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MINISTERIO A FLORENCIA 1998-2002 Pastores Jairo y Adriana Figueroa.
Soy Jairo Figueroa Muñoz y las memorias que se registran en este documento
pertenecen a la historia del nacimiento de la Iglesia Cruzada Cristiana de Florencia,
Caquetá, Colombia.
Todo empezó unos días después de contraer matrimonio con Adriana Milena Trujillo el
17 de Noviembre de 1997. En esos días Adriana servía como secretaria regional en la
iglesia Cruzada Cristiana de Ibagué, liderada por el pastor Luis Sánchez y su esposa
Elizabeth.
Participamos en diciembre de la Asamblea Nacional de la Misión Cruzada Cristiana en
Sasáima, Cundinamarca, y tan sólo llevábamos un mes de casados. Nos impactó sobre
todo el Pastor Ralf Hollan de Houston, Texas. Fue en ese ambiente que sentimos el
llamado, concretamente al ministerio como pastores, enviados por la Región Andina
Sur para plantar la iglesia en la ciudad de Florencia.
El acuerdo se llevo a cabo en reunión del comité regional en la misma asamblea. Se nos
asignó un apoyo económico de 180.000 pesos y el pago del alquiler del apartamento. El
pastor Luis Sánchez fue uno de los que más apoyo y gozo nos demostró. También el
pastor Diógenes de Mariquita, el pastor Carlos de Espinal, el pastor Pablo del Guamo.
Por supuesto mi papá, el pastor de Neiva, con quien ejercía el ministerio como co-pastor
desde hacía siete años, no estuvo muy de acuerdo y fue quien más triste quedo con la
noticia. Fue una emoción fuerte dejar la iglesia de Neiva que me abrió las puertas en mi
camino al liderazgo cristiano.
Mi papá había recibido la iglesia de Neiva en el año 1989, después de que el último
pastor la dejo devastada y prácticamente a punto de ser cerrada. También fue con mi
papá que plantamos la iglesia de Campoalegre, a media hora de Neiva en el año 1994,
gracias ha una avanzada juvenil desde Neiva en la que participaron Lida Osa, Alexis “el
flaco”, Rosita, Luz Fary Díaz, y Lidia “yiya” entre otros.
Fue también desde Neiva en Junio de 1997, enviado como evangelista a la ciudad de
Florencia, el joven Omilfer Peña, quien precisamente es oriundo del Caquetá y estaba
emergiendo con mucha pasión en el ministerio. Esta era su primera experiencia de
campo. Con tan sólo veinte años de edad y recientemente salido del servicio militar
obligatorio, mi primo, quien había sido movido por el Espíritu Santo de los claustros
del seminario católico de “La Ceja” en el departamento de Antioquia, donde entendió
que su llamado a sacerdote le producía muchas preguntas y pocas respuesta.
Omilfer Peña a quien llamaremos en esta crónica “el pionero”, en esos seis meses
provocó un agite espiritual en la localidad de “Morelia”, su pueblo natal, tocando a jóvenes junto con David Cárdenas, que por esos días estaba haciendo su práctica
profesional en el Caquetá. El encuentro de estos dos leones de Dios trajo mucho
impacto a jóvenes como Edwin Ramírez. En la familia Peña el fruto no se dejó esperar
con Nelson Peña y su esposa Flor Andrade; Alexander Peña, Flor Peña y su esposo
Jairo; en mi tía Graciela Muñoz, madre de Omilfer. También en Juan Carlos Trujillo y
su esposa Gladys; Ferney, Carlos Yosa y su querida madre la señora María Morera. Fue
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tal el impacto, que el obispo por radio desde la capital advirtió a la comunidad
caqueteña de la “peligrosidad” del evangelista Omilfer Peña.
También en Florencia los grupos en casas crecieron en número por varios sectores de la
ciudad. Fue Omilfer quien gano para el Señor a Ana y su hija Andrea; a la señora
Lindalia en el barrio las Américas. La estrategia de Omilfer era sencilla para
evangelizar, acompañado de una guitarra se paraba en un lugar a cantar alabanzas y
adorar, fue así como Andrea se acercó curioseando al pintoresco personaje. Así pasó en
varios lugares.
El Edén fue otro sector de la ciudad que me llamó la atención particular porque Omilfer
formo un grupo en casa de la señora Mela. Cuando Omilfer me presento en ese lugar
como el pastor que continuaría las reuniones, todas las personas se miraron porque
pensaban que se trataba de un grupo carismático. Omilfer ganó a la señora Adelaida y su
sobrina Jenny, La señora Socorro, Denis y Víctor. También la señora Amanda, Herlen,
Elvis, Cristian, jóvenes del mismo grupo. Yolanda Marín también del mismo vecindario
y sus niños.
En el barrio Buenos Aires se conformó también un grupo de jóvenes. En el barrio San
Luis, Omilfer conoció a un ex pastor de la Alianza Cristiana de nombre Alejandro y en
su casa se estuvo impulsando un grupo. Recordamos a Marleny y Sandra; a Benilda su
esposo Arnoldo y sus hijos.
Nueva Florencia también fue tocada por el evangelista. En casa de la señora Nelly se
creó un grupo al que meses después Leonardo Arias y Martha llegaron motivados por la
ministración para niños que Adriana mi esposa impartía. Cristina, la hermana de Martha
fue quien llevó a esta preciosa familia al encuentro con su destino en el Señor.
Otro grupo más por los lados del “Cunduy”. Otro en el sector de “Los Pinos”. A nuestra
llegada a Florencia eran tantos los grupos que recuerdo haber contado catorce lugares
donde Omilfer impartía la palabra semana tras semana.
No puedo pasar por alto el aporte importante que el pastor Jesús Tovar, de la Iglesia
Grupos Familiares Cristianos de la ciudad de Neiva, invirtió en Adriana y en mí. Nos
acogió en los primero días de Enero de 1998 en su iglesia y nos impartió toda la
estrategia de Grupos Familiares que él recientemente había aprendido directamente de
la iglesia Lluvias de Gracia en Guatemala. Sin ninguna mezquindad nos adoptó por
quince días intensivos y nos entregó todo el material que dos años después toda la
Cruzada Cristiana adoptaría como la visión para todas las iglesias en Colombia.
La iglesia de Florencia nació aplicando la visión de grupos familiares. Fuimos los
primeros en toda la misión Cruzada Cristiana en aplicar el modelo de Guatemala. Luego
sería la de Iglesia de Neiva y de allí mi papá personalmente llevó la visión por varias
iglesias del país. Mi hermano Henry Figueroa, le compartió la visión de Grupos
Familiares al pastor Eduardo Cañas en Bogotá, en la iglesia Manantial de Vida Eterna y
de esa manera Asambleas de Dios también adoptó la visión nacional de la estrategia de
grupos familiares.
En esos días de Diciembre de 1997 grabamos un casete de alabanzas que titulamos
“Ministerio a Florencia”. Con los recursos producto de la venta de estos casetes,
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logramos invertir en las fotocopias y materiales claves de la visión de Grupos, como
también llegar a Florencia con algún efectivo a la mano.
Como se podrán imaginar, la despedida de la Iglesia de Neiva fue un rompimiento
emocional fuerte para mí. Enviamos adelante las pocas pertenencias de recién casados.
La mayoría regalos de la boda que los hermanos de Ibagué y de Neiva nos habían
hecho. La señora María Restrepo, a quien cariñosamente llamamos “yuya” nos guardó
en su casa en Florencia la mudanza. Ella lideraba un grupo importante de personas y
contaba con la cobertura del pastor Jesús Tovar.
A María “yuya” la conocí en Rivera, Huila, en el año 1994. Su sobrina Luz Fary Días
nos presentó y desde ese momento comenzamos una amistad que me llevó por una
temporada a realizar un grupo en su casa con sus hijas. Recuerdo que viajaba en moto
los lunes desde Neiva y en varias oportunidades sentí la presencia de Dios que me
impulsaba a ir hasta ellas. Fueron muchas las experiencias de oración y momentos en la
palabra que compartimos. Este encuentro con “yuya” y su familia sería clave para el
rumbo que tomaría la iglesia de Florencia.
AÑO 1998.
Por fin la llegada al terminal de Florencia. Estábamos un poco asustados porque no
conocíamos nada de la ciudad. Llegamos en la tarde a eso de las cuatro de un 25 de
Enero del 1998. Omilfer nos fue a recoger al terminal. Nos hospedamos por esos
primeros días en la habitación de Omilfer en el barrio La Consolata. Recuerdo que esa
noche me di un duchazo y sentí el agua como que se me quedó pegada a la piel.
Estábamos en una ciudad muy húmeda y no me había percatado de eso.
Adriana se las ingeniaba por esos días para cocinar en un reverbero que tenía mi primo
Omilfer. Nos dedicamos a salir con Omilfer, a conocer todos los sitios donde ya se
estaba impartiendo la palabra del Señor y a presentarme como el Pastor sucesor. Fue
muy traumática esa transición porque el pastor de Neiva (mi papá) requirió que Omilfer
retornara inmediatamente a Neiva en cuestión de quince días. No hubo tiempo de entrar
en calor con las personas de los grupos que ya estaban familiarizados con Omilfer y
muchos de ellos se les dificultó aceptarnos como sus nuevos mentores.
Antes de que mi primo Omilfer retornara a Neiva, logramos tomar en arriendo un
apartamento en el barrio Nueva Florencia. La señora Ángela García nos alquilo el
segundo piso de su casa. Omilfer y Nelson nos ayudaron con la instalación.
En esos días me llamaron de CEDECOL para que fuera a tomar un curso de “gestores
de Paz” en Medellín. Estuve una semana. Cuando volví a Florencia despedimos a
Omilfer. Con gran preocupación me di cuenta que tendríamos que orar al Señor para
que las personas de los grupos se mantuvieran firmes en medio de la transición.
En mi agenda del año 1998 tengo registrado el primer M.E.P (Ministración, Evaluación
y Proyección) que realizamos con Adriana de los grupos familiares. Febrero 17 de
1998. Ese día evaluamos como conformar el A.L.M.A. de cada grupo ( Anfitrión, Líder,
Maestro de niños y Ayudas ). Evaluamos ese día al grupo en Morelia, Las Américas, el
Edén, Buenos Aires, San Luis, Nueva Florencia.
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Este es un modelo de ese primer M.E.P: G.C.I. Nueva Florencia: Anfitrión: Nelly -
Asistencia: 13 - Nuevos: 2 - Atención al grupo: Buena - Atención personalizada: Buena
- Discipulados: 4 - Biblias:3 - Trabajo Social: Bueno - Ofrendas: 0
Para Marzo de ese año teníamos un nuevo grupo en el barrio El Porvenir, con Orfelina
Guzmán y Francy Guzmán. Fue el primer grupo que nosotros establecíamos de nuestro
fruto. En ese grupo conocimos a Jacqueline Salazar y sus hijas Diana Tascón y Tatiana.
