Download - Fry - Como Organizar El Tiempo
PROGRAMA “CÓMO ESTUDIAR” DE RON FRY
CÓMO ORGANIZARTE
MEJORSEGUNDA EDICIÓN
POR RON FRY
EditorialCareerPress
Franklin Lakes, NJ, Estados Unidos
Contenido
PrólogoComienza por el principio……………………………………………………………………………………………………. 5
Capítulo 1La necesidad de organizarse………………………………………………………………………………….…………… 19
Capítulo 2Organiza tu vida…………….…………………………………………………………………………………………………… 33
Capítulo 3Organiza tus estudios…………………………………………………………………………………………………………. 43
Capítulo 4Organiza tus meses, tus semanas y tus días…………………………………………………………………….. 59
Capítulo 5Manejo de los traumas cotidianos……………….……………………………………………………………………. 79
Capítulo 6Organízate para las clases………………………….…………………………………………………………………….. 89
Capítulo 7Organiza tus lecturas y tus trabajos escritos…………………………………………………………………… 105
PRÓLOGO
Cómo organizarte mejor:
Comienza por el principio
STE AÑO MARCÓ OTRO HITO muy importante en la evolución a lo
largo de una década de mi programa “Cómo Estudiar”1: el relanzamiento de
nuevas ediciones de volúmenes clave como el mismo Cómo estudiar mejor,
ahora en su quinta edición; la cuarta edición de Cómo mejorar tu memoria,
Cómo mejorar tu lectura, Cómo mejorar tu redacción y Aprueba tus
exámenes sin esfuerzo; y una segunda edición de Cómo organizarte mejor.
1 Nombre original del programa: “How to Study Program”.
Sin embargo, Cómo tomar apuntes, Cómo organizar mejor tu tiempo y
Cómo utilizar mejor tu computador, aunque todavía se pueden encontrar, no
fueron revisados este año.
Me siento sinceramente orgulloso, y algo sorprendido también, por que
Cómo estudiar mejor ya está cumpliendo su segunda década. Lo anterior
porque a la mayoría de los escritores les gustaría que sus libros estuvieran
siempre vigentes, pero la realidad es que la mayor parte va a parar al rincón de
los cachureos mucho antes de lo que nos gustaría (o que admitimos).
5
¿Por qué razón esta serie de manuales de estudio se ha convertido en la más
vendida de todos los tiempos? ¿Por qué no solo los estudiantes, sino que
también sus padres, quienes quieren que les vaya bien a toda costa, necesitan
tanto estas guías? Porque, en esencia, se han mantenido todas las condiciones
de las que he estado hablando por todo el país desde 1988; incluso han
empeorado:
1. A pesar de los pequeños avances que se han logrado en el último tiempo
con respecto a los puntajes de las pruebas, los estudiantes
estadounidenses todavía obtienen resultados mucho más bajos en
comparación a otros países, especialmente en lo que se refiere a las áreas
científicas y matemáticas.
2. Cuando los padres estadounidenses votan, la mayoría indica que la
prioridad número uno del país consiste en mejorar la educación pública.
Esos mismos padres no piensan que los establecimientos educacionales
públicos estén haciendo un buen trabajo, porque no enseñan mucho a los
niños.
3. Los empresarios líderes continúan quejándose de que son demasiados los
candidatos a su primer trabajo que no son capaces de leer, escribir, sumar
o multiplicar. ¡Muchos ni siquiera pueden llenar los formularios de
postulación! En consecuencia, las empresas gastan millones de pesos
entregándoles a sus empleados las herramientas básicas que deberían
haber aprendido en el colegio.
Resulta casi inevitable que estas condiciones continúen empeorando, lo que
significa que los problemas tradicionales que más afectan la capacidad de los
alumnos para aprender (salas llenas, falta de recursos como computadores y
nuevas tecnologías y escasez de profesores bien preparados) seguirán
frustrando a aquellos que quieren aprender pero que necesitan ayuda.
Por lo anterior, desafortunadamente, continuarán necesitándose los libros
de mi Programa “Cómo estudiar”, ya que estos ofrecen la ayuda precisa que la
mayoría de los alumnos necesita y que los padres exigen.
Entonces, ¿quién eres tú?
Muchos de ustedes son estudiantes, no solo los alumnos de enseñanza
media que siempre pensé que constituía mi grupo de lectores, sino que también
alumnos de enseñanza básica preparándose para ingresar a media y jóvenes
que están empezando su educación media (lo que expresa algo muy positivo de
su motivación y éxito futuro).
Varios de ustedes son adultos volviendo a estudiar y otros han estado
mucho tiempo alejados de los estudios, pero si pudieran aprender ahora las
técnicas de estudio que sus profesores nunca les enseñaron, les iría mejor en
sus carreras, en especial si supieran cómo recordar las ideas clave de su
presentación o los nombres de sus clientes.
Montones de ustedes son padres con la misma preocupación: “¿Cómo
puedo hacer que Matías mejore en el colegio? Si ni siquiera se acuerda de mi
cumpleaños, ¿cómo se va a acordar de su próxima prueba de trigonometría?”
Quiero dirigirme brevemente a cada uno de los lectores de este libro para
analizar algunos de los factores que los afectan:
Si eres alumno de enseñanza media
Te deberías sentir especialmente cómodo tanto con el lenguaje como con
el formato de este libro. Presenta oraciones y párrafos relativamente cortos,
algunos títulos y subtítulos (esperemos) divertidos y un vocabulario extenso
pero no exorbitante. ¡Lo escribí pensando en ti!
Si estás ingresando a la enseñanza media
Aprender ahora a organizar tanto tus estudios como tu vida es clave para
tener éxito en este momento y en el futuro. Estás tratando de aprender a
estudiar precisamente en el momento adecuado. Los cursos sexto, séptimo y
octavo, antes de que des el salto a veces cósmico a la enseñanza media,
constituyen, sin lugar a dudas, el período en que se deberían manejar todas
estas técnicas de estudio. Si eres lo suficientemente serio como para estar
leyendo este libro, no creo que tengas problemas con los conceptos o el
lenguaje.
7
Si eres un alumno universitario “tradicional”
Si has pasado de la enseñanza media a la universidad, aprender a
organizar tu vida y tus estudios no solo es una buena idea, sino que será lo
único que te permita sobrevivir; confía en mí. No te puedes ni imaginar lo
ajetreada que estará tu vida una vez que asistas a tu primera clase en la
universidad y te entreguen tu carga académica… y sepas de las actividades
extraprogramáticas… y de las deportivas… y las relacionadas con el trabajo.
Si es el padre o la madre de un estudiante de cualquier edad
Seguramente, el establecimiento educacional de su hijo le está enseñando
muy poco a su hijo sobre cómo estudiar, lo que significa que no está
aprendiendo a aprender. Lo anterior se puede traducir como que su hijo no está
aprendiendo a tener éxito.
¿Es esa la misión de las escuelas y colegios? Absolutamente. Después de
todo, en el país se gastan miles de millones de pesos tanto en educación
primaria como en secundaria y por ese dinero deberíamos obtener mucho más
que una posible graduación, algunas porristas y un anuario.
¿Qué pueden hacer los padres?
En la realidad son los padres los que se preocupan más que sus hijos. Esto
lo digo porque los primeros que llaman a las radios o a la televisión durante mi
participación generalmente son padres sinceros y preocupados preguntándome
“¿Qué puedo hacer para que a mi hijo le vaya bien en el colegio?” Por eso, aquí
están las reglas para los padres de alumnos de cualquier edad.
1. Establezca un área de trabajo, libre de distracciones, bien iluminada
y con todas las herramientas necesarias a la mano.
2. Establezca una rutina de trabajo en la que se determine el
momento y el lugar. Tiene que ser a la misma hora, en el mismo lugar,
todos los días.
8
3. Establezca prioridades de trabajo, aunque, en realidad, solo
dictamine que el trabajo es la prioridad, antes de cualquier cita, antes
de la TV, antes de salir a jugar, antes que todo.
4. Haga de la lectura un hábito, no solo para ellos, sino que también
para usted, suponiendo que todavía no lo es. Los niños inevitablemente
imitan lo que usted hace, no lo que dice (incluso cuando les prohíba
hacer lo que usted está haciendo). Por eso, si sigue molestándolos con
que lean mientras usted mira la quinta teleserie de la tarde, ¿qué
mensaje cree que le está dando?
5. Apague la TV o, al menos, determine el momento y el tiempo
apropiados para mirarla. Esa puede resultar la tarea más difícil.
Créame, tengo un hijo de 11 años, así que lo sé, pero haga lo mejor que
pueda.
6. Hable con los profesores y averigüe qué es lo que se supone que
deberían estar aprendiendo sus hijos. Si no lo hace, no podrá
supervisarlos. Incluso podría estar enseñándole lo contrario a lo que les
está entregando el profesor.
7. Incentive y motive, pero no los persiga para que hagan sus tareas.
Simplemente, no funciona.
8. Supervise su trabajo, pero no caiga en la trampa de hacer sus tareas.
9. Felicítelos cuando lo hagan bien, pero no cuando el resultado sea
mediocre. Los niños saben cuando se los está subestimando.
10. Hágalos ver la realidad (esto va para los estudiantes más
grandes). Está bien, admito que esto resulta casi tan difícil como
apagar la TV, pero si aprenden y se dan cuenta de que en la vida real a
nadie le importarán sus notas, sino lo que saben y pueden hacer, se
ahorrarán muchas lágrimas (probablemente las suyas). Puedo
asegurarle que nunca resulta prematuro (aunque debe hacerse con
cuidado) enseñarle a su hija genio que la vida no es justa.
11. Si puede costearlo, adquiera un computador para su hijo y
todo el software que pueda manipular. Muchas personas lo han estado
repitiendo por años, incluyéndome a mí, y realmente no hay
alternativa: sus hijos, sin importar la edad, deben manejar la tecnología
(los computadores) si quieren, al menos, sobrevivir tanto dentro como
fuera del colegio.
9
Un estudio realizado durante diez años arrojó recientemente que los niños
que manejan los computadores aprenden más rápido y obtienen mejores
resultados.
12. ¡Apague la TV de inmediato!
13. Conéctese. Internet es el mejor invento de nuestra época y una
herramienta increíble para los alumnos de todas las edades. Aunque es
imposible enumerar unos pocos sitios de utilidad en un libro tan
pequeño como este, los padres de niños tanto de educación básica
como de media deberían estar al tanto de los siguientes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Portada
http://es.encarta.msn.com/
http://monografias.com/
www.icarito.cl
La importancia de su participación
No subestime la importancia de su compromiso con la educación de su hijo
ni por un minuto, ya que es absolutamente esencial en su éxito futuro.
Aunque parezca sorprendente, los resultados de todos los estudios
realizados en las últimas tres décadas con respecto a los factores que afectan el
rendimiento de los niños en el colegio demuestran claramente que lejos el más
importante es la participación de los padres. La influencia del tamaño del
establecimiento, el dinero destinado a cada niño, la cantidad de alumnos y el
número de profesores eficientes (o pésimos) es mucho menor. Sí, todos los
factores influyen, pero ninguno es tan relevante como su compromiso. Por eso,
le ruego que se dé el tiempo para leer este libro (y todos los demás de la serie,
especialmente Cómo estudiar mejor). Sepa lo que sus hijos deberían estar
aprendiendo (y cuáles otros libros, relacionados con un tema específico,
necesitan más). De esta manera, los estará ayudando tremendamente, aun
cuando usted no haya sido un muy buen alumno, aun cuando no haya aprendido
estrategias de estudio muy adecuadas.
Puede aprovechar ahora para aprender junto a su pupilo; no solo lo
ayudará a él en el colegio, sino que también le servirá a usted en su trabajo, sin
importar su campo.
10
Si eres un estudiante no tradicional
Si vas a volver al colegio, a la universidad o vas a cursar un postgrado a
los 25, 45, 65 u 85, ¡probablemente necesitarás la ayuda de mis libros más que
nadie! ¿Por qué? Porque mientras más tiempo hayas permanecido alejado de los
estudios, más probable será que no te acuerdes de lo que has olvidado. ¡Y
seguramente se te ha olvidado lo que se supone que tenías que recordar! Así
como subrayo que pocas veces es demasiado pronto para aprender hábitos
adecuados de estudio, también debo destacar que nunca es demasiado tarde.
Si estás regresando a los estudios, aún cuando tomes una carga menor de
cursos, a la vez que trabajas, sostienes a una familia o ambas situaciones, te vas
a ver enfrentado a ciertos problemas que la primera vez que estudiaste
posiblemente no tuviste:
Presiones relacionadas con el tiempo y con el dinero. Seamos
honestos, cuando solo tenías que preocuparte de ir al colegio, debe haber sido
más fácil que estudiar, tener una familia y trabajar para ganarse la vida, todo al
mismo tiempo (¡y lo era!). Manejar todas las técnicas de administración del
tiempo resulta incluso más importante si se quiere lidiar con todas las
responsabilidades que implican una carrera, la familia, los clubes, los amigos,
etc., junto con el compromiso con el estudio. La administración del dinero puede
perfectamente considerarse otra habilidad esencial, ya sea para encontrar la
manera de pagarle a alguien para que cuide a los niños (algo de lo que
probablemente no tuviste que preocuparte la primera vez que estudiaste) o para
cumplir con todas tus responsabilidades, a la vez que le restas horas al trabajo
para dedicarlas a la educación.
Temores a la insuficiencia autoimpuestos. Es muy posible que te
convenzas de que simplemente estas “fuera de práctica” en relación a todo lo
que implica el estudio. ¡Ni siquiera te acuerdas para qué sirve el destacador!
Aunque una pequeña parte de estos miedos es válida, la mayoría no lo es.
La parte aceptable es que estás regresando a un ambiente académico del
que puedes haber permanecido alejado por una década o dos y es difícil (lo que
analizaré en mayor profundidad en los párrafos siguientes) al mundo laboral
diario.
11
Es solo cuestión de algunos ajustes lo que, créeme, tomará solo unos días, si es
que no horas, para disipar los miedos. Pero sospecho que a lo que realmente le
temes es al hecho de que ya no te encuentras con esa “mentalidad” escolar,
que no “piensas” de la misma manera o, lo que quizás está más relacionado con
este libro, que las habilidades que necesitas están un poco oxidadas.
En mi opinión, dichos temores no tienen fundamentos, ya que has estado
pensando y actuando por varios años, a lo mejor con mucho éxito, por lo que en
realidad es ridículo pensar que los estudios van a ser tan diferentes. No va a ser
así, así que relájate. Además, si estás pensando que tus técnicas de estudio
están un poco oxidadas, ten en cuenta que las has estado utilizando diariamente
en tu trabajo sin haberlo notado. Si con lo anterior todavía no te convences,
puedes refrescar tu memoria con mi programa “Cómo estudiar”, gracias al cual
es posible que aprendas más sobre el estudio de lo que hayas olvidado.
Tal vez te preocupe que la planta de energía académica no funcionó muy
bien la primera vez que lo intentaste otra vez. Bueno, tampoco les pasó a
Edison, Einstein o a un grupo de otras personas medianamente exitosas. Toma
en cuenta que desde la última vez que estudiaste has cambiado de manera
significativa, ¿o no? Has tenido varios trabajos, criado hijos, ahorrado dinero y
asumido más y más responsabilidades. ¡Ahora concéntrate en el hecho de que
en este momento estás muchísimo mejor capacitado que antes!
Sensación de estar “fuera de tu elemento”. Se trata de un miedo un
poco distinto; el miedo a no encajar. Después de todo, ya no tienes 18 años. Sin
embargo, tampoco los tienen la mitad de los universitarios de hoy. En serio, el
50% de los alumnos universitarios es mayor de 25 años. La verdad es que
probablemente ahora te sientas más en tu elemento que la primera vez.
Diferente percepción de los profesores. Esto se convierte en un punto
a favor. Dudo que ahora le tengas miedo al profesor. Lo peor que puede pasarte
es que lo veas como a un igual. A lo más, lo vas a considerar más joven y no
necesariamente tan exitoso o experimentado como tú. En cualquiera de los
casos, es posible que no estés dispuesto a tratar a tus profesores de la
universidad como si fueran todopoderosos.
Diferencias en la vida académica. La vida académica es más lenta que
el mundo “real” y puede que tú te estés moviendo mucho más rápido en
comparación a su ritmo normal.
12
Cuando tenías 18, una tarde sin clases significaba un juego de ping pong; ahora
podría significar ponerse al día con una semana de trámites atrasados, cocinar
(y congelar) para una semana, y(o) escribir cuatro informes para la semana
anterior. No esperes que porque tu programa sea acelerado la vida en el campus
se acelere en respuesta. Tendrás que acostumbrarte a personas y sistemas que
se interesan muy poco por la velocidad.
Algunos pensamientos con respecto al aprendizaje
El aprendizaje no debería resultar doloroso y ciertamente no es necesario
que sea aburrido, aunque la mayoría de las veces resulte tener ambas
características. Sin embargo, no necesariamente va a resultar maravilloso y
fácil. En ocasiones vas a tener que esforzarte mucho para solucionar un
problema o para sacar un proyecto adelante. Así es la vida.
También es cierto que no todo es tan obvio y fácil de entender. De hecho,
reina la confusión. Convéncete de que es normal y aprende a sobrellevarlo. Si en
verdad piensas que se supone que debes entender todo lo que leas a la primera,
te estás engañando. El hecho de que te demores en aprender algo no significa
que tengas un problema. Puede ser que se trate de un tema al que a todos les
cueste.
Un alumno eficiente no se asusta cuando no entiende algo de inmediato.
Por el contrario, se toma su tiempo, toma las medidas pertinentes y sigue
confiado en que en algún momento se le va a encender la ampolleta.
Con frecuencia, los padres me preguntan “¿Cómo puedo motivar a mi hijo
adolescente?” Lo primero que contesto es que “Si conociera la respuesta a esa
pregunta, me habría jubilado con mucho dinero hace harto tiempo”. Sin
embargo, estoy seguro de que existe una respuesta, pero no se trata de algo
que los padres puedan hacer; es algo que tú, como estudiante, tienes que
decidir: ¿te vas a pasar el día interesado y atento o indiferente y aburrido?
Es tan simple como eso. ¿Por qué no cultivar la actitud de que de todas
maneras tienes que ir al colegio, por lo que, en vez de estar aburrido o sentirte
miserable mientras estés ahí, puedes permanecer activo y aprender tanto como
sea posible?
13
La diferencia entre una nota 5 y un 6 y un 7 para muchos alumnos reside
en, estoy segurísimo, el simple hecho de querer que les vaya mejor. Como repito
constantemente en mis entrevistas, resulta inevitable que termines renunciando
a los estudios y te darás cuenta muy pronto de que es muy importante lo que
sabes y lo que eres capaz de hacer. Las notas ya no van a valer nada, así como
tampoco las pruebas. De manera que tienes dos opciones: o aprendes todo
ahora o te lamentas más tarde.
¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo “No sé para qué me doy la lata de
aprenderme esta fórmula (o materia) si nunca la voy a volver a usar”?. No me
gusta andar haciendo aterrizar a las personas, pero, a menos que tengas en tus
manos la patente de algún gran invento para leer el futuro, no tienes idea de lo
que necesitarás saber mañana o la próxima semana, menos el próximo año o la
siguiente década.
A mí me ha sorprendido la cantidad de veces en que me he visto
realizando actividades sin ningún propósito específico en mente (excepto,
quizás, ganar dinero), las que años después han llegado a ser no solo
invaluables en mi vida o carrera, sino que también básicas. ¿Cómo iba a saber,
cuando tomé alemán como electivo en la enseñanza media, que la exhibición
comercial internacional más importarte en relación a publicidad literaria, mi
campo, tenía lugar en Frankfurt… Alemania? ¿O que las técnicas básicas que
aprendí durante el año que trabajé como contador (mientras escribía mi primer
libro) se volverían fundamentales cuando más tarde comencé cuatro empresas?
¿O cuán importantes serían las matemáticas al vender y negociar a través de los
años? (Ok, lo admito: no he utilizado una ecuación diferencial en 20 años, pero,
¡ey! ¡Nunca se sabe!)
En consecuencia, apréndelo todo. Y no te sorprendas si el tema que habías
catalogado como “el que menos posibilidades tiene de ser requerido” termine
convirtiéndose en la clave para tu propia fama y fortuna.
Existen otros manuales de estudio
Aunque sigo con la convicción de que mi programa “Cómo estudiar” constituye
el más útil para la mayoría de las personas, lo que no es muy modesto de mi
parte, hay otros supuestos libros de estudio en el mercado.
14
Por desgracia, creo que muchos de ellos no cumplen lo que prometen. De hecho,
me estoy comenzando a enojar por la creciente cantidad de manuales que
aseguran “el camino seguro a los 7” o algo así. Esos son los libros que rechazan
las maneras más acertadas para estudiar y aprender con el “Bueno, eso nunca
funcionó para mí” como si esa fuera una razón válida para desecharlas, como si
nos importara que al autor no le sirvieron. Todos estos trabajos promocionan el
“sistema” de sus autores, lo que por lo general significa lo que ellos hicieron
para lidiar con los estudios.
Este “sistema”, sin importar si es básico y tradicional o terriblemente
estrafalario, puede o no funcionar para ti. Entonces, ¿qué haces si “su” manera
de tomar apuntes no tiene sentido para ti? ¿O si logras manejar sus grandiosos
“Súper símbolos de estudio para el alumno” y aún así solo obtienes notas 5?
No me quiero convertir en el despotricador de Villegas, pero hay muy
pocos “aciertos” y “desaciertos” en el campo de los estudios. Ciertamente, no
existe un única forma “acertada” para abordar las pruebas de opción múltiple o
para tomar apuntes. Así que no te engañes pensando que sí la hay,
especialmente si lo que tú estás practicando parece funcionar para ti. No
cambies lo que te da resultados, porque un gurú autoproclamado del estudio
asegura que lo que estás haciendo no es lo correcto.
Quizás sea él el que está errado. Después de todo, si su sistema te
funciona, lo único que realmente significa es que comparten los mismos gustos,
aversiones, talentos o habilidades.
Y esto no debería decirlo, pero no leas mis libros buscando la Verdad, ese
sistema único que le funciona igual a todos, porque no la encontrarás.
Simplemente, no existe. Lo que sí vas a encontrar es una plétora de técnicas,
consejos, trucos y ardides, de los cuales algunos te van a servir, mientras que
otros no. Elige, cambia y adapta, averigua lo que es apto para ti, porque tú eres
el responsable de crear tu propio sistema de estudio, no yo.
