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LA GEOPOLÍTICA DE LAS “TIERRAS RARAS”: EL NUEVO ORO NEGRO
Por Francisco Jose Fernández-Cruz Sequera.
Junio 2013.
Publicado en: http://lagranpartida.blogspot.com.es
Las sociedades actuales han experimentado en las últimas décadas grandes
avances en su desarrollo basados en la miniaturización1. Las primeras radios y
dispositivos electrónicos dependían de la tecnología de los tubos de vacío. Como
los tubos ocupaban mucho espacio, los aparatos que los empleaban solían ser
muy voluminosos y pesados.
A finales de los años 1940, el desarrollo del transistor ofreció una alternativa
compacta a los tubos de vacío. Los transistores podían lograr el mismo nivel de
amplificación de potencia lograda mediante tubos, al tiempo que ocupaban
mucho menos espacio y usaban sólo una pequeña fracción de la energía.
A partir de los años 1960, el circuito integrado proporcionó otro nivel adicional
de miniaturización. Un circuito integrado del tamaño de un transistor podía
realizar la función de veinte transistores.
1 Es el proceso tecnológico mediante el cual se intenta reducir el tamaño de los dispositivos
electrónicos.
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En la actualidad, el microprocesador ha supuesto un avance respecto de los
circuitos integrados originales. Puede incorporar las funciones de varias placas
completas de circuitos impresos en un solo chip de bajo consumo eléctrico, y
ocupa menos de trece centímetros cuadrados, posibilitando la fabricación de
ordenadores portátiles más potentes que los enormes ordenadores centrales
usados en las décadas de 1970 y 1980 respectivamente.
Así llegamos a la microtecnología, la tecnología que nos permite fabricar cosas
en la escala del micrón. Un micrón es una millonésima de un metro, o, para
darse una idea más clara, la
milésima parte de un milímetro.
Dicho en otras palabras, una
milésima de la milésima parte de
un metro. Esta es la escala en la
que se trabaja cuando se
construyen dispositivos tales
como memorias o circuitos lógicos
y de computación. Los
dispositivos de memoria y de
lógica en venta en 1985, tenían
estructuras con componentes de
aproximadamente un micrón de
ancho. Para 1995, momento de la aparición del Pentium, se habían alcanzado
tamaños de más o menos un tercio de micrón, 350 nanómetros. En la actualidad
se trabaja en estructuras de 100 nanómetros, es decir, de un décimo de lo que se
había logrado en 1985.
La diferencia de la microtecnología con la nanotecnología, un paso más en el
proceso de miniaturización, es que ésta última es la tecnología que nos permite
fabricar cosas en la escala del nanómetro; es decir, una milésima de una
millonésima de metro, o lo que es lo mismo, una milmillonésima de metro. Para
que nos hagamos una idea, en un nanómetro caben entre tres y cinco átomos, y
marca el límite de reducción a que podemos llegar cuando hablamos de objetos
materiales.
¿Qué son las “tierras raras”?.
Las nuevas tecnologías que han nacido
de los avances tecnológicos derivados de
la miniaturización, están presentes en las
vidas de todos, y todos los utilizamos en
algún sentido, ¿Pero de qué están hechas
estas teconologías?, la respuesta es: de
“tierras raras”, también denominadas
metales lantánidos. Estos son los
siguientes: lantano, cerio, praseodimio,
neodimio, prometio, samario, europio,
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gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio, lutecio y dos que son
más fáciles de encontrar que son, cerio e itilio. Diecisiete elementos
fundamentales para la economía mundial asentada en la tecnología más
moderna. Estos metales están presentes en los auriculares, en los aparatos de
resonancia magnética y en diversos dispositivos ópticos. Pero sus principales
usos son los discos duros (31% del total), los aerogeneradores2 (26%) y los
vehículos eléctricos (24%). Por ejemplo, el tungsteno se utiliza en tecnologías
de la iluminación, electrónica, automotriz, aeroespacial y médica, y China
produce el 91% de la
producción mundial de
tungsteno. También están
presentes en los teléfonos
móviles, las consolas de
juegos, los navegadores
GPS, los paneles solares y
las cerámicas dentales,
aunque sus usos no se
limitan a la
microelectrónica y la
informática. Las
bombillas de bajo
consumo, por ejemplo, no
se pueden fabricar sin ellos. y son imprescindibles en los sistemas de dirección
de misiles o en las turbinas de aviones de combate y sus prestaciones se han
vuelto indispensables en ramas como la industria espacial o la medicina nuclear.
