LA MENTIRA EN LA PROPAGANDA POLÍTICA Y EN LA PUBLICIDAD
La mentira consiste en dar voluntariamente a un interlocutor una visión de la
realidad, diferente de la que uno mismo tiene por verdadera. La mentira se define,
pues, en relación con la verdad. Todo ello, tiene como intención influir en las
personas que reciben esa visión de la realidad.
Para Durandin, la mentira es una manipulación de signos (no de fuerzas)
que pretende siempre situar al destinatario en inferioridad con respecto a quién
miente.
Para dejar a un lado las palabras complicadas, pensemos que todo ese
esfuerzo de influir sobre la sociedad está dirigida a las decisiones que se tomen en
base a esa información que se recibe, así “para suscitar determinado
comportamiento hay que dar ciertas informaciones”. En otras palabras, al
persuasor le sirve solo la información que le conviene, aunque no tenga nada que
ver con la realidad.
Es importante destacar que no hace falta cambiar toda la realidad para que
esto sea considerado como mentira, a veces basta con cambiar ciertas cositas,
agregar, quitar, modificar elementos de la realidad.
La ventaja de la mentira en relación con el ataque directo está en que, por
hipótesis, el interlocutor no sabe que se le está atacando. El asunto adquiere
actualmente singular trascendencia porque hoy en día la organización de la
propaganda y la publicidad se halla en manos de profesionales, y cuando éstos
recurren a la mentira vuelcan en ello toda su competencia.
¿Cómo se clasifican los tipos de mentiras?
Los expertos las han clasificado según su intencionalidad:
SOCIAL: Se dice por educación, para no herir la sensibilidad ajena,
suavizar situaciones, iniciar una conversación o fomentar las relaciones (“El
vestido te sienta fenomenal”).
PEDAGÓGICA: Sirve para enseñar y motivar (“Has jugado muy bien,
aunque no hayas marcado”).
UTILITARIA: Persigue un fin (“Si me votan subiré las pensiones”).
AUTO PRESENTACIÓN: Adaptamos la realidad a nuestros intereses o
para resultar más atrayentes (“Dejé a mi mujer porque era demasiado celosa”).
PROTECTORA: Se emplea para evitar un castigo o conflicto (“Mi madre
enfermó y tuve que faltar al trabajo”).
BUEN INTENCIONADA: Busca evitar un disgusto, pero puede encubrir
prepotencia o afán de controlar (“Tu ex novio dice que aún te ama”).
VITALES: Autoengaños, falsas ilusiones, negaciones de evidencias o
razonamientos errados que, como mecanismo de defensa, permiten evadir, ocultar
u olvidar hechos desagradables para preservar la estabilidad emocional y facilitar
la supervivencia: inventar justificaciones para hechos reprochables, negar defectos
o limitaciones, atribuir el éxito al propio mérito y los fracasos al destino, omitir
datos.
MANIPULADORAS: Se emplean en beneficio propio, para que alguien
actúe o piense de determinada manera (“Si te acuestas conmigo te querré más”).
EVASIVA: Las usan las personas inseguras para eludir sus
responsabilidades, disculparse o culpar a otros.
CULPOSAS: Se utilizan por miedo o vergüenza cuando no queremos que
los demás descubran algo de nosotros que se supone que no aprobarán y que nos
ocasiona sentimiento de culpa.
. Con base a lo anteriormente expuesto, es más fácil identificar mentiras en
la propaganda política que estamos recibiendo cuando no realizamos las
siguientes: ¿Qué mensajes deforman totalmente la realidad?; ¿Qué mensajes
ocultan ciertos aspectos de la realidad?; ¿Qué mensajes inventan cosas que no
posee a la realidad?
La respuestas de las interrogantes planteadas: candidatos que ocultan su
pasado corrupto o sus actos criminales, candidatos que plantean un país sin
problemas estructurales de pobreza o acceso a los bienes, candidatos que
reducen la realidad a problemas de delincuencia que se acabarán con la
aplicación de “mano dura”, candidatos que plantean propuestas ideológicas sin
ideología clara, etc.
El principal objetivo de la publicidad y la propaganda es modificar la
conducta del sujeto, mediante a sutiles proyecciones que persuaden al mismo, y
para lograrlo se apoyará en una herramienta que muchas veces es la mejor arma;
la mentira, pero muchas veces el sujeto o consumidor no se da cuenta sino hasta
que ya adquirió la idea, producto o servicio que ofrece la propaganda o publicidad,
según el caso.
