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Book
Ji-5L.
COPaRIGHT
DEPOSrr.
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DDDDDDDDDDDDD
UJi
DDDDDDDDDDDDD
Lie. GAiLOS
HiRNAIIDEI
o
o
ID
|o)
lo]
1918
m
CASA
EDITOR
AL
LOZANO
SAN
ANTONIO.
TEXAS
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MUJERES CELEBRES
DE
,^S
MXICO
AUTOR:
Lie.
CARLOS HERNNDEZ
IAntes
de la
Conquista
Espaola.
II
Durante
el
Dominio
Peninsular.
III
Durante
la
Guerra
de
Independencia.
IV
En
el
Perodo
Independiente.
CASA EDITORIAL
LOZANO
SAN ANTONIO,
TEXAS.
1918
-
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HS6'
Copyright,
Lie.
Carlos
Hernndez,
1918.
Quedan
asegurados
los
derechos
de
propiedad
conforme
a
la
ley.
NOV
-7
1918
5)CI.A5
7:4
9
o
^
-
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A
LA
MUJER
MEXICANA:
Pocos seres
humanos
ha de
haber, que
en tal o
cual
ocasin no
hayan
pensado
alguna
cosa
respecto
a
la
influencia
trascendental que
la
mujer ha
ejercido
y
ejerce,
o
ya
tan
solo
sobre
la
fatnilia,
sino
tambin
en
el
desen-
volvimiento de las naciones
y
de la
huma.nidad
entera.
La
mujer es uno
de los elementos
ms importantes;
de aqu que en to-
dos los
tiempos
y
en
todos
los climas
ha
sido
objeto
del
ms especial estudio.
La
mujer,
en la historia de las primitivas edades,
a2)arece como un
sim-
ple instrumento
de
deleites;
como
un
ente
inferior,
se le condena
a las rude-
zas de los trabajos mecnicos,
y
se
le
tiene
constantemente
en
la esclavitud
y
en
la ignorancia
como a
un
ser incapaz
de
mejoram,iento
intelectual
y
moral.
Peto
poco
a poco v cambiando
favorablemente
la
natural
dureza del
hombre,
y
en
la
superioridad
de su
cerebro
encuentra
que
debe
tener
ms
consideraciones para
con
la
constante
compaero
de su
vida,
porque ella
es
la
madre
de
sus
hijos,
y
en los
peligros
sabe
defender
tanto a
stos
co-
mo
a
aqul
con
una
entereza apenas
concebible.
Ms
tarde
el
respeto hacia
la
mujer
se
auinenta,
y
llega
un da
en que
en
los templos
se
le
encomiendan
las
ms
delicadas
funciones,
ascendiendo
con el
triunfo
del cristianismo
al
elevado
sitio que
le
reservaran
sus
altos
fines.
Ya
en la poca presente, son bien
conocidos
los
progresos
que hct
al-
canzado
la
cultura
de
la
mujer.
Ella
se
presenta
en
todos los
campos de
la actividad
humana a
recla-
Tnar
su
participacin
en
las
bregas por la
existencia, a
hacer
valer
sus de-
rechos de igualdad, sin
renunciar
por
ello
a
continuar
siendo
el
ms puro
raudal
del
sentimiento.
Mas
como los
progresos
hximanos
llegaran a
una
elevacin
apenas
es-
perada, la
cultura universal
como
una
consecuencia
precisa,
ha
presentado
a
la mujer
mexicana
como uno
de
los
ms
interesantes
factores
sociales,
encontrndola el
estudio con los
tintes
caractersticos
a
su
localidad.
Y
efectivamente,
arpa eolia
ha
tenido
siempre l
inspiracin
del bardo
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MUJERES
CELEBRES
DE
MXICO.
para
conmover las
fibras
sensibles
del
corazn cuando
dedica
sus
notas a
la
mujer
mexicana, porque
ha
encontrado
en ella
concentrados
todos
los
he-
chizos
y
fascinaciones
que
abrigan las
dems
mujeres del
orbe.
No cabe la menor
duda
de
que
las
muchas
cualidades
que
posee
la
mu-
jer
mexicana,
proceden per
ley
atvica
de
las
distintas
razas de
que
provie-
ne,
hallndose para dicha,
adunado
por la
naturaleza
en
un
asombroso
con-
junto
todo
lo que
esas
mis'inas razas
tienen
de
bondad
y
de
belleza.
La
mujer mexicana
est adornada
por un
particular
encanto;
es
un
va-
so
pursimo del que se
desborda
una
corriente
perene
de
halagadora
simpa-
ta.
Mas prescindiendo de
lo expuesto,
la
preciosidad de
ella se encuentra
en
la virtud, que
se
muestra
bajo
foranas
tan
varias
como maravillosas.
Es
inteligente,
laboriosa,
econmica
y
naturalmente
inclinada
a
los
sentimientos
rns
generosos,
huyendo
las
exajeraciones
del
roTnanticismo
lastimador del
buen
sentido.
Ideal por
la
constitucin intima de
su sexo, conoce el
secreto
de
ser la
consorte
por excelencia
y
la ^nadre ms
cariosa.
La influencia
de la
mujer
mexicana en
la vida
nacional es
palmaria,
porque
atesora
el
valor
y
el
patriotismo en
condiciones
tales
que parece se
encuentra
vaciada en los moldes de
las
personalidades
heroicas.
Desarrollado
el feminismo
por los
adelantos
modernos,
la
mujer
mexi-
cana
toma
de l
lo que
el
sentido prctico le
aconseja,
y
sin
quedarse
atrs
en
la
constante
marcha
del
progreso,
participa eyi la
dihicidacin
de
sus
ms
complejos
problemas, sin
pretender
arrebatar
en
el
social
concierto
un
sitio
que no
le
corresponde. No
quiere
para
s,
ni
los
odios
ni
las
pasiones
de la
poltica
que
tanto
hieren
el
corazn.
La
historia de
la
mujer mexicana se encuentra
en el hogar:
de
aqu
que su
naturaleza
repugna
la
tirana
de las
modas,
las
fragilidades
del
pla-
cer
mundano
y
las
voluptuosidades de
la
corrupcin.
La
7nujer mexicana
es casta
y
pura
cotno
la
azucena de sus
montaas,
creyente
como
una
vestal,
rigurosa
como el arquetipo
de
la
moralidad.
Es
abnegada en
el
sufrimiento hasta
el
sacrificio, si
se
trata
de la
sal-
vacin
de su
esposo
o
de
sus
hijos.
Es
el
amparo
del
menesteroso, el consuelo
del
triste
y
el
refugio
de
los
desventurados
que
lloran.
Con
esos
precedentes,
no
podemos
menos
que
presentar
en
la
galera
ulterior,
las
mujeres
ms
notables
que
han sabido
dar
glorioso
lustre
a
la
tierra
mexicana
que
las
vio
nacer.
E
incomparable
ser
nuestra
satisfaccin, si
conseguimos
el
ver
que
ntiestro
trabajo
llegue
al
hogar, a
la
escuela,
a
la
tribuna,
a
la
prensa,
y
en
general, a
todos
aquellos
centros
donde algo
se
siente
respecto
al
porvenir*-
del
bello
sexo.
CARLOS
HERNNDEZ.
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PARTE
PRIMERA.
ANTES
DE
LA CONQUISTA.
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i
s
a
Oh
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La Reina Xchitl.
I.
Existe
en
la
parte
septentrional
del
Nuevo
Continente,
una
extensa
y
rica regin,
una gran
meseta
en que el
arquelogo
encuentra
reunidos
aco-
pio
de
materiales
para
la
labor
cientfica.
Alii
descubre el
gelogo datos
de la mayor
significacin, por
los que
se
viene
en
conocimiento
que
ese
continente solo
tiene
de
nuevo
el
nombre,
pues
que su
superficie
ha
sido
cruzada por
la
planta humana
desde
la
ms
remota antigedad.
Y efectivamente,
de ese modo lo
han
dado
a
conocer
las
ruinas
de
una
ciudad
populosa
cerca de Otumba apareciendo
vestigios
por los que se
ha
descubierto
que
esa
ciudad
fu construida
en
tres
perodos
distintos
de
tiem-
po,
separada
y
sucesivamente, debiendo
ser
la
poca ms
antigua
como
de
tres mil
aos anteriores
al
principio
de la
era
cristiana,
y
resultando
por
los
caracteres
de ese intervalo
de
tiempo,
que durante
l
habitaron
sobre
di-
cha meseta
llamada
despus de
ANAHUAC, (junto
al agua) un
pueblo
de
origen mogol,
y
por
ende
de procedencia
esencialmente asitica.
