La economía solidaria y el rol de la cooperación organizacional
para el desarrollo
Silvia Pomar Fernández y Araceli Rendón Trejo1
INTRODUCCION
El crecimiento de la economía mundial ha traído consigo un conjunto de
problemáticas como el agravamiento en la desigualdad en la distribución de la
riqueza, el aumento de la pobreza en varios países -sobre todo en los que están
en desarrollo- y el deterioro cada vez mayor del medio ambiente como resultado
de diversas actividades humanas contaminantes y consumistas que afectan la
calidad de vida y salud de los habitantes.
Es sobre todo a partir de la década de los ochenta cuando la globalización
de la economía planteó nuevos retos. En la búsqueda de un mejor desempeño
y resultados con el fin de lograr la permanencia y crecimiento de las
organizaciones, las condiciones de trabajo se modifican normalmente en
deterioro de la clase trabajadora; igual sucede con los salarios.
En este marco se han buscado nuevas formas de llevar a cabo las
actividades productivas y han surgido empresas que buscan mejorar las
condiciones de vida de sus colaboradores. Surgiendo así el concepto de
“economía solidaria” que se designa a un conjunto de organizaciones
microeconómicas caracterizadas por rasgos comunes marcados por una ética
social (Chaves y Monzón, 2007).
La Economía Solidaria puede ser considerada como una oportunidad de
supervivencia y una alternativa de la economía capitalista global, en la que la
competitividad ha aumentado y la pobreza se ha agudizado. Mediante la
realización de actividades económicas es posible que las personas se provean
de lo necesario para subsistir; una parte importante de esta actividad son las
relaciones entre las personas, así como la forma coherente y equitativa de
administrar los recursos en beneficio de los participantes que conforman las
organizaciones.
1 Profesoras – Investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, área: Análisis y gestión socioeconómica de las organizaciones.
La economía solidaria puede estar presente en todos los sectores de la
economía, ya que es una forma de organización de la sociedad en función a los
recursos productivos y a su concepción de progreso y bienestar, en el que son
fundamentales la cooperación y la solidaridad. Las organizaciones cooperativas
formadas bajo este enfoque buscan generar en conjunto mejoras que
trasciendan el beneficio económico, que satisfagan los intereses de los
colaboradores y que resuelvan sus necesidades y problemas. Los participantes
en estas organizaciones tienen un sentido social y ético. Estos movimientos
cooperativos y autogestionarios han encontrado en la economía solidaria una
forma de potenciar sus recursos y experiencias.
Determinar la importancia del cooperativismo en el mundo; analizar el
carácter autónomo del Estado y del capital de estas formas de organización, asi
como mostrar el impacto que tienen en el beneficio económico de los paises
analizados.
1. ECONOMÍA Y MERCADO En los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado, el aumento de los
precios del petróleo – y de otras materias primas-, insumo fundamental en la
actividad económica, llevó a cuestionar el modelo económico imperante en el
que el Estado tenía una fuerte participación en la actividad económica2. La
aplicación de políticas de corte keynesiano no daban respuesta y solución a los
problemas de falta de crecimiento, inflación y desempleo. Ante estos hechos se
cuestionaron las teorías de crecimiento y desarrollo y políticas hasta entonces
aplicadas.
Con la crisis de deuda que se presentó en la década de los ochenta se
cuestionó la validez del modelo proteccionista y de sustitución de importaciones.
El modelo se orientó así al mercado externo con la idea de la no intervención
del Estado en la actividad económica. Se puso de relieve la importancia del libre
mercado y de la competencia como impulsor del crecimiento económico; las
mejores empresas y más preparadas serían las que podrían enfrentar la
competencia en mercados no protegidos, abiertos al exterior. “La solución a la
crisis viene en el marco del neoliberalismo, impulsado por el capitalismo
2 Desde la década de los 60 y en los 70 se alertó sobre los problemas ambientales. Esto dio pie
al surgimiento de movimientos sociales en torno al análisis de las cuestiones del medio ambiente
anglosajón (Estados Unidos e Inglaterra), que consistiría básicamente en la
privatización, la liberalización y apertura total de mercados y activos, eliminación
de todo tipo de obstáculos y regulaciones al libre funcionamiento de los
mercados” (Orellana, 2007: 5).
El modelo económico neoliberal que se ha seguido desde la década de los
ochenta ha dado lugar a crisis en diversos ámbitos:
Crisis económica. Deterioro de las economías locales y nacionales, en
beneficio de grandes grupos financieros.
Crisis social. Mayor concentración de la riqueza en grandes empresas
nacionales y en las globales. ”Polarización y reparto cada vez menos
equitativo de las riquezas entre los continentes y en el seno de cada
país; exclusión, aislamiento, violencia, aumento de pobreza creciente,
inseguridad, precariedad en el trabajo y en la vivienda” (Orellana,
2007: 6).
Crisis del empleo: desempleo creciente a pesar de tener tasas de
crecimiento positivas, degradación de las condiciones de trabajo,
empleos marginados, subempleo y aumento de la economía informal.
Crisis humana: “falta de perspectivas de futuro, espejismo del
consumismo, individualismo, pérdida de ideales, destrucción de
culturas y de modos de ser y hacer de muchos pueblos” (Orellana,
2007: 6).
Crisis política: desvalorización de la acción de los poderes públicos y
de los políticos. Desconfianza en su actuar y en sus intereses.
Crisis medioambiental: degradación acelerada del medioambiente,
reducción de la biodiversidad, mercantilización de la naturaleza.
A estas crisis se añaden las que periódicamente se presentan en las
economías de mercado como resultado de hechos diversos que impactan no
solo a los países en los que se originan los problemas, sino a todos aquellos que
se encuentran interconectados en la economía global. Desde la década de los
ochenta, la globalización de la economía planteó nuevos retos a los países, las
empresas y habitantes de este mundo global. En la búsqueda de un mejor
desempeño y resultados que permitan la permanencia y crecimiento de las
organizaciones, las condiciones de trabajo se modifican constantemente en
deterioro de la clase trabajadora. De hecho, se implementan una serie de
reformas en la búsqueda de la flexibilidad laboral.
