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Imagen de portada: CARTA DE DOTE; VOL. 229; FECHA 13-5-1812; FOJA 799V -801; ESCRÍBANO JOSÉ MARÍA AGUILAR Dirección del Notariado y Archivo General de Notarías Subdirectora Lic. Toscano Paniagua Ma. de Lourdes (2011)
Título original de la obra:
Espíritu de la Educación a Distancia. Copyright © 2009-2011 por la Coordinación de Innovación Educativa Q.F.B./UMSNH/SINED. Tzintzuntzán No. 173, Col. Matamoros C.P. 58240, Edificio E Planta alta, Morelia Michoacán, México. Tel/fax: 3-14-28-09 /3-14-21-52 ext.: 216.
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Editor: Coordinación de Innovación Educativa Facultad de Químico Farmacobiología Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Morelia, Michoacán. México, 2011
[email protected] Documento de apoyo SINED
Ochoa, H. E. (2011) Espíritu de la Educación a Distancia. México,
CIE/UMSNH/SINED.
iii, 34 p.; carta
Registro: ESPIRI75-A Documentos en línea CIE, SINED
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Dr. Rodolfo Alfredo Tuirán Gutiérrez
Subsecretario de Educación Superior
Dr. en Quím. Rafael López Castañares
Secretario General Ejecutivo de la ANUIES
Dr. Salvador Jara Guerrero
Rector de la Universidad Michoacana de
San Nicolás de Hidalgo
M.C. Lourdes Galeana de la O
Coordinadora General de Sistema Nacional de Educación a Distancia
Eduardo Ochoa Hernández
Que la educación a distancia tenga la forma del futuro de México, que
siempre espera más de mí mismo,
superar melancolías tecnológicas y adentrarnos en las sombras de la mente
para liberar el alma de su delirio.
iv
Índice
Libertad de cátedra y contenido abierto 1
El estudiante de educación a distancia 16
La biblioteca de educación a distancia 26
Referencias 38
1
Libertad de cátedra y contenido abierto
Hay que hacer una distinción importante entre educación a distancia como institución y
como práctica educativa. La institución equivale al encuentro del educador con otros
hombres geográficamente distantes, la práctica educativa a distancia, es el encuentro con
los temas vitales de su tiempo, experiencia singular que despierta una luz de comprensión
de los aspectos más profundos y misteriosos de la ciencia, las humanidades y la técnica. Su
propuesta curricular es un sistema de signos y señales de inteligencia que, más allá de las
palabras, pero incluyéndolas a título de intercesoras privilegiadas, más allá de los objetos,
de las cosas, de las emociones, de las situaciones, da a cada uno, durante su interacción, la
percepción permanente de un aprendizaje dialógico, de un contrato didáctico y de una
interesa institucional con la equidad en el acceso a lo mejor de las ideas, habilidades y
destrezas de las diferentes escuelas epistémicas. La materia prima es la experiencia
creativa de los docentes que ejercen la Libertad de Cátedra, pero es el profesor escritor
quien hace, con esa experiencia, contenidos didácticos, es decir, objetos textuales y
verbales infinitos y, a un tiempo, sensible y mental. Porque la educación a distancia es el
arte de transformar las circunstancias de marginación social, en una obra de justica social
que escape a esas circunstancias. La institución de educación a distancia tiene una vida de
apoyo a la libertad creativa, vida independiente que garantiza propuestas originales,
diversidad como fortaleza del sistema nacional de educación a distancia.
2
La experiencia de producir literatura curricular, es esencialmente, la experiencia del otro:
la experiencia del otro que somos cuando educamos, la experiencia del otro que son los
estudiantes y la experiencia suprema de la literatura. Y en todas estas experiencias late
escondida, la experiencia de la soberanía nacional, como núcleo de todas las experiencias
es la propuesta nacional de educación a distancia.
Cuando dentro del ámbito de la escritura de contenidos curriculares se manifiesta la
creación, es en este momento que se presenta la libertad de cátedra y desaparece al
pretender retenerla y, después, sólo queda de ella sus reflejos, es decir, sus cuerpos
argumentativos en la unidad de una textualidad proyectada en el plan de estudios.
Cuando el profesor escribe siempre hay otro que colabora con él en los ríos de literatura,
la conciencia crítica. Ese otro ser bastante insoportable que dice, critica a todo lo que se
escribe, no cesa de hablar. Octavio Paz refiere a esto como irrupción de una voluntad
ajena que se manifiesta en el momento mismo de la creación y es anterior a toda
operación intelectual. Se trata de la inspiración que es la sustancia misma de la
experiencia del educador a distancia en su obra literaria. Sin inspiración no hay educación
a distancia. La educación a distancia supone un destino y una fidelidad al lenguaje. Lo
moral de la educación a distancia, está en su verbo semántico y pragmático: es lealtad a la
palabra. La palabra es la imagen de la mente y la propuesta ética, un reflejo de calidad de
la educación a distancia que Moore llama “teoría de la distancia transaccional”, la
educación a distancia es diálogo, estructura del contenido y autonomía del estudiante.
3
Por ser la educación a distancia el antídoto para la equidad en un mercado de
conocimientos libres, más que nunca es importante oír la otra voz. Es la voz, mediante la
imaginación crítica que hacen los que navegando se topan con los contenidos abiertos.
Operación que abre el aula y sus procesos educativos a la crítica que permite su mejora
continua y proyecta su real calidad. El contenido abierto en una sociedad abierta
poperiana, es el mecanismo más eficaz para competir con calidad, como una forma de
asegurar a la sociedad grados crecientes de equidad. La otra voz no es ultratumba, sino la
del hombre que está navegando en la Web, sea cual sea el camino en el que avance en su
búsqueda de cultura. La educación a distancia es piedra de escándalo de modernidad.
Entre tecnología y revolución, la educación a distancia es la otra voz de la pedagogía. Su
voz es otra porque es la voz de las pasiones y las visiones; es antigua y es de hoy mismo,
es para el estudiante propia y ajena, es de nadie y es de todos los que la expresan con su
vida. La fractura de la renovación pedagógica en la actual revolución técnica y científica, se
llama educación a distancia. El acto de dialogar y escribir para generar aprendizaje,
aparece como un nudo de fuerzas contrarias, en el que nuestra voz se enlaza para generar
un profesor escritor, y la voz de los contenidos originales abren la discusión, mediante
racionalismo dialógico que crean los acuerdos, compromisos, objetividades y sobre todo la
empatía para que exista el contrato didáctico de la educación a distancia.
En una sociedad del conocimiento creada por la libertad de cátedra, es fácil identificar al
profesor de educación a distancia, la otra voz, la voluntad creativa de la propuesta
curricular. Tampoco es problema identificar la inspiración de los estudiantes y sus
4
demonios. Demonios a la luz de la idea instrumental del hombre tan presente en algunas
instituciones de educación a distancia, provocan que la inspiración que da la libertad de
cátedra sea incompatible. El camino más sencillo es oponernos al modelo guijarro del
estudiante y el profesor. Por eso la historia moderna de la educación a distancia es un
continuo desgarramiento de su propuesta educativa, a veces intolerable por los
conservadores y salvadores de la universidad de la ilustración. Los románticos alemanes
fueron los primeros en 1812, que intentaron solucionar este conflicto entre libertad de
cátedra como forma de inspiración y el de la instrumentalización de la vida humana.
