S
La dignidad humana en
Juan de Mairena,
de Antonio Machado
Manuel Ángel Vázquez Medel
Catedrático de Literatura Española
Director del Plan Integral de Fomento de la Lectoescritura
Universidad de Sevilla
Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875 –
Collioure, 22 de febrero de 1939)
1939-2014: 75 AÑOS DE LA
MUERTE DE MACHADO
S A Don Francisco Giner de los Ríos
S Como se fue el maestro, la luz de esta mañana me dijo: Van tres días que mi hermano Francisco no trabaja. ¿Murió?... Sólo sabemos que se nos fue por una senda clara, diciéndonos: Hacedme un duelo de labores y esperanzas. Sed buenos y no más, sed lo que he sido entre vosotros: alma. Vivid, la vida sigue, los muertos mueren y las sombras pasan; lleva quien deja y vive el que ha vivido. ¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!
S "La poesía es palabra esencial en el tiempo“.
S "La poesía es el diálogo del hombre, de un hombre con su
tiempo“.
S “Ni mármol duro y eterno, / ni música ni pintura / sino
palabra en el tiempo”
Vida: “Mi historia, algunos
casos que recordar no quiero”
S De Sevilla a Madrid (1875-1898).
S El 98. París. Revistas y círculos madrileños (1898-1906).
S Soria. Leonor (1907-1912).
S Baeza (1912-1919).
S Entre Segovia y Madrid. Guiomar (1919-1936).
S Los años de guerra (1936-1939).
Obra: 3 grandes momentos de
creación poética
S Soledades. Galerías. Otros poemas (1902 / 1907):
intimismo y metamorfosis ética del decadentismo.
S Campos de Castilla (1912).
S Nuevas canciones (1927-1920) / Cancionero apócrifo
(1924-1936).
Institución Libre de
Enseñanza: la educación en el centro
Racionalismo
Amor a la naturaleza
Interés por el
folklore popular
Gusto por el diálogo
como medio de
aprendizaje
Valoración del trabajo
Enseñanza laica
Intensificación de la filosofía y
el pensamiento en Baeza
“Por estos campos de la tierra mía
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste, cansado, pensativo y viejo.”
Antonio Machado.
Juan de Mairena
Teoría y práctica del apócrifo
en Machado
Antes de escribir un poema –decía Mairena a sus alumnos- conviene
imaginar el poeta capaz de escribirlo.
¿Pensáis –añadía Mairena- que un hombre no puede llevar dentro de sí
más de un poeta? Lo difícil sería lo contrario, que no llevase más de uno.
Juan de Mairena, personaje principal
y Abel Martín (su maestro de
metafísica apócrifo) son inseparables,
como Sócrates y Platón.
Toda la obra se encamina a un
objetivo esencial: acercarse a la
verdad más posible, en todos
los campos de la existencia del
hombre.
Juan de Mairena
S Juan de Mairena, poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Trovar. Nació en Sevilla (1865). Murió en Casariego de Tapia (1909). Es autor de una Vida de Abel Martín, de un Arte poética, de una colección de poesías: Coplas mecánicas, y de un tratado de metafísica: Los siete reversos.
S Juan de Mairena era un hombre de otro tiempo, intelectualmente formado en el descrédito de las filosofías románticas, los grandes rascacielos de las metafísicas postkantianas, y no había alcanzado, o no tuvo noticia, de este moderno resurgir de la fe platónico-escolástica en la realidad de los universales…
HACIA LA SUPERACIÓN DEL INDIVIDUALISMO Y
EL SOLIPSISMO
Juan de Mairena es una síntesis de varios tipos de diálogos humorísticos breves, monólogos, aforismos y versos cortos en los que el autor pregunta, señala, argumenta, instruye, corrige, reflexiona, explica, justifica y critica los pensamientos en relación a cómo debe ser la realidad humana.
La conciencia y la otredad
S Hemos de volver –añadía Mairena- a pensar la
conciencia como una luz que avanza en las tinieblas,
iluminando lo otro, siempre lo otro…
S Un optimismo absoluto no me parece aceptable.
S Tampoco os recomiendo un pesimismo extremado.
La Retórica y la Lógica
S Escuela Popular de Sabiduría Superior.
S Nosotros somos, antes que nada, estudiantes de Retórica. La Retórica es una disciplina importantísima.
S La Retórica ha de enseñarnos a hablar bien. Pero yo os pregunto: ¿Creéis vosotros que es posible hablar bien pensando mal? Si pensáis conmigo que esto no es posible, ¿os extrañará que la Retórica nos conduzca, necesariamente, a la lógica, al estudio de las normas o hábitos de pensar que hacen posible el conocimiento de algo, o la ilusión de que algo conocemos?
