MORFOMETRÍA DENTAL Y CRANEAL PARA DIFERENCIAR CÁNIDOS
PREHISPÁNICOS PROVENIENTES DE LOS VALLES CENTRALES DE
OAXACA, MÉXICO
Bernardo Rodríguez Galicia1; Thania Pérez Chávez¹ y Marcus C. Winter Ballard
2
RESUMEN
Desde hace más de 20,000 años el perro, Canis lupus familiaris es un organismo que
guarda una enorme cantidad de información de fenómenos naturales y antropogénicos
que suelen asociarse a las actividades del pasado. Lo anterior no es un cometario aislado
pues el cánido doméstico es el resultado del manejo que el hombre ha ejercido sobre él,
en lo que conocemos como domesticación animal, condición que ha sido sostenida,
seguramente desde tiempos inmemorables en la zootecnia o manejo animal.
En las colecciones arqueozoológicas, provenientes del área cultural mesoamericana, los
cánidos domésticos son, sin duda, los más abundantes, diversos y significativos en
cuanto a cantidad de usos y formas de interacción con el hombre, convirtiéndolos en
excelentes fuentes de información indirecta sobre las comunidades humanas pretéritas,
condición que contrasta con el poco interés que se había creado respecto de la
construcción de metodologías qué permitieran obtener y aprovechar ésta fuente de
información arqueológica (Valadez, et al, 2007).
INTRODUCCIÓN
En general las colecciones arqueozoológicas, provenientes de diferentes sitios
arqueológicos del México prehispánico, abastecen de una considerable cantidad de
restos óseos de cánidos que son inmediatamente identificados como perros. Lo anterior
no es arbitrario si consideramos que el cánido doméstico es el vertebrado más
abundante en el registro arqueológico mesoamericano, pues es encontrado en muy
diferentes contextos culturales: ofrenda, acompañante en entierros humanos, asociación
ritual, alimentación, construcciones arquitectónicas, etcétera.
En México el estado de Oaxaca es uno de los lugares con mayor riqueza cultural
e historia prehispánica, colonial y moderna. Ubicada dentro del área cultural
mesoamericana en él florecieron, con toda seguridad, diversas civilizaciones que
compartieron características en cuanto al manejo de sus recursos naturales.
1 Laboratorio de Paleozoología, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad
Nacional Autónoma de México. [email protected] / [email protected] 2 Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Oaxaca, México.
Precisamente en los Valles Centrales de lo que hoy conforma la capital del estado se
encuentran diferentes sitios arqueológicos como Hacienda Blanca, Monte Albán, y
Tierras Largas, entre otros, que han dejado al descubierto diferentes elementos óseos de
cánidos, que por sus características biológicas, hacen suponer que se tratan de especies
diferentes; partiendo de lo anterior, y de que el estudio de restos de cánidos
provenientes de los Valles Centrales de Oaxaca es nulo, la presente investigación busca
corroborar una vez más que la aplicación de una serie de medidas básicas en cráneo,
mandíbulas y dientes permiten una mejor identificación de los restos óseos de cánidos,
pues se tiene que tener presente que en México, además del perro, se tienen otras dos
especies del género Canis: el coyote (Canis latrans) y el lobo gris (Canis lupus).
ANTECEDENTES
Desde la década de los años ochenta del siglo pasado el Laboratorio de Paleozoología
del IIA-UNAM se ha interesado por el estudio del perro prehispánico; sin embargo es
hasta principios del presente siglo cuando se establece la metodología cráneo-dental,
para la identificación de “razas”, a partir de los restos óseos recuperados en contextos
arqueológicos del proyecto “Estudio de túneles y cuevas en Teotihuacan”, dirigido por
la arqueóloga Linda Manzanilla de 1992 a 1995. Con base en el antecedente anterior el
01 de junio de 2001 arranca, como convenio de colaboración entre el INAH-DSA y el
IIA-UNAM, el proyecto: “Genealogía y desarrollo de la especie Canis familiaris en
Mesoamérica”, con el propósito de aplicar diferentes medidas dentales y craneales, para
identificar “razas” de perros a partir del análisis de los restos óseos encontrados en
contextos arqueológicos; tan es así que en la actualidad se tienen identificadas cinco
“razas” del llamado “mejor amigo del hombre”: perro común, perro de rostro corto
(Malich), perro de patas cortas (Tlalchichi), perro pelón mexicano (Xoloitzcuitle) y el
“loberro” (híbrido de lobo y perro). Así, y conforme el trabajo de investigación se fue
divulgando, llegaron al Laboratorio de Paleozoología, entre 2003 y 2005, los restos
óseos de cánidos provenientes de los Valles Centrales de Oaxaca, y con ello una
magnifica oportunidad para analizar cánidos de esta magnífica región mesoamericana.
