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SAINETE
LA BURLA DEL POSADERO,CASTIG0 DE LA BURLA.
BARCELONA.I m p n ' í i l a cit.' .IfAX L i.uhkns. V alinu tU' S ia . r a h d i i i i i . i iú m . i>.
18G-1.
LA BURLA DEL POSADERO.
P E R S O N A S .Melenas, patron de la casa de pos&da. D . N arciso... \D . Juan......... ¡Estudiantes.D . Pantaleon. '
L A ESCEN A E S E N L A CIÜDAT) D E A L C A L Á DE HENARES.
Vista de calle, y salen tres Estudiantes con sotona y manteo.
Juan. Amig-os, lleg ó la to r ade nuestro enredo, ojo alerta.
Pant. Qué dices? que yo no entienda adonde van tus ideas á parar.
N arc. Ni y o tampoco.Juan. Pues atended á m i aren ga:
y a sabéis, am igos mios, que Juan Estudiante anhela, como todo fie l C ristian o, que tiene dientes y m uelas, á com er bien, y teniendo la b arrig a bien re p le ta , está contento.
Los dos. No h a y duda.Juan. Tam poco ign oráis que en esta
casa m aldita en que estamos, u n a vida anacoreta nos hace pasar e l huesped, sin ser erm itaños.
ant. Esaes en A lca lá en bastantes segunda naturaleza. ,
rm n . No dudáis (pues por vosotros
pasa, cuando el tiempo llega)- que diariam ente damos
i cada uíio dos pesetas.Pant. D ígalo y o , que los ojos
se me van cuando las cu e n ta , y quisiera con la vista a mi bolsillo traerlas,
para socorrer a lgu n as necesidades secretas.
N arc. Pues yo, cuando doy las mias, estoy haciendo la cuenta de distribución en trucos, y otras cosas que la len gu a las calla, porque las saben los que cursan laé escuelas.
Juan. En ese lance yo vuelvo á otro lado la cabeza, porque si á verlo lleg ára , preso en la m azm orra fiera del patrón, que lo pondrá donae jam ás la lu z vea, a l punto le daba un m al de corazon en las piernas, que de los brazos del huesped ib a á parar á la iglesia.
Pant. Eso no será dificilque á todos tres nos suceda si m as en su casa estamos.
N arc. A bien que seis dias quedan de curso, y nos m archarem os á ver toros y com edias.
Pant. Y o desde el dia que v i en aquella g ra n cazuela de caldo que siem pre saca, anegarse á toda priesa un pobre infeliz garbanzo, estoy que el diablo m e lleva.
Jiian. A l mismo que yo piadoso
al ver cierta su tríig'édia, sMqiu'; de aquel m ar de ciihio con la barca cañonera (le estos cinco dedos.
Paiit. V aya:si es'tuviera su parienta aquí, no sucedería tan notable desvergüenza,
-Han. Cuéntala con los difuntos.Narc. ¿ Pues qué, h ay novedad ?Juan. Tremenda.
H oy acaban de escribir d eí lu g a r donde fué enferm a, que está con asma.
l^ant. ¡Zam bom ba!N arc. Peor es que dolor de m uelas Jv,an. Y peor que sabañones
por detrás de las orejas. l^ant. ¿ Y lá burla que tenemos
ii nuestro patrón dispuesta cuando ha de ser?
Los dos. Esta noche.Juan. Y pues ésta y a se acerca,
y cac a uno el papel sabe que ha de hacer, alto á la em presa.
N arc. T ú ve á casa á entretenerle, que pronto damos la vu elta, (rt
PaiúaUon.) - Pant. Pues hasta luego.J n m . Y en tanto
que nuestra ven gan za llega , digam os:
IjOS tres. V iv a la industriade estas tres sotanas viejas. Vunse
>Sala corta, y sale Melenas como de casa con una hiz, que pondrá sodre %na mesa.
