Download - N°208 Revista EMPRESA
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Los 60 años de aCdeEditorial
sobre eL proyeCto de reforma de
Los Códigos CiviL y ComerCiaL
Enrique V. del Carril, Alejandro Borda, Marcelo Salerno, Horacio M Lynch
y Jorge Mazzinghi (h)
presente y futuro deL seCtor
agroindustriaL argentino:
eL impaCto de Las poLítiCas púbLiCas
Marcelo Regúnaga
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EMPRESAVer ano 2012
SUMARIOEMPRESA
Tarifa ReducidaConcesión Nº 1453
Franqueo PagadoConcesión Nº 1277
Número 208Diciembre 2012 / Enero / Febrero 2013
Publicación de ACDE Buenos AiresAsociación Cristiana de Dirigentes de Empresa
Afiliada a la Federación ACDEUNIAPAC de Argentina
directorEduardo Aceiro
Consejo de redacciónGabriel Aramouni
Celso Enrique ArabettiPablo Bevilacqua
Carlos GaraventaHéctor Mario Rodríguez
Consejo editorialAdolfo AbláticoLuis M. Bameule
Enrique Del CarrilHoracio Diez
Gabriel Mayor
editorEduardo Otsubo
asistente de direcciónPatricia D’Agostino
Colaboran en esta ediciónEnrique Federico
Gonzalo Novillo Saravia
ilustracionesLucas Meszaros
premio santa Clara de asís 2002
Los artículos reflejan el punto de vista del autor y no necesariamente
el de ACDE
Registro Propiedad Intelectual 5.028.219
impresiónGráfica Pinter
Diógenes Taborda 48 (1437) CABA - Argentina
Precio del ejemplar: $12.- (S/envío postal)
suscripción por 4 números(cuatro números, incluye envío postal) Buenos Aires, Interior: $ 80.- Países Limítrofes: U$S 60.- Resto de América: U$S 70.- Europa: U$S 80.- Suscripción estudiantes: $ 50.- Suscripción donación: $ 200.-
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República ArgentinaTel./Fax: (54 11) 4331-0251
E-mail: [email protected]
2 Editorial Los 60 años de aCde 4 Institucional una trayetoria de seis décadas 9 Institucional Los ex presidentes, principios y cambios
en aCde Jorge Aceiro 14 Institucional Los dirigentes de empresa como agentes
de evangelización Celso Enrique Arabetti 16 Doctrina La presencia doctrinal en aCde Alejandro Llorente 20 Institucional Los desafíos de la asociación Federico Quintana 30 Reflexión una sola agenda para la planificación estratégica
profesional y personal Paola S. Delbosco 34 Economía desde estados unidos ¿son inflacionarios los programas de relajación
monetaria cuantitativa de la reserva federal? Carlos E. J. M. Zarazaga 40 Informe sobre el proyecto de reforma de los Códigos
Civil y Comercial Enrique V. del Carril
•ElproyectodeReformaylosContratos Alejandro Borda
•OportunidadyconvenienciadeunaunificacióndelDerechoCivilyComercial
Marcelo Urbano Salerno •ElproyectodeCódigoCivilycómointentarsustituir
el derecho común Horacio M. Lynch
•LasnovedadesdelproyectoenmateriadeRelaciones de Familia
Jorge Adolfo Mazzinghi (h) 50 Economía presente y futuro del sector agroindustrial
argentino: el impacto de las políticas públicas Marcelo Regúnaga 56 Reflexión “La cuestión de la riqueza” José Luis Galimidi 59 Delarchivo La construcción de capital civil para
el progreso de la sociedad 64 Testimonio saber escuchar Enrique Shaw
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Los 60 años de aCde
“A lo mejor alguien se pregunta: El empresario cristiano, ¿qué más tiene que
hacer? Contesto: Simplemente tiene que hacer las cosas en forma diferente”.
Enrique Shaw
Cuando este nuevo número de la revista Empresa haya llegado a sus manos, estaremos celebrando los primeros 60 años de vida fecunda de ACDE. Conmemorar seis décadas de existencia no es más que la excusa para repasar la propia historia de la institución, a la luz de los acontecimientos que configuran el entorno en el cual se fue desarrollando la vida empresaria como una actividad más del hombre, en coordenadas precisas de tiempo y espacio.
Toda esta etapa constituye una prueba de supervivencia en una Argentina que transitó momentos complicados, ni más ni menos que los presentes. Etapa que también sirvió, y debe servir, para edificar nuestra casa común sobre roca: esto es, sobre los valores y prin-cipios que alimentaron a ACDE desde su mismo nacimiento. Una etapa suficientemente amplia para contemplar nuestra historia con perspectiva y gratitud. Un lapso en el que la Asociación cargó con nuestras propias limitaciones; brindando testimonio ante los empre-sarios y ante la comunidad de que se pueden integrar los valores promovidos a la actividad profesional.
Vivir bajo el imperio de dichos valores implica promover insistentemente, casi sin des-canso, que las empresas se vayan tornando más productivas y también generen un entorno laboral más humano. Una tarea que une la necesaria sustentabilidad con la debida justicia y la caridad para con los más próximos.
En este intento por integrar Fe y vida, nos hemos presentado ante la comunidad con-vencidos de que nuestra función es generar más trabajo en mejores condiciones de desarrollo profesional y humano para contribuir al Bien Común, o sea de “todos” los hombres y de “todo” el hombre como ser trascendente. Por ello, el rol del empre-sario (y de ACDE) incluye el aporte al desarrollo de las personas que trabajan: capa-citación y formación, posibilidad de crecer y desarrollarse, etc., por “considerar que el ‘recurso principal’ y el ‘factor decisivo’ de que dispone el hombre es el hombre mismo y que ‘el desarrollo integral de la persona humana en el trabajo no contradice, sino favorece más bien la mayor productividad y ef icacia del trabajo mismo’˝. (Doctri-na Social de la Iglesia Nº 278 con cita de Centesimus annus).
Dichos valores: Justicia, Verdad y Libertad -como así también aquellos principios como el Destino Universal de los Bienes, el Bien Común, la Subsidiariedad, la Solidaridad o la Parti-cipación- configuran la piedra angular del diseño cristiano de la vida en sociedad, pero han sido contrarios a la cultura que en los últimos tiempos viene tornándose dominante. Y sin
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embargo, estamos convencidos de que su aplicación es la más pura traducción del mensa-je evangélico a nuestra vida diaria.
Nuestra audiencia ha sido primariamente el mundo empresario, a quienes hemos interpe-lado (y continuamos haciéndolo) para que sumen, a los desafíos de desempeñarse en un mercado competitivo, globalizado y en continua innovación, el sueño de hacerlo de acuer-do a valores que los comprometen íntegramente frente a sus constituyentes con obligacio-nes aún más exigentes para la construcción, en un ámbito de plena libertad, de un mundo más justo y fundado en la verdad.
Así, es oportuno preguntarnos si estos 60 años han sido el camino orientado en la direc-ción que nuestro fundador, Enrique Shaw, se planteara como objetivo en los albores de ACDE. Nuestro país en general y nuestra comunidad empresaria, en particular, han reco-rrido un camino declinante que nos ha hecho perder más de una oportunidad el lugar que nos correspondía en el concierto de las naciones.
También es válido preguntarnos si el rumbo de nuestro destino comunitario aparece hoy asentado sobre valores perdurables, y la respuesta es aún más preocupante. Nos preocu-pa la reducción del ámbito de libertad y de confianza en que podemos desarrollar nuestra tarea de empresarios y como ciudadanos. Nos preocupa que la valoración del trabajo como instrumento de dignidad humana, y por lo tanto nuestra función de sus propios creadores, no sea respetada.
Nos preocupa una sociedad con índices de pobreza y marginación que no ceden, con res-puestas del Gobierno que quedan reducidas al simple asistencialismo, que ayuda a paliar las emergencias pero no da respuesta sustentable al problema. Nos preocupa la inflación, la inseguridad, la degradación de las instituciones republicanas, las divisiones y hasta el odio que se está instalando entre argentinos. En resumen, nos preocupa que dicha dirección no sea compatible con lo que legítimamente ambicionamos.
Sin embargo, el esfuerzo realizado por tantos socios y dirigentes que comprometieron su tiempo y trabajo ha valido y vale la pena. Parece que se pierde en la inmensidad de la contrariedad, pero florece en cada socio o persona que nos dice: el haberme acercado a ACDE cambió la forma en que realizo mi tarea profesional o empresaria.
En este momento tan difícil, como también en momentos anteriores que seguramente lo fueron aún más, y en los que nos puedan esperar en un futuro próximo, está en manos de Dios decidir el grado de prueba y el impacto que puede tener nuestro trabajo. Nos co-rresponde mantener la mente clara y el espíritu decidido para ser buenos instrumentos.
Llegar a los 60 años en una institución como ACDE, basada en el triunfo del espíritu como mensaje y herramienta del desarrollo humano, no es algo común. Menos aún cuando el número de socios y de jóvenes comprometidos viene creciendo, superan-do ya los 1000. Una señal muy fuerte para seguir luchando con fe por la Justicia, la Verdad y la Libertad
En todo este itinerario, el Espíritu nos acompaña con su soplo para ayudarnos a discernir en las decisiones que tomamos. Aprovechemos, entonces, esta oportunidad para agrade-cer a Dios el haber recibido el mensaje y para pedirle que nos haga fieles a su tarea.
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e m p r e s ainstitucional
una trayetoria de seis décadas
Los sesenta años de vida institucional es-
timulan una reflexión sobre la trayectoria
y la actualidad de ACDE. ¿Algo ha cambia-
do? ¿Qué ha cambiado? ¿Cómo y por qué
cambió? ¿Cuáles son los desafíos que hoy
enfrenta?
No han cambiado ni los principios ni los objetivos fundacionales
Una de las mayores fortalezas, que hoy
exhibe la Asociación, es el conjunto de prin-
cipios y valores que le dieron origen y su
fidelidad al espíritu con el que fue creada:
“Buscamos influir en la comunidad empre-
saria y en la sociedad con el objeto de hacer
presentes los valores de la Doctrina Social
de la Iglesia”.
El grupo de empresarios liderado por
su fundador, Enrique Shaw, intentó de-
mostrar en 1952 que en el mundo de la
empresa y en la actividad profesional
siempre se puede dar respuestas acordes
con las enseñanzas evangélicas y señalar
modelos de vida cristiana a través de la
conducta y del ejemplo.
Por eso, la propuesta inicial de ACDE -al
destacar que es posible combinar una
trayectoria empresarial eficaz y exitosa
con una vida interior plena- ha recogido
permanentes adhesiones a lo largo de
seis décadas y ha permitido una vigorosa
expansión de la Institución, tanto en su
sede de Buenos Aires, como en las del res-
to del país.
ACDE ha mantenido a lo largo de estos se-
senta años una línea de conducta coherente
con los valores que le dieron origen, lo que
nos permite mirar con orgullo hacia atrás
y afrontar los desafíos del futuro apoyados
por el ejemplo y la trayectoria de la genera-
ción que nos precedió.
Tampoco ha cambiado la motivación de sus asociados
Desde sus orígenes, la participación en
ACDE ha sido individual y voluntaria: está
establecido que los socios no representan
intereses de ninguna empresa, ni sector; ni
deben ser portadores de una ideología. De
allí que su participación es independiente y
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responde a sus convicciones personales y a
su conciencia.
Además, esa independencia se sostiene
en el hecho de que la participación de los
socios en ACDE se financia con el aporte
personal y su afiliación surge de un acto
voluntario.
En el fondo de esta adhesión subyace
una mística -la misma que alentaron sus
fundadores- por la que se asume el com-
promiso de reconocer, con todas sus conse-
cuencias, que el empresario es un dirigente
social y, como tal, se debe a la sociedad.
Tanto ayer, como hoy, la profesión de em-
presario ha sido clave para el desarrollo
social y económico.
ACDE sigue siendo el marco referencial
Son los socios de ACDE quienes convocan y
motivan a participar en las actividades que
aquella realiza. Y sus valores se hacen carne
en las personas que los aplican, o al menos,
en aquellos que lo intentan sinceramente.
Trabajen activamente o no en las activi-
dades de la Institución, los socios siguen
teniendo ese “sentido de pertenencia” a un
núcleo que encarna una manera de ser y
una forma de vivir.
Lo que a través de las generaciones amalga-
ma a gente tan diversa es el interés común
de los socios por desarrollar actividades
empresarias y profesionales con una mayor
coherencia entre lo que creen y lo que ha-
cen todos los días.
ACDE ha sido y sigue siendo un canal de
ayuda que brinda un marco referencial y
social para fortalecer a sus socios y pro-
mover que se ayuden mutuamente, facili-
tando su activa participación -en función
de sus capacidades- en la construcción del
bien común.
No ha cambiado la misión de ACDE
La misión ha sido, y seguirá siendo, ayudar
a los dirigentes de empresa a vivir de ma-
nera coherente su vocación emprendedora
y su fe cristiana, y a desarrollar culturas
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El proceso de expansión de ACDE y su fortalecimiento institucional han logrado un posicionamiento que permite que su voz llegue con nitidez a las autoridades, a los líderes de opinión y a los círculos gremiales empresarios.
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empresarias basadas en el respeto, la parti-
cipación y la promoción de las personas
Pero también está entre los objetivos de
ACDE promover la difusión y la aplicación
de la Doctrina Social de la Iglesia en la
sociedad y realizar aportes para la cons-
trucción de una sociedad más solidaria.
ACDE ha nacido con competencias sobre los
ecos de la cuestión social y sobre las rela-
ciones entre el capital y el trabajo, y ha sido
sensible a las problemáticas de cada hora,
variando los ejes sobre los que concentró su
acción.
¿Qué ha cambiado?
El telón de fondo, la época, las circunstan-
cias, las costumbres, las tecnologías han
cambiado significativamente en estos se-
senta años.
Ha cambiado también la forma en que
ACDE se ve desde afuera.
Ha cambiado el posicionamiento de la Ins-
titución en la sociedad y en los círculos em-
presarios. Ha cambiado el estilo de geren-
ciamiento y la intercomunicación entre los
socios. Ha cambiado también la calidad y la
cantidad de los servicios que ACDE brinda a
sus socios.
Ha cambiado el nombre de ACDE
En 1960, durante la fase preparatoria del
Concilio Vaticano II, por pedido del Papa
Juan XXIII, se dispuso la creación de un «Se-
cretariado para la promoción de la unidad
de los cristianos» que permitiera promover
la participación de las demás Iglesias Cris-
tianas en el Concilio.
Esta apertura hacia los hermanos en la fe
fue asimilada de inmediato en ACDE, razón
por la que se dispuso un cambio sustancial
tanto en su nombre como en su convoca-
toria. Desde 1961 dejó de ser la “Asociación
Católica de Dirigentes de Empresa” para lla-
marse por su actual denominación: “Asocia-
ción Cristiana de Dirigentes de Empresa”.
Ha cambiado la dimensión de ACDE
El pequeño grupo de empresarios que fun-
daron ACDE se ha multiplicado hasta al-
canzar hoy más de mil socios en la Ciudad
de Buenos Aires y otros quinientos en las
distintas sedes del país.
Pero no es la relación cuantitativa la que
marca el cambio de escala de la Institución.
Es su intachable trayectoria, es la coheren-
cia de sus convicciones, es la autoridad mo-
ral de su voz lo que ha generado su proyec-
ción en círculos empresarios y su reconoci-
miento en los medios de opinión pública.
A través de los años, ACDE no ha tenido la
preocupación por alcanzar protagonismos,
pero sí ha realizado constantes esfuerzos en
la búsqueda del bien común y en instalar
la cultura de la verdad. Esta dimensión ha
proyectado a ACDE, sin proponérselo, a par-
ticipar de debates y a expresar opinión en
los principales temas de la agenda nacional.
Es el prestigio que ha ganado como insti-
tución independiente lo que le ha valido el
reconocimiento público y la consideración
de quienes se mueven en los círculos de
decisión.
El proceso de expansión de ACDE y su for-
talecimiento institucional han logrado un
posicionamiento que permite que su voz
llegue con nitidez a las autoridades, a los
líderes de opinión y a los círculos gremiales
empresarios.
En una Argentina traspasada por conflictos
y crisis políticas, económicas y sociales, con
múltiples evidencias sobre el abandono de
ideales y responsabilidades, ACDE ha per-
manecido fiel a sus valores; esto también
ha contribuido a que sea reconocida en el
diálogo social y a que sea respetada en sus
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acciones de defensa de la justicia, de la ver-
dad y de la libertad.
Han cambiado las políticas públicas
Lamentablemente, en todos estos años las
políticas públicas han mudado significati-
vamente y en muchas ocasiones, arbitraria-
mente.
Las consecuencias de estos cambios se veri-
fican en una sociedad más pobre y con ma-
yor desigualdad que hace sesenta años.
En este sentido, todos somos responsables
de que los argentinos no hayamos podido
ponernos de acuerdo sobre cuál es el país
que queremos, y cuáles son las políticas
públicas a largo plazo que deberían ser los
pilares de esa sociedad.
En la medida en que no hagamos esto, se-
guiremos de conflicto en conflicto, con una
sociedad cada vez más fragmentada, donde
como siempre los que menos tienen serán
los más perjudicados. Esta realidad nos de-
bería interpelar vivamente.
Han cambiado las dirigencias empresarias
Hoy la realidad nos muestra algunos sec-
tores de la dirigencia empresaria que, lejos
de la cohesión, y mucho más lejos de portar
una voz conjunta, han caído en el acuerdo
individual y en el silencio.
Estas dirigencias han dejado de ser acto-
res decisivos en la construcción de poder
y sufren limitaciones en cuanto a su ca-
pacidad de expresarse. Los silencios de
algunas cámaras gremiales empresarias
son significativos.
¿Cuáles son los desafíos que ACDE enfrenta?
Cada ciclo histórico permite encontrar la
asociación entre la naturaleza de las cir-
Una de las mayores fortalezas que hoy exhibe la Asociación es el conjunto de principios y valores que le dieron origen y su fidelidad al espíritu con el que fue creada: “Buscamos influir en la comunidad empresaria y en la sociedad con el objeto de hacer presentes los valores de la Doctrina Social de la Iglesia”.
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cunstancias enfrentadas, el tipo de activi-
dades, sus contenidos y la modalidad de
gestión interna. La etapa que se abre deberá
encontrar también esta coherencia entre
desafíos y respuestas.
Del encuentro o no de esa coherencia de-
penderá el signo que asuma la próxima
etapa. ACDE cuenta con base institucional,
presencia, capacidad de convocatoria y doc-
trina para afrontar el futuro. Todos ellos son
recursos que deberán ser movilizados. Pero
esa movilización debe hacerse reconocien-
do, tal como lo muestra su historia, lo pro-
pio de las circunstancias vividas, lo diverso
de las expectativas de sus socios y lo inalte-
rable de su sentido institucional.
Queda claro que el diseño de las estrategias
de ACDE para el futuro debe reconciliar lo
permanente con lo circunstancial.
Al revisar el aporte o los aportes de ACDE
a la sociedad, encontramos que hubo una
alta incidencia a nivel personal, que se han
atendido las necesidades de sus socios, y
que a través de sus socios se ha llegado a
la sociedad. Pero es probable que una de
las materias pendientes sea intentar una
mayor incidencia en los círculos próximos a
nuestra Institución. Lograr esa mayor inci-
dencia es uno de los grandes desafíos.
Además, en una de las parábolas más para-
digmáticas del Evangelio, Jesús dice:
“…cuando vuelve el Señor de aquellos
siervos, ajusta cuentas con ellos. Llamó
al primero… Señor, cinco talentos me en-
tregaste; aquí tienes otros cinco que he
ganado”. ACDE ha recibido mil talentos y
su desafío hoy no pasa solo por conseguir
otros mil, sino también por afectar todo
ese talento para promover decididamente
en nuestro país la justicia, la verdad y la
libertad.
En una Argentina traspasada por conflictos y crisis políticas, económicas y sociales, con múltiples evidencias sobre el abandono de ideales y responsabilidades, ACDE ha permanecido fiel a sus valores; esto también ha contribuido a que sea reconocida en el diálogo social y a que sea respetada en sus acciones de defensa de la justicia, de la verdad y de la libertad.
