1. Introducción
El Claustro de los Jerónimos fue construido de acuerdo
con las condiciones fijadas por fray Lorenzo de San Nico-
lás en el siglo XVII, en parte utilizando los escombros de un
claustro anterior de principios del siglo XVI como relleno
de cal y canto en la cimentación y en las bases. Debe-
mos apuntar que existió otro claustro, plateresco, pegado
al que ahora conocemos, que fue derribado a mediados
del siglo XIX.
Al igual que el resto del Monasterio, el Claustro de fray
Lorenzo sufrió durante los siglos XIX y XX tal vaivén de pro-
pietarios, usos, proyectos y actuaciones que quedó redu-
cido sólo a su esqueleto. En Marzo de 1936 se derrumbó
la arquería del segundo nivel de la panda sur, lo cual pro-
vocó desplomes en las pandas adyacentes. La restaura-
ción debió posponerse debido a la Guerra Civil y no se
realizó hasta 1962, cuando José Manuel González Valcár-
cel presentó su proyecto para la consolidación y recalce
de cimientos en las pandas sur y oeste, sustitución de ba-
sas y capiteles descompuestos y restauración con piedra
nueva de las arcadas derruidas de la panda sur. En los
años 90, antes de comenzar la ampliación del Prado, el
Claustro había caído en un estado avanzado de deterio-
ro. La consolidación y restauración de este monumento
se consideró precisa y urgente debido a que su deca-
dencia y la amenaza de ruina eran patentes después de
un abandono de casi medio siglo.
52 Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481
La restauración del Claustro de Los Jerónimos:un largo recorrido, una polémica artificial
Se admiten comentarios a este artículo, que deberán ser remitidos a la Redacción de la ROP antes del 30 de diciembre de 2007/ Recibido: octubre/2007. Aprobado: octubre/2007
Luis Carbajosa Pérez. Ingeniero de Caminos, Canales y PuertosDRAGADOS. [email protected]
Resumen: En la Ampliación del Museo del Prado, ha sido pieza fundamental la consolidación y restauración del Claustrode los Jerónimos, construido en el siglo XVII y que en los años 90 había caído en un estado de avanzado deterioro.Iniciadas las nuevas obras con el desmontaje de la arquería existente, a partir de 2003 se iniciaron los trabajos del montaje,planificado y replanteado todo él, previamente, en una nave sita en Alcalá de Henares. Allí se llevo también a cabo la corrección de defectos que en arcos y claves eran necesarias, siendo preciso además sustituir alguno de los viejos sillares. Merece también destacar el transporte y la elevación de los sillares y escudos que adornaban el Claustro, así como las dificultades que se presentaron a la hora de montar la camisa que formaba la última hilada.
Palabras Clave: Ampliación del Museo del Prado; Restauración del claustro; Replanteo; Rehabilitación
Abstract: A fundamental element in the extension work to the Prado museum was the consolidation and restoration of theseventeenth-century Cloister of Los Jerónimos, a building which over the nineties had fallen into a state of advanceddecay. The new work began with the dismantling of the existing arcade and, as from 2003, work started to rearrange, planand reassemble the structure following it transfer to a warehouse in Alcala de Henares and where defects had beencorrected in the arches and keystones and where it had been necessary to replace a number of the old stone ashlars.Particular reference is made to the transport and raising of the ashlars and the coat of arms decorating the Cloister,together with the difficulties that arose when setting the coping forming the last course of the building,
Keywords: Extension of the Prado Museum; Restoration of the cloister; Rearrangement; Renovation
The restoration of the Cloister of Los Jeronimos: a long journey an artificial controversy
Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481 53
54 Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481
Luis Carbajosa Pérez
En un principio se pensó en el Claustro como el lugar
que alojaría la sala de lectura de la biblioteca del Museo
(el Prado cuenta con una de las mejores bibliotecas de
arte de España). Finalmente, el nuevo director del Museo,
Miguel Zugaza, decidió que el Claustro se convirtiera en
otra sala más de exposición (en este caso de escultura)
con lo que pasaría a ser una zona pública.