Cabe resaltar que la publicidad y la propaganda son dos cosas muy
distintas. Pero dentro lo distinto la publicidad y la propaganda buscan que un
individuo adquiera algo:
La publicidad busca modificar la conducta de los individuos con el fin de que
adquieran un bien, servicio o producto, estableciendo muchas veces un costo y
dándole al sujeto comodidades para que de verdad tenga la necesidad de
adquirirlo.
La propaganda modifica la conducta de los individuos buscando que
adquieran una idea, principalmente política, ya que no siempre tiene un costo y
pues es meramente idealista, venden una vida mejor en base a que compartamos
su pensar.
El problema con esta distinción es que no toma en cuenta el desarrollo
reciente de la publicidad política como una actividad comercial. La realidad es que
ambas buscan el mismo fin de influenciar la conducta de la gente pero lo hacen
por métodos diferentes. La que podría llamarse propaganda en sí es aquella que
expresa una ideología ya sea directamente (discursos, escritos, etc.) o a través de
algunos canales de comunicación masivos como serían el cine, programas de
televisión, noticieros, etc. La publicidad política toma el formato comercial. Es un
producto (mensajes políticos) que se vende en un mercado como cualquier otro
producto.
Sin embargo pues muchas veces es por medio del engaño como logran
vender cada cosa según sea el caso, ya que las dos apelan mas a nuestra parte
emocional que a la racional, entonces queremos adquirir cosas que no hagan
sentir bien y no que no hagan de verdad estar bien, y pues lamentablemente se lo
debemos a la poca información que hay en la población, ya que, por decir un
ejemplo, es más fácil que venda un par de tenis que te adelgacen que un cambio
total de hábitos alimenticios y deportivos, ya que la persona no está interesada en
las cosas reales, ya que no las conoce muchas veces, más bien dentro de nuestra
población al tener un político que nos dice que si hará lo que nadie hace poco a
poco se va ganando credibilidad, hasta llegar al punto en el que creemos que el de
verdad lo hará, aún sabiendo que no es real.
Y dentro de cada una de ellas cabe destacar que se ha hecho un muy buen
trabajo dentro de cada una, ya que aunque se pierda el realismo o credibilidad de
la idea o producto que se ofrece, siempre se encontrará la forma de ganarse de
nueva cuenta a nuestro pueblo, a los consumidores.
La noción de mentira se formula de modo compacto a partir de seis
elementos: la diferencia entre el conocimiento, la realidad y el discurso; la
intención de engañar; los motivos que generan la mentira; los objetos sobre los
que recae; los destinatarios y, por último, los métodos de que se sirve, esto es, los
signos, operaciones y canales. Precisando en primer lugar qué entendemos por
mentira, qué entendemos por verdad y el significado de términos como
propaganda y publicidad.
A lo largo de la historia la confrontación ideológica y la guerra se han
decidido a través del uso de la mentira y la manipulación de la información, de la
creación en la opinión pública, en la conciencia del electorado y en las masas, de
una imagen falsa de la realidad.
La propaganda y la publicidad son formas contemporáneas de
comunicación política. En realidad, la propaganda es casi tan vieja como el
hombre y la política pero históricamente se hizo más común en la medida en que
existieron los medios para su existencia, como la imprenta o la radio. Se le asocia
fundamentalmente con los sistemas totalitarios del Siglo XX pero la propaganda es
parte de toda situación política en prácticamente cualquier parte del mundo. La
publicidad, que llega a la política del mundo del mercadeo en las sociedades de
consumo, es más común en las sociedades democráticas que tienen sistemas
electorales.
La importancia que puedan tener estos factores en la política depende del
efecto que uno piense que tienen sobre los ciudadanos o habitantes de un país.
En muchos países puede entenderse que el apoyo o la oposición que los
habitantes dan a un gobierno o sistema dependen fundamentalmente de la
información que posean o de la ideología en que crean. Esto depende a su vez de
lo que se le comunica, o sea, de la propaganda y de la publicidad que reciben. La
realidad no es una realidad objetiva que se comunica a través del lenguaje y de
los medios de comunicación, sino una construcción de éstos.
