Download - LECTURA 04 Cinco Sistemas de Significacion
En su intento por descubrir la estructura básica subyacente en cualquier
narración, Roland Barthes identificó cinco sistemas de significación
diferentes o estructuras, mediante las cuales se construye el significado en
los textos. Como veremos más adelante en este capítulo, su análisis es tan
relevante como revelador para el cine, y puede ayudarnos a clarificar algunos
de los aspectos comunicativos fundamentales para una realización exitosa.
Cinco sistemas de significación
Se refiere a estos sistemas como “códigos”. Sin embargo, este término puede
resultar engañoso y confuso. Con esto Barthes no se refiere a que los
cineastas y otros profesionales están adoptando de un modo deliberado un
“código” especial, que deberá ser descifrado mediante alguna capacidad
mental en particular. Lo que quiere decir es que los artistas de la narración
crean significados valiéndose de estructuras prexistentes.
El cineasta no escoge usar estos sistemas; sólo decide cómo utilizarlos en un
determinado contexto. Se trata de estructuras que de manera inevitable
entran en juego cuando alguien empieza a ordenar signos para crear una
narración coherente. En conjunto, son a la narración lo que la gramática es al
lenguaje; tienen que estar en su sitio para que algo tenga sentido.
El público utiliza estas estructuras convencionales para construir el
significado a partir de los textos. Ninguno de nosotros necesita un
entrenamiento especial para codificar o descodificar una narración; del
mismo modo que aprendimos nuestra lengua materna mediante una serie de
normas y procedimientos. En ambos casos, aprendemos de forma
subconsciente ya que estamos inmersos en un “mundo de lenguaje” lleno de
historias y signos.
Puede ser de ayuda imaginarse estos “códigos” como cinco tipos diferentes
de rejillas, mallas o redes, en las cuales los signos que conforman los textos
son atrapados, seleccionados y elocuentemente relacionados unos con otros.
Cada red atrapa diferentes tipos de información; y todas juntas constituyen
una especie de circuito mediante el cual se filtran los signos y se organiza
nuestra percepción.
Los cinco códigos o “sistemas de significaicón” de Barthes son los siguientes:
1. El código hermenéutico
Esta es la principal herramienta estructuradora, que aviva el interés del
público y hace avanzar la película. Todas las películas contienen
enigmas, plantean problemas, secretos por develar, misterios por
resolver y expectativas. Esto es lo que estimula la curiosidad, mantiene
la atención y crea suspenso y sorpresa. Al ocultar y dosificar
estratégicamente la información que se da, los cineastas controlan al
público.
La experiencia que tiene el público de una película puede ser
expresada como una cadena interminable de interrogantes que nos
incitan a hacer preguntas; unas implícitas, otras explícitas, Barthes
distingue entre diez tipos diferentes de preguntas: desde las preguntas
genéricas al inicio (¿de que va esto?, ¿Qué va a pasar ahora?) hasta las
que nos llevan al desenlace final (¿Quién lo hizo?, ¿conquistará a la
chica?). Barthes también identifica no menos de ocho maneras
diferentes de mantener el enigma sin resolver, como dar información
parcial o diferentes respuestas.
2. El código semántico
Esto hace referencia a los signos que imbuyen a los personajes y
escenarios de significado. Como los diálogos, el vestuario, los
movimientos y los gestos, de los que inferimos información sobre los
personajes. Estas inferencias pueden ser complejas o sutiles, pero
todas derivan de fragmentos de información con los que componemos
en nuestra mente la imagen de gente real que tiene experiencias
verdaderas en un mundo verídico.
Al mirar una película apreciamos ciertas connotaciones (por la palabra
o la imagen), que con posterioridad organizamos en temas.
3. El código proairético
Hace referencia a los signos que forman parte de los patrones de
acción, ya sea pequeña o grande, que conforman la narración. Los
ejemplos más interesantes suelen mostrar algo al público con la
intención de revelar un poco más. Como ya hemos visto, las vivencias
interiores que tienen que ser exteriorizadas de alguna forma si
queremos que la historia tenga profundidad. Por ejemplo, cuando un
cowboy se ajusta la pistolera, no significa que se esté poniendo bien el
atuendo, sino que está tomando una decisión de vida o muerte.
Cuando los protagonistas se besan al final de la película ¡significa más
que un beso! Estas acciones no significan lo que significan gracias a
nuestra experiencia vital, sino a nuestro bagaje fílmico.
4. El código simbólico
Este código se basa en que la interpretación que hace el público de los
textos está hecha en función de patrones antitéticos. Estas antítesis
pueden ser bueno/malo, héroe/villano, verdadero/falso o
vida/muerte. La lista es interminable y es a través de este esquema de
contrarios que el público puede entender el texto conceptualmente,
saber lo que significa, mas allá de los hechos en sí.
El lenguaje en si mismo está estructurado alrededor de estas
dualidades y nuestro esquema cultural de creencias y valores deriva de
ellas: derecha/izquierda, rico/pobre, amo/sirviente. No siempre estas
parejas de conceptos están en el mismo nivel. Dependiendo del
contexto, algunas son más relevantes que otras, lo que indica una
jerarquía de valores.
5. El código cultural (o de referencia)
Abarca las referencias que contiene el texto sobre cosas ya
“conocidas” y codificadas por una determinada cultural. Esto incluye el
conjunto de creencias compartidas relativas a la sociedad, como la
psicología, la moralidad y la política, sin las cuales el mundo de los
textos sería inescrutable.