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MigueldeUnamuno
NIEBLA
BajaLibros.com
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ISBN978-987-1781-00-3
Publisher:Vi-DaGlobalS.A.Copyright:Vi-DaGlobalS.A.Domicilio:CostaRica5639(CABA)CUIT:30-70827052-7
Encontralosacá
IAl aparecer Augusto a la puerta de su casa extendióó el brazo derecho, con la mano
palmaabajoyabierta,ydirigiendolosojosalcieloquedóóseunmomentoparadoenestaactitud estatuaria y augusta.No era que tomabaposesióóndelmundo exterior, sino eraque observaba si llovíía. Y al recibir en el dorso de lamano el frescor del lento orvallofruncióóelsobrecejo.Ynoeratampocoquelemolestaselallovizna,sinoeltenerqueabrirelparaguas.¡¡Estabatanelegante,tanesbelto,plegadoydentrodesufunda!Unparaguascerradoestanelegantecomoesfeounparaguasabierto.
««Es una desgracia esto de tener que servirse uno de las cosas ––pensóó Augusto––;tenerqueusarlas,eluseestropeayhastadestruyetodabelleza.Lafuncióónmáásnobledelosobjetosesladesercontemplados.¡¡Quéébellaesunanaranjaantesdecomida!Estocambiarááenelcielocuando todonuestrooficiose reduzca,omáásbienseensancheacontemplaraDiosytodaslascosasenÉÉl.Aquíí,enestapobrevida,nonoscuidamossinodeservimosdeDios;pretendemosabrirlo,comoaunparaguas,paraquenosprotejadetodasuertedemales.»»
Dííjose asíí y se agachóó a recogerse los pantalones. Abrióó el paraguas por fin y sequedóó un momento suspenso y pensando: ««y ahora, ¿¿hacia dóónde voy?, ¿¿tiro a laderechaoalaizquierda?»»PorqueAugustonoerauncaminante,sinounpaseantedelavida.««Esperarééaquepaseunperro––sedijo––ytomarééladireccióóninicialqueééltome.»»
Enestopasóóporlacallenounperro,sinounagarridamoza,ytrasdesusojossefue,comoimantadoysindarsedeellocuenta,Augusto.
Yasííunacalleyotrayotra.««Peroaquel chiquillo ––ibadiciééndoseAugusto,quemáásbienquepensabahablaba
consigomismo––,¿¿quééharááallíí, tiradodebrucesenelsuelo?¡¡Contemplaraalgunahormiga,deseguro! ¡¡Lahormiga, ¡¡bah!,unode losanimalesmááshipóócritas!Apenashacesinopasearseyhacernoscreerquetrabaja.Escomoesegandulquevaahíí,apasodecarga,codeandoatodosaquellosconquienessecruza,ynomecabedudadequenotienenadaquehacer.¡¡Quééhadetenerquehacer,hombre,quééhadetenerquehacer!Esunvago,unvagocomo... ¡¡No,yonosoyunvago!Mi imaginacióónnodescansa.Losvagossonellos, losquedicenquetrabajanynohacensinoaturdirseyahogarelpensamiento.Porque, vamos a ver, ese mamarracho de chocolatero que se pone ahíí, detráás de esavidriera, a darle al rollo majadero, para que le veamos, ese exhibicionista del trabajo,¿¿quééessinounvago?Yanosotros¿¿quéénos importaquetrabajeono?¡¡El trabajo!¡¡El trabajo! ¡¡Hipocresíía! Para trabajo el de ese pobre paralíítico que va ahíí medioarrastráándose...Pero¿¿yquéésééyo?¡¡Perdone,hermano!––estoselodijoenvozalta––.¿¿Hermano?¿¿Hermanoenquéé?¡¡Enparáálisis!DicenquetodossomoshijosdeAdáán.Yeste, Joaquinito, ¿¿es tambiéén hijo de Adáán? ¡¡Adióós, Joaquíín! ¡¡Vaya, ya tenemos elinevitableautomóóvil,ruidoypolvo!¿¿Yquééseadelantaconsuprimirasíídistancias?Lamanííadeviajarvienedetopofobííaynodefilotopíía;elqueviajamuchovahuyendodecada lugarquedejaynobuscandocada lugaraque llega.Viajar... viajar...Quééchismemáásmolestoeselparaguas...Calla,¿¿quééesesto?»»
Ysedetuvoalapuertadeunacasadondehabííaentradolagarridamozaquelellevaraimantado tras de sus ojos. Y entonces se dio cuenta Augusto de que la habíía venidosiguiendo. La portera de la casa le miraba con ojillos maliciosos, y aquella mirada lesugirióóaAugustoloqueentoncesdebííahacer.««EstaCerberaaguarda––sedijo––quelepregunte por el nombre y circunstancias de esta seññorita a que he venido siguiendo y,ciertamente, esto es lo que procede ahora. Otra cosa seríía dejar mi seguimiento sincoronacióón,yesono,lasobrasdebenacabarse.¡¡Odioloimperfecto!»»Metióólamanoalbolsillo y no encontróó en éél sino un duro.No era cosa de ir entonces a cambiarlo, seperderííatiempoyocasióónenello.
––Díígame, buena mujer ––interpelóó a la portera sin sacar el ííndice y el pulgar delbolsillo––, ¿¿podríía decirme aquíí, en confianza y para inter nos, el nombre de estaseññoritaqueacabadeentrar?
––Esonoesningúúnsecretoninadamalo,caballero.––Porlomismo.––PuessellamadoññaEugeniaDomingodelArco.––¿¿Domingo?SerááDominga...
––No,seññor,Domingo;Domingoessuprimerapellido.––Puescuandosetratademujeres,eseapellidodebííacambiarseenDominga.Ysino,
¿¿dóóndeestáálaconcordancia?––Nolaconozco,seññor.––Y díígame... díígame... ––sin sacar los dedos del bolsillo––, ¿¿cóómo es que sale asíí
sola?¿¿Essolteraocasada?¿¿Tienepadres?––Essolterayhuéérfana.Viveconunostííos...––¿¿Paternosomaternos?––Sóólosééquesontííos.––Bastayaunsobra.––Sededicaadarleccionesdepiano.––¿¿Ylotocabien?––Yatantonoséé.––Bueno,bien,basta;ytomeporlamolestia.––Gracias, seññor, gracias. ¿¿Se le ofrecemáás? ¿¿Puedo servirle en algo? ¿¿Desea le
llevealgúúnmandado?––Talvez...talvez...Noporahora...¡¡Adióós!––Dispongademíí,caballero,ycuenteconunaabsolutadiscrecióón.««Puesseññor––ibadiciééndoseAugustoalsepararsedelaportera––,veaquíícóómohe
quedadocomprometidoconestabuenamujer.Porqueahoranopuedodignamentedejarloasíí.Quéédiráásinodemííestedechadodeporteras.¿¿Conque...EugeniaDominga,digoDomingo,delArco?Muybien,voyaapuntarlo,noseaquesemeolvide.Nohaymáásartemnemotéécnicaquellevarunlibrodememoriasenelbolsillo.Yalodecííami inolvidabledonLeoncio:¡¡nometááisenlacabezaloqueosquepaenelbolsillo!Aloquehabrííaqueaññadirporcomplemento: ¡¡nometááisenelbolsillo loqueosquepaen lacabeza!Y laportera,¿¿cóómosellamalaportera?»»
Volvióóunospasosatráás.––Díígameunacosamáás,buenamujer...––Ustedmande...––Yusted,¿¿cóómosellama?––¿¿Yo?Margarita.––¡¡Muybien,muybien...gracias!––Nohaydequéé.YvolvióóamarcharseAugusto,encontráándosealpocoratoenelpaseodelaAlameda.Habíía cesado la llovizna.Cerróó y plegóó su paraguas y lo enfundóó.Acercóóse a un
banco,yalpalparloseencontróóconqueestabahúúmedo.Sacóóunperióódico,locolocóósobreelbancoysentóóse.Luegosucarterayblandióósuplumaestilográáfica.««Heaquííunchismeutilíísimo––sedijo––;deotromodo,tendrííaqueapuntarconláápizelnombrede esa seññorita y podríía borrarse. ¿¿Se borraráá su imagen de mi memoria? Pero¿¿cóómo es? ¿¿Cóómo es la dulce Eugenia? Sóólo me acuerdo de unos ojos... Tengo lasensacióóndeltoquedeunosojos...Mientrasyodivagabalííricamente,unosojostirabandulcemente de mi corazóón. ¡¡Veamos! Eugenia Domingo, síí, Domingo, del Arco.¿¿Domingo? No me acostumbro a eso de que se llame Domingo... No; he de hacerlecambiarelapellidoyquesellameDominga.Pero,ynuestroshijosvarones,¿¿habráándellevar por segundo apellido el de Dominga? Y como han de suprimir el míío, esteimpertinentePéérez,dejáándoloenunaP,¿¿sehadellamarnuestroprimogéénitoAugustoP Dominga? Pero... ¿¿adóónde me llevas, loca fantasíía?»» Y apuntóó en su cartera:EugeniaDomingodelArco,AvenidadelaAlameda,58.Encimadeestaapuntacióónhabííaestosdosendecasilabos:
Delacunanosvienelatristezaytambiééndelacunalaalegria...
««Vaya ––se dijo Augusto––, esta Eugenita, la profesora de piano, me ha cortado unexcelente principio de poesíía líírica trascendental. Me queda interrumpida.¿¿Interrumpida?...Síí,elhombrenohacesinobuscarenlossucesos,enlasvicisitudesdelasuerte,alimentoparasutristezaosualegrííanativas.Unmismocasoestristeoalegresegúún nuestra disposicióón innata. ¿¿Y Eugenia? Tengo que escribirle. Pero no desdeaquíí,sinodesdecasa.¿¿IréémáásbienalCasino?No,acasa,acasa.Estascosasdesdecasa,desdeelhogar.¿¿Hogar?Micasanoeshogar.Hogar..hogar...¡¡Ceniceromáásbien!¡¡Ay,miEugenia!»»YsevolvióóAugustoasucasa.
IIAlabrirleelcriadolapuerta...Augusto,queera ricoy solo,pues suancianamadrehabííamuertonohacíía sino seis
mesesantesdeestosmenudossucedidos,vivííaconuncriadoyunacocinera, sirvientesantiguos en la casa a hijos de otros que en ella misma habíían servido. El criado y lacocineraestabancasadosentresíí,peronotenííanhijos.Al abrirle el criado la puerta le preguntóó Augusto si en su ausencia habíía llegado
alguien.––Nadie,seññorito.Eranpreguntayrespuestasacramentales,puesapenasrecibííavisitasencasaAugusto.Entróóen sugabinete, tomóóun sobreyescribióóenéél: ««SeññoritadoññaEugenia
DomingodelArco.EPM.»»Y en seguida, delantedel blancopapel, apoyóó la cabeza enambasmanos,loscodosenelescritorio,ycerróólosojos.««Pensemosprimeroenella»»,sedijo.Yesforzóóseporatraparenlaoscuridadelresplandordeaquellosotrosojosquelearrastraranalazar.EstuvoasííunratosugiriééndoselafiguradeEugenia,ycomoapenassilahabííavisto,
tuvoquefiguráársela.Mercedaestalabordeevocacióónfuesurgiendoasufantasííaunafieuravaizarosaceññidadeensueñños.Ysequedóódormido.Sequedóódormidoporquehabííapasadomalanoche,deinsomnio.––¡¡Seññorito!––¿¿Eh?––exclamóódespertáándose.––Estááyaservidoelalmuerzo.¿¿Fuelavozdelcriado,ofueelapetito,dequeaquellavoznoerasinouneco,loquele
despertóó? ¡¡Misterios psicolóógicos! Asíí pensóó Augusto, que se fue al comedordiciééndose:¡¡oh,lapsicologíía!Almorzóó con fruicióón su almuerzo de todos los díías: un par de huevos fritos, un
bistequeconpatatasyuntrozodequesoGruyere.Tomóóluegosucafééysetendióóenlamecedora. Encendióó un habano, se lo llevóó a la boca, y diciééndose: ««¡¡Ay, miEugenia!»»sedispusoapensarenella.««¡¡MiEugenia,síí,lamíía––ibadiciééndose––,estaquemeestoyforjandoasolas,yno
laotra,no ladecarneyhueso,no laquevicruzarpor lapuertademicasa,aparicióónfortuita,noladelaportera!¿¿Aparicióónfortuita?¿¿Yquééaparicióónnoloes?¿¿Cuááleslalóógicadelasapariciones?Ladelasucesióóndeestasfigurasqueformanlasnubesdehumodelcigarro.¡¡Elazar!Elazareselííntimoritmodelmundo,elazareselalmadelapoesíía. ¡¡Ah,miazarosaEugenia!Estamividamansa, rutinaria,humilde,esunaodapindááricatejidaconlasmilpequeññecesdelocotidiano.¡¡Locotidiano!¡¡Elpannuestrodecadadíía,dáánoslehoy!Dame,Seññor,lasmilmenudenciasdecadadíía.Loshombresnosucumbimosa lasgrandespenasnia lasgrandesalegríías,yesporqueesaspenasyesasalegrííasvienenembozadasenunainmensaniebladepequeññosincidentes.ylavidaes esto, la niebla. La vida es una nebulosa. Ahora surge de ella Eugenia. ¿¿Y quiéén esEugenia?Ah,caigoenlacuentadequehacetiempolaandababuscando.Ymientrasyolabuscaba ella me ha salido al paso. ¿¿No es esto acaso encontrar algo? Cuando unodescubre una aparicióón que buscaba, ¿¿no es que la aparicióón, compadecida de subusca, se le viene al encuentro? ¿¿No salióó la Améérica a buscar a Colóón? ¿¿No havenidoEugeniaabuscarmeamíí?¡¡Eugenia!¡¡Eugenia!¡¡Eugenia!»»YAugustoseencontróópronunciandoenvozaltaelnombredeEugenia.Aloíírlellamar,
elcriado,queacertabaapasarjuntoalcomedor,entróódiciendo:––¿¿Llamaba,seññorito?––¡¡No,atino!Pero,calla,¿¿notellamastúúDomingo?––Síí,seññorito––respondióóDomingosinextraññezaalgunapor lapreguntaquese le
hacíía.––¿¿YporquéétellamasDomingo?––Porqueasíímellaman.««Bien,muy bien ––se dijo Augusto–– nos llamamos como nos llaman. En los tiempos
homééricostenííanlaspersonasylascosasdosnombres,elquelesdabanloshombresyelquelesdabanlosdioses.¿¿CóómomellamarááDios?¿¿Yporquéénohedellamarmeyodeotromodoquecomo losdemáásme llaman?¿¿PorquéénohededaraEugeniaotronombredistintodelqueledanlosdemáás,delqueledaMargarita,laportera?¿¿Cóómola
llamaréé?»»––Puedesirte––ledijoalcriado.Selevantóódelamecedora,fuealgabinete,tomóólaplumaysepusoaescribir:««Seññorita: Esta misma maññana, bajo la dulce llovizna del cielo, cruzóó usted,
aparicióón fortuita, por delante de la puerta de la casa donde aúún vivo y ya no tengohogar.Cuandodespertééfuialapuertadelasuya,dondeignorositieneustedhogaro no le tiene.Me habíían llevado allíí sus ojos, sus ojos, que son refulgentes estrellas
mellizas en la nebulosa de mi mundo. Perdóóneme, Eugenia, y deje que le dééfamiliarmente este dulce nombre; perdóóneme la líírica. Yo vivo en perpetua lííricainfinitesimal.»»Nosééquéémáásdecirle.Síí, síí séé.Peroes tanto, tanto loque tengoquedecirle,
queestimomejoraplazarloparacuandonosveamosynoshablemospuesesloqueahoradeseo, que nos veamos, que nos hablemos, que nos escribamos, que nos conozcamos.Despuéés...Despuéés,¡¡Diosynuestroscorazonesdiráán!»»¿¿Me daráá usted, pues, Eugenia, dulce aparicióón de mi vida cotidiana, me daráá
ustedoíídos?»»Sumidoenlaniebladesuvidaesperasurespuesta.AUGUSTOPÉÉREZ.»»
Yrubricóódiciééndose:««Megustaestacostumbredelarúúbricaporloinúútil.»»Cerróólacartayvolvióóaecharsealacalle.««¡¡GraciasaDios––sedecííacaminodelaavenidadelaAlameda––,graciasaDiosque
sééadóóndevoyyquetengoadóóndeir!EstamiEugeniaesunabendicióóndeDios.Yahadadounafinalidad,unhitodetéérminoamisvagabundeoscallejeros.Yatengocasaquerondar;yatengounaporteraconfidente...»»Mientras iba asíí hablando consigomismo cruzóó con Eugenia sin advertir siquiera el
resplandor de sus ojos. La niebla espiritual era demasiado densa. Pero Eugenia, por suparte,síísefijóóenéél,diciééndose:««¿¿Quiéénserááestejoven?,¡¡notienemalporteyparecebienacomodado!»»Yesque,sindarseclaracuentadeello,adivinóóaunoqueporlamaññana la habíía seguido. Lasmujeres saben siempre cuáándo se lasmira, aun sinverlas,ycuáándoselasvesinmirarlas.Y siguieron los dos, Augusto y Eugenia, en direcciones contrarias, cortando con sus
almaslaenmaraññadatelaraññaespiritualdelacalle.Porquelacalleformauntejidoenqueseentrecruzanmiradasdedeseo,deenvidia,dedesdéén,decompasióón,deamor,deodio, viejaspalabras cuyoespíírituquedóó cristalizado, pensamientos, anhelos, todaunatelamisteriosaqueenvuelvelasalmasdelosquepasan.PorfinseencontróóAugustounavezmáásanteMargaritalaportera,antelasonrisade
Margarita. Lo primero que hizo esta al ver a aquel fue sacar la mano del bolsillo deldelantal.––Buenastardes,Margarita.––Buenastardes,seññorito.––Augusto,buenamujer,Augusto.––DonAugusto––aññadióóella.––Noatodoslosnombreslescaeeldon––observóóéél––.AsíícomodeJuanadonJuan
hayunabismo,asíí lehaydeAugustoadonAugusto. ¡¡Pero... sea!¿¿Salióó la seññoritaEugenia?––Síí,haceunmomento.––¿¿Enquéédireccióón?––Porahíí.YporahíísedirigióóAugusto.Peroalratovolvióó.Selehabííaolvidadolacarta.––¿¿Harááel favor,seññoraMargarita,dehacer llegarestacartaa laspropiasblancas
manosdelaseññoritaEugenia?––Conmuchogusto.––Peroasuspropiasblancasmanos,¿¿eh?Asusmanostanmarfileññascomolasteclas
delpianoaqueacarician.––Síí,ya,loséédeotrasveces.––¿¿Deotrasveces?¿¿Quééesesodeotrasveces?––Pero¿¿esquecreeelcaballeroqueesestalaprimeracartadeestegéénero...?––¿¿Deestegéénero?Pero¿¿ustedsabeelgéénerodemicarta?––Desdeluego.Comolasotras.––¿¿Comolasotras?¿¿Comoquééotras?––¡¡Puespocospretendientesquehatenidolaseññorita...!––Ah,¿¿peroahoraestáávacante?
––¿¿Ahora?No,no,seññor, tienealgoasíícomounnovio...aunquecreoquenoessinoaspiranteanovio...Acasoletengaenprueba...puedeserqueseainterino...––¿¿Ycóómonomelodijo?––Comoustednomelopreguntóó...––Es cierto. Sin embargo, entrééguele esta carta y en propias manos, ¿¿entiende?
¡¡Lucharemos!¡¡Yvayaotroduro!––Gracias,seññor,gracias.Con trabajo se separóódeallííAugusto,pues la conversacióónnebulosa, cotidiana,de
Margaritalaporteraempezabaaagradarle.¿¿Noeraacasounmododematareltiempo?««¡¡Lucharemos! ––iba diciééndose Augusto calle abajo––, ¡¡síí, lucharemos! ¿¿Conque
tiene otro novio, otro aspirante a novio...? ¡¡Lucharemos!Militia est vita hominis superterram. Ya tienemi vida una finalidad; ya tengo una conquista que llevar a cabo. ¡¡Oh,Eugenia,miEugenia,hasdesermíía!¡¡Porlomenos,miEugenia,estaquemeheforjadosobrelavisióónfugitivadeaquellosojos,deaquellayuntadeestrellasenminebulosa,estaEugeniasííquehadesermíía,sealaotra,ladelaportera,dequienfuere!¡¡Lucharemos!Lucharemosyvenceréé.Tengoelsecretodelavictoria.¡¡Ah,Eugenia,miEugenia!»»Y se encontróó a la puerta del Casino, donde ya Vííctor le esperaba para echar la
cotidianapartidadeajedrez.
III––Hoyteretrasasteunpoco,chico––dijoVííctoraAugusto––,¡¡túú,tanpuntualsiempre!––Quééquieres...quehaceres...––¿¿Quehaceres,túú?––Pero¿¿esquecreesquesolotienenquehacereslosagentesdebolsa?Lavidaesmucho
mááscomplejadeloquetúútefiguras.––Oyomáássimpledeloquetúúcrees...––Todopudieraser.––¡¡Bien,sal!Augusto avanzóó dos casillas el peóón del rey, y en vez de tararear como otras veces
trozos de óópera, se quedóó diciééndose: ««¡¡Eugenia, Eugenia, Eugenia, mi Eugenia,finalidaddemivida,dulceresplandordeestrellasmellizasenlaniebla,lucharemos!Aquíísíí que hay lóógica, en esto del ajedrez y, sin embargo, ¡¡quéé nebuloso, quéé fortuitodespuéés de todo! ¿¿No seráá la lóógica tambiéén algo fortuito, algo azaroso? Y esaaparicióón de mi Eugenia, ¿¿no seráá algo lóógico? ¿¿No obedeceráá a un ajedrezdivino?»»
––Pero,hombre––leinterrumpióóVííctor––,¿¿noquedamosenquenosirvevolveratrááslajugada?¡¡Piezatocada,piezajugada!
––Enesoquedamos,síí.––Puessihacesesotecomogratisesealfil.––Esverdad,esverdad;mehabííadistraíído.––Pues no distraerse; que el que juega no asa castaññas. Y ya lo sabes; pieza tocada,
piezajugada.––¡¡Vamos,síí,loirreparable!––Asíídebeser.Yenelloconsisteloeducativodeestejuego.««¿¿Yporquéénohadedistraerseunoeneljuego?––sedecííaAugusto––.¿¿Esonoes
un juego la vida? ¿¿Y por quéé no ha de servir volver atráás las jugadas? ¡¡Esto es lalóógica!Acasoestééya lacartaenmanosdeEugenia.Alea jactaest!A lohecho,pecho.¿¿Ymaññana?¡¡MaññanaesdeDios!¿¿Yayer,dequiéénes?¿¿Dequiéénesayer?¡¡Oh,ayer,tesorodelosfuertes!¡¡Santoayer,sustanciadelanieblacotidiana!»»
––¡¡Jaque!––volvióóainterrumpirleVííctor.––Esverdad,esverdad...veamos...Pero¿¿cóómohedejadoquelascosaslleguenaeste
punto?––Distrayééndote,hombre,comodecostumbre.Sinofuesestandistraíídoserííasunode
nuestrosprimerosjugadores.––Pero,dime,Vííctor,¿¿lavidaesjuegooesdistraccióón?––Esqueeljuegonoessinodistraccióón.––Entonces,¿¿quéémáásdadistraersedeunmodoodeotro?––Hombre,dejugar,jugarbien.––¿¿Yporquééno jugarmal?¿¿Yquéées jugarbienyquéé jugarmal?¿¿Porquééno
hemosdemoverestaspiezasdeotromodoquecomolasmovemos?––Estoeslatesis,Augustoamigo,segúúntúú,filóósofoconspicuo,mehasenseññado.––Bueno,puesvoyadarteunagrannoticia.––¡¡Venga!––Pero,asóómbrate,chico.––Yonosoydelosqueseasombranaprioriodeantemano.––Puesallááva:¿¿sabesloquemepasa?––Quecadavezestáásmáásdistraíído.––Puesmepasaquemeheenamorado.––Bah,esoyalosabííayo.––¿¿Cóómoquelosabíías...?––Naturalmente,túúestáásenamoradoaborigine,desdequenaciste;tienesunamoríío
innato.––Síí,elamornaceconnosotroscuandonacemos.––Nohedichoamor, sinoamoríío.Yya sabííayo, sinque tuvierasquedecíírmelo,que
estabasenamoradoomáásbienenamoriscado.Losabííamejorquetúúmismo.––Pero¿¿dequiéén?Dime,¿¿dequiéén?––Esonolosabestúúmáásqueyo.
––Pues,calla,mira,acasotengasrazóón...––¿¿Notelodije?Ysino,dime,¿¿esrubiaomorena?––Pues, la verdad, no lo séé. Aunque me figuro que debe de ser ni lo uno ni lo otro;
vamos,asíí,pelicastañña.––¿¿Esaltaobaja?––Tampocomeacuerdobien.Perodebedeserunacosaregular.Pero¡¡quééojos,chico,
quééojostienemiEugenia!––¿¿Eugenia?––Síí,EugeniaDomingodelArco,avenidadelaAlameda,58.––¿¿Laprofesoradepiano?––Lamisma.Pero...––Síí,laconozco.Yahora...¡¡jaqueotravez!––Pero...––¡¡Jaquehedicho!––Bueno...YAugustocubrióóelreyconuncaballo.Yacabóóperdiendoeljuego.Al despedirse, Vííctor, poniééndose la diestra, a guisa de yugo, sobre el cerviguillo, le
susurróóaloíído:––ConqueEugenitalapianista,¿¿eh?Bien,Augustito,bien;túúposeerááslatierra.««¡¡Peroesosdiminutivos––pensóóAugusto––,esosterriblesdiminutivos!»»Ysalióóala
calle.
IV««¿¿Porquééeldiminutivoesseññaldecariñño?––ibadiciééndoseAugustocaminode
sucasa––.¿¿Esacasoqueelamorachicalacosaamada?¡¡Enamoradoyo!¡¡Yoenamorado!¡¡Quiéén habíía de decirlo...! Pero ¿¿tendráá razóón Vííctor? ¿¿Seréé un enamorado abinitio? Tal vez mi amor ha precedido a su objeto. Es máás, es este amor el que lo hasuscitado,elque lohaextraíídode lanieblade lacreacióón.Perosiyoadelantoaquellatorrenomedaelmate,nomeloda.¿¿Yquééesamor?¿¿Quiééndefinióóelamor?Amordefinidodejadeserlo...Pero,Diosmíío,¿¿porquéépermitirááelalcaldequeempleenparalos róótulos de los comercios tipos de letra tan feos como ese? Aquel alfil estuvo maljugado.¿¿Ycóómomeheenamoradosienrigornopuedodecirque laconozco?Bah,elconocimiento vendráá despuéés. El amor precede al conocimiento, y estemata a aquel.Nihilvolitumquinpraecognitum,meenseññóóelpadreZaramillo,peroyohellegadoalaconclusióón contraria y es que nihil cognitum quin praevolitum. Conocer es perdonar,dicen.No,perdonaresconocer.Primeroelamor,elconocimientodespuéés.Pero¿¿cóómonoviquemedabamatealdescubierto?Yparaamaralgo,¿¿quéébasta?¡¡Vislumbrarlo!Elvislumbre; he aquíí la intuicióón amorosa, el vislumbre en la niebla. Luego viene elprecisarse,lavisióónperfecta,elresolverselanieblaengotasdeaguaoengranizo,oennieve, o en piedra. La ciencia es una pedrea. ¡¡No, no, niebla, niebla! ¡¡Quiéén fueraááguila para pasearse por los senos de las nubes! Y ver al sol a travéés de ellas, comolumbrenebulosatambiéén.
¡¡Oh,elááguila!¡¡QuéécosassedirííanelááguiladePatmos, laquemiraalsolcaraacara y no ve en la negrura de la noche, cuando escapáándose de junto a san Juan seencontróócon la lechuzadeMinerva, laqueveen looscurode lanoche,peronopuedemiraralsol,ysehabííaescapadodelOlimpo!»»
AlllegaraestepuntocruzóóAugustoconEugeniaynoreparóóenella.««Elconocimientovienedespuéés...––siguióódiciééndose––.Pero...¿¿Quééhasidoeso?
Juraríía que han cruzado por mi óórbita dos refulgentes y míísticas estrellas gemelas...¿¿Habráásidoella?Elcorazóónmedice...¡¡Pero,calla,yaestoyencasa!»»
Yentróó.Dirigióóseasucuarto,yalrepararenlacamasedijo:««¡¡Solo!¡¡dormirsolo!¡¡soññar
solo! Cuando se duerme en compaññíía, el sueñño debe de ser comúún. Misteriososefluvios han de unir los dos cerebros. ¿¿O no es acaso que amedida que los corazonesmáás se unen, máás se separan las cabezas? Tal vez. Tal vez estáán en posicionesmutuamenteadversas.Sidosamantespiensanlomismo,sientenencontrariounodelotro;sicomulganenelmismosentimientoamoroso,cadacualpiensaotracosaqueelotro,talvezlocontrario.Lamujersóóloamaasuhombremientrasnopiensecomoella,esdecir,mientraspiense.Veamosaestehonradomatrimonio.»»
Muchas noches, antes de acostarse, solíía Augusto echar una partida de tute con sucriado,Domingo,ymientras,lamujerdeeste,lacocinera,contemplabaeljuego.
Empezóólapartida.––¡¡Veinteencopas!––cantóóDomingo.––¡¡Decidme!––exclamóóAugustodepronto––.¿¿Ysiyomecasara?––Muybienhecho,seññorito––dijoDomingo.––Segúúnyconforme––seatrevióóainsinuarLiduvina,sumujer.––Pues¿¿notecasastetúú?––leinterpelóóAugusto.––Segúúnyconforme,seññorito.––¿¿Cóómosegúúnyconforme?Habla.––Casarseesmuyfáácil;peronoestanfáácilsercasado.––Esopertenecealasabidurííapopular,fuentede...––Yloqueeslaquehayadesermujerdelseññorito...––agregóóLiduvina,temiendoque
Augustolesespetaratodounmonóólogo.––¿¿Quéé?Laquehayadesermimujer,¿¿quéé?Vamos,¡¡dilo,dilo,mujer,dilo!––Puesquecomoelseññoritoestanbueno...––Anda,dilo,mujer,dilodeunavez.––Yarecuerdaloquedecííalaseññora...AlapiadosamencióóndesumadreAugustodejóólascartassobrelamesa,ysuespííritu
quedóóunmomentoensuspenso.Muchasvecessumadre,aquelladulceseññora,hijadelinfortunio, le habíía dicho: ««Yo no puedo vivir yamucho, hijomíío; tu padreme estáá
llamando.Acasolehagoaéélmáásfaltaqueati.Asííqueyomevayadeestemundoytequedessoloenééltúúcáásate,cáásatecuantoantes.Traeaestacasadueññayseññora.Ynoesqueyonotengaconfianzaennuestrosantiguosyfielesservidores,no.Perotraeamaalacasa.Yqueseaamadecasa,hijomíío,queseaama.Hazladueññadetucorazóón,detubolsa,detudespensa,detucocinaydetusresoluciones.Buscaunamujerdegobierno,quesepaquerer...ygobernarte.»»
––Mimujertocarááelpiano––dijoAugustosacudiendosusrecuerdosyaññoranzas.––¡¡Elpiano!Yeso¿¿paraquéésirve?––preguntóóLiduvina.––¿¿Paraquéésirve?Puesahííestribasumayorencanto,enquenosirveparamalditade
Dioslacosa,loquesellamaservir.Estoyhartodeservicios...––¿¿Delosnuestros?––¡¡No, de los vuestros, no! Y ademáás el piano sirve, síí, sirve... sirve para llenar de
armonííaloshogaresyquenoseanceniceros.––¡¡Armoníía!Yeso¿¿conquéésecome?––Liduvina...Liduvina...Lacocinerabajóólacabezaanteeldulcereproche.Eralacostumbredeunoydeotra.––Síí,tocarááelpiano,porqueesprofesoradepiano.––Entonces no lo tocaráá ––aññadióó con firmeza Liduvina––. Y si no, ¿¿para quéé se
casa?––MiEugenia...––empezóóAugusto.––¿¿Ah,perosellamaEugeniayesmaestradepiano?––preguntóólacocinera.––Síí,¿¿pues?––¿¿La que vive con unos tííos en la Avenida de la Alameda, encima del comercio del
seññorTiburcio?––Lamisma.¿¿Quéé,laconoces?––Síí...devista...––No,algomáás,Liduvina,algomáás.Vamos,habla;miraquesetratadelporveniryde
ladichadetuamo...––Esbuenamuchacha,síí,buenamuchacha...––Vamos,habla,Liduvina...¡¡porlamemoriademimadre!...––Acuéérdesedesusconsejos,seññorito.Pero¿¿quiéénandaenlacocina?¿¿Aqueesel
gato?...Ylevantáándoselacriada,sesalióó.––¿¿Yquéé,acabamos?––preguntóóDomingo.––Esverdad,Domingo,nopodemosdejarasíílapartida.¿¿Aquiéénletocasalir?––Austed,seññorito.––Puesallááva.Yperdióótambiéénlapartida,pordistraíído.««Puesseññor––sedecííaalretirarseasucuarto––,todoslaconocen;todoslaconocen
menosyo.Heaquíílaobradelamor.¿¿Ymaññana?¿¿Quééharéémaññana?¡¡Bah!Acadadííabáástelesucuidado.Ahora,alacama.»»
Yseacostóó.Yyaenlacamasiguióódiciééndose:««Pueselcasoesqueheestadoaburriééndomesin
saberlo, y dos mortales añños... desde que murióó mi santa madre... Síí, síí, hay unaburrimiento inconsciente. Casi todos los hombres nos aburrimos inconscientemente. Elaburrimientoeselfondodelavida,yelaburrimientoeselquehainventadolosjuegos,lasdistracciones, lasnovelas y el amor.Lanieblade la vida rezumaundulce aburrimiento,licor agridulce. Todos estos sucesos cotidianos, insignificantes; todas estas dulcesconversacionesconquematamoseltiempoyalargamoslavida,¿¿quéésonsinodulcíísimoaburrirse? ¡¡Oh, Eugenia, mi Eugenia, flor de mi aburrimiento vital e inconsciente,asíístemeenmissueñños,sueññaenmííyconmigo!»»
Yquedóósedormido.
VCruzabalasnubes,ááguilarefulgente,conlaspoderosasalasperladasderocíío,fijoslos
ojosdepresaenlanieblasolar,dormidoelcorazóónendulceaburrimientoalamparodelpechoforjadoentempestades;enderredor,elsilencioquehacenlosrumoresremotosdelatierra,yallááenloalto,enlacimadelcielo,dosestrellasmellizasderramandobáálsamoinvisible. Desgarróó el silencio un chillido estridente que decíía: ««¡¡LaCorrespondencia!...»»YvislumbróóAugustolaluzdeunnuevodíía.««¿¿Sueñño o vivo? ––se preguntóó embozáándose en lamanta––. ¿¿Soy ááguila o soy
hombre?¿¿Quéédirááelpapelese?¿¿Quéénovedadesmetraerááelnuevodííaconsigo?¿¿Sehabráá tragadoestanocheun terremotoaCorcubióón?¿¿YporquéénoaLeipzig?¡¡Oh,laasociacióónlííricadeideas,eldesordenpindáárico!Elmundoesuncaleidoscopio.La lóógica la pone el hombre. El supremo arte es el del azar.Durmamos, pues, un ratomáás.»»Ydiosemediavueltaenlacama.¡¡LaCorrespondencia!... ¡¡Elvinagrero!Y luegouncoche,ydespuéésunautomóóvil,y
unoschiquillosdespuéés.««¡¡Imposible! ––volvióó a decirse Augusto––. Esto es la vida que vuelve. Y con ella el
amor...¿¿Yquééeselamor?¿¿Noesacasoladestilacióóndetodoesto?¿¿Noeseljugodelaburrimiento?PensemosenEugenia;lahoraespropicia.»»YcerróólosojosconelpropóósitodepensarenEugenia.¿¿Pensar?Peroestepensamientose le fuediluyendo,derritiééndosele,yalpocoratonoerasino
unapolca.Esqueunpianodemanubriosehabííaparadoalpiedelaventanadesucuartoyestabasonando.YelalmadeAugustorepercutííanotas,nopensaba.««Laesenciadelmundoesmusical––sedijoAugustocuandomurióólaúúltimanotadel
organillo––. YmiEugenia, ¿¿no esmusical tambiéén?Toda ley es una ley de ritmo, y elritmo es el amor. He aquíí que la divina maññana, virginidad del díía, me trae undescubrimiento: el amor es el ritmo. La ciencia del ritmo son las matemááticas; laexpresióón sensible del amor es la múúsica. La expresióón, no su realizacióón;entendáámonos.»»Leinterrumpióóungolpecitoalapuerta.––¡¡Adelante!––¿¿Llamaba,seññorito?––dijoDomingo.––¡¡Síí...eldesayuno!Habíía llamado, sinhabersedadode ello cuenta, lomenoshora ymedia antesquede
costumbre,yunavezquehubollamadotenííaquepedireldesayuno,aunquenoerahora.««El amor aviva y anticipa el apetito ––siguióó diciééndose Augusto––. ¡¡Hay que vivir
paraamar!Síí,¡¡yhayqueamarparavivir!»»Selevantóóatomareldesayuno.––¿¿Quéétaltiempohace,Domingo?––Comosiempre,seññorito.––Vamos,síí,nibuenonimalo.––¡¡Eso!Eralateorííadelcriado,quientambiéénselasteníía.Augusto se lavóó, peinóó, vistióó y avióó como quien tiene ya un objetivo en la vida,
rebosandoííntimoarregostodevivir.Aunquemelancóólico.Echóósealacalle,ymuyprontoelcorazóónletocóóarebato.««¡¡Calla––sedijo––,siyo
la habíía visto, si yo la conocíía hacemucho tiempo; síí, su imagenmees casi innata...!¡¡Madremíía,ampáárame!»»Yalpasarjuntoaéél,alcruzarseconéélEugenia,lasaludóóaúúnmáásconlosojosqueconelsombrero.Estuvo a punto de volverse para seguirla, pero vencióó el buen juicio y el deseo que
tenííadecharlarconlaportera.««Esella,síí,esella––siguióódiciééndose––,esella,eslamisma,eslaqueyobuscaba
haceañños,aunsinsaberlo;eslaquemebuscaba.Estáábamosdestinadosunoaotroenarmonííapreestablecida;somosdosmóónadascomplementariaunadeotra.Lafamiliaesla verdadera céélula social. Y yo no soymáás que unamoléécula. ¡¡Quéé poéética es laciencia,Diosmíío!¡¡Madre,madremíía,aquíítienesatuhijo;aconsééjamedesdeelcielo!¡¡Eugenia,miEugenia...!»»Miróóatodaspartesporsilemiraban,puessesorprendióóabrazandoalaire.Ysedijo:
««Elamoresunééxtasis;nossacadenosotrosmismos.»»
Levolvióóalarealidad––¿¿alarealidad?––lasonrisadeMargarita.––¿¿Yquéé,nohaynovedad?––lepreguntóóAugusto.––Ninguna,seññorito.Todavííaesmuypronto.––¿¿Nolepreguntóónadaalentregáársela?––Nada.––¿¿Yhoy?––Hoy,síí.Mepreguntóóporsusseññasdeusted,ysileconocíía,yquiéénera.Medijo
queelseññoritonosehabííaacordadodeponerladireccióóndesucasa.Yluegomediounencargo...––¿¿Unencargo?¿¿Cuáál?Novacile.––Medijoquesivolvííaporacááledijesequeestabacomprometida,quetienenovio.––¿¿Quetienenovio?––Yaselodijeyo,seññorito.––Noimporta,¡¡lucharemos!––Bueno,lucharemos.––¿¿Meprometeustedsuayuda,Margarita?––Claroquesíí.––¡¡Puesvenceremos!Yseretiróó.Fuesea laAlamedaarefrescarsusemocionesen lavisióóndeverdura,a
oíírcantara lospáájarossusamores.Sucorazóónverdecííaydentrodeéélcantáábanletambiééncomoruiseññoresrecuerdosaladosdelainfancia.Era,sobretodo,elcieloderecuerdosdesumadrederramandounalumbrederretiday
dulcesobretodassusdemáásmemorias.Desupadreapenas seacordaba;eraunasombramííticaquese leperdííaen lomáás
lejano;eraunanubesangrientadeocaso.Sangrienta,porquesiendoaúúnpequeññito loviobaññadoensangre,deunvóómito,ycadavéérico.Yrepercutííaensucorazóón,atanlargadistancia,aquel ¡¡hijo!desumadre,quedesgarróó lacasa;aquel ¡¡hijo!quenosesabííasidirigidoalpadremoribundooaéél,aAugusto,empedernidodeincomprensióónanteelmisteriodelamuerte.Poco despuéés sumadre, temblorosa de congoja, le apechugaba a su seno, y con una
letaníía de ¡¡hijomíío! ¡¡hijomíío! ¡¡hijomíío! le bautizaba en láágrimasde fuego. Y ééllloróótambiéén,apretáándoseasumadre,ysinatreverseavolverlacaraniapartarladela dulce oscuridad de aquel regazo palpitante, por miedo a encontrarse con los ojosdevoradoresdelcoco.Y asíí pasaron díías de llanto y de negrura, hasta que las láágrimas fueron yééndose
haciadentroylacasafuederritiendolosnegrores.Eraunacasadulcey tibia.La luzentrabaporentre lasblancas floresbordadasen los
visillos. Las butacas abríían, con intimidad de abuelos hechos niñños por los añños, susbrazos. Allíí estaba siempre el cenicero con la ceniza del úúltimo puro que apuróó supadre.Yallíí,enlapared,elretratodeambos,delpadreydelamadre,laviudaya,hechoeldííamismoenquesecasaron.ÉÉl,queeraalto,sentado,conunapiernacruzadasobrela otra, enseññando la lengüüeta de la bota, y ella, que era bajita, de pie a su lado yapoyando lamano,unamanofinaquenoparecííahechaparaagarrar,sinoparaposarsecomopaloma,enelhombrodesumarido.Sumadre iba y veníía sin hacer ruido, como un pajarillo, siempre de negro, con una
sonrisa, queerael posode las láágrimasde losprimerosdííasde viudez, siempreen labocayentornodelosojosescudriññadores.««Tengoquevivirparati,paratisolo––––ledecíía por las noches, antes de acostarse––, Augusto.»» Y este llevaba a sus sueññosnocturnosunbesohúúmedoaúúnenláágrimas.Comounsueññodulceselesibalavida.Porlasnochesleleííasumadrealgo,unasveceslavidadelSanto,otrasunanovelade
JulioVerneoalgúúncuentocandorosoysencillo.Yalgunasveceshastasereíía,conunarisasilenciosaydulcequetrascendííaaláágrimaslejanas.LuegoentróóalInstitutoyporlasnocheserasumadrequienletomabalaslecciones.Y
estudióóparatomáárselas.Estudióótodosaquellosnombresrarosdelahistoriauniversal,ysolííadecirlesonriendo:««Pero¡¡cuáántasbarbaridadeshanpodidohacerloshombres,Dios míío!»» Estudióó matemááticas, y en esto fue en lo que máás sobresalióó aqueIladulcemadre.««Simimadrellegaadedicarsealasmatemááticas...»»,sedecííaAugusto.Yrecordabael interéés conque seguíía el desarrollodeunaecuacióónde segundogrado.Estudióó psicologíía, y esto era lo que máás se le resistíía. ««Pero ¡¡quéé ganas decomplicarlascosas!»»,solííadeciraesto.Estudióófíísicayquíímicaahistorianatural.Delahistorianaturalloquenolegustabaeraaquellosmotajosrarosqueselesdaenellaalos animales y las plantas. La fisiologíía le causaba horror, y renuncióó a tomar sus
leccionesasuhijo.Sóóloconveraquellas lááminasquerepresentabanelcorazóóno lospulmonesaldesnudopresentáábaselelasanguinosamuertedesumarido.««Todoestoesmuyfeo,hijomíío––ledecíía––;noestudiesméédico.Lomejoresnosabercóómosetienenlascosasdedentro.»»CuandoAugustosehizobachillerletomóóenbrazos,lemiróóalbozo,yrompiendoen
láágrimas exclamóó: ««¡¡Si viviese tu padre...!»» Despuéés le hizo sentarse sobre susrodillas,deloqueéél,unchicarróónya,sesentííaavergonzado,yasííletuvo,ensilencio,mirandoalcenicerodesudifunto.Yluegovinosucarrera,susamistadesuniversitarias,ylamelancolííadelapobremadre
al ver que su hijo ensayaba las alas. ««Yo para ti, yo para ti ––solíía decirle––, y túú,¡¡quiéén sabe para quéé otra!... Asíí es el mundo, hijo.»» El díía en que se recibióó delicenciadoenDerecho, sumadre, al llegar éél a casa, le tomóóybesóó lamanodeunamanera cóómicamente grave, y luego, abrazáándole, dííjole al oíído: ««¡¡Tu padre tebendiga,hijomíío!»»Sumadrejamáásseacostabahastaqueééllohubiesehecho,yledejabaconunbesoen
la cama. No pudo, pues, nunca trasnochar. Y era su madre lo primero que veíía aldespertarse.Yenlamesa,deloqueéélnocomíía,tampocoella.Salííanamenudojuntosdepaseoyasííiban,ensilencio,bajoelcielo,pensandoellaen
sudifuntoyéélpensandoenloqueprimeropasabaasusojos.Yellaledecííasiemprelasmismas cosas, cosas cotidianas, muy antiguas y siempre nuevas. Muchas de ellasempezabanasíí:««Cuandotecases...»»Siempre que cruzaba con ellos algunamuchacha hermosa, o siquiera linda, sumadre
mirabaaAugustoconelrabillodelojo.Yvinolamuerte,aquellamuertelenta,graveydulce,indolorosa,queentróódepuntillas
ysinruido,comounaveperegrina,yse la llevóóavuelo lento,enunatardedeotoñño.Murióóconsumanoenlamanodesuhijo,consusojosenlosojosdeéél.SintióóAugustoquelamanoseenfriaba,sintióóquelosojosseinmovilizaban.Soltóólamanodespuéésdehaberdejadoensufrialdadunbesocáálido,ycerróólosojos.Searrodillóójuntoallechoypasóósobreééllahistoriadeaquellosaññosiguales.Y ahora estaba aquíí, en la Alameda, bajo el gorjear de los páájaros, pensando en
Eugenia.YEugenia tenííanovio.««Loquetemo,hijomíío––solííadecirlesumadre––,escuandoteencuentresconlaprimeraespinaenelcaminodetuvida.»»¡¡Siestuvieraaquííellaparahacerflorecerenrosaaestaprimeraespina!««Si viviera mi madre encontraríía solucióón a esto ––se dijo Augusto––, que no es,
despuéésdetodo,máásdifíícilqueunaecuacióóndesegundogrado.Ynoes,enelfondo,máásqueunaecuacióóndesegundogrado.»»Unos déébiles quejidos, como de un pobre animal, interrumpieron su soliloquio.