Es en este contexto que a partir de la década de los ochenta se busca
incorporar la solidaridad en los procesos productivos y replantearse el concepto
de racionalidad económica. La economía solidaria o economía de la solidaridad
tiene como principio o fundamento de solidaridad. La solidaridad a nivel de las
empresas, mercados e instituciones económicas, ha aumentado la eficiencia
micro y macroeconómica, propiciando también beneficios sociales y culturales
en beneficio de la sociedad. La economía solidaria es un sistema
socioeconómico, cultural, medioambiental e integrador en el que el ser humano
no es un factor más en los procesos económicos. En este sistema se considera
su valor, dignidad y su derecho a buenas condiciones de vida. La participación,
el consenso, la solidaridad, el apoyo y la cooperación cobran también relevancia
(Razeto, 1999).
En el caso de México las raíces de estas acciones encaminadas a una
práctica más humana y solidaria en las actividades económicas, se encuentran
en movimientos diversos como, por ejemplo, “los esfuerzos de campesinos por
enfrentar situaciones adversas en relación con la tierra, los recursos naturales,
las condiciones de producción y el abasto de alimentos. Movimientos que han
tenido participación, asistencia y acompañamiento de asociaciones de la
sociedad civil y de la iglesia católica mediante proyectos de educación, salud,
alimentación, vivienda, ahorro, préstamos y producción” (Marañon, 2013: p.13).
Las iniciativas de comercio justo han fortalecido también las experiencias de
economía solidaria ( Marañon, 2013).
2. Redes de Cooperación
Los esfuerzos de colaboración solidaria son llevados a cabos en el mundo por
distintos actores con el fin de realizar actividades productivas que permitan a los
participantes mejores condiciones de trabajo y de bienestar de vida con calidad,
es por ello que estas formas de organización se han multiplicado en diversas
partes y regiones con economía capitalista.
La Economía Solidaria conlleva a la formación de redes productivas en
las que participan gran cantidad de unidades productivas pequeñas
autogestionarias de carácter comunitario y propiedad social en las que se
abarca la producción, distribución y consumo de bienes y servicios (Moran,
2008). Tiene su base en esfuerzos de formación de economías de subsistencia,
que en ciertos casos dan lugar a asociaciones en los que la solidaridad que se
establece, además de favorecer las iniciativas de producción de bienes y de
generar aprendizajes y conocimientos, proporcionan servicios a la comunidad
que favorecen el crecimiento y desarrollo socioeconómico del área en la que se
establecen.
En las prácticas de la economía solidaria se ubican las cooperativas,
mutuales, asociaciones y fundaciones, entre otras formas de asociación. A pesar
de encontrarse en un sistema capitalista, sus actividades no pertenecen al
sector público ni a la actividad privada tradicional cuyo fin es la maximización del
beneficio en términos económico-financieros. Muchas de estas organizaciones
se vinculan entre sí, estableciendo lazos de colaboración. En la búsqueda de un
beneficio particular cada entidad económica de trabajo y capital no actúa sola,
sino que se relaciona estrechamente con las otras unidades económicas con el
fin de establecer y conformar una red de colaboración, apoyo y protección,
considerando estos elementos como principios rectores de la misma.
Este modelo involucra colectividades de producción que se unen y que
favorecen sinergias mediante su conexión y que dan pie a expandir su efecto a
otros conjuntos de empresas organizadas bajo este modelo con efectos
benéficos para sus participantes y para los consumidores que a ellas se
vinculan. Se genera de este modo un amplio sistema de cooperación solidaria e
interacción intrasistémica que conforma las Redes productivas de la economía
social, que son redes que a su vez, se subdividen en otras cada vez más
específicas de acuerdo a la naturaleza y fines de cada uno de los espacios
empresariales que se van construyendo (Moran, 2008).
En términos teóricos una red involucra la existencia de asociados, que
son los actores o nodos, mismos que se vinculan entre si y conjuntan sus
esfuerzos para el logro de ciertos objetivos comunes bien definidos, que
permiten complementar sus capacidades y lograr una sinergia integral. La
vinculación se realiza horizontalmente con participación, colaboración y
corresponsabilidad de cada asociado en base a un plan de acción. Esta
colaboración contribuye a generar productos y resultados, tangibles e intangibles
ya que de la interrelación se logra incrementar valor a sus procesos, productos o
servicios, se genera también conocimiento y un mayor reconocimiento a la
actividad que realizan en red (Sebastián, 2000).
Las redes de la economía solidaria no están atadas a la sola racionalidad
del mercado, su crecimiento se basa en la solidaridad y compromiso.
Constituyen un modelo alternativo de desarrollo que autogobierna su propio
desarrollo y que tiene impacto en el tejido social. Estas prácticas generan las
bases para el desarrollo de un mercado asociativo y cooperante que está
basado en valores y equidad, participa en la actividad productiva, proyectando
potencialidades de mercado y un intercambio comunitario.
Las redes de cooperación se encuentran en diversas actividades
productivas, muchas de ellas relacionadas con la sustentabilidad y cuidado del
medio ambiente. La formación de redes ha llevado a que se vea la importancia
de la conformación de otras que aglutinen a su vez a más redes. Ejemplo de ello
es la Red de redes de economía alternativa y solidaria (REAS) formada en
España en 1995, la cual tiene sus orígenes en las primeras entidades - surgidas
en la década de los ochenta y primeros años de los noventa del siglo pasado-
implicadas en el terreno social y económico que buscaban dar soluciones reales
a la integración social, económica y cultural de una parte de la población, sobre
todo la más desfavorecida. Otros casos son los de redes formadas en América
Latina como la plataforma centroamericana de economía solidaria (PECOSOL) y
la Red Intercontinental de Promoción a la Economía Social y Solidaria de
Latinoamérica y el Caribe (RIPESS LAC, 2014).
3. Importancia de la Economía Solidaria El hombre es un ser social, forma parte de una sociedad en la que produce y
obtiene bienes y servicios para satisfacer sus necesidades. En el transcurso de
su desarrollo, como parte de la sociedad, en muchos casos se ha relacionado
con otros individuos mediante la cooperación, en un principio para sobrevivir,
después para el logro de lo requerido para su vida material, emocional, afectiva;
lo que le ha dado sentido a vivir en sociedad. La cooperación surge desde el
inicio de la civilización.