Obviamente, en ocasiones voy a hablar sobre “mi manera” de llevar algo a
cabo. Incluso puedo sugerir que ofrece algunas ventajas en comparación a
maneras alternativas para realizar lo mismo, pero eso no significa que sea una
clase de regla fija cuya desviación del programa de estudio de Ron Fry merezca
la pena de muerte.
15
He utilizado la frase “estudia bien, no más” como un slogan publicitario
para el programa “Cómo estudiar” durante casi diez años. Entonces, ¿qué
significa para ti? ¿Que garantizo que emplearás menos tiempo estudiando? ¿O
que la menor cantidad de tiempo constituye lo mejor? ¿O que se supone que
estudiar siempre debe resultar fácil? Para nada. Significa que el estudio
ineficiente es perder minutos que podrías destinar a realizar otras actividades
(probablemente más entretenidas) y que lograr estudiar en poco tiempo y de
una manera eficiente constituye un objetivo realista, que vale la pena y que es
alcanzable. Yo sé lo que es el trabajo duro, pero tampoco soy un monje
marginado a quien la autoflagelación lo hace crecer. ¡Trato de que mi trabajo no
sea más difícil de lo que ya es!
www.study.com
En 1988, cuando escribí la primera edición de “Cómo estudiar”, la
compuse, formateé e imprimí (ahora tomen aire) en un computador personal. Sí,
chicos y chicas, en esos días, estaba surfeando una ola que no llegaría a su orilla
hasta unos años más tarde. La mayoría de las personas no tenía un computador,
menos una red vecina y DSL (Línea de Suscripción Digital), ni navegaba en la
Web (fuera lo que fuera eso) ni chateaba ni enviaba mensajes instantáneos a los
amigos ni… ya entendiste la idea.
A menos de que hayas estado viviendo en una cueva que a Bill Gates se le
haya olvidado conectar, aquellos días ya han terminado y tú deberías celebrarlo
aunque no tengas idea de lo que era el sistema DOS (¿o es? ¿o podría ser?). Lo
anterior, porque la expansión de los computadores personales, y lo que es más,
de Internet, ha hecho evolucionar el ámbito de los estudios desde la Edad Media
a la Era de la Información en solo diez años.
Por lo tanto, te encontrarás con que en todos mis libros doy por sentado
que tienes un computador y que sabes cómo usarlo (para tomar apuntes, leer,
redactar informes, realizar investigaciones y mucho más).
16
Hay varias tareas que pueden resultar difíciles de llevar a cabo en un
computador, y voy a señalarlas, pero ni por un segundo pienses que no te va a
ayudar tremendamente, sin importar tu edad ni tus notas.
En cuanto a Internet, la red ha revolucionado el campo de la investigación
de una manera desorbitante. Ya sea que te encuentres escribiendo un informe,
unificando una lista de material de lectura, estudiando para la PSU o
simplemente tratando de organizar tu vida, Internet se ha convertido en una
herramienta más valiosa que la biblioteca más completa del mundo. De hecho,
es la biblioteca más completa del mundo… incluso más que eso. Entonces, si no
eres un entendedor de Internet (sí, me estoy dirigiendo a los padres, ¿no se
dieron cuenta?), admite que eres un tonto, consigue un libro (sobre Internet,
obvio) y conéctate. De otra manera, te estarás perdiendo demasiados recursos y
estudiando demasiado duro.
En caso de que estuvieras preguntándote
Antes de comenzar a abordar los consejos y técnicas necesarios para
recordar lo que sea que se necesite recordar, en el momento preciso, déjame
aclarar dos aspectos importantes acerca de todos mis libros de estudio.
En primer lugar, creo en la igualdad de los géneros, tanto en la escritura
como en la vida misma. Por desgracia, encuentro que las estructuras como “él o
ella” “el/la” o “chic@” son un poco incómodas y, por esa razón, he intentado
soltar al azar los pronombres de ambos géneros a lo largo del texto.
En segundo lugar, encontrarás muchos consejos, ejemplos, listas, frases y
secciones que se repiten en dos o más de mis libros. Con respecto a este libro,
Cómo organizarte mejor es en gran parte un resumen de todas las técnicas
de manejo del tiempo, de toma de apuntes y de organización analizadas en
todos los demás trabajos y, como tal, duplica lo que contienen las obras Cómo
tomar apuntes y Cómo organizar mejor tu tiempo, ninguno de los cuales
ha sido actualizado hasta ahora. Entonces, si compraste este manual, entonces
no necesitas comprar los otros dos.
17
Habiendo aclarado la situación, puedo garantizar que las casi 1.200
páginas de mi programa “Cómo estudiar” comprenden el sistema de estudio
más completo, más integral y más variado que se haya publicado hasta el
momento. He intentado crear un sistema útil y práctico, susceptible de ser
aprendido; un sistema que tú puedas utilizar, sin importar tu edad, capacidad de
estudio e incluso tu CI, para que te comience a ir bien en los estudios, en el
trabajo y en la vida inmediatamente.
La necesidad de
organizarse
IN IMPORTAR SI ERES un estudiante de enseñanza media que está
comenzando a sentirse exhausto, un universitario lidiando con cinco ramos y un
trabajo de medio tiempo o un padre que trabaja, asiste a clases y cría a una
familia, un sistema de organización simple y fácil de seguir resulta crucial para
salir adelante. Además, a pesar de la tendencia natural a reclamar que
simplemente no cuentas con el tiempo para programar, enumerar y dejar
registradas las actividades por realizar, también constituye la mejor manera de
ganar más tiempo.
Destinarle tiempo a ganar tiempo
Estoy seguro que muchas de las personas que están leyendo este libro,
también se encuentran luchando por cumplir con todas sus responsabilidades y
compromisos, que aumentan cada día.
19
Algunos pueden estar sintiéndose tan sobrepasados que ya se han rendido y lo
peor es que posiblemente no se han dado cuenta de que es su propia culpa: si
se esforzaran más, le destinaran más tiempo a sus informes y tareas, y visitaran
más la biblioteca, todo funcionaría mejor.
Si se resignan a pasar todas las noches en vela, tratando de estudiar toda
la materia de una sola vez y se olvidan de ciertas actividades que restan tiempo
como comer y dormir… es decir, si tratan de hacer todo de una sola vez, incluso
cuando lo que hay que realizar es demasiado, sin aprender los métodos
necesarios para controlar tu tiempo, lo más probable es que exploten.
¿Cuándo termina esto?
Tomando en cuenta las clases, las tareas, un trabajo de medio tiempo o de
tiempo completo, además de todas las oportunidades de recreación y de
entretención, la vida de un estudiante puede volverse muy agitada. Pero, confía
en mí, no se hace más fácil cuando te gradúas.
La mayoría de los adultos te dirá que todo se torna más complicado.
Siempre habrá un jefe esperando que trabajes hasta más tarde, hijos que
necesitan ser alimentados, vestidos y llevados al doctor, hobbies e intereses
personales, actividades sociales, cursos que tomar, etc., ¿captaste la idea?
Si ese es tu caso, lo más seguro es que no tenga que decirte lo importante
que es la organización, ¿o sí?
Necesitas días más largos
Una vez le pregunté a una alumna muy ocupada si le gustaría contar con
más tiempo y me contestó bromeando que se alegraba de que el día solo
tuviera 24 horas, porque, si tuviera más, no tendría ninguna excusa para no
cumplir con todo.
Déjame darte una buena noticia: existe una forma de lograr más en menos
tiempo y ni siquiera debes trabajar más.
20
Puedes programarte por adelantado y realizar elecciones conscientes
acerca de la manera en que emplearás tu tiempo y de la cantidad que le
dedicarás a cada actividad. Puedes ejercer más control sobre tu día en lugar de
estar siempre corriendo contra el tiempo para alcanzar a lograr todo lo que te
has propuesto.
Ahora las malas noticias: el primer paso para comenzar a manejar tu
tiempo debería ser decidir lo que es importante… y lo que no lo es tanto.
Aunque pueda parecer difícil, a veces es necesario que reconozcamos
sinceramente que no podemos hacerlo todo y descartar de nuestras ocupadas
agendas aquellas actividades que no tienen tanta relevancia, de modo que
podamos dedicarle más energías a las que sí la tienen.
Quizás te guste tanto la música que quieras pertenecer a la orquesta, al
grupo de jazz y al coro del colegio, además de tocar con tu propia banda los
fines de semana, pero, ¿es realista realizar todas estas actividades?
Por otra parte, tal vez tu trabajo en la tienda del centro comercial te
signifique un descuento del 20% en la ropa que quieras comprar, pero si
trabajas ahí cuatro días a la semana, asistes a 15 horas semanales de clases y
además realizas ayuda comunitaria los fines de semana, ¿a qué hora piensas
estudiar?
Si tienes una familia que criar, estás trabajando medio tiempo y, además,
cuentas con una carga académica casi completa, probablemente ya sea hora de
curarte del síndrome de súper mamá.
¿O solo es necesario planificarse un poco más?
Aunque sigamos los consejos anteriores, a veces aún así la mayoría de
nosotros tiene que cumplir con todo, lo que no resulta fácil si incluimos clases,
tiempo de estudio, compromisos laborales, actividades extracurriculares y vida
social.
El plan de organización que propongo en este libro se ha diseñado
especialmente para los estudiantes. Independientemente de que seas un
alumno de enseñanza media o de pregrado, un alumno “tradicional” o uno que
ha decidido regresar a los estudios después de haber estado en la “vida real”
por varios años, te encontrarás con que se trata de un programa asible que sin
duda te funcionará.
21
Además, permite flexibilidad; de hecho, te recomiendo adaptar cualquiera de
mis consejos a tus propias necesidades, lo que significa que el programa te
servirá tanto si compartes un cuarto con un compañero, como si vives en una
casa de estudiantes o si tienes un cónyuge e hijos. Te aseguro que puedes
aprender a equilibrar los estudios, el trabajo, la diversión e incluso las
responsabilidades familiares.
El propósito de este libro es ayudarte a tomar decisiones sobre lo que
realmente es importante, a plantearte metas, a organizar y programar tu
tiempo, y a encontrar la motivación y autodisciplina necesarias para cumplir con
la programación y lograr esas metas, lo que te permitirá ahorrar tiempo para
destinarlo a aprender todas las otras técnicas de estudio de las que escribo.
¿No sería grandioso contar con tiempo extra, en lugar de estar siempre
corriendo contra el tiempo? ¿Sentir que tienes control sobre tu agenda, tus
estudios, tu vida… en lugar de pasar de compromiso en compromiso, de clase
en clase, de tarea en tarea, como una bola de billar enloquecida? Es posible.
No voy a emplear mucho tiempo tratando de convencerte de que se trata
de una idea “entretenida”; no es muy fácil volverse loco por los calendarios y las
listas de actividades por realizar. Levantarte una mañana con la genial idea de
que organizar tu vida es lo más entretenido que hay no va a suceder, pero
espero que sí lo harás si te convenzo de que la organización eficiente dará sus
frutos y de manera bastante concreta.
Asumiendo que todo lo anterior es cierto (y puedo apostarlo), a menos que
tengas razones demasiado buenas, si no tienes una idea clara de los beneficios
que te puede traer una organización eficiente, lo más probable es que te resulte
difícil mantenerte motivado para hacerlo. Tiene que volverse un hábito, algo que
lleves a cabo sin pensarlo, pero también algo que realices sin excepciones.
Más trabajo, menos tiempo ¡y más diversión!
Un sistema de organización o de administración del tiempo que satisfaga
tus necesidades puede ayudarte a cumplir con más compromisos en menos
tiempo.
22
Sin importar si tu prioridad es disponer de más tiempo libre del que tienes ahora
o mejorar tus notas, aprender a organizar tu vida y tus estudios te permitirá
lograr tus objetivos, por las siguientes razones:
Te sirve para poner en primer lugar lo que es más importante
¿Alguna vez has tenido que pasar una tarde entera llevando a cabo una
tarea que requería mucho trabajo para un curso fácil, solo para darte cuenta de
que no le habías dedicado el tiempo suficiente a una prueba crucial para un
ramo mucho más difícil? Está bien, si enumeras todas las actividades que tienes
que realizar y priorizas, te asegurarás de realizar las más importantes siempre,
incluso en esos días en que no cumples con todo.
Te sirve para evitar las trampas de tiempo
Las trampas de tiempo son aquellos acontecimientos inesperados que nos
sorprenden, en ocasiones (al parecer), todos los días. Son los incendios que
tienes que extinguir antes de que te vuelques a las actividades como estudiar.
Puedes caer en dichas trampas, porque aparentan ser urgentes… o porque
parecen divertidas. O te puedes pasar horas realizándolas… sin darte cuenta de
que estás estancado.
No hay forma de evadir todas las trampas de tiempo, pero un manejo
eficiente te puede ayudar a evadir la mayoría. Administrar el tiempo es como
prevenir los incendios, en lugar de combatirlos: te permite pasar de actividad en
actividad de forma sistemática en vez de que sea de crisis en crisis o de
capricho en capricho.
Te permite anticipar oportunidades
Además de permitirte balancear el tiempo de estudio con otras actividades
que demandan tiempo, un manejo adecuado de tu día puede hacer que las
horas que efectivamente le dedicas al estudio sean más productivas. Podrás
lograr más en la misma cantidad de tiempo o (mucho mejor), alcanzar más en
menos tiempo. Estoy seguro de que encontrarás la manera de ocupar esas horas
extra cada semana.
23
Imagina que tú y otro compañero están trabajando en el mismo informe
semestral, pero tú planeas los pasos a seguir por adelantado de manera de
comenzar y terminar antes, mientras que el otro alumno pospone incluso pensar
en el informe hasta una semana antes de la fecha límite. Si los dos no pudieran
encontrar todo el material que necesitaban en la biblioteca central, tú, que
comenzaste más temprano, tendrías la oportunidad de mandar a pedirlo. El
alumno que solo tenía una semana por delante no podría darse ese lujo ni
tampoco obtener la misma buena nota
Te da libertad y control
Al contrario de lo que piensan muchos alumnos, la administración del
tiempo es liberadora, no restrictiva. Un cierto control sobre parte de tu día te
permite ser flexible con lo que queda de él.
Por otra parte, podrás programar más tiempo libre en tu agenda. Por
ejemplo, tendrás muy claro y por adelantado que tienes una prueba enorme el
día después de la fiesta de tu amigo y, en lugar de tener que llamarlo para
contarle la triste realidad, podrás estudiar con anticipación e ir a la fiesta sin
sentirte culpable, sin siquiera pensar en la evaluación.
Te ayuda a evitar los conflictos de tiempo
¿Alguna vez has experimentado la siguiente historia de terror? Sales a las
5:30 pm clases, te acuerdas de que al día siguiente tienes que entregar una
tarea larguísima de matemáticas y es en ese momento también cuando te das
cuenta de que no tienes el tiempo para hacerla, porque tienes un ensayo de
música a las 6 pm. Luego recuerdas que tu juego de béisbol está programado
para las 7 pm… justo antes de esa cita que acordaste meses antes (que se te
había olvidado por completo hasta que llegaste a la casa y encontraste un
mensaje no tan amoroso en tu máquina contestadora).
El simple hecho de anotar todas tus actividades, responsabilidades y
compromisos en un solo lugar te sirve para evitar programar dos cosas al mismo
tiempo. Si surgen conflictos de tiempo te darás cuenta por adelantado y podrás
reorganizarte.
24
Te ayuda a evitar sentirte culpable
Cuando sabes todo lo que tienes que estudiar y lo tienes programado,
puedes relajarte, ya que estás seguro de que lo lograrás. Es mucho más fácil
olvidarte de los estudios si ya has planificado el tiempo para ellos. Si no cuentas
con un plan para terminar con el trabajo que estás llevando a cabo, podrías
sentirlo como tu cruz, incluso cuando no estés realizándolo precisamente. ¡En
lugar de estar pensando todo el tiempo en estudiar, mejor ponte a estudiar!
La administración efectiva del tiempo también te permite tener tu
conciencia tranquila: cuando ya has estudiado lo que debías estudiar, puedes
disfrutar de verdad tu tiempo libre sin sentirte culpable porque no lo estás
dedicando al ámbito académico.
Te permite evaluar tus avances
Si estás al día con tus lecturas y tareas nunca te verás sorprendido con las
fechas límite. Por ejemplo, si has planificado todo el semestre y sabes que
tendrás que leer un promedio de 75 páginas semanales para seguir el ritmo de
las clases y solamente leíste 60 páginas esta semana, no necesitas una
calculadora para darte cuenta de que estás un poco atrasado. Además que
resulta bastante simple planificar un poco más de tiempo para leer la semana
siguiente, de manera que puedas ponerte al día. Por otra parte, si lees solo
cuando esto no perjudica tu tiempo libre (es decir, cuando no existe conflicto
con tu programa de televisión favorito) o cuando estás muy cansado, nunca
sabrás si estás atrasado o adelantado (¡pero te apuesto que será lo primero!).
Entonces, un día te das cuenta de que tienes tiempo para leer hasta el capítulo
7… hasta la hora de almuerzo.
Te ayuda a apreciar el panorama general
La administración efectiva de tu tiempo te permite una apreciación
general del semestre. En lugar de que te sorprendan con la guardia baja cuando
se acercan tiempos acelerados, serás capaz de programarte por adelantado,
semanas por adelantado, cuando tengas que rendir pruebas o entregar trabajos
en más de un ramo.
¿Por qué no terminar ese ensayo de cultura alemana unos días antes de
manera que no represente un obstáculo cuando tengas que entregar dos
ensayos a la vez… o cuando quieras ir a la nieve por un fin de semana?
25
Los conflictos pueden solucionarse mucho más fácilmente si los prevés y haces
algo por eliminarlos.
Te ayuda a apreciar el panorama aún más general
Planificarte por adelantado y contar con una visión global de tu curso te
permite ver la manera en que tus cursos aportan a tu educación. Por ejemplo, si
sabes que debes tomar química, biología y farmacología para poder optar a
enfermería y que los ramos que tengas más tarde se basarán en ellos, al menos
podrás saber la razón por la cual esas clases son requeridas en tu carrera de
pregrado, incluso cuando no te gusten mucho.
Te sirve para aprender cómo estudiar de una forma más inteligente, sin
esforzarte más
A veces los alumnos piensan que administrar su tiempo simplemente
significa dividirlo, destinando la misma cantidad de tiempo a estudiar, a las
clases y a las fiestas, solo intercambiando los segmentos de tiempo de manera
que todo esté “más organizado”.
Lo anterior solo es una verdad a medias, ya que un aspecto clave en el
manejo adecuado del tiempo es aprender a priorizar las tareas. Sin embargo,
esta visión simplista ignora uno de los beneficios más valiosos de tomar control
de tu tiempo: resulta perfectamente plausible que te encuentres tan bien
organizado, que hayas priorizado tan bien y que estés en tan buen control de tus
días que te puedas dar el lujo de dedicarle menos tiempo al estudio, obteniendo
mejores notas y contando con más horas para dedicarlo a otras actividades,
como las extracurriculares, los hobbies, las películas, lo que sea.
No se trata de magia, aunque pueda parecer algo mágico.
26
Y la cosa se va poniendo mejor
Además de servirte para manejar tu tiempo en este preciso instante y de
ayudarte a alcanzar tus metas inmediatas, aprender a organizar tus estudios
seguirá arrojando beneficios.
¿Alguna vez te has sentado en una clase y pensado “nunca voy a utilizar
esto cuando salga del colegio”? Eso no pasará con las técnicas de organización,
porque te servirán durante toda la vida. El colegio te sirve para prepararte, de
eso se trata, por lo que si empleas tu tiempo de modo efectivo ahora, estarás en
mejores condiciones en el futuro. Y, mientras mejor preparado te encuentres,
contarás con mayores opciones; tener un aprendizaje efectivo y buenas notas en
este momento aumentará tu rango de opciones cuando te gradúes. La
universidad a la que asistas o la compañía para la que trabajes la habrás elegido
tú, no estarán determinadas por tu mal desempeño en el pasado.
Aprender a controlar tu tiempo ahora te ayudará a adquirir hábitos y
técnicas que podrás usar fuera del colegio. Puede resultarte difícil adquirir la
costumbre de administrarlo de manera eficiente, pero no pienses que estás sola:
esta capacidad le cuesta a muchos padres, profesores y personas que no son
estudiantes. ¿A cuántos conoces que nunca se preocupen por el tiempo?
Si aprendes las técnicas de administración efectiva del tiempo en el
colegio, resultará fructífero durante toda tu vida sin importar si terminas
administrando tu casa o un negocio. Sin embargo, la organización de tus horas
no constituye una varita mágica que puede utilizarse para resolver los
problemas en el colegio o después de la graduación; es un arte que debe
perfeccionarse. No existe un gen del manejo del tiempo que tengas o que te
falte, como los responsables de que tus ojos sean cafés o te pelo, negro.
27
Estas técnicas constituyen herramientas que pueden servirte para
alcanzar tanto tus objetivos inmediatos como los mediatos con éxito. Lo que
tienes que recordar siempre es que puedes ser un buen administrador de tu
tiempo y un alumno exitoso si estás dispuesto a hacer el esfuerzo por aprender
y por aplicar los principios de este libro.
Si odias la idea de estar amarrado a una planificación, si temes que le va a
quitar toda la espontaneidad a tu vida, sé que te agradará descubrir que la
verdad es totalmente lo contrario. La mayoría de los alumnos sienten alivio y
entusiasmo cuando se dan cuenta de lo liberador que puede resultar el manejo
del tiempo.
Analicemos algunos mitos que pueden tenerte a la defensiva.
¿Acaso tengo que vivir en la biblioteca?
La adquisición de técnicas para administrar mejor tu tiempo no te
convertirá en un ratón de biblioteca. ¿Cuántas horas necesitas destinarle al
estudio? Pregúntaselo a tu consejero de carrera y lo más probable es que te
recomiende dos horas (o cuatro o seis [¡]) de estudio fuera de las clases por
cada hora que emplees en las clases. Tonterías… dicha cantidad de horas puede
resultar ser muy poco o demasiado. La cantidad de horas necesarias para el
estudio variará de persona en persona, dependiendo de sus ramos, sus
capacidades, sus necesidades y sus objetivos.
Organizar tu tiempo de estudio no significa que tengas que aumentar de
tres horas diarias a ocho. De hecho, la planificación por adelantado de tus
actividades por lo general se traduce en que puedes relajarte más cuando no te
encuentras estudiando, porque no estarás preocupada por el momento en que
harás tu tarea, debido a que el tiempo ya está especificado.
