Autor: Gisela Turturici Institución: Instituto Superior de Profesorado Nº 6 “Dr. Leopoldo Chizzini Melo” Provincia: Coronda – Santa Fe.
INSTITUTO CORRECCIONAL MODELO - UNIDAD 1: DE UNIDAD PENAL A CÁRCEL DE DETENIDOS POLÍTICOS
(CORONDA, 1974-1976)
A modo de prólogo
Al cumplirse la tercera década del golpe militar y del inicio de la dictadura más atroz
que ha vivido la sociedad argentina, nos aprestamos desde nuestro lugar de estudiantes
de la carrera de Profesorado en Historia, pero fundamentalmente como ciudadanos
comprometidos y movilizados por una problemática que despierta en nosotros preguntas
e inquietudes, a explorar en ese pasado que en términos más precisos, se nos presenta
como un pasado reciente, cargado de historias de vida, testigos, relatos, memorias… Un
pasado que se nos revela conflictivo, atravesado por sentidos en pugna. Un campo
privilegiado por la tensión entre memoria e historia que se deconstruyen y reconstruyen
en un ejercicio colectivo. Tarea en que cada uno de nosotros contribuye con una
participación activa y con un sentido crítico para no olvidar y mantener vivo el debate
que impulsan los 30 años del golpe de estado de 1976. Estas circunstancias implican para
nosotros todo un desafío que se cristaliza en un propósito: tender un puente entre
nuestra mirada, la de los actores contemporáneos a los acontecimientos, y las
construcciones explicativas provenientes del campo de las ciencias sociales, en
particular desde la historia argentina contemporánea.
La temática de este trabajo, que comenzó siendo monográfico y que se convirtió
en un trabajo de investigación actualmente en desarrollo, la denominamos: Instituto
Correccional Modelo U-1: de unidad penal a cárcel de detenidos políticos (Coronda,
1974-1976). Nos proponemos con la construcción de este objeto cruzar tres niveles de
análisis: lo nacional, lo provincial y lo local teniendo el recaudo necesario para lograr las
vinculaciones pertinentes, es decir, que el análisis de los cambios en los parámetros del
funcionamiento de la cárcel corondina sean contextualizados al calor de las innovaciones
que se instalan en el campo político nacional y santafesino desde mediados de 1974
hasta el golpe de 1976.
Este período, que puede caracterizarse como una coyuntura crítica,1 se inicia con
el punto de inflexión que marca la desaparición física del líder del movimiento peronista
que hasta entonces había contenido desequilibradamente a la izquierda y a la derecha
del movimiento, y a su vez convocado sobre sí a un amplio conjunto de expectativas
emanadas desde la sociedad. En el período 1974-1976 comienzan a ensayarse los
dispositivos del terrorismo del Estado: secuestros, torturas, detenciones, desapariciones,
asesinatos de corte político llevados a cabo por el aparato represivo estatal que no
alcanza a ocultar la presencia de organizaciones paramilitares, al calor del predominio
en la sociedad de la lógica de la guerra por sobre el de la política. De esta manera, nos
propusimos pensar el período del segundo peronismo como una “frontera” por la que
transita la gestación de los mecanismos represivos de los que el Estado se va a valer, ya
sin tapujos, durante la vigencia de la dictadura militar.
En el trabajo hemos detenido nuestra mirada en el encarcelamiento de militantes
políticos en la cárcel de Coronda como fenómeno que se inicia con anterioridad al golpe
del ´76 que, por su brutalidad, ha ensombrecido un proceso que se había iniciado a fines
del ´74. El análisis de este período resulta complejo debido a la discusión teórica
respecto de los alcances de las herramientas conceptuales existentes. A partir de esta
inquietud, tuvimos la oportunidad de realizar una entrevista al historiador Roberto
Pittaluga, integrante del equipo “A 30 años” e investigador del CeDInCI. Frente a
nuestro planteo respecto del dispositivo conceptual para definir el período 1974/76
desde los mecanismos que construye el Estado, aquél respondió:
“Esa es una pregunta que hay que sostenerla como pregunta. Todavía evidentemente ahí
las denominaciones que hacen a los regímenes políticos: democracia, dictadura, no alcanzan...
Entonces para hacer una cosa más específica para el período 74/76 incluso para poder pensar el
período 76/83, habría que desarrollar herramientas nuevas quizás uno podría pensarlo no como
algo que en sí mismo pueda ser definido sino como un proceso transicional hacia el terrorismo
del Estado... hay que pensar que acá hay prácticas que se instituyen con anterioridad que nos
permiten trazar una genealogía para ese Estado terrorista y que sí efectivamente entre el
74/75 cobran una mayor violencia”.2
Otro de los problemas que debimos sortear fue el encuentro con las fuentes
primarias que dieran cuenta del período. Entrando ya a la “cocina de la investigación”, 1 Tomamos este concepto de David Collier y Ruth Berins Collier, Shaping the Political Arena, Princeton, New Jersey, 1990, pp. 27-39. Con el término los autores hacen referencia a un momento histórico cuyo desenlace tiene la virtud de definir de una vez y por mucho tiempo la dirección y las modalidades del proceso político. Consideramos que el período del segundo peronismo guarda algo de esto desde la perspectiva de la figura del Estado y el lugar de las prácticas coercitivas sobre la sociedad en Argentina. 2 Entrevista realizada por Gisela Turturici y Verónica Jahuare en Victoria, luego del Preseminario regional Entre Ríos-Santa Fe, “Entre el pasado y el futuro. Los jóvenes y la transmisión de la experiencia argentina reciente”, 31/08 y 01/09/2006. La cursiva es nuestra.
recorrimos dos caminos en pos de la documentación producida por el Estado: el Archivo
de la Dirección General del Servicio Penitenciario de la Provincia de Santa Fe, y el
Archivo del Instituto Correccional Modelo Unidad 1 “Dr. César Raúl Tabares”. En el
primero pudimos realizar un relevamiento del período pese a la ausencia de esta
tradición dentro del archivo, lo cual significó abrir una puerta para la futura continuidad
de nuestro trabajo. Con respecto al segundo archivo nos encontrarnos con que gran
cantidad de registros han sido perdidos, destruidos o irracionalmente ordenados. No
obstante, pudimos acceder a ellos y nuestra tarea continúa.
Posteriormente recurrimos, con la complejidad que esto supone, a las fuentes
orales con la intención de enriquecer la reconstrucción del período entrevistando tanto
a ex detenidos políticos como a ex guardiacárceles. Como señala Vera Carnovale los
problemas que suscitan las fuentes orales son la veracidad, la representatividad y la
dimensión ético-política, variables que no pudimos dejar de contemplar.3 A su vez es de
destacar que el acceso a los entrevistados se debe a vínculos preexistentes (lazos
familiares, de amistad, de vecindad, de referencia, etc.) lo cual permitió descomprimir,
en parte, el encuentro que la entrevista instala entre dos generaciones.
Otro terreno de relevamiento fue la prensa. En Coronda no hemos podido
encontrar publicaciones del período. Hicimos, entonces, un primer relevamiento de la
hemeroteca del diario La Capital de Rosario.
No resulta menor que para vida de la ciudad de Coronda la cárcel es una
importantísima fuente de trabajo (poco más o menos como el cultivo de la frutilla), casi
como un destino para las generaciones jóvenes. Acercarnos al Instituto Correccional es
convertirlo en fuente y objeto que nos conduce a re-visitar a los corondinos. Incluso
podemos interpelar a esa institución como un lugar de la memoria que nos obligó a
trabajar con los Diarios de Sesiones de la Legislatura.
En el recorrido de la investigación generamos una deuda con todos aquellos que
nos brindaron un nombre, un dato, una entrevista, una foto, un documento, un
contacto, un relato. Agradecemos a todos los que se sumaron, pudiendo no haberlo
hecho, a esta tarea con la complejidad de ser parte de una historia reciente y
protagonistas de un presente en el que la cárcel les/nos ordena la vida y la mirada del
mundo.
Finalmente este escrito cristaliza aquél desafío que nos planteamos al comienzo
de nuestro trabajo y que hoy se sostiene en la labor cotidiana, cuidadosa, comprometida
y exigente que demanda el apasionante camino de la investigación, concebida como un
3 Cf. “La construcción de las fuentes orales”, conferencia dictada en el marco del Programa Historia y Memoria de la UNL, Facultad de Ciencias Jurídicas y Ciencias Sociales, UNL, Santa Fe, 25/08/2006.
terreno inherentemente cambiante. Es por esto que consideramos a esta instancia como
parte de un proceso en desarrollo que, por su carácter colectivo, brinda una rica
diversidad de enfoques con resultados significativos y valiosos para la producción. Es por
ello que mi más afectuoso agradecimiento es para mis compañeros Mariela Dominguez,
Verónica Jahuare, Norma Ledesma, Lisandro Sobrevilla. Y para Bernardo Carrizo, quien
nos orientó, nos acompañó pero fundamentalmente confió y apostó por este proyecto de
investigación.
Segundo peronismo: cuando la primavera dio paso al otoño represivo
La coyuntura crítica 1974-1976 puede tener su punto de partida en la desaparición física
del líder del movimiento peronista el 01/07/1974 que marcará como cuestión relevante
la implosión del peronismo.4 Tras la novedad, ese movimiento que había podido
sobrevivir bajo la proscripción merced a la capacidad del líder de contener posturas tan
disímiles, desnudó las contradicciones que habían sido neutralizadas dentro del
peronismo, él mismo una “comunidad organizada” cada vez más tensionada. Aquellas
contradicciones estallaron impactando directa o indirectamente la totalidad del campo
político argentino puesto que el peronismo lo atravesaba. Pero a su vez se desató la
lucha entre quiénes se reclamaban herederos del “verdadero movimiento peronista”.
Siguiendo las normas constitucionales asume la presidencia la vice María Estela
Martínez de Perón quien heredó un país movilizado y dividido. Sin posibilidades de
disimulo, Isabelita no contaba con el poder de su antecesor para lograr mantener el
equilibrio del movimiento, ya que se encontraba cooptada por las estrategias de poder
que concentraba la influyente figura de José López Rega. Particularmente, “durante el
gobierno de Isabel Perón, López Rega no vaciló en utilizar metodologías propias del
terrorismo de Estado”,5 ya que aquél desde su nuevo cargo de eventual primer ministro
(creado por decreto en 1975) lleva adelante la organización y dirección de la Triple A
(Alianza Argentina Anticomunista), organización paramilitar que funcionaba mediante el
desvío de recursos del Ministerio del Bienestar Social dirigido por el mismo López Rega.
Esta organización tenía como objetivo principal la eliminación de aquellos “elementos”
que, desde la derecha peronista, eran considerados como peligrosos.6
4 Cf. De Riz, Liliana, Retorno y derrumbe, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986. 5 Svampa, Maristella, “El populismo imposible y sus actores, 1973-1976”, en: Daniel James (dir.), Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976) (Tomo IX de Nueva Historia Argentina), Buenos Aires, Sudamericana, 2003, p. 423. 6 Resulta ilustrativo este análisis de Rouquié formulado en 1978: “Cuando muere Perón, el `clan rasputiniano´ del brujo López Rega continúa con la depuración del movimiento con los métodos conocidos. En efecto, siempre bajo la misma bandera, la extrema derecha fascistoide se ha apoderado de las riendas del poder. Y mientras la burocracia sindical aumenta sus privilegios y su poder, por primera vez los obreros argentinos declaran una huelga y organizan, en julio de 1975, una manifestación contra un gobierno peronista que supuestamente los representa”. Este mismo autor afirma que “oficialmente se
Las acciones de la Triple A no eran sólo dirigidas a quienes participaban en la
escena política sino también a intelectuales, artistas, periodistas y sacerdotes
tercermundistas. La consideración de la peligrosidad de estos actores se encuentra
vinculada en parte con las mismas divisiones internas del movimiento, en el cual se
hallan enfrentados izquierda y derecha peronista y el sindicalismo tradicional, en una
lucha encarnizada por determinar quién es el heredero y representante legítimo del
peronismo. Esta división entre izquierda y derecha dentro del mismo movimiento había
sido evidente en los hechos sucedidos en Ezeiza.