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Los ex presidentes, principios y cambios
en aCde
Jorge aceiro
Muchas instituciones valoran de diferentes
maneras a sus ex presidentes: distintivos o
diplomas que los acreditan como tal, men-
ción en sus publicaciones, invitación per-
manente a sus Congresos; algunas, incluso,
incorporan al presidente saliente como
miembro de su mesa directiva por un pe-
ríodo o, como alguna Academia estipula en
sus estatutos: que los dos últimos presiden-
tes formen parte de su mesa directiva.
En ACDE la cuestión es aún más formal.
Existe el Comité de ex presidentes que,
además de la función de consejeros perma-
nentes del presidente en ejercicio, tiene una
función específica concreta en el nombra-
miento del presidente futuro.
Esto, más que una mención de honor -que
lo es- es el reconocimiento del valor de
la continuidad dentro del propio cambio;
conservar el espíritu, las costumbres, la lí-
nea básica de acción, los valores, dentro de
este proceso.
Las ideas y, por lo tanto, las acciones cam-
bian en el tiempo. Pero dentro de este de-
venir está la cultura de base, los principios
que permanecen inalterables. Para Moledo,
primer asesor doctrinal, ACDE debía cam-
biar para seguir siendo ACDE.
¿Significa acaso que, como consecuencia
de esto, ACDE cambia menos, que es menos
propensa o tiene más resistencia al cambio?
No. Significa, como decía Ortega y Gasset,
que el hombre pertenece a una generación
y cada generación no se instala en cual-
quier parte sino sobre la que le precedió y, a
partir de ahí, debe edificar su mundo.
En realidad cuando Ortega dice que no nace
en cualquier parte, sino sobre la generación
que la precedió, está señalando que, por so-
bre los cambios, que son tan drásticos, por
sobre la tendencia de cada generación -a
pesar de que cada generación está viviendo
una época muy distinta y, para ella, más di-
fícil que la anterior- hay una base de creen-
cias en la sociedad que fueron modelando
su cultura y creando hábitos.
Este núcleo, que hace a la cultura, cambia
más lentamente. Sobre ese núcleo se monta
el cambio que, para ACDE, básicamente, es
la Doctrina Social de la Iglesia.
Jorge Aceiro ejerció la presidencia de ACDE durante los períodos 1969/1973 y 1979/1982.
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El desafío de estar a la altura de los tiempos
Claro que no es suficiente el conocimiento del
pasado. Para poder edificar su mundo, ACDE
y sus dirigentes deben estar a la altura de
los tiempos, “sus tiempos”; lo que equivale a
conocer los valores, los problemas y las ambi-
ciones de la sociedad en la que pretende reali-
zarse y contribuir en su realización, siguiendo
el consejo empecinado de Juan XXIII: “Estén a
la altura de los tiempos”.
Porque los problemas cambian con el tiempo.
Nuevos tiempos son nuevos problemas. Por
eso, cuando analizamos la actitud de hombres
o sociedades, es imprescindible ubicarse en
los tiempos en que esas actitudes ocurrieron.
Cuando leo, por ejemplo, textos que escribí
o pronuncié hace diez, veinte y hasta trein-
ta años atrás, encuentro muchos que tienen
valor (en general los que tienen que ver con
los fines y algunos problemas que debieran
ser coyunturales, pero que obstinadamente
se resisten a ser modificados), y también
muchos que ya son obvios, se convirtieron
en “creencias”, sobre los que cuesta pensar
que, alguna vez, fueron preocupación seria.
Ciertamente, no me gustaría que ni hoy ni
en el futuro se juzguen escritos o palabras
mías sin ubicarlas en el tiempo y en la pro-
blemática en que se escribieron o dijeron.
Sin embargo, “estar a la altura de los tiem-
pos” requiere mayor conocimiento de lo que
sucede en el mundo globalizado actual, los
cambios científicos, tecnológicos, sus reper-
cusiones en lo social y económico e incluso
un conocimiento profundo de las ambicio-
nes de la propia sociedad y su predisposición
a aceptar los costos que en general acom-
pañan los cambios. Los hábitos varían más
lentamente que las ideas, tienen inercia.
Si a esto le agregamos que las sociedades jóve-
nes, con bases culturales débiles, son proclives
a repetir errores e insistir pendularmente en
programas que fracasaron, es importante la
presencia de un grupo que tenga memoria.
Esto es lo que se buscó cuando en ACDE
institucionalizamos a los ex presidentes; un
grupo que asesore, aconseje, al que tiene la
responsabilidad de conducción en cada mo-
mento, operando dentro del cambio y con
la historia, arbitrando entre el principio y la
realidad, tarea siempre compleja.
Los principios no cambian
Los que no deben modificarse son los prin-
cipios, lo que sí cambia o debiera cambiar
son las herramientas a usar (los planes)
para el mejor cumplimiento de los princi-
pios en cada contexto histórico.
En lo económico social, ACDE ha seguido las
Encíclicas Sociales, donde los juicios pru-
denciales fueron cambiando en función del
contexto histórico, pero los principios no va-
riaron: el bien común; la propiedad privada;
el destino universal de los bienes; la solida-
ridad más que el asistencialismo, y siempre
subordinada al principio de subsidiariedad;
la búsqueda del desarrollo humano integral;
la libertad, pero unida a la verdad (la liber-
tad separada de la verdad, especialmente si
Aceiro: “Para poder edificar su mundo, ACDE y sus dirigentes deben estar a la altura de los tiempos, ‘sus tiempos’; lo que equivale a conocer los valores, los problemas y las ambiciones de la sociedad en la que pretende realizarse y contribuir en su realización”.
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el que la ejerce tiene poder, lleva al peor de
los paternalismos); la necesidad del trabajo,
indispensable para el desarrollo humano y
para tener más capacidad de elección.
El hombre puede crecer económicamente
de dos maneras: por lo que le dan o por lo
que se gana; en el primer caso es un ser
dependiente, en el segundo es un ser libre.
Esto es lo que dicen las Encíclicas; pero,
aunque duela decirlo, la sociedad argen-
tina es hoy una sociedad con tendencia a
aumentar más y más lo que se da; es una
sociedad paternalista, en una de sus peo-
res versiones.
En una comunidad organizada de esta
manera no se fomenta el ejercicio del libre
albedrío, se decide por el individuo. No se
concibe el desarrollo integral del hombre si
no restauramos su libertad de elección, si
no permitimos que con su accionar en liber-
tad, construya su propia escala de valores.
“La verdad os hará libres”. Pero debe buscar-
se con libertad. El clientelismo político abu-
sa de la libertad que, separada de la verdad,
es otra forma de esclavitud. Además, de
hecho, quita libertad para buscar la verdad.
El indigente no es libre.
En lo que hace a la vida de las empresas, nos
encontramos con un Estado con tendencia
a hacerlo todo, con exceso de gasto público
que se traduce en inflación, restricciones a
importaciones y exportaciones, control de
precios hasta el absurdo de propiciar el “cos-
to plus” eliminado el riesgo empresario. El
cambio constante de las reglas de juego obli-
ga a razonar todo en cortos plazos.
En este círculo vicioso de cada vez más
impuestos, con un Estado ineficiente y bu-
rocrático, la sociedad argentina tendrá cada
vez más pobres y personas decepcionadas.
Pero esa es la realidad, y en esas circuns-
tancias es en las que el actual presidente de
ACDE, y el Consejo Directivo que lo acom-
paña, debe actuar.
CArLos D. TrAmuToLA (Ex presidente 1984 - 1987)
El mayor desafío que enfrenta ACDE en la actualidad es poder continuar liderando la in-tegración de los valores y la ética en el mundo de los negocios.
Con este objetivo, la política comunicacional hacia nuestros socios y hacia el empresariado en general deberá ser amplia y clara en sus de-finiciones frente a las circunstancias cambiantes que enfrente nuestro país.
Luis rivA (Ex presidente 1993 - 1997)
ACDE siempre miró hacia delante e hizo pro-puestas audaces, tuvo capacidad de anticiparse. Este don de la profecía es el desafío más gran-de que enfrentamos hoy. Ser profetas no adivi-nando el futuro, sino leyendo la cotidianeidad, pero teniendo la valentía de movilizar mentes y corazones para comprometerlos en ser pro-tagonistas del cambio que creemos necesario impulsar.
Luis m. BAmEuLE (Ex presidente 1987 - 1990)
En el delicado y difícil escenario argentino, ACDE tendrá el desafío de ofrecer contención y espe-ranza a sus socios y al empresariado en general, promoviendo su rol de productores de bienes y servicios de manera eficiente y competitiva, ge-nerando cada vez más y mejores oportunidades laborales, aceptando la competencia interna y externa, y profundizando, junto con el resto de la dirigencia, el diálogo constructivo, indispensable para lograr una mejor sociedad.
JorgE mATHEu (Ex presidente 1997 - 2000)
Tiene que llegar a la sociedad del mundo del trabajo y de la empresa, testimoniando los va-lores fundamentales, en particular el respeto a las personas y su desarrollo, la honestidad en los negocios y su orientación al bien común. Especialmente en momentos en que la actividad empresarial y los empresarios en sí mismos esta-mos carentes en esta materia.
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ACDE pasó períodos con todo tipo de cambios,
vivió los fracasos de las reglas que hoy, obstina-
damente, se repiten; tiene hombres que mane-
jaron empresas que sufrieron y lucharon para
tratar de sobrevivir en el error, que aprendieron
de esos errores.
En pocos países se repiten los errores como en
el nuestro, y aquí el consejo de los que fueron
presidentes de la entidad en esos momentos, y
saben de sus resultados, son un valioso aporte
para entender lo que sigue, lo que aún no se ve;
lo que es una gran ayuda para que ACDE siga
estando a la altura de los tiempos.
La fuerza de la transmisión oral
Hay otra función, no explícitamente mencionada
pero que se da, de hecho, con la presencia de los
ex presidentes. Y tiene que ver con las tradiciones,
con el recuerdo de los hombres que la hicieron. La
fuerza de la transmisión oral.
Conocí a Enrique Show, breve y accidentalmen-
te, en Mar Del Plata, durante una reunión de
tres días -en la que participaban diez presiden-
tes de empresas argentinas y cuatro de EE.UU-
donde, entre otras cuestiones, discutíamos sobre
el papel de la ganancia. Al día siguiente, en
misa, después de comulgar y durante la acción
de gracias (Acción de gracias del empresario),
alguien me golpea el hombro y acercándome un
papel manuscrito me dice:"léelo te va a hacer
bien". Al salir de la iglesia, volviendo al hotel
donde nos reuníamos, Enrique me dice: “vos tie-
nes que venir a ACDE”. Luego en las charlas de
los días siguientes, además de explicarme qué
era ACDE, me contó también que había regresa-
do de los EE.UU., de un chequeo médico, del que
no tenía todavía el resultado final. No lo vi más,
nunca me reuní en ACDE con él.
Pero bastante después de su muerte, creo ha-
berlo conocido mucho más íntimamente en
dos aspectos fundamentales de su vida. Uno,
sus últimos largos momentos, a través del
padre Moledo, con el que hablamos mucho
sobre su forma de soportar la enfermedad, el
sufrimiento redentor aceptado y ofrecido; el
José mAríA simoNE (Ex presidente 2000 - 2003)
El mayor desafío será demostrar nuestra fortaleza y templanza en momentos en que los principios básicos son tergiversados o cuestionados. Ser capaces de demostrar nuestros valores cristianos en el día a día, en nuestros emprendimientos, con nuestros colaboradores.
ACDE nos da el marco y el lugar para que, en el intercambio y reflexión sobre estos conceptos y prácticas, que tiene impacto en la sociedad, podamos plantear estos temas en forma coherente y contributiva para lograr la unión social necesaria para el desa-rrollo del país.
sANTiAgo DEL sEL (Ex presidente 2006 - 2008)
ACDE debe cumplir con una labor trascen-dental al brindar luz y esperanza no sólo a sus dirigentes empresarios, sino también colaborar con los diversos actores políticos, sociales, económicos del país para lograr que las heridas curen, las ofensas se perdonen, y para que jun-tos podamos volver a mirar hacia el futuro con optimismo y fe.
El desafío de hoy es trabajar en la reconci-liación del alma argentina. Si no lo logramos, ¡Dios y la Patria nos los van a reclamar!
ALEJANDro PrEusCHE (Ex presidente 2003 - 2006)
ACDE nos ha propuesto siempre el no quedar-nos quietos. Por eso su valor, por eso su actuali-dad. Por ello, la pregunta que nos debemos hacer es personal, no teórica, sino existencial: ¿Cómo respondo al mandato histórico de ACDE? Con una genuina actitud de servicio, en particular hacia los más necesitados. Desde siempre la Asociación ha propuesto esta actitud para quie-nes dirigen las empresas, el dirigente al servicio de los demás.
Además, debemos actuar con honestidad intelec-tual para perseverar en la búsqueda y defensa de la verdad. Superando la mera crítica para ofrecer soluciones y propuestas. Finalmente, con una gran pasión. De nosotros depende. El desafío de ACDE es nuestro desafío.
e m p r e s ainstitucional
Verano 2012 Página 13
ADoLfo ABLáTiCo (Ex presidente 2008 -2010)
El mayor desafío que enfrenta ACDE es bregar por la plena vigencia de los principios demo-cráticos basados en el respeto a las institucio-nes, la división de poderes, la ética y la verdad aplicadas a la función de quienes nos gobiernan. Ello promoverá la base para generar un am-biente de negocios en el que los empresarios podamos realizar nuestro aporte a la sociedad.
Nosotros, los empresarios, debemos trabajar intensamente para ganar el reconocimiento social dando testimonio de transparencia, ac-cionar ético y combate a la corrupción.
segundo aspecto fue sobre su vida de laico
cristiano comprometido y empresario, a
través de Hernando Campos (ex-presidente
y socio fundador de ACDE), que me hablaba
permanentemente de él y de su forma de
evangelizar y de actuar en la vida social y
empresaria.
Algo que refuerza la importancia de la tra-
dición oral es el recuerdo de los nombres de
muchos que fueron importantes en la vida
de ACDE: Moledo y su forma de comunicar-
se, lenta y profunda (los famosos silencios
de nuestro recordado primer asesor doctri-
nal); Hernando, verdadero artífice del pro-
ceso de beatificación de Enrique. Desde el
inicio hasta mi última conversación con él,
antes de su muerte me decía con voz muy
débil: “hay que terminar lo de Enrique”.
El tiempo va desdibujando las acciones de
los que actuaron antes. Vamos olvidando,
sin querer, hombres importantes. Me vienen
varios a la mente que no menciono para no
lesionar, con mi descuido, a alguno.
Los poetas saben sintetizar admirablemen-
te. Juan Ramón Jiménez, en un párrafo de
su excelente El adiós definitivo, dice: "…se
morirán aquellos que me amaron y el pue-
blo se hará nuevo cada año”.
e m p r e s ainstitucional
Página 14 EMPRESA Nº208
El período fundacionalLos dirigentes de empresa como agentes de evangelización
“No se deje desanimar si fracasa en sus pri-
meros intentos de formar un movimiento
patronal de inspiración cristiana. Yo también
fracasé muchas veces antes de lograr consti-
tuir, con grandes dificultades, una Acción Ca-
tólica Obrera”. Estas fueron las palabras que
el Canónigo Cardijn dirigió a Enrique Shaw,
durante su visita a Buenos Aires, en 1949,
alentándolo para que fundara un movimiento
empresarial de inspiración cristiana.
Cardijn había fundada la Juventud Obrera
Católica (JOC), pero su más amplia visión
pastoral lo llevaba a manifestar que el cam-
po patronal tenía una misión que cumplir,
que era específicamente seglar y, por lo tan-
to, poco o nada podían hacer los sacerdotes
en este desafío que era para los laicos.
Y en esa oportunidad, agregó: “Así como el
apóstol de los obreros debe ser un obrero,
el apóstol de los empresarios debe ser un
empresario”.
Estas contundentes palabras ya no le
dejaban dudas a Enrique Shaw; había
que poner énfasis en la acción y buscar
a hombres de empresa que estuviesen
dispuestos a acompañarlo en la concre-
ción de un proyecto, que contemplase los
cambios en la dirigencia y en las rela-
ciones obrero-patronales, que el siglo XX
mostraba y demandaba como una nueva
realidad.
Había que tener verdaderos dirigentes de
empresa -con sentido social- ya que el
antiguo concepto del “Buen Patrón Cató-
lico”, encarnado en quien había sido León
Harmel, ese humano belga que como pa-
trón había llevado adelante su industria,
había llegado a su fin con la Primera Gue-
rra Mundial. Más allá de la admiración
por dicho empresario, Enrique Shaw com-
prendió que una nueva realidad se vivía
en el mundo.
e m p r e s ainstitucional
En 1952 se integra la primera Comisión Directiva de ACDE. En la foto, los dirigentes de la Asociación acompañados por el Padre Moledo.
Verano 2012 Página 15
La providencia quiso que esos hombres
tuviesen la visión de que esa nueva con-
cepción -dirigente de empresa- llevara im-
plícito también ser verdaderos agentes de
evangelización.
La tarea fue ardua. Hoy a 60 años, rendimos
nuestro más sincero homenaje. Pero por
sobre todas las cosas, el inmensurable agra-
decimiento, por el sentido de pertenencia
de lo que significa Ser de ACDE.
El 3 de diciembre de 1952, día de San Fran-
cisco Javier, quedó constituida la Asociación
Católica de Dirigentes de Empresa. Adjun-
tamos parte del Acta Fundacional con los
primeros dirigentes que dieron vida a la
Asociación (ver recuadro).
Quisiera terminar con las palabras que el
amigo, Carlos Llorente, nos dejó sobre Enri-
que, a quien acompañó en la primera Comi-
sión Directiva:
“La calidad de Enrique, como líder del ACDE,
era indiscutible. Al constituirse esa entidad,
no recuerdo hubiese duda alguna acerca
de quién debía ser su Presidente, a pesar de
que su edad en ese momento podía haber
sido un obstáculo… Al recordar sus conse-
jos, parecería que no han terminado de ser
expresados. Pero siempre había algo que
repensar a raíz de sus enfoques sociales
plenos de caridad”.
Celso Enrique ArabettiSocio de ACDE
e m p r e s ainstitucional
ACTA DE fuNDACióN
Compartimos parte del articulado que conforma el Acta Fun-dacional de ACDE, del año 1952.
primero: Tomar conocimiento de que S.E. el Cardenal arzobispo de Buenos Aires, Dr.
Santiago Luis Copello, se ha dignado escuchar la solicitud de los iniciadores
y ha aprobado los Estatutos que les fueron propuestos, a los cuales prestan
los presentes su total conformidad, suscribiéndolos en este mismo acto,
comprometiéndose a velar por su ejemplar cumplimiento.
segundo: Agradecer a S. E. el Sr. Cardenal Arzobispo, la solicitud pastoral con que ha
atendido el pedido que le fuera formulado, así como la designación del Pbro.
Dr. Manuel Moledo como asesor de la Entidad.
Cuarto: Declarar que la Asociación tiene, como mira fundamental, organizar la parti-
cipación de los dirigentes de empresa en la construcción del orden querido
por Dios N.S.; sin perseguir otra ambición que servir al perfeccionamiento
religioso y moral de sus miembros y del medio profesional en que actúan,
esforzándose en la difusión y la vida de la doctrina social de la Iglesia tal
como es enseñada por los Romanos Pontífices; luchar por el establecimien-
to de la justicia, la colaboración y la caridad, y que nada importa tanto a los
fundadores de la Asociación como dar un testimonio permanente de que
también para el hombre y para los problemas contemporáneos hay un ca-
mino, una verdad y una vida enseñados en el Santo Evangelio y celosamente
conservados por la Iglesia.
sexto: Elegir las primeras autoridades de la Asociación y tomar las providencias
más aptas para un pronto funcionamiento de la entidad. Lo que así se
hizo, resultando electos para integrar la Comisión Directiva las siguien-
tes personas:
Hernando Campos Menéndez, Carlos S. Llorente, Francisco Muro de Nadal,
Miguel Alfredo Nougués, Jorge Pérez Companc, Basilio Serrano, Enrique E.
