HISTORIA SOCIAL
El Capitalismo
GRUPO TALLER DE HISTORIA POPULAR
Introducción
En la génesis y desarrollo del modo de producción
capitalista, la clase obrera urbana y rural se fue
conformando en un proceso que duró siglos.
En el marco de la crisis del feudalismo en Europa (siglo 14), en algunas regiones los campesinos con sus luchas
conquistaron mejores condiciones de vida y más
libertades. Por otro lado en
Inglaterra grandes masas de campesinos fueron
expulsados de sus tierras por los terratenientes: junto
a artesanos arruinados formaron un creciente
numero de desposeídos sin ningún medio de vida
propio.
Un sector dentro del campesinado logró enriquecerse y comenzó a contratar mano de obra asalariada para el trabajo en la tierra. Un proceso similar se produjo en las ciudades. Algunos comerciantes y artesanos enriquecidos contrataban mano de obra asalariada para la producción artesanal.
Surgió la manufactura: el taller con un patrón y obreros asalariados (ex campesinos y artesanos arruinados y
mendigos ya existentes). Así, en el seno de la sociedad feudal surgió una nueva relación de producción y
una nueva clase explotadora, la burguesía.
Y con ella, el proletariado: hombres libres y sin medios de producción que sólo pueden subsistir vendiendo por un salario
su fuerza de trabajo a los burgueses, dueños de los medios de producción.
Simultáneamente la burguesía de las potencias europeas de la época lograba enriquecerse mediante el comercio, el tráfico
de esclavos y la explotación de las colonias.
La sangrienta conquista y saqueo de América con el exterminio de la población aborigen en las minas de oro y plata y la
cacería de esclavos en África “son hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista […] el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde
los pies a la cabeza”. Carlos Marx, El Capital, Tomo I, Cap. XXIV.
En el campo, la agricultura corría a cargo de pequeños labradores, libres o siervos. Y en las ciudades, la industria
estaba en manos de los artesanos.
Los medios de trabajo (la tierra, aperos, herramientas, taller) eran individuales, destinados al uso individual y, por eso,
forzosamente limitados. Generalmente, pertenecían al propio productor.
Surge la producción social En la Edad Media, antes de la producción capitalista, regía la
pequeña industria basada en la propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción.
El proceso que la burguesía desarrolló a partir del siglo 15
llevó a sustituir:
la rueca, por la máquina de hilar;
el telar manual, por el telar mecánico;
y el taller individual, por la fábrica, que impone la cooperación de muchos
obreros.
La producción individual fue sucumbiendo poco a
poco en todos los campos y la producción social
revolucionó todo el antiguo modo de producción.
De ese modo, al lado de la
producción individual surgió la producción social.
Y, con los medios de producción, se transformó la producción misma, dejando de ser una cadena de actos individuales para convertirse en una cadena de actos sociales, y los productos
individuales, en productos sociales.
El papel histórico del modo capitalista de producción consistió en concentrar y desarrollar esos dispersos medios individuales de
producción para transformarlos en poderosas fuerzas productivas, sólo manejables por una colectividad de trabajadores.
Ahora, el hilo, las telas, los artículos de metal que salían de las fábricas eran producto del trabajo colectivo de un gran
número de obreros. Ya nadie podía decir: esto lo he hecho yo, este producto es mío.
La contradicción básica del capitalismo
Sin embargo, los nuevos medios y sus productos sociales seguían considerados como antes: como medios y
productos individuales.
Esta contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista es la contradicción básica del capitalismo, que se
manifiesta como antagonismo entre el proletariado y la burguesía.
Y así como antes el propietario de los medios de trabajo se había apropiado de los productos (que eran fruto de su propio trabajo) ahora el dueño de las fábricas y las máquinas seguía
apropiándose del producto, aunque ya no era un producto suyo sino fruto exclusivo del trabajo ajeno.
La burguesía necesitaba destruir el poder feudal e imponer su propio poder político para expandir el nuevo modo de producción.
Las revoluciones burguesas
En Inglaterra, en Francia y en otros países europeos, los campesinos y el pueblo, dirigidos por la burguesía, se
levantaron contra los señores feudales y las monarquías que los representaban.
Revolución Francesa (1789)
Con el nuevo poder, se proclamó:
• la libre competencia;
• la libertad de domicilio;
• la libertad de pensamiento y de
expresión;
• el derecho a la libertad de las naciones y a rebelarse
frente a la opresión;
• la igualdad ante la ley, entre otros.
