Download - Monolito V
2 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ EDITORIAL
Número dedicado a Carlos Daniel Buselli, colaborador que renace en cada lectura que hacemos de su obra.
El olvido es la muerte en todas sus formas.
Hay tiempos cargados de negro y cruces que quisiéramos no ver ni sentir nunca; la pérdida quizá sea el más
doloroso, cruel, y -a veces-, mortal sentimiento que puede experimentar el ser humano. Y es que la pérdida es
una mezcla de palabras, sensaciones, recuerdos vívidos, reproches; culpas, deseos, anhelos, etcétera que se
agolpan en todo el cuerpo y nos descomponen. Es algo natural, eso lo traemos desde el nacimiento: el
sentimiento de orfandad, la falta de; la incursión en un nuevo territorio es el miedo terrible que sentimos a penas
logramos ver la luz, la nueva vida. Y cuando experimentamos la partida de un ser querido, aquel recuerdo
primigenio nos regresa con fuerza, reconocemos el dolor que nos produjo “lo nuevo”, el sentirnos solos en una
nueva vida incierta. Ahí la pérdida nos abraza y nos dice que hay que reiniciar el camino pero solos, sin ese
alguien que nos ha dejado a nuestra suerte. Luego el duelo, cenizas, madera y tierra…, creemos a ver visto la
muerte, acaso también la nuestra.
Mas la vida y todo lo que en ella habita es cíclica pues todo es contra y todo es causa y efecto. Con ello lo que
pensamos ha sido la muerte es en realidad el regreso a la vida (¿ésta que conocemos?) y el efecto de esa pérdida
es -bien canalizada-, crecimiento; de lo negativo a lo positivo. De la nada a lo que existe, por ello lo que
pensamos dejó de existir, en realidad existe (¿en dónde?). Es cierto que somos seres tan acostumbrados a no
sentirnos en el plano más intangible posible que olvidamos que podemos no ser todo lo que existe. Y que donde
habitamos puede nos ser todo lo que hay.
Pasar el duelo, vivirlo y digerirlo es vital para transformarlo en experiencia, en aprendizaje; que una vez
conseguido, lograremos darle forma y vida a lo que ya no está en este plano existencial: transformar la pérdida
en espacio ocupado, es lo que nos atañe. Ocupación que lleva nombre, forma y voz. Ahí radica la inmortalidad
del que se ha ido, en ese recuerdo que irá de persona a persona hasta el fin de los días. Solamente así seremos
capaces de hacer cumplir la norma de la contra: pasar de lo negativo a lo positivo.
JUAN MIRELES
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Registros en trámite.
3
3 de Diciembre de 2012
REVISTA BIMESTRAL
El mundo de los ciegos
De los bienes de este mundo
nadie nos pasa nada,
vivimos en gran peligro,
en vida muy apenada.
Tan ciegos como un vestiglo
no vemos del mundo nada.
Juan Ruiz ‘El arcipreste de Hita’
Somos parte de una vivencia humana que está vinculada con otros seres y pese
a nuestra individualidad, cohabitamos con más personas que ambicionan un fin
similar: gozar de una cálida vida, extensa y con beneficios. Sin embargo, el
panorama y las metas personales hace una separación entre cada uno de
nosotros. Los ojos son el filtro que lleva a la comprensión y realización de
nuestra vida, son el portal a la realidad con la que el cerebro mantiene una
conexión; se sabe que éste es quien mira y lo hace a través de las pupilas. Un
ciego no mantiene dicha relación y por ende tampoco un conocimiento de lo
que existe a su alrededor. Es cierto que cuando se padece de ceguera otros
órganos, en respuesta a la falta de funcionalidad de éste, se desarrollan con
mayor agudeza; pero qué es palpar una flor, olerla quizás, si no se puede
admirar la belleza de la que es portadora.
La utilización de la palabra invidencia en el ámbito literario y filosófico alude a
un tema controversial sobre quiénes son los que en verdad no pueden ver, y qué
es eso que les impide mirar la auténtica realidad y que es representada con una
tela negra que matiza su verdad hasta el punto de ponerla en duda.
Remontémonos a la antigua Grecia, dos obras clásicas de la literatura, la Ilíada
y la Odisea son atribuidas al aedo griego Homero, especialmente en este último
poema aparece un personaje mitológico que es conocido por carecer de la vista
y poseer los dones de la adivinación. Tiresias responde a las dudas de Ulises
cuando éste desciende al Hades y le manifiesta a su vez el porvenir que le
depara. Existe más de una anécdota de cómo fue que quedó ciego, algunas
relatadas en Las metamorfosis de Ovidio. Este es el punto de partida naciente
en la mitología clásica para hacer de la ceguera una metáfora que describirá a
los verdaderos enfermos de nuestro mundo.
EDITORIAL
Juan Mireles
Director-Editor
Mario Islasáinz
Editor
Cristina Arreola
Editor
Alejandro Montaño
Editor
Natalia Masserano
Deseos
Arte de portada
Justina Cabral
Publicidad online
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4 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
INDIVIDUALIDAD
La individualidad actual ha causado un distanciamiento entre personas, la supervivencia y responsabilidad
de cada uno lleva a pasar por desapercibido todo problema social que no se inmiscuya en sus labores. Es
aquí donde no solo la tolerancia decae sino la preocupación de lo que afuera esté sucediendo. En el Cantar
de ciegos[1] las súplicas de los menesterosos ciegos comparten lo planteado, piden ayuda a quienes
caminan por donde ellos se encuentran, asegurando una compensación buena además de divina si se
presenta un cuidado a estos pobres invidentes:
“Si de vos no lo obtenemos,
otros bienes no tenemos
con los que desayunar;
no lo podemos ganar
con estos cuerpos desgraciados,
ciegos, pobres y apenados”[2].
Doble es su ruego, imploran a la gente por una miga de pan o una moneda, y a la vez a Dios y los santos
por el pago que estos le darán a quien regrese a su auxilio. Si bien la intención iba inclinada hacia lo
religioso, la idea principal se rescata: la atención al sufrimiento ajeno, a desviar la mirada hacia lo que se
rodea y que tal vez es la verdadera realidad, la que casi nadie se atreve a mirar. Aquí la perspectiva de
ceguera cambia, ¿quiénes son los que no miran? Aquellos suplicantes hombres que en penumbras conocen
la crueldad e injusticia existentes o los otros, los que caminan, los que proyectados en sus ambiciones no
doblegan su enraizada mentalidad y por consiguiente elaboran un juicio carente de razón.
