Download - La Cosa en El Pensamiento (Emanuele Coccia)
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LA COSA EN EL PENSAMIENTO
in A. Meinong, Teoria de lo objeto y presentacion personal, Buenos Aires, Mioz y Davila, 2008, p. 11-43
Por Emanuele COCCIA
Wirkliche Wahrheit ist immer unrealistisch
F. Kafka
I.
La filosofa muchas veces ha tomado nota de su existencia, pero con el mismo espritu
distrado y negligente con el cual los telogos antiguos pasaban revista de las divinidades y las
herejas del pasado pagano. Obsesionan al pensamiento mucho ms de cuanto lo hace
aquello que puede ataviarse con el ttulo de realidad y de todo cuanto se jacta del prestigio de
la evidencia. Son aqullos que la metafsica, con un nombre al mismo tiempo irnico y
revelador llama desde siempre entes de razn (entia rationis), casi como si la razn tuviese que
ver sobretodo con ellos, casi como si solamente ellos constituyesen la verdadera Cosa del
pensamiento. Un catlogo exhaustivo de stos est lejos de haber sido ya compilado.
Quienquiera intentase redactar uno debera hacer comparecer, como sugera la escolstica
medieval, los hircocervos, las quimeras, los infinitos otros Dioses, ya sin ocupacin, dado
que han cesado de ser venerados y no han adquirido por el contrario el grado de realidad
necesaria para llegar al culto de los hombres, los mundos posibles pero menos perfectos que el
actual, pero tambin las montaas de oro, los El dorados trazados en los mapas de la esperanza
pero nunca encontrados en la realidad, las ciudades perfectas proyectadas pero jams
construidas, los cuadrados redondos, los hombres-len, los Leviatanes, los Centauros, el
rey calvo de Inglaterra y todos los resucitados al final de la historia1.
1 En una fcil paradoja en esta lista podra fcilmente incluirse tambin la propia teora del objeto, que segn las clebres palabras de G. Ryle est muerta, sepultada y no resurgir. Cfr. M. G. RYLE, Intentionality Theory and the Nature of Thinking, in Revue Internationale de philosophie, 27, (1973), pp. 255-265, aqu p. 255 (Let us frankly concede from the start that Gegenstandstheorie itself is dead buried and not going to be
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En esta lista infinita figuraran tambin Ahab e Ismael, Isabel Archer y Swann, Perceval y
Pierre Bezuchov junto con todos los personajes que la literatura mundial ha intentado
contemplar, con sus vidas, sus gestos, sus tics, sus pensamientos o sus emociones.
Encontraran aqu su lugar todos los sueos y las imgenes que han animado y siguen
animando cada noche el sueo de los hombres, los mundos paralelos diseados por las
mentiras que desde siempre han permitido pensar y conocer algo distinto de aquello que es,
el contenido de todas las promesas pronunciadas pero nunca realizadas, los paisajes hipnticos
que la linterna mgica del bovarismo o de las religiones de los individuos o de los pueblos
proyecta sobre la realidad que los envuelve y parece determinarlos. Es difcil de decir dnde
viven precisamente. Ciertamente no pertenecen a ningn tercer reino y ninguna quinta
dimensin podra tampoco acogerlos. A veces son de tal suerte indeterminados y defectuosos
que no pueden ni siquiera confiar en un mundo posible contemplado por el intelecto divino
que pueda ofrecerles un sustrato, una patria, un terreno en el cual radicarse y esperar un da
volverse reales, acaecer2.
Descuidados o abandonados desde siempre, entes prohibidos, la presencia de estas extraas
criaturas no puede ser suprimida. De hecho nadie, a menos que ignore su propia palabra,
podr negar que son algo constituido slo por el pensamiento, a menos que quiz utilice los
trminos darse o ser de manera equvoca3. A diferencia de su fama, por lo dems, no se
trata de ningn modo de presencias espectrales, intiles, daosas. Invisibles para los ms,
combatidas como si fuesen malezas del aquel campo de la conciencia que la fenomenologa
querra transformar en el productivo latifundio del quietismo y la buena fe, estas presencias
prestan ms de un servicio a esta misma Razn que querra exiliarlas. Un objeto imposible es
capaz de procurar un medio de conocimiento imprescindible para las investigaciones
resurrected. Nobody is going to argue again that for exemple there are objects concerning which it is the case that there are no such objects).
2 Cfr. Sobre el problema, el bellsimo libro de T. RAMELOW, Gott, Freiheit, Weltenwahl. Die Metaphysik der Willensfreiheit zwischen A. Prez S.J. (1599-1649) und G. W. Leibniz (1646-1716), Leyde New York Kln, E. J. Brill (Brills Studies in Intellectual History ; 72), 1997
3 F. SUAREZ, Disputationes metaphysicae, Parisiis, Apud Peturm Menier 1619, Disp. LIV, De entibus rationis, p. 700
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matemticas y extramatemticas4. Los ejemplos seran infinitos: en el curso de los siglos la
quimera ha sido de hecho el case study que ha permitido a la lgica llegar a grados de perfeccin
y de refinamiento impensables sin ella5. La ciencia moderna no sera concebible sin las res
imaginabiles6 o los Gedankenexperimente7. El derecho ha sido a menudo definido como el imperio
de las ficciones8, y la religin, cualquiera sea la actitud que pueda tenerse frente a ella, vive solo
y sobretodo de estas realidades. El conocimiento histrico, ya sea que lo admita o no, se nutre
por lo dems de objetos que tienen un grado de realidad decididamente inferior respecto del
que poseen las res sensibiles. Pero el caso ms evidente es el nmero cero: por mucho tiempo
excluido del sistema numrico, su introduccin ha causado una revolucin de la cual a duras
penas seran calculables los efectos. Sin embargo el cero no es otra cosa que el paradigma de
los objetos imposibles: no es otra cosa que aquello cuyo ser es semejante a su no-ser9. La
mayor parte de los conocimientos humanos, de las ciencias que definen el modo y la forma en
la cual vivimos y nos relacionamos con el mundo seran simplemente imposibles sin ellos. Su 4 A. MEINONG, ber die Stellung des Gegenstandstheorie im System der Wissenschaften, Leipzig 1907, p. 19: Ein unmglicher Gegenstand ist imstande, ein unentbehrliches Erkenntnismittel fr mathematische und aussermathematische Untersuchungen abzugeben.
5 Es la propia quimera misma que lo ha reconocido, en una conmovedora confesin suya: My feelings towards philosophers are mixed. For centuries they have used me as an experimental animal, keeping me on a minimum of being. In a way I may owe my life but their experiments have weakened me so much, that the end may be drawing near. Se trata del esplndido diario de una quimera redactado por S. EBBESEN, The Chimeras Diary , in The Logic of Being. Historical Studies, ed. Simo Knuuttila / Jaakko Hintikka, D. Reidel Publishing Company (Synthese Historical Library, 28), Dordrecht-Boston-London 1986, pp. 115-153, p. 115.
6 Sobre las hiptesis secundum imaginationem cfr. los numerosos trabajos de JOHN E. MURDOCH Philosophy and the Enterprise of Science in the Later Middle Ages in The Interaction Between Science and Philosophy, ed. Y. ELKANA, London 1974, pp. 6470, ID The involvement of logic in late medieval natural philosophy, in Studies in medieval natural philosophy, ed. by S. CAROTI, pp. 3-28; en el mismo volumen cfr. tambin el ensayo de H. HUGONNARD-ROCHE, Analyse smantique et analyse secundum imaginationem dans la physique parisienne au XIVe sicle, pp.133-153. Y sobre el problema en general cfr. S. Caroti, Nuove prospettive della storiografia di storia della scienza medievale : le proposte di John E. Murdoch, in Nuncius 7 (1992), pp.231-252.
7 E MACH, Erkenntnis und Irrtum. Skizzen zur Psychologie der Forschung. Leipzig, 1905, p. 180 sqq. Y cfr. A. MEINONG, ber die Stellung des Gegenstandstheorie, cit., pp. 67-77.
8 Yan THOMAS, Fictio Legis. L'empire de la fiction romaine et ses limites mdivales, in Droits 21 (1995), pp. 17-63.
9 Es la bellsima definicin que de l da E. MALLY, que se cuenta entre los alumnos ms geniales de Meinong. Cfr. E. MALLY, Untersuchungen zur Gegenstandstheorie des Messens, in Untersuchungen zur Gegenstandstheorie und Psychologie, hrsg von A. MEINONG, Graz 1904, p. 134 sqq.
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conocimiento y su ciencia es necesaria a cualquier doctrina humana: sin ellos apenas
lograramos hablar. Y son necesarios en metafsica, as como en filosofa y en lgica, por no
hablar adems de la teologa10. El mundo de la vida del cual la fenomenologa no cesa de
trazar el mapa no es aquel pas ordenado que sta se esfuerza por imaginar. Con una mirada
menos rstica de la que aporta el sentido comn, ste muestra una geografa mucho ms
exuberante, frondosa, ecuatorial, donde lo irreal, lo imposible, lo inexistente o lo falso no son
tierras colocadas ms all de sus confines, sino sus formas autctonas, sus habitantes ms
antiguos. El mundo de la experiencia est en realidad constantemente poblado de criaturas
inaprehensibles y de difcil definicin. Sera intil medir su naturaleza a travs de los
instrumentos de la psicologa trascendental o de la ontologa. Verdad, realidad y unidad no
logran expresar nada de sus contornos. Estas extraas criaturas no logran retener para s
ninguno de los atributos que caracterizan a los objetos mundanos. Su nica cualidad es la de
ser cognoscibles: no existen, no son verdaderos, a menudo no son ni siquiera lgicamente
consistentes (no logran definir, entonces, algo unitario y no contradictorio), pero no obstante
todos pueden ser conocidos. Inferiores al ser, inferiores al uno, inferiores a la verdad, se dan no
obstante a conocer, son capaces de colocarse frente al intelecto y no slo de persistir dentro de
l. En esto, no hacen otra cosa que mostrar la calidad ms basilar y trascendental de cuanto se
llama objeto (objectum): aquella de estar frente (objicere) al sujeto pensante y al acto de
pensamiento11.
La imposibilidad de reducirlos a hechos meramente psicolgicos radica precisamente en la
fuerza de su extraeza: resisten la asimilacin a cualquier otra naturaleza, humana, divina,
objetual que sea. Objeto indica la cualidad que todo debe poder poseer, an antes de
definirse respecto a la existencia y a la no-existencia, a la consistencia o a la inconsistencia, y
tambin a la posibilidad de ser. Las cosas se distinguen segn el ser y el no ser, la materialidad y
la inmaterialidad, la duracin y la extensin y se reparten entre los posibles y los imposibles.
