1
Índice
Capítulo 0. Protocolo de tesis ......................................................................................... 4
0.1. Introducción ......................................................................................................... 4
0.2. Objetivos ............................................................................................................. 6
0.2.1. Objetivo General: .............................................................................................. 6
0.2.2. Objetivos Específicos: ....................................................................................... 6
0.2.3. Hipótesis ........................................................................................................... 7
0.2.4. Justificación ...................................................................................................... 7
0.2.5. Metodología ...................................................................................................... 8
Capítulo 1: La ideología y el pragmatismo: conceptos y ejemplos a destacar. .......... 9
1.1. La Ideología ......................................................................................................... 9
1.1.1. Las ideologías, el origen y la lucha: La Revolución Francesa ....................... 9
1.1.2. Qué se entiende por ideología .................................................................... 13
1.1.3. La izquierda, la derecha y su lugar de encuentro: El centro ........................ 19
1.1.4. La tradición y los fundamentalismos ........................................................... 24
1.1.5. El Conservadurismo ................................................................................... 26
1.1.6. El liberalismo .............................................................................................. 30
1.1.7. El neoribelismo ........................................................................................... 36
1.2. El Pragmatismo ................................................................................................. 41
2
Capítulo 2: Tendencias de los electores de Cataluña y América Latina: cifras
clave ............................................................................................................................... 46
2.1. El electorado catalán, cifras de 1991 al 2013 ........................................................ 48
2.1.1. Tendencia en identificación política................................................................. 48
2.1.2. Interés en la política ........................................................................................ 50
2.1.3. Sentido de pertenencia ................................................................................... 50
2.1.4. Opinión ante el entorno ................................................................................... 52
2.1.5. Los niveles de cercanía entre electores y partidos políticos ............................ 70
2.2. El electorado latinoamericano de hoy en día ......................................................... 83
2.2.1. Identificación ideológica en América Latina al 2014 ........................................ 83
2.2.2. La democracia sin partidos ............................................................................. 88
2.2.3. Interés en la política ........................................................................................ 91
2.2.4. La economía de mercado ............................................................................... 92
Capítulo 3: Los electores y sus motivaciones, un análisis de Cataluña y Ecuador. . 94
3.1. Los vínculos entre electores y (partidos) políticos ................................................. 94
3.2. Comportamiento electoral: Un panorama general ................................................. 99
3.2.1. Participación política: .................................................................................... 101
3.2.2. El voto: .......................................................................................................... 104
3.3. Análisis de las motivaciones de los electores en Cataluña .................................. 106
3.3.1. Las motivaciones a la hora de votar en Cataluña .......................................... 106
3
3.4. Análisis de las motivaciones de los electores en Ecuador ................................... 112
3.4.1. Identificación ideológica actual en Ecuador al 2014 ...................................... 113
3.4.2. La ideología y sus asociaciones .................................................................... 118
3.4.3. Las motivaciones a la hora de votar en Ecuador ........................................... 123
3.4.3. Las motivaciones a la hora de votar de cara a las elecciones municipales de
2014 ....................................................................................................................... 128
Capítulo 4: La política en el día a día: conclusiones finales. .................................... 133
Bibliografía
Anexos
4
Capítulo 0. Protocolo de tesis
0.1. Introducción
En nuestros días, parecería que la confusión, el conformismo y la desorientación para
fijar un objetivo de bienestar común, pueden más que la inquietud de las nuevas
generaciones, cuya bandera de lucha carece de color y de inventiva. Nuestros tiempos
piden a gritos la instauración de una conversación pública para reevaluar el papel del
Estado, en el que a la luz de los hechos, las viejas ideologías de izquierda y derecha,
confluyen con el pragmatismo en la política del día a día.; pues las ya caducas
posturas de izquierda o de derecha no encuentran bases de sustento. Han quedado a
la deriva sin nombre ni apellido.
A simple vista, la izquierda y la derecha parecen quedar a la deriva, al punto que
autores como D. Bell o F. Fukuyama (cada uno en su tiempo) declaran el fin de la
historia, de ahí la necesidad de analizar y entender las razones que llevan a un
electorado cada vez más cambiante a optar por soluciones pragmáticas o aferrarse
más bien a un espectro ideológico. Se dice que al marxismo lo desgasta la retórica de
miles que ni siquiera han hojeado sus postulados, en tanto que al capitalismo lo
rebasa la ineptitud de los gobiernos, y la desmedida ambición de fama y fortuna de
otros tantos (Judt, 2011).
N. Bobbio a finales de los años 90, a través de su obra Derecha e Izquierda. Razones
y significados de una distinción política abre un debate en el que es posible el análisis
y replanteamiento de los términos igualdad y libertar para categorizar a las ideologías
de izquierda o de derecha respectivamente. En este sentido, valga decir que la
sociedad ha evolucionado y la experiencia demuestra que las condiciones en las
actualmente vive un ser humano no son las mismas en las que se vivió en la Unión
5
Soviética, y tampoco constituyen la recreación de los Tiempos Modernos de Charles
Chaplin.
Gracias a la globalización de la información, las necesidades y los pensamientos
humanos son cada vez más heterogéneos, volátiles, líquidos; y ante eso, las
soluciones políticas no pueden constituir una camisa de fuerzas en la que los términos
igualdad y libertad sean excluyentes. La sociedad actual, plantea el reto de incluirlas y
en la práctica, lo hace.
Siendo así, las teorías radicales sobre las ideologías de izquierda y derecha quedan
obsoletas ante la realidad que demanda modificaciones y mixturas, especialmente en
aquellos Estados cuyo sistema tradicional de partidos se ha visto debilitado por
diversas razones. Si bien es cierto, las ideas son la piedra basal y constituyen el motor
de arranque de las naciones, las y los ciudadanos del mundo actual no precisan
únicamente de la lírica de la igualdad totalitaria que sacrifique anhelos de crecimiento
y los encasille en una línea de pensamiento única, ni de aquella tendencia en la que
los poderosos de cuna tengan más que los históricos pobres.
Hoy en día, los votantes demandan gobiernos eficientes y responsables, capaces de
gestionar adecuadamente los recursos del Estado para generar igualdad de
oportunidades para sus miembros.
Entonces ¿cuáles son las razones que impulsan a los electores a inclinarse por tal o
cuál bandera política de cara a unos comicios? ¿ejercen un voto pragmático o uno
ideológico?.
6
0.2. Objetivos
0.2.1. Objetivo General:
Analizar el comportamiento de los votantes y sus motivaciones a la hora de
elegir a una u otra opción política en Cataluña y Ecuador, a fin de establecer si
se otorga mayor relevancia a las ideologías de izquierda o derecha, o a
acciones políticas pragmáticas.
0.2.2. Objetivos Específicos:
Determinar en qué escenarios electorales prevalece la propuesta política sobre
las ideologías y analizar las razones.
Determinar de qué factores depende la determinación de las banderas de lucha
de izquierda y de derecha y conocer si la izquierda es la eterna díscola del
sistema y si la de derecha es la perpetua capitalista del mismo.
Analizar las inclinaciones ideológicas de los votantes de Cataluña y Ecuador, a
fin de conocer cuál es la tendencia dominante.
Confrontar la opinión de los electores con la realidad política en los escenarios
de Cataluña y Ecuador.
7
0.2.3. Hipótesis
Los electores de la sociedad actual otorgan su voto en función de las
propuestas de bienestar de los políticos, más que en sus tendencias
ideológicas.
Las tendencias ideológicas de los gobiernos actuales ya no pueden
mantenerse en los extremos el espectro ideológico, dado que el modelo de
sociedad actual demanda soluciones pragmáticas de largo plazo.
La desafección y la falta de interés en la política hace que los ciudadanos
escojan determinada opción electoral por dos factores: a) desilusión
(expresada en el voto castigo), b) comodidad, expresada en la reelección
de un partido o candidato.
0.2.4. Justificación
La sociedad ha evolucionado y las ideologías tradicionales parecen quedar obsoletas
ante las nuevas demandas sociales. En ese panorama, el tema propuesto busca
desvelar las principales motivaciones que llevan a los electores de Cataluña y Ecuador
a otorgar su voto por una u otro opción política.
Para ello, se recurrirá al análisis de la historia de las ideologías, así como al del perfil
del electorado actual, pasando por las teorías clásicas de definición de ideologías y
conceptos del pragmatismo.
8
0.2.5. Metodología
Este proyecto se llevará a cabo empleando una metodología deductiva y analítica, que
combinará técnicas cualitativas y cuantitativas de estudio, como encuestas a
muestras de los grupos objetivos de las zonas geográficas que servirán como ejemplo
para la comprobación de hipótesis.
9
Capítulo 1: La ideología y el pragmatismo: conceptos y ejemplos a destacar.
1.1. La Ideología
1.1.1. Las ideologías, el origen y la lucha: La Revolución Francesa
“El hombre nació libre, y en todas partes se le encuentra encadenado”. Esta afirmación
de J. Rousseau1 fue una de las grandes inspiraciones de la Revolución Francesa en
1789, impulsada para defender los derechos del hombre, entendiéndose a este (a ojos
del citado filósofo) como un ser original y naturalmente puro, pero degenerado “por un
proceso de civilización que desarrolló vicios, conflictos, pasiones y desigualdad”2. En
una época de profundos cambios y despertar de la sociedad, la Revolución Francesa
se convirtió en una etapa crucial para la definición de las dos grandes visiones
ideológicas que han acompañado al mundo desde entonces: el liberalismo3 y el
conservadurismo.
1. A. Giddens (2011) respecto a la afirmación rousseana, basado en Louis de Bonald (1840), sostiene que no existe un
estado natural del hombre, por cuanto, este es desde su nacimiento, un ser social supeditado a la autoridad
divina,consecuentemente, las obligaciones adquieren más fuerza que los propios derechos.
2. Blog La Filosofía, El hombre para Rosseau, 2013.
3. Cabe señalar que la definición pragmática de liberalismo no es la misma en todo el mundo, a efectos de la
Revolución Francesa, el liberalismo fue la tendencia que luchó por desbaratar la desigualdad y los privilegios de los
monarcas y su burocracia reinantes en el Antiguo Régimen, en favor del impulso de la burguesía, presumiblemente, es
por ello, que (principalmente en América) se relaciona al liberalismo con el libre mercado, a este con capitalismo y a
este último factor con la derecha. Aunque en esencia, los liberalistas defendían los derechos sociales que se
demandaban en la época, como lo han hecho algunas corrientes de izquierda a lo largo de la historia y pese a que
algunas de ellas hayan finalmente degenerado el entendimiento del concepto de libertad individual para privilegiar la
libertad social en forma excluyente y presumiblemente perjudicial, Cuba o Venezuela como dignos ejemplos de ello.
10
Por un lado, los conservadores defendían a un Antiguo Régimen en debacle, de un
Tercer Estado o Asamblea Nacional devenida de la Ilustración4; y por otro, los
liberalistas luchaban por el desmontaje de la desigualdad y los derechos que
demandaba la corriente social en boga: la burguesía, que en ese entonces empezaba
a adoptar el poder político del que las masas populares también tomaron parte, lo que
más tarde la escuela marxista, traduciría como una lucha de los intereses de clase
como la verdadera causa de la revolución, señalando que las viejas estructuras
políticas y sociales de una monarquía rígida e incapaz de enfrentar las demandas de
un mundo en evolución, frenaban el despegue de la clase en auge5.
Este breve recuento de la Revolución Francesa se hace imprescindible, pues pese a
que las ideologías per se, nacen de diversas corrientes filosóficas, los términos
izquierda y derecha surgen (aunque en principio accidentalmente) con este hito,
cuando en los llamados Estados Generales, los que compartían formas de
pensamiento tomaban asientos contiguos; así, los opositores del Antiguo Régimen se
encontraban en el ala izquierda del recinto de reunión, en tanto que sus defensores se
ubicaban a la derecha, atribuyendo de esta forma, el significado con el que hasta hoy
se asocia a este par de conceptos ideológicos. En Europa, se populariza el uso de
estos términos después de la restauración de la monarquía francesa en el año de
18156.
No es entonces aventurado asegurar que, es por ello que la izquierda tradicionalmente
es concebida y vista como detractora de los regímenes instaurados, y
4. Dada en el siglo XVII y cuya desembocadura fue la Revolución Francesa, surge del despertar social principalmente
en Francia e Inglaterra, de la necesidad de sacar a la humanidad de las tinieblas, a través de las luces de la razón.
Adopta como método el análisis, excluyendo a la autoridad y a la tradición. De ahí que al siglo XVIII se le conociera
como el Siglo de las Luces. Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_francesa y
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0257-01/indiceh.html
5. http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0257-01/indiceh.html
6. L.E. González Ferrer, R. Queirolo Velasco. Izquierda y Derecha: Formas de definirlas, el caso Latinoamericano y sus
implicaciones, artículo publicado en la revista América Latina Hoy, volumen 65, 2013. Pág. 84
http://campus.usal.es/~revistas_trabajo/index.php/1130-
2887/article/view/alh20136579105/11856Ideolog%C3%ADa%20pol%C3%ADtica%20en%20torno%20a%20%C2%ABis
sue%C2%BBs%20y%20valores%20sociales:%20un%20estudio%20correlacional%20en%20ciudadanos%20de%20C%
C3%B3rdoba/Argentina
11
consecuentemente, precursora de cambios en la estructura social establecida. Sin
embargo, en varios países del mundo, incluyendo a Europa (en la Rusia de 1917) o en
la América Latina de nuestros días, la izquierda ha llegado a conquistar el poder
político y trabajar por los cambios basados en el “Estado de Bienestar”, logrando en
algunos casos, estabilizar la situación de las sociedades que conducen, llegando a la
instauración de un nuevo orden basado en sus predicamentos de origen
socialdemocrático. Entonces, ¿cuál es la nueva bandera de lucha de la izquierda?, ¿la
realidad actual estará demostrando que es hora de converger en el centro?. Como
indica L.E. González, la defensa de la igualdad económica y social parece ser, hasta
nuestra época, un rasgo distintivo estable de la izquierda, pero es evidente que el
significado del concepto de igualdad varía de acuerdo a la coyuntura. Por ejemplo, a
fines del siglo XVIII se hablaba de igualdad política incluyendo únicamente a los
varones blancos europeos, durante el siglo XX este término ya no sólo aludía a
batallas de género, sino también étnicas, y hoy se habla de una igualdad social
basada en la única condición de ser seres humanos.
Podría decirse entonces que, como señalaron Converse y Pierce en 19867, la
izquierda no goza de un significado claro, sino más bien ambiguo, mutable y tan volátil
como el mismísimo electorado. Dicho esto, es la izquierda la que por naturaleza
parece adherirse a las cambiantes necesidades de la gente antes que a las del capital,
lo que hace que “el grueso de las élites intelectuales y políticas” la asuman como la
ideología «correcta» (al menos a ojos de los votantes, los decisores). Por otra parte,
un buen porcentaje de estas élites, más bien pertenecientes al ala derecha del
espectro, no se definen como miembros de ella (quizás por las repercusiones que esto
pueda tener a nivel electoral), y en lugar de esto, tienden a afirmar que la izquierda y la
derecha tienen significados alejados de la realidad, acepción que carece de simpatía
entre los miembros de izquierda.
7. Ibídem.
12
Por otra parte, N. Bobbio (2000) indica que los partidarios de izquierda dan mayor
importancia a su conducta moral y, en el ámbito político, a todo aquello que gira en
torno a la igualdad de los hombres y a las formas de reducir las brechas sociales
existentes entre ellos; en tanto que los adeptos de la derecha, son gente convencida
de la imposibilidad de revertir la desigualdad. Cabe aquí preguntarse sobre las ofertas
de campaña de los políticos y determinar si alguna de ellas, hace evidente este
postulado a la hora de disputar una elección.
Como se ha visto, si de caracterizar a la izquierda se trata, históricamente se le
atribuirá un elemento denominado igualitarismo, asumiendo a este concepto como una
convicción capaz de convertir en “más iguales a los desiguales”, y consecuentemente,
atribuir los mismos derechos y deberes a los seres humanos que conforman una
sociedad. Sin embargo, se ha de recordar que esta doctrina (el socialismo real),
intentó eliminar un factor que visto desde su perspectiva, fue considerado el mayor
impedimento para lograr la igualdad: la propiedad individual, y la consecuencia de
pasar de palabras a hechos fue aquello que N. Bobbio denominó «utopía invertida»8;
este acepción, proviene de un artículo del mismo nombre publicado en La Stampa en
junio de 1989, en el que se enfatiza lo escrito por Thomas Nagel sobre el evidente
fracaso del comunismo en Europa y su vehemente ideal de igualdad vulnerando el
bienestar de las personas, pues en su nombre, se cometieron delitos y desastres
económicos; afirmación que se constata en lo escrito por el mismo autor en 1993: “Los
problemas que han generado el choque entre capitalismo democrático y comunismo
autoritario no han sido resueltos, desde luego, por el fracaso de este último, ni en el
mundo desarrollado ni en el mundo en general”9.
8. J. Estefanía en N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras, España,
2000, Pág. 20.
9. T. Nagel (1989 – 1993) en N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras,
España, 2000, Pág. 167.
13
1.1.2. Qué se entiende por ideología
“Todo lo que mueve a los hombres tiene que pasar necesariamente por sus cabezas,
pero la forma que adopte dentro de ellas depende en mucho de las circunstancias.”,
proclamó F. Engels (1886) para definir de alguna manera a las fuerzas motrices que
llevan a los seres humanos a actuar de tal o cual forma ante las circunstancias. Bajo
esta acepción y en un concepto apegado a la sociología, se entiende por ideología a
“un conjunto sistemático de creencias que intentan explicar al hombre y al mundo, y
orientan su conducta a partir de ciertos valores aceptados como correctos”, esto, pese
a que en 1796 Destutt de Tracy denominara al término como “la ciencia que estudia
las ideas, su carácter, origen y las leyes que las rigen, así como las relaciones con los
signos que las expresan”10.
Como diría F. Engels en una carta dirigida a Starkenburg el 25 de enero de 1894, y
bajo la inspiración de K. Marx11: “no es entonces como se ha querido imaginar aquí y
allá por simple comodidad, un efecto automático de la situación económica, son al
contrario los hombres los que hacen la historia ellos mismos en un medio dado que los
condiciona, sobre la base de las condiciones reales anteriores entre las cuales las
condiciones económicas, por influenciadas que puedan estar por las otras condiciones
políticas e ideológicas, son sin embargo, en última instancia, las condiciones
determinantes, constituyendo de un lado a otro el hilo conductor que puede llevarnos a
comprenderlas.”
Para Marx, la ideología constituye una serie de “representaciones que el hombre se
hace de la realidad ligadas a las condiciones materiales de existencia, las condiciones
reales en las que se desenvuelve la vida humana”, en ámbitos relacionados con la
10. Datos tomados de: http://es.wikipedia.org/wiki/Ideolog%C3%ADa
11. Datos tomado de: http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=172&article=190&mode=pdf
14
política, economía y religión, y que mucho tiene que ver con el bagaje cultural de los
pueblos y sus individuos12.
Por su parte D. Bell (1964) concibe a la ideología “como medio de traducir las ideas en
acciones”13, cuyos orígenes se encuentran en la filosofía francesa y recibió su
influencia más fuerte por parte de la izquierda hegeliana de Feuerbach y Marx, el
primero, autoproclamado el segundo Lutero, defensor de la antropología
reemplazando a la teología y señalando que la muerte de la religión liberaría al
hombre; y el segundo tácitamente declarado en contra de la tradición de las
generaciones muertas y poniendo acento en la historia y en los contextos históricos.
De manera que, a través de la desmitificación de Dios y del pecado, se pudiera
rescatar la potencialidad del hombre y mediante el despliegue de la historia se revelara
la racionalidad.
La ideología es la conversión de las ideas en palancas sociales, señaló M. Lerner en
su libro Las ideas son armas, añadiendo también que la ideología tiene que ver con el
compromiso asumido ante las consecuencias de las ideas. “El ideólogo no se vivifica
en la contemplación, sino en el hecho. Podría decirse, efectivamente, que la función
más importante de la ideología es desatar la emoción”14 esa «energía emocional» que
aparte de la religión y el nacionalismo, pocos factores han logrado desatar. La
ideología se encarga entonces de juntar esa energía y canalizarla a través de la
política. Entonces, entra en juego un importante papel en el que la política reemplaza a
la religión: la dominación, en un esfuerzo moderno por transformar el mundo. Secta e
iglesia, escribe D. Bell, se han tornado partidos y movimientos sociales, capaces de
(no sin antes simplificar ideas y establecer una reivindicación de la verdad) exigir a sus
12. Datos obtenidos en:
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=172&article=190&mode=pdf
13. D. Bell, El fin de las ideologías, Editorial Tecnos, Madrid, 1964, Pág. 542
14. Ibídem. Pág. 543
15
adeptos un compromiso para ejecutar alguna acción. Así, la ideología no sólo
transforma a las ideas, sino también a las personas.
Mientras las viejas ideologías (alimentadas por intelectuales) morían, comenta Bell, se
observaba el surgimiento de lo que podríamos llamar ideologías más pragmáticas,
como las de Asia y África, ideologías de masas creadas por líderes políticos. Para los
tiempos del autor, y bajo una acepción más bien liberal, las viejas ideologías del siglo
XIX encontraban sus cimientos en postulados como la igualdad social y la libertad, en
tanto que las de mediados del siglo XX se basaron en el desarrollo económico y el
poder nacional, citando a Rusia y China como los ejemplos de la época. Así, se
empezaba a evidenciar a una izquierda en búsqueda de una «causa» en el contexto
de una angustia profunda por encontrarla; en aquellos años, la ironía para los
«buscadores de causas» residía en que los trabajadores, cuyos derechos agraviados
constituyeron la energía conductora del cambio social, estaban más satisfechos que
los intelectuales de la sociedad. Finalmente, “toda época, toda generación, toda vida,
tiene su propia plenitud.”
Bajo estas consideraciones, las ideologías (de izquierda o derecha) no son más que
los pensamientos traducidos en acciones de hombres y mujeres en pos de conseguir
objetivos de interés común, que varían de acuerdo a la época y a las necesidades
surgidas de ella.
Otros conceptos definen por ideología al “conjunto de ideas coherente y relativamente
estable a través del tiempo y contrastante con otras ideologías; y finalmente que la
«teoría formal y la medición empírica de la ideología convergieron en una
conceptualización espacial de la ideología como ubicación izquierda – derecha o
liberal – conservador»”15.
15. Knight 2006:625 en L.E. González Ferrer, R. Queirolo Velasco. Izquierda y Derecha: Formas de definirlas, el caso
Latinoamericano y sus implicaciones, artículo publicado en la revista América Latina Hoy, volumen 65, 2013. Pág. 80-
82
16
Según la tradición histórico analítica nombrada por L.E.González, el primer paso de los
expertos a la hora de definir izquierda y derecha, es establecer rasgos distintivos para
cada una de estas e identificar a los «objetos políticos» (como dicho autor los
denomina): actores (líderes, partidos o movimientos) y sus ideas expresadas en
discursos y políticas (policies), dentro de la espectro ideológico.
Pero como se dijo anteriormente, los objetos políticos son de izquierda o derecha de
acuerdo a la apreciación de los votantes, o lo que González llama «jueces», pues el
aspecto decisivo es la clasificación de estos hacen de sí mismos y de los objetos
políticos a su alrededor. A esto se le llama «definición implícita directa», en tanto que
a las conceptualizaciones hechas por expertos se les denomina «directas»16.
Esto, aunque en 1995 estudiosos como Hubert e Inglehart afirmaron que la medición
de las ideologías partidistas han seguido tres estrategias, a saber: “el análisis de sus
manifiestos, el análisis de las encuestas de opinión pública, y las evaluaciones de
expertos” 17.
Ante un electorado cada vez más volátil y demandante, la explicación de citado autor
sobre la definición de izquierda y derecha, se asume como una conclusión más
adaptada a la práctica, al día a día en las calles, pues a la luz de la sociedad actual
son los electores quienes marcan la pauta en el quehacer político tanto cotidiano,
como en el de largo plazo. De modo que las definiciones directas de élites y expertos
acerca de las ideologías, son usadas en la academia y en la práctica como puntos de
partida mas no de llegada.
N. Bobbio a finales de los años 90, a través de su obra Derecha e Izquierda. Razones
y significados de una distinción política abre un debate en el que es posible el análisis
16. L.E. González Ferrer, R. Queirolo Velasco. Izquierda y Derecha: Formas de definirlas, el caso Latinoamericano y
sus implicaciones, en revista América Latina Hoy, volumen 65, 2013. Pág. 80-82
17. Huber e Inglehart 1995: 75-76 en L.E. González Ferrer, R. Queirolo Velasco. Izquierda y Derecha: Formas de
definirlas, el caso Latinoamericano y sus implicaciones, en revista América Latina Hoy, volumen 65, 2013. Pág. 80-82
17
y replanteamiento de los términos igualdad y libertar para categorizar a las ideologías
de izquierda o de derecha respectivamente. En este sentido, valga decir que la
sociedad ha evolucionado y la experiencia demuestra que las condiciones en las
actualmente vive un ser humano no son las mismas en las que se vivió en la Unión
Soviética, y tampoco constituyen la recreación de los Tiempos Modernos de Charles
Chaplin.
Entonces, ¿aún podemos hablar de izquierda y de derecha?. Después de más de dos
siglos del acaecimiento de la Revolución Francesa, la sociedad en el ámbito político,
continúa cobijando sus ideales y luchas con alguna de estas dos banderas, pues pese
a ser cuestionadas en repetidas ocasiones, pensadores, filósofos y pragmáticos, han
aseverado que hay razón para continuar con la utilización de estos términos
dicotómicos. Pero, si no existen ¿por qué siguen siendo objeto de discusión y
análisis?, simplemente porque sin esta necesaria distinción, sería imposible el
agrupamiento de individuos para conseguir determinadas causas. La respuesta, aún
cuando se hallen miles de razones filosóficas, es sencilla: la izquierda y la derecha no
serían, en términos prácticos más que «cajas vacías» (como afirma J.P. Sartré)18 las
excusas perfectas para unir a los individuos para luchar por tal o cual causa. A ojos de
este estudio, lo que ha sucedido en realidad, es que las ideologías han mutado. “Las
ideologías del pasado han sido sustituidas por otras nuevas o que pretenden ser
nuevas”…”El árbol de las ideologías siempre está reverdeciendo” afirma N. Bobbio19.
En esa línea, ideologías como el ismo (o las ramas de ideologías nacientes de la
izquierda y la derecha) son una prueba irrefutable de ello20.
L.E. González, remarca las ideas expuestas por Downs en 1957, que definen a la
izquierda y derecha de acuerdo al uso que la gente le otorga a estos términos. “Los
18. N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras, España, 2000, Pág. 51.
19. Ibídem.
20. Ibídem.
18
votantes usan la dimensión izquierda - derecha como un atajo o instrumento
simplificador que les permite (por ejemplo) decidir su voto sin necesidad de un proceso
largo y costoso para reunir y procesar información; pueden olvidarse de los detalles.
Cuando se ha decidido si uno es de izquierda o de derecha (o de algún intermedio,
más o menos distante de las dos puntas), siempre que sea necesario elegir entre
partidos, candidatos o políticas basta con elegir los que están más cerca de la posición
propia. Los votantes no son analistas políticos sofisticados, y a efectos de votar,
pensar o actuar «ideológicamente» no es necesario que lo sean21.
“En América Latina, en particular, algunos autores han sostenido que los
latinoamericanos no usan etiquetas ideológicas cuando deciden su voto, o que apenas
las usan (Echegaray 2005)”, esto, aunque haya estudiosos como M. Cameron (1994),
Carreiro (2002), M. Queirolo (2013), S. Mainwarning (2003), entre otros, que afirman
que la ideología es un factor determinante del voto en dicha región22. (Al respecto,
véase el capítulo 3 de este estudio).
Sin embargo, fuera de sendos textos que reivindican la dicotomía de dichas banderas,
la cotidianidad muestra que muchas veces, estas confluyen para salvaguardar el
bienestar de quienes defienden a una como a otra opción. A esa convergencia, se le
llama centro y a juzgar por las políticas públicas adoptadas principalmente por
gobiernos de izquierda, es común, y permite entender que izquierda y derecha son
más bien directrices que, a pesar de ser polos opuestos, no implican exclusiones entre
libertad e igualdad; pues la política en esencia pura, procura (o al menos debería
procurar) el bienestar común.
Aunque la izquierda tenga de su lado al peso de la historia, definirla con claridad
implica un problema, pues de lo contrario, la bandera de lucha de izquierda habría
21.A. DOWNS 1957; G. SARTORI 1976. Ibídem, Pág.85.
22. L.E. González Ferrer, R. Queirolo Velasco. Izquierda y Derecha: Formas de definirlas, el caso Latinoamericano y
sus implicaciones, en revista América Latina Hoy, volumen 65, 2013.
