Especialista universitario Inteligencia emocional y Comunicación no verbal en el aula
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COMPRENDER LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL
1. INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo en el que todo sucede muy deprisa: muchos
conocimientos quedan rápidamente desfasados y la comunicación humana ha
encontrado nuevas vías de expresión plagadas de matices que aprendemos a
golpe de error. Cada vez es más necesario que la Comunidad Educativa se
implique en enfoques integrales que contemplen las competencias emocionales y
sociales.
2. UN POCO DE HISTORIA
En los años 20 Thorndike inició una tendencia que fue seguida y perpetuada por
otros grandes psicólogos como Weschler (1940), Gardner y Sternberg (durante
la década de los 80) en la que se reconocía la importancia de lo que llamaron
“componentes no cognitivos” que incluía factores afectivos, emocionales,
personales y sociales que se consideraban esenciales para la adaptación al
mundo que nos rodea y para el éxito en la vida.
En la década de los 80, “década del cerebro” se intensificaron los estudios
dirigidos a investigar más profundamente el órgano que tan poco utilizamos en
relación a su enorme potencial. Estas investigaciones llegaron por fin a
determinar que las emociones juegan un rol muy importante y definitorio en la
capacidad del ser humano para vivir mejor. Esta trascendente conclusión
determinó que ya no nos íbamos a ajustar a un solo coeficiente de inteligencia,
sino también, y en gran medida, a un coeficiente emocional.
La expresión “Inteligencia Emocional” fue acuñada en 1990 por el psicólogo
Peter Salovey y por John Mayer para describir cualidades como la
comprensión de los propios sentimientos, la comprensión de los sentimientos de
otras personas y “el control de la emoción de forma que intensifique la vida”.
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Una parte de la inteligencia social que incluye la capacidad de controlar nuestras emociones y las de los demás, discriminar entre ellas y usar dicha información para guiar nuestro pensamiento y nuestros comportamientos (Salovey y Mayer, 1990)
El modelo original de Mayer y Salovey distinguía un conjunto de habilidades
emocionales adaptativas relacionadas entre sí:
- Evaluación y expresión de las emociones
- Regulación de las emociones
- Uso adaptativo de las emociones.
En 1995 Daniel Goleman publica el libro “Inteligencia emocional” en el que
logra divulgar y popularizar un concepto que hasta entonces había sido
reservado a la comunidad científica. Su trabajo consiguió que padres, científicos
y profesionales de la enseñanza tomaran conciencia de la importancia de las
habilidades emocionales para el desarrollo integral de niños y niñas.
En 1997 Salovey y Mayer redefinen su modelo en función de 4 factores, cada
uno de los cuales contiene 4 habilidades:
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Modelo de Mayer y Salovey, 1997
percepción,evaluaciónyexpresióndeemociones
• identificaremocionesennuestrosestadosfísicosypsicológicos• identificaremocionesenotraspersonas• expresaremocionesconseguridadyexpresarlasnecesidadesrelacionadasconlossentimientos.• discriminarlaexpresióndeemocinoeshonestasydeshonestas,exactasoinexactas.
facilitaciónemocionaldelpensamiento
• redirigirypriorizarnuestropensamientobasadoenlossentimientosasociadosaobjetos,eventosuotraspersonas.• generaryreviviremocionesconelfindefacilitarjuiciosorecuerdos.• capitalizaroscilacionesemocionalesparatomarmúltiplespuntosdevista.integraresasperspectivasinducidaspornuestrossentimientos• usarlosestadosemocionalesparafacilitarlasolucióndeproblemasylacreatividad.
regulacióndeemociones.
• comprenedercómoserelacionanlasdiferentesemociones.• percibircausasyconsecuenciasdelossentimientos.• interpretarsentimientoscomplejoscomoemocinoescontradictoriasycombinacionesdesentimientosmúltiples.• comprenderypredecirtransicionesyevolucionesentreemociones.
comprensiónyanálisisdelainformación
emocional.
