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MAESTRIA EN INFORMATICA EDUCATIVA
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y DE LA INFORMACION
HERNAN ORTIZ TEJADA
INTRODUCCION
Desde que existió la humanidad, el objetivo primordial de la especie se centró en la
transmisión del conocimiento adquirido a través de la experiencia o repetición de
ciertas normas de conducta frente a diferentes circunstancias (algo sagrado para
aquellas sociedades y clanes), donde la tradición oral y/o iconográfica era el medio
más efectivo para difundir dichas experiencias.
Cuando el sujeto como ser racional se desenvuelve dentro de una sociedad
contemporánea, llamada sociedad el conocimiento, interactúa con esa realidad y
busca un fin específico, adquiere entonces una serie de competencias y habilidades
que le permiten desarrollar actitudes y valores para una buena convivencia,
utilizándolas de tal modo para el razonamiento, la comunicación y la solución de
problemas. Se entiende entonces que son las relaciones sociales las que le dan
sentido al aprendizaje.
Todo ello desencadena grandes cambios que se producen actualmente en esa
sociedad y que han impulsado al hombre a buscar nuevas estrategias de
aprendizaje(Esteve 2003), entre ellas las tecnologías de la información y la
comunicación.
SOCIEDAD Y MEDIOS
La educación, como parte de la cultura de una sociedad, ha ido evolucionando en
forma paralela con otros aspectos (económicos, científicos, políticos) a tal punto de
incluir hoy en día a la ciencia y la tecnología en ella. De otro lado, se ha introducido el
término de ciencia y tecnología en todos los contextos, incluso en la educación, sin
tener en cuenta que sin un conocimiento científico probablemente no hubiera existido
la tecnología. Es decir, que el hombre crea, desarrolla e implementa la tecnología
como una necesidad.
Lo paradójico es que para esta época, se pretenda incursionar con el término
“sociedad del conocimiento” como si las sociedades previas no lo tuvieran o, como si
fuera el siglo XX donde se hubiera dado origen al verdadero conocimiento. Estamos
inmersos en una sociedad del conocimiento, gracias a que la cantidad de información
que existe y está disponible es abrumadora. Además, gracias al desarrollo tecnológico
vivimos en una sociedad de la información (Flores Pacheco, Galicia Segura, y
Sánchez Vanderkast 2007), pues ello ha permitido el desenvolvimiento de una
“sociedad del saber” gracias a la presencia de ese bagaje informativo, pero a pesar de
esto, difícilmente nos encontramos ante una sociedad del conocimiento. La razón
fundamental es porque la tecnología, en su incursión como medio principal para la
comunicación de la información, ha sido la artífice de la hoy llamada “brecha digital”
(Prestes 2003; Rodríguez 2006) que no es mas que la desigualdad para acceder a esa
sociedad de la información, expresión de las dificultades de una sociedad para
extender su cultura y para poder aprenderla.
La política ideológica neoliberal surge a finales del siglo XIX en países considerados
potencias industriales como Inglaterra y Estados Unidos (Smith y Keynes s.f.), la cual
se caracteriza por un liberalismo intervencionista o social, donde el programa de
libertad económica era quien dominaba las naciones. Decimos que es intervencionista,
por el simple hecho de que la afamada libertad, promulgada por el liberalismo clásico
generó una serie de injusticias sociales que quisieron ser corregidas por el Estado,
limitándolo en cierta forma y dando mayor énfasis a la libertad del individuo y un mayor
uso del mercado, catalogado por sus seguidores como el motor del progreso social.
Esto no quiere decir que el neoliberalismo surgió como convergencia entre el
desarrollo tecnológico y económico, pues es la lucha de clases sociales, la que
permite que el termino emerja.
El conocimiento es poder
En pleno siglo XX la sociedad industrial da paso a la sociedad de la información
gracias a la influencia conjunta de los medios de comunicación y la tecnología, al
ofrecer un volumen de datos mucho mayor del que se podía incluso apropiar. Varios
autores proponen la década de 1970 como el origen o nacimiento de la sociedad de la
información (Manuel Castells), que en primera instancia por su contenido creaba
desconcierto a quienes acceden a ella para clasificar qué tipo de información era la
idónea para lograr sus objetivos propuestos. Es por ello que el verdadero reto está
centrado en la escogencia de esa información que sea pertinente y relevante y no se
convierta en foco de distracción o fuente de ignorancia, dado que internet es hoy por
hoy el nuevo escenario de interacción social, por excelencia.
Bien dice Chaparro respecto al fundamento de los nuevos estados de Europa y
Norteamérica: "Las sociedades de la información se caracterizan por basarse en el
conocimiento y en los esfuerzos por convertir la información en conocimiento(Chaparro
1995). Cuanto mayor es la cantidad de información generada por una sociedad, mayor
es la necesidad de convertirla en conocimiento”.