19
dejado de estar en discusión desde hace mucho tiempo, al igual que el papel de la
derecha (aunque en menor intensidad). Todo se habría resuelto con la sugerencia de
autores como Panebianco: debatir sobre los problemas y no sobre las ideologías23.
Por otra parte, la derecha, tiene distintas acepciones de acuerdo a diferentes
contextos y países. Giddens (2011) sostiene que a esta se la ha relacionado con el
concepto de neoliberalismo aunque la relación entre este y el conservadurismo sea
casi inexistente, pues el último tiende a conservar específicamente las tradiciones
heredadas de otros tiempos, en tanto que el neoliberalismo pretende desencadenar
procesos radicales de transformación, y cuya motivación es la constante expansión de
los mercados. Ambos conceptos se analizarán con detalle más adelante.
En esa línea, el neoliberalismo cae en una contradicción. Por una parte, es el ferviente
opositor de las tradiciones como consecuencia de su lucha por un individualismo casi
agresivo, por otro lado, el ala conservadora del neoliberalismo defiende tradiciones
vinculadas con la nación, la religión, los sexos y la familia, cayendo casi en el
fundamentalismo, al carecer de razones suficientes para justificar su lado conservador
en estos ámbitos24.
1.1.3. La izquierda, la derecha y su lugar de encuentro: El centro
Si bien es cierto, el gris, como ha denominado N. Bobbio (2000) a las posturas de
centro no reduce las diferencias evidentes entre blanco y negro (izquierda y derecha),
pero en la práctica, hace que ambos converjan para generar soluciones políticas.
23. A. Panebianco 1993 en N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras,
España, 2000, Pág. 53.
24. A. Giddens, Más allá de la izquierda y la derecha, Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 18-19.
20
Pero, ¿qué significa ser de centro? explica Marcel Gauchet “que la restauración en
Francia es el período en el que las denominaciones de izquierda y derecha, surgidas
durante la Revolución francesa, se consolidan y se acreditan de manera definitiva”.
Añade así: “El consolidarse de la pareja pasa a través de un ménage á trois. Existe
derecha e izquierda porque existe un centro”. Aún más “para que haya una izquierda y
una derecha se necesita, por lo menos un tercer término, el centro. Sin embargo si hay
un centro, cada uno de los partidos laterales se dejan llevar por tendencias radicarles
que dan pie a la existencia por lo menos de dos derechas, una derecha – derecha y
una derecha extrema, y de una manera similar, de dos izquierdas”25.
M. Gauchet afirma, en términos simples, lo que implica la alineación de un individuo o
de una bancada política con el centro, que, bajo la lógica de este estudio, es lo que
justifica el hecho de que muchos gobiernos opten por programas electorales y políticas
públicas que combinen los dos polos de la línea ideológica.
Esto, pese a que haya quienes sostienen que el centro no es más que una derecha o
una izquierda camufladas, aquellas que se desconocen (voluntaria o
involuntariamente) como tales.
Las propuestas ideológicas cercanas al centro, de acuerdo a Bobbio (2000), son
nombradas como la «tercera vía» y tomaron auge a finales del siglo XX ante una
izquierda en crisis; escenario en el cual ideales como el social - liberalismo tomaron
fuerza como una expresión típica de lo que este autor denomina «tercero
incluyente»26; y si de ejemplos de sistemas se trata, es menester citar a la llamada
25. M. Gauchet, Storia de una dicotomia. Pág. 65, en N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la
derecha?. Suma de Letras, España, 2000, Pág. 55.
26. N. Bobbio 2000 se refiere al centro como terceros de tres tipos: excluido, incluido e incluyente, el primero tiene que
ver con la “visión diádica de la política, según la cual el espacio político se concibe dividido en dos únicas partes, de la
que una excluye a la otra, y nada entre ellas se interpone; en tanto que el tercero incluido es la “visión triádica, que
incluye entre derecha e izquierda un espacio intermedio, que no es ni de derecha ni de izquierda, sino que justamente
está en el medio de la una y de la otra”…”busca un espacio entre dos opuestos, e introduciéndose entre el uno y el otro
no los elimina, sino que los aleja, impide que se toquen y que, si se tocan, lleguen a las manos, o impide la alternativa
drástica, o derecha o izquierda, y consiente una tercera solución. El tercero incluyente tiende a ir más allá de los dos
opuestos, englobándolos en una síntesis superior, y por lo tanto, anulándolos como tales…” es decir: “… haciendo de
21
ideología de la revolución conservadora surgida después de la I Guerra Mundial como
respuesta a la revolución subversora que había llevado a la izquierda al poder27.
Según mencionado autor, entre las causas que hacen que se insista en el fin de la
izquierda y la derecha (o la «clásica díada» como él la denomina), es el aparecimiento
de partidos cuyos rasgos son «transversales», es decir, se alimentan de posturas tanto
de un lado como del otro, por ejemplo, los partidos verdes (aunque estos estén
evidentemente cobijados bajo el ala de la izquierda). Pero la razón más importante de
la discusión en torno a la desaparición o no de las ideologías, radica en el hecho de
que un polo no puede existir sin el otro. Dicho de modo simple y en términos políticos,
la izquierda no podría existir sin la derecha, reconociendo claro, la existencia de las
posturas de centro. Sin embargo, “en cada binomio de términos antitéticos, no siempre
los dos elementos tienen igual fuerza, y además no se da por hecho que de los dos
sea siempre uno el más fuerte y el otro el más débil. La fuerza puede cambiar según
los puntos de vista y los criterios para medirla”28 tal y como sucede en la realidad.
La fuerza de la izquierda o la derecha radica en la coyuntura, en los sucesos del día a
día. Una prueba de ello fue que tras la caída del fascismo (considerado un movimiento
de derecha), la izquierda subió por contraste tan alto como bajó la derecha, al punto
de hacer parecer que esta había desaparecido. Pero este no es un caso aislado, ni
quedó rezagado a los tiempos de la II Guerra Mundial, pues si se analiza el vaivén de
la política española, se encontrará una réplica casi exacta, evidenciada en una toma
de poder por turnos de acuerdo a lo bien o mal que lo haga el polo que detente el
poder.
ellos en lugar de dos totalidades de las cuales cada una excluye a la otra, y como el anverso y el reverso de la medalla
no visibles simultáneamente, dos partes de un todo, de una totalidad dialéctica.” Pág.54.57
27. N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras, España, 2000, Pág. 59.
28. N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras, España, 2000, Pág. 63.
22
Ya en otros tiempos y citando al ejemplo del desbarajuste del sistema soviético, así
como el del sistema de gobierno cubano, los hechos ponen de manifiesto las fisuras
de la izquierda, no para insistir en su desaparición, sino para evidenciar que esta (al
igual que la derecha) están histórica y geográficamente bien delimitadas. “No existe
una única izquierda, existen muchas izquierdas, como, por otro lado, hay muchas
derechas”29, y estas han mutado y han alternando el poder de acuerdo a las
circunstancias.
Quizás la piedra basal de la discusión sobre la inexistencia de estos dos polos
ideológicos se encuentra en que hoy en día, los planteamientos de izquierda y
derecha, sus programas, las soluciones y hasta las políticas que adoptan son muy
similares, y echan de lado las diferencias entre una y otra. La izquierda toma
postulados y acciones de la derecha para mantenerse estable, sin que ello tenga que
ver con lo que ideológicamente sería lo correcto, sino más bien, con lo que sería lo
socialmente acertado. Entonces, se hace inevitable creer en la lógica de Panebianco:
un debate sobre problemas y no sobre las formas de pensamiento de un extremo u
otro.
Dicho esto, parecería que el centro es una salida a la histórica y reñida discusión entre
la izquierda y la derecha. En teoría quizás esto carezca de sentido, pero en la práctica,
tanto los partidos en disputa de los gobiernos, como los partidos electos y en
funciones han dado muestras de que las soluciones políticas, son en muchas
ocasiones, una mezcla de políticas que, aunque se sostienen en la idea del bienestar
común de las personas, o de la estabilidad de los capitales y en consecuencia de los
hombres y mujeres que habitan un Estado, adoptan medidas tanto de izquierda como
de derecha para lograr sus metas. En política, como diría Maquiavelo, el fin justifica los
medios, hablando en el sentido más positivo que encierra esta tan rodada frase.
29. N. Urbinati, La sinistra vive se diventa un arcipelago, Congreso “What is left”, 1992 en N. Bobbio, Derecha e
Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras, España, 2000, Pág. 67.
23
Pero a pesar de la lírica del centro, así como la de la izquierda y la derecha escritas
en papel, y afirmando que las fórmulas del éxito de los sistemas de gobierno tienden a
volverse anacrónicas con el paso de los años, se ha de mencionar el ejemplo
expuesto por J. Fontana (2011): al calor del avance de la globalización de la política
norteamericana y el contexto del fin de la guerra fría, los países de América Latina,
adoptaron el «consenso de Washingtong» (pese a tener este más bien un corte
neoliberal), convencidos de la llegada de un futuro próspero de libertad y progreso que
en los noventa parecía materializarse, sin embargo, las ilusiones pronto terminaron,
las fórmulas centristas fracasaron y la crisis económica reapareció trayendo consigo la
pobreza, al punto que los informes emitidos por el Banco Mundial, declararon al 2002
como el peor año para la economía latinoamericana en las últimas dos décadas.
Así también puede tomarse como ejemplo al gobierno chileno de «concentración» del
fin de la dictadura, en donde la coalición demócrata - cristiana con radicales,
socialistas, etc., ganó todas las contiendas electorales posteriores a la caída de
Pinochet, hasta que la desilusión ciudadana por una etapa de cambios insuficientes, a
decir de Fontana, condujo a Chile nuevamente a la derecha, de la mano de Sebastián
Piñera en las elecciones del 200930. No obstante, cabe remarcar que en 2013 dicho
país tomó nuevamente un giro a la izquierda con Michelle Bachelet a la cabeza.
Según Fontana, la era del centrismo (durante el consenso de Washingtong) fue la
época dorada en cuanto a la proliferación de negocios norteamericanos en América
Latina, pues en desde 1990 hasta el 2002, los Estado Unidos recibieron millonarias
regalías y beneficios en concepto de usufructo de tratos como el del ALCA (Área de
libre comercio de las Américas), aspecto que fue visto como una forma de dominación
económica, hasta que a principios del siglo XXI, Latinoamérica puso fin a más de una
década de gobiernos tecnocráticos centristas y decidió optar por la izquierda pese a
30. J. Fontana, Por el bien del imperio, una historia del mundo desde 1945, Ediciones de Pasado y Presente,
Barcelona, 2014, Pág. 550, 556.
24
descarados intentos de sabotaje por parte del país del norte, que considerando como
el «eje del mal» a la naciente clase gobernante de izquierda de América Latina
(Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia y el
matrimonio Kirchner en Argentina), advirtió la debacle a la que dichos gobernantes
llevarían al continente con la toma de decisiones populistas y socialistas apartadas de
las normas.
1.1.4. La tradición y los fundamentalismos
Dado que existen posturas centrales o que convergen en un punto medio (al menos en
la práctica), están también los extremos. Según relata Giddens (2011), los
revolucionarios fueron ligados con la radicalidad en otras épocas; el conservadurismo
en cambio tendía, desde los tiempos de Edmund Burke, a “la suspicacia respecto al
cambio radical en todas o en casi todas sus formas”. No obstante, a ojos de dicho
autor, nos encontramos con un fenómeno digno de una explicación. Esto se
fundamenta en el hecho de que “el conservadurismo, en las vertientes que más
influyen actualmente en Europa y, hasta cierto punto, el resto del mundo, ha pasado a
adoptar con mayor o menor exactitud lo que, en otro tiempo pretendía repudiar: el
capitalismo competitivo y los procesos de cambio espectacular y de largo alcance que
aquel suele provocar. Nuestros conservadores son ahora activos radicales en relación
con el fenómeno que antes tenían en mayor aprecio, la tradición”31.
Ante la universalización, en términos de información, Giddens (2011) habla de la
aparición de un «orden post - tradicional» que no implica la desaparición de las
tradiciones, sino un cambio de categoría o una mutación de las mismas de acuerdo a
las nuevas condiciones en las que hombres y mujeres deben sobrevivir y convivir.
31. A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 12.
25
Asimismo, se refiere a una «incertidumbre prefabricada» derivada de una «sociedad
reflexiva», en la que los Estados y la burocracia deben asumir a los ciudadanos como
partícipes de las decisiones y no como sus súbditos. Este hecho, ha llevado a que
sistemas como el socialismo (que implicaba la subordinación ciudadana a la
«inteligencia rectora del Estado» y su consecuente amparo en términos principalmente
económicos, decaigan.
En este sentido, se habla de que la derecha se ha vuelto radical a la hora de velar por
el desarrollo de los mercados en expansión, en tanto que la izquierda se ha tornado
conservadora a la hora de salvaguardar el llamado Estado de Bienestar.
A simple vista, los papeles parecen haberse invertido, pero lo que ha sucedido, es que
la izquierda y la derecha, simplemente se han acoplado a las nuevas demandas
sociales en las que los fundamentalismos32 y las perspectivas dogmáticas parecen
haber quedado de lado.
“Si el socialismo y el conservadurismo han desaparecido, y el neoliberalismo se
muestra contradictorio, entonces, la respuesta es el liberalismo (entendiéndose al
liberalismo como capitalismo más democracia liberal) pero despojados de los
fundamentalismos propios de la nueva derecha, a la manera de ejemplo de Francis
Fukuyama?” afirma Giddens. O quizás la nueva solución a los problemas sociales es
la socialdemocracia33 vista desde la óptica de T. Judt. Las fórmulas no tienen por qué
ser las mismas para todos los países del mundo, pues cada sociedad tiene sus
propios rasgos, aquellos que le otorgan una identidad propia. Sin embargo, pese a lo
anteriormente expuesto, se ha visto que el liberalismo en su estado más puro, como
señala Giddens (2011) merma las posibilidades de solidaridad social.
32. A. Gidenns (2011), define al fundamentalismo como la defensa de las tradiciones al modo tradicional.
33. Citando a R. Del Águila, para pragmáticos como Richard Rorty, “la utopía socialdemócrata de tolerancia, igualdad,
de reformismo y Estado de bienestar”, pese a sus contratiempos, parece ser la única que se sostiene aun con la
“pérdida generalizada de referencias de la era moderna, transmoderna, metamoderna (o como queramos
denominarla)”.
26
Por otro lado, al recapitular el radicalismo de las épocas que marcaron hitos clave de
la historia mundial, D. Bell (1964) rememora los hechos acaecidos en nombre de la
ideología y la cicatriz que estas acciones dejaron en la humanidad, aludiendo de
manera expresa al fascismo. Al respecto, añade el sociólogo y catedrático, que “la
ideología que antes fue el camino de la acción, ha venido a ser un punto muerto”
1.1.5. El Conservadurismo:
Si de remontarse a los orígenes del término se trata, será necesario evocar
nuevamente a la Revolución Francesa, en donde, ser conservador se relacionaba con
el catolicismo y con la defensa al Antiguo Régimen. Pero más allá de eso, se ha de
recordar que el conservadurismo fue el acérrimo opositor de la Ilustración y del
naciente liberalismo en pos de la tradición y la comunidad moral, bajo el argumento de
L. de Bonald y J. de Maistre sobre la pérdida de la armonía causada por el desorden
de la revolución34. Se ha hablado de la oposición del conservadurismo al radicalismo,
dado que este último defiende a rajatabla posiciones claramente definidas, en tanto
que el primero se resiste a las explicaciones y a los por qués, vinculándose más bien,
con sentimientos y costumbres. De ahí, su fuerte asociación con la religión y las
tradiciones.
Giddens (2011) pone de manifiesto que uno de los rasgos más imperantes del
conservadurismo, es que pese a ser menos complejo y variado que el socialismo,
envuelve una serie de connotaciones opuestas y distintas de acuerdo a cada país. Es
así que en gran cantidad de países europeos, este término es relacionado con el
catolicismo, influenciando a partidos democristianos que, nutridos de aportaciones
intelectuales, en países de habla inglesa, han sido asociados a la izquierda; esta
mención dista del ejemplo del conservadurismo en Estados Unidos, donde este, ha
34. Ibídem, Pág. 33-34
27
estado agresivamente ligado al capitalismo hasta el punto de hacer fuerte oposición a
la instauración de políticas públicas de sanidad, tales como el controversial programa
de sanidad pública obligatoria: «ObamaCare»35.
En cuanto al viejo conservadurismo, se hace hincapié en la importancia que este le
daba a la jerarquía, aristocracia, la prioridad del estado sobre el individuo y la
transcendental importancia de lo sagrado, tornándose radicalista en cuanto a la
restauración y a la nostalgia del pasado; sin embargo, “la tradición no es nunca
estática y necesita una corrección o una reforma que la equilibre”36. Si se rememora
los postulados de Burke y Bonald y De Maistre sobre el conservadurismo, y su idea de
que los derechos individuales no son valores fundamentales de la sociedad, se
encontrarán las bases del comunismo, en donde se privilegian los derechos colectivos.
Para estos políticos la idea de democracia resultaba insensata. Al respecto de esto, y
revistiendo de razón a Giddens (2011) sólo se puede decir que, el viejo
conservadurismo ha tenido el mismo fin que tienen el comunismo y el socialismo
radical: la muerte. Dicho de otra forma, “el viejo conservadurismo se destruyó porque
35. Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (en inglés Patient Protection and Affordable Care
Act, abreviada PPACA), dicha ley busca reducir los gastos en materia de salud y proporcionar un seguro de salud a
más ciudadanos estadounidenses de manera obligatoria (a partir de 2014 las multas a quienes no tengan un seguro de
salud ascenderán a un 2,5% del salario), puesto que más de 50 millones de habitantes de dicho país no están
asegurados; además prohíbe a las aseguradoras negar la cobertura a pacientes con enfermedades preexistentes. De
ahí, que dicha ley ha llegado a afectar aspectos de la industria privada de seguros de salud, puesto que esta
implementa 21 nuevos impuestos, aspecto que junto al alegato de reducción de la partida presupuestaria destinada a
los adultos mayores, y la falta de libertad de los ciudadanos al encontrarse obligados a adquirir un seguro médico
regulado por el gobierno, fue el puntal de soporte para que los republicanos expresaran su oposición. Qué mejor
ejemplo de lo expuesto por Giddens, que la tan famosa medida ObamaCare. Los republicanos (en esta coyuntura, la
“nueva derecha conservadora o neoliberal” con tintes liberales) intentando defender, entre otras causas, la libertad
ciudadana de elección sobre seguridad sanitaria y a la empresa privada de pagar más impuestos y asumir obligaciones
que antes no tenía, mientras, los demócratas, encabezados por el presidente Obama, intentaban salvaguardar el
bienestar de los ciudadanos, hecho que en 2013, fue motivo de disputa entre ambos bloques partidistas de EE.UU.,
incluso al punto de llegar al recordado cierre temporal del gobierno, hecho que Barack Obama calificó de “cruzada
ideológica”. Al respecto de ello, cabe anotar que en la opinión de J. Kloppenberg (2010), la visión política de
Obama, tiene la influencia de la filosofía pragmática (concepto que se estudiará más adelante). Datos
obtenidos del periódico La Vanguarda, sección Internacional, 03 de octubre de 2013:
http://www.lavanguardia.com/internacional/20131003/54388327703/claves-entender-
obamacare.html; y periódico El Espectador, artículo El pragmatismo político de Álvaro Forero Tascón, 31
de octubre de 2010: http://www.elespectador.com/alvaro-forero-tascon/el-pragmatismo-politico-
columna-232548
36. A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 34 refiriéndose a la frase
expuesta por Edmund Burke sobre la necesidad de los Estados de hacer cambios para su conservación.
28
las formas sociales que pretendía defender desaparecieron prácticamente por
completo; y, en la Europa continental, debido a sus lazos con el fascismo”37, lo que
constituye otra de las pruebas irrefutables de que las ideologías mutan de acuerdo a
los cambios que exigen las sociedades. Hoy en día, nadie defiende al feudalismo ni a
la aristocracia; esto ha llegado a tal punto, que los conservadores modernos defienden
la idea de “Estados fuertes” con intervenciones mínimas y no “Estados
sobreprotectores”, en nuestros tiempos, es frecuente que los conservadores defiendan
la democracia (cosa impensable en los tiempos de Bonald y Burke), hasta llegar
incluso a la promulgación y práctica de sistemas como el tan sonado socialismo del
siglo XXI (se dice que se trata de la intervención mínima del Estado, sin caer en
paternalismos de ninguna clase y sin violar el Estado de derecho) en América Latina38
o la socialdemocracia. En relación a este último término Tony Judt (2010) explica que
parecería haber llegado el momento de pasar del laissez faire a la reedición de un
nuevo trato (New Deal) de los ciudadanos entre sí, y con el gobierno. Parecería haber
llegado el tiempo de cambiar un auto para uno, por un tren para todos, y la
consecuente construcción de una buena sociedad que es ante todo aquella en la que
los ciudadanos se sienten seguros, tal y como sucedió en Estados Unidos y buena
parte de Europa en tiempos de postguerra. La fórmula: gobiernos socialdemócratas y
centrados en el bienestar, que durante casi treinta años, mantuvieron tasas de
crecimiento más competitivas que las de aquellos países con economías de mercado
37. A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 35.
38. En 1996 Heinz Dieterich Steffan a través de su obra Socialismo del Siglo XXI (Pág 39 – 44), pone en la palestra el
concepto de Socialismo del Siglo XXI, bajo la óptica de “un nuevo proyecto histórico de Democracia participativa” con el
propósito de actualizar los postulados de Karl Marx (siglo XIX) acerca de la dinámica social y la lucha de clases, y en
base a cuatro principios: a) la economía planificada de equivalencias, b) democracia directa, c) el sujeto racional-ético-
estético, y d) institucionalidad burguesa versus participativa (Estado no clasista). En su obra Dieterich reconoce las
limitaciones del modelo socialista planteado por Marx y expone el modo en el que la experiencia y los nuevos
conocimientos sumados a este sistema, revistiendo de poder (democráticamente reconocido y controlado por la
sociedad) al Estado, se avanzaría hacia el desarrollo. En 2005, sería el fallecido Hugo Chávez Frías, ex presidente de
Venezuela, quien pondría el término de Socialismo del Siglo XXI ante los ojos del mundo, a través del discurso
pronunciado en el marco del V Foro Social Mundial, expresando: “Hemos asumido el compromiso de dirigir la
Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se
basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad”, reafirmando, aunque más en la
teoría que en la práctica, que libertad e igualdad no son términos excluyentes. Fuente:
http://gerenciasocial.bligoo.com.ve/desarrollo-social-y-socialismo-del-siglo-xxi#.U2Z-D6LesTA
29
no reguladas, cuestión que dista de la situación económica actual de países con
economías abiertas al libre mercado como los de Asia, en donde, desde 1980 la
pobreza extrema ha caído de un 75% a un 13% como muestra este gráfico39:
En la década de los 60, los intereses de los nuevos revolucionarios no radicaban en el
bienestar de todos, sino más bien en las libertades y deseos individuales. Para
entonces, el marxismo se había convertido en un paraguas retórico de una izquierda
de ideología mutante. Quizás el notorio lema de Margaret Thatcher: “La sociedad no
existe, sólo hay individuos y familias” sea la mejor expresión de la conversación
pública de aquella época.
En cuanto al neoconservadurismo, tal y como lo define Giddens (2011), se agrega que
tiene que ver con la aceptación de la influencia omnipresente del capitalismo y de la
39. Dato obtenido a través de https://twitter.com/kikollan/status/460106154526257152, cuenta de twitter
@kikollan.
30
democracia liberal, por cuanto, sus principales ejecutores son Alemania y Estados
Unidos, que consideran que el terreno ganado por el orden burgués, va en detrimento
de las tradiciones que donan significado a la existencia social.
1.1.6. El liberalismo
Se entiende por liberalismo a una corriente de pensamiento filosófico y económico
cuya principal consigna radica en limitar al máximo el poder coactivo del Estado sobre
la sociedad que forma parte del mismo. Por ello, el liberalismo es ferviente defensor de
la economía de libre mercado o capitalismo (también llamado libre empresa); el libre
comercio, y en términos generales la libre circulación de personas, capitales y bienes.
Según la definición de Judith Shklar, el “liberalismo no supone principios positivos que
requieran de una fundamentación racional, sino de un solo principio negativo, a saber:
huir del súmmum malum” (el reconocimiento de las razones que no pueden ser). En
resumidas cuentas, huir de la tiranía40.
Pese a que sus orígenes han sido vinculados con la Ilustración y consecuentemente
con la Revolución Francesa, hay quienes afirman que el nacimiento del liberalismo se
remonta hasta el resquicio más clásico del pensamiento filosófico griego y de la
ciencia jurídica romana41.
Así también, el liberalismo aboga por un sistema monetario rígido, que imposibilite a
los gobernantes la manipulación inflacionaria sobre este, y por el otorgamiento de
poderes mínimos indispensables para que el Estado pueda velar por los derechos de
los hombres y mujeres que lo conforman, como, la vida, el derecho a elegir
democráticamente a quienes han de gobernar (sin que la democracia sea usada en
cualquier caso, para violar el Estado de Derecho ni la marginación de las minorías), la
40. J. Shklar en R. Rorty, Pragmatismo y política, Ediciones Paidós, 1998, Pág. 11
41. J. Huerta de Soto, Liberalismo Humanista, Centro de Estudios Económico-Sociales, Guatemala, 2006, Pág. 3 -14
http://www.cees.org.gt/images/f/fe/Liberalismo_humanista.pdf
31
propiedad privada, el cumplimiento cabal de contratos y promesas, la limitación y
control del gasto público, el adecuado equilibrio presupuestario, y el mantenimiento de
un nivel reducido de impuestos, la estricta separación de los poderes políticos
(ejecutivo, legislativo y judicial), el derecho de todos los ciudadanos a decidir su
adhesión a cualquier organización política que se identifique con sus creencias e
ideología42.
De este modo, el liberalismo, se definiría (aunque de manera lírica) en un orden
mundial basado en el respeto a los derechos humanos y el libre comercio voluntario
entre todos los países del mundo, lo que redundaría, en un orden de paz.
En la línea de la tan defendida propiedad privada se cita a Turgot, quien señala que
"no es preciso probar que cada individuo es el único que puede juzgar con
conocimiento de causa el uso más ventajoso de sus tierras y esfuerzo. Solamente él
posee el conocimiento particular sin el cual hasta el hombre más sabio se encontraría
a ciegas. Aprende de sus intentos repetidos, de sus éxitos y de sus pérdidas, y así va
adquiriendo un especial sentido para los negocios que es mucho más ingenioso que el
conocimiento teórico que puede adquirir un observador indiferente, porque está
impulsado por la necesidad", concluyendo que es "completamente imposible dirigir
mediante reglas rígidas y un control continuo la multitud de transacciones que aunque
sólo sea por su inmensidad no puede llegar a ser plenamente conocida, y que además
dependen de una multitud de circunstancias siempre cambiantes, que no pueden
controlarse, ni menos aún preverse"43.
De acuerdo a J. Huerta Soto, Adam Smith (considerado el fundador de la economía,
por su obra La riqueza de las naciones) terminó con el laissez-faire radical de sus
antecesores europeos para introducir en la historia lo que él denomina “liberalismo
42. Ibídem.
43. A.R.J. Turgot, Elegía a Gournay, 1759 en J. Huerta de Soto, Liberalismo Humanista, Centro de Estudios
Económico-Sociales, Guatemala, 2006, Pág. 3 – 14.
32
tibio”, con omisiones y matices que muchos simpatizantes de la socialdemocracia
podrían aceptar. Para este catedrático, Smith y sus sucesores de la Escuela Clásica
anglosajona, especialmente, Jeremías Bentham, han introducido el concepto del
utilitarismo en el pensamiento liberal, facilitando así, la realización de análisis de
costos-beneficios carentes de bases científicas, lo que ha llevado a una “tradición de
ingenieros sociales” a querer moldear a la sociedad empleando “el poder coactivo del
Estado”. Aludiendo así a la delgada línea entre el concepto de socialdemocracia y el
liberalismo creado a partir de Smith; “uno tras otro los diferentes partidos políticos
caen víctimas del pragmatismo, y en aras de mantener el poder a corto plazo
consensuan políticas de compromiso que traicionan sus principios esenciales
confundiendo al electorado y facilitando en última instancia el triunfo político del
socialismo” concluye Huerta de Soto. Sin embargo, esta acepción, más que a un
«liberalismo tibio», se asemeja a prácticas populistas ejecutadas en pos de victorias
electorales, en varios países del mundo.
Culpa a dicho pragmatismo» de haber creado una gran confusión doctrinal a nivel
político, misma que incluso ha logrado que el partido liberal inglés haya desaparecido
a manos del partido laboralista. Y haciendo que intervencionistas, como ha llamado a
John Keynes, empleen el término «liberalismo» para bautizar a una «socialdemocracia
intervencionista», y obligar a los verdaderos liberales a adoptar otras nomenclaturas,
tales como «classical liberals» o «conservative libertarians» denominación que a ojos
de este estudio, resulta ampliamente contradictoria.