Desde el punto de vista del Instituto Nacional de la Economía Social
(2015), la cooperativa se refiere al conjunto de actividades económicas y
empresariales que llevan a cabo entidades que pretenden el interés colectivo de
los actores. Los colaboradores participan en todas las fases del proceso
productivo, generan valor agregado, su dirección es autogestiva y la toma de
decisiones es un proceso democrático para beneficio de todos. “Es una nueva
forma de organización de la sociedad en torno a los recursos productivos y su
concepto de progreso y bienestar” (Orellana, 2007: 7). Es considerada como un
enfoque de la actividad económica “que tiene en cuenta a las personas, el medio
ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, por encima de otros intereses”,
se considera que “es una manera de vivir, que provee de manera sostenible las
bases materiales para el desarrollo personal, social y ambiental del ser humano”
(economiasolidaria.org, 2015:1).
Los protagonistas de la economía solidaria son los campesinos, los
indígenas, los obreros, los subempleados y desempleados, quienes luchan por
la justicia social, de trabajos bien remunerados, agua para sus pueblos, luz y
servicios; algunos pretenden liberarse de los caciques opresores y funcionarios
corruptos y de los intermediarios del comercio (Marañon, 2013). Como parte de
esta lucha surge la búsqueda de la autoadministración socioeconómica para
obtener el autogobierno a nivel comunitario, en base a sus propias normas y
costumbres.
Desde mediados de los ochenta han surgido actores que han colaborado
con el mundo campesino, entre ellos, las asociaciones civiles y otras ligadas con
la Iglesia, apoyando la lucha contra la pobreza (Como el Ejercito Zapatista de
Liberación Nacional –EZLN-) dando asistencia y acompañamiento mediante
proyectos de educación, salud, alimentación, vivienda y en algunos casos
ahorro, préstamos y producción (Marañon, 2013).
Con el EZLN se plantean los derechos indígenas para autogobernarse
con autonomía, creándose así formas de cooperación en las que se buscaba
“una economía centrada en la reciprocidad, sin ser apoyados por el Estado,
colocando su producción en mercados solidaros, que son impulsados por
organizaciones de productores y de la sociedad civil, que promueven un
proyecto político de oposición a las dinámicas de exclusión y de diferenciación
social derivadas de las tendencias del capitalismo. Posteriormente se dan otras
iniciativas como la del comercio justo,3 que buscaban mejorar las condiciones
económicas y sociales de los pequeños productores en los países del sur”
(Marañon, 2013 p. 17). Lo que se pretendía era garantizar la igualdad,
ofreciendo a los productores condiciones que les permitieran operar sin
intermediarios, dándoles las posibilidad de conducir su proceso de desarrollo.
Todo esto dio origen a organizaciones económicas populares más
formalizadas que se basan en la reciprocidad como el caso de las cooperativas y
las comunidades campesinas o artesanales.
Al mismo tiempo se generan otras economías como las internacionales
que determinan medidas que regulen el capital financiero, comercial y la
economía social que se realiza al margen de aquellos cuyo propósito es la
acumulación de capital.
La Economía social, desde el punto de vista empresarial, se basa en
principios de solidaridad, complementariedad y cooperación, al contrario del libre
mercado y la competencia. Organizaciones que buscan la soberanía y la
seguridad alimentaria, enfatizan su forma de organización en la autogestión. Se
busca la justa redistribución de la riqueza, realizar la distribución mediante redes
productivas, obteniendo el valor de uso y no el de cambio, se pretende
garantizar la reproducción de un capital sin perseguir lucro (Moran, 2012,
Orellana, 2007 ). Son empresas que forman redes para lograr un apoyo mutuo,
por lo que entre ellas se protegen formando redes sociales.
La economía solidaria está más relacionada entonces, con la calidad de
vida y el bienestar de quienes forman parte del grupo. A continuación se
presenta el cuadro 1 que muestra las diferencias entre la economía solidaria y
la capitalista:
Cuadro 1. Características de la Economía solidaria y capitalista
Economía solidaria Economía capitalista
Economía al servicio de las personas, se considera como sujeto a la sociedad civil, cada persona asume su papel para el
Personas al servicio de la economía, el sujeto es el capital y todo se mercantiliza para incrementarlo, el dinero se encuentra en pocas
3 El comercio justo tiene su origen con la iniciativa de Max Havelaar fundado en 1989 en Holanda, ante la disminución de las cotizaciones internacionales del café. El movimiento se funda además, en la producción orgánica considerando la salud de los agroecosistemas (Renard, 1999 en Marañon, 2013). En México surgió la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo que se solidarizó con el organismo de cooperación holandesa “Solidaridad”.
desarrollo personal y colectivo. personas limitando el acceso a él.
Igualdad y horizontalidad, satisfacer las necesidades de todos.
Desigualdad y verticalidad, se satisfacen las necesidades de los poseedores del capital.
Cooperación e inclusión, participación de toda la comunidad en las actividades que se realicen para beneficio de todos.
Competencia y exclusión, en la empresa se genera la competencia entre los trabajadores y entre las empresas, si no se adaptan a la forma de operación se excluyen .
Concepto diverso de progreso, se refiere al progreso en función al contexto de cada persona, cultura o pueblo.
Concepto único de progreso, orientado al crecimiento económico, la modernización y la industrialización.
Beneficio Social, reparto equitativo en función al trabajo realizado.
Beneficio financiero, reinversión de beneficios en la empresa para lograr su crecimiento o reparto de dividendos a los socios y en dado caso de utilidades a los trabajadores.
Compromiso con el entorno social y medioambiental, existe solidaridad desde el punto de vista económico, social y ecológico, de acuerdo con la demanda real de la comunidad local y utilizando métodos de producción que no afecten el medioambiente.
Desvinculación con el entorno social y medioambiental, se recurre en ocasiones a la deslocalización de la producción y a la oferta de bienes que fomentan el consumismo, con el propósito de conseguir mayores beneficios, sin poner especial atención al daño que pueden causar al medioambiente, pensando en los beneficios propios más que en los sociales.
Micro, pequeñas y medianas organizaciones, se favorece este tamaño para la descentralización de los procesos, con los ingresos que obtienen ayudan a poner en marcha otras empresas, formando con ello redes de cooperación
Grandes empresas nacionales, multinacionales, internacionales y transnacionales, con lo que se tiende a la centralización y concentración del capital.
