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MOMENTO II
ENFOQUES REFERENCIALES
1. Antecedentes de la Investigación
En la elaboración de los antecedentes de la investigación, se revisaron
y seleccionaron aquellos estudios que abordaron aspectos asociados al tema
de la inteligencia ética como característica congruente de la responsabilidad
social en universidades públicas, nacionales y experimentales, las cuales
aportan información relevante para la investigación.
Pirela (2011) realizó un estudio en la Universidad Rafael Belloso Chacín
titulado: “Inteligencia ética en la praxis potenciadora de valores humanos en
universidades privadas”. La investigación tuvo como objetivo analizar la
Inteligencia Ética en la praxis potenciadora de valores humanos en los
Directivos de Universidades Privadas del Municipio Maracaibo. El estudio se
fundamentó en las contribuciones de González, Marín y González (2007),
Belohlavek (2009), Soto (2007), Zohar y Marshall (2000), Martín (2006),
O'Donnell (2007) y Cortina (2007).
El paradigma de la investigación es el positivista. La metodología
utilizada fue de campo; con un diseño no experimental transeccional-
descriptivo. La muestra estuvo constituida por 37 Directivos. Se utilizó como
25
técnica la encuesta, utilizando un cuestionario fundamentado con cinco
alternativas de respuestas: Siempre, Casi Siempre, A veces, Casi Nunca y
Nunca.
Los instrumentos fueron validados por diez (15) jueces expertos en el
área de Inteligencia ética y Valores humanos. Así mismo, se realizó la
confiabilidad determinándose por medio de la formula Alfa Cronbach,
obteniéndose un resultado de 0,95 para el instrumento que midió la variable
Inteligencia Ética, y de 0,91 para valores humanos.
La técnica para el análisis de los datos fue la estadística descriptiva
fundamentada en el cálculo de medidas de tendencia central, media,
mediana, medidas de dispersión, y desviación estándar, así como el baremo
de interpretación, de los datos.
Del proceso investigativo se concluyó que los principios éticos están
consolidados, sin embargo, no se observó la misma condición en los
componentes de la inteligencia ética; mientras que en la variable valores
humanos, estos tampoco se encuentran afianzados, a diferencia de las
categorías y la cultura, que se demuestra que se encuentran estables.
Finalmente se generan los lineamientos, tendientes a fortalecer la inteligencia
ética y valores humanos.
El estudio se consideró un aporte en cuanto sustenta los
planteamientos en torno a la inteligencia ética aplicada dentro del entorno de
las universidades, el cual es similar al presente trabajo, por lo cual sus
hallazgos sirven a los fines de comparar los resultados.
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Por su parte, Padrón (2011) realizó un estudio en la Universidad Rafael
Belloso Chacín titulado: “Inteligencia ética y cultura organizacional en
empresas mixtas del sector petrolero”. El estudio tiene como objetivo
determinar la relación entre inteligencia ética y cultura organizacional en
empresas mixtas del sector petrolero zuliano; basado en los enfoques
teóricos de Belohlavek (2007), Cortina (2005) Martin (2004) Seijo y otras
(2009) Belohlavek (2007, Davis (2008), Dubrin (2008), Koontz y Weihrich
(2006), Medina (2008), Robbins (2007), entre otros.
El tipo de investigación fue descriptiva, correlacional, con un diseño no
experimental de campo. La población se conformó a través de un censo
poblacional con treinta y dos (32) gerentes del departamento de recursos
humanos. Se utilizaron dos cuestionarios para la recolección de datos, tipo
encuesta con ítems cerrados con respuestas de cuatro alternativas, en
escala Likert; el cual fue validado por diez (10), expertos en ciencias
gerenciales, verificando la pertinencia de cada ítem con las variables,
dimensiones e indicadores.
Se realizó la estimación de la confiabilidad del instrumento, utilizando la
fórmula Alpha de Cronbach obteniendo un coeficiente de Alpha = 0,8632,
para el cuestionario de inteligencia ética y Alpha = 0,9463 para cultura
organizacional, lo cual indicó un valor altamente significativo. Los resultados
de la investigación se analizaron utilizando una estadística descriptiva con
valores absolutos y relativos, los cuales no confirmaron la presencia de la
inteligencia ética en la cultura organizacional.
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Del proceso investigativo se concluyó que existe una correlación de
débil positiva; es decir hay muy poca relación entre la inteligencia ética y
cultura organizacional. Se recomienda planificarse a corto plazo, un proceso
de desarrollo organizacional a través de la inteligencia ética en base a los
lineamientos diseñados.
El estudio precedente se consideró un antecedente relevante por
cuanto informa sobre los supuestos teóricos referidos a la inteligencia ética,
la cual constituye una de las variables de estudio, guiando a la investigadora
sobre las teorías explicativas sobre la materia, lo cual sirve de soporte
conceptual para esta investigación.
Asimismo, Seijo y Áñez (2010), publicaron el artículo titulado “La
inteligencia ética y la dignidad de la vida: un horizonte actual en la
humanidad” en la Revista Ethos Venezolana de la Universidad Alonso de
Ojeda. Éste plantea la excelencia, como virtud, que pertenece a la dimensión
ética de la conducta humana, y abarca reflexión, estrategia y acción para la
vida digna. Ella alcanza una importancia creciente en la actualidad dentro del
campo educativo. La investigación que se presentó es de tipo documental,
puesto que autores como Martín (2004), Brooking (2002), Bueno (2002),
Vindas (2005), Kliksberg (5005), entre otros, sirviendo de referencia obligada
en virtud de sus aportes en la materia.
Se destaca como principal reflexión final, la incorporación al plan de
negocios, de la responsabilidad social como un aspecto integrado y no como
una actividad aislada, por cuanto se traducirá en beneficio para el sector,
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debido a que se incrementará el desempeño financiero, aumentará la lealtad
de los trabajadores y reducirá los conflictos laborales.
Su principal aporte a la presente investigación, radica en permitir
comprender que la inteligencia ética es la capacidad de un individuo para
resolver problemas y crear productos significativos de forma ética. El
concepto de IE abarca tanto las competencias técnicas, como la aplicación
de las mismas apegado a las normas y valores que impone la sociedad.
La investigación antes mencionada destaca los planteamientos de los
autores al explicar la inteligencia ética en términos de la excelencia o virtud el
individuo, lo cual sirve de referencia para sustentar teóricamente este
estudio, a los fines de incrementar el conocimiento sobre la variable de
estudio.
Igualmente, Barrios (2010), realizó el estudio “Inteligencias Múltiples y
Responsabilidad Social en Universidades Públicas”, en la Universidad
Nacional Experimental de La Fuerza Armada Nacional (UNEFA). La
investigación se realizó con el propósito de determinar la relación entre
inteligencias múltiples y responsabilidad social en universidades públicas.
Desde el punto de vista teórico la investigación estuvo sustentada por
los autores: Beauport (2005-2008), Martín (2004), la teoría Unicista,
Vallaeys (2006), Cortina (2006) y Guèdez (2006), entre otros. El estudio fue
de tipo descriptivo-correlacional con un diseño no experimental transeccional
de campo. La población estuvo constituida por 63 sujetos entre decanos de
facultades y directores de escuelas de la Universidad Nacional Experimental
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Rafael María Baralt, Universidad experimental Sur del Lago y la Universidad
del Zulia, Estado Zulia.
Para la recolección de información, se aplicó un instrumento
denominado Barrios (2008), de preguntas dicotómicas de 81 ítemes ,
sometido a la validez de contenido a través del juicio de (9) expertos, cuya
confiabilidad se obtuvo a través del coeficiente alfa Cronbach obteniendo
como resultado de (0.91) para la variable Inteligencia Ética y de (0.89) para la
variable responsabilidad social.
Concluyendo que los sujetos encuestados no analizan inteligencias
múltiples, de la misma manera no caracterizan la ontológica y evolución de la
inteligencia ética, ni la responsabilidad social, determinando una correlación
muy alta entre la inteligencia ética y la responsabilidad social en
universidades públicas.
El estudio antes expuesto, sirve de soporte investigativo por cuanto
aborda aspectos relacionados con los fundamentos teóricos y prácticos de
las inteligencias múltiples y la responsabilidad social, su situación en las
Universidades Públicas y la relación existente entre las variables.
Por otro lado, Ferrer y Pelekais (2008), realizaron un artículo titulado:
“Inteligencia ética colectiva: reto de la eficacia de las organizaciones sociales
colaborativas”, en el Centro de Investigación de Ciencias Administrativas y
Gerenciales de la Universidad Rafael Belloso Chacín. El artículo tuvo por
objeto presentar un contraste teórico que invite a la reflexión sobre
Inteligencia Colectiva Ética como reto de la eficacia de las organizaciones
30
sociales colaborativas. Se evidenció cómo en las organizaciones, el tema
ético atraviesa sus políticas, las decisiones, las condiciones y las relaciones
de trabajo.
Asimismo, la ética para la comunidad de interés, se manifiesta en las
posibilidades de elegir actuar siguiendo sus convicciones, por tanto requiere
un proceso de inteligencia ética. Se invita a poner en marcha mecanismos de
transparencia así como, participación en la búsqueda de consenso respecto
a la discusión de metas y el trabajo colaborativo basado en competencias, a
fin de trabajar con una inteligencia de lo colectivo, capaz de integrar
delegación efectiva, comunicaciones abiertas y poder distribuido.
Según Ferrer y Pelekais (2008), el aspecto que tome la sociedad del
futuro dependerá de la forma en que los colectivos intelectuales,
empresariales y políticos respondan a los retos de este período; pero no hay
ninguna duda que éste es el momento de hacer el futuro, porque todo está
cambiando. Su relación radica en la evidencia de que es tiempo para la
acción responsable, que incorpore valores socio-culturales en la conducción
de las organizaciones públicas y privadas, como las universidades, desde
una inteligencia colectiva ética.
Este estudio amplió la información sobre la inteligencia ética,
especialmente vinculándolo a la eficacia de las organizaciones, lo cual sirve
de referencia para analizar las implicaciones de la inteligencia ética en el
comportamiento de las universidades que serán analizadas en el presente
trabajo.
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Al respecto, Sánchez (2008), realizó el estudio titulado:
“Responsabilidad Ética y la Inteligencia Emocional en el Sector Hospitalario”,
en la Universidad Rafael Belloso Chacín. El objetivo fundamental del estudio
consistió en determinar la relación entre la Responsabilidad Ética y la
Inteligencia Emocional en el sector hospitalario.
La investigación se sustentó teóricamente en los planteamientos de
autores como Cortina (2000), Goleman (2005), Cooper (2005) entre otros. La
metodología utilizada fue descriptiva, correlacional y de campo, con un
diseño no experimental, correlacional, transeccional. Se seleccionaron una
población de quince (15) gerentes del sector hospitalario tipo IV, y otra de 60
sujetos que laboran en las diversas áreas de los tres hospitales, ubicados en
el Municipio Autónomo Maracaibo del estado Zulia a quienes se les aplicaron
dos cuestionarios como instrumento de recolección de datos, uno para medir
la responsabilidad ética con 14 ítems y otro cuestionario para medir la
inteligencia emocional, con 48 ítems.
Para determinar su validez, el instrumento fue sometido al juicio de 10
expertos con título de doctores. La confiabilidad se realizó a través del
coeficiente de confiabilidad de Cronbach el cual arrojó como resultados
0,7035 siendo medio alto y el coeficiente correlacional de Pearson fue de
0,507.
Para el instrumento aplicado a los directivos y en cuanto al aplicado a
los empleados, los coeficiente fueron de 0,9435 y 0, significativa al nivel 0,01
(bilateral) respectivamente. Los datos obtenidos fueron analizados utilizando
32
estadísticas descriptivas a través de distribución de frecuencias absolutas,
porcentuales y medidas de tendencia central. De esta forma se pudo concluir
que la práctica empresarial debe responder a niveles de excelencia dentro de
esa práctica que no son más que actitudes firmes o en terminología
aristotélica hábitos que se ha adquirido con el tiempo tomando como
referencia una correcta percepción de la realidad por parte del gerente.
Como recomendación derivada del estudio, se indicó que se debe
fomentar la formación gerencial del gerente involucrando la diversidad y la
corresponsabilidad de todos los interesados, ello se traducirá en un proceso
de integración de todos los factores involucrados en el cumplimiento de la
responsabilidad ética.
Atendiendo a estas consideraciones, el sustento investigativo del
estudio antes expuesto, se relaciona con la base teórica manejada,
específicamente la referida Responsabilidad Ética y la Inteligencia
Emocional; así como, los beneficios que aportan las variables en cualquier
organización.
Con respecto a la variable Responsabilidad Social, Rangel (2011)
realizó un estudio en la Universidad Rafael Belloso Chacín titulado: “Ética
como enfoque de responsabilidad social en universidades públicas”. El
presente proyecto de investigación referido al área de investigación la
gerencia empresarial y línea de Matricial ética y desarrollo humano en las
organizaciones, tuvo como propósito analizar la ética como enfoque de la
responsabilidad social en universidades públicas. Fue considerado pertinente
33
la revisión de antecedente referidos al área objeto de estudio, así como a las
teorías conceptuales sustentadas en los autores Cortina (2005), de la Cuesta
y Valor (2004), Guédez (2006), entre otros.
En este sentido se desarrollo la investigación dentro del paradigma post
positivista, de tipo cualitativo, con diseño emergente con el método
etnográfico. Teniendo como población dos universidades públicas y como
informantes claves dos (02) en cada universidad. La información se recabo
mediante entrevistas semi estructuradas a cada uno de los informantes.
Asimismo, en el análisis y la interpretación de los datos se concluyó que
las universidades tienen formulados documentos formales en donde
contemplan sus valores y principios que rigen la conducta de los empleados
impera la falta de comunicación, sin embargo se pudo conocer que son
frecuentas los dilemas éticos en estas instituciones, a pesar de tener claros
sus valores y principios, se denota la falta de transparencia en los procesos
educativos.
Por otro lado, se evidencia que estas universidades, no cuentan con un
programa de responsabilidad social plenamente defino, meramente se llega a
una responsabilidad filantrópica. Finalmente, se llegó a la conclusión de que
a pesar de no tener una responsabilidad social definida las acciones que
ejecutan estas universidades tienen en cuenta la ética como fundamento de
esa responsabilidad social.
Este estudio amplió la información sobre la responsabilidad social en las
universidades, por lo cual sus hallazgos sirven de referencia a los fines de
34
comparar los hallazgos obtenidos, para determinar las coincidencias o
divergencias en el análisis de los resultados sobre el comportamiento de la
responsabilidad social.
Del mismo modo, Ávila (2011) llevó a cabo una investigación en la
Universidad Rafael Belloso Chacín titulada: “Responsabilidad social
universitaria como fuente generadora de proyectos comunitarios desde una
perspectiva gerencial”. El propósito de la investigación fue analizar la
responsabilidad social universitaria como fuente generadora de Proyectos
Comunitarios desde una Perspectiva Gerencial.
El estudio se enmarca en el enfoque epistemológico positivista; de tipo
descriptivo, con un diseño no experimental transeccional de campo, la
población, estuvo constituida por veinticuatro (24) secretarios y secretarias
adjuntos de la red de cooperación interinstitucional, para el apoyo conjunto al
servicio comunitario del estudiante de educación superior a nivel nacional,
población con características de tipo censal que permitió estudiar las
variables de estudio.
Para la recolección de información, se aplicó un instrumento con escala
de Likert de 63 ítemes, que fue sometido a la validez de contenido a través
de la técnica de juicio de diez expertos y se midió su confiabilidad aplicando
el coeficiente Alfa de Cronbach, obteniendo un resultado de 0.96, siendo este
altamente confiable. Entre los resultados alcanzados obteniendo un resultado
de 4.6 para la variable responsabilidad social universitario de acuerdo al
baremo para la interpretación de las medias ubicándose en la categoría de
35
muy alto nivel al igual que la variable proyectos comunitaria que obtuvo una
media de 4.61.
Tomando en consideración los resultados se concluye que desde las
casas de estudios se desarrolla la responsabilidad social universitaria que
existen voluntades ganadas para trasladar a la colectividad las grandes
fortalezas de la educación y de cómo compartirla al ciudadano no
precisamente desde las aulas de clases, sino aprovechando los espacios
disponibles para abonar y sembrar el futuro del país, sustentando en
conocimientos, valores, ética, responsabilidad y trabajo en equipo. En vista
de estas conclusiones y tomando en consideración los resultados se
procedió a elaborar unos lineamientos teóricos relacionados a los objetivos
de la misma.
Este estudio sirve de referencia para incrementar el conocimiento en
materia de responsabilidad social, así como también para visualizar los
lineamientos enunciados en esta materia, lo cual implica buna referencia de
soporte para formular lineamientos orientados a la solución de problemas de
inteligencia ética y responsabilidad social en universidades públicas,
nacionales experimentales.
También, Perozo (2011) realizó un trabajo en la Universidad Rafael
Belloso Chacín titulada: “La responsabilidad social universitaria: fuente del
desarrollo social del Municipio Cabimas en la Costa Oriental del Lago de
Maracaibo”. La investigación tuvo como finalidad analizar las iniciativas de
responsabilidad social que la universidad practica en pro del desarrollo
36
sostenible de la comunidad, mediante conceptualizaciones expuestas por
diversos autores los cuales teorizan, la situación en la que se encuentra la
relación de factores que intervienen en la responsabilidad social universitaria.
Señalando si la misma realiza la función para lo cual fue diseñada, y
poder identificar los criterios que caracterizan la Responsabilidad Social
Universitaria, y por ultimo valorar la responsabilidad social de la universidad
en la promoción del capital social para el desarrollo sustentable. En lo
referido a contexto epistémico se enmarco en el ámbito investigativo del
paradigma pos-positivista o cualitativo, insertando en la postmodernidad, se
desarrolló una fase de codificación: abierta, axial y selectiva.
En lo concerniente, a la técnica se utilizó la modalidad de la entrevistas
no estructuradas, a través de grabaciones, observaciones no participante,
recabadas mediante tres informantes claves que imparten educación, el
procedimiento de los datos ocurrió simultáneamente con la codificación que
emerge de las propiedades, las dimensiones y las relaciones entre conceptos
que se obtiene al desentrañar cuidadosamente los aportes de los
informantes.
Como resultado se obtuvo que la responsabilidad social universitaria
esté tratando de hacer buena oferta sobre la base de impulsar el proceso de
cambio de cultura y paradigma donde el concepto de la responsabilidad
social universitaria va a ser expresión ética de ese nuevo compromiso de la
responsabilidad universitaria. Finalmente, se recomienda que el desafío de
las universidades, sea implantar los principios asociados a la responsabilidad
37
social compartida para apoyar acciones socialmente públicas, por ello, las
universidades deben responder a un imperativo que caracterizan la
responsabilidad social universitaria en las universidades venezolanas
El trabajo antes mencionado conserva similitudes con el presente
estudio al aportar información actualizada sobre la responsabilidad social
universitaria en las universidades venezolanas, lo cual sirve de referencia a
los fines de comparar los hallazgos obtenidos.
Seguidamente, Gómez (2011) realizó un estudio en la Universidad
Rafael Belloso Chacín titulado: “Cultura de responsabilidad social en el
cumplimiento de las funciones del Profesor Universitario”. El estudio tuvo
como propósito la formulación de lineamientos estratégicos para el desarrollo
de una Cultura de Responsabilidad Social (RSU) en el cumplimiento de las
funciones del profesor universitario, sustentándose en las ideas de autores
como Vallaeys, De la Cruz y Sasia (2009), Vallaeys (2007) y Sacco (2009);
entre otros. La investigación se ubicó en el paradigma positivista con
metodología cuantitativa de tipo descriptiva y proyectiva, con un diseño de
campo no experimental transeccional.
La muestra estuvo conformada por 94 docentes del Proyecto de
Profesionalización Docente de la UNERMB (sedes Cabimas y Ciudad Ojeda),
a los cuales se les aplicó un cuestionario estructurado en dos partes, con
escala tipo Likert de 5 alternativas de respuesta cada uno, cuya validez se
estableció a través del juicio de expertos y del análisis discriminante por ítem.
Para la confiabilidad se aplicó la división por mitades o Split-Halves.
38
Los resultados, obtenidos a través del análisis de medidas de tendencia
central, indicaron que existe una alta presencia de los indicadores
relacionados con la concepción de la RSU como compromiso ético, seguida
por la RSU como Filantropía y Extensión Universitaria, lo cual indica la
coexistencia de varias concepciones. Se obtuvo además, alta presencia de
los indicadores que señalan un sentido de RSU en el cumplimiento de las
funciones del profesor universitario, según los encuestados.
