Monografía Formación en Neurosicoeducación
Alumna: Viviana Isabel Viyerio
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NUESTRO CEREBRO
Estudiando el material de Neurosicoeducación, escuché en un video: “el cerebro
tiene el tamaño del coco, la forma de una nuez, el color del hígado sin cocer y la
consistencia de la manteca fría, ¿cómo puede algo así, generar arte, poesía, fe, amor,
odio?.”
Un intento de explicación a esta frase que sorprende lo da la evolución. Hace
3500 millones de años, en el ambiente caótico del planeta surgen células con una
membrana semipermeable capaces de realizar copias de sí mismas. Con impulsos
eléctricos podían desplazarse para acercarse a alimentos y alejarse de peligros.
Más tarde, grupos de células diferentes comenzaron a especializarse para detectar
y responder a los cambios del ambiente y se unieron para mejorar distintas funciones.
Para que la recepción, comunicación o transmisión de información con otras células
fuese más rápida, precisa y adaptativa a los cambios del mundo natural, se desarrolló un
tipo de célula llamada neurona.
Esta célula descubierta por Ramón y Cajal en 1888 consta de un cuerpo celular
que forma la materia gris del cerebro y contiene el núcleo, dendritas que son
prolongaciones que conectan y reciben información de otras células, un axón
(prolongación de la neurona), recubierto por mielina que transporta los impulsos
nerviosos, facilitado por los nodos de Ranvier que favorecen ese transporte a mayor
velocidad. Por último está la terminal del axón que comunica a las neuronas entre sí,
con los músculos y/o las glándulas.
Mediante las neuronas los impulsos eléctricos seguidos de cambios químicos
son la base de toda la actividad cerebral. Estas células trabajan con el apoyo de otras,
las gliales, los astrocitos, los oligodendritos, las células de Schwann, quienes las nutren,
las protegen y les dan soporte.
Las neuronas se comunican entre sí por medio de la sinapsis (lugar en que se
conectan dos neuronas). Por las dendritas entran los impulsos nerviosos y en el cono
axónico se toma la decisión de conducir o no a éstos impulsos en forma de químicos
hacia los receptores de otras células (la velocidad de las pulsaciones pueden ir de
segundos a 300km/h).
Cuando se intensifica la transmisión de señales, lo que se llama potenciación a
largo plazo, se crean y amplían redes neuronales que dan origen a todos los procesos de
la mente humana; pero si las redes están poco activas se produce la depresión a largo
plazo y pueden llegar a desarmarse. Esta propiedad de las redes, descripta por Donald
Hebb como plasticidad neuronal, les permite construirse, modificarse, eliminarse o
potenciarse, voluntaria o involuntariamente, durante toda la vida, dando forma al
cerebro.
Con el desarrollo de la neurona y sus posibilidades de acción los primeros intentos
de formación de cerebro se dieron en los peces, que desarrollaron un tubo dentro del
cual pasaban nervios que en su extremo final se unían formando una prominencia.
Desde allí surgían, por ejemplo, módulos especializados para el olfato o la vista
que en conexión con el cerebelo se encargaban de regular el movimiento. Esta
propiedad resultó ser un requisito esencial para el desarrollo evolutivo del Sistema
Nervioso.
El cerebro debía desarrollar una estrategia rudimentaria para guiar el movimiento
del animal, adecuado a la característica del medio ambiente en que lo hacía, previendo
lo que podría suceder como resultado de ese movimiento. Con el tiempo surgió un
rudimentario sistema nervioso el cerebro de los resptiles, para asegurar la supervivencia
y responsable de los reflejos que son los casos más simples de procesamiento
automático de estímulo- respuesta y de los instintos -(conjunto de reflejos
encadenados). Ello permitía a los animales escapar del peligro o luchar, transmitir
material genético, asegurar la sexualidad, marcar y cuidar el territorio y promover las
agrupaciones.
Así surgen conductas genéticas, fijas y rápidas que provocan movimientos
inconscientes para tareas rutinarias. Los instintos tienen instrucciones según los
estímulos para activar un comportamiento adecuado (si tengo sed, debo buscar agua).
Las partes anatómicas involucradas en este cerebro son: la zona superior de la médula
espinal, los ganglios basales (núcleo caudado, putámen, globo pálido, núcleo
subtalámico, sustancia negra) y el sistema reticulado.
Luego se produjo un crecimiento explosivo de algunas regiones de las redes
instintivas que posibilitó la formación del cerebro emocional. Éste surge como un
amplificador de los instintos, agregando emociones para asegurar exitosamente la
interacción con el ambiente.
Los circuitos emocionales están genéticamente predeterminados para responder
en forma incondicionada (instintiva) a los estímulos desafiantes. Potencian la
memoria e impulsan a la acción con programas específicos de reacción que pueden ser:
motores (tono muscular, temblores), fisiológicos (palidez, enrojecimiento, aceleración
del pulso, palpitaciones, sensación de malestar) o de comportamiento (inhibición,
fuga, agresión). Por eso, las emociones (miedo, enojo, furia, alegría) se expresan a nivel
corporal y facial.
En este cerebro se agregaron dos nuevas herramientas cognitivas: MEMORIA y
APRENDIZAJE, lo que permitió almacenar diferentes respuestas originales o ya
experimentadas para emplearlas en situaciones semejantes del momento o en el futuro
gracias a la formación de un SISTEMA DE ARCHIVO.
Este sistema divide los ESTÍMULOS en PLACENTEROS a favor de la
supervivencia (provocando conductas de acercamiento y siendo reforzados, a su vez,
por un sistema de búsqueda y recompensa, que al dar sensación de placer buscan
repetirse para mantenernos vivos ) y DOLOROSOS (que provocan la huida o la lucha y
tienen mayor rapidez e intensidad).