28
La cantidad de tiempo que dediques al estudio resulta menos importante que la
efectividad con que lo haces. No se trata de estar más horas estudiando, sino de
destinar las mismas o menos horas, logrando más sin importar el tiempo que
demores.
Parece demasiado complicado
Muchos temen que el manejo del tiempo implica complejidad, pero, de
hecho, lo que se recomienda es simplicidad. Mientras más complicado sea tu
sistema, más difícil resultará implementarlo y, en consecuencia, será menos
probable que lo uses de manera coherente. Mientras más complejo sea el
sistema, más probabilidades existirán de que colapse.
Resulta demasiado rígido
Puedes elaborar un programa que se ajuste a tus propias necesidades.
Algunas de las técnicas que aprenderás en este libro te serán más útiles que
otras cuando se trate de alcanzar tus objetivos. Quizás ya estés utilizando
algunas y querrás comenzar a usar otras de inmediato. Sin embargo, existe la
posibilidad de que ciertas técnicas no te acomoden para nada, de manera que
tienes que emplear aquellas que tiendan a conducirte a tus metas, a satisfacer
tus necesidades y que calcen con tu personalidad.
La inflexibilidad es a lo que las personas más temen: “si lo programo todo,
no podré ser espontáneo ni tampoco elegir lo que quiero hacer luego”. Pero, tu
planificación puede ser todo lo flexible que quieras. De hecho, los mejores
sistemas son los que sirven de guía y no constituyen un conjunto rígido de lo
que se debe o no se puede hacer.
Con lo anterior tenemos suficiente en relación a los mitos. Ahora echemos
un vistazo a lo que verdaderamente se requiere para utilizar las técnicas de
manejo del tiempo de manera adecuada.
29
Un cuaderno apropiado y un lápiz con punta
Tu planificación tiene que estar siempre disponible, ya que resulta casi
imposible avanzar en la programación si no cuentas con un registro permanente.
Conviértelo en una regla: “Si lo planifico, también lo escribo”. También
asegúrate de disponer de un lugar para escribir y mantener toda la información
del programa, incluidos los horarios de clases, las reuniones, las horas de
estudio, los plazos para entregar trabajos, las vacaciones y feriados, las citas
médicas, los eventos sociales, etc., de modo que siempre sepas dónde
encontrarlos.
Buena disposición para adaptar y personalizar
Tu sistema para controlar tu tiempo tiene que ser creado para satisfacer
tus necesidades y tu personalidad. Toma en cuenta el ejemplo siguiente: aunque
la mayoría de los padres apagan la luz y mantienen la casa en silencio cuando
su guagua está durmiendo, conozco una que estuvo dos meses en el bullicio de
una unidad de cuidados intensivos y que no podía quedarse dormida a menos
que las luces estuvieran encendidas y que hubiera mucho ruido.
De la misma manera, aunque muchos alumnos pueden estudiar mejor en
un ambiente tranquilo, otros se pueden sentir incómodos en una “abarrotada”
biblioteca y pueden preferir hacerlo en su propia sala de estar.
Haz que tu programación te satisfaga a ti, no a tu compañero, de
costumbres nocturnas, que tiene que planificar todas sus actividades a última
hora. Cámbialo, rigidízalo, flexibilízalo, según lo que funcione para ti.
¡Nunca más serás desorganizado!
Todos hemos vivido la experiencia de olvidar una reunión o compromiso
importante y decirse “Sé que lo tenía escrito en alguna parte, pero ¿dónde?”
30
Es fácil pensar “Lo escribiré para que no se me olvide”, pero una
planificación que no siempre se utiliza no constituye una herramienta muy
confiable; el registro debe ser regular. Debes destinarle tiempo a llenar tu
programa cada semana, cada día.
Todos los esfuerzos que realices para controlar mejor tu tiempo serán
inútiles si no tienes tu programa contigo cuando lo necesites. Por ejemplo, te
encuentras en una clase de arte y tu profesor te dice la fecha en que tienes que
entregar tu proyecto; la anotas en tu cuaderno de arte y te prometes que al
llegar a casa la vas a anotar. Corres a la siguiente clase y tu profesor programa
una sesión de estudio para la semana siguiente y lo escribes en tu cuaderno de
laboratorio. Entre las clases, un amigo te detiene para invitarte a una fiesta el
jueves en la noche y le prometes que vas a ir. Luego llegas al trabajo y te
encuentras con que tu supervisor ha planificado tus horas para la semana
próxima; las revisan y a ti te parecen bien. Si hubieras tenido tu programa
contigo, habrías podido anotar tu proyecto de arte y de planificar el tiempo
necesario para terminarlo. También te habrías dado cuenta de que la sesión de
estudio de geología era a la misma hora que la fiesta de tu amigo y que las
horas que aceptaste para trabajar te dejaban muy poco tiempo para realizar el
proyecto de arte.
Lleva tu planificación todo el tiempo y a donde sea que pienses que
podrías necesitarla.
Cuando tengas dudas, ¡llévalo contigo!
Si llevas tu programa contigo a todas partes, las veces en que te digas
“Esta vez trataré de no olvidarlo” o “Lo voy a escribir en este papelito y después
lo transfiero a mi plan” se verán reducidas.
31
Escribe siempre tus tareas, trabajos, números telefónicos y otros datos
importantes en tu programación de inmediato.
Utiliza tu nuevo sistema regularmente
Para comprobar su efectividad, debes poner a prueba todos los sistemas;
dales un tiempo, ya que ninguno puede mostrar sus cualidades si no se utiliza
con regularidad… y la regularidad no tendrá lugar si no te esfuerzas. Es igual
que aprender a andar en bicicleta. Al principio cuesta cualquier cantidad, incluso
te puedes caer un par de veces pero, una vez que logras darle la vuelta al pedal
dos veces, puedes andar cada vez más rápido de lo que lograrías a pie.
Lo mismo sucede con las técnicas que te enseñaré aquí: pueden requerir
ejercitación y una cuota de acostumbramiento, pero una vez que experimentes
una vida “reorganizada” por unas semanas, lo más probable es que te
encuentres con que ya es un hábito. Desde ese momento en adelante, no te
costará mucho mantenerlo. Ahí es cuando le tomarás el peso a las ventajas,
cuando la tarea se convierta en una segunda naturaleza.
32
CAPÍTULO 2
Cómo organizarte mejor:
Organiza tu vida
N UNA de mis rutinas favoritas de los famosos comediantes
estadounidenses Abbot y Costello, el desafortunado Costello se para en frente
de un enorme escritorio de estos con una pequeña puerta ovalada que se cierra
hacia abajo, del que se asoman cientos, no, miles de papeles. De pronto, Abbot,
el delegador supremo, entra y pide el contrato “Smerling”, de 1942. Costello
saca dos montones enormes, trajina en el escritorio cavernario, del que salen
papeles por doquier, y extrae una única hoja de papel, a la vez que anuncia
“contrato Smerling, 1942”.
Muchos de nosotros probablemente somos tan desordenados como el
“sistema de archivo” de Costello, aunque muchos también (ok, yo también me
incluyo) van a señalar que difícilmente podrían encontrar algo en esa montonera
de cosas que llamamos escritorio.
33
Sin importar si nos estamos engañando o no, volvernos más organizados
en nuestra vida, independientemente de si somos estudiantes, padres o madres
o escaladores de carreras, resulta clave para triunfar en el ámbito de los
estudios, en la casa y en el trabajo (lo siento Virginia, las ratas, por definición,
no son organizados. ¡Limpia tu escritorio!).
Autoevaluación: ¿Cómo es tu CI de planificación?
Con el fin de conocer tu orientación actual con respecto a la planificación,
toma esta prueba adaptada del libro Make the Most of your Workday [Saca
el mejor provecho a tu día de trabajo] de Jonathan y Susan Clark (Career Press,
1994), encerrando la respuesta que describa tu alineación en un círculo: (3) de
acuerdo, (2) no estoy seguro y (1) en desacuerdo:
_____________________________________________________________________________
Soy constante en la planificación diaria 3
2 1
Tengo un calendario o sistema de organización
elegido por mí 3 2 1
Priorizo todas mis actividades… diariamente 3
2 1
Generalmente cumplo con el plan diario (ver p. 70) 3
2 1
No me cuesta tomar decisiones 3
2 1
Trabajo diariamente en partes de proyectos que
deben entregarse en una semana más 3
2 1
El estanque de bencina de mi auto siempre está lleno
al menos hasta la mitad 3
2 1
Sé perfectamente en qué momento soy más productivo 3
2 1
Sé cuál es mi tarea más importante para mañana 3
2 1
Tengo un tablero de proyectos actualizado (ver p. 63) 3
2 1
_____________________________________________________________________________
¿Cómo te fue?
25 o más Cuentas con un plan y estás trabajando en él.
34
15 a 24 A veces das lo mejor de ti.
Menos de 15 ¿Cómo puedes soportar esta crisis?
Por qué quedan cosas sin hacer
¿Al final del día te sientes frustrado? ¿Tu lista de actividades por realizar
es casi tan larga como lo era al principio del día? ¿A veces sientes que no has
parado en todo el día y que, sin embargo, no has avanzado nada? Casi todos los
problemas de productividad pueden relacionarse con uno o más elementos de la
lista siguiente.
✎ No existen objetivos claros. Sin una meta específica, resulta
imposible manejar y organizar tus prioridades de una manera eficiente.
Si no sabes hacia donde te diriges, ningún camino te servirá para llegar.
✎ Falta de prioridades. La mejor lista de actividades que se haya
escrito jamás no sirve para nada si sus elementos no se han priorizado.
Es natural que la mayoría de las personas trabajen en sus actividades
más fáciles o entretenidas primero, descartando la mayor parte de su
lista, ¡pero dejando de lado lo más importante!
✎ No existe un plan diario. Comenzar la mañana sin un plan equivale a
perder el día entero cometiendo errores, ya que permites que
cualquiera o cualquier cosa interrumpa tus actividades. Darás paso a
cualquier intruso, porque no tendrás cómo defenderte.
✎ Perfeccionismo. ¿Eres incapaz de terminar una tarea (informes,
reportes de laboratorio, presentaciones, etc.) y de entregarla hasta que
la encuentres perfecta? ¿Todavía puedes ver maneras de mejorar algo?
¿Incluso cuando no lo hay, insistes en que tiene que haber algo en lo
que no te hayas fijado?
✎ Desorganización personal. Independientemente de lo bien
organizadas que estén tus prioridades y de la perfección de tu
programa, puedes estar perdiendo tiempo irrecuperable buscando lo
que se te ha perdido en el caos de tu escritorio o de tus archivos, de tu
closet o incluso de tu auto.
35
✎ Interrupciones. Puede ser que todo esté funcionando acorde a tu
plan… hasta que llega un amigo o que comienza algún juego en la TV.
Muchas de estas eventualidades pueden eliminarse y las que no, deben
controlarse.
✎ Postergación. Siempre parece ser una buena idea posponer tu
programación; después de todo, mañana será otro día, ¡pero te puedes
ver atrapado!
Si te sentiste identificado con algunos o con todos estos elementos,
entonces es tiempo de cambiar algunos hábitos. Si estás decidido ha hacerlo, te
tengo muy buenas noticias: los malos hábitos pueden mejorarse y hasta
reemplazarse de una manera relativamente fácil. De hecho, es mucho más fácil
reemplazar un hábito que mejorarlo; solamente intenta cambiar “el hábito
mediocre” por las costumbres organizacionales que se presentan aquí. A
continuación te presento tu plan de batalla:
✎ Comienza hoy. El mejor momento para comenzar a trabajar en la
decisión de ser más organizado es justo ahora. No postergues, ya que
tu motivación y resolución no estarán mejores el próximo mes con
respecto a ahora. ¡Comienza de inmediato y proponte como meta haber
adquirido el hábito en los próximos 30 días!
✎ Haz correr la voz. No dejes en secreto tu determinación a cambiar.
Comprométete con tu cambio positivo contándole a tus amigos y a tu
familia lo que has decidido realizar y pidiéndoles que te ayuden a
cumplir con tu compromiso.
✎ Practica, practica y más practica. La práctica constituye el aceite
que lubrica cualquier motor de hábitos. Mientras más ejercites algo,
más integrado se vuelve.
La pirámide de objetivos
Una manera de visualizar todas tus metas, y su relación, es elaborando lo
que yo llamo una pirámide de objetivos, que se realiza de la siguiente manera:
36
1. En el medio de la parte superior de una hoja, escribe el objetivo último de
tu educación, es decir, tu meta a largo plazo y la punta de tu pirámide.
2. Bajo tu(s) meta(s) a largo plazo, enumera objetivos de mediano plazo:
hitos o etapas que te conducirán al fin último.
3. Bajo los objetivos de mediano plazo, anota todos los objetivos a corto
plazo que se te ocurran, pequeños pasos que pueden completarse en
períodos relativamente cortos.
Modifica tu pirámide de objetivos en el transcurso de tu educación, ya que,
con el tiempo, puedes cambiar de opinión con respecto a ella. También pueden
variar tus metas a mediano plazo si te decides por un camino distinto
conducente al objetivo de largo plazo. Es evidente que los objetivos a corto
plazo van a cambiar, incluso día a día.
El proceso de elaboración de tu propia pirámide de objetivos te permite
apreciar la manera en que esas etapas diarias o semanales pueden conducirte
hacia tus metas a mediano y a largo plazo y, por lo tanto, te motivarán a
trabajar en tus tareas diarias y semanales con más energía y entusiasmo.
Convierte el establecimiento de metas en una parte de tu
vida
La adquisición de técnicas de estudio adecuadas constituye la vía rápida
hacia tus objetivos, sin importar cuáles sean. Independientemente del esfuerzo
que hagas o de la adversidad que tengas que enfrentar en el camino, el viaje
habrá valido la pena.
¿Cómo haces para convertir el establecimiento de metas en una parte de
tu vida? Aquí te presento algunos consejos útiles:
1. Sé realista a la hora de plantearte objetivos. No quieras llegar muy
lejos o no avanzar mucho y no te preocupes cuando tengas que realizar
ajustes a lo largo del camino.
2. Sé realista con respecto a tus expectativas. Es preferible que
mejores la comprensión de un tema para el que no demuestras muchas
aptitudes que sentirte desesperadamente deprimido si no logras un
completo manejo de la materia.
37
3. No te rindas tan fácilmente. También puedes ser extremadamente
realista, es decir, estar demasiado dispuesto a rendirte cuando algo
resulta un poco más difícil de lo que te gustaría. No te propongas objetivos
muy altos para que luego te sientas miserable cuando no los logras a
cabalidad, ni tampoco te plantees objetivos muy mediocres, de forma que
nunca desarrolles tu potencial; encuentra el camino correcto para ti.
4. Concéntrate en las áreas que ofrezcan las mejores oportunidades
para mejorar. El éxito inesperado puede hacer maravillas con tu
seguridad y podría lograr que alcances más de lo que pensabas incluso en
otras áreas.
5. Evalúa tus avances y continuamente plantéate nuevos objetivos.
Pregúntate cómo lo has hecho y hacia adónde te gustaría dirigirte ahora
cada día, cada semana y cada mes.
¿Cuán perfecto eres?
¿Qué significa ser perfeccionista? ¿Eres uno de ellos? Y si lo eres, ¿por qué
plantea un problema?
Las personas perfeccionistas quizás se preocupan demasiado, lo que les
impide sentirse satisfechos con algo a menos que esté “perfecto” (según su
definición), asumiendo que dicho ideal puede alcanzarse. Por supuesto, es
perfectamente posible tener los 100 puntos de una prueba y obtener un
perfecto “7” en un ensayo en el que el profesor escriba “¡perfecto!” en el
margen. Pero, en la realidad, hacer que cualquier cosa sea “perfecta” constituye
una tarea imposible.
¿Y qué tiene lo anterior que ver contigo? Nada, a menos que te sorprendas
destinando dos horas puliendo un informe con el que ya vas a obtener un 7 o
media hora tratando de encontrar esa palabra “perfecta” o una hora
reescribiendo apuntes magníficos para volverlos “absolutamente perfectos”.
38
En otras palabras, aunque la búsqueda de la perfección pueda ser una
noble hazaña, puede volverse muy fácilmente, quizás de forma inevitable, un
problema difícil de resolver si se torna incontrolable y una urgencia
impostergable que no te deja disfrutar de tu trabajo y de tu vida.
Si te encuentras luchando con este demonio, recuerda (con frecuencia) la
ley de disminución del rendimiento: el esfuerzo inicial conduce a los mejores
resultados, mientras que cada esfuerzo con resultados exitosos que se realizan
adicionalmente, conduce a resultados cada vez menores. Luego llega un punto
en el que incluso los esfuerzos más prodigiosos se tornan sin sentido. Lo anterior
no solo se aplica a los perfeccionistas, sino que también a esas personas que se
burlan de la idea de utilizar un “simple” esquema o de producir un informe
preciso y conciso. No siempre tienes que ser innovador, deslumbrante y
creativo; no es necesario que inventes un informe tipo libro “nuevo, multimedia
e interactivo”. En muchas ocasiones, un informe apropiado de seis hojas con el
que obtienes un 6,5 está bien; ese 7 obtenido por la innovación requiere
tomarse más tiempo y (resolver más problemas) de lo necesario.
Cuando me siento tentado a hacer más de lo requerido, simplemente
porque sería cool (junto con consumir mucho tiempo y ser inútil e ineficiente y
además, difícil), me acuerdo de George Simenon, el autor francés, mejor
conocido por su serie de narraciones de misterio protagonizadas por el inspector
Maigret y de los 500 libros que escribió en su vida. ¿Cómo lo logró… aún
teniendo tiempo para comer y dormir? Muy simple: solo utilizaba 2.000 palabras
(de las 800.000 que podía utilizar), de manera que no tuviera que interrumpir su
redacción para consultar un diccionario (y, lo más probable es que no haya
comido ni dormido mucho).
Si realmente prefieres destinar otras dos horas más a pulir ese informe
para sacarte un siete o a buscar un sitio web del que tu profesor nunca haya
oído, en lugar de mirar una película, leer un libro o dedicarte a llevar a cabo
otras tareas, haz lo que quieras. ¿Acaso son tan importantes esas últimas
décimas? En algunos casos sí, pero no siempre.
39
Otros tres consejos fenomenales relacionados con la
organización
Aquí te presentamos tres conceptos que harán una tremenda diferencia en
el éxito que logres cuando comiences a hacer que el establecimiento de metas y
la organización se integren a tu vida:
Los pequeños cambios a través del tiempo son muy significativos
Puede ser que una modificación simple y pequeña en tu comportamiento
no tenga resultados importantes en términos visuales; sin embargo, realiza
cientos de cambios ¡y los efectos serán devastadores!
Convierte esta regla en un factor automático de tu proceso mental y de
tus acciones, porque te permitirá entender una diferencia que a menudo es
mínima entre el éxito y el fracaso, la productividad y la frustración, la felicidad y
la agonía. Es tan simple que resulta engañoso. Quizás sea necesario un poco
más de práctica, tal vez un método de planificación un poco mejor, a lo mejor
una pequeña mejora en una costumbre, o quizás estos factores y algo más.
Cada uno por sí solo casi no tiene consecuencias, pero cuando se suman, ¡la
ventaja es increíble!
Ten presente la regla 80-20 (Principio de Pareto)
Otra regla que puedes aplicar para lograr una diferencia en la eficiencia
con que organizas y manejas tus prioridades es la regla 80-20, también conocida
como principio de Pareto.
Víctor Pareto fue un economista y sociólogo italiano que estudió la
posesión de tierras en Italia hacia fines del siglo XX. Pareto descubrió que más
del 80% de las tierras se lo adjudicaba menos del 20% de las personas. Al
estudiar otras posesiones (incluido el dinero), se encontró con que actuaba el
mismo principio: el 20% o menos de las personas siempre terminaba con el 80%
o más de cualquier cosa.
La revelación más impresionante de la regla 80-20 es su lado opuesto: si
el 20% de las actividades producen el 80% de los resultados, entonces el 80%
restante de las actividades, en total, solo arrojan el 20% de los resultados.
40
Recuerda: con el fin de aplicar la regla 80-20 para manejar tus prioridades,
recuérdate que el 20% de las actividades en tu lista va a producir el 80% de los
resultados y de los beneficios. Tu pregunta siempre debe consistir en “¿cuáles
son las actividades que conforman el 20%?”.
Aprovecha los entretiempos
Puedes ser aún más productivo si identificas las pequeñas oportunidades
que se te presentan en la vida cada día. No llegan con mucha fanfarria, de
manera que si no estás alerta, pasan desapercibidas. ¿Qué debes hacer con
estos entretiempos? Reconocerlos apenas se presenten y utilizarlos de
inmediato siguiendo un curso premeditado. Si no cuentas con un plan, ¡perderás
el tiempo!
A continuación se entregan algunas sugerencias:
✎ Realiza llamadas telefónicas.
✎ Lee algo.
✎ Envía cartas.
✎ Compra abarrotes (o haz la lista del supermercado).
✎ Limpia tu escritorio o regresa las cosas al lugar donde corresponden.
✎ Revisa tu plan diario y vuelve a priorizar, si es necesario.
✎ Revisa tu correo.
✎ Escribe una nota o una carta para tu casa.
✎ ¡Piensa! (sobre alguna tarea pendiente, un informe que estés
redactando, lo que sea).
✎ ¡Relájate!
42
CAPÍTULO 3
Cómo organizarte mejor:Organiza tus estudios
Ú PUEDES ESTUDIAR de una manera más inteligente. Es posible que
dediques menos tiempo y obtengas mejores resultados, pero aprender a hacerlo
es complicado, porque cualquier tipo de aprendizaje requiere disciplina. Para
muchos de nosotros la autodisciplina constituye la tarea más difícil.
Si actualmente estás haciendo muy poco o nada en lo relativo a los
estudios, entonces tendrás que dedicarle más tiempo y esfuerzo. ¿Cuánto más?
O, para que sea más general, ¿cuánto tiempo deberías estudiar? Hasta que
obtengas los resultados que querías lograr.
Mientras más inteligente seas y mientras más rápido aprendas y adoptes
las técnicas que se proponen este libro, más oportunidades tendrás de
destinarle menos tiempo a tus tareas en comparación al pasado. Pero mientras
más necesites avanzar, de 4 a 7 en lugar de 6 a 7, por ejemplo, más tendrás que
aprender y más tiempo te tomará lograrlo.
43
No te sientas descorazonado, ya que notarás los resultados de una manera
sorprendentemente rápida.