También a Iván Guzmán y su familia.
El año de 1998 transcurrió con mucha actividad. Los Grupos nos demandaban mucha
atención y mucho cuidado. Pero también fue un año de una economía difícil en todo el
país. Las políticas neo-liberales habían sumido a la nación a un ajuste de cinturones.
Esto nos llevó a hacer ajustes familiares y gracias al apoyo de las ofrendas que se
colectaban en los grupos familiares, logramos equilibrar la economía.
Fue el año también en que se comenzó la zona de despeje para los diálogos entre la
guerrilla de las FARC y el gobierno del Presidente Andrés Pastrana. Estábamos a tres
horas del municipio de San Vicente del Caguán, donde se instaló la mesa de diálogos.
Nos impactó conocer de cerca la problemática tan profunda que vivían muchas familias
en Florencia y del departamento del Caquetá, por causa de la economía de la coca y el
conflicto armado de las guerrillas. En varios hogares que visitamos, algún miembro de
la familia estaba preso en una cárcel del país o en el extranjero, capturado por “mula” o
desplazado por la violencia. Las personas nos contaban historias de los colonos que
fundaron al Caquetá y de cómo la violencia había penetrado desde muchos años atrás.
Nos dimos cuenta que la ciudad de Florencia en cierta forma estaba aislada del resto del
país por las malas condiciones de acceso de las carreteras. Un proyecto de una nueva vía
para Florencia se tardaba por la negligencia del gobierno nacional. Tuvimos que
transitar muchas veces por la vieja carretera que conecta a Florencia con el municipio de
Guadalupe. Siempre la vía estaba en pésimas condiciones y más si era época de
invierno.
Recuerdo que todo el primer semestre de ese año, nuestro medio de transporte era el
urbano. Nos aprendimos las rutas de los buses y colectivas, para evitar estar gastando
en taxis. Llevábamos siempre con nosotros una guitarra acústica, las carpetas de los
grupos, las carteleras con las canciones, el traje impermeable para protegernos de las
lluvias súbitas, que son muy frecuentes en esta zona. Dedicábamos las mañanas para
preparar materiales y la tarde y parte de la noche para atender los grupos G.C.I.
El pastor Manuel y Noemí de la iglesia Cuadrangular se ganaron nuestro aprecio y
admiración. Verdaderos amigos. Llegaron también ese año para fundar la iglesia
Cuadrangular. Esta amistad se estrecharía fuertemente en los años siguientes. Jamás
olvidaremos las salidas al río “Hacha” los lunes de descanso de las actividades de
iglesia. Las salidas a pescar con anzuelos y las varias veces que intercambiamos
púlpitos.
Salimos a Neiva y a Ibagué en Junio de ese año. Fue emocionante la acogida de estas
iglesias y las ofrendas que en ellas recibimos. Fue tan abundante que logramos comprar
una motocicleta. De esto tenemos mucho que agradecer a Alba Nelly, la esposa de
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nuestro gran amigo Cesar Cubillos pastor de la iglesia Cruzada Cristiana en el
municipio de Garzón.
Pero la primera prueba de fuego para nosotros fue venirnos desde Neiva en la
motocicleta hasta Florencia, sin percatarnos de que Adriana estaba en embarazo. Siete
horas cruzando el sistema montañoso. Al llegar, la prueba de laboratorio arrojó
positivo. La alegría fue inmensa, pero solo nos duro una semana, porque a la semana
siguiente se le practicó un legrado de emergencia a Adriana. No olvido la impotencia
que juntos vivimos, saliendo un sábado en la noche del Hospital cargando a Adriana en
mis brazos por el callejón de la sala de emergencias que colinda con el Terminal,
sintiendo que el cielo se cerraba, que Dios callaba mientras nos miraba, imposibilitados
de tener ese bebé.
Un mes después, en el mes de Julio, de nuevo estábamos los dos al frente de los grupos,
preparando nuestro primer “Encuentro”. Lo realizamos en el club al lado de la plaza de
toros vía a Morelia. Asistieron Iván Guzmán y su familia, en su casa del barrio la
estrella se llevaba a cabo un grupo G.C.I. Fue allí donde conocimos a Madeleyde y sus
hijos; a la señora Rubi y su hija Marisol; también a Juan Carlos y Janeth que trajeron a
su hijo recién nacido y fue sanado de un problema al corazón cuando oramos.
También a ese “Encuentro” asistió Leonardo y Martha con sus niños. También una
buena representación de Morelia. Orfelina y Francy del grupo del “Porvenir” . Nos
acompaño María Restrepo “yuya” con sus hijas; Ana y Andrea y otros que están
registrados en una fotografía que conservamos de ese día. Una anécdota cómica de ese
día es que en la tarde cuando nos devolvíamos, el único transporte que nos trajo hasta
Florencia fue el carro de la basura municipal. María “yuya” sus hijas y nosotros no
podíamos de la risa, porque el carro estaba en unas condiciones sanitarias poco
recomendables.
Nos animamos a dar un salto de fe para tener un lugar donde reunirnos y fue así como el
6 de septiembre empezamos reuniones como Iglesia en el barrio “Porvenir”. Allí
acondicionamos el lugar de reuniones y también nuestra habitación. Ese primer
domingo estuvo mi papá en la inauguración y los días previos las señoras del grupo de
las “Américas” habían propuesto ofrendar las primeras sillas para la iglesia. Se tomaron
el trabajo de hacerse unos tamales y con las ganancias se compraron las primeras
catorce sillas “rimax” de color azul.
Muchas de las personas de los grupos no lograron identificarse con la nueva dinámica
de la iglesia. Dar este paso fue como volver a empezar. No pudimos convencerlos de los
beneficios de la iglesia y de congregarse. Perdimos como un 80% de las personas y nos
tocó reorganizarnos para darle vida a nuevos grupos familiares G.C.I.
Los Viernes nos reuníamos para una noche de milagros y los Domingos nos reuníamos
las familias para una mañana de celebración. Así empezamos. Yo había traído un teclado
que en la iglesia de Ibagué lo habían dado en desuso, lo recompuse y con ese teclado
armábamos nuestras fiestas de alabanza. Nos acompañaba cada ocho días toda la
delegación de Morelia. Ellos se venían en camionetas que contrataban, a veces muy
incomodas, pero fue muy clave para el reducido grupo de Florencia el calor que le
imprimieron los grupos familiares de “Morelia”.
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El compromiso de Nelson Peña con el saxo, Carlos Trujillo en la trompeta, y en varias
ocasiones Jairo “coroto” en el trombón fue clave en esos comienzos. La alabanza se
disfrutaba intensamente. También en los coros, la experiencia de Flor Andrade y mi
esposa que en esos días aprendió a acompañar en los coros.
Arrancamos de una vez con la escuela de liderazgo. Que buen semillero serían esas dos
primeras escuelas.
Al poco tiempo, María “yuya” me relacionaría con Jorge Hernán Camacho y su esposa
Yitza. Ellos habían sido evangelizados por María Restrepo y un buen día ella me
contactó para que me hiciera cargo del crecimiento espiritual de varios integrantes de la
familia Camacho.
El encuentro con Jorge lo puedo recordar como si fuera ayer. Acompañado de María
entramos a la oficina de la constructora “Camacho Ltda.”. Fuimos atendidos en la
oficina del Ingeniero y entablamos una amena conversación sobre temas de la Biblia.
Pero la conversación y el ambiente se pusieron tensos cuando le pregunté porque él no
se congregaba en una iglesia. Mejor que no hubiera preguntado. Salí como
desilusionado de la oficina y María me insistía y me decía “ese es un gran hombre de
Dios, el Señor lo va ha usar mucho” pero yo no podía ver hasta donde María veía. Un
viernes de Milagros, como a los quince días después, Jorge visitó nuestra iglesia y de
ese día en adelante nuestros caminos se cruzarían en un discipulado que nos tomó algo
más de un año y medio, semana tras semana en su apartamento.
Citas divinas. Muchas de estas nos ocurrieron en ese año. Tras Jorge y Yitza conocimos
a los vecinos del apartamento de al lado. Carlos Orlando Cuellar y Yadira Silva.
También María los había ganado para el Señor. Solían reunirse en su apartamento a
orar y estudiar la Bíblica. Cuando María me los presento me dijo lo mismo “Dios tiene a
este muchacho para grandes cosas, estoy segura” y me los encargó para el discipulado y
la formación cristiana. Carlos Orlando y Yadira fueron muy dedicados desde el
principio. También por espacio de un año y medio, semana tras semana, estábamos con
ellos en su apartamento. Algo estaba pasando en el conjunto residencial “Torres de
Andalucía” que estaba más allá de mi comprensión como pastor.
En torres de Andalucía conocimos a Hilda Camacho, Amparo Camacho, Marlon y
Sandra, Adrián Camacho y su esposa, Noé Luís Camacho y su esposa.
María “yuya” Restrepo dio frutos en Florencia por donde quiera que se movía. Al lado
de la casa de María Restrepo vivía la señora María de Jesús a quien cariñosamente le
llamamos “Tita”. Comenzamos también a discipular y a ministrarle en áreas
personales. Nos encariñamos con “Tita” y con su hija Marlyn Adriana que meses
después la conoceríamos. Antes de salir de Florencia, “Tita” había acostumbrado
llevarme por las tardes avena con pan. Otras veces me sorprendía con algún refresco y
arepas hechas por ella misma. Esos detalles nunca los olvidaré. Sobre todo no olvido la
primera vez que entre a su casa, en un sótano húmedo lleno de cosas, de libros, porque
ella es maestra. “Tita” experimento un cambio a medida que la palabra llegaba a su
corazón. Nos sorprendían los avances que se produjeron en ella y la pasión por las cosas
del Señor.
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Juan Carlos, el primer discípulo que se nos fue a la presencia con el Señor. Asesinado
vilmente en la localidad de “Cartagena del Chairá”. Él conoció a Cristo en el grupo de
la “Estrella”. Se enamoró de la vida cristiana de una manera tan intensa que se llevaba a
cuanta persona podía en su camioneta a las reuniones los domingos a la sede de la
iglesia en el barrio El Porvenir. Un día antes del asesinato almorzamos con él. Había
estado ayunando ese fin de semana y quería romper el ayuno con nosotros. Oramos por
él y tuvimos una plática de sus sueños. La noticia al otro día nos conmocionó. Adriana
viajó con la viuda, la señora Janet para acompañarla en el traslado del cuerpo.
Ministramos las honras fúnebres en la sede de la iglesia. Sé que Juan Carlos alcanzó lo
prometido y está en la presencia del Señor.
El primer televisor que compramos para equipar el apartamento nos lo vendió mi prima
Raquel y su esposo Arley. Ella estaba terminando psicología y ese año tratamos varias
veces de convencerla de seguir al Señor, pero no era el tiempo. Igual sucedió con mi tía
Rosa Figueroa. Solo fue hasta el año 2001 que se rompería el hielo espiritual y mi
familia vendría a la iglesia. Recuerdo a Honorato Carvajal, el esposo de mi tía Rosa y
las varias ocasiones en que pudimos almorzar juntos y compartir de Cristo antes de que
partiera con el Señor.