Muchos
siglos
despus
de ese
perodo
histrico, apareci sobre
la
pro-
pia meseta
otra nacin
nmade
y
salvaje, que
dedicada
a
la
caza
y
a
la
pes-
ca
desde tiempo
inmemorial,
se
diriga
poco
a poco
de
Norte
a
Sur,
sin sa-
ber
de qu regin
haba salido ni
a
dnde se encaminaba;
pero
dando a
co-
nocer por
los caracteres frenolgicos
encontrados,
que
era
tambin
de
ori-
gen
asitico.
Este pueblo fu
el
tolteca.
(sabio
o
artfice)
II.
En el
perodo
de
tiempo
a que nos venimos refiriendo, las
familias
de
esa
nacionalidad, con
positivas
vocaciones para
el
progreso, haban conse-
guido
cierto
grado de
civilizacin, habiendo
por
ello
modificado
en
gran
manera
sus
hbitos
guerreros
y
sus
costumbres
errabundas.
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]^2
MUJERES
CELEBRES
DE
MXICO.
El
suelo
en que
vivan
era
sobradamente
feraz
y
habiendo
aprendido
a
cultivar
la tierra, los
toltecas
solo pensaban
en
abandonar
sus
hogares
du-
rante los
perodos de prolongadas
sequas
en que
se
perdieran
las
cosechas,
ya
que
la
existencia
de
los
ros era
relativamente
escasa
y
ellos
no
produ-
can lo
suficiente
para
satisfacer
las
necesidades
vitales
de
millares
y
mi-
llares de
familias.
Haca
como tres aos que
en
la
Meseta no
llova,
y
muchas de las
po-
blaciones
de
la
regin
empezaban a
levantar
sus
penates
y
a
dirijirse
hacia
el
acaso,
huyendo los
horrores
del
hambre
y
la
miseria.
El
rey
tolteca
Tecpancaltzn, se
afliga
al
contemplar
en
su
impotencia,
cmo
por
tem'-r
a
los
estragos
de la
muerte su
monarqua
iba
quedando
de-
sierta
y
abandonada,
mirand ) de
un
moda
inconcebible,
cmo
pesaba
sobre
sus
vasallos
aquella
maldicin
eterna
que
los
haca
marchar
errantes
por
el
mundo-
Entre las
familias
toltecas
exista la de
Papatzn,
que
si
bien
era
de
ncble
abolengo por su
honradez
acrisolada,
era
poseedor
tan
solo
de
una
modesta fortuna.
Con
todo
y
ello,
aquel
venerable
anciano
consideraba
co-
mo orgulb
de su
hogar
el
tener dentro su
seno
a
su
pudorosa
hija
La
jo/en
Xchitl,
doncella
de
sorprendente
hermosura,
pero
ms
sorprenden'.e
toda-
va por los
halagos de
su virtudes,
por la
clarividencia
de
su
espritu
y
por
la
firmeza
de su
carcter.
El
nombre
de
aquella
virgen
significa
FLOR,
y
era
Xchitl
ms
pura
que las
azucenas del
campo, ms
pdica
y
modesta
que
las
violetas
del
som-
bro boscaje.
Sucedi que
en cierta vez sopl un
viento terrible
que amenaz con
su
furia destruirlo todo:
las huriild( S
chozas
del pueblo
quedaron
convertidas
en
ruinas.
Xchitl
se llen de
consternacin
y
ofreci
en
plegaria
sentida
ll-var
al
altar de
sus
Dioses las
fioye.-;
ms
hermosas
de la pradera:
el
ruego
de
la
virgen fu
escuchado
y
el
mal
que
amenazaba
todo,
desapareci.
Al da
siguiente sali
la
nia
bella
al
campo
con
objeto
de
recojer
sus
ofrendas,
contemplando su
mirada absorta
los destrozos
que
causara
el
hu-
racn; yacen
por
el
suelo, desde
la dbil
florecilla
hasta el
colosal ahuehue-
te
de
tronco
aoso.
Llega
a la
estril colina
y
ah
encuentra
un
maguey
que tena
sus
grandes h'jas
o
pencas
retorcidas por la
incontrastable fuerza
de los
vien-
tos:
laceradas yacen
por
el
suelo, observando la
doncella incomparable
que
de
sus
heridas
brotaba
abuidante
jugo
libado
a
porfa
por
un
centenar de
abejas.
Llama fuertemente
su
atencin
el hecho
y
ella
misma prueba
el
jugo,
comprendiendo
con
su
despejada capacidad
que
si
el
providencial
instinto
no llevaba
la muerte
a
aquellos seres
diminutos, menos
podra
producirlo
a
ella
si
probaba.
. Toma en
efecto el jugo
del
maguey,
encontrndolo
dulce
y
delicioso
co-
mo
la
miel
de
los panales.
Corre Xchitl
a
su
hogar
y
da
a
conocer el
descubrimiento
a
su
cario-
so
padre,
regocijndose ste de
que
los dioses
hayan
prestado
el
beneficio
por
conducto
de
su
hija
idolatrada.
Aquella
venerable
familia
siente
profundamente
la
pena,
al
mirar
los
horrores
con
que
el
hambre
asla a
los
pueblos
toltecas:
con
penetracin
-
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Lie.
CARLOS HERNNDEZ.
13
asombrosa se
inspira
en
las
maravillosas
cualidades
del
maguey,
encontran-
do
como resultado final
que
esta planta
satisface las
necesidades
apremian-
tes del pueblo
hambriento
y
desolado.
III
Hallndose
cierto
da
el monarca de
los
toltecas
rodeado de su
corte,
se
present
la peregrina Xchitl deseando
hablarle.
Fue conducida
a su
presencia,
y
en
sencillas
y
conmovedoras
frases
le
relat cmo
haba encontrado
que
el jugo
del maguey,
a
ms de
ser
un
ali-
mento sano
y
nutritivo,
era
un
nctar
delicioso.
El
Soberano
se
llen de
regocijo
porque
comprendi
desde
luego lo
im-
portante
del
descubrimiento
providencial,
ya
que
asomando
la
miseria
por
todas
partes,
los pueblos iban
dejando
los
caseros
en
el ms
completo
abandono.
Entonces
la
feliz
doncella,
como
maga
bienhechora,
present
al Rey
con
gracia suma el
producto
del
maguey,
habiendo
sido
la
ofrenda
segn
algunos
autores,
de pulque,
y
segn
otros
de
miel
de
maguey.
Todos los
circunstantes
quedaron
sorprendidos
con
el
hallazgo
y
los
sabios
de
la
Corte
consideraron
el descubrimiento
como un don con
que
la
Providencia haba
querido
favorecer
a
la
nacin tolteca.
Desde
entonces
aquella
planta
que
cubra
la
regin
ms
rida
de
la
Alta
Meseta Mexicana
y
que
no
necesita
de
la lluvia para la vida, dio la
riqueza a
sus
moradores, haciendo
que
olvidasen
para siempre
la existencia
errante que
llevaran
sus
antepasados.
El
monarca
Tecpancaltzn
no
vio
con
indiferencia
el
gran servicio que
aquella
admirable joven acababa
de
prestar
a
sus
pueblos,
e
impresionado
en
lo
ms sensible
de su
alma
desde el primer
instante
que la
vio, resolvi
entregarle
su
corazn.
Luchando
despus de varios das con la
pasin
y
con
la
vigilia, busc
sin descanso
a
la
virgen
Xchitl,
a la que
declar con
frases
vehementes
toda
la ternura
del
amor
que le
profesaba,
cuya
joven
pudorosa
y
agra-
decida correspondi
las idealidades de aquel
cario, elevndola por
sus
vir-
tudes
y
merecimientos
a la dignidad
de
esposa.
La dicha de la real
pareja
fu coronada
por el'
cielo,
pues
que
Xchitl
dio al Rey
un
hijo
que
en
remembranza
del
feliz
descubrimiento
se
nombr
MECONETZIN.