Huerta de Soto (2006) sostiene además que pese al estatismo del siglo XX con
respecto a la ideología liberalista, los últimos veinticinco años fueron un rebrote de
pujanza debido a una rearticulación de teóricos influenciados por la Escuela Austriaca,
fundada en 1871 y uno de cuyos miembros más destacados, Friedrich A. Hayek44,
44. Filósofo y jurista de la Escuela Austríaca y uno de los más grandes defensores del liberalismo y de la economía
basada en el laissez-faire, y crítico de las falencias del sistema socialista, fue discípulo de Ludwig von Mises. Obtuvo el
premio Nobel de Economía en 1974. Hayek además, profesa el universalismo y la creencia de que los beneficios
33
fuera el primero en avizorar la Gran Depresión de 1929 a consecuencia del
intervencionismo monetario y fiscal y en descubrir la Imposibilidad científica del
socialismo por falta de precios de mercado, y quien junto con otros teóricos y
pensadores de las Escuelas de Chicago y Alemania, ha elaborado un manual
completo de la doctrina liberal.
Otro aspecto que el catedrático cita como fundamental en el resurgimiento de la
doctrina, es el llamado triunfo de la revolución liberal – conservadora de Ronald
Reagan y Margaret Thatcher en la década de los ochenta en Estados Unidos e
Inglaterra respectivamente.
El primero, contribuyó con una importante reforma fiscal encaminada a la reducción
del impuesto a la renta al 28 por ciento, y desechó la regulación administrativa de la
economía, dinamizándola y favoreciendo la creación de doce millones de puestos de
trabajo. Thatcher, por su parte, puso en marcha el mitificado y ampliamente criticado
programa de privatización de la empresa pública británica, que redujo al cuarenta por
ciento el tipo marginal de impuesto a la renta y frenó el abuso de los sindicatos.
Adicionalmente, impulsó un «programa de regeneración moral» que puso en auge a la
economía de su país, afectada durante décadas por la intervención de los laboralistas
y de conservadores «pragmáticos» como Edward Heath.
No obstante, después de estos hitos importantes en el renacimiento del liberalismo,
existe uno que a criterio de este estudio y en consonancia con lo expuesto por Huerta
de Soto, ha sido indispensable para el resurgimiento de dicha doctrina: la caída del
Muro de Berlín en 1989, y por supuesto el desmoronamiento del socialismo en Rusia y
el este de Europa.
sociales pueden extenderse a toda la humanidad. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Hayek; y A.
Giddens (2011).
34
Hechos que sin confrontar con los preceptos defendidos por otros sistemas (como la
socialdemocracia o el propio socialismo), dejarían entrever que el liberalismo es el
sistema perfecto para la convivencia humana, pues después de todo, ¿a quién le
resulta molesto el hecho de vivir en un mundo donde el respeto a la libertad individual,
la apertura de mercados y la libre circulación, así como el libre intercambio de
productos entre naciones y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley son pilares
básicos del desarrollo social?.
Fukuyama (claro defensor del liberalismo, y definido por sus críticos como un
comunitarista45), cuya tesis de el fin de la historia abrió un importante debate a inicios
de los años 90, cita la teoría hegeliana que sostiene que: las bases del accionar
humano se encuentran en la conciencia y en la cultura, todo lo material surge como
consecuencia de lo ideal46, algo muy similar a lo que años más tarde reforzaran los
postulados engelianos.
“No se trata aquí de las propuestas electorales triviales de los políticos americanos,
sino de ideas en el sentido de amplias visiones unificadoras del mundo, que podrían
entenderse mejor bajo la rúbrica de ideología. En este sentido, la ideología no se limita
a las doctrinas políticas seculares y explícitas que asociamos habitualmente con el
término, sino que también puede incluir a la religión, la cultura y el conjunto de valores
morales subyacentes a cualquier sociedad”47. Entonces, las ideologías se transforman
en una consecuencia lógica de la necesidad de creer en algo y de concordar con
alguien para materializar deseos.
45. En un análisis de la tesis del fin de la historia, Ramón Alcoberro define a Fukuyama como un comunitarista (más
que como un neoliberal), entendiéndose por comunitarista a un partidario de la comunidad como legitimadora de la
moralidad. Lo que implica una teoría similar a la de la socialdemocracia, con la diferencia de que quien se reviste de
poder legitimado no es el Estado, sino la propia comunidad.
46. F. Fukuyama, El Fin de la Historia, 1992, Pág. 6. Fuente: http://firgoa.usc.es/drupal/files/Francis%20Fukuyama%20-
%20Fin%20de%20la%20historia%20y%20otros%20escritos.pdf
47. Íbidem.
35
En términos generales, Fukuyama defiende el liberalismo desde la óptica del éxito de
la participación social que sustituye muchas veces la labor de un Estado burócrata, en
ocasiones incapaz de solucionar las necesidades ciudadanas. Asimismo, y a manera
de ejemplo, habla de la pobreza de los afrodescendientes estadounidenses, no como
un producto inherente al liberalismo, sino como consecuencia de la herencia y la
cultura, concepción propia de varios defensores de ideologías de derecha.
Pese a defender con vehemencia al liberalismo y citar con frecuencia a los países que
lo aplican, especialmente Estados Unidos (y al hablar de desarrollo comercial a
Japón), Fukuyama sostiene que no es necesario que todas las sociedades adopten al
liberalismo como la salida a todos sus problemas sociales, políticos y económicos,
dado que únicamente bastaría con abandonar pretensiones ideológicas de
representan formas más elevadas de sociedad humana; punto que si se analiza
detenidamente, guarda coherencia de cara a la realidad de cada país, dada la
heterogeneidad de condiciones de cada uno de ellos.
Podría decirse que desde la perspectiva de este autor, según explica Ramón
Alcoberro, “hay un vocabulario que ya no sirve para explicar la historia...” “De la misma
manera que nadie usaría seriamente el vocabulario de la historia medieval, usar hoy
conceptos marxistas se ha vuelto anacrónico. La explotación no se da en términos de
clase social y los factores ideológicos no pueden ser considerados
«infraestructurales»”.
Como observadores de la historia y aún prescindiendo de juicios de nivel personal,
resulta aventurado dar por «ganadora» a una ideología, provenga del extremo que
provenga, pues la experiencia demuestra que la capacidad de mutación de las
sociedades es mucho más fuerte que un sistema ideológico creado por pensadores y
políticos para la época en que vivieron. Las necesidades humanas cambian día a día,
al punto de que hasta las mismas ideologías han tenido que volverse flexibles para
36
ajustarse a las necesidades de un electorado cada vez más demandante, participativo
y sobretodo volátil; no hay mejor ejemplo de ello que la muerte del fascismo y el
declive de las estructuras asiáticas de gobierno después de la segunda guerra
mundial. Las luchas sociales se dan todos los días, en todo el planeta, no murieron
después de la Revolución Francesa. De ahí la necesidad de entender lo que ningún
análisis, por acertado y lógico que parezca, debería volverse, como aseguró el propio
Fukuyama, un ejercicio futurológico.
Para el politólogo, el argumento pro liberalismo es obvio: la sociedad liberal es la que
ha dado más libertad para más gente y durante más tiempo continuadamente, sin que
ello implique dejar de lado el trabajo mancomunado, pues es este el que posibilita la
construcción de la sociedad. He aquí un punto de coincidencia entre los preceptos de
Fukuyama y los de T. Judt (2011), en los que, en un repaso por la historia y las teorías
Keynesianas sobre la relación de supervivencia entre el capitalismo y el liberalismo,
este último explica la convergencia entre las doctrinas socialdemócratas, gaullistas,
socialistas francesas y su reflejo en la fe de dichas doctrinas hacia lo que él denomina
«estado activista», un estado en el que hombres y mujeres sean participantes más que
simples espectadores.
1.1.7. El neoribelismo
Según Giddens, el neoliberalismo es la mejor forma de describir el pensamiento de la
nueva derecha, para esta corriente, el capitalismo y la libre empresa no es la base de
los problemas, sino todo lo contrario, pues la competitividad garantizaría la libertad
individual y la solidaridad social. Para los coincidentes con esta doctrina, el
individualismo es la clave del éxito democrático en los escenarios en los que la
intervención del Estado es mínima, tal y como lo defiende Friedrich A. Hayek, quien
37
pese a negarse a sí mismo como conservador fue tachado de «liberalista
conservador»48.
Los autores de tendencia neoliberal insisten en la cualidad orgánica inherente a la
sociedad, misma que según escribe Giddens, procede de una coordinación
espontánea e inintencionada de un conjunto de individuos que actúan con
motivaciones propias; un caso de éxito de ello (por decirlo de alguna manera) lo
constituyen los mercados que funcionan bajo esta premisa, la del «orden social
espontáneo», como por ejemplo el Hong Kong de los años noventa o la Estonia de los
dos mil.
Se conoce como orden social espontáneo a la aparición del orden en un estado de
aparente caos a través de la autoorganización de varios individuos. La definición
hayekiana expresa: “By «order» we shall throughout describe a state of affairs in which
a multiplicity of elements of various kinds are so related to each other that we may
learn from our acquaintance with some spatial or temporal part of the whole to form
correct expectations concerning the rest, or at least expectations which have a good
chance of proving correct” (Se puede definir por orden a un estado de cuestiones en
las cuales una multiplicidad, o varios tipos de elementos están tan relacionados entre
sí, hasta el punto en el que se puede aprender de esa relación con alguna parte
espacial o temporal de la totalidad de las expectativas correctas en relación con el
resto, o al menos, de las expectativas que tienen una buena oportunidad de ser
acertadas.).
En cuanto a esta definición centrada en el problema del conocimiento, puede decirse
que en el orden espontáneo se conoce poco de mucho y viceversa. De esta manera,
como agrega F. Sosa Valle, todos y cada uno de los individuos que conforman un
48. A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 43.
38
orden social, conocen las especiales circunstancias de tiempo, lugar y personas que
les rodean49.
Pero más allá de esta definición, ha de tomarse en cuenta que la aplicación del orden
espontáneo es propicia en sociedades con siglos de estabilidad y evolución del
derecho consuetudinario (escenario de la sociedad inglesa en el cual según John
Gray, se basa Hayek para sostener la teoría del orden espontáneo)50, de modo que, a
decir de Giddens, la idea que retrata Hayek guarda una ineludible relación con el
concepto de tradición de Oakeshott: “el carácter indispensable del conocimiento
almacenado en los hábitos y las costumbres”51 en lo que respecta al funcionamiento de
las economías ordenadas, en donde la competitividad es la regla de oro para la
supervivencia y el desarrollo.
Las bases teóricas de la nueva derecha, provienen directamente de la teoría del orden
espontáneo de Hayek, escribe Giddens (2011), cuyo mensaje central para los
gobiernos radica en pedir que estos se mantengan al margen y se asegure la
intervención mínima e indispensable para garantizar el funcionamiento de la regulación
sobre la producción de bienes y servicios, en lugar de crearlos, pues de ser así, se
correría el grave riesgo de alimentar la tiranía o fomentar una ineficiente burocracia.
49. F. G. M. Sosa Valle, El concepto hayekiano de orden espontáneo, en Revista de Instituciones, Ideas y
Mercados No.49, octubre 2008. Pág. 188.
http://ihume.org/pdf/papers/ElConceptoHayekianoDeOrdenEspontaneo.pdf
50.. J. Gray, El orden espontáneo en las sociedades post comunistas en transición, Estudios Públicos,
1993, Pág.132.
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CDIQFjAA&url=http%3A%2
F%2Fwww.cepchile.cl%2Fdms%2Farchivo_921_1320%2Frev50_gray.pdf&ei=y2trU6P_Mamh0QWx0YFo
&usg=AFQjCNFy5lw0o6fuLM-
mDq8Upvb7U8WDfA&sig2=_LYQXNpjThww_akOvzo6vQ&bvm=bv.66330100,bs.1,d.d2k
51. A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 43.
39
El autor señala que en la era del llamado Estado de Bienestar, los neoliberales de la
Escuela de Virginia concluyen que los gobiernos tienden a sobrecargarse y
consecuentemente, su actividad se ve perseguida por el equivalente a la debacle
empresarial, sin los mecanismos que ofrecen los mercados para descartar a los
menos eficaces. Por otro lado, la relación entre mercado y democracia se da cuando el
primero, contribuye a la creación de las libertades individuales, y consecuentemente,
los adeptos a la ideología neoliberal, consideran que dichas libertades son incluso más
importantes que la propia constitución de un estado, afirmación susceptible de una
larga discusión jurídica y filosófica, pues, los mercados no podrían contribuir a la
democracia sin un marco regulatorio o una línea directriz (es decir una constitución).
Adicionalmente, esta corriente sostiene que los mercados, a través del capitalismo,
otorgan a los ciudadanos la libertad de forjar sus propias vidas como mejor les
parezca, en tanto que el socialismo sigue la premisa contraria, al revestir de poder y
sapiencia al Estado, más que a las personas52.
En defensa del capitalismo, se agrega que sus bases no establecen como condiciones
de éxito a los orígenes sociales, ni al color de la piel, y en lugar de tomarlo como una
potencial arma de expansión del egoísmo y desigualdad, se dice que este sistema
intenta contribuir a la fuerza moral de los individuos. Aspecto que dista del viejo
conservadurismo, pues en la perspectiva de la nueva derecha, aunque la jerarquía
permanece, no es del tipo que permite la transmisión de privilegios heredados entre
generaciones.
A diferencia del conservadurismo, la nueva derecha asume que los mercados deben
abrirse a todos aquellos que tengan la determinación de competir, y considera
fundamental el fomento de la propiedad privada (en forma de bienes inmuebles o
acciones en empresas) precisamente bajo el objetivo de garantizar la participación
52..A. Seldon (1990) en A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 44.
40
individual dentro del mercado. Pese a que en sistemas de gobierno que proclaman al
socialismo del siglo XXI como su bandera, Ecuador constituye un claro ejemplo de la
aplicación de una política base del neoliberalismo, dado el crecimiento del porcentaje
invertido por el estado en concepto de préstamos hipotecarios para los ciudadanos
afiliados a la seguridad social en los últimos años53. ¿Constituye esto una
contradicción?.
Otro aspecto de basta importancia radica en que el neoliberalismo reconoce la debacle
moral en la vida familiar, y atribuye este aspecto a causas como el libertinaje sexual
fomentado en los años 60, la proliferación de la homosexualidad manifiesta, y la
expansión del feminismo, entre otras, cuestiones que constituyen hasta la actualidad,
banderas de lucha de sociedades de izquierda como la catalana, en donde aspectos
como los dos últimos, son tolerados.
En lo que a valores familiares respecta, el neoliberalismo increpa al Estado de
Bienestar, señalando que sus instituciones acostumbran a la gente a esperar formas
de apoyo provenientes del Estado, ayudas que en otros tiempos eran proporcionadas
por los grupos familiares, permitiendo así la proliferación de familias monoparentales y
53. Se considera que un claro ejemplo de participación ciudadana en los mercados, es la creación del Banco del
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (BIESS) mismo que opera desde octubre de 2010, y tuvo impulso desde
la presidencia de Rafael Correa Delgado. Uno de los principales objetivos de la entidad es “convertirse
en la Institución Financiera más grande del país que apoye equitativamente proyectos de inversión en
los sectores productivos y estratégicos de la economía ecuatoriana con el fin de fomentar la generación
de empleo y valor agregado”; y a efectos de este ejemplo, cabe añadir que el BIESS le pertenece a 2,9
millones de trabajadores afiliados y jubilados, y “maneja una cartera del orden de $ 10.000 millones,
repartidos en inversiones diversas, de las cuales se benefician sus dueños, con créditos hipotecarios y
quirografarios y el público en general con préstamos prendarios”, según explica Leonardo Vicuña
Izquierdo en un artículo escrito en marzo de 2013 para diario El Telégrafo, en donde añade que esta
institución pública beneficia al gobierno y a los municipios a través del financiamiento de proyectos de
interés nacional en varios ámbitos, y además al sector privado, principalmente el de la construcción,
contribuyendo de esta manera a la generación de empleo y contribuyendo al sueño de miles de familias
ecuatorianas de tener casa propia. De ahí, que la creación del Banco del IESS sea uno de los grandes
logros de la denominada Revolución Ciudadana. Fuente:
http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/el-biess-una-gran-conquista.html
41
rompiendo el esquema de la familia tradicional. Cabe aquí citar al lamento de Bell en
cuanto al liberalismo moral de la sociedad, que desprecia cualquier tipo de autoridad54.
Esta convergencia entre el neoliberalismo y dos siglos de conservadurismo (de los que
parte de la nueva derecha se declara heredera, y otra reniega por su asociación con el
fascismo), deja sin piso a las teorías y prácticas opuestas de la política añade Giddens
(2011), paradoja que ha sido objeto de amplias discusiones.
1.2. El Pragmatismo
En primera instancia, es necesario considerar que el pragmatismo tiene sus bases
filosóficas en el empirismo británico, en el idealismo alemán (principalmente por la
influencia de I. Kant y en su investigación sobre la importancia de la teleología o el
objetivo final de las acciones) y en el utilitarismo de Alexander Bain (haciendo
referencia a su frase: “aquello a partir de lo cual un hombre está dispuesto a actuar”).
L. Gordillo (1991), explica que el pragmatismo tiene su origen 1871 en Cambridge
Massachussets cuando un grupo de pensadores y científicos (autodenominados «el
club de los metafísicos») inician la búsqueda del papel clave de la burguesía, invitando
a sumarse a esta búsqueda a todo aquel que quisiera ser parte de tal objetivo. Sin
embargo, el pragmatismo aparece como teoría política entre los años 1860-1878
(cuando Estados Unidos empezó a erigirse como una de las grandes potencias
capitalistas fuera de Europa), de la mano de Charles Sanders Pierce (quien sostenía
que toda creencia es una regla de acción), John Dewey, William James y otros, y llevó
54.D. Bell en A. Gidenns, Más allá de la izquierda y la derecha. Ediciones Cátedra, Madrid, 2011, Pág. 44.
42
a la clase burguesa americana a incorporar principios de utilidad y convivencia,
reemplazando de cierta medida a los conceptos de ciencia y verdad55.
Por otra parte, se sostiene que el fundamento filosófico del pragmatismo reside en que
el único criterio valedero a la hora de evaluar la verdad sobre cualquier doctrina o
decisión, es el de tener en cuenta las consecuencias que esta ha causado en términos
prácticos, reforzando el planteamiento de que “lo cierto es lo que funciona”. En cuanto
a política, esto se traduciría a ejercer acciones prescindiendo de preceptos
ideológicos, tomando las decisiones adecuadas de acuerdo al contexto o realidad
social. No obstante, se considera al pragmatismo como una ideología cuyos límites
radican en la dificultad de previsión de las consecuencias de sus acciones a largo
plazo, y en la tendencia a desestimar realidades que no encajen en la propia (y a
veces corta) visión basada en las conveniencias del momento56.
A la luz de esta definición, el pragmatismo parecería ser sinónimo de cortoplacismo y
quizás de populismo (en el sentido negativo de este concepto), pero juzgarlo sin antes
evaluar realidades sociopolíticas, resultaría aventurado; especialmente, si se analiza
sus orígenes y los ideales de sus precursores, por ejemplo J. Dewey, defendía el
hecho de que únicamente podría existir una democracia plena a través de la
educación y la sociedad civil, sentido en torno al cual propugnaba un sistema
adecuado de información de la opinión pública, a través de la comunicación efectiva
entre los actores de la sociedad, como ciudadanos, expertos y políticos, teniendo
conciencia de que estos últimos debían ser plenamente responsables con respecto a
las políticas adoptadas.
Ha de recordarse que el pragmatismo fue concebido como una forma lógica para
esclarecer el significado de los conceptos de la ciencia en función de las
55. L. Gordillo, Pragmatismo e Ideología Política, Anuario de Filosofía del Derecho VIII, Murcia, 1991, Pág. 443
56. Información obtenida en la enciclopedia virtual eumed.net, Glosario de conceptos políticos usuales,
http://www.eumed.net/diccionario/definicion.php?dic=3&def=432
43
consecuencias prácticas devenidas de su aplicación y privilegia la eficiencia y la
utilidad, pues busca las consecuencias prácticas del pensamiento. Defendiendo la idea
de que el intelecto es otorgado al hombre no para investigar y conocer la verdad, sino
para orientarse a la realidad, inmiscuirse y lograr éxito en ella.
Sin embargo, R. Del Águila define en términos simples al pragmatismo, como “una
forma específica de relacionarse con las propias creencias”57. Bajo la visión de este
politólogo, nos encontramos más cerca de los planteamientos pragmáticos de lo que
es posible ver en primera instancia, pues “los valores y creencias que constituyen el
nudo gordiano de la democracia son nuestros en la medida en que producen (o así lo
creemos) consecuencias positivas, útiles y adecuadas para nosotros.”, a lo que añade
que, lo que resulta crucial no es que nuestros valores se ajusten a modelos
preestablecidos por las teorías de la verdad o de la justicia, sino que lo hagan en la
práctica, en aquel plano de la realidad en el que lo importante es disminuir los niveles
intolerables de crueldad y desigualdades.
En este sentido, Del Águila se refiere a un ejemplo evidenciado por él en un seminario
sobre religiosidad indígena en la región de Chiapas – México, en el que sus miembros
no discuten si sus creencias religiosas son verdaderas, sino si son buenas. No llevan a
la palestra lo que es verdadero o falso, sino más bien, aquello que les favorece, eso
que redunda en beneficios para la salud, la felicidad y en términos generales, lo que
mejora su calidad de vida. Esto, según Del Águila, explicaría el «nomadismo religioso»
pues aquí, la percepción sobre la conveniencia o la bondad de una creencia muta de
acuerdo con las circunstancias sociales y políticas de cada individuo, de ahí el
«cambio continuo de lealtades» que se produce en la zona. Lo que sorprende a ojos
del catedrático, es que los constantes cambios y los cuestionamientos acerca de las
creencias, no caen en el escepticismo, pues la adhesión a sus principios se mantiene
57.R. Del Águila en R. Rorty, Pragmatismo y política, Ediciones Paidós, Barcelona, 1998, Pág. 10
44
firme, aunque esta pueda variar con el tiempo y estos principios cambien, o más bien,
se transformen.
Lo mismo sucede con las ideologías. Pese a que sus adeptos tengan principios de
base a los cuales adherirse de acuerdo a sus formas de pensamiento, la realidad y los
cambios sociales instan a las personas a preguntarse sobre la validez (y más que
nada la utilidad) de tales principios en la vida práctica, lo que se traduce en lo que
llamaríamos más bien una mutación de pensamiento, sin que esto implique la traición
a sus principios o los valores que les impulsan a conducirse de tal o cual forma.
En referencia a las ideologías, resulta interesante verlas retratadas bajo la perspectiva
de un pragmático como R. Rorty, que establece una analogía entre la izquierda y el
Sancho Panza de Kafka, quien pese a querer librarse de las extravagancias de «su
señor» (Don Quijote) continúa siendo su fiel compañero de «vagabundeos» para
quedarse con enseñanzas plagadas de utilidad y grandeza, y pese a su escepticismo
en cuanto a los objetivos de su «caballero andante», admira su valentía, su entrega y
su lucha. Definida en una forma poética, podría decirse que esta es la izquierda de las
ideas, aquella que pese a las dificultades de un mundo real, no deja de soñar con la
esperanza de que estos sueños, sean un día realidades enfocadas al bienestar
humano.
Por otra parte, la derecha de R. Rorty se compara a un Don Quijote ideal, irónico, o un
personaje trágico capaz de plantearse las más arduas tareas con ánimos de triunfo
siempre renovados y siempre traicionados “bien podrán los encantadores quitarme la
ventura, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible”58.
Según Del Águila, es crucial considerar que las políticas pragmáticas encuentran su
origen en un “tinte trágico del ideal quijotesco centrado en la lucha y en la derrota, en
58. II, cap. 17 citado por R. Del Águila en R. Rorty, Pragmatismo y política, Ediciones Paidós, Barcelona, 1998, Pág.
25.
45
el fracaso y en las fuerzas constantemente renovadas para comenzar de nuevo a
pensar y construir un mundo verdaderamente humano.”
Para A. Forero Tascón, en cambio, existen dos tipos de políticos: los pragmáticos y los
que siguen la filosofía pragmática. Los primeros son aquellos que actúan de acuerdo a
su conveniencia (lo que podría asociarse con el cortoplacismo y el populismo antes
mencionados, de ahí la eterna discusión sobre esto en el terreno de la moralidad
vinculada con la política), en tanto que los segundos buscan la ejecución de acciones
enfocadas a producir resultados satisfactorios.
En este contexto, A. Forero Tascón concluye que los gobernantes más exitosos son
aquellos que combinan el liderazgo pragmático con una visión que convenza e inspire
a los ciudadanos a optar por las soluciones por ellos propuestas, todo esto,
acompañado de un manejo adecuado de las tensiones que puedan surgir como
consecuencia de los grandes esfuerzos, a fin de conseguir que estos sean tolerados
por la sociedad y no terminen en protestas capaces de dejar los que podrían ser
valiosos proyectos en la nada59.
Bajo estas acepciones es posible afirmar que los grades seguidores de las ideologías
son pragmáticos a la hora de gobernar, sin que ello implique traicionar sus doctrinas,
pues es imposible encontrar a un gobernante cuya última finalidad no sea el bienestar
de las sociedades que conducen. La coyuntura puede obligar a los políticos a
flexibilizar sus tendencias ideológicas, mas esto no implica que el pragmatismo los
obligue a traicionar aquello en lo que creen, aquello que proponen, lo que permite
generar esperanza de días mejores para los hombres y mujeres que, a través de un
voto, les otorgaron su confianza.
59. A. Forero Tascón, El pragmatismo político, diario El espectador, 31 de octubre de 2010,
http://www.elespectador.com/alvaro-forero-tascon/el-pragmatismo-politico-columna-232548
46
Capítulo 2: Tendencias de los electores de Cataluña y América Latina: cifras clave
En primera instancia, es preciso anotar que la tendencia de la opinión del electorado
en cuanto a los ejes a continuación analizados, surge de los denominados «valores
políticos»60, mismos que como destacan Anduiza y Bosch (2012), tienen causas tan
diversas como:
a) La socialización primaria: entendiendo por socialización al proceso complejo
mediante el cual un ser humano conforma y desarrolla valores a lo largo de su
vida. De este modo, el primer y más importante agente de socialización
política, es la familia y en este contexto, las investigaciones han llegado a tres
conclusiones importantes con respecto a los valores políticos transmitidos de
padres a hijos: i) los niños mantienen valores políticos muy vagos desde
edades sorprendentemente tempranas; ii) existe un estrecho vínculo entre los
valores políticos de los padres y sus niños, Anduiza y Bosch citan el ejemplo de
Estados Unidos, en donde la relación entre la tendencia política (tanto en
cuanto a identificación partidista como a tendencia ideológica de izquierda –
derecha y nacionalismos) de padres e hijos es claramente estrecha61; iii) los
niños mantienen ciertos valores políticos, incluso antes de entrar en debates de
este tipo, y de conocer explícitamente su significado.
Siendo así, la socialización familiar, se considera la principal causa de los
valores políticos de los individuos, y consecuentemente, donadora de una
60. E. Anduiza, A. Bosch, Comportamiento político y electoral, Ciencias sociales Ariel, Barcelona, 2012, Pág. 190
61. Para un detalle más amplio de la relación expresada, se anexa la tabla 5.1. Socialización familiar y voto en EE.UU.
que exponen Anduiza y Bosch en la pág. 191 de su obra Comportamiento político y electoral.
47
fuerte influencia en el voto. Según Anduiza y Bosch, existen pocas
probabilidades de que una persona que haya crecido en un ambiente familiar
de izquierda, cambie su ideología a lo largo de su vida, sin embargo, los
índices de volatilidad del electorado, hacen que esta posibilidad (variable de
acuerdo a las circunstancias) afecte al comportamiento electoral de las
personas, aunque pocas veces actúe directamente sobre los valores políticos
de base, mismos que sirven como procesadores de información política.
b) Los valores prepolíticos: Actúan como fuente de consolidación de los valores
políticos. Se constituyen por ejemplo, en base a la integración social o sentido
de pertenencia (que tendría mucha influencia sobre la decisión de voto o
abstención) identidad nacional, religión y la propia percepción sobre la
pertenencia a determinada clase social (que condiciona mucho la condición
ideológica dentro del espectro de izquierda – derecha).
c) La movilidad: que en términos generales se refiere a la variación de valores
políticos de los individuos, dependiendo de los cambios que experimenten en
cuanto a posición social. Es común ver modificaciones espectaculares en
personas que crecieron dentro de una familia de clase media o baja (con más
tendencia hacia la izquierda) y luego mejoraron sus circunstancias
socioeconómicas y en consecuencia, se ven más alineados a la derecha. De
ahí, que la transformación de los valores políticos se de con frecuencia debido
a la movilización social o a la de tipo geográfico.
d) La socialización secundaria: que incluye tres grandes agentes de socialización
y consecuentemente de influencia: i) la escuela, ii) los medios de
comunicación, y iii) los compañeros.