OBJETIVOS
El objetivo del presente trabajo es presentar los esquemas metodológicos que han
permitido, en el Laboratorio de Paleozoología del IIA-UNAM, la identificación de
alguna, o algunas, de las “razas” de perros provenientes de tres sitios arqueológicos de
los Valles Centrales de Oaxaca; además de resaltar la importancia y beneficios de la
información obtenida dentro de los estudios arqueológicos.
PROCEDENCIA DE LOS MATERIALES
Por sus características geográficas el estado de Oaxaca es dividido en ocho grandes
regiones: La Cañada, La Costa, El Istmo, La Mixteca, El Papaloapan, La Sierra Norte,
La Sierra Sur y Los Valles Centrales, éste último como un conjunto de pequeñas
poblaciones que convergen en costumbres y tradiciones que, aún hoy en día, sobreviven
desde épocas precolombinas.
En general los materiales que se abordarán en el presente estudio provienen de tres
sitios arqueológicos de Los Valles Centrales de Oaxaca: Hacienda Blanca, Monte Albán
y Tierras Largas (Figura 1).
Figura 1. Ubicación de los sitios arqueológicos de donde provienen los materiales
arqueozoológicos
Hacienda Blanca: éste sitio arqueológico se localiza en el Municipio de San Pablo Etla,
en las coordenadas geográficas 17° 09´ de latitud norte y 96° 46´de latitud oeste, siendo
una localidad que se encuentra a unos 1590 metros sobre el nivel del mar; limita al norte
con los municipios de San Agustín Etla y Villa de Etla, al sur con Oaxaca de Juárez,
San Jacinto Amilpas y Santa María Atzompa, al oriente con San Agustín Etla, y al
poniente con Guadalupe Etla. Los restos animales que se analizaron fueron el producto
de la temporada de excavación 1988-1 (Sector A-E-88-1).
Monte Albán: se encuentra a unos 10 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez, con una
ubicación geográfica cuyas coordenadas son 17°02'38 latitud norte y 96°46'04" longitud
oeste. Este sitio arqueológico fue durante mucho tiempo la sede del poder dominante en
la región de los Valles Centrales de Oaxaca, desde el declive de San José Mogote, en el
Preclásico Medio (1500-700 a. C.), y hasta el ocaso de la ciudad ocurrido alrededor del
siglo IX. Los materiales proceden de una terraza localizada aproximadamente a un
kilómetro al norte, ligeramente al oeste de la Plaza Principal, siendo exploradas, en una
primera intervención, entre 1972 y 1973, y en una segunda en 1993 y 1994. En general
el material arqueozoológico correspondió a las temporadas de excavación: MA/72,
MA/93 y MA/94.
Tierras Largas: este sitio arqueológico que geográficamente pertenece al valle de Etla,
se encuentra al lado sur del Río Atoyac, y noreste del cerro de Atzompa, actualmente
Tierras largas es partido por el paso de la carretera que une las poblaciones de Hacienda
Montoya y Santa María Atzompa; pese a lo anterior el sitio arqueológico cubre unas 10
hectáreas y fue registrado entre los 50’ y 60’ por Ignacio Bernal, mientras que en 1969
se realizaron pozos de sondeo por el equipo de Flannery. El material arqueozoológico
aquí analizado proviene de las temporadas de excavación efectuadas en la década de los
años 90´s bajo la dirección de Marcus Winter.
METODOLOGÍA
Hoy en día se reconoce que en el México actual existen al menos dos tipos de perros
cuyos esqueletos son idénticos a los que son recuperados en el contexto arqueológico: el
perro pelón mexicano, o Xoloitzcuitle, y otro que es llamado sencillamente como “perro
común”, éste último es el más abundante en las zonas rurales, alejados del bullicio de
las grandes urbes, donde los perros de origen europeo son más bien escasos (Valadez et
al, 2009). El reconocimiento de los biotipos de estas dos formas de perros fue la base
para seleccionar un grupo de individuos arqueozoológicos. Así también la toma de
medidas de cráneo, mandíbula y dientes (Driesch 1976; Meadow 2000) permitió
conformar un conjunto de cánidos diferente al de sus congéneres silvestres el lobo gris
(Canis lupus) y el coyote (Canis latrans) (Hall 1981), que sirvieron de patrón de
comparación y que son de colecciones mastozoológicas plenamente certificadas
(Valadez et al, 2009).
Paso 1: Toma de datos
En el presente, todo espécimen arqueozoológico canino que llega al laboratorio de
Paleozoología del IIA-UNAM, pasa por las siguientes etapas de análisis:
1. Toma de 16 medidas estándares de cráneo y mandíbula, más toda aquella que
puede considerarse apropiada por su grado de preservación o aspectos que
sobresalen.