La realidad política que conoce el ser humano promedio es una realidad
mediatizada, construida, fabricada mayormente por los que controlan los medios
de comunicación. Desde el punto de vista de la comunicación, la política es
también un debate sobre la definición de la realidad ya que el apoyo o la oposición
que se genere dependen de la definición o construcción de la realidad que se
torne hegemónica o dominante en una sociedad.
En los sistemas políticos como el nuestro, tendemos a depender, como
fuente de información sobre política, de la información que procede de la
propaganda y de la publicidad que hacen los partidos políticos y el gobierno.
También en las elecciones dependemos de campañas electorales dirigidas por
agencias publicitarias. Los mensajes tienden a ser más persuasivos y
manipulativos que informativos o argumentativos. Éstos casi nunca proveen
información precisa y sí información que tiende a distorsionar o disfrazar la
realidad con el propósito de persuadir o manipular a las personas en determinada
dirección.
Es importante llevar a cabo un análisis de recepción que nos permita
interpretar, los mensajes teniendo siempre en cuenta el papel de la mentira,
expuesto, va dirigidos a generar apoyo o aversión y a empujar al elector-receptor
en una dirección determinada utilizando estrategias que cancelan las capacidades
críticas del mismo. Por lo que, la lucha política se traslada al terreno de la
comunicación, donde los mensajes publicitarios son otra arma de lucha más.
Nos encontramos frente a uno de los instrumentos de dominación política
más formidables de todos los tiempos, producto de un cocktail compuesto de
mentiras + medios de comunicación + publicidad-propaganda.
En comunicación sabemos que existen distintas intencionalidades de los
mensajes. Hoy en día, estamos siendo bombardeados de comunicación con
intencionalidad de persuadir.
La mentira forma parte integral de la condición humana. Resulta imposible
concebir alguna persona que no ofrezca en algún momento una versión que no se
corresponde con exactitud o que omite una parte de la realidad. Incluso las
personas de mayor elevación espiritual o religiosa, o aquellas que se rigen por un
estricto fundamento moral, se ven en la obligación de expresar alguna vez una
mentira u omisión parcial de la realidad.
Existen las llamadas “mentiras blancas”, que se pronuncian para encubrir
aspectos de la realidad que resultan incómodos o de poco gusto, o para mantener
a los niños en la inocencia sobre aspectos de la vida que no están edad de
comprender, pero que en fin de cuentas no hacen daño a nadie en particular. Hay,
pues, una gradación de las mentiras: desde las más inocentes, inocuas y a veces
involuntarias hasta aquellas que por su profunda mala intención y divorcio de la
verdad llegan a provocar verdaderos conflictos y hasta crisis en una comunidad.
La política es una esfera donde la mentira posee un valor de cambio muy
particular. Siendo ella un espacio público en el que se dirimen intereses y
conflictos entre los grupos humanos, es comprensible que quienes allí actúan
ofrezcan distintas interpretaciones sobre el mismo acontecimiento y que cada una
reclame para su versión la cualidad de verdadera; en este caso puede tratarse de
opiniones y no de mentiras, pero de este último modo es como son percibidas por
el común. Por otra parte, la lucha política como también los negocios requieren de
herramientas como la táctica, la estrategia, los planes y ardides, cuya elaboración
y ejecución llevan implícitas la ocultación de propósitos y hasta la simulación de
actos o situaciones. Son formas de mentira sin cuya práctica sería imposible
participar de la actividad política o empresarial. Por eso los ciudadanos suelen
pensar que todos los políticos son unos mentirosos consumados y que la política
es el reino de la mentira. A nadie se le ocurre pensar lo mismo de los estrategas
de mercadeo o de los managers de béisbol o de fútbol, quienes practican a diario
tales prácticas de ocultación, simulación y engaño.
En las sociedades democráticas más avanzadas existe un control
ciudadano con el uso de la mentira entre los políticos: se les tolera un cierto rango
de ella para el ejercicio de su diatriba normal, pero se les condena severamente
cuando el grado de la falsedad sobrepasa ciertos límites. Es frecuente ver carreras
políticas arruinadas y elecciones perdidas a causa de mentiras que son percibidas
como graves por la población. En los Estados Unidos renuncian a cada rato
gobernadores, senadores y hasta candidatos presidenciales por haber sido
descubiertos en mentiras flagrantes, incluso algunas no muy graves. Es famosa la
derrota del Partido Popular español en una elección hace 9 años, cuando los
electores percibieron que mentía cuando adjudicó el atentado terrorista de la
estación Atocha a la ETA y se trataba ciertamente de una célula de Al Qaeda. Fue
una grave mentira y su sólida mayoría se derrumbó en apenas horas.