Para los profesores del pasado, la libertad de cátedra era algo natural para la calidad de la
educación, precisamente porque la creatividad formaba parte de la ilustración. No hay
en nosotros libertad de cátedra por derecho, sino una especie de fuerza argumentativa y
poética que surge del coraje y determinación, actitud que se vuelve en beneficio de la
inspiración tan necesaria para la composición escrita. De este modo los profesores
escritores de la educación a distancia, afirman su compromiso con el respeto a los
derechos de autor, la realidad experimental de la inspiración, con independencia de un
poder exterior. La inspiración así concebida es un camino a seguir donde la educación a
distancia expresa su calidad a la sociedad mediante contenido abierto y originalidad
literaria de las propuestas curriculares. La libertad de cátedra se da en el hombre, se
confunde con su ser mismo y sólo puede explicarse por y en la obra creativa del hombre.
La idea de libertad de cátedra no es un derecho simplemente, consiste en hacer de la
inspiración que nace de su práctica una idea cultural, tecnológica y científica del mundo.
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Visión que se funda en la actividad disociadora y recreadora de la inspiración. El lugar
central de la calidad de la educación a distancia lo ocupa, precisamente la inspiración. El
profesor escritor no puede decir simplemente compondré textualidad para las asignaturas
de educación a distancia, ya que la imaginación humana, en cuanto a la creación, son
instantes de lucidez, como viento impredecible que lleva su propia dirección, la misma
que cuando seleccionamos la literatura de apoyo en una biblioteca, en el mismo momento
en que la voluntad materializa la composición escrita. En un sentido surrealista, la
inspiración no es un misterio sobrenatural, ni una superstición o una enfermedad, es una
realidad que se cultiva en un ambiente de libertad creativa, en el consenso democrático
de la visión pedagógica, en la libertad de premisas, problemas, argumentos y
conclusiones. La libertad de expresión no es suficiente, el profesor al vivir la búsqueda de
eficacia en la educación, la creación y su inspiración, además, busca que la obra a crear
encause la voluntad institucional hacia su compromiso social con la calidad. Esto enlaza
con las capacidades intelectuales para elaborar textualidad, con el proyecto ideológico y
político de la educación a distancia. Los profesores de educación a distancia, acentúan el
carácter inconsciente, involuntario y colectivo de colaboración que les precede en la
institución. Inspiración y libertad de cátedra se vuelven parte del sustantivo creativo de la
oferta de textualidad de la educación a distancia.
Pero la inspiración no se puede encontrar ni en el inconsciente ni en la conciencia,
entendidos como partes o compuestos de un sistema, tampoco en el impulso, la pasividad
o el estar alerta, porque todo ello se funde en el ser del hombre. Buscar una vía
6
psicológica de probabilidad, es pensar que existe una lógica que todos podemos aplicar
para conseguir la inspiración. Que no tengamos leyes sobre su existencia, no hay razón
para dudar de su vivencia, son realidades externas, objetos, poderes o sustancias que
obran sobre nosotros, y el mundo no está fuera de nosotros ni, en rigor, dentro.
Lo escrito no está en el hombre como algo dado, si los lectores durante un largo tiempo
enriquecen su lenguaje para definir sus placeres, de la misma manera la escritura requiere
de mucho tiempo de observación para crear literatura, proponiendo y contrastando
argumentos del pasado. Algunas veces el habla del profesor se demora mucho en
principio, antes de su creación, el profesor y su libertad de cátedra no existen como tal, es
profesor a distancia precisamente gracias a su obra literaria. Por eso en buena medida la
solución a la calidad de la educación a distancia puede estar en el mismo seno de la
práctica docente, su oferta de contenido y la libertad de su textualidad. Desde esta
perspectiva de incesante muerte y resurrección de la textualidad, en el estudiante se
resuelve su eficacia para recomponerse en una nueva unidad, quizás sea posible penetrar
en el enigma de la otra voz, la crítica. Por tanto la inspiración es una manifestación de la
sociedad, está adelante, es algo alguien, que nos llama a ser nuestro propio ser, reflejo del
cómo nos vemos a la luz de la literatura que consultamos, hacia eso que somos nosotros
mismos.
La elaboración de contenido curricular es un ejercicio de nuestra libertad de cátedra, no la
simple libertad de expresión, es nuestra decisión de ser mediante un acto libre que se
7
llama creación. La literatura curricular es la experiencia de libertad. La libertad permanece
sobre las ideas que nacen y mueren, es más que una noción, se trata de la condición
misma de nuestro ser y la fuente de todas nuestras obras. Su ser se funde con el hombre.
La obra literaria, es nuestra creadora, nuestra creación y el horizonte en donde se
despliegan nuestras creaciones. La literatura creada para la educación a distancia es la
creación y conquista de nosotros mismos como docentes. Una de las características del
hombre es su capacidad para decir no a ser manipulado, convertido en cosa. Y es el
argumento ornamental (poesía) quien descubre esa parte del hombre en donde se
enlazan libertad y destino, posibilidad de ser o caída en el mundo de las cosas y de los
instrumentos. La educación es una de las formas de que dispone el hombre moderno
para hacer frente a todos esos poderes que, no contentos con disponer de nuestras vidas,
también quieren nuestras conciencias. En esto radica la libertad de cátedra como valor
subversivo y creador.
La inspiración, la otra voz, la causa por la otredad, son en esencia la temporalidad del
ritmo y la razón de una sociedad, manifestándose sin cesar. Si bien, inspiración, otredad,
libertad y temporalidad son trascendencia, movimiento del ser hacia nosotros mismos,
nunca debemos dejar de tener presente que el complemento de libertad es cátedra, y
ello, nos dice mucho sobre la educación, construir catedrales de obras: personas y
textualidad, o dicho de otra manera, dignidad y arte; salir de nosotros y retornar como
recién nacidos al mundo.
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Por la inspiración dejamos de ser nosotros, en primer lugar, y ese salir al mundo, nos hace
un ser más solidario, social y participativo. En segundo lugar, el profesor es temporalidad y
cambio, la otredad constituye su planteamiento del problema, su manera propia de ser
educador. La manera de ser educador y su inspiración son lo que llamamos cátedra. La
acción de la cátedra es creación espiritual y textual, la libertad de cátedra reconquista su
ser original, anterior a la caída de la ilustración, anterior a la escisión en la educación en el
yo y el otro. Las palabras son un importante medio para hacerse otro cada instante que
interrogamos la realidad desde la literatura y de regreso al yo. Y esta posibilidad de
libertad de cátedra se realiza dando el salto mortal. Es, al fin, la imagen del hombre
encarnado en el hombre, es decir, es lanzarse a ser, pero sobretodo volver al ser.
La experiencia de la libertad de cátedra, como la científica o la poética, es un salto
mortal: un racionalismo crítico que cambia la naturaleza, al cambiar los argumentos que
sostienen la hipótesis y sus conjeturas. Tener o no tener libertad de cátedra equivale a
dogma y revelación, autoritarismo y revolución, ausencia y presencia, silencio y palabra,
vacío y música, como estados de enajenación y creación en la educación a distancia.
Creemos que todos los elementos racionales se dan al mismo tiempo que los irracionales,
sin que sea posible separarlos sino tras una purificación o interpretación posterior,
estamos hablando de la evaluación del aprendizaje, por eso no se puede afirmar que la
obra en libertad en un sentido original desprenda lo sublime y lo poético en un hecho
directamente proporcional a los grados de libertad, es un proceso recursivo en el que se
busca un mundo mejor para los fines de la educación a distancia. El hombre creador de
9
literatura curricular al asombrarse diviniza su rol de educador, inaugura su original perfil
de cátedra. El profesor escritor diviniza como el místico y ama como el científico la verdad.