Hay dos maneras de vivir en oscuridad: una es nacer ciego y la otra es perder la vista después de años de
vida. A diferenciación de la primera, en la segunda, cuando se desvanece la luz, aparece la nostalgia y las
lamentaciones porque se rompió el contacto visual que existía con el mundo, y éste es el momento en que
uno se percata de la mínima idea que se poseía acerca de la vida. Si la mayoría corriera con mucha suerte,
se podría decir que llegará el día en que se termine este padecimiento y entonces la perspectiva de mundo
cambie, porque una vez vista la luz, la oscuridad ya no se encontrará digna.
Siguiendo con la diferenciación sobre la manera de ser un ciego, Ernesto Sabato en su Informe sobre
ciegos[3] comprende la vida de Fernando Vidal Olmos y hasta dónde llega su locura que crea esta
documentación tras una inquietante obsesión que desde niño poseía acerca de los ciegos y su afirmación al
creer que existe una secta secreta dominada por ellos para controlar el mundo terrenal.
Él refiere de nuevo este conflicto, pues los ciegos de nacimiento que se encuentran en la secta, rechazan a
los que aparentemente pueden ver, mas existe un odio que predomina el anterior y es el odio hacia los
advenedizos que de un instante al otro dejaron de ver; Fernando Vidal llama a este rencor un “orgullo de
casta”.
1. Último cantar de El libro del buen amor de Juan Ruiz “El arcipreste de Hita”.
2. Arcipreste de Hita, El libro del buen amor, España, Edicomunicación S. A., 1999, p. 282.
5
Este orgullo de casta es aún presente, no se ha erradicado todavía la diferenciación entre distintas clases sociales
(situación demasiado explotada en las telenovelas). La circunstancia es muy peculiar y digna de un análisis: quienes quedan sin vista y están dispuestos a conocer ese nuevo mundo se encuentran con una barrera que les
impide hacerlo y es el egoísmo de no querer que la verdad crezca y esté al alcance de muchos. ¿Quién esconde
esta verdad? El conocimiento muchas veces se ha visto suprimido para algunos y el poder acompañado de la
sabiduría ha hecho de esta fusión un verdadero problema.
El conflicto ahora crece, estamos ante la paradoja de desear una erradicación de la ignorancia para ser una
humanidad más progresiva y armoniosa y la superioridad que, junto con la pretensión, habita en quienes creen
saberlo todo o en su caso, atesorarlo. Una de las conclusiones a las que el personaje llega es que si Dios
gobierna el cielo, los ciegos deben de regir la tierra.
Siguiendo con la falta de interés que predomina en muchos de nosotros, José Saramago en su Ensayo sobre la
ceguera maneja, de una manera espléndida y clara, las consecuencias de una inalienable vida. Hace uso de la
mencionada metáfora y envuelve a los personajes en una misma situación, son portadores de una ceguera blanca
que nubla sus sentidos, revela la naturaleza del hombre, del poder, de la misma individualidad ligada a una
dependencia que coexiste en toda la obra. La peculiaridad del caso es que crece el contagio al tener un contacto
con la persona afectada y al igual que la ignorancia, llegará el punto en que el caos se haga presente: “por todos
los diablos, la ceguera no se pega, Tampoco la muerte se pega, y todos nos morimos” [4].
NEGACIÓN
Es así como se vuelven incrédulos ante el inexplicable suceso de quedar ciegos de un momento para otro,
además de la redundante individualidad, de los recuerdos y la tristeza, también se encuentra una negación
característica en ellos. Percatarse de no ver es evidentemente rápido o al menos eso parece, es aquí donde surge
de nuevo el juego del deslumbramiento, ¿cuánto tiempo necesitamos para captar y después aceptar que quizás
no vemos lo verdadero? Cuesta ceder ante opiniones ajenas y aunque no caeremos en un conflicto respecto a la
tolerancia, muchas veces lo real o es distorsionado o pasa desapercibido a nuestros sentidos. La incredulidad del
médico al tratar el primer caso de ceguera blanca demuestra la negación a lo que pasa frente a nuestros ojos,
ahora es más tangible notarlo. El arraigamiento de ideas impide aceptar nuevas, la mente cada vez se cierra más
ante un mundo que día a día crece en la mayoría de sus aspectos. Los ciegos se niegan a aceptar que no ven,
pese a que sólo perciben oscuridad (o un manto lechoso).
Ahora bien, la negación caracterizará a los ciegos, en un principio porque no quieren ver, después porque no
creen que los otros logren hacerlo y lo que les resulta peor, que sea algo distinto a lo que ellos perciben.
3. Ernesto Sabato, Sobre héroes y tumbas, Barcelona, Sol, 2002, p. 251.
El sueño. Salvador Dalí.
6 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
MIEDO Y VALOR
La ceguera apresa a los que se encuentran bajo su dominio, y en ellos existe un miedo más grande e intenso,
no conciben lo que en realidad sucede en el mundo, no perciben los hechos que en él acontecen, son cautivos
del pánico y su indiferencia a la vez. Justamente ahora nos encontramos en una situación criticable y en
proceso de una destrucción que día a día presenta límites mayores. Ante esta circunstancia, es inevitable caer
en un estado de paranoia, mas hay que tener presente que temer, aunque sea un estado natural y propio del ser
humano, nos coloca en una posición de completa indiferencia: mirar el embrollo y no decir nada, no hacer
nada.
En el ambiente creado por Saramago, solamente una mujer se libra del terrible padecimiento de la invidencia,
nuestra figura de valentía se presenta en ella, quien, pese a que podría quedarse oculta y esperar a que se
fueran los ciegos, decide enfrentar su mundo fingiendo ser una más de ellos. Y aunque encuentre en la
situación cierto temor, comprende que la única manera de exterminarlo es mirar a su alrededor, analizarlo y
buscar la mejor alternativa de contraponerse ante el presente mundo sucio y destrozado, ese en el que los
ciegos, aún en pleno proceso de adaptación, solo enuncian quejas.