Pero no hay nada que no sea o no pueda ser objeto. La objetividad es la determinacin mnima
10 F. SUAREZ, De entibus rationis, cit. p. 700: Est enim eorum cognitio et scientia ad humanas doctrinas necessaria; vix enim sine illis loquimur, vel in Metaphysica ipsa, vel etiam in Philosophia, nedum in logica, et (quod magis est) etiam in Theologia. Nec vero potest hoc munus ad alium quam ad Metaphysicam spectare.
11 A. MEINONG, Presentacin personal, infra, p.000 : la etimologa del "ob-iectum" ofrece al menos una caracterizacin indirecta, mediante la referencia a las vivencias que captan el objeto y que, sea como fuere, no pueden ser consideradas, por ejemplo, como algo constitutivo para el objeto.
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que cada cosa adquiere para poder comparecer en el campo de la experiencia sea sta
pensamiento, emocin, presuncin, sentimiento. De hecho, no se puede conocer sin conocer
algo o, en trminos ms generales, no se puede juzgar ni siquiera representar sin juzgar sobre
algo, representar algo12. Y es as tambin para la alegra, dolor, as como [tambin para la]
compasin y la envidia: uno se alegra de algo, se interesa por algo, al menos en la mayora de
los casos no quiere o desea sin querer o desear algo13. Nadie ignora que este peculiar estar
dirigido hacia algo le sobreviene al acontecimiento psquico tan extraordinariamente a
menudo que induce al menos a conjeturar all un factor caracterstico de lo psquico frente a lo
no-psquico14. La razn y la experiencia tienen siempre que vrselas con algo. La tradicin
fenomenolgica, a partir de Brentano, est acostumbrada a reducir este algo a una simple
propiedad de la conciencia: la cosa del pensamiento con la cual tenemos que vrnosla cada vez
que pensamos, esperamos o sentimos, no tiene ninguna autonoma, es la forma propia de la
razn, la intencionalidad. Todo fenmeno psquico est caracterizado por lo que los
escolsticos del Medioevo han llamado la inexistencia (tambin mental) de un objeto, y que
nosotros, si bien con expresiones que no estn exentas de ambigedad, llamaremos la relacin
respecto de un contenido, la direccin hacia un objeto (no en el sentido de una realidad), o la
objetualidad inmanente .
Segn Brentano, todo fenmeno psquico contiene algo como objeto, an si no es en el
mismo modo: en la representacin algo es conocido, en el juicio algo es aceptado o refutado,
en el amor algo es amado, en el odio odiado y en el deseo deseado, etc15. Brentano pretende
rastrear la doctrina de la inercia psquica [psychische Einwohnung] del objeto del pensamiento no
slo en el De anima de Aristteles, sino tambin en Filn de Alejandra, en la teora del verbum
mentis de Agustn, en Anselmo y en Toms de Aquino. El mrito de esta doctrina, tan
difundida por haber hbilmente enmascarado sus aporas, es eludir el verdadero problema. La
metfora por la cual se acostumbra a hablar respecto de las vivencias psquicas de
12 A. MEINONG, Teora del objeto, infra
13 A. MEINONG, Teora del objeto, infra
14 A. MEINONG, Teora del objeto, infra
15 F. BRENTANO, Psychologie vom empirischen Standpunkt, hrsg, von O. Kraus, I, Meiner Verlag, Leipzig 1924, p. 124.
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contenidos16 transforma una relacin entre dos realidades (el dato psquico y el algo) en
una relacin interna entre un continente y un contenido, y convierte la trascendencia del objeto
en una forma, aunque sea no absoluta, de inmanencia. Si refirindose empero a las cosas la
consciencia se refiriese verdaderamente a una parte suya, a un contenido suyo, no habra
ninguna distincin entre conocimiento interno y conocimiento del mundo, y todo acto
cognoscitivo sera una prosecucin del cogito, o bien del acto a travs del cual la conciencia se
conoce a s misma17. El hecho de que el conocimiento tenga un objeto, o la objetualidad propia
de lo psquico (Gengenstandlickhkeit des Psychischen) y del conocible, coincide con el hecho de
que el conocer es sobre todo y por lo dems no conocerse a s mismo. Dado que todo
conocer tiene un objeto que no es s mismo, se sigue que est en la naturaleza de todo conocer
el trascenderse18. En la medida en que tiene que habrselas con un objeto, el conocer deja de
ser un hecho puramente psicolgico y subjetivo. Viceversa, se llama objeto el lado no-subjetivo
del pensamiento y del conocimiento, el lugar en el cual el conocimiento se abre a aquello que
no es psquico, que no es subjetivo. En la incomodidad de describir la medida de la diversidad
de este lado, se ha preferido hacer del algo conocido una parte de la conciencia. Bajo el ttulo
de intencionalidad un tropo no exento de peligro19, se esconde as la tentativa de negar toda
autonoma al objeto conocido, y en definitiva, toda forma de realidad. An Husserl haba
expresado sus dudas. Me represento a Jpiter se lee en las Investigaciones lgicas, es decir tengo
una cierta vivencia representativa, en mi conciencia se cumple el acto de representar al dios
Jpiter. Se podr descomponer esta vivencia en un anlisis descriptivo tanto como se quiera,
pero con esto no se encontrar jams algo como el dios Jpiter. El objeto mental inmanente
no pertenece a la consistencia descriptiva de la vivencia y en verdad entonces ste no es ni
inmanente ni mental. Pero no existe sin embargo extra mentem, de hecho no existe 20 .
Ciertamente no es fcil comprender en qu modo una vivencia contiene una parte de 16 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 104
17 Cfr. para una crtica similar P. AUREOLO, Scriptum Super Primum Sententiarum, ed. E. M. Buytaert, vol. II, St. Bonaventure New York 1956, d. 3, sectio 14 II, pp. 713-4: Nec potest etiam poni quod sit ipse actus intellectus rosa illa apparens; tum quia intellectus primo cerneret suum actum et mediante eo cerneret obiectum et per consequens non intelligeret res directe
18 Cfr. A. MEINONG, ber die Erfahrungsgrundlagen unseres Wissens, in Gesammelte Werke, V, p. 453
19 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 46.
20 Cfr. E. HUSSERL, Logische Untersuchungen, in Husserliana, XIX, 1 p. 386-7.
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realidad [ein Stck Wirklichkeit] tan considerable como el sol, o an algo tan absolutamente
irreal como el cuadrado redondo, solo porque es capaz de aprehenderlo21. Transformando al
objeto en una propiedad de la conciencia, se olvida que el proceso psquico al que
designamos conocer no agota por s solo la consistencia del conocimiento 22 . El
conocimiento es, por as decirlo, un hecho doble en el cual al conocer se le enfrenta lo
conocido como algo relativamente autnomo hacia lo cual aquel no slo est dirigido, por
ejemplo, en la forma de juicios falsos, sino antes bien algo que, por as decir, es aprehendido,
captado o comoquiera que se intente describir de un modo inevitablemente grfico lo que es
indescriptible23 . Esta autonoma frente a la vivencia que la aprehende [Selbstndigkeit gegenber
dem erfassenden Erlebnisse] es algo propio del objeto no menos esencialmente de cuanto lo es a
toda parte de realidad fuera de nosotros [Stck Wirklichkeit ausser uns] 24 . Reconocer la
autonoma del algo conocido no significa todava reconocerle una existencia. La realidad de
una autonoma tal se mide slo en la fuerza del estar frente al acto de conocimiento, de la
resistencia a no ser reducido a hecho psquico, a no revelarse como siendo simplemente una
mera parte del sujeto, un contenido de la conciencia. Si el algo con el que tenemos que
vrnosla cada vez que conocemos, si la Cosa de la conciencia y del pensamiento fuese una
realidad mental, la conciencia sera la cmara de espejos en la cual el sujeto no dejara de
reflejarse, y todo cuanto llamamos experiencia sera una forma de exhausto narcisismo. Los
entes de razn, criaturas menores del conocimiento, formas de experiencia sin verdad y sin
realidad son ante todo la prueba ms evidente de la resistencia que el algo conocido opone a
cualquier asimilacin a otra cosa que no sea s mismo, ya sea la realidad psquica del sujeto
cognoscente o la realidad material de la cosa conocida. Por ello, stos pueden ser llamados
objetos puros. Emanan un esplendor especial. El esplendor de algo que no tiene otra
determinacin que la de la objetividad, destilada de toda verdad, y de toda evidencia.
II.
21 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 104.
22 A. MEINONG, Teora del objeto, infra
23 A. MEINONG, Teora del objeto, infra
24 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 61.
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Sobre ellos pesa desde hace siglos un extrao tab. Es claro que el encargo de explicar su
naturaleza no puede incumbir sino a la metafsica25. Sin embargo, ha sido siempre quasi ex
obliquo et concomitanter que ella se ha ocupado de stos, y cuando lo ha hecho ha sido, por lo
dems, para repetir que no se trata de verdaderos entes reales porque no son capaces de
verdadera existencia, ni tienen una verdadera semejanza con los entes reales, por lo que puede
decirse que comparten con stos el concepto mismo de ente26. Hay algo similar al inexplicable
miedo por los fantasmas que se anida detrs del horror con el cual la filosofa ha buscado
contener esta extraa, inquietante fecundidad propia de la razn [quaedam foecunditas intellectus]
que puede producir formaciones ficticias a partir de entes verdaderos, conjugando partes que
no podran realmente formar un compuesto, como cuando fabrica una quimera o algo similar.
Es de este modo como forma aquellos entes de razn que son llamados imposibles y que son
denominados por algunos entes prohibidos27. No se puede dejar de contener su produccin
porque su existencia es a menudo necesaria para la comprensin misma de lo real: el objeto
adecuado del intelecto es el ente y la razn nada puede comprender si no es concibindolo
como si fuese un ente. Cuando intenta pensar las privaciones y las negaciones, sta las concibe
por consiguiente como si fuesen entes, y as forma entes de razn28. Hay algo, sin embargo,
que impide acercarse con justa ecuanimidad estos casos de pensamientos sin realidad,
reconocerles alguna dignidad, an si no es posible afirmar ninguna verdad sobre ellos. Est
ms alejado un ente de razn de un ente real que un hombre pintado de uno verdadero,
porque en el segundo caso hay una semejanza real en algn accidente, mientras que entre el
25 F. SUAREZ, Disputationes metaphysicae, cit,, p 700
26 Ibid., p. 701: neque sunt vera entia realia, quia non sunt capacia verae et realis existentiae neque etiam habent veram aliquam similitudinem cum entibus realibus ratione cujus habeant cum illis communem conceptum entis.