Escudriññóóconlosojosyacabóópordescubrir,entrelaverduradeunmatorral,unpobrecachorrillodeperroqueparecííabuscar caminoen tierra. ««¡¡Pobrecillo! ––sedijo––.Lohandejadoreciéénnacidoaquemuera;lesfaltóóvalorparamatarlo.»»Ylorecogióó.El animalito buscaba el pecho de la madre. Augusto se levantóó y volvióóse a casa
pensando: ««Cuando lo sepa Eugenia, ¡¡mal golpe parami rival! ¡¡Quéé cariñño le va atomaralpobreanimalito!Yeslindo,muylindo.¡¡Pobrecito,cóómomelamelamano...!»»––Trae leche, Domingo; pero trááela pronto ––le dijo al criado no bien este le hubo
abiertolapuerta.––¿¿Peroahoraseleocurrecomprarperro,seññorito?––No lo he comprado, Domingo; este perro no es esclavo, sino que es libre; lo he
encontrado.––Vamos,síí,esexpóósito.––Todossomosexpóósitos,Domingo.Traeleche.Letrajolalecheyunapequeññaesponjaparafacilitarlasuccióón.LuegohizoAugusto
que se le trajeraunbiberóónparael cachorrillo,paraOrfeo, que asíí le bautizóó, no sesabenisabííaééltampocoporquéé.YOrfeofueenadelanteelconfidentedesussoliloquios,elquerecibióólossecretosde
suamoraEugenia.««Mira,Orfeo ––ledecíía silenciosamente––, tenemosque luchar. ¿¿Quéémeaconsejas
quehaga?Sitehubieseconocidomimadre...Peroyaveráás,yaverááscuandoduermasenelregazodeEugenia,bajosumanotibiaydulce.Yahora,¿¿quéévamosahacer,Orfeo?»»Fuemelancóólicoelalmuerzodeaqueldíía,melancóólicoelpaseo,lapartidadeajedrez
melancóólicaymelancóólicoelsueññodeaquellanoche.
VI««Tengoquetomaralgunadeterminacióón––sedecííaAugustopaseáándosefrenteala
casanúúmero58delaavenidadelaAlameda––;estonopuedeseguirasíí.»»Enaquelmomentoseabrióóunodelosbalconesdelpisosegundo,enquevivííaEugenia,
yaparecióóunaseññoraenjutaycanaconunajaulaenlamano.Ibaaponerelcanarioalsol.Peroaliraponerlofaltóóelclavoylajaulasevinoabajo.Laseññoralanzóóungritodedesesperacióón:««¡¡Ay,miPichíín!»»Augustoseprecipitóóarecogerlajaula.Elpobrecanariorevoloteabadentrodeelladespavorido.Subióó Augusto a la casa, con el canario agitáándose en la jaula y el corazóón en el
pecho.Laseññoraleesperaba.––¡¡Oh,gracias,gracias,caballero!––Lasgraciasausted,seññora.––¡¡Pichíínmíío!¡¡miPichincito!¡¡Vamos,cáálmate!¿¿Gustaustedpasar,caballero?––Conmuchogusto,seññora.YentróóAugusto.Llevóólo la seññora a la sala, y diciééndole: ««Aguardeunpoco, que voy a dejar ami
Pichíín»»,ledejóósolo.En estemomento entróó en la sala un caballero anciano, el tíío de Eugenia sin duda.
Llevabaanteojosahumadosyunfezenlacabeza.AcercóóseaAugusto,ytomandoasientojuntoaéélledirigióóestaspalabras:––(Aquííunafraseenesperantoquequieredecir:¿¿Yustednocreeconmigoquelapaz
universalllegarááprontomercedalesperanto?)Augusto pensóó en la huida, pero el amor a Eugenia le contuvo. El otro prosiguióó
hablando,enesperantotambiéén.Augustosedecidióóporfin.––Noleentiendoaustedunapalabra,caballero.––Deseguroquelehablabaaustedenesamalditajergaquellamanesperanto––dijola
tíía, que a este punto entraba. Y aññadióó dirigiééndose a su marido––: Fermíín, esteseññoreseldelcanario.––Pues no te entiendo máás que túú cuando te hablo en esperanto ––le contestóó su
marido.––EsteseññorharecogidoamipobrePichíín,quecayóóalacalle,yhatenidolabondad
detraéérmelo.Yusted––aññadióóvolviééndoseaAugusto––¿¿quiéénes?––Yo soy, seññora, Augusto Péérez, hijo de la difunta viuda de Péérez Rovira, a quien
ustedacasoconoceríía.––¿¿DedoññaSoledad?––Exacto;dedoññaSoledad.––Ymucho que conocíí a la buena seññora. Fue una viuda y unamadre ejemplar. Le
felicitoaustedporello.––Yyomefelicitodedeberalfelizaccidentedelacaíídadelcanarioelconocimientode
ustedes.––¡¡Feliz!¿¿Llamaustedfelizaeseaccidente?––Paramíí,síí.––Gracias,caballero––dijodonFermíín,agregando––:Rigenaloshombresyasuscosas
enigmááticasleyes,queelhombre,sinembargo,puedevislumbrar.Yo,seññormíío,tengoideasparticularessobrecasitodaslascosas...––Cáállatecon tuestribillo,hombre––exclamóó la tíía––. ¿¿Ycóómoesquepudousted
acudirtanprontoensocorrodemiPichíín?––Serééfrancoconusted,seññora;leabriréémipecho.Esquerondabalacasa.––¿¿Estacasa?––Síí,seññora.Tienenustedesunasobrinaencantadora.––Acabááramos, caballero. Ya, ya veo el feliz accidente. Y veo que hay canarios
providenciales.––¿¿QuiéénconoceloscaminosdelaProvidencia?––dijodonFermíín.––Yolosconozco,hombre,yo––exclamóósuseññora;yvolviééndoseaAugusto––:tiene
usted abiertas las puertas de esta casa... Pues ¡¡no faltaba máás! Al hijo de doññaSoledad...Asíícomoasíí,vaustedaayudarmeaquitaraesachiquillauncaprichitoqueselehametidoenlacabeza...
––¿¿Ylalibertad?––insinuóódonFermíín.––Cáállatetúú,hombre,yquéédatecontuanarquismo.––¿¿Anarquismo?––exclamóóAugusto.IrradióódegozoelrostrodedonFermíín,yaññadióóconlamáásdulcedesusvoces:––Síí, seññormíío, yo soy anarquista, anarquistamíístico, pero en teoríía, entiééndase
bien,enteoríía.Notemausted,amigo––yaldecirestolepusoamablementelamanosobrela rodilla––, no echo bombas.Mi anarquismo es puramente espiritual. Porque yo, amigomíío,tengoideaspropiassobrecasitodaslascosas...––Yusted,¿¿noesanarquistatambiéén?––preguntóóAugustoalatíía,pordeciralgo.––¿¿Yo?Esoesundisparate,esodequenomandenadie.Sinomandanadie,¿¿quiéénva
aobedecer?¿¿Nocomprendeustedqueesoesimposible?––Hombresdepocafe,quellamááisimposible...––empezóódonFermíín.Ylatíía,interrumpiééndole:––Pues bien, mi seññor don Augusto, pacto cerrado. Usted me parece un excelente
sujeto, bien educado, de buena familia, con una renta máás que regular... Nada, nada,desdehoyesustedmicandidato.––Tantohonor,seññora...––Síí;hayquehacerentrarenrazóónaestamozuela.Ellanoesmala,sabeusted,pero
caprichosa... Luego, ¡¡fue criada con tanto mimo!... Cuando sobrevino aquella terriblecatáástrofedemipobrehermano...––¿¿Catáástrofe?––preguntóóAugusto.––Síí,ycomolacosaespúúblicanodeboyoocultáárselaausted.ElpadredeEugeniase
suicidóó despuéés de una operacióón bursáátil desgraciadíísima y dejáándola casi en lamiseria.Lequedóóunacasa,perogravadaconunahipotecaquesellevasusrentastodas.Y la pobre chica se ha empeññado en ir ahorrandode su trabajo hasta reunir conquéélevantar la hipoteca. Figúúrese usted, ¡¡ni aunque se estéé dando lecciones de pianosesentaañños!Augustoconcibióóalpuntounpropóósitogenerosoyheroico.––Lachicanoesmala––prosiguióólatíía––,peronohaymododeentenderla.––Siaprendieraisesperanto––empezóódonFermíín.––Dééjanosdelenguasuniversales.¿¿Conquenonosentendemosenlasnuestrasyvasa
traerotra?––Pero ¿¿usted no cree, seññora ––le preguntóó Augusto––, que seríía bueno que no
hubiesesinounasolalengua?––¡¡Eso,eso!––exclamóóalborozadodonFermíín.––Síí, seññor ––dijocon firmeza la tíía––;unasola lengua:el castellano, ya lo sumoel
bableparahablarconlascriadasquenosonracionales.LatííadeEugeniaeraasturianaytenííaunacriada,asturianatambiéén,alaquereññíía
enbable.––Ahora, si es en teoríía ––aññadióó––, no me parece mal que haya una sola lengua.
Porqueestemimarido,enteoríía,eshastaenemigodelmatrimonio...––Seññores––dijoAugustolevantáándose––,estoyacasomolestando...––Ustednomolestanunca,caballero––lerespondióó la tíía––,yquedacomprometidoa
volverporestacasa.Yalosabeusted,esustedmicandidato.AlsalirseleacercóóunmomentodonFermíínyledijoaloíído:««¡¡Nopienseusteden
eso!»» ««¿¿Y por quéé no?»» , le preguntóó Augusto. ««Hay presentimientos, caballero,haypresentimientos...»»Aldespedirse,lasúúltimaspalabrasdelatííafueron:««Yalosabe,esmicandidato.»»CuandoEugeniavolvióóacasa,lasprimeraspalabrasdesutííaalverlafueron:––¿¿SabesEugenia,quiéénhaestadoaquíí?DonAugustoPéérez.––AugustoPéérez...AugustoPéérez...¡¡Ah,síí!Y¿¿quiéénlehatraíído?––Pichíín,micanario.––Y¿¿aquééhavenido?––¡¡Vayaunapregunta!Trasdeti.––¿¿Trasdemííytraíídoporelcanario?Puesnoloentiendo.Valieramáásquehablases
enesperanto,comotííoFermíín.––ÉÉlviene trasde tiyesunmozo joven,no feo,apuesto,bieneducado, fino,y sobre
todorico,chica,sobretodorico.––Puesquesequedeconsuriqueza,quesiyotrabajonoesparavenderme.––Y¿¿quiééntehahabladodevenderte,polvorilla?––Bueno,bueno,tíía,dejéémonosdebromas.––Túúleveráás,chiquilla,túúleveráásairááscambiandodeideas.––Loqueeseso...
––Nadiepuededecirdeestaaguanobeberéé.––¡¡SonmisteriososloscaminosdelaProvidencia!––exclamóódonFermíín––.Dios...––Pero, hombre ––le arguyóó su mujer––, ¿¿cóómo se compadece eso de Dios con el
anarquismo?Yatelohedichomilveces.Sinodebemandarnadie,¿¿quééesesodeDios?––Mianarquismo,mujer,melohasoíídootrasmilveces,esmíístico,esunanarquismo
míístico.Diosnomandacomomandanloshombres.Diosestambiéénanarquista,Diosnomanda,sino...––Obedece,¿¿noeseso?––Túúlohasdicho,mujer,túúlohasdicho.Diosmismotehailuminado.¡¡Venacáá!Cogióóa sumujer, lemiróóen la frente, soplóóleenella, sobreunos rizosdeblancos
cabellosyaññadióó:––TeinspiróóÉÉlmismo.Síí,Diosobedece...obedece.––Síí,enteoríía,¿¿noeseso?Ytúú,Eugenita,dééjatedebobadas,quesetepresentaun
granpartido.––Tambiéényosoyanarquista,tíía,peronocomotííoFermíín,nomíística.––¡¡Bueno,severáá!––terminóólatíía.
VII««¡¡Ay,Orfeo!––decííayaensucasaAugusto,dáándolelalecheaaquel––.¡¡Ay,Orfeo!Di
elgranpaso,elpasodecisivo;entrééensuhogar,entrééenelsantuario.¿¿Sabesloqueesdarunpasodecisivo?Losvientosdelafortunanosempujanynuestrospasossondecisivostodos. ¿¿Nuestros? ¿¿Son nuestros esos pasos? Caminamos, Orfeo míío, por una selvaenmaraññada y bravíía, sin senderos. El sendero nos lo hacemos con los pies segúúncaminamos a la ventura. Hay quien cree seguir una estrella; yo creo seguir una dobleestrella, melliza. Y esa estrella no es sino la proyeccióón misma del sendero al cielo, laproyeccióóndelazar.
»»¡¡Unpasodecisivo!Ydime,Orfeo,¿¿quéénecesidadhaydequehayaniDiosnimundoninada?¿¿Porquééhadehaberalgo?¿¿Noteparecequeesaideadelanecesidadnoessinolaformasupremaqueelazartomaennuestramente?
»»¿¿DedóóndehabrotadoEugenia?¿¿Esellaunacreacióónmííaosoycreacióónsuyayo?, ¿¿o somos los dos creaciones mutuas, ella de míí y yo de ella? ¿¿No es acaso todocreacióóndecadacosaycadacosacreacióóndetodo?Y¿¿quééescreacióón?,¿¿quééerestúú,Orfeo?,¿¿quéésoyyo?
»» Muchas veces se me ha ocurrido pensar, Orfeo, que yo no soy, a iba por la calleantojáándoseme que los demáás no me veíían. Y otras veces he fantaseado que no meveííancomomeveííayo,yquemientrasyomecreííairformalmente,contodacompostura,estaba,sinsaberlo,haciendoelpayaso,ylosdemáásriééndoseyburláándosedemíí.¿¿Notehaocurridoalgunavezatiesto,Orfeo?Aunqueno,porquetúúeresjoventodavííaynotienesexperienciadelavida.Yademááseresperro.
»»Pero,dime,Orfeo,¿¿noseosocurrirááalgunavezalosperroscreeroshombres,asíícomohahabidohombresquesehancreíídoperros?
»»¡¡Quéévidaesta,Orfeo,quéévida,sobretododesdequemurióómimadre!Cadahoramellegaempujadapor lashorasqueleprecedieron;noheconocidoelporvenir.Yahoraqueempiezoavislumbrarlomeparecesemevaaconvertirenpasado.Eugeniaesyacasiun recuerdo para míí. Estos díías que pasan... este díía, este eterno díía que pasa...deslizáándoseenniebladeaburrimiento.Hoycomoayer,maññanacomohoy.Mira,Orfeo,miralacenizaquedejóómipadreenaquelcenicero...
»»Esta es la revelacióón de la eternidad, Orfeo, de la terrible eternidad. Cuando elhombresequedaasolasycierralosojosalporvenir,alensueñño,selerevelaelabismopavorosodelaeternidad.Laeternidadnoesporvenir.Cuandomorimosnosdalamuertemediavueltaennuestraóórbitayemprendemoslamarchahaciaatráás,haciaelpasado,hacialoquefue.Yasíí,sintéérmino,devanandolamadejadenuestrodestino,deshaciendotodoelinfinitoqueenunaeternidadnoshahecho,caminandoalanada,sinllegarnuncaaella,puesqueellanuncafue.
»»Por debajo de esta corriente de nuestra existencia, por dentro de ella, hay otracorrienteensentidocontrario;aquíívamosdelayeralmaññana,allíísevadelmaññanaalayer.Setejeysedestejeauntiempo.Ydevezencuandonoslleganháálitos,vahosyhastarumoresmisteriososdeeseotromundo,deeseinteriordenuestromundo.Lasentraññasde la historia son una contrahistoria, es un proceso inverso al que ella sigue. El rííosubterrááneovadelmaralafuente.
»»YahoramebrillanenelcielodemisoledadlosdosojosdeEugenia.Mebrillanconelresplandorde las láágrimasdemimadre.Ymehacencreerqueexisto, ¡¡dulce ilusióón!Amo, ergo sum! Este amor, Orfeo, es como lluvia bienhechora en que se deshace yconcreta la niebla de la existencia. Gracias al amor siento al alma de bulto, la toco.Empiezaadolermeensucogollomismoelalma,graciasalamor,Orfeo.Yelalmamisma,¿¿quééessinoamor,sinodolorencarnado?
»»Vienen los díías y van los díías y el amor queda. Alláá dentro, muy dentro, en lasentraññas de las cosas se rozan y friegan la corriente de este mundo con la contrariacorriente del otro, y de este roce y friega viene el máás triste y el máás dulce de losdolores:eldevivir.
»»Mira, Orfeo, las lizas, mira la urdimbre, mira cóómo la trama ya viene con lalanzadera,miracóómojueganlasprimideras;pero,dime,¿¿dóóndeestááelenjulloaquesearrollalateladenuestraexistencia,dóónde?»»
ComoOrfeonohabííavistonuncauntelar,esmuydifíícilqueentendieraasuamo.Peromiráándolealosojosmientrashablabaadivinabasusentir.
VIIIAugusto temblabay sentííase comoenunpotrode suplicio en suasiento; entráábanle
furiosasganasde levantarsedeéél,pasearsepor la salaaquella,darmanotadasalaire,gritar, hacer locuras de circo, olvidarse de que existíía. Ni doñña Ermelinda, la tíía deEugenia,nidonFermíín,sumarido,elanarquistateóóricoymíístico,lograbantraerlealarealidad.––Puessíí,yocreo––decííadoññaErmelinda––,donAugusto,queestoes lomejor,que
usted se espere, pues ella no puede ya tardar en venir; la llamo, ustedes se ven y seconocenyesteeselprimerpaso.Todaslasrelacionesdeestegéénerotienenqueempezarporconocerse,¿¿noesasíí?––Enefecto, seññora ––dijo, comoquienhabladesdeotromundo,Augusto––, elprimer
pasoesverseyconocerse...––Yyocreoqueasííqueellaleconozcaausted,pues...¡¡lacosaesclara!––Notanclara––arguyóódonFermíín––.LoscaminosdelaProvidenciasonmisteriosos
siempre... Y en cuanto a eso de que para casarse sea preciso o siquiera convenienteconocerse antes, discrepo... discrepo... El úúnico conocimiento eficaz es el conocimientopostnuptias.Yamehasoíído,esposamíía,loqueenlenguajebiblicosignificaconocer.Y,crééemelo, no hay máás conocimiento sustancial y esencial que ese, el conocimientopenetrante...––Cáállate,hombre,cáállate,nodesbarres.––Elconocimiento,Ermelinda...Sonóóeltimbredelapuerta.––¡¡Ella!––exclamóóconmisteriosavozeltíío.Augusto sintióó una oleada de fuego subirle del suelo hasta perderse, pasando por su
cabeza,enloalto,encimadeéél.Yempezóóelcorazóónamartillarleelpecho.Seoyóóabrirlapuerta,yruidodeunospasosráápidoseiguales,ríítmicos.YAugusto,
sinsabercóómo,sintióóquelacalmavolvííaareinarenéél.––Voyallamarla––dijodonFermíínhaciendoconatodelevantarse.––¡¡No,deningúúnmodo!––exclamóódoññaErmelinda,yllamóó.Yluegoalacriada,alpresentarse:––¡¡DialaseññoritaEugeniaquevenga!Se siguióó un silencio. Los tres, como en complicidad, callaban. Y Augusto se decíía:
««¿¿Podréé resistirlo?, ¿¿no me pondréé rojo como una amapola o blanco cual un liriocuandosusojosllenenelhuecodeesapuerta?,¿¿noestallaráámicorazóón?»»Oyóóseunligerorumor,comodepalomaquearrancaenvuelo,un¡¡ah!breveyseco,y
losojosdeEugenia,enunrostrotodofrescordevidaysobreuncuerpoquenoparecííapesar sobre el suelo, dieron como una nueva y misteriosa luz espiritual a la escena. YAugustosesintióótranquilo,enormementetranquilo,clavadoasuasientoycomosifueseunaplantanacidaenéél,comoalgovegetal,olvidadodesíí,absortoen lamisteriosa luzespiritualquedeaquellosojosirradiaba.YsóóloaloíírquedoññaErmelindaempezabaadecirasusobrina:««AquíítienesanuestroamigodonAugustoPéérez...»»,volvióóensííysepusoenpieprocurandosonreíír.––AquíítienesanuestroamigodonAugustoPéérez,quedeseaconocerte...––¿¿Eldelcanario?––preguntóóEugenia.––Síí,eldelcanario,seññorita––contestóóAugustoacercáándoseaellayalargáándolela
mano.Ypensóó:««¡¡Mevaaquemarconlasuya!»»Pero no fue asíí.Unamano blanca y fríía, blanca como la nieve y como la nieve fríía,
tocóó sumano. Y sintióó Augusto que se derramaba por su ser todo como un fluido deserenidad.SentóóseEugenia.––Yestecaballero––empezóólapianista.««¡¡Este caballero... este caballero... ––pensóó Augusto rapidíísimamente–– este
caballero!¡¡Llamarmecaballero!¡¡Estoesdemalagüüero!»»––Estecaballero,hijamíía,quehahechoporunafelizcasualidad...––Síí,ladelcanario.––¡¡SonmisteriososloscaminosdelaProvidencia––sentencióóelanarquista.––Este caballero, digo ––agregóó la tíía––, que por una feliz casualidad ha hecho
conocimiento con nosotros y resulta ser el hijo de una seññora a quien conocíí algo y
respetéémucho; este caballero, puestoque es amigo yade casa, hadeseado conocerte,Eugenia.––¡¡Yadmirarla!––aññadióóAugusto.––¿¿Admirarme?––exclamóóEugenia.––¡¡Síí,comopianista!––¡¡Ah,vamos!––Conozco,seññorita,sugranamoralarte...––¿¿Alarte?¿¿Acuáál,aldelamúúsica?––¡¡Claroestáá!––¡¡Pueslehanengaññadoausted,donAugusto!««¡¡DonAugusto!¡¡DonAugusto!––pensóóeste,¡¡Don...!¡¡Dequéémalagüüeroeseste
don!¡¡Casitanmalocomoaquelcaballero!»»Yluego,envozalta:––¿¿Esquenolegustalamúúsica?––Nipizca,seloaseguro.««Liduvinatienerazóón––pensóóAugusto––;éésta,despuéésquesecase,ysielmarido
lapuedemantener,novuelveateclearunpiano.»»Yluego,envozalta:––Comoesvozpúúblicaqueesustedunaexcelenteprofesora...––Procuro cumplir lo mejor posible con mi deber profesional, y ya que tengo que
ganarmelavida...––Esodetenerqueganartelavida...––empezóóadecirdonFermíín.––Bueno, basta ––interrumpióó la tíía––; ya el seññor don Augusto estáá informado de
todo...––¿¿Detodo?¿¿Dequéé?––preguntóóconasperezayconunligeríísimoademáándeira
levantarseEugenia.––Síí,delodelahipoteca...––¿¿Cóómo? ––exclamóó la sobrina poniééndose en pie––. Pero ¿¿quéé es esto, quéé
significatodoesto,aquéévieneestavisita?––Yatehedicho,sobrina,queesteseññordeseabaconocerte...Ynotealteresasíí...––Peroesquehaycosas...––Dispense a su seññora tíía, seññorita ––suplicóó tambiéénAugustoponiééndose a su
vezenpie,ylomismohicieronlostííos––;peronohasidootracosa...Yencuantoaesodelahipotecayasuabnegacióóndeustedyamoraltrabajo,yonadahehechoparaarrancardesuseññoratííataninteresantesnoticias;yo...––Síí,ustedsehalimitadoatraerelcanariounosdííasdespuéésdehabermedirigidouna
carta...––Enefecto,noloniego.––Puesbien,caballero,lacontestacióónaesacartaseladaréécuandomejormeplazcay
sinquenadiemecohííbaaello.Yahoravalemáásquemeretire.––¡¡Bien,muybien!––exclamóódonFermíín––.¡¡Estoesenterezaylibertad!¡¡Estaesla
mujerdelporvenir!¡¡Mujeresasííhayqueganarlasapuñño,amigoPéérez,apuñño!––¡¡Seññorita...!––suplicóóAugustoacercáándoseaella.––Tieneustedrazóón––dijoEugenia,y ledioparadespedida lamano,tanblancaytan
frííacomoantesycomolanieve.Aldarlaespaldaparasalirydesaparecerasíílosojosaquellos,fuentesdemisteriosaluz
espiritual, sintióó Augusto que la ola de fuego le recorríía el cuerpo, el corazóón lemartillabaelpechoyparecííaquererestallarlelacabeza.––¿¿Sesienteustedmalo?––lepreguntóódonFermíín.––¡¡Quééchiquilla,Diosmíío,quééchiquilla!––exclamabadoññaErmelinda.––¡¡Admirable!, ¡¡majestuosa!, ¡¡heroica! ¡¡Una mujer!, ¡¡toda una mujer! ––decíía
Augusto.––Asíícreoyo––aññadióóeltíío.––Perdone, seññor don Augusto ––repetííale la tíía––, perdone; esta chiquilla es un
pequeññoerizo;¡¡quiéénlohabííadepensar!...––Pero ¡¡si estoy encantado, seññora, encantado! ¡¡Si esta recia independencia de
caráácter,amíí,quenoletengo,esloquemáásmeentusiasma!;¡¡siesesta,esta,estaynootralamujerqueyonecesito!––¡¡Síí,seññorPéérez,síí––declamóóelanarquista––;estaeslamujerdelporvenir!––¿¿Yyo?––arguyóódoññaErmelinda.––¡¡Túú,ladelpasado!¡¡Estaes,digo,lamujerdelporvenir!¡¡Claro,noenbaldemeha
estadooyendodisertarundííayotrosobrelasociedadfuturaylamujerdelporvenir;noenbaldeleheinculcadolasemancipadorasdoctrinasdelanarquismo...sinbombas!––¡¡Puesyocreo––dijodemalhumorlatíía––queestachicuelaescapazhastadetirar
bombas!
––Yaunqueasíífuera...––insinuóóAugusto.––¡¡Esono!,¡¡esono!––dijoeltíío.––Y¿¿quéémáásda?––¡¡DonAugusto!¡¡DonAugusto!––Yocreo––aññadióólatíía––quenoporestoqueacabadepasardebeustedcederen
suspretensiones...––¡¡Claroqueno!Asíítienemáásméérito.––¡¡Alaconquista,pues!Yyasabeustedquenostienedesuparteyquepuedevenira
estasucasacuantasvecesguste,yquiééraloonoEugenia.––Pero, mujer, ¡¡si ella no ha manifestado que le disgusten las venidas acáá de don
Augusto!... ¡¡Hay que ganarla a puñño, amigo, a puñño! Ya iráá usted conociééndola yveráádequéétemplees.Estoestodaunamujer,donAugusto,yhayqueganarlaapuñño,apuñño.¿¿Noquerííaustedconocerla?––Síí,pero...––Entendido,entendido.¡¡Alalucha,pues,amigomíío!––Cierto,cierto,yahora¡¡adióós!DonFermíínllamóóluegoaparteaAugusto,paradecirle:––Seme habíía olvidado decirle que cuando escriba a Eugenia lo haga escribiendo su
nombreconjotaynoconge,Eujenia,ydelArcoconka:EujeniaDomingodelArko.––Y¿¿porquéé?––Porquehastaquenollegueeldííafelizenqueelesperantosealaúúnicalengua,¡¡una
sola para toda la humanidad!, hay que escribir el castellano con ortografíía fonéética.¡¡Nadadeces!,¡¡guerraalace!Za,ze,zi,zo,zuconzeta,yka,ke,ki,ko,kuconka.¡¡Yfuera lashaches! ¡¡Lahacheesel absurdo, la reaccióón, la autoridad, la edadmedia, elretroceso!¡¡Guerraalahache!––¿¿Demodoqueesustedfoneticistatambiéén?––¿¿Tambiéén?,¿¿porquéétambiéén?––Porlodeanarquistayesperantista...––Todo es uno, seññor, todo es uno. Anarquismo, esperantismo, espiritismo,
vegetarianismo, foneticismo... ¡¡todo es uno! ¡¡Guéérra a la autoridad!, ¡¡guerra a ladivisióóndelenguas!,¡¡guerraalavilmateriayalamuerte!,¡¡guerraalacarne!,¡¡guerraalahache!¡¡Adióós!Despidiééronse y Augusto salióó a la calle como aligerado de un gran peso y hasta
gozoso. Nunca hubiera presupuesto lo que le pasaba por dentro del espííritu. Aquellamanera de habéérsele presentado Eugenia la primera vez que se vieron de quieto y decerca y que se hablaron, lejos de dolerle, encendííale máás y le animaba. El mundo leparecííamáásgrande,elairemááspuroymáásazulelcielo.Eracomosirespiraseporvezprimera.Enlomáásííntimodesusoíídoscantabaaquellapalabradesumadre:¡¡cáásate!Casi todas las mujeres con que cruzaba por la calle parecííanle guapas, muchashermosíísimasyningunafea.Dirííasequeparaéélempezabaaestarelmundoiluminadopor una nueva luzmisteriosa desde dos grandes estrellas invisibles que refulgííanmáásalláádelazuldelcielo,detráásdesuaparentebóóveda.Empezabaaconocerelmundo.Ysinsabercóómosepusoapensaren laprofundafuentede laconfusióónvulgarentreelpecadodelacarneylacaíídadenuestrosprimerospadresporhaberprobadodelfrutodeláárboldelacienciadelbienydelmal.YmeditóóenladoctrinadedonFermíínsobreelorigendelconocimiento.Llegóóacasa,yalsalirOrfeoarecibirlelocogióóensusbrazos,leacaricióóyledijo:
««Hoy empezamos una nueva vida, Orfeo. ¿¿No sientes que el mundo es máás grande,mááspuroelsireymáásazulelcielo?¡¡Ah,cuandolaveas,Orfeo,cuandolaconozcas...!¡¡Entoncessentirááslacongojadenosermáásqueperrocomoyosientoladenosermáásque hombre! Y dime, Orfeo, ¿¿cóómo podééis conocer, si no pecááis, si vuestroconocimientonoespecado?Elconocimientoquenoespecadonoestalconocimiento,noesracional.»»AlservirlelacomidasufielLiduvinaselequedóómirando.––¿¿Quéémiras?––preguntóóAugusto.––Meparecequehaymudanza.––¿¿Dedóóndesacaseso?––Elseññoritotieneotracara.––¿¿Locrees?––Naturalmente.¿¿Yquéé,searreglalodelapianista?––¡¡Liduvina!¡¡Liduvina!––Tieneustedrazóón,seññorito;pero¡¡meinteresatantosufelicidad!––¿¿Quiéénsabequééeseso?...
––Esverdad.Ylosdosmiraronalsuelo,comosielsecretodelafelicidadestuviesedebajodeéél.
IXAldííasiguientedeestohablabaEugeniaenelreducidocuchitrildeunaporterííaconun
joven,mientraslaporterahabííasalidodiscretamenteatomarelfrescoalapuertadelacasa.––Esmenesterqueestoseacabe,Mauricio––decííaEugenia––;asíínopodemosseguir,y
menosdespuéésdeloquetedigopasóóayer.––Pero¿¿nodices––dijoel llamadoMauricio––queesepretendienteesunpobrepanoli
queviveenBabia?––Síí,perotienedineroymitííanomevaadejarenpaz.Y,laverdad,nomegustahacer
feosanadie,ytampocoquieroquemeestééndandolajaqueca.––¡¡Despááchale!––¿¿Dedóónde?,¿¿decasademistííos?¿¿Ysiellosnoquieren?––Nolehagascaso.––Ni lehagonipiensohacerle,perosemeantojaqueelpobretevaadaren la florde
venirdevisitaahoraqueestééyo.Noescosa,comocomprendes,dequemeencierreenmicuartoymeniegueaquemevea,ysinsolicitarmevaadedicarseamáártirsilencioso.––Dééjalequesededique.––No, no puedo resistir a los mendigos de ninguna clase, y menos a esos que piden
limosnaconlosojos.¡¡Ysivierasquéémiradasmeecha!––¿¿Teconmueve?––Meencocora.Y,laverdad,¿¿porquéénohededecíírtelo?,síí,meconmueve.––¿¿Ytemes?––¡¡Hombre,noseasmajadero!Notemonada.Paramíínohaymáásquetúú.––¡¡Ya lo sabíía! ––dijo lleno de conviccióónMauricio, y poniendo unamano sobre una
rodilladeEugenialadejóóallíí.––Esprecisoquetedecidas,Mauricio.––Pero¿¿aquéé,ricamíía,aquéé?––¿¿Aquééhadeser,hombre,aquééhadeser?¡¡Aquenoscasemosdeunavez!––Y¿¿dequéévamosavivir?––Demitrabajohastaquetúúloencuentres.––¿¿Detutrabajo?––¡¡Síí,delaodiosamúúsica!––¿¿Detutrabajo?¡¡Esosííqueno!;¡¡nunca!,¡¡nunca!,¡¡nunca!;¡¡todomenosviviryode
tutrabajo!Lobuscaréé,seguiréébuscáándolo,yentanto,esperaremos...––Esperaremos... esperaremos... ¡¡y asíí se nos iráán los añños! ––exclamóó Eugenia
taconeando en el suelo con el pie sobre que estaba la rodilla en que Mauricio dejóódescansarsumano.Yéél,alsentirasíísacudidasumano,laseparóódedondelaposaba,perofueparaechar
el brazo sobre el cuello y hacer juguetear entre sus dedos uno de los pendientes de sunovia.Eugenialedejabahacer.––Mira,Eugenia,paradivertirtelepuedesponer,siquieres,buenacaraaesepanoli.––¡¡Mauricio!––¡¡Tienesrazóón,noteenfades,ricamíía!––ycontrayendoelbrazoatrajoalacabezala
deEugenia,buscééconsus labios losdeellay los juntóó,cerrando losojos,enunbesohúúmedo,silenciosoylargo.––¡¡Mauricio!Yluegolebesóóenlosojos.––¡¡Estonopuedeseguirasíí,Mauricio!––¿¿Cóómo?Pero¿¿haymejorqueesto?,¿¿creesquelopasaremosnuncamejor?––Tedigo,Mauricio, que estonopuede seguir asíí. Tienesquebuscar trabajo.Odio la
múúsica.Sentíía la pobre oscuramente, sin darse de ello clara cuenta, que la múúsica es
preparacióóneterna,preparacióónaunadvenimientoquenuncallega,eternainiciacióónquenoacabacosa.Estabahartademúúsica.––Buscaréétrabajo,Eugenia,lobuscaréé.––Siemprediceslomismoysiempreestamoslomismo.––Esquecrees...––Esquesééqueenelfondonoeresmáásqueunharagáányquevaaserprecisoque
sea yo la que busque trabajo para ti. Claro, ¡¡como a los hombres os cuesta menosesperar...!––Esocreeráástúú...––Síí,síí,séébienloquemedigo.Yahora,telorepito,noquieroverlosojossuplicantes
delseññoritodonAugustocomolosdeunperrohambriento...––¡¡Quéécosasseteocurren,chiquilla!––Yahora––aññadióó levantáándoseyapartáándolecon lamanosuya––,quietecitoya
tomarelfresco,¡¡quebuenafaltatehace!––¡¡Eugenia! ¡¡Eugenia! ––le suspiróó con voz seca, casi febril, al oíído––, si túú
quisieras...––El que tiene que aprender a querer eres túú, Mauricio. Conque... ¡¡a ser hombre!
Buscatrabajo,decíídetepronto;sino,trabajarééyo;perodecíídetepronto.Enotrocaso...––Enotrocaso,¿¿quéé?––¡¡Nada!¡¡Hayqueacabarconesto!Y sindejarle replicar se salióódel cuchitril de laporteríía.Al cruzar con laportera le
dijo:––Ahííquedasusobrino,seññoraMarta,ydíígalequeseresuelvadeunavez.YsalióóEugeniaconlacabezaaltaalacalle,dondeenaquelmomentounorganillode
manubrio encentaba una rabiosa polca. ««¡¡Horror!, ¡¡horror!, ¡¡horror!»» , se dijo lamuchacha,ymáásquesefuehuyóócalleabajo.
XComoAugustonecesitabaconfidenciasedirigióóalCasino,averaVííctor,suamigote,al
díía siguiente de aquella su visita a casa de Eugenia y a la misma hora en que estaespoleabalapachorraamorosadesunovioenlaporteríía.
SentííaseotroAugustoycomosiaquellavisitaylarevelacióónenelladelamujerfuerte––fluíía de sus ojos fortaleza–– le hubiera arado las entraññas del alma, alumbrando enellas un manantial hasta entonces oculto. Pisaba con máás fuerza, respiraba con mááslibertad.
««Ya tengounobjetivo,una finalidadenestavida––sedecíía––,yesconquistaraestamuchachaoqueellameconquiste.Yes lomismo.Enamor lomismodavencerqueservencido.Aunque ¡¡no...no!Aquíí servencidoesquemedejeporelotro.Porelotro,síí,porqueaquííhayotro,nomecabeduda.¿¿Otro?,¿¿otroquéé?¿¿Esqueacasoyosoyuno?Yo soy un pretendiente, un solicitante, pero el otro... el otro se me antoja que no es yapretendientenisolicitante;quenopretendenisolicitaporquehaobtenido.ClaroquenomáásqueelamordeladulceEugenia.¿¿Nomáás...?»»
Uncuerpodemujerirradiantedefrescura,desaludydealegríía,quepasóóasuvera,leinterrumpióóelsoliloquioylearrastróótrasdesíí.Púúsoseaseguir,casimaquinalmente,alcuerpoaquel,mientrasproseguííasoliloquizando:
««¡¡Yquééhermosaes!Estayaquella,unayotra.Yelotroacasoenvezdepretenderysolicitarespretendidoysolicitado;talveznolecorrespondecomoellasemerece...Pero¡¡quééalegrííaesestachiquilla!,¡¡yconquéégraciasaludaaaquelquevaporalláá!¿¿Dedóóndehabráásacadoesosojos?¡¡Soncasicomolosotros,comolosdeEugenia!¡¡Quéédulzuradebedeserolvidarsedelavidaydelamuerteentresusbrazos!,¡¡dejarsebrezarenelloscomoenolasdecarne!¡¡Elotro...!PeroelotronoeselnoviodeEugenia,noesaquelaquienellaquiere;elotrosoyyo.¡¡Síí,yosoyelotro;yosoyotro!»»
Al llegar a esta conclusióón de que éél era otro, la moza a que seguíía entróó en unacasa.Augusto sequedóóparado,mirandoa la casa. Y entonces sedio cuentadeque lahabííavenidosiguiendo.Recapacitóóquehabííasalidopara iralCasinoyemprendióóelcaminodeeste.Yproseguíía:
««Pero ¡¡cuáántas mujeres hermosas hay en este mundo, Dios míío! Casi todas.¡¡Gracias,Seññor,gracias;gratiasagimustibiproptermagnamgloriamtuam! ¡¡Tugloriaeslahermosuradelamujer,Seññor!Pero¡¡quéécabellera,Diosmíío,quéécabellera!»»
Era,enefecto,unagloriosacabelleraladeaquellacriadadeservicio,queconsucestaalbrazocruzabaenaquelmomentoconéél.Ysevolvióótrasella.Laluzparecííaanidarenelorodeaquelloscabellos,ycomosiestospugnaranporsoltarsedesutrenzadoyesparcirsealairefrescoyclaro.Ybajolacabelleraunrostrotodoéélsonrisa.
««Soy otro, soy el otro ––prosiguióó Augusto mientras seguíía a la de la cesta––; pero¿¿esquenohayotras?¡¡Síí,hayotrasparaelotro!Perocomolauna,comoella,comolaúúnica, ¡¡ninguna!, ¡¡ninguna!Todasestasno son sino remedosdeella, de launa, de laúúnica, ¡¡de mi dulce Eugenia! ¿¿Míía? Síí; yo por el pensamiento, por el deseo la hagomíía. ÉÉl, el otro, es decir, el uno, podráá llegar a poseerla materialmente; pero lamisteriosaluzespiritualdeaquellosojosesmíía,¡¡míía,míía!Y¿¿noreflejantambiéénunamisteriosaluzespiritualestoscabellosdeoro?¿¿HayunasolaEugenia,osondos,unalamííayotraladesunovio?Puessiesasíí,sihaydos,quesequedeéélconlasuya,yconlamííamequedarééyo.Cuandolatristezamevisite,sobretododenoche;cuandomeentrenganasdellorarsinsaberporquéé,¡¡oh,quéédulcehabráádesercubrirmicara,miboca,misojos,conestoscabellosdeoroyrespirarelafirequeatravéésdeepossefiltreyseperfume!Pero...»»
Sintióóse de pronto detenido. La de la cesta se habíía parado a hablar con otracompaññera. Vacilóó un momento Augusto, y diciééndose: ««¡¡Bah, hay tantas mujereshermosas desde que conocíí a Eugenia...!»», echóó a andar, volviééndose camino delCasino.
««Siellaseempeññaenpreferiralotro,esdecir,aluno,soycapazdeunaresolucióónheroica, de algo que ha de espantar por lo magnáánimo. Ante todo, quiéérame o no mequiera,¡¡esodelahipotecanopuedequedarasíí!»»
Arrancóóle del soliloquio un estallido de goce que parecíía brotar de la serenidad delcielo.Unpardemuchachasreííanjuntoaéél,yerasurisacomoelgorjeodedospáájarosen una enramada de flores. Clavóó un momento sus ojos sedientos de hermosura en
aquellaparejademozas,yapareciééronselecomounsolocuerpogeminado.Ibancogidasdebracete.Yaéélleentraronfuriosasganasdedetenerlas,cogeracadaunadeunbrazoairseasíí,enmediodeellas,mirandoalcielo,adondeelvientodelavidalosllevara.
««Pero¡¡cuáántamujerhermosahaydesdequeconocííaEugenia!––sedecíía,siguiendoen tanto a aquella riente pareja–– ¡¡esto se ha convertido en un paraííso!; ¡¡quéé ojos!,¡¡quéécabellera!,¡¡quéérisa!Launaesrubiaymorenalaotra;pero¿¿cuááleslarubia?,¿¿cuáállamorena?¡¡Semeconfundenunaenotra!...»»
––Pero,hombre,¿¿vasdespiertoodormido?––Hola,Vííctor.––TeesperabaenelCasino,perocomonoveníías...––Allááiba...––¿¿Alláá?,¿¿yenesadireccióón?¿¿Estáásloco?––Síí,tienesrazóón;peromira,voyadecirtelaverdad.CreoquetehabléédeEugenia...––¿¿Delapianista?Síí.––Puesbien;estoylocamenteenamoradodeella,comoun...––Síí,comounenamorado.Sigue.––Loco,chico,loco.Ayerlaviensucasa,conpretextodevisitarasustííos;lavi...––Ytemiróó,¿¿noeseso?,¿¿ycreíísteenDios?––No,noesquememiróó,esquemeenvolvióóensumirada;ynoesquecreííenDios,
sinoquemecreííundios.––Fuerteteentróó,chico...––¡¡Y eso que la moza estuvo brava! Pero no séé lo que desde entonces me pasa: casi
todaslasmujeresqueveomeparecenhermosuras,ydesdequehesalidodecasa,nohaceaúúnmediahoraseguramente,meheenamoradoyadetres,digo,no,decuatro:deuna,primero,queeratodoojos,deotradespuéésconunagloriadepelo,yhacepocodeunapareja, una rubia y otra morena, que reíían como los áángeles. Y las he seguido a lascuatro.¿¿Quééesesto?