En 1997, el Real Patronato del Museo del Prado apro-
bó un informe en el que se establecía un Plan Museográfi-
co que se decantaba por la contigüidad proponiendo
que la ampliación del Prado se desarrollara en edificios
próximos, a poder ser contiguos, por lo que tomó fuerza
la idea de contar con el Claustro de los Jerónimos, ade-
más del Casón del Buen Retiro y el Salón de Reinos (Mu-
seo del Ejército). Como consecuencia de este informe, el
Ministerio llegó a un acuerdo con el Arzobispado de Ma-
drid para que el Claustro de los Jerónimos pudiera consi-
derarse como solar disponible dentro del área de Amplia-
ción del Prado.
El 2 de febrero de 2001, tras efectuarse los estudios
pertinentes para valorar el estado de conservación del
Claustro de los Jerónimos y una vez concluida la obra de
preconsolidación de sus elementos estructurales, se
anunció el comienzo del desmontaje de la arquería para
su restauración y posterior restitución como punto de
partida de la fase de ejecución de las obras de amplia-
ción en sí. El desmontaje se inició definitivamente en
marzo y los trabajos de restauración, desarrollados bajo
la dirección técnica del Instituto de Patrimonio Histórico
Español (IPHE), se efectuaron a lo largo de varios meses.
Una vez concluido el desmontaje de los 2.817 sillares
para su traslado a las naves que el Ministerio de Cultura
dispone en Alcalá de Henares y donde se llevó a cabo
la restauración, se documentó el sistema de código y si-
glado empleado para identificar cada pieza y se realiza-
ron fotografías y croquis de cada una de la hiladas para
que sirvieran de orientación en el posterior montaje.
El 18 de diciembre de 2002 el Tribunal Supremo dio luz
verde de forma definitiva a la ampliación del Museo, de-
sestimando los recursos presentados por las asociaciones
vecinales por considerar ajustado a derecho el proyecto
y en función del “excepcional interés público” del mismo.
2. Montaje
En Noviembre de 2003 la estructura fundamental del
edificio de Rafael Moneo estaba lista para poder empe-
zar los trabajos de montaje del Claustro.
Previamente al comienzo de la ejecución, se procedió
a replantear la disposición de las primeras hiladas. Para
ello se partió de la planimetría y fotogrametrías elabora-
das antes del desmontaje.
2.1. Fotogrametría
Con la fotogrametría se obtenía una proyección orto-
gonal, partiendo de la proyección cónica que represen-
ta la fotografía, aportando un plano que podía ser medi-
do en verdadera magnitud.
Para la realización de este tipo de fotogrametría se
utiliza una cámara fotográfica especialmente diseñada
con la cual se obtiene gran cantidad de fotografías en
las que se solapan los planos obtenidos. Partiendo de que
la imagen en el punto central de cada plano no sufre de-
formación, las imágenes se van uniendo con sus conti-
guas tomando puntos comunes, de manera que se corri-
ge la deformación inicial provocada por el objetivo de la
cámara.
No obstante, la fotogrametría utilizada para el monta-
je del Claustro, proporcionaba información exclusivamen-
te en dos dimensiones, es decir, permitía obtener medi-
das a escala sobre el plano, pero no aportaba informa-
ción sobre el relieve de los paramentos.
2.2. Situación de pilares
Para la situación de los arranques de los pilares se par-
tía de una información muy detallada recogida en la pla-
nimetría de planta.
Con el fin de situar exactamente cada uno de los pila-
res se trazaron, en el pavimento de la nave de Alcalá de
Henares, los vértices y diagonales representados en el
plano, situando el arranque de cada pilar por triangula-
ción de cada una de las cuatro aristas de su planta. Ello
permitió realizar un montaje de las primeras hiladas de las
bases de los arcos y la determinación exacta de la posi-
ción y de las cotas de arranque de cada uno de los pila-
res. Esto era de vital importancia, ya que cualquier dife-
rencia de éstas respecto a las originales podría suponer
importantes desajustes en las hiladas superiores así como
en el cierre de los arcos. Gracias a unas marcas graba-
das en cada una de las bases en el momento del des-
montaje, y que representaban una cota de altura de to-
do el perímetro, se pudieron constatar diferencias de co-
ta de hasta 12 cm entre arranques de pilares. Recorde-
mos que la posición de arranque de los pilares estaba
perfectamente recogida en la planimetría, pero la alti-
metría daba lugar a dudas, ya que en el momento de la
ejecución de la fotogrametría el arranque de los primeros
sillares podía estar parcialmente enterrado, y las juntas de
los sillares representadas en los planos obtenidos en la fo-
togrametría acabaron presentando diferencias con las
reales. Las correcciones altimétricas permitieron la realiza-
ción previa de bases de hormigón con la altura de arran-
que exacta de cada pilar.
