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Las primeras cocinas de América Sophie D. Coe Con un estilo ameno y que invita a disfrutar la historia de los más importantes
alimentos e ingredientes de las cocinas azteca, maya e inca, la antropóloga
Sophie D. Coe introduce nuestra imaginación a un mundo de olores y sabores
que nos lleva a conocer los procesos y rituales por los que preparaban, servían y
preservaban los alimentos las tres más grandes culturas prehispánicas. El
resultado es un acercamiento a la domesticación, producción y procesamiento de
productos que, con la llegada de los conquistadores, se combinarían en un nuevo
estilo de cocina.
Podemos así conocer la historia de productos americanos como el maíz, el
frijol, el cacahuate, el chile, la vainilla, el cacao, la papa, los tomates (del náhuatl
tomatl), el aguacate, la piña, la calabaza o el camote, a través de los datos
obtenidos de la Historia natural y moral de las Indias de José de Acosta, de los
Libros del Chilam Balám, de la Crónica de la Conquista del Perú de Cieza de León,
del Códice franciscano del siglo XVI, de las Cartas y Relaciones al Emperador
Carlos V de Hernán Cortés, de la Relación del Descubrimiento y Conquista del Perú
de Pedro Pizarro, de la Relación de las Cosas de Yucatán de Diego de Landa o de
los Libros del Popol Vuh, por citar sólo algunas de las fuentes de la investigadora.
De la misma manera nos ilustra acerca de la existencia, producción y
elaboración de alimentos en el Viejo Mundo: coco, habas, lentejas, garbanzos,
leche, azúcar, quesos, almendras, pan de trigo que como consecuencia del
encuentro entre ambos mundos se incorporaron en exquisitos y elaborados
guisados con insectos como el chapulín o algunos tipos de gusanos, o con las
lagartijas, además de las gallinas, pavos y cerdos. No falta el repaso de los
excelentes postres creados en el Nuevo Mundo. Platillos todos que pueden formar
una lista interminable.
Vemos pues, como la mexcla de las culturas culinarias americanas y las
europeas nos alcanza en formas muy diversas, creando un rico apartado en la
historia de la comida occidental. Historia escrita por hombres y mujeres que
lograron que la comida se convirtiera en un campo legítimo de estudio dónde
rastrear pistas de recetas y tradiciones que en su mayoría no han sido escritas,
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sino trasmitidas de boca en boca, de generación en generación y de pueblo en
pueblo, alimentando el cuerpo y el espíritu de los hombres.