De esta forma la mentira ocupa un espacio innegable en la vida personal,
en las relaciones interpersonales, en los negocios y la política. Solemos aceptar
que en determinados ámbitos y situaciones se presenten versiones distorsionadas
de la realidad, en formas y medidas razonables; pero ninguna sociedad normal se
muestra dispuesta a admitir la mentira como sistema permanente en las relaciones
humanas y sociales y tampoco el empleo de mentiras flagrantes acerca de
asuntos de auténtica gravedad.
Cuando una persona acude a la mentira como sistema permanente de
relación con sus semejantes estamos en presencia de una patología o
personalidad disociada. A estas personas se les suele denominar, según las
características específicas de su patología o distorsión de personalidad, como
mitómanos, sicópatas o sociópatas. Si quien practica la mentira como sistema es
una organización política estamos en presencia de un proyecto totalitario. El
proceso ha sido descrito por numerosos pensadores a partir de la derrota del
nazismo y a propósito del sistema comunista soviético: filósofos como Hannah
Arendt, Claude Foret y Simona Forti, y antes que todos ellos el norteamericano
Alexandre Koyré, quien acuñó la más contundente afirmación al respecto: “los
regímenes totalitarios se fundan sobre la primacía de la mentira” (La función
política de la mentira moderna, 1943, 1945).
El primer criterio para clasificar la propaganda es según la identificación de
la fuente del mensaje y su propósito. Así, la propaganda puede ser clasificada en
tres tipos:
Propaganda blanca: proviene de una fuente plenamente identificable, se
conoce el propósito del material y se caracteriza por técnicas convencionales de
propaganda y la presentación del propio argumento. La propaganda blanca trata
de construir la credibilidad convenciendo a la audiencia de las correctos
intenciones de la fuente.
¿Qué es la política?
Para Hannah Arendt es una teórica de la política, sus ejercicios de
pensamiento político no ofrecen respuestas concretas, sino que vuelven una y otra
vez a la pregunta inicial, a sus conceptos y definiciones. En cuanto a la política, se
debe reencontrar, recuperar y destilar un sentido que se ha evaporado, rastrear en
el pasado hasta llegar a las experiencias concretas que dieron vida a este
concepto. Tras su búsqueda, asegura que el acontecimiento originario que deriva
en el concepto de política es la pluralidad. Sostiene que la actual filosofía
occidental no ha tenido nunca un concepto claro de la realidad política, pues se ha
ocupado de tratar sobre el hombre, y sólo tangencialmente se ha ocupado de la
pluralidad.
La política como espacio de relación. La acción humana es el centro de su
reflexión. Establece un contraste entre ésta y las otras dimensiones de la
condición humana: la labor y el trabajo.
Labor: dimensión ligada a la necesidad, producir todo lo necesario para
mantener vivo al organismo humano y a la especie. Sus productos son destinados
a ser consumidos, sin dejar nada tras de sí. Su carácter es repetitivo y fuertemente
apolítico, pues cada hombre –por mucho que en ocasiones puede laborar en
grupo junto a otros hombres- labora por y para uno y no muchos.
Trabajo: es productivo, sus recursos no son para ser consumidos sino
usados: tienen cierto carácter duradero. El trabajo constituye la dimensión por
medio de la cual producimos una variedad inagotable de cosas que constituyen el
mundo en que vivimos. En la labor, las categorías de medio y fin constituyen un
mismo proceso, mientras que en el trabajo, son dos procesos absolutamente
distintos. El trabajo tiene un comienzo definido y un fin determinado.
Acción: se distingue por su constitutiva libertad, y a pesar de tener un
comienzo definido, nunca tiene un fin predecible. Con la acción nos insertamos en
un mundo donde ya están presentes otros. Al insertarnos en una sociedad por
medio de la acción, es para Arendt, una suerte de natalidad, de la que de todo
recién nacido se espera lo inesperado. La acción, sin embargo, sólo es política si
va acompañada de la palabra, del discurso. Y ello porque, en la medida que
siempre percibimos el mundo desde la distinta posición que ocupamos en él, sólo
podemos experimentarlo como mundo común en el habla con los demás, pues
también recogemos testimonio de todas las posiciones de los demás hombres.