(Hijo del
maguey).
Esa planta
se
nutre
de
las
cristalinas
gotas
del roco
que
toma
por las
espinas:
almacena
su
jugo
salvador
en sus
grandes
hojas,
que
cubre
de
un modo prodigioso con
grandes
telas
impermeables,
las
cuales
desde
tiem-
po
inmemorial
se
emplean
como
el
mejor
papel
en
la
escritura
geroglfica
de
los indios,
a
usanza
del papiro
egipcio.
El
descubrimiento
del
cultivo
del maguey
ech los
basamentos
de
la
vi-
da
social
de
los pueblos de
Anahuac,
y
con
especialidad
la
de
los
toltecas,
que
llegaron a
constituir
en lgica consecuencia
la
nacin
ms
culta
de
la
Amrica.
Desde
esa
poca,
entre las
clases
humildes
del suelo
mexicano,
se
con-
serva
vivo
el
recuerdo
de
la
incomparable Xchitl,
gloria
de su
raza,
lustre
del suelo
tolteca
y
noble
orgullo de su
sexo.
Desde
entonces
se
guarda
fragante
como
una
flor
entre
las
clases
abo-
-
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20/202
14
MUJERES
CELEBRES
DE
MXICO.
rgenes
de
Anahuac
el
nombre
de
la
reina
Xchitl,
que
tanto
supo
hacer
por
el
bien
de
sus
hermanos
los
toltecas.
Su
nombre
se
conserva
como
un
talismn
bendito
y
la
gratitud
lo
llevar
a
las
ms
lejanas
generaciones
como
un
emblema
radioso
de
la
moderna
prosperidad
nacional.
-
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La
Princesa
Doa
Mara
de
Papantzn.
Quin
habr
que
en
el
mundo
de
las
letras
no
conozca
la
extraa
cuan-
to dolorida existencia
de
aquel
procer
imperial, que
sujeto
a
los
embates
de
la aciaga fatalidad, an a
pesar
de sus
buenas
intenciones,
nuevo
Edipo,
estuvo
durante
su vida arrastrado
constantemente
por
una
quimera
hasta
quedar convertido
en
nada
en
el
abismo
del
no
ser?
Quin
no
conoce
la
figura
histrica
del
Emperador
Moctezuma
II?
(Seor
triste
o
desgraciado)
Nacido con
las
ms reelevantes dotes,
desde
los
primeros
aos
se
dedi-
c
a
la carrera
de
las
armas,
y
cuando
fue
exaltado
al trono
imperial,
se
ocup
en
llevar el
brillo
de
sus ejrcitos hasta los
pases
ms remotos,
con-
siguiendo
entrar
como
conquistador hasta
las
regiones
de
Guatemala,
y
fun-
dando
as
con
sus
indiscutibles
mritos
uno de los imperios ms dilatados
y
poderosos del orbe.
Pero
no fue esa su
ocupacin
favorita,
porque
siendo por su
muy
ele-
vado
rango
el
Pontfice Sumo,
se
empe en
profundizar la religin
de
sus
mayores, ocupacin
que
a
la
postre
deba
mostrarle
una
moderna
y
ame-
nazadora Esfinge bajo los sigilos
de
una inspiracin
proftica.
Engolfndose
en
las
sinuosidades
misteriosas
de la
luz
y
de
la
sombra,
como l
penetrara
que los grandes
acontecimientos
de la
historia
no
se
pro-
ducen
al
acaso, sino
que
se
rigen
por
leyes lgicas e
inmutables, siendo
los
unos
consecuencia de los otros, mucho tuvo que
pensar
desde
el
momento
en
que
ascendiera
al trono imperial,
con
relacin
a
los
efectos
que
pudiera
pro-
ducir
en su
marcha pblica, la tradicin de una
profeca,
tenida
siempre
como
indubitable
entre
las
multitudes.
Hela
aqu:
Muchsimos
aos antes
de que dicho soberano
se
presentara
en
el
proscenio de
la vida,
apareci
en
el suelo
de Anahuac
un
ser
extraordinario,
un
hombre de
rostro blanco
cubierto
de
barba,
sereno
y
afable,
bondadoso,
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
22/202
IQ
MUJERES
CELEBRES
DE
MXICO.
de
corazn
tan
noble que
siempre
estaba
dispuesto
a
consolar
a
los
desvali-
dos.
Ese
varn
insigne se
dedic
a
ensear a
los
aborgenes
de
la
tie-
rra
el
olvido
de
la
existencia
-errabunda
y
salvaje,
a
vestir
sus
carnes, a
cultivar
la
tierra, a
fabricar
chozas, a
practicar
las
artes
mecnicas
y
libe-
rales,
a
distinguir
el
bien
del
mal
y
a
connaturalizarse
con
los
principios
de
las
ciencias
sociales.
Cuando
considerara
concluida su
misin, se
despidi
de
los
pueblos
a
que
haba
prodigado
tantos
beneficios,
mirando
cmo
la
gratitud
que
haba
sabido
inspirarles
les
arrancaba
lgrimas
de
dolor.
Entonces el
grande
hombre les
dijo que
sus
altos fines lo
llamaban
a
cumplir
su
misin
en
otros
pases,
pero que
no
deban de
entristecerse,
por-
que
les
ofreca
que
con el
transcurso
de
los
siglos,
llegaran
ah
del
Le-
vante
sus
descendientes
los
hijos
del
sol,
hombres
blancos
y
barbados
co-
mo
l,
y
que
al
aparecer
conseguiran
dominar
con
su
superioridad la tie-
rra e
iniciaran
una
era
de
prosperidad
y
de
progreso.
Aquel
hombre
se
retir hacia
el
Oriente
y
no
volvi
a
saberse
cosa al-
guna
de su
persona.
Los
habitantes
de
Anahuac
lloraron
su
eterna
ausencia
y
en
reconoci-
miento
verificaron
la
apoteosis
de
su
redentor,
colocndolo
en
el
nmero
de
sus
dioses con
el
nombre
de
QUETZALCOATL.
Como
una
consecuencia
de
lo
expuesto,
en
las
teogonias
mexicanas
tie-
ne
dos
representaciones.
En
la
humana
se
le
muestra
con
las
facciones
que
llevara
en
vida.
Aparece
dibujado
de
frente
en
forma de
mascarn,
de
cara
redonda
que
tiene
la
extremidad
inferior
cubierta
de
barba;
sus
ojos
son
hori-
zontales
y
no
oblicuos
como
los
de
la
raza
monglica,
su
nariz
es
pro-
porcionada
y
no
tiene los
pmulos
salientes.
En
una
palabra,
muestra
to-
dos
los
caracteres
de
la
raza
indo-germnica.
En su
representacin
divina
se
le
muestra
en
la
forma
de
una
ser-
piente
con
alas.
La
serpiente,
tanto
en
los
antiguos
ritos
de
los
mexicanos
como
en
los
de
los
egipcios
significa
la
Divinidad.
De
aqu
que los
mexicanos
para
simbolizar que su
civilizador
era
un
Dios
le
dieron
la
forma de
serpiente,
y
le
agregaron
alas
para
significar
que se
haba
ido
como
el
viento
a
cumplir sus
ulteriores destinos, represen-
tando a
continuacin
en
sus
interpretaciones
religiosas la vida inmortal
del
espritu
humano.
En
consecuencia de
todo
ello,
la
etimologa e
ideologa
de
la
palabra
QUETZALCOATL,
quiere
decir
serpiente
con
plumas
o
alas:
esto
es,
dios
que
vuela
o
se va
como
el
aire, o
con
ms
precisin:
Dios
del
aire.
Ahora
bien,
aunque
el
Emperador Moctezuma
II,
desde
los
principios
de su
administracin
se
preocupara con
esa
maravillosa
profeca, poco
a
poco fu
retirando
su
atencin
de
ella.
Sin
embargo,
por la
realizacin
de
nuevos
hechos volvi a
ejercer
una
influencia
marcadsima
sobre
su
existencia,
al grado de
que
constituy su
constante
pesadilla.
Deben
por
tanto
darse
a
conocer
sobre
el
particular
ms
pormenores,
ya
que
se
trata
de
un
punto
histrico
tan
importante
para
los
mexicanos,
cual es
la
transicin
de
la
etapa
antigua
a la de
la
aparicin
de
la
raza
blanca,
fundadora
de
la
civilizacin
moderna
de
Mxico.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
23/202
Lie.