También resultó tan determinante como comprometi-
da la obtención de la envolvente mínima del Claustro, es
decir, determinar las dimensiones mínimas de la pantalla
o “camisa” de hormigón que circundaría el Claustro,
atendiendo a los salientes máximos de éste por su cara
posterior. Esta determinación resultaba complicada por
lo irregular de esta superficie, las grandes diferencias exis-
tentes entre los tizones de las piezas y el elevado número
Montaje de lasprimeras hiladasde las bases delos arcos.
Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481 55
La restauración del Claustro de Los Jerónimos: un largo recorrido, una polémica artificial
56 Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481
Luis Carbajosa Pérez
de ellas, contando con su posición relativa respecto a la
cara vista.
Otro aspecto que hubo de tenerse en cuenta fue la
posición de cada arco, así como sus dimensiones, que
había que reflejar en la camisa de hormigón, previamen-
te al montaje del Claustro.
2.3. Replanteo de la hilada 14
Dado que el Claustro, durante su historia, había sufrido
movimientos, derrumbes y reconstrucciones, se hacía ne-
cesario comprobar si el nivel superior se ajustaba al plano
sobre el que se había arrancado, o si existían pandeos.
Por este motivo se procedió a replantear, también en la
nave de Alcalá, la hilada 14, que correspondía a la impos-
ta sobre la cual arrancaba el segundo nivel de arcadas.
En esta hilada existían numerosos sillares repuestos en
la restauración realizada por Valcárcel en los años 60,
concretamente en la panda sur. Se desconocía si dicha
restauración se había realizado sobre un Claustro ya de-
formado o sobre la traza original, habiendo sido posterio-
res las deformaciones. Por lo tanto no se sabía si las piezas
incorporadas durante esta intervención respetaban las
medidas originales. Así mismo aparecieron sillares incom-
pletos y otros cuyo estado de degradación y falta de
resistencia aconsejaban sustituir.
Replanteo de lahilada 14.
Una vez se procedió al replanteo, se pudieron ajus-
tar las pequeñas diferencias, respecto a la traza original
del Claustro, representada por el arranque del mismo,
interviniendo ligeramente sobre los sillares nuevos de la
panda sur.
3. Corrección de defectos
3.1. Arcos y claves
Para el montaje de los arcos se fabricaron veinte cim-
bras metálicas, con el apoyo de apeo de madera, sobre
las cuales se fueron montando las dovelas para acabar
con el encaje de las claves. En general el montaje se rea-
lizó sin problemas con un ajuste bastante preciso.
Como citábamos antes, uno de los puntos claves del
montaje del Claustro era el cierre preciso de los arcos, ya
que cualquier deformación en uno de ellos repercutiría
indefectiblemente en los demás así como en el plano so-
bre el cual se montarían las hiladas superiores. Este pro-
blema parecía ser mayor en los arcos superiores, ya que,
concretamente los de la panda sur, son los que mayores
intervenciones habían sufrido en el pasado
Efectivamente algunas de estas reposiciones impedí-
an el correcto cierre de algunos de los arcos, siendo ne-
cesarias algunas intervenciones de escasa magnitud pa-
ra ajustarlos a la traza y aplomado del Claustro.
3.2. Nuevas piedras: localización y razones de su sustitución
Los trabajos de limpieza y consolidación de los sillares
recuperaron en gran medida el aspecto estético de las
piedras, pudiéndose salvar la gran mayoría de ellas, pero
en algunos casos, la degradación llegaba al límite de
afectar a su resistencia, o a la completa pérdida del relie-
ve de molduras, haciéndose necesaria su sustitución.
Para la sustitución de sillares se buscaron granitos de
similares características en diferentes canteras de la sierra
de Madrid, obteniéndose uno de aspecto y composición
muy parecidos. Debemos tener en cuenta que la degra-
dación y el tiempo de exposición a la intemperie de los
originales les aportaba una tonalidad amarillenta proce-
dente de oxidaciones que hacía que las nuevas incorpo-
raciones resultaran excesivamente evidentes.