La nueva revolución tecnológica lo ha cambiado todo: la forma de vivir, de trabajar, de
producir de comunicarse, de comprar, de vender; incluso de enseñar y de aprender
con la incursión de las TIC dentro del proceso educativo. Por lo cual solo nos queda
prepararnos y aprender a vivir en este nuevo entorno. La influencia de estas nuevas
tecnologías han ido conquistando distintos espacios de la vida a tal punto que ha
transformado nuestra forma de pensar, sentir y de actuar; ha alterado aspectos
fundamentales de lo cognoscitivo(Rosario 2005), la axiología y lo motor, en pocas palabras
nos convertimos en seres manipulados e idiotizados que dependemos en muchas
oportunidades de una máquina para poder funcionar. Por ello, para que se presente una
revolución del pensamiento, las Tecnologías de la Información y la Comunicación deben
ayudar a la construcción del mismo; su escogencia y su aplicación dependerá en gran
medida de los protagonistas de dicha revolución.
El paso del siglo XX al XXI es conocido como la transformación de una sociedad
basada en las relaciones materiales a otro tipo de sociedad que se apoya en las
relaciones virtuales o comunicativas. La existencia humana se desarrolla ahora en esa
esfera que es la comunidad mediática(Coraggio 2001). Aquí, las relaciones físicas
pierden peso y adquiere densidad el universo mediático-relacional, el espacio de los
lenguajes.
Sin lugar a dudas el proceso de globalización permitió el desarrollo de la tecnología y
la electrónica como uno de los pioneros que impulsaba el crecimiento económico,
social y político de ciertas regiones, que tenían al alcance la capacidad de manipular
dicha información presente en el mercado. El cambio de siglo permitió el
relanzamiento de la ofensiva ideológica neoliberal (ahora más mercantilista) con un
mercado en vías de expansión pero con un planeta dividido en un mundo desarrollado
y otro subdesarrollado.
La era de la información
Maximizar la innovación y volverla flexible ha sido el objetivo esencial en el que se
orientan las empresas, regiones y países enteros. Recordemos que la innovación se
centra ahora como el pilar fundamental en la productividad donde las sociedades
compiten y la tecnología de la información es el soporte de la producción.
Si se quiere innovar, es necesario tener un conocimiento que haya sido asimilado para
que la clase trabajadora comience a generar más conocimiento, sin olvidar la etapa de
producción. La mano de obra calificada que inicialmente se requería en el mercado
laboral, ahora debe generar procesos de pensamiento que los lleve a la producción de
un “nuevo conocimiento”, despertando esas habilidades y competencias que el mundo
globalizado les demanda.
Manuel Castells hace referencia al término informacional e indica que es el atributo de
una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento
y la transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la
productividad y el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en
este periodo histórico (Castells 2004). Eso significa que la innovación no surge en
aislamiento; se necesita la integración de las comunidades y el procesamiento de su
conocimiento e información para que, producto de esa amalgama de saberes, se
genere la producción de bienes y servicios a la sociedad consumista.
Las tecnologías aplicadas para el desarrollo de la información y la comunicación generan
una economía de tiempo la cual está basada en el conocimiento científico que permite una
delimitación y su caracterización(Marqués 2000) ya que verdaderamente se produce un
conocimiento ideográfico, resultado de un criterio individual, que se ha sometido a un
trabajo colaborativo en comunidad para alcanzar un aprendizaje que sea significativo. Solo
así, se tiene un saber colectivo que pueda transformar y ser aplicado a diferentes espacios
socioculturales.
Las tecnologías de la información y la comunicación forman parte de una cultura
tecnológica. Ahora una persona puede repartir el tiempo de su vida interactuando en tres
mundos o entornos: el mundo físico el cual es presencial; el mundo de la imaginación, que
es más personal y el mundo ciberespacial o virtual. Internet se ha constituido como la
principal fuente de información de todo tipo: textos, libros, gráficos, videos, programas,
para todo tipo de personas que pueden y tienen la facilidad y acceso a un servidor web o
buscador. La informática está generando transformaciones en todos los patrones de la
sociedad y se invitan a todos los integrantes de la comunidad.
BIBLIOGRAFIA
CASTELLS, M. A. 2004. La era de la información: economía, sociedad y cultura. Siglo XXI.
Chaparro, O. 1995. El teletrabajo: una nueva sociedad laboral en la era de la tecnología. McGraw-Hill Interamericana de España.
Coraggio, J. L. 2001. «La relevancia del desarrollo regional en un mundo globalizado». Revista de Ciências Sociais–Unisinos 235-258.
Esteve, J. M. 2003. La tercera revolución educativa: la educación en la sociedad del conocimiento. Paidos Iberica Ediciones SA.
Flores Pacheco, A. L, G. Galicia Segura, y E. Sánchez Vanderkast. 2007. «Una aproximación a la Sociedad de la Información y del Conocimiento». Revista Mexicana de Orientación Educativa 5(11):19-28.
Marqués, P. 2000. «Las TIC y sus aportaciones a la sociedad». Disponible en http://dewey. uab. es/pmarques/tic. htm.
Prestes, R. B. 2003. Internet: un nuevo espacio psicosocial. Ediciones Trilce.
Rodríguez, V. M.A. 2006. Nuevas tecnologías y medios de comunicación en la educación. Servicio Publicaciones UCA.
Rosario, J. 2005. «La Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC). Su uso como Herramienta para el Fortalecimiento y el Desarrollo de la Educación Virtual». Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad, Recuperado el 17.
Smith, A., y J. M Keynes. s.f. «Titulo:¿ Qué es neoliberalismo? Su significado en la historia de las ideas y en la economía».