CARLOS
HERNNDEZ.
17
II.
Era
el
Emperador
Moctezuma
II,
hermano
de una
joven
poseedora
de
las
ms
raras
virtudes,
de
la
Princesa
Papantzn.
Esa
dama
de
imperial
estirpe haba
contrado matrimonio
con
el go-
bernador de
Tlaltelolco:
mas como
ste
falleciera, aqulla se
retir
a
vivir
al
lado
de su
madre en el
palacio
imperial
de
su
hermano,
con el recato
co-
rrespondiente a su
condicin de
viuda.
Mas
por el ao de
mil
quinientos
lueve
de
la era
cristiana,
sucedi que
la
princesa
Papantzn
enferm
de
gravedad,
y
siendo
intiles
los
esfuerzos
de
los
Mdicos de la
Corte,
al
fin
sucumbi la
paciente,
y
al
ser
depositado
su
cuerpo en
una gruta
del
jardn
del
palacio
imperial
con las
ms
solemnes
exequias,
la
sintieron
entraablemente
tanto su
madre
como
su
hermano.
Al
da
siguiente
del
fallecimiento,
segn
algunos
autores,
y
a
los
tres
das,
segn
otros,
una
pequea
nia
que
se
paseaba por
el jardn
menciona-
do,
con
asombro
encontr a
la
Princesa Papantzn,
quien le
suplic
que
pa-
sase a
decir a
su
madre
fuese a
dicho
sitio porque deseaba
hablarle.
La
madre fu al
luga?,
indicado,
no
porque creyera
en
el contenido
del recado,
pues saba que su
hija haba
muerto,
sino ms
bien por compla-
cer
a
la nia
; mas con gran
sorpresa,
vio
que efectivamente la
Prince-
sa
Papantzn
se
encontraba sentada
al
borde de
un
estanque,
perdiendo
el
conocimiento
por
lo
fuerte
e
inesperado de la
impresin.
Sumo
fu
el
alboroto
que
se
produjo en
el
palacio,
ya
porque
la
ancia-
na
madre
se
desmay,
pero ms
todava por
la
extrasima
resurreccin
de
la
Princesa,
sorprendindose
tambin
y
no
poco
el
Soberano.
Una
vez que se
restableci
la calma,
la
Princesa
hizo
al Emperador
un
relato
que
aument
su
angustiosa
pena.
Ese
relato fue as:
Dijo que luego que
ocurri
su
fallecimiento,
poco
a
poco,
y
sin
poder
dar
una
explicacin satisfactoria, fu
recobrando
el co-
nocimiento su ser,
aunque sin
conseguir dar
a
sus
miembros
movimiento
alguno,
pues su
cuerpo continuaba con
la
rigidez
cadavrica.
Luego
tuvo la seguridad
de que
se
encontraba en el
centro
de un
gran
llano
a
donde
concurran
muchas
sendas
tortuosas.
Ah estaba
cerca
un
ro misterioso:
mir que
en una
de
sus
riveras
se
hallaban muchos
crneos de
hombres
y
que de
ellos
salan
estridentes
cla-
mores, gritos
y
ayes
incomprensibles,
y
en
la
otra
rivera
se
contemplaban
en
tropel
ascendente, muchos
hombres
de
rostro
blanco
cubierto
de barba.
Y
como
la
Princesa
Papantzn
quisiese
atravezar
la
corriente,
en
el
acto
se
le apareci un
joven de
faz
bellsima,
cubierto
el
cuerpo con
una
vestidura ms
blanca
que
la
nieve,
teniendo en
sus
contornos
una
luz ms
pura
y
resplandeciente
que
la
del sol,
llevando
en
sus
espaldas
dos
gran-
des
alas
y
mostrando
en
la
derecha
mano
una
cruz.
La
visin
anglica
dijo
a la
Princesa con
voz
cariosa
y
afable
que
aquellos
crneos
y
aquellos
clamores pertenecan a las
generaciones
pret-
ritas de
sus
ascendientes, que
aquellos
hombres
blancos eran
los
hijos
del
sol
que ya
se iban
acercando
al
Imperio Mexicano,
quienes
en
cumplimien-
to de
sus altos
fines
llegaran
a
ser
dueos
del
pas
y
que
no era
an tiem-
po
de
que
atravezasen.
aquella
corriente.
El
Emperador
al
escuchar
dicho
relato
se
qued
petrificado
y
mudo
de
terror,
porque
comprendi
que
la
aparicin
del
fantasma
de
los
hijos
del
sol
al
tomar
formas
ms
precisas
continuaba
amenazndolo.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
24/202
18
MUJERES
CELEBRES DE MXICO.
Comprendi
que
al
ser
el ms
caracterstico
representante
de la
tpi-
ca
civilizacin
mexicana, tal vez en
cumplimiento
de
las
profecas
de
QUET-
ZALCOATL,
a
l
tocaba
caer
bajo
el desquiciamiento
de su
poderosa
mo-
narqu.a.
Ccn la
fe
ms
arraigada en les
mitcs
y
misterios
de su
religin,
y
no
dudando
ni
per
un
momento
que la
profeca de referencia tena
que
reali-
zarse
aunque
sin
poder
precisar
cundo,
quiso
tener ms detalles
del
asun-
to,
y
consult
el
significado de
la
aparicin
que
haba
tenido su hei'mana
con
los sabios,
agoreros
y
adivinos
de su
imperio.
Unos le
manifestaron que
pi-eocupado
como
estaba
desde
haca
tiempo
con
la
profeca de
los hijos
del sol, era
natural
que
las personas
de su
fa-
milia
estuviesen en
las mismas
condiciones.
Que
la
muerte de
la
Princesa
Papantzn bien
pudiera haber
sido
un fe-
nmeno
meramente
catalptico,
y
las
apariciones
que
acababa
de
tener bien
pudieran
haber sido
un
fenmeno del
todo
natural
y
consecuencia precisa
del estado de
su
espritu
en
preocupacin.
Otros
le dijeron
que
era poFble que
fuese
as;
pero
que la
cruz
que se
encontraba
en
la
diestra
mano
del
bellsimo
joven,
al no
tener
conexin
con
los
pormenores
de la
profeca
anunciada,
bien
pudiera
ser
ajena a un
fe-
nmeno de
auto-sugestin,
conteniendo
entonces
aquel sigrio,
un
arcano
a
donde no
podan
penetrar los
progresos de las
ciencias
americanas;
ms
que si
este
signo indicaba
por especial
gracia una
inspirada
y
providencial
revelacin,
el
tiempo
se
ocupara
en
descorrer el
cendal
del
enigma.
III.
As
corrieron
los aos,
y
Moctezuma
consigui
de
nuevo
calmar
su an-
siedad;
mas en
el ao
de
mil
quinientos
diez,
cuando
menos se
esperaba,
sin
que
hubiese
fenmeno
sesmico ni
meteoro
aparente,
el lago
de
Texcoco
se
sali
violentamente
de
madre,
llegando sus
embravecidas
olas
hasta
el ca-
sero
de
la
poblacin de
su
nombre
y
habiendo
ocasionado
muchas
desgra-
cias.
Luego
en
el
cielo
apareci
un
cometa,
y
por
ltimo,
se
dej
ver
en
el
Oriente,
una
gran
claridad
en
forma
luminosa
de
la
que se
desprendan
enormes
chispas.
Los
pueblos
con
aquellos
presagios se
llenaron
de
consternacin
y
en
el
alma
de
Moctezuma
reapareci
la
eterna
pesadilla.
Comprendi que
aquello
era
el
pronstico
de
la
prxima aparicin
de
los hijos
del
sol
que
deban
arrebatarle
la
corona
y
que
haban
de
llegar
por
el Oriente.
En el
ao
de
mil
quinientos
dieciseis,
se
vio
otro
cometa
y
luego
un
ter-
cero,
dejndose
en
seguida
sentir
un
terrible terremoto que llen
de
sobre-
salto
a
los
habitantes
de
la
monarqua.
Con
ello el pnico
del
Emperador
no
tuvo
lmites.