Fuente: adaptado de Orellana, 2007
Con base a lo anterior se determina, de acuerdo con Orellana (2007; p.15),
que los elementos de la economía solidaria son:
las organizaciones conformadas principalmente por organizaciones
sociales, cooperativas;
la producción, los productos o servicios que se ofrecen deben ser
necesarios para la comunidad con la satisfacción de necesidades reales,
que permitan mejorar la calidad de vida, lo que permite la producción
local;
un mercado social, se fundamenta en la relación social entre personas, en
donde cada componente empresa, consumidor o productor procura
consumir los bienes y servicios producidos por el resto de los actores del
mercado;
el comercio justo, lo importante es asegurar y potenciar la producción y
consumo local, obtener un precio equitativo;
las finanzas éticas, contar con un sistema financiero que de respuesta a
las personas que pretenden que sus ahorros estén destinados a financiar
iniciativas con beneficios sociales, con esto se crean las sociedades de
ahorro popular;
la moneda social, cuya intención es devolver al dinero su función original
que permita el intercambio, se plantea la utilización de una moneda social
que permita el intercambio de bienes y servicios.
Existen diversas formas de adoptar la economía social (Moran, 2012, INAES,
2015):
Asociaciones de producción campesina o ejido. Se unen campesinos para
compartir medios de producción, crédito, servicio y fuerza de trabajo, con
la finalidad de reducir costos y precios.
Cooperativas de producción campesina. Se caracterizan por generar
trabajo colectivo sin emplear trabajo asalariado.
Cooperativa de producción urbana. Propiedad colectiva con actividad
manufacturera o artesanal, la fuerza de trabajo esta formada por los
mismos dueños del capital.
Cooperativas de comercialización urbana. Actúan como agentes de los
productores asociados.
Sociedades de Ahorro y Préstamo. Empresas de servicio financiero par
fomentar el ahorro y facilitar el préstamo.
Proyectos productivos. Conformación por grupos que desean emprender
un negocio a partir de la cooperación y la ayuda mutua, en la que exista
un mejoramiento económico social para todos sus integrantes.
La economía solidaria se basa en seis principios4 (economiasolidaria.org, 2015):
1) Equidad. Prevalece la igualdad en relación a los derechos y con la
posibilidad de satisfacer equitativamente los intereses de las personas,
sin importar edad, género, origen o capacidad.
4 Provienen de la carta de principios de la economía solidaria
2) Trabajo. Actividad que determina la calidad de vida de la comunidad y las
relaciones económicas entre los participantes, las regiones y Estados.
Puede ser remunerado o no, contribuye dentro de la dimensión social.
3) Sostenibilidad ambiental. Se considera que la naturaleza es fuente de
riqueza económica, de salud y bienestar.
4) Cooperación. Como práctica, entre ellos mismos y con otras entidades y
organismos públicos o privados. Se fomenta la participación democrática
generando aprendizaje y el trabajo con cooperación. Se respeta la
autonomía, sin existir dependencia entre ellas.
5) Sin fines lucrativos. Se pretende la realización de proyectos viables,
sostenibles, cuyos beneficios sean reinvertidos y distribuidos.
6) Compromiso con el entorno. Tiene que ver con el desarrollo comunitario
de la región o territorio.
En el país, el gobierno Federal a través del Instituto Nacional de Economía
Social (INAES), órgano descentralizado de la Secretaría de Economía, busca
impulsar la economía social, apoyando a todos aquellos que quieran iniciar un
negocio a partir de la cooperación y ayuda mutua, el propósito es lograr un
mejoramiento económico y social de sus integrantes. Dentro de sus principales
tareas está el consolidar las acciones de apoyo para la generación de empleos
productivos por medio del apoyo a la inversión en proyectos productivos,
fortalecimiento y desarrollo de negocios dentro de los que se encuentra la
conformación de cooperativas, sobre todo a nivel regional, y la consolidación de
la banca social.
3. Las cooperativas como forma organizacional 3.1 Antecedentes a nivel mundial
Las cooperativas surgen como resultado de los esfuerzos de varios pensadores
en la historia por lograr una sociedad más justa, considerando el bienestar
común como una de las principales premisas. En el siglo XVII, algunos
pensadores que compartían esta ideología se opusieron al sistema mercantilista
y al modo de producción que existía en Francia e Inglaterra, lo que favoreció el
surgimiento de teóricos sociales como Bellers y Plockboy quienes promovieron
la abolición de las estructuras que prevalecían en ese tiempo por la
colectivización de los medios de producción, lo que generó los principios del
cooperativismo (Valtierrra, Yahaira, 2012).
Posteriormente nace el “Socialismo Utópico” denominado así por Marx y
Engels, quienes junto con Lenin consideraban que el cooperativismo permitiría
contrarrestar el sistema capitalista. Se postulaba la asociación libre de los
trabajadores bajo el credo de la igualdad y la cooperación. Con ello se crearían
organizaciones autónomas, autosuficientes, que satisficieran las necesidades de
sus miembros, con igualdad de beneficios sobre la base de un gobierno
democrático.
En Europa en el siglo XVII y XVIII hubo avances en la economía. Es
entonces cuando nace la experiencia de los “Pioneros de Rochdale, quienes
crearon las reglas justas para darle normatividad al cooperativismo” ((Valtierrra,
Yahaira, 2012: 4). En diciembre de 1844 en Inglaterra la cooperación recibe la
máxima institucionalización de esa época; las reglas estaban basadas en el
esfuerzo propio, la ayuda mutua, la democracia, la libertad de acción, la
ausencia de ánimo de lucro y el deseo de superación. Lo que prevaleció fue el
cooperativismo de consumo, el cual se extendió a casi todo el continente
europeo, posteriormente se crean las cooperativas de trabajo y de crédito al
crearse las primeras cajas de crédito. Hacia la mitad del siglo XIX surgen las
cooperativas agrícolas, principalmente en Dinamarca, Bélgica y Francia, para
después llegar a países como Estados Unidos, adquiriendo así una gran
importancia en la vida económica de las comunidades rurales.