Todo ello ha incrementado de forma exponencial su demanda, que pasó de
1.000 toneladas anuales en 1953 a 85.000 en el 2003 y alcanzó las 150.000 a
finales de 2012, con un volumen de negocio que puede rondar el billón y medio
de dólares.
La expresión “tierras raras” es inexacta, su uso tiene origen en los inicios del
siglo XX, cuando los científicos tenían dificultades para separar estos metales de
los minerales junto con los que se hallaban. Los segregaban en forma de óxidos,
2 Las energías renovables, consistentes en placas solares y molinos, no necesitan más tierras
raras que las normales en cualquier circuito electrónico. El principal y fundamental componente
de las placas solares fotovoltaicas es el silicio, y solo un pequeño porcentaje de aerogeneradores
utiliza los imanes de neodimio, que son totalmente prescindibles en los molinos. El uso de
tierras raras no es imprescindible para la explotación de la energía eólica. Dentro de la
producción eólica, el planteamiento de las grandes compañías, pasa por los grandes
aerogeneradores marinos de hasta 20 Mw., dentro de un sistema de generación centralizada que
les haga perpetuar el control del sistema y del negocio. Para estos proyectos sí parece que es
más necesario, no imprescindible, el sistema de transmisión directa que requiere de los imanes
permanentes fabricados con el neodimio. Este sistema de producción centralizada con estos
grandes aerogeneradores marinos, no es viable, y lo que es realmente razonable y viable, es una
producción más distribuida de la energía, a través de centrales eólicas más pequeñas, con
aerogeneradores también más pequeños, que solo requieren para su construcción básicamente
de acero y cobre.
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entonces llamados “tierras”, que al no tener mayor valor económico fueron
despachados como rarezas. Pertenecen a los elementos químicos compuestos
por oxido e hidróxidos, se llaman raros no porque tengan unas propiedades
extrañas, que también, sino porque están muy mal distribuidos y se presentan
en una bajísima proporción. Para que nos hagamos una idea aproximada, en el
caso del oro una presencia de dos gramos por tonelada se considera un
yacimiento muy rico y el oro es mucho más abundante y barato que el neodimio,
a lo que debemos añadir la complejidad de su procesamiento.
La mayoría de las tierras raras se extraen del tratamiento de la ganga que resta
de explotar la mena de otro mineral más rentable. Por lo tanto, si no hay una
concentración de este mineral que proporcione beneficios las tierras raras no se
explotan. Dada su dispersión, mantener una mina específicamente para su
extracción resulta costosísimo desde el punto de vista económico y energético,
razones por las que, hasta fechas recientes en las que se ha incrementado su
precio, no se han producido inversiones en su explotación. En consecuencia, la
mayoría de los países capitalistas renunciaron a la explotación de estos
minerales, optando por su adquisición a China, cuya estrategia de bajos salarios
y de falta de respeto al medio ambiente para producir a precios más bajos que
sus competidores de otros países tuvo éxito, logrando expulsar del mercado a
sus competidores, haciéndose con una situación de práctico monopolio mundial.
Los fabricantes y suministradores de las nuevas tecnologías híbridas/eléctricas,
están desarrollando nuevos productos que no incluyan la utilización de las
conocidas como tierras raras.
Lo que hace que
hayan alcanzado un
valor estratégico es
el escenario futuro
que se avecina. La
necesidad de
detener el
calentamiento
global y el
encarecimiento del
petróleo debido a su
escasez, obligará a
introducir a corto
plazo una
importante transformación en numerosos sectores de la economía. Los coches
eléctricos, por ejemplo, sustituirán a los actuales de gasolina y gasóleo, y para
que nos hagamos una idea del nivel de dependencia de las tierras raras que
supondrá ese giro, baste decir que sólo el motor electrónico de un vehículo
híbrido de tipo medio, requiere entre 10 y 15 kilos de lantanio. Además de los
usos civiles, el uso militar les hace ser imprescindibles, los principales
equipamientos militares de vanguardia no son posibles sin su utilización, por lo
que al producción de este equipo y la hegemonía militar que proporciona
dependen de su uso por la industria militar. Particular interés revisten las
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tierras raras para la producción de sistemas de guía de misiles, aviones no
tripulados y los nuevos aviones de combate F-35 Joint Strike Fighter.
Cada uno de estos metales tiene una aplicación diferente, que a modo
meramente enunciativo citamos:
1. Cerio: utilizado para motores diésel y el colorante del cristal.
2. Disprosio: se usa en los coches híbridos. También se usa para lámparas láser.
3. Erbio: componente de la fibra óptica. También se utiliza como filtro de
revelado fotográfico.
