Download - La centinela n°2 septiembre 2015
Revista de difusión del PatRimonio aRquitectónico y sociocultuRal de PueRto octay, Región de los lagos
................................................................................Año 1, Numero 2, Septiembre 2015
ISSN 0719-6199
Representante Legal: ManfredoTeuberKahlerCoordinación General: Bárbara Correa UrbinaComité Editorial: Eduardo Vidal Mancilla, Man-fredo Teuber Kahler Carlos Donoso Fuentealba, Miguel Barrientos Muñoz, Profesionales Servi-cio País: Bárbara Correa Urbina, Vanessa Cayo
Ramos, Catalina de Vicente.
Fotografías:Eduardo Vidal MancillaBárbara Correa Urbina
Archivo Histórico Patrimonial Eduardo Vidal
Bibliografía: Colección patrimonial Biblioteca Pública
Municipal Puerto Octay
Diseño:Jorge Canicura Montiel
Impresión:Gráfica Andina Ltda.
Edición500 ejemplares
Puerto Octay, Septiembre de 2015.
“La Centinela” es una publicación de Centro Urbano Zona Típica Puerto Octay
Mail: [email protected]
Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay,
Región de Los Lagos
Se autoriza la reproducción de crónicas o frag-mentos breves de secciones que componen la presente publicación, por cualquier medio o pro-cedimiento, para los efectos de su utilización a título de cita, ilustración, enseñanza e investiga-ción, siempre que se mencione su fuente, títu-lo y autor. Fotografías, Derechos Reservados.
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Inmueble de Valor Monumental
Editorial
5 años de Declaratoria. Pablo Moraga, Arquitecto
Inmueble de Interés Histórico Artístico
Inmueble Valor Ambiental
indice
Tragedia del Lago Llanquihue. Eduardo Vidal, Profesor
Vapor “Chile”
Historia Campanas de Puerto Octay
Rescate conmemoración Tragedia del Lago Llanquihue.Entrevista. Alejandro Guzmán.
Tras la ruta de los Jesuitas. René Muñoz, Profesor.
Origen del nombre La Picada.Entrevista. Ernesto Guzmán.
In Memoriam
Colonos del Rupanco. Entrevista. Matrimonio Mansilla Cea
Historia Hotel Rupanco.
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EDITORIAL
Con mucho orgullo presentamos a ustedes el segundo número de nuestra revista “La Centinela. Culmina
así, un proceso que durante meses significó recorrer nuestra historia y sus protagonistas. Descubrir
personajes anónimos, documentos, fotografías, que hoy compartimos con todos ustedes.
Para nuestra institución, Centro Urbano Zona Típica Puerto Octay, es un gran orgullo culminar de esta
forma una iniciativa que nace de la inquietud de nuestros integrantes por rescatar, comunicar y valorar la historia
local, su patrimonio arquitectónico, nuestras prácticas socioculturales que el día de hoy, se presentan como un
valioso legado de quienes nos antecedieron y que comprometen el esfuerzos de todos: ciudadanos, autoridades e
instituciones, por preservar este valioso patrimonio material e inmaterial.
Reiteramos nuestros agradecimientos al Gobierno Regional de los Lagos, glosa 2% de cultura, al
equipo de profesionales de Servicio País: Bárbara Correa, Vanessa Cayo Ramos, Catalina de Vicente, quienes nos
acompañaron en este importante proceso.
A nuestro equipo editorial, liderados por los Sres. Eduardo Vidal Mancilla, Manfredo Teuber Kahler y el
joven diseñador, Jorge Canicura Montiel, quienes desplegaron los mejor de sus capacidades al servicio y éxito de
esta iniciativa.
A los integrantes de nuestra institución que participaron animadamente en cada uno de los encuentros y
talleres comunitarios de rescate de la memoria.
A cada uno de nuestros entrevistados, que colaboraron entregando sus vivencias, recuerdos, documentos
y fotografías para el éxito de las publicaciones. A todos ellos, nuestra gratitud y reconocimiento.
El valioso material que presentamos el día de hoy, representa parte de la herencia cultural que entregamos a los
habitantes de Puerto Octay y la región. Los invitamos a leer, compartir y a seguir contribuyendo al progreso y
desarrollo de nuestra querida comuna de Puerto Octay.
CENTRO URBANO ZONA TIPICA PUERTO OCTAY
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Año aprox. Construcción: 1894
Historia De estilo Neoclásico. Su construc-ción data del año 1894, cuando el vecino Liborio Guerrero decide la construcción de este inmueble para ser utilizado como Hotel. Su nombre: “Hotel Universal”. En el año 1914, el 3 de diciembre, Luis Haase, capitán del Vapor “Chile”, decide comprar la propiedad reemplazando el nombre de Hotel Universal, por el de Ho-tel Haase, otorgándole un nuevo impulso y convirtiéndose en uno de los principa-les Hoteles de la ciudad. Hasta el año 1953, el Hotel funcio-na bajo la administración de su dueño Luis Haase; más tarde a su fallecimiento, quedará en manos de su hija Frida Haase Rosemberg, quien continúa con la tradi-ción familiar hasta el año 2003, fecha de su deceso. En el año 2003, la propiedad pasa a manos de la familia Haase Moraga, quie-nes respetando el deseo de su antece-sora de que no se pierda la función de Hotel, concesionan el funcionamiento del inmueble a la familia VasquezPailalef (2007) iniciando de esta forma, una nue-va etapa en la centenaria tradición hote-lera de “Hotel Haase”.
HotelHaase.........................
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Inmueble de Valor Monumental
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Año aprox. Construcción: 1910
Historia Su construcción data del año 1907 cuando luego del incendio del templo y casa parroquial, la comunidad se orga-niza para su inmediata reconstrucción. Destacan en esta tarea, la figura del jo-ven Edmundo Kahler, quien junto a los vecinos de Quilanto, Volcán y Carril, en pocos meses logran levantar la Casa Pa-rroquial y el salón de la Unión Católica. El 19 de noviembre de 1907 el Padre Mellwig se instala en la nueva residencia, habilitando además una capilla provi-soria en el salón anexo (Unión Católica) cuya primera misa fue celebrada el 22 de noviembre de aquel entonces. Desde su construcción, el inmueble ha sido destinado como casa habitación de los sacerdotes, sin embargo a través del tiempo y en distintos períodos, sus dependencias han sido utilizadas para actividades de catequesis, comedor pa-rroquial y sala de reuniones para adultos mayores. Anexo a la Casa Parroquial (lado nor-te), se encuentra el Salón Parroquial, es-pacio donde funcionó por muchos años la denominada Unión Católica, transfor-mándose posteriormente (1948-1970) en la Escuela “San Pedro Canisio”. Hacia la década de 1970 el salón cumplió funciones de cine, actividad im-pulsada por los sacerdotes de la Sagra-da Familia (1947) y continuado posterior-mente por los sacerdotes Roberto Koll (alemán) y Gerardo Alkemade (holandés).
casaParroquial.........................
Inmueble de Interés Histórico Artístico
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Año aprox. Construcción: Desde 1913
Historia Perteneciente a los hermanos Juan y Carlos Teuber Hitschfeld, la construcción data de comienzos de 1913 y represen-ta uno de los inmuebles más caracte-rísticos del centro urbano comercial de Puerto Octay. Su construcción se desarrolló por etapas iniciando la primera entre 1913 y 1920, por parte de Sigismundo Teu-ber, quien construye la casa habitación de dos pisos. Luego, hacia 1938 Juan Teuber Histschfeld construye el local co-mercial más una casa habitación (actual edificio correspondiente al local n° 2). En esta tarea y con el cambio de nivel de la calle, el antiguo subterráneo se convierte en primer piso (planta comercial) debien-do excavar y construir un nuevo subte-rráneo. El inmueble consta finalmente de tres pisos más un subterráneo y una superficie construida de 1.800 mts2. En su construcción se emplearon maderas como el laurel y el alerce.
EdificioTeuber.........................
