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N-20120222
Molinos del Concejo de Celis
Por Paulino Díez de Cos - Celucos
Don Paulino Díez de Cos
y……….
……dónde puede construir un
molino
Hay un refrán que dice: septiembre seca las fuentes o lleva los
puentes. Este año de 2011 ha sido de los que secan las fuentes. A pesar
de que en todo el verano apena hizo sol aquí en Asturias, el mes de
septiembre y octubre han sido de los más soleados de los últimos años.
Esto a su vez me trae a la mente otros meses de septiembre de mi
niñez; concretamente el mes de septiembre de 1939. El día 9 de este
mes y año, el río Nansa registró una de las mayores crecidas que
recordamos los que la conocimos. Pero se dio la casualidad de que
coincidía exactamente con
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el treinta aniversario de una crecida de iguales proporciones acaecida el
nueve se septiembre de 1909. Así lo manifestaban los que habían
conocido aquella avenida.
En la Herrería en el año 1939 el agua llegó hasta el primer paso de la
escalera de casa mi abuelo. // Aquella crecida inutilizó los molinos de Bárcenas y La Herrería
que servían al concejo de Celis. En el molino de Bárcenas fueron sorprendidos por la crecida el dueño
del molino y una hija (1) y se pasaron dos días en el desván del molino hasta que las aguas bajaron lo
suficiente para poder salir. Mi abuelo (el tíu Cos) (2), que había sido molinero en aquel molino (3),
quería entrar nadando para sacarlos, pero la familia y los vecinos le hicieron desistir de tal idea, pues
era imposible salir de ella con vida, dada la velocidad con que circula el agua en esos casos. Los
componentes de este molino de Bárcenas, vigas molares, piedras y ejes los aprovechó Ricardo Cos
para el molino que construyó en la Molina allá por los años cuarenta y tantos del siglo pasado. Una de
las piedras del molino está en Cades en la finca “La Sofía”. // Yo conocí el edificio del molino de La
Herrería, estaba enfrente de la casa de Ceferino y la de Genia Cos; como a unos sesenta metros en
dirección del río. El edificio era bastante rudimentario, como casi todos los que entonces se dedicaban
a los molinos. Las paredes de la planta baja eran de piedra, y la parte alta que daba hacia las casas de
Ceferino y Genia, era de zarzo. Le tengo oído a mi madre que había una molinera que se llamaba tía
Lisa, y en Celis por los años cincuenta del siglo pasado, había una señora que le llamaban Mari
Molino, que vivía en la Llosa, que creo que era hija de tía Lisa.
Los dos molinos de La Molina ( Celis)
La desaparición de estos molinos probablemente la aprovechó el
ingeniero D. Julio Gutiérrez de Celis (4) para construir en Celucos la
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central de La Molina, compuesta de un generador eléctrico de 50 KW y
dos molinos para moler maíz, que comenzaron a funcionar en 1911.
(Precisamente estamos en el centenario de aquellas efemérides). Hay
que reconocer que la instalación era modélica en aquellos tiempos y que
muy difícilmente hubiesen podido competir con ella los antiguos molinos
(5). Las turbinas que mueven los molinos y el generador eléctrico son
de tipo Pelton, dado el poco caudal de que dispone y la gran altura del
salto de agua, pues funciona más por la altura que por la cantidad. Los
molinos llevan una gran reducción de velocidad a base de engranajes
para adaptar la gran velocidad de las turbinas a las 110 r. p. m. que
necesitan los molinos. La central eléctrica alimentaba a los pueblos del
concejo de Celis y los pueblos de Cabrojo, Obeso, Pedreo, Puentenansa y
Rioseco. No funcionaba nada más que por la noche, o sea, desde que el
molinero consideraba que hacía falta la luz hasta que amanecía al día
siguiente. Algún verano que había mucha sequía, no funcionaba toda la
noche, pues no represaba bastante agua el río de La Molina, a pesar de
necesitar una cantidad muy pequeña Cada abonado tenía una lámpara
de 25 W a 125 V. Para los pueblos del concejo de Celis la corriente salía
en baja tensión desde la central y para los del concejo de Puentenansa
se transportaba a 2500 V. La corriente era monofásica. Los abonados
generalmente usaban la lámpara como portátil y la trasladaban al local
de la casa donde se necesitaba. No había contadores y creo recordar
que antes de la guerra de 1936 cada abonado pagaba 0,25 pesetas al
mes por cada lámpara contratada. El molinero, que atendía la central
eléctrica y las líneas de los pueblos, tenía como compensación lo que
producían los molinos. En aquellos tiempos en que la mayoría de las
fincas estaban dedicadas al cultivo del maíz esta compensación era
razonable.