Apróntate para un viaje que durará toda tu vida
En realidad, aprender a estudiar constituye un proceso de largo plazo. Una
vez que comienzas el viaje, te sorprenderá el número de hitos, vías alternativas,
calles laterales y señalética con las que te encontrarás. Incluso después de que
te hayas transformado en un mejor alumno, mejor de lo que alguna vez
pensaste que llegarías a ser, inevitablemente te encontrarás con una señal más,
ofreciendo información nueva, o con una vía alternativa más, que te conducirá
hacia una nueva dirección. Considera aprender a estudiar como un proceso de
toda la vida y está dispuesto a modificar lo que sea a medida que aprendes
otros métodos.
Lo anterior es especialmente importante desde el principio mismo, al tener
en cuenta tus estrategias generales de estudio. Cuánto tiempo dedicas al
estudio cada noche, cuánto tiempo estudias una materia específica y con qué
frecuencia colapsa tu planificación variarán considerablemente dependiendo de
la eficiencia con la que estabas actuando antes de leer este libro, de lo que
tienes que avanzar, del grado de interés que tengas en lograrlo, del grado de
compromiso que tengas con otras actividades, de la hora del día, de tu salud y
así sucesivamente. ¿Estás entendiendo?
Y se complica aún más: ¿cuál es tu secuencia de estudio? ¿Las tareas más
difíciles primero? ¿Las más fáciles? ¿Las más largas? ¿Las más cortas? ¿Te
sientes cómodo cambiando de una actividad a otra o prefieres concentrarte en
una sola tarea desde el principio hasta el final?
Lo anterior se vuelve todavía más complejo cuando se toma en cuenta que
las actividades en sí mismas pueden influenciar mucho tu programa. Estudiar
por unidades de 15 minutos podría funcionar bien para ti la mayor parte del
tiempo (aunque sospecho que las unidades de media hora son más beneficiosas
para la mayoría. Los períodos de una hora solo funcionan para aquellos que
pueden concentrarse tanto tiempo sin necesidad de una pausa y cuyas tareas
generalmente toman ese tiempo para completarse).
44
Por otra parte, quizás no te resulte para nada problemático trabajar en
proyectos largos, segmentados en partes a las que dediques entre 15 y 20
minutos, sin necesidad de tener que volver atrás cada vez que retomes el
trabajo.
¿Cuál es la moraleja de todo esto? Que no existe un ideal, una solo
respuesta, a todas las preguntas que he planteado. Es una idea que leerás una y
otra vez en este libro: averigua qué es lo que funciona para ti y continúa
realizándolo. Si luego deja de funcionar o no parece estar haciéndolo tan bien,
modifícalo.
Ninguna de las técnicas organizacionales analizadas hasta ahora son fijas.
No solo deberías sentirte libre para adaptarlas y moldearlas y mezclarlas según
tus propias necesidades, sino que es tu deber hacerlo.
Creación de un ambiente de estudio
En la página 46, he incluido una lista para que evalúes tu ambiente de
estudio. Incluye el lugar donde estudias (en la casa, en la biblioteca, en la casa
de un amigo) y el momento y la manera en que desarrollas la actividad. Una vez
que hayas identificado los elementos que te sirven, evita los que sabes que te
dificultan la tarea. Si no conoces la respuesta a una o más preguntas, tómate el
tiempo para experimentar.
Grupos de estudio: ¿para qué son los amigos?
Tenía 35 años y era un devoto televidente de la serie estadounidense “The
Paper Chase”, antes de conocer el concepto de grupos de estudio. Este
programa supuestamente trataba sobre una escuela de derecho que parecía ser
el infierno en la Tierra, de manera que compartir la carga de trabajo con otros
alumnos no solo era una excelente idea, sino que resultaba forzoso.
45
46
Mi ambiente de estudio ideal
¿De qué manera recibo mejor la información?1. ___ Oralmente ___ Visualmente
En la sala de clase, yo debería:2. ___ Concentrarme en tomar apuntes ___ Concentrarme en escuchar
3. ___ Sentarme en primera fila ___ Sentarme al final ___ Sentarme cerca de una ventana o de una puerta
¿En qué lugar me rinde más el estudio?4. ___ En la casa ___ En la biblioteca ___ En otro lugar: _____________________________
¿En qué momento estudio mejor?5. ___ Todas las noches; poco durante los fines de semana ___ Principalmente los fines de semana ___ En períodos durante los siete días de la semana
6. ___ En la mañana ___ En la tarde ___ En la noche
7. ___ Antes de cenar ___ Después de cenar
¿De qué manera estudio mejor?8. ___ Solo ___ Con un amigo ___ En grupo
9. ___ Bajo presión ___ Con anticipación
10. ___ Con música ___ En frente de la TV ___ En un cuarto tranquilo
11. ___ Organizando una noche completa de estudio antes de comenzar ___ Abordando y completando un tópico a la vez
¿En qué momento necesito un descanso?12. ___ Cada 30 minutos ___ Cada una hora ___ Cada dos horas ___ Cada ……. horas
Mi universidad no era un infierno, ni siquiera se parecía al purgatorio, pero aún
así considero que un grupo de estudio habría traído beneficios. Si se me hubiera
ocurrido la idea, lo más probable es que hubiera organizado uno.
La idea es muy simple: encuentra un grupo de alumnos con ideas
parecidas y compartan sus apuntes, pregúntense unos a otros, estudien juntos
para las evaluaciones. Obviamente, para ser efectivos, los estudiantes que elijas
tendrían que compartir todos, o casi todos, los ramos. (En la universidad son
muy comunes los grupos de estudio para un solo curso).
Incluso si encuentras solo uno o dos alumnos que quieran trabajar contigo,
la cooperación será invalorable, especialmente cuando se trate de estudiar para
los exámenes más importantes.
Consejos para formar tu propio grupo de estudio
✎ Yo recomiendo hacer grupos de cuatro como mínimo y seis como
máximo, de modo de asegurar que todos tengan la posibilidad de
participar, a la vez que se maximiza el conocimiento colectivo de un
grupo.
✎ Aunque los miembros de un grupo no necesariamente tienen que ser
mejores amigos, tampoco es buena idea que se tengan hostilidad.
Busca la variedad con respecto a las experiencias y exige una
dedicación igualitaria.
✎ Trata de elegir personas al menos tan inteligentes, comprometidas y
serias como tú, lo que te incentivará a seguir con ellas y representará
un pequeño desafío para ti. Evita un grupo en el que tú seas la
“estrella”, al menos hasta haber tenido éxito en el primer examen.
✎ Evita invitar a personas que sean inherentemente distintas, como
pololos, porque se pueden inhibir, por ejemplo, ante la presencia de su
enamorado. También rehuye situaciones en las que un alumno le haga
el trabajo a otro y también esas instancias en que compañeros de
niveles más altos o de niveles más bajos puedan opacarse
mutuamente.
47
✎ Decide a tiempo si estás formando un grupo de estudio o uno social. Si
se trata del último caso, no pretendas que vas a estudiar. Y si,
efectivamente, se trata de un grupo de estudio, no invites a tus amigos
para hablar sobre sus profesores.
✎ Existen varias maneras de organizarse. Yo sugiero que se asigne un
curso a cada alumno y que este pueda manejarlo realizando, además
de las tareas generales, lecturas adicionales (ya sean las recomendadas
por el profesor o no) necesarias para alcanzar ese objetivo. Para lo
anterior, debería ser capaz de tomar muy buenos apuntes, de
esquematizar la materia (si el grupo así lo decide), de responder
cualquier pregunta y de preparar varias mini-pruebas para ayudar a
evaluar a los demás miembros del grupo.
No es necesario mencionar que los demás alumnos también
tienen que asistir a las clases, tomar sus propios apuntes y realizar sus
propias lecturas y tareas. La idea es que el alumno asignado para ese
ramo logre saber tanto como el profesor para poder ser el “profesor
sustituto”. (Por lo tanto, si tienes cinco ramos, lo ideal sería tener un
grupo de cinco personas).
✎ Las horas para reunirse y las asignaciones deben ser formales y
rigurosas. Ten en mente dictar reglas de conducta, ya que es mejor
deshacerse de los alumnos poco serios desde el principio. Nadie quiere
tener a alguien que pretende trabajar lo mínimo posible, sacando
provecho de tus esfuerzos.
✎ Considera asignar a alguien (que puede cambiar semanalmente, si
quieres) que se encargue de que todos estén enterados del programa y
de terminar con las peleas antes de que perjudiquen al grupo de
estudio.
✎ No importa la manera en que te organices, pero decide desde el
principio y claramente los requisitos exactos y las tareas de cada
alumno. Repetimos, nadie quiere sentir que uno o dos de los miembros
están usufructuando de otro.
48
¿En qué lugar deberías estudiar tú?
1. En la biblioteca. Pueden existir numerosas opciones, desde la gran sala
de estar a las habitaciones especiales, que son más tranquilas, a tu propio
cubículo de estudio. Mi lugar favorito en Princeton era una pequeña pieza
de la que al parecer solo cuatro o cinco personas sabíamos. Tenía cuatro
sillas maravillosamente cómodas, luz tenue, tocadiscos con audífonos y
una selección de 500 discos clásicos. Para alguien como yo, que necesita
de la música para estudiar, ¡era un pedazo de cielo hecho a mi medida!
2. En el hogar. Recuerda que es en este lugar donde puede ocurrir la mayor
cantidad de distracciones. Es raro que alguien te llame a la biblioteca y a
tus hermanos pequeños (o a tus propios hijos) les costará un mundo
encontrarte entre los estantes. Por supuesto, por lo general es el lugar
más conveniente para convertirlo en sede de estudios, aunque no se trate
de lo más efectivo.
3. En la casa de un amigo, de un vecino o de un pariente. Para la
mayoría de ustedes estas no deben constituir opciones, incluso de vez en
cuando, pero es aconsejable contar con uno o dos sitios alternativos para
el estudio. A pesar de la opinión de muchos expertos que señalan que
debes estudiar todas las noches en el mismo lugar (con lo que, a
propósito, no estoy de acuerdo), tengo un amigo que simplemente se
muere por tener alguna variedad, ya que eso lo motiva. Por eso, puede
recurrir a cuatro lugares diferentes y lo que hace es simplemente rotarlos
de noche en noche. Haz lo que a ti te convenga.
4. En una habitación vacía. Esta constituye una opción en muchas
universidades y colegios privados y es muy interesante, principalmente
porque ¡muy pocos alumnos han pensado en eso! Aunque no es una
alternativa probable en los colegios públicos, no se pierde nada
preguntando si puedes realizar algunos cambios. Ya que muchos equipos
deportivos practican hasta las 6 de la tarde o más, incluso en la enseñanza
media, puede haber una sección del colegio que esté abierta, y que
puedas utilizar con autorización, aunque el resto esté cerrado.
49
5. En tu trabajo. Independientemente de si eres un alumno que trabaja
medio tiempo o un trabajador de tiempo completo que estudia media
jornada, a lo mejor es posible que puedas estudiar en una oficina vacía, ya
sea durante las horas de trabajo o después de que todos se hayan ido
(dependiendo del grado de confianza que te tenga tu jefe). Si estás en la
universidad y uno de tus padres, un amigo o un familiar tiene su trabajo
cerca, podrías trabajar ahí después de terminar las clases hasta la hora de
cierre del lugar.
¿En qué momento deberías estudiar?
En la medida de lo posible, crea una rutina diaria para tus estudios.
Algunos expertos aseguran que realizar la misma actividad a la misma hora
todos los días constituye la mejor manera para organizar cualquier tarea.
Muchos alumnos prefieren reservar ciertos períodos durante el día para
dedicarlos al estudio.
Sin importar quién eres, el momento del día que determines para estudiar
dependerá de los siguientes factores:
1. Estudia cuando te encuentres con la mejor disposición. ¿Cuál es tu
momento peak del día, la hora en que mejor trabajas? Este instante varía
según la persona; quizás no existas para el mundo sino hasta medio día,
pero puedas estudiar muy efectivamente en la noche o estés despierto y
alerta al amanecer, pero te sientas distraído y cansado si tratas de
estudiar a la media noche. Solo recuerda que la concentración equivale a
la eficiencia.
2. Ten en cuenta tus hábitos relacionados con el sueño. El hábito
constituye una influencia muy poderosa. Si siempre programas tu alarma
para las 7 de la mañana, es posible que termines despertándote a esa
hora aun cuando no hayas puesto el despertador. Si te has acostumbrado
a irte a acostar a las 11 pm, sin lugar a dudas te sentirás muy cansado al
intentar quedarte despierto hasta las 2 am y, lo más probable, es que
logres llevar a cabo muy poco en esas tres horas.
50
3. Estudia cuando puedas. Aunque quieras sentarte a estudiar cuando te
encuentras más alerta en términos mentales, algunos factores externos
también cumplen un papel importante en cuanto al momento que
dediques a estudiar. Estudiar cuando te encuentras con la mejor
disposición es fantástico, pero no siempre es posible, de manera que
estudia cuando las circunstancias lo permitan.
4. Ten en cuenta la complejidad de la tarea a la hora de reservarle
tiempo. Las tareas por sí mismas pueden influir en gran manera en tu
programación horaria. No planifiques una hora para una lectura de
ochenta páginas cuando sabes que lees media página por minuto… con
suerte.
5. Utiliza aquellas horas “aburridas” para las tareas más fáciles.
Cuando tus energías y tu motivación están en sus niveles más bajos,
¿deberías darte la lata de trabajar en ese proyecto que te ha estado
preocupando? Mejor dedícate a perfeccionar tus apuntes, a revisar tu
calendario o a corregir tu informe. Cuando te encuentras tan poco
creativo, energético y motivado, ¿para qué molestarse siquiera en realizar
las tareas más difíciles? No seas como muchas personas de negocios que
conozco que planean su día de trabajo mal: en la mañana, cuando se
encuentran en su mejor momento, leen el periódico, revisan su correo
electrónico y hojean revistas comerciales. Al final del día, cuando apenas
pueden ver, se abocan a la presentación para la reunión del Consejo de
Directores… de mañana.
Evalúa tu área de estudio
Sea cual sea el lugar que elijas como base de estudio, el modo en que lo
adecues puede afectar tu capacidad para mantenerte concentrado y, si no
tienes cuidado, la calidad del tiempo que destines a estudiar también puede
verse afectada. Siéntate en tu escritorio o en tu lugar dedicado al estudio de
inmediato y evalúalo:
51
1. ¿Cuentas con uno o dos lugares especiales reservados únicamente para el
estudio? ¿O estudias donde sea que parezca conveniente o disponible en
un momento determinado?
2. ¿Tu área de estudio es agradable? ¿Se la recomendarías a un amigo como
un lugar adecuado para estudiar? ¿O te carga porque lo encuentras muy
deprimente?
3. ¿Cómo es la iluminación? ¿Muy oscura o muy brillante? ¿Está todo el
escritorio bien iluminado o solo partes de él?
4. ¿Están todos los materiales que necesitas a mano?
5. ¿Qué más haces en ese lugar? ¿Comes? ¿Duermes? ¿Escribes cartas?
¿Lees por gusto? Si tratas de estudiar en el mismo lugar en el que te
sientas a escuchar música o conversas por teléfono, ¡te puedes sorprender
haciéndolo cuando piensas que estás llevando a cabo lo otro!
6. ¿Tu área de estudio se encuentra en una zona de poco tráfico o de mucho?
¿Cuántas veces te interrumpen personas que solo se encuentran pasando
por el lugar?
7. ¿Puedes cerrar la puerta del lugar con el fin de evitar interrupciones y
ruidos externos?
8. ¿En qué momento pasas más tiempo en el lugar? ¿Es cuando te
encuentras en tu mejor estado de ánimo o inevitablemente estudias
cuando estás cansado o poco productivo?
9. ¿Se encuentran organizados tus archivos y demás materiales, y además
están a mano? ¿Cuentas con algún sistema de organización para ellos?
10. Ten en consideración un cajón “para el futuro” en tu estante, de
manera que cuando tengas ideas, material de investigación y otras cosas
(provenientes de revistas, libros, periódicos, sitios web, etc.) que piensas
que podrían servirte alguna vez en el futuro, te escribas una nota y lo
archives. El tiempo que te tomes ahora constituirá un ahorro para el
futuro.
52
11. Si puedes costearlo, aprovecha las ventajas que ofrece la tecnología.
Por ejemplo, ahora se puede adquirir una combinación de impresora, fax,
escáner y fotocopiadora por solo $250.000 y ¿acaso no vale la pena ese
dinero en comparación a pagarle a una mecanógrafa y a gastar tanto en
fotocopias?
Cómo mantenerse concentrado en los estudios
Si te sorprendes haciendo garabatos y perdiendo el tiempo en lugar de
leer y recordar, trata con las siguientes estrategias:
1. Crea un ambiente de trabajo cómodo. El tamaño, el estilo y la
ubicación de tu escritorio y tu silla, así como la iluminación, pueden
afectar tu concentración. Tómate el tiempo para diseñar un lugar que sea
perfecto para ti.
2. Enciende las luces. Experimenta con la ubicación y la intensidad de la
iluminación hasta que encuentres una que te funcione tanto en términos
de comodidad como en función de que permanezcas despierto y enfocado.
3. Establece algunas reglas. Hazle saber a la familia y especialmente a los
amigos la importancia de tus estudios y la inviolabilidad de ciertas horas.
4. Toma los recreos que necesites. No sigas a tontas y a locas los bien
intencionados pero falsos consejos sobre el momento en que deberías
tomar un descanso. Hazlo cuando tú lo necesites.
53
Cómo luchar contra el cansancio y el aburrimiento
Has elegido el mejor lugar para estudiar y nadie podría criticártelo. Pero,
¿todavía estás usando palitos de fósforo para sujetar tus párpados? La ayuda ya
está en camino:
Toma una siesta. ¡Qué idea! Cuando estés demasiado cansado para
estudiar, toma una siesta corta para resucitarte. Maximiza su efecto haciéndola
corta: 20 minutos son ideales; no debes pasarte de los 40 minutos, ya que
después pasas a otra fase de sueño y te puedes despertar aún más cansada que
antes.
Toma algo de líquido. Un poco de cafeína no te causará ningún daño:
una taza de café o de té, un vaso de agua mineral… solamente ten cuidado con
no inyectártela a la vena, porque las propiedades de la cafeína que logran
mantenernos despiertos parecen revertirse cuando alcanzan cierto nivel,
provocando que te sientas mucho más cansado de lo que estabas.
Baja la calefacción. No es necesario que construyas un iglú, pero una
habitación demasiado calurosa inevitablemente te dejará soñando con turrones
de azúcar… mientras tu informe siga sin escribirse.
Mueve las piernas. Sal a caminar, da una vuelta por la cocina, realiza
algunos saltos; un poco de movimiento te dará energías inmediatamente.
Cambia tu planificación de los estudios. Suponiendo que tengas
algunas opciones, encuentra la manera de estudiar cuando tú te encuentras
normalmente más despierto y(o) más eficiente.
Cuando se tienen niños pequeños
Muchos de ustedes están estudiando al mismo tiempo que mantienen una
familia y quiero entregarles algunas ideas que los ayudarán a lidiar con la
birgada infantil de preescolar:
Planifica actividades para mantener ocupados a los niños. Mientras
más ocupado estés en relación a los estudios y(o) al trabajo, más tiempo
querrán pasar contigo los niños cuando tu estés en la casa.
54
Si les dedicas algún tiempo, para ellos será mucho más fácil jugar solos,
especialmente si has planeado actividades en las que ellos puedan trabajar
mientras tú realizas tus propias tareas.
Integra a los niños en tu rutina de estudio. Los niños aman la rutina,
así que, ¿por qué no incluirlos en la tuya? Si desde las 4 pm hasta las 6 pm
siempre es “La hora de estudio de mamá”, pronto se acostumbrarán, en
particular si haces que los momentos que pasas con ellos sean una prioridad y si
te tomas algún tiempo para darles algo que hacer durante esas horas.
Utiliza la televisión como babysitter. Aunque a la mayoría de ustedes
no les parecerá muy buena idea (es un problema con el que debo lidiar todas las
semanas, sino es todos los días, con mi hija de once años), puede ser un mal
menor. Además, se pueden arrendar (o grabar) muchas películas o programas
para que no tengas que preocuparte por que las preciosuras no miren a bandas
callejeras golpeándose las cabezas (ni porque ellos mismos golpeen cráneos en
algún juego de video).
Sé realista al planificarte. A menos que te encuentres en el Partenón
Perfecto de la Paternidad, todo lo anterior no evitará que tus hijos te
interrumpan de vez en cuando. Aunque dichas intromisiones pueden
minimizarse, resulta casi imposible eliminarlas por completo. Por eso,
prográmate dándolas por supuesto, lo que significa que debes tomar recreos
más frecuentes para pasar cinco minutos con ellos, ya que de esa manera será
más probable que ellos te permitan contar con los 15 ó 20 minutos que tú
necesitas si ellos obtienen tu atención regularmente.
Pide ayuda. Los cónyuges pueden llevar a los niños a comer o a ver una
película algunas veces (y, confía en mí, ¡los niños querrán que estudies más si
institucionalizas lo anterior!) o los familiares pueden cuidarlos (en sus casas) por
turnos. Además, puedes intercambiar el cuidado de los niños con otros papás
que estudien y, por último, es posible que exista algún sistema profesional para
cuidar a tus hijos en tu lugar de estudio o en la casa de alguien, aunque sea por
algunas horas al día.
Por último, utiliza el organizador pre-evaluaciones que se presenta en las
páginas 56 y 57 para dar forma a tu plan de acción anterior a tu próxima
prueba.
¡Puedes triunfar sin tener que matarte!
55
ORGANIZADOR PRE-EVALUACIONES
Curso: ______________________________ Profesor: _____________________________Fecha de la prueba: ____________________ Hora: De ______________ a _____________Lugar: _____________________________________________________________________Instrucciones especiales para mí mismo (llevar calculadora, diccionario, etc.): ___________________________________________________________________________
Materiales: para esta evaluación necesito estudiar (chequear lo que se requiere):___ libro ___ casetes, videos___ libro de trabajo ___ pruebas anteriores___ apuntes ___ otros___ handouts
Formato (número de preguntas V/F, de preguntas tipo ensayo, etc., y el total de puntos para cada sección):_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Reuniones para el estudio grupal (lugar, hora):__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Contenido de la prueba:Indica los temas, las fuentes y la cantidad de revisión (exhaustiva o general) requerida. Haz un tic en la línea cuando lo hayas realizado.
