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7/23/2019 Jose T. Urmeneta
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CAPITULO
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JOS
TOMAS
URMENETA
1808 - 1878)
UN EMPRESARIO MINERO
DEL SI LO
X IX
Ri cardo N azer A humada
Licenciado en His tor ia
Universidad Catlica de Chile
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Antecedentes del desarrollo econmico del siglo
XIX
E desarrollo econmico experimentado por
el
pas a partir de la dcada
d e 1830, estuvo ligado a las actividades comerciales de importacin-expor-
tacin concentradas en Valparaso, convirtiendo al puerto en el emporio
comercial del Pacfico, y a las actividades mineras del Norte Chico, en una
primera etapa la minera de la plata (descubrimientos de los minerales
de Arqueros, Chaarcillo
y
Tres Puntas)
y,
posteriormente, a la minera del
cobre y del carbn, que permiti
el
surgimiento de una industria de fundi-
ciones.
Las exitosas actividades productivas
y
comerciales ligadas al comercio
exterior, dan lugar a la formacin de nuevos grupos sociales econmicamente
poderosos, que irrumpen en la escena nacional durante
el
siglo
MX.
En primer lugar estn los extranjeros, que
se
instalan en Valparaso como
comerciantes, agentes de casas mercantiles, representantes de armadores de
naves, artesanos, marinos
y
trotamundos en busca de riqueza fcil
o
de mejor
situacin. C onjuntamente con
el
grupo extranjero,
el
elemento tradicional
chileno mantuvo sus afanes comerciales, pero con m enor envergadura, al ser
desplazado por los m ercaderes extranjeros poseedores de m ejores relaciones
y
conocimientos del mercado mundial que estaba surgiendo.
Un grupo aparte es el empresariado m inero. Los ricos descubrimientos
de plata en Chaarcillo y Arqueros,
y
el posterior desarrollo de la minera del
cobre, permitieron a chilenos
y
extranjeros, la acumulacin de grandes capi-
tales en pocos aos. Este grupo estaba constituido tanto por mineros, como
por comerc iantes ligados a la m inera a travs de la hab ilitacin y la com er-
cializacin de los productos.
De
estos grupos empresariales,
los
ms importantes son
los
formados por
empresarios de origen extranjero ligados al comercio de importacin-expor-
tacin, radicados en Valparaso,
y
los mineros de la plata y el cobre del norte
del pas. Ambos grupos, con las utilidades obtenidas en la produccin y
com ercializacin de minerales, a partir de la dcada de 1850 pudieron llevar
a cabo nuevas inversiones que
se
caracterizaron por su diversificacin: mi-
nera, actividades financieras, transporte terrestre
y
martimo, mejoramiento
urbano
y
actividades agrcolas.
Los
nuevos gru pos empresariales conformaron una burguesa em ergente
que, en un rpido ascenso, tom
el
control de las p rincipales reas d e la
economa chilena,
y,
aunque dependiente del capitalismo ingls, constituy
un grupo dinmico
y
progresista en el Chile decimonnico.
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Una lista de las principales fortunas chilenas, publicada por Vicua
Mackenna en El
Mercurio
del
26
de abril de
1882,
muestra que las fortunas
claramente distinguibles de origen burgus (minera, industria, comercio y
c r d i t o ) s u m a n $ 134.500.000, y l as prov eni entes de l a agr i cul tura ,
24.500.000.
Las primeras representan el
84,3 y
las seg undas el
15,3 .
Las
ocho mayores fortunas corresponden a familias burguesas, con el
50,7
del total,
lo que indica una altsima concentracin, en su mayora de origen minero.
El empresariado minero
Durante la Colonia, los hom bres dedicados al n egocio de la minera consti-
tuan u n pequeo em presariado, originalmente dueos de haciendas d e
poca
extensin del N orte Chico y d e algunas localidades de la zona cen tral, que a
travs d e habili taciones, prstamos, com paa, m antencin de ingenios, ad-
quisicin de minerales y transporte se dedicaron por com pleto a la minera;
no amasaron grandes fortunas, su cultura fue muy pobre y no tuvieron voz
en los asuntos pblicos.
Durante las dcadas de
1820
y
1830,
sc producen cambios significativos
en la minera. La insercin del pas en la economa mundial, la creciente
demanda de minerales por parte de los pases que lideran la revolucin in-
dustrial y
los
ricos yacimientos de nuestro su elo, posibilitan la explotacin de
los minerales de cobre. Al mismo tiempo, se producen los descubrimientos de
los ricos minerales de plata, que dan un impulso considerable a esta actividad
econmica.
Un importante nmero de extranjeros comienza a ded icarse a la m inera,
se instalan en los distritos mineros a desarrollar labores de habilitacin,
compra y venta de minerales y explotacin de minas. Estos hombres que
haban llegado al pas como agentes de casas mercantiles, tcnicos de com-
paas mineras que fracasaron y aventureros
en
busca de fortuna, introducen
nuevas formas de asociacin, credito, explotacin de los minerales y adelan-
tos en la fundicin de stos. Conjuntamente con esos extranjeros, un impor-
tante nmero d e m ineros nacionales participa de l a explotacin de
los
anti-
guos y nuevos yacimientos, para satisfacer la creciente demanda de minerales
de cobre.
Las ms importantes casas mercantiles de Valparaso comienzan a su-
ministrar crditos, va habilitacin, y participan de la venta d e estos m inera-
les, dando lugar a u n com plejo sistema de financiamiento y com ercializacin
de la minera del cobre. A mediados de siglo, la minera se haba convertido
en el motor de la economa chilena, las exportaciones de minerales repre-
sentaban ms del 80% de las exportaciones del pas, y nos habamos con-
vertido en los primeros productores mundiales de cobre, con el 32 de la
produccin.
El espectacular crecimiento de la minera permiti la acumulacin de
grandes fortunas en manos de extranjeros radicados en el pas
y
nacionales.
Algunos hicieron
su
fortuna gracias al descu brimiento y explotacin de ricos
yacimientos de plata y cobre. Otros, en cambio, participaron en la minera
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com o habilitadores, obteniend o grandes utilidades al com ercializar
los
pro-
ductos. Tambin posean minas y fundiciones.
En cuanto a
los
chilenos stos eran: Ramn G oyenechea, Juan Jos
Echevem'a, Bernardo del Colar, Jos Tom s Urmeneta, Francisco Ignacio O s s a ,
Ramn Subercaceaux Mercado, Mariano A rizta, Francisco Garn, Miguel Gallo
Vergara, Jos M ara Codecido, Pedro Len G allo, Matas Cousio, Luis Cousio,
Agustn Edwards Ossandn, Joaqun Edwards, Maximiano Errzuriz, Pedro
Daz
Gan a, Jos Santos Ossa, Jos Antonio Mo reno, Ramn Ignacio Goyenechea,
Gregorio Ossa Ramn Ovalle, Adrin Mandiola, Jorge
Rojas
Miranda, Jos
Ra-
mn
Ossa
y otros.
La mayora de los empresarios se traslad a Santiago y Valparaso, donde
dieron inicio a espectaculares negocios, diversificando sus inversiones en mlti-
pies sentidos. Una parte del capital se reinvirti en la minera: fundiciones, m e
canizacin de las faenas mineras, mejoramiento del transporte de minerales a
travs de ferrocarriles. Tambin derivaron a las operaciones financieras como la
banca y la formacin de sociedades annimas: ejercieron como prestamistas,
organizaron casas de crdito que operaban como verdaderos bancos, fundaron
los
primeros bancos, organizaron sociedades annimas que les permitieron co-
locar sus capitales
y
ejercer cargos de importancia. Otra rea de inversin fue la
agricultura: adquirieron numerosas haciendas, realizando importantes obras de
regado, introduccin de nuevos cultivos, adelantos tcnicos, convirtiendo estas
haciendas en las ms modernas del pas.
A partir de la dcada de 1870, los capitales mine ros avanzarn hacia el
No rte Gran de, invirtiendo en emp resas salitreras, plata y guan o, dando ori-
gen a una nueva g eneracin de em presarios mine ros com o Jos Daz G ana,
Jos Santos Ossa, Angel Custodio Gallo, Pedro Lucio Cuadra y otros. Entre
los
extranjeros: Mclbourne Clark, Otto Harnecker, Jos Mara Artola, Manuel
Barreau
.
Conjuntamente con las actividades empresariales, estos hombres ocu-
paron impo rtantes cargos p blicos: diputado s, senado res, candidatos presi-
denciales, miembros del Con sejo de Estado, ministros, diplom ticos. Fueron
adem s destacad os filntropos, tomando bajo
su
cargo impo rtantes institu-
ciones de beneficencia como la Casa de Ora tes, la Sociedad de Instruccin
Primaria, formacin del cuerpo de bomberos, etc.
Tamb in gastaron parte de
sus
capitales en lujo y fastuosidades, cons-
truyeron mansiones y palacios ad ornad os con los ms finos artculos de de-
coracin importados desde Europa, donde se daban extraordinarias fiestas en
que los dueos de casa e invitados exhiban
sus
joyas, vestidos y refinamien-
tos afrancesados. Algunos vivieron en Europa como grandes seores, alter-
nando con
la
nobleza
y
burguesa del Viejo Mundo.
Los
ms notables empresarios mineros levantaron verdaderos imperios ;
pues
sus
inversiones abarcaban toda la variedad anteriormente descrita. Ellos
fueron Agustn Edwards, Carlos Lambert, Matas Cousio,
Jos
Toms
Urmeneta, Ramn Sub ercaseaux entre los ms importantes.
La labor d e estos emp resarios es valorada por Se gio Villalobos con las
siguentes palabras: qu habra sido de Chile y lo que seramos hoy si no
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hubiese habido en el siglo
MX
un dinmico grupo d e m ineros del cobre y de
la plata en Atacama, pioneros del ferrocarril y la navegacin a vapor, in-
dustriales arriesgad os y banqueros activos. E llos fueron los q ue juntaron ca-
pitales, realizaron inversiones, exploraron el territorio, trajeron tcnicos y
maquinarias y expusieron
su
fortuna en negocios audaces. Sin ello habra que
imaginar
un
pas de tono rural y atrasado .
El origen de la fortuna: Las minas de Tamaya
Antecedentes familiares de Jos Toms Urmeneta
Los primeros Urmeneta llegan al pas durante el siglo
XVIII.
