INFLUENCIA NEGATIVA DE LOS PROGRAMAS TELEVISIVOS CON CONTENIDO
VIOLENTO EN ADOLECENTES EN EL MUNICIPIO DE ORURO
"No es legítimo lamentar, en ocasiones histéricamente el crimen, si al
mismo tiempo exaltamos histéricamente el crimen, si al mismo tiempo
exaltamos con particular fuerza los hechos criminales. Tenemos todos
que promover una cultura de respeto a la legalidad, tenemos que
mostrarle, es cierto, la realidad a la sociedad; pero tenemos que
mostrarle lo que es necesario para combatir el crimen, no para
exaltarlo" (Dr. Ernesto Zedillo, Presidente de México).
INTRODUCCIÓN
En la actualidad el pasatiempo favorito de mucha gente en todo el mundo es ver
televisión, y desde que empezó la propagación de este aparato, trajo consigo una
serie de importantes cambios en la sociedad.
La televisión transmite imágenes y conceptos que en lugar de educar e informar,
mantiene al televidente hipnotizado y confundido.
Que influencia que ejerce la televisión en esta sociedad, como es que actúa para
manipular a la gente y como ésta es capaz de percibir tales mensajes y actuar, sin
darse cuenta.
En Bolivia la televisión comenzó su difusión de una forma masiva en el año 1970
creando una nueva forma de ver las cosas, es decir, algo así como una cultura
televisiva. Se lo llama cultura porque desde su aparición ha ido moldeando en gran
parte muchas costumbres. Como ejemplo se puede mencionar que ha modelado la
forma de vestir, de hablar y de actuar; mediante la publicidad y los estereotipos de
personas y modos de vida presentadas en su programación.
La adolescencia es la etapa de la vida comprendida entre los 10 y los 19 años de
edad, de acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud.
Durante este período de la vida se producen una gran cantidad de cambios físicos,
psicológicos y sociales normales, que conducen a su inserción positiva y productiva
en la sociedad, y un muy reducido grupo de ellos y ellas adoptan conductas hostiles
y violentas que se manifiestan de varias formas que preocupan a la sociedad. A su
vez, también ellos son blanco de violencia por parte de la sociedad, de sus padres y
otros adultos.
Estas conductas no deseables tienen varios orígenes o causas: entre ellas, la
violencia del medio (barrio, comunidad) en que viven y se desarrollan cuando niños,
la violencia doméstica familiar (psicológica, física, sexual o por negligencia) que
sufren desde edades muy tempranas y la exposición a los medios de comunicación
masiva y sobre todo la televisión que les ofrece como producto de consumo diario,
las más variadas formas de violencia psicológica, física, sexual, autoinfligida o contra
terceros y sus propiedades.
La televisión puede ser una influencia muy poderosa en el desarrollo del sistema de
valores, en la formación del carácter y en la conducta. Lamentablemente muchos de
los programas de televisión contienen un alto grado de violencia.
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
En la actualidad el pasatiempo favorito de mucha gente en todo el mundo es ver
televisión. Y desde que empezó la propagación de esta, trajo consigo una serie de
importantes cambios para la sociedad.
La televisión tiene una gran fuerza para generar cambios en las personas y esto se
debe a que utiliza la imagen que sirve para internalizar los mensajes, ya que se
introducen directamente en el subconsciente y no son procesados para llegar a la
mente como ocurre con la lectura por ejemplo, además presentan color y sonidos
asiéndolo más atractivo para el espectador.
Desde que apareció la televisión esta ha presentado distintos estereotipos y estos
han ido cambiando durante el tiempo.
Los estereotipos tienen la finalidad de destruir o dirigir los deseos de las personas,
son una propuesta para cambiar la forma de ser, imitando los modelos presentados,
así por ejemplo, se puede ver en la televisión claros estereotipos sexistas en el papel
que juega el hombre y la mujer, mostrando al hombre siempre como seductor, con
éxito y profesional; en el caso de las teleseries, debatiéndose entre el amor de dos
mujeres y por otro lado aparecen las mujeres que siempre seducen a través de su
belleza y encanto, mostrando a una mujer más liberal e independiente, también más
agresiva en el sentido de un mayor desplante para enfrentarse a su trabajo y
conseguir su pareja a diferencia de los antiguos estereotipos de mujer más pasiva y
complaciente.
Las personas ven programas, series o películas porque se sienten o quieren sentirse
identificadas con ella, así, a las personas con un nivel cultural alto les gusta ver
programas de actualidad e informativos. A las mujeres dueñas de casa les gusta ver
los dramas familiares o amorosos de una telenovela. Los niños quieren ser como los
superhéroes, aunque estos no necesariamente entreguen un buen ejemplo de cómo
hacer o enfrentar las cosas en alguna situación. Y así para cada persona, grupo,
forma de pensar, sexo, o edad, siempre encontraremos un estereotipo televisivo en
el cual encasillarlo.
La violencia forma parte de la vida real y esto puede justificar que los medios de
comunicación la muestren, solo que la sobre exposición de esta en la televisión es
muy grande y si en la vida real la violencia es algo que puede asustar y llamar la
atención, en la televisión y especialmente en los dibujos animados esta se muestra
como algo normal y cotidiano, creando especialmente en los niños la falsa idea de
que la violencia es lícita y tienden a confundir lo ficticio con lo real. La violencia se ve
como un instrumento para poder conseguir poder, fama, gloria, etc. Hoy en día es
muy frecuente ver a niños jugando a que son personajes de la TV y pelean entre
ellos.
Lo anterior, también se refleja en los jóvenes quienes han creado una sub-cultura de
pandillas basadas en estereotipos de violencia sacados de la televisión en donde
aparecen grupos de gran rivalidad los cuales utilizaran cualquier medio para destruir
al otro.
También se puede encontrar una serie de héroes que solo recurren a la violencia
para conseguir lo que quieren, es decir, por medio de una pelea con fantásticas
armas y mucha acción.
1.1 Formulación del Problema
Se dice frecuentemente que vivimos en una época violenta. Y es obvio que es así, la
violencia es un mal que corroe los cimientos de la sociedad y para abordar con
rigurosidad este fenómeno es imprescindible saber cuánta violencia emiten los
medios de comunicación (la televisión), cómo influye la violencia en los
telespectadores, qué efectos puede provocar ver reiteradamente imágenes violentas
y que soluciones o recomendaciones puede haber a este problema.
¿De qué manera influyen los programas televisivos con contenido violento en los
adolescentes del Municipio de Oruro y en qué formas se manifiestan?
1.2 Objetivos
1.2.1 Objetivo General
Establecer el tipo de influencia que ejercen los programas televisivos con contenido
violento en los adolescentes de la sociedad orureña y las consecuencias que
generan.
1.2.2 Objetivos específicos
Revisar fuentes de información relacionados al tema y establecer las
características del problema, específicamente los programas de televisión con
contenido de violencia.
Describir las variables relacionadas con la influencia negativa que ejercen los
programas televisivos con contenido violento en adolescentes del municipio de
Oruro.
Determinar el porcentaje de programas televisivos con contenido violento en
canales locales y canales de televisión extranjeros.
Analizar los contenidos violentos que se emiten en uno de los programas de
televisión de máxima audiencia, tal como es el caso de “Crónica Roja”.
Establecer los efectos y consecuencias de los programas televisivos con
contenido violento en los adolescentes del Municipio de Oruro.