Las tensiones no sólo se manifiestan como enfrentamientos armados sino también
políticos dentro del marco legal institucional. Un ejemplo de ello lo encontramos en el
Congreso de la CGT (sindicalismo tradicional) el cual se desarrolla semanas posteriores a
la muerte de Perón, con el fin de renovar su dirigencia. Durante el congreso se da la
división dentro de la cúpula sindical entre aquellos que concebían que debieran asumirse
como seguidores incondicionales del gobierno y quienes proclamaban su autonomía como
grupo de presión. Dentro de la lucha interna del sindicalismo resulta ganadora la línea
acorde al gobierno (sindicalismo blando) empero el Consejo Directivo resulta integrado
por los sindicalistas proclives a la autonomía (sindicalismo duro), aunque esto no
significó una ruptura con el gobierno sino que la CGT brindó su apoyo al plan
gubernamental de realizar una “limpieza ideológica” del movimiento, como veremos en
el caso de Villa Constitución.
La política de exclusión ideológica no sólo se circunscribió al plano institucional y
proselitista sino que la eliminación llegó a instancias físicas. Bajo la idea de “infiltración
ideológica” se desarrolla la destitución a través de la intervención federal de aquellos
gobernadores que se posicionaban dentro de la izquierda peronista o afines a ella, como
Jorge Cepernic en Santa Cruz y Alberto Martínez Baca en Mendoza.7 Por sólo dar algunos
nombres de funcionarios asesinados por la Triple A mencionamos a Atilio López,
vicegobernador de Córdoba y Miguel Ragone, gobernador de Salta. Estos hechos parecen
marcar algún tipo de continuidad respecto de lo que Perón venía explicitando en sus
discursos, particularmente en aquel pronunciado el día posterior a Ezeiza: “No hay
nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología. Somos lo que las
veinte verdades justicialistas dicen. No es gritando la vida por Perón que se hace Patria,
sino manteniendo el credo por el cual luchamos”.8 Este mensaje denota la exclusión de
calculan unos mil asesinatos políticos en 1975”. Alain Rouquié, “Reorganización nacional y `guerra sucia´”, en: A. Rouquié, Autoritarismos y democracia, Buenos Aires, Edicial, 1994, pp. 289 y 292. 7 Un antecedente lo encontramos en enero de 1974 cuando Perón promueve un golpe palaciego en la provincia de Córdoba y provoca la destitución de su gobernador Obregón Cano. 8 Citado por Svampa, Maristella, “El populismo imposible y sus actores, 1973-1976”, op. cit., p. 405. La cursiva es nuestra.
los sectores juveniles y combativos del peronismo lo cual demostró a Montoneros y otras
organizaciones armadas (ERP, FAP, FAR, etc.) que el gobierno no era “ni popular ni
peronista”.9
Aunque los movimientos guerrilleros convergen desde fines del ´74 en su accionar
revolucionario con la intención de aumentar las tensiones sociales a través del
terrorismo, no deben omitirse las diferencias en los objetivos que perseguían aquéllos.
Más allá de las diferencias, cabe destacar que su accionar adquiría la impronta de
atentados y ejercicio de la violencia contra “los peronistas de derecha, los líderes de los
sindicatos oficiales, así como también los responsables del régimen militar anterior a
1973 y oficiales de la policía”.10 Los atentados ejecutados por las organizaciones civiles
armadas se dan en una matriz en que la “democracia burguesa” resulta evaluada, y no
solamente por aquellas, como esencialmente ilegítima.
La escalada de violencia se ve reflejada en los procedimientos de un Estado que
va desnudando su faz coercitiva con pocos tapujos, en las fuerzas parapoliciales como la
Triple A y los movimientos guerrilleros.11 Este escenario se intenta ordenar desde el
Ejecutivo el 05/02/1975 cuando María Estela Martínez de Perón por decreto 261/75
dispuso: “Ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de
neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la
provincia de Tucumán”.12 Ante esta autorización las FF.AA. organizan el Operativo
Independencia el cual sirvió a las mismas como “campo de ensayo y entrenamiento para
el Terror desde el Estado”,13 donde se llevaron adelante prácticas clandestinas de
detención, desaparición, tortura y muerte de personas.14
No obstante el desmantelamiento del ERP, el progresivo aumento de la violencia
es llevado adelante por otras organizaciones armadas. El PEN decide ampliar el poder
otorgado a los profesionales de la coerción a través del decreto 2722 del 06/10/1975 por
el cual se dispone “Ejecutar las operaciones militares y de seguridad que sean
necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el
9 De Riz, Liliana, Retorno y derrumbe, op. cit., p.167. 10 Rouquié, Alain, “Reorganización nacional y `guerra sucia`”, op. cit., p. 286. 11 “Hay que entender que acá hubo luchas revolucionarias e intentos de reconstruir un país diferente, mayor justicia, mayor distribución de ingresos, mayor libertad e igualdad(...) Éramos y somos militantes revolucionarios de distintas agrupaciones de izquierda peronista, marxista, trotskista, socialistas, queríamos hacer una revolución y eso vale la pena aclararlo porque también a veces hacen una mirada romántica de los `chicos´. Nosotros queríamos hacer un cambio profundo y estructural de Argentina en el marco de lo que pasaba en el mundo y en América, pero fracasamos”. Entrevista a “Bautista”, ex detenido político en Coronda, realizada por Norma Ledesma, Paraná, septiembre 2006. 12 D’Andrea-Mohr, José Luis, Memorias de vida, Buenos Aires, Colihue, 1999, p. 52. La cursiva es nuestra. 13 Idem, p. 55. 14 Un caso temprano de centro clandestino de detención de personas es la “escuelita” de Famaillá (Tucumán) que funcionó entre 1975 y 1976.
territorio del país”.15 A partir de estos decretos, ¿el Estado está legalizando su propia
expansión represiva sobre su espacio soberano?
Más allá del pronunciamiento de Isabelita que habría elecciones en octubre de
1976, la orden ya estaba ejecutada: desde diciembre de 1975 se organizó el plan que
desembocaría en el golpe de marzo de 1976. A partir de ese momento los profesionales
de la coerción estatal darán continuidad y profundidad a todos los métodos de represión
ensayados durante la fase isabelina del estado de excepción
Santa Fe: entre los efectos del desarrollismo y las tensiones del peronismo
En la provincia de Santa Fe se convocaron elecciones para el 11/03/1973, en las que se
elegirían gobernador y vice, diputados y senadores provinciales y nacionales. Para
gobernador se presentaron ocho listas. El peronismo provincial, debido a la
reorganización del partido llevada adelante por el capitán retirado Antonio Campos y al
desplazamiento de los sectores combativos o de izquierda que este produjo, tuvo dos
listas: una encabezada por el mismo Campos Carlos y la otra por Sylvestre Begnis.16 El
primero y su candidato a vice Bonino, se presentaron como Partido Justicialista.
Sylvestre Begnis acompañado por Eduardo Cuello (perteneciente a la UOM, de la que era
asesor), por el FREJULI. Ninguno de los candidatos alcanzo la mayoría absoluta de los
votos (50%). El 15 de abril se realizó la segunda vuelta electoral entre el FREJULI y la
Alianza Popular Federalista (integrada por el Partido Demócrata Progresista, la Unión
Popular y el Partido de Orientación Legalista), de la cual eran candidatos Alberto Natale
y Mario Verdú. En este balotaje el FREJULI reunió 758.502 votos que representaron el
61.8% del electorado. Resultan significativas las líneas directrices del nuevo gobernador,
pronunciadas al momento de asumir el mando, en las que se conjugan seguridad,
desarrollo y democracia:
“Se cierra en este día una larga etapa de deterioro del país y de su pueblo. Esto nos
obliga a comprometernos con este presente con el mañana, jurando que contribuiremos con
todas nuestras fuerzas a erradicar para siempre del suelo argentino la inseguridad, la
desocupación, el peligro del hambre y la falta de garantías para su libertad”.17
Dentro del nuevo gobierno provincial la izquierda peronista sólo “contaba con
algunos miembros en distintas instancias: diputados provinciales, secretarías o
concejalías”. La “composición del ejecutivo marcaba un primer plano de dificultades, el
vicegobernador Cuello solía manifestar: “yo no tengo amigos, yo tengo una sola lealtad: 15 D’Andrea-Mohr, José Luis, Memorias de vida, Buenos Aires, Colihue, 1999, p. 55. La cursiva es nuestra. 16 Candidato del MID (Movimiento de Integración y Desarrollo), cirujano plástico, militante radical, fue gobernador de la provincia por la Unión Cívica Radical Intransigente (mayo 1958-marzo 1962). 17 “Silvestre Begnis: ¿el mejor gobernador de la provincia?, en: La Capital, 21/09/2003.
la UOM”. La presión sobre el gobernador Sylvestre Begnis se incrementó luego de la
muerte de Perón, “con los rumores de una posible intervención a la provincia”.18 En
septiembre de 1975 Sylvestre Begnis creó y lideró un nuevo partido: Línea Popular,
debido a discrepancias de sectores provinciales del MID con la conducción provincial del
FREJULI, y como esa alianza hizo posible la victoria electoral del FREJULI en Santa Fe, el
gobierno provincial pasó a ser una fuerza opositora al gobierno nacional. Debido a esta
ruptura se produjo el alejamiento del gobierno de la mayoría de los peronistas de su
gabinete y de una importante cantidad de funcionarios.
Instituto Correccional: de unidad penal a cárcel de detenidos políticos
En 1908 Julián Pera, diputado nacional por Santa Fe, presenta un proyecto para la
creación de una Cárcel-Penitenciaria Modelo con capacidad para 500 hombres, en las
inmediaciones de Esperanza o Coronda, siendo elegida finalmente esta última. La
construcción de la unidad penal (ubicada en el área periférica del casco urbano, hacia el
sur9 fue comenzada en 1927 y su inauguración, inicialmente con 4 pabellones, fue el
12/08/1933 para ser “Modelo de Sud América” según el gobernador Luciano Molinas. Los
primeros 20 internos ingresaron el 15 de septiembre, y para 1934 ya contaba con 299
internos. Inicialmente el penal contaba con una superficie cubierta de 24.962 metros
cuadrados, un muro perimetral de 1.127 m. de longitud y una altura de 6 m. con 11
garitas. El complejo contaba con talleres, usina, escuela, salón de actos.
A la denominación Cárcel Pública de la Provincia (foto 1) de los primeros años
sucede Cárcel Modelo de Coronda. El Decreto 1612/71 establece el cambio de
denominación de todos los establecimientos penales provinciales, y pasa a llamarse
Instituto Correccional Modelo U-1 (fotos 2 y 3). Desde noviembre de 1992, por ley
10858, se denomina Instituto Correccional Modelo U-1 Dr. Cesar Raúl Tabares (foto 4).
Hoy alberga alrededor de 1200 internos distribuidos en 14 pabellones.
En la coyuntura objeto de nuestro análisis, desde diciembre de 1974 el Instituto
Correccional será, según Ricciardino, “un lugar `legal´ de detención y reclusión de
presos políticos que concentró prisioneros de la región sur dentro de la órbita del II
Cuerpo del Ejercito, abarcando principalmente, las provincias de Santa Fe y Entre
Ríos”.19 El área del Segundo Cuerpo de Ejército –con sede en Rosario- abarcaba al litoral
argentino, es decir, a las provincias mencionadas se suman Chaco, Corrientes, Misiones y
18 Viano, Cristina (2000), “Una ciudad movilizada (1966-1976)”, en: Pla, Alberto (coord.), Rosario en la historia (de 1930 a nuestros días), T. 2, Rosario, UNR editora, p. 96. 19 Ricciardino, César, La resistencia de los presos políticos en la cárcel de Coronda: 1975-1979, Tesina presentada para acreditar la Licenciatura de grado en la Facultad de Humanidades y Ciencias, UNL, Santa Fe, agosto de 2002, p. 9.
Formosa, pero la mayoría de los detenidos en Coronda perteneció a las provincias que
menciona Ricciardino.
Si bien no desconocemos el antecedente de la presencia de detenidos políticos en
la última parte del gobierno de Lanusse, liberados por la amnistía de Cámpora, la
presencia de presos políticos en Coronda se reinicia a partir de diciembre de 1974 y
continuará hasta mayo de 1979. Al frente de la unidad como Director estuvo desde el
04/10/1973 hasta el 24/08/1976 el prefecto Mariano Zaninovich. En un primer momento
fue Director Interino, por Resolución del Ministerio de Gobierno N° 760, y desde el
25/06/1974 es designado Director por Decreto Nº 1919. En esos momentos el ministerio
estaba a cargo de Roberto Rosúa, quien acompaña actualmente al gobernador Jorge
Obeid en el mismo ministerio.20
Como centro de detención de prisioneros políticos, el Instituto Correccional utilizó
siempre el pabellón 5 para la reclusión, pero en el momento del ingreso de los primeros
el mismo se encontraba destrozado a raíz de un motín en 1973, lo que motivó que los
“subversivos” fueran ubicados en el lateral del pabellón 6. Inicialmente, entonces, los
detenidos políticos compartieron los mismos espacios con los “comunes”: “Fue
invalorable el aporte que hicieron los compañeros que llegaron durante el año ´74.