––Puesesoes,queridoAugusto,queturepuestodeamordormííainerteenelfondodetualma,sintenerdondemeterse;llegóóEugenia,lapianista,tesacudióóyremejióóconsusojosesacharcaenquetuamordormíía:sedespertóóeste,brotóódeella,ycomoestangrande se extiende a todas partes. Cuando uno como túú se enamora de veras de unamujerseenamoraalavezdetodaslasdemáás.
––Pues yo creíí que seríía todo lo contrario... Pero, entre parééntesis, ¡¡mira quéémorena!,¡¡eslanocheluminosa!¡¡Biendicenquelonegroesloquemáásabsorbelaluz!¿¿No ves quéé luz oculta se siente bajo su pelo, bajo el azabache de sus ojos? Vamos aseguirla...
––Comoquieras...––Puessíí,yocreííqueserííatodolocontrario;quecuandounoseenamoradeverases
que concentra su amor, antes desparramado entre todas, en una sola, y que todas lasdemááshandeparecerlecomosinadafuesennivaliesen...Pero¡¡mira!,¡¡miraesegolpedesolenlanegruradesupelo!
––No; veráás, veráás si logro explicáártelo. Túú estabas enamorado, sin saberlo porsupuesto, de la mujer, del abstracto, no de esta ni de aquella; al ver a Eugenia, eseabstractoseconcretóóylamujersehizounamujeryteenamorastedeella,yahoravasdeella, sindejarla, a casi todas lasmujeres, y teenamorasde la colectividad,delgéénero.Haspasado,pues,deloabstractoaloconcretoydeloconcretoalogenéérico,delamujeraunamujerydeunamujeralasmujeres.
––¡¡Vayaunametafíísica!––Y¿¿quééeselamorsinometafíísica?––¡¡Hombre!––Sobre todo en ti. Porque todo tu enamoramiento no es sino cerebral, o como suele
decirse,decabeza.––Esolocreeráástúú...––exclamóóAugustounpocopicadoydemalhumor,puesaquello
dequesuenamoramientonoerasinodecabezalehabííallegado,doliééndole,alfondodelalma.
––Ysimeapurasmuchotedigoquetúúmismonoeressinounapuraidea,unentedeficcióón...
––¿¿Esquenomecreescapazdeenamorarmedeveras,comolosdemáás...?––De veras estáás enamorado, ya lo creo, pero de cabeza sóólo. Crees que estáás
enamorado...––Y¿¿quééesestarunoenamoradosinocreerqueloestáá?––¡¡Ay,ay,ay,chico,esoesmááscomplicadodeloquetefiguras!...––¿¿Enquééseconoce,dime,queunoestááenamoradoynosolamentequecreeestarlo?
––Mira,máásvalequedejemosestoyhablemosdeotrascosas.Cuando luegovolvióóAugustoasucasa tomóóenbrazosaOrfeoy ledijo:««Vamosa
ver,Orfeomíío,¿¿enquéésediferenciaestarunoenamoradodecreerqueloestáá?¿¿Esque estoy yo o no estoy enamorado de Eugenia?, ¿¿es que cuando la veo no me late elcorazóónenelpechoysemeenciende lasangre?,¿¿esqueyonosoycomo losdemááshombres?¡¡Tengoquedemostrarles,Orfeo,quesoytantocomoellos!»»
Yalahoradecenar,encaráándoseconLiduvinalepreguntóó:––Di,Liduvina,¿¿enquééseconocequeunhombreestáádeverasenamorado?––Pero¡¡quéécosasseleocurrenausted,seññorito...!––Vamos,di,¿¿enquééseconoce?––Puesseconoce...seconoceenquehaceydicemuchastonteríías.Cuandounhombre
seenamoradeveras,sechala,vamosaldecir,porunamujer,yanoesunhombre...––Pues¿¿quéées?––Es...es...es...unacosa,unanimalito...Unahacedeéélloquequiere.––Entonces,cuandounamujerseenamoradeverasdeunhombre,sechala,comodices,
¿¿hacedeellaelhombreloquequiere?––Elcasonoesenteramenteigual...––¿¿Cóómo,cóómo?––Esoesmuydifíícildeexplicar,seññorito.Pero¿¿estááusteddeverasenamorado?––Es lo que trato de averiguar. Pero tonteríías, de las gordas, no he dicho ni hecho
todavííaninguna...meparece...Liduvinasecallóó,yAugustosedijo:««¿¿Estaréédeverasenamorado?»»
XICuando llamóó aquel otro díía Augusto a casa de don Fermíín y doñña Ermelinda, la
criadalepasóóalasalitadiciééndole:««Ahoraaviso.»»Quedóóseunmomentosoloycomosi estuviese en el vacíío. Sentíía una profunda opresióón en el pecho. Ceññííale unaangustiosasensacióóndesolemnidad.Sentóósepara levantaralpuntoyseentretuvoenmirar los cuadros que colgaban de las paredes, un retrato de Eugenia entre ellos.Entrááronleganasdeecharacorrer,deescaparse.Depronto,aloíírunospasosmenudos,sintióó un puññal de hielo atravesarle el pecho y como una bruma invadirle la cabeza.Abrióóse lapuertade lasalayaparecióóEugenia.Elpobreseapoyóóenel respaldodeunabutaca.Ella,alverlelíívido,palidecióóunmomentoysequedóósuspensaenmediodelasala,yluego,acercáándoseaéél,ledijoconvozsecaybaja:
––¿¿Quéélepasaausted,donAugusto,seponemalo?––No,noesnada;quéésééyo...––¿¿Quierealgo?,¿¿necesitaalgo?––Unvasodeagua.Eugenia,comoquienveunagarradero,salióódelaestanciaparairellamismaabuscar
el vaso de agua, que se lo trajo al punto. El agua tembloteaba en el vaso; pero máástemblóó este en manos de Augusto, que se lo bebióó de un trago, atropelladamente,vertiééndoseleaguaporlabarba,ysinquitarentantosusojosdelosojosdeEugenia.
––Siquiereusted––dijoella––,mandarééquelehaganunatazadetéé,odemanzanilla,odetila...¿¿Quéé,sehapasado?
––No,no,nofuenada;gracias,Eugenia,gracias––yseenjugabaelaguadelabarba.––Bueno,puesahora siéénteseusted ––ycuandoestuvieron sentadosprosiguióóella––:
Leesperabacualquierdííaydiordena lacriadadequeaunquenoestuviesenmis tííos,comosucedealgunastardes,lehicieseaustedpasarymeavisara.Asíícomoasíí,deseabaquehabláásemosasolas.
––¡¡Oh,Eugenia,Eugenia!––Bueno, lascosasmáás frííamente.Nuncamepude imaginarque ledaríía tan fuerte,
porquemedioustedmiedocuandoentrééaquíí;parecííaunmuerto.––Ymáásmuertoquevivoestaba,crééamelo.––Vaasermenesterquenosexpliquemos.––¡¡Eugenia!––exclamóóelpobre,yextendióóunamanoquerecogióóalpunto.––Todavíía me parece que no estáá usted en disposicióón de que hablemos
tranquilamente,comobuenosamigos.¡¡Aver!––ylecogióólamanoparatomarleelpulso.YesteempezóóalatirfebrilenelpobreAugusto;sepusorojo,ardííalelafrente.Losojos
deEugeniaseleborrarondelavistaynovioyanadasinounaniebla,unanieblaroja.Unmomentocreyóóperderelsentido.
––¡¡Tencompasióón,Eugenia,tencompasióóndemíí!––¡¡Cáálmeseusted,donAugusto,cáálmese!––DonAugusto...donAugusto...don...don...––Síí,mibuenodedonAugusto,cáálmeseustedyhablemostranquilamente.––Pero,permíítame...––ylecogióóentresusmanosladiestraaquellablancayfrííacomo
la nieve, de ahusados dedos, hecha para acariciar las teclas del piano, para arrancarlesdulcesarpegios.
––Comoustedquiera,donAugusto.Este se la llevóó a los labios y la cubrióó de besos que apenas entibiaron la frialdad
blanca.––Cuandoustedacabe,donAugusto,empezaremosahablar.––Peromira,Eugenia,ven...––No,no,no,¡¡formalidad!––ydesprendiendosumanodelasdeéélprosiguióó––:Yonosééquéégéénerodeesperanzaslehabráánhechoconcebirmistííos,omáásbien
mitíía,peroelcasoesquemeparecequeustedestááengaññado.––¿¿Cóómoengaññado?––Síí,handebidodecirlequetengonovio.––Loséé.––¿¿Selohandichoellos?––No,nomelohadichonadie,peroloséé.––Entonces...
––Pero es, Eugenia, que yo no pretendo nada, que no busco nada, que nada pido; es,Eugenia,queyomecontentoconquesemedejevenirdecuandoencuandoabaññarmiespíírituenlamiradadeesosojos,aembriagarmeenelvahodesurespiracióón...
––Bueno,donAugusto,esassoncosasqueseleenenloslibros;dejemoseso.Yonomeopongoaqueustedvengacuantasvecesseleantoje,aquemeveaymerevea,aquehableconmigoyhasta... ya loha vistousted,hastaaquemebese lamano,pero yo tengounnovio,delcualestoyenamoradayconelcualpiensocasarme.
––Pero¿¿deverasestááustedenamoradadeéél?––¡¡Vayaunapregunta!––Y¿¿enquééconoceustedqueestáádeéélenamorada?––Pero¿¿esquesehavueltoustedloco,donAugusto?––No,no; lodigoporquemiamigomejormehadichoquehaymuchosquecreenestar
enamoradossinestarlo...––Lohadichoporusted,¿¿noeseso?––Síí,pormíílohadicho,¿¿pues?––Porqueenelcasodeustedacasoseaverdadeso...––Pero¿¿esquecreeusted,esquecrees,Eugenia,quenoestoydeverasenamoradode
ti?––Noalceustedtantolavoz,donAugusto,quepuedeoíírlelacriada...––¡¡Síí, síí ––continuóó exaltáándose––, hay quien me cree incapaz de enamorarme de
veras...!––Dispenseunmomento––leinterrumpióóEugenia,ysesalióódejáándolesolo.Volvióóalpocoratoyconlamayortranquilidadledijo:––Ybien,donAugusto,¿¿sehacalmadoya?––¡¡Eugenia,Eugenia!EnestemomentoseoyóóllamaralapuertayEugeniadijo:««¡¡Mistííos!»»Alospocos
momentosentrabanestosenlasala.––Vino don Augusto a visitaros, salíí yo misma a abrirle, queríía irse, pero le dije que
pasara,quenotardarííaisenvenir,¡¡yaquííestáá!––¡¡Vendráán tiempos ––exclamóó don Fermíín–– en que se disiparáán los
convencionalismos sociales todos! Estoy convencido de que las cercas y tapias de laspropiedades privadas no son máás que un incentivo para los que llamamos ladrones,cuandolosladronessonlosotros,lospropietarios.Nohaypropiedadmáásseguraquelaque estáá sin cercas ni tapias, al alcance de todo el mundo. El hombre nace bueno, esnaturalmentebueno;lasociedadlemaleaypervierte...
––¡¡Cáállate, hombre ––exclamóó doñña Ermelinda––, que no me dejas oíír cantar alcanario!¿¿Noleoyeusted,donAugusto?,¡¡esunencantooíírle!Ycuandoestaseponííaaaprender sus lecciones de piano habíía que oíírle a un canario que entonces tuve: seexcitaba,ycuantomáásestadabaalasteclas,mááséélacantarymááscantar.Comoquesemurióódeeso,reventado...
––¡¡Hastalosanimalesdoméésticossecontagiandenuestrosvicios!––agregóóeltíío––.¡¡Hastaalosanimalesqueconnosotrosconvivenleshemosarrancadodelsantoestadodenaturaleza!¡¡Oh,humanidad,humanidad!
––Y¿¿hatenidoustedqueesperarmucho,donAugusto?––preguntóólatíía.––Oh,no,seññora,no,nada,nada,unmomento,unreláámpago...porlomenosasíímelo
parecióó...––¡¡Ah,vamos!––Síí, tíía,muypoco tiempo,pero lobastanteparaquesehaya repuestodeuna ligera
indisposicióónquetrajodelacalle...––¿¿Cóómo?––Oh,nofuenada,seññora,nada...––Ahorayolesdejo,tengoquehacer––dijoEugenia,ydandolamanoaAugustosefue.––Y¿¿quéé,cóómovaeso?––lepreguntóóaAugustolatííaasííqueEugeniahubosalido.––Y¿¿quééeseso?––¡¡Laconquista,naturalmente!––¡¡Mal,muymal!Mehadichoquetienenovioyquesehadecasarconéél.––¿¿Notelodecííayo,Ermelinda,notelodecíía?––Pues ¡¡no, no y no!, no puede ser. Eso del novio es una locura, don Augusto, ¡¡una
locura!––Pero,seññora,¿¿ysiestááenamoradadeéél...?––Esodigoyo––exclamóóeltíío––,esodigoyo.¡¡Lalibertad,lasantalibertad,lalibertad
deeleccióón!––Pues¡¡no,noyno!¿¿Acasosabeesachiquillaloquesehace...?¡¡Despreciarleausted,
donAugusto,austed!¡¡Esonopuedeser!––Pero,seññora,reflexione,fííjese...nosepuede,nosedebeviolentarasíílavoluntadde
unajovencomoEugenia...Setratadesufelicidad,ynodebemostodospreocuparnossinodeella,yhastasacrificarnosparaquelaconsiga...
––¿¿Usted,donAugusto,usted?––¡¡Yo,síí,yo,seññora!¡¡Estoydispuestoasacrificarmepor lafelicidaddeEugenia,de
susobrina,porquemifelicidadconsisteenqueellaseafeliz!––¡¡Bravo! ––exclamóó el tíío–– ¡¡bravo!, ¡¡bravo! ¡¡He aquíí un hééroe!, ¡¡he aquíí un
anarquista...míístico!––¿¿Anarquista?––dijoAugusto.––Anarquista, síí. Porque mi anarquismo consiste en eso, en eso precisamente, en que
cadacualsesacrifiqueporlosdemáás,enqueunoseafelizhaciendofelicesalosotros,enque...
––¡¡Puesbuenotepones,Fermíín,cuandoundííacualquieranosetesirvelasopasinodiezminutosdespuéésdelasdoce!
––Bueno,esqueyasabes,Ermelinda,quemianarquismoesteóórico...meesfuerzoporllegaralaperfeccióón,pero...
––¡¡Y la felicidadtambiéénes teóórica!––exclamóóAugusto,compungidoycomoquienhablaconsigomismo, y luego––:Hedecidido sacrificarmea la felicidaddeEugeniayhepensadoenunactoheroico.
––¿¿Cuáál?––¿¿Nomedijoustedunavez,seññora,quelacasaqueaEugeniadejóósudesgraciado
padre...––Síí,mipobrehermano.––...estáágravadaconunahipotecaquesellevasusrentastodas?––Síí,seññor.––Puesbien;¡¡yosééloquehedehacer!––ysedirigióóalapuerta.––Pero,donAugusto...––Augusto se siente capazde lasmáásheroicasdeterminaciones,de losmáásgrandes
sacrificios. Y ahora se sabráá si estáá enamorado nada máás que de cabeza o lo estáátambiééndecorazóón,siesquecreeestarenamoradosinestarlo.Eugenia,seññores,mehadespertadoalavida,alaverdaderavida,y,seaelladequienfuere,yoledebogratitudeterna.Yahora,¡¡adióós!
Ysesalióósolemnemente.YnobienhubosalidogritóódoññaErmelinda:¡¡Chiquilla!
XII––Seññorito ––entróó un díía despuéés a decir a Augusto Liduvina––, ahíí estáá la del
planchado.––¿¿Ladelplanchado?¡¡Ah,síí,quepase!Entróó la muchacha llevando el cesto del planchado de Augusto. Quedááronse
miráándose,yella,lapobre,sintióóqueseleencendííaelrostro,puesnuncacosaigualleocurrióó en aquella casa en tantas veces como allíí entróó. Parecíía antes como si elseññoritoni lahubiesevistosiquiera, loqueaella,quecreííaconocerse,habííala tenidoinquietayhastamohíína.¡¡Nofijarseenella!¡¡Nomirarlacomolamirabanotroshombres!¡¡Nodevorarlacon losojos,omáásbien lamerleconellos losdeellay labocay lacaratoda!––¿¿Quéétepasa,Rosario,porquecreoquetellamasasíí,no?––Síí,asíímellamo.––Y¿¿quéétepasa?––¿¿Porquéé,seññoritoAugusto?––Nuncatehevistoponerteasíídecolorada.Yademáásmeparecesotra.––Elquemeparecequeesotroesusted...––Puedeser...puedeser...Peroven,acéércate.––¡¡Vamos,dééjesedebromasydespachemos!––¿¿Bromas?Pero¿¿túúcreesqueesbroma?––ledijoconvozmáásseria––.Acéércate,
asíí,queteveabien.––Pero¿¿esquenomehavistootrasveces?––Síí,perohastaahoranomehabííadadocuentadequefuesestanguapacomoeres...––Vamos,vamos,seññorito,noseburle...––yleardííalacara.––Yahora,conesoscolores,talmenteelsol...––Vamos...––Venacáá,ven.TúúdiráásqueelseññoritoAugustosehavueltoloco,¿¿noesasíí?Pues
no,noeseso,¡¡no!Esquelohaestadohastaahora,omejordicho,esqueheestadohastaahoratonto,tontodeltodo,perdidoenunaniebla,ciego...Nohacesinomuypocotiempoquesemehanabiertolosojos.Yaves,tantasvecescomohasentradoenestacasaytehemirado y no te habíía visto. Es, Rosario, como si no hubiese vivido, lomismo que si nohubiese vivido... Estaba tonto, tonto... Pero ¿¿quéé te pasa, chiquilla, quéé es lo que tepasa?Rosario, que se habíía tenido que sentar en una silla, ocultóó la cara en lasmanos y
rompióóallorar.Augustoselevantóó,cerróólapuerta,volvióóalamocita,yponiééndoleunamanosobreelhombroledijoconsuvozmááshúúmedaymááscaliente,muybajo:––Pero¿¿quéétepasa,chiquilla,quééeseso?––Queconesascosasmehaceustedllorar,donAugusto...––¡¡ÁÁngeldeDios!––Nodigaustedesascosas,donAugusto.––¡¡Cóómo que no las diga! Síí, he vivido ciego, tonto, como si no viviera, hasta que
llegóóunamujer,¿¿sabes?,otra,ymeabrióólosojosyhevistoelmundo,ysobretodoheaprendidoaverosavosotras,alasmujeres...––Yesamujer...serííaalgunamalamujer...––¿¿Mala?,¿¿maladices?¿¿Sabes loquedices,Rosario,sabes loquedices?¿¿Sabes lo
queessermalo?¿¿Quééessermalo?No,no,noesamujeres,comotúú,unáángel;peroesamujernomequiere...nomequiere...nomequiere...––yaldecirloselequebróólavozyseleempaññaronenláágrimaslosojos.––¡¡PobredonAugusto!––¡¡Síí, túú lo has dicho, Rosario, túú lo has dicho!, ¡¡pobre don Augusto! Pero mira,
Rosario,quitaeldonydi:¡¡pobreAugusto!Vamos,di:¡¡pobreAugusto!––Pero,seññorito...––Vamos,dilo:¡¡pobreAugusto!––Siustedseempeñña...¡¡pobreAugusto!Augustosesentóó.––¡¡Venacáá!––ladijo.Levantóóseella cualmovidaporun resorte, comounahipnóótica sugestionada, con la
respiracióónanhelante.Cogióólaéél,lasentóósobresusrodillas,laapretóófuertementea
su pecho, y teniendo sumejilla apretada contra la mejilla de la muchacha, que echabafuego,estallóódiciendo:––¡¡Ay,Rosario,Rosario,yonosééloquemepasa,yonosééloqueesdemíí!Esamujer
quetúúdicesqueesmala,sinconocerla,mehavueltociegoaldarmelavista.Yonovivíía,yahoravivo;peroahoraquevivoescuandosientoloqueesmorir.Tengoquedefendermede esa mujer, tengo que defenderme de su mirada. ¿¿Me ayudaráás túú, Rosario, meayudaráásaquedeellamedefienda?Un ¡¡síí! tenuíísimo, con susurro que parecíía venir de otro mundo, rozóó el oíído de
Augusto.––Yoyanosééloquemepasa,Rosario,niloquedigo,niloquehago,niloquepienso;yo
yanoséésiestoyonoenamoradodeesamujer,deesamujeralaquellamasmala...––Esqueyo,donAugusto...––Augusto,Augusto...––Esqueyo,Augusto...––Bueno,cáállate,basta––ycerrabaéél losojos––,nodigasnada,dééjamehablarsolo,
conmigomismo.Asííhevividodesdequesemurióómimadre,conmigomismo,nadamáásqueconmigo;esdecir,dormido.Ynohesabidoloqueesdormirjuntamente,dormirdosunmismosueñño.¡¡Dormirjuntos!Noestarjuntosdurmiendocadacualsusueñño,¡¡no!,sinodormirjuntos,¡¡dormirjuntoselmismosueñño!¿¿Ysidurmiééramostúúyyo,Rosario,elmismosueñño?––Yesamujer...––empezóólapobrechica,temblandoentrelosbrazosdeAugustoycon
láágrimasenlavoz.––Esamujer, Rosario, nome quiere... nome quiere... nome quiere... Pero ellame ha
enseññado que hay otrasmujeres, por ella he sabido que hay otrasmujeres... y algunapodrááquererme... ¿¿Mequerráás túú,Rosario, dime,mequerráás túú? ––y la apretabacomolococontrasupecho.––Creoquesíí...quelequerréé...––¡¡Quetequerréé,Rosario,quetequerréé!––Quetequerréé...––¡¡Asíí,asíí,Rosario,asíí!¡¡Eh!Enaquelmomentoseabrióólapuerta,aparecióóLiduvina,yexclamando:¡¡ah!,volvióóa
cerrarla.AugustoseturbóómuchomáásqueRosario, lacual,poniééndoseráápidamenteenpie,seatusóóelpelo,sesacudióóelcuerpoyconvozentrecortadadijo:––Bueno,seññorito,¿¿hacemoslacuenta?––Síí,tienesrazóón.Perovolveráás,eh,volveráás.––Síí,volveréé.––¿¿Ymeperdonastodo?,¿¿meloperdonas?––¿¿Perdonarle...quéé?––Esto,esto...Hasidounalocura.¿¿Meloperdonas?––Yonotengonadaqueperdonarle,seññorito.Yloquedebehaceresnopensarenesa
mujer.––Ytúú,¿¿pensaráásenmíí?––Vaya,quetengoqueirme.ArreglaronlacuentayRosariosefue.YapenassehabííaidoentróóLiduvina:––¿¿Nome preguntaba usted el otro díía, seññorito, en quéé se conoce si un hombre
estááonoenamorado?––Enefecto.––Y ledijeenquehaceodice tonteríías.Puesbien,ahorapuedoasegurarlequeusted
estááenamorado.––Pero¿¿dequiéén?,¿¿deRosario?––¿¿DeRosario...?¡¡Quiáá!¡¡Delaotra!––Y¿¿dedóóndesacaseso,Liduvina?––¡¡Bah!Ustedhaestadodiciendoyhaciendoaestaloquenopudodecirnihacerala
otra.––Pero¿¿túútecrees...?––No,no,siyamesupongoquenohapasadoamayores;pero...––¡¡Liduvina,Liduvina!––Comoustedquiera,seññorito.El pobre fue a acostarse ardiééndole la cabeza.Y al echarse en la cama, a cuyospies
dormííaOrfeo,sedecíía:««¡¡Ay,Orfeo,Orfeo,estodedormirsolo,solo,solo,dedormirunsolosueñño!Elsueññodeunosoloeslailusióón,laapariencia;elsueññodedosesyalaverdad,larealidad.¿¿Quééeselmundorealsinoelsueññoquesoññamostodos,elsueññocomúún?»»Ycayóóenelsueñño.
XIIIPocos díías despuéés de esto entróó una maññana Liduvina en el cuarto de Augusto
diciééndolequeunaseññoritapreguntabaporéél.––¿¿Unaseññorita?––Síí,ella,lapianista.––¿¿Eugenia?––Eugenia,síí.Decididamentenoesustedelúúnicoquesehavueltoloco.El pobre Augusto empezóó a temblar. Y es que se sentíía reo. Levantóóse, lavóóse de
prisa,sevistióóyfuedispuestoatodo.––Yaséé,seññordonAugusto––ledijosolemnementeEugeniaencuantolevio––,queha
compradoustedmideudaamiacreedor,queestááensupoderlahipotecademicasa.––Noloniego.––Y¿¿conquééderechohizoeso?––Conelderecho,seññorita,quetienetodociudadanoacomprarloquebienleparezcay
suposeedorquieravenderlo.––Noquierodecireso,sino¿¿paraquéélahacompradousted?––Pues porque me dolíía verla depender asíí de un hombre a quien acaso usted sea
indiferenteyquesospechonoesmáásqueuntraficantesinentraññas.––Esdecir,queustedpretendequedependayodeusted,yaquenolesoyindiferente...––¡¡Oh, eso nunca, nunca, nunca! ¡¡Nunca, Eugenia, nunca! Yo no busco que usted
dependademíí.Meofendeustedsóóloconsuponerlo.Verááusted––ydejáándolasolasesalióóagitadíísimo.Volvióóalpocoratotrayendounospapeles.––Heaquíí,Eugenia,losdocumentosqueacreditansudeuda.Tóómelosustedyhagade
ellosloquequiera.––¿¿Cóómo?––Síí,querenuncioatodo.Paraesolocompréé.––Losabíía,yporesoledijequeustednopretendesinohacerquedependadeusted.Me
quiereustedligarporlagratitud.¡¡Quiereustedcomprarme!––¡¡Eugenia!¡¡Eugenia!––Síí,quiereustedcomprarme,quiereustedcomprarme;¡¡quiereustedcomprar...nomi
amor,queesenosecompra,sinomicuerpo!––¡¡Eugenia!¡¡Eugenia!––Estoes,aunqueustednolocrea,unainfamia,nadamáásqueunainfamia.––¡¡Eugenia,porDios,Eugenia!––¡¡Nosemeacerqueustedmáás,quenorespondodemíí!––Puesbien,síí,meacerco.¡¡Péégame,Eugenia,péégame;insúúltame,escúúpeme,haz
demííloquequieras!––No merece usted nada ––y Eugenia se levantóó––; me voy, pero ¡¡cóónstele que no
acepto su limosna o su oferta! Trabajaréémáás quenunca; haréé que trabajemi novio,prontomimarido,yviviremos.Yencuantoaeso,quéédeseustedconmicasa.––Pero¡¡siyonomeopongo,Eugenia,aqueustedsecaseconesenovioquedice!––¿¿Cóómo?,¿¿cóómo?¿¿Aver?––¡¡Si yonohehechoestoparaqueusted, ligadaporgratitud, accedaa tomarmepor
marido!... ¡¡Si yo renuncio amipropia felicidad,mejordicho, simi felicidad consiste enque usted sea feliz y nada máás, en que sea usted feliz con el marido que librementeescoja!...––¡¡Ah,ya,yacaigo;ustedsereservaelpapeldeheroicavííctima,demáártir!Quéédese
ustedconlacasa,ledigo.Selaregalo.––Pero,Eugenia,Eugenia...––¡¡Baste!Ysinmáásmirarle,aquellosdosojosdefuegodesaparecieron.QuedóóseAugustounmomentofueradesíí,sindarsecuentadequeexistíía,ycuando
sacudióólaniebladeconfusióónqueleenvolvieratomóóelsombreroyseechóóalacalle,a errar a la aventura. Al pasar junto a una iglesia, SanMartíín, entróó en ella, casi sindarse cuenta de lo que hacíía. No vio al entrar sino el mortecino resplandor de lalamparilla que frente al altarmayor ardíía. Parecííale respirar oscuridad, olor a vejez, atradicióónsahumadaenincienso,ahogardesiglos,yandandocasiatientasfueasentarse
en un banco.Dejóóse en éél caermáás que séé sentóó. Sentííase cansado,mortalmentecansado y como si toda aquella oscuridad, toda aquella vejez que respiraba le pesasensobreelcorazóón.Deunsusurroqueparecííavenirde lejos,demuy lejos,emergííaunatoscontenidadecuandoencuando.Acordóósedesumadre.Cerróó losojosyvolvióóasoññaraquellacasadulceytibia,enque la luzentrabapor
entrelasblancasfloresbordadasenlosvisillos.Volvióóaverasumadre,yendoyviniendosinruido,siempredenegro,conaquellasusonrisaqueeraposodeláágrimas.Yrepasóósu vida todadehijo, cuando formabapartede sumadre y vivíía a su amparo, y aquellamuerte lenta,grave,dulcea indolorosade lapobreseññora,cuandose fuecomounaveperegrina que emprende sin ruido el vuelo. Luego recordóó o resoññóó el encuentro deOrfeo, yalpocoratoencontróósesumidoenunestadodeespíírituenquepasabananteéél,encinematóógrafo,lasmáásextraññasvisiones.Juntoaéélunhombresusurrabarezos.Elhombreselevantóóparasaliryééllesiguióó.
Alasalidadelaiglesiaelhombreaquelmojóólosdedosííndiceycorazóóndesudiestraenel aguabenditera y ofrecióó agua bendita a Augusto, santiguáándose luego.Encontrááronseenlacancela.––¡¡DonAvito!––exclamóóAugusto.––¡¡Elmismo,Augustito,elmismo!––Pero¿¿ustedporaquíí?––Síí, yo por aquíí; enseññamucho la vida, ymáás lamuerte; enseññanmáás,mucho
máásquelaciencia.––Pero¿¿yelcandidatoagenio?DonAvitoCarrascal le contóó la lamentable historia de su hijo. Y concluyóó diciendo:
««Yaves,Augustito,cóómohevenidoaesto...»»Augustocallabamirandoalsuelo.IbanporlaAlameda.––Síí,Augusto, síí ––prosiguióódonAvito––; lavidaes laúúnicamaestrade lavida;no
hay pedagogíía que valga. Sóólo se aprende a vivir viviendo, y cada hombre tiene querecomenzarelaprendizajedelavidadenuevo...––¿¿Ylalabordelasgeneraciones,donAvito,ellegadodelossiglos?––No haymáás que dos legados: el de las ilusiones y el de los desengañños, y ambos
sóólo se encuentran donde nos encontramos hace poco: en el templo.De seguro que tellevóóallááounagranilusióónoungrandesengañño.––Lasdoscosas.––Síí, las dos cosas, síí. Porque la ilusióón, la esperanza, engendra el desengañño, el
recuerdo, y el desengañño, el recuerdo, engendra a su vez la ilusióón, la esperanza. Lacienciaesrealidad,espresente,queridoAugusto,yyonopuedoviviryadenadapresente.DesdequemipobreApolodoro,mivííctima––yaldecirestolellorabalavoz––,murióó,esdecir,sematóó,nohayyapresenteposible,nohayciencianirealidadquevalganparamíí;nopuedovivirsinorecordáándoleoesperáándole.Yheidoapararaesehogardetodaslasilusionesytodoslosdesengañños:¡¡alaiglesia!––¿¿Demodoesqueahoracreeusted?––¡¡Quéésééyo...!––Pero¿¿nocreeusted?––Noséésicreoonocreo;sééquerezo.Ynoséébienloquerezo.Somosunoscuantos
queal anochecernos reunimosahíí a rezar el rosario.No sééquiéénes son,ni ellosmeconocen, pero nos sentimos solidarios, en ííntima comunióón unos con otros. Y ahorapiensoquealahumanidadmalditalafaltaquelehacenlosgenios.––¿¿Ysumujer,donAvito?––¡¡Ah,mimujer!––exclamóóCarrascal,yuna láágrimaquese lehabííaasomadoaun
ojoparecióóirradiarle luz interna––.¡¡Mimujer!,¡¡lahedescubierto!Hastamitremendadesgracianohesabidoloquetenííaenella.Sóólohepenetradoenelmisteriodelavidacuando en las noches terribles que sucedieron al suicidio demi Apolodoro reclinabamicabeza en el regazode ella, de lamadre, y lloraba, lloraba, lloraba. Y ella, pasáándomedulcementelamanoporlacabeza,medecíía:««¡¡Pobrehijomíío!,¡¡pobremíío!»»Nunca,nuncaha sidomáásmadre que ahora. Jamáás creíí al hacerlamadre, ¿¿y cóómo?, nadamáásqueparaquemediese lamateriaprimadelgenio... jamááscreííalhacerlamadrequecomotallanecesitarííaparamííundíía.Porqueyonoconocííamimadre,Augusto,nola conocíí; yo no he tenidomadre, no he sabido quéé es tenerla hasta que al perdermimujeramihijoysuyosehasentidomadremíía.Túúconocisteatumadre,Augusto,alaexcelentedoññaSoledad;sino,teaconsejarííaquetecasases.––Laconocíí,donAvito,perolaperdíí,yahíí,enlaiglesia,estabarecordáándola...––Puessiquieresvolveratenerla,¡¡cáásate,Augusto,cáásate!––No,aquééllano,aquéélla,nolavolverééatener
––Esverdad,pero¡¡cáásate!––¿¿Y cóómo? ––aññadióóAugusto conuna forzada sonrisa y recordando lo que habíía
oíídodeunadelasdoctrinaldedonAvito––¿¿cóómo?,¿¿deductivaoinductivamente?––¡¡Dééjateahoradeesascosas;porDios,Augusto,nomerecuerdes tragedias!Pero...
Enfin,sitehedeseguirelhumor,¡¡cáásateintuitivamente!––¿¿Ysilamujeraquienquieronomequiere?––Cáásateconlamujerquetequiera,aunquenoloquierastúú.Esmejorcasarsepara
queleconquistenaunoelamorqueparaconquistarlo.Buscaunaquetequiera.Por la mente de Augusto pasóó en rapidíísima visióón la imagen de la chica de la
planchadora. Porque se habíía hecho la ilusióón de que aquella pobrecita quedóóenamoradadeéél.CuandoalcaboAugustosedespidióódedonAvitodirigióósealCasino.Querííadespejar
laniebladesucabezayladesucorazóónechandounapartidadeajedrezconVííctor.
XIVNotóó Augusto que algo insóólito le ocurríía a su amigo Vííctor; no acertaba ninguna
jugada,estabadisplicenteysilencioso.––Vííctor,algotepasa...––Síí,hombre,síí;mepasaunacosagrave.Ycomonecesitodesahogo,vamosfuera; la
nocheestáámuyhermosa;telocontaréé.Vííctor,aunqueelmáásííntimoamigodeAugusto,lellevabacincooseisaññosdeedady
hacííamáásdedocequeestabacasado,puescontrajomatrimoniosiendomuy joven,pordeberdeconciencia,segúúndecíían.Notenííahijos.Cuandoestuvieronenlacalle,Vííctorcomenzóó:––Yasabes,Augusto,quemetuvequecasarmuyjoven...––¿¿Quetetuvistequecasar?––Síí,vamos,notehagaseldenuevas,quelamurmuracióónllegaatodos.Noscasaron
nuestros padres, los mííos y los de mi Elena, cuando ééramos unos chiquillos. Y elmatrimoniofueparanosotrosunjuego.Jugáábamosamaridoymujer.Peroaquellofueunafalsaalarma...––¿¿Quééesloquefueunafalsaalarma?––Pues aquello porque nos casaron. Pudibundeces de nuestros sendos padres. Se
enterarondeundesliznuestro,quetuvosucachitodeescáándalo,ysinesperaraverquééconsecuenciasteníía,osilasteníía,noscasaron.––Hicieronbien.––No diréé yo tanto. Mas el caso fue que ni tuvo consecuencias aquel desliz ni las
tuvieronlosconsiguientesdeslicesdedespuéésdecasados.––¿¿Deslices?––Síí, en nuestro caso no eran sino deslices. Nos deslizáábamos. Ya te he dicho que
jugáábamosamaridoymujer...––¡¡Hombre!––No,noseasdemasiadomalicioso.ÉÉramosyaúúnsomosjóóvenesparapervertirnos.
Peroenloquemenospensáábamoseraenconstituirunhogar.ÉÉramosdosmozuelosquevivííanjuntoshaciendoesoquesellamavidamarital.Peropasóóelaññoyalverquenovenííafrutoempezamosaponernosdemorro,amirarnosunpocodereojo,aincriminarnosmutuamenteensilencio.Yonomeavenííaanoserpadre.Eraunhombreya,tenííamáásde veintiúún añños y, francamente, eso de que yo fuese menos que otros, menos quecualquier báárbaro que a los nueve meses justos de haberse casado, o antes, tiene suprimerhijo...aestonomeresignaba.––Pero,hombre,¿¿quééculpa...?––Y,esclaro,yo,aunsindecíírselo,leechabalaculpaaellaymedecíía:««Estamujeres
estéérilyteponeenridíículo.»»Yella,porsuparte,nomecabííaduda,meculpabaamíí,yhastasuponíía,quéésééyo...––¿¿Quéé?––Nada,quecuandopasaunaññoyotroyotroyelmatrimonionotienehijos,lamujer
da enpensar que la culpa es delmarido y que lo es porqueno fue sano almatrimonio,porquellevóócualquierdolencia...Elcasoesquenossentííamosenemigoselunodelotro;queeldemoniosenoshabííametidoencasa.Yalfinestallóóeltaldemonioyllegaronlasreconvencionesmutuasyaquellode««túúnosirves»»y««quiennosirveerestúú»»ytodolodemáás.––¿¿Serííaporesoquehubounatemporada,a losdoso tresaññosdehabertecasado,
que anduviste tanmalo, tan preocupado, neurastéénico?, ¿¿cuando tuviste que ir solo aaquelsanatorio?––No,nofueeso...fuealgopeor.Hubounsilencio.Vííctormirabaalsuelo.––Bueno,bueno,guáárdatelo;noquierorompertussecretos.––¡¡Pues sea, te lo diréé! fue que exacerbado por aquellas querellas intestinas conmi
pobremujer, lleguééa imaginarmeque la cuestióóndependííanode la intensidadde loquesea,sinodelnúúmero,¿¿meentiendes?––Síí,creoentenderte...––Ydiendedicarmeacomercomounbáárbaroloquecreíímáássustanciosoynutritivo
y bien sazonado con todo géénero de especias, en especial las que pasan por máás
afrodisiacas,yafrecuentarlomáásposibleamimujer.Y,claro...––Tepusisteenfermo.––¡¡Natural!Ysinoacudoatiempoyentramosenrazóónmelaslííoalotromundo.Pero
curéé de aquello en ambos sentidos, volvíí amimujer y nos calmamos y resignamos. Ypocoapocovolvióóareinarencasanoyalapaz,sinohastaladicha.Alprincipiodeestanueva vida, a los cuatro o cinco añños de casados, lamentáábamos alguna que otra veznuestra soledad, peromuy pronto no sóólo nos consolamos, sino que nos habituamos. Yacabamosnosóólopornoechardemenosaloshijos,sinohastaporcompadeceralosquelos tienen. Nos habituamos uno a otro, nos hicimos el uno costumbre del otro. Túú nopuedesentenderesto...––No,noloentiendo.––Puesbien;yomehiceunacostumbredemimujeryElenasehizounacostumbremíía.
Todoestabamoderadamenteregularizadoennuestracasa,todo,lomismoquelascomidas.Alasdoceenpunto,niminutomáásniminutomenos,lasopaenlamesa,ydetalmodo,que comemos todos los díías casi las mismas cosas, en el mismo orden y en la mismacantidad.AborrezcoelcambioyloaborreceElena.Enmicasasevivealrelóó.––Vamos,síí,estomerecuerdaloquedicenuestroamigoLuisdelmatrimonioRomera,
quesueledecirquesonmaridoymujersolterones.––Enefecto, porquenohay solteróónmáás solteróón y recalcitranteque el casado sin
hijos.Unavez,parasuplirlafaltadehijos,quealfinyalcabonienmííhabííamuertoelsentimientodelapaternidadnimenoseldelamaternidadenella,adoptamos,osiquieresprohijamos,unperro;peroalverleundííamoriranuestravista,porqueseleatravesóóunhueso en la garganta, y ver aquellos ojos húúmedos que parecíían suplicarnos vida, nosentróó una pena y un horror tal que no quisimos máás perros ni cosa viva. Y noscontentamosconunasmuññecas,unasgrandespeponas,quesonlasquehasvistoencasa,yquemiElenavisteydesnuda.––Esasnoseosmoriráán.––En efecto. Y todo iba muy bien y nosotros contentíísimos. Ni me turban el sueñño
llantos de niñño, ni teníía que preocuparme de si seráá varóón o hembra y quéé he dehacer de éél o de ella... Y, ademáás, he tenido siempre mi mujer a mi disposicióón,cóómodamente,sinestorbosdeembarazosnidelactancias;enfin,¡¡unencantodevida!––¿¿Sabesqueesoenpocoonadasediferencia...?––¿¿Dequéé?¿¿Deunarrimoilegal?Asíílocreo.Unmatrimoniosinhijospuedellegara
convertirse en una especie de concubinato legal, muy bien ordenado, muy higiéénico,relativamente casto, pero, en fin, ¡¡lo dicho!Marido ymujer solterones, pero solteronesarrimados,enefecto.Yasííhantranscurridoestosmáásdeonceañños,vanparadoce...Peroahora...¿¿sabesloquemepasa?––Hombre,¿¿cóómolohedesaber?––Pero¿¿nosabesloquemepasa?––Comonoseaquehasdejadoencintaatumujer...––Eso,hombre,eso.¡¡Figúúratequéédesgracia!––¿¿Desgracia?¿¿Puesnolodeseasteistanto...?––Síí, al principio, los dos o tres primeros añños, pocomáás. Pero ahora, ahora... Ha
vueltoeldemonioacasa,hanvuelto lasdisensiones.Yahoracomoantaññocadaunodenosotrosculpabaalotrodelaesterilidaddellazo,ahoracadaunoculpaalotrodeestoquesenosviene.Yyaempezamosallamarle...no,notelodigo...––Puesnomelodigassinoquieres.––Empezamosa llamarle ¡¡el intruso!Yyohesoññadoquesenosmorííaunamaññana
conunhuesoatravesadoenlagarganta...––¡¡Quéébarbaridad!––Síí, tienes razóón, una barbaridad. Y ¡¡adióós regularidad, adióós comodidad, adióós
costumbres!TodavííaayerestabaElenadevóómitos;parecequeesunade lasmolestiasanejas al estado que llaman... ¡¡Interesante! ¡¡Interesante! ¡¡Interesante! ¡¡Vaya uninteréés!¡¡Devóómito!¿¿Hasvistonadamáásindecoroso,nadamáássucio?––Pero¿¿ellaestaráágozosíísimaalsentirsemadre?––¿¿Ella? ¡¡Comoyo!Estoesunamala jugadade laProvidencia,de laNaturalezaode
quiensea,unaburla.Sihubieravenido...elneneonena,loquefuere...sihubieravenidocuando, inocentes tóórtolos llenos, máás que de amor paternal, de vanidad, leesperáábamos;sihubieravenidocuandocreííamosqueelnotenerhijoserasermenosqueotros;sihubieravenidoentonces,¡¡santoymuybueno!,pero¿¿ahora,ahora?Tedigoqueestoesunaburla.Sinofuerapor...––¿¿Quééhombre,quéé?––Teloregalaba,paraquehiciesecompaññííaaOrfeo.
––Hombre,cáálmate,ynodigasdisparates...––Tienesrazóón,disparato.Perdóóname.Pero¿¿teparecebien,alcabodecercadedoce
añños,cuandonosibatanricamente,cuandoestáábamoscuradosdelaridíículavanidaddelosreciééncasados,venirnosesto?Esclaro,¡¡vivííamostantranquilos,tanseguros,tanconfiados...!––¡¡Hombre,hombre!––Tienesrazóón,síí,tienesrazóón.Ylomáásterriblees,¿¿aquenotefiguras?,quemi
pobreElenanopuededefendersedelsentimientodelridíículoquelaasalta.¡¡Sesienteenridíículo!––Puesnoveo...––No,tampocoyoloveo,peroasííes;sesienteenridíículo.Yhacetalescosasquetemo
porel...intruso...ointrusa.––¡¡Hombre!––exclamóóAugustoalarmado.––¡¡No,no,Augusto,no,no!Nohemosperdidoel sentidomoral,yElena,queescomo
sabes profundamente religiosa, acata, aunque a regaññadientes, los designios de laProvidenciayseresignaasermadre.Yseráábuenamadre,nomecabedeelloduda,muybuenamadre.Peroes talelsentimientodelridíículoenella,queparaocultarsuestado,paraencubrirsuembarazo,lacreocapazdecosasque...Enfin,noquieropensarenello.Pordepronto,haceyaunasemanaquenosaledecasa;dicequeledavergüüenza,queselefiguraquevanaquedarsetodosmiráándolaenlacalle.Yyahabladequenosvayamos,dequesiellahadesaliratomarelaireyelsolcuandoestééyaenmesesmayores,nohadehacerlodondehayagentesquelaconozcanyqueacasovayanafelicitarlaporello.Callaron los dos amigos un rato, y despuéés que el breve silencio sellóó el relato dijo
Vííctor:––Conque¡¡anda,Augusto,andaycáásate,paraqueacasotesucedaalgoporelestilo;
andaycáásateconlapianista!––Y¡¡quiéénsabe...!––dijoAugustocomoquienhablaconsigomismo––¡¡quiéénsabe...!