Se concluyó que existen diferentes concepciones sobre la
Responsabilidad Social Universitaria, por lo tanto es necesario planificar
talleres de formación para evitar la coexistencia de concepciones erradas en
una parte de la población, siendo recomendable también continuar la
investigación desde el punto de vista de los estudiantes y otros grupos de
interés; así como contrastar estos resultados con documentos oficiales que
indiquen la productividad real en docencia, investigación y extensión.
El estudio precedente aportó información sobre la cultura de
responsabilidad social en el cumplimiento de las funciones del profesor
universitario, lo cual permite conocer la orientación de los trabajadores de
estas instituciones, siendo una referencia al momento de analizar los valores
vinculados a la responsabilidad social.
De igual manera, Oviedo (2011) llevó a cabo un estudio en la
Universidad Rafael Belloso Chacín titulado: “Responsabilidad social e
identidad corporativa en universidades públicas”. El objetivo de la
investigación fue determinar la relación entre la responsabilidad social e
39
identidad corporativa en las Universidades Públicas de la Costa Oriental del
Lago. Las variables se sustentaron con los aportes de Vallaeys (2006),
Guédez (2005), Hoffman (2007), Van Riel (2007), Pizzolante (2006), entre
otros.
Metodológicamente, se contextualizó en la tendencia epistemológica
cuantitativo-positivista, de tipo descriptivo correlacional, con diseño de
campo, no experimental, transeccional. La población estuvo conformada por
49 directivos y 363 docentes de las universidades analizadas. Se diseñó un
cuestionario, contentivo de 45 ítemes y cinco alternativas de respuesta. La
validez del instrumento se determinó a través de la técnica de juicio de
expertos; y mediante el coeficiente de Cronbach arrojando valores de 0.84.
Para la confiabilidad se utilizó el método de estadística de las dos mitades y
la corrección de Spearman-Brown, arrojando un valor de 0,8626.
Se concluyó que existe una correlación positiva perfecta entre las
variables analizadas, para las fuentes de información la responsabilidad
social constituye una herramienta para que las universidades fortalezca su
identidad, logrando así considerar los principios y dimensiones,
aprovechando así los recursos y generando un compromiso para con todos
los sectores involucrados, donde el personal, la sociedad, puedan desarrollar
acciones para lograr cada uno de los objetivos planteados.
Se recomendó que las universidades deben orientar sus acciones hacia
la generación de conocimiento, el cual debe ser pertinente y de la más alta
calidad, lo que supone una amplia y diversificada capacidad de investigación;
40
así como en las actividades de extensión, para ello, es necesario brindarle
herramientas de formación a su personal, incentivándolos al proceso de
investigación, lo cual será una pauta estratégica para la producción de
conocimiento científico.
El estudio antes mencionado amplió la información sobre la
responsabilidad social en las universidades públicas, siendo ello de valor
para ampliar la comprensión sobre el tema, así como considerar los
planteamientos de los autores en esta materia; siendo ello un soporte
conceptual para el presente trabajo.
Por último, Fuenmayor (2011), llevó a cabo un estudio en la Universidad
Rafael Belloso Chacín titulado: “Responsabilidad social universitaria como
enfoque potenciador del desarrollo endógeno en universidades politécnicas”.
El propósito de la investigación fue analizar la responsabilidad social
universitaria como enfoque potenciador del desarrollo endógeno en las
universidades politécnicas de la región andina. El estudio se fundamentó en
los autores Vallaeys (2005; 2006); Vallaeys, de la Cruz y Sasia (2009),
Argandonia (2001); UNESCO (1998); Ortiz e Infante, (2007), Boisier (2004);
Vásquez Barquero (2000; 2003); Mas Herrera (2007; 2008); entre otros.
La investigación se enmarca como descriptiva de campo, además
según su diseño, fue no experimental, transversal. La población estuvo
conformada por 48 gerentes medios y altos de las Universidades
Politécnicas. Se utilizó la técnica de observación por encuesta y como
instrumento el cuestionario, dirigido a la población en estudio, el mismo
41
estuvo conformado por dos instrumentos uno para la variable responsabilidad
social universitaria y el otro para el desarrollo endógeno.
En cuanto a la validez del instrumento se utilizó la evidencia relacionada
con el contenido a través de la opinión de expertos, así mismo se estableció
la confiabilidad mediante el coeficiente de Alpha Cronbach, calculado éste
para la variable Responsabilidad Social Universitaria en r= 0.977,
considerándose como muy confiable, mientras que para la variable
Desarrollo Endógeno el resultado fue de r= 0.958, lo cual permitió aseverar
que la confiabilidad es muy alta.
Los datos fueron procesados con programas apropiados para tal fin
estimándose los estadísticos descriptivos respectivos. Las conclusiones
reflejaron que en las universidades politécnicas no existen políticas
documentadas de responsabilidad social para el fomento del desarrollo
endógeno. En razón a estos resultados se generaron lineamientos
destinados a fortalecer el desarrollo endógeno desde el punto de vista de la
responsabilidad social universitaria.
La investigación antes mencionada guarda similitud con la presente por
cuanto aborda la variable responsabilidad social desde el contexto
universitario, aportando elementos teóricos que pudieran utilizarse con sus
correspondientes adaptaciones. Igualmente, ofrece una guía metodológica
que sirve de guía u orientación para el desarrollo del presente estudio.
Asimismo, sus resultados sirven para realizar comparaciones, similitudes o
contradicciones con los obtenidos en el presente estudio.
42
2. Bases Teóricas
2.1. Inteligencia
Con respecto a la definición de inteligencia, Galvis (1999), afirma que
todas las definiciones coinciden en afirmar a la inteligencia como una facultad
humana básica, capacidad de aprendizaje y de aplicación del aprendizaje,
encaminada a organizar la realidad con vistas a su dominio en un contexto
determinado.
Según Molina (2002), definir el concepto de inteligencia resulta difícil
porque existen múltiples enfoques entre autores e investigadores. Explica la
autora que etimológicamente deriva del latín “intelligere” cuyo significado es
“recolectar de entre”, connotación atribuida al discernimiento o toma de
decisiones. Además agrega que, en el sentido metafísico la inteligencia alude
a una facultad del alma humana y a su vez supera a la razón.
La referida autora, realiza un análisis retrospectivo del concepto,
analizando filósofos de la antigüedad, como Platón y Aristóteles, quienes
trataron de explicar el término y señalaron la existencia de diferencias
individuales respecto a la capacidad intelectual, e indicaron además que
estas diferencias podrían heredarse de padres a hijos; a su vez sugirieron la
relación de la inteligencia con la emoción y la voluntad.
Aclara Molina (2002), que posteriormente, se estableció la inteligencia
como un constructo sin propiedades específicas y concretas, como una cosa
u objeto, definiéndose en función de los resultados de éstas acciones, y
43
determinándola mediante los métodos empleados para medirlas, los cual da
como resultado un coeficiente intelectual. Acota que la inteligencia no se
refiere a una sola cosa, sino abarca campos de acción tanto psicológicos
como epistemológicos y metafísicos y se ha usado como sinónimo de
memoria, voluntad, sentimiento, entendimiento e intelecto.
Por su parte, Navarro y Cavhalo (2012) afirman que la inteligencia
comprende un conjunto de habilidades que definen el pensamiento abstracto,
la capacidad de aprendizaje y la adaptación al medio, tanto en situaciones
conocidas como novedosas, enfocándose hacia la aplicación de los
conocimientos para la solución de problemas. La inteligencia se expresa en
diversos ámbitos tanto práctica, emocional, ética, entre otras.
De lo antes expuesto, se evidencia que Galvis (1999), conceptualiza la
inteligencia como una facultad humana básica, capacidad de aprendizaje y
de aplicación del aprendizaje, Molina (2002), la conceptualiza en términos de
discernimiento o toma de decisiones, y Navarro y Cavhalo (2012)
considerando las habilidades, así como capacidades del individuo.
Por tanto, se entiende que la inteligencia comprende un conjunto de
habilidades y capacidades del individuo que le permiten interactuar con el
medio circundante, siendo posible el uso de su pensamiento, además de la
capacidad de aprendizaje, para lograr una actuación eficiente focalizada en
la toma de decisiones. A efectos del estudio, se consideran los
planteamientos de Navarro y Cavhalo (2012) quienes hacen referencia a la
inteligencia ética dentro de su conceptualización.
44
2.2. Inteligencia Ética
Al analizar la inteligencia ética, Martín (2005), la inteligencia ética,
fundada en la capacidad de dar congruencia a las actuaciones humanas en
sus diversos contextos inclusivos se nutre de la fuerza pedagógica que
acompaña a lo socialmente valorado de manera positiva y considerado como
deseable, como un bien al cual se debe alcanzar de manera inteligente, a
través de la acción de una comunidad que impulsa una moral de los
ciudadanos.
Bajo esta perspectiva, la experiencia frecuente indica que uno de los
mayores obstáculos a este esfuerzo pedagógico lo constituye el hecho de
que, en muchos casos, las ideas no concuerdan con las creencias. Las ideas
acerca del valor de los principios éticos para la toma de decisiones en el
ámbito público y las creencias sobre el interés egoísta moviendo las
conductas, se contraponen. Una vía, significando la salida de esta situación
de desajuste conduce a dos niveles de decisión: primero, a resaltar, de modo
integrador y convergente, la común referencia de ideas y creencias a ciertos
valores que les sirven de apoyo.
Es así como, en un esfuerzo crítico de congruencia es posible
demostrar que algunos de los valores a los cuales remiten ciertas ideas o
creencias, no son tales, o lo fueron sólo en el pasado pero no se ajustan hoy
a lo socialmente valorado de manera positiva o deseable por una comunidad.
En otros casos, son valoraciones secundarias pudiendo ser incluidas en otras
45
más profundas y abarcadoras, estrechando las divergencias entre ideas y
creencias.
Para Martín (2005), el esfuerzo de acercamiento entre ideas con
creencias supone un proceso de desmontaje progresivo de barreras
conductuales que operan en la relación entre los miembros de las
organizaciones públicas y entre estos y la sociedad.
Asimismo, en un segundo nivel, el proceso de ir ajustando creencias a
ideas, proceso clave para posibilitar cambios culturales y, en particular, de la
cultura organizacional en ámbito público, requiere, retomando la inspiración
de Kantir creando las condiciones para una “sociedad civil ética” es decir
para comunidades éticas concretas que se proyectan de modo
universalizador.
En ese contexto, ambos momentos, la convergencia en torno a lo
socialmente considerado como bien a ser alcanzado mediante ideas y
creencias, y la creación de comunidades éticas concretas, tienen como hilo
conductor el desarrollo de la inteligencia ética.
Cabe mencionar, la realización de talleres y otras actividades para el
desarrollo de la inteligencia ética en las organizaciones que se viene
desarrollando en varios programas de postgrado en Venezuela, en ámbitos
de la ciencia política, la gerencia y la educación, abriendo una importante vía
tanto de enriquecimiento como proyección a través de programas de
formación o capacitación en los cuales convergen administración pública,
universidad, sectores empresariales y sociedad civil.
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Es importante destacar, la inteligencia ética como dimensión
integradora del proyecto de vida de la organización, pues, contribuye a
orientar el desarrollo de la competencia para saber elegir. Saber elegir en
relación con las diferentes posibilidades de actuación concertada entre
actores internos de la organización, entre miembros de todos los grupos de
interés vinculados a la organización, entre actores gubernamentales,
sociales, empresariales, educativos y culturales.
Para Martín (2005), las repercusiones del desarrollo de la inteligencia
ética en las organizaciones públicas, a través de los procedimientos de
construcción de eticidad, puede introducir cambios fundamentales en la
esfera pública y en el diseño e implementación de políticas socialmente
compatibles, alternativas y humanizadoras.
A este respecto, Belohlavek (2007), establece que la inteligencia ética
es un mecanismo mental que construye los preconceptos estructurales y las
reglas de juego con que un individuo aborda la realidad. La inteligencia ética
tiene por objetivo hacer la interacción entre el medio y el individuo, su
propósito último es conservar la identidad del individuo en cuestión.
En este orden de ideas, cuando se habla de identidad se refiere tanto a
los aspectos individuales como a los grupales, la inteligencia ética funciona
adecuadamente cuando el individuo logra los objetivos que afirman su
identidad, sintiendo orgullo por lo que se es, parece, hace y siente vergüenza
cuando falla. La estructura conceptual de la inteligencia ética se muestra en
la figura 1.
47
Figura 1. Estructura conceptual de la inteligencia ética
Fuente: Belohlavek (2007)
Al respecto, el propósito de la inteligencia ética es conservar en lo
profundo la identidad del individuo cuando se está ante un adulto, la función
moral es lo que hace evolucionar o involucionar a la inteligencia ética; si un
individuo deja de lado la utilidad social de su accionar y la sustituye por el
propósito de estar en paz con su conciencia, naturalmente el individuo se
vuelca a operar con las reglas de juego de la ética de la supervivencia.
Por ello, se hace necesaria la trascendencia por el absoluto; con Dios,
es parte de la trascendencia por la acción y es un elemento necesario para
que la función moral exista, por eso todos aquellos que niegan los absolutos
no acceden a su ontointeligencia o sólo pueden operar en el nivel que
corresponde a la ética del sobreviviente, la ideología es el sostén de la
funcionalidad de la inteligencia ética.
48
Según Marina (2009), la inteligencia se relaciona con la capacidad de
resolver problemas teóricos, es decir aquellos resueltos cuando se conoce la
solución, pero tienen más que ver con resolver problemas prácticos, o sea,
aquellos resueltos cuando se ponen en práctica y, según el autor, esto es lo
realmente difícil pues entran en juego los miedos, las dudas, las
inseguridades, es decir, los sentimientos. Es así como los fracasos vienen
por no ser capaces de resolver los problemas prácticos.
Agrega el autor antes mencionado que son normalmente conocidas
personas quienes ofrecen resultados muy buenos en los test de inteligencia,
sin embargo, no son capaces de desenvolverse con normalidad en su vida
cotidiana o tienen serias dificultades para relacionarse con los demás, a lo
cual se pregunta ¿Realmente son tan inteligentes?.
Al referirse a esta temática, explica Marina (2009) que la inteligencia es
la capacidad de resolver problemas, cuanto más complicados sean, más
potente tiene que ser la inteligencia que los resuelva. Además, los problemas
más urgentes, importantes y difíciles son los éticos, aquellos que tienen que
ver con la felicidad, con la dignidad de la convivencia. Por lo tanto, la gran
inteligencia es también la ética, teniendo relación con la resolución de
problemas, gestión de las emociones y organización de las motivaciones
enfrentadas. Todo eso se ve a diario como gran problema.
De acuerdo con Vindas (2009), la Inteligencia Ética, puede ser definida
como la capacidad de resolver problemas y crear productos significativos de
forma ética. Aplicado al ámbito de las competencias organizacionales e
49
individuales, el concepto de "inteligencia ética" abarca tanto las
competencias técnicas ("el saber" y "el saber hacer") y las competencias
emocionales ("saber actuar"), como las competencias éticas ("el actuar
basado en valores"). Por otra parte, en la inteligencia ética se subsumen la
inteligencia racional-instrumental y la inteligencia emocional.
El autor también explica que, una organización puede ser racional en su
gestión administrativa - productiva, pero esto será insuficiente para hacer
sostenible su éxito y competitividad. A la racionalidad instrumental hará falta
hacerle corresponder una cultura corporativa de inteligencia emocional
basada en valores significativos, no sea que sus colaboradores sean
altamente competentes en la dimensión técnica, pero incompetentes
emocionalmente, con el agravante de una eventual tendencia a la práctica de
antivalores (entre ellos la deslealtad, la deshonestidad, la corrupción, entre
otros). A la calidad técnica se deben corresponder la calidad emocional y la
calidad ética.
Agrega Krell (2009), la inteligencia ética indaga sobre el hecho moral,
la moral sobre una cultura que se impone al hombre en la actualidad. El
hombre cree autodirigirse sin advertir su arrastre por la corriente. La
inteligencia ética es una reflexión y un compromiso interno sobre el qué y el
cómo hacer.
En ese sentido, la inteligencia ética une proyecto y motivación, induce a
concretar valores, señala la salud de una cultura. Libertad e inteligencia van
de la mano en los comportamientos inteligentes. Esta acepta la evidencia
50
universal. El hombre auto determina su inteligencia, con libertad se adueña
de sus actos, domina su yo, se hace persona. Quien se refugia en la
evidencia privada lo hace por codicia o miedo. Así pues, Inteligencia ética es
crear dignidad humana. El legado de Sócrates "conócete a ti mismo" y “sólo
una vida reflexiva es digna de ser vivida”.
Por tanto, se evidencia en lo antes expuesto que Martín (2005), define
la inteligencia ética como la capacidad de dar congruencia a las actuaciones
humanas, Belohlavek (2007), como un mecanismo mental que construye los
preconceptos estructurales, Marina (2009), como la capacidad de resolver
problemas coincidiendo en este aspecto con Vindas (2009), mientras que
Krell (2009), lo refiere al hecho moral.
Para efectos de la investigación, se coincide con Vindas (2009), quien
afirma que la Inteligencia Ética, puede ser definida como la capacidad de
resolver problemas y crear productos significativos de forma ética; siendo
aplicado en el caso del análisis de la inteligencia ética en universidades
públicas, nacionales experimentales.
2.2.1. Perspectiva Integradora de la Inteligencia Ética
De acuerdo con González et al. (2007), se asume la inteligencia ética
como la alternativa, por cuanto es integradora y relacional; en ella, puede
considerarse la integración de la inteligencia interpersonal e intrapersonal, a
las que se suma un componente valorativo. Explican estas autoras “se trata
51
de una inteligencia acompañando a la vida y por lo tanto, sus perspectivas
son infinitas”. Advierten González et al. (2007), que en el siglo XX es donde
se caracterizó la inteligencia por el predominio de lo racional, es decir,
solamente podía definirse por el coeficiente intelectual. El reduccionismo a la
sola capacidad lógico- matemática y lingüística era todo lo referente de ésta
en el ser humano.
Ante tal situación, agregan las autoras, en los ámbitos intelectuales
emergen nuevas perspectivas que se oponen a tal reduccionismo, surgiendo
enfoques como los de Gardner (2000), quien planteó su teoría de las
inteligencias múltiples, considerando que no existe una inteligencia única en
el ser humano, sino una diversidad de inteligencias las cuales marcan las
potencialidades y acentos significativos de cada individuo.
Es decir, el objetivo fundamental perseguido por Gardner (2000) es
ayudar a comprender, a entender mejor qué es la verdad, la belleza y el bien.
Así, en estos elementos se encuentra el sentido ético de sus planteamientos,
para él la educación del ser humano es un proceso complejo basado
fundamentalmente en decisiones sobre objetivos y valores.
Además al citar a Gardner (2000) agregan, que es preciso aceptar la
realidad, lo cual implica ser inteligente sin ser moral, creativo pero no ético,
sensible a las emociones y no usar esta sensibilidad al servicio de los demás,
interpretando esto como no ejercer la ética de la responsabilidad social o
aceptar que se puede reconocer la verdad pero mantenerse ciego frente a la
belleza y la bondad.
52
Otro aspecto citado por González et al. (2007), es considerar el análisis
de la definición de Gardner (2000) para quien la inteligencia es concebida
como la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean
valiosos en una o más culturas, remitiéndose así a la ética intercultural la
cual plantea la aceptación de la diversidad, la comprensión del otro, del
diferente, así como la admisión de semejanzas y la necesaria postura
dialógica que facilite la construcción de un mundo solidario.
Basado en lo anterior, González et al. (2007), concluyen que la teoría
de las inteligencias múltiples en la educación no puede desligarse de la ética,
por cuanto surgen cuestionamientos como: ¿un proceso educativo centrado
en el desarrollo de una inteligencia única será lo más adecuado para vivir y
enfrentar los retos de una sociedad cada vez más compleja?
Cohen (2008) afirma que la inteligencia ética asume una posición
integradora al considerar los valores como elementos esenciales para la
comprensión de la conducta humana, en términos de la dinámica y
construcción de un entorno diverso, en el cual el individuo se desenvuelve
mientras se relaciona con otros.
También, Palacios (2008) expresa que la inteligencia ética, se enfoca
desde una perspectiva integradora porque conjuga las actuaciones humanas
en sus diversos contextos, implicando la acción integral de los sujetos
inmersos dentro de un conjunto de valores y creencias que impulsan las
acciones morales de una comunidad que impulsa una moral de los
ciudadanos.
53
Por consiguiente, a nivel de la perspectiva integradora de la inteligencia
ética, González et al. (2007), señalan que la misma es tanto integradora
como relacional; Cohen (2008) asume una posición similar incluyendo los
valores, al igual que Palacios (2008) quien la contextualiza como integradora
en las actuaciones humanas.