Proceden de
Legazpia, Guipzcoa, Espaa. El mayor de el los era Francisco Javier
Urmeneta , quien contra jo matrimonio, en 1781, con Mara Lore to
Astaburuaga Pizarro, teniendo do s hijos: Jos Mara y Carmen. Francisco Ja-
vier se dedic al comercio con regular xito en La Serena. Con Francisco Ja-
vier llegaron sus sobrinos Tom s Ign acio y Julin Urmeneta Gue rra; no sa
bemos si llegaron juntos o bien separadamente, mandados a buscar por su to
como era
la costumbre. Toms Ignacio trabaj junto a su to en cuestiones
com erciales en el Norte Chico.
Viudo en 1791, Francisco Javier Urmeneta contrae nuevamente matri-
monio con la Serenense Manuela Garca Abello Pizarro, hija del corregidor de
La Serena. De este matrimonio nacen dos hijos: Carmen y Francisco Javier
Urmeneta G arca-Abello.
En 1795, muere Francisco Javier Urmeneta, dejando a d os peque os ni-
os. Su viuda, Manuela Garca-Abcllo, contrae matrimonio con el sobrino de
su difunto esposo, Toms Ignacio Urmeneta, el que durante nueve aos haba
prestado servicios comerciales a su to, recibiendo de l, en herencia, la suma
de tres mil pesos. Toms Ignacio se hizo cargo d e los negocios de la fam ilia,
y durante el matrimonio con Manuela Garca-Abello nacieron siete hijos:
Josefa, Mariana, Dolores, Mercedes, Manuela, Jos Toms y Manuel Jernimo.
Al comenzar el siglo MX, Toms Ignacio traslada sus negocios a Santiago y
ocupa el cargo de regidor de la ciudad en
1808.
En
1818,
muere en S antiago,dejando a
su
esposa y dos
pequeos
hijos, los menores Jos Tom s
y
Jernimo.
El primero haba nacido en 1808 y el segundo, en 1816. En ayuda de estos dos
pequeos nios concurre
su
hermano materno, Francisco Javier Urmeneta, hijo
del prim er matrimonio de Manuela Garca-A bello, quien, convertido en un
prspero comerciante en Santiago y Valparaso, es el tpico mercader de princi-
pios de siglo, importador y exportador, mayorista y minorista, que tena su s
propias naves para aventuras comerciales de corta existencia.
A
la
edad de quince aos (1823) fue enviado por su hermano a Norte-
amrica, siendo internado cn un colegio mercantil en Rhode Island. Tres aos
ms tarde,
su
hermano Jernimo viaj a la misma ciudad, gradundose en la
Universidad de Brown, en Letras y Leyes. A la edad de diecinueve aos, Jos
Toms (1827) estuvo de vuelta en Chile, con
u n
completo dominio del idioma
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ingls y una educacin mercantil estadounidense, algo totalmente inusual
para la poca. Estuvo corto tiempo. Su hermano Francisco Javier, al ver que
haba completado su educacin mercantil organiz una sociedad, en la cual
participaba Jos Toms Urmeneta con dos comerciantes, Manuel Hiplito
Riesco y Jos Ram n Snchez. Urmeneta sera el comisionista y m andara
me rcaderas europ eas a sus socios en Santiago y Valparaso.
En 1827, se embarc rumbo a Espaa, dond e la empresa fracas a causa
de la revolucionaria situacin que viva ese pa s, no logrando, Urm eneta,
tener contacto con los corresponsales y capitalistas de quienes obtendra
crditos.
Al
fracasar las negociaciones, se traslad a Inglaterra, donde permaneci
por espacio de tres ao s, siendo testigo d e la transformacin econmica y
social que ocurra en este pas, cuna d e la Revo lucin Industrial. La edu ca-
cin que obtuvo en Londres lo marc, ya que en Chile, segn Vicua Ma-
ckenna , fue reconocido por sus hbitos de guarda de su persona, de come-
dida etiqueta y aun de traje cuidado y de lenguaje culto que le fueron fami-
liares . Pero tambin influyeron en l las caractersticas burguesas propias de
la po ca: espritu d e em prcsa, racionalidad econ m ica, moralidad.
Volvi a Chile en 1831. Como su hermano Francisco Javier haba muerto,
empobrecido, recurri a
su
hermana Josefa Urmeneta, casada con el rico
minero Mariano Arizta. Este haba logrado su fortuna en el mineral de plata
de Arqueros y era dueo de m inas de cobre en Tamaya y do s importantes
haciendas en el valle del L imar, la d e Sotaqu y la de Guallillinga:
Su
cuado lo nom br administrador de las haciendas de Sotaq u y Gua-
llillinga instalndose en esta ltima en 1831, a la edad de veintitrs aos. En
esta zona conocio a la que lueg sera su esposa, Carmen Quiroga, quien
entonces visitaba a dos hermanas casadas con los hijos del rico minero y
hacendado Bernardo del Solar. Otras dos hermanas Quiroga tambin estaban
casadas con ricos mineros y comerciantes regionales: la mayor, con un m inero
de apellido Lastarria y la otra, con u n comerciante ingls recin llegado al
pas, Edmundo Eastman. Urmeneta se cas en 1832 quedndose definitiva-
mente en esta zona, rodeado de parientes polticos dedicados a la minera y
el comercio.
Pronto deriv hacia la minera, ayudado por sus parientes polticos. Las
m otivaciones estaban a la vista: el ejem plo de Carlos Lam bert, quien haba
comprado, en 1827, las arenillas de la fundicin de Guamalata a Bernardo del
Solar haciendo una gran fortuna; la creciente demanda de metal rojo, los
num erosos extranjeros que se aventurab an en la m inera estimu laron el es-
pritu de empresa de Urmeneta.
El mineral de Tamaya
El mineral de Tamaya est situado a unos veinte kilmetros al noroeste de la
ciudad de Ov alle. La altura ms elevada del cerro es d e unos 1.200 metros,
con una grad iente bastante pronunciada y escabrosa.
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Su explotacin se remonta a la Colonia. En la dcada del
1820,
Bernardo del
Colar trabajaba minas en el lugar y haba instalado en la estancia de Guamalata
un importante ingenio para la fundicin de cobre. El ingenio d e hornos de
manga solamente poda procesar minerales de color, los oxidados que se en-
cuentran en la parte superior del yacimiento; cuando procesaban sulfuros, sala
una m ezcla quebradiza llamada arenillas , que era tirada como escoria.
A principios de la dcada del 1830, Carlos Lambert lleg hasta el mineral
y com pr por un precio nfimo las arenillas del ingenio de Gu am alata;
aplicando el sistema de reverbero y calcinacin se eliminaba el azufre y se
obtena un cobre de buena calidad. Esta situacin provoc un nuevo des-
arrollo en el minera l, permitiendo la explotacin de los minerales sulfurados.
Las viejas m inas que haban sido declaradas en broceo volvieron a trabajarse,
estimulados, adems, por la creciente demanda de cobre.
El mineral de Tamaya presentaba la misma formacin geolgica de los
dem s minerales del norte. Predominaban las rocas granticas de gran dureza ,
presentand o en sus faldeos arcilla, producto de las lluvias. En las p artes
su-
periores de las vetas presentaba oxidados de cobre y en sus zonas inferiores,
abundantes sulfuros de cobre que eran la riqueza del yacimiento.
Existan varias corridas de vetas, pero slo una de stas dio celebridad al
mineral. Francisco Marcial Aracena, en su libro de
1884
sobre La industria del
cobre en las provincias de Atacama
y
Coquimbo
la describa de la siguiente ma-
nera: la corrida de nuestra referencia, que
es
compuesta de dos vetas que
corren paralelamente en toda la extensin donde se encuentran las minas
principales,
y
que a veces casi forman una sola, tiene un rumbo
o
direccinnorte a sur, con manteo a la parte occidental
o
inclinacin d e
48
a
50 .
En
su
trayecto estas dos vetas solo se desvan casi imperceptiblemente un poco en
sus dos extremidades, con inclinacin diversa en sus dos partes,
...
la veta que
corre a la parte oriental denomnase Veta Negra y la otra Veta Verde
...
Un
gran inconveniente presentan las vetas de Tamaya
...
Nos referimos a su
flexibilidad, poca consistencia en el cerro, siempre expuesto a los grandes
derrumbes o atierros ... las vetas secundarias son las ms abundantes ...
muchas de estas vetas secundarias
o
de segundo orden o tercer rden han
sido ricas
y
valiosas como las dos principales .
Las principales minas estaban en posesin de algunas familias com o los
del Solar, Arizta, Lecaros y G uerrero. Bernardo del Solar haba repartido sus
minas (Pizarro, Chaleco, Canal, Portezuelo, y El M orado) ubicadas en la veta
principal, entre sus hijos Bernardo, Jos Mara, Fermn y Gaspar; Mariano
Arizta, cuado de Urmeneta, posea numerosas minas: Almagro, Mercedes,
Arenillas, Murcilago, Bandurrias, Potreritos, Mantos; Calixto Guerrero, que
perteneca a una antigua familia de la zona, tena las minas Campanil, San
Lzaro, Vulcano y Las nimas; y Ramn Lecaros posea varias, la principal
era la mina Rosario.
Todos estos mineros, a partir de la dcada del
1830,
debido a la creciente
demanda del cobre y a la po sibilidad d e aprovechar los sulfuros de cobre,
comienzan nuevas inversiones para ahondar los piques y explotar las minas
al nivel de los sulfuros.
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El minero U rmeneta
En octubre de 1833, a la edad de veinticinco aos, os Toms Urmeneta de-
nunci la mina denominada Las Mollacas, ubicada en
una
de las vetas secun-
darias del m ineral de Tam aya; no sabemos si tena algun a experiencia com o
minero, pero es probable que en el tiempo que se desempe como empleado
de Arizta
se
haya interiorizado de estas labores. Esta mina haba sido abando-
nada por su ltimo poseedor Mariano Ariztia, osible que ste se la cediese,
pues a la fecha actuaba como gobernador de Ovalle y juez de minas.
De dnde obtuvo el capital para emprender estas labores, es una inte-
rrogante no resuelta. La suma que
se
necesitaba no era tan alta
y
es probable
que la haya reunido trabajando para Anzta o bien a travs de un prstamo
de su cuado
Recin comenzada a trabajar la mina, la fortuna lo favoreci: se encontr
con un rico clavo de bronces morados,
66
a 68 de ley, de gran demanda en
Londres, que le dio una pequea riqueza, la que utiliz para emprender
nuevos trabajos mineros. Vicua Mackenna calcula la suma de doscientos mil
pesos en do s aos.