El año 1998 terminó satisfactoriamente. La navidad la pasamos en Florencia con mi tía
Rosa y mis primas Raquel y Obdulia con sus familias. Los grupos estaban demandando
más atención y cuidado y el fuego en nuestros corazones nos indicaba que el año 1999
sería de nuevas alturas.
AÑO 1999
Empezamos labores de los grupos a finales de Enero. Este año estaría marcado por la
creación del evento VIVE LA LUZ. Hacía falta un evento que nos permitiera integrar a
los líderes de las iglesias de Neiva, Campoalegre y Florencia en un solo evento que se
rotaría para impartir también a la iglesia en general. El primero se realizo en Neiva y ese
año en Septiembre se realizaría en el primer aniversario de la iglesia en Florencia.
El lema en la iglesia de ese año fue “1999 año de SANTIDAD Y COMPROMISO” y
vaya que si lo fue. La búsqueda de la dirección de Dios se intensificó con los ayunos de
los sábados, como también “el lugar santo” que era un tiempo de oración matutino en
cada grupo familiar.
Nos exigíamos mucha organización con las carpetas de los líderes, los reportes, la
supervisión y que las metas de cada trimestre se estuvieran cumpliendo. Todos los
martes teníamos el M.E.P. de líderes, y ellos todos los miércoles en sus grupos. La
primera promoción de líderes estuvo compuesta por: Orfa Guzmán, Martha Cuellar,
Carlos Trujillo, Flor Andrade, Edwin Ramírez, Nelson Peña, Madeleyde Grajales, Iván
Guzmán.
Contratamos a Madeleyde Grajales para que nos ayudara con la secretaría de la iglesia.
Ella vivía en casa de su mamá con sus hijos Diego, Cindy y Tatiana. Aprendió
rápidamente a desempeñarse y era una persona muy buscadora del rostro del Señor.
Conocimos ese año a María Eugenia y Miller, su hijo Leonardo y sus dos niñas. En su
casa se realizó un grupo G.C.I.
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También fue el año que conocimos a Libia y Libardo. Fue Leonardo Arias que los invitó
a la iglesia. No se me olvida que Libia fue un viernes de Milagros y fue quebrantada por
el Espíritu de una forma que quedamos sorprendidos. Libia desarrollaría un don
profético y un fuerte liderazgo en los grupos familiares. En su casa se llevó a cabo un
G.C.I.
Lilia Marroquín se empezó a congregar con nosotros en la sede del barrio Porvenir.
Recuerdo a “Mateo” que siempre nos asustaba cuando visitábamos su casa. Tremendo
perro Ros Gueiler. No mordía pero era muy juguetón. Nuestra amistad con Lilia y con
su hijo Franklin creció en los años que compartimos en la iglesia. Pudimos
acompañarla en momentos difíciles. En su casa se realizó un grupo familiar G.C.I.
Sorpresa para nosotros como pastores fue el embarazo de Adriana en Mayo. Con todo y
embarazo, Adriana no se detuvo de pastorear y supervisar la visión de grupos a mi lado.
Dayan Camilo nacería el 25 de Enero del 2000. El nombre me lo dio el Señor en un
tiempo devocional con mi Biblia versión Plenitud. “Dayan” es una palabra hebrea que
significa “el justiciero o el que hace justicia” Camilo fue el nombre que Adriana
propuso como segundo nombre.
El embarazo tuvo fuertes complicaciones en el cuarto mes. Cálculos en la vesícula biliar
muy fuertes. El médico del seguro de la empresa de salud “Salupcoop” que la
diagnosticó nos dijo que ameritaba una operación de emergencia y que el embarazo se
perdería. Volvimos a casa a buscar la dirección del Señor. Una noche el dolor le vino en
la madrugada tan fuerte que ya no resistía más. En medio de la aflicción el Señor me
pone una fuerte impresión espiritual donde me indica que abriera la Biblia en el Salmo
86.16 “Mírame, y ten misericordia de mí; da tu poder a tu siervo y salva al hijo de tu
sierva” Empecé a declarar las palabras de ese Salmo y entendimos que el Señor nos
libraría. Así fue, Adriana empezó un tratamiento riguroso de alimentación libre de
grasas y el embarazo llegó a feliz término.
Una noche del segundo semestre veníamos de Torres de Andalucía de impartir a Jorge y
Yitza como también a Carlos Orlando y Yadira. Salimos de allí como a las 10.30 p.m.
Cuando cruzamos por el parque central, el Espíritu Santo puso un impulso en mi
corazón de que no me detuviera y que llegara rápido a casa. Le pedí a Adriana que se
sostuviera más fuerte, aceleré la motocicleta, aunque por causa de su embarazo tenía
que ir con cuidado. Llegando a la sede de la iglesia, entramos y en ese momento un
estallido muy fuerte se escucho en toda la ciudad. El cajero del banco “AV Villas” por
donde acabábamos de cruzar había sido atentado con un paquete bomba. El Señor nos
había librado por escasos minutos esa noche.
Desde Enero de 1998 y en los siguientes tres años el trabajo en Morelia se realizo
semana tras semana. Fue en 1999 que se necesitó abrir una sede para la iglesia. Tres
veces en la semana atendía a Morelia. Los padres de Edwin Ramírez, don Alfonso y la
señora Lucélida nos alquilaron el segundo piso de su casa, en pleno parque frente a la
parroquia. Las reuniones dominicales se realizaban en las tardes. La dinámica se
tornaba exigente atendiendo las dos iglesias. Terminábamos a medio día en Florencia e
inmediatamente salíamos para Morelia. No podíamos dar marcha atrás. Entre semana
atendíamos la reunión de líderes y muchas veces nos vinimos tarde en la noche en la
motocicleta hasta Florencia. Valía la pena el riesgo.
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Una noche con Edwin por poco nos llevamos un caballo por delante saliendo de
Morelia. El susto fue tremendo. Otro día acababa de llegar para ministrar en la reunión
dominical en Morelia y escucho al Señor que me indica devolverme inmediatamente. Se
necesitaba una dependencia total del Espíritu Santo porque los paramilitares estaban
ocupando la zona y empezaron a aparecer muertos en la vía todas las semanas.
Un lunes en la mañana, veníamos de Morelia con Adriana y en la vía un grupo
paramilitar había hecho un retén (alcabala). Cuando me detuve, el hombre que se me
acerco me pregunto mi nombre y en qué me desempeñaba. Le dije que era pastor y que
venía de visitar a los hermanos en “Morelia”. El miró una lista que tenía en su mano y
tras verificar que nuestros nombres no estaban allí nos indicó que siguiéramos. Los
paramilitares estaban incursionando con toda su carga de violencia en el departamento
del “Caquetá”.
El colegio “Jean Peaget” me abrió las puertas para dar clases de Filosofía, Ética y
Música. Nos vimos en la necesidad de hacerlo ya que la iglesia aún no contaba con la
fuerza económica para cubrir nuestras necesidades. También en el primer semestre de
ese año el pastor Luís Sánchez nos informó que el fondo de la “Región Andina Sur” no
podía seguir dándonos apoyo económico para la sede de la iglesia y debíamos
sostenernos solos. Todo sirvió para bien, porque la iglesia aprendía a desarrollar fe para
finanzas.
Daba clases en el “Jean Peaget” en las mañanas. El resto del tiempo lo dedicaba a la
iglesia. La experiencia de ejercer como docente me trajo muchas satisfacciones. La
comunidad de padres de familia sabían de la iglesia y de mi labor como pastor de la
Cruzada Cristiana en el barrio El Porvenir. Tengo que agradecer la amistad del maestro
Walter Ciro y su esposa Claudia, directores del Colegio “Jean Peaget” y profesores de la
universidad de la Amazonía. Ellos me acogieron con mucho cariño en su círculo
familiar. Recuerdo con mucho aprecio a la profesora Estella, una gran profesional en su
área y una transparente persona.
Una anécdota curiosa de ese mismo año fue el discipulado de Leonardo Arias. Me tuve
que revestir de paciencia ya que como buen abogado y profesional, entrar en materias
Bíblicas no era su fuerte. Leonardo gozaba de un buen cargo en la alcaldía de Florencia.
El día que terminamos el discipulado yo apostaba con Adriana que él no seguiría en los
caminos del Señor porque lo había notado muy escéptico. Pero vaya que la obra es del
Señor y no de nosotros. Leonardo no solo terminó su discipulado sino que realizó la
escuela de liderazgo y sirvió como Líder en los grupos familiares G.C.I. junto con su
esposa y sus hijos.
La salud de Carlos Orlando fue uno de los retos de fe en ese año. Carlos había sido un
deportista exitoso en la selección Caquetá de basquetbol. Una disfunción en su corazón
trasformaría su estilo de vida. Para Carlos Orlando no fue fácil. El diagnostico que le
dieron a los quince años de edad aseguraba que no pasaría de los veintitrés años de vida.
El Señor estaba propiciando las condiciones para revelarle a Cristo a Carlos Orlando.
Participó en la segunda escuela de liderazgo y también lo escogimos para servir en la
iglesia en el liderazgo administrativo junto a Edwin Ramírez. En este aspecto la iglesia
gozó prontamente de un profesional en la materia.
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Carlos Orlando fue la primera persona que dio una ofrenda pro-sede. Estaba recién
llegado a la iglesia y recuerdo que no habían pasado tres meses cuando una tarde llegó a
la sede de la iglesia en el barrio Porvenir y me dijo que tenía un sentir en su espíritu de
dar un diezmo por todas las cosas que poseía hasta el momento. Me dijo que él creía
que no sólo se había entregado el al Señor sino también sus pertenencias. Además me
sugirió que le gustaría que ese diezmo estuviera destinado a una sede de la iglesia para
Florencia. Lo hicimos así.
Un domingo ministrando al Señor fui movido por el Espíritu Santo a darle una palabra a
Carlos Orlando y el Señor le decía que en diez años quitaría la aflicción de su corazón.
Fueron varias las ocasiones en las que después sufrió desmayos pero veía en Carlos
Orlando una fortaleza para reponerse rápidamente.
Alex Peña. Su verdadera conversión se frustro varias veces por las andanzas mundanas.
A mi primo lo perseguían las mujeres. Yo no se que le veían pero el muchacho tenía su
secreto. Recuerdo que un día recién salido del servicio militar obligatorio nos
encontramos en casa de su hermana Flor Peña. Le aconsejamos y luego le ministramos.
Esa mañana fue libre de ataduras espirituales para la gloria del Señor. De allí en
adelante vimos un hombre nuevo en Cristo. Su búsqueda del Señor se consolidó y su
liderazgo en los grupos familiares se afirmó con mucho fruto.