Acasocasáándomevolverééatenermadre...––Madre,síí––aññadióóVííctor––,¡¡detushijos!Silostienes...––¡¡Ylamadremíía!Acasoahora,Vííctor,empiecesatenerentumujerunamadre,una
madretuya.––Loquevoyaempezarahoraesaperdernoches...––Oaganarlas,Vííctor,oaganarlas.––Enfin,quenosééloquemepasa,niloquenospasa.Yyopormíícreoquellegarííaa
resignarme;peromiElena,mipobreElena...¡¡Pobrecita!––¿¿Ves?Yaempiezasacompadecerla.––Enfin,Augusto,¡¡quepiensesmuchoantesdecasarte!Ysesepararon.AugustoentróóensucasallenalacabezadecuantohabííaoíídoadonAvitoyaVííctor.A
penas se acordaba ya ni de Eugenia ni de la hipoteca liberada, ni de la mozuela de laplanchadora.Cuandoal entrarencasa salióó saltandoa recibirleOrfeo, le cogióó, le tentóóbienel
gaznate,yapretáándoleelsenoledijo:««Cuidadoconloshuesos,Orfeo,muchocuidaditocon ellos, ¿¿eh?No quiero que te atragantes con uno; no quiero vertemorir amis ojossuplicáándomevida.Yaves,Orfeo,donAvito,elpedagogo,sehaconvertidoalareligióóndesusabuelos...¡¡eslaherencia!YVííctornoseresignaaserpadre.Aquelnoseconsueladehaberperdidoasuhijoyestenoseconsueladeiratenerlo.y¡¡quééojos,Orfeo,quééojos!¡¡Cóómolefulgurabancuandomedijo:““¡¡Quiereustedcomprarme!,¡¡quiereustedcomprarnomi amor, que eseno se compra, sinomi cuerpo! ¡¡Quéédese conmi casa!””¡¡Compraryosucuerpo...sucuerpo...!¡¡Simesobraelmíío,Orfeo,mesobraelmíío!Loqueyonecesitoesalma,alma,alma.Yunaalmadefuego,comolaqueirradiadelosojosdeella, deEugenia. ¡¡Su cuerpo... su cuerpo... síí, su cuerpoesmagníífico, esplééndido,divino;peroesque sucuerpoesalma, almapura, todoéél vida, todoéél significacióón,todoéélidea!Amíímesobraelcuerpo,Orfeo,mesobraelcuerpoporquemefaltaalma.O¿¿no es máás bien que me falta alma porque me sobra cuerpo? Yo me toco el cuerpo,Orfeo, me lo palpo, me lo veo, pero ¿¿el alma?, ¿¿dóónde estáá mi alma?, ¿¿es que latengo?Sóólo la sentíí resollarunpococuando tuveaquííabrazada, sobremis rodillas,aRosario,alapobreRosario;cuandoellallorabayllorabayo.Aquellasláágrimasnopodííansalir demi cuerpo; salíían demi alma. El alma es unmanantial que sóólo se revela enláágrimas.Hastaqueselloradeverasnosesabesisetieneonoalma.Yahoravamosadormir,Orfeo,siesquenosdejan.»»
XV––Pero¿¿quééhashecho,chiquilla?––preguntóódoññaErmelindaasusobrina.––¿¿Quééhehecho?Loqueusted,siesquetienevergüüenza,habrííahechoenmicaso;
estoydeellosegura.¡¡Querercomprarme!,¡¡querercomprarmeamíí!––Mira,chiquilla,essiempremuchomejorquequierancomprarlaaunaquenoeselque
quieranvenderla,nolodudes.––¡¡Querercomprarme!,¡¡querercomprarmeamíí!––Perosinoeseso,Eugenia,sinoeseso.Lohahechoporgenerosidad,porheroíísmo...––Noquierohééroes.Esdecir,losqueprocuranserlo.Cuandoelheroíísmovieneporsíí,
naturalmente,¡¡bueno!;pero¿¿porcáálculo?¡¡Querercomprarme!,¡¡querercomprarmeamíí,amíí!Ledigoausted,tíía,quemelahadepagar.Melahadepagarese...––¿¿Ese...quéé?¡¡Vamos,acaba!––Ese...panolidesaborido.Yparamíícomosinoexistiera.¡¡Comoquenoexiste!––Peroquéétonterííasestáásdiciendo...––¿¿Esquecreeustedtíía,queesetíío...?––¿¿Quiéén,Fermíín?––No,ese...esedelcanario,¿¿tienealgodentro?––Tendrááporlomenossusentraññas...––Pero¿¿ustedcreequetieneentraññas?¡¡Quiáá!¡¡Sieshueco,comosiloviera,hueco!––Perovenacáá,chiquilla,hablemosfrííamenteynodigasnihagastonteríías.Olvidaeso.
Yocreoquedebesaceptarle...––Perosinolequiero,tíía...––Y túú¿¿quéésabes loqueesquerer?Carecesdeexperiencia.Túúsabráás loquees
unafusaounacorchea,peroloqueesquerer...––Meparece,tíía,queestááustedhablandoporhablar...––¿¿Quéésabestúúloqueesquerer,chiquilla?––Perosiquieroaotro...––¿¿Aotro?¿¿AeseganduldeMauricio,aquienselepaseaelalmaporelcuerpo?¿¿A
eso le llamasquerer?,¿¿aeso le llamasotro?Augustoes tusalvacióónysóóloAu-gusto.¡¡Tanfino,tanrico,tanbueno...!––Puesporesono lequiero,porquees tanbuenocomousteddice...Nomegustan los
hombresbuenos.––Niamíí,hija,niamíí,pero...––¿¿Peroquéé?––Quehayquecasarseconellos.Paraesohannacidoysonbuenos,paramaridos.––Perosinolequiero,¿¿cóómohedecasarmeconéél?––¿¿Cóómo?¡¡Casáándote!¿¿Nomecasééyocontutíío...?––Pero,tíía...––Síí,ahoracreoquesíí,meparecequesíí;perocuandomecaséénoséési lequeríía.
Mira, eso del amor es una cosa de libros, algo que se ha inventado nomáás que parahablaryescribirdeello.Tonterííasdepoetas.Lopositivoeselmatrimonio.ElCóódigocivilnohabladelamorysíídelmatrimonio.Todoesodelamornoesmáásquemúúsica...––¿¿Múúsica?––Múúsica,síí.Yyasabesquelamúúsicaapenassirvesinoparavivirdeenseññarla,y
quesinoteaprovechasdeunaocasióóncomoestaquesetepresentavasatardarensalirdetupurgatorio...––Y ¿¿quéé? ¿¿Les pido yo a ustedes algo? ¿¿Nome gano pormíími vida? ¿¿Les soy
gravosa?––No te sulfures asíí, polvorilla, ni digas esas cosas, porque vamos a reññir de veras.
Nadietehabladeeso.Ytodoloquetedigoyaconsejoesportubien.––Síí,pormibien...pormibien...PormibienhahechoelseññordonAugustoPéérezesa
hombrada, por mi bien... ¡¡Una hombrada, síí, una hombrada! ¡¡Quererme comprar...!¡¡Querermecompraramíí...amíí!¡¡Unahombrada,lodicho,unahombrada...unacosadehombre!Loshombres, tíía,ya lovoyviendo,sonunosgroseros,unosbrutos,carecendedelicadeza.Nosabenhacerniunfavorsinofender……––¿¿Todos?––¡¡Todos,síítodos!Losquesondeverashombresseentiende.––¡¡Ah!
––Síí,porquelosotros,losquenosongroserosybrutosyegoíístas,nosonhombres.––Pues¿¿quééson?––¡¡Quéésééyo...maricas!––¡¡Vayaunasteoríías,chiquilla!––Enestacasahayquecontagiarse.––Peroesonoselohasoíídonuncaatutíío.––No,semehaocurridoamííobservandoaloshombres.––¿¿Tambiéénatutíío?––Mitííonoesunhombre...deesos.––Entoncesesunmarica,¿¿eh?,unmarica.¡¡Vamos,habla!––No,no,no,tampoco.Mitííoes...vamos...mitíío...Nomeacostumbrodeltodoaque
seaalgoasíí...vamos...decarneyhueso.––Pues¿¿quéé,quéécreesdetutíío?––Quenoesmáásque...noséécóómodecirlo...quenoesmáásquemitíío.Vamos,asíí
comosinoexistiesedeverdad.––Esotecreeráástúú,chiquilla.Peroyotedigoquetutííoexiste,¡¡vayasiexiste!––Brutos, todos brutos, brutos todos. ¿¿No sabe usted lo que ese báárbaro deMartíín
RubioledijoalpobredonEmeterioalospocosdííasdequedarseesteviudo?––Noloheoíído,creo.––Puesverááusted;fuecuandolaepidemiaaquella,yasabeusted.Todoelmundoestaba
alarmadíísimo,amíínomedejaronustedessalirdecasaenunaporcióóndedííasyhastatomabaelaguahervida.Todoshuííanlosunosdelosotros,ysiseveííaaalguiendelutoreciente era como si estuviese apestado. Pues bien; a los cinco o seis díías de haberenviudado el pobre don Emeterio tuvo que salir de casa, de luto por supuesto, y seencontróódemanosabocaconesebáárbarodeMartíín.Este,alverledeluto,semantuvoaciertaprudentedistanciadeéél,comotemiendoelcontagio,y ledijo:««Pero,hombre,¿¿quéé es eso?, ¿¿alguna desgracia en tu casa?»» ««Síí ––le contestóó el pobre donEmeterio––,acabodeperderamipobremujer.»»««¡¡Láástima!Y¿¿cóómo,cóómohasidoeso?»» ««De sobreparto»», le dijo don Emeterio. ««¡¡Ah, menos mal!, le contestóó elbáárbarodeMartíín,yentoncesseleacercóóadarlelamano.¡¡Habráásevistocaballerííamayor...! ¡¡Una hombrada! Le digo a usted que son unos brutos, nada máás que unosbrutos.––Y es mejor que sean unos brutos que no unos holgazanes, como, por ejemplo, ese
zanguangodeMauricio,quetetiene,yonosééporquéé,sorbidoelseso...Porquesegúúnmisinformes,ysondebuenatinta,teloaseguro,malditosielmuybausáánestáádeverasenamoradodeti...––¡¡Peroloestoyyodeéélybasta!––Y¿¿teparecequeese...tunovioquierodecir...esdeverashombre?Sifuesehombre,
hacetiempoquehabrííabuscadosalidaytrabajo.––Puessinoeshombre,quieroyohacerletal.Esverdad,tieneeldefectoqueusteddice,
tíía,peroacasoesporesoporloquelequiero.Yahora,despuéésdelahombradadedonAugusto...¡¡querermecompraramíí,amíí!...despuéésdeesoestoydecididaajugarmeeltodoporeltodocasáándomeconMauricio.––Y¿¿dequéévaisavivir,desgraciada?––¡¡De lo que yo gane! Trabajaréé, y máás que ahora. Aceptaréé lecciones que he
rechazado.Asíícomoasíí,herenunciadoyaaesacasa,selaheregaladoadonAugusto.Erauncapricho,nadamáásqueuncapricho.Eslacasaenquenacíí.Yahora,libreyadeesa pesadilla de la casa y de su hipoteca, me pondréé a trabajar con máás ahíínco. YMauricio,viééndometrabajarparalosdos,notendráámáásremedioquebuscartrabajoytrabajaréél.Esdecir,sitienevergüüenza...––¿¿Ysinolatiene?––Puessinolatiene...¡¡dependeráádemíí!––Síí,¡¡elmaridodelapianista!––Yaunqueasíísea.Seráámíío,míío,ycuantomáásdemíídependa,máásmíío.––Síí,tuyo...perocomopuedeserlounperro.Yesosellamacomprarunhombre.––¿¿No ha querido un hombre, con su capital, comprarme? Pues ¿¿quéé de extrañño
tienequeyo,unamujer,quiera,conmitrabajo,comprarunhombre?––Todo esto que estáás diciendo, chiquilla, se parece mucho a eso que tu tíío llama
feminismo.––Noséé,nimeimportasaberlo.Peroledigoausted,tíía,quetodavííanohanacidoel
hombrequemepuedacompraramíí.¿¿Amíí?,¿¿amíí?,¿¿comprarmeamíí?EnestepuntodelaconversacióónentróólacriadaaanunciarquedonAugustoesperaba
alaseññora.
––¿¿ÉÉl?¡¡Vete!Yonoquieroverle.Dilequelehedichoyamiúúltimapalabra.––Reflexionaunpoco,chiquilla,cáálmate;nolotomesasíí.Túúnohassabidointerpretar
lasintencionesdedonAugusto.Cuando Augusto se encontróó ante doñña Ermelinda empezóó a darle sus excusas.
Estaba,segúúndecíía,profundamenteafectado;Eugenianohabííasabidointerpretarsusverdaderasintenciones.ÉÉl,porsuparte,habííacanceladoformalmentelahipotecadelacasayestaaparecíía legalmente libredesemejantecargayenpoderdesudueñña.Ysiella se obstinaba en no recibir las rentas, éél, por su parte, tampoco podíía hacerlo; demanera que aquello se perderíía sin provecho para nadie, o mejor dicho, irííadepositáándoseanombredesudueñña.Ademáás,éélrenunciabaasuspretensionesalamanodeEugeniaysóóloquerííaqueestafuesefeliz;hastasehallabadispuestoabuscarunabuenacolocacióónaMauricioparaquenotuviesequevivirdelasrentasdesumujer.––¡¡Tieneusteduncorazóóndeoro!––exclamóódoññaErmelinda.––Ahora sóólo falta, seññora, que convenza a su sobrina de cuááles han sido mis
verdaderas intenciones, y que si lodedeshipotecar la casa fueuna impertinenciame laperdone. Pero me parece que no es cosa ya de volver atráás. Si ella quiere seréé yopadrinodelaboda.Yluegoemprenderééunlargoylejanoviaje.Doñña Ermelinda llamóó a la criada, a la que dijo que llamase a Eugenia, pues don
Augustodeseabahablarconella.««Laseññoritaacabadesalir»»,contestóólacriada.
XVI––Eres imposible, Mauricio ––le decíía Eugenia a su novio, en el cuchitril aquel de la
porteríía––, completamente imposible, y si sigues asíí, si no sacudes esa pachorra, si nohacesalgoparabuscarteunacolocacióónyquepodamoscasarnos,soycapazdecualquierdisparate.––¿¿Dequéédisparate?Vamos,di,rica––yleacariciabaelcuelloensortijáándoseenuno
desusdedosunrizodelanucadelamuchacha.––Mira,siquieres,noscasamosasííyyoseguiréétrabajando...paralosdos.––Pero¿¿yquéédiráándemíí,mujer,siaceptosemejantecosa?––¿¿Yamííquéémeimportaloquedetidigan?––¡¡Hombre,hombre,esoesgrave!––Síí,amíínomeimportaeso;loqueyoquieroesqueestoseacabecuantoantes...––¿¿Tanmalnosva?––Síí,nosvamal,muymal.Ysinotedecidessoycapazde...––¿¿Dequéé,vamos?––DeaceptarelsacrificiodedonAugusto.––¿¿Decasarteconéél?––¡¡No,esonunca!Derecobrarmifinca.––Pues¡¡hazlo,rica,hazlo!Siesaeslasolucióónynootra...––Yteatreves...––¡¡Puesnohedeatreverme!EsepobredonAugustomepareceamííquenoandabien
delacabeza,ypueshatenidoesecapricho,nocreoquedebemosmolestarle...––Demodoquetúú...––Pues¡¡claroestáá,rica,claroestáá!––Hombre,alfinyalcabo.––Notantocomotúúquisieras,segúúnteexplicas.Perovenacáá...––Vamos,dééjame,Mauricio;yatehedichocienvecesquenoseas...––Quenoseacariññoso...––¡¡No, que no seas... bruto! Estááte quieto. Y si quieresmáás confianzas sacude esa
pereza, busca de veras trabajo, y lo demáás ya lo sabes. Conque, a ver si tienes juicio,¿¿eh?Miraqueyaotraveztediunabofetada.––¡¡Yquéébienquemesupo!¡¡Andarica,dameotra!Mira,aquíítienesmicara...––Nolodigasmucho...––¡¡Anda,vamos!––No,noquierodarteesegusto.––¿¿Niotro?––Tehedichoquenoseasbruto.Yterepitoquesinotedasprisaabuscartrabajosoy
capazdeaceptareso.––Puesbien,Eugenia,¿¿quieresquetehableconelcorazóónenlamano,laverdad,toda
laverdad?––¡¡Habla!––Yo te quieromucho, peromucho, estoy completamente chalado por ti, pero eso del
matrimoniomeasusta,medaunmiedoatroz.Yonacííharagáánportemperamento,noteloniego; loquemáásmemolestaes tenerque trabajar, ypreveoque sinos casamos, ycomosupongoquetúúquerráásquetengamoshijos...––¡¡Puesnofaltabamáás!––Voya tenerque trabajar,yde firme,porque lavidaescara.Yesodeaceptarelque
seastúúlaquetrabaje,¡¡eso,nunca,nunca,nunca!MauricioBlancoClaráánopuedevivirdeltrabajodeunamujer.Perohayacasounasolucióónquesinteneryoquetrabajarnitúúsearregletodo...––Aver,aver...––Pues...¿¿meprometes,chiquilla,noincomodarte?––¡¡Anda,habla!––Por todo loqueyo sééy loque teheoíído, esepobredonAugustoesunpanoli, un
pobrediablo;vamos,un...––¡¡Anda,sigue!––Peronotemeincomodaráás.––¡¡Quesigastehedicho!
––Es, pues, como veníía diciééndote, un... predestinado. Y acaso lomejor seano sóóloqueaceptesesodetucasa,sinoque...––Vamos,¿¿quéé?––Queleaceptesaéélpormarido.––¿¿Eh?––ysepusoellaenpie.––Leaceptas,ycomoesunpobrehombre,pues...todosearregla...––¿¿Cóómoquesearreglatodo?––Síí,éélpaga,ynosotros...––Nosotros...¿¿quéé?––Puesnosotros...––¡¡Basta!YsesalióóEugenia,conlosojoshechosunincendioydiciééndose:««Pero¡¡quéébrutos,
quéébrutos!Jamááslohubieracreíído...¡¡Quéébrutos!»»Yalllegarasucasaseencerróóensucuartoyrompióóallorar.Ytuvoqueacostarsepresadeunafiebre.Mauriciosequedóóunbreveratocomosuspenso;masprontoserepuso,encendióóun
cigarrillo,salióóalacalleyleechóóunpiropoalaprimeramozadegarboquepasóóasulado.Yaquellanochehablaba,conunamigo,dedonJuanTenorio.––Amííesetííonoacabadeconvencerme––decííaMauricio––;esonoesmáásqueteatro.––¡¡Yquelodigastúú,Mauricio,quepasasporunTenorio,porunseductor!––¿¿Seductor?,¿¿seductoryo?¡¡Quéécosasseinventan,Rogelio!––¿¿Ylodelapianista?––¡¡Bah!¿¿Quieresquetedigalaverdad,Rogelio?––¡¡Venga!––Pues bien; de cada cien lííos, máás o menos honrados, y ese a que aludíías es
honradíísimo, ¡¡eh!, de cada cien lííos entre hombre y mujer, en máás de noventa laseductoraesellayelseducidoeséél.––Puesquéé,¿¿menegaráásquehasconquistadoalapianista,alaEugenia?––Síí,teloniego;nosoyyoquienlahaconquistado,sinoellaquienmehaconquistadoa
míí.––¡¡Seductor!––Comoquieras...Esella,ella.Nosuperesistirme.––Paraelcasoesigual...––Peromeparecequeesosevaaacabaryvoyaencontrarmeotravez libre.Librede
ella,claro,porquenorespondodequemeconquisteotra.¡¡Soytandéébil!Siyohubieranacidomujer...––Bueno,¿¿ycóómosevaaacabar?––Porque... pues, ¡¡porque he metido la pata! Quise que siguiééramos, es decir, que
empezááramoslasrelaciones,¿¿entiendes?,sincompromisoniconsecuencias...y,¡¡claro!,meparecequemevaadarsoleta.Esamujerquerííaabsorberme.––¡¡Yteabsorberáá!––¡¡Quiéénsabe...!¡¡Soytandéébil!Yonacííparaqueunamujermemantenga,perocon
dignidad,¿¿sabes?,ysino,¡¡nada!––Y¿¿aquééllamasdignidad?,¿¿puedesaberse?––¡¡Hombre,esonosepregunta!Haycosasquenopuedendefinirse.––¡¡Es verdad! ––contestóó con profunda conviccióón Rogelio, aññadiendo––: Y si la
pianistatedeja,¿¿quéévasahacer?––Puesquedar vacante. Y a ver si alguna otrame conquista. ¡¡He sido ya conquistado
tantasveces...!Peroesta,conesodenoceder,demantenersesiempreahonestadistancia,deserhonrada,enfin,porquecomohonradaloeshastadondelaquemáás,contodoesome teníía chaladito, pero del todo chaladito. Habríía acabado por hacer de míí lo quehubiesequerido.Yahora,simedeja,losentiréé,ymucho,peromeveréélibre.––¿¿Libre?––Libre,síí,paraotra.––Yocreoqueharééislaspaces...––¡¡Quiéénsabe!...Perolodudo,porquetieneungeniecito...Yhoylaofendíí,laverdad,
laofendíí.
XVII––¿¿Te acuerdas, Augusto ––le decíía Vííctor––, de aquel don Eloííno Rodrííguez de
AlburquerqueyÁÁlvarezdeCastro?––¿¿AquelempleadodeHaciendatanaficionadoacorrerla,sobretododelobaratito?––Elmismo.Puesbien...¡¡sehacasado!––¡¡Valientecarcamalsellevalaquehayacargadoconéél!––Peroloestupendoessumaneradecasarse.Entéérateyvetomandonotas.Yasabráás
que don Eloííno Rodrííguez de Alburquerque y ÁÁlvarez de Castro, a pesar de susapellidos,apenassitienesobrequéécaersemuertonimáásquesusueldoenHacienda,yqueestáá,ademáás,completamenteaveriadodesalud.––Talvidahallevado.––Pueselpobrepadeceunaafeccióóncardiacadelaquenopuederecobrarse.Susdíías
estááncontados.Acabadesalirdeunachuchóóngravíísimo,quelehapuestoalaspuertasdelamuerteylehallevadoalmatrimonio,peroaotro...revienta.Eselcasoqueelpobrehombreandabadecasaencasadehuééspedesydetodaspartestenííaquesalir,porqueporcuatropesetasnopuedenpedirsegollerííasnicanguingosenmojodegatoyééleramuyexigente.Ynodeltodolimpio.Yasíírodandodecasaencasafueadaraladeunavenerablepatrona,yentradaenañños,mayorqueéélque,comosabes,mááscercaandadelossesentaquedeloscincuenta,yviudadosveces;laprimera,deuncarpinteroquesesuicidóó tiráándose de un andamio a la calle, y a quien recuerda a menudo como suRogelio, y la segunda,deunsargentodecarabinerosque ledejóóalmoriruncapitalitoqueledaunapesetaaldíía.YheteaquííquehalláándoseencasadeestaseññoraviudadamidonEloíínoenponersemalo,muymalo,tanmaloquelacosaparecííasinremedioyquesemoríía.LlamaronprimeroaquelevieradonJoséé,yluegoadonValentíín.Yelhombre,¡¡a morir! Y su enfermedad pedíía tantos y tales cuidados, y a las veces no del todoaseados,quemonopolizabaalapatrona,ylosotroshuééspedesempezabanyaaamenazarcon marcharse. Y don Eloííno, que no podíía pagar mucho máás, y la doble viudadiciééndolequenopodííatenerlemáásensucasa,puesleestabaperjudicandoelnegocio.««Pero¡¡porDios,seññora,porcaridad!––parecequeledecííaéél––¿¿Adóóndevoyyoenesteestado,enquééotracasavanarecibirme?Siustedmeechatendrééqueiramorirmealhospital...¡¡PorDios,porcaridad!,¡¡paralosdííasquehedevivir...!»»Porqueéélestabaconvencidodequesemorííaymuypronto.Peroella,porsuparte,loqueesnatural,quesucasanoerahospital,quevivííadesunegocioyqueseestabayaperjudicando.CuandoenestoaunodeloscompaññerosdeoficinadedonEloíínoseleocurreunaideasalvadora,yfuequeledijo:««Ustednotiene,donEloííno,sinounmediodequeestabuenaseññoraseavengaatenerleensucasamientrasviva.»»««¿¿Cuáál?»»,preguntóóéél.««Primero––ledijoelamigo––sepamosloqueustedsecreedesuenfermedad.»»««Ah,puesyo,quehededurarpoco,muypoco;acasono lleguenavermeconvidamishermanos.»»««¿¿Tanmal se cree usted?»» ««Me siento morir ...»» ««Pues si asíí es, le queda un medio deconseguirqueestabuenamujernolepongadepatitasenlacalle,obligáándolea irsealhospital.»» ««Y ¿¿cuáál es?»» «« Casarse con ella.»» «« ¿¿Casarme con ella?, ¿¿con lapatrona?¿¿Quiéén,yo?¡¡UnRodrííguezdeAlburquerqueyÁÁlvarezdeCastro!¡¡Hombre,noestoyparabromas!»»Ypareceque laocurrencia lehizounefecto talqueapocosequedaenella.––Ynoesparamenos.––Pero el amigo, asíí que éél se repuso de la primera sorpresa, le hizo ver que
casáándoseconlapatronaledejabatrecedurosmensualesdeviudedad,quedeotromodonoaprovecharííanadieyseirííanalEstado.Yavestúú...––Síí,séédemáásdeuno,amigoVííctor,quesehacasadonadamáásqueparaqueel
Estadonoseahorraseunaviudedad.¡¡Esoescivismo!––Pero si don Eloííno rechazóó indignado tal proposicióón, figúúrate lo que diríía la
patrona:««¿¿Yo?¿¿Casarmeyo,amisañños,yporterceravez,conesecarcamal?¡¡Quééasco!»»Peroseinformóódelméédico,leaseguraronquenolequedabanadonEloíínosinomuypocosdííasdevida,ydiciendo:««Laverdadesquetrecedurosalmesmearreglan»»,acabóóaceptáándolo.Yentoncesselellamóóalpáárroco,albuenodedonMatíías,varóónapostóólico,comosabes,paraqueacabasedeconvenceraldesahuciado.««Síí, síí, síí ––dijo don Matíías––; síí, ¡¡pobrecito!, ¡¡pobrecito!»» Y le convencióó. Llamóó luego donEloííno a Correííta y dicen que le dijo que queríía reconciliarse con éél ––estaban
reññidos––,yquefuesetestigodesuboda.««Pero¿¿secasausted,donEloííno?»»««Síí,Correííta, síí, ¡¡me caso con la patrona!, ¡¡con doñña Sinfo!; ¡¡yo, un Rodrííguez deAlburquerqueyÁÁlvarezdeCastro,figúúrate!Yoporquemecuidelospocosdííasdevidaquemequeden...noséésillegaráánmishermanosatiempodevermevivo...yellaporlostrecedurosdeviudedadqueledejo.»»YcuentanquecuandoCorreíítasefueasucasayselocontóótodo,comoesnatural,asumujer,aEmilia,estaexclamóó:««Pero¡¡túúeresunmajadero,Pepe!¿¿PorquéénoledijistequesecasaseconEncarna––Encarnacióónesunacriada,ni jovenniguapa,que llevóóEmiliacomodedoteasumatrimonio––,que lehabrííacuidadoporlostrecedurosdeviudedadtanbiencomoesatíía?»»YesfamaquelaEncarnaaññadióó:««Tieneusted razóón, seññorita; tambiéényomehubieracasadoconéélylehabrííacuidadoloqueviviese,quenoseráámucho,portreceduros.»»––Perotodoeso,Vííctor,pareceinventado.––Puesnoloes.Haycosasquenoseinventan.Yaúúnfaltalomejor.Ymecontabadon
Valentíín,queesdespuéésdedonJosééquienhaestadotratandoadonEloííno,quealirun díía a verle y encontrarse con don Matíías revestido, creyóó que era para darle laExtremauncióónal enfermo, y ledicenqueestabacasáándole.Yal volvermáás tarde leacompaññóó hasta la puerta la reciéén casada patrona, ¡¡por tercera vez!, y con vozcompungida y ansiosa le preguntaba: ««Pero, diga usted, don Valentíín, ¿¿viviráá?,¿¿viviráá todavíía?»» ««No, seññora, no; es cuestióón de díías...»» ««Semoriráá pronto,¿¿eh?»»««Síí,muypronto.»»««Pero¿¿deverassemoriráá?»»––¡¡Quééenormidad!––Ynoestodo.DonValentíínordenóóquenoselediesealenfermomáásqueleche,yde
estapoquitadecadavez,perodoññaSinfodecííaaotrohuéésped:««¡¡Quiáá!,¡¡yoledoydetodoloquemepida!¡¡Aquééquitarlesusgustossihadevivirtanpoco...!»»Yluegoordenóóqueledieseunasayudas,yelladecíía:««¿¿Unasayudas?¡¡Uf,quééasco!¿¿Aesetííocarcamal?¡¡Yo,no,yono!¡¡Sihubiesesidoaalgunodelosotrosdos,alosquequeríía,conlosquemecaséépormigusto!Pero¿¿aééste?,¿¿unasayudas?¿¿Yo?¡¡Comono...!»»––¡¡Todoestoesfantáástico!––No,eshistóórico.YllegaronunoshermanosdedonEloííno,hermanoyhermana,yéél
decííaabrumadoporladesgracia:««¡¡Casarsemihermano,mihermano,unRodrííguezdeAlburquerqueyÁÁlvarezdeCastro,conlapatronadelacalledePellejeros!,¡¡mihermano,hijodeunpresidentequefuedelaAudienciadeZaragoza,deZa-rago-za,conuna...doññaSinfo!»»Estaba aterrado. Y la viuda del suicida y reciéén casada con el desahuciado sedecíía:««Yahoraverááusted,comosiloviera,¡¡conestodequesomoscuññadosseiráánsinpagarmeelpupilaje,cuandoyovivodeesto!»»Yparecequelepagaron,síí,elpupilaje,yselopagóóelmarido,perosellevaronunbastóóndepuññodeoroqueéélteníía.––¿¿Ymurióó?––Síí,bastantedespuéés.Mejoróó,mejoróóbastante.Yella,lapatrona,decíía:««Deesto
tienelaculpaesedonValentíín,quelehaentendidolaenfermedad...Mejoreraelotro,donJoséé,quenoselaentendíía.Sisóólolehubiesetratadoéél,yaestarííamuerto,ynoqueahoramevaafastidiar.»»Ella,doññaSinfo,tiene,ademáásdeloshijosdelprimermarido,unahijadelsegundo,delcarabinero,yapocodehabersecasadoledecííadonEloííno:««Ven,venacáá;ven,venquetedééunbeso,queyasoytupadre,ereshijamíía...»»««Hija,no ––decíía la madre, ¡¡ahijada!»» ««¡¡Hijastra, seññora, hijastra! Ven acáá... os dejobien...»»Yesfamaquelamadrerefunfuññaba:««¡¡Yelsinvergüüenzanolohacííamáásqueparasobarla...!¡¡Habráásevisto...!»»Yluegovino,comoesnatural,laruptura.««Estofueunengañño,nadamáásqueunengañño,donEloííno,porquesimecasééconustedfueporquemeaseguraronqueustedsemorííaymuypronto,quesino...¡¡pachasco!Mehanengaññado,mehanengaññado.»»««Tambiéénamíímehanengaññado,seññora.Y¿¿quééqueríía usted que hubiese yo hecho? ¿¿Morirme por darle gusto?»» ««Eso era loconvenido.»» ««Ya me moriréé, seññora, ya me moriréé... y antes que quisiera. ¡¡UnRodrííguezdeAlburquerqueyÁÁlvarezdeCastro!»»Yriññeronporcuestióóndeunoscuartosmáásomenosdepupilaje,yacabóóellapor
echarledecasa.««¡¡Adióós,donEloííno,que levayaaustedbien!»»««QuedeustedconDios,doññaSinfo.»»Yalfinsehamuertoeltercermaridodeestaseññoradejáándola2,15pesetas diarias, y ademáás le han dado 500 para lutos. Por supuesto, que no las haempleadoentaleslutos.Alomááslehasacadounpardemisas,porremordimientoyporgratitudalostrecedurosdeviudedad.––Pero¡¡quéécosas,Diosmíío!––Cosas que no se inventan, que no es posible inventar. Ahora estoy recogiendomáás
datos de esta tragicomedia, de esta farsa fúúnebre. Penséé primero hacer de ello unsainete; pero consideráándolo mejor he decidido meterlo de cualquier manera, comoCervantesmetióó en suQuijote aquellas novelas que en éél figuran, en una novela que
estoyescribiendoparadesquitarmedelosquebraderosdecabezaquemedaelembarazodemimujer.––Pero¿¿tehasmetidoaescribirunanovela?––¿¿Yquééquieresquehiciese?––¿¿Ycuáálessuargumento,sisepuedesaber?––Minovelanotieneargumento,omejordicho,serááelquevayasaliendo.Elargumento
sehaceéélsolo.––¿¿Ycóómoeseso?––Puesmira,undííadeestosquenosabííabienquéépacer,perosentííaansiadehacer
algo,unacomezóónmuyííntima,unescarabajeodelafantasíía,medije:voyaescribirunanovela,perovoyaescribirlacomosevive,sinsaberloquevendráá.Mesentéé,cogííunascuartillas y empecéé lo primero que seme ocurrióó, sin saber lo que seguiríía, sin planalguno. Mis personajes se iráán haciendo segúún obren y hablen, sobre todo segúúnhablen;sucaráácterseirááformandopocoapoco.Yalasvecessucaráácterserááeldenotenerlo.––Síí,comoelmíío.––Noséé.Elloiráásaliendo.Yomedejollevar.––¿¿Yhaypsicologíía?,¿¿descripciones?––Loquehayesdiáálogo;sobretododiáálogo.Lacosaesquelospersonajeshablen,que
hablenmucho,aunquenodigannada.––EsotelohabrááinsinuadoElena,¿¿eh?––¿¿Porquéé?––Porqueunavezquemepidióóunanovelaparamatareltiempo,recuerdoquemedijoquetuviesemuchodiáálogoymuycortado.––Síí,cuandoenunaqueleeseencuentraconlargasdescripciones,sermonesorelatos,
lossaltadiciendo: ¡¡paja!, ¡¡paja!, ¡¡paja!Paraellasóóloeldiáálogonoespaja.Yyavestúú,puedemuybienrepartirseunsermóónenundiáálogo...––¿¿Yporquééserááesto?...––Puesporquealagentelegustalaconversacióónporlaconversacióónmisma,aunque
no diga nada. Hay quien no resiste un discurso de media hora y se estáá tres horascharlandoenuncaféé.Eselencantodelaconversacióón,dehablarporhablar,delhablarrotoainterrumpido.––Tambiéénamííeltonodediscursomecarga...––Síí,es lacomplacenciadelhombreenelhabla,yenelhablaviva...Ysobretodoque
parezcaqueelautornodicelascosasporsíí,nonosmolestaconsupersonalidad,consuyosatáánico.Aunque,porsupuesto,todoloquediganmispersonajeslodigoyo...––Esopastaciertopunto...––¿¿Cóómohastaciertopunto?––Síí, queempezaráás creyendoque los llevas túú,de tumano, y es fáácil queacabes
convenciééndotedequesonelloslosquetellevan.Esmuyfrecuentequeunautoracabeporserjuguetedesusficciones...––Talvez,peroelcasoesqueenesanovelapiensometertodoloquesemeocurra,sea
comofuere.––Puesacabaráánosiendonovela.––No,seráá...seráá...nivola.––Y¿¿quééeseso,quééesnivola?––PuesleheoíídocontaraManuelMachado,elpoeta,elhermanodeAntonio,queuna
vezlellevóóadonEduardoBenoit,paraleéérselo,unsonetoqueestabaenalejandrinosoennosééquééotraformaheterodoxa.SeloleyóóydonEduardoledijo:««Pero¡¡esonoessoneto!...»»««No,seññor––lecontestóóMachado––,noessoneto,es...sonite.»»Puesasííconminovela,novaasernovela,sino...¿¿cóómodije?,navilo...nebulo,no,no,nivola,esoes, ¡¡nivola! Asíí nadie tendráá derecho a decir que deroga las leyes de su géénero...Inventoelgéénero,ainventarungééneronoesmáásquedarleunnombrenuevo,yledoylasleyesquemeplace.¡¡Ymuchodiáálogo!––¿¿Ycuandounpersonajesequedasolo?––Entonces...unmonóólogo.Yparaqueparezcaalgoasíícomoundiáálogo inventoun
perroaquienelpersonajesedirige.––¿¿Sabes,Vííctor,quesemeantojaquemeestáásinventando?...––¡¡Puedeser!Alsepararseunodeotro,VííctoryAugusto,ibadiciééndoseeste:««Yestamivida,¿¿es
novela,esnivolaoquéées?Todoestoquemepasayque lespasaa losquemerodean,¿¿esrealidadoesficcióón?¿¿NoesacasotodoestounsueññodeDiosodequiensea,quesedesvanecerááencuantoÉÉldespierte,yporesolerezamosyelevamosaÉÉlcáánticos
ahimnos,paraadormecerle,paracunarsusueñño?¿¿NoesacasolaliturgiadetodaslasreligionesunmododebrezarelsueññodeDiosyquenodespierteydejedesoññarnos?¡¡Ay,miEugenia!,¡¡miEugenia!YmiRosarito...»»––¡¡Hola,Orfeo!Orfeolehabííasalidoalencuentro,brincaba,lequerííatreparpiernasarriba.Cogióóley
elanimalitoempezóóalamerlelamano.––Seññorito––ledijoLiduvina––,ahííleaguardaRosaritoconlaplancha.––¿¿Ycóómonoladespachastetúú?––Quéésééyo...Ledijequeelseññoritonopodííatardar,quesiquerííaaguardarse...––Peropodííashaberledespachadocomootrasveces...––Síí,pero...enfin,ustedmeentiende...––¡¡Liduvina!¡¡Liduvina!––Esmejorqueladespacheustedmismo.––Voyalláá.
XVIII––¡¡Hola,Rosarito!––exclamóóAugustoapenaslavio.––Buenastardes,donAugusto––ylavozdelamuchachaeraserenayclaraynomenos
clarayserenasumirada.––¿¿CóómonohasdespachadoconLiduvinacomootrasvecesenqueyonoestoyencasa
cuandollegas?––¡¡Noséé!Medijoquemeesperase.Creííquequerrííausteddecirmealgo...««Pero ¿¿esto es ingenuidad o quéé es?»», pensóó Augusto y se quedóó unmomento
suspenso.Hubouninstanteembarazoso,preññadodeuninquietosilencio.––Loquequiero,Rosario,esqueolvideslodelotrodíía,quenovuelvasaacordartede
ello,¿¿entiendes?––Bueno,comoustedquiera...––Síí, aquello fue una locura... una locura... no sabíía bien lo queme hacíía ni lo que
decíía...comonolosééahora...––eibaacercáándosealachica.Esta le esperaba tranquilamente y como resignada. Augusto se sentóó en un sofáá, la
llamóó:¡¡venacáá!,ladijoquesesentara,comolaotravezsobresusrodillas,ylaestuvoun buen rato mirando a los ojos. Ella resistióó tranquilamente aquella mirada, perotemblabatodaellacomolahojadeunchopo.––¿¿Tiemblas,chiquilla...?––¿¿Yo?Yono.Meparecequeesusted...––Notiembles,cáálmate.––Novuelvaahacermellorar...––Vamos,síí,quequieresquetevuelvaahacerllorar.Di,¿¿tienesnovio?––Peroquéépreguntas...––Díímelo,¿¿letienes?––¡¡Novio...asíí,novio...no!––Pero¿¿esquenosetehadirigidotodavííaningúúnmozodetuedad?––Yaveusted,donAugusto...––¿¿Yquéélehasdicho?––Haycosasquenosedicen...––Esverdad.Yvamos,di,¿¿osquerééis?––Pero,¡¡porDios,donAugusto...!––Mira,siesquevasallorartedejo.La chica apoyóó la cabeza en el pecho de Augusto, ocultáándolo en éél, y rompióó a
llorarprocurandoahogarsussollozos.««Estachiquillasemevaadesmayar»»,pensóóéélmientrasleacariciabalacabellera.––¡¡Cáálmate!,¡¡cáálmate!––¿¿Y aquella mujer...? ––preguntóó Rosario sin levantar la cabeza y tragáándose sus
sollozos.––Ah,¿¿teacuerdas?Puesaquellamujerhaacabadoporrechazarmedeltodo.Nuncala
ganéé,peroahoralaheperdidodeltodo,¡¡deltodo!Lachicalevantóólafrenteylemiróócaraacara,comoparaversidecííalaverdad.––Esquemequiereengaññar...––susurróó.––¿¿Cóómoquetequieroengaññar?Ah,ya,ya.Conqueesastenemos,¿¿eh?Pues¿¿no
dicesquetenííasnovio?––Yonohedichonada...––¡¡Calma!,¡¡calma!––yponiééndolajuntoasííenelsofááselevantóóéélyempezóóa
pasearseporlaestancia.Peroalvolverlavistaaellavioquelapobremuchachaestabademudadaytemblorosa.
Comprendióóqueseencontrabasinamparo,queasíí,solafrenteaéél,aciertadistancia,sentadaenaquelsofáácomounreoanteelfiscal,sentííasedesfallecer.––¡¡Esverdad!––exclamóó––;estamosmáásprotegidoscuantomááscerca.Volvióóasentarse,volvióóasentarlasobresíí,laciññóóconsusbrazosylaapretóóasu
pecho. La pobrecilla le echóó un brazo sobre el hombro, como para apoyarse en éél, yvolvióó a ocultar su cara en el seno de Augusto. Y allíí, como oyese el martilleo delcorazóóndeeste,sealarmóó.––¿¿Estááustedmalo,donAugusto?––¿¿Yquiéénestáábueno?