El embalse o “depósito” está situado en el sitio más adecuado según
la configuración del terreno y las consideraciones técnicas, pero la
central está situada a media ladera entre el “depósito” y el nivel del río
Nansa (6), nivel que sería el más adecuado para sacar la máxima
energía del salto de agua. El situarla donde está, me parece haber oído
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decir, que fue a causa de haber adquirido la propiedad de un antiguo
molino que allí había.
Con el tiempo aumentó mucho el consumo de electricidad en aquellos
pueblos y la central de La Molina, evidentemente, era insuficiente. El
dueño, el citado D. Julio Gutiérrez de Celis, que había adquirido el
molino y la finca de Rehondillo, a orillas de río Nansa, pensó el trasladar
la central de La Molina a Rehondillo, doblando así la altura del salto y
aumentando considerablemente la potencia de la misma, pero por un
cúmulo de razones complejas, lo fue demorando y terminó vendiéndolo
todo. El molino de Rehondillo me parece que ya estaba construido.
Estaba en el mismo sitio que está hoy La Central de Celis. Hace unos
años, Ceferino Gutiérrez Gutiérrez (padre), vecino de la Herrería me
dijo que el tío Xico, de Riclones, había estado de molinero en aquel
molino y que se había caído un crío del corredor y se había matado.
De todas formas D. Julio reformó el molino y lo modernizó. Una de
las ventajas con que contó fue el disponer de casi toda el agua del río
Nansa, lo que le permitió contar con una considerable potencia
hidráulica. Recuerdo el abundante cauce de agua que destinaba al
funcionamiento del molino con una gran abundancia de truchas en unas
aguas cristalinas maravillosas.
Lo primero que hizo fue sustituir la antigua presa de estacas y
maderas con piedras, por una presa a base de gaviones de alambre
rellenos de piedra (7) (8), limpió y amplió el cause de alimentación del
molino; instalando compuertas en la toma de la presa, en mitad del
cauce y en el aliviadero. Instaló una turbina metálica tipo Girard de
admisión total para el accionamiento del molino. Instaló rejillas de
protección en la salida de aguas para el molino. Las piedras del molino
no sé si son las que había o si las cambió. Eran muy grandes, así que el
rendimiento era tan grande como el de los dos molinos de La Molina.
Instaló dos compuertas en el molino, una para la alimentación al molino
y otra para la alimentación a la “pisa”.
Esto de la pisa merece consideración aparte, pues era una instalación
muy interesante. No tengo idea de que hubiese “pisa” antes de las
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reformas hechas por D. Julio, yo ya conocí la nueva instalación. El canal
de desagüe del molino era muy profundo y en el fondo de este canal de
desagüe estaba la rueda hidráulica que movía la pisa. Esta era una
rueda metálica de paletas planas de madera, alimentada por debajo, de
unos 2,30 m de diámetro que cómo digo más arriba se alimentaba con el
agua que alimentaba al molino, cuando funcionaba éste, y cuando no
funcionaba se habría una compuerta para dar paso desde el camarao, al
agua para exclusivo funcionamiento de la pisa. Como digo el canal de
desagüe era muy profundo y la pisa estaba unos cuatro metros más alta
que el fondo del canal. El movimiento de la rueda se transmitía a las
levas de los mazos por medio de un eje vertical acoplado por sendos
juegos de piñones cónicos en sus extremos. Las levas estaban
constituidas por dos bastidores metálicos con un rodillo en cada
extremo, calados sobre un eje horizontal, con un desfase de 90 grados.