Tema Fuentes Revisión________________ ________________ ___________________ ________________ ___________________ ________________ ___________________ ________________ ___________________ ________________ ___________________ ________________ ___________________ ________________ ___
57
Después de la prueba:
Nota que esperaba: _________________ Nota que obtuve: __________________¿Qué hice para lograrlo?____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
¿Qué más pude haber llevado a cabo?____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
CAPÍTULO 4
Cómo organizarte mejor:Organiza tus meses, tus
semanas y tus días
AHORA ESTÁS LISTO para comenzar a planificar!
Comenzaremos elaborando un plan para manejar el tiempo de un
semestre completo… antes de que este comience, obviamente, lo que te
permitirá contar con un “panorma”. Podrás observar el bosque, aun cuando te
encuentres en medio de muchos árboles… aunque la mayoría sean enormes
sequoias.
Al abarcar el semestre completo con todas las actividades, evaluaciones,
informes y citas, será menos probable que te veas atrapado empleando más
tiempo en cursos con menor prioridad, solo porque requieren informes
regulares, a la vez que dejas de lado cursos más importantes, que solo
requieren de lectura.
59
Y cuando en verdad puedes ver que tienes una prueba de contabilidad la
misma semana en que debes entregar tu proyecto de zoología, es posible
planificar por adelantado y terminar el informe un poco antes. Si, por cualquier
razón, decides no llevarlo a cabo, al menos no será una sorpresa verte atrapado
durante las aglomeraciones de pruebas y entregas.
Comienza a planificarte con anticipación
Sin embargo, para que tu programación a largo plazo sirva de algo, debes
comenzar con anterioridad. Los alumnos que no se programan antes de que
comience el semestre por lo general empiezan perdiendo el tiempo llenado sus
agendas actividad por actividad, lo que, en ocasiones, provoca que se sientan
desorganizados durante todo el semestre. Por el contrario, al comenzar con
anticipación aumenta la capacidad de seguir un plan de ataque sistemático.
A todos los estudiantes universitarios, y algunos de enseñanza media, se
les permite elegir sus cursos de acuerdo a sus propios planes, gustos, objetivos,
etc. Obviamente que hay excepciones. Por ejemplo, si química orgánica es un
curso mínimo, requisito para graduarte de tu carrera, y el único horario es a las
8 am, no tienes alternativa. La impetuosidad de esta libertad debería templarse
con el sentido común que estás tratando de adquirir leyendo este libro. Aquí te
entrego algunas recomendaciones más:
1. Toda vez que sea posible, ten en cuenta la reputación del profesor a la
hora de elegir un curso en particular (especialmente si se trata de una
introducción o una mirada general a un tema, que se ofrece en dos o tres
secciones). No es difícil averiguar cuáles son las clases más estimulantes y
gratificantes, circunstancias que transforman el aprendizaje en una experiencia
grata, ¡incluso cuando no te guste la materia!
2. Si existe un ramo que te encantaría tomar pero que sospechas o sabes
que no lo podrás hacer calzar en el semestre (o en el año), tómate el tiempo
ahora para revisar sus requisitos, actividades, listas bibliográficas, etc. y asiste a
la primera clase.
60
Generalmente, la primera clase constituye una visión general de todo el curso y
la instancia en que los profesores entregan el programa, las actividades a largo
plazo y las listas de lecturas recomendadas. Antes de la clase, quizás no estés
seguro de si quieres tomar el ramo, pero después de ella tendrás una idea
mucho más clara.
3. Trata de seleccionar cursos de modo que tanto tu semana como tu día
estén balanceados, aunque no siempre sea posible ni aconsejable. (¡No cambies
de carrera solo porque no puedas ajustar tu horario!). Trata de dejar una
ventana entre las clases, de modo que puedas revisar tu materia, completar tus
apuntes y visitar la biblioteca rápidamente.
4. Intenta alternar las clases más complejas con las que te resulten más
fáciles. El estudio es un proceso de refuerzos positivos, por lo que necesitarás
incentivos a lo largo del camino.
5. Evita las clases que se dicten muy tarde o muy temprano,
especialmente si lo anterior provoca que tengas largos espacios entre clase y
clase.
5. Prográmate a tu propio ritmo y síguelo. Ponte a una dieta de estudio,
cuya clave sea: No comas más de la cuenta.
Identifica la marca de inicio
No se puede comenzar una carrera hacia un objetivo final si no se conoce
la marca de inicio. Por eso, el primer paso para reacondicionar tu rutina actual
es identificarla en detalle. Te sugiero que realices un esquema de lo que haces
cada 15 minutos inmediatamente. Mientras que para algunos de ustedes puede
ser suficiente hacer un esquema de uno o dos días, te recomiendo anotar tus
actividades de una semana completa, incluido el fin de semana.
61
Lo anterior resulta especialmente importante si, como muchos, tienes
extensos períodos que aparentemente desaparecen sin explicación, pero que en
realidad están destinados a tareas como “descansar” después de haber
despertado, a maquillarse o a afeitarse, a leer el diario, a esperar la micro o a
conducir hacia o desde la universidad, el instituto o el colegio. ¿Podrías utilizar
una o dos horas extra cada día, ya sea para estudiar o para divertirte? Utiliza
ese tiempo “muerto” de una mejor forma y encontrarás todo el tiempo que
necesitas.
Puedes, por ejemplo, aprender a realizar múltiples actividades al mismo
tiempo: escucha un libro grabado en un casete mientras haces el aseo en la
casa; ejercita vocabulario o resuelve problemas de matemáticas mientras
conduces; pídele a tus niños, tus padres o compañeros de cuarto que te evalúen
para una prueba mientras lavas los platos, pasas la aspiradora o sacas el polvo;
y siempre lleva contigo tu calendario, tus cuadernos, lápices y un texto, ya que
puedes leer o estudiar un montón mientras haces una cola en el banco, en la
biblioteca, en el supermercado, o mientras viajas en bus o en tren.
Consejo estratégico: selecciona las actividades que pueden realizarse en
15 minutos o menos en tu calendario. Serán las tareas que podrás realizar
mientras esperas que tu ropa termine de lavarse, mientras la bibliotecaria te
encuentra un libro o mientras haces cualquier tipo de cola.
Reúne lo necesario
Cuando comiences tu sesión para planificaciones, asegúrate de contar con
toda la información y los materiales necesarios para elaborar una programación
de calidad. Reúne los programas de tus cursos, la calendarización de los
trabajos, las fechas importantes relacionadas con la familia, vacaciones o viajes,
otros compromisos personales (como citas con el doctor y fiestas de
cumpleaños) y un calendario con actividades extracurriculares en los que tengas
pensado participar.
62
En este mismo capítulo, pero más adelante, analizaremos el tema de
mantenerte al día con tus actividades diarias, como clases, reuniones, tareas
regulares y quizzes diarios o semanales. Por ahora, me gustaría hablar acerca de
proyectos tales como informes semestrales, tesis, exámenes globales o finales,
etc., que requieren llevarse a cabo en un período largo de semanas o incluso de
meses.
Creación de tu tablero para proyectos
Existen dos grandes herramientas para planificar proyectos de largo plazo.
La primera es un tablero, que puedes ubicar en cualquier muralla despejada o
justo sobre tu escritorio.
No es necesario que construyas tu propio tablero, aunque ciertamente se
trate de la alternativa más barata. Se puede encontrar una amplia variedad de
ellos en varios formatos que se ajusten a tu conveniencia, incluidas tablas
magnéticas y otras que se pueden borrar. (Una vez más, estás aprendiendo algo
que podrás utilizar toda tu vida). Es posible adquirir uno en tu librería local.
¿Cómo funciona un tablero para proyectos? Solo se trata de una variación
del típico calendario. Lo puedes poner en forma vertical, con los meses escritos
a la izquierda y hacia abajo y los proyectos a lo largo de la línea horizontal; o de
manera horizontal, con las fechas en la parte superior y los proyectos bajo sus
fechas (de hecho, esa es la manera en que muchas de estas tablas vienen
diseñadas). Todo depende del espacio que tengas en tu muro. En las páginas 64
y 65 se presentan ejemplos.
Utilización del tablero
En cada proyecto, existe una etapa preparatoria clave antes de utilizar el
tablero: se deben segmentar las tareas generales en sus componentes, es decir,
en las actividades específicas que integran el proyecto global.
63
MUESTRA DE UN TABLERO PARA PROYECTOSMES/ SEMANA PROYECTO: CORPORACIÓN ESTUDIANTIL1º mes Semana 1
Semana 2
Semana 3
Semana 4
Reunión grupal inicial: analizar actividades generales y posibles productos o servicios (traer una lista de tres cada uno) – 1 hora
Determinar producto o servicio; establecer organización del grupo y las responsabilidades de largo plazo de cada subgrupo (3)
Planificación por subgrupo y tareas de corto plazo (2)
Trabajar en las tareas individuales dentro de los subgrupos (2)
2º mes Semana 1
Trabajar en las tareas individuales dentro de los subgrupos (2)
Semana 2
Semana 3
Semana 4
Trabajar en las tareas individuales dentro de los subgrupos (2)
Integrar tareas individuales con el resto de los subgrupos (¿)
Encontrarse con el grupo entero para integrar los planes (¿)
3º mes Semana 1
Semana 2
Semana 3
Semana 4
FECHA DE ENTREGA
Terminar la programación grupal; hacer borrador del informe inicial (¿)
Tipear y realizar la lectura de prueba en el informe final
TERCER MES/ a fines de la segunda semana
64
Proyecto: Informe semestral sobre Dante
Programación para estudiar para examen
Determinar tema (1 hora)
Búsqueda inicial en biblioteca (2 horas)Esquema general (1 hora)
Revisión apuntes de historia del mes anterior (3)
Revisión apuntes de inglés del mes anterior (3)
Búsqueda detallada en biblioteca (3)
Búsqueda detallada en biblioteca (3)
Revisión apuntes de ciencias del mes anterior (4)
Revisión apuntes de matemáticas del mes anterior (4)
Búsqueda detallada en biblioteca (3)
Esquema detallado (1)
Primer borrador (4)Investigación adicional (2)
Revisión apuntes de historia del primer mes (3)
Revisión apuntes de inglés del primer mes (2)
Revisión apuntes de ciencias del primer mes (4)
Revisión apuntes de matemáticas del primer mes (4)
Segundo borrador, revisión ortográfica, lectura de prueba (10)
Lectura de prueba independiente (1)
Tipeo final y lectura de prueba (4)
Apuntes de historia del segundo mes (3)
Apuntes de inglés del segundo mes (2)
Apuntes de ciencias del segundo mes (4)
Apuntes de matemáticas del segundo mes (4)
Fines del TERCER MES Fines del TERCER MES
65
También incluye en tu tablero de proyectos un horario de estudio para
todos tus exámenes finales. Estudiar toda la materia de una vez para las
evaluaciones no funciona muy bien en el corto plazo y menos en el largo plazo;
por eso, ATIENDEmis recomendaciones y acostúmbrate a revisar tus apuntes de
clases de cada ramo semanal o mensualmente.
Como consecuencia de este plan, solo será necesario reservar unas pocas
horas para estudiar a último minuto e incluso para un examen final la semana
antes de que tengas que rendirlo (solo un par de horas, con el fin de repasar los
detalles de los que todavía no estás seguro o para revisar secciones que
seguramente aparecerán en la evaluación). Mientras otros estén quemándose
las pestañas en la biblioteca la noche antes del examen, tú podrás dormir
tranquilo y entrarás a rendir la prueba fresco, relajado y seguro de ti mismo. Por
lo menos a mí, me parece una excelente idea.
A propósito, como un efecto colateral de esta estrategia de estudio, te
darás cuenta de que los datos y conceptos más importantes se quedarán en tu
memoria por mucho tiempo después de que hayas dado la prueba.
Ahora que tienes tu tablero, ¿qué harás con él? Sigue agregándole
cualquier proyecto importante durante todo el semestre y continúa revisándolo
comparando el tiempo que realmente empleas en con el que habías estipulado.
De esa manera será más fácil destinar tiempo a los proyectos futuros y,
mientras más lo hagas, más exactas serán tus estimaciones.
Utilización de un calendario de planificación semestral
El calendario de planificación semestral (ejemplo en la p. 67), se puede
utilizar junto con el tablero para proyectos o en su reemplazo. Para usarlo junto
con el tablero, comienza por transferir toda la información al calendario
semestral. Luego agrégale tu horario de clases semanal, tu horario de trabajo,
celebraciones familiares, vacaciones y viajes, y otras actividades
extracurriculares. Todo. La idea es que el calendario tenga todo lo programado,
mientras que el tablero solo contiene un resumen que puedes digerir de una
sola mirada.
66
CALENDARIO DE PLANIFICACIÓN SEMESTRALAnota las fechas para tareas e informes, para pruebas y otros eventos y
actividades extracurriculares.
Deja el tablero en tu casa colgado en un muro, pero lleva contigo el
calendario. Si surgen nuevos proyectos, citas, reuniones, cualquier cosa,
agrégala de inmediato a tu calendario. Luego transfiérelo a tu tablero.
Para utilizar el calendario en reemplazo del tablero para proyectos,
solamente no elabores este último. Escribe toda la información, incluidos los
pasos de todos tus proyectos y el tiempo aproximado que esperas que te tome,
en el calendario.
Es tu decisión qué hacer. Personalmente, prefiero utilizar ambos por la
sencilla razón de que me gusta mirar al muro y ver el semestre completo de una
sola mirada. Encuentro mucho más fácil ver la manera en que todo “calza”, en
lugar de tener que ver una docena de calendarios diferentes o incluso tres en un
solo mes.
Todavía no estamos listos
Es hora de volverse aún más organizado. El tablero para proyectos y el
calendario de planificación semestral te han servido para comenzar
programando el semestre completo. Ahora es tiempo de aprender las
herramientas para organizar tus días y tus semanas.
Para que cualquier sistema de manejo del tiempo funcione, se tiene que
utilizar en forma continua. Antes de seguir, haz una cita contigo mismo al final
de la semana (el domingo en la noche es perfecto) para sentarte a planificar la
semana siguiente. No tienes que emplear tanto tiempo: probablemente media
hora bastará para revisar tus compromisos y para programar las horas de
estudio.
A pesar de su brevedad, puede ser que este momento sea el más
productivo de toda la semana, porque arrojará sus beneficios durante su
transcurso ¡y aún más!
68
Paso 1: elabora la lista de actividades que debes realizar
En primer lugar, averigua todo lo que tienes que hacer esta semana. Mira
tu tablero para proyectos y(o) tu calendario semestral para determinar las
actividades que tienen que llevarse a cabo esta semana relacionadas con todos
tus proyectos más grandes. Agrega cualquier otro compromiso con el que
tengas que cumplir, desde enviar un regalo de cumpleaños a tu hermana hasta
asistir a la reunión mensual de voluntarios para terminar un trabajo asignado.
Recuerda segmentar los proyectos difíciles o de largo plazo en tareas más
pequeñas que puedan incluirse en tu programación. Como decía Henry Ford,
“Nada resulta particularmente difícil si se segmenta en partes más pequeñas”…
de ahí el origen de la línea de montaje.
Una vez que hayas creado tu lista, puedes pasar a la siguiente etapa:
ordenar los elementos según su importancia.
Paso 2: prioriza las actividades
Cuando te sientas a estudiar sin contar con un plan, simplemente abordas
el primer proyecto que se te viene a la cabeza. El problema de este método ya
se ha analizado: no existe una garantía de que lo primero que recuerdes sea lo
más relevante. La idea de la hoja de prioridades es ayudarte a organizar tus
tareas en orden de importancia. De esa manera, incluso cuando no tengas
tiempo para todo, al menos puedes terminar las actividades principales. ¡Es
imposible que puedas lidiar con los compromisos de hoy de una manera
eficiente si aún tienes que terminar los de ayer… y los de la semana pasada!
Primero hazte la siguiente pregunta “Si solo tuviera que llevar a cabo unas
pocas actividades esta semana, ¿cuáles me gustaría que fueran?” Marca las de
mayor prioridad con una “M”.
69
Después de haber identificado los elementos “urgentes”, determina cuáles son
los menos importantes, aquellos que podrían esperar hasta la próxima semana,
si fuera necesario (se pueden incluir tareas muy importantes, pero que no
necesariamente tienen que llevarse a cabo esta semana). Se trata de elementos
de prioridad inferior, al menos para esta semana (márcalos con una “I”).
Todos los demás ítemes calzan en algún lugar entre las tareas críticas y
las de prioridad inferior. Revisa los que sobren y, si estás segura de que ninguna
puede clasificarse como “M” o “I”, márcalos con una “R” de prioridad regular.
Consejo estratégico: si pospones el mismo elemento de prioridad inferior
día tras día, semana tras semana, en algún punto deberías detenerte y pensar
en si en realidad es necesario llevarlo a cabo. Se trata de una manera
estratégica de “deshacerse” de una tarea o de un problema. En el mundo de los
negocios, algunos gerentes evitan a propósito tener que enfrentar algunos
problemas, esperando ver si se resuelven solos. Si funciona en los negocios,
¿por qué no en los estudios?
En la página 74 te presento una hoja de prioridades. En la página 76
aparece una de estas hojas en blanco, que puedes fotocopiar y utilizar.
Paso 3: anota tu programa diario
Antes de que empieces a llenar tu calendario con informes, proyectos,
tareas, sesiones de estudio, etc., anota los “compromisos ineludibles” como
dormir, comer, trabajar y asistir a clases. Incluso cuando tu rutina actual incluya
comer al paso y dormir cuando sea posible, anota en tu programación que vas a
dormir ocho horas y que vas a tener tres comidas decentes al día. Quizás te
sorprenda el darte cuenta de que tendrás el tiempo suficiente para hacer todo lo
que necesitabas (aunque probablemente todos conozcamos a alguien que
duerme tres horas diarias, come solo chatarra y aún así obtiene 7, la mayoría de
los expertos señala que la alimentación sana y regular y un hábito de sueño
saludable son factores clave en cualquier sistema de estudio).
70
Ahora puedes traspasar la información de tu hoja de prioridades a tus
horarios diarios. (Ver página 75 para revisar la muestra de un horario diario y la
página 77, para una forma en blanco que puedes fotocopiar y utilizar).
Escribe los elementos “M” primero, seguidos de los elementos “R”. A
continuación, agrega todos los ítemes “I” que quepan. Si sigues este
procedimiento, te asegurarás de destinar el tiempo necesario a tus prioridades
más importantes, porque puedes dedicar tus momentos más productivos a las
tareas más relevantes y combinarlas con las prioridades inferiores en la medida
de lo posible.
¿Qué hacer con el bloque de tres horas que tienes libre el miércoles por la
tarde? Programa la recolección de datos para tu investigación, de prioridad “M”,
y planifica comenzar con la tarea de psicología, de prioridad “I”, entre el
almuerzo y la clase de las 2 pm el jueves.
Otras consideraciones
Además de la importancia de la tarea y de la disponibilidad de tiempo con
que cuentes para completarla, existen otros factores que determinarán tu
programación horaria de cada día. Algunas circunstancias estarán fuera de tu
control, como horas de trabajo, reuniones con profesores o consejeros o
doctores. Sin embargo, existen instancias que sí puedes controlar y que
deberían considerarse al programar tu horario diario de cada semana.
Programa el tiempo suficiente para cada actividad: tiempo para “calentar”
y para alcanzar a terminar, pero, especialmente cuando se trate de proyectos
largos, no destines tanto tiempo como para malgastarlo. Todas las personas son
diferentes, pero la mayoría de los alumnos estudia mejor en bloques de una
hora y media a tres horas, dependiendo del tema.
No trabajes de más. Planifica tus sesiones de estudio en bloques,
separándolos con actividades cortas de entretenimiento (también es útil
agregarlas a tu horario). Por ejemplo: has reservado tres horas de estudio el
miércoles en la tarde para esa investigación.
71
Entonces, programa una caminata de quince minutos a la heladería en algún
momento de ese bloque de estudio. Te darás cuenta de que este recreo te
ayudará a pensar más clara y creativamente cuando regreses a estudiar.
Aun cuando prefieras bloques más largos, ten cuidado con no planificar
“maratones” de estudio, de seis a ocho horas, en lugar de sesiones de dos
horas. Mientras más largo sea el período, mayores probabilidades existirán de
tener que luchar contra los demonios de la distracción. Al convencerte de que
así estás estudiando hasta sacarte sangre, también te será más fácil justificar
las distracciones que te hacen perder tiempo, programar recreos más largos y,
en poco tiempo, rendirte antes de lo que deberías.
Por último, ten presente la ley de Parkinson: “Cualquier trabajo se expande
hasta agotar el tiempo que se ha destinado a que se realice”. En otras palabras,
si no programas una hora para un proyecto que debería tomar una hora, lo más
probable es que te encuentres con que ¡eureka!, de alguna manera te
demoraste dos o tres horas.
Utiliza tu horario diariamente
Cada noche (o en la mañana, antes de que comience el día) mira tu
programación para el día que empieza. ¿De cuánto tiempo libre dispones? ¿Hay
actividades “sorpresa” que no están en tu horario, pero que tendrían que estar?
¿Existen conflictos de los que no te habías dado cuenta al comienzo de la
semana?
Si te planificas bien al empezar la semana, lo anterior no debería pasar
con frecuencia, aunque sea inevitable de vez en cuando. De igual manera, te
encontrarás con que han cancelado una clase o pospuesto una reunión, lo que
hará que tu horario cambie. Si revisas tu horario diariamente, ya sea la noche
anterior o a primera hora en la mañana, serás capaz de reaccionar frente a estas
modificaciones.
¿Cómo sabes si anotar una tarea en tu horario o en tu tablero de proyectos
primero? Si se trata de una actividad simple y si definitivamente la vas a
completar dentro de una semana (leer un capítulo específico, estudiar para un
quiz, reunirse para analizar las pruebas de las cheerleaders con la facultad),
escríbela en la hoja del horario adecuado.
72
En cambio, si se trata de una actividad compleja, que requiere segmentarse en
etapas específicas, y(o) una que necesite más de una semana para terminarse,
debería inscribirse en tu tablero. A continuación, tendrías que agregar los pasos
a tus horarios semanales. (A mí me gusta planificar todo la noche anterior, ya
que se siente de maravilla despertarse y comenzar el día completamente
organizado).
Los 15 minutos más importantes del día
Cada día, reserva 15 minutos para revisar tus prioridades diarias y
semanales. Aunque a muchas personas de negocios les gusta que estos 15
minutos sean a primera hora en la mañana, yo te recomiendo que sean los
últimos 15 minutos del día. ¿Por qué? Tres grandes razones:
1. Tus ideas estarán más frescas. Es mucho más fácil analizar al final
del día lo que efectivamente has cumplido… y lo que no.