Alentado por estos resultados, emp rende nuevas labores minera s, de-
nunciando, en septiemb re de 1834, una mina abandonada en el mineral de
Tamaya, denominada
El
Durazno. De inmediato inici la elaboracin de un
pique vertical para alcanzar la veta. Al ao siguiente, Mariano Arizta, como
Gobernador y juez de minas, y Bernardo del Solar como perito facultativo,
hicieron
u n
reconocimiento de dicha veta: encontrandose que
su
rumbo
y
direccin es de 'sur a norte' su hechado o manteo al poniente, su anchura
media vara, respaldo
o
cajas firmes
y
en a ctual laboreo un p ique en ordena
de doce estados, broceado y duro en sus remates y ms al norte otras do s
boca minas, la primera en ordena de catorce estados
fronton sus remates
broceados y
la
segunda en ordena de veinte estados en destierro .
Durante
los
ocho ao s siguientes, trabaja ambas minas, Las Mollacas y El
Durazno
o
El Pique. La mina El Durazno, llamada posteriormente El Pique,
por los tres piques elaborados para su explotacin, es trabajada por Urmeneta
en forma moderna, es decir, un primer pique en forma inclinada siguiendo la
veta y, luego, frontones horizontales a uno u otro lado del primer tiro, ob-
teniendo con ello mayor comodidad, economa de tiempo y dinero, descar-
tando el viejo sistema de chiflones confusos en forma de laberintos, caracte-
nstico s de la poca colonial. A una profundidad de
79
varas,
se
haba logrado
llegar a la veta principal del mineral y comenzar su explotacin.
A
partir de la dcada del cuarenta com ienzan los problemas para los
mineros de Tam aya: inviernos muy lluviosos inundan las minas, y es m uy
difcil evacuar las aguas con rapidez debido a la profundidad alcanzada.
Los
tornos y malacates de sange se hacan insuficientes para d esaguar las minas.
La
solucin era realizar socavones, a partir de la ladera del cerro, qu e corta-
ran la veta a
la
altura del fondo del pique. A travs de este tnel se podafcilmente extraer el agua y
los
minerales y, a la vez, se podan explotar las
vetas de minerales que
se
encontraran en el camino del tnel.
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Duranie cas i veinte aos
1833-1850), os
Toms Urmen eta trabaj sus minas en el mineral de T amaya,
con la esperanza de dar con el rico filn
que l o
hara millonario (Album Sra. Carmen
Errzuru).
Esta obra, sin embargo, requera una gran inversin, y su elaboracin era
muy com plicada. La dureza de la roca slo permita avanzar lentam ente y la
poca fracturacin del cerro provocaba constantes derrumbes, siendo preciso
emplear grandes cantidades de madera para asegurar la firmeza del tnel. Al
menos dos socavones se inician en la dcada del cuarenta para facilitar la
extraccin del agua, los minerales
y
la explotacin de nuevas vetas.
Calixto Guerrero inici, en 1840 en sociedad con Ramn Lecaros, un
importante tnel conocido como Socavn Lecaros . ste era un proyecto
monumental, que pretenda cortar a gran profundidad la veta principal de
Tamay a, explotando en su camino, las minas Las nimas, San Lzaro, Cam-
panil y las que encontraran.
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El otro socavn es iniciado en 1842, por Urmeneta. La mina El Pique,
debido a la profundidad alcanzada y a las lluvias de invierno se inunda,
siendo necesario perforar una labor. horizontal para ex traer el agua. Para ello,
solicita el 5 d e noviembre el perm iso respectivo: trabajo actualm ente una
mina d e metales de co bre nombrada el D urazno
el Pique cuyos planes de
poco tiempo
esta parte
se
han inmundado con agua;
y
siendo mu y costosa
u extraccin por medio del torno que hay en el tiro e insuficiente este en la
estacin lluviosa para mantener las labores secas y en estado de trabajadas,
me he resuelto despues de un prolijo reconocimiento
y
medidas tomadas por
peritos inteligentes, a emprender la costosa obra de un socavn por la parte
del pon iente dcl cerro... com o as mismo adjudicarme todas las vetas y guas
que en s u transito descub riere teniendo p or de nun ciadas las ab ando nadas y
con las dems privilegios
y
ecepciones que me concede la ctada ordenanza .
Es ind udab le que las minas de Urmeneta estaban entregan do bene ficios
econ micos que p osibilitaron iniciar esta obra. Al m ismo tiempo, haba d e-
nunciado otros yacimientos en el mineral: en
1843
denunci la mina Crucero
Viejo, y en
1844
las minas Caletn de Tamaya y Mina Nueva. En Andacollo,
enero de
1846,
haba iniciado una sociedad con el fin de iniciar la explotacin
de una antigua mina de oro llamada El Toro, la cual posea u n socavn de
atravieso corrido de
115
varas. La sociedad la formaban
Jos
Toms Urme-
neta, s u hermano Jernimo Urmeneta y Augusto Braeuninger, quienes apor-
taran el capital,
y
Pantalen Guerrero que se hara cargo de los trabajos para
desaguar la mina. Al ao siguiente, los Urmeneta continuaron solos con el
trabajo. Tres a os despu s, en
1850,
el socavn de
217
varas de largo y
4 1 / 4
de ancho, cort
la
veta de oro llamada La Meln dez , nom brnd ose a An-
tonio Alfonso, uno de los primcros y m s distinguidos alumnos de Domeyko,
como administrador
y
socio. Los Urmeneta haban gastado la suma de
$ 4.702.
Los beneficios empresariales lo convierten en figura importante en el
mun do regional del No rte Chico. En
1846
es electo diputado propietario por
Ovalle; en virtud de su nuevo rango, y como minero emergente, construye
una casa en Santiago, donde se trasladan
sus
tres hijas. D os aos desp us
(1848),
sus hijas estn viviendo en Valparaso, donde reciben una educacin
de tipo ingls. Por su parte, Urmeneta y su esposa, estan viviendo en la ha-
cienda de Guallillinga
(
Ov alle) la cual
han
comprado a Mariano Arizta. En
1849
es reelecto diputado por Ovalle, pero rununcia al cargo seguramente por
los problem as que vena enfrentando su empresa m inera.
En Tam aya, despus de cinco aos de trabajo (entre
1843
y
1847),
nin-
guno de
los
dos socavones iniciados, el de Urmeneta y el d e Lecaros, estaban
concluidos.
Dos
factores haban conspirado para retrasar las obras: la excesiva
dureza de la roca y el gran desnivel en que haban sido iniciados los soca-
vones para c ortar la veta principal, haciend o que los tneles tuvieran gran
longitud.
En
1847,
decide iniciar una nueva lab or horizontal, con m enor profun -
didad respecto a la veta y -por tanto- m s corto, deb ido a las inundacion es
de la m ina, solicitando el permiso respectivo: la mina cuy os planes como
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todas las dem s minas estan en agua , y habiendo intentado un socavn para
la evacuacin de d ichas agua s a la parte del poniente del cerro , el cual se ha
seguido trabajando desde el ao 1842 con el mayor empeo y constan cia sin
reparar en gastos; pero desgraciadamente es tan estrema la du reza de la roca
que solo se ha podido avan zar poco m s de la tercera parte de la distancia
para comunicar a la veta y a
f in
de cumplir
lo
ms
pronto posible con
lo
mandado en
el
articulo l y 2Qdel articulo 16 de las ordenanzas de minera
me veo en la necesidad d e emprender otro socavn mucho m s corto por la
parte del oriente del cerro y sin perjuicio de seguir trabajando el de la parte
del poniente .
En septiembre de 1848, el nuevo socavn cort la veta principal, despus de
120 varas de excavacin por una roca muy dura, continuando el trabajo hasta
cortar las dems vetas. Grande era la satisfaccin de Urm eneta, com o lo expresa
en
un
requerim iento: las grandes ventajas qu e me han resultado de esta obra
estn a la vista de usted, ella asegura y para siempre la completa disecacin de
la parte superior desde el punto donde
se
cortan hasta la superficie desa-
guandose naturalmente por el socavn todas las aguas y filtraciones qu e en el
haya y facilitando al mismo tiempo el desague artificial de las bombas que estan
con tomo y poco eficaz por el tiro o pique de explotacin y desague .
Este socavn le permiti un respiro, pudo continuar la explotacin de la
mina ahondando su profundidad, y recuperarse econmicamente de los
gastos de los tneles emprendidos. Sin embargo, al ao siguiente
(1849),
nuevamente se encontraba en problemas para continuar la explotacin de la
mina: debido al ahondamiento del pique, el socavn corto haba sido supe-
rado y nuevas lluvias haban inundado las minas: los actu ales plan es de la
mina del Durazno o Pique se encuentran a gran profundidad mucho ms
bajo que el socavn y continuandose los trabajos con la misma actividad
y
empeo sin reparar en sacrificios ni gastos, cada da
se
aumentara
su
ondura
y el agua, mientras que el socavn del lado del poniente aun cuando se tra-
baja con em peo, por
su
extremada dureza ser obra de muchos aos. Fal-
tandole an m s de
300
varas para conclurlo . Urmeneta se refiere al soca-
vn iniciado en
1842,
por el lado poniente del cerro, para explotar la veta a
gran p rofund idad, sin temor al ahondamiento qu e lo deje inutilizable.
Esta situacin lo llev a solicitar permiso para iniciar
u n
tercer socav n,
en febrero de
1849:
espuesto el deseo de evitar una nueva inundacin de
agua en tan interesante mina don de tan solo la alaguea esperanza del m i-
nero llevo gastado ingentes sumas de dinero me han obligado a examinar el
cerro por la parte del oriente y decidirme a emprender otro socavn ms bajo
que el primero por aquel lado y que cuelgue
los
planes actuales de la mina;
grande y dispendiosa sera la obra para mi particular y no pocas las dificul-
tades, pero as sera en proporcin el beneficio que resultara de ella .
