III Congreso Latinoamericano de Historia Económica y XXIII Jornadas de Historia Económica
Mesa general 8: Historia Industrial
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Industrialización y siderurgia en Japón: demanda, producción y
empresas desde fines del siglo XIX hasta la tercera década del siglo XX
Martha Loaiza Becerra y Maricela Reyes López
Universidad de Colima, MÉXICO
([email protected] y [email protected])
Resumen:
La industrialización japonesa supuso un enorme esfuerzo gubernamental que implicó no
sólo transferencia de tecnología y crecimiento económico sino también la adopción de una
agresiva plataforma en materia de política exterior para asegurarse un aprovisionamiento
seguro y constante de materias primas como mineral de hierro y carbón. El objetivo de
nuestro trabajo es mostrar cómo en el último tercio del siglo XIX, el Estado japonés urgido
por el auge industrial occidentalpatrocinó la capacitación de ingenieros nacionales, quienes
lideraron un proceso de transferencia de tecnología bajo esquemas científicos. Uno de los
sectores más favorecidos por dicho proceso fue el siderúrgico. En vista de la enorme
demanda de materiales derivados del acero, el gobierno japonés y los empresarios privados
enviaron a su personal a investigar sobre los métodos y procesos siderúrgicos que se
estaban aplicando tanto en Europa como en Estados Unidos. Lo anterior repercutió en el
establecimiento de una base industrial acerera capaz de sustituir las importaciones. A partir
del análisis de fuentes documentales de los siglos XIX y XX ponemos en perspectiva el
desarrollo industrial japonés particularmente el que dependió del establecimiento y auge de
la siderurgia. Así, la modernización y crecimiento económico del Japón decimonónico tiene
dos caras: una es la del éxito en la asimilación de nuevas tecnologías que en un sector clave
como el siderúrgico se convirtieron en el detonador de múltiples cambios y llevaron a la
postre al establecimiento de la ciencia y la tecnología y, por el otro, justificaron políticas
expansionistas y de ocupación en la región de Asia del Este mientras que al interior
incidieron en el deterioro medioambiental. No obstante, los japoneses consolidando el
binomio acero-planta industrialen poco tiempo pudieron sortear los requerimientos
nacionales y ocupar un lugar importante dentro de las naciones productoras de hierro y
acero a nivel mundial.
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I. Un poco de teoría
En el camino hacia la independencia tecnológica, Japón tuvo un nivel inferior comparado
con los países desarrollados del siglo XIX, su situación fue de desventaja y atraso relativo.
En el comienzo de la industrialización, las máquinas modernas fueron hechas gracias a la
combinación de diferentes clases de partes componentes. Por ejemplo, los engranajes eran
vaciados usando técnicas tradicionales, pero partes difíciles de sustituir eran reproducidas
usando madera o cerámica. Por esta razón, el conocimiento tradicional de canteros,
herreros, alfareros y otros artesanos especializados fue fundamental. Debido a que
existieron algunas técnicas relacionadas, la tarea más esencial fue la importación de
tecnologías básicas, simples y baratas. Podemos afirmar que esta etapa de “condiciones
favorables” duró por lo menos sesenta años. Esto es desde los 1840 hasta los 1890. Sin
embargo, la pregunta que debemos resolver es ¿cómo asimiló Japón en forma rápida la
ciencia y tecnología occidentales? Estudiosos como Tetsurō Nakaoka y Kazuko Tsurumi
han analizado la relación recíproca entre las influencias exógenas y endógenas en el
desarrollo científico y tecnológico de Japón hacia mediados del siglo XIX.1
De acuerdo con estos autores, el desarrollo tecnológico de Japón fue resultado de las
transferencias de tecnología en el transcurso del tiempo; la acumulación permitió que una
capacidad tecnológica total pudiera construirse, especialmente en aquellas áreas ligadas a la
investigación y el desarrollo.2 Aún y cuando Japón dependió completamente de la
tecnología importada en el comienzo del proceso de industrialización, la inversión de
recursos para el desarrollo tecnológico fue realizada en proporción directa al desarrollo
económico, este hecho permitió “saltar” de la imitación a la creación.Ryōshin Minami
apunta que una acumulación tecnológica simple no es suficiente para hacer aparecer
exitosamente una economía moderna.3 Minami señala que en el caso de Japón hubo tres
elementos para absorber la tecnología extranjera en una forma exitosa. Estos elementos
fueron la disponibilidad de fuerza de trabajo, la utilización de capital social general y, la
reproducción de este capital por medio de un “gobierno bien organizado”.4Sobre todo, la
experiencia japonesa nos muestra cómo las políticas para desarrollar las capacidades
sociales para absorber tecnologías modernas son de gran importancia. Aún si, la
1 Nakaoka Tetsurō. Science and Technology in the History of Modern Japan: Imitation or Endogenous
Creativity? Sub-project on the transformation of the world, Tokyo, The United Nations University, 1980,
pp.1-6
2 Shishido, T. et.al. “Japan” en Chamarik Saneh & Goonatilake, Susantha, eds., Technological Independence.
The Asian Experience, Tokio, United Nations University Press, 1994, p. 296
3 Minami, Ryōshin. The Economic Development of Japan. A Quantitative Study, Nueva York, St. Martin' s
Press, 1994, pp. 10-13
4 Minami, Ryōshin, Op.cit. pp. 14-31
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transferencia de tecnología no es automática o no ofrece una solución inmediata para los
problemas económicos en las naciones retrasadas.5Indudablemente, el Estado desempeño
un papel central en el establecimiento de un marco institucional para permitir la
adquisición, comercialización y difusión de tecnologías modernas.6
Nakaoka propone un enfoque crítico centrado en las tareas y esfuerzos tecnológicos
llevados a cabo para imitar y desarrollar maquinarias, técnicas y procesos de trabajo desde
el fin de Tokugawa hasta la Guerra del Pacífico. Para hacer esto, ha considerado muy
importante otorgar atención especial a la escena endógena japonesa, sus actores y recursos.
Nakaoka devela cómo la tecnología moderna fue establecida en Japón revisando no sólo los
éxitos sino también los fracasos. Para tal efecto, nos muestra los detalles del proceso
tecnológico. Por ejemplo, emplea el caso de la construcción de embarcaciones en Nagasaki
para relatarnos cuál era el nivel tecnológico real. Este caso específico ilustra la enorme
brecha existente entre Japón y Europa y cómo los artesanos japoneses comenzaron a luchar
para cerrarla a través de la imitación. En este sentido, imitación fue el primer gran paso
hacia la revolución industrial y el establecimiento del capitalismo industrial en Japón. Un
hecho interesante relacionado con la aseveración de Nakaoka es que la imitación de la
tecnología moderna fue posible únicamente debido a la existencia de la tecnología
tradicional y la habilidad de los carpinteros japoneses (en el caso de la construcción de
navíos). Aunque esta afirmación encierra una contradicción, es útil para explicar el proceso
de industrialización japonesa así como también la transformación de una tecnología ya
existente pero obsoleta. La capacidad de los japoneses para imitar técnicas y procesos
superiores fortaleció sus destrezas, ya que no se trata sólo de copiar sino de lograr un
dominio magistral y creativo de lo que se pretende copiar.
Otro punto de discusión importante acerca del marco de Nakaoka es qué tipo de tecnología
y de técnicas fueron importadas. De acuerdo con él, la asimilación tecnológica fue realizada
en un tiempo breve debido a que las tecnologías claves: maquinarias y procesos de
producción, fueron cuidadosamente seleccionados. Por ejemplo, la introducción de las
máquinas de vapor causó un impacto socio-tecnológico de grandes dimensiones afectando
cada aspecto de la vida económica japonesa. Un cambio siguió al otro, en forma
encadenada. De esta manera, la historia de la tecnología de Japón muestra cuáles son los
problemas comunes enfrentados por un país en la etapa inicial de desarrollo.
Lo que Nakaoka nos propone no es un modelo metodológico inmóvil sino uno centrado en
las experiencias internas y las peculiaridades de cada caso en cada país. Nakaoka se opone
5 Ian Inskter, Science and Technology in History. An Approach to Industrial Development, Nueva Jersey,
Rutgers University Press, 1991,pp. 142-143
6 Ian Inskter, Op.cit. pp. 144-145
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a la idea occidental del curso estandarizado del desarrollo, que niega las peculiaridades. Sin
embargo, se muestra a favor de la existencia de condiciones universales comunes. Cuando
se plantea la pregunta si el caso de Japón es especial (comparado con el caso europeo), trata
de llamar nuestra atención y de hacernos pensar críticamente sobre el proceso de
industrialización japonesa y voltear nuestra mirada hacia el examen del curso de la
formación de la tecnología en concreto.
Nakaoka apela a evitar aseveraciones reduccionistas y estereotipadas como “desarrollo
armonioso” (para referir el patrón de desarrollo europeo) o “toda la industria japonesa
estuvo orientada hacia la guerra”. Ciertamente en ambos casos (el europeo y el japonés), la
producción de cañones fundidos y la construcción de buques fueron más o menos procesos
paralelos, que permitieron desarrollos subsecuentes. Mediante la experiencia japonesa
podemos aprender que bajo ciertas condiciones la tecnología más avanzada no es siempre
la mejor elección. Así, los artesanos fueron capaces de manejar tecnologías más avanzadas
recurriendo a sus conocimientos sobre las tecnologías antiguas. Este es el caso de la rueda
hidráulica usada en las fundiciones antes de que la máquina de vapor fuese introducida.
Nakaoka reconoce cuán importantes fueron en el caso europeo la industria delafundición de
cañones, la construcción de embarcaciones, la tecnología minera y los carpinteros que
hicieron los molinos de viento y agua para el progreso de la ingeniería mecánica en el
camino hacia la industrialización. Lo mismo puede afirmarse acerca de Japón durante la
última parte del periodo Tokugawa. Nakaoka emplea como ejemplo la construcción de
veleros de estilo occidental en el dominio de Satsuma. Este hecho habría sido imposible sin
la existencia de carpinteros capaces, quienes usaron métodos tradicionales para cumplir con
sus tareas. En breve, la interacción dinámica de fuerzas exógenas y endógenas durante el
proceso de imitación permitió a Japón alcanzar a Europa. Entonces, si el caso japonés se
parece al caso europeo no puede ser calificado de “especial” sólo porque Japón sacó ventaja
de la tecnología existente usando la tradicional que le permitió “ahorrar tiempo” y “saltar
hacia delante”.Podemos observar que la posición teórica de Nakaoka es contraria a aquellas
propuestas teóricas centradas en el Estado y su papel de liderazgo para llevar a cabo la
revolución industrial en Japón. Más allá de cualquier política emitida por el Estado Meiji,
considera más importante para el progreso tecnológico los papeles desempeñados por los
ingenieros y los técnicos, quienes “aprendieron haciendo”.En este sentido, la característica
más sobresaliente de su propuesta teórica es que, los ingenieros y técnicos japoneses
jugaron un papel importante durante el proceso de transferencia y asimilación de las
tecnologías.