EL DESCONOCIMIENTO
Cuando el miedo nos acoge, confunde y paraliza nuestra asimilación, altera la forma en cómo actuar ante
cierto suceso y a su vez causa en nosotros una pérdida del conocimiento respecto a lo que somos y todo
aquello que nos rodea, algo como cuando se cree haber sido observado por algún ente fantasmagórico. Existen
otros presentes, los sentimos pero nadie los ve con certeza. “Van como fantasmas, ser fantasma debe ser algo
así, tener la certeza de que la vida existe, porque cuatro sentidos nos lo dicen, y no poder verla”. [5] Al lograr
percatarnos de este hecho habremos abierto los ojos, estaremos en proceso de abandonar nuestra ceguedad.
Los ciegos de nuestra actualidad no son quienes no miran nada, son quienes a pesar de mirar, regresan la vista
y prosiguen con completa indiferencia. Tal vez ahora resulta más difícil evitar caer en el universo de los
ciegos, pero estos mundos literarios permiten profundizar y hacer un análisis retrospectivo de cada uno de
nosotros. El problema reside desde décadas y siglos atrás. No es sorprendente que Tiresias no pueda ver y sin
embargo adivine y condene todo acto de quienes acuden a presenciar su sabiduría. Fernando Vidal Olmos
estaba convencido de que aquellos ciegos no eran ignorantes, al contrario, tenían tanta influencia y poder para
mantener discreción y no causar pánico a la población. Los contagiados de la ceguera blanca descubrieron la
ambición y el poder que radica en el hombre, el instinto salvaje que conservan cuando la confusión los
envuelve y lo ciegos que estaban desde antes que la epidemia comenzara. Como advertencia a los ingenuos,
concluiría que formemos en nosotros un perfil de responsabilidad respecto a lo que ocurre en nuestra tierra, el
anhelo del aprendizaje y la iniciativa propia. Es imposible conocer todo el universo, pero “en el país de los
ciegos el tuerto es rey” [6]
Bibliografía.
Arcipreste de Hita, Libro de buen amor, España, Edicomunicación, 1999.
Sabato, Ernesto, Sobre héroes y tumbas, Barcelona, Sol, 1961.
Saramago, José, Ensayo sobre la ceguera, México, D.F., Punto de Lectura, 2009.
Por Alba Monserrat Hernández Cervantes
4. José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, México, Punto de lectura, 2006, p. 41. 5. Ibíd., p. 245.
6. Ibíd., p. 106.
7
1) El término
Axolotes, gallinas, cuadrúpedos, mariposas: ¡cuidado! Sabatinos mañaneros,
alamedos libertinos: ¡alerta!
Alarma: el Chupacabras, el pariente pobre del vampiro; el alebrije diabólico ataca
de nuevo. Es un lobo con alas de murciélago y garras de político, dicen unos. Es una
broma con cuerpo de hipopótamo, dicen otros. Es la representación de la figura
zoomorfa clásica, apunta el hipster anunciándose. Dicen los más viejos: es como
María Félix, pero sin el “María”; la puritita fiereza bella, sin rostro ni figura ni
retrato. ¡Aguas! Se parece a ti, igual de ojón, grita el niño más feo. Alarma: viene el
catoblepas, la quimera, el prestanombres, la alegoría más temida; que visibles ahora,
colorean incesantes pátinas y calles.
En la Alameda la especie ya es imprescindible, los curiosos se apresuran un lugar en
la sombra de la grada. Por lo pronto, los rostros convencionales ascienden calle
arriba a buscar botanas para el imprevisto evento. A lo mejor es cierto, a lo mejor es
probable, a lo mejor es pura fantasía, pero hay algo de fondo: quizás eso del
extravío de la conciencia que creó deliciosos monstruos, provoca, más que nuestro
asombro, nuestra complicidad reptante.
Ya el desfile inventa la avenida y la transfigura a placer, probándola con una alegría
coloridamente artificial, tan idílica como las canciones provincianas que a fuerza de
trompeta y tambor marcan el paso. A ritmo de llantas, rodeados por la batucada, un
águila blanca con cuerpo de tigrillo y un puercoespín con facciones de oso
hormiguero, ratifican los sueños de un artesano, que despertó del letargo para
impulsar las fuerzas de la naturaleza hacia una metamorfosis instantánea.
El cortejo, el concurso, los claros clarines de la tarde, los gritos que anuncian la
algarabía de camarógrafos y fotógrafos. En Reforma, al principio, mitad y final de
cada manzana, acechando; los bustos y monumentos se yerguen, broncíneos,
pétreos, en sus mares de cemento. La figura del alebrije rápidamente se multiplica,
aleccionándolos con muestras de insensatez, porque ellos todavía ambicionan
lugares pintorescos.
La multitud camina, grita y salta, se vuelve una sola entidad compacta y se
fragmenta en seres tan distintos unos del otro que apenas los hermana el
razonamiento del amontonamiento para entrar al Zócalo. En el embotellamiento se
reflexiona sobre la política o se batalla contra la explosión de los automóviles. Los
de atrás empujan inconscientemente, incitan a la victoria, ánimo, ya vamos a llegar.
¡Miren! Ahí hay otro alebrije, uno muy grande, dice la multitud, mientras voltean al
unísono hacia las alturas.
En el cielo quedan aún las criaturas contrahechas y extrañas, algunas muy bellas
pero incapaces de sobrevivir en las condiciones naturales de la ciudad. Éstos son los
alebrijes, bestias de dos o más cabezas; cuerpo de mamífero o reptil, patas de ave o
cola de pez, con alas o sin ellas, escamas donde debería haber plumas o plumas
donde debería haber pelo, cuerpos de insecto cubiertos con pieles de lagarto,
roedores protegidos con élitros que cubren unas alas delgadas y sedosas. Son
monstruos hermosos, que en su aparición somnífera: para ser, necesitaban ser
vistos.
Por Óscar Bono
Carlos Daniel Buselli
(1949-2012)
M
En mi sueño se presentó la
M.
Sutil, color naranja.
M de mujer.
En mi sueño se presentó la
M.
Lenta.