48
2.1. El electorado catalán, cifras de 1991 al 2013
2.1.1. Tendencia en identificación política
El presente análisis se ha basado en los Sondeos de Opinión de Cataluña, realizados
por el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales entre los años 1991 y 201362.
Se ha considerado de vital importancia partir de las tendencias ideológicas63 de los
catalanes en el período señalado. El resultado de ello, presentado en el gráfico No.1,
evidencia que los entrevistados se auto-clasifican ideológicamente en el siguiente
orden:
1. Izquierda
2. Centro
3. Centro izquierda
4. No sabe/ no contesta
5. Centro derecha
6. Derecha
7. Extrema izquierda
8. Extrema derecha
62. Datos obtenidos en: ICPS / INVESTIGACIÓN: http://www.icps.cat/investigacion/sondeos-y-
datos/sondeos/sondeios-de-opinion-catalunna
63. En España el 36% de electores se sitúan en el CENTRO, además se evidencia que los entrevistados
guardan mayor preferencia por la izquierda que por la derecha, esto según una encuesta realizada por
EL PAIS el 5 de febrero DE 2014. Fuente:
http://elpais.com/elpais/2014/02/05/media/1391627053_686710.html
49
Gráfico No. 1 (Anexo, Tabla 1. Escala ideológica)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Como se observa, mientras la tendencia de derecha es relativamente estable (aunque
con tendencia a la baja, al igual que la Centro derecha), la Izquierda tiene constantes
declives y ascensos drásticos como en el caso dado entre 1997 y 1999.
Por otra parte, un número considerable de entrevistados se sitúa en el Centro, lo que
podría dar cuenta de que las ideas y políticas públicas que hacen posibles tanto
avances como retrocesos, al igual que la sociedad, son (al menos en la práctica)
dinámicas y varían de acuerdo a las condiciones de vida de las ciudadanas y
ciudadanos que la conforman. Y, a ojos de este estudio, no se encasillan en izquierda
o derecha, como se analizó en el capítulo 1.
Existe además un número importante de entrevistados que no sabe o no contesta a la
pregunta de auto-clasificación ideológica.
Es importante mencionar, que los conceptos de extrema izquierda o extrema derecha
surgieron como uno de los ítems dentro de las preguntas del Sondeo de Opinión del
ICPS, en el año 2002 y se han consultado de manera consecutiva hasta el 2013.
50
2.1.2. Interés en la política
Se evidencia que desde 1991 hasta 2013, ante la pregunta sobre si la política le
interesa mucho, bastante, poco o nada, los entrevistados se pronuncian
mayoritariamente por las opciones de poco y nada, teniendo las tendencias en el
siguiente orden:
1. Poco
2. Nada
3. Bastante
4. Mucho
Como se observa, las tendencias de mayores y menores porcentajes se encuentran
en los extremos, dejando entrever que para los catalanes, en términos generales, la
política es un tema que tiene poca importancia. Sin embargo, en la práctica, no se
puede asegurar que este dato sea estático, puesto que se considera que mucho tiene
que ver el elemento movilizador que se encuentre en juego a la hora de una elección.
Es necesario recordar que los comicios del 25 de noviembre de 2011, según datos del
periódico El País, tuvieron la participación más alta que se haya visto en Cataluña
desde 1984 (con 64,3%).
2.1.3. Sentido de pertenencia
En cuanto al sentido de pertenencia, como se aprecia en el gráfico No. 2, los
porcentajes se distribuyen en el siguiente orden:
1. Igualmente catalán que español
2. Más catalán que español
3. Únicamente catalán
51
4. Únicamente español
5. Más español que catalán
6. No sabe / no contesta
Gráfico No. 2 (Anexo, Tabla 2. Sentido de pertenencia)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Pese a que la tendencia que señala que los entrevistados se sienten “igualmente
españoles que catalanes” es mayor que la que indican ser “más catalanes que
españoles”, esta última va en ascenso a partir de 2010, lo que con seguridad se debe
al brote de nacionalismo en Cataluña, acentuada en la diada del 11 de septiembre de
2012, cuando las acciones políticas enfocadas a la independencia cobraron fuerza.
52
2.1.4. Opinión ante el entorno
2.1.4.1. El Nacionalismo 1991 - 2007 (PLANTEAMIENTO COYUNTURALMENTE DE
IZQUIERDA Y DERECHA)
Se observa que en el período comprendido entre 1991 y 2007, gran parte de los
entrevistados se muestra de acuerdo con el concepto de Nacionalismo, seguido de
una cifra considerable que expresó su desacuerdo con dicho postulado, para el
siguiente porcentaje de encuestados, el concepto de nacionalismo es indiferente y
finalmente (en cuanto a porcentajes y cifras) se encuentran quienes no saben y no
contestan.
Considerando al Nacionalismo como “…una ideología y movimiento sociopolítico que
surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad…”, que, como ideología
“…pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una
comunidad política”64 y en el contexto político y social que Cataluña vive en la
actualidad, el cuestionamiento sobre el nacionalismo toma relevancia, puesto que
constituye un franco reclamo a la forma en la que se gestiona y se ha gestionado el
poder, el reparto de recursos económicos y el respeto a la identidad en España. Pese
a que hasta el 2007, la tendencia a favor estaba cayendo, no es riesgoso afirmar que
si la pregunta se repitiera a día de hoy, el porcentaje de quienes están de acuerdo con
el nacionalismo subiría.
64. Enciclopedia libre Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo, dato consultado en febrero de 2014.
53
Gráfico No. 3 (Anexo, Tabla 3. Criterio sobre el nacionalismo)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Por otro lado, cabe cuestionarse sobre las razones que llevan a las personas a estar
de acuerdo o en desacuerdo con el concepto de Nacionalismo.
Ante la coyuntura que vive Cataluña con respecto a la independencia, el gobierno
español y los partidos políticos que se sitúan a la derecha de la escala (en su
mayoría), defienden la unidad nacional. De aquella postura, se derivaron slogans de
campaña de ciertos partidos políticos en contra de la secesión al celebrarse las
elecciones del 25N (hablando de la coyuntura actual de Cataluña y del lema: “Mejor
unidos” y “Juntos sumamos” del PP). El Nacionalismo, hijo ideológico del liberalismo,
es un eje tradicionalmente defendido por la derecha, mas a la luz de la actual
coyuntura de Cataluña, este se ha convertido en una bandera de lucha de gran parte
del bloque de izquierda catalana y en cierta medida de quienes se sitúan a la derecha
del espectro (CiU). A esto se le suma lo expuesto por Bobbio (2000): “la política de las
nacionalizaciones, que ha caracterizado durante un largo tiempo la política económica
de los partidos socialistas, fue llevada en nombre de un ideal igualitario, aunque no en
54
el sentido positivo de aumentar la igualdad, sino en el sentido negativo de disminuir
una fuente de desigualdad.”65.
Lo expuesto por Bobbio no es más que el resumido retrato de la realidad actual de una
Cataluña evidentemente unida en contra de las negativas de diálogo del Gobierno de
la España central (hoy a cargo de Mariano Rajoy) para establecer acuerdos en cuanto
a política fiscal66.
Dicho esto, podría decirse que el Nacionalismo es uno de los principales puntos en
donde se evidencia la paradoja ideológica que durante décadas ha sido objeto de
análisis y discusión. Un ideal nacido del liberalismo hoy tan defendido por la izquierda,
gracias a un «imaginario», una meta social que a decir de los defensores de esta
postura, traería días mejores para los catalanes, estimación que con seguridad será
corroborada o desmentida por el tiempo.
En pos de este objetivo, es sorprendente ver cómo algunos votantes alineados
ideológicamente a la derecha, otorgaron su voto a ERC67 o que un número importante
de simpatizantes de izquierda votara por CiU.
Cabe citar un ejemplo muy similar al fenómeno catalán de nacionalismo. En Irlanda,
muchos electores definidos ideológicamente como adeptos a la izquierda, no votan a
partidos con esa tendencia ideológica, pues muchos votantes optan por un partido no
en función de su ideología, sino en función de su grado de nacionalismo.
65. N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma de Letras, España, 2000, Pág. 59.
66. Cabe recordar que la franca declaración de lucha por la independencia surge con el anuncio del proyecto
soberanista por parte de Artur Mas (President de la Generalitat) frente a la negativa de Mariano Rajoy al pacto fiscal
propuesto por Cataluña a finales de 2012, y con el apoyo a esta propuesta, evidenciado con la participación de millones
de personas en la diada del 11 de septiembre del mismo año.
67. La ilustración de lo expuesto se encuentra en la tabla 5.6. ideología izquierda – derecha y voto en Cataluña en
Anduiza y Bosch 2012, pág. 210, (Anexo)
55
2.1.4.2. Aborto (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DE IZQUIERDA) 1992-2007
Como se muestra en el gráfico No. 4, el porcentaje más alto de entrevistados está de
acuerdo con el concepto de Aborto, por ello, se asume que están de acuerdo con su
legalidad, aunque hasta el 2007, existe una ligera tendencia a la baja.
Gráfico No. 4 (Anexo, Tabla 4. Criterio sobre el aborto)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Podría decirse que, al igual que el Nacionalismo, la legalidad del Aborto, tiene más
bien, tintes liberales y ha sido promovido por activistas de izquierda. En los últimos
meses, durante las discusiones sobre la reforma de la ley del aborto en España
(aprobada el viernes 21 de febrero), es común ver en las calles a miles de personas
protestando por el “derecho femenino a decidir sobre su cuerpo” que las mujeres
habían adquirido en legislaturas pasadas. Grupos feministas como FEMEN proclaman
que con la nueva ley existe un retroceso.
En la edición del 3 de febrero de 2014, el periódico EL MUNDO, hace público el
sondeo de SIGMA DOS que señala:
56
“…casi las tres cuartas partes de los encuestados (el 73,3%) quiere que se mantenga
el actual sistema de plazos, que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo
durante las 14 primeras semanas, y apenas un escuálido 16,6% -uno de cada seis-
aprobaría el regreso al sistema de indicaciones que propone el ministro de Justicia,
Alberto Ruiz-Gallardón.” 68
Por otro lado, ABC, en su edición del 17 de febrero de 2014 afirma que: “un 50,2%
prefiere la «búsqueda del equilibrio» y la vuelta al criterio de supuestos excepcionales
que aprobó el PSOE de Felipe González, frente al 38,8% que se inclina por la actual
ley de plazos, impulsada por el Ejecutivo de Zapatero en 2010, que permite el aborto
libre en las primeras 14 semanas de embarazo. De forma que la encuesta elaborada
por GAD3 para ABC no ratifica la idea expresada por los partidarios de la norma en
vigor de que la mayoría prefiere que no haya cambios legislativos.
Sin embargo, la opinión de los españoles se compadece poco con la cerrada defensa
del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, promotor del proyecto, de no
contemplar la malformación congénita del feto como supuesto para permitir el
aborto.”…” La conclusión de la encuesta es que la mayoría de los españoles se
identificarían más con la norma que estuvo vigente en España durante 25 años que
con la que está ahora en vigor, también socialista. Pero, si el Gobierno atendiera lo
que reclama la mayoría, incluiría entre los supuestos el de la malformación del feto.
Tomada la encuesta en su conjunto, la opinión de los españoles refleja que se trata de
un asunto de la máxima complejidad. De modo que pretende compatibilizar una
mayoritaria limitación a la interrupción del embarazo con un rechazo (claramente más
amplio, del 72,8%) a que se castigue por ley a quien aborte. De hecho, solo un 17,6%
68. Periódico EL MUNDO, Sección ESPAÑA: “Menos de un tercio de votantes del PP quiere cambiar la Ley del Aborto”, 3 de febrero de 2014. Fuente: SIGMA DOS. http://www.elmundo.es/espana/2014/01/03/52c659af268e3e382d8b456b.html
57
de las personas consultadas son partidarias de que la norma establezca medidas
coercitivas” 69.
Por su parte, AMNISTÍA (organización no gubernamental) considera a la nueva ley del
aborto una amenaza para la salud de la mujer70.
2.1.4.3. Comunismo (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DE EXTREMA IZQUIERDA)
(1991-2007)
Un amplio porcentaje de encuestados se pronuncia en desacuerdo con el comunismo,
postulado que podría inscribirse dentro de la ideología de Extrema izquierda. Este
resultado, guarda coherencia con la escala ideológica en la que los entrevistados,
sitúan a mencionada ideología en el penúltimo lugar, sólo antes de la Extrema
derecha. Véase el gráfico No. 5
69. Periódico ABC, Sección Actualidad: “La mayoría prefiere una ley del aborto de supuestos frente a la de plazos”, 17 de febrero de 2014. http://www.abc.es/espana/20140216/abci-encuesta-aborto-principal-201402151955.html
70. Periódico EL PAÍS, Sección SOCIEDAD: “Amnistía pide la retirada de la reforma del aborto por ir contra los derechos humanos”, 21 de febrero de 2014. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/21/actualidad/1393001042_465942.html
58
Gráfico No. 5 (Anexo, Tabla 5. Criterio sobre el comunismo)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Como se observa, la tendencia que muestra desacuerdo con el Comunismo fue en
crecimiento hasta 2007.
2.1.4.4. Independencia de Cataluña (PLANTEAMIENTO A FAVOR:
NACIONALISMO IZQUIERDA Y DERECHA) (1991-2007)
Hasta 2007, el porcentaje más alto de entrevistados se mostraba en desacuerdo con
la Independencia de Cataluña. Véase el gráfico No.6
59
Gráfico No. 6 (Anexo, Tabla 6. Criterio sobre la independencia)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
A día de hoy, sería casi imposible sostener los resultados expuestos hasta 2007 en
torno a la independencia. Según el barómetro de GESOP de mayo de 2013, publicado
por El Periódico el 10 de junio del mismo año, un 69,6% de entrevistados estaría a
favor de celebrar una consulta sobre la independencia de Cataluña, en tanto que un
25,8% se muestra en desacuerdo. Un considerable 68,2% ha manifestado que la
consulta debería celebrarse esté o no de acuerdo el gobierno central. Un 57,8% de
entrevistados señala que estaría más de acuerdo con que Cataluña fuera un Estado
independiente de España dentro de la Unión Europea.
Sin embargo, resulta curioso ver que un 43,8% cree que ganaría el SÍ a la
independencia, mientras un 43,5% piensa que ganaría en NO; y un 47,1% no se
considera independentista.71
Este aspecto, centrado en el eje del nacionalismo, constituye un claro ejemplo de
convergencia de las ideologías de izquierda y de derecha. En los actuales momentos
71. EL PERIÓDICO, BARÓMETRO POLÍTICO DE PRIMAVERA: “El barómetro de Catalunya de EL PERIÓDICO, en abierto al completo”, pág. 16, 17. 10 de junio de 2013 http://www.elperiodico.com/es/ext_resources/gesop/BarEPCAT_Maig2013_Tabulacions.pdf
60
que vive Cataluña, el objetivo de independencia ha obligado a dividir a la clase política,
fuera del espectro de izquierda o de derecha y centrándose más bien en una causa:
nacionalistas catalanes y españolistas. Así, la cabeza del Parlament de Catalunya está
conformada por un partido originalmente de derecha, como Convergència i Unió (CIU),
y uno de izquierda: Esquerra Repúblicana de Catalunya (ERC), y eso no ha impedido
una coalición (incluyendo a otros partidos de izquierda catalanista como ICV-EUiA y
CUP) en pos de llevar a cabo la consulta por la independencia.
Esta última afirmación se ve reflejada incluso de cara a las elecciones europeas del 25
de mayo de 2014, motivo por el cual, según explica Radio Televisión Española, el
President de la Generalitat, Artur Mas, en el marco del acuerdo establecido con
citadas fuerzas políticas, solicita fijar una agenda común en defensa de la consulta
soberanista72 (que se llevaría a cabo el 9 de noviembre de 2014). El objetivo de dicha
petición, según Josep Antoni Durán i Lleida (portavoz del grupo catalán en el
Congreso de los diputados de España) es que "todas las fuerzas, más allá de la
propuestas que tengan en sus programas, tengan un apartado dedicado a política
catalana, que haga referencia al proceso catalán y la consulta", tal como se defiende
desde la Asamblea Nacional Catalana.
72. RADIO TELEVISIÓN ESPAÑOLA, “Mas se reunirá con ERC, ICV y CUP para una defensa común de la consulta en las europeas”, 14 de febrero de 2014. http://www.rtve.es/noticias/20140214/mas-se-reunira-erc-icv-cup-para-defensa-comun-consulta-europeas/879244.shtml
61
2.1.4.5. Iglesia (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DERECHA) (1991-2007)
Aunque el porcentaje más alto de encuestados manifiesta su un acuerdo hacia el
concepto de Iglesia, se evidencia un descenso desde 1999, mismo que sufre
fluctuaciones desde 2003 y en 2007, muestra una tendencia al aumento.
Por otra parte, el porcentaje de quienes señalan desacuerdo es significativo, rosando
la primera mayoría y yendo en ascenso (con leves fluctuaciones) a partir del 2000, tal
y como se aprecia en el gráfico.
Gráfico No. 7 (Anexo, Tabla 7. Criterio sobre la iglesia)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.4.6. Socialismo (PLANTEAMIENTO A FAVOR: IZQUIERDA) (1991-2007)
En consonancia con la tendencia ideológica dominante en Cataluña, es decir, la
izquierda, el gráfico No.8 evidencia que el porcentaje más alto de los entrevistados
respondió a favor de un sistema socialista.
62
Gráfico No. 8 (Anexo, Tabla 8. Criterio sobre el socialismo)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Hasta el año 2007, la tendencia a favor iba en aumento en tanto que el porcentaje de
quienes señalaban su desacuerdo, caía.
En relación a esto, ha de tomarse en cuenta que hasta el 2007, España se encontraba
gobernada por el Partido Socialista Obrero (PSOE) y la popularidad de su líder José
Luis Rodríguez Zapatero, cuya audacia y riesgo político le hicieron merecedor de gran
cantidad de adeptos de la izquierda y (pese a la caída de su popularidad en julio de
200873) le permitieron acceder a un segundo período de legislatura, en el que instituyó
medidas que agradaron a esta parte del espectro, como por ejemplo la aprobación de
la ley permisiva en cuanto al matrimonio homosexual, la ley de igualdad de trato,
inclusión de las comunidades autónomas en las delegaciones españolas en la Unión
Europea y la promeso de lo que finalmente fue un fallido debate del Estatut Catalán,
73. En una encuesta realizada entre el 9 y 10 de julio de 2008 a 703 personas por el periódico digital DiarioLibre.com el índice de aprobación del entonces Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, considerando una clasificación de uno a 10, se encontraba en un 4,8, casi un punto por debajo de su popularidad a un mes de celebrarse las elecciones generales de ese año.
63
sin embargo, según afirma I. Sánchez-Cuenca (2012) en un balance de las dos
legislaturas del socialista Rodríguez Zapatero, la «España Plural» defendida con
vehemencia en ese gobierno, redireccionó el conflicto nacional hasta llevarlo a la
cooperación institucional capaz de frenar las confrontaciones entre los proyectos
nacionalistas de España central, País Vasco y Cataluña74.
2.1.4.7. Desarme (PLANTEAMIENTO A FAVOR: IZQUIERDA) (1991-2007)
Aunque, de acuerdo al gráfico No.9, el porcentaje de entrevistados a favor del
desarme siempre fue significativamente más alto que el porcentaje en contra. Desde el
año 2004 se visualiza un declive de la tendencia en positivo.
Gráfico No. 9 (Anexo, Tabla 9. Criterio sobre el desarme)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
74. I. Sánchez-Cuenca, Años de Cambios, Años de Crisis, Fundación Alternativas, Madrid, 2012, Pág. 37-40, 54.
64
2.1.4.8. Propiedad Privada (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DERECHA) (1991-2007)
Existe una contradicción. La primera mayoría de entrevistados señala un acuerdo
significativo (con fluctuaciones leves y tendencia al ascenso) sobre el concepto de
Propiedad Privada, frente a quienes están en contraposición con dicho postulado.
Gráfico No. 10 (Anexo, Tabla 10. Criterio sobre la propiedad privada)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.4.9. Feminismo (PLANTEAMIENTO A FAVOR: IZQUIERDA) (1991-2007)
Pese a que el porcentaje más alto de entrevistados señala estar de acuerdo con el
concepto de feminismo, la tendencia va a la baja. Este concepto podría alinearse con
el de aborto, hecho que representa una bandera de lucha para quienes adoptan esta
posición y muestra una tendencia similar en el período de estudio.
65
Gráfico No. 11 (Anexo, Tabla 11. Criterio sobre el feminismo)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.4.10. Capitalismo (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DERECHA) (1991-2007)
La tendencia que va en desacuerdo al concepto de capitalismo es considerablemente
mayor a la que señala acuerdo y hasta el 2007, iba en aumento. Podría decirse que
esta postura concuerda o es consecuente con lo expuesto por los entrevistados al ser
consultados sobre su ideología y su acuerdo o desacuerdo con el concepto de
socialismo. Hasta el año 2007 los catalanes, representados por una muestra, estaban
claramente alineados con la ideología de Izquierda y sus implicaciones en el sistema
político, por ejemplo, el socialismo y la defensa de las libertades en aspectos como el
aborto y el feminismo o lo que ellos conciben como preceptos de izquierda. A juzgar
por el comportamiento político actual de los catalanes, podría decirse que esa realidad
no ha variado (al menos en gran medida).
66
Gráfico No. 12 (Anexo, Tabla 12. Criterio sobre el capitalismo)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.4.11. Globalización (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DERECHA) (2001-2007)
Pese a que el porcentaje más alto de entrevistados señaló desacuerdo con el
concepto de globalización, la diferencia con el porcentaje de quienes señalan estar de
acuerdo, no es amplia. La tendencia a favor se mostraba a la baja desde 2005 y se
mantenía estable hasta 2007.
67
Gráfico No. 13 (Anexo, Tabla 13. Criterio sobre el globalización)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
Sin embargo, en la reunión del Foro Económico Mundial efectuada en Davos el 25 de
enero de 2014, se defendió a la globalización como una forma de palear la crisis del
sistema financiero que actualmente afronta Europa, principalmente los países del sur;
y de combatir con la que actualmente es la principal preocupación del foro: la elevada
tasa de desempleo (especialmente entre los jóvenes) y la dificultad para crearlo.
Mientras la zona Euro se ve amenazada por tasas de desempleo que bordean más del
50% en algunas áreas del sur de Europa, los presidentes de México, Enrique Peña
Nieto, y de Brasil, Dilma Rousseff, han presentado a sus países como regiones
idóneas para la inversión “con cifras macroeconómicas en regla” e importantes
avances en lo que a seguridad respecta75.
75. Expansión.com, artículo La dificultad para crear empleo, tema central en el Foro de Davos, 25 de enero de 2014. http://www.expansion.com/2014/01/25/economia/1390668946.html
68
En el panorama actual, la globalización ciertamente sería vista con otros ojos.
2.1.4.12. Inmigración (PLANTEAMIENTO A FAVOR: DERECHA) (2001-2007)
Desde el 2001 hasta el 2007, la mayoría de catalanes representados por la muestra
del estudio del ICPS, se ha pronunciado a favor de la inmigración. No obstante, cabe
considerar que en esos años (en los gobiernos de Aznar y Zapatero) la crisis no era
inminente y España vivía un tiempo de plenitud económica, la oferta inmobiliaria crecía
porque las instituciones financieras daban facilidades a los españoles cuya ilusión era
adquirir un bien inmueble. La economía de entonces, demandaba trabajadores, mano
de obra (la gran mayoría provenientes de países en crisis).
Gráfico No. 14 (Anexo, Tabla 14. Criterio sobre la inmigración)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
69
Sin embargo, en 2010, la inmigración era el segundo tema más preocupante para los
catalanes, antecedido por la economía76.
El barómetro del CIS, de ámbito nacional publicado en octubre de 2013, sitúa a la
inmigración como el octavo aspecto que más preocupa a los españoles77, y cabe
considerar que dada la situación económica actual, el gobierno ha tomado medidas
que dificultan la estancia laboral de los migrantes, esto pese a los bajos índices de
población activa en España. “La tasa de actividad de los españoles sube cuatro
centésimas este trimestre, hasta el 57,75%. La de los extranjeros sube tres décimas,
situándose en el 73,98%. La diferencia entre ambas tasas supera los 16 puntos a favor
de los extranjeros, circunstancia explicada, fundamentalmente, por la diferente
estructura por edades de unos y otros”78.
Según una encuesta realizada en el último trimestre de 2013, el paro baja en 94.200
entre los españoles, en tanto que sube entre los extranjeros a 21.400. “La tasa de paro
de la población extranjera es del 36,82%, más de 12 puntos superior a la de las
personas de nacionalidad española (24,20%)”79.
76. PERIÓDICO LA VANGUARDIA ELECCIONES CATALANAS 2010 “Los catalanes colocan la economía y la inmigración como principales temas de la agenda electoral”, 26 de octubre de 2010. http://www.lavanguardia.com/elecciones-catalanas-2010/20101026/54060379806/los-catalanes-colocan-la-economia-y-la-inmigracion-como-principales-temas-de-la-agenda-electoral.html
77. Centro de Investigaciones Sociolígicas CIS, Estudio nº 3.001. Barómetro de Octubre 2013 http://datos.cis.es/pdf/Es3001mar_A.pdf
78. De acuerdo a los datos obtenidos de la Encuesta de Población Activa (EPA), del tercer trimestre de 2013, La población activa ha experimentado una baja de 33.300 personas en el tercer trimestre de 2013 hasta situarse en 22.728.000. Cada año la población activa se reduce en 370.400 personas. Dato obtenido en: http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0313.pdf
79. Dato obtenido en la Encuesta de Población Activa (EPA): http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0313.pdf
70
2.1.5. Los niveles de cercanía entre electores y partidos políticos
Sin duda, uno de los valores políticos que se transmite generación tras generación
es la simpatía hacia un partido u otro. Es así que el denominado «modelo de
Michigan» indica que uno de los principales motivadores del voto (en el caso de
Norteamérica), es la identificación hacia un partido político, dado principalmente,
porque estos constituyen etiquetas para que los ciudadanos puedan articular la
información política80.
En Cataluña, el declive de las organizaciones políticas y el descrédito ante sus
electores se hace cada día más evidente, esto podría deberse, según exponen
(Webb, Farell y Holliday, 2002) a tres factores básicos: 1) a los trabajos basados
en las conexiones entre electores y partidos, teniendo que mostrar crecientes
sentimientos antipartidistas, 2) los trabajos centrados en el funcionamiento
organizacional de los partidos que han asumido la capacidad de transformarse de
acuerdo a las demandas de una sociedad cambiante. Sin embargo, estas
falencias, han sido sustituidas por otras formas organizativas como el «catch-all
party»; y 3) el trabajo basado en sus funciones sistémicas son cada vez más
ambivalentes, provocando que una división de la academia basada en fortalezas y
debilidades.
De acuerdo a Barberá, Barrio y Rodríguez (2009) en la década de los noventa, los
partidos catalanes experimentaron estabilidad, sin embargo a finales de dicho
decenio, se evidencia una erosión en la legitimidad de casi todos ellos81.
80. E. Anduiza, A. Bosch, Comportamiento político y electoral, Ciencias sociales Ariel, Barcelona, 2012, Pág. 196-198
81. O. Barberá , A. Barrio y J. Rodríguez, Cambios políticos y evolución de los partidos en Cataluña (1995-2007), ICPS, 2009.
71
2.1.5.1. Candidato versus partido
A la hora de las elecciones, ¿qué considera más en cuenta a la hora de decidir
su voto? (1991 – 2013)
A la hora de desvelar la respuesta a esta pregunta se obtiene una respuesta clara que
proclama al partido como vencedor sobre el candidato. Sin embargo, en los años 2012
y 2013, el porcentaje que representa a quienes consideran al candidato como el factor
más importante a la hora de decidir su voto, ha aumentado al igual que la tendencia.
Podría decirse entonces que el fenómeno de la personalización política se acentúa
con más fuerza que en años anteriores.