1.3 Delimitación del tema
Delimitación temática
Delimitación espacial
Delimitación temporal
1.4 Justificación
1.4.1 Justificación Jurídica
Es importante generar normas mucho más específicas para controlar el flujo de
información, el contenido de programas o series al que la sociedad está sometida día
a día por parte de los medios de comunicación audiovisuales, y lo que se debe hacer
es evitar y restringir. Lo adecuado sería crear una actitud crítica en el receptor, de
manera que fuera capaz de discernir toda la información a la que está sometido, ya
que en esta época de las telecomunicaciones, los Medios de Comunicación están
modificando la manera de percibir la realidad y el mundo en el que nos encontramos.
1.4.2 Justificación Científica
La mayoría de los jóvenes copian muchos modelos de los Medios de Comunicación
debido a que en el entorno que tienen, llámese padres, colegio y sociedad en
general, no encuentran modelos con los que se sientan realmente identificados, por
lo que estos modelos, aunque sean irreales, los adquieren a través de los medios,
sin que nadie cuestione la validez, ni se les inculque que son irreales y creados, que
lo que luego van a encontrar en la realidad no corresponde con los que están
creando, por tanto muchos jóvenes viven en un mundo parcialmente irreal.
En lo referido a la escala de valores que los jóvenes actuales tienen, decir que no las
toman exclusivamente a partir de sus familias, ya que la estructura familiar actual no
es como la de hace 50 años, sino que existen muchos tipos de familias, casi todas
ellas con una característica en común, que es que ambos miembros trabajan fuera
de casa, por lo que el centro de la vida familiar ya no es la casa, no se reúnen sus
miembros para comer o charlar, simplemente se cruzan espontáneamente por los
pasillos de la vivienda, lo que hace que la estructura familiar se esté deteriorando,
participando cada vez más los medios en la formación de valores de los jóvenes, ya
que con ellos pasan mucho tiempo al día. Por lo tanto, es imprescindible entender el
fenómeno de la influencia que genera la televisión como medio de comunicación
masivo en la sociedad orureña.
1. MARCO TEORICO
Actualmente vivimos en una sociedad consumista en donde los medios de
comunicación devoran la actualidad y la desechan; la información pierde la
posibilidad de formación y se convierte en una noticia que envejece rápido.
Estamos saturados de información y faltos de conocimiento. Sin embargo, el poder
de socialización de los medios es inconmensurable, sobre todo de la televisión que
tiene un efecto demoledor y sutil, ya que moldea día a día nuestras creencias y
actitudes y nos hace a su imagen y semejanza. Ya nadie pone en duda de que la
televisión es la principal fuente de socialización, aunque más que socializar y
humanizar desinforma y deshumaniza. El poder de socialización de los medios (no
solamente de la televisión) viene al multiplicarse al convertirse en tema de
comunicación en la familia, entre amigos, etc.
Se lee poco, se escribe menos, se reflexiona escasamente. Vivimos en la
inmediatez, la superficialidad de la imagen momentánea y, aunque criticamos a los
medios de comunicación, les demandamos una ración, cada día mayor, de
sensaciones. Por eso en la cultura televisiva, la violencia constituye la regla, no la
excepción; se transmite la idealización de la supervivencia y admiración hacia el más
fuerte, el más insensible, el (educadamente o no) depredador. Llegado a este punto y
consciente de que los medios de comunicación reflejan en gran medida nuestro
modelo cultural y nuestro sistema de valores, la conclusión que se deriva de ello es
que son un problema social. Un problema sería la incidencia que sobre los niños
tiene el hecho de que, por ejemplo, durante cualquier semana sin salir de casa hayan
podido ver 770 asesinatos, 47 torturas, 28 secuestros. Y qué decir sobre las películas
que transmiten una justicia vengadora como Rambo o Batman o del tipo Freddy
Kruder. Sin embargo, es la falta de supervisión por parte de los padres y tutores lo
que permite que haya niños con una exposición a la violencia extrema. Con
frecuencia se culpa a los medios de comunicación, desplazando así la
responsabilidad, cuando en realidad un gran número de personas encuentran la
violencia atractiva: la violencia es el disfrute de su contemplación (la violencia no es
sólo física, sino también verbal), además la violencia también queda implícita en
dibujos animados. Podemos tener el peligro de que los niños, jóvenes e incluso
adultos imiten lo que los medios de comunicación nos muestren, sobre todo si se
presenta como algo deseoso y de lo que se obtiene beneficios.
Hoy la televisión nos muestra en directo guerras, catástrofes y atrocidades. No hay
método para dañar, matar o humillar que no sea expuesto, absorbemos una violencia
que parece simulada; leemos, vemos y escuchamos noticias de violencia con tal
normalidad que lo hacemos mientras comemos. Parece como si nos resultara
necesario devorar desastres y sufrimientos.
Hemos presenciado guerras reales, en directo, donde el horror y el dolor se han
transformado en un juego, donde el espectador pasivo vibra como si de un deporte
se tratara ante la estela de un misil que impacta sobre una ciudad.
A veces la TV es ese ojo que nos permite entrar en la tragedia de los otros, que nos
aproxima la sangre, los celos. Eso explica el éxito de los sensibleros y morbosos
reality-shows así como los actuales programas de corazón.
Obviamente sabemos que la violencia actualmente no se conceptualiza ni como algo
positivo ni negativo, no tiene valor en sí misma, sino sólo como fin. Por consiguiente,
si la violencia permite obtener resultados positivos será valorada positivamente, pero
si no lo permite será negativa. Sin duda este hecho es un buen ejemplo de la
necesidad que tenemos hoy en día de socializar a niños y jóvenes postmodernos en
otros valores.
1.1 Comportamiento mimético por la visión de los medios
El 20 de abril de 1999 un par de jóvenes, vestidos como el protagonista de matriz,
entraron en el instituto Columbia de Denver y dispararon contra sus compañeros y
profesores, el resultado fue escalofriante ya que mataron a trece personas. La
reacción inmediata de EE.UU. fue mirar hacia la televisión y el cine, y
responsabilizarlos de lo sucedido. “Hay demasiada violencia en nuestras pantallas”,
vinieron a decir.
A favor de esta hipótesis se han realizado una serie de estudios, uno de ellos es el
“Columbia Country”, en la que se cogió una muestra de 800 niños de Nueva York. Lo
repitieron diez años más tarde con 184 individuos de la misma muestra, que por
entonces tenían 18 años. Se encontró que en la variable “ver muchos programas
violentos en televisión a la edad de 8 años” y la variable “ ser violento a la edad de 18
años” había una correlación positiva; desde la visión de la violencia al
comportamiento real.
Parece ser que estos jóvenes se pasaban diez horas al día enfrascados con
videojuegos violentos y películas de asesinos en serie y parece que se basaron en la
película de Matix y en la película Diario de rebelde (en la cual el protagonista vestido
con un gabán negro entra en una clase y dispara a discreción contra profesores,
alumnos, aunque todo era un sueño).
Antes de estigmatizar la televisión como principal, cuando no único, responsable de
la violencia de nuestra sociedad, es necesario analizar el entorno social en que se
mueve. Vivir en un hogar en que se padezcan u observen malos tratos, en el que el
alcohol o la droga estén presentes, haya relaciones aversivas entre padres e hijos,
no se tenga el apoyo de familiares o de amigos, son circunstancias que pueden crear
un entorno favorable en el que la chispa de la televisión prenda con gran facilidad,
incrementando creencias, actitudes y comportamientos violentos ya existentes.
Los niños son miméticos y la televisión presenta la violencia como natural y
cotidiana; nos acerca a un modelo de sociedad donde la vida del otro tiene escaso
valor. Hemos de educar a los niños haciéndoles activamente críticos ante la
avalancha de mensajes publicitarios y de programas donde la violencia se recrea en
sí misma.