• estarabiertoalossentimientosplacenterosydesagradables.• escucharyreflexionarsobrenuestrasemociones• captar,prolongarodistanciarsedeunestadoemocionaldeterminado,dependiendodesusignificadoesútileinformativo• manejarlasemocionespropiasylasdelosdemás
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En el año 2000 se realizaron estudios sobre plasticidad cerebral y procesos
emocionales y mentales. Desde el año 2000, avances científicos en el campo de
la Neurociencia han permitido una comprensión sin precedentes del
funcionamiento de los mecanismos emocionales y su vital importancia para el
desarrollo integral de la persona. 2007 y 2008 fueron años clave para el ámbito
del aprendizaje social y emocional porque se han realizado importantes meta-
análisis, por ejemplo el realizado sobre 200 estudios sobre aprendizaje social y
emocional de Durlak, Weissberg, Dymnicki, Taylor y Schellinger, que contó
con la participación de 270.000 alumnos de todas las etapas del sistema
educativo y demuestra que el aprendizaje social y emocional mejora los
resultados de los alumnos y alumnas en comparación con otros que no
recibieron esa formación en emociones.
Se comprobó que los niños y niñas que participaron en programas de
aprendizaje social y emocional presentan mejoras significativas en asistencia,
comportamiento en clase, vínculos con los compañeros y rendimiento
académico.
Hoy en día sabemos que la enseñanza de habilidades emocionales promueve el
desarrollo global, previene problemas sociales y psicológicos y fomenta logros
académicos. Además, fortalecer las competencias sociales y emocionales
redunda en una mejor salud general.
Sin competencia emocional difícilmente podremos crecer como adultos
maduros, responsables y felices.
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3. QUÉ SON LAS EMOCIONES
¿Qué es “emoción”? … antes de seguir leyendo intenta definirla. Tu definición
será una más de entre las más de cien definiciones que se han recopilado.
En castellano, la palabra “emoción” viene del latín “motere” que significa
“moverse”. Y es que la emoción es lo que hace que nos acerquemos o nos
alejemos de personas y situaciones. Así que la emoción es una tendencia a actuar
y puede activarse desde fuera (estímulos que recibimos) o desde dentro
(pensamientos que generamos).
Todas las emociones son, esencialmente, impulsos hacia la acción. Cada una de
ellas nos incita a inclinarnos hacia una determinada conducta. En los animales y
niños pequeños emoción-acción van de la mano. El animal que se asusta ataca o
huye; el niño que se divierte, se ríe; el perro contento mueve el rabo y el niño
enfadado tiene una rabieta. Cuando crecemos nuestro pensamiento hace a
menudo de mediador entre emoción y acción. Por eso, ser consciente de las
propias emociones (interpretar los signos físicos que sentimos) es el primer paso
para aprender a gestionarlas.
La emoción es un estado de ánimo caracterizado por una conmoción orgánica consiguiente a impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos. Cada emoción posee unos desencadenantes y un procesamiento característico que la diferencia de las demás.
4. COMPONENTES DE LAS EMOCIONES
En las emociones, distintos componentes se relacionan entre sí. Cuando nos
emocionamos suceden a la vez varias cosas:
- Desencadenantes
Sucede algo que valoramos como “interesante” porque satisface o amenaza
nuestros intereses. Oímos un ruido fuerte y nos sorprendemos; nos gruñe un
perro grande y nos asustamos; nos llama un viejo amigo y nos alegramos…
Pasa algo y sucede una emoción.
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- Conductas
Al sentir una emoción se produce un cambio en el comportamiento para
afrontar las nuevas demandas de la situación. Nos cuentan un chiste, nos
divertimos y en consecuencia nos reímos. Nos insultan, nos sentimos heridos
y en consecuencia contra-atacamos (o nos echamos a llorar). A veces la
conducta consecuencia de la emoción se limita a una modificación en
nuestra expresión facial: abrir la boca, levantar la boca, fruncir el ceño…
(que lo hagamos de forma automática o inconsciente no lo hace menos
conducta)
- Signos corporales o efectos fisiológicos
Cada emoción induce cambios en nuestro cuerpo como enlentecimiento de la
respiración, aceleración del pulso, sudoración, temblor, tensión muscular…
cuanto mejor interpretemos esos signos corporales antes podremos definir
una emoción y comenzar a gestionarla.
- Pensamientos
Los pensamientos que provoca una emoción son valoraciones personales.