––¿¿Quiereustedquellameparaqueletraiganalgo?––No,no,dééjalo.Yoséécuáálesmienfermedad.Yloquemehacefaltaesemprender
unviaje.––Ydespuéésdeunsilencio––:¿¿Meacompaññaráásenéél?––¡¡DonAugusto!––¡¡Dejaeldon!¿¿Meacompaññaráás?––Comoustedquiera...Una niebla invadióó la mente de Augusto; la sangre empezóó a latirle en las sienes,
sintióóunaopresióónenelpecho.YparalibertarsedeelloempezóóabesaraRosaritoenlosojos,quelostenííaquecerrar.Deprontoselevantóóydijodejáándola:––¡¡Dééjame!,¡¡dééjame!,¡¡tengomiedo!––¿¿Miedodequéé?Larepentinaserenidaddelamozuelaleasustóómáásaúún.––Tengomiedo,noséédequiéén,deti,demíí;¡¡deloquesea!,¡¡deLiduvina!Mira,vete,
vete,perovolveráás,¿¿noeseso?,¿¿volveráás?––Cuandoustedquiera.––Ymeacompaññaráásenmiviaje,¿¿noesasíí?––Comoustedmande...––¡¡Vete,veteahora!––Yaquellamujer...Abalanzóóse Augusto a la chica, que se habíía ya puesto en pie, la cogióó, la apretóó
contrasupecho,juntóósuslabiossecosaloslabiosdeellayasíí,sinbesarla,seestuvounratoapretandobocaabocamientrassacudííasucabeza.Yluegosoltáándola:¡¡anda,vete!Rosariosesalióó.YapenassehabííasalidofueAugusto,ycansadocomosiacabasede
recorrer a pie leguas por entremontaññas se echóó sobre su cama, apagóó la luz, y sequedóómonologando:««Laheestadomintiendoyheestadomintiééndome.¡¡Siempreesasíí!Todoesfantasíía
ynohaymáásquefantasíía.Elhombreencuantohablamiente,yencuantosehablaasíímismo,esdecir,encuantopiensasabiendoquepiensa,semiente.Nohaymáásverdadquelavidafisiolóógica.Lapalabra,esteproductosocial,sehahechoparamentir.Leheoíídoanuestrofilóósofoquelaverdades,comolapalabra,unproductosocial,loquecreentodos,ycreyééndoloseentienden.Loqueesproductosocialeslamentira...»»Alsentirunoslametonesenlamanoexclamóó:««Ah,¿¿yaestáásaquíí,Orfeo?Túúcomo
nohablasnomientes,yhastacreoquenoteequivocas,quenotemientes.Aunque,comoanimaldoméésticoqueeres,algosetehabráápegadodelhombre...Nohacemosmáásquementir y darnos importancia. La palabra se hizo para exagerar nuestras sensaciones aimpresiones todas... acaso para creerlas. La palabra y todo géénero de expresióónconvencional,comoelbesoyelabrazo...Nohacemossinorepresentarcadaunosupapel.¡¡Todospersonas,todoscaretas,todoscóómicos!Nadiesufrenigozaloquediceyexpresayacasocreequegozaysufre;sino,nosepodrííavivir.Enelfondoestamostantranquilos.Comoyoahoraaquíí,representandoasolasmicomedia,hechoactoryespectadoralavez.Nomatamáásqueeldolor fíísico.Laúúnicaverdadeselhombre fisiolóógico,elquenohabla,elquenomiente...»»Oyóóungolpecitoalapuerta.––¿¿Quééhay?––¿¿Esquenovaustedacenarhoy?––preguntóóLiduvina.––Esverdad;espera,quealláávoy.««Yluegodormirééhoy,comolosotrosdíías,ydormirááella.¿¿DormirááRosarito?¿¿No
habrééturbadolatranquilidaddesuespííritu?Yesanaturalidadsuya,¿¿esinocenciaoesmalicia?Peroacasonohaynadamáásmaliciosoque la inocencia,obien,máás inocenteque la malicia. Síí, síí, ya me suponíía yo que en el fondo no hay nada máás... máás...¿¿cóómo lo diréé?... máás cíínico que la inocencia. Síí, esa tranquilidad con que se meentregaba, esoquehizomeentraramiedo,miedo,no séébiendequéé, esonoera sinoinocencia.Ylode:““¿¿Yaquellamujer?””,celos,¿¿eh?,¿¿celos?Probablementenonaceelamorsinoalnacerloscelos;sonlosceloslosquenosrevelanelamor.Pormuyenamoradaqueestééunamujerdeunhombre,ounhombredeunamujer,nosedancuentadequeloestáán, no se dicen a síímismos que lo estáán, es decir, no se enamoran de veras sinocuando éél ve que ellamira a otro hombre o ella le ve a éélmirar a otramujer. Si nohubiesemáásqueunsolohombreyunasolamujerenelmundo,sinmáássociedad,serííaimposiblequeseenamorasenunodeotro.Ademáásdequehacesiemprefaltalatercera,laCelestina,ylaCelestinaeslasociedad.¡¡ElGranGaleoto!¡¡Yquéébienestááeso!¡¡Síí,elGranGaleoto!Aunquesóólofueseporellenguaje.Yporestoestodoesodelamorunamentiramáás.¿¿Yelfisiolóógico?¡¡Bah,esofisiolóógiconoesamornicosaquelovalga!¡¡Poresoesverdad!Pero...vamos,Orfeo,vamosacenar.¡¡Estosííqueesverdad!»»
XIXA los dos díías de esto anunciááronle a Augusto que una seññora deseaba verle y
hablarle. Salióó a recibirla y se encontróó con doñña Ermelinda, que al: ««¿¿usted poraquíí?»»deAugusto,contestóóconun:««¡¡Comonohaqueridovolveravemos...!»»––Usted comprende, seññora ––contestóó Augusto––, que despuéés de lo que me ha
pasadoensucasalasdosúúltimasvecesqueheido,launaconEugeniaasolasylaotracuandonoquisoverme,nodebííavolver.Yomeatengoalohechoylodicho,peronopuedovolverporallíí...––PuestraigounamisióónparausteddepartedeEugenia...––¿¿Deella?––Síí,deella.Yonosééquééhapodidoocurrirleconelnovio,peronoquiereoíírhablar
deéél,estáácontraéélfuriosa,yelotrodíía,alvolveracasa,seencerróóensucuartoysenegóóacenar.Tenííalosojosencendidosdehaberllorado,peroconesasláágrimasqueescaldan,¿¿sabeusted?,lasderabia...––¡¡Ah!,pero¿¿esquehaydiferentesclasesdeláágrimas?––Naturalmente;hayláágrimasquerefrescanydesahoganyláágrimasqueenciendeny
sofocanmáás.Habííalloradoynoquisocenar.Ymeestuvorepitiendosuestribillodequeloshombressonustedestodosunosbrutosynadamáásqueunosbrutos.Yhaestadoestosdííasdemorro,conunhumordetodoslosdiablos.Hastaqueayermellamóó,medijoqueestaba arrepentida de cuanto le habíía dicho a usted, que se excedióó y fue con ustedinjusta,quereconocelarectitudynoblezadelasintencionesdeustedyquequierenoyaque usted le perdone aquello que le dijo de que la queríía comprar, sino que no creesemejantecosa.Esenestoenloquehizomááshincapiéé.Dicequeantetodoquierequeustedlecreaquesidijoaquellofueporexcitacióón,pordespecho,peroquenolocree...––Ycreoquenolocrea.––Despuéés...despuéésmeencargóóqueaveriguaseyodeustedcondiplomacia...––Ylamejordiplomacia,seññora,esnotenerla,ysobretodoconmigo...––Despuéésmerogóóqueaveriguasesi lemolestarííaaustedelqueellaaceptase,sin
compromisoalguno,elregaloqueustedlehahechodesupropiacasa...––¿¿Cóómosincompromiso?––Vamos,síí,elqueacepteelregalocomotalregalo.––Sicomotalselodoy,¿¿cóómohadeaceptarlo?––Porque dice que síí, que estáá dispuesta, para demostrarle su buena voluntad y lo
sincerodesuarrepentimientoporloqueledijo,aaceptarsugenerosadonacióón,perosinqueesoimplique...––¡¡Basta,seññora,basta!Ahoraparecequesindarsecuentavuelvenaofenderme...––Seráásinintencióón...––Hay ocasiones en que las peores ofensas son esas que se infligen sin intencióón,
segúúnsedice.––Puesnoloentiendo...––Y es, sin embargo, cosamuy clara. Una vez entréé en una reunióón y uno que allíí
habííaymeconocííanimesaludóósiquiera.Alsalirmequejéédeelloaunamigoyesteme dijo: ««No le extraññe a usted, no lo ha hecho aposta; es que no se ha percatadosiquieradelapresenciadeusted.»»Ylecontestéé:««Puesahííestáálagroserííamayor;noenquenomehayasaludado,sinoenquenosehayadadocuentademipresencia.»»««Eso es en éél involuntario; es un distraíído...»», me replicóó. Y yo a mi vez: ««Lasmayores groseríías son las llamadas involuntarias, y la groseríía de las groserííasdistraerse delante de personas. Es, seññora, como eso que llaman neciamente olvidosinvoluntarios, como si cupiese olvidarse voluntariamente de algo. El olvido involuntariosueleserunagroseríía.»»––Yaquéévieneesto...––Estoviene,seññoradoññaErmelinda,aquedespuéésdehabermepedidoperdóónpor
aquella especie ofensiva de que con mi donativo buscaba comprarla forzando suagradecimiento, no séé bien a quéé viene aceptarlo pero haciendo constar que sincompromiso.¿¿Quéécompromiso,vamos,quéécompromiso?––¡¡Noseexalteustedasíí,donAugusto...!––¡¡Pues no he de exaltarme, seññora, pues no he de exaltarme! ¿¿Es que esa...
muchachasevaaburlardemííyvaaquererjugarconmigo?––yaldecirestoseacordaba
deRosarito.––¡¡PorDios,donAugusto,porDios...!––Yatengodichoquelahipotecasedeshizo,quelahecancelado,yquesiellanosehace
cargodesucasayonadatengoqueverconella.¡¡Yquemeloagradezcaono,yanomeimporta!––Pero,donAugusto, ¡¡no sepongaasíí! ¡¡Si loqueellaquiereeshacer laspacescon
usted,quevuelvanaseramigos...!––Síí,ahoraqueharotolaguerraconelotro,¿¿noeseso?Anteserayoelotro;ahorasoy
eluno,¿¿noeseso?Ahorasetratadepescarme,¿¿eh?––Pero¡¡sinohedichotalcosa...!––No,peroloadivino.––Puesseequivocausteddemedioamedio.Porqueprecisamentedespuéésdehaberme
misobrinadichotodoloqueacaboderepetirleausted,alinsinuarleyoyaconsejarlequepueshareññidoconelganduldesunovioprocuraseganaraustedcomotal,vamos,ustedmeentiende...––Síí,quemereconquistase...––¡¡Eso!Puesbien,alaconsejarleesto,medijounaycienvecesqueesonoyquenoy
queno;que le estimabay apreciabaaustedparaamigo y como tal, perono legustabacomomarido,quenoquerííacasarsesinoconunhombredequienestuvieseenamorada...––Yquedemíínopodráállegaraestarlo,¿¿noeseso?––No,tantocomoesonodijo...––Vamos,síí;queestotambiéénesdiplomacia...––¿¿Cóómo?––Síí,quevieneustednosóóloaqueyoperdoneaesa...muchacha,sinoaversiaccedoa
pretenderlaparamujer,¿¿noeseso?Cosaconvenida,¿¿eh?,yellaseresignaráá...––Le juro a usted, don Augusto, le juro por la santamemoria demi santamadre que
estééengloria,lejuro...––Elsegundo,nojurar...––Pues le juroqueesustedelqueahoraseolvida, involuntariamenteporsupuesto,de
quiéénsoyyo,dequiéénesErmelindaRuizyRuiz.––Siasíífuese...––Síí, asíí es, asíí ––y pronuncióó estas palabras con tal acento que no dejaba lugar a
duda.––Puesentonces...entonces...digaasusobrinaqueaceptosusexplicaciones,queselas
agradezcoprofundamente,queseguiréésiendosuamigo,unamigolealynoble,perosóóloamigo,¿¿eh?,nadamáásqueamigo,sóóloamigo...Ynoledigaqueyonosoyunpianoenquesepuedetocaratodoantojo,quenosoyunhombredehoytedejoy luegotetomo,quenosoysustitutonivicenovio,quenosoyplatodesegundamesa...––¡¡Noseexalteustedasíí!––¡¡No,sinomeexalto!Puesbien,quesigosiendosuamigo...––¿¿Eirááustedprontoavernos?––Eso...––Mirequesinolapobrecillanomevaacreer,vaasentirlo...––Esquepiensoemprenderunviajelargoylejano...––Antes,dedespedida...––Bueno,veremos...Separááronse. Cuando doñña Ermelinda llegóó a casa y contóó a su sobrina la
conversacióónconAugusto,Eugeniasedijo:««Aquííhayotra,nomecabeduda;ahorasííquelereconquisto.»»Augusto,porsuparte,alquedarsesolopúúsoseapasearseporlaestanciadiciééndose:
««Quiere jugar conmigo, como si yo fuese un piano...me deja,me toma,me volveráá adejar... Yo estaba de reserva... Diga lo que quiera, anda buscando que yo vuelva asolicitarla, acaso para vengarse, tal vez para dar celos al otro y volverle al retortero...Comosiyofueseunmuññeco,unente,undonnadie...¡¡Yyotengomicaráácter,vayasiletengo,yosoyyo!Síí,¡¡yosoyyo!,¡¡yosoyyo!Ledeboaella,aEugenia,¿¿cóómonegarlo?,elquehayadespertadomifacultadamorosa;perounavezquemeladespertóóysuscitóónonecesitoyadeella;loquesobransonmujeres.»»Alllegaraestonopudopormenosquesonreíírse,yesqueseacordóódeaquellafrase
de Vííctor cuando anunciáándoles Gervasio, reciéén casado, que se iba con su mujer apasarunatemporaditaenParíís,ledijo:««¿¿AParíísyconmujer?¡¡EsoescomoirconunbacalaoaEscocia!»»LoquelehizomuchíísimagraciaaAugusto.Y siguióó diciééndose: ««Lo que sobran son mujeres. ¡¡Y quéé encanto la inocencia
maliciosa, lamalicia inocentedeRosarito, estanuevaedicióónde laeternaEva!, ¡¡quéé
encantodechiquilla!Ella,Eugenia,mehabajadodelabstractoalconcreto,peroellamellevóóalgenéérico,yhay tantasmujeresapetitosas, tantas... ¡¡tantasEugenias!, ¡¡tantasRosarios!No,no,conmigonojueganadie,ymenosunamujer.¡¡Yosoyyo!¡¡Mialmaseráápequeñña,peroesmíía!»»Ysintiendoenestaexaltacióóndesuyocomosiesteselefuerahinchando,hinchandoy lacasa levinieraestrecha,salióóa lacalleparadarleespacioydesahogo.Apenaspisóólacalleyseencontróóconelcielosobrelacabezaylasgentesqueibany
veníían,cadacualasunegociooasugustoyquenosefijabanenéél,involuntariamenteporsupuesto,nilehacííancaso,pornoconocerlesinduda,sintióóquesuyo,aquelyodel«« ¡¡yo soy yo!»» se le iba achicando, achicando y se le replegaba en el cuerpo y aundentrodeestebuscabaunrinconcitoenqueacurrucarseyquenoseleviera.Lacalleeraun cinematóógrafo y éél sentííase cinematográáfico, una sombra, un fantasma. Y es quesiempreunbaññoenmuchedumbrehumana,unperderseenlamasadehombresqueibanyveníían sin conocerlenipercatarsedeéél, leprodujoel efectomismodeunbaññoennaturalezaabiertaacieloabierto,yalarosadelosvientos.Sóólo a solas se sentíía éél; sóólo a solas podíía decirse a síí mismo, tal vez para
convencerse, ««¡¡yo soy yo!»»; ante los demáás,metido en lamuchedumbre atareada odistraíída,nosesentííaasíímismo.Asííllegóóaaquelrecatadojardincilloquehabííaenlasolitariaplazadelretiradobarrio
enquevivíía.Eralaplazaunremansodequietuddondesiemprejugabanalgunosniñños,puesnocirculabanporallíítranvííasniapenascoches,aibanalgunosancianosatomarelsol en las tardecitas dulces del otoñño, cuando las hojas de la docena de castañños deIndias que allíí vivíían recluidos, despuéés de haber temblado al cierzo, rodaban por elenlosadoocubrííanlosasientosdeaquellosbancosdemaderasiemprepintadadeverde,del color de la hoja fresca. Aquellos áárboles doméésticos, urbanos, en correctaformacióón, que recibíían riego a horas fijas, cuando no llovíía, por una reguera y queextendííansusraíícesbajoelenlosadodelaplaza;aquellosáárbolespresosqueesperabanversaliryponerseelsolsobrelostejadosdelascasas;aquellosáárbolesenjaulados,quetalvezaññorabanlaremotaselva,atraííanleconunmisteriosotiro.Ensuscopascantabanalgunospáájarosurbanos tambiéén,deesosqueaprendenahuirde losniññosyalgunavezaacercarsealosancianosquelesofrecenunasmigasdepan.¡¡Cuáántasvecessentadosoloysolitarioenunodelosbancosverdesdeaquellaplazuela
vioelincendiodelocasosobreuntejadoyalgunavezdestacarsesobreeloroenfuegodelesplééndido arrebol el contorno de un gato negro sobre la chimenea de una casa! Y entanto, en otoñño, llovíían hojas amarillas, anchas hojas como de vid, a modo de manosmomificadas,laminadas,sobrelosjardincillosdelcentroconsusarriatesysusmacetasdeflores.Y jugaban losniññosentre lashojas secas, jugabanacasoa recogerlas, sindarsecuentadelencendidoocaso.Cuandollegóóaqueldííaalatranquilaplazaysesentóóenelbanco,nosinanteshaber
despejadosuasientodelashojassecasquelocubríían––pueseraotoñño––,jugabanallíícerca,comodeordinario,unoschiquillos.Yunodeellos,poniééndoleaotrojuntoaltroncode uno de los castañños de Indias, bien arrimadito a éél, le decíía: ««Túú estabas ahíípreso, tetenííanunos ladrones...»»««Esqueyo...»»,empezóómalhumoradoelotro,yelprimerolereplicóó:««No,túúnoerastúú...»»Augustonoquisooíírmáás;levantóóseysefueaotrobanco.Ysedijo:««Asííjugamostambiéénlosmayores;¡¡túúnoerestúú!,¡¡yonosoyyo!Yestospobresáárboles,¿¿sonellos?Selescaelahojaantes,muchoantesqueasus hermanos del monte, y se quedan en esqueleto, y estos esqueletos proyectan surecortadasombrasobrelosempedradosalresplandordelosreverberosdeluzelééctrica.¡¡Unáárboliluminadoporlaluzelééctrica!,¡¡quééextrañña,quééfantáásticaapariencialadesucopaenprimaveracuandoelarcovoltaicoese ledaaquellaaparienciametáálica!,¡¡yaquííquelasbrisasnolosmecen...!¡¡Pobresáárbolesquenopuedengozardeunadeesas negras noches del campo, de esas noches sin luna, con su manto de estrellaspalpitantes!Parecequealplantaracadaunodeestosáárbolesenestesitioleshadichoelhombre: ““¡¡túú no eres túú!”” y para que no lo olviden le han dado esa iluminacióónnocturna por luz elééctrica... para que no se duerman... ¡¡pobres áárbolestrasnochadores!¡¡No,no,conmigonosejuegacomoconvosotros!»»Levantóóseyempezóóarecorrercallescomounsonáámbulo.
XXEmprenderííael viaje, ¿¿síí ono?Ya lohabííaanunciadoprimeroaRosarito, sin saber
bienloquesedecíía,pordeciralgo,omáásbiencomounpretextoparapreguntarlesileacompaññarííaenéél,y luegoadoññaErmelinda,paraprobarle...¿¿quéé?,¿¿quéées loquepretendióóprobarleconaquellodequeibaaemprenderunviaje?¡¡Loquefuese!Maseraelcasoquehabííasoltadopordosvecesprenda,quehabííadichoqueibaaemprenderunviajelargoylejanoyéélerahombredecaráácter,ééleraéél;¿¿tenííaqueserhombredepalabra?Loshombresdepalabraprimerodicenunacosaydespuééslapiensan,yporúúltimola
hacen,resultebienomalluegodepensada;loshombresdepalabranoserectificannisevuelvenatráásdeloqueunavezhandicho.Yééldijoqueibaaemprenderunviajelargoylejano.¡¡Unviajelargoylejano!¿¿Porquéé?,¿¿paraquéé?,¿¿cóómo?,¿¿adóónde?Anunciááronle que una seññorita deseaba verle. ««¿¿Una seññorita?»» ««Síí ––dijo
Liduvina––,meparecequees... ¡¡lapianista!»»««¡¡Eugenia!»»««Lamisma.»»Quedóósesuspenso.Comounreláámpagodemareopasóóleporlamentelaideadedespacharla,dequeledijeranquenoestabaencasa.««Vieneaconquistarme,ajugarconmigocomoconunmuññeco––sedijo––,aquelehagaeljuego,aquesustituyaalotro...»»Luegolopensóómejor.««¡¡No,hayquemostrarsefuerte!»»––Dilequeahoravoy.Le teníía absorto la intrepidez de aquellamujer. ««Hay que confesar que es toda una
mujer, que es todo un caráácter, ¡¡vaya un arrojo!, ¡¡vaya una resolucióón!, ¡¡vaya unosojos!;pero,¡¡no,no,no,nomedoblega!,¡¡nomeconquista!»»CuandoentróóAugustoen lasala,Eugeniaestabadepie.Híízoleunaseññadequese
sentara,masella,antesdehacerlo,exclamóó:««¡¡Austed,donAugusto,lehanengaññadolo mismo que me han engaññado a míí!»» Con lo que se sintióó el pobre hombredesarmadoysinsaberquéédecir.Sentááronselosdos,ysesiguióóunbrevíísimosilencio.––Puessíí,lodicho,donAugusto,austedlehanengaññadorespectoamííyamíímehan
engaññadorespectoausted;estoestodo.––Pero¡¡sihemoshabladounoconotro,Eugenia!––Nohagaustedcasodeloqueledije.¡¡Lopasado,pasado!––Síí,siempreeslopasadopasado,nipuedeserdeotramanera.––Ustedmeentiende.Yyoquieroquenodééamiaceptacióóndesugenerosodonativo
otrosentidoqueelquetiene.––Como yo deseo, seññorita, que no déé ami donativo otra significacióón que la que
tiene.––Asíí, lealtad por lealtad. Y ahora, como debemos hablar claro, he de decirle que
despuéésdetodolopasadoydecuantoledije,nopodrííayo,aunquequisiera,pretenderpagarle esa generosa donacióón de otramanera que conmimáás puro agradecimiento.Asíícomousted,porsuparte,creo...––Enefecto,seññorita,pormiparteyo,despuéésdelopasado,deloqueustedmedijo
ennuestraúúltimaentrevista,deloquemecontóósuseññoratííaydeloqueadivino,nopodríía,aunquelodeseara,pretendercotizarmigenerosidad...––¿¿Estamos,pues,deacuerdo?––Deperfectoacuerdo,seññorita.––Yasíí,¿¿podremosvolveraseramigos,buenosamigos,verdaderosamigos?––Podremos.LetendióóEugeniasufinamano,blancayfrííacomolanieve,deahusadosdedoshechos
adominarteclados,ylaestrechóóenlasuya,queenaquelmomentotemblaba.––Seremos,pues,amigosdonAugusto,buenosamigos,aunqueestaamistadamíí...––¿¿Quéé?––Acasoanteelpúúblico...––¿¿Quéé?¡¡Hable!,¡¡hable!––Pero,enfin,despuéésdedolorosasexperienciasrecientesherenunciadoyaaciertas
cosas...––Explííqueseustedmáásclaro,seññorita.Novaledecirlascosasamedias.––Puesbien,donAugusto, lascosasclaras,muyclaras.¿¿Creeustedquees fáácilque
despuéés de lo pasado y sabiendo, como ya se sabe entre nuestros conocimientos, que
usted ha deshipotecadomi patrimonio regaláándomelo asíí, es fáácil que haya quien sedirijaamííconciertaspretensiones?««¡¡Estamujeresdiabóólica!»»,pensóóAugusto,ybajóólacabezamirandoalsuelosin
saber quéé contestar. Cuando, al instante, la levantóó vio queEugenia se enjugaba unafurtivaláágrima.––¡¡Eugenia!––exclamóó,yletemblabalavoz.––¡¡Augusto!––susurróórendidamenteella.––Pero,¿¿yquééquieresquehagamos?––Oh,no, es la fatalidad, no esmáásque la fatalidad; somos juguetede ella. ¡¡Esuna
desgracia!Augustofue,dejandosubutaca,asentarseenelsofáá,alladodeEugenia.––¡¡Mira,Eugenia,porDios,quenojueguesasííconmigo!Lafatalidaderestúú;aquííno
haymáás fatalidadque túú.Eres túú, queme traes yme llevas ymehaces dar vueltascomounargadillo;erestúú,quemevuelvesloco;erestúú,quemehacesquebrantarmismáásfirmespropóósitos;erestúú,quehacesqueyonoseayo...Y le echóó el brazo al cuello, la atrajo a síí y la apretóó contra su seno. Y ella
tranquilamentesequitóóelsombrero.––Síí,Augusto,eslafatalidadlaquenoshatraíídoaesto.Ni...nitúúniyopodemosser
infieles,deslealesanosotrosmismos;nitúúpuedesaparecerqueriééndomecomprarcomoyoenunmomentodeofuscacióóntedije,niyopuedoaparecerhaciendodetiunsustituto,un vice, un plato de segundamesa, como ami tíía le dijiste, y queriendo nomáás quepremiartugenerosidad...––Pero¿¿yquéénosimporta,Eugeniamíía,elaparecerdeunmodoodeotro?,¿¿aquéé
ojos?––¡¡Alosmismosnuestros!––Yquéé,Eugeniamíía...Volvióó a apretarla a síí y empezóó a llenarle de besos la frente y los ojos. Se oíía la
respiracióóndeambos.––¡¡Dééjame!,¡¡dééjame!––dijoella,mientrassearreglabaycomponííaelpelo.––No,túú...túú...túú...Eugenia...túú...––No,yono,nopuedeser...––¿¿Esquenomequieres?––Esodequerer...¿¿quiéénsabeloqueesquerer?Noséé...noséé...noestoysegurade
ello...––¿¿Yestoentonces?––¡¡Estoesuna... fatalidaddelmomento!,productodearrepentimiento...quéésééyo...
estascosashayqueponerlasaprueba...Yademáás,¿¿nohabííamosquedado,Augusto,enqueserííamosamigos,buenosamigos,peronadamáásqueamigos?––Síí, pero... ¿¿Y aquello de tu sacrificio? ¿¿Aquello de que por haber aceptado mi
dáádiva,porseramiga,nadamáásqueamigamíía,novayaahaberquientepretenda?––¡¡Ah,esonoimporta;tengotomadamiresolucióón!––¿¿Acasodespuéésdeaquellaruptura...?––Acaso...––¡¡Eugenia!¡¡Eugenia!Enestemomentoseoyóóllamaralapuerta,yAugusto,tembloroso,encendidosurostro,
exclamóóconvozseca:««¿¿Quééhay?»»––¡¡LaRosario,queespera!––dijolavozdeLiduvina.Augustocambióódecolor,poniééndoselíívido.––¡¡Ah! ––exclamóóEugenia––, aquíí estorbo ya.Es la...Rosarioque le esperaausted.
¿¿Veustedcóómonopodemossermáásqueamigos,buenosamigos,muybuenosamigos?––PeroEugenia...––QueesperalaRosario...––Ysimerechazaste,Eugenia,comomerechazaste,diciééndomequetequerííacomprar
yenrigorporquetenííasotro,¿¿quééibaahaceryoluegoquealverteaprendííaquerer?¿¿Nosabesacasoloqueeseldespecho,loqueeselcariññodesnidado?––Vaya, Augusto, venga esa mano; volveremos a vernos, pero conste que lo pasado,
pasado.––No,no,lopasado,pasado,¡¡no!,¡¡no!,¡¡no!..––Bien,bien,queesperalaRosario...––PorDios,Eugenia...––No,sinadadeextraññotiene;tambiéénamíímeesperabaenuntiempoel...Mauricio.
Volveremosavemos.Yseamosseriosylealesanosotrosmismos.Púúsoseelsombrero, tendióósumanoaAugustoque,cogiééndosela,se la llevóóa los
labiosy lacubrióódebesos,ysalióó,acompaññáándolaéélhasta lapuerta.Lamiróóun
ratobajarlasescalerasgarbosayconpiefirme.Desdeundescansillodeabajoalzóóellasusojosylesaludóóconlamiradayconlamano.VolvióóseAugusto,entróóalgabinete,yal ver a Rosario allíí de pie, con la cesta de la plancha, le dijo bruscamente: ««¿¿Quééhay?»»––Meparece,donAugusto,queesamujerleestááengaññandoausted...––Yati¿¿quééteimporta?––Meimportatodolodeusted.––Loquequieresdeciresqueteestoyengaññando...––Esoesloquenomeimporta.––¿¿Mevasahacercreerquedespuéésdelasesperanzasquetehehechoconcebirno
estááscelosa?––Siustedsupiera,donAugusto,cóómomehecriadoyenquééfamilia,comprenderíía
queaunquesoyunachiquillaestoyya fueradeesascosasdecelos.Nosotras, lasderniposicióón...––¡¡Cáállate!––Comoustedquiera.Pero le repitoqueesamujer leestááaustedengaññando.Sino
fueraasííysiustedlaquiereyesesesugusto,¿¿quéémáásquisierayosinoqueustedsecasaseconella?––Pero¿¿dicestodoesodeverdad?––Deverdad.––¿¿Cuáántosaññostienes?––Diecinueve.––Venacáá––ycogiééndolaconsusdosmanosdelossendoshombroslapusocaraacara
consigoyselequedóómirandoalosojos.YfueAugustoquiensedemudóódecolor,noella.––Laverdades,chiquilla,quenoteentiendo.––Locreo.––Yonosééquééesesto,siinocencia,malicia,burla,precozperversidad...––Estonoesmáásquecariñño.––¿¿Cariñño?,¿¿yporquéé?––¿¿Quiere usted saber por quéé?, ¿¿no se ofenderáá si se lo digo?, ¿¿me promete no
ofenderse?––Anda,díímelo.––Puesbien,por...por...porqueesusteduninfeliz,unpobrehombre...––¿¿Tambiééntúú?––Como usted quiera. Pero fííese de esta chiquilla; fííese de... la Rosario.Máás leal a
usted...¡¡niOrfeo!––¿¿Siempre?––¡¡Siempre!––¿¿Paseloquepase?––Síí,paseloquepase.––Túú,túúereslaverdadera––yfueacogerla.––No,ahorano,cuandoestééustedmáástranquilo.Ycuandono...––Basta,teentiendo.Ysedespidieron.YalquedarsesolosedecííaAugusto:««Entreunayotramevanavolverlocodeatar...
yoyanosoyyo...»»––Meparecequeelseññoritodebííadedicarsealapolííticaoaalgoasííporelestilo––le
dijoLiduvinamientrasleservííalacomida––;esoledistraeríía.––¿¿Ycóómosetehaocurridoeso,mujerdeDios?––Porqueesmejorquesedistraigaunoanoqueledistraigany...¡¡yaveusted!––Bueno,puesllamaahoraatumarido,aDomingo,encuantoacabedecomer,ydileque
quieroecharconéélunapartidadetote...quemedistraiga.YcuandolaestabajugandodejóódeprontoAugustolabarajasobrelamesaypreguntóó:––Di, Domingo, cuando un hombre estáá enamorado de dos omáásmujeres a la vez,
¿¿quéédebehacer?––¡¡Segúúnyconforme!––¿¿Cóómosegúúnyconforme?––¡¡Síí! Si tiene mucho dinero y muchas agallas, casarse con todas ellas, y si no, no
casarseconninguna.––Pero¡¡hombre,esoprimeronoesposible!––¡¡Enteniendomuchodinerotodoesposible!––¿¿Ysiellasseenteran?
––Esoaellasnolesimporta.––¿¿Puesnohadeimportarle,hombre,aunamujerelqueotralequitepartedelcariñño
desumarido?––Secontentaconsuparte,seññorito,sinoseleponetasaaldineroquegasta.Loquele
molestaaunamujeresquesuhombrelapongaaracióóndecomer,devestir,detodolodemáásasíí,delujo;perosiledejagastarloquequiera...Ahora,sitienehijosdeéél...––Sitienehijos,¿¿quéé?––Quelosverdaderoscelosvienendeahíí,seññorito,deloshijos.Esunamadrequeno
toleraotramadreoquepuedeserlo,esunamadrequenotoleraqueselesmermeasushijosparaotroshijosoparaotramujer.Perosinotienehijosynoletasanelcomederoyelvestidero,y lapompay lafanfarria,¡¡bah!,hasta leahorranasíímolestias...Siunotieneademáás de unamujer que le cueste otra que no le cueste nada, aquella que le cuestaapenassisientecelosdeestaotraquenolecuesta,ysiademáásdenocostarlenadaleproduceencima...sillevaaunamujerdineroquedeotrasaca,entonces...––Entonces,¿¿quéé?––Quetodomarchaapedirdeboca.Crééameusted,seññorito,nohayOtelas...––NiDesdéémonos.––¡¡Puedeser...!––Peroquéécosasdices...––Es que antes de haberme casado con Liduvina y venir a servir a casa del seññorito
habííaservidoyoenmuchascasasdeseññorones...mehansalidolosdientesenellas...––¿¿Yenvuestraclase?––¿¿Ennuestraclase?¡¡Bah!,nosotrosnonospermitimosciertoslujos...=¿¿Yaquééllamaslujos?––Aesascosasqueseveenlosteatrosyseleeenlasnovelas...––¡¡Pues,hombre,pocoscríímenesdeesosque llamanpasionales,porcelos, sevenen
vuestraclase...!––¡¡Bah!,esoesporqueesos...chulosvanalteatroyleennovelas,quesino...––Sino,¿¿quéé?––Queatodosnosgusta,seññorito,hacerpapelynadieeselquees,sinoelquelehacen
losdemáás.––Filóósofoestáás...––Asííme llamaba el úúltimo amo que tuve antes. Pero yo creo lo que le ha dichomi
Liduvina,queusteddebededicarsealapolíítica.
XXI––Síí, tieneustedrazóón––ledecííadonAntonioaAugustoaquellatarde,enelCasino,
hablando a solas, en un rinconcito––, tiene usted razóón, hay un misterio doloroso,dolorosisíímoenmivida.Ustedhaadivinadoalgo.Pocasveceshavisitadoustedmipobrehogar...¿¿hogar?,perohabráánotado...––Síí,algoextrañño,yonosééquéétristezaflotantequemeatraííaaéél...––Apesardemishijos,demispobreshijos,austedlehabrááparecidounhogarsinhijos,
acasosinesposos...––Noséé...noséé...––Vinimosdelejos,demuylejos,huyendo,perohaycosasquevansiempreconuno,que
lerodeanyenvuelvencomounáánimomisterioso.Mipobremujer...––Síí,enelrostrodesuseññoraseadivinatodaunavidade...––Demartirio,díígalousted.Puesbien,amigodonAugusto,ustedhasido,noséébien
porquéé,porunaciertaocultasimpatíía,quienmayorafecto,mááscompasióónacasonoshamostrado,yyo,parafigurarmeunavezmáásquemelibrodeunpeso,voyaconfiarlemisdesdichas.Esamujer,lamadredemishijos,noesmimujer.Melosuponíía;perosiesellalamadredesushijos,siconustedvivecomosumujer,lo
es.––No,yotengootramujer... legíítima,segúúnsela llama.Estoycasado,peronoconla
queustedconoce.Yesta,lamadredemishijos,estáácasadatambiéén,peronoconmigo––Ah,undoble...––No,uncuáádruple,comovaustedaverlo.Yomecasééloco,peroenteramentelocode
amor,conunamujercitareservadaycallandrona,quehablabapocoyparecííaquererdecirsiempremuchomáás de lo que decíía, con unos ojos garzos dulces, dulces, dulces, queparecíían dormidos y sóólo se despertaban de tarde en tarde, pero era entonces parachispear fuego. Y ella era toda asíí. Su corazóón, su alma toda, todo su cuerpo, queparecííandeordinariodormidos,despertabandeprontocomoensobresalto,peroeraparavolver adormirsemuypronto, pasadoel reláámpagode vida, ¡¡ydequéé vida!, y luegocomosinadahubiesesido,comosisehubieseolvidadodetodoloquepasóó.Eracomosiestuviéésemos siempre recomenzando la vida, como si la estuviese reconquistando decontinuo.Meadmitióódenoviocomoenunataqueepiléépticoycreoqueenotroataqueme dio el síí ante el altar. Y nunca pude conseguir que me dijese si me queríía o no.Cuantas veces se lo preguntéé, antes y despuéés de casarnos, siempre me contestóó:««Esonosepregunta;esunatonteríía.»»Otrasvecesdecííaqueelverboamaryanoseusa sino en el teatro y los libros, y que si yo le hubiese escrito: ¡¡te amo!, me habrííadespedido al punto. Vivimos máás de dos añños de casados de una extrañña manera,reanudandoyocadadííalaconquistadeaquellaesfinge.Notuvimoshijos.Undííafaltóóacasaporlanoche,mepusecomoloco,laanduvebuscandoportodaspartes,yalsiguientedííasupeporunacartamuysecaymuybrevequesehabííaidolejos,muylejos,conotrohombre...––Ynosospechóóustednadaantes,nolobarruntóó...––¡¡Nada!Mimujersalííasoladecasaconbastantefrecuencia,acasadesumadre,de
unasamigas,ysumismaextraññafrialdadladefendííaantemíídetodasospecha.¡¡Ynadaadivinéénuncaenaquellaesfinge!Elhombreconquienhuyóóeraunhombrecasado,quenosóólodejóóasumujeryaunapequeññaniññaparairseconlamíía,sinoquesellevóólafortunatodadelasuya,queeraregular,despuéésdehaberlamanejadoasuantojo.Esdecir,quenosóóloabandonóóasuesposa,sinoquelaarruinóórobáándolelosuyo.Yenaquellasecaybreveyfrííacartaquerecibíísehacííaalusióónalestadoenquelapobremujerdel raptorde lamííasequedaba. ¡¡Raptororaptado...no loséé!Enunosdííasnidormíí,nicomíí,nidescanséé;nohacííasinopasearporlosmáásapartadosbarriosdemiciudad.Yestuveapuntodedarenlosviciosmáásbajosymáásviles.Ycuandoempezóóaasentáársemeeldolor,aconvertíírsemeenpensamiento,meacordéédeaquellaotrapobrevííctima, de aquella mujer que se quedaba sin amparo, robada de su cariñño y de sufortuna.Creííuncasodeconciencia,puesquemimujereralacausadesudesgracia,iraofrecerlamiayudapecuniaria,yaqueDiosmediofortuna.––Adivinoelresto,donAntonio.––Noimporta.Lafuiaver.Figúúreseustedaquellanuestraprimeraentrevista.Lloramos
nuestrassendasdesgracias,queeranunadesgraciacomúún.Yomedecíía:««¿¿Yespormi
mujerporlaquehadejadoaestaesehombre?»»,ysentíía,¿¿porquéénohedeconfesarlelaverdad?,unacierta ííntimasatisfaccióón,algo inexplicable, comosi yohubiese sabidoescoger mejor que éél y éél lo reconociese. Y ella, su mujer, se hacíía una reflexióónanááloga, aunque invertida, segúún despuéés me ha declarado. Le ofrecíí mi ayudapecuniaria, lo que demi fortuna necesitase, y empezóó rechazáándomelo. ««Trabajaréépara vivir y mantener a mi hija»», me dijo. Pero insistíí y tanto insistíí que acabóóaceptáándomelo.Laofrecííhacerlamiamadellaves,quesevinieseavivirconmigo,claroqueviniééndonosmuy lejosdenuestrapatria,ydespuéésdemuchopensarlo loaceptóótambiéén.––Yesclaro,alirseavivirjuntos...––No,eso tardóó, tardóóalgo.Fuecosade laconvivencia,deuncierto sentimientode
venganza,dedespecho,dequéésééyo...Meprendéénoyadeella,sinodesuhija,deladesdichadahijadelamantedemimujer;lacobrééunamordepadre,unviolentoamordepadre,comoelquehoyletengo,pueslaquierotanto,tanto,síí,cuandonomáás,queamispropios hijos. La cogíía enmis brazos, la apretaba ami pecho, la envolvíía en besos, ylloraba,llorabasobreella.Ylapobreniññamedecíía:««¿¿Porquéélloras,papáá?»»,pueslehacííaqueme llamaseasííypor talmetuviera.Ysupobremadrealverme llorarasííllorabatambiéényalgunavezmezclamosnuestrasláágrimassobrelarubiacabecitadelahijadelamantedemimujer,delladróóndemidicha.Undííasupe––prosiguióó––quemimujerhabííatenidounhijodesuamanteyaqueldíía
todasmisentraññassesublevaron,sufríícomonuncahabííasufridoycreíívolvermelocoyquitarme la vida. Los celos, lomáás brutal de los celos, no lo sentíí hasta entonces. Laheridademialma,queparecííacicatrizada,seabrióóysangraba...¡¡sangrabafuego!Máásdedosaññoshabííavividoconmimujer,conmipropiamujer,y ¡¡anda!, ¡¡yahoraaquelladróón...!Me imaginéé quemimujer habríía despertado del todo y que vivíía en purabrasa.Laotra,laquevivííaconmigo,conocióóalgoymepreguntóó:««¿¿Quéétepasa?»»Habííamos convenido en tutearnos, por la niñña. ««¡¡Dééjame!»» , le contestéé. Peroacabééconfesáándoselotodo,yellaaloíírmelotemblaba.Ycreoquelacontagiéédemisfuriososcelos...––Yclaro,despuéésdeeso...––No, vino algo despuéés y por otro camino. Y fue que un díía estando los dos con la
niñña, la teníía yo sobre mis rodillas y estaba contáándole cuentos y besáándola ydiciééndolabobadas,seacercóósumadreyempezóóaacariciarla tambiéén.Yentoncesella, ¡¡pobrecilla!,mepusounade susmanitas sobreelhombroy laotra sobreelde sumadrey,nosdijo:««Papaííto...mamaííta...¿¿porquéénometraééisunhermanitoparaquejuegue conmigo, como le tienen otras niññas, y no que estoy sola...?»» Nos pusimoslíívidos, nos miramos a los ojos con una de esas miradas que desnudan las almas, nosvimos estas al desnudo, y luego, para no avergonzarnos, nos pusimos a besuquear a laniñña,yalgunodeestosbesoscambióóderumbo.Aquellanoche,entreláágrimasyfuroresdecelos,engendramosalprimerhermanitodelahijadelladróóndemidicha.––¡¡Extraññahistoria!––Y fueronnuestrosamores, si esqueasííquiereusted llamarlosunosamores secosy
mudos,hechosdefuegoyrabia,sinternezasdepalabra.Mimujer,lamadredemishijosquierodecir,porqueestaynootraesmimujer,mimujeres,comoustedhabráávisto,unamujeragraciada,talvezhermosa,peroamíínuncameinspiróóardordedeseos,yestoapesar de la convivencia. Y aundespuéésque acabamos en lo que le digome figuréénoestarenexcesoenamoradodeella,hastaquepudeconvencermedelocontrario.Yesqueunavez,despuéésdeunodesuspartos,despuéésdelnacimientodelcuartodenuestroshijos, se me puso tanmal, tan mal, que creíí que se memoríía. Perdióó la máás de lasangrede sus venas, se quedóó como la cera deblanca, se le cerraban los páárpados...Creííperderla.Ymepusecomo loco,blancoyo tambiééncomo lacera, la sangre semehelaba.Yfuiaunrincóóndelacasa,dondenadiemeviese,ymearrodillééypedííaDiosquememataraantesdequedejasemoriraaquellasantamujer.Yllorééymepellizquééymearaññééelpechohastasacarmesangre.Ycomprendííconcuáánfuerteataduraestabamicorazóónatadoalcorazóónde lamadredemishijos.Ycuandoestaserepusoalgoyrecobróó conocimiento y salióó de peligro, acerquéé mi boca a su oíído, segúún ellasonreííaa lavidarenaciente tendidaen lacama,y ledije loquenunca lehabííadichoynuncalehevueltodelamismamaneraadecir.Yellasonreíía,sonreíía,sonreííamirandoaltecho.Ypusemibocasobresuboca,ymeenlacééconsusdesnudosbrazoselcuello,yacabééllorandodemisojossobresusojos.Ymedijo:««Gracias,Antonio,gracias,pormíí,pornuestroshijos,pornuestroshijostodos...todos...todos...porella,porRita...»»Ritaesnuestrahijamayor,lahijadelladróón...no,no,nuestrahija,mihija.Ladelladróóneslaotra,esladelaquesellamóómimujerenuntiempo.¿¿Locomprendeustedahoratodo?
––Síí,ymuchomáás,donAntonio.––¿¿Muchomáás?––¡¡Máás,síí!Demodoqueustedtienedosmujeres,donAntonio.––No,no,notengomáásqueuna,unasola,lamadredemishijos.Laotranoesmimujer,
noséésiloesdelpadredesuhija.––Yesatristeza...––La ley es siempre triste, donAugusto. Y esmáás triste un amorquenace y se críía
sobre la tumba de otro y como una planta que se alimenta, como de mantillo, de lapodredumbre de otra planta. Críímenes, síí, críímenes ajenos nos han juntado, ¿¿y esnuestra unióón acaso crimen?Ellos rompieron lo que no debe romperse, ¿¿por quéé nohabííamosnosotrosdeanudarloscabossueltos?––Ynohanvueltoasaber...––Nohemosqueridovolverasaber.Y luegonuestraRitaesunamujercitaya;elmejor
dííasenoscasa...Conminombre,porsupuesto,conminombre,yhagaluegolaleyloquequiera.Esmihijaynodelladróón;yolahecriado.