4. Europio: usado en pantallas planas y máquinas de rayos láser.
5. Escandio: utilizado en la producción de luces de alta intensidad
6. Gadolinio: incluido en discos compactos y reactores nucleares.
7. Holmio: imanes de gran potencia y procesos nucleares.
8. Iterbio y 9. Itrio: para componentes de las unidades de rayos X.
10. Lantano: para baterías de los coches híbridos y cristales reflectantes.
11. Lutecio: para el proceso de refinado del petróleo.
12. Neodimio: componente de los discos duros de los ordenadores.
13. Praseodimio: usado para motores de aviones.
14 y 15. Prometio y Samario: Se usa en baterías y reactores nucleares
respectivamente.
16. Terbio: en bombillas de bajo consumo o lámparas fluorescentes.
17. Tulio: para aparatos de rayos láser, rayos X y medicina nuclear en general.
Esta es la tabla periódica de los elementos desarrollada por Mendeleiev, y es
interesante ver cómo estos 17 elementos forman un cuadro aparte, dado que son
un grupo químico altamente coherente en su estabilidad. Tal vez es por esto por lo
que en China se hizo lo contrario de Estados Unidos, y tras esa década de vacío e
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incertidumbre, aumentó la investigación y explotación de estos 17 elementos
minerales
Origen de la actual situación del mercado de tierras raras. Antes de la década de 1970, China exportó sin tierras raras, y el mercado
mundial de tierras raras fue de los Estados Unidos, Europa y Japón. China trató
de conseguir la tecnología minera para la separación de praseodimio y neodimio
durante sus primeros ensayos en el 1972, hasta conseguir tener bajo control
esta tecnología. Los trabajos fueron dirigidos por Xu Guangxian, un miembro de
la Academia China de Ciencias, Los científicos chinos desarrollaron con éxito la
tecnología de extracción más avanzada del mundo, y acabaron con el monopolio
de los países occidentales en este sector. Con esta avanzada tecnología, China
logró el nivel técnico de las empresas mineras occidentales de tierras raras.
Como resultado, los precios se redujeron en el mercado internacional entre un
treinta y un cuarenta por ciento. En virtud de este "efecto de China", algunos
países occidentales, que habían monopolizado el mercado mundial de tierras
raras, detuvieron su producción. China gradualmente fue posicionándose en el
mercado mundial de tierras raras, y su cuota de mercado aumentó en las
décadas siguientes.
Entre 1985 y 1995 los Estados Unidos abandonaron la inversión en la minería
de “tierras raras”, a pesar de sus abundantes recursos en el desierto de Mojave,
California que producían 20.000 de las 30.000 toneladas que se consumían al
año en el mundo, es decir, un 60% de la producción mundial de entonces. La
última mina de tierras raras norteamericana cerró en 2002, a causa de la tenaza
formada por los problemas medioambientales que su explotación conlleva y la
dura competencia de China. Se pensaba que con el consumo existente en ese
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momento, que permitía el autoabastecimiento de Estados Unidos, era suficiente.
En esta misma década de los ochenta del pasado siglo, China comenzó la
explotación de tierras raras, consiguiendo desde entonces expulsar del mercado
a la competencia norteamericana, canadiense y australiana, atrayendo a las
industrias de transformación de los elementos purificados, en útiles para su uso
industrial a su territorio. La capacidad de previsión China, la ceguera por los
beneficios que predomina en el mundo capitalista junto con la naturaleza del
proceso productivo, explican la hegemonía china sobre la producción de tierras
raras. El escenario actual deja clara la posición de China, el país con la mayor
cantidad de reservas de tierras raras, un 38%, y el principal y casi monopólico
productor con el 97% de la producción mundial. Además en China se concentra
la mayor parte de las plantas de procesamiento del mundo.
De esta manera, se ha configurado una nueva cuestión geopolítica entre las
grandes potencias económicas, que se suma a la ya existente del control de la
producción y suministro de los hidrocarburos. La crisis económica ha
ralentizado el aumento de la demanda de tierras raras, lo que no ha evitado que
aumente su precio un 1.500%. La caída de la demanda, ha hecho que China haya
reducido sus exportaciones en un 33% para elevar los precios, pero cuando
aumente la demanda de tierras raras por las economías emergentes, la crisis
estará servida.
Los perjuicios medioambientales en las zonas de producción de tierras raras en China: el origen inmediato del conflicto. El que fuera líder chino Deng Xiaoping (1904-1997) dijo sobre la importancia
estratégica de las Tierras Raras para China "Los recursos de tierras raras de
China pueden ser comparados en importancia con el petróleo de Oriente Medio.