Ninguna de estas experiencias es pura, en todas ellas aparecen los mismos demonios, sin
que se pueda referir a nuestro profesor escritor como un “santo”, es más un asunto de un
profesional educador, de un sobreviviente de los dogmas, de un valiente creador. Es decir,
el tiempo es vida y muerte creativa, razón o poesía es vida, el artículo científico o el
poema son los vestigios de la inspiración, que en una lectura atenta y honrada pueden
resurgir como ave fénix inspiraciones dormidas en su textualidad. El error, el argumento,
la proposición y el ritmo poético se entrecruzan en el profesor y forman un solo núcleo
indisoluble, porque sobre todo somos posibilidad de ser, que al cambiar no nos quedamos
vacíos.
Con la libertad de cátedra viene la responsabilidad, Luis Villoro nos dice1: “la libertad de
realización, sólo una parte de México la tiene, porque hay muchas poblaciones del país
que carecen de ella debido a la interferencia de la acción de otras personas y, por ello, no
pueden realizar lo que eligen, no tienen las condiciones para hacerlo. Entonces, podemos
decir que están excluidos de la libertad; en la medida en que no pueden realizar su
libertad están excluidos de ella”(p.80). Apoyándonos en el argumento de Villoro; puesto
que somos iguales frente al Estado y este último tiene como fin garantizar la libertad
individual, el Estado debe promover la elección libre de valores y fines particulares de la
cátedra. El derecho individual a opinar y pensar, no implican el mismo desafío cognitivo,
ser libres para opinar es el más sencillo de los actos de ejercer la libertad, sin embargo, en
10
este mundo tan complejo no basta la opinión para cambiar el rumbo de nuestros
acuerdos, valores y fines, el pensar se hace indispensable para una sociedad democrática,
éste es un aspecto que recae en las instituciones de educación y la familia. La desigualdad,
la marginación y la competencia democrática son indefectiblemente tareas del Estado. El
pensar es además un medio para la tolerancia, sus productos documentales son neutrales,
pero no vacíos de ideología, estética y del error en su coherencia lógica. Entonces, el
Estado democrático no tiene frente a los bienes documentales de la educación la misión
de establecer bienes comunes para todos, y por lo tanto transfiere la responsabilidad a los
profesores escritores el mantener en dinámica creciente, unida y pensante del tejido
social. La libertad de cátedra encuentra su estandarte en el liberalismo social, corriente
del pensamiento que transfiere un sentido de acción que refiere Villoro: de la libertad a la
comunidad. De la misma manera Willian Hazlintt define el amor a la libertad, como el
amor a los otros2. Las palabras dan forma al espacio‐tiempo físico y narrativo; además, a
nuestra existencia, relación con la realidad y la otredad en particular. Somos testimonio
de nuestra experiencia con las palabras compartidas. Somos creación del lenguaje de
narrativa que en nuestra vida no acaba nunca. Escribir en el contexto de la libertad de
cátedra, es resultado de un fluir constante del lenguaje que permite a las frases dar
sentido a la realidad y nombrarla en grados crecientes de complejidad en un proceso
infinito de elaboración de realidades. En una identidad cambiante del mundo, la libertad
de cátedra en acción estar “poseído por el instinto de las ficciones”. La epistemología
para el profesor es el instrumento que da forma a la realidad como conocimiento, con él
escudriñamos y explicamos a otros. Si quiero conocerme a mí mismo, requiero fabricar un
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espejo en donde pueda criticarme, al hablar con otros, el reflejo de lo que expresamos
que viene de la otredad, nos ayuda a entendernos a nosotros mismos. Lo que expresamos
es algo parecido a lo que imaginamos, es decir, las ficciones como imágenes reales de la
mente. Con ayuda de las ficciones podemos fabricar textualidad, de un modo que
hagamos volar al que no tiene alas, oír al que no tiene oídos, caminar al que perdió sus
piernas, viajar al que está prisionero en silla de ruedas y calmar los odios del que no nos
comprende. Las ficciones son las vías por donde escurren a diferente ritmo las narrativas
del profesor escritor, el ajuste en el tono, estilo y figuras argumentativas partirán de la
experiencia imaginativa observada en los estudiantes. La biblioteca es el lugar donde se
traducen ficciones, lectura que puede darse en cualquier lugar geográfico, pero su
recreación requiere de nuestra propia experiencia con el lenguaje, para disfrutar
experiencias ajenas y muy distantes en kilómetros y en el tiempo. La educación a distancia
debe considerar que este acto de interpretación de ficciones, es el acto principal para
resolver la distancia en la educación, lo cual puede generar la facultad de saber, quienes
somos en principio, por lo menos nos nace la confrontación con el habla del otro. Saber
cómo somos, exigirá del conocimiento de la otredad, el cómo nos perciben.
Las ficciones, no son cualquier sueño, es la ensoñación. Bachelard Gaston en su
magnífica ficción “El agua y los sueños”, nos ayuda a comprender que cuando exploramos
el acto de la ficción, vivimos una fuerza imaginante de nuestro espíritu. La imaginación
por novedad produce siempre flores de primavera, mientras que las otras fuerzas
imaginantes perforan en la naturaleza su sustancia eterna y primitiva. Gérmenes cuyo
12
ser alimenta nuestra necesidad de la causa formal y material. Nos dice Bachelard Gaston,
son fuerzas que no pueden darse separadamente y son indispensables para la seducción
primera del estudiante, en las exuberancias de la belleza formal, es decir, la razón es
necesidad de seducir, con tendencia a la alegría.3 Cuando se escribe no se pretende
construir imágenes iguales a nuestra mente, porque eso es imposible, sin embargo, si se
pretende que éstas no encadenen a la imaginación de los lectores atentos.
En educación a distancia no en muchas ocasiones se confunde el proceso de adquisición
del habla, es algo totalmente distinto del proceso de aprender a caminar haciendo click o
invocando una IP de Internet. Mientras un niño normal está predestinado a caminar y a
vivir la necesidad de hablar en sentido biológico. Hablar es la necesidad que surge al vivir
en sociedad con tradiciones lingüísticas4. La transformación del lenguaje que se da,
además, no en aislamiento del hablante, sino en la corriente de transformación lingüística
de la cultura. En esta metamorfosis del lenguaje, no nos gusta a muchos pensar que
nuestra lengua sutilmente se renueva cada día, y la fotografía de cada día queda plasmada
en la obra literaria de cada época. Por ello, pensamos que la educación a distancia, debe
considerar la libertad de cátedra como la forma más eficaz de seguir la renovación
lingüística de las realidades que designa el lenguaje. Hablar es más que leer, los
estudiantes tendrán la suerte de componer narrativas de explicación, demostración y
ornamentales, pero como una forma social, es decir, aprendizaje dialógico. La tendencia a
aislar a los cibernautas en un didáctico sistema informático, asistido por un ordenador,
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podría ocasionar un holocausto para el consenso democrático, para la objetividad por
consenso de la ciencia y encerraría a la poesía como una reliquia.
Desde la realidad exterior hasta el mundo de la imaginación, desde el virus hasta el
hombre, desde el reflejo hasta la imagen cognitiva, el camino de la educación a distancia
requiere de la libertad de cátedra como una acción de diálogo ininterrumpido de
ficciones, no hay en ella nada autárquico resultado del aislamiento de literatura, profesor
y estudiante, nada gratuito y sin esfuerzo, sin causa y sin fin, sin creador y sin derechos de
autor, el mito del aprendizaje en aislamiento es el equivalente al acto de destejer a la
sociedad, desarticulando sus vasos comunicantes.5
Cuando la propuesta de educación a distancia es una textualidad mecánica sobre Internet;
su visibilidad electrónica propuesta es pensada en la inmovilidad del aprendizaje dialógico;
y si se da la esteticidad de las ficciones y la instrumentalización de la actividad del
profesor, podemos afirmar que en un mercado de conocimientos sería el equivalente a no
existir como oferta electrónica visible por Internet6:
Tabla 1: Acciones y efectos
Acciones Efectos
Competir por palabras típicas en sectores altamente concurridos.