Los
problemas que se enfrentaban eran graves, y slo a travs del siste-
ma de socavones era posible continuar las labores de la m ina, com o indicaba
el perito -de apellido Garmendia- en
u n
informe para la autorizacin del
socavn: que la cantidad de agua
aun
en esta estacin termica es tan grande
que imposibilitara en pocos aos ms el laboreo de la mina del Durazno o
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Pique en planes, pues segun la formacin geologica del cerro y su localidad
en el centro de la corrida de vetas y su hundimiento longitudinal causand o
una aglomeracin de las aguas no solo de lluvias, sino tambin de las minas
vecinas para las cuales la del Durazno es un recipiente por estar en ms
profundidad, en seco y ser la unica mina de la comda donde se mantiene su
desague; trabajando
sus
planes con empeo
y
con el orden que necesitan
tales obras; si este es el estado presente como sera con la mayor profundidad,
con la cual siempre aumentaran las aguas segun la experiencia, y en las
estaciones lluviosas? Claro que se arruina la mina y no hay probabilidad
humana de evitarlo, a no ser por el d esague natural y seguro del socavn
que se intenta .
La magnitud de las obras que emprendi y los costos necesarios para
llevarlas a cabo, lo llevaron a una virtual bancarrota. Las posibilidades de
consegu ir el dinero eran varias: poda recurrir a los habilitadores, pero sta
no era una buena alternativa, debido a las co ndicio nes des favorables para el
minero ; otra alternativa era consegu ir
u n
socio capitalista. En el invierno de
1850, viaja a La Serena y ofrece una sociedad a Carlos Lambert; el alsaciano,
no d eseando formar sociedad, y seguro del valor de las m inas, ofreci a
Urmeneta una suma cercana a los quinientos mil pesos por todas sus pro-
piedad es y d erechos en las m inas de Tamaya. Al no aceptar la prop uesta, y
falto de recursos para continuar y con la necesidad de terminar el socavn
para desaguar la mina, recurri a su cuado Mariano Arizta, quien le facilit
la suma de cuarenta mil
pesos
para continuar la obra.
Jos
Toms Urmenela
y
su
fam ilia en
su
casa de Tamaya,
1848.
Esla litograh'a de un dibujo de
Luis
Fernando Rojas, en
El
libro del cobre
g
del carbn piedra en Chile, de Benjamn Vicua mackenna,
ayud a form ar el milo de
un
Urmenela en la ruina y medio oco que solo por un golpe de suerte
alcanzara la fortuna.
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Con este dinero pudo continuar las labores de
su
mina y la construccin
de los socavones. En octubre de
1852,
cuando ms
lo
necesitaba, la fortuna
vuelve a tocar a U rmeneta: las labores del frontn Cam pino, uno d e los pi-
ques
de la m ina, dan con el principio de un rico alcance y clavo de metal
que entrega bronces morados con
60%
de ley; la riqueza que significa esta
veta permite proseguir las labores de explotacin de la mina
y
la continua-
cin de
los
socavones.
En noviembre de 1853, inicia un socavn corto, por la parte del poniente
del cerro, de una longitud de 220 varas para cortar la veta a la altura del
nuevo rico alcance para permitir la ventilacin y extraccin de dicha mina.
Dos aos ms tarde (1855), el socav n de atravieso, iniciado en 1849, por la
parte del oriente del cerro, con una longitud de 350 varas de largo, corta la
veta, en momentos en que el tiro de la mina se hallaba a unas 250 varas
verticales de p rofund idad, facilitando an m s la explotacin de la m ina.
En
1857,
el diario
El Ferrocarril
entregaba informacin sobre el estado de
las principales minas de Tamaya: la mina El Pique explotaba diariamente
seiscientos a setecientos quintales de m ineral de cobre d e buena ley, con
360
trabajadores; la mina Rosario, de la testamentaria de Ramn Lecaros, pro-
duca de cuatrocientos a quinientos quintales diarios, con 95 trabajadores; en
la mina Pizarro, de Bernardo Solar Vicua y Ca., se hacan trabajos de des-
puntes; la mina Almagro de los Arizta, estaba con labores de beneficio de
bronces am arillos y el socavn Lecaros, que tena un largo de 408 varas y un
tiro de hondura de 930 pies verticales, producina al ao entrante.
La riqueza en cantidad y calidad de ley de los minerales que entregaba
la mina d e Urm eneta, estuvo acompaada de un alza extraordinaria d e
los
precios del cobre a nivel mundial, producto de la guerra de Crimea;
los
precios llegaron, en Valparaso, sobre los veinte pesos, y aun m s al de 23,
24,
y aun
25
pesos en nuestros propios mercados . Esta do ble combinacin de
aumento extraordinario de la produccin y ley del mineral, ms el incre-
mento del precio internacional del cobre convirti en un corto nmero de
aos, a JosToms Urmeneta en uno de
los
hombres ms ricos del pas.
La dcada del cincuenta comienza brillante para los hermanos Urmeneta:
Jos
Tom s es uno d e los nuevos mineros millonarios y vuelve al Parlamento
como diputado por Elqui, el perodo 1852-1855;
su
hermano Jernim o, que haba
regresado al pas en
1834,
despus de pasar por variados puestos de la adm i-
nistracin pblica, es nom brado Ministro de Hacienda po r Manuel Montt, en
diciembre de 1850. A partir de 1853, Urmeneta comenzar UM larga serie de inver-
siones en minera, fundiciones, haciendas, ferrocamles, etc., siendo conocido com o
uno de los empresarios ms importantes de la segunda mitad del siglo MX.
El
nuevo capital
y
las inversiones
El
capital
Las utilidades generadas por la minas de Tam aya permitieron a Jos Tom s
Urm eneta instalarse en Santiago, iniciando en la d cada d e 1850 inversiones
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en las reas m s dinmicas de la econ oma chilena de mediados del siglo
pasado. De esta forma, a los
45
aos, se sum aba al crculo de los ricos m i-
neros de la plata y el cobre, que em pezaban a conform ar un nuevo grupo
empresarial al trasladarse ellos mismos y sus cap itales hacia el centro d el
pas, en
u n
momento en que la economa chilena experimentaba un rpido
crecimiento econmico.
Cul era el capital con que contaba Urmeneta para iniciar
sus
inversio-
nes? Para responder, es necesario preguntarse qu utilidades producan las
minas de Tamaya. La nica informacin que tenemos la entrega Vicua
M acken na en su libro del cobre: Prod ucto del Pique desde
1852
a
1864,
en
que no
se
llevo una cantidad regular 5.000.000'. El promedio del valor de la
produccin de la m ina el Pique para estos trece aos es de 384.615 anuales;
habra qu e descontar los costos d e produccin para saber efectivamente el
monto de las utilidades, pero
la
informacin q ue tenemos no permite calcular
esos co stos para con ocer el valor real de las utilidades.
Otro mtodo, es p lantear que las inversiones realizadas por U rmeneta
entre
1850
y
1859
corresponden a capitales generados por las minas d e
Tamaya. Por lo tanto, la suma de las inversiones realizadas en estos aos
corresponderan, prcticamente en su totalidad, a utilidades generadas por las
minas.
Entre
1855
y
1856,
realiz inversiones, verificadas notarialmente, por
setecientos mil pesos con u n promedio d e trescientos cincuenta mil pesos
anu ales. Para los mismos a os, el total d e exportaciones de cobre y plata, en
minera les barras y ejes, del pas alcanz los
4.457.356,
lo que permite ha-
cernos una idea de la magnitud de la fortuna.
En 1859, tena inversiones, verificadas notarialmente, p or 1.236.156. Es
posible inferir, a partir de las tres informaciones, que las utilidades de las
mina s de Tamaya en los mejores aos de la dcada d e
1850,
fueron, como
mnimo, del orden d e los doscientos cincuenta mil p esos anuales, descon-
tando los costos de produccin, fletes y comisiones.
Empresas y sociedades
Lo primero que hace Urmeneta es
su
instalacin defin itiva en la capital del
pas. Compra la casa vecina a la suya en la calle Monjitas y comienza
su
re-
faccin para convertirlas en una gran mansin. Tambin adquiere varias
propiedades en las afueras de la ciudad para construir una gran casa quinta.
Adem s, participa en la vida poltica como diputad o por Elqui.
Las primeras inversiones productivas se relacionan con las min as que
estn entregando la riqueza. En
1853,
inici un socavn corto para cortar la
veta a la altura del rico alcance encon trado, facilitando la extraccin y
ventilacin; avanza en la construccin de los socavones iniciados en la dcada
de
1840
y denuncia minas aban dona das y d escub iertas en el paso d e los t-
neles.
El mismo ao, realiz inversiones menores en dos sociedades que surgen
en Santiago. La primera es una sociedad annima llamada Molinos San
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Cristbal, que su rga motivada por el au ge d e la exp ortacin de trigo y ha-
rina a los mercados de California
y
Australia. La segunda sociedad es la
Fbrica de Tejas y Ladrillos.
Los cap itales invertidos son de bajo monto, en comparacin c on
los
que
invertira al ao siguiente. Esta situacin nos lleva a pensar que las grandes
utilidades comenzaron a llegarle a fines de
1854
y
principios de
1855.
Es
16
gico suponer que los grandes volmenes de mineral comenzaran a producirse
a mediados de
1853
y q ue fueran entregados en consignacin para
su
venta,
a una casa m ercantil extranjera, probablemente Alsop
y
Ca., producindose
la natural tardanza en la liquidacin de la venta
y
entrega de
los
dineros
respec tivos.
En
1855,
cuenta con un gran capital y realiza negocios de envergadura al
nivel de los m s importantes em presarios del pas, ocupando un lugar en el
nuevo grupo em presarial. Sus inversiones se vuelcan hacia el sector finan-
ciero. Instalado en Santiago, se cuenta entre
los
ms importantes prestamistas
de la ciudad . En septiembre de ese ao participa,
en
Santiago, junto a otros
empresarios mineros en la formacin de la sociedad annima Compaa del
Ferrocarril de Sur que contaba con el apoyo del Estado. Tom cincuenta ac-
ciones de mil pesos cada un a, y adems result elegido com o miem bro del
directorio y presidente de la compaa. A ines del mismo ao, se reunan en
Valparaso
los
principales com erciantes, representantes de casas merc antiles
extranjeras y empresarios mineros, para llevar a cabo la fundacin del primer
banco en
la
ciudad. En la sociedad annima denominada Banco de Valpa-
raso, Urmeneta tom cien acciones de quinientos pesos cada una. Por la
misma fecha sabemos que haba tomado acciones por cinco mil
pesos
en la
Com paa Chilena d e Seguros que haba organizado Edw ards en Valparaso,
en
1853.