Otro ejemplo, es un hecho bien conocido en donde los índices de suicidio
aumentaron después del suicidio de una celebridad a causa de darle un gran
cubrimiento. El tan publicitado suicidio de Kurt Cobain, principal cantante del grupo
de rock Nirvana, dio por resultado muchos suicidios de adolescentes, especialmente
varones, que buscaban imitar a su ídolo. "Cuando Kurt Cobain murió, yo morí con él",
decía la nota que dejó un joven de dieciocho años, que había hecho un pacto con
dos amigos para suicidarse cuando Cobain muriera. Esto no significa que hubiera
sido mejor no cubrir esta noticia; pero la ciencia ha puesto a nuestro alcance
suficientes resultados de investigación como para poder predecir que el cubrimiento
sensacionalista e incesante del suicidio de Cobain, estaba destinado a producir un
aumento en el número de suicidios entre adolescentes. Los padres deben estar
conscientes de que el cubrimiento sensacionalista de los crímenes y suicidios de
jóvenes celebridades puede ser emocionalmente devastador para los adolescentes
vulnerables. La toma de conciencia y la supervisión de los padres, así como la
discusión, son variables esenciales para prevenir más tragedias.
1.2 La televisión como generadora de violencia
A escala internacional puede aseverarse sin exageración que más de la mitad de los
programas de la televisión contienen algún tipo de violencia. Normalmente se trata
de violencia física, pues es la más gráfica y fácil de representar. En el caso concreto
de España, los niños de primaria ven la televisión 930 horas al año y van a clase 900
horas, muchas son las imágenes violentas que ven los niños en la pantalla de la
televisión.
La violencia existe en la sociedad y la televisión así lo transmite, incluso agranda, ya
que los niveles de audiencia son más elevados ante las informaciones morbosas que
expresan la maldad de los hombres. ¿Pero qué diferencia hay entre el público de los
primeros tiempos televisivos y el público actual? En los primeros tiempos, los
espectadores visualizaban la televisión menos horas al día, había cierta tendencia a
pensar de que el abuso de la misma podría ser malo para la salud, además pocas
familias se podrían permitir el lujo de tener una televisión y otra característica
fundamental era que la televisión nació como un ente moralista, donde determinados
valores estaban prohibidos y otros eran ensalzados. La televisión se concebía como
una fuente de beneficios y aprendizaje. Desde el comienzo de la televisión y durante
muchos años, la violencia en ese medio se encontraba exclusivamente, en series y
películas de ficción.
De poco tiempo a la fecha, gran parte del contenido violento está en programas de
noticias o de reportajes, algunos de los cuales, precisamente, tienen como tema
principal la exposición de hechos dominados por acciones agresivas.
Actualmente, sobrepasamos la media de ver la televisión, se ha perdido la vivencia
de la calle, barrio, donde los niños crecían educados y cuidados por todos, surge un
mayor individualismo que se podía considerar como antisocial donde hay poca
comunicación familiar y donde surge la televisión como “niñera educativa”. Hoy en
día la televisión refleja los aspectos fundamentales de la democracia donde prima la
libertad de expresión (se habla de todo, se puede ver todo y nada se oculta).
En definitiva, últimamente de la televisión podemos extrapolar que el motor de todo
es el dinero, el egoísmo, la satisfacción individual.
Por otra parte, se han realizado diversas investigaciones en las cuales los resultados
obtenidos muestran que la agresión con arma de fuego es la más habitual, ya que
aparece en uno de cada tres programas con contenido violento. Este estudio
concuerda con estudios realizados en Suecia en el que los niños señalaban como
principal fuente de mortalidad recibir un disparo en la cabeza. Los niños son los
receptores de los programas más violentos, los dibujos animados son el tercer
bloque en importancia de programas violentos. El mayor nivel de violencia se
manifiesta en las películas y telefilmes, espacios visitos también por los niños. Los
deportes y en concreto el fútbol, son el segundo bloque en cuanto a contenidos
violentos.
Pero más grave, es el problema de las consecuencias de esa violencia que ven los
niños. No existen consecuencias, o lo que es aún peor, la violencia es gratificada,
posee consecuencias positivas porque el agresor alcanza sus objetivos.
1.3 El atractivo de la violencia
En el mundo actual nos bombardean con anuncios, ofertas, informaciones, modas y
distracciones desde las pantallas televisivas y el cine, desde las páginas de las
revistas, desde fax o Internet. Para impactarnos, para despertarnos de nuestro sueño
colectivo, los medios de comunicación recurren a estímulos cada vez más fuertes y
provocadores. La violencia figura entre ellos. La violencia es muy eficaz a la hora de
captar la atención; pero, como cualquier otro estímulo, pierde su efecto con la
repetición.
Según numerosos estudios, las representaciones mediáticas de la violencia tienen
una relación compleja con la ansiedad. Las personas que padecen ansiedad
prefieren ver programas violentos. Ver programas violentos les aplaca la ansiedad
por un tiempo corto, tras el cual caen en estados todavía de mayor ansiedad. Así es
como estar personas se vuelven adictas a la violencia.
Por otra parte, la estructura de muchas obras actuales nos permite ponernos en el
lugar de una malhechor perseguido por la justicia, hecho que nos devuelve a nuestro
papel usual de ciudadanos buenos, este aspecto de la violencia suele, además,
reconfortarnos, ya que parece confirmar que nuestros prejuicios personales son
correctos, aunque en realidad no lo sean.
El alejamiento de las estructuras reales de nuestra sociedad, originando una
civilización artificial y al mismo tiempo alejada del entorno natural o biológico hace
algunas personas recurran a la violencia con el fin de sentirse más vivas.
Pero, ¿por qué nos gusta la violencia? La respuesta es difícil de responder, ya que
por ejemplo la literatura refleja opiniones para todos los grupos, según se tome en
consideración teorías activas o pasivas. Existe una teoría en la cual se dice que la
violencia atrae a los mayores por el componente ilusorio que conlleva: vemos
reflejado en la pantalla aquello que no existe, lo que sólo unos desalmados serían
capaces de hacer. Llama la atención cómo algunas personas son capaces de
realizar lo que nadie sería capaz de hacer. Todos tenemos unos llamados
sentimientos, que no son sino la inculcación de valores morales y éticos necesarios
para que podamos sobrevivir y necesarios para el progreso de la humanidad, sin
embargo, el aumento excesivo de la violencia hace que ésta misma deje de ser algo
excepcional para convertirse en la norma.
1.4 Los efectos de la violencia exhibida por los medios
La creación de un ambiente violento en los medios de comunicación tiene sus
efectos en el mundo real. Un reciente estudio realizado con una muestra de 600
personas puso de manifiesto que los más agresivos habían aprendido ciertas
estratégicas cognitivas anormales, entre ellas la propensión a pensar y reaccionar
violentamente, a pensar que las reacciones violentas son eficaces. Todas estas
reacciones responden a conclusiones que un niño puede obtener lógicamente a
partir del hecho de haber visto muchos programas de televisión, incluido dibujos
animados.
En la población general los efectos de un ambiente más violento incrementan
sutilmente la predisposición a responder de forma violenta, siendo ese incremento
mayor en las personas que ya tienden hacia la agresión. Se supone que las
personas que los medios de comunicación pueden incitar a cometer crímenes
violentos, son más susceptibles desde el punto de vista psíquico, aunque todavía no
se ha podido corroborar científicamente.
Estudios científicos hechos por el National Institute of Mental o la Academy of
Sciencie, señalan que ver la violencia es un factor que contribuye de forma
importante a la aparición de la violencia y la agresión en el mundo real. Hay tres tipos
de efectos provocados por la violencia televisada en los medios:
El aprendizaje de actitudes y conductas agresivas
Insensibilidad ante la violencia
Temor a ser víctima de la violencia.