Su vértice estiraba
M de mujer.
Sus columnas abiertas.
Pies pequeños nacían.
Lenta
M de mujer.
Su vértice estirado.
El mas bello de los Montes.
Columnas hecha piernas.
Piernas hermosas.
Piernas deseadas.
Posición de amante.
Portal de vida.
M de mujer.
Abracé el sueño.
Vi la otra cara de la luna.
Pink Floyd,
la música aportaba.
Lenta.
Piernas de Mujer
M de mujer tu nombre.
Desperté.
Solo desperté, solo.
Carlos Daniel Buselli.
Argentina. Julio 28 de 2012.
Poema Del Libro Solo Para
Verte (poema que nos hizo llegar, a la revista, Daniel
Buselli para su posible
publicación, y ya nos fue
imposible darle aviso de su selección). Autor que colaboró
con su texto “La cultura en la Patagonia argentina (1º
Parte)”, en el tercer número de
Monolito.
Descanse en paz.
Yo también me llamo Vincent; tú también, ¿cómo te llamas?
Extravíos de la conciencia
8 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
Renato Luiz Masson [email protected]
Renato Luiz Masson es artista plástico brasileño, graduado en Educación del Arte con especialización en Artes Plásticas y
Diseño, Facultad St. Louis Jaboticabal, SP. Estudió en Italia con el artista Cube Willam Tode. Tiene especialización en
Docencia de la Facultad de São Luís Jaboticabal, SP. Especialista en todo tipo de esculturas, moldes y fundición a la cera
perdida. Renato ha mostrado su trabajo en innumerables exposiciones colectivas e individuales y ha sido ganador de
varios premios. Algunos de los lugares donde ha expuesto, de manera individual, su obra:
Universidade Federal de São Carlos (1999 e 2001). Museu Histórico Cerqueira César em São Carlos (2000). Oficina
Cultural Sérgio Buarque de Holanda (2000 e 2002). Espaço Cultural Faber-Castell I (março/2000). Espaço Cultural Faber-
Castell II (abril/2000). Espaço Cultural de Barra Bonita (2000). Empresa Tecumseh do Brasil (2001). Shopping Iguatemi
de São Carlos (2002). Espaço Cultural da Assembléia Legislativa de São Paulo (2003 e 2005). Rotary Club de Itápolis, SP
(2004). São Carlos Clube, São Carlos, SP (2005). 11º Semana de arte e cultura da USP, São Carlos (2006). Espaço
Cultural da USP - São Carlos (2007). Biblioteca da UNESP – Jaboticabal (2008). Espaço Cultural da USP - São Carlos
(2008). Espaço Cultural da USP - São Carlos (2010).
9
RELATOS
Hombres en extinción
Vine a Comitán porque Rita, mi esposa, lo decidió. Quizá el frío te inspire para escribir, dijo para
convencerme. Sin embargo, escribo poco, a veces nada, pero a Eduardo, nuestro bebé de seis meses, el clima
le benefició. No llora y duerme como oso en invierno. A Rita el fresco también le favoreció. Al fin luce sus
dos suéteres de estambre y duerme la mayor parte del día. En cambio Tuxtla era un infierno, en palabras de
mi esposa. Es como una olla donde la gente hierve al calor del sol. Todo es agitado. Las calles, atestadas de
coches y personas, son como venas hinchadas a punto de reventar mientras que el centro, asfixiado como un
corazón con triglicéridos, estalla entre cláxones y gritos. Aquí por lo menos nos saludamos entre vecinos y
se vive en calma.
Renté una casita rectangular con dos recamaras y una sala comedor en el fraccionamiento Monteverde. Las
viviendas están separadas por una barda que no llega al metro de altura, por lo que es posible vernos entre
vecinos, además de oírnos. Frente a donde rento, viven cuatro mujeres. Una es chaparrita con el pelo pintado
de rojo y las raíces negras. La otra es alta, gorda y con una nariz ganchuda. La tercera es delgada con las
piernas firmes y esbeltas. Tiene la piel blanca y la cara bonita. La última es una vieja arrugada y amarilla
como una hoja seca. Se emborrachan todos los días oyendo a los Temerarios.
Una tarde, cuando lavaba los pañales de Eduardo, escuché por casualidad la plática que mantenían. Estaban
resentidas contra los hombres. Las cuatro afirmaron que los varones somos unos hijos de la chingada, putos,
pocoshombres y cobardes. Que sólo las buscamos para coger y luego las botamos como a un objeto. En lo
que decían esto, yo empecé a sentirme mandilón, pues no es fácil mantener la frente en alto mientras cuatro
mujeres resentidas nos miran, en tanto uno lava los pañales del hijo, las blusas y los pantalones de la esposa.
Para cuando dijeron que los hombres éramos unos pendejos, que pensamos con los huevos, entre una
cucaracha y yo no había mucha diferencia. ¿Y porqué pienso esto?, me dije tratando de recuperar la
confianza, si yo, Ornán, el hombre que barre, trapea la casa, lava los trastos y la ropa de su mujer, que
escucha música clásica, lee y escribe, a veces, por las noches, bien podría ser parte de una galería titulada:
hombres en extinción. Pensar esto me inspiró confianza y al instante exalté el pecho y levanté la cabeza
como un caballo amaestrado, pero en el momento que empezaba a sonreír de oreja a oreja, Rita, cigarro en
los labios, pelo revuelto, playera raída, y ojerosa, salió y gritó:
— ¡Qué!, ¿aún no terminas con la ropa?
Mis vecinas, en especial la de piernas esbeltas, me observaron como si presenciaran la masacre de un sapo y
rieron en silencio. Rita las vio retadora y yo balbuceé:
— Ya casi.
Mi esposa dio una fumada larga y volvió a la casa porque Eduardo lloraba. A prisa enjuagué la ropa y la
seguí como perro con la cola entre las patas. Del otro lado de la barda escuché:
—Pobre pendejo.