A menudo será una inversión con escasos retornos a Internet.
Competir con terminología viva en los textos especializados y en diversificación de productos en las diferentes escuelas epistémicas.
Los problemas de nuestro tiempo son expresados con su lenguaje, permitiendo links de Internet sobre la frontera científica y literaria.
Invertir en un corpus lingüístico extenso ligado a literatura que no corresponde a “hombros de
Difícilmente darán resultados de seducción sobre el lector y en cambio será más un esfuerzo
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gigantes”. obligado que una navegación Web.
Promover una lista de textos con igual grado de importancia.
No aporta ninguna estrategia de navegación Web.
Promoción de textos, donde ensayos, reseñas, informes, revisiones,…, discriminan la importancia textual de las fuentes documentales.
Aportan una sólida estrategia inicial para la navegación Web.
Restringir la navegación Web al idioma materno y a criterios de palabras aisladas.
Dejar fuera la semántica como navegación y el idioma inglés, es dejar que los competidores se posicionen siempre delante de nuestra oferta.
Probablemente un escéptico le diga a nuestra propuesta de profesor escritor, que en su
obra literaria no cabe la expresión de emociones producto de una racionalidad dialógica.
Josef Perner afirma que las emociones son probablemente resultado, más de una
reflexión del sentido común que un argumento científico, sin embargo, las emociones son
vistas finalmente como una intencionalidad que se apoya en el hecho de que se utilicen
las mismas estructuras semánticas tanto para hablar de expresiones con fuerte carga
emocional, como para sentir los estados emocionales en nuestro cerebro7. Jonathan
Potter en este mismo sentido, nos expresa que los mundos en los que nosotros vivimos
no están simplemente ahí, no son simples fenómenos naturales y objetivos, sino que
están contraídos por una gama de prácticas y convenciones sociales diferentes, por ello
los procesos de construcción social de las realidades son las prácticas más importantes de
la actividad educativa a distancia.8 Frente al reduccionismo de ver la práctica educativa a
distancia como emanación simplificada o como una excrecencia del modelo educativo
clásico, estamos intentado definirla sin renunciar a la complejidad de la interacción del
individuo y entornos tecnológicos, literarios, pares, organización y de la experiencia
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racional de la institución educativa. Esta propuesta narrativa es diálogo transaccional, de
una forma estructurada, utilizando literatura original para la currícula, con expresión de la
prosa inspirada en la libertad de cátedra y las posibilidades de éxito se encadenan de
acuerdo con Linares, “inspiradas en la vida real”, que son propios de tantos estímulos
intelectuales para quien los recibe9. Si un profesor escritor distingue los propósitos de su
intervención narrativa, utilizará de acuerdo a las necesidades las diferentes propuestas de
textualidad. Por ejemplo, nos dice Bioy para revelar las intenciones narrativas: “Creo que
hay, sin embargo, una diferencia entre el plan de un cuento y el plan de una nota o
artículo científico. El cuento debe concluir con lo más importante. El comienzo, en los
cuentos, no importa mucho; el lector sabe que puede esperar algo. En las notas o en el
artículo hay que poner lo mejor que uno tenga en la primera frase. Si no, el lector no
entra”10. Así mismo, la textualidad del poema, por razones insondables, nos conmueve,
sugiere que, fuera de nuestra voluntad de lectores y dentro de los límites que la sociedad
nos impone, la literatura puede construir una ficción de la realidad más duradera que la
tecnología digital de la institución de educación a distancia, no se fatiga con el hablar a
cada estudiante. Tenemos la sensación que la literatura tiene vida propia, separada de
nuestras previas ficciones al adentrarnos en ella y que cuando hablamos o escribimos,
que son momentos de intensa emoción pensamos en la otredad, la sociedad y en primer
plano sus representados los estudiantes. Contenido que no sólo otorga realidad; también
puede aportar explicación y demostración. Los profesores escritores dan luz a las cosas
otorgándoles su identidad intrínseca. En un rincón de su contenido nos devuelve una
16
fractura de dogmas de la imagen del mundo, invitándonos a estudiar sus constantes
cambios y reflejan formas inestables de nuestras técnicas y sociedades.
Pero coincidiendo con Max Brod en la idea de progreso, pudiéramos aplicar esta
definición a la educación a distancia, considerándola en México como algo nuevo11: tener
fe en el progreso no significa creer que ese progreso ya se ha producido. Eso no sería
tener fe. De esta manera, hasta aquí hemos venido ensayando el concepto de la
educación a distancia como progreso, como un devenir, es decir, como posibilidad de ser.
El estudiante de educación a distancia
Los seres humanos referimos nuestra existencia entre nacer y morir, entre ambos la
educación abre la posibilidad de un vivir que implica y contiene al morir. La educación le
da la posibilidad de ser a todos los hombres. La educación a distancia es una de las formas
de esa posibilidad, su pedagogía posracionalista abre las fuentes del ser, un instante
exordio de creación, instante en el que estudiantes son lo que fueron y nacen lo que
pretenden ser, ese instante somos vida y muerte. Así el aprendizaje dialógico en la
dinámica del lenguaje, revela la condición paradójica del estudiante, su otredad lo
conduce a realizar lo que es. Recrea su ser y lo hace asumir su condición verdadera, que
no es la disyuntiva vida o muerte, sino una totalidad: vida y muerte en un sólo instante de
incandescencia. Ese instante de fuego es la creatividad para este mundo de permanente
innovación. Educación a distancia, es innovación y se presenta al estudiante, a su espíritu
revolucionario como un desagravio. Partimos de la idea de que el estudiante está solo y
para superar su soledad se apoya en un doble instinto: hondar en sí mismo y salir de sí
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mismo como solución a la injusticia social que le condena al laberinto de la soledad de
Octavio Paz. Guiado por el profesor escritor de educación a distancia, pretende conseguir
la comunión: matemática‐poesía. Por lo tanto la poesía supone la argumentación de los
sentimientos en búsquedas del otro, fusión de movimientos generacionales estrechos,
vinculados con el concepto de creación y ciencia; creación y poesía; innovación como
expresión del lenguaje en sus límites: matemática y poética.
La educación a distancia no es un molde que da forma serial a las personas de los
estudiantes, es un ámbito de fuego y hielo que templa el espíritu del estudiante en el
propio ser de la ciencia, la técnica y la poesía. Cada estudiante tiene una imagen formada
por la familia, la religión, su clase, su escuela, sus amigos y sus amores; ésta es la
condición inicial en la que la educación actúa, no como fábrica de imágenes mentales, sino
como libertaria creativa de la imaginación de los estudiantes. La epistemología, las
matemáticas, la lingüística y la filosofía junto a la historia; no son la indisoluble unidad de
los contrarios, sino la alegría en la revelación del ser. La innovación no está condicionada a
un camino, sólo puede surgir en libertad de cátedra. Cátedra que a los ojos de los
estudiantes es una experiencia amorosa, es decir, una manera fulgurante de la posibilidad
de atreverse a ser, así sea por un instante, el ser revela de la nada una innovación.
La educación en letras que no provoca novelistas, poetas, columnistas… La educación en
ingeniería que no revela nuevas patentes, técnicas y tecnologías… La educación en
ciencias de la salud que no se traduce en nuevas vacunas, intervenciones clínicas, que no
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renuevan la práctica farmacéutica… La educación en física que no revela nuevas
realidades, que no se compromete con el imaginario de su sociedad… Diremos que es una
educación inaccesible a la libertad creativa, promovida por Bertrand Russell, esta
educación instrumental considera al estudiante una cosa al servicio de su sociedad, si
fracasa su educación equivale a considerar que hubo un mal control de calidad en su
manufactura. Una educación posracionalista por contrario promueve el instinto del
hombre por salir de su soledad buscando un amor libremente elegido, que revele su
vocación de creador, al encontrarse el estudiante con su pasión en su más profunda
manifestación en el acto creativo logra proyectar su ser sobre la sociedad, le conduce a él
y a su objeto de estudio a la innovación.
