Download - Hijo prodigo
Parábola del
Hijo Pródigo
Para que una persona o Dios tenga misericordia de ti (para que su amor llegue a ti) es casi imprescindible que tú reconozcas tu error y pidas perdón. Es lo que no hace el
hermano mayor de esta parábola.
Parábola del
hijo pródigo
El hijo pródigo
Un hombre tenía dos hijos; Y el menor de ellos dijo a su padre:
Padre, dame la parte de la herencia que me
toca: y les repartió la herencia.
Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, partió lejos a una
provincia apartada; y allí desperdició su herencia viviendo
perdidamente.
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran
hambre en aquella provincia, y le comenzó a faltar dinero. Y fue y
se ofreció a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para
que apacentase los cerdos. Y deseaba llenar su estómago de las algarrobas que comían los
cerdos; mas nadie se las daba.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí muero de hambre! Me levantaré, e iré a mi
padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti; Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de
tus jornaleros.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aun estaba lejos, su padre
lo vio, y se conmovió, y corrió, y se echó sobre su cuello, y lo besó. Y
el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti, y ya no soy digno de llamarme hijo
tuyo.
Pero el padre dijo a sus criados: Sacad el mejor
vestido, y vestidle; y poned un anillo en su
mano, y zapatos en sus pies. Y traed el becerro
cebado, y matadlo, y comamos, y hagamos fiesta: Porque este mi
hijo estaba muerto, y ha revivido; se había
perdido, y lo hemos encontrado. Y
comenzaron la fiesta.
El hijo mayor estaba trabajando en el campo.
Cuando regresó, se acercó a la casa y oyó la música y el baile. Llamó a uno de los sirvientes y
le preguntó: "¿Qué pasa?". El sirviente le
dijo: "Es que tu hermano ha vuelto sano y salvo, y tu padre mandó matar el ternero más gordo para
hacer una fiesta".
Su padre tuvo que salir a rogarle que entrara. Pero él, muy enojado, le dijo:
"He trabajado para ti desde hace muchos años,
y nunca te he desobedecido. Pero a mí
jamás me has dado siquiera un cabrito para que haga una fiesta con
mis amigos. ¡Y ahora que vuelve ese hijo tuyo,
después de malgastar todo tu dinero con
prostitutas, matas para él el ternero más gordo!".
El padre le contestó: "¡Pero hijo! Tú siempre
estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. ¡Cómo
no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano!
Es como si hubiera muerto y vuelto a vivir;
como si se hubiera perdido y lo hubiéramos
encontrado.
Una historia preciosa, para los hijos y los padres. ¿Con qué personaje te identificas?
¿Sabes que tú debes llegar a ser como el padre?