Inmueble de Interés Histórico Artístico
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Año aprox. Construcción: 1910
Historia Construida hacia 1910 aprox, pre-senta un estilo arquitectónico sencillo caracterizado por un alto volumen de dos pisos y cubierta a dos aguas, con una disposición asimétrica de vanos entre el segundo y primer piso, mante-niendo una impronta de versión local del neoclásico. Su primer propietario fue el Sr. Ger-mán Wulf quien contaba con una tienda comercial en la primera planta y un uso habitacional, en la segunda. Su principal singularidad se logra por la sustracción en primer piso de la esquina ochavada, que indica el acceso al local comercial. Interesante solución, muy particular de la región. En la actualidad pertenece a la fa-milia Yagode Carrasco, manteniendo su primer nivel un importante y variado uso comercial.
casaWulf 1.........................
Inmueble de Interés Histórico Artístico
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Año aprox. Construcción: Comienzos de siglo 1900
Historia Construida a comienzos de 1900 por Bernardo Wulf, su propietario original fue José Schmidt Bittner quien en el año 1935 vende a Adolfo Segundo Niklitschek Lukeheide. Su uso ha sido siempre comercial y habitacional, destacando hacia 1918 una tienda comercial del vecino Juan Appel con venta de ropa, mercería, géneros surtidos y calzado. El 7 de febrero de 1962, la propiedad es adquirida por Erwin Hausdorf Bohle, manteniendo la tradición del uso comer-cial en la planta baja, y habitacional en su planta superior. En la actualidad representa uno de los establecimientos comerciales carac-terísticos del centro urbano.
CasaHausdorf.........................
Inmueble de Interés Histórico Artístico
CasaYagode Aguila.........................
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Año aprox. Construcción: 1885
Historia Construcción aproximada del año 1885. Originalmente de estilo arquitec-tónico “primitivo” ha sufrido variadas modificaciones en el tiempo. Su primer propietario fue el Sr. Liborio Guerrero, destacado vecino y comerciante, pasan-do posteriormente a manos de la Familia Yagode Aguila. Su uso ha sido habitacional, desta-cando entre los años 1957-1982 aprox. la instalación y funcionamiento de una central de telefonía a magneto, operada por la Srta. Elma Yagode Aguila. En la actualidad su primer piso regis-tra un uso comercial.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
CasaSchmidt Hausdorf.........................
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Año aprox. Construcción: Desde 1920
Historia Construida hacia 1920, perteneció a la familia Hausdorf Wulf, formada por Adolfo Hausdorf Schreiber y María Fran-cisca Wulf Püschel. Más tarde pasaría a manos de Bernardo Schmidt Hausdorf, yerno, casado con Albina Cecilia Haus-dorf Wulf, ambos destacados profeso-res de los colegios “San Miguel” y “San Pedro Canisio” respectivamente. Su uso ha sido siempre de tipo ha-bitacional, sin embargo destaca un pe-ríodo como fábrica de gaseosas. Hacia la década de los 80, el inmueble ofrece servicios de Pensión, a cargo de la re-cordada “Tante Irene”, cuñada de Ber-nardo Schmidt. Ha mediados de la década del 2.000 la propiedad es adquirida por la Parro-quia “San Agustín” para el funcionamien-to de un Centro de Atención Juvenil. En la actualidad las dependencias al-bergan la Sala de Sesiones del Concejo Municipal y las unidades de Fomento Productivo, Turismo y Cultura.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
CasaSchmidt Hausdorf.........................
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CasaAñazco.........................
Año aprox. Construcción: Construida hacia 1930-35
Historia Este inmueble presenta característi-cas del tipo arquitectónico “neoclásico”, con proporciones y dimensiones que le otorgan una composición especial. Su revestimiento exterior es de madera na-tiva con un ensamblaje de tipo “Tingle” en el primer piso, y un “machihembrado” en el segundo. Sus primeros propietarios fueron la familia Sorhaburu Valentín, confor-mada por Pedro Sorhaburu Etcheverry (comerciante y activo dirigente comuni-tario) y doña Guillermina Selma Valentín Thiers. Más tarde la propiedad pasaría a manos de la familia Dietz Valentin (Theo-bald Johann Dietz Heim y Sidonie Victoria Valentin Thiers) para luego ser adquirida por René Añazco Trujillo. Su uso ha sido siempre habitacional, en especial el segundo piso, pasando por breves períodos de uso comercial su planta baja. Antes de su construcción, a comienzos de siglo XX, funcionó en su actual ubicación un local de palitroque.En la actualidad pertenece a la sucesión Añazco Pérez.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
CasaWerner.........................
Año aprox. Construcción: 1910
Historia De estilo neoclásico con revestimien-tos de chapa metálica. Se desconocen sus primeros propietarios, sin embargo entre los años 1918-1940 el inmueble pertenecería a la familia Lüttecke He-chenleitner (Francisco Alberto Lüttecke Rosier y Karoline Emma Clara Hechen-leitner Martin) quienes más tarde se trasladan a la ciudad de Osorno. En el año 1940 la propiedad es adqui-rida por la familia Werner Galle (Antonio Werner Krüger y Matilde Galle Reichstein) quien hasta ese momento vivía en la cha-cra N° 19 camino Carril-Nochaco. De los 11 hijos, 2 terminarían hasta sus últimos días en la casa paterna: Antonio y Mag-dalena Werner Galle, quienes hacia la dé-cada de los 70 mantenían una panadería. Por su cercanía al puerto, en sus co-mienzos prestó servicio de hospedaje. En la actualidad su uso es habita-cional y en algunos períodos, comercial, manteniendo la construcción su estilo original. Representa uno de los inmue-bles más antiguos y característicos de la ciudad.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
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CasaWerner.........................
CasaBarrientos I.........................
Año aprox. Construcción: Inicio de 1910-1915 aprox.
Historia Representa una de las construccio-nes más características de la ciudad; enclavada en un cerro frente a la bahía de Puerto Octay, goza de una vista pre-ferencial de la bahía y antiguo molino. Su construcción se estima a comienzos del siglo XX, entre los años 1910 a 1915 aprox. Su propietario original fue el Sr. Egon Martin Biebrach. La vivienda está formada por dos cuerpos articulados por un torreón de base hexagonal. Su volumen principal corresponde al tipo “primitivo” con un mirador central sobre el acceso. La va-riedad de detalles de revestimiento y decoraciones de puertas y ventanas evi-dencian su construcción por etapas. En el año 1972, el 3 de julio, la pro-piedad es adquirida por la Sra. María Ida Muñoz Burgos (Viuda de Víctor Barrien-tos) actuales propietarios, manteniendo el uso habitacional y prestando servicio de hospedaje por algunos períodos. En la actualidad resalta su presencia en el entorno, por su gran ubicación.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
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CasaBarrientos II.........................
Año aprox. Construcción: 1930
Historia Su construcción data aproximada-mente del año 1915. Su primer propieta-rio fue el Sr. Cristino Haase, capitan del Vapor “Chile” quien posteriormente ven-de la propiedad a la familia Appel Werner.En el año 1975 es adquirida por el Sr. Hernán Barrientos Muñoz para uso ha-bitacional. En la actualidad y dada su cercanía con el puerto, ofrece servicios de hos-pedaje y cabañas.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
foto: Sr. Andrés Figueroa
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CasaBarrientos II.........................
CasaBarrientos 3.........................
Año aprox. Construcción: 1950
Historia La existencia de este inmueble se encuentra ligada al funcionamiento del molino Klagges, que por aquellos años funcionaba en este lugar, frente a la ba-hía de Puerto Octay. Su construcción data aproximada-mente del año 1950. Su primer propieta-rio, Francisco Segundo Klagges, vende más tarde la propiedad a Federico Haus-dorf, quien sigue con el funcionamiento del molino y ocupando la casa, como casa habitación. El terremoto de 1960 traerá la des-trucción del molino y años más tarde, entre 1974-75, una sociedad compues-ta por 12 empleados del Hospital local, adquieren la propiedad al Sr. Hausdorf. Entre estos empleados destaca el Sr. Mi-guel Barrientos, actual propietario, quien junto con recibir su partición, participa en la compra de nuevos sitios disponi-bles, adquiriendo de este modo la casa habitación. En la actualidad el recinto es conoci-do como Camping “El Molino”.