Gráfico No. 15 (Anexo, Tabla 15. Candidato vs partido)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
72
2.1.5.2. El partido más cercano a los electores
¿Qué partido considera más cercano a sus ideas? (1992 – 2013)
El porcentaje más alto señala que ningún partido cumple con sus expectativas o está
alineado con sus ideas. Citan como “afines” a dichas instituciones en el siguiente
orden, aunque cabe considerar que partidos como Ciutadans, Solidaritat, CUP, y
alianzas como ICV – EiUA no aparecen desde el inicio del estudio por el tiempo en el
aparecieron o se conformaron:
1. Ninguno
2. Partido Socialista de Cataluña (Partido Socialista Obrero de España)
3. CiU (Convergencia y Unión)
4. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC)
5. Partido Popular (PP)
6. IC
Como se puede apreciar, el gráfico muestra la inestabilidad de opiniones en cuanto a
este tema, lo que podría simbolizar la desafección de los ciudadanos con respecto a
sus políticos. Esto se corrobora con los barómetros que colocan a los políticos, como
el cuarto tema que más preocupa a los españoles82.
Se observa que los niveles de desafección más bajos se dan entre los años 2000 y
2002 durante la presidencia de José María Aznar, y empezó nuevamente su ascenso
82. Centro de Investigaciones Sociolígicas CIS, Estudio nº 3.001. Barómetro de Octubre 2013 http://datos.cis.es/pdf/Es3001mar_A.pdf
73
en 2004, presumiblemente por acontecimientos como el 11M, uno de los principales
puntos en contra del mencionado gobierno. (Anexo, Tabla 16. Proximidad entre
partidos y electores)
Ante una realidad económica cada vez más caotizada en España y
consecuentemente en Cataluña, no resulta novedoso que los ciudadanos tachen a los
políticos como los primeros responsables de la crisis. Es así que en los gráficos
siguientes, realizados (en la mayoría de los casos) considerando una temporalidad de
siete años, contados entre 2007 y 2013, se evidencia que la cercanía de los electores
con los partidos políticos ha ido en decrecimiento. Y pasan de la indiferencia
(expresada en la categoría “ni cerca ni distante”) a estar “muy distantes” de estas
instituciones.
2.1.5.3. Electores y Esquerra Unida i Alternativa – Izquierda Unida EUiA-IU: (2007
– 2013)
De acuerdo al gráfico No. 17, el orden de ubicación de las tendencias y niveles de
cercanía de los electores entrevistados, con EUiA-IU, es el siguiente:
1. Ni cerca ni distante
2. Bastante distante
3. Muy distante
4. Bastante cerca
5. No sabe
6. Muy cerca
7. No contesta
La tendencia del porcentaje más alto fluctúa: De “ni cerca ni distante” a “bastante
distante”. Ambas opciones con ligeros incrementos en 2013.
74
Gráfico No. 16 (Anexo, Tabla 17. Cercanía de electores con EUiA-IU)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.4. Electores e Iniciativa por Cataluña Verde - ICV: (2007 – 2013)
El gráfico No. 18 muestra las tendencias de cercanía elector – partido, en el siguiente
orden:
1. Ni cerca ni distante
2. Bastante distante
3. Muy distante
4. Bastante cerca
5. No sabe
6. Muy cerca
7. No contesta
La tendencia del porcentaje más alto fluctúa: De “ni cerca ni distante” a “bastante
distante”. Ambas opciones con ligeros incrementos en 2013.
La de ICV es casi una réplica exacta a la EUiA-IU.
75
Gráfico No. 17 (Anexo, Tabla 18. Cercanía de electores con ICV)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.5. Electores y Partido socialista de Cataluña – Partido Socialista Obrero de
España: (2007 – 2013)
El gráfico No. 19 muestra las tendencias de cercanía elector – partido, en el siguiente
orden:
1. Ni cerca ni distante
2. Bastante cerca
3. Bastante distante
4. Muy distante
5. Muy cerca
6. No sabe
7. No contesta
Pese a que la tendencia de cercanía elector-partido está (en cuanto a porcentajes)
entre “ni cerca ni distante” y –contradictoriamente- “bastante cerca”, a partir de 2011,
76
hay un importante crecimiento de la tendencia “bastante distante”. Esto coincide con el
último año de legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, lo que podría sugerir que el
crecimiento de los niveles de desafección es producto de las medidas que desataron
la crisis de la que hoy en día, España aún es víctima.
Ha de recordarse que los eufemismos usados por Zapatero para disfrazar la crisis,
fueron ampliamente criticados.
Pese a los niveles de desafección política generales, el PSOE es posiblemente el
partido político con más electores “cercanos”.
Gráfico No. 18 (Anexo, Tabla 19. Cercanía de electores con PSC-PSOE)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.6. Electores e Esquerra Republicana de Cataluña: (2007 – 2013)
El gráfico No. 20 muestra las tendencias de cercanía elector – partido, en el siguiente
orden:
1. Ni cerca ni distante
2. Muy distante
3. Bastante distante
77
4. Bastante cerca
5. Muy cerca
6. No sabe
7. No contesta
A juzgar por el gráfico, la tendencia sitúa a los electores, de indiferentes a muy
distantes de ERC, aunque las tendencias: “bastante distante”, “muy distante” y “muy
cerca” van en aumento
Gráfico No. 19 (Anexo, Tabla 20. Cercanía de electores con ERC)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.7. Electores y Convenrgencia i Unió: (2007 – 2013)
En el caso de CiU, la posición de las tendencias es la siguiente:
1. Ni cerca ni distante
2. Bastante distante
3. Muy distante
4. Bastante cerca
78
5. Muy cerca
6. No sabe
7. No contesta
Las tendencias de CiU muestran quiebres importantes tanto hacia el decrecimiento,
como al decrecimiento, sin embargo, en términos generales, se mantienen estables
con ligeros tintes de ascenso en el caso de “ni cerca ni lejos” y “muy distante”, en
detrimento los planteamientos “bastante cerca” y “bastante distante”.
79
Gráfico No. 20 (Anexo, Tabla 21. Cercanía de electores con CiU)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.8. Electores y Partido Popular: (2007 – 2013)
Este partido es el caso más evidente de desafección política, pues, como muestra el
gráfico No. 22, el porcentaje más alto de electores entrevistados señala estar “muy
distante” de dicha institución, aspecto creciente a partir de 2011 y con una leve
predisposición a descender. Así, las tendencias se sitúan en el siguiente orden:
1. Muy distante
2. Bastante distante
3. Ni cerca ni distante
4. Bastante cerca
5. No sabe
6. Muy cerca
7. No contesta
80
Gráfico No. 21 (Anexo, Tabla 22. Cercanía de electores con PP)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.9. Electores y Ciutadans: (2008 – 2013)
Ciutadans, muestra la siguiente predisposición frente a los electores:
1. Muy distante
2. Bastante distante
3. No sabe
4. Ni cerca ni distante
5. Bastante cerca
6. Muy cerca
7. No contesta
Esta tendencia puede deberse a su (relativamente) reciente creación y al
desconocimiento y consecuente falta de afinidad de los electores. Ell término
desafección, no es apropiado en este caso, puesto que Ciutadadans, puede ser
considerado un partido que aún se encuentra en etapa de crecimiento.
81
Gráfico No. 22 (Anexo, Tabla 23. Cercanía de electores con C´s)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
2.1.5.10. Electores y Candidatura d´Unitat Popular CUP: (2012 – 2013)
Fundado en 1991, y con una representación política baja, a juzgar por los resultados
del estudio del ICPS, padece de bajos niveles de reconocimiento y empatía con el
elector. Las diferentes opciones de respuesta se sitúan de la siguiente manera:
1. No sabe
2. Muy distante
3. Ni cerca ni distante
4. Bastante distante
5. Bastante cerca
6. Muy cerca
7. No contesta
82
Gráfico No. 23 (Anexo, Tabla 24. Cercanía de electores con CUP)
Fuente: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS)/ Sondeos de Opinión Cataluña
83
2.2. El electorado latinoamericano de hoy en día
Cabe anotar que los indicadores medidos en América Latina, obtenidos en el
Latinobarómetro 201383, no son exactamente iguales a los ejes analizados en torno al
electorado catalán; sin embargo, proporcionan información relevante al objeto del
estudio a nivel de comportamiento.
2.2.1. Identificación ideológica en América Latina al 2014
En cuanto a la posición ideológica del electorado latinoamericano, el Latinobarómetro
2013 indica que el 19% de la población encuestada no se ubica en la escala izquierda
derecha. (Ver ficha técnica de encuesta anexa).
De acuerdo a los datos del estudio, Chile es el país con mayor cantidad de ciudadanos
que no se ubica en la escala tradicional de ideología, siendo que un 38% de
ciudadanos así lo ha señalado, a este porcentaje, le sigue Brasil con un 32%.
Por otro lado, en donde se encuentra más marcada la posición ideológica de izquierda
o derecha es Venezuela, en donde sólo un 6% de los encuestados omite su
clasificación en la escala de izquierda o derecha.
83. El Latinobarómetro 2013 ha sido elaborado por la Corporación sin fines de lucro con sede en Chile: Latinobarómetro, con el apoyo del BID (Banco Interamericano de desarrollo), CAF (Corporación Andina de Fomento), el Gobierno Noruego, el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura), PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y SIDA (Swedish International Development Agency). Formato descargable en: http://www.latinobarometro.org/latNewsShow.jsp
84
Al planteamiento: “En política se habla normalmente de «izquierda» y «derecha», en
una escala donde «0» es la «izquierda» y «10» la «derecha» ¿Dónde se ubicaría
Ud.?” El siguiente gráfico expone información únicamente de: «No sabe», «No
responde» y «Ninguno».
Gráfico No. 24 “No se clasifican en escala izquierda – derecha”
38
3227
26
25
23
19
19
16
16
15
15
14
14
14
1312
76
0 10 20 30 40
Chile
Brasil
Bolivia
Argentina
Perú
Nicaragua
América Latina
Paraguay
El Salvador
Colombia
República Dominicana
Honduras
Guatemala
Ecuador
Costa Rica
Panamá
México
Uruguay
Venezuela
Fuente de gráfico: Latinobarómetro 2013.
Así también, se encuentran datos sobre las orientaciones ideológicas de cada país, en
donde el dato a destacar es que la mayoría de ellos se sitúa en el centro84:
84. Al planteamiento: “En política se habla normalmente de «izquierda» y «derecha», en una escala donde «0» es la
«izquierda» y «10» la «derecha» ¿Dónde se ubicaría Ud.?” Los siguientes gráficos exponen información únicamente
de: «izquierda», «derecha» y «centro».
85
Gráfico No. 25 “Países ordenados según escala izquierda – derecha”
Países ordenados por la izquierda
36
32
31
29
28
22
21
21
20
20
18
18
18
15
15
14
12
6
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Venezuela
Uruguay
El Salvador
Nicaragua
Costa Rica
Panamá
República Dominicana
Ecuador
Guatemala
México
Brasil
Bolivia
Chile
Perú
Colombia
Argentina
Honduras
Paraguay
Fuente de gráfico: Latinobarómetro 2013
86
Países ordenados por la derecha
41
39
32
31
30
30
28
27
27
25
24
23
19
18
15
14
13
13
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
República Dominicana
Honduras
Venezuela
Paraguay
Panamá
Colombia
Ecuador
Guatemala
México
Nicaragua
Uruguay
Costa Rica
El Salvador
Argentina
Perú
Brasil
Bolivia
Chile
Fuente de gráfico: Latinobarómetro 2013
87
Gráfico No. 26 “Países ubicados en el centro de la escala izquierda – derecha”
45
44
43
42
41
39
38
38
36
36
35
35
34
34
32
26
23
23
36
0 10 20 30 40 50
Perú
Paraguay
Bolivia
Argentina
México
Colombia
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Brasil
Costa Rica
Panamá
Honduras
El Salvador
Chile
Venezuela
Nicaragua
República Dominicana
Latinoamérica
Fuente de gráfico: Latinobarómetro 2013.
Como se observa en los gráficos anteriores, un 14% de encuestados residentes en
Ecuador se encuentra en el porcentaje de quienes no saben, se abstienen de
responder o indica que no se inclina por ninguna ideología, el 21% dice tener más
inclinación por la izquierda, 28% por la derecha y 36% por el centro.
Cabe acotar que según un estudio publicado por LAPOP (Latin American Public
Project) en 201085 , destaca que el electorado latinoamericano, se ubica muy cerca del
85. J.C. Donoso, D. Montalvo, D. Orcés, M. SeligsonCultura política de la democracia en Ecuador, 2010:
Consolidación democratic en las Américas en tiempos difíciles, Vanderbilt University, 2010, Pág. 190
http://www.vanderbilt.edu/lapop/ecuador/2010_Ecuador_Country_Report.pdf ,
88
centro del espectro, es decir, 5,5 (considerando una escala de 1 a 10 de izquierda a
derecha). En esta línea, el electorado ecuatoriano se ubicó en un promedio de 5,4
entre quienes respondieron a la pregunta sobre su inclinación política, lo que implica
que la gran mayoría de entrevistados se inclinó hacia el centro, en lugar de hacer
hacia alguno de los dos extremos. Sin embargo, cabe considerar el alto porcentaje de
personas que no respondieron al planteamiento; en Ecuador, este se situó en el 32,7%
(el más alto para las preguntas de la encuesta), lo que implica que una gran cantidad
de ecuatorianos no se ubica en ninguna de las casillas del espectro ideológico, más
allá de sus preferencias por candidatos o propuestas públicas específicas.
Un estudio realizado específicamente a objeto de este análisis, en Quito y Guayaquil
en abril de 2014, da cuenta de que un 26,5% de entrevistados dice no identificarse con
ideología alguna, en tanto que un 19,5% declara afinidad con la derecha, un 16,1%
con la izquierda, y un 13,2% con el centro. (Ver Estudio Perfiles de Opinión anexo)
De acuerdo a Latinobarómetro, el 36% de los ciudadanos de América Latina se ubica
en la posición de centro de la escala ideológica y el 19% de ellos no se ubica, lo que
en suma, implica que un 55% de la región no pertenece a la izquierda o a la derecha,
interpretando al centro como la tendencia dominante, pese a que evidentemente los
gobiernos electos pertenecen a las posiciones clásicas, según se afirma en el
Latinobarómetro, estos son electos con votos provenientes del centro.
2.2.2. La democracia sin partidos
El estudio señala que una parte importante de los entrevistados en América Latina,
sostiene que tener democracia es posible, aun cuando se prescinda del Congreso o
los partidos políticos. Ello indicaría, que pese al avance de la democracia en los
89
últimos 30 años, estas instituciones no han desmantelado las acepciones no
democráticas en la región.
Gráfico No. 27 “Puede haber democracia sin partidos políticos”
45
43
39
38
36
34
34
34
32
32
31
30
28
25
23
18
17
14
31
0 10 20 30 40 50
México
Colombia
Paraguay
Panamá
Perú
El Salvador
Brasil
Costa Rica
Nicaragua
Ecuador
Guatemala
Bolivia
Honduras
Chile
Uruguay
República Dominicana
Argentina
Venezuela
Latinoamérica
Fuente de gráfico: Latinobarómetro 2013.
En cuanto a la relación entre electores y partidos políticos, como señala F. Cruz
(2013), habrá que retomar el debate iniciado por Mainwaring y Scully (1995) con
respecto a institucionalización y desintitucionalización de dichas organizaciones,
puesto que a raíz de ello, surge la necesidad del estudio de la tan famosa volatilidad
electoral, respecto a la que no se han encontrado mayores niveles de variación en los
últimos años. Mientras Uruguay y Chile registran niveles de volatilidad media (es decir
entre la figura del presidente y la de los diputados) de 14,11% y 15,14%
respectivamente. Perú (dando muestra de variaciones en cuanto a comportamiento
90
elección tras elección) y Ecuador muestran niveles mucho más elevados, el primero
con un 58,59% y el segundo con un 40,42% de volatilidad media86.
A la luz de estos datos, Chile y Uruguay (a criterio de F. Cruz) parecen ser los
«príncipes europeos» de Latinoamérica, dado que sus bajos niveles de volatilidad, los
sitúan a nivel de los sistemas de partidos con mayor estabilidad en la Europa
Occidental (Mainwaring y Torcal, 2005). Esto, mientras Perú y Ecuador evidencias un
sistema no competitivo de partidos, después del año 2000 en el primer caso, y antes
del 2006 en el segundo.
Ante lo expuesto, cabe hacer eco de las palabras de C. Conaghan (1995): “cada
sistema de partidos es producto de sus propios dramas particulares”, pues estos
normalmente constituyen el reflejo de la idiosincrasia y las decisiones tomadas por los
partidos en cada momento fundamental de la historia política. En el caso de Ecuador,
por ejemplo, la Constitución aprobada en 1978, después de finalizada la dictadura
militar de Guillermo Rodríguez Lara en 1976, se eliminaron una serie de restricciones
para ejercer el derecho al sufragio, lo que trajo como consecuencia que los partidos se
encontraran con un electorado expandido, de más de dos millones de votantes en ese
entonces87 (hoy, la cifra supera bordea los doce millones de personas habilitadas en el
padrón electoral).
86. F. Cruz, artículo Competitividad y volatilidad electoral en América Latina. Retomando la discusión en torno a la
institucionalización de sistema de partidos, publicado en el blog CON DISTINTOS ACENTOS. INVESTIGACIÓN Y
REFLEXIÓN SOBRE AMÉRICA LATINA, 23 de junio de 2013: http://www.condistintosacentos.com/competitividad-y-
volatilidad-electoral-en-america-latina-retomando-la-discusion-en-torno-a-la-institucionalizacion-de-sistema-de-partidos/
87. C. Conaghan, Políticos versus Partidos: discordia y desunión en el sistema de partidos ecuatoriano, 1995, Pág.
219.
91
2.2.3. Interés en la política
Se ha dicho que el año 2013 no marca un porcentaje ni alto ni bajo de interés en la
política, considerando que se encuentra en un 28%, siendo que en el año 1996 se
registró el más bajo, es decir un 24%, y el más alto: 33% en 1997.
Venezuela es el país que más se distingue por un interés relativamente alto en la
política, a saber, 49%, en tanto que Chile (con 17%) y Perú registran los niveles más
bajos en cuanto a este planteamiento. Estos dos países cuentan con altas tasas de
crecimiento económico y bajos niveles de interés en la política.
El siguiente gráfico muestra los porcentajes de quienes afirmaron estás muy
interesados en la política.
Gráfico No. 28 “Interés en la política”
49
37
37
34
30
30
30
29
29
28
28
25
24
22
21
20
19
17
28
0 10 20 30 40 50 60
Venezuela
Paraguay
Uruguay
Panamá
Argentina
República Dominicana
México
Honduras
Nicaragua
Ecuador
Brasil
El Salvador
Colombia
Bolivia
Guatemala
Costa Rica
Perú
Chile
Latinoamérica
Fuente: Latinobarómetro 2013.
92
Llama la atención el caso de Chile, país que con considerables tasas de crecimiento
registra el porcentaje más bajo de ciudadanos interesados en la política, entre los
países encuestados.
2.2.4. La economía de mercado
El Latinobarómetro 2013 expone a la economía de mercado como el mejor sistema.
Este estudio ha evaluado la opinión de la gente en cuanto a la afirmación: “la
economía de mercado es el único sistema para ser desarrollado”, obteniendo
fluctuaciones entre 2003 y 2013. Sin embargo, pese a la crisis financiera
internacional, el sistema de economía de mercado cuenta con el apoyo de 14 de los
18 países entrevistados.
El estudio señala que al 2013, la percepción sobre mencionado sistema continúa en
recuperación después del descenso que sufriera en 2007 y 2009, aunque se
encuentra por debajo del mejor porcentaje (63%) dado en el 2005, obteniendo un
ascenso de 56% a 59% entre 2011 y 2013.
Únicamente en 4 de los 18 países entrevistados, a saber: Panamá (38%), Chile (43%),
Argentina y El Salvador (45%), menos de la mitad de la población apoya la economía
de mercado como sistema. Por otra parte, es destacable el caso de Chile, que siendo
uno de los países (a decir de Latinobarómetro) con mayor éxito en términos
económicos, sea uno de los más escépticos con respecto a la economía de mercado.
Con respecto a esto, el estudio de la corporación se plantea si ¿Se culpa acaso en
Chile a la economía de mercado de la mala distribución de la riqueza? ¿Es esa la
causa de la insatisfacción con el funcionamiento de la economía?, y en ese caso
quizás la mejor respuesta se encuentre en el giro a la izquierda que dio nuevamente
este país en las elecciones del 17 de noviembre de 2013.
93
El siguiente gráfico muestra a quienes dijeron estar «de acuerdo» o «muy de acuerdo»
con este sistema.
Gráfico No. 29 “La economía de mercado es el único sistema para ser
desarrollado”
69
69
68
67
67
66
65
64
61
60
58
57
57
54
45
45
43
38
59
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Honduras
Venezuela
República Dominicana
Nicaragua
Paraguay
Brasil
Ecuador
Colombia
Uruguay
Guatemala
México
Perú
Costa Rica
Bolivia
El Salvador
Argentina
Chile
Panamá
Latinoamérica
Fuente de gráfico: Latinobarómetro 2013.
94
Capítulo 3: Los electores y sus motivaciones, un análisis de Cataluña y Ecuador.
3.1. Los vínculos entre electores y (partidos)
políticos
Para hablar de los vínculos entre los electores y los partidos políticos, en primera
instancia es necesario precisar tres categorías de nexos:
a) Los clientelares (en los que priman los favores políticos, y que generalmente
son menos propensos a llevar a cabo políticas que satisfagan los intereses
generales88).
b) Los programáticos (o aquellos que declaran sus planes de gobierno). Este tipo
de vínculo concibe al partido como un «vehículo» para poner en práctica las
políticas preferidas tanto por este como por sus electores, y se dice que por
ello, que esto supone un punto de coincidencia ideológica entre ambos
actores89. Sin embargo, se ha de hacer una precisión al respecto. Analizando la
práctica, se considera que no se trata necesariamente de una coincidencia
ideológica (al menos en escala de izquierda y derecha), se habla más bien, de
un acuerdo en cuanto a objetivos relativos al bienestar y/o al desarrollo. La
dimensión programática y la ideológica constituyen diferentes dimensiones.
88. P. Marenghi, El vínculo programático entre electores y partidos políticos: una propuesta de medición, Universidad
de Salamanca en http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacion03/Marenghi04.PDF
89. Ibídem.
95
c) Los vínculos carismáticos, en donde el apoyo político se basa en lealtades
personales y reposa fundamentalmente sobre las cualidades del líder90.
Escenario en el que con seguridad, el fenómeno de personalización política
juega un papel importante.
En un panorama dominado por los partidos clientelares, son las redes partidarias las
encargadas de mediar (entre ciudadanos y gobierno) los beneficios que han de
otorgarse a la sociedad, en tanto que en un escenario conducido por los partidos
programáticos, los beneficios sociales, y el acceso a ellos, son definidos directamente
por los gobernantes a través de la definición y aplicación de políticas públicas y
prescindiendo de la intervención de las redes partidarias91.
Se denomina vínculo (tanto clientelar como programático) a las relaciones de los
electores con los políticos en base a las expectativas distributivas de los primeros por
la obtención de beneficios, ya sea a través de redes partidarias o de políticas
programáticas. Dichas interacciones surgen de un conocimiento previo de los votantes
y los militantes del partido (en el primer caso) y del conocimiento de la oferta
programática (en el segundo) (Calvo, Murillo, 2013).
En lo que respecta al vínculo clientelar, las expectativas distributivas, según señalan
varios autores, se basan en tres factores: el primero de ellos no tiene que ver
únicamente con el contexto socioeconómico de los electores (mismo que determina el
valor marginal de los bienes públicos, o aquello que aspiran recibir por parte de los
partidos políticos)92, pues dependen también de la forma en la que los votantes
90. P. Marenghi, El vínculo programático entre electores y partidos políticos: una propuesta de medición, Universidad
de Salamanca en http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacion03/Marenghi04.PDF
91. E. Calvo, M.V. Murillo, Cuando los partidos políticos se encuentran con sus votantes: un análisis de los vínculos
políticos a través de las redes partidarias y las expectativas distributivas en Argentina y Chile en la revista América
Latina Hoy, Ediciones Universidad de Salamanca, 2013, Pág. 16.
92. Cox 2007; Díaz-Cayeros 2008; Dixit y Londregan 1996 en E. Calvo, M.V. Murillo, Cuando los partidos políticos se
encuentran con sus votantes: un análisis de los vínculos políticos a través de las redes partidarias y las expectativas
distributivas en Argentina y Chile en la revista América Latina Hoy, Ediciones Universidad de Salamanca, 2013, Pág.
20.
96
perciben la capacidad para hacer una entrega efectiva de mencionados bienes. Por
ello, el segundo factor, guarda relación con la proximidad ideológica de los votantes
con las organizaciones políticas, lo que podría reflejarse en la distribución focalizada
de beneficios a aquellos que pertenecen a determinado grupo o categoría social.
Finalmente, el tercer factor depende del peso que asigna cada elector al contacto que
tiene con los miembros de un partido, que están en capacidad de distribución de
dichos bienes.
Como explican Calvo y Murillo, la distribución de bienes además de basarse en las
necesidades de los votantes, depende en gran medida del tamaño de la «red personal
del votante», así como del alcance del partido político y de los vínculos que
previamente hayan desarrollado ambas partes.
Al respecto de todo esto, cabe considerar que si bien pueden surgir efectos
multiplicativos en la asignación de beneficios, tanto mediante redes partidarias, como a
través de políticas programáticas, la ideología y cercanía a quienes conforman el
partido, no tienen un impacto significativo a nivel estadístico. A esto, ha de añadirse
que entre menor es la capacidad de las organizaciones políticas, las expectativas
distributivas positivas de los electores, encuentran sus cimientos en afinidades
ideológicas, así como en ofertas programáticas, de alguna manera esperanzadoras.
Una vez asimilado el concepto de la palabra vínculo en términos políticos, así como
los dos principales tipos existentes de ellos, a efectos de este análisis, es valioso
anotar lo expuesto por P. Marenghi, citando a Stokes (1999, 2001), a Domínguez
(1998) y a Maravall (2003): “las elecciones son vistas como el mecanismo mediante el
cual los electores pueden controlar (premiar o castigar) a los políticos que incumplen
sus promesas. El voto es lo que les permite a los ciudadanos echar del poder a los
gobernantes”…”o mantenerlos en sus puestos.”, lo que sin lugar a dudas constituye un
«examen» de su accionar en el gobierno. De ahí, que las elecciones funcionen como
97
«mecanismos prospectivos», en cuanto a la proximidad generada por los partidos con
sus votantes, a través de propuestas políticas que encajan con las demandas de estos
últimos, en este sentido, lo que hacen los políticos es cumplir con el mandato del
electorado, dicho de otra manera, con un deber que se les ha encomendado. Por otra
parte, cuando las elecciones constituyen una herramienta para premiar o castigar la
labor política, se convierten en «mecanismos retrospectivos» de protección de los
intereses de los ciudadanos. Es así que los comicios son vistos además como
mecanismos de rendición de cuentas o accountability, mejorando, a decir de Marenghi,
la democracia en cuanto a la responsabilidad política y al ejercicio de una adecuada
representación de los electores.
En este contexto, se dice que los partidos con vínculos clientelares, al igual que los
que establecen vínculos carismáticos con los electores, y que en consecuencia, tienen
menores niveles de representación del interés general, son más proclives a romper
sus promesas electorales sin que ello implique altos costos para su carrera política, es
decir, que tienen mayores posibilidades de ser reelegidos, pues en este caso la
ciudadanía examina menos el cumplimiento de las promesas de campaña. Sucede, a
la inversa con las organizaciones políticas que establecen nexos programáticos, pues
el exponer sus propuestas y planes, los hace más correr un riesgo más alto que corren
los partidos con los dos tipos de vínculos antes mencionados.
Si los políticos optan por políticas opuestas a la opinión de los electores sobre las
necesidades sociales, o lo que podría denominarse adopción de «políticas
impopulares», están en grave riesgo de ser castigados por los votantes en futuras
contiendas electorales. Para muestra, cabe mencionar el caso de CiU en las
elecciones del 25 de noviembre de 2012, en donde el pueblo catalán manifestó su
descontento con la política de recortes de Artur Mas, otorgándole un número de
escaños inferior a la mayoría absoluta que el actual President de la Generalitat
98
reclamaba para su partido, y confinándolo a compartir la corona con, sus coyunturales
aliados, de Esquerra Republicana (ERC).
Retrocediendo en el tiempo, un análisis de Maravall (2003) sobre el caso español, da
cuenta de la forma en que los políticos manipulan información en su intento de que los
ciudadanos acepten políticas impopulares, a fin de minimizar el costo electoral que
estas puedan tener a futuro. En este punto, y en torno a la manipulación de
información, vale recordar el sonado fallo en el manejo de información por parte del
gobierno de José María Aznar ante los atentados del 11M, uno de los aspectos que
contribuyó a la pérdida del Partido Popular (en ese entonces representado por Mariano
Rajoy) en los comicios de 2004, y le otorgó la victoria al Partido Socialista Obrero de
España (PSOE), representado por José Luis Rodríguez Zapatero.