2. Toma de fotografías de cráneo en vista nasal, occipital, basal, dorsal y lateral y
de la mandíbula en cara labial.
3. Obtención de la longitud anteroposterior, ancho y altura de todas las piezas
dentales presentes.
4. Reconocimiento de presencia o ausencia de alvéolos dentales.
5. Fotografías de piezas dentales en cara oclusal.
6. Toma de medidas de huesos poscraneales y reconocimiento de su grado de
desarrollo ontogénico, si existieran.
7. Reconocimiento de condición de desarrollo dental y grado de desgaste de piezas.
8. Determinación del sexo en individuos adultos a partir de aspectos morfológicos
presentes en cráneo, mandíbula y pelvis.
9. Análisis de los restos en búsqueda de anomalías óseas que pueden relacionarse
con padecimientos congénitos o traumatismos.
10. Búsqueda de evidencias relacionadas con manipulación, tales como cocción,
huellas de corte o de manufactura del hueso o dientes.
Paso II: Reconstrucción de biotipos
Los lotes de información y medidas obtenidas se comparan con una base de datos
creada por el personal del laboratorio, o con esquemas diseñados para así reconstruir a
cada ejemplar. De la lista anterior los rubros 1-7 permiten definir la especie y la raza o
tipo de perro, con los rubros 6 y 7 se determina la edad del ejemplar, con el 8 el sexo del
individuo, el 9 permite complementar su desarrollo en vida y el 10 la forma como murió
y el empleo de su cuerpo o partes.
Una vez analizada e interpretada la información, a cada ejemplar se le otorga una ficha
en la cual se incluye: Especie, raza, sexo, edad que tenía al morir, si tuvo lesiones
graves o enfermedades congénitas, uso que tuvo el ejemplar después de morir y, en
individuos inmaduros, la época del año en que se dio su muerte.
Conjunto de medidas en el cráneo:
1.- Longitud máxima craneal.- Distancia entre la porción anterior del hueso incisivo
(punto pr) y el extremo posterior de la cresta o apófisis interparietal o cresta del
occipital.
2.- Longitud basal.- Del cóndilo occipital (borde del foramen magno) al extremo
anterior del hueso incisivo o premaxilar (punto pr).
3.- Largo del paladar.- Del hueso incisivo (punto pr) al meato naso-faringeo (punto sta).
4.- Ancho máximo del paladar.- Distancia entre los M1/ desde las caras vestibulares o
labiales.
5.- Ancho del cráneo.- Distancia entre los parietales (punto eu).
6.- Longitud nasion-basion.- De la región inferior del foramen magno (punto ba), al
punto donde se unen los dos frontales con los dos nasales.
7.- Ancho auricular.- Distancia entre las bases de las apófisis cigomáticas del hueso
temporal o proceso cigomático de la escama del temporal.
8.- Ancho mínimo frontal.- Distancia mínima tomada por atrás de las apófisis orbitales
o cigomáticas del frontal.
9.- Ancho frontal.- Distancia entre las apófisis cigomáticas del frontal o procesos
supraorbitales (puntos ect).
10.- Ancho mínimo interorbital.- Distancia mínima entre las dos fosas oculares, tomada
por delante de las apófisis orbitales o cigomáticas del frontal.
11.- Longitud facial.- Del punto donde se unen los frontales con los nasales a la región
anterior del hueso incisivo (punto pr) (Figura 2 A).
Figura 2A. Conjunto de medidas craneales aplicadas en los cánidos.
Conjunto de medidas en las mandíbulas:
12.- Longitud al proceso angular, llamada también longitud de la mandíbula.- Del
proceso angular a la región infradental (punto id).
13.- Longitud al cóndilo articular, llamada también longitud máxima de la mandíbula.-
Del cóndilo a la región infradental (punto id).
14.-Altura de la rama mandibular.- Del proceso angular al proceso coronoides.
15.- Ancho de la rama mandibular.- Distancia entre la porción anterior de la rama y el
espacio entre el cóndilo y el proceso angular.
16.- Altura de la rama a nivel del M/1.- Distancia del punto más alto del alveolo de M/1
a la base de la rama horizontal (Figura 2 B).
Figura 2B. Conjunto de medidas mandibulares aplicadas en los cánidos.
Conjunto de medidas dentales:
En términos generales se consideran tres medidas para los dientes. La longitud
anteroposterior se obtiene midiendo los extremos de la pieza siempre sobre su eje
antero-posterior; es decir, considerando la posición anatómica del diente, ya que
siempre se hace siguiendo el sentido anteroposterior de cráneo y mandíbula, condición
que lleva a que en premolares y molares esta medida se tome siguiendo a la línea de
inserción de las piezas dentales, mientras que, en el caso de los incisivos, se hace de la
cara labial a la lingual (Blanco, et al, 2009).