Inmueble de Interés Histórico Artístico
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Año aprox. Construcción: 1920
Historia Inmueble perteneciente originalmen-te a Bernardo Werner. Su construcción data aproximadamente del año 1920. Es una construcción del tipo arquitectónico “primitivo”, un paralelepípedo cubierto con un techo a dos aguas y mirador. Su uso fue siempre habitacional. En la actualidad su propietario es el Sr. Juan Flores Aguila.
CasaFlores (Antigua Casa Werner I)..........................................
Inmueble Valor Ambiental
CasaVargas (Antigua Casa Werner II)...........................................
Año aprox. Construcción: 1920
Historia Conocida como Casa Werner II, per-teneció al Sr. Ernesto Werner Menzel. Su construcción data igualmente del año 1920. Pertenece al tipo arquitectónico primitivo (paralelepípedo cubierto a dos aguas). Su uso ha sido siempre habitacional. En la actualidad la propiedad perte-nece a la familia Vargas Martinez.
Inmueble Valor Ambiental
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Año aprox. Construcción: 1955
Historia Inmueble construido hacia el año 1955 aprox. En la misma ubicación se ubicaba a comienzos de 1900, una imponente casona de dos pisos, perteneciente a la familia Valentin Kuschel, integrada por Albino Valentin Thiers y Valeria Kuschel Püschel. Valentin prestaba servicios como sastre y tenía también una chiche-ría. Su sastrería se ubicaba en el primer piso, lado derecho del inmueble, hasta donde llegaban vecinos de los distintos puntos de la zona, dada la calidad de sus trabajos. En el lado izquierdo y también en el primer piso, se encontraba la sala de ensayos de la banda “copihue” de aquel entonces. A mediados de la década del 50, y dado su deterioro, la casona es desar-mada para dar paso a la construcción actual, cuyo uso es de carácter habita-cional.
CasaValentín...............................
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Inmueble Valor Ambiental
Año aprox. Construcción: 1960
Historia Inmueble perteneciente a la familia Gubernatis. Por su destacado emplaza-miento, al interior de una pequeña penín-sula, forma parte del tradicional paisaje de la bahía y es posible distinguirla en las fotografías que cada visitante realiza en su visita a la ciudad, con el imponente volcán Osorno de fondo. Su construcción data aproximada-mente del año 1960, luego que el terre-moto destruyera la antigua casa familiar. Su constructor fue el maestro carpintero José Manuel Maldonado. Sus primeros propietarios fueron la familia Gubernatis Schwabe, matrimo-nio formado por Bruno Gubernatis y Elsa Schwabe, de quienes sabemos que él, fue piloto de la lancha “centinela”, perte-neciente a los propietarios de la penín-sula, y ella, prestigiosa maestra de músi-ca, enseñando piano, violín y acordeón. Destacó igualmente por impulsar la crea-ción de la “Posada Gubernatis”, uno de los primeros establecimientos dedicados a ofrecer hospedaje y alimentación a los turistas y visitantes, que cada año iban descubriendo los atractivos naturales de la ciudad.
CasaGubernatis............................
CasaValentín...............................
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Inmueble Valor Ambiental
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Año aprox. Construcción: Hacia 1956 aprox
Historia La propiedad perteneció originalmen-te a Francisco Klagges, quien en el año 1946 vende a su yerno Domingo Monte-cinos Rosas, casado con Elena Klagges. En 1956, Montecinos vende a los primos: Matilde y Baldomero Habert (comercian-te y mueblista) quien luego de desarmar la construcción existente, dan paso a la construcción actual. Matilde Habert, dueña del inmueble y activa comerciante, impulsa la creación de un local denominado: “cantina”, de-dicado al expendio de cervezas, convir-tiéndose rápidamente en uno de los luga-res más populares de la ciudad. Hacia fines de la década del 70, y luego que la Sra. Habert se trasladara a la ciudad de Valdivia, la propiedad es adquirida por la familia Silva Barría, ac-tuales propietarios, quienes destinaron el inmueble para uso habitacional. En la actualidad es una de las cons-trucciones típicas del casco antiguo de la ciudad.
CasaSilva...............................
Inmueble Valor Ambiental
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Año aprox. Construcción: 1959
Historia En sus instalaciones funcionaron por muchos años las oficinas del servicio de Correos y Telégrafos de Chile, a cargo de la funcionaria Julia Ruiz Gaete, en conjun-to con los funcionarios Onofre Alarcón y René Navarro. Adosada a la construcción se ubican igualmente los garajes donde antigua-mente se guardaban las “micros” que efectuaban el recorrido Octay-Osorno, a cargo del aquel entonces hombre público y comerciante, Carlos Teuber Hitschfeld. Hacia la década de los 80, el servicio de correos y telégrafos es trasladado al primer piso donde actualmente se ubica el municipio de Puerto Octay, quedando el inmueble para uso habitacional, me-diante la modalidad de arriendo.
CasaTeuber y Galpón............................
CasaSilva...............................
Inmueble Valor Ambiental
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Fue a fines del año 2010 que el Consejo de Monumen-
tos Nacionales en virtud de sus atribuciones recono-
ció el gran valor histórico, paisajístico y arquitectónico
de una zona de 23 hectáreas situada al interior de la ciudad de
Puerto Octay y que abarca entre otros lugares la Plaza de Ar-
mas, el antiguo muelle Chile, la Parroquia San Agustín y el tradi-
cional edificio del Colegio San Vicente de Paul.
Mediante la declaratoria de este sector como Zona Típica
o pintoresca quedaron resguardadas sus características am-
bientales, incentivando un desarrollo futuro de la ciudad en ar-
monía y concordancia con su historia y arquitectura tradicional.
Un gran desafío para la ciudadanía y sus autoridades.
De esta manera la Zona Típica de Puerto Octay entró a for-
mar parte del conjunto de más de 100 zonas patrimoniales de
esta categoría que existen actualmente en Chile, donde viven
más de un millón de personas en total.
Estas zonas son de la más diversa naturaleza. En el norte
de nuestro país se pueden encontrar áreas protegidas como
el pueblo de Isluga (declarado en 1992), la Calle Baquedano en
Iquique (de 1983), el centro histórico de La Serena (1981). En las
regiones centrales existe una gran diversidad pudiendo encon-
trar conjuntos como la Calle Dieciocho en Santiago (de 1983), la
Población de Empleados Públicos (del 2008) o la Plaza de Gua-
carhue (de 1991). En el sur y extremo sur también hay gran va-
riedad. En Valdivia está la Calle General Pedro Lagos (de 1991),
Caleta Tortel en la Región de Aysén (del 2001), Frutillar Bajo en
la Región de los Lagos (del 2013), entre muchas otras.
También hay diversidad en la condición socio económica
de sus propietarios, así como también en el tipo de propiedad:
pueden ser instituciones privadas, universidades, colegios, or-
ganismos públicos como municipios, el gobierno, etc. En defini-
tiva, son el reflejo de la realidad nacional de nuestras ciudades
y también del nivel cultural y de desarrollo de nuestra sociedad.
A pesar de la gran cantidad de zonas patrimoniales protegi-
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5 AÑOS DE DECLARATORIA
das, en nuestro país aún no se ha logrado consensuar y esta-
blecer una línea clara para potenciar su desarrollo y puesta en
valor.
Por un lado existe el reclamo permanente de los propieta-
rios de inmuebles patrimoniales para contar con más recursos
para su mantención, cosa que se explica naturalmente porque
en su gran mayoría corresponden a construcciones muy anti-
guas y que obviamente presentan diversos daños tanto en su
estructura como en envolventes por su largo tiempo de servi-
cio. Esto ha llevado a que se formen organizaciones ciudada-
nas que han logrado elaborar un conjunto de demandas para
que el Estado los escuche y los apoye. Por ejemplo se ha soli-
citado que los propietarios de inmuebles patrimoniales puedan
tener algún representante en el mismo Consejo de Monumen-
tos Nacionales, cosa que parece al menos una solicitud razo-
nable.