En la misma línea, habrá de mencionarse que en las elecciones generales del 2011,
España castigó los eufemismos de Zapatero ante la inminente crisis financiera
retornando el poder a las manos del Partido Popular. Desde el inicio de la democracia,
a finales de los años 70, hasta la elección de Mariano Rajoy como presidente del
gobierno, España parece vivir lo que fácilmente puede calificarse como un «círculo
vicioso bipartidista», en el que PP y PSOE se juegan el trofeo. Sin embargo, a raíz de
los resultados de las elecciones europeas de mayo de 2014, hay quienes afirman que
el bipartidismo ha sufrido graves quebrantos, dando paso al alza de partidos más
pequeños. Pero esto, es objeto de un análisis más profundo, en el que no se ahondará
en el presente estudio.
De acuerdo a lo afirmado por Stokes (2003) en cuanto a lo que él denomina «perverse
accountability» ciertamente el clientelismo político erosiona la democracia, y
disminuye las posibilidades genuinas del electorado para juzgar objetivamente a un
gobierno, y castigarlo o recompensarlo según el caso amerite. En este sentido, un
sistema en el que los ciudadanos dan sus votos en función de recompensan o favores
99
personales, sin duda resulta perjudicial a nivel democrático y en términos de bienestar
general, aunque sea evidentemente benéfico para los partidos que lo aplican. Así, a
los políticos que invierten en vínculos clientelares o carismáticas les resulta más fácil
obtener el apoyo electoral de los ciudadanos, aún cuando han incurrido en faltas a sus
promesas electorales o en sus planes de gobierno93.
En la misma línea, una relación político – elector, basada en el carisma y con visibles
inclinaciones hacia la personalización, en donde “el líder es el creador e intérprete
indiscutido de un conjunto de símbolos políticos que llegan a ser inseparables de su
persona”94 fácilmente puede excusarse ante sus electores por el incumplimiento de
sus ofertas. Esto sucede cuando normalmente, los líderes partidistas son elegidos en
base a sus características y al final de una gestión son valorados más por lo que son,
que por lo que han hecho.
Por otro lado, pese a que Kitchelt (2000) ha remarcado la imposibilidad de los partidos
por diversificar los mecanismos de interacción con sus electores, la cotidianidad
señala que es perfectamente posible que los vínculos clientelares convivan con los
programáticos.
3.2. Comportamiento electoral: Un panorama
general
Una de las claves del presente estudio, es determinar el nivel de importancia que los
electores actualmente otorgan a la ideología, a fin de conocer su rol en la cotidianidad
93. P. Marenghi, El vínculo programático entre electores y partidos políticos: una propuesta de medición, Universidad
de Salamanca en http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacion03/Marenghi04.PDF
94. F. Freidenberg (2001) en P. Marenghi, El vínculo programático entre electores y partidos políticos: una propuesta
de medición, Universidad de Salamanca en
http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacion03/Marenghi04.PDF
100
política tanto de Cataluña como de Ecuador, pues es sabido que los términos
izquierda y derecha, constituyen uno de los puntos más importantes de polarización.
Pese a que las palabras izquierda y derecha son usadas con frecuencia para describir
a las tendencias políticas a nivel mundial, el elector promedio tiene aún una
percepción incompleta e imperfecta con respecto al entorno político que le rodea95, en
parte por las confusas y complejas estrategias adoptadas por los políticos a la hora de
comunicar sus planes, y en parte por el desinterés ciudadano con respecto al tema. De
ahí la adopción de atajos que permitan identificar y asociar intenciones políticas: las
etiquetas de izquierda o derecha, que según F. Dieter y H. Dieter Klingemann (1990),
ayudan a los votantes a evaluar y tomar decisiones políticas con mayor precisión,
además de facilitar el diálogo entre las élites y los individuos, al ofrecer una manera
«conveniente» de comunicación e interacción.
De acuerdo J.C Donoso, D. Montalvo y D. Orcés (2010), varios autores señalan la
existencia de tres dimensiones en lo que respecta a etiquetas ideológicas:
a) Dimensión simbólica: que establece que el contenido simbólico de las etiquetas
es valioso siempre y cuando ayude al elector a diferenciar a los diversos
grupos políticos, sin que esto implique una referencia específica hacia las
políticas públicas. Cabe citar al ejemplo de Europa, en donde como indican R.
Inglehart, Ronald y H.D. Klingemann, la ubicación en la escala de izquierda o
derecha, está estrechamente vinculada con el apoyo a los partidos políticos.
Como se vio en el capítulo 1 de este estudio, varios autores sostienen que la
diferenciación entre la etiqueta ideológica de izquierda y la de derecha se da en
95. A.,Campbell, P.E. Converse, W. E. Millery Donald, E Stokes (1960), The American Voter, Chicago University of
Chicago Press; D. Carpini, Michael X. y S. Keeter (1996), What Americans Know About Politics and Why it Matter, New
Haven, Yale University Press en J.C. Donoso, D. Montalvo, D. Orcés, M. SeligsonCultura política de la democracia en
Ecuador, 2010: Consolidación democratic en las Américas en tiempos difíciles, Vanderbilt University, 2010., Pág. 189
http://www.vanderbilt.edu/lapop/ecuador/2010_Ecuador_Country_Report.pdf.
101
la medida del acuerdo o desacuerdo con la intervención del Estado (en sus
diferentes grados) en la economía de un país.
b) Dimensión de política pública: hace referencia a la magnitud en que las
etiquetas ideológicas «predicen» la posición de un individuo a cerca de una
política de Estado.
c) Dimensión de asuntos de valor general para la sociedad: relativa a una
finalidad más que las políticas públicas que se adopten para llegar a ella. Tal
es el caso de las campañas electorales en América Latina. En este contexto,
esta dimensión se refiere a la aprobación de un individuo o de un grupo político
hacia este aspecto. He aquí un asunto de vital importancia: “Si bien varios de
estos resultados generales no están necesariamente relacionados con el
espectro ideológico izquierda-derecha, si un movimiento político logra
apropiarse de éstos, los votantes terminarán por asociar dichos resultados
políticos con la etiqueta ideológica de ese movimiento”.
3.2.1. Participación política:
La participación política (en positivo o negativo) supone varias formas de interacción
entre la ciudadanía y los políticos dentro de una sociedad, y adopta diferentes formas,
como por ejemplo el activismo dentro de movimiento o partido, la participación en
manifestaciones (sea a favor o en contra de determinada causa), el ahora tan famoso
y usual «sofáctivismo» que aún con sus detractores, cuenta con logros importantes,
como por ejemplo el «movimiento de los indignados», y el voto en unas elecciones o
en un referéndum, que es la forma más común de participación política, pues exige
una dedicación escaza y esporádica, en tanto que el activismo al interior de una
organización política resulta mucho más exigente96. Es así, que la participación se
96. E. Anduiza, A. Bosch, Comportamiento político y electoral, Ciencias sociales Ariel, Barcelona, 2012, Pág. 16 y 17
102
torna homogénea y variada; mientras hay ciudadanos que prefieren mantenerse al
margen de su entorno político, existen también aquellos que, por intereses personales
o descontento, permanecen muy activos y vinculados con su entorno político.
Anduiza y Bosch (2012)97 listan varios factores que incidirían en los niveles de
participación de los individuos en la política, a saber:
a) Recursos individuales: la edad, el tiempo disponible, el nivel de escolaridad e
ingresos, son variables que inciden directamente en el tipo de participación
política que ejercen las personas; por mencionar un ejemplo, quienes tienen
mayor capacidad económica tienen más capacidad para afrontar los costos de
ser parte de una organización política, además de encontrarse socialmente
mejor comunicados, razón por la que reciben más estímulos y
consecuentemente, son propensos a tener mayores grados de participación en
la política.
b) Redes sociales: entendiéndose a estas como el contacto con grupos,
organizaciones o comunidades de carácter cívico, social o político que pueden
constituir un motor que facilite diversas formas de participación, pues suelen
ser importantes agentes movilizadores.
c) Interés y compromiso con la política: el interés en la política y la percepción de
un individuo sobre su propia actividad en este ámbito, son factores que inciden
en las decisiones y el sistema político e incentivan la participación, pese a que
esta, en ocasiones, se de cómo resultado del descontento con las decisiones
políticas de los gobernantes de turno en el contexto de un sistema y su
funcionamiento. Al respecto del interés y compromiso de los ciudadanos con la
97. Con respecto a participación política, resulta interesante el análisis de Anduiza y Bosch en las tablas: 1.1. Teoría
participativa y teoría elitista de la democracia: una síntesis (pág. 25) 1.2.Tipos de participación política y sus
características (pág. 32), y 1.3. La participación política en España (pág. 33), en la obra Comportamiento político y
electoral, anexas a este estudio
103
política, se han planteado dudas referentes al por qué de la no participación
ciudadana en estos asuntos, ¿es acaso la no participación una forma de
rechazo?, ¿o esta se debe más bien a la conformidad y comodidad de los
individuos con respecto al sistema político que les rodea?
d) Contexto político e institucional: aspecto que sin duda constituye una influencia
en el tipo, frecuencia y grado de participación de los individuos en la política. A
esto, Anduiza y Bosch (2012) añaden que las formas de participación han
variado con el tiempo, como reflejo de los cambios en el escenario político en
el que cada sociedad se encuentra inmiscuida: cuestiones transcendentales
como la organización del territorio del Estado, la permanencia de instituciones
con democracia directa, o las estrategias adoptadas por el gobierno ante los
conflictos, constituyen elementos para la toma de decisiones en cuanto a la
participación política de las personas.
Cabe mencionar que las formas o tipos de participación política que distinguen autores
como Anduiza y Bosch (2012) son los siguientes:
a) Electoral vs. no electoral: actividades que se dan dentro del proceso
electoral, como participación en mítines, colaboración en demás actos de
campaña, e incluso el propio voto. Este tipo de participación es esencial y
se encuentra perfectamente integrada a un sistema de democracia
representativa.
b) Convencional y no convencional: se trata de una distinción entre las formas
legalmente y no reconocidas en cuanto a participación política, por ejemplo
boicots, insumisión, ocupación de edificios, bloqueos en el tránsito, firma de
peticiones y otro tipo de manifestaciones usualmente de descontento.
c) Salida vs. voz: la primera, que básicamente implica las dos opciones de un
ciudadano ante una situación de descontento político, a saber, abandonar
104
su derecho a ejercer el voto o dejar de pertenecer a determinada
organización o proceso político en el que ha dejado de creer; en tanto que
la segunda (la voz) radica en manifestar el desacuerdo a través de
protestas públicas o el activismo.
3.2.2. El voto:
A criterio de Anduiza y Bosch, la primera de las causas del voto, es la posición social
de los individuos o sus «clivajes», dado que su decisión de voto se encuentra
condicionada a la posición que un determinado partido o movimiento político ocupe en
la estructura social de su país. A decir de los autores, “el hecho de que un ciudadano
sea de clase obrera o burgués; que sea católico, protestante, musulmán o judío; que
sea de origen autóctono o inmigrante; que viva en una gran ciudad o en un pueblo
pequeño de la periferia del país; que sea joven o viejo”…”no son hechos neutros”,
pues modifican la perspectiva con la que un individuo mira el mundo, y
consecuentemente influyen en su comportamiento electoral.
Todos estos aspectos, constituyen clivajes que provocan la alineación de los
ciudadanos hacia determinadas fuerzas políticas, aquellas con las que se sientan más
identificados, contexto en el que el voto es una cuestión de identidad más que de
elección, por tanto, se habla de un voto casi automático. Así por ejemplo, en una
estructura de partidos definida por estos factores, los trabajadores se inclinarán por el
partido obrero, en tanto que los católicos, casi siempre optarán por una organización
política de corte conservador.
Este denominado voto de clase, trae a consecuencia la existencia de partidos políticos
obreros y otros de tipo burgués, que en lo que a ideología respecta, se alinearían a la
izquierda y derecha del espectro, respectivamente. Sin embargo, es preciso anotar
que esta clase de voto se ha ido debilitando debido a que: el voto de los obreros es
cada día menos automático, pues la imagen del obrero tradicional se ha vuelto
105
caduca, anacrónica y en algunas sociedades ha surgido una nueva clase social a la
que se le ha llamado «la nueva clase media» que no cuenta necesariamente con las
inclinaciones partidistas de las viejas clases obrera o burguesa; adicionalmente, y en
obediencia a la evolución social, los partidos han adoptado estrategias
«interclasistas».
En cuanto a la relación entre el voto y la religión, ha de decirse que no se conduce en
una dirección universal única, en este sentido, el voto no es influenciado solamente
por la religión, pues esta conexión adopta otras afectaciones de carácter histórico
propio de cada contexto.
En lo que respecta a un importante eje: el nacionalismo, analizado en el capítulo 2 de
este estudio, Anduiza y Bosch (2012) han detectado que dicho «clivaje» produce una
importante influencia electoral en lugares como Bélgica, Cataluña, Euskadi e Irlanda
del Norte.
Cuando existen varios clivajes que se superponen, el efecto que este fenómeno causa
en el sistema de partidos es usualmente similar al que se produce con la existencia de
un solo clivaje. Lo contrario sucede cuando en una sociedad existen varios clivajes
yuxtapuestos: aquí el efecto sobre el sistema de partidos, es por lo general, una gran
fragmentación.
La principal crítica a la expuesta teoría de los clivajes, radica en que esta explica la
permanencia, pero no los cambios electorales (en algunos casos espectaculares)
producidos a corto plazo.
106
3.3. Análisis de las motivaciones de los electores
en Cataluña
De acuerdo a la clasificación de Anduiza y Bosch (2012) la izquierda y la derecha se
definen de acuerdo a los resultados que persiguen y en función de los medios que
emplean. Siendo así, en concordancia con la acepción de N. Bobbio (1998), y varios
autores estudiados en el capítulo 1, la izquierda es aquella que persigue la igualdad de
los seres humanos, teniendo para ello un enfoque estatista en la economía y en la
sociedad.; la derecha, por otro lado, en contraposición, defiende la libertad social y
económica de los individuos dentro de un Estado de derecho.
Uno de los valores políticos con mayor influencia sobre el voto, es la ideología de
izquierda - derecha sobre todo, en la Europa occidental98, esto, a diferencia de
Estados Unidos, en donde uno de los factores más movilizadores del sufragio es la
identificación con un partido político, y como es lógico, existen otros elementos de vital
importancia que son puestos sobre la mesa a la hora de votar, uno de ellos: la eficacia
en la gestión política.
3.3.1. Las motivaciones a la hora de votar en Cataluña
A objeto de este estudio, se ha efectuado una encuesta ómnibus, en la que se ha
consultado al electorado catalán: ¿Cuándo se celebran elecciones, qué toma más en
cuenta a la hora de decidir su voto?. (Ver Anexo No. 8).
98. E. Anduiza, A. Bosch, Comportamiento político y electoral, Ciencias sociales Ariel, Barcelona, 2012, Pág. 203
107
Ante este cuestionamiento, los entrevistados han respondido según se indica en el
siguiente gráfico:
36,8
17,5
12,5 11,9
3,1 2,7
7,08,5
Laideologia
L'experiència de la gestió realitzada
Elcandidat
Elpartit
Altres Tots Capd'aquestes
Ns/Nc
Fuente: Omnibus GESOP contratado para el estudio / Abril 2014: Total Cataluña
Más de una tercera parte de los entrevistados dice que cuando se celebran
elecciones, la ideología es lo que más tiene en cuenta a la hora de decidir el voto.
Lejos aparecen los que dicen que tienen en cuenta la experiencia en cuanto a la
gestión. En tanto que poco más del 10% (en valores muy similares) cita al candidato o
al partido.
Es de vital importancia citar al 3,1% de encuestados que ha dado opiniones
espontáneas, especialmente referidas al programa electoral, pero también existen
algunas que hacen referencia a los temas de independencia o corrupción. Además,
alrededor de una quinta parte de los entrevistados no ha definido una respuesta
específica, pues señala tener en cuenta todas las cuestiones propuestas en lugar de
ninguna.
Por segmentos de población, el orden de las opciones es similar en todos ellos, sin
embargo, la intensidad de las respuestas apunta a un mayor peso de la ideología entre
los más jóvenes, los residentes en la ciudad de Barcelona y el resto del Área
Metropolitana de Barcelona, los que tienen mayo nivel de estudios, los que se sitúan a
la izquierda de la escala ideológica y los que se sienten más catalanes en el eje de
108
pertenencia nacional. Por el contrario, el candidato o el partido tienen, relativamente,
un mayor peso entre la gente de más edad, de menor nivel de formación, y quienes
residen fuera de la Región Metropolitana.
Se observa que el mayor porcentaje de indefinidos se encuentra entre la gente de más
edad, los de menor nivel de formación y los que se sienten más españoles que
catalanes en el eje de pertenencia nacional.
Tal y como se ha mencionado, en Europa continental la ideología de izquierda-
derecha es el valor político con mayor influencia sobre el voto. De ahí, que este sea el
factor más exitoso a la hora de explicar el por qué del voto europeo, dando lugar al
concepto del «modelo ideológico del voto»99, que parte de tres principios, y constituye
una adaptación del «modelo de Michigan» mencionado en el capítulo 3 de este
estudio. Estos axiomas son:
a) La mayoría del electorado tiene y es capaz de ubicarse dentro de una escala
ideológica de izquierda y derecha.
b) La mayoría de votantes tiene la capacidad de percibir la tendencia ideológica
(de izquierda o derecha) de los principales partidos políticos que le rodean.
c) Como consecuencia de las dos máximas antes señaladas, la mayoría del
electorado vota por aquel o aquellos partidos cuya ideología es más cercana a
ellos.
De ahí que el «modelo ideológico del voto» que ha adoptado el concepto de «voto
normal» implica que cuando el elector está de acuerdo con la ideología de su partido,
vota más bien como una manifestación emotiva que parte de su propia identificación
en la escala de izquierda o derecha, más que como un impulso racional. En ese
contexto, el voto normal pasa a una especie de patrón repetido una y otra vez a lo
99. Ibídem, pág. 204
109
largo del tiempo, y que se deriva de la tendencia ideológica de los votantes. La
comprobación empírica mediante tablas de contingencia, ha demostrado que los
votantes alienados ideológicamente a la izquierda, votan a partidos de la misma línea.
Situación que se da de manera similar en Cataluña, cuya población dice votar a
partidos como el PSC (en un 55,2%) y a ERC (en un 18,7%)100.
En torno a esta teoría cabe mencionar la importancia del análisis de la distribución
estadística de la ideología de izquierda y derecha. Por ejemplo, en países como
Suecia, Irlanda y Francia, la distribución ideológica se encuentra inclinada hacia la
izquierda y sus gobiernos siguen esta tendencia desde la Segunda Guerra Mundial
(con una legislatura de excepción) en el caso de Suecia. Lo opuesto sucede en Irlanda
o Bélgica, donde gran parte del electorado se sitúa hacia la derecha y, en
consecuencia, sus gobiernos son un reflejo de ello.
Según indica la literatura, el elector no vota para conseguir algo en concreto, pues lo
hace más bien porque el partido político que ha escogido tiene los mismos valores
políticos que él mantiene y salvaguarda. En el caso de Cataluña, ese valor a
salvaguardar, bien pudiera ser el nacionalismo, tal y como se expuso en el capítulo 3.
Sin embargo, a la tendencia del voto normal, le sigue la del llamado «voto desviado»
que se da cuando un simpatizante de izquierda vota ocasionalmente por un partido de
derecha o viceversa, sin embargo, sus valores políticos no se alteran, por lo que lo
muy probablemente volverá a ejercer un voto normal, es decir que elegirá nuevamente
a un partido de su tendencia ideológica original. A esta tendencia se le conoce como
«homing tendency»101. Aunque en Cataluña este fenómeno ha sido poco visto, pues
tradicionalmente, esta región no ha modificado su comportamiento electoral en
términos ideológicos aunque en el último período, sí de partidos, con un ascenso
100. Ver tabla 5.4. ideología izquierda – derecha y voto en algunos países en Anduiza y Bosch 2012, pág. 205, (Anexo)
101. E. Anduiza, A. Bosch, Comportamiento político y electoral, Ciencias sociales Ariel, Barcelona, 2012, Pág. 207
110
nunca antes visto (desde la transición) de organizaciones como ERC, que en las
elecciones al Parlamento Europeo de 2014, triplicó su votación con respecto a la del
2009, obteniendo un 23,69% de sufragios y relegando al histórico ganador de la
región, el PSC a un tercer puesto, con el 14,28% de los votos. ¿Síntoma de
desafección y falta de credulidad en los partidos de siempre?
Con el paso del tiempo, esta tendencia puede transformarse y zonas que usualmente
votaban por la derecha, empiezan a mudarse a la izquierda, sin retornar a sus
adhesiones originales. Esto se debe en parte, a la modificación de los valores políticos
dominantes dados por la coyuntura o al denominado «espíritu de los tiempos»102. Para
explicar mejor este fenómeno, Anduiza y Bosch añaden: “Si en los años sesenta se
llevaba ser progre, en los años ochenta estaba de moda ser neoliberal, y ahora se
lleva ser antisistema; es lógico que el voto normal de cada una de estas épocas sea
diferente”.
Cabe puntualizar que en cuanto a la teoría del voto ideológico, los autores hacen tres
puntualizaciones clave, a saber:
a) Si bien es cierto, el nexo entre ideología izquierda – derecha y voto es más
estrecha que la relación dada entre este último y la posición social, no
necesariamente este primer vínculo tiene mayor peso en la decisión de voto,
pero ejerce una influencia más cercana o directa, dado que (como en el caso
de la relación voto – posición social) no es menester pasar por un proceso
previo de conversión de la posición social en valores políticos.
b) El modelo ideológico presume que la ideología izquierda – derecha es diferente
al acto del voto, pues un adepto de izquierda puede no necesariamente votar a
un partido de esta tendencia, igual que en el caso de derecha, pero esto no es
tan evidente.
102. Ibídem, Pág. 208
111
c) El modelo ideológico presupone que la ideología izquierda – derecha es
anterior al voto, es decir que el segundo se da como una consecuencia del
primero. El modelo no admite que el caso pueda ser inverso, debido a una
sencilla cuestión de lógica: las causas no pueden darse como un producto de
las consecuencias. No obstante, hay ocasiones en las que la ideología se ve
reforzada por un voto costumbrista, es decir, entre más se haya votado a un
partido de izquierdas, mayor afinidad se adquiere con respecto a esta
tendencia. Un ejemplo clave de esto, es lo reflejado en las encuentras del
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que indican que muchos
centristas ex simpatizantes de UCD mutaron su ideología hacia la izquierda
después de que en 1982, en medio de la debacle de dicha organización
política, optarán por votar al PSOE y a consecuencia de ello reajustaran su
posición ideológica.
A pesar de lo expuesto, el modelo del voto ideológico tiene revisiones de carácter
racional, que apuntan a la utilidad del sufragio y sostienen que el elector no vota
únicamente por emotividad; lo hace más bien, por aquel partido que le reportará mayor
provecho. Por ejemplo, una mejor situación económica.
En cuanto a esto, y en alusión al objetivo general de este estudio, de determinar los
agentes motivadores de voto, se ha de mencionar que fuera del modelo de voto
ideológico y en torno al pragmatismo político, la revisión racional indica que otro de los
mecanismos para ejercer un voto en función de su utilidad es precisamente la revisión
de las propuestas o planes de gobierno de una organización política, para estimar el
grado de satisfacción o beneficios que obtendrán de estos. A la luz de los resultados
de este estudio y de acuerdo a lo que evidencia el estudio en cuanto a respuestas
espontáneas, este aspecto es también un motivador para los catalanes a la hora de
otorgar su voto. (Ver informe anexo GESOP, pág. 4).
112
Un tercer factor a considerar en cuanto a la revisión racional del modelo de voto
ideológico, es que los electores puedan asumir a la ligera, que el partido de su
simpatía (coyuntural o permanente) sea de izquierda o derecha, llevará a cabo
políticas que le beneficiaran directamente de acuerdo a su grado de afinidad con su
tendencia ideológica. Lo que visto de manera subjetiva puede asociarse al vínculo
clientelar antes explicado.
Finalmente, surge la necesidad de destacar en este apartado, que si bien más de la
tercera parte de los entrevistados a efectos de este estudio en Cataluña, señale que la
ideología es el primer factor que tiene en cuenta a la hora de votar, es necesario
analizar que el factor del voto castigo / ira o un voto circunstancial (en el que se espera
que ante un escenario de crisis política, sea el partido de gobierno aquel que pierda
las elecciones103), juega un papel importante a la hora del sufragio; esto, como una
forma de explicar lo sucedido en las elecciones del 25 de noviembre de 2012.
3.4. Análisis de las motivaciones de los electores
en Ecuador
Como se ha señalado anteriormente, el objetivo principal de este estudio radica en
analizar el comportamiento de los votantes y sus motivaciones a la hora de elegir a
una u otra opción política en Cataluña y Ecuador, a fin de establecer si se otorga
mayor relevancia a las ideologías de izquierda o derecha, o a acciones políticas
pragmáticas.
103. A. Valdez Zepeda, D. Huerta Franco, ¿Qué mueve a los votantes? Un análisis de las razones y sinrazones del
comportamiento político del elector, Libros básicos en la historia del Campo Iberoamericano de Estudios en
Comunicación No. 75, abril de 2011, pág. 14.
http://www.www.razonypalabra.org.mx/N/N75/varia_75/varia2parte/16_Valdez_V75.pdf
113
En Ecuador, la ideología política ha estado íntimamente relacionada con clivajes104
étnicos y culturales105 y desde el retorno a la democracia, en 1979, el país ha tenido
gobernantes de las más diversas tendencias ideológicas: conservadores como León
Febres-Cordero del Partido Social Cristiano, socialdemócratas como Rodrigo Borja
Cevallos del partido Izquierda Democrática (extinto desde 2013), hasta líderes
evidentemente populistas, cuya tendencia ideológica no puede ser determinada en el
espectro de izquierda - derecha, como es el caso de Abdalá Bucaram Ortiz (derrocado
por un golpe de estado en febrero de 1997), fundador del Partido Roldosista
Ecuatoriano. Esta diversidad, sumada al colapso del sistema de partidos vivido en
años anteriores, dan cuenta de los niveles de personalización imperante en ese país
de América Latina, así como de la versatilidad que los votantes ecuatorianos muestran
a la hora de identificarse con la ideología del líder político del momento. Sin embargo,
los últimos años muestran una aparente estabilidad política, sin descartar que dicha
estabilidad recae en el grado de aceptación del gobierno de Rafael Correa, y por
supuesto en un alto grado de personalización política en torno a la figura presidencial.
3.4.1. Identificación ideológica actual en Ecuador al 2014
Al consultar a 615 entrevistados en Quito y Guayaquil en abril de 2014 ¿Cuál es la
ideología con la que usted se identifica?, el 26,5% de electores (siendo este el
porcentaje más alto entre todas las opciones consultadas). (Ver anexo No. 10)
104. Anduiza y Bosch (2012) definen por clivaje a una división o fractura social en dos partes o «bandos» opuestos
dentro de una sociedad, mismos que determinan la posición de los individuos en la estructura social, y dada la gran
importancia que este adquiere para las personas, determina diversos alineamientos dentro del contexto social, y
consecuentemente político.
105. B. Muratorio (1980) en J.C. Donoso, D. Montalvo, D. Orcés, M. SeligsonCultura política de la democracia en
Ecuador, 2010: Consolidación democratic en las Américas en tiempos difíciles, Vanderbilt University, 2010, Pág. 190
http://www.vanderbilt.edu/lapop/ecuador/2010_Ecuador_Country_Report.pdf ,
114
Fuente: Omnibus Perfiles de Opinión contratado para el estudio / Abril 2014: Total Ecuador
Como se puede apreciar en el gráfico, si la identificación ideológica de los
entrevistados tuviera que situarse por lugares, el orden sería el siguiente:
1. Ninguna
2. Derecha
3. Izquierda
4. Centro
5. No sabe
6. Centro izquierda
7. Centro derecha
8. Extrema derecha
9. Extrema izquierda
10. No responde
115
Una de las principales percepciones sobre la cultura política ecuatoriana, es la
innegable diferencia entre las regiones de Ecuador106. La tabla permite apreciar que en
la ciudad de Quito, ubicada en la región sierra, la ideología de los entrevistados se
sitúa más hacia la izquierda (27,7%), en donde un 34,2% asegura no identificarse con
ideología alguna.
En Guayaquil, principal ciudad de la región costa, ocurre el fenómeno contrario, el
porcentaje más alto de entrevistados señala su afinidad ideológica con la derecha
(concretamente un 29,6%), en tanto que un porcentaje inferior: el 20,9% dijo no
pertenecer a ideología alguna.