La ltima inversin financiera la realiza al finalizar el ao, cuando par-
ticipa en una sociedad colectiva para formar una casa de crdito Bezanilla,
M ac Clure y com paa. En la sociedad participaban M atas Cousio,
Jos
Tom s Urmeneta y Domingo M atte como socios principales , aportando cada
uno la suma de
$ 270.000.
En menor escala, participaban la casa mercantil de
Salas Bascun y Ca.
y
la casa de crdito de Bezanilla Mac Clure.
Tambin realiza inversiones mineras, comprando las minas vecinas a la
mina el Pique y varias de plata, cobre y oro en la provincia de Coquimbo; al
mismo tiempo, invierte en bienes races en Santiago.
Aparte de su destacada labor em presarial, participa ac tivam ente en po-
ltica, siendo nom brado consejero de Estado en
1853.
Dos aos despus re-
sulta elegido Senador por el perodo
1855-1864,
integrndose a la c om isin
de Hacienda y com o m iembro del consejo de administracin de la Caja de
Crdito H ipotecario, creada el m ismo ao
-1855-
por el gobierno para satis-
facer la demanda de crdito agrcola.
En
1856,
se aleja del sector financiero y em prend e la form acin d e SUS
propias empresas: la Sociedad Chilena de Fundiciones
y
la Empresa de
Alumbrado a Gas de Santiago. En mayo, es el principal gestor de la Sociedad
Chilena de Fundiciones, cuyo objetivo era la compra
y
beneficio d e m inerales
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de cobre y plata;
la
sociedad se proyectaba en la provincia de Coquimbo,
instalando fundiciones en Guayacn, Tongoy y Totoralillo. Inm ediatamente, la
empresa inici la construccin de las fundiciones, a cargo del administrador
Alison, Urmeneta tomando la presidencia
y
la natural direccin del negocio.
Com o com plem ento de esta inversin, participa d e una sociedad pa ra la ex-
plotacin d e minas de carbn en la zona d e Lota
y
Coro nel, en compaa d e
Jernimo Urmeneta y los hermano s penquistas Isidoro y Teodoro C otapos,
quienes llevaran la marcha del negocio.
En mayo de
1856,
la M unicipalidad de Sa ntiago llam a presentar pro-
puestas para la introduccin del alumbrado a gas hidrgeno en la ciudad. En
el aviso, sealaba las calles por iluminar
y
la posibilidad de entregar el pri-
vilegio exclusivo, por una cantidad de aos, para tener el monopolio en el
a lumbrado. Se presentaron dos propuestas, ganando la de Maximiano
Errzuriz con
la
fianza y codeuda solidaria de su suegro Jos Toms Urme-
neta.
Maximiano Errzuriz Valdivieso haba nacido en Cantiago, en
1832,
fruto
del tercer matrimonio de su padre Francisco Javier Errzuriz Aldunate con
Rosario Valdivieso Zaartu. Del matrimonio, nacieron Maximiano
y
Crecente
Errzuriz Valdivieso. La madre d e los peque os era hermana del arzob ispo
de Santiago Rafael Valcntn Valdivieso, quien se hizo cargo de la familia
cuand o mu ri el p adre, instalndolos en u n modesta casa contigua a la del
to Arzobispo en la calle Santa Rosa.
Maximiano estudi la carrera dc matemticas, titulndose de ballicher en
1851y comenzando a trabajar de inmediato como agrimensor general de la
repb lica, cargo que desem pe en Valpa raso. En
el
puerto, pronto deriv
hacia el comercio, formando en 1853 una sociedad con el joven Guillermo
Larran, l lamada Larran y Errzuriz, que funcionaba como una casa de
consignacin de frutos del pas; al mismo tiempo , cum ple diversos encargo s
como representante de los negocios de su to Arzobispo en el puerto y par-
ticipa de la sociedad mercantil de Valparaso.
En una de las tantas fiestas que se organizaban, Errzuriz conoci a
Amalia Urmeneta, hija del rico minero, que estudiaba en un colegio privado
del puerto. Por la correspondencia entre Errzuriz y Rafael Arizta Urmeneta,
primo de Amalia, sabemos que fue Arizta el que promovi a Maximiano
dentro de la familia Urmcneta y sirvi como u n verdadero cupido en el ro-
mance de los jvenes. En 1855, Errzuriz pidi la mano de Amalia:
se
de-
clar a Amalia en 1855, ella le di el si en el acto, con inmenso gusto y con
tan favorables ojos vio d on
Jos
Tom s el casam iento que cua ndo el da si-
guiente del compromiso privado fue don Maximiano a pedirle la mano a u
hija a don Jos To m s no le dio tiempo d e hablar sino que se anticip a de-
cirle 'ya se a que viene usted y tiene usted de antemano consedido lo que
pide . Se casaron a fines de 1855, continuando Errzunz en el puerto a cargo
de
sus
negocios. Un ao d espus, Urmen eta, que no tena hijos, lo incorpo-
rara como socio en uno de sus negocios, precisamente el del
gas.
En octubre
se
firm el contrato entre la Municipalidad y Errzuriz, con
la fianza de Urm eneta. Sobre la base de ste surgi la Empresa de Alum-
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brado a Gas de Santiago; inmediatamente Urmeneta y Errzuriz procedieron
a levantar una fbrica de gas en el barrio de San Miguel, y en el plazo re-
querido tenan iluminadas las calles de la ciudad ofreciend o, adem s el
Alumbrado a Gas en las casas particulares.
La ac tividad de U rmeneta duran te los aos siguien tes se con centra en
cuatro grandes negocios: las minas d e Tamaya, a cargo de
un
administrador;
la Empresa de Gas de Santiago, dirigida en colaboracin con su yerno
Errzuriz; la Compaa del Ferrocarril del Sur y la Sociedad Chilena de
Fundiciones. El resto de sus inversiones son seguidas desde la distancia como
un socio capitalista, sin participar en la administracin.
A partir de 1857, una crisis econmica haba com enzad o a sentirse con
fuerza en el pas, produciendo una gran contraccin monetaria y credi-
ticia, que rep ercuti sobre mine ros, agricultores e industriales, provo cand o
ruidosas quiebra s que disminuyeron notablemente las ac tividades com ercia-
les.
La cr isis, que tuvo efecto s desastrosos sobre
un
importante nmero d e
empresas, afect a u n a de las ms importantes empresas de Urmeneta, la
Sociedad Chilena de Fundiciones. La empresa, con la direccin de Urmeneta
y la administracin de Allison en el norte, haba levantado fundiciones en
Guayacn y Tongoy; construido un camino para unir el mineral de Tamaya
con Tongoy. A fines de
1858,
la crisis se deja sentir con fuerza, la Sociedad
Chilena de Fundiciones est en grave situacin al finalizar el ao. Adeuda a
su agente y habilitador, Gibbs y Ca., la suma de seiscientos mil pesos que
haba recibido en adelanto los que no tena cubierto con metales.
Al
comenzar
1859,
la
compaa entr en liquidacin. Urmeneta, que ha-
ba quedado solo luchando por mantener el negocio, realiz una serie de
maniobras para superar la crisis. En febrero de 1859, sobre la b ase d e su
empresa de gas organiza en Santiago la sociedad colect iva Urmeneta
Errzuriz y Ca, con un capital de trescientos mil pesos. En ella participaban
(como socios) Urmeneta y sus dos yernos, Maximiano Errzuriz y Adolfo
Eastman. El objeto era explotar la fabricacin del alumbrado de gas y exten-
der su consumo en la capital.
Adolfo Eastman era hijo de un comerciante ingls, Edmundo Eastman y
de
la
serenense Tomasa Quiroga. Naci en Ovalle en octubre de
1835, y
comobuen ingls, su padre lo envi a estudiar a Inglaterra cuestiones mercantiles.
Por consejo de su to, Urmeneta, se traslad a Alemania en 1852 para estudiar
en la escuela de minas de Sajonia. Al regresar a Ch ile, su to lo nombr se-
gundo a dm inistrador de las minas de Tam aya.
Dos
aos despus, se casaba
con su prima Manuela Urmeneta, incorporndose a la familia.
Al crearse la nueva compaa, Urmeneta entrega en calidad de dote
$
125.000 a cada uno de sus yernos. Errzuriz e Eastman recibieron solamente
la mitad en dinero efectivo y la otra parte 75.000 en la cuarta parte de la
Sociedad Urmeneta y Errzuriz para administrar el negocio de alum brado de
gas en Santiago. Esto demuestra que, a pesar de la crisis de la Sociedad
Chilena de Fundiciones, las minas de Tamaya continan entregndole cuan-
tiosas sumas de dinero que le permiten salir adelante, esta vez con la ayuda
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de
sus
yernos, cuando los socios han abandonado la em presa de fundiciones
y lo han dejado
solo.
Urmeneta emprende la superacin de la crisis en que se encuentra el
negocio de fundiciones, y bajo el amparo legal de la nueva sociedad rene-
gocia la deuda con G ibbs y Ca. y se comprom etendose a pagar en
tres
aos,
en cu otas de do scientos mil pesos. El negocio de fu ndicione s pasa a ser ad-
ministrado por la nueva sociedad y celebran un nuevo contrato con Gibb s y
Ca. para qu e continu e como agente y habilitador de la s fundiciones.
La
nueva sociedad Urmeneta Errzuriz y Ca., e s dirigida po r Urmeneta
personalmente, y por sus yernos como socios administradores. Errzuriz
se
traslada a Guayacn y se hace cargo de la liquidacin de la Cociedad Chilena
de Fundiciones y la continuacin del negocio bajo la nueva compaa. Eas-
tman permanece en Santiago frente a la empresa de gas, como administra-
dor.
Al ao siguiente, la crisis
es
superada, el negocio d e fundiciones marcha
en gran forma bajo la administracin de Errzuriz, igual cosa sucede con la
empresa de gas d e Santiago. Como muestra del auge d e
los
negocios, Ur-
meneta no tiene problem as para pagar la cuota de doscientos mil pesos a
Gib bs y Ca., y adquiere una hacienda en Limache por $252.000, pagando al
contado
124.000;
al mismo tiempo, compra
u n
canal en, construccin para
regar la hacienda, comprom etindose a pagar al a o siguente
$
94.000. Con
esta inversin buscaba diversificar su capital en empresas fuera de la minera,
com o refug io ante el inestable negocio minero.
