Historia y leyendas de FUERTEVENTURA
LO QUE HOLLYWOODNO CUENTA
Entre noviembre de 2013 y enero de 2014, la isla canaria Fuerteventura se transformó en
plató natural para el rodaje de la película Exodus. Gods and Kings, dirigida por Ridley Scott. Las
montañas sedientas y las costas desafiantes el viento se transformaron en unos creíbles Midian y
Mar Rojo para la gran pantalla. Pero, lejos de las reminiscencias bíblicas, esas rocas embrujadoras
guardan antiguas historias y misterios aún por resolver.
Por Susanna Corchia
Pisar el suelo lunar tiene que ser muy parecido a
caminar por Fuerteventura. Lo que más cautiva al llegar a
la isla es su tierra extremadamente seca, las alturas mol-
deadas por la lava de diecisiete millones de años y el viento
constante. Junto con la cercana Lanzarote, Fuerteventura
es la isla más árida del archipiélago canario, la segunda
más grande después de Tenerife, y la más próxima a la cos-
ta africana, distando sólo 97 km de Marruecos. La escasa
presencia de árboles, excluyendo las palmeras que se con-
centran en los cauces de los barrancos y en algunos valles,
deja el panorama totalmente despejado. El ojo encuentra
descanso en el silencio de ese humilde paisaje.
El parecido con las tierras del norte de África y
Oriente Próximo favoreció la selección de Fuerteventura en
el casting de localizaciones para el rodaje de la última
película de Ridley Scott, Exodus. Gods and Kings, un éxito de
taquillas que, en pocas semanas del estreno en diciembre
de 2014, recaudó más de sesenta millones de euro en todo
el mundo. La película es una adaptación del relato bíbli-
co de Moisés, que narra los acontecimientos en su edad
adulta, desde la vida en la corte faraónica en Egipto hasta
el famoso éxodo junto al pueblo hebreo a través de las
aguas del Mar Rojo.
Parque Natural de Jandía. Foto Susanna Corchia.
PASTORES ENTRE PALMERAS
La producción americana escogió la zona del ba-
rranco del Buen Paso en el macizo de Betancuria para
escenificar la aldea de los Midian, los pastores con quien,
según la Biblia, Moisés residió cuarenta años, casado con
Séfora, hija de Jetró, sacerdote de la aldea. En este mo-
desto valle, se conserva el palmeral más antiguo del que
se tiene constancia en todo el archipiélago canario. Jean
de Bethencourt y Gadifer de la Salle, los normandos que
en 1402 inauguran la conquista de la isla, reflejan en
sus crónicas la presencia del palmeral aunque en aquel
entonces la densidad de los árboles era mucho mayor.
Ahora se cuentan sólo una cincuentena de ejemplares
de palmera canaria, último reducto de la antigua fron-
dosidad de la zona. Entre 2012 y 2013, las autoridades
locales han lanzado una actuación de rescate y conserva-
ción del sitio, con un plan de reforestación que permita
salvaguardar el enclave.
TESOROS EN LAS PIEDRAS MILENARIAS
Siguiendo el valle hacia el mar, se llega a un pe-
queño pueblo costero formado por un centenar de casas
de pescadores, Ajuy. En la orilla descansan un puñado de
barcos maltrechos. Desde las aguas oscuras, el pescador
llega a la aldea reconfortado por las alegres construccio-
nes, cuyos umbrales le dan la bienvenida asomándose
dentro la arena gris ceniza.
El desarrollo del turismo como fuente principal
de ingreso económico de la isla ha causado una impor-
tante reducción del número de pescadores que se dedi-
can a su actividad extractiva. Aún así, la aldea se resiste
al proceso de masificación y en 2014 se ha opuesto con
vehemencia a la amenazante privatización de uno de sus
bienes más preciosos: el Monumento Natural de Ajuy, un
conjunto de cuevas costeras y un importante sitio geoló-
gico. Gracias a un cataclismo que hizo deslizar uno de los
tres volcanes originarios de la isla, el complejo basal que-
dó descubierto, desvelando las estratificaciones de rocas
sedimentarias formadas en las profundidades oceánicas
hace ciento veinte millones de años.
<<...se cuentan sólo una cincuen-tena de ejemplares de palmera canaria, último reducto de la antigua frondosidad de la zona...>>
Palmeral de Betancuria. Foto Susanna Corchia.
El poroso terreno volcánico y la erosión del agua
han formado otro atractivo de esta costa, una sucesión de
cuevas y laberintos subterráneos donde corsarios y piratas
se escondían con sus tesoros y riquezas de todo tipo. En la
Edad Moderna la isla sufrió repetidas incursiones piratas.