Los pensamientos también son capaces de provocar emociones. Lo que
pensamos de cada situación que vivimos influye notablemente en cómo
decidimos resolverla. Por ejemplo, todos los educadores hemos sentido
alguna vez que un niño hace algo “para molestarnos” y en ese caso
mostramos menos comprensión y paciencia que cuando interpretamos, por
ejemplo, que tal vez el niño hace algo porque necesita atención o porque no
ha aprendido a actuar de otra manera (todavía). Podemos reconducir nuestros
pensamientos de tal modo que podamos reducir la tensión que
experimentamos. Pero esto sólo es posible antes de que se produzca un
disparo emocional. Cuanto antes re-interpretemos la realidad, más fácil va a
resultarnos controlar una emoción.
Nuestro sistema de creencias determina toda una red de pensamientos
verbales que pueden ser muy destructivos “soy un desastre” o dinamizadores
“la próxima vez lo haré mejor”.
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5. FUNCIONES Y UTILIDAD DE LAS EMOCIONES
Las emociones cumplen una función adaptativa, preparándonos para la
acción. Es decir, las emociones son necesarias porque nos preparan para ejecutar
la conducta más adecuada a la situación. Una emoción es mucho más rápida que
un pormenorizado análisis de pros-contras antes de actuar.
Imagina que cruzas la calle sin cuidado y suena un claxon. Entonces lo normal
es que te sorprendas, veas el coche que viene hacia a ti y te retires antes de ser
atropellado. Ahora imagina qué pasaría si las emociones de sorpresa y miedo no
estuvieran ahí y que sólo el pensamiento rigiera tus movimientos. Vamos a
verbalizarlo, sólo por divertirnos un poco.
“Acabo de escuchar un fuerte e insistente sonido de claxon. Es posible que ese
sonido vaya dirigido hacia mi persona o hacia cualquier otra. Por si acaso voy a
levantar las cejas y abrir mucho los ojos para evaluar la situación… ah, pues sí,
un coche viene directo hacia mí. Ahora puedo quedarme quieto o salir corriendo.
Si me quedo quieto tal vez el coche pare a tiempo. Pero creo que será mucho
mejor que me apresure a retirarme de la trayectoria del coche no vaya a ser que
me acabe golpeando y se me acabe aquí la vida”. ¿Que crees que habría pasado
en todo ese tiempo?
componentesdelas
emociones.
desencadenantes
conductas signoscorporales
pensamientos
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Las emociones cumplen una función social. Forman parte de la comunicación.
Lo queramos o no, nuestra postura, nuestro gesto, nuestra mirada, están
transmitiendo mensajes a los demás. A veces es desagradable porque no
queremos que nuestras emociones sean evidentes (no queremos que nos vean
llorar, no deseamos mostrar desagrado…). Pero la expresión social de las
emociones está ahí porque es esencial para la supervivencia y para la
convivencia. No necesitamos ceñirnos a la comunicación humana. Cuando un
perro transmite alegría no sentimos miedo. Cuando un perro transmite enfado
intentamos no acercarnos demasiado (y si puede ser, alejarnos). En este caso la
expresión de la emoción del perro puede salvarnos la vida.
Llevado al ámbito de las relaciones humanas, todos cuando éramos niños
aprendimos cuándo era oportuno pedir un capricho a nuestra madre y cuándo no.
Desde contar un chiste a un amigo hasta pedir un aumento de sueldo pasan por
un breve y rápido análisis del rostro del otro que nos permite saber si es
oportuno o no pasar de la intención a la acción.
Las emociones cumplen una función motivacional. Nuestra conducta está
motivada por nuestras emociones: nos acercamos a aquello que nos produce
placer, alegría o tranquilidad; nos alejamos de lo que nos produce tristeza,
enfado o angustia.
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El enfado, la ira o el enojo aumentan el flujo sanguíneo a las manos por si
tenemos que empuñar un arma o golpear a alguien. Aumenta nuestro ritmo
cardíaco y nuestra tasa de adrenalina por si tenemos que emprender una acción
vigorosa para sobrevivir.
El miedo retira nuestra sangre del rostro y fluye hacia las piernas por si tenemos
que salir corriendo.También nos paraliza brevemente para analizar lo antes
posible la situación y tomar la opción de huir, escondernos o atacar.
La felicidad activa los centros cerebrales que disminuyen los sentimientos
negativos y aquieta la preocupación. Aumenta nuestro caudal de energía, nos
proporciona calma y recuperación del cuerpo de emociones perturbadoras
previas. También aumenta nuestra motivación de logro.
El amor y la ternura colaboran a crear un estado de calma y satisfacción que
facilita la convivencia.