En cuanto a la regulación y protección de las zonas patri-
moniales, en general los ciudadanos y propietarios aún no tie-
nen mucha claridad sobre lo que pueden o no pueden hacer
con sus casas y barrios. Cuánto se puede modificar un inmue-
ble protegido, si es posible cambiar el color, o una ventana o el
revestimiento de cubierta. Peor aún es cuando los municipios
o seremías tampoco tienen claridad al respecto. En este sen-
tido hay un gran espacio de trabajo para clarificar las distintas
formas en que se puede intervenir un inmueble protegido. Afor-
tunadamente a nivel nacional hay variados buenos ejemplos de
intervención.
En cuanto a recursos financieros, el Estado ha comenzado
a implementar distintos programas para invertir en zonas patri-
moniales y mejorar sus condiciones, permitiendo su revaloriza-
ción urbana, social y económica. Son en su mayoría experiencias
iniciales que aún no se logran consolidar como programas per-
manentes. Un ejemplo notable es el programa piloto de Recupe-
ración de barrios patrimoniales del MINVU, que se implementó
en la Zona Típica de Puerto Varas y en la Zona Típica del barrio
Yungay en Santiago. Así también están las líneas de los Fondos
de Cultura, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, que
Por. Pablo Moraga, Arquitecto
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apoya económicamente a los propietarios, por ejemplo, a me-
jorar fachadas de los inmuebles patrimoniales.
Son buenas oportunidades que los vecinos y municipios de-
ben aprovechar, informándose sobre los requisitos de los pro-
cesos de postulación, los tipos de proyectos y los montos de
inversión, de manera de sacarle un buen partido al legado his-
tórico con que cuentan.
Hemos sido testigos muchas veces de reacciones tardías
de las comunidades ante una amenaza, un problema o un cam-
bio inesperado en sus barrios y entornos que habitan. Puede
ser la instalación de una fábrica, la construcción de un camino
o de un Centro Comercial. Demás está mencionar la conmoción
que generó el caso del Mall de Castro en Chiloé. Una vez que se
logra materializar una nueva construcción que genera un gran
cambio en el entorno, o la demolición de un lugar significativo,
ya no hay vuelta atrás. La pérdida para la ciudad y sus habitan-
tes es permanente.
Afortunadamente la comunidad de Puerto Octay tuvo la vi-
sión de hacerlo a tiempo, si bien es cierto se han perdido algu-
nos inmueble producto de su antigüedad, ha logrado conservar
gran parte de su patrimonio arquitectónico y paisajístico.
Algo importante para la comunidad de Puerto Octay es te-
ner conciencia del valor de lo que poseen. Es una localidad es-
pecial, reconocible, con una identidad propia. Sabemos que es
difícil tener que lidiar con las normas patrimoniales y la falta de
recursos. Pero de eso se trata el desafío. Lograr derribar mi-
tos, la resistencia y la desidia. Apoyarse con otras comunida-
des para sacar los proyectos adelante y al fin lograr mejorar el
entorno en que vivimos y en el que vivirán las futuras genera-
ciones.
27Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay
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VAPOR CHILE
Por Manfredo Teuber Kahler
Una gran cantidad de vapores navegaron el lago Llanqui-
hue desde el principio del siglo XX (1910) hasta media-
dos de 1955; su función era el transporte de pasajeros
y carga, permitiendo en esa época un gran auge de la economía
de Puerto Octay, Frutillar y Puerto Varas, y que paulatinamen-
te fue decayendo a medida que se construían nuevos caminos,
se extendía el ferrocarril y la naciente presencia de vehículos
motorizados. 100 años de navegación lacustre permitieron pro-
yectar, tanto a Puerto Octay y Puerto Varas, como los principa-
les puertos de la nueva colonia del Llanquihue y de un pujante
desarrollo comercial.
Una de estas embarcaciones -y quizás la más característi-
ca- fue el vapor “Chile” que navegó cuarenta y dos años, desde
el año 1912 al año 1954, cuyo propietario fue don Cristino Haa-
se. Su construcción se realizó en los astilleros Behrens de Val-
divia y armado completamente en la localidad de Los Bajos. Su
casco era de fierro y poseía una capacidad de 120 toneladas.
Con una potencia de 200 hp, su velocidad alcanzaba las 10 millas,
siendo su primer capitán Luis Haase y el piloto Antonio Águila.
Finalizados sus servicios de navegación, el “Chile” permaneció
varado en la playa de Puerto Octay, hasta que su dueño(Cristi-
no Haase) lo vendería a Domingo Kauak (Osorno) quien lo des-
arma y vende como fierro viejo.
En los últimos años sus capitanes fueron: Cristino 2° Haa-
se, hijo del propietario y posteriormente Enrique Haase, hijo de
don Luis.
Entre las numerosas historias y vivencias registrabas en su
navegación, queremos compartir la ocurrida en diciembre del
año 1920, un 7 de diciembre, cuando una ilustre embajada es-
pañola, integrada por S.A.R. don Fernando de Baviera y bor-
bón, el Sr. Embajador de España en Chile, don José Francos
Rodríguez, el Ministro del Interior de Chile, Sr. Pedro García de
la Huerta Izquierdo y otras personalidades, se embarcaron en
el “Chile”, estación Llanquihue, con el fin de hacer un paseo por
el lago Llanquihue, para posteriormente dirigirse a Puerto Va-
ras. Los ilustres visitantes se encontraban en tránsito en la zo-
na y se dirigían a la ciudad de Magallanes donde inauguraría el
monumento a Hernando de Magallanes, descubridor del estre-
cho
En la actualidad, la memoria de este emblemático vapor, aún
permanece en el recuerdo de quienes navegaron en él y fueron
testigos de su presencia. La bahía de Puerto Octay conserva
su nombre como testigo y homenaje a la gloriosa época de la
navegación lacustre.
Fuente: Held Winkler, Emilio. 100 años de la navegación.1981.
29Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay
Puerto Octay conocido no solo por sus bellezas naturales, cuenta además con
numerosos atractivos culturales. Recorrer sus calles, admirar sus casas pa-
trimoniales e imaginarse la vida hacia comienzos de siglo XX, es parte de al-
gunas de las experiencias que el visitante podrá disfrutar en su visita.
Uno de los íconos característicos de nuestra ciudad es el templo parroquial “San
Agustín” cuya construcción data de 1908. Su característica torre, guarda sin embar-
go, un pequeño tesoro. Conserva tres hermosas campanas, cuyo sonido -sin temor a
equivocarnos- son los más hermosos del sur de Chile.
Su historia se remonta al año 1910, cuando el párroco de aquel entonces, Padre
Juan Mellwig Hanrad, encarga la adquisición de 3 campanas a Alemania. El 20 de no-
viembre de 1911 son bendecidas y entregadas oficialmente al uso de la parroquia.
Las tres cuentan con sonidos bien particulares y están consagradas. De este mo-
do la campana mayor se encuentra en la tonalidad de Sol y consagrada a San José;
La campana mediana, se encuentra en la tonalidad de La y consagrada a la Virgen del
Carmen, finalmente la campana menor, se encuentra en la tonalidad de Si y consagra-
da a la figura de San Agustín, patrono parroquial.
Desde su instalación en la torre, las campanas del templo animan la vida religiosa
de la comunidad. En sus inicios, una, era también la encargada de anunciar un incen-
dio o llamado de emergencia.
Entre sus característicos sonidos, destaca el tañer de la campana mayor (sol) cuan-
do anuncia un funeral o deceso de algún Pontífice.
Todo un atractivo que también durante la Misa de pascua de resurrección, al mo-
mento del gloria, es posible escuchar el sonidos de las 3 campanas simultáneamente
en todo su esplendor, y así ha sido desde 1911, cada año, cada semana, los cristianos
católicos de Puerto Octay son convocados mediante el majestuoso y elegante soni-
dos de las campanas del Templo.
CAmPAnAS DE PuERTO OCTAY
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El 28 de febrero de 1931 la bahía de Puerto Octay fue es-
cenario de uno de los acontecimientos más penosos que
registre la historia de la navegación lacustre en el Lago
Llanquihue. La pequeña embarcación “Moewe” que transportaba
a los músicos militares de la Banda del Regimiento “Caupolicán” de
Valdivia, impactaría con el Vapor “Chile” frente a la bahía de Puerto
Octay. 12 músicos fallecidos, más el maquinista de la embarcación,
sería el penoso resultado de esta colisión denominada años más
tarde como: “La tragedia del Lago Llanquihue”. Esta es su historia.