M el. Ciertam ente que en el mundo no h a y vida m as placentera que la m ia , pues no tengo oficina que m olesta contaduría que cansa, m ayordom ía á que atienda mas que de m is estudiantes el cuidado y asistencia.Kilos rae dan cada dia entre los tres seis pesetas, de las que ven go á sacar, por lo que estiro la cuerda, entrando el p agar la casa , y m i comida, que es b u en a, unos diez y ocho reales, pr»rqne ajustada la cuenta fres justos se van en pan.
dos en carne y fru ta seca, y el otro para ensalada, garbanzos carbón y especias.Y o les guiso, y cuando vienen, les tengo la m esa’ puesta.Interin com en lo poco que m i ruindad escasea, porque d iviertan e l ham bre, les refiero m il novelas, cuentos, h istorias y cosas, que saco de m i cabeza.Con este cuantioso ahorro, pues gan o ciento y cincuenta por ciento, pongo m i trato de m uías y de calesas ; lo que m e sobra lo im pongo en los grem ios, y una quieta y tranquila vid a paso á costa de bolsa agen a.
Sale Don N arciso llorando y ajlitjido.
N arc. ( Em pecem os la tram oyaÍnterin los otros lle g a n ). á 2).¡ A y tío del alm a m ia, que y a debajo la tierra
■estarás sin duda ‘a lg u n a !¡ quien á m í m e lo d igera cuando salí de M adrid para A lca lá ! ¡ que traged ia !
Mel. ¿ Por qué lloráis Don Narciso?N arc. Por qué quiere V . que sea ?
porque m i faltó e l fomento para segu ir m i carrera literaria.
Mel. IS'o os entiendo.A^arc. Es que esta noche m esm a
me han escrito que m i 1io, e l m ercader de A ngulem as, que com erciaba en la Chipa, é iba a llá las prim averas, está enfermo gravem ente, y cuando de casa llega^i
' á decirm e esto, es que y a estará en la vid a eterna.
Mel. No h a y que creerlo, que siemi>r0 corren mas las m alas nuevas, qu? no lo que es favorable.Le dolerá la cabeza, ó tendrá nn poco de flato, que esa m alvada dolencia cunde en los que comen m ucho:::
uVarc. ¡M aldecida sea tu lengua! Af\ m as cunde en los que ayunam os.
M cl. Y a lg ú n chuzón que le tonga
á usted m ala volun tad , - fom entará esas ideas
• para darle que sentir.K nrc. No puede ser, tio Melenas,
porque la letra eí? de casa.M d . Ahora bien, y aunque eso sea
¿ por qué os habéis de tomar una noticia funesta tan á pechos“? ¿n o advertís, tp o adversidades y penas no son para pechos nobles, como el vuestro? V a y an fuera los pesares procurando con m aterias placenteras de vu estra im aginación borrar tales bagatelas.
N arc. ¡ A y am igo que no puedo !Mei. Esforcem os la m ateria,
porque si se v a , ine pierdo cada dia dos pesétas.
N ü fc. Este m i pesar no siente, d n o m i dinero; ! lesnas!
iSalen D . JuoM y D .'P a n ta leon de^rnsa y alegres
■Juan. ¡ E xcelen te noche hace !P an t. Y tenem os lun a llena.■fmn. Oyes, chico, ¿ por qué lloras?Pant. Hom bre, qué es lo que te altara?Mei. ¿ Qué h a de tener ? una carta '
m aldita de la Estafeta, en que avisa que su tÍo está en las ánsias postreras.
N arc. \ C¿mo le p ica la m osca !J m n . ¿ Y por esa b agatela (riéndose.)
te afliges ? ¡ qué disparate !¿ Pues aunque se m e m urieran m is p a d re s , tíos y abuelos, y í<)da m i p a re n te la , habia y o de angustiarm e ? i que locura! ,
P an i. Y manifiesta.Mei. A eso mismo lé persuado,
y no h a y razones que puedan convencerle.
Juan. V a y a , V aya: (riéndose). no h a g a usted caso M elenas, porque este es un aprensivo, y si ha dado en eso, crea que es en valde persuadirle.
Mei. A cerca de la m ateria y a le he dicho lo bastante; pero nada le hace fuerza.