En Junio de ese año nos visitó Rolando Trujillo, mi cuñado. Lo invitamos a él y a todo
su grupo de teatro “ROCA ETERNA” desde la ciudad de Ibagué. Organizamos tres
impactos en Florencia y dos en Morelia. Los músicos y el teatro fueron la formula. La
estrategia de los grupos familiares G.C.I facilitó la avanzada evangelística. Recordamos
con gozo ese fin de semana compartiendo el testimonio de Cristo de una manera
diferente. Años después Rolando sería invitado por Carlos Orlando a darle vida al grupo
de teatro de la Iglesia Cruzada Cristiana de Florencia.
El orden público se alteró a finales de ese año. Se hacía cada vez más peligroso transitar
después de las 6 p.m. fuera de Florencia. Fue en el segundo semestre que una noche
Adriana se disponía a salir a supervisar el grupo de Torres de Andalucía y mientras
esperaba el transporte, una señora la detuvo para saludarla. Ellas se fueron caminando
desde la sede de la iglesia en dirección a la universidad de la Amazonía. Se produjo un
tiroteo por los lados de la universidad. Las milicias urbanas de la guerrilla se
enfrentaban con los paramilitares. Adriana con su barrigón tuvo que correr al gimnasio
de Jacqueline Salazar para refugiarse de la balacera que se escuchaba en los alrededores.
Eso estuvo cerca, pero el Señor siempre fiel a su palabra guardándonos.
Recuerdo que tomamos muy en serio orar por las autoridades de gobierno, por la
alcaldesa de ese momento y por el gobernador del departamento del Caquetá, por los
comandantes de la policía y del ejército y por toda autoridad representativa. Todos los
sábados dedicábamos un buen tiempo en medio del ayuno para interceder a favor de
ellos.
Participábamos en A.M.E.C. (Asociación de Ministros Evangélicos del Caquetá).
Mantener la unidad con todos los pastores de la ciudad era el reto de la Asociación. En
una reunión un pastor nos llamó “la iglesia de los ricos” ese día crucé algunas palabras
acaloradas exigiéndole respeto. Meses después el me invitó a un almuerzo en su casa y
se disculpó con Adriana y conmigo. Otro pastor en una reunión menospreció la visión
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de grupos familiares G.C.I. que liderábamos y dirigiéndose a mí me dijo “tú hablas
mucho y muestras poco fruto”. Con el tiempo este pastor cambió su postura y
mejoramos nuestras relaciones de ministerio.
Con el pastor Argemiro y su esposa tuvimos excelentes relaciones desde nuestra llegada
a Florencia. Un hombre sabio y excelente exégeta Bíblico. Con el pastor de Alas de
Misericordia, Manuel y su familia también guardamos buenos recuerdos. Con Ricardo
de Grupos Familiares, con el pastor Beibo de Asambleas de Dios. Con el pastor Luis
Rincón de Casa Roca. Con los que nunca pudimos tratar fue con los pastores de las
iglesias pentecostales unitarias. El fanatismo religioso y el sectarismo de esta iglesia son
muy fuertes en el Caquetá. Particularmente pienso que las personas de buena fe buscan
en estas iglesias seguir a Cristo, pero son esclavizadas por un sistema de legalismo y
fanatismo que produce un terrible atraso intelectual en las personas y que desfigura la
verdadera esencia del evangelio.
Fuimos muy celosos de no permitir que personas de otras congregaciones hicieran parte
de nuestra naciente iglesia. Recuerdo solo tres personas que ordenadamente hicieron su
traspaso de membrecía a nuestra iglesia. Siempre exigimos una carta de transferencia
porque era el acuerdo en la Asociación de Pastores, para evitar los malos entendidos que
se generan por la movilización de un miembro de una iglesia a otra.
Para la llegada de Dayan Camilo habíamos comprado unos pollitos que muy
amablemente Marisol y Rúbi me ayudaron a escoger. El día que fuimos a dejarlos a la
finca de Marisol, acababan de secuestrar a un vecino de la finca del lado y estuvimos a
escasos minutos de hallarnos en la escena del secuestro. La guerrilla se lo acababa de
llevar. Días después apareció el cuerpo sin vida de esta persona. Otra de las muchas
victimas de la barbarie que produjo la mal llamada “zona de despeje”.
El año de 1999 terminó muy favorable para nosotros y para la iglesia. Realizamos un
concierto de alabanza el 25 de Diciembre en el “Torreón del CASD”. Carlos Orlando
fue el maestro de ceremonia. Omilfer vino de Neiva a tocar la batería. John Jairo
Cubillos nos acompañó en las voces. El grupo de alabanza se esforzó para dar un
verdadero concierto. Una noche para recordar.
AÑO 2000
El año 2000 le llamamos “Año de Crecimiento y Consolidación”. El año arrancó con el
milagro del nacimiento de Dayan Camilo. Parto normal. Cuando pasé por Adriana al
hospital me impactó encontrar un joven campesino con una cajita para recibir los restos
de su bebé que en pleno parto había muerto ese mismo día. Recuerdo que le di una
ofrenda mientras salía Adriana de sala de parto. Me percaté por primera vez que el
nacimiento de Dayan Camilo era toda una obra divina. Cuando lo recibí en mis brazos
casi no podía creer en el milagro de la vida.
Nos instalamos en “Prados del Norte” a las afueras de la ciudad de Florencia, en un
intento de comprar casa. Jorge Camacho nos facilitó la vivienda. Movilizaba a Adriana
y al niño en la moto desde la casa hasta la sede de la iglesia. El riesgo de un accidente
no lo había calculado hasta que sucedió. Un borracho nos envistió una noche que
veníamos de una vigilia en el grupo familiar G.C.I. en casa de “Tita”. Fuimos todos a
parar al pavimento en plena “zona rosa” de la ciudad. El niño cayó en medio de la vía
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de transito y nosotros quedamos debajo de nuestra motocicleta. Gracias al Señor
Adriana había envuelto al niño muy bien en unas mantas abullonadas que lo libraron en
la caída. Terminamos esa noche en la clínica con pequeñas curaciones. Creo firmemente
que ángeles del Señor libraron al niño y a nosotros dos esa noche.
Tuvimos serías aflicciones con Dayan Camilo por el clima tropical húmedo de la ciudad
de Florencia. Le aquejó una rinitis severa y lo más fuerte fue los nacidos que le
aparecieron en tres partes del cuerpo. Unas erupciones que le producían mucho dolor.
Como llueve mucho, siempre teníamos que llevar entre nuestras cosas un traje
impermeable para resguardarnos del clima. Esto siempre lo admiraré de la iglesia en
Florencia, porque a la hora de reunirse en la iglesia, no hay lluvia que los detenga.
Fue el año de la operación de emergencia de la pastora Adriana. Seis meses después de
haber nacido Dayan Camilo, Adriana rompió la dieta de grasas y se le complicó de
nuevo la vesícula biliar. Operación de emergencia. La primera operación salió mal. Fue
necesaria una segunda intervención a los quince días. Esta fue otra prueba de fuego.
Adriana estuvo a punto de una peritonitis. El Señor obró en ella y la guardó. Antes de la
operación, mi esposa estaba orando y sintió vivamente que el Señor mismo entró en la
habitación y se sentó a su lado en la cama. Una señal celestial que le infundió mucho
ánimo.
Mi suegra Ligia viajo desde Ibagué para cuidarla en la recuperación. Los lideres y la
iglesia se comportó con altura. Estaban atentos a nuestras necesidades y nos consolaban
en medio de la prueba. Dayan Camilo fue el que más extrañó el seno de su mamá.
Adriana no pudo amamantarlo más.
Mi abuelo Rubén Muñoz falleció unos meses después de mi abuela Francisca Gutiérrez.
Había bautizado a la abuela en el rio Bodoquero quince días antes de su muerte. La
vimos esos días muy gozosa. Participo del G.C.I en casa de Jairo y mi prima Flor.
Participo del privilegio del Testimonio y nos dio unas palabras muy retadoras.
En esos días Omilfer viajo a Morelia y juntos invitamos a los abuelos a una acto
profético bendiciendo sus hijos y sus generaciones. Esa noche fue muy emocionante.
La abuela falleció de una forma extraña. Duro dos días en un sueño profundo. Flor
Andrade que la cuidaba vio una noche como de ella salía un resplandor de luz que
traspaso las paredes y se esfumó. Entendimos que su espíritu estaba con el Señor. A los
dos días se despertó súbitamente y pidió que le hicieran un caldo y la bañaran. Contó
que había estado en el cielo, que era un lugar muy lindo y que se había encontrado con
unos familiares. Que era un lugar tan especial que ella ya no quería estar más en la
tierra. Así fue. Tomo su caldo y se durmió para siempre.
Al abuelo Rubén lo vimos en esos meses de su viudez crecer en el Señor. Mi primo Juan
Carlos Trujillo entubo muy pendiente de su discipulado. Le vimos participar en la
iglesia de Morelia, invitando personas a las reuniones, en las alabanzas, hasta que fue
llamado por el Señor. El abuelo fue uno de los muchos colonos que vinieron desde el
Huila y Tolima a crear haciendas ganaderas en el Caquetá en la década de 1950 a 1960.
Mudamos la sede de la iglesia al sector del Siete de Agosto. En ese lugar había
funcionado la iglesia Cuadrangular. Propusimos una campaña de sillas por cada grupo
G.C.I para el nuevo lugar. Acomodamos un auditorio para 150 personas. Por fin tenía
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una oficina pastoral y una secretaria de tiempo completo. Marlyn Adriana hija de “Tita”.
Ella estudiaba en la Universidad de la Amazonía. Fue de gran ayuda y de alto
desempeño. Nos vimos también en la necesidad de adquirir una computadora para la
secretaría de la iglesia. Una persona ofrendo el monitor, otro ofrendo la CPU y así
fuimos completando el equipo.
Fue estratégico con los líderes de los G.C.I. implementar el devocional “Tu Andar
Diario”. En la iglesia, las enseñanzas en las reuniones se hacían cuidando de impartir la
palabra, inspirados en el libro de la Biblia correspondiente al devocional. Notamos un
adelanto importante en el entendimiento y profundización de la Palabra en los líderes.
Todos eran muy aplicados en mantener el devocional diariamente.
Marlon Camacho y su esposa Sandra Medina se vincularon a la iglesia por los días de
Mayo. Fue en el grupo familiar G.C.I. que lideraba Jorge Camacho en su apartamento,
donde se conectaron con la visión de la iglesia. Siempre analítico y profundo en sus
convicciones, Marlon encontró en la iglesia su espacio vital. En su casa se llevó acabo
un grupo familiar meses después que arrojo muy buenos frutos.
Cielo Astrid y Ferney llegaron a la iglesia invitados por Jorge Camacho. Pudimos
evidenciar el crecimiento espiritual de los dos y la búsqueda de respuestas para su
hogar. Cielo nos vendió un lote de terreno para la iglesia en el sector de “Pablo sexto”.