Cit a los
sabios,
astrlogos,
adivinos, agoreros
y
brujos de su
Nacin,
para
que
con
sus
conocimientos
iluminasen su
conciencia
ofuscada con
tan-
to prodigio.
Cit
a
todos sus
subditos para
que
aqullos que
tuviesen
algn sueo
que
se saliese de
los lmites
de
lo
ordinario,
se
lo manifestasen, a
efecto
de
ver si consegua penetrar
el
arcano que
lo
martirizaba.
Muchos
concurrieron pero
ninguno lo
dej
satisfecho,
y
mientras
unos
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
25/202
Lie. CARLOS
HERNNDEZ.
19
eran
sumidos en
horrendos
calabozos donde perecan de
hambre,
otros
eran
cruelmente
sacrificados
a
los
dioses.
Por
fin,
un
da
se
present
a
Moctezuma
II
un
indio
a
quien nadie
co-
noca,
que
se
encontraba
desorejado
y
sin
dedos
en
los
pies.
El
indio
expuso
al Soberano,
no
ya un
sueo,
sino que l
haba
visto
en
la costa
Oriental
y
dentro del
mar, unas
enormes
montaas
que
se
mo-
van,
llevando a
los
lados
grandes
torres.
En el
acto mand el
Soberano
se asegurase
bien al
indio,
y
luego
orde-
n
que
uno
de los
principales
sacerdotes
de toda su
confianza,
acompaado
de
otras personas fuesen al
oriente
y
sin prdida
de
tiempo le
informasen
lo que
viesen.
Pocos
das despus
regresaron
y
le dijeron
que
haban
observado
unas
muy
grandes
naves,
de
las
que
salan
hombres
blancos
barbados,
que
se
ponan
a
pescar en
pequeas
embarcaciones.
Cuando
se
busc
al indio
desorejado
para
ponerlo
en
libertad,
no
se
le encontr ni
vivo ni muerto. Haba desaparecido
como
una
quimera.
A
continuacin
llegaron
a la
Corte
correos del
Emperador,
anuncin-
dole
que
los hijos
del
sol
haban
saltado
en
tierra.
Haban
pisado el
suelo
de
Anahuac
y
la profeca
de
Quetzalcoatl
se
haba
cumplido.
Moctezuma
se
puso
en
contacto
con los blancos
por medio
de
sus
emr
bajadores,
enviando a
aquellos
lo?, ms ricos presentes.
Luego
pretendi
en
vano
luchar
contra
la fuerza
del
destino, pues
mientras
los invitaba a que
abandonasen
el pas,
les
mandaba
ms
costo-
sos
regalos, lo
cual
aumentando
su
codicia,
les
serva
de
acicate
para
que
coj
ms vehemencia se
internasen
en
la tierra
Los brujos de la corte
ponan
hilos
misteriosos
en
las sendas
para
cor-
tar la marcha de
los
visitantes,
perc
nada
se
consegua.
Al cabo el
atrevido
Don Hernn
Corts, con
sus
indiscutibles
dotes
po-
ltico-militares,
continuaba
incontrastable
avanzando
hasta que lleg
a
la
legendaria
ciudad
de
TENOCHTITLAN. (Nopal
sobre piedra
en el agua.)
All
en desenvolvimiento
de
sus
planes
puso
entre
grillos
al infeliz
Moctezuma,
y
como
la profeca
de
Quetzalcoatl
continuase pesando sobre
el
pecho
de
ste,
a
la
vez
que
saba
que
como
quince aos
antes, el
Rey de
Texcoco
Netzahualcoyct], tenido por el Salomn
de
Amrica,
haba
predi-
cho la, prxima
aparicin
de
los
hijos
del
sol,
y
recomendado
a los
suyos
que
cuando sto sucediese les
entregasen sus
dominios
en virtud
de
ser los
su-
cesores
de Quetzalcoatl, aquel desventurado monarca,
seor
absoluto,
no
por
consideraciones
teocrticas,
que
a
la
luz
de
la naciente
filosofa
del de-
recho, se despeaban en las sombras
como
lo
hicieron
los
dioses del
paga-
nismo,
sino
por
la
voluntad
de
millones
de
hombres.,
que
constituan
uno
de
les
imperios
ms
poderosos
del
orbe,
ciego
en
la
conciencia
por
la
fe
reli-
giosa
de sus
mitos,
y
acosado
constantemente
por
la
dureza
del sino, abdic
sus
derechos de
soberano
en otro
monarca
no
menos
clebre, en
favor
del
Emperador Don
Carlos V.
Entonces
sus
subditos
se
acercaron a su
persona
y
rebosando
frentico
furor,
como las
Eumnidas
que
en Colonia destrozaron al
infortunado
Edipo,
lo
increparon
con
fiereza como supersticioso,
cobarde
y
traidor,
y
arrojn-
dole
sobre
la cabeza
millares de
piedras
le
ocasionaron
la
muerte.
El
Emperador Moctezuma
II,
firme
en
sus
convicciones
como
Pontfice
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
26/202
20
MUJERES
CE
LEBRES
DE
MXICO.
Sumo,
lleg
a
penetrar
que
la
llegada
de
los
blancos
a
Amrica
no
proceda
por
voces
profticas
dirijidas
al
acaso,
sino que
partiendo
de
Quetzalcoatl,
fue
la
resultante
de
una
observacin
razonada
respecto
a
dos
razas
en
con-
tacto,
que
tienen
niveles
distinto?
en
sus desenvolvimientos.
Sobre tal
concepto,
la
personalidad
de
ese
Soberano
estudiada
por
el
anlisis
de
la
sana
crtica
es
digna
de
mejor
suerte.
IV.
Rstanos
ahora
solo
decir
algunas
palabras
respecto
a
la
profeca
que
ha
jugado
de
papel
tan
importante
en
el
porvenir
de
Mxico.
Que
aquel
hombre
extraordinario
llamado
Quetzalcoatl,
tuvo
una
exis-
tencia
verdadera,
no
cabe
la menor
duda.
La
ciencia
arqueolgica
con
sus
apreciaciones
conjeturales
afirma,
que
ese
civilizador
lleg a
las
riveras
del
Panuco
hace
muchsimos aos,
y
que
bien
pudiera
ser
el
Apstol
Santo
Toms, que en sus
empeos
por
cumplir
con
el
encargo
del
Gran
Maestro,
se
intern
en
pases
tan
desconocidos
co-
mo
lejanos.
En
cuanto
a
la
Princesa
Papantzn, la
figura ms
culminante
de
este
cuadro,
convencida
muchos
aos
despus con
el
arribo
de los
espaoles
a
Anahuac,
de
que
la
religin
que
profesaban
tena una
misin celeste
y
con-
soladora,
al
considerar
que
olla
haba
sido
en
su
patria
la
Primera persona
a
quien
por
sendas
sobrenaturales
e
inusitadas
se
la
anunciara
aquella
vi-
sin
anglica
que
le
mostrara
en
la
derecha
mano
una
cruz, se
inici
en
sus
misterios
y
verdades,
y
fu
la
primera
india que
en
la
Ciudad
de
Mxico
se
bautiz
cristiana,
tomando
el
nombre
de
Doa
Mara de
Papantzn.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
27/202
PARTE
SEGUNDA
DURANTE
EL
DOMINIO
PENINSULAR.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
28/202
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7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
29/202
Doa
Marina
de
Jaramillo (La
Malinche)
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
30/202
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7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
31/202
Doa Marina de Jaramillo
(La
Manche)
Existe
en
el
actual Estado de Tabasco
(Enciende
tus
luces)
una
regin
frtil
y
risuea, donde
las
energas
ubrrimas
de
la
flora
tropical,
presen-
tan a cada paso
las
ms sorprendentes maravillas.
Esa regin,
nombrada
de
Painalla,
se
encontraba cerca
de la
poblacin
de
Coatzacoalcos,
y
ah, a principios del
siglo
XVI.
se
haba organizado un
seoro sobre
un
gran
nmero de familias mayas, cuyo
rey, cacique
o
tlatoa-
ni, viva
contento dedicado
a
laborar
la
felicidad
de
sus
pueblos.
Completaban su dicha, los
encantos
de
su
hija primognita,
la
hermos-
sima Malinai,
joven seductora
que
llenaba
de
admiracin
por
sus gracias
a
todos los que llegaban a conocerla.