2. Es una magnífica forma de terminar el día. Incluso cuando tu “día
de estudio” termine a las 11 de la noche, te sentirás completamente
preparado para el día siguiente, además de relajado y libre de
ansiedades.
3. Estarás listo para comenzar al día siguiente. Si te programas en la
mañana, los 15 minutos de planificación se pueden convertir fácilmente
en una sesión de una hora de divagaciones. Mientras otros anden a
tientas en busca de una taza de café, ¡tú ya habrás salido y estarás
corriendo!
73
PRIORIDADES PARA ESTA SEMANAClasificación Programada
de la prioridad Semana del 28/ 3 a 4/4 Informe de sociología
M Investigación en la biblioteca
R Esquema
I Borrador
Tareas de matemáticas
M Capítulo 4
R Capítulo 5
R Estudiar para la prueba
74
HORARIO Fecha:
Trabajos Trabajo en laboratorio de biologíaMatemáticas, cap. 4
Actividades/ trámitesLlamar a PedroLibros a la bibliotecaBancoSupermercadoIr a donde Rodrigo
TareasMatemáticas, Cap. 5 #1- 9
Informe de sociología (borrador)
Hora56789 Biología10 Sociología11 “12 Almuerzo con Karen1 Leer Cap. 5, Soc.2 “3 Matemáticas4 Viaje56 Tarea de mat.7 Trabajar en informe8 “ 9 “ 10 “1112
75
PRIORIDADES PARA ESTA SEMANAClasificación Programada
de la prioridad Semana del _______________ a ______________
U PLAN ORGANIZACIONAL debería ser simple. ¿Por qué comprometerse
con otro proyecto complejo que demande tiempo y energía mental? Sin
embargo, independientemente de lo básico y fácil de utilizar que resulte tu
programa, eso no garantiza que en ocasiones no te verás abrumado por
aglomeraciones de trabajo.
A medida de que vayas tratando de implementar estas técnicas en tu vida,
te irás encontrando con algunas dificultades. Aprende estrategias de resolución
de problemas, de manera que estos obstáculos no arruinen tu progreso por
completo. Si te encuentras con una “muralla” en el camino hacia el éxito en
términos de organización, entonces busca una forma creativa de darle la vuelta,
en lugar de intentar de golpearte con ella tratando de atravesarla.
79
El tiempo vuela cuando estás entretenido
… y, a veces, cuando no lo estás. Independientemente del esfuerzo que
hagas en cumplir tu horario a cabalidad, te encuentras con que tus tareas
siempre toman más tiempo de lo que habías planeado. Reservas una hora para
tu tarea de geografía, pero te demoras el doble. Planificas pasar una tarde en la
biblioteca con fines de investigación, y ya la están cerrando sin que tú estés
listo. Pareciera que emplearas todo tu tiempo estudiando y aún así no logras
terminar todo.
Soluciones Es hora de revisar tu actitud. ¿Estás siendo demasiado
perfeccionista? ¿Te estás demorando tanto en leer, porque tratas de memorizar
cada palabra? Asegúrate de que tus expectativas sean realistas y no exageres la
importancia de tareas de prioridad inferior.
Ten en mente alterar tu comportamiento, con la ayuda de una alarma. Si
has planeado leer por 60 minutos, pon el reloj a la hora en que deberías
detenerte. Entonces, deja de leer y sigue con la tarea siguiente. Si no has
terminado, puedes retornar más tarde. Lo más probable es que te condicionarás
a terminar más rápido y así no correrás el riesgo de dejar otras actividades, más
importantes, en el olvido.
“Soy alérgico a mi escritorio”
A tu área de estudio no le pasa nada; se encuentra en un rincón tranquilo
de la casa y está sujeto a muy pocas distracciones. Todos tus materiales están a
la mano y el lugar está adecuadamente iluminado y ventilado. Sin embargo,
cada vez que te sientas a estudiar, encuentras cualquier excusa para dejarlo. Si
no eres capaz de concentrarte en ninguna tarea, tu mente estará vagando hacia
el exterior de la ventana, si es que hubiera una frente a ti.
80
Solución Puede suceder. Estableces el área de estudio ideal, sigues tu sistema
de administración del tiempo y cumples con tu horario religiosamente. Tus
intenciones son las mejores, pero, por alguna razón, no funcionan. Malas vibras,
quizás.
¿Qué puedes hacer?
¡Cambia tu ambiente!
Así como puedes condicionarte para estudiar, también puedes
condicionarte para no hacerlo en un lugar particular. Cumple con tu horario,
pero inténtalo en otro lugar: otro piso en la biblioteca o incluso un sitio que
aparentemente no sirva para el estudio. Tal vez tú seas una de esas personas
que necesitan un poco de música o de movimiento para concentrarse.
Si cambiar tu ambiente tampoco funciona, entonces ten en mente
modificar tu comportamiento con respecto al estudio. ¿Estás tratando de
estudiar a una hora en que tienes demasiada energía acumulada? A lo mejor, si
comienzas a estudiar más temprano o más tarde surja algún cambio. Trata de
caminar un poco o de hacer ejercicios antes de abocarte a los estudios
Analiza otro hábito: ¿Alguna vez te has bebido varias tazas de café (o de
latas de bebida) antes de estudiar? La sobredosis de cafeína, o demasiada
azúcar con cafeína, puede interferir con la concentración.
Una conspiración para evitar que puedas estudiar
Los amigos y la familia te llaman a la casa porque saben que es el mejor
momento para encontrarte en casa o te interrumpen llamadas telefónicas para
otros miembros de la familia o para tus compañeros de pieza. Peor aún son las
llamadas de personas realizando encuestas, pidiendo donaciones o tratando de
venderte algo.
Soluciones Es casi imposible ignorar el sonido del teléfono; aunque estés
decidido a no contestarlo, de todas maneras te llamará la atención. Una
máquina contestadora te ahorraría quedarte pegado en esas largas
conversaciones, pero igual interrumpiría tu concentración.
81
Existen algunas soluciones para eliminar las instancias que alteran el
ambiente: desconecta el teléfono o ponlo en silencio, y deja que la contestadora
tome las llamadas mientras estés estudiando. O simplemente aléjate del ruido…
yéndote a la biblioteca.
Un poco de ayuda de tus “amigos”
Pareciera que tu compañero de habitación, cuyas horas de estudio difieren
con las tuyas, siempre quiere pasar “horas de calidad” contigo en el medio de
tus lecturas asignadas de más dificultad.
Soluciones No es grosero negarse a hablar con alguien mientras estás
estudiando, aunque a menudo lo parezca. La verdad es que preferiría sentirme
culpable por no estudiar que por haber sido poco amable con un amigo. Los
especialistas en recursos humanos casi siempre aconsejan responder de una
manera positiva; por ejemplo, podrías decir “Parece que esto es importante para
ti y de verdad que me gustaría escucharte, pero déjame terminar para que me
pueda concentrar más en tu problema”. Te garantizo que tu amigo te va a mirar
como si estuvieras loco hablando así. Así que dilo en tus propias palabras; lo que
importa es la actitud.
Otra solución podría ser colgar un letrero con “No molestar”, señalando la
hora en que estarás disponible. Las señales visuales ayudan a los demás a
acordarse de que estás ocupado antes de que sin querer te interrumpan con
conversaciones sin importancia.
No se puede contar con todo el mundo
Todas las semanas planificas tu horario con mucho cuidado, anotando
religiosamente cada actividad, cada cita y cada compromiso que tienes.
Desafortunadamente, existen algunas personas que no parecen contar con el
mismo sentido de responsabilidad que tú: tus amigos cancelan reuniones
sociales, tú llegas a la hora a una cita y la otra persona nunca aparece, e incluso
los profesores posponen sesiones de estudio previas a las evaluaciones.
82
Soluciones Sí, es hora de que realices otro ajuste en tu actitud. ¡Bienvenido al
mundo real!
En primer lugar, realmente no hay nada que puedas hacer cuando alguien
cancela o pospone un compromiso programado, pero si te acuerdas, en el
primer capítulo de este libro señalé que el fanatismo no constituye un elemento
dentro del programa de manejo adecuado del tiempo.
Las cancelaciones, postergaciones o reprogramaciones ocasionales, y a
veces no tan ocasionales, no deberían arruinar tus planes. Trata de ver esos
cambios de último minuto como oportunidades. ¿Tu doctor canceló tu hora? Eso
significa tiempo libre para avanzar en cálculo, leer historia, trabajar en el
gimnasio… ¡o dormir una siesta!
Los hábitos más viejos son los más difíciles de roer
Al comenzar a implementar tu propio sistema de organización con el fin de
triunfar, quizás sea necesario deshacerse de algunas viejas costumbres:
1. No elabores un horario excesivamente vago. Cuando programes tu
tiempo, sé específico en las actividades que planees llevar a cabo y en el
período en que pienses realizarlas.
2. No retraces tu planificación. Resulta fácil convencerse de planificar los
detalles de una tarea en particular cuando sea el momento, pero de esa
forma es demasiado fácil olvidarse de un trabajo cuando los amigos nos
invitan a ir al parque o a comer algo.
3. Escribe absolutamente todo. El hecho de no tener que recordar todos
los detalles, dejará espacio libre en tu cerebro para las cosas en las que
tienes que concentrarte o para las que sí debes recordar. Como regla
general, escribe los así llamados detalles y te ahorrarás la sobrecarga de
datos y las aglomeraciones.
4. Aprende a lidiar con las distracciones. No respondas a las urgencias
ni te olvides de lo importante.
83
Es fácil distraerse cuando suena el teléfono, cuando tu hermano menor
decide invadir tu habitación o cuando te das cuenta de que va a comenzar
tu programa de TV favorito, pero no abandones tus libros para salir
corriendo. Tómate unos segundos para estar seguro de que has llegado a
un punto de detención lógico.
5. No utilices planes tipo “escopeta”. Aunque no hayas estado utilizando
un programa sistemático de organización, es probable que hayas
empleado algún modo para estar al tanto de las fechas y los eventos
importantes. Algunos alumnos recurren a lo que podría denominarse
método “escopeta”, anotando las tareas, fechas y horas en lo que se
encuentre a la mano, pero terminan con tantos papelitos en tantos
lugares diferentes que sus intentos de planificación son prácticamente
inútiles.
Registra todas las actividades por venir en tu tablero o en tu
calendario y siempre lleva este último contigo para que puedas revisarlo al
programar una semana o un día o al agregar una cita o una tarea.
6. No programes de más. Al comenzar a seguir un programa de
administración del tiempo, te puedes sorprender tratando de planificarte
demasiado. Una vez que te pique el “bichito de la eficiencia” y adquieras
conciencia de todo lo que puedes lograr, podrías verte tentado a apretar
más y más tu agenda.
7. Sé honesto contigo mismo cuando se trate de determinar aquellas
cosas que requieren más esfuerzo y aquellas que te resultan más fáciles.
Existe la posibilidad de que no puedas terminar el esquema para tu
informe semestral, estudiar los tres capítulos de biología y realizar tu
tarea de francés en las dos horas de las que dispones entre las clases y el
trabajo. Programa el tiempo suficiente para realizar cada una de las
actividades y, en la medida de lo posible, planifica las obligaciones
agradables para después de las sesiones de estudio, no antes, ya que
servirán de incentivo y no de distracciones.
84
8. Recuerda que el tiempo es relativo. Los viajes en auto son más largos
si tienes que programar detenciones más frecuentes para reponer
bencina, comer, hacer tus necesidades, etc., y aún más largo si partes en
horas peak. Asimismo, las bibliotecas están más llenas a ciertas horas del
día, lo que afectará la rapidez con que puedas conseguir los libros que
necesitas, la ayuda de la bibliotecaria, etc. Por eso, toma en consideración
la hora del día.
9. Está preparado. De la misma manera en que las tareas están ingresadas
en tu calendario, asegúrate de anotar los elementos necesarios para
llevarlas a cabo, como textos que tengas que adquirir, pedir prestados o
sacar de la biblioteca; materiales especiales, etc. No hay nada peor que
sentarse a desarrollar esa tarea que has estado posponiendo hasta el
último minuto y darte cuenta de que aunque finalmente estás listo para
comenzar, no cuentas con los elementos necesarios para hacerlo… y a las
10 de la noche, ¡no tienes muchas opciones!
10. Sé realista. Planifícate de acuerdo a tu horario, tus objetivos y tus
aptitudes, no según un “estándar” efímero. Reserva el tiempo que te
tomará a ti terminar un proyecto, no el que le tomaría a otra persona, ni el
que digan tus profesores, ni sigas ningún otro “estándar”.
11. Sé flexible, evalúate regularmente y realiza los cambios
necesarios. Ningún calendario es una isla. Cualquier actividad que le
agregue afectará todo lo que hayas planificado. Si tienes un horario
relativamente liviano cuando de pronto aparece una nueva obligación, se
puede insertar sin problemas en tu calendario y cumplirla como se ha
estipulado. Pero si tienes planificada prácticamente todas las horas por las
siguientes dos semanas, cualquier agregado te obligará a cambiar el plan
completo. Sé flexible y atento, ya que sucederá.
12. Busca más elementos para ahorrar tiempo. Si te das cuenta de
que constantemente destinas más tiempo del necesario para una tarea
específica, como, por ejemplo, reservas una hora para revisar los apuntes
de inglés todos los domingos, pero terminas a los 45 minutos, modifica tu
horario.
85
13. Termina una tarea antes de comenzar con la otra, no saltes de
una cosa a otra.
14. Termina la tarea que menos te guste primero (estudiar, realizar
proyectos, etc.), ¡te sentirás mucho mejor cuando te hayas deshecho de
ella!
15. Intenta con cualquier práctica que funcione. A lo mejor te sirva
codificar tu calendario con colores, digamos, rojo para las tareas que
debas cumplir esta semana; azul para las diferentes etapas de un
proyecto más grande, lo que te da más flexibilidad; amarillo para el
tiempo personal y para las citas; verde para las clases; y así
sucesivamente. Te permitirá identificar de una mirada lo que tienes que
llevar a cabo y en qué momento.
16. Adapta estas herramientas a tus propias necesidades. Trata
con cualquier instrumento que te pudiera servir; utilízalo si sirve, pero
deséchalo si no.
Hay quienes piensan y hay quienes hacen…
Y también hay quienes piensan mucho acerca de hacer…
Organizar tu vida exige que efectivamente utilices el tablero para proyectos,
el calendario de planificación semestral, la hoja de prioridades y los horarios por
día que hemos analizado. ¡Simplemente, no pierdas más tiempo “planificando”
en lugar de estudiar!
Planificar constituye un proceso continuo de aprendizaje. Atrévete y
programa el próximo semestre o, si estás en el medio de uno, organiza lo que
resta de inmediato. Al utilizar tu plan en las semanas y meses siguientes, se te
ocurrirán más ideas para mejorar tu sistema de organización en el futuro y para
ajustarlo a tus propias necesidades.
86
Los problemas que causan las técnicas inapropiadas para
tomar apuntes
UCHOS ALUMNOS O toman demasiados apuntes o muy pocos.
Muchos de ustedes podrían desarrollar graves casos del síndrome del túnel
carpiano si locamente se esfuerzan por reproducir cada palabra que exprese su
profesor. Otros toman apuntes tan escasos que cuando los revisan algunas
semanas e incluso horas después, tienen tan poco sentido que lo mismo podrían
ser garabatos en sánscrito.
Si te sientes obligado a escribir cada valiosa palabra que dice tu profesor o
a volver a reproducir tu texto completo, ciertamente que no tendrás mucha vida
social, ¿de dónde podrías sacar el tiempo necesario? Quizás te sientes tan
horrorizado por la idea de tener que volver a vivir esas horas de clases y los
capítulos de tus libros que simplemente nunca repasas tus apuntes y, si
definitivamente no tomas nota… bueno, no tengo que advertirte sobre las notas
que vas a obtener.
89
Tomar apuntes debería constituir el ejercicio máximo en el pragmatismo
estadounidense. Toma apuntes solo sobre el contenido que te sirva para adquirir
una compresión profunda de un tema en particular… y para obtener buenas
notas. Además, tendrías que hacerlo de una manera que, por encima de todo, tú
puedas entender y utilizar.
Para tomar apuntes útiles se requiere cumplir con cinco requisitos:
1. Escuchar en forma activa.
2. Seleccionar información pertinente.
3. Condensarla.
4. Clasificarla/ organizarla.
5. Interpretarla (luego).
A muchos alumnos les cuesta adquirir técnicas adecuadas para tomar nota,
así como reconocer la información que siempre se pide en las pruebas, es decir,
les cuesta entender qué es lo esencial para obtener buenas calificaciones. Al no
poder aprender estas técnicas, recurren a lo que yo pienso que son sustitutos
inútiles, como las grabadoras y las máquinas fotocopiadoras.
Conoce a tu profesor
Primero que nada, debes saber y comprender la clase de profesor que
tienes, así como sus gustos, sus preferencias, su estilo y lo que espera que
aprendas en el curso. Dependiendo de tu análisis sobre sus costumbres,
objetivos y tendencias, tu preparación puede variar mucho, sin importar el
formato o la extensión del curso.
Tomemos como ejemplo el hecho de hacer preguntas durante la clase, lo
que te insto a llevar a cabo cada vez que no entiendas una idea clave.
90
Algunos profesores se sienten muy cómodos contestando interrogantes en
cualquier momento de la clase, pero otros las evitan (o cualquier otro tipo de
interacción), por completo. Aprende a reconocer en qué momento se le pueden
hacer preguntas a tu profesor y entonces plantéalas.
Independientemente de la disponibilidad de la clase a iniciar una
discusión, algunos profesores temen perder el control y alejarse de la
planificación específica que han realizado para el contenido. Dichos profesores
perfectamente pueden incentivar las discusiones en clases, pero siempre
tratando de llevarlas dentro de un patrón determinado (su propia planificación
de la clase). Otros profesores permiten más libertad, en cuyo caso nunca se
sabe qué va a pasar.
Asistir a la clase de un profesor como el anterior debería conducirte a
participar todo lo posible en la discusión en clases, al mismo tiempo que te
mantienes dentro de los márgenes que obviamente ha establecido. Además,
para asistir a este tipo de clases se necesita mucho más que simplemente leer
el texto, ya que se hará mucho énfasis en tu comprensión de los conceptos, de
las interpretaciones y de los análisis, y en tu capacidad de aplicar esas lecciones
a casos que nunca se mencionaron en el texto.
A continuación te presentamos un plan general para prepararte para
cualquier clase antes de pasar por la puerta y tomar asiento:
Cumple con todas tus obligaciones
Sin considerar el estilo particular de un profesor o el formato de su clase,
prácticamente todos los cursos que tomes contarán con un texto (o dos o tres o
más) base. Aunque la manera en que en el texto se explique la materia puede
diferir sustancialmente del modo en que tu profesor la expone en la clase, aun
así dicho texto será la base del curso y un ingrediente esencial en tu estudio.
Deberás leerlo, además de otros libros asignados, antes de asistir a clases.
91
A veces sentirás que no es necesario leer los libros de antemano,
especialmente en una clase en que sabes que las posibilidades de que te
pregunten algo son casi nulas, pero el temor a que te interroguen no constituye
la única razón por la que remarco la necesidad de leer la materia por
adelantado. Por ejemplo, te perderás si el profesor decide (¡por primer vez!)
emplear la hora completa interrogando a los alumnos. A mí me ha pasado y no
fue una experiencia agradable para los que no habían estudiado.
Por otra parte, te resultará difícil tomar apuntes claros y concisos, porque
no sabrás qué es lo que se encuentra en el texto (en cuyo caso te encontrarás
escribiendo como loco materia que podrías haber subrayado en tus libros la
noche anterior) ni podrás evaluar la importancia relativa de las aseveraciones
del profesor.
Recuerda: cumplir con tus lecturas asignadas no solo incluye leer el texto
principal, sino que también otros libros o artículos previamente recomendados,
además de los handouts que se pueden haber entregado anteriormente.
También significa realizar otras actividades como preparar una lista de tópicos o
estar listo para presentar un informe oral.
Revisa tus apuntes
… provenientes de tus lecturas y de las clases anteriores. Lo más probable
es que tu profesor comience la clase desde donde la dejó la última vez y,
seguramente, no recordarás exactamente en qué idea fue de una semana para
otra… a menos que repases tus apuntes.
Prepara preguntas
Revisa tus preguntas antes de ir a clases, de modo que puedas descartar
las que el profesor responda en el camino y solo plantees las que quedaron sin
solucionar.
92
Prepara el material solicitado…
… incluidos tu cuaderno, tu texto, tus lápices, etc., además de otros
requerimientos como calculadoras, papel para dibujar u otros libros.
Aprende a escuchar de forma “selectiva”
Tomar apuntes claros y precisos es, en primer lugar, un ejercicio de
discriminación. Se trata de que aprendas a separar lo esencial de lo superfluo;
las ideas clave, los datos importantes, las ideas relevantes de todo lo demás. A
la vez, se requiere la capacidad de escuchar lo que está diciendo tu profesor y
de anotar solo lo necesario para entender el concepto, lo que para algunos
podría significar una sola oración. Para otros, la clave será un ejemplo detallado.
No te olvides que la calidad de tus anotaciones pocas veces se relaciona
con su extensión: tres frases claves que revelen el concepto principal de una
clase son mucho más valiosas que párrafos completos sin ninguna importancia.
Entonces, ¿por qué algunas personas siguen tratando de tomar apuntes
llenos de palabras, convencidos de que mientras más páginas abarquen van a
ser mejores estudiantes? Probablemente sea un signo de inseguridad, es decir,
no han leído el material y(o) no tienen idea de lo que están hablando, ¡pero al
menos tienen todos los apuntes!
Aun cuando te encuentres en una clase en que no entiendas nada, tan
inseguro de lo que se está diciendo que no puedes separar lo que es importante
de lo superfluo, utiliza las técnicas que se analizan en este libro y condensa tus
apuntes de todas maneras.
Si en realidad estás tan desorientado que solamente estás perdiendo el
tiempo, considera agregar una sesión de repaso en tu horario (para leer o volver
a leer los textos apropiados) y, si la misma clase se dicta una vez más en otro
horario, vuelve a asistir. Sí, en términos generales, es una pérdida de tu valioso
tiempo reservado para el estudio, pero no lo es si representa la única forma de
aprender y comprender la materia más importante.