Shaw, Julio Steverlinck y Fernando Tornquist.
séptimo: En el día y lugar que señalen dichas autoridades, mandar oficiar una Misa de
Acción de Gracias. Con lo cual, y habiéndose cumplido los objetivos de la
convocatoria, se prepara el acta presente, que luego leída es aprobada por
unanimidad.
Buenos Aires 3 de diciembre de 1952- Día de San Francisco Javier.
Página 16 EMPRESA Nº208
La presencia doctrinal en aCde
alejandro Llorente
No resulta sencillo resumir la presencia
del asesor doctrinal en estos sesenta años
de ACDE. Trataré de trazar un cierto reco-
rrido sin pretensión alguna de ser exhaus-
tivo, y con los límites propios de una tarea
de este tipo y de quien escribe. Lo que
comparto se nutre de recuerdos, relatos
de socios y de mi propia mirada. Agradez-
co especialmente los aportes del padre
Rafael Braun, Raffy, quien generosamente
se puso a disposición y se acercó a mi pa-
rroquia para aportar su rica experiencia
como asesor. Dado que el perfil de la Aso-
ciación y el del asesor doctrinal guardan
una cierta relación, describiré el rol del
asesor en el contexto de las circunstan-
cias de la Asociación.
La ACDE de moledo
Al padre Manuel Moledo lo conocí como
amigo de mi casa, y recién como asesor
doctrinal en mi época de seminarista
cuando hice servicio pastoral en ACDE.
Aunque no recuerdo haber hablado en
esa época sobre el rol de asesor doctrinal
como tal, lo he visto en acción. La ACDE
de Moledo era bastante más pequeña que
la de hoy, más vocacional y menos pro-
fesional, más familiar, con un perfil de
socio más homogéneo. Estaba formada
principalmente por dueños de empresas.
A diferencia de hoy, el staff era mínimo.
Una gran fuente nutricia de esa ACDE
fue la Acción Católica. En la antesala del
Concilio Vaticano II se respiraban aires de
un cristianismo que entraba en diálogo
amistoso con el mundo.
Fue este espíritu de libertad y apertura,
que se respiraba en el pre-concilio, el que
llevó a la Asociación a pasar con natu-
ralidad la denominación de "católica" a
"cristiana". Asimismo, a ser constituida
como asociación civil –en comunión con
la Iglesia– y no como asociación de dere-
cho eclesiástico, ligada a la Iglesia por el
derecho canónico. El rol de los laicos en
la Iglesia y la autonomía de las realidades
temporales marcaron la identidad de la
Asociación en sus orígenes.
Alejandro Llorente es Asesor Doctrinal de ACDE
e m p r e s ad o c t r i n a
DesdelosiniciosdeACDE,elpapeldelasesordoctrinalnorequiriódefinición.Másqueunafunción,eraunapresencia,dondeelpadreMoledoseconstituíaenlafiguratutelardel “sentido” de la Asociación.
LallegadadeRaffyBraunenriqueceelpensamientodoctrinariodeACDE,acompañandounprocesodecambiohaciaunaentidadquepermitiesesustentabilidadeneltiempoyrelevanciaenlasociedad.
Hoy,elperfildeunsociodiferenteyunanuevadinámicadelaasociaciónformanpartedelosdesafíosdelactualasesordoctrinal:elpadreAlejandroLlorente.Esjustamenteélquiennosinvita,enunaclarasíntesis,aintegrarloseneltiempoysustentarnuestroaccionarcomoempresariosenlaformulacióndeladoctrinasocial.
Verano 2012 Página 17
Este espíritu de libertad en comunión se
vio plasmado por el pedido al Arzobispo de
Buenos Aires para que nombrara un asesor
doctrinal para aconsejar en materias de
doctrina social de la Iglesia. Asimismo, en
el hecho de que no se necesitaba ser cató-
lico para participar. Cualquiera que com-
partiese los valores de la doctrina social
y la misión de ACDE podía formar parte.
Moledo decía que "cristiana era la Asocia-
ción, no sus miembros". Otra característica
fue la de estar conformada por personas
que, entre otras cosas, se asociaban para
fomentar los valores de la doctrina social
en sus empresas e incidir, de ese modo, en
el bien común.
Los empresarios de esa generación solían
ser hombres imbuidos de los valores de un
humanismo de raíz cristiana y, al mismo
tiempo, ávidos de toda iluminación que
viniese del magisterio social de la Iglesia.
El magisterio de Pablo VI y su valoración
positiva del mundo acompañaba esta ebu-
llición. El rol del asesor doctrinal estaba
muy marcado por esta situación cultural y
por los perfiles de los socios de ese tiempo.
El padre Moledo, que había sido asesor de la
Acción Católica, tenía una dedicación casi
total a ACDE. Sin quitar los aportes desde lo
específicamente doctrinal, se destacó más
por su acompañamiento como pastor. Tra-
bajaba con las mujeres de los empresarios
y tenía gran incidencia en sus familias. El
"afecto social" motivado por el mutuo cono-
cimiento y la amistad fue un sello distintivo
de esa ACDE.
La presencia de rafael Braun, en un tiempo de transición
La presencia del padre Rafael Braun acom-
pañó la transición de la ACDE de Moledo a
la ACDE de hoy. El crecimiento de cuatro-
cientos a mil socios, la institucionalización
del grupo joven, la elección de presidentes
de no más de cuarenta años, la renovación
del presidente cada tres años, el encuen-
tro anual, etc., señalan sólo algunos de los
hitos de una renovación que urgía. ACDE
estaba envejeciendo no solo por la edad de
sus socios sino también por el encierro en sí
misma. Mejora institucional, lazos de amis-
tad e incidencia en la sociedad iban de la
mano. Los valores centrales que marcaron
los inicios y la identidad de la Asociación se
vivían y fomentaban, pero con los recursos
profesionales y técnicos de una organiza-
ción moderna de ese tipo.
La transición a una ONG, que combinase
voluntariado y profesionalismo, provocó
en algunos socios una cierta tensión y nos-
talgia. Yacía el temor de perder esa ACDE
más familiar y menos "estructurada". Em-
pero había mucho de "imaginario" en esa
nostalgia. La primera ACDE tenía los vicios
propios de lo "familiar". Ahora era necesa-
ria una racionalidad que permitiese sus-
tentabilidad en el tiempo y relevancia en
la sociedad. Esto explica haber recurrido
al esponsoreo de empresas. Aún conside-
rando todo lo que queda por mejorar, esa
transición fue exitosa.
e m p r e s ad o c t r i n a
Llorente: “Respecto de lo humano y espiritual, creo que el rol del asesor pasa por escuchar, aconsejar, animar la esperanza, fortalecer la identidad propia y ayudar a tender puentes”.
Página 18 EMPRESA Nº208
Esa ACDE estuvo marcada por ciertos
acontecimientos que, de una manera u
otra, ayudaron a su fortalecimiento y
crecimiento: El encuentro de Juan Pablo
II con los empresarios en el Luna Park
(1987), la publicación de la encíclica Cen-
tesimus annus (1991), la misión empresarial
(1993), la decisión de impulsar la causa
de canonización de Enrique Shaw (1997).
La importancia de estos eventos se com-
prende mejor por la sombra de sospecha
que -sobre la actividad y la persona del
empresario– circulaba, y circula, dentro y
fuera de la Iglesia.
El padre Braun ejerció su función respetan-
do la identidad laical de la Asociación. En
un sano espíritu de colaboración, fraterni-
dad y respeto, brindó su consejo en cuestio-
nes doctrinales sin decidir ni conducir; evi-
tando todo clericalismo. Por otra parte, tuvo
claro que el lugar del asesor estaba dado
por el hecho de ser nombrado por el Arzo-
bispo. El asesor es un delegado del Arzobis-
po para las cuestiones doctrinales, aunque
esto sea todavía más una formalidad que
un espíritu. El asesor no es empresario ni
forma parte del staff de la Asociación. En la
realidad, además de la labor doctrinal, el
asesor acompaña como un hermano desde
su ministerio sacerdotal la vida cristiana de
los socios. El acompañamiento espiritual y
humano se cristalizó –entre otras cosas– en
la búsqueda de formas de encuentro y vida
espiritual (Cariló), el retiro de los jóvenes y
las charlas personales.
un perfil de socio diferente
La ACDE que me toca acompañar se ca-
racteriza por un perfil de socio diferente.
El background cultural del nuevo socio no
es el mismo. Procedente de diferentes for-
maciones, la gran mayoría está formada
por ejecutivos o profesionales ligados al
mundo de los servicios a empresas. La
ACDE de Raffy nutrió sus cuadros directi-
vos con la generación que sucedió a la del
padre Moledo. Los jóvenes de esa época
son ahora adultos mayores que, si bien
conforman una reserva como el Consejo
de ex presidentes, no están al frente de la
conducción.
El clima cultural actual se ha caracteri-
zado por diversas crisis: internacional,
nacional, personal e institucional. La
caída de muchas de las "promesas" del
capitalismo va de la mano con una ca-
rencia de liderazgos consistentes en to-
dos los ámbitos. Existe una tendencia a
"tercerizar", es decir a delegar en organi-
zaciones y sistemas el rol indelegable de
las personas. Dado que ACDE representa
en el imaginario de muchos de los que se
asocian un apelo ético independiente, en
medio de las crisis que nos afectan, se la
identifica como un medio para levantar
una voz distinta de las que habitualmen-
te se escuchan. Esto comporta el peligro
de desnaturalizar su misión.
Los fines estatutarios no se alcanzan sin
la propia transformación personal de los
En la ACDE de Moledo, la sede era punto de encuentro. En cierto modo era como su casa. Cumplía una función que iba más allá de las actividades. Los socios iban a la sede para hablar con Moledo.
e m p r e s ad o c t r i n a
Verano 2012 Página 19
socios. El voluntariado del socio de ACDE
no es solo en el orden del hacer o producir
efectos benéficos en la sociedad. Supone el
orden del ser, de la propia conversión para
vivir y proclamar los valores que profesa la
Asociación.
En contrapunto con el crecimiento del
personal, este tiempo se caracteriza por la
menor presencia de los socios en la sede.
En la ACDE de Moledo, la sede era punto
de encuentro. En cierto modo era como su
casa. Cumplía una función que iba más allá
de las actividades. Los socios iban a la sede
para hablar con Moledo. Hoy los socios van
a la sede sólo lo indispensable y para orga-
nizar actividades. Otros tiempos, distintas
circunstancias, nuevos desafíos.
El rol del asesor está intrínsecamente liga-
do al perfil y necesidades de la Asociación.
Repensar su rol es repensar qué ACDE nece-
sitamos hoy y viceversa. Ante todo, el ase-
sor es un hermano que acompaña la vida
de todos los miembros de ACDE, socios y
personal. Respecto de lo doctrinal creo que
es necesario volver a formar en la doctrina
social cristiana. Por "formación" entiendo
tanto los principios como la información
técnica necesaria para los discernimientos
prudenciales. Forma y materia respectiva-
mente del juicio moral.
Respecto de lo humano y espiritual, creo
que el rol del asesor pasa por escuchar,
aconsejar, animar la esperanza, fortale-
cer la identidad propia y ayudar a tender
puentes. La vida dividida, los miedos, las
ideologizaciones, las rigideces, etc., están
más que nunca presentes. Creo que se
impone un giro copernicano marcado por
asumir nuestra misión de servidores de
la sociedad y no detentores de prerrogati-
vas. Esto supone una conversión que sólo
surge de una clara vocación de servicio
dispuesta al sacrificio. Hoy, como nunca,
necesitamos alimentarnos del ejemplo de
Enrique Shaw.
El padre Braun ejerció su función respetando la identidad laical de la Asociación. En un sano espíritu de colaboración, fraternidad y respeto, brindó su consejo en cuestiones doctrinales sin decidir ni conducir ; evitando todo clericalismo.
e m p r e s ad o c t r i n a
Página 20 EMPRESA Nº208
Los desafíos de la asociación
federico Quintana
Compartiré los desafíos, oportunidades y
responsabilidades que, a mi entender, ten-
drá ACDE en los próximos 10 a 20 años. Mu-
chos aplicables al presente. Procuraré en-
marcarlo dentro de las fortalezas y limita-
ciones que advierto en nuestra Institución.
Dividiré dichos desafíos en internos y exter-
nos. En los internos, incluiré los que tienen
que ver con los socios, sus vínculos, forma-
ción, espiritualidad y participación, como
también con la gestión de la Institución.
En los externos, los que están relacionados
con la expansión en el país, los vínculos con
otras instituciones de Argentina y el mun-
do; también nuestra capacidad de influir y
hacernos escuchar, para agregar valor en el
curso de los acontecimientos.
Desafíos internos
El primer desafío con el que tiene que lidiar
un emprendedor o directivo es el del áni-
mo de cada mañana. Sin una motivación y
entusiasmo por la tarea cotidiana se hacen
difíciles los frutos abundantes y alcanzar
los objetivos. Resulta clave ayudarnos a
encontrar “ganas”, a desarrollar una volun-
tad indeclinable y un motor poderoso que
nos haga pensar que los esfuerzos valen la
pena. Forjar una Institución que ayude a
las personas a encontrar motivación por la
construcción de cosas buenas, en la Espe-
ranza que un futuro mejor es posible. Con
esta intención hace algún tiempo definimos
qué sembrar.
En un tiempo de creciente activismo y de
escaso espacio para las cuestiones de fon-
do, será siempre importante la formación
en valores. En este plano se encuentra una
definición clara de la Misión de ACDE: cono-
cer y difundir los principios de la Doctrina
Social de la Iglesia. La buena formación
permite tomar mejores decisiones, el de-
sarrollo del carácter y el fomento de las
virtudes. También creo relevante formar-
nos y reflexionar sobre la administración
del tiempo, el equilibrio entre los distintos
ámbitos de nuestra vida, y la ponderación y
selección de los objetivos que perseguimos.
Esto último cobra especial relevancia en
nuestros socios jóvenes.
Una Asociación donde se respire y fomente
la espiritualidad nos ayudará a estar más
cerca del mandato y legado de Nuestro
Señor y a producir mayores frutos. El desa-
rrollo de la espiritualidad es una demanda
fuerte también en nuestros días, valga para
esto recordar las conclusiones de cada Reu-
nión Anual de Socios (RAS) en esta materia.
Ejecutar un plan sostenido para el incre-
mento de socios. Siempre nos recordamos
que el número no es la cuestión primaria,
podríamos ser muchos miles y perder
nuestra esencia o sentido. Pero no pode-
mos desconocer que, cuantos más somos,
más posibilidades tenemos de vernos
enriquecidos con experiencias diversas,
de influir y de apalancar un cambio. Si mi-
ramos la proyección de los últimos años
encontraremos que hemos triplicado los
socios, pero también sabemos que hay
miles de personas que podrían sumarse y
verse ayudadas por lo que ACDE ofrece, y
ni siquiera la conocen.
Un quinto objetivo que me parece des-
tacar es el de la red interna. Nos cuesta
conocernos, vincularnos y de ahí brotan
los aprendizajes y crecimientos. Cuando
federico Quintana es vicepresidente 1º de ACDE
e m p r e s ainstitucional
Verano 2012 Página 21
pienso en este tema me viene la imagen de
las primeras comunidades cristianas; ellas
tenían claro la trascendencia de ayudarse,
especialmente en tiempos hostiles. ACDE
es un lugar único para participar con gente
de empresas que cree y comparte nuestros
principios, aún con los matices existentes.
Clarificar y comunicar mejor la propuesta
de valor de ACDE será un tema que también
irá tomando cada vez más relevancia en la
medida que sigamos desarrollándonos. Son
muchas las cosas que ocurren en relación a
nuestra Asociación y, aun los que estamos
más cerca o le dedicamos mayor tiempo,
nos cuesta conocerlas y seguirlas todas. Sin
duda, conocer mejor lo que hacemos nos
ayuda a la gratitud y al sano orgullo de per-
tenecer.
Hay un desafío importante en la gestión
interna de la Institución: coordinar las
personas, sus voluntades, convocar a los
adecuados para cada objetivo, el complejo
fundraising, el plan estratégico, la renova-
ción y elección de autoridades, la división
de funciones, la optimización de las tareas
del staff y tantas otras. Se está trabajando
mucho en mejorar la gestión del volunta-
riado. Tenemos socios con múltiples capaci-
dades, perfiles y dones. Muchos se ofrecen
para sumarse y ayudar. Pero no siempre
logramos hacerles lugar, asignarles la tarea,
comprometerlos o convocarlos de la mejor
forma.
Desafíos externos
Un desafío es la consolidación de la Fede-
ración. En muchas ciudades existen grupos
que quieren desarrollarse con objetivos
similares a los nuestros. En esta última
década he visto un generoso esfuerzo por
este objetivo, nada sencillo y con múltiples
aristas.
El desarrollo de una articulada red externa
será muy importante para poder sumar
fuerzas e impulsar el cuidado de creencias,
valores y princi-
pios. El desafío será
definir con quienes
nos queremos vin-
cular, con qué obje-
tivo, de qué manera
o a través de qué
personas. Un plan
claro, tiempo y
“embajadores” en
cada lugar para po-
der desarrollarlo.
Hacer crecer nues-
tra opinión y voz.
Somos buenos
candidatos para
participar de pro-
cesos decisorios en
múltiples ámbitos,
empezando por la
propia Iglesia en te-
mas económicos, políticos o empresariales.
La red será clave para ayudarnos en este
sentido.
Cuidar el prestigio y la trayectoria sin duda
también será un gran desafío. La coheren-
cia y el cuidado de nuestros predecesores
en la materia nos han ganado un lugar de
privilegio que debemos proteger. Será clave
definir en qué ámbitos nos queremos posi-
cionar como claros referentes.
Otro objetivo que me parece relevante
en relación al ámbito externo es el de los
vínculos con Uniapac (la Institución que
aglutina las ACDE de varios países), y la
red con cada una de éstas y sus socios.
Este intercambio es de gran riqueza para
nosotros, nuestra capacidad de entender
los procesos globales y la posibilidad de
sumar fuerzas.
Me despido compartiendo el deseo que la
causa de canonización de Enrique Shaw
siga avanzando y que algún día sea decla-
rado Santo, para que pueda resultar un
ejemplo más conocido por todos. ¡Dios nos
bendiga y Enrique nos guíe!
e m p r e s ainstitucional
Quintana: "Conocer mejor lo que hacemos nos ayuda a la gratitud y al sano orgullo de pertenecer".
Premio ACDE
Eventos en Red
Encuentro Anual
Desafío Joven
PRODIEM
UNIAPAC
Desayunos de Formación
Interior y Federación
Revista Empresa
Jornada Joven
Causa Enrique Shaw
Reunión Anual de Socios
Vivencias Compartidas
RSE
Programa Consejeros
Ciclos de Formación y Capacitación Joven
Actividades de Relacionamiento
Desayunos de Actualización Profesional
Hoja de ruta de ACDEForos Almuerzo
Asistencia y seguimiento del desarrollo profesional y personal de un joven por parte de un socio senior promoviendo la comunicación intergeneracional.
Un ámbito para la reflexión personal del dirigente y de intercambio de experiencias reales que surgen cuando éste aspira a desarrollar su vocación emprendedora en un marco coherente de valores.
Programa de mentoría -uno a uno- de ACDE y Shell CAPSA que fomenta en los jóvenes el espíritu emprendedor y los guía en el proceso de transformar una idea en un plan de negocios.
Importantes expositores, representantes de los más diversos sectores empresarios y profesionales, analizan la coyuntura del país y la región.
Especialistas y referentes del mundo empresario ponen al día los adelantos en temas de recursos humanos, marketing, logística, organización, etc.
Temas actuales del quehacer empresario son analizados desde los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Jóvenes futuros dirigentes de empresa, profesionales, emprendedores y con inquietudes sociales comparten un día de análisis y reflexión comprometiéndose activamente a ser protagonistas de la realidad y a construir un mejor país.
Un reconocimiento a las empresas que buscan la coherencia entre sus prácticas organizacionales y sus valores, y han desarrollado una gestión humana, productiva y responsable.