En este sentido es importante ver al estudiante de educación a distancia, en esa dinámica
de darse para encontrarse, la imaginación y el deseo son constituyentes esenciales de la
innovación. El estudiante es capaz de imaginar porque desea, con su deseo puede
trasformar el universo y sus realidades. El deseo lo inclina a fundirse con la imagen de su
sueño. Su sed de “otro” conecta con este poder de metamorfosis que constituye la
esencia del acto creativo de la educación a distancia. Su comunión con el profesor escritor
es comunicarse con él sin tener que convertirse en él, y, ambos, son el contrato didáctico
de la educación a distancia, cuando la comunión pasa por el hecho de innovación.
La pasión que vive el estudiante, no es algo claro, no es accesible en primera instancia
por nadie, sin embargo, su racionalismo dialógico en comunicación pragmática y escrita,
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revelan poco a poco, la pasión que conduce y habita el instante que reconcilia las
oposiciones de que está hecha la sucesión temporal en un instante de crisis personal. En el
viaje por la literatura y en el contacto de innumerables argumentos, el estudiante, sin
dejar de ser vértigo para el profesor, ha de ser posibilidad, sin dejar de pensarse, ha de
alcanzarse a sí mismo.
La actividad del estudiante de educación a distancia, significa algo más parecido a la
inspiración en cuanto a la búsqueda de sentido de una sociedad en el magnetismo
pasional del instante del vivir en sociedad. La palabra clave en el contrato didáctico es el
“encuentro”. La comunión profesor, literatura, tecnología y estudiante se reconquista,
tiempo social antes del tiempo instrumental; queremos expresar, que no se vive con la
presión de un reloj como el que hay en cualquier línea de producción industrial, el tiempo
que se vive es el mismo que permite madurar a un poema en la poesía; mismo que se vive
y que permite explorar la realidad que genera patentes, artículos de investigación y
ensayos sociales.
El tiempo de estudio de un escolar en educación a distancia, es una narrativa que
reconquista el valor epistémico de la honradez, la perseverancia y la imaginación; es
lenguaje en el acto mismo de la creación, desde la más humilde proposición, identificación
de premisas, elaboración de argumentos y sofisticada textualidad que permiten al
estudiante buscar su ser.
20
La pasión no es una ilusión, ni nada fantasmal; es la mediación entre hombre y naturaleza,
el sitio en que se cruzan el acto creativo y el del ser libre, es en definitiva diálogo de seres
libres. Y no se refiere a la libertad de expresión, sino a la libertad creativa, a la libre
elección de un vértigo, no alude al derecho de los demás de pensar diferente, sino ejerce
el juicio crítico como emancipación de la ciencia y tolerancia de la vida democrática. En
nuestra época, en que las relaciones sociales están siendo extendidas por la tecnología, la
pasión es el ingrediente que borra las distancias geográficas a la educación, el verdadero
tema de nuestro tiempo en educación a distancia es el de la reconquista de la libertad
creativa que se manifiesta como innovación, como alivio para las crisis permanentes de
nuestra sociedad contemporánea.
No somos inocentes al sugerir que el estudiante de educación a distancia debe ser un ser
de pasiones y recursos epistemológicos, un ser de rebelión que genere innovación, un
ciudadano crítico que promueve el cambio sin violencia y crueldad. La rebelión de los
estudiantes a distancia reclama en el presente la libertad creativa, un ahora y un aquí.
Creemos que vivimos en un tiempo de evaporación de valores, de agresión como moneda
de negociación y automutilación como forma de justificar nuestra pasividad ante los
grandes desafíos de nuestra época.
Por eso, se trata de una negación de la idea de estudiante como un objeto moldeado en
versiones de calidad y orientación disciplinar. Nuestro concepto de estudiante
posracionalista, hace de la alianza ciencia y rebelión creativa, el regreso del humanismo a
21
la propuesta de educación a distancia. Con este concepto, es entonces que podremos
despertar y encontrarnos con la realidad corporal y espiritual que llamamos presencia
social. Así, desde este punto de vista de reconciliación con la ilustración, consideramos
que la pasión y la educación a distancia están estrechamente vinculadas con la justicia
social. Sin embargo, mientras la literatura y el profesor escritor hablan con la experiencia,
el conocimiento previo necesita primero dejar hablar para lo posible, como ocurre en todo
lo que se edifica y perdura en la ciencia y el arte, también debe la idea de fracaso que
produce un gusto amargo, es estar en la conciencia de la propuesta curricular de la
educación a distancia.
El conocimiento que nace de la actividad del profesor escritor y estudiante en el contrato
didáctico de educación a distancia, permite vislumbrar la calidad, entendida como libertad
creativa, concepción científica y poética del universo; identidad cultural escritura‐cuerpo,
identidad del consciente con la realidad social; identidades objetivamente observables en
los textos generados en la actividad de pensar y sentir; tradición y mitos hechos
interpretación del mundo en la actividad escolar del estudiante.
La ciencia como modo de vida dentro del contrato didáctico a distancia, revela para el
estudiante la existencia de realidades donde se comunican pasado y futuro; la vida y la
muerte, lo coherente y lo ilógico; lo real y lo imaginario. La incertidumbre y la
determinación conviven como ideología en rebelión, por los sentidos nos comunicamos
22
con medios naturales y tecnológicos al mundo, al mismo tiempo que en nuestra escritura
nos encerramos en nosotros mismos como una voz crítica honrada y desafiante.
El pensamiento y el lenguaje son los puentes que debemos construir en complejidad y
densidad en la educación a distancia, sin embargo, no suprimen totalmente la distancia
entre nosotros y la realidad exterior. Así, entre profesor y estudiante a distancia, se da una
zona de silencio y de hojas en blanco, cuando acabamos un poema, artículo, ensayo,
informe, revisión… que llamaremos zona de libertad creativa, donde el yo que imaginamos
se vuelve nosotros, al abrazar la presencia de la creación, dejamos de verla y ella misma
deja de ser anhelo, para ser nuestra realidad.
Al estudiante de educación a distancia no se le enseña teoría, sino que aprende a
deconstruirlas en sus fundamentos, terminologías especializadas, premisas, hipótesis y
tecnología de apoyo a la literatura, su gestión y composición. Es importante que se
observe al contrato didáctico de la educación a distancia, como un modo de vivir la
ciencia, no como un modo de transmitir información y hablar telemáticamente sin
argumentos, sentidos o intenciones. De lo contrario, el estudiante de educación a
distancia será exigido como la suerte de un guijarro.
Un estudiante de educación a distancia es la dialéctica social propia del placer de ser,
confiere en él los deseos de superación de su sociedad, es el signo del sentido de su
tiempo, gesto vital del malestar de la cultura, continuidad de tradiciones e instante de
23
encuentro que resuelve el extravió social producido en la crisis permanente de la vida
moderna. El estudiante como ciencia, poesía e historia viva, trasciende la comunicación
didáctica, al ser propuesta creatividad e innovación para su comunidad.
Es evidente que el estudiante de educación a distancia, es el símbolo e inspiración del
profesor escritor, la gran importancia del papel que desempeña el aparato educativo
como consideración de la propuesta curricular, donde la idea de mente no es
computacional, sino narrativa.