La altura se obtiene midiendo la longitud de la corona, generalmente desde el punto más
alto del diente, cúspide más alta, hasta el borde inferior de la corona y desde el lado
labial, procurando que la medida sea lo más vertical posible con respecto de la posición
natural de la pieza. Por último, al medir los puntos más distales de un diente,
moviéndonos sobre un eje perpendicular al de la longitud anteroposterior, estamos
obteniendo su ancho. Nuevamente debe señalarse que en premolares y molares la
medida abarca al ancho del diente desde la cara lingual hasta la labial, pero en los
incisivos se tomará siguiendo la línea de inserción (Blanco, et al, 2009) (Figura 3).
Figura 3. Medidas dentales: AN: ancho; LA: longitud anteroposterior; AL: altura
Colecciones de comparación
Como se mencionó anteriormente, parte fundamental de la investigación la componen
los especímenes de comparación de colecciones mastozoológicas certificadas. Los
especímenes comparativos que se utilizaron en esta investigación correspondieron a 10
cráneos de lobo gris mexicano (Canis lupus bailegy: ClB 1 a ClB10) de diversas
procedencias mexicanas, que forman parte de la Colección Nacional de Mamíferos
(CNMA) del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México
(IB-UNAM). Nueve cráneos de coyote (Canis latrans), ocho de ellos pertenecientes al
Laboratorio de Vertebrados de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto
Politécnico Nacional (ENCB-IPN): (Coy-11621, 9171, 10031, 12782, 22581, 7527,
22585, 6792, 4115) y uno de la Sección de Biología de La Dirección de Salvamento
Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (DSA-INAH).
Finalmente ocho especímenes de perros (Canis familiaris), que provienen de diferentes
sitios arqueológicos, de la colección del Laboratorio de Paleozoología del IIA-UNAM
(TEO 1, T48485, TUL 3, PP29, PP31, PP8, PDA-99 y VEN-1), complementan el lote
de comparación.
PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS.
Tierras Largas: Bajo la dirección de Marcus Winter en 1990 se recuperaron entre otros
materiales arqueozoológicos los restos óseos de un cánido (Tl1) que por las
características de las mandíbulas, robustez de cráneo y cresta sagital, es de un individuo
“macho”; además de que se observa que la tibia derecha carece de la mitad proximal por
haber sido separada con un corte, en tanto que la distal, tiene otra cisura no concluida.
Es importante mencionar que la presencia de ambos cortes, en los extremos del hueso
largo en cuestión, es con el propósito de retirar las epífisis y obtener de la diáfisis
(cuerpo del hueso) un “canuto”; es decir “hacerse del hueso un tubito” que pudiera
servir como utensilio para transportar pigmento, metal, tabaco, semillas pequeñas,
etcétera; o bien el “canuto” puede servir como elemento utilitario (proveedor de cuentas
de hueso) al ser seccionado poco a poco, con fines ornamentales. Al respecto menciona
Bernal Díaz del Castillo, cuando iba acompañado de Hernán Cortés, y las comitivas
respectivas de conquistadores y conquistados, al visitar el mercado de Tlatelolco
(capítulo 92 de su libro: Historia Verdadera de la conquista de la Nueva España: 330):
“Y fuimos al gran CU, y ya que íbamos cerca de sus grandes patios, y antes de
salir de la misma plaza estaban otros muchos mercaderes, que, según dijeron,
eran los que tenían a vender oro en granos como lo sacan de las minas, metido
el oro en unos canutillos delgados de los de ansarones de la tierra, y así de
blancos porque se pareciese el oro por de fuera, y por el largor y gordor de los
canutillos tenían entre ellos su cuenta que tantas mantas o xiquipiles de cacao
valía, o que esclavo su otra cualesquiera cosa ala que trocaban”.
Hacienda Blanca: Ubicados en el sector A-E-88-1, los restos de cánidos corresponden
a dos ejemplares: Individuo HB1: adulto de entre 2 y 3 años de edad, que presenta un
fragmento de mandíbula derecha sin el Pm/1 y M/2, encontrándose roto el Pm/3. El
individuo HB2: es un ejemplar juvenil terminal de un año de edad, de él se tiene un 60-
70 % de los elementos óseos, es un animal cuyas mandíbulas perdieron el área de
inserción de los incisivos (hueso incisivo o región anterior de la mandíbula), mientras
que de los huesos largos, el lado derecho sólo aporta dos elementos y un fragmento no
identificable; de los metatarsos (pata trasera), sólo se tiene un elemento y un fragmento
difícil de definir.