En cuanto a la variable de género, se encuentra que el porcentaje más alto de
entrevistadas: 31,8% no se inclina por ninguna de las opciones ideológicas
propuestas, en tanto que los encuestados del género masculino, se muestra más
próximo a la derecha de la escala: 21,6%
En lo que respecta a la variable etaria, se ha de explicar que el 23,6% afirmó no tener
identificación ideológica alguna, en tanto que un 21,9% se inclina hacia la derecha y
106. J.C. Donoso, D. Montalvo, D. Orcés, M. SeligsonCultura política de la democracia en Ecuador, 2010:
Consolidación democratic en las Américas en tiempos difíciles, Vanderbilt University, 2010, Pág. 194
http://www.vanderbilt.edu/lapop/ecuador/2010_Ecuador_Country_Report.pdf ,
Identificación ideológica
Total
Ciudad Sexo Edad
Quito Guayaquil Masculino Femenino 18 a 29 años 30 a 44 años 45 a más
Ninguna 26,50% 34,20% 20,90% 20,30% 31,80% 23,60% 26,90% 29,10%
Derecha 19,80% 5,80% 29,60% 21,60% 18,10% 21,90% 19,50% 17,70%
Izquierda 16,10% 26,70% 8,60% 18,20% 14,20% 13,30% 14,70% 20,60%
Centro 13,20% 6,80% 17,70% 15,80% 11,00% 19,00% 11,10% 9,00%
No sabe 7,70% 8,60% 7,00% 4,80% 10,20% 4,30% 10,50% 8,40%
Centro Izquierda 7,50% 8,70% 6,70% 9,50% 5,80% 7,10% 9,00% 6,40%
Centro derecha 4,70% 3,10% 5,80% 4,90% 4,50% 4,80% 3,70% 5,70%
Extrema derecha 2,10% 1,90% 2,20% 2,30% 1,90% 4,20% 2,00%
Extrema izquierda 1,90% 3,40% 0,90% 2,10% 1,80% 1,50% 3,40% 0,90%
No responde 0,60% 0,80% 0,40% 0,50% 0,60% 0,30% 1,20% 0,20%
Total 615 309 306 309 306 216 207 192
Total: 100%
Base: Total Entrevistados (615)
116
13,3% a la izquierda. La situación varía en un pequeño porcentaje entre los
entrevistados de entre 30 y 44 años, de quienes un 26,9% manifestó no tener una
inclinación ideológica de izquierda y derecha.
El porcentaje más alto de quienes coinciden con esta afirmación se encuentra entre
las personas de 45 años a más: 29,10%., visto esto, se puede concluir que los más
escépticos en cuanto a tendencias ideológicas (de alguna manera) «tradicionales (es
decir izquierda o derecha) se encuentran en dicho rango de edad, aspecto que
coincide con la flexibilidad de la que se ha hablado anteriormente, con respecto a las
opciones presidenciales escogidas en el Ecuador desde el retorno a la democracia a
finales de los años 70.
En el complejo escenario ecuatoriano con respecto al análisis ideológico, se
encuentran aspectos relevantes dignos de considerar. En primera instancia, se ha de
remarcar que existe una coincidencia con la percepción histórica sobre las divergentes
inclinaciones ideológicas de las regiones de costa y sierra ecuatoriana. Por otra parte,
pese a que el porcentaje más alto de entrevistados haya dicho no pertenecer a
ninguna ideología, en el año 2010, los ecuatorianos (presumiblemente si un
conocimiento profundo del origen ideológico de esta política) consideraban que el
Estado debía tener un rol protagónico en la economía del país107, política que nace de
la izquierda y se inscribe plenamente en el socialismo.
Se ha visto además (a nivel nacional) que el 19,8% de entrevistados que ha dicho
pertenecer a alguno de los extremos de la escala ideológica ha optado por la derecha,
en tanto que el 16,1% lo ha hecho por la izquierda, y el 13,2% por el centro.
A efectos de este estudio, el caso más cercano a analizar, son las elecciones
generales del 17 de febrero de 2013. Estos comicios contaron con una participación de
más del 81% del total de votantes inscritos, y en donde el «incumbent» (para ese
107. Ibídem, pág. 197
117
entonces en funciones), Rafael Correa Delgado, representando al Movimiento Patria
Altiva I Soberana (PAIS) de tendencia ideológica de claramente de izquierda y con
postulados opuestos al neoliberalismo, obtuvo 4.918.482 de un total de 9.467.062, es
decir, un 57,17%108 que le otorgó una contundente victoria sin necesidad de una
segunda vuelta.
En la provincia de Guayas, cuya capital es la ciudad de Guayaquil y en donde tanto la
percepción histórica, como la encuesta realizada a objeto de este trabajo, han
señalado que la tendencia ideológica se inclina hacia la derecha de la espectro,
Correa obtuvo 1.331.443 de un total de 2.298.239, lo que equivale a un 63.22%109 aún
cuando sus postulados se encajan en la izquierda, y en el tan mencionado socialismo
del siglo XXI.
A estos datos, resulta de vital importancia añadir que en febrero de 2013, el nivel de
aprobación del «incumbent» Rafael Correa, ascendía al 90%110 lo que evidenciaría el
grado de aceptación de los ecuatorianos a la gestión del mandatario, pese a que como
se ha visto en este análisis, las tendencias ideológicas del presidente y de los
electores entrevistados, no encuentran coincidencia. Por lo que podría concluirse que
el factor que ha contribuido a la victoria de Correa radica básicamente en los niveles
de satisfacción de los ciudadanos con su gestión.
En la misma línea, cabe recordar que presidentes ecuatorianos (electos en comicios)
que antecedieron a Correa, ya sea en el período de campaña electoral, o en el
cumplimiento de sus funciones, no evidenciaron una línea ideológica del todo clara.
Tal es el caso de Lucio Gutiérrez (presidente desde enero de 2003 y derrocado en
108. Datos consultados en el Consejo Nacional Electoral del Ecuador en:
http://resultados2013.cne.gob.ec/Results.html?RaceID=1&UnitID=10&IsPS=0&LangID=0
109. Ibídem.
110. Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Suramérica ANDES, artículo Rafael Correa, con el 90% de aprobación,
lidera ranking de gestión presidencial en América Latina, según consultora mexicana, 15 de abril de 2013 en
http://www.andes.info.ec/es/politica/rafael-correa-90-aprobacion-lidera-ranking-gestion-presidencial-america-latina-
segun
118
2005), quien llegó al poder gracias a una plataforma de izquierda en la que agrupó a
su organización política: el Partido Sociedad Patriótica y a los sectores indígenas, de
quienes se separaría en el transcurso de su mandato a causa de la adopción de
medidas consideradas incongruentes con su inicial propuesta, entre ellas el apoyo a la
firma de un Tratado de Libre Comercio con los Estado Unidos de Norteamérica111 y sus
frecuentes y conocidas «rectificaciones». Dentro de la escala de izquierda y derecha
de 0 a 10, los simpatizantes de Gutierrez, en 2010 se situaban ligeramente a la
derecha del centro con un 5,7112.
3.4.2. La ideología y sus asociaciones
Se ha visto que la orientación ideológica de los ecuatorianos es (en el caso de la
mayoría de la muestra encuestada) neutral, y un alto porcentaje de estos no muestra
una inclinación hacia uno de los lados del espectro, o prefiere no evidenciarla. Pero,
¿cuáles son las asociaciones de los votantes con los términos «izquierda» y
«derecha»?. Para determinar el grado de reconocimiento del significado de las
ideologías, se ha empleado la técnica de «reconocimiento o comprensión».
Los siguientes gráficos muestran la asociación (en términos generales) que hicieron
los entrevistados que dijeron pertenecer a alguna de las ideologías de la escala. Como
se evidencia, el 11,2% (porcentaje más alto de encuestados, de acuerdo a la relación
establecida) no sabe con qué asociar a los términos propuestos (izquierda, derecha,
centro, centro izquierda, centro derecha, extrema izquierda y extrema derecha).
111. J.C. Donoso, D. Montalvo, D. Orcés, M. SeligsonCultura política de la democracia en Ecuador, 2010:
Consolidación democratic en las Américas en tiempos difíciles, Vanderbilt University, 2010, Pág. 196
http://www.vanderbilt.edu/lapop/ecuador/2010_Ecuador_Country_Report.pdf
112. Ibídem, pág. 197.
119
Un 8,2% asocia a su ideología y el tercer porcentaje más importante la asocia con
trabajo.
11,2
8,2
6,8
5 4,84,1 3,7 3,7
No sabe Igualdad Trabajo
Neutral / Imparcial A favor de los pobres Educación
Buen vivir Apoyo al gobierno
Sin embargo, a fin de conocer con algo más de detalle las conexiones que los votantes
establecen entre la ideología y diversos ejes, es preciso ubicar las asociaciones de los
entrevistados, de acuerdo a su preferencia ideológica:
Asociación ideológica Izquierda Derecha Centro Centro
izquierda Centro
derecha Extrema izquierda
Extrema derecha
No sabe 7,20% 9,20% 12,90% 18,40% 10,10% 33,30%
Apoyo al gobierno 13%
A favor de los pobres 12,20% 15,60%
Igualdad 11,70% 8,10% 10,60% 15,60%
Trabajo 12,70% 8,60%
Tendencia del gobierno 16,60%
Apoyo al presidente Correa 10,60% 15,60%
Cambios en el país 7,10%
Salud 10,60%
Educación 9,30%
No está de acuerdo con el gobierno 10%
Desarrollo / Progreso del país 10,60% 10%
Capitalismo 8,60% 15,60%
Democracia 7,50%
Leyes a favor del pueblo 15,60%
Libre inversión 15,60%
Neutral / imparcial 23,60%
Total 114 102 84 45 32 13 9
120
Total: Múltiple
Base:399 Entrevistados que se identifican con alguna ideología política
Como se observa en la tabla113, si se priorizara términos relacionados con cada
ideología, tendríamos los siguientes resultados:
Aspectos asociados con la izquierda en orden de porcentajes:
1. Apoyo al gobierno
2. A favor de los pobres
3. Igualdad
4. No sabe
Quienes señalaron simpatizar con la ideología de izquierda relacionan su posición, en
primera instancia, con el apoyo al gobierno de Rafael Correa, lo que podría dar cuenta
de que quienes son afines a esta ideología conocen los postulados de mencionado
gobernante, cuyo discurso enfatiza en postulados como el socialismo del siglo XXI y
en la responsabilidad del Estado (no paternalista) para con el bienestar de sus
«mandantes», y en la preponderancia de las personas sobre los capitales.
Aspectos asociados con la derecha en orden de porcentajes:
1. No sabe
2. Capitalismo
3. Cambios en el país
Por otro lado, se observa que los simpatizantes de la derecha, en primera instancia, no
saben con qué relacionar dicha ideología y en segundo lugar, la asocian con el
113. Para la elaboración de esta tabla de datos, se han considerado ejes o aspectos que obtuvieron porcentajes
superiores al 7%.
121
capitalismo, lo que guarda concordancia con el que en la teoría y en la práctica, es uno
de los principales preceptos de la derecha.
Aspectos asociados con el centro en orden de porcentajes:
1. Neutral / Imparcial
2. No sabe
3. Trabajo
4. Igualdad
Quienes han manifestado su preferencia por el centro del espectro, lo han asociado
con neutralidad e imparcialidad, sin embargo, el segundo porcentaje más alto ha dicho
no saber con qué se relaciona dicha ideología, en tanto que otros han mencionado a
ejes como el trabajo y la igualdad, que usualmente guardan estrecha relación con
postulados de izquierda, no obstante, se ha de recordar que la sola palabra «centro»,
sugiere equidad, cosa que puede haber contribuido a su mención.
Aspectos asociados con centro - izquierda en orden de porcentajes:
1. No sabe
2. A favor de los pobres
Nuevamente, se evidencia que no existe asociación explícita vinculada, esta vez con
la ideología de centro izquierda. Una vez más los entrevistados no han podido
establecer una relación entre su ideología y un principio o eje que le sirva de base. Por
otro lado, los adeptos al centro – izquierda, han establecido una conexión entre esta
tendencia ideológica y las políticas a favor de los pobres.
Aspectos asociados con centro - derecha en orden de porcentajes:
1. Desarrollo / progreso del país
122
2. No sabe
3. Trabajo
4. Educación
5. Democracia
Aspectos asociados con extrema - izquierda en orden de porcentajes:
1. Tendencia del gobierno
2. Apoyo al presidente Correa
3. Salud
4. Igualdad
Aspectos asociados con extrema - derecha en orden de porcentajes:
1. No sabe
2. Igualdad
3. Apoyo al presidente Correa
4. Capitalismo
5. Leyes a favor del pueblo
6. Libre inversión
7. No está de acuerdo con el gobierno
8. Desarrollo / progreso del país
En resumidas cuentas, si se asociara a las ideologías con el primer aspecto
mencionado, este sería el resultado:
123
Ideología Asociación
Izquierda Apoyo al gobierno114
Derecha No sabe
Centro Neutral / Imparcial
Centro Izquierda No sabe
Centro Derecha Desarrollo / Progreso del país
Extrema Izquierda Tendencia del gobierno
Extrema Derecha No sabe
Esto evidencia que si bien es cierto, existen entrevistados cuya asociación con
respecto a las ideologías es aproximada a lo que la teoría afirma sobre ellas, y a lo
evidenciado en la cotidianidad política de Ecuador, están también aquellos que no
encuentran un calificativo para describir su posición ideológica, que de acuerdo al
conteo general efectuado en este estudio, y como mostró el gráfico, asciende al
porcentaje más alto. Ante estos datos, podría afirmarse que los votantes no conocen o
conocen de forma inexacta los preceptos de base de cada ideología, y siendo así,
¿cómo pueden adherirse a algo de lo que poco o nada saben? ¿es la influencia de los
líderes y su nivel de exposición mediática lo que lleva a los individuos a hacer
asociaciones de la ideología con determinados aspectos?. El grado de personalización
política, por un lado, y el grado de mediatización de las propuestas de oposición,
podrían ser factores que ejercen influencia en la conexión terminológica entre los
votantes y la ideología.
3.4.3. Las motivaciones a la hora de votar en Ecuador
Como se ha mencionado antes, el electorado ecuatoriano es ampliamente volátil por lo
tanto, análisis supone en términos generales una tarea compleja. Siendo el objetivo
principal de este estudio, analizar el comportamiento de los votantes y sus
114. Según A. Maldonado (2014), en el 2008, el 78% de ciudadanos ideológicamente alineados a la izquierda dijo
haber votado por Rafael Correa en las elecciones del 2006, en tanto que un 70% no precisamente vinculados con esta
tendencia, adoptó la misma opción política.
124
motivaciones a la hora de elegir a una u otra opción política, se ha consultado a la
muestra de entrevistados qué aspecto (de entre varios propuestos) considera de
mayor relevancia para votar.
Se ha de adelantar que las respuestas han sido variadas y dan ciertas pautas sobre el
vínculo de los ciudadanos con la política.
60,6%
50,3%
50,0%
31,2%
23,3%
23,0%
16,3%
15,6%
9,9%
4,6%
4,5%
0,1%
0,1%
41,7%
14,3%
15,3%
7,9%
6,9%
6,3%
2,1%
2,6%
1,9%
0,5%
0,2%
0,1%
0,1%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Obligación (sólo votó para obtener el certificado …
Acuerdo con una propuesta o plan de trabajo
Esperanza
Simpatía hacia un candidato
Apoyo al candidato o partido que parecería el seguro …
Simpatía hacia una ideología
Aprobación de la gestión pasada de un candidato o su …
Simpatía hacia un partido
Recomendación de amigos o familiares
Desaprobación a la gestión o ideología de un …
Apoyo al candidato o partido que parecería perdedor
El derecho democrático
El deber político
Tres Primeros lugares Primer lugar
La primera motivación de los ecuatorianos a la hora de votar, es la obligatoriedad:
Como muestra el gráfico115 un elevado 41,7% de entrevistados señala que su principal
motivación a la hora de votar es la obligación que este acto representa en Ecuador, así
como en varios países de América Latina. De ahí, que es posible concluir que si el
voto fuera opcional en dicho país, existiría un alto (y hasta preocupante) índice de
abstencionistas.
115. Es necesario considerar que se ha permitido al entrevistado seleccionar varias opciones (priorizando las tres
primeras en mención), de ahí el orden de los porcentajes que pueden verse en el gráfico.
125
Al respecto, resulta interesante conocer que las diferencias entre los que están a favor
de un sistema voluntario de sufragio, y los que están en contra, no son de tipo
socioeconómico o demográfico, pues estas tienen que ver con el grado de interés de
los ciudadanos con la política. Es así que los simpatizantes del voto voluntario en
Ecuador, un 61,2% de personas consultadas por el Barómetro de las Américas (2008)
de LAPOP116, están menos interesados en la política y tienden a estar alineados a la
izquierda del espectro, mientras que quienes prefieren el sistema del voto obligatorio:
un 38,8%, muestran mayor afinidad con el entorno político y con el actual presidente,
Rafael Correa.
Por un lado, los proponentes del voto obligatorio, defienden este postulado pues a su
criterio, esta regla contribuye a la disminución de los sesgos de participación electoral,
en tanto que la evidencia empírica señala que hay diferencias entre los grupos
socioeconómicos en cuanto a la participación electoral de los países con voto
voluntario117. No obstante lo expuesto, Maldonado (2011), sostiene que aun cuando el
voto obligatorio reduciría el sesgo de participación en términos socioeconómicos,
persistirían otro tipo de sesgos de participación en el contexto del sistema.
Se explica además que los recursos del votante, tales como la educación y el tipo de
residencia (urbana o rural), así como las variables actitudes del mismo, como el grado
de interés en la política, las necesidades de expresar sus preferencias, la identificación
con alguna organización política, y su identificación ideológica, son factores clave para
definir la participación electoral118. Pese a que se esperaría que aquellas personas con
116. A. Maldonado, Cuando el voto es obligatorio, ¿quiénes se oponen? Evidencia de Ecuador y Perú, Perspectivas
desde el Barómetro de las Américas: 2014 No. 104, LAPOP, Vanderbilt University en:
http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
117. Lijphart 1997;Power 2009 en A. Maldonado, Cuando el voto es obligatorio, ¿quiénes se oponen? Evidencia de
Ecuador y Perú, Perspectivas desde el Barómetro de las Américas: 2014 No. 104, LAPOP, Vanderbilt University en:
http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
118. Plutzer 2002;Achen 2012; Carreras and Castañeda, Argarita 2012 en A. Maldonado, Cuando el voto es obligatorio,
¿quiénes se oponen? Evidencia de Ecuador y Perú, Perspectivas desde el Barómetro de las Américas: 2014 No. 104,
LAPOP, Vanderbilt University en: http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
126
menores recursos, y consecuentemente con mayores dificultades de movilización
fuesen quienes apoyaran el voto voluntario, el estudio de Maldonado (2014), basado
en una evidencia de 2008, revela que las diferencias de criterio entre el sufragio
opcional u obligatorio, recaen más bien en el perfil político de los votantes. El interés
en la política, así como la propia identificación ideológica son aspectos que ayudan a
hacer una distinción entre quienes se encuentran a favor de un voto obligatorio (los
políticamente más interesados, por tanto más activos y en ocasiones asociados a una
organización política) que quienes preferirían un sistema de voto voluntario (vinculados
con la izquierda de la escala ideológica). (Ver anexo No. 11)
De acuerdo a lo expresado por A. Maldonado (2014), las elecciones del 23 de febrero
de 2014, trajeron consigo un llamado a la mesa de debate sobre la obligatoriedad del
voto en Ecuador119; esto, dados los fallos evidenciados en el sistema, mismo que
permite el sufragio voluntario a grupos como los mayores de 65 años, discapacitados,
personal militar, y jóvenes entre los 16 y 18 años, mientras que para el resto de los
ciudadanos (mayores de edad) deben ejercer el voto como un deber. Con respecto a
este debate, C. Larreateguí (2013), catedrático universitario ecuatoriano, afirmó que
las leyes que sostienen vigente al voto obligatorio, constituyen mecanismos para que
los líderes «neopopulistas» logren reafirmar el apoyo del pueblo al que gobiernan; no
obstante, se ha de destacar que en dicho debate, hubo poca o nula investigación
sobre la opinión de los votantes a este respecto. De momento y a la luz de los
resultados del presente estudio, en los que se señala que la principal motivación a la
hora de votar, es la obligatoriedad, se presume que gran parte del electorado
ecuatoriano se abstendría de hacerlo, entonces, no resulta descabellado pensar que
119. Artículo: Somos libres, seámoslo para votar, diario El Comercio del 27 de noviembre de 2013 en A. Maldonado,
Cuando el voto es obligatorio, ¿quiénes se oponen? Evidencia de Ecuador y Perú, Perspectivas desde el Barómetro
de las Américas: 2014 No. 104, LAPOP, Vanderbilt University en: http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
127
este mismo porcentaje de ciudadanos estaría de acuerdo con que el sistema de
sufragio en el Ecuador se tornara voluntario.
De la discusión en torno a la adopción del voto voluntario o la conservación del voto
obligatorio en sociedades latinoamericanas como las de Ecuador, cabe otra reflexión:
la participación (cuya máxima y común expresión es el sufragio) es vital para el
sistema democrático, pues es el modo más usual de conexión entre políticos y
ciudadanos, ¿cuán afectada se vería la democracia si se adoptase el sistema de voto
voluntario?. Ciertamente esta interrogante supone un análisis mucho más amplio,
mismo que por ahora no compete a este estudio.
La segunda razón que mueve a los ecuatorianos a la hora de votar, es la esperanza:
El 15,3% (el segundo porcentaje más alto, aunque muy lejano del primero) de los
entrevistados, coloca a la esperanza como una de las razones que le motiva a votar, la
que sin duda constituye una tendencia emocional, más que racional en cuanto al
sufragio. Si se explora la historia política del Ecuador en los últimos diez y ocho, se
encontrará que el escenario político previo al 2006, estuvo plagado de abruptas
modificaciones, producto de golpes de estado y destitución consecutiva de tres
mandatarios electos en las urnas; cada uno de ellos (en relevo del defenestrado) con
propuestas de cambio profundo para un país cuyo único sostén era precisamente la
esperanza de días mejores. Basta con ojear slogans de campaña como el de Jamil
Mahuad (“Sé lo que hay que hacer y cómo hacerlo”) o Rafael Correa en la contienda
de 2006 (“La patria vuelve”), en la que al ritmo de “color esperanza”, ganaba adeptos
en todo el país, que han hecho posible su permanencia en el poder hasta la
actualidad. Sin embargo, se ha puntualizar que según la visión de este análisis, la
esperanza no es el único factor imperante en la reelección del presidente Correa,
como se detalla a continuación.
128
La tercera razón que mueve a los ecuatorianos a la hora de votar, es el acuerdo con
una propuesta de trabajo:
Cabe puntualizar que la diferencia porcentual entre esta y la anterior opción
seleccionada por los entrevistados, guardan una estrechísima diferencia. Ante los
datos obtenidos de este estudio, no es aventurado afirmar que uno de los principales
motivadores del voto, es la satisfacción o descontento de los ecuatorianos con
respecto a su gestión.
Podría decirse que este 14,3% de entrevistado que se decantó por esta opción, adopta
un comportamiento electoral mucho más racional que emocional o subjetivo, dando
lugar a un voto de tipo experiencial. Sin embargo, en cuanto a las victorias electorales
de Rafael Correa en los últimos, cabe cuestionarse, si en este caso se habla más bien
de un voto inercial mejor conocido como voto duro, o de un voto personalizado120.
3.4.3. Las motivaciones a la hora de votar de cara a las elecciones municipales
de 2014
Un aspecto digno de análisis, a objeto de este estudio, son las elecciones seccionales
llevadas a cabo en Ecuador el 23 de febrero de 2014. En la ciudad de Quito, en donde
los dos candidatos más opcionados a ganar la alcaldía de la ciudad eran el
«incumbent» Augusto Barrera, representante de la organización política liderada por
Rafael Correa, el movimiento de izquierda PAIS, y Mauricio Rodas, representante de
la alianza entre los movimientos de derecha SUME y VIVE (y candidato a presidente
de la república en las generales de 2013). El total de votantes registrados en esos
120. Gerber (2003) citado en A. Valdez Zepeda y D. Huerta Franco (2011), define al voto inercial o voto duro como
aquel dado por costumbre en un largo o mediano plazo, formando una continuidad histórica que favorece a
determinado movimiento o partido. El hombre, siendo un animal de hábitos, se va formando a través de la costumbre
en cuanto a la predisposición política hacia algún partido (o candidato). Se denomina inercial a este tipo de voto, puesto
que elector tiende a votar (por inercia) en concordancia a su forma tradicional de votar.
129
comicios fue de 1.857.781, de los cuales 534.863 votaron a Barrera y 823.869 a
Rodas, lo que equivale a un 38,01% y un 58,55%121 respectivamente, otorgándole la
victoria a este último, un joven político cuyos principales planteamientos, a la luz del
análisis son concordantes con las de su contrincante y antecesor y en alguno de los
casos continuistas, tal es el caso del Metro de Quito. Cabe anotar, que se encontraron
diferencias en los postulados de ambos candidatos con respecto al eje económico, lo
que por supuesto guarda relación con la línea ideológica de cada uno, pues mientras
Barrera proponía una economía popular y solidaria (basada en un planteamiento más
bien estatista), Rodas formulaba la reducción de impuestos a los sectores menos
pudientes y la revisión del costo de las multas por infracciones de tránsito (lo que
obedece a una tendencia liberal evidentemente de derecha)122.
Pero pese a las semejanzas en puntos importantes de las propuestas de trabajo o
planes de gobierno de ambos candidatos, los votantes se inclinaron por Rodas, a
juzgar por la encuesta aplicada a efectos del presente estudio, por concordancia con
su propuesta de trabajo; sin embargo cabe considerar que la administración de
Barrera fue ampliamente cuestionada por los medios de comunicación y por la
ciudadanía a través de las redes sociales y por supuesto a través de su voto, mismo
que le negara la reelección.
El siguiente gráfico, explica las motivaciones de los electores quiteños en los comicios
seccionales de 2014, ante la pregunta ¿En las últimas elecciones para alcaldes,
prefectos y concejales, cuál de los siguientes aspectos tomó más en cuenta para votar
por determinada opción?:
Quito:
121. Datos consultados en el Consejo Nacional Electoral del Ecuador en:
http://resultados.cne.gob.ec/#/search/4/17/60
122. I. Romero, artículo: Propuesta para la Alcaldía 2014 – 2019: Quito, 18 de febrero de 2014 en Blog PODERES,
http://poderes.com.ec/2014/propuestas-para-la-alcaldia-2014-2019-quito/
130
62,8%
41,4%
42,3%
34,7%
22,9%
19,8%
9,7%
15,7%
15,4%
11,3%
5,5%
42,0%
13,0%
10,3%
6,8%
9,1%
3,5%
3,0%
3,6%
4,3%
2,5%
0,2%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Obligación (sólo votó para obtener el certificado electoral)
Acuerdo con una propuesta o plan de trabajo
Esperanza
Simpatía hacia un candidato
Apoyo al candidato o partido que parecería el seguro ganador
Simpatía hacia una ideología
Aprobación de la gestión pasada de un candidato o su partido
Simpatía hacia un partido
Recomendación de amigos o familiares
Desaprobación a la gestión o ideología de un candidato o partido (voto castigo)
Apoyo al candidato o partido que parecería perdedor
Tres Primeros lugares
Primer lugar
Como se puede apreciar, apartando el predominante porcentaje del 42% de
entrevistados que votarían únicamente por obligación123, un 13% de ciudadanos
señalaron haber votado motivados por la concordancia con la propuesta de trabajo de
su candidato predilecto. Sin embargo, como hemos visto, en los casos de Barrera y
Rodas, las propuestas eran muy similares, por lo que probablemente el factor que
motivó a los quiteños a elegir a Rodas como alcalde, en lugar del «incumbent»
Barrera, fue el voto castigo, en respuesta a su gestión como Alcalde en el período
2009-2014.
La situación inversa se dio en Guayaquil, en donde los ciudadanos «premiaron» la
gestión de Jaime Nebot Saadi, quien ha estado al frente de la Alcaldía de dicha ciudad
desde el año 2000 y de culminar su período, lo hará hasta 2019. Nebot, derrotó a
Viviana Bonilla (candidata del movimiento PAIS) con una diferencia porcentual de casi
123. Cabe recordar que en Ecuador el voto constituye un derecho y un deber, de ahí su carácter de obligatorio.
131
20 puntos, obteniendo el primero un 59,46% de la votación, y la segunda un
39,15%124.
El siguiente gráfico, que muestra las motivaciones del electorado guayaquileño en las
elecciones seccionales de 2014, indica que un 17,1% de entrevistados votó motivado
por la esperanza. En Guayaquil, el porcentaje de personas que votan únicamente por
obligación, asciende al 35,4%.
Guayaquil:
Como concluyen J. C.Donoso, D. Montalvo y D. Orcés (2010), quizás todo esto se
deba a que en Ecuador las “personas están más familiarizadas con los discursos y la
dialéctica electoral que con auténticos preceptos ideológicos”.