Ayudamos a Ferney y a Cielo Astrid en consejería matrimonial. Finalmente Ferney se
quedaría con nosotros en la iglesia creciendo en el liderazgo y Cielo viajaría a Bogotá a
un nuevo destino. De ambos guardamos buenos recuerdos. Ferney desarrolló una pasión
por la Palabra y una actitud de servir al Señor firme. Un gran amigo.
Para el mes de Junio ya todos los líderes tenían participación en la dirección y en la
predicación. Siempre he sido un convencido que no hay mejor lugar para formar
pastores que el mismo ambiente de la iglesia. Fuimos escogiendo a quienes más se les
facilitaba impartir la palabra. Todos pusieron lo mejor de sí para hacerlo.
En esos días había un despertar en los líderes al don de profecía y a los dones del
espíritu en general. Pienso que la influencia del canal “enlace” nos empujaba a ello.
Reconozco que fueron muchas las “metidas de patas” de palabras de ciencia y proféticas
que nunca salieron de la boca de Dios. Eran más bien sentido común. Pido perdón si en
algún momento alguna de estas palabras improvisadas lastimó a alguien. Estábamos
aprendiendo por ensayo y error. Estábamos en el taller del Maestro afinando nuestros
sentidos espirituales para todo lo que después sucedería. Los líderes de Morelia fluían
con facilidad y ministraban con mucha unción. Su pasión por la búsqueda del Señor
nos contagio positivamente a todos en la iglesia Cruzada Cristiana de Florencia.
Ese año fue el matrimonio por la iglesia de Jorge y Yitza. La ceremonia se llevó a cabo
en su apartamento. También fue el año en que Nelson y Flor Andrade salieron de
Morelia para estar al lado de Omilfer en su ministerio evangelistico “Rey de reyes” en
la ciudad de Neiva. Nelson supervisaba los grupos de Morelia. La salida tan repentina
de ellos nos dejo un tremendo vacío de liderazgo.
Continué enseñando durante todo ese año en el Colegio “Jean Peaget”. La cercanía del
colegio a la casa en Prados del Norte me permitía estar pendiente de Adriana y del niño.
Disfrutamos de muchos momentos con la comunidad educativa y las instalaciones del
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colegio fueron el lugar para varios retiros de la iglesia. Ese año dimos un concierto de
fin de año con los estudiantes en la catedral de la iglesia católica. Asistió entre otras
personalidades el Consejero de paz de la nación, el Senador Diego Turbay. Me
presentaron con él a la salida del concierto. Me felicitó por el recital musical.
Entablamos un corto dialogo esa mañana. Las guerrillas lo asesinaron unos meses
después de una manera cruel junto a su madre y sus escoltas. Uno de los crímenes de
barbarie que tocó profundamente el sentimiento Florenciano y de todos los
colombianos. Fue este vil asesinato el que reboso la copa de tantas atrocidades que la
guerrilla de las FARC venía cometiendo contra la población y contra los líderes del
gobierno colombiano.
Fue el año en que conocimos a Yineth Ortiz y sus hijos. Orfa hermana de Yineth nos
había presentado. Todavía conservo en mi agenda la primera conversación en consejería
que tuve con ella. Era de admirar como Yineth venía a las reuniones de los viernes de
milagros con su hijo Yamil cargado en sus espaldas. Siempre disponíamos de una
colchoneta para el niño. Las convulsiones le venían a Yamil tan fuertes, que en
ocasiones le hacían gemir y moverse bruscamente. La fe de Yineth y el poder de la
oración como iglesia levantarían a Yamil en los años siguientes de maneras
sorprendentes. Hoy Yamil está en la presencia del Señor.
Teníamos un evento trimestral al que llamamos “Cierre de Cosecha”. En este evento nos
reuníamos con todas las personas de los grupos y dábamos gracias al Señor por los
nuevos miembros de la iglesia. Siempre teníamos un invitado especial o en su defecto
una agenda especial para estas reuniones. Decorábamos la sede para la ocasión y
preparábamos una agenda especial. En estas convocaciones asistían muchas personas
que habían sido contactadas en los grupos familiares G.C.I.
En la Iglesia Cruzada Cristiana de Florencia descubrimos que el Señor nos había dado
una gracia para ayudar a personas con problemas de homosexualismo y lesbianismo.
Recuerdo por lo menos tres casos de mujeres que fueron plenamente libres y
recuperaron su horizonte sexual. Dos de ellas volvieron a su hogar y se reencontraron
con sus hijos y con sus esposos.
Alex Cuellar también es nuestro gozo en el Señor. Durante varios meses, su hermana
Martha y Leonardo habían estado orando específicamente por él. El Señor les
respondió. Alex llegó a los pies del Señor y luego de un proceso de liberación y
crecimiento espiritual, pudimos evidenciar que había una conversión genuina. La
persona más agradecida con el Señor era su mamá. Ella se integró a la iglesia y hasta su
último día estuvo muy comprometida creciendo en el Señor. Camino a un grupo
familiar G.C.I. que lideraba Hilda Camacho, fue atropellada en la vía por un carro. Hoy
está en la presencia del Señor. Alex es un líder fuerte de la iglesia Cruzada Cristiana de
Florencia y un prospero comerciante.
Daniel Bustos vino desde el municipio del “Doncello” para suplir en parte la ausencia
de Nelson Peña. Estuve en dos ocasiones en la iglesia del papá de Daniel en el Doncello
enseñando la palabra. Daniel supervisaba los grupos y ministraba en la alabanza. Fue
de gran apoyo contar con un líder de sus calidades. Hoy está graduado del instituto
Bíblico de la Cruzada Mundial en Bogotá y continuó estudios musicales a nivel
profesional. Con Daniel grabamos un Cd de alabanzas que llamamos “Alabanza para
grupos familiares G.C.I.”
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Luego se nos vino el VIVE LA LUZ celebrando el segundo aniversario de la iglesia.
Invitamos a Omilfer Peña y a la pastora Lida Osa. En la escuela del Siete de Agosto
frente a la sede nos dimos cita para este evento. Recuerdo que reunimos unas 300
personas y la movilización estuvo vigorosa en todos los grupos familiares G.C.I.
Gaitán: Martha; 17 de Enero: Alex; Bellavista: Leonardo; Porvenir: Edwin ;
Cooperativa: Marlyn; Torres de Andalucía: Jorge; Alpes: Marlon; Bocana: Carlos
Orlando; Américas: Orfa. Estos fueron los grupos familiares G.C.I. que participaron en
el segundo VIVE la LUZ.
De ese evento nos quedó como fruto especial entre otras personas Alfonso, Fanny y sus
hijas. “Papá Alfonso” como cariñosamente le llamamos. Nos sorprendía por las tardes
con refresco y pan recién orneado. Este matrimonio experimentó un crecimiento y una
afirmación en el liderazgo. En su casa funcionó un grupo familiar G.C.I. muy fructífero
por cierto.
Este año nos visito el cantante cristiano Douglas, de las asambleas de Dios de Ibagué.
Nos dictó un taller de adoración y nos ministró con su repertorio musical. En otra
ocasión tuvimos a “bolañitos” con su música vallenata. El pastor de la iglesia
presbiteriana había preparado un concierto en el estadio y tuvimos la oportunidad de
tenerlos un domingo en la celebración de la iglesia.
Dos barranquilleras que se ganaron nuestro aprecio y amistad. Ellas son Katherine y
Katia. Fue Nelson y Flor en Morelia quienes las invitaron a la iglesia. Compartimos
momentos difíciles y momentos de victoria muy de cerca con las dos. La amistad con
ellas fluyo espontáneamente y les vimos crecer en el Señor conquistando su destino.
También recordamos al médico Franklin y su esposa Gloria. Con ellos tendríamos un
discipulado por relación. Aunque Franklin y Gloria se separaron años después,
conservamos su amistad.
Jairo de Jesús y Miriam también los conocimos por un contacto telefónico. Nos
informaron que estaban recién llegados a la ciudad. Fuimos hasta su lugar de trabajo.
Miriam estaba muy deseosa de congregarse pero Jairo fue más cauteloso. Unos días
después conocieron la iglesia y se quedaron. En su casa en el barrio Torazo se llevó
acabo un grupo familiar G.C.I.
Víctor Hara y su esposa llegaron a la iglesia contactados a través del grupo familiar
G.C.I. que Jorge dirigía en la tipografía de Marlon Camacho. Vimos crecer a Víctor
rápidamente en la iglesia hasta convertirse en un fuerte líder de la iglesia.
Cristina Días se vinculó a la iglesia en un trámite transparente con el pastor Pedro de la
iglesia Panamericana. Cristina trabajaba en el palacio de justicia y la restauramos
Adriana y yo. Al poco tiempo estaba vinculada en la visión de grupos familiares G.C.I.
como también en la fundación. El Señor me dio una palabra profética para ella un
domingo en plena reunión, donde el Señor le indicaba que viajaría a Estados Unidos y
que el Señor tenía para ella un esposo norte americano. La palabra se cumplió
exactamente. Hoy Cristina y su esposo viven en Atlanta, Georgia.
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Las escuelas de G.C.I de servidores, Maestros de niños, Líderes y consolidación se
impartían los domingos antes de la reunión. Nos dimos cuenta que debíamos adaptar los
materiales de las escuelas y simplificarlos a la realidad de una ciudad como “Florencia”.
Corregimos varios aspectos de la visión de grupos familiares G.C.I pero me seguía
preocupando que todos los días estuvieran los líderes ocupados en la iglesia y que a la
visión de grupos familiares G.C.I. le faltaba gracia. Casi no quedaba tiempo para
dedicarnos a la familia porque los grupos familiares adsorbían toda la atención. Nos
propusimos entonces desmontar algunas reuniones y optimizar el tiempo. Aún así, creo
que el grupo de líderes y nosotros como pastores estábamos en un entrenamiento fuerte
de parte del Señor que se evidenciaría en frutos poderosos en los siguientes años.
Conocimos a Edgar Núñez también en este año y a su esposa Carolina. Orfa Guzmán
me había hablado de su sobrino hasta que se propició la oportunidad. Lo invité un
domingo en la mañana a impartir la palabra. Ese día la reunión se alargó por la
atmósfera espiritual que se había manifestado tan fuerte. Edgar tenía un fluir en el don
de ciencia y en profecía tan agudo que pocas personas poseen. La amistad se consolidó
rápidamente entre los dos. El liderazgo de la iglesia aprendió a respetar la unción de
Edgar y las visitas que se suscitaron en los meses siguientes nos enriquecieron en
aprender a apreciar el ministerio profético. Un gran hermano y sobre todo un gran
amigo.
En diciembre nos dispusimos a realizar un “Encuentro de Parejas”. La señora Cecilia
Muñoz nos facilitó las instalaciones de su finca a las afueras de Florencia, por la vía que
conduce a Neiva. Renovación de votos matrimoniales, cena romántica y brindis con un
buen vino que Carlos Orlando nos ofreció. Hasta un bolero antes de ir a dormir. Lo
único que faltó fue tener cada uno su habitación.