Este archivo situado en las amígdalas es el primero en evaluar (y actuar si fuese
necesario) frente a estímulos novedosos. Da la respuesta universal de orientación al
estímulo y activación del estrés que es la respuesta de inmovilidad y alerta donde el
cuerpo se detiene, la cabeza gira buscando el origen del estímulo, se agudizan los
sentidos y hay aumento de atención y alerta con el fin de eliminarlo rápidamente.
Este cerebro está formado por el circuito de estructuras que rodean al tálamo (dos masas
de tejido gris en el centro de la zona media del cerebro y vía de entrada de los estímulos
sensoriales), el hipotálamo- (donde, entre otras funciones, se generan las sustancias
químicas responsables de determinadas emociones), el hipocampo (ligado al
conocimiento previo y a la memoria de experiencias anteriores), a la amígdala cerebral,
al cuerpo calloso, al septo y al mesencéfalo.
Luego, por superposición de otras áreas se formo la neocorteza, que contiene dos
hemisferios (izquierdo y derecho, cada uno con dominancia en determinadas funciones)
separados por una cisura, unidos por el cuerpo calloso y cubiertos por la corteza
cerebral. La misma es una fina capa de tejido nervioso de dos milímetros de espesor,
muy plegada sobre sí misma formando surcos y circunvoluciones, lo que permite
extender su tamaño sin tener que aumentar el volumen del cerebro. Está estratificada en
capas de neuronas que se relacionan permitiendo integrar las acciones de análisis, de
síntesis o de modificación, según sea necesario. Este cerebro permitió la adquisición de
nuevos conocimientos, habilidades y actitudes.
Cada hemisferio de este cerebro se divide en cuatro lóbulos (frontal, parietal,
temporal y occipital), un lóbulo oculto que es la ínsula además del lóbulo pre-frontal,
también dividido en dos y contiene núcleos de células que forman módulos como la
corteza dorso-lateral, la orbito- frontal, la ventro-medial y la cingular anterior.
Estas cortezas pueden controlar y modular una respuesta instintiva, participando
en la conducta personal, en la conciencia del yo y en la expresión afectiva. Permiten
también decidir entre distintas opciones y generan auto observación, por lo que allí se
desarrollan las FUNCIONES COGNITIVAS (la atención, el lenguaje, la memoria, la
creatividad, el razonamiento, la percepción) y las FUNCIONES EJECUTIVAS
(planificar, perseverar, prever, retardar gratificaciones, modelar respuestas instintivas o
emocionales, tener empatía, entre otras).
En consecuencia podemos ver que la mente humana fue construida por la
superposición evolutiva de diferentes módulos cerebrales. Hoy, todo nuestro cerebro y
su producto (la mente) forman una unidad totalmente interrelacionada con el cuerpo
mediante el SISTEMA NERVIOSO que capta y procesa rápidamente las señales tanto
externas como internas, coordinando con los demás órganos una adecuada interacción
con el medio y constituyendo una Unidad Cuerpo, Cerebro, Mente-(UCCM).
El SISTEMA NERVIOSO CENTRAL está constituido por el ENCÉFALO, LA
MÉDULA ESPINAL Y LOS NERVIOS PERIFÉRICOS.
EL ENCÉFALO protegido por los huesos del cráneo, está formado por el cerebro,
cuyas funciones se han detallado más arriba; el cerebelo que controla las órdenes que el
cerebro envía al aparato locomotor; y el tallo cerebral (bulbo raquídeo y formación
reticular) el cual interviene en el primer nivel de atención y es el mayor centro de
comunicación del cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos.
Otro componente del sistema nervioso central es la MÉDULA ESPINAL que
como prolongación del encéfalo se extiende por el interior de la columna vertebral,
constituida por cordones de axones llamados nervios que comunican centros nerviosos
con órganos del cuerpo.
Por último, el SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO que emerge del sistema
central y cuyos nervios recorren todo el cuerpo, se conforma de un SISTEMA
NERVIOSO AUTÓNOMO o VEGETATIVO que regula las funciones involuntarias o
inconscientes (frecuencia cardíaca o respiratoria, digestión, dilatación de pupila,
salivación, presión sanguínea) tanto para los comportamientos de aceleración que
requieren gasto de energía (preparar al cuerpo para reaccionar ante el estrés) como para
los comportamientos de relajación (equilibrio hídrico, temperatura corporal, sueño,
liberación de hormonas) que mantienen al cuerpo en situación normal. Además está
conformado por el SISTEMA NERVIOSO SOMÁTICO que regula las funciones
voluntarias o conscientes en el organismo y permite los movimientos voluntarios.
Todo el sistema nervioso se comunica a través de “mensajeros químicos”
llamados neurotransmisores que transmiten información para desencadenar o evitar
impulsos nerviosos en las células, como en el caso del hambre y la saciedad que son
causadas por neuronas aceleradoras o inhibidoras de la ingesta.
La acción de la noradrenalina, por ejemplo, que se libera frente a estímulos
dolorosos o de la dopamina ante estímulos placenteros, provoca una serie de reacciones
motoras, anatómicas y de fijación de memoria, entre otras. El hipotálamo es el gran
núcleo que maneja el equilibrio interno del organismo, controla la hipófisis y a través
de ella y de la interacción de neurotransmisores, hormonas y neuropéptidos, recibe
información constante del cuerpo. Un ejemplo puede ser la sensación de hambre.
Cuando baja el nivel de glucosa en sangre, la información llega al hipotálamo por la
misma y éste envía las señales a la corteza cerebral donde varias zonas captan esa
sensación para iniciar la búsqueda de alimento y motivar la acción de comer.