El gesto de sorpresa abre los ojos y eleva las cejas para aumentar nuestro
alcance y nuestro campo visual. Así sabremos si hay que salir corriendo o no.
El desagrado nos indica que estamos ante algo repulsivo. Fruncimos la nariz
para cerrar las fosas nasales y evitar respirar algo tóxico.
func
iónde
laemoc
ión
adaptativa
social
motivacional
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6. QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Es la forma de interactuar con el mundo, que tiene en cuenta las emociones, los
sentimientos y habilidades como la autoconciencia, la motivación, el control de
impulsos, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía…
Es una destreza que nos permite conocer y manejar nuestros propios
sentimientos, interpretar y enfrentar los sentimientos de los demás, sentirse
satisfechos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que
favorezcan nuestra productividad.
7. COMPONENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
a. Las emociones
Para un adecuado desarrollo de la Inteligencia Emocional es necesario
que sepamos identificar y etiquetar nuestras propias emociones, es decir,
desarrollar un vocabulario emocional, evaluar su intensidad y manejar
las reacciones emocionales. ¿Parece fácil?
“eso es muy fácil decirlo” (siempre hay un alumno que lo dice en clase).
Será más sencillo si conocemos alternativas para expresar las emociones.
La inteligencia emocional es una asignatura práctica en la vida que a
menudo se aprende a partir del ensayo-error.
b. Los pensamientos y conductas
Pensamientos, emociones y comportamiento están relacionados.
Haz la prueba:
- Emula una emoción, por ejemplo, pon cara triste, enfadada,
sonriente… y deja que fluyan los pensamientos ¿Cómo son? ¿Qué te
apetece hacer en este momento: reír, saltar, llorar, golpear…?
- Ahora vamos a hacerlo de otro modo. Piensa en algo que te provoque
una emoción (un recuerdo alegre, triste...; una noticia de actualidad
que te indigne, algo en tu vida por lo que sientas orgullo…) y luego
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mira tu cara en el espejo ¿Notas alguna diferencia? ¿Ha cambiado tu
postura o la expresión de tu rostro?
- Piensa en cómo te sientes y qué sueles pensar cuando realizas una
actividad enérgica, intelectual, aburrida, divertida…
Lo mejor de todo esto es que, puesto que emoción-pensamiento y
acción están tan íntimamente relacionados podemos utilizar las
emociones para cambiar los pensamientos (el simple hecho de
sonreír, aún siendo forzado, favorece las emociones positivas);
podemos realizar actividades que nos provoquen determinadas
emociones e incluso podemos cambiar el curso de nuestro
pensamiento para sentirnos mejor. Pero de esto ya iremos hablando
más adelante.
c. Autoaceptación
Aceptarse no significa decidir no cambiar. Vamos a poner un ejemplo
que podamos entender: normalmente los padres quieren a sus hijos,
incondicionalmente. Puede que se porten mal, puede que crezcan en
función de expectativas diferentes a las suyas… pero les quieren. Les
quieren, pero les corrigen. Les aceptan como son, pero tratan de
ayudarles a ser cada día mejores (mejores estudiantes, mejores
deportistas, mejores personas…).
Del mismo modo el amor hacia nosotros mismos debe ser incondicional.
Partimos de una plena auto-aceptación desde la que marcamos la famosa
“línea base” y desde ella tratamos de ser mejores cada día.
Una aceptación plena de nosotros mismos y de los demás (aceptar que
cada uno es como es y no como a mí me gustaría que fuera) podemos
aprender a conocernos mejor, reconociendo nuestros puntos fuertes y
débiles (sin reprocharnos por ellos).
Una autoaceptación plena colabora en un mejor autoconocimiento pero
también en un mejor conocimiento y aceptación de las personas que nos
rodean.
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d. Relaciones interpersonales.
Nuestras relaciones interpersonales están basadas en el autocontrol y en
la empatía. Desde niños aprendemos (bien o mal) a relacionarnos con los
demás, ponernos en su piel, iniciar y mantener amistades, comunicarnos
con iguales y adultos…
8. DIMENSIONES Y COMPETENCIAS DE LA INTELIGENCIA
EMOCIONAL
Distintos modelos de Inteligencia emocional y social aceptados por la
comunidad científica determinan que las personas competentes tienen
habilidades en cinco áreas o dimensiones fundamentales:
- Se conocen bien a sí mismas.