^larc. Si la letra es de m i c a s a ,
i hal)ráse visto tal tem a !Juan. C a lla , que eres u n sa lv a g e .
Con que si ahora le trajeran al patrón a lg u n a carta, de donde fué su parieuta, diciendo estaba m u y m ala,¿ creyera que y a era m uerta ?
M el. No por cierto: eso serla anticiparm e las penas.
Jmn^ 6 V es hom bre? ¡ qué corazou !¡ qué valor ! ¡ qué entereza I
Mol. A bien , que ahora me acuerdo tengo en esta faltriquera carta de a llá , y no me habia acordado de leerla.
P ant. V alientem ente v a urdida. A ).N arc. Peor es lo que le espera, (e n
tre ellos.)
Saca Melenas una carta.
Mel. L a letra es del señor Cura: m ontaré para leerla las gafas.
Pénese unos anteojos.
Los tres. Bien v a la tram a.M el. Dice de esta m anera: (enti*e s i ) .
Lee -con mucha 'pausa.
«Señor, las adversidades,» á quien procura vencerlas,»110 le intim idan; y vos, »acostum brado á vencerlas,»no podéis acobarclaros....( el cuerpo todo m e tie m b la !) Ap.
Lee. « P o r lo que yo m e persuado,■» se hará usted cargo por esta » del feudo que p agar debe » á la hum ana n atu raleza....(Y a me vaii dando congojas!) Ap.
Saca e l paüuelo, y se lúnjña el su d o r, como angustioso.
Juan. Parece que se m osquea. ( Á2Kd los dos.)
Lée. « Porque la conform idad,»en sem ejante m ateria,» es la basa en que se funda » d el cristiano la fé c ie g a ....(en que vendrá á parar esto) xVp. i Y a ni percibo la letra. (balbu
ciente.).Los tres. Nota bien el señor Cura.
Mei. E s una grand e cabeza.Lèe. « Y a sí pongo en su noticia,
»bien que no con poca pena, (te- » que Dios ha sido servido meroso). » de llevarm e á su parienta trémulo. » p ara s i...e s ...ta ... m is ..m a., tarde.
<Cae desmayado en los Irazos de los tres diciendo.«
i A y pobrecita Cornelia !Pant. M uchachos, y a conseguim os
el principio de la idea, (d los dos). Juan. Pues sigam os lo que f¿ lta ,
y disimulo.Los tres. M elenas,
volved en vos.Mei. ¡ A y de m í !Juan. ¿ Con qué tam bién sois badea,
como esotro m ajadero, (por N a r- V a y a , que si no lo v iera ciso.) no lo creyera.
Mei. ¡ A y señores !no se adm iren que lo s ie n ta , ' que era m u y buena cristiana.
P an t. Y consentir ¿ qué g ra n g ea ?Nada. Con que es gran locura e l no dar a l dolor treguas.
Mei. Es verdad: fuerza es fin gir. Ap. aun que me ahogue la pena. ( d is i-
m ulando.) Juan. Pues a sí, fuera pesares,
y lo que vin iera ven ga.M ei. Es constante; ¿ qué he de hacer
Tranquilo,
con afligirm 'e? ¡ A y Cornelia! ( llo rando.)
P a n i. V a y a hombre, tú bien puedes echar de tí esa tristeza.
N a rc. No es posible, am igos mios.Juan. Buen egem plar tienes cerca
en el Patron, m ira, m ira, como se vence.
M ei. Por fuerza: A p.Sino es m as gue una aprensión ?
Riendo.Pant. ¿ Lo ves hom bre?N arc. ¿Q uién lo n ie g a ?M ei. ¡ A y , h ija del alm a m ia! llo
rando.)Don Narciso, resistencia: ' (alegre.)I no veis como y o m e venzo á la razón ? ¡Q uién p u d iera (A p . c.star contigo, palom a, suspirando)
torcaz de m is tres p o te n c ia s .' Juan. ¿Q u é, lloráis?M el. ¡ Yo ! no por cierto.