Pasamos la navidad con mis padres en Neiva y luego viajamos a Honda, Departamento
del Tolima, visitando a los padres de Adriana que estaban ejerciendo el ministerio como
pastores. Fue un tiempo de poco descanso porque mi suegro me pidió que capacitara a
los líderes de su iglesia en la visión de Grupos Familiares. Recibimos el año en Honda y
luego retornamos a Florencia muy gozosos.
AÑO 2001
El lema de este año fue “Año de Promesa y de Conquista” Este año en la iglesia
Cruzada de Florencia estuvo marcado por un fuerte mover profético. El Espíritu Santo
nos dinamizó en un fluir de los dones y empezamos a entender que significaba ofrendar
con violencia. Un domingo estoy predicando y el Espíritu Santo me detiene en medio de
la predicación para retar a la iglesia a una ofrenda para el canal “Enlace”. La iglesia se
movió toda en un acato de fe y el fruto de esta ofrenda nos movió a creer por cosas
mayores.
Los G.C.I. se reestructuraron y la nueva organización arrancó ese año así: Bellavista:
Yineth, Belcy, Angélica, Lorena, María Eugenia. 17 de Enero: Libia, Leonardo, Carlos
Mario, Lady, Cristina. Versalles: Carlos Orlando, Libardo, Raúl, Oscar, Dalgys,
Fabiola, Carolina, Nur, Jesús. Primavera: Edwin, Diana, Liliana, Cindy, Lourdes,
Luisa, Diego. Cooperativa: Marlyn, Marisol, Amparo, Yadira, Madeleyde, Katherine,
John. 7 de Agosto: Martha, Lilia, Leonardo David, Alfonso, Fanny, Lady, Nidia,
Graciela, Enrique. Bocana: Marlon, Tita, Cielo, Sandra, María Eugenia, Jefferson,
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Ferney, Alex, Adolfo, Mauro. Torres de Andalucía: Yitza, Liliana, Irina, Esglen,
Andrés, Hilda, Noé Luis. Las Torres: Alex, Mauro, Adolfo, Maida, Enrique.
Américas: Jorge, Ana, Marleny, Luz María, Andrea, Olga, Gustavo.
Hilda Camacho adelantó los planos para la sede que se estaba proyectando en los tres
lotes del barrio “Pablo sexto “que ya hacían parte del ahorro pro-sede. Revisamos varias
veces los planos a fin de dejar un lugar para Emisora y estudios de grabación. En un
acto profético oramos por el esposo para Hilda. Ese día el Señor nos indicó que se
casaría en el exterior. Efectivamente Hilda se instaló en Canadá un par de años después
y contrajo matrimonio con un canadiense.
Ariel Barrera llegó a la iglesia por esos días. Había entablado un noviazgo con Jaqueline
Salazar. El padre de Ariel lo conocíamos con anterioridad como un fuerte líder cristiano
de la iglesia Panamericana. Ariel había crecido de niño en el evangelio y ahora se
restauraba con el Señor. Ariel y Jaqueline no solo se casaron en la iglesia, sino que el
Señor les dio un precioso niño, Juan David. Diana, la hija mayor de Jaqueline, había de
recibir desde sus doce años un fuerte llamado de parte del Señor. En palabra profética el
Señor le habló de las misiones. La niñita a la que le daba clases de teclado en la sede del
porvenir en el año de 1998, ahora se proyectaba a un entrenamiento misionero con
JUCUM en la ciudad de Medellín y a conquistar su sueño profesional de titularse como
abogada. El Señor le ha respondido las dos cosas a Diana.
Raquel y Arley recibieron finalmente al Señor y se comprometieron rápidamente en la
visión de la iglesia. Por fin mi familia de Florencia por parte de mi papá empezaba a
convertirse. La tía Rosa también llegó a los pies del Señor. Raquel sería la primera
directora ejecutiva de la Fundación “Esperanza y Vida en Jesucristo”. Esta fundación
fue creada en Abril del 2001. La idea surgió para darle soporte legal a la acción social
de la iglesia. Carlos Orlando había tenido un tiempo de ayuno de una semana y para ese
ejercicio le compartí unas conferencias en casetes que conservaba celosamente. En una
de ellas Carlos Orlando entendió la importancia de que la iglesia tuviera dos alas; la de
la predicación de fe y la de la acción de la fe. Al volver del ayuno nos reunimos una
noche y escribimos el borrador del proyecto de la fundación y echamos bromas por cual
sería el nombre. Finalmente fue Carlos Orlando el que le puso el nombre y
cariñosamente la bautizó “la pancha”. A los quince días Leonardo había hecho los
tramites legales y nació la Fundación. El primer presidente de la junta directiva fue
Jorge Camacho y un buen grupo de personas de la iglesia hicieron parte de los
miembros fundadores.
La Fundación arrancó con un 10% de apoyo económico que la iglesia le inyectaba. Los
primeros proyectos como el comedor para niños y la entrega de canastas de alimentos a
familias de escasos recursos, como también la recolección de ropas en buen estado,
ocuparon a un grueso de las damas de la iglesia. Pero el proyecto que me llamaba más la
atención era la “Casa Hogar para Madres Solteras”. La idea original fue recoger en un
albergue digno a jovencitas en embarazo rechazadas por sus padres.
Las brigadas de salud empezaron a tener vida bajo la dirección de Raquel. Ella había
trabajado en el Hospital General de la ciudad de “Florencia”, durante varios años en
asistencia social. Había terminado la carrera de psicología y respondía muy bien a las
exigencias de la nueva Fundación. En esto se desempeño altamente mi prima hasta que
el Señor los llamó a vivir en Canadá.
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Algunas horas las dediqué a dar clases de teclado a algunos hijos de pastores. Este fue el
año en que renuncié a dar clases en el Jean Peaget. Fue a mitad de año. El ritmo de la
iglesia ya no me lo permitía. Fue también un acto de fe. También renuncié a tener un
sueldo en la iglesia. Consultamos al pastor Luis Sánchez sobre los cambios
administrativos que le quería dar a la iglesia y los fundamentos bíblicos para restaurar el
principio de Honras basado en el Salmo 133. Aprendimos que un buen pan (la palabra)
y un buen vino (atmosfera del Espíritu) sólo pueden ser transferidos a nuestra vida
cuando honramos económicamente.
¿Cómo aprendimos a Honrar al Señor? Adriana siendo soltera daba un 20% de sus
ingresos al Señor en la iglesia de Ibagué. Esto lo hizo estando soltera durante tres años
antes de casarnos. Cuando nos unimos en matrimonio, yo me uní a ella. Lo continuamos
depositando en la iglesia Cruzada Cristiana de Florencia hasta que nació Dayan Camilo.
Por una dirección precisa del Espíritu Santo, pasamos a dar un 30% a partir del
nacimiento de nuestro primogénito. Fue en el año 2001 donde muchos de los efectos
espirituales se hicieron tangibles en nosotros y en la iglesia Cruzada Cristiana de
Florencia por esta liberalidad en que nos estaba guiando el Señor.
La palabra empezó a revelarse y hacerse tan clara, pero sobre todo vimos que la iglesia
daba con mucha liberalidad, creyendo a la palabra. Los líderes también aprendieron a
dar con amplitud de corazón en un porcentaje más allá del diezmo (10%). Ese año
crecimos en dar una honra de 40% como familia pastoral. Fue por el mes de Noviembre
en un ayuno que el Señor me habla a mi corazón y me indica dar este paso. La dirección
del Espíritu Santo fue precisa para que tomara un diezmo más para bendecir a un
apóstol en Venezuela como primicia a fin de poseer la heredad en la nueva nación.
En esta dinámica espiritual no solo dimos como iglesia una ofrenda al canal cristiano
“Enlace”, sino que dimos con más liberalidad para una emisora de radio cristiana para la
ciudad de “Florencia”. También sucedió un domingo en medio de una atmosfera de
adoración. El Espíritu Santo nos indicó levantar una radio cristiana. El Señor nos pidió
a Adriana y a mi nuestra motocicleta como ofrenda. Seguidamente otros líderes
entendiendo el mover de Dios también ofrendaron sus motocicletas y luego todos en
una y otra proporción lo hacían con liberalidad. La iglesia empezó a experimentar un
fluir de respuestas en las finanzas que nos sorprendía más y más.
Leonardo Arias y la pastora Adriana supervisaban los grupos familiares G.C.I. que ya
se estaban multiplicando por toda la ciudad de Florencia. El lenguaje de oración
intercesora estaba creciendo. Hicimos caminatas de oración, toma profética en sectores
de fuerte idolatría, vigilias por grupos. Los ayunos sabatinos contaban con una mayor
asistencia. Tomar autoridad en la ciudad era un reto que asumimos con seriedad. Las
opresiones satánicas y e espíritu de muerte se sentían muy cerca y muy fuerte.
Aprendimos a movernos a lugares altos desde donde podíamos ver la ciudad y desde allí
hacer decretos proféticos.
La agenda se hacía más estrecha para los líderes. Nos vimos en la necesidad de
comenzar estudios teológicos por Video. Nos reuníamos a las cinco de la mañana. El
instituto Filadelfia de Bogotá, tenía lo que buscábamos. Fueron jornadas extenuantes
pero valía la pena el esfuerzo. El Señor estaba transformado este liderazgo de grupos en
ministros y ministras para el cuerpo de Cristo con capacidad de edificar a los Santos en
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las naciones. Todos estábamos entusiasmados y estudiábamos la palabra exigiéndonos
tener un ben dominio en cada materia.
Yineth Ortiz pasó a ser el tercer líder administrativo de la iglesia. Mientras tanto en
Morelia, mi primo Juan Carlo Trujillo y Gladys supervisaban la iglesia y los grupos
familiares G.C.I. Juan Carlos también recibió una dirección de parte del Señor de
trasladarse a Neiva. A mediados del año estaban saliendo a su nuevo destino.
Nelson y Flor volvieron de Neiva para instalarse en Florencia. Se reincorporaron a la
visión de grupos familiares G.C.I. y al grupo de Alabanza. También Nelson se vinculó al
colegio “Jean Peaget” para continuar las clases de música en mi ausencia.
Aída Doly León llegó a la iglesia también durante este año. Mantuvimos una cercana
amistad ya que por motivos de trabajo estaba lejos de su familia que vivían en Bogotá.
Una persona muy cálida y con unas fuertes convicciones cristianas. Se desempañaba en
la Universidad de la Amazonía en un alto cargo. Un día la visitamos en su despacho con
Carlos Orlando. El Señor puso una palabra profética en mi boca donde era advertida de
un fuerte peligro. En la visión profética la vi rodeada de leones y al Señor cerrando sus
bocas y librándola. Unos meses después Aída Dolly viajaba en el avión de la empresa
Aires que las guerrillas de las FARC hicieron aterrizar en la vía del municipio del
“Hobo” al municipio de “Gigante” en el departamento de Huila. Fue ese día que el
senador Géchen Turbay fue secuestrado. Ella fue librada. La palabra profética fue
precisa. Una gran amiga y una excelente cristiana.