La acción se caracteriza por ser impredecible en sus consecuencias,
ilimitada en sus resultados e irreversible. La acción no puede tener lugar en el
aislamiento, siempre actuamos en un mundo que ya estaba antes y continuará
después. Actuar es inaugurar, añadir algo propio al mundo. El mundo humano es
el espacio (donde toman lugar las relaciones humanas) entre los hombres, cuya
ley es la pluralidad.
La pluralidad es un elemento constitutivo de la condición humana, que tiene
que ver con una distinción entre los hombres que se muestra a través de la acción
y el discurso. Sólo así es posible la revelación de la individualidad e identidad de
cada uno. La acción es el comienzo de un alguien, y que junto con las palabras,
logramos insertamos en el mundo humano.
La función del ámbito público es, en Arendt, iluminar un espacio en que los
hombres puedan ser vistos y oídos, y revelar mediante la palabra y la acción
quienes son. Lo público indica, al mismo tiempo, mundo común, entendido como
comunidad de cosas, que nos une, agrupa y separa. Por eso, Arendt arremete
contra intentos de construcción de los cuerpos políticos sobre el modelo de
parentesco o de familia (donde por lo general sólo uno tiene la voz por sobre el
resto), que se aleja de las proximidades y fraternidades.
La esfera pública es indesligable de los conceptos de libertad y de
distinción. Se caracteriza por la igualdad, algo que la naturaleza no da, pero puede
alcanzarse a través de las leyes. Ojo, las leyes no reducen lo diverso hacia lo
idéntico, sino que autoriza de igual manera a todos los hombres, a ejercer su uso
de la palabra y la acción.
Espacio público y espacio político no son lo mismo. En la polis ateniense, la
vida consistía en una ininterrumpida e intensa contienda de todos contra todos, y
fue este individualismo excesivo el que condujo a la polis a su fin. El espacio
político no es una mera localización física de un ámbito en que las acciones sean
visibles, sino algo vinculado a la necesidad de límites (leyes).
La libertad es concebida por Arendt como característica de la existencia
humana en el mundo. Los humanos son sólo libres mientras actúan, porque ser
libre y actuar es la misma cosa. Así, en la política lo que está en juego no es la
vida sino el mundo, como espacio de aparición.
Pero la acción sólo es política cuando va acompañada de la palabra, en la
medida en que esta última convierte en significativa la praxis. En este sentido, la
palabra es entendida como una suerte de acción, como una vía para conferir
sentido al mundo y decir nuestra responsabilidad respecto a él. La responsabilidad
queda vertebrada por tres elementos distintos pero estrechamente relacionados:
Declarar la presencia de lo que está presente
Declararse uno mismo presente
Declarar un nexo entre sí y lo que está presente
Entre el coraje del aparecer y la autonomía del pensar
Arendt rechaza observar la política con los ojos de la filosofía, ya que ésta la ha
estudiado escapando de lo temporal y contingente. Los filósofos de la política han
tomado partido por el pensamiento y la vida contemplativa, enfatizando las
insuficiencias de la vida activa. Para Arendt, la tarea de la teoría política consiste
en tender puentes entre pensamiento y acción, y por tanto, nos diría qué pensar
para saber cómo actuar (que no es lo mismo que nos diga cómo actuar). Una
teoría política que nos diga cómo actuar, merma la fragilidad de la acción y la
incertidumbre de su curso, reduciendo la libertad. La teoría política tiene la tarea
de indicarnos cómo comprender y apreciar la libertad en el mundo, no enseñarnos
a cómo cambiarlo.
Acontecimiento es lo que sobreviene o adviene en el tiempo humano. Es lo
que, tanto para los individuos como para las colectividades, emerge de manera
singular e imprevista en el tiempo. No hay acontecimiento sin mundo común, es
decir, el acontecimiento es inseparable de la imprevisibilidad y de la fragilidad de
la acción, y de las palabras que vinculan a los individuos entre sí. Cada
acontecimiento en la historia humana revela un paisaje inesperado de acciones y
pasiones y de nuevas posibilidades que trascienden la suma total de voluntades y
el significado de todos los orígenes.