Por Ornán Gómez
10 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
Angélica y Medoro Por Daniel de Cullá
Sobre la higuera danzaban las estrellas venidas en surcos por el cielo y sus
puntas de alas besaban la espuma de las aguas. Ved aquí los amantes
elaborando con palabras de amor esa simpatía que se expresa en general más
inequívocamente por las preposiciones a ó por. La pasión sexual aletea
resoplando como dioses marinos a través de ese roce de labios en álcali
volátil, especie de goma resinosa que se pegaba a los rosados guijarros entre
inmensas olas amantes rodeadas de cadillos, la bardana menor, el fostón, el
Amor al uso y el Amor de hortelano, el amorejo, el lampazo.
Angélica, la amada, es como esa lección que canta la Iglesia Romana para la
bendición del cirio el sábado Santo. Medoro, el amante, sobre el espejo
movible del agua, de cuerpo entero, era para Angélica un ente mitológico por
el cual y a través del cual evidentemente ella quiere diseminar su alma.
Cariñosos y amables, angelicalmente, con inocencia y candor, haciendo
líquida una consonante por su unión con la que le precede, espejean, relucen y
despiden resplandores como lo hace el mar; se mojan y se pegan a sus
cuerpos, tendiendo a ensancharse y derramarse, no teniendo forma propia y
adaptándose a las de los cuerpos que les contienen. Su abrazo se hace poema
celestial, ellos dos como unos jóvenes con alas y también como mariposas,
pero hombre y mujer sobre todo, para todos y para ellos solos, cuando el amor
va lentamente rumbo al faro y, al huidizo paso de los místicos, resuena el
diálogo luciente de los dos al amor de la corriente, y se crece el vástago de la
pita.
De la parte al abrigo del viento se les oye murmurar:
-Angélica: Obras son amores y no buenas razones, Medoro.
-Medoro: Angélica, ya sabes, amor de niña, agua en cestilla. Que amor con
amor se paga.
* Angélica: Amor de asno, coz y bocado. Amor loco, yo por vos ¿y vos por
otra?
Amorgados, como el pez que se adormece comiendo morga, alpechín, coca de
Levante, lamidos por esas aguas cual aguaza que sueltan las aceitunas
amontonadas antes de la molienda, los amantes, tumbados cuan largos son
sobre su propia imagen se hunden hasta una cierta profundidad del alma
calando mucho de proa y embestidos directamente a la playa para quedar bien
varados, mientras los moluscos que horadan las piedras se esconden en los
agujeros que hacen.
Refutación de la
muerte
Se dice que segundos
antes de morir, la mente
humana recrea, gracias a
una inusitada memoria,
todos los momentos
significativos del
agonizante. La vida pasa
ante nosotros como un
forward de película.
Recreamos mentalmente
nuestra vida en cuestión
de un segundo. Al
término de esta
experiencia morimos. A
pesar de la intrínseca
dificultad para encontrar
informantes que constaten
la veracidad de esta
experiencia, atengámonos
a ella y reflexionemos un
momento al respecto. Hay
muchas razones que
justificarían esta
prodigiosa operación
mental. Mencionaré sólo
dos de ellas. La primera:
el ego, antes de morir,
repasa cada momento de
su vida en un intento por
buscar sentido a la misma.
Antes de desvanecerse,
pongámoslo así, desea
saber si su existencia en
este mundo tuvo algún
sentido, o si fue vana su
estancia aquí. La segunda,
de un carácter más bien
metafísico, refuta la
existencia de la muerte.
RELATOS
11
Buñuel y Alcoriza
Buñuel se acomodó en el asiento, y como de costumbre ordenó un martini al
camarero del elegante bar donde habitualmente se reunía con su amigo y
paisano Luis Alcoríza, considerado entre los críticos de cine, como el único
discípulo del cineasta español radicado en México.
El lugar ubicado en un hotel de la zona rosa, que aún vivía los esplendores de
la década de los setenta, era frecuentado por hombres de negocios y por
intelectuales que invariablemente acudían acompañados de mujeres que
además de bellas, impregnaban el ambiente con sus fragancias de perfumes
caros y sus atuendos vistosos y provocativos, pero conservando el buen gusto
y el refinamiento de las damas habituales a esa clase de lugares.
Luego de iniciada la charla entre los dos personajes, Alcoriza notó que una
mujer lo miraba con insistencia desde su asiento en la barra, sus piernas se
mostraban generosas debido a la posición y a la mini falda que llevaba
puesta, desde su lugar la atractiva mujer continuó mirando al cineasta al
punto que éste no tuvo más remedio que levantarse e ir a reunirse con ella.
Buñuel acostumbrado a las andanzas de su amigo, permaneció en su asiento,
inmutable ante la conducta de Alcoriza. Y es que Buñuel conocía muy bien
las debilidades de su amigo, entre las que se contaban su obsesivo interés por
las mujeres, y la tendencia compulsiva para contarle sus innumerables
hazañas de don Juan. Ser director de cine le facilitaba las andanzas, aunque
últimamente se decía preocupado por la decadencia que inevitablemente
habría de llegar.
Al cerrar la puerta de la habitación, Alcoriza sonrió satisfecho, ésta era una
muestra inequívoca de que todavía le quedaba cuerda para estos menesteres,
su éxito con las mujeres quedaba confirmado con esa aventura iniciada media
hora antes en el bar del lujoso hotel donde solía tomar la copa en la grata
compañía de Buñuel -que pena con el maestro, lo dejé sólo-, pero él
comprenderá que una cómo estas, hubiera sido un pecado desaprovecharla.
Recostado en la cama, Alcoriza se situó al lado de la mujer que con los pies
colgantes esperaba que el otro iniciara los escarceos de rigor. Lentamente le
fue desabotonando la blusa, cuando el maduro galán se acomodó para besar
el torso desnudo de la damisela, miró sorprendido las letras dibujadas con
lápiz labial en el vientre de ésta: “Regalo de Luis Buñuel”. Abajo en el bar,
Buñuel saboreaba su bebida predilecta. Una sonrisa burlona se delineaba en
su rostro.
Por Ángel Gaona
Un segundo antes de morir,
la mente proyecta para sí
misma la película de
nuestra vida, en cuyo
extremo se encuentra, sobra
decir, nuestra agonía.
Ahora, al llegar a este
punto del drama, la mente
nos haría presenciarnos
justo en el segundo en el
que comenzamos el
recuento de nuestra vida, y
presenciar, por
consiguiente, la película de
nuestra vida dentro de la
película de nuestra vida.