Como eran los primeros presos políticos de Coronda, los alojaron junto a los comunes.
Por lo tanto, pudieron moverse con mucha más libertad dentro de la cárcel y hasta
compartir, por un tiempo breve, el trabajo en los talleres de aquellos”.21 Como
resultado de esta convivencia luego clausurada, los “políticos” aprenden el lenguaje de
las manos y el argot carcelario.
La estructura del pabellón 5 es de tres plantas y dos alas laterales de celdas. Las
celdas están distribuidas a cada lado de la nave central de unos 60 metros de largo por
unos 8 metros de ancho. Las puertas de la celda dan a esa nave central. Por cada lado
de la nave se pueden contabilizar 28 celdas, lo que en total hacen unas 56 celdas por
piso. Sumados los 3 pisos acumulan aproximadamente 160 celdas individuales por
pabellón. Las “habitaciones del Hotel del Estado” tenían un perímetro de 3 metros por
2, una gruesa puerta de hierro color verde con el respectivo ojo de buey, una ventanita
20 Rosúa “venía de las filas de la UCRI y había operado como uno de los facilitadores del diálogo con la izquierda peronista”, se aleja del gobierno de Sylvestre Begnis cuando hacia el 75 se determinó que los jefes de la policía actuaran bajo las órdenes de López Rega”. Viano, Cristina, “Una ciudad movilizada (1966-1976)”, op. cit., p. 96. Rosúa fue miembro del aparato gubernamental en ambos períodos del mencionado gobernador. 21 “...algunos de aquellos comunes habían compartido un mismo pabellón con un reducido grupo de militantes durante la dictadura de Lanusse entre 1971 y 1972”. Obra Colectiva Testimonial, Del otro lado de la mirilla. Olvidos y memorias de ex Presos Políticos de Coronda, 1974-1979. Santa Fe, El Periscopio, 2003, pp. 106 y 200.
de apertura para el ingreso de la comida y 10 agujeros distribuidos en dos líneas
paralelas al piso para ventilación en su parte inferior. (foto 5)
Sobre la situación legal de los detenidos “la mayoría estuvo a disposición del PEN,
como lo estipulaban las leyes represivas en particular la 20840 y por la situación de
estado de sitio, muchos de esos detenidos estaban a su vez con alguna causa penal a
disposición de diversos juzgados federales”.22 Particularmente la ley 20840 de
“Seguridad Nacional. Subversión económica y otras. Penalidades para las actividades
subversivas en todas sus manifestaciones”, fue sancionada el 28/09/1974, promulgada el
30/09, y su publicación en el Boletín Oficial es el 02/10 del mismo año. Como vemos
todo el procedimiento legislativo, bajo el segundo peronismo, deparó menos de una
semana. Como mencionamos en otra parte del trabajo, el Estado a través del Derecho
impulsa un conjunto de innovaciones en donde los aspectos coercitivos se hacen cada
vez más evidentes. Los inicios de estas innovaciones pueden encontrarse en la ley 18234
del 30/05/1969 referida a la represión del comunismo. De ahí en más hasta el
24/03/1976, 26 instrumentos legales entre decretos y leyes van definiendo los
dispositivos del Estado para la “cuestión subversiva”. Por ejemplo, en enero de 1974 se
produjo la reforma del Código Penal incorporando penas más severas a delitos de
connotación subversiva; en septiembre se sanciona la mencionada ley 20840; en
noviembre se decreta el estado de sitio; por decreto 2770 de 06/10/1975 se constituye
el Consejo de Seguridad Interna. Ese mismo día el decreto 2771 estableció que el
Consejo de Defensa suscribiría convenios para colocar bajo el control operacional al
personal y a los medios policiales y penitenciarios provinciales para su empleo
inmediato en la lucha contra la subversión.23
Simultáneamente se van perfilando cambios dentro del sistema penitenciario
argentino. Por ejemplo, el decreto 2023/74 “Procesados y Condenados de máxima
peligrosidad” del 26/12/1974 presenta nuevas disposiciones reglamentarias de las
unidades carcelarias para lograr un mayor control en el tratamiento de los internos en
establecimientos de máxima seguridad. En este decreto se encuentran explícitas
disposiciones referidas al ingreso del detenido por medio de un legajo personal, donde
también aquél deberá conocer sus deberes, derechos, sanciones, régimen de disciplina,
los libros, revistas y diarios permitidos. Presenta anexos de cronogramas de visitas,
22 Idem, p. 28. En el argot carcelario “20840” se denominó “a una pastilla blanca, de apreciable tamaño, repartida por médicos y enfermeros para: dolor de cabeza, hepatitis, dolor de garganta, hongos, diarrea y cualquier tipo de dolencia, enfermedad o malestar (de hecho se la daba a cualquiera por cualquier cosa)”. Obra Colectiva Testimonial, Del otro lado de la mirilla, op. cit., p. 300. 23 Un texto publicado por el PEN el 30/11/1979 nos resultó paradójicamente, en un ejemplo de consecuencia no buscada de la acción, muy ilustrativo respecto de las innovaciones que va ejecutando el Estado a través del derecho. CF. Evolución de la delincuencia terrorista en la Argentina, anexo 41.
artículos y elementos de tenencia en la celda, artículos de uso y consumo que el interno
puede adquirir en la proveeduría de la unidad. En el ultimo anexo se mencionan las
revistas autorizadas (El Zorro, Capitán Piluso, Mickey, Mecánica Popular…). ¿Hasta
dónde el contenido de este decreto se aplicaba totalmente en la vida carcelaria?
En este trabajo hemos hecho referencia a las formas de la represión que asume el
Estado lo cual merece de nuestra parte un comentario. Guillermo O´Donnell ha
conceptualizado a la figura del Estado en la Argentina de los ´60 y ´70 como Estado
Burocrático Autoritario. Consideramos que si el E-BA es un tipo de estado capitalista y
autoritario cuya implantación es el resultado de una atemorizada reacción a lo que se
percibe como una grave amenaza para la continuidad de los parámetros básicos de la
sociedad capitalista, lo que O´Donnell denomina crisis de dominación social o celular,
algo de esto puede observarse en la Argentina del segundo peronismo. En la lógica
política de esos años ganada por la negación de las mediaciones legitimadoras habituales
en un Estado (encogimiento de la nación, supresión de la ciudadanía, impugnación del
régimen democrático), la coerción aparece al desnudo como el fundamento último del
Estado, él mismo instancia política de las relaciones sociales de dominación a las que
respalda y organiza de manera desigual por medio de sus instituciones. En contrapartida,
el consenso es imposible ya que no se ocultan las conexiones entre la coacción estatal y
la dominación económica. El E-BA adquiere el carácter de forma subóptima de
dominación burguesa.24 Evaluamos que este concepto puede llevarnos a un camino
analítico para interpelar la tensión entre Estado, régimen político democrático y
sociedad civil en la primera mitad de los ´70.
Desde el campo de la filosofía política, los aportes de Giorgio Agamben nos
brindan pistas para interpelar, en un giro interpretativo diferente, esta forma subóptima
de garantizar la dominación en la sociedad. Estado de excepción sería el constructo con
el que podríamos interpelar el período que nos ocupa: el momento en el cual se
suspende el orden jurídico y, a la vez, se cristaliza una forma permanente y
paradigmática de gobierno.
El estado de excepción crea las condiciones jurídicas para que el poder disponga,
a través del derecho, de los ciudadanos en tanto vidas desnudas:
“…que permite la eliminación física no sólo de los adversarios políticos sino de categorías
enteras de ciudadanos que por cualquier razón resultan no integrables en el sistema político. …la
creación voluntaria de un estado de emergencia permanente…devino una de las prácticas
24 Cf. Guillermo O´Donnell, El Estado burocrático autoritario (1966-1973), Buenos Aires, Belgrano, 1982 y “Tensiones en el E-BA y la cuestión de la democracia”, en G. O´Donnell., Contrapuntos, Buenos Aires, Paidós, 1997.
esenciales de los Estados contemporáneos, aún de aquellos así llamados democráticos. (…) El
estado de excepción se presenta más bien desde esta perspectiva como un umbral de
indeterminación entre democracia y absolutismo”.25
Las detenciones bajo disposición del PEN que están sustraídas al control jurídico,
los decretos de urgencia, el estado de sitio, todos ellos fenómenos jurídicos emanados
bajo el paradigma de la seguridad y la necesidad que son campo de interpretación del
poder ejecutivo ante una “laguna” del derecho público, estarían englobados por el
concepto estado de excepción que en sí mismo es un intento de incluir la propia
excepción en el orden jurídico, creando una zona de indistinción en la cual coinciden
hecho y derecho.26
En Coronda, para los presos políticos ingresados a fines de 1974, los primeros
tiempos de detención en el Instituto Correccional guardaron características que luego se
perderán al calor de las modificaciones en el régimen carcelario:
“…nuestra vida en el pabellón de políticos tenía, por aquel entonces, algo de
adolescente. Se parecía un poco a la de los alumnos pupilos en un colegio, con la diferencia de
que no había hora de salida. (...) El régimen era similar al de los presos comunes. (…) Los
recreos era un momento grato. Hablar con otros compañeros, jugar al ajedrez, tomar mate,
caminar... Algunos salían con los bancos dados vuelta y tomados de las diagonales que formaban
los soportes de las patas. Colocaban en la tapa el calentador, la yerba y otras vituallas para la
mateada. (…) Llegábamos formados al patio y allí rompíamos fila. La mayoría buscaba la charla,
el cometario de la visita, la discusión política, las noticias. El grueso de nuestra vida político-
social, durante los recreos, pasaba por cada organización. Había numerosos grupos de estudio
sobre temas de historia, economía, filosofía y política en general”. Por ejemplo las clases de la
“escuelita”, organizada por compañeros para aquellos sin o con escaso estudios, en las que se
daba clases de historia, filosofía mezcladas con electricidad, soldadura. Hasta ese momento se
mantenía el contacto ”...con libros que entraban legalmente y apuntes semiclandestinos. Los del
PRT hacían una revistita quincenal muy bien presentada… Teníamos, además un resumen
semanal –de ingreso clandestino- de las principales publicaciones que hacían los compañeros de
afuera. Habíamos organizado también, un trabajo con los presos comunes, que se mantenía por
diversos enlaces y los ayudábamos a hacer su propio boletín, el Voluntad, donde trataban temas
de su interés”.27
25 G. Agamben, Estado de excepción. Homo sacer, II, I, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2004, pp. 25-26. 26 Cf. G. Agamben, Estado de excepción, op. cit., pp. 28, 63 y 70. 27 Obra Colectiva Testimonial, Del otro lado de la mirilla, op. cit., pp. 92, 93, 200 y 223.