En este punto Nakaoka está determinado a probar que los esfuerzos tecnológicos para
introducir la nueva tecnología para la producción de hierro y acero (el horno reverberador)
realizados por los dominios como Saga, Satsuma, Nirayama, Mito, Tottori, Chōshū,
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Okayama, Fukuoka y Shimabara fueron más importantes que las políticas del gobierno
japonés de la Era Meiji.Durante mucho tiempo, los estudiosos occidentales han visto el
desarrollo económico japonés como el resultado exitoso de las políticas de Estado sin
prestar atención especial a las pequeñas compañías, los talleres artesanales o los proyectos
empresariales privados. En realidad, de acuerdo a la narrativa histórica de Nakaoka la
aparición de la industria moderna del hierro se debió a la iniciativa privada. Aquellos
involucrados en Rangaku (estudios holandeses) y los asuntos militares fueron los primeros
que se sintieron atraídos a experimentar con nuevos procesos y técnicas.Takatō Ōshima
representa uno de aquellos personajes, quienes impulsados por sus propios intereses en
torno a la ciencia y tecnología occidentales hicieron algunos progresos que contribuyeron
enormemente al cambio tecnológico.
De esta forma, el señalamiento de Nakaoka es muy importante, sin embargo, falla al no
reconciliar su punto de vista con el que enfatiza el papel jugado por el Estado. Su propuesta
de tomar en consideración los elementos endógenos y exógenos al momento de investigar
sobre la historia de la tecnología es absolutamente valiosa. Nakaoka ha utilizado el caso de
la Siderúrgica Estatal en Kamaishi como ejemplo de las limitaciones de la política
tecnológica de Estado. Tras el fracaso de la paraestatal Siderúrgica Kamaishi fue vendida al
comerciante Chōbei Tanaka en 1882. Allí él estableció la planta siderúrgica Kamaishi-
Tanaka produciendo hierro en forma exitosa en 1886.Según Nakaoka, este éxito fue posible
porque la tecnología era adecuada a los factores domésticos locales. Así, el cambio
tecnológico fue posible, no sólo debido a la importación e implantación masiva, sino
también porque tanto la fuerza de trabajo artesana como los pioneros Ōshima y Tanaka
usaron las técnicas locales tradicionales y las habilidades tecnológicas indígenas para
asimilar las modernas.
El cambio tecnológico requirió un proceso de adaptación, el cual adecuó la tecnología
importada a las condiciones locales. Sin embargo, cómo un proceso de este tipo se llevó a
cabo, qué sucedió realmente en cada caso. Considero que realmente urgen más casos de
estudio históricos para lograr alcanzar una comprensión auténtica del cambio tecnológico
japonés. Debemos notar que el cambio tecnológico moderno corresponde a un espacio
temporal específico y limitado.
En este sentido, la propuesta de Nakaoka es muy útil como reflexión acerca del fin del
periodo Tokugawa y el periodo Meiji. Su reconocimiento de un nexo socioeconómico entre
la tecnología y el medio ambiente es un punto de partida para investigaciones posteriores.
Primero, debemos observar que construye su modelo teórico a partir de los casos que le
ofrece la industria siderúrgica. Nakaoka mismo reconoce que ha recuperado las ideas del
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Profesor Ōhashi. Incluso podemos notar que el Profesor Ōhashi ha señalado un desarrollo
por etapas en el caso de la manufactura de cañones durante el periodo Tokugawa.
La palabra clave en el esquema de Nakaoka es dōka (asimilación). Por qué fracaso el
gobierno, por qué los empresarios privados tuvieron éxito, qué factores exógenos o
endógenos permitieron el tránsito de la tecnología de tatara(たたら吹製鉄法) a la tecnología
del alto horno de coque. Nakaoka responde a estos cuestionamientos. Incluso Nakaoka
señala cómo los factores endógenos que permitían el progreso tecnológico o “saltos” fueron
cambiando de una etapa a otra. Por ejemplo, en una etapa superior de desarrollo, la
tecnología tatara parecía ser irrelevante para el establecimiento de la Planta Siderúrgica
Yawata. En esta etapa, los ingenieros nativos y los técnicos, quienes fueron entrenados en
el extranjero, o bien, bajo el consejo de especialistas, desempeñaron un papel
fundamental.Nakaoka subraya las actividades técnicas del ingeniero Noro y sus discípulos.
Sus trayectorias confirman que, en el caso de la industria siderúrgica, tomaron en cuenta el
conocimiento tradicional para resolver problemas técnicos, al menos en el sentido que
Nakaoka ha señalado. Quizá, este nexo socioeconómico o relación con la tecnología no fue
lo suficientemente decisivo. De cualquier manera, un hecho innegable es que la interacción
entre la tecnología tradicional y la moderna transformó el ambiente por completo no sólo
físicamente sino también socialmente.
En suma, lo que Nakaoka nos sugiere es que para estudiar la tecnología transferida en
Japón, deberemos analizar las causas detrás del fracaso y el éxito. Simultáneamente,
deberemos prestar atención al patrón “ensayo y error”, observando la evolución de las
técnicas. Sobre todo, deberemos considerar los problemas sociales y ambientales que
emergieron del desarrollo industrial como una consecuencia del cambio tecnológico. Para
construir una historia comprehensiva de la tecnología en Japón, los “saltos tecnológicos”
deberán estudiarse como parte de un todo integral.
II. Contexto general
En 1873, con la llegada de Henry Dyer a Japón se inauguró un sistema sólido de educación
técnica. En Dai Nippon.La Bretaña del Este. Un estudio en la Evolución el anotaría lo
siguiente:
...el ingeniero es el revolucionario real; gracias a su trabajo cambian las condiciones sociales
y económicas, poniendo en acción fuerzas que son más poderosas que cualquier otra cosa
que pueda ser hecha por medio de la mera legislación.7
7 Dyer, Henry. Dai Nippon. The Britain of the East. A study in national evolution, Blackie & Son.Limited,
Glasgow & Dublín, 1904. p.13
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Los oyatoi gaijin supieron reconocer y apreciar el alto sentido personal y nacional del
honor prevaleciente entre los japoneses de aquella época, como el “secreto” de los
desarrollos que tuvieron lugar en Japón.8 Colocando a la lealtad como la virtud suprema, la
previsión sobre bases científicas los dotó de una fuerza de visión que les permitió realizar
una selección ecléctica del pensamiento, la ciencia y la tecnología occidentales.Fueron
muchos los japoneses del periodo Meiji que se caracterizaron por su visión de progreso.
Henry Brunton los califica como “de ideas avanzadas”.
En los setenta del siglo XIX, tanto los extranjeros contratados como los japoneses se
enfrentaron con un doble problema: no sólo tenían que resolver las innumerables
dificultades técnicas sino que también sobre la marcha tenían que adaptarse mutuamente a
sus distintas maneras de pensar y hacer. Pero el aspecto que no debemos de perder de vista
es que los oyatoi gaijin no solamente coadyuvaron en el entrenamiento de la fuerza humana
que demandaba el desarrollo; ayudaron a establecer también las instituciones necesarias
para un crecimiento sostenido.
Curt Netto al comparar Japón con los países extranjeros, particularmente, con Alemania,
desarrolló una teoría de la educación tecnológica. Esto fue realmente muy importante
porque basado en su experiencia en Alemania, y analizando las particularidades de Japón
mediante un método científico estableció sitios de experimentación minero-metalúrgica,
con el fin de que los estudiantes de minería de la Universidad de Tokio lograran entrenarse
tanto como fuera posible en Tokio, muy lejos de todas las minas y, promover la
experimentación. Allí, instaló un horno de reducción de mineral, un alto horno,
instrumentos de amalgamación, trituración y refinación de mineral y, aparatos varios. Más
tarde, con base en la experiencia del laboratorio de la Universidad de Tokio, abogó por la
organización de instalaciones de uso público para investigación operadas por el gobierno.
Henry Dyer reconoció a los estudiantes del Kobu-Daigakko que “hicieron tanto para
construir el Japón moderno” y detalló todas las causas, que él entendía en un sentido
ostensiblemente darvinista como la suma de las condiciones que provocaron el fenómeno
de la “evolución nacional de Japón” entre las que destacó el hecho de que el impulso
viniera desde dentro y dependiera en gran medida del rápido progreso alcanzado en el uso
de los métodos occidentales.
Entre 1868 (primer año del gobierno Meiji) y 1904 (año del estallido de la Guerra con
Rusia) habían transcurrido apenas treinta y seis años y treinta y siete desde que Japón
participara oficialmente por vez primera en la Gran Exhibición de París en 1867. ¿Cómo se
8Oyatoi gaijin es una denominación genérica en japonés para los extranjeros contratados por el gobierno
japonés durante el periodo Meiji para realizar actividades y/o funciones que los nacionales no estaban
preparados para desempeñar.
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transformó Japón en el país moderno que en 1904 el ingeniero-científico Dyer equiparaba
con el Imperio Británico? Las respuestas a este planteamiento son múltiples pero la que
presentamos aquí está ligada con el establecimiento de la industria siderúrgica y las
limitaciones que tuvieron que ser superadas por el Estado, así como los efectos producidos
por estos hechos.
La industria siderúrgica fue la industria pivote en la revolución industrial japonesa, fue el
motor del progreso entre 1884 y 1932. El desarrollo de la industria pesada aparece
estrechamente ligado al desarrollo de la industria siderúrgica, considerada desde aún antes
de la renovación como una industria estratégica para la defensa militar, los auges de esta
industria pesada se corresponden con los momentos de expansión imperialista de Japón en
Asia; el know–how acumulado permitió transitar de la táctica a la práctica. Sin embargo, la
producción siderúrgica se enfrentó con cuatro limitaciones serias: la escasez de materia
prima, la inexistencia de territorios coloniales en donde obtenerlas, la construcción de
plantas siderúrgicas con una capacidad de producción que rebasaba la oferta de materia
prima y, la incapacidad del mercado para absorber inicialmente la producción.
Pero situémonos en el momento de arranque, la llamada Renovación Meiji fue un
movimiento político que tuvo consecuencias profundas en la historia contemporánea de
Japón porque abolió el sistema feudal. Los cambios radicales realizados por el gobierno de
Meiji que estuvo integrado principalmente por los líderes del movimiento anti-Bakufu
(Satsuma, Choshu, Saga y Tosa) y por algunos miembros de la corte del Tenno, entre 1868
y 1889 fueron de naturaleza no sólo política, sino también social y económica.
Las reformas económicas, políticas y sociales tuvieron su origen en el cambio de actitud de
un grupo de hombres pertenecientes a la clase guerrera –samurai que se rebelaron con
fuerza contra el gobierno militar central asentado en Edo (Tokio) debido a disensiones,
entre algunos de los Dominios y el Bakufu, respecto al cambio de la política exterior a
partir de la llegada del Comodoro Matthew C. Perry a la bahía de Yokohama en 1853. Sin
embargo, este cambio de actitud no se generó en 1853, sino varias décadas atrás, esto es,
desde el final del siglo XVIII, cuando cobraron gran auge los llamados estudios del
holandés -Rangaku. El contacto comercial limitado, pero no inexistente, con los países
occidentales como Portugal y Holanda permitió el flujo de información y su difusión.