- Gestionan sus emociones de forma adecuada
- Son conscientes de su entorno social
- Se relacionan de forma exitosa con los demás
- Toman decisiones de forma responsable.
Daniel Goleman redefine estas dimensiones en cinco, cada una de las cuales contiene
diversas competencias, llegando a registrar 25 competencias emocionales.
emociones pensamientosyconductas
autoaceptación relacionesinterpersonales
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DIMENSIONES COMPETENCIAS
1ª.CONCIENCIA DE UNO MISMO
1 CONCIENCIA EMOCIONAL: reconocimiento de las propias emocionales y sus efectos. 2 ADECUADA VALORACIÓN DE UNO MISMO: conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades. 3 CONFIANZA EN UNO MISMO: autovaloración positiva de nuestras destrezas y facultades.
2ªAUTO-REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES
4 AUTOCONTROL: capacidad para encauzar las propias emocionales. 5 RESPONSABILIDAD: ser consecuentes con nuestros actos y actitudes. 6 INTEGRIDAD: ser coherentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos. 7 ADAPTABILIDAD: mostrar flexibilidad ante el cambio. 8 INNOVACIÓN : ser capaces de aceptar y generar ideas distintas y originales.
3ª. MOTIVACIÓN
9 ORIENTACIÓN AL LOGRO: mejorar día a día para la consecución de objetivos. 10 COMPROMISO: cumplir con objetivos comunes 11 INICIATIVA: aprovechar las oportunidades para emprender nuevas acciones 12 OPTIMISMO: mantenerse en la consecución de los fines a pesar de los obstáculos
4ª. EMPATÍA
13 COMPRENDER A LOS DEMÁS: mostrar interés y comprensión hacia los intereses, sentimientos y valores de otras personas 14 DESARROLLO DE LOS DEMÁS: tener la capacidad de ayudar a los demás a obtener lo mejor de sí mismos. 15 ORIENTACIÓN AL SERVICIO: capacidad para ayudar a los demás. 16 APROVECHAMIENTO DE LA DIVERSIDAD: sacar provecho de grupos heterogéneos. 17 CONCIENCIA POLÍTICA: comprender los intereses de los demás.
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5ªHABILIDADES SOCIALES
18 INFLUENCIA: mostrar capacidad para influir en la toma de decisiones de los demás 19 COMUNICACIÓN: emitir y recibir información de forma correcta y apropiada 20 GESTIÓN DE CONFLICTOS: mostrar capacidad para resolver desacuerdos y llegar a acuerdos. 21 LIDERAZGO: inspirar y orientar hacia posturas concretas a personas o grupos. 22 CATALIZADORES DE CAMBIO: capacidad para superar dificultades promoviendo alternativas con las que el grupo se comprometa 23 ESTABLECER VÍNCULOS: capacidad para crear y mantener relaciones personales o profesionales. 24 COLABORACIÓN Y COOPERACIÓN: trabajar activamente con los demás en pro de un objetivo común 25 CAPACIDADES DE EQUIPO: enfocar los esfuerzos de un grupo hacia la consecueción de objetivos comunes.
a. Conciencia de uno mismo
Profundo entendimiento de nuestras emociones, fortalezas, debilidades,
necesidades e impulsos. Nos permite generar expectativas realistas sobre
lo que somos capaces de conseguir y marcarnos metas alcanzables en un
entorno seguro tanto en el plano personal como profesional. Es la base de
la Inteligencia Emocional.
b. Autorregulación
Habilidad para controlar y redirigir impulsos y estados de ánimo. El
grado de autocontrol que podemos alcanzar nos permite ajustar nuestro
comportamiento a las circunstancias de la forma más adaptativa posible.
Quien posee altas dosis de autorregulación puede soportar mejor la
presión de sus emociones y redirigir sus impulsos de forma sana y
productiva.
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c. Motivación
Es el conjunto de tendencias que guían y facilitan la consecución de
objetivos personales. Esta dimensión (sus habilidades asociadas) nos
permite persistir en el intento y no rendirnos al primer inconveniente.
d. Empatía
Capacidad para reconocer las emociones de los demás y actuar en
consecuencia. Es fundamental para establecer y mantener vínculos.
e. Habilidades sociales.
Son la base para manejar nuestras relaciones con los demás.
9. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y COCIENTE INTELECTUAL
El coeficiente intelectual (IQ) y la inteligencia emocional (IE) son conceptos
diferentes y sin embargo no son opuestas sino complementarios. Una persona
con un IQ elevado es analítica y lógica, acumula datos, sopesa la información
antes de tomar decisiones, examina, observa y utiliza en gran medida el
hemisferio izquierdo de su cerebro.
Una persona con una IE elevada se relaciona con facilidad, le gustan las ideas
nuevas, no le asustan los errores, es espontánea, cree en sus intuiciones, es cálida
y utiliza en gran medida el hemisferio derecho de nuestro cerebro.
La IE es parte de nuestra inteligencia global; una parte que ha sido durante
décadas, durante siglos y milenios, negada, desdeñada o minimizada al lado de
la inteligencia intelectual, que siempre ha sido más fácil de definir y de medir.
No hay más estudios sobre IQ porque sea más importante, sólo porque resultaba
más fácil de estudiar científicamente.
Aunque la Psicología conoce desde siempre la influencia decisiva de las
emociones en el desarrollo y eficacia del intelecto, el concepto concreto de
Inteligencia Emocional, en contraposición al de Cociente Intelectual, fue
planteado hace unos años por Peter Salovey.
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10. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL EN EL AULA
Las emociones son una constante en nuestra vida. Cada experiencia objetiva
genera experiencias subjetivas o emociones. Por lo tanto, podemos aprovechar
prácticamente cualquier situación para enseñar progresivamente a los niños y
niñas a poner nombre a sus emociones y a interpretar las emociones de los
demás. Podemos enseñarles a asociar las emociones a pensamientos que les
permitan controlarlas mejor y manifestarlas de un modo cada vez más
adaptativo. Cada momento cotidiano en el aula puede aprovecharse para
aprender sobre las emociones y para desarrollar la inteligencia emocional.
Controlar las emociones resulta algo complejo ya que a menudo los educadores
confundimos “controlar” con “reprimir”. Controlar las emociones implica
reconocerlas y aceptarlas para luego expresarlas de acuerdo al momento, a la
situación y a la conveniencia de nuestras respuestas. Reprimir las emociones
supone negarlas, ignorarlas o suprimirlas; un mal paso hacia el equilibrio
emocional.
Podemos iniciar a los niños en el reconocimiento y diferenciación de las
emociones:
- Proporcionando un vocabulario relativo a las emociones. Un
vocabulario emocional que les permita llamar a las emociones por su
nombre.
- Pintar caras que expresen diversas emociones o trabajar con iconos
que puedan escoger en función de la emoción del momento (muy útil
en niños con problemas del habla)
- Plantear alternativas que les permitan definir lo que sienten “¿Estás
enfadado o estás triste?”
- Realizar juegos de imitación
- Jugar a expresar distintas situaciones frente al espejo.
- Interpretar imágenes en las que se reflejen emociones diversas. Tratar
de saber qué le pasa a la persona de la foto.
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- Aprovechar cualquier situación en el aula (relación, juego, incluso
conflicto) para analizarla, poner nombre a las emociones, buscar
soluciones…
El tiempo que compartimos con los niños es vital para
proporcionarles un marco de apoyo en el que se desarrolle de forma
adecuada a nivel emocional. La educación de las emociones tiene un
gran peso en la prevención de posibles problemas emocionales y en
el desarrollo de la personalidad del niño. Esta forma de educación
debe ser un proceso continuo y permanente. Las competencias
emocionales no se adquieren con intervenciones puntuales sino a
través de la experiencia y práctica diaria, contemplando cada
momento como una oportunidad para aprender y mejorar.
La infancia y adolescencia sientan las bases para el desarrollo emocional y social. Y a
esas edades la escuela se convierte en la plataforma que puede lanzar (o hundir) la
inclusión y formación de niños y jóvenes.
Desde un contexto preventivo la escuela adquiere un papel cada vez más relevante
como promotora de la salud mental y el bienestar social y emocional. Del mismo modo
que enseñamos a los niños a cuidar su salud física (higiene, alimentación, ejercicio y
otros hábitos saludables), es lógico que les enseñemos también a cuidar su salud mental
y social.
Todos los que formamos parte de la comunidad educativa tenemos la posibilidad de
ofrecer conductas que fomenten el desarrollo de la Inteligencia Emocional de niños y
niñas:
- Permitir que los alumnos expresen emociones.