Esta hipótesis, fácil de
refutar en lo sensible, no lo
es en lo intelectual, pues
basta con que imaginemos
que el tiempo es continuo e
infinitamente divisible para
hacer posible esta
operación. De ser así,
nunca nos encontraríamos
con la muerte, puesto que
justo antes de terminar con
el recuento de nuestra vida,
nos toparíamos con ese
punto en el que nuestra
experiencia comienza con
esta postrera experiencia, y
nunca llegaríamos al final
de la cinta, a la muerte.
Intuyo que esta operación
mental es en realidad una
artimaña del Ser que, para
burlar a la Muerte, crea un
tiempo cíclico engendrador
de círculos concéntricos
cada vez menores, que
hacen, por muy
inconcebible que esto
parezca, imposible nuestra
muerte y nos hacen,
milagrosamente,
inmortales.
Por Andrés Villavicencio
RELATOS
12 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
Mujer de Tehuantepec
Caheva
Nace en la ciudad de México en 1973.
Pintor autodidacta, con preferencias figurativas; sin pretensión alguna de corriente. Le interesa el
simbolismo suscrito en atmósferas oníricas. Plantea cuestionamientos existenciales y los proyecta a un
escenario futuro.
Ha expuesto en Ámsterdam Holanda, Barcelona España, La Habana Cuba y en diversas Galerías de la
ciudad de México.
http://caheva.deviantart.com/gallery
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Páramo Por Alejandro Ruiz
Cita a ciegas Por Mara Robles
La mosca Por Pedro Carrasco Gajiro
En el páramo hay una sola casa.
Un hombre y una mujer discuten, de ella nacerá un hijo que vivirá en la casa del
páramo.
Sus otros hijos juegan con un perro en el páramo, junto a la casa.
La mujer pare una niña muy pequeña, el hombre pasa todo el día lejos de la casa del
páramo, trabajando.
La comida no es suficiente para la madre y su leche tampoco lo es para su hija.
Fue el hombre quien enterró a la niña a pocos metros de la casa del páramo.
El perro escarba la tierra buscando el cadáver.
En el instante siguiente al manotazo surgió en él una idea, bueno más que una
idea era una reflexión, mejor dicho, una pregunta insignificante sobre algo
insignificante: ¿Por qué lo he hecho? Sí, esa fue la cuestión generada justo
después de matar la mosca. Al principio no le hizo el menor caso a dicho
pensamiento, pero conforme fue pasando el tiempo, el hecho fue tomando
cuerpo y cuerpo y más cuerpo, hasta convertirse en una obsesión. Después de
muchos años, la interrogación seguía activa incluso en el mismísimo instante
en el que el juez le comunicaba el veredicto por los crímenes cometidos.
Cuando llegué a la Sombrilla Rosa y noté que era él, mis ojos sólo pudieron
ver sus anticuadas mezclillas, azul claro, casi a la altura del ombligo.
Increíblemente aún usaba su celular enganchado en la correa, y me hubiese
atrevido a apostar que ese estuche no portaba un touch screen precisamente.
Sus zapatos eran insípidos mientras que su polo chillona estaba abotonada
hasta el cuello. Soy demasiado valiente o demasiado curiosa. Me quedé. Al
poco rato Cuauhtémoc comenzó a hablar de Tolstói, de Marx, de Nietzsche y
hasta de Cienfuegos. Entonces lo supe: yo estaría dispuesta a llevar el 2011
hasta el clóset de aquel hombre.
Lima, Perú, (1989).
Estudiante de Sociología en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos.
Fundador del Grupo
Suicidas y editor de la trilogía: Suicidas Sub 21
(Editorial electrónica
Remolinos, 2009 / Portal de
Humanidades Liceus, 2008), Suicidas Sub 21: versión 2.0
(Feria virtual. I Feria
Internacional del Libro
Arequipa, 2009) y Suicidas Sub 21: versión final
(Editorial Mondo Kronhela
Literatura, 2010 / Revista
Almiar, 2010 / Portal de Humanidades Liceus, 2010).
Ha sido incluido en
antologías como Catástasis
2011 (Ediciones OREM, Trujillo, 2011), Pinceladas
poéticas (Sociedad Peruana
de Poetas, Lima, 2011),
Veinte poetas: Muestra de poesía contemporánea (I.F-
D. Editor. Lima, 2010 entre
otras. Actualmente, es
Presidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ)
y codirige el sello
independiente Río Negro.
Ha publicado Poéticas (Raúl Allaín. Editor. Lima, 2010),
Suicidas Sub 21 (Raúl Allain
/ Iván Fernández-Dávila.
Editores. Lima, 2010), La cientificidad del consciente
(Editorial Emooby, 2011),
Convergencias: Muestra de
poesía contemporánea (Editorial Río Negro. Lima,
2011) y Poiesis
Hispanoamericana:Selección
de poesía contemporánea (Editorial Río Negro, 2012).
www.editorialrionegro.bl
ogspot.com
MICRORRELATOS Raúl Allain
www.raulallain.blogspot.
com
14 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
MICRORRELATOS
Sopa Por Carlos Daniel Buselli
Pésame Por Mabel Escribano
Personalidad múltiple por Selene García
El vapor insulso empaña los vidrios helados.
En el agua hirviente las cebollas juegan a flotar. Ojitos de aceite reciben el único puñado de arroz.
Arranca dos hojas de albahaca, las corta con sus dedos, huele sus manos y disfruta el perfume de
albahaca. La lluvia verde se entrega a la sopa blanca.
Salpimienta, revuelve suavemente.
En un rincón, Velcha amamanta los cuatro cachorros negros.
Sobre la mesa, una nada de pan y una nada de queso.
Siente el cansancio de la pobreza, odia la sopa blanca.
Sus ojos casi estrábicos por la ira, develan que no perdonará su traición.
Estalla en odio, se levanta, tira la silla y empuja la mesa, toma sus hombros y quedan enfrentados. El
golpe llena su asombro por el frío de la cuchilla que penetra. Siente el olor a albahaca. No se resiste.
Mira sus ojos traidores.
Sin gritos ni palabras, casi sin vida va cayendo. Alcanza a ver un chorro de su sangre que se integra a la
sopa que cambia de color.