Emilio de Ípola, también ex detenido político, define el funcionamiento de la
cárcel política “como una maquina, rigurosamente controlada y siempre perfeccionada,
de desinformación. Dicho en términos simples: ningún detenido político sabe o, mejor
dicho, ninguno debe saber lo que ha de ocurrirle en el futuro inmediato… sin duda esta
desinformación, deliberadamente, provocada y apuntada por reglamentos estrictos
conciernen tanto a los detenidos como al personal carcelario subalterno, es selectiva y
desigual”.28 Una serie de medidas del régimen garantizan la desinformación de los
detenidos: las requisas periódicas, la censura de libros, la prohibición del dialogo con los
guardias y oficiales, la prohibición del acceso a televisión y radio, la obligación de
desplazarse con la cabeza gacha, la prohibición durante los recreos de reuniones de
grupos, sanciones por asomarse por la ventana de la celda o por el pasaplatos, los
traslados de pabellón, los cambios del personal de vigilancia, el desconocimiento de los
reglamentos. De Ípola sostiene que “este riguroso dispositivo para asegurar la
desinformación de los detenidos tiene como contrapartida un dispositivo simétrico, y no
menos riguroso, destinado a que la autoridad carcelaria pueda disponer en todo
momento de una información precisa y total de la actividad y la conducta de cada
detenido. Una vigilancia constante, silenciosa y alerta (a menudo invisible para los
presos) se ejerce de manera sistemática en las celdas, pabellones y patios de recreo”.29
En estas instituciones “las disciplinas corporales no persiguen otro fin que el de humillar
a los detenidos y crear ocasiones o pretextos para sancionarlos… no se espera en
absoluto `corregir´ a los presos políticos”.30
Por las razones indicadas, de Ípola duda que “la figura arquitectural del Panóptico
de Bentham corresponda al funcionamiento de la cárcel política. En efecto el panóptico
tiene, entre otras cosas, un papel disuasivo respecto a la tentación de transgredir las
normas: es que, aunque invisible, la vigilancia que ejerce sobre los internos no es en
modo alguno disimulada. En cambio, el dispositivo de la prisión política parece más bien
tender a maximizar las oportunidades de castigar a los detenidos. Por ello, los
mecanismos de supervisión y control, aunque tan minuciosos como los del panóptico, son
mucho menos ostensibles y ´aparatosos`. El método de vigilancia es deliberadamente
´artesanal` y se basa sobre todo en la multiplicación inusitada de guardiacárceles y
celadores activamente silenciosos”.31 Verbigracia, un ex preso político de Coronda
cuenta que los guardiacárceles “espiaban permanentemente por la mirilla…hasta se
28 De Ípola, Emilio, “La bemba “, en: La bemba. Acerca del rumor carcelario y otros ensayos, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, pp. 19-20. 29 Idem, pp.24-25. 30 Idem, pp. 28-29. 31 de Ípola p. 29, cita 19.
ponían alpargatas para no hacer ruido cuando entraban. Era un silencio absoluto, en el
pabellón tenía que reinar un silencio absoluto”.32
Una de las novedades más importantes en la vida de la cárcel corondina,
vinculadas con la acción que desde el Estado se efectúa sobre el clasismo dentro del
mundo de los trabajadores del cordón industrial del Paraná –resultado de las políticas
desarrollistas aplicadas en la provincia en los ´60- es la llegada de dirigentes obreros y
militantes políticos de Villa Constitución en marzo de 1975. Consideramos que el
despliegue de prácticas sobre el mundo sindical no peronista, como en el caso de Villa
Constitución, no deja de ser una oportunidad para cruzar dos cuestiones: las
transformaciones en el mundo del trabajo como efectos del desarrollismo en el cordón
industrial del Paraná y un Estado cada vez más coercitivo. Paralelamente, entre febrero
y mayo llegan dos tandas de entre 10 y 12 nuevos detenidos de Santa Fe, pertenecientes
a la JUP y al PRT. Como consecuencia a partir de ese momento se habilita el pabellón 5
para la reclusión exclusiva de los detenidos políticos y la separación con los “comunes”.
En relación con la intervención que el Estado realiza sobre los sectores obreros
clasistas sólo nos detendremos en cómo las formas represivas van cristalizando. En
marzo de 1975 se lleva a cabo un operativo sobre “la serpiente roja del Paraná”: Zárate,
Campana, San Nicolás, Villa Constitución, Rosario y otras ciudades industriales del norte,
como Puerto San Martín, Granadero Baigorria y San Lorenzo. Particularmente el 20 de
marzo Villa Constitución fue prácticamente sitiada y ocupada por el aparato represivo
estatal y paramilitar:
“El operativo involucró a cerca de 4000 efectivos, de la policía federal y provincial, los
Pumas, la Gendarmería Nacional, la SIDE y miembros de la derechista Juventud Sindical
Peronista, que pertenecían la Ministerio de Bienestar Social. El operativo fue reforzado por
fuerzas aéreas y fluviales, helicópteros y barcos de la Prefectura Naval. Aunque la decisión de
montar el operativo fue tomada por el Estado después de una reunión de gabinete, contaba con
el apoyo del Director de Acindar, José Alfredo Martínez de Hoz, y el secreto consentimiento de
Lorenzo Miguel, el líder sindical de la UOM”. (…) … líderes y militantes sindicales fueron
violentamente llevados desde sus casas a los cuarteles de policía de Villa Constitución y San
Nicolás. Desde allí fueron transportados a Rosario, luego a la prisión de Coronda”.33
32 Entrevista realizada a “José” por Gisela Turturici, Coronda, agosto 2006. 33 María Cecilia Cangiano, “¡Y Villa se volvió marrón!”, en: Ernesto Rodríguez y Oscar Videla (comps.), El Villazo. La experiencia de una ciudad y su movimiento obrero, Tomo I, Rosario, Revista Historia Regional-Libros, 1999, p. 138. La autora en la cita 27 expresa: “Los testimonios de los arrestos enfatizaron que la violencia y el trato inhumano eran corrientes. Los efectivos armados irrumpían en las casas de los trabajadores, enfrentando a sus familias. Se llevaban a los prisioneros con los ojos cubiertos y los llevaban a los cuarteles de policía donde eran golpeados, torturados e interrogados. Luego eran transferidos a Rosario en autos policiales atestados”.
El operativo buscó contener la acción del sindicalismo clasista de tal manera que
la burocracia sindical de tradición peronista vuelva a hegemonizar la dirección de las
estructuras sindicales. Los trabajadores de la región fueron reprimidos por ser, para el
PEN, el centro generador de un complot cuyas características y objetivos consistía en
paralizar la producción industrial.34
Con el ingreso de aproximadamente 80 detenidos de Villa Constitución,35 se
producen algunas innovaciones significativas en la vida carcelaria. Por un lado, “para
mantener la moral alta entre las bases, los delegados organizaron visitas colectivas a los
dirigentes en prisión. Una vez que obró en el conocimiento público que los obreros
arrestados estaban en la cárcel de Coronda…se organizaron visitas… Como si se tratara
de una peregrinación religiosa, esas visitas se transformaron en un ritual colectivo que
sirvió para reforzar los lazos de solidaridad”.36 Por otro lado, se forma “la primera
estructura interna de conducción política unificada -Comisión Interna- en el penal: la
misma es reconocida como autoridad política de los presos políticos por las propias
autoridades del Penal (Dirección General de Institutos Penales de la Provincia)”.37 La
comisión estaba formada por dos representantes de los sindicalistas de Villa
Constitución, uno por el PRT, uno por Montoneros y otro por el Poder Obrero.
El Director General de Institutos Penales era, desde mayo de 1974, César Raúl
Tabares, abogado laborista que había sido asesor del ministro de gobierno Rosúa y luego
interventor de la U-3 de Rosario entre julio y septiembre de 1973. Su gestión como
Director Provincial se extiende desde el 27/05/1974 hasta el 17/09/1975, día en que es
aceptada su renuncia. Según su familia, la decisión se produce al no tener el apoyo del
gobierno, luego de que su casa fuera tiroteada y él fuera amenazado por la Triple A, por
negarse a someter a los detenidos de Villa Constitución a un régimen riguroso, al
considerarlos presos políticos y al no avalar sus detenciones.38 No parece ser este el
registro de un ex miembro del servicio penitenciario: “…los cambios en el régimen
penitenciario vigente, no guardan ningún tipo de relación con el cambio de autoridades
34 Cf. comunicado del PEN, marzo 1975, en: Viano, Cristina, “Una ciudad movilizada (1966-1976)”, op. cit., p. 105. 35 “… entre marzo del 75 con la intervención de la seccional y marzo del 76 con el golpe militar, por Coronda pasamos alrededor de 300 compañeros de Villa”. María Cecilia Cangiano, “¡Y Villa se volvió marrón!”, op. cit., p.111. 36 María Cecilia Cangiano, “Se resistía en todas partes”, en: Ernesto Rodríguez y Oscar Videla (compiladores), El Villazo. La experiencia de una ciudad y su movimiento obrero, op. cit., p. 151. 37 Ricciardino, César, La resistencia de los presos políticos en la cárcel de Coronda: 1975-1979, op. cit., p. 82. 38 Cf. entrevista realizada por Norma Ledesma y Mariela Domínguez a la esposa e hija de César Tabares: Alicia María Ferrero y Julieta Tabares, Rosario, septiembre 2006 y Carta de Lectores “La cárcel de Coronda”, La Capital, 25/05/ 2005 firmada por Federico, Leandro, Julieta Tabares y Alicia Ferrero.
del Instituto Correccional. (…) Estos detenidos (políticos) estaban sujetos al mismo
régimen que el resto de los internos del Instituto.39
Los ex detenidos políticos de Coronda resaltan la política humanitaria que Tabares
tuvo con ellos. Victorio Paulón, dirigente de la UOM de Villa Constitución, se refiere a
aquél como “un compañero” y “militante popular”. Luego de aceptada su renuncia
vuelve a trabajar como abogado, y en enero de 1977 es secuestrado-desaparecido en
Rosario por el grupo de Agustín Feced (organizador de la SIDE en la región Litoral, luego
titular de la URII de Policía con sede en Rosario).
En octubre del ´75 comenzaron a reducirse los beneficios en el régimen de vida:
se cancelan las visitas de contacto en el patio con los familiares, se prohíben los
deportes, se restringen los horarios de los recreos (de 8 a 4 horas por día). Esa Comisión
Interna fue el origen de lo que entre noviembre y diciembre de ese año se constituiría
como la “Tripa”, esta fue la “denominación interna y en la jerga que tuvo la conducción
tripartita donde convergían representantes de las tres organizaciones políticas
mayoritarias: Montoneros, PRT y Partido Obrero”. 40
El 17/12/1975 las FFAA se hacen cargo de la dirección de los penales:
“Primero fue la suspensión de correspondencia y visitas. Sólo nos dejaron dos visitas a la
vieja usanza, con carácter extraordinario, para Navidad y para Año Nuevo. Recién en febrero
empezó un régimen de visita individual de una hora, cualquier día de la semana, en la oficina de
la conserjería. Se suspendió…el ingreso de libros, diarios y revistas; no nos quitaron los que ya
teníamos, que siguieron circulando organizadamente hasta su posterior prohibición absoluta. (…)
El cambio entre una situación y otra no sería abrupto. De a poco nos fueron presionando,
convirtiendo al Penal Modelo en laboratorio de destrucción física y psíquica”.41
En concomitancia con lo expresado por la memoria de los ex-detenidos, viene a
colación un documento del Estado. Ya el sistema penitenciario santafesino bajo el
control del Ejército Argentino llegan en enero de 1976 las Disposiciones
complementarias del decreto 5015/68 (Detenidos a disposición del PEN). Este decreto
dispone y complementa el decreto 2023/74 (Procesados y condenados de máxima
peligrosidad). Con respecto a los derechos de los detenidos se contemplan utilizar la
biblioteca de la unidad y recibir mensualmente hasta 3 libros. El diagrama de
actividades estaba organizado con un cronograma en tiempos más limitados. El anexo 4
hacía referencia, por ejemplo, a las correspondencias mientras que el anexo 5 enumera
las revistas autorizadas clasificadas temáticamente.
39 Entrevista realizada a “Luis” por Mariela Domínguez; septiembre 2006. 40 En la política extramuros en 1975 se producía el acercamiento de Montoneros con el PRT-ERP para la constitución de la Organización para la Liberación de la Argentina (OLA). 41 Obra Colectiva Testimonial, Del otro lado de la mirilla, op. cit., p. 103.
Desde la perspectiva de ex miembros del sistema penitenciario por aquellos años
en la Unidad 1 había un orden perfecto que se añora:
“…no había esa compatibilidad del interno con el empleado, es decir, pero era un orden
perfecto, hasta muchos años después que yo entré… No existían los líos que hay ahora… El
interno era el interno y el empleado era el empleado, es decir, existía un respeto…(…) No se
usaban los castigos corporales, mentira todo lo que dicen de que se pegaba, se garroteaba, no
mentira eso, ahí se usaba un sanción disciplinaria, como se le hace a un chico o te quedas sin el
fútbol o te quedas sin televisión, tantos días una semana…, bueno a partir de ahí se sacó todo y
hoy es un viva la pepa, porque es un viva la pepa”.42
El día del golpe en Coronda había aproximadamente 120 detenidos. Su
pertenencia política era heterogénea, los grupos más numerosos pertenecían a
Montoneros, PRT-ERP y Organización Comunista Poder Obrero. Desde la memoria de los
ex detenidos resulta interesante esta autoevaluación: “Nosotros caímos ahí, porque
estuvimos comprometidos con un determinado proyecto político. Si no, caés en una
banalidad: ¡la de presentar a los protagonistas como pobres tipos a los que le pasaron
todas porque, pobrecitos!!! No entendían el mundo!!!... Lo nuestro es otra cosa”.43
Como hemos intentado sistematizar en este trabajo, para marzo de 1976 el Estado
ya había desplegado su larga, y obviamente no invisible, mano coercitiva.