Por la importancia que va adquiriendo el cooperativismo en el mundo se
crea la Alianza Cooperativa Internacional en Londres en 1895, que actualmente
cuenta con cuatro oficinas regionales en América, Europa, África y Asia. La de
América se estableció en 1990 en San José de Costa Rica, en la cual los
miembros son organizaciones de los sectores de actividad agrícola, bancaria, de
crédito y ahorro, industriales, de seguros, pesca, vivienda, salud, servicios
públicos, servicios sociales, turismo y consumo. Contaba hasta 2014 con 283
organizaciones de 93 países que representan a casi 1000 millones de personas.
En esta alianza México cuenta con 5 miembros: La Caja Popular
Mexicana, la Confederación Nacional Cooperativa de Actividades Diversas de la
República Mexicana, la Federación de Cajas Populares Alianza S.C. de R.L. de
C.V, Federación Nacional de Cooperativas Financieras UNISAP S.C. DE R.L.
de C.V. y la Federación Regional de Cooperativas de Ahorro y Préstamo
Noroeste S.C.L de C.V (Cooperativa de las Américas, 2015).
De acuerdo con la ONU (2009) las empresas cooperativas son un modelo
que es pertinente cuando hay dificultades económicas y deficiencias de los
mercados, ya que es una forma de organización accesible para las personas
pobres y marginadas. Este modelo permite que la población local se organice
para mejorar sus condiciones, además de favorecer la inclusión social, por tanto,
genera externalidades positivas a la sociedad y es importante en la
transformación de la economía.
Las cooperativas favorecen el desarrollo socioeconómico, ya que al
dedicarse a varias actividades en las economías, contribuyen a la producción de
alimentos, a la seguridad alimentaria, posibilitan el acceso a los servicios
financieros, generan empleo, aumentan los ingresos, con lo que se mejora las
condiciones de vida. Además, favorece el desarrollo de habilidades, aptitudes,
generación de conocimiento y la educación en las comunidades locales, incluye
a las mujeres y segmentos marginales de la sociedad, contribuyendo a la
reducción de la pobreza (ONU, 2009).
La ONU estableció directrices para que los gobiernos creen un entorno
propicio para establecer condiciones de igualdad con el fin de que puedan
funcionar de manera sostenible y puedan tener las condiciones que tienen otro
tipo de empresas5.
3.2 Antecedentes en México
Los primeros vestigios de emprendimiento cooperativo en América Latina
surgieron en el siglo XIX principalmente en Argentina, Brasil, Venezuela y
México. Fue la iglesia católica la que promovió este modelo en Colombia,
Centroamérica y México (OIT, 2012). Se considera que cuando los beneficios
que se obtienen trabajando en forma colectiva son mayores que hacerlo en
forma individual se generan acuerdos de cooperación. En los años 90 del siglo
pasado se manifestó un interés por la cooperación empresarial bajo el principio
de interés por la comunidad.
5 Recomendación 193 de la OIT, 2002
En México, las cooperativas surgieron en el siglo XIX influenciadas por
inmigrantes extranjeros y fuentes documentales como libros, revistas y noticias
que llegaban del exterior. Las primeras se crearon como cajas de ahorro en
Orizaba en 1839, donde establecieron como regla que cada socio tendría un
solo voto. Entre 1850 y 1870 se crearon sociedades mutualistas representando
una forma de organización social cuyo objetivo era contar con un fondo de
seguros contra accidentes de trabajo, enfermedades o deudas por defunción6
En 1873 surgió el primer taller cooperativo, conformado por 26 sastres.
Tiempo después se formó la Sociedad progresista de Carpinteros, cambiando su
forma jurídica a una sociedad de consumo denominada Compañía Cooperativa
de Obreros de México, posteriormente se formaron las de sombrereros; con el
tiempo estas cooperativas desaparecieron pero el modelo y la ideología se
siguió difundiendo. Durante la Revolución Mexicana algunas cooperativas se
mantuvieron unidas en torno al “Centro Mutuo Cooperativo de México” (OIT,
2012: 51 y 52)
Entre 1911 y 1926 empezaron a crecer el número de cooperativas y
surgieron algunas de pesca, transporte y consumo, entre las más comunes.
Después de publicada la Constitución Política de 1917 se constituyó la Gran
Cooperativa de Consumo del Distrito Federal. En 1935 se formó la Liga Nacional
de Sociedades Cooperativas de Sociedades, en 1938 se creó la Ley General de
Sociedades Cooperativas, en 1942 se constituyó la Confederación Nacional
Cooperativa de la República Mexicana. En la década de los años cincuenta se
fundaron las primeras cajas populares, en 1964 nació la Caja Morelia Valladolid,
en 1972 el gobierno impulsó las cooperativas pesqueras, en 1978 se creó la
Comisión Intersecretarial para el fomento Cooperativo y en 1982 se expidió el
Reglamento de Cooperativas Escolares, en 1984 se publicó el Programa
Nacional de Fomento Cooperativo (Fritz-Krockow, 1986). Desde el siglo XIX se
han fundado cooperativas muy importantes que se han convertido en grandes
empresas, como la productora de cementos Cruz Azul, los periódicos Excelsior y
la Prensa y Refrescos Pascual entre otros.
En 1991 el ejecutivo federal publicó la Ley General de Organizaciones y
Actividades Auxiliares de crédito donde se integró la figura jurídica de la
6 Estas sociedades tuvieron un tiempo de logros, pero fracasaron por mal funcionamiento y fraude por lo que se fueron a la
bancarrota
Sociedad de Ahorro y Préstamo reconociendo por primera vez a las cajas
populares. En 1994, el movimiento cajista realizó consultas a los socios para
definir la posición en el tratamiento de esta nueva ley; 62 cajas populares
decidieron formar una sola institución nacional, por lo que en 1995 se constituyó
Caja Popular Mexicana, Sociedad de Ahorro y Préstamo. En 2014 se creó el
Centro de Desarrollo Integral Cooperativo “Cedicoop” con el propósito de dar
capacitación, consultorias, asesorías y creación e incubación bajo el modelo
cooperativo (ACI, 2014)
3.3 El aspecto legal de las cooperativas.
El cooperativismo es una forma de organización en el que se socializa la
propiedad de la producción, otorgando un valor importante al factor trabajo.
Surge, como se ha comentado, como un sistema socioeconómico en donde se
promueve la asociación entre productores y consumidores. Económicamente se
reducen costos, precios y permite mejorar la calidad de vida de quienes
participan en ella.