Monte Albán: En éste sitio arqueológico el material arqueozoológico de cánidos que se
analizaron se compone de 9 individuos (MA1 A MA9): De la Temporada MA/72 dos
individuos, de la Temporada MA/93 seis especímenes y de la Temporada MA/94 un
solo ejemplar. De la primera temporada se tienen dos adultos jóvenes; de la segunda un
adulto, dos adultos jóvenes, un juvenil terminal o preadulto, un juvenil y un cachorro; y
finalmente de la tercera se tiene un adulto joven. De 7 mandíbulas dos son izquierdas y
cinco derechas (MA1, MA2, MA3, MA4, MA6, MA7, MA8); el individuo MA5,
además de la mandíbula, cuenta con un radio izquierdo; mientras que el individuo MA9
presentó tres huesos largos derechos.
En total en los tres sitios arqueológicos se analizaron 12 cánidos, de ellos 7
tienen una edad de entre 2 y 3 años, lo cual corresponde al 58.33% de la muestra; dos
individuos tienen un año de edad, es decir conforman el 16.66%; dos tienen 8 y 6 meses
y uno 6 años, correspondiéndoles el 8.33% a cada uno de ellos.
Sitio
arqueológico
MNI Individuo Edad Elemento óseo
Tierras Largas 1 Tl1 2 a 3 años Esqueleto en un 70%
Hacienda Blanca 2 HB1 2 a 3 años Mandíbula derecha
HB2 1 años Esqueleto en un 70%
Monte Albán
9
MA1 2 a 3 años Mandíbula izquierda
MA2 2 a 3 años Mandíbula derecha
MA3 8 meses Mandíbula derecha
MA4 2 a 3 años Maxilar izquierdo y
mandíbula izquierda
MA5 1 año Mandíbula izquierda
MA6 2 a 3 años Mandíbula derecha
MA7 6 meses Mandíbula derecha
MA8 6 años Mandíbula derecha
MA9 2 a 3 años Húmero, radio y ulna
derechos
Cuadro 1. Sitios arqueológicos y total de cánidos (MNI) analizados de los Valles
Centrales de Oaxaca.
Del total de individuos sólo el ejemplar MA9 (Monte Albán) no presentó
elementos óseos craneales o piezas dentales, siendo su presencia determinada por un
húmero, un radio y una ulna del lado derechos. Al no tener piezas dentales y/o
elementos craneales, para la determinación de la especie, se procedió a comparar los
huesos largos con sus correspondientes en los lobos, coyotes y perros prehispánicos. La
comparación de los huesos de MA9, respecto a las mediadas de longitud de los huesos,
permitió establecer que estos correspondían a perro común, tal como puede observarse
en el siguiente cuadro.
Canidos Valor del Húmero Valor del Radio Valor de la ulna
Lobos 198.25 S/D S/D
Coyotes 160.13 159.4 185.6
Perros 135.9 121 139.5
MA9 135 127.6 147
Cuadro 2. Valores comparativos de húmero, radio y ulna, del espécimen MA9, que es el
único ejemplar que se determinó a partir de los huesos largos, respecto a los cánidos de
comparación.
Respecto al resto de los cánidos sólo los ejemplares Tl1 (Tierras Largas) y HB2
(Hacienda Blanca) presentan más del 70% del esqueleto, mientras que el resto: HB1,
MA1,MA2, MA3, MA5, MA6, MA7 y MA8, reportan la presencia de mandíbulas, 6
derechas y 2 izquierdas; y tan sólo MA4 un fragmento de maxilar y mandíbula
izquierdos (ver cuadro1).
Las medidas propuestas en la metodología se aplicaron, en su gran mayoría, en las
mandíbulas, sin embargo de ellas la que más se llevó acabo fue: la altura de la rama
mandibular a nivel del M/1. Así también se pudieron obtener las medidas dentales:
altura, ancho y longitud anteroposterior, en las piezas inferiores de la mayoría de los
individuos (ver cuadro 3), siendo esta la razón por lo cual los resultados “giraron” en
torno a estas medidas. Cabe señalar que de las piezas dentales sólo el Pm/4 y el M/1
fueron los que mayor presencia tuvieron en el lote de cánidos estudiados, sin embargo
estas resultaron altamente significativas para determinar la especie de cánidos
analizados.