27 Ibid. p. 702 Est tamen ertia causa proveniens ex quadam foecunditate intellectus qui potest ex veris entibus ficta conficere conjungendo partes, quae in re componi non possunt quomodo fingit chymeram, aut quid simile, et ita format illa entia rationis, quae vocantur impossibilia, et ab aliquibus dicuntur entia prohibita. In his autem conceptionibus non fallitur intellectus, quia non affirmat ita esse in re sicut ea conceptu simplici in quo non est falsitas.
28 Ibid. Cum enim objectum adaequatum intellectus sit ens, nihil potest concipere nisi ad modum entis, et ideo dum privationes aut negationes concipere conatur eas concipit ad modum entiumet ita format entia rationis.
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ente real y el ente de razn no existe ninguna29. Una reaccin tan inconcina por parte de un
filsofo conocido por su equilibrio muestra cun escasa es la simpata de la metafsica por los
conocimientos o las experiencias que no dan acceso a ninguna verdad y que por lo dems
arrastran a la razn hacia algo que no tiene ninguna relacin de semejanza con lo Real y lo
Verdadero.
Las razones de esta amistad fallida son muy antiguas. Bolzano ya haba notado como en
general Aristteles parece haber pensado solamente en la esfera de las cosas existentes, y no en
aquella puramente posible o en aquella correspondiente a lo imposible30. Esta preferencia por
las cosas existentes parece tocar la definicin misma de cuanto llamamos ciencia. No se
puede conocer lo que no existe: en este apotegma de Aristteles31 resuena el antiguo nomos
con el cual Parmnides haba inaugurado la filosofa en Grecia: ser e inteligibilidad noein y
einai deben ser to auto (B3). Bajo sus auspicios, la metafsica se transform en una ideologa del
realismo, que repele como no saber todo lo que no concierne a cuanto sta ha definido como
real: de non ente non est scientia32. La proposicin ha de ser leda en ambos sentidos: no slo
el saber sobre lo que no existe no es un verdadero saber sino que adems sobre lo que no posee
existencia no debe haber ciencia. En las palabras del mismo Surez, el principio se formula de
este modo: toda cosa tiene tanta inteligibilidad como cuanto ser posee33, o bien toda cosa es
29 Ibid. plus distat in ratione entis ens rationis ab ente reali quam homo pictus a vero, nam hic saltem intercedit realis similitudo in aliquo accidente, quae inter ens reale et rationis nulla esse potest.
30 B. BOLZANO, Wissenschaftslehre, hrsg. von W. Schultz, Leipzig, 1929, n. 118, Bd. 1, p. 558: berhaupt scheint Aristoteles nur an die Sphre der existierenden Dinge, nicht aber an jene des bloss Mglichen oder auch gar nicht Mglichen gedacht zu haben
31 ARISTOTELES, Analitica posteriora I, 2, 71b 25. Sobre este problema cfr. el bellsimo ensayo de J. SCHMUTZ, Ralistes, nihilistes et incompatibilistes. Le dbat sur les negative truthmakers dans la scolastique jsuite espagnole, in Dire le nant, d. J. LAURENT, Cahiers de philosophie de lUniversit de Caen, 43 (2007), pp. 131-178. Importantsima es la tesis de doctorado indita sobre La querelle des possibles. Recherches philosophiques et textuelles sur la mtaphysique jsuite espagnole, 1540-1767, Ecole pratique des hautes etudes, Paris Universit libre de Bruxelles, 2003. El presente ensayo debe muchsimo a las reflexiones sobre la metafsica de la escolstica jesuita all presentes.
32 Cfr. Auctoritates super prumum librum posteriorum aristotelis n 13, in J. Hamesse, Les auctoritates Aristotelis. Un florilge mdival. Etude historique et dition critique, Louvain, Paris 1974, p. 312: quod non est non contingit scire, ex quo habemus quod de non ente non est scientia
33 F. SUAREZ, Disputationes metaphysicae, cit Disp. VIII, 7, 7, p. 205: quantum unumquodque habet de esse, tantum habet de intelligibilitate ut alias dixit D. Thomas, I, q. 16, a. 3.
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cognoscible en la medida en la que tiene ser (unumquodque in tantum est conoscibile, inquantum habet
de esse)34. La fuerza de este principio est en el prejuicio, jams puesto en cuestin, segn el cual
todos nuestros saberes (o al menos nuestros intereses) pueden concernir slo a lo Real35. Es a
causa de esta prohibicin jams infringida que la abrumadora mayora de los objetos no han
encontrado ninguna patria en las ciencias tradicionales 36. Un exange eco de este prejuicio es
lo que llamamos psicologismo. El psicologismo, en efecto, es el error de quien considera tener
que encontrar en todo ente algo de real37, ya sea psicolgico o mundano. Segn se piensa
espontneamente, lo que no existe fuera de nosotros debe existir al menos en nosotros38. Se
puede decir as que acerca de cun poca razn lleva una opinin semejante, nos orientan del
modo ms sencillo los objetos ideales, que subsisten, desde luego, pero que en ningn caso
existen y, por consiguiente, no podran en ningn sentido ser reales39. El conocimiento se
encuentra continuamente frente a irrealidades de este orden. La igualdad o la diversidad son
por ejemplo objetos de este tipo: tal vez subsisten en tales o cuales circunstancias entre
realidades pero no son por s mismas un segmento de la realidad40. Es innegable que el
representar tanto como el suponer y el juzgar se ocupa de estos objetos y a menudo tiene
motivo para ocuparse de ello muy minuciosamente. A su vez, tampoco el nmero existe
adems de lo contado, en el caso de que esto ltimo efectivamente exista; esto puede
reconocerse claramente por el hecho de que tambin se puede contar aquello que no existe41.
La razn por la cual esto ha pasado tan fcilmente desapercibido es que el inters
particularmente vivo por lo real, que forma parte de nuestra naturaleza, favorece la exageracin
34 Cfr. sobre este problema el bellsimo ensayo de W. HBENER, Scientia de aliquo et nihilo. Die historischen voraussetzungen von Leibniz Ontologie Begriff, in Denken im Schatten des Nihilismus Festschrift fr W. Weischedel zum 70. Geburtstag ed A. SCHWAN, Darmstadt, 1975, pp. 34-54.
35 A. MEINONG, ber Annahmen, cit. p. 61.
36 A. MEINONG Presentacin personal, infra p.
37 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
38 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
39 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
40 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
41 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
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de tratar lo que no es real como una mera nada42. Sin embargo, existe algo que la diarqua
ordenada de mundo y alma o la imbricacin de psiquis y cuerpo no logran explicar. Hay algo
que se halla fuera de la disyuncin entre lo fsico y lo psquico ya que est tambin fuera de lo
real 43.
Alumno hertico de Brentano44, espritu sobre el cual la complejidad, la tensin, la aspereza
ejercitaban una antraccin particular45 Alexius Meinong parece haber sido el primero y el
nico en la historia de la filosofa occidental en haber denunciado con fuerza que tambin lo
no-real existente adems de lo no-existente, lo posible e incluso lo imposible puede
constituir el objeto de conocimientos46. Los opsculos que publicamos aqu representan quiz
el intento ms acabado y valiente de demostrar que hay tambin, justamente, un saber de lo
no-real47. La totalidad de los saberes anotaba en un apunte que ha permanecido indito
se basa sobre la distincin entre lo fsico y lo psquico, pero esto no es otra cosa que la
preferencia por lo existente. Sin embargo, hay algo que vale la pena conocer pero que no puede
existir48. Es difcil sobrevaluar la radicalidad del gesto con el cual ha repetido que en
contraposicin con tal preferencia por lo real, que hasta el momento efectivamente todava no
ha sido quebrantada por principio en ninguna ciencia, existe sin embargo la indudable
necesidad de una ciencia que elabore sus objetos sin restringirse particularmente al caso
especial de su existencia, de modo que, en este sentido, pueda ser calificada como libre de
existencia [daseinsfrei] 49 . Meinong realiza para la metafsica y para la filosofa la misma
42 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
43 A. MEINONG, Teora del objeto, infra p.
44 Sobre la herencia de Brentano cfr. el bello volumen antolgico al cuidado de D. FISETTE E G. FRCHETTE, A lcole de Brentano. De Wrzburg Vienne, Paris Vrin 2007, sobretodo la introduccin, Le legs de Brentano, pp.13-160.
45 E. DLLING, Wahrheit suchen und Wahrheit belennen. Alexius Meinong: Skizze seines Lebens, Rodopi, Amsterdam, 1999, p. 72.
46 A. MEINONG, Presentacin Personal, infra, p.
47 A. MEINONG, Presentacin Personal, infra, p.
48 A. MEINONG, Kolleghefte und Fragmente, Schriften aus dem Nachlass, hrsg. von R. FABIAN und R. HALLER, Graz 1978, p. 245.
49 A. MEINONG, Presentacin Personal, infra, p.
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revolucin que el descubrimiento del inconsciente le haba permitido a Freud llevar adelante en
la psicologa. Como la conciencia no es sino un accidente o una porcin de la vida psquica,
as el ser, la existencia y la verdad no son sino accidentes de aquello que el conocimiento y
cualquier forma de experiencia se ven obligados a afrontar. He llamado a esta ciencia []
teora del objeto [Gegenstandstheorie]. Por qu, sin embargo, el saber acerca de lo no-real
toma el nombre de teora del objeto?50 Por qu lo que est libre de la existencia debe ser
llamado objeto?
III.
Es de la teologa que la filosofa ha heredado la obsesin por lo real que orienta todos sus
intereses. sta se expresa sobretodo en una curiosa predileccin por todo aquello que es
verdadero, bueno y uno: lo real parece enteramente definido dentro de los lmites de esta
trinidad, y viceversa todo lo que la niega o la sobrepasa es groseramente desclasado como
irrealidad. En virtud de este secreto silogismo la realidad de lo humano est perfectamente
contenida en la posibilidad de conocer lo verdadero, de actuar coherentemente como un sujeto
individual (la persona), de orientar la propia existencia hacia el bien; todo lo que no se deja
describir en estos trminos no puede decirse efectivamente real. Es por ello que lo falso y lo
ficticio (el conocimiento no destinado a lo verdadero) han devenido prerrogativas de la
literatura, la accin contradictoria y no orientada necesariamente hacia el bien se ha
transformado en materia privilegiada de estudio del psicoanlisis, la vida que supera la estrecha
identidad individual y personal objeto especfico de la polica. Y es a causa de esta misma
limitacin que los anlisis fenomenolgicos sobre el conocimiento humano han privilegiado
siempre el caso ms obvio, el del conocimiento perceptivo verdadero, y desatendido por ende
50 Es lo que Meinong se pregunta explcitamente en una nota pstuma. Cfr. A. MEINONG, Kolleghefte und Fragmente, cit,, p. 179-180: Warum heisst daseinsfreies Wissen Gegenstandstheorie, da doch auch Wirkliches Gegenstand ist? Betrifft Gegenstandstheorie nur daseinsfreie Gegenstnde? [] Nicht Gegenstand ist daseinsfrei, sondern Wissen, und daseinsfreies Wissen ist nicht etwa Wissen vom oder nur vom Nichtdaseinenden. Es befasst vielmehr Daseiendes wie Nichtdaseiendes. [] Wie rechtfertigt sich dieser Name da doch jede Theorie von Gegenstnden handeln muss, daher Gegenstandstheorie heissen knnte? Etwa daraus ist zu entnehmen, dass Name gegenstandstheorie nicht auf diesen nie fehlenden Umstand bezug nimmt. Es interesante notar que en este pasaje Meinong subraya que Gegenstandstheorie es un nombre insuficiente para esta ciencia pero que no existe otro mejor a disposicin[kein besserer zur Verfgung]. Tambin el nombre de fenomenologa le parece, sin embargo, tambin del todo inadecuado. Cfr. p. 289.