Sentí sus pasos sin prisas.
Abrió mostrándome con un gesto sus manos solas, después de cincuenta años.
No lloró.
Se abrazó a mi silencio sin decirme nada.
No tenía consuelo, ni yo palabras.
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SED
Surcando la tormenta
y metida en el vendaval
todo se vuelve visceral
metiéndose la aguja demasiado cerca.
Llora por tus pecados, niña,
pues solo nacer a este mundo
nos vuelve rebeldes y oscuros.
Deja que caigan tus lágrimas, vida,
porque no hay mejor día
para dejar salir el mal más profundo.
Siempre en la misma marcha
y la misma cara de la moneda,
es la misma sed la que no te deja
y te pone de nuevo presa entre tus cadenas.
Sara Badia Clement
Noche africana
Tu vello púbico
me recuerda
una noche africana.
Christhian García Mirafuentes
POEMAS
16 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
En los rincones de Mayo
En los rincones de Mayo observo Mayo. Sólo Mayo.
una mirada el resto es un mero trámite
agazapada en el fondo norte de mi memoria sin computo de tiempo.
en la alta y franca memoria en que quedó varada Tan sólo meses que deshojar del calendario,
por un particular calendario de los que prescindir a toda costa,
deshojado hasta el mes de Mayo a los que abominar de praxis teorema
una mirada agazapada. o vocabulario alguno.
En cada uno de sus 31 días Y mientras tanto
de perpetua vigilia el mundo estalla
me siento y llega el mes de Mayo
-ya casi como un ritual- y yo vuelvo a merodear
a observar por su ventana por mi memoria
de pico de horas buscando ya como una ceremonia
esa mirada agazapada o liturgia anual e inexorable
que continua firme, con legislación vigencia o reinado
anclada mensual
sin regalar siquiera un pestañeo a esa mirada
ni la más mínima flojera inmutable
como esperando rememorar de viva conciencia que desde su madriguera
algún suceso construida con piedritas sobrantes de otras estaciones
tragedia o milagro -lo desconozco- también me observa
que la hicieron permanecer acá y me observa
inmóvil quizá
a la espera de que algo suceda hasta que alguno de los dos
omitiendo el transcurrir del resto de los meses. cierre los ojos.
Sus años, inician terminan y recomienzan
en Mayo
sus ojos de un mes y 31 días no admiten discusión alguna. Jonay Castro Casañas
Mayo. Sólo Mayo.
El resto es un mero tramite
17
Un consejo letrado y transparente Quiero
Un consejo letrado y transparente, Quiero
de quien fuera, en su vida, un escritor, tenerte cerca
fuese al labio azaroso de un señor, mirarte entre el mundo y mis ojos
que profesa su escarnio de mal diente. hablarte al oido
mientras mi voz se desvanece
Pero un joven bisoño, aunque carente, y una lágrima se evapora.
del verbo que hace andar al trovador, Quiero
se mostró como un roble; con pudor, navegar por las nubes
diose vuelta y anduvo raudamente. al compás de tus besos en mi piel
hacer de este momento un eterno sueño.
Señor, la juventud es un tesoro, Quiero
el siglo que nos cubre es muy moderno. volar por ríos de luz
Le invito a degustar del buen cereal, donde el tiempo detenido nos observe
acariciando el humo en un sentimiento puro.
que le hinchará de paz y buen decoro. Quiero
¡Publíquese! gritó un librero externo. transitar el mar de la conciencia
Sane pues, su estreñimiento mental. sin que nada oscuro
Ángel Alfredo Borges empañe mi memoria.
Quiero
cerrar la calle de la confusión
y avanzar en mi camino
respirando libertad.
Michelle Chavarría Casanova
18 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
Proemio del alba
…y de pronto estabas ahí,
descendiendo a cuentagotas por la noche:
resurrecta,
fluida en tu vaivén de horas negras.
Atisbo de almíbar y reclamo,
entre la piedad y el alba muerta,
volvías
ante mi grito inútil
a mi silencio, el menesteroso.
Mónica Ávalos Valladares
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PRESENCIAS
Natalia Masserano www.natimasserano.blogspot.com
20 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
JUNTO A MÍ
Natalia Masserano es escultora argentina. Su obra “Deseos” es la portada de este quinto número de
Monolito. Artista que ha sido publicada en diversas revistas y ha mostrado sus obras en varias
exposiciones. Igualmente su trabajo ha sido merecedor de gran cantidad de premios y menciones
honoríficas.
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WILMER LUGO
Nació el 19 de Diciembre de 1956 en San Lorenzo, Estado Zulia, Venezuela.
Ha participado en innumerables exposiciones colectivas: 1981 Centro Universitario. Avignon, Francia.,
1982; Casa de Actividades Culturales de la Ciudad Científica. Lille, Francia, 1983. Ecole Nationale
Supérieur D’art Décoratif. Paris, Francia. Fundación Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
Paris, Francia. 1983: Embajada de Venezuela. Paris, Francia. “El Infinito Canto de este Sol”. Exposición
Inaugural del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (MACZUL). Maracaibo, Venezuela. “Al
Margen”. Galería de Artes Visuales Emerio Dario Lunar, Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela.
1999: “De Costa a Costa” - Exposición Itinerante. Secretaría de Cultura del Estado Zulia, Cabimas,
Bachaquero, Machiques y La Villa de Rosario, Venezuela. 2003: “La Luz del eterno Equinoccio”. World
of TUI, Berlín, Alemania. Von Maracaibo nach Berlin”. Galerie Tantow, Berlín, Alemania. Artistas de la
galería”. Entre otras más. Exposiciones Individuales: 2004, “Die Schöpfung der Tropen”. Galerie Tantow,
Berlín, Alemania. 2008, “Genesis en el trópico“.
Cuéntanos sobre ti, ¿cómo es que nació tu interés para dedicarte a la pintura?
Esto nació desde que tengo uso de razón. Recuerdo que estudiaba primer grado de primaria y tendría
unos 7 años cuando uno de mis hermanos, que estudiaba 2 grados más que yo, fue a mi aula de clases y
con tizas de colores realizó en el pizarrón una composición de la Virgen San José y el niño, la huida a
Egipto, y en ese momento quedé tan impresionado que me dije “esto es lo que quiero ser y hacer: pintar".