Ambos tienen una inmensa importancia estratégica y debemos sin duda tratar los
asuntos de tierras raras con cuidado, dando rienda suelta a las ventajas que
ofrecen". Pero las tierras raras también
ofrecen graves inconvenientes para el
medio ambiente en los lugares de
extracción y transformación. Por eso, el
gobierno chino quiere acabar con la
explotación irregular de tierras raras y ha
estado clausurando minas y fundiciones
sin habilitación. Los mayores productores
de China contaminan a niveles mucho
mayores a los permitidos en Estados
Unidos, Europa y demás países
occidentales.
Baotou es la capital internacional de las
tierras raras, y también de la
contaminación. En esta región se
concentran el 80% de las reservas de
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estas materias primas en China y, por lo tanto, es la principal región productora
del mundo. La empresa Baotou Steel Rare Earth controla su producción cerca de
la ciudad y procesa los metales a gran escala. Los habitantes del lugar dijeron
que las toxinas resultantes estaban envenenando el agua, el aire, los cultivos y a
los niños, y al menos un importante ejecutivo de esta compañía, Su Wenqing, ha
respaldado las protestas en un informe publicado hace dos años: "Si tomamos en
cuenta los recursos y los costos ambientales, el progreso de la inusual industria de
las tierras ha tenido un enorme costo para la sociedad".
Esta situación de deterioro medioambiental, junto al agotamiento acelerado de
las reservas, es lo que ha motivado la reestructuración del sector en China.
La producción de tierras raras fuera de China.
La situación de dependencia respecto de la producción china vive el mercado de
tierras raras, ha motivado que en los países compradores se lancen a buscar
fuentes alternativas o medios sustitutivos de estos metales.
El país americano con mayores reservas de tierras raras es Brasil, pero no es un
gran productor debido a la falta de capacitación del sector industrial y
empresarial, por lo que su producción representa el 0.28% de la producción
mundial.
En Estados Unidos la compañía Molycorp inició la extracción de tierras raras
ligeras de la mina a cielo abierto Mountain Pass en la década de 1950. Los altos
costes medioambientales, combinado con la competencia de precios de China
hizo que la mina se cerrara en 2002
Desde entonces otras empresas han estudiando minas potenciales en Canadá,
Alaska y Australia. Desde 2010, la Canadian International Minerals está
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realizando catas en el norte de EE.UU. para conseguir una fuente alternativa a la
producción china para el neodimio y el cerio, que son los más fáciles de extraer.
Más al sur, la multinacional Molycorp está haciendo lo mismo en el estado de
Nevada. Ambas corporaciones junto con la australiana Lynas, son las únicas
mineras que pueden aliviar la dependencia de EE.UU. Pero Molycorp es la
primera de ellas que ha vuelto a anunciar que tiene una fuente viable. Pero es
relativamente pronto para obtener resultados. Molycorp parece tener confianza
en sus tierras raras ligeras, y está gastando 718 millones de dólares para poner
a punto su equipo y ampliar la producción potencial a 40.000 toneladas al año.
Pero no ha hecho público ningún pronóstico sobre qué hallará cuando empiece
a perforar para las variedades pesadas: En consecuencia, no puede afirmar nada
respecto a la cantidad o la calidad de dichos depósitos de tierras raras o que
dichos depósitos se convertirán en reservas probadas.
Se estima que la producción de tierras raras no empezará a dar resultados
apreciables hasta transcurridos entre diez y quince años en el caso de que
realmente se decidiera EE.UU. a contrarrestar la hegemonía china reactivando
la extracción propia; mientras tanto, la industria norteamericana estará a
merced de que las contrapartidas que ofrezca sean juzgadas suficientes por
Pekín.
Por esta razón, y trabajando a contrarreloj, algunos fabricantes de componentes
eléctricos que participan como suministradores de las marcas de coches, están
trabajando en diseñar nuevas tecnologías que no contengan tierras raras.
Mitsubishi Electric, Toshiba y TDK están desarrollando, distintos prototipos de
motores eléctricos que emplean imanes permanentes, pero que dan de lado al
material rey en este tipo de producto, el disprosio. De entre las tres, es Toshiba
la única que sustituye el disprosio por otra tierra rara, el sumerio, un material
que se beneficia de una explotación en otros yacimientos fuera de China, como
son: EE.UU. y Australia.
