquizca, la cual comunica el color al agua. Pasado el ro se tom el rumbo casi al oriente , y
a eso de unas dos leguas se nos atraves un riacho y brazo del ro Paraguay que nace de l y
habiendo corrido algunas leguas vuelve a incorporarse con su madre; es muy ancho y hondo,
fue preciso nadar y armar las embarcaciones de pie