LA ENTREVISTA
22 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
Platícanos acerca del artista plástico, ¿cuántas horas al día te requiere, si llevas un esquema de trabajo?
Eso depende: cuando estoy desarrollando la obra, de repente trabajo 10 o más horas. Como de repente; si
no veo en un momento determinado cómo seguir desarrollando la obra me tranco y espero hasta que ella
(la obra) me permita volver a seguir con nuestra conversación. Yo solo hago lo que ella me pide. Es como
una mujer que estás conociendo, al principio la ves de lejos y te agrada, y poco a poco te vas acercando y
conversas con ella hasta que te conviertes en su amigo, ella te platica cosas y yo solo las plasmo en forma
y colores.
¿Qué lenguaje encuentras en la pintura? ¿Por qué escoger la plástica como medio de expresión?
¿Por qué el músico escoge tocar un instrumento o crear música?, ¿por qué una persona decide estudiar
medicina? Yo en realidad no escogí ser pintor... esto me escogió a mí desde que era un niño. En una época
quise alejarme de la pintura y creé dos empresas, una de publicidad, y luego una pequeña fábrica de
lámparas y artículos artesanales de cerámica, y me iba relativamente bien; pero un día, algo ebrio, le dije
a mi señora que no seguiría haciendo eso, que sabía que no nos iría bien económicamente, pero que yo
era pintor y eso sería lo que haría.
Tengo más de 40 años en esto y cada día me doy cuenta de lo lejos que estoy del final y lo lejos que estoy
de terminar de aprender a pintar.
En la actualidad el arte plástico se propaga con nuevos proveedores de ésta, que ofrecen distintas
vertientes de estética, ¿qué propuesta hace original a Wilmer Lugo en su obra?
La única propuesta de Wilmer Lugo es pintar lo que siente, y tratar de ser honesto con lo que hace; no
me interesa estar de moda, es más, me alegra no estar de moda, no soy un decorador de espacios: soy un
creador de sueños. Yo no pinto cuadros, pinto sueños.
¿Cómo y cuándo logras exponer tu obra en otras latitudes?
Años atrás era más fácil. En este momento en particular, por cuestiones políticas en mi país (Venezuela),
a los artistas se no hace cada vez más complicado poder exponer en el exterior, a pesar de que al menos
en mi caso, siempre me llegan gentiles invitaciones para participar en muestras colectivas en otros países;
por las dificultades cambiarias en mi país (es casi imposible conseguir dólares normalmente) se nos hace
una tarea difícil, no tenemos el apoyo del gobierno.
Hace poco envié una obra a Italia y solo el costo de envío era el equivalente a unos 180 dólares del cambio
de nuestra moneda. Entonces no es fácil poder estar participando en eventos en el exterior.
Muy en particular, en Venezuela ¿qué están creando los artistas locales y cómo lo diferenciarías con el
resto del mundo?
La obra de los venezolanos (al menos la que yo conozco) es bastante polifacética; tenemos artistas de gran
envergadura, la obra de muchos venezolanos es bastante apreciada en el exterior; pero definirla bajo un
concepto... creo que es difícil, y no creo ser el más indicado para hacerlo.
23
¿De qué manera crees que ayuda la lectura de una obra plástica con la lectura literaria?
Una se desarrolla con formas y colores, la otra de forma literaria. Una conversa y se expresa de forma
íntima, trasmitiendo sensaciones por medio de lo visual; la otra lo hace por medio de la palabra escrita.
Las sensaciones son similares, son hermanas que se expresan de forma individual, pero al final conllevan
a un mismo desenlace: compartir los sueños y las inquietudes internas, personales.
¿Qué proyectos tienes en puerta, o qué crees que le depara a tu obra en el futuro?
No tengo ni idea. Eso es algo que con los años he aprendido: que lo que ha de llegar, si el universo y Dios
así lo quieren, llegará. Te pongo un ejemplo, desde hace casi un año he estado planificando una muestra
individual para mostrar en conjunto mi última obra, y siempre ocurre un imprevisto.
En estos momentos voy a participar en una colectiva en Caracas con 4 obras, y un grupo de artistas del
Zulia, y ya decidí que cuando quiera el universo que se me de la individual, en ese momento será. Ya no
vivo de impaciencias, vivo de tomar las cosas con calma.
¿Podrías darnos algún medio de contacto mediante el cual la gente pueda llegar a ti y a tu obra?
Mi correo es [email protected]. Por Facebook me pueden buscar con el nombre de Artista Plástico
Wilmer Lugo. En Youtube pueden ver videos míos: Virtual Exposition Wilmer Lugo in Slovakia,
Wilmer Lugo great images from Venezuela, o solamente entrando en el buscador de Google y escribir,
artista plástico Wilmer Lugo. Allí podrán encontrar unos 20 sitios donde aparezco. Les estoy agradecido
por su gentileza e interés en mi obra, son muy amables.
Gracias, Wilmer.
24 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
María Luisa Arellano
Abrazo Nocturno
FOTOGRAFÍA
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Fotografías de María Luisa Arellano (México)
Alas de arcoíris
FOTOGRAFÍA
26 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
COLABORADORES
Alba Monserrat Hernández
Ángel Alfredo Borges
Ángel Gaona
Andrés Villavicencio
Alejandro Ruíz
Carlos Daniel Buselli
Caheva
Christhian García Mirafuentes
Daniel de Cullá
Jonay Castro Casañas
Mabel Escribano
María Luisa Arellano
Michelle Chavarría Casanova
Mara Robles
Mónica Ávalos Valladares
Natalia Masserano
Óscar Bono
Ornán Gómez
Pedro Carrasco Gajiro
Raúl Allain
Renato Luiz Masson
Sara Badia Clement
Wilmer Lugo
GRACIAS A TODOS.
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Visiten la revista literaria española Los sábados, las prostitutas madrugan mucho para estar
dispuestas.
http://www.revistaliteraria.es/
28 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ
ESCUCHA MONOLITO RADIO POR
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Con la participación de Cristina Arreola, Alejandro Montaño, Justina
Cabral, Juan Mireles. Más colaboradores invitados.