De las nuevas herramientas que fueron surgiendo con la formación del cerebro
emocional, el registro de experiencias de hechos del pasado y del presente fue uno
de los más importantes para interactuar con el mundo exterior, para orientarse, para
analizar las propias sensaciones, compararlas con un registro mnémico ya existente y
actuar en consecuencia.-
La MEMORIA fue la base de las funciones cognitivas, necesaria para
convertirnos en seres plenamente conscientes y perdurables. Es la capacidad mental de
registrar, conservar y evocar experiencias, ideas, imágenes, acontecimientos,
procedimientos (aprender a bailar) o sentimientos que se experimentan.
La información del mundo exterior entra por los sentidos y forma bancos de memoria.
La memoria sobre un tema se forma cuando un grupo de neuronas generan una red que
se repite con frecuencia o se reitera con carga emocional, lo que favorece su unión.
El hipocampo permite convertir las memorias de corto plazo u operativas (las que
mantienen datos para realizar actividades en el momento) en memorias de largo plazo
(para desempeñar tareas futuras) que pueden llevar años en consolidarse. Estas últimas
se dividen en diferentes tipos para almacenar información de los sentidos, componentes
visuales, espaciales, auditivos (reconoce sonidos para comprender el lenguaje). Son
independientes entre sí y pueden ser adquiridas en forma consciente o inconsciente.
El hipocampo es necesario para codificar y recuperar memorias personales y las
amígdalas, específicamente, son las responsables de la memoria emocional,
provocando, por ejemplo, esos fogonazos de recuerdos atemorizantes luego de un estrés
pos traumático. La UCCM se ocupa de decidir cuáles serán los recuerdos más
ventajosos para actuar en caso de peligro.
El APRENDIZAJE, la otra herramienta cognitiva del cerebro emocional,
permitió responder con más flexibilidad a las exigencias del ambiente adquiriendo
determinada información y almacenarla para utilizarla cuando fuese necesario. Las
variaciones en las conexiones sinápticas que producen cambios en el pensamiento y en
los comportamientos nos enfrentan a un proceso de aprendizaje. Las neuronas que
constantemente se movilizan por las repeticiones de estímulos salen de zonas aledañas
donde están poco activas formando nuevas redes Hebbianas para fijar, evaluar y
catalogar toda nueva información, rediseñando de esta manera, la estructura cerebral.
EL APRENDIZAJE PASA POR VARIAS ETAPAS que van desde la ignorancia
inconsciente al esfuerzo para obtener conocimiento, debiendo batallar en un principio
con el aburrimiento y la ansiedad (mientras no se cuente con la necesaria dosis del
neurotransmisor dopamina para acompañar ese esfuerzo que lo hará persistente).
En el proceso de aprendizaje suceden momentos de confusión donde lo nuevo se
ve como posiblemente peligroso porque moviliza o pone en duda antiguas creencias,
hasta que comprendemos lo aprendido y podemos expresar lo que sabemos. Pero para
que no se debiliten las redes neuronales de información haciéndonos olvidar recuerdos,
se debe pasar a la etapa de aplicación del conocimiento donde la práctica de
simulación mental nos ayudará a disminuir la incertidumbre que nos afecta,
imaginando cómo sucederán los hechos.
Sin embargo tener conocimientos no es lo mismo que ponerlos en práctica pues si
no aplicamos en la vida misma el conocimiento adquirido, la red neural de
información se debilitará con el tiempo y no se podrá llegar a la automatización del
aprendizaje que nos permite realizar acciones aprendidas sin tener que pensar en ellas,
con más velocidad y mayor eficacia.
Constantemente la UCCM realiza “podas neurales”, suprimiendo algunos
recuerdos para fortalecer otros que considera más ventajosos para la propia vida. Los
conocimientos acumulados en nuestra memoria, juzgados con satisfacción, nos permiten
actuar de determinada manera conformando una zona de seguridad de la que muchas
veces es muy difícil salir, como en el caso de las creencias o convicciones que al estar
acompañadas de emociones fuertes disminuyen las capacidades cognitivas de
razonamiento y sentido común.
A través de los módulos cerebrales que poseemos, en el cerebro conviven DOS
SISTEMAS COGNITIVOS que favorecen el aprendizaje: uno emocional, RÁPIDO o de
CAMINO CORTO que es indeleble, inconsciente, no requiere esfuerzo, depende de vías
que no ingresan a la corteza. Los estímulos que vienen del exterior como impulsos
nerviosos llegan al tálamo el cual distribuye la información para su evaluación a las
AMÍGDALAS, las cuales, usando sus propios bancos de memoria, decidirán en 125
milisegundos (un pestañeo) si hay peligro o no para la supervivencia.
Mediante el mecanismo del miedo las amígdalas alertarán al hipotálamo que
producirá las respuestas físicas inmediatas de quietud o parálisis, huida, ataque
defensivo, sumisión o lucha, para asegurar la supervivencia del momento, aunque por
ello anula el pensamiento racional, la reflexión.
Si bien este mecanismo fue bueno para resolver situaciones del mundo natural,
una a la vez, no se adapta bien para las dificultades del mundo actual, con su sobredosis
de estímulos que atrapan nuestra atención, estando en constante alerta y “cocinándonos
en nuestra propia salsa de hormonas”, desencadenando estados de ansiedad, estrés,
incertidumbre, que disminuyen la actividad de los lóbulos pre frontales, etc.
EL ESTRÉS, entendido como conjunto de adaptaciones biológicas activadas para
afrontar situaciones de la realidad, solucionarlas, y restablecer el equilibrio perdido, es
un mecanismo de supervivencia necesario; pero si no nos podemos recuperar, las
provocaciones activarán repetidamente el estado de alerta, provocando ansiedad.
Si los estímulos son evaluados por el NÚCLEO ACCUMBENS como favorables a
la supervivencia, las conductas que se producirán serán las de acercamiento a esos
estímulos y se entrará al circuito de recompensa, ya que cada vez que tenemos éxito al
dirigirnos a un objetivo pro supervivencia (comida, sexo, dinero, educación), la UCCM
nos premia con la liberación de neurotransmisores como la dopamina, para hacernos
sentir entusiastas y motivados a ir por más.