Para fines de este estudio, se entiende la inteligencia ética como un
constructo integrador que determina los diferentes modos de actuación en
distintos contextos de la vida humana, siendo considerados los
planteamientos de González et al. (2007) en tanto se analiza como una
capacidad racional del individuo, en el contexto de las universidades
públicas, nacionales experimentales, considerando las siguientes relaciones:
a) Relaciones interpersonales: En torno a las relaciones
interpersonales, Silberman et al. (2000), la definen como polifacética, por
cuanto incluye diversidad de relaciones interpersonales, y no se limita a sus
habilidades políticas o sus cualidades sociales, sino que incluye una amplia
gama de aptitudes interpersonales, entre ellas las siguientes:
- Habilidad Nº 1: Comprender a los demás: El grado en el cual el
individuo sea capaz de comprender a sus semejantes tiene in impacto
considerable en el éxito obtenido en cada aspecto de su vida.
- Habilidad Nº 2: Expresar sus ideas con claridad: La inteligencia
interpersonal le permite al individuo hacerse entender. Es importante que los
demás entiendan y comprendan lo dicho, así como observar sus reacciones
para determinar si necesita expresarse con mejores argumentos.
54
- Habilidad Nº 3: Establecer sus necesidades: El individuo debe ser
firme, fijar sus propios límites y atenerse a ellos. Si intenta complacer a todo
el mundo, también terminará por decepcionarlos a todos.
- Habilidad Nº 4: Intercambiar información: Para la inteligencia
interpersonal es básica la capacidad de dar y recibir información sobre las
reacciones originadas por una situación concreta, sin crear malestar.
- Habilidad Nº 5: Influir en los otros: Incentivar a los demás para que
actúen es una de las claves de las relaciones interpersonales. Para situarse
en una posición de mando, debe convertirse en el tipo de persona capaz de
concretar con los otros, descubrir sus necesidades y establecer un diálogo,
sin llegar, en ningún momento, a tratar de manipularlos.
- Habilidad Nº 6: Resolver conflictos: Las personas que destacan por
sus cualidades interpersonales son las indicadas para resolver conflictos. La
clave estriba en saber identificar la raíz del problema y ponerla en el tapete,
prescindiendo del entorno de tensiones que se produce en toda discusión, lo
cual es extremadamente difícil cuando hay miedo o ansiedad.
- Habilidad Nº 7: Trabajar en equipo: Requiere cualidades muy
especiales, como la capacidad de complementar distintos estilos de trabajo,
coordinar los esfuerzos de cada participante evitando sentirse presionados, y
cultivar el consenso del grupo.
- Habilidad Nº 8: Cambiar de rumbo: Es necesario ser flexible y
adaptable; comprender que no hay una personal igual a otra. Una de las
formas de salir de una situación estancada, es cambiar la manera de actuar.
55
Por su parte, Cortina (2002), señala como en el afán por el saber
productivo del mundo, es importante recordar el contacto con la realidad
tenido por cualquier ser humano, es el afectivo; afirmando que se obtienen
las noticias de la realidad a través de una inteligencia emocional, de manera
de percibir esa realidad interpretándola desde los sentimientos.
De igual manera, la autora define el “analfabetismo emocional” como
una fuente de conductas agresivas, antisociales y antipersonales, que se
multiplican en los distintos países. Por ello, estima la urgencia de recuperar la
educación, no sólo sobre las habilidades técnicas, sino también sobre las
habilidades sociales.
Bajo otra perspectiva, Goleman (2006), trae sus planteamientos sobre
la Inteligencia Emocional, la cual definió como la capacidad para reconocer
los sentimientos de los otros, de motivarlos y de manejar bien las emociones.
El autor hace referencia a ésta, como la forma de interactuar con el mundo,
que tiene muy en cuenta los sentimientos, englobando habilidades como el
control.
También, Cabezas (2009), destaca la importancia de la comunicación
interpersonal, indicando que la misma no es solamente una de las
dimensiones de la vida humana, sino la dimensión a través de la cual nos
realizamos como seres humanos (...) Si una persona no mantiene relaciones
interpersonales amenazará su calidad de vida.
Continúa explicando el precitado autor que las relaciones
interpersonales constituyen, un aspecto básico en la vida de todos los seres
56
humanos, funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados
objetivos sino como un fin en sí mismo. Por tanto, la promoción de las
relaciones interpersonales no es una tarea optativa o que pueda dejarse al
azar.
Agrega el autor antes mencionado, que desde el campo psicoeducativo
se está viviendo un interés creciente por la llamada educación emocional. De
esta manera, múltiples autores, han inclinado sensiblemente la balanza ante
los aspectos emocionales del individuo. Es así como se reconoce que el éxito
personal ya no depende tanto de nivel de inteligencia lógico-matemática
como de las habilidades que el individuo tenga para manejar contextos
interpersonales.
En tal sentido, Cabezas (2009) establece que la consecuencia es clara,
afirmando: que se ha de educar a las futuras generaciones en habilidades
como la empatía, la resolución de conflictos interpersonales, el manejo de
sus sentimientos y emociones, el control de la ansiedad, la toma de
perspectiva y estrategias comunicativas, ya que les estaremos preparando
para el éxito, entendido éste como un elemento que contribuye a una mayor
calidad de vida
De lo anterior se evidencia que Silberman et al. (2000), incluye una
amplia gama de aptitudes interpersonales, Cortina (2002), resalta la
importancia de tales relaciones con la inteligencia emocional, Goleman
(2006), la conceptualiza como la capacidad para reconocer los sentimientos
de los otros, de motivarlos y de manejar bien las emociones y para Cabezas
57
(2009) constituyen, un aspecto básico en la vida de todos los seres humanos,
funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos
sino como un fin en sí mismo.
Para los efectos de este estudio, se consideran las relaciones
interpersonales como el intercambio de las interacciones que se producen
bajo los criterios de la inteligencia ética, las cuales incluyen el manejo de las
emociones, así como de los intercambios con otros, para lograr los objetivos
trazados.
b) Relaciones intrapersonales: De acuerdo con Voli (2002), la
relación intrapersonal implica la apreciación del conjunto de evaluaciones
sobre sí mismo. En el interior de las personas se está desarrollando en cada
momento una conversación positiva, negativa o neutra que motiva su propia
actuación en cualquier contexto. Cuando se conversa con el propio ser
interior, se está conectando directamente con el yo consciente y con el
subconsciente.
Además explica, por subconsciente se entiende el conjunto de
sentimientos, emociones, aprendizajes y experiencias, los cuales desde el
nacimiento y según algunas teorías, desde la misma concepción, se han ido
almacenando dentro de la memoria profunda del individuo. Desde allí actúan
en su conjunto sin necesidad de ser llamados a la conciencia, pero
interfiriendo sobre la forma como se siente emocionalmente y por
consiguiente sobre su comportamiento. De esta forma, pensando que no
depende de sí mismo, el individuo se limita a frustrarse, irritarse o quejarse y
58
haciéndolo se gastan energías, pudiendo utilizarlas en buscar soluciones
alternativas.
Para Voli (2002), lo precedente, en estos casos, lleva a interpretar la
realidad de forma limitada, dando lugar a resultados vivenciales a menudo
negativos o insuficientes, dependiendo de la historia de cada uno y según el
nivel de autoestima desarrollado. Es necesario aceptar que actuando se
aprende y errar significa también aprender a actuar de forma distinta de
como se ha hecho hasta hoy. De esta forma se puede ir desactivando
miedos y motivándose a asumir la propia responsabilidad para analizar
cualquier situación difícil desde una interpretación para la solución.
Desde esta perspectiva, es posible decidir entrar en acción en cualquier
momento, siempre con el fin de implementar las soluciones encontradas,
compartidas o sean sugeridas. Es posible ir transformando poco a poco el
actuar desde la rutina, desactivando posibles hábitos de no acción y de
victimismo. Paralelamente, la autoestima se va ensalzando. Por el contrario,
si alguien se dice a sí mismo no hacer nada, que nada le sale bien cuando lo
intente, en lugar de aprender de lo que está haciendo, está reforzando unas
limitaciones con una base ficticia y motivada.
De acuerdo con Voli (2002), desde esta conexión con el subconsciente,
la persona se envía a sí misma, un sinfín de mensajes positivos o negativos
según los casos, pudiendo interferir de forma diferente su interpretación
desde la perspectiva de considerarse responsables en sentido positivo o al
contrario como víctimas o responsables en el sentido de culpables.
59
Según Meiler (2010), muchas personas piensan, en su percepción, son
a menudo las víctimas de las circunstancias y de la acción de los demás,
considerando que el ser humano es competitivo y egoísta por naturaleza.
Piensan por consiguiente, que la única posibilidad es intentar pasar lo mejor
posible las situaciones encontradas. De esta forma evitan la responsabilidad
de buscar soluciones y se escapan también del sentido de culpa por no
conseguir los resultados deseados en su vida. Son unas víctimas, por lo
tanto, no son culpables.
De manera opuesta, si las personas aceptan que la naturaleza humana
es justamente lo contrario, que el ser humano está abierto a relacionarse y a
ayudar a sus semejantes cuando tiene la oportunidad de hacerlo y no está
limitado por sus condicionamientos educativos o de entorno, ya no es tan
lógico, hasta se pueden dar cuenta de que en realidad sentirse victimas no
tiene sentido e impide vivir la vida de la forma más efectiva. Sin embargo,
para poder entrar en esta nueva dinámica, es necesario aceptar la propia
responsabilidad a romper esquemas de pensamiento, cuando estos no sirven
e impiden entrar en unas relaciones más abiertas y efectivas consigo mismos
y con los demás.
González et al. (2007), expresan que la inteligencia ética al ser
integradora y relacional; en ella, puede considerarse la integración de la
inteligencia interpersonal e intrapersonal, a las que se suma un componente
valorativo, derivado de la actuación del individuo en su relación consigo
mismo.
60
Al respecto, indica Meiler (2010), que la inteligencia intrapersonal es la
capacidad de ver con realismo y veracidad cómo se es y qué se quiere, así
como de entender cabalmente cuáles son las prioridades y anhelos, para así
actuar en consecuencia. Otro componente es el de no engañarse con
respecto a las propias emociones y sentimientos, sintiendo respeto por ellos.
De esa forma, en vez de suponer que se está dominado por sus
caprichos y deseos y nada se puede hacer al respecto, las personas con un
alto grado de inteligencia intrapersonal pueden entender por qué sienten o
piensan tal o cual cosa actuando en consecuencia. También se ven muy
favorecidas por sus excelentes elecciones en aspectos importantes de su
cotidianidad.
Por lo antes planteado, al aprender a monitorear los sentimientos para
saber qué sucede, llegando a entenderse, a tratarse con respeto y
compasión mientras se decide qué medidas tomar para lograr equilibrio,
satisfaciendo las propias necesidades emocionales, proporciona mecanismos
para calmarse evitando reacciones desmedidas frente a las situaciones
presentadas.
Derivado de lo antes expuesto, se evidencia al contrastar la opinión de
los autores que, Voli (2002), indica que la relación intrapersonal implica la
apreciación del conjunto de evaluaciones sobre sí mismo, González et al.
(2007), expresan que la inteligencia ética incluye el ámbito interpersonal y
Meiler (2010), la señala como la capacidad de ver con realismo y veracidad
la realidad.
61
En resumen, las relaciones intrapersonales son la capacidad de ver con
realismo y veracidad cómo se es y qué se quiere, además de entender
cabalmente cuáles son las prioridades o anhelos, para actuar en
consecuencia. Para la autora de esta investigación, se coincide con
González et al. (2007), en cuanto la inteligencia ética es integradora y
relacional; en ella, puede considerarse la integración de la inteligencia
interpersonal e intrapersonal, a las que se suma un componente valorativo;
siendo estudiadas al momento de responder al objetivo específico centrado
en analizar la perspectiva integradora de la inteligencia ética en
universidades públicas, nacionales experimentales.
2.2.2. Funciones de Inteligencia Ética
De acuerdo con Belohlavek (2007), la inteligencia ética cumple
diferentes funciones, de esa manera se convierte en la base subjetiva de la
generación de valor agregado, determina la influencia del individuo en el
medio en cual actúa, rige el manejo del tiempo y define la capacidad
estratégica de ese individuo.
Palacios (2008) afirma que la inteligencia ética cumple la función de un
saber de integración que, más allá de la referencia al plano de las
intenciones, como contenido de la conciencia, o de los deberes, por cuanto
su función se centra en la obtención de logros. Por su parte, Cohen (2008)
agrega que las funciones de la inteligencia ética incluyen la concreción de
62
acuerdos para asumir diferentes responsabilidades en el proceso de
interacción con otros tanto dentro como fuera de las organizaciones, por lo
cual su funcionalidad se centra en la actuación del individuo.
Contrastando las opiniones, para Belohlavek (2007), la inteligencia ética
cumple diferentes funciones, tales como valor agregado, influencia y
liderazgo, manejo del tiempo; entre otros; Palacios (2008) la circunscribe en
un saber de integración y Cohen (2008) incluye la concreción de acuerdos
para asumir diferentes responsabilidades en el proceso de interacción.
Considerando las diferentes funciones se exponen las siguientes:
a) Valor agregado: Según Belohlavek (2007), de acuerdo con el nivel
de inteligencia ética de un individuo éste tiene mayor o menor predisposición
natural para agregar valor al medio. Explica, cuanto más alto el nivel de
inteligencia ética, más fácil le resulta agregar valor, mientras que, cuanto más
bajo sea ese nivel mayor será el esfuerzo a hacer para lograr este agregado.
Este autor realiza una importante acotación en cuanto al sentido
espiritual del individuo, reconociendo en la medida que el mismo sea menos
materialista, el valor agregado será alcanzado sin buscar recompensa,
mientras para el materialista sucede lo contrario, por tanto, se puede
entender en el campo ético, es más importante la percepción de beneficio
común adoptada por el individuo que el deseo del beneficio propio y
materialista, donde el hombre busca vivir a expensas del medio,
convirtiéndose en el sobreviviente sin la energía necesaria para orientarla a
agregar valor, por tanto necesita aferrarse a lo que tiene.
63
Palacios (2008) afirma la inteligencia ética es una capacidad que
impone al individuo la posibilidad se aportar valor agregado al medio
circundante, siendo considerado como un aporte para la mejora de la
actuación ética en distintos ámbitos. Ello supone el valor de integrar el
aspecto simbólico, conceptual y el práctico.
Por su parte, Cohen (2008) expresa que la Inteligencia Ética define las
posibilidades de agregar valor en el individuo, lo cual se produce a través de
su actuación con el medio circundante. De allí que se aporte valor a través
del manejo del tiempo, el planeamiento estratégico y la capacidad de
focalizar.
Contrastando las opiniones de los autores, se evidencia que Belohlavek
(2007), señala que un individuo éste tiene mayor o menor predisposición
natural para agregar valor al medio, Palacios (2008) afirma la inteligencia
ética es una capacidad que impone al individuo la posibilidad se aportar valor
agregado al medio circundante, coincidiendo con Cohen (2008), quien
expresa que define las posibilidades de agregar valor en el individuo.
Para el caso de este trabajo, se entiende que la inteligencia ética
comprende una función relacionada con la posibilidad de aportar un valor
agregado a las relaciones con el medio circundante, por lo cual se
consideran los planteamientos de Belohlavek (2007), al momento de valorar
esta función en las organizaciones objeto de estudio.
b) Influencia y liderazgo: Stogdill (1999), define el liderazgo como el
proceso de dirigir las actividades gerenciales de los miembros de un grupo y
64
de influir en ellos. Esta definición tiene cuatro implicaciones importantes, que
deben ser consideradas a los efectos de comprender la extensión de esta
función de la inteligencia ética:
- El liderazgo involucra a otras personas; a los empleados o seguidores.
Los miembros del grupo; dada su voluntad para aceptar las órdenes del líder,
ayudan a definir la posición del líder y permiten que transcurra el proceso del
liderazgo; sino hubiera a quien mandar, las cualidades del liderazgo serían
irrelevante.
- El liderazgo entraña una distribución desigual del poder entre los
líderes y los miembros del grupo. Los miembros del grupo no carecen de
poder; pueden dar forma, y de hecho lo hacen, a las actividades del grupo de
distintas maneras. Sin embargo, por regla general, el líder tendrá más poder
- La capacidad para usar las diferentes formas del poder para influir en
la conducta de los seguidores, de diferentes maneras. De hecho algunos
líderes han influido en los soldados para que mataran y algunos líderes han
influido en los empleados para que hicieran sacrificios personales para
provecho de la compañía. El poder para influir nos lleva al cuarto aspecto del
liderazgo.
- Es una combinación de los tres primeros, pero reconoce que el
liderazgo es cuestión de valores. MC Gregor argumenta que el líder que para
por alto los componentes morales del liderazgo pasará a la historia como un
malandrín o algo peor. El liderazgo moral se refiere a los valores y requiere
que se ofrezca a los seguidores suficiente información sobre las alternativas
65
para que, cuando llegue el momento de responder a la propuesta del
liderazgo de un líder, puedan elegir con inteligencia.
Según Belohlavek (2007), los individuos siguen a los que dan. Cuanto
más da un individuo, mayor es el nivel y la cantidad de individuos que lo
siguen. Evidentemente el autor no se refiere a dar en forma material
específicamente, sino, a dar en todos los aspectos de la vivencia compartida;
sea laboral, comunitaria o cualquier otra. De allí, el liderazgo está basado en
la inteligencia ética, y por tanto, desarrollar líderes está ligado al desarrollo
de la inteligencia ética de las personas.
Para Tartaglini (2007), desde esta nueva perspectiva, el líder es alguien
que posee las capacidades para facilitar la comunicación, el cambio y el
aprendizaje dentro de una organización, posibilitando la concreción de una
visión compartida, planteando cuales son los objetivos a conseguir, alineando
los intereses personales de cada uno de los integrantes con los de la
organización, y generando un contexto emocional donde se puedan
conseguir esos logros.
A estos efectos, el Liderazgo es el arte de hacer posible lo que antes no
lo era y para eso los líderes necesitan más que nunca integridad, buscando
alinear los intereses personales con los de las empresas, generando un clima
en los cuales todos se beneficien. El liderazgo que viene, rescata la
importancia de las emociones, y de la competencia para usarlas
inteligentemente, que nos permitan alcanzar una mejor calidad de vida y las
metas en las organizaciones.
66
Contrastando las opiniones de los autores, se evidencia que Stogdill
(1999), define el liderazgo como el proceso de dirigir las actividades
gerenciales, Belohlavek (2007), lo circunscribe en la vivencia compartida y
Tartaglini (2007), como las capacidades para facilitar la comunicación, el
cambio y el aprendizaje dentro de una organización.
Por tanto, se entiende que el liderazgo comprende un conjunto de
interacciones focalizadas en compartir las vivencias de los grupos,
estableciendo un estilo de de dirección de las acciones para lograr los
objetivos trazados; siendo considerados los planteamientos de Belohlavek
(2007), a los fines de valorar el liderazgo en las universidades públicas,
nacionales experimentales.
c) Manejo del tiempo: Respecto al manejo del tiempo, Belohlavek
(2007) señala que: Cuanto más necesite tomar un individuo del medio más
inmediatista necesita ser su actitud. Cuanto más busque transformar
conocimientos en fundamentos, y sobre la base de fundamentos procure
generar valor agregado, más largo es el tiempo interno que dispone el
individuo.
Sobre ese enunciado profundiza agregando que el manejo del tiempo
externo está apoyado en el tiempo interno; es decir, el crecimiento intelectual
y ético del individuo le permitirá hacer un mejor manejo de sus jornadas, no
dejándose llevar por la inmediatez resultante de la necesidad de apropiarse
apresuradamente de los recursos del medio, sino de una consciente
utilización de los mismos, basada en la madurez alcanzada por la
67
experiencia y el crecimiento personal. A medida que un individuo madura, su
inteligencia ética se desarrolla y su manejo del tiempo mejora. Además, esa
madurez no depende de la edad cronológica.
Palacios (2008) agrega que entre las funciones de la inteligencia ética
se incluye la forma en la cual se distribuyen los tiempos para cumplir con los
compromisos asumidos, y las responsabilidades implícitas: Ello supone
establecer una coordinación para la administración del tiempo.
Sobre este tema Mora (2010), indica que cada semana, toda persona
cuenta con 168 horas. Pero depende de cada quien aprovecharlas al
máximo. Tanto en el trabajo, como en el hogar, todos pueden beneficiarse de
hacer uso del tiempo, el recurso más preciado, en forma eficiente. La
administración del tiempo se refiere a analizar el uso de este recurso en
forma regular, para comprender la forma más adecuada de manejarlo en
forma efectiva.