Llena
de halagos
como
una
deidad
del
virgen suelo
americano, era
Ma-
linai de
color
moreno,
tenuamente rosado; sus
ojos
negros
como el abismo
te-
nan
el
prodigioso atractivo
de
lo
ideal, naciendo de
ellos
la
agitacin
del
que
goza
la alegra
de
la
existencia;
su
pelo
era
negro
como el
azabache;
sus
formas
tenan
los
suaves contornos de la
belleza
plstica;
su
rostro era
siem-
pre
agradable
y
sonriente.
A ese raro
conjunto
se agregaba
el
que
Malinai,
por
natural
vocacin
amaba
la
virtud, era
de
alma
soadora,
inclinada
siempre
al
bien,
guardando
en
su interior
un
espritu fuerte,
que
ms tarde
le
sirvi
de
escudo
contra
la
adversidad.
Mas
como
sobre
la
tierra
no es
perene
la
dicha,
huyendo
al no
ser
co-
mo
una vaga
sombra,
sucedi que
cuando
menos
se
esperaba
baj
a
la
tum-
ba
el
padre
de Malinai, presentndose
entonces
a
la
joven
Princesa
una
ca-
dena
no
interrumpida
de
embates,
que
al
servirle
como
un
crisol
de
prueba
haban de
conducirla al
pinculo
de
la
notoriedad.
Malinai, por ser menor de
edad,
qued
sujeta
a la tutela
de
su madre,
que despus se
llam
Marta,
y
sta,
con
posterioridad
al
fallecimiento
del
Rey
de
Painalla contrajo segundas nupcias,
lo
que
dio
origen
a
la
sene de
desventuras
porque
tuvo
que
atravezar
en
vida
la
Princesa.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
32/202
26
MUJERES
CELEBRES
DE
M
XICO.
Su
madre tuvo
de su
segundo
matrimonio
un
hijo
que ms tarde
se
lla-
m Lzaro,
y
ya
porque
v.u
coi'azn
le
tuviese
un
especial cario,
ya por
el
ascendiente
de su nuevo
consorte,
es lo
cierto
que la
madre
concibi
un
ne-
fando
proyecto,
deshacerse
a
todo trance de su
hija
Malinai,
para
que
su
herencia
recayese
en
su
hijo
varn,
sin tener
escrpulo para
conseguirlo
en
recuriir
al
crimen.
Y
e^o
hubiera
sido
lo de
menos
para Malinai
si se
hu-
biese
tratado
tan solo
de arrebatarle
la herencia
paterna;
pero sucedi que
la
Reina
dejndose
arrebatar por
sus
extraviadas
ideas
y
callando
la
voz
de la
conciencia,
consult
con un mdico
de su
confianza.
Llegada
la ocasin
al acecho,
en cierta vez
en que
Malinai
lib
incons-
ciente
u 1
refrigerante
que contena
un veneno,
pocas
horas
despus
fue
ata-
cada por una
terrible
fiebre
que privndola
de
la
razn
la
hizo luchar
en-
tro
la
vida
y
la
muerte.
Cuando
la
infortunada
recobr
el
sentido
se
encontr
muy
lejos de
su
suelo natal
entre
gentes
desconocidas,
sii
que
nadie pudiese
decirle
todo
lo
que
le
haba
pasado
durante
su
sonmolencia.
En su
todava corta
juventud, llor
la
amargura de
su
suerte,
pero
al
fin
se fu
resignando
sin figurarse
ni
por un i
istante
que
aque'la
desdicha
haba
de abiirle
la
puerta a
una
serie
de
aventuras
que
haban
de
llevar su
rcmbre
hasta
la
inmortalidad.
Entre
tanto,
luego
que Malinai
haba perdido
el
conocimieito
con
la
fie-
bre,
su
madre
la
hizo
pasar
por
muerta,
y
an
mand
celebrar
sus
exequias
con
el cadver de
otra joven.
Despus
la
entreg
como
esclava
a
unos
mer-
caderes
de
Xicalango,
conducindosele
lejos
muy
lejos,
de su
reino
de
Pai-
nalla.
II
Por
aquella sazn
empezaron
sobre
las
costas
del
Golfo
Mex^'cano
lao
exploraciones espaolas.
Primerameite
se
llev a
cabo
una
que
fue
desventurada
por
haber
ter-
minado con un naufragio salvndose
de
ella
el
Dicono
Don
Gernimo
de
Aguilar,
que vivi algn tiempo entre
los
mayas
y
despus
figur
en
ulte-
riores
acontecimientos.
Sigui
luego
la
expedicin
del
Capitn
Doi
Francisco
Hernndez
Por-
tocarrero,
continuando en seguida
la
del
capitn
Don
Juan
de
Grijalva,
y
habiendo llegado
por ltimo
la
ms
importante,
la
del
Capitn
Don
Hernn
Corts.
Cuando
ese atrevido soldado pis
las
costas
tabasqueas,
uno
de los
principales
caciques
que
quiso
captarse
su voluntad,
le
mand
una embajada
con un obsequio
de
doce hermossimas esclavas,
entre
las que
figuraba la
Princesa
Malinai,
y
como
i.l
jefe
de. la expedicin
espaola
las
mandase
re-
partir
entre
sus
oficiales, la joven
de
referencia
toc
en suerte
al
Capitri
Don Alonso Hernndez Portocarrero.
Despus
de
los
sangrientos coinbates
que
tan heroicamente
sostuvieron
los
tabasqueas,
y
en los
que les invasores obtuvieren
el triunfo,
segn afir-
maron
debido a
la
oportuna
intervencin
de
su
Patrono
el
Apstol Santiago,
el Capitn
Corts
se
dirigi
al
Norte
del
litoral
del
Golfo,
llegando
hasta el
punt.
dcnde
fundara
la
Villa
Rica de
Veracruz.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
33/202
Lie.
CARLOS
HERNNDEZ.
27
Al
encontrarse
en
esta costa recibi
una
embajada
del
poderoso
Empe-
rador
de los mexicanos Moctezuma
IL
Corts
tropez
con
la
dificultad de no
poderse entender con
los
emba-
jadores,
por
no
haber
en
su
campo
quien conociese
el
nhuatl
o
mexicano,
ms
luego
se
supo
que la esclava
del
Capitn
Hernndez
Portocarrero
co-
noca
ese
idioma.
Como su lengua natal era
la
maya
que
era entendida por el
mencionado
padre
Aguilar,
se
facilit
la
comunicacin entre los
espaoles
y
los
mexi-
canos. Malinai fu
recibida
como prestada
al
servicio
del
Capitn
Corts,
y
a
continuacin de
una
manera
definitiva.
A Corts llam
fuertemente
la
atencin
tanto
la
sorprendente
belleza
como
el
raro ingenio de
la joven esclava,
ms
cuando
vio la
prodigiosa
ra-
pidez
con
que aprendi el castellano
y
la
fcil
manera
con
que
desempea-
ba
el
papel
de injtrprete, respecto a
un
Imperio
tan
poderoso
como
el
me-
xicano,
del
que
haba
resuelto
apoderarse
a todo trance,
contando
tan solo
con
un
puado de
valientes.
Ella
en
su
nueva
labor,
no
se
contentaba
con
solo
trasmitir
las frases
de
los
embajadores mexicanos
sino
que
haca
notar
al
futuro
conquistador
las
voces
insidiosas,
las
capciosas
palabras,
y
lo
que
entraaba
malicia
en
las
conferencias habidas con los representantes
del
Soberano
Moctezuma.
Durante el
viaje
hacia el interior
del
pas,
anunci
a Corts
los
peligros
que corra por parte de
la
perfidia
de
los indios,
y
en
ms de
una vez salv
la existencia
del
ejrcito
invasor
de
matanzas enteramente
seguras.
Lleg
a ser
la
consejera ms eficaz
de aquel hombre
extraordinario
que
en
su
audacia
y
firmeza
supo
llevar
a
feliz
trmino
una
de
las
empresas
ms colosales que
registra
la
historia.
La
joven
esclava
refiri
al
ccnquistador
su
origen
y
amargas
desven-
turas,
consiguiendo conmover
profundamente
su corazn.
Le revel
cuan
grande
era
el
Imperio
de los monarcas
mexicanos
y
cuan
maravillosas eran
sus
riquezas.