XXII––Ybien,¿¿quéé?––lepreguntabaAugustoaVííctor¿¿cóómohabééisrecibidoalintruso?––¡¡Ah,nuncalohubiesecreíído,nunca!Todavííalavíísperadenacernuestrairritacióón
eragrandíísima.YmientrasestabapugnandoporveniralmundonosabesbienlosinsultosquemelanzabamiElena.««¡¡Túú,túútienes laculpa,túú!»»,medecíía.Yotrasveces:««¡¡Quíítatededelante,quíítatedemivista!¿¿Notedavergüüenzadeestaraquíí?Simemuero,tuyaseráá laculpa.»»Yotrasveces:««¡¡Estaynomáás,estaynomáás!»»Peronacióóytodohacambiado.Parececomosihubiéésemosdespertadodeunsueññoycomosiacabááramosdecasarnos.Yomehequedadociego,talmenteciego;esechiquillomehacegado. Tan ciego estoy, que todos dicen quemi Elena ha quedado con la preññez y elpartodesfiguradíísima,queestááhechaunesqueletoyquehaenvejecido lomenosdiezañños,yamíímeparecemáás fresca,máás lozana,máás jovenyhastamáásmetidaencarnesquenunca.––Esomerecuerda,Vííctor,laleyendadelfogueteiroquetengooíídaenPortugal.––Venga.––Túú sabes que en Portugal eso de los fuegos artificiales, de la pirotecnia, es una
verdaderabellaarte.ElquenohavistofuegosartificialesenPortugalnosabetodoloquesepuedehacerconeso.¡¡Yquéénomenclatura,Diosmíío!––Perovengalaleyenda.––Alláá voy. Pues el caso es que habíía en un pueblo portuguéés un pirotéécnico o
fogueteiro que teníía una mujer hermosíísima, que era su consuelo, su encanto y suorgullo.Estabalocamenteenamoradodeella,peroaúúnmááseraorgullo.Complacííaseendar dentera, por asíí decirlo, a los demáás mortales, y la paseaba consigo comodiciééndoles: ¿¿veisestamujer?, ¿¿osgusta?, ¿¿síí, eh?, ¡¡pueses lamíía,míía sola!, ¡¡yfastidiarse!Nohacííasinoponderar lasexcelenciasde lahermosuradesumujeryhastapretendííaqueeralainspiradoradesusmáásbellasproduccionespirotéécnicas, lamusadesusfuegosartificiales.Yhetequeunavez,preparandounodeestos,mientrasestaba,como de costumbre, su hermosamujer a su lado para inspirarle, se le prende fuego lapóólvora, hay una explosióón y tienen que sacar a marido y mujer desvanecidos y congravíísimasquemaduras.Alamujerselequemóóbuenapartedelacaraydelbusto,detalmaneraquesequedóóhorriblementedesfigurada,peroéél,elfogueteiro,tuvolafortunade quedarse ciego y no ver el desfiguramiento de sumujer. Y despuéés de esto seguííaorgullosode lahermosurade sumujer yponderáándolaa todosy caminandoal ladodeella,convertidaahoraensu lazarilla,conelmismoaireytalledearrogantedesafííoqueantes.««¿¿Hanvistoustedesmujermááshermosa?»»,preguntaba,ytodos,sabedoresdesu historia, se compadecíían del pobre fogueteiro y le ponderaban la hermosura de sumujer.––Ybien,¿¿noseguííasiendohermosaparaéél?––Acasomáásqueantes,comoparatitumujerdespuéésquetehadadoalintruso.––¡¡Nolellamesasíí!––Fuecosatuya.––Síí,peronoquierooíírselaaotro.––Eso pasamucho; elmotemismo que damos a alguien nos suenamuy de otromodo
cuandoselooííamosaotro.––Síí,dicenquenadieconocesuvoz...––Nisucara.Yoporlomenosséédemíídecirtequeunadelascosasquemedanmáás
pavoresquedarmemiráándomealespejo,asolas,cuandonadiemeve.Acabopordudardemipropiaexistenciaaimaginarme,viééndomecomootro,quesoyunsueñño,unentedeficcióón...––Puesnotemiresasíí...––Nopuedoremediarlo.Tengolamanííadelaintrospeccióón.––Puesacabarááscomolosfaquires,quedicensecontemplanelpropioombligo.––Ycreoquesiunonoconocesuvoznisucara,tampococonocenadaqueseasuyo,muy
suyo,comosifuerapartedeéél...––Sumujer,porejemplo.––Enefecto;semeantojaquedebedeserimposibleconoceraaquellamujerconquien
seconviveyqueacabaporformarpartenuestra.¿¿Nohasoíídoaquelloquedecííaunodenuestrosmáásgrandespoetas,Campoamor?
––No;¿¿quééesello?––Pues decíía que cuandouno se casa, si lo hace enamorado de veras, al principio no
puede tocar el cuerpode sumujer sin emberrenchinarse y encenderse endeseo carnal,peroquepasatiempo,seacostumbra,y llegaundííaenque lomismo lees tocarcon lamanoalmuslodesnudodesumujerquealpropiomuslosuyo,perotambiéénentonces,situvieranquecortarleasumujerelmusloledolerííacomosilecortasenelpropio.––Yasííes,enverdad.¡¡Nosabescóómosufrííenelparto!––Ellamáás.––¡¡Quiéénsabe...!Yahoracomoesyaalgomíío,partedemiser,mehedadotanpoca
cuentadeesoquedicendequesehadesfiguradoyafeado,comonosedaunocuentadequesedesfigura,seenvejeceyseafea.––Pero¿¿creesdeverasqueunonosedacuentadequeseenvejeceyafea?––No,aunquelodiga.Silacosaescontinuaylenta.Ahora,siderepenteleocurreauno
algo...Peroesodequesesientaunoenvejecer,¡¡quiáá!;loquesienteunoesqueenvejecenlas cosas en derredor de éél o que rejuvenecen. Y eso es lo úúnico que siento ahora altener un hijo. Porque ya sabes lo que suelen decir los padres seññalando a sus hijos:««¡¡Estos, estos son losquenoshacenviejos!»»Vercreceralhijoes lomáásdulcey lomáásterrible,creo.Notecases,pues,Augusto,notecases,siquieresgozardelailusióóndeunajuventudeterna.––Y¿¿quéévoyahacersinomecaso?,¿¿enquéévoyapasareltiempo?––Dedíícateafilóósofo.––Y¿¿noesacasoelmatrimoniolamejor,talvezlaúúnicaescueladefilosofíía?––¡¡No,hombre,no!Pues¿¿nohasvistocuáántosycuáángrandesfilóósofoshahabido
solteros? Que ahora recuerde, aparte de los que han sido frailes, tienes a Descartes, aPascal,aSpinoza,aKant...––¡¡Nomehablesdelosfilóósofossolteros!––YdeSóócrates,¿¿norecuerdascóómodespachóódesuladoasumujerJantipa,eldíía
enquehabííademorirse,paraquenoleperturbase?––Nomehables tampocodeeso.Nomeresuelvoacreer sinoqueesoquenoscuenta
Platóónnoessinounanovela...––Ounanivola...––Comoquieras.Yrompiendobruscamentelavoluptuosidaddelaconversacióónsesalióó.En la calle acercóósele unmendigo diciééndole: ««¡¡Una limosna, porDios, seññorito,
quetengosietehijos...!»»««¡¡Nohaberloshecho!»», lecontestóómalhumoradoAugusto.««Yaquisierayohaberlevistoaustedenmicaso––replicóóelmendigo,aññadiendo––:y¿¿quééquiereustedquehagamos los pobres si nohacemoshijos... para los ricos?»»««Tienesrazóón––replicóóAugusto––,yporfilóósofo,¡¡ahííva,toma!»»,ylediounapeseta,queelbuenhombresefuealpuntoagastaralatabernapróóxima.
XXIIIElpobreAugustoestabaconsternado.Noerasóóloqueseencontrase,comoelasnode
Buridáán,entreEugeniayRosario;eraqueaquellodeenamorarsedecasi todas lasqueveíía,envezdeamenguáársele,ííbaleenmedro.Yllegóóadescubrircosasfatales.––¡¡Vete,vete,Liduvina,porDios!¡¡Vete,dééjamesolo!¡¡Anda,vete!––ledecííaunavez
asucriada.Y apenas ella se fue, apoyóó los codos sobre lamesa, la cabeza en las palmas de las
manos,ysedijo:««¡¡Estoesterrible,verdaderamenteterrible!¡¡Meparecequesindarmecuentadeellomevoyenamorando...hastadeLiduvina!¡¡PobreDomingo!Sinduda.Ella,apesardesuscincuentaañños,aúúnestáádebuenver,ysobretodobienmetidaencarnes,y cuando alguna vez sale de la cocina con los brazos remangados y tan redondos...¡¡Vamos,queestoesunalocura!¡¡Yesadoblebarbillayesosplieguesqueselehacenenelcuello...!Estoesterrible,terrible,terrible...»»««Ven acáá, Orfeo ––prosiguióó, cogiendo al perro––, ¿¿quéé crees túú que debo yo
hacer?¿¿Cóómovoyadefendermedeestohastaquealfinmedecidaymecase?¡¡Ah,ya!,¡¡una idea, una idea luminosa,Orfeo! Convirtamos a lamujer, que asííme persigue, enmateriadeestudio.¿¿Quééteparecedequemedediquealapsicologííafemenina?Síí,síí,yharéédosmonografíías,puesahorase llevanmucholasmonografíías;unasetitularáá:Eugenia, y laotra:Rosario, aññadiendo:estudio demujer. ¿¿Quéé te parecedemi idea,Orfeo?»»YdecidióóiraconsultarloconAntolíínS.––oseaSáánchez––Paparrigóópulos,quepor
entoncessededicabaaestudiosdemujeres,aunquemáásenloslibrosquenoenlavida.AntolíínS.Paparrigóópuloseraloquesediceunerudito,unjovenquehabííadedarala
patria díías de gloria dilucidando sus máás ignoradas glorias. Y si el nombre de S.Paparrigóópulosnosonabaaúúnentre losdeaquella juventudbulliciosaquea fuerzaderuido queríía atraer sobre síí la atencióón púública, era porque poseíía la verdaderacualidadííntimadelafuerza: lapaciencia,yporqueeratalsurespetoalpúúblicoyasíímismoquedilatabalahoradesupresentacióónhastaque,suficientementepreparado,sesintieraseguroenelsueloquepisaba.Muy lejos de buscar con cualquier novedad arlequinesca un efíímero renombre de
relumbróón cimentado sobre la ignorancia ajena, aspiraba en cuantos trabajos literariostenííaenproyecto,alaperfeccióónqueenlohumanocabeyanosalirse,sobretodo,delos linderosde lasensatezydelbuengusto.Noquerííadesafinarparahacerseoíír, sinoreforzarconsuvoz,debidamentedisciplinada,lahermosasinfonííagenuinamentenacionalycastiza.La inteligenciadeS.Paparrigóópuloseraclara,sobretodoclara,deunatransparencia
maravillosa, sinnebulosidadesni embolismosdeningunaespecie.Pensabaen castellanoneto,sinasomoalgunodehóórridasbrumasseptentrionalesnidejosdedecadentismosdebulevarparisiense,enlimpiocastellano,yasííeracomopensabasóólidoyhondo,porquelohacííaconelalmadelpuebloquelosustentabayaquedebííasuespííritu.Lasnieblashiperbóóreasleparecííanbienentrelosbebedoresdecervezaencabezada,peronoenestaclaríísimaEspaññadeesplendentecieloydesanoValdepeññasenyesado.Sufilosofííaerala delmalogrado Becerro de Bengoa, que despuéés de llamar tíío raro a Schopenhauerasegurabaquenoselehabrííanocurridoaestelascosasqueseleocurrieron,nihabrííasidopesimista,dehaberbebidoValdepeññasenvezdecerveza,yquedecííatambiéénquelaneurasteniaprovienedemeterseunoenloquenoleimportayquesecuraconensaladadeburro.ConvencidoS.Paparrigóópulosdequeenúúltimainstanciatodoesforma,formamáásomenosinterior,eluniversomismouncaleidoscopiodeformasenchufadaslasunasen
lasotrasydequeporlaformavivencuantasgrandesobrassalvanlossiglos,trabajabaconelesmerodelosmaravillososartííficesdelRenacimientoellenguajequehabííaderevestirasusfuturostrabajos.Habííatenido lavirtuosafortalezaderesistiratodas lascorrientesdesentimentalismo
neo-romáánticoyaesamodaasoladorapor lascuestiones llamadassociales.Convencidodequelacuestióónsocialesinsolubleaquííabajo,dequehabráásiemprepobresyricosyde que no puede esperarse máás alivio que el que aporten la caridad de estos y laresignacióónde aquellos, apartaba su espííritu de disputas que a nadaúútil conducen yrefugiáábaseen lapuríísimaregióóndelarte inmaculado,adondenoalcanza labrozade
laspasionesydondehallaelhombreconsoladorrefugiopara lasdesilusionesde lavida.Abominaba,ademáás,delestéérilcosmopolitismo,quenohacesinosumiralosespííritusen ensueñños de impotencia y en utopíías enervadoras, y amaba a esta su idolatradaEspañña,tancalumniadacuantodesconocidadenopocosdesushijos;aestaEspaññaquelehabííadedarlamateriaprimadelostrabajossobrequefundarííasufuturafama.DedicabaPaparrigóópuloslaspoderosasenergííasdesuespíírituainvestigarlaííntima
vidapasadadenuestropueblo,yerasulabortanabnegadacomosóólida.Aspirabanadamenosquearesucitaralosojosdesuscompatriotasnuestropasado––esdecir,elpresentede susbisabuelos––, y conocedordel engaññode cuantos lo intentabanapura fantasíía,buscaba y rebuscaba en todo géénero de viejas memorias para levantar sobreinconmoviblessillareseledificiodesueruditacienciahistóórica.Nohabííasucesopasado,porinsignificantequepareciese,quenotuvieraasusojosunprecioinestimable.Sabííaquehayqueaprenderavereluniversoenunagotadeagua,queconunhueso
constituye el paleontóólogo el animal entero y con un asa de puchero toda una viejacivilizacióónelarqueóólogo,sindesconocer tampocoquenodebemirarsea lasestrellasconmicroscopioycontelescopioaun infusorio,comoloshumoristasacostumbranhacerparaverturbio.Masaunquesabííaqueunasadepucherobastabaalarqueóólogogenialpara reconstruir un arte enterrado en los limbos del olvido, como en sumodestia no setenííaporgenio,preferííadosasasaunasasola––cuantasmáásasasmejor––ypreferííaelpucherotodoalasasola.««Todoloqueenextensióónpareceganarse,piéérdeseenintensidad»»;talerasulema.
Sabíía Paparrigóópulos que en un trabajo el máás especificado, en la máás concretamonografííapuedeverterseunafilosofííaentera,ycreíía,sobretodo,enlasmaravillasdela diferenciacióón del trabajo y en el enorme progreso aportado a las ciencias por laabnegada legióón de los pincha-ranas, caza-vocablos, barrunta-fechas y cuenta-gotas detodalaya.Tentabanenespecialsuatencióónlosmáásarduosyenrevesadosproblemasdenuestra
historia literaria, tales como el de la patria de Prudencio, aunque úúltimamente, aconsecuenciadecííasedeunascalabazas,sededicabaalestudiodemujeresespaññolasdelospasadossiglos.En trabajos de ííndole al parecer insignificante era donde habíía que ver y admirar la
agudeza,lasensatez,laperspicacia,lamaravillosaintuicióónhistóóricaylapenetracióóncrííticadeS.Paparrigóópulos.Habííaqueversuscualidadesasíí,aplicadasyenconcreto,sobre lo vivo, y no en abstracta y pura teoríía; habíía que verle en la suerte. Cadadisertacióón de aquellas era todo un curso de lóógica inductiva, un monumento tanmaravillosocomo laobradeLionnetacercade laorugadelsauce,yunamuestra, sobretodo,deloqueeselausteroamoralasantaVerdad.HuííadelaingeniosidadcomodelapesteycreííaquesóóloacostumbráándonosarespetaraladivinaVerdad,aunenlomááspequeñño,podremosrendirleeldebidocultoenlogrande.Preparaba una edicióón popular de los apóólogos de Calila y Dimna con una
introduccióónacercadelainfluenciadelaliteraturaííndicaenlaEdadMediaespaññola,yojaláá hubiese llegado a publicarla, porque su lectura habríía apartado, de seguro, alpueblode la tabernaydeperniciosasdoctrinesde imposibles redencioneseconóómicas.Pero las dos obras magnas que proyectaba Paparrigóópulos eran una historia de losescritores oscuros españñoles, es decir, de aquellos que no figuran en las historiesliterariascorrientesofiguransóóloenráápidamencióónporlasupuestainsignificanciadesusobras,corrigiendoasíílainjusticiadelostiempos,injusticiaquetantodeplorabayauntemíía,yeraotrasuobraacercadeaquelloscuyasobrassehenperdidosinquenosquedemáásquelamencióóndesusnombresyalosumoladelostíítulosdelasqueescribieron.Yestabaapuntodeacometerlahistoriadeaquellosotrosquehabiendopensadoescribirnollegaronahacerlo.Paraelmejorlogrodesusempresas,unaveznutridodelsustanciosomeollodenuestra
literaturanacional,sehabííabaññadoenlasextranjeras,ycomoestoselehacííapenoso,pueseratorpeparalenguasextranjerasysuaprendizajeexigetiempoqueparamáásaltosestudiosnecesitaba,recurrióóaunnotableexpediente,aprendidodesuilustremaestro.Yera que leíía las principales obras de críítica a historia literaria que en el extranjero sepublicaran, siempre que las hallase en trances, y una vez que habíía cogido la opinióónmedia de los crííticosmáás reputados, respecto a este o aquel autor, hojeáábalo en unperiquete para cumplir con su conciencia y quedar libre para rehacer juicios ajenos sinmenguadesuescrupulosaintegridaddecríítico.Vese,pues,quenoeraS.Paparrigóópulosunodeesosjóóvenesespííritusvagabundosy
errááticosquesepaseansinrumbofijoporlosdominiosdelpensamientoydelafantasíía,lanzandoacasoacááyalláátalcualfugitivochispazo,¡¡no!Sustendenciaseranrigurosay
sóólidamenteitinerarias;eradelosquevanaalgunaparte.Siensusestudiosnohabrííade aparecer nada saliente deberííase a que en ellos todo era cima, siendo a modo demesetas, trasunto fiel de las vastas y soleadas llanuras castellanas donde ondea lamiesdoradaysustanciosa.¡¡AsíídieralaProvidenciaaEspaññamuchosAntolinesSáánchezPaparrigóópulos!Con
ellos, haciééndonos todos dueñños de nuestro tradicional peculio, podrííamos sacarlepingüües rendimientos, Paparrigóópulos aspiraba ––y aspire, pues aúún vive y siguepreparando sus trabajos–– a introducir la reja de su arado críítico, aunque sóólo sea uncentíímetromáásquelosaradoresquelehabííanprecedidoensucampo,paraquelamiescrezca,merced a nuevos jugos,máás lozana y granenmejor las espigas y la harina seamáásriceycomamoslosespaññolesmejorpanespiritualymáásbarato.Hemos dicho que Paparrigóópulos sigue trabajando y preparando sus trabajos para
darlosalaluz.Yasííes.Augustohabííatenidonoticiadelosestudiosdemujeresaquesededicabapor comunes amigos de uno y de otro, pero no habíía publicadonadani lo hapublicadotodavíía.No faltan otros eruditos que con la caracteríística caridad de la especie, habiendo
vislumbrado a Paparrigóópulos y envidiosos de antemano de la fama que prevéén leespera, tratan de empequeññecerle. Tal hay que dice de Paparrigóópulos que, como elzorro,borraconeljoposuspropiashuellas,dandoluegovueltasymáásvueltasporotrosderroterosparadespistaralcazadoryquenosesepapordóóndefueaatraparlagallina,cuando si de algo peca es de dejar en pie los andamios, una vez acabada la torre,impidiendoasííqueseadmireyveabienesta.Otrolellamadesdeññosamenteconcinador,comosieldeconcionarnofueseartesupremo.Eldemáásallááleacusa,yadetraducir,yadearreglarideastomadasdelextranjero,olvidandoquealrevestirlasPaparrigóópulosentanneto,castizoytransparentecastellanocomoeselsuyo,lashacecastellanasyporendepropias, node otromodoquehizo el padre Isla propio elGilBlas de Lesage. Alguno lemotejadequesuprincipalapoyoessuhondafeenlaignoranciaambiente,desconociendoelqueasíílejuzgaquelafeestrasportadorademontaññas.Perolasupremainjusticiadeestos y otros rencorosos juicios de gentes a quienes Paparrigóópulos ningúún mal hahecho,suinjusticianotoria,severáábienclaraconsóólotenerencuentaquetodavííanohadadoPaparrigóópulosnadaaluzyquetodoslosquelemuerdenloszancajoshablandeoíídasypornocallar.Nosepuede,enfin,escribirdeesteeruditosingularsinoconreposadaserenidadysin
efectismosnivolescosdeningunaclase.Enestehombre,quierodecir,enesteerudito,pues,pensóóAugusto,sabedordequese
dedicabaaestudiosdemujeres,claroestááqueenloslibros,queestratáándosedeellaslomenos expuesto, y de mujeres de pasados siglos, que son tambiéén mucho menosexpuestasparaquienlasestudiaquelasmujeresdehoy.AesteAntolíín,eruditosolitarioqueportimidezdedirigirsea lasmujeresen laviday
paravengarsedeesatimidezlasestudiabaenloslibros,fueaquienacudióóaverAugustoparadeéélaconsejarse.Nobienlehuboexpuestosupropóósitoprorrumpióóelerudito:––¡¡Ay,pobreseññorPéérez,cóómolecompadezcoausted!¿¿Quiereestudiaralamujer?
Tarealemando...––Comoustedlaestudia...––Hayquesacrificarse.Elestudio,yestudiooscuro,paciente,silencioso,esmirazóónde
ser en la vida. Pero yo, ya lo sabe usted, soy un modesto, modestíísimo obrero delpensamiento, que acopio y ordenomateriales paraqueotrosque vengandetráásdemíísepanaprovecharlos.Laobrahumanaescolectiva;nadaquenoseacolectivoesnisóólidonidurable...––¿¿Y las obrasde losgrandesgenios?LaDivinaComedia, laEneida, una tragediade
Shakespeare,uncuadrodeVeláázquez...––Todoesoescolectivo,muchomááscolectivodeloquesecree.LaDivinaComedia,por
ejemplo,fuepreparadaportodaunaserie...––Síí,yasééeso.––YrespectoaVeláázquez...apropóósito,¿¿conoceustedellibrodeJustisobreéél?ParaAntolíín,elprincipal,casielúúnicovalordelasgrandesobrasmaestrasdelingenio
humano, consiste en haber provocado un libro de críítica o de comentario; los grandesartistas, poetas, pintores, múúsicos, historiadores, filóósofos, han nacido para que uneruditohaga subiografíía yuncríítico comente susobras, yuna frasecualquieradeungranescritordirectonoadquierevalorhastaqueuneruditonolarepiteycitalaobra,laedicióón y la páágina en que la expuso. Y todo aquello de la solidaridad del trabajocolectivo no era máás que envidia a impotencia. Pertenecíía a la clase de esos
comentadoresdeHomeroquesiHomeromismoredivivoentraseensuoficinacantandoleecharííanaempellonesporque lesestorbabael trabajar sobre los textosmuertosde susobrasybuscarunapaxcualquieraenellas.––Pero,bien,¿¿quééopinausteddelapsicologííafemenina?––lepreguntóóAugusto.––Unapreguntaasíí,tanvaga,tangenéérica,tanenabstracto,notienesentidopreciso
para un modesto investigador como yo, amigo Péérez, para un hombre que no siendogenio,nideseandoserlo...––¿¿Nideseando?––Síí,nideseando.Esmaloficio.Puesbien,esapreguntacarecedesentidoprecisopara
míí.Elcontestarlaexigiríía...––Síí,vamos,comoaquelotrocofradedeustedqueescribióóunlibrosobrepsicologíía
delpuebloespaññolysiendo,alparecer,españñoléélyviviendoentreespaññoles,noseleocurrióósinodecirqueestediceestoyaquelaquellootroyhacerunabibliografíía.––¡¡Ah,labibliografíía!Síí,yaséé...––No,nosigausted,amigoPaparrigóópulos,ydíígamelomáásconcretamentequesepa
ypuedaquééleparecedelapsicologííafemenina.––Habrííaqueempezarporplantearunaprimeracuestióónyes ladesi lamujer tiene
alma.––¡¡Hombre!––Ah,nosirvedesecharlaasíí,tanenabsoluto...««¿¿Latendrááéél?»»,pensóóAugusto,yluego:––Bueno,puesdeloqueenlasmujereshacelasvecesdealma...¿¿quéécreeusted?––¿¿Meprometeusted,amigoPéérez,guardarmeelsecretode loque levoyadecir?...
Aunque,no,no,ustednoeserudito.––¿¿Quééquiereusteddecirconeso?––Queustednoesunodeesosqueestáánarobarleaunoloúúltimoquelehayanoíídoy
darlocomosuyo...––Pero¿¿esastenemos...?––Ay,amigoPéérez,eleruditoespornaturalezaunladronzuelo;selodigoaustedyo,yo,
yoque lo soy.Loseruditosandamosaquitarnosunosaotros laspequeññascositasqueaveriguamosyaimpedirqueotrosenosadelante.––Se comprende: el que tiene almacéén guarda su géénero conmáás celo que el que
tienefáábrica;hayqueguardarelaguadelpozo,noladelmanantial.––Puede ser.Puesbien, si usted,quenoeserudito,meprometeguardarmeel secreto
hastaqueyolorevele,ledirééqueheencontradoenunoscuroycasidesconocidoescritorholandéésdelsigloXVIIunainteresantíísimateorííarespectoalalmadelamujer...––Veáámosla.––Dice ese escritor, y lo dice en latíín, que asíí como cada hombre tiene su alma, las
mujerestodasnotienensinounasolaymismaalma,unalmacolectiva,algoasíícomoelentendimiento agente de Averroes, repartida entre todas ellas. Y aññade que lasdiferenciasqueseobservanenelmododesentir,pensaryquererdecadamujerprovienennomáásquedelasdiferenciasdelcuerpo,debidasaraza,clima,alimentacióón,etc.,yqueporesosontaninsignificantes.Lasmujeres,diceeseescritor,separecenentresíímuchomáásqueloshombresyesporquetodassonunasolaymismamujer...––Veahííporquéé,amigoPaparrigóópulos,asííquemeenamoréédeunamesentíí en
seguidaenamoradodetodaslasdemáás.––¡¡Claro estáá! Y aññade ese interesantíísimo y casi desconocido ginecóólogo que la
mujertienemuchamáásindividualidad,peromuchamenospersonalidad,queelhombre;cadaunadeellassesientemáásella,máásindividual,quecadahombre,peroconmenoscontenido.––Síí,síí,creoentreverloquesea.––Y por eso, amigoPéérez, lomismoda que estudie usted a unamujer o a varias. La
cuestióónesahondarenaquellaacuyoestudioustedsededique.––Y¿¿noserííamejortomardosomáásparapoderhacerelestudiocomparativo?Porque
yasabeustedqueahorasellevamuchoestodelocomparativo...––En efecto, la ciencia es comparacióón; mas en punto a mujeres no es menester
comparar.Quienconozcauna,unasolabien,lasconocetodas,conocealaMujer.Ademáás,yasabeustedquetodoloqueseganaenextensióónsepierdeenintensidad.––Enefecto,yyodeseodedicarmealcultivointensivoynoalextensivodelamujer.Pero
dosporlomenos...porlomenosdos...––¡¡No, dos no!, ¡¡de ninguna manera! De no contentarse con una, que yo creo es lo
mejoryesbastantetarea,porlomenostres.Ladualidadnocierra.––¿¿Cóómoquenocierraladualidad?
––Claro estáá. Con dos lííneas no se cierra espacio. El máás sencillo políígono es eltriáángulo.Porlomenostres.––Peroeltriáángulocarecedeprofundidad.Elmáássencillopoliedroeseltetraedro;de
modoqueporlomenoscuatro.––Perodosno,¡¡nunca!Depasardeuna,porlomenostres.Peroahondeustedenuna.––Talesmipropóósito.
XXIVCuandosalióóAugustodesuentrevistaconPaparrigóópulosííbasediciendo:««Demodo
que tengo que renunciar a una de las dos o buscar una tercera. Aunque para esto delestudiopsicolóógicobienmepuedeservirdetercertéérmino,detéérminopuramenteidealdecomparacióón,Liduvina.Tengo,pues,tres:Eugenia,quemehablaalaimaginacióón,ala cabeza;Rosario, queme habla al corazóón, y Liduvina,mi cocinera, queme habla alestóómago. Y cabeza, corazóón y estóómago son las tres facultades del alma que otrosllaman inteligencia, sentimiento y voluntad. Se piensa con la cabeza, se siente con elcorazóónysequiereconelestóómago.¡¡Estoesevidente!Yahora...»»««Ahora ––prosiguióópensando––, ¡¡una idea luminosa, luminosíísima!Voya fingirque
quiero pretender de nuevo aEugenia, voy a solicitarla de nuevo, a ver sime admite denovio, de futuro marido, claro que no máás que para probarla, como un experimentopsicolóógico y seguro como estoy de que ella me rechazaráá... ¡¡pues no faltaba máás!Tiene que rechazarme. Despuéés de lo pasado, despuéés de lo que en nuestra úúltimaentrevistamedijo,noesposibleyaquemeadmita.Esunamujerdepalabra,creo.Mas...¿¿es que las mujeres tienen palabra?, ¿¿es que la mujer, la Mujer, asíí, con letramayúúscula, la úúnica, la que se reparte entremillones de cuerpos femeninos ymáás omenoshermosos––máásbienmáásquemenos––;esquelaMujerestááobligadaaguardarsupalabra?Esodeguardarsupalabra,¿¿noesacasomasculino?Pero¡¡no,no!Eugenianopuedeadmitirme;nomequiere.Nomequiereyaceptóóyamidáádiva.Y siaceptóómidáádivayladisfruta,¿¿paraquéévaaquererme?»»««Pero...¿¿ysi,volviééndoseatráásdeloquemedijo––pensóóluego––,medicequesííy
meaceptacomonovio,como futuromarido?Porquehayqueponerseen todo.¿¿Ysimeacepta?, digo. ¡¡Me fastidia! ¡¡Me pesca con mi propio anzuelo! ¡¡Eso síí que seríía elpescadorpescado!Pero¡¡no,no!,¡¡nopuedeser!¿¿Ysies?¡¡Ah!entoncesnoquedasinoresignarse.¿¿Resignarse?Síí,resignarse.Hayquesaberresignarsealabuenafortuna.Yacasolaresignacióónaladichaeslacienciamáásdifíícil.¿¿NonosdicePííndaroquelasdesgraciastodasdeTáántaloleprovinierondenohaberpodidodigerirsufelicidad?¡¡Hayquedigerirlafelicidad!YsiEugeniamedicequesíí,simeacepta,entonces...¡¡vencióólapsicologíía!¡¡Vivalapsicologíía!Pero¡¡no,no,no!Nomeaceptaráá,nopuedeaceptarme,aunquesóóloseaporsalirseconlasuya.UnamujercomoEugenianodasubrazoatorcer;laMujer,cuandoseponefrentealHombreavercuáálesdemáástesóónyconstanciaensuspropóósitos,escapazdetodo.¡¡No,nomeaceptaráá!»»––Rosaritoleespera.Con tres palabras, preññadas de sentimientos, interrumpióó Liduvina el curso de las
reflexionesdesuamo.––Di,Liduvina,¿¿creestúúque lasmujeressois fielesa loqueunavezhayááisdicho?,
¿¿sabééisguardarvuestrapalabra?––Segúúnyconforme.––Síí, el estribillode tumarido.Pero contestaderechamenteynocomoacostumbrááis
hacer lasmujeres,que raravezcontestááisa loqueseospregunta, sinoa loqueseosfigurabaqueseosibaapreguntar.––Y¿¿quééesloqueustedquisopreguntarme?––Quesivosotraslasmujeresguardááisunapalabraquehubiééseisdado.––Segúúnlapalabra.––¿¿Cóómosegúúnlapalabra?––Puesclaroestáá.Unaspalabrassedanparaguardarlasyotrasparanoguardarlas.Ya
nadieseengañña,porqueesvalorentendido...––Bueno,bueno,diaRosarioqueentre.YcuandoRosarioentróópreguntóóleAugusto:––DiRosario,¿¿quéécreestúú,queunamujerdebeguardarlapalabraquediooqueno
debeguardarla?––Norecuerdohaberledadoaustedpalabraalguna...––Nosetratadeeso,sinodesidebeonounamujerguardarlapalabraquedio...––Ah,síí,lodiceustedporlaotra...poresamujer...––Porloquelodiga;¿¿quéécreestúú?––Puesyonoentiendodeesascosas...––¡¡Noimporta!
––Bueno,yaqueustedseempeñña,ledirééquelomejoresnodarpalabraalguna.––¿¿Ysisehadado?––Nohaberlohecho.««Estáá visto ––se dijo Augusto–– que a estamozuela no la saco de ahíí. Pero ya que
estááaquíí,voyaponerenjuegolapsicologíía,allevaracabounexperimento.»»––¡¡Venacáá,siééntateaquíí!––yleofrecióósusrodillas.La muchacha obedecióó tranquilamente y sin inmutarse, como a cosa acordada y
prevista. Augusto en cambio quedóóse confuso y sin saber por dóónde empezar suexperienciapsicolóógica.Ycomonosabííaquéédecir,pues...hacíía.ApretabaaRosariocontra su pecho anhelante y le cubríía la cara de besos, diciééndose entre tanto: ««Meparece que voy a perder la sangre fríía necesaria para la investigacióón psicolóógica.»»Hastaquedeprontosedetuvo,parecióócalmarse,apartóóaRosarioalgodesííyladijoderepente:––Pero¿¿nosabesquequieroaotramujer?Rosariosecallóó,miráándolefijamenteyencogiééndosedehombros.––Pero¿¿nolosabes?––repitióóéél.––¿¿Yamííquéémeimportaesoahora...?––¿¿Cóómoquenoteimporta?––¡¡Ahora,no!Ahoramequiereustedamíí,meparece.––Yamíítambiéénmeparece,pero...Yentoncesocurrióóalgoinsóólito,algoquenoentrabaenlasprevisionesdeAugusto,en
suprogramadeexperienciapsicolóógicasobrelaMujer,yesqueRosario,bruscamente,leenlazóólosbrazosalcuelloyempezóóabesarle.Apenassielpobrehombretuvotiempoparapensar:««Ahorasoyyoelexperimentado;estamozuelaestááhaciendoestudiosdepsicologííamasculina.»»YsindarsecuentadeloquehacííasorprendióóseacariciandoconlastemblorosasmanoslaspantorrillasdeRosario.LevantóósedeprontoAugusto, levantóó luegoenviloaRosarioy laechóóenelsofáá.
Ellasedejabahacer,conelrostroencendido.Yéél, teniééndolasujetade losbrazosconsusdosmanos,selequedóómirandoalosojos.––¡¡Noloscierres,Rosario,noloscierres,porDios!ÁÁbrelos.Asíí,asíí,cadavezmáás.
Dééjamequemeveaenellos,tanchiquitito...Yalverseasíímismoenaquellosojoscomoenunespejovivo, sintióóque laprimera
exaltacióónseleibatemplando.––Dééjamequemeveaenelloscomoenunespejo,quemeveatanchiquitito...Sóóloasíí
llegarééaconocerme...viééndomeenojosdemujer..Y el espejo le miraba de un modo extrañño. Rosario pensaba: ««Este hombre no me
parececomolosdemáás;debedeestarloco.»»Apartóóse de pronto de ella Augusto, se miróó a síí mismo, y luego se palpóó,
exclamandoalcabo:––Yahora,Rosario,perdóóname.––¿¿Perdonarle?,¿¿porquéé?YhabííaenlavozdelapobreRosariomáásmiedoqueotrosentimientoalguno.Sentíía
deseos de huir, porque ella se decíía: ««Cuando uno empieza a decir o hacerincongruencias no séé adóónde va a parar.Estehombre seríía capazdematarmeenunarrebatodelocura.»»Ylebrotaronunasláágrimas.––¿¿Lo ves? ––le dijo Augusto––, ¿¿lo ves? Síí, perdóóname, Rosarito, perdóóname; no
sabííaloquemehacíía.Yellapensóó:««Loquenosabeesloquenosehace.»»––Yahora,¡¡vete,vete!––¿¿Meechausted?––No,medefiendo.¡¡Noteecho,no!¡¡Diosmelibre!Siquieresmeirééyoytequedas
aquíítúú,paraqueveasquenoteecho.««Decididamente,noestáábueno»»,pensóóellaysintióóláástimadeéél.––Vete,vete,ynomeolvides,¿¿eh?––lecogióódelabarbilla,acariciáándosela––.Nome
olvides,noolvidesalpobreAugusto.Laabrazóóyladiounlargoyapretadobesoenlaboca.Alsalirlamuchachaledirigióó
unamirada llenadeunmisteriosomiedo.Y apenas ella salióó, pensóópara sííAugusto:««Me desprecia, indudablemente me desprecia; he estado ridíículo, ridíículo, ridíículo...Pero¿¿quéésabeella,pobrecita,deestascosas?¿¿Quéésabeelladepsicologíía?»»Si el pobre Augusto hubiese podido entonces leer en el espííritu de Rosario habrííase
desesperadomáás. Porque la ingenuamozuela iba pensando: ««Cualquier díía vuelvo adarmeyounratoasííabeneficiodelaotrapróójima...»»ÍÍbale volviendo la exaltacióón a Augusto. Sentíía que el tiempo perdido no vuelve
trayendo las ocasiones que se desperdiciaron. Entróóle una rabia contra síí mismo. SinsaberquééhacííayporocupareltiempollamóóaLiduvinayalverlaantesíí,tanserena,tan rolliza, sonriééndose maliciosamente, fue tal y tan insóólito el sentimiento que leinvadióó, que diciééndole: ««¡¡Vete, vete, vete!»», se salióó a la calle. Es que temióó unmomentonopodercontenerseyasaltaraLiduvina.Alsaliralacalleseencalmóó.Lamuchedumbreescomounbosque;leponeaunoensu
lugar,lereencaja.««¿¿Estaréé bien de la cabeza?»», iba pensando Augusto. ««¿¿No seráá acaso que
mientrasyocreo ir formalmentepor la calle, como laspersonasnormales ––¿¿yquééesunapersonanormal?––,vayahaciendogestos,contorsionesypantomimas,yquelagentequeyocreopasasinmirarmeoquememiraindiferentementenoseaasíí,sinoqueestáántodos fijos enmíí y riééndose o compadeciééndome...? Y esta ocurrencia, ¿¿no es acasolocura?¿¿Estaréédeverasloco?Yenúúltimocaso,aunqueloestéé,¿¿quéé?Unhombredecorazóón,sensible,bueno,sinosevuelvelocoesporserunperfectomajadero.Elqueno estáá loco es o tonto o pillo. Lo que no quiere decir, claro estáá, que los pillos y lostontosnoenloquezcan.»»««LoquehehechoconRosario––prosiguióópensando––hasidoridíículo,sencillamente
ridíículo. ¿¿Quééhabráápensadodemíí?Y¿¿quééme importa loquedemíípienseunamozuela asíí?... ¡¡Pobrecilla! Pero... ¡¡con quéé ingenuidad se dejaba hacer! Es un serfisiolóógico,perfectamentefisiolóógico,nadamáásquefisiolóógico,sinpsicologííaalguna.Esinúútil,pues,tomarladeconejilladeIndiasoderanitaparaexperimentospsicolóógicos.A lo sumo fisiolóógico... Pero ¿¿es que la psicologíía, y sobre todo la feminidad, es algomáásquefisiologíía,osisequierepsicologííafisiolóógica?¿¿Tienelamujeralma?Yamííparametermeenexperimentospsicofisiolóógicosme faltapreparacióón téécnica.Nuncaasistíí a ningúún laboratorio... carezco, ademáás, de aparatos. Y la psicofisiologíía exigeaparatos.¿¿Estaréé,pues,loco?»»Despuéésdehabersedesahogadoconestasmeditacionescallejeras,porenmediodela
atareadamuchedumbreindiferenteasuscuitas,sintióóseyatranquiloysevolvióóacasa.
XXVFue Augusto a ver a Vííctor, a acariciar al tardíío hijo de este, a recrearse en la
contemplacióóndelanuevafelicidaddeaquelhogar,ydepasoaconsultarconéélsobreelestadodesuespííritu.Yalencontrarseconsuamigoasolas,ledijo:––¿¿Ydeaquellanovelao...¿¿cóómoera?...¡¡ah,síí,nivola!...queestabasescribiendo?,
¿¿supongoqueahora,conlodelhijo,lahabráásabandonado?––Puessuponesmal.Precisamenteporeso,porseryapadre,hevueltoaella.Yenella
desahogoelbuenhumorquemellena.––¿¿Querrííasleermealgodeella?SacóóVííctorlascuartillasyempezóóaleerporaquííyporallááasuamigo.––Pero,hombre,¡¡temehancambiado!––exclamóóAugusto.––¿¿Porquéé?––Porqueahííhaycosasquerayanenlopornográáficoyhastaalasvecespasandeello...––¿¿Pornográáfico? ¡¡De ninguna manera! Lo que hay aquíí son crudezas, pero no
pornografíías. Alguna vez algúún desnudo, pero nunca un desvestido... Lo que hay esrealismo...––Realismo,síí,yademáás...––Cinismo,¿¿noeseso?––¡¡Cinismo,síí!––Pero el cinismo no es pornografíía. Estas crudezas son un modo de excitar la
imaginacióónparaconducirlaaunexamenmááspenetrantede la realidadde las cosas;estascrudezassoncrudezas...pedagóógicas.¡¡Lodicho,pedagóógicas!––Yalgogrotescas...––Enefecto,noteloniego.Gustodelabufoneríía.––Queessiempreenelfondotéétrica.––Porlomismo.Nomeagradansinoloschisteslúúgubres,lasgraciasfunerarias.Larisa
porlarisamismamedagrima,yhastamiedo.Larisanoessinolapreparacióónparalatragedia.––Puesamííesasbufonadascrudasmeproducenundetestableefecto.––Porqueeresunsolitario,Augusto,unsolitario,entiééndemelobien,unsolitario...Yyo
las escribo para curar... No, no, no las escribo para nada, sino porque me divierteescribirlas,ysidiviertenalosquelasleanmedoyporpagado.Perosialavezlogroconellasponerencaminodecuracióónaalgúúnsolitariocomotúú,dedoblesoledad...––¿¿Doble?––Síí,soledaddecuerpoysoledaddealma.––Apropóósito,Vííctor...––Síí,yasééloquevasadecirme.Venííasaconsultarmesobretuestado,quedesdehace
algúúntiempoesalarmante,verdaderamentealarmante,¿¿noeseso?––Síí,esoes.––Loadivinéé.Puesbien,Augusto,cáásateycáásatecuantoantes.––Pero¿¿concuáál?––¡¡Ah!,pero¿¿haymáásdeuna?––Y¿¿cóómohasadivinadotambiéénesto?––Muysencillo.Sihubiesespreguntado:pero¿¿conquiéén?,nohabrííasupuestoquehay
máásdeunaniqueesaunahaya;masalpreguntar:pero¿¿concuáál?, seentiendeconcuááldelasdos,otres,odiez,oene.––Esverdad.––Cáásate,pues,cáásate,conunacualquieradelasenedequeestáásenamorado,conla
quetengasmáásamano.Ysinpensarlodemasiado.Yaves,yomecaséésinpensarlo;nostuvieronquecasar.––Esqueahoramehadadopordedicarmealasexperienciasdepsicologííafemenina.––LaúúnicaexperienciapsicolóógicasobrelaMujereselmatrimonio.Elquenosecasa,
jamááspodrááexperimentarpsicolóógicamenteelalmadelaMujer.Elúúnicolaboratoriodepsicologííafemeninaodeginepsicologííaeselmatrimonio.––Pero¡¡esonotieneremedio!––Ninguna experimentacióón de verdad le tiene. Todo el que se mete a querer
experimentaralgo,peroguardandolaretirada,noquemandolasnaves,nuncasabenadadecierto.Jamáástefííesdeotrocirujanoquedeaquelquesehayaamputadoasíímismo
algúún propiomiembro, ni te entregues a alienista que no estéé loco. Cáásate, pues, siquieressaberpsicologíía.––Demodoquelossolteros...––Ladelossolterosnoespsicologíía;noesmáásquemetafíísica,esdecir,máásallááde
lafíísica,máásalláádelonatural.––Y¿¿quééeseso?––Pocomenosqueenloqueestáástúú.––¿¿Yo estoy en lametafíísica? Pero ¡¡si yo, querido Vííctor, no estoymáás alláá de lo
natural,sinomáásacáádeello!––Esigual.––¿¿Cóómoqueesigual?––Síí,máásacáádelonaturaleslomismoquemáásalláá,comomáásalláádelespacio
eslomismoquemáásacáádeéél.¿¿Vesestalíínea?––ytrazóóunalííneaenunpapel––.Prolongadaporunoyotroextremoalinfinitoylosextremosseencontraráán,cerraráánenel infinito, donde se encuentra todo y todo se líía. Toda recta es curva de unacircunferenciaderadioinfinitoyenelinfinitocierra.Luegolomismodalodemáásacáádelonaturalquelodemáásalláá.¿¿Noestááclaro?––No,estááoscuríísimo,muyoscuro.––Puesporqueestáátanoscuro,cáásate.––Síí,pero...¡¡measaltantantasdudas!––Mejor,pequeññoHamlet,mejor.¿¿Dudas?,luegopiensas;¿¿piensas?,luegoeres.––Síí,dudarespensar.––Ypensaresdudarynadamáásquedudar.Secree,sesabe,seimaginasindudar;nila
fe,nielconocimiento,nilaimaginacióónsuponendudayhastaladudalasdestruye,perono se piensa sin dudar. Y es la duda lo que de la fe y del conocimiento, que son algoestáático,quieto,muerto,hacepensamiento,queesdináámico,inquieto,vivo.––¿¿Ylaimaginacióón?––Síí, ahíí cabe alguna duda. Suelo dudar lo que les he de hacer decir o hacer a los
personajesdeminivola,yaundespuéésdequeleshehechodecirohaceralgodudodesiestuvobienysiesloqueenverdadlescorresponde.Pero...¡¡pasoportodo!Síí,síí,cabedudaenelimaginar,queesunpensar...