Riéndose y enjugándose las lágrimas'. Pant. Y a y a , desechas las penas ? (á N arc. No puedo. Narciso),,Juan. Pues si no puedes,
la cam a tienes bien cerca: m árchate á acostar, y a llí á tu salmo gim otea, que ,aquí nos cansas.
N arc. No quiero.M el. V áyase V . y la cabeza (rem ello)
no nos rom pa con su llanto.¡ A y , quién contigo estuviera tórtola m ia !A parte llorando con disimulo^.
Juan. A la ca m a ,que á todos aquí m olestas.
Echando á N arciso á dentro á empellon es, le dice a l oido.
V é y escóndete a l instante.N arc. \ A y pobre tio M elenas! m se. Juan. Me h a sofocado el m uchacho. M el. Como no tiene esperiencia
de m undo, en eso consiste., (llo ro - P ant. Si es un pobre calavera. so ). Juan. Patrón v e n g a m il abrazos. (le
abraza). porque en la sum a tristeza, que es forzoso os acom pañe, m ostráis valor y entereza.
Pant. \ Y con qué co rd u ra !Juan. ¡ G rande !Mel. L a razón no quiere fuerza ( a n i-
y m as en aqueste lance; m oso). ¿pues porqué yo llore y sienta la m uerte de m i m uger, m e ha de quitar e l perderla ? no por cierto. ¡A y , h ija m ia,
AJiigiéndose. que pronto iré yo á la Ig lesia a co m p añ arte! A4).
Pant. E l se funda. [á Ju a n ].Juan. Señor pues las diez y m edia
son dadas, y m e parece que es una hora m uy. buena de acostarse, de este m odo, durm iendo, como se esp era , descansa el cuerpo, y se evita que m ortifiquen las penas.
M el. Por m in o h ay inconveniente.Pant. Por mí menos.
Juan. Pues m u y buenasnoches ten ga usted, patron.
Mei. Dios se las dé à ustedes buen as,
Vdse p or el lado opuesto a l de N arciso.
Juan. Grandem ente se ha dispuesto. Pant, Pues am igo alto, á la em presa. H an. Y pues tenemos fragu ado
el modo con la cautela correspondiente à este fin, y somos los tres, tres piezas, que no se h allarán igu ales , si con un cabo de vela los van buscando por toda la redondez de la tierra, á n im o , y no desm ayar, hasta <íar fin á la iáea.
Vant. Pues al avance, Juauito.Juan. A lto, pues, y miedo fuera.^ant. y tú , codicioso infam e...Han. G uárdate pues sin clem encia... Xqs dos. Toda un ham bre estudiantina
avan zar v a tus gab elas.
Toman la H z , y vánse por donde se ué N a rciso; y p o r e l lado opuesto sale
Melenas en hütay gorro despavorido y isusCado, Tnirando á dentro.
\fel. Déjam e, pálida som bra, que m i sosiego me a lteras: que y o ... s i... cuando... ¡qué ansia! i que dolor ! ¡ h a dura estrella déjam e, no m e p ersigas !
'don Narciso. ¡ A y Dios qué pena! d o n ju á n , don Pantaleon, [dando nadie h a y que m e favorezca, toces).
Salen D . Juan, y D . Pantaleon medio é^snudos con Id vela encendida que se ^ex>aron.s" *
$ m n . ¿Q ué quereis ?Sant. ¿ Qué se ■os ofrece ?Los dos. ¿Q ué transform ación es esta? M el. Sentedo estaba, ajustando,
porque u rg ía , cierta cu en ta , de la ropa m e tiraron: ( asustado. bajé u n poco la c a b e z a , y v i... j a y señores m ios ! debajo de aquella m esa g ra n d e , que tengo en m i cuarto, una cosa b lan ca y n e gra ; y era sin duda... ¡q u é àn sia !
era... fqué sustof j qué pena! E ra...