El pasado mes de Marzo Japón ha sido uno de los más directos perjudicados por
la dependencia de la producción china. Por ello ha investigado la posibilidad de
la existencia de nuevos yacimientos, descubriendo recientemente en el fondo
del océano Pacífico a
unos 2.000 km al
sureste de Tokio, cerca
de la isla de
Minamitorishima,
nuevos yacimientos
que albergan algunos
de los 17 metales
lantánidos, en
concentraciones entre
20 y 30 veces
superiores a las de las
minas chinas, lo cual
podría ser una gran
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ayuda para las industrias japonesas. De confirmarse, este descubrimiento sería
un alivio para los fabricantes nipones, que han sufrido en ocasiones de las
restricciones supuestamente impuestas por las autoridades de Pekín a causa de
la disputa territorial entre las potencias asiáticas por el archipiélago de
Senkaku, comprado por el Gobierno japonés a sus propietarios privados el
otoño pasado pero que China considera parte de su territorio legítimo.
Actualmente Japón importa de China el 90% de los metales utilizados en la
fabricación de numerosos productos de alta tecnología, desde motores de viento
y eléctricos para automóviles hasta 'smartphones', materiales superconductores,
imanes y láseres, entre otros.
El único obstáculo para la extracción es la profundidad del yacimiento, ya que
las muestras de barro extraídas se encuentran a 5.800 metros bajo el océano, y
todavía no se conocen en minería casos rentables de extracción de estos metales
a profundidades superiores a 5.000 metros.
En España hay dos posibles yacimientos, uno en Extremadura y otro en Galicia ,
pero aún están por estudiar a fondo. El problema español se agrava por la
inexistencia de una política nacional en todos los sentidos, y la política sobre
materiales estratégicos no es una excepción, por lo que a diferencia de
Finlandia, Suecia, Alemania o Francia que tienen estrategias sobre recursos
minerales, la última que tuvo España es de los años sesenta.
La última novedad aconteció
el pasado mes de Mayo, dos
grupos de investigación de la
Universidad de Cádiz (UCA)
han obtenido catalizadores
que no contienen metales
nobles en su formulación y
tienen un bajo contenido en
lantánidos y presentan buenas
propiedades de
almacenamiento de oxígeno.
Estos catalizadores podrían
ser de gran interés en la
depuración de gases de escape
de motores de combustión y
en la catálisis más barata de
cualquier reacción en la que se
requiera la activación de moléculas de hidrógeno o intercambio de oxígeno. Otra
de sus ventajas es que pueden operar a ‘bajas’ temperaturas, entre 150 y 500 º
C, lo que también supone un menor coste energético. Los investigadores
partieron de la idea de no sustituir a los lantánidos, ya que son los elementos
que mejor se conocen, pero sí optimizar y reducir la cantidad usada. El equipo
ha conseguido que un óxido se comporte químicamente en algunos aspectos
como un metal, algo que “en sí mismo, también es de interés científico”.
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Hasta ahora muchos de los procesos catalíticos que usa la industria, como la del
automóvil o la alimentaria, están basados en una composición centrada en
metales nobles y óxidos de lantánidos. Ambos son caros, especialmente los
primeros. Además los segundos generan una dependencia estratégica del
mercado asiático, productor mundial mayoritario de tierras raras.
El estudio se ha publicado en el Journal of Materials Chemistry A y también se ha
patentado. Ahora los científicos tratan de aplicar su invento a problemas
industriales concretos, así como colaborar con otros grupos para ver otras
posibilidades de la patente.
Mientras tanto, el gobierno español sigue reduciendo el presupuesto dedicado a
I+D+I, expulsando de España a los investigadores nacionales, destruyendo así
las posibilidades de supervivencia de España como nación independiente.
Quizás no les interese nuestro destino a los banqueros y a sus políticos, pero
nuestros científicos son la garantía de nuestro futuro.
La “guerra” comercial entre Estados Unidos, UE, Japón y China En 2010 China
restringió la exportación
de tierras raras por dos
motivos: en primer
lugar por su necesidad
de estas tierras raras
para asegurar su propio
crecimiento
(actualmente alrededor
de. 70% toda la SE-
producción), un
crecimiento que seguirá
durante la próxima
década por lo que,
previsiblemente,
continuará la reducción de sus exportaciones, con los efectos que ello tendrá
sobre el resto de países; y en segundo lugar, por las ventajas que puede obtener
en una negociación con las potencias consumidoras inquietadas por estas
políticas restrictivas de exportación, forzando el traslado de las instalaciones de
producción de alta tecnología occidentales a su propio país.
Debido a la creciente demanda de estos productos en la época actual, China ha
revalorizado su precio y multiplicado sus aranceles, impuestos y demás tasas,
hasta elevar su precio en varias veces su valor base hace unos pocos años.