En la primera mitad del siglo XIX la civilización irradiada desde Europa y los Estados
Unidos comenzó a ser entendida como el dominio de la ciencia y la tecnología aplicadas a
la producción en la fábrica o industria, esto es, la industrialización para elevar el nivel
económico y acrecentar el poder de un país. La participación de los representantes enviados
por los Dominios de Satsuma y Saga, así como también por el gobierno de Edo a la
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Exhibición Mundial de París en 1867 demuestra el deseo de la clase samurai, ya divida en
facciones en ese momento, de formar parte del “mundo civilizado”.
Estas exhibiciones eran ferias industriales en las que los países modernos que era lo mismo
que decir civilizados exponían los logros de la Revolución Industrial. Los británicos
organizaron la primera Gran Exhibición en Londres en 1851. Dicho evento se convirtió en
un símbolo del éxito de la Gran Bretaña la primera y más rica nación industrial del mundo.
Para tal efecto construyeron el Palacio de Cristal, una enorme estructura de vidrio y hierro
que albergó más de 100 000 exhibiciones y recibió seis millones de visitantes durante 6
meses; la Gran Exhibición relató visualmente la historia del éxito material británico
haciendo patente que la Gran Bretaña se había convertido en “el taller, el banquero y el
comerciante del mundo”. Entonces, no sólo los clanes anti-bakufu deseaban la
modernización, el propio gobierno de Edo también la consideró necesaria, pero los
esfuerzos que se hicieron resultaron insuficientes y tardíos, rápidamente fueron rebasados
por la decisión y el entusiasmo que mostraron los Dominios adversarios al régimen hacia la
industrialización. En el decenio de 1860 la elite militar japonesa entendió claramente que la
construcción y promoción de la industria moderna era el factor clave en el diseño de su
estrategia para convertir a Japón en un país desarrollado haciéndolo figurar en el concierto
de las naciones civilizadas. Para ello, la facción triunfante en 1868 tuvo que seguir un largo
camino de reformas
III. Las demandas militares y civiles para los productos de hierro y acero y el
progreso científico-tecnológico
Una de las disciplinas que mayores progresos tuvo como saber científico y tecnológico
aplicado fue la ingeniería durante el periodo Meiji. En un lapso de 35 años contados a partir
de 1868 los japoneses fueron capaces de dominar la ingeniería civil y llevar a cabo las
tareas de construcción que la nueva era industrial demandaba. Hacia fines del siglo XIX,
los ingenieros japoneses construían caminos, ferrocarriles, puentes, muelles y puertos de
buena manufactura y costo moderado, el panorama era entonces muy diferente al relatado
por el Ingeniero Brunton entre 1868 y 1876. Todavía a principio del siglo XX se seguía
enviando a los jóvenes más prometedores para aprendieran sobre los métodos más
avanzados y se familiarizarán con los diseños más recientes realizados en Europa y los
Estados Unidos.Al respecto, Henry Dyer recuerda lo siguiente:
Cuando fui a Japón en 1873 establecimientos de ingeniería mecánica comparativamente
pequeños se hallaban en Tokio, Yokohama, Kobe y Nagasaki, pero eran inadecuados para el
entrenamiento apropiado de los estudiantes, y grandes obras fueron comenzadas bajo mi
administración en conexión con el Departamento de Obras públicas en Akabane, Tokio, en
el cual la mayoría de los estudiantes del Colegio Imperial de Ingeniería pasaban un tiempo
considerable, y estos talleres fueron de una gran utilidad en el entrenamiento práctico de los
estudiantes. Insistí en que todos los estudiantes de los diversos departamentos de ingeniería
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pasarán algún tiempo en los talleres antes de responsabilizarse de su trabajo especial,
hallando este entrenamiento preliminar de grandísimo valor.
Existieron talleres bien equipados en las compañías ferrocarrileras, navieras y de cargo, en
los talleres fabriles de la armada y el ejército también hubo todo lo necesario así como en
todos aquellos departamentos administrados por el Gobierno. De igual manera,
establecimientos privados de todos tamaños y niveles de eficiencia podían hallarse a lo
largo del país. Por lo anterior, todas las máquinas marinas y los boilers para construir botes
para uso doméstico eran manufacturados en Japón. En algunos casos los diseños se
obtenían en el extranjero y el trabajo se hacía en los talleres japoneses, ya que eran capaces
de hacer sus propios dinamos y motores eléctricos, torres de electricidad, rutas de tranvías,
así como artefactos eléctricos de todo tipo. A principios del siglo XX algunos de los carros
de tranvía eran importados, para algunos de ellos sólo se importaban algunas partes,
mientras que otros eran construidos enteramente en Japón. Un número considerable de
máquinas y aparatos de todo tipo se seguían comprando en el extranjero, sobre todo si el
tiempo apremiaba, sin embargo, si se disponía de tiempo suficiente se hacían usualmente en
las fábricas japonesas.
Los talleres del ferrocarril se usaban para reparaciones, pero en Kobe varias locomotoras
nuevas fueron construidas, había un establecimiento de construcción de locomotoras
privado en Osaka el cual había construido locomotoras y una cantidad considerable de
laminados. Una Compañía de Locomotoras e Ingeniería anglo-japonesa se formó, el
objetivo era poder construir locomotoras así como cualquier clase de laminados utilizados
en los ferrocarriles.El valor de la maquinaria elaborada en Japón en 1899 era equivalente a
4, 175, 144 yenes.9
Una de las primeras industrias occidentales en ser introducida en Japón fue la acuñación de
moneda, y se convirtió en una de las más exitosas. El artículo VI de la Convención firmada
en Edo el 25 de junio de 1866 entre el Ministro de Asuntos Exteriores de Japón y los
representantes de Gran Bretaña, Francia, los Estados de Unidos y Holanda estipulaba el
establecimiento de una casa de moneda libre sobre ciertas restricciones. El Gobierno
Japonés compró del Gobierno Británico una acuñadora que había sido establecida
originalmente en Hong Kong, pero que se había descontinuado. El Mayor Kinder y un staff
de oficiales fueron asignados para supervisar las operaciones que comenzaron en Osaka en
1869, y el establecimiento fue completado y abierto con una gran ceremonia el 4 de abril de
1871, invitando a los representantes extranjeros a estar presentes.Entre los miembros más
conocidos del staff se hallaban el Sr. E. Dillon, B.A., F.C.S., consejero técnico y ensayista
de metales, Sr. W. Gowland, F.C.S., Assoc. R.S.M. (en 1904 profesor de Metalurgia en el
Real Colegio de la Ciencia, Londres –Royal College of Science), consejero técnico,
9 Henry Dyer. Op.cit., p.163
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químico, y metalúrgico y el Ingeniero R. MacLagan. En 1903, el director reportó que la
acuñación durante el año consistió de monedas de 10 yenes oro y 50 senes plata, que juntas
sumaron 5, 351, 126 piezas de un valor total de 38, 300, 563 yenes, contra 21, 354, 919
piezas en 1902 valuadas en 15, 903, 726 yenes, en seis denominaciones de monedas de oro,
plata, níquel, y bronce. En adición a estas, 668, 782 piezas de yenes plata fueron acuñadas
durante el año para fondo de reserva de Banco de Formosa (Taiwán). La Casa Imperial de
Moneda fue uno de los establecimientos más útiles. En Tokio se imprimía el papel moneda,
así que el curso monetario estaba bien establecido en los albores del siglo XX.
Mientras la industria de la acuñación de moneda se establecía exitosamente, con hierro y
acero japonés e importado se hicieron grandes progresos en la construcción de navíos y
embarcaciones. Las industrias constructoras de barcos y de transporte marítimo, tanto
privadas como gubernamentales prosperaron en grado superlativo durante 1868 y 1903. La
producción de barcos en los principales astilleros japoneses correspondiente al año de 1902
alcanzó un total de 59 embarcaciones.10
La empresa constructora de barcos más importante en Japón es la Compañía Mitsubishi de
Nagasaki, en 1902 esta empresa era capaz de producir embarcaciones de 6000 toneladas,
las cuales considerando su diseño y trabajo eran eficientes al compararlas con las europeas;
estaban bien equipadas y los muelles en donde se producían y anclaban eran capaces de
atracar grandes vapores procedentes de Europa. Los principales astilleros privados son los
Talleres Kawasaki en Kobe, el patio conectado con la Fundidora Osaka y los
establecimientos pertenecientes a la Compañía Ishikawajima en Tokio, y la compañía
Muelle Uraga cerca de la entrada a la bahía de Tokio.
Los tres astilleros más importantes del Gobierno eran: 1) Yokosuka en la Bahía de Tokio;
2) Kure en el Mar Interior; y 3) Sasebo, en el lado oeste de la isla de Kyushu. La misión
principal de éstos, a diferencia de los privados, era brindar servicio de reparación a las
embarcaciones averiadas; cruceros de tercera clase habían sido construidos en Yokosuka y
Kure, pero todos los navíos de mayor tamaño con los que contaba la Armada Japonesa
fueron construidos en el extranjero, principalmente en Gran Bretaña.Todos los
establecimientos, privados y del gobierno, contaron con el apoyo de decenas de subsidiarias
en sus operaciones.
10
Los principales fueron Astillero Yokosuka, Astillero Kure, Astillero Sasebo, los Talleres Mitsubishi,
Compañía Astillera Kawasaki, Fundidora Osaka, Astillero de Owaki, Astillero Fuginagata. Sin embargo,
también figuraron el Astillero Ono y Sora de Osaka, la Cía. Constructora de Barcos Kishimoto, la Cía.
Constructora de Barcos de Chujio en Tosa; la Compañía Limitada Muelle de Uraga; la Cía. Constructora de
Barcos Miyagawa de Osaka; la Compañía Limitada Ishikawajima de Tokio; el Astillero de Nakamura en
Osaka, la Cía. Constructora Okubo de Osaka; la Cía. Constructora de Barcos Fukui de Osaka, Cía, Limitada
Muelle de Yokohama.Henry Dyer, Dai Nippon. The Britain of the East. A study in national evolution,
Blackie & Son, Limited, Glasgow & Dublín, 1904. pp. 165-168.