ALTURA
Superiores Inferiores
Individuo Pm1/ Pm2/ Pm3/ Pm4/ M1/ M2/ Pm/2 Pm/3 Pm/4 M/1 M/2
Tl1 3.48 4.41 4.80 9.34 6.28 3.03 4.63 5.53 6.46 10.41 5.34
HB1 X X X X X X 5.38 6.59 7.04 10.47 X
HB2 X X 5.45 10.38 7.85 3.32 X 5.35 7.04 11.13 4.64
MB1 X X X X X X X X X 11.82 5.21
MB2 X X X X X X 4.47 5.27 6.21 10.55 X
MB3 X X X X X X X X 6.16 X 4.49
MB4 X X X X X X X X X 11.27 4.9
MB5 X X X X X X 4.32 4.97 6.03 X X
MB6 X X X X X X X X 6.23 10.09 X
MB7 X X X X X X X X X 9.56 X
MB8 X X X X X X 4.4 5.33 5.91 X 4.15
ANCHO
Superiores Inferiores
Individuo Pm1/ Pm2/ Pm3/ Pm4/ M1/ M2/ Pm/2 Pm/3 Pm/4 M/1 M/2
Tl1 3.0 3.38 3.76 6.23 14.16 8.56 3.87 4.33 5.38 7.12 7.09
HB1 X X X X X X 4.29 X 5.42 7.33 X
HB2 X X 4.78 6.77 15.69 9.07 X 4.29 5.29 7.65 5.99
MB1 X X X X X X X X X 8.04 6.40
MB2 X X X X X X 3.47 3.74 4.39 7.75 X
MB3 X X X X X X X X 4.35 X 5.53
MB4 X X X 6.83 X X X X X 7.51 5.65
MB5 X X X X X X 3.42 4.13 4.57 X X
MB6 X X X X X X X X 4.97 6.47 X
MB7 X X X X X X X X X 6.55 X
MB8 X X X X X X 3.58 4.19 4.93 X 5.62
LONGITUD ANTEROPOSTERIOR
Superiores Inferiores
Individuo Pm1/ Pm2/ Pm3/ Pm4/ M1/ M2/ Pm/2 Pm/3 Pm/4 M/1 M/2
Tl1 5.01 7.64 8.88 14.92 10.37 5.31 6.67 8.30 9.38 17.98 7.25
HB1 X X X X X X 7.79 X 10.71 19.37 X
HB2 X X 10.77 17.42 11.62 5.87 X 8.99 10.15 19.30 7.11
MB1 X X X X X X X X X 19.79 7.92
MB2 X X X X X X 6.87 8.69 9.41 19.11 X
MB3 X X X X X X X X 7.60 X 7.34
MB4 X X X 16.66 X X X X X 19.14 6.82
MB5 X X X X X X 6.22 8.48 9.51 X X
MB6 X X X X X X X X X 17.55 X
MB7 X X X X X X X X X 18.19 X
MB8 X X X X X X 6.28 8.69 9.31 18.56 6.87
Cuadro 3. Medidas de altura, ancho y longitud anteroposterior, de las piezas dentales, superiores e inferiores, presentes en los
cánidos de Oaxaca; nótese que la mayoría de las medidas que se pudieron obtener corresponden a piezas dentales inferiores.
En una primera apreciación los restos estudiados pudieran reflejar que en ellos se encuentran
perros, coyotes y lobos, sin embargo, tal como puede observarse en la representación grafica
del ancho vs altura del M/1, se da una evidente separación de los lobos. Aquí tanto los
perros prehispánicos de comparación, como los coyotes, quedan inmersos en un mismo
conjunto con los cánidos de estudio, es decir los especímenes de Oaxaca son perros o
coyotes, quedando descartados, inmediatamente, que se traten de lobos.
Grafica 1. Conjunto de especímenes de comparación (lobos, coyotes y perros
prehispánicos). Nótese la inmediata separación del conjunto de lobos, región central superior
de la gráfica.
Lo anterior pareciera no tener sentido, sin embargo no lo es pues el hecho de que de entrada
los cánidos problema sean descartados como lobos, solo deja como posibilidad el que sean
coyotes o perros. Bajo la premisa anterior se graficó el ancho del Pm/4 vs su longitud
anteroposterior, incluyendo a los lobos, y en él se puede apreciar una separación entre los
coyotes y los perros, es decir, los cánidos domésticos de la colección del laboratorio se
“agrupan” con los cánidos de Oaxaca, dando la posibilidad de que estos sean perros, sin
embargo la separación no es clara ni precisa pues quedan separados, ligeramente, en unos
cuantos milímetros, o décimas de milímetro, respecto a su longitud anteroposterior, mientras
que en el ancho son muy similares (Grafica 2).
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
6 7 8 9 10 11 12
Alt
ura
del
m/1
(m
m)
Ancho del M/1 (mm)
Tl1
HB1
HB2
MA1
MA2
MA4
Grafica 2. Distribución grupal del conjunto de cánidos provenientes de Oaxaca, y los
ejemplares de comparación, aquí se puede apreciar una ligera separación entre perros y
coyotes.