Le dio
a conocer
sus
extraas costumbres,
las
diferentes
naciones
aue
lo
poblaban,
el
odio
y antagonismo
que entraaba
su
polt^'ca
y
las
ventajas
que
de
ello
poda sacar.
Por ltimo,
esa
esclava con
su
excepcional inteligencia
lleg
a
ser
el
alma
de la
conquista
espaola
y
la
ms
ntima
consejera del
Conquistador.
Este no solo le volvi
la
libertad, sino
que la
colm
de
consideraciones,
y
subyugado
por
sus
gracias, le
hizo entender
que
terminadas
las
apre-
miantes
necesidades
de
la
campaa
como hombre libre que
era,
prem.lara
su abnegacin
elevndola
a la dignidad
de
esposa.
Acuella Princesa
afable
y
afectuosa
qued fascinada
por
el prestigio
deslumbrante
del
hombre
ms
notable
de
su tiempo,
produciendo
su
amoro-
sa
intimidad
un hijo
que
fue
la
mayor alegra
del
valeroso
Capitn,
y
de
cuyo
descendiente
despus volveremos
a
ocuparnos.
Corts
not
que su despejada consejera
posea
un
gran
fondo
de
noble-
za,
e
instruida
por el
Padre
Aguilar
en los misterios
de
la
religin cristTn-
na,
fue de los primeros indios
que se bautizaron
en el
suelo
mexicano,
en
Victoria, la
primiera
poblacin
oue
los
espaoles
fundaron
en
dicho sue^o.
La joven fu nombrada
en
su
nueva profesin
reMgiosa,
Marina,
teniendo
en
cuenta
el
gran
parecido
ru
esta d'ccin rrese:ta
con
su nombre
pagano
Malinai.
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
34/202
28
MUJERES
CELEBRES
DE MXICO.
Los indios,
que a diario
se
agregaban
al campo del Conquistador, la
adoraban entraablemente,
y
como
ellos pronunciasen
con
dificultad
su
nue-
vo
nombre,
al
agregarle
segn
la
gramtica nahualteca la
partcula
tzin.
que
equivale
al
Don
castellano,
naci
la
palabra Malinche,
que
ha
llega-
do hasta
nuestros
das
con la
aureola
de
los
recuerdos
fantsticos.
Tal
vez
la
palabra
Malinche
proceda
de las dos
indgenas
Malinai-
tzin,
en fuerza
de la
eufona
castellana.
No
es
nuestro
objeto
seguir
paso a paso la
marcha que
continu
la
c-
lebre
india durante la conquista,
bastndonos
decir
que
supo desempear
su
misin
con las ms sorprendentes aptitudes.
Lleg
a
traslucir
con su
natural
sagacidad que
era
imposible
a
las
ra-
zas
americanas contrarrestar
el
empuje
de
la
oleada del
progreso
que
iba
al
frente
de
la
civilizacin,
y
procuraba
por
los
medios
que
estaban
a
su
al-
cance,
el atenuar en favor
de
los
vencidos
el
cruento
rigor
de
los
conquista-
dores.
Aquella
pobre india
supo soportar
todas
las
fatigas
de
una
larga
y
pe-
ligrosa
campaa,
confiando
enteramente sus
sueos
de
felicidad
a
las espe-
ranzas del
porvenir.
Pero el ms rudo
desencanto
de la
fatalidad
una
vez
ms
le
llen
de
amargura
la existencia.
Doa Marina recibi
la ms
cruel
decepcin
al
saber que
el
Conquista-
dor la
haba
engaado
en
sus
reiterados ofrecimientos
de
unin.
La
esposa
de Corts, Doa
Catalina
Jurez
o Yurez
Marcayda,
ator-
mentada
por
el
monstruo
de
los
celos,
lleg
a Mxico
cuando
menos
se
es-
peraba,
y
tuvo
la
triste
suerte
de
acabar
la vida
de un
modo trgico
en su
fastuosa mansin
de
Coyoacn
y
en medio
de
las sombras
del
arcano.
Con
esa
llegada,
Doa Marina recibi
el
golpe ms
rudo,
procediendo
desde entonces
con
gran
nobleza
a
separar
su
hogar
del
de
aquel aventure-
ro que
sin
su ayuda, difcilmente
habra
podido poner
a
los pies
de su
Mo-
narca
ms
imperios
que
ciudades
cuntanse
en
Espaa.
Mas con
todo
y
ello,
con motivo de
la
rebelin
del
Capitn
Don
Cristo-
bal de Olid,
Corts se
vio
en
la
precisin
de
dirigirse
a
las
Hibueras,
y
como
una
vez
ms le apremiasen
los
conocimientos de Doa
Marina,
la
hermosa
india
tom de nuevo
parte
en el ejrcito
espaol.
En
el
pas inmediato
a
Coatzacoalcos
exista una
comarca regida por
na reina
que
habitaba
en
la
laguna de
Patn.
Esa
mujer
sali al encuentro
del
Conquistador
con
objeto
de
rendirle
homenaje.
En
presencia
del
Capitn
Corts
fue
tal
el
sobresalto
que
recibi
que
cay desmayada
a
sus pies. Era
que al lado
de
aquel
jefe iba la
Malinche,
y
como
aquella madre desnutuvalizada
en
el acto
reconoci
en ella a su hi-
ja, temi su rencor
y
su
venganza
y
que le quitase
la
herencia paterna
d'
que
le
haba
despojado.
Doa
Marina tambin
reconoci
desde
luego
a
su
madre
y
no solo no
se
dej
llevar
de pasiones bastardas,
sino
que
con
una
nobleza de espritu
aue
la
elevar siempre,
llorando
abraz
a la
autora
de
su
vida
y
pidi
al
Conquistador que confirmase
en su madre
el
seoro
que
a
ella
perteneca
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
35/202
Lie. CARLOS HERNNDEZ.
29
III
De regreso
a
Mxico
la Malinchc
continu
siendo
muy
considerada por
todas
las
clases
sociales,
en
atencin
a
los
sealados
servicios
que haba
pres-
tado
a
la
Monarqua
Espaola,
la
cual
le otorg
muy
importantes
concesio-
nes territoriales en
la frtil costa donde
viera
la
primera luz.
Contrajo matrimonio en
Orizaba
con
el
Capitn
Don
Juan
de
Jarami-
ll,
uno
de los
favoritos del Conquistador,
y
a
quien aqul
ayud
muy
efi-
cazmente
en
los
bergantines
durante el
memorable sitio
de
Mxico
Cuando el
joven
descendiente
de
Doa
Marina,
Don
Martn Corts,
lle-
g
a la mayor edad,
fu
muy
popular
en
Nueva
Espaa, llenndosele
de
to-
da
clase
de consideraciones, mereciendo
que
el
Papa Clemente
XIII
en
Bula
especial
legitimase
su
nacimiento
y
que
el,
Emperador Don
Carlos
V
lo
enno-
bleciese
nombrndolo
Comendador de la Orden de Santiago.
A
ese
pesar, se
crey
que el hijo
de
Doa
Marina, estaba
compromet-,
do en la
muy
conocida
conjuracin de
su hermano
el
Mayorazgo,
y
la
inqui-
na
espaola
cubrindose
de vergenza ante la
posteridad,
lo
sujet
a
las
ms
crueles torturas, arrastrndolo
luego
hasta un
calabozo
en Espaa.
Por
eso
es
que
el
hijo
de
Doa
Marina ha
sido el primer
mrtir
de
la
Indepen-
decia mexicana.
La
incomparable
Princesa
de Painalla fu siempre
muy
idolatrada
por
la oprimida
raza
indgena,
conservndose
an
vivo
su
recuerdo en
una
no-
table
montaa
que
existe
en
el
Estado
de Tlaxcala
(Tierra
del
Maz)
y
que
es
conocido con
el
nombre
del
Cerro
de
la
Malinche.
Una
distinguida
literata
espaola,
Doa
Concepcin
Gimeno
de
Flaquer,
ha
escrito
con
maestra
pluma
el
juicio
crtico
histrico
de
tan
notable
me-
xicana.
