Download - Nuestro Amante Padre Celestial
Lección 1 para el 5 de julio de 2014
“Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros” (Isaías 64:8)
Aunque en el Antiguo Testamento encontramos una amplia revelación del carácter de Dios, en pocas ocasiones se le llama “padre”.
Cuando Jesús quiso ampliar esta revelación, nos enseñó a llamar a Dios: “Padre celestial” (Mateo 6:14).
PADREEs un Dios cercano, que nos ama, nos cuida y se preocupa por nosotros (Mateo 7:9-11).
CELESTIALEstá en el Cielo, donde recibe la adoración de millares de ángeles. Debemos respetarle, reverenciarle y alabarle (Apocalipsis 5:13).
“[Cristo] Enseñó a dirigirse al
Supremo Gobernante del universo con
un nuevo nombre: “Padre nuestro”.
Esa es la verdadera relación que él
desea tener con nosotros, y cuando los
labios humanos lo pronuncian con
sinceridad, es como música a los oídos
de Dios. Cristo nos dirige al trono de
Dios mediante un camino nuevo y
viviente que nos lleva a encontrarnos
con un amor paternal”
E.G.W. (Review and Herald, 11 de septiembre de 1894)
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3)
E.G.W. (Review and Herald, 11 de septiembre de 1894)
¿Qué debemos conocer de Dios, según Jeremías 9:23-24?
Dios quiere que sepamos que Él actúa “con amor, con derecho y justicia”, porque esto es lo que le gusta hacer (Jer. 9:24 NVI)
El verdadero carácter del Padre lo podemos conocer en la vida de su Hijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9)
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él” (1ª de Juan 3:1)
¿Cuál es la mayor prueba de amor que nos
ha dado el Padre?
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Cuando Jesús quiso enseñarnos cómo nos amaba el Padre, nos lo enseñó a través del tierno cuidado del pastor por sus ovejas, la solicitud con la que la mujer buscó su moneda, y el amor abnegado con el que el padre recibió de vuelta a su hijo perdido (Lucas 15).
Por amor, el Padre entregó a su Don más preciado: La vida de su Hijo amado.
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mateo 6:31-32)
Sin importar las circunstancias, el amor del Padre es constante e invariable. Nuestro Padre celestial está siempre atento para atender nuestras necesidades por todos los medios posibles.
Él nos invita a no afanarnos por suplir nuestras necesidades, pues está dispuesto a suplirlas completamente.
“Jesús presentó al Padre como a Uno a quien
podemos darle nuestra confianza y
presentarle nuestras necesidades. Cuando
nos aterrorizamos ante Dios y estamos
abrumados por el pensamiento de su gloria
y majestad, el Padre señala a Cristo como su
representante. Lo que veis revelado en
Jesús, de ternura, compasión y amor, es el
reflejo de los atributos del Padre. La cruz del
Calvario revela al hombre el amor de Dios.
Cristo representa al Soberano del universo
como a un Dios de amor. Él dijo por la boca
del profeta: «Con amor eterno te he amado;
por tanto, te prolongué mi misericordia»”
E.G.W. (En los lugares celestiales, 12 de enero)
El Espíritu glorifica al Hijo
(Juan 16:14)
El Hijo glorifica al
Padre
(Juan 17:4)
El Padre glorifica al
Hijo
(Hechos 3:13)
“¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
(Hebreos 9:14)
Jesús enseñó que la Deidad está constituida por tres Personas divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Las tres Personas tuvieron su parte en el plan de salvación, y las vemos interactuando en los momentos cruciales del nacimiento (Luc. 1:26-35), bautismo (Luc. 3:21-22) y crucifixión (Heb. 9:14) de Jesús.
Jesús explicó que hay total armonía y cooperación entre las tres Personas divinas, de modo que cada Una glorifica a la Otra.
“El Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, poderes infinitos y
omniscientes, reciben a
aquellos que verdaderamente
entran en la relación de pacto
con Dios. Ellos están presentes
en cada bautismo para recibir
a los candidatos que han
renunciado al mundo y han
recibido a Cristo en el templo
del alma. Esos candidatos han
entrado en la familia de Dios y
sus nombres están escritos en
el libro de la vida del Cordero”E.G.W. (CBA, sobre Romanos 6:4)