La dopamina es la responsable de la sensación de placer, del aumento de la
energía física y mental para lograr el poder de concentración. Se libera antes y después
de un proceso para instarnos a vencer obstáculos. Si la liberación de dopamina no está
contrarrestada por otro neurotransmisor como la serotonina que provoca el estado de
calma y serenidad permitiendo actuar a la razón sobre la emoción, caeremos en estados
de adicción o estrés, buscando premios constantemente para sentirnos bien.
El otro SISTEMA COGNITIVO es el LENTO (da la respuesta en un tiempo
mayor) regulado por los LPF. Consume mucha energía (utilizando para ello la glucosa
de la sangre) por lo que nos sentimos cansados rápidamente. Exige un esfuerzo
consciente importante y utiliza los lóbulos pre frontales para lograr la atención selectiva
y sostenida que ayudará a ocuparse de un problema por vez. Permite la visión de futuro
y capacidad de acción a largo plazo, resuelve problemas que origina el sistema rápido
pero que requieren tiempo e información de calidad para ello, apacigua o frena a la
amígdala si considera que la estrategia iniciada por ella no es la adecuada, pudiendo
cambiar esa respuesta. Si la respuesta debe ser más verbal que corporal, por ejemplo,
mandarán una orden al hipotálamo para que frene a la corporal que ya se había
manifestado.
En este sistema lento surge como esencial la ATENCIÓN que permite
concentrarnos en estado de alerta y vigilancia, espontánea o voluntariamente cuando nos
enfocamos en uno o varios aspectos de la realidad para dirigirnos a metas,
planificaciones, anticipación de consecuencias o mantenimiento de un propósito.
La atención debe enfocarse para poder percibir de forma adecuada los estímulos
propuestos, pero sólo si coinciden con sus intereses, escala de valores o necesidades, la
persona responderá directamente. La idea final de lo que existe afuera depende del
significado que cada uno le dé a la información entrante.
Estímulos atractivos, emotivos y novedosos captan la atención, activando el
neurotransmisor dopamina que como ya expresé, interviene en el ENTUSIASMO y
refuerza la MEMORIA y la MOTIVACIÓN. Cuando existe un estímulo apropiado
se produce un circuito de deseo, acción y relajación como cuando comemos una fruta,
por ejemplo, la liberación de dopamina desde el tallo cerebral (zona ventral tegmental )
producirá un deseo que impulsará la acción, la motivación de comer. Tal deseo,
activado por la hormona adrenalina y reforzado por la dopamina para grabar y repetir
esa experiencia, culminará cuando se complete la acción de comer con la sensación de
saciedad, provocada por el neurotransmisor serotonina, que pondrá freno a la acción
de seguir comiendo.
Al tener una experiencia agradable la dopamina acompaña ese momento de placer
pero cuando la vista y el olfato vuelven a detectarlo más adelante, la descarga de la
misma se produce anticipadamente provocando la ANTICIPACIÓN DE
RECOMPENSA (no se necesita presencia del estímulo para que se libere la
dopamina). El SISTEMA DE RECOMPENSA es el sistema natural que provee al
organismo de una recompensa (sensación de placer) por realizar una actividad que
ayuda a mantenernos vivos y a repetirla, ayudada por los neurotransmisores.
BREVE HISTORIA DE LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO
La vida dura y difícil de los primeros seres humanos con grandes privaciones en la
sabana africana y a merced de los caprichos naturales, fue enfrentada con cerebros
automáticos que trabajaban en tiempo presente, se podían referir a una sola cosa por
vez, a experiencias inmediatas.
Poco a poco, con nuevas habilidades el cerebro permitió hacer abstracciones,
hablar de hechos u objetos sin que estuvieran presentes y surgió un primer tipo de
pensamiento denominado mágico que atribuía todo lo que ocurría a fuerzas benignas o
malignas según beneficiaran o perjudicaran la supervivencia.
Mientras las ofrendas y sacrificios se sucedían para pedir o agradecer a seres que
resolvían los problemas, se continuó con la búsqueda del control de la naturaleza,
dando origen al pensamiento filosófico en la Grecia de 2500 años A.C., que observaba
los fenómenos y buscaba responder a preguntas con hipótesis a través del razonamiento
y la lógica. Sin embargo, al no considerar la comprobación (el filósofo no dudaba de sí
mismo) se creaban paradigmas errados.
La búsqueda de conocimiento para controlar el mundo exterior dio origen al
pensamiento científico, que trataba de hallar las respuestas correctas a las preguntas
formuladas por la filosofía y agregó a su método de trabajo la predicción, la
experimentación, la evaluación, la conclusión final y la repetición, si fuese necesaria. Se
pudo imaginar una situación futura y planificar.
También esa búsqueda se ocupó del conocimiento del mundo interior aunque el
pensamiento mágico y filosófico fueron las únicas herramientas para su conocimiento
inicial, hasta que los avances de la ciencia y la tecnología nos permitieron explorar el
cerebro. El pensamiento (como producto de la integración de información sensitiva de
la zona de la corteza de asociación) fue una herramienta clave para el desarrollo de
estos conocimientos. Depende para su adecuado desenvolvimiento de la genética y de
la calidad de la información obtenida, tanto de la cultura como de la memética
(cualquier tipo de información, hábito, habilidades, canciones, historias que pueden
copiarse de una persona a otra y ser causantes de las variaciones de la evolución, tal
como lo hacen los genes con las células).
Algunos autores consideran a la evolución cultural como causa del crecimiento
del cerebro porque obligó a aprendizajes y razonamientos cada vez más complejos. Lo
que a su vez provocó cambios en el cráneo humano para contener ese crecimiento, así
como el achatamiento del rostro, retroceso de la barbilla (posibilitando estructuras
anatómicas para el habla) y disminución del tamaño de los dientes.