Una mañana de Marzo llegó Jorge Camacho muy temprano a nuestra casa en Prados del
Norte. Traía una impresión en su espíritu muy fuerte. Había escuchado al Señor
indicándole que viajáramos a Costa Rica. Tuve que sacar el pasaporte tan rápido como
pude en la gobernación. El viaje se organizó en una semana. Hubo un fluir de ofrendas
para este propósito y viajamos el 18 de Marzo. Llegamos a San José de Costa Rica y
participamos del evento “CONGRESO INTERNACIONAL DE GUERRA
ESPIRITUAL DE ALTO NIVEL”, en la iglesia Cristo Centro del Apóstol Gustavo
Acuña, en el sector de Guadalupe.
En el evento conocí al pastor Breiner Cholez. Este pastor de Maicao, Guajira, Colombia
me impartió las claves bíblicas del Salmos 133, que ellos en el Centro Internacional de
Alabanza ya tenían muy afirmado. Me impartió como funcionar en el principio de
Honras y de cómo Honrar a nuestras autoridades, formando así un organismo vivo.
Pienso que fue lo más fructífero de todo este viaje. Estuvimos con Jorge en las
instalaciones del Canal “Enlace”. Don Jonás nos atendió en su oficina y nos ministró
una oración declarando sobre nuestros ministerios la posesión de medios de
comunicación. También estuvimos en un programa del medio día “mesa redonda” en
vivo para 54 naciones por el canal.
De regreso me encontré en el aeropuerto de San José con el Apóstol Jesús Tovar y con
la Profeta Chris. En pleno vuelo y a 16 mil pies de altura, la profeta me impartió una
palabra que confirmaba el nuevo rumbo de mi ministerio. Cuando llegamos a la ciudad
de “Florencia” tenía la convicción que la iglesia pasaría en los siguientes meses por
momentos de gloria en las reuniones y que el Espíritu nos movería, no sólo a mí sino
también a buena parte de los líderes a salir.
20
Una palabra que el Señor le dio a mi esposa Adriana en el segundo trimestre de este año
fue esta: “Eres pequeña y enseñable virgen de tres años. No quedarán muertos en el
desierto, atravesarán el Jordán. Prepara armas, afila espada, alista ejércitos, aprende a
marchar, levantar bocina y estrategias. Hijo hoy te confirmo que tu tiempo a llegado,
Junio es el plazo para estar en el Peaget. Comenzaras a viajar, pastor internacional
serás, porque as abierto tu corazón para ser un ministro de tercer día. Este trimestre
deben tomarse el lugar alto llamado el divino niño. Es un trimestre clave en oración en
el espíritu y encuentros bien planeados de oración, semanas continuas de oración. Toca
trompeta y bocina, en la mañana El enseñará que decir y actuar. Oseas 6.1-3. Orar por
multiplicación de grupos en casas. Nueva cosecha de miembros. Avivamiento en los
niños. Son tiempos de GLORIA!”
Y así fue. El viaje a Caracas, Venezuela, de un grupo de nuestros líderes al Congreso del
Centro Cristiano para las Naciones liderado por el Apóstol Raúl Ávila en Agosto, fue
todo un reto de fe, donde participaron Carlos Orlando, Jorge Camacho, Leonardo Arias,
Alex Cuellar. Después de este evento, el liderazgo crecería a proporciones agigantadas.
Algo poderoso pasó mientras ellos estaban en Caracas con Adriana y conmigo. En la
plaza de mercado, mientras compraba las verduras para la casa, el Señor me habló a mi
corazón y me indicó que el tiempo en Florencia se había cumplido. Cuando llegué al
apartamento le comenté a Adriana la impresión en mi espíritu. Ella también entendió
que el Señor nos hablaba ese día muy en serio.
Fue muy fuerte para mi esposa asumir esta noticia. Sus estudios universitarios quedarían
pausados por segunda vez por causa del llamado del Señor. Por esos días la pastora
Adriana estaba cursando segundo semestre de Licenciatura en Básica con énfasis en
Ingles, en una extensión de la universidad Javeriana. Cuando regresaron los líderes de
Caracas, el Espíritu del Señor nos había indicado más detalles de cómo sería nuestra
salida y quien sería nuestro sucesor para asumir como pastor de la iglesia Cruzada
Cristiana de Florencia.
Las torres gemelas el 11 de septiembre marcaron el reloj profético para toda la tierra. El
nuevo milenio comenzó agravado por una crisis de radicales musulmanes contra el
mundo occidental. La reacción de los Estados Unidos invadiendo a Irak y Afganistán
no se justifican. Volvimos al odio religioso de la época medieval. Esto no puede ser más
en un mundo que tiene una revelación de Cristo. La cruz es símbolo de suma, jamás de
resta. Nos tocó ver en la televisión en vivo y en directo como se desplomaron ambas
torres con un saldo de muertes de más de dos mil personas. Un predicador dijo que las
torres se habían derrumbado en el espíritu cuando el gobierno de los Estados Unidos
prohibió en 1950 la oración en las escuelas y la segunda torre cuando en 1973
aprobaron el aborto. Creo que este predicador tiene la razón.
Otra palabra profética que recibió mi esposa Adriana el 18 de Septiembre: “El Señor ha
hablado, hoy ya Dios confirma la despedida de Florencia. Dios me recuerda que todo
lo tengo por basura por causa de Cristo, no importa donde esté nada es mío, todo es de
El, me lo da y yo de eso me desprendo. Dios ha prosperado pero eso no nos debe
enorgullecer. Dios dice que no pierdas tu visión, nada de lo que tu tienes es tuyo, es
prestado. Hoy dimos la motocicleta...mañana daremos más. Orar más por otros que por
mi. Interceder más por las necesidades de otros.”
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También un buen grupo de mujeres viajaron a Costa Rica en Octubre. La pastora
Adriana Trujillo, Yadira Silva, Hilda Camacho, María Eugenia, Libia, Jacqueline
Salazar, Martha Silvia Cuellar, Marlyn Adriana Perdomo. Este también fue otro de los
actos de fe violentos que como iglesia asumimos ese año. Las mujeres líderes también
estaban creciendo y su visión se estaba ampliando internacionalmente.
Nos visitó en la iglesia el pastor Otto Figueroa de la iglesia “Alianza Cristiana” de la
ciudad de Neiva. Tuvimos un fin de semana muy exquisito en la palabra. Mi tío Otto es
un exegeta bíblico excelente. Nos impartió sobre la visión de grupos familiares basado
en el encuentro del apóstol Pedro con Cornelio en Hechos de los Apóstoles. Ya en este
tiempo grabábamos las predicaciones y se reproducían en casetes para el público.
Una anécdota cómica de ese año, fue el paseo de líderes. Nos propusimos ir al rió
“Hacha” después del servicio del domingo. Contraté a una señora para hacer el
almuerzo en la playa del río. Nunca la encontramos. La deje en un punto del río y ella le
pareció mejor ir a otro punto. Se desapareció el almuerzo. Ya en la noche, la señora
llegó a la sede de la iglesia del “Siete de Agosto” con una hoya “india” llena de comida.
En lugar de disgustarme con ella, fui yo el que salí regañado por ella. Esa noche
repartimos sancocho de gallina a cuanta persona pudimos llamar. Ese paseo será
inolvidable.
Celebramos el tercer aniversario de la iglesia en Septiembre y tuvimos como invitado
especial al cantante Colombiano Antonio del Villar. El evento VIVE LA LUZ esta vez
se realizo en coordinación con los diez grupos familiares G.C.I. y con la iglesia de
Morelia. Ciento diecinueve personas hicieron la profesión de fe. Treinta y dos fueron
consolidadas e incorporadas en la vida de la iglesia.
En el mes de Noviembre, ya había informado al pastor Luis Sánchez de la dirección que
habíamos recibido de parte del Señor de salir de la ciudad de Florencia y entregar la
iglesia. Él a su vez informo al Presbiterio Internacional de la misión Cruzada Cristiana.
Hablé entonces con la persona que el Señor nos había indicado para suceder el
liderazgo; Carlos Orlando Cuellar. Nos reunimos en una heladería del centro de la
ciudad de Florencia y le comuniqué la designación divina. Carlos Orlando entendió que
era el Señor quien lo estaba llamando. Le pedí que comentara a su esposa Yadira Silva
la noticia. En la siguiente reunión de líderes, me sorprendió la seguridad y las palabras
con las que Carlos Orlando nos comunicó su aceptación: “Nunca me he sentido con
tanto destino en la vida como ahora”. Esa noche oramos todos y empezamos el proceso
de empalme que duraría hasta Marzo del 2002.
Estuve observando la actitud de los otros líderes y cómo aceptaban a Carlos Orlando
como su nuevo pastor. Lo más difícil para ellos era aceptarlo como el hombre de Dios
para dirigir los destinos de la Iglesia Cruzada Cristiana de Florencia. Todos habían
batallado hombro a hombro con nosotros. Todos tenían cualidades meritorias para un
encargo así. La decisión fue por dirección de Dios y el tiempo se ha encargado de
corroborarlo como una decisión delicada y muy profética. Los líderes se portaron a la
altura conforme el espíritu que se requería para la ocasión.
El congreso de Comités Regionales de la Iglesia Cruzada Cristiana se realizó a finales
de este año en Chinchiná, en el departamento de Caldas. Este evento nos sirvió para
avanzar en el ajuste de nuestro nuevo destino. El pastor Luis Sánchez me había
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informado de dos proyectos internacionales; uno en Costa Rica y otro en Venezuela.
Oramos al Señor pidiendo dirección y tuvimos la impresión de que el Señor nos
indicaba ir a Venezuela. En el congreso me entreviste con el pastor Pedro Padilla quien
sería el responsable de adoptarnos en la “Región Santander” y enviarnos a Venezuela
con todo el apoyo logístico y económico, pero otros planes tenía el Señor.
Recuerdo que fuimos un domingo en la tarde de Diciembre, a visitar un grupo familiar
G.C.I. en Morelia. El pastor Carlos Orlando y yo estábamos orando con las personas y
de pronto el Espíritu Santo me pone una impresión de que debíamos salir de inmediato
de allí. Así lo hicimos. Dejamos a las personas orando un tiempo más y nos dispusimos
a regresar a la ciudad de Florencia. Vaya sorpresa cuando recibo una llamada de Edwin
Ramírez donde me comunicaba que la guerrilla de las FARC se había tomado a Morelia
y estaban lanzando cilindros bomba. La guía del Señor es perfecta. Cuando volví a los
ocho días, mi sorpresa fue que la casa al lado donde estábamos orando fue destruida por
uno de estos “cilindros bomba” y a los hermanos anfitriones del grupo familiar G.C.I.
no les pasó nada, ni a ellos y tampoco su casa.