Por contraposición, no toda manifestación violenta en televisión tiene el mismo riesgo
de perjudicar a los espectadores. La investigación científica ha fijado de forma clara
que exponerse a la violencia televisada es algo que contribuye a la aparición de una
serie de efectos antisociales o agresivos. Pero los efectos de la violencia no son
uniformes, en el caso de todas las representaciones, ya que la violencia puede
aparecer de forma explícita y gráfica en la pantalla, o aparecer implícita. Hay
diferencias entre los personajes que cometen actos y entre las razones que les llevan
a actuar así. Y existen, finalmente, diferencias al presentar las consecuencias de esa
violencia, incluyendo entre ellas el dolor y el sufrimiento de las víctimas.
Las investigaciones han permitido identificar que algunas representaciones violentas
incrementan el riesgo de que se produzcan efectos antisociales, mientras que otras
lo disminuyen. Por eso es importante analizar el contexto de las escenificaciones
violentas, con el fin de estimar el impacto en las audiencias.
1.5 Rasgos de la escenificación violenta
la naturaleza del agresor
la naturaleza de la víctima
la justificación de la violencia
la presencia de armas
la extensión y carácter gráfico de la violencia
el grado de realismo de la violencia
la recompensa o castigo de la violencia
el humor con que se da la violencia.
Agresor atractivo: La investigación científica ha puesto de manifiesto que los niños,
incluso adultos prestan más atención y aprenden de aquellos modelos que perciben
como atractivos. Por ello, el agresor atractivo tiene más probabilidades de que influya
más sobre los espectadores que un personaje neutro o no atractivo.
Víctima atractiva: igualmente tienen más probabilidad que los espectadores
experimenten una mayor reacción ante las víctimas que perciben como agradables o
atractivas, no es lo mismo que en una película tiroteen a un policía que protagoniza
Brad Pitt que a un criminal malévolo que nadie lo conoce, las reacciones de la
audiencia entre un caso u otro diferirán muchísimo.
Violencia justificada: La investigación científica considera que la violencia
televisiva, motivada por el intento de proteger a alguien o por venganza, podría
provocar violencia en los espectadores en la medida en que parezca estar justificada.
Por el contrario, la violencia injustificada o simplemente malévola haría que fuera
menor el riesgo de que los espectadores la imitasen o aprendiesen de ella.
Presencia de armas: La investigación científica ha puesto de manifiesto, que armas
tales como las pistolas o los cuchillos, producen en los espectadores más violencia
porque esos recursos están asociados con sucesos violentos anteriores
almacenados en la memoria.
Violencia generalizada: La violencia frecuente y reiterada aumenta la insensibilidad
del espectador, sus temores y la posibilidad de que aprenda a comportarse
agresivamente.
Violencia realista: Hay numerosos estudios que ponen de manifiesto que para los
espectadores son más peligrosas las representaciones realistas de la violencia que
las irreales, retratar de forma realista actos violentos puede incrementar el
sentimiento de temor entre los espectadores. La violencia de los dibujos animados,
puede llevar a un niño a parecerle completamente real, aunque para un espectador
maduro fuese irreal.
Premios y castigos: En concreto, la violencia premiada o la violencia que no es
abiertamente castigada favorecen el aprendizaje de actitudes y comportamientos
agresivos entre los espectadores. Por el contrario, castigar la violencia es algo que
puede servir para inhibir o reducir el aprendizaje de la agresión.
El espectáculo y la fama en la televisión puede lograr que un personaje que ha
cometido un acto violento pueda llegar a ser más famoso, es el caso de “Farruquito”,
de este chico no se sabía apenas nada, no era un personaje famoso, sin embargo,
cuando atropello y mató a una persona, se hizo un hueco en los medios de
comunicación, que empezaron a interesarse más por él. Da miedo que la televisión
pueda premiar acciones violentas gratificando a sus agresores, ya que puede incitar
a la sociedad acometer actos violentos para llegar a ser famoso.
Dolor y Daño: Varios estudios sugieren que los espectadores consideran que las
escenas que contienen muestras de dolor y daño son más serias y más violentas que
aquellas otras en las que no aparecen consecuencias de este tipo. Parece lógico
pensar que la presencia explícita de sangre y dolor inhiba el mimetismo de
comportamientos violentos.
Humor: Es frecuente encontrar en escenas de violencia en televisión que tengan
algún tono de humor, por lo general, varios estudios muestran que la presencia del
humor contribuye al aprendizaje de la agresión.
Cada uno de los factores expuestos influye en todos los espectadores, ya sean niños
o adultos. Por lo que respecta a la insensibilidad y el temor ante la violencia, el
conjunto de rasgos contextuales es algo distinto. En lo que concierne a la
insensibilidad ante la violencia, el mayor peligro lo encierran aquellas
escenificaciones que contienen acciones violentas reiteradas e impregnadas de
humor.
En lo que se refiere a inducción de temores en la audiencia, el mayor peligro lo
tienen aquellas escenificaciones en las que la violencia no está justificada, queda sin
castigo y se ejerce contra una víctima atractiva o agradable.
La escenificación de la violencia que parece más susceptible de ser aprendida en la
televisión, es aquélla en la que un agresor atractivo, que actúa con razones
moralmente adecuadas, se ve recompensado por sus actos violentos, usa armas
convencionales, tiene sentido de humor y sus acciones no llevan aparejadas
consecuencias visibles que resulten desagradables.
1.6 Influencia de la violencia de las pantallas en la violencia real (teorías)
Existen diversas teorías que se posicionan con que realmente sí que tiene influencia.
Esa influencia puede ser de diversos tipos:
La violencia de escenas violentas en las pantallas puede activar en el espectador
emociones, pensamientos o incluso, conductas instintivas que estén asociadas
con el acto visto. (Teoría de la asociación).
La visión de escenas violentas en las pantallas, puede producir la identificación
del espectador con el modelo violento y la imitación de la conducta observada
(teoría del modelado simbólico).
En 1992, por ejemplo, un periódico citaba las palabras de un asesino en serie
que mató a su primera víctima, imitando una escena de la película Robocop II:
"En la película vi cómo le cortó la garganta a una persona, luego tomó un cuchillo
y la rajó desde el pecho hasta el estómago y dejo el cuerpo en cierta posición. A
la primera persona que asesiné le hice exactamente lo que percibí en la
película".
La visión de la violencia en las pantallas puede reforzar conductas violentas
previas del espectador (teoría del refuerzo).
La visión de violencia en las pantallas puede generar en el espectador un
“embotamiento emocional” o indiferencia ante la violencia (teoría de la
desensibilización).
1.7 La violencia incrementa la audiencia
Los programadores de televisión suelen recurrir al tópico de que ellos le dan a la
audiencia lo que la audiencia quiere ver, y que eso es lo que se debe hacer en
puridad democrática. No creo que esta afirmación sea correcta, todo lo contrario la
democracia exige educación en las formas, la educación siempre requiere sacrificios.
Lamentablemente durante estos últimos años, la programación televisiva se ha
conducido por senderos tortuosos de mal gusto, en los que han surgido programas
donde la violencia verbal más delirante ha sido el marco en que airear los pasajes
más escabrosos de la vida pública y privada de supuestos ídolos sociales, cuyos
méritos más relevantes han estado principalmente ligados a su presunta capacidad
amatoria.
Estos espectáculos, que despiertan nuestra curiosidad más morbosa, están
enseñando a niños y adolescentes, que para ganar dinero, todo vale, incluso vender
en público los aspectos más sórdidos y rastreros de la propia existencia. Están
enseñando que el periodismo del corazón es un oficio cotizado, y que hablar a gritos,
descalificando al otro con insultos, es un medio adecuado para intercambiar
opiniones.