93
Toma nota de lo que no sepas
Conoces los primeros versos de La Araucana. Te sabes la fórmula
química del agua. También aprendiste la fecha en que fue bombardeado Pearl
Harbor. En consecuencia, ¿para qué perder tiempo escribiendo todo de nuevo?
Con frecuencia, tus profesores expondrán materia que ya sabes con el fin
de dar pie a una discusión o para introducir un contenido más difícil. No estés
tan condicionado como para copiar automáticamente todas las fechas, términos,
fórmulas y nombres sin tomar en consideración que son datos que ya conoces.
Lo único que lograrás es perder tu tiempo tanto en clases como más tarde,
cuando tengas que repasar apuntes llenos de detalles sin importancia.
Esa es la razón por la que algunos expertos recomiendan que lleves los
apuntes provenientes de tus lecturas a la clase para completarlos.
Personalmente, pienso que es una manera efectiva de organizar todos tus
apuntes para determinado curso, aunque termine con la idea de subrayar o
destacar tus textos.
Observa el estilo de tu profesor
Todos los profesores (aunque quizás debiera señalar que todos los
profesores eficientes) recurren a un plan de acción para cada clase. Deciden qué
ideas van a expresar, cuánto tiempo van a demorar revisando las tareas y las
clases anteriores, a qué textos se van a referir, qué anécdotas van a recordar
para poner la nota cómica o para atraer el interés y cuánto tiempo van a
reservar para contestar las preguntas. Otra forma para lograr el éxito académico
es aprender una estrategia para tomar apuntes según el plan de acción del
profesor.
Durante toda la enseñanza media tuve que esforzarme mucho para
obtener buenas notas. Tomaba muchos apuntes, los estudiaba todas las noches
y los revisaba detenidamente antes de los quizzes y de las pruebas. Como
recompensa me sacaba 7, pero no me gustaba la cantidad de tiempo que debía
invertir mientras mis compañeros, menos ambiciosos, encontraban modos más
originales de emplear su tiempo.
94
Sin embargo, algunos de los chicos más brillantes también tenían tiempo libre.
Cuando les preguntaba cómo lo lograban, se encogían de hombros y respondían
que no lo sabían.
Esos alumnos habían nacido con un talento innato que no podían explicar,
un sexto sentido sobre cómo estudiar, cuáles eran los datos más importantes
según el profesor y cuáles profesores preguntarían qué cosas en las
evaluaciones. De hecho, cuando hablaba con estos alumnos, me decían “No te
preocupes, nunca te va a preguntar eso”. Y claro, la profesora jamás lo hacía.
Lo que es más, a estos alumnos se les habían olvidado muchos de los
detalles por los que yo sudaba. Ni siquiera se habían molestado en escribirlos y
menos en recordarlos. Lo que estos estudiantes sabían es que los elementos
analizados podían agruparse en varias categorías, que variaban en importancia:
✎ Información no contenida en los textos de clases ni en otras lecturas
asignadas.
✎ Explicaciones de materia compleja abordada en los textos y lecturas,
pero con la que los alumnos podían experimentar dificultades.
✎ Demostraciones o ejemplos que facilitaban la comprensión de la
materia.
✎ Antecedentes que contextualizaban el contenido.
Al escuchar a tu profesor, ve decidiendo en qué categoría cabe la
información presentada, lo que te servirá para determinar lo detallados que
tendrán que ser tus apuntes. Lo anterior se volverá muy fácil a medida que pase
el tiempo y empieces a conocer a tu profesor.
95
La mayoría de los buenos profesores siguen un texto que han seleccionado
para el curso. De igual manera, a menos que ellos sean los autores de dicho
libro (lo que en la universidad resulta bastante común), la mayor parte de ellos
lo complementan con información adicional. Los buenos profesores buscan los
defectos en los textos y tratan de subsanarlos durante las clases. En
consecuencia, tiene sentido adelantársele al profesor leyendo de más en tus
textos, de manera que cuando el profesor esté hablando sepas qué parte de la
clase deberías escribir y qué parte ya está en el libro. A la vez, inmediatamente
te darás cuenta del material complementario, sobre el cual tendrías que tomar
apuntes más detallados.
¿Te van a preguntar sobre la materia adicional en las evaluaciones?
¡Obviamente! Si le preguntas eso a tu profesor, lo más probable es que te
conteste algo así como “se supone que debes saber todo lo que se menciona en
la clase”. Por esa razón, es mejor prestar atención (¡y no hacer preguntas cuyas
respuestas ya sabes!) Aprenderás a reconocer con rapidez las señales
corporales de tu profesor que te indicarán lo que considera importante y lo que
siente que es superfluo. Además, tu experiencia con las pruebas y quizzes
sorpresa del profesor te permitirán hacerte una idea de lo que considera
relevante.
Siéntate en primera fila
Minimiza las distracciones sentándote lo más cerca posible al profesor.
Mientras más lejos te sientes, más difícil será escucharlo. Por otra parte,
sentarte hacia atrás significa que tendrás más cabezas en frente de ti y más
alumnos mirando por la ventana, invitándote a hacer lo mismo.
96
Sentarse adelante presenta varios beneficios. Primero, darás una buena
impresión al profesor, sin importar que seas el único sentado en primera fila. Él
se dará cuenta de inmediato de que has venido a clases a escuchar y a
aprender, no solamente a ocupar espacio. También podrás escuchar la voz del
profesor, así como él podrá escucharte a ti cuando plantees y contestes
preguntas. Por último, al estar mirándolo constantemente, evitarás que tus ojos
comiencen a vagar por la sala y por la ventana, llevándose a tu cerebro con
ellos.
Por todo lo anterior, si tienes la oportunidad de sentarte adelante, hazlo.
Evita a los compañeros que representan distracciones
El que masca chicle, el que hace caricaturas, el chistoso, el que susurra,
incluso el que esparce perfume… tus compañeros pueden ser magníficas
personas, camaradas sin igual a la hora de almuerzo y estupendos compinches a
la hora de ir a fiestas, pero sus rarezas, maneras de ser y sus hábitos de higiene
personal pueden resultar distractores cuando te sientas cerca de ellos en clases.
Los golpecitos en la mesa con los nudillos, las risitas, los susurros y el
intercambio de mensajes escritos son solo algunos de los males que pueden
distraer tu atención en el medio del discurso de tu profesor de matemáticas
sobre las ecuaciones cuadráticas. Por eso, evítalos.
Escucha con atención para captar claves verbales
Identificar el contenido que vale la pena anotar significa encontrar el modo
de separar el trigo, aquello que deberías escribir, de la paja, aquello que
deberías ignorar. ¿Cómo lo haces? Escuchando las claves verbales y observando
las no verbales.
97
No todos los profesores te darán las claves que estás buscando, pero
muchos indicarán cuál es el contenido relevante por la forma en que lo
presentan: haciendo una pausa (esperando que se levanten todos los lápices),
repitiendo la misma idea (quizás una que ya se ha repetido en tu texto),
disminuyendo la velocidad supersónica de su clase, hablando más fuerte (o más
bajo) o, incluso, señalando que lo que viene a continuación puede ser
importante.
También existen palabras que deberían indicar que a continuación se
presentarán datos dignos de ser anotados, las que, además, te ayudarán a darle
un orden lógico a tus anotaciones: “En primer lugar”, “Lo más importante”, “Por
lo tanto”, “En consecuencia”, “Las siguientes razones (causas, efectos,
decisiones, hechos)”, “Para resumir”, “Por otra parte”, “Por el contrario”.
Tales palabras y frases te dan las pistas no solo sobre lo que debes
apuntar, sino que también te sirven para contextualizar: cuando se trata de una
lista (“Primero”, “Las siguientes razones”), para establecer relaciones de causa y
efecto (“Por lo tanto”, “En consecuencia”), para señalar oposiciones o
alternativas (“Por otra parte”, “Por el contrario”), para concluir (“Para resumir”,
“Por lo tanto”) o para ofrecer una explicación.
Busca las claves no verbales
Si el profesor comienza a mirar por la ventana o sus ojos se quedan fijos,
te está enviando una señal muy clara: “Bajen sus lápices, esto no va a aparecer
en la prueba”, ¡así que no tomes apuntes!
Por otra parte, si se vuelve a escribir algo en el pizarrón, busca contacto
visual con varios alumnos y(o) gesticula mucho, está indicando que la idea que
está expresando es importante.
Aprende a ser un detective; no pases por alto las pistas.
98
Pregunta con frecuencia
Escuchar atentamente significa preguntarte a ti mismo si estás
entendiendo todo lo que se ha analizado. Si la respuesta es negativa, deber
plantearle las preguntas a la profesora en el momento adecuado o escribir las
interrogantes que necesites solucionar más tarde con el fin de entender el tema
en profundidad.
Grabar o no grabar
Yo no estoy de acuerdo con utilizar una grabadora en la clase como
sustituto de un cerebro activo por las siguientes razones:
✎ Consume mucho tiempo. Hay que ser desfachatado… no solo
tendrás que perder tiempo sentado en la clase, sino que además
¡escuchándola otra vez!
✎ Prácticamente no sirve para fines de revisión. Rebobinar y
adelantar una cinta para encontrar los puntos relevantes de una
clase equivale a una tortura. Durante los ajetreados días previos a
una evaluación, ¿en serio quieres perder tiempo escuchando toda
una clase cuando podrías simplemente leer tus apuntes?
✎ No constituye ningún respaldo. Solo los alumnos más
diligentes graban y toman apuntes al mismo tiempo. ¿Qué pasa si
se te echa a perder tu grabadora? ¿Servirán de algo tus cintas
rayadas o en blanco cuando sea tiempo de repasar?
✎ Implica dinero. Compara el precio del papel y de un lápiz con el
de una grabadora, más las pilas y los casetes. Solamente el
precio de las pilas debería servirte para convencerte de que estás
mucho mejor siguiendo la ruta menos tecnológica.
99
✎ Se pierden las pistas “en vivo” que se analizaron antes.
Cuando solo cuentas con la cinta, no puedes observar el brillo en
los ojos de tu profesor, las gesticulaciones apasionadas y todo lo
que grita sin palabras “¡Pongan atención, que aparecerá en la
prueba!”.
Elabora tu propia taquigrafía
No tienes que ser un genio de la taquigrafía para tomar apuntes con
mayor velocidad. Aquí te presento cinco maneras de hacerlo:
1. Elimina las vocales. “S pds lr st, pds tnr n bn trbj” (“Si puedes leer esto,
puedes tener un buen trabajo”), a lo que yo agregaría “tmbn pds sr n mjr
lmn”.
2. Utiliza el comienzo de las palabras. “Rep” para representante, “act”
para actividad, y otras abreviaturas fáciles de recordar.
3. Deja de poner puntos después de las abreviaturas (¡para ahorrar!)
4. Crea tus propios símbolos y abreviaturas, según tus necesidades y tu
nivel de comodidad.
Existen tres símbolos específicos que supongo querrás crear, porque los
vas a necesitar mucho:
Ⓠ Símbolo para “qué” como en “¿Qué diablos significa esto?” “¿Qué
dijo?” o “¿Qué pasó? ¡Me perdí!”. Denota algo que se perdió, así que deja
espacio en tus apuntes para anotar la pieza que falta del puzzle después
de la clase.
Ⓟ Este es mi símbolo para “lo que yo pienso”. Durante la clase, quiero
separar mis ideas de las del profesor, porque si escribes muchas de tus
ideas, sin diferenciarlas de las de tu profesor ¡inmediatamente comienzan
a bajar tus notas!
100
Ⓔ Mi símbolo para “¡Evaluación!” como en “Apuesto mi casa a que este
punto va a salir en la prueba, tonto, ¡así que no olvides estudiarlo!!!!”
5. Utiliza símbolos estándar en lugar de palabras. La lista anterior
puede servirte. Algunos los vas a reconocer porque se usan en
matemáticas y en lógica.
Aunque recomiendo utilizar todos los símbolos y abreviaturas “comunes”
enumerados más arriba todo el tiempo, en todas las clases, con fines de
coherencia, puedes crear tus propios símbolos o abreviaturas para cada clase.
En química, “TD” puede representar termodinámica y“C”, cinética.
101
Símbolos estándares de taquigrafía
≈ aproximadamentec/ cons/ sin→ lo que resulta en ← como resultado o consecuencia de+ y o también* lo que es más importantecf. confróntese con, en comparación, relativo a< menos que> más que= igual que↑ aumentando↓ disminuyendoesp. especialmente∆ cambio⊂ sigue∴ por lo tantopq. porque
En historia, “BO” es el padre de nuestra patria, “AP” es el marino más famoso,
“RV” podría ser la revolución francesa y “RI”, revolución industrial.
¿Cómo mantienes la coherencia? Enumera los símbolos que vas a utilizar
en el transcurso del semestre en la primera página del cuaderno para el ramo.
Algo más sobre tu “taquigrafía”
Continúa abreviando a medida que vayan apareciendo términos que
puedan reconocerse, de modo que aumente la velocidad y eficiencia con que
tomes apuntes a medida que pase el año escolar. Muchos alumnos tienden a
escribir con letras grandes cuando lo hacen rápido y utilizan solo una parte del
ancho de la hoja. Supongo que piensan que al dar vuelta la página rápidamente
están tomando magníficas anotaciones, pero lo que realmente significa es que
están anotando información que luego será difícil descifrar o utilizar cuando sea
hora de repasar.
Oblígate a escribir con letra pequeña y aprovecha todo el espacio de tus
hojas. Mientras menos movimientos innecesarios realices, mejor.
Qué hacer después de las clases
Apenas termine tu clase o lo más pronto posible, repasa tus apuntes, llena
los “vacíos”, anota las preguntas que tendrás que investigar en tu texto o que
plantear en la clase siguiente y recuerda apuntar cualquier tarea en tu
calendario.
Como práctica general, tiendo a disuadir a mis alumnos de volver a copiar
sus apuntes, ya que pienso que es más importante trabajar para realizar
mejores anotaciones durante la clase y no perder el tiempo que toma reescribir
todo. Sin embargo, si sueles escribir rápidamente y tu letra se vuelve ilegible,
podría ser productivo volver a escribir tus notas, de manera que puedas leerlas,
aprovechando de resumirlas.
102
Mientras más completas estén tus anotaciones, más oportunidades tendrás de
captar y recordar la materia pertinente.
Lo anterior no resulta fácil para todos los alumnos de enseñanza media,
pero en la universidad, donde la programación de las clases es mucho más
importante, yo recomiendo inscribirse los ramos de manera que tengas un
bloque activo y otro libre, para poder revisar los apuntes después de clases y
prepararse para la siguiente.
Si no puedes aprovechar las ventajes de ese tiempo intermedio, programa
el menor tiempo posible entre las clases.
¿Eres uno de los que faltan?
Aún cuando apliques con diligencia todos los consejos analizados en este
capítulo, no tendrás los resultados esperados si faltas a clases con regularidad;
por eso, ¡no dejes de asistir! Resulta especialmente crucial ir a todas las clases
al final del semestre, porque los profesores muchas veces destinan las últimas
semana a revisar el semestre completo (una manera espectacular de maximizar
tu propio tiempo reservado para el repaso), a aclarar temas específicos que
creen que podrían no estar claros y(o) a responder preguntas. Los alumnos no
dejan de preguntar acerca del examen final durante este período y ¡algunos
profesores prácticamente entregan un esquema de lo que va a pedir en la
prueba!
Si tienes que perder una clase, recurre a ese verborreico que no ha hecho
caso de mis consejos sobre cómo tomar apuntes y pídeselos. De esa manera,
serás tú quien decida lo que es importante o no para escribirlo. (Incluso algunos
profesores no tienen problemas en facilitar sus notas, por lo que ¡vale la pena
preguntar!).
104
CAPÍTULO 7
Cómo organizarte mejor:Organiza tus lecturas y tus
trabajos escritos
OMAR APUNTES ADECUADOS de tus libros debería:
✎ Servirte para reconocer las ideas más importantes en el texto.
✎ Facilitarte la comprensión de esas ideas.
✎ Mejorar tu recuerdo de la información impartida.
✎ Permitirte disponer de un modo muy eficiente de estudiar para
tus evaluaciones.
Ve por el oro, ignorando la pirita
El primer paso para tomar apuntes adecuados a partir de textos es anotar
las ideas principales que el autor está tratando de expresar.
105
Estas ideas deberían ubicarse ya sea en el margen izquierdo de tu cuaderno o
como encabezados. No escribas oraciones completas.
Luego, escribe los detalles más significativos o algún ejemplo que el autor
utilice para defender sus argumentos. Cada detalle debería anotarse bajo una
idea principal apropiada. Te sugiero que los escribas luego de una sangría y que
anotes cada uno en una nueva línea, uno bajo el otro. Nuevamente, no utilices
oraciones completas. Incluye los detalles suficientes para que tus apuntes no
parezcan en griego cuando los repases.
Estoy seguro de que ya tienes claro que la mayoría de los autores que
mejor venden no son una lumbrera escribiendo textos de estudio. La mayoría de
los tomos que te dan en los ramos, incluso los asignados a los cursos de
literatura, están mal escritos y pésimamente organizados. “Aburridos” es la
palabra para describir la gran mayoría de ellos.
En relación a lo anterior, también está claro que sin importar lo aburrida
que pueda ser la prosa, tu trabajo consiste en detectar las ideas principales de
manera que puedas obtener buenas notas. A menos que tengas que nadar a
través de esa masa inerte de palabras una y otra vez, ¿por qué no tomar
magníficos apuntes la primera vez?
Puedes pedir prestadas muchas de las estrategias que aprendiste para
tomar apuntes en clases para atacar tu lectura asignada. Así como utilizas tu
cerebro activo para escuchar lo que tu profesor dice, puedes utilizar el mismo
equipo para leer atentamente. Entonces,
✎ Lee, luego escribe.
✎ Asegúrate de entender la idea general.
✎ Toma apuntes sobre lo que no sepas.
Estos mismos principios que analizamos en conjunto con tomar apuntes en
clases se aplican a realizar anotaciones a partir de tus lecturas. Pero existen
estrategias adicionales que también deberías tomar en consideración.
106
Modifica la manera en que lees
Cuando leemos libros por placer, solemos hacerlo, naturalmente, de
principio a fin (aunque algunos somos culpables de echarle una miradita al
capítulo final de una novela de suspenso). Sin embargo, este método lineal,
comenzando en el punto A y moviéndose en forma directa hacia el punto B, no
necesariamente constituye la manera más eficiente para leer textos
informativos.
Si te encuentras tratando de averiguar de qué se trata el texto, sin la
menor idea de lo que estás leyendo, entonces ha llegado la hora de cambiar tu
estrategia de lectura. Los mejores alumnos no abarcan los capítulos de sus libros
de principio a fin, sino que leen de un modo casi circular. De esta manera:
Buscan claves
Si estamos metidos con la última novela de Stephen King, todos
esperamos algunas claves que nos indiquen cuál será la horrorosa situación que
se aproxima. Y contamos con que Agatha Christie nos arroje señales sutiles para
solucionar el misterio mucho antes de que se resuelva en el salón principal.
Sospecho que la mayoría de ustedes nunca ha intentado descifrar el
misterio de sus propios textos de estudio utilizando la señalética que casi todos
contienen. Es cierto, los textos son acertijos con pistas que revelan al alumno
perceptivo todo el contenido que vale la pena anotar y captar. Lo puedes
encontrar en los siguientes elementos:
Títulos y subtítulos de los capítulos
Los títulos y los subtítulos en negrita anuncian de qué se trata la idea
central y, en algunos textos, los párrafos titulares o pequeñas introducciones,
también en negrita, anuncian que el autor está a punto de entregar detalles
importantes. Por eso, comienza todas tus lecturas revisando el capítulo
completo, desde el principio hasta el final, leyendo solo los títulos y subtítulos
que se encuentren en negrita.
107
Saber hacia dónde nos quiere conducir el autor en un texto nos ayudará a
encontrar los argumentos para sus conclusiones mientras leemos. Aunque no
sea muy entretenido leer una novela de esta forma, cuando se trata de leer
textos de estudio y de tomar apuntes, te ayudará a convertirte en un lector
mucho más activo y, en consecuencia, ahuyentarás la posibilidad de que te
sorprendas dormitando y de que la prosa, que generalmente es abundante, te
deje sin sentido.
Imágenes, gráficos y cuadros
La mayoría de los textos de estudio, en especial los relacionados con las
ciencias, presentarán cuadros, gráficos, tablas numéricas, mapas y otro tipo de
ilustraciones. La gran mayoría de los alumnos los consideran meros “rellenos”,
puestos ahí para darles un vistazo rápido y para olvidarlos igual de pronto.
Si le estás dando esa importancia a los cuadros y gráficos, eres tú el que
sale perjudicado. No es necesario que vuelvas a dibujar las tablas en tus
apuntes, pero observa de qué manera complementan el texto y cuáles son las
ideas que están enfatizando y deja un registro de eso. Lo anterior te permitirá a
expresarte con tus propias palabras, lo que luego te servirá para recordar y para
evitar que tengas que recurrir una y otra vez a tus textos al repasar para las
evaluaciones.
Términos, vocabulario y otros datos destacados
En algunos textos, te encontrarás con que los términos y la información
clave aparecen subrayados (no estoy hablando de lo que otro alumno haya
marcado; ¡ten cuidado con esas marcas, ya que su valor es directamente
proporcional a la nota que se hayan sacado, que tú desconoces!) Sin importar si
están en negrita, en itálica o encerradas en cuadrados, generalmente se está
indicando que es contenido que hay que apuntar.
Preguntas
Algunos autores utilizan un formato en que los conceptos significativos son
enfatizados por preguntas, ya sea dentro del cuerpo del texto o al final del
capítulo.
108
Si lees estas preguntas antes de decodificar el capítulo, tendrás una mejor idea
del material al que necesitas ponerle atención.
Estas herramientas organizacionales deberían facilitarte la lectura. La
próxima vez que tengas que leer un texto de historia, de geografía, etc., trata de
revisar las páginas asignadas primero. Lee los títulos y los subtítulos. Luego lee
la primera oración de cada párrafo y después comienza a leer en detalle.
Para resumir el proceso de revisión:
1. Si se presenta un título o un encabezado, reformúlalo en una
pregunta. Esta será tu meta en la lectura.
2. Examina todos los subtítulos, ilustraciones y gráficos, ya que te
permitirán reconocer lo más importante del texto.
3. Lee con atención los párrafos introductorios, el resumen y las
preguntas que puedan aparecer al final del capítulo.
4. Lee la primera oración de cada párrafo. Como averiguamos en el
capítulo 3, generalmente es ahí donde encontramos la idea principal
de un texto.