¿Un lugar de la memoria?
En enero de 1992, faltando más de un año para el cumplimiento del sexagésimo
aniversario del inicio de las actividades del Instituto Correccional, ingresa a la cámara
de diputados de la provincia el expediente Nº 546 que contiene un proyecto de ley. Éste
en su artículo 1 señala: “Impónese el nombre de `Doctor César Raúl Tabares´ a la Cárcel
Modelo Unidad I de Coronda”. Los diputados que firman el proyecto, ambos
pertenecientes al partido justicialista, son Julio Eduardo Eggimann y Rubén Héctor
Dunda, vicepresidente primero de la cámara.44 En la presentación del proyecto se
señalan los argumentos de la propuesta y que, consideramos, merecen citarse:
“El Doctor César Raúl Tabares fue un militante de la Juventud Peronista de Rosario.
A muy poco tiempo de haberse recibido de abogado, fue llamado por el gobierno popular
de 1973 a ejercer la función de Director de la Cárcel de Encausados de Rosario.
42 Entrevista realizada a “Juan” por Verónica Jahuare, Coronda, octubre 2006. 43 Obra Colectiva Testimonial, Del otro lado de la mirilla, op. cit., p. 53. 44 En esos momentos el gobierno provincial estaba ejercido por Carlos Reutemann, y en ambas cámaras, el peronismo era mayoría. Este partido gobierna la provincia desde diciembre de 1983.
Su excelente desempeño…hizo que se pensara en él para ocupar la Dirección de Institutos
Penales. Desde allí desarrolló una ímproba labor para hacer efectivo el precepto constitucional,
según el cual las cárceles `serán sanas y limpias…´.
César Raúl Tabares fue un auténtico defensor de los derechos humanos.
Por eso su existencia física no podía ser tolerada… …fue secuestrado el 6 de enero de
1977…a los treinta y tres años de edad, y es uno de los miles de desaparecidos que nos dejara la
dictadura militar.
Por tales motivos, solicito que…la cámara de Diputados apruebe el presente proyecto de
ley, rindiendo el merecido homenaje a César Raúl Tabares de imponerle su nombre a la Cárcel
Modelo de Coronda”.45
El trámite legislativo sigue su curso. El 6 de agosto recibe media sanción de la
cámara de diputados, y el 20 del mismo mes procede de igual manera la cámara de
senadores. Finalmente, en noviembre de 1992 el proyecto se convierte en ley Nº 10858.
¿Por qué detener la mirada en este proyecto de ley? Estimamos que el mismo
puede interpelarse desde la perspectiva que nos propone Pierre Nora: los lugares de la
memoria como forma de inteligibilidad de la Historia. El Instituto Correccional puede
evaluarse como un caso en el que una de las memorias lleva a cabo un acto de conquista
de un lugar geográficamente localizado al que se convierte en objeto de aquella
conquista.46 Un objeto que puede ser ocasión para detectar el cruce entre la
instrumentalización del pasado desde el presente y el proceso de rememorización como
acto político de los actores del presente.
La institucionalización de “Doctor César Raúl Tabares” al Instituto Correccional
nos instala en la tensión que rodea a los lugares de la memoria como talleres en los que
no sólo se puede articular el vínculo entre memoria e historia sino también su condición
de sitios para la formulación de nuevas preguntas en torno de ellos, o de las cargas
simbólicas y valorativas que llevan consigo, y que a su vez hacen posible la construcción
de la memoria colectiva.
Más aún, los aniversarios organizados a partir de décadas y la carga simbólica de
los años terminados en cero adquieren el carácter de ocasión para la preocupación por
la memoria lo cual evidencia, a su vez, la inconstancia e intermitencia de la misma.
Pero además la memoria es un campo de conflicto por su condición de fenómeno
múltiple y escasamente homogéneo pero potencialmente hegemónico. Por esto las
“memorias” manifiestan la presencia de grupos cuyos integrantes (o al menos algunos de
45 Archivo de la Legislatura, Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, expediente 546, 10/01/1992. 46 Cf. Héctor Schmucler, “La inquietante relación entre lugares y memorias”, en: www.memoriaabierta.org.ar
ellos) recuerdan y comparten cierta lectura rememoradora de ese pasado a partir de la
cual promueven lugares de la memoria que terminan imponiendo (junto a sus recuerdos)
al resto. En el caso que estamos analizando, un sector del peronismo, en realidad, el
diputado Dunda (la primera persona del singular surge al final del proyecto) del partido
que en ese momento es oficialismo, impulsa una operación sobre el pasado pero también
sobre el presente al instituir un lugar: el bautismo del Instituto Correccional.47 La
memoria, como fenómeno privado y particular, de algunos actores se transforma en
fenómeno público, y adquiere, particularmente, el carácter de objeto defendido desde
poder, en este caso, dentro de las instancias legislativas en donde el justicialismo
resuelve exitosamente su operación sobre el pasado.
En nuestro trabajo con las fuentes hemos confirmado un dato que marca una
diferencia entre memoria e historia: Tabares nunca fue Director del Instituto
Correccional. ¿Por qué la memoria de algunos actores insiste en hacerle cumplir ese rol?
Resultan oportunas estas palabras de Pierre Nora: “La memoria es el recuerdo de un
pasado vivido o imaginado. (…) La memoria depende de gran parte de lo mágico y sólo
acepta informaciones que le convienen”.48
En busca de alguna respuesta a aquél interrogante podemos considerar que
Tabares, militante del peronismo, habrá tenido que desempeñar un rol complejo como
Director General del Servicio Penitenciario al calor de las innovaciones de la población
carcelaria, en el caso particular de Coronda que comenzó a alojar a detenidos políticos,
en el contexto de un proceso de construcción de nuevos dispositivos legales para
enfrentar a la subversión, evaluada como el enemigo inobjetable de la nación. Los
testimonios consideran que Tabares trató de evitar la aplicación de nuevos parámetros
de disciplina a los internos. No obstante las novedades que se iban produciendo
desplegaban una nueva agenda de cuestiones. En febrero de 1975 en despacho 27/75
dirigido al subsecretario de justicia y culto, Tabares realiza una descripción de la
situación penal de la provincia:
“Nuestros institutos penitenciarios alojan actualmente internos a disposición de la
Justicia Federal y a quienes se les instruye causas para determinar su responsabilidad en la
consumación de hechos subversivos…
47 “Fue Dunda quien me pregunto a mi, si estaría de acuerdo en el proyecto para poner el nombre de César a la cárcel de Coronda o a la escuela de policía de Rosario, yo le dije “que no a la escuela de policía definitivamente, no”, la cárcel de Coronda fue un lugar muy querido para él, donde puso en práctica sus proyectos en beneficios a los internos, y bueno lo charlamos con mis hijos y en ese momento me pareció que sí era un reconocimiento que algún lugar llevara su nombre y algo más abarcativo, un desaparecido como un símbolo y dijimos que sí”. Entrevista realizada por Norma Ledesma y Mariela Domínguez a la esposa e hija de César Raúl Tabares: Alicia María Ferrero y Julieta Tabares, Rosario, septiembre de 2006. 48 Pierre Nora, “No hay que confundir memoria con historia”, en La Nación, 15/03/2006.
La permanencia en nuestras esferas de elementos de reconocida peligrosidad y audacia,
preocupa sensiblemente a esta Dirección General, por cuanto en forma permanente debe
mantenerse en el sector penal, extremas medidas de vigilancia con el objeto de evitar la
eventual alteración del orden, la disciplina, la seguridad y muy en particular, soslayar por todos
los medios que trasunte en los círculos formados por los internos imputados de delitos comunes,
el habitual adoctrinamiento respecto de motines o fugas que caracteriza a los integrantes de
estas células…; no obstante que prevalecen las referidas medidas precautorias, debemos tener
en cuenta que la sagacidad evidenciada por estos internos, podrían desbordar sus límites y
provocar sucesos inciertos, que sin lugar a dudas derivarían en graves consecuencias.
Con lo expuesto, deseo significar a S.S., la conveniencia de derivar a los internos aludidos
a unidades sometidas a la jurisdicción nacional…”.49
Tabares evalúa negativamente la presencia de los detenidos políticos y propone su
traslado a la jurisdicción nacional: aparece aquí la evaluación del propio Tabares algo
distinta de lo que la memoria registra ya que califica a los detenidos políticos como
“elementos de reconocida peligrosidad y audacia”. No obstante, los matices siguen
apareciendo. En la segunda mitad de 1975 el proceso de derechización del peronismo
también se observa en la provincia. Se producen cambios en el gabinete provincial,
incluida la salida del ministro de gobierno Rosúa y la presencia de la Triple A se
cristaliza. En este contexto, la situación del Director queda a la deriva. Su pertenencia a
otro sector del movimiento, la Juventud Peronista, habrá ubicado a Tabares en una
doble tensión: entre las tendencias intraperonistas y las cualidades cada vez más
coercitivas del Estado de excepción. La situación de Tabares se complejiza:
“…ponen una bomba en Santa Fe al subdirector de la cárcel que yo no recuerdo y a
nosotros nos tirotean la casa en Rosario. A él le llega una carta de la Triple A, fue un viernes,
estábamos durmiendo, entonces nos lleva a la casa de mis padres a Cañada Rosquín, se instala
en la cárcel de Coronda como lugar de resistencia, sintiéndose más seguro ahí, ya que en Santa
Fe el lugar donde el vivía o en la casa donde estábamos se sentía vulnerable con lo que
estábamos pasando. Por esto le pide al ministro de gobierno… ( ya no era Rosúa), y le pregunta
que va a pasar, si lo va a apoyar, éste le dice que no, que no puede, que se quede tranquilo y
que haga lo que le piden. Él no quería eso”.50
Sin contención por parte del gobierno, Tabares renuncia en septiembre de 1975 al
cargo de Director General y retoma su actividad profesional. En enero de 1977 es
49 Despacho 27/75, Archivo de Dirección General del Servicio Penitenciario de la Provincia de Santa Fe. 50 Entrevista realizada por Norma Ledesma y Mariela Domínguez a la esposa e hija de César Raúl Tabares: Alicia María Ferrero y Julieta Tabares, Rosario, septiembre de 2006. Cf. Carlos Del Frade, El Litoral, 30 años después, op. cit., p. 313.
secuestrado en las calles de Rosario, figurando desde entonces en la lista de
desaparecidos del área del Segundo Cuerpo de Ejército.
El proyecto Dunda y la memoria de los diputados que acompañan la iniciativa
legislativa parecen no tener en cuenta que la situación de Tabares se vuelve
problemática durante el gobierno democrático, con anterioridad al golpe y a su
detención-desaparición. La derechización en el período isabelino, la acción de la Triple
A, las innovaciones en el Estado para lograr la reproducción de la dominación, la lógica
de la violencia por sobre la política… Tabares es un desaparecido de la dictadura pero
que venía siendo un perseguido o marcado (figura que también caracterizó a los ´70
como el sobreviviente o el caído en combate) por la Triple A durante el gobierno
peronista, escogiendo, vaya paradoja, al Instituto Correccional de Coronda como lugar
de protección frente a la acción de la organización paramilitar. La figura del
desaparecido se lleva el centro de la escena por su propia esencia de ausencia de
clausura, pero también está la del perseguido por la acción parapolicial. Tabares se
refugia en una cárcel que ya alojaba a detenidos políticos blanqueados provenientes del
mismo peronismo y de otras organizaciones de la nueva izquierda. En esta institución del
aparato represivo de un Estado que exhibe cada vez más claramente sus atributos
coercitivos, se mezclan los matices del encierro como refugio y como reclusión.
Schmucler sostiene que “no hay lugar que por sí recuerde algo. No hay
prospectivamente un lugar que por su sola presencia evoque algo o traiga algo a la
memoria. (…) Serían infinitos los casos en que los espacios perduran y la memoria se ha
diluido. (…) Los espacios por sí no dicen nada”.51 Cuando se pregunta en Coronda por
César Raúl Tabares algunos responden que “fue director de la cárcel”, otros que “no
saben quién fue”, lo cual potencia al lugar de la memoria como lugar de la pregunta. El
actual nombre del Instituto Correccional se ha convertido en oportunidad para
reflexionar, una vez más, sobre nuestra historia reciente, su inteligibilidad y las
fragilidades de la memoria.