Una experiencia de reflexión, abierta a socios y amigos de ACDE, que busca estable-cer un marco de convivencia donde temas fundamentales son tratados en pequeños grupos e iluminados desde el Evangelio.
Dirigida a los sectores empresariales y formadores de opinión, contiene análisis y reflexiones actualizadas sobre temas que consideramos de interés para quienes tienen la vocación y la responsabilidad de tomar decisiones.
Un espacio para que los socios profundicen su mutuo conocimiento, analicen las mejores formas de brindar sus talentos a ACDE y puedan opinar desde una mirada comprometida, sobre los logros y aspectos a mejorar.
Grupos de socios constituidos en el interior y que buscan coordinar y sinergizar las actividades y las relaciones con Asociaciones que llevan nuestro mismo nombre, creadas y registradas en sus respectivas jurisdicciones.
Un espacio de diálogo y debate sobre temas de actualidad, entre jóvenes y destacados expositores del mundo de la empresa.
Actividad exclusiva para los socios de ACDE y sus invitados que propone participar de manera virtual de reflexiones, entrevistas y debates que se abren al intercambio de opinio-nes y preguntas de toda la audiencia virtual.
Movimiento ecuménico mundial inspirado en la DSI y en los principios éticos del cristianismo, cuyos integran-tes asumen sus responsabilidades como dirigentes de empresa y verdaderos referentes de la sociedad. Agrupa a asociaciones de empresarios cristianos del mundo, principalmente de Latinoamérica y Europa.
Un espacio para analizar y debatir sobre la responsabilidad empre-saria y ciudadana, y encontrar la mejor manera de impulsar la articulación de la tarea empresaria con el Estado, como una vía concreta de contribuir al camino del progreso de la Nación.
Buscan el conocimiento mutuo entre los socios y la profundización de los lazos, con una visión integral de la persona. Atraviesan a todos los programas y eventos de ACDE, que responden al legítimo interés de los socios, y son a la vez herramienta de crecimiento de la institución.
Promoción de la figura y el legado de quién fue fundador y primer presidente de ACDE.
Promoción de la gestión ética y responsable de las empresas para orientarlas hacia el bien común, integrando el respeto hacia las personas, la comunidad y el medio ambiente.
ecutivaMesa Ej
Asesordoctrinal
StaffFormatos departicipación
de socios
PastPresidents
Las distintas actividades desarrolladas por los socios de ACDE en su camino para realizar la misión por la cual adhirieron a nuestra entidad: "Ayudar a los dirigentes de empresa a vivir de manera coherente su vocación emprendedora y su fe cristiana". A todos ellos, ¡MUCHAS GRACIAS!
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Asistencia y seguimiento del desarrollo profesional y personal de un joven por parte de un socio senior promoviendo la comunicación intergeneracional.
Un ámbito para la reflexión personal del dirigente y de intercambio de experiencias reales que surgen cuando éste aspira a desarrollar su vocación emprendedora en un marco coherente de valores.
Programa de mentoría -uno a uno- de ACDE y Shell CAPSA que fomenta en los jóvenes el espíritu emprendedor y los guía en el proceso de transformar una idea en un plan de negocios.
Importantes expositores, representantes de los más diversos sectores empresarios y profesionales, analizan la coyuntura del país y la región.
Especialistas y referentes del mundo empresario ponen al día los adelantos en temas de recursos humanos, marketing, logística, organización, etc.
Temas actuales del quehacer empresario son analizados desde los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Jóvenes futuros dirigentes de empresa, profesionales, emprendedores y con inquietudes sociales comparten un día de análisis y reflexión comprometiéndose activamente a ser protagonistas de la realidad y a construir un mejor país.
Un reconocimiento a las empresas que buscan la coherencia entre sus prácticas organizacionales y sus valores, y han desarrollado una gestión humana, productiva y responsable.
Una experiencia de reflexión, abierta a socios y amigos de ACDE, que busca estable-cer un marco de convivencia donde temas fundamentales son tratados en pequeños grupos e iluminados desde el Evangelio.
Dirigida a los sectores empresariales y formadores de opinión, contiene análisis y reflexiones actualizadas sobre temas que consideramos de interés para quienes tienen la vocación y la responsabilidad de tomar decisiones.
Un espacio para que los socios profundicen su mutuo conocimiento, analicen las mejores formas de brindar sus talentos a ACDE y puedan opinar desde una mirada comprometida, sobre los logros y aspectos a mejorar.
Grupos de socios constituidos en el interior y que buscan coordinar y sinergizar las actividades y las relaciones con Asociaciones que llevan nuestro mismo nombre, creadas y registradas en sus respectivas jurisdicciones.
Un espacio de diálogo y debate sobre temas de actualidad, entre jóvenes y destacados expositores del mundo de la empresa.
Actividad exclusiva para los socios de ACDE y sus invitados que propone participar de manera virtual de reflexiones, entrevistas y debates que se abren al intercambio de opinio-nes y preguntas de toda la audiencia virtual.
Movimiento ecuménico mundial inspirado en la DSI y en los principios éticos del cristianismo, cuyos integran-tes asumen sus responsabilidades como dirigentes de empresa y verdaderos referentes de la sociedad. Agrupa a asociaciones de empresarios cristianos del mundo, principalmente de Latinoamérica y Europa.
Un espacio para analizar y debatir sobre la responsabilidad empre-saria y ciudadana, y encontrar la mejor manera de impulsar la articulación de la tarea empresaria con el Estado, como una vía concreta de contribuir al camino del progreso de la Nación.
Buscan el conocimiento mutuo entre los socios y la profundización de los lazos, con una visión integral de la persona. Atraviesan a todos los programas y eventos de ACDE, que responden al legítimo interés de los socios, y son a la vez herramienta de crecimiento de la institución.
Promoción de la figura y el legado de quién fue fundador y primer presidente de ACDE.
Promoción de la gestión ética y responsable de las empresas para orientarlas hacia el bien común, integrando el respeto hacia las personas, la comunidad y el medio ambiente.
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Aviso VIP_A4.ai 28/04/2009 11:07:08 a.m.
Página 30 EMPRESA Nº208
e m p r e s ar e f l e x i ó n
una sola agenda para la planificación estratégica profesional y personal
paola s. delbosco
Mucha satisfacción laboral, familiar y
personal junto a una serie de síntomas
de estrés son comunes a los casi dos mil
directivos, varones y mujeres, que han
participado en la encuesta la “Agenda
del directivo” regional (2009-2011), desa-
rrollada en diez países latinoamericanos
desde el centro Confye - Standard Bank
del IAE.
Estar satisfecho, pero no poder dormir;
estar contento, pero tener la sensación
de perder momentos importantes de
la familia; estar seguro de que uno está
donde quiere estar, pero al mismo tiempo
no poder dedicarse a los seres queridos.
Todas estas afirmaciones nos hablan de
una agenda múltiple, o de varias agendas
a la vez, que lógicamente no permiten es-
tar en paz.
Una de las razones de esta imposibilidad
es que las personas con responsabilidades
profesionales, en las distintas etapas de la
carrera, se encuentran insertadas en una
cultura laboral que no tuvo siempre en
cuenta la realidad personal y familiar de
cada uno como un aspecto fundamental de
la vida.
Por mucho tiempo ha existido una barrera
entre lo privado y lo público que obligaba
a dejar entre paréntesis las cuestiones per-
sonales de quienes trabajaban, para que
se dedicaran totalmente a la profesión. Se
pensaba que la vida privada era responsabi-
lidad de cada persona, así como era su res-
ponsabilidad hacer que no hubiese interfe-
rencias entre las preocupaciones personales
y la eficacia profesional.
Sin duda estamos viviendo un momento
muy interesante de mayor integración de
los distintos aspectos de la vida de las per-
sonas, por lo cual se entiende mucho mejor
cómo el equilibrio de cada ámbito redunda
en beneficio del resultado total.
Por eso, desde Confye, pensamos que to-
mar conciencia de la poca armonía en
algunos aspectos de la propia vida podría
ser, para las personas con cargos directi-
vos, una buena ocasión no solo para orga-
nizar mejor la propia realidad, sino tam-
bién para tener en cuenta que esa armonía
debe ser posible para cada colaborador que
trabaja en la organización. El resultado no
puede ser sino una buena sociedad, pro-
ductiva, ordenada y justa.
Datosyargumentosafavordeunaintegracióninteligentededistintosaspectosdelavida.UnanuevadimensióndelaRSE.
Paola Delbosco es Doctora en filosofía (universitá degli studi di roma). Profesora universitaria. investigadora del Centro standard Bank Conciliación familia y Empresa, CoNfyE en el iAE.Artículo publicado en la revista de Antiguos Alumnos del IAE (edición de julio de 2012).
Verano 2012 Página 31
otra dimensión de la rsE
Estamos convencidos de la necesidad de
este cambio cultural para que el alinea-
miento de las distintas responsabilidades
no sea un juego de imposibles equilibrios,
sino una lúcida respuesta a las necesidades
complejas de las personas. En el fondo, es-
tamos hablando de especificaciones de la
responsabilidad de las empresas en la socie-
dad. Todo el misterio de la Responsabilidad
Social de las Empresas (RSE), finalmente, no
es más que tomar en serio la dimensión éti-
ca de la acción humana, con la amplitud de
la mirada proporcional a la capacidad real o
potencial de influencia.
No hay duda de que la actividad de las em-
presas representa una ocasión espléndida
de prosperidad social, no sólo a través de la
producción de objetos útiles o la prestación
de servicios, sino también a través de los
puestos de trabajo ofrecidos a las personas,
a través del ulterior desarrollo de sus capa-
cidades, de las continuas oportunidades de
realización e innovación en pos de la exce-
lencia, entre otros aspectos. Sin embargo,
no siempre se vio con claridad el nexo de
posible y necesaria cooperación entre em-
presa y sociedad.
Cuando hace unas décadas se habló de la
dimensión ética de la actividad empresarial,
actuar éticamente parecía constituir el pre-
cio para la aceptación por parte de la ciuda-
danía, casi una reparación al eventual daño
que la actividad pudiera producir, o hasta
un “pedido de disculpas” anticipado por su
eficiencia y su poder. Nos encontrábamos
todavía en la fase de una responsabilidad
e m p r e s ar e f l e x i ó n
Delbosco: “Por mucho tiempo ha existido una barrera entre lo privado y lo público que obligaba a dejar entre paréntesis las cuestiones personales de quienes trabajaban”.
PErCEPCióN DE ComPATiBiLiDAD ProfEsióN-fAmiLiA sEgúN sExo y EDAD
Trabajo y familia compatibles Trabajo y familia incompatibles
Varones
Mujeres
Menores de 40 años
Mayores de 40 años
43%29%
31%41%
38%35%
43%27%
Página 32 EMPRESA Nº208
social orientada a la reparación, y por lo
tanto básicamente reactiva.
Esto produjo la preferencia por acciones
siempre bien visibles, para exhibirlas
como pasaporte para la aceptación, por
parte de los grupos de interés o los ciuda-
danos en general.
Las personas en los
cargos directivos y
sus grupos aseso-
res estaban conti-
nuamente atentos
a los cambios de
gustos y de humor
del público al que
se dedicaban las
acciones de la RSE,
siempre a la espera
de ver qué cosas
serían vistas mal (o bien) de ahora en
más, como si se tratara de un juego cuya
iniciativa estuviera siempre en manos de
los demás.
Y dado que estas preferencias estaban
dictadas por las exigencias externas a
la actividad específica de la empresa,
constituían naturalmente inevitables
costos, con el agravante de su misterioso
y continuo desplazamiento: los ruidos, la
polución ambiental, la exclusión social, la
falta de alfabetización, la desnutrición, el
abuso del agua, las descargas tóxicas, etc.
Una lista imposible de completar, dado
que la realidad es compleja y cambiante,
y el foco de la atención de la gente fácil
de atraer hacia lo nuevo.
¿Cuál ha sido el paso sucesivo para que
la RSE pasara de ser de una reacción a
la presión externa a una iniciativa de los
empresarios? Se trataba de cambiar el
juego. En esta misma lógica se inscribe la
tendencia a modificar la relación entre
vida privada y trabajo, entendiendo que
la persona es siempre una sola, y que lo
que vive en un ámbito lo lleva puesto al
otro.
Planificación estratégica personal y familiar
Si los directivos aprenden a armonizar
su propia agenda, unificando en una sola
“planificación estratégica” -usando un
término que les resultará familiar- tanto
lo profesional como lo personal, se habrá
dado otro paso más de la responsabilidad
empresarial.
Una sola agenda significa integrar inteligen-
temente distintos aspectos de la vida, en-
tendiendo que el equilibrio de uno beneficia
a los otros.
Quizás sea una mayor presencia de mu-
jeres en cargos directivos y la creciente
cantidad de mujeres profesionales lo que
induce a este cambio cultural. Hay que
decir que, si bien son las mujeres quienes
mayoritariamente se ven necesitadas a
pedir flexibilidad y cambios para compa-
tibilizar familia y profesión, el beneficio
de esta visión integrada es para todos. Es
bueno presentarlo como un aspecto ético,
es decir, de trato justo, y no como una
ventaja o un privilegio de quienes tienen
más poder.
Si se entiende la agenda única como un
progreso de la ética laboral, en el sentido
de una mayor preocupación por darle a
cada persona la oportunidad de vivir una
vida armoniosa, habremos conquistado
algo fundamental para toda la sociedad.
No solo por eliminación del estrés de
quienes toman decisiones, sino por la me-
jora de la calidad de vida de las familias,
de las que sale la nueva generación. La
posibilidad de este cambio está en nues-
tras manos.
e m p r e s ar e f l e x i ó n
Una sola agenda significa integrar
inteligentemente distintos aspectos de
la vida, entendiendo que el equilibrio
de uno beneficia a los otros.
Página 34 EMPRESA Nº208
Desde Estados unidos ¿son inflacionarios los programas de relajación monetaria cuantitativa de la reserva federal?
Carlos e. J. m. Zarazaga
LaexpansiónsinprecedentesdelabasemonetariadeEE.UU.inducidaporalgunodeesosinstrumentosnoconvencionales,¿desembocaráenunaespiralinflacionariaincontrolable?
Elautorintentaensuanálisisexplorarhastaquépuntoesostemoressonfundados,ylasconsideracionesatenerencuentaparaestimarlaprobabilidaddequesematerialicen.
ZarazagaplanteadosescenariosposiblesfrentealprocesodeestimulaciónmonetariacuantitativayalertaacercadelanecesidaddeseguirdecercalasituaciónfiscaldelosEE.UU..“Asimismo,seríatranquilizadorverificarquelosfuncionariosrecientementeelectosore-electosporelvotopopularlogranimplementarlasmedidasnecesariasparaquelosmercadoslecontinúenasignandobajísimasprobabilidadesdematerializarseaunposibleescenarioproblemático”,apunta.
Carlos E. Zarazaga es Economista investigador y Asesor para Asuntos Económicos Latinoamericanos de la reserva federal de Dallas. Los puntos de vista aquí expresados son exclusivos del autor y no reflejan necesariamente los de la Reserva Federal de Dallas o del Sistema de la Reserva Federal.
La crisis financiera originada en las llamadas
“hipotecas basura”, que tuvo su manifesta-
ción más virulenta en la quiebra de Lehman
Brothers, el 15 de septiembre de 2008, desen-
cadenó una corrida contra los instrumentos
financieros que se negociaban, hasta enton-
ces, en grandes volúmenes en el mercado
mayorista de dinero (money markets).
El temor de que empresas que financiaban
sus operaciones colocando obligaciones
negociables y pagarés en esos mercados es-
tuvieran expuestas a las problemáticas hi-
potecas y no pudieran honrar sus compro-
misos llevó a los inversionistas a abandonar
ese circuito financiero. Los ahorros empe-
zaron a canalizarse en masa hacia papeles
menos expuestos al riesgo de insolvencia,
entre los que figuraron prominentemente el
dinero en efectivo y la deuda del gobierno
federal de los EE.UU..
Tal fue el pánico que los ahorristas estaban,
y aún están dispuestos, a mantener en su
cartera títulos públicos de corto plazo a una
tasa de interés nominal efectiva nula. Es de-
cir, que la fuga hacia instrumentos financie-
ros de mejor calidad, en términos de riesgo
de incobrabilidad (flight to quality), ha creado
desde la crisis un escenario inédito de tasas
de interés nominales de corto plazo iguales
a cero.
Como consecuencia, el instrumento mo-
netario que utilizaba tradicionalmente la
Reserva Federal para expandir o contraer la
e c o n o m í a
Verano 2012 Página 35
demanda agregada, la tasa de interés nomi-
nal de corto plazo, llegó a su valor mínimo
posible justo cuando el colapso del crédito
al sector privado y consiguiente caída del
nivel de actividad aconsejaban una política
monetaria expansiva. Dicha política reque-
riría tasas de interés nominales de corto
plazo negativas, una imposibilidad técnica
cuando existe la alternativa de mantener
los ahorros en un activo financiero no suje-
to a quitas de capital, el dinero contante y
sonante. No le quedó a la Reserva Federal
más remedio, por lo tanto, que recurrir a
instrumentos no convencionales que pudie-
ran alcanzar el mismo objetivo.
Las supuestas propiedades curativas de
esas “drogas monetarias experimentales”
son objeto de acalorados debates entre
los expertos, que seguramente los ávidos
lectores de EMPRESA siguen con la misma
aprensión de quien presencia las delibe-
raciones de una junta médica que debe
decidir el tratamiento más efectivo para
un pariente cercano, antes de que sus inte-
grantes se hayan puesto de acuerdo sobre la
enfermedad que lo aflige.
En tal sentido, una de las suspicacias que se
escucha más frecuentemente es que la ex-
pansión sin precedentes de la base monetaria
de EE.UU. inducida por alguno de esos instru-
mentos no convencionales desembocará en
una espiral inflacionaria incontrolable.
El propósito de esta nota es explorar sucin-
tamente hasta qué punto esos temores son
fundados, y las consideraciones a tener en
cuenta para estimar la probabilidad de que
se materialicen.
Breve descripción de los programas de estimulación monetaria cuantitativa
Tomaría varias páginas describir todos los
instrumentos monetarios no convenciona-
les que la Reserva Federal ha venido utili-
zando desde la caída de Lehman Brothers.
Por esta razón, esta nota se limita a consi-
derar aquellos que han tenido mayor im-
pacto cuantitativo sobre la expansión que
ha experimentado la base monetaria de los
EE.UU. desde aquel episodio, los programas
de “estimulación monetaria cuantitativa”, o
quantitative easing, como se los denomina en
inglés. De ahí que, de ahora en más, se uti-
lizará la sigla adoptada en ese idioma, QE,
para referirse a ellos.
La Reserva Federal ha venido implemen-
tando estos programas desde noviembre de
2008 en ondas sucesivas, la última de las
cuales se lanzó en septiembre de este año.
Estos programas consisten en que la Re-
serva Federal inyecta liquidez adicional en
la economía comprando al sector privado,
con dinero emitido a esos efectos, montos
preestablecidos de títulos públicos del go-
bierno federal de los EE.UU. y de activos
financieros derivados de préstamos hipote-
carios (análogos a las cédulas hipotecarias
que alguna vez circularon en nuestro país).
Por razones de espacio, no es posible discu-
tir en detalle los mecanismos con los que
Zarazaga: “Dado el alto nivel de desempleo y capacidad ociosa presente en la economía de EE.UU., muchos especialistas consideran que hay poco riesgo de que el moderado aumento en la demanda agregada, inducida por las sucesivas rondas de operaciones de QE, se traduzca en lo inmediato en una aceleración significativa de la inflación".
e c o n o m í a
Página 36 EMPRESA Nº208
se suponía que estos programas lograrían
reactivar la economía. Para los propósitos
de esta nota, sin embargo, la información
relevante es que como resultado de las su-
cesivas rondas de QE, la base monetaria de
EE.UU. más que se triplicó entre el segundo
trimestre de 2008 y el segundo de 2012,
cuando representaba un 5.7% y un 16.6%
del PBI, respectivamente.
operaciones de QE, patrimonio del sector privado, y presiones inflacionarias
La preocupación
de que este salto
sin precedentes en
la base monetaria
de EE.UU. se mani-
fieste en tasas tan
altas de inflación
como las que pade-
ce nuestro país es
natural entre sus
atribulados habi-
tantes, acostum-
brados a que ese
sea, la mayoría de
las veces, el resul-
tado de la emisión
de moneda local.