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Tras la guerra con China (1894-1895) el gobierno de Japón resolvió promover la
transportación marítima y la construcción naviera, así que en marzo de 1896, la Ley de
Promoción de la Navegación fue promulgada. Esta ley estipuló que cualquier súbdito de
Japón o cualquier compañía comercial, cuyos socios o accionistas fuesen a su vez súbditos
japoneses, involucrados en la transportación de pasajeros o bienes entre el imperio y los
países extranjeros o entre los puertos extranjeros utilizando para ellos sus propios navíos de
1000 toneladas o más, registrados en la lista de transportación marítima del imperio, se le
concederían subsidios en proporción a las distancias surcadas y el tonelaje de los navíos
usados por las líneas interesadas, tal y como lo prescribe la Ley. Simultáneamente, se
promulgó la Ley de Promoción de la Construcción Naviera, por la cual se otorgaron
subsidios para la construcción de navíos de más de 700 toneladas a cualquier súbdito del
imperio o cualquier compañía comercial en el negocio de la construcción de barcos, cuyos
socios y accionistas fueran súbditos japoneses. Esta legislación ayudo al rápido progreso de
estas ramas de la ingeniería civil. El Sr. K. Uchida, Director del Ministerio de Marina,
señaló que hasta el fin de 1902, se habían construido un total de 86, 000 toneladas movidas
por 71 000 caballos de fuerza.11
Siderurgia
Si bien es cierto que la industria siderúrgica japonesa aparece estrechamente ligada a las
necesidades militares de defensa desde la parte final del gobierno shogunal de Edo.12
Industrias como la naviera van a demandar grandes cantidades de acero hacia el comienzo
del siglo XX. No obstante, 30 años antes de que la demanda justificara la construcción de
una siderúrgica integrada el gobierno proyectó el establecimiento de la siderurgia de estilo
occidental.
La política de promoción industrial del gobierno Meiji indujo la planeación gubernamental
de la Fundidora Estatal Kamaishi pensando en la utilización de las tecnologías inglesa y
alemana. J.G.H Godfrey, ingeniero inglés, Jefe de los ingenieros extranjeros empleados por
el Departamento de Minas del Ministerio de Industria (Kobusho), citó en un reporte la
importancia del mineral de Kamaishi por su alta calidad en 1874 y, basado en esta
apreciación el gobierno ordenó a Takatō Ōshima y Rinnosuke Tomari construir una planta
moderna de producción de hierro en forma conjunta con el ingeniero Jun-an Yamada, quien
estudio ferro-metalurgia en la Universidad de Londres con una estancia en Blaenavon en
11
Dyer. Op.cit., p.169 12
Los Dominios de Saga en 1852, Satsuma en 1853, Mito en 1856 y el Bakufu en Nirayama en 1857
construyeron hornos reverberadores para la fundición de hierro con el objetivo de enfrentar las ominosas
amenazas que el Occidente hizo sentir a los imperios orientales tras la humillación de China en la llamada
Guerra del Opio (1839-1842).Véase Loaiza Becerra, Martha. Transferencia de tecnología de Occidente a
Japón. El caso de la industria siderúrgica desde fines del periodo Tokugawa hasta el estallido de la Primera
Guerra. Tesis de Maestría, El Colegio de México, 2002. pp. 155-172
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Gales del Sur y el ingeniero alemán Louis Bianchi.13
Además, junto con Yamada fueron
asignados a las tareas de construcción y operación otros 5 ingenieros ingleses. Para dirigir
la operación del alto horno fueron nombrados 8 ingleses y 2 alemanes. En cuanto al sitio,
Suzuko fue el elegido de acuerdo con la sugerencia de Bianchi debido a que estaba cerca
del puerto, y Ōshima dejó Kamaishi debido a que insistió sobre el sitio donde justamente se
encontraba la mina de mineral de hierro como el mejor lugar para el establecimiento de la
planta. El ingeniero G. Parcel fue nombrado para construir los 27.8 kilómetros de
ferrocarril a través de los cuales se comunicaría a Ohashi (el sitio de minas) con el puerto
de Kamaishi. La instalación de los 2 altos hornos tipo shell [concha] de 25 toneladas
construidos en Escocia comenzó en 1875 y terminó en 1880. El total de gastos de las
instalaciones incluidos los del ferrocarril llegó a 2.5 millones de yenes. La operación de
estos hornos no fue exitosa por lo que se suspendieron en 1883 y por decisión
gubernamental se cerró y abandonó la empresa, la cual fue adquirida por el comerciante
Chobei Tanaka en 1887. Si bien es cierto que una de las razones principales por las cuales
el gobierno ordenó el cierre de la Fundidora Estatal Kamaishi fue la escasez de carbón, otra
que también resulta fundamental fue que financieramente no podía competir con el precio
del arrabio importado cuyo costo era de 27.5 yenes por tonelada frente a los 31.5 yenes por
tonelada que costaba el doméstico. En este caso la transferencia de tecnología fue exitosa a
nivel de ingeniería. El fracaso tan estrepitoso fue el resultado de un desequilibrio entre la
gran capacidad de este horno y el de la producción de carbón vegetal basada en la
tecnología tradicional local.14
Es importante acotar que, en forma paralela al establecimiento de lo que fue la primera
empresa siderúrgica estatal también los empresarios privados realizaban esfuerzos retando
algunas veces el estilo de fabricación occidental. Por ejemplo, tenemos el caso de la mina
Nakaosaka (Prefectura de Gunma) que fue conducida por dos ingenieros ingleses y un
sueco. Aunque la empresa marchó lentamente mostró resultados favorables y pasó a manos
del gobierno en 1878.15
El alto horno que funcionaba en esta empresa era pequeño como el
alto horno de Ōshima, pero el gobierno prescindió de ella en 1882. En esta empresa la
primera operación para fabricar acero en horno de crisol fue realizada exitosamente por
13
Ishida, Hiroshi. “The Modernization of Japan, as seen from the career of an enligthtened Shishi (noble-
minded patriot)” en International Journal of Social Economics, Vol. 26 No. 7/8/9, 1999, pp.874. 14
Nakaoka, Tetsurō. The beginning of modern industry in Japan, Edición Mimeográfica, 1984, pp.11-15. 15
La mina Nakaosaka fue descubierta en 1852 por Kimimasa Yuri, pero para la producción en alto horno fue
transferida a G. Ugai y después a M. Miwa, la remodelación del horno fue realizada por ingenieros ingleses, y
la minería estuvo a cargo del ingeniero sueco Bergson. En Tsutomu Kawasaki. Japan‟s Steel Industry, Tekko
Shimbun Sha, Ltd. Tokio, 1988, p.8.
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Sosuke Harada gracias al entrenamiento que recibió en su estancia en la empresa
Armstrong & Compañíaen Newcastle (Inglaterra) en 1880.16
En ese tiempo, la demanda de arrabio y acero terminado fue cubierta gracias a las
importaciones. Entre 1874 y 1886 (cuando la Fundidora Tanaka en la Mina de Kamaishi
comenzó) la importación de hierro y acero se elevó gradualmente de acuerdo con el
desarrollo industrial. Por ejemplo, la producción de hierro alcanzó 4 900 toneladas y la de
acero terminado 4500 toneladas, y se importaron 7000 toneladas de hierro y 43 500
toneladas de acero terminado, esto significó que la tasa de abastecimiento doméstico de
arrabio cayera de 69% en 1874 a 41% en 1886 y la de acero terminado desde 10% a 9% en
el mismo periodo. En cuanto a la tasa de oferta doméstica para el hierro, por el esfuerzo de
la Fundidora Tanaka en la Mina de Kamaishi pudo mantenerse en 40% hasta el arranque de
la Fundidora Estatal Yawata (la primera planta siderúrgica integrada de Japón), pero la de
acero terminado decreció en un 1% lo cual significa que se importaron 22 500 toneladas de
hierro y 199 100 toneladas de acero terminado en 190017
. Véase Gráfica 1. Los principales
países importadores de acero terminado fueron Gran Bretaña 51%, Bélgica 26%, Alemania
8.6%, Estados Unidos 3% seguido de Francia y Suecia con un porcentaje menor en 1900.
Aunque en esta ocasión no abordaremos a profundidad el papel desempeñado por las
empresas siderúrgicas privadas debemos señalar que fueron muy importantes también
desde un punto de vista tecnológico. Por ejemplo, tras el abandono de las operaciones se
decidió la venta de la planta productora de hierro de propiedad estatal. Chōbei Tanaka se
hizo cargo de la “difunta” Fundidora Estatal Kamaishi en 1884. En el mismo lugar, Kyūtarō
Yokoyama, yerno de Chōbei Tanaka, se encargó de restaurar la planta de producción de
hierro en 1885 y construyó un alto horno de escala pequeña, igual al que había construido
Takatō Ōshima veintiocho años atrás en 1857, pero tuvo una serie de fracasos. Finalmente,
después de graves dificultades, se tuvo éxito en la producción de arrabio en el
cuadragésimo noveno intento desde que el alto horno se prendió por vez primera el 16 de
octubre de 1886. Así, en julio del siguiente año (1887), la Fundidora Tanaka en las Minas
Kamaishi (Kamaishi kōzan Tanaka Seitetsujo) se estableció formalmente. A partir de
entonces, se llevaron a cabo ampliaciones regulares en los altos hornos.18
Resulta relevante
que Tanaka y Yokoyama aprendieron el know-how para la operación de Saizo Okawara,
16
Esta empresa fue fundada por William George Armstrong, un ingeniero mecánico y empresario industrial
de Newcastle, quien aceptó el reto de modernizar la artillería británica en 1854, al sustituir el hierro fundido
por hierro forjado en la fabricación de cañones. Sus logros de ingeniería e innovación tecnológica llevaron a
su empresa a transformarse en uno de los emporios armamentistas más poderosos del siglo XIX y las primeras
décadas del XX. Véase Marshall J. Bastable. Arms and the state: Sir William Armstrong and the remaking of
British Naval power, 1854-1914, Ashgate, Aldershot, 2004. 17
Kawasaki, Tsutomu. Japan’s Steel Industry, Tekko Shimbun Sha, Ltd., Tokio, 1988, p.9 18
Munetsugu, Matsuo y Yasuto Shimomura. “Kōmura Koroku”. Serie de Personajes Históricos del Hierro en
Ferrum. Boletín del Instituto del Hierro y el Acero de Japón, Vol. 6, No. 11, 2001
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quien había sido enviado a Europa por la Armada para estudiar sobre la fabricación de
hierro y acero. La asimilación resultado de su largo recorrido por la ruta del ensayo y error,
les permitió continuar la operación de los altos hornos, tipo Ōshima, sin grandes fracasos
durante algunos años. Sin embargo, en 1893 solicitaron la ayuda de Kageyoshi Noro para
que los asesorara sobre la operación de los altos hornos ingleses abandonados desde el
cierre de la Fundidora Estatal Kamaishi. El ingeniero Noro les recomendó operar los
mencionados hornos usando coque en lugar de carbón vegetal, lo cual lograron hacer con
éxito en 1894. Este fue el primer hierro producido utilizando coque como combustible en
Japón, así se había superado una de las principales limitaciones para el crecimiento de la
producción siderúrgica y de la industria en general, pues sabemos que industrias como la
construcción de puentes, canales, hidroeléctricas, presas, y, particularmente, ferrocarriles,
barcos, armamentos, así como la manufactura de máquinas-herramientas requerían de
hierro y acero en grandes cantidades.
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Gráfica 1. Producción, Importación e Índice de Oferta Doméstica de Hierro y Acero
Terminado. Primera etapa: 1874-1900 (miles de toneladas)
Fuente: The Japan Iron and Steel Federation (JISF). Japan’s steel industry of 100 years en Tsutomu Kawasaki.