El 28 de febrero de 1931, los príncipes de Inglaterra Eduardo de
Gales(Eduardo VIII) y Jorge de Windsor(Jorge VI), visitaron nues-
tra zona hospedándose en la casona de la Península Centinela. En
aquellos años esta residencia pertenecía a un grupo de connota-
dos personeros públicos santiaguinos: Luis Izquierdo Fredes, Car-
los Larrarín Claro y Luis Barceló Lira.
La construcción data del año 1913 y su diseño correspondería
al destacado arquitecto chileno Josue Smith Solar (1867-1938).
La visita de los Príncipes motivó que las autoridades de la época
quisieran agasajarlos con una serie de actividades, y por disposi-
ción del alto mando del Ejército de aquel entonces, la Banda del Re-
gimiento” Caupolicán” de Valdivia, rendiría los honores respectivos.
Luego de su recepción oficial y honores correspondientes en la
ciudad de Osorno, la comitiva viaja hasta Puerto Octay, trasladán-
dose hasta la residencia de Centinela.
Dando cumplimiento a lo solicitados por las Autoridades su-
periores, los músicos militares amenizan las actividades prepara-
das en la residencia, sin embargo, éstas culminan antes de tiempo,
por razones de salud del Príncipe. Ante esta situación los músicos
deben regresar anticipadamente a Puerto Octay, mientras que el
príncipe es trasladado hasta el hospital local, donde a modo anec-
dótico, el médico que lo atendió, al no contar el Príncipe con dine-
ro para pagar su atención, lo deja registrado como “indigente”.
VApor “CHile” y lA “Moewe”
En aquellos años, solo existía la posibilidad de acceder has-
ta la residencia de Centinela vía lacustre, de este modo se toma
contacto con el capitán del vapor Chile, para que adelantara la
hora de zarpe que habían acordado previamente para el retiro
de los músicos. Lamentablemente, el vapor se encontraba sin
leña y sus calderas no tenían la presión suficiente para poder
zarpar de inmediato; al ver la demora e impacientes por regre-
sar a la ciudad de Valdivia, los músicos se dan cuenta que en el
muelle se encontraba la lancha “Moewe”, una pequeña embar-
cación con capacidad de 20 pasajeros, accediendo su capitán
trasladarlos hasta Puerto Octay.
enCuentro fAtAl
Alrededor de las 22 horas de esa oscura noche de vera-
no y mientras navegaba la pequeña embarcación hacia Puer-
to Octay, quiso el destino que el Vapor “Chile” se trasladara en
dirección contraria, rumbo a Centinela. A la salida de la bahía,
los pasajeros de la lancha fueron encandilados con las poten-
tes luces del reflector del vapor, sin que éste pudiera percibir
la presencia y cercanía de la lancha. A causa de esto, el piloto
de la Moewe perdería la noción de la ruta, atravesándose de-
lante del vapor y siendo violentamente impactado por la popa,
a babor de la embarcación.
En forma desesperada y percatándose de la colisión, los tri-
pulantes del “Chile” lanzan los botes salvavidas y elementos de
salvataje, al mismo tiempo el capitán ordena marcha atrás. La-
mentablemente esta maniobra sólo empeora aún más la situa-
ción. La hélice del vapor succiona los cuerpos de los músicos
los cuales son mutilados; otros, tratan de nadar hacia la orilla,
pero debido al pánico, lo hacen en dirección equivocada y son
atrapados por las frías aguas del lago Llanquihue.
LA TRAGEDIA DEL LAGO LLAnquIHuE
Por. Eduardo Vidal Mancilla.
Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay 31
Unos pocos son rescatados por personas y embarca-
ciones que acuden en su ayuda y otros logran ponerse a sal-
vo llegando a la orilla, agotados y choqueados por lo ocurrido.
Trece víctimas sería el saldo de esta tragedia, 12 músicos milita-
res y el maquinista de la pequeña embarcación, Sofanor Aguila.
iMpACto nACionAl
Este fatal acontecimiento, impactaría profundamente el al-
ma nacional, en especial a la ciudad de Valdivia, donde perte-
necía el destacamento militar.
Una vez conocida la noticia en los círculos de Gobierno, el
Presidente de la República de la época, Carlos Ibáñez del Cam-
po, envió al Comandante del Regimiento Caupolicán, un telegra-
ma de condolencia cuyo texto señala:
Moneda 1° de Marzo.
“Mi profundo pesar por desgracia que cuesta tantas vidas y
que seguramente dejará muchos huérfanos. Encarezco la ma-
yor prontitud y esmero en la atención de la familias enlutadas”.
(Firmado)Carlos Ibañez del Campo.
Por su parte, los Príncipes Británicos, ya conocida la noticia
-y en dirección a Argentina- envían al Gobierno un telegrama
de pesar y ordenan que sea colocada una hermosa corona en
su nombre y en el de su hermano, Príncipe Jorge, en el entie-
rro de las víctimas.
Los nombres de los músicos fallecidos fueron: Vicesargen-
to 1ro: Luis Núñez Lazo; Sargentos 2dos : Carlos Riffo Inostro-
za, Julio Meza Sura, Alfredo Albarracín A.; Cabos 1eros : Eliseo
Manso Vásquez, Matías López Quinteros; Cabo 2do : Enrique
Bastías Vergara; Soldados : Teófilo Soto Barros, José Luis Carras-
co Valdés; Agregados : Raúl Casas Triviño, Oscar Palma Salazar y
Erich Gnadt Vitális.
MultitudinAriA despedidA
Publicaciones de la época señalan que más de 20 mil personas
se congregaron para despedir a estos infortunados músicos. Auto-
ridades civiles y militares, el comercio, la banca, cuerpo consular,
instituciones obreras, deportivas, colegios públicos y particulares,
sindicatos obreros, federación de sub-oficiales en retiro, cuerpo de
bomberos, cruz roja de hombres, club musical Eleuterio Ramírez,
Bandas de Niebla y de Corral, Cuerpo de carabineros, Club militar
Alemán, Club Musical Concordia, delegación del Batallón Zapadores
de Osorno, delegación del escampavía Leucoton, Sociedad Unión
de costureras,, Sociedad La Fraternidad, Banda Eleuterio Ramírez
de Temuco, Congreso Social Obrero, Unión y protección de Seño-
ras, Triunfo ilustrado femenino, sociedad de Tipógrafos, Gremio
Gráfico, Club musical El progreso, Sociedad La Esperanza, Club de
tiro al blanco General Baquedano, Sociedad Empaquetadores de
comercio, Brigada de Scouts Eleuterio Ramírez, Sociedad Maqui-
nistas y Fogoneros Santiago Watt, llegan hasta el cementerio Ge-
neral de Valdivia para darles el último adiós. En su recorrido hasta
el campo santo, las campanas de la Catedral, acompañan el cor-
tejo con su triste sonido.
A 84 años de este lamentable acontecimiento, Puerto Oc-
tay recuerda y honra cada año, la memoria y los hechos históricos,
que permiten dar a conocer a nuestras generaciones presentes y
futuras, la gran Tragedia del Lago Llanquihue.
32
Conocer los detalles de la denominada “Tragedia del lago
Llanquihue”, ocurrida el 28 de febrero de 1931, cuando un
choque entre dos embarcaciones: el vapor “Chile” y la lan-
cha “moewe”, deja como resultado el fallecimiento de 13 perso-
nas, 12 músicos militares y 1 civil, podría significar un hecho más,
en la larga lista de accidentes y acontecimientos que ocurren;
sin embargo a 84 años de lo sucedido, el recuerdo de esta tra-
gedia se encuentra muy vivo y vigente entre los habitantes de
Puerto Octay, que cada año hacen un espacio en sus queha-
ceres para rescatar la memoria de este lamentable accidente.