En México, la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC) la define
en su artículo 2º como “una forma de organización social integrada por personas
físicas con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad,
esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades
individuales y colectivas a través de la realización de actividades económicas de
producción, distribución y consumo de bienes y servicios”
La LGSC en su artículo 6, determina los principios bajo los cuales se rigen
estas sociedades:
Cuadro No 2. Principios de las cooperativas
Principio Contenido
Libertad de asociación y retiro voluntario de los socios
Se da a cada persona la libertad de formar o no parte de la cooperativa. Se conformará con un mínimo de cinco socios o de 25 para las de Ahorro y Préstamo (art. 11, V y 12; art. 33).
Administración democrática Todos los socios tendrán voz y voto en la Asamblea General o Comité de Crédito con igualdad de derechos y obligaciones. Sólo tendrá un voto independientemente de sus aportaciones (art.11. I, III).
Limitación de intereses a algunas aportaciones de los socios si así se pactara
Para evitar la concentración del capital social en algunas personas se limita la cantidad aportada que está conformada por certificados de aportación. Al menos cada socio debe dar el valor de un certificado (Art. 51).
Distribución de los rendimientos en proporción a la participación de los socios
Los excedentes de las cooperativas de consumidores se distribuyen en función a las adquisiciones efectuadas durante el año por cada socio (art. 24) . En las de producción, se reparte de acuerdo al trabajo realizado
en función a calidad, tiempo, nivel técnico y escolar (art. 28).
Fomento de la educación cooperativa y de la educación en la economía solidaria
En todas las cooperativas es obligatoria la educación, por lo que establecerá en la Asamblea General los programas y estrategias que se realizarán en este sentido (art. 47).
Participación en la integración cooperativa
Una vez constituida la sociedad y ser reconocida jurídicamente, podrán asociarse libremente con otras para la consecución del objeto social (art. 13).
Respeto al derecho individual de los socios de pertenecer a cualquier partido político o asociación religiosa
Existe libertad para tomar la decisión que a cada socio convenga.
Promoción de la cultura ecológica
Responsabilidad de vivir una vida ambiental ética. Respetando el medio ambiente que les rodea.
Fuente: Elaboración propia con base en la Ley General de Sociedades Cooperativas emitida por la Cámara de Diputados de acuerdo a la última reforma del Diario Oficial de la Federación del 13 de mayo de 2009
De acuerdo con el capítulo II las distintas clases y categorías de las
sociedades cooperativas son:
1) Las de consumidores que de acuerdo al art. 22 de la LGSC define como
“aquellas donde los socios se unen con objeto de obtener en común
artículos, bienes o servicios para ellos, sus hogares o sus actividades de
producción”. De acuerdo con el art. 23 podrán vender al público en
general siempre y cuando los consumidores se asocien. Existen dos tipos
de sociedades “las de actividades de abastecimiento y distribución y las
de prestación de servicios relacionados con la educación o la obtención
de vivienda” (art. 26).
2) Las de productores, definida en el art. 27 de la LGSC como “aquellas
cuyos miembros se asocien para trabajar en común en la producción de
bienes y/o servicios, aportando su trabajo personal, físico o intelectual.
Independientemente del tipo de producción a la que estén dedicadas,
estas sociedades pueden almacenar, conservar, transportar y
comercializar sus productos”. Dentro de ellas se encuentran las ordinarias
que sólo requieren ser constituidas para funcionar y las de participación
estatal donde es el Estado quien da la concesión o administración de
bienes o servicios (art. 30, 31 y 32).
3) Las de ahorro y préstamo, se rigen por la LSC y por la Ley de Ahorro y
Crédito Popular, de acuerdo con el art. 33, se entenderá como “ahorro, la
captación de recursos a través de depósitos de ahorro de dinero de sus
socios y como préstamo, la colocación y entrega de los recursos captados
entre sus mismos socios”.
Las cooperativas están basadas en valores de conducta de la norma social,
los cuales están relacionados con la ayuda mutua, responsabilidad, democracia,
igualdad, equidad y la solidaridad considerando los valores éticos de honestidad,
trasparencia, responsabilidad y vocación social. De acuerdo con el art. 34 la
dirección, administración y vigilancia interna está a cargo de la asamblea
general, el consejo de administración, el consejo de vigilancia, comisiones y
comités y en el caso de las sociedades de Ahorro y Préstamo además por un
comité de crédito, uno de riesgos; un director o gerente general y un auditor
interno.
3.3 Impacto de las cooperativas en las economías
Las cooperativas han tomado cada vez más importancia en el mundo, tienen
presencia en todos los continentes. Las cooperativas son importantes
exportadoras, por ejemplo, en Nicaragua, la Promotora de Desarrollo
Cooperativo de Las Segovias (PRODECOOP) agrupa a 45 cooperativas
integradas por más de 2,420 familias, forma parte de una red mundial de
comercio justo y apoya a sus socios agricultores para que produzcan y
comercialicen de modo sostenible café.
En Europa, según el reporte Explorando la Economía Cooperativa, de la
ACI en 2012, “…se dividen en: cooperativas mutualistas aseguradoras (28%), el
26% se dedica a la agricultura y la industria de comida, el 21% en cooperativas
de consumidores, el 7% son bancos cooperativos, 7% se encuentra en la
industria, el 4% en otros servicios, 3% de salud, 1% de vivienda, y un 3% de
otras cooperativas no se logro clasificar” (COOP, 2015).
En el siguiente cuadro se presenta información de cooperativas de países
que se encuentran en Europa, Asia, África y Oceanía. La información es de
fechas diversas según los últimos datos proporcionados por los gobiernos u
organismos de esos países.
Cuadro No. 3. Cooperativas Europa, Asia y Oceanía Actividad principal y asociados
País Actividad Principal
No. De cooperativas
Asociados y empleados
Bangladesh (2006) Eléctricas ND 28’000,000
Corea (2006) Pesquera Agrícolas
ND 2’ 000,000
España ND 21,949 (2012) 300,000 (2012)
Finlandia Lácteos Huevos
Prod. Forestal
ND ND
Francia(2010) ND 21, 000 700,000
Japón Agrícolas 33% de familias 77’000,000
Kenya (2006) Café Lácteos Algodón
20% 250,000 (2009)
Malasia ND ND 27% población (2009)
Noruega Lácteos 33% de las familias
41.5% son miembros
Nueva Zelanda(2006) Lácteos. ND ND
Fuente: Elaboración propia con información de la Alianza Cooperativa Internacional, www.ica.coop; Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Asociación Europea de Bancos Cooperativos; OIT, folleto informativo, Cooperative and Rural Employment, 2007, 2011,2012; International Co-operative Alliance (2015). ND: Información No disponible. En los renglones sin año, se refiere a 2008.