La estructura que soportaba los mazos era de madera de roble
perfectamente escuadrada y enlazada y de un tamaño y aspecto
imponente. He visto varias pisas antiguas, verdaderamente chapuceras
comparadas con la que nos ocupa (9). El agua necesaria para remojar la
tela que se pisaba procedía de la fuente de Rehondillo que nace a unos
treinta metros de donde estaba la pisa. Esta fuente de Rehondillo, hay
que recordar que cuando se construyó la Central de Celis y la Cámara de
Carga, se secó y estuvo dos o tres años sin manar agua, hasta que
inesperadamente volvió manar con normalidad.
Detrás del molino había un nogal bastante corpulento y de una
rama del árbol había colgado de unos cables de acero un columpio que
volaba sobre el canal de desagüe del molino (10). Creo que inspiraba
terror el columpiarse en aquel artefacto, pues nunca vi a nadie usarle
(11).
Es necesario decir algo del “sayal”. El sayal es la tela que se sacaba
de la pisa y era una tela tejida con lana de oveja. Generalmente la lana
que se empleaba era la de las ovejas negras, pues era el que se
utilizaba para hacer escarpines y estos eran negros. Cuando se iba a
destinar para el sayal la lana una vez hilada se mandaba a tejer. Esto se
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hacía en Bárcenas en casa de tía María; una de las hijas había aprendido
el oficio de tejedora —creo que era Ción—, y tejía todo el sayal del Valle
del Nansa. La elaboración de la lana en aquellos tiempos ocupaba
bastante a las mujeres. Las ovejas se esquilaban dos veces al año, en el
mes de mayo y en el mes de septiembre. Se lavaba con agua caliente
(generalmente en el río Nansa) y después de seca se “escarmenaba”,
luego se cardaba con unas cardas de púas metálicas, se hacían las
lluetas y puestas en la rueca se hilaban, “se jilaban”. La rueca la
sujetaban las mujeres metiéndola por el escote entre la chambra y la
camiseta. Las hilanderas eran las mujeres mayores, pues las
generaciones aparecidas después de la guerra de 1936 ya casi ninguna
aprendió a hilar. Sin embargo casi todas las jóvenes eran diestras
tejedoras con agujas y ganchillo. Confeccionaban con suma destreza
calcetines, jerséis, bufandas… Mención aparte merece Tía Fernandina la
de la Herrería, pues sentada en el corredor de su casa tejió con las
agujas miles de pares de calcetines.
En el concejo de Celis abundaron los molinos y hay constancia de
otros, además de los mencionados hasta ahora. El río llamado de La
Molina era propicio para instalar en él artefactos hidráulicos dada su
pendiente y constancia relativa de caudal. Lo primero que tenemos que
tener en cuenta es que los edificios que contenían a los molinos tenían
muy poca entidad arquitectónica y eran poco más que cobertizos
provisionales. Teniendo esto en cuenta voy a mencionar los que tengo
alguna idea de ellos. El primero que se me ocurre y además comenzando
por la desembocadura del río en el Nansa, es el Molino Morea. Éste se
encontraba un poco más arriba del puente que cruza el río y que da
paso al camino que pasando por La Central de Celis se dirige al barrio
del Robreo pasando por La Peña el Pollo. Yo había oído hablar de él pero
no tenía noticia muy exacta de dónde se encontraba: hace unos años un
vecino de Celucos encontró allí una de las piedras del molino y la tienen
como mesa en Celucos en el lugar denominado La Huertezuca.
Siguiendo el curso del río hacia arriba, nos encontramos con El
Molino del Cojo que construyó Ricardo Cos por los años cuarenta y
tantos del siglo pasado. No tuvo mucho éxito el proyecto y hoy está
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abandonado. Este molino tiene las piedras y las vigas molares del
Molino de Bárcenas, además de algún otro componente procedente de
este molino.
Siguiendo el curso del río, un poco más arriba de donde cruza la
carretera se encontraba El Molino de tíu Fraile (12 ). Yo le conocí
intacto, aunque parado. Estaba muy bien construido, parecía un
juguete: el camarao y el cauce eran de piedra de sillería perfectamente
labrada, el edificio del molino era muy pequeño, así que habían
contruido algunos anexos alrededor de él. Fue destruido allá por los
años sesenta del siglo XX para aprovechar la piedra para una cuadra
que se hizo en Celucos.