La entendible reacción “pavloviana” a esa
experiencia histórica no debería oscurecer
el hecho de que, entre diciembre de 1991
y 1998, cuando regía la convertibilidad, la
base monetaria se duplicó pero la inflación
acumulada durante ese mismo período fue
mucho menor.
Debe recordarse que bajo ese sistema, la
base monetaria se expandía sólo si el sector
privado le vendía al Banco Central un mon-
to equivalente de instrumentos financieros
denominados en dólares (u otra moneda
de reserva) a la paridad pre-establecida de
un peso por dólar. Como resultado de la
operación, lo que cambiaba era la compo-
sición, no la magnitud del patrimonio del
sector privado, que no tenía por lo tanto
motivos para sentirse más rico que antes ni,
por consiguiente, para gastar más. Por esa
razón la demanda agregada se mantuvo en
niveles compatibles con una inflación baja,
a pesar de la expansión, tal vez importante,
de la base monetaria.
El mismo mecanismo explica por qué las
expansiones significativas de la base mone-
taria de los EE.UU., originadas en las opera-
ciones de QE, no inducen mayores presiones
inflacionarias en lo inmediato.
Estas operaciones, como se explicó ante-
riormente, también le cambian al sector
privado unos activos por otros (dinero por
cédulas hipotecarias o títulos públicos) y
dejan el patrimonio de ese sector, por lo
tanto, aproximadamente inalterado.
riesgos inflacionarios a corto y largo plazo
Dado el alto nivel de desempleo y capa-
cidad ociosa presente en la economía de
EE.UU., muchos especialistas consideran
que hay poco riesgo de que el moderado
aumento en la demanda agregada, indu-
cida por las sucesivas rondas de opera-
ciones de QE, se traduzca en lo inmediato
en una aceleración significativa de la
inflación.
Esta apreciación se basa en la observación
de que la misma mecánica que permitió
la rápida expansión de la oferta monetaria
durante las operaciones de QE podría ex-
plotarse para contraerla con la misma faci-
lidad. Éste es, justamente, el supuesto que
cuestionan quienes miran estos programas
con recelo.
Como surge del análisis de los dos esce-
narios hipotéticos, que se considerarán a
continuación, las discrepancias se reducen,
en definitiva, a diferencias de opinión sobre
la posible evolución de la calidad crediticia
de los activos que respaldaron las sucesivas
Como resultado de las sucesivas
rondas de QE, la base monetaria
de EE.UU. más que se triplicó entre
el segundo trimestre de 2008
y el segundo de 2012, cuando
representaba un 5.7% y un 16.6% del
PBI, respectivamente.
e c o n o m í a
Verano 2012 Página 37
expansiones de la base monetaria bajo los
programas de QE.
un escenario benigno
En el escenario benigno, las operaciones
de QE tienen éxito en estimular la econo-
mía y la creación de empleo. El retorno a
la normalidad revierte el proceso de fuga
hacia lo seguro, desencadenado por la crisis
financiera, y los inversionistas empiezan a
demandar tasas de interés nominales posi-
tivas sobre sus ahorros.
La suba de la tasa de interés nominal au-
menta el costo de oportunidad de man-
tener los ahorros en efectivo o en cuenta
corriente y reduce, por lo tanto, la demanda
de dinero. En el intento de desprenderse de
sus excedentes de saldos monetarios reales,
el sector privado los volcaría a la compra
de bienes, con las consiguientes presiones
inflacionarias, a menos que la oferta mone-
taria se contrajera en un monto equivalente
a la caída en la demanda de dinero.
La Reserva Federal no tendría dificultades
en garantizar ese resultado: lo único que
tendría que hacer es invertir el orden de
los pasos que siguió durante los programas
de QE y revenderle al sector privado los
activos financieros que le había comprado
durante la implementación de aquellos.
Una observación a tener presente cuando
se analice el otro de los escenarios hipoté-
ticos mencionados es que el procedimiento
para absorber oferta monetaria que se
acaba de describir no sería factible si la
cotización de los activos involucrados fue-
ra mucho más baja que cuando la Reserva
Federal los adquirió.
Pero difícilmente sea ese el caso de las cé-
dulas hipotecarias en el escenario benigno
considerado hasta aquí, porque la mejora
en el clima de negocios seguramente in-
duciría los precios de esos activos al alza.
Aunque los títulos públicos sí bajarían algo
de valor (cabe recordar que sus precios se
mueven en el sentido opuesto a la tasa de
interés), la Reserva Federal no tendría que
liquidarlos para retirar dinero de circula-
ción. Simplemente podría retenerlos hasta
su vencimiento y no reinvertir los pagos de
intereses y capital que reciba en ese enton-
ces de la Tesorería.
El instrumento monetario que utilizaba tradicionalmente la Reserva Federal para expandir o contraer la demanda agregada, la tasa de interés nominal de corto plazo, llegó a su valor mínimo posible justo cuando el colapso del crédito al sector privado y consiguiente caída del nivel de actividad aconsejaban una política monetaria expansiva.
e c o n o m í a
Página 38 EMPRESA Nº208
un escenario complicado
En el escenario complicado, en cambio,
la delicada situación fiscal por la que
atraviesan los EE.UU. no se resuelve tan
favorablemente, como implicaba la avi-
dez con que los inversores habían estado
demandando la deuda pública de ese país
durante el período de fuga hacia lo segu-
ro. Las dificultades para formular una po-
lítica fiscal capaz de reducir gradualmen-
te el nivel nominal de dicha deuda de sus
peligrosos niveles actuales empieza a ali-
mentar la sospecha de que la “solución”
consistirá en erosionarla en términos rea-
les con una inflación considerablemente
mayor que la esperada.
Tal perspectiva
induce una baja
generalizada en las
cotizaciones de los
títulos públicos,
incluyendo los que
la Reserva Federal
adquirió masiva-
mente en el curso
de las operaciones
de QE. Por la mis-
ma razón, bajan los
precios de otros ac-
tivos de renta fija,
como las cédulas
hipotecarias, tam-
bién presentes en
abultados montos
en la cartera de esa institución.
El valor de los activos en poder de la Reserva
Federal podría caer, por lo tanto, muy por de-
bajo de la emisión de dinero en que se incu-
rrió al comprarlos. En ese caso, el producido
de la venta de esos activos podría retirar de
circulación mucho menos oferta monetaria
que la requerida para compensar exacta-
mente caídas en la demanda de dinero que
generan presiones inflacionarias. Esta misma
percepción llevaría a un mayor deterioro de
la situación, que podría desbocarse en una
espiral inflacionaria difícil de frenar.
un seguimiento de la situación fiscal de los Estados unidos
Es importante destacar que este escena-
rio complicado, aunque posible, no parece
muy probable. Al menos eso es lo que su-
giere el hecho de que, al momento de es-
cribir estas líneas, los inversores seguían
dispuestos a mantener en su cartera títu-
los públicos que no les redituaban ningún
interés nominal y cuyos rendimientos en
términos reales eran negativos. Pero como
lo demuestra la crisis de deuda sobera-
na por la que atraviesan muchos países
de la eurozona, las apreciaciones de los
mercados financieros sobre la solvencia
fiscal de las naciones pueden cambiar sin
previo aviso.
Será prudente seguir de cerca, por lo
tanto, la situación fiscal de los EE.UU..
Ciertamente sería tranquilizador verificar
que los funcionarios recientemente elec-
tos o re-electos por el voto popular logran
implementar las medidas necesarias para
que los mercados le continúen asignando
bajísimas probabilidades de materializar-
se al problemático escenario que se acaba
de describir.
La fuga hacia instrumentos
financieros de mejor calidad, en
términos de riesgo de incobrabilidad
(flight to quality), ha creado desde la
crisis un escenario inédito de tasas
de interés nominales de corto plazo
iguales a cero.
e c o n o m í a
Página 40 EMPRESA Nº208
enrique v. del Carril
sobre el proyecto de reforma de los Códigos Civil y Comercial En las siguientes líneas, presentamos la
opinión de cuatro distinguidos abogados y
juristas sobre el proyecto de reforma y uni-
ficación de los Códigos Civil y Comercial de
la Nación, que actualmente se encuentra
en tratamiento en el Congreso.
No es un tema exclusivamente técnico,
que pueda interesarle solo a los abogados.
Por el contrario, el Derecho Privado en
General y la utilización del método del Có-
digo escrito para su difusión y aplicación
implican, nada más y nada menos, que
transparentar y permitir el conocimiento
de aquellas normas que rigen todos los
aspectos de nuestra vida privada. Es decir
que su gestación y aplicación interesan a
todos los ciudadanos, lo cual surge clara-
mente de la experiencia histórica.
En la sanción de un Código Civil está en juego
la concepción que tenemos sobre la esencia
y naturaleza del Derecho Privado. ¿Se trata
de una elaboración reservada a la presunta
sabiduría de una persona o de un grupo que
impone a la sociedad ciertos criterios de con-
vivencia gestados en ideas propias o, por el
contrario, es el fruto de un orden espontáneo
que surge de la comunidad, la cual, guiada por
criterios morales y de utilidad, con sus con-
ductas legítimas, va creando normas de convi-
vencia que se imponen como obligatorias?
En síntesis, frente a la diferencia entre lo “arti-
ficial” -en el sentido de “artificio” o mecanismo
producto del ingenio humano- y lo “natural” -o
sea aquel orden, en el cual si bien interviene el
hombre con su conducta o su libertad, no es
producto de un designio expreso y concreto de
nadie-, ¿dónde ubicamos al Derecho Privado?
Este es el gran debate filosófico y político.
Por mi parte, adhiero a aquellos que consi-
deran al Derecho Privado como un Orden
Espontáneo que, en un ámbito de respeto a
la libertad, marca los límites que se les im-
ponen a las personas, para hacer previsible
la conducta de nuestros semejantes y, de
esta forma, estar en condiciones de elaborar
nuestros proyectos personales de vida en el
ámbito familiar, económico y social.
La postura contraria, resumida en la corriente
del positivismo jurídico, que identifica el De-
recho Privado con la voluntad del legislador,
tiene su origen en el racionalismo idealista
heredero de Descartes y en el impulso del mo-
vimiento de la Revolución Francesa, el cual, a
pesar de sus buenas intenciones, contribuyó
al totalitarismo moderno al imponer la so-
berbia del soberano -sea una persona o un
cuerpo legislativo- como único legitimado a
imponer normas de convivencia.
La génesis histórica del Derecho estuvo ín-
timamente ligada a la religión: en la Ciudad
Antigua, el Derecho era mandato de los dioses
que los hombres interpretaban, no creaban.
Ciertamente ello daba lugar a abusos porque
solo algunos sectores se autoproclamaban
interpretes del Derecho, lo cual produjo las
grandes revoluciones antiguas, donde las cla-
ses populares reclamaron para garantizar su
libertad, la sanción de Códigos escritos como
las Doce Tablas en Roma o las leyes de Solón
en la antigua Grecia. El Derecho escrito fue el
sustento de seguridad y transparencia, aun
cuando quienes lo elaboraron reconocían que
Informe
Abogado. Miembro del
ConsejoEditorialdelaRevista
EMPRESA.
Verano 2012 Página 41
no creaban el Derecho, sino que recopilaban
las costumbres aceptadas por la comunidad.
Pero también la codificación respondió, en
alguna medida, al intento autoritario de go-
bernantes que pretendieron encerrar todas
las normas en textos por ellos promulgados,
prohibiendo o desalentando la libre interpre-
tación de los mismos con la, a veces, oculta
intención de regir con su voluntad las con-
ductas de sus súbditos. Justiniano y Napo-
león, aun cuando produjeron obras jurídicas
que son el pilar del Derecho occidental (y lo
son por el acierto de recopilar costumbres
impuestas por la tradición anterior), son un
ejemplo de esta forma de pensar.
En nuestro país, la magna tarea de Vélez
Sarsfield fue, nada más ni nada menos, re-
copilar normas ya existentes y aprobadas
por la comunidad antes de la sanción de
nuestro Código Civil. Como sustento de ello,
se tomó el trabajo de agregar notas a casi
todos sus artículos donde fundamenta el
origen de la solución adoptada; método que
debió seguirse en el actual proyecto de uni-
ficación pues hubiera contribuido al debate
y esclarecimiento de sus normas.
El gran tema es dilucidar si este proyecto que
ahora se pretende imponer a los argentinos en
un debate apresurado, como nos tiene acos-
tumbrado este gobierno, plasma costumbres
y normas impuestas por la tradición y por la
conciencia de su obligatoriedad o si, por el
contrario, se trata de ideas que surgen de la
cabeza de algunos juristas que la imponen
desde su pensamiento filosófico o derivadas
de algunas modas mal llamadas “progresis-
tas”, que están en boga y se consideran “polí-
ticamente correctas”. Lamentablemente me
temo que esta ocurriendo esto ultimo.
Por ejemplo, la mayoría de los argentinos
¿consideran que la fidelidad no tiene ningu-
na importancia en el matrimonio? Aún más,
¿creen que el matrimonio es un contrato, el
más lábil de todos ellos, que puede romperse
por la sola voluntad de uno de los contra-
yentes sin sanción alguna? Y en materia de
filiación, frente a los avances de la ciencia,
¿la mayoría de los argentinos considera que
puede fundarse una sociedad sobre la base de
la absoluta imposibilidad de conocer la verda-
dera paternidad, por métodos como la legiti-
midad del alquiler de vientres y otros sistemas
que impiden conocer quienes participaron en
la gestación? ¿Queremos correr el riesgo de
llegar a una sociedad como la que describe
Aldous Huxley en su inquietante novela Un
mundo feliz, donde a fuerza de las experien-
cias genéticas, y en aras de la practicidad y la
eficiencia, se desterró el Amor? Son interro-
gantes que la premura y la falsa urgencia que
invocan el oficialismo y los autores de la refor-
ma no permite ni debatir, ni responder con la
profundidad y seriedad que merecen.
Nuestros actuales Códigos Civil y Comercial
en manera alguna han impedido ni impiden
la adaptación del Derecho Privado a las nue-
vas realidades. La labor de nuestros jueces es
un testimonio de ello. ¿Es bueno, entonces,
unificar y reemplazar estos Códigos en forma
apresurada y voluntarista? Creo firmemente
que no es este el sistema; un nuevo Código
surgirá con el transcurso del tiempo y en for-
ma natural no por la voluntad de un gobierno.
En Roma, la codificación de Justiniano se rea-
lizó luego de siete siglos de historia, y nuestros
Códigos Civil y Comercial tienen un siglo y
medio y han sido actualizadas permanente-
mente por la labor de juristas y jueces.
Las opiniones de los juristas, que hemos con-
vocado, nos muestran las luces y sombras de
la reforma. Por mi parte creo que, aun aque-
llos puntos que indudablemente ajustan y
mejoran las normas vigentes desde la expe-
riencia, no justifican la sanción de un nuevo
Código pues en el campo de los contratos,
donde rige la autonomía de la voluntad,
muchas se han impuesto con la tarea de los
abogados y la interpretación de los jueces y,
en aquellos aspectos donde está comprome-
tido el Orden Público, las reformas pueden
surgir de ajustes a un edificio coherente
como son nuestros Códigos vigentes.
Página 42 EMPRESA Nº208
alejandro borda
El proyecto de reforma y los Contratos
Doctor en Derecho (uBA). Prof. universitario. Autor de libros y publicaciones. En coautoría, actualizador de los Tratados de Derecho Civil de obligaciones y Contratos de guillermo A. Borda, y de sus manuales de obligaciones y Contratos. Director de la revista “Doctrina Judicial”.
Informe
El Proyecto de Código Civil y Comercial
de 2012 incluye una parte general de los
contratos que establece reglas aplicables
a todos los contratos. Dedicaré estas lí-
neas a algunas de sus cuestiones desta-
cables.
Empezaré por las que más me preocupan.
a) El art. 978 reitera una regla hoy vigen-
te: para que el contrato se tenga por
celebrado, la aceptación debe expresar
la plena conformidad con la oferta.
Sin embargo, más adelante, el art. 982
dispone: “Los acuerdos parciales de las
partes concluyen el contrato si todas
ellas, con la formalidad que en su caso
corresponda, expresan su consenti-
miento sobre los elementos esenciales
particulares. En tal situación, el con-
trato queda integrado conforme a las
reglas del Capítulo 1...”.
La norma es peligrosa. Lo que ella dis-
pone es que si las partes han acordado
los elementos esenciales particulares
del contrato -que en los contratos one-
rosos no son otros que su objeto y el
precio fijado- hay contrato. Adviértase
que no importa que no se hayan acor-
dado cuestiones importantes, como el
lugar de cumplimiento, o que el pago
deba ser hecho de manera inmediata
o diferida, en un solo momento o de
manera periódica; en estos casos, hay
contrato, aun cuando las partes no
lo hayan calificado como tal. Se está
creando un contrato que, en verdad,
nace incompleto y que necesita la
inmediata intervención del juez para
integrarlo, para lo cual –conforme a
la remisión que se hace al capítulo 1-
debe aplicar las normas imperativas
que existan, las normas supletorias
que la ley establezca para ese contrato,
y los usos y prácticas del lugar de su
celebración.
b) La seña, hoy, está regulada de manera
contradictoria. El Código de Comercio la
presume confirmatoria; esto es, lo en-
tregado en concepto de seña importa un
principio de ejecución del contrato. En
cambio, el Código Civil la presume peni-
tencial; es decir, la seña dada no obliga a
cumplir el contrato sino que, por el con-
trario, faculta a las partes a arrepentirse:
si se arrepiente el que dio la seña, la
perderá, si se arrepiente quien la recibió,
deberá devolverla con otro tanto igual a
lo que había recibido.
El art. 1059 consagra la presunción de
que la seña es confirmatoria del con-
trato. No comparto la solución. Hay
que pensar en el hombre común, sin
preparación de negocio suficiente, que
tiene incorporado que si ha pagado
una seña puede arrepentirse, sabien-
do que el costo es perderla. Ahora la
situación será diferente y claramente
más gravosa para quien más debió pro-
tegerse.
c) El art. 1065 fija reglas de interpretación
de los contratos y, entre ellas, menciona
la necesidad de considerar la conducta
de las partes, incluso la posterior a su
celebración. Pareciera, por la redacción
dada, que lo fundamental es la conduc-
Verano 2012 Página 43
ta anterior a la celebración del contrato,
y esto es inaceptable.
El comportamiento verdaderamente
relevante es el posterior a la cele-
bración del contrato, tal como ahora
establece el art. 218 del Código de
Comercio, pues ese comportamiento
explica lo que las partes han querido.
En cambio, la conducta anterior solo
puede ser considerada ante vacíos
que existan en el contrato, pues si lo
pactado difiere de lo obrado con ante-
rioridad, ello demuestra que las partes
acordaron algo distinto, por lo que la
conducta anterior es irrelevante.
Hay, también, indudables aciertos en la le-
gislación proyectada.
a) Es bueno que el art. 965 establezca que
los derechos resultantes de los contra-
tos integran el derecho de propiedad del
contratante. Se recoge, así, la jurispru-
dencia de la Corte Suprema de Justicia
que hace una interpretación amplia del
derecho de propiedad, amparado por el
art. 17 de la Constitución Nacional.
b) En materia de contratos con cláusulas
predispuestas, el art. 989 dispone que la
aprobación que haga la autoridad admi-
nistrativa de tales cláusulas, no impide
que el juez las controle y declare, en su
caso, la nulidad de ellas. Se consagra la
primacía del valor justicia.
c) El art. 1010 mantiene la idea vigente
de que la herencia futura no puede
ser objeto de los contratos, a menos
que exista una excepción expresa. Y el
mismo artículo prevé una excepción:
son válidos los pactos relativos a una
explotación productiva o a participacio-
nes societarias, que procuren conservar
la unidad de la gestión empresarial o a
la prevención o solución de conflictos,
siempre y cuando no afecten la legítima
hereditaria, los derechos del cónyuge,
ni los derechos de terceros. La solución
es buena: prohíbe -como regla- pactar
sobre una herencia futura, lo que tiene
amplio consenso, pero permite los pac-
tos que faciliten la solución de futuros
problemas, en la medida que no se
afecten derechos de terceros.
d) El art. 1011 dispone que en los contratos
de larga duración, las partes deben ejer-
cer sus derechos de manera no abusiva,
y dispone que si se decide rescindir el
contrato, será necesario darle a la otra
parte la oportunidad de renegociarlo de
buena fe.
e) Finalmente, se regulan los contratos
conexos (los que están vinculados ínti-
mamente unos con otros, conformando
un negocio único). En estos casos, el
contratante puede oponer las excepcio-
nes de incumplimiento, aun frente a la
inejecución de obligaciones ajenas a su
contrato.