Dadas las acotaciones expuestas, manejar el tiempo le obligará a ser
explícito en cuanto al valor que se da a la vida personal y profesional,
permitirá dirigir los esfuerzos en concordancia. Controlar el tiempo ayudará a
mantener el equilibrio entre las múltiples presiones bajo las cuales se esté
sometido, facilitando entonces el logro de los objetivos, evitando el estrés y el
cansancio.
De lo anterior se desprende la importancia que diferentes autores dan a
la forma apropiada de manejar el tiempo, como medio para maximizar el
aporte personal a las actividades personales y laborales, a la vez que se
68
alcanza un equilibrio donde esas actividades realizadas no se convierten en
elementos de tedio o cansancio, sino de factores de crecimiento.
Contrastando lo antes mencionado, Belohlavek (2007), hace referencia
al tiempo interno que dispone el individuo, Palacios (2008) agrega que entre
las funciones de la inteligencia ética se incluye la forma en la cual se
distribuyen los tiempos para cumplir con los compromisos asumidos, al igual
que Mora (2010), quien se focaliza en la administración del tiempo.
Por tanto, se afirma que el manejo del tiempo se relaciona tanto con los
tiempos internos como externos del individuo, de forma que se produzca un
crecimiento intelectual; siendo considerados los planteamientos de
Belohlavek (2007), quien analiza el manejo del tiempo desde la perspectiva
interna y externa; lo cual es considerado al valorar esta función en las
universidades públicas, nacionales experimentales.
d) Capacidad estratégica: De acuerdo con Belohlavek (2007),
capacidad estratégica de un individuo depende de su capacidad de agregar
valor, de su influencia en el medio y de su manejo del tiempo. Luego resume
esta afirmación diciendo esta capacidad estratégica depende del nivel de su
inteligencia ética. Lo interesante de esta perspectiva (es como descubre que
quien tenga la ética del valor apropiado, puede desarrollar acciones, aunque
sean tácticas, pueden ser percibidas como estratégicas, generando
resultados positivos para quien las implementa.
Palacios (2008) al abordar la función estratégica de la inteligencia ética
acota que la misma se vincula con la habilidad de proyectarse en un largo
69
plazo, para desarrollar una forma de actuación efectiva en función del logro
de las metas. También Cohen (2008) expresa que la capacidad estratégica
se vincula con las acciones emprendidas las cuales se proyectan para lograr
un objetivo específico vinculado con una actuación dentro de los
requerimientos morales de la sociedad y en congruencia con las
orientaciones propias de los individuos.
De lo antes mencionado, se evidencia que la inteligencia ética cumple
diversas funciones, entre ellas el valor agregado, influencia y liderazgo,
manejo del tiempo y capacidad estratégica; siendo considerados en este
estudio la perspectiva de Belohlavek (2007), al presentar las funciones de la
inteligencia ética en su visión más amplia y abarcadora; sirviendo de soporte
para responder al objetivo específico centrado en analizar las funciones de la
inteligencia ética en universidades públicas, nacionales experimentales.
2.2.3. Tipos de Inteligencia
Al abordar los tipos de inteligencia, Cohen (2008) afirma que la
inteligencia es un concepto abstracto, por lo cual la misma se expresa de
diferente forma, siendo posible considerar una tipología variada de ellas
como la inteligencia relacionada con el coeficiente intelectual, emocional,
social; entre otros.
Por su parte, Palacios (2008) agrega que la conceptualización de la
inteligencia ha conllevado a considerar la variabilidad de las mismas, siendo
70
posible considerar una inteligencia cognitiva, emocional, social así como
racional. Del mismo modo, Navarro y Cavhalo (2012) expresan que la
inteligencia puede expresarse dependiendo del ámbito en el cual se
desarrolla el individuo, tal es el caso de la inteligencia adaptativa, emocional,
social y racional; las cuales dependen de las situaciones en las cuales el
sujeto actúa demostrando sus competencias.
Como se evidencia en lo expuesto, los autores indican diversidad de
tipos de inteligencia, las cuales van a depender del contexto en el cual se
expresan. Tales inteligencias se conceptualizan a los fines del interés de este
trabajo:
a) Inteligencia emocional: De acuerdo con Märtin y Boeck (2000), la
moderna investigación de la inteligencia atribuye un importante papel al
conocimiento de uno mismo y a la sensibilidad frente a otros, lo que Gardner
(2000) denominó inteligencia intrapersonal o interpersonal. En ese sentido,
estas autoras recogen el planteamiento de Gardner (2000) respecto a la
importancia de la inteligencia personal, tanto en la vida profesional como en
la privada, a lo cual planteaba si no debería situarse por encima de otras
formas de la inteligencia: Como una forma de inteligencia más amplia; una
inteligencia verdaderamente nueva; una forma destinada, en definitiva,
asumir el control sobre las inteligencias de "orden primario".
Continúan explicando, la inteligencia emocional abarca cualidades
como la comprensión de las propias emociones, la capacidad de saber,
ponerse en el lugar de otras personas y la capacidad de conducir las
71
emociones mejorando la calidad de vida. Resulta evidente, el planteamiento
de no considerar a la razón puramente como medida, sino también incluir un
punto sensible del tiempo actual.
Agregan Märtin y Boeck (2000), que el mérito de los investigadores
originales de este tema, Salovey y Mayer (1993), estriba en haber concretado
cuales elementos integran la competencia emocional, sobre lo cual
identificaron cinco capacidades parciales diferentes, entre las cuales
mencionan:
- Reconocer las propias emociones. Poder hacer una apreciación y dar
nombre a las propias emociones es uno de los aspectos de la inteligencia
emocional, en la cual se fundamenta la mayoría de las otras cualidades
emocionales. Solo quien sabe por qué se siente como se siente puede
manejar sus emociones, moderarlas y ordenarlas de manera consciente.
- Saber manejar las propias emociones. Emociones como el miedo, la
ira o la tristeza son mecanismos de supervivencia que forman parte del
bagaje básico emocional. No se puede elegir las propias emociones. No se
puede simplemente desconectar o evitar. Pero esta en el poder de cada
quien conducir sus reacciones emocionales y completar o sustituir el
programa de comportamiento congénito primario, como el deseo o la lucha
por formas de comportamiento aprendidas y civilizadas como el flirteo o la
ironía.
- Utilizar el potencial existente. “Un 10 por 100 de inspiración, un 90 por
100 de esfuerzo”; esta sentencia popular da en el clavo: un elevado cociente
72
intelectual, por sí solo, no convierte a la persona ni en el primero de la clase,
ni en Premio Nobel. Los verdaderos buenos resultados requieren cualidades
como la perseverancia, disfrutar aprendiendo, tener confianza en sí mismo y
ser capaz de sobreponerse a las derrotas.
- Saber ponerse en el lugar de los demás. Los estudios sobre la
comunicación parten de la base de que alrededor del 90 por ciento de la
comunicación emocional se produce sin palabras. La empatía ante otras
personas requiere la predisposición a admitir las emociones, escuchar con
concentración y ser capaz también de comprender pensamientos y
sentimientos que no se hayan expresado verbalmente.
- Crear relaciones sociales. En todo contacto con otras personas entran
en juego las capacidades sociales: en el trato con los clientes, en la discusión
con la pareja, en las entrevistas de presentación, u otras actividades. Tener
un trato satisfactorio con las demás personas depende, entre otras cosas, de
la capacidad de crear y cultivar las relaciones, de reconocer los conflictos y
solucionarlos, de encontrar el tono adecuado y de percibir los estados de
ánimo del interlocutor.
Por su parte Hernández (2005), describe la inteligencia emocional como
una destreza que permite conocer y manejar los sentimientos, interpretar o
enfrentar los sentimientos de los demás, sentirse satisfechos y ser eficaces
en la vida, a la vez crear hábitos mentales favoreciendo la productividad del
individuo. Otras habilidades que caracterizan a la inteligencia emocional son:
suficiente motivación y persistencia en los proyectos, resistencia a las
73
frustraciones, control de los impulsos, regulación del humor, desarrollo de la
empatía y manejo del estrés. Es notable lo avanzado, en sólo diez años, en
cuanto a la investigación de la inteligencia emocional en distintos ámbitos del
quehacer humano: educación, salud, familia y empresa.
Para Goleman (2006), el término inteligencia emocional es la capacidad
humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en sí
mismo y en los demás. Describe aptitudes complementarias, pero distintas,
de la inteligencia académica, las habilidades puramente cognitivas medidas
por el cociente intelectual. Muchas personas de gran preparación intelectual,
pero faltas de inteligencia emocional, terminan trabajando a las órdenes de
personas que tienen un cociente intelectual menor, pero mayor inteligencia
emocional.
Cabe destacar, inteligencia emocional no es ahogar las emociones, sino
dirigirlas y equilibrarlas. Ejercer un autodominio emocional no significa negar
o reprimir los verdaderos sentimientos. Los estados de ánimo ‘malos’, por
ejemplo, tienen su utilidad: el enojo, la tristeza y el miedo pueden ser una
intensa fuente de motivación, sobre todo cuando surge del afán de corregir
una situación de adversidad, una injusticia o inequidad. La tristeza
compartida puede unir a la gente. Y la urgencia nacida de la ansiedad
(mientras no sea sobrecogedora) puede acicatear el espíritu creativo.
Explica el precitado autor (2006), que la inteligencia emocional incluye
el autodominio, el celo y la persistencia. Comprende el ser capaz de
motivarse a sí mismo y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso
74
y demorar la gratificación, regular y evitar que los trastornos disminuyan la
capacidad para pensar, mostrar empatía y abrigar esperanzas. Interpretar los
sentimientos más íntimos de otro; manejar las relaciones de manera fluida,
de donde deriva que ser inteligente significa colocar las emociones en el
centro de las aptitudes para vivir.
Para Goleman (2006), ser inteligente emocionalmente es administrar la
vida emocional adecuadamente, el problema no está en lo emocional sino en
la convivencia de la emoción y su expresión. La herencia genética dota al
individuo de una serie de rasgos emocionales determinantes en su
temperamento. Pero el circuito cerebral implicado es extraordinariamente
maleable; temperamento no es destino.
Sobre este aspecto, agrega Marina (2009) que la inteligencia emocional
es parte integrante de la inteligencia ética, por cuanto implica el conocimiento
de las emociones y el respeto en términos de convivencia, lo cual determina
una orientación hacia los valores del individuo en un contexto específico. La
inteligencia emocional es una parte previa a la inteligencia ética. Lo que tiene
que hacer la primera es saber regular las emociones, entenderlas,
comprender las del otro y saber tratar con ellas. Y lo que añade la segunda
es la diferenciación entre que algo puede hacerse bien, o para causar daño
a otra persona o crear un ambiente de colaboración, convivencia y dignidad.
También, Marina (2009) menciona características de la inteligencia
emocional, incluyendo dentro de ella la capacidad de identificar y comprender
bien el sentimiento que se tiene, muchas veces se ha confundido, por
75
ejemplo, celos, amor; capacidad de gestionar, modular, regular la emoción,
la conducta; capacidad de identificar y comprender bien los sentimientos de
los demás; capacidad de interactuar con los sentimientos de los demás, de
motivarse a sí mismo, desarrollar el autocontrol, fundamental en la educación
y en la búsqueda de la felicidad.
Sin embargo, advierte Marina (2009), que sólo con esto no basta. La
empatía es fundamental para la convivencia, pero es un arma de doble filo,
se puede usar muy mal; coloca por ejemplo a los grandes dictadores, los
timadores o los agitadores sociales. Además, no se puede pensar sólo en
desarrollar sentimientos agradables y evitar los desagradables porque eso
puede llevar al narcisismo, a la intolerancia o a la frustración. Por todo esto
se debe hablar de la inteligencia ética.
Por tanto, se evidencia al contrastar la opinión de los autores que Märtin
y Boeck (2000), se centra en el conocimiento de uno mismo y a la
sensibilidad frente a otros, coincidiendo con Hernández (2005), quien la
señala como conocer, manejar, interpretar o enfrentar los sentimientos. Por
su parte, Goleman (2006), insiste en el sentir, entender, controlar y modificar
estados emocionales en sí mismo, en los demás; y Marina (2009) la destaca
como parte integrante de la inteligencia ética.
A los efectos de este estudio, se considera la inteligencia emocional
como una capacidad de manejar los sentimientos, mostrando control en la
interacción con quienes rodean al individuo; siendo considerados los
planteamientos de Marina (2009) por cuanto al valorar la inteligencia
76
emocional se le mide considerándola como parte integral de la inteligencia
ética.
b) Inteligencia social: De acuerdo con Goleman (2006), la
neurociencia ha descubierto que el desafío mismo del cerebro humano lo
hace sociable, inexorablemente atraído a un íntimo enlace cerebro a cerebro
cada vez que una persona se relaciona con otra persona. Ese puente
nervioso permite hacer impacto en el cerebro y, por ende, en el cuerpo de
cualquier persona con la que se interactúa, siendo esto un efecto
bidireccional.
Agrega el autor antes mencionado, que incluso los encuentros más
rutinarios actúan como reguladores en el cerebro, preparando las emociones,
algunas deseables, otras no. Cuanto más fuerte sea la relación emocional
con alguien, mayor es la fuerza mutua. Los intercambios más potentes se
dan con esas personas con las cuales se pasa más tiempo, en especial
aquellos a quienes más se quiere.
Continúa explicando que durante esos enlaces neurológicos, los
cerebros de las personas se entregan a una danza emocional, una danza de
sentimientos. Las interacciones sociales funcionan como moduladoras, algo
así como termostatos interpersonales que continuamente reacomodan
aspectos clave de la función cerebral a medida que orquestan las
emociones.
Según se ha visto, los sentimientos resultantes tienen consecuencias de
largo alcance, que recorren todo el cuerpo, enviando cataratas de hormonas
77
reguladoras de los sistemas biológicos, desde el corazón hasta las células
.inmunológicas. Algo tal vez más asombroso: la ciencia ahora rastrea
conexiones entre las relaciones más estresantes y el funcionamiento de
genes específicos que regulan el sistema inmunológico.
Puntualiza el autor señalado, que hasta un grado sorprendente, las
relaciones no sólo moldean la experiencia personal, sino también la biología
del cuerpo humano. El enlace cerebro a cerebro permite que las relaciones
más fuertes moldeen a los individuos en asuntos tan frívolos como reírse de
las mismas bromas o tan profundos como que genes se activan, o no, en las
células T, los soldados de infantería del sistema inmunológico en la
constante batalla contra las bacterias y los virus invasores.
Ante esta realidad, Goleman (2006) aclara que cuando escribió el libro
“La inteligencia emocional”, puso el acento en una serie crucial de
capacidades humanas dentro del hombre como individuo, su habilidad para
manejar sus propias emociones y su potencial interior para mantener
relaciones positivas. Más en la inteligencia social, el panorama va mas allá
de la psicología de una persona (capacidades internas de un individuo) hacia
una psicología de dos personas (surge cuando estas se relacionan).
En ese sentido, la inteligencia social se convierte en compañera de la
inteligencia emocional, que explora el terreno mismo de la vida humana
desde un punto de vista privilegiado, permitiendo una comprensión más
amplia del mundo personal. El enfoque cambia hacia esos efímeros
momentos que aparecen cuando se interactúa. Estos adquieren una
78
consecuencia más profunda a medida que los individuos descubren como
mediante la suma total, se produce la creación de los unos a los otros.
Atendiendo a estas consideraciones, Goleman (2006) indica que la
inteligencia social apunta a preguntas tales como: ¿Qué hace a un psicópata
peligrosamente manipulador?; ¿Podemos cumplir mejor con nuestra tarea de
ayudar a nuestros hijos a crecer y convertirse en personas felices?; ¿Qué
hace que un matrimonio sea una base nutritiva?; ¿Pueden las relaciones
actuar como amortiguadores de las enfermedades?; ¿Puede un maestro o un
líder hacer que el cerebro de los estudiantes o de los trabajadores funcione lo
mejor posible?; ¿Pueden los grupos dominados por el odio vivir en paz
juntos? y Qué sugieren estas percepciones para el tipo de sociedad?.
Sobre este tema Oñates (2009), ofrece su percepción comenzando por
complementar las preguntas formuladas por Goleman, estableciéndolas en
los siguientes términos: ¿Qué es la inteligencia social y cómo se puede
desarrollar?; ¿Cómo manejar los sentimientos cuando se está en relación
con otras personas?; ¿Por qué las relaciones humanas satisfactorias se
traducen en un mejor estado de salud?; ¿Cómo se puede lograr que grupos
divididos por el prejuicio y el odio vivan juntos en paz? Y ¿Cuál es el lado
oscuro de la inteligencia social?
Explica Oñates (2009) que Goleman (2006), definió la inteligencia social
como la capacidad humana para relacionarse. Basado en que desde una
perspectiva evolucionista, la inteligencia se encuentra entre esas
capacidades humanas que han ayudado a la especie a sobrevivir. El cerebro
79
social se desarrolló muchísimo en las especies de mamíferos que viven en
grupo, perfeccionándose como un mecanismo de supervivencia.
Es así como, el cerebro social y por ende la inteligencia social se
desarrolló para enfrentar los desafíos que enfrentaban en grupo los primates:
quién es el macho alfa, con quién se puede contar para la defensa, a quién
se debe agradar y cómo. En los humanos la necesidad de coordinar,
cooperar y también competir impulsó la evolución del tamaño cerebral y de la
inteligencia en general.
Según Oñates (2009), todas las emociones son sociales. Resulta
imposible separar la causa de una emoción del mundo de las relaciones,
porque son las relaciones sociales las que movilizan nuestras emociones. La
conciencia social se refiere a la capacidad para ser sensible al estado interno
de otra persona, para percibir las señales emocionales no verbales y para
comprender sus sentimientos, pensamientos e intenciones.
En este sentido agrega el autor antes señalado que, se ha descubierto
que escuchar bien distingue a los mejores gerentes, maestros y líderes. Es
decir, estas personas no sólo se toman el tiempo necesario para escuchar, y
por lo tanto para sintonizar con los sentimientos de la otra persona, sino que
también saben formular preguntas para comprender mejor la situación.
En cuanto al otro ingrediente, Oñates (2009) afirma que: El
conocimiento social es el conocimiento sobre cómo funciona el mundo social.
Las personas que poseen conocimiento social saben qué se espera en casi
cualquier situación social y son adeptos a la semiótica, decodifican las
80
señales sociales que revelan. La aptitud social permite establecer
interacciones efectivas, tomar en cuenta las necesidades de los demás y
actuar en consecuencia. No es suficiente tener conciencia social, es decir
percibir cómo se sienta otra persona o saber lo que piensa o cuál es su
intención sino que es necesario aprender a construir interacciones fluidas y
eficaces.
Agrega Morgado (2010) que la parte social del individuo se vincula a la
inteligencia porque determina la capacidad de relacionarse con otros. Explica
que el cerebro determina las interacciones sociales del individuo, la cual se
connota por las percepciones, memoria, comunicación, toma de decisiones,
planificación del futuro, creatividad, sistema de valores y la moral de las
personas.
Por consiguiente, se evidencia al comparar los planteamientos de los
autores que Goleman (2006), enfatiza en la explicación de la neurociencia en
términos de su influencia en el aspecto social, Oñates (2009), ofrece su
percepción considerando la inteligencia social como la capacidad humana
para relacionarse, coincidiendo en sus planteamientos con Morgado (2010).
Para efectos de este estudio, se consideran los planteamientos de Goleman
(2006) y Oñate (2009) al asumir que el cerebro determina las interacciones
sociales del individuo.
c) Inteligencia racional: Marqués (2006), habla sobre la Inteligencia
Racional-Ideática, la cual define como la inteligencia de los científicos e
inventores, explicando al respecto que los físicos cuando trabajan con
81
fórmulas matemáticas operan a través de un pensamiento lógico- matemático
o racional bastante puro, pero cuando hay auténtica invención, como en el
caso de Einstein respecto a la gravedad, son necesarias unas premisas que
pertenecen claramente al pensamiento racional-ideático.
Según Seijo et al. (2009), la inteligencia racional ha sido aceptada no
sólo como base de la civilización occidental sino también como sinónimo de
la palabra inteligencia. Medida bajo esta óptica, ha surgido una gran
inquietud por la falta de pensamiento preciso en la cultura y una potencial
decadencia de la inteligencia racional.
Estos autores consideran una falla el fundamentar el pensamiento en
razonamientos seleccionados, creyendo que esta declinación de la
racionalidad puede ser explicada por el deseo de ser bien educados y
amables, lo cual se puede lograr utilizando frases ambiguas, mezclando
imágenes y sentimientos junto con pensamientos y evitando la exactitud
requerida por el pensamiento racional.