Además, en 2010 comenzó a restringir de forma súbita las exportaciones,
haciéndolas caer bruscamente un 72%. Eso significa que China exportó 8.000
toneladas en el segundo semestre de 2010, frente a las 28.000 que exportó en el
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mismo período del 2009, reduciendo la cuota de exportación en un 32% para
las empresas domésticas y en 54% para las empresas con participación
extranjera. Además, en 2010, China suspendió temporalmente los envíos de
tierras raras a Japón, lo que provocó un fuerte repunte en los precios de estos
minerales y un grave perjuicio para la industria japonesa. China ha centralizado
su sistema de exploración y extracción de tierras raras y mineral de hierro, para
lo cual delimitó desde enero de 2011 las primeras once zonas donde el Estado
efectuará actividades de explotación de estos materiales. Los propósitos
principales de esta medida, según el Ministerio de la Tierra y Recursos, son
proteger el medio ambiente y facilitar el desarrollo sostenible de los recursos
naturales estratégicos del país. Las once zonas de tierras raras, situadas en la
prefectura de Ganzhou, en la provincia de Jiangxi, cubren más de 2.500
kilómetros cuadrados y se estima que acogen 760.000 toneladas de minerales
de tierras raras. Las dos zonas de reservas de hierro están en Panzhihua,
provincia de Sichuan. Las mismas cubren más de 460 kilómetros cuadrados y
tienen existencias para garantizar la extracción de 16,8 millones de toneladas
por año.
Estas medidas, que tiene un marcado cariz proteccionista, significa un paso más
en el ascenso de China como superpotencia mundial y supone poner en jaque al
imperio tecnológico de Occidente, que ha desatado las alarmas en Japón, la
Unión Europea y Estados Unidos, cuya industria militar depende esencialmente
del abastecimiento asiático. La reacción occidental no se hizo esperar.
En noviembre de 2011, el Joint Research Centre (JRC) de la Unión Europea
publicó un informe en el que destacaba la dependencia europea de las tierras
raras chinas, el estudio partía de un análisis del Strategic Energy Technology
Plan que es un proyecto para conseguir los objetivos de reducción de emisiones
de CO2 con el concurso de las energías renovables. En el informe se analizaba el
papel de catorce metales estratégicos y su papel en las diferentes tecnologías
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energéticas (eólica, solar, nuclear, secuestro de carbono y redes eléctricas
inteligentes) y el nivel de dependencia en su suministro. La situación fue
considerada crítica en cinco de los catorce metales considerados. Dos tierras
raras, el neodimio, del que China produce el 95% de la producción mundial, el
disprosio y tres subproductos del procesado de otros metales, el indio, el galio y
el telurio, podrían dar al traste con los objetivos energéticos europeos para
2020. El estudio llamaba la atención sobre la posibilidad del encarecimiento o
desabastecimiento de otros tres materiales como consecuencia del aumento de
la demanda con ritmos de crecimiento del 10% anual: el indio, importantísimo
en las tecnologías más avanzadas de energía solar; el telurio, que interviene en
la miniaturización de las placas electrónicas; y el galio que juega un papel
crucial en los semiconductores.
Dos meses después el Departamento de Energía de EEUU publicó el informe
2011 Critical Materials Strategy (estrategia de materiales críticos), destacando el
rol jugado por seis tierras raras diferentes en las tecnologías que hacen posible
las energías renovables, de las que EE.UU. no produce ninguna. La novedad del
informe norteamericano respecto del europeo, era la consideración del litio
como material estratégico que, aunque ha tenido otros usos en el pasado, en la
actualidad se destina a la fabricación de todo tipo de baterías. Según este
informe, el aumento de la demanda de litio hace que surjan dudas respecto de la
interrupción del suministro. Además, el país con mayores reservas de litio es
Bolivia, que con la presidencia del indigenista Evo Morales, no inspira ninguna
confianza al Imperio.
El 13 de marzo de 2012 la Unión Europea junto con Estados Unidos, México y
Japón, solicitó formalmente consultas para la resolución de una disputa con
China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los demandantes
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presentaron quejas ante la OMC en 2009 en las que afirmaron que la restricción
china a las exportaciones de nueve materias primas, incluyendo el zinc, el coque
y el magnesio, elevó los precios globales y benefició a la industria nacional de
ese país. China argumentó que dichas restricciones buscaban proteger el
ambiente y los recursos no renovables.