- Facilitar a los niños modelos adecuados de expresión de emociones.
- Mostrar tolerancia y aceptación de las emociones negativas.
- Hablar de las emociones con naturalidad.
- Comprender a los niños y hacerles saber que les comprendemos.
- Mostrar a los niños y niñas aceptación incondicional.
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11. DIMENSIONES EMOCIONALES E INSTRUMENTOS DE
EVALUACIÓN
En la investigación educativa se emplean tres procedimientos de evaluación de
la Inteligencia Emocional:
- Instrumentos clásicos de medida basados en cuestionarios y
autoinformes cumplimentados por el propio alumno. A través de
ellos se obtiene el “índice de inteligencia emocional percibida o
autoinformada”.
o TMMS
o ESCALA DE IE DE Schutte
o INVENTARIO DE EQ DE BAR-ON
o CIE de Mestre
- Medidas para observadores externos basadas en cuestionarios
rellenados por el profesor o compañeros del alumno
o EQ de Bar-On
o Técnicas sociométricas.
- Medidas de habilidad o ejecución de la IE. Evalúan cómo el sujeto se
desenvuelve ante determinados problemas emocionales. Son
inventarios, test o pruebas concretas para habilidades específicas
como reconocimiento de emociones en fotografías.
o MEIS de Mayer, CAruso y SAlovey basado en el modelo de
Salovey y Mayer 1990
o MSCEIT, versión mejorada del instrumento anterior.
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12. DESARROLLO Y EVALUACIÓN DE PROGRAMAS DE
INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Aunque la escuela es un lugar idóneo para promover la IE el aprendizaje de las
habilidades emocionales comienza en el seno familiar y cuando los niños llegan
al sistema educativo podemos encontrar en el mismo aula distintos niveles
emocionales. Por este motivo no se trata sólo de enseñar sino también de
transformar habilidades que se han adquirido erróneamente o de resolver
deficiencias.
En general, los programas de educación emocional tratan de cumplir los
siguientes objetivos:
- Desarrollar la capacidad para controlar el estrés, la ansiedad y los
estados depresivos y prevenir los efectos perjudiciales de las
emociones negativas.
- Desarrollar la habilidad de generar emociones positivas y de
controlarlas de modo que se incremente la conciencia de los factores
que inducen al bienestar subjetivo.
- Desarrollar la capacidad para demorar recompensas inmediatas a
favor de otras de mayor importancia.
- Desarrollar la tolerancia a la frustración.
- Desarrollar una actitud positiva ante la vida y potenciar la capacidad
para ser feliz.
(Vallés &Vallés, 2000)
La creciente implementación de programas de Inteligencia Emocional en la escuela
permitirá revenir problemas diversos como el inicio en el consumo de sustancias
adictivas, comportamientos agresivos u hostiles en clase y absentismo escolar.
En Estados Unidos se están desarrollando programas psicopedagógicos bajo la
denominación “Social and Emotional Learning” (SEL; Aprendizaje Emocional y
Social) que están mostrando resultados prometedores.
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Son muchos los programas de entrenamiento que se están implementando actualmente
en fase experimental. La mayoría de los programas arrojan resultados muy positivos que
prueban la eficacia de la educación emocional en la prevención de la violencia escolar y
la adaptación psicosocial de los estudiantes.
Algunos programas de alfabetización emocional publicados en España son los
siguientes:
ProgramasdeEducaciónemocional.
- ProgramaS.I.C.L.E.(Vallés,1999)
- ProgramadeEducaciónEmocional(Traveset,1999)
- ProgramaConóceteatimismo(GüellyMuñoz,2000)
- Programa para el desarrollo y Mejora de la inteligencia Emocional (Espejo,
García-SalmonesyVicente,2000)
- Programa de Educación emocional para Educación Secundaria Obligatoria
(Pascual&Cuadrado,2001).
- ProgramadeEducaciónEmocionalparaEducaciónInfantildeLópez(2003).
- ProgramaSentiryPensardeInteligenciaemocional(IbarrolayDelfo,2003ayb).
La mayoría de estos programas contienen actividades dirigidas a adquirir conciencia
sobre las emociones propias, su gestión emocional, incremento de autoestima y
desarrollo de habilidades de resolución de problemas.
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