Cabe decir, que es verdad que hay que defender el derecho a la libertad de
expresión, pero a la vez hay que proteger la infancia.
En definitiva, se pone en duda que la violencia vende ya que se han hecho
experimentos en Finlandia donde se ha emitido un mismo filme con y sin cortes
(eliminando la violencia) y las audiencias han sido muy parecidas. Por otra parte, hay
que decir que la violencia en los medios de comunicación es un negocio financiero
de grandes dimensiones: atrae espectadores y la forma de producir las películas
violentas es muy barata por la poca inversión que se hace en ellas, y porque se trata
de historias vulgares, mundanas y pobremente escenificadas. Por otra parte, las
historias espectaculares de éxito cuestan mucho más y requieren más talento.
1.8 Responsabilidad por los programas con contenido violento en la televisión
El entorno social y la existencia real de violencia cotidiana, la falta de contexto
explicativo que sería especialmente pertinente para los espectadores jóvenes, el
lucro fácil que supone la divulgación de programas de contenido violento y la
ausencia de reglas suficientes para ubicar y acotar la transmisión de esos mensajes
son elementos que, sumados, contribuyen a que la violencia ya existente en el
entorno social se exacerbe en su propagación mediática. La culpa, después de todo,
no es sólo de los medios. Pero ellos, en ese proceso de propagación de imágenes,
no son precisamente inocentes.
Sin embargo, los directivos de las cadenas de televisión son muy hábiles a la hora de
explotar nuestra sensación de que la televisión es una especie de pegamento cultural
que nos aglutina como sociedad. En una entrevista de TV Guía, Judy Price,
vicepresidente de programación infantil de la CBS, dijo: "Ningún niño puede ser el
único de su grupo que no vea los Power Rangers". Esta afirmación pone de relieve
uno de los objetivos fundamentales de la publicidad en los medios de comunicación.
Además de hacer que las cosas parezcan conocidas y deseables, los medios deben
crear la sensación de que existe una necesidad social. "Ningún niño puede ser el
único de su grupo que no vea los Power Rangers" implica que si a un niño se le
impide participar de esta experiencia, al mismo tiempo se le estará impidiendo tomar
parte en la vida social de su grupo.
Esa manipulación de los directivos de la industria del espectáculo es preocupante
pero reveladora. Los ejecutivos de los medios de comunicación exigen que los
padres se "responsabilicen" más por sus hijos a la hora de ver televisión.
Pero los productores de películas y programas de televisión no pueden obviar su
responsabilidad y esperar, así, que sean los padres, gobiernos y otros los que
ejerzan el control de las emisiones. El argumento de que se le da a la gente lo que
quiere ver no es válido en una sociedad consciente y moderna. No es realista
esperar que los padres controlen completamente lo que los niños ven en una
sociedad en la que cada casa tiene múltiples aparatos de televisión, vídeos, etc., y
en la que los dos progenitores trabajan.
Pero los padres también tienen su cuota de responsabilidad, ya que en los últimos
tiempos los padres han dejado de lado a sus hijos, para dejarlos al cuidado de
entidades terceras como la televisión, que educa a sus hijos a la vez que los
entretiene. Pero el niño no tiene a su lado a nadie que le haga comentarios críticos
acerca de las imágenes que ve en la televisión. Por otra parte las escuelas y
universidades deberían orientar a los alumnos acerca de las consecuencias que trae
consigo la visualización de imágenes de violencia.
Tampoco se salvan los políticos que suelen considerar que a mayor telebasura y
violencia habrá mayor audiencia, por ello deberían fomentar la educación crítica y
organizar consejos formados por personas intelectuales que fueran capaces analizar
contenidos televisivos y que dieran las recomendaciones pertinentes.
Como conclusión, se puede entender que existen tres responsables; los políticos,
los padres de los niños que los dejan al cuidado del televisor y la industria
(directores, programadores, publicitas) que su mayor objetivo es lucrarse a costa de
imponer una programación con contenidos lascivos y sin control.
1.9 Control paternal, más control gubernamental, entrenar a los niños para que
no les afecte la violencia de los medios o chips electrónicos que corten las
escenas violentas
Todo ello puede ser necesario. En cualquier caso, ya es hora de que cada sociedad
tome en serio este problema y actúe en consecuencia.
La televisión, en sí misma, no debe ser satanizada. Puede ser un instrumento eficaz
para el desarrollo y enriquecimiento humano. Programas excelentes han demostrado
que la televisión les puede enseñar a los niños nuevas habilidades, ampliar su visión
del mundo y promover actitudes y conductas prosociales. Sin embargo, la televisión
comercial tiene objetivos diferentes del desarrollo personal y cultural. Su objetivo es
hacerse a la audiencia a los publicistas.
Por otra parte en EEUU se ha inventado un aparato llamado Chip - V que conectado
a la televisión evita la visión de imágenes violentas, pero como todo aparato
tecnológico presenta sus ventajas y sus inconvenientes; lo malo es que se transmite
a través de un canal de transmisión a través del cual se subtitulan los programas, por
lo que no ha dado un resultado convincente. Aunque no hay que desestimar esta
medida, parece más lógico educar moralmente a los niños para que ellos mismos
sean críticos con los contenidos que observan. Para eso la labor educativa de los
padres debe ser indispensable. Algunas consideraciones que deberían tener los
padres para proteger a los niños del exceso de la violencia son:
Prestando mayor atención a los programas que ven los niños.
Estableciendo límites en el tiempo que pasan viendo televisión.
Evitando que vean aquellos programas conocidos como violentos. Deben
cambiar el canal, o apagar el televisor cuando aparecen escenas ofensivas, y
explicarle al niño aquello que consideran malo o inadecuado del programa.
Señalar al niño que aunque el actor no se lastimó, hirió o murió durante el
programa, la violencia puede producir dolor o muerte si sucede en la vida real.
Desaprobando los episodios violentos que suceden frente a los niños,
enfatizando el hecho de que esa no es la mejor forma de resolver un problema.
Los padres deben utilizar estas medidas para prevenir los efectos dañinos que la
televisión puede tener en otras áreas como el estereotipo racial o sexual. Aparte del
contenido del programa de televisión el tiempo que los niños dedican a esta actividad
debe limitarse ya que los saca de actividades más provechosas como lo son el jugar
con sus amigos, la interacción familiar, el estudio y la lectura.
Lo que nunca debe ocurrir es que los padres dejen desatendidos a sus hijos por la
televisión, una muestra de ello se publicó en el periódico ABC en una carta que un
niño escribió al director en la cual decía:
Señor, Vos que sois bueno y protegéis a todos los chicos de la Tierra, quiero pedirle
un gran favor: transformándome en un televisor. Para que mis padres me cuiden
como lo cuidan a él, para que me miren con el mismo interés con que mi mamá mira
su telenovela preferida o papá el noticiero.
Quiero hablar como algunos animadores, que cuando lo hacen, toda la familia calla,
para escucharles con atención y sin interrumpirles. Quiero sentir sobre mí la
preocupación que tienen mis padres cuando la tele se rompe y rápidamente llaman al
técnico. Quiero ser televisor para ser el mejor amigo de mis padres y su héroe
favorito. Señor, por favor, déjame ser televisor, aunque sólo sea por un día.
Parece mentira que un niño fuese capaz de querer ser un televisor sólo para que sus
padres le presten atención y le den un mayor cuido, esto es lo que está ocurriendo
actualmente, la sociedad está amnésica o hipnotizada con los programas de
televisión, sin prestar atención al cuidado de sus hijos.
Por consiguiente, los medios de comunicación deberían de ser utilizados para
difundir a los ciudadanos sus conocimientos referidos a la prevención de los malos
tratos y a la mejora de la vida.