Al poco tiempo, estos derechos fueron negados cuando la clase obrera y los pueblos los enarbolaron en su lucha contra los privilegios de la nueva clase
dominante .
La libertad fue sólo de comercio y, con la creciente desigualdad económica, tampoco hubo igualdad ante la
ley. Y la fraternidad… quedó en el camino. Una nueva clase explotadora había reemplazado a la
antigua clase feudal.
Siglos de lucha le llevó a la burguesía imponer su dictadura de clase, necesaria para desarrollar el modo de producción
capitalista hasta los niveles actuales. Aún así, en muchos países sobrevivieron y sobreviven restos y
resabios de las viejas relaciones feudales
Revoluciones y restauraciones
No le fue fácil a la burguesía francesa mantener su poder. Sufrió repetidas
restauraciones monárquicas en una lucha que duró décadas.
Y tuvo que reprimir las primeras expresiones
de lucha revolucionaria popular independiente, como el intento de Babeuf y
la “Conspiración de los iguales”, que se alzaron para derrocar al poder burgués para conseguir la expropiación de los poderosos y
la propiedad común de la tierra.
El alzamiento fue delatado y Babeuf, junto a otros dirigentes, fueron fusilados en 1797.
Según Marx, ese fue el primer partido comunista.
BABEUF
Con la máquina de vapor y otros inventos, se revolucionó la producción en las fábricas.
La Revolución Industrial
Desde 1770, la Revolución Industrial en Inglaterra transformó la antigua manufactura en gran industria. Esta se desarrolló
luego en otros países europeos y en Estados Unidos.
Se desarrollaron nuevas y gigantescas fuerzas productivas.
Con el perfeccionamiento de todos los medios de producción, con los ferrocarriles, los barcos a vapor y el telégrafo, la
burguesía llevó sus productos hasta los lugares más lejanos y extrajo de ellos materias primas muy baratas.
Con la expansión del capitalismo en el mundo, el proletariado se convierte en una clase internacional, con intereses comunes contra los explotadores, sin
distinciones de raza, nacionalidad y cultura.
En la época de las revoluciones burguesas se produjeron también las revoluciones de independencia en América
Latina. Los pueblos conquistaron la independencia pero las revoluciones quedaron inconclusas:
No destruyeron el régimen de producción feudal
dominante. Las oligarquías nativas se
perpetuaron en el poder, expandieron el latifundio y
preservaron relaciones feudales y semifeudales de
explotación.
Trabaron el desarrollo progresivo de la industria y
se asociaron comercialmente con las
potencias capitalistas de Europa, condicionando la
independencia económica de las nuevas naciones. En Argentina, destruido el poder colonial luego de la guerra de
independencia, la oligarquía de los terratenientes criollos asociada con los comerciantes del puerto de Buenos Aires obtuvo el poder y
expandió el latifundio con el exclusivismo ganadero.
El modo de producción capitalista
+ El trabajo asalariado
+ Producción social y apropiación capitalista
+ La plusvalía
+ Maquinaria, explotación y desocupación
+ Las crisis
Para poner en funcionamiento sus medios de producción ( fábricas, máquinas, materias primas, su capital) los capitalistas contratan a los obreros por un salario.
Los proletarios no tienen tierra, ni máquinas, ni otros medios de vida propios.
Sólo pueden subsistir vendiendo su fuerza de trabajo (su capacidad física y mental) a cambio de un salario. Son libres de hacerlo, o no, pero si deciden no contratarse se mueren de hambre.
El trabajo asalariado
Bajo el capitalismo, la fuerza de trabajo de los hombres se convierte en una mercancía más que se compra y se
vende en el mercado.
En el capitalismo la producción es social, producto del trabajo colectivo de un gran número de obreros, pero lo
producido se lo apropia el capitalista.
En el capitalismo, los burgueses
y los terratenientes son las
clases dominantes.
Los obreros, los campesinos y
demás sectores populares, son las
clases oprimidas.
¿De dónde provienen las ganancias del capitalista?
De la forma en que se reparte el valor producido por los obreros. De todo el valor producido por el obrero en su
jornada laboral, sólo una pequeña parte le es retribuida como salario; el resto, la mayor parte, se lo apropia el capitalista.
Marx descubrió que en este valor adicional o plusvalía reside la esencia de la explotación
capitalista.
Durante una pequeña parte de su jornada de trabajo, el obrero ya genera el valor de su fuerza de trabajo (trabajo
necesario), que se le retribuye como salario.