Ante tales circunstancias, y considerando que la gráfica anterior no define, y separa, con
claridad a los perros de los coyotes, se procedió a obtener la representación gráfica del
ancho vs la longitud anteroposterior del M/1. De entrada aquí se puede percibir una
separación, más evidente que la anterior, entre perros y coyotes, situación que puede ser
verificada por las líneas de tendencia que evidencian que las poblaciones, incluyendo la de
lobos, son de diferente naturaleza. Lo anterior evidencia que los cánidos de Oaxaca son
perros, pues los coyotes se separan, aunque muy ligeramente, conformando un tercer
conjunto de cánidos (Grafica 3).
Gráfica 3. Agrupación del conjunto de cánidos estudiados y los perros prehispánicos de
comparación; obsérvese la separación de coyotes y lobos, con sus respectivas líneas de
tendencia grupal.
6
8
10
12
14
16
18
4 5 6 7 8
Lo
ng
itu
d a
nte
rop
ost
erio
r P
m/4
(m
m)
Ancho del Pm/4 (mm)
Tl1
HB
HB2
MA2
MA3
15
17
19
21
23
25
27
29
31
6 7 8 9 10 11 12
Lo
ng
itu
d M
/1 (
mm
)
Ancho del M/1 (mm)
Tl1
HB1
HB2
MA1
Con base en lo anterior, y con el propósito de corroborar que lo que se tiene en Oaxaca son
perros y no coyotes, y con la “suerte” de contar, con por lo menos una medida en las
mandíbulas, en este caso altura de la rama mandibular a nivel del M/1, se procedió a
constatar la identificación de los ejemplares, graficando esta medida respecto a la altura del
M/1. Nuevamente se puede observar que las líneas de tendencia separan a los cánidos en tres
grupos diferentes; el primero de lobos, que quedan muy por encima de los coyotes y perros,
dos más que definen con claridad a los coyotes, con una altura de la rama mandibular a nivel
del M/1, muy homogénea y esta misma muy diferenciada en el conjunto de perros
prehispánicos de la colección y los ejemplares de Oaxaca (Grafica 4).
Grafica 4. Representación que hace evidente la separación de perros, coyotes y lobos;
logrando observar que los cánidos de los Valles Centrales de Oaxaca se incrustan, o anexan,
a los cánidos domésticos.
Morfológicamente poco se tiene que decir al respecto de la identificación de los perros de
Oaxaca; sin embargo hay que tener en consideración la similitud de las mandíbulas en los
ejemplares, pues ellas por su forma y tamaño son muy parecidas en los individuos
estudiados y los perros prehispánicos (Figuras 4 y 5).
Figura 4. Esqueletos semicompletos (Tl1 y HB2), en ellos se puede apreciar la similitud que
tienen las mandíbulas y huesos largos.
12
17
22
27
32
37
15 17 19 21 23 25 27 29
Alt
ura
del
M/1
(mm
)
Altura de la rama mandíbular a nivel del M/1 (mm)
TL1
HB1
HB2
MA1
MA2
MA4
MA6
MA7
MA8
Coyotes
Perros prehispánicos
Lobos
-
Figura 5. Comparación de la mandíbula de MA1 y las mandíbulas de los cánidos de
comparación.
Morfológicamente si observamos una de las mandíbulas de los ejemplares de comparación
(lobo, coyote y perro prehispánico), con respecto a uno de los individuos de Monte Albán
(MA1), podemos darnos cuenta de la gran similitud que guardan las mandíbulas, sobre todo
si focalizamos la altura de la rama mandibular a nivel del M/1, tal como puede apreciarse en
la Figura 5, que está señalada con una línea vertical.
COMENTARIOS FINALES
El estudio de los cánidos arqueozoológicos del México prehispánico, y en particular para el
estado de Oaxaca, ha permitido alcanzar invaluables beneficios en el conocimiento,
antropológico y biológico de la fauna utilizada por las poblaciones humanas del pasado. Así
el reconocimiento pleno de la especie Canis lupus familiaris (perro) en Tierras Largas,
Hacienda Blanca y Monte Albán, permiten una vez más corroborar la eficiencia de la
metodología arqueométrica utilizada en el Laboratorio de Paleozoología del IIA-UNAM,
pues lo que al principio se creían que eran coyotes (Canis latrans) no lo fueron.