La OMC es un organismo dependiente de los poderes supranacionales desde su
concepción y origen. Es por nacimiento y concepción contraria a la soberanía de
los Estados nacionales, y por ello impone un único conjunto de reglas
comerciales integrales para todo el mundo, y requiere a los países miembros
para que se adhieran a las obligaciones fundamentales de no discriminación
entre nacionales y extranjeros, rebaja de las barreras comerciales, restricciones
no cuantitativas y transparencia en la administración de su comercio en relación
con su sistema económico. Es decir, la indefensión absoluta de las comunidades
nacionales frente al poder de las corporaciones mundialistas. No obstante lo
anterior, utiliza como
coartada una apariencia de
respeto por la soberanía de
los Estados miembros en
ciertas circunstancias
prescritas. Así ocurre con las
medidas necesarias para
proteger los recursos, el
medio ambiente y la salud de
los ciudadanos, pues
considera justas y están
permitidas por la cláusula de Excepciones Generales de la OMC3, las
restricciones a la exportación, si están acompañadas por restricciones
simultáneas sobre la producción nacional o el consumo. Es decir, que no se
puede adoptar decisión alguna en beneficio de los nacionales de un país por su
Estado, si esta decisión perjudica a los extraños.
Sin embargo, respondiendo al juego de poder que subyace en este organismo, la
decisión de la OMC ha negado a China el uso de esta cláusula. El 30 de enero, el
órgano de arbitraje tomó su decisión sobre la queja presentada por México, la
UE y EE.UU. a final de 2009, y tras examinar el caso durante dos años, determinó
que China violó una serie de normas comerciales al restringir las exportaciones
de materias primas clave para la producción industrial, incluyendo el cinc y la
bauxita. La decisión afirma que las restricciones chinas a la exportación no eran
consistentes con las previsiones de la OMC y los compromisos suscritos por
China en el protocolo de acceso a la OMC. Esta decisión erosionaba el derecho
soberano de China a proteger la salud de su pueblo y conservar sus recursos
naturales. Un derecho con el que cuentan todos los estados miembros cuando se
adhieren por sí mismos a las normas de la OMC. El órgano de litigación negó a
China el derecho a recurrir al artículo 20º del GATT para justificar sus
3 En concreto el artículo 20º del Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT, siglas en
inglés) permite medidas “necesarias para proteger la vida y la salud humana, animal o vegetal” o
“relativas a la conservación de recursos naturales agotables”.
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restricciones a la exportación de materias primas, simplemente porque la
sección de obligaciones de exportación del protocolo de acceso de China a la
OMC no menciona explícitamente este artículo. Es obvio que las cláusulas
centrales del GATT sobre las obligaciones de los países respecto de la no
discriminación y las restricciones no cuantitativas no menciona el artículo 20º,
pero aun así los Estados miembros no pierden los derechos contenidos en este
artículo.
Lo cierto es que, como han manifestado extraoficialmente desde China, no
importa cuál sea el resultado del pleito, China acelerará firmemente sus pasos
de reajuste de la industria de tierras raras del país, y así China no será obligada
a vender tantas tierras raras, según un funcionario anónimo de la Sociedad
China de Tierras Raras. Además aseguró que China no elevará las cuotas a corto
plazo dada la necesidad de gestionar de forma efectiva sus recursos.
En mayo de 2012, reafirmando su
posición de gestionar sus propios
recursos conforme a sus intereses
nacionales, el gobierno chino
anunció que permitiría a varias
grandes empresas controlar el
sector, al tiempo que proclamaba su
intención de intensificar las
regulaciones y la supervisión de la
industria en diversos ámbitos, desde
los sistemas de explotación y
procesamiento, hasta la protección
medioambiental y las exportaciones.
Mientras tanto, el precio de los productos de las tierras raras en el mercado
internacional ha caído rápidamente desde la segunda mitad de 2011, debido a la
desaparición de burbujas especulativas y a la reducción en el uso de dichos
elementos por parte de los fabricantes. El precio medio del óxido de lantano, un
elemento de tierras raras usado en las baterías recargables y los catalizadores
de refinamiento, era de 129.167 yuanes (20.500 dólares) por tonelada en el
último trimestre de 2011, un 15 por ciento inferior al registrado entre julio y
septiembre, según datos de Shanghai Steelhome Information (Xinhua).
Obviamente la demanda presentada por la UE, EE.UU. y Japón continúa su
tramitación. El Ministerio chino de Industria y Tecnología de la Información,
anunció que estaba listo para defenderse de los alegatos en contra occidentales.
Según Mei Xinyu, investigador asociado de la Academia de Comercio
Internacional y cooperación económica.
China está cargada de razón para defender sus intereses nacionales,
imponiendo, si lo juzga oportuno, estrictos controles sobre sus exportaciones de
tierras raras, incluso si esto significa un aumento en los precios de estos
valiosos recursos. El problema es, que las normas de la OMC, de los Estados
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Unidos y Europa, son injustas y han sido elaboradas en beneficio de los
intereses imperiales de EE.UU. y sus vasallos. Sin embargo, cuando las reglas no
les benefician, acusan a los países en desarrollo de violar las reglas de la OMC si
tratan de proteger sus derechos legítimos.