51 Héctor Schmucler, “La inquietante relación entre lugares y memorias”, op. cit.
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Anexos Entrevista a “Bautista”, ex detenido político en Coronda.
P: ¿Cómo y cuándo se produce su ingreso al Instituto Correccional? ¿Qué edad tenía en al
momento de su ingreso?
R: Me detuvieron el 14 de Octubre de 1975 en Rafaela, digamos después paso a la Alcaldía de
Rafaela derivándome mas tarde a la Alcaldía de Santa Fe el 22 de Octubre me ponen a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional pero como tenía diecisiete años no me dan el ingreso a
Coronda hasta haber cumplido los 18 años. Así el 1º de Febrero de 1976 cumplo los dieciocho y
entro el cinco o seis de Febrero de 76´. Éramos alrededor de ciento treinta presos políticos y
alojados en el pabellón número 5, creo que los primeros presos eran del año 1974 me parece de
la segunda época porque algunos murieron algunos en la dictadura militar anterior.
P: ¿Cómo era el funcionamiento del Instituto Correccional en el momento de su ingreso?
R: Había ocurrido un suceso de protesta de levantamiento, la famosa tarreada, el 5 de Octubre,
que los compañeros, por una serie de reivindicaciones pedían específicamente, yo no se porque
no estaba pero por comentario empezó como apretarse el sistema, de cualquier manera al
momento del Golpe de 76 nosotros teníamos recreo mañana y tarde, salíamos todos juntos,
contábamos con libros , radios, ingreso de diario, no, sí cartas, podíamos enviar y recibir
también visitas, no un régimen dentro de todo comparando con lo que vino después. El proceso
de Coronda empezó a apretarse en Abril o Mayo hicieron un requisa muy profunda nos sacaron
todo, nos dejaron con dos muda de ropa, sacaron libros, materiales para escribir , birome,
papeles, prohibieron las cartas, las visitas estuvieron suspendida por un año y medio, cambiando
también el régimen de recreo empezando a salir por alas, el pabellón estaba divido en dos alas y
de ahí en más la experiencia , de Coronda es única en Argentina comparando con todas las
cárceles porque el proceso represivo fue in creciendo al contrario de otras experiencia
carcelaria que fue más o menos dura en el 76´ después empezó a aflojar.
P: ¿En Coronda fue todo lo contrario?
R: Sí, el 22 de Agosto se hace cargo de la cárcel Gendarmería Nacional, directamente de todo, la
parte operativa, la guardia externa del muro y después tiene incidencia directa sobre el
tratamiento con nosotros, los presos político, con la cantidad de caída que empieza haber con la
dictadura en adelante se habilita el pabellón 3 y 6, hubo algunas modificaciones, algunos
traslados y en una oportunidades estuvimos alojado en el pabellón número 1, 3 y 5, llegamos
hacer entre mil cien, en el libro el periscopio está con precisión la cantidad de presos.
P: ¿Qué cambios se dieron entre 1974 y 1976 en el Instituto Correccional en el régimen del
funcionamiento? Si hubiese cambios, ¿cuáles fueron? ¿Los cambios a que hace referencia guardan
relación con la modificación en la dirección con relación con el Instituto correccional?
R: Sí, de la asunción de Gendarmería Nacional particularmente, creo que hubieron tres
direcciones, Sirone, Bermúdez y después Kushidonchi, la cárcel prácticamente es levantada con
todos, nos trasladan en Abril o Mayo del 1979 una semana después de la huelga de la CUTA, nos
llevan a la cárcel de Caseros en Buenos Aires, inaugurándola, la que hoy la están por demoler.
Creo que quedan diez presos políticos en Coronda, Pancho es uno de los que quedó, el propósito
de la movida del traslado en Coronda anticipándose a la llegada en Argentina de la comisión
Interamericana de los Derechos Humanos, porque ahí había mucho para contar sobre todo el
proceso represivo interno, me acuerdo sobre la entrevista de la Cruz Roja que nos venía a visitar
una o dos veces al año, estos tipos recorrían las cárceles del mundo y nos decía que nuestras
condiciones de vida en Coronda eran parecida a la de los presos palestinos, entonces para
nosotros era un orgullo.
P: ¿Si hubiera habido modificación en la población interna se estableció algún tipo de régimen
carcelario diferente según los grupos internos?
R: Si, tanto en el Periscopio como en este libro mió, hay referencia de parte de las autoridades
del penal de Gendarmería Nacional que metaforizaban con que el pabellón 5 eran los
irrecuperables era el pabellón del infierno, el pabellón 3 de transición, era el purgatorio y el
pabellón 9 era del cielo y en realidad las grandes modificaciones en el régimen de vida no
existían ,yo sé que en una oportunidad a la gente del 1 tenían una hora de televisión a la noche,
bueno que tenía un poquito más de visitas y en el pabellón tres les dejaban entrar el Patorusito,
le vendían una caja más de fósforo y un pote de dulce de leche, las diferencias eran
insignificantes. En realidad todo el sistema represivo que monta el Segundo cuerpo de Coronda
está direccionado al quiebre psicológico, al quiebre de las subjetividades. Bueno lo interesado
de toda las experiencias de Coronda también comparando con otras cárceles argentina de la
época es el sistema de resistencia que nosotros fuimos elaborando, pensando y construyendo a lo
largo de todos estos años y tal vez la referencia del famoso helenismo.
P: ¿En el período que estamos analizando se produce el ingreso de personas detenidas por
cuestiones políticas? Si esto fuera así, me tengo que remitir a la 5.
R: Sí, en los presos comunes y políticos las diferencias se dan abismalmente porque los comunes
tenían un régimen de visita diferente los domingos, trabajo o salían a trabajar, realizaban
deportes(fútbol), veían televisión y el trato por supuesto era totalmente diferente al nuestro,
pero previo al golpe del 75 a la Tarreada creo que las visitas eran más amplias todos el domingo
inclusive tenían visitas higiénicas siendo su tratamiento diferente o parecido a los de los presos
comunes pero esto fue hasta Octubre del 1975.
P: ¿En ese momento cuándo usted estuvo ahí estaba Tabares?
R: No, Tabares creo que fue Director de la cárcel en el período democrático pero no te puedo
asegurar. Actualmente está desaparecido. Hasta octubre del 75´. El que estuvo fue el actual
diputado provincial Purone y cae como militante de la J.P. en Coronda. Fue a principio de 1975,
en ese momento uno lo vivió estando dentro de la cárcel.
P: ¿Cuándo usted fue detenido en Rafaela, que situación era la suya?
R: Yo, era estudiante secundario, en realidad siempre tuve militancia, desde 1970-1971, ingrese
a la política muy joven, trabajando en los barrios, militante de la J.P., en esas ciudades
relativamente chicas uno hace de todo un poco, yo caigo en octubre de 1975, mientras teníamos
un trabajo estudiantil, medio que ya lo habíamos levantado porque ya venían medidas represivas
muy fuertes, en las escuelas secundarias en las universidades, los chicos de la UTN, y chicos del
profesorado de Rafaela, en realidad eran pocos militantes colaterales a nuestro trabajo, pero
hubo un desarrollo de la militancia secundaria muy importante , no solo de la JP sino también de
los guevarista, los radicales, teníamos un trabajo de territorio, de vecinales muy importantes.
P: El trabajo que ustedes realizaban, ¿fue porque estaban en contra del gobierno del momento
en Rafaela siendo esta una ciudad chica?
R: Rafaela era la tercera ciudad de la provincia, había un alto desarrollo industrial importante y
se caracterizaba por ser la ciudad más vieja en militancia política de la JP, habían salido los
primeros militantes en los año 1962-1963, después un fuerte desarrollo de todo el movimiento de
la teología de la liberación, o los tercermundista, el obispado comparable a Angeleli, lo que paso
que no tuvo historia, vaya ha saber por qué circunstancia histórica la reivindicación y homenaje.
El obispado de Rafaela era muy comprometido con la teología de la liberación no sólo el obispo
sino también un grupo de sacerdotes y gran cantidad de la militancia política de esos años.
Surgimos de los grupos cristianos católicos, siendo un grupo de complemento integrando la
tradicional JP. Sindicatos y grupos de jóvenes salimos de esa militancia cristiana revolucionaria.
P: ¿Cómo lo capturan?
R: Me capturan porque era militante político hacía mucho tiempo y era la cara visible de la JP y
del movimiento estudiantil, estaba organizados como una asociación de sindicatos de
estudiantes secundarios AES, ahí confluían todas las agrupaciones políticas. Cada una hacía
trabajos pero se había logrado una articulación que en pocos lugares de Argentina había pasado.
P: Cuando usted es llevado a Coronda, ¿con sus familiares cómo era el trato?
R: Estuvieron suspendidos las visitas un año y medio y se reanudaron en 1977, las visitas eran
cada 45 días y 15 minutos. Había un nuevo sistema de locutorio y no había contacto, lo
denominaban la fiambrera, se hacia por medio de un vidrio intermedio. Yo tomo el contacto con
mi mamá y ahí me entero que mi hermano había sido secuestrado, él era militante de la FUS en
Santa Fe, desaparecido en Córdoba, nunca se tuvo datos certeros de su fin.
A partir de ese momento y en esas condiciones nos trasladaron a Caseros, de ahí a La Plata y
salgo en libertad el 22 de noviembre de 1982, estuve siete años y un mes con libertad vigilada
hasta las elecciones del 30 de octubre de 1983 en total ocho años presos.
P: ¿Cómo era la atención médica?
R: Había un médico y un odontólogo, y el trato era muy bueno, eran personas que estudiaban la
situación, a veces nuestros compañeros se anotaban para ir al odontólogo, al médico no.
Después tuvimos cierta atención religiosa entre comillas, en varias oportunidades nos visitó
Zazpe,
ha hecho un papel fantástico, pero rodeado de curas que estaban vinculados a la fuerza de
seguridad, pero el propósito de él era visitarnos y darnos misa, después de una larga tarea y una
larga lucha con las autoridades penales logran que pudiera entrar el Nuevo Testamento porque
el Viejo Testamento era considerado un libro subversivo, así hemos tenido el Nuevo Testamento
, este era el material o libro que teníamos para leer. Tuvieron dos curas en Coronda, escuela no
había para los presos políticos, los comunes tenían escuela primaria y secundaria.
P: ¿Por qué fue tanta la represión, viviendo en un período democrático y siendo usted militante
de la JP?
R: Bueno (se ríe), en realidad a mi la democracia me toco un mes y medio, desde 5 y 6 de
febrero al 24 de marzo. Además hay que remitirse a todos los conflictos ya que Isabel
representaba a un proyecto de derecha, mano derecha ejecutora gubernamental dentro del
proyecto de la triple A, en realidad el terrorismo de Estado, con la recomposición de las Fuerzas
Armadas, junto a Videla, Arguindegui y compañía, o sea la represión extendida en Argentina ya
empieza a planificarse y te podría decir que desde el triunfo de Cámpora en el ´73, comienza a
consumarse y después de la matanza del 73 cuando retorna Perón ahí la confrontación interna
dentro del peronismo, en términos violentos atraviesa todo el período, en general el peronismo
había tres grandes grupos, con proyectos visibles, digamos, por un lado el bandolerismo, la
fuerza sindical, 62 organizaciones, CGT, etc. La fuerza de la llamada tendencia revolucionaria o
sea JP montonero, JUP por otro lado, un grupo que se decía ser la partidocracia del tradicional
peronismo y por otro lado todos los grupos de la ultra derecha vinculado con las fuerzas
represivas, eso era el peronismo, entonces había muertes todos los días, lo importante lo que
ustedes hacen, yo ya lo vengo planteando hace mucho tiempo, a propósito de desmontar un
mito, que está instado socialmente con el terrorismo de Estado empieza el 24 de marzo, y en
realidad, no es otro cosa que la continuidad formal a través de las estructuras gubernamentales
y estatales, pero todo el proceso de represión esta diavora, algunos diría que comienza con la
matanza de 52, época del peronismo, en Plaza de Mayo. Hay que entender que acá hubo luchas
revolucionarias e intento de reconstruir un país diferente, mayor justicia, mayor distribución de
ingresos, mayor libertad e igualdad, y hay otros sectores políticos sociales que defienden el
sistema capitalista en estas condiciones si no leemos esto a fondo nosotros decimos, éramos y
somos militantes revolucionarios de distintas agrupaciones de izquierda peronista, marxista,
trotskista, socialistas, queríamos hacer una revolución y eso vale la pena aclararlo porque
también a veces hacen una mirada romántica de los chicos, nosotros queríamos hacer un cambio
profundo y estructural de Argentina en el marco de lo que pasaba en el mundo y en América,
pero fracasamos.