El desarrollo de la UCCM no fue sólo producto de especificaciones neuronales.
La interacción con el medio ambiente y con otras personas fue decisiva para su
avance. EL CEREBRO SOCIAL surge respondiendo al instinto gregario de unirse a
otros para conseguir cosas, agruparse para protegerse, marcar el territorio, defenderlo
para sobrevivir y reconocer al más fuerte.
En estas interacciones se desarrollaron los instintos de IMITACIÓN y
CURIOSIDAD, facilitados por las NEURONAS ESPEJO, que obligaron al desarrollo
de nuevos procesos mentales como la observación cuidadosa de otros comportamientos,
la comparación de lo realizado con el modelo original y la copia que muchas veces era
corregida para mejorar el resultado.
Las neuronas espejo desempeñan un papel importante en el contagio emocional;
enviamos permanentemente (a través de la interacción cara a cara) señales sobre
nuestros sentimientos mediante tonos de voz, expresión facial, gestos. La capacidad de
descifrar estas señales varía de persona a persona y es la base de nuestros
comportamientos empáticos, que significan ponernos en el lugar de los otros,
comprender lo que sienten, por lo que la empatía es también, el componente esencial
de la compasión. Sin embargo las neuronas espejo al activar un patrón neural similar a
la que realiza otra persona nos expone también a desear cosas que otros poseen y son la
base de la envidia humana.
También El LENGUAJE como habilidad cognitiva desarrolló la pertenencia al
grupo al reconocerse los que compartían el mismo idioma y la comunicación de ideas
fue el instrumento más poderoso en la lucha por la supervivencia. Escuchando historias
aprendían a vivir. Los homínidos desarrollaron los órganos de la fonación y se reforzó
la conexión de símbolos sonoros con el concepto de imagen mental. El hemisferio
izquierdo del cerebro contiene las áreas especializadas en el lenguaje, controla la
comprensión y los componentes motores del habla, así como la semántica y sintaxis del
discurso. El hemisferio derecho se ocupa de la emocionalidad, del lenguaje no verbal y
de la prosodia del discurso. El lenguaje permitió organizar la exposición sensorial,
favoreció la construcción de relaciones humanas y la transferencia de la cultura.
Este gran cerebro que poseemos y nos permite trascender como seres humanos no
se desarrolló sólo por el paso del tiempo o por las experiencias acumuladas. Las
potencialidades debemos desarrollarlas con esfuerzo y a través del conocimiento. Ser
un buen ser humano que se conozca a sí mismo y que participe en la construcción y
entendimiento del mundo parece ser una premisa evolutiva, aunque estamos expuestos
a innumerables fallas biológicas que lo dificultan.
Características biológicas que dificultan el conocimiento
Todo lo que llega a la corteza mediante los sentidos es procesado, almacenado y
activado por eventos eléctricos y químicos. Cada uno de nuestros sentidos se hace cargo
de un tipo de estímulo y su función es mudarlo a impulsos eléctricos para traducirlos al
lenguaje del cerebro. Hay FILTROS que impiden que una sobrecarga de información
llegue al cerebro superior, focalizando la atención en lo que es más importante para la
supervivencia.
Con esta base pretendemos interpretar todo lo que percibimos, seleccionando
muchas veces formas de actuar irracionales e involuntarias (el 99% de nuestras acciones
responden a estímulos o memorias que actúan por debajo de nuestra conciencia). Ocurre
que siempre necesitamos explicar y justificar hechos internos y externos para tener la
ilusión del control de la realidad.
Con la función del INTÉRPRETE intentamos mantener la coherencia de nuestra
historia personal y al convencernos y tratar de convencer a los demás, puede activar
ilusiones mentales (distorsiones con las que percibimos la realidad) para encontrarles un
sentido justificatorio y tranquilizador a los mismos. Sin embargo, con buenas
interpretaciones podemos combatir la ansiedad creada por la incertidumbre.
La buena noticia es que si queremos disfrutar de las potencialidades que tenemos,
podemos hacerlo EDUCÁNDONOS para conocernos y modelarnos, escapando del
determinismo biológico. Nos hemos civilizado mediante frenos externos: imposición de
leyes religiosas y jurídicas que buscan poner límite a descontroles de los instintos y
problemas sociales derivados, pero el desafío es poder trasladar ese control a los LPF de
cada persona, dando valor a la responsabilidad individual para lograr una convivencia
pacífica y duradera. Mil millones de neuronas y un billón de conexiones nos permiten
inspirarnos para vivir en un mundo justo, creativo, cooperativo, confiable, limpio y
ordenado. PERO ES UN TRABAJO DE TODA LA VIDA.
Estamos muy influenciados por los instintos que se expresan por alteraciones
químicas en el cerebro y en el cuerpo (marcadores somáticos) e interpretados por la
mente como realidades auténticas a las que hay que dar satisfacción inmediata. Ellos
nos hicieron egoístas, competitivos por los recursos esenciales de la vida y son
responsables de los actos salvajes que a lo largo de la historia marcaron las trayectorias
individuales y colectivas.
El ser humano consiguió grandes avances a costa de alterar el medio ambiente y
es capaz de provocarse trastornos mentales que hablan de su insatisfacción, aún cuando
tiene resueltas cuestiones de supervivencia. Es capaz de copiar comportamientos
infrahumanos, de sentir envidia, de mentir, de robar, de vengarse, de atender a lo que no
tiene por sobre lo que tiene, de conductas cortoplacistas para acercarse al placer. Pero
también, cuando pudo modelar los instintos, logró grandes avances en la cultura y la
sociedad, pudiendo ser generoso, dando confianza y seguridad. Debido al instinto de
imitación, por ejemplo, pudo superar el ensayo y error como método de relacionarse con
el mundo. La cultura bien orientada tiene una gran influencia en la construcción de cada
destino.