Página 44 EMPRESA Nº208
marcelo urbano salerno
oportunidad y conveniencia de una unificación del Derecho Civil y Comercial
Doctor en Derecho y Ciencias sociales. Profesor universitario. Autor de libros y publicaciones. miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires. Titular del estudio jurídico salerno.
Informe
Enseña la historia que la codificación de las
leyes es el mayor logro del legislador. Exige
elevar una estructura basada en el derecho
científico, agrupando un conjunto de nor-
mas jurídicas. Por tanto, el Proyecto (P.E.)
de Código Civil enviado al Congreso, genera
lógica expectativa.
¿Es oportuna la sanción de un nuevo có-
digo en esta coyuntura histórica? Desde
hace varios años, vivimos en estado de
emergencia económica, rigiendo medidas
excepcionales, dictadas transitoriamente.
El efecto causado suele perturbar al siste-
ma. Correspondería aguardar un período
de estabilidad y obrar con cautela a fin de
modificar los códigos. En épocas de crisis,
reina la incertidumbre.
Hoy nada es previsible para el hombre co-
mún. Se contrata a breve plazo y escasea el
crédito. La moneda de pago sufre la pérdida
del poder adquisitivo. Se alteran las relacio-
nes patrimoniales, dándoles un sentido dis-
tinto al de su finalidad. Las legítimas expec-
tativas de los justiciables se ven frustradas
por el accionar errático del Congreso.
Otro interrogante es si resulta conveniente
el cambio profundo del sistema jurídico que
se intenta hacer.
En este Proyecto, la rama mercantil, de ori-
gen medieval, es absorbida por el llamado
ius commune (siglo II d. C). Desaparece el
acto de comercio y se elimina la profesión
del comerciante, violando un mandato
constitucional (art. 75, inc. 12 C.N.). Ni la Re-
volución Francesa de 1789 lo logró, después
de abolir las corporaciones.
Unificar las dos ramas principales del de-
recho privado supone simplificar el orde-
namiento, facilitando los negocios, y eli-
minar la superposición de los contratos.
Países como Brasil, Italia, Paraguay, Suiza
y Quebec -nación dentro de Canadá-
optaron por esa técnica, con algunas par-
ticularidades que el Proyecto ha omitido
considerar. Estados Unidos, donde rige el
common law, se apegó al criterio de distin-
guir ambas ramas, e instituyó el Uniform
Commercial Code.
La propuesta es trascendente, de manera
que exige un cuidadoso estudio. Requiere
vincular dos ciencias sociales: el derecho y
la economía. Ello a fin de determinar cuál
será el marco jurídico de nuestra actividad
económica, relativa a la producción, circu-
lación y consumo de bienes.
La empresa, principal agente de esa ac-
tividad, no fue receptada en el Proyecto.
Ningún artículo contempla esa idea fuerza.
Hubiera sido razonable reconocerle catego-
ría jurídica. Falta, pues, una regulación es-
pecífica, destinada a organizar el quehacer
industrial, la labor agropecuaria y el inter-
cambio de bienes y servicios.
Cuando hoy día el discurso político insta al
crecimiento, estimulando a las medianas y
pequeñas empresas para generar empleo y
satisfacer la demanda, resulta paradójico
omitir el dictado de normas de fondo en la
materia, como lo hiciera Brasil en el Código
Civil del año 2002. Entre lo que se predica y
lo que se intenta implementar, hay una fla-
grante contradicción.
Verano 2012 Página 45
Algunos autores sostienen que la empre-
sa es una noción exclusiva de la ciencia
económica y, por tanto, ajena al derecho.
Lo mismo puede decirse del dinero y del
precio, pero es innegable que requieren
tener un encuadre legal. La ciencia jurídi-
ca debe brindar seguridad a las operacio-
nes de mercado.
Una corriente doctrinaria engloba el ius
privatum de naturaleza patrimonial en el
derecho económico privado. En Argentina,
su impulsor es Julio H. C. Olivera, quien
en 1954 publicó una obra sobre el tema.
Rescato una frase representativa de su
pensamiento: “El derecho económico apa-
rece como un nuevo espíritu, un estilo
moderno de ser el derecho, una actitud
diversa a las tradicionales”. Expuso una
noción de la empresa que orienta al intér-
prete hacia la realidad.
Durante la República de Weimar, surgió
en Alemania una escuela que auspició
a esta rama jurídica para hacer frente a
los fenómenos causados en la posguerra
de 1914. Francia, a mediados del siglo
XX, realizó congresos y cursos dedicados
al tema a fin de integrar la energía del
trabajo al capital. Las investigaciones
culminaron en el droit des affaires, entre
nosotros, derecho empresario.
Esa concepción moderna está ausente
en el Proyecto, desperdiciando la ocasión
para poder dar espacio a una herramienta
vital en el ámbito de los negocios. Resulta
insuficiente proyectar artículos para la
agencia y la franquicia, mientras se uni-
fican los contratos civiles y comerciales,
sin sistematizar las normas alrededor de
la noción de empresa.
El rumbo seguido margina la doctrina
social de la Iglesia elaborada sobre la co-
laboración fecunda entre empresarios y
trabajadores, para efectivizar fines ético-
jurídicos. Las instituciones son el cauce
por donde fluye la realidad y el legislador
tiene la misión de brindar todos los me-
dios necesarios para alcanzar el desarro-
llo del mercado interno. Ese objetivo está
lejos de haber sido alcanzado.
En síntesis; aumentará la "litigiosidad", la
jurisprudencia vacilará, habrá discusio-
nes en el foro, se reelaborarán los planes
universitarios. Durante el período del
interregno entre los Códigos abrogados
y el Proyecto a sancionar, estarán com-
prometidos los derechos de las personas,
reinando la confusión sobre su vigencia
temporal. La población correrá serios
riesgos, que afectarán a su cultura, a sus
hábitos cotidianos, y a la práctica mer-
cantil. En consecuencia, el empresariado
deberá asumir con responsabilidad un
desafío clave para hacer producir el po-
tencial de las riquezas del país.
Página 46 EMPRESA Nº208
Abogado (uCA). fundador y ex presidente de forEs -foro de Estudios sobre la Administración de Justicia-. Consultor del Banco mundial. Especializado en aspectos funcionales de la Corte suprema, de la seguridad jurídica, y de derecho y economía. Colaborador y editorialista de La nación en tema de justicia e institucionales. miembro de Lynch & Asociados – Abogados.
Horacio m. Lynch
El proyecto de Código Civil y cómo intentar sustituir el derecho común
Informe
La forma cómo se encara una obra sobre el
Código Civil unificado es crucial para ob-
tener un buen resultado que perdure en el
futuro. El derecho común de un país, y un
Código Civil, no es una obra estándar, pues
debe armonizar con lo existente y las mo-
dalidades del país y de su gente.
Por ello, el modo no es indiferente al resul-
tado. Comprende a las personas que dirigen
y trabajan; la forma que lo hacen, el méto-
do y los tiempos; cómo se lo trata en el Con-
greso de la Nación. Y, además, cómo se lo
audita, ajusta, corrige, sanciona y difunde.
En octubre de 2012, nos encontramos a mi-
tad de camino. En la primera parte, se han
cometido errores, con malos resultados; en
lo que resta por hacer -auditoría de aportes,
revisión, debate, y sanción y difusión- tales
errores podrían paliarse.
Y si no se corrigieran -de llegar a aprobarse-,
tendríamos un código de dudosa constitucio-
nalidad, que la sociedad no ha reclamado, con
desajustes internos, con dudas sobre lo que
abarca y lo que no, con nuevas leyes desperdi-
gadas, y con intentos de ingeniería social, en
contra del sentir del pueblo argentino.
Así, debería ser reformulado en muchos as-
pectos hasta alcanzar consenso, y deberían
seguirse los procedimientos regulares de
sanción, para evitar declaraciones de in-
constitucionalidad.
En marzo de 2011, me preocupé cuando la
Presidente, Cristina Fernández de Kirchner,
anunció la creación de una Comisión de
tres juristas, presidida por el Presidente de
la Corte Suprema, secundada por su Vice-
presidente y otra ex jueza, para reformar en
365 días el Código Civil y unificarlo con el
Código de Comercio. Era incongruente que
la iniciativa partiera del PE y, peor, que fuera
presidida por la cabeza del Poder Judicial,
por lo que la legislación común, que el Con-
greso debe sancionar, surgiera de los dos
poderes que no deben legislar. Además, era
probable que existieran conflictos de inter-
pretación que deberían dirimirse en la Corte
Suprema, que quedaba comprometida por
la participación de sus autoridades.
El plazo es exiguo, y más para dos personas
que tienen delicadas ocupaciones -dirigir la
justicia- con sobrados problemas.
La oportunidad
La oportunidad no es ideal: el país está hoy
artificialmente dividido, con un proceso in-
flacionario preocupante y sin una moneda
que sea reserva de valor.
No es cierto que todo cambio sea positivo.
Cambiar por cambiar no es bueno. No hay
inconvenientes con que nuestros códigos
daten del siglo XIX: muchos países conside-
ran el añejamiento como un valor, no como
una desventaja, especialmente con la Cons-
titución y las leyes fundamentales. Francia
mantiene vigente su Código de Napoleón.
Durante más de ochenta años hubo muchos
proyectos de reforma, aunque ninguno tan
radical como este. En las dos últimas déca-
das, uno fue aprobado por el Congreso aun-
que fue vetado por el PE, lo que prueba que
Verano 2012 Página 47
el tema no era prioritario ni urgente. El apu-
ro actual por imponer el proyecto no es jus-
tificado. Cuando se dictó el código de Vélez,
el país no tenía Código Civil; ahora tenemos
una meta a superar, un benchmark.
Participación
Quizás, para evitar críticas, los responsa-
bles insisten con que se debatirá mucho.
La Presidente dijo que no será aprobado “a
libro cerrado”, como lo fue el Código de Vé-
lez (aunque se lo estudió por más de cuatro
años). Pero, contradiciéndose, lo envió al
Congreso con plazos perentorios y exiguos.
El Dr. Lorenzetti afirma que “la reforma del
código civil es la más participativa de la
historia”, agregando que se debatió primero,
y recién luego se lo redactó (pero no acla-
ró cuándo y con quiénes se habían hecho,
pues nunca intervino el Congreso). La Comi-
sión invitó a aportar a la ciudadanía, pero
no se supo qué ocurrió con las contribucio-
nes. Se trabajó en grupos cerrados, compar-
timentados por especialidades, y muchos
de quienes así colaboraron no estuvieron de
acuerdo con el resultado final.
La Bicameral se reunió en tres oportunida-
des y luego convocó a audiencias públicas,
simplemente pour la galerie, pues los pocos
integrantes de la comisión que concurren
no se interesan por las presentaciones.
Coordinación, coherencia
Un código civil no es un mero amontona-
miento de normas de la sociedad, sino un
cuerpo orgánico y sistematizado que reúne
toda la legislación común, con orden, méto-
do armonía, y coherencia. Ésta ya era obje-
table en la versión original de la Comisión,
pero se agravó con las modificaciones que
el PE introdujo en varios temas, y especial-
mente en los arts. 765 y 766 referidos al
pago (pesificación) que hubieran impuesto
una readecuación total del régimen con-
tractual, en un país con una moneda erosio-
nada, y prohibida la indexación. ¿Cómo se
podrá contratar de ahora en más en la Ar-
gentina? Y entonces, ¿qué sentido tiene am-
pliar a veinte años el plazo del contrato de
locación, como propone el proyecto si nadie
va a poder firmar ni en los plazos mínimos?
El debate, la auditoria, la revisión constitucional
En cuanto a la auditoría, en tanto los aná-
lisis parciales no son conclusivos, previo
a discutir las normas del proyecto debe
evaluarse si el resultado general es bueno,
superior a lo que tenemos; y, visto así, el
proyecto no aprueba.
Su constitucionalidad es endeble -pese
a lo que pregonan los autores- al afectar
derechos elementales a la vida cuando se
permite desechar embriones fecundados;
cuando se les impone a algunos a nacer
huérfanos (fecundación post mórtem) o se
les impide tener una madre de sexo feme-
nino. Se ufanan de ‘constitucionalizar el
derecho privado’ dando prevalencia a los
‘nuevos derechos y garantías’, especialmen-
te los arts. 41 y 42 de la Constitución, pero
sin armonizarlos con los más básicos y tra-
dicionales de los arts. 14 al 17. Se cuestiona
el concepto patrimonialista del derecho de
propiedad que hizo grande al país, para en-
fatizar una propiedad, con función social y
hasta ambiental.
En este, como en otros temas, la adminis-
tración K intenta avanzar atropellando, esta
vez en compañía con dos ministros de la
Corte Suprema.
Página 48 EMPRESA Nº208
Abogado y Doctor en Ciencias Jurídicas (uCA). Especialista en Civil y familia. socio del Estudio mazzinghi. Profesor universitario.
Jorge adolfo mazzinghi (h)
Las novedades del proyecto en materia de relaciones de familia
Informe
El Proyecto no altera sustancialmente la
estructura formal o exterior del matrimo-
nio. Las normas sobre los impedimentos,
la oposición, la celebración del matrimo-
nio, la prueba, el régimen de nulidades,
son -con algunas pocas variantes- muy
similares a las que rigen actualmente. En
cambio, el Proyecto afecta la sustancia
del matrimonio, debilitando las notas que
tienen que ver con un compromiso serio y
responsable.
En este sentido, es significativo que el Pro-
yecto reduzca la fidelidad matrimonial a
un simple deber moral, inexigible, y cuya
ruptura no genera ninguna consecuencia
jurídica.
El mensaje de la ley es ciertamente ne-
gativo, pues las personas que se casen
no van a tener conciencia clara de que el
amor matrimonial importa un deber de
respeto por el otro, la firme decisión de
vencer las dificultades y los escollos que
puedan poner en riesgo la estabilidad del
proyecto familiar.
En la visión del Proyecto, el matrimonio
es un vínculo sumamente frágil, endeble,
al punto de que basta con que alguno de
los cónyuges quiera ponerle fin, para que
el matrimonio de deshaga instantánea-
mente.
Es que, de conformidad con el régimen
que se propone, la conducta o la incon-
ducta de los cónyuges no tiene la más
mínima incidencia, y lo único que impor-
ta es el deseo de seguir adelante con el
matrimonio.
Los inspiradores del Proyecto suponen inge-
nuamente que esta indiferencia y esta faci-
lidad disolutoria va a hacer que desaparez-
ca la conflictividad familiar. Desde mi punto
de vista, se trata de un engañoso espejismo,
porque, cuando el conflicto familiar existe,
cuando uno de los cónyuges ha traicionado
al otro, o ha arrasado su dignidad, hay una
reacción natural y lógica, que, seguramente,
encontrará otros cauces, el del resarcimien-
to del daño moral, el de las controversias
por aspectos patrimoniales, o por el control
de los hijos.
En otro orden de cosas, el Proyecto innova
en cuanto al régimen de bienes del ma-
trimonio, pues establece la posibilidad de
que los cónyuges opten por el régimen de
comunidad o por el de separación de bie-
nes. El primero, -bastante similar al actual,
aunque algo más detallado-, es el residual,
el que se aplica en el supuesto de que los
cónyuges no elijan el régimen de separación
de bienes.
El Proyecto regula las uniones convivencia-
les, asignándoles efectos jurídicos de alguna
significación. Estas uniones de hecho no se
equiparan al matrimonio, pues, aunque se
protege la vivienda común, y se establece
una obligación legal de contribuir a los gas-
tos domésticos, el Proyecto no prevé para
estas uniones un régimen de ganancialidad,
ni los miembros de la pareja tienen voca-
ción hereditaria recíproca.
Los efectos jurídicos que el Proyecto le
reconoce a las uniones convivenciales
rigen imperativamente a los dos años de
convivencia, y aunque los miembros de
Verano 2012 Página 49
la pareja quieran excluir de su relación
todo matiz jurídica. Las normas sobre
filiación tienen un sesgo marcadamente
negativo.
En esta materia, el Proyecto admite la vo-
luntad procreacional como una de las fuen-
tes de la filiación, y, a partir de allí, regula
con inusitada amplitud la gestación por
sustitución, la filiación post mórtem y otros
extremos contarios a nuestra tradición y al
orden natural.
Es llamativo que los hijos nacidos a través
de un mecanismo de fecundación asistida,
no tengan derecho a averiguar y establecer
su origen biológico, prohibiéndoseles toda
acción de filiación. Esta imposibilidad crea
una discriminación inadmisible, pues al-
gunas personas -las nacidas de una unión
natural- tienen derecho a su identidad, y
otras -las resultantes de la fecundación
asistida- no pueden determinar su origen ni
su identidad genética.
En síntesis, la valoración de los presupues-
tos del Proyecto en materia de Derecho de
Familia no es positiva, pues se empobrece
notoriamente el concepto de matrimonio,
y se regula lo atinente a la filiación con
criterios reñidos con el orden natural y el
sentido común.
Página 50 EMPRESA Nº208
presente y futuro del sector agroindustrial argentino: el impacto de las políticas públicas
marcelo regúnaga
“Seríaunerrornoadvertirque,independientementedelascircunstanciasclimáticasdeunaño,elcrecimientoalargoplazodependedeunentornodePolíticasdeEstado”,advierteRegúnaga.
Paraelautoresnecesarionocorrerelriesgodelosenfoquescortoplacistasdelaspolíticasagrícolasinadecuadasypoderutilizarplenamenteelenormepotencialproductivoconquecuentaelpaís,yquepuedeservendidofácilmenteenunmercadointernacionalmuydinámicoprevistoparalaspróximasdécadas.
marcelo regúnaga es Profesor de Posgrado en la universidad de Buenos Aires y del Centro de Educación Empresaria de la universidad de san Andrés. Ex secretario de Agricultura y de industria y Comercio de la Argentina.
Argentina es uno de los pocos países que
a nivel global cuenta con un enorme po-
tencial de crecimiento de la producción de
alimentos y biocombustibles, en virtud de
que dispone todavía de abundantes tierras
de buena calidad y de recursos de riego que
se pueden incorporar a la producción en
las próximas décadas. Basta con mencio-
nar que, de acuerdo a los estudios de los
organismos especializados -como el INTA-,
la superficie sembrada con granos podría
evolucionar de los aproximadamente 33 mi-
llones de hectáreas que se siembran actual-
mente cada año, a unos 50 millones; y que
no estamos utilizando millones de metros
cúbicos de agua superficial que se pierden
en el océano, ni los importantes acuíferos
subterráneos existentes en la región pam-
peana y en otras regiones del país. Además,
contamos con una moderna industria de
semillas, agroquímicos y maquinaria y con
empresarios agropecuarios innovadores
que nos permitirán aumentar en forma
significativa la productividad de las tierras
cultivadas.
En cambio, en muchas regiones y países del
mundo, tales como Europa y Asia, que ac-
tualmente son los principales importadores
de alimentos y biocombustibles, las posibi-
lidades de expansión de las áreas cultiva-
das son muy limitadas. Por el contrario, se
están planteando restricciones crecientes al
uso actual de los suelos y de las aguas. En
este último recurso, porque en países como
China ya se observa una seria competencia
entre el uso de agua para consumo humano
y el correspondiente a los usos agrícolas.