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el error o la incertidumbre, la duda o la ilusin. No es difcil imaginar que los frutos de una
observacin tan grosera sean igualmente tan toscos. Los entes de razn no son sino el
nombre que estas experiencias ordinarias han asumido luego del exilio que han debido sufrir.
Pocos han sido los filsofos capaces de intentar interrogarse sobre experiencias menos obvias.
Pedro Auriol, quiz el ms cercano a Meinong por genio y espritu entre los filsofos del
pasado, haba intentado destilar una verdadera y propia lista de lo que llamamos vulgarmente
ilusiones [ludificationes]. Pinsese, escribe, en la experiencia que puede hacerse cuando,
arrastrado sobre el agua por una barca, se cree que son los rboles de la ribera los que se
mueven. Qu ocurre? Este movimiento, que de hecho subsiste como objeto delante del ojo,
no puede ser identificado con la visin misma, puesto que si as fuese, el objeto de la vista sera
la visin, y el ver no sera otra cosa que el verse ver, y la vista devendra una potencia reflexiva.
No se puede, sin embargo, pensarse que este movimiento exista concretamente y realmente en
el rbol o en la ribera, puesto que entonces se tratara de un movimiento real. Y an menos se
puede pensar que este movimiento exista en el aire entre nuestro ojo y la ribera, porque ste no
es atribuido al aire, sino al rbol. As, cada vez que se observa por largo tiempo el sol
manchas redondas y lucientes [quaedam rotunditates lucidae] no dejan de aparecer delante de los
ojos, y luego repentinamente se desvanecen Qu realidad puede reconocrseles a estas
imgenes? An ms: cada vez que vemos un bastn inmerso en el agua, lo vemos roto. Ahora
bien la figura del bastn roto no es algo que creamos nosotros mismos, pero no est tampoco
en las cosas. Cmo explicar este objeto cognoscible y conocido que no parece tener ninguna
realidad sino aquella que tiene apareciendo? La puesta en juego del error es justamente la de
lograr aprehender este extrao mnimo de realidad que no tiene otra consistencia que la
capacidad de aparecer, de darse a conocer51. Este tipo de experiencias, lejos de alejarse de la
51 Es interesante notar que en un apunte pstumo Meinong retomar este mismo ejemplo para recordar cmo en el anlisis del conocimiento las anomalas subjetivas no deben ser removidas. Cfr A. MEINONG, Kolleghefte und Fragmente, cit., p. 169: Aber Physik geht hier ganz anders cor wie etwa beim im Wasser gebrochenen gesehenen Stab, wo Subjekt an Tuschung nicht beteiligt. Gang (sic) namentlich der physikalischen Forschung hat diese von Erscheinngen immer mehr entfernt: sekundre und auch primre Qualitten in ihrer Subjektivitt. Dann Fortgang der Theorie zu ganz erscheinungsunfhigen Atomen und selbst von raumbestimungen tunlichst losgelsten Kraftzentren. Cfr. tambin los fragmentos inditos estudiados por M. MANOTTA La fondazione delloggettivit. Studio su Alexius Meinong, Quodlibet Macerata 2005. La autora de esta esplndida introduccin al pensamiento de Meinong reconstruye la gnesis de la teora del objeto a partir de los
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realidad y de la verdad, ensean que existen muchos objetos que no tienen otra propiedad que
la capacidad de aparecer, de ser conocidos. Negarles la existencia significa retornar a una forma
ms bien ingenua de parmenidismo. Quien niega que muchas cosas tengan solamente un ser
de apariencia e intencin y afirma que todas las cosas que se ven tienen un ser fuera en la
naturaleza de las cosas, niega toda ilusin [ludificatio] y cae en el error de aquellos que dicen que
todo lo que aparece es52.
Y es sobre todo en la que quizs constituye su obra maestra, el texto Sobre las suposiciones
[ber Annahmen] (publicado en una segunda edicin corregida y ampliada en 1907) donde
Meinong ha logrado encontrar una inspiracin similar a aqulla que haba guiado a Auriol. En
esta obra, que espera an el reconocimiento que le corresponde de derecho, Meinong prefiere
al anlisis sobre la conciencia clara y evidente o sobre las proposiciones afirmativas y privadas
de duda, el estudio de un fenmeno ms cercano al error y a la incertidumbre, un objeto que
en la praxis de la vida cotidiana es casi tan frecuente en la misma medida en que es dejado de
lado en la teora53. En el concepto de suposicin [Annhame], que puede describirse como una
zona intermedia entre la representacin y el juicio [Zwischengebiet zwischen Vorstellen und
Urteilen]54 pueden condensarse un nmero ms bien grande de experiencias comunes: y en cada
una de ellas, el algo al cual el conocimiento da acceso, la Cosa del pensamiento es algo menos
obvio y menos evidente que un objeto existente y tangible. Meinong es prdigo en ejemplos.
Cuando se escucha el relato de un crdulo notorio o de un supersticioso, an sin estar
convencidos y sin dar ningn asentimiento a cuanto se escucha, se lo comprende: se conoce
algo, y se hace experiencia de ello, pero de qu modo? Es lo que ocurre cada vez que se hojea
un diario: se entiende todo an si slo para los casos ms raros se garantiza la confiabilidad de
los relatos55. El conocimiento parece situarse aqu ms all de lo verdadero y de lo falso y
resistir a la aprobacin y al asentimiento que el sujeto puede darle. Otro caso, muy frecuentado primeros trabajos de juventud sobre psicologa y teora de la relacin y de los anlisis de los cursos y de los apuntes an inditos (no incluidos en la antologa de R. FABIAN - R. HALLER).
52 PETRUS AUREOLI, Scriptum Super Primum Sententiarum, ed. E. M. Buytaert, St. Bonaventure, New York 1956, vol. II, d. 3, sectio 14, p. 696-7.
53 A. MEINONG, ber Annahmen, cit., p. 2.
54 Ibid. p. 6.
55 Ibid., p. 39.
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por la fenomenologa de los inicios del siglo XX56, es el de las proposiciones negativas. Qu es
lo que ocurre cuando se enuncia un juicio del tipo: los fantasmas no existen? Qu es lo que
llegamos a conocer por medio de este juicio? Los fantasmas a los cuales negamos la
existencia? O, al revs, la no-existencia del fantasma? Pero, qu significa conocer una no-
existencia?57 Meinong llama objetivo el objeto propio del conocimiento de todo juicio: esto
es cuanto puede normalmente expresarse por medio de una proposicin objetiva, la que puede
introducirse gramaticalmente por la preposicin que. Ahora bien, este objetivo no es
ciertamente una parte de la realidad [] pero sigue siendo no obstante algo que puede
volverse objeto de un juicio afirmativo58. Pero, cmo describir este algo? Entonces, cada
vez que sospechamos algo, sin tener sobre ello ni certeza ni seguridad, de qu tenemos
conocimiento?59 Y qu experiencia cognoscitiva nos abre un juicio del tipo: no creo que Dios
exista? Qu es lo que conocemos? Al Dios en el cual no logramos sin embargo creer un
poco? A una no-existencia? No se trata slo, como ocurre a menudo con la semntica
medieval, de preguntarse cul es el significado, el objeto de frases del tipo Socrates est homo,
Socrate corrupto60. La cuestin no es meramente semntica, porque lo que est en juego no es
simplemente el funcionamiento del lenguaje sino los lmites de la realidad a la que la
experiencia da acceso, y sus relaciones con el ser.
56 Cfr. entre los muchos posibles ejemplos la esplndida obra de A. REINACH, Zur Theorie des negativen Urteils. in Mnchener Philosophische Abhandlungen. Festschrift fr Theodor Lipps, hrsg. von A. PFNDER. Leipzig, 1911. pp. 196-254, que examina y critica la posicin de Meinong.
57 A. MEINONG, ber Annahmen, cit., p. 42.
58 Ibid., p. 43.
59 Ibid., p. 54.
60 Sobre el problema la bibliografa es enorme. Cfr. ahora la monografa de A. DE LIBERA, La reference vide. Thories de la proposition, Paris 2002, y sobre todo la antologa de textos editada por S. EBBESEN, Talking about what is no more. Texts by Peter of Cornwall, Richard of Clive, Simon of Faversham and Radulphus Brito, in Cahiers de l'Institut du Moyen-ge Grec et Latin 55 (1987). Respecto del problema de la verdad de proposiciones referidas al pasado la solucin ms interesante y genial es la avanzada por primera vez por Marsilio de Inghen, la llamada ampliatio. Cfr. E. P. BOS, Marsilius' of Inghen Treatises on the Properties of Terms. A First Critical Edition of the Suppositiones Ampliationes Appellationes Restrictiones and Alienationes with Introduction, Translation Notes and Appendices, Dordrecht and Boston, Lancaster 1983, p. 98: sciendum est quod ampliatio potest sic diffiniri: ampliatio est suppositivo termini pro suis significatis respectu diversorum temporum indifferenter.
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Y que no se trata de un mero problema semntico lo demuestran dos grandes mbitos
determinados de modo preponderante o incluso enteramente constituidos por suposiciones
[Annhamen]61: el arte y el juego. El nio que juega a ser Sigfrido y se afirma entonces inmortal
o que, al contrario, | en el uso del casco protector se piensa quizs invisible, no debe ser
ciertamente inventado por un teorema. El juego presenta experiencias similares62, sin embargo
nadie parece verdaderamente haberse hecho la pregunta acerca de qu hace quien juega a
fingir propiedades o situaciones relativas a s mismo o a los otros mientras dura el juego y acta
como si creyese en la ficcin. Qu es lo que conoce quien est jugando y en qu modo
conoce eso que finge ser? El comportamiento intelectual de quien juega es algo menos que un
juzgar pero algo ms que un simple representar. No se trata de una mera imaginacin positiva,
porque imaginando ser algo diferente el nio debe negar al mismo tiempo ser aquello que
tiene. Y por la misma razn no es tampoco una ilusin: jugar precisamente es un suponer63.