Cómo potenciar las ventajas de nuestro cerebro
● controlando nuestras emociones y ajustando nuestros impulsos: es muy difícil
razonar con alguien muy comprometido emocionalmente con algún tema. El sistema
emocional guiado por leyes genéticas, dirige y gobierna la vida del hombre. La
amígdala nos condiciona a estímulos asociados al dolor y al contexto, el organismo se
pone en alerta aún cuando el peligro está lejano. Los LPF con un gran consumo
energético (utiliza la glucosa de la sangre) pueden ayudarnos a vetar, modificar o
permitir que sigan adelante nuestras acciones, pero el freno (a los instintos provocado
por el módulo orbito frontal), depende en gran medida de la maduración de sus
neuronas.
Estas no terminan de madurar hasta alrededor de los 25 años, por lo que los axones que
van desde la corteza al cerebro emocional presentan debilidad de acción. Debilidad muy
notoria en los niños que tienen más arranques emocionales que los adultos, reforzada
por el trabajo de la amígdala que madura antes de los 6 meses de vida.
● el uso y modelación de los lpf nos permite la visión presente y futura, planificar
estrategias, tener metas, evitar sobresaltos por acumulación de supuestos peligros, tener
conciencia personal, dar nombre a nuestras emociones, pero también caer en
enfermedades físicas o psíquicas.
Por ejemplo en el estado de ansiedad, la atención se aferra al estímulo desencadenante
con el fin de eliminarlo y produce mecanismos como el de negación que impide la real
solución del problema recurriendo a fantasías, supersticiones (el gato negro que al
cruzarse trae mala suerte) o a bloqueos (yo no tuve la culpa) o el de intrusión (aparición
contante de temas que nos inquietan, preocupación mental, alerta excesiva, insomnio,
pesadillas, sueños, reacciones de sobresalto). Esto nos lleva a un estado de Estrés que
tiene como característica la incertidumbre, que es el estado de alerta por información
considerada peligrosa, liberando hormonas para pelear o huir.
● estar atento a pocos temas por vez, aunque en la vida moderna es casi imposible.
Arrastramos varios problemas que no terminan de resolverse y nos presionan para
responder rápidamente, todos a la vez: familiares, laborales, burocráticos, etc.
Cuando el cerebro emocional sobrecarga al sistema nervioso autónomo con señales de
energía, éste se activa y los neurotransmisores entran en actividad, la noradrenalina
aumenta la capacidad de percepción y memoria para atender al estímulo, el hipotálamo
indica a la pituitaria que libere hormonas de energía, las glándulas suprarrenales
segregan adrenalina en el flujo sanguíneo, la tensión arterial aumenta, las pupilas se
dilatan, el rostro palidece, la sangre con más carga de oxígeno penetra en los músculos
tensores, la boca se seca y el cuerpo canaliza todo el líquido disponible a la
transpiración necesaria para refrescar el cuerpo durante la huída.
Si conocemos este circuito podemos entender que la exposición constante al mismo, nos
lleva a enfermarnos. A medida que se acumulan dolores emocionales que
desencadenan estrés, las causas que los provocan se vuelven difusas, no entendemos de
dónde vienen ni porqué.
● la calidad de información que incorporemos por medio de la educación ayudará a
lograr mejores evaluaciones sobre lo que sucede para detener el estrés, aceptar que
ignoramos muchas cosas, buscar explicaciones científicas y poder tomar buenas
decisiones.
La importancia de la educación es notoria en la auto observación ya que
muchas veces sólo el ser conscientes de que algo no es correcto, no impide que
igualmente las realicemos (repetimos acciones que sabemos que están mal o que nos
hacen sentir mal). Al auto observarnos podemos entender cuáles pensamientos
despiertan nuestros instintos y emociones. Frente a una situación traumática podemos
desviar la atención hacia recuerdos agradables o lecturas enriquecedoras que debilitarán
las redes de neuronas conectadas con pensamientos inadecuados.
El camino corto del placer al buscar recompensas inmediatas también puede ser
errado y llevarnos al alcoholismo, tabaquismo o a todos los “ismos” que nos perjudican.
Podemos implicarnos en juegos, ocio, gula, codicia etc. favorecidos por los cambios de
hábitos de la vida moderna, sedentaria, sin desgaste físico, que influyen en
enfermedades como diabetes, obesidad, cáncer.
● las emociones influyen en nuestras percepciones: el estado de ánimo cambia
el modo de ver el mundo, el buen humor y la actitud positiva aumentan la percepción
de datos de la corteza visual pues permite una visión periférica en contraposición al mal
humor, al miedo o la tristeza que reducen la capacidad de atención y llevan a una visión
de túnel como una forma de supervivencia (eliminando lo superfluo para mantener la
vida, vemos por ejemplo, el arma de un atacante pero no sus características personales).
Debemos saber también que el dolor emocional activa las mismas áreas que el dolor
físico (decimos: -me siento herido, estoy lastimado-, para expresar dolor emocional).
Muchas veces los sistemas sensoriales modifican el umbral del dolor como
cuando disminuye en el caso de analgesia por estrés, (cuando las endorfinas actúan para
enfrentar el peligro bloqueando el dolor) o aumentan el mismo por respuestas crónicas
como en el caso de hiperalgia en el dolor por cáncer.
Las emociones primarias como el miedo, enojo, asco, tristeza, alegría y sus
expresiones faciales son universales, tienen una base neural innata, se expresan a través
de cada cultura pero no se adquieren por la cultura. Las emociones secundarias como
remordimiento, optimismo, desilusión, temor, amor, celos, culpa, orgullo que surgen
como una mezcla de las emociones primarias. Producidas por los SENTIMIENTOS son
la experiencia privada y mental de una emoción, la hacen consciente.