A
fines de
1860,
decide separar ambos negocios por
su
incompatibilidad,
formando d os nu evas sociedades, una para las fund iciones y otra p ara la
empresa de gas . En diciembre de
1860
se forma la sociedad colect iva
Urmeneta y Errzuriz, para continuar el negocio de la fundicin de metales.
Al ao siguiente, compraba la parte del negocio del gas que perteneca a
Errzuriz y formaba la sociedad colectiva Urmeneta y Eastman para explotar
la fabricacin del gas de alumbrado. Era una manera de incorporar como
socios a
sus
yernos, ayudndolos a progresar y, al m ismo tiempo tener gente
de absoluta confianza dirigiendo
sus
negocios.
Durante los aos en que Urmeneta estuvo luchando por sacar a flote
su
empresa de fundiciones, las dems inversiones realizadas en bienes races,
financieras y de tipo industrial no
se
vieron afectadas, en el sentido d e retirar
sus
capitales. Por el contrario,
sus
inversiones en minera se increm entaron ,
compr nuevas propiedades y mantuvo sus inversiones financieras, adem s
de incursionar en agricu ltura, comprando la hacienda d e Limache y
su
canal
de regado. En
1861,
el capital est diversificado en e mp resas individuales,
colectivas, en comandita y annimas, cubriendo la mayora d e las reas de la
economa nacional: minera, agricultura, industria y finanzas.
Como observamos, durante la dcada de
1850,
Urmeneta invierte su
capital diversificando
sus
inversiones en diferentes reas eco nm icas con el
fin de minimizar los riesgos. En el fondo, segua la tendencia empresarial
de la poca. Sin em bargo, haba mantenido como ncleo central de sus ne-
gocios la minera, sobre la base de nuevas inversiones en sus minas y el
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ESTRUCTURAE
sus NEGOCIOS
EN 1861
Urmeneta-
Acciones en sociedades annimas:
Ferrocarril del Sur
Banco de V alparaso.
Ca. Chilena de Seguros.
Prestamista.
Bezanilla, Mac Clure y Ca. Casa de crdito,tiene el 25 ).
Cotapos y Ca. (minas de carbn en Lota y Coronel tiene el 50%).
Camino terrestre Tamaya Tongoy.
Fundiciones: Tamaya, Tongoy.
Totoralillo.
Urmeneta y Errzuriz(tiene el 50%)
Naves: bergantines y veleros.
Minas de cobre en Tamaya.
Minas de plata - oro.
Urmeneta y Eastman (Empresa de Gas, tiene el 75 ).
Molinos Can Cristbal (sociedad en comandita tiene el 25%).
- Hacienda de Limache y canal d e regado.
Bienes races urbano rural.
levan tam iento de la em presa de fundiciones, marcando una tendencia hacia
la especializacin productiva y la integracin vertical del negocio minero. En
las dcadas siguientes, luchar por mantener este imperio econmico en-
frentando crisis econmicas
y
las poderosas casas m ercantiles extranjeras.
Las principales inversiones
El com plejo minero metalrgico de Urm eneta
La Sociedad Urmeneta y Errzuriz, acordada en diciembre de 1860, era una
sociedad colectiva en la que pa rticipaban
Jos
Toms Urmeneta y su yerno
Maximiano Errzuriz. Su objeto era: trabajar en la fundicin de metales
abrazan do en con secuencia las especulacione s conexionad as con el fin pri-
mordial de la sociedad como ser la compra de metales, carbn, trabajos de
minas, operaciones de transporte, etc .
E l
capital social era d e setecientos mil pesos, d e los cuales Urm eneta
aportaba quinientos mil y Errzuriz doscientos mil pesos. Urmeneta enteraba
su cuota con el saldo de la liquidacin de la Sociedad Chilena de Fundiciones
( 276.665,2), la mitad d e las utilidades lquidas qu e resultaran al 31 de junio
de 1861 de las operaciones de Urmeneta Errzuriz y Ca, y el resto en dinero
efectivo; Errzuriz enteraba su capital con la o tra m itad d e las utilidade s
antes m encionadas, y el resto en efectivo. Por los trescientos mil pesos que
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haba de diferencia entre Urmeneta y Errzuriz la Sociedad, abonara al pri-
mero un inters anual de
un 8%,
pudiendo devolverlo cuando le convenga, el
todo del aporte de dicho exceso, para evitar pago de intereses. Errzuriz sera
el socio gerente, y tendra su residencia en el domicilio legal de la Sociedad:
Guayacn.
A comienzos de
1861,
la empresa mantena un nivel de operaciones im-
portante, penetrando en los minera les de Huasco y Freirina, y me jorando la
infraestructura de las fundiciones. Sin em bargo, las fuertes deud as con Gib bs
y Ca. tenan a la empresa en serios problemas.
Dos
gestiones realizadas por
Urm eneta permiten sup erar la crisis financiera: en p rimer lugar, consigue
renegociar con Gibbs y Ca. el pago d e la d euda y terminar el contrato de
agencia y habilitacin que mantenan, en medio de tirantes y conflictivas
relaciones con la casa mercantil inglesa y en segundo lugar, l lega a un
acuerdo con A. Edwards para que
se
convierta en el agente exclusivo para la
comercializacin del cob re de Guayacn abrindoles un elevado crdito. A
fines de
1863,
la buena marcha de
los
negocios permite pagar las deudas,
terminar la agencia c on
A.
Edw ards y continuar con
sus
prop ios recursos la
marcha del negocio.
Con capital fresco y una estabilidad en la demanda y precios del cobre,
durante la primera mitad de la dcada de
1860
la empresa pud superar sus
problemas finacieros y reiniciar inversiones. Las fundiciones (Guayacn,
Tongoy y Totoralillo) fueron modernizadas, en especial Guayacn, al tiempo
qu e se instalan otras nuevas en los puertos d e Carrizal Bajo y Hu asco, en la
provincia de Atacama. Para ampliar operaciones haban instalado una agencia
para la compra de minerales, habilitacin y trabajos de minas en Vallenar. El
mismo a o, establecan una sociedad con Juan M acKay para explotar minas
de carbn en la zona de Lebu, permitiendo, a la empresa, contar con
sus
propias fuentes carbonferas. Adems, contaban con su propios barcos, entre
ellos varios vapo res, para el traslado de
los
min erales y el carb n desde los
lugares de produccin hasta las fundiciones.
El mismo ao, convertida en una de las m s importan tes com paas d e
Valparaso, participa en el sector financiero como fundadores de dos impor-
tantes sociedades annima s. La primera era la C om paa del Ferrocarril de
Tongoy, llevada a cabo por iniciativa de Urmeneta, tena como fin construiru n
ferrocarril que unira el puerto de Tongoy con el mineral de Tamaya; la
segunda, era el Banco N acional de Chile, creado en Valparaso a m ediados de
1865 y q ue tena entre sus socios fundadores a las ms importantes casas
m ercantiles de Valparaso.
La empresa fue prorrogada en
1866
dotada de un capital de un milln
de p esos enterados en partes iguales por Urm eneta y Errzuriz. Adquira
entonces su estructura definitiva, como una de las ms importantes em presas
nacionales. Tena su sede central en V alparaso, desde donde el socio gerente
(Errzuriz) o
su
representan te diriga todos
los
asuntos relacionad os con la
emp resa de fu ndiciones, la representacin d e la sociedad d e M acKa y y Ca.
y los intereses en las sociedades annimas. En G uayacn se encontraba la
administracin general de las fundiciones de la provincia de Coquimbo
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(Gu ayacn, Tongoy y Totoralillo) y en Vallenar la adm inistracin general d e
los negocios mineros y las fundiciones de C arrizal y Huasco.
Durante la segunda mitad de la dcada de
1860,
el precio del cobre sufre
una cada que se mantiene hasta finalizar la dcada, provocando una grave
crisis en el sector minero, que se encontraba fuertemente endeudado.
Urmeneta
y
Errzuriz se ven obligados, a fines de
1865,
a celebrar un con-
trato de habilitacin con Alsop y Ca. para acceder a un importante crdito,
que les perm itiese m antener el nivel d e op eraciones e inversiones. En
1866,
los negocios de la empresa continuaban agravndose, teniendo que tomar un
crdito con el Banco N acional de C hile, hipotecando la hacienda de Limache
y las acciones de la C ompaa de Gas de Santiago. Al ao siguiente, la fuerte
cada del precio del cobre origina nuevos problemas financieros que
los
obli-
gan a recurrir a prestamistas
y
bancos, tomando caros crditos e hipotecando,
Urmeneta, prcticamente toda su fortuna. Solamente al finalizar 1869
Urmeneta y Errzuriz pudieron salir adelante, pero endeudndose -con el
Banco Nacional de Chile y G. Gibbs
y
Ca. por alrededor de un m illn de
pesos.
La crisis se deja sentir con fuerza en las em presas regionales que de-
pendan de la em presa de fundiciones. En
1866,
la agencia de Vallenar llega a
su trmino, y en su remplazo se crea una sociedad para administrar las
pertenencias mineras. Al ao siguiente, sta tambin es cancelada. En los aos
posteriores, Urmeneta y Errzuriz, gracias a los nuevos crditos, compran
importantes minas en Carrizal; pero al finalizar la dcada de 1870, inician el
retiro definitivo de Atacama vendiendo todas las pertenencias m ineras en
Carrizal los esta blecim ientos de fundicin de Carrizal y Huasco. En
1872,
la
empresa termina con la improductiva sociedad de Juan MacKay y Ca., com-
prando Errzuriz las partes de los otros dos socios, para continuar solo con el
negocio.
PRODUCCI~NE
COBRE
EN
BARRA LINGOTES D E
URMENETAERRZURIZ
Aos Cobre en B.y L . % respecto de la
en tons. produccin nacional
1871
1873
1874
1875
1876
1877
1878
1879
1880
1881
O63
10.037
11.380
9.500
11.700
9.940
7.435
7.400
8.245
8.746
58 %
36,6 %
34,l %
26,4
%
28 %
28 %
18
%
18 %
25
%
26 %
104
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Fundicin de Cuayacn, una verdadera VanguardiaInduslrial')en la segunda mila d delsig lo XIX leg
a
producir el 40% del cobre en barra del pas
(Chile
Ilustrado por Recaredo Tornero, 1872.)