Siguiendo río arriba nos encontramos con la central de La Molina que
ya describimos anteriormente. // Me parece el haberle oído a mi madre
que un poco más arriba de la central de La Molina había restos de otro
molino, pero la idea que tengo es tan difusa que apenas la expongo. //
La toponimia nos ayuda muchas veces en la historia, y teniéndolo en
cuenta, pienso que en el lugar denominado “Las Pisas” debió de haber
en alguna ocasión algún mecanismo de esta índole. Una inspección
visual de dicha zona quizás nos diese algún dato más concreto sobre el
asunto.
Siguiendo con esta idea de la toponimia; mas arriba del depósito de
la central de La Molina hay un prado que se llama prado de Verde-Molín.
Lo de verde es evidente, pues es un prado húmedo y se mantiene verde
en cualquier época del año, y lo de Molín no puede ser mas evocador.
Ahora si: hay que tener en cuenta que si lo de Molín quiere decir algo,
es casi seguro que está relacionado con la proximidad del barrio de
Trespeña, cuya historia sería muy interesante investigar. Relacionado
con el barrio de Trespeña, me han dicho, que un poco más abajo del
Ojurrió (sic) hay restos de un antiguo molino que indudablemente
pertenecería a este barrio. El Ojurrió es el nacimiento del río de La
Molina, de donde se suministra de agua ahora todo el concejo de Celis.
También existieron molinos en el término de Riclones, en el río de
Lamasón. Uno de ellos fue el de Bollano. El fijar la situación de este
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molino me cuesta trabajo, pues desconozco el nombre de los lugares
que le rodeaban. Lo primero que puedo decir para aproximarme es que
estaba en el vado que se utilizaba para cruzar el río desde Riclones en
dirección a Cades (13) También parece que había una pisa con el molino,
pero no pude comprobar nada.
Restos de otro molino también se encuentran sumergidos bajo el
embalse de La Palombera, casi en la unión del río Nansa y el río
Lamasón. Antes de construir el embalse era perfectamente visible. Para
ser preciso en la situación de ambos molinos voy a recurrir a las
coordenadas geográficas. Puede que parezca el método demasiado
rebuscado, pero al fin es el más sencillo y el más preciso. Cualquiera con
un ordenador puede fijar en treinta segundos la situación de ambos
molinos. // La situación del molino de Bollano es 43º 17’ 22,83” N y 4º
27’ 52,90” W y la del que había bajo el embalse de La Palombera es 42º
17’ 40,33” N y 4º 27’ 24,98” W.
Como digo más arriba la toponimia nos indica, o nos recuerda
cosas históricas y teniendo esto en cuenta tenemos que más debajo de
La Cotera, en dirección a Barcelumbrosa, hay una peña que le llaman
Castro Molinuco y allí parece que en tiempos también hubo un pequeño
molino.
En el término de Celis está el sitio llamado Las Fuentes y allí
parece que también hay restos de un molino que funcionaba con el agua
de dichas fuentes. (X)
Cerca de la cueva de Riconorias también hay un sitio que le llaman
Castro Molinuco y al lado hay un reguero y restos de piedras grandes
que parece que allí también hubo un pequeño molino que funcionaba
con el agua que bajaba de las canales de Ribolastra y Sel del Cuervo. No
tengo más datos de él.
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Notas:
1) Leonor Cortines y su padre
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2) En tiempos, en aquellos pueblos cuando una persona cumplía cierta edad, se la denominaba tío fulano o tía mengana.
3) El molino de Bárcenas estaba en la margen derecha del río Nansa, y para que los vecinos del concejo que vivían en la margen izquierda, pudiesen pasar a moler tenía una barca, que, cogida a un cable que atravesaba el río, pasaba a los clientes y la molienda al molino. El cable en el lado de Celucos estaba sujeto a un hierro clavado en una peña y en lado de Celis atado a un castaño que estaba cerca del molino. Los clientes para avisar al molinero tiraban de una cuerda que hacía sonar un pequeño cencerro que había en el molino. Mi madre nació en “la casona de Barcenas”, del mismo barrio, considerada una de las más antiguas del concejo de Celis.