Una palabra profética finalizando el año fue esta: “Es tiempo del 3er Día. Los niños
predicarán en el espíritu, llevarán mi Gloria para vergüenza de muchos que se
quedaron en el 2o Día. Líderes administradores de la Gloria de Dios. ¿Nos reunimos
para preguntarnos Papito que quieres en el grupo en casa? ¿Qué quieres en la agenda
de privilegios o de tu Gloria? Viene una unción de administradores. Iglesia de
Florencia, primicia en Colombia para ser una iglesia de 3er Día. Serás postrera porque
enseñarás a muchos. Renuevo para esta nación. Irán y tomarán todo lo que la iglesia
necesita. Jóvenes y mujeres guerreros espirituales irán. Esto no es nada comparado con
lo que verán. Como primicia los he puesto para ser administradores de mi GLORIA.”
El año 2001 terminó con todos estos cambios que se sustanciaron de lo espiritual a lo
natural en muy corto tiempo. Pasamos la navidad con un cúmulo de emociones
encontradas. Decidimos recibir el nuevo año en la ciudad de Florencia. Estuvimos en
casa de la Doctora Cecilia Muñoz y su familia recibiendo el año nuevo en su casa de el
barrio la Estrella. Carlos Orlando y Yadira y los niños nos acompañaron hasta que nos
dimos el abrazo de llegada del nuevo año.
AÑO 2002
El año 2002 está marcado para nosotros como el año de cruzar fronteras. Cambios y
más cambios. El primer trimestre incorporamos a Carlos Orlando de medio tiempo en la
iglesia. Desocupé la oficina pastoral para que él se instalara. Fue un ejercicio a
propósito. Los rompimientos de alma no eran fáciles y el Señor nos indicaba que pasos
dar. Estuvimos ajustando algunos pocos aspectos, en realidad Carlos Orlando como
líder administrativo de la iglesia conocía muy bien el manejo económico y las
proyecciones. También como líder de grupos familiares G.C.I. conocía muy bien la
visión y fue fácil delegar estas responsabilidades.
En el mes de Febrero recibí una llamada del pastor Luis Sánchez. El cuerpo gobernante
de la misión nos mandaba a decir que no había presupuesto para el proyecto de
Venezuela y nos pedían que esperáramos en la iglesia de Florencia. No había marcha
atrás. No podía detener lo que el Espíritu ya nos había indicado. Decidimos con Adriana
que si era el Señor el que nos estaba moviendo entonces todo ya estaba financiado. El
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pastor Luis asumió la responsabilidad del proyecto junto con los pastores de la Región
Andina. La iglesia de Florencia y otras iglesias de la Región tomaron un 8% de sus
ingresos para apoyar los proyectos de nuevas iglesias para ese año. Gracias a todas las
iglesias que mantuvieron esa ofrenda misionera, fue posible avanzar a Venezuela,
apoyar a Garzón en el departamento del Huila y a la iglesia naciente de Chaparral en el
departamento del Tolima.
Las guerrillas de las FARC habían sitiado la ciudad de Florencia en el mes de Febrero.
La zona de despeje se había terminado por decisión del presidente Andrés Pastrana.
Ingrid Betancur había sido secuestrada a diez minutos de la ciudad de Florencia. Por
espacio de 26 días no hubo energía eléctrica y no había acceso a la ciudad por carretera.
Los alimentos y la gasolina escasearon rápidamente. En medio de toda esa situación
hicimos nuestro último “Reencuentro de Liderazgo”. Era peligroso salir de la ciudad y
aún así contamos con una buena asistencia de líderes. Entre gozo y nostalgia
ministramos junto al pastor Carlos Orlando. Un fin de semana para recordar.
Los tres meses de empalme con el pastor Carlos Orlando transcurrieron muy bien. La
iglesia estaba segura bajo la nueva cobertura de autoridad. La iglesia se identificaba con
el liderazgo de su nuevo pastor con toda normalidad.
En el mes de Marzo buscando al Señor, recibimos una impresión en nuestro espíritu de
ofrendar todo cuanto teníamos en nuestro apartamento. Fuimos llamando a algunos
líderes y personas de la iglesia para ofrendarles nuestras cosas. Alguien me dijo:
“porque más bien haces una venta de garaje y ahorras ese dinero para Venezuela” y yo
le respondí que “el Reino de Dios funciona al contrario. Es dando en Colombia que se
recibe en Venezuela”. Quedamos en cosa de quince días reducidos a dos maletas
grandes y cinco cajas de libros. Hasta los juguetes de Dayan Camilo se convirtieron en
semilla para el ministerio naciente en Venezuela.
Esto nos produjo un gozo que nunca antes habíamos experimentado. Un proceso de
muerte a todo lo que nos podía representar o significar algún título o mérito. Iglesia
sembrada, pertenencias sembradas. La iglesia de Florencia entendía muy bien ese
lenguaje de honrar violentamente y los líderes fueron muy respetuosos al vernos actuar
así.
La iglesia tuvo un servicio especial de despedida en el auditorio de la escuela del “Siete
de Agosto”. Fue una sorpresa que el pastor Carlos Orlando y el liderazgo prepararon
con toda la iglesia. Muchas personas nos ofrendaron para el viaje. Otras señoras
honraron a mi esposa Adriana con prendas de oro. Se ministró la Cena del Señor. Fue la
última vez que vimos a Manuela. La guerrilla la asesinó vilmente dos días después.
Antes de tomar el avión, pasé por la casa de mi tía Rosa, donde la estaban velando y
oficié un servicio fúnebre. La barbarie irracional había tocado muy de cerca a uno de los
miembros de nuestra iglesia y de nuestra familia. Una persona inocente como muchas
en Colombia victimas del irracional conflicto armado.
El balance de nuestro trabajo en la Iglesia Cruzada Cristiana de Florencia durante
cuatro años: Ciento doce (112) personas bautizadas y estos son sus nombres: Orfelina
Guzmán, Ivan Guzmán, Leonardo Ramón Arias, Martha Silvia Cuellar, Edwin Ramirez,
María de Jesús Muñoz, Carlos Orlando Cuellar, Yadira Silva, Jorge Camacho, Yixza
Artunduaga, Madeleyde Grajales, Marisol Ochoa, Amparo Penagos, Maderley Perez,
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Diana Carolina Tascón, Diego Armando Quintero, Libardo Triviño, Libia Ruth Monje,
Nelly Gomez, Lilia Marroquín, Johana Lozano, Marlon Camacho, Sandra Medina,
Cielo Astrid Montilla, Luz Mila Gutierrez, Leonardo David Arias, Leonardo Cerquera,
Marlyn Adriana Perdomo, Nidia Silva, Yineth Ortiz, Sandra Olaya, Nelly Olaya, María
Eugenia Prada, Ana Cecilia Silva, Andrea Jimenez, Fabiola Ico, Ruby Jaramillo,
Alexander Peña, William Alexander Tejada, Liliana Ramirez, Lorena Lozada, Enrrique
Perdomo, Carolina Tapiero, Jhon Oviedo, Lourdes Claros, Leidy Amaya, Adolfo
Gutierrez, Hilda Camacho, Marleny Mota, Alexander Cuellar, Fanny Polania, Alfonso
Socha, Cindy Quintero, Marisella, Ariel Barrera, Carlos Calvache, Cristina Díaz, Dalgis
Pacheco, Deisy Muñoz, Jefferson Perdomo, Hector Orozco, Helena Escarraga, Jorge
Gonzales, Martha Mancera, Nurth Guzmán, Patricia Mogollón, Rosa Ospina, Victor
Julio Jara, Ferney Cabrera, Belcy Escobar, Jaqueline Salazar, Irina Mendinueta, Nelson
Peña, Flor Andrade, Ana Graciela Muñoz, Miriam Angel Hernandez, Jairo García,
Isaneth, Nancy Ortiz, Noel Camacho, Carolina Triviño, Orfa Ortiz, Carlos Mario,
Carmen Bedoya, Jair Marín, Adrian Camacho, Ludivia Marín, Amparo Camacho,
Camilo León, Alex Moises, Aida Dolly León, Arley Montilla, Raquel Gutierrez,
Soledad de Claros, Marleny y Wilson Rodriguez, Luz Marina Ramirez, Fanny
Sambrano, Isabel Sambrano, Lila Rodriguez, Cecilia Muñoz Gongora, Mónica, Andres
y Mildred, María Odilia, Olga Lucia Marín, Olga García de Marín, María Angélica
Cabrera, María Teresa, Carlos Yosa, María Morera.
También capacitamos un semillero de (13) líderes avanzado para salir al ministerio. Una
estructura de grupos familiares G.C.I fuerte. Un evento con proyección anual VIVE LA
LUZ. La iglesia de “Morelia” tuvo tres años de vida y luego fue incorporada a la iglesia
de Florencia. En lo estructural avanzamos a la iglesia comprando tres lotes y un ahorro
Pro-emisora representado en un CDAT depositado en un banco. Una Fundación
ESPERANZA Y VIDA EN JESUCRISTO legalmente constituida con su Directora
ejecutiva, funcionando en la acción social de la iglesia en los barrios más necesitados
de la ciudad de Florencia.
“Yo sembré, Apolo regó, pero el crecimiento lo da Dios” Sostener la visión y llevar a la
iglesia a nuevas alturas era ahora el reto para el pastor Carlos Orlando y el equipo de
líderes.
El primero de Abril luego de orar en la oficina de la iglesia, recibí una palabra departe
del pastor Carlos Orlando sobre algunos aspectos proféticos de nuestro destino en
Venezuela. Esa mañana fue muy emotiva. El pastor Carlos Orlando nos dirigió estas
palabras: “Mi honra para con ustedes es que esta iglesia será engrandecida y conocida
en Colombia y en otras naciones” El pastor Carlos Orlando y su esposa Yadira junto al
equipo de líderes han cumplido sobradamente esa honra. A Dios sea la Gloria!
En la tarde de ese día primero de Abril salimos en un vuelo de Florencia a Neiva
envueltos en un gozo y a la vez una tristeza. Una estación terminaba. Una nueva
estación con Dios se inauguraba. Muchas personas preciosas de la iglesia Cruzada
Cristiana de Florencia que no han sido mencionadas en esta biografía deben saber que
los llevamos en nuestro corazón.
A la iglesia Cruzada Cristiana de Florencia dedicamos estas líneas en sus diez años.
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A los pastores y hermanos en Cristo desaparecidos en la “zona de despeje” y sus
alrededores, también dedicamos esta biografía. A los hermanos que vimos arribar a
Florencia desplazados desde diferentes poblaciones y que lo dejaron todo con tal de
guardar su vida y su fe, a ellos también dedicamos este trabajo. Al Rey de reyes y
Señor de señores.
“…al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del
paraíso de Dios” Revelaciones 2.7
Cagua, Aragua, Venezuela. Septiembre de 2008.