El descubrimiento de las Américas, el comercio de bienes
de valor y las consecuentes luchas entre las grandes poten-
cias, propiciaron el auge de la piratería. Las islas Canarias
se convirtieron en puntos estratégicos de aprovisionamien-
to en las rutas de las expediciones entre Europa y América.
Durante las paradas, muchas aldeas costeras eran atacadas
y saqueadas, proporcionando también esclavos indígenas a
los conquistadores. Por otro lado, también los berberiscos
atacaban los poblados como represalias de las incursiones
que las grandes potencias perpetraban en el norte de Áfri-
ca. En 1593 se recuerda una de las invasiones piratas más
devastadoras, durante la cual el berberisco Xabán de Arráez
destruyó casi por completo la capital Betancuria y controló
buena parte de la isla durante seis meses.
UN PLAN INFERNAL EN EL PARAÍSO
Otro tipo de actividad costera, cuya naturaleza toda-
vía queda oculta, es la que llevó a cabo el ingeniero alemán
Gustav Winter en la playa de Cofete trescientos cincuenta
años después de las incursiones piratas.
Las “desnudeces solitarias de la mísera tierra” de la
península de Jandía (según palabras del escritor Miguel de
Unamuno, quien vivió algunos meses de exilio en la isla en
1924), han dado vida a las escenas apoteósicas de la pelícu-
la de Scott, el momento en que Moisés llega con el pueblo
elegido a las orillas del Mar Rojo. Los carros de los persecuto-
res egipcios corren sin frenos por la carretera de tierra que
baja de la montaña hasta el mar, los caballos al galope y los
hebreos en la playa, acampados y esperando que Moisés les
guíe hacia la tierra prometida.
Lo que no aparece en las desenfrenadas escenas ho-
llywoodienses es una de las pocas construcciones presen-
tes en Cofete, la más célebre por el halo de misterio que
envuelve su historia. La postproducción cinematográfica
ha justamente borrado del panorama bíblico Villa Winter,
construida por el ingeniero Gustav Winter en los años cua-
renta del siglo pasado. La casa se encuentra al final de un
camino áspero que remonta el declive de la costa. Se trata de
una austera construcción de dos plantas con una torre en su
lado norte. La casa mira lánguida hacia el mar, abandonada
y envuelta en las nubes que se apoyan sobre sus espaldas.
Las cuevas de Ajuy, vista panorám
ica. Foto Susanna Corchia.
¿Qué hacía un ingeniero alemán por esta tierra desierta y
salvaje, considerada entre los tramos de costa más hermo-
sos del planeta? Existen muchas leyendas alrededor de Villa
Winter, pero la más difusa y romántica es la teoría según
la cual la construcción fue utilizada como base de aprovi-
sionamiento para submarinos alemanes, con un sistema de
túneles subterráneos construidos aprovechando el moldea-
ble terreno lávico. El escritor Alberto Vázquez-Figueroa en su
novela Fuerteventura fantasea además sobre la posibilidad de
que hubiera podido ser un burdel de lujo, para el descanso
y el recreo de los oficiales de los submarinos alemanes. Sea
como fuere, queda dudosa la hipótesis de que sólo se tratara
del “domicilio de verano”, como inocentemente definen la
mansión algunos guías turísticos y los mismos descendien-
tes de Winter, aunque también es cierto que investigaciones
recientes han comprobado que las operaciones de abasteci-
miento de los submarinos nazis se llevaban a cabo cómoda-
mente en Canarias en los puertos principales, sin necesidad
de tanto secretismo.
Don Gustavo el alemán, como le apodaban los autóc-
tonos, empezó a construir la casa alrededor de 1946 (hecho
que aún más desmiente las fantasías populares, ya que la
guerra había acabado desde hacía un año y, supuestamen-
te, ya no había submarinos que abastecer), pero llevaba
en España veintiún años. Llegó a la península ibérica tras
haber huido de los ingleses, que le habían encarcelado sos-
pechando su pertenencia a los servicios secretos alemanes.
En Madrid acabó sus estudios de ingeniería en 1921 y puso
en marcha varios proyectos de centrales termoeléctricas en
diferentes ciudades españolas. Sucesivamente llegó a Las
Palmas de Gran Canaria, donde entre 1924 y 1928 fundó la
Compañía Insular Canaria Colonial de Electricidad y Riego.
A Fuerteventura atracó por primera vez en los años treinta
con su velero y alquiló en 1937 la península de Jandía a sus
propietarios, los herederos del marqués de Lanzarote y con-
de de Santa Coloma, no pudiendo un extranjero comprar
un terreno por orden de un decreto de aquel entonces. En
1941 Winter pudo finalmente adquirir la península a tra-
vés la constitución de una empresa de la cual figuraba como
administrador único pero cuyos capitalistas eran españoles.