Japan’s Steel Industry, Tekko Shimbun Sha, Ltd. Tokio, 1988, p.8
Kōroku Kōmura, quien fue recomendado por su profesor Noro para ocupar el puesto de
ingeniero en jefe en la empresa de Tanaka registro así ese momento en su Diario
Autobiográfico:
En esa época en Kamaishi había hornos de fundición en la primera fábrica en la cercanía de
Suzuko Keibuchi, el Alto Horno No. 1 (con una producción diaria de 3 toneladas), dos Altos
Hornos en Suzuko, el No. 4 y el No. 6 (de más de 5 toneladas), en Ōhashi había dos Altos
Hornos (de más de 5 toneladas) el No. 3 y el No. 5; aunque el Alto Horno No. 1 estuvo
cerca de la segunda fábrica, se suprimió en una época posterior. Todos sin excepción usaban
carbón de madera como combustible, el ventilador funcionaba con fuelles de madera, que se
movían por medio de una rueda hidráulica, los hornos de aire caliente eran un tipo de tubos
de hierro. Este año (1884) con el plan del Dr. Noro, construimos un horno de coque del tipo
de los de cobre, en el décimo sexto año de Meiji (1883), entre los dos Altos Hornos de 25
toneladas que se habían parado quedando expuestos inútilmente a la intemperie desde la
abolición de la industria estatal del extinto Kōbushō, primero avanzamos en los preparativos
por medio de la puesta en marcha de uno de los hornos, así el vigésimo séptimo año (1894)
lo encendimos. Al principio usamos carbón de madera para alimentarlo, después cambiamos
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esto por un ventilador de coque, y obtuvimos resultados excelentes. He aquí el principio de
la producción de arrabio de coque en nuestro país”.19
Como lo destacan algunos autores como Kawasaki, si analizamos estos logros en forma
comparativa advertiremos que esto se había logrado por Abraham Darby en Coalbrookdale,
Shropshire, Gran Bretaña en 1709, esto es, 175 años antes. Sin embargo, la utilización del
coque como combustible para la fundición de hierro permaneció casi como secreto familiar
de los Darby, pues no se difundió su empleo, aparentemente por un desinterés por parte de
otros fundidores, sino hasta la década de 1790.20
La fabricación de hierro con coque se fue
abriendo camino a partir de entonces. Por ejemplo, se estableció una planta de coquización
en Creusot, Francia en 1785, y en la Alta Silesia de Alemania (hoy Polonia) en 1796. Así
que, en general los países europeos mantuvieron una ventaja relativa sobre Japón sólo hasta
1894.
La producción de hierro en la Fundidora Tanaka en las Minas Kamaishi se elevó de 8000
toneladas en 1893 a 13000 en 1894, que representó el 65% de la producción doméstica total
y, por primera vez en la historia de la siderurgia japonesa se supero la cantidad de hierro
producida mediante el método tradicional tatara. En noviembre de ese mismo año, la planta
de coquización equipada con hornos colmena comenzó a operar usando el carbón de
Yūbari, Prefectura de Hokkaido, como fuente única de aprovisionamiento. La Fundidora
Tanaka en las Minas Kamaishi utilizó simultáneamente el carbón mineral y el carbón
vegetal para producir hierro; el uso del carbón vegetal decreció gradualmente desde 1905
hasta que su uso fue descontinuado por completo en 1921.21
Esta empresa fue precursora de
la forma integrada de producción acerera, que se consolidó firmemente en la Fundidora
Estatal Yawata, ya que habían iniciado las operaciones de laminación en 1895; se instalaron
hornos de hogar abierto básicos de 5 toneladas y comenzaron a laminar barras y estructuras
hacia 1903. ¿Por qué es importante la historia de la Fundidora Tanaka en las Minas
Kamaishi? Porque Takeaki Enomoto, alto funcionario del Ministerio de Agricultura y
Comercio, visitó Kamaishi con el objetivo de tomarlo como caso de referencia en el
establecimiento de la Fundidora Estatal Yawata (Kan‟ei Yawata Seitetsujō) en 1884.
19
Ibidem. 20
De hecho no fue aceptado en el ramo con rapidez: en los cincuenta años siguientes sólo se construyeron en
Gran Bretaña otros seis hornos de coque. Probablemente esto se debió a que la familia cuáquera de
Coalbrookdale no hizo público un secreto del que sacaba algún beneficio, pero quizá el factor principal
consistió en una falta de interés entre sus rivales: a los que también pudo ayudar el hecho de que no podían
obtenerse los resultados apetecidos sin una cuidadosa selección del tipo de mineral y del carbón a utilizar, así
como el avance bastante lento que tuvo la utilización del carbón como combustible para otros propósitos.
Véase Derry, T.K. y Trevor Williams. Historia de la Tecnología. Desde la Antigüedad hasta 1750, Vol. I,
México, Siglo Veintiuno Editores,1994, p. 214. Véase también, Vol. II [Desde 1750 hasta 1900 (I)], pp. 691-
695. 21
Kawasaki. Op.cit., p. 10
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Enomoto dentro de sus opinionespresentadas ante el congreso el siguiente año (1885) para
el establecimiento de una fundidora estatal mencionó sus impresiones sobre la inspección
en Kamaishi diciendo que: “A pesar de que las instalaciones son incompletas,
excepcionalmente se obtienen buenos resultados.” Así que demandó ampliamente el
establecimiento de la fundidora, basándose en el argumento de la gran capacidad técnica de
Japón. De esta forma, (como guía de producción de hierro moderna de Japón) la Kamaishi
Kōzan Tanaka Seitetsujo en la que trabajó Kōmura, desempeñó un gran papel como un
lugar de experimentación. Sobre esta base se consolidó la idea del establecimiento de la
Fundidora Estatal Yawata (Kan‟ei Yawata Seitetsujo).Cuando la Fundidora Estatal Yawata
inició los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas y Francia, ya estaban produciendo cantidades considerables de hierro y acero,
mientras que otros países como Austria, Bélgica, Suecia, Luxemburgo, España, Canadá e
Italia buscaban aumentar el nivel de su producción siderúrgica.
Gráfica 2. Producción de acero de los principales países productores 1881-1934
Fuente: El año de1881 señala el comienzo de la Era del Acero y Gran Bretaña es el país productor líder. En 1886 Estados
Unidos lo supera y, en 1893, siete años más tarde, lo hace también Alemania. The Japan Iron and Steel Federation
(JISF). Japan’s steel industry of 100 years en Tsutomu Kawasaki. Japan’s Steel Industry, Tekko Shimbun Sha, Ltd.
Tokio, 1988, p.11.
La llamada era del acero comenzó en la década de 1870 gracias a la difusión del
convertidor Bessemer de 1855, el horno de hogar abierto Siemens de 1857 y la fabricación
del acero a partir de chatarra de Martin. Así, la industria del acero se consolido como
empresa desde 1880 en el mundo. La primera propuesta gubernamental de un proyecto de
establecimiento para la producción de acero fue remitida por la Armada a la segunda sesión
de la Dieta en 1891 bajo la idea de alcanzar una producción anual de 30 000 toneladas de
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acero terminado pero fue rechazado. Fue rechazado por la Dieta debido a que la
información provista por el Gobierno con respecto a la planta no había sido lo
suficientemente explícita con relación a la cantidad de materias primas disponibles en
Japón.22
En 1892 fue remitido otra vez, pero esta vez, un comité [de investigación] fue
instalado para investigar los medios más precisos y, más tarde, este comité fue transferido
al Ministerio de Agricultura y Comercio. Este comité señaló la cantidad de mineral de
hierro que era posible obtener en Japón; realizó pruebas de producción de arrabio y acero; y
se encargó de la organización de la planta. Después de la Guerra Sino-Japonesa (1894-95)
el segundo Gabinete Itō remitió el proyecto de la nueva planta siderúrgica que sería
administrada por el Estado, cuyo costó planeado era de 4, 195, 793. 41 de yenes y fue
aprobado en la Novena Sesión de la Dieta en diciembre de 1895.23
En marzo de 1896 la
organización oficial de las plantas siderúrgicas fue promulgada por el Gabinete Itō
instalándose el comité de investigación de la empresa manufacturadora de hierro,
encabezada por Kentarō Kaneko, el viceministro del Departamento de Agricultura y
Comercio. Teiun Yamanouchi y MichitarōŌshima fueron nombrados jefe de la planta e
ingeniero en jefe respectivamente. Sobre el sitio en donde se edificaría la planta fueron dos
los propuestos, uno fue Dairi (Moji,actualmente Kitakyūshū) y otro fue Edamitsu (la
Yawata de hoy). En 1896 en ocasión de la Reunión General de la Conferencia Comercial
Total, Kaneko visitó Yawata y decidió adoptar la última. En octubre de ese mismo año,
Ōshima acompañado por los ingenieros especialistas Kaichiro Imaizumi (acero), Fuyukichi
Obana (hierro) y Jintarō Takashima (cerámica) visitaron los Estados Unidos y algunos
países europeos para investigar las plantas acereras y decidir qué maquinaria importar para
construir la planta siderúrgica e introducir la operación técnica. De acuerdo con el reporte
de Ōshima sobre el viaje de estudio enviado al Director señaló que la razón para depender
de la tecnología del acero alemana obedecía básicamente a la consideración de las
circunstancias que imperaban en ese momento en Japón desde la perspectiva de la escala de
producción, por eso se prefirió a Alemania y no a los Estados Unidos.24
22
The Director General of the Steel Works, “The Government Steel Works” en Alfred Stead, editor. Japan by
the Japanese. A Survey by its Highest Authorities. Dodd, Mead, and Co. y William Heinemann, Londres y
Nueva York, 1904, pp. 434-438. 23
Ibidem. p. 435. 24
Ōshima se acercó a la Gutehofnungshütte A.G. (GHH), cuya antecesora la Gutehoffnungshütte, Actien-
Verein für Bergbau und Hüttenbetrieb fue una compañía industrial que en 1758 marcó la emergencia del
Ruhr como centro productor de hierro, por consejo de Adolfo Ledebur de la Universidad de Minería de
Freiberg quien había sido su profesor durante su estancia en esa Universidad. Se puso en contacto con la GHH
de Oberhausen y obtuvo una respuesta positiva en su solicitud del diseño de la maquinaria y de la ayuda de un
ingeniero y un capataz para las operaciones de producción. Ōshima en una carta describió la situación de
GHH de la siguiente manera: “La fábrica es un complejo muy grande, tiene su propia mina de carbón.
Además, 8 altos hornos, un convertidor, un horno de hogar abierto, laminadoras, grandes talleres de
maquinaria, donde se hacen preparativos para la construcción de puentes y edificios”. Le solicitó a F.W.
Lürhmann diseñar el alto horno, y a R.M Daelen planear la producción del acero y la laminación. Estos dos
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La Gran Bretaña que había ocupado la posición principal hasta 1885 concedió su lugar a los
Estados Unidos en la fabricación de acero desde 1886, en la fabricación de hierro desde
1890, y Alemania lo desbancó de la segunda posición en la producción de acero en 1893.