La textura de los nuevos sillares se pudo asimilar a los
antiguos mediante abujardado de la superficie vista, y
para aproximar el color se procedió a patinarlos suave-
mente con óxidos sintéticos estabilizados, en suspensión
acuosa. No obstante se tuvo en cuenta la Ley 16/85 del
patrimonio Histórico Español, que en su artículo 39 dice:
“Si se añadiesen materiales o partes indispensables para
su estabilidad o mantenimiento, las adiciones deberán
ser reconocibles y evitar las confusiones miméticas”
4. Movimiento y sistemas de elevación de sillares
Los sillares del Claustro almacenados en las naves del
M.E.C. en la localidad de Meco ascendían a un total de
2.817, con pesos comprendidos entre los 200 y 2.500 kg. El
traslado y montaje de este volumen de material obligaba
a buscar los medios mecánicos más adecuados, ya que
los medios manuales debían limitarse a pequeños movi-
mientos de ajuste, una vez que el sillar estuviera coloca-
do en su posición.
4.1. Movimiento de sillares
El desplazamiento de los sillares, así como su carga y
descarga, se realizó mediante carretillas elevadoras. Para
Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481 57
La restauración del Claustro de Los Jerónimos: un largo recorrido, una polémica artificial
ello era necesario colocarlos en palets de madera, la ma-
yoría de formato standard y, por lo tanto, comercial. No
obstante, fue necesaria la fabricación de buen número
de ellos para poder trasladar con seguridad piezas de
más de 2.000 kg.
La colocación en palets se realizó suspendiendo los
sillares mediante eslingas de nylon, con el fin de evitar
cualquier daño a las piezas.
La descarga de los palets con los sillares se llevó a
cabo directamente desde el camión de transporte utili-
zando una grúa. Y para el traslado de la zona de de-
sembarque a la de acopio o de ésta a la de montaje
de nuevo se utilizó una carretilla elevadora, trasladán-
dose siempre las piezas en sus correspondientes palets
hasta el momento de su montaje.
4.2. Elevación de sillares
Para la elevación de los sillares a su emplazamiento
definitivo se dispuso un perfil IPN perimetral, anclado a la
viga de coronación del muro de hormigón que recubre
el Claustro, del cual se suspendieron una serie de polipas-
tos eléctricos. Dichos polipastos estaban dotados de un
carro motorizado que permitía su traslación a lo largo de
los perfiles de los que estaban suspendidos, pudiéndose
situar un sillar en cualquier punto de la fachada.
Una vez trasladado cada palet con los sillares a su lu-
gar de ubicación, se suspendían las piezas mediante
eslingas de nylon y se izaban hasta su posición definitiva.
4.3. Colocación de los escudos
Los enormes escudos, que forman parte de las claves
de los arcos centrales, representaron situaciones excep-
cionales de montaje, ya que sus dimensiones no permití-
an su ascenso con el polipasto en el lugar de montaje.
Para solventar este problema se optó por ascender-
los desde los ángulos del Claustro, desde otros perfiles
colocados al efecto, y trasladarlos hasta su ubicación
con el auxilio de un carro que se desplazaba sobre raí-
les a lo largo de un andamio colocado al nivel adecua-
do de montaje. Para facilitar el trabajo, las claves se
izaban amarradas al propio carro de transporte.
Una vez ubicadas a la altura del arco correspon-
diente, se elevaban mediante otros polipastos anclados
directamente al techo en una posición más avanzada,
aproximando en lo posible el centro de gravedad de la
pieza al plano de montaje.
4.4. Montaje de la última hilada
Una dificultad mayor se presentó a la hora de montar
la cornisa que formaba la última hilada, ya que debido a
su proximidad a la viga de coronación no permitía el em-
pleo de los polipastos instalados para su colocación.
Para resolver esta situación se diseñó un carro que se
desplazaba de igual forma, a lo largo de los perfiles, pero
de forma que se suspendían dos polipastos manuales, de
pequeño tamaño, de su parte superior, dejando una altu-
ra libre suficiente para la entrada de los sillares.
Para el montaje fue necesario, de igual manera que en
el caso de las claves, elevar las piezas desde los ángulos del
Claustro, pero en este caso se colocaban sobre la penúlti-
ma hilada, se suspendían de los polipastos manuales y se
trasladaban a lo largo de la viga hasta su posición definitiva.
58 Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481
Luis Carbajosa Pérez
Medios deelevación
de los sillares.
Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481 59
La restauración del Claustro de Los Jerónimos: un largo recorrido, una polémica artificial
Montaje de laúltima hilada.