Y es de estas serie de actividades similares al juego [spielhnliche Bettigungen] de las que hace
uso la disciplina militar. Enteramente basado sobre esta forma intermedia de conocimiento se
halla el teatro. La actitud intelectual del actor es tambin ella una forma de conocimiento difcil
de clasificar si sta se basa sobre la grosera oposicin entre lo verdadero y lo falso, la
representacin y el juicio. En la vida psquica del actor es necesario reconocer a las asunciones
una posicin muy particular64. El ltimo gran mbito en el cual el conocimiento se da en la
forma de una suposicin es la mentira65, y la paradoja del mentiroso puede as encontrar una
explicacin psicolgica.
No es ciertamente el amor por la paradoja o la complicacin, como escriba su alumno y
padre de la de la Gestalt-Psychologie Christian von Ehrenfels, lo que ha llevado a Meinong a
interrogar fenmenos cognoscitivos e intelectuales tan curiosamente dejados de lado por la
fenomenologa o la metafsica. Como ocurra ya con Auriol, esta curiosidad es el testimonio de
un amor por la cosa que supera su verdad y su actitud para existir. El realismo de la metafsica,
61 A. MEINONG, ber Annahmen, cit., p. 110
62 Ibid., p. 112.
63 Ibid. p. 112
64 Ibid., p. 114.
65 Ibid., p. 116.
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la preferencia por lo real coincide en verdad con una escasa atencin por los lmites de la
experiencia, que no deja jams de superar los confines que la existencia o la verdad querran
imponerle. Preguntarse qu es lo que sucede en realidad cuando nos enfrentamos a un
cuadrado redondo no es distinto de preguntarse cul es la experiencia que tenemos cada vez
que abrimos una novela66. Invocar lo falso o lo irreal como hacen los unos, o entonar el elogio
de los mundos de invencin67 o del irreal en cuanto real68 como otros se vanaglorian de
hacer con inane orgullo, es sin embargo, la solucin ms grosera. El inters de estos casos es
en realidad enorme. Si stos ponen en serio peligro el dogma de la convertibilidad entre ser e
inteligibilidad que ningn metafsico parece haber jams desatendido, es porque muestran que
entre el ser y el pensamiento existe un desacuerdo ms serio y ms profundo que lo que la
nocin de error, equivocacin o falsedad logran expresar. No se trata, de hecho, de
casos aislados, no se trata de un desacuerdo emprico, sino de una no-coincidencia
trascendental, metafsica habra que decir. Slo una fenomenologa del error, de lo
contradictorio, de lo imposible (y no meramente de lo imaginario) o ms banalmente de lo
hipottico, de lo incierto, de lo improbable es capaz de posar una mirada trascendental sobre
estos casos e interrogarse sobre las condiciones de posibilidad de lo que ocurre en cada uno de
ellos. La existencia del error, de las experiencias falsas e ilusorias, el encuentro con lo imposible
o lo inconsistente no son un caso malogrado, en la misma medida en la que no se deben a la
insuprimible fecundidad de la razn. El error es tambin slo posible porque el ser del
conocimiento (o como escriban los escolsticos del Medioevo el ser de la apariencia) no
coincide perfectamente con el ser de la realidad. Si es difcil decir si algo como un cuadrado
redondo participa verdaderamente del ser, esto demuestra que entre el conocimiento y el ser
no existe una convertibilidad universal ni aquella absoluta comunicacin ontolgica que
encuentra all la metafsica, sino un verdadero y propio abismo. Los entes de razn son la
fauna que puebla esta falla y que impide removerla.
66 Cfr. E. Husserl, Logische Untersuchungen, 5. Untersuchung, p. 0000 : Suficientemente a menudo asumimos [nehemn wir an] aquello que viene referido sin tomar ninguna decisin con relacin a la verdad o la falsedad. Tambin cuando leemos una narracin, normalmente ocurre la misma cosa.
67 Cfr. por ejemplo, T. PAVEL, Univers de la fiction, Paris, 1988.
68 Cfr. el interesantsimo A. MILLN-PUELLES, Teora del objeto puro, Madrid 1990. El libro es un importante intento de pensar lo irreal ut sic. Sobre la confrontacin con Meinong cfr. las pp. 29 sqq.
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IV.
Su mtodo puede ser desconcertante. El adagio caro a Spinoza segn el cual verum est index sui et
falsi aparece integralmente invertido: es el error quien demuestra aqu su naturaleza y la de la
verdad (falsum index sui et veri) y parece que son la imaginacin o la ilusin las que explican el
mundo y no lo existente y lo verdadero los que permiten relegar la ilusin en la esfera de la
irrealidad.
Sin embargo, hay dos fundamentos irrefutables. Contra la objecin de quienes negaban que se
pudiese deducir la visin verdadera a partir de las visiones falsas o ilusorias (ex erroribus et
deceptionibus non debet argui ad veras visiones) Auriol responda que no existe ningn acto de la
potencia visiva que no participe de la esencia especfica de la visin (nullus est actus in potentia
visiva qui non participet rationem specifica visionis).As, cuando decimos que las ilusiones son un
engao y un error, no decimos de ningn modo que en ellas no haya visin, sino que la visin
que en ella tiene lugar es falsa69. Tenemos en efecto el hbito de decir de aqul que piensa
algo no verdadero que ese hombre no piensa, cuando es claro que en su intelecto hay un
pensamiento que transita en lo falso. Hay una univocidad entre lo verdadero y lo falso que
torna cualquier conocimiento (y, por consiguiente cualquier algo conocido) indiferente a las
determinaciones que los atributos de verdad o falsedad pueden agregar. Imaginando el caso de
un conocimiento falso que se vuelve verdadero por una mutacin ocurrida en el objeto
percibido Auriol muestra que la verdad no define de ningn modo la realidad del
conocimiento. Si el propio conocimiento numricamente idntico puede cambiar de valor,
volverse verdadero all donde antes era falso y viceversa por la simple mutacin de la situacin
del objeto, esto quiere decir que la verdad y la falsedad son para el conocimiento meras
consideraciones exteriores que expresan slo su relacin al objeto pero no su realidad70. La
69 PEDRO AURIOL, Scriptum Super Primum Sententiarum, ed. E. M. Buytaert, St. Bonaventure, New York 1952, vol. I Prooemium, section 2, a. 3, p. 203 cum enim ludificatos dicimus non videre sed decipi et videri sibi quod videant hoc non dicitur quin in eis sit visio, sed quia est visio falsa, sicut de intelligente quod non est verum, consuevimus dicere quod non intelligit, cum tamen constet quod in intellectu eius est intellectio quae super falsum transit
70 PEDRO AURIOL, Scriptum Super Primum Sententiarum, cit., vol. I Prooemium, section 2, a. 3, p. 200 Verum et falsum insunt eidem notitiae numerali nulla immutatione facta in ipsa, sed tantummodo re mutata, [] unde eadem aestimatio qua Sortes aestimantur sedere vera est eo sedente, quae statim manens eadem
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realidad de la visin no exige la real presencia del objeto existente, aunque la exija la verdad de
la visin, en la medida en que la verdad agrega a la realidad de la visin una relacin de
conformidad con la cosa71. El error demuestra entonces que la verdad no define de ningn
modo el presupuesto para la inteligibilidad del objeto, y esto en sentido trascendental y no
meramente emprico. La inteligibilidad no tiene necesidad de la verdad para poder consistir y lo
experimentado no tiene necesidad del ser para poder legitimarse.
La teora de las suposiciones de Meinong permite llegar a conclusiones an ms importantes.
La caracterstica de la suposicin como actitud intelectual [intellektuelles Verhalten] es, de hecho,
la capacidad de aprehender y comprender algo haciendo epoch respecto de la real existencia de
este algo, no slo sobre el hecho de existir concretamente (como ocurre con el caso del relato
del crdulo) sino tambin sobre la propia capacidad o actitud para ser (habilitas essendi). stas
demuestran que el conocido persiste delante del cognoscente an cuando ste no se pronuncia
sobre su ser. No cabe ninguna duda: lo que ha de ser objeto del conocer, no debe por ello
necesariamente existir. Prescindiendo de particularidades, al objeto le es igualmente externo
tanto ser como no-ser72.
El mismo Husserl haba por un instante intuido esta extraa autonoma ontolgica del
conocido respecto al sujeto cognoscente, esta soberana indiferencia del objeto conocido
respecto de la realidad, la verdad, lo contradictorio. Para la conciencia, admite en uno de los
pasajes ms bellos de sus Investigaciones lgicas, el dato permanece esencialmente idntico en el
caso de que el objeto representado exista o en el que es algo ficticio o privado de sentido. No
me represento a Jpiter en un modo diferente a como lo hago con Bismarck, o a la torre de
Babel de manera diversa de la catedral de Colonia, as como no me represento un polgono
regular de mil lados de otro modo que un poliedro regular de mil caras73. La misma Razn
delante de ellos no se comporta de un modo distinto que delante de lo Verdadero, lo Real, lo
numero falsa sit eo surgente. Sed huiusmodi apparitiones sunt falsae visionies et errores secundum istam evasionesm. Ergo ipsae eadem numero possunt esse verae et vel saltem sunt eiusdem speciei cum veris
71 PEDRO AURIOL, Scriptum Super Primum Sententiarum, cit., vol. I, ibid. Realitas visionis non exigit realem praesentiam obiecti existentis, quamvis exigeat eam veritas visionis, pro eo quod veritas addit super realitatem visionis respectum conformitatis ad rem.
72 A.MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
73 E. HUSSERL, Logische Untersuchungen, in Husserliana, XIX, 1 p. 387.
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Sensato. A travs del anlisis de los entes de razn, entonces, una teora del objeto es capaz de
determinar y reinventar aquellas propiedades y aquellas caractersticas que el conocimiento (y la
experiencia tout court) no debe ni al ser ni a la realidad. Intentar negar su existencia significa ya
reconocerles algn grado de realidad o de ser. Quien emite el juicio un perpetuum mobile no
existe ha ya reconocido que el objeto al que le niega la existencia debe tener propiedades,
mejor, propiedades caractersticas sin las cuales la conviccin de su no-existencia no tendra ni
sentido ni justificacin74. Es intil intentar liberar a la razn de sus fantasmas: probar que los
fantasmas no existen significa haber ya definido su naturaleza, enumerado algunas
propiedades75, y tener propiedades significa tanto como ser-as (sosein). Estas criaturas
tienen al menos alguna determinacin similar al ser (etwas Seinsartiges)76 que ningn juicio,
ningn buen sentido o ninguna suposicin lograrn sustraerles. Intntese negar su verdad:
stas seguirn resistiendo, exigirn ser conocidas primero y precisamente para entrar en el juicio
que las declara falsas e inconsistentes. Reconzcase asimismo su insensatez, su incompletud, su
inexistencia: stas se presentarn delante de aquel intelecto capaz de separar lo existente de lo
no-existente, que para exiliarlas en la oscuridad del no-ser deber concederles ser algo: para
hacer de ellas el sujeto de una predicacin sensata deber ya haberlas conocido. El hecho es
lo suficientemente importante para formularlo expresamente como el principio de la
independencia del ser-as respecto del ser 77. Es por medio de las investigaciones de su alumno
74 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 79.