“El acontecimiento ilumina su propio pasado y jamás puede ser deducido de
él” dice Arendt. Pero los filósofos se dirigen a la historia como totalidad, para tratar
de eliminar la aparente falta de sentido. Anulan toda singularidad e individualidad
de sus procesos. Al atribuir el significado de cualquier acontecimiento a un fin
último, terminan por vaciar la Historia de todo contenido concreto.
Arendt se aleja de la tradición sine ira et studio. Dice que describir los campos de
exterminio con objetividad, significa condonarlos. Escribir sin la cólera sería
eliminar del fenómeno una parte de su naturaleza, una de sus cualidades
inherentes. Y es que la ausencia de emoción no se halla en el origen de la
comprensión, de hecho, para Arendt es “irracional” no emocionarse. Se justifica
diciendo que la indignación que produce el totalitarismo es una parte integrante del
objeto de estudio. Por eso, señala, la comprensión deviene la otra cara de la
acción.
Frente a la objetividad, lo que conviene a este pensar es la imparcialidad,
que no es lo mismo que indiferencia. Los griegos aprendieron a comprender, no a
comprenderse como individuos, sino a mirar el mismo mundo desde la posición
del otro, bajo aspectos muy distintos y, a menudo, opuestos. La condición de la
vida del espíritu consiste en el sustraerse a la participación activa, en tomar el
punto de vista del espectador.
La imparcialidad derivada del juicio está vinculada al hecho de que éste
debe hacerse cargo de acontecimientos siempre singulares y contingentes, sin la
ayuda de un universal dado. Se trata de juzgar sin criterios preestablecidos. Los
juicios no tienen nunca un carácter concluyente, jamás obligan al asentimiento por
medio de una conclusión lógicamente irrefutable. Al juzgar recorremos la
imaginación con el fin de colocarnos en el lugar del otro, se trata de pensar con
mentalidad extensa, es decir, reflexionar sobre su propio juicio desde un punto de
vista universal (que no puede determinar más que poniéndose en el punto de vista
de los demás). Este modo de pensar nos ofrece una cierta imparcialidad. Por eso,
juzgar sólo lo podemos hacer en un ámbito público.
Arendt realiza sucesivos intentos por repensar la tensión entre el pensamiento y la
acción. Pretende levantar acta entre el vacío entre el poder de las ideas y el shock
de la realidad, para retornar a las palabras, meditar sobre ellas. ¿Qué es la
política? El gesto de volver a palabras como “acción”, “libertad”, “esfera pública” o
“poder” consigue mostrar que una errónea asimilación de lo que está en juego en
la política en lugar de considerarla la posibilidad de un ámbito plural en que
quienes participan como alguien y conceden durabilidad al mundo, la entiendan en
términos de dominadores y dominados nos conduzca a la tentación de liberarnos
de ella y considerar que en el lugar del poder no hay nadie. Para Arendt, éste
sería el más terrible de los despotismos, pues no hay nadie que pueda hablar con
este Nadie ni protestar ante él.
Ente los Partidos Políticos Venezolanos.
En un sistema democrático, los partidos políticos adquieren una importancia
significativa ya que a través de ellos la ciudadanía participa directamente en la
selección de las autoridades gubernamentales, y también se informa sobre los
modelos ideológicos y programáticos de esos grupos, fundamentales en la
dirección de los asuntos públicos.
En otras palabras son muy importantes, ya que una de las bases de la
democracia es la pluralidad política. Sin pluralidad política no hay democracia real
Para Castañeda (2013) “Los partidos políticos venezolanos son
organizaciones políticas que se han formado en diferentes tendencias a lo largo de
su historia y muchos de ellos han terminado en divisiones”
Por esta razón, se podría indicar que los partidos políticos venezolanos:
“Se forman originalmente por agrupaciones denominadas por
comités locales, los cuales tenían como principal característica;
agrupar a personas influyentes, y organizadoras de modo que lo más
importante fuese la calidad de los miembros y no el número de los
integrantes. Lo que es más evidente en este tipo de organización es
la búsqueda de un beneficio y prestigio personal para proporcionar
su grupo influencia moral y además política. (Movimientos y partidos
Venezolanos, 2010)
Según lo establecido por Raynero se podría considerar como el primer
partido político venezolano como tal, al Partido Liberal fundado por Antonio
Leocadio Guzmán en 1840, el cual hace que los conservadores que habían
gobernado desde 1830 en el país se congreguen conformando en el Partido
Conservador. Las luchas entre los partidos Liberal y Conservador eran
exclusivamente de las élites de poder, ya que el ciudadano común no tenía el
derecho al voto, salvo aquellos que eran alfabetos o tuvieran propiedades.