El resto del tiempo el obrero desarrolla un trabajo
excedente (plustrabajo), que genera un valor adicional o
plusvalía.
Como el capitalista se apropia de todos los productos, al
venderlos en el mercado, convierte esa plusvalía en
dinero.
Así, aumenta el capital invertido en la producción.
El salario paga el valor de la fuerza de trabajo gastada
Monto mínimo para cubrir los bienes necesarios para reproducir su vida como
trabajador y la de su familia.
La plusvalía
Maquinaria, explotación y desocupación
La búsqueda permanente de mayores ganancias y la competencia obliga a los capitalistas a introducir cambios técnicos para abaratar costos y reducir el tiempo de trabajo en el que los obreros producen el equivalente de sus salarios.
De esta manera alargan el tiempo de trabajo excedente, en el que producen la plusvalía apropiada por el capitalista.
Por eso mismo, permanentemente tratan de extender la jornada laboral.
Las nuevas tecnologías no se aplican para ahorrarle trabajo
al obrero sino para aumentar las ganancias de los
capitalistas.
En el capitalismo, la maquinaria y las nuevas técnicas, que deberían servir para acortar la jornada de trabajo, se
convierten en un recurso para reforzar la explotación de la clase obrera.
El perfeccionamiento técnico en el capitalismo incrementa la masa de obreros desocupados y empuja a la baja los salarios de los que están
ocupados.
Las crisis
Así, periódicamente sobrevienen las crisis de
superproducción relativa:
Hambre y miseria para la mayoría de la población mientras un exceso de
mercaderías no tiene salida.
El comercio se paraliza, el crédito y el dinero desaparecen,
las fábricas cierran, crece la desocupación.
En estas crisis estalla violentamente la contradicción básica del capitalismo entre la
producción social y la apropiación privada capitalista.
Con la gran industria, la producción se agiganta pero el mercado de consumo no crece
en la misma proporción, justamente porque la masa de
consumidores son los trabajadores empobrecidos.
El capitalismo concentró al proletariado en grandes ciudades y allí grandes masas obreras fueron tomando conciencia de su fuerza, al tiempo que su situación se volvía más penosa:
viviendo en los peores barrios, con abusivas jornadas de trabajo y la explotación de mujeres y niños.
La gran industria puso frente a la clase de grandes fabricantes a otra clase, mucho más numerosa, de
obreros fabriles.
La lucha de la clase obrera
Desde sus inicios el proletariado luchó contra la explotación.
Al principio sus ataques se dirigían contra los propios medios de producción: los
obreros, sublevados, destrozaban las máquinas y prendían fuego a las
fábricas.
A través de su práctica descubrieron que la causa de su explotación y miseria no reside en las máquinas sino en el régimen burgués
de producción.
Grandes luchas se libraron hasta conseguir la prohibición del trabajo de mujeres y de niños menores de 10 años en las minas y la reducción de la jornada laboral.
Los obreros empezaron a organizarse y unirse para la defensa de sus salarios y de sus condiciones de
trabajo. Nacieron los sindicatos y los partidos políticos de la clase obrera.
En 1848 Marx y Engels, por encargo de la “Liga de los Comunistas”, formada por obreros revolucionarios europeos, redactaron el Manifiesto Comunista, sentando las bases del socialismo científico, la doctrina revolucionaria de la clase
obrera.
El Marxismo
La Asociación Internacional de Trabajadores, la
Primera Internacional, fue creada por Marx y
Engels en 1864.
Marx y Engels descubrieron que:
•El capitalismo crea los medios (la producción social) que servirán para edificar un régimen de producción superior, sin explotadores ni explotados.
•Eliminando la propiedad privada sobre los medios de producción será posible hacer que la producción social se corresponda con la apropiación social de lo producido.
•El capitalismo crea también la fuerza social capaz de hacer esa revolución: los proletarios modernos, que “no tienen nada que perder, más que sus cadenas”.
Esta es una tendencia inevitable engendrada por las
contradicciones de la propia sociedad capitalista.
El socialismo científico
El Manifiesto Comunista planteó ya en 1848 que,
después de la disolución de la primitiva sociedad comunista con su propiedad comunal de la tierra, toda la historia de la humanidad ha sido la historia
de la lucha de clases entre explotadores y explotados,
entre clases dominantes y clases oprimidas.
Y que en el presente la clase explotada y oprimida -el
proletariado- ya no puede emanciparse de la clase
explotadora y dominante -la burguesía- sin emancipar al
mismo tiempo y para siempre a toda la sociedad de
toda explotación.