A
partir d e
1872,
la demanda
y
los precios del cobre aumentan producto
de la guerra franco-prusiana y del nuevo impulso de la revolucin industrial;
el negocio de la emp resa d e fundicin toma nuevo auge, pero los emp resa-
rios, esta vez m s conservadores, no inician nu evas inversiones; al contrario,
mantienen la estructura del negocio hasta finalizar la dcada . Para la dcad a
de 1870,
es
posible contar con informacin estadstica sobre la produccin de
cobre en barra y lingotes de la empresa y su relacin porcentual respecto de
la prod uccin total d e pas:
Ms del 80% de la produccin corresponde a la fundicin de G uayacn y
lo dems a la fundicin de Tongoy. El resto de las fundiciones de la em presa
produca ejes
de
cobre, que eran posteriormente procesados en Guayacn.
La
otra compaa rival de Urmeneta y Errzuriz era la fundicin de Lota
y Co-
ronel,
que
produca entre el 19 y 30% del cobre en barra en el mismo pero-
do, produciendo entre ambas comp aas ms del 50% del cobre en barra del
pas.
La estructura y adm inistracin de una empresa deba resolver mltiples
problemas para actuar con eficiencia. En primer lugar, tener montados y
funcionando en forma los establecimientos de fundicin; en segundo lugar,
contar con las materias primas necesarias: mineral de cobre y carbn y en
tercer lugar, preocuparse de transportar las materias primas por va terrestre
o martima desde los lugares de produccin hasta las fundiciones, y ver,
luego, su traslado al extranjero. La solucin ideal para una empresa de fun-
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diciones era la integracin vertical, en una sola adm inistracin, de las dife-
rentes etapas prod uctivas. La estructura permita una disminucin de los
costos de produccin y u n mejor control sobre
los
precios en mom entos de
alza y baja. Esto significaba que la empresa deba ser duea de las minas de
cobre y carbn, instalando las fundiciones cerca de unas u otras, segn la
economa, tener
su
propios medios de transporte para el traslado de las
ma terias primas y la produccin: cam inos, ferrocarriles, barcos y vapo res; y
an m s, deba poseer fbricas prop ias de productos elabora dos de cobre.
Los empresarios que participaron del negocio de fundiciones tuvieron en
cuenta estas variables, y, de una otra forma, se acercaron a la integracin
vertical de la empresa, pero logrando slo en parte alcanzar
el
ideal pro-
puesto. La estructura productiva de Cousio en Lota se acerca bastante al
ideal de las empresas de integracin vertical, pero sobre la principal materia
prim a -el cobre- Cou sio no tena ningn control. No era propietario de
minas de cobre, pero probablemente tena un sistema de crdito que le per-mita asegurar
una
produccin normal y fluida de minerales.
Opuesto al de Cousio, es el caso d e Urmeneta: dueo d e las ms im-
portantes minas de cobre del pas, instala sus fundiciones en
los
puertos
cercanos a las minas de cobre de Coquimbo y Atacama; tambin cuenta con
sus propias naves que trasladan el mineral desde los puertos y caletas del
norte a la fundicin central de Guayacn, y el carbn
de
Lota y Coronel para
las fundiciones. Urmcneta ta m b ih construy un camino para unir las minas
de Tamaya con u fundicin de T ongoy y, p osteriormente, particip en la
gestin para
la
construccin del ferrocarril. En el caso de las materias primas,
a pesar de contar con importantes minas, como p ropietario individual
o
a
travs de la empresa de fundiciones, la mayor parte del cobre era producido
por otros m ineros, a los cua les apoyaba con diferentes tipos de crditos. En
cuanto al carbn, intcnt la empresa de fundiciones tener sus propias m inas,
pero las diferentes tentativas fueron infructuosas, su principal fuente de
carbn fueron las minas de Lota y Coronel, propiedad de Cousio.
A pesar de que la empresa de fundiciones Urmeneta y Errzuriz no tena
una ideal integracin vertical, pod em os dec ir que , de una otra form a,
exista una especie de integracin vertical prod uctiva y adm inistrativa que
permita tener cierto control sobre las diferentes etapas productivas del cobre
en barra. Desde sus orgenes, la empresa instal sus establecimientos de
fundicin en los puertos cercanos
a
los p rincipales centros productores de
cobre de
la
provincia d e Coquimbo: Guayacn. El establecimiento principal
se
proyectaba a nivel nacional, y se encontraba justo en medio de los yaci-
miento s de cobre distribuidos entre Santiago y Atacama. El establecim iento
de To ngoy estaba d estinado exclusivamente a procesar
los
minerales de
Tamaya, en especial, de las minas de Urmeneta, y el de Totoralillo, de pe-
queas dimensiones, captaba la produccin del mineral de La Higuera.
Cuando la empresa extendi sus operaciones hacia Atacama, sigui el mismo
modelo instalando
sus
fundiciones en
el
puerto de Carrizal Bajo, a corta
distancia del mineral de Carrizal, donde la empresa tena minas de cobre, y
en el puerto de Huasco Bajo, captando los minerales del departamento de
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Vallenar. Ambos establecimientos producan ejes de cobre que posteriormente
eran trasladados a Guayacn para producir cobre en barra. Lo mismo suceda
con Totoralillo. El transporte martimo se realizaba a travs de varios barcos
y vapore s que la em presa p osea, y en materia terrestre construy eron un fe-
rrocarril de Tamaya a Tongoy.
A
a cabeza de
la
empresa se encontraba
Jos
Tom s U rmeneta, con re-
sidencia en Santiago, a cargo de las gran des decisiones de la compaa: pla-
nificacin y organizacin de nuevas inversiones, contratos y crditos de alto
nivel -G ibb s y Ca., Ed wards, Alsop y Ca.- o empresarios mineros impor-
tantes, como Ramn Ovalle, Melinton Samit, etc. En general, Urmeneta no
llevaba d irectamen te la direccin de la em presa, pero segua de cerca la
operaciones a travs de una correspondencia diaria con lo s gerentes y ad-
ministradores repartidos a lo largo del pas.
Como socio -gerente
se
desempeaba Maximiano Errzu riz, llevando la
direccin del negocio desd e Valparaso. La sede central de la Sociedad se
instala en el puerto, con
la
vuelta de Errzuriz desde Europa, a comienzos de
1864,
reaparecien do en el puerto com o socio- gerente de la prspera Socie-
dad.
La direccin o gerencia de la Sociedad en Valparaso tena variadas obli-
gaciones: vender
la
produccin de las fundiciones
o
despacharla en consig-
nacin a Estados Unidos
o
Londres; comprar las materias primas para las
fundiciones, carbn, cobre, ladrillos refractarios, mquinas, etc.; ver el traslado
del cobre en barra y lingotes al extranjero y el cab otaje interno de m aterias
primas, en barcos propios o arrendados. Todo esto implicaba negociaciones,
acuerd os y contratos en el pu erto de V alparaso; tambin deb a atender las
finanzas diarias de la empresa de acuerdo con el agente o banquero de sta y
las inversiones en sociedade s ann imas o colectivas como la del carbn con
Juan MacKay, en la cual elgerente de Urmeneta y Errzuriz se desempeaba
como agente de la sociedad en Valparaso. El gerente se entenda directa-
mente con Urmeneta a travs de una correspondencia diaria y ste, a su vez,
con los adm inistradores de las diferentes secciones en que se divida la em -
presa.
En Guayacn se desempeaba u n administrador y apoderado general
para los negocios de Urm eneta y Errzuriz en la provincia de Coquimbo. Los
intereses de la empresa en Atacama eran representados, desde
1860,
por
Nicols N aranjo, el
que
tena a su cargo la direccin de la agencia de Vallenar
para la com pra d e m inerales, trabajos d e m inas, habilitacin y todas las ac-
tividades relacionadas con el trabajo d e m inas. En 1867, Naranjo fue reem-
plazado por el contador de
la
agencia Rodo lfo Piderit y ste, en
1872,
por
Jos Arias Calvente, como apoderado general de la compaa en la regin.
Las principales materias primas que la empresa de fundiciones necesi-
taba eran: cobre, minerales
y
ejes; carbn, nacional e ingls; ladrillos refrac-
tarios, nac ionales
o
extranjeros. Diversas fueron las inversiones que la em-
presa realiz para tener
su
propio sum inistro de ma terias primas, con el fin
de red ucir los costos de prod uccin, en cada una de ellas. Sin embarg o, no
logr satisfacer su demanda con lo entregado por las diferentes unidades
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productivas creadas para estos fines.
Ms
bien fueron complementarias: la
gran mayora del cobre y carbn que las fundiciones de la empresa ocupaba
provenan de otros productores.
El
cobre era la materia prima fundamental para la sociedad de fundi-
ciones y slo en mnimas cantidades procesaron oro o plata, obligando, a la
em presa, a realizar d iversa s operaciones para captar la produccin.
Dos
eran
las posibilidad es que poda poner en prctica: tener sus prop ias m inas, inte-
gradas verticalmente,
o
comprar en el m ercado la produccin d e los m ine-
rales. La empresa utiliz los dos sistemas: tuvo sus propias minas d e cobre y,
al mismo tiempo, a travs de una com plicado sistema, compraba la produc-
cin d e cobre d e Atacama y Coquimbo.
La
primera pos ibilidad , tener sus propias m inas,
se
implement cuando
se extendieron las operaciones a la provincia de Atacama. En la provincia de
Coquimbo, la empresa no tena propiedades mineras, si bien es cierto
que
Urmeneta era dueo de las minas de cobre ms importantes de la provincia,
en el mineral de Tam aya, estas minas nunca fueron parte de la orga nizac in,
eran administradas en forma autnoma y vendan su produccin a la em-
presa como cualquiera otra. Pero tambin es cierto que gran parte de las
in-
versiones de la sociedad de fundiciones -cam inos, ferrocarril, fundicin de
Tongoy- estuvieron en funcin de las minas de Urmeneta en Tamaya. Por lo
tanto, sin ser parte del patrimonio de la empresa, las minas de Urmeneta en
Tamaya aseguraban
un
suministro constante de minerales a la fundicin de
Tongoy.