Autoridades, instituciones civiles, militares y familiares de los
músicos fallecidos, se dan cita cada año para recordar a quie-
nes perdieron la vida, con ocasión de rendir honores, durante
la visita de los Príncipes británicos, Eduardo de Gales y Jorge
de Windsor en la casona de Centinela, Puerto Octay.
Alejandro Guzmán Mansilla(43) nos explica cómo una inquie-
tud, que nace bajo una animada conversación durante la cele-
bración de Santa Cecilia, hacia 1998, llega a convertirse en una
de las conmemoraciones más importantes en la zona y que hoy
se conoce bajo el nombre de la “Tragedia del Lago Lago Llan-
quihue”.
Alejandro relata: “Hace 16 años (1998), nos encontrábamos
junto a los integrantes de la Banda instrumental de la Confe-
deración de Bomberos Alemanes en Osorno; celebrábamos el
día de Santa Cecilia. En conversación junto a algunos ex-mú-
sicos militares (Juan Villagrán, Platón Ríos y Jaime Brito) escu-
chaba el relato de una historia ocurrida hace muchos años en
la bahía de Puerto Octay. Hasta ese momento todo era nuevo
para mí. Interesado por el tema, comencé a investigar y junto
a otros colegas músicos (Sergio Fuentealba y Efren Oyarzún)
nos propusimos rescatar este acontecimiento y que los músi-
cos fallecidos tuvieran el homenaje que se merecían. De esta
forma solicitamos audiencia con la alcaldesa de aquel tiempo,
la Sra. Carmen Ortiz Ojeda, quien nos escuchó y se compro-
metió a apoyar la actividad.
El 28 de febrero de 1999, realizamos el primer homenaje, una
actividad, sencilla, emotiva, pero que poco a poco se fue ga-
nando el respeto y reconocimiento de los octayinos y las insti-
tuciones participantes. Entre ellas, los antiguos músicos de la
Banda perteneciente al Regimiento “Caupolicán” de Valdivia y
ResCate ConmemoRaCión tRagedia del lago llanquihue
EntrEvista: alEjandro Guzmán mansilla
Entrevista
33Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay
familiares de los fallecidos.
En el año 2000 y luego de dar a conocer nuestro proyecto
y objetivo al interior del Ejército, se logró contar con su parti-
cipación, al igual que Autoridades y familiares de los fallecidos.
En aquella ocasión inauguramos un monolito y placa recorda-
toria que se ubica frente a la bahía, en el antiguo muelle Chile.
De este modo y por espacio ya de 16 años, cada 28 de febre-
ro, convocamos a la comunidad para recordar esta historia.
Para mí, recordar a estos músicos y honrar su memoria, es un
compromiso de vida, se ha transformado en una misión, don-
de agradezco a muchas personas anónimas, que cada año co-
laboran económicamente para que esta actividad no se pierda.
También al municipio de Octay y sus Autoridades. Al Ejército, a la
Armada y su banda instrumental de la 5ta zona naval. A nues-
tra banda “Copihue”, que fue también unas de las iniciadoras de
este homenaje hace muchos, muchos años atrás.
Hoy me anima poder instalar una boya definitiva que iden-
tifique el lugar de la tragedia y también poder –ojalá- construir
un gran monumento que dure muchos años y sea conocido por
las nuevas generaciones.
34
Hablar de la “Ruta de Los Jesuitas” en la Región de Los Lagos, es sinónimo de ahondar en un mar de posibili-dades; cada una de estas con cierto atisbo de legitimi-
dad. Lo cierto de todo esto es que, desde mediados del siglo XVI en adelante, numerosas fueron las exploraciones españo-las en la región, las cuales por un lado buscaban hacer recono-cimiento de los dominios bajo la corona, y a su vez, la búsqueda del preciado oro. A raíz de esto último, no sólo creían en la exis-tencia de betas con posibilidades de entablar la explotación mi-nera, sino más bien, los motivaba la posible existencia de una ciudad mítica y legendaria, la llamada “Ciudad de Los Césares”. El origen de la leyenda tampoco goza de claridad plena. Al-gunos dicen que tiene relación con naufragios y exilios de es-pañoles que se asentaron en la Patagonia; otros relatan que fue fundada por Incas, razón por la cual gozaría de riquezas in-mensurables. De todos modos, estas exploraciones constitu-yeron un real estímulo para los conquistadores, y de la mano de estos, para los Misioneros que si bien, no perseguían el mi-to propiamente tal de la ciudad en cuestión, no obstante tenían que abrir paso a la evangelización cristiana en los nuevos te-rritorios descubiertos. Es así que, a mediados del siglo XVII, las expediciones co-menzaron a orientarse de preferencia hacia las regiones más australes de la Patagonia. Fue el caso del jesuita Nicolás Mas-cardi quien, realizó un largo viaje junto a otros misioneros de la misma orden (todos asentados en Chiloé), llegando incluso hasta el estrecho de Magallanes. Sin embargo, la labor apos-tólica del padre Mascardi, se concretó en la refundación de la misión de Nahuelhuapi (territorio que actualmente comprende la zona de San Carlos de Bariloche, Argentina) la cual, durante los siglos coloniales perteneció a la jurisdicción de Chile, sien-do esta última débilmente ocupada, salvo por algunos chilotes. Sin embargo, dicho territorio cobró valor recién al considerar-se como una posible vía de comunicación entre Buenos Aires y el Océano Pacífico a través de la ruta austral. Ahora bien, volviendo a la historia de los Misioneros en cues-tión, se dice que durante su expedición, este grupo de jesui-tas se embarcó desde Castro adentrándose por el Seno de Reloncaví (actualmente Puerto Montt) hasta llegar al territorio continental. Desde ahí se desprenden a lo menos tres posibles pasos para cruzar la cordillera:
René Muñoz MayorgaProf. De Historia y GeografíaEstudiante de Magister en HistoriaEncargado de Biblioteca Pública de Purranque
TRAS LA RuTA DE LOS JESuITAS
Paso de las lagunas: Tras varios días remo entre piraguas y/o chalupas, se dice que los misioneros tomaron sus embar-caciones al hombro y se internaron entre los bosques y cerros de la región hasta llegar a una parte de la rivera de una lagu-na conocida como Güeñanca (hoy Lago Llanquihue). Supues-tamente allí navegaron por la falda de la cordillera llegando a la laguna de Quechocaví o (Lago Todos los Santos). Cruzando ha-cia el este, subiendo por el río Peulla hasta dar con el otro la-do de la cordillera. Paso de las carretas: También conocido como paso “Vurilo-che”. Este último también utilizado por los indígenas en épocas de malones y malocas, tenía como primer destino Ralún. Pos-terior a ello se iba por tierra tres leguas hasta la primera laguna llamada Calbutué. De ahí el camino seguía mediante navegación hasta el este. Luego se proseguía pedestremente hasta llegar a las cercanías del actual monte “Tronador”, el cual se orillaba hasta cruzar la cordillera. Actualmente este paso también es conocido como de Vuriloche. Paso de las Gaviotas: Se considera el mismo recorrido de los datos anteriores desde Chiloé hasta el Reloncaví. Se dice que los Jesuitas se adentraron por la selva en medio de los ce-rros cordilleranos andinos hasta llegar a la localidad del Rincón (en la ribera norte del Lago Todos Los Santos), desde ahí tran-sitaron hasta las termas del Callao. Siguieron por la laguna de los Quetros y llegaron hasta la punta este del actual lago Ru-panco. Desde allí, se dice que tomaron una ruta entre medio de los cerros y los volcanes, en donde existiría un boquete que conduciría hasta el otro lado de la cordillera. Este paso se le conoce en la actualidad como “Las Gaviotas”. No se sabe si desde Osorno habría comunicación y tráfi-co hacia Argentina. Recordemos que la ciudad fue incendiada en el año 1600. De hecho la documentación registrada por los frailes de la Orden de San Francisco en lo que respecta a la an-tigua ciudad, se perdió en Chiloé. Lo que sí es importante de manifestar es que, a la altura de la latitud de la cordillera de los Andes en cuanto a la Región de Los Lagos, esta se presenta más baja que en el centro del país, lo que propicia a la genera-ción de “boquetes”, es decir, pasos internacionales no oficiales, los cuales son parte de un saber social asociado a la oralidad.Por último, cabe señalar que el Padre Mascardi murió asesinado por un grupo de indígenas de la Misión del Nahuelhuapi en el año 1673. Esta suerte también corrió para otros cinco misioneros.
35Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay
Don Octavio Mancilla Muñoz(87) y doña Uberlinda Cea Cos-me(70) pertenecen a unas de las familias más antiguas de la zona de Rupanco. Reconocidos vecinos, en la actuali-
dad viven en el sector de Puerto Rico. Los visitamos para co-nocer sus historias de vida, aquellas forjadas con el esfuerzo tesonero de los primeros colonos chilenos que se avecindaron en la ribera del lago rupanco hacia el año 1929. Don Otto, como lo llaman sus cercanos, cuenta que se casó a los 20 años, nació en el sector de Chacay(1928) y a la edad de 6-7 años se trasladó en una balsa -que construyó su padre- junto a su familia, hasta el lugar donde viven hoy. “Salimos de chacay(Puerto Mancilla) una tarde; yo remé to-da la noche y llegamos como a las 6 de la mañana aquí al salto abajo… fue una cosa increíble, nosotros mismo habíamos he-cho la balsa. Mi padre recibió esta parcela -en realidad eran 2- y hacían 200 hectáreas. El gobierno comenzó a repartir y dividir hacia 1929, pero la gente llegó entre los años 1932-33. Nosotros llegamos el 36. Mi padre había rozado un poquito antes ya que él vino primero a despejar, para luego empezar a cons-truir. Viajó en mula la primera vez. Cuando llegamos todos defi-nitivamente, empezamos a trabajar, a tirar la madera al hombro, como bueyes. Éramos 4 hermanos. Sembrábamos trigo, al tiro, así a gualato. Mi mamá usaba un refregador para hacer harina y lo aventábamos en balai. Teníamos harina tostada y catutos pa-ra mantenernos. Fue un tiempo y trabajo muy duro, recuerda.”Otro de sus recuerdos anecdóticos es que: “al principio los ani-males eran muy bravos acá, las vacas parían por arriba y los terneros teníamos que amarrarlos a la orilla del camino para que conozcan gente, para que se amansen”. Por su parte la Sra. Uberlinda, oriunda de Las Gaviotas, cuenta que su madre fue la primera que llegó a Gaviotas. Unos alemanes que vivían en la “faja 20” (Maitenes), habían arrenda-do talaje hasta el río gaviotas y con su familia se encargaban de los animales. Con mucho orgullo nos cuenta también que ella fue partera y se dedicaba a la medicina natural, herencia de su abuela que conocía las yerbas. “Tengo 11 hijos, jamás llegué a los médicos, hospitales, nada, nunca; los tenía en mi casa, por-que eso me lo enseñó mi abuela. Antes no habían médicos, no habían hospitales, esos años cuando yo era joven…” Por aquellos años no había caminos, solo una huella. Re-cuerda como su padre hizo una canoa –demoró un año en cons-truirla- para poder salir al islote cuando los ríos se llenaban y también, como se preparaban para el invierno, en especial pa-ra tener siempre fuego. “Cortaban un palo gualdún(boqui) de 4 metros, luego lo dejaban secar en el verano y en tiempo de in-
COLOnOS DEL RuPAnCO
Entrevista Familia mancilla Cea
36
vierno se le ponía fuego. El palo ardía por dentro y duraba cer-ca de 3 meses. Este sistema reemplazaba los fósforos y podían tener fuego permanentemente.
“batallón” el perro que los salvó del frío. “batallón” era el nombre de un perro regalón, que protagoni-zó una interesante historia. “Un día se dieron cuenta que Mer-cedes (hija) se había quedado sin fuego (vivía al otro lado del río). Habían observado a la distancia que desde la casa no sa-lía humo y el río gaviotas era “un mar”, imposible de cruzar. Al acercarse a la orilla y comprobar que efectivamente Mercedes no tenía fuego, decidieron llamar a “batallón” para que cruzara hasta la otra orilla. Obedeciendo a su amo, “batallón” se lanza al río sorteando los peligros y la corriente que lo lleva metros más abajo, logrando su objetivo.Después de acariciarlo y felicitarlo. Amarran en su cabeza una caja de fósforo con un paño. “batallón” regresa donde Merce-des, sorteando una vez más los peligros del río y salvando a la familia de enfrentar un invierno sin fuego. Siguiendo con la animada conversación, ahora nos relatan cómo se conocieron. Pícaramente la Sra. Ube relata: “yo lo co-nozco desde que tengo conocimiento, lo veía como andaba por aquí, por allá, le conocía las novias (risas), por eso que habla de 51 novias y ella fue la número 2. Por su parte, don Otto manifiesta, que ayudando a un ami-go (un tal Alvarez) fue a la zona de Gaviotas, tenía como 18-20 años y “hacíamos unos macales”, amarrábamos un tronco acá, y otro, y otro y de ahí lo tirábamos con los bueyes. De esta for-ma hacíamos cercos para que no entren los animales. Solíamos cosechar 80 sacos de trigo. Esto fue hacia los años 1940-45. Una vez estaban sentados en un cerco y vieron a una seño-rita que andaba laceando caballos (ella tenía 9 años) “que va a lacear esta cabrita dijo”, sin embargo, Uberlinda recuerda que en esa ocasión ella sabía el nombre del caballo, lo empezó a lla-mar, a llamar y colocándole el lazo al cuello, lo lleva al cerco y lo monta regresando a su casa. ¡ah!, dijo él, ¡esa la voy a esperar que sea grande!,¡esa va a ser mi mujer!…. Yo lo dije –dice él- y resulta que después fue así. Cuando ya era más grandecita, me veía y me empezaba a llamar. Echaba los papás adelante y ella se quedaba atrás, en
los “coigües”. Se paraba y me empezaba a llamar. Por su parte –recuerda Ube- ¿Que tengo yo que me mira tan-to este hombre? y de repente me dice un día: “Oye, yo quisiera pololear contigo, me quisiera casar contigo. “Vaya a decirle a mi mamá, le contesté; si mi mamá quiere, pololearé con usted, si-no no… y no le fue a decir a mi mamita? Y cómo ellos eran veci-nos, ella le dijo que sí… sí, hijita, cásate con el (risas)… porque era un hombre “alentao”, no iba a pasar hambre. Yo pensé que mi mamá lo iba a retar, pero no. Finalmente se casaron en Puerto Octay. Recuerdan que se trasladaron en camión hasta el cruce Rupanco y de allí cami-narían hasta Octay donde finalmente se casaron, regresando al otro día. “Nos trajo uno del otro lado, de puerto chalupa, agre-ga finalmente Uberlinda. En la actualidad y luego de una vida dedicada al campo, la familia Mancilla Cea recuerda con alegría sus comienzos, sus anécdotas de juventud, la vida del campo, el trabajo, etc. Hoy disfrutan del cariño y respeto de sus hijos, nietos, amigos y ve-cinos. Son estas historias de vida las que finalmente hemos que-rido compartir con ustedes a través de estas líneas. Historias que nos hablan del temple de nuestros campesinos, aquellas que con ingenio y sabiduría ancestral, les han permitido enfren-tan las dificultades del camino.
Nuestro homenaje y agradecimientos al Matrimonio Mancilla Cea, por compartir sus vivencias con el equipo editorial de “La Centinela”.
37Revista de difusión del Patrimonio Arquitectónico y Sociocultural de Puerto Octay
Conocido como uno de los proyectos turísticos más im-portantes en nuestra comuna hacia la década del 40 y 50. Hotel “Rupanco” se ha mantenido presente y muy
vivo en la memoria de los “rupanquinos” que vieron su cons-trucción y destrucción, aquella triste tarde del 22 mayo de 1960. Con una capacidad para 100 personas, Hotel Rupanco co-mienza a construirse entre los años 1940-45, así lo recuerda el vecino Octavio Mancilla(87) y su esposa Uberlinda Cea(70), un matrimonio de familias chilenas que se establecieron a orillas del lago rupanco hacia el año 1932 y que recuerdan claramen-te el quehacer del Hotel.