75 A. MEINONG, ber die Stellung des Gegenstandstheorie im System der Wissenschaften, Leipzig 1907, p. 38-40.
76 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 79.
77 A. MEINONG infra p.. Se podra estar tentado y la erudicin raramente resiste este tipo de tentacin de vislumbrar en este principio una simple reformulacin del principio de indiferencia del esse essentiae tal como la escolstica medieval (y especialmente Enrique de Gante) lo ha formulado pero haciendo esto se comprendera mal el pensamiento tanto de uno como de otro. Sobre todo a este principio estn subordinados no solo objetos que justamente en lo fctico no existen, sino tambin los que no podran existir porque son imposibles. No solo la muy mentada montaa de oro es de oro sino que tambin el cuadrado redondo es ciertamente tan redondo cuanto cuadrado (infra p. XXX). Es indiferente a la existencia tambin aquello a lo cual se podra atribuir a duras penas alguna forma de ser. En segundo lugar, las res indiferentes al ser de Enrique tienen una existencia ejemplar en el intelecto divino. Cfr. A. DE LIBERA, La rfrence vide, cit, p. 233, y sobre todo P. PORRO, Possibilit ed esse essentiae in Enrico di Gand, in W. VANHAMEL (ed.), Henry of Ghent. Proceedings of the International Colloquium on the Occasion of the 700th Anniversary of His Death, Leuven University Press, Lovaina 1996, pp. 211-253, e ID., Universaux et esse essentiae: Avicenne, Henri de Gand et le Troisime Reich, in Le ralisme des universaux. Philosophie analytique et philosophie mdivale, Cahiers de Philosophie de lUniversit de Caen, 38-39 (2002), pp. 9-51.
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E. Mally que Meinong fue llevado a enunciar este principio: el ser-as no presupone
necesariamente la existencia78, o bien, no se ve, por decirlo de algn modo, afectado por su
no-ser79. O tambin: aquello que no es de ningn modo exterior al objeto sino que
constituye ms bien su esencia genuina consiste en su ser-as, que se adhiere [anhaftet] al objeto,
tanto si ste es como si no es80.
El objeto necesita el ser representado de ser posible an menos para no existir que para existir
ni tampoco que, en la medida en que el objeto dependiera de ello, incluso del ser representado
podra resultar a lo sumo una existencia la existencia en la representacin, es decir, ms
precisamente, la pseudoexistencia. Expresndolo con mayor precisin: cuando afirmo el
azul no existe, no pienso con ello de ningn modo en una representacin ni en sus eventuales
capacidades sino justamente en el azul. Es como si el azul debiera en primer lugar ser una vez,
para que pueda plantearse la pregunta por su ser o no-ser en general. Pero para no incurrir
nuevamente en paradojas o en verdaderas incongruencias, permtase, por ejemplo, el giro: el
azul, as como cualquier otro objeto, est dado, en cierto modo, previamente a nuestra decisin
acerca de su ser o de su no-ser, en un modo que tampoco prejuzga su no-ser. Desde la
perspectiva psicolgica, el estado de cosas tambin podra describirse as: si, respecto de un
objeto, he de poder juzgar que no es, debo primero en cierta medida aprehender el objeto para
poder afirmar el no-ser acerca de l o, ms precisamente, poder imputrselo [zuurteilen] o
denegrselo [aburteilen] 81 . Es por ello que una doctrina que tenga como finalidad
especficamente aquello que es indiferente a la existencia debe llamarse teora del objeto.
Slo el objeto puro est ms all del ser y del no-ser, slo aquello que no tiene otra
determinacin que la del objeto es por naturaleza allende el ser [auerseiend]82. Es como si el
conocimiento (o la experiencia tout court) abriese a las cosas un suplemento de consistencia en
la cual por un momento stas se constituyen en la indiferencia a toda determinacin
78 A. MEINONG, ber Annahmen, 2. Auflage, p. 79.
79 A.MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
80 A.MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
81 A.MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
82 A.MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
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22
ontolgica. Fuera-del-ser (Aussersein) es este espacio extrao al ser como a la nada que todo
objeto a la vez abre y ocupa.
V.
La exigencia de abrir la metafsica a otra cosa que no sea lo simplemente existente es antigua;
as la idea de una ontologa a priori o racional es verdaderamente antiqusima83. Responde a
una evidencia ms bien banal, impuesta por el sueo tan a menudo acariciado en Occidente, de
una ciencia general o universal, catholica84, como se gustaba escribir en la scholae. La filosofa
83 E. HUSSERL, Entwurf einer Vorrede zu den Logischen Untersuchungen (1913), hrsg. von E. Fink in Tijdschrift voor Philosophie, 1(1939), pp. 106-133 y 319-339, aqu p. 322. El prefacio indito dedica un pargrafo entero ( 7) a la Auseinandersetzung mit Meinong, pero el tono es demasiado spero y poco objetivo. Reivindicando para el propio proyecto fenomenolgico el ttulo de ciencia a priori de los objetos en general [apriorische Wissenschaft von Gegenstnden berhaupt, p. 320] Husserl llega a reprochar a Meinong la fois de plagio confuso y contradictorio y de no haber estudiado suficientemente las Logische Untersuchungen, que hace tiempo que haban salido (sic) y rechaza la comparacin (ya frecuente en aquella poca) de sus investigaciones con las de Meinong.
84 Cfr. J. CLAUBERG Metaphysica seu de Ente, quae rectius Ontosophia, Amsterdam, Apud Danielem Elzevirium 1664, I. Ontosophia, p. 1, 1-2: Est quaedam scientia, quae contemplatur ens quatenus ens est, hoc est, in quantum communem quandam intellligitur habere naturam vel naturae gradus, qui rebus corporeis et incorporeis, deo et creaturis, omnibusque adeo et singulis entibus suo modo inest. Ea vulgo metaphysica, sed aptius ontologia, vel scientia catholica, eine allgemeine wissenschaft, et philosophia universalia nominatur. Sobre estos problemas cfr. J. F. COURTINE Prsentation, in A. Meinong, Thorie de lobjet et Prsentation personnelle, Vrin Paris 1999, pp. 7-59. Sobre la relacin de Meinong con la segunda escolstica son importantsimos los trabajos de John P. Doyle., Another God, Chimerae, Goat-Stags, and Man-Lions: A Seventeenth-Century Debate about Impossible Objects, in Review of Metaphysics 48 (1995), pp. 771-808, Id. Between Transcendental and Transcendental: The Missing Link?, in Review of Metaphysics, 50 (1997), pp. 783-815; Id., Supertranscendental Nothing: A Philosophical Finisterre, in Medioevo, XXIV (1998), pp. 1-30; Id., On the Pure Intentionality of Pure Intentionality, in The Modern Schoolman, LXXIX (November, 2001), pp. 57-78; Id., Gedankendinge bei den Jesuiten des 17. Jahrhunderts, in Imagination -- Fiktion -- Kreation: Das kulturschaffende Vermgen der Phantasie, hrsg. von Thomas Dewender und Thomas Welt (Mnchen/Leipzig: K.G. Saur, 2003), pp. 213-228; Id., Gedankendinge und Imagination bei den Jesuiten des 17. Jh., in Imagination -- Fiktion -- Kreation: Das kulturschaffende Vermgen der Phantasie. hrsg. Von Th. Dewender Thomas und Th. Welt, Mnchen Leipzig, K. G. Saur - Verlag 2003. pp. 213-228, Id., The borders of knowability: thoughts from or occasioned by Seventeenth-century Jesuits, in Die Logik des Transzendentalen. Festschrift fr Jan A. Aerstsen zum 65. Geburtstag. hrsg. von M. Pickav, Berlin, New York: Walter de Gruyter 2003. pp. 643-658; Id., Wrestling with a wraith: Andr Semery, S. J. (1630-1717) on Aristotle's goat-stag and knowing the Unknowable, in The impact of Aristotelianism on modern philosophy. Edited by R. Pozzo, Washington, Catholic University of America Press 2004, pp. 84-112, Id. Hervaeus
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moderna haba nacido con la exigencia de colocar a la metafsica frente a objetos que no haba
sido jams capaz de pensar. Son objetos de nuestro intelecto dios, las criaturas universales, las
singulares, las cosas espirituales, las materiales, los entes, los no-entes, la sustancias, los
accidentes, lo real y lo imaginario escribi uno de los ms geniales metafsicos de la
modernidad. Tambin cuando decimos que la quimera es algo imaginario, o que el hicocervo
es imposible o algo similar, aprehendemos de hecho un cierto objeto85. Es esta exigencia de
amplificacin del saber supremo lo que ha llevado a la completa transformacin de la
metafsica en teora del conocimiento. La investigacin sobre los supra-trascendentales haba
mostrado que el ente imaginable es ms vasto [latius patet] que el ente posible86. El intelecto
se representa de hecho no slo las cosas posibles sino tambin las imposibles, en la medida en
que stas sern capaces de devenir objetos respecto de la potencia intelectiva. La naturaleza del
objeto es entonces comn al posible y al imposible. Por ello si se extiende la naturaleza del
ente hasta hacerla tan vasta como la naturaleza del objeto, la naturaleza del ente comn ir ms
all de la oposicin entre lo posible y lo imposible87. Fue necesario extender [latius extendere]
el objeto considerado en la metafsica, la Cosa del pensamiento, hasta que en ella sea
Natalis, O.P., (d. 1323) on intentionality: its direction, context, and some aftermath,in Modern Schoolman 83 (2006), pp. 85-124.