Por tanto, Seijo et al. (2009), consideran que el pensamiento racional
confronta grandes dificultades para expandirse en la sociedad moderna.
Además establecen que la inteligencia será racional en las organizaciones,
tanto en su gestión administrativa como productiva siempre y cuando su éxito
y competitividad sean sostenibles.
Para Muñoz et al. (2010), es la conocida por todos desde hace tiempo
y a la que se refieren cuando se habla de cociente intelectual (CI).
Tradicionalmente, se ha concedido más importancia a este tipo de
82
inteligencia. Sin embargo, se ha visto que un CI alto no garantiza el éxito en
la vida, las relaciones o el trabajo.
De acuerdo con los autores señalados, para eso hacen falta otro tipo
de habilidades, que son precisamente las relacionadas con la inteligencia
experiencial. No obstante, es verdad que un CI alto y una alta inteligencia
experiencial siempre pueden ayudar a lograr un mayor éxito que un CI bajo y
una alta inteligencia experiencial. Funciona siguiendo reglas establecidas, es
lenta, consciente, analítica y lógica. Comparando los planteamientos de los
autores, se evidencia que Marqués (2006), habla sobre la Inteligencia
Racional-Ideática, Siejo et al. (2009), de inteligencia racional basada en el
pensamiento y Muñoz et al. (2010), habla de cociente intelectual basado en
las habilidades analíticas y lógicas.
Para el caso de este estudio, se considera la inteligencia racional
como aquella focalizada en el uso del pensamiento y de la lógica, lo cual
conlleva a comportamiento adaptativos soportados sobre las habilidades de
análisis del individuo; siendo considerados como referencia los
planteamientos de Siejo et al. (2009), al momento de analizarla en las
universidades públicas, nacionales experimentales.
d) Inteligencia deductiva: Según Montserrat (2002), el pensamiento
deductivo parte de categorías generales para hacer afirmaciones sobre
casos particulares. Va de lo general a lo particular. Es una forma de
razonamiento donde se infiere una conclusión a partir de una o varias
premisas.
83
Según este autor, el filósofo griego Aristóteles, con el fin de reflejar el
pensamiento racional, fue el primero en establecer los principios formales del
razonamiento deductivo. Por ejemplo, si se afirma que todos los seres
humanos cuentan con una cabeza y dos brazos y que Pepe es un ser
humano, se debe concluir que Pepe debe tener una cabeza y dos brazos. Es
éste un ejemplo de silogismo, un juicio en el que se exponen dos premisas
de las que debe deducirse una conclusión lógica.
Pero no todos los ejemplos son tan claros. La lógica convencional, parte
de que hay dos valores únicos de verdad en los enunciados lógicos:
"verdadero" o "falso", sin embargo algunos lingüistas admiten un tercer valor:
"ni verdadero ni falso".
De acuerdo con Ibáñez (2006), una vez que un científico tiene a su
disposición leyes y teorías universales puede extraer de ellas diversas
consecuencias que le sirven como explicaciones y predicciones. La
deducción es muy distinta de la inducción. El estudio del razonamiento
deductivo constituye la disciplina de la lógica axiomática o formal y desde el
positivismo lógico, hace uso esencialmente del lenguaje matemático basado
en el álgebra.
Basado en ello explica como, por ejemplo, teniendo dos argumentos,
conocidos como premisas, es posible llegar a través de ellas a una
conclusión. Siendo lógico pensar, que si ambas premisas son verdaderas, la
conclusión ha de ser verdadera. No es posible que la conclusión sea falsa si
las premisas son verdaderas, ya que si dicha conclusión fuera falsa ello
84
supondría una contradicción. Esta es la característica clave de una
deducción lógicamente válida. Si las premisas de una deducción lógicamente
válida son verdaderas, entonces la conclusión debe ser verdadera.
Sastre et al. (2007) expresa que la inteligencia deductiva es aquella que
permite al individuo establecer una relación entre diferentes informaciones,
logrando abstraer las analogías o diferencias, para configurar una percepción
e interpretación de los eventos, posibilitando además relacionar causas y
efectos.
Por tanto, comparando las opiniones de los autores, se evidencia que
Montserrat (2002) centra su concepción de la inteligencia deductiva en el
pensamiento, Ibáñez (2006), en la disciplina de la lógica axiomática o formal
y Sastre et al. (2007) en la capacidad del individuo para relacionar diferentes
informaciones, logrando abstraer las analogías o diferencias; siendo
considerados los planteamientos de Ibáñez (2006) por aplicarse a la lógica
ética, al momento de valorar la inteligencia deductiva.
Visto los diferentes tipos de inteligencia enunciadas y descritas por los
autores, para los fines investigativo se entiende que el ser humano no se
conduce a través de una única percepción de su entorno, es más, éste le
interpreta y se comporta de formas diferentes ante distintos estímulos, así
como de acuerdo a sus propias capacidades, las cuales determinan el tipo de
inteligencia que estos poseen, siendo para cada cual unas más evidentes o
significativas que otras; por lo cual se incluyen en el análisis del presente
estudio, la inteligencia emocional, social, racional y deductiva a los fines de
85
examinar los tipos de inteligencias en universidades públicas, nacionales
experimentales.
2.2.4. Tipos de Tolerancia
Cortina (2000), explica la tolerancia implica un interés de ayudar a
otros, facilitando la comprensión de los eventos que le determinan. Indica
que supone tanto una predisposición a no inmiscuirse en los proyectos
ajenos por simple comodidad, así como a respetar proyectos ajenos que
pueden tener un valor, aunque no se compartan.
Para Vega (2002), en la tolerancia hay tres patologías. La primera se
refiere al abuso de la palabra. Comenta que el grado de eficacia de un
consejo paterno está en relación inversa al número de veces que se repite.
La tolerancia también puede aburrir por saturación, devaluarse por tanta
repetición y manoseo. La sensibilidad humana crece salvaje si no se cultiva,
pero también puede estragarse por sobredosis. La segunda trata de una
intolerancia enmascarada, en la cual el individuo no tolera a los sujetos de su
entorno pero no lo hace evidente.
Por último, en el deslizamiento de la tolerancia hacia el permisivismo se
encuentra la tercera patología. Relata que cuando en una tragedia de
Eurípides se dijo que materia de virtud lo mejor era mirar todo con
indulgencia, Sócrates se puso en pie, interrumpió a los actores para decir lo
abominable de corromper así la educación.
86
Al respecto, Bosque (2009), refiere como los principales tipos de
tolerancia: la religiosa, la tolerancia política, la étnica, la racial, y la cultural,
indicando que la misma se expresa en los ámbitos de actuación del ser
humano, donde se manifiestan las diferencias entre los individuos como seres
únicos.
Contrastando opiniones, se evidencia que Cortina (2000), centra su
definición de tolerancia en el interés de ayudar a otros, facilitando la
comprensión de los eventos, Vega (2002), resalta la tolerancia manifiesta y
enmascarada y Bosque (2009), refiere como la refiere a diversos contextos
como religioso, político, étnico, entre otros. Sin embargo; de manera más
simplificada, define los tipos de tolerancia como activa y pasiva, siendo
definidas seguidamente:
a) Activa: Bosque (2009) indica que la tolerancia activa es un grado
superior de tolerancia, la cual consiste en ayudar a otros a progresar en su
propio camino y de ningún modo forzarlos a pasarse al lado de la
contraparte. Implica aceptar las diferencias considerando sus propios puntos
de vista.
Al respecto, Escohotado (2009) expresa que la tolerancia activa viene a
significar solidaridad, una actitud positiva hacia los demás, en la cual el
individuo es capaz de aceptar las diferencias, aún cuando también puede
contraponer su punto de vista, aceptando que otros puedan considerarse
distintos pero aceptables. La ventaja del respeto, así entendido, es que no
87
presupone la supremacía de quien tolera, sino un buen grado de reciprocidad
y de equidad.
En el ámbito de la tolerancia activa, Giner (2010) también afirma que
implica la actitud prevalente de ayudar, procurando el apoyo mutuo, la
comprensión y la acción en pro de la mejora del individuo, demostrando
aceptación pero no dejando de lado su actuar diferente para guiar al otro
hacia el éxito.
Por consiguiente, se observa que los tres autores mencionados, es
decir, Bosque (2009) Escohotado (2009) y Giner (2010) coinciden al
considerar la tolerancia activa en términos de aceptación pero con una
conducta orientada a la ayuda y colaboración de otros, aún cuando ideas
diferentes; siendo considerado a los efectos de este estudio, los
planteamientos de Bosque (2009) al medir esta características en las
universidades públicas, nacionales experimentales.
b) Pasiva: Bosque (2009) indica que se refiere a un grado inferior de
tolerancia, la cual consiste en soportar que otros sigan vías diferentes. Es por lo
tanto, la capacidad de aguantar las diferencias sin reaccionar con agresividad.
La tolerancia pasiva se centra en el respeto por las diferencias con un matiza
pasivo comparable con la benevolencia.
Escohotado (2009) agrega que la tolerancia pasiva comprende supone
dejar hacer en los otros individuos, aún cuando se cuente con opiniones
diversas, las cuales no son manifestadas a los fines de no crear conflicto
alguno en el ámbito de la interacción social. Se basa en la premisa del respeto
88
mutuo, al punto de no participar en un cambio, sino manifestarse de forma
indiferente.
También Giner (2010) expresa una distinción entre la tolerancia pasiva
de la activa, por ejemplo, implicando que la segunda tiene el agregado del
reconocimiento en los demás a sostener sus propias creencias y apoyarlos
en este derecho, aun cuando difieran de las propias convicciones del
individuo que ejecuta el acto de tolerancia.
Nuevamente, se evidencia que los autores antes mencionados, es
decir, Bosque (2009), Escohotado (2009) y Giner (2010) coinciden en sus
apreciaciones, entendiendo la tolerancia pasiva como el reconocimiento del
otro, sin intervención mayor del individuo, aún cuando no coincidan con sus
apreciaciones; siendo considerados a los fines de este trabajo, los
planteamientos de Bosque (2009) al momento de valorar la tolerancia pasiva
en las universidades públicas, nacionales experimentales.
Tomando en consideración lo anteriormente planteado, la tolerancia es
un valor de convivencia que garantiza procesos de vida, de paz y armonía.
La tolerancia pasiva refleja cierta indiferencia, mientras que, la tolerancia
activa refleja una actitud positiva de solidaridad, cuya práctica permite no
dejar pasar malos momentos, sino hacer valer su opinión a través de una
adecuada aptitud.
En todos los casos la tolerancia es respeto absoluto hacia personas que
piensan de manera diferente o poseen características biológicas, psíquicas,
culturales distintas de las de los demás. A los fines investigativos, se
89
consideran como referencia los planteamientos de Bosque (2009) al valorar
la tolerancia activa y pasiva, a los fines de conocer las acciones de
colaboración o aceptación integral de los individuos al momento de
responder al objetivo específico centrado en analizar el tipo de tolerancia en
universidades públicas, nacionales experimentales.
2.3. Responsabilidad Social
Según Cortina (2000), las organizaciones están obligadas a respetar y
reconocer tanto los derechos de sus miembros como de los consumidores y
proveedores, pues su fin no debe ser sólo el logro del beneficio económico
sino también la satisfacción de las necesidades humanas. La responsabilidad
trasciende lo individual hacia lo corporativo y comunitario.
Por tanto, para la autora antes mencionada, el desarrollo social
equitativo se concibe a partir de la visión sistémica de la responsabilidad que
cada actor, individual y colectivamente, asuma con el propósito de buscar
alternativas conducentes al logro de la verdadera equidad.
En cuanto a la universidad, cuya misión es la búsqueda del saber y la
exaltación de los valores trascendentales del hombre, es imprescindible la
participación de la comunidad universitaria (docentes, investigadores,
estudiantes, empleados y obreros) en la toma de decisiones respecto a las
políticas de conducción de la institución en función de los requerimientos de
los diversos sectores sociales y productivos de la región, del país.
90
Al respecto Ferrel y Hirt (2005) hacen referencia a la obligación de una
empresa de optimizar su efecto positivo y minimizar su efecto negativo en la
sociedad, para lo cual ejercen labores de responsabilidad social, las cuales
consisten en un conjunto de acciones focalizadas en procurar un beneficio
social derivado de sus operaciones.
En tal sentido, Guédez (2006) considera que la responsabilidad social
es la capacidad para comprender los alcances de los compromisos sociales
de la empresa, implicando acciones concretas para crear mejoras en los
grupos sociales vinculados a las empresas, tanto en el nivel interno como
externo a las mismas.
Aplicando los preceptos éticos de la convivencia humana a la
responsabilidad social, Pereira y Ziritt (2007) señalan lo siguiente: Ante un
panorama que privilegia el individualismo exacerbado el cual frena las
posibilidades de dar cabida a los significados compartidos, donde todo queda
sujeto al cálculo de costos y beneficios, la participación, el debate necesarios
para el entendimiento, así como en la búsqueda del acuerdo hacia la
construcción del bien común, quedan desplazados por la visión instrumental
del hombre como el medio más seguro para alcanzar sus objetivos a
mediano y corto plazo en el mundo donde se desenvuelve.
Basado en ello, explican la impostergable necesidad de que las
empresas e instituciones asuman la responsabilidad de sus acciones y las
consecuencias que de ellas deriven con responsabilidad social. En tal
sentido, se hace imperante que las organizaciones asuman sus
91
responsabilidades sociales, a los fines de generar beneficios a las
comunidades o públicos de interés, propiciando el desarrollo sostenible en el
ámbito de la sociedad.
Sobre el mismo tema, y tomando como referencia la ética
organizacional, Martin (2007) señala lo siguiente: Desde una ética de la
responsabilidad y una ética de las capacidades se articula el papel central de
Universidad en la construcción de un tejido de valores compartidos y
comunes.
En ese marco de ideas, la universidad en su conjunto, desde su alta
gerencia hasta los investigadores, docentes, estudiantes y personal, puede
capacitarse para avanzar al menos en tres niveles: En primer término,
superar la responsabilidad, como acción de únicamente responder a la
obligación legal de vincularse con las necesidades de la sociedad.
El autor antes mencionado explica que desarrollar la responsabilidad,
debe ser entendida como hacerse cargo de las capacidades especificas para
aportar soluciones a la vida social. Algo sumamente importante sobre este
tema es la importancia que da a promover la responsabilización, en tanto
capacidad, ejercida anticipadamente, de modo voluntario acordado con los
actores sociales, de rendir cuenta de su actuación y de las posibilidades de
una vida más humana.
En ese sentido, Martin (2007) afirma que una acción educativa fundada
en la responsabilidad ética puede hacer de la universidad un lugar especial
para promover el paso de una sociedad del conocimiento, fundada en el
92
poder, el dominio y la eficacia, a una sociedad del saber, que oriente el
conocimiento con la eficacia hacia el desarrollo de estrategias de inclusión,
comprensión y equilibrio.
Por su parte, Díaz (2008), considera que definir la responsabilidad
social universitaria es ahora muy simple, después de haber definido a la
responsabilidad social en términos de gestión de impactos, para lo cual
indica sólo es necesario saber cuáles son esos impactos que la institución
universitaria genera en su entorno.
Bajo esa perspectiva, advierte que los dos principales propósitos
académicos de la universidad son ante todo la formación humana y
profesional con un propósito educativo y la construcción de nuevos
conocimientos; sabiendo que estos dos fines se relacionan estrechamente,
por cuanto es a partir de las investigaciones de sus profesores que la
universidad construye los contenidos académicos transmitidos a los
estudiantes para su formación. Díaz (2008), partiendo de lo anterior agrupa
los impactos que genera la universidad en su actuar cotidiano, en cuatro
rubros:
- Impactos de funcionamiento organizacional: Como cualquier
organización laboral, la universidad genera impactos en la vida de su
personal administrativo, docente y estudiantil; que su política de bienestar
social debe de gestionar y también contaminación en su medioambiente.
- Impactos educativos: La universidad tiene un impacto directo sobre la
formación de los jóvenes, su manera de entender e interpretar el mundo,
93
comportarse en él y valorar ciertas cosas en su vida. Influye asimismo, sobre
la deontología profesional, orienta (de modo consciente o no) la definición de
la ética profesional de cada disciplina y su rol social.
- Impactos cognitivos y epistemológicos: La Universidad orienta la
producción del saber y las tecnologías, influye en la definición de los términos
relacionados con la verdad, ciencia, enseñanza, entre otros aspectos. Tiene
como objetivo incentivar el saber, articula la relación entre tecnociencia,
sociedad y el control social de la ciencia. Promueve la democratización de la
ciencia. Influye finalmente sobre la definición y selección de los problemas de
la agenda científica.
- Impactos sociales: La Universidad tiene un impacto sobre la sociedad
y su desarrollo económico, social y político. No sólo tiene un impacto directo
sobre el futuro del mundo en cuanto forma a sus profesionales y líderes, sino
que ella es también un referente y un actor social, que puede promover el
progreso, que puede crear un capital social, vincular la educación de los
estudiantes con la realidad social exterior, así como hacer accesible el
conocimiento a todos. Así, el entorno social de la Universidad se hace una
cierta idea de su papel y su capacidad (o no) de ser un interlocutor válido y
útil en la solución de sus problemas.
Dentro del mismo contexto, para Vallaeys (2009), la empresa ha debido
superar el enfoque filantrópico de la inversión social (como gasto extra) para
entenderse a sí misma bajo el nuevo paradigma de la Responsabilidad
Social, la Universidad debe tratar de superar el enfoque de la proyección
94
social y extensión universitaria como elementos bien intencionados a su
función central de formación estudiantil y producción de conocimientos, para
poder asumir la verdadera exigencia de la responsabilidad social
universitaria.
Puede observarse en lo antes expuesto que los autores coinciden en
sus planteamientos, dado que Cortina (2000), resalta que las organizaciones
están obligadas a respetar y reconocer tanto los derechos sociales, Ferrel y
Hirt (2005) hacen referencia a la obligación de una empresa de optimizar su
efecto positivo y minimizar su efecto negativo en la sociedad, Guédez (2006)
considera la necesidad de comprender los alcances de los compromisos
sociales de la empresa.
Igualmente, Pereira y Ziritt (2007) destacan la construcción del bien
común, Martin (2007) vincula la ética y la responsabilidad en función de los
valores sociales compartidos, Díaz (2008), considera la responsabilidad
social universitaria en relación con su entorno social y Vallaeys (2009),
resalta la necesidad de asumir la verdadera exigencia de la responsabilidad
social universitaria.
En resumen, la autora coincide con Martin (2007), para quien la
responsabilidad social, debe ser entendida como hacerse cargo de las
capacidades específicas para aportar soluciones a la vida social. Por lo tanto,
responsabilidad social universitaria es la capacidad que tiene la universidad,
de difundir, además de poner en práctica un conjunto de principios y valores
generales y específicos, por medio de cuatro procesos considerados claves
95
en la universidad, como son la gestión, la docencia, la investigación, también
de la extensión universitaria. Respondiendo Socialmente así, ante la propia
comunidad universitaria y el país donde está inserta.
Por consiguiente, la responsabilidad social universitaria exige, desde
una visión holística, articular las diversas partes de la institución en un
proyecto de promoción social de principios éticos, de desarrollo social
equitativo y sostenible, para la producción y transmisión de saberes
responsables, en la formación de profesionales ciudadanos igualmente
responsables, siendo valorados en este estudio en las universidades
públicas, nacionales experimentales.
2.3.1. Dimensiones de Responsabilidad Social
De acuerdo con Puterman (2005), el concepto actual de
responsabilidad social, va mas allá del límite de las industria, de su entorno,
ya no se habla solo de Responsabilidad Social de las empresas, si no de la
Responsabilidad Social de la sociedad civil, la cual está en el deber de
identificar y aportar soluciones a problemas de interés público a través de
estrategias e iniciativas ciudadanas que estén inspiradas en la transparencia,
la pluralidad, la sustentabilidad, de la ética cívica.
El autor antes mencionado afirma que, la responsabilidad Social abarca
temas inimaginables como es el compromiso de cumplir con las
responsabilidades tributarias, con el respeto hacia la sociedad a través de los
96
medios de comunicación, con el respeto a los derechos humanos, con
mejores condiciones de vida para los obreros de una empresa, con su
capacitación y desarrollo profesional, con facilidades para los discapacitados
que les permita integrarse en una forma activa a las actividades del
ciudadano común, dándole facilidades de transporte, facilidades de acceso a
locales comerciales y edificaciones.