No obstante que se carece de información completa sobre el impacto total
que en la economía tienen estas organizaciones, puede observarse en el cuadro
que en algunos países un tercio de la población forma parte de una cooperativa,
es el caso de Japón y Noruega, economías con alto nivel de desarrollo. La
actividad que desarrollan la mayoría de las cooperativas esta orientada a los
sectores alimentario, agrícola y lácteo. En este último Kenya y Nueva Zelanda
abastecen mediante cooperativas al 75% y al 85% respectivamente. En el caso
de Nueva Zelanda, el 95% de su producción láctea, se exporta. Kenya además
produce el 70% del café y el 95% de algodón.
En relación al empleo, estas organizaciones captan en algunos casos
más de la tercera parte de la fuerza laboral como el caso de Japón y Noruega.
En otros países la generación de empleo es considerable como en Japón,
Bangladesh y Noruega.
En 2012, las ventas de las 300 empresas cooperativas más grandes del
mundo sumaron 1.1 trillones de dólares, importe comparable al PIB de algunas
de las economías nacionales más importantes; otro dato importante es que
“49.000 cooperativas de ahorros y préstamos prestan servicios a 177 millones
de miembros en 96 países, con los auspicios del Consejo Mundial de
Cooperativas de Ahorro y Crédito” (AIC, 2013).
La mayor concentración de cooperativas se encuentra en Europa según la
Asociación Internacional Cooperativa. En esa región, 4,200 bancos cooperativos
prestan servicios a 149 millones de clientes, incluidas pequeñas y medianas
empresas y emplean a más de 700.000 personas (AIC, 2013).
En Noruega, Nueva Zelandia y los Estados Unidos de América, las
cooperativas agrícolas producen entre el 80% y el 99% de los lácteos (AIC,
2013). En Finlandia las cooperativas tienen un impacto en la producción del
74% en los alimentos y el 96% en los productos lácteos. En Asia, China e India
hay 180 millones de personas en cooperativas en el sector rural y 250 millones
en la India (COOP, 2015). En la India 100,000 cooperativas lecheras emplean a
12 millones de mujeres (OIT, ACI, 2014). También existen cooperativas agrarias
ambientales por ejemplo:
“En los Países Bajos existen más de 125, gracias a las cuales las agencias de
conservación neerlandesas firman contratos de gestión ambiental con grupos de
gestores de tierras para que los territorios puedan trabajarse como un todo y no de
manera fragmentaria. Las cooperativas ambientales se convirtieron en un medio
para que los productores se autorregularan y desarrollaran instrumentos locales
eficaces para alcanzar objetivos ambientales en sus actividades agrícolas”
(Renting, H. y J. D. Van der Ploeg (2001) en OIT, ACI, 2014:12).
De los países que integran la AIC, Estados Unidos es el que mayor
número de socios tiene; en segundo lugar está India, en tercero, Japón; en
cuarto Irán. En el continente americano, las cooperativas también han adquirido
gran importancia como se observa en el siguiente cuadro.
Cuadro No. 4. América. Cooperativas, Asociados y Empleados
País No. De cooperativas Asociados y empleados directos
Argentina 13,000 (2008) 9’665,000
Bolivia 1,600 160,000
Brasil (2009) 6652 9’300,000
Canadá ND 25% de población son miembros
Costa Rica 594 92,000 (21% de población)
Cuba 1624 (2015)
Chile 952
El Salvador 741
Guatemala 841 1’225,000 (42% mujeres)
Estados Unidos (2010) 30,000 97’600,000
Colombia 8,600 5’000,000
México 15,000 5’000,000
Nicaragua 4500
Panamá 522 (2010) 214,000 (48% mujeres)
Paraguay 450 (2012) 113,000 (18%)
R. Dominicana 542 (2010) 1’000,000 Fuente: Sitio web de la Alianza Cooperativa Internacional, www.ica.coop; Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Asociación Europea de Bancos
Cooperativos; OIT, folleto informativo, Cooperative and Rural Employment, 2007, 2011,2012. Cooperativa de las Américas, www.aclamericas.coop/hechos y cifras del cooperativismo. Artículo Cooperativas una Alternativa en México, 14 de abril de 2011 Inter press Service, Agencia de Noticia (www.ipsnoticias.net) ND: Información No disponible. En donde no se mencionan los años son datos a 2011
Cómo se observa, el país con mayor número de cooperativas es Estados
Unidos, en las que destacan las rurales y las eléctricas que abastecen a cerca
de 42 millones de usuarios en 47 estados. Brasil es muy conocida por sus
bancos solidarios y el impacto significativo de sus cooperativas de salud. Del
total de ellas, el 23% son agropecuarias, el 16% se encuentran en sector
bancario y el 15.3% en transporte. En el caso de Cuba, país que se encuentra
en cambios económicos y políticos, registraba hasta 2014 que el 72.2% de las
cooperativas eran agropecuarias (COOP, 2015)
En México, no existen datos oficiales actuales de la cantidad y efecto
económicos de las cooperativas. De 1970 a 1984 se cuenta con información
resultado de investigaciones sobre el tema. En el siguiente cuadro se observa el
comportamiento en la creación de estas organizaciones.
Cuadro No. 5. Cantidad de Cooperativas y Socios (1970-1984)
1970 1973 1983 1984
Cantidad Socios Cantidad Socios Cantida
d Socios Cantidad Socios
Agropecuarias1 817 57,712 900 61,213 2,537 98,330 2,556 119,097
Pesqueras 238 26,818 332 35,035 931 66,179 953 72,367
Industriales2 258 16,246 323 18,671 653 36,539 694 27,971
Transportes 220 8,724 228 8,947 377 16,876 362 15,396
Servicios3 59 2,914 95 4,838 205 7,361 165 6,596
Consumo Intermedio 454 45,898 641 81,399
Consumo Final 794 175,515 810 178,194 812 250,158 346 203,316
Comercialización 370 17,852
No especificado 134 8,277
Total 2,386 287,429 2,688 306,898 5,969 521,341 6,221 552,271
1. Incluye agricultura, ganadería, caza, silvicultura y extracción de madera ( no comprende ejidos) 2. Incluye minería, productos alimenticios, textiles y prendas de vestir, industrias de la madera, papel,
imprentas y editoriales, sustancias químicas, productos minerales y metálicos, otras industrias manufactureras y construcción.