CLAUSTRO DE LOS JERÓNIMOS. ALZADO OESTE.CLAUSTRO DE LOS JERÓNIMOS. ALZADO ESTE.
60 Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481
Luis Carbajosa Pérez
5. Sistemas de nivelación y morteros de asiento
Suponía un importante reto el montaje piedra so-
bre piedra del Claustro dentro de un recinto al que se
ajustaba como un guante, incluso en altura, con las
limitaciones que supone el trabajo en el interior a la
hora de recurrir a medios mecánicos más adecua-
dos.
El procedimiento de montaje, superadas las limita-
ciones que impuso el ajustado recinto, fue el ordinario
para cualquier fábrica de sillería, respetando las líne-
as, plomos y niveles, para lo cual es necesario la colo-
cación precisa de cada sillar manteniendo las juntas
adecuadas, calzando los elementos y aportando un
mortero de asiento adecuado, para la estabilidad y
reparto de fuerzas en su superficie.
Una vez situado cada sillar en su posición, y antes
de posarlo sobre la superficie de la hilada inferior, se
repartía sobre ésta una cantidad suficiente de morte-
ro, colocándose unas cuñas de madera sobre las que
se posaba la pieza. Una vez apoyada sobre las cuñas,
el sillar se llevaba a su situación definitiva con la ayu-
da de palancas hasta que quedaba perfectamente
alineado, aplomado y nivelado, momento en el cual
se estabilizaba acuñando con lascas de piedra. Una
vez fraguado el mortero de asiento, se podían retirar
las cuñas de madera.
Para el relleno de las juntas, se procedió al sellado
de las juntas verticales, tras lo cual se rellenó el hueco
mediante colada de mortero desde la abertura supe-
rior.
Para los morteros de asiento se empleó un mortero
de cal y arena, al que se adicionaron cantidades muy
bajas de cemento blanco, con el fin de acelerar el
fraguado sin aportación significativa de sales que pu-
dieran aflorar a la superficie. Para el rejuntado de los
sillares y el relleno de las pilastras, se empleó un morte-
ro exclusivamente de cal.
CLAUSTRO DE LOS JERÓNIMOS. ALZADO NORTE. CLAUSTRO DE LOS JERÓNIMOS. ALZADO SUR.
Revista de Obras Públicas/Octubre 2007/Nº 3.481 61
La restauración del Claustro de Los Jerónimos: un largo recorrido, una polémica artificial
6. Limpieza final
Como consecuencia de las obras de ampliación del
Prado y una vez finalizados totalmente los trabajos, se con-
sideró necesario proceder a una actuación general en to-
do el ámbito del Claustro y, especialmente, a una revisión
completa de todas las piezas de granito, realizando una
serie de trabajos de limpieza y pequeñas reparaciones.
Primeramente se eliminó el polvo depositado en la pie-
dra mediante cepillado suave y aspiración completa de la
superficie, tanto en los planos verticales como horizontales.
Tras esta operación, y ante la imposibilidad de retirar todos
los restos adheridos, dada la rugosidad del material, se pro-
cedió al empleo de aire comprimido, a 4 atm., para elimi-
nar las diversas partículas incrustadas en el granito.
Las manchas producidas accidentalmente, durante los
trabajos de realización del solado y el lucernario de la sala
que alberga al Claustro, como consecuencia de las salpi-
caduras de pinturas, morteros, etc., fueron tratadas ma-
nualmente, por procedimientos mecánicos, con el empleo
de bisturís y cepillos, procediéndose a su “refino final” me-
diante la aplicación de una solución de isopropanol, que
también se ha utilizado en la eliminación de manchas
ocasionales de carácter graso y naturaleza desconocida.
Durante la revisión final de la obra, se observaron al-
gunas pequeñas fisuras, desplacaciones y una ligera frac-
tura, que han sido tratadas, para su perfecta unión y con-
solidación, mediante inyecciones de resina epoxídica, li-
geramente fixotrópica y un sellado superficial con morte-
ro de características similares al utilizado en el rejuntado
de los sillares.
Por último, y no menos importante, es preciso alabar el
excepcional trabajo de la empresa PROART y de los téc-
nicos del Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE), y
del Ministerio de Cultura, en concreto de Dª Concha Ciru-
jano, Dª Celia Vinuesa y D. Santiago Hernán, imprescindi-
ble para que el montaje se ejecutara de forma segura y
sin incidencias. u