Las emociones preceden a los sentimientos, en el miedo por ejemplo, primero se
desencadena una reacción automática en el cerebro y se refleja en el cuerpo, pero el
grito es la PROYECCIÓN de una serie de ideas que nos impulsaron a actuar de esa
manera.
Muchas veces podemos camuflar con máscaras gestuales emociones que no
sentimos como en el caso de la sonrisa que cuando es verdadera expresa entusiasmo,
alegría, optimismo, es inconsciente y automática, en contraposición a la sonrisa social
que es simulada y se la puede provocar a voluntad para engañar o como parte de un
simple intercambio social. La mentira requiere de estrategias cognitivas complejas ya
que para hacerlo es necesario percibir cuál es el efecto que causa en los otros.
A través de un procesamiento visual (de la corteza visual primaria, occipital,
temporal superior, giro fusiforme) podemos interpretar la expresión de un rostro y
detectar el sentimiento que desencadena. El RECONOCIMIENTO FACIAL activa la
memoria semántica que nos ubica en el contexto (profesión, lugar donde vive, época en
que la conocimos) para reconocer a una persona. A este contexto se puede acceder
también por vía auditiva (escuchar la voz de la persona, escuchar su nombre) o al ver su
nombre escrito.
● al expresar nuestras emociones influímos en otras personas, pues somos
responsables de cómo determinamos los sentimientos de las personas con las que
interactuamos. En la construcción de la comunicación el emisor es el más poderoso
emocionalmente y marcará el estado emocional del receptor (líder con humor o
pesimista).
Es interesante saber que el cerebro lee más rápido la emoción de alegría y
simpatía. Nuestros PENSAMIENTOS SON PRIVADOS pero nuestras emociones
siempre dan una señal distintiva corporal que permiten una comunicación social rápida.
Hay características faciales que denotan emociones como los ojos muy abiertos, cejas
altas, nariz arrugada, boca apretada. Por medio de los tonos de voz, cambios en el
lenguaje o en la mirada (no mirar a los ojos) podemos detectar engaños. La INSULA es
la que intuye junto a los marcadores somáticos que acompañan a las emociones que algo
no está bien.
● necesidad de desarrollar la inteligencia emocional: reconocer nuestras
emociones, sus efectos en nosotros, en los demás y la habilidad para manejarlos. El
coeficiente emocional es el que persuade, inspira, escucha, motiva, comunica. La
competencia emocional se construye a lo largo de la vida, pero desde los 5 años ya un
niño puede comprender sus emociones.
Si la enseñanza cognitiva en las escuelas tuviera más en cuenta el desarrollo de la
INTELIGENCIA INTRAPERSONAL e INTERPERSONAL de los alumnos podría
contribuir más exitosamente al desarrollo de un nivel de conciencia que sin duda
realizaría aportes exitosos para un mundo mejor.
Mediante la inteligencia intrapersonal se ayuda a conocer los propios
sentimientos y emociones (autoconciencia), sus habilidades límites, recursos interiores
(autoevaluación), confianza en sí mismos, autodominio, escrupulosidad, adaptabilidad
innovación (autorregulación) y la capacidad de motivación para lograr mejoras,
compromiso, iniciativa, optimismo, perseverancia.
La inteligencia intrapersonal ayuda a comprender a los demás y permite saber
qué los motiva, que capacidad tienen frente al humor, cómo es su temperamento, cómo
interactuar éticamente con ellos valorando la diversidad. Los políticos que manejan
estas habilidades sociales pueden encausar su liderazgo para dirigir, negociar, motivar,
cooperar, para trabajar en equipo creando sinergia a favor de metas colectivas.
● importancia de desarrollar la atención: los educadores pueden lograr una
enseñanza exitosa si analizan el tipo de información que capta la atención de sus
alumnos y utilizan técnicas como la sorpresa, novedad, predicción, anticipación
positiva, las conexiones con intereses individuales, todo ello para que focalicen la
atención en la información cognitiva más valiosa.
Esta información pasará los filtros que protegen al cerebro de su exceso y se
instalará como memoria. Como el registro está fuertemente influenciado por los estados
emocionales es importante también mantener emociones positivas para convertirlas en
estados mentales, ya que cuando los niveles de estrés están bajos y alta la fuerza placer
de los LPF (módulo cingular anterior y ventro medial) facilitan la selección de esa
información.
El movimiento físico, contacto social, música, el sentido del logro, de iniciativa,
el juego, el humor ayudan también a fijar la información. Si la amígdala bloquea el
pase de información a la corteza pensante (LPF) la misma nunca llegará a la memoria a
largo plazo y nos enfrentaremos a conductas impulsivas, tareas inconclusas, distracción,
no escuchar lo que se dice. Un aspecto cultural de nuestra época muy preocupante es
la sobrecarga de tareas de atención a alta velocidad (juegos interactivos) así como las
interrupciones frecuentes (celulares) por el escaso análisis crítico del contenido que
pueden realizar y la presión a la que se ve sometida la atención.
LA PUBLICIDAD emplea técnicas para acaparar la ATENCIÓN de los grupos
a los que se dirige, destacando características del estímulo como el tamaño, color, luz,
forma, intensidad, movimiento, contraste, efecto sorpresa etc. Si el contenido del
mensaje coincide con las expectativas del sujeto se elevará el nivel de atención (se
percibe mejor lo que se necesita o se desea y más aún cuando se le hace creer que todo
se hace para su bienestar).
También se recurre a los sentidos químicos (olfato y gusto) porque son los que
registran olores del ambiente, sabores, que influyen en el comportamiento social de
miembros de una misma especie. Muchas marcas apuestan a olores conocidos que
despiertan placer y atractivo en las personas como la vainilla, el café, el chocolate etc.