En 1901, los países que ocupaban las mejores posiciones en el mundo eran Estados Unidos
con el 40 por ciento de la producción mundial, Gran Bretaña con el 20por ciento, Alemania
el 20por ciento en la producción de hierro y Estados Unidos el 44por ciento, Alemania el
21por ciento y Gran Bretaña el 16por ciento en la producción de acero.25
El General Aritomo Yamagata a través de su segundo gabinete organizado en noviembre de
1898 e integrado en un 50 por ciento por generales y almirantes aceleró la política
expansionista de Japón en Asia, la cual había tenido su primer triunfo en 1895 cuando
derrotó a China y negoció en Rusia (1896) la preminencia de los intereses ruso-japoneses
sobre la península coreana. La posición de Japón en el escenario político internacional
terminó de afianzarse al desempeñar un papel principal en la supresión del movimiento de
los “puños justos y armoniosos”, sin embargo, al mismo tiempo dentro de Japón se
reprimían los movimientos organizados por los trabajadores y debido a otras presiones
como la crisis financiera resultado de la expansión militar su gabinete renunció en octubre
de 1900.26
En medio de este escenario de expansión imperialista emergió la Fundidora Estatal Yawata,
la primera planta siderúrgica integrada gubernamental a gran escala en el Este asiático el 18
de noviembre de 1901. Particularmente, la operación del alto horno presentó muchos
problemas como daños en las toberas y mala condición de la parte interna del horno, por
ello la reparación de los daños continuo en forma constante. La producción de hierro en
1901 fue sólo de 30 000 toneladas y en julio de 1902 tuvieron que abandonar su operación
ingenieros fueron ingenieros sobresalientes en su época. Escribió sobre la ayuda del director de la GHH, Carl
Lueg, quien ofreció apoyo irrestricto al proyecto japonés. Arregló un contrato pera instruir a 10 ingenieros
jóvenes en la GHH durante 2 años en el estudio de la tecnología del hierro y el acero. Entre los ingenieros
enviados estuvieron Susumu Hattori y Kuraji Kuzu, quien se convirtió en el ingeniero en jefe más tarde de la
Yawata, y Sutezo Eto constructor del tercer alto horno en la Planta Siderúrgica Wanishi.
La construcción y operación fue realizada bajo el liderazgo de los ingenieros extranjeros, principalmente bajo
la responsabilidad de Gustav Toppe y Carl Haase para el alto horno, Hartmann Schmelzer para los productos
de acero, a quienes se sumaron otros 9 ingenieros y capataces. 25
Todos estos países habían suscrito el Tratado de Xinchou o Protocolo Boxer, otro infame tratado desigual
que obraba en contra de China, el 7 de septiembre de ese mismo año. El origen de dicho tratado fue el
levantamiento de la sociedad secreta de los “puños justos y armoniosos” contra la presencia extranjera y su
influencia en China a partir de 1899, tras el asesinato del embajador alemán el 20 de junio de 1900 se formó
una alianza multinacional integrada por: Japón, Rusia, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Alemania,
Italia y Austro-Hungría. El orden en que he enumerado a estos estados-nacionales se corresponde con el
contingente de hombres que aportaron. Japón envió 20 840 soldados a Tianjin, mientras que Austria-Hungría
sólo envío 75. Rusia aportó un contingente de 13 150 hombres, Gran Bretaña 12 020, Francia 3520, Estados
Unidos 3420, Alemania 900 e Italia 80. 26
Véase Sakatani. “Financial Policy” en Alfred Stead, editor. Japan by the Japanese. A Survey by its Highest
Authorities. Dodd, Mead, and Co. y William Heinemann, Londres y Nueva York, 1904, pp. 331-342.
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y la suspensión duró casi dos años. El gobierno le solicitó al comité de investigación de la
industria del acero encabezado por Kōi Furuichi algunas medidas para remediar la
situación. El reporte enviado al gobierno hacía saber que el futuro de la industria del acero
no se vería amenazado si la administración pudiera ser desempeñada con esfuerzos
extenuantes, y recomendaron impulsar la empresa nacional. Sin embargo, en este reporte
sugirieron que las empresas privadas funcionales fueran nacionalizadas [bajo control
gubernamental]. El empeoramiento de la condición del alto horno, fue atribuido a la
debilidad del coque, al error de no haber instalado una planta de coquización en el inicio de
la planta siderúrgica y a la dependencia sobre el coque comprado externamente. Además el
tamaño del alto horno era demasiado grande para la cantidad de materia prima usada, y por
los esfuerzos de Kageyoshi Noro y otros miembros del staff pudieron reabrir el alto horno
número 1 en 1904 y la producción creció gradualmente desde entonces y en 1906 pudieron
alcanzar el objetivo de 90 000 toneladas de producción de acero terminado. Las plantas de
coque fueron construidas y el carbón de Ben-xi (1909) y Kailuan (1910) que eran carbones
minerales de alta calidad para la producción de coque comenzaron a ser importados.Se trató
de dar solución a los problemas concretos, así que para investigar sobre la técnica de cierre
de la piquera, Yawata envió a Shingo Unotoro y Kimakichi Tanaka junto con otros
capataces a Alemania para que recibieran entrenamiento en 1911. Esto fue muy importante
porque indujo la formación de técnicos expertos como el caso de Tanaka, quien se
especializó en altos hornos y tras su retorno a Japón, ayudó a poner en funcionamiento los
altos hornos de Wanishi en 1912; el alto horno de Sanyo (un alto horno de carbón vegetal,
que más tarde perteneció a Aceros Kobe) en 1918; encendió también el alto horno de la
Siderúrgica Kenjiho; lo hizo también en la Toyo Seitetsu, y en 1927 fue a la Tsurumi Steel
& Shipbuilding Co. (absorbida más tarde por la NKK). En 1930 a partir de que los grandes
altos hornos fueron construidos en el distrito de Kukioka se quedó allí hasta 1971 cuando
murió a la edad de 98 años habiendo dejado tras de sí a muchos jóvenes trabajadores a
quienes transmitió y heredó el know-how que adquirió en su estancia en el exterior y que
perfeccionó a lo largo de décadas de experiencia práctica.
IV. Dificultades técnicas, escasez de materia prima e importación de hierro y acero
extranjeros
Como ya lo mencionamos anteriormente, la oferta doméstica de mineral de hierro era
insuficiente para satisfacer la demanda requerida por la capacidad instalada en la Fundidora
Estatal Yawata. La principal fuente de mineral de hierro fue la mina de Tayeh en China.27
.
27
En 1890 esta mina fue descubierta por un ingeniero alemán y el embajador de Alemania en China propuso
instalar el ferrocarril de Tayeh y desarrollar la mina de mineral de hierro. El gobierno Qing decidió establecer
la planta acerera Han Yang y solicitó a la Compañía Cockerill de Bélgica encargarse de la administración y
planearon conseguir la maquinaria necesaria en el Reino Unido y el equipo de transportación de Alemania.
Sin embargo, debido a las deficiencias financieras del Estado de Hua-Guang la construcción se suspendió. El
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El contrato entre la Yawata y la Tayeh fue firmado en Shanghai como un contrato de largo
plazo para el abastecimiento de 50 000 toneladas anuales de fierro al 65 por cientodurante
15 años en 1899. El precio del arrabio fue acordado sobre la base del precio real del arrabio
Cleveland (de alto contenido fosfórico) que fue considerado por ambas partes un precio
imparcial. Sin embargo, es necesario mencionar que este fue el arrabio más barato de todos
entre 1886 y 1922 ya que no era adecuado para producir acero Bessemer, se le empleaba
para producir hierro fundido, el precio de venta de este arrabio era decidido
confidencialmente por un acuerdo de las 8 firmas líderes en la producción del arrabio en el
distrito de Cleveland.28
Las condiciones extraordinarias de demanda que ocasionó la
Primera Guerra Mundial provocaron un incremento igualmente extraordinario de los
precios del hierro y el acero a partir de 1916. En el caso de las empresas chinas ligadas con
el aprovisionamiento de plantas siderúrgicas como la Yawata obtuvieron ganancias
millonarias tasadas en „dólares mexicanos‟29
entre 1916 y 1919, superiores a las perdidas
que tuvieron cuando los precios cayeron nuevamente. El inicio de la década de 1920 trajo el
cierre y abandono de minas y acereras. Tampoco debe soslayarse el hecho de que los
gobiernos se dieron a la tarea de hallar las condiciones para establecer una política para
fijar los precios ya que gran parte de la demanda destinada a fines bélicos, o bien, a la
infraestructura provino siempre del gobierno.30
Entre 1914 y 1916 se establecieron varios contratos por periodos que alcanzaron hasta 40
años con las empresas mineras y refinadoras chinas. Este hecho tenía la finalidad de
asegurar un suministro seguro y constante para la Fundidora Estatal Yawata. Al término de
la Primera Guerra Mundial está práctica se extendió hacia Malasia y Corea. Algunas de
esas minas fueron financiadas por las propias empresas de refinación japonesas, así que
cuando las empresas japonesas eran absorbidas por la Yawata también lo era la empresa
minera debido a su enorme nivel de endeudamiento.31
gobierno del Estado transfirió todo el activo (la planta acerera, la mina de mineral de hierro y el ferrocarril a
Sheng Xuan Huai (1844-1916); Ministro de Transporte, en 1896, lo cual de alguna manera propició el
contrato entre la Yawata y Tayeh. Véase Kawasaki. Op.cit., pp.355-356. 28
Macrosty,Henry W. “Prices and Speculation in the Iron Market.”Economic Journal, Vol. 15, No. 59 (Sep.,
1905), pp. 340-360. 29
Nombre con el que se conoció en los mercados de Oriente a las monedas de plata acuñadas en la Nueva
España y en la República Mexicana desde el siglo XVI. Véase Braudel, Fernand. Civilización material,
economía y capitalismo siglos XV-XVIII, Vol. I-III, Alianza, Madrid, 1984. Véase también William P. Shea.
El Dólar Plata, Fondo de Cultura Económica, México, 1935. 30
Berglund, Abraham. “Price-Fixing in the Iron and Steel Industry.” Quarterly Journal of Economics, Vol.
32, No. 4 (Aug., 1918), pp. 597-620. 31
Tenemos el caso de la Mina Tao Cheng que abastecía a la Compañía de Hierro Toyo en 1916. Esta empresa
Toyo también firmo un contrato por 40 años con la Suban Gong-Si el mismo año. Cinco años después en
1921, Toyo cedió su mandato a la Yawata, de esta forma el préstamo y el contrato que hizo Toyo a la Suban
Gong-Si también fue transferido, lo mismo sucedió con los derechos sobre un préstamo a la Compañía
Ishiwara para la absorción de la mina de hierro Trengganum de Malasia.