La violencia ha saltado de la sección de sucesos a la de sociedad y, ciertamente en
muchas ocasiones a los violentos no les pasa nada. Se debe ser intolerante ante
cierto tipo de tolerancia y dar una respuesta penal (buscando la socialización, no la
represión) frente a los delitos, sobre todo los violentos.
No hay que silenciar la violencia, los medios de comunicación han de realizar
funciones de prevención: desenmarañando la falsa conjunción de sexo y violencia;
denunciando inmediata y sistemáticamente las agresiones sexuales; haciendo saber
que el grado de reincidencia es muy alto, en especial hasta la primera condena.
Deben explicar a los observadores de la violencia (vista en el televisor, escuchada en
la radio, leída en los periódicos) que no aprecian el castigo, por la lógica demora en
los procesos legales, pero que la respuesta penal finalmente llega. No han de
transmitir que la violencia es normal, o convertir su información en un espectáculo.
1.10 Efectos de ciertos contenidos violentos en niños y jóvenes
1.10.1 Conductuales
Algunos miembros de la audiencia actúan con mayor agresividad en su vida diaria e
imiten conductas violentas observadas.
1.10.2 Cognoscitivos
Gran parte de la información del mundo la obtenemos de forma “mediada” a través
de los medios de comunicación.
1.10.3 Emocionales – afectivos
Llevan a la disminución o el aumento a las respuestas emocionales de la gente ante
ciertos acontecimientos o situaciones.
2. MARCO CONCEPTUAL
2.1 Violencia
Según Gerbner, es cualquier expresión abierta y clara de fuerza física realizada
contra uno mismo o contra otra persona, encaminada a forzar al individuo a realizar
alguna acción en contra de su voluntad, so pena de ser castigado, lastimado o
muerto, o bien la ejecución propiamente dicha de cualquier acción que lleve a
lastimar, herir o matar a una o más personas.
Violencia es cualquier daño físico cometido intencionalmente por un individuo en
contra de sí mismo o de otra persona” (Richard J. Harris).
MÉTODO
Métodos Generales
El método científico y teórico, se han adoptado como los procedimientos o conjunto
de procedimientos que se utilizarán para la obtención de conocimientos y el modelo
de trabajo o secuencia lógica que orientará nuestra investigación. El método es la
vía, modo, procedimiento empleado para resolver, de forma ordenada, una
determinada tarea. El método científico es: la cadena ordenada de pasos (o
acciones) basadas en una aparato conceptual determinado y en reglas que permiten
avanzar en el proceso de conocimiento, desde lo conocido a los desconocido.
El método científico, a través de sus procedimientos (Observación, Planteamiento del
problema, Hipótesis y la conclusión), nos permitirá organizar la realidad empírica y
comprender las regularidades internas, los sentidos que subyacen tras la expresión
empírica de la realidad en este caso, la conciliación y su tratamiento en las Unidades
de Conciliación Ciudadana y Familiar.
El método teórico es el procedimiento que permite comprender y apreciar los objetos;
a través del razonamiento y la abstracción. Caracterizan al conocimiento teórico y
facilitan el estudio de los objetos teóricos. El método teórico nos permitirá conocer
por medio de una elaboración conceptual y del razonamiento, las regularidades y
particularidades esenciales del presente objeto de estudio. Para enfrentar esta tarea
cognitiva, se hace necesario formular hipótesis sobre determinada relación causal,
deducir nuevos elementos a partir de los hechos observables, elaborar y generar
nuevas ideas, etc. (Rodríguez, F., 1984).
MARCO METODOLÓGICO
Hipótesis
Los programas de televisión con contenido violento en la actualidad son más
frecuentes en canales de televisión locales y extranjeros e influyen de manera
negativa en la actitud y comportamiento de los adolescentes de la sociedad orureña.
Identificación de variables
Las variables se han clasificado en dos apartados. Por un lado, la variable criterio
objeto de estudio de la investigación, que son los contenidos violentos propiamente
dichos que se emiten en los programas de televisión y la influencia que ejercen estos
en la actitud y comportamiento o conducta de los adolescentes aspecto que se
constituye en variable dependiente.
1.4.3 Variable independiente
Programas de televisión con contenido violento.
1.4.4 Variable dependiente
Influencia negativa en la actitud y comportamiento de los adolescentes del Municipio
de Oruro.
1.5 Operacionalización de variables
1.5.1 Variable independiente
1.5.2 Variable dependiente
VARIABLEDIMENSIONES DE LA
VARIABLE
INDICADORES O VALORES
(ÍNDICES)INSTRUMENTOS
Programas de
televisión con
contenido violento
Tipo de programa
Frecuencia
Contenido
Informativo, serie, documental
Mínimo, Moderado, Excesivo
Violencia
Test de control
Test de control
Test de control
VARIABLEDIMENSIONES DE LA
VARIABLE
INDICADORES O VALORES
(ÍNDICES)INSTRUMENTOS
Influencia negativa en la
actitud y
comportamiento de los
adolescentes del
Municipio de Oruro
Tipo de influencia
Grado
Contenido
Comportamiento, actitud
Mínimo, Moderado, Excesivo
Presencia o ausencia de conflictos
Observación y entrevista
Test (cuestionario)
Test (cuestionario)
2.2 Métodos específicos
2.2.1 Inductivo
Bajo la búsqueda cualitativa, en lugar de iniciar con una teoría particular y luego
cambiar al mundo empírico para confirmar si ésta es apoyada por los hechos, en el
presente estudio se empieza examinando el mundo social en el cual se desarrolla la
problemática de la conciliación y sus efectos en la resolución de problemas cotidianos,
para luego desarrollar una teoría coherente genérica en el comportamiento de la
sociedad en su conjunto. Dicho de otra forma el objeto de estudio se fundamenta más
en un proceso inductivo (explorar y describir para luego generar perspectivas teóricas),
es decir que se enfocará desde lo particular llegando a generalizar el comportamiento
del fenómeno estudiado.
3. Metodología
3.1 Diseño
El diseño adoptado para el presente trabajo de investigación es: No experimental de
tipo transeccional.
En las relaciones interpersonales de la ciudadanía en general se manifiestan ciertas
conductas que por el tipo y gravedad no constituyen delitos pero si son un peligro para
el orden público, por tanto, la propuesta del presente trabajo es el estudio del fenómeno
del comportamiento de las personas.
Como señala Kerlinguer, citado por Hernández – Sampieri, 2003; en la investigación no
experimental no es posible manipular las variables o asignar aleatoriamente a los
participantes o tratamientos. El propósito de estos diseños es comenzar a conocer una
comunidad, un contexto, un evento, una situación, una variable o un conjunto de
variables. Se trata de una exploración inicial en un momento específico. La
investigación no experimental podría definirse como la investigación que se realiza sin
manipular deliberadamente variables. Es decir, que en el presente trabajo de
investigación no haremos variar en forma intencional la variable independiente.
Lo que se pretende, es observar el fenómeno estudiado tal y como se manifiestan en su
contexto natural, para después analizarlos. De hecho, no hay condiciones o estímulos a
los cuales se expongan los sujetos del estudio. Los sujetos se observan en su ambiente
natural.
Los diseños transeccionales nos permite realizar la investigación en un determinado
momento, vale decir que estudiaremos el fenómeno en la presente gestión.
3.2 Enfoque de la investigación
El enfoque elegido para el presente trabajo de acuerdo al alcance definido es el
multimodal o mixto (cuantitativo y cualitativo).
Este modelo representa el más alto grado de integración o combinación entre los
enfoques cualitativo y cuantitativo, ambos se entremezclan o combinan en todo el
proceso de investigación, o al menos, en la mayoría de sus etapas, requiere de un
manejo completo de los dos enfoques y una mentalidad abierta, agrega complejidad al
diseño de estudio; pero contempla todas las ventajas de cada uno de los enfoques.