La otra alternativa de la empresa (com prar directamente el cobre a los
productores) estaba sujeta a
un
sistema que tena diversas formas, como ya
hemos visto: habilitacin, contratos de venta, adelanto de din ero por futuras
entregas de minerales, cuentas corrientes, prstamos que eran pagados en
metales. No vamos a explicar nuevam ente estas operacio nes, sino, cm o era
la fijacin de precios de los minerales, cmo eran entregados a la empresa y
cm o pagados.
La fijacin de los precios de los m inerales, una vez que se firmaban los
diversos tipos de contrato, fue cambiando a medida que el negocio del cobre
aumentaba su tamao. En una primera etapa (1860) el precio que establecan
los em presarios con
los
mineros
se
mantena fijo durante la vigencia delcontrato, y
se
manejaban ciertas tablas para determinar el valor de las dife-
rentes leyes del mineral. Por ejemplo: duran te el termino estipulad o de la
habilitacin
...
se obliga
a
vender a
los
habilitadores todos lo minerales de
bronce qu e produsca [Sic.] la mina ... al precio de ochenta centavos el quintal
con ley de
un
diez por ciento de cob re fino, y aumentando d e quince centa-
vos y bajada de veinteycinco centavos por cada uno por ciento que la ley
suba o baje de diez por ciento . El precio base poda variar de m es a m es
o
de acuerdo con las co ndiciones del con trato. En 1861, el p recio base para el
cobre de ley de 10% era de 85 centavos , pero en 1865 era de 80 centavos.
En
1864,
as inestabilidades del precio del cobre
se
hicieron ms notorias
y los precios comenzaron a ser fijados de acuerdo al del cobre en barra en
Valparaso, que manejaban
los
corredores, especialmente Roberson y Ca.
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Varios contratos fueron mo dificados este ao y
los
siguientes que se convi-
nieron tenan esta modalidad.
Una vez que s fijaban
los
precios, los productores deban aclarar en sus
contratos la forma de entregar
el
mineral. Todos los contratos obligaban a los
mineros a entregar el mineral en las canchas de la empresa, las que se en-
contraban en
los
puertos de embarque o al lado de las fundiciones, que
tambin estaban en los puertos, por lo que el costo del transporte del mineral
era para el minero. La entrega deba hacerse por determ inadas cantid ades,
y
una vez en las canchas de depsito, ste era pesado tomndose muestras para
determ inar las leyes del mineral, por peritos seleccionados por ambas partes:
los comunes se sacarn al tiempo d e efectuar el em barque, tomand ose tres
muestras y tres pesos como es de costum bre y d ebiendo Don Manuel Ara-
cena hacer
el
tercer ensaye si fuese necesario . Los minerales que general-
mente compraban para la fundicin era de ley de un 25 , pero tambin
compraban d e leyes menores que eran tratados en
los
establecimientos de los
puertos. La compra de ejes de cobre, sobre todo en Carrizal
y
Huasco, era
otra forma de acaparar la produccin de cobre.
El pago de los minerales
se
haca de diferentes formas segn
los
tipos de
contrato; generalmente com enzaba a verificarse una vez q ue los productos
mineros eran entregados en las canchas o depsitos d e la empresa de fun-
dicion es; si el contrato tena crditos de po r med io y s e llevaba una cuenta
corriente, el abono se haca: el ltimo da del mes siguente al de la extrac-
cin de los comunes y a
los
precios que correspondan a os que en dicho da
de la extraccin valga el cobre en barra en Valparaso segun la escala .
El carbn fue
la
segunda gran materia prima, vital para el funciona-
miento d e los hornos de reverbero, calcina y refinacin, que elaboraban el
cobre en barra en las fundiciones de G uayac n, Tong oy
y
Totoralillo,
y
ejes
de cobre en Carrizal y Huasco. Guayacn, la fundicin principal, utilizaba en
sus hornos de reverbero carbn nacional, y en
los
de calcinacin y refina,
carbn nacional mezclado con carbn ingls; las otras fundiciones utilizaban
solam ente carbn nacional y , en a lgunos casos, lea. Lo s volmenes d e car-
bn utilizad os en la fundicin de Guayacn durante gran par te de la dcada
de 1870 alcanzaro n, en promedio, las 28.000 toneladas an uales, de las cuales
veinticinco mil correspondan a carbn nacional
y
tres
mil,
a carbn ingls.
La
mayor parte del carbn nacional provena de las minas de Lota y Coronel,
segn diversas fuentes. El carbn ingls era enviado por A. Gibbs e hijos.
Durante toda la historia de la empresa de fundiciones se realizaron inver-
siones destinadas a producir su propio carbn, con el fin de bajar los costos.
Sin em bargo, cada uno de
los
intentos realizados termin en fracaso.
La primera experiencia s remonta a 1856, cuando Urmeneta inici la
Sociedad C hilena de Fundiciones, proyectando inmediata mente la inversin
en minas de carbn en el sur del pas. Con su hermano Jern imo, formaron
una sociedad con los hermanos Isidoro y Teodoro C otapos para iniciar la
explotacin de minas de carbn en Lota y Coronel. La poca informacin que
tenemos perm ite afirmar que los hermanos Urmeneta actuaban com o socios
capitalistas y los Cotapos habran sido los gestores de la em presa. Sobre la
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labor desarrollada por los hermanos Cotapos tenemos poca informacin:
sa-
bemos que tuvieron minas de carbn piedra en Lota
y
Coronel, en
los
sec
tores de Playa Negra, Roble Corcovado y Puchoco, vecinas a las importantes
minas de Matas Cousio y Jorge Rojas. La gestin de
los
Cotapos no fue
exitosa. En
1864,
la sociedad tena perdidas por
100.826.
La segunda experiencia se remonta a
1865.
Despus de un ao de ne-
gociaciones y viajes de Errzuriz a la zona de Lebu, se lleg a un acuerdo
para formar una sociedad, entre Errzuriz Urmeneta y Juan MacKay, para
iniciar la explotacin de minas de carbn en la zona de Lebu. El doctor
MacKay introduca en la sociedad, como su aporte social, sus derechos por el
carbn descubierto
o
por descubrir en las inmediaciones del ro Lebu, la
tercera parte del carbn del potrero Boca Lebu, la mitad del potrero Ar, la
mitad de
los potreros Callilepe y Maripeuco y todos los derechos en los
potreros Palpa1
y
Peyaco, todo por un valor de
$ 17.000.
La sociedad
Urmeneta y Errzuriz, por
su
parte, introduca entre los dos un derecho a
otra tercera parte del potrero Boca Lebu, comprado en cuatro mil
pesos,
y la
suma d e treinta mil pesos en efectivo, que seran entregados a medida que
se
necesitaran para los trabajos proyectados.
La sociedad girara bajo la firma social de Juan MacKay y Ca., corres-
pondindole a cada uno de lo socios una tercera parte de las acciones
y
ca-
pital del negocio, que tendra
su
domicil io legal en V alparaso, dond e
Errzuriz sera el representante y ag ente de la sociedad, y M acKay en el sur
como director y administrador de los trabajos mineros.
No tenemos mayor informacin sobre la marcha del negocio, la cantidad
producida
o
si el carbn era usado en las fundiciones de la empresa; sola-
mente sabemos que la mala calidad del carbn encontrado y las dificultades
que presentaba el puerto de Lebu para
los
barcos
y
vapores, dificultaron
los
xitos esperados. En
1872,
ante el fracaso de la empresa, dos de
los
socios
vendieron
sus
acciones a Maxim iano Errzuriz, que insista en continuar con
el negocio. Jos Toms Urmeneta vendi
su
parte al contado en
130.000 y
MacKay en cien mil pesos, ms ciertos derechos.
La tercera experiencia, de producir
su
propio combustible para las fun-
diciones,
se
produce en
1870.
Esta vez no
se
trata de invertir en minas de
carbn, sino en
u n
nuevo tipo de combu stible llamado turba. Los primeros
intentos para desarrollar este tipo de com bustible se rem ontan a 1868, cuan-
do se haba concedido el privilegio exclusivo a Borja Cegundo Huidobro, Juan
Antonio Pando y Julio Foster, para usar la turba en ho rnos de reverbero por
un lapso de siete aos. Inmediatamente formada la sociedad denominada
Borja Segundo Huidobro y Ca., la sociedad adq uiri pro pied ade s en
Panquehue; un predio llamado
el
Ingenio, y
el
derecho a explotar la turba
y
los
montes contenidos en
el
predio Las Casas; levantado hornos de reverbero
y construy
un
canal llamado Borgino. La sociedad fue disuelta el ao
1870,
por encon trarse qu ebrada, y los socios principales Pando
y
Foster buscaron
socios capitalistas para salir de la quiebra y reiniciar el negocio.
Los soc ios fueron Urm eneta y Errzuriz, interesados en el negocio de la
turba, para producir briquetas de este combustible destinadas a las fundi-
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posteriormente, a ser propiedad de Maximiano Errzunz, quien hara grandes
inversiones levantando una via de cepas francesas y otros adelantos que la
convertiran en una de las mejores del pas.
Com o pud imos ver, Urm eneta y Errzuriz hicieron grandes intentos por
tener su propio suministro d e carbn, e incluso buscaron otra alternativa de
combustible como la turba, pero cada uno de estos intentos termin en un
fracaso. Sin emb argo, es importante comprobar que estuvieron siempre pre-
ocupados de buscar un suministro de carbn que permitiera disminuir los
costos de produccin.
La comp aa contaba con tres fundiciones. La fundicin de G uayacn era
la ms importante y una de las principales del pas. Durante la dcada de
1870 produca ms del 30% del cobre en barra que se exportaba. La fundicin
estaba en la ribera norte de la baha de La Herradura, en
el
sector conocido
como Guayacn. Desde 1858 funcionaba como puerto meno r, con el corres-
pondiente m uelle fiscal, edificios de Adu ana, resguardo martimo,
y
al lado
d e la fundicin habia surgido
u n
pueblo, en
el
que se encontraba la casa de
la administracin y dos poblaciones, una de obreros nacionales y otra de
obreros ingleses.
PRODUCCI~NE
GUAYACN
868-1886
TONELADAS
Aos N*
Obreros Carbn
Carbn minerales ejes cobre barra
Hornos
Chileno Ingls
y lingotes
1868
1869
1870
1871
1872
1873
1874
1875
1876
1877
1878
1879
1880
1881
1882
1883
1884
1885
1886
1905
1911
1920
-
-
-
-
-
17
15
8
9
18
26
28
28
11
28
30
11
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-
-
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