Juan. ¿Q uién era? acabad.' Pant. ¿ Decid el qué ?M el. Mí parienta.Juan. ¡Q ué d isp arate! ¿estáis lo co ?Pant. Eso seriá apariencia
que form a la fantasía.M el. No señor que era ella m esm a
como andaba acá en el m undo.Jua/n. ¿ Y p ara esa friolera
levantarnos habéis hecho ?Pant. Narciso si que lo acierta,
que con la pena que tiene, roncando está á pierna suelta.
M el. Si lo que á m i me sucede le pasára no durm iera,
L os dos. Vam os á ver vuestro cuarto.
Ruido de cadm a, dentro.
Mel. A y que y a suenan cadenas lJuan. V e n id , y no tengáis miedo.P ant. Todo será una pam ema.
Á l ir á entrar, sale don N arciso emim antilla y basquina muy despacio.
Mel. Y o no entro, que y a s a le ,que, y a vien e, que se acerca. ( tré-
N arc. Como son de s u m u g e r mulo). las ropas le hacen m as fuerza. A p.
L os dos. Dónde está que no la vem os ?
Haciendo la deshecha.
M el. Junto á ustedes.Pant. A nda á fuera.
Huyendo de Narciso.
Juan. ¿ T ú tam bién te lo has creído?Pant. Con m uertos no quiero fiestas.Juan. Y o nada veo.M el. A hí está.
Huyendo siempre al fren te .
Pant. V os perdisteis la cabe?acon e l miedo: va y a , v a y a [r im -
M el. ¡ A y , que suena la cadena ! dose).
Suena ruido.
Juan. Qué cadena ni qué acá?
Pant. Esforcem os la materia.
A ihítU á N fírdso.
Yo ju rá ra que oía. (Síten/i oirá Me!. Lo vé usted:? ¡h a ya ta l tema! vez). J m n . Puede ser; m as no lo creo.Mel. Por Dios que m e favorezcan.
Se iruecan de puesto.
que se viene á epotro lado.Juan. Me habéis de hacer que lo crea
según lo que os asustais.Mel. Otra ve z á m i se acerca.
Vuehen d trocarse y suena la cadena.
y la cadena ha sonado.J^ant. ¿ Qué confusiones son estas ? ^%an. Y o nada veo.Mel. A h í está.Los dos. j, A dónde ?
Sacando N arciso mía mano por la jo de la maritilla’, y llamándole á Melenas.
M el. A h í que por m as señas que con la mano me llam a.
H a n . Eso y a es de otra m ateriá:
Teniéndole de los Irazos entre los dos.
habladla, que puede ser que ven ga á a lg u n a promeruV,
Pant. ¿ Qué sabemos?Mel. Y o no puedo. ( temblando).L os dos. No la tengáis m as en pena.Mel. Solo por eso lo haré. A p.L os dos. E l buen hombre que tal
tie m b la !M el. E n nom bre de Dios te mando,
d igas, ¡ qué quieres, Cornelia!N arc. Que para que de una vez
quede de la pena exen ta , a l instante restituyas la m itad de las pesetas que has usurpado á esos pobre?, el tiempo que estuve enferma.
3‘ua/rh. ¿P atrón, pide a lg u n a M isa?Mel. ¡ O ja lá ! que m enos cuesta
que lo que pide.Los dos. ¿ Pues qué es ?Mel. Que lá m itad luego os vu e lva
de lo que os tengo usurpado.L os dos. ¿ Y eso es cierto?M el. Y tan de veras:
No quiero lo que no es mió;Y a te obedezco, Cornelia.
N a rc. Solo esperábam os eso:
Descúbrese^ y queda pasmado Melenas.
Y a pues con tanta llan eza confesáis la estafa, todo no ha sido m as que apariencia porqueros enmendeis.
Mel. \ Y có m o !¡ Jesús, y qué estra ta g em a ! Yiéndold estoy y lo dudo!
Los tres. Solo con una m erienda nos contentamos.
Mel. La ofrezco;¿ m as la m uerte de Cornelia y la carta han sido chasco ?
L os tres. Todo h a sido sutileza..Mel. Pues dem os fin al ju g u ete
pidiendo por recom p ensa:Todos. Que tan benigno auditoria
le dé el prem io que m erezca.
FIN.