Dice
as:
Ninga
historiador
ha
hecho
justicia
a
Doa
Marina,
a
la inteligente
mujer
que
siendo consejera
de
Hernn
Corts
le
ayud
a
con-
quistar
el
poderoso
Imperio de
Moctezuma,
suavizando
los
rigores
del
ven-
cedor
para
con el
vencido,
libertando a los
espaoles
de
las
asechanzas
de
los
indios,
siendo
mensajera de
paz
y
de
amor
entre los
opresores
y
opri-
midos,
aura
bendita
que
refresc
la
frente
de
los
desgraciados.
En el
sangriento
camino
de
la
conquista,
destcase
la
dulce,
la
simp-
tica
Malinche, iluminada
con sus
suaves
resplandores: ella es el
tipo
ms no-
ble,
ms generoso, ms
tierno, ms
sublime. Si
la
figura
de
Corts necesita
el
Popocatepetl por
pedestal,
la
gnea
luz
del
relmpago
por
aureola,
y
la
voz
del
trueno por canto, la delicada
figura
de
la
bella
Malinche
debe con-
templarse con luz
de
alborada.
.
No busQuis
la verdadera
fisonoma
moral
de
Doa
Marina
en
los ar-
chivos,
porque
no
la
encontraris:
los
cronistas
mexicanos no hablan
de ella
con
el
entusiasmo
que
debieran,
porque
no
le
han
perdonado
su
adhesin
a
los conquistadores: los cronistas
europeos
le
dedican escasas
lneas,
pensan-
do tal
vez
que
la
gloria
de
una
india
a
nadie
interesa:
unos
y
otros
le
han
negado
la brillante pgina
que
merece;
pero
quien
cual
yo se
consagra
a
exhumar
curiosidades femieninas
y
ha
recorrido los
lugares
que
ella
habit,
viendo alzarse
la
hermosa
silueta
vigorosamente
dibujada
por la leyenda
y
la tradicin
y
engrandecido
su
recuerdo por
la poesa
popular,
expresin
sin-
cera
del ms
frvido
entusiasmo;
quien
conoce la
ardiente
imaginacin
de
los indios
propensos a creer
en
trasmigraciones, como fueron sus
antepasa-
dos,
y
sabe
que
todava
suean verla en
la
ola
del
murmurio sollozante,
ev
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
36/202
30
MUJERES
CELEBRES
DE
MXICO.
el
melanclico
rayo
de la
luna
y
en
el
ave de
ms
triste
canto,
no
puede
per
niitif
que
su
memoria
se
desvanezca
como
fragante
esencia,
lijera
nube, on-
da
espumosa
o
tierna
meloda.
Novelesca
fu
la vid,
de
Doa
Marina;
hija
de
gran
seor,
uno
de los
poderosos
feudatarios
de
Moctezuma
II,
la
hermosa
india
perteneca
a
'
nobleza;
cedida
por
su
madre
a
unos
mercaderes
con
objeto de
propagar
si^
muerte
para
que su
hijo
predilectc
adquiriera
las
riquezas que a
Marina
pertenecan,
la
hidalga
que
deba
de
heredar el
Seoro
de
Painalla
convir-
tiese
en
esclava
del
Rey
de
Tabasco.
Cuando
Corts
hizo
la
paz
con
los
ta-
basqueos,
fuele
regalada
entre otras
bellas
jvenes. Descollaba
Marina
so-
bre
todas,
por
sus
finas
maneras,
por
su
talento
y
por
la
tristeza
a que
la
condenaba
la
prdida
de
su
alto
rango.
Doa
Marina
fu
magnfica
adqui-
sicin
para
Corts,
pues poseedora
de las
lenguas
Aztecatl
y
Mayatl,
enten-
diese con
Aguilar,
que
saba
cae.
En
breve aprendi
la
joven
india
el
cas-
tellano,
pudiendo
cumplir la
misin que el
cielo
le
sealaba para
favprecer
a
los
espaoles.
Enseaba
r
stos la
geografa del pas
y
con habilidad
pol-
tica
digna
de
un
buen
diplomtico,
hizo
a
los
totonaqui
y
tlascaltecas
alia-
dos
de
Corts.
Doa
Marina,
lejos
de
ser
un intrprete
vulgar
que
traduce
lo
que oye
sin
comprender su
intencin,
dictaba
contestaciones oportunas, analizando
la verdad o
la
falsa
de
las
proposiciones hechas
al Conquistador.
No
es
que intentara
condenar
a los indios
a
la esclavitud,
ideales
ms
nobles alentaba;
instruida
en
la
religin catlica
aborreca
a
los
dolos,
con-
siderando
que sus hemnanos de
raza
no podan
salvarse
con
los
sangrientos
ritos
que
practicaban,
y
quera someterlos
a
los espaoles para
que adop-
taran
su
religin,
reconociendo
e\
verdadero Dios.
Enamorada
de Corts seguale a
todas partes
y
sin perder las cualida-
des afectivas inherentes al sexo
tierno
mostraba
carcter viril
en los
peli-
gros,
curaba
a los
heridos
y
animaba a los que
desfallecan,
no
aceptando
el
descanso mas que en
la
hora
de
la
victoria.
/ Cuando
los
zempoaltecas
aliados
de
Corts, se cansaban de
combatir, ella les dijo: no
os
desanimis,
que el Dios de los
cristianos,
que
es
el
verdadero
estar
con
nosotros
y
har
que
triunfemos.
/
Hablando de
Doa
Marina,
exclama
Bernal
Daz: jams
vimos
flaqueza
en ella
sino
muy
mayor esfuerzo que
de
mujer.
Cmo
no haba de
despertar el
inters
de
Corts
aquella
inteligente
y
valerosa
joven,
de
grandes
y
rasgados
ojos
negros,
de
blancos dientes
y
de
breve
pie?
Esbelta,
de
arrogante apostura,
vistiendo
blanca
tnica bor-
dada
de
colores, adornado
el
largo
y
abundoso
cabello con
perlas
y
corales,
semejaba
potica
nereida
que
abandona su
palacio de
esmeralda,
en
las
profundidades
de
los
mares. Pronto
la
que
fu
prestada
como
esclava,
tras-
formose en
duea
de su
corazn.
Oh
sublime
poder del amor
T
nive-
las
todas
las
diferencias
de
raza
y
clases,
aproximas
a
los
seres
ms
anti-
tticas,
armonizas los
csracteres
ms
divergentes,
las
naturalezas
ms
opuestas,
para
t no
existen
antpodas,
ni
tiempo,
ni
distancia.
El
amor que
sublim
a Doa
Marina,
no hubo
virtud
que
no
la
hicie-
ra
penetrar.
Por amor a
Corts
se
hizo
cristiana
y
valerosa,
convirtin-
dose
en
ngel
tutelar de
los
espaoles.
Enlazada
estrechamente
al
Conquistador,
los
episodios
de la
vida
de
ste
formaron la
suya:
ella
conferencia
con
embajadores
y
generales,
ella
desbarata
la
feroz
trama
urdida
por los
cholultecas
para
exterminar a
los
ccnouistadores
v
convierte en
triunfo
la
indefectible
derrota;
ella
aparece
-
7/26/2019 Mujeres Celebres de Mexico 1918
37/202
Lie.
CARLOS
HERNNDEZ.
31
en
el
espantoso
combate
de
la Noche Triste,
ella
recuerda a
Moctezuma
an-
tiguas
profecas,
despertndole
supersticiones que
le
mueven a
entregar
la
tierra,
acompaa
al
Emperador
a
que arengue
a
los indios
desde
el
cuar-
tel
de
los
espaoles,
sigue
a
xitos
en
el
desventurado
viaje
a
las
Hibueras,
e
implora
por
Cuauhtemoc cuando
cae
prisionero,
consolndole
en
los
ltimos
momentos
de su
vida.
Es
justo negar
importancia
histrica
a la que con
una
frase
poda
cambiar la suerte
de
millares
de
hombres, a la
que
en unin
de Corts
dio
a
Carlos
V ms provincias
que
ciudades tena Espaa, a la que fue
nu-
men pi'otector
de los conquistadores
y
arbitra de
los pueblos
invadidos?
Nada
justifica la
acusacin de
traidora
que
algunos han
dirijido
a
es-
ta
mujer.
Qu patriotismo
puede
esperarse en donde unos
pueblos son
tributarios
de otros, en donde no
existe unidad poltica ni
constitucional,'
en
donde
viven
los
hombres
separados
no
solo
por
la