El profesor y el estudiante tienen un lugar central tanto en la pedagogía como en las
revoluciones del conocimiento. El profesor magnetiza al estudiante, esta comunicación es
la unidad del acto real de existencia de la educación a distancia. Así como la palabra es
una desencarnación de la mente en búsqueda de su sentido, es también una encarnación
de la cultura y una abolición de algún sentido. Es evidente, pues, la gran importancia del
papel que desempeña la palabra en contrato didáctico a distancia. Entre profesor y
estudiante hay diferencias fisiológicas, así como de cúmulo de experiencias, valores y
sensibilidad, pero no hay que confundir diferencias con desigualdades. Estas diferencias
son positivas. En cuanto a desigualdad, no hay ningún hombre superior a otro hombre, no
es lo que piensa, no es su creación, no es su sueño, ni su razón algo para justiciar la
degradación del otro bajo su propio hombro. Comprender que el estudiante no es el
fantasma que la pedagogía finge, sino el ser vivo que su avidez necesita, nos lleva a
comprender muchas otras cosas. El sufrimiento se hace más amplio, no se sufre la
24
pequeña herida individual, sino la condición del hombre, lo irreductible de otro ser al
propio, el abismo que los une y separa. Así, la angustia del profesor se presenta como
una verdadera angustia humana, angustia de ser, certidumbre de que el profesor se
escapa de saberlo todo y le abandona la idea de moldear a los demás a su propia forma.
En conclusión ser profesor es dar un salto mortal buscando surja la inspiración y el deseo
de aprender en el buscar la creación.
La liberación del estudiante debe producirse modificando la idea de transmisión de
conocimientos estructurados, por la idea de deconstrucción y construcción colaborativa
del conocimiento, valores e identidad de nuestro ser dentro de una otredad siempre
cambiante. La figura del estudiante, el profesor no debe olvidar que no se manifiesta
siempre de igual forma. Se trata de una presencia palpable que no deja nunca de
sorprender su ser impredecible, su sombra de pensamientos, el reverso de su voz, habla y
ser. Pero de ser la figura signo continuo de la cultura de la sociedad, pasa a ser la narrativa
viva de la sociedad. El desarrollo intelectual del estudiante es un proceso de construcción
de significados en colaboración dialógica con los demás, las funciones mentales de
complejidad superior exigirán dinamismo al leguaje, relaciones de gran densidad
terminológica entre textos hablados y escritos que mantengan coherencia e
interpretación correcta a la luz de alguna escuela epistémica. Es razonable ver que la
actividad del estudiante no es una teoría cerrada que se aplica, es más bien, una narrativa
de indagación práctica efectuada en colaboración con los profesores que intentan aplicar
una semiótica social, es decir, como una forma de ocuparnos del conocer y del llagar a
25
conocer. El diálogo como forma de aprendizaje en este contexto de la educación a
distancia, su valor depende de sus funciones en la actividad del conocimiento como
formas narrativas de conocer. Estos métodos habituales en la ciencia, de indagación
reflexiva, amplían o modifican en el estudiante sus elecciones del instrumental discursivo
para explicar, demostrar, debatir, consensar, junto con el profesor y la literatura las
realidades. El estudiante organizará un abanico de piezas de información aisladas
(hechos) a través de conceptos específicos y teorías explicativas, en actividades de
escritura y argumentación en discusiones permanentes con profesores y sus pares
escolares. Es decir, el conocimiento se desarrolla en educación a distancia en el
aprendizaje dialógico, discurso cuya narrativa es donde se construye la realidad entre
personas que hacen algo con un propósito en conjunto. Al reconstruir estos modos de
conocer continuamente, hay varios aspectos que permiten suponer que estamos ante
una serie de desafíos cognitivos, de naturaleza y complejidad distinta, desde la navegación
literaria, identificación de premisas, argumentos, teorías, conceptos, en el conocer
científico, estético y de orden moral. Se intenta un consenso en la comprensión de las
realidades, que satisfaga al estuante y al profesor, formulando interrogaciones y
proposiciones colectivamente evaluadas en criterios de verdad, ampliando el debate se
permite que cualquier argumento sea objeto de crítica en el progreso de elaboración del
conocimiento.
Estas narrativas de la educación a distancia, las vive el estudiante como un discurso
progresivo para el conocer, como un rasgo esencial del contrato didáctico de la educación
26
a distancia. Este es el potencial institucional para el aprendizaje, se trata de un significado
de calidad no cuantitativo, sino cualitativo. Evaluable desde los valores propios de cada
escuela epistémica con la originalidad, la relevancia y la innovación. Este proceso de
narrativas activa el proceso educativo mediante creaciones llamadas artefactos de
conocimiento o protocolos de textualidad específica, como son: el ensayo, el artículo, la
revisión, el poema, la síntesis, la reseña, entre tantos muchos como el cine y la novela
pedagógica. Lo que se aprende se vive y es el argumento central de la actividad
estudiantil dentro de estas narrativas, sólo podemos captar una teoría tratando de
deconstruirla y reconstruirla. Es por ello que la idea que tenemos del estudiante de
educación a distancia, tiene sentido en el racionalismo dialógico, en la tesis de auto
organización de la mente y la renuncia al determinismo como una forma de tolerancia al
escenario real de la incertidumbre de la vida social y natural.
La biblioteca de educación a distancia
La realidad de este mundo a través de la biblioteca. Eso pone de manifiesto que el mundo
no es sólido, aunque sea real. Está cambiando sin cesar, en muchos sentidos por los
usuarios del lenguaje, que proyectan su textualidad en pensares y sentires. Así como un
árbol nace y muere, nace otro igual, pero no idéntico, así ocurre con los significados en la
literatura. Es básico delimitar el lugar de la biblioteca respecto al campo propio del
aprendizaje, por una aparte, es el terreno para la imaginación, la gestión de
interrogaciones y el placer. Por otra, es algo más que información, acervos literarios, o
sistemas de documentos; se parece a un terreno virtual en cuanto a la potencia para las
ensoñaciones que inspiran al hombre y a la técnica en el sentido que permite crear y
27
adentrarnos en nuevas realidades. La historia de la literatura puede interpretarse como la
historia de ese tipo de vínculos con la vida, el profesor y el estudiante en la biblioteca son
sus propios protagonistas en el aprendizaje, un libro es el otro yo sin saberlo por
anticipado, como el Quijote y Sancho, personajes que se complementan y se oponen. Es
como revelar nuestro interior secreto en el diálogo con voces del presente y del pasado.
Seremos el efecto de los pensamientos vertidos entre lectura y lectura, en el que la acción
crítica y la composición creativa divergen para luego fundirse en una propuesta que
argumenta una nueva visión de la realidad. Entre el pensamiento a priori y el posteriori
transformamos nuestras creencias, apuntalamos o derivamos fundamentos, premisas,
conclusiones y sobretodo, sanan las heridas que provoca tener la honradez de abrir
nuestras creencias al debate de un dialogó con la literatura. El avance en las versiones de
nuestra complejidad y densidad lingüística de un objeto de estudio, hacen ver a lo que
veíamos como exótico, es decir, a lo que veíamos fuera de uno, sea amurallado dentro de
nuestro espíritu. La literatura es una narrativa o una crónica en el aprendizaje, puede
leerse como tiempo en una exclusión a ella. Es como leer un libro, y retornar de él con la
libertad de seguir indagando, nunca adorando al libro. Vivir la biblioteca en educación a
distancia es, dividir el conocimiento en territorios transversales y verticales, es regresar de
esta tarea con una visión coherente y más o menos unificada en criterios de verdad y en
forma. De acuerdo con este enfoque, no hay sociedad racional sin vigencia efectiva de
cierta concepción autónoma generada en la biblioteca, la cual actúa como una última
instancia a la que se puede recurrir en caso de conflicto que debilita la empatía en el
contrato didáctico de la educación a distancia. Un profesor nos diría que tras los
28
sufrimientos de los desafíos cognitivos que nos catapultan a las aventuras en la literatura,
tras la revelación del lenguaje especializado y la perdida de nuestras creencias iniciales,
podremos ver belleza donde antes ni siquiera podíamos ver.