3. Incluye restaurantes y hoteles, servicios de alquiler y administración de bienes inmuebles, servicios prestados a empresas, servicios educativos y otros servicios.
Fuente : Fritz-Krockow, 1986.
Como se observa, entre 1970 y 1984 se triplicó su número; aumentó en
un 160%. De esa fecha a la actualidad, el sector de las cajas de ahorro es el
que cuenta con datos estadísticos más completos hasta los primeros meses de
2015; la CONDUSEF informó que hay 692. De ese total registrado sólo 143
están regularizadas y 49 se encuentran en proceso de autorización. El
Fideicomiso de Supervisión Auxiliar de Sociedades Cooperativas de Ahorro y
Préstamo y de Protección a sus Ahorradores (Focoop) calculó el número de
socios del sector a septiembre de 2014 en 6. 5 millones. A pesar de no existir
datos exactos, se ha estimado que son alrededor de 15 mil cooperativas.
A manera de ejemplo, se muestran datos de las sociedades de ahorro
popular (SOCAPs) que ofrecen productos financieros a la población de menos
recursos. Estas organizaciones contribuyen a mejorar las condiciones
económicas de sus socios, promueven la inclusión financiera en lugares en las
que las grandes instituciones financieras no les interesa llegar.
A marzo de 2013, el sector contaba con 6.1 millones de socios, de lo
cuales el 36% tenían sus ahorros invertidos en sociedades no supervisadas por
la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y por la CONDUSEF. La
CONDUSEF reportaba que existían a esa fecha 622 SOCAPs, de las cuales el
64% se encontraban autorizadas y 30% se encontraban en prorroga y sin
evaluar .
Cuadro No. 6. México. Distribución de SOCAP 2013
Estado SOCAPs Partic%
1 Oaxaca 116 18.80
2 Jalisco 87 14.10
3 Michoacán 46 7.46
4 Guanajuato 37 6.00
5 Veracruz 32 5.19
6 Querétaro 27 4.38
7 SLP 23 3.73
8 Guerrero 21 3.40
9 Chiapas 20 3.24
10 México 20 3.24
11 Puebla 19 3.08
12 Nayarit 19 3.08
13 Morelos 19 3.08
14 Yucatán 18 2.92
15 N. León 15 2.43
16 Durango 14 2.27
17 D.F 13 2.11
18 Colima 12 1.94
19 Hidalgo 10 1.62
20 Sinaloa 10 1.62
21 Tamaulipas 6 0.97
22 Tlaxcala 5 0.81
23 Sonora 5 0.81
24 Coahuila 5 0.81
25 Campeche 4 0.65
26 Chihuahua 4 0.65
27 Aguascalientes 4 0.65
28 Zacatecas 3 0.49
29 Tabasco 1 0.16
30 Baja Californis 1 0.16
31 Quintana Roo 1 0.16
617 100 Fuente: http://www.condusef.gob.mx/PDF-s/Comunicado
/2013/com28_socaps.pdf
Como se puede observar, los estados con mayor número de cooperativas
de ahorro popular se encuentran en Oaxaca, Jalisco y Michoacán. Es
interesante observar que en uno de los estados con mayor pobreza en el país se
encuentra la mayor cantidad de cooperativas.
Conclusiones
Las cooperativas como forma de organización se han convertido en una
alternativa de desarrollo sostenible, para gran cantidad de personas que buscan
llevar a cabo actividades productivas diversas con beneficios personales, de
grupo, comunidad o región y la sociedad en general. Esta forma de organización
ha permitido la conformación principalmente de micro y pequeñas empresas; en
algunos casos hay cooperativas de tamaño grande como resultado de procesos
de lucha contra los propietarios ante condiciones injustas de trabajo, es el caso
de Refrescos Pascual y Cementos Cruz Azul. Sin importar el tamaño todas
están enfocadas en apoyar a sus socios y en las necesidades locales.
En muchos países del mundo ha destacado la conformación de
cooperativas, las cuales se han centrado principalmente en el sector alimentos y
bebidas, destacando las agrícolas y las productoras de leche. Han generado un
alto porcentaje de empleo no solo en países en desarrollo en los que se puede
pensar que hay mayores problemas de pobreza y deterioro de las condiciones
de vida de la población, sino también en países desarrollados como Japón y
Estados Unidos, Francia y Noruega. En México, hay registros importantes de
esta actividad desde la década de los años setenta del siglo pasado y aunque no
se cuenta actualmente con estadísticas que den cuenta de la importancia de la
reciente creación de estas organizaciones, hay una creciente presencia en
varias actividades económicas, incluyendo la producción respetuosa con el
medio ambiente. Una gran cantidad de están concentradas en el sector del
crédito conformadas como cooperativas de ahorro y préstamo.
A nivel gubernamental ha habido un mayor interés por la conformación de
este tipo de sociedades ya que son unidades productivas que favorecen el
empleo y el desarrollo regional y local. En las comunidades de bajos ingresos se
considera que las cooperativas de vivienda, turismo y energías renovables
posibilitan mejoría de la economía local y dan la posibilidad de lograr una
distribución más equitativa de los ingresos económicos, además de generar
nuevas fuentes de empleo a quienes se integran como trabajadores en ellas.
Las cooperativas tienen sus primeros vestigios desde hace dos siglos y
están presentes en gran parte del mundo, se considera importante esta forma de
organización como parte del desarrollo económico y social de cada país. La gran
cantidad de personas que se ha integrado a las cooperativas muestra que el
cooperativismo forma parte de la cultura económica y social de los países,
conformando sin lugar a dudas un modelo empresarial que contribuye al
bienestar social.
Referencias:
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Otra Economía - Volumen II - Nº 2 - 1º semestre/ 2008 - ISSN 1851-4715 - www.riless.org/otraeconomia.
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