85 TH. CAMPTON CARLETON, Philosophia universa, De anima, disputatio 18, sect 1, n. 2 Anversa 1649: Objectum [] intellectus sunt deus creaturae universalia singularia res spirituales, materiales, entia non entia substantia accidens entia realia et rationis: quando enim dicimus chimera est entia rationis; hippocervus est impossibilis aut aliquid huiusmodi objectum aliquod apprehendimus, de quo hoc affirmamus, sed illud objectum non est quid reale et possibile, tunc enim actu actus esset falsus, ergo concipimus aliquid impossibile, ergo res etiam impossibiles sunt objectum nostri intellectus
86 TH. COMPTON CARLETON, Philosophia universa, Logica, disp. 2, sect 6, n. 5. Termini vero supertrascendentales sunt qui non de rebus veris tantum sed etiam de fictis affirmantur, ut intelligibile imaginabile unde ut dici solet, latius patet ens imaginabile quam ens possibile
87 A. SEMERY, Triennium philosophicum Romae, Typis Tinassii, 1674, Logica Disp IV, q. 2, a. 1 (I pp. 473-4): Habebit tandem in significando amplitudine quam habet haec alia vox: obiectum. ad enim verum esse, quod multi pro vero admittunt, intellectum repraesentare sibi non solum possibilia sed etiam impossibilia tam haec quam illa habebunt rationem objecti respectu potentiae intellective et consequenter ratio obiecti erit communis possibilis, et impossibili. Igitur si rationem entis adeo extendas ut aeque late pateat ac ratio obiecti ratio entis communis evadet possibili et impossibili
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comprendido pan noton, todo lo pensable, y que nada sea excluido de aquello que falta en otras
posiciones88.
De esta mayor extensin de lo cognoscible respecto del ser se puede tambin tener experiencia
en el lenguaje ordinario. Con una observacin a mitad de camino entre la remarque etnolgica y
la observacin de la psicologa evolutiva, uno de los padres de la ontologa moderna, Clauberg,
haba intentado confirmar las nuevas tendencias de la metafsica con el ejemplo de lo que
ocurre con los nios. Estos, en efecto, aunque no conozcan nada en sentido propio de todo
aquello que experimentan, no ignoran sin embargo qu es una cosa o un algo. Es por ello que
tienen el hbito de atribuir este nombre comunsimo de cosa o algo a todo, tambin a
todo cuanto en verdad no existe ni podra existir. Asimismo los adultos imitan esta costumbre,
cuando no logran recordar el nombre de una persona o de un lugar, y entonces recurren a la
palabra comn de cosa o algo. As en alemn se dice Seor Coso (Der Dings), en
francs Mr. Chose, vive en lo de Coso, chose en Coso, cmo se dice?89. La modernidad
haba ya establecido que ms all del ente existen otros gneros, el de lo inteligible, el de lo
algo, el del algo positivo, y haba ya admitido que el ente entonces no es el gnero
supremo, sino una especie sujeta a otros gneros90. Sera equivocado sin embargo concebir la
teora del objeto como la natural prosecucin de estas investigaciones en busca del gnero
88 C. TIMPLER, Metaphysicae Systema Methodicum LIbris quinque, Hanoviae, MDCXVI, I, cap. I, prl V, p. 6-7: Metaphysicus enim non tantum contemplatur ens sed etiam non ens,| adeoque essentiam et privationem entis. [] proinde nos latius extendimus rem in Metaphysica consideratam ut sub ea pan noton, hoc est omne intelligibile comprehendatur, nhilque peniturs excludatur eorum, quae in aliorum sententiis desideramus. Sobre Timpler cfr. J. S. FREEDMAN, Academic Philosophy in the Late Sexteenth and Early Seventeenth Century. The Life, Significance, and Philosophy of Clemens Timpler, (1563-1624), HIldesheim 1988.
89 J. CLAUBERG Ontosophia, cit. p. 3, 14 confirmatur ea quae de conceptu entis diximus exemplo cognitionis illius quam deprehendimus in infantibus. Hi enim licet nihil proprie de eo quod in considerationem venit, cognoscant, illud tamen non ignorant, quod sit res sive aliquid. Inde communissimum rei et alicuius nomen et conceptum omnibus, etiam iis quae revera nec sunt nec esse possunt, tribuere solent. Quem morem saepe imitantur ipsi adulti, quando personae aut loci alicuius nomen proprium eis non soccurrit. Tum enim commune rei et alicuius vocabulum usurpant. Sic Germ. Der Dings, Gal. Mr Chose, er wohnt zu Dings, chose, bey Dings
90 C. TIMPLER l. II, cap. 2, probl I, p. 28 supra ens enim adhuc alia genera sunt collocata, nimirum intelligbile, aliquid, aliquid positivum; ideoque llus non est summum genus, sed species aliis generibus subiecta. Et per consquens perfecta definiri ipotest.
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supremo91, y no es para nada exacto aproximar, como la malicia de los eruditos lo ha hecho
muchas veces, la teora del objeto a la escolstica moderna (y en especial a la jesuita92). Es
verdad que la teora del objeto parecera en efecto animada por la voluntad de proporcionar al
anlisis a priori un material objetual de extensin ilimitada93. El mismo Husserl, que fue
siempre hostil al proyecto de una teora del objeto y mantuvo respecto de sta una ciega mala
fe, sugiri as ver en ella una tentativa vaga y mal lograda de este confuso proyecto moderno.
Jams se me ha venido a la mente escribe en un prefacio indito a sus Investigaciones lgicas,
asumir simplemente bajo el ttulo de ontologa o teora del objeto una ciencia como correlato
del vago receptculo de todos los conocimientos y las ciencias a priori. La tarea del filsofo no
es la de confundir sino la de buscar y fijar demarcaciones eidticas94. De este modo, sin
embargo, se calla el hecho de que la teora del objeto nace en realidad como una crtica
destructiva del proyecto metafsico moderno y no como su cumplimiento. No obstante la
universalidad de sus intenciones, devenida a menudo fatal para sus resultados, no tiene an
miras suficientemente universales para constituir una ciencia de los objetos. De hecho,
adems la metafsica parece no liberarse de la predileccin por lo real: en efecto el sistema
91 Meinong define el objeto como aquello para lo cual falta el gnero, no como el gnero supremo. Para definir correctamente qu es ante todo objeto escribe Meinong, faltan tanto el genus como la differentia; pues todo es objeto. (Presentacin personal, infra p. 0000) Cfr. tambin A. MEINONG, Kolleghefte und Fragmente, cit., p. 245: Gegenstand ist undefinierbar weil Genus zu Gegenstand nicht mehr vorliegt. Es ist eben alles Gegenstand. So fehlt nicht nur das Genus der traditionellen Definition sondern auch die Differentia; y p. 358: Da gegenstand alles ist, so undefinierbarkeit wegen Mangel an Genus wie Differentia.
92 Como ha sido notado y como l mismo confiesa (cfr. Presentacin personal infra, p. 0000), MEINONG inici sus estudios universitarios dedicndose a la historia. Y sus primeros ensayos publicados tratan sobre la historia de la orden jesuita. Quiz no es una coincidencia si es en la escolstica jesutica espaola donde pueden encontrarse las especulaciones ms prximas a su teora del objeto. Cfr. A. MEINONG, Zur Geschichte des Jesuiten-Ordens seit der 2. Halfte des 18. Jahrhunderts, in Deutsche Zeitung, n. 558, Wien 20 Juli 1873, pp. 1-2, e Id. sterreichische Jesuiten-Gymnasien im achtzehnten Jahrhundert, in Deutsche Zeitung, n. 745, Wien, 28 Januar 1874, pp. 1-2.
93 A. MEINONG, ber die Stellung des Gegenstandstheorie, cit., p. 36.
94 E. HUSSERL, Entwurf einer Vorrede zu den Logischen Untersuchungen (1913), cit., pp. 322. Husserl define la teora del objeto de Meinong como ttulo por lo dems absolutamente vago de objetos aptridas. Con un juicio menos acrimonioso, Husserl escribi una vez a propsito de su relacin con Meinong: Wir sind wie zwei Reisende in einem und demselben dunklen Weltteil. Natrlich sehen wir oft dasselbe und beschreiben es, aber entsprechend unseren verschiedenen Apperzeptionsmassen vielfach verschieden, in EDMUND HUSSERL, Persnliche Aufzeichnungen, hrsg. von WALTER BIEMEL, in Philosophy and Phenomenological Research, Vol. 16, No. 3 (Mar., 1956), pp. 293-302, aqu pp. 295-6.
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entero de la metafsica ha estado determinado por el inters hacia lo real95. Frente a las
ambiciones de la teora del objeto un saber indiferente a la existencia [daseinsfreies Wissen] la
metafsica aparece como una ciencia demasiado emprica mientras que al contrario es
justamente la ausencia de suficiente empiria que los representantes de las ciencias particulares
han reprochado a la metafsica antigua y moderna96. Sin embargo, una ciencia que se presenta
como saber del ser en cuanto ser no puede menos que interesarse por alguna forma de empiria.
Por ms que las tareas de la metafsica a su modo hayan sido tomadas tan generalmente,
existen todava problemticas an ms universales que las de la metafsica, aquellas para la cual
la orientacin hacia lo real, esencial para la metafsica, no constituye ya ningn lmite.
Todo lo que coloca a la teora del objeto ms all de estos lmites y la separa al mismo tiempo
de la tradicin moderna es algo totalmente diferente de una simple posteridad cronolgica.
En una nota ms bien rpida del opsculo aqu traducido, Meinong recuerda al argumento
ontolgico y sus analogas con la teora del objeto97. Esto no es, en efecto, sino un intento por
resolver una cuestin metafsica de un modo simplemente a priori, por tratarla, en esta medida,
como una cuestin meramente relativa a la teora del objeto. La coincidencia de mtodo no
anula sin embargo las notables diferencias de intentos y resultados. El Dios de Anselmo es el
objeto que permite articular una equivalencia absoluta entre la perfeccin absoluta de lo
pensable y de lo cognoscible (el quo maius cogitare potest) con la perfeccin absoluta del ser (quod
non possit cogitari non esse), el lugar de un acuerdo trascendental entre lo mximo del pensamiento
y lo mximo del ser. Con razn, los intrpretes de Anselmo han subrayado varias veces que lo
algo de lo que se trataba en el id quo maius cogitare nequit no puede ser concebido como un
objeto: es ms bien una tarea, la del constante trnsito a una existencia tambin ella no-
objetual98. Justamente por ello no se puede considerar la relacin con el ser de esta cogitatio
absoluta como un caso especial del problema general de la existencia de un objeto. Bajo el ttulo
95 A. MEINONG, Kolleghefte und Fragmente, cit., p. 182
96 A. MEINONG, Kolleghefte und Fragmente, cit., p. 182
97 A. MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
98 Cfr. el esplndido comentario de GEORGI KAPRIEV, Ipsa vita et veritas. Der Ontologische Gottesbeweis und die Ideenwelt Anselms von Canterbury, Brill 1998. Kapriev retoma tambin las consideraciones de K. JASPERS, Anselm, in ID., Die grossen Philosophen, Bd, I, Mnchen 1959, pp, 724-752, sobre todo pp. 739-40.