Como se mencionó anteriormente, en la actualidad se tienen para México identificadas cinco
variedades, o razas de perros: el Tlalchichi (perro de patas cortas), el Malich (perro de rostro
corto), el Xoloitzcuintle (perro pelón), el “loberro” (híbrido lobo-perro) y el perro común
mesoamericano (Valadez 2003), precisamente es éste último al que más se ajustarían los
cánidos estudiados de los Valles Centrales de Oaxaca. Ciertamente los perros al ser parte de
las actividades humanas se les vincula rápidamente como animal de compañía, sin embargo
en época prehispánica se ha observado que estos animales han tenido un uso multidiferencial
acorde a las necesidades de sus dueños; tan es así que se les puede encontrar como
organismos que fueron empleados en la alimentación, como animales que fueron utilizados
en algún sacrificio, como elemento que formó parte de alguna actividad ceremonial, o para
obtener de ellos elementos anatómicos óseos para la elaboración de herramientas o
utensilios decorativos, tal y como sucedió con el individuo de Tierras Largas (TL1), en
donde se apreció que la tibia derecha carece de la mitad proximal por haber sido separada
con un corte, en tanto que la distal tiene otro corte, no concluido, para su desprendimiento,
lo anterior con el propósito de obtener un “canuto” u objeto que puede ser usado tanto con
fines ornamentales (cuenta), como utilitario (para transportar materiales como pigmentos,
metal, otros), tal y como los describe Bernal Díaz del Castillo en su visita al mercado de
Tlatelolco y que son frecuentes en los materiales arqueológicos que se recuperan en la
Cuenca de México (Blanco y Rodríguez 20013).
En general el estudio de los restos óseos de perros, y en este caso en particular de los Valles
Centrales de Oaxaca, conlleva a una serie de beneficios en cuanto a la información que
deriva de ella. Como producto cultural que es, su nacimiento, su vida y su muerte es un
reflejo de los hombres con quienes convivió y por tanto de su forma de pensar y vivir. Su
valor como fuente de datos es equivalente al de materiales como la cerámica o la lítica,
cuya importancia se deriva de que son productos de la actividad humana (Valadez et al
2009: 335). En este sentido debemos de considerar y tener presente que, los perros también
son el producto de siglos de domesticación que el hombre ejerció sobre los lobos.
AGRADECIMIENTOS
Quisiéramos agradecer al Dr. Raúl Valadez Azúa del Laboratorio de Paleozoología del IIA-
UNAM y a la Dra. Alicia Blanco Padilla de la Dirección de Salvamento Arqueológico-
INAH, por su importante colaboración en la realización del análisis morfológico de estos
materiales, gracias por sus valiosas opiniones y participación en esta investigación.
BIBLIOGRAFÍA
Blanco Alicia y Bernardo Rodríguez. 2013. Informe Técnico de los cánidos provenientes
del estado de Oaxaca. Sin publicar, entregado a centro INAH, Oaxaca; Cuilapan de
Guerrero, Oaxaca.
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(Introducción y notas de Joaquín Ramírez), Tomo I, Ed. Pedro Robredo, México, D.F.
Rodríguez, Bernardo, 2000. Estudio morfológico y morfométrico, craneal y dental, de
perros (Canis familiaris) y lobos (Canis lupus); hallados en Teotihuacan y su Aplicación
en la arqueozoología. Tesis de licenciatura en biología, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Valadez, Raúl; J. Leonard y C. Vilá, 2003. “El origen del perro americano visto a través
de la biología molecular”. Revista AMMVEPE, México 14(3): 73-82,
Valadez, Raúl; Alicia Blanco y Bernardo Rodríguez, 2009. “Determinación de biotipos
de canidos domésticos del México Prehispánico”. En Arqueometría Latinoamericana.
Memorias del 2º Congreso Argentino y 1º Latinoamericano, Vol.2; Comisión Nacional
de Energía Atómica, Buenos Aires Argentina.
Valadez, Raúl; Blanca Paredes y Bernardo Rodríguez, 1999, “Entierros de perros
descubiertos en la antigua ciudad de Tula”; Latin American Antiquity, 10(2), pp 180-200
Winter, Marcus; Cira Martínez; Autry, William; Richard Wilkinson y Pedro Antonio,
1995. Entierros humanos de Monte Albán: Dos estudios; Contribución N° 7 del Proyecto
Especial Monte Albán 1992-1994; Centro INAH-Oaxaca, Cuilapan de Guerrero, Oaxaca.
Winter, Marcus y Ernesto González Licón, S/F, “Rescate arqueológico en el sitio Tierras
Largas, Municipio de Santa María Atzompa, Distrito del Centro, Oaxaca”; Archivo
Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología; Oaxaca N° 19-20
Winter M. y G. Hernández, 1977, “Proyecto: Desarrollo social en la Mixteca Alta durante
el Preclásico y el Clásico”; Informe preliminar al Consejo de Arqueología; Archivo
Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología, Expediente C/311.42 (W)/26-10