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En el inicio de la Yawata, el mineral de hierro chino constituyó el 80 por ciento del
consumo total. Sin embargo, el mineral coreano aumentó su peso cada vez más. De tal
forma que antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, la proporción de consumo
entre los minerales chino y coreano fue a razón de 6 a 4. El mineral chino era en su mayoría
mineral de Tayeh y los minerales coreanos provenían de Unlyul,32
Jaeyoun,33
Anyue,34
y
Riwon.35
Durante la guerra por el incremento de la producción del mineral de Tayeh la
proporción de consumo se volvió de 7 a 3. En la primera etapa de la Yawata el mineral de
hierro contenía fósforo y además un pequeño volumen de escoria, esto significa que no eran
de muy buena calidad, para utilizarlo en la producción de acero fue necesario remover esos
elementos indeseables mezclándolos con el mineral de hierro coreano como el de Anyue,
Unlyul y Jaeyoun.El mineral de hierro Johore36
llegó regularmente desde 1921 y el de
Kemaman (Ishihara) desde 192837
, más tarde, el de Dungun38
en 1931. Así los minerales de
hierro de Malasia se habían incrementado gradualmente para ocupar alrededor del 60 por
ciento del total de mineral de hierro importado en 1933. En este año, las importaciones de
mineral de hierro chino en particular decrecieron hasta 30 por ciento en proporción y, en
general, el mineral de hierro importado disminuyó 10 por ciento. Si bien en las décadas de
1920 y 1930 el Estado japonés mediante una plataforma agresiva en términos de política
exterior aseguró importantes fuentes de aprovisionamiento de minerales férreos de mejor
calidad también lo es que la operación eficiente de la industria siderúrgica se vio
obstaculizada por: a) un retraso relativo en lograr el dominio de la producción con coque.
El carbón mineral es una importante materia prima básica para la manufactura de arrabio
así como el coque el cual es hecho de carbón y es necesario para la operación de alto horno
para fundir el mineral de hierro y añadir contenido de carbono para una adecuada calidad
del arrabio. La producción de coque antes de la Primera Guerra Mundial había sido
desarrollada como un negocio próspero ya que era otro de los recursos escasos en Japón. La
minería organizada y sistemática fue realizada en las minas de carbón de Shiranuka y
Kayanuma en Hokkaido a mediados del siglo XIX para suministrar carbón combustible a
32
En 1900 Tomita descubrió esta mina y Yawata se la compró. En 1909 esta mina pertenecía a Yawata . El
mineral era limonita con Fe al 49-53% y contenía manganeso. La cantidad del embarque alcanzó 1.85
millones de toneladas. 33
En 1907 el gobierno coreano era propietario de esta mina y Nishizaki extraía el mineral y lo embarcaba a
Yawata, empresa que adquirió la mina en 1909 y en 1924 la Compañía Minera Mitsubishi explotaba el
mineral. El mineral era limonita con FE 49-51% y contenía manganeso. La cantidad de embarque era de 0.29
millones de toneladas. 34
En 1898 Aso abrió esta mina y abasteció a la Yawata. Entonces la Compañía Miner Aso había estado a
cargo de la administración y la organización fue cambiada a la mina coreana en 1920, pero la operación
termino en 1925. El mineral era hematina con 48% de Fe. 35
El mineral de la mina Riwon fue suministrado a la Yawata en 1915. 36
Fue descubierta por Ishihara en 1919 y enviada a Yawata desde 1920. 37
Fue descubierta en 1926 y en 1927 fue firmado un contrato por 20 años. 38
La Compañía Minera Kuhara suministraba a la Yawata desde 1931.
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los barcos extranjeros. El gobierno de Meiji emitió la Ley de Minería de Japón en
congruencia con la nacionalización de la minería en 1873. Así se intentó nacionalizar las
minas de carbón más representativas y desarrollarlas bajo el control gubernamental. Sin
embargo, las empresas mineras del Estado tuvieron que transferirse a la administración
privada y los mayores zaibatsu se incubaron al amparo de la alta rentabilidad de este
negocio privado. Por ejemplo, Takashima (Mitsubishi 1881), Miike (Mitsui, 1890), Tagawa
(Mitsui, 1900) fueron transferidos por el gobierno a la administración privada y más tarde
las minas de carbón del distrito carbonífero Chikuhō (Fukuoka) fueron desarrolladas por los
enormes y capitalizados zaibatsu como Mitsui, Mitsubishi, Sumitomo, Furukawa, Kaijima,
Yasukawa y Aso. En la primera etapa el gobierno instaló maquinaria importada en Miike y
Takashima e invitó a los ingenieros extranjeros para introducir las nuevas técnicas de
operación de los países occidentales. En Hokkaido también invitaron ingenieros
estadounidenses y, mina de carbón Horonai fue la primera en ser explotada. En 1889 la
Compañía de Vapores y la Mina de Carbón Hokkaido (Hoku-tan) fue establecida para
administrar Horonai, Ikushunbetsu y Sorachi y, en 1890, Yubari fue desarrollada bajo esta
compañía. El carbón para coque fue clasificado en tres tipos de acuerdo a su uso práctico en
las plantas de producción de hierro: coque débil cuya fuerza estaba debajo del 50 por
ciento, coque medio de 50-85 por ciento de fuerza y coque pesado con una fuerza superior
a 85 por ciento.
En esa época el carbón Chikuhō pertenecía al tipo mediano de coque, mientras que el
carbón de Hokkaido, Yubari, Kamoi y Mojiri estaban cercanos al 80 por ciento de fuerza y
Oyubari y Kayanuma ligeramente por encima del 80 por ciento.
El carbón mineral fue considerado como la materia prima más importante para la industria
del acero y antes de la Primera Guerra Mundial el coque mediano era apreciado pues de él
dependió el sostenimiento de la industria siderúrgica. En el siglo XIX cuando la Gran
Bretaña ocupaba el lugar principal en la producción de carbón en el mundo, también
ocupaba el lugar principal en la producción de acero. Esto significó que las plantas de acero
fueran construidas naturalmente cerca de los campos carboníferos. En la Gran Bretaña, las
plantas acereras fueron establecidas en Gales y Dirham donde el carbón era abundante y en
los Estados Unidos en Pittsburg que se convirtió en el centro de la producción acerera (lo
cual hizo accesible la cuenca carbonífera de los montes Apalaches). En Alemania una gran
parte de las plantas acereras fueron construidas cerca de Duisburg y Dusseldorf ambas
localizadas en el centro carbonífero de Ruhr. En la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, el carbón Donestsk sirvió al centro acerero Número 1 de Ucrania, y el carbón
Kuznetsk sirvió al centro Número 2 de los Urales y al centro No. 3 de Siberia. En Japón la
industria carbonífera lideró la etapa de industrialización pesada seguida más tarde de la
industria del acero.Yawata pudo obtener la mina de carbón Futase y, por medio de esta
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mina de su propiedad, satisfizo 50-60 por ciento de su consumo total de carbón, controlar el
precio promedio del carbón Chikuhō y contribuir al desarrollo de un mercado estable de los
campos carboníferos Chikuhō. En 1899 instalaron la oficina de la Mina de Carbón Futase y
tuvieron el reto de abrir un pozo central (Chuo-ko) que fue completado en 1911 como el
primer gran foso vertical con equipo moderno. En el fin de la era Taishō alcanzó 1 millón
de toneladas de producción y se equiparó con Miike, Onoura, Yubari y Tagawa. En 1910
compraron la mina de carbón Inarsuki a la armada y en 1920 absorbieron la mina de carbón
Shikamachi (coque pesado) propiedad de la compañía minera Shikamachi.39
39
Kawasaki. Op.cit., p. 397.
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Mapa 1. Campo carbonífero Chikuhō en la actual región de Kitakyūshū.
La producción de carbón en Japón creció rápidamente de 0.2 millones de toneladas en 1874
a 1 millón de toneladas en 1883, y a 10 millones en 1903, 20 millones en 1913, 35 millones
en 1934 y logró 57 millones toneladas en 1940, la producción más alta. En cuanto al
balance de la producción y las importaciones y exportaciones en Japón, hasta 1927 la
exportación sobrepasó la importación, pero desde este año la importación sobrepasó la
exportación y el equilibrio se mantuvo hasta la terminación de la guerra. El carbón
importado venía de Manchuria, China, Sakhalin e Indochina. Al final de la Primera Guerra
Mundial, Tsingtao y la administración de la Compañía del Ferrocarril del Este, el cual
pertenecía a Alemania fue transferida a Japón y eso facilitó la obtención de los derechos de
explotación minera en Lui-chuan, Boshuan, Zhon-xing, Jing-xing y Zing-Xing.
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En cuanto al carbón producido domésticamente creció durante la Primera Guerra Mundial y
alcanzó la cantidad de 31 millones de toneladas en 1919, pero disminuyó después de la
Guerra y en 1925 alcanzó otra vez el mismo nivel de 1919 y en 1929 fueron 34 millones de
toneladas. Antes de la Segunda Guerra Mundial la información sobre los recursos
carboníferos al igual que la del mineral de hierro se trataron como asuntos secretos, y no
hubo estadísticas confiables y definitivas. Sin embargo, al término de la guerra los
depósitos de carbón fueron liberados y desde entonces el intercambio comercial se realiza
libremente. La producción de hierro y acero en Japón mejoro de acuerdo con el primer
programa de expansión (180 000 toneladas de acero terminado en 1909), el segundo
programa de expansión (300 000 toneladas en 1916), el tercer programa de expansión (650
000 toneladas en 1923 y el subsecuente programa de racionalización, junto con el progreso
de las empresas acereras privadas. Así en 1933 cuando la ley de establecimiento de la
Nittetsu –Japan Iron and Steel Company, LTD. (empresa amalgamada mitad
gubernamental) fue promulgada, la industria acerera japonesa alcanzó la posición número 6
de producción de acero en el mundo después de los Estados Unidos, Alemania, la U.R.S.S.,
la Gran Bretaña y Francia. Reflejando la transición de este progreso, la industria japonesa
del acero alcanzo el nivel de España y Suecia en 1917, y el de Austria en 1919, el de Italia
en 1929, el de Luxemburgo en 1930 y, el de Bélgica en 1933. La posición de la Yawata
disminuyó en su posición de liderazgo en la industria acerera. La participación de los países
acereros de la producción mundial en 1934 cuando la Compañía Nittetsu fue establecida era
la siguiente: Estados Unidos produjo el 27 por ciento del hierro, URSS el 17 por ciento,
Alemania el 14 por ciento, Francia el 10 por ciento, Gran Bretaña el 10 por ciento, Japón el
3 por ciento y en cuanto a la producción de acero Estados Unidos 32 por ciento, Alemania
14 por ciento, URSS 12 por ciento, Gran Bretaña 11 por ciento, Francia 7 por ciento, y
Japón 5 por ciento.