La textualidad presente en el artículo de investigación, revisión, informe técnico,… o en
cuentos, novela o historias que nos revelan ante cada palabra la exigencia del
conocimiento del otro, de su capacidad de oír y comprender, de hablar para compartir y
en una crítica feroz: ver, éste soy yo. Vivir juntos supone la premisa de utilizar el lenguaje
para convivir, ya que es una función que exige tanto de la conciencia, la inteligencia, la
sabiduría de uno mismo como de la otredad. De acuerdo con las neuronas espejo, la
palabra exige del conocimiento del otro, sin embargo, sin diálogo no hay forma de
aprender el lenguaje y lo que denota, escribir es una forma de diálogo complejo y leer por
supuesto que también lo es, así como el debate dentro de las tares de aprendizaje
profesor‐estudiante.
Nuestras realidades creadas o transmitidas son fruto de nuestra experiencia con el
lenguaje y dependen de la lengua en que son narradas. El desarrollo de la capacidad de
leer y escribir evolucionó en técnica y forma, ahora las bases de datos electrónicas
permiten crear enormes acervos y fiables sistemas de recuperación de textos, sin
embargo, no excluyen nuestra necesidad de ampliar nuestra memoria operativa y de largo
plazo, ya que recordar no es saber, leer no es poseer un texto y su acumulación no
equivale a conocimiento. Leer no puede quedar de lado en la vida cotidiana de la
29
educación, aprender en formas de codificación propias de alguna escuela epistémica, es
tener formas de penetrar en las experiencias codificadas. Leer no debe ser un acto
perseguido por las manecillas del reloj o por la báscula del número de hojas, las virtudes
de lo rápido y lo fácil pasan hacer un criterio de baja representatividad para la calidad de
educación, lo más importante es la reflexión profunda que nos transforma y deja
evidencia en los productos intelectuales como los ensayos, tesis y artículos entre muchos
otros; la lentitud ante un desafío cognitivo expresa la dificultad de la empresa intelectual,
la biblioteca es el territorio, nuestra mente el navío con el que construimos caminos. Así
como los lectores requieren de largos periodos de interpretación sobre un objeto de
estudio, los estudiantes que escriben en inédito, observarán sin duda alguna que crear
literatura es iluminar nuestra conciencia arrojando luz al pasado y al futuro,
proposiciones, argumentos, parágrafos, frases, conceptos, teorías, definiciones, teoremas,
axiomas, síntesis, reseñas, formularios, cine, teatro, fotografía… donde toda respuesta
literaria en principio será lenta. Sin embargo, ver a diferentes estudiantes con una misma
medida, es olvidar que los conocimientos previos, ambiente social, habilidades entre
muchos factores aceleran o dilatan las voces críticas, voces que se demoran más en
pronunciarse solamente expresan que tenemos que invertir más al aprendizaje.
La biblioteca como terreno del aprendizaje, debe evaluarse no por el número de
volúmenes, factor de impacto de sus colecciones, ediciones, etc., sino, debe considerarse
el criterio de su reflejo en el aprendizaje que deje evidencia en los diferentes géneros
literarios específicos, la identidad del escrito original revela evidencia de la biblioteca,
30
otorga mensurables muy valiosos como la honradez intelectual, la construcción
imaginativa sobre premisas, la elaboración de proposiciones, la percepción individual del
estudiante, poner a prueba y mejorar el desempeño intelectual, consiguiendo llegar a los
más altos criterios de calidad funda ésta en la creatividad.
Alguien ha comentado, ¿Cómo puedo evaluar horas hombre frente a pantalla de
computador, tratándose de una biblioteca digital? La respuesta es la misma, la lectura es
necesaria para construir explicaciones, demostraciones y otras seducciones, si estos
productos son originales en textualidad, estilo, enfoque, referencias, etc., podemos
indirectamente asegurar que ocurrió una experiencia original de aprendizaje. El tiempo es
una potencia en la que nos movemos, desperdiciarlo es como decir que lo podemos
almacenar, sus huellas son nuestra experiencia de vivirlo, los productos intelectuales que
produce, sin embargo, tiempo y biblioteca nos dicen de un camino cíclico en donde
aparecen y reaparecen la lectura y la escritura.
Sólo a un extranjero de la biblioteca le parece vacío este mundo sin señalización evidente,
de qué sirven servicios bibliotecarios sin lectores y escritores, sería una tierra sin
imaginación. Los paisajes del pensamiento recorren la inteligencia de las emociones12 para
construir las realidades, que de acuerdo con Peter Watson, Newton que ha sido
considerado el primer y más grande de los científicos de la era moderna, un racionalista,
alguien que nos enseñó a pensar de acuerdo con los dictados de la “razón fría y carente de
31
emoción”, en realidad hay documentos que prueban que las emociones lo condujeron a
sus creaciones intelectuales13.
Las frases que son una proposición, vaguedad y ambigüedad, nos recuerdan que la
información o la desinformación dirán mucho sobre las nociones de realidad, de verdad,
de error y de falsedad que tengamos cada uno, demostrando que todo proyecto de
biblioteca con el perfil que sea para todos no es posible de construir, si además, tomamos
en cuenta que el conocimiento ha crecido tanto que ya nosotros no podemos dominar el
mismo, más que pequeñas parcelas, entonces debemos desarrollar y confiar en las
habilidades de gestión de información y para identificar cuál de las informaciones posee
pertinencia, relevancia y vigencia propias de los criterios de cada comunidad del
pensamiento14.
Reflexionando, la hipótesis para la biblioteca de la educación a distancia que proponemos,
tropezará con una objeción si se la entiende mal, en sentido de que la importancia de la
biblioteca está nada más en los procesos intelectuales que permite vivirla y en el
entrenamiento en la gestión de información, constituye algo más amplio, que implica
verla como una productividad cultural, es decir, una experiencia de imaginar y sentir,
extendida por la historia e inspirada en el futuro de cada uno de nosotros y con los otros.
Creemos que la alternativa para la biblioteca en el contrato didáctico de la educación a
distancia, es hacer de ella la columna vertebral del aprendizaje.
32
La funesta alienación del hombre cotidiano sobre la biblioteca, exhibe el divorcio que
Samuel Ramos observó para el mexicano entre teoría y praxis. Unos quieren aplicar lo que
no se ha reflexionado, explicado y elaborado en un paradigma; otros quieren por la prisa
teorizar sin deconstruir teorías y observar sus fundamentos prácticos y teóricos. Este
problema, puede ser resulto si vemos a la información como un activo de la imaginación
(el desarrollo mental) y no como un pasivo, es decir, como un “Frankenstein” de
contenido que entre muchos valores que atropella está la propiedad intelectual. Los
problemas psicológicos, sociales y técnicos que desafía la biblioteca de educación a
distancia, tendrán que ser resueltos no como un indicador cuantitativo de la literatura
contenida y otros servicios, sino como un desarrollo histórico de aprendizaje desde el
currículo.
La biblioteca es una batalla de armas tecnológicas (escritura, lectura, informática) y ríos de
literatura original que seducen la imaginación, para lograr los fines del aprendizaje
proyectado en los planes de estudio. La batalla que exige para ser soldado, es ser culto,
dado que las nanotecnologías, inteligencia artificial y realidad virtual no pueden por si
mismas producir una revolución en la educación15. Requieren del factor pedagogía.