De hecho, si no mejoran la eficiencia de
irrigación en forma perentoria, no podrán
continuar con los actuales niveles de áreas
irrigadas.
Este escenario internacional de limitacio-
nes a la disponibilidad de recursos para
la producción agrícola y de presiones cre-
cientes hacia una agricultura “más verde”,
con menor utilización de agroquímicos,
petróleo y agua de riego, para limitar el
deterioro de los recursos naturales y los
efectos de los sistemas intensivos de pro-
e m p r e s ae c o n o m í a
Verano 2012 Página 51
ducción en el calentamiento global y el
cambio climático, coexiste con un período
en el que el consumo mundial de alimen-
tos y energía están creciendo en forma
significativa, dinamizados especialmente
por los países emergentes, liderados por
China e India. El crecimiento económico
y los procesos de urbanización en estos
países han dado lugar a un aumento sis-
temático del ritmo de consumo alimentos
de mayor valor en la escala alimentaria,
tales con los lácteos, las carnes y los acei-
tes; pero también de vinos, cervezas, hor-
talizas y frutas.
El desequilibrio entre el menor creci-
miento potencial de la oferta mundial y
el gran dinamismo de la demanda de ali-
mentos y de biocombustibles, basados en
el uso de cereales, oleaginosos y azúcar,
ha implicado un cambio de contexto muy
significativo en relación al que estuvo
vigente en la segunda mitad del siglo XX,
en el que había sobreoferta estructural
de alimentos (“sobraban alimentos”). Este
nuevo escenario ha llevado a, que a nivel
global, en los distintos foros y organismos
internacionales (Grupos de los Ocho y de
los Veinte, FAO, Programa de las Naciones
Unidas para la Alimentación, Banco Mun-
dial, entre otros), se haya incorporado en
los temas prioritarios de la agenda inter-
nacional a los aspectos relacionados con
la seguridad alimentaria, la producción
de energías renovables, la conservación y
uso responsable de los recursos natura-
les y el cambio climático. Es decir, cuatro
temas estrechamente relacionados a las
políticas agrícolas.
Argentina está beneficiándose hoy de este
nuevo escenario, con altos precios de expor-
tación de sus principales productos (la soja,
el maíz, el trigo, las carnes y los lácteos);
que duplican en dólares a los vigentes en
los años 90. Es lo que se suele denominar
“el viento de cola” que ha favorecido el cre-
cimiento económico y de las exportaciones
de la última década.
¿Estamos aprovechando adecuadamente el escenario internacional favorable?
El escenario internacional vigente en la úl-
tima década y el que se proyecta para las
próximas es nuevamente muy favorable
para promover un crecimiento económico
y social sostenido, basado en las ventajas
comparativas y competitivas desarrolladas
por el sector agroindustrial argentino. El
mundo nos brinda una nueva oportuni-
dad. Pero para cada una de las políticas
mencionadas en el párrafo anterior, la res-
puesta es contundente: estamos haciendo
todo lo contrario. Se podría hacer aquí un
detalle de cómo está la infraestructura, la
calidad de la educación, la calidad de las
instituciones y la seguridad de las reglas
de juego para la inversión, los movimientos
de capitales, etc. Pero ello es ampliamente
conocido.
Está claro que hoy no tenemos una estrate-
gia de crecimiento a largo plazo, en la que
el sector agroalimentario pueda contribuir
de manera significativa. La oportunidad la
están aprovechando en serio nuestros veci-
nos y otros competidores de todo el mundo;
aunque algunos de estos tienen mucho
Regúnaga: “No prestar atención al crecimiento de la productividad y la producción en el largo plazo es un error estratégico importante. No hacer la inversión pública necesaria para viabilizar el crecimiento de la producción, también lo es.”
e m p r e s ae c o n o m í a
Página 52 EMPRESA Nº208
menor potencial de crecimiento, porque
ya agotaron las posibilidades de expansión
de sus fronteras agropecuarias, como es el
caso de EE.UU., Nueva Zelanda y Europa
Occidental.
Estamos perdiendo
oportunidades, que
hoy nos permitirían
exportar mucho
más productos
agroindustriales,
que generan un
saldo neto positivo
de divisas; y con
ello no necesitaría-
mos generar todos
los problemas que
las limitaciones en
las importaciones
tienen para el creci-
miento de los secto-
res manufactureros,
que generan balan-
ces negativos en la
balanza comercial,
pero que también agregan empleo y creci-
miento económico. En lugar de entrar en un
círculo virtuoso que el mundo nos propone
para crecer, en el que el sector agropecuario
puede hacer contribuciones estratégicas
para el desarrollo económico y social glo-
bal, especialmente en el interior del país,
estamos impulsando un circulo vicioso en
el que, en el largo plazo, casi todos pierden;
especialmente los productores de bienes
y servicios, y quienes se benefician con un
mayor empleo basado en mayores oportu-
nidades laborales y no en los subsidios y el
empleo no genuino que brinda el Estado.
Pero las oportunidades siguen estando, por-
que la demanda mundial de alimentos y
biocombustibles sigue muy firme y porque
Argentina cuenta con la base de recursos
naturales, humanos y tecnológicos para
aprovechar en mayor medida el contexto
favorable. La capacidad de respuesta del
sector agropecuario a los incentivos econó-
micos es muy grande; y ya ha sido demos-
trada con el crecimiento espectacular de la
superficie cultivada, las inversiones asocia-
das y la productividad de la de los granos
registradas desde principios de los años 90,
cuando se eliminaron las retenciones y los
controles a las exportaciones y se creó un
contexto favorable para la inversión. La Fi-
gura 1 es elocuente y muestra ese cambio,
a pesar de que en esa década los precios
internacionales eran bajísimos.
Esta experiencia, el mucho mejor contexto
internacional actual y el potencial produc-
tivo de Argentina permiten pensar en que,
si se definiera un marco de políticas favo-
rables, como el que hay en Brasil, Uruguay
o Chile, la producción podría crecer mucho
más de lo que ha evolucionado en los últi-
mos años.
Las oportunidades perdidas por la carencia de un contexto de políticas agrícolas adecuadas
Son varios los ejemplos que muestran cla-
ramente las oportunidades perdidas: el me-
nor crecimiento de la producción de granos
(la principal actividad económica del país),
la dramática caída de la producción gana-
dera, el estancamiento de la producción de
lácteos, entre otros.
Por su importancia económica, se hace
esta referencia inicial al caso de los gra-
nos. Como se mencionó y representó en la
Figura 1, la producción total creció mucho
en la década del noventa, a pesar de los
bajos precios internacionales, y continuó
creciendo en la primera parte de los años
2000 favorecida por los aumentos de pre-
cios internacionales y los efectos de la
devaluación del peso argentino, tal como
se aprecia en la Figura 2. La tasa de creci-
miento promedio de todo ese período fue-
ron 3,33 millones de toneladas por año,
con un ajuste lineal muy bueno. Pero, a
medida que la elevada inflación fue dete-
riorando en el mercado interno el efecto
de los buenos precios internacionales y
Los mercados están, los recursos
naturales disponibles son abundantes
y no han sido utilizados plenamente
y se cuenta con conocimientos
y tecnologías que permitirían
aumentar significativamente
la producción en un plazo
relativamente breve.
e c o n o m í a
Verano 2012 Página 53
que el gobierno instrumentó intervencio-
nes crecientes en el mercado, prohibiendo
o fijando cupos para las exportaciones, el
crecimiento de la producción de granos
se limitó en forma significativa. En la
Figura 3 puede apreciarse que el creci-
miento promedio anual de la producción
total de granos cayó a 1,88 millones de
toneladas por año durante el período
2005/06-2010/11, es decir casi la mitad
del crecimiento del período anterior. Si
la producción hubiera mantenido la ten-
dencia previa, la Argentina estaría pro-
duciendo actualmente unas 10 millones
de toneladas más promedio por año, que
valorizadas a unos 450 dólares promedio
por tonelada permitirían exportar unos
4.500 millones de dólares adicionales sólo
para el sector de granos.
Hay otro aspecto más preocupante para
el largo plazo. Las barreras a las exporta-
ciones de trigo y de maíz han dado lugar a
una caída muy marcada del área cultivada
y la producción potencial de cereales y un
aumento excesivo en el área sembrada
con soja, cultivo al que no se le aplican las
prohibiciones y cuotas a las exportaciones.
Para dar sustentabilidad a la agricultura
permanente que se realiza actualmente en
la región pampeana y otras áreas produc-
toras de granos, se requiere una rotación
(secuencia en los años sucesivos) entre los
cereales y la soja, para mantener la estruc-
tura del suelo, limitar los riesgos de enfer-
medades y de emergencia de resistencia en
las plagas. Además, los cultivos de trigo y
maíz utilizan mayores cantidades de ferti-
lizantes destinadas a compensar lo que ex-
traen los cultivos; y la soja se fertiliza muy
poco. Una muy alta proporción de soja en
el total implica mayores riesgos de enfer-
medades, mayores riesgos de mercado y un
deterioro gradual de la capacidad de uso de
los suelos, que es lo que está aconteciendo
actualmente.
e c o n o m í a
figurA1. AumENTo NoTABLE EN EL árEA sEmBrADA y EN LA ProDuCCióN DE grANos DEsDE 1991 (Producción en toneladas; área en hectáreas).
Fuente: datos de MINAGRI.
Página 54 EMPRESA Nº208
Otro ejemplo notable de los desincentivos de
las intervenciones en el mercado interno y
de las prohibiciones o cuotas de exportación
es lo acontecido en la producción de carne
vacuna. En el último quinquenio, las existen-
cias vacunas cayeron unos 11 millones de
cabezas (cerca del 20% del total), se cerraron
unas 120 plantas frigorífi cas y el empleo
cayó en más de 10 mil puestos de trabajo. La
faena de ganado cayó desde 13,5 millones
de cabezas en 1991 a 10,9 millones en 2011
(menos que hace 20 años). Las exportacio-
nes, que eran 407 mil toneladas en 1991 y
habían crecido a 631 mil en 2004, cayeron a
250 mil toneladas en 2011. Hasta hace unos
años parecía difícil imaginar que países de
muchísimo menor tamaño, productividad y
stocks ganaderos, como Uruguay, Paraguay,
Méjico y Nueva Zelanda, pudieran estar ex-
portando más carne que Argentina.
Quienes más han sufrido en forma directa
el impacto de las políticas ganaderas son
los consumidores. El consumo interno de
carne vacuna por habitante era 74 kilos por
persona y por año en 1991, y cayó a 55 kilos
en 2011 (el menor registro de los últimos
20 años). Pero no sólo cayó en consumo
por persona. Los precios del ganado en pie
se triplicaron en dólares. Durante mucho
tiempo los precios del ganado oscilaron en
torno de los 0,60 a 0,90 dólares por kilo; en
2011 crecieron a 3 dólares por kilo, un regis-
tro nunca visto en Argentina, ni en Uruguay
o Brasil, que no aplicaron estas políticas y
cuyos consumidores acceden a la carne a
precios signifi cativamente menores a los de
Argentina. Es decir que las políticas erradas
en Argentina llevaron a que todos perdie-
ran: los productores, los frigorífi cos, los
obreros de la carne, los consumidores.
¿Qué se puede esperar para el futuro del sector agroalimentario argentino?
Las condiciones climáticas supuestamente
muy favorables para los cultivos de Argen-
tina, pronosticadas para el año 2013, llevan
a pensar que, circunstancialmente, el país
puede obtener una cosecha récord y con
ello contribuir a cierta recuperación del cre-
cimiento económico nacional, especialmen-
te porque también los precios internacio-
nales son excepcionalmente muy elevados
(más que los que se proyectan como pro-
medios altos para la próxima década). Pero
estas son circunstancias que se modifi can
figurA 3. EvoLuCióN DE LA ProDuCCióN ToTAL DE grANos DurANTE EL PEríoDo 2005/06-2010/11
(Millones de t)
Nota: año 1 es 12005/06 y año 6 es 2010/11. Fuente: datos de MINAGRI.
figurA 2. EvoLuCióN DE LA ProDuCCióN ToTAL DE grANos EN EL PEríoDo 1990/91-2004/05(Millones de t)
Notas: el año 1 es 1990/91 el año 16 es 2004/05. Fuente: datos de MINAGRI.
e c o n o m í a
Verano 2012 Página 55
de un año a otro, es decir que son aleatorias
y que no pueden ser la base de una política
de crecimiento de largo plazo.
Pensando en el futuro de la agricultura, se
debe destacar que el contexto internacional
favorable para la producción y el comercio
mundial de alimentos y biocombustibles
beneficia a todos los países productores y
exportadores. Ello constituye una oportuni-
dad, pero al mismo tiempo un desafío: a nivel
global los productores de todo el mundo están
aprovechando el contexto para invertir y au-
mentar la productividad y, por ende, su com-
petitividad. Es decir que los buenos precios
internacionales también son una amenaza en
materia de las exigencias de competitividad
que se plantearán en el futuro para Argentina;
y destacan el riesgo de los enfoques cortopla-
cistas de las políticas agrícolas.
No prestar atención al crecimiento de la pro-
ductividad y la producción en el largo plazo es
un error estratégico importante. No hacer la
inversión pública necesaria para viabilizar el
crecimiento de la producción, también los es.
Todo lo señalado lleva a pensar que el sector
agropecuario puede seguir creciendo en el
mediano y largo plazo, pero a tasas bajas si
continúan deteriorándose los incentivos, espe-
cialmente porque la inflación y los aumentos
de costos internos en mayor medida que los
precios de venta por la apreciación de la mo-
neda y por las eventuales caídas de los precios
internacionales de algunos bienes como los
granos que, en 2012 alcanzaron precios excep-
cionalmente altos por condiciones climáticas
completamente inesperadas en EE.UU.. Estos
impactos negativos están siendo mucho más
marcados en varias producciones regionales
intensivas en mano de obra, como la fruticul-
tura, la vitivinicultura, la olivicultura, la pro-
ducción de algodón y muchas otras.
Sería un error no advertir que, independien-
temente de las circunstancias climáticas
de un año, el crecimiento a largo plazo
depende de un entorno de Políticas de Es-
tado que hoy no están presentes y que es
necesario revisar, para poder utilizar plena-
mente el enorme potencial productivo con
que cuenta el país y que puede ser vendido
fácilmente en un mercado internacional
muy dinámico previsto para las próximas
décadas. Las buenas noticias son que los
mercados están, que los recursos naturales
disponibles son abundantes y no han sido
utilizados plenamente y que se cuenta con
conocimientos y tecnologías que permiti-
rían aumentar significativamente la pro-
ducción en un plazo relativamente breve.
e c o n o m í a
Para dar sustentabilidad a la agricultura permanente, que se realiza actualmente en la región pampeana y otras áreas productoras de granos, se requiere una rotación (secuencia en los años sucesivos) entre los cereales y la soja, para mantener la estructura del suelo, limitar los riesgos de enfermedades y de emergencia de resistencia en las plagas.
Página 56 EMPRESA Nº208
“La cuestión de la riqueza”
José Luis galimidi
“Elpoderíodeunhombrerico(estoes,novulgar)es,necesariamente,unpoderíoenriquecedor.Nosolamenteporquelagenerosidadseaunacualidadloabledelalma(queloes,sinduda),sinoporque,básicamente,lasalmasgenuinamentegrandes,pornaturaleza,disfrutanysebeneficiandelaconvivenciaconotrasalmassanasyluminosas,ydelvalorqueéstaspuedenaportarlealmundoqueloscobija”,señalaelautor.
Apartirdeunaaproximaciónmetafóricaalasvirtudesdelalma,Galimidinosinvitaacomprenderlacuestióndelariquezaysulugarenlaproblemáticadelpoder.Yapunta:“Enelmundoreal,entonces,elpoder,entantocapacidadparaimpulsarmetaspropias,es una forma eminente de la riqueza”.
José Luis galimidi es Doctor en filosofía (uBA). Especializado en filosofía política, es profesor en la universidad de san Andrés.
La densidad es una cualidad física, que in-
dica la cantidad de materia que aporta un
determinado elemento por cada unidad de
volumen. Como metáfora, es adecuada para
aproximarnos a ciertas perplejidades que
nos plantea el alma humana. En condicio-
nes normales nuestra alma, a diferencia, de
la materia, es indefinidamente densificable.
No solo por su asombrosa capacidad para
almacenar datos de toda índole, sino tam-
bién, y especialmente, por su aptitud para
adquirir e imaginar nuevas perspectivas,
sensibilidades, lógicas de procedimiento,
criterios de evaluación, selección, preferen-
cia y toma de decisiones, etc. Cuanto más
se carga, más espacio gana: el cuarto idio-
ma suele ser más fácil de aprender que el
tercero. Y todo lo anterior, además, en pai-
sajes tan diversos como la técnica, la teoría,
la ética, la estética, la religión, etc. “Nada de
lo humano me es ajeno”, decía Sócrates, el
modelo platónico de persona. Algo similar
parecen haber tenido como norte un Da
Vinci, un Pascal, un Chaplin.
Un alma densa se sumerge con placer y pro-
vecho en ambientes disímiles y en apariencia
incompatibles; empatiza con espacios confi-
gurados por saberes, normativas y producti-
vidades soberanos; conoce y aprende nuevas
maneras de ejercer y apreciar la calidad, la
nobleza, la elegancia. Si fue bien educada
en esta aptitud inespecífica y a la vez muy
concreta, el alma puede nutrirse práctica-
mente de toda experiencia. Legítimamente
orgullosa, un alma densa se vuelve imposible
de clasificar. Es luminosa, entusiasta, amante,
generosa, dispone de un vasto mundo interior
y sabe de las alegrías de un talante liviano
y bien humorado. Establece jerarquías en-
tre placeres sencillos y sofisticados, y puede
disfrutar de ambos. Pero también es opaca,
grave, responsable. Consciente de la humana
finitud, el alma que alcanza a vislumbrar si-
quiera un tenue resplandor de sabiduría tam-
bién se vuelve, por necesidad, un poco más
replegada, descreída y escéptica. En cualquier
caso, por libre y no por caprichosa, el alma
bien nutrida es siempre impredecible.
La cuestión de la riqueza
Nuestra aproximación metafórica a las
virtudes del alma nos puede ayudar a com-
prender la cuestión de la riqueza. Propongo
entender la riqueza como la capacidad efec-
tiva que tiene una persona para disponer y
disfrutar a voluntad de bienes y bienestares
materiales y culturales, físicos y espirituales.
Así entendida, la riqueza, más que una can-
tidad objetiva, es una relación mutuamente
e m p r e s ar e f l e x i ó n
Verano 2012 Página 57
benéfica entre una persona y su mundo. De
un lado, obviamente, para ser rico hace falta
una dotación holgada de cosas, espacios,
afectos, tiempo, seguridad, en fin, recursos,
a los que llamaríamos el qué de la riqueza.
Sólo los santos o los muy sabios son ricos
meditando en la ermita, o sirviendo en los
barrios miserables de Calcuta. Pero, del otro
lado, es indispensable considerar quién es la
persona que, eventualmente, va a disfrutar
de lo que está ahí a su alcance.
En este sentido, es evidentemente absurdo
medir la riqueza de alguien por su mera
capacidad económica para comprar un
Stradivarius. Por razones simétricas, tam-
poco es del todo adecuado creer que la ri-
queza se puede generar, como si fuera una
mercancía, o (re)distribuir, como si fuera
una utilidad. La riqueza está determinada
por lo que una persona es capaz de hacer,
entender, aprender, etc., a partir de aquello
que su habilidad, su carácter y la suerte de
tener cerca gente buena pusieron entre sus
manos; pero, más todavía, por lo que cada
uno considera valioso y digno de ser desea-
do. Simplemente, y mal que le pese al rela-
tivismo hedonista posmoderno, no valen lo
mismo todas las metas. Nadie es más rico
que lo que haya podido aprender acerca de
los dilemas de la riqueza.
El lugar de la riqueza en la problemática del poder
Como cualidad y como tarea del alma den-
sa y virtuosa, la riqueza, a su vez, ocupa un
lugar central en la problemática del poder.