***
MientrasAugustoyVííctorsostenííanestaconversacióónnivolesca,yo,elautordeestanivola,que tienes, lector, en lamanoyestáás leyendo,mesonreííaenigmááticamentealver que mis nivolescos personajes estaban abogando por míí y justifïïcando misprocedimientos, y me decíía a míí mismo: ««¡¡Cuáán lejos estaráán estos infelices depensarquenoestáánhaciendootracosaquetratardejustificarloqueyoestoyhaciendoconellos!AsíícuandounobuscarazonesparajustificarsenohaceenrigorotracosaquejustificaraDios.YyosoyelDiosdeestosdospobresdiablosnivolescos.»»
***
XXVIAugusto se dirigióó a casa de Eugenia dispuesto a tentar la úúltima experiencia
psicolóógica,ladefinitiva,aunquetemiendoqueellalerechazase.Yencontróóseconellaenlaescalera,quebajabaparasalircuandoéélsubííaparaentrar.––¿¿Ustedporaquíí,donAugusto?––Síí,yo;maspuestoquetieneustedquesalir,lodejarééparaotrodíía;mevuelvo.––No,estááarribamitíío.––Noesconsutíío,esconusted,Eugenia,conquientenííaquehablar.Dejéémoslopara
otrodíía.––No,no,volvamos.Lascosasencaliente.––Esquesiestáásutíío.––¡¡Bah!,¡¡esanarquista!Nolellamaremos.YobligóóaAugustoaquesubieseconella.Elpobrehombre,quehabííaidoconairesde
experimentador,sentííaseahorarana.Cuando estuvieron solos en la sala, Eugenia, sin quitarse el sombrero, con el traje de
calleconquehabííaentrado,ledijo:––Bien,sepamosquééesloquetenííaquedecirme.––Pues...pues...––yelpobreAugustobalbuceaba––pues...pues...––Bien;pues¿¿quéé?––Quenopuedodescansar,Eugenia;queleshedadomilvueltasenelmagíínalascosas
quenosdijimoslaúúltimavezquehablamos,yqueapesardetodonopuedoresignarme,¡¡no,nopuedoresignarme,nolopuedo!––Y¿¿aquééesloquenopuedeustedresignarse?––Pues¡¡aesto,Eugenia,aesto!––Y¿¿quééesesto?––Aesto,aquenoseamosmáásqueamigos...––¡¡Máás que amigos...! ¿¿Le parece a usted poco, seññor don Augusto?, ¿¿o es que
quiereustedqueseamosmenosqueamigos?––No,Eugenia,no,noeseso.––Pues¿¿quéées?––PorDios,nomehagasufrir..––Elquesehacesufriresustedmismo.––¡¡Nopuedoresignarme,no!––Pues¿¿quééquiereusted?––¡¡Queseamos...maridoymujer!––¡¡Acabááramos!––Paraacabarhayqueempezar.––¿¿Yaquellapalabraquemediousted?––Nosabííaloquemedecíía.––YlaRosarioaquella...––¡¡Oh,porDios,Eugenia,nomerecuerdeseso!,¡¡nopiensesenlaRosario!Eugeniaentoncessequitóóelsombrero,lodejóósobreunamesilla,volvióóasentarsey
luegopausadamenteyconsolemnidaddijo:––Pues bien, Augusto, ya que túú, que eres al fin y al cabo un hombre, no te crees
obligado a guardar la palabra, yo que no soy nadamáás que unamujer tampoco deboguardarla.Ademáás,quiero librartede laRosarioyde lasdemáásRosariosoPetrasquepuedanenvolverte.Loquenohizolagratitudportudesprendimientonihizoeldespechode lo que conMauriciome pasóó ––ya ves si te soy franca––, hace la compasióón. ¡¡Síí,Augusto,medaspena,muchapena! ––y al decir esto le diodos levespalmaditas con ladiestraenunarodilla.––¡¡Eugenia!––yletendióólosbrazoscomoparacogerla.––¡¡Eh,cuidadito!––exclamóóellaapartáándoselosyhurtáándosedeellos––¡¡cuidadito!––Pueslaotravez...laúúltimavez...––¡¡Síí,peroentonceseradiferente!««Estoyhaciendoderana»»,pensóóelpsicóólogoexperimental.––¡¡Síí––prosiguióóEugenia––,aunamigo,nadamáásqueamigo,puedenpermitíírsele
ciertaspequeññaslibertadesquenosedebenotorgaral...vamos,al...novio!––Puesnolocomprendo...
––Cuandonoshayamoscasado,Augusto,teloexplicaréé.Yahora,quietecito,¿¿eh?««Estoeshecho»»,pensóóAugusto,quesesintióóyacompletayperfectamenterana.––Yahora––agregóóEugenialevantáándose––voyallamaramitíío.––¿¿Paraquéé?––¡¡Toma,paradarleparte!––¡¡Esverdad!––exclamóóAugusto,consternado.AlmomentollegóódonFermíín.––Mire usted, tíío ––le dijo Eugenia––, aquíí tiene usted a donAugusto Péérez, que ha
venidoapedirmelamano.Yyoselaheconcedido.––¡¡Admirable!, ¡¡admirable! ––exclamóó don Fermíín––, ¡¡admirable! ¡¡Ven acáá, hija
míía,venacááqueteabrace!,¡¡admirable!––¿¿Tantoleadmiraaustedquevayamosacasarnos,tíío?––No,loquemeadmira,loquemearrebata,loquemesubyugaeslamaneradehaber
resueltoesteasunto,losdossolos,sinmedianeros...¡¡vivalaanarquíía!Yesláástima,esláástimaqueparallevaracabovuestropropóósitotengááisqueacudiralaautoridad...Porsupuesto,sinacatarlaenelfuerointernodevuestraconciencia,¿¿eh?,proformula,nadamáásqueproformula.Porqueyosééqueosconsiderááisyamaridoymujer. ¡¡Yentodocaso yo, yo solo, en nombre del Dios anáárquico, os caso! Y esto basta. ¡¡Admirable!,¡¡admirable!DonAugusto,desdehoyestacasaessucasa.––¿¿Desdehoy?––Tiene usted razóón, síí, lo fue siempre.Mi casa... ¿¿míía? Esta casa que habito fue
siempredeusted,fuesiempredetodosmishermanos.Perodesdehoy...ustedmeentiende.––Síí,leentiendeausted,tíío.EnaquelmomentollamaronalapuertayEugeniadijo:––¡¡Latíía!Yalentrarééstaenlasalayveraquello,exclamóó:––Ya,¡¡enterada!¿¿Conqueescosahecha?Estoyamelosabííayo.Augustopensaba:««¡¡Rana,ranacompleta!Ymehanpescadoentretodos.»»––Se quedaráá usted hoy a comer con nosotros, por supuesto, para celebrarlo... ––dijo
doññaErmelinda.––¡¡Yquééremedio!––seleescapóóalpobrerana.
XXVIIEmpezóóentoncesparaAugustounanuevavida.Casitodoeldííaselopasabaencasa
desunoviayestudiandonopsicologíía,sinoestéética.¿¿Y Rosario? Rosario no volvióó por su casa. La siguiente vez que le llevaron la ropa
planchada fue otra la que se la llevóó, una mujer cualquiera. Y apenas se atrevióó apreguntarporquéénovenííayaRosario. ¿¿Paraquéé, si leadivinaba?Yestedesprecio,porquenoerasinodesprecio,bienloconocííay,lejosdedolerle,casilehizogracia,Bien.BiensedesquitarííaéélenEugenia.Que,porsupuesto,seguííaconlode:««¡¡Eh,cuidaditoymanosquedas!»»¡¡Buenaeraellaparaotracosa!Eugenialetenííaaracióóndevistaynomáásquedevista,encendiééndoleelapetito.Unavezledijoéél:––¡¡Meentranunasganasdehacerunosversosatusojos!Yellalecontestóó:––¡¡Hazlos!––Mas para ello ––agregóó éél–– seríía conveniente que tocases un poco el piano.
Oyééndoteenéél,entuinstrumentoprofesional,meinspiraríía.––Peroyasabes,Augusto,quedesdeque,graciasatugenerosidad,hepodidoirdejando
mis lecciones no he vuelto a tocar el piano y que lo aborrezco. ¡¡Me ha costado tantasmolestias!––Noimporta,tóócalo,Eugenia,tóócaloparaqueyoescribamisversos.––¡¡Sea,peroporúúnicavez!SentóóseEugeniaatocarelpianoymientraslotocabaescribióóAugustoesto:Mialmavagabalejosdemicuerpoenlasbrumasperdidasdelaidea,perdidaallááenlasnotasdelamúúsicaquesegúúndicencantanlasesferas;yyacííamicuerposolitariosinalmaytristeerrandoporlatierra.Nacidosparaararjuntoslavidanovivíían;porqueééleramateriatansóóloyellanadamáásqueespííritubuscandocompletarse,¡¡dulceEugenia!Masbrotarontusojoscomofuentesdevivaluzencimademisendayprendieronamialmaylatrajerondelvagocieloaladudosatierra,metiééronlaenmicuerpo,ydesdeentonces¡¡ysóólodesdeentoncesvivo,Eugenia!Sontusojoscualclavosencendidosquemicuerpoamiespííritusujetan,quehacenquesueññeenmifebrillasangreyqueencarneconviertenmisideas.¡¡Siesaluzdemividaseapagara,desuncidosespíírituymateria,perderííameenbrumascelestialesydelprofundoenlavoraztiniebla!––¿¿Quééteparecen?––lepreguntóóAugustoluegoqueseloshuboleíído.––Comomipiano,pocoonadamusicales.Yesode««segúúndicen...»»––Síí,esparadarlefamiliaridad...––Ylode««dulceEugenia»»mepareceunripio.––¿¿Quéé?,¿¿queeresunripiotúú?––¡¡Ahíí,enesosversos,síí!Yluegotodoesomeparecemuy...muy...––Vamos,síí,muynivolesco.––¿¿Quééeseso?––Nada,untimoquenostraemosentreVííctoryyo.––Puesmira,Augusto,yonoquierotimosenmicasaluegoquenoscasemos,¿¿sabes?Ni
timosniperros.ConqueyapuedesirpensandoloquehasdehacerdeOrfeo...––Pero ¡¡Eugenia, por Dios!, ¡¡si ya sabes cóómo le encontréé, pobrecillo!, ¡¡si es
ademáásmiconfidente...!,¡¡siesaquiendirijomismonóólogostodos...!––Esquecuandonoscasemosnohadehabermonóólogosenmicasa.¡¡Estáádemáásel
perro!––PorDios,Eugenia,siquierahastaquetengamosunhijo...––Silotenemos...––Claro,silotenemos.Ysino,¿¿porquéénoelperro?,¿¿porquéénoelperro,delque
sehadichocontantajusticiaqueserííaelmejoramigodelhombresituviesedinero...?––No,situviesedineroelperronoserííaamigodelhombre,estoyseguradeello.Porque
nolotieneessuamigo.OtrodííaledijoEugeniaaAugusto:––Mira,Augusto, tengoquehablartedeunacosagrave,muygrave,yteruegoqueme
perdonesdeantemanosiloquevoyadecirte...––¡¡PorDios,Eugenia,habla!––Túúsabesaquelnovioquetuve...––Síí,Mauricio.––Peronosabesporquééletuvequedespacharalmuysinvergüüenza...––Noquierosaberlo.––Eso te honra. Pues bien; le tuve que despachar al haragáán y sinvergüüenza aquel,
pero...––¿¿Quéé,tepersiguetodavíía?––¡¡Todavíía!––¡¡Ah,comoyolecoja!...––No, no es eso.Me persigue, pero no ya con las intenciones que túú crees, sino con
otras.––¡¡Aver!,¡¡aver!––Notealarmes,Augusto,notealarmes.ElpobreMauricionomuerde,ladra.––Ah,pueshazloquediceelrefráánáárabe:««Sivasadetenerteconcadaperroquete
salgaa ladraralcamino;nunca llegaráásal findeéél.»»Nosirvetirarlespiedras.No lehagascaso.––Creoquehayotromediomejor.––¿¿Cuáál?––Llevaraprevencióónmendrugosdepanenelbolsilloeirlostirandoalosperrosque
salenaladrarnos,porqueladranporhambre.––¿¿Quééquieresdecir?––QueahoraMauricionopretendesinoque lebusqueunacolocacióóncualquieraoun
mododevivirydicequemedejarááenpaz,ysino...––Sino...––Amenazaconperseguirmeparacomprometerme...––¡¡Desvergonzado!,¡¡bandido!––No te exaltes. Y creo que lo mejor es quitáárnosle de en medio buscáándole una
colocacióóncualquieraqueledééparaviviryquesealomááslejosposible.Es,ademáás,demipartealgodecompasióónporqueelpobrecilloescomoes,y...––Acaso tengas razóón, Eugenia. Y mira, creo que podréé arreglarlo todo. Maññana
mismohablarééaunamigomííoymeparecequelebuscaremoseseempleo.Y,enefecto,pudoencontrarleelempleoyconseguirqueledestinasenbastantelejos.
XVIIITorcióó el gesto Augusto cuando una maññana le anuncióó Liduvina que un joven le
esperabayseencontróóluegoconqueeraMauricio.Estuvopordespedirlosinoíírle,peroleatraííaaquelhombrequefueenuntiemponoviodeEugenia,alqueestaquisoyacasoseguíía queriendo en algúúnmodo; aquel hombre que tal vez sabíía de la que iba a sermujerdeéél,deAugusto, intimidadesqueeste ignoraba;deaquelhombreque...Habííaalgoquelesuníía.––Vengo, seññor ––empezóó sumisamente Mauricio––, a darle las gracias por el favor
insignequemercedalamediacióóndeEugeniaustedsehadignadootorgarme...––No tiene usted de quéé darme las gracias, seññor míío, y espero que en adelante
dejarááustedenpazalaquevaasermimujer.––Pero¡¡siyonolahemolestadolomáásmíínimo!––Sééaquééatenerme.––Desdequemedespidióó, a hizobien endespedirme, porqueno soy yo el que a ella
corresponde,heprocuradoconsolarmecomomejorhepodidodeesadesgraciayrespetar,porsupuesto,susdeterminaciones.Ysiellalehadichoaustedotracosa...––Le ruego que no vuelva a mentar a la que va a ser mi mujer, y muchomenos que
insinúúe siquiera el que haya faltado lo máás míínimo a la verdad. Consuéélese comopuedaydééjenosenpaz.––Esverdad.Yvuelvoadarlesaustedesdoslasgraciasporelfavorquemehanhecho
proporcionáándomeeseempleííto.Irééaservirloymeconsolaréécomopueda.Porciertoquepiensollevarmeconmigoaunamuchachita...––Y¿¿amííquéémeimportaeso,caballero?––Esquemeparecequeusteddebedeconocerla...––¿¿Cóómo?,¿¿cóómo?,¿¿quiereustedburlarse...?––No...no...EsunatalRosario,queestááenuntallerdeplanchadoyquemeparecele
solííallevaraustedlaplancha...Augustopalidecióó.««¿¿Sabrááééstetodo?»»,sedijo,yestoleazaróóaúúnmáásque
suanteriorsospechadequeaquelhombresupiesedeEugenia loqueéélnosabíía.Perorepúúsosealprontoyexclamóó:––Y¿¿aquéémevieneustedahoraconeso?––Me parece ––prosiguióó Mauricio, como si no hubiese oíído nada–– que a los
despreciadossenosdebedejarelquenosconsolemoslosunosconlosotros.––Pero¿¿quééquiereusteddecir,hombre,quééquiereusteddecir?––ypensóóAugusto
siallíí,enaquelquefueescenariodesuúúltimaaventuraconRosario,estrangularííaonoaaquelhombre.––¡¡Noseexalteasíí,donAugusto,noseexalteasíí!Noquierodecirsinoloquehedicho.
Ella... la queustednoquiereque yomiente,medesprecióó,medespachóó, y yomeheencontradoconesapobrechicuela,alaqueotrodesprecióóy...Augustonopudoyacontenerse;palidecióóprimero,seencendióódespuéés,levantóóse,
cogióóaMauricioporlosdosbrazos,lolevantóóenviloylearrojóóenelsofáásindarseclaracuentadeloquehacíía,comoparaestrangularlo.Yentonces,alverseMauricioenelsofáá,dijoconlamayorfrialdad:––Mííreseustedahora,donAugusto,enmispupilasyverááquééchiquitoseve...El pobreAugusto creyóó derretirse. Por lomenos se le derritióó la fuerza toda de los
brazos, empezóó la estancia a convertirse en niebla a sus ojos; pensóó: ««¿¿Estaréésoññando?»»,yseencontróóconqueMauricio,depieyayfrenteaéél,lemirabaconunasocarronasonrisa:––¡¡Oh,nohasidonada,donAugusto,nohasidonada!Perdóónemeusted,unarrebato...
niséésiquiera loquemehice...nimedicuenta...Y¡¡gracias,gracias,otravezgracias!,¡¡graciasaustedya...ella!¡¡Adióós!ApenashabííasalidoMauricio,llamóóAugustoaLiduvina.––Di,Liduvina,¿¿quiéénhaestadoaquííconmigo?––Unjoven.––¿¿Dequééseññas?––Pero¿¿necesitaustedqueselodiga?––¿¿Deveras,haestadoaquííalguienconmigo?––¡¡Seññorito!
––No... no... júúrame que ha estado aquíí conmigo un joven y de las seññas que medigas... alto, rubio, ¿¿no es eso?, de bigote, máás bien grueso que flaco, de narizaguileñña...¿¿haestado?––Pero¿¿estááustedbueno,donAugusto?––¿¿Nohasidounsueñño...?––Comonolohayamossoññadolosdos...––No,nopuedensoññardosalmismotiempolamismacosa.Yprecisamenteseconoce
quealgonoessueññoenquenoesdeunosolo...––Pues¡¡síí,estéésetranquilo,síí!Estuvoesejovenquedice.––Y¿¿quéédijoalsalir?––Alsalirnohablóóconmigo...nilevi...––Ytúú¿¿sabesquiéénes,Liduvina?––Síí,sééquiéénes.Elquefuenoviode...––Síí,basta.Yahora,¿¿dequiéénloes?––Esoyaserííasaberdemasiado.––Comolasmujeressabééistantascosasquenoosenseññan...––Síí,yencambionologramosaprenderlasquequierenenseññamos.––Puesbueno,dilaverdad,Liduvina:¿¿nosabesconquiéénandaahoraese...próójimo?––No,peromelofiguro.––¿¿Porquéé?––Porloqueestááusteddiciendo.––Bueno,llamaahoraaDomingo.––¿¿Paraquéé?––Parasabersiestoytambiééntodavííasoññandoono,ysitúúeresdeverdadLiduvina,
sumujer,osi...––¿¿OsiDomingoestáásoññandotambiéén?Perocreoquehayotracosamejor.––¿¿Cuáál?––QuevengaOrfeo.––Tienesrazóón;¡¡esenosueñña!Alpocorato,habiendoyasalidoLiduvina,entrabaelperro.««¡¡Ven acáá, Orfeo ––le dijo su amo––, ven acáá! ¡¡Pobrecito!, ¡¡quéé pocos díías te
quedanyadevivirconmigo!Notequiereellaencasa.Y¿¿adóóndevoyaecharte?,¿¿quéévoyahacerde ti?, ¿¿quééserááde ti sinmíí?Erescapazdemorirte, ¡¡lo séé!Sóólounperroescapazdemorirsealversesinamo.Yyohesidomáásquetuamo,¡¡tupadre,tudios!¡¡Notequiereencasa;teechademilado!¿¿Esquetúú,elsíímbolodelafelicidad,leestorbas en casa? ¡¡Quiéén lo sabe...! Acaso un perro sorprende los máás secretospensamientosdelaspersonasconquienesvive,yaunquesecalle...¡¡Ytengoquecasarme,no tengomáás remedio que casarme... si no, jamáás voy a salir del sueñño! Tengo quedespertar.»»««Pero¿¿porquéémemirasasíí,Orfeo?¡¡Siparecequellorassinláágrimas...!¿¿Esque
mequieresdeciralgo?,teveosufrirpornotenerpalabras.¡¡Quééprontoasegurééquetúúno sueññas! ¡¡Túú síí que me estáás soññando, Orfeo! ¿¿Por quéé somos hombres loshombressinoporquehayperrosygatosycaballosybueyesyovejasyanimalesdetodaclase,sobretododoméésticos?,¿¿esqueafaltadeanimalesdoméésticosenquedescargarelpesodelaanimalidaddelavidahabrííaelhombrellegadoasuhumanidad?¿¿Esqueanohaberdomesticadoelhombrealcaballonoandarííalamitaddenuestrolinajellevandoacuestasalaotramitad?Síí,avosotrosseosdebelacivilizacióón.Yalasmujeres.Pero¿¿noesacasolamujerotroanimaldomééstico?Ydenohabermujeres,¿¿serííanhombresloshombres?¡¡Ay,Orfeo,vienedefueraquiendecasateecha!»»Yleapretóócontrasuseno,yelperro,queparecííaenefectollorar,lelamííalabarba.
XXIXTodoestabadispuestoyaparalaboda.Augustolaquerííarecogidaymodesta,peroella,
sumujerfutura,parecííapreferirqueselediesemáásboatoyresonancia.Amedida que se acercaba aquel plazo, el novio ardíía por tomarse ciertas pequeññas
libertadesyconfianzas,yella,Eugenia,semantenííamáásenreserva.––Pero¡¡sidentrodeunosdííasvamosaserelunodelotro,Eugenia!––Puesporlomismo.Esmenesterqueempecemosyaarespetarnos.––Respeto...Respeto...Elrespetoexcluyeelcariñño.––Esocreeráástúú...¡¡Hombrealfin!YAugustonotabaenellaalgoextrañño,algoforzado.Algunavezparecióólequetrataba
deesquivarsusmiradas.Yseacordóódesumadre,desupobremadre,ydelanheloquesintióósiempreporquesuhijosecasarabien.Yahora,próóximoacasarseconEugenia,leatormentabamáásloqueMauricioledijeradellevarseaRosario.Sentííacelos,unoscelosfuriosos,yrabiaporhaberdejadopasarunaocasióón,porelridíículoenquequedóóantelamozuela. ««Ahora estaráán riééndose los dos demíí ––se decíía––, y éél doblemente,porquehadejadoaEugeniaencajáándomelayporqueseme llevaaRosario.»»YalgunavezleentraronfuriosasganasderompersucompromisoydeiralaconquistadeRosario,aarrebatáárselaaMauricio.––Ydeaquellamocita,deaquellaRosario,¿¿quéésehahecho?––lepreguntóóEugenia
unosdííasantesdeldelaboda.––Y¿¿aquéévienerecordarmeahoraeso?––¡¡Ah,sinotegustaelrecuerdo,lodejaréé!––No...no...pero...––Síí,comounavez interrumpióóellaunaentrevistanuestra...¿¿Nohasvueltoasaber
deella?––ylemiróóconmiradadelasqueatraviesan.––No,nohevueltoasaberdeella.––¿¿Quiéénlaestarááconquistandooquiéénlahabrááconquistadoaestashoras...?––y
apartandosumiradadeAugustolafijóóenelvacíío,máásalláádeloquemiraba.Por la mente del novio pasaron, en tropel, extrañños agüüeros. ««Esta parece saber
algo»»,sefijo,yluegoenvozalta:––¿¿Esquesabesalgo?––¿¿Yo?––contestóóellafingiendoindiferenciayvolvióóamirarle.Entrelosdosflotabasombrademisterio.––Supongoquelahabráásolvidado...––Pero¿¿aquééestainsistenciaenhablarmedeesa...chiquilla?––¡¡Quéésééyo!...Porque,hablandodeotracosa,¿¿quéélepasarááaunhombrecuando
otrolequitalamujeraquepretendííayselalleva?AAugustolesubióóunaoleadadesangrealacabezaaloííresto.Entrááronleganasde
salir, correr enbuscadeRosario, ganarla y volver conella aEugeniaparadecir a esta:««¡¡Aquíílatienes,esmííaynode...tuMauricio!»»Faltaban tres díías para el de la boda. Augusto salióó de casa de su novia pensativo.
Apenaspudodormiraquellanoche.Alamaññanasiguiente,apenasdespertóó,entróóLiduvinaensucuarto.––Aquíí hay una carta para el seññorito; acaban de traerla. Me parece que es de la
seññoritaEugenia...––¿¿Carta?,¿¿deella?,¿¿deellacarta?¡¡Dééjalaahííyvete!Salióó Liduvina. Augusto empezóó a temblar. Un extrañño desasosiego le agitaba el
corazóón.SeacordóódeRosario, luegodeMauricio.Peronoquiso tocar lacarta.Miróócon terror al sobre. Se levantóó, se lavóó, se vistióó, pidióó el desayuno, devoráándololuego. ««No,noquiero leerla aquíí»», sedijo.Salióóde su casa, fuesea la iglesiamááspróóxima, y allíí, entre unos cuantos devotos que oíían misa, abrióó la carta. ««Aquíítendrééquecontenerme––sedijo––,porqueyonosééquéécosasmediceelcorazóón.»»Ydecííalacarta:
««ApreciableAugusto:CuandoleasestaslííneasyoestarééconMauriciocaminodelpuebloadondeééstevadestinadograciasatubondad,alaquedebotambiéénpoderdisfrutardemisrentas,queconelsueldodeéélnospermitiráávivirjuntosconalgúúndesahogo. No te pido que me perdones, porque despuéés de esto creo que te
convenceráásdequeniyotehubierahechofeliznitúúmuchomenosamíí.Cuandosetepaselaprimeraimpresióónvolverééaescribirteparaexplicarteporquéédoyestepasoahoraydeestamanera.Mauricioquerííaquenoshubiééramosescapadoeldííamismodelaboda,despuéésdesalirdelaiglesia;perosuplaneramuycomplicadoyme parecióó, ademáás, una crueldad inúútil. Y como te dije en otra ocasióón, creoquedaremosamigos.Tuamiga.
EugeniaDomingodelArco.
P.S.NovieneconnosotrosRosario.Tequedaahííypuedesconellaconsolarte.»»Augustosedejóócaerenunbanco,anonadado.Alpocoratosearrodillóóyrezaba.Al salir de la iglesiaparecííaleque iba tranquilo,mas erauna terrible tranquilidadde
bochorno.SedirigióóacasadeEugenia,dondeencontróóalospobrestííosconsternados.Lasobrinaleshabííacomunicadoporcartasudeterminacióónynoremanecióóentodalanoche.Habííatomadolaparejauntrenquesalióóalanochecer,muypocodespuéésdelaúúltimaentrevistadeAugustoconsunovia.––Y¿¿quééhacemosahora?––dijodoññaErmelinda.––¡¡Quééhemosdehacer,seññora––contestóóAugusto––,sinoaguantarnos!––¡¡Estoesunaindignidad––exclamóódonFermíín––;estascosasnodebííanquedarsin
unejemplarcastigo!––Y¿¿esusted,donFermíín,usted,elanarquista...?––Y ¿¿quéé tiene que ver? Estas cosas no se hacen asíí. ¡¡No se engañña asíí a un
hombre!––¡¡Alotronolehaengaññado!––dijofrííamenteAugusto,ydespuéésdehaberlodicho
seaterróódelafrialdadconquelodijera.––Peroleengaññaráá...leengaññaráá...¡¡nolodudeusted!Augusto sintióó un placer diabóólico al pensar que Eugenia engaññaríía al cabo a
Mauricio.««Peronoyaconmigo»»,sedijomuybajito,demodoqueapenassiseoyeseasíímismo.––Bueno, seññores, lamento lo sucedido, y máás que nada por su sobrina, pero debo
retirarme.––Ustedcomprenderáá,donAugusto,quenosotros...––empezóódoññaErmelinda.––¡¡Claro!,¡¡claro!Pero...Aquellonopodííaprolongarse.Augusto,despuéésdebrevespalabrasmáás,sesalióó.Ibaaterradodesíímismoydeloquelepasaba,omejoraúún,deloquenolepasaba.
Aquellafrialdad,almenosaparente,conquerecibióóelgolpedelaburlasuprema,aquellacalmalehacííaquehastadudasedesupropiaexistencia.««Siyofueseunhombrecomolosdemáás––sedecíía––,concorazóón;sifuesesiquieraunhombre,siexistiesedeverdad,¿¿cóómo podíía haber recibido esto con la relativa tranquilidad con que lo recibo?»» Yempezóó,sindarsedeellocuenta,apalparse,yhastasepellizcóóparaversilosentíía.Deprontosintióóquealguienletirabadeunapierna.EraOrfeo,quelehabííasalidoal
encuentro,paraconsolarlo.AlveraOrfeosintióó, ¡¡cosaextrañña!,unagranalegríía, lotomóóenbrazosy ledijo:««¡¡Aléégrate,Orfeomíío, aléégrate!, ¡¡alegréémonos losdos!¡¡Yanoteechandecasa;yanoteseparandemíí;yanonossepararáánalunodelotro!Viviremosjuntosenlavidayenlamuerte.Nohaymalqueporbiennovenga,porgrandequeelmalseayporpequeññoqueseaelbien,oalrevéés.¡¡Túú,túúeresfiel,Orfeomíío,túúeresfiel!Yoyasupongoquealgunasvecesbuscaráástuperra,peronoporesohuyesdecasa,noporesomeabandonas;túúeresfiel,túú.Ymira,paraquenotengasnuncaquemarcharte,traerééunaperraacasa,síí,telatraeréé.Porqueahora,¿¿esquehassalidoamiencuentroparaconsolarlapenaquedebííatener,oesquemeencuentrasalvolverdeunavisitaatuperra?Detodosmodos,túúeresfiel,túú,yyanadieteecharáádemicasa,nadienossepararáá.»»Entróóensucasa,ynobiensevolvióóaverenella,solo,seledesencadenóóenelalma
latempestadqueparecííacalma.Leinvadióóunsentimientoenquesedabanconfundidostristeza,amarga tristeza,celos, rabia,miedo,odio,amor,compasióón,desprecio,ysobretodo vergüüenza, una enorme vergüüenza, y la terrible conciencia del ridíículo en quequedaba.––¡¡Mehamatado!––ledijoaLiduvina.––¿¿Quiéén?––Ella.Y se encerróó en su cuarto. Y a la vez que las imáágenes de Eugenia y deMauricio
presentáábaseasuespíírituladeRosario,quetambiéénseburlabadeéél.Yrecordabaasu madre. Se echóó sobre la cama, mordióó la almohada, no acertaba a decirse nada
concreto, se le enmudecióó el monóólogo, sintióó como si se le acorchase el alma yrompióó a llorar. Y lloróó, lloróó, lloróó. Y en el llanto silencioso se le derretíía elpensamiento.
XXXVííctorencontróóaAugustohundidoenunrincóóndeunsofáá,mirandomáásabajodel
suelo.––¿¿Quééeseso?––lepreguntóóponiééndoleunamanosobreelhombro.––Y¿¿mepreguntasquééesesto?¿¿Nosabesloquemehapasado?––Síí,sééloquetehapasadoporfuera,esdecir,loquehahechoella;loquenosééeslo
quelopasapordentro,esdecir,nosééporquééestáásasíí...––¡¡Pareceimposible!––Setehaidounamor,eldea;¿¿notequedaeldeb,oeldec,oeldex,oeldeotra
cualquieradelasn?––Noeslaocasióónparabromas,creo.––Alcontrario,estaeslaocasióóndebromas.––Esquenomedueleenelamor;¡¡eslaburla,laburla,laburla!Sehanburladodemíí,
mehanescarnecido,mehanpuestoenridíículo;hanqueridodemostrarme... ¿¿quéésééyo?...quenoexisto.––¡¡Quééfelicidad!––Noteburles,Vííctor.––Y¿¿porquéénomehedeburlar?Túú,queridoexperimentador, laquisiste tomarde
rana,yesellalaquetehatomadoderanaati.¡¡Chapúúzate,pues,enlacharca,yacroaryavivir!––Teruegootravez...––Quenobromee,¿¿eh?Puesbromearéé.Paraestasocasionessehahecholaburla.––Esqueesoescorrosivo.––Y hay que corroer. Y hay que confundir. Confundir sobre todo, confundirlo todo.
Confundir el sueñño con la vela, la ficcióón con la realidad, lo verdadero con lo falso;confundirlotodoenunasolaniebla.Labromaquenoescorrosivayconfundentenosirvepara nada. El niñño se rííe en la tragedia; el viejo llora en la comedia.Quisiste hacerlarana,tehahechorana;acééptalo,pues,ysééparatimismorana.––¿¿Quééquieresdecirconeso?––Experimentaentimismo.––Síí,quemesuicide.––Nodigoniquesííniqueno.Serííaunasolucióóncomootra,peronolamejor.––Entonces,quelesbusqueylesmate.––Matar pormatar es undesatino.A lo sumopara librarsedel odio, quenohace sino
corromperelalma.Porquemáásdeunrencorososecuróódelrencorysintióópie-dad,yhastaamorasuvííctima,unavezquesatisfizosuodioenella.Elactomaloliberadelmalsentimiento.Yesporquelaleyhaceelpecado.––Y¿¿quéévoyahacer?––Habráásoíídoqueenestemundonohaysinodevoraroserdevorado...––Síí,burlarsedeotrososerburlado.––No;cabeotrotéérminoterceroyesdevorarseunoasíímismo,burlarsedesíímismo
uno.¡¡Devóórate!Elquedevoragoza,peronosehartaderecordarelacabamientodesusgocesysehacepesimista;elqueesdevoradosufre,ynosehartadeesperarlaliberacióóndesuspenasysehaceoptimista.Devóórateatimismo,ycomoelplacerdedevorarteseconfundiráá y neutralizaráá con el dolor de ser devorado, llegaráás a la perfectaecuanimidaddeespííritu,alaataraxia;noseráássinounmeroespectááculoparatimismo.––Y¿¿erestúú,túú,Vííctor,túúelquemevienesconesascosas?––¡¡Síí,yo,Augusto,yo,soyyo!––Puesenuntiemponopensabasdeesamaneratan...corrosiva.––Esqueentoncesnoerapadre.––Y¿¿elserpadre...?––Elserpadre,alquenoestáálocooesunmentecato,ledespiertalomáásterribleque
hayenelhombre:¡¡elsentidodelaresponsabilidad!Yoentregoamihijoellegadoperennedelahumanidad.Conmeditarenelmisteriodelapaternidadhayparavolverseloco.Ysilos máás de los padres no se vuelven locos es porque son tontos... o no son padres.Regocííjate, pues, Augusto, que con eso de habéérsete escapado te evitóó acaso el quefuesespadre.Yyotedijequetecasaras,peronoquetehiciesespadre.Elmatrimonioesunexperimento...psicolóógico;lapaternidadloes...patolóógico.
––¡¡Esquemehahechopadre,Vííctor!––¿¿Cóómo?,¿¿quetehahechopadre?––¡¡Síí,demíímismo!Conestocreohabernacidodeveras.Yparasufrir,paramorir.––Síí, el segundonacimiento, el verdadero, es nacer por el dolor a la conciencia de la
muerte incesante, de que estamos siempre muriendo. Pero si te has hecho padre de timismoesquetehashechohijodetimismotambiéén.––Pareceimposible,Vííctor,pareceimposiblequepasáándomeloquemepasa,despuéés
deloquehahechoconmigo... ¡¡ella!,puedatodavííaoíírconcalmaestassutilezas,estosjuegosdeconcepto,estashumoradasmacabras,yhastaalgopeor...––¿¿Quéé?––Quemedistraigan.¡¡Meirritocontramíímismo!––Eslacomedia,Augusto,eslacomediaquerepresentamosantenosotrosmismos,enlo
quesellamaelforointerno,eneltabladodelaconciencia,haciendoalavezdecóómicosyde espectadores. Y en la escena del dolor representamos el dolor y nos parece undesentonoelquederepentenosentreganasdereíírentonces.Yescuandomáásganasnosdadeello.¡¡Comedia,comediaeldolor!––¿¿Ysilacomediadeldolorlellevaaunoasuicidarse?––¡¡Comediadesuicidio!––¡¡Esquesemueredeveras!––¡¡Comediatambiéén!––Pues¿¿quééesloreal,loverdadero,losentido?––Y¿¿quiééntehadichoquelacomedianoesrealyverdaderaysentida?––¿¿Entonces?––Quetodoesunoylomismo;quehayqueconfundir,Augusto,hayqueconfundir.Yel
quenoconfundeseconfunde.––Yelqueconfundetambiéén.––Acaso.––¿¿Entonces?––Puesesto,charlar,sutilizar,jugarconlaspalabrasylosvocablos...¡¡pasarelrato!––¡¡Ellossííqueloestaráánpasando!––¡¡Ytúútambiéén!¿¿tehasencontradonuncaatuspropiosojosmáásinteresanteque
ahora?¿¿Cóómosabeunoquetieneunmiembrosinoleduele?––Bueno,y¿¿quéévoyahaceryoahora?––¡¡Hacer...hacer...hacer..!¡¡Bah,yateestáássintiendopersonajededramaodenovela!
¡¡Contentéémonos con serlo de... nivola! ¡¡Hacer... hacer... hacer...! ¿¿Te parece quehacemos poco con estar asíí hablando? Es la maníía de la accióón, es decir, de lapantomima.Dicenquepasanmuchascosasenundramacuandolosactorespuedenhacermuchosgestosydargrandespasosyfingirduelosysaltary...¡¡pantomima!,¡¡pantomima!¡¡Hablandemasiado!,dicenotrasveces.Comosielhablarnofuesehacer.EnelprincipiofuelaPalabrayporlaPalabrasehizotodo.Siahora,porejemplo,algúún...nivolistaocultoahíí, tras ese armario, tomase nota taquigrááfica de cuanto estamos aquíí diciendo y loreprodujese,esfáácilquedijeranloslectoresquenopasanada,ysinembargo...––¡¡Oh,sipudiesenvermepordentro,Vííctor,teaseguroquenodirííantalcosa!––¿¿Por dentro?, ¿¿por dentro de quiéén?, ¿¿de ti?, ¿¿de míí? Nosotros no tenemos
dentro.Cuandonodirííanqueaquíínopasanadaescuandopudiesenversepordentrodesíímismos,deellos,de losque leen.Elalmadeunpersonajededrama,denovelaodenivolanotienemáásinteriorqueelqueleda...––Síí,suautor.––No,ellector.––Puesyoteaseguro,Vííctor...––Noaseguresnadaydevóórate.Esloseguro.––Y me devoro, me devoro. Empecéé, Vííctor, como una sombra, como una ficcióón;
duranteaññoshevagadocomounfantasma,comounmuññecodeniebla,sincreerenmipropia existencia, imagináándome ser un personaje fantáástico que un oculto genioinventóó para solazarse o desahogarse; pero ahora, despuéés de lo queme han hecho,despuéés de lo queme han hecho, despuéés de esta burla, de esta ferocidad de burla,¡¡ahorasíí!,¡¡ahoramesiento,ahoramepalpo,ahoranodudodemiexistenciareal!––¡¡Comedia!,¡¡comedia!,¡¡comedia!––¡¡,Cóómo?––Síí,enlacomediaentraelquesecreareyelquelorepresenta.––Pero¿¿quééteproponescontodoesto?––Distraerte.Yademáás,quesi,comotedecíía,unnivolistaocultoquenosestééoyendo
tomanotadenuestraspalabrasparareproducirlasundíía,el lectorde lanivola lleguea
dudar,siquierafueseunfugitivomomento,desupropiarealidaddebultoysecreaasuveznomáásqueunpersonajenivolesco,comonosotros.––Yeso¿¿paraquéé?––Pararedimirle.––Síí,yaheoíídodecirquelomáásliberadordelarteesquelehaceaunoolvidarque
exista. Hay quien se hunde en la lectura de novelas para distraerse de síímismo, paraolvidarsuspenas...––No,lomáásliberadordelarteesquelehaceaunodudardequeexista.––Y¿¿quééesexistir?––¿¿Ves?Yatevascurando;yaempiezasadevorarte.Lopruebaesapregunta.¡¡Serono
ser,quedijoHamlet,unodelosqueinventaronaShakespeare.––Puesamíí,Vííctor,esodeseronosermehaparecidosiempreunasolemnevaciedad.––Lasfrases,cuantomáásprofundas,sonmáásvacíías.Nohayprofundidadmayorquela
deunpozosinfondo.¿¿Quééteparecelomáásverdaderodetodo?––Pues...pues...lodeDescartes:««Pienso,luegosoy.»»––No,sinoesto:AigualaA.––Pero¡¡esonoesnada!––Ypor lomismoes lomáásverdadero,porquenoesnada.Peroesaotravaciedadde
Descartes,¿¿lacreestanincontrovertible?––¡¡Ytanto...!––Puesbien,¿¿lodijoesoDescartes?––¡¡Síí!––Y no era verdad. Porque como Descartes no ha sidomáás que un ente ficticio, una
invencióóndelahistoria,pues...¡¡niexistióó...nipensóó!––Y¿¿quiééndijoeso?––Esonolodijonadie;esosedijoellomismo.––Entonces,¿¿elqueeraypensabaeraelpensamientoese?––¡¡Claro!Y,figúúrate,esoequivaleadecirqueserespensaryloquenopiensanoes.––¡¡Claroestáá!––Puesnopienses,Augusto,nopienses.Ysiteempeññasenpensar...––¿¿Quéé?––¡¡Devóórate!––Esdecir,¿¿quemesuicide...?––Enesoyanomequierometer.¡¡Adióós!YsesalióóVííctor,dejandoaAugustoperdidoyconfundidoensuscavilaciones.
XXXIAquellatempestaddelalmadeAugustoterminóó,comoenterriblecalma,endecisióón
desuicidarse.Querííaacabarconsigomismo,queeralafuentedesusdesdichaspropias.Masantesde llevaracabosupropóósito,comoelnááufragoqueseagarraaunadéébiltabla, ocurrióósele consultarlo conmigo, con el autor de todo este relato. Por entonceshabííaleíídoAugustounensayomííoenque,aunquedepasada,hablabadelsuicidio,ytalimpresióónparecióóhacerle,asíícomootrascosasquedemííhabííaleíído,quenoquisodejarestemundosinhabermeconocidoyplaticadounratoconmigo.Emprendióó,pues,unviajeacáá,aSalamanca,dondehacemáásdeveinteaññosvivo,paravisitarme.Cuando me anunciaron su visita sonreíí enigmááticamente y le mandéé pasar a mi
despacho-libreríía.Entróóenéélcomounfantasma,miróóaunretratomííoalóóleoqueallíípresidealoslibrosdemilibreríía,yaunaseññamííasesentóó,frenteamíí.Empezóó habláándome de mis trabajos literarios y máás o menos filosóóficos,
demostrandoconocerlosbastantebien,loquenodejóó,¡¡claroestáá!,dehalagarme,yenseguida empezóó a contarme su vida y sus desdichas. Le atajéé diciééndole que seahorraseaqueltrabajo,puesdelasvicisitudesdesuvidasabííayotantocomoéél,yselodemostréécitáándolelosmáásííntimospormenoresylosqueéélcreííamáássecretos.Memiróóconojosdeverdaderoterrorycomoquienmiraaunserincreííble;creíínotarqueselealterabaelcolorytrazadelsemblanteyquehastatemblaba.Letenííayofascinado.––¡¡Parecementira!––repetíía––,¡¡parecementira!Anoverlonolocreeríía...Noséési
estoydespiertoosoññando...––Nidespiertonisoññando––lecontestéé.––Nomeloexplico...nomeloexplico––aññadióó––;maspuestoqueustedparecesaber
sobremíítantocomosééyomismo,acasoadivinemipropóósito...––Síí––ledije––,túú––yrecalquééestetúúconuntonoautoritario––,túú,abrumadopor
tusdesgracias,hasconcebidoladiabóólicaideadesuicidarte,yantesdehacerlo,movidoporalgoquehasleíídoenunodemisúúltimosensayos,vienesaconsultáármelo.El pobre hombre temblaba como un azogado,miráándome como un poseíídomiraríía.