(Raynero, Lucia. 2006).
En nuestro país las organizaciones políticas, como tal, vienen apareciendo
formalmente en los principios del Siglo XX. Y los partidos vienen dados por el
pensamiento político de: comunismo, socialismo, la socialdemocracia y el
anticristianismo.
Según los estudios de estesiología; los partidos políticos en Venezuela
tienen una estructura similar a la de los partidos políticos de las democracias de
Europa. Como explicaba Duverger: del mismo modo que los hombres conservan�
durante toda su vida la huella de su infancia, los partidos sufren profundamente la
influencia de sus orígenes.
En el periodo de transición 1936-1958 el pueblo venezolano comienza a
adquirir la conciencia política, que era netamente necesaria para preservar la
libertad ciudadana, esta conciencia fue madurando en los dos primeros años del
régimen de Eleazar López Contreras, ya que comienza una actividad política e
ideológica manifestada en la formación de los partidos de la época
Contemporánea1.
Iniciando una serie de estructuras organizadas mucho antes que los
partidos políticos, aparecen las Agrupaciones Femeninas:
Originadas con el objetivo principal de que sean respetados sus derechos
de que se les tome en cuenta de igual forma que se les presenta a los hombres,
es decir, obtener igualdad, para poder actuar en defensa de los derechos civiles y
políticos.
En 1931 se funda el Partido Comunista de Venezuela, por parte de los
Hermanos Aurelio y Mariano Fortoul, Juan Bautista Fuenmayor y demás. 2Este
partido, hace circular el 1 de mayo del mismo año de su fundación, un manifiesto
comunista, el primero en toda la historia de nuestro país titulado "La Lucha por el
Pan y la Tierra". Este manifiesto veía a la sociedad como un ente bipolar explotado
y explotador, creando con esto un impedimento para llevar a cabo un movimiento
político que acabaría con la dictadura de Gómez.
En Movimientos y partidos de Venezuela (2010) plantean que durante los
años 1935 – 1936 nace formalmente bajo el nombre de Agrupación Cultural
Femenina (ACF), la primera organización de activismo social conformada por
mujeres. Definida como una organización política dedicada a reivindicar los
derechos de la mujer logro ciertos objetivos principales: Defensa del derecho al
voto para las mujeres en igualdad entera de condiciones e iniciación de programas
de desarrollo, formación y capacitación para contribuir con su crecimiento personal
y su incorporación efectiva al campo laboral.
También plantean que surge el Movimiento de Organización Venezolanas
(ORVE) cuyo secretario general era Mariano Picón Salas. Este movimiento
aspiraba sustituir el "Estado Personalistas de Gómez y su clientela", en un Estado
1 Movimientos y partidos políticos en Venezuela. (09/04/10) Acceso Cronológico al Origen de los Partidos Venezolanos. 2 Marco Tulio Cicerón. (21/01/2013). Breve historia de los partidos políticos en Venezuela.
que permitiera superar la empobrecida existencia económica y espiritual del país. 3Además fijo los principios generales de justicia política y social y trato de unir a
todos los sectores democráticos en un solo frente popular. Pero duro solo 7 meses
después de su fundación.
Nace el Partido Republicano Progresista (PRP) que propone entre otras
medidas de carácter económico de su "Proyecto de Programa" la aplicación del
impuesto progresivo sobre el capital y la renta a las ganancias petroleras.
(Movimientos y partidos de Venezuela 2010)
Asimismo surge el Partido Democrático Nacional cuyo Presidente fue
Jóvito Villalba y el Secretario General Rómulo Betancourt, los cuales pudieron
lograr agrupar a todas las organizaciones izquierdistas de la época, trazándose
como metas principales la instauración de un régimen político idóneo que
permitiera en consecuencia el desarrollo libre de las actividades económicas, y
traer consigo un auge sustancial. 4Lamentablemente en el Gobierno de López
Contreras no se legalizaron ninguna de estas propuestas.