La investigación oscila entre los esquemas de pensamiento inductivo y deductivo,
además de que por parte del investigador necesita un enorme dinamismo en el
proceso, lleva a un punto de vinculación lo cualitativo y lo cuantitativo que suele resultar
inaceptable para los puristas.
3.3 Alcance de la investigación
El alcance inicial del presente trabajo de investigación es exploratorio y descriptivo.
Según Hernández – Sampieri1, 2003; los estudios exploratorios se efectúan,
normalmente, cuando el objetivo es examinar un tema o problema de investigación
poco estudiado, del cual se tiene muchas dudas o no se ha abordado antes. Es decir,
cuando la revisión de la literatura reveló que tan solo hay guías no investigadas e ideas
vagamente relacionadas con el problema de estudio, o bien, si deseamos indagar sobre
temas y áreas desde nuevas perspectivas o ampliar las existentes. Los estudios
exploratorios sirven para familiarizarse con fenómenos relativamente desconocidos,
obtener información sobre la posibilidad de llevar a cabo una investigación más
completa sobre un contexto particular, investigar problemas del comportamiento
humano que consideren cruciales los profesionales de determinada área, identificar
conceptos o variables promisorias, establecer prioridades para investigaciones futuras,
o sugerir afirmaciones y postulados.
3.4 Sujetos de la investigación
3.4.1 Población
La población está conformada por personas adolescentes que reciben cierta influencia
de los programas de televisión con contenido violento.
3.4.2 Muestra
En el presente trabajo se utilizará muestras no probabilísticas caracterizados por
sujetos – tipo y estudios de caso.
Las muestras no probabilísticas, también llamadas muestras dirigidas, suponen un
procedimiento de selección informal. Se utilizan en muchas investigaciones y a partir de
ellas, se hacen inferencias sobre la población2.
Desde el punto de vista de Hernández – Sampieri, el estudio de caso no es una
elección del método, sino del objeto o la muestra que se va estudiar. El caso es la
1 Hernández, R; Fernández, C; Baptista, P. (2003). Metodología de la Investigación. 2ed. México, DF, McGraw – Hill.
2 Céspedes, E. J. (2001). “Metodología de la Investigación”. Universidad Técnica de Oruro (UTO).
unidad básica de la investigación y puede tratarse de una persona, una pareja, una
familia, un objeto, un sistema (fiscal, educativo, terapéutico, de capacitación, de trabajo
social), una organización (hospital, fábrica, escuela, etc.), una comunidad, un municipio,
un departamento o estado, una nación, etcétera.
Un programa de televisión denominado “Crónica Roja”. Con la finalidad, de analizar el
contenido se ha seleccionado cuatro programas. La duración del programa es de una
(1) hora. La emisión de este programa es diaria, realizándose la elección debido a que
se ha considerado tiene altas dosis de contenidos violentos de tipo físico, verbal y
psicológico claramente visibles.
Los episodios seleccionados destacan principalmente por sus contenidos de violencia
física. Por el contrario, las conductas prosociales o altruistas, apenas se muestran, o no
tienen cabida en el desarrollo de los episodios.
3.4.3 Criterios de selección
El universo tomado en cuenta, lo constituye la población adolescente del Municipio de
Oruro.
La población está constituida por todos los ciudadanos y ciudadanas en etapa de la
adolescencia, cuya conducta que en ciertos casos haya influenciada por los programas
de televisión con contenido violento.
3.4.4 Criterios de procedimiento
Se procedió a seleccionar a los sujetos (muestra) para realizar estudios de caso por su
calidad de sujetos tipo.
3.5 Técnicas e instrumentos de recolección de datos
2.5.2 Técnica
Las técnicas de recolección de datos están compuestas por la observación cualitativa,
entrevistas cualitativas y análisis de documentos.
Al hablar sobre los contextos en los cuales se aplica un cuestionario (instrumentos
cuantitativos) se comenzaron algunos aspectos de las entrevistas. No obstante, la
entrevista cualitativa es más flexible y abierta.
Ésta se define como una conversación entre una persona (el entrevistador) y otra (el
entrevistado) u otras (entrevistados).
En el último caso tal vez una pareja o un grupo pequeño como una familia (pudiéndose
entrevistar a cada miembro del grupo individualmente o en conjunto; esto sin intentar
llevar a cabo una dinámica grupal, lo que sería un grupo de enfoque).
Las entrevistas se dividen en estructuradas, semiestructuradas o no estructuradas o
abiertas (Grinnell, 1997, citado por Hernández – Sampieri, 2003).
La observación cualitativa se trata de una técnica de recolección de datos (denominada
también observación de campo, observación directa u observación participante, aunque
este último término elimina a la observación no participante) cuyos propósitos son:
Explorar ambientes, contextos, subculturas y la mayoría de los aspectos de la vida
social (Grinnell, 1997, citado por Hernández – Sampieri, 2003).
Describir comunidades, contextos o ambientes, y las actividades que se desarrollan en
éstos (as), las personas que participan en tales actividades y los significados de las
actividades (Patton citado por Hernández – Sampieri, 2003), comprender procesos,
interrelaciones entre personas y sus situaciones o circunstancias, y eventos que
suceden a través del tiempo, así como los patrones que se desarrollan y los contextos
sociales y culturales en los cuales ocurren las experiencias humanas (Jorgencen, 1989,
citado por Hernández – Sampieri, 2003), identificar problemas (Grinnell, 1997, citado
por Hernández – Sampieri, 2003).
3.6 Instrumento de recolección de datos
Para analizar la violencia presente en el programa “Crónica Roja” se ha utilizado la
técnica de recolección de información denominada Análisis de Contenido,
estableciendo un sistema de categorías agrupadas en diferentes variables. Con tal
finalidad se han creado las tablas de contenido, donde se agrupan los datos recogidos
para cada categoría y sus porcentajes. Después se observaron los programas y se
categorizaron los contenidos de carácter violento, de acuerdo con las tablas creadas
para este propósito.
Análisis de datos: Se contabilizan los reportajes o casos violentos que se emiten,
estableciéndose un porcentaje para cada una de las categorías, que conforman las
tablas del análisis de contenido de los programas de “Crónica Roja”. Desde estas tablas
se trata de establecerse un perfil descriptivo del contenido violento.
3.7 Equipos y material
Computadora
Formularios de registro
4. RESULTADOS
Los adolescentes ven televisión en un promedio de tres a cuatro horas diarias.
La televisión es una influencia poderosa en el desarrollo de un sistema de valores y en
la formación del comportamiento. Desgraciadamente, una gran parte de la
programación actual es violenta.
Los efectos de la violencia en la televisión en los niños y los adolescentes han
encontrado que pueden:
Volverse "inmunes" al horror de la violencia;
Gradualmente aceptar la violencia como un modo de resolver problemas;
Imitar la violencia que observan en la televisión;
Identificarse con ciertos caracteres, ya sean víctimas o agresores.
Los niños que se exponen excesivamente a la violencia en la televisión tienden a ser
más agresivos. Algunas veces, el ver un sólo programa violento puede aumentar la
agresividad. Los niños que ven espectáculos en los que la violencia es muy realista, se
repiten con frecuencia, o no recibe castigo, son los que más tratarán de imitar lo que
ven.
El impacto de la violencia en la televisión es evidente de inmediato en el
comportamiento del niño o puede surgir años más tarde y la gente joven se ve afectada
aun cuando la atmósfera familiar no muestre tendencias violentas. Esto no indica que la
violencia en la televisión es la única fuente de agresividad o de comportamiento
violento, pero es un contribuyente significativo.