5. Evalúa las ventajas que hayas sacado de este procedimiento: ¿eres
capaz de responder las preguntas que aparecen al final del
capítulo?, ¿podrías participar en una discusión en clases de manera
inteligente?
6. Escribe un breve resumen que comprenda lo que aprendiste por
medio de la revisión del texto.
7. Basándote en dicha evaluación, decide si requieres realizar una
lectura más detenida.
Ahora, a los detalles
Ya que a estas alturas tienes una idea general del contenido leyendo los
títulos y subtítulos, revisando el resumen, fijándote en las palabras y la
información destacadas y analizando las preguntas de revisión que pueden
haberse incluido, finalmente estás listo para leer el capítulo.
Si luego necesitas una lectura más profunda, comienza por el principio.
109
Lee una sección (o capítulo o lo que sea) a la vez y no pases a la siguiente hasta
haber realizado el siguiente ejercicio:
1. Escribe la definición de las palabras clave que podrían ser esenciales
para entender la materia.
2. Redacta preguntas y respuestas que consideres que te ayudarán a
aclarar el tema. Juega a ser el profesor por un momento y elabora un
quiz sobre el capítulo.
3. Formula preguntas cuyas respuestas tú no sabes; luego revisa el
texto y encuéntralas releyendo el capítulo, anotando las preguntas
que te gustaría plantearle al profesor o respondiendo mediante una
lectura adicional.
4. Aun cuando todavía tengas preguntas sin resolver, pasa a la
siguiente sección y completa los números uno a tres de esa sección
(y así sucesivamente, hasta haber completado la tarea).
Evalúa si este método te ayuda a cumplir mejor con la tarea justo desde el
principio. Debido a que has realizado una revisión preliminar, te encontrarás con
que la lectura será mucho más rápida.
Pero… no des por sentado que ahora puedes leer con velocidad el texto.
No te apures o lo único que lograrás es tener que leerlo otra vez.
Seguramente todos hemos escuchado hablar del niño y la niña maravilla
que pueden leer entre 1000 y 2000 palabras por minuto reteniendo todo, pero la
mayoría de nosotros nunca será capaz de leer tan rápido. No importa; es mucho
mejor leer algo lentamente y recordarlo que apurarse como en una maratón.
Muchos alumnos eficientes, incluso aquellos que se encuentran estudiando leyes
o que han tomado cursos sobre la novela del siglo XIX, nunca alcanzan una
velocidad lectora ni cercana a las 1000 palabras por minuto. Algunos tienen que
leer y releer los pasajes que no entienden hasta captar la idea. No hay nada
malo en ello.
La manera más inteligente de leer es tener como objetivo comprender y
no hacerlo rápidamente. Muchos alumnos subrayan sus textos o los marcan con
destacadores amarillos. No me gustan mucho ni el amarillo ni el rosado.
110
Destacar puede servir para que algunos de ustedes recuerden la información
destacada, pero solo a expensas de otros datos. No es muy útil y, de hecho,
representa más un problema que una ayuda, si la materia es muy densa o muy
complicada, lo que elimina a casi todos los textos de estudio universitarios e
incluso a algunos de la enseñanza media. La eficacia de destacar es tan limitada
que yo simplemente les sugeriría a aquellos que tienen esa costumbre que
dejaran de hacerlo.
Otros dejan notas en los márgenes, lo que me parece un poco mejor como
estrategia para obtener mejores notas, pero, generalmente, estas anotaciones
solo tienen sentido en contexto, de manera que el alumno se ve obligado a
volver a leer gran parte del texto.
¿Cuál es la manera más efectiva para leer y recordar la información de los
textos de estudio?
La importancia de los esquemas
La esquematización de un libro, artículo u otra fuente secundaria es un
poco como “ingeniería inversa”: una manera de llegar a la arquitectura de algo
para determinar sus partes y la manera en que estas se relacionan. Entender de
qué manera los autores construyen sus argumentos y organizan su
investigación, también te servirá a la hora de escribir tus propios informes.
Conocer la lógica de esa construcción también te será de gran ayuda para
recordar el libro: al expresar las palabras del autor en tus propias palabras,
estarás creando una forma más de recuperación de las ideas esenciales del
texto a partir de tu memoria.
La esquematización te obligará a distinguir entre los puntos clave y los
secundarios, lo que te servirá para llegar a un entendimiento real del tema, lo
que facilitará tu comprensión.
111
Los elementos básicos de la esquematización
En los esquemas más típicos se utilizan los números romanos (I, II, III), las
letras mayúsculas, los números arábigos (1, 2, 3) y las letras minúsculas, así
como las sangrías, para mostrar la relación entre los diferentes temas y su grado
de relevancia. Aunque no es obligación que utilices el sistema de numeración
romana, tu esquema debería estar estructurado de la siguiente manera:
Título
Autor
I. Primer tema importante en el texto
A. Primer subtema
1. Primer subtema de A
a. Primer subtema de 1
b. Segundo subtema de 1
2. Segundo subtema de A
II. Segundo tema importante en el texto
¿Te quedó clara la idea? En un libro, los números romanos generalmente
se refieren a los capítulos, las letras mayúsculas a los subtítulos y los números
arábigos y letras mayúsculas a conjuntos de párrafos. En el caso de un artículo o
capítulo, los números romanos corresponderían a los subtítulos, las mayúsculas
a los bloques de párrafos, los números arábigos a los párrafos y las minúsculas a
oraciones clave.
El hábito de elaborar esquemas te permitirá reconocer las ideas más
relevantes de un autor y a captarlas, procesarlas y, por lo tanto, retenerlas.
En ocasiones, el autor presentará la idea principal de un párrafo en la
primera oración. Pero también es muy común que esta aparezca después de
palabras “acusetes” como “por lo tanto”, “porque”, “así”, “ya que”, “en
consecuencia”. Cuando te topes con cualquiera de estas palabras, deberías
identificar el tema que se está introduciendo como la idea central en tu
esquema. Lo que se establece inmediatamente antes y después generalmente
constituye material que sirve de fundamento a los puntos clave.
112
El esquema constituye una herramienta extraordinaria para organizar tus
ideas y también tu tiempo.
Elabora una línea del tiempo
Siempre me frustro cuando leo textos de ciencias sociales. Si reviso
capítulos versados en Francia, Inglaterra y el Lejano Oriente, los comprendo lo
suficiente, pero no tengo idea en qué contexto global tuvieron lugar algunos
hechos. En estos tiempos, cuando mis colegas agregan más y más ramos
relacionados con la multiculturalidad, puede volverse aún más difícil relacionar
acontecimientos del siglo XVII en Francia o en el siglo XIX en África con lo que
está sucediendo en este momento en el resto del mundo (sin tomar en cuenta
Estados Unidos).
Una herramienta magnífica para solucionar esta dificultad consiste en la
elaboración de una línea de tiempo que puedas actualizar constantemente. Te
ayudará a visualizar el orden cronológico y a recordar la relación de los hechos
mundiales más importantes.
Por ejemplo, una línea cronológica simple y resumida del trabajo literario
de James Joyce tendría el aspecto siguiente (te sugiero que crees una línea
horizontal; sin embargo, el formato de este libro dificulta la reproducción de esa
forma, por lo que acá te presento una versión vertical):
1882 Nace
1907 Música de cámara
1914 Dublineses
1916 Retrato de un artista adolescente
1918 Exiliados
1922 Ulises
1927 Poemas a penique
1937 Collected poems (Colección de poemas)
1939 La velada de Finnegan
1941 Muere
113
Esta línea facilita la visualización de que Joyce nació en una época en que
en Estados Unidos se experimentaba un auge tanto en la industria como en el
crecimiento de la población luego de una Guerra Civil, y que murió durante la
Segunda Guerra Mundial. Si le sumaras otras figuras literarias del mismo
período, tardarías en olvidar que Joyce, Virginia Wolf, Ezra Pound, W.B. Yeats,
Lady Augusta Gregory, Charles Darwin, George Eliot y D.H. Lawrence, entre
otros, eran contemporáneos. Si le agregaras acontecimientos ajenos al ámbito
literario podrías realizar asociaciones entre lo que se estaba escribiendo en la
época y lo que estaba sucediendo en Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa,
África y así sucesivamente.
Dibuja un árbol conceptual
Otra herramienta fabulosa para limitar la cantidad de verborrea en tus
apuntes y de volverlos más fáciles de recordar son los árboles conceptuales. Así
como la línea de tiempo, estos constituyen una representación visual de la
relación entre varios datos importantes. Por ejemplo, se podrían representar
distintas categorías y tipos específicos de animales de la siguiente manera:
Tales instrumentos le dan una validez adicional al viejo dicho: “Una
imagen vale más que mil palabras”, porque las líneas de tiempo y los mapas
conceptuales serán mucho más útiles que las simples palabras cuando se
intente recordar, especialmente si se trata de conceptos. Su elaboración
asegurará que tu interés en el texto no varíe demasiado.
114
ANIMALES
MamíferosDelfinesAlcesLeonesPerros
CrustáceosCangrejosLangostinosLangostasBerberechos
ReptilesTortugasSerpientesCaimanesCamaleones
AnfibiosRanas
SalamandrasSaposTritones
Agrégale una lista de términos
Muchas de las preguntas de las pruebas exigen la definición de la
terminología de una disciplina. Tu profesor de física querrá saber qué son los
vectores, mientras que el de cálculo necesitará saber acerca de las ecuaciones
diferenciales. Por otra parte, tu profesor de historia querrá estar seguro de que
tienes conocimientos sólidos sobre la Guerra Fría y el de literatura inglesa
necesitará que conozcas algo sobre los poetas románticos.
Por eso mismo, al leer tus libros, asegúrate de escribir todas las
definiciones y los términos nuevos en tus apuntes. Yo los encerraba en
cuadrados, porque sabía que lo más probable es que me preguntaran sobre ellos
en las pruebas y que los cuadrados siempre llamarían mi atención cuando me
encontrara repasando.
Espera, todavía no hemos terminado
Después de que termines de tomar apuntes sobre un capítulo, repásalos e
identifica los puntos más relevantes (los que podrían aparecer en la prueba), ya
sea con un asterisco o destacándolos. Probablemente terminarás marcando el
40% o el 50% de lo que hayas escrito.
Cuando te encuentres repasando para una evaluación, deberías leer todas
tus anotaciones, pero los asteriscos indicarán cuáles son las ideas que
consideraste más significativas cuando el capítulo se encontraba fresco en tu
memoria.
Para resumir, cuando se trata de tomar apuntes a partir de tus textos u
otro material de lectura, deberías:
✎ Echar un vistazo general al capítulo antes de comenzar a leerlo. Buscar
los subtítulos, los términos destacados y los resúmenes que se
presentan al final del capítulo para tener una idea del contenido.
✎ Leer cada sección en su totalidad. Aunque la revisión de las “claves”
del capítulo te servirá para entender su contenido, debes leer buscando
la comprensión y no la velocidad.
115
✎ Realizar tus anotaciones inmediatamente después de haber terminado
de leer, utilizando esquemas, líneas de tiempo, árboles conceptuales o
listas de vocabulario, según sea necesario.
✎ Indicar con un asterisco o destacar los puntos clave mientras vayas
revisando tus apuntes.
Comentarios acerca del material bibliográfico
En algún momento durante tus años de enseñanza medio o de
universidad, sin lugar a dudas se te pedirá que realices una investigación
extensiva, ya sea para un informe semestral o para otro proyecto de esa
envergadura. Tomar apuntes solo constituirá una parte del proceso, aunque una
muy importante.
(Aunque te voy a presentar un sistema increíble para tomar apuntes para
un informe semestral o un ensayo en este capítulo, te invito a leer Cómo
mejorar tu redacción, en donde se abarcan todos los pasos importantes,
desde elegir un tema hasta elaborar un esquema y realizar una investigación,
redactarla, reescribirla y llevar a cabo lecturas de prueba).
Como te darás cuenta, escribir un informe semestral exigirá que tomes
apuntes de varias fuentes, la mayoría de las cuales podrás encontrar en la
biblioteca. Pero mientras más ediciones periódicas, libros de referencia e incluso
microfichas revises para tu proyecto, más te dirán que no puedes llevarte ese
material a la casa. Por eso, tendrás que realizar tus anotaciones en la biblioteca,
y no al ritmo que tú quieras y en la comodidad de tu casa.
En consecuencia, definitivamente necesitas un sistema para tomar
apuntes que sea rápido, completo y eficiente, que además te evite la molestia
de tener que volver a la fuente una vez más. ¿Cuál es la respuesta?
No, la solución no está en fotocopiar.
116
¿Por qué es inútil fotocopiar?
Encontraste una fuente perfecta para tu informe semestral y tu primer
impulso podría ser buscar la fotocopiadora de la biblioteca para copiar montones
de información. ¿Las fotocopias son una ayuda o un obstáculo?
Yo solía recurrir a ellas cuando tenía que prepara mis informes. Me iba a la
biblioteca sin nada más que una bolsa de monedas (en aquellos tiempos salía
mucho más barato fotocopiar) y peinaba el catálogo, los estantes y los índices
en busca de posibles fuentes, utilizando los lápices de la biblioteca para llenar la
información en los formularios. Juntaba todo le material a mi alrededor y los
revisaba por horas, buscando citas jugosas y anécdotas divertidas.
Marcaba los libros con esos formularios y luego lanzaba todo ese material
útil sobre la fotocopiadora y comenzaba a fotomalgastar el dinero que había
ganado con tanto esfuerzo. Terminaba yéndome a casa con kilos de fotocopias
que tenía que volver a leer, lo que hacía armado con lápices de todos los colores
posibles. Subrayaba todos los pasajes relacionados con el mismo color, escogía
otro lápiz y volvía a revisar las fotocopias. Este método ciertamente que me
sirvió para producir unos informes estupendos, pero también fue el responsable
de que empleara demasiado tiempo releyendo información, organizando y
reorganizando la investigación antes de que siquiera empezara a escribir.
Estoy a punto de ahorrarte mucho dolor revelándote uno de los trucos de
cartas más maravillosos que alguna vez hayas visto. Y, a propósito, nunca más
tendrás que hacer la fila para sacar fotocopias en la biblioteca.
Un índice maravilloso
Las fichas bibliográficas te ahorrarán el tiempo que toma investigar y
organizar un informe semestral a la mitad.
A continuación te presento cómo funcionan:
117
Como vas a aprender cuando leas Cómo mejorar tu redacción, elaborar
un esquema preliminar constituye uno de los primeros pasos en el proceso de
redacción de un informe. Habiendo terminado esa etapa, tendrías que reunir la
información necesaria para tu ensayo o investigación. Dirígete a la librería más
cercana y compra tarjetas o fichas bibliográficas.
Al revisar cada fuente, te darás cuenta de que algunas contienen
información muy útil, mientras que otras no. Una vez que identifiques una
fuente utilizable, elabora una ficha bibliográfica de trabajo con los siguientes
datos:
✎ En la esquina superior derecha de la tarjeta escribe el número de
teléfono de la biblioteca (o cualquier otro dato que te sirva para
relocalizar el material (“sección de ciencias”, “material de reserva, 3º
piso”), etc.
✎ En la sección principal de la tarjeta escribe el nombre del autor y
su apellido. Agrega el título del artículo, si se aplica, y luego el título del
libro, revista u otra publicación, subrayado. Incluye otros detalles como
la fecha de publicación, la edición, el número del volumen o los
números de páginas donde se encontró el artículo o información.
✎ En la esquina superior izquierda anota el número de la tarjeta. Por
ejemplo, anota #1 en la tarjeta que piensas utilizar primero; #2, en la
que vas a utilizar en segundo lugar, y así sucesivamente. No te
preocupes si al final no ocupas una ficha o si te saltas un número, lo
único importante es que a cada una le asignes un número diferente.
✎ Al final de la tarjeta escribe el nombre de la biblioteca (si estás
realizando tu investigación en más de una) en la que encontraste la
información.
Al elaborar una tarjeta para cada fuente, has dado origen a tu bibliografía
de trabajo: una lista de todas las fuentes, que te servirá para preparar la
bibliografía final de tu informe semestral.
118
No es mala idea barajar las cartas
Con las tarjetas bibliográficas (que acá comparamos con cartas), puedes
organizar tu lista de varias maneras con el simple hecho de barajarlas.
Por ejemplo, podrías organizar tus fichas según la fuente: artículos de
revista, enciclopedias, libros, diarios, etc. Luego, cuando te encuentres en la
sección “revistas” de la biblioteca, dispondrás de una manera rápida y fácil de
asegurarte de haber leído todos los artículos. Lo mismo para tu visita a la
sección de periódicos, de referencia, etc.
Pero en algún punto, podrías querer organizar tu lista de fuentes en orden
alfabético o separadas en montones de fuentes que ya has revisado y que no.
No hay problema, solo barájalas otra vez.
Incluso con la ayuda de un computador, consumiría mucho tiempo llevar a
cabo todo lo anterior en papel. Este sistema recién esbozado es mucho más
claro y eficiente, lo que es clave para realizar tu trabajo lo más rápido y sin dolor
posible.
Te garantizo que ganarás este juego
En este momento te encuentras sentado en la biblioteca, rodeado por un
rico depósito de auténticas fuentes para tu informe. Ya has terminado tus fichas
bibliográficas y es tiempo de tomar apuntes. ¿Cómo lo haces?
Escribe una idea, cita o dato, y solo una, en cada tarjeta. No hay
excepciones. Si encuentras una cita o conjunto de datos muy largos, puedes
escribir a ambos lados de la ficha si es necesario, pero nunca sigas en una
segunda tarjeta. Si no puedes evitarlo, entonces tu cita es demasiado larga. Si
sientes que el autor tiene una idea increíble, parafraséala.
Escribe con tus propias palabras. No copies palabra por palabra,
porque puedes terminar, sin darte cuenta, plagiando. Resume las ideas
principales o exprésate en tus propias palabras.
119
Usa comillas cuando quieras utilizar palabras textuales. En
ocasiones, los autores se expresan tan perfectamente, de una forma tan
poética, que uno quiere copiar sus palabras exactamente iguales. No hay nada
malo en ello, pero todo tiene sus límites. Cuando lo hagas, estás obligado a
copiar las expresiones de manera exacta: cada oración, cada palabra, cada
coma. Además, debes agregar comillas antes y después de la cita. No confíes en
tu memoria para recordar, más tarde, qué fue lo que parafraseaste y qué fue lo
que copiaste textual.
Escribe el número de la ficha bibliográfica correspondiente en la
esquina superior izquierda. Debe ser el mismo número que escribiste en la
esquina superior izquierda de tu ficha bibliográfica.
Incluye los números de página (de donde encontraste la información)
en la tarjeta. Podrías agregar esta información bajo el número de la fuente.
Escribe la letra temática que corresponda a tu esquema
preliminar. Por ejemplo, supongamos que la segunda sección, “B”, de tu
esquema preliminar se trate de la retirada francesa de Vietnam. Encuentras una
cita interesante de un oficial estadounidense refiriéndose a esa retirada. Escribe
la letra temática “B” en la esquina superior derecha de tu tarjeta. (También
podrías encontrarte con otras citas interesantes o con estadísticas que dieran
sabor y autoridad a tu informe, sin estar seguro de donde ubicarlas. En ese caso
marca las fichas con un asterisco u otro símbolo y, más tarde, cuando dispongas
de un esquema más detallado, puedes darte cuenta del lugar en que calza).
Dale un título. Al lado de la letra temática, agrega una breve descripción
de la información que contiene la tarjeta. Por ejemplo, tu ficha sobre la retirada
francesa podría decir “Retirada francesa: comentarios de Estados Unidos”.
A medida que vayas llenando tus tarjetas, asegúrate de transferir la
información con precisión. Revisa siempre dos veces los nombres, fechas y otras
estadísticas. La gracia de utilizar estas fichas es que una vez capturada la
información que necesitabas, nunca deberías tener que volver a la fuente.
Precaución: aunque este sistema es espectacular para organizar tu tiempo
y tu material, no permitas que te descoloque el hecho de que encuentres más
información interesante.
120
Como el resto de los ejercicios para tomar apuntes, el sistema de fichas
bibliográficas y de apuntes exige que no seas un copión, en ese caso podrías
haber usado la fotocopiadora, sino que un procesador de información.
Plantéate preguntas constantemente cuando estés revisando el contenido
proveniente de las fuentes:
✎ ¿Vale la pena citar a la autora directamente o sería mejor
parafrasearla?
✎ Si decides parafrasearla, obviamente no tienes que escribir las
palabras exactas de la autora y, por lo tanto, puedes recurrir a
algunos de los consejos para tomar apuntes analizados
anteriormente. La respuesta a este punto influirá de gran manera
en el tiempo que te tome llenar cada tarjeta.
✎ ¿Este material contradice o fundamenta los argumentos o datos
entregados por otro autor?
✎ ¿A quién le creo? Si existe evidencia contradictoria, ¿tendría que
anotarlo? ¿Puedo refutarla? Si sirve de fundamento para el
contenido que ya tengo, ¿resulta interesante o redundante?
✎ ¿En qué parte calza este material?
Con mucha frecuencia el material proveniente de las fuentes no estará tan
delineado como el de tu plan para el informe semestral, razón por la cual es tan
importante escribir uno y solo un pensamiento en cada ficha. Aunque un autor
exprese más de un idea en un solo párrafo o incluso en una sola oración, solo
podrás seguir tu sistema de organización si tus tarjetas son coherentes con tu
esquema.
Estarás superorganizado
Antes de que descubriera un sistema de investigación para realizar mis
informes semestrales en la enseñanza media, mi vida de estudiante era,
literalmente, un desastre.
121
Tenía miles de notas, pero a veces no estaba seguro de dónde provenían las
citas o si eran citas directas o si las había parafraseado.
Mi sistema de fotocopias no significó un gran avance. A veces se me
olvidaba un detalle de la información bibliográfica y tenía que volver a la
biblioteca a último minuto. Además, organizar mis voluminosos apuntes cuando
tenía que poner mis ideas en orden resultaba aún peor que investigar y escribir
propiamente tal.
El sistema basado en fichas te ahorrará un montón de penas. Escribir una
idea, cita o lo que sea por cada tarjeta eliminará los problemas causados cuando
distintos tipos de información aparecen en el mismo lugar. Por otra parte,
escribir el número de la fuente antes de hacer cualquier otra cosa te evitará
todas las dificultades relacionadas con la atribución correcta.
Cuando estés listo para elaborar tu esquema final, lo único que tendrás
que hacer será organizar y reordenar tus fichas hasta que se de la estructura
más coherente.