Marx y Engels elaboraron las leyes más generales que rigen el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento
humano, fundando el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Y establecieron las bases de la teoría revolucionaria del proletariado que sigue guiando las luchas de los oprimidos.
La Comuna de París Fue la primera experiencia en que la clase obrera conquistó el
poder y, si bien fue derrotada a los 70 días , mostró al mundo cómo era un Estado de la clase obrera. - Abolió el ejército permanente y organizó la Guardia Nacional republicana con milicias populares por barrios.
- Separó la Iglesia del Estado y decretó que la educación popular fuese puramente laica.
- El Poder (ejecutivo y legislativo a la vez) fue asumido por el pueblo armado. Todos los cargos eran elegibles y revocables.
- La condición de representante ya no sería un privilegio, sino un trabajo, remunerado con el mismo sueldo que un obrero.
- Por decreto, todas las fábricas abandonadas o cerradas por sus dueños fueron entregadas a los obreros y autogestionadas.
Fue un Estado de la clase productora y mayoritaria contra la minoría apropiadora, la más efectiva
democracia, nunca antes conocida: la dictadura del proletariado.
Luego de la Comuna de París, Marx llegó a la conclusión de que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión
de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines, sino que debe
destruirla y construir un nuevo tipo de Estado, la dictadura del proletariado, como tránsito necesario hacia una
sociedad sin clases.
Al mismo tiempo, la Comuna de París demostró que la clase obrera debía contar con un
partido político propio, fuerte, unido e independiente de la
burguesía, una organización de vanguardia para la lucha por el
poder en cada país .
La revolución rusa y demás revoluciones del siglo 20
demostraron la verdad de esta tesis.
Se propagan las ideas revolucionarias
Luego de la derrota de la Comuna de París llegaron a la Argentina algunos de
los emigrados que huían de la feroz represión desatada
contra los comuneros.
Con la expansión del capitalismo europeo en el mundo se desarrolló también la clase obrera y su movimiento. Se
propagó el marxismo.
Fue grande su influencia en el movimiento obrero y revolucionario argentino y
su contribución a la organización sindical y
política.
En nuestro país, hechos sangrientos cimentaron la “Argentina moderna”.
Fueron verdaderos genocidios:
+ La cruenta guerra civil por más de 50 años.
+ La guerra contra el Paraguay (1865-1870) que aniquiló gran parte de su
población
y
+ La mal llamada “Conquista del Desierto” (1879-1885) , perpetrada
por la oligarquía para exterminio de los pueblos
originarios de la pampa, de la Patagonia y del Chaco y el despojo de sus tierras .
Con la organización nacional se unificó el mercado sobre la base del librecambio externo en desmedro de la incipiente industria nacional, y se garantizaron privilegios al capital
extranjero, a cambio de garantizar mercados para las exportaciones agropecuarias.
Con el triunfo de la oligarquía terrateniente y los comerciantes de Buenos Aires se amplió el latifundio y el poder terrateniente,
asociado al capitalismo europeo.
A partir de 1880 avanzó rápidamente la penetración del capital extranjero (ingleses,, franceses, alemanes, belgas,
norteamericanos etc.) que invirtieron sobre todo en los ferrocarriles, frigoríficos, puertos, electricidad y finanzas.
Esto aceleró el desarrollo de las relaciones capitalistas en la ciudad y el campo (trabajo asalariado) y la formación de
la clase obrera moderna, sobre la base de los
numerosos inmigrantes europeos y de los
trabajadores nativos.
La disputa entre las distintas potencias por el
control económico y político del país se expresó a través
del enfrentamiento entre distintos sectores de terratenientes y de
burguesía intermediaria, como el de los
terratenientes vacunos, en general pro-ingleses, con los terratenientes laneros más ligados al capital francés.
El capitalismo entra en su fase imperialista
Sobre la base de un gran desarrollo de la industria y los nuevos inventos, la producción se fue concentrando en un número menor de empresas cada vez más grandes.
A través de los auges económicos y las crisis, la libre competencia llevó a la concentración y centralización de capitales.
Ese proceso dio origen a los monopolios en los principales países capitalistas, en las últimas décadas del siglo 19.
Al inicio del siglo 20 el capitalismo entró en su fase imperialista: Los monopolios y la oligarquía financiera dominan toda la vida económica y política de la sociedad burguesa, haciéndola cada vez más opresiva. También comienza una nueva época histórica: la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias
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