No se debe olvidar que China
tiene el 38% de las reservas
mundiales, y que un aumento de
la demanda de un 10% anual
acabarían con las mismas a
medio plazo, situando a China
en posición de dependencia
respecto del extranjero, a lo que
hay que añadir todos los efectos
dañinos de la contaminación
medioambiental. En realidad,
EE.UU. y sus vasallos pretenden
mantener abierto el mercado de
tierras raras chinas a bajo
precio, hasta que hayan logrado
la puesta en marcha de sus
propias minerías. La industria
china de tierras raras, sería incapaz en el futuro de mantener un desarrollo
sostenible.
A largo plazo, una estrategia que combine la diversificación de las fuentes con el
uso eficiente y la aplicación de tecnologías de reciclado y sustitución, permitirá
a Occidente y a Japón superar su dependencia en el suministro de elementos de
tierras raras de China. Puede ser que se necesiten varios años, pero sucederá. Y
mientras tanto, la cooperación produciría resultados mucho mejores para
ambos lados.
Occidente y Japón tienen la posibilidad de ofrecer a China acceso a tecnologías
mineras sostenibles, así como a los sistemas de certificación, los cuales
ayudarían a reducir el comercio ilegal de minerales de tierras raras. Después de
todo, la disminución del daño ambiental que marcha aparejado a la explotación
de tierras raras y del negocio ilegal de tierras raras, son dos de las principales
preocupaciones del Gobierno chino con respecto a este sector. Compartir estas
tecnologías, a cambio de un acceso fiable a la oferta de tierras raras en los
próximos diez o quince años beneficiaría a ambas partes. Pero parece
improbable que esto suceda, el tablero geoestratégico en el que se juega la
partida entre China y EE.UU. por el acceso a la energía, hace difícil que pueda
darse una colaboración estrecha. Sobre todo si tenemos en cuenta que China es
una potencia en auge y los EE.UU. están declinando en todos los aspectos a
excepción del militar.
Hay otros temas relacionados con las materias primas en los que la colaboración
con los países industrializados beneficiaría a China, a las economías emergentes
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y a los países en desarrollo ricos en recursos naturales. Y también es cierto que
esta colaboración podría dar lugar a un sistema de cuotas de exportación, que
podría autoabastecer a China, además de hacer posible que deje de exportar
productos en bruto mejorando la producción de productos terminados de alta
tecnología. Además, la colaboración aseguraría el mantenimiento de un nivel de
precios aceptable debido a la gran demanda de estos materiales existente
Existen motivos válidos que explican, al menos en parte, la reacción de China:
1º Las tierras raras con recursos finitos muy valiosos y China consume más de la
mitad de su producción, y esta demanda está en aumento;
2º El proceso de extracción, separación y refinado es muy perjudicial para el
medioambiente y para la salud de las personas, lo que debe ser tenida en cuenta.
No debe olvidarse que alrededor del 50% de la población china reside en el
medio rural y su economía es agrícola;
3º China lleva más de 50 años explotando, comerciando e invirtiendo en
investigación y desarrollo científico de las tierras raras; por lo que sus reservas
han disminuido de manera sustancial y el daño al medio ambiente ha sido muy
grande por el tipo de explotación intensiva realizado.
La colaboración estaría muy bien, pero la
cuestión nunca ha sido una mera
controversia comercial, ya que para este
caso en particular poco importa si EE.UU.
puede lograr o no el autoabastecimiento de
tan preciados minerales. El conflicto
siempre ha sido por el control de recursos
estratégicos que pueden determinar el
destino de la hegemonía militar y el
impulso de la economía de un país. La
partida es la primacía del desarrollo y la
innovación tecnológica, una estrategia
basada en políticas de largo plazo
orientadas a la investigación y la
consolidación del desarrollo científico
chino. Si bien las medidas adoptadas por el
gobierno de Pekín, suspensión de la
producción y establecimiento de cuotas de
exportación, pueden parecer una “guerra comercial” contra sus principales
clientes para provocar un aumento del precio, no lo es en realidad.
La “guerra” por las tierras raras no ocupa el centro de las relaciones de China
con EE.UU., el nuevo y el viejo imperio. Pero en el ajedrez, un arte que los chinos
dominan desde hace siglos, las batallas por los flancos esconden la intención de
hacerse con el dominio del centro del tablero, que es la antesala de la victoria.