Intentóólevantarse,acasoparahuirdemíí;nopodíía.Nodisponííadesusfuerzas.––¡¡No,notemuevas!––leordenéé.––Esque...esque...––balbuceóó.––Esquetúúnopuedessuicidarte,aunqueloquieras.––¿¿Cóómo?––exclamóóalversedetalmodonegadoycontradicho.––Síí.Paraqueunosepuedamatarasíímismo,¿¿quééesmenester?––lepreguntéé.––Quetengavalorparahacerlo––mecontestóó.––No––ledije––,¡¡queestéévivo!––¡¡Desdeluego!––¡¡Ytúúnoestáásvivo!––¿¿Cóómo que no estoy vivo?, ¿¿es queme hemuerto? ––y empezóó, sin darse clara
cuentadeloquehacíía,apalparseasíímismo.––¡¡No, hombre, no! ––le repliquéé––. Te dije antes que no estabas ni despierto ni
dormido,yahoratedigoquenoestáásnimuertonivivo.––¡¡Acabeusteddeexplicarsedeunavez,porDios!,¡¡acabedeexplicarse!––mesuplicóó
consternado––,porquesontaleslascosasqueestoyviendoyoyendoestatarde,quetemovolvermeloco.––Puesbien; laverdades,queridoAugusto––ledijecon lamáásdulcedemisvoces––,
quenopuedesmatarteporquenoestáásvivo, yquenoestáásvivo,ni tampocomuerto,porquenoexistes...––¿¿Cóómoquenoexisto?––exclamóó.––No,noexistesmáásquecomoentedeficcióón;noeres,pobreAugusto,máásqueun
productodemifantasííaydelasdeaquellosdemislectoresqueleanelrelatoquedetusfingidas venturas y malandanzas he escrito yo; túú no eres máás que un personaje denovela,odenivola,ocomoquierasllamarle.Yasabes,pues,tusecreto.Al oíír esto quedóóse el pobre hombremiráándome un rato con una de esasmiradas
perforadorasqueparecenatravesarlamiraairmáásalláá,miróóluegounmomentoamiretratoalóóleoquepresideamislibros,levolvióóelcoloryelaliento,fuerecobráándose,sehizodueññodesíí,apoyóóloscodosenmicamilla,aqueestabaarrimadofrenteamííy,la cara en las palmas de lasmanos ymiráándome con una sonrisa en los ojos,me dijo
lentamente:––Mire usted bien, don Miguel... no sea que estéé usted equivocado y que ocurra
precisamentetodolocontrariodeloqueustedsecreeymedice.––Y¿¿quééeslocontrario?––lepreguntééalarmadodeverlerecobrarvidapropia.––Nosea,miqueridodonMiguel––aññadióó––,queseaustedynoyoelentedeficcióón,
el que no existe en realidad, ni vivo, ni muerto... No sea que usted no pase de ser unpretextoparaquemihistorialleguealmundo...––¡¡Esomáásfaltaba!––exclamééalgomolesto.––No seexalteustedasíí, seññordeUnamuno ––me replicóó––, tengacalma.Ustedha
manifestadodudassobremiexistencia...––Dudas no ––le interrumpíí––; certeza absoluta de que túú no existes fuera de mi
produccióónnovelesca.––Bueno,puesnoseincomodetantosiyoamivezdudodelaexistenciadeustedynode
lamíía propia. Vamos a cuentas: ¿¿no ha sido usted el que no una sino varias veces hadichoquedonQuijoteySanchosonnoyatanreales,sinomáásrealesqueCervantes?––Nopuedonegarlo,peromisentidoaldeciresoera...––Bueno,dejéémonosdeesossentiresyvamosaotracosa.Cuandounhombredormidoa
inerte en la cama sueñña algo, ¿¿quéé es lo quemáás existe, éél como conciencia quesueñña,osusueñño?––¿¿Ysisueññaqueexisteéélmismo,elsoññador?––lerepliquééamivez.––Enesecaso,amigodonMiguel,lepreguntoyoamivez,¿¿dequéémaneraexisteéél,
comosoññadorquesesueñña,ocomosoññadoporsíímismo?Yfííjese,ademáás,enquealadmitirestadiscusióónconmigomereconoceyaexistenciaindependientedesíí.––¡¡No, eso no!, ¡¡eso no! ––le dije vivamente––. Yo necesito discutir, sin discusióón no
vivo y sin contradiccióón, y cuando no hay fuera demíí quienme discuta y contradigainventodentrodemííquienlohaga.Mismonóólogossondiáálogos.––Yacasolosdiáálogosqueustedforjenoseanmáásquemonóólogos...––Puedeser.Perotedigoyrepitoquetúúnoexistesfuerademíí...––Yyovuelvoainsinuarleaustedlaideadequeesustedelquenoexistefuerademííy
de los demáás personajes a quienes usted cree haber inventado. Seguro estoy de queserííandemiopinióóndonAvitoCarrascalyelgrandonFulgencio...––Nomientesaese...––Bueno,basta,nolemotejeusted.Yvamosaver,¿¿quééopinausteddemisuicidio?––Puesopinoquecomotúúnoexistesmáásqueenmifantasíía,telorepito,ycomono
debesnipuedeshacersinoloqueamíímedéélagana,ycomonomedalarealganadequetesuicides,notesuicidaráás.¡¡Lodicho!––Esodenomedalarealgana,seññordeUnamuno,esmuyespaññol,peroesmuyfeo.
Yademáás,aunsuponiendosuperegrinateorííadequeyonoexistodeverasyustedsíí,dequeyonosoymáásqueunentedeficcióón,productodelafantasííanovelescaonivolescadeusted,aunenesecasoyonodeboestarsometidoaloquellamaustedsurealgana,asucapricho.Hastalosllamadosentesdeficcióóntienensulóógicainterna...––Síí,conozcoesacantata.––En efecto; un novelista, un dramaturgo, no pueden hacer en absoluto lo que se les
antojedeunpersonajequecreen;unentedeficcióónnovelescanopuedehacer,enbuenaleydearte,loqueningúúnlectoresperarííaquehiciese...––Unsernovelescotalvez...––¿¿Entonces?––Perounsernivolesco...––Dejemosesasbufonadasquemeofendenymehierenenlomáásvivo.Yo,seapormíí
mismo, segúún creo, sea porque usted me lo ha dado, segúún supone usted, tengo micaráácter,mimododeser,milóógicainterior,yestalóógicamepidequemesuicide...––¡¡Esotecreeráástúú,peroteequivocas!––Aver,¿¿porquéémeequivoco?,¿¿enquéémeequivoco?Muééstremeustedenquéé
estáámiequivocacióón.Comolacienciamáásdifíícilquehayesladeconocerseunoasíímismo,fáácilesqueestééyoequivocadoyquenoseaelsuicidiolasolucióónmááslóógicademisdesventuras,perodemuééstremelousted.Porquesiesdifíícil,amigodonMiguel,ese conocimiento propio de síí mismo, hay otro conocimiento queme parece nomenosdifíícilqueel...––¿¿Cuááles?––lepreguntéé.Memiróóconunaenigmááticaysocarronasonrisaylentamentemedijo:––Puesmáásdifíícilaúúnqueelqueunoseconozcaasíímismoeselqueunnovelistaounautordramááticoconozcabienalospersonajesquefingeocreefingir...Empezaba
yoaestarinquietoconestassalidasdeAugusto,yaperdermipaciencia.
––Einsisto––aññadióó––enqueaunconcedidoqueustedmehayadadoelseryunserficticio,nopuedeusted,asíícomoasííyporquesíí,porqueledéélarealgana,comodice,impedirmequemesuicide.––¡¡Bueno, basta!, ¡¡basta! ––exclaméé dando un puññetazo en la camilla–– ¡¡cáállate!,
¡¡noquierooíírmáásimpertinencias...!¡¡Ydeunacriaturamíía!Ycomoyametieneshartoyademáásnosééyaquééhacerdeti,decidoahoramismonoyaquenotesuicides,sinomatarteyo.¡¡Vasamorir,pues,peropronto!¡¡Muypronto!––¿¿Cóómo? ––exclamóó Augusto sobresaltado––, ¿¿que me va usted a dejar morir, a
hacermemorir,amatarme?––¡¡Síí,voyahacerquemueras!––¡¡Ah,esonunca!,¡¡nunca!,¡¡nunca!––gritóó.––¡¡Ah! ––le dije miráándole con láástima y rabia––. ¿¿Conque estabas dispuesto a
matarteynoquieresqueyotemate?¿¿Conqueibasaquitartelavidayteresistesaquetelaquiteyo?––Síí,noeslomismo...––En efecto, he oíído contar casos anáálogos. He oíído de uno que salióó una noche
armadodeunrevóólverydispuestoaquitarselavida,salieronunosladronesarobarle,leatacaron, se defendióó, matóó a uno de ellos, huyeron los demáás, y al ver que habííacompradosuvidaporladeotrorenuncióóasupropóósito.––Se comprende ––observóó Augusto––; la cosa era quitar a alguien la vida,matar un
hombre,yyaquematóóaotro,¿¿aquééhabííadematarse?Losmáásdelossuicidassonhomicidasfrustrados;sematanasíímismosporfaltadevalorparamataraotros...––¡¡Ah,ya,teentiendo,Augusto,teentiendo!Túúquieresdecirquesituviesesvalorpara
mataraEugeniaoaMauriciooalosdosnopensarííasenmatarteatimismo,¿¿eh?––¡¡Mireusted,precisamenteaesos...no!––¿¿Aquiéén,pues?––¡¡Austed!––ymemiróóalosojos.––¿¿Cóómo?––exclamééponiééndomeenpie––,¿¿cóómo?Pero¿¿setehapasadoporla
imaginacióónmatarme?,¿¿túú?,¿¿yamíí?––Siéénteseytengacalma.¿¿Oesquecreeusted,amigodonMiguel,queserííaelprimer
casoenqueunentedeficcióón,comoustedmellama,mataraaaquelaquiencreyóódarleser...ficticio?––¡¡Estoyaesdemasiado ––decíía yopaseáándomepormidespacho––, estopasade la
raya!Estonosucedemáásque...––Máásqueenlasnivolas––concluyóóéélconsorna.––¡¡Bueno,basta!,¡¡basta!,¡¡basta!¡¡Estonosepuedetolerar!¡¡Vienesaconsultarme,a
míí,ytúúempiezaspordiscutirmemipropiaexistencia,despuééselderechoquetengoahacerdetiloquemedéélarealgana,síí,asíícomosuena,loquemedéélarealgana,loquemesalgade...––Noseaustedtanespaññol,donMiguel...––¡¡Y eso máás, mentecato! ¡¡Pues síí, soy españñol, españñol de nacimiento, de
educacióón, de cuerpo, de espííritu, de lengua y hasta de profesióón y oficio; españñolsobretodoyantetodo,yelespaññolismoesmireligióón,yelcieloenquequierocreeresuna Españña celestial y eterna y mi Dios un Dios españñol, el de Nuestro Seññor DonQuijote,unDiosquepiensaenespaññolyenespaññoldijo: ¡¡sea la luz!, y suverbo fueverboespaññol...––Bien,¿¿yquéé?––meinterrumpióó,volviééndomealarealidad.––Yluegohasinsinuadolaideadematarme.¿¿Matarme?,¿¿amíí?,¿¿túú?¡¡Moriryoa
manosdeunademiscriaturas!Notoleromáás.Yparacastigartuosadííayesasdoctrinasdisolventes,extravagantes,anáárquicas,conquetemehasvenido,resuelvoyfalloquetemueras.Encuantolleguesatucasatemoriráás.¡¡Temoriráás,telodigo,temoriráás!––Pero¡¡porDios!...––exclamóóAugusto,yasuplicanteydemiedotemblorosoypáálido.––NohayDiosquevalga.¡¡Temoriráás!––Esqueyoquierovivir,donMiguel,quierovivir,quierovivir...––¿¿Nopensabasmatarte?––¡¡Oh, si es por eso, yo le juro, seññor deUnamuno, que nomemataréé, que nome
quitaréé esta vida que Dios o usted me han dado; se lo juro... Ahora que usted quierematarmequieroyovivir,vivir,vivir...––¡¡Vayaunavida!––exclaméé.––Síí,laquesea.Quierovivir,aunquevuelvaaserburlado,aunqueotraEugeniayotro
Mauriciomedesgarrenelcorazóón.Quierovivir,vivir,vivir...––Nopuedeserya...nopuedeser...––Quierovivir,vivir...yseryo,yo,yo...
––Perositúúnoeressinoloqueyoquiera...––¡¡Quieroseryo,seryo!,¡¡quierovivir!––ylellorabalavoz.––Nopuedeser...nopuedeser...––Mireusted,donMiguel,porsushijos,porsumujer,porloquemáásquiera...Mireque
ustednoserááusted...quesemoriráá.Cayóóamispiesdehinojos,suplicanteyexclamando:––¡¡DonMiguel,porDios,quierovivir,quieroseryo!––¡¡Nopuede ser,pobreAugusto ––ledije cogiééndoleunamanoy levantáándole––,no
puedeser!Lotengoyaescritoyesirrevocable;nopuedesvivirmáás.Nosééquééhaceryade ti.Dios,cuandonosabequééhacerdenosotros,nosmata.Ynosemeolvidaquepasóóportumentelaideadematarme...––Perosiyo,donMiguel...––Noimporta;sééloquemedigo.Ymetemoque,enefecto,sinotematoprontoacabes
pormatarmetúú.––Pero¿¿noquedamosenque...?––Nopuedeser,Augusto,nopuedeser.Hallegadotuhora.Estááyaescritoynopuedo
volvermeatráás.Temoriráás.Paraloquehadevalerteyalavida...––Pero...porDios...––NohayperoniDiosquevalgan.¡¡Vete!––¿¿Conqueno,eh?––medijo––,¿¿conqueno?Noquiereusteddejarmeseryo,salirdela
niebla,vivir,vivir,vivir,verme,oíírme,tocarme,sentirme,dolerme,serme:¿¿conquenoloquiere?,¿¿conquehedemorirentedeficcióón?Puesbien,miseññorcreadordonMiguel,¡¡tambiéén usted se moriráá, tambiéén usted, y se volveráá a la nada de que salióó...!¡¡Dios dejaráá de soññarle! ¡¡Semoriráá usted, síí, semoriráá, aunque no lo quiera; semorirááustedysemoriráántodoslosqueleanmihistoria,todos,todos,todossinquedaruno!¡¡Entesdeficcióóncomoyo;lomismoqueyo!Semoriráántodos,todos,todos.Oslodigo yo, Augusto Péérez, ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros.Porqueusted,micreador,midonMiguel,noesustedmáásqueotroentenivolesco,yentesnivolescossuslectores,lomismoqueyo,queAugustoPéérez,quesuvííctima...––¿¿Vííctima?––exclaméé.––¡¡Vííctima, síí! ¡¡Crearme para dejarmemorir!, ¡¡usted tambiéén se moriráá! El que
crea se crea y el que se crea semuere. ¡¡Moriráá usted, donMiguel, moriráá usted, ymoriráántodoslosquemepiensen!¡¡Amorir,pues!Estesupremoesfuerzodepasióóndevida,deansiadeinmortalidad,ledejóóextenuado
alpobreAugusto.Yleempujééalapuerta,porlaquesalióócabizbajo.Luegosetanteóócomosidudaseya
desupropiaexistencia.Yomeenjuguééunaláágrimafurtiva.
XXXIIAquella misma noche se partióó Augusto de esta ciudad de Salamanca adonde vino a
verme. Fuese con la sentencia de muerte sobre el corazóón y convencido de que no leserííayahacedero,aunquelointentara,suicidarse.Elpobrecillo,recordandomisentencia,procurabaalargarlomáásposiblesuvueltaasucasa,perounamisteriosaatraccióón,unimpulso ííntimo learrastrabaaella.Suviaje fue lamentable. Ibaenel trencontando losminutos, pero contáándolos al pie de la tetra: uno, dos, tres, cuatro... Todas susdesventuras, todo el triste ensueñño de sus amores con Eugenia y con Rosario, toda lahistoria tragicóómica de su frustrado casamiento habííanse borrado de su memoria ohabííansemáásbienfundidoenunaniebla.Apenassisentííaelcontactodelasientosobrequedescansabanielpesodesupropiocuerpo.««¿¿Serááverdadquenoexistorealmente?––sedecíía––¿¿tendráárazóónestehombrealdecirquenosoymáásqueunproductodesufantasíía,unpuroentedeficcióón?»»
Tristíísima, dolorosíísima habíía sido úúltimamente su vida, pero le era mucho máástriste,leeramáásdolorosopensarquetodoellonohubiesesidosinosueñño,ynosueññodeéél,sinosueññomíío.Lanadaleparecííamááspavorosaqueeldolor.¡¡Soññarunoquevive...pase,peroquelesueññeotro...!
««Y ¿¿por quéé no he de existir yo? ––se decíía––, ¿¿por quéé? Supongamos que esverdad que ese hombre me ha fingido, me ha soññado, me ha producido en suimaginacióón;pero¿¿novivoyaenlasdeotros,enlasdeaquellosqueleanelrelatodemivida?Ysivivoasííenlasfantasííasdevarios,¿¿noesacasorealloqueesdevariosynodeunosolo?Y¿¿porquéésurgiendodelaspááginasdellibroenquesedepositeelrelatodemificticiavida,omáásbiendelasmentesdeaquellosquelalean––devosotros, losqueahoralaleééis––,porquéénohedeexistircomounalmaeternayeternamentedolorosa?,¿¿porquéé?»»
El pobre no podíía descansar. Pasaban a su vista los pááramos castellanos, ya losencinares, ya los pinares; contemplaba las cimas nevadas de las sierras, y viendo haciaatráás, detráás de su cabeza, envueltas en bruma las figuras de los compaññeros ycompaññerasdesuvida,sentííasearrastradoalamuerte.
Llegóóasucasa,llamóó,yLiduvina,quesalióóaabrirle,palidecióóalverle.––¿¿Quééeseso,Liduvina,dequééteasustas?––¡¡Jesúús! ¡¡Jesúús! El seññorito parece máás muerto que vivo... Trae cara de ser del
otromundo...––Delotromundovengo,Liduvina,yalotromundovoy.Ynoestoynimuertonivivo.––Pero¿¿esquesehavueltoloco?¡¡Domingo!¡¡Domingo!––No llames a tu marido, Liduvina. Y no estoy loco, ¡¡no! Ni estoy, te repito, muerto,
aunquememoriréémuypronto,nitampocovivo.––Pero¿¿quéédiceusted?––Quenoexisto,Liduvina,quenoexisto;quesoyunentedeficcióón,comounpersonaje
denovela...––¡¡Bah,cosasdelibros!Tomealgofortificante,acuééstese,arróópeseynohagacasode
esasfantasíías...––Pero¿¿túúcreesLiduvina,queyoexisto?––¡¡Vamos, vamos, dééjese de esas andróóminas, seññorito; a cenar y a la cama! ¡¡Y
maññanaserááotrodíía!««Pienso,luegosoy––sedecííaAugusto,aññadiééndose––:Todoloquepiensaesytodo
loqueespiensa.Síí,todoloqueespiensa.Soy,luegopienso.»»Alprontonosentííaganasningunasdecenar,ynomáásqueporháábitoyporaccedera
losruegosdesusfielessirvientespidióólesirviesenunpardehuevospasadosporagua,ynadamáás,unacosaligerita.Masamedidaqueibacomiééndoselosabrííaseleunextraññoapetito, una rabia de comer máás y máás. Y pidióó otros dos huevos, y despuéés unbisteque.
––Asíí,asíí ––ledecííaLiduvina––;comausted;esodebedeserdebilidadynomáás.Elquenocomesemuere.
––Yelquecometambiéén,Liduvina––observóótristementeAugusto.––Síí,peronodehambre.––¿¿Yquéémáásdamorirsedehambrequedeotraenfermedadcualquiera?Y luegopensóó:««Pero ¡¡no,no!, ¡¡yonopuedomorirme; sóólo semuereelqueestáá
vivo, el que existe, y yo, como no existo, no puedo morirme... soy inmortal! No hayinmortalidadcomoladeaquelloque,cualyo,nohanacidoynoexiste.Unentedeficcióónesunaidea,yunaideaessiempreinmortal...»»
––¡¡Soyinmortal!,¡¡soyinmortal!––exclamóóAugusto.––¿¿Quéédiceusted?––acudióóLiduvina.––Quemetraigasahora... ¡¡quéésééyo!... jamóónendulce, fiambres, foie-gras, loque
haya...¡¡Sientounapetitovoraz!––Asíímegustaverle,seññorito,asíí.¡¡Coma,coma,queelquetieneapetitoesqueestáá
sanoyelqueestáásanovive!––Pero,Liduvina,¡¡yonovivo!––Pero¿¿quéédice?––Claro, yo no vivo. Los inmortales no vivimos, y yo no vivo, sobrevivo; ¡¡yo soy idea!,
¡¡soyidea!Empezóóadevorareljamóónendulce.««Perosicomo––sedecíía––,¿¿cóómoesqueno
vivo?¡¡Como,luegoexisto!Nocabedudaalguna.Edo,ergosum!¿¿Aquéésedeberááestevoraz apetito?»» Y entonces recordóó haber leíído varias veces que los condenados amuerteenlashorasquepasanencapillasededicanacomer.««¡¡Escosa––pensaba––dequenuncahepodidodarmecuenta...!AquellootroquenoscuentaRenáánensuAbadesadeJouarresecomprende...Secomprendequeunaparejadecondenadosamuerte,antesdemorir,sientanelinstintodesobrevivirsereproduciééndose,pero¡¡comer...!Aunquesíí,síí,eselcuerpoquesedefiende.Elalma,alenterarsedequevaamorir,seentristeceoseexalta,peroelcuerpo,siesuncuerposano,entraenapetitofurioso.Porquetambiéénelcuerpo se entera. Síí, es mi cuerpo, mi cuerpo el que se defiende. ¡¡Como vorazmente,luegovoyamorir!»»
––Liduvina,trááemequesoypastas...yfruta...––Estoyamepareceexcesivo,seññorito;esdemasiado.¡¡Levaahacerdañño!––¿¿Puesnodecííasqueelquecomevive?––Síí,peronoasíí,comoestááustedcomiendoahora...Yyasabemiseññoritoaquellode
««máásmatóólacena,quesanóóAvicena»».––Amíínopuedematarmelacena.––¿¿Porquéé?––Porquenovivo,noexisto,yatelohedicho.Liduvinafueallamarasumarido,aquiendijo:––Domingo,meparecequeelseññoritosehavueltoloco...Diceunascosasmuyraras...
cosasdelibros...quenoexiste...quéésééyo...––¿¿Quééeseso,seññorito?––ledijoDomingoentrando––,¿¿quéélepasa?––¡¡Ay, Domingo ––contestóó Augusto con voz de fantasma––, no lo puedo remediar;
sientounterrorlocoaacostarme!...––Puesnoseacueste.––No,no,espreciso;nopuedotenermeenpie.––Yocreoqueelseññoritodebepasearlacena.Hacenadoendemasíía.IntentóóponerseenpieAugusto.––¿¿Loves,Domingo,loves?Nopuedotenermeenpie.––Claro,contantoembutirenelestóómago...––Alcontrario,conlastresetieneunomejorenpie.Esquenoexisto.Mira,ahorapoco,
al cenar me parecíía como si todo eso me fuese cayendo desde la boca en un tonel sinfondo.Elquecomevive,tienerazóónLiduvina,peroelquecomecomohecomidoyoestanoche,pordesesperacióón,esquenoexiste.Yonoexisto...
––Vaya, vaya, dééjese de bobadas; tome su caféé y su copa, para empujar todo eso ysentarlo,yvamosadarunpaseo.Leacompaññarééyo.
––No,nopuedotenermeenpie,¿¿loves?––Esverdad.––Venquemeapoyeenti.Quieroqueestanocheduermasenmicuarto,enuncolchóón
quepondremosparati,quemeveles...––Mejorseráá,seññorito,queyonomeacueste,sinoquemequedeallíí,enunabutaca...––No,noquieroqueteacuestesyqueteduermas;quierosentirtedormir,oíírteroncar,
mejor...––Comoustedquiera...––Yahora,mira,trááemeunpliegodepapel.Voyaponeruntelegrama,queenviaráása
sudestinoasííqueyomemuera...––Pero¡¡seññorito!...––¡¡Hazloquetedigo!Domingoobedecióó,llevóóleelpapelyeltinteroyAugustoescribióó:
««Salamanca.Unamuno.Sesalióóconlasuya.Hemuerto.
AugustoPéérez.»»––Encuantomemueraloenvíías,¿¿eh?––Comoustedquiera––contestóóelcriadopornodiscutirmáásconelamo.Fueronlosdosalcuarto.ElpobreAugustotemblabadetalmodoaliradesnudarseque
nopodííaniauncogerselasropasparaquitáárselas.––¡¡Desnúúdametúú!––ledijoaDomingo.––Pero ¿¿quéé le pasa a usted, seññorito? ¡¡Si parece que le ha visto al diablo! Estáá
ustedblancoyfrííocomolanieve.¿¿Quierequeselellamealméédico?––No,no,esinúútil.––Lecalentaremoslacama...––¿¿Paraquéé?¡¡Dééjalo!Ydesnúúdamedeltodo,deltodo;dééjamecomomimadreme
parióó,comonacíí...¡¡siesquenacíí!––¡¡Nodigaustedesascosas,seññorito!––Ahoraééchame,ééchametúúmismoalacama,quenomepuedomover.ElpobreDomingo,aterradoasuvez,acostóóasupobreamo.––Yahora,Domingo,vediciééndomealoíído,despacito,elpadrenuestro,elavemarííay
la salve. Asíí... asíí... poco a poco... poco a poco... ––y despuéés que los hubo repetidomentalmente––:Ahora,mira,cóógemelamanoderecha,sáácamela,meparecequenoesmíía,comosilahubieseperdido...yayúúdameaquemepersigne...asíí...asíí...Estebrazodebe de estar muerto... Mira a ver si tengo pulso... Ahora dééjame, dééjame a ver siduermounpoco...perotáápame,táápamebien...
––Síí, mejor es que duerma ––le dijo Domingo, mientras le subíía el embozo de lasmantas––;estoselepasaráádurmiendo...
––Síí,durmiendosemepasaráá...Pero,di¿¿esquenohehechonuncamáásquedormir?,¿¿máásquesoññar?¿¿Todoesohasidomáásqueunaniebla?
––Bueno,bueno,dééjesedeesascosas.Todoesonosonsinocosasdelibros,comodicemiLiduvina.
––Cosasdelibros...cosasdelibros...¿¿Yquéénoescosadelibros,Domingo?¿¿Esqueantesdehaber librosenunauotra forma,antesdehaber relatos,dehaberpalabra,dehaber pensamiento, habíía algo? ¿¿Y es que despuéés de acabarse el pensamientoquedarááalgo?¡¡Cosasdelibros!¿¿Yquiéénnoescosadelibros?¿¿ConocesadonMigueldeUnamuno,Domingo?
––Síí,algohe leíídodeéélen lospapeles.Dicenqueesunseññorunpocoraroquesededicaadecirverdadesquenohacenalcaso...
––Pero¿¿leconoces?––¿¿Yo?,¿¿paraquéé?––PuestambiéénUnamunoescosadelibros...Todoslosomos...¡¡Yéélsemoriráá,síí,se
moriráá,semoriráátambiéén,aunquenoloquiera...semoriráá!Yesaseráámivenganza.¿¿Noquieredejarmevivir?¡¡Puessemoriráá,semoriráá,semoriráá!
––¡¡Bueno, dééjele en paz a ese seññor, que se muera cuando Dios lo haga, y usted adormirse!
––Adormir...dormir...asoññar...¡¡Morir...dormir...dormir...soññaracaso...!––Pienso, luego soy; soy, luego pienso... ¡¡No existo, no!, ¡¡no existo... madre míía!
Eugenia...Rosario...Unamuno...––ysequedóódormido.Al poco rato se incorporóó en la cama líívido, anhelante, con los ojos todos negros y
despavoridos, mirando máás alláá de las tinieblas, y gritando: ««¡¡Eugenia, Eugenia!»»Domingoacudióóaéél.Dejóócaerlacabezasobreelpechoysequedóómuerto.
Cuandollegóóelméédicoseimaginóóalprontoqueaúúnvivíía,hablóódesangrarle,deponerlesinapismos,peroprontopudoconvencersedelatristeverdad.
––Hasidocosadelcorazóón...unataquedeasistolia––dijoelméédico.––No,seññor––contestóóDomingo––,hasidounasiento.Cenóóhorriblemente,comono
acostumbraba,deunamaneradesusadaenéél,comosiquisiera...––Síí, desquitarse de lo que no habríía de comer en adelante, ¿¿no es eso? Acaso el
corazóónpresintióósumuerte.––Puesyo––dijoLiduvina––creoquehasidode lacabeza.Esverdadquecenóódeun
mododisparatado,perocomosindarsecuentadeloquehacííaydiciendodisparates...––¿¿Quéédisparates?––preguntóóelméédico.
––Queéélnoexistííayotrascosasasíí...––¿¿Disparates?––aññadióóelméédicoentredientesycualhablandoconsigomismo––,
¿¿quiéénsabesiexistííaono,ymenoséélmismo...?Unomismoesquienmenossabedesuexistencia...Noseexistesinoparalosdemáás...
Yluegoenvozaltaagregóó:––Elcorazóón,elestóómagoylacabezasonlostresunasolaymismacosa.––Síí,formanpartedelcuerpo––dijoDomingo.––Yelcuerpoesunasolaymismacosa.––¡¡Sinduda!––Peromáásqueustedlocree...––¿¿Yustedsabe,seññormíío,cuáántolocreoyo?––Tambiéénescierto,yveoquenoesustedtorpe.––Nometengoportal,seññorméédico,ynocomprendoaesasgentesqueacualquier
personaconquientropiezanparecenestimarlatontamientrasnopruebelocontrario.––Bueno,pues,comoibadiciendo––siguióóelméédico––,elestóómagoelaboralosjugos
que hacen la sangre, el corazóón riega con ellos a la cabeza y al estóómago para quefuncione, y la cabeza rige losmovimientosdel estóómagoydel corazóón.Ypor lo tantoesteseññordonAugustohamuertodelastrescosas,detodoelcuerpo,porsííntesis.
––Puesyocreo––intervinoLiduvina––queamiseññoritoselehabííametidoenlacabezamorirse,y¡¡claro!,elqueseempeññaenmorir,alfinsemuere.
––¡¡Es claro! ––dijo el méédico––. Si uno no creyese morirse, ni aun halláándose en laagoníía,acasonomoriríía.Peroasííqueleentrelamenordudadequenopuedeme-nosdemorir,estááperdido.
––Lodemiseññoritohasidounsuicidioynadamáásqueunsuicidio.Ponerseacenarcomocenóóviniendocomovenííaesunsuicidioynadamáásqueunsuicidio.¡¡Sesalióóconlasuya!
––Disgustosacaso...––Ygrandes,¡¡muygrandes!¡¡Mujeres!––¡¡Ya,ya!Pero,enfin,lacosanotieneyaotroremedioqueprepararelentierro.Domingolloraba.
XXXIIICuandorecibííeltelegramacomunicáándomelamuertedelpobreAugusto,ysupeluego
lascircunstanciastodasdeella,mequedéépensandoensihiceonobienendecirleloquele dije la tarde aquella en que vino a visitarme y consultar conmigo su propóósito desuicidarse. Y hasta me arrepentíí de haberle matado. Lleguéé a pensar que teníía éélrazóónyquedebííhaberledejadosalirseconlasuya,suicidáándose.Ysemeocurrióósileresucitaríía.««Síí––medije––,voyaresucitarleyquehagaluegoloqueseleantoje,quesesuicidesi
esasíísucapricho.»»Yconestaideaderesucitarlemequedéédormido.ApocodehabermedormidosemeaparecióóAugustoensueñños.Estabablanco,conla
blancura de una nube, y sus contornos iluminados como por un sol poniente.Memiróófijamenteymedijo:––¡¡Aquííestoyotravez!––¿¿Aquéévienes?––ledije.––A despedirme de usted, don Miguel, a despedirme de usted hasta la eternidad y a
mandarle, asíí, amandarle, no a rogarle, amandarleque escribausted la nivolademisaventuras...––¡¡Estááyaescrita!––Loséé,todoestááescrito.Yvengotambiéénadecirlequeesoqueustedhapensadode
resucitarmeparaqueluegomequiteyoamíímismolavidaesundisparate,máásaúún,esunaimposibilidad...––¿¿Imposibilidad?––ledijeyo;porsupuesto,todoestoensueñños.––¡¡Síí,unaimposibilidad!Aquellatardeenquenosvimosyhablamoseneldespachode
usted,¿¿recuerda?,estandousteddespiertoynocomoahora,dormidoysoññando,ledijeaustedquenosotros, losentesdeficcióón,segúúnusted,tenemosnuestralóógicayquenosirvequequiennosfingepretendahacerdenosotrosloqueledéélagana,¿¿recuerda?––Sííquelorecuerdo.––Y ahora de seguro que, aunque tan españñol, no tendráá usted real gana de nada,
¿¿verdad,donMiguel?––No,nosientoganadenada.––No,elqueduermeysueññanotienerealesganasdenada.Yustedysuscompatriotas
duermenysueññan,ysueññanquetienenganas,peronolastienendeveras.––Dagraciasaqueestoydurmiendo––ledije––,quesino...––Esigual.Yrespectoaesoderesucitarmehededecirlequenoleeshacedero,queno
lopuedeaunqueloquieraoaunquesueññequeloquiere...––Pero¡¡hombre!––Síí,aunentedeficcióón,comoaunodecarneyhueso,aloquellamaustedhombrede
carneyhuesoynodeficcióóndecarneydeficcióóndehueso,puedeunoengendrarloylopuedematar;perounavezquelomatóónopuede,¡¡no!,nopuederesucitarlo.Hacerunhombremortal y carnal, de carne y hueso, que respire aire, es cosa fáácil, muy fáácil,demasiado fáácil pordesgracia...matar aunhombremortal y carnal, de carne yhueso,que respire aire, es cosa fáácil, muy fáácil, demasiado fáácil por desgracia... pero¿¿resucitarlo?,¡¡resucitarloesimposible!––¡¡Enefecto––ledije––,esimposible!––Pues lo mismo ––me contestóó––, exactamente lo mismo sucede con eso que usted
llamaentesdeficcióón;esfáácildarnosser,acasodemasiadofáácil,yesfáácil,facilíísimo,matarnos, acaso demasiadamente demasiado fáácil, pero ¿¿resucitamos?, no hay quienhaya resucitado de veras a un ente de ficcióón que de veras se hubiesemuerto. ¿¿CreeustedposibleresucitaradonQuijote?––mepreguntóó.––¡¡Imposible!––contestéé.––Puesenelmismocasoestamostodoslosdemáásentesdeficcióón.––¿¿Ysitevuelvoasoññar?––Nosesueññadosveceselmismosueñño.Esequeustedvuelvaasoññarycreasoyyo
seráá otro. Y ahora, ahora que estáá usted dormido y soññando y que reconoce ustedestarloyqueyo soyun sueññoy reconozco serlo, ahoravuelvoadecirleausted loquetantoleexcitóócuandolaotravezselodije:mireusted,miqueridodonMiguel,novayaaserqueseaustedelentedeficcióón,elquenoexisteenrealidad,nivivonimuerto...novayaaserquenopaseusteddeunpretextoparaquemihistoria,yotrashistoriascomola
míía, corran por elmundo. Y luego, cuando usted semuera del todo, llevemos su almanosotros.No,no,nosealtereusted,queaunquedormidoysoññandoaúúnvivo.¡¡Yahora,adióós!Ysedisipóóenlanieblanegra.Yosoññééluegoquememoríía,yenelmomentomismoenquesoññabadarelúúltimo
respiromedespertééconciertaopresióónenelpecho.YaquííestáálahistoriadeAugustoPéérez.
OraciónfúnebrepormododeepílogoSuele ser costumbre al final de las novelas y luego quemuere o se casa el hééroe oprotagonistadarnoticiadelasuertequecorrieronlosdemááspersonajes.Nolavamosaseguir aquíí ni a dar por consiguiente noticia alguna de cóómo les fue a Eugenia yMauricio,aRosario,aLiduvinayDomingo;adonFermíínydoññaErmelinda,aVííctorysumujer y a todos los demáás que en tomo a Augusto se nos han presentado, ni vamossiquieraadecirloquedelasingularmuertedeestesintieronypensaron.SóóloharemosunaexcepcióónyesenfavordelquemááshondaymáássinceramentesintióólamuertedeAugusto,quefuesuperro,Orfeo.Orfeo, en efecto, encontróóse huéérfano. Cuando saltando en la cama olióó a su amomuerto,olióólamuertedesuamo,envolvióóasuespíírituperrunounadensanubenegra.Teníía experiencia de otrasmuertes, habíía olido y visto perros y gatosmuertos, habííamatadoalgúúnratóón,habííaolidomuertesdehombres,peroasuamolecreííainmortal.Porque su amo era para éél como un dios. Y al sentirle ahora muerto sintióó que sedesmoronabanensuespííritulosfundamentostodosdesufeenlavidayenelmundo,yunainmensadesolacióónllenóósupecho.Yacurrucadoalospiesdesuamomuertopensóóasíí:««¡¡Pobreamomíío!,¡¡pobreamomíío!¡¡Sehamuerto;semehamuerto!¡¡Semueretodo,todo,todo;todosememuere!Yespeorquesememueratodoaquememueraparatodoyo.¡¡Pobreamomíío!, ¡¡pobreamomíío!Estoqueaquííyace,blanco,fríío,conolorapróóximapodredumbre,acarnedesercomida,estoyanoesmiamo.No,noloes.¿¿Dóóndesefuemiamo?,¿¿dóóndeelquemeacariciaba,elquemehablaba?»»¡¡Quéé extrañño animal es el hombre! Nunca estáá en lo que tiene delante. Nosacariciasinquesepamosporquééynocuandoleacariciamosmáás,ycuandomáásaéélnosrendimosnosrechazaonoscastiga.Nohaymododesaberloquequiere,siesquelosabeéélmismo.Siemprepareceestarenotracosaqueenloqueestáá,ynimiraaloquemira.Escomosihubieseotromundoparaéél.Yesclaro,sihayotromundo,nohayééste.»»Y luegohabla, o ladradeunmodocomplicado.Nosotrosaulláábamosypor imitarleaprendimosa ladrar,yniaunasíínosentendemosconéél.Solo leentendemosdeverascuando éél tambiéén aúúlla.Cuando el hombre aúúlla o grita o amenaza le entendemosmuybienlosdemáásanimales.¡¡Comoqueentoncesnoestáádistraíídoenotromundo...!Peroladraasumanera,habla,yesolehaservidoparainventarloquenohayynofijarseenloquehay.Encuantolehapuestounnombreaalgo,yanoveestealgo;nohacesinooíírelnombrequelepusooverloescrito.Lalengualesirveparamentir,inventarloquenohayyconfundirse.Ytodoesenéélpretextosparahablarconlosdemáásoconsigomismo.¡¡Yhastanoshacontagiadoalosperros!»»Esunanimalenfermo,nocabeduda.¡¡Siempreestááenfermo!¡¡Sóóloparecegozardealgunasaludcuandoduerme,ynosiempre,porquealasveceshastadurmiendohabla!Yestotambiéénnoshacontagiado.¡¡Noshacontagiadotantascosas!»»¡¡Yluegonosinsulta!Llamacinismo,estoes,perrismooperreríía,alaimpudenciaosinvergüüenceríía, éél, el animal hipóócrita por excelencia. El lenguaje le ha hechohipóócrita.Comoquelahipocresííadeberííallamarseantropismosiesquealaimpudenciase le llamacinismo. ¡¡Yhaqueridohacernoshipóócritas,esdecir,cóómicos, farsantes,anosotros,alosperros!Alosperros,quenofuimossometidosydomesticadosporelhombrecomo el toro o el caballo, a la fuerza, sino que nos unimos a éél libremente, en pactosinalagmáático,paraexplotarlacaza.Nosotrosledescubrííamoslapieza,ééllacazabaynosdabanuestraparte.Yasíí,encontratosocial,nacióónuestroconsorcio.»»Y nos lo ha pagado prostituyééndonos a insultáándonos. ¡¡Y queriendo hacernosfarsantes, monos y perros sabios! ¡¡Perros sabios llaman a unos perros a los que lesenseññan a representar farsas, para lo cual les visten y les adiestran a andarindecorosamente sobre las patas traseras, en pie! ¡¡Perros sabios! ¡¡A eso le llaman loshombressabiduríía,arepresentarfarsasyaandarsobredospies!»»¡¡Yesclaro,elperroqueseponeendospiesvaenseññandoimpúúdica,cíínicamente,sus vergüüenzas, de cara! Asíí hizo el hombre al ponerse de pie, al convertirse en unmamíífero vertical, y sintióó al punto vergüüenza y la necesidad moral de taparse lasvergüüenzasqueenseññaba.YporesodicesuBiblia,segúún lesheoíído,queelprimerhombre,esdecir,elprimerodeellosquesepusoaandarendospies,sintióóvergüüenzadepresentarsedesnudo ante suDios. Y para eso inventaron el vestido, para cubrirse el
sexo.Perocomoempezaronvistiééndoselomismoellosyellas,nosedistinguííanentresíí,noseconocííansiempreybienelsexo,ydeaquíímilatrocidades...humanas,queellosseempeññan en llamar perrunas o cíínicas. Ellos, los hombres, que son quienes nos hanpervertido a los perros, quienes nos han hecho perrunos, cíínicos, que es nuestrahipocresíía. Porque el cinismo es en el perro hipocresíía, asíí como en el hombre lahipocresííaescinismo.Noshemoscontagiadounosaotros.»»Se vistióó el hombre, primero, con el mismo traje ellos y ellas; mas como seconfundíían, tuvieron que inventar diferencia de trajes y llevar el sexo al vestido. Esospantalonesnosonsinounaconsecuenciadehaberseelhombrepuestoendospies.»»¡¡Quééextraññoanimaleselhombre!¡¡Noestáánuncaendondedebeestar,queesaloqueestáá,yhablaparamentiryseviste!»»¡¡Pobreamo!Dentrodepocoleenterraráánenunsitioqueparaesotienendestinado.¡¡Los hombres guardan o almacenan sus muertos, sin dejar que perros o cuervos losdevoren! Y que quede lo úúnico que todo animal, empezando por el hombre, deja en elmundo:unoshuesos.¡¡Almacenansusmuertos!¡¡Unanimalquehabla,quesevisteyquealmacenasusmuertos!¡¡Pobrehombre!»»¡¡Pobre amo míío!, ¡¡pobre amo míío! ¡¡Fue un hombre, síí, no fue máás que unhombre,fuesóólounhombre!¡¡Perofuemiamo!¡¡Ycuáánto,sinéélcreerlonipensarlo,me debíía...!, ¡¡cuáánto! ¡¡Cuáánto le enseññéé con mis silencios, con mis lametones,mientraséélmehablaba,mehablaba,mehablaba! ““¿¿Meentenderáás?””,medecíía.Ysíí,yoleentendíía,leentendííamientraséélmehablabahabláándoseyhablaba,hablaba,hablaba.ÉÉlalhablarmeasííhabláándosehablabaalperroquehabííaenéél.Yomantuvedespiertosucinismo.»»¡¡Perra vida la que ha llevado, muy perra! ¡¡Y grandíísima perreríía, o mejor,grandíísima hombrada la que le han hecho esos dos! ¡¡Hombrada la queMauricio le hahecho;mujeradalaquelehahechoEugenia!¡¡Pobreamomíío!»»Yahoraaquíí, frííoyblanco, inmóóvil,vestido,síí,perosinhablanipor fueranipordentro.YanadatienesquedeciratuOrfeo.TampocotieneyanadaquedecirteOrfeoconsusilencio.»»¡¡Pobre amomíío! ¿¿Quéé seráá ahorade éél? ¿¿Dóónde estaráá aquello que en éélhablabaysoññaba?Talvezallááarriba,enelmundopuro,enlaaltamesetadelatierra,enlatierrapuratodaelladecolorespuros,comolavioPlatóón,alqueloshombresllamandivino;enaquellasobrehazterrestredequecaenlaspiedraspreciosas,dondeestáánloshombrespurosylospurificadosbebiendoaireyrespirandoééter.Allííestáántambiéénlosperrospuros, losde sanHumbertoel cazador, el de santoDomingodeGuzmááncon suantorcha en la boca, el de san Roque, de quien decíía un predicador seññalando a suimagen: ¡¡Allíí le tenééis a san Roque, con su perrito y todo! Allíí, en el mundo puroplatóónico,eneldelasideasencarnadas,estááelperropuro,elperrodeverascíínico.¡¡Yallííestáámiamo!»»Sientoquemiespííritusepurificaalcontactodeesamuerte,deestapurificacióóndemiamo,yqueaspirahacialanieblaenqueéélalfinsedeshizo,alaniebladequebrotóóya que revertióó. Orfeo siente venir la niebla tenebrosa... Y va hacia su amo saltando yagitandoelrabo.¡¡Amomíío!¡¡Amomíío!¡¡Pobrehombre!»»Domingo y Liduvina recogieron luego al pobre perro muerto a los pies de su amo,depuradocomoesteycomoéélenvueltoenlanubetenebrosa.YelpobreDomingo,alveraquello,seenternecióóy lloróó,nosesabebiensipor lamuertedesuamoopor ladelperro,aunquelomááscreííbleesquelloróóalveraquelmaravillosoejemplodelealtadyfidelidad.Ydijo:––¡¡Yluegodiráánquenomatanlaspenas!