Por su parte, Guédez (2008) agrega que las empresas requieren ser
legitimadas, por lo cual deben respetar ciertos valores en las relaciones con
sus trabajadores, clientes, proveedores y con la comunidad; incluyendo los
elementos económicos, sociales, medioambientales, gubernamentales, entre
otros. Al respecto, Pelekais y Aguirre (2008), destacan la importancia de
cumplir la obligación de crear un entorno económico, social, medioambiental
entre otros acorde con las exigencias de la convivencia humana y del
comportamiento ético, destacando que el ámbito de la ética es bastante más
amplio que el de las normas legales.
De lo antes mencionado, se evidencia que Puterman (2005), la
necesidad de identificar y aportar soluciones a problemas de interés público,
Guédez (2008) de la importancia de que las organizaciones se legitimen
frente a sus diferentes grupos sociales y, Pelekais y Aguirre (2008), destacan
la importancia de cumplir la obligación de crear un entorno económico, social,
medioambiental entre otros; los cuales son explicados seguidamente:
a) Dimensión Económica: Según Sturzenegger (2003), las empresas
u organizaciones cumplen determinadas funciones especializadas y
97
diferenciadas, es decir, cumplen determinados roles. Desde la consolidación
de la organización como unidad productiva, se concibe que los roles
desempeñados por éstas se articulen y definan en torno a un vínculo o
contrato tácito con la sociedad de carácter esencialmente económico.
El mismo autor agrega que en el marco de este contrato, las empresas
deberían producir, con la máxima eficiencia posible, bienes y servicios que
satisfagan múltiples necesidades; generar empleos, constituyendo de esta
manera una de las principales fuentes de rentas; invertir parte de sus
excedentes, promoviendo el avance tecnológico, el crecimiento de la
productividad; cumpliendo con las responsabilidades legales, en especial las
de carácter fiscal.
Por su parte, Sturzenegger (2003), destaca la importancia de la
igualdad de condiciones económicas de la empresa u organización, así como
de todos los trabajadores, de forma que los mismos no se sientan
discriminados por cualquier condición económica, sino se promueva la
aceptación de las diferencias entre los grupos.
Al respecto, Gómez (2005) expresa que toda organización
comprometida con la responsabilidad social experimenta importantes
beneficios tanto cuantitativos como cualitativos, entre los cuales se
encuentran, la performance financiera. El negocio y comunidades de la
inversión han debatido por mucho tiempo si existe una conexión real entre
las prácticas de negocio socialmente responsables y la actuación financiera
positiva.
98
Los mismos autores antes mencionados agregan que, la iniciativa social
empresarial más ambiciosa, es la que amplía el mercado. Por tanto, al
emprender esta acción, construye y apalanca, su propio mercado. Ello se
debe a que el futuro de toda organización depende cada vez más de la
sociedad: capacidad de compra de los consumidores, fortaleza de las
instituciones, salud, educación de los trabajadores, infraestructura de
transporte y comunicaciones, legislación vigente y del estado de derecho,
entre otros.
Siendo así, Gómez (2005) expresa que las empresas pueden
emprender iniciativas por su propia cuenta o colaborando unas con otras, no
menos que con el Estado, instituciones académicas y demás organizaciones
sin fines de lucro para superar las limitaciones del medio en el cual operan y
mejorar sus perspectivas.
A tal efecto, el precitado autor, aclara que acercarse al consumidor es
hoy práctica obligada entre las grandes empresas, cuya compleja estructura
organizacional, a veces dificulta el trato directo con el mercado de las
mayorías. Tales unidades productivas, buscan compenetrarse con los gustos
y necesidades de los consumidores. En este sentido, para mantenerse
competitivas en el mercado de hoy, las organizaciones deben emprender
iniciativas sociales con fines estratégicos, que beneficien a la comunidad y a
la vez potencien su negocio.
Del mismo modo, Rabassa (2006), afirma que el compromiso
económico de las organizaciones se expresa no solo en la producción de la
99
riqueza, sino en traducir la misma en bienestar para cada uno de los
miembros en la obtención de los beneficios implícitos en el desarrollo de los
grupos coexistentes dentro de la organización.
Por tanto, se muestra que los autores citados, es decir, Sturzenegger
(2003), Gómez (2005) y Rabassa (2006), coinciden al destacar la importancia
del desarrollo económico de las empresas u organizaciones, en paralelo con
el progreso denotado por el compromiso económico de las organizaciones
con los grupos coexistentes dentro y fuera de la organización.
En el caso de este estudio, se entiende que la dimensión económica
es fundamental para generar progreso en el ámbito universitario, siendo
considerados los planteamientos de Sturzenegger (2003), a los fines de
analizar la dimensión económica de la responsabilidad social en
universidades públicas, nacionales experimentales.
b) Dimensión Social: Según la Fundación Esquel (2001), la
responsabilidad social es entendida como la adopción de una posición ética
por uno o varios actores sociales, consistente en el libre y activo compromiso
de resolver los problemas de desarrollo de la sociedad, construyéndola como
comunidad democrática, sustentable, solidaria. Atendiendo a estas
consideraciones, es adopción de posición ética, porque implica una opción
consciente por principios, valores y actitudes morales e intelectuales
renovados en lo social; de uno o varios actores sociales, por cuanto puede
ser adoptada, en la sociedad civil, en términos individuales, grupales o
institucionales.
100
Igualmente, es libre y activo compromiso, pues significa estar
consciente de la necesidad de involucrarse en una causa; resolver los
problemas de desarrollo, debido a que los problemas sociales no se
resuelven con acciones caritativas, dando sólo atención a los síntomas, sino
atacando sus verdaderas raíces.
Adicionalmente, la Fundación Esquel (2001), agrega que implica una
verdadera inversión social en el desarrollo que permite un avance de toda la
sociedad; construirla como comunidad democrática, sustentable y solidaria,
porque supone la renovación y desarrollo de la cultura cívica y porque es un
proyecto colectivo que debe ser compartido por toda la sociedad.
En opinión de Pérez (2003), en un artículo titulado “Responsabilidad
Social Corporativa titulado: “Los beneficios de dar”, indica que cada vez más
empresas reconocen que no es posible separar la participación corporativa
de la responsabilidad social y cada uno de acuerdo a sus políticas
empresariales y objetivos, ha adoptado el principio de invertir en la
comunidad, ya sea mediante programas de relaciones con la comunidad,
donativos económicos o en especie, programas educativos o asesorías
profesionales.
Las empresas reciben mucho de la sociedad y no pueden permanecer
ajenas. Ni su economía debe afectar a la sociedad, ni su responsabilidad
social a sus objetivos financieros, sobre todo si ambas cuestiones pueden
coexistir y sustentarse entre sí. Invertir en la comunidad no debe verse como
una carga, sino apreciar los beneficios de dar el apoyo a la comunidad es
101
una inversión sólida a largo plazo, participando en la generación de
beneficios inmediatos a corto plazo, entre ellos un mejor posicionamiento.
Para Vidal (2005), existen ciertos indicadores que permiten evaluar las
prácticas de responsabilidad social o dimensiones internas de una
organización, las cuales están relacionadas al ámbito social y medio
ambiente. Con respecto a lo social posee indicadores de gestión
relacionados con el recurso humano, salud y seguridad en el trabajo además
de ajustes empresariales, señalados seguidamente:
- Recurso humano: posee indicadores vinculados a la formación
permanente, mejora en la información interior de la empresa, mayor equilibrio
entre trabajo, familia y ocio, servicios de guardería, contratación no
discriminatoria, igualdad de retribución y de perspectivas profesionales, la
participación en los beneficios de la empresa, así como, atención a los
trabajadores de baja por incapacidad laboral o accidente.
- Salud y seguridad en el trabajo: Lo relacionado con la salud y
seguridad en el trabajo, se deben diseñar indicadores que permitan conocer
las acciones voluntarias complementarias de la normativa y las actividades
de control de las autoridades públicas y que tienen también objeto la
prevención, es decir, el aumento del nivel de la salud y la seguridad en el
lugar de trabajo.
- Ajustes empresariales: Con referencia a los indicadores que permiten
evaluar la responsabilidad social en momentos de crisis y adopción de
cambio; toda empresa a lo largo de su vida debe afrontar períodos de
102
recesión económica, ajustes de sus procesos productivos, en los momentos
de ajustes la respuesta empresarial que más a menudo se utiliza es el
despido; el autor recomienda en estos casos lo siguiente: primero antes de
tomar una medida drástica de despido hacer un estudio de su impacto en la
sociedad; segundo, buscar otras fórmulas que eviten el despido y tercero si
no existiese otra opción debería actuar en conjunto con los agentes locales
para buscar la creación de nuevos empleos.
De acuerdo con González (2005), la responsabilidad social es definida
como el compromiso de las empresas de contribuir al desarrollo económico
sostenible, trabajando con los empleados, sus familias, comunidad local y
sociedad en general, para mejorar su calidad de vida. Así pues, la imagen de
responsabilidad social en su conjunto, representa una herramienta para la
promoción del desarrollo humano y el fortalecimiento de uno de sus pilares
más importantes, el capital social.
Puede observarse que es coincidente la opinión de los autores antes
mencionados al considerar la dimensión social de la responsabilidad social
como un elemento que involucra a los grupos de individuos relacionados con
la organización. Cabe mencionar el criterio de Vidal (2005), quien establece
algunos indicadores que pueden ser abordados en la valoración de la
dimensión social, en este caso, aplicados a las universidades públicas,
nacionales experimentales.
c) Dimensión Medioambiente: Para la Red de Desarrollo Sostenible
de Colombia (2001), la gestión ambiental es un proceso que está orientado a
103
resolver, mitigar o prevenir los problemas de carácter ambiental, con el
propósito de lograr un desarrollo sostenible, el cual permita al hombre
desenvolver sus potencialidades, su patrimonio biofísico y cultural, así como
garantizar su permanencia en el tiempo, en el espacio. De acuerdo a esta
red, las áreas normativas y legales que involucran la gestión ambiental son:
- La política ambiental: Relacionada con la dirección pública y/o privada
de los asuntos ambientales internacionales, regionales, nacionales y locales.
- Ordenación del territorio: Entendida como la distribución de los usos
del territorio de acuerdo con sus características.
- Evaluación del impacto ambiental: Conjunto de acciones que permiten
establecer los efectos de proyectos, planes o programas sobre el medio
ambiente y elaborar medidas correctivas, compensatorias y protectoras de
los potenciales efectos adversos.
- Contaminación: Estudio, control, y tratamiento de los efectos
provocados por la adición de sustancias y formas de energía al medio
ambiente.
- Vida silvestre: Estudio y conservación de los seres vivos en su medio
y de sus relaciones, con el objeto de conservar la biodiversidad.
- Educación ambiental: Cambio de las actitudes del hombre frente a su
medio biofísico, y hacia una mejor comprensión y solución de los problemas
ambientales.
- Estudios de paisaje: Interrelación de los factores bióticos, estéticos y
culturales sobre el medio ambiente.
104
En opinión de Rebeil et al. (2008), la responsabilidad social al interior de
las unidades de negocio se remite a la integridad moral de los dirigentes, de
los participantes, a la justicia en las transacciones, al buen trato del personal,
respeto a las leyes, la honestidad en la gestión, el trabajo solidario en equipo,
el sentido de logro y cooperación. Por otra parte, la cuestión de la ecología
que es la tradicionalmente asociada al concepto de responsabilidad social,
no puede quedar relegada, ya que ésta implica el cuidado de los recursos
naturales no renovables para las generaciones presentes y para las futuras.
Del mismo modo, Guédez (2008) afirma que existe consenso sobre la
necesidad de considerar los elementos medio ambientales para lograr un
desarrollo de base sustentable de las organizaciones, así como comunidades
donde se encuentran inmersas. Se debe procurar una mejora en la calidad
de vida humana y se tenga en cuenta el ecosistema de forma de no afectar la
disponibilidad de recursos ni las condiciones de vida de las generaciones
futuras. El desarrollo sustentable debe procurar además del desarrollo
económico, la equidad social y el soporte ambiental.
Al respecto, Páez (2010) agrega que muchas prácticas de la actividad
económica comercial tienen impactos nefastos sobre el medio ambiente, y
por la importancia de cuidar este patrimonio común, es urgente tomar
conciencia de su responsabilidad y adapte sus prácticas a la necesidad de
preservar el medio ambiente.
En el planteamiento de los autores mencionados, se evidencia que
coinciden al considerar la influencia de las actividades de las organizaciones
105
sobre el ambiente, siendo necesario implementar las medidas para prevnir
los problemas de carácter ambiental, con el propósito de lograr un desarrollo
sostenible, creando el menor o nulo impacto sobre el contexto.
Para efectos de este trabajo, se entiende la importancia de la dimensión
medio ambiental como un área prioritaria para las organizaciones, lo cual
involucra también a las universidades, por lo cual se consideran los
planteamientos de Rebeil et al. (2008), quienes resaltan la necesidad de una
gestión honesta en concordancia con la preservación del medio ambiente.
d) Dimensión Comunidad: Según Elegido (1998), en primera
instancia, la responsabilidad social está relacionada con el cumplimiento de
las leyes que le atañen directamente relativas a: obligaciones con el país, el
estado o municipio o con la contratación de empleados; entre otras,
derivándose de su deber de promover el bien común de las comunidades a
las cuales pertenece.
Para Guerrero (2001), adoptar una posición ética, implica una opción
consciente por principios, valores y actitudes morales e intelectuales
renovadas en lo social; de uno o varios actores sociales, porque puede ser
adoptada en la sociedad civil, en términos individuales, grupales o
institucionales; libre y activo de compromiso.
El mismo autor antes mencionado agrega que ello significa estar
consciente de la necesidad de involucrarse en una causa; porque los
problemas sociales no se resuelven con acciones caritativas, que sólo dan
atención a los síntomas, sino atacando sus verdaderas raíces, lo cual implica
106
una verdadera inversión social que permita el avance de toda la sociedad;
construida como comunidad democrática, sustentable y solidaria, porque
supone la renovación y desarrollo de la cultura cívica y porque es un
proyecto colectivo que debe ser compartido con toda la sociedad.
Por otro lado para la Comisión de las Comunidades Europeas (2001) la
responsabilidad social no se circunscribe al perímetro de las empresas u
organizaciones, ésta se extiende igualmente a las comunidades locales,
accionistas, proveedores, consumidores entre otros. Las comunidades
locales se benefician de la existencia de las empresas en su territorio en el
momento que las mismas proporcionan empleos a sus habitantes, pagan
salarios y prestaciones que garanticen el consumo local, pagan impuestos a
los administradores locales, que permiten a estos incrementar sus ingresos
fiscales, entre otras acciones que benefician a la comunidad.
En opinión de Guédez (2008), las empresas tienen la responsabilidad
de cooperar en la solución de problemas que le atañen como miembro de la
comunidad donde operan, pues no hay manera de abstraerse del espacio y
el tiempo donde se insertan. La realidad la obliga a tomar conciencia no sólo
del ambiente mencionado, sino de problemas con los cuales coexiste:
pobreza, la inseguridad, la salud, la educación, la cultura.
Por tanto, se evidencia que en el criterio de los diferentes autores la
dimensión comunidad abarca el bienestar de los núcleos locales de
confluencia humana, creando un beneficio y resguardo de los distintos
contextos en los cuales se desarrollan los grupos, lo cual es aplicable al
107
entorno de las universidades. En el caso de este trabajo, se analiza la
dimensión comunidad considerando la postura de Guédez (2008) quien
enfoca su planteamiento a nivel de los aspectos básicos de seguridad, salud,
educación y cultura; lo cual concierne al contexto en el cual se desarrollan en
las universidades públicas, nacionales experimentales.
e) Dimensión Gubernamental: De acuerdo a lo planteado por el Libro
Verde de la Comunidad de Naciones Europeas (2001), la dimensión externa
de la responsabilidad social implica múltiples modalidades de acción por
parte de la ésta, las cuales van desde la ejecución directa de los recursos
que aporta hasta la transferencia de los mismos hacia otras organizaciones;
a su vez pueden ser fundaciones propias o no, u otro tipo de colaboración
con diversas instituciones especializadas. En líneas generales, los aportes de
la empresa pueden ser de diversa naturaleza: inversión en dinero, equipos,
recursos humanos, tiempo de sus profesionales y/o de los trabajadores.
En ese orden, Libro Verde de la Comunidad de Naciones Europeas
(2001), se plantea que lejos de circunscribirse al perímetro de las empresas,
la responsabilidad social se extiende hasta las comunidades locales e
incluye, autoridades públicas y organizaciones no gubernamentales
defensoras de los intereses de las comunidades locales y el medio ambiente.
Asimismo, De La Cuesta y Valor (2003), indican que en cuanto a
política pública, se requiere de congruencia entre los intereses de la
organización y los intereses públicos, para lo cual deben atenderse los
requerimientos legales, éticos y de transparencia e influir en políticas que
108
tengan mayores beneficios sociales, como los sectores, salud, educación,
entre otros.
Adicionalmente, Guédez (2008) expresa la importancia de considerar
las diferentes normativas emanadas por los gobiernos a los fines de
influenciar positivamente a las comunidades, también del ambiente en
general que se constituye en el contexto de las organizaciones, pues ello
implica la obediencia del ordenamiento jurídico vigente que rige la actividad
económica.
Atendiendo a estas consideraciones, puede evidenciarse que los
autores antes mencionados coinciden en sus apreciaciones generales, por
cuanto al abordar la situación de la dimensión gubernamental, hacen
referencia específica al cumplimiento de las normativas que deben ser
cumplidas por las empresas e instituciones en función de cada una de las
actividades que desarrollan.
En este sentido, para la investigadora, las características estructurales,
además de las coyunturales a nivel político, social, económico, cultural,
ambiental y tecnológico establecen un conjunto de estímulos positivos y
negativos (impulsores) al desarrollo de acciones socialmente responsables.
Las dimensiones a considerar en este estudio son: económica, social,
medioambiente, comunidad y gubernamental, inclinándose así por los
basamentos teóricos presentados por De la Cuesta (2003) y Valor, así como
de los planteamientos señalados en el Libro Verde de las Naciones Europeas
(2001).
109
2.3.2. Procedimientos de Responsabilidad Social
Según Vallaeys (2006), las universidades para dar cumplimiento al rol
que les corresponde dentro de la responsabilidad social, deben cumplir con
algunos procedimientos en diferentes ámbitos de acción. Las empresas que
tienen un comportamiento socialmente responsable diseñan sus estrategias y
establecen procedimientos internos de gestión teniendo en cuenta no sólo la
dimensión económica de sus acciones sino también la social y la
medioambiental. A decir de Tálamo (2003), los procedimientos de
responsabilidad social engloban las decisiones empresariales que son
adoptadas por razones que a primera vista se encuentran más allá de los
intereses económicos y técnicos de la empresa.
En este caso el estudio hará referencia a aquellos dirigidos a calidad
de vida, formación académica integral, gestión social del conocimiento y
participación de las comunidades, las cuales son de interés para el presente
trabajo:
a) Calidad de vida: El concepto de calidad de vida de acuerdo con
Díaz (2001) se relaciona con la etapa evolutiva superior en el desarrollo
humano, que supone la cobertura de las necesidades más esenciales y
básicas como la seguridad física o la subsistencia, sólo entonces los
individuos pasan a un estado o situación superior relacionada con la idea de
calidad de vida. De acuerdo con Schwartzmann (2003), la consideración de
la calidad de vida ha sido incorporada paulatinamente en diversas áreas del
110
quehacer humano desde su concepción original aplicada al ámbito de la
intervención social en salud; exportándose hacia otros sectores sociales tales
como el laboral, medioambiental, económico, educativo entre otros.
Según Ivancevich (2005), las técnicas para el mejoramiento de la
calidad de vida laboral, pueden lograrse a través de las utilización de cierto
número de métodos sistemáticos que permiten a los empleados desempeñar
un papel activo en las decisiones que los afectan, así como en su relación
con la organización. Mediante estos métodos, los empleados adquieren un
sentido de responsabilidad, de “pertenencia”, incluso, sobre las decisiones en
que participan.
Del mismo modo, Gaete (2011) expresa que las necesidades sociales
emergentes relacionadas con derechos cívicos y medioambientales, mayor
cohesión e inclusión social, mayores espacios de participación y
autodeterminación así como la obtención de un mayor nivel de calidad de
vida para los ciudadanos parecieran ser las nuevas responsabilidades del
Estado del Bienestar en la actualidad.
El mismo autor indica que este complejo escenario social plantea la
imperiosa necesidad del surgimiento de nuevos actores que sean capaces de
liderar los cada vez más creciente procesos de demandas ciudadanas por la
construcción de un nuevo orden cívico-social, escenario en el cuál la
universidad tiene un responsabilidad social muy importante y un rol
absolutamente trascendente en la formación de las nuevas generaciones de
profesionales y posgraduados que se insertan a la sociedad.