Sin embargo, las relaciones oferta-demanda del hierro y el acero reflejaron la fuerte
dependencia de la importación de acero terminado hasta que la producción
domésticasupero las importaciones en 1925, en ese momento habían transcurrido 24 años
desde la inauguración de la Yawata. Las exportaciones comenzaron a incrementarse desde
entonces y en 1934 cuando la Nittetsu fue establecida el índice de la oferta doméstica llegó
hasta 103 por ciento lo cual significó que las exportaciones habían sobrepasado las
importaciones por primera vez. Respecto a la relación oferta-demanda de arrabio existió
una producción de hierro considerable en Corea, Manchuria y China, y la proporción de la
oferta doméstica de Japón continuó alrededor de 60-70 por ciento de la demanda total. En
cuanto a la posición de la Yawata en la producción de hierro en la primera etapa, la
proporción de Yawata era 5, Kamashi 3, Tatara y otros 2. Desde que Wanishi comenzó en
1909 y Toyo Seitetsu comenzó en 1919, la participación de Yawata que alcanzó 77 por
ciento en 1915, declinó gradualmente y en la década de 1930 ocupó más o menos 60 por
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cientohasta que la Nittetsu fue establecida. La participación de Toyo, Wanishi y Kamaishi
ocupo alrededor de 10 por ciento, al entrar en operación el alto horno de la Tsurumi
Seitetsu Shipbuilding en 1927 éste ocupó el 5 por ciento. En el decenio de 1930 el índice de
la oferta doméstica de arrabio continuo siendo de alrededor de 2/3 de la demanda total. El
arrabio indio aumentó desde 1922 y como amenazaba el mercado de hierro en Japón, para
estabilizar el precio del arrabio fue establecida la asociación cooperativa del arrabio entre
Japón y Manchuriaen 1926.
Gráfica 3. Porcentaje de Producción de Plantas Siderúrgicas del Gobierno: Yawata,
Kamaichi, Wanishi y Otros (tatara). 1901 – 1934 (porcentajes)
Fuente: The Japan Iron and Steel Federation (JISF). “Japan’s steel industry of 100 years” en Tsutomu Kawasaki.
Japan’s Steel Industry, Tekko Shimbun Sha, Ltd., Tokio, 1988, p.15.
Estimulado por la prosperidad económica y la ley de promoción de la industria del acero,
aparecieron plantas siderúrgicas y compañías acereras de capital privado que crecieron y se
convirtieron en grandes empresas a lo largo del siglo XX. Empresas como la Osaka
Seitetsu, Sumikin (Osaka Seikosho, fabricación de Tubos), Nihon Seikosho (Muroran),
Mitsubishi Seiko (Tokio, Hirota),Nisso (Oshima), Fuji Seiko, Kawatetsu (Fukiai), Nippon
Tokushu, NKK (Kawasaki), Kenjiho, Mitsubishi (Nagasaki), yDaiso (Astuta) comenzaron
sus operaciones entre 1917 y 1920. La producción tanto del hierro como del acero
terminado aumentaron en más de 500 000 toneladas respectivamente en 1920 pero la
importación de hierro y acero terminado aumentó tremendamente, y el índice de la oferta
doméstica declinó hasta 57% en arrabio y 37% en acero terminado. La política de embargo
de los materiales de acero instrumentada en abril de 1916 en plena Primera Guerra Mundial
por la Gran Bretaña que había sido el exportador máximo a Japón influyó en el auge
siderúrgico. En agosto de 1917 con los Estados Unidos participando en la Guerra, la
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política de embargo también fue adoptada y con el decrecimiento de las exportaciones de
acero de los países europeos, apareció y se extendió una escasez de los productos de acero.
Japón debido a su alianza con Gran Bretaña había venido participando en la guerra desde
agosto de 1914 y por el aumento de la demanda de armas y barcos, entre otros, el
requerimiento de acero aumentó en forma precipitada. Esta tendencia se aceleró por las
circunstancias descritas, y el precio de los productos de acero se disparó severamente en el
curso de 1916. Por ejemplo, el precio del arrabio pasó de 46 yenes en 1915 a 100 yenes en
1916, y a más de 500 yenes en 1918, y el precio de la barra se elevó de 130 yenes en 1917
hasta 400 en 1918, mientras que el costo de la lámina se elevó desde 150 yenes hasta 900
yenes. La FY, NKK y la Kobe declararon haber aumentado sus dividendosen 50% en la
última parte de 1918. En abril de 1918 para salir de apuros, un contrato de intercambio de
acero y barcos entre los Estados Unidos y Japón fue establecido. Así arribaron 380 000
toneladas de acero terminado a cambio de 45 barcos convertidores. Este contrato entabló la
amistad entre los EE.UU. y Japón y de allí en adelante su posición como exportador de
acero, Gran Bretaña fue sustituido por los Estados Unidos y la importación de la
maquinaria de laminación de placas hecha en los Estados Unidos se introdujo en Yawata y
esta situación estimuló la importación de más acero terminado y, más tarde, de chatarra
desde los Estados Unidos. Después de 1926, la importación de chatarra continuó siendo la
principal importación y, en ocasión de la construcción de los grandes altos hornos en el
distrito de Kukioka, adoptaron el alto horno tipo estadounidense. Asimismo aprendieron el
sistema de producción racionalizado de los Estados Unidos.
La terminación de la Guerra indujo la disminución de la demanda y hacia el comienzo de la
era Shōwa (1926-1989), época de depresión de la industria acerera, continuaba. Muchas
compañías tuvieron que ser liquidadas y 22 compañías cayeron en la bancarrota. De
acuerdo con la investigación del Ministerio de Agricultura y Comercio, el número de las
compañías de hierro y acero establecidas durante la guerra fueron 41y las preexistentes 9,
en total 50, de estas 8 se dedicaban a la producción de hierro, 21 eran fabricantes de acero y
21 eran productoras de aceros terminados, todas ellas continuaron con sus negocios
respectivos, pero tuvieron que sufrir dificultades severas y resolverlas bajo una situación
económica deprimida debido a que sostuvieron instalaciones de capacidad superior a la
demanda.
Hacia el final de la guerra la caída precipitada del precio de las acciones hizo entrar al
mundo de los negocios en pánico, y el precio del hierro cayo a 63 yenes en 1922 desde 540
yenes en 1918 y el precio de la barra también cayó a 120 yenes desde 490. La NKK
disminuyó el capital hasta la mitad en 1921 y la Fuji Seiko estuvo cerca de la quiebra. Los
dividendos de la NKK en 1919 y 1920 fueron de cero. En Yawata el sindicato se organizó y
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en 1920 una gran huelga estalló y provocó la suspensión de todas las plantas con excepción
de la operación de los altos hornos.
La posición de la Yawata se deslizó hacia abajo hasta 47 por ciento en la producción de
hierro y hasta 52 por ciento en la producción de acero por el incremento de la participación
en el mercado de las compañías privadas durante la guerra.
La estrategia de promoción de la ley de la industria del acero fue revisada en 1921 y 1926;
la primera revisión fue para ayudar al productor de acero que abastecía la industria de
construcción de barcos y debido al encogimiento de la construcción naval la cual fue
causada principalmente por el cese del armamento centrado en la abolición de la flota 8-8, y
bajo la caída precipitada de las demandas de construcción naval, el fabricante de acero que
tenía instalaciones de laminación de placas sufrió un gran revés. Para salvar esta situación
el gobierno aprobó el dinero de promoción que correspondía al impuesto de importación de
15% a 18% del precio. Este sistema continúo a lo largo del periodo Shōwa a pesar de los
aranceles en 1932, y de la producción total de acero terminado el 10% de los aceros
terminados estuvieron subsidiados por esta ley. El propósito principal de la última decisión
fue salvar a los fabricantes integrados de acero y los productores de hierro que sufrían a
causa del bajo precio del arrabio indio importado, y aprobaron un subsidio de 6 yenes por 1
tonelada de hierro en caso de uso doméstico. En ese momento el precio del arrabio era de
40 yenes y este subsidio tuvo efectos considerables para los fabricantes de hierro. Así la ley
de promoción cambió por estas dos revisiones. En la revisión de 1931 y, en 1932 la
extensión del término efectivo y la subvención para el acero terminado destinado a la
construcción naval fue promulgado. Así el dinero de promoción otorgado a la industria del
acero desde 1921 hasta 1936 sumó 18 millones de yenes y ocupó 26.5% del total de dinero
de promoción del Ministerio de Comercio e Industria. Esta política de promoción revisada
aunada a la política exterior imperialista hizo crecer significativamente el sector siderúrgico
japonés como podemos apreciarlo en la Gráfica 4. No obstante comparado con el resto del
mundo el tamaño de su producción es demasiado pequeño.
Consideraciones finales
En este trabajo hemos delineado una serie de correlaciones entre la segunda revolución
industrial y el auge siderúrgico japonés. Primero, planteamos un breve marco teórico y el
concepto de asimilación definido por Nakaoka. En un segundo momento, destacamos lo
más importante del contexto en el que se establece, promueve y expande la siderurgia a
partir no sólo de las políticas de promoción sino también del proceso de transferencia de
tecnología. Señalamos cómo las empresas productoras de hierro y acero nacen siendo un
proyecto fallido del Estado pero la capacidad científico tecnológica y un know-how
acumulado endógenamente logran revertirlo y alcanzar un éxito relativo al tamaño de un
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mercado incipiente que tardó más de 50 años en consolidarse. Además, dicha consolidación
obedeció a factores exógenos conectados con el expansionismo y la coyuntura de una
sucesión de conflictos bélicos que se inauguran con la guerra sino-japonesa de 1894-1895,
y continúan con la Guerra ruso-japonesa 1904-1905, la anexión de Corea en 1910, la
Primera Guerra Mundial 1914-1917, la invasión de Manchuria de 1931 y culminarán a
mediados de la década de 1940 después de la segunda guerra japonesa de 1937 y el
estallido de la Guerra del Pacífico tras al ataque a Pearl Harbour en diciembre de 1941. Así
que las 5 décadas en las que se instala y consolida la siderurgia en Japón la guerra deviene
en un factor que influye de manera directa producción, oferta y demanda no sólo de los
productos acereros acabados sino de las materias primas involucradas como el mineral de
hierro y el carbón como fuente de energía por mencionar sólo los fundamentales. Esto
provocó una serie de efectos encadenados que van desde la instrumentación de políticas
neocoloniales para asegurar fuentes de aprovisionamiento permanentes hasta desastres de
tipo ecológico. En Japón los primeros incidentes graves de contaminación ambiental
ocurrieron en el ámbito de industria minera como el caso de la mina de cobre en Ashio que
destruyó los ecosistemas de los ríos Watarase y Tone. Además, las plantas siderúrgicas son
muy contaminantes. No obstante, el establecimiento de la siderurgia en Japón cumplió con
su papel histórico, el mismo que tuvo en otros países, esto fue, afianzar la industrialización.
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Gráfica 4. Países productores de acero más importantes 1875-1934 (miles de
toneladas)
Fuente: The Japan Iron and Steel Federation (JISF). “Japan’s steel industry of 100 years” en Tsutomu Kawasaki.
Japan’s Steel Industry, Tekko Shimbun Sha, Ltd., Tokio, 1988, p.30.