El poder es la capacidad de influir en otras
voluntades con el propósito de conseguir,
conservar, expandir, profundizar, etc., algo
que uno considera que es bueno. Es un fe-
nómeno presente en las diferentes áreas de
actividad de los hombres -económica, políti-
ca o ideológica-, y, en condiciones normales,
combina proporciones variables de consen-
so y coerción, de confianza y recelo.
En su nivel más elevado de coordinación
cooperativa, el poder equivale a autoridad
legítima: muchas voluntades aceptan y hacen
propias las metas y procedimientos de alguien
que, consideran, tiene títulos suficientes para
guiar un barco que los alberga a todos. Y en
su nivel más bajo y vulgar, el poder se reduce
a la disposición de recursos para obstruir, ma-
nipular, explotar o forzar. Podría decirse que la
relación de poder se agota precisamente ahí
donde comienza el ejercicio de la violencia. Es
muy significativo el hecho de que, al quejar-
nos amargamente de un jefe inepto o de un
gobernante autoritario, tratemos de consolar-
nos diciendo: “En el fondo, es un pobre tipo.”
Las sociedades que mayor necesidad tendrían de ser bendecidas con una dirigencia vigorosa, lúcida y decente, son, precisamente, las que menores probabilidades tienen de querer exigirla.
e m p r e s ar e f l e x i ó n
Página 58 EMPRESA Nº208
En el mundo real,
entonces, el poder,
en tanto capacidad
para impulsar me-
tas propias, es una
forma eminente de
la riqueza. Como
tal, puede ser con-
cebido, él mismo,
con distintos grados
de lucidez y pro-
fundidad. Nadie
es más poderoso
que su concepción
(o sus prejuicios)
acerca de lo que sea
el poder. El poderío
de un hombre rico
(esto es, no vulgar)
es, necesariamente,
un poderío enrique-
cedor. No solamente porque la generosidad
sea una cualidad loable del alma (que lo es,
sin duda), sino porque, básicamente, las al-
mas genuinamente grandes, por naturaleza,
disfrutan y se benefician de la convivencia
con otras almas sanas y luminosas, y del
valor que éstas pueden aportarle al mundo
que los cobija.
El poderío de un hombre pobre, por su par-
te, es un problema muy humano. Podría
decirse que es el problema humano funda-
mental, a saber: cómo conseguir un orden
social que no funde su estabilidad sobre la
pobreza de sus gobernados, y, por ende, de
sus gobernantes y poderosos en general. Es
el problema que encara y responde, con una
postura desencantada, El príncipe de Ma-
quiavelo (en especial, cf. Cap. 18).
Hay una trabazón recíproca entre el rango
de riqueza de una sociedad y el grado de
calidad con el que ésta habilita y premia
el ejercicio del poder. El problema humano
fundamental es muy complejo. Conside-
rando la situación “desde arriba” se ve que
el liderazgo de un alma pobre limita y em-
pobrece las metas de la empresa colectiva.
Tener anteojeras es una forma muy dañina
de tener una visión disminuida.
Un poderoso “angosto de vista”, además de
ser candidato al fracaso, porque sólo puede
sentar gente mediocre en su mesa chica,
ofende y oprime la natural y saludable
tendencia a la expansividad del alma de
sus dirigidos. Y si se mira “desde abajo” se
advierte que las sociedades que mayor ne-
cesidad tendrían de ser bendecidas con una
dirigencia vigorosa, lúcida y decente, son,
precisamente, las que menores probabilida-
des tienen de querer exigirla.
Empobrecidos por la escasez, la insegu-
ridad, la falta de confianza recíproca, la
indiferencia por el bienestar del semejante,
el desprecio por el conocimiento, etc., los
miembros de una sociedad desarticulada
no tienen cómo advertir la distancia sideral
que existe entre la temeridad y la valentía,
la vanidad y la dignidad, la astucia y la in-
teligencia. En tiempos de crisis el liderazgo
noble y exitoso es, literalmente, un milagro.
Y sin embargo, es inaceptable apartarse y,
como dice el tango, dejar de pensar por-
que “a nadie importa si naciste honrao”.
Nuestros pares, nuestros hijos, nuestro Dios
(cada uno sabe ante quién rinde cuentas)
nos juzgarán por lo que hayamos intenta-
do hacer con la cuota mayor o menor (en
última instancia, siempre es sumamente
menor) de poder económico, político o ideo-
lógico que nos fue dado administrar. Prima
en esto, como en casi todo lo meramente
humano, una lógica de lo imprescindible
que se sabe a sí mismo insuficiente.
Tal vez venga a cuento, en lo que hace a la
problemática del poder y la riqueza, aplicar
lo que aconsejaba Leo Strauss, un célebre
filósofo de mediados del siglo XX, cuando
se le preguntaba cómo encarar una carrera
académica. “Estudiar mucho –respondía-,
y dar clase teniendo presente que siempre
puede haber en el aula un estudiante, por
lo general, de los más callados, altamente
superior a uno mismo en cuanto a sus cua-
lidades intelectuales y espirituales”.
Galimidi: “Empobrecidos por la escasez, la inseguridad, la falta de confianza recíproca, la indiferencia por el bienestar del semejante, el desprecio por el conocimiento, etc., los miembros de una sociedad desarticulada no tienen cómo advertir la distancia sideral que existe entre la temeridad y la valentía, la vanidad y la dignidad, la astucia y la inteligencia”.
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e d i t o r i a l
Verano 2012 Página 59
del archivo
La construcción de capital civil para el progreso de la sociedad Afinesde1995,elInstitutoJacquesMaritanrealizóenRomaunimportanteencuentro,teniendoentresusexpositores,alprestigiosoprofesordelaUniversidaddeBologna,StefanoZamagni,quienexpusountrabajodenominado“Implicanciaseconómicasyopcioneséticas de la globalización”.
Los no economistas no teníamos un conocimiento acabadodetandistinguidoacadémico,perotuvimoslasuertedequehombresdeACDE,especializadosenestadisciplina,nosalertaranacerca de las ideas, la calidad intelectual y moral de quien era Stefano Zamagni.
De la lectura de su conferencia surgieron conceptosquecompartíamosplenamente,cuandoafirmabaque“enlasociedadindustrialelproblemaeconómicoesesencialmenteeldelaselecciónentrerecursosescasosparalograrciertosfines”.Encambio,enlafasepostindustrialparalaresolucióndelproblemaeconómico:“…setornanecesarioinevitablementerecurriralosvalores,porquecuandosetratadeelegirentredosfines,elcriteriodeelecciónnopuedeserotroqueuncriteriodevalor”.Yconcluíaconestaspalabras:“…siseasumeestatomadeconciencia,naceunaesperanzanuevaparauncambioposible.Hacefalta,sinembargo,convencersedequetodoestosepuedeconcretarrecuperandoelprincipiodeéticaen toda su fuerza”.
Nohubodudas,ZamagniseríainvitadocomoexpositoralForoInternacionalqueACDErealizaríaenagostode1997.Nadamásoportuno,comoanticipoasupresencia,elreportajequeseefectuóentreBuenosAiresyBolognayquepublicáramosenelNº124deEMPRESAbajoeltítulode:“Laglobalizaciónyelnuevoorden mundial”.
Transcurrido15añosdeaquelencuentro,enqueconocimosyescuchamosporprimeravezaStefanoZamagni, recordamos como nos introdujo, con la sencillezyclaridadpropiadeloshombressabios,enparticularesaspectosdel“procesodeglobalización”,ya que su conferencia se titulaba ”Efectos de la
globalizaciónydesarrollodelaeconomíacivil”.Nosdejóideasparaevitarlosefectos“perversos”ynodeseadosdeesteproceso,planteándonosfinalmenteelroldeloscristianosycuáldebesersucompromisoen esta coyuntura.
StefanoZamagniseconvirtióenunamigodeACDE,noenunconferencistamásquepasópornuestrosForos;deahíqueesteprólogopuedapareceruntantoextenso,peroello,soloobedeceaqueseestablecióunhilo conductor, traducido en una relación y amistad queperdura.EnsusposterioresviajesalaArgentinaloseguimos teniendo como orador.
Sidedicamosestenúmeroarecordarlos60añosdelafundacióndeACDE,quienhaparticipado,duranteuncuartodeestetiempo,colaborandoconnuestraactividad,hoyestápresenteconelextractodeunadesusúltimasconferencias,quépronunciaraenagostode2003coneldesafiantetítulode:“Laconstruccióndecapitalcivilparaelprogresodelasociedad”quepublicáramosenelNº162deEMPRESA,octubre-noviembrede2003.
Ensusreflexionesnosdecía:“…estoycontraelestatismo,espeligrosonosolodesdeunpuntodevistaeconómico,sinotambiénculturalymoralporqueelestatismodespersonaliza.ElEstadotienepapelesmuyimportantesperonoeldesustituir.Tenemosqueaplicarelprincipiodesubsidiaridad,queeslaclaveparaentenderlaacumulacióndecapitalcivil”.
EnlaArgentinadehoy,elpensamientodeZamagnirecobratodosuprotagonismo,sobretodocuandovemosqueseviolansupuestosbásicos;lapropiedadprivada,elrespetodeloscontratos,laimparcialidaddelajusticia,elvalordelamoneda,ydondeelabusodelaautoridadpúblicallegaaponerenriesgoelejerciciode la democracia.
TengamospresenteelpensamientodeesepoetaalemánconelqueStefanoZamagni,enesaoportunidadsedespidiódenosotros:“CercanoesDios,perodifícilesalcanzarlo,perodondeestáelriesgocrecetambiénloquesalva”.
Artículo seleccionado y prologado por Celso Enrique Arabetti.
e d i t o r i a l
Página 60 EMPRESA Nº208
Si bien esta exposición está dirigida al papel de los hombres de empresa en el proceso de reconstrucción y de desarrollo de un país tan particular como la Argentina, mis comentarios pueden ser aplicables a otros países.
ENTrE EL ABuso DE AuToriDAD PúBLiCA y EL riEsgo DE DEsorDEN soCiAL
Al considerar los problemas de nuestras sociedades en la actualidad, se advier-te que el más importante es, sin duda, el trade-off entre el riesgo del abuso de autoridad pública y el riesgo de desorden social.
Toda economía de mercado funciona sobre algunos supuestos básicos: derechos de propiedad asegurados, respeto de los con-tratos y permanencia de los participantes en el juego económico, entre otros. Para garantizarlos es preciso contar con una autoridad: la autoridad estatal. Si los derechos de propiedad privada no son respetados o no hay garantía de cumplimiento de los contratos, la economía de mercado no puede funcionar.
Garantizar el orden en el ámbito social (para asegurar el funcio-namiento de los mercados) aumenta el riesgo de lo que se llama abuso de autoridad, porque cuanto más fuerte es el gobierno más fácil resulta garantizar el orden social y, con ello, mayor el riesgo de perder en el frente de la democracia.
Para la sociedad los costos de garantizar el orden se pueden ex-presar en la pérdida de la democracia por abuso de autoridad. Por su parte, los costos sociales del desorden implican un contexto de anarquía donde las leyes no son respetadas.
Los moDELos DE orDEN soCiAL
Podemos representar el trade-off con una curva descendente cuyos puntos refieren a diferentes modelos de orden social. Uno garantiza muy bajo costo social del desorden, pero muy alto costo en pérdida de la democracia. Es el modelo estatista o neoestatista: un Estado muy fuerte garantiza el orden, pero al precio de la pérdida de la democracia.
En el otro extremo, un gobierno débil implica mucho desorden social, pero con amplia posibilidad de expresión, de democracia. Sería el modelo neoliberal.
En la mitad de la curva del trade-off, están los modelos llamados reformistas, keynesianos o socialistas europeos que se ubican en el sector intermedio, entre los dos anteriores
¿Es mejor el modelo estatista, el neoliberal o el reformista? Distintas corrien-tes abogan por uno u otro. En mi opinión todas estas discusiones son inútiles porque no consideran el punto más importante, el de los costos totales. Lo
del archivo
La confianza en el recurso fundamental
de la economía de mercado. Esta
puede funcionar sin recursos naturales
pero jamás sin confianza, porque el
instrumento básico de la economía
de mercado es el contrato. Si no hay
confianza entre las personas no habrá
contratos.
e d i t o r i a l
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del archivo
importante para la población es la suma total de los costos y no solo los costos del abuso de autoridad o del desorden. Los mo-delos no minimizan los costos totales porque cada uno de ellos reduce un factor a expensas del otro.
¿De qué depende la posición de la curva? ¿Cómo desplazarla ha-cia el origen, que es lo que indica la disminución del costo social? La respuesta es: el capital civil.
La posición de la curva del trade-off depende del capital civil con el que cuenta una sociedad. A mayor capital civil, más próxima al origen está la curva. Es inútil discutir si es mejor un punto que otro porque el problema real es acercar la curva al origen, y esto depende del capital civil.
Los PiLArEs DEL CAPiTAL CiviL
El capital civil se integra mediante la combinación de tres pilares:
• El primero lo constituyen las normas sociales de comporta-miento. Hay dos tipos de normas: legales -leyes y decretos- y sociales. Estas últimas guían nuestro comportamiento, pero no están escritas, se ligan a las tradiciones; a menudo son más exigentes e importantes que las legales.
• El segundo elemento es el capital social; es decir, la confianza o la red de rela-ciones de confianza entre las personas que participan en una economía.
La confianza es el recurso fundamental de la economía de mercado. Esta pue-de funcionar sin recursos naturales pero jamás sin confianza, porque el instru-mento básico de la economía de mercado es el contrato. Si no hay confianza entre las personas no habrá contratos.
La confianza no puede producirse como una cosa, no existen industrias que la produzcan. La confianza es una virtud -en sentido aristotélico- ligada a cosas; es decir, las cosas producen confianza, y la respuesta es la reciprocidad. Es el prin-cipio de reciprocidad el generador de confianza.
Un ejemplo para comprender este punto lo hallamos en la familia. ¿Qué tipo de relación se establece entre el esposo y la esposa, los padres y sus hijos, los hermanos entre sí? Son relaciones de reciprocidad. La familia es así la primera célula de la relación de confianza; en ella se realiza de manera plena la práctica de la reciprocidad.
LAs CoNsECuENCiAs DEL rELATivismo éTiCo
• El tercer elemento pilar del capital civil es la cultura. Cultura en el sen-tido de valores. Uno de los problemas de nuestro tiempo es el fenómeno del relativismo cultural o ético: en una sociedad pluralista cada uno está
Zamagni: “En la época de la globalización el verdadero problema es establecer un monto de capital civil que permita el progreso de la sociedad”.
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autorizado a practicar un sistema de valores, no hay comparación ni con-frontación, cada uno debe profesar lo que quiera; en consecuencia, ya no se puede hablar de valores pues, de hacerlo, se produciría en la sociedad una suer te de guerra civil.
La relatividad cultural significa que en una sociedad se encuentran diferentes matrices culturales. El relativismo ético, en cambio, va más allá, supone que la pluralidad impide hablar de valores. Si soy cristiano no voy a expresar exterior-mente mi identidad porque temo perturbar a los otros. Se trata de un error terrible, porque lo importante para la creación del capital civil es el diálogo intercultural -entre las diferentes culturas- que parte del supuesto de que cada uno tiene que confesar a los otros la propia identidad.
EL moNTo DE CAPiTAL CiviL PArA EL ProgrEso DE LA soCiEDAD
En conclusión: la cultura, el capital social y las normas sociales de comportamiento conforman el capital civil. Volviendo al trade-off, podemos decir que cuanto mayor es el capital civil más cerca del origen está la curva. Es inútil discutir si es mejor el neoliberalismo o el estatismo, son cosas obsoletas; en la época de la globalización, el verdadero problema es establecer un monto de capital civil que permita el progreso de la sociedad.
La búsqueda de reciprocidad tiene que ser practicada no hablada. Y quienes trabajan en el mundo de las empresas son las personas más abiertas y más dinámicas para entenderlo. En este tiempo de transición de la globalización, los empresarios tienen un papel muy importante: el emprendedor debe hacer posible la práctica de reci-procidad. De este modo, creará confianza.
¿Cómo se desarrolla la confianza en una sociedad? De la misma manera que la frutilla en el campo: una vez plantada, después de unas semanas, cada planta echa otra raíz que da origen a una nueva, que a su vez repite el ciclo. Esto es lo que se llama en la teoría de las organizaciones complejas, el método o el modelo del campo de frutilla. Si yo tengo confianza en ti, nuestra relación va a determinar otra relación con otra persona, y así sucesivamente. Aquí toma nue-vamente fuerza la figura del empresario: es la persona indicada para empezar este proceso.
LA CuLTurA DEL TrABAJo y EL BiEN ComúN
Otra implicación práctica de la reciprocidad es la cultura del trabajo: significa comprender y hacer comprender a otras personas que el trabajo es esencial-mente lo primero de todo.
El trabajo es una actividad de construcción que significa participar en la creación del bien común. Así, la cultura del trabajo es lo opuesto a la cultura de la renta.
El trabajo es una actividad de
construcción que significa participación
en la creación del bien común. Así, la
cultura del trabajo es lo opuesto a la
cultura de la renta.
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Los que practican la cultura del trabajo saben que el bien común no es la suma de los bienes individuales. El bien total es la suma de mi bien, de tu bien, del bien del otro. El bien común, en cambio, es más que el bien total. Y esta concepción hace que el interés propio personal no esté en contradic-ción con el interés del otro.
La cultura de la renta se asocia a la idea del filósofo inglés Hobbes: “Tu muerte es mi vida”, lo que significa que “si voy a maximizar mi objetivo tengo que bajar el tuyo”. Los que practican la cultura del trabajo sostienen que: “tu vida es mi vida”. Mi interés no debe estar en contra del interés de los otros. Esta es la dife-rencia entre las dos culturas.
LA CuLTurA CrisTiANA DEL CAPiTAL CiviL
Esta conceptualización de la cultura del capital civil es exclusivamente cristiana. Ni la cultura marxista ni la cultura neoliberal entienden este discurso. De esta manera podemos comprender por qué los principios de la nueva doctrina social cristiana son hoy muy apreciados en todo el mundo.
Hasta ahora la discusión fue más Estado o más mercado. La verdad es que queremos más de todo, porque todas las cosas son buenas, y porque el bien común requiere de esto. Es verdad que como empresarios soportan una pesa-da responsabilidad, pero deben saber también que se compensa con la felicidad. Porque donde hay mayor responsabilidad habrá más esfuerzo, pero también más felicidad.
Quiero terminar con el pensamiento de un poeta alemán del siglo pasado: “Cercano es Dios pero difícil es alcanzarlo, sin embargo donde está el riesgo crece también lo que salva”. Es, en mi opinión, una certeza muy importante para incentivarnos y continuar en la tarea que nos permita ser felices.
Zamagni: “El capital social es la confianza forjada en la práctica de la reciprocidad”.
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Saber escuchar
Por cada 20 minutos de oír, 5 minutos de hablar; y en-
tonces conversar, no discutir.
En la fábrica: voy a escuchar; no “pontificar”, no ir al grano,
ser simpático aun con quienes no esté de acuerdo.
Mortificaciones del espíritu: No ir al grano, ser manso.
Recordar el caso de aquel jefe que por más que dijera
“pregúntenme todo lo que quieran”, por su tono no in-
vitaba a hacerlo.
Señor, dame un corazón que escuche.
Quiero tener la cara alegre, simpática, cordial, más aún,
amistosa. Recordar lo importante que es cuidar la sen-
sibilidad y el modo... No rezongar, saber reír y recordar
que “atento” viene de poner atención al interlocutor.
Debo ser accesible y facilitar a los demás que me amen.
Consejos a un amigo: Tener humildad, paciencia, dul-
zura.
Debo tener un corazón que escucha... debo escuchar
con el corazón.
Frente al prójimo no podemos aliviarlo, pero sí escu-
charlo. Que yo escuche para gobernar, juzgar; es decir,
para poder discernir.
Tengo que escuchar más, estar atento, tener un minuto
de desapego a uno mismo, hablar de lo que interesa a
los demás.
Debo saber estar con, saber escuchar.
Enrique shaw PrimerpresidentedeACDE.
(Extracto de su libreta de anotaciones personales)
Testimonio