4) Nacido en Riclones. Sus restos están en el cementerio de San Pedro de Celis en un nicho anónimo, pues al quedar el panteón familiar abandonado fue vendido y los restos que contenía los depositaron en un mini- nicho.
5) Los molinos tienen, entre otras muchas perfecciones, una central de engrase que con un pequeño giro de un volante se engrasan todos los puntos que lo necesitan.
6) Donde desemboca el río de La Molina
7) De esta presa de gaviones tengo un recuerdo muy personal. Entonces; que el río Nansa circulaba libremente por su cauce, casi todos los años había alguna crecida considerable que causaba algún daño en la presa. Una de estas veces que estaban reparando una abertura bastante grande que había abierto una crecida, tenían puesta una madera para cruzar sobre ella. Debía de tener yo muy poca edad y me gustaba ir con mi padre a cualquier sitio que el fuese, el caso es que por las tardes, después de comer, me llevaba con él a Rehondillo y mientras él trabajaba con otros obreros en el mantenimiento de la presa y el molino yo me pasaba la tarde jugando a mi aire cerca de donde ellos estaban. Una tarde cuando terminaron la faena y quitaron la madera que tenía puesta para cruzar la brecha que había abierto el río, yo me encontraba en la margen derecha y en lugar de pedirle que me pasasen, me puse a cruzar yo la corriente, pero era tan fuerte que me arrastró y me tiró al suelo. Con el ruido de la corriente no me oían hasta que se dio cuenta mi tío Pedro y dijo: ¡aquel crío!, y salió corriendo a sacarme de la corriente. No recuerdo como terminó la cosa, pero creo que seguí yendo con mi padre hasta que me incorporé a la escuela hacia los seis años.
8) D. Julio vendió toda la propiedad de La Molina y Rehondillo a D. Venancio Díaz, de Rábago, y este construyó una presa de hormigón en lugar de la de gaviones. La presa la construyó un constructor de Bielba llamado Paulino.
9) Como ejemplos tenemos las de Ledantes en Liébana, La de grandas de Salime, la de Teixois en los Oscos
10) Al ser esto una especie de crónica de lo que yo conocí, me permito anotar algunos detalles, al parecer, sin importancia
11) Alguien me dijo que lo había mandado poner D. Julio para que se columpiase su hija. No lo comprendo.
12) El nombre de este molino viene del apellido Fraile, muy frecuente en Celucos en épocas pasadas recientes.
13) Fui a ver este molino el día 29 de junio de 1998. Me encontré con mi amigo Sinforiano Torre que me indicó en que sitio había estado el molino, pero debido a la mucha vegetación y los cambios del río no encontré nada que, sin duda, me indicase que eran restos del molino. Sí vi, y le hice una fotografía, una piedra que parecía preparada para el molino.
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Mi amigo “Foriano” me contó alguna historia referente al molino. Parece que allí había un molinero llamado Eulogio y me contó una historia de una señora de Riclones, que se llamaba Rosalía, que era viuda y se había casado en segundas nupcias. Era entonces costumbre el tocar cencerros a las puertas de los viudos que se volvían a casar, y no se libró de ello la citada Rosalía. Querían los recién casados ir de viaje de novios, y para ello tenían que ir a coger el autobús…, o la diligencia, —que no hay nada escrito sobre el caso—, al Puente del Arrudo. Como pudieron, burlaron a los cencerreadores, pero al llegar a Bollano se encontraron con que el río iba crecido y no podían cruzarlo; recurrieron al tío Eulogio que pasó a la novia al otro lado del río, pero con la advertencia en forma de copla que decía así:
Rosalía, RosalíaNo te vuelvas a casar, Que las espaldas de EulogioNo te vuelven a pasar. (Fin) Paulino Díez Cos.
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(X) En Las Fuentes (Celis), a la salida del manantial, aún se pueden ver perfectamente dos ruedas de molino; una entera y otra partida, y restos de una construcción del molino habido allí. Se pueden localizar bajando por el camino romano que salía de Celis a Celucos. Yendo a Los Araos y bajando hacia el río llegamos al manantial citado.
Trazas para la Historia de Celis Oviedo. 6 de mayo de 2012 Víctor M. Cortijo Rubín
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