Su propietario era don Láfiro Jaramillo, avecindado por el la-do del volcán, sector de aguas buenas. El hotel tenía 3 pisos y un largo de 45 mts. aprox. La energía eléctrica era hidráulica y su generador se ubicaba sobre el río piedras grandes, un sec-tor aledaño al hotel, con una conformación de grandes piedras y pintorescas cascadas.
Junto a los tradicionales paseos en lanchas, pesca y excur-siones, poseía piscinas termales al aire libre y tinas bajo techo cuyo número –recuerda la Sra. Uberlinda- eran de 6.
La temperatura de sus aguas era de 92° las que debían en-friarse previamente. En publicaciones de la época se recomen-daban para los tratamientos de reumatismos, ciática y diabetes.
Para el traslado de los visitantes, el hotel tenía 3 embarca-ciones: 2 lanchas y un bote. Las lanchas llevaban por nombre “Mimí” y “Elvira”-hijas del propietario- mientras que el bote lle-vaba por nombre: “Jorge”.
Gracias a un convenio con el Hotel Waeger (Osorno), los tu-ristas y visitantes podían viajar cada fin de semana. Las sali-das eran los días sábado, llegando hasta el sector de Piedras Negras para luego ser trasladados por una de las lanchas has-ta el hotel. Se regresaba el día domingo alrededor delas 20 hrs. Aquella tarde del terremoto, los vecinos recuerdan como las laderas de los cerros comenzaron a desplomarse y arrastrar todo a su paso. Una enorme ola, de unos 25 mts. terminó por sepultar todo lo conocido y en unos cuantos minutos, el hotel desaparecería bajo toneladas de piedras y barro, en el fondo del lago Rupanco.
Entre los fallecidos, se recuerda a la familia del cuidador, Ti-to Asenjo y sus hijos. A 55 años de lo ocurrido, Hotel “Rupanco” aún permanece en el recuerdo de la gente, en especial hoy, cuando familias in-tegrantes de la agrupación de agroturismo “Las Gaviotas” im-pulsan el desarrollo turístico, transformando este sector, en uno de los atractivos más relevantes de la comuna de Puerto Octay.
HOTEL RuPAnCO
1940-1960
Fotografías gentileza del Sr. Rodolfo Navarro, capitán de la embarcación “Gaviota”.
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Ernesto Guzmán es un conocido vecino de la localidad rural de La Picada, ubicada al noreste de Puerto Octay, en los faldeos del Volcán Osorno.
De baja estatura y algunas veces de pocas palabras, nos sorprende con sus historias y esa sabiduría innata del hombre de campo. Su familia está dentro de las cuatro más antiguas que dieron origen al lugar: Los Ampuero, Garcéz, Barril y ellos, los Guzmán Alvarez. Ernesto nos cuenta con mucho orgullo que fue uno de sus antepasados, su bisabuelo José Antonio, quien descubrió y dio aviso de una terrible enfermedad que atacó a los animales del sector, especialmente los vacunos y animales domésticos, en-tre los años 1892-95. Sin saberlo, habían sido atacados por el terrible carbunco o ántrax, afectando a casi toda la masa ganadera del sector. Los animales presentaban fiebre y sus cuellos estaban llenos de picaduras extrañas, las que más tarde abarcaban todo el ani-mal. Rápidamente José Antonio da aviso al patrón y comienzan a informarle al resto de los ganaderos, quienes en un esfuerzo desesperado, trasladan sus animales a otros lugares de la cor-dillera. El lugar en aquellos años no tenía un nombre específico y se conocía solo como parte de río blanco, un vasto sector. Transcurrido un mes de los hechos, José Antonio y otro amigo, viajan a Osorno en busca de víveres. Allá es reconocido como el hombre que dio aviso de esta enfermedad y logró que muchos salvaran su ganado. Con el tiempo, el resto de los habitantes del sector, también comienzan a ser reconocidos como las personas que vienen del lugar donde proviene la enfermedad de “la picada”.
ORIGEn DEL nOmBRE DE LA
En un comienzo, molestaba a la gente del sector que los lla-men de “la picada”, sin embargo el nombre se hace cada día más conocido y termina finalmente siendo aceptado por todos. La leyenda se había consolidado y este lugar sin nombre, por fin tenía uno: LA PICADA. Al ir envejeciendo José Antonio, se preocupa también de tras-pasar sus vivencias y en especial cómo descubrió y dio aviso de esta enfermedad, transformándose en el nombre del lugar. Conocimiento que comienza a transmitirse de generación en generación. José Antonio(bisabuelo) transmite a Juan(abuelo), Juan transmite a Ernesto(papá) y Ernesto finalmente transmite a Ernesto(hijo), nuestro entrevistado.
Así relata Ernesto esta herencia en sus escritos: “don José Antonio supo inculcar en su hijo don Juan lo que realmente sucedió. este se lo relató a su hijo don ernesto, y éste a los suyos para que la historia de la picada se mantenga viva, generación tras generación, ya que algo así no debe perderse nunca; porque así co-mo se construye la historia de un humilde sector, así también se mantiene viva la historia de la humanidad y el ejemplo lo dio prime-ro don José Antonio, su hijo don Juan y su nieto don ernesto y los hijos de éste para que la his-toria de la picada se mantenga viva para siempre”.
Entrevista a Ernesto GuzmánEntrevista
PICADA
IN MEMORIAM
El pasado 12 de agosto, nuestra insti-tución sufrió la lamentable pérdida de quien fuera su socio fundador y primer presidente, el Sr. Mario Hernán Soto Levín.
Hablar de Mario, es hablar de una vida dedicada al servicio público y comunitario. Como Funcionario Municipal pertenecien-te al Juzgado de Policía Local, contribuiría permanentemente a la gestión institucio-nal y gremial buscando siempre instancias de mayores oportunidades y progreso pa-ra todos. Sin embargo, es en el servicio co-munitario donde dará forma y potenciará su enorme vocación de servicio público. El deporte y la recreación constituyen sus primeros desafíos hacia la década de los 80 como dirigente del Consejo Local de Deportes y Recreación; junto a los de-safíos deportivos, particularmente el fút-bol, asume igualmente el liderazgo de las primeras Semana Octayinas. Más tarde, a través del velerismo, comenzaría a dar for-ma al Club de Deportes Náuticos de Puer-
to Octay, instancia que pasearía el buen nombre de nuestra comuna en los distin-tos campeonatos regionales y nacionales; incluso, por primera vez, Puerto Octay se constituye como sede de un Campeonato Nacional con muy buenos resultados para los remeros locales. Junto a estos desafíos, se transforma en uno de los socios fundadores y primer se-cretario de la Corporación de Desarrollo Turístico de Pto.Octay, marcando un tiempo de exitosos desafíos mediante la adminis-tración de playas, proyecto Museo, comi-da campestre, concesión Hotel Centinela, etc. Lider innato, siempre inquieto, le gusta-ban los desafíos en grande. Su buen humor, le permitía generar espacios de encuentro y junto a animadas conversaciones, en su pensamiento rondaba siempre la idea de cómo Puerto Octay podría seguir en la senda de su crecimiento y desarrollo. En el año 2010 se integra al desafío de contribuir al proceso de declaratoria de Zo-
na Típica de Puerto Octay y colabora es-trechamente en las jornadas y encuentros comunitarios, dando a conocer los alcan-ces y desafíos de esta declaratoria. Luego, en conjunto con los vecinos y propietarios de inmuebles patrimoniales, dará forma al “Centro Urbano Zona Típica Puerto Octay”, organización comunitaria de ca-rácter funcional, destinada al conocimien-to, difusión y protección del Patrimonio Arquitectónico de nuestra ciudad. Estimado Mario, hoy has culminado tu paso terrenal, ya no estás entre nosotros, sin embargo, tu trabajo, tus sueños para Pto. Octay, están en medio nuestro. Has dejado un gran legado y también un gran desafío.
Mario Hernán Soto Levín….. Descansa en paz.
* Extracto Discurso de despedida con ocasión de sus funerales el día 14 de agosto de 2015.
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