Finalmente, es menester remarcar que este estudio surge de la constante necesidad
de los políticos por conocer el pensamiento, deseos y hasta los sueños de los
electores, hecho que se remonta hasta cincuenta y tres años antes de Cristo, cuando
Quintus Cicerón, recomendaba a su hermano Marco Tulio conocer las costumbres y
124. Datos consultados en el Consejo Nacional Electoral del Ecuador en: http://resultados.cne.gob.ec/#/search/4/9/390
53,0%
58,8%
48,0%
27,5%
24,9%
26,3%
22,9%
17,6%
8,8%
3,2%
2,2%
35,4%
13,7%
17,1%
6,3%
7,9%
5,2%
6,4%
3,9%
2,3%
0,9%
0,9%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
132
sueños de la gente para acceder a un espacio de representación pública en el
Consulado Romano y asegurar su permanencia en el poder125 . Los primeros en
estudiar los fenómenos que mueven a los votantes hacia determinadas opciones
políticas, fueron realizados en los años cincuenta en los Estados Unidos por autores
como Paul Lazarsfeld en 1944 y Berelson en 1954, explicando el comportamiento
electoral mediante teorías como el conductismo (resumido en causa y efecto de los
estímulos del entorno), el racionalismo (el ya mencionado cálculo racional de
beneficios del voto) y la teoría cultural del voto (relacionada con los aspectos de
socialización e influencia familiar y posición social que se han mencionado
anteriormente). En la actualidad, dichas teorías siguen en vigencia para justificar, de
alguna manera, el comportamiento de un electorado cada vez más cambiante en cada
rincón del mundo.
125. A. Valdez Zepeda, D. Huerta Franco, ¿Qué mueve a los votantes? Un análisis de las razones y sinrazones del
comportamiento político del elector, Libros básicos en la historia del Campo Iberoamericano de Estudios en
Comunicación No. 75, abril de 2011,
http://www.www.razonypalabra.org.mx/N/N75/varia_75/varia2parte/16_Valdez_V75.pdf
133
Capítulo 4: La política en el día a día:
conclusiones finales.
Se encuentra total concordancia con D. Bell, en su afirmación sobre la función
de emoción y pasión de la ideología sobre las acciones humanas, pues,
ciertamente las ideas constituyen motores y motivos que impulsan toda acción
de hombres y mujeres en constante búsqueda de alguien o algo en que creer.
Uno de los puntos de coincidencia de autores como D. Bell o F. Fukuyama para
hablar del fin de la ideología (cada uno en su época) es justamente el
aparecimiento del fascismo y de la tragedia nazi, así como los cambios
sociales dados a partir del capitalismo y del afianzamiento del Estado de
Bienestar. Bell por ejemplo, afirma que en el mundo occidental, existe acuerdos
generales en lo que a cuestiones políticas respecta, tales como la aceptación
de lo que él llama el «Estado social», “el deseo de un poder descentralizado, el
sistema de economía mixta y el pluralismo político”. Efectivamente, en ese
sentido la era de las ideologías ha concluido. D. Bell, en una posición
evidentemente pragmática ante la ideología, atribuye el fin de esta a que muy
pocos problemas pueden tener una formulación intelectual ideológica.
Si la izquierda y la derecha han muerto ¿por qué siguen siendo objeto de
discusión y análisis?, simplemente porque sin esta necesaria distinción, sería
imposible el agrupamiento de individuos para conseguir determinadas causas.
Es claro que la derecha se ha concentrado en los capitales y la izquierda ha
sido tradicionalmente vista como una defensora de los derechos y las
reivindicaciones sociales de hombres y mujeres. Pero en una sociedad, como
bien afirma N.Bobbio, capitales, libertades, derechos y reivindicaciones no son
134
excluyentes, es decir que, estos elementos necesariamente deben coexistir. No
se puede hablar de desarrollo social si no hay desarrollo económico, comercial
y prosperidad individual; y en nombre de este progreso, no se puede sacrificar
a los seres humanos y a su propio bienestar, incluso en el ámbito emocional. Si
las sociedades son adaptables y mutables, no se considera descabellado que
las ideologías también puedan variar.
La derecha, vista como liberalista en el sentido de crecimiento del mercado
parece estar a la vanguardia, o de otro modo, EEUU no sería la primera
potencia económica mundial, y China, con su relativamente nuevo sistema
económico (basado también en el mercado) no le pisaría los talones. Pero,
¿qué pasa con la gente que vive en este contexto social?. No se puede coartar
las oportunidades de los miembros de una sociedad en nombre del
individualismo y la lucha encarnizada del mercado, como tampoco se puede
coartar las libertades individuales en nombre de la igualdad. ¿Entonces la
socialdemocracia y las ideologías de centro constituyen un intento de equilibrio
entre igualdad y libertad?
Es erróneo asociar a la izquierda con el liberalismo y a la derecha con el
conservadurismo, pues estos van de un extremo a otro dependiendo de la
coyuntura. En la revolución francesa, los liberales eran la izquierda, pues
estaban en contra del antiguo régimen y a favor del crecimiento de una clase,
para esa época, en auge: la burguesía. En tanto que el conservadurismo, era
relacionado con la derecha por defender lo que para ese entonces era una
monarquía decadente. Entonces, por historia, el liberalismo se asocia a la
burguesía, esta al capitalismo, este a la libre expansión de los mercados,
cuestión identificada como bandera de lucha de la derecha. Por su parte, la
izquierda también intenta conservar la bandera de lucha por el bienestar de los
hombres y mujeres y la solidaridad entre ellos, la misma que hizo que se
135
conformara la sociedad. Para reforzar lo expuesto cabe citar el ejemplo del
mismo Hitler, quien según anota N. Bobbio (2000), se definió como «el
conservador más revolucionario del mundo».
Lo que ha sucedido con la izquierda y la derecha en cuanto a la dificultad para
definirlas, es que ante una sociedad post-tradicional, que dispone de una
información universalizada y, por tanto, es cada vez más reflexiva, es en
términos simples, un acoplamiento a las necesidades de esta nueva clase de
ciudadanos. Como afirma N. Bobbio, los programas electorales de ambos
bandos plantean soluciones políticas similares haciendo eco de las
necesidades reales de los pueblos; y, como afirma Panebianco, quizás se trata
de discutir sobre problemas, y no tanto sobre ideologías. Por tanto, pese a que
las ideologías mantengan sus preceptos básicos, no son fijas, se han
convertido en ideologías «catch-all».
Todos los sistemas son perfectos en papel. La lírica en la que son planteados,
muchas veces no corresponde a realidades sociales. De ahí la importancia de
que estos sean flexibles y no se confunda adaptabilidad con traición a la
doctrina.
El conservadurismo y el neoliberalismo varían de sentido dependiendo del país
y de su situación. No es lo mismo ser neoliberal en Estados Unido que en
Europa.
El hecho real, no es que las ideologías hayan muerto, sino que estas han
mutado y el vocabulario social de hoy no es el mismo que hace cincuenta años,
ni será igual treinta años más tarde. La mutación ideológica viene justamente
de sociedades cambiantes, evolutivas, inquietas; por tanto, el hecho de la
variación no es perjudicial, pues debería ser visto como un síntoma de
sociedades despiertas. En este sentido, el liberalismo lírico y la «utopía
136
caribeña» (como implícitamente llama Fukuyama al comunismo cubano), son
anacronismos. La política del día a día tiene matices; y si la tesis de F.
Fukuyama fuese del todo cierta, varias economías mundiales, incluyendo a las
primeras, no estarían atravesando una crisis.
Podría decirse que las ideologías existen, por la necesidad de seguir un
lineamiento para ejecutar acciones o proyectos enfocados al desarrollo, y por la
sencilla y a la vez compleja necesidad humana de creer en algo.
El liberalismo que defiende F. Fukuyama puede ser visto como un rezago de la
Ilustración, en la que la burguesía como clase naciente, representaría a una
pujante sociedad con ansias de libertad y bonanza, y el antiguo régimen al
burocrático Estado.
En el liberalismo se privilegia la igualdad únicamente relacionada con el Estado
de Derecho, y es destacable la prevalencia de la importancia del mercado y el
capital sobre las personas, pues, se habla de un escenario competitivo, aunque
sin exclusiones explícitas de la solidaridad social.
Desde algunas perspectivas neoliberales, los mercados son más importantes
que la propia constitución del Estado. Al respecto se considera oportuna una
reflexión: si bien es cierto, los mercados son actores básicos en una sociedad,
necesitan un escenario que brinde pautas de acción, ese escenario es la
constitución. Sin embargo, sabiendo que dicha perspectiva proviene de
quienes creen en el orden espontáneo, parecería lógico pensar que en un
Estado organizado en esos términos, son los mercados aquellos que proveen
una línea directriz para el desarrollo social.
El neoliberalismo, al igual que todas las ideologías, nace con «buenas
intenciones» y busca fomentar progreso individual, lejos de la expansión del
egoísmo, aspecto difícil de lograr en la práctica, considerando que este sistema
137
privilegia el individualismo competitivo, que según la visión de los neoliberales,
no puede expandirse de forma indefinida.
Aquí otro ejemplo de contradicción de discurso en cuanto a ideologías. Pese a
que el fomento de la propiedad privada y la creación de empresas o la compra
de acciones en ellas sea una política neoliberal, esta es aplicada (y vista como
uno de los principales factores de éxito social) en gobiernos declarados
socialistas del siglo XXI como el de Ecuador.
El neoliberalismo sostiene que el Estado de Bienestar, al promover ayudas
sociales por medio de sus instituciones, fomenta la ruptura del esquema de
familias tradicionales, aquí el conservadurismo y el neoliberalismo terminan por
hermanarse demostrando que ninguna las dos filosofías es dueña de una
verdad absoluta. Aspecto que podría considerarse contradictorio con la
defendida libertad individual, pues implica que la nueva derecha defiende la
libertad humana en términos económicos, pero busca preservar la tradición en
términos sociales.
Cabe remarcar, que según A. Giddens, paradójicamente la nueva derecha se
considera heredera de dos siglos de pensamiento conservador. De ahí que, no
sea extraño que la nueva derecha tienda a mezclar las libertades del
liberalismo del «laissez-faire», con el autoritarismo, de manera incómoda.
Aunque parecerían conceptos contrapuestos, la ideología y el pragmatismo no
son excluyentes. En primera instancia, porque el pragmatismo es también una
ideología o una corriente de pensamiento que radica en la traducción de las
ideas en hechos o resultados. Sin embargo, lo que se afirma comúnmente, es
que los principales postulados de este, radican en dejar de lado las tendencias
de izquierda o derecha a la hora de la toma de decisiones políticas. En
términos prácticos, y al observar la realidad social y política tanto de países de
138
América Latina como de Europa, se encuentra que la toma de decisiones
debería darse principalmente, en base a dos factores clave, a) las necesidades
del pueblo y b) la procedencia doctrinaria de los gobernantes, misma que a la
luz de los ejemplos, no siempre prima a la hora de solucionar los problemas
sociales. El pragmatismo entonces, no es la relegación de la ideología, sino la
búsqueda del éxito de las ideas puestas en práctica. Ideologías de izquierda o
derecha no se excluyen del pragmatismo puesto que la consecución de una
meta ha de partir de una idea, y una idea, en términos políticos ha de
desembocar en un resultado, no sólo para ganar adeptos, sino por el fin último
de la política: el bienestar de la gente.
El nacionalismo en Cataluña es un claro ejemplo de la «catchallización» de las
ideologías. Originalmente, éste eje ha sido una lucha vinculada con la derecha,
sin embargo y presumiblemente a causa del imaginario ideal de los catalanes,
a decir de Jaume Aurell, surgido del romanticismo de mediados del siglo XIX, el
regeneracionismo de la generación finisecular y el novecentismos de principios
del siglo XX, que han propiciado la búsqueda de la creación de un proyecto
nacional que defienda sus intereses tanto económicos como sus rasgos
identitarios. Esto, pese a que la historia del catalanismo contradiga en cierta
medida lo que hoy se defiende, como señala Javier Barraycoa.
El electorado ecuatoriano no tiene arraigo ideológico, lo que hace posible que
el voto sea otorgado en base a dos factores: personalización, y propuesta
electoral mezclada con en ocasiones con ciertas dosis de populismo (aludiendo
a campañas presidenciales como las de Abdalá Bucarám).
El comportamiento político de Cataluña, según sus electores, obedece a
ideologías, en tanto que como concluyen J. C.Donoso, D. Montalvo y D. Orcés
(2010), en Ecuador las “personas están más familiarizadas con los discursos y
139
la dialéctica electoral que con auténticos preceptos ideológicos”. A la luz de
este estudio, el voto de los ecuatorianos es una mezcla entre lo emocional y lo
pragmático.
Los partidos con vínculos carismáticos y clientelares, al parecer corren menos
riesgos políticos que aquellos que establecen nexos programáticos. Se dice
que la mayoría de electores no se preocupa por la revisión de sus propuestas y
programas, entonces podría asumirse que en la práctica, los nexos
programáticos influyen en la decisión de voto siempre y cuando afecten
negativamente el bienestar de la sociedad (dentro del plazo establecido para el
ejercicio del mandato). No así los nexos clientelares y especialmente
carismáticos que priman cuando la decisión del voto se inclina por un líder
“apreciado” y sucede normalmente en escenarios con altos grados de
personalización política. Además, si las medidas tomadas por los gobernantes
y las acciones cotidianas ejercidas por ellos son impopulares (pese a estar
vinculadas con un plan de gobierno a largo plazo) o pese a que exista o no
violación del mandato, el voto castigo será la consecuencia segura. Al respecto
cabe revisar los datos de las elecciones municipales de febrero de 2014 en
Ecuador.
Si bien es cierto, los resultados de la gestión de un gobierno no siempre están
radicalmente relacionados con el espectro ideológico de izquierda o derecha;
sin embargo, si una organización política, sea un partido o movimiento, logra
apropiarse de dichos resultados, los electores terminarán por asociarlos con la
etiqueta política de dicha organización.
Cabe remarcar que el llamado «modelo ideológico del voto», llegando
ocasionalmente a convertirse en «voto normal» implica que cuando el elector
está de acuerdo con la ideología de su partido, ejerce el voto como una
140
manifestación emotiva que parte de su propia identificación en la escala de
izquierda o derecha, más que como un impulso racional. Sin embargo, Con el
paso del tiempo, esta tendencia puede transformarse y zonas que usualmente
votaban por la derecha, empiezan a mudarse a la izquierda, sin retornar a sus
adhesiones originales. Esto se debe en parte, a la modificación de los valores
políticos dominantes dados por la coyuntura o al denominado «espíritu de los
tiempos». Para explicar mejor este fenómeno, Anduiza y Bosch añaden: “Si en
los años sesenta se llevaba ser progre, en los años ochenta estaba de moda
ser neoliberal, y ahora se lleva ser antisistema; es lógico que el voto normal de
cada una de estas épocas sea diferente”.
En alusión al objetivo general de este estudio, de determinar los agentes
motivadores de voto, se ha de mencionar que fuera del modelo de voto
ideológico y en torno al pragmatismo político, la revisión racional indica que
otro de los mecanismos para ejercer un voto en función de su utilidad es
precisamente la revisión de las propuestas o planes de gobierno de una
organización política, para estimar el grado de satisfacción o beneficios que
obtendrán de estos. A la luz de los resultados de este estudio y de acuerdo a lo
que se evidencia en cuanto a respuestas espontáneas, este aspecto es
también un motivador para los catalanes a la hora de otorgar su voto, aunque
se encuentre en segundo puesto, muy distante de la consideración ideológica.
Adicionalmente, cabe tomar en cuenta que la respuesta espontánea de un
3,1% de entrevistados en Cataluña a objeto de este estudio, habla del análisis
de un programa electoral como elemento importante a la hora de decidir su
voto.
La intensidad de las respuestas obtenidas en la encuesta, apunta a un mayor
peso de la ideología entre los más jóvenes, los residentes en la ciudad de
Barcelona y el resto del Área Metropolitana de Barcelona, los que tienen mayor
141
nivel de estudios, los que se sitúan a la izquierda de la escala ideológica y los
que se sienten más catalanes en el eje de pertenencia nacional. Por el
contrario, el candidato o el partido tienen, relativamente, un mayor peso entre
la gente de más edad, de menor nivel de formación, y quienes residen fuera de
la Región Metropolitana.
Se observa que el mayor porcentaje de indefinidos se encuentra entre la gente
de más edad, los de menor nivel de formación y los que se sienten más
españoles que catalanes en el eje de pertenencia nacional.
Existe un alto grado de concordancia entre la posición ideológica de los
catalanes y los resultados de las elecciones europeas de 2014, en donde, ERC
(partido de izquierda) obtiene el primer lugar en la votación en Cataluña,
relegando a CiU y al PSC al segundo y tercer lugar respectivamente.
En Ecuador, un 26,5% (el porcentaje más alto) de entrevistados asegura no
estar alineado con las ideologías de centro, izquierda, derecha o sus extremos;
en tanto que más de un 19% afirma ser de derecha y un 16,1% de izquierda.
Pese a que el porcentaje de simpatizantes de derecha, es mayor que el de
adeptos de la izquierda, Rafael Correa goza de amplios porcentajes de
valoración en cuanto a su gestión, mismos que le han llevado a victorias
electorales consecutivas, siendo una de las más importantes, la de las
elecciones generales de febrero de 2013, en la que más del 57% de los
votantes le otorgó su respaldo; lo que constituye una clara muestra del
pragmatismo político del electorado ecuatoriano.
En Ecuador, quienes señalaron pertenecer a una ideología, no pudieron
precisar los exactos conceptos de estas.
El estudio revela que si el voto fuera opcional en Ecuador, existiría un alto (y
hasta preocupante) índice de abstencionistas. Pues un 41,7% de entrevistados,
142
aseguró que acude a votar, solamente por el carácter obligatorio que este acto
tiene en el país.
Tanto los datos cuantitativos del estudio, como la observación empírica,
evidencian que los clivajes son una de los principales elementos motivadores
del voto.
La decisión del voto es «multifactorial», pues encierra una serie de
condicionantes de tipo cultural, social, económico, experiencial, etc., que el
elector toma en cuenta a la hora del sufragio. Esto es lo que se ha demostrado
a través del presente análisis y de estudios anteriores.
L.E. González, remarca las ideas expuestas por Downs en 1957, que definen a
la izquierda y derecha de acuerdo al uso que la gente le otorga a estos
términos. “Los votantes usan la dimensión izquierda - derecha como un atajo o
instrumento simplificador que les permite (por ejemplo) decidir su voto sin
necesidad de un proceso largo y costoso para reunir y procesar información
pueden olvidarse de los detalles. Cuando se ha decidido si uno es de izquierda
o de derecha (o de algún intermedio, más o menos distante de las dos puntas),
siempre que sea necesario elegir entre partidos, candidatos o políticas basta
con elegir los que están más cerca de la posición propia. Los votantes no son
analistas políticos sofisticados, y a efectos de votar, pensar o actuar
«ideológicamente» no es necesario que lo sean.
La fórmula política del éxito social no viene necesariamente dada por la
ideología, pues más bien es un resultado del adecuado manejo de coyunturas.
De momento y a la luz de los resultados del presente estudio, en los que se
señala que la principal motivación a la hora de votar, es la obligatoriedad, se
presume que gran parte del electorado ecuatoriano se abstendría de hacerlo,
143
entonces, no resulta descabellado pensar que este mismo porcentaje estaría
de acuerdo con que el sistema de sufragio en el Ecuador se torne voluntario.
144
Bibliografía:
A. Giddens, Más allá de la izquierda y la derecha, Cátedra, Madrid, 2011
C. Conaghan, Políticos versus Partidos: discordia y desunión en el sistema de
partidos ecuatoriano, 1995
Cox 2007; Díaz-Cayeros 2008; Dixit y Londregan 1996 en E. Calvo, M.V.
Murillo, Cuando los partidos políticos se encuentran con sus votantes: un
análisis de los vínculos políticos a través de las redes partidarias y las
expectativas distributivas en Argentina y Chile en la revista América Latina Hoy,
Ediciones Universidad de Salamanca, 2013
D. Bell, El fin de las ideologías, Editorial Tecnos, Madrid, 1964
E. Anduiza, A. Bosch, Comportamiento político y electoral, Ciencias sociales
Ariel, Barcelona, 2012
E. Calvo, M.V. Murillo, Cuando los partidos políticos se encuentran con sus
votantes: un análisis de los vínculos políticos a través de las redes partidarias y
las expectativas distributivas en Argentina y Chile en la revista América Latina
Hoy, Ediciones Universidad de Salamanca, 2013
F. Fukuyama, El Fin de la Historia, 1992
I. Sánchez-Cuenca, Años de Cambios, Años de Crisis, Fundación Alternativas,
Madrid, 2012
J. Fontana, Por el bien del imperio, una historia del mundo desde 1945,
Ediciones de Pasado y Presente, Barcelona, 2014
J. Huerta de Soto, Liberalismo Humanista, Centro de Estudios Económico-
Sociales, Guatemala, 2006, Pág. 3 -14
L. Gordillo, Pragmatismo e Ideología Política, Anuario de Filosofía del Derecho
VIII, Murcia, 1991.
145
L.E. González Ferrer, R. Queirolo Velasco. Izquierda y Derecha: Formas de
definirlas, el caso Latinoamericano y sus implicaciones, artículo publicado en la
revista América Latina Hoy, volumen 65, 2013.
N. Bobbio, Derecha e Izquierda: ¿existen aún la izquierda y la derecha?. Suma
de Letras, España, 2000.
O. Barberá , A. Barrio y J. Rodríguez, Cambios políticos y evolución de los
partidos en Cataluña (1995-2007), ICPS, 2009.
R. Rorty, Pragmatismo y política, Ediciones Paidós, 1998
Linkografía:
Blog La Filosofía, El hombre para Rosseau, 2013.
http://elorigendelafilosofia.blogspot.com.es/2013/06/el-hombre-para-
rousseau.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_francesa
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0257-01/indiceh.html
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0257-01/indiceh.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Ideolog%C3%ADa
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=172&article
=190&mode=pdf
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=172&article
=190&mode=pdf
http://www.lavanguardia.com/internacional/20131003/54388327703/claves-
entender-obamacare.html
146
http://www.elespectador.com/alvaro-forero-tascon/el-pragmatismo-politico-
columna-232548
http://gerenciasocial.bligoo.com.ve/desarrollo-social-y-socialismo-del-siglo-
xxi#.U2Z-D6LesTA
https://twitter.com/kikollan/status/460106154526257152, cuenta de twitter
@kikollan.
http://www.cees.org.gt/images/f/fe/Liberalismo_humanista.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Hayek
F. G. M. Sosa Valle, El concepto hayekiano de orden espontáneo, en Revista
de Instituciones, Ideas y Mercados No.49, octubre 2008. Pág. 188.
http://ihume.org/pdf/papers/ElConceptoHayekianoDeOrdenEspontaneo.pdf
J. Gray, El orden espontáneo en las sociedades post comunistas en transición,
Estudios Públicos, 1993, Pág.132.
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CDI
QFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.cepchile.cl%2Fdms%2Farchivo_921_1320
%2Frev50_gray.pdf&ei=y2trU6P_Mamh0QWx0YFo&usg=AFQjCNFy5lw0o6fuL
M-
mDq8Upvb7U8WDfA&sig2=_LYQXNpjThww_akOvzo6vQ&bvm=bv.66330100,
bs.1,d.d2k
http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/el-biess-una-gran-
conquista.html
http://www.eumed.net/diccionario/definicion.php?dic=3&def=432
A. Forero Tascón, El pragmatismo político, diario El espectador, 31 de octubre
de 2010, http://www.elespectador.com/alvaro-forero-tascon/el-pragmatismo-
politico-columna-232548
http://elpais.com/elpais/2014/02/05/media/1391627053_686710.html
147
http://www.icps.cat/investigacion/sondeos-y-datos/sondeos/sondeios-de-
opinion-catalunna
http://politica.elpais.com/politica/2012/11/25/actualidad/1353849915_215110.ht
ml
http://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo
www.helsinki.fi/espanja/pdf/liikanen/Ruut El nacionalismo catalán.pdf
http://www.elmundo.es/espana/2014/01/03/52c659af268e3e382d8b456b.html
http://www.abc.es/espana/20140216/abci-encuesta-aborto-principal-
201402151955.html
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/21/actualidad/1393001042_46594
2.html
http://www.elperiodico.com/es/ext_resources/gesop/BarEPCAT_Maig2013_Tab
ulacions.pdf
http://www.rtve.es/noticias/20140214/mas-se-reunira-erc-icv-cup-para-defensa-
comun-consulta-europeas/879244.shtml
DiarioLibre.com
http://www.expansion.com/2014/01/25/economia/1390668946.html
http://www.lavanguardia.com/elecciones-catalanas-
2010/20101026/54060379806/los-catalanes-colocan-la-economia-y-la-
inmigracion-como-principales-temas-de-la-agenda-electoral.html
http://datos.cis.es/pdf/Es3001mar_A.pdf
http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0313.pdf
http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0313.pdf
Centro de Investigaciones Sociolígicas CIS, Estudio nº 3.001. Barómetro de
Octubre 2013 http://datos.cis.es/pdf/Es3001mar_A.pdf
http://www.latinobarometro.org/latNewsShow.jsp
148
J.C. Donoso, D. Montalvo, D. Orcés, M. SeligsonCultura política de la
democracia en Ecuador, 2010: Consolidación democratic en las Américas en
tiempos difíciles, Vanderbilt University, 2010, Pág. 190
http://www.vanderbilt.edu/lapop/ecuador/2010_Ecuador_Country_Report.pdf
http://www.condistintosacentos.com/competitividad-y-volatilidad-electoral-en-
america-latina-retomando-la-discusion-en-torno-a-la-institucionalizacion-de-
sistema-de-partidos/
http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacio
n03/Marenghi04.PDF
F. Freidenberg (2001) en P. Marenghi, El vínculo programático entre electores
y partidos políticos: una propuesta de medición, Universidad de Salamanca en
http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/Doctorado0304/Seminario_Investigacio
n03/Marenghi04.PDF
A. Valdez Zepeda, D. Huerta Franco, ¿Qué mueve a los votantes? Un análisis
de las razones y sinrazones del comportamiento político del elector, Libros
básicos en la historia del Campo Iberoamericano de Estudios en Comunicación
No. 75, abril de 2011, pág. 14.
http://www.www.razonypalabra.org.mx/N/N75/varia_75/varia2parte/16_Valdez_
V75.pdf
Consejo Nacional Electoral del Ecuador en:
http://resultados2013.cne.gob.ec/Results.html?RaceID=1&UnitID=10&IsPS=0&
LangID=0
http://www.andes.info.ec/es/politica/rafael-correa-90-aprobacion-lidera-ranking-
gestion-presidencial-america-latina-segun
A. Maldonado, Cuando el voto es obligatorio, ¿quiénes se oponen? Evidencia
de Ecuador y Perú, Perspectivas desde el Barómetro de las Américas: 2014
149
No. 104, LAPOP, Vanderbilt University en:
http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
Lijphart 1997;Power 2009 en A. Maldonado, Cuando el voto es obligatorio,
¿quiénes se oponen? Evidencia de Ecuador y Perú, Perspectivas desde el
Barómetro de las Américas: 2014 No. 104, LAPOP, Vanderbilt University en:
http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
Plutzer 2002;Achen 2012; Carreras and Castañeda, Argarita 2012 en A.
Maldonado, Cuando el voto es obligatorio, ¿quiénes se oponen? Evidencia de
Ecuador y Perú, Perspectivas desde el Barómetro de las Américas: 2014 No.
104, LAPOP, Vanderbilt University en:
http://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/IO904es.pdf
http://poderes.com.ec/2014/propuestas-para-la-alcaldia-2014-2019-quito/
http://www.www.razonypalabra.org.mx/N/N75/varia_75/varia2parte/16_Valdez_
V75.pdf
150
Anexos:
Anexo 1. Tabla socialización familiar y voto Anduiza
y Bosch.
151
Anexo 2. Fichas técnicas de Sondeos de opinión en
Cataluña y Ficha técnica LATINOBARÓMETRO
152
153
154
155
156
157
158
159
160
161
Anexo 3. Tablas de tendencia de los electores de
Cataluña
162
Anexo 4. Tabla Ideología y voto en Cataluña,
Anduiza y Bosch.
163
Anexo 5. Tabla teoría participativa, Anduiza y Bosch.
164
Anexo 6. Tabla tipos de participación, Anduiza y
Bosch.
165
Anexo 7. Tabla participación política, Anduiza y
Bosch.
166
Anexo 8. Resultados de encuesta OMNIBUS sobre
motivaciones del voto en Cataluña, efectuada por
GESOP a efectos de este estudio
167
Anexo 9. Tabla ideología izquierda - derecha,
Anduiza y Bosch.
168
Anexo 10. Resultados de encuesta sobre
motivaciones del voto en Ecuador, efectuada por
PERFILES DE OPINIÓN a efectos de este estudio
169
Anexo 11. ¿Quién apoya el voto obligatorio? Arturo
Maldonado
170