En 1937 se separa el Partido Democrático Nacional (PDN) subsistiendo
hasta 1941 donde se reivindica para reaparecer en la historia como Acción
Democrática. Y en 1940 Aparece la Asociación Venezolana de Mujeres (AVM) y la
Unión de Mujeres de América (UMA), que convoco la primera Confidencia
Preparatoria del Congreso Nacional de Mujeres efectuado el 13 de junio de 1940,
donde se debatió como uno de los temas principales, el doble papel de la mujer, el
derecho a la instrucción y la situación de los trabajadores. (Movimientos y partidos
de Venezuela 2010)
Durante 1941-1945 el Partido Comunista de Venezuela (PCV), que fue
legalizado en 1944 y Acción Democrática se convierten en la voz de las
expresiones nacionales, hubo un despertar político que posteriormente se convirtió
en una gran masa social que impulso a las luchas. Debido a esta situación en
3 Movimientos y partidos políticos en Venezuela. (09/04/10) Acceso Cronológico al Origen de los Partidos Venezolanos. 4 Ibídem. (09/04/10).
1944 un grupo de jóvenes funda la Unión Patriótica Militar, cuya finalidad principal
era mejorar las condiciones de los nuevos oficiales de las Fuerzas Armadas.
(Movimientos y partidos de Venezuela 2010)
También surge el Partido Democrático Venezolano (PDV) encabezado por
Medina Angarita, son embargo no poseían ningún planteamiento ideológico
definido y sobre todo ningún plataforma organizativa que le diera cierta
credibilidad, además de la falta de apoyo de su militancia.
Entre los años 1945-1946 Cae Medina Angarita y este Partido se disuelve,
formando en su seno a la Unión Republicana Democrática (URD) y el Comité de
Organización Política Electoral Independiente, más bien conocido como Partido
Cristiano (COPEI), este ultimo trato de parar la tendencia ateísta de las diversas
sectas protestantes, es decir, que fue una reacción contra el ateísmo liberal
comunismo. (Movimientos y partidos de Venezuela 2010)
Y durante el periodo 1948-1950 con el derrocamiento de la Junta Militar
seguidamente desaparecen las libertades públicas y son legalizados Acción
Democrática en 1948 y en 1950 el Partido Comunista de Venezuela y se
mantienen ocultos.
Para Marco Tulio Cicerón (2013) El 23 de enero de 1958, se origino una
rebelión cívico militar destituye al general Marcos Pérez Jiménez, y se convoca a
elecciones en 1959, es la época dorada de los partidos políticos, a partir de este
año se convierte en un sistema político diseñado y suscrito por Acción
Democrática (AD), COPEI y URD.
Aun cuando el bipartidismo había desaparecido en 1993, todavía quedaban
figuras de la vieja política venezolana, pero la situación cambia en 1998 cuando se
derrumbó ese modelo tradicional, al ganar las elecciones Hugo Chávez con su
agrupación política Movimiento V República (MVR)5 que integraba una coalición
denominada Polo Patriótico junto con otros partidos de izquierda entre los cuales
5 Marco Tulio Cicerón. (21/01/2013). Breve historia de los partidos políticos en Venezuela.
se encontraba el MAS, Patria Para Todos (PPT) y el PCV, entre otros. Al acceder
Chávez a la presidencia, el MVR pasa a ser el nuevo partido hegemónico.
En marzo de 2007 se crea el Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), (a pesar de que ya existía para la fecha otro partido fundado
en Abril del 2006 con el nombre PSOEV-Partido Socialista Organizado En
Venezuela)la organización política más grande del país tras la fusión de varios
partidos políticos pro-chavistas entre ellos el MVR (el más grande para entonces),
Liga Socialista, Movimiento por la Democracia Directa y Unión, entre otros.6
Según Marco Tulio Cicerón (2013) En este nueva etapa nacen
organizaciones como Primero Justicia, Proyecto Venezuela y Un Nuevo
Tiempo que junto a AD, Copei y el MAS lideran la oposición venezolana. De este
período destaca la transformación política de Venezuela donde los partidos
tradicionales fueron desplazados por el Partido Socialista Unido de Venezuela, Un
Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Podemos y el PPT (Patria Para Todos).
Referencias bibliográficas:
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Nacional/Biblioteca Biográfica Venezolana.