Podría preguntarse cómo ha llegado la televisión a convertirse en una forma de
entretenimiento tan atractiva para la población, en especial para niños y jóvenes. De
acuerdo al análisis realizado en 100 personas con relación a la cantidad de aparatos de
televisión con os que cuentan en sus domicilios, se ha establecido que por lo menos
cuentan con un televisor en casa. Han invadido toda la casa: hay televisores en la sala,
el comedor, la cocina y especialmente en las recamaras. Por su parte la industria de la
televisión ha logrado una cobertura impresionante de eventos sociales, deportivos,
noticiosos y de espectáculos que, aunada a la programación habitual, la hacen por si
misma muy atractiva. El manejo de estereotipo de popularidad en la programación hace
casi un requerimiento social el ver televisión.
CONCLUSIONES
La televisión, es hoy en día el medio masivo de comunicación por excelencia, pues
junto a sus características, que combinan en un mismo instante imagen y sonido en
movimiento, tiene una enorme capacidad de penetración, de difusión de valores y
generación de consumo.
Como auditorio, se debe aprender a distinguir entre la noticia objetiva y real de la
sensacionalista, cargada de ruido y espectacularidad, provoca imágenes distorsionadas
de la realidad.
Los padres pueden proteger a los niños de la violencia excesiva en la televisión de la
siguiente manera:
Prestándole atención a los programas que los niños ven en la televisión y viendo
algunos con ellos.
Estableciendo límites a la cantidad de tiempo que pueden estar viendo televisión;
señalándoles que aunque personaje se ha hecho daño y se ha muerto, tal violencia
en la vida real resulta en dolor o en muerte.
Negándose a dejar que los niños vean programas que se sabe contienen violencia,
y cambiando el canal o apagando la televisión cuando se presenta algo ofensivo,
explicándoles qué hay de malo en el programa.
No dando su aprobación a los episodios violentos frente a sus hijos, enfatizando la
creencia de que tal comportamiento no es la mejor manera de resolver un
problema; contrarrestando la presión que ejercen sus amigos y compañeros de
clase, comunicándose con otros padres y poniéndose de acuerdo para establecer
reglas similares sobre la cantidad de tiempo y el tipo de programa que los niños
pueden ver.
Se ha dicho muchas veces que los criterios de contenido son manejados por el dueño
de la empresa, sin embargo, ante los requerimientos comerciales de la actualidad, un
programa que no tiene suficiente auditorio es retirado del aire, dando un poder al
auditorio para seleccionar los programas de su interés. Los cambios vendrán cuando la
sociedad en su conjunto fomente la producción de programas televisivos tendientes a
difundir valores éticos, sociales, políticos y familiares, con información objetiva, veraz y
de calidad en su contenido.
Depurar las imágenes más violentas, e inculcar a los adolescentes una crítica de los
programas televisivos más violentos.
Producir más programas sin escenas violentas y aumentar la programación cultural,
haciendo reportajes, series con mayor valor educativo que fomenten valores positivos
para nuestra sociedad.
Resaltar que es hora que se tenga en cuenta el problema que contrae la violencia en la
televisión, las consecuencias a largo plazo e incluso a corto que puede llevar a un niño
a asimilar imágenes violentas sin las críticas pertinentes al respecto y de forma
reiterativa.
Se debe de actuar ya, poner solución a este problema. Los padres necesitan tener un
mayor control de sus hijos y no dejarlos al cuidado del “canguro televisión”. También la
sociedad que es en general el público que ve la televisión debería presionar a los
productores, directores y legisladores para que se ocupen de la violencia en la
televisión.
El futuro de nuestros niños y de la sociedad está en nuestras manos, la televisión
puede llegar a ser un aparato tecnológico que sirva de provecho, es decir, que de
cultura, que enseñe y dé una serie de valores que hagan mejores ciudadanos, pero lo
que no se puede consentir es la disparidad de programas basura, como programas del
corazón, reality shows que enseñan las atrocidades amorosas de unos y otros, los
insultos...estos programas han llegado a quitar el espacio dedicado a los niños, ahora
los programas culturales y de más aprendizaje se muestran a altas horas de la
madrugada, se ha llegado a una televisión para el entretenimiento y el espectáculo.
Estos aspectos no pueden seguir así porque cada vez más se están extendiendo los
efectos deletéreos de la violencia en la televisión.
RECOMENDACIONES
Procurar que todo programa que contenga violencia cumpla ciertas normas:
El agresor de la película o serie no debe quedar sin castigo, se debe inculcar que
todo acto violento conlleva una serie de demoras.
No debería de transcurrir mucho tiempo entre la acción violenta que ha cometido un
personaje y su castigo, ya que si no puede descolocar al espectador y puede llegar
a disociar la escena violenta con el castigo por ella.
El protagonista bueno no debería ser aún más violento que el protagonista malo, y
ha de recurrir a alternativas distintas de la violencia para resolver el conflicto, es
decir, se debe dialogar primero, la violencia no se debe justificar nunca, aunque
haya sido para proteger o defender a alguien.
Se deberían mostrar las consecuencias negativas que la violencia puede llegar a
tener a corto y a largo plazo, se debería mostrar como el camino de la violencia
conlleva malas consecuencias en un futuro.
No se debe embellecer ni depurar la violencia, tampoco se deberían hacer
programas donde la violencia y el humor están unidos, la violencia se debe tratar
como un gran problema donde la risa no tiene cabida.
Se debería tener en cuenta la hora en que se emiten los programas con más
escenas violentas, yo pienso que se deberían marcar unas franjas horarias para
adultos y otra para niños, por ejemplo que las escenas o series más violentas o
fuertes se emitieran a partir de las doce. También cada película o cada serie
debería poner las indicaciones pertinentes para recomendar hasta que edad es
viable que la vean.
Se debería evitar todo tipo de escenificación violenta que, demás incluya elementos
discriminatorios contra grupos minoritarios, étnicos o raciales.
Se debería procurar ver la televisión con los hijos, haciéndoles las observaciones
pertinentes con respecto a las escenas que consideren más fuertes o que se exime
algún tipo de violencia ya sea física como verbal, y cuando sea el caso se debería
contrarrestar su influencia negativa en la sociedad.
Se debería ser más conscientes de los riesgos que conlleva la televisión, sin hacer
ninguna excepción, a esto me refiero por los dibujos animados ya que actualmente
muchos de ellos conllevan contenidos violentos e impropios para los niños.
Se deberían seguir respectando la libertad de expresión, sin fomentar ninguna censura,
aunque si deberían censurar algunas imágenes que son muy violentas y en las que no
se recibe el castigo y en las que se puede herir los sentimientos de los telespectadores.
Se debería impulsar la creación de algún consejo presidido por personas intelectuales,
que analizaran los contenidos de cada programa, que velaran por la calidad, los
contenidos y lo moralmente ético que se visualiza en cada programa.
Se debería imponer una serie de multas o sanciones para quién incumpla las normas,
es decir, que pongan programas violentos en una franja horaria tildada para los niños o
poner imágenes violentas que hieran la sensibilidad de los telespectadores, entonces
se debería multar.
Las instituciones dedicadas a la enseñanza tal como colegios, institutos y universidades
deberían promover un espíritu crítico acerca de los programas televisivos, impulsando
más la lectura, la vida con los amigos, y además deberían capacitar a los alumnos para
elegir racionalmente una programación adecuada.
A través de la Fiscalía o de la Defensoría de la niñez y adolescencia se debería
potenciar la labor de vigilancia de los productos que los medios de comunicación
ofrecen a los menores para su consumo.
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emitidos por Tele Madrid y Onda Madrid susceptibles de afectar a los menores.
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