Conocimiento y saber: la
importancia de pensar
S Aprendió tantas cosas –escribía mi maestro a la muerte
de un amigo erudito-, que no tuvo tiempo para pensar en
ninguna de ellas.
S LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO CON LOS
ALUMNOS: Ayudadme a comprender lo que os digo, y
os lo explicaré más despacio.
Fortalecer y agilizar nuestro
pensar
S Nosotros pretendemos fortalecer y agilizar
nuestro pensar para aprender de él mismo
cuáles son sus posibilidades, cuáles sus
limitaciones; hasta qué punto se produce de
un modo libre, original, con propia iniciativa,
y hasta qué punto nos aparece limitado por
normas rígidas, por hábitos mentales
inmodificables, por imposibilidades de
pensar de otro modo. ¡Ojo a esto, que es
muy grave!
Verdad, Bondad, Belleza
Importancia del diálogo y de la
palabra
S Con palabras se charla y se diserta; con palabras se piensa y se siente y se desea; con palabras hablamos a nuestro vecino, y cada cual se habla a sí mismo, y al Dios que a todos nos oye, y al propio Satanás que nos salga al paso.
S Lo dramático –añadía Mairena- es acción, como tantas veces se ha dicho. En efecto, acción humana, acompañada de conciencia y, por ello, siempre de palabra. A toda merma en funciones de la palabra corresponde un igual empobrecimiento de la acción.
S Para dialogar / preguntad primero; /después… escuchad
Verdad
S La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Agamenón.- Conforme.
El porquero.- No me convence.
S El amor a la verdad es el más noble de todos los amores.
S Después de la verdad –decía mi maestro- nada hay tan bello
como la ficción.
S Para los tiempos que vienen hay que estar seguros de algo.
Porque han de ser tiempos de lucha, y habréis de tomar
partido.
La mentira
S Se miente más que se engaña; / y se gasta más saliva/
de la necesaria…
S Si nuestros políticos comprendieran bien la intención de
esta sentencia de mi maestro, ahorrarían las dos
terceras partes, por lo menos, de su llamada actividad
política.
La política
S La política, señores -sigue hablando Mairena-, es
una actividad importantísima… Yo no os aconsejaré
nunca el apoliticismo, sino, en último término, el
desdeño de la política mala que hacen trepadores y
cucañistas, sin otro propósito que el de obtener
ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer
política, aunque otra cosa os digan los que
pretenden hacerla sin vosotros, y, naturalmente,
contra vosotros.
El escepticismo y la duda
S La inseguridad, la incertidumbre, la desconfianza, son acaso nuestras únicas verdades. Hay que aferrarse a ellas.
S No toméis demasiado en serio nada de cuanto oís de mis labios, porque yo no me creo en posesión de ninguna verdad que pueda revelaros.
S Aprende a dudar, hijo, y acabarás dudando de tu propia duda. De este modo premia Dios al escéptico y confunde al creyente.
Más allá del escepticismo
S Nunca os aconsejaré el escepticismo cansino y melancólico de
quienes piensan estar de vuelta de todo. Es la posición más
falsa y más ingenuamente dogmática que pueda adoptarse. Ya
es mucho que vayamos a alguna parte. Estar de vuelta, ¡ni
soñarlo!
S El escepticismo a que yo quisiera llevaros es más fuente de
regocijo que de melancolía. Consiste en haceros dudar del
pensamiento propio, aunque aceptéis el ajeno, por cortesía y
sin daño de vuestra conciencia, porque, al fin, del pensamiento
ajeno nunca sabréis gran cosa. Quiero enseñaros a dudar del
pensamiento propio cuando éste lleva a callejones sin salida,
que es indicaros la salida de esos callejones.
La valentía de vivir
SY cuando queden pocas horas
de vida, recordad el dicho
español: de cobardes no se ha
escrito nada. Y vivid esas
horas pensando en que es
preciso que se escriba algo de
vosotros.
La dignidad humana
S Nosotros nos inclinamos más bien a creer en la dignidad
del hombre, y a pensar que es lo más noble en él el más
íntimo y potente resorte de su conducta. Porque esta
misma desconfianza de su propio destino y esta
incertidumbre de su pensamiento, de que carecen acaso
otros animales, van en el hombre unidas a una voluntad
de vivir que no es un deseo de perseverar en su propio
ser, sino más bien de mejorarlo.
S El hombre quiere ser otro. He aquí lo específicamente
humano.
El respeto a los demás
SNo debe el hombre –decía Juan
de Mairena- disponer de la vida
del hombre; quiero decir que no
debe utilizar a su prójimo para
quitarle su dignidad de fin, para
convertirle en medio, supeditado a
la vida ajena.
El valor del ser humano, de la
mujer y del hombre
SPor mucho que un
hombre valga, nunca
tendrá valor más alto
que el de ser
hombre.