● También ayudan la respiración relajada (que posibilita que los
neurotransmisores como la noradrenalina, cambien para llevar a un estado de bienestar),
rellenar palabras cruzadas, completar preguntas y respuestas, juegos como el sudoki,
tetris, recordar detalles de un cuadro, colores etc. escuchar música puede cambiar
nuestro estado emocional y el modo en que percibimos el mundo. el trabajo corporal,
la educación física disminuyen el impacto del estrés oxidativo sobre las células
protegiéndolas del deterioro producido por los radicales libres y son una práctica muy
conveniente para liberar el estrés.
los lpf maduran además con buena alimentación, con espacios de cariño con
adultos que puedan ser modelos a seguir, con educación en valores (el cuerpo estriado
ventral y la corteza ventromedial están involucrados en la elección de lo que
consideramos importante para nuestra vida).
● las propuestas prácticas de reflexión antes de actuar (poder respondernos a
preguntas sobre las consecuencias de nuestras acciones) permiten formar redes
neuronales de funciones ejecutivas en los LPF.
● dormir lo necesario es importante para que no se altere la capacidad de lpf de
frenar o modelar impulsos y no disminuya la capacidad de la ínsula encargada de la
sensación de desagrado para que seamos más prudentes. además las etapas del sueño
son responsables de la consolidación de la memoria.
● entender el funcionamiento de nuestro cerebro social y emocional nos
ayudará a promover acciones que despierten fuerzas de placer y seguridad con la
consiguiente fluidez de dopamina y serotonina que reforzarán ese estado, como por
ejemplo buscar que la gente se sienta bien, comunicar con claridad las necesidades,
asegurar acompañamiento en el crecimiento, tener un trato justo y equitativo, generar
contextos donde las emociones constructivas estén presentes y generen sensación de
pertenencia.
Promover la alegría (para lo que la amígdala debe estar en calma). Desde
chiquitos sonreímos y queremos formar parte de un grupo. El cerebro emocional
comanda los impulsos que nos hacen juguetones. Jugar permite mejorar la actividad
del LPF, nos vuelve más creativos, ansiosos por aprender cosas nuevas, sostiene todo
tipo de curiosidad. Nos impulsa a aceptar riesgos, lograr compromiso y da fuerza para
superar la resistencia al cambio, propia de los instintos.
Cuidar los ambientes laborales pues son un ejemplo de sistema social que puede
o no garantizar la supervivencia. EL DOLOR que produce un ambiente laboral
estresante e inseguro produce disminuciones en la productividad, creatividad,
compromiso, capacidad de acción de las personas. La llegada de un nuevo compañero
puede ser visto como un posible peligro, activa fuerzas de dolor y comportamientos
defensivos.
Todos tenemos necesidad de ser aceptados y de formar parte de un grupo. Al
sentirnos excluidos, menospreciados, puestos en evidencia, sin posibilidades de
participar, lo vivimos como un duro golpe. La activación neuronal genera dolor
emocional.
Deberíamos superar los recursos de premios y castigos como única forma de
lograr el desempeño de las personas, si las recompensas básicas no son las adecuadas,
(mediante la amígdala ¡otra vez!) la persona puede experimentar injusticia o ansiedad
por su circunstancia y dar menos de lo que pudiera.
Con la globalización actual se pueden tercerizar los trabajos que requieren seguir
estrictamente instrucciones, con miradas estrechas de desempeño y “castigados por las
recompensas”, pero el trabajo creativo debe contar con personas con capacidad de
elección, de decisión que puedan manejar la adversidad, que guíen su vida con valores
elegidos libremente y no solo impuestos por la cultura.
La oxitocina que actúa como neurotransmisor en el cerebro es clave en la
cohesión de grupos; comenzó como apoyo al circuito de la sexualidad y al instinto
materno estimulando a la madre en el cuidado de su cría. Se libera cuando socializamos
con los demás o cuando un grupo debe unirse para defenderse de amenazas. Ayuda a
dar la sensación de seguridad para que las personas logren sus objetivos.
Así vemos que nuestro cerebro nos da todas las posibilidades para vivir
instintivamente o con trascendencia. Esta masa “que posee el tamaño del coco, la forma
de una nuez, el color del hígado sin cocer y la consistencia de la manteca fría” a través
de sus mecanismos nos permite vivir y resignificar nuestra existencia siendo capaces de
generar rechazo, odio, envidia tanto como poesía, compasión, inspiración y amor. La
elección es personal.
Significado personal de la neurosicoeducación:
La neurosicoeducación me permitió primeramente maravillarme con el
funcionamiento del cerebro, conocer la función de los neurotransmisores para
motivarnos en muestras acciones, tener más conciencia sobre la responsabilidad
personal en el bienestar general. Aprendí que nuestro cerebro moldeado en la escasez de
la sabana africana y por medio de la integración con otros nos permitió conocer el
mundo exterior descubriendo e intentando controlar las fuerzas que gobiernan la
naturaleza. Pero también pudo conocer el mundo interior, tener conciencia de quiénes
somos y que fuerzas emocionales y cognitivas nos gobiernan. El desarrollo de la
ciencia y la tecnología permite hacer todos los intentos para controlar esas fuerzas.
Los avances de las neurociencias y ciencias afines nos ayudan a entender la
necesidad de una educación basada en pensamientos científicos para tener un estilo
interpretativo de uno mismo y de las cosas. Estilo basado en una filosofía personal que
nos impulse a elegir valores para nuestra vida según necesidades reales y que respondan
a proyectos a largo plazo, con visión optimista sobre las construcciones personales y
colectivas para alcanzar la dimensión humana.
Para finalizar, comprobé además que el desarrollo de las clases tenía la cuota de
sorpresa, humor, de motivación con la suficiente generación de oxitocina y dopamina
que transmite el concepto de educación propuesto por el Sistema Línea de Cambio.
Muchas gracias.
Viviana Isabel Viyerio