111
De lo antes mencionado, se evidencia que Díaz (2001) enfatiza en la
calidad de vida como un logro terminal de los individuos, Schwartzmann
(2003), implica lograr una efectiva intervención social, asimismo, para
Ivancevich (2005), se centra en la necesidad de aplicar técnicas para el
mejoramiento de la calidad de vida laboral y Gaete (2011) resalta la
importancia de satisfacer las necesidades sociales emergentes para lograr el
bienestar de la sociedad.
En el caso de este estudio, se entiende que la calidad de vida
constituye un objetivo de la responsabilidad social, por cuanto la misma debe
perseguir que los integrantes o participantes de las organizaciones puedan
contar con condiciones óptimas de desarrollo logrando el bienestar general
en su vida; siendo valorado en las universidades públicas, nacionales
experimentales.
b) Sistemas Sociotécnicos: Según Ivancevich (2005), un enfoque
para cumplir con la responsabilidad social es el uso de sistemas
sociotécnicos, los cuales son útiles para influir en el entorno laboral y
reestructurar tanto el trabajo como la relación entre las personas que
efectúan diversas tareas por una parte y, por otra, las técnicas de las cuales
se sirven cotidianamente. Estas técnicas conducen a provocar cambios más
radicales en el entorno laboral.
Esta nueva estructuración de las relaciones sociales y técnicas ofrece
una oportunidad para mejorar el entorno laboral. En general, en todo el
mundo desarrollado, se han logrado avances considerables en el área de la
112
ergonomía, que consiste en el estudio de las relaciones biológicas y técnicas
entre el trabajador, así como en los requerimientos físicos de un puesto,
siendo el fin de las técnicas ergonómicas, la reducción de presiones físicas,
psicológicas, a fin de incrementar la productividad y la calidad del entorno
laboral.
De igual forma, Grijalvo y Prida (2005) expresan que las organizaciones
orientadas hacia la responsabilidad social deben considerar un modelo socio-
técnico que plantea el análisis, con un tratamiento equivalente, del sistema
social y del sistema técnico y el estudio de las relaciones entre ellos; a los
fines de conseguir formas de desarrollar el trabajo considerando las
demandas presentes.
A tal efecto, Gaete (2011) afirma que es esencial visualizar además que
las intervenciones de los sistemas socio-técnicos deben enfocarse en aportar
mejoramientos a la población, es decir, las propias personas, el tejido
asociativo o los aspectos más globales, además de las estrategias que son
necesarias para que los resultados alcanzados en cada nivel se
complementen entre sí.
Por tanto, se evidencia que los autores antes mencionados, coinciden
en sus apreciaciones sobre la importancia de considerar el sistema socio-
técnico, especialmente a los fines de ubicar formas de trabajo productivas, lo
cual se hace imperante al abarcar las complejas interacciones entre las
tecnologías y las personas, así como sus consecuencias psicológicas y
culturales. Tomando en consideración los señalamientos expuestos, a los
113
efectos del presente trabajo, la investigadora tomará como referente los
planteamientos de Grijalvo y Prida (2005) por cuanto las universidades deben
enfocarse en considerar modelos socio- técnicos a los fines de desarrollar el
trabajo de manera eficiente, considerando las demandas presentes.
c) Comunicación con los empleados: Según Ivancevich (2005), la
información constituye la fuente de energía que mueve a la organización.
Información referente a la organización misma, su entorno, sus productos y
servicios, a las personas que la componen. Sin información los
administradores no pueden tomar decisiones efectivas respecto a mercados,
recursos, compras y ventas especialmente por lo que hace a los recursos
humanos, la información desempeña una función esencial.
De igual forma, Conga (2009) agrega que la claridad de la
comunicación es indispensable para lograr una conjunción de voluntades,
especialmente porque el contenido de las informaciones transmitidas dan
como resultado el encuentro de los puntos de vista comunes entre los
individuos para dar cumplimiento a los objetivos pautados.
Al respecto, López (2010), alude que la planificación y ejecución de un
programa de comunicación con los empleados para proporcionarles
información continúa de los planes de la organización, debe existir en
cualquier empresa moderna, si quiere funcionar correctamente. El no
informar a los empleados en lo relativo a las políticas corporativas y asuntos
que afecten a sus intereses puede llevar a malos entendidos que afecten el
buen desenvolvimiento de la organización.
114
Como puede evidenciarse los autores antes mencionados, coinciden
en sus apreciaciones sobre la comunicación como elemento esencial para la
conjunción de voluntades entre los diferentes trabajadores de una
organización determinada, especialmente al considerar la importancia del
logro de los objetivos trazados. En el caso de este trabajo, se toman como
referencia los planteamientos de López (2010) quien destaca la pertinencia
de transmitir la información en torno a los planes organizacionales, siendo
ello pertinente para las universidades públicas, nacionales experimentales.
d) Asesoramiento a los empleados: Según Ivancevich (2005), la
asesoría al personal consiste en el análisis y la exploración de problemas
que puedan afectar a un empleado determinado a un grupo. El propósito de
esta práctica es llevar a los empleados a que confronten y resuelvan ciertos
obstáculos, con el fin de que se conviertan en personas más eficientes.
El mismo autor antes mencionado agrega que, la teoría básica en que
se apoya la asesoría establece que tanto la tensión como los problemas
personales poseen el potencial de afectar tanto el desempeño como el ajuste
general de un individuo respecto a su entorno; es, por tanto, el mayor interés
para el empelado, para la organización y para la comunidad que cada
persona pueda explotar al máximo toda su capacidad.
Explica Ivancevich (2005), casi todas las personas que reciben asesoría
son sencillamente individuos sanos, los cuales experimentan un grado alto
de tensión, necesitando ayuda para recuperar su nivel de bienestar. Las
emociones constituyen un ingrediente necesario para la existencia de cada
115
ser humano, pero en determinadas circunstancias pueden llegar a ser
excesivas, llevando al individuo a correr riesgos para él y quienes les
rodean. Un empleado que canaliza mal sus tensiones puede minar la moral
de todo un departamento e incluso a poner en peligro físico varias personas.
Asimismo, Pelekais y Aguirre (2008), señalan que la actuación del
trabajador responde a un proceso continuo de asesoramiento el cual da
como resultado el aprendizaje de las habilidades necesarias para un
determinado trabajo. Dichas oportunidades son provistas por las empresas
en sus planes de responsabilidad social interna. Las empresas pueden
aportar su contribución al desarrollo de la sociedad; asegurando para ello
una justa remuneración, seguridad, salud y educación a sus trabajadores,
favorecedor, en cierta medida, del desarrollo social.
Al respecto, Guédez (2008) indica que las organizaciones deben
disponer de sistemas de asesoramiento al trabajador, a los fines de procurar
la información necesaria para llevar a cabo sus actividades en forma exitosa,
apoyando con ello su desarrollo integral, lo cual es parte de la
responsabilidad social.
Como se evidencia en lo expuesto, los autores citados, es decir,
Ivancevich (2005), Pelekais y Aguirre (2008), como también Guédez (2008)
hacen referencia a la necesidad de disponer de sistemas de asesoramiento
empresarial destinados a apoyar las labores de los trabajadores, siendo ello
aplicable a las universidades objeto de análisis, las cuales deben disponer de
tales sistemas para el apoyo de los trabajadores.
116
e) Formación académica integral: La educación, entendida como el
proceso por el cual el hombre puede alcanzar su pleno desarrollo en los
ámbitos físico, biológico, emocional, intelectual, espiritual al irse socializando,
lo que incluye el conocimiento de los valores sustentados en la vida diaria,
traduciéndose en actitudes, conductas y comportamientos reguladores de
cualquier actividad personal, familiar o social.
Este proceso, según MorÍn (2001), debe conducirse de manera integral,
es decir, considerando al ser humano como un sistema complejo, en el que
cada subsistema crezca y se desarrolle armoniosa y proporcionadamente
para así alcanzar la plenitud de cada parte, cuyo resultante será la plenitud
del sistema total denominado persona.
Se comparte la opinión con los autores antes citados respecto a: Para
lograr un auténtico e integral desarrollo de la persona es necesario que la
educación, en cualquiera de sus niveles y formas de impartirse en el sistema
educativo nacional lo sea de manera integral, es decir, incluyendo aspectos
humanistas que propicien el desarrollo de actitudes de solidaridad,
responsabilidad, lealtad y ética, respondiendo así a las necesidades de los
propios estudiantes, sus familias, los empleadores y la sociedad.
Para Guédez (2008) la formación del trabajador alude a las
oportunidades que la empresa ofrece al mismo para adquirir un conocimiento
progresivo, a los fines de convertirle en un sujeto con las competencias
necesarias para ejecutar sus labores de forma efectiva en el entorno en el
cual se desenvuelve. Según Páez (2010) la formación del trabajador
117
comprende el conjunto de competencias, conocimientos y destrezas
integradas a la estructura de conocimiento, que contribuyen con la
configuración de un objetivo de desarrollo. Trata de un proceso de desarrollo
como persona, comprender por sí mismo, transformar la información.
Como puede observarse, Morin (2001), Guédez (2008) y Páez (2010)
coinciden en la importancia de procurar la formación del trabajador como
elemento relacionado con la responsabilidad social, de manera que se
procure el desarrollo de los trabajadores; siendo ello aplicable a las
universidades analizadas, por cuanto el proceso formativo es indispensable
para alcanzar los niveles de conocimiento ajustados.
f) Gestión social del conocimiento: Bajo esta óptica, Gibbons (1997),
plantea sus diferencias con el modo clásico de producción de conocimiento,
refiriendo un amplio espectro de intereses intelectuales, sociales,
económicos y políticos, es decir, la calidad ya no es simplemente una
cuestión científica. Un mayor involucramiento de la sociedad significa no
solamente mejores soluciones sociales, respuestas mejor adaptadas, o
soluciones que brinden tranquilidad a una comunidad, sino que también
significa mejores soluciones técnicas.
El mismo autor antes mencionado expresa que una apropiada gestión
social del conocimiento, respaldada por actores relevantes en la producción
de información y conocimientos, como es la Universidad, permite la
construcción de un conocimiento socialmente robusto, en términos de mayor
democracia, mayor participación y mayor pertinencia.
118
De esta manera, Gibbons (1997), expresa que la gestión social del
conocimiento, así, se presenta como un tema complejo, integrando múltiples
dimensiones y necesitando de estrategias adecuadas para su administración.
Lo que sí queda claro es que los actuales procesos de debate en torno al
papel de la educación superior en el mundo contemporáneo no pueden
soslayar la responsabilidad social de sus instituciones para que el
conocimiento sea cada vez más accesible, democrático e inclusivo para
enfrentar los problemas de los pueblos.
De allí que, la gestión social del conocimiento implica realizar acciones
para crear sujetos comprometidos y capaces de superar las brechas sociales
en un mundo en el cual la calidad de vida depende cada vez más del acceso
al conocimiento pertinente, selección y producción de conocimientos
socialmente útiles, difundidos adecuadamente en la comunidad, basados en
una cultura del reporte, conduciendo a solucionar continuamente los
problemas diagnosticados en la comunidad y ejecutados en proyecto de
desarrollo social en forma satisfactoria, participativa, transparente.
Al respecto, Guédez (2008) resalta la importancia de generar de
manera continua una gran cantidad de información que puede tener un alto
valor añadido, tanto para las personas empleadas, para la propia
organización en su conjunto y para la sociedad. Por tanto, para que esta
información genere conocimiento, se hace imprescindible gestionarla,
organizarla, publicitarla y facilitar el poder acceder a ella, para lo cual es
necesaria una política de generación de conocimiento.
119
Para Carrizo (2009), la gestión social del conocimiento, su producción,
su apropiación y su uso, no es un tema nuevo, aunque sí cada vez más
urgente y necesario. La denominada “sociedad del conocimiento” se sostiene
realmente sobre la capacidad de apropiación social del conocimiento, con
actores capaces de orientar su uso pertinente en asuntos de interés común
para la producción y el desarrollo, no tan sólo como receptores sino también
como generadores, adaptándolos a situaciones particulares y entornos
locales.
El papel del conocimiento ha estado frecuentemente asociado al poder
en el eje de la dominación, según lo han analizado algunos autores. También
ha sido concebido como herramienta de liberación y desarrollo a través de la
educación. Desde esta perspectiva, es importante resaltar la no neutralidad
del conocimiento, descrito en el apartado sobre Responsabilidad Social de la
Ciencia, más aún cuando se toma en consideración su importancia
estratégica en la actual sociedad de la información y el conocimiento.
Puede indicarse a partir de lo expuesto, que los autores citados se
orientan de forma unánime a considerar la necesidad de gestionar el
conocimiento como un aspecto de la responsabilidad social de las
organizaciones, por cuanto de ello depende el desarrollo de la ciencia;
aspecto que es de fundamental importancia para las universidades, por lo
cual se consideran los planteamientos de Guédez (2008) quien resalta la
importancia de generar el conocimiento como valor añadido, tanto para las
personas empleadas.
120
g) Participación de las comunidades: Un proceso permanente de
incorporación plena de los individuos y los grupos a la vida social comunal,
para lograr no sólo el desarrollo material de la comunidad, sino también el
desarrollo cultural y humano de los individuos que la componen. Es un
instrumento que favorece la toma de decisiones de la comunidad de acuerdo
a sus necesidades e intereses.
Para Fernández (2001), la participación comunitaria es el proceso
mediante el cual los individuos se transforman de acuerdo a sus propias
necesidades, las de su comunidad, adquiriendo un sentido de
responsabilidad con respecto a bienestar, individual y grupal, contribuyendo
conscientemente y constructivamente en el proceso de desarrollo.
De la misma manera, Montaño (2005), asume la participación
ciudadana como la intervención directa o indirecta de distintos actores en la
definición de las metas de acción de una colectividad y de los medios para
alcanzarla. Un ciudadano participa cuando se ve afectado por una decisión o
una medida tomada en el municipio, barrio, comuna, departamento o cuando
desea concertar una aspiración o un proyecto. De acuerdo con la explicación
del precitado autor existen siete (7) niveles de participación a saber:
- Información: el conjunto de datos, hechos y mensajes a través de los
cuales los participantes conocen e interpretan una situación y adquieren
elementos de juicio para su conducta
- Consulta: es el procedimiento mediante el cual los participantes
opinan sobre todos o algunos de los aspectos de un problema o situación.
121
- Iniciativa: es la formulación de sugerencias por parte de los agentes
participantes destinadas a resolver un problema o transformar una situación.
- Fiscalización: es la vigilancia que ejerce una persona o un grupo,
sobre el cumplimiento de las decisiones tomadas.
- Concertación: es el acuerdo mediante el cual dos o más personas o
grupos de una colectividad definen la solución más conveniente para un
problema y los medios para ejecutarla.
- Decisión: es la adopción de una idea o de una forma de actuación
sobre un problema, escogida a partir de la formulación de 2 o más
alternativas.
- Gestión: es el manejo de recursos de diversa índole, destinado a
ejecutar las acciones necesarias para obtener un resultado final (manejo de
una situación, solución de problemas, satisfacción de necesidades).
A propósito de este tema, Ceballos (2009), aborda la participación
ciudadana como un proceso social, continuo y dinámico, por medio del cual
los miembros de una comunidad a través de los mecanismos establecidos y
organizaciones legítimas en las cuales se encuentren deciden, aportan y
participan en la realización de un bien común.
De lo antes mencionado, se evidencia que Fernández (2001), se centra
en la participación comunitaria, Montaño (2005), asume la participación
ciudadana como la intervención directa o indirecta de distintos actores en la
definición de las metas de acción y Ceballos (2009), aborda la participación
ciudadana como un proceso social, continuo y dinámico.
122
Al considerar los aspectos relacionados con la calidad de vida, sistemas
socio-técnicos, comunicación con los empleados, asesoramiento a los
empleados, formación académica integral, gestión social del conocimiento y
participación de las comunidades; considerando los puntos de vistas de los
autores antes señalados, a los fines de abordar de forma más completa e
integral los procedimientos de Responsabilidad social presentados
anteriormente.
2.3.3. Elementos de Responsabilidad Social para la Formación de
Profesionales
Respecto a los elementos de la responsabilidad social para la formación
de profesionales, González (2005) afirma que la responsabilidad social es
cumplir integralmente con la finalidad se la empresa en sus dimensiones
económicas, social y ambiental en sus contextos internos como externos,
considerando las expectativas de todos sus participantes.
El autor antes mencionado indica que, la responsabilidad social
conlleva la actuación comprometida de mejora continua en su formación,
permitiendo a la empresa ser más competitiva, respetando y promoviendo el
desarrollo pleno de las personas y comunidades en las cuales opera en el
entorno, atendido las expectativas de todos sus participantes (clientes o
consumidores; proveedores; accionistas; autoridades; competidores;
personal; directivos, organizacionales sociales, medioambiente).
123
En tal sentido, Méndez (2005) afirma que las organizaciones deben
considerar los elementos de la responsabilidad social para la formación de
profesionales, a los fines de fomentar en las empresas asumir seriamente
sus obligaciones sociales y medioambientales para con la sociedad. En su
defecto, las actividades socialmente responsables, como los programas de
mejoras sociales, deben ser establecidas por la ley, las políticas públicas y
las actividades y contribuciones privadas.
Por su parte, Guédez (2006) plantea que las organizaciones deben ser
responsables de los costos social, ecológico y ambiental derivados de sus
actividades, como máximo deben por consiguientes reaccionar y contribuir a
resolver los problemas de la sociedad, incluyendo aquellos donde no sean
evidentes su responsabilidad. Al momento de considerar los elementos de
responsabilidad social se incluyen los siguientes:
a) Capacidad de compromiso: Rabassa (2006), afirma que el
compromiso supone la participación sin presión alguna de cada uno de los
miembros de la empresa en la obtención de los beneficios sociales implícitos
en el desarrollo de los grupos coexistentes dentro de la organización, e
inclusive de sus familiares y comunidades cercanas.
Según Guédez (2008), desde una perspectiva descriptiva la
responsabilidad social la misma implica un compromiso, el cual supone una
dimensión nueva preocupada por el concepto de sostenibilidad, donde tiene
cabida a un mismo nivel las pautas económicas, sociales también medio-
ambientales. El marco de desarrollo sostenible, base la responsabilidad
124
social, se sitúa como objetivo final para alcanzar ese desarrollo por medio de
la aplicación de políticas relacionadas con la responsabilidad.
Desde la perspectiva de Pelekais y Aguirre (2008), el compromiso hacia
la responsabilidad social requiere de la voluntad individual de cada uno de
los integrantes de la organización, quienes deben orientarse de forma
proactiva hacia el logro de las metas de mejora sustancial para todos los
trabajadores y sus familias; en beneficio de su desarrollo social.
Según Praxis Consultores Ltda (2009), dentro de la amplia gama de
rasgos y condiciones que esperan hoy día las instituciones que tengan sus
empleados, figura el compromiso. Desde el punto de vista psicológico, el
compromiso es la capacidad de asumir como propios los objetivos de un
grupo al cual se pertenece, y de luchar por su realización, poniendo todo de
su parte. El compromiso no es una cosa intelectual, sino en realidad un
vínculo emocional y de respeto que se establece entre dos personas.
Puede evidenciarse que los autores mencionados asumen el
compromiso del personal como un elemento esencial para lograr la
responsabilidad social, por lo cual se consideran los planteamientos de
Pelekais y Aguirre (2008), quienes resaltan que el compromiso hacia la
responsabilidad social requiere de la voluntad individual de cada uno de los
integrantes de la organización.
b) Creación de valores compartidos: Según Rokeach (2000), el valor
compartido es una convicción o creencia estable en el tiempo que un
determinado modo de conducta o una finalidad existencial es personal o
125
socialmente preferible a su modo opuesto de conducta o a su finalidad
existencial contraria. Al hablar de los valores compartidos es necesario
diferenciar entre los valores finales (comprendidos en la misión y la visión de
la empresa) y los valores de tipo instrumental. Estos últimos son modos de
conducta adecuados o necesarios para llegar a conseguir las finalidades o
valores existenciales.
El mismo autor antes mencionado acota que, los valores compartidos
absorben la complejidad organizativa, orientan la visión estratégica y
aumentan el compromiso profesional, a la vez que constituyen una
herramienta que permite identificar, promover y legitimar el tipo de cambio
organizacional para lograr la implementación de la dirección estratégica en
las empresas, lo cual contribuiría a elevar la efectividad en el proceso de
cambio en las mismas.
Al respecto, Cortina (2000), una manera inteligente y ética de moldear
el carácter, es hacer consciente la meta a la cual se quiere llegar con las
propias acciones, desde allí entonces, se puede ir fijando el modo de actuar.
