La representatividad de los Ancestros en Changó, el Gran Putas
Elizabeth Santafé Varcárcel
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De toda la cosmovisión africana, el culto a los Ancestros es esencial en la
actitud del Negro ante la vida, por eso el autor lo convierte en el eje filosófico
y cultural con el cual crea la saga libertadora de la novela.
«AncestrosSombras de mis mayores
Sombras que tenéis la suerte de conversar con los Orichasacompañadme con vuestras voces tambores,
quiero dar vida a mis palabras».
Los mortales son alimentados en vida por dos Sombras ancestrales
protectoras inseparables:
Primera Sombra:
• Aquella que siembra el Kulonda con la semilla del magara, la fuerza
espiritual
que interviene en la formación del ser humano en el útero materno,
portadora de la inteligencia, la palabra y la creatividad.
Segunda Sombra:
• La de la descendencia que se proyecta invisible en la sangre de las nuevas
generaciones. Por lo tanto, los difuntos sobreviven para dar origen a la vida
biológica.
• El modelo mítico de los rituales funerarios ligado al culto de los Ancestros,
exterioriza los sentimientos, las frustraciones, el miedo y la esperanza de liberación,
por lo que el Negro adapta las ceremonias de sus antepasados a las de los amos, con
el objeto de africanizar la sociedad católica cerrada a cualquier infiltración pagana.
• Comprometido con los Ancestros a preservar y dignificar la vida, crea sus propios
mecanismos para defenderla sin importar el padecimiento físico; así sea con la huida
para conservarla.
• Esto lo hace superior ante la adversidad, ante cualquier tipo de degradación y
explotación infrahumana, puesto que dejarse morir es la peor injuria para sus
Sombras.
• También debe luchar por la creación de una familia, lo que explica la
constante búsqueda de la mujer, la procreación desbordante de los hijos, el
lazo indisoluble que lo une a los Ancestros y los Dioses del Olimpo africano
como Changó, cuyo mandato es combatir por la libertad contra cualquier
enemigo usurpador de la misma.
En consecuencia, los Ancestros son los protagonistas de la diégesis de
Changó, el Gran Putas.
Los Ancestros de la novela
• Ancestros míticos: dispersos en todo el discurso para que acompañen a los
Ancestros históricos en sus hazañas y vicisitudes.
• Ancestros históricos: luchan por la libertad del Muntu y son tratados sin el
halo mítico en que los han envuelto los historiógrafos.
• Ancestros fabulados: el puente de contacto de los Ancestros históricos con
el mundo ficcional.
Los Orígenes
En la primera parte de la novela se repite
el mito cosmogónico con el poderoso Dios
Odumare del que emanan los Orichas,
poseedores de las Sombras sin sus
cuerpos.
Los hombres perecederos son atados con
un nudo irrompible a los difuntos
inmortales amos de la vida.
En este entorno son creados los
Ancestros míticos:
• Olugbala, la fuerza siempre
dominada por la inteligencia y la
prudencia.
• Ngafúa, la memoria ancestral y
colectiva americana.
• Kanuri “Mai”, inteligencia,
talento, cultura, filosofía, no en
función de la historia sino de la
sapiencia.
• Nagó, el escogido de Changó
para dirigir las luchas por la
emancipación y la libertad de los
Negros en América.
• Sosa illamba, representa a
Yemayá en todas sus
connotaciones: madre fecunda y
fecundadora, madre de las aguas,
del mar, de los ríos, de la lluvia.
El Muntu Americano
En la segunda parte, los Ancestros míticos siembran el kulonda del Muntu
americano, conformado por la mezcla de sangres que determina las tres
etnias imperantes, la mestiza, la mulata y la zamba.
• El Muntu es producto del panteísmo de las religiones africanas, donde
además de los Ancestros, el hombre está ligado al resto del universo,
incluidos los otros hombres y todo cuanto les sirve de la naturaleza animal,
vegetal y mineral, que atados en un solo nudo integran ese mundo vital,
atávico y arcaico.
• La filosofía omnisciente del Muntu, sabiduría y conocimiento de todas las
cosas reales y posibles, permite sobreponerse a las iniquidades de los
esclavistas.
• El relato se extiende a la ignominia de la Inquisición que califica al Muntu
“hijos de Dios y de la diabla”, aumentando el sufrimiento con las
persecuciones implacables, las torturas y fusilamientos.
• El Ancestro fabulado Pupo Moncholo, Babalao encarcelado en las
mazmorras del Santo Oficio es uno de los protagonistas.
• A través de Pupo Moncholo el autor rinde culto a los Ancestros Babalaos,
verdaderos fundadores de la “Teología de la Liberación”.
• Estos sacerdotes pasan inadvertidos en las factorías que hacinaban a los
esclavos mientras esperaban a los barcos negreros.
• Asimismo, en las bodegas oscuras, malolientes y, en la dolorosa llegada a
los puertos de América donde se dividirían los trágicos destinos.
• Nunca catequizan, siempre predican la lucha por la libertad más allá de la
muerte.
• La exploración mitológica descubre a Elegba, Changó y Yemayá como
promotores de la mezcla de sangres de sus hijos africanos con los
indígenas y europeos colonizadores, con la presunción de acabar con la
“pureza blanca” causante de las ignominias de la Trata.
• La materialización de las creencias religiosas africanas es juzgada como
herejía, porque la Iglesia era el gran poder gubernamental, legislativo y
ejecutivo de La Colonia.
• El autor afirma :
“Planteo en la segunda parte de la novela,
la libertad de preservar las religiones africanas frente a la inquisición”.