P: ¿Cuándo usted fue detenido con qué carátula lo detuvieron? ¿Cómo militante?
R: Si, me pusieron a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, que era un poco la práctica
común, digamos, de acuerdo a la legislación de la Constitución Nacional en un estado de guerra,
o estado de sitio algo por el estilo, después tuve causas federales, por esto me hicieron tres
causas, dos salí absuelto, en otra tuve una condena de tres años, estando yo preso, y te
inventaban.
P: ¿Se puede saber cuál fue la primera causa?
R: Si, la primera causa estaba vinculada, con la toma del cuartel en Formosa, el 5 de octubre del
75 debido a que había una operación de montoneros, roban armas y aterrizan en Rafaela.
P: ¿Quedaron involucrados?
R: Involucrado no, involucrado en el sentido de que los militantes de la superficie necesitaban
justificar al sistema políticamente-encontramos a estos- inclusive mi nombre, como el gran jefe
de la guerrilla argentina, cuando me conocieron mis compañeros me cargaban ¿con 17 años mira
vos?
P: ¿Usted nada tuvo que ver con los presos políticos universitarios teniendo en cuenta la edad?
R: Cuando yo llego a la cárcel de Coronda éramos dos los más jóvenes, teníamos 18 años.
Después en la época de la dictadura cayeron más chicos tenían entre 14, 15 porque metían a
toda la familia presa y a los hijos en algún lado lo tenían que colocar. Por eso hay que hacer una
lectura de fondo político económico e histórico para poder salir de estos mitos de la sociedad, te
voy a leer algunas cosas que está escritas en el trabajo, que son algunos obstáculo que yo me
propongo de la mera recopilación de cadenas de recuerdos y anécdota, es decir después de 20,
30 años fuimos luchadores revolucionarios, nos juntamos a tomar café y a recordar, no es eso, ni
de rememoración conservadora, nos juntamos y vamos a tratar de reivindicar acciones, pasos,
huelgas, luchas, en un sentido descriptivo, lo que intento tratar de explicar profundamente esta
situación, se trata de superar y trascender en la biografía personales para poder penetrar en los
terrenos de la construcción de la imaginación simbólica de estos presos o nosotros intentando
esbozar una crítica a la política del terrorismo de Estado. También apunto sobre todo contra la
teoría de los dos demonios, y que creo que es el gran mito, de cual se desprende todos los otros
mitos, esta teoría inventada por Sábato, cierto intelectuales en un primer momento vinculado a
la dictadura y después de algún modo con el alfonsinismo llamémosle que pretender construir
una historiografía para cancelar el proceso histórico, si hubieron dos demonios , los demonios de
los milicos, los demonios de los guerrilleros, se mataron y la sociedad y los otros que éramos
tipos buenos democráticos, que se yo, miramos de afuera y nos salpicamos con sangre. Me
parece que hoy es muy importante hacer una reivindicación histórica porque la Secretaria de
Derechos Humanos de la Nación actual modificó el prologó “Nunca más”. Esta teoría del
demonio está muy instalada socialmente porque lo único que logra es desvincular a la sociedad,
yo no tuve nada que ver, yo no sabía nada, cuanta gente actualmente dice “yo no sabía nada”,
mira las atrocidades y en realidad no existe porque todos los tipos que vivían en ciudades
grandes conocían los movimientos políticos, es una especie de antiindulto de la sociedad, no
tener un compromiso respecto de lo ocurrido. Creo que los únicos que quedan indultados son los
más chicos y lo que no lo han vivido. La gente que tiene determinada edad no puede decir que
no y menos en Argentina en los 60 y 70 y pico que había un altísimo nivel de participación
política incomparable con otros países.
P: ¿Qué procedencia tenían los otros presos?
R: Haciendo más hincapié en los distintos lugares de procedencia de los presos corondinos a lo
largo de todo el período, primero fuente generadora de presos políticos fueron Rosario y Santa
Fe por los altísimos niveles de militancia universitaria, territorios, todos presos de la experiencia
llamada del villaje, esto fue en abril del 75, fue una de las primeras medidas represivas del
gobierno de Isabel, del bandolerismo y el ministerio de trabajo que coparon la ciudad de Villa
Constitución, detiene a todos los dirigentes de la lista marrón que era de la UOM, que van a
parar todos a Coronda.
Después cuando viene la dictadura en la comisión interna de fábricas en el cordón industrial
hasta el sur de la provincia de Santa Fe, San Lorenzo, Baigorria, Villa Constitución, todas las
comisiones obreras, cuerpos de delegados, todos llegan a Coronda. Muchos militantes del
interior de Santa Fe como Rafaela, Reconquista, Vera, Gálvez y los agrupados de presos políticos
de Entre Ríos, también son trasladados a Coronda.
P: ¿Por quién fue capturado, por gendarmería o por la policía de Rafaela?
R: Por la policía de Rafaela.
P: ¿La policía de quién acataba ordenes?
R: Acataba ordenes del Poder Ejecutivo de la Nación, había un sistema integrado, donde todas
las fuerzas represivas políticas, gendarmería y el propio ejército, la marina tenían un sistema
más o menos integrado de caza de militantes.
P: ¿En qué lugar fue detenido? ¿En su casa, o dentro del grupo que militaba?
R: No, fue en una casa, a altas hora de la noche, fui a visitar a un compañero, todo estaba
oscuro en el barrio, la policía me detuvo.
P: ¿Ustedes sabían que corrían esos peligros?
R: Si, pero lo que no estaba en el imaginario de la militancia, era el grado de represión en torno
a la figura del desaparecido, aunque hubo muchos de ellos en el período democrático, pero
pensamos que en la dictadura venía una virulencia mayor a la del onganiato, pero no con la
profunda abstención con la que se ejecutó, eso escapo de las perspectiva.
P: ¿Nunca imaginaron esto? ¿No?
R: No, nos imaginamos que iba a ser duro, como toda dictadura, iba a terminar no teniendo
legitimidad, encarcelamiento, tortura, por supuesto era razonable dentro de la lógica de ese
proceso, pero los altísimos niveles represivos y los campos de concentración, no estaban en
nuestros planes, la verdad.
P: ¿Cuándo estuvo detenido en la cárcel de Coronda, lo llevaron a los “chanchos”?
R: Si, a la celda de castigo, está dibujada en el libro. Mirando el libro, me explica, aparece una
celda donde vivían de a dos y representa un sistema que inventaron las flores, era un aparatito
que se llamaba periscopio, era un término de Foucault , panóptico para espiar a los guardias
internos y poder hablar dado que estaba prohibido todo, la escritura , etc. También usábamos el
inodoro como medio de comunicación, el resumidero y los agujeritos de las puertas, sacábamos
un aparatito construido con vidrio, o plástico, llamado periscopio montando un sistema contra
panóptico y en ese instante cuando no venían los guardia hablábamos de historia, economía,
historia de las revoluciones, chantábamos que también estaba prohibido, toda nuestra vida
estaba montado sobre este sistema. También inventamos un alfabeto para poder hablar con las
celdas de enfrente, Formamos barrios, le poníamos nombres funcionaba para satisfacer las
necesidades básicas como remedios, si alguno necesitaba algo, tabaco, jabón, etc.
P: ¿Actualmente sigue militando?
R: Sí, tengo militancia, no militancia política particular, no me convence ninguno, pero soy
docente universitario y he volcado toda esa fuerza militante en la educación, actividades
gremiales y sindicatos docentes en la provincia.
Entrevista realizada por Norma Ledesma; Paraná, septiembre 2006.
Entrevista a “Juan”, ex guardiacárcel de Coronda
Pregunta: ¿cómo y cuando se produce tu ingreso a la cárcel? ¿Y que edad tenías al momento del
ingreso?
Respuesta: 28 años y en el año 70.
P: ¿podes describir el funcionamiento del Instituto al momento de tu ingreso?
R: Describirlo ¿en qué sentido decís?
P: de cómo estaba organizado, como estaba dividido…
R: no existían divisiones, existían divisiones en este sentido, por ejemplo, sectores, guardia
armada y la guardia interna, esa era la división que había pero todo pertenecía a lo mismo, todo
era dentro del mismo servicio penitenciario; inclusive los talleres, todos dependían de cárcel, en
ese momento por ejemplo, no era IAPIP, era CAIP, que era Comisión Administrativa de Industrias
Penitenciarias, eso por un lado, todo granja, panadería, todo dependía de Servicio Penitenciario,
de cárcel.
P: entre el 74 y el 76. ¿Si hubo algún tipo de cambio en el régimen de funcionamiento? En cuanto
a los internos.
R: No, que yo me acuerde no, al contrario funcionaba, funcionaba, como te puedo decir, no
existían las peleas, las trifulcas, como ahora. Había alguna pelea muy esporádicamente, cuando
salían al campo de deportes, por ejemplo, pero no había muertos, no existía, muy distinta a
ahora era esa época.
P: entre el 74 y el 76. ¿Si hubo cambios o modificaciones de la población de la cárcel?
R: Empezó cada vez a venir mas gente, es decir, las otras cárceles quedaban chicas y en esta
había un espacio, en ese momento era para 900 internos mas o menos y se podía exceder en 10,
15 internos mas no.
P: ¿y cuando estimas vos que empezaron a llegar presos por cuestiones políticas?
R: Bueno, yo te voy a decir una cosa, acá, en el termino de años que yo estuve en la cárcel,
hubo gobiernos constitucionales y gobiernos de facto, todos los cambios existieron a partir
primero del cambio de gobierno, se supone que habiendo un gobierno que ha sido militar, no nos
olvidemos que acá estuvo, bueno no me puedo acordar quien fue el gobernador, que era militar
pero civil, pero eso no no, fíjate vos que fue más el cambio en el personal, porque te hablo del
año que yo entre hasta el momento existía una modalidad, un régimen distinto, es decir, no, no
había esa compatibilidad del interno con el empleado, es decir, pero era un orden perfecto,
hasta muchos años después que yo entré, señores que, alcaides que han sido de acá de Coronda.
No existían los líos que hay ahora, vamos a hablar en criollo, los quilombos que hay ahora. El
interno era el interno y el empleado era el empleado, es decir, existía un respeto, llegó un
momento que yo no sé si fue ya casi llegando al 80; quién mejor para calificar a un interno que
el celador de un pabellón, que convive con el interno que esta con el interno ¿qué mejor que
eso? Llegó un momento que o por los derechos humanos o por una serie de cosas que vinieron, se
cambio eso, una persona que nunca tuvo contacto con un preso, un interno, no podía calificarlo,
lo mismo existía el castigo y no corporal, esto es como si vos mañana vas a la escuela y te haces
la rabona y te dicen “bueno estas una semana sin televisión”, esa era la sanción que existía y
que se la daba el celador, también la sacaron, que por un A 12 llamaba observación y por otro
lado una fecha que se trataba de una semana sin televisión después podía salir al recreo todo
eso. Y así mismo existía el respeto pero después lo sacaron a eso o sea que el celador esta para
mirar nada más y el auxiliar del celador y el mismo celador salían afuera al patio con 100, 150
internos y lo respetaban, es más encontraban una chuza, si por casualidad alguno de estos
internos que le dicen batidores, venía y le decía “jefe fulano de tal tiene una chuza y está en tal
lugar” y vos ibas y la encontrabas, hoy por hoy hay cientos de chuzas ahí y el personal no está
atrás del interno caminando el pabellón continuamente como se hacía antes o saliendo al patio
con el interno para ver que es lo que pasaba, que es lo que hacía y existían más o menos los
mismo internos que hay ahora, pero de un momento a otro no sé si fue la política o porque,
como; no estoy con que no puedan tener un teléfono que se yo hoy tienen todas esas cosas,
tienen teléfono, tienen radio adentro, tienen una serie de cosas, pero esto no se si existe en
este país nada mas. Porque yo te hablo de la época de un Don Juan Borborato, de un Carlos
Pradotini, de… Te puedo nombrar un montonaso de jefes, Eustaquio Vergara, Paulino como se le
decía en la cárcel, pero un preso no le iba a decir “che” ni por joda lo iba a tutear y no se
usaban los castigos corporales, mentira todo lo que dicen de que se pegaba, se garroteaba, no
mentira eso, ahí se usaba un sanción disciplinaria, como se le hace a un chico o te quedas sin el
fútbol o te quedas sin televisión, tantos días una semana, diez día, bueno a partir de ahí se sacó
todo y hoy es un viva la pepa, porque es un viva la pepa.