Lo inteligente sería orientarse a través de los valores a la consecución de
objetivos intermedios, los cuales permitan llegar al objetivo final.
Agrega la autora antes señalada, que los valores son cualidades que
permiten acondicionar el mundo, hacerlo habitable porque permiten construir
un mundo más humano. Pero, lo más importante aún, es lograr que todos los
miembros de la organización trabajen sobre la base de los mismos valores, y
adopten ese modo de actuar.
126
Asimismo, Guédez (2008) agrega que bajo los lineamientos de la
responsabilidad social, es fundamental considerar la filosofía empresarial,
configurada por el conjunto de valores éticos y morales; cuya principal
incidencia se manifiestan en la actuación de los trabajadores hacia el logro
de las metas trazadas. Los valores son esenciales para impulsar el
compromiso hacia la responsabilidad social de las empresas. Dichos valores
resaltan la necesidad de mantener las operaciones internas y externas
compatibles con el medio ambiente, impulsando a la empresa para planificar
y ejecutar acciones que maximizan los efectos positivos y minimizan los
negativos hacia las comunidades por beneficio mutuo.
Por tanto, al contrastar a los autores se evidencia que Rokeach (2000),
hace referencia a los valores compartidos, Cortina (2000), lo califica como
cualidades que permiten acondicionar el mundo y Guédez (2008) agrega que
bajo los lineamientos de la responsabilidad social, es fundamental considerar
el conjunto de valores éticos y morales.
A los efectos de este trabajo, se consideran los planteamientos de
Cortina (2000) destacando la importancia de apoyar a través de los valores
las acciones de la responsabilidad social, siendo aplicable a las
organizaciones, particularmente a las actividades y gestión de las
universidades públicas, nacionales experimentales.
c) Relaciones personales: Gómez (2005) afirma que las relaciones
personales deben ser un objetivo de la responsabilidad social. La iniciativa
social brinda al trabajador un vínculo con la empresa va más allá de la
127
relación laboral. Hacer participes al trabajador enriquece su vida, permite
constatar que la organización y sus trabajadores contribuyen juntos a mejorar
la sociedad con diversidad de esfuerzos concretos.
En la opinión de Guédez (2008) las relaciones personales comprenden
las áreas sobre las cuales se actúa en función de obtener un beneficio en la
interacción social, siendo para ello necesario considerar la gestión de los
recursos humanos, en términos de su desarrollo, relaciones interactivas y la
ejecución conjunta de tareas.
Para Cabezas (2009), son básicas para el desarrollo intelectual e
individual de los seres humanos, pues gracias a ella se constituyen las
sociedades tanto pequeñas (simples) como grandes (complejas). Para que
pueda hablarse de "relaciones humanas" es necesario que se vinculen.
Este factor mide la calidad de las relaciones personales de los
trabajadores y es evaluado a través de tres conceptos. Se indaga hasta qué
punto es posible la comunicación con otros trabajadores: se hace referencia
a la calidad de las relaciones que el trabajador tiene con los distintos
colectivos con los que puede tener contacto y se valoran las relaciones que
se dan generalmente en el grupo de trabajo.
De lo mencionado, se evidencia que al comparar los puntos de vista de
los autores, los mismos coinciden en considerar como esenciales las
relaciones personales como parte de los elementos de la responsabilidad
social para la formación de los trabajadores, logrando así su desarrollo
integral. De igual forma, se evidencia que el incentivo de las relaciones
128
personales como parte de los elementos de la responsabilidad social, es un
planteamiento aplicable a las organizaciones objeto de estudio, por lo cual se
consideran como soporte los señalamientos de Guédez (2008) a los fines de
valorar las relaciones personales en las universidades públicas, nacionales
experimentales.
d) Crecimiento sostenible: González (2005) afirma que desde una
perspectiva puramente macroeconómica, la gestión con criterios de
responsabilidad social empresarial contribuye sin duda al desarrollo
sostenible y equilibrado, la responsabilidad en este sentido, no sólo reclama
sólo la ética individual de las personas que componen las empresas, sino
que ven en la organización en sí misma un ente con responsabilidad propia
económica, social y medioambiental a la que debe exigírsele
comportamientos acordes con dicha responsabilidad.
Del mismo modo, Guédez (2008) expresa que la responsabilidad social
abarca el grado de eficiencia de una organización para asumir sus
responsabilidades sociales, a los fines de generar beneficios a las
comunidades o públicos de interés, propiciando el desarrollo sostenible en el
ámbito de la sociedad.
Por su parte, Cabezas (2009) expresa que el concepto de crecimiento
sostenible fue una herencia de la Revolución industrial por el aumento
acelerado de la producción y la productividad. Formulado por la economía
clásica inglesa, ponía énfasis en la producción de bienes y servicios y su
distribución. Partía de la base de la necesidad de los individuos- analizados
129
como productores y consumidores- de satisfacer sus necesidades materiales
y no materiales.
Al considerar los puntos de vista de los autores, se evidencia que
González (2005) destaca la importancia que tiene el desarrollo sostenible
para la responsabilidad social, coincidiendo con Guédez (2008), el cual
propicia el desarrollo sostenible en el ámbito de la sociedad. Igualmente,
Cabezas (2009) se centra en conceptualizar el concepto de crecimiento
sostenible.
e) Pensamiento crítico: Para Haskins (2001), el pensamiento crítico
consiste en analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en
especial aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en
el contexto de la vida cotidiana. Dicha evaluación puede realizarse a través
de la observación, la experiencia, el razonamiento o el método científico. El
pensamiento crítico exige claridad, precisión, equidad, evidencias, debido a
que intenta evitar las impresiones particulares. En este sentido, se encuentra
relacionado al escepticismo y a la detección de falacias.
El mismo autor antes mencionado agrega que, mediante el proceso que
implica el pensamiento crítico, se utiliza el conocimiento y la inteligencia para
alcanzar una posición razonable y justificada sobre un tema. Entre los pasos
a seguir, los especialistas señalan: se debe adoptar la actitud de un pensador
crítico; reconocer para evitar los prejuicios cognitivos; identificar, caracterizar
argumentos; evaluar las fuentes de información; para finalmente, evaluar los
argumentos.
130
Además, Haskins (2001), explica que se trata de una actitud intelectual,
la cual propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los
razonamientos, particularmente las opiniones o afirmaciones aceptadas por
las personas como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana. Tal
evaluación puede basarse en la observación, en la experiencia, en el
razonamiento o en el método científico.
En este contexto, Brunner (2004) indica que los establecimientos
educativos tienen la responsabilidad social de desarrollar en sus trabajadores
y estudiantes una actitud reflexiva y crítica, que les permita comprender y
participar, activamente, en el cuidado y fortalecimiento de la identidad
nacional y la integración social; también en la solución de los múltiples
problemas que enfrenta la sociedad actual, caracterizada por un mundo
globalizado, inmerso en transformaciones sociales, culturales, políticas y
económicas, lo que sin duda demanda un nuevo replanteamiento de la
educación, de los procesos de enseñanza aprendizaje.
Guédez (2008) afirma que las organizaciones deben orientarse como
parte de su labor de responsabilidad social a fomentar el pensamiento crítico
que supone el manejo de los estándares intelectuales para desencadenar el
lado creativo del pensamiento crítico. Por tanto, se infiere que los autores
citados coinciden al considerar el pensamiento crítico basado en valores
intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones u opiniones
particulares, por lo que requiere claridad, exactitud, precisión, evidencia,
equidad, entre otros. Tiene por tanto una vertiente analítica y otra evaluativa.
131
Para efectos de este estudio, se consideran los planteamientos de
Brunner (2004) en tanto resalta la labor de los establecimientos educativos
tienen la responsabilidad social de desarrollar en sus trabajadores y
estudiantes una actitud reflexiva y crítica, siendo aplicable a las
universidades públicas, nacionales experimentales.
f) Trabajo en equipo: Para Riquelme (1999), es el conjunto de
personas que cooperan para lograr un solo resultado general. Cuando se
habla de trabajo en equipo, se refiere a un grupo de gente bien organizado,
cada uno con sus correspondientes responsabilidades y tareas
perfectamente definidas, teniendo a la cabeza un líder, idealmente aceptado
por todos y quien será el guía para que el equipo a través de ciertas reglas,
oriente sus esfuerzos en forma comprometida en un mismo sentido.
Para Martignone (2003), para que exista un equipo debe haber un
conjunto de personas directamente relacionadas entre sí que trabajan para
conseguir objetivos concretos comunes, convencidos de que los objetivos se
alcanzan mejor trabajando juntos. Todo esto hace que el resultado final del
equipo sea mayor que la suma de los resultados por trabajos individuales.
Expresa Martignone (2003), que toda organización es
fundamentalmente un equipo constituido por sus miembros. Desde el
nacimiento de ésta, el acuerdo básico que establecen sus integrantes es el
de trabajar en conjunto; o sea, el de formar un equipo de trabajo. El trabajo
en equipo se refiere a la serie de estrategias, procedimientos y metodologías
que utiliza un grupo humano para lograr las metas propuestas.
132
Agrega Guédez (2008) que bajo los lineamientos de la responsabilidad
social, se promueve y se hace más eficiente el trabajo en equipo. Las
compañías líderes en el mundo han incorporado la responsabilidad social a
su estrategia de negocios como elemento diferenciador y como ventaja
competitiva sostenible a través de la acción conjunta y concatenada de sus
equipos de trabajo.
En concordancia con todos los puntos desarrollados anteriormente, la
investigadora alude que partiendo del cumplimiento de los elementos de
responsabilidad social para la formación de profesionales se podría
reformular el compromiso social universitario planteando con ello una mayor
pertinencia e integración de sus distintas funciones, tradicionalmente
fragmentadas entre sí. Dejando claro la postura acorde con los diferentes
autores que se presentan para aportar diferentes conceptos acerca de estos
elementos.
2.3.4. Ejes de gestión de Responsabilidad Social
Respecto a los ejes de gestión de responsabilidad social, González
(2005) afirma que los mismos incluyen los valores y transparencia, actores
internos, proveedores, clientes, comunidad, medioambiente y estado; todos
focalizados en lograr una mejora sustancial tanto interna como en la relación
con sus públicos. En tal sentido, Guédez (2008) sostiene que las
organizaciones deben definir las áreas de influencia que le son prioritarias
133
para actuar en función de las acciones sociales pertinentes al logro de sus
objetivos y sostenibilidad general. Una de las áreas importantes de este tema
es el de marketing responsable, el cual cruza un amplio rango de actividades
empresariales que definen las relaciones de la compañía con sus
consumidores.
La responsabilidad social universitaria de acuerdo con Vallaeys (2009),
es una política de mejora continua de la universidad hacia el cumplimiento
efectivo de su misión social mediante cuatro (4) procesos: gestión ética y
ambiental de la institución; formación de ciudadanos conscientes y solidarios,
producción y difusión de conocimientos socialmente pertinentes y
participación social en promoción de un desarrollo más equitativo y
sostenible. A continuación se presentan los ejes de gestión de
responsabilidad social:
a) La gestión socialmente responsable de la institución (RRHH):
Carneiro (2007), la responsabilidad social interna como la búsqueda del
equilibrio entre la actividad productiva de la organización, los intereses de los
trabajadores y de los sectores públicos, creando beneficios en el campo de lo
social.
Asimismo, Moliner (2007), explica que la responsabilidad social
comprende lograr una gestión socialmente responsable, a través de la
difusión de un conjunto de deberes, obligaciones y compromisos, asumidos
por los trabajadores de una organización determinada con el propósito de
134
maximizar los beneficios dentro del ámbito social, laboral, medioambiental y
de los derechos humanos.
Por su parte, Vallaeys (2009), señala que es necesaria una gestión
socialmente responsable de la institución (RRHH), considerando el clima
laboral, la gestión de recursos humanos, los procesos democráticos internos
y el cuidado del medio ambiente.
b) La gestión socialmente responsable de la formación académica
y la pedagogía: Moliner (2007), indica que la responsabilidad social es un
modo de gestión integral, porque atraviesa y articula todas las partes
orgánicas de las organizaciones.
Por su parte, Pérez (2008) plantea que ello implica lograr sujetos
comprometidos y capaces de participar del desarrollo humano sostenible de
su sociedad. La utilización del aprendizaje basado en problemas, en
proyectos sociales y aprendizaje. El plan de desarrollo de las universidades
deberá incorporar contenidos desarrollados en actividades de
responsabilidad social, promoviendo de esta manera el trabajo conjunto para
desarrollar proyectos que beneficien a la comunidad en general.
Asimismo, Vallaeys (2009), expone que la gestión socialmente
responsable de la formación académica y la pedagogía, implica considerar
tanto en sus temáticas, organización curricular como metodologías
didácticas. Por ello debe procurar desde este nuevo enfoque, la gestión
socialmente responsable de la formación académica y la pedagogía,
propiciando iniciativas interdisciplinarias e interinstitucionales.
135
c) La gestión socialmente responsable de la producción del saber
y los modelos epistemológicos promovidos: Casilda (2004), afirma el
impacto positivo de la responsabilidad social empresarial sobre el saber del
grupo social se evidencia en un alto sentido de compromiso con estas
acciones. Explica que las empresas actualmente consideran el valor de la
misma como una inversión y no como un gasto, y considera una
irresponsabilidad de la empresa asumir compromisos que contraríen o
interfieran su capacidad para realizar su principal tarea relacionada con la
misión de la misma.
Para Pérez (2008) implica sujetos comprometidos y capaces de
superar las brechas sociales en un mundo en el cual la calidad de vida
depende cada vez más del acceso al conocimiento pertinente, selección y
producción de conocimientos socialmente útiles, difundidos adecuadamente
en la comunidad, basados en una cultura del reporte, que conduzca a
solucionar continuamente los problemas diagnosticados en la comunidad y
ejecutados en proyecto de desarrollo social en forma satisfactoria,
participativa y transparente.
Por su parte, Vallaeys (2009), afirma la necesidad de una gestión
socialmente responsable de la producción del saber y los modelos
epistemológicos promovidos: a través de la Investigación, y los modelos
epistemológicos promovidos desde el aula. Se debe orientar a promover la
democratización de la ciencia, influyendo fuertemente en la definición y
selección de los problemas de la agenda científica.
136
d) La gestión socialmente responsable de la participación en el
desarrollo humano sostenible de la comunidad: Méndez (2005), una
empresa socialmente sensible busca de manera activa formas de resolver los
problemas sociales. De acuerdo con esta perspectiva, los gerentes
progresistas, aplican las destrezas y recursos corporativos a cada problema,
mejorando viviendas, creando compañías o empleos para jóvenes, entre
otras actividades que busque el fortalecimiento de estas organizaciones.
Por su parte, Pérez (2008), habla de la gestión de impacto de los
procedimientos, mencionando la promoción de valores éticos, democráticos y
sostenibilidad; impulsando una comunidad universitaria creativa, justa,
equitativa y sostenible, con verdadera participación democrática, sin
distinción de clase social, credo o raza. Organizándose además en equipos
de trabajo como parte de la mejora continua, asumiendo el cambio de
conducta, actitudes, cultura responsable, racionalidad de los recursos para
formar comunidades de aprendizaje mutuos a nivel endógeno.
También, Vallaeys (2009), expresa que las iniciativas sociales perduran
y se multiplican por la misma dinámica de la formación académica sostenida
desde la administración central de la universidad y estimulada desde la
Investigación. Todos los estudiantes participan en las comunidades de
aprendizaje para el desarrollo desde su respectiva carrera y los beneficios de
los proyectos son para todos (comunidad externa y académica). Los
profesores investigan y mejoran permanentemente los procesos de
aprendizaje basado en proyectos sociales. Los gastos de proyección forman
137
parte de la inversión académica normal de la Universidad (sostenibilidad
temporal y financiera).
Por tanto, se evidencia que los ejes de gestión de responsabilidad
social incluyen la gestión socialmente responsable de la institución (RRHH),
de la formación académica, pedagógica, de la producción del saber, sus
modelos epistemológicos promovidos, de la participación en el desarrollo
humano sostenible de la comunidad.
Para efectos de esta investigación, la autora trabajará en base a los
postulados propuestos por Vallaeys (2009), debido al enfoque gerencial con
el cual se presenta a los fines de analizar los ejes de gestión de
responsabilidad social en universidades públicas, nacionales experimentales,
objeto de estudio.
3. Sistema de Categorías
3.1. Categoría de Análisis: Inteligencia ética
3.2. Definición Nominal: Inteligencia ética
3.2.1. Definición Conceptual
Esta puede ser definida como la capacidad de resolver problemas y
crear productos significativos de forma ética. (Vindas, 2009).
138
3.2.2. Definición Operacional
Se refiere a la vida moral de las universidades públicas, nacionales
experimentales, centrada en las personas que las componen, y en dicha vida
moral quedan incluidas la reflexión moral (su formación, influencias que
recibe, sus avances), las experiencias morales (trabajo en equipo, liderazgo,
comunicación organizacional) y la conducta moral (modo de obrar
convencido de irresponsable). Será medida mediante las subcategorías:
Perspectiva integradora de la inteligencia ética, funciones de inteligencia
ética, tipos de inteligencias y valores éticos.
3.3. Categoría de Análisis: Responsabilidad Social
3.4. Definición Nominal: Responsabilidad Social
3.4.1. Definición Conceptual
La responsabilidad social, debe ser entendida como hacerse cargo de
las capacidades específicas para aportar soluciones a la vida social. (Martin,
2007)
3.4.2. Definición Operacional
Es un modelo de trabajo y organización que permite a las universidades
públicas, nacionales y experimentales retribuir a la sociedad lo que han
tomado de ella. Será medida mediante las subcategorías: Dimensiones de
139
responsabilidad social, procedimientos de responsabilidad social, elementos
de responsabilidad social para la formación de profesionales y ejes de
gestión de responsabilidad social. En el cuadro 1, se muestra la matriz de
análisis, donde se observan los objetivos de la investigación, categorías,
subcategorías y unidades de análisis.
140
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INTELIGENCIA ÉTICA COMO CARACTERÍSTICA CONGRUENTE DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN UNIVERSIDADES PÚBLICAS, NACIONALES EXPERIMENTALES
Cuadro 1 Matriz de análisis de categorías
Propósito general: Analizar la inteligencia ética como característica congruente de la responsabilidad social en universidades públicas, nacionales experimentales.
Propósitos específicos Categoría Sub-Categoría Unidad de análisis
Analizar la perspectiva integradora
de la inteligencia ética en universidades públicas, nacionales experimentales.
Inteligencia ética
Perspectiva integradora de la inteligencia ética
- Relaciones interpersonales - Relaciones intrapersonales
Analizar las funciones de la
inteligencia ética en universidades públicas, nacionales experimentales.
Funciones de la inteligencia ética
- Valor agregado - Influencia y liderazgo - Manejo del tiempo - Capacidad estratégica
Examinar los tipos de inteligencias
en universidades públicas, nacionales experimentales.
Tipos de inteligencias
- Emocional - Social - Racional - Deductiva
Determinar los tipos de tolerancia en
universidades públicas, nacionales experimentales.
Tipos de tolerancia
- Activa - Pasiva
Analizar las dimensiones de la
responsabilidad social en universidades públicas, nacionales experimentales.
Dimensiones de responsabilidad
social
- Económica - Social - Medioambiente - Comunidad - Gubernamental
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Analizar los procedimientos de
responsabilidad social en universidades públicas, nacionales experimentales.
Responsabilidad social
Procedimientos de responsabilidad
social
- Calidad de vida - Sistemas Socio técnicos - Comunicación con los empleados - Asesoramiento a los empleados - Formación académica integral - Gestión social del conocimiento - Participación de las comunidades
Establecer los elementos de
responsabilidad social para la formación de profesionales en universidades públicas, nacionales experimentales.
Elementos de responsabilidad social para la formación de profesionales
- Capacidad de compromiso - Creación de valores compartidos - Relaciones personales - Crecimiento sostenible - Pensamiento crítico - Trabajo en equipo
Analizar los ejes de gestión de responsabilidad social en universidades públicas, nacionales experimentales.
Ejes de gestión de responsabilidad
social universitaria
- La gestión socialmente responsable de la institución (RR.HH) - La gestión socialmente responsable de la formación académica y la pedagogía - La gestión socialmente responsable de la producción del saber y los modelos epistemológicos promovidos - La gestión socialmente responsable de la participación en el desarrollo humano sostenible de la comunidad
Formular lineamientos orientados a la solución de problemas de inteligencia ética y responsabilidad social en universidades públicas, nacionales experimentales.
Serán desarrollados en la investigación
Fuente: Fernández (2013).
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