Winter fue propietario de toda la península de Jandía justo
antes que estallara la II Guerra Mundial. Al margen de las ac-
tividades sospechosas que se le atribuyen, impulsó mejoras
agrícolas y ganaderas, favoreciendo la producción y la expor-
tación de queso y lana a las otras islas, construyó carreteras,
luchó contra el analfabetismo de la población joven de Mo-
rro Jable (el pueblo más grande de la península de Jandía),
contra las enfermedades y la pobreza.
Villa Winter se edificó a lo largo de cuatro años
junto con la pista desterrada que lleva desde el acantilado
denominado La Pared, en el extremo noroeste de la penín-
sula de Jandía, hasta Cofete. Al mismo tiempo, Gustav hizo
realizar un aeródromo cerca del Faro de Jandía que fue uti-
lizado largamente por militares españoles en aquellos años.
El aeródromo fue investigado y, tras las insatisfactorias ex-
plicaciones de Winter, fue cerrado. En 1958 Don Gustavo se
naturalizó español y pudo finalmente disponer libremente
de Jandía: dividió la península en lotes que se fueron par-
celando y vendiendo, empezó una labor de difusión para
atraer inversores que coincidió con el momento de explo-
sión del turismo. Varios empresarios alemanes abrieron sus
Villa Winter, acceso desde la playa de Cofete. Foto Susanna Corchia.
negocios e inauguraron el primer hotel para alemanes en
1966 en El Matorral. El plan de explotación turística empe-
zado en aquellos años fue (afortunadamente) bloqueado por
la Ley de Declaración de los Espacios Naturales de Canarias
de 1987, preservando la virginidad de la costa oeste y de la
playa de Cofete.
Don Gustavo falleció en 1971 y su cuerpo y sus secre-
tos fueron enterrados en Las Palmas de Gran Canaria. Tras
su muerte, se tapiaron los sótanos y algunas ventanas de Vi-
lla Winter, y se contrataron vigilantes privados para alejar
La carretera de los penitentesLa carretera que comunica con Cofete ha sido construida con la colaboración obli-
gada de presos políticos (muchos de ellos eran homosexuales) que el régimen
franquista recluía en el campo de concentración denominado Colonia Penitenciaria
Agrícola de Tefía, en el interior de la isla, según la Ley de Vagos y Maleantes y de
Peligrosidad y Rehabilitación Social.
a los curiosos. La familia Winter vendió la casa hacia 1997
a Lopesán, una cadena hotelera que supuestamente tiene el
amenazador propósito de convertir la mansión en un hotel.
La imagen de Don Gustavo queda fuertemente
ambigua, filántropo y visionario hombre de negocios
para algunos, espía y colaborador del régimen nazi para
otros. Lo cierto es que el ingeniero
sí tenía un plan para la península
de Jandía. Que eso fuera relacionado
con el régimen nazi-fascista o que
se tratara de planes empresariales
personales (o ambas cosas), nunca
se descubrirá (a menos que no se
halle un diario personal revelador).
¿Hasta qué punto hubiera llegado la
explotación de la región? ¿Será Villa Winter un hotel?
¿Se convertirá la pista polvorienta y tortuosa, única vía
de comunicación de Cofete con el resto de la isla, en una
frecuentada carretera de asfalto?
Vista de la playa de Cofete desde el Mirador Degollada Agua Oveja. Foto Susanna Corchia.
EXODUS: GODS AND KINGS
(Exodus: Dioses y Reyes)
Director: Ridley Scott
Año: 2014
Duración: 150’
Intérpretes: Christian Bale, John Turturro, Sigourney
Weaver, Ben Kingsley
Producción: Chernin Entertainment, Scott Free Produc-
tions, Babieka, Volcano Films
Distribución: 20th Century Fox
Hoy Fuerteventura sigue recibiendo alemanes y tu-
ristas de toda Europa. Alemanes son muchos de los empren-
dedores que han invertido en otro tipo de negocio, lejos de
submarinos y supuestos planes de espionaje, el del turismo
de deporte. En la playa de Sotavento en Costa Calma cada
año tiene lugar el Campeonato Mundial de Windsurf y Kite-
board, la misma playa que Ridley Scott escogió para la céle-
bre escena final donde Ramsés conduce a su ejército a través
de la arena y se enfrenta con una gigantesca ola castigadora.
Punición divina para los opresores.
Vista aérea de la península de Jandía. Google Maps