• El relato continúa con el brote de la rebelión de los cimarrones
afrocolombianos, de los cuales, el más popular es Domingo Biojó, el Rey
Benkos, quien una vez fusilado se transforma en el Ancestro mártir que
evocan los palenqueros en Cartagena de Indias:
«Eres el escogido por Changó para iniciar la rebelión del Muntu.
Tu grito resonará en otras voces, en otras vidas,
donde quiera que la Loba Blanca pise la sombra de un negro».
La Rebelión de los Vodús
En la tercera parte, Zapata Olivella se
remite a la gesta libertadora de Haití,
primera Republica de América.
Se detectan tres temáticas:
• El conflicto de los esclavos contra los
amos colonialistas franceses sin la
intervención de héroes libertadores
foráneos.
• La instauración del Estado haitiano.
• El desarrollo de la sociedad
postcolonial.
• La mirada del autor siempre puesta en el Olimpo Yoruba, se refleja en la
orden impartida por el padre Odumare a Changó Fuego Sol para que
cargue las tablas de Ifá e interprete el destino de los ejércitos de este
capítulo.
• También, en la representación de Elegba: “Con el dedo trazo en el suelo
triángulos, la cruz de Elegba, cabezas de serpientes, ojos y manos, los
símbolos que abrirán los caminos de la rebelión”.
• Ogún Ngafúa y Ogún Olugbala son los Ancestros míticos que se encargan
de avivar los diálogos de los personajes Mazimu, cuya próxima
transfiguración será en la dimensión de los Ancestros.
Los Mazimu identificados son:
• El emperador colonialista francés Napoleón
Bonaparte.
• Toussaint-Louverture, mensajero de Elegba
que abre las puertas a la libertad en la isla.
• El primer Rey Negro Henri Christophe.
• El cimarrón sacerdote Vodú Jean François
Mackandal, cuya brujería forja la pasión
libertaria entre los esclavos. «Fue el primero
en convocar Indios y Negros contra la Loba
Blanca. Antes que él, nadie pensó en
ejércitos, generales, reyes y emperadores
negros».
• En la ficción de la novela, Mackandal personifica
al africano Jean-Jacques Dessalines, quien
proclama la independencia del país el 1 de enero
de 1804 y fue su primer gobernante.
• El jamaiquino Bouckman, sucesor de Mackandal.
• Maire-Jeanne, Ancestro fabulada, comprometida
con la libertad del pueblo haitiano.
Los personajes pueden existir o desaparecer y, la
metamorfosis es el paso a un mundo natural donde
los hombres se transmutan en animales, también en
espectros, en sabios, en adivinos del más allá.
Las Sangres Encontradas
En la cuarta parte se honra la memoria de
los Ancestros mestizos, mulatos y zambos,
líderes de las guerras de independencia
de la América multiétnica, que debido al
heroísmo resaltado por los historiadores
han trascendido de la realidad al mito:
• El mestizo-criollo venezolano Simón
Bolívar.
• El mulato colombiano José Prudencio
Padilla.
• El zambo mexicano José María Morelos
• Antonio Francisco Lisboa, El Aleijandinho (El Lisiadito),
escultor mestizo vinculado al grupo de intelectuales
promotor de la emancipación en Minas Gerais, Brasil.
Zapata Olivella junto a los Orichas recorre los pasos no
sólo de sus campañas militares, sino de los aciertos y los
errores que incluso después de muertos, se han evitado
mencionar para no deteriorar su imagen mitificada.
Rafirma su convicción de que estas guerras expulsaron a
los colonizadores de América, pero preservaron la
esclavitud.
Los Ancestros Combatientes
La quinta parte rinde culto a los Ancestros del
Renacimiento Negro en Norteamérica, por la
reivindicación de los derechos civiles de los
ekobios que se suponen libertos desde la
guerra de Secesión (1861-1865).
Una mayoría xenofóbica de inmigrantes
divididos por el color de la piel y la religión,
con grupos exterminadores tan fuertes como
el Ku-Klux Clan, se resiste aún en el siglo XX a
aceptarlos y tratarlos con dignidad.
• Agne Brown, Ancestro fabulada, es el hilo conductor de la narración.
Influida por la tradición oral atávica de su primer Ancestro africano Zaka,
quien la remonta tres mil años atrás. Ella representa el coraje del espíritu
de las mujeres que marcaron un hito en la historia abolicionista
norteamericana.
• La cruz de Legba formada por un par de serpientes que se muerden las
colas, es la insignia que el autor le estampa en mitad de los senos a Agne
para consolidar sus raíces africanas.
• Los Ancestros míticos de esta parte son Ngafúa, Nagó y Kanuri “Mai”.
• Sojourner Truth (1797-1833),
Ancestro de New York. Liberta que
aprovecha su potencial oratorio
para protestar en favor del
movimiento abolicionista y los
derechos de la mujer.
• Harriet Tubman, (1820-1913), “la moisés
Negra”, escapada de la esclavitud transporta
a más de setenta y cinco mil fugitivos en “El
Ferrocarril Clandestino de la Libertad” y los
deja en la frontera con Canadá.
• Nat Turner, director de la revuelta más
cruenta de los Negros en el Sur
estadounidense.
• El primer soldado afro, Nicholas Briddle.
• El famoso educador de Negros Booker Taliaferro Washington convencido de
que sólo la educación sin la violencia, da la oportunidad a sus congéneres
de ascender en la escala social y económica.
• Los intelectuales Marcus Garvey, Langston Hughes, Malcolm X, Martin
Luther King, que junto a una constelación de figuras del arte y la cultura
Negra, despiertan de sus moradas para reafirmar sus ideas liberacionistas.
¡GRACIAS!