P: Otra de las cosas, porque la idea es centrarnos es ese período 74/76 y suponiendo que hay
presos políticos, ¿si hubo alguna distinción en el régimen entre los internos comunes y los por
cuestiones políticas? En cuanto al régimen carcelario ¿Sí?
R: Claro, si hubo distinción, porque eso ya no dependía de la provincia, eso dependía del PEN,
Poder Ejecutivo Nacional, eso ya venía Gendarmería y venían con un sin fin de seguridad, es
decir, es más estaba tan distinta la cosa que el mismo empleado vivía bajo llave sin tener como
escapar, ni cosa que se parezca, con los internos pero tampoco acá en Coronda fue una cosa de
decir, por lo menos en lo que a mi respecta, dentro de lo que yo conozco, si en algún otro
sector, porque había 2 o 3 pabellones, existieron cosas raras, pero no no creo porque nos
enterábamos prácticamente de todo, no se podía hablar tampoco, entonces vivías lo mejor que
podías, tenias que hacer para vivir.
P: Entonces ¿vos decís que hubo un régimen distinto que tenia que ver con la presencia de
gendarmería?
R: Claro porque era un sector de la cárcel que estaba destinado a los presos políticos o
subversivos algunos, algún tirabombas como decían ellos, podía haber habido también. Yo te
aclaro, te digo una cosa, yo en la época que estuve preso político estaba Rossua, el que es
ministro de gobierno, Maguid, Bonino, Dunda pero como esos te puedo nombrar unos cuantos,
todos políticos pero si un tratamiento sano no, ellos mismos pueden corroborarlo si dicen una
cosa por la otra, están mintiendo, porque fue así, eso en lo que a mi respecta, de ahí en
adelante no.
P: Era mas o menos eso, si había habido cambio y si esos cambios tenían que ver con la dirección
del instituto
R: Cambio, si hubo un cambio era un poco mas, como te puedo decir, un poco mas estricto el
funcionamiento, porque hasta el empleado se tenía que limitar o bien ser un empleado como
querían ellos, eso del “verduguismo” que hubo acá en Coronda, como yo escucho por la
televisión o que escucho a los periodistas, acá en Coronda no existió nunca, no te dijo que por
ahí a alguno se le haya escapado, que se yo una cachetada, un.. no, no ni lo voy a afirmar ni lo
voy a desmentir pero que acá hubo represión, la represión que había era que estaban encerrado,
esa fue la represión, después otras cosas si macanudo tenían una cantidad determinada, por
ejemplo aquel que fumaba cigarrillos o de...
P: ¿Y estaban separados de los comunes?
R: Si, si.
P: ¿Desde siempre?
R: Desde el día en que llegaron salvo algunos que por orden, no sé, si fue del mismo Poder
Ejecutivo o del Gobierno de la Provincia pasaron a los pabellones de conducta, siempre en los
pabellones de conducta, nunca en un pabellón que hubiera delincuentes, delincuentes, como los
nombran. Acá, es más tomaron una cierta cantidad de empleados que los pasaron al sector ese
que dominaba gendarmería, a pesar de que era un solo comandante, el que era director de la
cárcel, pero dependíamos más de los alcaides, entonces el que estaba del ala, como se le llama
ala izquierda, ala derecha, estaba por ejemplo uno que era dominar, no vamos a decir dominar
sino a la orden de gendarmería y otro a la orden de los jefes de cárcel de servicio, pero tampoco
fue una cosa muy, el empleado en cierta forma se encontraba mejor, en ese sentido no por lo
que tenia que hacer,
que tenía que vivir encerrado sino en el trato, en la, como te puedo decir, vos te sentías con un
dolor en un dedo y gendarmería estaba al salto con un medico a controlarte todo, no pasaba
porque tenias que ir mire jefe.... no no. No me duele un dedo, haber él medico que lo vaya a
ver, si tenias necesidad de irte para tu casa ellos mismos te traían a tu casa, en ese sentido.
Después por el otro lado ya te dijo no hubo, dentro de lo que yo sé, no hubo así eso de la
represión acá en Coronda es mentira, tampoco puedo decir fueron unos santos porque no se que
hacían después cuando venían y trasladaban un interno de ahí en adelante ya no puedo decir
nada, pero nosotros estábamos ahí prácticamente como los presos.
Realizada por Verónica Jahuare, Coronda, octubre 2006.
Entrevista a la esposa e hija de César Raúl Tabares: Alicia María Ferrero y Julieta Tabares.
P: Tenemos entendido que entre mayo del ´74 y septiembre del ´75 César Tabares se
desempeñó como Director del Instituto Penales. ¿Podría UD. Hacer referencia a los motivos que
el gobierno provincial tenía para designar a César en ese cargo?
R: Si, César era abogado y cuando empieza el período democrático lo nombran asesor del
ministerio de gobierno. El ministro de gobierno era Rosúa como ahora. En un momento acá hubo
un motín en la cárcel de Rosario y él interviene como delegado de Rosua, este le pide que
intervenga, tiene una buena intervención, se soluciona el problema con los presos, no habían
destruido mucho y se interviene la cárcel. Rosúa le propone si él quería ser interventor, claro él
era una persona civil, no pertenecía al Instituto Penal, entonces fue interventor por un tiempo
más y tiene una buena relación con los presos, le gustaba mucho el trabajo, siempre pensando
que la cárcel era un lugar donde se podía hacer cosas importantes con los presos.
En el 74 designan al que era Director General del Instituto Penal a otro cargo y le piden a César
si querría tomar ese cargo, como le gustaba y habiendo tenido muy buen experiencia acepta y
de esa manera aplica las cosas que había pensado a todas las cárceles de la provincia de Santa
Fe.
P: ¿Tuvo usted conocimiento de los cambios que había experimentado el sistema carcelario o
algunas instituciones carcelarias en particular durante el período que fue interventor César?
R: En general trató de hacer cosas que estuvieran en todas las cárceles pero en Coronda en
particular, porque había una estructura que se prestaba para sus proyectos, volvió a poner en
funcionamiento los talleres que estaban totalmente cerrados, algunos no se pudieron porque no
estaban en condiciones para ser habilitados. Se reabrió la venta de la industria penitenciaria, y
se puso en funcionamiento la escuela secundaria que después se cerró de nuevo, esto fue unas
de las cosas más importantes. En las otras cárceles puso en funcionamiento el régimen de
estadía transitoria para que los internos pudieran estudiar o por tener buena conducta podían
salir a acá (Rosario) y seguir estudiando en las escuelas secundarias o universidades. En Coronda
era diferente porque no había universidades, en Santa Fe también se implemento en la cárcel de
mujeres. Además se hizo cosas por la salud de los presos, como poner en funcionamiento un
mejor sistema de salud en los distintos penales.
P: Nosotros tenemos conocimiento que a fines ´74 puntualmente comienza la llegada de
detenidos políticos al Instituto Correccional de Coronda. Nos interesaría saber si esto estaba en
conocimiento de César como director del Instituto Penal, ¿cuál fue su actitud al respecto?
R: Si, estaba en conocimiento que llegaron presos políticos por supuesto y muchos eran
conocidos o amigos, la llegada masiva de éstos eran de Villa Constitución, de Acindar.
Él se sentía muy mal por esta situación pero pensó que el podía dar una situación más cómoda y
de hecho no puso ninguna restricción, hablaba con ellos en sus pabellones, Paulón lo cuenta en
el libro Del otro lado de la mirilla, que el no lo llamaba y cuando lo hace se encuentran solos, se
abrazan y se largan a llorar, diciendo César “lo que es la vida…”
Fue muy duro porque yo lo encontré después en el gobierno democrático, luego de la dictadura,
contándome esto y me decía “yo estoy vivo y él está muerto”, eran amigos.
P: En relación a lo anterior, la incorporación de detenidos políticos en las unidades carcelarias
generó formas institucionales novedosas o distintas.
R: No, mientras estuvo César eso viene a raíz de la exigencia hacia él. Tenía que entregar la lista
de las visitas que venía a ver a los presos políticos y que debía de poner un régimen especial, no
permitirle salir de los pabellones por un determinado tiempo.
El dice que no va hacer eso porque son presos políticos y tenían más derechos que un preso
común constitucionalmente.
Esto, a la inversa comienza una serie de cuestiones entre las cuales ponen una bomba en Santa
Fe al subdirector de la cárcel que yo no recuerdo y a nosotros nos tirotean la casa en Rosario. A
él le llega una carta de la triple “A”, fue un viernes, estábamos durmiendo, entonces nos lleva a
la casa de mis padres a Cañada Rosquín, se instala en la cárcel de Coronda como lugar de
resistencia, sintiéndose más seguro ahí, ya que en Santa Fe el lugar donde el vivía o en la casa
donde estábamos se sentía vulnerable con lo que estábamos pasando.
Por esto le pide al ministro de gobierno que en ese momento (ya no era Rosúa), y le pregunta
que va a pasar, si lo va a apoyar, este le dice que no, que no puede, que se quede tranquilo y
que haga lo que le piden. Él no quería eso.
P: Piensa que existe algún tipo de vínculo entre el alejamiento de Tabares de los Institutos
Penales y su posterior desaparición en 1977? Además esta situación tiene relación con algún tipo
de militancia política de César durante esos años.
R: Si, estaba la amenaza de la triple”A”, el tiroteo a la casa, y después se da un impass, lo
dejaron tranquilo y yo le decía por qué no nos vamos, muchos compañeros se iban, ya se había
alejado de toda la actividad pública porque cuando renuncia vuelve a trabajar como abogado.
Yo tenía mucho miedo, y quería que nos fuésemos del país y comenzar una nueva vida pero él
decía que no porque no había hecho nada para que lo mataran, además no era militante de las
organizaciones armadas, el grupo nuestro no había entrado a Montoneros ya que éramos
peronistas y cuando éstos nos convocan en Rosario era una parte de la dirigencia de la JP, César
dice que no, a la lucha armada en camino, sintiéndose más seguro, por eso no quiso irse del
país.
P: Tenemos entendido que luego de 1983 se inició un proyecto para colocar el nombre de César
Tabares al Instituto Correccional de Coronda ¿Por qué en esta cárcel se coloca su nombre y
nunca fue director de la misma? ¿Por quienes y en qué momento fue usted consultada para llevar
a cabo esta iniciativa?
R: Bueno yo no sé, el proyecto surge por el Diputado Dunda, había sido amigo cuando eran
jóvenes.
Coronda era un poco el símbolo de las cosas que el había querido hacer.
Fue Dunda quien me pregunto a mi, si estaría de acuerdo en el proyecto para poner el nombre
de César a la cárcel de Coronda o a la escuela de policía de Rosario, yo le dije “que no a la
escuela de policía definitivamente, no”, la cárcel de Coronda fue un lugar muy querido para él,
donde puso en práctica sus proyectos en beneficios a los internos, y bueno lo charlamos con mis
hijos y en ese momento me pareció que sí era un reconocimiento que algún lugar llevara su
nombre y algo más abarcativo, un desaparecido como un símbolo y dijimos que sí. Ahora estoy
convencida que lo sacaría, mi hijo Leandro también, pediríamos que saquen el nombre pero mi
hijo Federico dice que debe dejarse y Julieta indecisa, si hubiésemos estado de acuerdo todos ya
se lo tendrá más.
Esta carta la que escribimos en relación a las muertes, pero ya habían pasado otras cosas,
siempre que aparece algo de la cárcel o aparecen fotos y con el nombre de él arriba, nos
entristece.
Nosotros hablamos con la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia y nos decía que ahí
había que hacer aclaraciones y poner una placa con los nombres de los desaparecidos e incluirlo
a él, pero nunca se hace nada y seguimos igual.
Entrevista realizada por Norma Ledesma y Mariela Domínguez; Rosario, septiembre de 2006.