No podemos recurrir como usuarios a la biblioteca sin el argumento que caracteriza
nuestra necesidad de investigar, debatir o discutir, por ello, sugerimos que los estudiantes
tengan claro el propósito del fin de documentarse y de proponer enfoques propios a los
33
problemas abordados. Esto debe reflejarse en el currículo, no como una simple lista de
lecturas y links, sino, como un proceso intelectual a seguir.
La desnacionalización del texto sobre la Web, además, debe considerar que la biblioteca
es más que bilingüe, es una existencia casi amorfa a no ser por los índices en línea y otras
colecciones de literatura, la accesibilidad es muchas veces condicionada al pago de
derechos y a la complejidad de sistemas y terminologías propias de la literatura
especializada.
Este conjunto de ideas aquí expresado, sugieren que la calidad de la biblioteca sea
evaluable desde los procesos didácticos, informáticos e intelectuales presentes en la tarea
del saber y del informarnos.
Los errores en la estrategia funcional de la biblioteca, tienen su base en la libertad.
Vedamiento de la biblioteca en la práctica docente, no permite la elección totalmente
libre de las ideologías, un uso intensivo de la biblioteca revela la forma más alta de la
libertad: la libre elección de las ideas y de las épocas del pensamiento. En la
argumentación se produce la conjugación de la literatura, en la vida cotidiana de la
educación se produce ese encuentro capital y de elección, que nos forma en los procesos
de liberación, un derecho más allá de la información, surge una nueva ética de la actividad
docente. El profesor debe recobrar la humildad porque no somos dueños del
conocimiento ni señores de la verdad. La biblioteca está en crisis al desaparecer la idea de
34
educar preguntando, indagando, observando, leyendo y escribiendo. La biblioteca debe
ser una pasión personal, íntima, una fuerza de disentimiento con el dogma del contenido
escolar. Un error del docente cuando el estudiante argumenta distinto a su enfoque, es
ver que la biblioteca transgredió su autoridad en el aula. La biblioteca es una institución
que, simultáneamente, estimula la libertad de pensamiento y limita la figura del profesor
como erudito del pensamiento, para el profesor clásico la biblioteca es conocimiento, para
el profesor escritor es reconocimiento. La raíz de la lectura de literatura es un amor único
que está en la idea de cada individuo que reside en su capacidad de albedrio.
Así la biblioteca es una extraña combinación de libre autoacceso y de libertad creativa.
Para nosotros, representa el espíritu de la educación a distancia, un camino que conduce a
la contemplación de las esencias de la realidad como iluminación de las relaciones
ecológicas y humanas. En consecuencia debemos encontrar una visión de la biblioteca y
del estudiante que nos devuelva la conciencia de la singularidad e identidad de cada
propuesta educativa, de cada enfoque, de cada profesor haciendo libertad de cátedra.
Con la simple accesibilidad a acervos digitales, claves y rutas, dejamos fuera de la
dimensión educativa la inspiración y la libertad de elección literaria. La pregunta sobre la
libertad de elección literaria es en nuestro tiempo, crucial para la innovación. Evitarla
significa, más que una deserción, una mutilación con la idea instrumental del hombre. La
libertad de elección literaria sólo existe frente a la necesidad y la necesidad se sirve de la
libertad para realizarse. La libertad es una dimensión de la necesidad, pues sin ella no hay
la formación humanista de la persona. Los controles o firewall que filtran la información
35
electrónica en las redes educativas evitando que la pornografía y otras oscuras
informaciones de la Internet, que no son nuevas, sino de proporciones de escándalo,
limita su accesibilidad. El problema es que estas acciones mecánicas y no de educación
provocan que aparezca un mercado de prohibición de tal carácter que ya a nadie
escandaliza, poniendo de manifiesto que la indignación social no desata protestas morales
por estar dormida. No proponemos que se supriman las libertades literarias, sino que la
educación confisque el problema en sus planes de estudio para renovar el tejido social. Si
nuestro mundo a de revivir la ilustración, la cura debe ser doblemente porque, la
regeneración política, económica y moral, incluye la resurrección de la biblioteca como
amortiguador de la intolerancia y la violencia. Necesitamos una visión nueva y enraizada
en la práctica docente del profesor a distancia. Quizá el diálogo curricular entre ciencia,
filosofía y poesía podría ser el preludio de la reconstrucción de la unidad de la cultura y de
la resurrección de la persona humana, la piedra de fundación y vitalidad de nuestra
democracia. En una apreciación general después de ser profesor durante 14 años, radica
que la tragedia de todo movimiento juvenil contemporáneo consiste en que niegan,
incluso con razón, el mundo de los viejos que antes se admiraba, sin haber sido capaces de
crear nuevos valores que sustituyan a los que les preceden. Tal movimiento delata
nuestras carencias intelectuales, indica que hay un vacío en el centro de la educación
contemporánea dejado por el rol que ha jugado la biblioteca. La salida al problema, con la
libertad de elección literaria, no es la más fácil, sin embargo, posponerla mantendrá a la
sociedad mexicana fuera de las sociedades de innovación vanguardista a nivel
internacional. Una sociedad que tiene un auténtico sentimiento de progreso, desecha la
36
idea de contenidos escolares de vigencia eterna y de lentitud de cambio. Así la vida doble,
pensar y sentir, se alimenta de las ficciones y los ríos de libertad literaria en que navega,
manifestando la necesidad de hacer del camino de la experiencia literaria una experiencia
de vida.
La libertad creativa es la suprema ventura y la suprema exaltación de la voluntad del
hombre, donde se intenta renovar el desgastado sentimiento que el conocimiento solo se
renueva fuera de la institución educativa, sentimiento que implica vencer el tedio del
discurso de trasmisión de información y la costumbre de informar y no formar personas.
La teoría de la literatura, responde a nuestro problema con un discurso de principios
literarios lingüísticos, estéticos, retóricos y de poesía como encuentro con el arte, como
una realización de un análisis en una obra por realizar. Mientras la crítica literaria nos
responde en base a conceptos de epistemología, metodología, estructura y sistema,
teniendo lugar al análisis de la obra ya realizada. En definitiva la crítica literaria le interesa
en un texto lingüístico lo que lo hace un arte y no un discurso estándar como lo ve la
teoría de la literatura. En este último sentido es que nos preocupa el lugar que tiene en la
educación el arte de hacer textos y criticarlos, consideramos que derechos de autor y
originalidad hacen la repetición de invención y de inédito. Se ha perdido la crítica literaria
en la actividad de la educación, favoreciendo la producción, sobre el desarrollo del
talento, la idea del texto como arte está desvalorizada y la ruptura en el sistema educativo
nacional, prefiere el acto del programa de tareas, que el gesto de la inventiva de
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textualidad. Con la literatura el hombre construye un mundo del que es dueño, donde la
educación no le es ya algo opuesto a su desarrollo. Esta es la última orilla en el debate de
la biblioteca en la educación a distancia, y esto lleva a firmar que una educación sin crítica
como creación provoca un alimento intelectual muy pobre, es lamentable que la
bibliotecología sea una zona nula en la promoción de la lectura, no lo es considerando la
ausencia en el pensamiento filosófico, científico y de la historia, sino en su propuesta
didáctica a la educación.
Un profesor escritor tiene la fuerza porque brota de una situación de pensamiento y
pasión. No habla de la biblioteca en nombre de la nación, ni habla de sí mismo. Lo
primero que hace es dudar de su propia existencia. La escritura es revelación porque es
crítica, este escritor no representa a la biblioteca sino que es producto y ejemplo de
ejercer la libertad de expresión, sustantivo que debe vivir en la libertad de cátedra para
que se de toda crítica. A la biblioteca no le importa convencer ni adoctrinar, es viento de
cambio y reflexión, porque ignora el camino que van a tomar las sociedades.
38
Referencias
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