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de objeto puro Meinong parece condensar una tarea exactamente inversa: se trata de colocar
en el objeto la imposibilidad de cualquier trnsito trascendental entre cognoscibilidad y ser. El
objeto puro est ms all del ser y del no-ser, ha disuelto, por lo tanto, toda relacin
(negativa o positiva con el ser), y es en esto el exacto contrario del Dios de los telogos, as
como el principio de independencia del Sosein respecto del Sein puede considerarse como el
exacto recproco del argumento ontolgico anselmiano, tanto como de una larga tradicin
filosfica que ha influido ampliamente el pensamiento rabe y latino. Parafraseado en el griego
escolstico el principio de independencia del ser-as respecto de la existencia no afirma
solamente la indiferencia de la quiddidad respecto del ser. Este intenta definir una categora de
objetos (los objetos puros, entre los cuales el cuadrado redondo o la montaa de oro son los
ejemplos ms obvios) respecto de los cuales la pregunta sobre la quidditas o ser-as (o bien la
pregunta sobre el quid sunt, qu son) torna totalmente imposible o intil la referida a su
existencia, esto es, la de todo lo que la filosofa medieval haba llamado anitas99. En todo ente
es necesario hacer una distincin: son, de hecho, dos cosas bien diferentes saber qu es un
ente, quid sit, y que ste sea, quod sit. Aquella la respuesta a la pregunta sobre qu es me
concede una penetracin en la esencia de la cosa, esto hace que yo comprenda la cosa, que
tenga una inteligencia o un concepto de sta o mejor an que tenga la cosa misma en el
concepto. El otro punto, por el contrario saber que sta es no me lo proporciona el simple
concepto, sino algo que va ms all del simple concepto y que es la existencia100. Ahora bien,
inspirada por Avicena, la filosofa medieval haba aprendido a pensar al primero como algo
sobre lo cual slo se puede preguntar si existe, antes incluso de preguntarse qu es. El primero
99 La nocin de anniyya-anitas fue desarrollada y utilizada principalmente por el aristotelismo rabe, an si no faltan ejemplos latinos. El origen de la palabra es con toda probabilidad una sustantivacin del rabe anna, es decir que (dass, quod). Entonces si la quidditas expresa qu cosa algo es, la anitas expresa al contrario el hecho que de sta sea. Sobre el probema cfr. la obra maestra de M.-TH. DALVERNY, Anniyya-anitas, in Mlanges offerts Etienne Gilson, Pontifical Institue of Medieaval Studies, Toronto-Paris 1959, pp. 59-91, con la correspondiente bibliografa. Ms reciente G. ENDRESS, Proclus Arabus: Zwanzig Abschnitte aus der Institutio Theologica in arabischer bersetzung, Beirut and Wiesbaden 1973, p. 80, y el bello ensayo de P. ADAMSON, Before Essence and Existence: al-Kindi's Conception of Being, in Journal of the History of Philosophy 40 (2002) pp. 297-312.
100 SCHELLING, Philosophie der Offenbarung, SW, II, 3 p. 57.
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no tiene otra quiddidad que la misma anitas101. Su ser-as es su propio ser, puesto que no es
algo ms all de su necesidad de ser, y sta es precisamente la anitas: la naturaleza, sus
propiedades no son otra cosa que el hecho mismo de existir102. Toms reformula de este modo
el argumento ontolgico anselmiano: la quiddidad de Dios es su propio ser, como dice
Avicena, entonces no se puede pensar que Dios no exista103. La teora del objeto deriva de una
evidencia contraria: soy capaz quizs yo de pensar en un ser sin pensar en algo que es?104.
No slo existe un primado absoluto (y una autonoma de la quidditas respecto de la anitas, del
Sosein respecto del Sein) sino que tambin existe una amplia regin en la cual el algo parece
excluir cualquier posibilidad de relacin al ser y al no ser. El clebre principio segn el cual
existen objetos de los cuales es vlido decir que no existen105 no es sino una barroca
inversin del principio fundamental de la metafsica aviceniana. Si el Dios de Anselmo o de
Avicena era aquel objeto cuya quidditas se reduce a la anitas, los objetos puros son aquellos cuya
quiddidad torna imposible toda pregunta por la existencia o la no existencia, se coloca ms all
de toda relacin con la anitas. Ya no se tratar de buscar al primero en lo que dice de s mismo
soy el que soy, sino en todo lo que rechaza cualquier ligazn con el ser y el no-ser. Tambin
en esto, entonces, la teora del objeto destruye o invierte la tradicin metafsica: los
fundamentos de ambas ciencias parecen moverse en el mismo lugar pero para ir en direcciones
exactamente opuestas.
De Anselmo a Leibniz la teologa ha sido para Occidente el laboratorio, el alambique en el cual
la filosofa ha practicado y consumado siempre el experimentum acerca de la conjuncin del
pensamiento y la existencia. Ya sea que se mida con el mximo del pensamiento (aquello sobre
lo cual no es posible mayor pensamiento, el quo maius cogitari nequit) o con su mnimo (en el algo
aliquid , en el mnimo inteligible como hace Leibniz), la puesta en juego de toda teologa es
la relacin recproca entre pensamiento y existencia; de esta relacin aqulla se quiere ciencia y 101 AVICENNA, Metaphysica, p. 398-9redibo igitur et dicam quod primum non habet quidditatem nisi anitatem quae sit discreta ab ipsa. dico enim quod necesse esse non potest habere quidditatem quam comiteteur necessitas essendi
102 Ibid. p. 401, Igitur necesse esse non habet quidditatem nisi quod est necesse esse, et haec est anitas
103 TOMS DE AQUINO, Super Sent., lib. 1 d. 3 q. 1 a. 2 arg. 4.
104 A. MEINONG, ber Annahmen, cit., p. 135.
105 A. MEINONG, Teora del objeto, infra, p.
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medida. En su forma ms madura, como la que alcanza en la Philosophie der Offenbarung de
Schelling, la teologa llega a concebir la idea de un simplemente existente, de una existencia
pura como independiente de toda idea106.
El meramente existente [das bloss Seyende] es el ser en el cual toda idea, esto es, toda potencia
est excluida. Lo podemos llamar por lo tanto slo la idea invertida [die umgekehrte Idee], la idea
en la cual la razn es colocada fuera de s [], es absolutamente exttica107. En este sentido,
un tratado sobre los objetos que no existen, sobre la irreductibilidad del pensamiento al ser y
sus formas es en algn modo un intento de interrogarse sobre todo cuanto se deposita en el
fondo de aquel alambique o se evapora antes de que la conjuncin se consume. No se trata de
invertir los resultados ltimos de la teologa haciendo del pensamiento el grado mnimo del ser,
(el ens diminutissimum), sino de definir el pensamiento prescindiendo de toda relacin con el ser.
Hay un abismo entre A y el ser de A108. La teora del objeto se inicia con el reconocimiento
de que entre quidditas y anitas existe un abismo, que ya no puede ser colmado. Ya no se trata de
encontrar lo que permitira sortear este abismo (Dios) y tampoco de refugiarse ms ac de este
abismo (como en el fondo hace Kant)109. No se trata de llegar ni a una existencia absoluta que
haga de la quiddidad una determinacin accidental, ni a una objetividad que niegue al ser el
ttulo de atributo real. Se trata de llegar a la absoluta desunin entre anitas y quidditas, entre
objeto y ser. Ms que definir el existente puro como el xtasis del pensamiento se intenta hacer
del pensamiento el xtasis absoluto del ser y de la existencia, el xodo de las cosas y de las
formas del ser y sus modos. A los mundos que la psicologa y la teologa miden a travs de los
gradientes del ser y del no-ser, se aade entonces un plano cuya forma y espesor son
enteramente definidos por una intensidad de extra-ser (Aussersein), de una soberana indiferencia
106 F.W.J. SCHELLING, Philosophie der Offenbarung, Stuttgart und Augsburg 1858, p. 161.
107 Ibid., pp. 162. Para una tentativa moderna de pensar algo como un absoluto sin pensamiento cfr. Q. MEILLASSOUX, Aprs la finitude, Paris, Seuil, 2006.
108 A. MEINONG, ber Annahmen, cit., p. 137.
109 Kant concede a la razn [] slo el concepto de Dios, y por consiguiente refuta el as llamado argumento ontolgico, argumento que quera deducir del concepto de Dios su existencia no hace para este concepto ninguna excepcin a la regla de que el concepto de una cosa contiene solamente el puro quid [Was], nada sin embargo del quod [dass], de la existencia. Kant muestra en general cun vano es el esfuerzo con el cual la razn busca alcanzar la existencia con deducciones que se trascienden a s misma, SCHELLING, Philosophie der Offenbarung, SW II, 3, p. 83.
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tanto respecto del ser como del no-ser. En el despliegue de este plano la filosofa encuentra
una tarea exactamente inversa a la que la teologa se haba dado con la demostracin de la
existencia de Dios.
VI.
El objeto es sobre todo algo no subjetivo [Unsubjektivitt des Gegenstandes]. Las obras de arte,
los sueos, las abstracciones tericas y las formaciones conceptuales y en consecuencia la
matemtica lo demuestran puesto que no pueden ciertamente ser reconducidas a una
produccin objetiva de los sujetos. Los objetos se dejan aprehender pero no producir por
quien los aprehende110. Pero quedarse en la extraeza respecto de la esfera subjetiva o
psicolgica no puede ciertamente bastar. sta es slo una determinacin negativa. Se lograr
alguna vez decir qu es un objeto, se tendr xito alguna vez en determinar al menos
positivamente en qu consiste este oponerse o resistir [entgegenstehen]111? En qu consiste este
estar por as decirlo a disposicin de aquello que lo aprehende? Dicho de otro modo: en qu
consiste que nuestro aprehender en primer lugar el juicio y luego el conocimiento y la
representacin tenga su objeto?112. En el caso de un conocimiento positivo la respuesta es a la
vez provista y enmascarada por la propia realidad. Pero justamente en el caso de un
conocimiento negativo el problema se torna interesante. La positividad del objeto, su
imborrable datidad es algo ontolgico [seinsartiges], el ser-afuera. El oponerse, el resistir del
objeto consiste entonces en su estar-afuera, y en especial en el ser-as, que no falta en el ser-
afuera 113 . El ser-afuera entonces garantiza la autonoma del conocido respecto del
cognoscente, impide concebirlo como hecho intencional o contenido de conciencia, as como
asimilarlo a lo que existe o puede hacerlo. El ser-afuera es la medida o el espacio de esta
autonoma, que es mucho ms radical de cuanto la filosofa se haya ilusionado. No slo le
interesan